'MJEZACJÚN MJSTOJKICuá
DE LA FUNDACIÓN DE ESTE CONVENTO
DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR,
COMPAÑÍA DE MARÍA,
LLAMADA VULGARMENTE LA ENSEÑANZA»
EN ESTA CIUDAD DE MÉXICO,
Y COMPENDIO
DE LA VIDA Y VIRTUDES DE N. M. R. M.
MARÍA IGNACIA AZLOR Y ECHEVERZ
SU FUNDADORA Y PATRONA.
DEDICADA
Á LA SERENÍSIMA REYNA DE LOS ÁNGELES
MARÍA SANTÍSIMA DEL PILAR.
r
A EXPENSAS DE SU SoBRINO EL SeÑOR DoN PeDRO IgNACIO DE
EcHEVERZ AzLOR EsPlNAL Y VaLDIVIELSO, MaRQUÉS DE SaN
Miguel de Aguayo y Santa Olaya, Caballebo del
Orden de Santiago , y Alguacil mayor del Real
Consejo y Corte de Navarra.
EN MÉXICO:
Por Don Felipe de Zúñiga y Ontiveros, calle del
Espíritu Santo, año de 1793.
f.S
■ / \
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Ala soberana retna de los ángeles
MARÍA santísima
EN SU SAGRADA IMAGEN
DEL PILAR DE ZARAGOZA^
Titular de este Convento de su Compañía
DE México,
jL\ O es libre obsequio^ Soberana Empera-*
triz de las Alturas^ no es en nosotras libre
obsequio el ofrecer á vuestro sagrado Patro-
cinio esta pequeña obrilla que nuestra corta
capacidad ha delineado^ sino preciso y debido
y obligatorio tributo en reconocido agradeci-
miento por haberos dignado de venir á bus-
carnos por medio de vuestra milagrosa Ima-
gen del Pilar de Zaragoza^ siendo en ella
Guía y Condu&ora de nuestras primeras Ma-
dres para asentar el Trono de vuestras pie-
dades en este Templo dedicado a vuestra ce-
lestial Columna. Y habiendo nacido esta Comu-
nidad baxo el auspicio de tan poderosa Madre ^
logrando la felicidad de teneros desde su cu-
na por Patrona^ pues por tal os escogió vues-
tra amante Hija y Fundadora nuestra la M.
i?. M. María Ignacia de Azlor t Écheverz^
creemos tenéis un total derecho de justicia á
nuestras acciones. Por tanto y Clementísima
Señora^ recibid este mínimo homenage de
nuestra gratitud ^ y derramad sobre esta
^vuestra escogida familia el torrente de vues-
tras grandes beneficencias^ interponiendo vues-
tras amorosas súplicas con vuestro divino Hi-
jo^ a fin de que correspondiendo nosotras á
la grande obligación á que nos empeña el ser
hijas vuestras^ nos hagamos instrumentos ido-
neos para el bien espiritual de los próximos
y propagación del Apostólico Instituto que
profesamos^ el que os pedimos^ que no limi-
tándose solo á esta Ciudad^ se extienda por
nuevas Fundaciones en otras de este vasto
Imperio'^ para que esparciéndose esta Com-
pañia por él^ ceda todo en alabanzas de vues--
tro dulcísimo Nombre , y honra y gloria de
nuestro amantísimo Esposo Jesús.
Serenísima Rey na y benigna Madre
nuestra^
B. V. sagradas plantas ^vuestras muy
obligadas hijas y humildes esclavas.
La Religiosa Con un' dad de vuestra
Compañia d¿ México.
PARECER DEL R. P. FRAT FRANCISCO
G^RCí^ FiGUERO^ de la Regular Observan-
cia de JV. iS*. P. S. Francisco^ Lector Jubila-
do^ Calificador del Santo Oficio^ ex-Ministro
Provincial dos veces de esta Provincia dU
Santo Evangelio de México,
Exmó. Señor.
EN la relación histórica de la fundación' del Convento
r de nuestra Señora del Pilar, Compañía de María,
llamada la Enseñanza, en esta Ciudad de México, y
Compendio de la vida y virtudes de la R. M. María Ig-
nacia de Azlor y Echeverz su Fundadora y Patrona, no
se advierte cosa ofensiva á las Regalías de su Magestad y
Leyes sobre impresión. Por lo que la juzgo digna de dar-
se á la luz pública para honorífica memoria de esta exem-
plar Religiosa, para consuelo de sus amantes hijas, mo-
delo de las que abrazen su santo Instituto y edificación
del Público. Este es mi parecer, salvo &c. San Francisco
de México Marzo 13 de 1793.
Exmó. Señor.
Fr. Francisco Garda Figueroa,
LICENCIA DEL SUPERIOR GOBIERNO.
JI?L Exmo. Señor Don "Juan Vicente de Gue^
•^— ^ mes Pacheco de Padilla Horcasitas y Agua-
yo , Conde de Revilla Gigedo , Barón y Señor ter-
ritorial de las Villas y Baronías de Benillova y
Riv arroja , Cabillero Gran Cruz de la Real y DiS'
tinguida Orden Española de Carlos IIL , Comen^
dador de Peña de Martos en la de Calatrava^
Gentil Hombre de Cámara de S. M, con exerci^
cio^ Teniente general de los Reales ExércitoSy
Virrey^ Gobernador y Capitán general de Nueva
España , Presidente de su Real Audiencia , Supe^
rintendente general Subdelegado de la Real Ha-'
cienda , Minas , Azogues y Ramo del Tabaco ,
jfuez Conservador de este^ Presidente de su Real
y unta ^ y Subdelegado general de Correos en el
mismo Reyno , visto el Parecer que precede del R.
P. Fr, Francisco Garda Figueroa^ concedió su li-
cencia para la impresión de esta obra por su De*
creto de i6 de Marzo de 1793.
PARECER DEL Lie. D. JU^IN FRANCIS-
CO I>OMi]SGUEz Cura mas antiguo del Sagra'
rio de esta Santa Iglesia Catedral.
Señor Provisor,
)0R mandado de V. S. he leido con espacio el Qua-
derno que ccntiene una breve noticia de ia funda-
ción, del Convento de nuestra Señora del Pilar, Compa-
ñía de Maria, dicho de la Enseñanza en esta Ciudad de
México, y un Compendio de la vida y virtudes de su
Fundadora muy ilustre la R. M. Maria Ignacia Azlor,
escrito por las mismas Religiosas que en el dia lo edifi-
can. No hallo cosa contraria á nuestra Santa Fe, buenas
costumbres, ni que exija la protesta mandada por los Su-
mos Pontífices ; por lo que podrá V. S. siendo de su be-
neplácito, conceder su Ucencia para la impresión. Méxi-
co Marzo 24 de 1793.
Juan Francisco Domínguez,
LICENCIA DEL ORDINARIO.
México 3 de Abril de 1793.
POR la presente y por lo que d Nos toca con-
cedemos licencia para que se pueda dar á las
prensas el Quaderno que acompaña , atento á que
reconocido de nuestro orden no contiene cosa con-
tra nuestra santa Fe ^ buenas costumbres ^ ni Re^
gaitas de S, M. ( Dios le guarde ) con la precisa
calidad y condición de que no se dé al Público sin
que primero por el Aprobante se coteje y por el
Oficio se tome razón. Lo decretó el Señor Lie, Z).
yuan Cienfuegos "Juez Provisor y Vicario gene»
ral de este Arzobispado ¿fe. y lo firmó,
M.
Lie. Cienfuegos,
Luis Antonio Alvares.
Notar. Oficial mayor.
FRÓLOGO,
E admirará el piadoso Leñor (y
con razón ) al ver que unas
mugeres sin letras hayan teni-
do ánimo de emprender una obra supe-
rior á su sexó^ pero no le hará fuerza si
reconoce que nos obliga á ello el que en
treinta y nueve años que lleva de fundado^
nuestro Convento, no ha habido Sugeto que
se haya hecho cargo de tomar este trabajo,,
para que en todo tiempo conste de donde
tuvo su origen esta Casa. Movidas de ver
las quexas en varias Historias, de la omi-
sión de sus antepasados en escribir seme-
(IL)
jantes obras, por no incurrir en esta nota
hemos procurado dar algunos apuntes, aun-
que compendiosos, deseando que en algún
tiempo otra mejor pluma y bien limado ta-
lento extienda y adorne con florido y gra-
to estilo esta pequeña narración , hija solo
del filial amor y reverente gratitud que de-
bemos, así á la Religión, como á nuestra
amada Fundadora, que tanto bien nos tra-
xo á costa de inmensos peligros, surcando
dos veces el Océano para franquearnos esta
dicha, con que logramos (aunque indignas)
el ser miembros de esta Compañia de Ma-
ría Santísima, de que nos gloriamos como
sus amantes y favorecidas hijas.
■/l.Ji!.M.K.M.ManaI?^
J-.'oEiiJtranzaíir Mex'.:ci, .AiíZ' —
Pág. I
■REVÉ NOTICIA
DE LA FUNDACIÓN DE ESTE CONVENTO,
Y DE LA VIDA DE NUESTRA FUNDADORA
La M, i?. M. Mari A Ignacia Azlqr
T ECHEVERZ,
CAPÍTULO PRIMERO.
Su Patria^ nacimiento y educación en sus
primeros años.
STA América Septentrional, tan
celebrada por sus ricos minera-
les, puede gloriarse de haber si-
do Patria de una muger tan he-
roica, que podemos aplicarle el epíteto de
la Mager fuerte, por su ánimo varonil y
magnánimo corazón, ó el de Nave del Mer-
2.
cader que traxo el grano escogido de la Doc-
trina Evangélica, para repartirlo gratuita-
mente en la instrucción de las de su sexo,
propagando por este medio la gloria de Dios
y de su Santísima Madre , imitando en quan-
to pudo el espíritu de nuestro Santo Patriar-
ca San Ignacio de Loyola, cuyo nombre lo-
gró en las santas aguas del Bautismo. Con-
seguida tan ardua y dificultosa empresa quan-
do gobernaba la universal Iglesia nuestro
Santísimo Padre Benedido XIV, de feliz re-
cordación, y siendo Rey de las Espanas
nuestro Católico Monarca el Señor D. Fer-
nando Sexto, (que de Dios goce) Virrey y
Capitán general de esta Nueva España el
Exmó. Señor Don Juan Francisco de Gue-
mes y Horcasitas Conde de Reviliagigedo,
Gentil Hombre de Cámara con Llave de en-
trada de su Magestad &c. y dignísimo Ar-
zobispo de esta Diócesis el Illmó. Sr. Dr.
D. Manuel Joseph Rubio y Salinas Visita-
dor general del Obispado de Oviedo , y de
la Abadía de Alcalá la Real, Capellán de
3-
honor de su Magestad &c. á quien esta Co-
munidad debe estar siempre reconocida por
lo mucho que la protegió.
Nació esta grande Heroina en S. Fran-
cisco de Patos , una de las mas populosas
Haciendas de las que componen el quantio-
so Mayorazgo de su Casa de EcheA^erz, y
perteneciente á la Administración del Valle
de Santa María de las Parras, dia nueve de
Oftubre de mil setecientos quince. Fue bau-
tizada en diez y siete del mismo mes en una
Capilla de dicha Hacienda, y en el testa-
mento que otorgó en el año de treinta y sie-
te , á los veinte y uno de su edad , dexó un
legado piadoso para el cujto de aquella Ca-
pilla, y en memoria de haber nacido en ella
á la gracia y para el Cielo. Pusiéronle por
nombre María Ignacia por devoción que tu-
vo la Señora su Madre á nuestro Santo Pa-
dre Ignacio.
Fueron sus ilustres Padres los Señores
Don Toseph de Azlor Virto de Vera, hijo
segundo del Exmó. Señor Conde de Guara,
4.
Gentil Hombre de Cámara de su Magestad
y Teniente general de sus Reales Exércitos,
y Doña Ignacia Xaviera Echeverz y Valdés
Marquesa de San Miguel de Aguayo y San-
ta Olaya, tan esclarecidos en nuestra anti-
gua España por su ilustre sangre esparcida
en muchas Casas de su primera Grandeza,
entre ellas las hoy unidas de Xavier y Lo-
yola, blasón únicam.ente apreciado de Ja M.
Maria Ignacia por sli devoción tiernísima y
filial amor a nuestro ínclito Padre y Patriarca
S. Ignacio, y Glorioso Apóstol de la India
San Francisco Xavier, á quienes veneraba
por Padres: coaio en estos Reyno por su
beneficencia, re.Jitud de costumbres y mu-
chos distinguidos servicios del Señor Don
Joseph de Azlor en la pacificacioi y esta-
blecimiento de la Provincia de los Texas,
en que erogó de su propio caudal las quan-
tiosas sumas que constan en este Superior
Gobierno^ y de los Ascendientes de la Se-
ñora Marquesa en el Reyno de Guatemiala
y Provincia de la Nueva Vizcaya desde los
mas remotos tiempos.
5.
Habiendo concluido el Sefior Azlor su
gobierno de Texas, (destino con que vino á
la i^n-.érica) se establecieron en esta Corte
de México, yendo á temporadas á sus Ha-
ciendas. Por todo este tiempo hasta el falle-
cimiento de sus Fidres no hay noticias in-
di vMuales de sus virtudes:^ pero sí una ge-
neralidad en que se pueden ver com.o en
bosquejo, que indiquen bastantemente una
angelical y religiosa vida. Un hombre de
razón, y Criado que era entonces de la Ca-
sa, atribuye €Sta ignorancia al extraordina-
rio retiro en que la crió su ilustre y chris-
tiana Madre: aquella Señora capaz, virtuo-
sa y diligente Madre de familias, que cono-
cia bien que la crianza modesta y retirada
de las hijas sirve á Dios, á los estados y á
las mismas hijas ^ se hacia en su propia Ca-
sa ciertos departamentos en donde se vivia
separada de todo el trifago y bullicio de la
familia,, que era m.uy crecida, como cori^es-
pondia á su explendor, encerrada en sus
piezas con las dos hijas que tenia en esta
3
6.
tierra, adonde no se dabí entrada sino á
Criados escogidos y personas de satisfac-
ción para cosas necesarias. Este retiro, poco
usado en las familias, quitó el registro de
lo que en él se hacia á los domésticos, que
suelen ser los testigos y pregoneros de las
virtudes ó vicios caseros de sus Amos. No
por eso se les dexaba de traslucir á estos que
allí estaban en un continuo exercicio , ya de
lección, ya de oración, ya de operación de
manos, con que daban algún descanso á la
cabeza, sin dar entrada á la ociosidad y so-
bradas conversaciones, en que si no hay cui-
dado, hay por lo común muchosi defedos.
Esta vida retirada dá margen para discurrir
quan celestialmente vivirian unas Señoras
de esta clase, que no pudieron tener otro
motivo para observar tan voluntaria estrecha
clausura, sino solo el abstraerse de las gen-
tes para entregarse desembarazadas á el de-
voto reverente trato con Dios nuestro Se-
ñor, y era, así en la Madre, como en las hi-
jas, una virtud extraña, principalmente en
7'
nuestros tiempos, que con daño muchas ve-
ces del recato, el pundonor y la modestia,
ni las madres piensan otra cosa que en ha-
cer (como ellas dicen) á las hijas urbanas y
sociales^ ni las hijas piensan mas que en
presentarse, en ver y que las vean, y en
hacerse conocer y celebrar.
Y como cada estado tiene sus virtu-
des, á mas de las comunes, que son de to-
dos, tiene otras que le son propias, las de
una doncella hija de familia. Son la suje-
ción, la obediencia, el recogimiento, el si-
lencio, la compostura y la modestia. Todas
estas virtudes se hallaban en un modo ex-
traordinario y singular en aquella condufta
que seguían, siendo modelo de mucho exem-
plo á todas aquellas Señoras que por distin-
ción de su nacimiento están obligadas á ha-
cer público papel en la Ciudad, para unir
con destreza la representación que en este
teatro del mundo les corresponde, con la
moderación y humilde trato que la nobleza
bien instruida demanda , á fin de que sin de-
8.
fraudar á la República de todo aquello que
se le debe en lo político, para el concerta-
do cultivo de sus máximas, no se le defrau^
de al Autor divino ni aun las primeras par-
tículas del tiempo que es muy debido se em-
plee en su reconocimiento, pues es como el
tributo que debe rendir la Criatura á su
Criador, como en primicias de la vida.
CAPÍTULO SEGUNDO.
Mueren sus Padres y entra en el Conventa
de la Concepción,
COntaba ya Doña Maria Ignacia diez y
ocho años de edad en este christiano
modo de vivir, quando reconociendo su Se-
ñora Madre, por el quebranto de salud, que
estaba cercana su muerte, un mes antes lla-
mó á las dos hijas , á quienes dio los conse-
jos que correspondían á sa prudencia y vir-
tud, encargándoles el cuidado y asistencia
de su Padre, que ya estaba achacoso. Esto
fue en el n>es dé Oftubre dé mil setecientos
9-
treinta y tres, y al siguiente mes de No-
viembre le acometió un dolor de costado,
que creciendo su gravedad , y conociendo la
Señora en los semblantes de los muchos que
la rodeaban los temores de que se acercaba
al último trance de la vida, y que al mismo
tiempo no se atrevian á decírselo, acordán-
dose de su hija , y de que sola ella y la fir-
meza de su espíritu la desengañaría en tal
ocasión, estando esta retirada, encomendán-
dola á Dios y llorando su próxima orfan-
dad, dixo: Que me traigan aquí á María Ig-
nacía, que ella me dirá si me muero: llevá-
ronla en efedo, y preguntada por su Madre
la respondió: 5/, Señora^ se muere usted ^ y
no hay que perder tiempo.
Prueban estos hechos, el primero, el
concepto que tuvo la Señora su Madre de
su capacidad, prudencia y juicio, por lo que
muchas veces le parlaba, y aun consultaba,
como si fuera de una edad muy provena,
negocios importantes: el segundo, el que tu-
vo, de su valor y constancia, y de aquélla
I o.
firmeza de ánimo superior á todo trance,
que la acompañó después en los grandes lan-
ces de su vida. Este concento de la Señora
Marquesa prueba mucho, por ser una m.uger
varonil y de superiores talentos, tanto, que
siendo así que el Señor Marqués su marido
era un Caballero de todas prendas políticas
y militares, se decia en México comunmen-
te, que en la Casa de los Marqueses de San
Miguel, él era ella^ y ella era él Habiendo
con la ya dicha entereza desengañado á la
enferma, se mantuvo con la mJsma hasta la
iiltima hora en que espiró, cantándole en
compañia de su hermana la Letanía de
nuestra Señora, como les tenia encargado lo
hiciesen. Llevó este golpe tan sensible con
grande resignación^ y com_o nuestro Señor,
por sus altos designios, la tenia destinada
para instrum.ento de su mayor gloria, quiso
desprenderla de la sujeción paterna, para
que librem.ente emprendiese el cumplimien-
to de las inspiraciones con que continua-
mente el divino Esposo le hablaba al cora-
II.
zon. Dispuso su providencia darle el segun-
do golpe en el fallecimiento de su Padre,
que fue el mes de Marzo del año de mil se-
tecientos treinta y quatro, dexando. á esta
tierna planta en los mas peligrosos ardores
de la sangre juvenil, en una de las Ciuda-
des populosas del mundo y la mayor de to-
do este vasto Reyno, tierra propiamente
extraña, en donde no tenia mas respeto de
la naturaleza que atender que el de su Se-
ñora hermana, que también era todavía jo-
ven, aunque mayor que Doña Maria Igna-
cia, quien sin especial sujeción que la con-
tuviese, viéndose niña, señalada de pren-
das, distinguida en nobleza, dotada de cau-
dal crecido, bien parecida, de genio alegre,
urbano y agradable, discreta á la perfec-
ción, pudiera haberse dexado lisonjear de la
que el mundo llama fortuna. Pero ya había
preocupado Dios su alma con los verdade-
ros deseos de dexarlo burlado, desprecian-
do sus lisonjas por la pobreza de una mor-
taja, que no es otra cosa el humilde hábi-'
12.
to de una Religión. Como ésto era ya sabi-
do en México, en donde también era enten-
dido que los deseos de esta Señorita eran de
ser Religiosa en los Reynos de Castilla, de-
seoso el Exmó.' é Ilimó. Señor Don Juan
Antonio Bizarron y Eguiarreta de que no
careciese este Reyno del esclarecido esmal-
te que le daria una Señora de esta esfera con
tan claro exemplo dc'l dtsengaño, procuró
quanto pudo y quanto le permitian las altas
facultades de gobierno político y eclesiás-
tico que exercia, procuró pues, en quanto
le permitia la christiana prudencia, que no
se fuese á España , sino' que profesase algu-
na de las Reglas de las muchas con que se
^ilustra esta Ciudad nobilísima; y para ver
. sí suavemente le entraba en el alma, con la
vista, la vocación, le dio permiso para que
entrase en hábito de Secular en todos los
Conventos de la filiación de su Exá. Illmá.
La Señorita, que otra cosa ho quería sino
Claustro que venerar. Escuela que cursar y
Muro en que guardarse, admitió agradecida
13.
la oferta;; pero con tanta moderación y pru-
dencia, que no entró sino solo en el Real y
mas antiguo Convento de la Purísima Con-
cepción, que está quasi á las orillas de la
Ciudad, como Muro propiamente su recin-
to. No quiso entrar en otro alguno de los
demás, porque como no le animaba la cu-
riosidad, sino solo la necesidad de tapias
que cubriesen su orfandad, uno solo le bas-
taba para la consecución de su intento; y
entre todos, sin agravio de los otros, eligió
leste por dos motivos que á los demás no in-
jurian: El primero y principal, por su títu-
lo nobilísimo de la Pura Concepción de Ma-
na Señora, de quien siempre fue tiernísima
devota; y el segundo, por el retiro y sole-
iad que le prometia extramuros su material
lituacion. Edificó á todo México una acción
¡an virtuosa, y también á aquel Convento
^1 verla entrar en él , prefiriendo el Claustro
JL la libertad de un grande Pueblo, y la po- '
preza de una de sus Celdas á las comodida-
des de su Casa. Luego que estuvo dentro lo
4
14.
edificó macho mas con su ajustada conduc-
ta, llenando aquel hermoso plantel de can-
didas azuzenas, de un nuevo olor de santi-
dad. Aquí se detuvo como un año , mientras
la providencia divina, con ocasión oportu-
na, le daba el giro para su meditado desti-
no. En esta clausura se ocupó en exercicios
propios de fervorosa Religiosa: dos ve-
ces tuvo, con grande abstracción y retiro,
los Exercicios espirituales de nuestro gran
Padre San Ignacio de Loyola por espacio
de diez dias, según la costumbre de aquel
observantísimo Monasterio.
Fuera de los Exercicios edificaba á
aquella santa Comunidad con la devota dia-
ria asistencia á la santa Misa, con la fre-
qüencia de los Santos Sacramentos de Peni- >
tencia y Comunión, preparándose antes pa-
ra recibirlos con fruto, y probándose humil-
demente (según el consejo de San Pablo) con
la larga tarea de sus devociones, de ora-
ción, meditación y lección, y con ayudar á
las Señoras Cantoras en su exercicio, como
15.
si hubiera entrpc'o ccn esta obligación, es-
pecialmente los Jueves y los Sábados, en
que tocando el biolon las acompañaba á can-
tar la Misa, Letanía y Alabado que acos-
tumbran. Señalábase en estos dos dias por
la memoria del SantísimiO Sacramento de la
Eucaristía que corresponde al Jueves, y el
culto de la Reyna de los Angeles Maria
Santísim.a, que es consagrado el Sábado, de
quienes fue particular veneradora toda su vi-
da^ y para no tener rato ocioso, los pocos
que le quedaban de estos exercicios los em-
pleaba en obras de manos. Así caminaba sin
detenerse, porque sin apartarse de su pri-
mer propósito iba siempre adelante en el
aprovechamiento de su espíritu.
En Ínterin el Señor Bizarron no per-
día las ocasiones de inspirarla (por tcdos
los medios de su genial dvlzura, y quanto
permitía la prudencia) el deseo de ser Reli-
giosa en México sin pensar mas en ir á ser-
[o en España. Y á la verdad, que á mas del
justo dolor de que perdiese este Re) no su
i6.
buen exemplo y sus conséqüencias, parecía
por otra parte un deseo altanero y extrava-
gante el de serlo en la Europa, pudiéndolo
ser en México. Si esta Ciudad no tuviese
muchas Esposas de Jesuchristo de vidas An-
^ gelicales, y varios Conventos de Religiosas
en que elegir, podia parecer prudencia ó
religión ir á buscarlos por medio de los pe-
ligros de mar y tierra^ mas que teniéndolos
en la América, una doncella tierna expusie-
se sus pocos años y su vida á tantos ries-
gos, mas que prudencia parecía entuciasmo
ó capricho. Doña Maria Ignacia con su gran-
de penetración conocía bien que todo eso y
mucho mas se diría, y consideraba las gran-
des dificultades de su viage; pero sin em-
bargo de las instancias dichas de aquel Exnió.
Señor, y estas mismas reflexas que hacia, no
condescendió con su intento, porque era
mas alto el Señor verdadero que para otros
de su mayor gloría la llamaba. Este pues,
soberano Dueño de nuestras almas, como
todo lo dispone suave y fuertemente, qui-
so servirse para este fin de tres meciio'; na-
turales, para el corazón de esta Señorita efi-
cacísimos, y no menos demostrativos de la
solidez de su virtud. Uno de los motivos
que tuvo para no quedarse Religiosa en este
Reyno fue, el haberle encargado sus Seño-
res Padres que fuese á España á tom.ar esta-
do á gusto y complacencia de sus esclareci-
I dos Parientes^ y estuvo tan obediente á la
voluntad paterna, que aun muertos ya qui-
so obedecerles en lo que solo le insinuaron:;
¡pero con qué discreción y prudencia! Dos
cosas comprehendia este cariñoso encargo,
la una que fuese a España;^ la otra que á
gusto de los Señores sus Parientes. Como
buena hija obedeció Dona Maria Ignacia, en
la primera, m.anteniendose firme en ir allá
á tomar estado, venciendo embarazos quasi
para una niña insuperables, surcar el mar,
entregarse á los peligros, negarse á las sú-
plicas, á muchos respetos, y aun al pare-
cer con alguna crueldad, renunciar la ter-
nura de la naturaleza en el cariño de una
1 8.
única hermana que dexaba aquí, con quien
había vivido en armoniosa unión ^ porque
pesaba mas en su generoso dnimo la insi-
nuación de sus Padres , que todo pavoroso
riesgo y que todo humano respeto. En Ja
segunda cosa que encerraba el paterno en-
cargo no quiso obedecer, porque no acor-
dando los deudos con Dios nuestro Señor,
no se ha de atender al agrado de los pa-
rientes quaiido está de por medio el llama-
miento divino^ y así obedeciendo á costa de
incomodidades, peligros y sentimientos en
lo que pudo, no obedeció en dar gusto á
estos qu$ le brindaban con comodidades,
gustos y regalos^ por no apartarse de el de
Dios, que era el nprte de toda su navega-
ción.
El segundo motivo que tuvo para no
quedarse en este Reyno , aun con todo el
grande fiel amor que le tenia, fue el cum-
plir personalmente con algunas promesas
que habían hecho sus Señores Padres, una
4.e ^IJas era ir á visitar á nuestra Señora dei
19.
Pilar, caminando á pie una legua antes de
llegar á Zaragoza. El tercer motivo que tuvo
fue, el que la Señora Marquesa su Madre en
las conversaciones familiares que con las dos
hermanas tenia, útiles y virtuosas, para di-
vertirlas, cayeron estas alguna vez sobre
nuestro Instituto, del que adquirió dicha Se-
ñora noticia quando estuvo en el Reyno de
Navarra^ y después de haberlas dado algu-
na idea de lo que era y su utilidad, les di-
xo repetidas veces esta expresión, hija de su
piedad y de su afeéío: Si jo no os tuviera á
vosotras^ empleara todo mi caudal en una fun-
dación de Monjas Marianas. Por Monjas Ma-
rianas nos entendia á nosotras, dándonos
ese nombre por ser el título de la Religión
de la Compañia de Maria. Esta expresión
de su Madre había infundido en el ánimo
de la niña Maria Ignacia el deseo de que la
parte que le hubiese de tocar de aquel cau-
dal se convirtiese en el meditado destino de
que la Señora les hablaba, anhelando su co-
razón á ser, si pudiese en algún tiempo, la
20.
executora de aquel pensamiento; y así des-
de niña se puede decir que era nuestra Fun-
dadora, pues corno tal se criaba con la le-
che de los deseos. Estos fueron los medios
de que quiso Dios servirse para conservar-
la en el didámen de ir á España á tomar el
hábito de Religiosa, tan firme como se re-
quería para superar las dificultades que ya
en lo natural, ya en lo político, le hablan
de batir para mudarle la madura y cuerda
determinación.
Muertos sus Padres, y ya en estado
de disponer de sí y de sus bienes, creyó
que estaba en aquel caso. Por eso quando
mas la observaba México sobre el partido
que tomaria, ella estaba ya resuelta en irse á
España, profesar nuestra Religión y traerla
á esta Corte, dexando á el mundo sus opi-
niones y á Dios la consecución. Mas para
que la fundación no se frustrase con su
muerte, si Dios la llevaba para sí antes
de executafia, la mandó en el testamento
que otorgó, é hizo cerrado para ocultarla,
Í2I.
antes de embarcarse el ano de treinta y sie-
te, á los veince y uno de su edad. Todo lo
escribió de su letra , y quien lo hubiere leí-
do, y al mismo tiempo la hubiese tratado y
conocido, vena desde luego que ella es la
que habla y no otro por ella.
Dispuso en él nuestra fundación con
toda individualidad, y otras muchas cosas ,
todas de modo , que á juicio de inteligentes,
es la pieza un prodigio de aquella edad, y
un gage en su sexo de obra digna de la pru-
dencia de un Jurisconsulto y de la piedad
de un Santo Padre, principalmente en la
vasta idea de la fundación, que se compone
de tantos cavos que la perspicacia de su ta-
lento previno. Sugeto instruido, que lo ha
leido despacio , nos ha encargado que lo
guardemos como bella reliquia de su gran-
de espíritu, y como precioso monumento
de su piedad y prudencia.
22.
CAPÍTULO TERCERO.
Sale de México para el Puerto de la V&ra-
' cruz^ embárcase para Zaragoza^ y con-
du6ía que allí observó.
Dispuestas así sus cosas, y llegado el
tiempo de su viage, se despidió de
aquella Religiosa Comunidad con los preci-*
sos sentimientos que se puede creer, tanto
por la uniformidad de espíritus, como por
el cariño que se habia grangeado con sus
amables prendas , al que correspondía Doña
Maria Ignacia, agradeciendo su noble cora-
zón los favores que recibió de aquella Reli-
giosísima Casa, que mantuvo siempre im-
presos en su memoria.
La tierna despedida de su querida her-
mana la Señora Marquesa de San Miguel
(quien ya habia contrahido matrimonio con
el Señor Conde de San Pedro del Álamo
Don Francisco Valdivielso ) no es fácil des-
cribir: basta solo insinuar que fueron her-
manas muy amantes, y que necesariamente
23-
fue muy dolorosa una separación para tanta
distancia. Salió de esta Ciudad para el Puer-
to de la Veracruz acompañada de su her-
mano el Señor Conde y del Dr. D. Juan
Antonio de la Peña Mexia, á quien llevó
para Capellán, con dos Criadas para su ser-
vicio, en el mes de Marzo de mil setecien-
tos treinta y siete. En dicho Puerto estuvo
esperando que llegara el tiempo de embar-
carse, y habiéndole cogido allí Semana San-
ta, aunque estaba de paso, satisfizo su de-
voción en aquellos sagrados dias, pues ni
aun caminando perdia ocasión de aprove-
char su espíritu.
Dia ocho de Mayo, consagrado á la
Aparición de Señor San Miguel, de dicho
año, se hizo á la vela en la Flota del coman-
do del Señor Don Rodrigo de Torres, en el
Navio la Ninfa, alias nuestra Señora de los
P.emedios, que por ser dedicado á Maria
Santísima lo eligió:; y habiendo arribado con
toda felicidad al Puerto de la Havana, se
detuvieron allí, como es regular en las Fio-
V
24-
tas, hasta el dos de Julio, día en que se ce-
lebra la Visitación de nuestra Señora, cir-
canstancia muy plausible para nuestra nave-
gante, la que sienripre procuraba comenzar
sus cosas en día dedicado á esta poderosa
Reyna^ y aunque esto no estaba en su ar-
bitrio , le fue motivo de agradecimiento ,
considerándola como favor del Patrocinio
de esta amabilísima Señora , y Dios que nos
busca en todas partes, dispuso que fuese en
él mismo Navio el Señor Mariscal de Cam-
po Marqués de Villa Puente, bien conocido
en ambos mundos por la publica piedad de
sus obras, que por todas partes extendidas
utilizaron en muchas y muy distantes Pro-
vincias á el Apostólico ministerio con abun-
dantes socorros para la subsistencia de los
Predicadores del Evangelio. La comunica-
ción y santa conversación de un hombre tan
zeloso de la gloría de Dios, encendió en
gran manera el espíritu de Doña Maria Ig-
nacia: y no paró en esto solo, dicho Caba-
llero llevaba consiga la Vida de la insigne
25.
Fundadora de nuestra Religión la Venerable
Madre Juana de Lestonac, con cuya lección
se inflamó mas su m.agnánimo corazón, al
ver Ja genial concordancia de afedos, y ya
no solo fue deseo de hacer la fundación, si-
no una santa emulación de imitar el aginan-
tado espíritu de aquella Miiger fuerte.
Entretenida su esoeranza con estos san-
•tos pensamientos, segiiia felizmente su viage.
Aportó la Flota á la Bahia de G^diz y pa-
só á desembarcar en el Puerto de Santa Ma-
ría el dia veinte y ocho de Agosto, en que
nuestra Madre la Iglesia hace memoria de
la luz de los Doftores Señor San Agustín .
teniéndole prevenido hospedage en su Casa
su Tía la Exmá. Señora Doña Micaela Anas-
tasia de Ipioarrieta y Domínguez , recien
viuda del piadoso Caballero verdadero Pa-
dre de pobres el Exmó. Señor Don Tomás
de Idiaquez Capitán general del Reyno y
Costas de Andalucía, en cuyo empleo ha-
bía fallecido el día tres del próximo pasado
Febrero, por cuyo motivo no salió perso-
26.
nalmente á recibiría la dicha Señora, pero
envió á su nombre á la Señora Doña Ma-
nuela Eusebia Zeoillo inuQrer del Auditor de
i. o
Guerra Don Luis Antonio de Vega, por ser
persona de su cariño y confianza, á quien
encargó la acompañase en las pi'ecisas visi-
tas, haciendo las veces de su Exá. Recobra-
da por algunos dias del mareo y precisas
incomodidades de la navegación, marchó pa-
ra la Imperial y Coronada Villa de Madrid,
Corre de nuestros Católicos Monarcas, no
con otro fin que con el de zanjar los me-
dios por donde pudiese conseguir e] de su
fundación deseada á beneficio espiritual del
Pais que le habia dado uno y otro ser, el de
naturaleza y el de fortuna.
Para esto no perdonó diligencia , por-
que todas quantas prafticaba las enderezaba
á este único fin, que consideraba medio pa-
ra conseguir su fin último. Le dominó tan-
to este pensamiento, que llegó á pasarle por
la imaginación el entrarse á servir en Pala-
cio haciéndose del valimiento de sus Parien-
2^
tes, que era entonces mucho, y les habia
vendido la fineza de haber entrado en la
Corte por conocerlos y ofrecerse á su ser-
vicio^ pero no lo executó porque no le an-
duvo tan ingrata la fortuna que le fuese ne-
cesario tanto sacrificio para el logro de sus
deseos. Se dice tanto sacrificio, porque aun-
que el empleo era de grande honra y esti-
mación en el mundo, su genio y su cora-
zón, herido del harpon divino, no se her-
manaba bien con el- explendor inquieto de
un Palacio.
Habiendo cum.plido con los debidos
obsequios á sus Parientes, y recibido de es-
tos sin melindre los que le hicieron, llevan-:
dola á ver las cosas mas particulares de esta
Villa y sitios Reales, y praSicado aquellas
diligencias que le parecieron eficazmente
conducentes á sus designios, salió de Ma-
drid para Zaragoza, en donde entró cum-
pliendo con la promesa de sus Padres, que
ya se apuntó arriba, lo que hizo con aquel
arte y graciosidad con que solia disimular
28.
SUS obras virtuosas. Valióse para esta pere-
grinación de su Primo el Exmó. Señor Con-
de de Guara, quien le hacia sombra para su
respeto, y ya quando conoció que se acer-
caba á la Ciudad, porque este Caballero no
extrañase, y aun impidiese la devoción, le
dixo que necesitaba y apetecía hacer algún
exercicio á pie, que le aprovecharla m.ucho,
y con esta estratagema consiguió permiso,
pasando por diversión y medicina lo que
era devoción y religiosidad de promesa age-
na. Otra de las prom.esas fué un legado de
seis mJl pesos que dexó su Padre para aque-
lla Santísima Imagen, y quiso su hija, co-
mo tan amante de nuestra Señora del Pilar,
llevárselos en persona, cuya mano mejoró
la manda, porque los que eran seis, se vol-
vieron diez en manos de la devota Conduc-
tora, aumentando quatro su afedo. Lo mis-.
mo hizo con otras varias mandas que llevó
de sus Padres á otros Santuarios de aquellos
Reynos, añadiendo su devoción siempre cre^
cido porte á favor de la donación piadosa.
2 9
Se hospedó en casa de la Señora su
Tia Doña Rosa de Azlor, en donde vivió
en su compania como mas de dos años con
grande edificación, no solo de Ja casa.^ sino
también del común, porque era bien públi-
co lo moderado y piadoso. El porte exte-
rior era el regular de las Señoras de su cla-
se, sin tocar la raya de la profanidad, ni ba-
xar de los límites de la decencia^ en lo do-
méstico era devota, silenciosa, recogida y
¡modesta; fuera de casa piadosa, lim.osnera,
[obsequiosa y exemplar:^ porque en las Igle-
jsias era continua, en la freqüencia de los
Santos Sacramentos constante, con los ne-
cesitados era afable y misericordiosa, socor-
riendo en quanto podia sus desdichas: quan-
ido el Divino Señor Sacramentado salia de
la Parroquia de San Miguel á visitar algún
enfermo por Viático, le acompañaba á ida
y vuelta con singular compostura y devo-
ción, alumbrando con una acha según el u5o
de las Matronas mas virtuosas y graves de
aquella tierra. Así era de todos vista con la
6
estimación que siempre se grangea por solo
su aspeflo la virtud, como lo atestií^ua el
Párroco de la ya citada en su aprob:icion
del Sermón que se dixo el dia de su ingre-
so á la Religión, quien dice: „ Freqü ntan-
„ do en su Iglesia con singular fervor los
„ Santos Sacramentos , y acudiendo á los di-
„ vinos Oficios con tan exemplar devoción,
„ que era confusión su puntual voluntaria
„ residencia á los que la tenemos con obli-
„ gacion tan precisa, pues sin perdonar las
„ inclemencias del tiempo, lo incómodo de
„ las horas, ni las distancias del territorio
,,.de esta Parroquia, quando solía salir por
„ Viático, no solo le acompañaba fervorosa,
„ sino que también socorría con abundantes
„ limosnas á los afligidos necesitados enfer-
„ mos. Esta piedad tan notoria que publica-
„ ron con demostraciones de sentimiento los
„ pobres desconsolados al tiempo de su par-
„ tida, la esmaltó coa preciosas dádivas que ^
„ sirvtn de lustre al divino culto, y de pri-
„ moroso ornato á esta iglesia:^ y su valor j
31-
„ demuestra no solo la devoción con que las
,, ofreció á nuestro Príncipe Arcángel, sino
,, también la magnificencia de su generoso
I ^^ pecho. „
' Y el Orador del Sermón, cuya es esta
aprobación, dixo en su Panegírico lo si-
guiente : „ Digo pues , que mis admiraciones
„ y las de muchos de mis oyentes , ya cesan
„ este dia, pues se emplearon todas quando
,, en medio de una Ciudad como Zaragoza,
„ que por lo noble, po:3uloso y augusto
„ puede tener presunciones de Corte, vim.os
„ una Señora , y en ella una especie de mi-
: „ lagro ó cosa venida del otro mundo. Por-
„ que 4 quien podrá dexar de pasmarse al
„ ver una Señora templada entre la abun-
„ dancia, desprendido el corazón entre la
„ riqueza, humilde entre los aplausos, afa-
„ ble con todos en el trato, enemiga de la
„ ociosidad , reverente á lo sagrado , siem-
„ pre dobladas las rodillas en los Templos,
„ profusa en las limosnas, caritatit^a con los
„ pobres enfermos , á quienes yo mismo he
32.
„ visto les servia con devoto despejo la co-
,, mida en el Hospital Real de nuestra Se-
„ ñora de Gracia? También le he visto, á
„ pesar de la natural delicadeza del sexo y
,, de la inclemencia rigurosa de un invierno,
5, asistir muy de mañana á los Sermones de
„ la célebre Quaresma que en el Templo de
„ aquel mismo Hospital se predican. Vimos
„en fin una Señora, que pudiendo todo lo
„ que quería, nunca quiso sino lo justo, y
„ lo mas conforme á la divina Ley y al de- j
„ coro de su noble nacimiento. Vimos una
„ perfección tal, qual la deseaba la Venera-
„ ble Lestonac en sus Novicias, como nos
„ refiere su vida, esto es, una virtud sin me-
„ iindre, .una dei^ocion sin azañería y una
„ modestia sin afedacion, Dirélo todo en una
„ palabra: Vimos una Religiosa vestida de
„ una modesta gala. Todo esto vimos, pu-
„ diendo dtrcir con el Evangelista en su pri-
„ mera Canónica, que os anunciamos aquello
„ mismo que oímos y vimos por nuestros
„ ojos. Este milagro se admiró duplicado en
33;
„ Zaragoza, quando le vimos por Compañe-
„ ra y allegada, (^) no menos en el fervor
„ que en la sangre, á la que también lo ha
,, de ser en el Noviciado. ¿Quien vio jamas
„ á estas dos nobles almas ocupadas en aque-
^, líos profanos regocijos, en aquellos peli-
„ grosos pasatiempos que la moda de este
,, corrompido siglo, quiero decir, el demo-
„ nio de la carne ha inventado, y que por
„ mas que los quiera autorizar la costumbre
^, y calificar de inocentes, siempre quedan
„ colmados, no solo de riesgos, sino tam-
„ bien de precipicios? Se han visto, sí, casi
.„ cotidianamente en el Templo de la Com-
„ pañia de Jesús , como ensayándose para
„ alistarse en la Compañía de su divina Ma-
„ dre con la reverente freqüencia de los Sa-
„ cramentos, con la puntual asistencia á las
„ doftrinas y pláticas de todos los dias fes-
„ tivos, á los piadosos exercicios de la Es-
„ cuela de Maria, y á los cultos del sagra-
— -— - ■— ■ ■■■■■■ i.i— ■ - ■ .1— . ■■ ■ ■■.. ■■■, .1 -■■ ■ I . '-^
{*) Era esta una. prima «uya que entró en la Religión eí mismo dia.
34-
„ do deífico Corazón de Jesús. Se han vis-
„ to en otros muchos Templos, siempre con
„ devoción y modestia , asistir á las mas sa-
,, gradas funciones , siendo de continuo la
„ Angélica Cámara y Apostólica Capilla de
„ nuestra Señora del Pilar el imán de sus
„ afeftos y el centro de sus fervores. Yo
„ mismo las he encontrado alguna vez ,
„ por contingencia, mucho antes del ama-
„ necer, ir como matutinos Astros á salu-
„ dar á la divina Aurora en su columna. „
Hasta aquí sus palabras, y nos hemos que-
rido valer del dicho de estos dos Sugetos^
quienes por su carácter, autoridad, y ser
testigos oculares, acreditan lo que en esta
obra se escribe,
CAPÍTULO QU ARTO.
Oposiciones que tuvo^ y firmeza de su
vocación.
E
N este tiempo fueron los mas fuertes
combates que padeció su espíritu.
3 5.
tanto mas temibles , quanto eran disfrazados
con el bien parecido traxe del natural afec-
to, y verdadera sólida estimación de Jos
deudos. Por estas virtudes, que esmaltaban
el noble fondo de su feliz naturaleza, era
amada, respetada y celebrada de todos:; mas
como la vida de los Justos es un texido de
tribulaciones y consuelos , tuvo en medio de
estas satisfacciones y aplausos que padecer
mucho su vocación, que era su parte ama-
da. Fue ya tiempo de dar principio á sus
ideas, para lo que hizo conocer el plan de
todas con mas claridad délo que hasta en-
tonces lo habia hecho : y siendo la entrada
en Religión la primera y fundamento de las
demás, los Señores sus Parientes empezaron
á recelar quanto podia temer la prudencia.
No aprobaban estos tan crecido des-
«engaño en tan pocos años de la vida (pues
contaba de veinte y tres á veinte y quatro)
y tantas lisonjas de las que llama el mundo
fortuna. Una Joven (la decian) en la fior
de su edad, de un nacimiento esclarecido,
de representación algo mas que buena, de
un entendimiento claro, de un genio muy
humano, de una complexión alegre, de es-
píritu generoso, de ánimo despejado y de
prendas mas que regulares, mañana se halla
arrepentida de verse amortajada en vida,
muertas sus esperanzas, extraviado el curso
de su logro, sepultado todo aquel explendor
que sacó de la cuna en la común estimación
del siglo ^ una Señorita criada en regalo,
acostumbrada á las sumisiones que en seme-
jantes casos se rinden, con especialidad á las
niñas que son la atención toda de una casa,
abriendo después de su retiro los ojos , nos ex-
pone á un empeño, en que ajado nuestro ho-
nor, hayamos de valentear un arrepentimien-
to que procedió de una resolución inmadura.
Si la Religión fuese único camino para el Cie-
lo, deberla arriesgarse todo por conseguir
aquel uno necesario; pero son muchos los de
la Casa del Padre celestial, como son muchas
sus mansiones. No le han dado menos almas
los matrimonios que las profesiones, antes
3^.
si bien se considera, una Religiosa santa, es
santa estéril, y no mas para sí, quando una
Madre de familias santa, es santa fecunda, y
santa para muchos, santa para los hijos y
familia que cria y gobierna santamente, y
santa para todos los que trata en el necesa-
rio comercio del mundo , y á quien ayuda á
santificar con el buen exemplo de su vida.
Y siendo esto verdad en toda Madre de fa-
milias, lo es mas en aquellas que por sus
grandes prendas son mas espedables y ob-
servadas en el grande teatro del siglo. Con
estas y otras muchas semejantes razones ba-
tían la fortaleza de Doña Maria Ignacia, que
bien cerciorada de su vocación, rebatía los .
tiros del mundo con las máximas del verda- .
dero sólido espíritu. Todo es verdad, les ^
decia, y por esas mismas consideraciones
una persona no debe tomar semejantes reso-
luciones, sino después de bien pensadas to-. ,
das las conveniencias ó desconveniencias que
se versan en la materia, los impulsos ó em-
barazos con que pueden tropezarse después
7
38-
los ánimos menos prevenidos. Yo todo t%to^
he visto, y aunque conozco que en la reali-
dad estoy expuesta á los baibeaes que rodas',
no por eso debo desistir de mi intento. Sea
muy en hora buena la execucion de mis pen-
samientos tan difícil como ensartar un ca-
ble por el ojo de una aguja, pues esto que
para nosotras es imposible, para Dios es:
muy fácil :^ y pues Dios rae llama, su Ma-
gestad hará lo que yo no pudiere , porque
no estriba en mis fuerzas, sino en la ayuda
de Dios que agka mis pensamientos : por la
demás no es de mi sexo entraír ea discutas ^
sobre los estados de la Religión y el Matri-
trimonio, solo me toca oir y obedecer con
docilidad^ pera sé lo primero, q«e aunque
uno y otra estada son caminos del Cielo, el'
de la Religión es mas perfedto^ menos im-
pedido de cuidados seculares, y mas pare-
cido por la mortificación y penitencia al ca^
mino real de la Cruz que nos abrió Jesu-
christo: lo segundo, que aunque por todos
^e vaya á la Patria celestial, cada uno deber
r>
ir por el que lo llama el soberano Autor de
k santidad y de la gracia.
Con estos y otros sólidos fundamen-
tos desvanecía con desembarazo la eficacia
toda de aquellas reflexiones que tanto es-
tima la prudencia de la carne y sangre, que
adelgaza mucho en políticos discursos, y
adelanta poco en los tratados del Cielo ^ pe-
ro esto mismo los empeñaba mas para so-
licitar la persuasión efediva por medio de
' personas tales , que á mas de vestir bien sus
razonamientos por la cultura de sus letras,
anadian el peso de la autoridad fuerte, por
k) asentado de su opinión y crédito en la
república. Llegó á suceder caso, en que vién-
dose esta Señorita oprimida de las eficaces
persuasiones de una persona de esta esfera,
no tuvo otro modo de evadirse sino solo
con decirle : To no puedo creer que estas sean
razones de V. P. s'mo del común enemigo^ que
disfrazado en su figura^ me arguye de esta
suerte para desvanecer mis deseos. Expresión
que en otras circunstancias pudiera ser muy
40.
agena de la madestia , compostura y respe-
to que Djña María Ignacia profesaba, así
por genio ^ como por maoza y doftrína;
pero en la ocasión presente parece que no
desdecía de la sumisión^ porque se trataba
de materia en que ni á los Padres naturales
debe atenderse, y de negocio que mas bien
se determina con la firme resolución que
con el rendido respeto.
Con esto, ya perdidas las esperanzas:
de contrastar aquel diamante fino, que ni
con la sangre se docilitaba, se mudo de rum-
bo en la conquista. Se le propusieron varíoí>
ventajosos matrimonios, en cuyos lazos, %i
no mejoraba en lo humano de fortuna,, al
menos se engazaba en los timbres de su fa-
milia iguales explendores, que con unión
tan estrecha era necesario que aumentasen
los grados de la estimación ^ pero como es-
tos eran adelantamientos que nada valen pa-
ra el Cielo, y en nada aseguran á una per-
sona para con Dios^ eran ventajas de poca
estima para aquel prevenido espíritu, que
4í.
ipal hallado con todo aquello que la tier-
ra aprecia, solo anhelaba á las mejoras,
qiie despajando á el alma de todo humano
afedo, la levantan venturosa al trato familiar
y fácil comunicación con Dios, Y así agra-
deciendo las honras que se le faacian con
proposiciones tan apreciables, mas declaran-
do ai mismo paso que era perder el tiempo
buscarla otro estado que el de Religiosa, ro-
gaba que se le dexase seguir h aguja de su
derrota , porque no se había de aquietar en
la vida mientras no se nxase en la estrella
de su rumbo, que á la Religión la llamaba
el Cielo, y mientras en Religión no entra-
se, no habían de sosegar sus ansias: se cono-
ció con esto que era de Dios aquella firme-
za en querer un modo de vida contrarío á
los sentidos, quando podia elegir otros que
la fuesen agradables según la naturaleza ; pe-
ro quería su Magestad todavía que llegase
mas pura y acrisolada á las bodas del Cor-
dero, y la permitió otro ataque. Como no
solo qiieria ser Religiosa , sino Religiosa
42.
nuestra, los Señores sus Parientes concebían
una cosa irregular y extravag3nte, que pre-
firiese á las muchas Religiones antiguas y
bien fundadas que tiene España, á una Re~
ligion moderna, sujeta todavía á las revolu-
ciones y niüdanzas nuevas. En hora buena
sea (decían j ya dándose por vencidos, en ho-
ra buena sea, pero en Religión ya estable-
cida de las muchas que Católicos veneran
estos Reynos^ no en la Enseñanza, que co-
mo reciente puede mañana caer y deshacer-
se en un momento; y aun hubo persona que
le dixese que no era tal Religión^ sino unas
benditas Beatas, que antojadizas y profeso-
ras de novedad, se habían recogido con pe-
reízrinos antojos de enseñanza.
Ya aquí parece era menos dolorosa la
batería, porque al ñn se le condescendía en
la substancia, y solo se le hacia oposición
en el modo ó qualidad de Religión que ha-
bía de profesar; pero como el impulso de
Dios no solo llama á la substancia de Reli-
gión, sino también á la qualidad del Insti-
^
43-
tuto, insistía Dona Maria Ignicia en su me-
ditado destino, y hs decia: Todas las Re-
ligiones fueron nuevas., y si por serlo de-
bieran retirarse sus pretendíeates, nunca hu-
bieran llegado ai lustre qae boy gozan con
la antigüedad. Que ía Easeñaoza no es Re-
ligión solo- pueden decirlo ios que no leen ,
y solo se gobiernan por fas vulgaridades que
oyen, y así na rae parece que por motivos
lan ligeros haya de mudar la determinación
que tan antigua es en mí, aunque yo no soy
vieja. Fuera de que ya no me resuelvo á ser
Religiosa porque quiero, sino porque Dios á
ella me inclina, y si no me inclina áotra al-
I guna que á la Enseñanza, ¿como me puedo
^ apartar del divino llamamiento , quando úni-
camente por seguirlo dexo rra libertad, que
es la alhaja que se aprecia mas que el oro de
todo el mundo? Religiosa be de ser,, y Re-
ligiosa de la Enseñanza^; porque de otra
suerte no cumplo con ía vcduntad divina , y
fío me contento con eso, porque caminan
I Eias lejos mis deseos. Yo entro Religiosa de
44-
la Compaaia de Maria , llamada vulgarmen-
te (en fuerza de su Instituto de la Enseñan-
za) pero no para ser solo Religiosa, sino
para ya instruida en sus Reglas y Constitu-
ciones, volverme á las Indias á fundar en
aquellas remotas tierras un Monasterio, que
baxo la mJsma Regla, se emplee en la ins-
trucción de innumerables niñas pobres que
por falta de facultades carecen de dodrina.
Aquí se renovaron las contradicciones, por-
que no parecía razón que se hubiese de vol-
ver á entregar á los peligros del mar, á las
incomodidades de caminos y navegación, y
á los racionalmente temibles quebrantos de
la salud, para una fundación que podía sin
tanto riesgo hacerse en España ^ ni sería me-
nos gloriosa, ni menos conducente al servicio
de Dios por hacerse allí, que por hacerse en
México , puesto que con igual gloria de su
Magestad podian exercitarse los ministerios
de su Instituto en España que en México.
Y quando no fuese igual y tuviese alguna
ventaja la fundación en Indias, eran tales
45.
las dificultades de la licencia, y tantos los
embarazos del viage y de los transportes,
<]ue hacían preferible la fundación de Espa-
ña. El Gobierno por razones de estado difi-
culta siempre estas fundaciones, y las difi-
cultará mas en este tiempo, en que se habla
mucho de poner ciertos términos á las erec-
ciones nuevas, y de reducir las antiguas á
las reglas del Concilio de Trento. Pero á
mas de las dificultades que son comunes á
todas las fundaciones, las tendrán mayores
las de las Indias, en que el Consejo por Jas
distancias procede con mas cautela. A estos
inconvenientes que le representaban, ella re-
ponía, que siendo Indiana, nacida, bautiza-
da y criada en Indias, debia hacer á su Pa-
tria ese servicio: que los caudales que ha-
bían de servir á la fundación , eran adquiri-
dos y estaban allí, y que por eso tenían
aquellos Países cierto derecho al reconoci-
miento 6 gratitud, y cierta justicia para que
se distribuyesen á beneficio de ellos: por úl-
timo, que esto era mas conforme á la volun-
8
4^.
tad de su Madre, por cuyo órgano la llamó
Dios, y que los obstáculos que le represen-
taban en los viages y en México, debían de-
xarse á la Providencia divina, que da los
socorros para la consecución de sus desig-
nios. El regreso á México no cabia en la
prudencia, y parecía temeridad dexarla vol-
ver á los mares y tempestades, de que Dios
la libertó en el viage á España: este había
parecido por entonces, y en las circunstai>-
cias que se hallaba, el último esfiierzo de
una Joven , y un prodigio de su valor y de
su espíritu^ pero el de la vuelta, si llegaba
á hacerlo, era en todo mas difícil, y junta-
ba á lo penoso de aquel otro, el volver acom-
pañada délas Re^'g'osas fundadoras, que por
su sexo y profesión debían hacer la camina-
ta mas embarazosa y peligrosa, y serle al
mismo tiempo, por agradecida Conduélora
y Fundadora, otros tantos cuidados raayor-
ifes que el de su persona sola^
i
.i
4?.
CAPITULO QUINTO.
J/'ence las oposiciones^ sale de Zaragoza para
. Tudela de Navarra^ toma el hábito y
hace su profesión religiosa,
OMO los Decretos divinos siempre
han de tener su efeQo á pesar de
todo poder humano, y solo permite Dios
las contradicciones para acrisolar á las almas
escogidas, dispuso esta pasada borrasca pa-
ra purificar mas la de Doña Maria Ignacia;
pero como el fundamento todo con que se
escudaba eran los impulsos soberanos, que
para sus altos fines la llamaba, no era fácil
apartarla de sus resoluciones, y era necesa-
rio que saliese siempre vencedora en unas
contiendas que no s-e alimentaban del capri-
cho, sino solo del cariño y estimación que.
profesaban á su persona, sin pensamiento,-
ni aun lejano, de divertirla de todo aquello
que pareciese mejor en el acatamiento divi-
no. Gon esta atención y respeto hubieron
de deferir aqu^los nobilísimos Caballeros , al
48.
parecer de la parienta, á quiea no solo apro-
baron la determinación, sino que le auxi-
liaron para la execucion de tan gloriosa em-
presa.
Ya vencidas las dificultades y allana-
do el camino, salió de Zaragoza para Tíl-
dela de Navarra, llevando en su compailia
á Doña Ana María de Torres -Quadrado y
Echeverz, Prima suya^ á quien facilitó el
estado religioso, dotándola para este efefto
por ser de cortas facultades su Casa, aun-
que muy ilustre. Llegaron en fin á la siem-
pre grande, antiquísin"ia y leal Ciudad de
Tudela, y entraron en nuestro Convento de
la Compañia de María el día veinte y qua-
tro de Septiembre, festividad de nuestra Se-
ñora de la Merced del aíio de mil setecien-
tos quarenta y dos , en donde estuvieron de
Seculares, en habitación separada, por es-
pacio de quatra meses y dias\, para obser-
var mas de cerca y hacerse cargo de la vida
religiosa, habiendo sido recibidas, con mu-
cho gusto de aquella santa: Ccanunidad, que
.
49-
por las noticias que tenia de sus bellas pre.i-
das la Indiana (cómo la llamaban) deseaban
que acabase de llegar para lograr la satis-
facción de conocerla y tenerla en su com-
pañía. Aquí eí espíritu de Doña Pvíaria Igna-
cia halló el sosiego que apetecía su corazón,
dando afectuosas gracias al Soberano Bene-
faSor de verse agregada al Claustro de la
Rey na de las Vírgenes, que había sido el
blanco de sus ansias.
Libre ya de los respetos que ponían re-
mora á su giro, comenzó á pradicar las di-
ligendas regulares para ser admitida en el
número de las Religiosas de esta sacra Com-
pañía, lo que sin dificultad le fue concedi-
do^ como asimismo á su Prima, disponien-
do el ingreso para el dos de Febrero, día
de la Purificación de María Santísima , del
año de mil setecientos quarenta y tres:^ y
dando parte á sus nobilísimos Parientes de
Aragón y Navarra, fueron estos á solemni-
zar la función, y de cuenta de la generosi-
dad de la Novicia, tuvieron algunos días me-
50.
sa franca para deudos y extraños. Llegó la
víspera, y est€ dia salió acompañada de su
Prima Doña Ana Maria de Torres á visitar
los Templos vestidas de ricas galas y joyas
de inestimable precio, esmerándose en ir
brillantemente adornada para celebrar este
a¿io tan deseado, y tener la complacencia
de despreciarlas por vestir el humilde há-
bito de penitencia„ Así paseó la Ciudad de
Tudela; ¡pero con qué modestia, aunque sin
encogimiento, mostrando con gracioso do-
naire y alegre semblante el gozo con que
dexaba las vanidades del mundo ! Estaban
prevenidos vistosos fuegos artificiales para
el tiempo de su entrada aquella noche, que
por la grande iluminacim no permitieron
verse sus sombras. Volvió para su Conven-
to acompañada de lucida comitiva^ que lle-
na de ternura al ver uíia acción tan heroica,
Ja= roanifestaban por los ojos, no solo los
Parientes, sino aun los extraños^ quando so-
lo esta m.uger varonil estaba serena y cons-
tante, enardecida en el divino amor. Pues-,.
51.
ta la Comunidad, como es costumbre, para
recibirlas en la Porteria en dos Coros , en-
tró con graa denuedo, dexando burladas las
•esperanzas del mundo. Fue conducida por
"las Religiosas ai Coro, en donde se cantó
según nuestro estilo el Te Deum. Al día si-
guiente por la maífena recibieron el hábito
y velo de mano del Señor Dean mitrado,
con dos Asistentes Capitulares y concurren-
cia del Venerable Cabildo y Noble Ayun-
tamiento, estando para recibir el sacrificio
de estas fervorosas víQimas con mayor so-
lemnidad manifiesto el Augustísimo Sacra-
mento del Altar, con Misa solemne que
ofició la música de h Insigne Iglesia Cole-
gial, en que se cantaron varios Villancicos
impresos. Predicó el M. R. P. Hipólito Es-
cuer Reftor que fué en el Colegio de Hues-
ca^ Misionera Apostólico erf los Reynos de
España de la sagrada esclarecida Religión
de ía Compañía de Jesu^ ^ que tal Orador
desempeñó la fuscion. Con tan lucido apa-
rato^ armonioso- estruendo y autori^do cut
52.
to sentaron plaza en esta Apostólica Com--
pañía de María, para militar baxo las Van-
deras de esta soberana Reyna en el servicio
del divino Esposo de sus almas , siendo Prio-
ra de aquella Casa la M. R. M. María Fran-
cisca Croy, Religiosa de grande espíritu y
zelo de la observancia y disciplina regular^
y Maestra de Novicias la R. M, María Ni-
colasa Colmenares y Arambüru, de superior
talento, baxo cuyo magisterio adelantó mu-
cho nuestra Novicia. Terminado el culto del
Templo, se sirvió en la gran casa destina-
da para los Convidados un expléndido ban-
quete. Por la tarde concurrió lá misma dis-
tinguida asistencia al Locutorio, en donde
al compaz de músicos primores, acompañó
la abundanre copia de bebidas heladas y ra-
áiilletes, que para la vista y el gusto perfi-:
cionó el arte, no perdonando gasto en de-^~
mostración de su regocijo.
De su virtud en el siglo, y rodeada
de todos los alicientes á la vida mundana^
puede inferirse qual sería en la Religión que
53-
es escuela de la virtud. Luego que entró se
aplicó toda al cumplimiento del Instituto
religioso; y como este no es otra cosa en la
substancia que una regla ó modo de vivir
conforme al Evangelio y sus consejos, apro-
bado positivamente por el Oráculo infali-
ble de la Iglesia, asistida del Espíritu divi-
no, sentia consiguiente á esta verdad, que
el Religioso ó Religiosa que vivan según la
regla á que los llamó la Providencia, pue-
den creer que van seguros por el camino
derecho de la gloria ; y los que por el con-
trario no vivan según ella, deben temer que
van descaminados, y no como Dios quie-
re. Esta máxima, que debiera estar impre-
ca y siempre firme en todos los cprazo-
les religiosos para el consuelo ó para el
:emor, y sobre todo para animarse á la ob-
;ervanc¡a, la conduxo á la mas puntual y
sigilante que se puede imaginar de nuestra
•egla. Ella era el norte que miraba siempre
lacia todo lo bueno que podia, pero ánteí
ie todo cumplía con lo que esta prescribe.
9
54v
En su aprecio nada era pequeño, si era es-
tatuto, y miraba las pequeñas observancias,
no por lo que eran en sí mismas , sino con
respecto al Instituto, de quien son antemu-
rales, y obras (por decirlo así) exteriores
que guardan y defienden el muro de la Re-
ligión. ^
Antes de cumplirse los dos años que
ordena nuestro Instituto de Noviciado, hi-
zo con todas las solemnidades conciliares
renuncia en forma de sus bienes á favor de
la fundación premeditada: ya la habia man-
dado mucho antes (como está dicho) en
aquel testamento cerrado que hizo en Mé-
xico antes de embarcarse; pero convenia
quitar las dudas que podian suscitarse sobre
la revocación de aquel por su entrada em
Religión y profesión religiosa, y le par^
ció que también convenia quitar algunas co-|
sas y añadir otras, y todo lo hizo de su ma
no, en la prudentísima instrucción que di(j
con la renuncia al Podatario executor.
Concluido el Noviciado hicieron sil
55.
profesión solemne las dos Primas en el mis-
mo dia dos de Febrero del año de mil sete-
cientos quarenta y cinco con iguales alegres
demostraciones de júbilo y pompa que se
describió en su ingreso, y repique general
de todas las Iglesias, asistiendo el Venera-
ble Cabildo de la Colegial Insigne, presidi-
do de su muy ilustre Prelado. Acudió el rec-
to, respetable Ayuntamiento de la antiquísi-
Tia Tudela, Cabeza de su Merindad :; y asistió
iinaímente lo sabio , lo religioso , lo discreto
\{ lo noble en Prelados, Señoras y Caballeros,
lo solo de aquella Ciudad, sino de otras mu-
:has partes de Navarra y Aragón, que fueron
m lucidas tropas. Para evitar los confusos des-
ordenes de la plebe se previnieron seis Ala-
barderos, que como los Leones del Trono
le Salomón hiciesen guardia á aquel precio-
o relicario de la virtud. Celebró el Sacrifi-
; ;io incruento el Señor Tesorero de aquella
[glesia, entonando á su tiempo la música
'as armoniosas letras dirigidas al asunto de
j.a profesión de las dos nuevas Esposas. Pre-
sá-
dico el R. P. Mró. Don Isidoro Francisco
Andrés Monge [^) del Real Monasterio de
nuestra Señora de Santa Fe, Maestro de la
Congregación Benedictina Cisterciense, Dr.
insigne y consumado Maestro de Pulpito,
cuya fama fue bien notoria: habiendo con-
sumido el Sacerdote se siguió la sagrad'^
ofrenda de los Votos, estando este para ad-
ministrarlas el Santo Sacramento de la Eu-
caristía, como se acostumbra en esta Santa
Religión. Hizo con extraordinario fervor los
Votos solemnes la Hermana María Ignacia ,
(jué tenia preciosamente estampados en una
lámina que representaba la figura y forma
de corazón, para dar á entender que que-
daban así gravados en el suyo, la que tuvo'
siempre á la vista en su Aposento para re-
Cuerdo de este holocausto. Siguió á hacer la
misma ofrenda su ilustre Compañera, Pri-
ma y nueva Hermana. Al finalizar la Misa
las adornó coii los Velos negros el Señor
(*) Así este Sermoa como el de b. entracLi corren impresos para
la común edifícacioa.
5^
Dean, y puso el anillo de oro y corona, co-
mo observamos. Inmediatamente entonó la
música el Te Deurn^ con que se finaliza q?>'
te ado, haciéndose mas plausible esta ma-
ñana por la abundancia de plata que se re-
partió para las mas necesitadas Comunida-
des y míseros cortijos de los pobres, ali-
viando y remediando sus miserias, infun-
diéndoles alegría, y disipando sus congojas.
Los varios afedos que causó en todos
los concurrentes de ternura, asombro y edi-
ficación una acción tan generosa, no es fá-
cil significarlo: viendo aquella gran muger
á quien lisonjeaba la fortuna con tan creci-
dos caudales, honras, aplausos y adoracio-
nes mundanas, olvidar de una vez nobleza,
caudal, obsequios, rendimientos , aclamacio-
nes, y todo lo que el siglo aprecia, para en-
cerrarse en un claustro, conocían ser obra
del poder de la divina gracia»
53.
CAPÍTULO SEXTO.
Progresos en la virtud de la Hermana Ma-
ría Ignacía después de su profesión. Solicha
la Ucencid para la fundación^ y sale
para ella,
|0R ]a profesión en nada afloxó el ar-
co, antes lo llevó mas tirante, como
obligada ya á aspirar á mayor perfección, y
el fervor del Noviciado fue solo un ensayo
del de profesa. No puede decirse todo lo
que era, ocultaba mucho de lo que hacia
por obviar la alabanza, y que solo Dios fue-
se glorificado: queria que solo este Señor
fuese el testigo de su virtud y de su con-
ciencia. De Jo que era preciso hacer á la vis-
ta de otros disfrazaba también mucho con
cierto ayre de natural, haciendo como ge-
niales algunas cosas que en el secreto de su
alma, y en los fines con que las executaba,
eran virtudes elevadas.
En la inmediata elección la señaló la
obediencia por Maestra de las Educandas, y
59-
consecutivamente le encomendó en Jas elec-
ciones siguientes los oficios de Sacristana y
|i el de Prefefta de salud, en los que ocupó el
espacio de siete años poco mas que estuvo
de profesa en aquel Convento , los que exer-
ció con el esmero correspondiente al deseo
que tuvo de ser instrumento útil en la Re-
ligión. En todo este tiempo no dexó de la
mano el negocio de nuestra fundación, así
con instantes súplicas al Altísimo á fin de
que se verificase, como por medio de las di-
ligencias que prafticaba, valiéndose para ello
de las personas que la favorecian en Ma-
drid. Pero como siempre el común enemigo
procura estorvar las empresas de la mayor
gloria de Dios, y esta lo era tanto, puso los
esfuerzos de su malicia para impedirla, mo-
viendo grandes oposiciones para su consecu-
ción, con lo que se le ofrecieron muchas
ocasiones de merecer:; pues á mas de Jas di-
laciones que en toda pretensión indispensa-
blemente ocurren en la Corte, esta por las
malas inteligencias se difirió tanto, que íe
6o.
costó bastantes lágrimas y aflixíones de es-
píritu, porque como Dios se complace en
ver padecer á sus escogidos por el mérito
que se les acrecienta con las tribulaciones,
permitió que por debaxo de cuerda ocurrie-
sen algunas personas de este Reyno, solici-
tando el que no se concediese, ó se retar-
dase la licencia. Todo lo sufrió con invifta
paciencia., sin descaecer ni desistir su mag-
nánimo corazón, siempre con la firme espe-
ranza de conseguirlo, sin embargo de que
todo lo tenia en contra, y según los medios
humanos parecia imposible se efeSuase. Lle-
gada la hora decretada por la Magestad su-
prema, le inspiró á la Hermana Maria Igna-
cia se valiese de la protección del M. R. P.
Francisco Rábago de la respetable Compa-
ñía de Jesús, Confesor que era del Rey
nuestro Señor, por cuya mano en breve se
facilitó. Se sirvió su Magestad de conceder
la licencia por su Real Decreto de veinte y
uno de Febrero de mil setecientos cincuen-
ta y dos, como consta de la Real Cédula de
6i.
.^einte y cinco de Abril de dicho año, cuya
Jegre noticia recibió nuestra pretendiente
iesde principios del mes de Marzo con el
egocijo que se puede discurrir, rindiendo
ifeftuosas gracias al Dador de todos los bie-
nes, que tan bueno es para los que le aman,
7 provee quando le place. Inmediatamente
)uso en planta las disposiciones para su via-
je, y tratándolo con las Religiosas que le
labian prometido venir en su Compañía,
ialló que algunas se le retrasaron, pero
)tras se le ofrecieron animosas , ocurriendo
quí á la memoria el caso de los quarenta
/lártires de Sebaste, al ver la facilidad con
ue nuestro Señor substituyó la falta. Ajus-
ido el número de doce, que inclusive su
•ersona habia determinado que viniesen, las
•nce tomaron los Exercicios de N. P. S. Ig-
acio de Loyola, para disponerse á tan di-
itado camiino. Se dice las once, porque la
tra Religiosa, que era de nuestro Conven-
3 de Zaragoza, no llegó hasta la antevís-
era de marchar. Esta hacia tiempo que una
lO
62.
Persona religiosa de conocida virtud le ha-
bía profetizado tres cosas (las que somos
testigos se verificaron) una de ellas fue que
habia de venir á Indias, y teniendo noticia
de la licencia concedida para esta funda-
ción, no olvidando dicha predicción, resol-
vió escribir á nuestra Fundadora para que
la admitiese en su compañía. Por este tiem-
po se le confirió á la Hermana María Igna-
cia el título de Madre, el que no había ob-
tenido por no haber cumplido los diez, años
de Religión que previenen nuestras santas
Constituciones; pero ahora, no obstante no
haberlos completado, les pareció á las Ma-
dres de aquella santa Comunidad le era de-
bido este honor en atención á sus prendas,
caráder de Fundadora, y principal instru-
mento de esta obra, por lo que se le dio
jurídicamente como es costumbre. Querían
asimismo que viniese de Prelada, á lo que
su Reverencia se resistió fuertemente, res-
PqQo de lo quaJ el Señor Dean en once de
Oñubre de cincuenta y dos hizo el nom-
63.
)ramiento de Presidenta en la mas antigua,
[ue !o era ]a M. R. M. María Ignacia Sar- .
Dio y Colmenares, Siigeto muy capaz de
esempeñar el empleo.. Y puestas á cargo
el Sr. Dr. D. Joseph Jauregui Canónigo
'íagistral de aquella Santa Iglesia Colegial,
pr orden del dicho Señor Dean, accmpa-
ándolas Don Pedro Baynts Capellán de
quel Convento, y Don Joseph de Holló,
'apellan de la Fundación , y Don Juan Jo-
eph Irigoyen , que venia de Mayordomo,
abiendo llegado el dia doce de Oftubre, el
ue estuvo esperando la M. María Ignacia por
ii particular devoción que siempre profesó
i nuestra Señora del Pilar (leche con que la
rió su virtuosa Madre la Señora Marquesa)
quien tenia escogida por Titular y Patro-
a de este Convento, como por Ángel Tu-
i'lar al Príncipe Arcángel Señor San Mi-
uel , y por Patrono al Glorioso Proto-Már-
r del sigilo San Juan Nepumuceno, por-
ue á m.as de la devoción que le tenia, ca-
ó la suerte de estar haciendo su Novena á
64.
tiempo que recibió la noticia de haber con-
seguido la licencia, y había prometido al
Santo, por cuyo medio estuviese anualmen-
te, impetrándola de Dios, lo nombrarla por
Patrono, ayunándole su víspera y guardan-^
do fiesta el dia: Llegado, como se ha dicho,
el dia señalado, comulgaron y oyeron Mi-
sa, estando prevenidos ya quatro coches, á
toque de campana se juntó la Comunidad
en la Portería para la última despedida y
abrazo de caridad que ordenan nuestras Re-
glas en tales circunstancias. No hay palabras
para ponderar la ternura y lágrimas de esta
separación, y último vale de una y otra par-
te, como unidas con el vínculo de la her-
mandad religiosa, que es tanto mas sensible
que el de la naturaleza, quanto á este exce-
de la gracia.
Dos Señores Capitulares las iban sa-
cando una á una, entrándolas en los co-
ches, saliendo por su orden, comenzando
por la ya dicha Madre Presidenta María
Ignacia Sartolo y Colmenares natural de
la Ciudad de Pamplona, siguieron las MM
María Estevan de Echeverría de la Villa
de Lesaca en el Reyno de Navarra, María
Ignacia Azlor Americana, y María Josefa
Burgos de dicha Ciudad de Pamplona; pa-
ra el segundo coche las Madres Ana María
de Torres de la A'^illa de Flallo en el Rey-
no de Navarra, María Tomasa Tellez de la
Ciudad de Alfaro, Joaquina Antonia x\zcá-
rate de la Ciudad de Pamplona, y María Isa-
bel Zepillo (que aun era Joven) de la Villa
de Madrid:; en el tercero la Madre Ana Te-
resa Bonsíet de la Ciudad de Bruxelas en
los Estados de Flandes, (esta es la Religio-
sa que diximos vino de Zaragoza á incor-
porarse) y las Hermanas Novicias María Lu-
cia Beramxndi de la Ciudad de Pamplona,
María Josefa Cabriada de la Villa de Agre-
da, y una Seglar pretendiente Doña María
Águeda Urtaum. de Val-de Roncal del Rey-
no de Navarra. La multitud de apasionados
y curiosos era la que en semejantes lanzes
enseña la experiencia, concurre atraídos de
66,
\2i novedad, no solo de la Plebe, sino de
toda clase. Habiendo acomodado á las Re-
ligiosas en los coches, tomaron el suyo los
Señores destinados para acompañarlas, lle-
vando el Pasaporte con que el Rey nuestro
Señor honró esta nueva Comunidad para los
Lugares en donde no hubiese Convento de
Religiosas: este entregaron á un Mozo de
confianza, el que iba delante á disponer el
alojamiento.
CAPÍTULO SÉPTIMO.
Sigue el viage de ¡as Madres Fundadoras
hasta llegar al Puerto de la Veracruz,
Los cinco dias de camino llegaron á
la Ciudad de Acicala de Henares, en
donde las vino á encontrar el M. R. P. Ber-
nardo Pazuengos de la Compañía de Jesús,
Procurador general y Vice-Provincial de la
Provincia de Filipiaas, por encargo que de
ello le hizo el M. R. P. General Ignacio
Vizconti, por haberle pedido á su Reveren-
^7-
disima k Madre María Tonada le hiciese fa-
vor de enviarle Sugeíos de su Religión para
que las acompañaran en el viage, el que ad-
mitió gustoso el Padre. Quando lo supo uno
de los Padres Asistentes en Roma, le hizo
particular recomendación de las Religiosas,
diciéndole: Quiéralas V. R. mucho, porque
le hago saber, que revolviendo los papeles
de un Archivo nuestro, se halló uno de le-
tra de nuestro Santo Padre Ignacio , en que
decia, que si Dios le prestaba la vida por
algunos pocos años, haria diligencia de una
fundación de mugeres Religiosas, que se
emolearan en el mismo Instituto de la Com-
pañía con las de su sexo, baxo las propias
reglas, aunque sin sujeción á esta Religión,
sino precisamente á los Señores Obispos. Y ^
le añadió el susodicho Padre: pero no qui-
so m. Magestad darle esta gloria, porque se
la llevase Juana de Lestonac,
En dicha Ciudad de Acicala entraron
por la tarde, y posaron en el Convento de
Santa Clara, siendo recibidas con mucha
68.
complacencia de aquellas Señoras Religio-
sas, que se esmeraron en obsequiarlas. Al
dia siguiente salieron tarde para su jornada
con el motivo de que aquí el Señor Magis-
tral hizo la entrega de su Comisión con to-
das las formalidades que demanda el Dere-
cho al M. R. P. Procurador general, que le
substituyó, y desde estQ dia quedó consti-
tuido por su Comisionado y Condu£lor. Si-
guieron su derrota sin perder en todo el ca-
mino la regular observancia en sus distribu-
ciones de Misa, Comunión, Oración mental
y vocal. Lección espiritual. Exámenes al
toque de una campanilla que llevaban en el
primer coche,- sin omitirlas aun en la fatiga
del camino, en que pasaron bastantes inco-
modidades, quando entraban en parages en
donde no lograban la fortuna de que hubie-
se Convento de P^eügiosas, y se alojaban
en Casas particulares ó Mesones. Y aun en
estos lances, que no fueron pocos, les re-
bosaba la alegria (así nos contaban varias
veces sus Reverencias) como que esta es
6g.
siempre testimonio de la buena conciencia,
y lo era también de la buena voluntad con
que venian. Entre tantas incomiodidades no
fue de poca monta el transitar la Sierra Mo-
rena, que en aquel tiempo era muy fragosa,
y no admitía pasarla en coche, siendo pre-
ciso lo hiciesen en burros (pasage que con
gracia nos referian) y el fin de la jornada
fue parar en una Venta, que no habia mas
provisión para toda la comitiva que cinco
huevos y unas sopas muy ahumadas. Aquí en-
tró la reyerta en ceder los huevos, los Pa-
dres para las Religiosas, y estas para los
Padres.
Víspera de San Simón y Judas, ya de
noche, al entrar en Andujar y á la vista de
un rio, yendo por su orilla, que era mala
senda, pues por el lado contrario todo era
peñas, que entre uno y otro no cabia mas
que el coche, habiendo pasado los tres de
las Religiosas, sin sentir baiven, se volcó d
de Jos Podres tan del todo, á el lado de
las peñas, que no tuvieron otro arbitrio que
1 1
romper el vidrio para poder salir, por ser
el lado del rio una barranca:; pero esta sali-
da por el vidrio fue á costa de una desgra-
cia, porque este le rompió una oreja al Pa-
dre Bernardo , lo que sufrió con grande pru-
dencia y edificación de todas , pues no ha-
bló palabra hasta que lo vieron envuelto en
un pañuelo. Como estaba cerca de la Ciu-
dad se fue á pie al Colegio de la Compañía,
que allí tenian, para que lo curase el Ciru-
jano, y quiso Dios que no tuviese ninguna
resulta. Las Madres pararon en el Convento
de Clarisas , de las que fueron recibidas con
mucho agasajo, así de la Madre Abadesa
(que lo era la Señora Doña Mencia Alva-
res) como de las demás Religiosas. Hubie-
ran salido al dia siguiente á no haberse en-
fermado la Madre Fundadora de un grave
dolor en un costado, con fiebre, que fue ne-
cesario darle dos sangrías;; esto puso á to-
das en gran consternación por el cuidado
que manifestó el Médico, que llegaron á
pensar siguiesen el camino sin su Reveren-
cía, á ]o que no se accircdaban sus hijas'
Pero cerno Dios aflixe y ccnsuela, les envió
CFta tribufscion para que tuviesen eso mas
que ofrecer á su Magestsd, y permitió pa-
sara breve, pues á los tres dias reconoció el
Facultativo que habia declinado, diciendo-
Íes se consolasen, que allí habia obrado Dios,
de lo que dieron gracias al Altísimo, que-
dando agradecidísimias á aquella santa Co-
miunidad por el cuidado que m^ostraron y fi-
nas expresiones que hicieron con todas. Aun
no bien convalecida, pues fue esto en tres
dias, continuaron el viage, y el dia quatro
de Noviembre al anochecer, estando cerca
del Lugar llamado de las Cabezas, se extra-
vió el primer coche, que hubiera dado en
un barranco, si no hubieran tenido el auxi-
lio de unas voces que oyó el Cochero, sin
duda de algún Molino que habia en distan-
cia, pues no supieron por donde las daban,
y solo oían que les decian que iban perdi-
dos, con lo que retrocedió y siguió la ve-
reda segura.
72.
En la Ciudad de Xerez de la Fronte-
ra Hicieron noche en casa del Teniente Co-
ronel de Dragones de Frisia, cuyo Coronel
era Don Manuel de Azlor Primo de nues-
tra Madre Azlor, y por la mañana habien-
do ido á la Iglesia de la Compañía á comul-
gar y oir Misa, los Padres las pasaron á des-
ayunar, y esto mismo habían hecho los del
Colegio de Ecija. Dia seis de Noviembre por
la tarde llegaron á la Real Isla de León, y
se aposentaron en casa de Don Joseph Diaz
de Guitian, Sugeto muy apasionado déla
Madre María Ignacia, por haberla conocido
en estos Rey nos, y haber ido en el mismo
Navio en que su Reverencia se fue á Espa-
ña, por lo que estuvieron con mucha satis-
facción las Madres.
Al dia siguiente á hora proporcionada
salieron para Cádiz, y el 111 mo. y Rmó. Sr.
Don Fray Tomás del Valle dd sagrado Or-
den de Predicadores, Obispo de esta Ciu-
dad, noticioso de su arribo salió al camino
á recibirlas con otros Señores Prebendados,
asimismo muchas de Lis Señoras principi-
'S, entre otras la hermana del Señor Dean.
-1 Señor Obispo entró en su coche á las
ladres Presidenta y María Ignacia, siguien-
o las demás que venian con el acompaña-
liento dicho, hasta ponerlas en el Conven-
) de Señoras Religiosas Agustinas de Can-
elaria, del que era Priora la M. R. M. Do-
a Angela Paula de Soto, de quien y su
Comunidad recibieron mil favores. Las pu-
eron en habitación separada para que tu-
ieran mas desahogo, el que en realidad lo-
raron por la conxíanza con que se trataban
ñas y otras, convidándolas aquellas Reve-
?ndas Madres 'á todas sus funciones, así las
e Coro, á las que asistían interpoladas las
os Comunidades, como á sus diversiones
íligiosas. Los Padres Capellanes se esmera-
3n también en favorecerlas, pues no qui-
eron en el tiempo que estuvieron allí que
aese á darles la Comunión su Capellán, si-
o tomarse uno de estos Señores el trabajo
e madrugar por mostrar su voluntad. Lo
7^'
mas florido de la Ciudad, de todos estados,
fueron á cumplimentarlas, valiéndose Dios
de estas concurrencias para que se suscitase
en los piadosos Señores Don Manuel de
Arria ga y Doña María Ana Artiaga, impues-
tos en la utilidad de nuestro Instituto, el
deseo de hacer una Fundación en la Real
Isla de León, la que se verificó algunos años
después, y aun querían que se quedase al-
guna de nuestras Fundadoras para este fin,
y no conviniendo ninguna en ello, acudieron
á su tiempo á nuestro Convento de Tudela.
Quando el P. General de la Compañía
le hizo al Padre Bernardo Pazuengos el en-
cargo de que conduxese á las Religiosas hasta
México, le dixo que eligiese Compañero á
su gusto y á propósito de los de su Misión (la
que dexó encomendada al Padre Pedro Muri-
lloVelarde segundo Procurador, su Compa-
ñero) por lo que escogió al R. P. Tomás de
Ron, Sugeto muy del caso por la experien-
cia que tenia de Coafcsonirio di Religiosas
y dirección de espíritus, el que no pudo ve-
75-
nir antes por las distancias, y llegando aho
ra fue recibido de todos con mucho gusto,
y los dos iban de su Colegio diariamente á
saber de las Madres y á confesarlas con fre-
qüencia.
Así pasaron siete meses (demora que
no se creyó tan larga) en espera de embar-
cación, la que unos opinaban fuese del Rey,
otros no, por razón de la concurrencia de
Tropa, sino mercante, á lo que se inclinó
la Madre Fundadora. De estos habia varios
que tenian á honor traerlas, y se ofrecieron
para ello, pero por Jos buenos informes que
tenia del Capitán Don Pedro Garaycoe-
chea, prefirió este á los demás, y el Rey
nuestro Señor, que tan propicio se mostró
en todo lo perteneciente á este asunto, las
recomendó á dicho Capitán, concediéndole
en premjo cierta gracia en orden á intere-
ses. La Reyna nuestra Señora Doña María
Bárbara se dignó con su Real piedad de con-
tribuir con la cantidad de tres mil pesos pa-
ra ayuda del viage á las Religiosas, cuyo
76.
premio estará gozando en el Cielo. En pla-
zos se fue pasando el tiempo por las con-
tingencias que se ofrecen siempre que se
apresta algún Navio. Por último el dia doce
de Junio, tercero de Pasqua de Pentecostés.
por la tarde, fue el Señor Obispo con va-
rios Padres Jesuítas á sacar á las Religiosas.
esperándolas ya otros Padres en el Navio,
y á toque de campana baxó la Comunidad
de Candelaria á la despedida, que fue tier-
nísima por el mutuo amor que se hablan co-
brado: encamináronse los coches al muelle,
cuyas escaleras baxaron conducidas por los
Familiares de su Illmá. que las esperaba, y:
entró con todas en la Falúa de la Intendencia,
sin retraerle el extremado temor que le té
nia á el mar, acompañándolas hasta intro-
ducirlas en el Navio la Galga, alias nuestn
Señora del Carmen, en que tenia el Capital
prevenido un gran refresco, regalando el Sqi
ñor Obispo á la Madre María Ignacia cor
una lámina de la Alma de nuestra Señor;
con marco de plata, por muestra de su afec;
to, la que hoy dia se halla puesta en la puer-
ta de la Cratícula de este Convento. Pasado
esto se retiró el Señor Ulmó. haciéndole el
Navio la salva acostumbrada. Por falta de
viento estuvieron ancoradas hasta cerca de
las siete de la noche que se hicieron á la ve-
la. Salieron comboyadas del Navio del Rey
llamado el Dragón de orden de su Mages-
tad hasta Canarias , por el recelo de los Mo-
ros que suelen infestar aquellos mares. Si -
guieron con próspero viento su viage, si
bien las mas bastantemente mareadas, como
también el Padre Tomás, que nunca había
navegado. Pasadas Canarias se despidió el
Navio el Dragón, enviando el Capitán de
su comando un Barco con recado á las Ma-
dres muy cortesano, por si gustaban escri-
bir, ó se les ofrecía alguna cosa, separán-
dose los demás Navios mercantes que salie-
ron juntos, cada uno á seguir su rumbo, el
Navio San Pedro que venia con el mismo
de la Galga. Era esta tan velera, y se ade-
lantó tanto, que no volvieron á saber de él
12
hasta mas' dé 'mediados de Agosto, es decir,
como á quince dias de haber llegado á tier-
ra. Tuvieron el consuelo de tener Misa to-
dos los dias, y algunos tres, salvo uno que
por racional temor de aquel parage, que te-
nia conocido el Padre Pazuengos, no quiso
exponerse á que después de haber consagra-
do hubiese algún baiben.
Serenadas algunas del mareo se diver-
tían en pescar algunos pececillos. El Capi-
tán estuvo muy generoso en la abundancia
de la comida y aseo de la mesa, poniéndo-
les pan tierno cada dos dias, que en pocas
navegaciones se cuenta. No hubo necesidad
de hacer aguada, pues venia tanta provisión
que podia haberse vuelto á Cádiz con la
agua que le sobró. Fue tanta la felicidad que
lograron en toda la gente que venia en el
Navio, que ninguno tuvo enfermedad gra-
ve^ y por atención á las Madres no quiso
Garaycoechea admitir mas Pasageros que
tres: estos fueron Don Sebastian de Jaure-
gui Marqués del Villar de la Águila , Don
79'
Martin de Azurmendi , que venía de Secreta-
rio á esta Inquisición, y Don Clemente Fra-
gua Flotista: los Marineros parecían escogi-
dos, pues no oyeron jas Religiosas una pa-
labra descompuesta. Rezaban tres veces al
dia el Rosario de nuestra Señora:; aun las
coplas que cantaban, como acostumbran,
eran de disparates que causaban risa y no
ofendían sus oidos. En los últimos días tu-
vieron alguna calma, aunque no fue cosa de
especial cuidado. El quatro de Agosto ya
caida la tarde, á los cincuenta y dos días de
embarcadas, dieron fondo en el Puerto de
la Veracruz, y aquella noche fue el mayor
peligro que tuvieron, aunque sin conocerlo
las Religiosas, pues no se sabe porqué acci-
dente quedó sin amarrar el Navio, á la dis-
creción solo de las olas y los vientos, ama-
neciendo en distinto parage de donde había
parado, lo que reconocido dieron gracias á
Dios por haberles librado del riesgo. El Te-
niente P.ey del Castillo de San Juan de Ulúa
pasó al Navio á recibir á la Madre María
8 o,
Igaacia para llevar la Comunidad á dicho
Castillo, donde tenia una grande preven-
ción, creyendo posaban allí, respefto á que
quando pasó por Cádiz este Caballero, que
venia con el empleo, se habían concertado
en esto, lo que no se verificó por haberlo
repugnado el Vicario general de la Ciudad
de Veracruz, diciendo no parecerle bien es-
tuviesen las Religiosas en donde por lo re-
gular hay tantos Presidiarios:; y aunque co-
nociendo tenia razón, le sirvió de mortifi-
cación á la Madre Fundadora por dexar des-
airado al Castellano, bien que este quedó
satisfecho, estando todavía en el Navio lle-
gó un Propio de México á entregarle varios
pliegos, en uno de ellos le iba la noticia de
que las Reverendas Madres del Convento
de la Concepción no las admitían, como es-
taban apalabradas por cartas desde Tudela,
Ínterin que les hacian su Convento, porque
habiendo muerto á esta sazón la Madre Aba-
desa, con quien lo habia tratado, la M. R.
M. su succesora, mal informada, fue de dis-
8í.
tinto didámen. Comenzando aquí á probar
el amargo cáliz que le esperaba en este Rey-
no, pues los otros pliegos contenían asunto
mas sensible, como era el que estaba con-
trario á la Fundación el lUmó. Prelado y al-
gunos Sugetos de la Ciudad de México, efec-
to de malas impresiones. Saltaron en tierra
en dicho Puerto, en donde estaban en la
orilla esperándolas varios Jesuitas, y Don
Alexandro Alvares de Guitian, uno de los
Oficiales Reales: este^ así por la recomen-
dación que el Gobernador y dichos Oficia-
les tenian de su Magestad para atenderlas,
como por la particular que le habia hecho
el ya mencionado Don Joseph Diaz Guitian
su Tío, llevaron á las Madres á la Contadu-
ría, sin destino, por loque dicho Don Ale-
xandro les franqueó su casa, adonde fueron:
pasando primero á la Iglesia de la Compa-
ñía, allí hicieron oración y tuvieron el gus-
to de ver la milagrosa Imagen de San Fran-
cisco Xavier, que en aquel Colegio se vene-
ra^ y habiéndoles los Padres felicitado su
82.
llegada, salieron para la casa de aquel pia-
doso Caballero, quien con su esposa se es-
meró en complacerlas, yendo la Señora Go-
bernadora y deinas Nobleza á tener la satis-
facción de ofrecerles sus personas. En la
misma casa oían Misa por privilegio de Al-
tar portátil que traía la Madre María Igna-
cia concedido por nuestro Santísimo Padre
Benedifto XIV. Quiso Dios que siendo el
temperamento tan caliente, no tuvieran no-
vedad en la salud en los cinco dias que se
detuvieron esperando el avio ó carruage.
CAPÍTULO OCTAVO.
Salen de ¡a Chidad de Veracruz para la Pue-
bla de los Angeles^ y pasan á la de
México,
LA tarde del día diez de Agosto salie-
ron de esta Ciudad, y desde aquí has-
ta ia de Puebla, adonde llegaron el diez y
nueve. Estuvieron muy obsvequiadas de los
Señores Curas y Padres Jesuítas que había
83.
en aquellos distritos, por especial recomen-
dación que a los unos hizo el Señor Obis-
po de la Puebla, y á los otros el Padre Ge-
neral, siendo necesario Dor esto detenerse
en algunos parages. A h entrada en la Ciu-
dad es indecible el concurso: salió al reci-
bimiento el Illmó. Sr. Dr. D. Domingo Pan-
taleon Alvares de Abreu dignísimo Prelado
de aquella Diócesi, con el Venerable Cabil-
do, muchas Señoras y Caballeros, siguien-
do la Tropa con toda su Música. Se enca-
minaron á la Catedral, en donde las espe-
raba su ílimá. , que se habia adelantado: las
entró en la Iglesia, y con toda la Música se
cantó el Te Deum : de aquí salieron en pro-
cesión cada dos Religiosas con dos Señores
Capitulares, y a lo últim.oel Señor Obispo,
siguiendo la Tropa acompañando los instru-
mentos de ella. Ya esperaba la Comunidad
de las Señoras Religiosas del Convento de
la Concepción en la Portería. Entraron den-
tro con el Illmó. Prelado y Señores Preben-
dados, llevándolas al Coro con la Música
84.
del Convento á adorar al Santísimo. Salidas
de allí las conduxeron á la habitación que
les tenian destinada, bastantemente espacio-
sa y adornada de colgaduras de damasco.
Concluidos los cumplimientos regulares se
regresó dicho Señor á su Palacio muy com-
placido , y diariamente les enviaba de su me-
sa varios platos, é iba á visitarlas con fre-
qüencia acompañado del Señor Auxiliar.
Aquí estuvieron muy gustosas, pues se es-
meraban las Señoras Religiosas y todos en
favorecerlas. De los Conventos de Recole-
tas les enviaron algún obsequio por insinua-
ción de su Prelado^ pero en medio de esto
el corazón de nuestra Madre María Ignacia
estaba bien atribulado con las noticias que
le llegaban de México sobre no quererlas re-
cibir por las oposiciones que habia en la Ciu-
dad, á causa de varios particulares, y lo mas
doloroso, que aun el Señor Arzobispo se ha-
llaba teñido de malos informes sobre la in-
suficiencia de caudales pira la fundación, y
se le reconocia mucho desabrimiento. Este
85.
era el cáliz que se dixo la esperaba, porque
ya se dexa entender qué sentiría aquel no-
ble corazón, al verse á las puertas de Mé-
xico con estas repulsas, siendo tanta la preo-
cupación, que llegaron á pensar el revolver-
las, lo que no podia tener efefto, pues ve-
nían con el consentimiento y privilegios de
su Santidad , y licencia de su Magestad, con
especiales recomendaciones á los Ministros,
Jueces y Justicias de estos Reynos. Y para
que se vea que no quedó piedra por mover
para combatir esta fortaleza, hasta las Maes-
tras de Miga de esta Ciudad hicieron ocur-
íso á la Real Audiencia, alegando se les qui-
taría su modo de subsistir, la que respondió
no podia oponerse á los órdenes del Rey
nuestro Señor.
El Sr. Obispo, que deseaba mucho una
fundación de nuestro Instituto en aquella Ciu-
dad, de suerte, que premeditándolo, les te-
iiia dedicada Iglesia (y llevó á las Madres á
leerla quando salieron) sabiendo lo que se
iificultaba en México su admisión, le insta-
13
8(5.
ba mucho á la Madre María Igaacia para que
la hiciese allí. Pero como su Reverencia en
medio de estos ataques no desistia de su pri-
mer pensaniento, y era contra su honor el
retraerse, dando fundamento á creer ser
cierto lo que le acumulaban, de que era lo-
cura y poca prudencia el exponerse sin sufi-
cientes fondos á semejante obra: puesta su
esperanza en Dios, agradecía á aquel Señor
Illmó. su buen afedo, y se descartaba con
responderle, que la licencia estaba para Mé-
xico y no para Puebla: entre estas perplexi-
dades recibió carta de la M. R. M. Abade-
sa del Convento de Regina Coeli, en que
le avisaba tenerles ya prevenido hospedage
en su Convento, con muchas expresiones de
cariño, lo que le sirvió de algún consuelo
y mitigó sus penas. Con este motivo, pasa-
dos ocho dias de estar allí, el veinte y siete
de Agosto, habiéndose despedido de aque-
lla santa Comunidad con muchas gracias por •
el especial agasajo recibido en su compañía^
salió el Señor Obispo con sus Familiares, y
II
8jr.
algunos de ]os Señores de aquella Santa Igle-
sia, á dexarlas fuera de la Ciudad:; y despi-
diéndose allí de la Madre María Ignacia con
particular cariño, y echándole el brazo al
cuello, la dixo: A Dios querida^ primero se-
rá la Fundación de Puebla que la de México,
(En todas estas cosas solo la sostenía la ma-
no poderosa para no caer de ánimo ni aco-
bardarse, sino llevar la empresa hasta el fin.
Siguieron su camino, y el dia treinta de di-
cho mes llegaron á com^er al Pueblo de San-
ta Clarita: llegó al mismo tiempo Don An-
I tonio Rubalcava Caballerizo del Illmó. Se-
ñor Arzobispo, quien contra toda la repug-
nancia que tenia (aunque no de voluntad)
envió á cumplimentarlas, como correspon-
día á su cortesana política, haciendo este
muy buenos oficios para consolar á las Ma-
dres, á quienes, com.o veia temerosas, asegu-
raba hallarían buena acogida en su Prelado,
pues el mismio Señor les habia solicitado alo-
, jamJento, yendo en persona á pedírselos á
las Madres de Regina, las que habían admi-
88.
tido gustosas. Fueroa asimismo á dicho Pue-
blo varios conocidos de la Madre Fundado-
ra Eclesiásticos y Seculares. Después de co-
mer y reposar un rato se encaminaron to-
dos para la Insigne y Real Colegiata de nues-
tra Señora de Guadalupe, celebérrimo San-
tuario de este Reyno por la maravillosísima y
milagrosa Imagen de este título que en él se
venera. Apeadas allí, el Señor Abad D. Juan
Antonio Alarcon y sus Prebendados las es-
peraban. Habiendo adorado al Santísimo Sa-
cramento, las entraron á la Sala de Cabildo ,
en donde estuvieron esperando á su Illmá.
el que venido, acompañado de varios Canó-
nigos, las saludó con mucha atención y agra-
do, mostrándose expresivo. Fueron también
á recibirías muchos Padres Jesuítas de todos
los Colegios, y como principales en el asun-
to la familia del General Don Francisco Ta-
gle, por ser este Caballero Tutor de los So-
brinitos de la Madre Fundadora Marqués de
San Miguel de Aguayo, y Conde de San
Pedro del Álamo, casado con Doña María
Soledad Gallo y Villavicencio, quien con-
vidó á su Madre, Tia y Hermanas para que
amadrinasen á las Religiosas en su entrada.
Habiendo estas besado la mano á su Prelado,
después de un corto espacio mandó que
abriesen la vidriera de nuestra Señora para
que tuvieran el consuelo de besar la sagrada
Imagen, lo que lograron algunos de los con-
currentes principales : concluido este devo-
to ado se adelantó su Illmá. para recibirlas
en Regina, y despedidas del Abad y demás
Señores, fueron entrando en los coches dos
Religiosas y dos Señoras, llevándose consi-
go la Madre María Ignacia á los dos Seño-
ritos sus Sobrinos. Entraron en esta Imperial
Corte, y habiendo obtenido licencia nuestra
Madre Fundadora, se apeó en la Portería de
la Concepción á dar un abrazo á la Religio-
sa que la habia tenido en su celda quando
estuvo allí de seglar antes de irse á E.spaña,
como se dixo en su lugar, de lo que tuvie-
ron ambas mucho gusto, aunque por breve
rato, pues estaban esperando las demás en
los coches.
po.
El gentío que ocurrió desde que en-
traron en nuestra Señora de Guadalupe, lo
puede discurrir quien sepa lo populoso de
esta Corte de México, pues no solo estaban
inundadas las calles, sino los balcones y
azoteas, acompañando á esta multitud el ar-
monioso y alegre repique de todas las cam-
panas de la Ciudad. Llegaron á Regina, re-
cibidas de los Señores Capellanes del Con-
vento, los que las introduxeron en la clau-
sura acompañadas de sus Madrinas, estando
en la Portería de adentro en sitial el Señor
Arzobispo con sus dos Asistentes y la Co-
munidad, habiendo dado licencia para que
otras personas principales pudiesen entrar,
así Eclesiásticos como Seculares. De aquí
fueron procesionalraente al Coro baxo, en
el que estaba prevenido otro sitial y doce
coxines, en que se hincaron las Madres Fun-
dadoras con sus Madrinas, y entonando la
Música de la Iglesia Catedral el Te Deiim^
iban llegando por su antigüedad, cada Se-
ñora con su Ahijada, á que diera la obe-
91.
diencia á su Illmá. Acabada esta precisa ce-
remonia , subieron á la Sala que estaba dis-
puesta para el recibimiento, en la que se les
sirvió un magnífico refresco de cuenta de es~
te lümo. Príncipe: duraron tanto estos ob-
sequios, que serian como las nueve de la no-
che quando se despidieron, dexando muy
consolada á la Madre María Ignacia el trato
afable con que estuvo el benignísimo Prela-
do, llegando á tanto que concedió volunta-
riamente entrasen los tres dias consecutivos
á mañana y tarde las Señoras que amadri-
naron, enviando en ellos su Illmá. esplén-
didos refrescos, como también la comida de
las Madres aquellos tres dias con abundan-
cia, y encargando con esmero y gracia que
no le echasen pimiento (en este pais chile)
porque no la comerían.
Estando ya solas sin el bullicio, ma-
nifestó aquella religiosísima Comunidad á
sus huéspedas la crecida voluntad con que
las alvergaban, y el deseo que tenian de
complacerlas. Cenaron con sus Reverencias,
92.
y jas llevaron después á tomar posesión de
su vivienda, que era la celda de la M. R. M.
Agustina de Señora Santa Ana, quien la ce-
dió por tener la comodidad de un Corito
baxo para la Capilla que llaman de los Me-
dinas, con su Comulgatorio y Confesonario
separado de la Iglesia, para mayor comodi-
dad de las Madres: añadieron unas piezas
que tenian una hermosa Tribuna para la Igle-
sia: El ajuar de la habitación estaba dispues-
to por Don Francisco Tagle á expensas de
la Madre María Ignacia, y la Despensa á las
del Señor Rubio, que la hizo prover con
abundancia de quanto pudiera ser necesario.
Los dos Padres Jesuitas Condudores esta-
ban en el Colegio de San Andrés, no en-
traron en la clausura ni el primer dia, pero
iban á verlas con freqüencia, como tjmbien
otros muchos de todos los Colegios, los que
siempre perseveraron en su asistencia por
haber traido la Madre Fundadora carta de
recomendación del Padre Genera] para el
Padre Provincial de esta Provincia de Nue-
93.
I va España , el que les encargó la dirección
de sus espíritus , por petición de la misma , á
los muy Reverendos Padres Christoval Es-
covar, Francisco Zevallos, Francisco Xavier
Lazcano, Joseph Carrillo y Eugenio Ramí-
rez : estos fueron los asignados , pero iban
otros muchos.
El Cabildo Eclesiástico y Real Au-
diencia las cumplimentaron por medio de
;! Comisionados , ofreciendo su protección , co-
: jno asimismo las sagradas Religiones y mu-
: chas Personas particulares de la Ciudad. Los
i Señores Virreyes no hicieron demostración
alguna en esta ocasión, por descuido ó in-
advertencia que hubo en no haberle pasado
i aviso á la Señora Virreyna de su llegada, á
lo que después se le procuró satisfacer^ pe-
ro sin embargo de esta justa quexa, quando
ya estaban las Madres en su Convento , se
sirvió la Excelentísima Señora Doña Anto-
nia Padilla, como tan caritativa, de enviar-
les varios tercios de semillas.
Pasados los tres primeros dias empe-
14
94.
zaroi á seguir con quietud su distribución
religiosa, aunque con el desconsuelo de no
poder exercer su Instituto. Sin embargo, en
aígunis ninas de aquel Convento emplearon
su zelo. Aquella religiosísima Comunidad,
que parece ser su caráder la mutua unión
entre sí, la misma se extendió para con nues-
tras Madres, de modo que se trataban con
tanta satisfacción, que siendo así que tenian
en su habitación toda comodidad de Coro y
Comulgatorio, como se ha dicho, no per-
mitieron se sirviesen de él sino es para las
renovaciones de votos cada seis meses, y
para rezar el Oficio, por ser el nuestro el
Parvo; pero en los tres dias de Semana San-
ta, dia de noche buena y de difuntos, que
acostumbramos rezar el Oficio mayor, iban
á su Coro , poniéndose interpoladas , hacien-
do armonia los vestuarios de una blanca y
una negra. En todo lo demás de funciones.
Comuniones diarias. Misas y diversiones re-
ligiosas, siempre juntas quando lo permitian
sus distribuciones, siguiéndose de esta fami-
95.
I liaridad tanta estrechez de voluntades y fi-
no agradecimiento de nuestras Madres^ que
nunca acababan de ponderar los favores re-
cibidos, y que no eran capaces de corres^
ponderlos, como muchas veces lo expresa-
ban, perpetuándolo con hermandad que hi-
cieron de aplicar por jas difuntas de una y
otra Comunidad los mismos sufragios que
cada una ofrece por las suyas, y esto no so-
j lo con las doce que allí estuvieron, sino
quedando para toda la posteridad. En seis
de Septiembre, á los siete dias de estar en
el Convento de Regina, presentó la M. R.
M. María Ignacia Sartolo á nuestro Illmó.
Prelado el Nombramiento jurídico que á la
salida de Tudela hizo en su persona el Se-
ñor Dean Dr. D. Martin de Valdemoros,
Prelado de aquella Ciudad y su distrito, con
fecha de once de Oftubre de cincuenta y
dos, en que la constituyó Presidenta de la
Fundación hasta llegar á México, y asimis-
mo la Madre María Ignacia Azlor presentó
otro escrito á nombre suyo y de las demás
95.
Midres, pidiendo la confirmise en el em-
pleo hasta la futura elección, que según
nuestras Constituciones debe ser la Vio;ilia
de la Anunciación, á lo que condescendió
su lUíTii. como consta por su Decreto de
siete del mismo.
Presentada la Real Cédula de licencia
de la Fundación al Superior Gobierno, se
obtuvo el pase , como consta del Decreto de
treinta y Uxno de Odubre de cincuenta y
tres, lo que executado con el Real Acuer-
do, lo dio por su Decreto de diez y nueve
de Noviembre del mismo año. Pasaron des-
pués á presentar escrito al Señor Arzobis--
po con la Real Cédula, pidiendo el pase, y
avisando el obedecimiento del Siperior Go-
bierno y Real Acuerdo de esta Nueva Es-
paña, é impetrando las licencias necesarias
para la erección y fundación. En que este
pasara al Promotor Fiscal, y las demás dili-
gencias que se praélican en estos casos, no»
se obtuvo la licencia hasta el dia treinta y
uno de Diciembre de cincuenta y tres, co-
97^
mo consta del Decreto, mandando a! mis-
mo tiempo se executara ]o que el Promotor
Fiscal pidió, que fue, razón de los fondos
que había, con cu 70 proveído com.enzaron
las cosas a enlazarse en dificultades :, y co-
mo su Illmi estaba aun algo desabrido y
desconfiado en orden á la suficiencia para la
fundación, á causa de los inforixies contra-
rios que se le habían hecho en este particu-
lar, diciéndole que había sido inconsidera-
ción el haberla emprendido sin tener con
qué, y otras cosas semejantes que le abulta-
ban: por otra parte veía que la Madre Fun-
dadora le aseguraba que de todo su caudal
había hecho heredera á nuestra Señora del
Pilar para esta fundación, y era bien públi-
co el que tenían sus Padres. Para salir de
confusiones mandó notificar á dicha Madre
declarase con individuahdad los caudales que
tenia, en qué ramos y en poder de quien,
lo que executó por medio de su Apoderado
Don Joseph Antonio de Santander. Con es-
ta declaración decretó su Señoría Ilimá. se
98.
]e notificase al Albacea de los Señores Mar-
queses sus hermanos, en cuyo poder se ha-
llaba, para que diese razón con declaración
jurada de lo que existia. Hecha esta diligen-
cia, fue corriendo el tiempo en la dilación
de los trámites regulares que permiten las
Leyes, sin embargo de la exigencia con que se
manejaban en la Secretaría Arzobispal , pues
aun estando en la Visita S. S. Illmá. hay varios
Decretos despachados en el mismo dia que se
le presentaban, desde el Pueblo en que se
hallaba:^ y de Tezcuco hay uno expedido en
diez y seis de Febrero, en que respeQo á la
multitud de negocios que ocurren en la san-
ta Visita, y deseando dar curso al de la fun-
dación, sin gravar á las partes interesadas
en los costos, manda, que así estas como el
Señor Promotor, hagan sus ocursos ante el
Señor Dr. D. Francisco Xavier Gómez de
Cervantes Prebendado de esta Santa Iglesia
Metropolitana, Provisor y Vicario general
de este Arzobispado, cando á dicho Señor
comisión en forma para que mientras se
99'
restituía S. S. lUmá. á esta Capital, conozca
del precitado negocio, dándole cuenta de
sus resoluciones para la inteligencia de S. S.
Illmá. Últimamente, en veinte y ocho de
Febrero decretó el Señor Provisor al Alba-
cea pasase á la Secretaría el dinero y alha-
jas que habia expresado existían;; y habién-
dosele notificado á dicho Albacea, el veinte
y uno de Marzo próximo puso en dicha Se-
cretaría, por m.ano del Apoderado Don Jo-
seph Santander, setenta y dos mil doscien-
tos quaíro pesos quatro. reales y medio, ha-
biéndole entregado á este antes varias alha-
jas de oro, plata y pedrería, láminas y qua-
dros, y que del chinchorro que habia de
mas de seis mil ovejas daria cuenta quando
viniese el último arredro, y lo entregarla al
Sugeto que nom.brasen , lo que mandó el
Señor Provisor se le hiciese saber á la Ma-
dre María ígnacia, y que determinase adon-
de queria que se depositara el dinero: á lo
que respondió su Reverencia no tener mas
voluntad que la de S. S. íllmá. Y como el
lOO.
Señor Provisor hacia las veces del Prelado,
dispuso se guardase en la Arca del Conven-
to de Regina, respefto á que con el motivo
de la fábrica que se emprenderia era preciso
tenerlo á la mano para lo que fuese necesa-
rio, lo que se executó al dia siguiente vein-
te y dos de dicho.
En esta satisfacción dieron paso á bus-
car sitio acomodado á nuestro Instituto, que
debía estar en el centro de la Ciudad, y co-
menzaron la diversidad de pareceres entre
los Sugetos apasionados, por via de conse-
jo. Por fin se resolvió comprar dos casas en
esta calle de los Cordovanes, la una se le
compró á Don x^ndrés Otañez, que estaba
para pasar á la Ciudad de Veracruz, y con
este motivo la tenia de venta, debiéndole
las Madres hiciese la caridad de dárselas en
un mil pesos menos de lo que otros prome-
tían; por ella; la otra, que era contigua,
finca de las RR. MM. de la Encarnación ,
fue mas difícil conseguir^ pues se resistieron
fuertemente por justos motivos que tendrían,
lOi.
basta que nuestro Illmó. Prelado fue en per-
sona á suplicarles diesen su consentimiento,
atendiendo á la necesidad que habia. Efec-
tuada la compra se comenzó la obra de este
Convento Sábado veinte y tres de Junio de
cincuenta y quatro, la que dirigió Fray Lu-
cas de Jesús María Religioso Laico del sa-
grado Orden de San Agustín de la Misión
de las Islas Filipinas, el que lo tomó con
todo empeño, y para mayor brevedad no lo
sacó de planta, valiéndose de la misma que
tenian las casas. En su recinto formó habi-
taciones propias para Religiosas de vida co-
mún, y las anexas á nuestro Instituto, sin
faltarle en medio de la estrechez del sitio
oficina alguna. Á la eficacia de dicho Fray
Lucas se agregaba la vigilancia del Arzobis-
pado para que no hubiese demora, y corrió
con tanta felicidad, que aun en el temblor
tan fuerte que hubo en aquel año dia de San-
ta Rosa, estando los pilares del segundo pa-
tio sin cubrir, no se experimentó desgracia
ni sentimiento algimo en la obra , como te-
15
102.
mieron todos. Quando se cerró la clave del
último arco del patio principal viao á asis-
tir S. 3. Illmi. poniendo en él varias reli-
quias, y se pusieron sus Armis labradas en
piedra para señal y en memoria del agrade-
cimiento. A veinte y uno de Noviembre.,
dia de la Presentación de nuestra Señora,
que ya estaba concluido el Convento, vino
el Señor Arzobispo á bendecirlo. El dia diez
y siete de Diciembre del año de cincuenta y
quatro dio orden S. S. Illmá. al Señor Pro-
visor para que el dia siguiente fuese á las
seis de la mañana á pasar á las Religiosas,
y á estas de que se trasladasen á su nuevo
Convento. Sin duda quiso S. S. Illmá. usar
de esta violencia por evitar el concurso, de
suerte que apenas tuvieron tiempo para des-
pedirse de aquella venerable Comunidad , á
quien estaban tan obligadas y reconocidas.
Este que parece acaso, fue muy convenien-
te, pues lo repentino de la salida no dio lu-
gar al sentimiento, que hubiera sido mayor
de una y otra parte premeditada la separa-
I03.
don, después de haber estado en tan estre-
cha unión por el espacio de un año tres meses
y diez y siete dias.
CAPÍTULO NONO.
Toman posesión de su Convento y empiezan
á exercer sus ministerio,
Onforme á la orden que se dixo en el
Capítulo anterior, dia de la Expefta-
cion de nuestra Señora diez y ocho de Di-
ciembre, á las seis de la mañana, fue el Se-
ñor Provisor Don Francisco Xavier Gómez
de Cervantes, acom.panado del Notario, y
en los coches que mandó el Señor Arzobis-
po para su transporte, via reda las conduxo
a la Iglesia de este Convento, en la qual
entraron con unas candelas encendidas, que
recibieron en la puerta de ella, y habiendo
hecho oración Ínterin se cantó el Te Deum
laudamus^ el que fenecido pasaron en dere-
chura á la Portería, y habiendo entrado en
el Coro baxo recibieron todas el Santísimo
104.
Sacramento de la Eucaristía, que les minis-
tró el Sr. Dr. D. Manuel Roxo del Rio y
Vieíra, Canónigo de esta Smta Iglesia y
Capellán mayor de este Convento, que fue
nombrado desde que estaban en Regina, que
después fue Arzobispo de Manila, quien in-
mediatamente procedió á celebrar el santo
sacrificio de la Misa, á que asistieron todas,
estando en este afto el Santísimo patente.
Acabada la Misa y depositado el Divinísi-
mo salieron á desayunarse, teniendo preve-
nido de orden del Señor Arzobispo abun-
dancia de masas , que no pudieron tomar en-
tonces por ser dia de témporas.
Hallaron aquí á dos Señoritas Sobri-
nas de la Madre Presidenta (que en la ac-
tualidad son Religiosas) y á la muger del
Apoderado Santander. Éstas no se quedaron
á comer, pero sí estuvieron todo el dia el
Padre Bernardo Pazuengos y su Compañero
el P. Joseph Azcon, (porque el P. Tomás
de Ron ya se había ido á su destino de Mi-
sionero) los Señores todos del Arzobispado,
lOg.
y dicho Don Joseph Santander, quienes les
estuvieron enseñando toda la casa con el Br.
Don Manuel Sánchez de Tagle segundo Ca-
pellán y Sacristán mayor. Llegada la hora
de comer y puestos á la mesa los dos Pa-
dres Jesuítas y las Madres, les sirvieron la
comida los Familiares del Señor Arzobispo,
la que vino de su Palacio, y estuvo tan buena
como abundante. Este III mó. Prelado vino á
la tarde á congratularse con esta pequeña
Comunidad y darles el parabién, quien no
satisfecho en sus obsequios les dio un mag-
nífico refresco, estándose en su compañía
hasta después de las oraciones que se retiró,
dexándolas muy llenas de satisfacción y
agradecidas á tanto cúmulo de beneficios,
pues á mas de los referidos, dio orden á su
Mayordomo desde que vinieron á esta Ciu-
dad para que les subministrase cien pesos
mensualmente para su manutención, limosna
que continuó hasta su fallecimiento.
Inmediatamente distribuyó la Madre
Presidenta los oficios en la forma siguiente:
ro(5.
su Reverencia Portera de las Clases, M. Ma-
ría Estevan Echeverría Maestra de Clases y
Enfermera , M. María Josefa Burges Maestra
de Colegialas y Sacristana, M. María Ignacia
Azlor Procuradora, M. Ana María de Tor-
res Maestra de Novicias, M. Ana Teresa
Bonstet Portera del Convento y Maestra de
Clases, M. María Tomasa Tellez Sacristana
y Tornera, M. Joaquina Azcárate Maestra
de Colegialas y Bibliotecaria, Hermana Ma-
ría Isabel Zepiilo Maestra de Clases, Her-
mana María Lucia Beramendi Maestra de
Clases y Ropera, Hermana María Josefa Ca-
briada Dispensera y Enfermera, y estas tres
últimas llevaban semanas, á m.as de sus ofi-
cios, de Campaneras, Refitoleras, y otras
varias cosas.
El dia treinta de Diciembre entraron
por la mañana en este Colegio Doña María
Josefa Moreno y Azpilcueta de edad de sie-
te años , por quien habia hablado el Señor
Obispo de Durango Dr. D. Pedro AnselmiO
Sánchez de Tagle, á quien habia prometido
la Madre Fundadora sería la primera que
entrase con su Tia Doña María Ana More-
no, Jas que vinieron de dicha Ciudad con
este destino, y Doña Josefa Camarillo;; á la
tarde Doña María Antonia Rivera y Doña
María Ana Blanco, entrando solo cinco es-
te dia (aunque habia otras que estaban es-
perando) determinándolo así la Madre Ma-
I ría Tgnacia en reverencia del Dulcísimo Nom- '
bre de María, deseando que estas cinco de-
dicadas á tan augusto Nombre quedaran Re-
ligiosas, beneficio que lograron, y hoy dia
viven. El dia primero de Enero de cincuen-
ta y cinco entró de Colegiala Doña María
Gregoria Bustamante con el destino ya de
ser Religiosa, para lo que estaba admitida.
Continuaron de este modo entrando en el
Colegio m.uchas de las principales familias,
así de esta Ciudad como de fuera. Las Cla-
ses externas no se abrieron el dia siete, co-
rneo es costumbre, por acabarse el dia de Re-
yes nuestras vacaciones, sino hasta el dia
once, por ser Sábado, dedicado á María San-
io8.
tisima. Aquella primera mañana acudieron á
dichas Clases solo diez niñas, á la tarde
veinte, pero desde la semana siguiente una
multitud, que no daban abasto las Madres
Maestras, y era necesario que las de otros
oficios les fuesen á ayudar, siendo esto de
mucho júbilo para el ardiente zelo de nues-
tra Madre Fundadora, que daba por bien
empleado todo lo que habia padecido al ver
logrado su fin, cuya concurrencia ha conti-
nuado hasta ahora sin descaecer, con gran-
de consuelo nuestro, por el fruto que se sa-
ca, mediante la ayuda del Señor, para glo-
ria suya, por nuestro santo Instituto.
El dia veinte y quatro de Marzo, en
que deben ser nuestras Elecciones, habien-
do precedido los ocho dias de retiro que
prescriben nuestras Constituciones, vino esa
mañana S. S. Ilimá. á hacer la Elección, en la
que con todos los votos salió electa por
Priora la Madre María Ignacia Azlor, la que
por la suma repugnancia que siempre tuvo á
la Prelacia, dixo ser nula la Elección, ale-
lOp.
gando que no tenia la edad (quando solo le
faltaban seis meses) á cuyo alegato repus'e-
ron las Vocales estar este inconveniente ya
vencido, pues á prevención tenian de ante-
mano obtenida la dispensa de S. S. Illmá.
por si se verificaba este caso^ con lo que no
teniendo que responder obedeció, recibien-
do la cruz mas pesada para su Reverencia
que las anteriores. Nuestro Prelado quedó
muy gustoso de la Elección hecha, y á la
tarde volvió á dar el parabién y á hacer la
visita acostumbrada, costeando su generosi-
dad un buen refresco, que sirvieron sus Fa-
miliares.
Habiendo hecho la lista de oficios y
:aespachada esta, dio paso á que profesaran
las dos que habían venido de Novicias,
quienes habiendo cumplido el dia diez del
Octubre anterior no habian hecho su pro-
fesión porque nuestro Illmó. Prelado, aun-
que muy compadecido por tanta espera, de-
cía era necesario tuviesen paciencia hasta
que la Madre Fundadora evacuase lo que
i6
I I o.
por ei Defensor se habia pedido y por su
persona ordenado, sobre la calificación de
los caudales que habían de servir para la
fundación, pues lo contrario se oponia á lo
formal y á lo justo. No obstante esto, por
las repetidas instancias de las Novicias, y
obviar otros inconvenientes , habiendo afian-
zado sus dotes sobre el chinchorro, condes-
cendió el corazón piadoso del Prelado, é
hicieron su profesión solemne el dia siete de
Abril con m.ucho consuelo de sus espíritus.
El dia veinte del mismo tomaron el hábito
Doña María Águeda de Urtazun, que vino
de Pretendiente con las Madres, añadiéndo-
se el nombre de Xaviera, y Doña María
Gregoria Bustamante, quien se puso el de
Micaela por devocicn de la Madre María
Ignacia y suya, alegrándose mucho su Re-
verencia de que tan breve empezaran á alis-
tarse en esta sagrada Compañía, y gozábase
en la posesión de sus deseos viendo estable-
cido ya nuestro Instituto sagrado en este nue-
vo Mundo, trocados en tranquilidad los pasa-
III.
dos riesgos, y en seguridad el amenazado
naufragio. Lo grande del beneficio le obliga-
ba á mostrarse agradecida á la poderosa mano
que la había sacado de tan repetidas inquie-
tudes:^ y como el mejor modo de agradecer
es el cumplimiento de la obligación de cada
uno, y en la Superiora es no solo el apro-
vechamiento propio, que es la principal par-
te del fin é Instituto de la Compañía de Ma-
ría, no solamente á su alma, sino también á
las de sus hijas, miraba como porción enco-
mendada á su cuidado, de que habia de dar
estrecha cuenta , si por falta de vigilancia se
introducía insensiblemente algún abuso con-
tra la observancia regular, por lo que tan
perfedamente se dedicó á esta para el ma-
yor exemplo, que es el mas poderoso estí-
mulo para la imitación, sin ruido de pala-
bras, que sin exageración alguna, pudo te
nerse por dechado de Religiosas observan-
tes: de m.anera, que con advertencia y co-
nocimiento por respeto ninguno se apartaba
un punto de lo que la Regla manda. La dis-
112.
tribucion ordinaria, que es el plan de la re-
ligiosa disciplina, era la pauta por donde se
arreglaban todas sus operaciones del día.
Las enfermedades, que son el desconcierta
de la naturaleza , desazonando interiormen-
te de tal suerte las potencias, que desabri-
das estas repugnan todo exercicio, aun aquel
que en sana salud les es delicioso y apete-
cible, nunca le impedían la observancia de
su diaria ocupación, porque asistía puntual I
á todo lo de comunidad con la misma de-
voción y fervor como quando estaba sana,
siendo su regular dicho en semejantes oca-
siones, que era poco mal y bien chiqueado.
Este era el caso único en que con humildad
representaba al Confesor por quien se diri- ;
gia^ porque si este le decia que debia ver
por la vida, respondía regularmente, que
bastante se hacia por ella , y nada por Dios. [
Si le decia que habia obligación de cuidar
de la salud, respondía que la salud no sirve
para otra cosa que para emplearla en el ser-
vicio de Dios, y de esta suerte hacia sus re-
113-
presentaciones graciosas, para que no la obli-
gase al descanso y retiro de los diarios exer-
cicios de Ja Comunidad:^ pero con todo, si
oídos sus alegatos le mandaba cesar de la
común tarea piadosa de todas las demás,
obedecía rendida, aunque esta su obediencia
se reducía solo á no salir del aposento, res-
guardándose del viento, que era lo que le
parecía encerrarse en el mandato, mas no á
dexar de hacer dentro de sus pobres paredes
todos aquellos oficios de piedad que pide la
devoción, quando esta tiene perfectamente
domjnado el ánimo. Allí pues encerrada se
empleaba en los rezos, en la oración, en las
estaciones y dem.as religiosas obí'as en que
estaban en lo público bien ocupadas sus her-
manas. Esta invariable práctica observó cons-
tante desde que se enclaustró en Tudela has-
ta la última enfermedad de que murió.
Zelaba en todas las Oficialas el cum~
plimiento de sus respedivos oficios, y si en
alguna Religiosa veía ó sabía de ella alguna
falta, en lo pronto disimulaba, llamándola
114.
después á su aposento para reprehenderla
segaa el hecho lo requería; pero siempre
con estilo de Madre, haciéndole conocer el
deseo de su aprovechamiento:^ y aunque en
el ado se mostrara severa, pasado este no
le quedaba amargura en su corazón para con
la subdita, procurando ocultarlo de las de-
mas. A las Clases externas baxaba muchos
días á observar el porte de las Madres Maes-
tras, encargándoles el cuidado de las niñas,
particularmente de las mas pobrecitas. So-
bre la grande tarea del dia (pues todos los
negocios los manejaba por sí propia) el des-
canso de la noche era salir, quando ya es-
taban recogidas las Religiosas , á velar la vi-
ña que el Padre de Familias habia puesto á
su cuidado en Convento y Colegio. En este
si reconocía qiie las Educandas, como ni-
ñas , estaban inquietas haciendo travesuras ,
avisaba á alguna de sus Madres Maestras pa-
ra que las fuera á sosegar. Era su Reveren-
cia reda, y procuraba que sus subditas fue-
ran muy observantes, solicitando que nin-
115. !
giina estuviese ociosa, acordándose de lo
que dice nuestra santa Regla , que el ocio es
origen de todos los males ^ pero al mismo
tiempo en su trato familiar era benigna, afa-
ble y festiva en su conversación, divirtién-
dolas en las horas de quiete y recreaciones,
dando á cada cosa su tiempo, no agradán-
dole que fueran melancólicas, ni virtuosas
con hazañerías, sino que sirviesen á Dios con
libertad de espíritu, sin nimiedades escru-
pulosas. Con este modo de gobierno se ma-
nejó todo el tiempo que nuestro Señor nos
la concedió por modelo.
En este primer trienio del año de cin-
cuenta y cinco tuvo nuestra Madre María
Ignacia el consuelo de recibir la especial re-
liquia del ínclito Mártir San Juan Nepomu-
ceno, que se venera en nuestra Iglesia. Esta
se la remitió su Tio el Exmó. Señor D. An-
tonio Azlor, que se hallaba de Embaxador
en la Corte de Viena, á quien se la había
regalado la Señora Emperatriz Doña María
Teresa de Austria, y la traxo el Señor Mar-
1 1 6.
qués de las Amarillas, quando vino de Vir-
rey á esta Nueva España. Esta preciosa re-
liquia es un artejo del dedo índice del San-
to, colocada en una imagen suya de poco
mas de quarta, toda de oro curiosamente la-
brada, y aun dicen que es verdadera Efigie
del glorioso Mártir (dádiva propia de una
Em^peratriz) para la que mandó hacer nues-
tra Madre Fundadora, á su idea, una urna
de cristales guarnecida de plata, estribando
la Estatua sobre una nube asimismo de pla-
ta, y en el reverso de dicha urna, también
entre cristal, se dexa ver la auténtica. Fue
para su Reverencia muy apreciable esta pren-
da por el afedo que profesaba al Santo, y
el deseo que tenia de poseer una reliquia su-
ya, que es tan difícil conseguir.
En veinte y ocho de Noviembre del
año de mil setecientos cincuenta y siete, en
atención de haber verificado y cumplido la
Madre María Ignacia todas las obligaciones
de Fundadora, y en su consecución se sir-
vió el Señor Arzobispo de aprobar en toda
I I¡T.
forma de derecho esta fundación, confir-
mando y concediendo al mismo tiempo el
Patronato de Iglesia y Convento á nuestra
Madre Fundadora por los dias de su vida,
y después de su fallecimiento á sus Sobri-
nos los Señores Marqueses de San Miguel
I de Aguayo y Conde de San Pedro del Ála-
mo, mientras vivieren, y después de sus
dias á los hijos y succesores del primero, que
llevaren el título de Marqués de San Miguel
de Aguayo por linea reda solamente, y en
su falta á la persona que la Comunidad eli-
giere, si le pareciese conveniente. Lo que se
les hizo saber á las Madres á toque de cam-
pana en el Coro baxo, las que dieron ren-
didas gracias á S. S. lilmá. particularmente
la Madre María Ignacia, que con esta defi-
nición tuvo ya el lleno de sus deseos, viendo
establecido con firmeza lo que tanto desve-
lo y oraciones le habia costado. El motivo
de haberse diferido todo este tiempo dicha
aprobación, fue por el recelo que (comiO ya
se dixo) tenia nuestro Prelado de la sufi-
ii8.
ciencia de fondos para que pudiese subsistir
este Coivento, lo que miraba con pruden-
cia respedo á que nuestra Madre Fundado-
ra contaba no solo con los cien mil pesos
que le tocaban por sus legítimas, de los que
ya se ha dicho quedaron en ser setenta y
dos mil por haber expendido los restantes
en los viages de ida á España y vuelta á es-
tos Reynos, obras pias que fundó y muchas
limosnas que hizo, como ya queda insinua-
do, sino asimismo con los cincuenta mil pe-
sos que su hermano el Señor Conde de San
Pedro del Álamo le asignó sobre las utilida-
des de la Mina de Santa Anita en Guana-
xuato para este fin , los que hasta el dia no
se han enterado, porque la Mina, frustrando
las piadosas intenciones del Señor Conde,
ni dio ni ha dado utilidades algunas, y esto
era lo que conocía S. S. Iilmá. Pero el buen
gobierno y economía de la Madre María Ig-
nacia dispuso en buena forma las rentas,
pues con lo que quedó después de conclui-
do el Convento, en que se gastaron cin-
rip.
cuenta y siete mil pesos, varías alhajas qu3
vendió-, menage de casa y algunos dotes d^
las primeras que entraron, con mas ciertas
cantidades que le volvieron, de que era
acreedora , procuró prontamente comprar
fincas, para con sus réditos satisfacer y dar
cumplimiento á lo que habia dispuesto.
CAPÍTULO DÉCIMO.
Su devoción al Santísimo Sacramento , á Ma-
ría Sansísima y otros Santos,
#^UmpIidos los tres años de su Prelacia
'^^^ el de cincuenta y ocho, se procedió
á nueva elección, la que recayó en la mis-
ma persona de nuestra amada Madre Azlor,
con tanto gusto de la Comunidad como re-
pugnancia de su Reverencia, pues mas de-
seaba obedecer que mandar. La confirmó S.
Illmá. en el empleo con particular compla-
cencia y hubo de seguir con la cruz que
nuestro Señor le habia destinado hasta su
muerte, reconociéndosele en el semblante lo
I20.
azivaraio que quedaba su corazón con el
nuevo honor, muy debido por todos títulos
á su virtud y talentos.
Ya se ha hablado de su gobierno en
general, haremos ahora alguna insinuación
de sus virtudes y devociones particulares,
pues para expresar por menor lo mucho que
se pudiera decir de su freqüencia de Sacra-
mentos, presencia de Dios, oración, medi-
tación, lección de libros devotos, mortifi-
cación y penitencia, era menester que cor-
riera muy dilatada la pluma.
La devoción de la Madre María Igna-
cia al Santísimo Sacramento era tan reve-
rente, que no se llegaba á esta sagrada me-
sa sin primero reconciliarse con mucha com-
punción de sus leves faltas^ y aunque era
nimio su temor, no omitía recibir este Pan
de vida (no satisfecha de solo las Comu-
niones de regla) con la mayor freqüencia
que podia, y tenia particular cuidado de re-
cibirlo el dia del Santo Patrón de cada mes,
y de que todas lo executasen : en muchas fes-
12 1.
tivídades de María Santísima consiguió li-
cencia para que se descubriese al Santísimo
en la Misa cantada, y á la tarde por espa-
cio de una hora, y siempre que estaba ex-
puesto este Divinísimo Señor en nuestra Igle-
sia, no se apartaba de su presencia, si no la
obligaba alguna distribución ó negocio en
cum.plimiento de su empleo: jamas dexaba
de estar de rodillas en el Coro, si no era
quando se rezaba el Oficio, con tal com-
postura exterior, que se echaba bien de ver
la interior reverencia de su espíritu, que á
todas las componia. Consiguiente á esta era
la devoción á )a santa Misa, sin perder al-
guna de quantas se decian, lamentándose
quandó no llegaban siquiera á cinco, en re-
verencia del Dulcísimo Nombre de María,
y al Sacerdote que decia la quinta le reza-
ba cinco Salves en agradecimiento de ha-
berle completado este número, lo que sabido
por algunos de los que freqüentaban nuestra
Iglesia, codiciosos de sus oraciones, solici-
taban que les cayese la suerte, siendo tanto
I 22.
SU anhelo de este santo Sacrificio, que tenía
la prolixidad de. apuntar las que oía en la
semana, mes y año, haciendo exquisita.^; di-
ligencias por no perder ninguna, y varias
veces sucedía desayunarse á toda prisa, ó
no acabar, para alcanzar la Misa que había
oido tocar ^ y si por motivo urgente perdía
alguna, todo el día le duraba el sentimiento.
No obstante esta su grande devoción, pre-
valeció un día su paciencia y humildad, pues
estando ya en pie para ir á oiría, entró una
Hermana, quizá con mas sencillez que ma-
licia, dándole un libro de la Vida de un
Santo, díciéndole cjue leyera aquel Capítulo
que era de la prudencia con que habia go-
bernado, y se volvió á sentar, respondién-
dole se ]o leyese la misma, perdiendo la Mi-
sa por oirle dicho Capítulo, sin mostrar la
mas mínima turbación, de que quedaron muy
edificadas así las que se hallaron presentes,
como las que después lo supieron. Este in-
terés la obligaba á sufrir la incomodidad del
aposento en que vivía con la ventana á la
123.
calle, una de las mas ruidosas, así por el
continuo tráfago de los coches, que á todas
horas del dia y de la noche van y vienen
para todas las demás calles del vecindario,
como por el molesto bullicio de la gente
vulgar, que para sus algazaras, alborotos y
griterias ni tiene hora ni guarda concierto,
y teniendo el sueño m.uy ligero, con todo,
para la Madre María Ignacia era muy aco-
modado y apetecible, porque tenia una ven-
tanilla pequeña, que abierta daba comunica-
ción al aposento con el Coro, facilitándole
las freqüentes visitas al Divinísimo Señor
Sacramentado. De esta usaba, especialmente
quando estaba enferma ó impedida por la
obediencia, para asistir á los divinos Oficios
y visitar ásu divino depositado Dueño, pues
abierta no solo le franqueaba la presencia
mental, sino también la real, para lograr la
mayor inmediación que podia á los altísi-
mos misterios, y á la adoración de su Am^
do.
Con esta santa industria lograba el oír
124-
todas las Misas que se decían en casa, por-
que si estaba sana asistia en el Coro, y si
enferma desde el aposento. La devoción y
reverencia con que todo esto exercitaba no
es fácil expresar en breve, solo se dice de
paso , que las reverencias ó postraciones cor-
porales y externas todas eran profundas, aun
siendo muy freqüentes, si no decimos con-
tinuadas,, porque se habia de postrar inde-
fedible y profundamente siempre que men-
taba á la Santísima Augustísima Trinidad,
el dulcísimo nombre de Jesús, el Santísi-
mo de María, y no solo quando su Reve-
rencia los nombraba, sino también siempre
Que los oia nombrar, si se hacia alguna men-
¿ion de la sagrada Eucaristía, ó se mencio-
naban los otros tres Santísimos Señores Jo-
seph, Joaquin y Ana:; y como todos estos
sacratísimos nombres son tan continuos en
los rezos, oraciones, deprecaciones, y aun
en conversaciones piadosas , puede con ver-
dad decirse que estas postraciones rendidas
eran aun mas que freqüentes continuas: tan-
125.
to y con tal constancia, que agonizando es-
taba, ya desamparada de las naturales fuer-
zas, sin poder valerse de sí para nada de su
alivio, y con todo siempre que los que le
auxiliaban mencionaban alguno de los ya di-
chos sagrados nombres, habia de inclinar la
cabeza para hacer la reverencia, y si se nom-
braban seguidamente, la inclinaba seguida-
mente, hasta las dos últimas boqueadas, que
se duda si los oyó. De aquí se infiere la con-
tinua presencia de Dios que tenia quien con
tanto tezon se aduaba en los aQos dichos.
Su devoción á María Santísima se pue-
de llamar eximia, pues desde niña le rezaba,
sin faltar dia alguno, su Oficio y el Rosario
de quince misterios : continuamente le hacia
Novenas, y solia juntar á otras quatro que
la acompañasen, porque procuraba en todo
ajustar el número de cinco en reverencia de
las cinco letras, y por la misma erigió cin-
co lugares de gracia para Colegialas, que se
distinguen de las otras en el Escudo que lle-
van del nombre de María , teniendo las de-
i8
12(5.
mas por divisa del hábito de nuestra Sex^ora
del Pilar en el brazo izquierdo un pilarito
de plata. Todas las admisiones así de Reli^ 1
glosas como de Colegialas, habían de ser en
festividades de nuestra Señora, y si esta es- .
taba lejos, á lo menos en Sábado por dia '
consagrado á esta Señora. Se le notó que
quanto se le pedia por la Virgen lo conce-
día, aunque con prudente disimulo, porque
no se valieran de esto para impertinencias.
Hacia en su honor varias limosnas, y si oia
pasar algún pobre por la calle pidiendo por
María Santísima, si no era á deshora envia-
ba á la Tornera algún socorro para que le
diera, pues en esto y en el culto divino em-
pleaba al vitalicio ó reserva que sus herma-
nos le asignaron. El Viernes Santo acompa-
ñaba á esta Señora en su Soledad con las
tres horas que le hacia en su aposento, de
doce á tres de la tarde, con muchas lágri-
mas de ternura y compasión de sus dolores,
en cuya memoria procuraba fuesen siete con
su Reverencia las que se congregaban á este
12^.
devoto exercicio, y quedando las otras ren-
didas, solo nuestra Madre María Ignaciaera
incansable, después de haber empleado la
luañana, acabados los divinos Oficios, en
otras muchas devociones propias del dia, lo
que continuaba á la tarde en los tiempos
que cesaban las distribuciones, que admira-
bam.os como tenia aliento para tanto, sien-
do así que la noche anterior no sabemos si
se llegaba á acostar. Solicitaba este dia que
á todas las Imágenes de Dolores que habia
en el Convento se les diese algún especial
culto. Su devoción era tant?, que todo enca-
recimiento es corto : solia decir tenia mucha
envidia al Rey Don Jayme de Aragón por
los muchos Templos que habia dedicado á
nuestra Señora, y se puede contar por pro-
digioso un caso que sucedió. La Señora Mar-
quesa su Madre tenia en esta Ciudad estre-
chez con una Señora Aragonesa, la qual vi-
vía en una de estas casas que hoy son Con-
vento: esta tenia una Efigie de nuestra Se-
ñora del Pilar de marfil hecha en China por
128.
un Sangley gentil , el que después de haber-
la hecho se prendó tanto de su hermosura,
que se hizo Christiano. Era tan crecida la
inclinación de la niña María Ignacia á esta
sagrada Imagen , que le rogaba á menudo a
su Señora Madre viniesen á visitar á Doña
María Sanz (que así se llamaba la amiga Ara-
gonesa) solo por lograr el consuelo de ver
esta Imagen, la que entonces estaba coloca-
da en una pieza que vino á ser el mismo
aposento en que murió después su Reveren-
cia. Es á saber, que habiendo enviudado di-
cha Doña María, le tenia comunicado á la
Señora Marquesa hermana de nuestra Madre
María Ignacia que habia de dexársela á su
Reverencia quando ella muriera. Volvió á
casarse con un Aragonés, y quando falleció
dicha Señora se quedó este Caballero con la
Efigie, diciendo quando se le reconvino, no
estar en el testamento esta donación , por lo
que le propuso nuestra Madre Fundadora,
porque se la dexara, darle otra de marfil y
doscientos pesos. No convino en ello, pues
129.
su ánimo era llevarla á España, y colocarla
haciéndole una Capilla en su tierra. Ya pró-
ximo su viage le suplicó la Madre María Ig-
nacia que siquiera nos la traxera para verla
y despedirse de su Magestad. Condescendió
en esto, pero con tal desconfianza, que no
quiso dexarla entrar dentro de la Portería,
sino solo que la vieran inmediata á la puer-
ta : con este sentimiento le dixo su Reveren-
cia: Ahí castigará á usted la Virgen porque
nos la lleva ^ que esa Imagen es nuestra: pa-
labras que habiéndolas proferido solo por
efefto del dolor de la pérdida de lo que tan-
to amaba, se vieron verificadas. Fuese el Ca-
ballero, y habiendo llegado á Sevilla se vol-
vió loco^ después le dio una enfermedad en
Cádiz, con la qual le volvió el juicio, y en
su testamento dexó ordenado nos traxesen
la Santísima Imagen^ y costeasen de su cuen-
ta la conducción , pagando esta soberana Se-
ñora á su devota el tierno amor que la pro-
fesaba. Con esta noticia, tart3 fue el gozo
de lo que conseguía, como la pena de la fa-
I30.
talidad^ acaecida al Sugeto, sintiendo haber
dicho aquellas palabras que inocentemente
produxo. Aquí es de advertir, que tuvo tan-
ta confianza la Madre María Ignacia de que
la Virgen habia de volver, que sabiendo te-
nia corona de oro y el Niño de plata, an-
tes de tener algún aviso se la mandó hacer
de oro. En fin, después de varias revolucio-
nes por el motivo de la guerra y otros acon-
tecimientos, síq diligencia alguna de su Re-
verencia, asentada la paz, en los primeros
Navios vino nuestra Señora, la que recibi-
mos con repique y cantando el Te Deum,
El dia doce de Mayo del ario de sesenta y
tres, Sábado por la mañana, se pasó de la
Portería á la Iglesia procesional mente, co-
menzando desde este dia un Novenario, y
aunque por entonces se colocó en el Altar
mayor, hoy dia la tenemos en el Coro alto,
por haberse puesto en el nicho de Ja Iglesia
la Imagen que llamamos regularmente la Pa-
trona, porque fue de la Madre de nuestra
Fundadora, quien la llevó á España, y quan-
131.
do estuvo en Zaragoza logró tenerla nueve
días en la santa Capilla, y la hizo tocar á la
original : dicen está hecha á las mismas me-
didas de aquella milagrosísima Imagen Co-
lumna de la Fe y amparo de toda España^
por lo que con particular amor y venera-
ción la tuvo siempre en su aposento hasta
que murió.
• La devoción á los Santos era tan ge-
neral, que no es fácil especificar quales so-
bresalian, porque en cada uno hallaba par-
ticular motivo su piedad , pues .á unos por-
que se esmeraron en el amor de la dolorosa
Pasión de nuestro Señor Jesuchristo, otros
en el culto y tierno afeito á María Santísi-
ma, y á atros por alguna particular virtud
en que mas se señalaron, se puede decir que
no habia Santo que no invocara. El deseo
que tenia de la protección de estos le hizo
solicitar de Roma muchas reliquias, pues á
mas de la Sábana Santa tocada á la original
que se venera en Turin, por medio del Se-
ñor Sada hermano del Señor Marqués de
132.
Campo-real, que la consiguió quando fue
sirviendo á la Señora Infanta Doña María
Antonia de Borbon, que pasó á casar á Sa-
boya con el Señor Duque Príncipe del Pia-
monte ^ y dos Santas Verónicas asimismo to-
cadas á las originales, que le enviaron de
Roma, quatro Cuerpos de Santos Mártires,
dos de éstos vestidos, que son San Clemen-
te y Santa Cándida, dádiva de los Eminen-
tísimos Señores Cardenales Guadagni y Por-
tocarrero, los otros dos de San Rufo y San-
ta Rudinetris, están sus huesos colocados en
dos urnas, y miuchas reliquias con sus au-
ténticas que se veneran todas en un Altar
de nuestra Iglesia.
CAPÍTULO UNDÉCIMO.
Su observancia de los rotos y otras virtudes.
Pobreza, castidad y obediencia son la \
esencia de la Religión. Quiea tan adic-
ta estaba á la piedad y devoción, bien sede-
xa entender quan desprendida estarla de to-
133-
do Jo que es intereses y amor á los bienes
temporales , incompatibles con el recogí-
- miento interior:; pues quien estos bienes ama
no puede del todo entregarse á Dios , y ha-
biendo ya en lo autecedente mjanifestado la
interioridad con que nuestra amada Madre
continuamente se exercitó toda su vida en el
trato con Dios , parece que se ha dado á co-
nocer bastante el despego que siempre tuvo,
que es en lo que esencialmente consiste la
pobreza voluntaria. Nada deseaba, nada ape-
tecía, nada poseía. ¡Qué mayor desprecio de
mundanos bienes! Por el contrario, se com-
placía con los remiendos , rehusando ponerse
cosas nuevas, y era menester instarle con
pretexto de que era dia de la Virgen para
que lo admitiera. Se regocijaba con la des-
calzas, y se recreaba con ios efeftos de ne-
cesidad: así se portaba como verdaderamen-
te pobre voluntaria. La diferencia que hay
del pobre por Jesuchristo á el pobre por la
fortuna, no es otra sino que aquel tiene por
gloria su indigencia , y este tiene por traba-
19
134-
jo su escasez. La Madre María Ignacia esta-
ba tan lejos de lamentarse de su penuria,
que antes le servia de desazón su remedio ^
porque si las muchas bocas de la pobre ro-
pa que vestía obligaba á la caritativa provi-
dencia de la Religión á ponerle ropa nueva
que le cubriese, le causaba con su misma
caridad una grave mortificación en su áni-
mo, pues mas quería cubrirse por necesidad
con- remiendos, que abrigarse por comodi-
dad con renuevos. Los zapatos habían de
ser tales, que bastasen á verificar que no pro-
fesaba descalzés, pero no tan buenos que la
acreditasen de calzada; sino en una media-
nía de tal naturaleza, que cubriéndole el pie
no le privase de la mortificación de descal-
za. El hábito, toca y demás ropa de miOdo,
que quitándole el sonrojo de descubierta,
no le privase de la gloria de desnuda; sino
que concíliando su profesión con la decen-
cia, le cubriese con moderación el cuerpo,
sin ocuparle en la mas leve complacencia el
espíritu. La comida también era propia de
135-
pobres, porque á mas de la parcimonia que
en ella observaba, que era tanta que no sa-
bemos si su alimento alcanzaría muchas ve-
ces á acallar los gritos de la necesidad de su
atormentado cuerpo, estaba reñida con toda
delicadeza de viandas, en tanto grado, que
el saberle bien era delito tan grave en el ino-
cente plato, que esto solo era causa para
apartarle de sí con un santo aborrecimiento,
como si le hubiera hecho un grandísimo
agravio:^ y solia decir en sus conversacio-
nes, que no habia bocado mas gustoso co-
mo dexar al Niño Jesús el que mas agrada
al paladar. Todo esto lo hacia fingiendo ape-
tito é inmortificacion lo que era deseo de
mortificarse: quien con tan poca y burda
ropa, con tan escaso y vulgar alimento es-
taba contenta, claro está que nada habia de
desear ni apetecer fuera de lo necesario pa-
ra la conservación de la vida, y aun esto
tan preciso parece no lo apetecia, según
veiamos todas lo poco que deseaba el vivir.
A vista de este exemplar desengaño no
13(5.
será difícil el presumir quanto se esmeraría
nuestra Madre Fundadora en la virtud de la
pureza, que tanto mas se esclarece, quanto
mas se le escasea el regalo y su manteni-
miento á la naturaleza. Las palabras que si-
guen son todas de su Confesor el M. R. P.
Joseph Carrillo: „ Era realmente en su Re-
, verencia esta virtud Angélica , porque era
, tan elevada, que no fue triunfo conseguí-
, do por batalla, pues no fue molestada aun
, de aquellas sombras que osadas intentan
, oponerse á las luces mas claras de la lím-
, pieza, sino un como don que sin vido-
,ria alguna quiso concederle liberal la di-
, vina Providencia, tanto que sin pondera-
, cion alguna en este punto, podia decirse
, que la Madre María Ignacia era Ángel sin
, carne humana, según la tranquilidad, paz
, y sosiego con que poseía este tesoro, vir-
, tud que es propia de los Angeles. Ni me
,hace á mi fuerza alguna, porque si bien
, este es siempre favor y beneficio que de
^j lo alto viene^ pero en humana prudencia
i3r-
,, me consta que puso de su parte los me--
„ dios mas eficaces que en las máximas de
,, espíritu pueden ponerse para impedir la
„ entrada para la lucha á el enemigo. Este pu-
5, do considerarse de dos maneras, ó como
,, doméstico, ó como extraño: aqueles la
„ propia carne, y este es el Demonio, que
„ aunque Ángel en su naturaleza^ sucio en
„ sus intentos, prefiíere astuto la malicia de
„ su depravada intención á la limpieza na-
„ tural de su propio ser.. Este nunca tuvo lu-
„ gar de combatir la fortaleza del ánimo de
„ nuestra Madre con aquellas- asquerosas es~
„ pecies con que acostumbra atormentar mas
„á las almas y quanto estas mas detestan y
5, aborrecen sus ascosf^; porque como siempre
„ estaba ocupada, y tan bien ocupada, no^
„ lograba jamas tiempo en que presentarle
,^ batalla, y por falta de oportunidad que-
„ daba siempre su astucia desayrada. Es ver-
^, dad que la continuación que observaba en
^, los exercicios de piedad y devoción era
,, indispensable que tuviese muchas inter-^
138.
rupciones, así por la secuela de la misma
distribución, como por la atención, ya del
oficio, ya del empleo de Priora en que ie
habia puesto la obediencia:; pero ni aun
en esos ratos interruptos estaba ociosa pa-
ra que pudiese desafiarla el enemigo:; por-
que á mas de lo que le habia de embargar
la atención el negocio mismo que trataba,
ó la ocupación externa en que se emplea-
ba, su Reverencia se prevenia con alguna
obra de manos (y regularmente era el te-
xido de calzeta) para que este le embara-
zase la tal qual atención que pudiera so-
brarle del embargo que habia hecho ó de-
bía hacer el negocio ú ocupación que le
habia obligado á separarse de su amado re-
tiro. Con este prudente cuidado impedia
los abances á el enemigo extraño, á quien
siempre que la buscaba se le respondía
prontamente que estaba ocupada. No es
tan fácil libertarse de los insultos del otro
enemigo doméstico , porque como está
siempre dentro de casa, tiene mas faciii-
lap-
idad para acometer^ y con naturalidad lo-
„ gra ocasiones oportunas en que presentar-
„ se para dar mucho cuidado con sus avan-
„ ees tan importunos como impensados^ pe~
,, ro la Madre María Igriacia supo contener
,, su orgullo, abatiéndole los humos y qui-
„ tándole las fuerzas para reprimir su osa-
,, dia. A mas de lo constante de su oración,
,, se entregó de suerte á la externa mortifi-
„ cacion, que ya se contentaría la pobre car-
„ ne afligida con que se le concediese siquie-
„ ra algún descanso para la vida sin pensar
„ en los atrevimientos de su apetito. El ci-
„ licio y disciplina eran inseparables com-
„ pañeros de su cuerpo, sin que le valiese á
„ este jamas la excusa de sus dolencias y en-
^, fermedades ; porque no se atendían sus
„ clamores por mas que se encendiese la ca-
„lentura, sino que á la aflicción del acci-
„ dente se le anadia la de la penitencia para
„ humillar su engreimiento. „ Hasta aquí su
Confesor.
A mas de lo dicho por el Padre, no-
140.
so tras somos testigos oculares de muchas co-
sas: en una ocasión que se debió su Reve-
rencia de descuidar por salir prontamente
del aposento, entró una Religiosa á buscar-
la, y vio al lado de ia cama tantos y tales
instrumentos de penitencia, que asegura se
horrorizó pareciéiidole no le quedaba miem-
bro libre según la diversidad que había. El
ayuno era tan rigoroso, que muchas veces
nos parecia especie de crueldad ó tirania,
porque se afligia con tanta severidad, que
sallan al rostro algunas veces las quexas de
la destrozada naturaleza. Especialísimamen-
te admirábamos todas, que desde que se can-
taba la Gloria el Jueves Santo, hasta la del
Sábado, no probaba el agua, y el Viernes
Santo ni pan, siendo su complexión muy
ardiente (motivo porque acostumbraba to-
mar mucha por necesidad) el tiempo calu-
roso, y nuestras distribuciones mas largas
de io regular, con todo lo que $u Reveren-
cia se añadí;^9 ya se infiere la mortificación
que sería.
141-
Una Religiosa de su confianza, que la
observaba mas de cerca, movida de la com-
pasión que le causaba el verle en estos dias
los labios secos y partidos, y la lengua y
estos negros , le reconvenía que con qué con-
ciencia hacia esto, pues era tan necesaria su
vida: la respuesta era reirse, y un año que
se puso á llorar de verla, la riñó con gracia,
diciéndole que era una artificiosa. La noche
del Jueves Santo quanto añadirla á sus peni-
tencias, pues estando acostumbrada á tantas,
al dia siguiente Viernes era muy notable la
palidez de su semblante, que siempre era
muy encendido. Por esta ardencia de su tem-
peramento tuvo mucho que ofrecer á Dios
en el de Tudela , por ser allí en el verano
excesivo el calor, á cuya causa toleró por
dos años unas ronchas de que se le llenó to-
do el cuerpo, sin admitir alivio alguno, mor-
tificándola al mismo tiempo el decirle algu-
nas Religiosas , que qué mal era aquel tan ra-
ro , que sin duda sería alguna enfermedad de
Indias, y por eso no conocido allí, siendo
20
142.
así q ue no era mas que efeño de la sangre
ardiente, junto con el calor dicho del país
y la ropa de lana negra, pues sin embargo
de que algunas estilaban, con licencia, lle-
var armadores blancos con medias mangas
negras, nunca admitió esta dispensa, dicien-
do, que para eso se entra en la Religión,
para padecer, que esa era una de las cosas
en que se debía mortificar una Esposa de
Christo.
Quien tanto cuidaba de la morüñcsL-
cíon exterior, quanto se daria á la interior,
siendo la principal. Con el motivo de la fun-
dación oyó varios desprecios , de modo que ^
hasta versos muy satíricos le compusieron,
y no solo no se quejó ni tomó esto en bo-
ca, pero ni permitía que se hablase del asun-
to, poniendo precepto á las Religiosas, que
aunque llegaran á sus manos no los leyeran.
Por las oposiciones á esta toleró muchas pa-
labras que pudieron haberle indispuesto el
ánimo, y su sufrimiento lo recibía con sem-
blante sereno. En una ocasión le escribió
143-
una Carta un Padre de una niña Colegiala
llena de imprudentes expresiones, y por al-
gún motivo conveniente se la mostró á la
Maestra de esta, la que leyéndola, le pre-
guntó admirada, que qué respondia su Reve-
rencia á aquello, y le dixo con gran sereni-
dad que nada, porque á esas cosas no se
contextaba, y procuró especializarse en el
cariño con la niña. En otros asuntos se le
notó oir algunas razones que la mortifica-
ban bastante, sin desplegar sus labios. Lo
mismo en graves y muchas pesadumbres que
tuvo por el dircurso de su gobierno, no ma-
nifestaba en el semblante lo que sentia su
corazón, observándosele que si alguna leda-
I ba que sentir, buscaba oportunidad de ha-
cerle algún favor, ó concederle alguna li-
cencia que á otras solia negar. Conforme á
su mortificación era su humildad: nunca ala-
baba su linage: quando era forzoso hablar
de los suyos, lo hacia con m.oderacion, sin
preferir los ricos á los pobres, ni desdeñar-
se de tener estos en -su familia, y hablando
144-
igualmente de unos que de otros: sin duda
por humillarse solia escribirles á los parien-
tes que tenia en la Corte en algún papel vie-
jo y arrugado : no siendo su Reverencia de
genio escaso ni desaseado, tendría en ello
gran vencimiento^ y si las que la veian le
hacian alguna reconvención, les respondía
en tono de pregunta, ¿y la santa pobreza?
Habiendo hablado de la pobreza y cas-
tidad de nuestra Madre Fundadora, diremos
algo de la obediencia, que es la virtud mas
esencial en la Religión, y lo que hace á una
ser Religiosa, esa es la que agrada á Dios
mas que el sacrificio y las vídimas: siendo
tan recomendada de nuestro Santo Padre
Ignacio y de nuestra Venerable Madre Jua-
na de Lestonac, á quienes se puso por n\o-
délo, ya se entiende en qué grado exercita-
ria esta virtud^ queda dicho como obedeció
desde niña á sus Padres. Luego que tomó el
hábito, todo el tiempo que fue siíbdita se
esmeró en ella, siendo muy exáda en su
cumplimiento, aborreciendo mucho el man-
I -i ^
dar, como se vio en la salida de Tudela,
que no quiso admitir el venir de Prelada, y
quando á esto la obligó la obediencia, vivió
muy mortificada, y siempre sujeta á la Ma-
dre María Ignacia Sartolo, que vino de Pre-
sidenta, á \di que miraba como si actualmen-
te JO fuera. La sujeción que tuvo á sus Su-
periores fue como de la hija mas dócil á su
Padre, sin repugnar ni poner dificultad en
executar sus órdenes: gustaba de posponer
su didámen al ageno, y aunque conociera
que el su^^o sería mas acertado, como en al-
gunas ocasiones sucedió no salirle bien el
que le dieron, con todo deponía el suyo
por no dexarse llevar de su parecer, y su-
cedió con alguna de las Religiosas, que pre-
guntándole su diftámen, y dándole á ésta
cortedad con el natural encogimiento de ser
Prelada, le decía que mejor lo sabia su Re-
verencia^ esto lo sentía, y aun se mostraba
enojada. En los ocho días antes de las elec-
ciones, en que previenen nuestras Constitu-
ciones el que quede depuesta la que está de
I
Prelada y gobierne una Vicaria, que se eli-
ge por la Comunidad , era tanto el regocijo
que tenia de verse subdita en aquel tiempo,
que andaba buscando licencias que pedir pa-
ra tener esa gloria, y queriendo en estos
dias leer en Refedorio, y otros varios exer-
cicios de que las demás llevan semanas y la
Prelada no. En esta virtud tan necesaria pa-
ra la vida religiosa queria nos esmerásemos
mucho, exhortándonos á la prádica de ella,
contándonos algunos exemplos conducentes
á este fin.
. CAPÍTULO DUODÉCIMO.
Fe^ Esperanza y Caridad de la Madre
María Ignacia,
S la Fe la primera piedra del funda-
mento de nuestra justificación, con
cuyas máximas nos alentamos para obrar
bien, las que nunca perdió de vista nuestra
amada Madre. Estas le obligaron á dexar el
mundo, abrazar la cruz de la Religión, con-
í4?.
sagrarse á Dios en agradable holocausto, y
promover su gloria y la de su Santísima Ma-
dre, á costa de trabajos y contradicciones,
como ya hemos visto en el progreso de es-
ta fundación, la que emprendió con el de-
seo de que por m.edio de nuestro sagrado
Instituto se desterrara la ignorancia de mu-
chas tiernas plantas, que por su pobreza no
logran el riego de la dottrina christiana , y
carecen de la instrucción de los divinos mis-
terios, como lo estamos experimentando ca-
I da dia en nuestras Clases. El deseo que te-
nia de dilatar por rodo el mundo la Fe de
Jesuchristo, se prueba en una manda que
nos consta haber dcxado en su testamento
para que se fundara una Misión : dice así la
clausula: „ Se junten dos mil pesos (decla-
„ rando arriba de donde, que no hace á
„ nuestro intento) y los pongan á réditos,
„ para que si dentro de doce años es niies-
„ tro Señor servido que se conquiste la Apa-
„ chería, en aquel parage se funde una Mi-
„ sion para los Indios de esta nación^* y si
14B.
„ á mis hermanos les parece mejor se erija
„ en los Texas, dedicándola á nuestra Seño-
„ ra de la Luz, porque esta soberana Antor-
„ cha destierre con sus claridades las tinie-
„ blas del gentilismo en que viven aquellos
„ desdichados, en unos Paises tan dilatados
„ y amenos por naturaleza, como áridos de
„ la gracia, previniendo, es mi voluntad,
„ que la dicha Misión, no habiendo incon-
„ veniente invencible que lo impida, sea en-
„ tregada á el cuidado de los Padres de la
„ sagrada Compañia de Jesús, pues es noto-
„ rio que los Indios de aquellos parages pi-
„ den y desean mucho Sugetos de esta Re-
„ ligion, y mostrar la experiencia que adon-
„ de inclina la voluntad se cautiva con fa-
„cilidad el entendimiento.,, Efedo de su
viva Fe era la freqüente y humilde reveren- 1
cia con que se ha dicho asistia ante el Tro- '
no del divino Señor Sacramentado. Su es-
mero en el culto de este Señor era singular^
todo le parecía poco en obsequio de su Ama-
do. Procuraba que hubiera muy buenos or-
149-
namentos , que todo estuviese muy aseado y
cumplido. Intentaba hacer una Custodia de
oro con diamantes y esmeraldas, paralo que
había reservado varias alhajas suyas, y de-
cia deseaba hacerla antes de su muerte. No
quiso su Magestad darle este consuelo:; pe-
ro nos dexó casi todo lo suficiente, y hoy en
dia está cumplida su voluntad. Todos aque-
llos con que se ha dicho obligaba á los San-
tos , paraban en Dios como en último fin y
objeto único de sus adoraciones.
De esta divina virtud de la Fe fue no
solo hija, pero también nobilísima parte la
firmeza de la esperanza que siempre tuvo la
Madre María Ignacia, pues hemos visto que
no flaqueó en medio de tantas contradiccio-
nes que antes y después de la fundación pa-
deció , confiando mas en Dios que en las di-
ligencias humanas, las que no dexaba de ha-
cer, acompañándolas con instantes súplicas
al Todo- poderoso, en quien confiaba se lo
había de conceder como que era causa suya,
superando su esperanza á todos los com-
21
i
I so.
bates sin perderla de veacer mediante su
Provideacia, la q':ie se vi 3 manifiesta,
viendo madadas las oposiciones de nues-
tro Prelado, que le fueron Lis mas sensi-
bles, en favores may particulares que le me-
reció, así su Reverencia como esta Com i-
nidad. Pedia con tan viva confianza de con-
seguir lo que deseaba á nuestro Señor, que
esta misma parece obligaba á la divina pie-
dad á condescender con sus súplicas. Entre
otras cosas supimos de su propia boca ha-
berle pedido á su Magestad quahdo salió
con la fundación, que en el término de diez
años no se muriera ninguna délas que traía,
y así lo vimos verificado -^ pues cumplidos
estos el dia doce de Odubre de sesenta y
dos, en el veinte y siete del mismo falleció
su Prima la Madre Ana María de Torres,
con grave sentimiento de la Madre María
Ignacia, quien después nos decía con gra-
cia: Si ¿yo hubiera sabido que tan puntual ha-
bía de estar nuestro Señor , le hubiera pedido
término mas largo.
151-
El anhelo que siempre tuvo nuestra
amada Madre de propagar la gloria de Dios
á costa de trabajos, fatigas y desvelos, co-
mo hemos visto en la serie de su vida, es
bastante demostración del encendido amor
que abrasaba su corazón para con su amado,
Dueño: y como el amor del próximo está,
enlazado con el amor de Dios, este le hizo
solicitar el bien de las almas en quanto pu-
do su aftivo zelo , y el consuelo y remedio
de las necesidades de sus próximos, acu-
diendo á ellas conforme á las circunstancias
de los tiempos. En vida de sus Padres, en
las Haciendas se ocupaba caritativa, en com-
pañia de su hermana, en curar los enfermos
llagados: esta hacia las medicinas, y su Re-
verencia las aplicaba sin melindre, por as-
querosos que fueran. Aconteció un dia de
Jueves Santo, que saliendo para la Iglesia
las dos hermanas á los Divinos Oficios, lle-
gó un Pastor con un brazo todo miOrdido de
un lobo, y dexando la devoción acudie-
ron á la caridad curándole á aquel pobre
152.
sus llagas, lo que continairon hasta que sa-
nó: y tenia particular gracia para e*te gé-
nero de enferiTiedades , no faltándola o:a-
sioiiís en que exercitarla, pues como siem-
pre donde hay niñas no faltan uñeros, pa-
nadizos, descalabraduras &c. todas acudían
á su Reverencia, la que las curaba con mu-
cho amor y cariño, como también á las Re-
ligiosas: á unas y otras en sus enfermeda-
des cuidaba mucho de que las asistieran con
esmero, y las visitaba con freqüencia. Si al-
gunas de estas ocurrían á su Reverencia con
otras aflicciones, las recibía con maternal
amor, compadeciéndose de sus penas, con-
solándoos y solicitando su alivio en quanto
podía, estando ciertas todas sus hijas, que
lo que le descubrían se quedaba encerrado
en su pecho.
Fundó doce sillas de gracia para Re-
ligiosas de Coro en este Convento, á bene-
ficio de niñas pobres, con la prudente ad-
vertencia de que si en algún tiempo se me-
noscabaran estas rentas, se puedan suprimir
153-
algunas. En nuestro Convento de Tudela,
así por amor , como por no estar muy abun-
dante, quando tomó el hábito dexó el ves-
tido que llevaba puesto, de- una tela muy ri-
ca, de que hizo llevar de Francia lo sufi-
ciente para terno entero, el que se estrenó
en su profesión , y otras varias cosas para
aquella Sacristía , con seiscientos ducados
para ayuda del sitio de la huerta. Les hizo
un retablo dedicado á nuestra Señora de
Guadalupe muy primoroso.
CAPÍTULO DECIMOTERCIO.
Últimos años de su gobierno y su dichosa
muerte,
BA siguiendo la Madre María Tgnacia los
anos de su gobierno con el consuelo de
ver se iba aumentando el número de sus hi-
jas, pues ya se contaban treinta, que su Re-
verencia habia recibido-, quando impensada-
mente le envió nuestro Señor el mas dolo-
roso golpe en la repentina enfermedad y
154-
acelerada muerte de nuestro muy amado Pre-
lado el Illmo. Sr. Dr. D. Manuel Joseph
Rubio y Salinas, tan benemérito por sus
prendas de ser Horado de todos, y con mas
especialidad de esta Casa, que á la sombra
de su protección se creó, y á la misma de-
bió sus creces. Este funesto acaecimiento
consternó su corazón, aun estando acostum-
brado á encerrarse los pesares en su seno.
Lo que declaró con expresiones muy tier-
nas, pareciéndole quedaba como liuerfana,
con ]a falta de tal Padre, pues con el ma-
nejo que habian tenido, conoció el Señor
ios fondos de virtud y talentos de la Madre
María ígnacia, por" lo que la favoreció con
particiílar expresión.
Aun no bi^n enjugadas las lágrimas de
esta pérdida, á los seis meses, dia quatro de
Enero de sesenta y seis, quiso Dios llevarse
para sí á la M, R. M. María ígnacia Sarto-
lo y Colmenares, á quien como sj Prelada
que habla sido y Compañera de tantos años,
amaba respetuosa y tiernamente, y por con-
155.
siguiente le fue de grande sentimiento por
lo que apreciaba su persona , en quien des-
cargaba en parte el peso de la Prelacia, ha-
llándose adualmeiite Supriora. A esta Reli-
giosa, con quien había tenido fina estrechez,
estando ya en los últimos términos de la vi-
da, que hasta ellos estuvo en sí^ le dixo
nuestra Madre Azlor, que en viéndose en la
presencia de Dios le pidiera á su Magestad,
que si en la siguiente elección la volvían á
reelegir, se la llevase, á lo que la moribun-
da respondió, que como habia de pedir eso,
y entonces le dixo: pues se lo mando á V.
R. : á la voz de precepto, inclinó aquella la
cabeza en señal de que obedecerla. Faltaba
para cumplirle el trienio poco mas de un
año. Llegado el de sesenta y siete, funesto
I y memorable para esta Comunidad, el dia
veinte y quatro de Marzo se hizo la elec-
ción con asistencia del Sr. Dr. D. Dionisio
Rocha, Provisor y Vicario general de este
Arzobisnado. oor comisión de nuestro lllmó.
Prelado el Sr, Dr. D. Francisco Antonio de
i5<5.
Lorenzana, por hallarse en la Visita, en que
salió reeleda como en todos los trienios an-
teriores. El veinte y cinco, dia de la Encar-
nación del Divino Verbo, se erigió en nues-
tra Iglesia la Congregación del Dulcísimo
nombre de María, que solicitó á sus expen-
sas por su gran devoción á esta Señora, y
en reverencia de los setenta y dos años que
vivió, determinó fuese el número de los
Congregantes este mismo, dividido en treS^
clases, que son veinte y quatro Sacerdotes,;
veinte y quatro Religiosas, y veinte y qua-
tro Señoras Seculares, aOo que fue de gran-
de júbilo para su devoto corazón: y lamen-
tándose una Religiosa de que por ser el nú-
mero señalado no habia logrado la dicha de
ser de él, siendo necesario que muriese al-
guna para entrar, le respondió su Reveren-
cia: No se apure usted ^ que yo le dexaré mi
lugar: y así fue.
En esta elección le advertimos no ha-
ber estado tan displicente como en las otras,
antes sí con particular agrado y afabilidad:
I5^
unas lo atribuían á haberse ya hecho el áni-
mo de conformarse con la carga del em-
leo^ otras acordándose del pasage con la
Madre Sartolo decian, sería porque espera-
ba morirse, por la experiencia que había de
Ja eficacia de sus oraciones para alcanzar lo,
que imploraba. Lo cierto es que á últimos
de Marzo le acometió un dolor de costado,
que el día seis de Abril le quitó la vida.
Tan inmediata á la elección le. sobre-
vino la enfermedad, que no dio lugar á que
se publicara la Tabla de oficios , que ya tenia
hecha, y solo le faltaba remitirla á S. Illmá.
para la confirmación. Dia treinta y uno de
Marzo se sintió herida de una fi_ebre aguda,
que desde el primer dia dio á conocer su
malignidad, y la precisó á estar en cama.
¡Qual sería la amargura de esta Comunidgid
con los antecedentes dichos! Conociendo to-
dos los Médicos que la asistían el inminen-
te peligro que amenazaba, determinaron que
se le administraran los Santos Sacramentos
de Eucaristía y Extremaunción, que recibir
22
153.
con el fervor que su Reverencia acostum-
braba, y como quien se consideraba ya cer-
cana á aquel último trance que tanto desea-
ba: en estos días no se le oyó una queja, ni
buscar su alivio en nada, pues aunque de-
seábamos dárselo, como no manifestaba por
su sufrimiento lo que la molestaba, no po-
díamos ministrárselo ni satisfacer nuestro
amor. Decia su Reverencia, todos (dicen)
mueren de repente, porque no creen que se
mueren, yo lo he creido desde el dia que
quedé en cama. Y aun persuadiéndose á que
sin remedio se moria, sufrió los penosos me-
dicamentos sin resistencia. Al dia siguiente
de los Sacramentos hizo renuncia de la Pre-
lacia, con licencia del Sr. Dr. D. Dionisio
Rocha, quien al mismo tiempo nombró por
Presidenta á la M. R. M. María Estevan
Echeverría , aCtual Supriora. Quedó muy
consolada nuestra muy amada Madre, vien-
do que moria en la sujeción de subdita, pi-
diendo repetidas veces perdón á la Comu-
' nidad, sin embargo de haberlo hecho quan-
f 159.
do recibió el sagrado Viático, como es cos-
tumbre en esta Comunidad, lo que nosotras
no podiamos oir sin deshacernos en lágri-
mas, no hallando otro consuelo que el de
clamar á la divina Misericordia con súpli-
cas, para que apiadándose de nuestros rue-
gos, nos prestase por mas tiempo su impor-
tante vida, aunque las nuestras no tuvieron
despacho á favor de las hijas, por estar ya
decretado al de la Madre.
Para significar la constancia con que
nuestra Madre, dos veces Madre por Fun-
dadora y nuestra Prelada, observó hasta la
muerte los exercicios de piedad y devoción
(lo que parece se le llegó á hacer como na-
tural ) no podemos menos de ser cansadas en
este punto, porque descubre bien quantaera
su continuación en tales ados. Dos noches
y casi dos dias estuvo batallando con las fa-
tigas de un moribundo, pero todavía con al-
gunos movimientos en las manos y en la
boca; y se le observó que sin cesar todo es-
te tiempo estubo continuamente rezando,
1(5 D.
sin dixir Ix^ manos de contar, ni los labio >
de articular sumisamente las oraciones del
Padre nuestro y Ave María, al modo que se
reza el santo Rosario. Llego ya á carecer de
todos losmovimientoss, de maaera, que no
se le percibía nada, y como se aceleraba ]a
muerte, repetía con frequencia su Confesor
el Padre Joseph Carrillo, que la asistia (con
su Compañero el Padre Joseph Hidalgo , y
el segundo Capellán de este Convento Br.
D. Hipólito Alcaraz) las Jaculatorias corres-
pondientes á el paso y los afeflos propios
del lance, que como tan poblados de los
Santísimos nombres le tenian en un conti-
nuo movimiento la cabeza para las inclina-
ciones ya dichas anteriormente. Esto y la
fatiga que se * suponía en la moribunda, le
hizo refl^^xar al Padre, que las voces tan con-
tinuadas no podían menos que molestar de-
masiado á la afligida ya espirante naturale-
za, y les dixo á las Religiosas que rodea-
ban tiernas la cama: Cr^^ que le molesto de-
masiado. No dió^ lugar la enferma á que res-
i6i.
pendiesen las hijas, sino que recobrando
quanto pudo el aliento, con ademan de afli-
gida, dixo clara y distintamente, ^qué mo-
lestar'^ abriendo con esto la puerta, mas que
fuese á grito suelto, á que se le estuviese
exercitando en afeaos piadosos, sin consul-
ta de la prudencia. De hecho, luego que el
Sacerdote siguió su oficio recogió el gesto,
serenó el rostro, y oyó pacífica quanto se
le decia, hasta que entregó el alma á su
Criador, en cuyas manos la consideramos
sus hijas, que fue Lunes en la semana de Do-
lores á seis de Abril del año de mil sete-
cientos sesenta y siete á las tres y media de
la tarde, de edad de cincuenta y un años
seis meses míenos tres dias, y de Religión
veinte y quatro un mes y quatro dias, y en
el empleo de Prelada doce años y doce dias,
siendo eleSa, y después reeleda Priora en
cinco elecciones. Estando presente casi toda
la Comunidad voló, como esperamos de la
divina Misericordia, á celebrar en el Cielo
las bodas con el Cordero, oue con tanto re-
l62.
gocjjo suyo habia profesado en la tierra. Llo-
ramos tiernas su muerte, temprana para no-
sotras, que quisiéramos hubiera tardado un
siglo para lograr el abrigo de su sombra y
aprovecharnos del aliento de sus exemplos;^
pero muy madura y dilatada si atendemos
al mucho tiem.po que llenó de virtudes en
los no muchos años que floreció en tste su
Convento, que fue el único consuelo que
nos quedó para lenitivo de tan justo natu-
ral sentimiento.
Para satisfacer en parte nuestro filial
afefto y obligación, se detei'minó la retra-
taran. Jo que se executó, aunque sin lograr
el fin de tenerla siempre presente á nuestra
vista siquiera en eí lienzo, por no haberla
sacado el Artífice parecida.
Se le hizo el entierro lo mas suntuoso
que se pudo, correspondiente á su persona,
acreedora por muchos títulos á esta demos-
tración, no solo de cariño, sino obligatoria.
Des días estuvo sin darle sepultura, en los
que se le cantó Misa de cuerpo pi*esente. Vi-
163.
nieron todas las Comunidades á cantarle
responso con toda solemnidad. Miércoles por
la mañana fue el de la Misa el Sr. Dr. D.
Luis de Torres, nuestro Capellán que habia
sido en )o anterior. Hizo el oficio de sepul-
tura ei Señor Maestre-Escuelas Dr. y Mró.
D. Cayetano de Torres, y habiéndose im-
preso convites asistió lo mas noble y lucido
de la Ciudad de todos estados, siendo los
principales dolientes sus Sobrinos los Seño-
res Conde de San Pedro del AlamiO y Mar-
qués de San Miguel de Aguayo, acompa-
ñando á nuestras campanas las de las quatro
Casas de la sagrada Compañía de Jesús,
pues estos Reverendos Padres fueron los que
mas se condolieron de esta Comunidad por
el concepto que tenian formado de la vir-
tud y prudencia de nuestra amada difunta,
dándole el peso correspondiente á nuestra
hurfandad; bien que fue general el senti-
miento en todo Pvléxico. Se puso el cuerpo
en una caxa de cedro forrada por dentro de
oja de lata, se enterró delante del Comul-
164.
garorio, lugar que le correspondía por ser
Pít'hdx
Dia veinte y nueve de Mayo se le hi-
cieron muy lucidas honras, cantando la Mi-
sa el Señor Dean de esta Santa Iglesia Dr.
D. Luis de Hoyos y Mier^ predicó el Ser-
n:on fúnebre el Señor Prebendado Dr. D.
Luis de Torres, cuya Oración dio á ia pren-
sa esta Comunidad para perpetuar la memo-
ria de nuestra insigne Fundadora, en que al
vivo la bolqueja este sabio Orador, como
toTí amartelado de su Reverencia y caritati-
vo Bienhechor de este Convento, á cuyos
individuos siempre miro como amante Pa-
dre.
Este es un breve diseño de la fervoro-
sa vida de nuestra gran Madre, heroica Fun-
dadora, prudente y caritativa Prelada la M.
R. M. María Ignacia Azior y Echeverz, en
e] siglo ilustre Señora, y en la Religión Ca-
pitana, que como tal traxo á este Reyno la
Comipañía de María, quien tiene por blasón
militar baxo las Vanderas de esta Empera-
i65-
tríz Augusta : y una sencilla noticia de esta
fundación, la que hemos escrito para que ar-
chivado sirva de instrumento, y á nosotras
recuerde los exemplos de nuestra amantísima
Madre, deseando que todo ceda á la
mayor gloria de Dios.
NOTA.
Se halla en nuestro Archivo de este
Convento un Breve del Santísimo Padre Be-
nedicto XIV. su data en veinte y uno de
Febrero de iJ^SS- en que dá su Beatitud su
licencia á la Madre María Ignacia Azlor pa-
ra salir de su Convento de Tudela á fin de
venir á fundar este de México^ y en este
Breve confirma de nuevo nuestro Instituto
confirmado antes por Paulo V.
23
I
i.<T
TABLA
De los Capítulos que contiene
este Libro.
CAPITULO I. Su Patria^ naámientoy
educación en sus primeros años, P. i *
CAPÍTULO II. Mueren sus Padres y entra
en el Convento de la Concepción. 8.
CAPÍTULO III. Sale de México para el
Puerto de la Veracruz^ embárcase para
Zaragoza ^y condu£ia que aüi observó. 2 2 .
CAPITULO IV. Oposiciones que tuvo y fir-
meza de su vocación. 34.
CAPITULO V. Vence las oposiciones^ sale
de Zaragoza para Tudela de Navarra , to-
ma el hábito y hace su profesión religio-
sa. 4J7'.
CAPÍTULO VI. Progresos en la virtud de
la Hermana María Ignacia después de su
profesión. Solicita la licencia para la fun-
dación y sale para ella, 58.
CAPÍTULO VIL Sigue el viage de las Ma-
d^es Fu ni ador as hasta llegar al Puerto de
h (^¿■■^icniz. 66.
CV^Ír JLO VIH. Salen de la Ciudad de Ve^_
raoniz pT^a la Puebla de los Angeles.^ y
pasi'/i á la de Mi^cico. 82.
CAPÍTULO IX. Tonzn posesión de su Con-
vento y empiezm á exercer sus Ministe-
rios. 103.
CAPÍTULO X. Su devoción al Santísimo
Sacramento^ á Mjría Santísima y otros
Santos, ' 119.
CAPITULO XL Su observancia de los vo-
tos V otras virtudes. 132.
CAPÍTULO XIL Fe^ Esperanza y Caridad
de la Madre María Ignacia. 146.
CAPÍTULO XIIL Últimos años de su go-
bierno y su dichosa muerte. 153.
FIN.
MARÍA SANTISSIM A.
DECHADO DE RELIGIOSAS
'i
^ DE SU, compañía.
4^§ LLAMADAS COMUNMENTE !
e.^! DE LA ENSEÑANZA,
il SERMÓN.
J| QUE EN LA ERECCIÓN
'^^ f DE SU PRIMER CONVENTO Y TEMPLO
4^ f DEDICADO A Nra. Sra. DEL PILAR
^^ en la Ciudad de México^
2I PREDICÓ
Jf EL R.PJDRE BERNARDO PJZVENGOS
j ^ de la Compañia de f ejus. Procurador G eneral por fu Provincia
^^ de PbiHpifMSy Theologo de Cámara del limo. Sr, Arzohtffo
J ^ de Adexico^y Examinador Synodal de fu Arzpbifpadoy
^ ^ dia 2^. de Diciembre del año de 1 754.
;] \ ' Y LO DEDICAN
^f AL ÍLmo.Sr. Dr.D. MANUEL TOSEPH
J^ RUBÍO Y SALINAS,
^Sj^ del Coní'ejo de S. Mag. Arzobifpo de México,
^4 ^ LA COMPAñl A DE MARÍA
6^ 6 nuevamente fundada en dicha Ciudad, y lu Fundadora,
4& y adual Priora la M. R. M. María Ignacia Azlor y
^ -^ Echa VERs, por mano de fu Capellán y Confelfor mayor.
cT? ^ linprello en M^-xico, en la Imprenta de la Biblioteca. Año de 1755.
■ -:( «í* )■-
AL 11»^ SEÑOR DOCTOR.
D. MANUEL JOSEPe
RUBIO Y SALINAS,
del Confejo de S. M. Arzobifpp^
de México.
1^'
Ilmo.Sr
^f^éS#A efclarccida y pequeña Com-
jij T ¡:1 pañia -de MARÍA, y fu iluftre
^•:l_jl__7|:|i Fundadora, paffa por mi ma-
0twmméi no á la venerable de V.S,ílrná«
cfta elocuente, y bien Hmada Oración, de-
dicándola á fu nombre, como á fu mag-
nifico Benefaótor, para dar el mas vivo y
retorico indicio de fu gratitud. Oyó^apro-
l>ó, y aplaudió V. S. lima, fus delicados y;
5 f^'
fiiblímes difcurfos, menos ci ultimo, que
lejos de fu aprobaciou y gufto, le amarga.
Tan cierto es que la verdad amarga, en-
tonces mas, quando fe encara al fembían-
te déla modeftia en elogio fuyo? por eíío
nunca mas que entonces fe vio y manifef-
tó Rubio el de V. S. lima, imprimiendo-
fele el bello rubor tan vivamente^ que te-
nar el que no víeíTe eíía gallarda pieza la
publica luZjó que al eftamparíe fe le cer-
cenara ( como infinuó V. S. lima. ) el mas
lucido brillo de fu argumento. Pero quan-
do es dclinquentc el lilcncio, los esfuerzos
de la verdad le rompen^ diíimulando un
tanto el reípedo y el decoro,y perdonanda
un poco la modeftia.
Lejos de la fea adulación^ y fundada
en el Vaticinio del Apocalypfis, convence
el Orador fcr V.S. lima. la Columna trium-
phal en que fe grava el Nombre nuevo de
Dios^ Manuel? pudiera añadir el de Jo-
SEPH^ gloriofo nombre en Egypto por el
mejor gobierno , gloriofiífimiO en Judea
por el mas feliz enlaze con el de M ARÍA>
nombre de maravillofo aumento de vic-
torias
-u
torras y triumphos en eftaPnnáacíonspof-
qne foílcnicndola, fue V. S. Ilmá. con ella
Man'JEL, aumentándola y ^oberaandola-,
JosEPH, y uno y otro intercírandofe en la
exaltación y honor de la Cafa de MARÍA,
y fus hijas.
Eílrivó toda fu Fabrica contra la ex-,
^peétacion humana ( bambaneando por iil-
Superables dificultades la efperáza del Ora-
dor) fobre las dos ínílgnes Ignactas^ Az-
itoiiz, y Sartolo, como en dos Columnas
fcmejantes á las del Templo de Salomón^ á
quienes acomoda con propriedad la firme-
za y dirección^ que fignificaban los nom-
bres de Jac^tín y Booz, que en aquellas fe
efculpian5 pero fino fe huvierán foftenidoí
|)or el Baculo;, o Coluñiita de V. S. lirñá.
feuviera rodado al precipicio de fu runa/irí
aver abierto los cimientos. Aun con el fo-
lido fundamento de baza tan robufta^ bur-
laba la infolente y obfervativa critica laí
lineas dirigidas á la Fundación^ midiendo^
€om<3 acoilumbra las obra^, no por otrof
fondos que los materiales» quenó veia,fiá
|>oder ver las que le fon ociíitos^ como fu-
'vCirp ^ pe-
periores á fu efphcra, y fobre que fe erigen
liempreias profundas y eiícelfas obras de
la poderofa* mano. Rcfinaba fa critica la
aíiuta obfervacion^ condenando por iim-
til la Efciiela, en donde ay tantas en Clauf-
trosEcligiofos, y en tantas cafas^ quantas
fon las qnadras de efla Populofa Ciudad.
JMasaluno y otro reparo ocurrió Jx^q^tín
V Booz^ allanando el terreno con fu in-
contratable paciencia^, echando muy hon-
dos los cimientos con fu humildad para
Ancriia.Serm. levantar fu obra (fcgun la finiíiima Ar^
lo. de Vetbis chitefturadcSan Auguftin) haíla el firma-
mento, de donde es^^como- venido del Cie-
k)/fu Angelical atradtivo^ que liacía ya ver
la buena Eftrelia, ó elOrofcopo feliz de fu
Enfeñanza , defcubricndo la Nobiliííimai
Fundadora» mas theforo y fondo en fu:
magnánimo corazón^ del que pudo mi-
niílrar todo el caudal de fu Patrimonioi á;
tanta robuílez y dirección fe agregaba la:
de (n Companiaj que valia como doce^.
Corn- Ex. 13. j r v t t ^
zi.Cüiiirr.í7£h£c ^^ ^^^^ ^^ componía, cada una de por si
in^aiseratifíjUr Golumna cii fonna de torre^ m,as firme:
yarmomoía^ c^ue la de frajano, y íobie
*'ji^ quie-
quienes podian erigirfe jantas Fünd^ap-^
ries^qu antas la iiniverfidad, ó multitud de,
fu numero multipl'icas ó ciertamente in.-^
dka eñe numero otros tantos luceros^-quc^
ciñen por corona a fu Pveyna y Madre...,,..?,.
>. iMuy al contrario fe avia de erigir
eñe Edificio al portentoío del fobervia
Emperador Cam> que á fu magnitud ia-.
creiblemente monftruofa, acumulaba la;
riqueza de veinte y quatro Columnas de. Mayólo lllufl:-
oro, con otra del mifmo metal, que fobre- tom.i.coi.23.
ry : -n 'r ' J" \ ' fol. mihi 408,
íalia en bnllos^ y artmcio a las otras?- y,
muy defemejante al incomparable del otro
Rey de la China cuya agigantada corpu-
lencia y arquitedtura maravillofa fe foftc-
114a fobre la eminencia dc^ ocho columnas
de oro5 porque eíía Cafa^ como de la Sabi-
duría^ libraba fu fabrica fobre íiete colum-
na?, m,as preciólas que el oro^* mas. finas yí
firmes que el diaman te, cu otras tañías vir-
tudes^ que fon el objeto de fu enfcñanza
chnítiana, y en los ineuimabks quilates de
los íiete dones del Efpiríta Divino. Y co-
mo la comprehenfioa de V. S. lima, fiípa
valuar el thefprq de ella doítrina, lleva
. taii
táti'áátlántéla Fundación del Edificio^ qtié
dio en tierra con los reparos de la aflata
critica, y mantuvo en pie eftas Columnas
con la firmeza de (u authoridad, y con los
abundantes focorros de fu beneficencia.
Dcfde d día 3 o, de Agoílo de 5 3 , en
que la mejor Rosa de Lima dio á conocer
á efta Ciudad eftas puras Azuzcnas^ de la
Beynadelas virgineas flores, MARIA^en
eftas fus hijas, y en que V. S. lima, perci-
;, 'r! bicndo la frao:rancia de fus virtudes, las re-
cibió con agrado y eftimacíon,, y las hizo
íiofpedar en el Convento de Regina Cali,
propria habitación délas que tambien^co-
iTno Efí reílas forman la corona de la Reyna
del; Cidoj.defde entonces, ¿\^o, lasfocor-
re V. S. lima, menfalmente con largueza,
y fon repetidos los dones y finezas con que
bs regala y favorece? y fue muy eftimable,
como mobil de la Obra^ una Ptrfona de fu
Familia^ que defde el principio haíla el ca-
bo la concluyó con efmero, economía, j(
hcrniofura, quanto permitió la firuacioní
y que no^ folo en la material fabri^ca, finó
también en h formal dirección de ella pu-
fo la^manó con dcílre^a y íiciertoj Sugcto
álá verdad, digno del aprecio de V.S.Ílíná.
'por fu niodelliaj juicio^ y fobreíali ente li-
teratura; pero no folo los materiales^ fo-
' corros, y operario dieflro, franqueóla vi-
zarria de V. S. ílmá. íino que á fu corta
clínicamente fe conftrüyó el bello Alear de
ja Iglefia, depofitando fu Báculo Abacial
'cn mano del gran Abad y Patriarcha San
"Benito, fin duda para fignificar, que con
la abundancia de fus bendiciones y libera-
lidades, fe engrandecerá el Templo, am-
pliandolo a medida de rehenes tan fagr^-
' D'ecftc modo fupo vencer la conf-
*^tanciade V.S. Ilmá. las dificultades, y con-
"^Vencer fu Sabiduría, la importancia, y ne-
^4:eífidad de la Cafa^ en donde fe enfena la
•^celeftial y 'chriftiana á las Niñas, con los
"demás primores de la labor^ yocupacio-
%ies honeftas^ que les hacen utües á fus fa-
í'inilias, y á la República^ haciendo que tu-
• vieíTe efefto el refcriptode S. M. en que
ídifpe-rtfandb la regularidad de las Leyes pa-
'¥aefta Fundación^, manifeftó fu Real con-
^LtU ^^ CCp-
ccpto de la Importancia de ella á eftos fus
Dominios. Sin duda por la feliz experien-
cia en Barcelona, Tudela, Tarragona;, Le-
rida:, Zaragoza, y Urgel, que la logran,
y por el clamor de otras Ciudades de Ef-
paña, que la defean.
Defde fu primera cuna en Bourdeux^
en que tuvo mucho que vencer fu Vene-
rable Fundadora la Marqijesa de AIon-
FERRAKD, fe propagó efte Iníljtuto en mu*
chas, partes de la Francia, defpues que por el
Cardenal Arzobifpo de Sourdis^ y los Pur-
"" ♦puradosBelarminoy Baronio^ todos tres
Columnas de lalgleíia, tanto por fu Digni*
dad Eminentifllma, como por fu heroica
^r-n s rr^ Santidad y fublime DcKÍtrina, el or2;ano in-
c.en dada a inz dcreclible de la verdad, y Columna inmo*
Ma\iicue\^a^^^ ble déla Fécl Papa Paulo V. confirmó y
de 730. aprobó efte Inftituto, llenando de elogios
Á la V. Madama Lestonac^ añadiendo ef-
te Oráculo de la Divina Sabiduria, que ay^a
premeditado efta Apoftolica idea para bien
¿uníverfal de lalglcfia;, fin avcr podido ati-
nar con los malios, que avía manifeíiado
Dios á cfta infignc Matrona. Y quanda Ro-
niá. Cabeza del orbe Cátlioíico^ y las dos
Columnas de la Chriftiandad Francia y EP^
pana, han abrazado con aplaufo la Funda-
ción de cfte InftitutOj debe la falaz critica
fepültar fus tiros en el profundo abyfmo
de donde folo pueden difpararfe. Y debe-
rá México gloriarfe de numerar entre los
virginales Clauftros^ q le ennoblecen, cíle,
que le aíTcgura la económica, ingenua, y
primorofa educación de fus hijas, fin otro
dlipendio, ni cuidado, fino el interés de
que tan tiernas plantas , fean al mifmo
tiempo flores y frutos de honor y honeC:
tidad*
Por cílo ( y fea para confufion de la
.prefumida critica ) el limó. Sr. Arzobifpa
Obifpo de la Puebla de los Angeles el SrJ
Í)r. D. Domingo Pantaleon Alvamz de
Abreu, como Pañor vigilantiífimo de fu
laumerofo Rebaño,clama la Fundación pa-
r^ fu Capital impacientiífimo fu ardiente
zelo de la dilación^ y authoriza la utilifli-
ma importancia por eftas letras, que en la
tiltima carta de fu purio,me efcribe S.Ilmá.
2SÍ0 es mi fin otro y que el bien fMico, y
55 ^ ¿^^*
huena eÚHcacion iel femenino fe xo y qué tan- ■
tofe necesita en efia Ciududy cuyo bi^en efec-
to me aseguran fe experimenta ya en ejfa,
qué tanto le repugno al principio. Ni - debe
efperaríc,^; fino eñe florido fruto culti-
vándolas con ternura de Madres las que
fon particulares hijas de MARÍA, herino-
faV^ra^ qiiefiendodck faiz de Jefc^dai
\\x\ tiempo por fruto aquella divina Flor
^j, ■ jDe eíle ortgen'dfman^.^fia'íFundáf-
P. Andradc ^^o^''P^^s^"'^^^^^g'^^3" I^s Hiílorías, que
guiadeiavirt. aviendo fundado MARÍA Santiílima un
^. 3.^ciundoai Colcgio de cicuto j vcintc doncellas en Jp-
Carrujan. Ba- rúfajcn, üná ,de ellas^, oüe fu^ S^fvta Mar-
ionio, Adri- ' rr^ ^ \t r ^ a '^ j i *
cumio Adelfo. ^^^ paüo a Marcclia, O Avuion, doncle.a
imitación delagran Madrcerigio.otro nu-
mcrofos y lo que fe advierte es, que por el
cuidado délos Apoftoks^y fus Succcflores,
fe fué fiempre confervando efte Inftítuto,
fl qual para falir de lleno á la luz del mun-;
dO:, en forma Pontificia, por la V. Lesto^- I
Gnht.2. )^.9. ^¿^Q^ fe puede afianzar, que le dieron fu
Cephas &• toan- ,.^ .1. ^1 ^ 11 cr>
ncs.Qiiívidehxn- dieili*a las dos Cplumnas, que llama b. ra-.
tur columna e/Je, ^Jp^ ¿^ |^ Ip lefia SaN JUAN Y SaN PeDBsO^ el
de' tirasdederunt ¿7 '=
mihi'
Prin-
i
Principe de los Aportóles feñalandola paf^
Fundadora, v el fabio y amado difcipalo
haciéndola íaber laConfirmacion en Roma,
Sóbrela protección de tales Columnas, \\x
una Piedra firmillima^ y fundamento de la
Religión Catholica, la otra Piedra también
por í u viva femejanza con Chrifto.que lo es
angular del Edificio Sto. de la Igleíia^ y por
cíToíii amado difcipulo, mejor, y mas lu-
ciente riedra, que aquella candida y mara-
yillofa del campo Bononicnfe, tan partici-
pe del SoL que por penetrarfe intimamen- adrián. Lyr.
te en ella fus rayos, fe dice raja de eíle Pía- apud Andrad.
neta;, comenzó á echar los cimientos eíle nifo^cap. j^-"-
Inftituto Apoíiolico , que por fcrlo^ era
muy del cafo lo dirigieíTe el Divino Maef-
tro por fu Cornpahia, como fe efectuó fo-'
lida y fabiamente por los Infignes Jefuitas .n;^'»''
Raymont y Borde, conformando el Inñi-
^ * j 1 V- - T 1 j Hiftor. cit. del
tuto de laCOMPAilíA de Jesús, con la de OrdendeMrá.
JVÍARIA^ que es tan el mifmo, como es la Señora»
mifma DocSlrina la de la Madre^ y la del
Hijo,^ folo con la diferencia de los minif-
tedios difcretilfimaniente acomodados al
repedivo fexo: De fuerte, que charade^
rizadas con cl nuevo Nombre de JESÚS,
cxcelfo fobre todo nomb«*e, fe llaman con
propricdad jefuitas? diftingniendorc ya en
Ja tierra con aquella gloriofa marca, que
ha de difcernir á los eternamente felices
en el Cielo, fegun Sabios Interpretes , fi-
Corn.in Apo- gniendo la Emincntiííirna pluma de Hu-
C2\.^.i2. Et per ero primera purpura Dominicana.
cxcellcfinam to- oí r i i. . •
cabuntnrf:fiuní, Gozale pucs al preícnte México, por
fve pjuitA. itx \^ protección de V. S. Ilmá. y con tan fe-
Peren'.Vicg.Rib. .. ^ . . . \ /^ \ '
imoHu^^.quiprU liz priucipio , quc cucuta en el Colegio
fnusi»lrátntPr^ vciutc Ninas dc diftin^uidas familias, y
¡u¿. card'nuílium otras proximas a entrar, y cerca de qua-^
eflelcausjEtcx trocicntas de todas claíTes, que entran y
eoL.tndiilj.Cxr- in -ir i ^'
tuf. ante anuos faku CU las dc ella Etcucla, ícgun'la proli-
Z20 h ¿ori^ ' diftribucion de las Maeftras, que con dif-
mqutt , cceleju / . . 7 .
ab 'ipfo dkemur crcciou harmoniofa, ydefuperior trabajo
sIh!^orefí:n. ^ ^^ pequcíia Comunidad, las enfeaan.
Solamente un yerro me parecía, que
debk notarfe en las Maeftras de la Enfe-
ñanza, y es a verme elegido por fu Cape-
llán y ConfeíTor mayor, fi efta expreílion
no fe llevara de encuentro la Sabiduría dc
V. S. lima, que fin aguardar refpuefta 'mía
la confírniGs pero mas reflexivo, hallé que-
avia
avia íído grande aelerto^ á que me dertinó
la feliz fuerce para trahermc á la Enfeñan-
za de fus virtudes, las que no ccífo de ad-
mirar, efpecialmente las que miran direc-
- tamente á la educación de las Niñas^ pues
fu dulzura atrahe, fu difcreccion captiva,
.fu explicación enamora^ y encanta fu dcf-
treza y inagiflerio, tanto en el primor de
las peregrinas labor es^ como en la inñruc-
cion de los altos Myfterios de nueñra Sa-
grada Religión.
Y fi efta es la Efcuela^ efte el Edificio^
y la Cafa de Sabiduria, cuya fabrica fe ha
-^foílenido y levantado á expenfas de los
; fubfidios de la generofidad de V. S. lima.
' y á la fombra de fu authoridad, que como
íirmiflima Columna la ha aífegurado y
:afianzado con incontraftable folidcz, ha-
sciendo oficios de nube que protege^, y á
icuyo cubierto fe libra la bella CoMPAatA
V DE MARÍA de los ardientes bochornos,
: que vibró contra ella la infolente critica^ y
oficios también de Sol ( conforme al he-
roico blazon de fu nobleza ) que con una
luz manfa^ benigna, y rubia^ fomentó efte
_. nue-
■'/í
"rinevo plantel, le iluftró y acalore; bien, y
íin temeridad me puedo creer, que la myí-
teriofa Columna, guia de los errantes hi-
jos de Ifracl, cuyos refplandores eran^ en
Corn. Aiapid. pluma de los Interpretes, Rubios, Clemen-
Num.6.i5.ibi. j-es, y llenosde hofpitalídad, fué un vivo
I^fltS CY^O tile " ' -
nojtcYcít í'//W, difTeno de la generoíidad y nobleza, que
f'*';*'^, ^""^'..^ venero v admiro en V. S. lima. Lo que
cus::: vbí fjora, íicudo aüi, jultamente deíea el docto y
lucem hujus Co-- elocucute Orador, aue fe eternice el nom-
heAm. ... Et in brc dc Y. b, lima. 2;ravado en una Colum-
s.ip. i8. y. 3. . j-,3^ cuya infcripcion fea como la celebra-
da en las de Hercules un Non flus ultra,
que declare fu magnificencia y benigni-
dad, á que correfpondan con otro Non
"plus ultra de gratitud las figuradas en Ja-
QiTiN Y Booz, quienes aiin con cien len-
; guas, y cien bocas, no defahogarian el vol-
can de afecto, que han encendido ert
fus corazones los beneficios y gracias de
V. S. lima, cuya atención no queriendo
* embarazar mas, concluyo en nombre de
las agradecidas Madres de la Enfeíianza,
> -"^con aquel gallardo pífage del Mantuano.
!
■ ■ , *
-3urr - An-
jinte leves ergo pdfcentur in athere cerVty
Et fretd dejiítuent nudos in littore fifces: -,. _
yíhte pererratís amhcrum jinihus exful
jiut Ararim Panhus íibeí, aut Germania Tigrim,
Quam nojlro illíus lahatur peéíore Vultuss
y en el mío con la expoficlon de el gran
Cornclio, figuiendo la de San Gregorio en
€l Vaticinio del Apoc^\ypüs'Vt^rmusJ¡Sy Corn. fup.^»
^ mamas j etgloriofus tum in Ecdejlay tum
in Calo,
Dios guarde á V.S Jimá. felices anos.
Cafa, y Mayo J5.de J7 5 5.
Ilmó.Sr.
5.1-,M. de V.S, lima, fu mas obligado Subdito,
y afcdo Capellán
J)r.D.AÍanucl jintonio Roxo del Rio
j Vieyra.
!!? 'P^-
2 -'i i
.y
D E L F: FRANCISCO XAVIER
..J^azjcanO:, Re ligio f o de la Com^mm
de Jefi
e US.
ri
Excin<^- Sr.
' ' ' Xgu ña vez avía de pagar ía Europa a'nnet»
tra Afiierica los imii^nfos tiií£bi-as qae ie
ha tributada^ Y en qné otro tiempo, que
en el fe lie i íTinio gobierno de V. Ecxiá: Goza ya eP
tá ImpeEial Garte los por tanto tiaiipo defeados
veneros de ehriíliandad r excelente educación, y.
polirica economia: há levantado yfv fit Palacio ht
Rcligioía Sabidnria: fon dulciffimr mente convi-
dadasr íirvieiido de.menfageias ía modcftia, la afa-
Prwerb^^j- bilidad» y difcrecion: Mifit undllas [k^-ís^ nc vvcare/ít ad
arcemy las^niñas tiernas á la reí^aladame-fa de íiveafe-?
jl'anzar donde fe les brinda en ia copa de oro itia^
brillante del temor y anlor fantó de Diosr 1a blanca
puriíTtma leche de la innocencia al oír el Nombre
de MÁR.IA, que fcntada en ana cofumna por Ca-
EccIcfiaCz4. 7- thedra: 'Etthrorms ntéus'fn cí>/««íf/7 4^ »«/>/>> prcíide Man-
irá a fu Sagrada Compañia, embriagadas con tari
Freg;rinos aromas corren deíáladas las delicadas
pequeñas vírgenes a aromatizar ius cípintus con
el buen oior de la virtud mas exemplar : /« odorcm
Cantic. i.^f'.Zr unp-iíerftornm tuorum ciírrímus Aclolefcemul^. Todo e (lo
cow inimitables refaitcs, decifra el dodilTimo Pa-
negyrico,que fe digno V. Excia. de rcmitirme,mas
para mi admiración y enfeñanza, que para fu exa-
men o^cenfura. El P. Bernardo Pazuengos iníig-
ne individuo de nueílra.Co^iipañia de Jnsus, es el
qne en cftas cortas paginas marabilloiamcnrc ci-
fra,
ira, no folo el Inílituto portcntofo db cíla grande
familia, cl origen, progrcílos, y lo mas circunf-
ta ociado de fus peicgrinos incidentes, fino que
toda cíla harmonioía reiacion la cima Ira con tan
diftinguidos terminantes textos de Eícriptura Sa-
grada, prcciofiirima miniatura de erudición, acor-
de bien diftnbuido golpe de tropos oratorios, vef*
ticía toda eíla eruditiíTima pieza de un eftylo gra-
ve, ameno, pondcroío, claro como la luz, y deli-
ciofo como el ne¿tar, fin faltar ni en un punto á
ia naturaleza fobre todo apreciable del idioma.
-'!' Y qué otra lengua, y que otra pluma po-
día entonar el cántico de alabanza, ó eftampar
triumphantes rafgos: Lingua mea calamus-, que la de Pfalín.44. u
aquel mifmo, que emulo de la nave, a que fu for- *
tuna le mereció el nombre de Vidoria, deípues de
aver dado gyro á todo el Univerfo, lo dcílino la
Providencia para conductor del heroico Efqua-
dron de Amazonas, á efte nuevo mundo? Moy»
íes fué cl que al aíTentar la vi¿toriofa planta en la.
contraria rivera del mar vermejo, no menos vic-
toriofo de fus onaas, que del atrevido Exercito de
Pharaon, levanto la voz, y dcfato la lengua en un
celebérrimo cantonen que agitado del Elpiritu di-
vino, formó aquel mu íleo poema, diílinguido no
menos en elogios fublimes dignos de un Dios Lirst
bertador, que en explicaciones myíteriofas, y rec-
levantes prophecias de la venidera fortuna de la
Igleíia: Tum ceanit Moyfes , & filij Ijrael carmen hoc Exod'Capaj.n. x»
Domino-, 0* dixerunt: C^intemus Domino^ gloriofé en'im
míignificatus eft. Cornelio: Ejl ergo hoc larme» cpini-»
I cium prophcticum, Ú^ euchAñflícum.
I Y quien otro avia de defempeñar el Panc-
gyrico, y los metros de gloria á los triumphales
arcos de fu divino Dominante, fino Moyfés, aquel
rniímo que avia fido dcfde la Corre del Monarcha
Egypcio auteniico teftigo de la peregrina conduc-
ta de tranfmig ración tan fubUmejncnte milagro-
Í3lI. ,y, quien otro, que cl P. Bernardo Pazuengos
A^l %z podía
podía llenar los números pcrfcélos de la Sagrada
Oratoria en el fciicÜTiiiio dia. en que fe celebro la
Dedicación de la primer Cafa de las RR. Madres
de la Enfcñanza, íino aquel mifmo, que conduc-
tor gloriofo de doce Rcligiofas Señoras, mejor di-
xera de doce Tribus, pues en cada una de ellas fe
pronoftica fecundada una generación entera, pufo
la planta fobre las ondas del occeano intrépido á
los mas ciertos peligros de fus toimentofas ondasj
y ya gozofo fe congratula con ellas, foíTcgadas en
íli Tabernáculo?
Acompaño también Maria ProfctlíFa her-
mana del mifmo Moyfés y Aaron, el heroico can-
*? ' tico de alabanzaj elevando el punto, para que la
Veri, a^r liguieíTen todas las mugeres: Sumpftt er^o María Pro'
phetijjít foror ^aron tympaaum in m.tnu fuá : E^rejldcque
fufjt omms mulleres poji eam cum tympan'tSi & choris,:
Aqui oportunamente expone Cornelio , que el
nombre de Maria fignifica en el Dialedo Hebrea
lo mifmo que Maeftra , nombre prophetico con-
que caradcrizó Dios a efta celebérrima Hebrea,
porque la tenia deílinada para preíidir y doíbri-
nar a las Ifraélitas: Maru idcm eft, c¡uod Ma^íJIvx: hoc
emm nomen fu'it cjuafi prognojlicum tn mente Dei, quod
Marta h<ec futura efjet dux féLm'inarum h£hreariim-, eifcjue
préíiret tum tn tranfuu mar'is ruhri-, tíim m hoc carmine
epinicio Deó decantando. Sóror de la Compañía de
Jesús ha de fer precifamcntc la nobiliíTima Señora
y M. R. M. Maria Ignacia Azlor y Echevers, cuyo
gcneroílíTimo corazón fe ha exaltado a pottentofa
inftrumento de el Efpiritu divino, para coronac
una empreña, cuyo folo embrión en idea, pudiera
aílbmbrar a el efpiritu mas animofo. Es alTi que
ha de blafonar la Compañia de MARIi\ de una
congenial hermandad con la Compañía de JE-i
SUS, ijie recien doíe el titulo con que honra el di-
vino Amante á fu fingular privilegiada Conforte:
Canc. y. f'. 1. Sponfa mea foror ^ íiendo juntamente Efpofas, Ma-
dres, y Hcananas- uterinas de la. Compañia , -pro^
' fcf-
fcíTando el Indítuto mffmó, y Reglas de los Jefaí-i
tas, con la diferencia, que mientras la Compañia
de Jesús peregrina por rodo el mundo, el mundo
todo con el mas poderofo magnctifmo figue con
dulce violencia á efte Religiofo Gremio: Ecce mun*
dus totus poft sum ahijt. Modo ungular con que MA^ Joan. la.j.
B.IA Señora evangelizó á nueftra Efpaña, fixando
fus Reales Plantas en una Columna, para que to-
dos acudieíTen á fu Cámara de Zaragoza , para
aprender la Doítrina del Ciclo; íi bien en cfta di-
<:hofa ocaüon ha peregrinado para conducir a nuef-
tros Re V nos fu Compañia: Nunquam defu'it Columna nu- r ^ . *
bis per diem, nec Columna ignis per noticm coram Populo. Y
quien duda, que íi efta Columna era figniñcacion
galana de MARÍA. Señora, en qué repreícntacion
mas clara, que en la portcntofa Virgen del Pilar>
Levantabafe eíle Phenomcno, y caminaba íobre el
ayrc, como una nave gobernada de un Ángel por
piloto; Certum e¡l hanc Nuhem non ¡ncYccttxm^ Jed crea- Corn. innum. c.9.
t/irnifuífje:, ejíi<e. Columna ¡pede , ^ figura porrlperetur m f- !?•
altum a/i ccu nav'i ángelus-, (juafi Nauclerus ajsijíebat. Eí-
ta miCma Columna^cra Cathcdra deíHe donde eni-
feñaba Dios Tus rediflniíos caminos: /» Columna »tí^ ^r a
pts.loquebatur aa eos.
■ ¡vil • Y ya me precifan las fcvcras leyes de Cen-
for a romper la dulzura del argumento, é indicar
lina abreviada id¿a de la Aurora, y cunas de nuef-
tra Mexicana Fundación. La Inmaculada Empe*
ratriz de los Cielos MARÍA Señora nueftra, fon-
tal origen de todo lo bueno, y Protectora efpecia-
liírima de efta admirable Compañia, fue la levantada
celeftial Columna, que conduxo in manu potenñ^ ^ pr 1 *-
hrachio excelfoy fobre las alas de los íavonios vicn- ^'"•^i?'
-toen popa en los favores de fu fombra á efte vir-
•ginal Eíquadron. Arribo primero á el Relif;iorií-
iimo Convento de Regina Coelí, tributando fus pri-
meras adoraciones en las Aras de la Reyna de el
Cielo en decorofa protefta de que avia mirado por ■'^ '
augufto norte, de fu feiiciíTima aguja al.'Lufitano
Pía-
PJancta, hcrmoriíTimo Lucero de la Rcyna de la
tierra, coronada Emperatriz de cfte nuevo mun-
do, nueftra Señora, la vScñora Doña Maria Mag;-
dalcna Joíepha Therefa Barbara de Portugal, dig-
na Conforte del Monarcha de los felices nueftra
;. í^ Señor D. Fernando VI. que Dios profpere. El Án-
gel Palinuro de cfte prodigioíb Vagel ( es aíTi, que
Angeles fon en corriente phrafifmo de la Efcrip^.
tura los Señores Obiípos) es dn coiitrovcrfia nueC*
tro Hmo. Sr. Arzobiípo D* Manuel Jofeph Rubio
y Salinas, quien con fus Cartas llenas de favores,
benignidad, y clemencia, les feñaló el fublime cier-
to rumbo paca ei Puerto dichoíillimo de íus cipe-
ranzas, con que al blando Zephyro de lu dulcilfi-*
nio genio, anclo la peregrina Compañía en efta Me-*
tropoli del Septentrión. Y a la' verdad, como aíir-
marón las Señoras de ia Enfeñanza, varias veces
eíxperimcntaron mucho mayor paícrnai fombra y
amparo de io que la publica voz y fama les avia
noticiado-, íl bien les avia eftampado en el nicbo
-de fus aprecios, una gigante idea de fu iníigne Pre-
lado^'y con razón, porque lia exercido con eftai
.,. •S.cñoras fu lima, los mas cariñofos oficios de Pa-
v.triiii ^^^ y Madre, confolando, abrigando, y fuftentan-
do de las rentas de fu Mitra á cfte Virgíneo Ben-
jamín de fus caricias^ hafta protetlar con impeta
de fobrceminentc caridad, que fedefpojara fu lima.
de fu mifma camifa,para que todo íbbreáeílas fui
amadas hijas.
A eíle vigilantiñlmo efmcro de fu Ilmi;.
correfpondiola Fundación con éxito tan teliz, que
como íl fuera Fabrica de Angeles, en folos diez y
fcis mefes fe difpufo y concluyo el Edificio para
las Religiofas, y Cafa para las Doncellas educan-
.das, con tanta perfección, y en fitio tan acomo-
dado, que las mifiíias Madres^y todo el publico de
cftá popul'cí'a Coríe entre pafmos y admiraciones
£xod.8. f.í^. iCpaficñan: Btgitus Dei e\l Inc.
; , fXAii diez y ocho de Diciembre.,; dedicado
á
ala Expedacion de la Virgen Madre, aporto h Go^
pañia de MARÍA a íu nueva Cafa, y apareció
triumphante la hernioíiíTima Imagen de nueílra
Señora inmoble y ñxa en fa Columna^ firviendolc
de throno un priinorofo Tabernáculo a expenfas
de fu lima, adorada Maeftra de eíla fu primera Ca-
J^del nuevo mundo: Aquí fue donde al eftablecer-
fe la Columna con mcthodo contrario al del Pere-
grinante Ifrael, refonaron armoniofas dos trompe-i
tas de ñniíTima plata: Fac tibi duas tubas <í^;|^«fí^'tí cf«'>juni.c.io. f'.z.j,
éiiles , quibus convocare pojs'is midtitudlncm \: Cumquc /«-
crepueris titbls €0}i^^rc^ab'nur adre omnis turba. Mu fieos
clarines han fido las dos Scúpras muy RR. MM.
Maria Ignacia Azlor Eclicvers t y Maria Ignacía
Sartolo Colmenares: Nubes lucidas por Marias,
Columnas de brillante fuego por Ign acias, de re-
finada plata por lo elevado de fu nobleza!, las que
con la incomparable gracia dq fus labios, y con-
corde armonía de fu conduda, han puefto en mo-
vimiento a toda la Republic3> pues en pocos dias,
fuera de las Educandas, numeran en fus Aulas cer-
ca de quatrocientas Niñas: Cumque mcrepucris tubts
co7tgre^abitur ad te omnts turba . El kibre nombre de
Colmenares es agradable cifra de íti amable ínfti-
tuto, pues el laboriofo murmullo de las Abejas le
pareció al bien tcn%plado oído del Mantuano eco
canoro de trompetas: £f vox audiíur fraólos fonhusGsorgic.lib.^.f'.jt,
imitatx tubarum. Es affi, que en la claufura de fu
Colmena fabrican eftas Señoras con la dulzura
ladea de fus lenguas en las innocentes flores de
las blancas purilTimas Azucenas, antorchas de ce-
ra virgen para los Templos^ y miel medicinal pa-
ra el gobierno de las cafas : Favus dijUllans Ub'ia íha cantíc. f. ir.
Spon[a-, mcl <Úr lac fnb Iwgua tu a.
Ni íe ofrece Señor, á mi ruda crítica, mas
que decir á V.Ex.cia. fino que fi Ariftomncho ocu-
po íefcnta y dos años continuos en la obfervacioa
prolixadei Gobierno y República de la Abeja, que Barth.homb.(íe Le-
clogios merece eíle fabio Panegy tilla, quando catrafi.part.pag.zio.
-VI bi-e-
bfcvcs paginas ha formado una cabal pórtcntofa
idea de el armoniofo religiofo concjerto de eftas
Abejas racionales? Por lo que cftá muy lexos de
rozarfe con ciaufíila difonante a nueftra Santa F¿
Catliolica, ó buenas conftumbres, ni á las Regalías
de nuellro Rey y Señor, á quien Dios proíperc,
quando íe dcícribe un vivo eterno monumento de
íu Anguila Regia, y a todo el mundo, xnaniñefta
f>iedad, Efte es mi parecer: Saho meiiore, &*c. Co-
egio Máximo de S. Pedro y S. Pablo. México, y
íobiero 8. de 17$ 5»
Excmó. Sr.
B. L. M. de V. Exciá. fu mas humilde
Siervo y Capellán
:H:
FrAncifco Xavier Lazcano.
JHS
/.]
FA-
DEL Dr. D. JV J N JOSEFA
de E guiara y Eguren^ Cathedratico Jubi-
lado de Prima de Sagrada ^heologia en fu
Real Vniver/idad.y Reéiorque fue de ella.
Calificador del Santo Oficio^ Examinador
Sy nodal de ejle Arzjohifvado:, Confuí tor del
Ilufirijjimo Señor Arzjobtfpo ^ Capellán
délas Re ligio fas Capuchinas de dicha Ciu'
dad. Canónigo M.agiflral de la Santa Iglc"
fia Metropolitana de México], j ele£lo ',
Ohifpo de la de Tucatan,
OBcdecicndo d Decreto del M. Iluftrc Sr. Dr.
D. francifco Xavier Gómez de Cervantes,
Cathedratico Jubilado de Prima de Sagra-
dos Cañones de efta Real Univerfidad, Prebendado
^dc cfta Santa Metropolitana Iglcfia, Provifor y
Vicario General deefte Arzobifpado, Obiípo clcdo
de Pucrtorico^&c: he leidoel Sermón Panegyrico,
que en la Dedicación del Templo y Convento Me-
xicano de nucftra Señora del Pilar de Zaragoza de
Religiofas de la Compañia de MARÍA, comun-
mente llamadas de la finíeñanza, predicó el R. P.
Bernardo Pazuengos, de la Compañia de Jesús,
Procurador General por fu Provincia de Philipi-
nas, Theologo de Cámara del limo. Sr. Arzobif-
\po de México, y Examinador Synodal de íu Arzo-
bifpado. Y admirando el utiliüimo Inftituto de la
Compañía de MARÍA SantiíTima, deftínada á la en-
^ %%%% fe.
fenanzíi ehfíftíana y política de las Niñas , cuya
. educacioíi es el blaiico de las Señoras Religiofas
,, decfta Profcílion eíclarecida> no he admirado me-
• nos ía erudita dcftreza, la brevedad, difcreció, y pro-
. priedad, con que el dodiirimo Author del Panegy-
ríco deícribc el Inftituto, refiere la Pundacion del
'- Convento Mexicano, y aplaude las pcrfonas acree-
doras de inílgne elogio, concurrentes al defenipe-
ño de tan altodcíignio. PareccmeTqueafil del Iiifti-
' tuto de la Compañia Mariana, como de cfte cle-
\ gai^te Pancgyrico, hallo un dibujo en el primer
"* Convento o Junta de la Eníeííanza que huvo en eí
mundo> y en el arte con que fus religiofos Aluiíi-
^nos propagaron tan admirable Inftituto por todo
el Orbe. El primer Convento ó Junta reíigiofa, que
' abfolutamente hablando linvo en el mundo, fit¿
de la, Enfcñanza, conviene iíaber^ el que inílitu-
yó'Enos hijo de Seth, del qual efcribc "Moyfés al
4. del Genelis^. 26. que empezó a invocar eí nom-
Ceii>4. lí. brc de Dios: Sed 0* Seth natus ejl flius, qucm vocavit
Enos : ijle coeph invocare normn Dommij porque fue el
. p'fimero que congrego á los hóbres para las fühcio-
. ncs publicas de Religión, y de Piedad, abriendo un
• Tcplorque juntamente fueíTe Efcuela,una Aula, que
= al mifmo tiempo íir vieíTe de Iglefia,en que los honi-
' bres aprendiefíen el Catfecciímo, y pradicáíTcn el
divino culto: Tem^ore er^o £nos, efcribe el P. Cor-
CorneLíbú nelio : yidsutur ceerus íjom'tnum tnjiitutt , O* in Ecck-
■ ftiXm congre^ari cxpiffe y ad publicas preces , ad publ'icds
coftcíones Ó* catJfechefes , ctd pnhUcum Det cultum per
'facrtñcia-, raliosque ntus t9* ceremonias. De aqui infie-
icn Thomás Vvaídenfe, y el Cardenal Beíarmina,
.que Enosinftituyo un- preludio y difcña de ía vi-
da Reíigiofa y Monaftica: Vndecenfcnt ifti^ proíjo^iie
de eíl'os Authores t\ citado: Bnos injlituiñe cjifaft pr£»
líidiura Ú^initium vit£ Reíigiofa O* MonajtrcdC. Ki íc
falto á efte dibujo del Inftituto y Convento de la
Eufeiianza la recomendación de íer fu origen Ma-
riahfi, 'porq'tié'Enó¿^ fn Pufidador, fue bofqucjp' ' ■ ' ^ ^''|'^1,*Í
de MARÍA Sannfiima, fcgun Bartholome PiPá* '
TaO, á quien cita Marraccio en íu Polyanthca. De-'
fuei'te, que MARI A Santitilma en íu íombra, dio"
cl ser, y fue la Fundadora del primer GonvcntO'y^. . ^
Efcuela de la Enlcñanza. Ahora: De losdifcipulos .^H
de cfta Eícuela de Enos, Alumnos de íu Conven-
to, y dcíccndicntes de Seth, eícribe Jofephoj que
noticioíos del vaticinio de Adán, que avia profe-
tillado dos diluvios, uno de agua^ y otro de fuego
para la ruina del mundo; deíeando perpetuar ea j.-^c^rjü nil^
él, no folamente las Noticias íagradas, religiofas>
y divinas, íino también las Letras, los Artes, y las
Ciencias, que avian aprendido y cultivado, las es-
cribieron en dos Columnas, una de ladrillo, y otra
de piedra, ó depoíitaron dentro de ellas los volú-
menes que avian efcrito, de lasquales, la fegunda
fe mantenía en Syria lia (la la edad del miímo Tofe-
pho: Hlicpertifíctj advierte Cornelio, id quodfcribtt^O"
Jcphus:: Pofleros Scthptos ^ Japientes excitaíj-: duas colum"
fiits-, unam Idtcfhíam, alteram lap'iúeam, ctjque fuá inventa^
artes ^ difciplíhas-, reí ínfcripftjje-, vd [criptas 'tndufjf'
fe ad pojierorum injlruñtoncm^ Ó* ful mcmoriam pojlc-
ris covfígnandam'.' ídque hoc co/i filio-, ut ¡i lateritiít dilu-
vró perirety iapidea Juperjies remaneret , qii^^ inquit fo-'
fephusy ttínmmm cxtat in Syría. Efta fué la iníignC
y provcchoíiíTima índuftria de los Profeflbres de
la primera Efcuela de la Enfeñanzaj para que el
provecho de ella , y fu debida memoria íe perpe-
tuáíTen en cl mundo. Y femé jante es el arte de
ñueftro Panegyrifta dodiffimo, cuya iníigne eru-
dición deja gravada la iiiemoria del Convento Méá
xicano de la Enfeñanza, como en dos Columnas,
en el mifmo Convento, que ingenioíamcnte def-
cribe en el' Sermón, y en el miímo Sermón digno
de inmortalidad". El Convento, por dedicado á
MARÍA Santiífima en fu' Imagen del Pilar de Za-
ragoza, Soberana Reyna y Columna inmoble: lAf^
^2, ti*
Pfa!m.44. 10- Flo-f/V;> Regina wj^tir có1umn£ immohiUsry por depofito
resinEcch.n.683.¿g| volumen de la Eníeñanza, en que fe transfor-
ma, ó fe retrata la mifma Celeftial Reyna, íegun
el Parafraftc Chaldeo, que traílada en vez del ^f'
aícaícemTa.ver*.^'^''^ i?e¿/«^t a dextr'is tí4Ís, flah'it volumen legis hi Utere]
fie. ' dexterét tu£ . Y el Sermón por fer una Pieza taa
bien torneada, tan folida^ tan eminente, tan her-,
mofa , y de tanto precio , como una de aquellas
Columnas, que demandaban los fondos de un Mo-
narclia, y concurrieron á levantar una de las íie^
r>f;« y,u ,^^.> te marabillas del mundo, el Templo Eohefino de
Diana, en cuya deicripcion dice Piínio : Coiumn&^
centum vlginti feptem a fingitUs Regibus fctQéí. Y aun-,
que qualquiera advertirá dos diferencias notables
entre el Convento primero de la Eníeñanza, que
he dicho, y el de la Compañia Mariana; bien re-p,
fícxadas hacen mas admirable aefte que aquel Inf-
tituto, á lafegunda que a la primera Efcuela. Una
de las diferencias es, que la primera Eícucla y Con-
vento de la Enfcñanza, fué Fundación de un hom-
bre tan íingular, que entre los demás hombres fe
llamo Varón. EíTo quiere decir Enos: Enos homo^
yir; empero, la Compañia de MARÍA, y Efcuela
de la Énfeñanza, fue Fundación, de una xMu^ger,
aunque muy ilurtre y venerable, la V. M. Jnana
de Leftoiíac, al fin muger. Más eita circLinftanciá
,. hace mas admirable la Fundación, el ínftitnto, y
la Efcuela Mariana de la Énfeñanza. Porque íi ha-^;
llar un hombre entre muchos hombres, y una mu-'
ger entre muchas mugeres, fué aíTumpto que fati*
go al Ecleliartes, y defpues de mucho bufcary.diC-.
currir, entre mil hombres folo hallo un Varón, y
Ecclefiaftjc 7. a^. entre todas las mugeres ninguna hallo: Ecce hoc
inven'i dix'tt Ecclef ajíes , unum & altevum , ut inveni-
rem rattonemi quam adhuc qitf.rh ¿tnima mea , O* non
tnvcni. Virum de mille unum reperJ-, multerem ex omn¡^
hus non trrveni. Qiian admirable invención fcrá \^
de una muger verdaderamente varonil, qual fué,
la
la V. M. Leftonac? Y qnanto njis crecerá la ad-
miración haííando en íli Compañia y Efcncla tan-
tas mugercs fuerces y varoniles, q.iancas Ijn las
Iníignes Maeftr^s de la Ení'cñ.inza ? S^a pues el
Fundador de la primera un Varón feñalado en-
tre mil hombres: Vtrum de mille unum rcperi: Enos ho^
moyvirj y admiremos uña Fundadora de Li fegunda
tan varonil, que dejo tantas varoniles mugeres en
el mundo con fu Fundación e Inílituto. L:i otra
diferencia es, que el primer Convento y Efcucla-
que fundó Enos, íc deftino á la enfeñanza común,
lin dillincion de fexos; y la Compañia Mariana fe
deftina determinadamente á la inftruccion de las
Kiiías. Pero de efta mifma diferencia refulta ma-
yor admiración, y en cierto modo ventaja de la
íegunda á la primera Efcuála. Porque enícñar un
hombre, y mas íiendo tan diftinguido como Enos:
Efjos v/>, á muchos hombres, y a muchas mugeres,
y que fe logre fu enfeñanza, es cofa muy practica-
da, y muy fabidaj mas que fiendo mugeres las
Maeftras, y también las difcipulas, eftas queden
bien inftruidas y cnfeñadas, es cofa tan rara^ que
no fe cuenta de las mugeres mas aplaudidas de fa-
bias. Sonlo comunmente entre los Doctores las
cinco Virgines prudentes del Evangelio, a quienes
el mifmo San Matheo da ambos titulos, el de pru-
dentes, y el de fabias : Qu.inqnc prudentes: FatutX, ait' Mathíei
tem fapientlbus dixerunt--, y con todo, teniendo en íu
Compañia á las cinco necias, no eoníiguieron el
fru¿to de hacerlas fibias, quedandofe hafta el fin
necias. Y que la enfeñanza de las prudenres Vír-
genes de la Compañia Mariana fea tan feliz^y tan
fecunda, que fe propague á las difcipulas, y las
deje tan fabias como Maeítra»; que cofa mas dig-
na de admiración!' Quié heroycidad mas acreedora
del elogio, que nueftro Panegyriíta les tributa, y
del fymbolo que les dedica, levantando, como los
dcfcendienccs de Enos, dos columnas^ en las quales
fe
ib grave el Ahit plus ultra del esfuerzo varonil de
eíla Compañía ccleftial ? El mifmo mote cfcribo
Yo fobre el Panegyrico, cuyo acierto y erudición,
digna de un Maeftro tan confumado coinjofu Au-
thor, no demanda menor aplaufo. Y con efto de-
jo dicho no contener cofa alguna contra nucftra.
Santa Fe y buenas coftumbres, y fer acreedor de
la luz publica. AíTi lo juzgo: Salvo mcliori^ 0*c* Mé-
xico y febrero 9. de 175 5»
Dr, D.Juan Jofeph de Eguiara
^ Eguren.
LU
Licencu del Superior Gohierno. ,^
EL Excmo. Sr. D. Juan Francifco de Guétacz
y Horcaíítas, Conde de Sevilla Gigedo,Gen-
til Hombre de Cámara, con Llave áz entrada, de Su
Mageftad, Teniente General de fus Reales Exer-
•citos. Virrey, Gobernador, y Capitán General de
efta Nueva Efpaña, y Prefíjente de fu Real Au-
diencia, y Chancilleria, &c: concedió fu licencia
para la impreííion de efte Sermón, viílo el Parecer
del M. R. P. Francifco Xavier Lazcano, Rcligio-
fo de la Sagrada Compañia de Jesús, &c. como
confta por fu Decreto de 13. de Febrero de lyjj.-;
Ejíbricado de Stt Excelencia,
Licencia del Ordinario,
EL Sr. Dr. D. Francifco Xavier Gómez de Cer-
vantes, Cathedratico Jubilado de Prima de
Sagrados Cañones en la Real Univcríidad de efta
Corte, Prebendado de la Santa Iglefía Cathedral,
Examinador Synodal, Juez Provifor,y Vicario Ge-
neral de efte Arzobifpado, Obifpo eledo de Puerto
rico, &c: concedió fu licencia para la impreííion de
efte Sermón, vifto el Parecer del Sr. Dr. D. Juan
Jofeph de Eguiara y Eguren, Canónigo Magiftral
de dicha Santa Iglefia, &c. como confta de fu Auto
de i8.de Febrero de 1 75:5:5
Rubricado de Su Señoría.
IG-
IGnacío Calderón, Provincial' de la Cíompañia de
TES US, en efta Provincia de Nueva Eípaña. ^
Por u facultad y poteftad, que para efto me es con-
cedida de Nró. P. Ignacio Vízconti, General de
nueftra Compañía de JESÚS; por la prefente doy
licencia para que íc pueda imprimir un Sermón, cu^
yo titulo es: MARÍA Santiííma, dechado de Reli-
giofas de fu Compañía, llamadas comunmente de la
Enfeñanza, que predicó el P. Bernardo de Pazuen-
gos, Profeííb de nueftra Compañía, y Procurador de
fu Provincia de Philipinas, por haverló vifto perfo-
nas do(5í:as de nueftra Compañía, á quienes lo co-
metí} y no haver hallado cofa digna de cenfura.. En
fé de lo qual di efta firmada de mi nombre» fellada
con el Sello de nueftra Compañía, y refrendada de
mi Secretario. En la Hacienda de San Antonio en
nueve de Heaero de mil fetecientos cincuenta y
cinco añc;.
t
JHS
Ignacio Calderón^
> omors
Ignacio Coromma.
Secretario.
Pag. I
.".e^^ sC'.'3^ >€r5^ . "^Orv . sf^-.<.>iff
JN DOMO TV A OPORTET
me manere. Lucíe 19. Iv. $.
CJKO MEA VERÉ ESTCIBVS,
■ ct fangiús meus 'vere ejtpotm. Joan. 5.
•€í&'!BS N FE L IC E S TIEMPOS.
^ i (^ tícígraciadas ed aíics" aquellas, 'bn
<J) i d^ que aunque indurtrioíos los hora-
i^P^P bres ignoraban la fabíduria, y no
*-^^"'^ ^^ conocían el chrono de la inceli»
gencia. Qué cimas profundas^ dice Job, no
ha penetrado ingeniólo el anhelo de acu-
mular el orol Qué indurtrias no ha inven-
tado fútil el ingenio para acrifoíar la platal
Qué mares no ha fuícado valerola ía induf-
tria en bufca de las riquezas í Qué futile-
zas no ha aquilatado el arte, para fegregar
de la tierra el hierro, para convertir en aze-
ró las piedras! Mas enmedio de a ver yafu-
puraáó las artes, y acrifolado el ingenio en
tantas futiliflimas invenciones, aun no fa«
bcmos, dice Job, qual es la Pacria^, qual ío.
■^ A " Mo-
í
Morada, qual la Habitación, y Cafa de la
Job iS,\f, II. SabidiHia, é Inteligencia: Sapientía vero uhi in-
yenitur] Et quis eji locus intelligenticí'i Feliz, di-
choía Cafa, donde eftas I En la tierra, pro-
figiie el rnifrno, no fe encuentra ; los pro-
fundos abyfmos, los mares efpaciofos, nos
dicen, que no los acompaña-, los ojos mas
perfpicaces no la hallan j á las Águilas mas
elevadas fe efconde; los difuntos, y vivien-
tes, entregados á fu libertad, folo nos re-
fieren, que oyeron hablar de ella con aplau-
fo y eftimacionj pero que folo Dios fabe el
lugar en que fe encuentra.
Aíli defcribe Job la ignorancia del Or-
be, aun cnmedio de tanta ptefumcion de fa-
biduría: Mas va, dichofos moradores de Me-
xicOí buenas nuevas, felices noticias, que fa-
bemos la Habitación y Morada, la afortuna-
da Cafa de la Sabiduría : Sapiemia adíficavit
jihidomum; y para que no dudemos fer la
en que nos hallamos, nos da fus fenas indi-
viduales: Era Cafa^d^ la Eníeñanza, pues pa-
ra enfenar la edifico la Sabiduría: yEdificct-
vit Jiíi; era una Cafa en que enfeiiaban Ma-
geres : Mifa ancilUs juas^ ut Vocarent ad ar-
cam-y era una Efcuela en donde folo fe enfe-
ñaba la niñez : Si qms eji farvulus venidt ad
me; era Univerfidad donde fm dar lugar í
, clpcculativas queíliones y controverfias, íe
en-
5
enfcñaba la Doulrina : Locus erat Doólr¡n¿¡:, Optaí. iJ'o.
non controver t¿e, oice üptaco Miicvicano: So- ' . r... wi.
lo en ella le enícñaba la DocVrina Chrifiia-
na, dice San Gregorio: Proj?oJiiit menfam fuam Greg. hic
Scri^mm^ ft) D car iría faene. Era una Eí cue-
la:, <]^<^ juntamence era Templo, dice Alapi-
úc: Ayx ejl Templum ^ Ecclejta ; \\n Tem-
plo y Efciiela, en que fe repartía el Sacra-
meneo de* la Euchariftia: Mifcuit vtnum, ^
propcfuit menfam-, y en cfle Templo, y eíla
Eícuela prefidía como Maeílra MARÍA San^
tiííima, lepartia como Sacerdote el manjar,
y era el Altar del mifmo Templo: Vtrginem Apud Corii. híc.
apello ScKerdotem pariter (^ Altare y dice San
tfrcn 5 cpdí quidem menfam ferens, dedit noíís
«elefiem panem, ya de la Dcdrina, ya de la
Eucliarillia, y por ultima caraderiílica feíia,
•nos dice el Efpiricu-fanto, que efta Efcue*
la, que efte Templo, q^ie efta Mefa, eralgle-
íia del Pilar: Excidk columnas feptem. Si Yo
al hijo del Grande Auguftino., que difpufo
efte Temploj le huviera entregado fíete co-
lumnas para íu adorno, no dudo, que por re-
glas de Simetría huviera ordenado tres pa-
ra cada lado, y una en la frente donde efta la
Mefa y el Altar. Aliento pues, afligid íílimo
pacicntiíEmo Job, que ya faben los hom-
bres qual es la Habitación, qual la Morada
de la verdadera Sabiduría , d-e la mas cabal
A í iii'-
4
iiiccligcncia, pues vea erigida la Cafa de la
Enfcrianza.
Eílc es el objeto de nueftra celebridad,
que en gran parce lo hallamos rctracadoen
el Evangelio: In Domo tud oportet me manere.
La primera Cafa que coiifagró la Sabiduría
encarnada en Templo en el tiempo de la
predicación y eníeñanza, fué la Cala de Za-
queo, Gobernador de la Aduana : Princeps
,p uUicdnorum-^ y la primera Cafa que nos fir-
ve para efte Convento y Templo, es la del
Gobernador de la primera Aduana de efte
Rey no. El primer Templo que confagro la
Sabiduría encarnada, fué la Cafa de Naza-
reth, en que encarnó, y aíTi la Madre San-
ciflima, como aquella Cafa fueron Caía de
MARÍA SanElíIima, y el myftcrio déla En-
carnación, y es á la letra lo que reconoce-
mos en eíte Templo, pues la mayor parce
de eña Fabrica es una Cafa de MAKIA San-
tiíllma en el mvfterio de la Encarnación,
Columna no puede {"altarnos, pues nos dice
San Gregorio Nazianzeno, que el Árbol en
que fübió Zaqueo para aprender el conoci-
miento de Chrifto, íuplia por columna: 5^-
Greg. Nazianz. ^qj^qyus erut quaíi columud. Era Zaqueo en iu
li.per hunc loe. •- p ni \\
eltacura nino: Statura pujtíci^fs-^ y aquella co-
lumna le íirvió como á niíio de la eníeíian-
za, de Cachedra para aprender los rudimen-
tos
'5
tos de- la verdadera Sabiduría, feguti expli-
ca Saa Gregorio el Magno : Per Jycomorum S.Gicg,
Dominui tranfans cerní tur ¡ quid Per hanc p- í/ ^1'
fientem flultiúdm^ CT fi ^^c durriy ut ej¡ fotide^c^p. 17.
jam tamen per contemplaúcnis lumen Del y^ P^^^ "^^"
fientia^ quafi in trdnpta videtur: Y íi efta co-
lumna de Zaqueo, no fe coloco dentro del
Templo^ tampoco la columna á que fe con-
íagra el prefente, fe puede introducir en éu
En eíle pues Templo y Efcuela de MARÍA
SantiíTjma del Pilar, quiere habitar perma-
nente la eterna Sabiduría: Ofortet me mane-
rey y efta Enfcñanza de MARÍA Santiílirna
;del Pilar, y efta firmeza de la Enfcñanza,
han de fer el objeto de mi difcurfo finfalir
de la Columna, pidamos para fu exot-
nacion la gracia.
. AVE MARÍA.
IN DOMO rVA OPORTET
me manere, Liic. 19. l(^. 5.
CARO MEA VERÉ ESTCIBVS,
et fangms meus -veré efipotus, Joan. 5 .
O fe, íi como fctica dcfcripcion y
manifeftacion compendio de la per*
de fus anfias, ó pro* Feccion del Templo^
co-
6
colocó Salomón á la duda, que efecSos de
frente de lu Portada fa extraordinaria pro-
3.Reg.7,dos Columnas: Etjta- videncia han de tener
• ' * tuit duas columnas in aquellas dos perfec-
PorticH Templi ; una ciones? Ved ya en ef-
llamada Jaquin, que tas tres explicaciones
íignifica Eníeñanza y la divifion y apoyo de
Sabiduría^ fegun Ca- mi difcurfo.Cada una
yetano; otra llamada de las Columnas re-
Booz, que fignifica nía doce codos decir-
Fortaleza , fegun el cuiro^que parece ana-
mifmoj aunque dife- logizaban ya las doce
rentes los nombres , Señoras de la Enfe-
juzga Cornelio, fer ñanza, que Dios nos
uno el fignificadoj traxo de Europa, íl
pues de la dirección como al numero fuc-
con que fe executó la ra á las Perfonas,gro-
cbra, fe infiere bien fera pudiera juzgarfe
la fortaleza, y fu re- laalufion,fiendornas
buftés y firmeza ma- femejantes á los doce
nifiefta bien la direc» Angeles guardas del
ciony enfeñanzaque Templo Cclcftial al
la erigió; uno y otro veinte y uno del Apo-
compendia la expli- calypfis; y fi, feguxi
cacion de el Erudito Calmét,unaRofaco-
Calmét al nombre de roñaba el chapitel de
la primera: Deuseam ellas Columnas, pu-
ftatuity Dios la hizo, dieramos decir ie fi-
Dios la erigiójy quien guraba en ella la me-
jor
7
jor Rofa de Lima, que meraPrcfidenta y Su-
firvió de corona á cf- periora de ella Funda-
taColumna^ incrodu- cion. La I lacina^dice
ciendolas en íu dia en Pierio, que eslame-
efta Nobiliirima Ciu- jor repreíentacion de
dad, termino de fas una columna: / ^^«- pier.Iib;
anfias. Aún regiftro quam columna quíídam, 47-<leli-
otra analógica pro- ad cujus imagínem figíi-- ^^^^^'^i'
porción, fi la paííion ramr-, la una ya os he
no me engaña. Bien dichoque fignificaba
fabeis fer principio en Dirección y Sabidu-
que eftriva la erudi- ría, prenda la mas ne-
cion cabaliftica, que ceíTaria para el buen
en la primera letra del gobierno de los Su-
nombre fe cifra y có- perioresj la otra fig-í
pendia toda la perfec- nificaba Fortaleza, y
cion que fignifica el que neceífaria á una
nombre todo. Imita- Fundadora para ven-
dor de cita Efcuela cer las dificukades i
quiero regiilrar dos O, y quantas ! O, y
Columnas, que veo á qualesl que fe opu-
ja frente de nueílra fieron á la Fudacion!
Fundación, como á la Pero vencidas todas í
frente déla fuya co- empeíios de una labia
lc<;ó Salomón las dos: dirección, de una for-
Ignacia Azlór, prime- raleza fabia, colocó
ra Madre y Fundado- Dios la Enfeñanza en
ra de efte Convento, Mcxicoi Deas eamfta-*^
Ignacia Sartolo, pri- tm.
Affi
3
i: 2 ; A íli . boíqúc jaba 2a: ; d Igna ba (a • por
YO la erección de ef- cierto, á que íobre
te Conveiuo y Tenv ella Dios erija lu ígle-
plo: Mas. en el bof~ fia: S^íper hmc petram
.qiie}%.aunc]ue ;toico, ¿edi fie ahoE cele fiam med,
encuentro en punto Veis va en ellas dos
-u:ú.- H'ieñor delineada la Sagradas Columnas
"l^V"' ^lorioía Fundacio de los eres fi<^aificados
ia.CGmpaíiia de MA- de las dos de Salo-
RÍA, y en pcrípecli- mon: Direftio, Sdpifn^
vaiadeb ígleíia Ca- tia^ Kobur^ FoYtitiído^
'chüRca. Columnas las Dchs eamjiatmt; con--
mas robu ítas^ea que írontadlas, por vaef-
'€itnvaba''b primid- tra^ vida, con !a prt»
va,, apellida el Apoí- rnef Fun-daeien de la
toL.üje'ias' gentes d Campa íiia ck: MA*-
i^rincipe del Apollo- RÍA, vetéis con qua-
ladoSiPedíOjy a! que- ta razón pudo fu he-
rido entre los Apello- roicifiíma Fundadora
les Snm Juan; C^phas gloriar fe qo^ ^SínVdL-
Gúíí.i.,0*^o¿ii2nes, fdvide- bib, y decir: dtphai
^' hantüT coltim^¿^ effe Jex- O" foannes^ qui vide-
tras dedemnt mihi . J ua n b-antur columna effcjcx'
por fu Sabidurk y iras dedtrum rñihi\ ha-
ivangelica Enieíian- liarefs, que in'decHos
za^^es- el Águila^ de la y perplexos- femoíld
Igle ík; Pedro en foío y Bordes^de la Heroi-
.«el ' nx;)rabre--'ma-fíifieí- fi'a - que podía dar
ca ia folidez y iuB\t^ d . llené "a-l "■grande
eai-
f;'.íiic_>'
cmplep (le Fundado-
ra, fe manifiv-fta Sati
Pedro al uno, y mof-
ftrandole con ti in-
'diee la Marquefa de
'Monft rrand Juana de
Ltítonac: Hanc eligit
TDeuSy le diee: Efta es
la que el Señor dtfti-
na para tanto empe-
ñoj hallareis, que ape-
nas en Roma el Vica-
rio de Jefa - Cliriftd
formó la Bula, en que
confirmaba la Reli-
gión , fe aparece el
Evangeíiíla San Juan
á la Fundadora a dar-
le en ex predas voces
la feliz noticia. Ya ha
dcfpachaco el Cielo
tus íuplicas, gozare,
que oy fe ha confir-
mado en Roma la
íiueva Orden de Nía.
Señora, á mayor glo^
fia de Dios, obíequio
de la Rey na de las^
Vírgenes, y faiud de
iwuch^afmasi dicho-
fa maquina, feliz ar-
quitectura, que eílri-
va en tales Columnasj
feliz y dichofa la Fun-
dación prefentc, que
llena fu explicación.
Enícñanza y Sa-
biduría: Direóíio, Sa^
pientiay érala Colum-
tíz que fe rcgiíhaSa
í la dieftrá del Tem-
plo, yes por an to n o-
mafia el titulo y re-
nombre carad-enlhco
delprefente, y el glo-
riólo blafon de MA-
RÍA Santillioía: Sedes
fapiemU, Silla, Thro-
no, ó Cathcdra de la
verdadera Sabiduría,
y diciendo la miíma
Señora ícr fu Throno
ó Cathedra una Co-
lumna: Thronus meas Ecclí.
in Co/«/w«¿íjquien def- ^+- *^'
de ti principio de el ^*
Orbe no fe véprecif-
faido a reconocerla co-
3 mp
.10
ino Maeílra .de lá Ea- np rúenos e^íprefTo de
fchanza, que firvicii- MARÍA SanciíTima
dcfe de la Columna, colocada en fu Pilar,
como de Cathcdra , pues dicen San Diof
alumbró c6 fus luces, nifio, Beda, Sto.Tho-
deílerrando las cegué- mas, y San Buenaven-
dades? Embueka en tura,queell:aluzfim-
fombras, cubierta de bolo de MARÍA San-
obfcuridades la fabri* tiflmia^y la Sabiduría,
ca del Orbe codo, era era una refplandecié-
precifo fe ignotaíTe te Columna : In Ca-
la perfección de fu ar^ hmnx fpeciem confor-
quice^tura , propor- mataOrhifTitfulft. Y
cionandcfe á la obf- para mayor propor-
curidad la ignorancia, cion al aílumpto, aha-
y aldefedo de luz el de Gpraelio,que efta ^ide
¿e el conocimiento. Columna de luz pri- iJ^ct*
Crio Dios para def- mera, que alumbró al
tietro de eíta igno- Orbe, la tranfporta-
rancia la luz: Fiat lux-y ron manos Angélica^
y fi efta es el primer de Oriente á Occidé-!
iimbolo, que de MA- te. No pudiera el mas
ría Santiílima reco- acercado pincel dibu-
riocen los Interpretes, jar con mas proprie-
es tan cxpreíTo de la dad á MARli\ Santií-^
Sabiduría, que en vez ílma de el Pilar por
^ de la letra; FaCÍa efl Maeftra de la Enfe-j
liba, dé /ííx, íee San Auguftin: í)anza, pues íorman-
Gen. ad Qrcutu cjl Sdpcmia^ y. do en él fu carreja en
^^^' ¿ '/ ma-
feanos Angélicas dcft en Mexfco. Nó es mí
de el üdcncc Jerufá- incento niinorar en
k n á nucíira Éípaha, nada la gloria adqui-
proíigue el circulo, rida con cancos fiido-
yiniendo á alumbrar res eit tan* eruditas
y enfeñar á nucftro Cathedras de Nueva
Oceidcnte en fu Pilar Efparia , pero me eS
por miniílerio deef- precifo el día de oy
ie Choro de Angeles, probar, que Ja mejor
que oy toma poí¿f- Efcuela de Sabiduría,
íion de efteficio* es la Enfeñanza de
Sí es proporcio- MARÍA . Propone í
íiado el fimbolo de la vifta Origenes el
aquella primera lu¿ á Apbftol San Pablo,
MARI A Santiífima aprendiendo en la Ef-
ác la Enfeñanza en el cuela del Cielo i vifta
■pilar , agen as parece de la Divina ElTenciaj
fon aquellas primeras fegun San Auguftin,
obfcuridadesá]osre& Difcipulo de JESÚS,
planxiores, y claras lu- ya colocado a la dieC-
<:es de Ciencia y Sa- tra del Eterno Padre:
biduria, que recóno- Compara fu erudición
ceiTxOs en elle Empo- y Sabiduría eo la de S.
rioj es,fi, MARÍA Juan, Difcipulo en la
-Santiilima clara luz 'Efcuela de MARÍA: ^
J 1 1" r - r ri' Toan. 15
de la iinienanza, pero tccepUustms,pqnc^n t.zí?,
ÍUZ5 que no encuen- diiputaelexccííoenla
tra fómbras que 'def^. erudición, de que fe
• terrar de ■ ignoraRciá debe inferir las prero-
garivas'de/ la Etífe-,
fianza, pero concede
la prckrecia á la eru-
dición de San Juan:
Pablo en la flbuela
del Cielo, oyó fi leCr
Clones tan elevadas,
Cjue nunca pudo ex-
plicar: ^Audivit arcana,
2.adCo- n0n licet homini lo'
ir,^. ^^h íT^as codas ellas,
dice Orígenes, no le
ele vaf Olí iobf tí . la ef-
fera y línea dé la hu-
mana naturaleza: Scio
hujujccmodi homtnem :
Ivias la Erudición y
Sabiduría que adqai»-
rió Juan en la Eníc-
ñanza de MARI A
.Sfna> parece que le
elevaron mas alia de
Jos limites de buma-
iio: Ovas eleólioniSyCX-
Origen, clama Ongencs , c^
ad-Div. Magtfler genttum, m^
ítifii verha^ qua non //-
xet homini loqid^ non \ err-
'gü foannés fvat bQmo^
d& ^ se ipfunty ¿jr onh
nid tjt4<£ funty fuperaviu
Lta Sabiduría de Pa-
blo, adquirida en l^
EicueU y Ení chanza
del Cielo, no le eleva
fobre la esfera de h j»
manojo la SabiduTia de
Juan, adquirida en la
Eícuela y Eufeiianza
de MARÍA, parece lo
colocó Águila caudal
en la esfer,a de Divi-
no, Mas clara, y mas
moderada infiere la
cpnfcquencia el Doc-
tiflimo NovarinG:£r- Novar.
goflus profuitjoanniin !^. "'Tl^'
JAJKIyE Schola^ a 4,11.^14.
J\/ÍAR¿IA doceri, qmm
Faulo frofucrit in ca^
lum rap,
Acafo os perfua-
direÍ5, prefiero la Doc^
trina ó Magiíleriode
MARÍA Santiíliraa
£a la tierra para con
San Juan^ á U Doíftri-
na
^3
jia y Magifterio de Ducam te in Domum Cant.8.
JESÚS en el Ciclo pa- Ji^atris wf^, ibi me do-
ra con San Pablo. La ceíiss ven JESÚS mió,
Dodrina es la mií- ven Efpoío de mi al-
ma, JESÚS es Divino ma, ven a enfeñarme
Maeílro; mas fi juz- tu Doótrina y Myíle-
go, que al Magifterio riosi pero ven á enfe-
dc JhSUS en la Ef- ñarmela en la Cafa y
cuela del Cielo, le íal- Efcuela de mi Madre:
tó fer Magiílerio en In Domu Matris mc£y
la Efcuelá deMARI A. ihi me docebis; en la Ef-
Una Niña de la Enfe- cuela folo de MARÍA
lianza nos ha de de- quiere la amante Ni-
cifrar fm dificultad el ña aprender la Doc-
myfterio. Amante de trina de JESÚS. En
JESÚS, y anfiofa de todas partes es celeC-
fu Enlcñanza, quería tial íu Doólrina, divi-
aprender de fu boca no fu Magifterio :
la Dodrina caraóle- Mas no fe cjue tiene
riftica defu Magiíle- laEfcueladeMARlA,
rio. Pero en queEf* que íolo en ella fe ha-
cuela? En la del Cié- ce apreciable á la Ni-
lo ? No parece que ña fu Magifterio.Que
anhela á eílo por lo Efcuela e^ efta, yo os
prefente. En la tier- la pudiera moítrar en
ra quiere 5 fu Enfe- la prefente, mas quie-
ñanza pretende. Pero ro que la oigáis del
ha de fer folo en la Grande Alapide, ci-
, Efcuela d^ MARÍA: tandoá Honorio: Do-
ntHm
14
mumMatús dccipitRe- de donde timo apre-
ligionem^ vel Monafle- ció de fu Dodrina ,
num: Cbriflum quafi per QKando no has efcií-
manum afprehendtty (y diado fus Lcccionesí
in Domum Matris fuos Si folo animan el co-
inducit^ dum opera íona razón tus defeos d&
in Claiijlrum Domnm llevar á JESÚS ala Ef-
Congregúúonis ^ ^ in cuela de MARÍA, pa-
intelleBum reguUcUu- ra aue allí ceenfeñeí
Jiralisfuíe nutrias^ dum Ducam te in Domum
eam intclligere docet, ihi Matris meay ihi me do-
in clatiflro doce tur, Eíta cehis^ de donde tanca
Efcucla de la Madre, eíHmadc íuEnfefian-
iJice Cornelio, donde 2a,aun no encendida?
quiere aprender la Ni- Es verdad, que no fa-
ña la Doólrina de jE- bia la Niña las leccio-
SUS, es una Cafa Ke- nes, que le avia de dar
ligiofa, es un Monaf- fu Maeftro J E S U Sj
terio, en donde en- masyk las apreciaba,
cerrada la Niña en los y las defcaba anfiofa.
Clauftros, quiere en- Y cierto , que para
tender las Reglas de apreciar fu Dodrina
•fu Madre . Dexo a le bailaba a la Niña
vucílra inceligécia la faber, q la aviaapren-
apUcacion á las Cafas dido el Niño en la Ef-
Rcligiofas déla Ef- cuela de MARÍA. Li-
cuela y Enfcñanza de teral parece el texto,
MARIAi Y dime^Ni- a uiique difícil la inte-
aa amante de ] ESUS, ligencia. Dice el E va-
-•i- ge-
^5
gelifta San Lucas, que fe^us ipfe e/? , cxpli-
obcdienteelNiñojE- có Theophilaco, pero
SUS Maertro de efta gloria es grande de la
Niña de la Enfeñan- Efcuela de MARÍA,
za á fus Padres:£í erat glpriofo crédito de fu
fubditHs illisy iba ade- Énfehanza , el que
lantando en aquella las demoílraciones de
Efcuela en Sabiau^ía; nueva Sabiduría , fe
^^^^^' Projícielpat Sapientia . juzguen mayor cien-
^z!^ Válgame Dios, y lo cia de JESOS, y fe
que hace la Dirección atribuyan á la fabia
y Enfeíianza de MA- dirección, á la dieftra
ría, que parece que Enfefianza de MA-
el Verbo Divino Sa- K\h: Suhdims iHis^froz
picncia increada tie- ficiehat fafienúa.
lie que aprender, y No le, fi querrá
aprende en fu Efcue- vueílra delicada criti^
la. Bien fe, que no ca admitir proporción
pudo crecer en modo alguna de la Enfcñan-
alguno, ni aumentar- za de MARÍA Sancif-
íe la Sabiduría del Ni- fima á las de las Reli-
fioj pudo fi darfe mas gioías de fu Compa-
á conocer en demol- íiia? Bien que procu-
traciones de mayor ran con tal cimero fu
luílre, y mas expíen- imitación en el minif-
dor álos ojos, juzgo- terio, q han logrado
fe aumento lo que era en los Rey nos de Fra-
manifvft ación : Emi- cia el gloriofo carac-
cmofapicntU ejas fro-.^ teriftico titulo de Hi*
' , jas
t6
jas de MARÍA? Bíeii
queNobiliflimas Ciu-»
dades de Europa ad^
friiran delputí» de fus
Fundaciones el fruto,
que no aprcciarou an-
tes de conocido? Mu-
geres ion, me diréis,
a quien inhibió S, Pa-
blo el minifterip de la
r.adTi- £nfeñanza: Mulierim
áocere non permuto; por^
que una vez explica
San A nafta fio, qiie fe
incrpduxo Matftra á-
erícñar la que er^
Madre de todos, dio
al trafte con todo ,
aunque exccj ta MA-
RÍA Santiflíma, fué
la mas doda del íexo:
M^lier femel docuity
cmnia Jubvertit-^ y da-
do que en elte Paray-
fo no encuentre lu-
gar á fu aftuta intro-
ducción y fo filmas la
infernal Serpiéte, ha-
Haremos, mc diréis^
en^ííe ReligiofoCo*
ro una Santa Pauta,
una Santa EullochiOj^
Madre ¿Hija tan eru-
dita3 en las Sagradas?
Letras^ que prccifa-
ban á un continuo eC-
tudio al Máximo Dr,
déla Iglcfia, para dap \^\^^
íolucion a fus dificul-
tad es?Encontrarcmos
una Macrina, herma-
na del Gran Bafilio,
que aprendidos defde
niftacon inteligencia
los Pfalmos de David,
los Libros de Salo-
món , le ferviaa de
cánticos para luavi*
zar lo iníipido de el
trabajo con fu har-
monía? Donde halla-
remos ujia Amaleíun-
ta. Madre de el Rey
Alarico^ que de difi-
cultades Theologicas
difputaba en muchas-
lenguas con los ma$
Literateóse de 1 u figlo?
Xq
Yo por ahora prcf- $i es h ceguedad el
ciiido de efto, mas fi m3$ expreílivo Tim-
,9S aílcguro, hallarei$ bplo de la ignorancia;
Ja enfcñanza de lo dos ciegos encuen-
que fe debe faber; y tro, que (ano Chrifto
aprendida la ignoran- en el Evangelio del
cía de lo que fe debe dia, uno anees deen-
ignorar. En dos cp- trar en la Ciudad, y
fas coníiílía la Sabi- otro dentro de Jeri-
duria de S. Pablo: En cój uno en el camino,
faberdeChriftoj y en y elle era ciego que
ignorar lo que no era no veia; otro en Jeri-
Chrifto; Non judicavi có, y era ciego que
me dliquid fcire , nifi tenia buena vifta: ¿d"
fefum-ChriJIum , Doy chíCns in J^comorOyCcCCíis
en hora buena el que /"« via, dice el Señor S.
^ueílras hijas fabeh la Ambrofio, ambos era
Dcólrina de Chriftoj ciegos, el pobre en el
mas no me negaréis, camino, y Zaqueo en
que faben de Baylc, la Ciudad ; el pobre
que faben de Come- por no tener vifta, Za-
dia^que faben de :: de quéo porque aunque
lo que no.debianfa- tenia vifta,no veía co-
ber:Aprenderan pues, moeftaba obligado a
en la Efcucla de MA- ver. A proporción de
RIA,loque4ebenfa- ciegos y ceguedades
ber, que es Chrift(i, y andan en el mundo
aprenderán á ignorar los ignorantes, y las.
lo que faben,.y no de- ignorancias; unos fon
bian íaber. Q ig-
Ji8
ignorantes , " porque diverfa fué la arqui^
no fabcDi y otros fon tc¿^ura y fabrica de
ignorantes y porque eftos dos Templos i
íaben lo que no de- La Cafa fe erigió en
bian faber. La cura- Templo material, po-
ción de eftas dos ef- niendo y añadiendo
pecies de ceguedad é materiales^comoento
ignorancia, la encon- das las demás fabricas^
tramos bajo de otros Zaqueo fe cóvirtió en
• términos en elEvan- Templo,quitandoma
gelio de la Fiefta. Dos clios de los materia-
Templos, y dos Igle- les: Dimiáium honor um
fias nos dice el Evan- meorum do pauperibuSi
gelio que hizo Chrif- c^/¡ quid ¿tliquem ¿f-
to en Jericó, uno ma- fraudavi, reddo quadru*
terial, que era la Cafa flidm-, aíll Zaqueo y fu
de Zaqueo: In Domo Cafa fe hicieron Tem-
tua oportet me manere-y píos de la Sabiduría
otro efpiritual, que encarnada-, uno qui-
era Zaqueo mifmo, tando, y otro ponicn-
que convertido á ]E- do;y afli en las Efcue-
SUS, y arrepentido de las de MARÍA fe ha-
fus paíTadüs exceíTos, ran vueftras hijas fa-
fe hizo Templo vivo bias y Templos de Je-
I ad Co- ^^ Dios: Hodie huic do- fu-Chrilto, unas reci-
rinch.6. mui Jalus faÓla ej¡ , hiendo la enfeiianza
^* ^^' memhra vejira templum de lo que no faben, y
funt Spiritus Jancli^ qui otras de>:ando de fa-
in voíis ejl» Mas que bei lo queyafabian.
19
Que es lo que faben y fuerza del dolor, el
debían ignorar, vofo- Sol fe eclypfa, la Lu-
tros lo labeisi que es na por fencimiento fe
loqueignoranjy aqui obícurece,las Piedras
fe les cnfeiiara, yo os de aflicción fe parten^
lo diré deípucs. todo el Orbe fe turba.
Valor y fortaleza y en tanto cataftro-
cra el nombre de la phe, folo eíla Señora
fegunda Columna; y efta confian ce. Con
para expreílion de ia lolo decir, que eftaba
fortaleza y conftancia en pie, explicó con
de MARÍA Santifli- energia y emphafi¿
ma, bolved los ojos al fobcrano el Evange-
Paray fo, y la veréis ef- lifta la admirable for-
trellar la cabeza de la taleza de eífa Señora:
mas venenofa Ser- StabdtjííxtaCrMcemíe-J^^^-^9'
Gen píente: Ipja conteret ca- fu Matet ejus^ Colum- * ^
y. 15. put tuum. Regiftradla na firmiílima puefta
en el Calvario, qué en pie; que para que
mar de tormentos, q no fe juzgue en mi
golfo de dolores, qué arbitraria la explica-
defecha borrafca de cion, en términos ex-
fcncimientosnocon- prelTos nos la dio Al--
traftaron el aliento de berto el Grande: Sta-^
eíla Soberana Señora hat juxta Crucem fefa
al pie de la Cruz, en Mater ejus injtar co^ i
que derramó nucftro lumn,t, Bafta vueftra -•■
amante Redemptorá fe, y efta corta expli-
mares fu Sangre? A cacion para el conoci-
C 1 mien-
miento de lá mayor folo hablaba para etir
fortaleza de efía So- feriar ; Jd hoc tantum
berana Señora. Regif- loauens os afermtyUtfa"
tremosahora ladeius fienúam doceret. Vea-
Hijas, y firvanos de mos pues, que feíias
guia el mas fabio de nos da Salomón para
los, hombres Salomó, que encontremos e
que fiendo el mas eru- Muger fuerte de la
dito en prafticas y ef- Eníerianza: Procul, (g^
peculativas ciencias , de ulúmis finíbus^ es
fe fatigaba en bufcar neceíTario, dice Salo-
iinaMugerá todas lu- mon , caminar para
^ ees fuerte: Mulierem encontrarla hafta los
Prover. ^ . . ... . , .
}i,i,iQ^prtem qms mvemet f ultmios termmos del
Donde encontrare- Orbe, y fiendo el pri-
mos una Muger varo- mcr meridiano de
ril y fuerte? No íé yo, aquel Rey fabio Jeru-
íi es paíTion el difcur- falen, viene á fer el
rir, que bufca Salo- ultimo nueftra Nue-
mon unaReligioíade va Efpaña: In ultimis
la Enfeñanza, pues al térra finihus efl inqui*
defcribir los dotes, rí-W^í, explica Corne-
que han de perfeccio- lio, indeque arcefcenda^
car efta Muger varo- O" evocanda, bufcadla,
nil, pone por contra- dice, en los últimos
ibid. t. ^^^^> f^^ u"^ Muger términos de la tierra,
16. que enferiaba.'Oí/i^«w y no os contentéis c6
aperiút fdfientU y eílo hallarla, tranfportad-
es, explica Beda, que la, trahedla á nuef-
tra§
n
tras regiones. De tan- África, y Europa, y
to precio juzgo Salo- todas íus riquezas las
monefta feliz Mu ger, juzga Salomón coreo
Gue tuvo por efcafo precio para Muger
todas las riquezas del tanta, faltaban fin
mundo entonces co- duda los theforos de
nocido: Deultimisfi^ nueftra America.
nihus fretium eJHs , cílo Reconocida ya
es, fegun la explica- por eftas feñas el pre-*
cion de Cornelio, que ció y Patria de la Mu-
quantas riquezas avia get fuerte, que bufca
en el Orbe entonces Salomón, veamos co-
defcubierto, noigua- mo defcribe fu forta-
laban el precio y pre- leza. Apenas parece
ciofidad de aquella encuentra fu Sabidu-
rara Muger , nacida ría términos fuficien-
en tantas diñancias: temente expreífjvos
Pretium multeris fortis para explicarla: ^f««- ibid. t.
adéo magnum^ charum, xit forútudine Imnhos ^^'
^ rarum efi, ut de tilti" fuos^ íe ciñó y viftió
mis térra finibus peten- con un cingulo de va-
dum fit^nihil enim quan- lor, guarneció y for-
tumvis pretiofum, in ter- taleció de robuftez el
ranofira efli quodpretiu brazo: Roboravit bra^
mulieris fortis addíquet, chium [uHm\ aplicó la
Ya en tiempo de Salo- mano a emprcflas fo-
mon, fe hallaban re- lo proprias del valor:
conocidas las tres par- Manum fuam mijit ad ibid. t;
tes del ütbe, Aífia, /om¿í, un vellido talar ^o-
de
de fortaleza y valora poíier a la vífta una
^ri .d único adorno Mugcrjqtie nacida en
que la hermoíeaba : las regiones mas dif-
Ibid. f. Fomtudo cr decor indu» ranees , deiamparaa-'
mentumejui\ y juzgan- do fu Patria, y la Cafo
do coreas expreílio- de fus Padres, avia'
nes eñas para explicar furcado dilatados gol-
lá valentía de aquella fos, y arrollrando ca
intrépida Muger, nos los mares las tempef-^
dice, qtjé -era: enfus cades, avia a tropelía-^
empreilas robufta Na- do quantos peligros
ve,. á quien ni lo pe- traen crabajofos via-
fado de la carga, ni ges de tierra en pere-
lo encontrado de los grinas regiones, por
vientos, ni lo turbado abandonar el mundoj
de las olas, impedian pero en xerminos cla^
traer de diñantes tier- ros nos explica la
.;; ras el alimento á los varonil robuílez de
Ibid.jí^. Puertos: frfíí^íf/?^»^- aquella grande Mu-
^^* fi Navis infiitoris , de ger en los empleos de
longe ponans panem las Religiofas de la
funm. Enfeñanza, dice, que
;Al oír expreíCo- bufeo lana y lino :
lies, tan., enérgicas de Qua/tvit Imam e^r li-'íhii. f¿^
^alor y fortaleza, juz* num , que tomaba la ^^'
gaba yo, que al' liif- rueca é hilaban Digiti ibid. ir,
toriar el Sabio las he- ejíis app-rehenderum fu- i5>-
roicidades de eiía grá /«w¿, que bordaba por
Muger^ avia de pro- íus maao¿ ; «S^m^í^/^- ^^/
^ ^'3
tdfn vefiem fecit^ que lar Señoras, liilar^ que
cosía Cabanas, y texia eíTo es lo que aplaude
Ibid. i5^. cingulos: Sindcnemfe^ Salomón por la ma-
^^' citi O* cingulum tradi^^ yor fortaleza, eíTo es
¿^.urn ¿íí, que á la labor de el empleo que en gran
fus manos eftaban los parte del dia ocupal;)a
de fu cafa abundan- á MARÍA Santiflima,
temente veftidosiOw- fegun dice San Ber-
Ibid. ir- ^^^ domeflici ejus vefliti nardo ; Mane ad ter-
ai. funt duflicihus ^ una tiamorationi vacahat^a
Muger tan economi- tenia ufque ad nonam
ca, que para el ali- nebat^ y eíToesloque
^,f . meneo de fu familia, fe debe alabar en las
V compro un campo; Señoras mu geres. So-
Ibid. t. Conjideravit agrum^ ^ bre todas fus hijas ef-
'^' ewií f/^w, y conel útil pirituales alababa el
de fu trabajo plantó íublimado efpiritu de
Ibid. una viña; De fruñu San Phclipe Neri ala
manuumjuarumplanta" nobilillnna Matrona
yit vineam: Y íi á cfto Romana Doña Mar-
añadis, que á demás tha de Efpoleto, tare-
de hacer cníeñó: Os pctidas, tan frequen-
fmm aferuit fapiemia, tes, y de tanto apre- ,
ut doceret ; ya tenéis ció eran las expreílio-
la Muger fuerte en ncs, q<ie excito la cu-
las Madres de la En- riofidad de algunas á
feñanza^ y fi alguna preguntarle el moti-
quiere fer alabada de vo de tan excracrdi-
Salomon por tal, hi- narias alabanzas^, fa-
2.4
tisfizo el Santo !a'cu- pbfa de Ifaac, ybaja-
riofidad con una reí- ba á la fuente con fti
pucíla digna deunS. cántaro para tra|r
in Vita phclipe Neri. La ala- agua para los minir--
F«3-c.5>. to trias i:}ue a todas, tcriosdefn cafa: D^/^ Gen.i4¿
porque íabe hilar, y cenderat autem ad fon^
labe hacer hilar en fu tem, (^ impleverat Hy
cafa, dviam^ ^ reverteíatur,
Dixe Mugeres, y No era inferior en
dixeSehoras,para que nobleza y riquezas.
fe entienda, que no Raquel, y era Paílo-
defdice de lo Señora reía del ganado de fu
el aplicar la mano á VsLáxcGregemipfapaf' Gen. ^|,
femejantes obras. No- f^¿¿?í. Y hesderuaha- ^•9*.
biliflima Señora era do pedir á nobles Se-
Sara, digna Efpofa de ñoras de nueftros tié-
Abrahan, en cuya ca- pos la aplicación a ef-
fa fe contaban no me- tos minifterios, no fe-
nos que trefcientos ra ageno el que fe
diez y ocho criados, empleen en aquellas
-y la veréis en la Ef- acciones, que preten-
criptura, aplicada al día en fus hijas la
trabajo, aún de la co- Grande y Venerable
Gen. c. 2Ína: Accelerd tria fa- Juana de LeítonaCj
1 8.^.6. ta JimiU commifce, & empleos por losqua-
fac fuhdnerícios panes, ks logró de la Silla
Opulenta en rique- ApoíloÜca, por boca
zas, fmgular en no- de Paulo V. los glo-
bleza era Rebeca, Ef- riofos renombres de
De-
Dcbora, Jae!, y Ju- to odio ayan pcríe-
<lith de la Milirante guidclos Hcrcgcs, ya
Iglcíia; empleos en impidiendo fus Fun-
fin, á que bajando de daciones, ya abrafan-
los primeros eftrados do en llamas los Coa-
^le Francia y Efpaña, ventos fundados^ ca-
lían aplicado las ma- da Fundación ha fido
nos y el corazón mu- una Conquifta, y ca-
lchas nobiliflimas Se- da Con quilla deipu es
ñoras en las ClaíTes de de mucho padecer ,
la Enfeñanza, inftru- pero con que yaloc!»
yendo á las Ninas de con q varonil conf-
todas Claflcsé Y con tanciaí Tú te acuer*
.quanto fruto de hs das, Sagrado Choro d/2
Ciudades, que gozan Virgenes, de las glo-
fus Fundaciones! riofas Fundadoras de
Y íi acafo quifie- Agen, q aífaltadas ea
íeis ver en eftas Reli- fu Barco de una Vanda
giofas otras acciones -de Fiugonotes, carga-
lieroicas , índices de -dos de armas, enca-
mas efplc.ndor en la radas las efcopetas ,
Fortaleza cara^lerifti- quandolas aconfcja-
cadeHeroínasyAma- ban los Pafageros fe
zonas gloriofas de la ^uitaílcn el Habito, y
.lglefia,yo os las pudie íe disfraz aííen por fcr
la referir. No encon- Religiofas de la Com-
ttrareis en lasHiítorias pariia de MARÍA tan
Eclefiaílicas Religio- odiadas y perfcguidas
ias,á quienes con tan- délos Hereges. Eífc
D no^
2.6
no^rcfpoíiikro aque- dcftrozaJo por precír
lias valcrofas Hcroi- pitado un Cochc^pro-
nasjüo cñimamos tan ximo ya alprecipicio
poco !as Divifas de Ef- el otro, caminabais a
pofas de] Esüs^y Hijas pie, tan fereno el ani-
de María, q por con- mo, tan rifucno el
fervar nueftras vidas femblantCjComo fios
queramos ocultar cfte divirtierais en aine^
gloriofacaradler/con nos Jardines. Yo me
él nos han de ver los acuerdo de aquellas
enemigos de la Fe y noches, en que pro-
la Religión, y íi ha de ximos ya a vueftra
facrificarnos fu facri- Nave los Piratas, tur-
iego furor, hemos de bada la tripulación,
prefentarnos al facri- quando todos corriaá
ficio con la Divifa de confufos á la preven -
Efpofas de Jefu-Chrif- ctoii de las armas, pa-
to. Mas no, no necef- ra una fangrienta de-
bito regiítrar vueñras fenfa, manteníais en
Hiítorias pata tener vueíira cámara la miC-
^muchos exéplares ác ma quietud y foíliega
fingular fortaleza j yo que en el mas retiró-
me acuerdo muy bien do Convento. Eftoy
de aquella, con que mas padecillcis poc
en tenebrofas noches, fervir á México,
perdido el camino en- De tanra Sabidu-
•tre los rigores del In- ría y Fortaleza íi.m-
^\ierno, los embarazos pre caractcriílica en
^ue caufan la& lluvias^ la Enfcnanza de MA-
^^- RÍA,
^7
ría, parece confe- cfpcranzas, haftaque
qucncia nacüiraldic- me alcnrabü una voz
gro ttliz ac la Funda- de Mugcrcs fuerces^
cioiij pero fe opone el que me dccian; Según
fjgnifirado de aquella la prudencia humana
primer Colú na: Dens tiene V. IL tazón, pe-
eamjiatuit, como que ro ella es cauía de
folo Dios pudo levan- Dios, que fe ha de
tar aquel Templo con gobernar por princi-
tanca Dirección, can pios y diólamenes fu*
dieílra Enfeíianza, y periores á la pruden-
tan robufta Fórrale- ciz humana^ la Pun-
za* Y quanto me ale- dación fe hará, y con
grara me fuera licita felicidad, ya lo veos
una pachetica defcrip D^us eamftamit^ y de
cion de las dificulta- nada me arrepiento,
des, opoficiones, tra- Toda la gloria en
bajos, que ha fido nc- la Fabrica de aquel
ceífario fuperar y ven- Magnifico Tem,plo, la
cer haíla lograr eíta atribuye á Dios en el
Fundación en el efta- Epigraphe de la Co-
do prefcntel Enccn- lumna Salomón; pero
ees fi, que os vierais fm olvidarfe de fus
convencidos á decir: defvelos y expenfas
Deus eam fiamit i y para fu perfección :
qii a n t a s veces fla - ^dificans adificavt Do- ^^^ ^
qucaba ya mi cora- mum in hal^itacUlíim s. f'^i^.
zon, faltaba el alien- tunm. Toda la gloria
to, y íozobraban mis en la conftruccion de
D t efte
i8
eíieConvéto y Tcm- ejfís Emmantdd . Ma-
ploy la acribuimos á nucí h¿v fido el Salo
Dios: DeHsJlattii tyVirds won opulentOyCl Sa*
aunque nos finjamos lomon labio, gue ha
olvidados del único, o vencido las iníupera-
principaliffimo Sabio bles dificulcades, que
y liberal Salomón, de ha contraftado- inven-
que fe ha valido el Se- cibles obílaculos á la
ñor,, no fe olvida fu erección de eíle Tem--
Apoce. Magcftad: Qm viceñt^- pío, á la perfección de
^ ^^' faciam ilíum Columnam efte Convento. Erija-
inTemplo: Una triun- le pues, una Colum-
fal Columna, dice el na triunfa^ pongafe
Señor j le erigiré en el en ella el nombre de
Templo al Vencedor Manuel (á falca de co*
de las dificultades. Y lores dará fangre mí
para que no dudemos corazón ) pues ha fa-
á quien fe le debe la bido vencer, lo que
vidoria, dice el mif- quizas no podemos-
mo Señor, que efcul- difcurrir.
pira en la Columna Señor, íi porque'
triunfal fu nombre vence dificultades, le
nncwo: Eí fcriiam fíf' aveis de erigir una
fer eum mmm rntum m- triunfal Columna ca
Víim, El antiguo nom- el nombre de Ma-
bre de Dios^ era Jeo- nuel, qué haréis para
vah, el nuevo, nos di- perpetuar fu nombre,
ce líalas, que es Ma^ pues ha vencido im-
ifaiasy. Hucl; f^ocaHtHmomcn poflibks? Yquéim-,
i9
poíTibles? Los que nofs tos fon los que ven-
dice el Evangelio: Di- ció Zaqueo^ erigien-
midwm honorum meo- do fu Cafa tn Ttm«
rumdopaHperihuSyí^ fi pío; (la duda que Za-
^uíd aliejucm defrauda- quéo^ aunque toda-
W, redda quadruplum. via noera Obiipo, lo-
Señor, dice Zaqueo, graba los doc^^s de lo
defde luego doy la que avia de fer, pues
mitad de mis bienes daba canco mas de lo
á los pobres, y pago que cenia> y eftos ion
quatro por uno á los los impoífiblcs vcnci-
que he defraudado en dos por el llimó. Ma-
algo. El Señor S. Am- uuel,á quien fe le de-
broíio es de fencir, be le van car la Col u na-
que todas las rique- na en el Templo, los
zas de Zaqueo, eran tiépos mas efcalos, las
ganadas por fraudes: neceíTidades focorri-
Thom ' éi^^ ^^^"^ ^^ P ^^fp^' ^^s ^^ mayor nume-
inCac. ntyquando ifle perventt ro, las rencas mas ex-
ad grariam^ cui cenfus tenuadas, q en qual-
ex fraude-^ pues fi co- quiera ocro tiempo;
das las riquezas de Za- mas con todo eíTo, a
quéo fon agcnas, co- mas de dar la micad
mo á demás de dar la de los bienes a los po-
micad de lo que tiene bres, da quatro tan-
á los pobres,paga qua- tos mas de lo que tie-
tro tantos mas de lo ne al culto Divino ^
que es ageno? Eftos da en fin, feis veces
fon impoíribks, y ef- mas de lo que recibe
5 1 eji
tn rentas* O, y que Aüguítioj qno aquc-
debida es la Columna lia Columna que a n*
en que brille el nom- tes avia férvido vaga
bre de Manucll de Maeílra y Diredo-
Gozaos pues ya, ra, que cníeñaba en
dichofas Hijas deMA- fu nación el camino,
RÍA Sanciflima, pues fe coloco en el Tem-
gozáis el termino de pío : Nempe Columna xirín.
vueftros defeos, el ob- nuhisy cjuét antea fuper ^xoduí,
jeco de vueílras an- parvo tabernáculo extra
íias y fatigas, y veis cafira conftiterat. Ya
erigida en triunfo la gracias á Dios, que
Columna, que os fir- aquella Columna,que
vio de guia en vuef- fiemprc llevó ala vifta
tras peregrinaciones, vueítra Fundadora en
No le aquietaba el fus viagcs, defde la
corazón de los Ifcae- Nueva Vizcaya hafta
litas, aun viendo ya la Europa, y defde fus
concluido aquel Tem- Playas haíla el Con-
pío, marabilla de el vétodeTudela;aque-
mundo , y continua lia mifma Columna,
fatiga de fus defeos, que os firvio de guia*
halla que vieron en y fe miró como Pa-
cí aquella Columna, trocinio defde Tude-
que ) les avia férvido la halla México, fe
de guia en fus traba- halla ya dominando
joíos viagcs ; Nehula elle Templo, Uenan-
j.Rcr^* implevít Domum Domi' áo con fu prefencia
*^* '°* m, efto es, explica San de gloria , y aíTegu-
ran-
rando las cfpcranzas
de la firmeza. Efcul-
pid en ella el nuevo
nombre de Dios Ma-
jnuelj clamad al Cielo
con aquellos afeólos y
cxpreflíones, que oy
nos enfeha la Iglefia:
O Emmanuel, Rex¡^
Le^ifer nofler^exfeBatio
gentium^ Cr fuhatio eO'
3i
rum y cumplid fcrVo'
rofas con Vücllro San-
co Infticuto, para que
no cotentas con vueC-
tra fola perfección, lo-
gréis introducir con
vueftra enfeñáza mu-
chas de vueftro fexo
en el Templo de la
Gloria: Quam mihig
0* voíis^ 0*c^
O.S.CS.M.EC.A.R.
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