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Full text of "Relacion historica de la fundacion de este Convento de Nuestra Señora del Pilar, Compañia de Maria llamada vulgarmente la enseñanza en esta ciudad de México, y, compendio de la vida y virtudes de n.m.r.m. Maria Ignacia Azlor y Echeverz, su fundadora y patrona"

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'MJEZACJÚN  MJSTOJKICuá 

DE  LA  FUNDACIÓN  DE  ESTE  CONVENTO 
DE  NUESTRA  SEÑORA  DEL  PILAR, 

COMPAÑÍA  DE  MARÍA, 

LLAMADA  VULGARMENTE   LA  ENSEÑANZA» 

EN  ESTA   CIUDAD  DE  MÉXICO, 

Y  COMPENDIO 

DE  LA  VIDA  Y  VIRTUDES  DE  N.  M.  R.  M. 

MARÍA  IGNACIA  AZLOR  Y  ECHEVERZ 

SU  FUNDADORA  Y  PATRONA. 

DEDICADA 
Á  LA  SERENÍSIMA  REYNA  DE  LOS  ÁNGELES 

MARÍA  SANTÍSIMA  DEL  PILAR. 

r 
A  EXPENSAS  DE  SU    SoBRINO  EL     SeÑOR  DoN  PeDRO  IgNACIO  DE 

EcHEVERZ    AzLOR     EsPlNAL  Y    VaLDIVIELSO,  MaRQUÉS  DE    SaN 

Miguel   de   Aguayo  y  Santa   Olaya,   Caballebo   del 

Orden  de  Santiago  ,  y  Alguacil  mayor  del  Real 

Consejo  y   Corte  de  Navarra. 


EN  MÉXICO: 

Por  Don  Felipe  de  Zúñiga  y  Ontiveros,  calle  del 

Espíritu  Santo,  año  de  1793. 


f.S 


■  /    \ 


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in  2011  with  funding  from 

Research  Library,  The  Getty  Research  Institute 


http://www.archive.org/details/relacionhistoricOOcomp 


Ala  soberana retna de  los  ángeles 

MARÍA    santísima 

EN  SU  SAGRADA   IMAGEN 

DEL  PILAR  DE  ZARAGOZA^ 

Titular  de  este  Convento  de  su  Compañía 
DE  México, 


jL\  O  es  libre  obsequio^  Soberana  Empera-* 
triz  de  las  Alturas^  no  es  en  nosotras  libre 
obsequio  el  ofrecer  á  vuestro  sagrado  Patro- 
cinio esta  pequeña  obrilla  que  nuestra  corta 
capacidad  ha  delineado^  sino  preciso  y  debido 


y  obligatorio  tributo  en  reconocido  agradeci- 
miento por  haberos  dignado  de  venir  á  bus- 
carnos por  medio  de  vuestra  milagrosa  Ima- 
gen del  Pilar  de  Zaragoza^  siendo  en  ella 
Guía  y  Condu&ora  de  nuestras  primeras  Ma- 
dres para  asentar  el  Trono  de  vuestras  pie- 
dades en  este  Templo  dedicado  a  vuestra  ce- 
lestial Columna.  Y  habiendo  nacido  esta  Comu- 
nidad baxo  el  auspicio  de  tan  poderosa  Madre  ^ 
logrando  la  felicidad  de  teneros  desde  su  cu- 
na por  Patrona^  pues  por  tal  os  escogió  vues- 
tra amante  Hija  y  Fundadora  nuestra  la  M. 
i?.  M.  María  Ignacia  de  Azlor  t  Écheverz^ 
creemos  tenéis  un  total  derecho  de  justicia  á 
nuestras  acciones.  Por  tanto  y  Clementísima 


Señora^  recibid  este  mínimo  homenage  de 
nuestra  gratitud  ^  y  derramad  sobre  esta 
^vuestra  escogida  familia  el  torrente  de  vues- 
tras grandes  beneficencias^  interponiendo  vues- 
tras amorosas  súplicas  con  vuestro  divino  Hi- 
jo^ a  fin  de  que  correspondiendo  nosotras  á 
la  grande  obligación  á  que  nos  empeña  el  ser 
hijas  vuestras^  nos  hagamos  instrumentos  ido- 
neos  para  el  bien  espiritual  de  los  próximos 
y  propagación  del  Apostólico  Instituto  que 
profesamos^  el  que  os  pedimos^  que  no  limi- 
tándose solo  á  esta  Ciudad^  se  extienda  por 
nuevas  Fundaciones  en  otras  de  este  vasto 
Imperio'^  para  que  esparciéndose  esta  Com- 
pañia  por  él^  ceda  todo  en  alabanzas  de  vues-- 


tro  dulcísimo  Nombre ,  y  honra  y  gloria  de 
nuestro  amantísimo  Esposo  Jesús. 

Serenísima  Rey  na  y  benigna  Madre 
nuestra^ 

B.  V.  sagradas  plantas  ^vuestras  muy 
obligadas  hijas  y  humildes  esclavas. 

La  Religiosa  Con  un' dad  de  vuestra 
Compañia  d¿  México. 


PARECER  DEL  R.  P.  FRAT  FRANCISCO 

G^RCí^  FiGUERO^  de  la  Regular  Observan- 
cia de  JV.  iS*.  P.  S.  Francisco^  Lector  Jubila- 
do^  Calificador  del  Santo  Oficio^  ex-Ministro 
Provincial  dos  veces  de  esta  Provincia  dU 
Santo  Evangelio  de  México, 

Exmó.  Señor. 

EN  la  relación  histórica  de  la  fundación'  del  Convento 
r  de  nuestra  Señora  del  Pilar,  Compañía  de  María, 
llamada  la  Enseñanza,  en  esta  Ciudad  de  México,  y 
Compendio  de  la  vida  y  virtudes  de  la  R.  M.  María  Ig- 
nacia  de  Azlor  y  Echeverz  su  Fundadora  y  Patrona,  no 
se  advierte  cosa  ofensiva  á  las  Regalías  de  su  Magestad  y 
Leyes  sobre  impresión.  Por  lo  que  la  juzgo  digna  de  dar- 
se á  la  luz  pública  para  honorífica  memoria  de  esta  exem- 
plar  Religiosa,  para  consuelo  de  sus  amantes  hijas,  mo- 
delo de  las  que  abrazen  su  santo  Instituto  y  edificación 
del  Público.  Este  es  mi  parecer,  salvo  &c.  San  Francisco 
de  México  Marzo  13  de  1793. 


Exmó.  Señor. 
Fr.  Francisco  Garda  Figueroa, 


LICENCIA  DEL  SUPERIOR  GOBIERNO. 

JI?L  Exmo.  Señor  Don  "Juan  Vicente  de  Gue^ 
•^— ^  mes  Pacheco  de  Padilla  Horcasitas  y  Agua- 
yo ,  Conde  de  Revilla  Gigedo ,  Barón  y  Señor  ter- 
ritorial de  las  Villas  y  Baronías  de  Benillova  y 
Riv arroja ,  Cabillero  Gran  Cruz  de  la  Real  y  DiS' 
tinguida  Orden  Española  de  Carlos  IIL ,  Comen^ 
dador  de  Peña  de  Martos  en  la  de  Calatrava^ 
Gentil  Hombre  de  Cámara  de  S.  M,  con  exerci^ 
cio^  Teniente  general  de  los  Reales  ExércitoSy 
Virrey^  Gobernador  y  Capitán  general  de  Nueva 
España ,  Presidente  de  su  Real  Audiencia ,  Supe^ 
rintendente  general  Subdelegado  de  la  Real  Ha-' 
cienda ,  Minas  ,  Azogues  y  Ramo  del  Tabaco , 
jfuez  Conservador  de  este^  Presidente  de  su  Real 
y  unta  ^  y  Subdelegado  general  de  Correos  en  el 
mismo  Reyno ,  visto  el  Parecer  que  precede  del  R. 
P.  Fr,  Francisco  Garda  Figueroa^  concedió  su  li- 
cencia para  la  impresión  de  esta  obra  por  su  De* 
creto  de  i6  de  Marzo  de  1793. 


PARECER  DEL  Lie.  D.  JU^IN  FRANCIS- 
CO I>OMi]SGUEz  Cura  mas  antiguo  del  Sagra' 
rio  de  esta  Santa  Iglesia  Catedral. 

Señor  Provisor, 

)0R  mandado  de  V.  S.  he  leido  con  espacio  el  Qua- 
derno  que  ccntiene  una  breve  noticia  de  ia  funda- 
ción, del  Convento  de  nuestra  Señora  del  Pilar,  Compa- 
ñía de  Maria,  dicho  de  la  Enseñanza  en  esta  Ciudad  de 
México,  y  un  Compendio  de  la  vida  y  virtudes  de  su 
Fundadora  muy  ilustre  la  R.  M.  Maria  Ignacia  Azlor, 
escrito  por  las  mismas  Religiosas  que  en  el  dia  lo  edifi- 
can. No  hallo  cosa  contraria  á  nuestra  Santa  Fe,  buenas 
costumbres,  ni  que  exija  la  protesta  mandada  por  los  Su- 
mos Pontífices ;  por  lo  que  podrá  V.  S.  siendo  de  su  be- 
neplácito, conceder  su  Ucencia  para  la  impresión.  Méxi- 
co Marzo  24  de  1793. 

Juan  Francisco  Domínguez, 


LICENCIA  DEL  ORDINARIO. 

México  3  de  Abril  de  1793. 

POR  la  presente  y  por  lo  que  d  Nos  toca  con- 
cedemos  licencia  para  que  se  pueda  dar  á  las 
prensas  el  Quaderno  que  acompaña ,  atento  á  que 
reconocido  de  nuestro  orden  no  contiene  cosa  con- 
tra nuestra  santa  Fe  ^  buenas  costumbres  ^  ni  Re^ 
gaitas  de  S,  M.  ( Dios  le  guarde )  con  la  precisa 
calidad  y  condición  de  que  no  se  dé  al  Público  sin 
que  primero  por  el  Aprobante  se  coteje  y  por  el 
Oficio  se  tome  razón.  Lo  decretó  el  Señor  Lie,  Z). 
yuan  Cienfuegos  "Juez  Provisor  y  Vicario  gene» 
ral  de  este  Arzobispado  ¿fe.  y  lo  firmó, 

M. 

Lie.  Cienfuegos, 


Luis  Antonio  Alvares. 
Notar.  Oficial  mayor. 


FRÓLOGO, 

E  admirará  el  piadoso  Leñor  (y 
con  razón )  al  ver  que  unas 
mugeres  sin  letras  hayan  teni- 
do ánimo  de  emprender  una  obra  supe- 
rior á  su  sexó^  pero  no  le  hará  fuerza  si 
reconoce  que  nos  obliga  á  ello  el  que  en 
treinta  y  nueve  años  que  lleva  de  fundado^ 
nuestro  Convento,  no  ha  habido  Sugeto  que 
se  haya  hecho  cargo  de  tomar  este  trabajo,, 
para  que  en  todo  tiempo  conste  de  donde 
tuvo  su  origen  esta  Casa.  Movidas  de  ver 
las  quexas  en  varias  Historias,  de  la  omi- 
sión de  sus  antepasados  en  escribir  seme- 


(IL) 
jantes  obras,  por  no  incurrir  en  esta  nota 

hemos  procurado  dar  algunos  apuntes,  aun- 
que compendiosos,  deseando  que  en  algún 
tiempo  otra  mejor  pluma  y  bien  limado  ta- 
lento extienda  y  adorne  con  florido  y  gra- 
to estilo  esta  pequeña  narración ,  hija  solo 
del  filial  amor  y  reverente  gratitud  que  de- 
bemos, así  á  la  Religión,  como  á  nuestra 
amada  Fundadora,  que  tanto  bien  nos  tra- 
xo  á  costa  de  inmensos  peligros,  surcando 
dos  veces  el  Océano  para  franquearnos  esta 
dicha,  con  que  logramos  (aunque  indignas) 
el  ser  miembros  de  esta  Compañia  de  Ma- 
ría Santísima,  de  que  nos  gloriamos  como 
sus  amantes  y  favorecidas  hijas. 


■/l.Ji!.M.K.M.ManaI?^ 


J-.'oEiiJtranzaíir  Mex'.:ci,  .AiíZ'  — 


Pág.  I 


■REVÉ  NOTICIA 

DE  LA  FUNDACIÓN  DE  ESTE  CONVENTO, 
Y  DE  LA  VIDA  DE  NUESTRA  FUNDADORA 

La  M,  i?.  M.  Mari  A  Ignacia  Azlqr 

T    ECHEVERZ, 

CAPÍTULO  PRIMERO. 

Su  Patria^  nacimiento  y  educación  en  sus 
primeros  años. 


STA  América  Septentrional,  tan 
celebrada  por  sus  ricos  minera- 
les, puede  gloriarse  de  haber  si- 
do Patria  de  una  muger  tan  he- 
roica, que  podemos  aplicarle  el  epíteto  de 
la  Mager  fuerte,  por  su  ánimo  varonil  y 
magnánimo  corazón,  ó  el  de  Nave  del  Mer- 


2. 

cader  que  traxo  el  grano  escogido  de  la  Doc- 
trina Evangélica,  para  repartirlo  gratuita- 
mente en  la  instrucción  de  las  de  su  sexo, 
propagando  por  este  medio  la  gloria  de  Dios 
y  de  su  Santísima  Madre ,  imitando  en  quan- 
to  pudo  el  espíritu  de  nuestro  Santo  Patriar- 
ca San  Ignacio  de  Loyola,  cuyo  nombre  lo- 
gró en  las  santas  aguas  del  Bautismo.  Con- 
seguida tan  ardua  y  dificultosa  empresa  quan- 
do  gobernaba  la  universal  Iglesia  nuestro 
Santísimo  Padre  Benedido  XIV,  de  feliz  re- 
cordación, y  siendo  Rey  de  las  Espanas 
nuestro  Católico  Monarca  el  Señor  D.  Fer- 
nando Sexto,  (que  de  Dios  goce)  Virrey  y 
Capitán  general  de  esta  Nueva  España  el 
Exmó.  Señor  Don  Juan  Francisco  de  Gue- 
mes  y  Horcasitas  Conde  de  Reviliagigedo, 
Gentil  Hombre  de  Cámara  con  Llave  de  en- 
trada de  su  Magestad  &c.  y  dignísimo  Ar- 
zobispo de  esta  Diócesis  el  Illmó.  Sr.  Dr. 
D.  Manuel  Joseph  Rubio  y  Salinas  Visita- 
dor general  del  Obispado  de  Oviedo ,  y  de 
la  Abadía  de  Alcalá  la  Real,  Capellán  de 


3- 

honor  de  su  Magestad  &c.  á  quien  esta  Co- 
munidad debe  estar  siempre  reconocida  por 
lo  mucho  que  la  protegió. 

Nació  esta  grande  Heroina  en  S.  Fran- 
cisco de  Patos ,  una  de  las  mas  populosas 
Haciendas  de  las  que  componen  el  quantio- 
so  Mayorazgo  de  su  Casa  de  EcheA^erz,  y 
perteneciente  á  la  Administración  del  Valle 
de  Santa  María  de  las  Parras,  dia  nueve  de 
Oftubre  de  mil  setecientos  quince.  Fue  bau- 
tizada en  diez  y  siete  del  mismo  mes  en  una 
Capilla  de  dicha  Hacienda,  y  en  el  testa- 
mento que  otorgó  en  el  año  de  treinta  y  sie- 
te ,  á  los  veinte  y  uno  de  su  edad ,  dexó  un 
legado  piadoso  para  el  cujto  de  aquella  Ca- 
pilla, y  en  memoria  de  haber  nacido  en  ella 
á  la  gracia  y  para  el  Cielo.  Pusiéronle  por 
nombre  María  Ignacia  por  devoción  que  tu- 
vo la  Señora  su  Madre  á  nuestro  Santo  Pa- 
dre Ignacio. 

Fueron  sus  ilustres  Padres  los  Señores 
Don  Toseph  de  Azlor  Virto  de  Vera,  hijo 
segundo  del  Exmó.  Señor  Conde  de  Guara, 


4. 

Gentil  Hombre  de  Cámara  de  su  Magestad 

y  Teniente  general  de  sus  Reales  Exércitos, 
y  Doña  Ignacia  Xaviera  Echeverz  y  Valdés 
Marquesa  de  San  Miguel  de  Aguayo  y  San- 
ta Olaya,  tan  esclarecidos  en  nuestra  anti- 
gua España  por  su  ilustre  sangre  esparcida 
en  muchas  Casas  de  su  primera  Grandeza, 
entre  ellas  las  hoy  unidas  de  Xavier  y  Lo- 
yola,  blasón  únicam.ente  apreciado  de  Ja  M. 
Maria  Ignacia  por  sli  devoción  tiernísima  y 
filial  amor  a  nuestro  ínclito  Padre  y  Patriarca 
S.  Ignacio,  y  Glorioso  Apóstol  de  la  India 
San  Francisco  Xavier,  á  quienes  veneraba 
por  Padres:  coaio  en  estos  Reyno  por  su 
beneficencia,  re.Jitud  de  costumbres  y  mu- 
chos distinguidos  servicios  del  Señor  Don 
Joseph  de  Azlor  en  la  pacificacioi  y  esta- 
blecimiento de  la  Provincia  de  los  Texas, 
en  que  erogó  de  su  propio  caudal  las  quan- 
tiosas  sumas  que  constan  en  este  Superior 
Gobierno^  y  de  los  Ascendientes  de  la  Se- 
ñora Marquesa  en  el  Reyno  de  Guatemiala 
y  Provincia  de  la  Nueva  Vizcaya  desde  los 
mas  remotos  tiempos. 


5. 
Habiendo  concluido  el  Sefior  Azlor  su 

gobierno  de  Texas,  (destino  con  que  vino  á 
la  i^n-.érica)  se  establecieron  en  esta  Corte 
de  México,  yendo  á  temporadas  á  sus  Ha- 
ciendas. Por  todo  este  tiempo  hasta  el  falle- 
cimiento de  sus  Fidres  no  hay  noticias  in- 
di vMuales  de  sus  virtudes:^  pero  sí  una  ge- 
neralidad en  que  se  pueden  ver  com.o  en 
bosquejo,  que  indiquen  bastantemente  una 
angelical  y  religiosa  vida.  Un  hombre  de 
razón,  y  Criado  que  era  entonces  de  la  Ca- 
sa, atribuye  €Sta  ignorancia  al  extraordina- 
rio retiro  en  que  la  crió  su  ilustre  y  chris- 
tiana  Madre:  aquella  Señora  capaz,  virtuo- 
sa y  diligente  Madre  de  familias,  que  cono- 
cia  bien  que  la  crianza  modesta  y  retirada 
de  las  hijas  sirve  á  Dios,  á  los  estados  y  á 
las  mismas  hijas  ^  se  hacia  en  su  propia  Ca- 
sa ciertos  departamentos  en  donde  se  vivia 
separada  de  todo  el  trifago  y  bullicio  de  la 
familia,,  que  era  m.uy  crecida,  como  cori^es- 
pondia  á  su  explendor,  encerrada  en  sus 
piezas  con  las  dos  hijas  que  tenia  en  esta 

3 


6. 

tierra,  adonde  no  se  dabí  entrada  sino  á 
Criados  escogidos  y  personas  de  satisfac- 
ción para  cosas  necesarias.  Este  retiro,  poco 
usado  en  las  familias,  quitó  el  registro  de 
lo  que  en  él  se  hacia  á  los  domésticos,  que 
suelen  ser  los  testigos  y  pregoneros  de  las 
virtudes  ó  vicios  caseros  de  sus  Amos.  No 
por  eso  se  les  dexaba  de  traslucir  á  estos  que 
allí  estaban  en  un  continuo  exercicio ,  ya  de 
lección,  ya  de  oración,  ya  de  operación  de 
manos,  con  que  daban  algún  descanso  á  la 
cabeza,  sin  dar  entrada  á  la  ociosidad  y  so- 
bradas conversaciones,  en  que  si  no  hay  cui- 
dado, hay  por  lo  común  muchosi  defedos. 
Esta  vida  retirada  dá  margen  para  discurrir 
quan  celestialmente  vivirian  unas  Señoras 
de  esta  clase,  que  no  pudieron  tener  otro 
motivo  para  observar  tan  voluntaria  estrecha 
clausura,  sino  solo  el  abstraerse  de  las  gen- 
tes para  entregarse  desembarazadas  á  el  de- 
voto reverente  trato  con  Dios  nuestro  Se- 
ñor, y  era,  así  en  la  Madre,  como  en  las  hi- 
jas, una  virtud  extraña,  principalmente  en 


7' 
nuestros  tiempos,  que  con  daño  muchas  ve- 
ces del  recato,  el  pundonor  y  la  modestia, 
ni  las  madres  piensan  otra  cosa  que  en  ha- 
cer (como  ellas  dicen)  á  las  hijas  urbanas  y 
sociales^  ni  las  hijas  piensan  mas  que  en 
presentarse,  en  ver  y  que  las  vean,  y  en 
hacerse  conocer  y  celebrar. 

Y  como  cada  estado  tiene  sus  virtu- 
des, á  mas  de  las  comunes,  que  son  de  to- 
dos, tiene  otras  que  le  son  propias,  las  de 
una  doncella  hija  de  familia.  Son  la  suje- 
ción, la  obediencia,  el  recogimiento,  el  si- 
lencio, la  compostura  y  la  modestia.  Todas 
estas  virtudes  se  hallaban  en  un  modo  ex- 
traordinario y  singular  en  aquella  condufta 
que  seguían,  siendo  modelo  de  mucho  exem- 
plo  á  todas  aquellas  Señoras  que  por  distin- 
ción de  su  nacimiento  están  obligadas  á  ha- 
cer público  papel  en  la  Ciudad,  para  unir 
con  destreza  la  representación  que  en  este 
teatro  del  mundo  les  corresponde,  con  la 
moderación  y  humilde  trato  que  la  nobleza 
bien  instruida  demanda ,  á  fin  de  que  sin  de- 


8. 

fraudar  á  la  República  de  todo  aquello  que 
se  le  debe  en  lo  político,  para  el  concerta- 
do cultivo  de  sus  máximas,  no  se  le  defrau^ 
de  al  Autor  divino  ni  aun  las  primeras  par- 
tículas del  tiempo  que  es  muy  debido  se  em- 
plee en  su  reconocimiento,  pues  es  como  el 
tributo  que  debe  rendir  la  Criatura  á  su 
Criador,  como  en  primicias  de  la  vida. 

CAPÍTULO  SEGUNDO. 

Mueren  sus  Padres  y  entra  en  el  Conventa 
de  la  Concepción, 

COntaba  ya  Doña  Maria  Ignacia  diez  y 
ocho  años  de  edad  en  este  christiano 
modo  de  vivir,  quando  reconociendo  su  Se- 
ñora Madre,  por  el  quebranto  de  salud,  que 
estaba  cercana  su  muerte,  un  mes  antes  lla- 
mó á  las  dos  hijas ,  á  quienes  dio  los  conse- 
jos que  correspondían  á  sa  prudencia  y  vir- 
tud, encargándoles  el  cuidado  y  asistencia 
de  su  Padre,  que  ya  estaba  achacoso.  Esto 
fue  en  el  n>es  dé  Oftubre  dé  mil  setecientos 


9- 

treinta  y  tres,  y  al  siguiente  mes  de  No- 
viembre le  acometió  un  dolor  de  costado, 
que  creciendo  su  gravedad ,  y  conociendo  la 
Señora  en  los  semblantes  de  los  muchos  que 
la  rodeaban  los  temores  de  que  se  acercaba 
al  último  trance  de  la  vida,  y  que  al  mismo 
tiempo  no  se  atrevian  á  decírselo,  acordán- 
dose de  su  hija ,  y  de  que  sola  ella  y  la  fir- 
meza de  su  espíritu  la  desengañaría  en  tal 
ocasión,  estando  esta  retirada,  encomendán- 
dola á  Dios  y  llorando  su  próxima  orfan- 
dad, dixo:  Que  me  traigan  aquí  á  María  Ig- 
nacía,  que  ella  me  dirá  si  me  muero:  llevá- 
ronla en  efedo,  y  preguntada  por  su  Madre 
la  respondió:  5/,  Señora^  se  muere  usted ^  y 
no  hay  que  perder  tiempo. 

Prueban  estos  hechos,  el  primero,  el 
concepto  que  tuvo  la  Señora  su  Madre  de 
su  capacidad,  prudencia  y  juicio,  por  lo  que 
muchas  veces  le  parlaba,  y  aun  consultaba, 
como  si  fuera  de  una  edad  muy  provena, 
negocios  importantes:  el  segundo,  el  que  tu- 
vo, de  su  valor  y  constancia,  y  de  aquélla 


I  o. 
firmeza  de  ánimo  superior  á  todo  trance, 
que  la  acompañó  después  en  los  grandes  lan- 
ces de  su  vida.  Este  concento  de  la  Señora 
Marquesa  prueba  mucho,  por  ser  una  m.uger 
varonil  y  de  superiores  talentos,  tanto,  que 
siendo  así  que  el  Señor  Marqués  su  marido 
era  un  Caballero  de  todas  prendas  políticas 
y  militares,  se  decia  en  México  comunmen- 
te, que  en  la  Casa  de  los  Marqueses  de  San 
Miguel,  él  era  ella^  y  ella  era  él  Habiendo 
con  la  ya  dicha  entereza  desengañado  á  la 
enferma,  se  mantuvo  con  la  mJsma  hasta  la 
iiltima  hora  en  que  espiró,  cantándole  en 
compañia  de  su  hermana  la  Letanía  de 
nuestra  Señora,  como  les  tenia  encargado  lo 
hiciesen.  Llevó  este  golpe  tan  sensible  con 
grande  resignación^  y  com_o  nuestro  Señor, 
por  sus  altos  designios,  la  tenia  destinada 
para  instrum.ento  de  su  mayor  gloria,  quiso 
desprenderla  de  la  sujeción  paterna,  para 
que  librem.ente  emprendiese  el  cumplimien- 
to de  las  inspiraciones  con  que  continua- 
mente el  divino  Esposo  le  hablaba  al  cora- 


II. 

zon.  Dispuso  su  providencia  darle  el  segun- 
do golpe  en  el  fallecimiento  de  su  Padre, 
que  fue  el  mes  de  Marzo  del  año  de  mil  se- 
tecientos treinta  y  quatro,  dexando.  á  esta 
tierna  planta  en  los  mas  peligrosos  ardores 
de  la  sangre  juvenil,  en  una  de  las  Ciuda- 
des populosas  del  mundo  y  la  mayor  de  to- 
do este  vasto  Reyno,  tierra  propiamente 
extraña,  en  donde  no  tenia  mas  respeto  de 
la  naturaleza  que  atender  que  el  de  su  Se- 
ñora hermana,  que  también  era  todavía  jo- 
ven, aunque  mayor  que  Doña  Maria  Igna- 
cia,  quien  sin  especial  sujeción  que  la  con- 
tuviese, viéndose  niña,  señalada  de  pren- 
das, distinguida  en  nobleza,  dotada  de  cau- 
dal crecido,  bien  parecida,  de  genio  alegre, 
urbano  y  agradable,  discreta  á  la  perfec- 
ción, pudiera  haberse  dexado  lisonjear  de  la 
que  el  mundo  llama  fortuna.  Pero  ya  había 
preocupado  Dios  su  alma  con  los  verdade- 
ros deseos  de  dexarlo  burlado,  desprecian- 
do sus  lisonjas  por  la  pobreza  de  una  mor- 
taja, que  no  es  otra  cosa  el  humilde  hábi-' 


12. 

to  de  una  Religión.  Como  ésto  era  ya  sabi- 
do en  México,  en  donde  también  era  enten- 
dido que  los  deseos  de  esta  Señorita  eran  de 
ser  Religiosa  en  los  Reynos  de  Castilla,  de- 
seoso el  Exmó.'  é  Ilimó.  Señor  Don  Juan 
Antonio  Bizarron  y  Eguiarreta  de  que  no 
careciese  este  Reyno  del  esclarecido  esmal- 
te que  le  daria  una  Señora  de  esta  esfera  con 
tan  claro  exemplo  dc'l  dtsengaño,  procuró 
quanto  pudo  y  quanto  le  permitian  las  altas 
facultades  de  gobierno  político  y  eclesiás- 
tico que  exercia,  procuró  pues,  en  quanto 
le  permitia  la  christiana  prudencia,  que  no 
se  fuese  á  España ,  sino'  que  profesase  algu- 
na de  las  Reglas  de  las  muchas  con  que  se 
^ilustra  esta  Ciudad  nobilísima;  y  para  ver 
.  sí  suavemente  le  entraba  en  el  alma,  con  la 
vista,  la  vocación,  le  dio  permiso  para  que 
entrase  en  hábito  de  Secular  en  todos  los 
Conventos  de  la  filiación  de  su  Exá.  Illmá. 
La  Señorita,  que  otra  cosa  ho  quería  sino 
Claustro  que  venerar.  Escuela  que  cursar  y 
Muro  en  que  guardarse,  admitió  agradecida 


13. 

la  oferta;;  pero  con  tanta  moderación  y  pru- 
dencia, que  no  entró  sino  solo  en  el  Real  y 
mas  antiguo  Convento  de  la  Purísima  Con- 
cepción, que  está  quasi  á  las  orillas  de  la 
Ciudad,  como  Muro  propiamente  su  recin- 
to. No  quiso  entrar  en  otro  alguno  de  los 
demás,  porque  como  no  le  animaba  la  cu- 
riosidad, sino  solo  la  necesidad  de  tapias 
que  cubriesen  su  orfandad,  uno  solo  le  bas- 
taba para  la  consecución  de  su  intento;  y 
entre  todos,  sin  agravio  de  los  otros,  eligió 
leste  por  dos  motivos  que  á  los  demás  no  in- 
jurian: El  primero  y  principal,  por  su  títu- 
lo nobilísimo  de  la  Pura  Concepción  de  Ma- 
na Señora,  de  quien  siempre  fue  tiernísima 
devota;  y  el  segundo,  por  el  retiro  y  sole- 
iad  que  le  prometia  extramuros  su  material 
lituacion.  Edificó  á  todo  México  una  acción 
¡an  virtuosa,  y  también  á  aquel  Convento 
^1  verla  entrar  en  él ,  prefiriendo  el  Claustro 
JL  la  libertad  de  un  grande  Pueblo,  y  la  po-  ' 
preza  de  una  de  sus  Celdas  á  las  comodida- 
des de  su  Casa.  Luego  que  estuvo  dentro  lo 

4 


14. 

edificó  macho  mas  con  su  ajustada  conduc- 
ta, llenando  aquel  hermoso  plantel  de  can- 
didas azuzenas,  de  un  nuevo  olor  de  santi- 
dad. Aquí  se  detuvo  como  un  año ,  mientras 
la  providencia  divina,  con  ocasión  oportu- 
na, le  daba  el  giro  para  su  meditado  desti- 
no. En  esta  clausura  se  ocupó  en  exercicios 
propios  de  fervorosa  Religiosa:  dos  ve- 
ces tuvo,  con  grande  abstracción  y  retiro, 
los  Exercicios  espirituales  de  nuestro  gran 
Padre  San  Ignacio  de  Loyola  por  espacio 
de  diez  dias,  según  la  costumbre  de  aquel 
observantísimo  Monasterio. 

Fuera  de  los  Exercicios  edificaba  á 
aquella  santa  Comunidad  con  la  devota  dia- 
ria asistencia  á  la  santa  Misa,  con  la  fre- 
qüencia  de  los  Santos  Sacramentos  de  Peni-  > 
tencia  y  Comunión,  preparándose  antes  pa- 
ra recibirlos  con  fruto,  y  probándose  humil- 
demente (según  el  consejo  de  San  Pablo)  con 
la  larga  tarea  de  sus  devociones,  de  ora- 
ción, meditación  y  lección,  y  con  ayudar  á 
las  Señoras  Cantoras  en  su  exercicio,  como 


15. 

si  hubiera  entrpc'o  ccn  esta  obligación,  es- 
pecialmente los  Jueves  y  los  Sábados,  en 
que  tocando  el  biolon  las  acompañaba  á  can- 
tar la  Misa,  Letanía  y  Alabado  que  acos- 
tumbran. Señalábase  en  estos  dos  dias  por 
la  memoria  del  SantísimiO  Sacramento  de  la 
Eucaristía  que  corresponde  al  Jueves,  y  el 
culto  de  la  Reyna  de  los  Angeles  Maria 
Santísim.a,  que  es  consagrado  el  Sábado,  de 
quienes  fue  particular  veneradora  toda  su  vi- 
da^ y  para  no  tener  rato  ocioso,  los  pocos 
que  le  quedaban  de  estos  exercicios  los  em- 
pleaba en  obras  de  manos.  Así  caminaba  sin 
detenerse,  porque  sin  apartarse  de  su  pri- 
mer propósito  iba  siempre  adelante  en  el 
aprovechamiento  de  su  espíritu. 

En  Ínterin  el  Señor  Bizarron  no  per- 
día las  ocasiones  de  inspirarla  (por  tcdos 
los  medios  de  su  genial  dvlzura,  y  quanto 
permitía  la  prudencia)  el  deseo  de  ser  Reli- 
giosa en  México  sin  pensar  mas  en  ir  á  ser- 
[o  en  España.  Y  á  la  verdad,  que  á  mas  del 
justo  dolor  de  que  perdiese  este  Re)  no  su 


i6. 

buen  exemplo  y  sus  conséqüencias,  parecía 
por  otra  parte  un  deseo  altanero  y  extrava- 
gante el  de  serlo  en  la  Europa,  pudiéndolo 
ser  en  México.  Si  esta  Ciudad  no  tuviese 
muchas  Esposas  de  Jesuchristo  de  vidas  An- 
^  gelicales,  y  varios  Conventos  de  Religiosas 
en  que  elegir,  podia  parecer  prudencia  ó 
religión  ir  á  buscarlos  por  medio  de  los  pe- 
ligros de  mar  y  tierra^  mas  que  teniéndolos 
en  la  América,  una  doncella  tierna  expusie- 
se sus  pocos  años  y  su  vida  á  tantos  ries- 
gos, mas  que  prudencia  parecía  entuciasmo 
ó  capricho.  Doña  Maria  Ignacia  con  su  gran- 
de penetración  conocía  bien  que  todo  eso  y 
mucho  mas  se  diría,  y  consideraba  las  gran- 
des dificultades  de  su  viage;  pero  sin  em- 
bargo de  las  instancias  dichas  de  aquel  Exnió. 
Señor,  y  estas  mismas  reflexas  que  hacia,  no 
condescendió  con  su  intento,  porque  era 
mas  alto  el  Señor  verdadero  que  para  otros 
de  su  mayor  gloría  la  llamaba.  Este  pues, 
soberano  Dueño  de  nuestras  almas,  como 
todo  lo  dispone  suave  y  fuertemente,  qui- 


so  servirse  para  este  fin  de  tres  meciio';  na- 
turales, para  el  corazón  de  esta  Señorita  efi- 
cacísimos, y  no  menos  demostrativos  de  la 
solidez  de  su  virtud.  Uno  de  los  motivos 
que  tuvo  para  no  quedarse  Religiosa  en  este 
Reyno  fue,  el  haberle  encargado  sus  Seño- 
res Padres  que  fuese  á  España  á  tom.ar  esta- 
do á  gusto  y  complacencia  de  sus  esclareci- 
I  dos  Parientes^  y  estuvo  tan  obediente  á  la 
voluntad  paterna,  que  aun  muertos  ya  qui- 
so obedecerles  en  lo  que  solo  le  insinuaron:; 
¡pero  con  qué  discreción  y  prudencia!  Dos 
cosas  comprehendia  este  cariñoso  encargo, 
la  una  que  fuese  a  España;^  la  otra  que  á 
gusto  de  los  Señores  sus  Parientes.  Como 
buena  hija  obedeció  Dona  Maria  Ignacia,  en 
la  primera,  m.anteniendose  firme  en  ir  allá 
á  tomar  estado,  venciendo  embarazos  quasi 
para  una  niña  insuperables,  surcar  el  mar, 
entregarse  á  los  peligros,  negarse  á  las  sú- 
plicas, á  muchos  respetos,  y  aun  al  pare- 
cer con  alguna  crueldad,  renunciar  la  ter- 
nura de  la  naturaleza  en  el  cariño  de  una 


1 8. 

única  hermana  que  dexaba  aquí,  con  quien 
había  vivido  en  armoniosa  unión  ^  porque 
pesaba  mas  en  su  generoso  dnimo  la  insi- 
nuación de  sus  Padres ,  que  todo  pavoroso 
riesgo  y  que  todo  humano  respeto.  En  Ja 
segunda  cosa  que  encerraba  el  paterno  en- 
cargo no  quiso  obedecer,  porque  no  acor- 
dando los  deudos  con  Dios  nuestro  Señor, 
no  se  ha  de  atender  al  agrado  de  los  pa- 
rientes quaiido  está  de  por  medio  el  llama- 
miento divino^  y  así  obedeciendo  á  costa  de 
incomodidades,  peligros  y  sentimientos  en 
lo  que  pudo,  no  obedeció  en  dar  gusto  á 
estos  qu$  le  brindaban  con  comodidades, 
gustos  y  regalos^  por  no  apartarse  de  el  de 
Dios,  que  era  el  nprte  de  toda  su  navega- 
ción. 

El  segundo  motivo  que  tuvo  para  no 
quedarse  en  este  Reyno ,  aun  con  todo  el 
grande  fiel  amor  que  le  tenia,  fue  el  cum- 
plir personalmente  con  algunas  promesas 
que  habían  hecho  sus  Señores  Padres,  una 
4.e  ^IJas  era  ir  á  visitar  á  nuestra  Señora  dei 


19. 

Pilar,  caminando  á  pie  una  legua  antes  de 

llegar  á  Zaragoza.  El  tercer  motivo  que  tuvo 
fue,  el  que  la  Señora  Marquesa  su  Madre  en 
las  conversaciones  familiares  que  con  las  dos 
hermanas  tenia,  útiles  y  virtuosas,  para  di- 
vertirlas, cayeron  estas  alguna  vez  sobre 
nuestro  Instituto,  del  que  adquirió  dicha  Se- 
ñora noticia  quando  estuvo  en  el  Reyno  de 
Navarra^  y  después  de  haberlas  dado  algu- 
na idea  de  lo  que  era  y  su  utilidad,  les  di- 
xo  repetidas  veces  esta  expresión,  hija  de  su 
piedad  y  de  su  afeéío:  Si  jo  no  os  tuviera  á 
vosotras^  empleara  todo  mi  caudal  en  una  fun- 
dación de  Monjas  Marianas.  Por  Monjas  Ma- 
rianas nos  entendia  á  nosotras,  dándonos 
ese  nombre  por  ser  el  título  de  la  Religión 
de  la  Compañia  de  Maria.  Esta  expresión 
de  su  Madre  había  infundido  en  el  ánimo 
de  la  niña  Maria  Ignacia  el  deseo  de  que  la 
parte  que  le  hubiese  de  tocar  de  aquel  cau- 
dal se  convirtiese  en  el  meditado  destino  de 
que  la  Señora  les  hablaba,  anhelando  su  co- 
razón á  ser,  si  pudiese  en  algún  tiempo,  la 


20. 

executora  de  aquel  pensamiento;  y  así  des- 
de niña  se  puede  decir  que  era  nuestra  Fun- 
dadora, pues  corno  tal  se  criaba  con  la  le- 
che de  los  deseos.  Estos  fueron  los  medios 
de  que  quiso  Dios  servirse  para  conservar- 
la en  el  didámen  de  ir  á  España  á  tomar  el 
hábito  de  Religiosa,  tan  firme  como  se  re- 
quería para  superar  las  dificultades  que  ya 
en  lo  natural,  ya  en  lo  político,  le  hablan 
de  batir  para  mudarle  la  madura  y  cuerda 
determinación. 

Muertos  sus  Padres,  y  ya  en  estado 
de  disponer  de  sí  y  de  sus  bienes,  creyó 
que  estaba  en  aquel  caso.  Por  eso  quando 
mas  la  observaba  México  sobre  el  partido 
que  tomaria,  ella  estaba  ya  resuelta  en  irse  á 
España,  profesar  nuestra  Religión  y  traerla 
á  esta  Corte,  dexando  á  el  mundo  sus  opi- 
niones y  á  Dios  la  consecución.  Mas  para 
que  la  fundación  no  se  frustrase  con  su 
muerte,  si  Dios  la  llevaba  para  sí  antes 
de  executafia,  la  mandó  en  el  testamento 
que  otorgó,  é  hizo  cerrado  para  ocultarla, 


Í2I. 

antes  de  embarcarse  el  ano  de  treinta  y  sie- 
te, á  los  veince  y  uno  de  su  edad.  Todo  lo 
escribió  de  su  letra ,  y  quien  lo  hubiere  leí- 
do, y  al  mismo  tiempo  la  hubiese  tratado  y 
conocido,  vena  desde  luego  que  ella  es  la 
que  habla  y  no  otro  por  ella. 

Dispuso  en  él  nuestra  fundación  con 
toda  individualidad,  y  otras  muchas  cosas , 
todas  de  modo ,  que  á  juicio  de  inteligentes, 
es  la  pieza  un  prodigio  de  aquella  edad,  y 
un  gage  en  su  sexo  de  obra  digna  de  la  pru- 
dencia de  un  Jurisconsulto  y  de  la  piedad 
de  un  Santo  Padre,  principalmente  en  la 
vasta  idea  de  la  fundación,  que  se  compone 
de  tantos  cavos  que  la  perspicacia  de  su  ta- 
lento previno.  Sugeto  instruido,  que  lo  ha 
leido  despacio ,  nos  ha  encargado  que  lo 
guardemos  como  bella  reliquia  de  su  gran- 
de espíritu,  y  como  precioso  monumento 
de  su  piedad  y  prudencia. 


22. 

CAPÍTULO  TERCERO. 

Sale  de  México  para  el  Puerto  de  la  V&ra- 
'    cruz^  embárcase  para  Zaragoza^  y  con- 
du6ía  que  allí  observó. 

Dispuestas  así  sus  cosas,  y  llegado  el 
tiempo  de  su  viage,  se  despidió  de 
aquella  Religiosa  Comunidad  con  los  preci-* 
sos  sentimientos  que  se  puede  creer,  tanto 
por  la  uniformidad  de  espíritus,  como  por 
el  cariño  que  se  habia  grangeado  con  sus 
amables  prendas ,  al  que  correspondía  Doña 
Maria  Ignacia,  agradeciendo  su  noble  cora- 
zón los  favores  que  recibió  de  aquella  Reli- 
giosísima Casa,  que  mantuvo  siempre  im- 
presos en  su  memoria. 

La  tierna  despedida  de  su  querida  her- 
mana la  Señora  Marquesa  de  San  Miguel 
(quien  ya  habia  contrahido  matrimonio  con 
el  Señor  Conde  de  San  Pedro  del  Álamo 
Don  Francisco  Valdivielso )  no  es  fácil  des- 
cribir: basta  solo  insinuar  que  fueron  her- 
manas muy  amantes,  y  que  necesariamente 


23- 
fue  muy  dolorosa  una  separación  para  tanta 

distancia.  Salió  de  esta  Ciudad  para  el  Puer- 
to de  la  Veracruz  acompañada  de  su  her- 
mano el  Señor  Conde  y  del  Dr.  D.  Juan 
Antonio  de  la  Peña  Mexia,  á  quien  llevó 
para  Capellán,  con  dos  Criadas  para  su  ser- 
vicio, en  el  mes  de  Marzo  de  mil  setecien- 
tos treinta  y  siete.  En  dicho  Puerto  estuvo 
esperando  que  llegara  el  tiempo  de  embar- 
carse, y  habiéndole  cogido  allí  Semana  San- 
ta, aunque  estaba  de  paso,  satisfizo  su  de- 
voción en  aquellos  sagrados  dias,  pues  ni 
aun  caminando  perdia  ocasión  de  aprove- 
char su  espíritu. 

Dia  ocho  de  Mayo,  consagrado  á  la 
Aparición  de  Señor  San  Miguel,  de  dicho 
año,  se  hizo  á  la  vela  en  la  Flota  del  coman- 
do del  Señor  Don  Rodrigo  de  Torres,  en  el 
Navio  la  Ninfa,  alias  nuestra  Señora  de  los 
P.emedios,  que  por  ser  dedicado  á  Maria 
Santísima  lo  eligió:;  y  habiendo  arribado  con 
toda  felicidad  al  Puerto  de  la  Havana,  se 
detuvieron  allí,  como  es  regular  en  las  Fio- 


V 


24- 

tas,  hasta  el  dos  de  Julio,  día  en  que  se  ce- 
lebra la  Visitación  de  nuestra  Señora,  cir- 
canstancia  muy  plausible  para  nuestra  nave- 
gante, la  que  sienripre  procuraba  comenzar 
sus  cosas  en  día  dedicado  á  esta  poderosa 
Reyna^  y  aunque  esto  no  estaba  en  su  ar- 
bitrio ,  le  fue  motivo  de  agradecimiento , 
considerándola  como  favor  del  Patrocinio 
de  esta  amabilísima  Señora ,  y  Dios  que  nos 
busca  en  todas  partes,  dispuso  que  fuese  en 
él  mismo  Navio  el  Señor  Mariscal  de  Cam- 
po Marqués  de  Villa  Puente,  bien  conocido 
en  ambos  mundos  por  la  publica  piedad  de 
sus  obras,  que  por  todas  partes  extendidas 
utilizaron  en  muchas  y  muy  distantes  Pro- 
vincias á  el  Apostólico  ministerio  con  abun- 
dantes socorros  para  la  subsistencia  de  los 
Predicadores  del  Evangelio.  La  comunica- 
ción y  santa  conversación  de  un  hombre  tan 
zeloso  de  la  gloría  de  Dios,  encendió  en 
gran  manera  el  espíritu  de  Doña  Maria  Ig- 
nacia:  y  no  paró  en  esto  solo,  dicho  Caba- 
llero llevaba  consiga  la  Vida  de  la  insigne 


25. 

Fundadora  de  nuestra  Religión  la  Venerable 
Madre  Juana  de  Lestonac,  con  cuya  lección 
se  inflamó  mas  su  m.agnánimo  corazón,  al 
ver  Ja  genial  concordancia  de  afedos,  y  ya 
no  solo  fue  deseo  de  hacer  la  fundación,  si- 
no una  santa  emulación  de  imitar  el  aginan- 
tado  espíritu  de  aquella  Miiger  fuerte. 

Entretenida  su  esoeranza  con  estos  san- 
•tos  pensamientos,  segiiia  felizmente  su  viage. 
Aportó  la  Flota  á  la  Bahia  de  G^diz  y  pa- 
só á  desembarcar  en  el  Puerto  de  Santa  Ma- 
ría el  dia  veinte  y  ocho  de  Agosto,  en  que 
nuestra  Madre  la  Iglesia  hace  memoria  de 
la  luz  de  los  Doftores  Señor  San  Agustín . 
teniéndole  prevenido  hospedage  en  su  Casa 
su  Tía  la  Exmá.  Señora  Doña  Micaela  Anas- 
tasia de  Ipioarrieta  y  Domínguez ,  recien 
viuda  del  piadoso  Caballero  verdadero  Pa- 
dre de  pobres  el  Exmó.  Señor  Don  Tomás 
de  Idiaquez  Capitán  general  del  Reyno  y 
Costas  de  Andalucía,  en  cuyo  empleo  ha- 
bía fallecido  el  día  tres  del  próximo  pasado 
Febrero,  por  cuyo  motivo  no  salió  perso- 


26. 

nalmente  á  recibiría  la  dicha  Señora,  pero 
envió  á  su  nombre  á  la  Señora  Doña  Ma- 
nuela Eusebia  Zeoillo  inuQrer  del  Auditor  de 

i.  o 

Guerra  Don  Luis  Antonio  de  Vega,  por  ser 
persona  de  su  cariño  y  confianza,  á  quien 
encargó  la  acompañase  en  las  pi'ecisas  visi- 
tas, haciendo  las  veces  de  su  Exá.  Recobra- 
da por  algunos  dias  del  mareo  y  precisas 
incomodidades  de  la  navegación,  marchó  pa- 
ra la  Imperial  y  Coronada  Villa  de  Madrid, 
Corre  de  nuestros  Católicos  Monarcas,  no 
con  otro  fin  que  con  el  de  zanjar  los  me- 
dios por  donde  pudiese  conseguir  e]  de  su 
fundación  deseada  á  beneficio  espiritual  del 
Pais  que  le  habia  dado  uno  y  otro  ser,  el  de 
naturaleza  y  el  de  fortuna. 

Para  esto  no  perdonó  diligencia ,  por- 
que todas  quantas  prafticaba  las  enderezaba 
á  este  único  fin,  que  consideraba  medio  pa- 
ra conseguir  su  fin  último.  Le  dominó  tan- 
to este  pensamiento,  que  llegó  á  pasarle  por 
la  imaginación  el  entrarse  á  servir  en  Pala- 
cio haciéndose  del  valimiento  de  sus  Parien- 


2^ 

tes,  que  era  entonces  mucho,  y  les  habia 
vendido  la  fineza  de  haber  entrado  en  la 
Corte  por  conocerlos  y  ofrecerse  á  su  ser- 
vicio^ pero  no  lo  executó  porque  no  le  an- 
duvo tan  ingrata  la  fortuna  que  le  fuese  ne- 
cesario tanto  sacrificio  para  el  logro  de  sus 
deseos.  Se  dice  tanto  sacrificio,  porque  aun- 
que el  empleo  era  de  grande  honra  y  esti- 
mación en  el  mundo,  su  genio  y  su  cora- 
zón, herido  del  harpon  divino,  no  se  her- 
manaba bien  con  el-  explendor  inquieto  de 
un  Palacio. 

Habiendo  cum.plido  con  los  debidos 
obsequios  á  sus  Parientes,  y  recibido  de  es- 
tos sin  melindre  los  que  le  hicieron,  llevan-: 
dola  á  ver  las  cosas  mas  particulares  de  esta 
Villa  y  sitios  Reales,  y  praSicado  aquellas 
diligencias  que  le  parecieron  eficazmente 
conducentes  á  sus  designios,  salió  de  Ma- 
drid para  Zaragoza,  en  donde  entró  cum- 
pliendo con  la  promesa  de  sus  Padres,  que 
ya  se  apuntó  arriba,  lo  que  hizo  con  aquel 
arte  y  graciosidad  con  que  solia  disimular 


28. 

SUS  obras  virtuosas.  Valióse  para  esta  pere- 
grinación de  su  Primo  el  Exmó.  Señor  Con- 
de de  Guara,  quien  le  hacia  sombra  para  su 
respeto,  y  ya  quando  conoció  que  se  acer- 
caba á  la  Ciudad,  porque  este  Caballero  no 
extrañase,  y  aun  impidiese  la  devoción,  le 
dixo  que  necesitaba  y  apetecía  hacer  algún 
exercicio  á  pie,  que  le  aprovecharla  m.ucho, 
y  con  esta  estratagema  consiguió  permiso, 
pasando  por  diversión  y  medicina  lo  que 
era  devoción  y  religiosidad  de  promesa  age- 
na.  Otra  de  las  prom.esas  fué  un  legado  de 
seis  mJl  pesos  que  dexó  su  Padre  para  aque- 
lla Santísima  Imagen,  y  quiso  su  hija,  co- 
mo tan  amante  de  nuestra  Señora  del  Pilar, 
llevárselos  en  persona,  cuya  mano  mejoró 
la  manda,  porque  los  que  eran  seis,  se  vol- 
vieron diez  en  manos  de  la  devota  Conduc- 
tora, aumentando  quatro  su  afedo.  Lo  mis-. 
mo  hizo  con  otras  varias  mandas  que  llevó 
de  sus  Padres  á  otros  Santuarios  de  aquellos 
Reynos,  añadiendo  su  devoción  siempre  cre^ 
cido  porte  á  favor  de  la  donación  piadosa. 


2  9 

Se  hospedó  en  casa  de  la  Señora  su 
Tia  Doña  Rosa  de  Azlor,  en  donde  vivió 
en  su  compania  como  mas  de  dos  años  con 
grande  edificación,  no  solo  de  Ja  casa.^  sino 
también  del  común,  porque  era  bien  públi- 
co lo  moderado  y  piadoso.  El  porte  exte- 
rior era  el  regular  de  las  Señoras  de  su  cla- 
se, sin  tocar  la  raya  de  la  profanidad,  ni  ba- 
xar  de  los  límites  de  la  decencia^  en  lo  do- 
méstico era  devota,  silenciosa,  recogida  y 
¡modesta;  fuera  de  casa  piadosa,  lim.osnera, 
[obsequiosa  y  exemplar:^  porque  en  las  Igle- 
jsias  era  continua,  en  la  freqüencia  de  los 
Santos  Sacramentos  constante,  con  los  ne- 
cesitados era  afable  y  misericordiosa,  socor- 
riendo en  quanto  podia  sus  desdichas:  quan- 
ido  el  Divino  Señor  Sacramentado  salia  de 
la  Parroquia  de  San  Miguel  á  visitar  algún 
enfermo  por  Viático,  le  acompañaba  á  ida 
y  vuelta  con  singular  compostura  y  devo- 
ción, alumbrando  con  una  acha  según  el  u5o 
de  las  Matronas  mas  virtuosas  y  graves  de 
aquella  tierra.  Así  era  de  todos  vista  con  la 

6 


estimación  que  siempre  se  grangea  por  solo 
su  aspeflo  la  virtud,  como  lo  atestií^ua  el 
Párroco  de  la  ya  citada  en  su  aprob:icion 
del  Sermón  que  se  dixo  el  dia  de  su  ingre- 
so á  la  Religión,  quien  dice:  „  Freqü  ntan- 
„  do  en  su  Iglesia  con  singular  fervor  los 
„  Santos  Sacramentos ,  y  acudiendo  á  los  di- 
„  vinos  Oficios  con  tan  exemplar  devoción, 
„  que  era  confusión  su  puntual  voluntaria 
„  residencia  á  los  que  la  tenemos  con  obli- 
„  gacion  tan  precisa,  pues  sin  perdonar  las 
„  inclemencias  del  tiempo,  lo  incómodo  de 
„  las  horas,  ni  las  distancias  del  territorio 
,,.de  esta  Parroquia,  quando  solía  salir  por 
„  Viático,  no  solo  le  acompañaba  fervorosa, 
„  sino  que  también  socorría  con  abundantes 
„  limosnas  á  los  afligidos  necesitados  enfer- 
„  mos.  Esta  piedad  tan  notoria  que  publica- 
„  ron  con  demostraciones  de  sentimiento  los 
„  pobres  desconsolados  al  tiempo  de  su  par- 
„  tida,  la  esmaltó  coa  preciosas  dádivas  que  ^ 
„  sirvtn  de  lustre  al  divino  culto,  y  de  pri- 
„  moroso  ornato  á  esta  iglesia:^  y  su  valor    j 


31- 


„  demuestra  no  solo  la  devoción  con  que  las 
,,  ofreció  á  nuestro  Príncipe  Arcángel,  sino 
,,  también  la  magnificencia  de  su  generoso 

I  ^^  pecho.  „ 

'  Y  el  Orador  del  Sermón,  cuya  es  esta 

aprobación,  dixo  en  su  Panegírico  lo  si- 
guiente :  „  Digo  pues ,  que  mis  admiraciones 
„  y  las  de  muchos  de  mis  oyentes ,  ya  cesan 
„  este  dia,  pues  se  emplearon  todas  quando 
,,  en  medio  de  una  Ciudad  como  Zaragoza, 
„  que  por  lo  noble,  po:3uloso  y  augusto 
„  puede  tener  presunciones  de  Corte,  vim.os 
„  una  Señora ,  y  en  ella  una  especie  de  mi- 

:  „  lagro  ó  cosa  venida  del  otro  mundo.  Por- 
„  que  4  quien  podrá  dexar  de  pasmarse  al 
„  ver  una  Señora  templada  entre  la  abun- 
„  dancia,  desprendido  el  corazón  entre  la 
„  riqueza,  humilde  entre  los  aplausos,  afa- 
„  ble  con  todos  en  el  trato,  enemiga  de  la 
„  ociosidad ,  reverente  á  lo  sagrado ,  siem- 
„  pre  dobladas  las  rodillas  en  los  Templos, 
„  profusa  en  las  limosnas,  caritatit^a  con  los 
„  pobres  enfermos ,  á  quienes  yo  mismo  he 


32. 

„  visto  les  servia  con  devoto  despejo  la  co- 
,,  mida  en  el  Hospital  Real  de  nuestra  Se- 
„  ñora  de  Gracia?  También  le  he  visto,  á 
„  pesar  de  la  natural  delicadeza  del  sexo  y 
,,  de  la  inclemencia  rigurosa  de  un  invierno, 
5,  asistir  muy  de  mañana  á  los  Sermones  de 
„  la  célebre  Quaresma  que  en  el  Templo  de 
„  aquel  mismo  Hospital  se  predican.  Vimos 
„en  fin  una  Señora,  que  pudiendo  todo  lo 
„  que  quería,  nunca  quiso  sino  lo  justo,  y 
„  lo  mas  conforme  á  la  divina  Ley  y  al  de-  j 
„  coro  de  su  noble  nacimiento.  Vimos  una 
„  perfección  tal,  qual  la  deseaba  la  Venera- 
„  ble  Lestonac  en  sus  Novicias,  como  nos 
„  refiere  su  vida,  esto  es,  una  virtud  sin  me- 
„  iindre,  .una  dei^ocion  sin  azañería  y  una 
„  modestia  sin  afedacion,  Dirélo  todo  en  una 
„  palabra:  Vimos  una  Religiosa  vestida  de 
„  una  modesta  gala.  Todo  esto  vimos,  pu- 
„  diendo  dtrcir  con  el  Evangelista  en  su  pri- 
„  mera  Canónica,  que  os  anunciamos  aquello 
„  mismo  que  oímos  y  vimos  por  nuestros 
„  ojos.  Este  milagro  se  admiró  duplicado  en 


33; 

„  Zaragoza,  quando  le  vimos  por  Compañe- 
„  ra  y  allegada,  (^)  no  menos  en  el  fervor 
„  que  en  la  sangre,  á  la  que  también  lo  ha 
,,  de  ser  en  el  Noviciado.  ¿Quien  vio  jamas 
„  á  estas  dos  nobles  almas  ocupadas  en  aque- 
^,  líos  profanos  regocijos,  en  aquellos  peli- 
„  grosos  pasatiempos  que  la  moda  de  este 
,,  corrompido  siglo,  quiero  decir,  el  demo- 
„  nio  de  la  carne  ha  inventado,  y  que  por 
„  mas  que  los  quiera  autorizar  la  costumbre 
^,  y  calificar  de  inocentes,  siempre  quedan 
„  colmados,  no  solo  de  riesgos,  sino  tam- 
„  bien  de  precipicios?  Se  han  visto,  sí,  casi 
.„  cotidianamente  en  el  Templo  de  la  Com- 
„  pañia  de  Jesús ,  como  ensayándose  para 
„  alistarse  en  la  Compañía  de  su  divina  Ma- 
„  dre  con  la  reverente  freqüencia  de  los  Sa- 
„  cramentos,  con  la  puntual  asistencia  á  las 
„  doftrinas  y  pláticas  de  todos  los  dias  fes- 
„  tivos,  á  los  piadosos  exercicios  de  la  Es- 
„  cuela  de  Maria,  y  á  los  cultos  del  sagra- 

— -—  -      ■— ■     ■■■■■■      i.i— ■  - ■    .1—   .  ■■  ■    ■■..    ■■■,        .1       -■■    ■      I     .  '-^ 

{*)  Era  esta  una.  prima  «uya  que  entró  en  la  Religión  eí  mismo  dia. 


34- 
„  do  deífico  Corazón  de  Jesús.  Se  han  vis- 

„  to  en  otros  muchos  Templos,  siempre  con 
„  devoción  y  modestia ,  asistir  á  las  mas  sa- 
,,  gradas  funciones ,  siendo  de  continuo  la 
„  Angélica  Cámara  y  Apostólica  Capilla  de 
„  nuestra  Señora  del  Pilar  el  imán  de  sus 
„  afeftos  y  el  centro  de  sus  fervores.    Yo 
„  mismo   las    he   encontrado   alguna    vez , 
„  por  contingencia,  mucho  antes  del  ama- 
„  necer,  ir  como  matutinos  Astros  á  salu- 
„  dar  á  la  divina  Aurora  en  su  columna.  „ 
Hasta  aquí  sus  palabras,  y  nos  hemos  que- 
rido valer  del  dicho  de  estos  dos  Sugetos^ 
quienes  por  su  carácter,  autoridad,  y  ser 
testigos  oculares,  acreditan  lo  que  en  esta 
obra  se  escribe, 

CAPÍTULO  QU ARTO. 

Oposiciones  que  tuvo^  y  firmeza  de  su 
vocación. 


E 


N  este  tiempo  fueron  los  mas  fuertes 
combates  que  padeció  su   espíritu. 


3  5. 

tanto  mas  temibles ,  quanto  eran  disfrazados 

con  el  bien  parecido  traxe  del  natural  afec- 
to, y  verdadera  sólida  estimación  de  Jos 
deudos.  Por  estas  virtudes,  que  esmaltaban 
el  noble  fondo  de  su  feliz  naturaleza,  era 
amada,  respetada  y  celebrada  de  todos:;  mas 
como  la  vida  de  los  Justos  es  un  texido  de 
tribulaciones  y  consuelos ,  tuvo  en  medio  de 
estas  satisfacciones  y  aplausos  que  padecer 
mucho  su  vocación,  que  era  su  parte  ama- 
da. Fue  ya  tiempo  de  dar  principio  á  sus 
ideas,  para  lo  que  hizo  conocer  el  plan  de 
todas  con  mas  claridad  délo  que  hasta  en- 
tonces lo  habia  hecho :  y  siendo  la  entrada 
en  Religión  la  primera  y  fundamento  de  las 
demás,  los  Señores  sus  Parientes  empezaron 
á  recelar  quanto  podia  temer  la  prudencia. 

No  aprobaban  estos  tan  crecido  des- 
«engaño  en  tan  pocos  años  de  la  vida  (pues 
contaba  de  veinte  y  tres  á  veinte  y  quatro) 
y  tantas  lisonjas  de  las  que  llama  el  mundo 
fortuna.  Una  Joven  (la  decian)  en  la  fior 
de  su  edad,  de  un  nacimiento  esclarecido, 


de  representación  algo  mas  que  buena,  de 
un  entendimiento  claro,  de  un  genio  muy 
humano,  de  una  complexión  alegre,  de  es- 
píritu generoso,  de  ánimo  despejado  y  de 
prendas  mas  que  regulares,  mañana  se  halla 
arrepentida  de  verse  amortajada  en  vida, 
muertas  sus  esperanzas,  extraviado  el  curso 
de  su  logro,  sepultado  todo  aquel  explendor 
que  sacó  de  la  cuna  en  la  común  estimación 
del  siglo ^  una  Señorita  criada  en  regalo, 
acostumbrada  á  las  sumisiones  que  en  seme- 
jantes casos  se  rinden,  con  especialidad  á  las 
niñas  que  son  la  atención  toda  de  una  casa, 
abriendo  después  de  su  retiro  los  ojos ,  nos  ex- 
pone á  un  empeño,  en  que  ajado  nuestro  ho- 
nor, hayamos  de  valentear  un  arrepentimien- 
to que  procedió  de  una  resolución  inmadura. 
Si  la  Religión  fuese  único  camino  para  el  Cie- 
lo, deberla  arriesgarse  todo  por  conseguir 
aquel  uno  necesario;  pero  son  muchos  los  de 
la  Casa  del  Padre  celestial,  como  son  muchas 
sus  mansiones.  No  le  han  dado  menos  almas 
los  matrimonios  que  las  profesiones,  antes 


3^. 
si  bien  se  considera,  una  Religiosa  santa,  es 

santa  estéril,  y  no  mas  para  sí,  quando  una 
Madre  de  familias  santa,  es  santa  fecunda,  y 
santa  para  muchos,  santa  para  los  hijos  y 
familia  que  cria  y  gobierna  santamente,  y 
santa  para  todos  los  que  trata  en  el  necesa- 
rio comercio  del  mundo ,  y  á  quien  ayuda  á 
santificar  con  el  buen  exemplo  de  su  vida. 
Y  siendo  esto  verdad  en  toda  Madre  de  fa- 
milias, lo  es  mas  en  aquellas  que  por  sus 
grandes  prendas  son  mas  espedables  y  ob- 
servadas en  el  grande  teatro  del  siglo.  Con 
estas  y  otras  muchas  semejantes  razones  ba- 
tían la  fortaleza  de  Doña  Maria  Ignacia,  que 
bien  cerciorada  de  su  vocación,  rebatía  los  . 
tiros  del  mundo  con  las  máximas  del  verda- . 
dero  sólido  espíritu.  Todo  es  verdad,  les  ^ 
decia,  y  por  esas  mismas  consideraciones 
una  persona  no  debe  tomar  semejantes  reso- 
luciones, sino  después  de  bien  pensadas  to-. , 
das  las  conveniencias  ó  desconveniencias  que 
se  versan  en  la  materia,  los  impulsos  ó  em- 
barazos con  que  pueden  tropezarse  después 

7 


38- 

los  ánimos  menos  prevenidos.  Yo  todo  t%to^ 

he  visto,  y  aunque  conozco  que  en  la  reali- 
dad estoy  expuesta  á  los  baibeaes  que  rodas', 
no  por  eso  debo  desistir  de  mi  intento.  Sea 
muy  en  hora  buena  la  execucion  de  mis  pen- 
samientos tan  difícil  como  ensartar  un  ca- 
ble por  el  ojo  de  una  aguja,  pues  esto  que 
para  nosotras  es  imposible,  para  Dios   es: 
muy  fácil  :^  y  pues  Dios  rae  llama,  su  Ma- 
gestad  hará  lo  que  yo  no  pudiere ,  porque 
no  estriba  en  mis  fuerzas,  sino  en  la  ayuda 
de  Dios  que  agka  mis  pensamientos :  por  la 
demás  no  es  de  mi  sexo  entraír  ea  discutas  ^ 
sobre  los  estados  de  la  Religión  y  el  Matri- 
trimonio,  solo  me  toca  oir  y  obedecer  con 
docilidad^  pera  sé  lo  primero,  q«e  aunque 
uno  y  otra  estada  son  caminos  del  Cielo,  el' 
de  la  Religión  es  mas  perfedto^  menos  im- 
pedido de  cuidados  seculares,  y  mas  pare- 
cido por  la  mortificación  y  penitencia  al  ca^ 
mino  real  de  la  Cruz  que  nos  abrió  Jesu- 
christo:  lo  segundo,  que  aunque  por  todos 
^e  vaya  á  la  Patria  celestial,  cada  uno  deber 


r> 


ir  por  el  que  lo  llama  el  soberano  Autor  de 
k  santidad  y  de  la  gracia. 

Con  estos  y  otros  sólidos  fundamen- 
tos desvanecía  con  desembarazo  la  eficacia 
toda  de  aquellas  reflexiones  que  tanto  es- 
tima la  prudencia  de  la  carne  y  sangre,  que 
adelgaza  mucho  en  políticos  discursos,   y 
adelanta  poco  en  los  tratados  del  Cielo  ^  pe- 
ro esto  mismo  los  empeñaba  mas  para  so- 
licitar la  persuasión  efediva  por  medio  de 
'  personas  tales ,  que  á  mas  de  vestir  bien  sus 
razonamientos  por  la  cultura  de  sus  letras, 
anadian  el  peso  de  la  autoridad  fuerte,  por 
k)  asentado  de  su  opinión  y  crédito  en  la 
república.  Llegó  á  suceder  caso,  en  que  vién- 
dose esta  Señorita  oprimida  de  las  eficaces 
persuasiones  de  una  persona  de  esta  esfera, 
no  tuvo  otro  modo  de  evadirse  sino  solo 
con  decirle :  To  no  puedo  creer  que  estas  sean 
razones  de  V.  P.  s'mo  del  común  enemigo^  que 
disfrazado  en  su  figura^  me  arguye  de  esta 
suerte  para  desvanecer  mis  deseos.  Expresión 
que  en  otras  circunstancias  pudiera  ser  muy 


40. 

agena  de  la  madestia ,  compostura  y  respe- 
to que  Djña  María  Ignacia  profesaba,  así 
por  genio  ^  como  por  maoza  y  doftrína; 
pero  en  la  ocasión  presente  parece  que  no 
desdecía  de  la  sumisión^  porque  se  trataba 
de  materia  en  que  ni  á  los  Padres  naturales 
debe  atenderse,  y  de  negocio  que  mas  bien 
se  determina  con  la  firme  resolución  que 
con  el  rendido  respeto. 

Con  esto,  ya  perdidas  las  esperanzas: 
de  contrastar  aquel  diamante  fino,  que  ni 
con  la  sangre  se  docilitaba,  se  mudo  de  rum- 
bo en  la  conquista.  Se  le  propusieron  varíoí> 
ventajosos  matrimonios,  en  cuyos  lazos,  %i 
no  mejoraba  en  lo  humano  de  fortuna,,  al 
menos  se  engazaba  en  los  timbres  de  su  fa- 
milia iguales  explendores,  que  con  unión 
tan  estrecha  era  necesario  que  aumentasen 
los  grados  de  la  estimación  ^  pero  como  es- 
tos eran  adelantamientos  que  nada  valen  pa- 
ra el  Cielo,  y  en  nada  aseguran  á  una  per- 
sona para  con  Dios^  eran  ventajas  de  poca 
estima  para  aquel  prevenido  espíritu,  que 


4í. 
ipal  hallado  con  todo  aquello  que  la  tier- 
ra aprecia,  solo  anhelaba  á  las  mejoras, 
qiie  despajando  á  el  alma  de  todo  humano 
afedo,  la  levantan  venturosa  al  trato  familiar 
y  fácil  comunicación  con  Dios,  Y  así  agra- 
deciendo las  honras  que  se  le  faacian  con 
proposiciones  tan  apreciables,  mas  declaran- 
do ai  mismo  paso  que  era  perder  el  tiempo 
buscarla  otro  estado  que  el  de  Religiosa,  ro- 
gaba  que  se  le  dexase  seguir  h  aguja  de  su 
derrota ,  porque  no  se  había  de  aquietar  en 
la  vida  mientras  no  se  nxase  en  la  estrella 
de  su  rumbo,  que  á  la  Religión  la  llamaba 
el  Cielo,  y  mientras  en  Religión  no  entra- 
se, no  habían  de  sosegar  sus  ansias:  se  cono- 
ció con  esto  que  era  de  Dios  aquella  firme- 
za en  querer  un  modo  de  vida  contrarío  á 
los  sentidos,  quando  podia  elegir  otros  que 
la  fuesen  agradables  según  la  naturaleza  ;  pe- 
ro quería  su  Magestad  todavía  que  llegase 
mas  pura  y  acrisolada  á  las  bodas  del  Cor- 
dero, y  la  permitió  otro  ataque.  Como  no 
solo  qiieria  ser  Religiosa ,  sino   Religiosa 


42. 

nuestra,  los  Señores  sus  Parientes  concebían 
una  cosa  irregular  y  extravag3nte,  que  pre- 
firiese á  las  muchas  Religiones  antiguas  y 
bien  fundadas  que  tiene  España,  á  una  Re~ 
ligion  moderna,  sujeta  todavía  á  las  revolu- 
ciones y  niüdanzas  nuevas.  En  hora  buena 
sea  (decían  j  ya  dándose  por  vencidos,  en  ho- 
ra buena  sea,  pero  en  Religión  ya  estable- 
cida de  las  muchas  que  Católicos  veneran 
estos  Reynos^  no  en  la  Enseñanza,  que  co- 
mo reciente  puede  mañana  caer  y  deshacer- 
se en  un  momento;  y  aun  hubo  persona  que 
le  dixese  que  no  era  tal  Religión^  sino  unas 
benditas  Beatas,  que  antojadizas  y  profeso- 
ras de  novedad,  se  habían  recogido  con  pe- 
reízrinos  antojos  de  enseñanza. 

Ya  aquí  parece  era  menos  dolorosa  la 
batería,  porque  al  ñn  se  le  condescendía  en 
la  substancia,  y  solo  se  le  hacia  oposición 
en  el  modo  ó  qualidad  de  Religión  que  ha- 
bía de  profesar;  pero  como  el  impulso  de 
Dios  no  solo  llama  á  la  substancia  de  Reli- 
gión, sino  también  á  la  qualidad  del  Insti- 


^ 


43- 


tuto,  insistía  Dona  Maria  Ignicia  en  su  me- 
ditado destino,  y  hs  decia:  Todas  las  Re- 
ligiones fueron  nuevas.,  y  si  por  serlo  de- 
bieran retirarse  sus  pretendíeates,  nunca  hu- 
bieran llegado  ai  lustre  qae  boy  gozan  con 
la  antigüedad.  Que  ía  Easeñaoza  no  es  Re- 
ligión solo-  pueden  decirlo  ios  que  no  leen , 
y  solo  se  gobiernan  por  fas  vulgaridades  que 
oyen,  y  así  na  rae  parece  que  por  motivos 
lan  ligeros  haya  de  mudar  la  determinación 
que  tan  antigua  es  en  mí,  aunque  yo  no  soy 
vieja.  Fuera  de  que  ya  no  me  resuelvo  á  ser 
Religiosa  porque  quiero,  sino  porque  Dios  á 
ella  me  inclina,  y  si  no  me  inclina  áotra  al- 
I  guna  que  á  la  Enseñanza,  ¿como  me  puedo 
^  apartar  del  divino  llamamiento ,  quando  úni- 
camente por  seguirlo  dexo  rra  libertad,  que 
es  la  alhaja  que  se  aprecia  mas  que  el  oro  de 
todo  el  mundo?  Religiosa  be  de  ser,,  y  Re- 
ligiosa de  la  Enseñanza^;  porque  de  otra 
suerte  no  cumplo  con  ía  vcduntad  divina ,  y 
fío  me  contento  con  eso,  porque  caminan 
I    Eias  lejos  mis  deseos.  Yo  entro  Religiosa  de 


44- 
la  Compaaia  de  Maria ,  llamada  vulgarmen- 
te (en  fuerza  de  su  Instituto  de  la  Enseñan- 
za) pero  no  para  ser  solo  Religiosa,  sino 
para  ya  instruida  en  sus  Reglas  y  Constitu- 
ciones, volverme  á  las  Indias  á  fundar  en 
aquellas  remotas  tierras  un  Monasterio,  que 
baxo  la  mJsma  Regla,  se  emplee  en  la  ins- 
trucción de  innumerables  niñas  pobres  que 
por  falta  de  facultades  carecen  de  dodrina. 
Aquí  se  renovaron  las  contradicciones,  por- 
que no  parecía  razón  que  se  hubiese  de  vol- 
ver á  entregar  á  los  peligros  del  mar,  á  las 
incomodidades  de  caminos  y  navegación,  y 
á  los  racionalmente  temibles  quebrantos  de 
la  salud,  para  una  fundación  que  podía  sin 
tanto  riesgo  hacerse  en  España  ^  ni  sería  me- 
nos gloriosa,  ni  menos  conducente  al  servicio 
de  Dios  por  hacerse  allí,  que  por  hacerse  en 
México ,  puesto  que  con  igual  gloria  de  su 
Magestad  podian  exercitarse  los  ministerios 
de  su  Instituto  en  España  que  en  México. 
Y  quando  no  fuese  igual  y  tuviese  alguna 
ventaja  la  fundación  en  Indias,  eran  tales 


45. 

las  dificultades  de  la  licencia,  y  tantos  los 
embarazos  del  viage  y  de  los  transportes, 
<]ue  hacían  preferible  la  fundación  de  Espa- 
ña. El  Gobierno  por  razones  de  estado  difi- 
culta siempre  estas  fundaciones,  y  las  difi- 
cultará mas  en  este  tiempo,  en  que  se  habla 
mucho  de  poner  ciertos  términos  á  las  erec- 
ciones nuevas,   y  de  reducir  las  antiguas  á 
las   reglas  del  Concilio  de  Trento.   Pero  á 
mas  de  las  dificultades  que  son  comunes  á 
todas  las  fundaciones,  las  tendrán  mayores 
las  de  las  Indias,  en  que  el  Consejo  por  Jas 
distancias  procede  con  mas  cautela.  A  estos 
inconvenientes  que  le  representaban,  ella  re- 
ponía, que  siendo  Indiana,  nacida,  bautiza- 
da y  criada  en  Indias,  debia  hacer  á  su  Pa- 
tria ese  servicio:  que  los  caudales  que  ha- 
bían de  servir  á  la  fundación ,  eran  adquiri- 
dos y  estaban  allí,  y  que  por  eso  tenían 
aquellos  Países  cierto  derecho  al  reconoci- 
miento 6  gratitud,  y  cierta  justicia  para  que 
se  distribuyesen  á  beneficio  de  ellos:  por  úl- 
timo, que  esto  era  mas  conforme  á  la  volun- 

8 


4^. 
tad  de  su  Madre,  por  cuyo  órgano  la  llamó 
Dios,  y  que  los  obstáculos  que  le  represen- 
taban en  los  viages  y  en  México,  debían  de- 
xarse  á  la  Providencia  divina,  que  da  los 
socorros  para  la  consecución  de  sus  desig- 
nios. El  regreso  á  México  no  cabia  en  la 
prudencia,  y  parecía  temeridad  dexarla  vol- 
ver á  los  mares  y  tempestades,  de  que  Dios 
la  libertó  en  el  viage  á  España:  este  había 
parecido  por  entonces,  y  en  las  circunstai>- 
cias  que  se  hallaba,  el  último  esfiierzo  de 
una  Joven ,  y  un  prodigio  de  su  valor  y  de 
su  espíritu^  pero  el  de  la  vuelta,  si  llegaba 
á  hacerlo,  era  en  todo  mas  difícil,  y  junta- 
ba á  lo  penoso  de  aquel  otro,  el  volver  acom- 
pañada délas  Re^'g'osas  fundadoras,  que  por 
su  sexo  y  profesión  debían  hacer  la  camina- 
ta mas  embarazosa  y  peligrosa,  y  serle  al 
mismo  tiempo,  por  agradecida  Conduélora 
y  Fundadora,  otros  tantos  cuidados  raayor- 
ifes  que  el  de  su  persona  sola^ 


i 


.i 


4?. 
CAPITULO  QUINTO. 

J/'ence  las  oposiciones^  sale  de  Zaragoza  para 

.    Tudela  de  Navarra^  toma  el  hábito  y 

hace  su  profesión  religiosa, 

OMO   los    Decretos  divinos  siempre 
han  de  tener  su  efeQo  á  pesar  de 
todo  poder  humano,  y  solo  permite  Dios 
las  contradicciones  para  acrisolar  á  las  almas 
escogidas,  dispuso  esta  pasada  borrasca  pa- 
ra purificar  mas  la  de  Doña  Maria  Ignacia; 
pero  como  el  fundamento  todo  con  que  se 
escudaba  eran  los  impulsos  soberanos,  que 
para  sus  altos  fines  la  llamaba,  no  era  fácil 
apartarla  de  sus  resoluciones,  y  era  necesa- 
rio que  saliese  siempre  vencedora  en  unas 
contiendas  que  no  s-e  alimentaban  del  capri- 
cho, sino  solo  del  cariño  y  estimación  que. 
profesaban  á  su  persona,  sin  pensamiento,- 
ni  aun  lejano,  de  divertirla  de  todo  aquello 
que  pareciese  mejor  en  el  acatamiento  divi- 
no. Gon  esta  atención  y  respeto  hubieron 
de  deferir  aqu^los  nobilísimos  Caballeros , al 


48. 
parecer  de  la  parienta,  á  quiea  no  solo  apro- 
baron la  determinación,  sino  que  le  auxi- 
liaron para  la  execucion  de  tan  gloriosa  em- 
presa. 

Ya  vencidas  las  dificultades  y  allana- 
do el  camino,  salió  de  Zaragoza  para  Tíl- 
dela de  Navarra,  llevando  en  su  compailia 
á  Doña  Ana  María  de  Torres  -Quadrado  y 
Echeverz,  Prima  suya^  á  quien  facilitó  el 
estado  religioso,  dotándola  para  este  efefto 
por  ser  de  cortas  facultades  su  Casa,  aun- 
que muy  ilustre.  Llegaron  en  fin  á  la  siem- 
pre grande,  antiquísin"ia  y  leal  Ciudad  de 
Tudela,  y  entraron  en  nuestro  Convento  de 
la  Compañia  de  María  el  día  veinte  y  qua- 
tro  de  Septiembre,  festividad  de  nuestra  Se- 
ñora de  la  Merced  del  aíio  de  mil  setecien- 
tos quarenta  y  dos ,  en  donde  estuvieron  de 
Seculares,  en  habitación  separada,  por  es- 
pacio de  quatra  meses  y  dias\,  para  obser- 
var mas  de  cerca  y  hacerse  cargo  de  la  vida 
religiosa,  habiendo  sido  recibidas,  con  mu- 
cho gusto  de  aquella  santa:  Ccanunidad,  que 


. 


49- 
por  las  noticias  que  tenia  de  sus  bellas  pre.i- 

das  la  Indiana  (cómo  la  llamaban)  deseaban 
que  acabase  de  llegar  para  lograr  la  satis- 
facción de  conocerla  y  tenerla  en  su  com- 
pañía. Aquí  eí  espíritu  de  Doña  Pvíaria  Igna- 
cia  halló  el  sosiego  que  apetecía  su  corazón, 
dando  afectuosas  gracias  al  Soberano  Bene- 
faSor  de  verse  agregada  al  Claustro  de  la 
Rey  na  de  las  Vírgenes,  que  había  sido  el 
blanco  de  sus  ansias. 

Libre  ya  de  los  respetos  que  ponían  re- 
mora á  su  giro,  comenzó  á  pradicar  las  di- 
ligendas  regulares  para  ser  admitida  en  el 
número  de  las  Religiosas  de  esta  sacra  Com- 
pañía, lo  que  sin  dificultad  le  fue  concedi- 
do^ como  asimismo  á  su  Prima,  disponien- 
do el  ingreso  para  el  dos  de  Febrero,  día 
de  la  Purificación  de  María  Santísima ,  del 
año  de  mil  setecientos  quarenta  y  tres:^  y 
dando  parte  á  sus  nobilísimos  Parientes  de 
Aragón  y  Navarra,  fueron  estos  á  solemni- 
zar la  función,  y  de  cuenta  de  la  generosi- 
dad de  la  Novicia,  tuvieron  algunos  días  me- 


50. 
sa  franca  para  deudos  y  extraños.  Llegó  la 
víspera,  y  est€  dia  salió  acompañada  de  su 
Prima  Doña  Ana  Maria  de  Torres  á  visitar 
los  Templos  vestidas  de  ricas  galas  y  joyas 
de  inestimable  precio,  esmerándose  en  ir 
brillantemente  adornada  para  celebrar  este 
a¿io  tan  deseado,  y  tener  la  complacencia 
de  despreciarlas  por  vestir  el  humilde  há- 
bito de  penitencia„  Así  paseó  la  Ciudad  de 
Tudela;  ¡pero  con  qué  modestia,  aunque  sin 
encogimiento,  mostrando  con  gracioso  do- 
naire y  alegre  semblante  el  gozo  con  que 
dexaba  las  vanidades  del  mundo !  Estaban 
prevenidos  vistosos  fuegos  artificiales  para 
el  tiempo  de  su  entrada  aquella  noche,  que 
por  la  grande  iluminacim  no  permitieron 
verse  sus  sombras.  Volvió  para  su  Conven- 
to acompañada  de  lucida  comitiva^  que  lle- 
na de  ternura  al  ver  uíia  acción  tan  heroica, 
Ja=  roanifestaban  por  los  ojos,  no  solo  los 
Parientes,  sino  aun  los  extraños^  quando  so- 
lo esta  m.uger  varonil  estaba  serena  y  cons- 
tante, enardecida  en  el  divino  amor.  Pues-,. 


51. 
ta  la  Comunidad,  como  es  costumbre,  para 

recibirlas  en  la  Porteria  en  dos  Coros ,  en- 
tró con  graa  denuedo,  dexando  burladas  las 
•esperanzas  del  mundo.  Fue  conducida  por 
"las  Religiosas  ai  Coro,  en  donde  se  cantó 
según  nuestro  estilo  el  Te  Deum.  Al  día  si- 
guiente por  la  maífena  recibieron  el  hábito 
y  velo  de  mano  del  Señor  Dean  mitrado, 
con  dos  Asistentes  Capitulares  y  concurren- 
cia del  Venerable  Cabildo  y  Noble  Ayun- 
tamiento, estando  para  recibir  el  sacrificio 
de  estas  fervorosas  víQimas  con  mayor  so- 
lemnidad manifiesto  el  Augustísimo  Sacra- 
mento del  Altar,  con  Misa  solemne  que 
ofició  la  música  de  h  Insigne  Iglesia  Cole- 
gial, en  que  se  cantaron  varios  Villancicos 
impresos.  Predicó  el  M.  R.  P.  Hipólito  Es- 
cuer  Reftor  que  fué  en  el  Colegio  de  Hues- 
ca^ Misionera  Apostólico  erf  los  Reynos  de 
España  de  la  sagrada  esclarecida  Religión 
de  ía  Compañía  de  Jesu^  ^  que  tal  Orador 
desempeñó  la  fuscion.  Con  tan  lucido  apa- 
rato^ armonioso- estruendo  y  autori^do  cut 


52. 

to  sentaron  plaza  en  esta  Apostólica  Com-- 
pañía  de  María,  para  militar  baxo  las  Van- 
deras  de  esta  soberana  Reyna  en  el  servicio 
del  divino  Esposo  de  sus  almas ,  siendo  Prio- 
ra de  aquella  Casa  la  M.  R.  M.  María  Fran- 
cisca Croy,  Religiosa  de  grande  espíritu  y 
zelo  de  la  observancia  y  disciplina  regular^ 
y  Maestra  de  Novicias  la  R.  M,  María  Ni- 
colasa  Colmenares  y  Arambüru,  de  superior 
talento,  baxo  cuyo  magisterio  adelantó  mu- 
cho nuestra  Novicia.  Terminado  el  culto  del 
Templo,  se  sirvió  en  la  gran  casa  destina- 
da para  los  Convidados  un  expléndido  ban- 
quete. Por  la  tarde  concurrió  lá  misma  dis- 
tinguida asistencia  al  Locutorio,  en  donde 
al  compaz  de  músicos  primores,  acompañó 
la  abundanre  copia  de  bebidas  heladas  y  ra- 
áiilletes,  que  para  la  vista  y  el  gusto  perfi-: 
cionó  el  arte,  no  perdonando  gasto  en  de-^~ 
mostración  de  su  regocijo. 

De  su  virtud  en  el  siglo,  y  rodeada 
de  todos  los  alicientes  á  la  vida  mundana^ 
puede  inferirse  qual  sería  en  la  Religión  que 


53- 

es  escuela  de  la  virtud.  Luego  que  entró  se 

aplicó  toda  al  cumplimiento  del  Instituto 
religioso;  y  como  este  no  es  otra  cosa  en  la 
substancia  que  una  regla  ó  modo  de  vivir 
conforme  al  Evangelio  y  sus  consejos,  apro- 
bado positivamente  por  el  Oráculo  infali- 
ble de  la  Iglesia,  asistida  del  Espíritu  divi- 
no, sentia  consiguiente  á  esta  verdad,  que 
el  Religioso  ó  Religiosa  que  vivan  según  la 
regla  á  que  los  llamó  la  Providencia,  pue- 
den creer  que  van  seguros  por  el  camino 
derecho  de  la  gloria ;  y  los  que  por  el  con- 
trario no  vivan  según  ella,  deben  temer  que 
van  descaminados,  y  no  como  Dios  quie- 
re. Esta  máxima,  que  debiera  estar  impre- 
ca y  siempre  firme  en  todos   los   cprazo- 
les  religiosos  para  el  consuelo  ó  para  el 
:emor,  y  sobre  todo  para  animarse  á  la  ob- 
;ervanc¡a,  la  conduxo  á  la  mas  puntual  y 
sigilante  que  se  puede  imaginar  de  nuestra 
•egla.  Ella  era  el  norte  que  miraba  siempre 
lacia  todo  lo  bueno  que  podia,  pero  ánteí 
ie  todo  cumplía  con  lo  que  esta  prescribe. 

9 


54v 
En  su  aprecio  nada  era  pequeño,  si  era  es- 
tatuto, y  miraba  las  pequeñas  observancias, 
no  por  lo  que  eran  en  sí  mismas ,  sino  con 
respecto  al  Instituto,  de  quien  son  antemu- 
rales, y  obras  (por  decirlo  así)  exteriores 
que  guardan  y  defienden  el  muro  de  la  Re- 
ligión. ^ 

Antes  de  cumplirse  los  dos  años  que 
ordena  nuestro  Instituto  de  Noviciado,  hi- 
zo con  todas  las  solemnidades  conciliares 
renuncia  en  forma  de  sus  bienes  á  favor  de 
la  fundación  premeditada:  ya  la  habia  man- 
dado  mucho  antes  (como  está  dicho)  en 
aquel  testamento  cerrado  que  hizo  en  Mé- 
xico antes  de  embarcarse;  pero  convenia 
quitar  las  dudas  que  podian  suscitarse  sobre 
la  revocación  de  aquel  por  su  entrada  em 
Religión  y  profesión  religiosa,  y  le  par^ 
ció  que  también  convenia  quitar  algunas  co-| 
sas  y  añadir  otras,  y  todo  lo  hizo  de  su  ma 
no,  en  la  prudentísima  instrucción  que  di(j 
con  la  renuncia  al  Podatario  executor. 

Concluido  el  Noviciado  hicieron  sil 


55. 
profesión  solemne  las  dos  Primas  en  el  mis- 
mo dia  dos  de  Febrero  del  año  de  mil  sete- 
cientos quarenta  y  cinco  con  iguales  alegres 
demostraciones  de  júbilo  y  pompa  que  se 
describió  en  su  ingreso,  y  repique  general 
de  todas  las  Iglesias,  asistiendo  el  Venera- 
ble Cabildo  de  la  Colegial  Insigne,  presidi- 
do de  su  muy  ilustre  Prelado.  Acudió  el  rec- 
to, respetable  Ayuntamiento  de  la  antiquísi- 
Tia  Tudela,  Cabeza  de  su  Merindad :;  y  asistió 
iinaímente  lo  sabio ,  lo  religioso ,  lo  discreto 
\{  lo  noble  en  Prelados,  Señoras  y  Caballeros, 
lo  solo  de  aquella  Ciudad,  sino  de  otras  mu- 
:has  partes  de  Navarra  y  Aragón,  que  fueron 
m  lucidas  tropas.  Para  evitar  los  confusos  des- 
ordenes de  la  plebe  se  previnieron  seis  Ala- 
barderos, que  como  los  Leones  del  Trono 
le  Salomón  hiciesen  guardia  á  aquel  precio- 
o  relicario  de  la  virtud.  Celebró  el  Sacrifi- 
; ;io  incruento  el  Señor  Tesorero  de  aquella 
[glesia,  entonando  á  su  tiempo  la  música 
'as  armoniosas  letras  dirigidas  al  asunto  de 
j.a  profesión  de  las  dos  nuevas  Esposas.  Pre- 


sá- 
dico el  R.  P.  Mró.  Don  Isidoro  Francisco 

Andrés  Monge  [^)  del  Real  Monasterio  de 
nuestra  Señora  de  Santa  Fe,  Maestro  de  la 
Congregación  Benedictina  Cisterciense,  Dr. 
insigne  y  consumado  Maestro  de  Pulpito, 
cuya  fama  fue  bien  notoria:  habiendo  con- 
sumido el  Sacerdote  se  siguió  la  sagrad'^ 
ofrenda  de  los  Votos,  estando  este  para  ad- 
ministrarlas el  Santo  Sacramento  de  la  Eu- 
caristía, como  se  acostumbra  en  esta  Santa 
Religión.  Hizo  con  extraordinario  fervor  los 
Votos  solemnes  la  Hermana  María  Ignacia , 
(jué  tenia  preciosamente  estampados  en  una 
lámina  que  representaba  la  figura  y  forma 
de  corazón,  para  dar  á  entender  que  que- 
daban así  gravados  en  el  suyo,  la  que  tuvo' 
siempre  á  la  vista  en  su  Aposento  para  re- 
Cuerdo  de  este  holocausto.  Siguió  á  hacer  la 
misma  ofrenda  su  ilustre  Compañera,  Pri- 
ma y  nueva  Hermana.  Al  finalizar  la  Misa 
las  adornó  coii  los  Velos  negros  el  Señor 


(*)     Así  este  Sermoa  como  el  de  b.  entracLi  corren  impresos  para 
la  común  edifícacioa. 


5^ 
Dean,  y  puso  el  anillo  de  oro  y  corona,  co- 
mo observamos.  Inmediatamente  entonó  la 
música  el  Te  Deurn^  con  que  se  finaliza  q?>' 
te  ado,  haciéndose  mas  plausible  esta  ma- 
ñana por  la  abundancia  de  plata  que  se  re- 
partió para  las  mas  necesitadas  Comunida- 
des y  míseros  cortijos  de  los  pobres,  ali- 
viando y  remediando  sus  miserias,  infun- 
diéndoles alegría,  y  disipando  sus  congojas. 
Los  varios  afedos  que  causó  en  todos 
los  concurrentes  de  ternura,  asombro  y  edi- 
ficación una  acción  tan  generosa,  no  es  fá- 
cil significarlo:  viendo  aquella  gran  muger 
á  quien  lisonjeaba  la  fortuna  con  tan  creci- 
dos caudales,  honras,  aplausos  y  adoracio- 
nes mundanas,  olvidar  de  una  vez  nobleza, 
caudal,  obsequios,  rendimientos ,  aclamacio- 
nes, y  todo  lo  que  el  siglo  aprecia,  para  en- 
cerrarse en  un  claustro,  conocían  ser  obra 
del  poder  de  la  divina  gracia» 


53. 

CAPÍTULO  SEXTO. 

Progresos  en  la  virtud  de  la  Hermana  Ma- 
ría Ignacía  después  de  su  profesión.  Solicha 
la  Ucencid  para  la  fundación^  y   sale 
para  ella, 

|0R  ]a  profesión  en  nada  afloxó  el  ar- 
co, antes  lo  llevó  mas  tirante,  como 
obligada  ya  á  aspirar  á  mayor  perfección,  y 
el  fervor  del  Noviciado  fue  solo  un  ensayo 
del  de  profesa.  No  puede  decirse  todo  lo 
que  era,  ocultaba  mucho  de  lo  que  hacia 
por  obviar  la  alabanza,  y  que  solo  Dios  fue- 
se glorificado:  queria  que  solo  este  Señor 
fuese  el  testigo  de  su  virtud  y  de  su  con- 
ciencia. De  Jo  que  era  preciso  hacer  á  la  vis- 
ta de  otros  disfrazaba  también  mucho  con 
cierto  ayre  de  natural,  haciendo  como  ge- 
niales algunas  cosas  que  en  el  secreto  de  su 
alma,  y  en  los  fines  con  que  las  executaba, 
eran  virtudes  elevadas. 

En  la  inmediata  elección  la  señaló  la 
obediencia  por  Maestra  de  las  Educandas,  y 


59- 
consecutivamente  le  encomendó  en  Jas  elec- 
ciones siguientes  los  oficios  de  Sacristana  y 
|i  el  de  Prefefta  de  salud,  en  los  que  ocupó  el 
espacio  de  siete  años  poco  mas  que  estuvo 
de  profesa  en  aquel  Convento ,  los  que  exer- 
ció  con  el  esmero  correspondiente  al  deseo 
que  tuvo  de  ser  instrumento  útil  en  la  Re- 
ligión. En  todo  este  tiempo  no  dexó  de  la 
mano  el  negocio  de  nuestra  fundación,  así 
con  instantes  súplicas  al  Altísimo  á  fin  de 
que  se  verificase,  como  por  medio  de  las  di- 
ligencias que  prafticaba,  valiéndose  para  ello 
de  las  personas  que  la  favorecian  en  Ma- 
drid. Pero  como  siempre  el  común  enemigo 
procura  estorvar  las  empresas  de  la  mayor 
gloria  de  Dios,  y  esta  lo  era  tanto,  puso  los 
esfuerzos  de  su  malicia  para  impedirla,  mo- 
viendo grandes  oposiciones  para  su  consecu- 
ción, con  lo  que  se  le  ofrecieron  muchas 
ocasiones  de  merecer:;  pues  á  mas  de  Jas  di- 
laciones que  en  toda  pretensión  indispensa- 
blemente ocurren  en  la  Corte,  esta  por  las 
malas  inteligencias  se  difirió  tanto,  que  íe 


6o. 
costó  bastantes  lágrimas  y  aflixíones  de  es- 
píritu, porque  como  Dios  se  complace  en 
ver  padecer  á  sus  escogidos  por  el  mérito 
que  se  les  acrecienta  con  las  tribulaciones, 
permitió  que  por  debaxo  de  cuerda  ocurrie- 
sen algunas  personas  de  este  Reyno,  solici- 
tando el  que  no  se  concediese,  ó  se  retar- 
dase la  licencia.  Todo  lo  sufrió  con  invifta 
paciencia.,  sin  descaecer  ni  desistir  su  mag- 
nánimo corazón,  siempre  con  la  firme  espe- 
ranza de  conseguirlo,  sin  embargo  de  que 
todo  lo  tenia  en  contra,  y  según  los  medios 
humanos  parecia  imposible  se  efeSuase.  Lle- 
gada la  hora  decretada  por  la  Magestad  su- 
prema, le  inspiró  á  la  Hermana  Maria  Igna- 
cia  se  valiese  de  la  protección  del  M.  R.  P. 
Francisco  Rábago  de  la  respetable  Compa- 
ñía de  Jesús,  Confesor  que  era  del  Rey 
nuestro  Señor,  por  cuya  mano  en  breve  se 
facilitó.  Se  sirvió  su  Magestad  de  conceder 
la  licencia  por  su  Real  Decreto  de  veinte  y 
uno  de  Febrero  de  mil  setecientos  cincuen- 
ta y  dos,  como  consta  de  la  Real  Cédula  de 


6i. 

.^einte  y  cinco  de  Abril  de  dicho  año,  cuya 
Jegre  noticia  recibió  nuestra  pretendiente 
iesde  principios  del  mes  de  Marzo  con  el 
egocijo  que  se  puede  discurrir,  rindiendo 
ifeftuosas  gracias  al  Dador  de  todos  los  bie- 
nes, que  tan  bueno  es  para  los  que  le  aman, 
7  provee  quando  le  place.  Inmediatamente 
)uso  en  planta  las  disposiciones  para  su  via- 
je,  y  tratándolo  con  las  Religiosas  que  le 
labian  prometido  venir  en  su  Compañía, 
ialló  que  algunas  se  le  retrasaron,  pero 
)tras  se  le  ofrecieron  animosas ,  ocurriendo 
quí  á  la  memoria  el  caso  de  los  quarenta 
/lártires  de  Sebaste,  al  ver  la  facilidad  con 
ue  nuestro  Señor  substituyó  la  falta.  Ajus- 
ido  el  número  de  doce,  que  inclusive  su 
•ersona  habia  determinado  que  viniesen,  las 
•nce  tomaron  los  Exercicios  de  N.  P.  S.  Ig- 
acio  de  Loyola,  para  disponerse  á  tan  di- 
itado  camiino.  Se  dice  las  once,  porque  la 
tra  Religiosa,  que  era  de  nuestro  Conven- 
3  de  Zaragoza,  no  llegó  hasta  la  antevís- 
era  de  marchar.  Esta  hacia  tiempo  que  una 

lO 


62. 

Persona  religiosa  de  conocida  virtud  le  ha- 
bía profetizado  tres  cosas  (las  que  somos 
testigos  se  verificaron)  una  de  ellas  fue  que 
habia  de  venir  á  Indias,  y  teniendo  noticia 
de  la  licencia  concedida  para  esta  funda- 
ción, no  olvidando  dicha  predicción,  resol- 
vió escribir  á  nuestra  Fundadora  para  que 
la  admitiese  en  su  compañía.  Por  este  tiem- 
po se  le  confirió  á  la  Hermana  María  Igna- 
cia  el  título  de  Madre,  el  que  no  había  ob- 
tenido por  no  haber  cumplido  los  diez,  años 
de  Religión  que  previenen  nuestras  santas 
Constituciones;  pero  ahora,  no  obstante  no 
haberlos  completado,  les  pareció  á  las  Ma- 
dres de  aquella  santa  Comunidad  le  era  de- 
bido este  honor  en  atención  á  sus  prendas, 
caráder  de  Fundadora,  y  principal  instru- 
mento de  esta  obra,  por  lo  que  se  le  dio 
jurídicamente  como  es  costumbre.  Querían 
asimismo  que  viniese  de  Prelada,  á  lo  que 
su  Reverencia  se  resistió  fuertemente,  res- 
PqQo  de  lo  quaJ  el  Señor  Dean  en  once  de 
Oñubre  de  cincuenta  y  dos  hizo  el  nom- 


63. 

)ramiento  de  Presidenta  en  la  mas  antigua, 
[ue  !o  era  ]a  M.  R.  M.  María  Ignacia  Sar- . 
Dio  y  Colmenares,  Siigeto  muy  capaz  de 
esempeñar  el  empleo..  Y  puestas  á  cargo 
el  Sr.  Dr.  D.   Joseph  Jauregui  Canónigo 
'íagistral  de  aquella  Santa  Iglesia  Colegial, 
pr  orden  del  dicho  Señor  Dean,  accmpa- 
ándolas  Don  Pedro  Baynts    Capellán  de 
quel  Convento,  y  Don  Joseph  de  Holló, 
'apellan  de  la  Fundación ,  y  Don  Juan  Jo- 
eph  Irigoyen ,  que  venia  de  Mayordomo, 
abiendo  llegado  el  dia  doce  de  Oftubre,  el 
ue  estuvo  esperando  la  M.  María  Ignacia  por 
ii  particular  devoción  que  siempre  profesó 
i  nuestra  Señora  del  Pilar  (leche  con  que  la 
rió  su  virtuosa  Madre  la  Señora  Marquesa) 
quien  tenia  escogida  por  Titular  y  Patro- 
a  de  este  Convento,  como  por  Ángel  Tu- 
i'lar  al  Príncipe  Arcángel  Señor  San  Mi- 
uel ,  y  por  Patrono  al  Glorioso  Proto-Már- 
r  del  sigilo  San  Juan  Nepumuceno,   por- 
ue  á  m.as  de  la  devoción  que  le  tenia,  ca- 
ó  la  suerte  de  estar  haciendo  su  Novena  á 


64. 
tiempo  que  recibió  la  noticia  de  haber  con- 
seguido la  licencia,  y  había  prometido  al 
Santo,  por  cuyo  medio  estuviese  anualmen- 
te, impetrándola  de  Dios,  lo  nombrarla  por 
Patrono,  ayunándole  su  víspera  y  guardan-^ 
do  fiesta  el  dia:  Llegado,  como  se  ha  dicho, 
el  dia  señalado,  comulgaron  y  oyeron  Mi- 
sa, estando  prevenidos  ya  quatro  coches,  á 
toque  de  campana  se  juntó  la  Comunidad 
en  la  Portería  para  la  última  despedida  y 
abrazo  de  caridad  que  ordenan  nuestras  Re- 
glas en  tales  circunstancias.  No  hay  palabras 
para  ponderar  la  ternura  y  lágrimas  de  esta 
separación,  y  último  vale  de  una  y  otra  par- 
te, como  unidas  con  el  vínculo  de  la  her- 
mandad religiosa,  que  es  tanto  mas  sensible 
que  el  de  la  naturaleza,  quanto  á  este  exce- 
de la  gracia. 

Dos  Señores  Capitulares  las  iban  sa- 
cando una  á  una,  entrándolas  en  los  co- 
ches, saliendo  por  su  orden,  comenzando 
por  la  ya  dicha  Madre  Presidenta  María 
Ignacia  Sartolo  y  Colmenares  natural   de 


la  Ciudad  de  Pamplona,  siguieron  las  MM 
María  Estevan  de  Echeverría  de  la  Villa 
de  Lesaca  en  el  Reyno  de  Navarra,  María 
Ignacia  Azlor  Americana,  y  María  Josefa 
Burgos  de  dicha  Ciudad  de  Pamplona;  pa- 
ra el  segundo  coche  las  Madres  Ana  María 
de  Torres  de  la  A'^illa  de  Flallo  en  el  Rey- 
no  de  Navarra,  María  Tomasa  Tellez  de  la 
Ciudad  de  Alfaro,  Joaquina  Antonia  x\zcá- 
rate  de  la  Ciudad  de  Pamplona,  y  María  Isa- 
bel Zepillo  (que  aun  era  Joven)  de  la  Villa 
de  Madrid:;  en  el  tercero  la  Madre  Ana  Te- 
resa Bonsíet  de  la  Ciudad  de  Bruxelas  en 
los  Estados  de  Flandes,  (esta  es  la  Religio- 
sa que  diximos  vino  de  Zaragoza  á  incor- 
porarse) y  las  Hermanas  Novicias  María  Lu- 
cia Beramxndi  de  la  Ciudad  de  Pamplona, 
María  Josefa  Cabriada  de  la  Villa  de  Agre- 
da, y  una  Seglar  pretendiente  Doña  María 
Águeda  Urtaum.  de  Val-de  Roncal  del  Rey- 
no  de  Navarra.  La  multitud  de  apasionados 
y  curiosos  era  la  que  en  semejantes  lanzes 
enseña  la  experiencia,  concurre  atraídos  de 


66, 
\2i  novedad,  no  solo  de  la  Plebe,  sino  de 
toda  clase.  Habiendo  acomodado  á  las  Re- 
ligiosas en  los  coches,  tomaron  el  suyo  los 
Señores  destinados  para  acompañarlas,  lle- 
vando el  Pasaporte  con  que  el  Rey  nuestro 
Señor  honró  esta  nueva  Comunidad  para  los 
Lugares  en  donde  no  hubiese  Convento  de 
Religiosas:  este  entregaron  á  un  Mozo  de 
confianza,  el  que  iba  delante  á  disponer  el 
alojamiento. 

CAPÍTULO  SÉPTIMO. 

Sigue  el  viage  de  ¡as  Madres  Fundadoras 
hasta  llegar  al  Puerto  de  la  Veracruz, 

Los  cinco  dias  de  camino  llegaron  á 
la  Ciudad  de  Acicala  de  Henares,  en 
donde  las  vino  á  encontrar  el  M.  R.  P.  Ber- 
nardo Pazuengos  de  la  Compañía  de  Jesús, 
Procurador  general  y  Vice-Provincial  de  la 
Provincia  de  Filipiaas,  por  encargo  que  de 
ello  le  hizo  el  M.  R.  P.  General  Ignacio 
Vizconti,  por  haberle  pedido  á  su  Reveren- 


^7- 
disima  k  Madre  María  Tonada  le  hiciese  fa- 

vor  de  enviarle  Sugeíos  de  su  Religión  para 
que  las  acompañaran  en  el  viage,  el  que  ad- 
mitió gustoso  el  Padre.  Quando  lo  supo  uno 
de  los  Padres  Asistentes  en  Roma,  le  hizo 
particular  recomendación  de  las  Religiosas, 
diciéndole:  Quiéralas  V.  R.  mucho,  porque 
le  hago  saber,  que  revolviendo  los  papeles 
de  un  Archivo  nuestro,  se  halló  uno  de  le- 
tra de  nuestro  Santo  Padre  Ignacio ,  en  que 
decia,  que  si  Dios  le  prestaba  la  vida  por 
algunos  pocos  años,  haria  diligencia  de  una 
fundación  de  mugeres  Religiosas,  que  se 
emolearan  en  el  mismo  Instituto  de  la  Com- 
pañía  con  las  de  su  sexo,  baxo  las  propias 
reglas,  aunque  sin  sujeción  á  esta  Religión, 
sino  precisamente  á  los  Señores  Obispos.  Y  ^ 
le  añadió  el  susodicho  Padre:  pero  no  qui- 
so m.  Magestad  darle  esta  gloria,  porque  se 
la  llevase  Juana  de  Lestonac, 

En  dicha  Ciudad  de  Acicala  entraron 
por  la  tarde,  y  posaron  en  el  Convento  de 
Santa  Clara,  siendo  recibidas  con  mucha 


68. 
complacencia  de  aquellas  Señoras  Religio- 
sas, que  se  esmeraron  en  obsequiarlas.  Al 
dia  siguiente  salieron  tarde  para  su  jornada 
con  el  motivo  de  que  aquí  el  Señor  Magis- 
tral hizo  la  entrega  de  su  Comisión  con  to- 
das las  formalidades  que  demanda  el  Dere- 
cho al  M.  R.  P.  Procurador  general,  que  le 
substituyó,  y  desde  estQ  dia  quedó  consti- 
tuido por  su  Comisionado  y  Condu£lor.  Si- 
guieron su  derrota  sin  perder  en  todo  el  ca- 
mino la  regular  observancia  en  sus  distribu- 
ciones de  Misa,  Comunión,  Oración  mental 
y  vocal.  Lección  espiritual.  Exámenes  al 
toque  de  una  campanilla  que  llevaban  en  el 
primer  coche,-  sin  omitirlas  aun  en  la  fatiga 
del  camino,  en  que  pasaron  bastantes  inco- 
modidades, quando  entraban  en  parages  en 
donde  no  lograban  la  fortuna  de  que  hubie- 
se Convento  de  P^eügiosas,  y  se  alojaban 
en  Casas  particulares  ó  Mesones.  Y  aun  en 
estos  lances,  que  no  fueron  pocos,  les  re- 
bosaba la  alegria  (así  nos  contaban  varias 
veces  sus  Reverencias)  como  que  esta  es 


6g. 

siempre  testimonio  de  la  buena  conciencia, 
y  lo  era  también  de  la  buena  voluntad  con 
que  venian.  Entre  tantas  incomiodidades  no 
fue  de  poca  monta  el  transitar  la  Sierra  Mo- 
rena, que  en  aquel  tiempo  era  muy  fragosa, 
y  no  admitía  pasarla  en  coche,  siendo  pre- 
ciso lo  hiciesen  en  burros  (pasage  que  con 
gracia  nos  referian)  y  el  fin  de  la  jornada 
fue  parar  en  una  Venta,  que  no  habia  mas 
provisión  para  toda  la  comitiva  que  cinco 
huevos  y  unas  sopas  muy  ahumadas.  Aquí  en- 
tró la  reyerta  en  ceder  los  huevos,  los  Pa- 
dres para  las  Religiosas,  y  estas  para  los 
Padres. 

Víspera  de  San  Simón  y  Judas,  ya  de 
noche,  al  entrar  en  Andujar  y  á  la  vista  de 
un  rio,  yendo  por  su  orilla,  que  era  mala 
senda,  pues  por  el  lado  contrario  todo  era 
peñas,  que  entre  uno  y  otro  no  cabia  mas 
que  el  coche,  habiendo  pasado  los  tres  de 
las  Religiosas,  sin  sentir  baiven,  se  volcó  d 
de  Jos  Podres  tan  del  todo,  á  el  lado  de 
las  peñas,  que  no  tuvieron  otro  arbitrio  que 

1 1 


romper  el  vidrio  para  poder  salir,  por  ser 
el  lado  del  rio  una  barranca:;  pero  esta  sali- 
da por  el  vidrio  fue  á  costa  de  una  desgra- 
cia, porque  este  le  rompió  una  oreja  al  Pa- 
dre Bernardo ,  lo  que  sufrió  con  grande  pru- 
dencia y  edificación  de  todas ,  pues  no  ha- 
bló palabra  hasta  que  lo  vieron  envuelto  en 
un  pañuelo.   Como  estaba  cerca  de  la  Ciu- 
dad se  fue  á  pie  al  Colegio  de  la  Compañía, 
que  allí  tenian,  para  que  lo  curase  el  Ciru- 
jano, y  quiso  Dios  que  no  tuviese  ninguna 
resulta.  Las  Madres  pararon  en  el  Convento 
de  Clarisas ,  de  las  que  fueron  recibidas  con 
mucho  agasajo,  así  de  la  Madre  Abadesa 
(que  lo  era  la  Señora  Doña  Mencia  Alva- 
res) como  de  las  demás  Religiosas.  Hubie- 
ran salido  al  dia  siguiente  á  no  haberse  en- 
fermado la  Madre  Fundadora  de  un  grave 
dolor  en  un  costado,  con  fiebre,  que  fue  ne- 
cesario darle  dos  sangrías;;  esto  puso  á  to- 
das en  gran  consternación  por  el  cuidado 
que  manifestó  el  Médico,  que  llegaron  á 
pensar  siguiesen  el  camino  sin  su  Reveren- 


cía,  á  ]o  que  no  se  accircdaban  sus  hijas' 
Pero  cerno  Dios  aflixe  y  ccnsuela,  les  envió 
CFta  tribufscion  para  que  tuviesen  eso  mas 
que  ofrecer  á  su  Magestsd,  y  permitió  pa- 
sara breve,  pues  á  los  tres  dias  reconoció  el 
Facultativo  que   habia  declinado,  diciendo- 
Íes  se  consolasen,  que  allí  habia  obrado  Dios, 
de  lo  que  dieron  gracias  al  Altísimo,  que- 
dando agradecidísimias  á  aquella  santa  Co- 
miunidad  por  el  cuidado  que  m^ostraron  y  fi- 
nas expresiones  que  hicieron  con  todas.  Aun 
no  bien  convalecida,  pues  fue  esto  en  tres 
dias,  continuaron  el  viage,  y  el  dia  quatro 
de  Noviembre  al  anochecer,  estando  cerca 
del  Lugar  llamado  de  las  Cabezas,  se  extra- 
vió el  primer  coche,  que  hubiera  dado  en 
un  barranco,  si  no  hubieran  tenido  el  auxi- 
lio de  unas  voces  que  oyó  el  Cochero,  sin 
duda  de  algún  Molino  que  habia  en  distan- 
cia, pues  no  supieron  por  donde  las  daban, 
y  solo  oían  que  les  decian  que  iban  perdi- 
dos, con  lo  que  retrocedió  y  siguió  la  ve- 
reda segura. 


72. 

En  la  Ciudad  de  Xerez  de  la  Fronte- 
ra Hicieron  noche  en  casa  del  Teniente  Co- 
ronel de  Dragones  de  Frisia,  cuyo  Coronel 
era  Don  Manuel  de  Azlor  Primo  de  nues- 
tra Madre  Azlor,  y  por  la  mañana  habien- 
do ido  á  la  Iglesia  de  la  Compañía  á  comul- 
gar y  oir  Misa,  los  Padres  las  pasaron  á  des- 
ayunar, y  esto  mismo  habían  hecho  los  del 
Colegio  de  Ecija.  Dia  seis  de  Noviembre  por 
la  tarde  llegaron  á  la  Real  Isla  de  León,  y 
se  aposentaron  en  casa  de  Don  Joseph  Diaz 
de  Guitian,  Sugeto  muy  apasionado  déla 
Madre  María  Ignacia,  por  haberla  conocido 
en  estos  Rey  nos,  y  haber  ido  en  el  mismo 
Navio  en  que  su  Reverencia  se  fue  á  Espa- 
ña, por  lo  que  estuvieron  con  mucha  satis- 
facción las  Madres. 

Al  dia  siguiente  á  hora  proporcionada 
salieron  para  Cádiz,  y  el  111  mo.  y  Rmó.  Sr. 
Don  Fray  Tomás  del  Valle  dd  sagrado  Or- 
den de  Predicadores,  Obispo  de  esta  Ciu- 
dad, noticioso  de  su  arribo  salió  al  camino 
á  recibirlas  con  otros  Señores  Prebendados, 


asimismo  muchas  de  Lis  Señoras  principi- 
'S,  entre  otras  la  hermana  del  Señor  Dean. 
-1  Señor  Obispo  entró  en  su  coche  á  las 
ladres  Presidenta  y  María  Ignacia,  siguien- 
o  las  demás  que  venian  con  el  acompaña- 
liento  dicho,  hasta  ponerlas  en  el  Conven- 
)  de  Señoras  Religiosas  Agustinas  de  Can- 
elaria,  del  que  era  Priora  la  M.  R.  M.  Do- 
a  Angela  Paula  de  Soto,  de  quien  y  su 
Comunidad  recibieron  mil  favores.  Las  pu- 
eron  en  habitación  separada  para  que  tu- 
ieran  mas  desahogo,  el  que  en  realidad  lo- 
raron  por  la  conxíanza  con  que  se  trataban 
ñas  y  otras,  convidándolas  aquellas  Reve- 
?ndas  Madres 'á  todas  sus  funciones,  así  las 
e  Coro,  á  las  que  asistían  interpoladas  las 
os  Comunidades,  como  á  sus  diversiones 
íligiosas.  Los  Padres  Capellanes  se  esmera- 
3n  también  en  favorecerlas,  pues  no  qui- 
eron  en  el  tiempo  que  estuvieron  allí  que 
aese  á  darles  la  Comunión  su  Capellán,  si- 
o  tomarse  uno  de  estos  Señores  el  trabajo 
e  madrugar  por  mostrar  su  voluntad.  Lo 


7^' 
mas  florido  de  la  Ciudad,  de  todos  estados, 

fueron  á  cumplimentarlas,  valiéndose  Dios 
de  estas  concurrencias  para  que  se  suscitase 
en  los  piadosos  Señores  Don  Manuel  de 
Arria ga  y  Doña  María  Ana  Artiaga,  impues- 
tos en  la  utilidad  de  nuestro  Instituto,  el 
deseo  de  hacer  una  Fundación  en  la  Real 
Isla  de  León,  la  que  se  verificó  algunos  años 
después,  y  aun  querían  que  se  quedase  al- 
guna de  nuestras  Fundadoras  para  este  fin, 
y  no  conviniendo  ninguna  en  ello,  acudieron 
á  su  tiempo  á  nuestro  Convento  de  Tudela. 
Quando  el  P.  General  de  la  Compañía 
le  hizo  al  Padre  Bernardo  Pazuengos  el  en- 
cargo de  que  conduxese  á  las  Religiosas  hasta 
México,  le  dixo  que  eligiese  Compañero  á 
su  gusto  y  á  propósito  de  los  de  su  Misión  (la 
que  dexó  encomendada  al  Padre  Pedro  Muri- 
lloVelarde  segundo  Procurador,  su  Compa- 
ñero) por  lo  que  escogió  al  R.  P.  Tomás  de 
Ron,  Sugeto  muy  del  caso  por  la  experien- 
cia que  tenia  de  Coafcsonirio  di  Religiosas 
y  dirección  de  espíritus,  el  que  no  pudo  ve- 


75- 
nir  antes  por  las  distancias,  y  llegando  aho 

ra  fue  recibido  de  todos  con  mucho  gusto, 
y  los  dos  iban  de  su  Colegio  diariamente  á 
saber  de  las  Madres  y  á  confesarlas  con  fre- 
qüencia. 

Así  pasaron  siete  meses  (demora  que 
no  se  creyó  tan  larga)  en  espera  de  embar- 
cación, la  que  unos  opinaban  fuese  del  Rey, 
otros  no,  por  razón  de  la  concurrencia  de 
Tropa,  sino  mercante,  á  lo  que  se  inclinó 
la  Madre  Fundadora.  De  estos  habia  varios 
que  tenian  á  honor  traerlas,  y  se  ofrecieron 
para  ello,  pero  por  Jos  buenos  informes  que 
tenia  del  Capitán  Don  Pedro  Garaycoe- 
chea,  prefirió  este  á  los  demás,  y  el  Rey 
nuestro  Señor,  que  tan  propicio  se  mostró 
en  todo  lo  perteneciente  á  este  asunto,  las 
recomendó  á  dicho  Capitán,  concediéndole 
en  premjo  cierta  gracia  en  orden  á  intere- 
ses. La  Reyna  nuestra  Señora  Doña  María 
Bárbara  se  dignó  con  su  Real  piedad  de  con- 
tribuir con  la  cantidad  de  tres  mil  pesos  pa- 
ra ayuda  del  viage  á  las  Religiosas,  cuyo 


76. 
premio  estará  gozando  en  el  Cielo.  En  pla- 
zos se  fue  pasando  el  tiempo  por  las  con- 
tingencias que  se  ofrecen  siempre  que  se 
apresta  algún  Navio.  Por  último  el  dia  doce 
de  Junio,  tercero  de  Pasqua  de  Pentecostés. 
por  la  tarde,  fue  el  Señor  Obispo  con  va- 
rios Padres  Jesuítas  á  sacar  á  las  Religiosas. 
esperándolas  ya  otros  Padres  en  el  Navio, 
y  á  toque  de  campana  baxó  la  Comunidad 
de  Candelaria  á  la  despedida,  que  fue  tier- 
nísima  por  el  mutuo  amor  que  se  hablan  co- 
brado: encamináronse  los  coches  al  muelle, 
cuyas  escaleras  baxaron  conducidas  por  los 
Familiares  de  su  Illmá.  que  las  esperaba,  y: 
entró  con  todas  en  la  Falúa  de  la  Intendencia, 
sin  retraerle  el  extremado  temor  que  le  té 
nia  á  el  mar,  acompañándolas  hasta  intro- 
ducirlas en  el  Navio  la  Galga,  alias  nuestn 
Señora  del  Carmen,  en  que  tenia  el  Capital 
prevenido  un  gran  refresco,  regalando  el  Sqi 
ñor  Obispo  á  la  Madre  María  Ignacia  cor 
una  lámina  de  la  Alma  de  nuestra  Señor; 
con  marco  de  plata,  por  muestra  de  su  afec; 


to,  la  que  hoy  dia  se  halla  puesta  en  la  puer- 
ta de  la  Cratícula  de  este  Convento.  Pasado 
esto  se  retiró  el  Señor  Ulmó.  haciéndole  el 
Navio  la  salva  acostumbrada.  Por  falta  de 
viento  estuvieron  ancoradas  hasta  cerca  de 
las  siete  de  la  noche  que  se  hicieron  á  la  ve- 
la. Salieron  comboyadas  del  Navio  del  Rey 
llamado  el  Dragón  de  orden  de  su  Mages- 
tad  hasta  Canarias ,  por  el  recelo  de  los  Mo- 
ros que  suelen  infestar  aquellos  mares.  Si  - 
guieron  con  próspero  viento  su  viage,  si 
bien  las  mas  bastantemente  mareadas,  como 
también  el  Padre  Tomás,  que  nunca  había 
navegado.  Pasadas  Canarias  se  despidió  el 
Navio  el  Dragón,  enviando  el  Capitán  de 
su  comando  un  Barco  con  recado  á  las  Ma- 
dres muy  cortesano,  por  si  gustaban  escri- 
bir, ó  se  les  ofrecía  alguna  cosa,  separán- 
dose los  demás  Navios  mercantes  que  salie- 
ron juntos,  cada  uno  á  seguir  su  rumbo,  el 
Navio  San  Pedro  que  venia  con  el  mismo 
de  la  Galga.  Era  esta  tan  velera,  y  se  ade- 
lantó tanto,  que  no  volvieron  á  saber  de  él 

12 


hasta  mas' dé 'mediados  de  Agosto,  es  decir, 
como  á  quince  dias  de  haber  llegado  á  tier- 
ra. Tuvieron  el  consuelo  de  tener  Misa  to- 
dos los  dias,  y  algunos  tres,  salvo  uno  que 
por  racional  temor  de  aquel  parage,  que  te- 
nia conocido  el  Padre  Pazuengos,  no  quiso 
exponerse  á  que  después  de  haber  consagra- 
do hubiese  algún  baiben. 

Serenadas  algunas  del  mareo  se  diver- 
tían en  pescar  algunos  pececillos.  El  Capi- 
tán estuvo  muy  generoso  en  la  abundancia 
de  la  comida  y  aseo  de  la  mesa,  poniéndo- 
les pan  tierno  cada  dos  dias,  que  en  pocas 
navegaciones  se  cuenta.  No  hubo  necesidad 
de  hacer  aguada,  pues  venia  tanta  provisión 
que  podia  haberse  vuelto  á  Cádiz  con  la 
agua  que  le  sobró.  Fue  tanta  la  felicidad  que 
lograron  en  toda  la  gente  que  venia  en  el 
Navio,  que  ninguno  tuvo  enfermedad  gra- 
ve^ y  por  atención  á  las  Madres  no  quiso 
Garaycoechea  admitir  mas  Pasageros  que 
tres:  estos  fueron  Don  Sebastian  de  Jaure- 
gui  Marqués  del  Villar  de  la  Águila ,  Don 


79' 
Martin  de  Azurmendi ,  que  venía  de  Secreta- 
rio á  esta  Inquisición,  y  Don  Clemente  Fra- 
gua Flotista:  los  Marineros  parecían  escogi- 
dos, pues  no  oyeron  jas  Religiosas  una  pa- 
labra descompuesta.  Rezaban  tres  veces  al 
dia  el  Rosario  de  nuestra  Señora:;  aun  las 
coplas  que  cantaban,  como  acostumbran, 
eran  de  disparates  que  causaban  risa  y  no 
ofendían  sus  oidos.  En  los  últimos  días  tu- 
vieron alguna  calma,  aunque  no  fue  cosa  de 
especial  cuidado.  El  quatro  de  Agosto  ya 
caida  la  tarde,  á  los  cincuenta  y  dos  días  de 
embarcadas,  dieron  fondo  en  el  Puerto  de 
la  Veracruz,  y  aquella  noche  fue  el  mayor 
peligro  que  tuvieron,  aunque  sin  conocerlo 
las  Religiosas,  pues  no  se  sabe  porqué  acci- 
dente quedó  sin  amarrar  el  Navio,  á  la  dis- 
creción solo  de  las  olas  y  los  vientos,  ama- 
neciendo en  distinto  parage  de  donde  había 
parado,  lo  que  reconocido  dieron  gracias  á 
Dios  por  haberles  librado  del  riesgo.  El  Te- 
niente P.ey  del  Castillo  de  San  Juan  de  Ulúa 
pasó  al  Navio  á  recibir  á  la  Madre  María 


8  o, 

Igaacia  para  llevar  la  Comunidad  á  dicho 
Castillo,  donde  tenia  una  grande  preven- 
ción, creyendo  posaban  allí,  respefto  á  que 
quando  pasó  por  Cádiz  este   Caballero,  que 
venia  con  el  empleo,  se  habían  concertado 
en  esto,  lo  que  no  se  verificó  por  haberlo 
repugnado  el  Vicario  general  de  la  Ciudad 
de  Veracruz,  diciendo  no  parecerle  bien  es- 
tuviesen las  Religiosas  en  donde  por  lo  re- 
gular hay  tantos  Presidiarios:;  y  aunque  co- 
nociendo tenia  razón,  le  sirvió  de  mortifi- 
cación á  la  Madre  Fundadora  por  dexar  des- 
airado al  Castellano,  bien  que  este  quedó 
satisfecho,  estando  todavía  en  el  Navio  lle- 
gó un  Propio  de  México  á  entregarle  varios 
pliegos,  en  uno  de  ellos  le  iba  la  noticia  de 
que  las  Reverendas  Madres  del  Convento 
de  la  Concepción  no  las  admitían,  como  es- 
taban apalabradas  por  cartas  desde  Tudela, 
Ínterin  que  les  hacian  su  Convento,  porque 
habiendo  muerto  á  esta  sazón  la  Madre  Aba- 
desa, con  quien  lo  habia  tratado,  la  M.  R. 
M.  su  succesora,  mal  informada,  fue  de  dis- 


8í. 
tinto  didámen.  Comenzando  aquí  á  probar 
el  amargo  cáliz  que  le  esperaba  en  este  Rey- 
no,  pues  los  otros  pliegos  contenían  asunto 
mas  sensible,  como  era  el  que  estaba  con- 
trario á  la  Fundación  el  lUmó.  Prelado  y  al- 
gunos Sugetos  de  la  Ciudad  de  México,  efec- 
to de  malas  impresiones.  Saltaron  en  tierra 
en  dicho  Puerto,  en  donde  estaban  en  la 
orilla  esperándolas  varios  Jesuitas,  y  Don 
Alexandro  Alvares  de  Guitian,  uno  de  los 
Oficiales  Reales:  este^  así  por  la  recomen- 
dación que  el  Gobernador  y  dichos  Oficia- 
les tenian  de  su  Magestad  para  atenderlas, 
como  por  la  particular  que  le  habia  hecho 
el  ya  mencionado  Don  Joseph  Diaz  Guitian 
su  Tío,  llevaron  á  las  Madres  á  la  Contadu- 
ría, sin  destino,  por  loque  dicho  Don  Ale- 
xandro les  franqueó  su  casa,  adonde  fueron: 
pasando  primero  á  la  Iglesia  de  la  Compa- 
ñía, allí  hicieron  oración  y  tuvieron  el  gus- 
to de  ver  la  milagrosa  Imagen  de  San  Fran- 
cisco Xavier,  que  en  aquel  Colegio  se  vene- 
ra^ y  habiéndoles  los  Padres  felicitado  su 


82. 

llegada,  salieron  para  la  casa  de  aquel  pia- 
doso Caballero,  quien  con  su  esposa  se  es- 
meró en  complacerlas,  yendo  la  Señora  Go- 
bernadora y  deinas  Nobleza  á  tener  la  satis- 
facción de  ofrecerles  sus  personas.  En  la 
misma  casa  oían  Misa  por  privilegio  de  Al- 
tar portátil  que  traía  la  Madre  María  Igna- 
cia  concedido  por  nuestro  Santísimo  Padre 
Benedifto  XIV.  Quiso  Dios  que  siendo  el 
temperamento  tan  caliente,  no  tuvieran  no- 
vedad en  la  salud  en  los  cinco  dias  que  se 
detuvieron  esperando  el  avio  ó  carruage. 

CAPÍTULO  OCTAVO. 

Salen  de  ¡a  Chidad  de  Veracruz  para  la  Pue- 
bla de  los  Angeles^  y  pasan  á  la  de 
México, 

LA  tarde  del  día  diez  de  Agosto  salie- 
ron de  esta  Ciudad,  y  desde  aquí  has- 
ta ia  de  Puebla,  adonde  llegaron  el  diez  y 
nueve.  Estuvieron  muy  obsvequiadas  de  los 
Señores  Curas  y  Padres  Jesuítas  que  había 


83. 
en  aquellos  distritos,  por  especial  recomen- 
dación que  a  los  unos  hizo  el  Señor  Obis- 
po de  la  Puebla,  y  á  los  otros  el  Padre  Ge- 
neral, siendo  necesario  Dor  esto  detenerse 
en  algunos  parages.  A  h  entrada  en  la  Ciu- 
dad es  indecible  el  concurso:  salió  al  reci- 
bimiento el  Illmó.  Sr.  Dr.  D.  Domingo  Pan- 
taleon  Alvares  de  Abreu  dignísimo  Prelado 
de  aquella  Diócesi,  con  el  Venerable  Cabil- 
do, muchas  Señoras  y  Caballeros,  siguien- 
do la  Tropa  con  toda  su  Música.  Se  enca- 
minaron á  la  Catedral,  en  donde  las  espe- 
raba su  ílimá. ,  que  se  habia  adelantado:  las 
entró  en  la  Iglesia,  y  con  toda  la  Música  se 
cantó  el  Te  Deum :  de  aquí  salieron  en  pro- 
cesión cada  dos  Religiosas  con  dos  Señores 
Capitulares,  y  a  lo  últim.oel  Señor  Obispo, 
siguiendo  la  Tropa  acompañando  los  instru- 
mentos de  ella.  Ya  esperaba  la  Comunidad 
de  las  Señoras  Religiosas  del  Convento  de 
la  Concepción  en  la  Portería.  Entraron  den- 
tro con  el  Illmó.  Prelado  y  Señores  Preben- 
dados, llevándolas  al  Coro  con  la  Música 


84. 

del  Convento  á  adorar  al  Santísimo.  Salidas 
de  allí  las  conduxeron  á  la  habitación  que 
les  tenian  destinada,  bastantemente  espacio- 
sa y  adornada  de  colgaduras  de  damasco. 
Concluidos  los  cumplimientos  regulares  se 
regresó  dicho  Señor  á  su  Palacio  muy  com- 
placido ,  y  diariamente  les  enviaba  de  su  me- 
sa varios  platos,  é  iba  á  visitarlas  con  fre- 
qüencia  acompañado  del  Señor  Auxiliar. 
Aquí  estuvieron  muy  gustosas,  pues  se  es- 
meraban las  Señoras  Religiosas  y  todos  en 
favorecerlas.  De  los  Conventos  de  Recole- 
tas les  enviaron  algún  obsequio  por  insinua- 
ción de  su  Prelado^  pero  en  medio  de  esto 
el  corazón  de  nuestra  Madre  María  Ignacia 
estaba  bien  atribulado  con  las  noticias  que 
le  llegaban  de  México  sobre  no  quererlas  re- 
cibir por  las  oposiciones  que  habia  en  la  Ciu- 
dad, á  causa  de  varios  particulares,  y  lo  mas 
doloroso,  que  aun  el  Señor  Arzobispo  se  ha- 
llaba teñido  de  malos  informes  sobre  la  in- 
suficiencia de  caudales  pira  la  fundación,  y 
se  le  reconocia  mucho  desabrimiento.  Este 


85. 
era  el  cáliz  que  se  dixo  la  esperaba,  porque 

ya  se  dexa  entender  qué  sentiría  aquel  no- 
ble corazón,  al  verse  á  las  puertas  de  Mé- 
xico con  estas  repulsas,  siendo  tanta  la  preo- 
cupación, que  llegaron  á  pensar  el  revolver- 
las, lo  que  no  podia  tener  efefto,  pues  ve- 
nían con  el  consentimiento  y  privilegios  de 
su  Santidad ,  y  licencia  de  su  Magestad,  con 
especiales  recomendaciones  á  los  Ministros, 
Jueces  y  Justicias  de  estos  Reynos.  Y  para 
que  se  vea  que  no  quedó  piedra  por  mover 
para  combatir  esta  fortaleza,  hasta  las  Maes- 
tras de  Miga  de  esta  Ciudad  hicieron  ocur- 
íso  á  la  Real  Audiencia,  alegando  se  les  qui- 
taría su  modo  de  subsistir,  la  que  respondió 
no  podia  oponerse  á  los  órdenes  del  Rey 
nuestro  Señor. 

El  Sr.  Obispo,  que  deseaba  mucho  una 
fundación  de  nuestro  Instituto  en  aquella  Ciu- 
dad, de  suerte,  que  premeditándolo,  les  te- 
iiia  dedicada  Iglesia  (y  llevó  á  las  Madres  á 
leerla  quando  salieron)  sabiendo  lo  que  se 
iificultaba  en  México  su  admisión,  le  insta- 

13 


8(5. 
ba  mucho  á  la  Madre  María  Igaacia  para  que 
la  hiciese  allí.  Pero  como  su  Reverencia  en 
medio  de  estos  ataques  no  desistia  de  su  pri- 
mer pensaniento,  y  era  contra  su  honor  el 
retraerse,  dando    fundamento    á  creer  ser 
cierto  lo  que  le  acumulaban,  de  que  era  lo- 
cura y  poca  prudencia  el  exponerse  sin  sufi- 
cientes fondos  á  semejante  obra:  puesta  su 
esperanza  en  Dios,  agradecía  á  aquel  Señor 
Illmó.  su  buen  afedo,  y  se  descartaba  con 
responderle,  que  la  licencia  estaba  para  Mé- 
xico y  no  para  Puebla:  entre  estas  perplexi- 
dades  recibió  carta  de  la  M.  R.  M.  Abade- 
sa del  Convento  de  Regina  Coeli,  en  que 
le  avisaba  tenerles  ya  prevenido  hospedage 
en  su  Convento,  con  muchas  expresiones  de 
cariño,  lo  que  le  sirvió  de  algún  consuelo 
y  mitigó  sus  penas.  Con  este  motivo,  pasa- 
dos ocho  dias  de  estar  allí,  el  veinte  y  siete 
de  Agosto,  habiéndose  despedido  de  aque- 
lla santa  Comunidad  con  muchas  gracias  por  • 
el  especial  agasajo  recibido  en  su  compañía^ 
salió  el  Señor  Obispo  con  sus  Familiares,  y 


II 


8jr. 

algunos  de  ]os  Señores  de  aquella  Santa  Igle- 
sia, á  dexarlas  fuera  de  la  Ciudad:;  y  despi- 
diéndose allí  de  la  Madre  María  Ignacia  con 
particular  cariño,  y  echándole  el  brazo  al 
cuello,  la  dixo:  A  Dios  querida^  primero  se- 
rá la  Fundación  de  Puebla  que  la  de  México, 
(En  todas  estas  cosas  solo  la  sostenía  la  ma- 
no poderosa  para  no  caer  de  ánimo  ni  aco- 
bardarse, sino  llevar  la  empresa  hasta  el  fin. 
Siguieron  su  camino,  y  el  dia  treinta  de  di- 
cho mes  llegaron  á  com^er  al  Pueblo  de  San- 
ta Clarita:  llegó  al  mismo  tiempo  Don  An- 
I  tonio  Rubalcava  Caballerizo  del  Illmó.  Se- 
ñor Arzobispo,  quien  contra  toda  la  repug- 
nancia que  tenia  (aunque  no  de  voluntad) 
envió  á  cumplimentarlas,  como  correspon- 
día á  su  cortesana  política,  haciendo  este 
muy  buenos  oficios  para  consolar  á  las  Ma- 
dres, á  quienes,  com.o  veia  temerosas,  asegu- 
raba hallarían  buena  acogida  en  su  Prelado, 
pues  el  mismio  Señor  les  habia  solicitado  alo- 
,  jamJento,  yendo  en  persona  á  pedírselos  á 
las  Madres  de  Regina,  las  que  habían  admi- 


88. 
tido  gustosas.  Fueroa  asimismo  á  dicho  Pue- 
blo varios  conocidos  de  la  Madre  Fundado- 
ra Eclesiásticos  y  Seculares.  Después  de  co- 
mer y  reposar  un  rato  se  encaminaron  to- 
dos para  la  Insigne  y  Real  Colegiata  de  nues- 
tra Señora  de  Guadalupe,  celebérrimo  San- 
tuario de  este  Reyno  por  la  maravillosísima  y 
milagrosa  Imagen  de  este  título  que  en  él  se 
venera.  Apeadas  allí,  el  Señor  Abad  D.  Juan 
Antonio  Alarcon  y  sus  Prebendados  las  es- 
peraban. Habiendo  adorado  al  Santísimo  Sa- 
cramento, las  entraron  á  la  Sala  de  Cabildo , 
en  donde  estuvieron  esperando  á  su  Illmá. 
el  que  venido,  acompañado  de  varios  Canó- 
nigos, las  saludó  con  mucha  atención  y  agra- 
do, mostrándose  expresivo.  Fueron  también 
á  recibirías  muchos  Padres  Jesuítas  de  todos 
los  Colegios,  y  como  principales  en  el  asun- 
to la  familia  del  General  Don  Francisco  Ta- 
gle,  por  ser  este  Caballero  Tutor  de  los  So- 
brinitos  de  la  Madre  Fundadora  Marqués  de 
San  Miguel  de  Aguayo,  y  Conde  de  San 
Pedro  del  Álamo,  casado  con  Doña  María 


Soledad  Gallo  y  Villavicencio,  quien  con- 
vidó á  su  Madre,  Tia  y  Hermanas  para  que 
amadrinasen  á  las  Religiosas  en  su  entrada. 
Habiendo  estas  besado  la  mano  á  su  Prelado, 
después  de  un  corto  espacio  mandó  que 
abriesen  la  vidriera  de  nuestra  Señora  para 
que  tuvieran  el  consuelo  de  besar  la  sagrada 
Imagen,  lo  que  lograron  algunos  de  los  con- 
currentes principales :  concluido  este  devo- 
to ado  se  adelantó  su  Illmá.  para  recibirlas 
en  Regina,  y  despedidas  del  Abad  y  demás 
Señores,  fueron  entrando  en  los  coches  dos 
Religiosas  y  dos  Señoras,  llevándose  consi- 
go la  Madre  María  Ignacia  á  los  dos  Seño- 
ritos sus  Sobrinos.  Entraron  en  esta  Imperial 
Corte,  y  habiendo  obtenido  licencia  nuestra 
Madre  Fundadora,  se  apeó  en  la  Portería  de 
la  Concepción  á  dar  un  abrazo  á  la  Religio- 
sa que  la  habia  tenido  en  su  celda  quando 
estuvo  allí  de  seglar  antes  de  irse  á  E.spaña, 
como  se  dixo  en  su  lugar,  de  lo  que  tuvie- 
ron ambas  mucho  gusto,  aunque  por  breve 
rato,  pues  estaban  esperando  las  demás  en 
los  coches. 


po. 

El  gentío  que  ocurrió  desde  que  en- 
traron en  nuestra  Señora  de  Guadalupe,  lo 
puede  discurrir  quien  sepa  lo  populoso  de 
esta  Corte  de  México,  pues  no  solo  estaban 
inundadas  las  calles,  sino  los  balcones  y 
azoteas,  acompañando  á  esta  multitud  el  ar- 
monioso y  alegre  repique  de  todas  las  cam- 
panas de  la  Ciudad.  Llegaron  á  Regina,  re- 
cibidas de  los  Señores  Capellanes  del  Con- 
vento, los  que  las  introduxeron  en  la  clau- 
sura acompañadas  de  sus  Madrinas,  estando 
en  la  Portería  de  adentro  en  sitial  el  Señor 
Arzobispo  con  sus  dos  Asistentes  y  la  Co- 
munidad, habiendo  dado  licencia  para  que 
otras  personas  principales  pudiesen  entrar, 
así  Eclesiásticos  como  Seculares.  De  aquí 
fueron  procesionalraente  al  Coro  baxo,  en 
el  que  estaba  prevenido  otro  sitial  y  doce 
coxines,  en  que  se  hincaron  las  Madres  Fun- 
dadoras con  sus  Madrinas,  y  entonando  la 
Música  de  la  Iglesia  Catedral  el  Te  Deiim^ 
iban  llegando  por  su  antigüedad,  cada  Se- 
ñora con  su  Ahijada,  á  que  diera  la  obe- 


91. 
diencia  á  su  Illmá.  Acabada  esta  precisa  ce- 
remonia ,  subieron  á  la  Sala  que  estaba  dis- 
puesta para  el  recibimiento,  en  la  que  se  les 
sirvió  un  magnífico  refresco  de  cuenta  de  es~ 
te  lümo.  Príncipe:  duraron  tanto  estos  ob- 
sequios, que  serian  como  las  nueve  de  la  no- 
che quando  se  despidieron,  dexando  muy 
consolada  á  la  Madre  María  Ignacia  el  trato 
afable  con  que  estuvo  el  benignísimo  Prela- 
do, llegando  á  tanto  que  concedió  volunta- 
riamente entrasen  los  tres  dias  consecutivos 
á  mañana  y  tarde  las  Señoras  que  amadri- 
naron, enviando  en  ellos  su  Illmá.  esplén- 
didos refrescos,  como  también  la  comida  de 
las  Madres  aquellos  tres  dias  con  abundan- 
cia, y  encargando  con  esmero  y  gracia  que 
no  le  echasen  pimiento  (en  este  pais  chile) 
porque  no  la  comerían. 

Estando  ya  solas  sin  el  bullicio,  ma- 
nifestó aquella  religiosísima  Comunidad  á 
sus  huéspedas  la  crecida  voluntad  con  que 
las  alvergaban,  y  el  deseo  que  tenian  de 
complacerlas.  Cenaron  con  sus  Reverencias, 


92. 

y  jas  llevaron  después  á  tomar  posesión  de 
su  vivienda,  que  era  la  celda  de  la  M.  R.  M. 
Agustina  de  Señora  Santa  Ana,  quien  la  ce- 
dió por  tener  la  comodidad  de  un  Corito 
baxo  para  la  Capilla  que  llaman  de  los  Me- 
dinas,  con  su  Comulgatorio  y  Confesonario 
separado  de  la  Iglesia,  para  mayor  comodi- 
dad de  las  Madres:  añadieron  unas  piezas 
que  tenian  una  hermosa  Tribuna  para  la  Igle- 
sia: El  ajuar  de  la  habitación  estaba  dispues- 
to por  Don  Francisco  Tagle  á  expensas  de 
la  Madre  María  Ignacia,  y  la  Despensa  á  las 
del  Señor  Rubio,  que  la  hizo  prover  con 
abundancia  de  quanto  pudiera  ser  necesario. 
Los  dos  Padres  Jesuitas  Condudores  esta- 
ban en  el  Colegio  de  San  Andrés,  no  en- 
traron en  la  clausura  ni  el  primer  dia,  pero 
iban  á  verlas  con  freqüencia,  como  tjmbien 
otros  muchos  de  todos  los  Colegios,  los  que 
siempre  perseveraron  en  su  asistencia  por 
haber  traido  la  Madre  Fundadora  carta  de 
recomendación  del  Padre  Genera]  para  el 
Padre  Provincial  de  esta  Provincia  de  Nue- 


93. 

I  va  España ,  el  que  les  encargó  la  dirección 

de  sus  espíritus ,  por  petición  de  la  misma ,  á 
los  muy  Reverendos  Padres  Christoval  Es- 
covar,  Francisco  Zevallos,  Francisco  Xavier 
Lazcano,  Joseph  Carrillo  y  Eugenio  Ramí- 
rez :  estos  fueron  los  asignados ,  pero  iban 
otros  muchos. 

El  Cabildo  Eclesiástico  y   Real  Au- 
diencia las  cumplimentaron  por  medio  de 
;!  Comisionados ,  ofreciendo  su  protección ,  co- 
:  jno  asimismo  las  sagradas  Religiones  y  mu- 
:  chas  Personas  particulares  de  la  Ciudad.  Los 
i  Señores  Virreyes  no  hicieron  demostración 
alguna  en  esta  ocasión,  por  descuido  ó  in- 
advertencia que  hubo  en  no  haberle  pasado 
i  aviso  á  la  Señora  Virreyna  de  su  llegada,  á 
lo  que  después  se  le  procuró  satisfacer^  pe- 
ro sin  embargo  de  esta  justa  quexa,  quando 
ya  estaban  las  Madres  en  su  Convento ,  se 
sirvió  la  Excelentísima  Señora  Doña  Anto- 
nia Padilla,  como  tan  caritativa,  de  enviar- 
les varios  tercios  de  semillas. 

Pasados  los  tres  primeros  dias  empe- 

14 


94. 
zaroi  á  seguir  con  quietud  su  distribución 
religiosa,  aunque  con  el  desconsuelo  de  no 
poder  exercer  su  Instituto.  Sin  embargo,  en 
aígunis  ninas  de  aquel  Convento  emplearon 
su  zelo.    Aquella  religiosísima  Comunidad, 
que  parece  ser  su  caráder  la  mutua  unión 
entre  sí,  la  misma  se  extendió  para  con  nues- 
tras Madres,  de  modo  que  se  trataban  con 
tanta  satisfacción,  que  siendo  así  que  tenian 
en  su  habitación  toda  comodidad  de  Coro  y 
Comulgatorio,  como  se  ha  dicho,  no  per- 
mitieron se  sirviesen  de  él  sino  es  para  las 
renovaciones  de  votos  cada  seis  meses,  y 
para  rezar  el  Oficio,  por  ser  el  nuestro  el 
Parvo;  pero  en  los  tres  dias  de  Semana  San- 
ta, dia  de  noche  buena  y  de  difuntos,  que 
acostumbramos  rezar  el  Oficio  mayor,  iban 
á  su  Coro ,  poniéndose  interpoladas ,  hacien- 
do armonia  los  vestuarios  de  una  blanca  y 
una  negra.  En  todo  lo  demás  de  funciones. 
Comuniones  diarias.  Misas  y  diversiones  re- 
ligiosas, siempre  juntas  quando  lo  permitian 
sus  distribuciones,  siguiéndose  de  esta  fami- 


95. 

I  liaridad  tanta  estrechez  de  voluntades  y  fi- 
no agradecimiento  de  nuestras  Madres^  que 
nunca  acababan  de  ponderar  los  favores  re- 
cibidos, y  que  no  eran  capaces  de  corres^ 
ponderlos,  como  muchas  veces  lo  expresa- 
ban, perpetuándolo  con  hermandad  que  hi- 
cieron de  aplicar  por  jas  difuntas  de  una  y 
otra  Comunidad  los  mismos  sufragios  que 
cada  una  ofrece  por  las  suyas,  y  esto  no  so- 

j  lo  con  las  doce  que  allí  estuvieron,  sino 
quedando  para  toda  la  posteridad.  En  seis 
de  Septiembre,  á  los  siete  dias  de  estar  en 
el  Convento  de  Regina,  presentó  la  M.  R. 
M.  María  Ignacia  Sartolo  á  nuestro  Illmó. 
Prelado  el  Nombramiento  jurídico  que  á  la 
salida  de  Tudela  hizo  en  su  persona  el  Se- 
ñor Dean  Dr.  D.  Martin  de  Valdemoros, 
Prelado  de  aquella  Ciudad  y  su  distrito,  con 
fecha  de  once  de  Oftubre  de  cincuenta  y 
dos,  en  que  la  constituyó  Presidenta  de  la 
Fundación  hasta  llegar  á  México,  y  asimis- 
mo la  Madre  María  Ignacia  Azlor  presentó 
otro  escrito  á  nombre  suyo  y  de  las  demás 


95. 

Midres,  pidiendo  la  confirmise  en  el  em- 
pleo hasta  la  futura  elección,  que  según 
nuestras  Constituciones  debe  ser  la  Vio;ilia 
de  la  Anunciación,  á  lo  que  condescendió 
su  lUíTii.  como  consta  por  su  Decreto  de 
siete  del  mismo. 

Presentada  la  Real  Cédula  de  licencia 
de  la  Fundación  al  Superior  Gobierno,  se 
obtuvo  el  pase ,  como  consta  del  Decreto  de 
treinta  y  Uxno  de  Odubre  de  cincuenta  y 
tres,  lo  que  executado  con  el  Real  Acuer- 
do, lo  dio  por  su  Decreto  de  diez  y  nueve 
de  Noviembre  del  mismo  año.  Pasaron  des- 
pués á  presentar  escrito  al  Señor  Arzobis-- 
po  con  la  Real  Cédula,  pidiendo  el  pase,  y 
avisando  el  obedecimiento  del  Siperior  Go- 
bierno y  Real  Acuerdo  de  esta  Nueva  Es- 
paña, é  impetrando  las  licencias  necesarias 
para  la  erección  y  fundación.  En  que  este 
pasara  al  Promotor  Fiscal,  y  las  demás  dili- 
gencias que  se  praélican  en  estos  casos,  no» 
se  obtuvo  la  licencia  hasta  el  dia  treinta  y 
uno  de  Diciembre  de  cincuenta  y  tres,  co- 


97^ 
mo  consta  del  Decreto,  mandando  a!  mis- 
mo tiempo  se  executara  ]o  que  el  Promotor 
Fiscal  pidió,  que  fue,  razón  de  los  fondos 
que  había,  con  cu 70  proveído  com.enzaron 
las  cosas  a  enlazarse  en  dificultades :,  y  co- 
mo su  Illmi  estaba  aun  algo  desabrido  y 
desconfiado  en  orden  á  la  suficiencia  para  la 
fundación,  á  causa  de  los  inforixies  contra- 
rios que  se  le  habían  hecho  en  este  particu- 
lar, diciéndole  que  había  sido  inconsidera- 
ción el  haberla  emprendido  sin  tener  con 
qué,  y  otras  cosas  semejantes  que  le  abulta- 
ban: por  otra  parte  veía  que  la  Madre  Fun- 
dadora le  aseguraba  que  de  todo  su  caudal 
había  hecho  heredera  á  nuestra  Señora  del 
Pilar  para  esta  fundación,  y  era  bien  públi- 
co el  que  tenían  sus  Padres.  Para  salir  de 
confusiones  mandó  notificar  á  dicha  Madre 
declarase  con  individuahdad  los  caudales  que 
tenia,  en  qué  ramos  y  en  poder  de  quien, 
lo  que  executó  por  medio  de  su  Apoderado 
Don  Joseph  Antonio  de  Santander.  Con  es- 
ta declaración  decretó  su  Señoría  Ilimá.  se 


98. 
]e  notificase  al  Albacea  de  los  Señores  Mar- 
queses sus  hermanos,  en  cuyo  poder  se  ha- 
llaba, para  que  diese  razón  con  declaración 
jurada  de  lo  que  existia.  Hecha  esta  diligen- 
cia, fue  corriendo  el  tiempo  en  la  dilación 
de  los  trámites  regulares  que  permiten  las 
Leyes,  sin  embargo  de  la  exigencia  con  que  se 
manejaban  en  la  Secretaría  Arzobispal ,  pues 
aun  estando  en  la  Visita  S.  S.  Illmá.  hay  varios 
Decretos  despachados  en  el  mismo  dia  que  se 
le  presentaban,  desde  el  Pueblo  en  que  se 
hallaba:^  y  de  Tezcuco  hay  uno  expedido  en 
diez  y  seis  de  Febrero,  en  que  respeQo  á  la 
multitud  de  negocios  que  ocurren  en  la  san- 
ta Visita,  y  deseando  dar  curso  al  de  la  fun- 
dación, sin  gravar  á  las  partes  interesadas 
en  los  costos,  manda,  que  así  estas  como  el 
Señor  Promotor,  hagan  sus  ocursos  ante  el 
Señor  Dr.  D.  Francisco  Xavier  Gómez  de 
Cervantes  Prebendado  de  esta  Santa  Iglesia 
Metropolitana,  Provisor  y  Vicario  general 
de  este  Arzobispado,  cando  á  dicho  Señor 
comisión    en  forma  para  que  mientras  se 


99' 
restituía  S.  S.  lUmá.  á  esta  Capital,  conozca 

del  precitado  negocio,  dándole  cuenta  de 
sus  resoluciones  para  la  inteligencia  de  S.  S. 
Illmá.  Últimamente,  en  veinte  y  ocho  de 
Febrero  decretó  el  Señor  Provisor  al  Alba- 
cea  pasase  á  la  Secretaría  el  dinero  y  alha- 
jas que  habia  expresado  existían;;  y  habién- 
dosele notificado  á  dicho  Albacea,  el  veinte 
y  uno  de  Marzo  próximo  puso  en  dicha  Se- 
cretaría, por  m.ano  del  Apoderado  Don  Jo- 
seph  Santander,  setenta  y  dos  mil  doscien- 
tos quaíro  pesos  quatro. reales  y  medio,  ha- 
biéndole entregado  á  este  antes  varias  alha- 
jas de  oro,  plata  y  pedrería,  láminas  y  qua- 
dros,  y  que  del  chinchorro  que  habia  de 
mas  de  seis  mil  ovejas  daria  cuenta  quando 
viniese  el  último  arredro,  y  lo  entregarla  al 
Sugeto  que  nom.brasen ,  lo  que  mandó  el 
Señor  Provisor  se  le  hiciese  saber  á  la  Ma- 
dre María  ígnacia,  y  que  determinase  adon- 
de queria  que  se  depositara  el  dinero:  á  lo 
que  respondió  su  Reverencia  no  tener  mas 
voluntad  que  la  de  S.  S.  íllmá.  Y  como  el 


lOO. 

Señor  Provisor  hacia  las  veces  del  Prelado, 
dispuso  se  guardase  en  la  Arca  del  Conven- 
to de  Regina,  respefto  á  que  con  el  motivo 
de  la  fábrica  que  se  emprenderia  era  preciso 
tenerlo  á  la  mano  para  lo  que  fuese  necesa- 
rio, lo  que  se  executó  al  dia  siguiente  vein- 
te y  dos  de  dicho. 

En  esta  satisfacción  dieron  paso  á  bus- 
car sitio  acomodado  á  nuestro  Instituto,  que 
debía  estar  en  el  centro  de  la  Ciudad,  y  co- 
menzaron la  diversidad  de  pareceres  entre 
los  Sugetos  apasionados,  por  via  de  conse- 
jo. Por  fin  se  resolvió  comprar  dos  casas  en 
esta  calle  de  los  Cordovanes,  la  una  se  le 
compró  á  Don  x^ndrés  Otañez,  que  estaba 
para  pasar  á  la  Ciudad  de  Veracruz,  y  con 
este  motivo  la  tenia  de  venta,  debiéndole 
las  Madres  hiciese  la  caridad  de  dárselas  en 
un  mil  pesos  menos  de  lo  que  otros  prome- 
tían; por  ella;  la  otra,  que  era  contigua, 
finca  de  las  RR.  MM.  de  la  Encarnación , 
fue  mas  difícil  conseguir^  pues  se  resistieron 
fuertemente  por  justos  motivos  que  tendrían, 


lOi. 

basta  que  nuestro  Illmó.  Prelado  fue  en  per- 
sona á  suplicarles  diesen  su  consentimiento, 
atendiendo  á  la  necesidad  que  habia.  Efec- 
tuada la  compra  se  comenzó  la  obra  de  este 
Convento  Sábado  veinte  y  tres  de  Junio  de 
cincuenta  y  quatro,  la  que  dirigió  Fray  Lu- 
cas de  Jesús  María  Religioso  Laico  del  sa- 
grado  Orden  de  San  Agustín  de  la  Misión 
de  las  Islas  Filipinas,  el  que  lo  tomó  con 
todo  empeño,  y  para  mayor  brevedad  no  lo 
sacó  de  planta,  valiéndose  de  la  misma  que 
tenian  las  casas.  En  su  recinto  formó  habi- 
taciones propias  para  Religiosas  de  vida  co- 
mún, y  las  anexas  á  nuestro  Instituto,  sin 
faltarle  en  medio  de  la  estrechez  del  sitio 
oficina  alguna.  Á  la  eficacia  de  dicho  Fray 
Lucas  se  agregaba  la  vigilancia  del  Arzobis- 
pado para  que  no  hubiese  demora,  y  corrió 
con  tanta  felicidad,  que  aun  en  el  temblor 
tan  fuerte  que  hubo  en  aquel  año  dia  de  San- 
ta Rosa,  estando  los  pilares  del  segundo  pa- 
tio sin  cubrir,  no  se  experimentó  desgracia 
ni  sentimiento  algimo  en  la  obra ,  como  te- 

15 


102. 

mieron  todos.  Quando  se  cerró  la  clave  del 
último  arco  del  patio  principal  viao  á  asis- 
tir S.  3.  Illmi.  poniendo  en  él  varias  reli- 
quias, y  se  pusieron  sus  Armis  labradas  en 
piedra  para  señal  y  en  memoria  del  agrade- 
cimiento. A  veinte  y  uno  de  Noviembre., 
dia  de  la  Presentación  de  nuestra  Señora, 
que  ya  estaba  concluido  el  Convento,  vino 
el  Señor  Arzobispo  á  bendecirlo.  El  dia  diez 
y  siete  de  Diciembre  del  año  de  cincuenta  y 
quatro  dio  orden  S.  S.  Illmá.  al  Señor  Pro- 
visor para  que  el  dia  siguiente  fuese  á  las 
seis  de  la  mañana  á  pasar  á  las  Religiosas, 
y  á  estas  de  que  se  trasladasen  á  su  nuevo 
Convento.  Sin  duda  quiso  S.  S.  Illmá.  usar 
de  esta  violencia  por  evitar  el  concurso,  de 
suerte  que  apenas  tuvieron  tiempo  para  des- 
pedirse de  aquella  venerable  Comunidad ,  á 
quien  estaban  tan  obligadas  y  reconocidas. 
Este  que  parece  acaso,  fue  muy  convenien- 
te, pues  lo  repentino  de  la  salida  no  dio  lu- 
gar al  sentimiento,  que  hubiera  sido  mayor 
de  una  y  otra  parte  premeditada  la  separa- 


I03. 
don,  después  de  haber  estado  en  tan  estre- 
cha unión  por  el  espacio  de  un  año  tres  meses 
y  diez  y  siete  dias. 

CAPÍTULO  NONO. 

Toman  posesión  de  su  Convento  y   empiezan 
á  exercer  sus  ministerio, 

Onforme  á  la  orden  que  se  dixo  en  el 
Capítulo  anterior,  dia  de  la  Expefta- 
cion  de  nuestra  Señora  diez  y  ocho  de  Di- 
ciembre, á  las  seis  de  la  mañana,  fue  el  Se- 
ñor Provisor  Don  Francisco  Xavier  Gómez 
de  Cervantes,  acom.panado  del  Notario,  y 
en  los  coches  que  mandó  el  Señor  Arzobis- 
po para  su  transporte,  via  reda  las  conduxo 
a  la  Iglesia  de  este  Convento,  en  la  qual 
entraron  con  unas  candelas  encendidas,  que 
recibieron  en  la  puerta  de  ella,  y  habiendo 
hecho  oración  Ínterin  se  cantó  el  Te  Deum 
laudamus^  el  que  fenecido  pasaron  en  dere- 
chura á  la  Portería,  y  habiendo  entrado  en 
el  Coro  baxo  recibieron  todas  el  Santísimo 


104. 
Sacramento  de  la  Eucaristía,  que  les  minis- 
tró el  Sr.  Dr.  D.  Manuel  Roxo  del  Rio  y 

Vieíra,  Canónigo  de  esta  Smta  Iglesia  y 
Capellán  mayor  de  este  Convento,  que  fue 
nombrado  desde  que  estaban  en  Regina,  que 
después  fue  Arzobispo  de  Manila,  quien  in- 
mediatamente procedió  á  celebrar  el  santo 
sacrificio  de  la  Misa,  á  que  asistieron  todas, 
estando  en  este  afto  el  Santísimo  patente. 
Acabada  la  Misa  y  depositado  el  Divinísi- 
mo salieron  á  desayunarse,  teniendo  preve- 
nido de  orden  del  Señor  Arzobispo  abun- 
dancia de  masas ,  que  no  pudieron  tomar  en- 
tonces por  ser  dia  de  témporas. 

Hallaron  aquí  á  dos  Señoritas  Sobri- 
nas de  la  Madre  Presidenta  (que  en  la  ac- 
tualidad son  Religiosas)  y  á  la  muger  del 
Apoderado  Santander.  Éstas  no  se  quedaron 
á  comer,  pero  sí  estuvieron  todo  el  dia  el 
Padre  Bernardo  Pazuengos  y  su  Compañero 
el  P.  Joseph  Azcon,  (porque  el  P.  Tomás 
de  Ron  ya  se  había  ido  á  su  destino  de  Mi- 
sionero) los  Señores  todos  del  Arzobispado, 


lOg. 

y  dicho  Don  Joseph  Santander,  quienes  les 
estuvieron  enseñando  toda  la  casa  con  el  Br. 
Don  Manuel  Sánchez  de  Tagle  segundo  Ca- 
pellán y  Sacristán  mayor.  Llegada  la  hora 
de  comer  y  puestos  á  la  mesa  los  dos  Pa- 
dres Jesuítas  y  las  Madres,  les  sirvieron  la 
comida  los  Familiares  del  Señor  Arzobispo, 
la  que  vino  de  su  Palacio,  y  estuvo  tan  buena 
como  abundante.  Este  III mó.  Prelado  vino  á 
la  tarde  á  congratularse  con  esta  pequeña 
Comunidad  y  darles  el  parabién,  quien  no 
satisfecho  en  sus  obsequios  les  dio  un  mag- 
nífico refresco,  estándose  en  su  compañía 
hasta  después  de  las  oraciones  que  se  retiró, 
dexándolas  muy  llenas  de  satisfacción  y 
agradecidas  á  tanto  cúmulo  de  beneficios, 
pues  á  mas  de  los  referidos,  dio  orden  á  su 
Mayordomo  desde  que  vinieron  á  esta  Ciu- 
dad para  que  les  subministrase  cien  pesos 
mensualmente  para  su  manutención,  limosna 
que  continuó  hasta  su  fallecimiento. 

Inmediatamente  distribuyó  la   Madre 
Presidenta  los  oficios  en  la  forma  siguiente: 


ro(5. 


su  Reverencia  Portera  de  las  Clases,  M.  Ma- 
ría Estevan  Echeverría  Maestra  de  Clases  y 
Enfermera ,  M.  María  Josefa  Burges  Maestra 
de  Colegialas  y  Sacristana,  M.  María  Ignacia 
Azlor  Procuradora,  M.  Ana  María  de  Tor- 
res Maestra  de  Novicias,  M.  Ana  Teresa 
Bonstet  Portera  del  Convento  y  Maestra  de 
Clases,  M.  María  Tomasa  Tellez  Sacristana 
y  Tornera,  M.  Joaquina  Azcárate  Maestra 
de  Colegialas  y  Bibliotecaria,  Hermana  Ma- 
ría Isabel  Zepiilo  Maestra  de  Clases,  Her- 
mana María  Lucia  Beramendi  Maestra  de 
Clases  y  Ropera,  Hermana  María  Josefa  Ca- 
briada Dispensera  y  Enfermera,  y  estas  tres 
últimas  llevaban  semanas,  á  m.as  de  sus  ofi- 
cios, de  Campaneras,  Refitoleras,  y  otras 
varias  cosas. 

El  dia  treinta  de  Diciembre  entraron 
por  la  mañana  en  este  Colegio  Doña  María 
Josefa  Moreno  y  Azpilcueta  de  edad  de  sie- 
te años ,  por  quien  habia  hablado  el  Señor 
Obispo  de  Durango  Dr.  D.  Pedro  AnselmiO 
Sánchez  de  Tagle,  á  quien  habia  prometido 


la  Madre  Fundadora  sería  la  primera  que 
entrase  con  su  Tia  Doña  María  Ana  More- 
no, Jas  que  vinieron  de  dicha  Ciudad  con 
este  destino,  y  Doña  Josefa  Camarillo;;  á  la 
tarde  Doña  María  Antonia  Rivera  y  Doña 
María  Ana  Blanco,  entrando  solo  cinco  es- 
te dia  (aunque  habia  otras  que  estaban  es- 
perando) determinándolo  así  la  Madre  Ma- 
I  ría  Tgnacia  en  reverencia  del  Dulcísimo  Nom- ' 
bre  de  María,  deseando  que  estas  cinco  de- 
dicadas  á  tan  augusto  Nombre  quedaran  Re- 
ligiosas, beneficio  que  lograron,  y  hoy  dia 
viven.  El  dia  primero  de  Enero  de  cincuen- 
ta y  cinco  entró  de  Colegiala  Doña  María 
Gregoria  Bustamante  con  el  destino  ya  de 
ser  Religiosa,  para  lo  que  estaba  admitida. 
Continuaron  de  este  modo  entrando  en  el 
Colegio  m.uchas  de  las  principales  familias, 
así  de  esta  Ciudad  como  de  fuera.  Las  Cla- 
ses externas  no  se  abrieron  el  dia  siete,  co- 
rneo es  costumbre,  por  acabarse  el  dia  de  Re- 
yes nuestras  vacaciones,  sino  hasta  el  dia 
once,  por  ser  Sábado,  dedicado  á  María  San- 


io8. 
tisima.  Aquella  primera  mañana  acudieron  á 
dichas  Clases  solo  diez  niñas,  á  la  tarde 
veinte,  pero  desde  la  semana  siguiente  una 
multitud,  que  no  daban  abasto  las  Madres 
Maestras,  y  era  necesario  que  las  de  otros 
oficios  les  fuesen  á  ayudar,  siendo  esto  de 
mucho  júbilo  para  el  ardiente  zelo  de  nues- 
tra Madre  Fundadora,  que  daba  por  bien 
empleado  todo  lo  que  habia  padecido  al  ver 
logrado  su  fin,  cuya  concurrencia  ha  conti- 
nuado hasta  ahora  sin  descaecer,  con  gran- 
de consuelo  nuestro,  por  el  fruto  que  se  sa- 
ca, mediante  la  ayuda  del  Señor,  para  glo- 
ria suya,  por  nuestro  santo  Instituto. 

El  dia  veinte  y  quatro  de  Marzo,  en 
que  deben  ser  nuestras  Elecciones,  habien- 
do precedido  los  ocho  dias  de  retiro  que 
prescriben  nuestras  Constituciones,  vino  esa 
mañana  S.  S.  Ilimá.  á  hacer  la  Elección,  en  la 
que  con  todos  los  votos  salió  electa  por 
Priora  la  Madre  María  Ignacia  Azlor,  la  que 
por  la  suma  repugnancia  que  siempre  tuvo  á 
la  Prelacia,  dixo  ser  nula  la  Elección,  ale- 


lOp. 

gando  que  no  tenia  la  edad  (quando  solo  le 
faltaban  seis  meses)  á  cuyo  alegato  repus'e- 
ron  las  Vocales  estar  este  inconveniente  ya 
vencido,  pues  á  prevención  tenian  de  ante- 
mano obtenida  la  dispensa  de  S.  S.  Illmá. 
por  si  se  verificaba  este  caso^  con  lo  que  no 
teniendo  que  responder  obedeció,  recibien- 
do la  cruz  mas  pesada  para  su  Reverencia 
que  las  anteriores.  Nuestro  Prelado  quedó 
muy  gustoso  de  la  Elección  hecha,  y  á  la 
tarde  volvió  á  dar  el  parabién  y  á  hacer  la 
visita  acostumbrada,  costeando  su  generosi- 
dad un  buen  refresco,  que  sirvieron  sus  Fa- 
miliares. 

Habiendo  hecho  la  lista  de  oficios  y 
:aespachada  esta,  dio  paso  á  que  profesaran 
las  dos  que  habían  venido  de  Novicias, 
quienes  habiendo  cumplido  el  dia  diez  del 
Octubre  anterior  no  habian  hecho  su  pro- 
fesión porque  nuestro  Illmó.  Prelado,  aun- 
que muy  compadecido  por  tanta  espera,  de- 
cía era  necesario  tuviesen  paciencia  hasta 
que  la  Madre  Fundadora  evacuase  lo  que 

i6 


I  I  o. 
por  ei  Defensor  se  habia  pedido  y  por  su 
persona  ordenado,  sobre  la  calificación  de 
los  caudales  que  habían  de  servir  para  la 
fundación,  pues  lo  contrario  se  oponia  á  lo 
formal  y  á  lo  justo.  No  obstante  esto,  por 
las  repetidas  instancias  de  las  Novicias,  y 
obviar  otros  inconvenientes ,  habiendo  afian- 
zado sus  dotes  sobre  el  chinchorro,  condes- 
cendió el  corazón  piadoso  del  Prelado,  é 
hicieron  su  profesión  solemne  el  dia  siete  de 
Abril  con  m.ucho  consuelo  de  sus  espíritus. 
El  dia  veinte  del  mismo  tomaron  el  hábito 
Doña  María  Águeda  de  Urtazun,  que  vino 
de  Pretendiente  con  las  Madres,  añadiéndo- 
se el  nombre  de  Xaviera,  y  Doña  María 
Gregoria  Bustamante,  quien  se  puso  el  de 
Micaela  por  devocicn  de  la  Madre  María 
Ignacia  y  suya,  alegrándose  mucho  su  Re- 
verencia de  que  tan  breve  empezaran  á  alis- 
tarse en  esta  sagrada  Compañía,  y  gozábase 
en  la  posesión  de  sus  deseos  viendo  estable- 
cido ya  nuestro  Instituto  sagrado  en  este  nue- 
vo Mundo,  trocados  en  tranquilidad  los  pasa- 


III. 

dos  riesgos,  y  en  seguridad  el  amenazado 
naufragio.  Lo  grande  del  beneficio  le  obliga- 
ba á  mostrarse  agradecida  á  la  poderosa  mano 
que  la  había  sacado  de  tan  repetidas  inquie- 
tudes:^ y  como  el  mejor  modo  de  agradecer 
es  el  cumplimiento  de  la  obligación  de  cada 
uno,  y  en  la  Superiora  es  no  solo  el  apro- 
vechamiento propio,  que  es  la  principal  par- 
te del  fin  é  Instituto  de  la  Compañía  de  Ma- 
ría, no  solamente  á  su  alma,  sino  también  á 
las  de  sus  hijas,  miraba  como  porción  enco- 
mendada á  su  cuidado,  de  que  habia  de  dar 
estrecha  cuenta ,  si  por  falta  de  vigilancia  se 
introducía  insensiblemente  algún  abuso  con- 
tra la  observancia  regular,  por  lo  que  tan 
perfedamente  se  dedicó  á  esta  para  el  ma- 
yor exemplo,  que  es  el  mas  poderoso  estí- 
mulo para  la  imitación,  sin  ruido  de  pala- 
bras, que  sin  exageración  alguna,  pudo  te 
nerse  por  dechado  de  Religiosas  observan- 
tes: de  m.anera,  que  con  advertencia  y  co- 
nocimiento por  respeto  ninguno  se  apartaba 
un  punto  de  lo  que  la  Regla  manda.  La  dis- 


112. 

tribucion  ordinaria,  que  es  el  plan  de  la  re- 
ligiosa disciplina,  era  la  pauta  por  donde  se 
arreglaban   todas  sus    operaciones  del  día. 
Las  enfermedades,  que  son  el  desconcierta 
de  la  naturaleza ,  desazonando  interiormen- 
te de  tal  suerte  las  potencias,  que  desabri- 
das estas  repugnan  todo  exercicio,  aun  aquel 
que  en  sana  salud  les  es  delicioso  y  apete- 
cible, nunca  le  impedían  la  observancia  de 
su  diaria  ocupación,  porque  asistía  puntual  I 
á  todo  lo  de  comunidad  con  la  misma  de- 
voción y  fervor  como  quando  estaba  sana, 
siendo  su  regular  dicho  en  semejantes  oca- 
siones, que  era  poco  mal  y  bien  chiqueado. 
Este  era  el  caso  único  en  que  con  humildad 
representaba  al  Confesor  por  quien  se  diri-  ; 
gia^  porque  si  este  le  decia  que  debia  ver 
por  la  vida,  respondía  regularmente,  que 
bastante  se  hacia  por  ella ,  y  nada  por  Dios.  [ 
Si  le  decia  que  habia  obligación  de  cuidar 
de  la  salud,  respondía  que  la  salud  no  sirve 
para  otra  cosa  que  para  emplearla  en  el  ser- 
vicio de  Dios,  y  de  esta  suerte  hacia  sus  re- 


113- 
presentaciones  graciosas,  para  que  no  la  obli- 
gase al  descanso  y  retiro  de  los  diarios  exer- 
cicios  de  Ja  Comunidad:^  pero  con  todo,  si 
oídos  sus  alegatos  le  mandaba  cesar  de  la 
común  tarea  piadosa  de  todas  las  demás, 
obedecía  rendida,  aunque  esta  su  obediencia 
se  reducía  solo  á  no  salir  del  aposento,  res- 
guardándose del  viento,  que  era  lo  que  le 
parecía  encerrarse  en  el  mandato,  mas  no  á 
dexar  de  hacer  dentro  de  sus  pobres  paredes 
todos  aquellos  oficios  de  piedad  que  pide  la 
devoción,  quando  esta  tiene  perfectamente 
domjnado  el  ánimo.  Allí  pues  encerrada  se 
empleaba  en  los  rezos,  en  la  oración,  en  las 
estaciones  y  dem.as  religiosas  obí'as  en  que 
estaban  en  lo  público  bien  ocupadas  sus  her- 
manas. Esta  invariable  práctica  observó  cons- 
tante desde  que  se  enclaustró  en  Tudela  has- 
ta la  última  enfermedad  de  que  murió. 

Zelaba  en  todas  las  Oficialas  el  cum~ 
plimiento  de  sus  respedivos  oficios,  y  si  en 
alguna  Religiosa  veía  ó  sabía  de  ella  alguna 
falta,  en  lo  pronto  disimulaba,  llamándola 


114. 
después  á  su  aposento  para  reprehenderla 
segaa  el  hecho  lo  requería;   pero  siempre 
con  estilo  de  Madre,  haciéndole  conocer  el 
deseo  de  su  aprovechamiento:^  y  aunque  en 
el  ado  se  mostrara  severa,  pasado  este  no 
le  quedaba  amargura  en  su  corazón  para  con 
la  subdita,  procurando  ocultarlo  de  las  de- 
mas.  A  las  Clases  externas  baxaba  muchos 
días  á  observar  el  porte  de  las  Madres  Maes- 
tras, encargándoles  el  cuidado  de  las  niñas, 
particularmente  de  las  mas  pobrecitas.   So- 
bre la  grande  tarea  del  dia  (pues  todos  los 
negocios  los  manejaba  por  sí  propia)  el  des- 
canso de  la  noche  era  salir,  quando  ya  es- 
taban recogidas  las  Religiosas ,  á  velar  la  vi- 
ña que  el  Padre  de  Familias  habia  puesto  á 
su  cuidado  en  Convento  y  Colegio.  En  este 
si  reconocía  qiie  las  Educandas,  como  ni- 
ñas ,  estaban  inquietas  haciendo  travesuras , 
avisaba  á  alguna  de  sus  Madres  Maestras  pa- 
ra que  las  fuera  á  sosegar.   Era  su  Reveren- 
cia reda,  y  procuraba  que  sus  subditas  fue- 
ran muy  observantes,  solicitando  que  nin- 


115.  ! 

giina  estuviese  ociosa,  acordándose  de  lo 

que  dice  nuestra  santa  Regla ,  que  el  ocio  es 
origen  de  todos  los  males  ^  pero  al  mismo 
tiempo  en  su  trato  familiar  era  benigna,  afa- 
ble y  festiva  en  su  conversación,  divirtién- 
dolas en  las  horas  de  quiete  y  recreaciones, 
dando  á  cada  cosa  su  tiempo,  no  agradán- 
dole  que  fueran  melancólicas,  ni  virtuosas 
con  hazañerías,  sino  que  sirviesen  á  Dios  con 
libertad  de  espíritu,  sin  nimiedades  escru- 
pulosas. Con  este  modo  de  gobierno  se  ma- 
nejó todo  el  tiempo  que  nuestro  Señor  nos 
la  concedió  por  modelo. 

En  este  primer  trienio  del  año  de  cin- 
cuenta y  cinco  tuvo  nuestra  Madre  María 
Ignacia  el  consuelo  de  recibir  la  especial  re- 
liquia del  ínclito  Mártir  San  Juan  Nepomu- 
ceno,  que  se  venera  en  nuestra  Iglesia.  Esta 
se  la  remitió  su  Tio  el  Exmó.  Señor  D.  An- 
tonio Azlor,  que  se  hallaba  de  Embaxador 
en  la  Corte  de  Viena,  á  quien  se  la  había 
regalado  la  Señora  Emperatriz  Doña  María 
Teresa  de  Austria,  y  la  traxo  el  Señor  Mar- 


1 1 6. 

qués  de  las  Amarillas,  quando  vino  de  Vir- 
rey á  esta  Nueva  España.  Esta  preciosa  re- 
liquia es  un  artejo  del  dedo  índice  del  San- 
to, colocada  en  una  imagen  suya  de  poco 
mas  de  quarta,  toda  de  oro  curiosamente  la- 
brada, y  aun  dicen  que  es  verdadera  Efigie 
del  glorioso  Mártir  (dádiva  propia  de  una 
Em^peratriz)  para  la  que  mandó  hacer  nues- 
tra Madre  Fundadora,  á  su  idea,  una  urna 
de  cristales  guarnecida  de  plata,  estribando 
la  Estatua  sobre  una  nube  asimismo  de  pla- 
ta, y  en  el  reverso  de  dicha  urna,  también 
entre  cristal,  se  dexa  ver  la  auténtica.  Fue 
para  su  Reverencia  muy  apreciable  esta  pren- 
da por  el  afedo  que  profesaba  al  Santo,  y 
el  deseo  que  tenia  de  poseer  una  reliquia  su- 
ya, que  es  tan  difícil  conseguir. 

En  veinte  y  ocho  de  Noviembre  del 
año  de  mil  setecientos  cincuenta  y  siete,  en 
atención  de  haber  verificado  y  cumplido  la 
Madre  María  Ignacia  todas  las  obligaciones 
de  Fundadora,  y  en  su  consecución  se  sir- 
vió el  Señor  Arzobispo  de  aprobar  en  toda 


I  I¡T. 

forma  de  derecho  esta  fundación,  confir- 
mando y  concediendo  al  mismo  tiempo  el 
Patronato  de  Iglesia  y  Convento  á  nuestra 
Madre  Fundadora  por  los  dias  de  su  vida, 
y  después  de  su  fallecimiento  á  sus  Sobri- 
nos los  Señores  Marqueses  de  San  Miguel 
I  de  Aguayo  y  Conde  de  San  Pedro  del  Ála- 
mo, mientras  vivieren,  y  después  de  sus 
dias  á  los  hijos  y  succesores  del  primero,  que 
llevaren  el  título  de  Marqués  de  San  Miguel 
de  Aguayo  por  linea  reda  solamente,  y  en 
su  falta  á  la  persona  que  la  Comunidad  eli- 
giere, si  le  pareciese  conveniente.  Lo  que  se 
les  hizo  saber  á  las  Madres  á  toque  de  cam- 
pana en  el  Coro  baxo,  las  que  dieron  ren- 
didas gracias  á  S.  S.  lilmá.  particularmente 
la  Madre  María  Ignacia,  que  con  esta  defi- 
nición tuvo  ya  el  lleno  de  sus  deseos,  viendo 
establecido  con  firmeza  lo  que  tanto  desve- 
lo y  oraciones  le  habia  costado.  El  motivo 
de  haberse  diferido  todo  este  tiempo  dicha 
aprobación,  fue  por  el  recelo  que  (comiO  ya 
se  dixo)  tenia  nuestro  Prelado  de  la  sufi- 


ii8. 

ciencia  de  fondos  para  que  pudiese  subsistir 
este  Coivento,  lo  que  miraba  con  pruden- 
cia respedo  á  que  nuestra  Madre  Fundado- 
ra contaba  no  solo  con  los  cien  mil  pesos 
que  le  tocaban  por  sus  legítimas,  de  los  que 
ya  se  ha  dicho  quedaron  en  ser  setenta  y 
dos  mil  por  haber  expendido  los  restantes 
en  los  viages  de  ida  á  España  y  vuelta  á  es- 
tos Reynos,  obras  pias  que  fundó  y  muchas 
limosnas  que  hizo,  como  ya  queda  insinua- 
do, sino  asimismo  con  los  cincuenta  mil  pe- 
sos que  su  hermano  el  Señor  Conde  de  San 
Pedro  del  Álamo  le  asignó  sobre  las  utilida- 
des de  la  Mina  de  Santa  Anita  en  Guana- 
xuato  para  este  fin ,  los  que  hasta  el  dia  no 
se  han  enterado,  porque  la  Mina,  frustrando 
las  piadosas  intenciones  del  Señor  Conde, 
ni  dio  ni  ha  dado  utilidades  algunas,  y  esto 
era  lo  que  conocía  S.  S.  Iilmá.  Pero  el  buen 
gobierno  y  economía  de  la  Madre  María  Ig- 
nacia  dispuso  en  buena  forma  las  rentas, 
pues  con  lo  que  quedó  después  de  conclui- 
do el  Convento,  en  que  se  gastaron  cin- 


rip. 

cuenta  y  siete  mil  pesos,  varías  alhajas  qu3 
vendió-,  menage  de  casa  y  algunos  dotes  d^ 
las  primeras  que  entraron,  con  mas  ciertas 
cantidades  que  le  volvieron,  de  que  era 
acreedora ,  procuró  prontamente  comprar 
fincas,  para  con  sus  réditos  satisfacer  y  dar 
cumplimiento  á  lo  que  habia  dispuesto. 

CAPÍTULO   DÉCIMO. 

Su  devoción  al  Santísimo  Sacramento ,  á  Ma- 
ría Sansísima  y  otros  Santos, 

#^UmpIidos  los  tres  años  de  su  Prelacia 
'^^^  el  de  cincuenta  y  ocho,  se  procedió 
á  nueva  elección,  la  que  recayó  en  la  mis- 
ma persona  de  nuestra  amada  Madre  Azlor, 
con  tanto  gusto  de  la  Comunidad  como  re- 
pugnancia de  su  Reverencia,  pues  mas  de- 
seaba obedecer  que  mandar.  La  confirmó  S. 
Illmá.  en  el  empleo  con  particular  compla- 
cencia y  hubo  de  seguir  con  la  cruz  que 
nuestro  Señor  le  habia  destinado  hasta  su 
muerte,  reconociéndosele  en  el  semblante  lo 


I20. 

azivaraio  que  quedaba  su  corazón  con  el 
nuevo  honor,  muy  debido  por  todos  títulos 
á  su  virtud  y  talentos. 

Ya  se  ha  hablado  de  su  gobierno  en 
general,  haremos  ahora  alguna  insinuación 
de  sus  virtudes  y  devociones  particulares, 
pues  para  expresar  por  menor  lo  mucho  que 
se  pudiera  decir  de  su  freqüencia  de  Sacra- 
mentos, presencia  de  Dios,  oración,  medi- 
tación, lección  de  libros  devotos,  mortifi- 
cación y  penitencia,  era  menester  que  cor- 
riera muy  dilatada  la  pluma. 

La  devoción  de  la  Madre  María  Igna- 
cia  al  Santísimo  Sacramento  era  tan  reve- 
rente, que  no  se  llegaba  á  esta  sagrada  me- 
sa sin  primero  reconciliarse  con  mucha  com- 
punción de  sus  leves  faltas^  y  aunque  era 
nimio  su  temor,  no  omitía  recibir  este  Pan 
de  vida  (no  satisfecha  de  solo  las  Comu- 
niones de  regla)  con  la  mayor  freqüencia 
que  podia,  y  tenia  particular  cuidado  de  re- 
cibirlo el  dia  del  Santo  Patrón  de  cada  mes, 
y  de  que  todas  lo  executasen :  en  muchas  fes- 


12  1. 

tivídades  de  María  Santísima  consiguió  li- 
cencia para  que  se  descubriese  al  Santísimo 
en  la  Misa  cantada,  y  á  la  tarde  por  espa- 
cio de  una  hora,  y  siempre  que  estaba  ex- 
puesto este  Divinísimo  Señor  en  nuestra  Igle- 
sia, no  se  apartaba  de  su  presencia,  si  no  la 
obligaba  alguna  distribución  ó  negocio  en 
cum.plimiento  de  su  empleo:  jamas  dexaba 
de  estar  de  rodillas  en  el  Coro,  si  no  era 
quando  se  rezaba  el  Oficio,  con  tal  com- 
postura exterior,  que  se  echaba  bien  de  ver 
la  interior  reverencia  de  su  espíritu,  que  á 
todas  las  componia.  Consiguiente  á  esta  era 
la  devoción  á  )a  santa  Misa,  sin  perder  al- 
guna de  quantas  se  decian,  lamentándose 
quandó  no  llegaban  siquiera  á  cinco,  en  re- 
verencia del  Dulcísimo  Nombre  de  María, 
y  al  Sacerdote  que  decia  la  quinta  le  reza- 
ba cinco  Salves  en  agradecimiento  de  ha- 
berle completado  este  número,  lo  que  sabido 
por  algunos  de  los  que  freqüentaban  nuestra 
Iglesia,  codiciosos  de  sus  oraciones,  solici- 
taban que  les  cayese  la  suerte,  siendo  tanto 


I  22. 

SU  anhelo  de  este  santo  Sacrificio,  que  tenía 
la  prolixidad  de.  apuntar  las  que  oía  en  la 
semana,  mes  y  año,  haciendo  exquisita.^;  di- 
ligencias por  no  perder  ninguna,  y  varias 
veces  sucedía  desayunarse  á  toda  prisa,  ó 
no  acabar,  para  alcanzar  la  Misa  que  había 
oido  tocar  ^  y  si  por  motivo  urgente  perdía 
alguna,  todo  el  día  le  duraba  el  sentimiento. 
No  obstante  esta  su  grande  devoción,  pre- 
valeció un  día  su  paciencia  y  humildad,  pues 
estando  ya  en  pie  para  ir  á  oiría,  entró  una 
Hermana,  quizá  con  mas  sencillez  que  ma- 
licia, dándole  un  libro  de  la  Vida  de  un 
Santo,  díciéndole  cjue  leyera  aquel  Capítulo 
que  era  de  la  prudencia  con  que  habia  go- 
bernado, y  se  volvió  á  sentar,  respondién- 
dole se  ]o  leyese  la  misma,  perdiendo  la  Mi- 
sa por  oirle  dicho  Capítulo,  sin  mostrar  la 
mas  mínima  turbación,  de  que  quedaron  muy 
edificadas  así  las  que  se  hallaron  presentes, 
como  las  que  después  lo  supieron.  Este  in- 
terés la  obligaba  á  sufrir  la  incomodidad  del 
aposento  en  que  vivía  con  la  ventana  á  la 


123. 

calle,  una  de  las  mas  ruidosas,  así  por  el 
continuo  tráfago  de  los  coches,  que  á  todas 
horas  del  dia  y  de  la  noche  van  y  vienen 
para  todas  las  demás  calles  del  vecindario, 
como  por  el  molesto  bullicio  de  la  gente 
vulgar,  que  para  sus  algazaras,  alborotos  y 
griterias  ni  tiene  hora  ni  guarda  concierto, 
y  teniendo  el  sueño  m.uy  ligero,  con  todo, 
para  la  Madre  María  Ignacia  era  muy  aco- 
modado y  apetecible,  porque  tenia  una  ven- 
tanilla pequeña,  que  abierta  daba  comunica- 
ción al  aposento  con  el  Coro,  facilitándole 
las  freqüentes  visitas  al  Divinísimo  Señor 
Sacramentado.  De  esta  usaba,  especialmente 
quando  estaba  enferma  ó  impedida  por  la 
obediencia,  para  asistir  á  los  divinos  Oficios 
y  visitar  ásu  divino  depositado  Dueño,  pues 
abierta  no  solo  le  franqueaba  la  presencia 
mental,  sino  también  la  real,  para  lograr  la 
mayor  inmediación  que  podia  á  los  altísi- 
mos misterios,  y  á  la  adoración  de  su  Am^ 
do. 

Con  esta  santa  industria  lograba  el  oír 


124- 

todas  las  Misas  que  se  decían  en  casa,  por- 
que si  estaba  sana  asistia  en  el  Coro,  y  si 
enferma  desde  el  aposento.  La  devoción  y 
reverencia  con  que  todo  esto  exercitaba  no 
es  fácil  expresar  en  breve,  solo  se  dice  de 
paso ,  que  las  reverencias  ó  postraciones  cor- 
porales y  externas  todas  eran  profundas,  aun 
siendo  muy  freqüentes,  si  no  decimos  con- 
tinuadas,, porque  se  habia  de  postrar  inde- 
fedible  y  profundamente  siempre  que  men- 
taba á  la  Santísima  Augustísima  Trinidad, 
el  dulcísimo  nombre  de  Jesús,  el  Santísi- 
mo de  María,  y  no  solo  quando  su  Reve- 
rencia los  nombraba,  sino  también  siempre 
Que  los  oia  nombrar,  si  se  hacia  alguna  men- 
¿ion  de  la  sagrada  Eucaristía,  ó  se  mencio- 
naban los  otros  tres  Santísimos  Señores  Jo- 
seph,  Joaquin  y  Ana:;  y  como  todos  estos 
sacratísimos  nombres  son  tan  continuos  en 
los  rezos,  oraciones,  deprecaciones,  y  aun 
en  conversaciones  piadosas ,  puede  con  ver- 
dad decirse  que  estas  postraciones  rendidas 
eran  aun  mas  que  freqüentes  continuas:  tan- 


125. 

to  y  con  tal  constancia,  que  agonizando  es- 
taba, ya  desamparada  de  las  naturales  fuer- 
zas, sin  poder  valerse  de  sí  para  nada  de  su 
alivio,  y  con  todo  siempre  que  los  que  le 
auxiliaban  mencionaban  alguno  de  los  ya  di- 
chos sagrados  nombres,  habia  de  inclinar  la 
cabeza  para  hacer  la  reverencia,  y  si  se  nom- 
braban seguidamente,  la  inclinaba  seguida- 
mente, hasta  las  dos  últimas  boqueadas,  que 
se  duda  si  los  oyó.  De  aquí  se  infiere  la  con- 
tinua presencia  de  Dios  que  tenia  quien  con 
tanto  tezon  se  aduaba  en  los  aQos  dichos. 

Su  devoción  á  María  Santísima  se  pue- 
de llamar  eximia,  pues  desde  niña  le  rezaba, 
sin  faltar  dia  alguno,  su  Oficio  y  el  Rosario 
de  quince  misterios :  continuamente  le  hacia 
Novenas,  y  solia  juntar  á  otras  quatro  que 
la  acompañasen,  porque  procuraba  en  todo 
ajustar  el  número  de  cinco  en  reverencia  de 
las  cinco  letras,  y  por  la  misma  erigió  cin- 
co lugares  de  gracia  para  Colegialas,  que  se 
distinguen  de  las  otras  en  el  Escudo  que  lle- 
van del  nombre  de  María ,  teniendo  las  de- 

i8 


12(5. 

mas  por  divisa  del  hábito  de  nuestra  Sex^ora 
del  Pilar  en  el  brazo  izquierdo  un  pilarito 
de  plata.  Todas  las  admisiones  así  de  Reli^  1 
glosas  como  de  Colegialas,  habían  de  ser  en 
festividades  de  nuestra  Señora,  y  si  esta  es-    . 
taba  lejos,  á  lo  menos  en  Sábado  por  dia    ' 
consagrado  á  esta  Señora.   Se  le  notó  que 
quanto  se  le  pedia  por  la  Virgen  lo  conce- 
día, aunque  con  prudente  disimulo,  porque 
no  se  valieran  de  esto  para  impertinencias. 
Hacia  en  su  honor  varias  limosnas,  y  si  oia 
pasar  algún  pobre  por  la  calle  pidiendo  por 
María  Santísima,  si  no  era  á  deshora  envia- 
ba á  la  Tornera  algún  socorro  para  que  le 
diera,  pues  en  esto  y  en  el  culto  divino  em- 
pleaba al  vitalicio  ó  reserva  que  sus  herma- 
nos le  asignaron.  El  Viernes  Santo  acompa- 
ñaba á  esta  Señora  en  su  Soledad  con  las 
tres  horas  que  le  hacia  en  su  aposento,  de 
doce  á  tres  de  la  tarde,  con  muchas  lágri- 
mas de  ternura  y  compasión  de  sus  dolores, 
en  cuya  memoria  procuraba  fuesen  siete  con 
su  Reverencia  las  que  se  congregaban  á  este 


12^. 

devoto  exercicio,  y  quedando  las  otras  ren- 
didas, solo  nuestra  Madre  María  Ignaciaera 
incansable,  después  de  haber  empleado  la 
luañana,  acabados  los  divinos  Oficios,  en 
otras  muchas  devociones  propias  del  dia,  lo 
que  continuaba  á  la  tarde  en  los  tiempos 
que  cesaban  las  distribuciones,  que  admira- 
bam.os  como  tenia  aliento  para  tanto,  sien- 
do así  que  la  noche  anterior  no  sabemos  si 
se  llegaba  á  acostar.  Solicitaba  este  dia  que 
á  todas  las  Imágenes  de  Dolores  que  habia 
en  el  Convento  se  les  diese  algún  especial 
culto.  Su  devoción  era  tant?,  que  todo  enca- 
recimiento es  corto :  solia  decir  tenia  mucha 
envidia  al  Rey  Don  Jayme  de  Aragón  por 
los  muchos  Templos  que  habia  dedicado  á 
nuestra  Señora,  y  se  puede  contar  por  pro- 
digioso un  caso  que  sucedió.  La  Señora  Mar- 
quesa su  Madre  tenia  en  esta  Ciudad  estre- 
chez con  una  Señora  Aragonesa,  la  qual  vi- 
vía en  una  de  estas  casas  que  hoy  son  Con- 
vento: esta  tenia  una  Efigie  de  nuestra  Se- 
ñora del  Pilar  de  marfil  hecha  en  China  por 


128. 

un  Sangley  gentil ,  el  que  después  de  haber- 
la hecho  se  prendó  tanto  de  su  hermosura, 
que  se  hizo  Christiano.  Era  tan  crecida  la 
inclinación  de  la  niña  María  Ignacia  á  esta 
sagrada  Imagen ,  que  le  rogaba  á  menudo  a 
su  Señora  Madre  viniesen  á  visitar  á  Doña 
María  Sanz  (que  así  se  llamaba  la  amiga  Ara- 
gonesa) solo  por  lograr  el  consuelo  de  ver 
esta  Imagen,  la  que  entonces  estaba  coloca- 
da  en  una  pieza  que  vino  á  ser  el  mismo 
aposento  en  que  murió  después  su  Reveren- 
cia. Es  á  saber,  que  habiendo  enviudado  di- 
cha Doña  María,  le  tenia  comunicado  á  la 
Señora  Marquesa  hermana  de  nuestra  Madre 
María  Ignacia  que  habia  de  dexársela  á  su 
Reverencia  quando  ella  muriera.  Volvió  á 
casarse  con  un  Aragonés,  y  quando  falleció 
dicha  Señora  se  quedó  este  Caballero  con  la 
Efigie,  diciendo  quando  se  le  reconvino,  no 
estar  en  el  testamento  esta  donación ,  por  lo 
que  le  propuso  nuestra  Madre  Fundadora, 
porque  se  la  dexara,  darle  otra  de  marfil  y 
doscientos  pesos.  No  convino  en  ello,  pues 


129. 

su  ánimo  era  llevarla  á  España,  y  colocarla 
haciéndole  una  Capilla  en  su  tierra.  Ya  pró- 
ximo su  viage  le  suplicó  la  Madre  María  Ig- 
nacia  que  siquiera  nos  la  traxera  para  verla 
y  despedirse  de  su  Magestad.  Condescendió 
en  esto,  pero  con  tal  desconfianza,  que  no 
quiso  dexarla  entrar  dentro  de  la  Portería, 
sino  solo  que  la  vieran  inmediata  á  la  puer- 
ta :  con  este  sentimiento  le  dixo  su  Reveren- 
cia: Ahí  castigará  á  usted  la  Virgen  porque 
nos  la  lleva ^  que  esa  Imagen  es  nuestra:  pa- 
labras que  habiéndolas   proferido  solo  por 
efefto  del  dolor  de  la  pérdida  de  lo  que  tan- 
to amaba,  se  vieron  verificadas.  Fuese  el  Ca- 
ballero, y  habiendo  llegado  á  Sevilla  se  vol- 
vió loco^  después  le  dio  una  enfermedad  en 
Cádiz,  con  la  qual  le  volvió  el  juicio,  y  en 
su  testamento  dexó  ordenado  nos  traxesen 
la  Santísima  Imagen^  y  costeasen  de  su  cuen- 
ta la  conducción ,  pagando  esta  soberana  Se- 
ñora á  su  devota  el  tierno  amor  que  la  pro- 
fesaba. Con  esta  noticia,  tart3  fue  el  gozo 
de  lo  que  conseguía,  como  la  pena  de  la  fa- 


I30. 
talidad^  acaecida  al  Sugeto,  sintiendo  haber 
dicho  aquellas  palabras  que  inocentemente 
produxo.  Aquí  es  de  advertir,  que  tuvo  tan- 
ta confianza  la  Madre  María  Ignacia  de  que 
la  Virgen  habia  de  volver,  que  sabiendo  te- 
nia corona  de  oro  y  el  Niño  de  plata,  an- 
tes de  tener  algún  aviso  se  la  mandó  hacer 
de  oro.  En  fin,  después  de  varias  revolucio- 
nes por  el  motivo  de  la  guerra  y  otros  acon- 
tecimientos, síq  diligencia  alguna  de  su  Re- 
verencia, asentada  la  paz,  en  los  primeros 
Navios  vino  nuestra  Señora,  la  que  recibi- 
mos con  repique  y  cantando  el  Te  Deum, 
El  dia  doce  de  Mayo  del  ario  de  sesenta  y 
tres,  Sábado  por  la  mañana,  se  pasó  de  la 
Portería  á  la  Iglesia  procesional  mente,  co- 
menzando desde  este  dia  un  Novenario,  y 
aunque  por  entonces  se  colocó  en  el  Altar 
mayor,  hoy  dia  la  tenemos  en  el  Coro  alto, 
por  haberse  puesto  en  el  nicho  de  Ja  Iglesia 
la  Imagen  que  llamamos  regularmente  la  Pa- 
trona,  porque  fue  de  la  Madre  de  nuestra 
Fundadora,  quien  la  llevó  á  España,  y  quan- 


131. 

do  estuvo  en  Zaragoza  logró  tenerla  nueve 
días  en  la  santa  Capilla,  y  la  hizo  tocar  á  la 
original :  dicen  está  hecha  á  las  mismas  me- 
didas de  aquella  milagrosísima  Imagen  Co- 
lumna de  la  Fe  y  amparo  de  toda  España^ 
por  lo  que  con  particular  amor  y  venera- 
ción la  tuvo  siempre  en  su  aposento  hasta 
que  murió. 

•  La  devoción  á  los  Santos  era  tan  ge- 
neral, que  no  es  fácil  especificar  quales  so- 
bresalian,  porque  en  cada  uno  hallaba  par- 
ticular motivo  su  piedad ,  pues  .á  unos  por- 
que se  esmeraron  en  el  amor  de  la  dolorosa 
Pasión  de  nuestro  Señor  Jesuchristo,  otros 
en  el  culto  y  tierno  afeito  á  María  Santísi- 
ma, y  á  atros  por  alguna  particular  virtud 
en  que  mas  se  señalaron,  se  puede  decir  que 
no  habia  Santo  que  no  invocara.  El  deseo 
que  tenia  de  la  protección  de  estos  le  hizo 
solicitar  de  Roma  muchas  reliquias,  pues  á 
mas  de  la  Sábana  Santa  tocada  á  la  original 
que  se  venera  en  Turin,  por  medio  del  Se- 
ñor Sada  hermano  del  Señor  Marqués  de 


132. 

Campo-real,  que  la  consiguió  quando  fue 
sirviendo  á  la  Señora  Infanta  Doña  María 
Antonia  de  Borbon,  que  pasó  á  casar  á  Sa- 
boya  con  el  Señor  Duque  Príncipe  del  Pia- 
monte  ^  y  dos  Santas  Verónicas  asimismo  to- 
cadas á  las  originales,  que  le  enviaron  de 
Roma,  quatro  Cuerpos  de  Santos  Mártires, 
dos  de  éstos  vestidos,  que  son  San  Clemen- 
te y  Santa  Cándida,  dádiva  de  los  Eminen- 
tísimos Señores  Cardenales  Guadagni  y  Por- 
tocarrero,  los  otros  dos  de  San  Rufo  y  San- 
ta Rudinetris,  están  sus  huesos  colocados  en 
dos  urnas,  y  miuchas  reliquias  con  sus  au- 
ténticas que  se  veneran  todas  en  un  Altar 
de  nuestra  Iglesia. 

CAPÍTULO  UNDÉCIMO. 

Su  observancia  de  los  rotos  y  otras  virtudes. 

Pobreza,  castidad  y  obediencia  son  la    \ 
esencia  de  la  Religión.  Quiea  tan  adic- 
ta estaba  á  la  piedad  y  devoción,  bien  sede- 
xa  entender  quan  desprendida  estarla  de  to- 


133- 

do  Jo  que  es  intereses  y  amor  á  los  bienes 

temporales ,    incompatibles  con  el   recogí- 
-  miento  interior:;  pues  quien  estos  bienes  ama 
no  puede  del  todo  entregarse  á  Dios ,  y  ha- 
biendo ya  en  lo  autecedente  mjanifestado  la 
interioridad  con  que  nuestra  amada  Madre 
continuamente  se  exercitó  toda  su  vida  en  el 
trato  con  Dios ,  parece  que  se  ha  dado  á  co- 
nocer bastante  el  despego  que  siempre  tuvo, 
que  es  en  lo  que  esencialmente  consiste  la 
pobreza  voluntaria.  Nada  deseaba,  nada  ape- 
tecía, nada  poseía.  ¡Qué  mayor  desprecio  de 
mundanos  bienes!  Por  el  contrario,  se  com- 
placía con  los  remiendos ,  rehusando  ponerse 
cosas  nuevas,  y  era  menester  instarle  con 
pretexto  de  que  era  dia  de  la  Virgen  para 
que  lo  admitiera.  Se  regocijaba  con  la  des- 
calzas, y  se  recreaba  con  ios  efeftos  de  ne- 
cesidad: así  se  portaba  como  verdaderamen- 
te pobre  voluntaria.  La  diferencia  que  hay 
del  pobre  por  Jesuchristo  á  el  pobre  por  la 
fortuna,  no  es  otra  sino  que  aquel  tiene  por 
gloria  su  indigencia ,  y  este  tiene  por  traba- 

19 


134- 
jo  su  escasez.  La  Madre  María  Ignacia  esta- 
ba tan  lejos  de  lamentarse  de  su  penuria, 
que  antes  le  servia  de  desazón  su  remedio  ^ 
porque  si  las  muchas  bocas  de  la  pobre  ro- 
pa que  vestía  obligaba  á  la  caritativa  provi- 
dencia de  la  Religión  á  ponerle  ropa  nueva 
que  le  cubriese,  le  causaba  con  su  misma 
caridad  una  grave  mortificación  en  su  áni- 
mo, pues  mas  quería  cubrirse  por  necesidad 
con- remiendos,  que  abrigarse  por  comodi- 
dad con  renuevos.   Los  zapatos  habían  de 
ser  tales,  que  bastasen  á  verificar  que  no  pro- 
fesaba descalzés,  pero  no  tan  buenos  que  la 
acreditasen  de  calzada;  sino  en  una  media- 
nía de  tal  naturaleza,  que  cubriéndole  el  pie 
no  le  privase  de  la  mortificación  de  descal- 
za. El  hábito,  toca  y  demás  ropa  de  miOdo, 
que  quitándole  el  sonrojo  de  descubierta, 
no  le  privase  de  la  gloria  de  desnuda;  sino 
que  concíliando  su  profesión  con  la  decen- 
cia, le  cubriese  con  moderación  el  cuerpo, 
sin  ocuparle  en  la  mas  leve  complacencia  el 
espíritu.  La  comida  también  era  propia  de 


135- 

pobres,  porque  á  mas  de  la  parcimonia  que 

en  ella  observaba,  que  era  tanta  que  no  sa- 
bemos si  su  alimento  alcanzaría  muchas  ve- 
ces á  acallar  los  gritos  de  la  necesidad  de  su 
atormentado  cuerpo,  estaba  reñida  con  toda 
delicadeza  de  viandas,  en  tanto  grado,  que 
el  saberle  bien  era  delito  tan  grave  en  el  ino- 
cente plato,  que  esto  solo  era  causa  para 
apartarle  de  sí  con  un  santo  aborrecimiento, 
como  si  le  hubiera  hecho  un  grandísimo 
agravio:^  y  solia  decir  en  sus  conversacio- 
nes, que  no  habia  bocado  mas  gustoso  co- 
mo dexar  al  Niño  Jesús  el  que  mas  agrada 
al  paladar.  Todo  esto  lo  hacia  fingiendo  ape- 
tito é  inmortificacion  lo  que  era  deseo  de 
mortificarse:  quien  con  tan  poca  y  burda 
ropa,  con  tan  escaso  y  vulgar  alimento  es- 
taba contenta,  claro  está  que  nada  habia  de 
desear  ni  apetecer  fuera  de  lo  necesario  pa- 
ra la  conservación  de  la  vida,  y  aun  esto 
tan  preciso  parece  no  lo  apetecia,  según 
veiamos  todas  lo  poco  que  deseaba  el  vivir. 
A  vista  de  este  exemplar  desengaño  no 


13(5. 

será  difícil  el  presumir  quanto  se  esmeraría 
nuestra  Madre  Fundadora  en  la  virtud  de  la 
pureza,  que  tanto  mas  se  esclarece,  quanto 
mas  se  le  escasea  el  regalo  y  su  manteni- 
miento á  la  naturaleza.  Las  palabras  que  si- 
guen son  todas  de  su  Confesor  el  M.  R.  P. 
Joseph  Carrillo:  „  Era  realmente  en  su  Re- 
,  verencia  esta  virtud  Angélica ,  porque  era 
,  tan  elevada,  que  no  fue  triunfo  conseguí- 
,  do  por  batalla,  pues  no  fue  molestada  aun 
,  de  aquellas  sombras  que  osadas  intentan 
,  oponerse  á  las  luces  mas  claras  de  la  lím- 
,  pieza,  sino  un  como  don  que  sin  vido- 
,ria  alguna  quiso  concederle  liberal  la  di- 
,  vina  Providencia,  tanto  que  sin  pondera- 
,  cion  alguna  en  este  punto,  podia  decirse 
,  que  la  Madre  María  Ignacia  era  Ángel  sin 
, carne  humana,  según  la  tranquilidad,  paz 
,  y  sosiego  con  que  poseía  este  tesoro,  vir- 
,  tud  que  es  propia  de  los  Angeles.  Ni  me 
,hace  á  mi  fuerza  alguna,  porque  si  bien 
,  este  es  siempre  favor  y  beneficio  que  de 
^j  lo  alto  viene^  pero  en  humana  prudencia 


i3r- 

,,  me  consta  que  puso  de  su  parte  los  me-- 
„  dios  mas  eficaces  que  en  las  máximas  de 
,,  espíritu  pueden  ponerse  para  impedir  la 
„  entrada  para  la  lucha  á  el  enemigo.  Este  pu- 
5,  do  considerarse  de  dos  maneras,  ó  como 
,, doméstico,  ó  como  extraño:  aqueles  la 
„  propia  carne,  y  este  es  el  Demonio,  que 
„  aunque  Ángel  en  su  naturaleza^  sucio  en 
„  sus  intentos,  prefiíere  astuto  la  malicia  de 
„  su  depravada  intención  á  la  limpieza  na- 
„  tural  de  su  propio  ser..  Este  nunca  tuvo  lu- 
„  gar  de  combatir  la  fortaleza  del  ánimo  de 
„  nuestra  Madre  con  aquellas-  asquerosas  es~ 
„  pecies  con  que  acostumbra  atormentar  mas 
„á  las  almas  y  quanto  estas  mas  detestan  y 
5,  aborrecen  sus  ascosf^;  porque  como  siempre 
„  estaba  ocupada,  y  tan  bien  ocupada,  no^ 
„  lograba  jamas  tiempo  en  que  presentarle 
,^  batalla,  y  por  falta  de  oportunidad  que- 
„  daba  siempre  su  astucia  desayrada.  Es  ver- 
^,  dad  que  la  continuación  que  observaba  en 
^,  los  exercicios  de  piedad  y  devoción  era 
,,  indispensable  que  tuviese  muchas  inter-^ 


138. 

rupciones,  así  por  la  secuela  de  la  misma 
distribución,  como  por  la  atención,  ya  del 
oficio,  ya  del  empleo  de  Priora  en  que  ie 
habia  puesto  la  obediencia:;  pero  ni  aun 
en  esos  ratos  interruptos  estaba  ociosa  pa- 
ra que  pudiese  desafiarla  el  enemigo:;  por- 
que á  mas  de  lo  que  le  habia  de  embargar 
la  atención  el  negocio  mismo  que  trataba, 
ó  la  ocupación  externa  en  que  se  emplea- 
ba, su  Reverencia  se  prevenia  con  alguna 
obra  de  manos  (y  regularmente  era  el  te- 
xido  de  calzeta)  para  que  este  le  embara- 
zase la  tal  qual  atención  que  pudiera  so- 
brarle del  embargo  que  habia  hecho  ó  de- 
bía hacer  el  negocio  ú  ocupación  que  le 
habia  obligado  á  separarse  de  su  amado  re- 
tiro. Con  este  prudente  cuidado  impedia 
los  abances  á  el  enemigo  extraño,  á  quien 
siempre  que  la  buscaba  se  le  respondía 
prontamente  que  estaba  ocupada.  No  es 
tan  fácil  libertarse  de  los  insultos  del  otro 
enemigo  doméstico ,  porque  como  está 
siempre  dentro  de  casa,  tiene  mas  faciii- 


lap- 
idad para  acometer^  y  con  naturalidad  lo- 

„  gra  ocasiones  oportunas  en  que  presentar- 

„  se  para  dar  mucho  cuidado  con  sus  avan- 

„  ees  tan  importunos  como  impensados^  pe~ 

,,  ro  la  Madre  María  Igriacia  supo  contener 

,,  su  orgullo,  abatiéndole  los  humos  y  qui- 

„  tándole  las  fuerzas  para  reprimir  su  osa- 

,,  dia.  A  mas  de  lo  constante  de  su  oración, 

,,  se  entregó  de  suerte  á  la  externa  mortifi- 

„  cacion,  que  ya  se  contentaría  la  pobre  car- 

„  ne  afligida  con  que  se  le  concediese  siquie- 

„  ra  algún  descanso  para  la  vida  sin  pensar 

„  en  los  atrevimientos  de  su  apetito.  El  ci- 

„  licio  y  disciplina  eran  inseparables  com- 

„  pañeros  de  su  cuerpo,  sin  que  le  valiese  á 

„  este  jamas  la  excusa  de  sus  dolencias  y  en- 

^,  fermedades ;   porque  no  se  atendían   sus 

„  clamores  por  mas  que  se  encendiese  la  ca- 

„lentura,  sino  que  á  la  aflicción  del  acci- 

„  dente  se  le  anadia  la  de  la  penitencia  para 

„  humillar  su  engreimiento.  „  Hasta  aquí  su 

Confesor. 

A  mas  de  lo  dicho  por  el  Padre,  no- 


140. 
so  tras  somos  testigos  oculares  de  muchas  co- 
sas: en  una  ocasión  que  se  debió  su  Reve- 
rencia de  descuidar  por  salir  prontamente 
del  aposento,  entró  una  Religiosa  á  buscar- 
la, y  vio  al  lado  de  ia  cama  tantos  y  tales 
instrumentos  de  penitencia,  que  asegura  se 
horrorizó  pareciéiidole  no  le  quedaba  miem- 
bro libre  según  la  diversidad  que  había.  El 
ayuno  era  tan  rigoroso,  que  muchas  veces 
nos  parecia  especie  de  crueldad  ó  tirania, 
porque  se  afligia  con  tanta  severidad,  que 
sallan  al  rostro  algunas  veces  las  quexas  de 
la  destrozada  naturaleza.  Especialísimamen- 
te  admirábamos  todas,  que  desde  que  se  can- 
taba la  Gloria  el  Jueves  Santo,  hasta  la  del 
Sábado,  no  probaba  el  agua,  y  el  Viernes 
Santo  ni  pan,  siendo  su  complexión  muy 
ardiente  (motivo  porque  acostumbraba  to- 
mar mucha  por  necesidad)  el  tiempo  calu- 
roso, y  nuestras  distribuciones  mas  largas 
de  io  regular,  con  todo  lo  que  $u  Reveren- 
cia se  añadí;^9  ya  se  infiere  la  mortificación 
que  sería. 


141- 

Una  Religiosa  de  su  confianza,  que  la 
observaba  mas  de  cerca,  movida  de  la  com- 
pasión que  le  causaba  el  verle  en  estos  dias 
los  labios  secos  y  partidos,  y   la  lengua  y 
estos  negros ,  le  reconvenía  que  con  qué  con- 
ciencia hacia  esto,  pues  era  tan  necesaria  su 
vida:  la  respuesta  era  reirse,  y  un  año  que 
se  puso  á  llorar  de  verla,  la  riñó  con  gracia, 
diciéndole  que  era  una  artificiosa.  La  noche 
del  Jueves  Santo  quanto  añadirla  á  sus  peni- 
tencias, pues  estando  acostumbrada  á  tantas, 
al  dia  siguiente  Viernes  era  muy  notable  la 
palidez  de  su  semblante,  que  siempre  era 
muy  encendido.  Por  esta  ardencia  de  su  tem- 
peramento tuvo  mucho  que  ofrecer  á  Dios 
en  el  de  Tudela ,  por  ser  allí  en  el  verano 
excesivo  el  calor,  á  cuya  causa  toleró  por 
dos  años  unas  ronchas  de  que  se  le  llenó  to- 
do el  cuerpo,  sin  admitir  alivio  alguno,  mor- 
tificándola al  mismo  tiempo  el  decirle  algu- 
nas Religiosas ,  que  qué  mal  era  aquel  tan  ra- 
ro ,  que  sin  duda  sería  alguna  enfermedad  de 
Indias,  y  por  eso  no  conocido  allí,  siendo 

20 


142. 
así  q  ue  no  era  mas  que  efeño  de  la  sangre 
ardiente,  junto  con  el  calor  dicho  del  país 
y  la  ropa  de  lana  negra,  pues  sin  embargo 
de  que  algunas  estilaban,  con  licencia,  lle- 
var armadores  blancos  con  medias  mangas 
negras,  nunca  admitió  esta  dispensa,  dicien- 
do, que  para  eso  se  entra  en  la  Religión, 
para  padecer,  que  esa  era  una  de  las  cosas 
en  que  se  debía  mortificar  una  Esposa  de 
Christo. 

Quien  tanto  cuidaba  de  la  morüñcsL- 
cíon  exterior,  quanto  se  daria  á  la  interior, 
siendo  la  principal.  Con  el  motivo  de  la  fun- 
dación oyó  varios  desprecios ,  de  modo  que  ^ 
hasta  versos  muy  satíricos  le  compusieron, 
y  no  solo  no  se  quejó  ni  tomó  esto  en  bo- 
ca, pero  ni  permitía  que  se  hablase  del  asun- 
to, poniendo  precepto  á  las  Religiosas,  que 
aunque  llegaran  á  sus  manos  no  los  leyeran. 
Por  las  oposiciones  á  esta  toleró  muchas  pa- 
labras que  pudieron  haberle  indispuesto  el 
ánimo,  y  su  sufrimiento  lo  recibía  con  sem- 
blante sereno.  En  una  ocasión  le  escribió 


143- 

una  Carta  un  Padre  de  una  niña  Colegiala 

llena  de  imprudentes  expresiones,  y  por  al- 
gún motivo  conveniente  se  la  mostró  á  la 
Maestra  de  esta,  la  que  leyéndola,  le  pre- 
guntó admirada,  que  qué  respondia  su  Reve- 
rencia á  aquello,  y  le  dixo  con  gran  sereni- 
dad que  nada,  porque  á  esas  cosas  no  se 
contextaba,  y  procuró  especializarse  en  el 
cariño  con  la  niña.  En  otros  asuntos  se  le 
notó  oir  algunas  razones  que  la  mortifica- 
ban bastante,  sin  desplegar  sus  labios.  Lo 
mismo  en  graves  y  muchas  pesadumbres  que 
tuvo  por  el  dircurso  de  su  gobierno,  no  ma- 
nifestaba en  el  semblante  lo  que  sentia  su 
corazón,  observándosele  que  si  alguna  leda- 
I  ba  que  sentir,  buscaba  oportunidad  de  ha- 
cerle algún  favor,  ó  concederle  alguna  li- 
cencia que  á  otras  solia  negar.  Conforme  á 
su  mortificación  era  su  humildad:  nunca  ala- 
baba su  linage:  quando  era  forzoso  hablar 
de  los  suyos,  lo  hacia  con  m.oderacion,  sin 
preferir  los  ricos  á  los  pobres,  ni  desdeñar- 
se de  tener  estos  en  -su  familia,  y  hablando 


144- 
igualmente  de  unos  que  de  otros:  sin  duda 

por  humillarse  solia  escribirles  á  los  parien- 
tes que  tenia  en  la  Corte  en  algún  papel  vie- 
jo y  arrugado :  no  siendo  su  Reverencia  de 
genio  escaso  ni  desaseado,  tendría  en  ello 
gran  vencimiento^  y  si  las  que  la  veian  le 
hacian  alguna  reconvención,  les  respondía 
en  tono  de  pregunta,  ¿y  la  santa  pobreza? 
Habiendo  hablado  de  la  pobreza  y  cas- 
tidad de  nuestra  Madre  Fundadora,  diremos 
algo  de  la  obediencia,  que  es  la  virtud  mas 
esencial  en  la  Religión,  y  lo  que  hace  á  una 
ser  Religiosa,  esa  es  la  que  agrada  á  Dios 
mas  que  el  sacrificio  y  las  vídimas:  siendo 
tan  recomendada   de  nuestro  Santo  Padre 
Ignacio  y  de  nuestra  Venerable  Madre  Jua- 
na de  Lestonac,  á  quienes  se  puso  por  n\o- 
délo,  ya  se  entiende  en  qué  grado  exercita- 
ria  esta  virtud^  queda  dicho  como  obedeció 
desde  niña  á  sus  Padres.  Luego  que  tomó  el 
hábito,  todo  el  tiempo  que  fue  siíbdita  se 
esmeró  en  ella,  siendo  muy  exáda  en  su 
cumplimiento,  aborreciendo  mucho  el  man- 


I    -i   ^ 

dar,  como  se  vio  en  la  salida  de  Tudela, 
que  no  quiso  admitir  el  venir  de  Prelada,  y 
quando  á  esto  la  obligó  la  obediencia,  vivió 
muy  mortificada,  y  siempre  sujeta  á  la  Ma- 
dre María  Ignacia  Sartolo,  que  vino  de  Pre- 
sidenta, á  \di  que  miraba  como  si  actualmen- 
te JO  fuera.  La  sujeción  que  tuvo  á  sus  Su- 
periores fue  como  de  la  hija  mas  dócil  á  su 
Padre,  sin  repugnar  ni  poner  dificultad  en 
executar  sus  órdenes:  gustaba  de  posponer 
su  didámen  al  ageno,  y  aunque  conociera 
que  el  su^^o  sería  mas  acertado,  como  en  al- 
gunas ocasiones  sucedió  no  salirle  bien  el 
que  le  dieron,  con  todo  deponía  el  suyo 
por  no  dexarse  llevar  de  su  parecer,  y  su- 
cedió con  alguna  de  las  Religiosas,  que  pre- 
guntándole su  diftámen,  y  dándole  á  ésta 
cortedad  con  el  natural  encogimiento  de  ser 
Prelada,  le  decía  que  mejor  lo  sabia  su  Re- 
verencia^ esto  lo  sentía,  y  aun  se  mostraba 
enojada.  En  los  ocho  días  antes  de  las  elec- 
ciones, en  que  previenen  nuestras  Constitu- 
ciones el  que  quede  depuesta  la  que  está  de 


I 

Prelada  y  gobierne  una  Vicaria,  que  se  eli- 
ge por  la  Comunidad ,  era  tanto  el  regocijo 
que  tenia  de  verse  subdita  en  aquel  tiempo, 
que  andaba  buscando  licencias  que  pedir  pa- 
ra tener  esa  gloria,  y  queriendo  en  estos 
dias  leer  en  Refedorio,  y  otros  varios  exer- 
cicios  de  que  las  demás  llevan  semanas  y  la 
Prelada  no.  En  esta  virtud  tan  necesaria  pa- 
ra la  vida  religiosa  queria  nos  esmerásemos 
mucho,  exhortándonos  á  la  prádica  de  ella, 
contándonos  algunos  exemplos  conducentes 
á  este  fin. 

.     CAPÍTULO   DUODÉCIMO. 
Fe^  Esperanza  y  Caridad  de  la  Madre 
María  Ignacia, 

S  la  Fe  la  primera  piedra  del  funda- 
mento de  nuestra  justificación,  con 
cuyas  máximas  nos  alentamos  para  obrar 
bien,  las  que  nunca  perdió  de  vista  nuestra 
amada  Madre.  Estas  le  obligaron  á  dexar  el 
mundo,  abrazar  la  cruz  de  la  Religión,  con- 


í4?. 
sagrarse  á  Dios  en  agradable  holocausto,  y 

promover  su  gloria  y  la  de  su  Santísima  Ma- 
dre, á  costa  de  trabajos  y  contradicciones, 
como  ya  hemos  visto  en  el  progreso  de  es- 
ta fundación,  la  que  emprendió  con  el  de- 
seo de  que  por  m.edio  de  nuestro  sagrado 
Instituto  se  desterrara  la  ignorancia  de  mu- 
chas tiernas  plantas,  que  por  su  pobreza  no 
logran  el  riego  de  la  dottrina  christiana ,  y 
carecen  de  la  instrucción  de  los  divinos  mis- 
terios, como  lo  estamos  experimentando  ca- 
I  da  dia  en  nuestras  Clases.  El  deseo  que  te- 
nia de  dilatar  por  rodo  el  mundo  la  Fe  de 
Jesuchristo,  se  prueba  en  una  manda  que 
nos  consta  haber  dcxado  en  su  testamento 
para  que  se  fundara  una  Misión :  dice  así  la 
clausula:  „  Se  junten  dos  mil  pesos  (decla- 
„  rando  arriba  de  donde,  que  no  hace  á 
„  nuestro  intento)  y  los  pongan  á  réditos, 
„  para  que  si  dentro  de  doce  años  es  niies- 
„  tro  Señor  servido  que  se  conquiste  la  Apa- 
„  chería,  en  aquel  parage  se  funde  una  Mi- 
„  sion  para  los  Indios  de  esta  nación^*  y  si 


14B. 
„  á  mis  hermanos  les  parece  mejor  se  erija 
„  en  los  Texas,  dedicándola  á  nuestra  Seño- 
„  ra  de  la  Luz,  porque  esta  soberana  Antor- 
„  cha  destierre   con  sus  claridades  las  tinie- 
„  blas  del  gentilismo  en  que  viven  aquellos 
„  desdichados,  en  unos  Paises  tan  dilatados 
„  y  amenos  por  naturaleza,  como  áridos  de 
„  la  gracia,  previniendo,   es  mi  voluntad, 
„  que  la  dicha  Misión,  no  habiendo  incon- 
„  veniente  invencible  que  lo  impida,  sea  en- 
„  tregada  á  el  cuidado  de  los  Padres  de  la 
„  sagrada  Compañia  de  Jesús,  pues  es  noto- 
„  rio  que  los  Indios  de  aquellos  parages  pi- 
„  den  y  desean  mucho  Sugetos  de  esta  Re- 
„  ligion,  y  mostrar  la  experiencia  que  adon- 
„  de  inclina  la  voluntad  se  cautiva  con  fa- 
„cilidad  el  entendimiento.,,  Efedo  de  su 
viva  Fe  era  la  freqüente  y  humilde  reveren- 1 
cia  con  que  se  ha  dicho  asistia  ante  el  Tro- ' 
no  del  divino  Señor  Sacramentado.   Su  es- 
mero en  el  culto  de  este  Señor  era  singular^ 
todo  le  parecía  poco  en  obsequio  de  su  Ama- 
do. Procuraba  que  hubiera  muy  buenos  or- 


149- 

namentos ,  que  todo  estuviese  muy  aseado  y 

cumplido.  Intentaba  hacer  una  Custodia  de 
oro  con  diamantes  y  esmeraldas,  paralo  que 
había  reservado  varias  alhajas  suyas,  y  de- 
cia  deseaba  hacerla  antes  de  su  muerte.  No 
quiso  su  Magestad  darle  este  consuelo:;  pe- 
ro nos  dexó  casi  todo  lo  suficiente,  y  hoy  en 
dia  está  cumplida  su  voluntad.  Todos  aque- 
llos con  que  se  ha  dicho  obligaba  á  los  San- 
tos ,  paraban  en  Dios  como  en  último  fin  y 
objeto  único  de  sus  adoraciones. 

De  esta  divina  virtud  de  la  Fe  fue  no 
solo  hija,  pero  también  nobilísima  parte  la 
firmeza  de  la  esperanza  que  siempre  tuvo  la 
Madre  María  Ignacia,  pues  hemos  visto  que 
no  flaqueó  en  medio  de  tantas  contradiccio- 
nes que  antes  y  después  de  la  fundación  pa- 
deció ,  confiando  mas  en  Dios  que  en  las  di- 
ligencias humanas,  las  que  no  dexaba  de  ha- 
cer, acompañándolas  con  instantes  súplicas 
al  Todo- poderoso,  en  quien  confiaba  se  lo 
había  de  conceder  como  que  era  causa  suya, 
superando  su  esperanza  á  todos  los  com- 

21 


i 


I  so. 
bates  sin  perderla  de  veacer  mediante    su 
Provideacia,    la    q':ie    se    vi 3     manifiesta, 
viendo   madadas  las  oposiciones  de  nues- 
tro Prelado,  que  le  fueron  Lis  mas  sensi- 
bles, en  favores  may  particulares  que  le  me- 
reció, así  su  Reverencia  como  esta  Com  i- 
nidad.  Pedia  con  tan  viva  confianza  de  con- 
seguir lo  que  deseaba  á  nuestro  Señor,  que 
esta  misma  parece  obligaba  á  la  divina  pie- 
dad á  condescender  con  sus  súplicas.  Entre 
otras  cosas  supimos  de  su  propia  boca  ha- 
berle pedido  á  su  Magestad  quahdo  salió 
con  la  fundación,  que  en  el  término  de  diez 
años  no  se  muriera  ninguna  délas  que  traía, 
y  así  lo  vimos  verificado  -^  pues  cumplidos 
estos  el  dia  doce  de  Odubre  de  sesenta  y 
dos,  en  el  veinte  y  siete  del  mismo  falleció 
su  Prima  la  Madre  Ana  María  de  Torres, 
con  grave  sentimiento  de  la  Madre  María 
Ignacia,  quien  después  nos  decía  con  gra- 
cia: Si  ¿yo  hubiera  sabido  que  tan  puntual  ha- 
bía de  estar  nuestro  Señor ,  le  hubiera  pedido 
término  mas  largo. 


151- 

El   anhelo  que  siempre  tuvo  nuestra 

amada  Madre  de  propagar  la  gloria  de  Dios 
á  costa  de  trabajos,  fatigas  y  desvelos,  co- 
mo hemos  visto  en  la  serie  de  su  vida,  es 
bastante  demostración  del  encendido  amor 
que  abrasaba  su  corazón  para  con  su  amado, 
Dueño:  y  como  el  amor  del  próximo  está, 
enlazado  con  el  amor  de  Dios,  este  le  hizo 
solicitar  el  bien  de  las  almas  en  quanto  pu- 
do su  aftivo  zelo ,  y  el  consuelo  y  remedio 
de  las  necesidades  de  sus  próximos,  acu- 
diendo á  ellas  conforme  á  las  circunstancias 
de  los  tiempos.  En  vida  de  sus  Padres,  en 
las  Haciendas  se  ocupaba  caritativa,  en  com- 
pañia  de  su  hermana,  en  curar  los  enfermos 
llagados:  esta  hacia  las  medicinas,  y  su  Re- 
verencia las  aplicaba  sin  melindre,  por  as- 
querosos que  fueran.  Aconteció  un  dia  de 
Jueves  Santo,  que  saliendo  para  la  Iglesia 
las  dos  hermanas  á  los  Divinos  Oficios,  lle- 
gó un  Pastor  con  un  brazo  todo  miOrdido  de 
un  lobo,  y  dexando  la  devoción  acudie- 
ron á  la  caridad  curándole  á  aquel    pobre 


152. 

sus  llagas,  lo  que  continairon  hasta  que  sa- 
nó: y  tenia  particular  gracia  para  e*te  gé- 
nero de  enferiTiedades ,  no  faltándola  o:a- 
sioiiís  en  que  exercitarla,  pues  como  siem- 
pre donde  hay  niñas  no  faltan  uñeros,  pa- 
nadizos, descalabraduras  &c.  todas  acudían 
á  su  Reverencia,  la  que  las  curaba  con  mu- 
cho amor  y  cariño,  como  también  á  las  Re- 
ligiosas: á  unas  y  otras  en  sus  enfermeda- 
des cuidaba  mucho  de  que  las  asistieran  con 
esmero,  y  las  visitaba  con  freqüencia.  Si  al- 
gunas de  estas  ocurrían  á  su  Reverencia  con 
otras  aflicciones,  las  recibía  con  maternal 
amor,  compadeciéndose  de  sus  penas,  con- 
solándoos y  solicitando  su  alivio  en  quanto 
podía,  estando  ciertas  todas  sus  hijas,  que 
lo  que  le  descubrían  se  quedaba  encerrado 
en  su  pecho. 

Fundó  doce  sillas  de  gracia  para  Re- 
ligiosas de  Coro  en  este  Convento,  á  bene- 
ficio de  niñas  pobres,  con  la  prudente  ad- 
vertencia de  que  si  en  algún  tiempo  se  me- 
noscabaran estas  rentas,  se  puedan  suprimir 


153- 

algunas.   En  nuestro  Convento  de  Tudela, 

así  por  amor ,  como  por  no  estar  muy  abun- 
dante, quando  tomó  el  hábito  dexó  el  ves- 
tido que  llevaba  puesto,  de- una  tela  muy  ri- 
ca, de  que  hizo  llevar  de  Francia  lo  sufi- 
ciente para  terno  entero,  el  que  se  estrenó 
en  su  profesión ,  y  otras  varias  cosas  para 
aquella  Sacristía ,  con  seiscientos  ducados 
para  ayuda  del  sitio  de  la  huerta.  Les  hizo 
un  retablo  dedicado  á  nuestra  Señora  de 
Guadalupe  muy  primoroso. 

CAPÍTULO  DECIMOTERCIO. 

Últimos  años  de  su  gobierno  y  su  dichosa 
muerte, 

BA  siguiendo  la  Madre  María  Tgnacia  los 
anos  de  su  gobierno  con  el  consuelo  de 
ver  se  iba  aumentando  el  número  de  sus  hi- 
jas, pues  ya  se  contaban  treinta,  que  su  Re- 
verencia habia  recibido-,  quando  impensada- 
mente le  envió  nuestro  Señor  el  mas  dolo- 
roso golpe  en  la  repentina  enfermedad  y 


154- 
acelerada  muerte  de  nuestro  muy  amado  Pre- 
lado el  Illmo.  Sr.  Dr.  D.  Manuel  Joseph 
Rubio  y  Salinas,  tan  benemérito  por  sus 
prendas  de  ser  Horado  de  todos,  y  con  mas 
especialidad  de  esta  Casa,  que  á  la  sombra 
de  su  protección  se  creó,  y  á  la  misma  de- 
bió sus  creces.  Este  funesto  acaecimiento 
consternó  su  corazón,  aun  estando  acostum- 
brado á  encerrarse  los  pesares  en  su  seno. 
Lo  que  declaró  con  expresiones  muy  tier- 
nas, pareciéndole  quedaba  como  liuerfana, 
con  ]a  falta  de  tal  Padre,  pues  con  el  ma- 
nejo que  habian  tenido,  conoció  el  Señor 
ios  fondos  de  virtud  y  talentos  de  la  Madre 
María  ígnacia,  por"  lo  que  la  favoreció  con 
particiílar  expresión. 

Aun  no  bi^n  enjugadas  las  lágrimas  de 
esta  pérdida,  á  los  seis  meses,  dia  quatro  de 
Enero  de  sesenta  y  seis,  quiso  Dios  llevarse 
para  sí  á  la  M,  R.  M.  María  ígnacia  Sarto- 
lo  y  Colmenares,  á  quien  como  sj  Prelada 
que  habla  sido  y  Compañera  de  tantos  años, 
amaba  respetuosa  y  tiernamente,  y  por  con- 


155. 

siguiente  le  fue  de  grande  sentimiento  por 

lo  que  apreciaba  su  persona ,  en  quien  des- 
cargaba en  parte  el  peso  de  la  Prelacia,  ha- 
llándose adualmeiite  Supriora.  A  esta  Reli- 
giosa,  con  quien  había  tenido  fina  estrechez, 
estando  ya  en  los  últimos  términos  de  la  vi- 
da, que  hasta  ellos  estuvo  en  sí^  le  dixo 
nuestra  Madre  Azlor,  que  en  viéndose  en  la 
presencia  de  Dios  le  pidiera  á  su  Magestad, 
que  si  en  la  siguiente  elección  la  volvían  á 
reelegir,  se  la  llevase,  á  lo  que  la  moribun- 
da respondió,  que  como  habia  de  pedir  eso, 
y  entonces  le  dixo:  pues  se  lo  mando  á  V. 
R. :  á  la  voz  de  precepto,  inclinó  aquella  la 
cabeza  en  señal  de  que  obedecerla.  Faltaba 
para  cumplirle  el  trienio  poco  mas  de  un 
año.  Llegado  el  de  sesenta  y  siete,  funesto 
I  y  memorable  para  esta  Comunidad,  el  dia 
veinte  y  quatro  de  Marzo  se  hizo  la  elec- 
ción con  asistencia  del  Sr.  Dr.  D.  Dionisio 
Rocha,  Provisor  y  Vicario  general  de  este 
Arzobisnado.  oor  comisión  de  nuestro  lllmó. 
Prelado  el  Sr,  Dr.  D.  Francisco  Antonio  de 


i5<5. 
Lorenzana,  por  hallarse  en  la  Visita,  en  que 
salió  reeleda  como  en  todos  los  trienios  an- 
teriores. El  veinte  y  cinco,  dia  de  la  Encar- 
nación del  Divino  Verbo,  se  erigió  en  nues- 
tra Iglesia  la  Congregación  del  Dulcísimo 
nombre  de  María,  que  solicitó  á  sus  expen- 
sas por  su  gran  devoción  á  esta  Señora,  y 
en  reverencia  de  los  setenta  y  dos  años  que 
vivió,  determinó  fuese  el  número  de  los 
Congregantes  este  mismo,  dividido  en  treS^ 
clases,  que  son  veinte  y  quatro  Sacerdotes,; 
veinte  y  quatro  Religiosas,  y  veinte  y  qua- 
tro Señoras  Seculares,  aOo  que  fue  de  gran- 
de júbilo  para  su  devoto  corazón:  y  lamen- 
tándose una  Religiosa  de  que  por  ser  el  nú- 
mero señalado  no  habia  logrado  la  dicha  de 
ser  de  él,  siendo  necesario  que  muriese  al- 
guna para  entrar,  le  respondió  su  Reveren- 
cia: No  se  apure  usted  ^  que  yo  le  dexaré  mi 
lugar:  y  así  fue. 

En  esta  elección  le  advertimos  no  ha- 
ber estado  tan  displicente  como  en  las  otras, 
antes  sí  con  particular  agrado  y  afabilidad: 


I5^ 

unas  lo  atribuían  á  haberse  ya  hecho  el  áni- 
mo de  conformarse  con  la  carga  del  em- 
leo^  otras  acordándose  del  pasage  con  la 
Madre  Sartolo  decian,  sería  porque  espera- 
ba morirse,  por  la  experiencia  que  había  de 
Ja  eficacia  de  sus  oraciones  para  alcanzar  lo, 
que  imploraba.  Lo  cierto  es  que  á  últimos 
de  Marzo  le  acometió  un  dolor  de  costado, 
que  el  día  seis  de  Abril  le  quitó  la  vida. 

Tan  inmediata  á  la  elección  le. sobre- 
vino  la  enfermedad,  que  no  dio  lugar  á  que 
se  publicara  la  Tabla  de  oficios ,  que  ya  tenia 
hecha,  y  solo  le  faltaba  remitirla  á  S.  Illmá. 
para  la  confirmación.  Dia  treinta  y  uno  de 
Marzo  se  sintió  herida  de  una  fi_ebre  aguda, 
que  desde  el  primer  dia  dio  á  conocer  su 
malignidad,  y  la  precisó  á  estar  en  cama. 
¡Qual  sería  la  amargura  de  esta  Comunidgid 
con  los  antecedentes  dichos!  Conociendo  to- 
dos los  Médicos  que  la  asistían  el  inminen- 
te peligro  que  amenazaba,  determinaron  que 
se  le  administraran  los  Santos  Sacramentos 
de  Eucaristía  y  Extremaunción,  que  recibir 

22 


153. 
con  el  fervor  que  su  Reverencia  acostum- 
braba, y  como  quien  se  consideraba  ya  cer- 
cana á  aquel  último  trance  que  tanto  desea- 
ba: en  estos  días  no  se  le  oyó  una  queja,  ni 
buscar  su  alivio  en  nada,  pues  aunque  de- 
seábamos dárselo,  como  no  manifestaba  por 
su  sufrimiento  lo  que  la  molestaba,  no  po- 
díamos ministrárselo   ni  satisfacer    nuestro 
amor.  Decia  su  Reverencia,   todos  (dicen) 
mueren  de  repente,  porque  no  creen  que  se 
mueren,  yo  lo  he  creido  desde  el  dia  que 
quedé  en  cama.  Y  aun  persuadiéndose  á  que 
sin  remedio  se  moria,  sufrió  los  penosos  me- 
dicamentos sin  resistencia.  Al  dia  siguiente 
de  los  Sacramentos  hizo  renuncia  de  la  Pre- 
lacia, con  licencia  del  Sr.   Dr.  D.  Dionisio 
Rocha,  quien  al  mismo  tiempo  nombró  por 
Presidenta  á  la  M.  R.   M.   María  Estevan 
Echeverría ,   aCtual   Supriora.    Quedó  muy 
consolada  nuestra  muy  amada  Madre,  vien- 
do que  moria  en  la  sujeción  de  subdita,  pi- 
diendo repetidas  veces  perdón  á  la  Comu- 
'  nidad,  sin  embargo  de  haberlo  hecho  quan- 


f  159. 

do  recibió  el  sagrado  Viático,  como  es  cos- 
tumbre en  esta  Comunidad,  lo  que  nosotras 
no  podiamos  oir  sin  deshacernos  en  lágri- 
mas, no  hallando  otro  consuelo  que  el  de 
clamar  á  la  divina  Misericordia  con  súpli- 
cas, para  que  apiadándose  de  nuestros  rue- 
gos, nos  prestase  por  mas  tiempo  su  impor- 
tante vida,  aunque  las  nuestras  no  tuvieron 
despacho  á  favor  de  las  hijas,  por  estar  ya 
decretado  al  de  la  Madre. 

Para  significar  la  constancia  con  que 
nuestra  Madre,  dos  veces  Madre  por  Fun- 
dadora y  nuestra  Prelada,  observó  hasta  la 
muerte  los  exercicios  de  piedad  y  devoción 
(lo  que  parece  se  le  llegó  á  hacer  como  na- 
tural )  no  podemos  menos  de  ser  cansadas  en 
este  punto,  porque  descubre  bien  quantaera 
su  continuación  en  tales  ados.  Dos  noches 
y  casi  dos  dias  estuvo  batallando  con  las  fa- 
tigas de  un  moribundo,  pero  todavía  con  al- 
gunos movimientos  en  las  manos  y  en  la 
boca;  y  se  le  observó  que  sin  cesar  todo  es- 
te tiempo  estubo  continuamente  rezando, 


1(5  D. 

sin  dixir  Ix^  manos  de  contar,  ni  los   labio > 
de  articular  sumisamente  las  oraciones  del 
Padre  nuestro  y  Ave  María,  al  modo  que  se 
reza  el  santo  Rosario.  Llego  ya  á  carecer  de 
todos  losmovimientoss,  de  maaera,  que  no 
se  le  percibía  nada,  y  como  se  aceleraba  ]a 
muerte,  repetía  con  frequencia  su  Confesor 
el  Padre  Joseph  Carrillo,  que  la  asistia  (con 
su  Compañero  el  Padre  Joseph  Hidalgo ,  y 
el  segundo  Capellán  de  este  Convento  Br. 
D.  Hipólito  Alcaraz)  las  Jaculatorias  corres- 
pondientes á  el   paso  y  los  afeflos  propios 
del  lance,  que  como   tan  poblados  de  los 
Santísimos  nombres  le  tenian  en  un  conti- 
nuo movimiento  la  cabeza  para  las  inclina- 
ciones ya  dichas  anteriormente.  Esto  y  la 
fatiga  que  se  *  suponía  en  la  moribunda,  le 
hizo  refl^^xar  al  Padre,  que  las  voces  tan  con- 
tinuadas no  podían  menos  que  molestar  de- 
masiado á  la  afligida  ya  espirante  naturale- 
za, y  les  dixo  á  las  Religiosas  que  rodea- 
ban tiernas  la  cama:  Cr^^  que  le  molesto  de- 
masiado. No  dió^  lugar  la  enferma  á  que  res- 


i6i. 
pendiesen  las   hijas,   sino  que  recobrando 
quanto  pudo  el  aliento,  con  ademan  de  afli- 
gida, dixo  clara  y  distintamente,  ^qué  mo- 
lestar'^ abriendo  con  esto  la  puerta,  mas  que 
fuese  á  grito  suelto,  á  que  se  le  estuviese 
exercitando  en  afeaos  piadosos,  sin  consul- 
ta de  la  prudencia.  De  hecho,  luego  que  el 
Sacerdote  siguió  su  oficio  recogió  el  gesto, 
serenó  el  rostro,  y  oyó  pacífica  quanto  se 
le  decia,  hasta  que  entregó  el  alma  á   su 
Criador,  en  cuyas  manos   la  consideramos 
sus  hijas,  que  fue  Lunes  en  la  semana  de  Do- 
lores á  seis  de  Abril  del  año  de  mil  sete- 
cientos sesenta  y  siete  á  las  tres  y  media  de 
la  tarde,  de  edad  de  cincuenta  y  un  años 
seis  meses  míenos  tres  dias,  y  de  Religión 
veinte  y  quatro  un  mes  y  quatro  dias,  y  en 
el  empleo  de  Prelada  doce  años  y  doce  dias, 
siendo  eleSa,  y  después  reeleda  Priora  en 
cinco  elecciones.  Estando  presente  casi  toda 
la  Comunidad  voló,  como  esperamos  de  la 
divina  Misericordia,  á  celebrar  en  el  Cielo 
las  bodas  con  el  Cordero,  oue  con  tanto  re- 


l62. 

gocjjo  suyo  habia  profesado  en  la  tierra.  Llo- 
ramos tiernas  su  muerte,  temprana  para  no- 
sotras, que  quisiéramos  hubiera  tardado  un 
siglo  para  lograr  el  abrigo  de  su  sombra  y 
aprovecharnos  del  aliento  de  sus  exemplos;^ 
pero  muy  madura  y  dilatada  si  atendemos 
al  mucho  tiem.po  que  llenó  de  virtudes  en 
los  no  muchos  años  que  floreció  en  tste  su 
Convento,  que  fue  el  único  consuelo  que 
nos  quedó  para  lenitivo  de  tan  justo  natu- 
ral sentimiento. 

Para  satisfacer  en  parte  nuestro  filial 
afefto  y  obligación,  se  detei'minó  la  retra- 
taran. Jo  que  se  executó,  aunque  sin  lograr 
el  fin  de  tenerla  siempre  presente  á  nuestra 
vista  siquiera  en  eí  lienzo,  por  no  haberla 
sacado  el  Artífice  parecida. 

Se  le  hizo  el  entierro  lo  mas  suntuoso 
que  se  pudo,  correspondiente  á  su  persona, 
acreedora  por  muchos  títulos  á  esta  demos- 
tración, no  solo  de  cariño,  sino  obligatoria. 
Des  días  estuvo  sin  darle  sepultura,  en  los 
que  se  le  cantó  Misa  de  cuerpo  pi*esente.  Vi- 


163. 

nieron  todas  las  Comunidades  á  cantarle 
responso  con  toda  solemnidad.  Miércoles  por 
la  mañana  fue  el  de  la  Misa  el  Sr.  Dr.  D. 
Luis  de  Torres,  nuestro  Capellán  que  habia 
sido  en  )o  anterior.  Hizo  el  oficio  de  sepul- 
tura ei  Señor  Maestre-Escuelas  Dr.  y  Mró. 
D.  Cayetano  de  Torres,  y  habiéndose  im- 
preso convites  asistió  lo  mas  noble  y  lucido 
de  la  Ciudad  de  todos  estados,  siendo  los 
principales  dolientes  sus  Sobrinos  los  Seño- 
res Conde  de  San  Pedro  del  AlamiO  y  Mar- 
qués de  San  Miguel  de  Aguayo,  acompa- 
ñando á  nuestras  campanas  las  de  las  quatro 
Casas  de  la  sagrada  Compañía  de  Jesús, 
pues  estos  Reverendos  Padres  fueron  los  que 
mas  se  condolieron  de  esta  Comunidad  por 
el  concepto  que  tenian  formado  de  la  vir- 
tud y  prudencia  de  nuestra  amada  difunta, 
dándole  el  peso  correspondiente  á  nuestra 
hurfandad;  bien  que  fue  general  el  senti- 
miento en  todo  Pvléxico.  Se  puso  el  cuerpo 
en  una  caxa  de  cedro  forrada  por  dentro  de 
oja  de  lata,  se  enterró  delante  del  Comul- 


164. 
garorio,  lugar  que  le  correspondía  por  ser 

Pít'hdx 

Dia  veinte  y  nueve  de  Mayo  se  le  hi- 
cieron muy  lucidas  honras,  cantando  la  Mi- 
sa el  Señor  Dean  de  esta  Santa  Iglesia  Dr. 
D.  Luis  de  Hoyos  y  Mier^  predicó  el  Ser- 
n:on  fúnebre  el  Señor  Prebendado  Dr.  D. 
Luis  de  Torres,  cuya  Oración  dio  á  ia  pren- 
sa esta  Comunidad  para  perpetuar  la  memo- 
ria de  nuestra  insigne  Fundadora,  en  que  al 
vivo  la  bolqueja  este  sabio  Orador,  como 
toTí  amartelado  de  su  Reverencia  y  caritati- 
vo Bienhechor  de  este  Convento,  á  cuyos 
individuos  siempre  miro  como  amante  Pa- 
dre. 

Este  es  un  breve  diseño  de  la  fervoro- 
sa vida  de  nuestra  gran  Madre,  heroica  Fun- 
dadora,  prudente  y  caritativa  Prelada  la  M. 
R.  M.  María  Ignacia  Azior  y  Echeverz,  en 
e]  siglo  ilustre  Señora,  y  en  la  Religión  Ca- 
pitana, que  como  tal  traxo  á  este  Reyno  la 
Comipañía  de  María,  quien  tiene  por  blasón 
militar  baxo  las  Vanderas  de  esta  Empera- 


i65- 

tríz  Augusta :  y  una  sencilla  noticia  de  esta 

fundación,  la  que  hemos  escrito  para  que  ar- 
chivado sirva  de  instrumento,  y  á  nosotras 
recuerde  los  exemplos  de  nuestra  amantísima 
Madre,  deseando  que  todo  ceda  á  la 
mayor  gloria  de  Dios. 


NOTA. 

Se  halla  en  nuestro  Archivo  de  este 
Convento  un  Breve  del  Santísimo  Padre  Be- 
nedicto XIV.  su  data  en  veinte  y  uno  de 
Febrero  de  iJ^SS-  en  que  dá  su  Beatitud  su 
licencia  á  la  Madre  María  Ignacia  Azlor  pa- 
ra salir  de  su  Convento  de  Tudela  á  fin  de 
venir  á  fundar  este  de  México^  y  en  este 
Breve  confirma  de  nuevo  nuestro  Instituto 
confirmado  antes  por  Paulo  V. 


23 


I 


i.<T 


TABLA 

De  los  Capítulos  que  contiene 
este  Libro. 

CAPITULO  I.  Su  Patria^  naámientoy 
educación  en  sus  primeros  años,  P.  i  * 

CAPÍTULO  II.  Mueren  sus  Padres  y  entra 
en  el  Convento  de  la  Concepción.  8. 

CAPÍTULO  III.  Sale  de  México  para  el 
Puerto  de  la  Veracruz^  embárcase  para 
Zaragoza  ^y  condu£ia  que  aüi  observó.  2  2 . 

CAPITULO  IV.  Oposiciones  que  tuvo  y  fir- 
meza de  su  vocación.  34. 

CAPITULO  V.  Vence  las  oposiciones^  sale 
de  Zaragoza  para  Tudela  de  Navarra ,  to- 
ma el  hábito  y  hace  su  profesión  religio- 
sa. 4J7'. 

CAPÍTULO  VI.  Progresos  en  la  virtud  de 
la  Hermana  María  Ignacia  después  de  su 
profesión.  Solicita  la  licencia  para  la  fun- 
dación y  sale  para  ella,  58. 

CAPÍTULO  VIL  Sigue  el  viage  de  las  Ma- 


d^es  Fu  ni  ador  as  hasta  llegar  al  Puerto  de 
h  (^¿■■^icniz.  66. 

CV^Ír JLO  VIH.  Salen  de  la  Ciudad  de  Ve^_ 
raoniz  pT^a  la  Puebla  de  los  Angeles.^  y 
pasi'/i  á  la  de  Mi^cico.  82. 

CAPÍTULO  IX.  Tonzn  posesión  de  su  Con- 
vento y  empiezm  á  exercer  sus  Ministe- 
rios. 103. 
CAPÍTULO  X.    Su  devoción    al  Santísimo 
Sacramento^  á  Mjría  Santísima  y  otros 
Santos,                                      '       119. 
CAPITULO  XL  Su  observancia  de  los  vo- 
tos V  otras  virtudes.  132. 
CAPÍTULO  XIL  Fe^  Esperanza  y  Caridad 

de  la  Madre  María  Ignacia.  146. 

CAPÍTULO  XIIL   Últimos  años  de  su  go- 
bierno y  su  dichosa  muerte.  153. 

FIN. 


MARÍA  SANTISSIM  A. 

DECHADO  DE  RELIGIOSAS 


'i 

^  DE  SU,  compañía. 

4^§         LLAMADAS  COMUNMENTE        ! 

e.^!  DE  LA  ENSEÑANZA, 

il      SERMÓN. 

J|  QUE  EN  LA  ERECCIÓN 

'^^  f  DE  SU  PRIMER  CONVENTO  Y  TEMPLO 

4^  f  DEDICADO  A  Nra.  Sra.  DEL  PILAR 
^^  en  la  Ciudad  de  México^ 

2I  PREDICÓ 

Jf  EL  R.PJDRE  BERNARDO  PJZVENGOS 

j  ^  de  la  Compañia  de  f  ejus.  Procurador  G  eneral  por  fu  Provincia 
^^  de  PbiHpifMSy  Theologo  de  Cámara  del  limo.  Sr,  Arzohtffo 

J  ^     de  Adexico^y  Examinador  Synodal  de  fu  Arzpbifpadoy 
^  ^  dia  2^.  de  Diciembre  del  año  de  1 754. 

;]  \  '         Y  LO  DEDICAN 

^f  AL  ÍLmo.Sr.  Dr.D.  MANUEL  TOSEPH 

J^  RUBÍO  Y   SALINAS, 

^Sj^         del  Coní'ejo  de  S.  Mag.  Arzobifpo  de  México, 

^4  ^  LA  COMPAñl A  DE  MARÍA 

6^  6  nuevamente  fundada  en  dicha  Ciudad,  y  lu  Fundadora, 

4&  y  adual  Priora  la  M.  R.  M.  María   Ignacia  Azlor  y 

^  -^  Echa VERs,  por  mano  de  fu  Capellán  y  Confelfor  mayor. 

cT?  ^  linprello  en  M^-xico,  en  la  Imprenta  de  la  Biblioteca.  Año  de  1755. 


■    -:(  «í*  )■- 

AL  11»^  SEÑOR  DOCTOR. 

D.  MANUEL  JOSEPe 

RUBIO  Y  SALINAS, 

del  Confejo  de  S.  M.  Arzobifpp^ 

de  México. 


1^' 


Ilmo.Sr 


^f^éS#A  efclarccida  y  pequeña  Com- 
jij  T  ¡:1  pañia  -de  MARÍA,  y  fu  iluftre 
^•:l_jl__7|:|i  Fundadora,  paffa  por  mi  ma- 
0twmméi  no á  la  venerable  de  V.S,ílrná« 
cfta  elocuente,  y  bien  Hmada  Oración,  de- 
dicándola á  fu  nombre,  como  á  fu  mag- 
nifico Benefaótor,  para  dar  el  mas  vivo  y 
retorico  indicio  de  fu  gratitud.  Oyó^apro- 
l>ó,  y  aplaudió  V.  S.  lima,  fus  delicados  y; 

5  f^' 


fiiblímes  difcurfos,  menos  ci  ultimo,  que 
lejos  de  fu  aprobaciou  y  gufto,  le  amarga. 
Tan  cierto  es  que  la  verdad  amarga,  en- 
tonces mas,  quando  fe  encara  al  fembían- 
te  déla  modeftia  en  elogio  fuyo?  por  eíío 
nunca  mas  que  entonces  fe  vio  y  manifef- 
tó  Rubio  el  de  V.  S.  lima,  imprimiendo- 
fele  el  bello  rubor  tan  vivamente^  que  te- 
nar el  que  no  víeíTe  eíía  gallarda  pieza  la 
publica  luZjó  que  al  eftamparíe  fe  le  cer- 
cenara (  como  infinuó  V.  S.  lima. )  el  mas 
lucido  brillo  de  fu  argumento.  Pero  quan- 
do es  dclinquentc  el  lilcncio,  los  esfuerzos 
de  la  verdad  le  rompen^  diíimulando  un 
tanto  el  reípedo  y  el  decoro,y  perdonanda 
un  poco  la  modeftia. 

Lejos  de  la  fea  adulación^  y  fundada 
en  el  Vaticinio  del  Apocalypfis,  convence 
el  Orador  fcr  V.S.  lima.  la  Columna  trium- 
phal  en  que  fe  grava  el  Nombre  nuevo  de 
Dios^  Manuel?  pudiera  añadir  el  de  Jo- 
SEPH^  gloriofo  nombre  en  Egypto  por  el 
mejor  gobierno  ,  gloriofiífimiO  en  Judea 
por  el  mas  feliz  enlaze  con  el  de  M  ARÍA> 
nombre  de  maravillofo  aumento  de  vic- 
torias 


-u 


torras  y  triumphos  en  eftaPnnáacíonspof- 
qne  foílcnicndola,  fue  V.  S.  Ilmá.  con  ella 
Man'JEL,  aumentándola  y  ^oberaandola-, 
JosEPH,  y  uno  y  otro  intercírandofe  en  la 
exaltación  y  honor  de  la  Cafa  de  MARÍA, 
y  fus  hijas. 

Eílrivó  toda  fu  Fabrica  contra  la  ex-, 
^peétacion  humana  ( bambaneando  por  iil- 
Superables  dificultades  la  efperáza  del  Ora- 
dor) fobre  las  dos  ínílgnes  Ignactas^  Az- 
itoiiz,  y  Sartolo,  como  en  dos  Columnas 
fcmejantes  á  las  del  Templo  de  Salomón^  á 
quienes  acomoda  con  propriedad  la  firme- 
za y  dirección^  que  fignificaban  los  nom- 
bres de  Jac^tín  y  Booz,  que  en  aquellas  fe 
efculpian5  pero  fino  fe  huvierán  foftenidoí 
|)or  el  Baculo;,  o  Coluñiita  de  V.  S.  lirñá. 
feuviera  rodado  al  precipicio  de  fu  runa/irí 
aver  abierto  los  cimientos.  Aun  con  el  fo- 
lido  fundamento  de  baza  tan  robufta^  bur- 
laba la  infolente  y  obfervativa  critica  laí 
lineas  dirigidas  á  la  Fundación^  midiendo^ 
€om<3  acoilumbra  las  obra^,  no  por  otrof 
fondos  que  los  materiales»  quenó  veia,fiá 
|>oder  ver  las  que  le  fon  ociíitos^  como  fu- 
'vCirp  ^  pe- 


periores  á  fu  efphcra,  y  fobre  que  fe  erigen 
liempreias  profundas  y  eiícelfas  obras  de 
la  poderofa*  mano.  Rcfinaba  fa  critica  la 
aíiuta  obfervacion^  condenando  por  iim- 
til  la  Efciiela,  en  donde  ay  tantas  en  Clauf- 
trosEcligiofos,  y  en  tantas  cafas^  quantas 
fon  las  qnadras  de  efla  Populofa  Ciudad. 
JMasaluno  y  otro  reparo  ocurrió  Jx^q^tín 
V  Booz^  allanando  el  terreno  con  fu  in- 
contratable paciencia^,  echando  muy  hon- 
dos los  cimientos  con  fu  humildad  para 
Ancriia.Serm.  levantar  fu  obra  (fcgun  la  finiíiima  Ar^ 
lo.  de  Vetbis  chitefturadcSan  Auguftin)  haíla  el  firma- 
mento, de  donde  es^^como-  venido  del  Cie- 
k)/fu  Angelical  atradtivo^  que  liacía  ya  ver 
la  buena Eftrelia,  ó  elOrofcopo  feliz  de  fu 
Enfeñanza ,  defcubricndo  la  Nobiliííimai 
Fundadora»  mas  theforo  y  fondo  en  fu: 
magnánimo  corazón^  del  que  pudo  mi- 
niílrar  todo  el  caudal  de  fu  Patrimonioi  á; 
tanta  robuílez  y  dirección  fe  agregaba  la: 
de  (n  Companiaj  que  valia  como  doce^. 

Corn- Ex.  13.    j  r  v  t  t  ^ 

zi.Cüiiirr.í7£h£c  ^^  ^^^^  ^^  componía,  cada  una  de  por  si 

in^aiseratifíjUr  Golumna  cii  fonna  de  torre^  m,as  firme: 

yarmomoía^  c^ue  la  de  frajano,  y  íobie 

*'ji^  quie- 


quienes  podian  erigirfe  jantas  Fünd^ap-^ 

ries^qu antas  la  iiniverfidad,  ó  multitud  de, 

fu  numero  multipl'icas  ó  ciertamente  in.-^ 

dka  eñe  numero  otros  tantos  luceros^-quc^ 

ciñen  por  corona  a  fu  Pveyna  y  Madre...,,..?,. 

>.         iMuy  al  contrario  fe  avia  de  erigir 

eñe  Edificio  al  portentoío   del  fobervia 

Emperador  Cam>  que  á  fu  magnitud  ia-. 

creiblemente  monftruofa,  acumulaba  la; 

riqueza  de  veinte  y  quatro  Columnas  de.  Mayólo lllufl:- 

oro,  con  otra  del  mifmo  metal,  que  fobre-  tom.i.coi.23. 

ry  :      -n  'r    '       J"    \        '  fol.  mihi  408, 

íalia  en  bnllos^  y  artmcio  a  las  otras?-  y, 
muy  defemejante  al  incomparable  del  otro 
Rey  de  la  China  cuya  agigantada  corpu- 
lencia y  arquitedtura  maravillofa  fe  foftc- 
114a  fobre  la  eminencia  dc^  ocho  columnas 
de  oro5  porque  eíía  Cafa^  como  de  la  Sabi- 
duría^ libraba  fu  fabrica  fobre  íiete  colum- 
na?, m,as  preciólas  que  el  oro^* mas.  finas  yí 
firmes  que  el  diaman  te,  cu  otras  tañías  vir- 
tudes^ que  fon  el  objeto  de  fu  enfcñanza 
chnítiana,  y  en  los  ineuimabks  quilates  de 
los  íiete  dones  del  Efpiríta  Divino.  Y  co- 
mo la  comprehenfioa  de  V.  S.  lima,  fiípa 
valuar  el  thefprq  de  ella  doítrina,  lleva 
.  taii 


táti'áátlántéla  Fundación  del  Edificio^  qtié 
dio  en  tierra  con  los  reparos  de  la  aflata 
critica,  y  mantuvo  en  pie  eftas  Columnas 
con  la  firmeza  de  (u  authoridad,  y  con  los 
abundantes  focorros  de  fu  beneficencia. 

Dcfde  d  día  3  o,  de  Agoílo  de  5  3 ,  en 
que  la  mejor  Rosa  de  Lima  dio  á  conocer 
á  efta  Ciudad  eftas  puras  Azuzcnas^  de  la 
Beynadelas  virgineas  flores,  MARIA^en 
eftas  fus  hijas,  y  en  que  V.  S.  lima,  perci- 
;,  'r!  bicndo  la  frao:rancia  de  fus  virtudes,  las  re- 
cibió  con  agrado  y  eftimacíon,,  y  las  hizo 
íiofpedar  en  el  Convento  de  Regina  Cali, 
propria habitación  délas  que  tambien^co- 
iTno  Efí  reílas  forman  la  corona  de  la  Reyna 
del;  Cidoj.defde  entonces,  ¿\^o,  lasfocor- 
re  V.  S.  lima,  menfalmente  con  largueza, 
y  fon  repetidos  los  dones  y  finezas  con  que 
bs  regala  y  favorece?  y  fue  muy  eftimable, 
como  mobil  de  la  Obra^  una  Ptrfona  de  fu 
Familia^  que  defde  el  principio  haíla  el  ca- 
bo la  concluyó  con  efmero,  economía,  j( 
hcrniofura,  quanto  permitió  la  firuacioní 
y  que  no^  folo  en  la  material  fabri^ca,  finó 
también  en  h  formal  dirección  de  ella  pu- 


fo  la^manó  con  dcílre^a  y  íiciertoj  Sugcto 
álá  verdad,  digno  del  aprecio  de  V.S.Ílíná. 
'por  fu  niodelliaj  juicio^  y  fobreíali ente  li- 
teratura; pero  no  folo  los  materiales^  fo- 
' corros,  y  operario  dieflro,  franqueóla  vi- 
zarria  de  V.  S.  ílmá.  íino  que  á  fu  corta 
clínicamente  fe  conftrüyó  el  bello  Alear  de 
ja  Iglefia,  depofitando  fu  Báculo  Abacial 
'cn  mano  del  gran  Abad  y  Patriarcha  San 
"Benito,  fin  duda  para  fignificar,  que  con 
la  abundancia  de  fus  bendiciones  y  libera- 
lidades, fe  engrandecerá  el  Templo,  am- 
pliandolo  a  medida  de  rehenes  tan  fagr^- 

'  D'ecftc  modo  fupo  vencer  la  conf- 

*^tanciade  V.S.  Ilmá.  las  dificultades,  y  con- 
"^Vencer  fu  Sabiduría,  la  importancia,  y  ne- 
^4:eífidad  de  la  Cafa^  en  donde  fe  enfena  la 
•^celeftial  y  'chriftiana  á  las  Niñas,  con  los 
"demás  primores  de  la  labor^  yocupacio- 
%ies  honeftas^  que  les  hacen  utües  á  fus  fa- 
í'inilias,  y  á  la  República^  haciendo  que  tu- 
•  vieíTe  efefto  el  refcriptode  S.  M.  en  que 
ídifpe-rtfandb  la  regularidad  de  las  Leyes  pa- 
'¥aefta  Fundación^,  manifeftó  fu  Real  con- 

^LtU  ^^  CCp- 


ccpto  de  la  Importancia  de  ella  á  eftos  fus 
Dominios.  Sin  duda  por  la  feliz  experien- 
cia en  Barcelona,  Tudela,  Tarragona;,  Le- 
rida:,  Zaragoza,  y  Urgel,  que  la  logran, 
y  por  el  clamor  de  otras  Ciudades  de  Ef- 
paña,  que  la  defean. 

Defde  fu  primera  cuna  en  Bourdeux^ 
en  que  tuvo  mucho  que  vencer  fu  Vene- 
rable Fundadora  la  Marqijesa  de  AIon- 
FERRAKD,  fe  propagó  efte  Iníljtuto  en  mu* 
chas,  partes  de  la  Francia, defpues  que  por  el 
Cardenal  Arzobifpo  de  Sourdis^  y  los  Pur- 
""  ♦puradosBelarminoy  Baronio^  todos  tres 

Columnas  de  lalgleíia,  tanto  por  fu  Digni* 
dad  Eminentifllma,  como  por  fu  heroica 
^r-n  s  rr^  Santidad  y  fublime  DcKÍtrina,  el  or2;ano  in- 
c.en  dada  a  inz  dcreclible  de  la  verdad,  y  Columna  inmo* 
Ma\iicue\^a^^^  ble  déla Fécl  Papa  Paulo  V.  confirmó  y 
de  730.  aprobó  efte  Inftituto,  llenando  de  elogios 

Á  la  V.  Madama  Lestonac^  añadiendo  ef- 
te  Oráculo  de  la  Divina  Sabiduria,  que  ay^a 
premeditado  efta  Apoftolica  idea  para  bien 
¿uníverfal  de  lalglcfia;,  fin  avcr  podido  ati- 
nar con  los  malios,  que  avía  manifeíiado 
Dios  á  cfta  infignc  Matrona.  Y  quanda  Ro- 


niá.  Cabeza  del  orbe  Cátlioíico^  y  las  dos 
Columnas  de  la  Chriftiandad  Francia  y  EP^ 
pana,  han  abrazado  con  aplaufo  la  Funda- 
ción de  cfte  InftitutOj  debe  la  falaz  critica 
fepültar  fus  tiros  en  el  profundo  abyfmo 
de  donde  folo  pueden  difpararfe.  Y  debe- 
rá México  gloriarfe  de  numerar  entre  los 
virginales  Clauftros^  q  le  ennoblecen,  cíle, 
que  le  aíTcgura  la  económica,  ingenua,  y 
primorofa  educación  de  fus  hijas,  fin  otro 
dlipendio,  ni  cuidado,  fino  el  interés  de 
que  tan  tiernas  plantas ,  fean  al  mifmo 
tiempo  flores  y  frutos  de  honor  y  honeC: 
tidad* 

Por  cílo  (  y  fea  para  confufion  de  la 
.prefumida  critica )  el  limó.  Sr.  Arzobifpa 
Obifpo  de  la  Puebla  de  los  Angeles  el  SrJ 
Í)r.  D.  Domingo  Pantaleon  Alvamz  de 
Abreu,  como  Pañor  vigilantiífimo  de  fu 
laumerofo  Rebaño,clama  la  Fundación  pa- 
r^  fu  Capital  impacientiífimo  fu  ardiente 
zelo  de  la  dilación^  y  authoriza  la  utilifli- 
ma  importancia  por  eftas  letras,  que  en  la 
tiltima  carta  de  fu  purio,me  efcribe  S.Ilmá. 
2SÍ0  es  mi  fin  otro  y  que  el  bien  fMico,  y 

55  ^  ¿^^* 


huena  eÚHcacion  iel femenino  fe  xo  y  qué  tan- ■ 
tofe  necesita  en  efia  Ciududy  cuyo  bi^en  efec- 
to  me  aseguran  fe  experimenta  ya  en  ejfa, 
qué  tanto  le  repugno  al  principio.  Ni  -  debe 
efperaríc,^;  fino  eñe  florido  fruto  culti- 
vándolas con  ternura  de  Madres  las  que 
fon  particulares  hijas  de  MARÍA,  herino- 
faV^ra^  qiiefiendodck  faiz  de  Jefc^dai 
\\x\  tiempo  por  fruto  aquella  divina  Flor 

^j,  ■  jDe  eíle  ortgen'dfman^.^fia'íFundáf- 

P.  Andradc  ^^o^''P^^s^"'^^^^^g'^^3"  I^s  Hiílorías,  que 
guiadeiavirt.  aviendo  fundado  MARÍA  Santiílima  un 
^.  3.^ciundoai  Colcgio de  cicuto  j  vcintc  doncellas  en  Jp- 

Carrujan.  Ba- rúfajcn,  üná  ,de  ellas^,  oüe  fu^  S^fvta  Mar- 
ionio,    Adri-   '  rr^    ^  \t  r        ^     a     '^  j        i     * 

cumio Adelfo.  ^^^  paüo  a  Marcclia,  O  Avuion,  doncle.a 
imitación  delagran  Madrcerigio.otro  nu- 
mcrofos  y  lo  que  fe  advierte  es,  que  por  el 
cuidado  délos  Apoftoks^y  fus  Succcflores, 
fe  fué  fiempre  confervando  efte  Inftítuto, 
fl  qual  para  falir  de  lleno  á  la  luz  del  mun-; 
dO:,  en  forma  Pontificia,  por  la  V.  Lesto^-  I 

Gnht.2.  )^.9.  ^¿^Q^  fe  puede  afianzar,  que  le  dieron  fu 

Cephas  &•  toan-     ,.^       .1.        ^1  ^  11  cr> 

ncs.Qiiívidehxn-  dieili*a  las  dos  Cplumnas,  que  llama  b.  ra-. 

tur  columna  e/Je,  ^Jp^  ¿^  |^  Ip lefia  SaN  JUAN  Y  SaN  PeDBsO^  el 

de'  tirasdederunt  ¿7    '= 


mihi' 


Prin- 


i 


Principe  de  los  Aportóles  feñalandola  paf^ 
Fundadora,  v  el  fabio  y  amado  difcipalo 
haciéndola  íaber  laConfirmacion  en  Roma, 
Sóbrela  protección  de  tales  Columnas,  \\x 
una  Piedra  firmillima^  y  fundamento  de  la 
Religión  Catholica,  la  otra  Piedra  también 
por  í u  viva  femejanza  con  Chrifto.que  lo  es 
angular  del  Edificio  Sto.  de  la  Igleíia^  y  por 
cíToíii  amado  difcipulo,  mejor,  y  mas  lu- 
ciente riedra,  que  aquella  candida  y  mara- 
yillofa  del  campo  Bononicnfe,  tan  partici- 
pe del  SoL  que  por  penetrarfe  intimamen-    adrián.  Lyr. 
te  en  ella  fus  rayos,  fe  dice  raja  de  eíle  Pía-  apud  Andrad. 
neta;,  comenzó  á  echar  los  cimientos  eíle  nifo^cap.  j^-"- 
Inftituto  Apoíiolico ,  que  por  fcrlo^  era 
muy  del  cafo  lo  dirigieíTe  el  Divino  Maef- 
tro  por  fu  Cornpahia,  como  fe  efectuó  fo-' 
lida  y  fabiamente  por  los  Infignes  Jefuitas     .n;^'»'' 

Raymont  y  Borde,  conformando  el  Inñi- 

^     *    j     1    V-  -  T  1      j     Hiftor.  cit.  del 

tuto  de  laCOMPAilíA  de   Jesús,  con   la  de  OrdendeMrá. 

JVÍARIA^  que  es  tan  el  mifmo,  como  es  la  Señora» 
mifma  DocSlrina  la  de  la  Madre^  y  la  del 
Hijo,^  folo  con  la  diferencia  de  los  minif- 
tedios  difcretilfimaniente  acomodados  al 
repedivo  fexo:  De  fuerte,  que  charade^ 


rizadas  con  cl  nuevo  Nombre  de  JESÚS, 
cxcelfo  fobre  todo  nomb«*e,  fe  llaman  con 
propricdad  jefuitas?  diftingniendorc  ya  en 
Ja  tierra  con  aquella  gloriofa  marca,  que 
ha  de  difcernir  á  los  eternamente  felices 
en  el  Cielo,  fegun  Sabios  Interpretes ,  fi- 
Corn.in  Apo- gniendo  la  Emincntiííirna  pluma  de  Hu- 
C2\.^.i2.  Et per  ero  primera  purpura  Dominicana. 

cxcellcfinam  to-  oí  r      i  i.  .      • 

cabuntnrf:fiuní,  Gozale  pucs  al  preícnte  México,  por 

fve  pjuitA.  itx  \^  protección  de  V.  S.  Ilmá.  y  con  tan  fe- 

Peren'.Vicg.Rib.  ..    ^       .       .    .  \   /^    \       ' 

imoHu^^.quiprU  liz  priucipio ,  quc  cucuta  en  el  Colegio 
fnusi»lrátntPr^  vciutc  Ninas  dc  diftin^uidas  familias,  y 
¡u¿.  card'nuílium  otras  proximas  a  entrar,  y  cerca  de  qua-^ 
eflelcausjEtcx  trocicntas  de  todas  claíTes,  que  entran  y 

eoL.tndiilj.Cxr-  in         -ir  i  ^' 

tuf.  ante  anuos  faku  CU  las  dc  ella  Etcucla,  ícgun'la  proli- 
Z20   h  ¿ori^  '  diftribucion  de  las  Maeftras,  que  con  dif- 

mqutt  ,      cceleju  /  .  .  7  . 

ab  'ipfo  dkemur  crcciou  harmoniofa,  ydefuperior  trabajo 
sIh!^orefí:n.  ^  ^^  pequcíia  Comunidad,  las  enfeaan. 

Solamente  un  yerro  me  parecía,  que 
debk  notarfe  en  las  Maeftras  de  la  Enfe- 
ñanza,  y  es  a  verme  elegido  por  fu  Cape- 
llán y  ConfeíTor  mayor,  fi  efta  expreílion 
no  fe  llevara  de  encuentro  la  Sabiduría  dc 
V.  S.  lima,  que  fin  aguardar  refpuefta  'mía 
la  confírniGs  pero  mas  reflexivo,  hallé  que- 

avia 


avia  íído  grande  aelerto^  á  que  me  dertinó 
la  feliz  fuerce  para  trahermc  á  la  Enfeñan- 
za  de  fus  virtudes,  las  que  no  ccífo  de  ad- 
mirar, efpecialmente  las  que  miran  direc- 
-  tamente  á  la  educación  de  las  Niñas^  pues 
fu  dulzura  atrahe,  fu  difcreccion  captiva, 
.fu  explicación  enamora^  y  encanta  fu  dcf- 
treza  y  inagiflerio,  tanto  en  el  primor  de 
las  peregrinas  labor es^  como  en  la  inñruc- 
cion  de  los  altos  Myfterios  de  nueñra  Sa- 
grada Religión. 

Y  fi  efta  es  la  Efcuela^  efte  el  Edificio^ 
y  la  Cafa  de  Sabiduria,  cuya  fabrica  fe  ha 
-^foílenido  y  levantado  á  expenfas  de  los 
;  fubfidios  de  la  generofidad  de  V.  S.  lima. 
'  y  á  la  fombra  de  fu  authoridad,  que  como 
íirmiflima   Columna  la  ha  aífegurado  y 
:afianzado  con  incontraftable  folidcz,  ha- 
sciendo  oficios  de  nube  que  protege^,  y  á 
icuyo  cubierto  fe  libra  la  bella  CoMPAatA 
V  DE  MARÍA  de  los  ardientes  bochornos, 
:  que  vibró  contra  ella  la  infolente  critica^  y 
oficios  también  de  Sol  ( conforme  al  he- 
roico blazon  de  fu  nobleza )  que  con  una 
luz  manfa^  benigna,  y  rubia^  fomentó  efte 
_.  nue- 


■'/í 


"rinevo  plantel,  le  iluftró  y  acalore;  bien,  y 
íin  temeridad  me  puedo  creer,  que  la  myí- 
teriofa  Columna,  guia  de  los  errantes  hi- 
jos de  Ifracl,  cuyos  refplandores  eran^  en 
Corn.  Aiapid.  pluma  de  los  Interpretes,  Rubios,  Clemen- 
Num.6.i5.ibi.  j-es,  y  llenosde  hofpitalídad,  fué  un  vivo 

I^fltS  CY^O  tile  "  '  - 

nojtcYcít  í'//W,  difTeno  de  la  generoíidad  y  nobleza,  que 
f'*';*'^,  ^""^'..^  venero  v  admiro  en  V.  S.  lima.  Lo  que 
cus:::  vbí  fjora,  íicudo  aüi,  jultamente  deíea  el  docto  y 
lucem  hujus  Co--  elocucute  Orador,  aue  fe  eternice  el  nom- 
heAm. ...  Et  in  brc  dc  Y.  b,  lima.  2;ravado  en  una  Colum- 
s.ip.  i8.  y.  3.  .  j-,3^  cuya  infcripcion  fea  como  la  celebra- 
da en  las  de  Hercules  un  Non  flus  ultra, 
que  declare  fu  magnificencia  y  benigni- 
dad, á  que  correfpondan  con  otro  Non 
"plus  ultra  de  gratitud  las  figuradas  en  Ja- 
QiTiN  Y  Booz,  quienes  aiin  con  cien  len- 
;  guas,  y  cien  bocas,  no  defahogarian  el  vol- 
can de   afecto,  que  han    encendido  ert 
fus  corazones  los  beneficios  y  gracias  de 
V.  S.  lima,  cuya  atención  no  queriendo 
*  embarazar  mas,  concluyo  en  nombre  de 
las  agradecidas  Madres  de  la  Enfeíianza, 
>  -"^con  aquel  gallardo  pífage  del  Mantuano. 

! 

■  ■  ,    * 

-3urr   -  An- 


jinte  leves  ergo  pdfcentur  in  athere  cerVty 

Et  fretd  dejiítuent  nudos  in  littore  fifces:  -,.       _ 

yíhte  pererratís  amhcrum  jinihus  exful 

jiut  Ararim  Panhus  íibeí,  aut  Germania  Tigrim, 

Quam  nojlro  illíus  lahatur  peéíore  Vultuss 

y  en  el  mío  con  la  expoficlon  de  el  gran 
Cornclio,  figuiendo  la  de  San  Gregorio  en 
€l  Vaticinio  del  Apoc^\ypüs'Vt^rmusJ¡Sy   Corn.  fup.^» 
^  mamas  j  etgloriofus  tum  in  Ecdejlay  tum 

in  Calo, 

Dios  guarde  á  V.S  Jimá.  felices  anos. 

Cafa,  y  Mayo  J5.de  J7 5  5. 

Ilmó.Sr. 

5.1-,M.  de  V.S,  lima,  fu  mas  obligado  Subdito, 
y  afcdo  Capellán 

J)r.D.AÍanucl  jintonio  Roxo  del  Rio 

j  Vieyra. 


!!?  'P^- 


2   -'i i 


.y 


D  E  L  F:  FRANCISCO   XAVIER 
..J^azjcanO:,  Re  ligio f o  de  la  Com^mm 


de  Jefi 


e  US. 


ri 


Excin<^-  Sr. 


'  '  '  Xgu ña  vez  avía  de  pagar  ía  Europa  a'nnet» 
tra  Afiierica  los  imii^nfos  tiií£bi-as  qae  ie 
ha  tributada^  Y  en  qné  otro  tiempo,  que 
en  el  fe  lie  i  íTinio  gobierno  de  V.  Ecxiá:  Goza  ya  eP 
tá  ImpeEial  Garte  los  por  tanto  tiaiipo  defeados 
veneros  de  ehriíliandad  r  excelente  educación,  y. 
polirica  economia:  há  levantado  yfv  fit  Palacio  ht 
Rcligioía  Sabidnria:  fon  dulciffimr mente  convi- 
dadasr  íirvieiido  de.menfageias  ía  modcftia,  la  afa- 

Prwerb^^j-  bilidad»  y  difcrecion:  Mifit  undllas [k^-ís^  nc  vvcare/ít  ad 
arcemy  las^niñas  tiernas  á  la  reí^aladame-fa  de  íiveafe-? 
jl'anzar  donde  fe  les  brinda  en  ia  copa  de  oro  itia^ 
brillante  del  temor  y  anlor  fantó  de  Diosr  1a  blanca 
puriíTtma  leche  de  la  innocencia  al  oír  el  Nombre 
de  MÁR.IA,  que  fcntada  en  ana  cofumna  por  Ca- 

EccIcfiaCz4. 7-  thedra:  'Etthrorms  ntéus'fn  cí>/««íf/7 4^  »«/>/>>  prcíide  Man- 
irá a  fu  Sagrada  Compañia,  embriagadas  con  tari 
Freg;rinos  aromas  corren  deíáladas  las  delicadas 
pequeñas  vírgenes  a  aromatizar  ius  cípintus  con 
el  buen  oior  de  la  virtud  mas  exemplar :  /«  odorcm 

Cantic.  i.^f'.Zr  unp-iíerftornm  tuorum  ciírrímus  Aclolefcemul^.  Todo  e (lo 
cow  inimitables  refaitcs,  decifra  el  dodilTimo  Pa- 
negyrico,que  fe  digno  V.  Excia.  de  rcmitirme,mas 
para  mi  admiración  y  enfeñanza,  que  para  fu  exa- 
men o^cenfura.  El  P.  Bernardo  Pazuengos  iníig- 
ne  individuo  de  nueílra.Co^iipañia  de  Jnsus,  es  el 
qne  en  cftas  cortas  paginas  marabilloiamcnrc  ci- 
fra, 


ira,  no  folo  el  Inílituto  portcntofo  db  cíla  grande 
familia,  cl  origen,  progrcílos,  y  lo  mas  circunf- 
ta ociado  de  fus  peicgrinos  incidentes,  fino  que 
toda  cíla  harmonioía  reiacion  la  cima  Ira  con  tan 
diftinguidos  terminantes  textos  de  Eícriptura  Sa- 
grada, prcciofiirima  miniatura  de  erudición,  acor- 
de bien  diftnbuido  golpe  de  tropos  oratorios,  vef* 
ticía  toda  eíla  eruditiíTima  pieza  de  un  eftylo  gra- 
ve, ameno,  pondcroío,  claro  como  la  luz,  y  deli- 
ciofo  como  el  ne¿tar,  fin  faltar  ni  en  un  punto  á 
ia  naturaleza  fobre  todo  apreciable  del  idioma. 
-'!'  Y  qué  otra  lengua,  y  que  otra  pluma  po- 
día entonar  el  cántico  de  alabanza,  ó  eftampar 
triumphantes  rafgos:  Lingua  mea  calamus-,  que  la  de  Pfalín.44.  u 
aquel  mifmo,  que  emulo  de  la  nave,  a  que  fu  for-  * 

tuna  le  mereció  el  nombre  de  Vidoria,  deípues  de 
aver  dado  gyro  á  todo  el  Univerfo,  lo  dcílino  la 
Providencia  para  conductor  del  heroico  Efqua- 
dron  de  Amazonas,  á  efte  nuevo  mundo?  Moy» 
íes  fué  cl  que  al  aíTentar  la  vi¿toriofa  planta  en  la. 
contraria  rivera  del  mar  vermejo,  no  menos  vic- 
toriofo  de  fus  onaas,  que  del  atrevido  Exercito  de 
Pharaon,  levanto  la  voz,  y  dcfato  la  lengua  en  un 
celebérrimo  cantonen  que  agitado  del  Elpiritu  di- 
vino, formó  aquel  mu  íleo  poema,  diílinguido  no 
menos  en  elogios  fublimes  dignos  de  un  Dios  Lirst 
bertador,  que  en  explicaciones  myíteriofas,  y  rec- 
levantes  prophecias  de  la  venidera  fortuna  de  la 
Igleíia:  Tum  ceanit  Moyfes ,  &  filij  Ijrael  carmen  hoc  Exod'Capaj.n.  x» 
Domino-,  0*  dixerunt:  C^intemus  Domino^  gloriofé  en'im 
míignificatus  eft.    Cornelio:  Ejl  ergo  hoc  larme»  cpini-» 

I    cium  prophcticum,  Ú^  euchAñflícum. 

I  Y  quien  otro  avia  de  defempeñar  el  Panc- 

gyrico,  y  los  metros  de  gloria  á  los  triumphales 
arcos  de  fu  divino  Dominante,  fino  Moyfés,  aquel 
rniímo  que  avia  fido  dcfde  la  Corre  del  Monarcha 
Egypcio  auteniico  teftigo  de  la  peregrina  conduc- 
ta de  tranfmig ración  tan  fubUmejncnte  milagro- 
Í3lI.  ,y,  quien  otro,  que  cl  P.  Bernardo  Pazuengos 
A^l  %z  podía 


podía  llenar  los  números  pcrfcélos  de  la  Sagrada 
Oratoria  en  el  fciicÜTiiiio  dia.  en  que  fe  celebro  la 
Dedicación  de  la  primer  Cafa  de  las  RR.  Madres 
de  la  Enfcñanza,  íino  aquel  mifmo,  que  conduc- 
tor gloriofo  de  doce  Rcligiofas  Señoras,  mejor  di- 
xera  de  doce  Tribus,  pues  en  cada  una  de  ellas  fe 
pronoftica  fecundada  una  generación  entera,  pufo 
la  planta  fobre  las  ondas  del  occeano  intrépido  á 
los  mas  ciertos  peligros  de  fus  toimentofas  ondasj 
y  ya  gozofo  fe  congratula  con  ellas,  foíTcgadas  en 
íli  Tabernáculo? 

Acompaño  también  Maria  ProfctlíFa  her- 
mana del  mifmo  Moyfés  y  Aaron,  el  heroico  can- 
*?    '  tico  de  alabanzaj  elevando  el  punto,  para  que  la 

Veri,  a^r  liguieíTen  todas  las  mugeres:  Sumpftt  er^o  María  Pro' 
phetijjít  foror  ^aron  tympaaum  in  m.tnu  fuá  :  E^rejldcque 
fufjt  omms  mulleres  poji  eam  cum  tympan'tSi  &  choris,: 
Aqui  oportunamente  expone  Cornelio  ,  que  el 
nombre  de  Maria  fignifica  en  el  Dialedo  Hebrea 
lo  mifmo  que  Maeftra  ,  nombre  prophetico  con- 
que caradcrizó  Dios  a  efta  celebérrima  Hebrea, 
porque  la  tenia  deílinada  para  preíidir  y  doíbri- 
nar  a  las  Ifraélitas:  Maru  idcm  eft,  c¡uod  Ma^íJIvx:  hoc 
emm  nomen  fu'it  cjuafi  prognojlicum  tn  mente  Dei,  quod 
Marta  h<ec  futura  efjet  dux  féLm'inarum  h£hreariim-,  eifcjue 
préíiret  tum  tn  tranfuu  mar'is  ruhri-,  tíim  m  hoc  carmine 
epinicio  Deó  decantando.  Sóror  de  la  Compañía  de 
Jesús  ha  de  fer  precifamcntc  la  nobiliíTima  Señora 
y  M.  R.  M.  Maria  Ignacia  Azlor  y  Echevers,  cuyo 
gcneroílíTimo  corazón  fe  ha  exaltado  a  pottentofa 
inftrumento  de  el  Efpiritu  divino,  para  coronac 
una  empreña,  cuyo  folo  embrión  en  idea,  pudiera 
aílbmbrar  a  el  efpiritu  mas  animofo.  Es  alTi  que 
ha  de  blafonar  la  Compañia  de  MARIi\  de  una 
congenial  hermandad  con  la  Compañía  de  JE-i 
SUS,  ijie recien doíe  el  titulo  con  que  honra  el  di- 
vino Amante  á  fu  fingular  privilegiada  Conforte: 
Canc.  y.  f'.  1.  Sponfa  mea  foror ^  íiendo  juntamente  Efpofas,  Ma- 
dres, y  Hcananas-  uterinas  de  la.  Compañia  ,  -pro^ 
'  fcf- 


fcíTando  el  Indítuto  mffmó,  y  Reglas  de  los  Jefaí-i 
tas,  con  la  diferencia,  que  mientras  la  Compañia 
de  Jesús  peregrina  por  rodo  el  mundo,  el  mundo 
todo  con  el  mas  poderofo  magnctifmo  figue  con 
dulce  violencia  á  efte  Religiofo  Gremio:  Ecce  mun* 
dus  totus  poft  sum  ahijt.  Modo  ungular  con  que  MA^         Joan.  la.j. 
B.IA  Señora  evangelizó  á  nueftra  Efpaña,  fixando 
fus  Reales  Plantas  en  una  Columna,  para  que  to- 
dos acudieíTen  á  fu   Cámara  de  Zaragoza  ,  para 
aprender  la  Doítrina  del  Ciclo;  íi  bien  en  cfta  di- 
<:hofa  ocaüon  ha  peregrinado  para  conducir  a  nuef- 
tros  Re V nos  fu  Compañia:  Nunquam  defu'it  Columna  nu-  r    ^      .      * 
bis  per  diem,  nec  Columna  ignis per  noticm  coram  Populo.  Y 
quien  duda,  que  íi  efta  Columna  era  figniñcacion 
galana  de  MARÍA.  Señora,  en  qué  repreícntacion 
mas  clara,  que  en  la  portcntofa  Virgen  del  Pilar> 
Levantabafe  eíle  Phenomcno,  y  caminaba  íobre  el 
ayrc,  como  una  nave  gobernada  de  un  Ángel  por 
piloto;   Certum  e¡l  hanc  Nuhem  non  ¡ncYccttxm^  Jed  crea-  Corn.  innum.  c.9. 
t/irnifuífje:,  ejíi<e.  Columna  ¡pede  ,   ^  figura  porrlperetur  m  f-  !?• 
altum  a/i  ccu  nav'i  ángelus-,  (juafi  Nauclerus  ajsijíebat.  Eí- 
ta  miCma  Columna^cra  Cathcdra  deíHe  donde  eni- 
feñaba  Dios  Tus  rediflniíos  caminos:  /»  Columna  »tí^  ^r  a 
pts.loquebatur  aa  eos. 

■  ¡vil  •  Y  ya  me  precifan  las  fcvcras  leyes  de  Cen- 
for  a  romper  la  dulzura  del  argumento,  é  indicar 
lina  abreviada  id¿a  de  la  Aurora,  y  cunas  de  nuef- 
tra Mexicana  Fundación.  La  Inmaculada  Empe* 
ratriz  de  los  Cielos  MARÍA  Señora  nueftra,  fon- 
tal origen  de  todo  lo  bueno,  y  Protectora  efpecia- 
liírima  de  efta  admirable  Compañia, fue  la  levantada 
celeftial  Columna,  que  conduxo  in  manu  potenñ^  ^  pr  1  *- 

hrachio  excelfoy  fobre  las  alas  de  los  íavonios  vicn-  ^'"•^i?' 
-toen  popa  en  los  favores  de  fu  fombra  á  efte  vir- 
•ginal  Eíquadron.  Arribo  primero  á  el  Relif;iorií- 
iimo  Convento  de  Regina  Coelí,  tributando  fus  pri- 
meras adoraciones  en  las  Aras  de  la  Reyna  de  el 
Cielo  en  decorofa  protefta  de  que  avia  mirado  por  ■'^  ' 

augufto  norte,  de  fu  feiiciíTima  aguja  al.'Lufitano 

Pía- 


PJancta,  hcrmoriíTimo  Lucero  de  la  Rcyna  de  la 
tierra,  coronada  Emperatriz  de  cfte  nuevo  mun- 
do, nueftra  Señora,  la  vScñora  Doña  Maria  Mag;- 
dalcna  Joíepha  Therefa  Barbara  de  Portugal,  dig- 
na Conforte  del  Monarcha  de  los  felices  nueftra 
;.  í^  Señor  D.  Fernando  VI.  que  Dios  profpere.  El  Án- 
gel Palinuro  de  cfte  prodigioíb  Vagel  (  es  aíTi,  que 
Angeles  fon  en  corriente  phrafifmo  de  la  Efcrip^. 
tura  los  Señores  Obiípos)  es  dn  coiitrovcrfia  nueC* 
tro  Hmo.  Sr.  Arzobiípo  D*  Manuel  Jofeph  Rubio 
y  Salinas,  quien  con  fus  Cartas  llenas  de  favores, 
benignidad,  y  clemencia,  les  feñaló  el  fublime  cier- 
to rumbo  paca  ei  Puerto  dichoíillimo  de  íus  cipe- 
ranzas,  con  que  al  blando  Zephyro  de  lu  dulcilfi-* 
nio  genio,  anclo  la  peregrina  Compañía  en  efta  Me-* 
tropoli  del  Septentrión.  Y  a  la'  verdad,  como  aíir- 
marón  las  Señoras  de  ia  Enfeñanza,  varias  veces 
eíxperimcntaron  mucho  mayor  paícrnai  fombra  y 
amparo  de  io  que  la  publica  voz  y  fama  les  avia 
noticiado-,  íl  bien  les  avia  eftampado  en  el  nicbo 
-de  fus  aprecios,  una  gigante  idea  de  fu  iníigne  Pre- 
lado^'y  con  razón,  porque  lia  exercido  con  eftai 
.,.  •S.cñoras  fu  lima,  los  mas  cariñofos  oficios  de  Pa- 
v.triiii  ^^^  y  Madre,  confolando,  abrigando,  y  fuftentan- 
do  de  las  rentas  de  fu  Mitra  á  cfte  Virgíneo  Ben- 
jamín de  fus  caricias^  hafta  protetlar  con  impeta 
de  fobrceminentc  caridad, que  fedefpojara  fu  lima. 
de  fu  mifma  camifa,para  que  todo  íbbreáeílas  fui 
amadas  hijas. 

A  eíle  vigilantiñlmo  efmcro  de  fu  Ilmi;. 
correfpondiola  Fundación  con  éxito  tan  teliz,  que 
como  íl  fuera  Fabrica  de  Angeles,  en  folos  diez  y 
fcis  mefes  fe  difpufo  y  concluyo  el  Edificio  para 
las  Religiofas,  y  Cafa  para  las  Doncellas  educan- 
.das,  con  tanta  perfección,  y  en  fitio  tan  acomo- 
dado, que  las  mifiíias  Madres^y  todo  el  publico  de 
cftá  popul'cí'a  Coríe  entre  pafmos  y  admiraciones 
£xod.8.  f.í^.   iCpaficñan:  Btgitus  Dei  e\l  Inc. 

;  ,    fXAii  diez  y  ocho  de  Diciembre.,; dedicado 

á 


ala  Expedacion  de  la  Virgen  Madre,  aporto  h  Go^ 
pañia  de  MARÍA  a  íu  nueva  Cafa,  y  apareció 
triumphante   la   hernioíiíTima  Imagen  de  nueílra 
Señora  inmoble  y  ñxa  en  fa  Columna^  firviendolc 
de  throno  un  priinorofo  Tabernáculo  a  expenfas 
de  fu  lima,  adorada  Maeftra  de  eíla  fu  primera  Ca- 
J^del  nuevo  mundo:  Aquí  fue  donde  al  eftablecer- 
fe  la  Columna  con  mcthodo  contrario  al  del  Pere- 
grinante Ifrael,  refonaron  armoniofas  dos  trompe-i 
tas  de  ñniíTima  plata:  Fac  tibi  duas  tubas  <í^;|^«fí^'tí  cf«'>juni.c.io. f'.z.j, 
éiiles  ,   quibus  convocare  pojs'is  midtitudlncm  \:  Cumquc  /«- 
crepueris  titbls  €0}i^^rc^ab'nur  adre  omnis  turba.   Mu  fieos 
clarines  han  fido  las  dos  Scúpras  muy  RR.  MM. 
Maria  Ignacia  Azlor  Eclicvers  t   y  Maria  Ignacía 
Sartolo  Colmenares:   Nubes  lucidas  por  Marias, 
Columnas  de  brillante  fuego  por  Ign acias,  de  re- 
finada plata  por  lo  elevado  de  fu  nobleza!,  las  que 
con  la  incomparable  gracia  dq  fus  labios,  y  con- 
corde armonía  de  fu  conduda,  han  puefto  en  mo- 
vimiento a  toda  la  Republic3>  pues  en  pocos  dias, 
fuera  de  las  Educandas,  numeran  en  fus  Aulas  cer- 
ca de  quatrocientas  Niñas:   Cumque  mcrepucris  tubts 
co7tgre^abitur  ad  te  omnts  turba .    El  kibre  nombre  de 
Colmenares  es  agradable  cifra  de  íti  amable  ínfti- 
tuto,  pues  el  laboriofo  murmullo  de  las  Abejas  le 
pareció  al  bien  tcn%plado  oído  del  Mantuano  eco 
canoro  de  trompetas:   £f  vox  audiíur  fraólos  fonhusGsorgic.lib.^.f'.jt, 
imitatx  tubarum.  Es  affi,  que  en  la  claufura  de  fu 
Colmena   fabrican  eftas   Señoras  con  la  dulzura 
ladea  de  fus  lenguas  en  las  innocentes  flores  de 
las  blancas  purilTimas  Azucenas,  antorchas  de  ce- 
ra virgen  para  los  Templos^  y  miel  medicinal  pa- 
ra el  gobierno  de  las  cafas  :  Favus  dijUllans  Ub'ia  íha    cantíc.  f.  ir. 
Spon[a-,  mcl  <Úr  lac  fnb  Iwgua  tu  a. 

Ni  íe  ofrece  Señor,  á  mi  ruda  crítica,  mas 
que  decir  á  V.Ex.cia.  fino  que  fi  Ariftomncho  ocu- 
po íefcnta  y  dos  años  continuos  en  la  obfervacioa 
prolixadei  Gobierno  y  República  de  la  Abeja,  que  Barth.homb.(íe Le- 
clogios  merece  eíle  fabio  Panegy tilla,  quando  catrafi.part.pag.zio. 
-VI  bi-e- 


bfcvcs  paginas  ha  formado  una  cabal  pórtcntofa 
idea  de  el  armoniofo  religiofo  concjerto  de  eftas 
Abejas  racionales?  Por  lo  que  cftá  muy  lexos  de 
rozarfe  con  ciaufíila  difonante  a  nueftra  Santa  F¿ 
Catliolica,  ó  buenas  conftumbres,  ni  á  las  Regalías 
de  nuellro  Rey  y  Señor,  á  quien  Dios  proíperc, 
quando  íe  dcícribe  un  vivo  eterno  monumento  de 
íu  Anguila  Regia,  y  a  todo  el  mundo,  xnaniñefta 

f>iedad,  Efte  es  mi  parecer:  Saho  meiiore,  &*c.  Co- 
egio  Máximo  de  S.  Pedro  y  S.  Pablo.  México,  y 
íobiero  8.  de  17$ 5» 


Excmó.  Sr. 

B.  L.  M.  de  V.  Exciá.  fu  mas  humilde 
Siervo  y  Capellán 


:H: 
FrAncifco  Xavier  Lazcano. 


JHS 


/.] 


FA- 


DEL  Dr.  D.  JV  J N  JOSEFA 
de  E guiara  y  Eguren^  Cathedratico  Jubi- 
lado de  Prima  de  Sagrada  ^heologia  en  fu 
Real  Vniver/idad.y  Reéiorque  fue  de  ella. 
Calificador  del  Santo  Oficio^  Examinador 
Sy nodal  de  ejle  Arzjohifvado:,  Confuí tor  del 
Ilufirijjimo  Señor  Arzjobtfpo  ^  Capellán 
délas  Re  ligio  fas  Capuchinas  de  dicha  Ciu' 
dad.  Canónigo  M.agiflral  de  la  Santa  Iglc" 
fia  Metropolitana  de  México],  j  ele£lo ', 
Ohifpo  de  la  de  Tucatan, 


OBcdecicndo  d  Decreto  del  M.  Iluftrc  Sr.  Dr. 
D.  francifco  Xavier  Gómez  de  Cervantes, 
Cathedratico  Jubilado  de  Prima  de  Sagra- 
dos Cañones  de  efta  Real  Univerfidad,  Prebendado 
^dc  cfta  Santa  Metropolitana  Iglcfia,  Provifor  y 
Vicario  General  deefte  Arzobifpado,  Obiípo  clcdo 
de  Pucrtorico^&c:  he  leidoel  Sermón  Panegyrico, 
que  en  la  Dedicación  del  Templo  y  Convento  Me- 
xicano de  nucftra  Señora  del  Pilar  de  Zaragoza  de 
Religiofas  de  la  Compañia  de  MARÍA,  comun- 
mente llamadas  de  la  finíeñanza,  predicó  el  R.  P. 
Bernardo  Pazuengos,  de  la  Compañia  de  Jesús, 
Procurador  General  por  fu  Provincia  de  Philipi- 
nas,  Theologo  de  Cámara  del  limo.  Sr.  Arzobif- 
\po  de  México,  y  Examinador  Synodal  de  íu  Arzo- 
bifpado. Y  admirando  el  utiliüimo  Inftituto  de  la 
Compañía  de  MARÍA  SantiíTima,  deftínada  á  la  en- 
^  %%%%  fe. 


fenanzíi  ehfíftíana  y  política  de  las  Niñas ,  cuya 
.  educacioíi  es  el  blaiico  de  las  Señoras  Religiofas 
,,  decfta  Profcílion  eíclarecida>  no  he  admirado  me- 

•  nos  ía  erudita  dcftreza,  la  brevedad, difcreció, y  pro- 
.  priedad,  con  que  el  dodiirimo  Author  del  Panegy- 

ríco  deícribc  el  Inftituto,  refiere  la  Pundacion  del 
'-  Convento  Mexicano,  y  aplaude  las  pcrfonas  acree- 
doras de  inílgne  elogio,  concurrentes  al  defenipe- 
ño  de  tan  altodcíignio.  PareccmeTqueafil  del  Iiifti- 
'  tuto  de  la  Compañia  Mariana,  como  de  cfte  cle- 
\  gai^te  Pancgyrico,  hallo  un  dibujo  en  el  primer 
"*  Convento  o  Junta  de  la  Eníeííanza  que  huvo  en  eí 
mundo>  y  en  el  arte  con  que  fus  religiofos  Aluiíi- 
^nos  propagaron  tan  admirable  Inftituto  por  todo 
el  Orbe.  El  primer  Convento  ó  Junta  reíigiofa,  que 
'  abfolutamente  hablando  linvo  en  el  mundo,   fit¿ 
de  la,  Enfcñanza,  conviene  iíaber^  el  que  inílitu- 
yó'Enos  hijo  de  Seth,  del  qual  efcribc  "Moyfés  al 
4.  del  Genelis^.  26.  que  empezó  a  invocar  eí  nom- 
Ceii>4. lí.    brc  de  Dios:  Sed  0*  Seth  natus ejl  flius,  qucm  vocavit 
Enos :  ijle  coeph  invocare  normn  Dommij  porque  fue  el 
.  p'fimero  que  congrego  á  los  hóbres  para  las  fühcio- 
.  ncs  publicas  de  Religión,  y  de  Piedad,  abriendo  un 

•  Tcplorque  juntamente  fueíTe  Efcuela,una  Aula, que 
=  al  mifmo  tiempo  íir vieíTe  de  Iglefia,en  que  los  honi- 
'  bres  aprendiefíen  el  Catfecciímo,  y  pradicáíTcn  el 

divino  culto:  Tem^ore  er^o  £nos,  efcribe  el  P.  Cor- 
CorneLíbú     nelio :    yidsutur  ceerus  íjom'tnum  tnjiitutt ,   O*  in  Ecck- 
■  ftiXm  congre^ari  cxpiffe  y  ad  publicas  preces  ,  ad  publ'icds 
coftcíones  Ó*  catJfechefes  ,   ctd  pnhUcum  Det    cultum    per 
'facrtñcia-,  raliosque  ntus  t9*  ceremonias.  De  aqui  infie- 
icn  Thomás  Vvaídenfe,  y  el  Cardenal  Beíarmina, 
.que  Enosinftituyo  un- preludio  y  difcña  de  ía  vi- 
da Reíigiofa  y  Monaftica:  Vndecenfcnt  ifti^  proíjo^iie 
de  eíl'os  Authores  t\  citado:  Bnos  injlituiñe  cjifaft  pr£» 
líidiura  Ú^initium  vit£  Reíigiofa  O*  MonajtrcdC.    Ki  íc 
falto  á  efte  dibujo  del  Inftituto  y  Convento  de  la 
Eufeiianza  la  recomendación  de  íer  fu  origen  Ma- 


riahfi,  'porq'tié'Enó¿^  fn  Pufidador,  fue  bofqucjp'    '  ■  '    ^  ^''|'^1,*Í 
de  MARÍA  Sannfiima,  fcgun    Bartholome  PiPá* ' 
TaO,  á  quien  cita  Marraccio  en  íu  Polyanthca.  De-' 
fuei'te,  que   MARI  A  Santitilma  en  íu  íombra,  dio" 
cl  ser,  y  fue  la  Fundadora  del  primer  GonvcntO'y^.  .  ^ 
Efcuela  de  la  Enlcñanza.  Ahora:  De  losdifcipulos  .^H 

de  cfta  Eícuela  de  Enos,  Alumnos  de  íu  Conven- 
to, y  dcíccndicntes  de  Seth,  eícribe  Jofephoj  que 
noticioíos  del  vaticinio  de  Adán,  que  avia  profe- 
tillado  dos  diluvios,  uno  de  agua^  y  otro  de  fuego 
para  la  ruina  del  mundo;  deíeando  perpetuar  ea         j.-^c^rjü  nil^ 
él,  no  folamente  las  Noticias  íagradas,  religiofas> 
y  divinas,  íino  también  las  Letras,  los  Artes,  y  las 
Ciencias,  que  avian  aprendido  y  cultivado,  las  es- 
cribieron en  dos  Columnas,  una  de  ladrillo,  y  otra 
de  piedra,  ó  depoíitaron  dentro  de  ellas  los  volú- 
menes que  avian  efcrito,  de  lasquales,  la  fegunda 
fe  mantenía  en  Syria  lia  (la  la  edad  del  miímo  Tofe- 
pho:  Hlicpertifíctj  advierte  Cornelio,  id  quodfcribtt^O" 
Jcphus::  Pofleros  Scthptos  ^  Japientes  excitaíj-:  duas  colum" 
fiits-,  unam  Idtcfhíam,  alteram  lap'iúeam,  ctjque  fuá  inventa^ 
artes  ^  difciplíhas-,  reí  ínfcripftjje-,   vd  [criptas  'tndufjf' 
fe  ad  pojierorum  injlruñtoncm^   Ó*  ful  mcmoriam  pojlc- 
ris  covfígnandam'.'  ídque  hoc  co/i filio-,  ut ¡i  lateritiít  dilu- 
vró  perirety  iapidea  Juperjies  remaneret ,  qii^^  inquit  fo-' 
fephusy  ttínmmm  cxtat  in  Syría.  Efta  fué  la  iníignC 
y  provcchoíiíTima  índuftria  de  los  Profeflbres  de 
la  primera  Efcuela  de  la  Enfeñanzaj  para  que  el 
provecho  de  ella  ,  y  fu  debida  memoria  íe  perpe- 
tuáíTen  en  cl  mundo.  Y  femé  jante  es  el  arte  de 
ñueftro  Panegyrifta  dodiffimo,  cuya  iníigne  eru- 
dición deja  gravada  la  iiiemoria  del  Convento  Méá 
xicano  de  la  Enfeñanza,  como  en  dos  Columnas, 
en  el  mifmo  Convento,  que  ingenioíamcnte  def- 
cribe  en  el' Sermón,  y  en  el  miímo  Sermón  digno 
de  inmortalidad".    El  Convento,  por  dedicado  á 
MARÍA  Santiífima  en  fu' Imagen  del  Pilar  de  Za- 
ragoza, Soberana  Reyna  y  Columna  inmoble:  lAf^ 

^2,  ti* 


Pfa!m.44. 10- Flo-f/V;>  Regina  wj^tir  có1umn£  immohiUsry  por  depofito 
resinEcch.n.683.¿g|  volumen  de  la  Eníeñanza,  en  que  fe  transfor- 
ma, ó  fe  retrata  la  mifma  Celeftial  Reyna,  íegun 
el  Parafraftc  Chaldeo,  que  traílada  en  vez  del  ^f' 
aícaícemTa.ver*.^'^''^  i?e¿/«^t  a  dextr'is  tí4Ís,  flah'it  volumen  legis  hi  Utere] 
fie.  '       dexterét  tu£ .    Y  el  Sermón  por  fer  una  Pieza  taa 

bien  torneada,  tan  folida^  tan  eminente,  tan  her-, 
mofa  ,  y  de  tanto  precio  ,  como  una  de  aquellas 
Columnas,  que  demandaban  los  fondos  de  un  Mo- 
narclia,  y  concurrieron  á  levantar  una  de  las  íie^ 
r>f;«  y,u  ,^^.>  te  marabillas  del  mundo,  el  Templo  Eohefino  de 
Diana,  en  cuya  deicripcion  dice  Piínio  :  Coiumn&^ 
centum  vlginti  feptem  a  fingitUs  Regibus  fctQéí.  Y  aun-, 
que  qualquiera  advertirá  dos  diferencias  notables 
entre  el  Convento  primero  de  la  Eníeñanza,  que 
he  dicho,  y  el  de  la  Compañia  Mariana;  bien  re-p, 
fícxadas  hacen  mas  admirable  aefte  que  aquel  Inf- 
tituto,  á  lafegunda  que  a  la  primera  Efcuela.  Una 
de  las  diferencias  es,  que  la  primera  Eícucla  y  Con- 
vento de  la  Enfcñanza,  fué  Fundación  de  un  hom- 
bre tan  íingular,  que  entre  los  demás  hombres  fe 
llamo  Varón.  EíTo  quiere  decir  Enos:  Enos  homo^ 
yir;  empero,  la  Compañia  de  MARÍA,  y  Efcuela 
de  la  Énfeñanza,  fue  Fundación,  de  una  xMu^ger, 
aunque  muy  ilurtre  y  venerable,  la  V.  M.  Jnana 
de  Leftoiíac,  al  fin  muger.  Más  eita  circLinftanciá 
,.  hace  mas  admirable  la  Fundación,  el  ínftitnto,  y 

la  Efcuela  Mariana  de  la  Énfeñanza.  Porque  íi  ha-^; 
llar  un  hombre  entre  muchos  hombres,  y  una  mu-' 
ger  entre  muchas  mugeres,  fué  aíTumpto  que  fati* 
go  al  Ecleliartes,  y  defpues  de  mucho  bufcary.diC-. 
currir,  entre  mil  hombres  folo  hallo  un  Varón,  y 
Ecclefiaftjc 7. a^.  entre  todas  las  mugeres  ninguna  hallo:  Ecce  hoc 
inven'i  dix'tt  Ecclef  ajíes ,  unum  &  altevum  ,  ut  inveni- 
rem  rattonemi  quam  adhuc  qitf.rh  ¿tnima  mea  ,  O*  non 
tnvcni.  Virum  de  mille  unum  reperJ-,  multerem  ex  omn¡^ 
hus  non  trrveni.  Qiian  admirable  invención  fcrá  \^ 
de  una  muger  verdaderamente  varonil,  qual  fué, 

la 


la  V.  M.  Leftonac?  Y  qnanto  njis  crecerá  la  ad- 
miración haííando  en  íli  Compañia  y  Efcncla  tan- 
tas mugercs  fuerces  y  varoniles,  q.iancas  Ijn  las 
Iníignes  Maeftr^s  de  la  Ení'cñ.inza  ?  S^a  pues  el 
Fundador  de  la  primera  un  Varón  feñalado  en- 
tre mil  hombres:  Vtrum  de  mille  unum  rcperi:  Enos  ho^ 
moyvirj  y  admiremos  uña  Fundadora  de  Li  fegunda 
tan  varonil,  que  dejo  tantas  varoniles  mugeres  en 
el  mundo  con  fu  Fundación  e  Inílituto.  L:i  otra 
diferencia  es,  que  el  primer  Convento  y  Efcucla- 
que  fundó  Enos,  íc  deftino  á  la  enfeñanza  común, 
lin  dillincion  de  fexos;  y  la  Compañia  Mariana  fe 
deftina  determinadamente  á  la  inftruccion  de  las 
Kiiías.  Pero  de  efta  mifma  diferencia  refulta  ma- 
yor admiración,  y  en  cierto  modo  ventaja  de  la 
íegunda  á  la  primera  Efcuála.  Porque  enícñar  un 
hombre,  y  mas  íiendo  tan  diftinguido  como  Enos: 
Efjos  v/>,  á  muchos  hombres,  y  a  muchas  mugeres, 
y  que  fe  logre  fu  enfeñanza,  es  cofa  muy  practica- 
da, y  muy  fabidaj  mas  que  fiendo  mugeres  las 
Maeftras,  y  también  las  difcipulas,  eftas  queden 
bien  inftruidas  y  cnfeñadas,  es  cofa  tan  rara^  que 
no  fe  cuenta  de  las  mugeres  mas  aplaudidas  de  fa- 
bias.  Sonlo  comunmente  entre  los  Doctores  las 
cinco  Virgines  prudentes  del  Evangelio,  a  quienes 
el  mifmo  San  Matheo  da  ambos  titulos,  el  de  pru- 
dentes, y  el  de  fabias :  Qu.inqnc  prudentes:  FatutX,  ait'  Mathíei 
tem  fapientlbus  dixerunt--,  y  con  todo,  teniendo  en  íu 
Compañia  á  las  cinco  necias,  no  eoníiguieron  el 
fru¿to  de  hacerlas  fibias,  quedandofe  hafta  el  fin 
necias.  Y  que  la  enfeñanza  de  las  prudenres  Vír- 
genes de  la  Compañia  Mariana  fea  tan  feliz^y  tan 
fecunda,  que  fe  propague  á  las  difcipulas,  y  las 
deje  tan  fabias  como  Maeítra»;  que  cofa  mas  dig- 
na de  admiración!'  Quié  heroycidad  mas  acreedora 
del  elogio,  que  nueftro  Panegyriíta  les  tributa,  y 
del  fymbolo  que  les  dedica,  levantando,  como  los 
dcfcendienccs  de  Enos,  dos  columnas^  en  las  quales 

fe 


ib  grave  el  Ahit  plus  ultra  del  esfuerzo  varonil  de 
eíla  Compañía  ccleftial  ?  El  mifmo  mote  cfcribo 
Yo  fobre  el  Panegyrico,  cuyo  acierto  y  erudición, 
digna  de  un  Maeftro  tan  confumado  coinjofu  Au- 
thor,  no  demanda  menor  aplaufo.  Y  con  efto  de- 
jo dicho  no  contener  cofa  alguna  contra  nucftra. 
Santa  Fe  y  buenas  coftumbres,  y  fer  acreedor  de 
la  luz  publica.  AíTi  lo  juzgo:  Salvo  mcliori^  0*c*  Mé- 
xico y  febrero  9.  de  175  5» 


Dr,  D.Juan Jofeph  de  Eguiara 
^  Eguren. 


LU 


Licencu  del  Superior  Gohierno.  ,^ 

EL  Excmo.  Sr.  D.  Juan  Francifco  de  Guétacz 
y  Horcaíítas,  Conde  de  Sevilla  Gigedo,Gen- 
til  Hombre  de  Cámara,  con  Llave  áz  entrada,  de  Su 
Mageftad,  Teniente  General  de  fus  Reales  Exer- 
•citos.  Virrey,  Gobernador,  y  Capitán  General  de 
efta  Nueva  Efpaña,  y  Prefíjente  de  fu  Real  Au- 
diencia, y  Chancilleria,  &c:  concedió  fu  licencia 
para  la  impreííion  de  efte  Sermón,  viílo  el  Parecer 
del  M.  R.  P.  Francifco  Xavier  Lazcano,  Rcligio- 
fo  de  la  Sagrada  Compañia  de  Jesús,  &c.  como 
confta  por  fu  Decreto  de  13.  de  Febrero  de  lyjj.-; 

Ejíbricado  de  Stt  Excelencia, 


Licencia  del  Ordinario, 

EL  Sr.  Dr.  D.  Francifco  Xavier  Gómez  de  Cer- 
vantes, Cathedratico  Jubilado  de  Prima  de 
Sagrados  Cañones  en  la  Real  Univcríidad  de  efta 
Corte,  Prebendado  de  la  Santa  Iglefía  Cathedral, 
Examinador  Synodal,  Juez  Provifor,y  Vicario  Ge- 
neral de  efte  Arzobifpado,  Obifpo  eledo  de  Puerto 
rico,  &c:  concedió  fu  licencia  para  la  impreííion  de 
efte  Sermón,  vifto  el  Parecer  del  Sr.  Dr.  D.  Juan 
Jofeph  de  Eguiara  y  Eguren,  Canónigo  Magiftral 
de  dicha  Santa  Iglefia,  &c.  como  confta  de  fu  Auto 
de  i8.de  Febrero  de  1 75:5:5 

Rubricado  de  Su  Señoría. 

IG- 


IGnacío  Calderón,  Provincial' de  la  Cíompañia  de 
TES  US,  en  efta  Provincia  de  Nueva  Eípaña.  ^ 
Por  u  facultad  y  poteftad,  que  para  efto  me  es  con- 


cedida de  Nró.  P.  Ignacio  Vízconti,  General  de 
nueftra  Compañía  de  JESÚS;  por  la  prefente  doy 
licencia  para  que  íc  pueda  imprimir  un  Sermón,  cu^ 
yo  titulo  es:  MARÍA  Santiííma,  dechado  de  Reli- 
giofas  de  fu  Compañía,  llamadas  comunmente  de  la 
Enfeñanza,  que  predicó  el  P.  Bernardo  de  Pazuen- 
gos,  Profeííb  de  nueftra  Compañía,  y  Procurador  de 
fu  Provincia  de  Philipinas,  por  haverló  vifto  perfo- 
nas  do(5í:as  de  nueftra  Compañía,  á  quienes  lo  co- 
metí} y  no  haver  hallado  cofa  digna  de  cenfura..  En 
fé  de  lo  qual  di  efta  firmada  de  mi  nombre»  fellada 
con  el  Sello  de  nueftra  Compañía,  y  refrendada  de 
mi  Secretario.  En  la  Hacienda  de  San  Antonio  en 
nueve  de  Heaero  de  mil  fetecientos  cincuenta  y 
cinco  añc;. 


t 
JHS 

Ignacio  Calderón^ 


>  omors 

Ignacio  Coromma. 
Secretario. 


Pag.  I 


.".e^^  sC'.'3^  >€r5^  .  "^Orv .  sf^-.<.>iff 


JN  DOMO  TV  A  OPORTET 
me  manere.  Lucíe  19.  Iv.  $. 

CJKO  MEA  VERÉ  ESTCIBVS, 
■  ct fangiús  meus  'vere  ejtpotm.  Joan.  5. 

•€í&'!BS  N FE L IC E S  TIEMPOS. 
^  i  (^  tícígraciadas  ed aíics" aquellas, 'bn 
<J)  i  d^  que  aunque  indurtrioíos  los  hora- 
i^P^P  bres  ignoraban  la  fabíduria,  y  no 
*-^^"'^  ^^  conocían  el  chrono  de  la  inceli» 
gencia.  Qué  cimas  profundas^  dice  Job,  no 
ha  penetrado  ingeniólo  el  anhelo  de  acu- 
mular el  orol  Qué  indurtrias  no  ha  inven- 
tado  fútil  el  ingenio  para  acrifoíar  la  platal 
Qué  mares  no  ha  fuícado  valerola  ía  induf- 
tria  en  bufca  de  las  riquezas  í  Qué  futile- 
zas no  ha  aquilatado  el  arte,  para  fegregar 
de  la  tierra  el  hierro,  para  convertir  en  aze- 
ró  las  piedras!  Mas  enmedio  de  a  ver  yafu- 
puraáó  las  artes,  y  acrifolado  el  ingenio  en 
tantas  futiliflimas  invenciones,  aun  no  fa« 
bcmos,  dice  Job,  qual  es  la  Pacria^,  qual  ío. 

■^  A  "  Mo- 


í 

Morada,  qual  la  Habitación,  y  Cafa  de  la 
Job  iS,\f,  II.     SabidiHia,  é  Inteligencia:  Sapientía  vero  uhi  in- 
yenitur]  Et  quis  eji  locus  intelligenticí'i  Feliz,  di- 
choía  Cafa,  donde  eftas  I  En  la  tierra,  pro- 
figiie  el  rnifrno,  no  fe  encuentra ;  los  pro- 
fundos abyfmos,  los  mares  efpaciofos,  nos 
dicen,  que  no  los  acompaña-,  los  ojos  mas 
perfpicaces  no  la  hallan j  á  las  Águilas  mas 
elevadas  fe  efconde;  los  difuntos,  y  vivien- 
tes, entregados  á  fu  libertad,  folo  nos  re- 
fieren, que  oyeron  hablar  de  ella  con  aplau- 
fo  y  eftimacionj  pero  que  folo  Dios  fabe  el 
lugar  en  que  fe  encuentra. 

Aíli  defcribe  Job  la  ignorancia  del  Or- 
be, aun  cnmedio  de  tanta  ptefumcion  de  fa- 
biduría:  Mas  va,  dichofos  moradores  de  Me- 
xicOí  buenas  nuevas,  felices  noticias,  que  fa- 
bemos  la  Habitación  y  Morada,  la  afortuna- 
da Cafa  de  la  Sabiduría  :  Sapiemia  adíficavit 
jihidomum;  y  para  que  no  dudemos  fer  la 
en  que  nos  hallamos,  nos  da  fus  fenas  indi- 
viduales: Era  Cafa^d^  la  Eníeñanza,  pues  pa- 
ra enfenar  la  edifico  la  Sabiduría:  yEdificct- 
vit  Jiíi;  era  una  Cafa  en  que  enfeiiaban  Ma- 
geres  :  Mifa  ancilUs  juas^  ut  Vocarent  ad  ar- 
cam-y  era  una  Efcuela  en  donde  folo  fe  enfe- 
ñaba  la  niñez :  Si  qms  eji  farvulus  venidt  ad 
me;  era  Univerfidad  donde  fm  dar  lugar  í 
,   clpcculativas  queíliones  y  controverfias,  íe 

en- 


5 

enfcñaba  la  Doulrina :   Locus  erat  Doólr¡n¿¡:,       Optaí.  iJ'o. 

non  controver t¿e,  oice  üptaco  Miicvicano:  So-  '     .  r...    wi. 
lo  en  ella  le  enícñaba  la  DocVrina  Chrifiia- 
na,  dice  San  Gregorio:  Proj?oJiiit  menfam  fuam     Greg.  hic 
Scri^mm^  ft)  D  car  iría  faene.  Era  una  Eí  cue- 
la:, <]^<^  juntamence  era  Templo,  dice  Alapi- 
úc:  Ayx  ejl  Templum  ^  Ecclejta ;  \\n  Tem- 
plo y  Efciiela,  en  que  fe  repartía  el  Sacra- 
meneo  de*  la  Euchariftia:  Mifcuit  vtnum,  ^ 
propcfuit  menfam-,  y  en  cfle  Templo,  y  eíla 
Eícuela  prefidía  como  Maeílra  MARÍA  San^ 
tiííima,  lepartia  como  Sacerdote  el  manjar, 
y  era  el  Altar  del  mifmo  Templo:  Vtrginem  Apud  Corii.  híc. 
apello  ScKerdotem  pariter  (^  Altare  y  dice  San 
tfrcn  5  cpdí  quidem  menfam  ferens,  dedit  noíís 
«elefiem  panem,    ya  de  la  Dcdrina,  ya  de  la 
Eucliarillia,  y  por  ultima  caraderiílica  feíia, 
•nos  dice  el  Efpiricu-fanto,  que  efta  Efcue* 
la,  que  efte  Templo,  q^ie  efta  Mefa,  eralgle- 
íia  del  Pilar:  Excidk  columnas  feptem.    Si  Yo 
al  hijo  del  Grande  Auguftino.,  que  difpufo 
efte  Temploj  le  huviera  entregado  fíete  co- 
lumnas  para  íu  adorno,  no  dudo,  que  por  re- 
glas de  Simetría  huviera  ordenado  tres  pa- 
ra cada  lado,  y  una  en  la  frente  donde  efta  la 
Mefa  y  el  Altar.  Aliento  pues,  afligid íílimo 
pacicntiíEmo  Job,   que  ya  faben  los  hom- 
bres qual  es  la  Habitación,  qual  la  Morada 
de  la  verdadera  Sabiduría ,  d-e  la  mas  cabal 

A  í  iii'- 


4 

iiiccligcncia,  pues  vea  erigida  la  Cafa  de  la 

Enfcrianza. 

Eílc  es  el  objeto  de  nueftra  celebridad, 
que  en  gran  parce  lo  hallamos  rctracadoen 
el  Evangelio:  In  Domo  tud  oportet  me  manere. 
La  primera  Cafa  que  coiifagró  la  Sabiduría 
encarnada  en  Templo  en  el  tiempo  de  la 
predicación  y  eníeñanza,  fué  la  Cala  de  Za- 
queo, Gobernador  de  la  Aduana  :  Princeps 
,p uUicdnorum-^  y  la  primera  Cafa  que  nos  fir- 
ve  para  efte  Convento  y  Templo,  es  la  del 
Gobernador  de  la  primera  Aduana  de  efte 
Rey  no.  El  primer  Templo  que  confagro  la 
Sabiduría  encarnada,  fué  la  Cafa  de  Naza- 
reth,  en  que  encarnó,  y  aíTi  la  Madre  San- 
ciflima,  como  aquella  Cafa  fueron  Caía  de 
MARÍA  SanElíIima,  y  el  myftcrio  déla  En- 
carnación, y  es  á  la  letra  lo  que  reconoce- 
mos en  eíte  Templo,  pues  la  mayor  parce 
de  eña  Fabrica  es  una  Cafa  de  MAKIA  San- 
tiíllma  en  el  mvfterio  de  la  Encarnación, 
Columna  no  puede  {"altarnos,  pues  nos  dice 
San  Gregorio  Nazianzeno,  que  el  Árbol  en 
que  fübió  Zaqueo  para  aprender  el  conoci- 
miento de  Chrifto,  íuplia  por  columna:  5^- 
Greg.  Nazianz.  ^qj^qyus  erut  quaíi  columud.  Era  Zaqueo  en  iu 
li.per  hunc  loe.  •-         p  ni  \\ 

eltacura  nino:  Statura  pujtíci^fs-^  y  aquella  co- 
lumna le  íirvió  como  á  niíio  de  la  eníeíian- 
za,  de  Cachedra  para  aprender  los  rudimen- 
tos 


'5 
tos  de-  la  verdadera  Sabiduría,  feguti  expli- 
ca Saa  Gregorio  el  Magno  :    Per  Jycomorum  S.Gicg, 
Dominui  tranfans  cerní  tur  ¡    quid   Per  hanc  p-  í/  ^1' 
fientem  flultiúdm^  CT  fi  ^^c  durriy  ut  ej¡  fotide^c^p.  17. 
jam   tamen  per  contemplaúcnis  lumen  Del  y^  P^^^  "^^" 
fientia^  quafi  in  trdnpta  videtur:  Y  íi  efta  co- 
lumna de  Zaqueo,  no  fe  coloco  dentro  del 
Templo^  tampoco  la  columna  á  que  fe  con- 
íagra  el  prefente,  fe  puede  introducir  en  éu 
En  eíle  pues  Templo  y  Efcuela  de  MARÍA 
SantiíTjma  del  Pilar,  quiere  habitar  perma- 
nente la  eterna  Sabiduría:   Ofortet  me  mane- 
rey  y  efta  Enfcñanza  de  MARÍA  Santiílirna 
;del  Pilar,   y  efta  firmeza  de  la  Enfcñanza, 
han  de  fer  el  objeto  de  mi  difcurfo  finfalir 
de  la  Columna,  pidamos  para  fu  exot- 
nacion  la  gracia. 

.      AVE  MARÍA. 

IN  DOMO  rVA  OPORTET 
me  manere,  Liic.  19.  l(^.  5. 

CARO  MEA  VERÉ  ESTCIBVS, 

et  fangms  meus  -veré  efipotus,  Joan.  5 . 

O  fe,  íi  como     fctica   dcfcripcion    y 

manifeftacion     compendio  de  la  per* 

de  fus  anfias,  ó  pro*    Feccion  del  Templo^ 

co- 


6 

colocó  Salomón  á  la  duda,  que  efecSos  de 
frente  de  lu  Portada  fa  extraordinaria  pro- 
3.Reg.7,dos  Columnas:  Etjta-  videncia  han  de  tener 
•  '  *  tuit  duas  columnas  in  aquellas  dos  perfec- 
PorticH  Templi ;  una  ciones?  Ved  ya  en  ef- 
llamada  Jaquin,  que  tas  tres  explicaciones 
íignifica  Eníeñanza  y  la  divifion  y  apoyo  de 
Sabiduría^  fegun  Ca-  mi  difcurfo.Cada  una 
yetano;  otra  llamada  de  las  Columnas  re- 
Booz,  que  fignifica  nía  doce  codos  decir- 
Fortaleza  ,  fegun  el  cuiro^que  parece  ana- 
mifmoj  aunque  dife-  logizaban  ya  las  doce 
rentes  los  nombres ,  Señoras  de  la  Enfe- 
juzga  Cornelio,  fer  ñanza,  que  Dios  nos 
uno  el  fignificadoj  traxo  de  Europa,  íl 
pues  de  la  dirección  como  al  numero  fuc- 
con  que  fe  executó  la  ra  á  las  Perfonas,gro- 
cbra,  fe  infiere  bien  fera  pudiera  juzgarfe 
la  fortaleza,  y  fu  re-  laalufion,fiendornas 
buftés  y  firmeza  ma-  femejantes  á  los  doce 
nifiefta  bien  la  direc»  Angeles  guardas  del 
ciony  enfeñanzaque  Templo  Cclcftial  al 
la  erigió;  uno  y  otro  veinte  y  uno  del  Apo- 
compendia  la  expli-  calypfis;  y  fi,  feguxi 
cacion  de  el  Erudito  Calmét,unaRofaco- 
Calmét  al  nombre  de  roñaba  el  chapitel  de 
la  primera:  Deuseam  ellas  Columnas,  pu- 
ftatuity  Dios  la  hizo,  dieramos  decir  ie  fi- 
Dios  la  erigiójy  quien  guraba  en  ella  la  me- 
jor 


7 

jor  Rofa  de  Lima, que  meraPrcfidenta  y  Su- 

firvió  de  corona  á  cf-  periora  de  ella  Funda- 

taColumna^  incrodu-  cion.  La  I  lacina^dice 

ciendolas  en  íu  dia  en  Pierio,  que  eslame- 

efta  Nobiliirima  Ciu-  jor  repreíentacion  de 

dad,  termino  de  fas  una  columna:  / ^^«- pier.Iib; 

anfias.  Aún  regiftro  quam  columna  quíídam,  47-<leli- 

otra  analógica   pro-  ad  cujus  imagínem  figíi-- ^^^^^'^i' 

porción,  fi  la  paííion  ramr-,  la  una  ya  os  he 

no  me  engaña.  Bien  dichoque  fignificaba 

fabeis  fer  principio  en  Dirección  y  Sabidu- 

que  eftriva  la  erudi-  ría,  prenda  la  mas  ne- 

cion  cabaliftica,  que  ceíTaria  para  el  buen 

en  la  primera  letra  del  gobierno  de  los  Su- 

nombre  fe  cifra  y  có-  perioresj  la  otra  fig-í 

pendia  toda  la  perfec-  nificaba  Fortaleza,  y 

cion  que  fignifica  el  que  neceífaria  á  una 

nombre  todo.  Imita-  Fundadora  para  ven- 

dor  de  cita    Efcuela  cer   las  dificukades  i 

quiero   regiilrar  dos  O,  y  quantas !  O,  y 

Columnas,  que  veo  á  qualesl   que  fe  opu- 

ja  frente  de  nueílra  fieron  á  la  Fudacion! 

Fundación,  como  á  la  Pero  vencidas  todas  í 

frente  déla  fuya  co-  empeíios  de  una  labia 

lc<;ó  Salomón  las  dos:  dirección,  de  una  for- 

Ignacia  Azlór,  prime-  raleza  fabia,    colocó 

ra  Madre  y  Fundado-  Dios  la  Enfeñanza  en 

ra  de  efte  Convento,  Mcxicoi  Deas  eamfta-*^ 

Ignacia  Sartolo,  pri-  tm. 

Affi 


3 

i:  2  ;  A íli .  boíqúc jaba  2a: ;   d Igna  ba  (a  •  por 
YO  la  erección  de  ef-  cierto,  á   que   íobre 
te  Conveiuo  y  Tenv  ella  Dios  erija  lu  ígle- 
plo:    Mas. en  el  bof~  fia:  S^íper  hmc petram 
.qiie}%.aunc]ue  ;toico,  ¿edi  fie  ahoE  cele fiam  med, 
encuentro  en   punto  Veis  va  en  ellas  dos 
-u:ú.-  H'ieñor    delineada   la  Sagradas     Columnas 
"l^V"' ^lorioía  Fundacio  de  los    eres   fi<^aificados 
ia.CGmpaíiia  de  MA-  de  las  dos  de    Salo- 
RÍA,  y  en  pcrípecli-  mon:  Direftio,  Sdpifn^ 
vaiadeb  ígleíia  Ca-  tia^    Kobur^  FoYtitiído^ 
'chüRca.  Columnas  las  Dchs  eamjiatmt;  con-- 
mas  robu ítas^ea  que  írontadlas,  por  vaef- 
'€itnvaba''b  primid-  tra^ vida,  con  !a  prt» 
va,,  apellida  el  Apoí-  rnef  Fun-daeien  de  la 
toL.üje'ias'  gentes  d  Campa íiia   ck:    MA*- 
i^rincipe  del  Apollo-  RÍA,  vetéis  con  qua- 
ladoSiPedíOjy  a!  que-  ta  razón  pudo  fu  he- 
rido entre  los  Apello-  roicifiíma  Fundadora 
les  Snm  Juan;  C^phas  gloriar  fe  qo^  ^SínVdL- 
Gúíí.i.,0*^o¿ii2nes,  fdvide-  bib,  y  decir:  dtphai 
^'      hantüT  coltim^¿^  effe  Jex-  O"  foannes^  qui   vide- 
tras  dedemnt  mihi .  J  ua  n  b-antur  columna  effcjcx' 
por    fu    Sabidurk  y  iras  dedtrum  rñihi\  ha- 
ivangelica  Enieíian-  liarefs,  que  in'decHos 
za^^es-  el  Águila^  de  la  y  perplexos-  femoíld 
Igle ík;  Pedro  en  foío  y  Bordes^de  la  Heroi- 
.«el '  nx;)rabre--'ma-fíifieí-  fi'a -  que    podía    dar 
ca  ia  folidez  y  iuB\t^  d  .  llené  "a-l  "■grande 


eai- 


f;'.íiic_>' 


cmplep  (le  Fundado- 
ra, fe  manifiv-fta  Sati 
Pedro  al  uno,  y  mof- 
ftrandole  con  ti  in- 
'diee  la  Marquefa  de 
'Monft  rrand  Juana  de 
Ltítonac:  Hanc  eligit 
TDeuSy  le  diee:  Efta  es 
la  que  el  Señor  dtfti- 
na  para  tanto  empe- 
ñoj  hallareis,  que  ape- 
nas en  Roma  el  Vica- 
rio de   Jefa  -  Cliriftd 
formó  la  Bula,  en  que 
confirmaba  la  Reli- 
gión ,   fe   aparece  el 
Evangeíiíla  San  Juan 
á  la  Fundadora  a  dar- 
le en  ex  predas  voces 
la  feliz  noticia.  Ya  ha 
dcfpachaco   el  Cielo 
tus  íuplicas,   gozare, 
que  oy  fe  ha  confir- 
mado  en    Roma   la 
íiueva  Orden  de  Nía. 
Señora,  á  mayor  glo^ 
fia  de  Dios,  obíequio 
de  la  Rey  na  de    las^ 
Vírgenes,  y  faiud  de 


iwuch^afmasi  dicho- 
fa  maquina,  feliz  ar- 
quitectura, que  eílri- 
va  en  tales  Columnasj 
feliz  y  dichofa  la  Fun- 
dación prefentc,  que 
llena  fu  explicación. 
Enícñanza  y  Sa- 
biduría: Direóíio,  Sa^ 
pientiay  érala  Colum- 
tíz  que  fe  rcgiíhaSa 
í  la  dieftrá  del  Tem- 
plo, yes  por  an  to  n  o- 
mafia  el  titulo  y  re- 
nombre carad-enlhco 
delprefente,  y  el  glo- 
riólo blafon  de  MA- 
RÍA Santillioía:  Sedes 
fapiemU,  Silla,  Thro- 
no,  ó  Cathcdra  de  la 
verdadera  Sabiduría, 
y  diciendo  la  miíma 
Señora  ícr  fu  Throno 
ó  Cathedra  una  Co- 
lumna: Thronus  meas  Ecclí. 
in  Co/«/w«¿íjquien  def-  ^+-  *^' 
de  ti  principio  de  el  ^* 
Orbe  no  fe  véprecif- 
faido  a  reconocerla  co- 
3  mp 


.10 

ino  Maeílra  .de  lá  Ea-  np  rúenos  e^íprefTo  de 
fchanza,  que  firvicii-  MARÍA  SanciíTima 
dcfe  de  la  Columna,  colocada  en  fu  Pilar, 
como  de  Cathcdra ,  pues  dicen  San  Diof 
alumbró  c6  fus  luces,  nifio,  Beda,  Sto.Tho- 
deílerrando  las  cegué-  mas, y  San  Buenaven- 
dades?  Embueka  en  tura,queell:aluzfim- 
fombras,  cubierta  de  bolo  de  MARÍA  San- 
obfcuridades  la  fabri*  tiflmia^y  la  Sabiduría, 
ca  del  Orbe  codo,  era  era  una  refplandecié- 
precifo  fe  ignotaíTe  te  Columna :  In  Ca- 
la perfección  de  fu  ar^  hmnx  fpeciem  confor- 
quice^tura  ,  propor-  mataOrhifTitfulft.  Y 
cionandcfe  á  la  obf-  para  mayor  propor- 
curidad  la  ignorancia,  cion  al  aílumpto,  aha- 
y  aldefedo  de  luz  el  de  Gpraelio,que  efta  ^ide 
¿e  el  conocimiento.  Columna  de  luz  pri-  iJ^ct* 
Crio  Dios  para  def-  mera,  que  alumbró  al 
tietro  de  eíta  igno-  Orbe,  la  tranfporta- 
rancia  la  luz:  Fiat  lux-y  ron  manos  Angélica^ 
y  fi  efta  es  el  primer  de  Oriente  á  Occidé-! 
iimbolo,  que  de  MA-  te.  No  pudiera  el  mas 
ría  Santiílima  reco-  acercado  pincel  dibu- 
riocen  los  Interpretes,  jar  con  mas  proprie- 
es  tan  cxpreíTo  de  la  dad  á  MARli\  Santií-^ 
Sabiduría,  que  en  vez  ílma  de  el  Pilar  por 
^  de  la  letra;  FaCÍa  efl  Maeftra  de  la  Enfe-j 
liba,  dé  /ííx,  íee  San  Auguftin:  í)anza,  pues  íorman- 
Gen.  ad  Qrcutu  cjl  Sdpcmia^  y.  do  en  él  fu  carreja  en 
^^^'                                     ¿  '/       ma- 


feanos  Angélicas  dcft  en  Mexfco.  Nó  es  mí 

de  el  üdcncc  Jerufá-  incento   niinorar  en 

k  n  á  nucíira  Éípaha,  nada  la  gloria  adqui- 

proíigue  el  circulo,  rida  con  cancos  fiido- 

yiniendo  á  alumbrar  res    eit   tan*  eruditas 

y  enfeñar  á  nucftro  Cathedras  de  Nueva 

Oceidcnte  en  fu  Pilar  Efparia ,  pero  me  eS 

por  miniílerio  deef-  precifo  el  día   de  oy 

ie  Choro  de  Angeles,  probar,  que  Ja  mejor 

que  oy  toma  poí¿f-  Efcuela  de  Sabiduría, 

íion  de  efteficio*  es   la   Enfeñanza  de 

Sí  es  proporcio-  MARÍA .  Propone  í 

íiado  el  fimbolo  de  la  vifta  Origenes  el 

aquella  primera  lu¿  á  Apbftol   San    Pablo, 

MARI  A  Santiífima  aprendiendo  en  la  Ef- 

ác  la  Enfeñanza  en  el  cuela  del  Cielo  i  vifta 

■pilar ,  agen  as  parece  de  la  Divina  ElTenciaj 

fon  aquellas  primeras  fegun  San  Auguftin, 

obfcuridadesá]osre&  Difcipulo  de  JESÚS, 

planxiores,  y  claras  lu-  ya  colocado  a  la  dieC- 

<:es  de  Ciencia  y  Sa-  tra  del  Eterno  Padre: 

biduria,  que  recóno-  Compara  fu  erudición 

ceiTxOs  en  elle  Empo-  y  Sabiduría  eo  la  de  S. 

rioj  es,fi,  MARÍA  Juan,  Difcipulo  en  la 

-Santiilima   clara  luz  'Efcuela  de  MARÍA:  ^ 

J     1     1"     r  -  r        ri'  Toan.  15 

de  la  iinienanza,  pero  tccepUustms,pqnc^n  t.zí?, 

ÍUZ5  que  no  encuen-  diiputaelexccííoenla 

tra  fómbras  que 'def^.  erudición,  de  que  fe 

•  terrar  de  ■  ignoraRciá  debe  inferir  las  prero- 


garivas'de/  la  Etífe-, 
fianza,  pero  concede 
la  prckrecia  á  la  eru- 
dición de  San  Juan: 
Pablo  en  la  flbuela 
del  Cielo,  oyó  fi  leCr 
Clones  tan  elevadas, 
Cjue  nunca  pudo  ex- 
plicar: ^Audivit  arcana, 
2.adCo-  n0n  licet  homini  lo' 

ir,^.  ^^h  íT^as  codas  ellas, 
dice  Orígenes,  no  le 
ele vaf Olí  iobf tí .  la  ef- 
fera  y  línea  dé  la  hu- 
mana naturaleza:  Scio 
hujujccmodi  homtnem  : 
Ivias  la  Erudición  y 
Sabiduría  que  adqai»- 
rió  Juan  en  la  Eníc- 
ñanza  de  MARI  A 
.Sfna>  parece  que  le 
elevaron  mas  alia  de 
Jos  limites  de  buma- 
iio:  Ovas  eleólioniSyCX- 
Origen,  clama  Ongencs ,  c^ 
ad-Div.  Magtfler  genttum,  m^ 
ítifii  verha^  qua  non  //- 
xet  homini  loqid^  non \  err- 
'gü  foannés  fvat  bQmo^ 


d&  ^  se  ipfunty  ¿jr  onh 
nid  tjt4<£  funty  fuperaviu 
Lta  Sabiduría  de  Pa- 
blo, adquirida  en  l^ 
EicueU  y  Ení chanza 
del  Cielo,  no  le  eleva 
fobre  la  esfera  de  h  j» 
manojo  la  SabiduTia  de 
Juan,  adquirida  en  la 
Eícuela  y  Eufeiianza 
de  MARÍA,  parece  lo 
colocó  Águila  caudal 
en  la  esfer,a  de  Divi- 
no, Mas  clara,  y  mas 
moderada  infiere  la 
cpnfcquencia  el  Doc- 
tiflimo  NovarinG:£r-  Novar. 
goflus  profuitjoanniin  !^.  "'Tl^' 
JAJKIyE  Schola^  a  4,11.^14. 
J\/ÍAR¿IA  doceri,  qmm 
Faulo  frofucrit  in  ca^ 
lum  rap, 

Acafo  os  perfua- 
direÍ5, prefiero  la  Doc^ 
trina  ó  Magiíleriode 
MARÍA  Santiíliraa 
£a  la  tierra  para  con 
San  Juan^  á  U  Doíftri- 
na 


^3 
jia  y  Magifterio   de    Ducam  te  in  Domum  Cant.8. 

JESÚS  en  el  Ciclo  pa-  Ji^atris  wf^,  ibi  me  do- 
ra  con  San  Pablo.  La  ceíiss  ven  JESÚS  mió, 
Dodrina  es  la    mií-  ven  Efpoío  de  mi  al- 
ma, JESÚS  es  Divino  ma,  ven  a  enfeñarme 
Maeílro;  mas  fi  juz-  tu  Doótrina  y  Myíle- 
go,  que  al  Magifterio  riosi  pero  ven  á  enfe- 
dc  JhSUS  en   la  Ef-  ñarmela  en  la  Cafa  y 
cuela  del  Cielo,  le  íal-  Efcuela  de  mi  Madre: 
tó  fer  Magiílerio  en  In  Domu  Matris  mc£y 
la  Efcuelá  deMARI A.  ihi  me  docebis;  en  la  Ef- 
Una  Niña  de  la  Enfe-  cuela  folo  de  MARÍA 
lianza  nos  ha  de  de-  quiere  la  amante  Ni- 
cifrar  fm  dificultad  el  ña  aprender  la  Doc- 
myfterio.  Amante  de  trina  de  JESÚS.  En 
JESÚS,  y  anfiofa  de  todas  partes  es  celeC- 
fu  Enlcñanza,  quería  tial  íu  Doólrina,  divi- 
aprender  de  fu  boca  no    fu    Magifterio  : 
la  Dodrina  caraóle-  Mas  no  fe  cjue  tiene 
riftica  defu  Magiíle-  laEfcueladeMARlA, 
rio.  Pero  en  queEf*  que  íolo  en  ella  fe  ha- 
cuela?  En  la  del  Cié-  ce  apreciable  á  la  Ni- 
lo  ?    No  parece   que  ña  fu  Magifterio.Que 
anhela  á  eílo  por  lo  Efcuela  e^  efta,  yo  os 
prefente.  En  la  tier-  la  pudiera  moítrar  en 
ra  quiere  5  fu  Enfe-  la  prefente,  mas  quie- 
ñanza  pretende.  Pero  ro  que  la  oigáis  del 
ha  de  fer  folo  en  la  Grande  Alapide,  ci- 
, Efcuela  d^  MARÍA:  tandoá  Honorio:  Do- 

ntHm 


14 

mumMatús  dccipitRe-  de  donde  timo  apre- 

ligionem^  vel  Monafle-  ció  de  fu  Dodrina , 

num:  Cbriflum  quafi per  QKando  no  has  efcií- 

manum  afprehendtty  (y  diado  fus  Lcccionesí 

in  Domum  Matris  fuos  Si  folo  animan  el  co- 

inducit^  dum  opera  íona  razón  tus  defeos  d& 

in   Claiijlrum   Domnm  llevar  á  JESÚS  ala  Ef- 

Congregúúonis  ^  ^  in  cuela  de  MARÍA,  pa- 

intelleBum  reguUcUu-  ra  aue  allí  ceenfeñeí 

Jiralisfuíe  nutrias^  dum  Ducam  te  in  Domum 

eam  intclligere  docet,  ihi  Matris  meay  ihi  me  do- 

in  clatiflro  doce  tur,  Eíta  cehis^  de  donde  tanca 

Efcucla  de  la  Madre,  eíHmadc  íuEnfefian- 

iJice  Cornelio,  donde  2a,aun  no  encendida? 

quiere  aprender  la  Ni-  Es  verdad,  que  no  fa- 

ña  la  Doólrina  de  jE-  bia  la  Niña  las  leccio- 

SUS,  es  una  Cafa  Ke-  nes,  que  le  avia  de  dar 

ligiofa,  es  un  Monaf-  fu  Maeftro  J  E  S  U  Sj 

terio,  en  donde  en-  masyk  las  apreciaba, 

cerrada  la  Niña  en  los  y  las  defcaba  anfiofa. 

Clauftros,  quiere  en-  Y  cierto ,  que  para 

tender  las  Reglas  de  apreciar  fu  Dodrina 

•fu  Madre .    Dexo  a  le  bailaba  a  la  Niña 

vucílra  inceligécia  la  faber,  q  la  aviaapren- 

apUcacion  á  las  Cafas  dido  el  Niño  en  la  Ef- 

Rcligiofas  déla  Ef-  cuela  de  MARÍA.  Li- 

cuela  y  Enfcñanza  de  teral  parece  el  texto, 

MARIAi  Y  dime^Ni-  a uiique difícil  la  inte- 

aa  amante  de  ]  ESUS,  ligencia.  Dice  el  E va- 

-•i-  ge- 


^5 

gelifta  San  Lucas,  que  fe^us  ipfe  e/? ,   cxpli- 

obcdienteelNiñojE-  có  Theophilaco,  pero 

SUS  Maertro  de  efta  gloria  es  grande  de  la 

Niña  de  la  Enfeñan-  Efcuela  de  MARÍA, 

za  á  fus  Padres:£í  erat  glpriofo  crédito  de  fu 

fubditHs  illisy  iba  ade-  Énfehanza  ,   el   que 

lantando  en  aquella  las  demoílraciones  de 

Efcuela  en  Sabiau^ía;  nueva  Sabiduría  ,  fe 

^^^^^'  Projícielpat    Sapientia .  juzguen  mayor  cien- 

^z!^       Válgame  Dios,  y  lo  cia  de  JESOS,   y  fe 

que  hace  la  Dirección  atribuyan  á  la    fabia 

y  Enfeíianza  de  MA-  dirección,  á  la  dieftra 

ría,  que  parece  que  Enfefianza    de   MA- 

el  Verbo  Divino  Sa-  K\h:  Suhdims  iHis^froz 

picncia  increada  tie-  ficiehat  fafienúa. 

lie  que  aprender,  y  No  le,  fi  querrá 

aprende  en  fu  Efcue-  vueílra  delicada  criti^ 

la.  Bien  fe,   que  no  ca  admitir  proporción 

pudo  crecer  en  modo  alguna  de  la  Enfcñan- 

alguno,  ni  aumentar-  za  de  MARÍA  Sancif- 

íe  la  Sabiduría  del  Ni-  fima  á  las  de  las  Reli- 

fioj  pudo  fi  darfe  mas  gioías  de  fu  Compa- 

á  conocer  en  demol-  íiia?  Bien  que  procu- 

traciones    de   mayor  ran  con  tal  cimero  fu 

luílre,  y  mas  expíen-  imitación  en  el  minif- 

dor  álos  ojos,  juzgo-  terio,  q  han  logrado 

fe  aumento  lo  que  era  en  los  Rey  nos  de  Fra- 

manifvft ación  :  Emi-  cia  el  gloriofo  carac- 
cmofapicntU  ejas  fro-.^   teriftico  titulo  de  Hi* 

'  ,  jas 


t6 

jas  de  MARÍA?  Bíeii 
queNobiliflimas  Ciu-» 
dades  de  Europa  ad^ 
friiran  delputí»  de  fus 
Fundaciones  el  fruto, 
que  no  aprcciarou  an- 
tes de  conocido?  Mu- 
geres  ion,  me  diréis, 
a  quien  inhibió  S,  Pa- 
blo el  minifterip  de  la 
r.adTi-  £nfeñanza:  Mulierim 
áocere  non  permuto;  por^ 
que  una  vez  explica 
San  A  nafta  fio,  qiie  fe 
incrpduxo  Matftra  á- 
erícñar  la  que  er^ 
Madre  de  todos,  dio 
al  trafte  con  todo , 
aunque  exccj  ta  MA- 
RÍA Santiflíma,  fué 
la  mas  doda  del  íexo: 
M^lier  femel  docuity 
cmnia  Jubvertit-^  y  da- 
do que  en  elte  Paray- 
fo  no  encuentre  lu- 
gar á  fu  aftuta  intro- 
ducción y  fo  filmas  la 
infernal  Serpiéte,  ha- 
Haremos,  mc  diréis^ 


en^ííe  ReligiofoCo* 
ro  una  Santa  Pauta, 
una  Santa  EullochiOj^ 
Madre  ¿Hija  tan  eru- 
dita3  en  las  Sagradas? 
Letras^  que  prccifa- 
ban  á  un  continuo  eC- 
tudio  al  Máximo  Dr, 
déla  Iglcfia,  para  dap  \^\^^ 
íolucion  a  fus  dificul- 
tad es?Encontrarcmos 
una  Macrina,  herma- 
na del  Gran  Bafilio, 
que  aprendidos  defde 
niftacon  inteligencia 
los  Pfalmos  de  David, 
los  Libros  de  Salo- 
món ,  le  ferviaa  de 
cánticos  para  luavi* 
zar  lo  iníipido  de  el 
trabajo  con  fu  har- 
monía? Donde  halla- 
remos ujia  Amaleíun- 
ta.  Madre  de  el  Rey 
Alarico^  que  de  difi- 
cultades Theologicas 
difputaba  en  muchas- 
lenguas  con  los  ma$ 
Literateóse  de  1  u  figlo? 
Xq 


Yo  por  ahora  prcf-        $i  es  h  ceguedad  el 
ciiido  de  efto,  mas  fi    m3$   expreílivo  Tim- 
,9S  aílcguro,  hallarei$    bplo  de  la  ignorancia; 
Ja  enfcñanza    de    lo    dos   ciegos    encuen- 
que  fe  debe  faber;  y     tro,  que  (ano  Chrifto 
aprendida  la  ignoran-    en  el  Evangelio  del 
cía  de  lo  que  fe  debe    dia,  uno  anees  deen- 
ignorar.   En  dos  cp-    trar  en  la  Ciudad,  y 
fas  coníiílía  la  Sabi-    otro  dentro  de  Jeri- 
duria  de  S.  Pablo:  En    cój  uno  en  el  camino, 
faberdeChriftoj  y  en    y  elle  era  ciego  que 
ignorar  lo  que  no  era    no  veia;  otro  en  Jeri- 
Chrifto;  Non  judicavi    có,  y  era  ciego  que 
me  dliquid  fcire  ,    nifi    tenia  buena  vifta:  ¿d" 
fefum-ChriJIum  ,   Doy     chíCns  in  J^comorOyCcCCíis 
en  hora  buena  el  que    /"«  via,  dice  el  Señor  S. 
^ueílras  hijas  fabeh  la    Ambrofio,  ambos  era 
Dcólrina  de  Chriftoj    ciegos,  el  pobre  en  el 
mas  no  me  negaréis,    camino,  y  Zaqueo  en 
que  faben  de  Baylc,    la  Ciudad  ;  el  pobre 
que  faben  de  Come-    por  no  tener  vifta, Za- 
dia^que  faben  de  ::  de    quéo  porque  aunque 
lo  que  no.debianfa-    tenia  vifta,no  veía  co- 
ber:Aprenderan  pues,     moeftaba  obligado  a 
en  la  Efcucla  de  MA-    ver.  A  proporción  de 
RIA,loque4ebenfa-    ciegos   y  ceguedades 
ber,  que  es  Chrift(i,  y    andan  en  el  mundo 
aprenderán  á  ignorar    los  ignorantes,  y  las. 
lo  que  faben,.y  no  de-    ignorancias;  unos  fon 
bian  íaber.  Q  ig- 


Ji8 

ignorantes  ,  "  porque    diverfa  fué  la  arqui^ 
no  fabcDi  y  otros  fon    tc¿^ura   y  fabrica  de 
ignorantes  y    porque    eftos    dos  Templos  i 
íaben  lo  que  no  de-    La  Cafa  fe  erigió  en 
bian  faber.  La  cura-    Templo  material,  po- 
ción de  eftas  dos  ef-     niendo  y  añadiendo 
pecies  de  ceguedad  é    materiales^comoento 
ignorancia,  la  encon-    das  las  demás  fabricas^ 
tramos  bajo  de  otros    Zaqueo  fe  cóvirtió  en 
•  términos  en  elEvan-    Templo,quitandoma 
gelio  de  la  Fiefta.  Dos    clios  de  los  materia- 
Templos,  y  dos  Igle-    les:  Dimiáium  honor um 
fias  nos  dice  el  Evan-     meorum  do  pauperibuSi 
gelio  que  hizo  Chrif-    c^/¡  quid  ¿tliquem  ¿f- 
to  en  Jericó,  uno  ma-    fraudavi,  reddo  quadru* 
terial,  que  era  la  Cafa    flidm-,  aíll  Zaqueo  y  fu 
de  Zaqueo:  In  Domo    Cafa  fe  hicieron  Tem- 
tua  oportet  me  manere-y    píos  de  la   Sabiduría 
otro  efpiritual,  que    encarnada-,  uno  qui- 
era Zaqueo   mifmo,     tando,  y  otro  ponicn- 
que  convertido  á  ]E-    do;y  afli  en  las  Efcue- 
SUS,  y  arrepentido  de    las  de  MARÍA  fe  ha- 
fus  paíTadüs  exceíTos,     ran  vueftras  hijas  fa- 
fe  hizo  Templo  vivo    bias  y  Templos  de  Je- 
I  ad  Co-  ^^  Dios:  Hodie  huic do-    fu-Chrilto,  unas  reci- 
rinch.6.  mui  Jalus  faÓla    ej¡ ,    hiendo  la  enfeiianza 
^*  ^^'    memhra  vejira  templum    de  lo  que  no  faben,  y 
funt  Spiritus  Jancli^  qui    otras  de>:ando  de  fa- 
in  voíis  ejl»  Mas  que    bei  lo  queyafabian. 


19 

Que  es  lo  que  faben  y  fuerza  del  dolor,  el 
debían  ignorar,  vofo-  Sol  fe  eclypfa,  la  Lu- 
tros  lo  labeisi  que  es  na  por  fencimiento  fe 
loqueignoranjy  aqui  obícurece,las  Piedras 
fe  les  cnfeiiara,  yo  os  de  aflicción  fe  parten^ 
lo  diré  deípucs.  todo  el  Orbe  fe  turba. 
Valor  y  fortaleza  y  en   tanto  cataftro- 
cra  el  nombre  de  la  phe,  folo  eíla  Señora 
fegunda  Columna;  y  efta  confian  ce.    Con 
para  expreílion  de  ia  lolo  decir,  que  eftaba 
fortaleza  y  conftancia  en   pie,  explicó  con 
de  MARÍA  Santifli-  energia    y    emphafi¿ 
ma,  bolved  los  ojos  al  fobcrano  el  Evange- 
Paray  fo,  y  la  veréis  ef-  lifta  la  admirable  for- 
trellar  la  cabeza  de  la  taleza  de  eífa  Señora: 
mas    venenofa    Ser-  StabdtjííxtaCrMcemíe-J^^^-^9' 
Gen       píente:  Ipja  conteret  ca-  fu  Matet  ejus^  Colum-    *  ^ 
y.  15.    put  tuum.  Regiftradla  na  firmiílima  puefta 
en  el  Calvario,  qué  en  pie;  que  para  que 
mar  de  tormentos,  q  no  fe  juzgue  en  mi 
golfo  de  dolores,  qué  arbitraria  la  explica- 
defecha   borrafca  de  cion,  en  términos  ex- 
fcncimientosnocon-  prelTos  nos  la  dio  Al-- 
traftaron  el  aliento  de  berto  el  Grande:  Sta-^ 
eíla  Soberana  Señora  hat  juxta  Crucem  fefa 
al  pie  de  la  Cruz,  en  Mater  ejus  injtar  co^  i 
que  derramó  nucftro  lumn,t,   Bafta   vueftra          -•■ 
amante  Redemptorá  fe,  y  efta  corta  expli- 
mares  fu  Sangre?  A  cacion  para  el  conoci- 

C  1  mien- 


miento  de  lá  mayor  folo  hablaba  para  etir 
fortaleza  de  efía  So-  feriar  ;  Jd  hoc  tantum 
berana  Señora.  Regif-  loauens  os  afermtyUtfa" 
tremosahora  ladeius  fienúam  doceret.  Vea- 
Hijas,  y  firvanos  de  mos  pues,  que  feíias 
guia  el  mas  fabio  de  nos  da  Salomón  para 
los,  hombres  Salomó,  que  encontremos  e 


que  fiendo  el  mas  eru-  Muger    fuerte  de  la 

dito  en  prafticas  y  ef-  Eníerianza:  Procul,  (g^ 

peculativas  ciencias ,  de  ulúmis  finíbus^    es 

fe  fatigaba  en  bufcar  neceíTario,  dice  Salo- 

iinaMugerá  todas  lu-  mon  ,   caminar  para 

^         ees  fuerte:  Mulierem  encontrarla  hafta  los 

Prover.  ^                    .       .          ...  .            ,   . 

}i,i,iQ^prtem  qms  mvemet  f  ultmios  termmos  del 
Donde  encontrare-  Orbe,  y  fiendo  el  pri- 
mos una  Muger  varo-  mcr  meridiano  de 
ril  y  fuerte?  No  íé  yo,  aquel  Rey  fabio  Jeru- 
íi  es  paíTion  el  difcur-  falen,  viene  á  fer  el 
rir,  que  bufca  Salo-  ultimo  nueftra  Nue- 
mon  unaReligioíade  va  Efpaña:  In  ultimis 
la  Enfeñanza,  pues  al  térra  finihus  efl  inqui* 
defcribir  los  dotes,  rí-W^í,  explica  Corne- 
que  han  de  perfeccio-  lio,  indeque  arcefcenda^ 
car  efta  Muger  varo-  O"  evocanda,  bufcadla, 
nil,  pone  por  contra-  dice,  en  los  últimos 
ibid.  t.  ^^^^>  f^^  u"^  Muger  términos  de  la  tierra, 
16.  que  enferiaba.'Oí/i^«w  y  no  os  contentéis  c6 
aperiút  fdfientU  y  eílo  hallarla,  tranfportad- 
es,  explica  Beda,  que  la,  trahedla  á  nuef- 

tra§ 


n 

tras  regiones.  De  tan-  África,  y  Europa,  y 
to  precio  juzgo  Salo-  todas  íus  riquezas  las 
monefta  feliz  Mu ger,  juzga  Salomón  coreo 
Gue  tuvo  por  efcafo  precio  para  Muger 
todas  las  riquezas  del  tanta,  faltaban  fin 
mundo  entonces  co-  duda  los  theforos  de 
nocido:  Deultimisfi^  nueftra  America. 
nihus  fretium  eJHs ,  cílo  Reconocida   ya 

es,  fegun  la  explica-    por  eftas  feñas  el  pre-* 
cion  de  Cornelio,  que    ció  y  Patria  de  la  Mu- 
quantas  riquezas  avia    get  fuerte,  que  bufca 
en  el  Orbe  entonces    Salomón,  veamos  co- 
defcubierto,  noigua-    mo  defcribe  fu  forta- 
laban  el  precio  y  pre-    leza.   Apenas   parece 
ciofidad    de    aquella    encuentra  fu  Sabidu- 
rara  Muger ,  nacida    ría  términos  fuficien- 
en  tantas  diñancias:     temente    expreífjvos 
Pretium  multeris  fortis    para  explicarla:  ^f««-  ibid.  t. 
adéo  magnum^  charum,     xit  forútudine  Imnhos  ^^' 
^  rarum  efi,  ut  de  tilti"    fuos^  íe  ciñó  y  viftió 
mis  térra  finibus  peten-    con  un  cingulo  de  va- 
dum  fit^nihil  enim  quan-    lor,  guarneció  y  for- 
tumvis pretiofum,  in  ter-    taleció  de  robuftez  el 
ranofira  efli  quodpretiu     brazo:  Roboravit  bra^ 
mulieris  fortis  addíquet,     chium  [uHm\   aplicó  la 
Ya  en  tiempo  de  Salo-    mano  a  emprcflas  fo- 
mon,  fe  hallaban  re-    lo  proprias  del  valor: 
conocidas  las  tres  par-    Manum  fuam  mijit  ad  ibid.  t; 
tes  del  ütbe,   Aífia,    /om¿í,  un  vellido  talar  ^o- 

de 


de  fortaleza  y  valora  poíier  a  la  vífta  una 

^ri  .d  único  adorno  Mugcrjqtie  nacida  en 

que  la  hermoíeaba  :  las  regiones  mas  dif- 

Ibid.  f.  Fomtudo  cr  decor  indu»  ranees ,   deiamparaa-' 

mentumejui\  y  juzgan-  do  fu  Patria,  y  la  Cafo 

do  coreas   expreílio-  de  fus  Padres,   avia' 

nes  eñas  para  explicar  furcado  dilatados  gol- 

lá  valentía  de  aquella  fos,  y  arrollrando  ca 

intrépida  Muger,  nos  los  mares  las  tempef-^ 

dice,  qtjé -era:  enfus  cades,  avia  a  tropelía-^ 

empreilas  robufta  Na-  do  quantos   peligros 

ve,. á  quien  ni  lo  pe-  traen  crabajofos  via- 

fado  de  la  carga,  ni  ges  de  tierra  en  pere- 

lo  encontrado  de  los  grinas  regiones,  por 

vientos,  ni  lo  turbado  abandonar  el  mundoj 

de  las  olas,  impedian  pero  en  xerminos  cla^ 

traer  de  diñantes  tier-  ros   nos    explica    la 

.;;  ras  el  alimento  á  los  varonil    robuílez  de 

Ibid.jí^.  Puertos:  frfíí^íf/?^»^-  aquella  grande  Mu- 

^^*       fi  Navis  infiitoris ,  de  ger  en  los  empleos  de 

longe    ponans    panem  las   Religiofas   de  la 

funm.  Enfeñanza,  dice,  que 

;Al  oír  expreíCo-  bufeo    lana  y  lino  : 

lies,  tan.,  enérgicas  de  Qua/tvit  Imam  e^r  li-'íhii.  f¿^ 

^alor  y  fortaleza,  juz*  num ,  que  tomaba  la  ^^' 

gaba  yo,  que  al'  liif-  rueca  é  hilaban  Digiti  ibid.  ir, 

toriar  el  Sabio  las  he-  ejíis  app-rehenderum  fu-  i5>- 

roicidades  de  eiía  grá  /«w¿,  que  bordaba  por 

Muger^  avia  de  pro-  íus  maao¿ ;  «S^m^í^/^-  ^^/ 


^  ^'3 

tdfn  vefiem  fecit^  que    lar  Señoras,  liilar^  que 

cosía  Cabanas,  y  texia    eíTo  es  lo  que  aplaude 
Ibid.  i5^.  cingulos:  Sindcnemfe^    Salomón   por  la  ma- 
^^'        citi  O*  cingulum  tradi^^    yor  fortaleza,  eíTo  es 
¿^.urn    ¿íí,  que  á  la  labor  de    el  empleo  que  en  gran 
fus  manos  eftaban  los    parte  del  dia  ocupal;)a 
de  fu  cafa  abundan-    á  MARÍA  Santiflima, 
temente  veftidosiOw-    fegun  dice  San  Ber- 
Ibid.  ir-  ^^^  domeflici  ejus  vefliti     nardo  ;  Mane  ad  ter- 
ai.        funt    duflicihus  ^   una    tiamorationi  vacahat^a 
Muger  tan  economi-    tenia  ufque  ad  nonam 
ca,   que  para  el  ali-    nebat^  y  eíToesloque 
^,f  .      meneo  de  fu  familia,     fe  debe  alabar  en  las 
V      compro  un  campo;    Señoras  mu geres.  So- 
Ibid.  t.  Conjideravit  agrum^  ^    bre  todas  fus  hijas  ef- 
'^'         ewií  f/^w,  y  conel  útil    pirituales   alababa  el 
de  fu  trabajo  plantó    íublimado  efpiritu  de 
Ibid.       una  viña;  De  fruñu    San  Phclipe  Neri  ala 
manuumjuarumplanta"    nobilillnna   Matrona 
yit  vineam:  Y  íi  á  cfto    Romana  Doña  Mar- 
añadis,  que  á  demás    tha de Efpoleto,  tare- 
de  hacer  cníeñó:   Os    pctidas,  tan  frequen- 
fmm  aferuit  fapiemia,     tes,  y  de  tanto  apre- , 
ut  doceret ;   ya  tenéis    ció  eran  las  expreílio- 
la  Muger   fuerte   en    ncs,  q<ie  excito  la  cu- 
las  Madres  de  la  En-    riofidad  de  algunas  á 
feñanza^  y  fi  alguna    preguntarle  el  moti- 
quiere  fer  alabada  de    vo  de  tan  excracrdi- 
Salomon  por  tal,  hi-    narias  alabanzas^,  fa- 


2.4 

tisfizo  el  Santo  !a'cu-  pbfa  de  Ifaac,  ybaja- 

riofidad  con  una  reí-  ba  á  la  fuente  con  fti 

pucíla  digna  deunS.  cántaro     para     tra|r 

in  Vita  phclipe  Neri.  La  ala-  agua  para  los  minir-- 

F«3-c.5>.  to  trias  i:}ue  a  todas,  tcriosdefn  cafa:  D^/^  Gen.i4¿ 

porque  íabe   hilar,  y  cenderat  autem  ad  fon^ 

labe  hacer  hilar  en  fu  tem,  (^  impleverat  Hy 

cafa,  dviam^  ^  reverteíatur, 

Dixe  Mugeres,  y  No  era   inferior   en 

dixeSehoras,para  que  nobleza    y    riquezas. 

fe  entienda,  que  no  Raquel,  y  era  Paílo- 

defdice  de  lo  Señora  reía  del  ganado  de  fu 

el  aplicar  la  mano  á  VsLáxcGregemipfapaf'  Gen.  ^|, 

femejantes  obras. No-  f^¿¿?í.  Y  hesderuaha-  ^•9*. 

biliflima   Señora  era  do  pedir  á  nobles  Se- 

Sara,  digna  Efpofa  de  ñoras  de  nueftros  tié- 

Abrahan,  en  cuya  ca-  pos  la  aplicación  a  ef- 

fa  fe  contaban  no  me-  tos  minifterios,  no  fe- 

nos  que   trefcientos  ra  ageno  el  que  fe 

diez  y  ocho  criados,  empleen  en  aquellas 

-y  la  veréis  en  la  Ef-  acciones,  que  preten- 

criptura,  aplicada  al  día  en   fus    hijas    la 

trabajo,  aún  de  la  co-  Grande  y  Venerable 

Gen.  c.  2Ína:  Accelerd  tria  fa-  Juana  de   LeítonaCj 

1 8.^.6.  ta  JimiU  commifce,  &  empleos  por  losqua- 

fac  fuhdnerícios  panes,  ks   logró  de  la  Silla 

Opulenta  en   rique-  ApoíloÜca,  por  boca 

zas,  fmgular  en  no-  de  Paulo  V.  los  glo- 

bleza  era  Rebeca,  Ef-  riofos  renombres  de 

De- 


Dcbora,  Jae!,  y  Ju-  to  odio  ayan   pcríe- 
<lith  de  la  Milirante  guidclos  Hcrcgcs,  ya 
Iglcíia;   empleos   en  impidiendo  fus  Fun- 
fin,  á  que  bajando  de  daciones,  ya  abrafan- 
los  primeros  eftrados  do  en  llamas  los  Coa- 
^le  Francia  y  Efpaña,  ventos  fundados^  ca- 
lían aplicado  las  ma-  da  Fundación  ha  fido 
nos  y  el  corazón  mu-  una  Conquifta,  y  ca- 
lchas nobiliflimas  Se-  da  Con  quilla  deipu  es 
ñoras  en  las  ClaíTes  de  de  mucho   padecer , 
la  Enfeñanza,  inftru-  pero  con  que  yaloc!» 
yendo  á  las  Ninas  de  con  q  varonil  conf- 
todas  Claflcsé  Y  con  tanciaí  Tú  te  acuer* 
.quanto  fruto  de  hs  das, Sagrado  Choro  d/2 
Ciudades,  que  gozan  Virgenes,  de  las  glo- 
fus  Fundaciones!  riofas  Fundadoras  de 
Y  íi  acafo  quifie-  Agen,  q  aífaltadas  ea 
íeis  ver  en  eftas  Reli-  fu  Barco  de  una Vanda 
giofas  otras  acciones  -de  Fiugonotes,  carga- 
lieroicas ,  índices  de  -dos  de  armas,  enca- 
mas efplc.ndor  en  la  radas  las  efcopetas , 
Fortaleza  cara^lerifti-  quandolas  aconfcja- 
cadeHeroínasyAma-  ban  los  Pafageros  fe 
zonas  gloriofas  de  la  ^uitaílcn  el  Habito, y 
.lglefia,yo  os  las  pudie  íe  disfraz aííen  por  fcr 
la  referir.  No  encon-  Religiofas  de  la  Com- 
ttrareis en lasHiítorias  pariia  de  MARÍA  tan 
Eclefiaílicas  Religio-  odiadas  y  perfcguidas 
ias,á  quienes  con  tan-  délos  Hereges.  Eífc 

D  no^ 


2.6 

no^rcfpoíiikro  aque-  dcftrozaJo  por  precír 
lias  valcrofas  Hcroi-  pitado  un  Cochc^pro- 
nasjüo  cñimamos  tan  ximo  ya  alprecipicio 
poco  !as  Divifas  de  Ef-  el  otro,  caminabais  a 
pofas  de] Esüs^y  Hijas  pie,  tan  fereno  el  ani- 
de María, q  por  con-  mo,   tan   rifucno  el 
fervar   nueftras  vidas  femblantCjComo  fios 
queramos  ocultar  cfte  divirtierais  en  aine^ 
gloriofacaradler/con  nos  Jardines.  Yo  me 
él  nos  han  de  ver  los  acuerdo  de  aquellas 
enemigos  de  la  Fe  y  noches,  en  que  pro- 
la  Religión,  y  íi  ha  de  ximos  ya   a    vueftra 
facrificarnos  fu  facri-  Nave  los  Piratas,  tur- 
iego furor,  hemos  de  bada  la  tripulación, 
prefentarnos  al  facri-  quando  todos  corriaá 
ficio  con  la  Divifa  de  confufos  á  la  preven - 
Efpofas  de  Jefu-Chrif-  ctoii  de  las  armas,  pa- 
to. Mas  no,  no  necef-  ra  una  fangrienta  de- 
bito regiítrar  vueñras  fenfa,  manteníais  en 
Hiítorias   pata  tener  vueíira  cámara  la  miC- 
^muchos  exéplares  ác  ma  quietud  y  foíliega 
fingular  fortaleza j  yo  que  en  el  mas  retiró- 
me acuerdo  muy  bien  do  Convento.  Eftoy 
de  aquella,  con  que  mas    padecillcis   poc 
en  tenebrofas  noches,  fervir  á  México, 
perdido  el  camino  en-  De  tanra  Sabidu- 
•tre  los  rigores  del  In-  ría  y  Fortaleza  íi.m- 
^\ierno,  los  embarazos  pre  caractcriílica  en 
^ue  caufan  la& lluvias^  la  Enfcnanza  de  MA- 
^^-  RÍA, 


^7 

ría,  parece  confe-  cfpcranzas,  haftaque 
qucncia  nacüiraldic-  me  alcnrabü  una  voz 
gro  ttliz  ac  la  Funda-  de  Mugcrcs  fuerces^ 
cioiij  pero  fe  opone  el  que  me  dccian; Según 
fjgnifirado de  aquella  la  prudencia  humana 
primer  Colú na:  Dens  tiene  V.  IL  tazón, pe- 
eamjiatuit,  como  que  ro  ella  es  cauía  de 
folo  Dios  pudo  levan-  Dios,  que  fe  ha  de 
tar  aquel  Templo  con  gobernar  por  princi- 
tanca  Dirección,  can  pios  y  diólamenes  fu* 
dieílra  Enfeíianza,  y  periores  á  la  pruden- 
tan  robufta  Fórrale-  ciz  humana^  la  Pun- 
za* Y  quanto  me  ale-  dación  fe  hará,  y  con 
grara  me  fuera  licita  felicidad,  ya  lo  veos 
una  pachetica  defcrip  D^us  eamftamit^  y  de 
cion  de  las  dificulta-  nada  me  arrepiento, 
des,  opoficiones,  tra-  Toda  la  gloria  en 
bajos,  que  ha  fido  nc-  la  Fabrica  de  aquel 
ceífario  fuperar  y  ven-  Magnifico  Tem,plo, la 
cer  haíla  lograr  eíta  atribuye  á  Dios  en  el 
Fundación  en  el  efta-  Epigraphe  de  la  Co- 
do prefcntel  Enccn-  lumna  Salomón;  pero 
ees  fi,  que  os  vierais  fm  olvidarfe  de  fus 
convencidos  á  decir:  defvelos  y  expenfas 
Deus  eam  fiamit  i  y  para  fu  perfección  : 
qii  a  n  t  a s  veces  fla -  ^dificans  adificavt  Do-  ^^^  ^ 
qucaba  ya  mi  cora-  mum  in  hal^itacUlíim  s.  f'^i^. 
zon,  faltaba  el  alien-  tunm.  Toda  la  gloria 
to,  y  íozobraban  mis  en  la  conftruccion  de 

D  t  efte 


i8 

eíieConvéto  y  Tcm-  ejfís  Emmantdd .   Ma- 

ploy  la  acribuimos  á  nucí  h¿v  fido  el  Salo 

Dios:  DeHsJlattii tyVirds  won  opulentOyCl  Sa* 

aunque  nos  finjamos  lomon  labio,  gue  ha 

olvidados  del  único,  o  vencido  las  iníupera- 

principaliffimo  Sabio  bles  dificulcades,  que 

y  liberal  Salomón,  de  ha contraftado- inven- 

que  fe  ha  valido  el  Se-  cibles  obílaculos  á  la 

ñor,,  no  fe  olvida  fu  erección  de  eíle  Tem-- 

Apoce.  Magcftad:  Qm  viceñt^-  pío,  á  la  perfección  de 

^      ^^'  faciam  ilíum  Columnam  efte  Convento.  Erija- 

inTemplo:  Una  triun-  le  pues,  una  Colum- 

fal  Columna,  dice  el  na  triunfa^    pongafe 

Señor j  le  erigiré  en  el  en  ella  el  nombre  de 

Templo  al  Vencedor  Manuel  (á  falca  de  co* 

de  las  dificultades.  Y  lores  dará  fangre  mí 

para  que  no  dudemos  corazón  )  pues  ha  fa- 

á  quien  fe  le  debe  la  bido  vencer,  lo  que 

vidoria,  dice  el  mif-  quizas  no   podemos- 

mo  Señor,  que  efcul-  difcurrir. 
pira  en  la  Columna  Señor,  íi  porque' 

triunfal   fu    nombre  vence  dificultades,  le 

nncwo:  Eí  fcriiam  fíf'  aveis   de  erigir  una 

fer  eum  mmm  rntum  m-  triunfal  Columna  ca 

Víim,  El  antiguo  nom-  el  nombre  de    Ma- 

bre  de  Dios^  era  Jeo-  nuel,  qué  haréis  para 

vah,  el  nuevo,  nos  di-  perpetuar  fu  nombre, 

ce  líalas,  que  es  Ma^  pues  ha  vencido  im- 

ifaiasy.  Hucl;  f^ocaHtHmomcn  poflibks?  Yquéim-, 


i9 
poíTibles?  Los  que  nofs  tos  fon  los  que  ven- 
dice  el  Evangelio:  Di-  ció  Zaqueo^  erigien- 
midwm  honorum  meo-  do  fu  Cafa  tn  Ttm« 
rumdopaHperihuSyí^ fi  pío;  (la  duda  que Za- 
^uíd  aliejucm  defrauda-  quéo^  aunque  toda- 
W,  redda  quadruplum.  via  noera  Obiipo,  lo- 
Señor,  dice  Zaqueo,  graba  los  doc^^s  de  lo 
defde  luego  doy  la  que  avia  de  fer,  pues 
mitad  de  mis  bienes  daba  canco  mas  de  lo 
á  los  pobres,  y  pago  que  cenia>  y  eftos  ion 
quatro  por  uno  á  los  los  impoífiblcs  vcnci- 
que  he  defraudado  en  dos  por  el  llimó.  Ma- 
algo.  El  Señor  S.  Am-  uuel,á  quien  fe  le  de- 
broíio  es  de  fencir,  be  le  van  car  la  Col  u  na- 
que todas  las  rique-  na  en  el  Templo,  los 
zas  de  Zaqueo,  eran  tiépos  mas  efcalos,  las 
ganadas  por  fraudes:  neceíTidades   focorri- 

Thom  '  éi^^  ^^^"^  ^^  P  ^^fp^'  ^^s  ^^  mayor  nume- 

inCac.  ntyquando  ifle perventt  ro,  las  rencas  mas  ex- 

ad  grariam^  cui  cenfus  tenuadas,  q  en  qual- 

ex  fraude-^  pues  fi  co-  quiera  ocro   tiempo; 

das  las  riquezas  de  Za-  mas  con  todo  eíTo,  a 

quéo  fon  agcnas,  co-  mas  de  dar  la  micad 

mo  á  demás  de  dar  la  de  los  bienes  a  los  po- 

micad  de  lo  que  tiene  bres,  da  quatro  tan- 

á  los  pobres,paga  qua-  tos  mas  de  lo  que  tie- 

tro  tantos  mas  de  lo  ne  al  culto  Divino  ^ 

que  es  ageno?   Eftos  da  en  fin,  feis  veces 

fon  impoíribks,  y  ef-  mas  de  lo  que  recibe 

5   1  eji 


tn  rentas*  O,  y  que  Aüguítioj  qno  aquc- 
debida  es  la  Columna  lia  Columna  que  a n* 
en  que  brille  el  nom-  tes  avia  férvido  vaga 
bre  de  Manucll  de  Maeílra  y  Diredo- 
Gozaos  pues  ya,  ra,  que  cníeñaba  en 
dichofas  Hijas  deMA-  fu  nación  el  camino, 
RÍA  Sanciflima,  pues  fe  coloco  en  el  Tem- 
gozáis  el  termino  de  pío  :  Nempe  Columna    xirín. 
vueftros  defeos,  el  ob-  nuhisy  cjuét  antea  fuper  ^xoduí, 
jeco  de    vueílras  an-  parvo  tabernáculo  extra 
íias  y  fatigas,  y  veis  cafira  conftiterat.    Ya 
erigida  en  triunfo  la  gracias  á  Dios,  que 
Columna,  que  os  fir-  aquella  Columna,que 
vio  de  guia  en  vuef-  fiemprc llevó  ala  vifta 
tras  peregrinaciones,  vueítra  Fundadora  en 
No   le  aquietaba  el  fus   viagcs,  defde  la 
corazón  de  los  Ifcae-  Nueva  Vizcaya  hafta 
litas,  aun  viendo  ya  la  Europa,  y  defde  fus 
concluido  aquel Tem-  Playas  haíla  el  Con- 
pío,  marabilla  de  el  vétodeTudela;aque- 
mundo ,  y  continua  lia  mifma  Columna, 
fatiga  de  fus  defeos,  que  os  firvio  de  guia* 
halla  que  vieron  en  y  fe  miró  como  Pa- 
cí aquella  Columna,  trocinio  defde  Tude- 
que )  les  avia  férvido  la  halla  México,  fe 
de  guia  en  fus  traba-  halla  ya  dominando 
joíos  viagcs ;  Nehula  elle  Templo,  Uenan- 
j.Rcr^*  implevít  Domum  Domi'  áo  con  fu    prefencia 
*^*  '°*     m,  efto  es,  explica  San  de  gloria ,  y  aíTegu- 


ran- 


rando  las  cfpcranzas 
de  la  firmeza.  Efcul- 
pid  en  ella  el  nuevo 
nombre  de  Dios  Ma- 
jnuelj  clamad  al  Cielo 
con  aquellos  afeólos  y 
cxpreflíones,  que  oy 
nos  enfeha  la  Iglefia: 
O  Emmanuel,  Rex¡^ 
Le^ifer  nofler^exfeBatio 
gentium^  Cr  fuhatio  eO' 


3i 

rum  y  cumplid  fcrVo' 
rofas  con  Vücllro  San- 
co Infticuto,  para  que 
no  cotentas  con  vueC- 
tra  fola  perfección, lo- 
gréis introducir  con 
vueftra  enfeñáza  mu- 
chas de  vueftro  fexo 
en  el  Templo  de  la 
Gloria:  Quam  mihig 
0*  voíis^  0*c^ 


O.S.CS.M.EC.A.R. 


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