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DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
REVISTA
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(B
«ÍS)
ÓRGANO OFICIAL DEL CUERPO KACULTATIVO DEL RAMO
(se publica una vez al mes)
TERCERA ÉPOCA— AÑO VIII
TOMO X
Enero á Junio de 1904.
Calle de Olid, núm. H.
1904
, t
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
ÓRGANO OFICIAL DEL CUERPO FACULTATIVO DEL RAMO
(se publica una vez al MES)
TERCERA ÉPOCA— AÑO VIII
TOMO X
Enero á Junio de 1904.
MADRID
Calle de Olid, núm. K.
'904
* •
CONSEJO DE LA REVISTA
JUNTA INSPECTORA. Presidente: Jefe superior del Cuerpo, D, Mar-
celino Menénde^ y Pelayo, — Vicepresidente: D. Vicente Vignau y Ballesier. —
Vocales: D. José Ortega y García. — D. Manuel Flores Calderón. — D. Mariano Ca-
talina y Cobo. — D. Rodrigo Amador de los Ríos.— D. Eduardo de Hinojosa y Nave-
ros. — D. Juan Catalina García y López. — D. Augusto Fernández Victorio y Coci-
na. — D. Ricardo de Hinojosa y Naveros. — D. Francisco Navarro y Ledesma.
REDACCIÓN. Presidente: /). Marcelino Menénde^^y Pelayo. — Vicepresi-
dente: D. Vicente Vignau y Ballester. — Redactor jefe: D. Juan Menéndez Pidal. —
Vocales: D. Ramón Menéndez Pidal. — D. Antonio Paz y Melia. — D. José Ramón
Mélida y Alinari. — D. Alvaro Gil Albacete. — D. Ricardo Torres Valle. — D. Narciso
Sentenach y Cabanas. — D. Ricardo de Hinojosa y Naveros. — D. Manuel M aga-
llón. — Secretario: Don Manuel Serrano y Sanz.
eOLABORADORES
Españoles.
Todos los individuos del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y
Arqueólogos, y los distinguidos escritores siguientes: Aguilar y Cano (D. A.), Pu-
blicista. — Altamira (D. R.), Catedrático de la Universidad de Oviedo. — Alemany
(D. J.), Catedrático de la Universidad Central. — Aviles (D. A.), de la Real Acade-
mia de San Fernando. — Baselga (D. M.), Catedrático de la Universidad de Zara-
goza. — Bayo (D. C), Publicista. — Blázquez (D. A.), C. de la Real Academia de
la Historia. — Bonilla y San Martín (D. A.), Catedrático de Derecho mercantil en
la Universidad de Valencia. — Calleja (D. J. D.), Publicista. — Cedillo (Excelentí-
simo Sr. Conde de), de la Real Academia de la Historia. — Codera (D. F.), de la Real
Academia de la Historia. — Costa (D. J.), Iberista. — Cotarelo y Mori (D. E.), de la
Real Academia Española. — Chabás (D. R.), Canónigo-archivero de la Catedral de
Valencia. — Domínguez Berrueta (D. M.), Catedrático del Instituto provincial de
Salamanca. — Eguílaz Yanguas (D. L.), Catedrático de la Universidad de Granada.
Ruano y Prieto (D. F.), Publicista. — Escandón (D. R.), Astrónomo del Observato-
rio de Madrid. — Fernández Duro (D. C), Americanista, de la Real Academia de la
Historia. — Fernández de Velasco (D. F.), Publicista. — Ferrá (D. B.), Director del
Museo Arqueológico Luliano. — García de Quevedo y Concellón (D. E.), Catedráti-
co del Instituto provincial de Burgos. — Garrido Osorio (D. M.), Catedrático dé la
Universidad de Granada. — Salva (D. A.), Archivero municipal de Burgos. — Garriga
(D. F. J.), Catedrático del Instituto provincial de Oviedo. — Gastoso y Pérez (D. J.),
déla Academia de Bellas Artes de Sevilla. — Gómez Imaz (D. M.), Publicista. —
Gómez-Moreno y Martínez (D. M.), Profesor de la Universidad del Sacro Monte
de Granada. — Goyri de Menéndez Pidal (D.*M.*), Doctora en Filosofía y Letras. —
Hazañas y la Rúa (D. J.), Catedrático de la Universidad de Sevilla. — Hergueta
(D. N.), de la Real Capilla. — Herrera (D. A.), de la Real Academia de la Histo-
ria. — Herrera (P. I.), de las Escuelas Pías. — Lampérez y Romea (D. V.), Arqui-
tecto y Catedrático de la Escuela de Arquitectura. — Las Navas (Conde de). Bi-
bliotecario de la Real Casa. — Liñán y Éguizával (D. P.), Publicista. — Lomba
(D. J. R.), Publicista. — Llábrés (D. Gabriel), Catedrático del Instituto de Cace-
ras — Muntadas (D. J. F.), Publicista. — Oliver y Esteller (D. B.), de la Real Acade-
mia de la Historia. — ^^Pedraja Fernández (D. E. de la), C. de la Real Academia de la
Historia. — Ramírez de Arellano (D. R.), C. de la Real Academia de la Historia. —
Rodríguez de Berlanga (D. M.), Romanista. — Rodríguez Mourelo (D. J.), Profesor
de la Escuela de Artes y Oficios. — Soraluce (D. P.), de la Comisión de Monu-
330C75
mentos de Guipúzcoa. — Tenorio (D. N.), Publicista. -Tramoyeres (D. L.), de la
Comisión de Monumentos de Valencia. — Laurencín (El Sr. Marqués de), de la
Real Academia de la Historia. — Ureña y Smenjaud (D. R. de), Catedrático de la
Universidad Central. — Velázquez Bosco (D. R.), Arquitecto y Catedrático de la Es-
cuela de Arquitectura. — Villaamil y Castro (D. J.), Arqueólogo. — Vives (D. A.),
de la Real Academia de la Historia.
Extranjeros.
Bienkowski (P.), Profesor de la Universidad de Cracovia. — Bonsor (M. J.), Ar-
queólogo. — M. J. Calmette, miembro de la Escuela Francesa' de Roma. — Daumet
(M. G.), de los Archivos Nacionales de Francia. — Engel (M. A.), Arqueólogo.—
Farinelli (Dr. A.), Profesor extraordinario de la Universidad de Innsbruck.— Fitz-
Gerald (M. J. D.)— Friedel (M.), de la Universidad de Liverpool.— Garófalo (señor
F. P.), Profesor de la Universidad de Catania (Sicilia). — Gráfenberg (doctor S.), Crí-
tico de literatura española. Frankfort.— Graillot (M. Henri), Profesor del Liceo de
Tolosa de Francia. — Haebler (Conrado), Bibliotecario de la Real de Dresde. — Ho-
molle (M. Th.), Director de la Escuela Francesa de Atenas.— Leite de Vasconcellos
(Dr. J.), Director del Museo Etnológico de Lisboa. — Melé (E.), de la Biblioteca
Nacional de Ñapóles. — Morel-Fatio (M. A.), Director adjunto de la Escuela prác-
tica de Estudios superiores de París. — Paris (M. P.), Catedrático de la Universidad
de Burdeos. — UUoa (D. Luis), Comisionado espíícial del Gobierno del Perú en los
Archivos y Bibliotecas de Europa.
Catálogos publicados por la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.
Biblioteca Nacional L — Catálogo de las piei^as de teatro que se conservan en el
Departamento de Manuscritos de la Biblioteca Nacional, por D. Antonio Paz y
Melia, Jefe de dicho Departamento. — Madrid, 1899. — ^'° doble, 717 páginas. — 10
pesetas. — Ocho pesetas á los suscriptores de la Revista. Punto de venta, en la Ad-
ministración de la misma.— H. Catálogo de las causas contra la fe seguidas ante el
Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Toledo y de las informaciones ge-
nealógicas de los pretendientes á oficios del miSmo. Con un Apéndice de los demás
Tribunales de España, Italia y América. — Madrid, 1908. — 8.** d., vin-669 págs.
BIBLIOTECA DE LA REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS.
II. instrucciones para la redacción de los Catálogos en las Bibliotecas públicas del
Estado, dictadas por la Junta facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos. —
Madrid. Tipografía de la Revista de Archivos. Bibliotecas y Museos, 1902. — 8.®,
1 52 páginas y 180 modelos. — 6 pesetas.
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN.— En esta Administración: En España, 16 pese-
tas al año: en el extranjero, 20 francos al año. Por medio de corresponsal: en
España. 1 6 ,5 o pesetas di\ año; en el extranjero, 22 francos al año. — ITúxnero
suelto, 1,50 pesetas.
Primera y segunda serie (primera y segunda época), 226 pesetas, tomos I á IX;
sueltos, á 25 pesetas tomo. — Tercera serie (tercera época), tomos I, II, III, IV, V,
VI y VII, 90 pesetas; sueltos, á i5 pesetas tomo. — Boletín de Archivos, Bitíliotecas
y Museos, un tomo, 7,5o pesetas.
Modo de hacer el pago los suscriptores de provincias.
Por medio de libranza del Giro mutuo, á nombre del Sr. Administra-
dor de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Paseo de Recole-
tos, núm. 20.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Am VIII. — Enero de 1904. — Nóm. i.
ADVERTENCIA
La Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos que desde su
fundación, ajena á toda idea de lucro, no tuvo más fin que trabajar
en el esclarecimiento de nuestra historia en su más amplio sentido,
tiene la satisfacción de anunciar á sus lectores que ha resuelto in-
troducir una mejora, y es pagar dos artículos mensuales, á razón de
cincuenta pesetas cada uno, con las siguientes condiciones:
Podrán colaborar tpdos los publicistas que lo deseen, pertenezcan
ó no al Cuerpo de Archiveros; solamente quedan excluidos los indi-
viduos que forman parte de la Junta de Redacción de la Revista.
El original no deberá exceder, aproximadamente, de lo que cabe
en dos pliegos de la Revista, ni bajar de uno.
No s^rán admisibles los trabajos que se reduzcan á mera copia de
documentos ó que sólo lleven algunas líneas originales como enlace
de aquéllos.
Tampoco serán admitidos los que no contengan datos nuevos, de
más ó menos importancia, acerca del asunto que versen.
Si se presentasen más de dos artículos mensuales, podrán ser pu-
blicados todos en la Revista, si al parecer de la Junta de Redacción,
lo mereciesen, en el caso de que sus autores, al presentarlos, no se
opongan á esto y exijan retribución.
La Junta de Redacción de la Revista será la encargada de exa-
minar los trabajos que se envíen al efecto.
La misma Junta, resolverá también el número de ilustraciones que
llevará cada estudio, si las necesita, pero sin alterar las bases genera-
les establecidas acerca de este particular.
3.^ A?«CA.— TOMO Z. I
mentos de Guipúzcoa. — Tenorio (D. N.), Publicista. -Tramoyeres (D. L.), de la
Comisión de Monumentos de Valencia. — Laurencín (El Sr. Marqués de), de la
Real Academia de la Historia. — Ureña y Smenjaud (D. R. de). Catedrático de la
Universidad Central. — Velázquez Bosco (D. R.), Arquitecto y Catedrático de la Es-
cuela de Arquitectura. — Villaamil y Castro (D. J.), Arqueólogo. — Vives (D. A.),
de la Real Academia de la Historia.
Extranjeros.
Bienkowski (P.), Profesor de la Universidad de Cracovia. — Bonsor (M. J.), Ar-
queólogo. — M. J. Calmette, miembro de la Escuela Francesa' de Roma. — Daumet
(M. G.), de los Archivos Nacionales de Francia. — Engel (M. A.), Arqueólogo.—
Farinelli (Dr. A.), Profesor extraordinario de la Universidad de Innsbruck. — ^Fitz-
Gerald (M. J. D.) — Friedel (M.), de la Universidad de Liverpool. — Garófalo (señor
F. P.), Profesor de la Universidad de Catania (Sicilia). — Gráfenberg (doctor S.), Crí-
tico de literatura española. Frankfori.— Graillot (M. Henri), Profesor del Liceo de
Tolosa de Francia. — Haebler (Conrado), Bibliotecario de la Real de Dresde. — Ho-
molle (M. Th.), Director de la Escuela Francesa de Atenas.— Leite de Vasconcellos
(Dr. J.), Director del Museo Etnológico de Lisboa. — Melé (E.), de la Biblioteca
Nacional de Ñapóles. — Morel-Fatio (M. A.), Director adjunto de la Escuela prác-
tica de Estudios superiores de París. — París (M. P.), Catedrático de la Universidad
de Burdeos. — Ulloa (D. Luis), Comisionado especial del Gobierno del Perú en los
Archivos y Bibliotecas de Europa.
Catálogos publicados por la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.
Biblioteca Nacional L — Catálogo de las piexfis de teatro que se conservan en el
Departamento de Manuscritos de la Biblioteca Nacional, por D. Antonio Paz y
Melia, Jefe de dicho Departamento. — Madrid, 1899. — ^'° doble, 717 páginas.— 10
pesetas. — Ocho pesetas á los suscriptores de la Revista. Punto de venta, en la Ad-
ministración de la misma. — II. Catálogo de las causas contra la fe seguidas ante el
Tríbunal del Santo Oficio de la Inquisición de Toledo y de las informaciones ge-
nealógicas de los pretendientes á oficios del mismo. Con un Apéndice de los demás
Tribunales de España, Italia y América. — Madrid, iqo3. — 8.** d., viii-669 págs.
BIBLIOTECA DE LA REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS.
II. Instrucciones para la redacción de los Catálogos en las Bibliotecas públicas del
Estado, dictadas por la Junta facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos. —
Madrid. Tipografía de la Revista de Archivos. Bibliotecas y Museos, 1902. — 8.®,
1 52 páginas y 180 modelos. — 6 pesetas.
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN.— En esta Administración: En España, 16 pese-
tas al año: en el extranjero, 20 francos al año. Por medio de corresponsal: en
España. 1 6,5o pesetas sl\ año; en el extranjero, 22 francos al año. — ITúxnero
suelto, 1,50 pesetas.
Primera y segunda serie (primera y segunda época), 226 pesetas, tomos I á IX;
sueltos, á 25 pesetas tomo. — Tercera serie (tercera época), tomos I, II, III, IV, V,
VI y VII, 90 pesetas; sueltos, á i5 pesetas tomo. — Boletín de Archivos, Bibliotecas
y Museos, un tomo, 7,5o pesetas.
•
Modo de hacer el pago los suscriptores de provincias.
Por medio de libranza del Giro mutuo, á nombre del Sr. Administra-
dor de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Paseo de Recole-
tos, núm. 20.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Año VIII. — Enero de 1904. — Núm. i.
ADVERTENCIA
La Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos que desde su
fundación, ajena á toda idea de lucro, no tuvo más fin que trabajar
en el esclarecimiento de nuestra historia en su más amplio sentido,
tiene la satisfacción de anunciar á sus lectores que ha resuelto in-
troducir una mejora, y es pagar dos artículos mensuales, á razón de
cincuenta pesetas cada uno, con las siguientes condiciones:
Podrán colaborar tpdos los publicistas que lo deseen, pertenezcan
ó no al Cuerpo de Archiveros; solamente quedan excluidos los indi-
viduos que forman parte de la Junta de Redacción de la Revista.
El original no deberá exceder, aproximadamente, de lo que cabe
en dos pliegos de la Revista, ni bajar de uno.
No s^rán admisibles los trabajos que se reduzcan á mera copia de
documentos ó que sólo lleven algunas líneas originales como enlace
de aquéllos.
Tampoco serán admitidos los que no contengan datos nuevos, de
más ó menos importancia, acerca del asunto que versen.
Si se presentasen más de dos artículos mensuales, podrán ser pu-
blicados todos en la Revista, si al parecer de la Junta de Redacción,
lo mereciesen, en el caso de que sus autores, al presentarlos, no se
opongan á esto y exijan retribución.
La Junta de Redacción de la Revista será la encargada de exa-
minar los trabajos que se envíen al efecto.
La misma Junta, resolverá también el número de ilustraciones que
llevará cada estudio, si las necesita, pero sin alterar las bases genera-
les establecidas acerca de este particular.
3.» A?«CA.— TOMO Z. I
REVISTA DE ARCHIVOS
EL LICENCIADO JUAN CAXESI
CARTA ABIERTA Á MR. L.ÉO ROUANET
Muy señor mío y distinguido amigo: Quehaceres y enfermedades han
retardado el cumplimiento de la promesa que hice á usted cuando publicó
las CEuvres dramatiques du Licencié Juan Caxes \ de remitirle algunos
datos biográficos del autor; pero más vale tarde que nunca, y como lo
ofrecido es deuda, voy á solventar ésta que tengo con usted, sintiendo que
las noticias referentes al poeta no sean tan abundantes como las que he
reunido concernientes á los artistas de su apellido y familia.
Son las que siguen:
Patricio Caxesi 2, pintor italiano, natural de Arezo 3, vino á España
por el año de 1567; casó en Madrid con Casilda de Fuentes en el año
de ¡573 4; tradujo y dio á luz en iSgS la Regla de ios cinco órdenes de
Arquitectura de Jacome de Vignola, y murió en 161 2, dejando de dicho
matrimonio los hijos siguientes, que también sobrevivieron á su madre,
fallecida en 1618: ^ -
Eugenio Caxesi, primogénito, que dedicado á la pintura trabajó mucho
en Madrid ya solo ya asoc'ado con su padre ó con otros artistas sus con-
temporáneos. Fué pintor de S. M., casó con D.* Francisca Manzano y
murió en la corte á i5 de Diciembre del año 1634.
Marcelo, que se avecindó en Seseña.
D." Hipólita Caxesi, bautizada en 8 de Septiembre de i582, casó en 1604
con Alonso Flores de Paredes, el cual murió de 1618 á 1620, y siendo
viuda, renunció la herencia de sus padres en 12 de Octubre de 1623.
Octaviano, vecino de Pastrana en 1622.
1 París, 1901.
2 En los primeros documentos que otorgó Patricio en España fírmó con los apellidos Cas-
ciesi ó Cascisi; después usó los de Caxiesí y Caxesi, y sus hijos adoptaron y usaron casi siempre
este último.
3 Así consta en una Información que sobre su linaje se hizo en Madrid y en Italia i pedi-
mento del interesado.
4 « Cn =5 de .Marzo (1573) desposé a Patricio Gajes, italiano, y Casilda de Fuentes; testigos
Pero Martínez y Evangelista y Miccr Bcrnaldo y Martínez, entallador.»
«En 9 de Junio de 1673 años se velaron Patricio Caxesi y Casilda de Fuentes; fueron padrinos
Romulü Ciacinato y Francisca de Fuentes, .testigos Pedro Pérez y Diego Gómez y otros
muc os.»
(Libro I de Matrimonios de San Sebastián, folios 8 y 11.)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 3
D.* Lucrecia Caxesi no se separó de sus padres, los cuales la mejora-,
ron en el tercio y remanente del quinto de sus bienes; murió soltera en
3o de Enero de 1629, habiendo hecho testamento en 25 de Diciembre
de 1628. Fué enterrada en San Felipe.
Pedro, que en varios documentos es citado como el antepenúltimo de
los hijos de Patricio Caxesi, dio algunos disgustos á sus padres durante su
juventud, hasta el punto de que en el codicilo de Patricio se manda que á
su hijo Pedro se le cuenten en su legítima 200 ducados por los libros de
VignoJa y los colores finos que le había tomado sin su licencia.
Casó en la villa de Pastrana el año 1620 con Mariana Martínez de
Herbias '.
Era músico y algunas veces cantó y puso la música para las fiestas
del Corpus 2.
Bien pudo suceder que hiciera lo mismo con alguno de los Autos de su
hermano Juan, ya en Pastrana ya en otras poblaciones.
Blas, menor de edad en 1618, tuvo por curador á Pedro de la Plaza.
Alejandro, el menor de todos los hijos y también menor de edad á la
muerte de su madre, tuvo por curador á su «uñado Alonso Flores de
Paredes, y muerto ésie^ á su hermano Eugenio Caxesi.
En 1620 era criado del Obispo de Lugo, donde residía.
.Habían tenido además otro hijo llamado Juan, cuyas Obras dramáti-
cas tuvo usted el buen acierto de publicar, y cuyas noticias biográficas
nos interesan más directamente.
Nació en 1577, según reza la siguiente partida de bautismo, que se
encuentra en el libro correspondiente de la parroquia de San Sebastián de
esta corte:
I* Á U bueoa amistad de los Srcs. D. Santiago Plaza Fernández, cura párroco de Pastrana, y
D. Claudio Bachiller, abogado, debemos copia exacta de la partida de casamiento, que dice así
<¡En la villa de Pastrana en primero día del mes de Margo de mili y seiscientos y veynte años
auiendo hecho las amonestaciones que el Santo concilio manda, y no auiendo resultado impe-
dimento alguno, yo Alonso Sarmiento, oura de la dicha villa, desposé y velé in facie ecclesice á
Pedro Caxes con Ms^'iana Martínez de Herbias, ambos de primer matrimonio, siendo t.stigos
el Licenciado Robles y Rafael Páez y Pedro de Buencuchillo y otros muchos.=A/onso Sarmien-
to^ teniente cura.»
Al margen: «Pedro Caxes con Mariana Martínez de Herbias, ambos de i.® matrimonio.»
(Archivo parroquial de P.>strana.)
3 Obligación de Pedro Caxesi, músico, de cantar y poner la música en la fiesta del Corpus
de Torrelaguna, cobrando 440 reales.
Madrid, |6 Abril 1643.
(Protocolo de Juan Garda áe Albertos. 1643.)
4 REV^^xA DE RCHIVOS
«Este d'á (2 1 de Mar^o de iSyj) baplizé yo Alonso de la Puebla á
Juan, hijo de Patricio (tachado: de Arezo) Gajes y de Casilda de Fuentes;
fueron sus padrinos Ana iMaría y Juan de Valencia, testigos Juan Baptista
Romero y Pedro Lopez.=i4/on50 de la Puebla. (Rúbrica.)d
Habiendo hecho en Madrid los estudios elementales, pasó á la Univer-
sidad de Alcalá, donde estudió Artes, logrando ser Bachiller de dicha fa-
cultad en 1 598 ' y Licenciado en 1601 *.
Así como los nobles tenían por entonces la costumbre de dedicar sus
hijos segundos á la carrera eclesiástica, haciendo valer su influencia para
que se les diesen las mejores y más sanas prebendas, aun antes de haber
recibido órdenes sagradas, no era infrecuente que los grandes artis-
I «Eo la Tilla de Alcalá de Henares en veynte y nuebe días del mes de junio de mili y
quioientos y nobenta y ocho años ante el Sr. Doctor D. Francisco Millan Guijarro, Rector de
esu vniversidad, estando juntos los maestros Andrés de Nieva y Juan Molero, examinadores
en artes del dicho año, y por no estar en la rilla el doctor Alonso García, examinador mayor
sustituto por no esur nombrado por Rector y consiliarios, el Sr. Rector propuso ymbestir en la
approba^ion de los bachilleres que an examinado, y dixeron que ellos auian examinado ciento
y ochenta y tres bachilleres, los setenta son discípulos del doctor Strada y los restantes son
discípulos del maestro Águila, e luego botaron para ir e regulados los botos fueron todos'
approbados. E luego incontinenti, día, mes y añd sobredichos en el theatro a la hora después
del medio día el dicho doctor Pedro de Estrada dio el grado a sus discípulos a los que se aliaron
presentes y lo mismo higo el maestro Águila a los suyos y los que fallaron van señalados con
vna fy y el rotulo de los dichos bachilleres lo leyó públicamente en alta voz el bedel Alonso
de la Peña y se hallaron presentes al dicho grado el doctor Francisco Millan Guijarro, Rector,
y el maestro Francisco de Villarrocl, Dean de la facultad de Artes y el dicho Alonso de la Peña,
escribano Rocíes, &.
Nos magister Andreas de Nieva et Joannes Molero, examinatores baccalaureandorum in
praeclara artium. facúltate in hac alma universitate complutensi toletans dioecesis hoc prxsente
anno domini milésimo quingentésimo nonagésimo octauo die vero vigésima mensis junii
mitimus ad vos sapientes doctores Estrada et Joannes de Laguila, discípulos vestros per nos
rite et recte examina tos et approbatos quibas praecessí conferimus gradu<» et sunt qui sequuntur.
(Continúa con una lista de 183 bachilleres aprobados, siendo el núm. ¡4 el de Juan Caxesi que
dice asi: «Juan Caxes de Madrid» y concluye):
Los quales dichos bachilleres rescibieron el dicho grado en la villa de Alcalá de Henares día
mes y año y lugar, y presentes los sobredichos, según y de manera que arriba va expresado; en
fe de ello lo firmé yo el presente secretario, que passó ante mi.=Va testado o diz-Romero y
entre renglones Nieto. Luis de la Serna, secretario.=í7?ú¿>rica.>
(Archivo Histórico Nacional.— Libro de Actos de grados de la Universidad de Alcalá.)
a «Sequitur ordo Licenciandorum in prxclarx Artium facúltate in hac alma Vniversitate
Complutensi Toletans Dioecesis hoc prasente anno Domini Millessimo sexcentessimo primo die
vero trigessima prima et última mensis Decembris. (Sigue una lista de 83 bachilleres que fueron
sorteados para dicho acto con números muy diferentes, y entre ellos hay el siguiente: ^6o6g.
Joannes Caxes de Madrid.»
Et cadem die trigessima prima et ultima mensis Decembris anni millessimi sexcentessimi primi
in Ecciesia Collegiata Sanctorum Justi et Pastoris hora quinta post meridiem J^upradicti octua-
ginta tres baccalaurei in rotulo contenti receperunt gradum Licenciati in Artibus a doctore
Joanne Baptista Neroni, abbate Complutensi, cancellario Vniversitatis, prssentibu<$ prxdicto
domino Rectore et praedicús examinatoribus et Magistro Luciano Fernandez, decano facultatis
Artium, prxsentibus Pedro de Castro et .\lonso de la Peña et Francisco de Montalban, magis-
tro ceremooiarum.— Ludovicus de la Serna, secretario.»
(Archivo Histórico Nacional. Libro de Actos de gtados de la Universidad dt Alcalá.)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 3
tas I hiciesen lo mismo con alguno ó algunos de sus hijos, procurando
también obtener y aun acumular en una sola persona diferentes benefi*
cios, que siempre eran de menor cuantía que los concedidos á los segun-
dones de la nobleza.
Patricio Caxesi procuró que su hijo Juan se preparase conveniente-
mente para entrar en el sacerdocio, y trabajó para que se le concediesen,
por bulas apostólicas de S. S., las siguientes rentas y pensiones:
Cien ducados * en cada un año situados en las rentas y frutos del Obis-
pado de Ávila.
Otros 100 ducados anuales sobre los frutos del Arzobispado de Sevilla.
Los beneñcios de la Ermita de San Albín y San Benito, de la diócesis
de Ciudad Rodrigo.
Los frutos del beneficio y prestamera de Santa Catalina, de Vcjer,
en la diócesis de Cádiz 3.
No contento con esto, dedicó también á la iglesia á su otro hijo Octa-
viano, para el cual obtuvo un beneficio simple de la iglesia de Valderro-
dillas 4.
Con dichas rentas y el producto de su trabajo, nuestro Licenciado debió
tener una posición desahogada, y lo prueba el hecho de que al pretender
casarse su hermana Hipólita, aparte de lo que á ésta dieron sus padres;
Juan le hizo donación, para ayuda de su casamiento, de i.Soo ducados ^,
cantidad bastante crecida en aquella época, y mucho más si se tiene en
cuenta que la legítima correspondiente á cada uno de los hermanos en las
I Eugenio, hijo del pintor Fabricio Castello, tenía pensión situada sobre los trutos y rentas
del Obispado de Avila.
Juan Jacome, hijo de Juan Pantoja de la Cruz, tenia loo ducados de pensión sobre el Arzobis-
pado de Granada.
Luis, hijo de Bartolomé Carduchi, clérigo de menores y que después se casó, gozaba en 1604
de 100 ducados de pensión en cada un año sobre las rentas del Arzobispado de Granada.
a Poder del Licenciado Juan Caxesi á su padre Patricio Caxesi, pintor de S. M., para cobrar
del Obispo de Ávila 100 ducados que por bulas apostólicas tiene de pensión en cada un año sobre
Ut rentas de dicho Obispado. Madrid, 31 Enero 1602.
(Protocolo de Alonso de Carmona, 1602, fol. 290.)
3 Poder de Patricio Caxexi, como cesionario de su hijo Juan, para cobrar 100 ducados de pen-
sión anual sobre las rentas del Arzobispado de Sevilla; los benefícios de la Ermita de San Albín
del Imo y San Benito, dióce is de Ciudad Rodrigo; los frutos del beneficio y prestamera de
Santa Catalina de Vejer, diócesis de Cádiz. Madrid, 5 Octubre 1602.
(Ibidem, fol. 492.)
4 Poder de Octaviano Caxesi á su hermano Juan para tomar posesión de un beneficio simple
de la Iglesia de ValderroJillas. Madrid, 14 Octubre 1604.
5 Donación de i.5oo ducados hecha por Juan Caxesi, clérigo presbítero, vecino de Madrid, á
su hermana Hipólita para ayuda á su matrimonio. Madrid, aa Mayo 1604.
{Cristóbal GálvtK <<« Heredia. 1604.)
6 REVISTA DE ARCHIVOS
particiones de los bienes que dejaron sus padres no alcanzó á la cuuta
parte de esta donación.
Tuvo y mereció la confianza de su padre, que durante sus ausencias le
dejaba poderes amplios para cobrar todo lo que por qualquier concepto se
le debiera ^
Murió en Madrid á i3 de Abril de i6i i según reza la siguiente partida
copiada del libro 4.® de difuntos de la parroquia de San Sebastián de esta
#
corte:
c<En trece de Abril de mil seiscientos y on^e años, murió el Licenciado
Caxes clérigo presbytero. Recibió los santos sacramentos de mano del Li-
cenciada Mendiola, no testó, que tenia padres que viven en la calle de la
Cruz, enterróse en S. Felippe en sepoltura propria.»
Los padres heredaron sus bienes, y como tales herederos cobraron las
deudas que en favor de Juan Caxesi habían quedado al tiempo de su falle-
cimiento 2.
Habiendo tallecido nuesiro autor cuando empezaba á dar frutos su in-
genio, no debemos hacernos ilusiones de que aparezcan muchas obras su-
yas, no obstante la facilidad que demostró tanto en la composición como
en la versificación.
Antes de terminar indicaré á usted dos conjeturas que me ha sugerido
la lectura de Los Desposorios de la Virgen,
Consiste la primera en que habiendo escrito Lope de Vega en 1608 el
auto titulado El casamiento de Josef 3 , para que se representara en las
fiestas del Corpus de dicho año en Madrid, y siendo de Agosto de 1609
las fechas de la aprobación y licencia de Los Desposorios de Nuestra Se-
ñora, es de suponer que el auto de Lope diera ocasión para que Juan
Caxesi compusiera el suyo.
Da fundamento para la segunda aquel largo parlamento de Los
Desposorios de la Virgen, en el cual. La Virginidad, ensalzando
>
1 Poder de Patricio Caxesi á su hijo el Licenciado Juaa Caxesi para cobrar todo lo que se le
debe y debiere. Madrid, 6 Septiembre 1604.
(Alonso de Carmona> 1604, tol. 28.)
2 Poder de Patricio Caxesi, como heredero del Licenciado Juan^ su hijo, para cobrar lo
corrido de la pensión que dicho Licenciado tuvo sobre las rentas del Obispado de Ávila. Madrid
3 Junio 1611.
(Alonso el Rubio. 1611, fol. 56.)
Poder del mismo para cobrar el beneficio de. Vcjcr. Madrid, 12 Agosto 1611.
(Alonso el Rubio. 161 1» fol. 74.)
3 Averiguación hecha después de publicado el Ilistrionismo Expañol. Madrid, 1930.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 7
esta misma virtud, cita como ejemplos á muchas santas vírgenes y á
4
MARGARITA, INFANTA DE ALiSTRIA,
refiriéndose á la Infanta D.* Margarita, hija del Emperador Maximiliano
y de la Emperatriz D.* María, monja en las Descalzas Reales de Madrid
con el nombre de Sor Margarita de la Cruz.
Por grandes que fueran, y lo eran en efecto, las virtudes de Sor Mar-
garita, Juan Caxcsi no tenía autoridad bastante para canonizar á la Infan-
ta, equiparándola con las santas vírgenes que entonces se adoraban y hoy
se adoran en los altares.
No puede tomarse esta apreciación sino como una lisonja que se per-
mitía el autor, y que, si había de producir efecto, era necesario hacerla
llegar á los oídos de la persona elogiada. De dos modos pudo conseguirse
que la representación de dicho auto se hiciera en presencia de la Infanta
Sor Margarita: ó llevando los carros frente al convento de las Descalzas
después de haber hecho las representaciones á la Villa y á los Consejos » ,
ó haciendo un particular en la misma iglesia para recreo y devoción de
las religiosas ^.
Estas consideraciones me llevan á confirmar la opinión de usted de
que el auto de Los Desposorios de la Virgen se representó en Madrid, y
para más corroborarlo habré de añadir que los medios carros, de que
habla el autor al detallar las apariencias, solamente se usaron en Madrid,
habiéndose construido los primeros muy pocos anos antes de 1610.
Además conviene tener présenle que Hernán Sánchez de Vargas,
autor de comedias, hizo dos autos de los cuatro que se representaron en
la Corte en cada uno de los años 1610 y 1611, y que representó en Sevilla
el auto de Los Desposorios de Nuestra Señora el año de 1612, y aunque
no podamos determinar cuál de los dos autos de Caxesi fué el repetido en
Sevilla, no cabe dudar que Hernán Sánchez de Vargas lo había hecho en
Madrid y lo llevó ya estudiado á Sevilla, donde lo representó como nuevo
en las fiestas del Corpus del año siguiente ó subsiguiente. ^
1 Era costumbre, si estaba la corte en Madrid, aprovechar el sábado después del Corpus
para representar los Autos á SS. MM. y otras personas de sangre real.
2 Consta por documentos que he visto, que en el primer tercio del siglo xvii se hicieron
algunas comedias en la capilla de San Sebastián de dicho convento, sitio el más á propositó,
tanto por tener dicha capilla comunicación con el claustro para el mejor servicio ue la escena,
cuanto por dominarse la ri presentación, hecha en tal lugar, desde el coro y tribuna principal
donde estarían las señoras de clausura.
memos de Guipúzcoa. — Tenorio (D. N.), Publicista. -Tramoyeres (D. L.), de la
Comisión de Monumentos de Valencia. — ^^Laurencín (El Sr. Marqués de), de la
Real Academia de la Historia. — Ureña y Smenjaud (D. R. de), Catedrático de la
Universidad Central. — Velázquez Bosco (D. R.), Arquitecto y Catedrático de la Es-
cuela de Arquitectura. — Villaamil y Castro (D. J.), Arqueólogo. — Vives (D. A.),
de la Real Academia de la Historia.
Extranjeros.
Bienkowski (P.), Profesor de la Universidad de Cracovia. — Bonsor (M. J.), Ar-
queólogo. — M. J. Calmette, miembro de la Escuela Francesa' de Roma. — Daumet
(M. G.), de los Archivos Nacionales de Francia. — Engel (M. A.), Arqueólogo.—
Farinelli (Dr. A.), Profesor extraordinario de la Universidad de Innsbruck. — ^Fitz-
Gerald (M. J. D.) — Friedel (M.), de la Universidad de Liverpool. — Garófalo (señor
F. P.), Profesor de la Universidad de Catania (Sicilia). — Gráfenberg (doctor S.), Crí-
tico de literatura española. Frankfort.— Graillot (M. Henri), Profesor del Liceo de
Tolosa de Francia. — Haebler (Conrado), Bibliotecario de la Real de Dresde. — Ho-
molle (M. Th.), Director de la Escuela Francesa de Atenas.— Leite de Vasconcellos
(Dr. J.), Director del Museo Etnológico de Lisboa. — Melé (E.), de la Biblioteca
Nacional de Ñapóles. — Morel-Fatio (M. A.), Director adjunto de la Escuela prác-
tica de Estudios superiores de París. — Paris (M. P.), Catedrático de la Universidad
de Burdeos. — UUoa (D. Luis), Comisionado espacial del Gobierno del Perú en los
Archivos y Bibliotecas de Europa.
Catálogos publicados por la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.
Biblioteca Nacional L — Catálogo de las piolas de teatro que se conservan en el
Departamento de Manuscritos de la Biblioteca Nacional, por D. Antonio Paz y
Melia, Jefe de dicho Departamento. — Madrid, 1899. — 8.° doble, 717 páginas.— 10
pesetas.— Ocho pesetas á los suscriptores de la Revista. Punto de venta, en la Ad-
ministración de la misma.— IL Catálogo de las causas contra la fe seguidas ante el
Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Toledo y de las informaciones ge-
nealógicas de los pretendientes á oficios del mismo. Con un Apéndice de los demás
Tribunales de España, Italia y América.— Madrid, 1903.— 8.® d., viii-669 págs.
BIBLIOTECA DE LA REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS.
II. Instrucciones para la redacción de los Catálogos en las Bibliotecas públicas del
Estado, dictadas por la Junta facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos. —
Madrid. Tipografía de la Revista de Archivos. Bibliotecas y Museos, 1902. — 8.',
i52 páginas y 180 modelos. — 6 pesetas.
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN.— En esta Administración: En España, 15 pese-
tas al año; en el extranjero, 20 francos al año. Por medio de corresponsal: en
España. 1 6,5o pesetas Si\ año; en el extranjero, 22 francos al año. — Kúmero
suelto, 1,50 pesetas.
Primera y segunda serie (primera y segunda época), 226 pesetas, tomos I á IX;
sueltos, á 25 pesetas tomo. — Tercera serie (tercera época), tomos I, II, III, IV, V,
VI y VII, 90 pesetas; sueltos, á 1 5 pesetas tomo. — Boletín de Archivos, Bil^liotecas
y Museos, un tomo, 7,5o pesetas.
Modo de hacer el pago los suscriptores de provincias.
♦
Por medio de libranza del Giro mutuo, á nombre del Sr. Administra-
dor de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Paseo de Recole-
tos, núm. 20.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Año VIII. — Enero de 1904. — Núm. i.
ADVERTENCIA
La Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos que desde su
fundación, ajena á loda idea de lucro, no tuvo más fin que trabajar
en el esclarecimiento de nuestra historia en su más amplio sentido,
tiene la satisfacción de anunciar á sus lectores que ha resuelto in-
troducir una mejora, y es pagar dos artículos mensuales, á razón de
cincuenta pesetas cada uno, con las siguientes condiciones:
Podrán colaborar tpdos los publicistas que lo deseen, pertenezcan
ó no al Cuerpo de Archiveros; solamente quedan excluidos los indi-
viduos que forman parte de la Junta de Redacción de la Revista.
El original no deberá exceder, aproximadamente, de lo que cabe
en dos pliegos de la Revista, ni bajar de uno.
No s'erán admisibles los trabajos que se reduzcan á mera copia de
documentos ó que sólo lleven algunas líneas originales como enlace
de aquéllos.
Tampoco serán admitidos los que no contengan datos nuevos, de
más ó menos importancia, acerca del asunto que versen.
Si se presentasen más de dos artículos mensuales, podrán ser pu-
blicados todos en la Revista, si al parecer de la Junta de Redacción,
lo mereciesen, en el caso de que sus autores, al presentarlos, no se
opongan á esto y exijan retribución.
La Junta de Redacción de la Revista será la encargada de exa-
minar los trabajos que se envíen al efecto.
La misma Junta, resolverá también el número de ilustraciones que
llevará cada estudio, si las necesita, pero sin alterar las bases genera-
les establecidas acerca de este particular.
3.» ÍP«CA.— TOMO Z. X
REVISTA DE ARCHIVOS
EL LICENCIADO JUAN CAXESI
CARTA ABIERTA Á MR. L.ÉO ROUANET
Muy señor mío y distinguido amigo: Quehaceres y enfermedades han
retardado el cumplimiento de la promesa que hice á usted cuando publicó
las OEuvres dramatiques du Licencié Juan Caxes \ de remitirle algunos
datos biográficos del autor; pero más vale tarde que nunca, y como lo
ofrecido es deuda, voy á solventar ésta que tengo con usted, sintiendo que
las noticias referentes al poeta no sean tan abundantes como las que he
reunido concernientes á los artistas de su apellido y familia.
Son las que siguen:
Patricio Caxesi 2, pintor italiano, natural de Arezo 3, vino á España
por el año de i567; casó en Madrid con Casilda de Fuentes en el año
de 1573 4; tradujo y dio á luz en iSgS la Regla de los cinco órdenes de
Arquitectura de Jacome de Vignola, y murió en 161 2, dejando de dicho
matrimonio los hijos siguientes, que también sobrevivieron á su madre,
fallecida en 1618:
Eugenio Caxesi, primogénito, que dedicado á la pintura trabajó mucho
en Madrid ya solo ya asoc'ado con su padre ó con otros artistas sus con-
temporáneos. Fué pintor de S. M., casó con D.* Francisca Manzano y
murió en la corte á i5 de Diciembre del año 1634.
Marcelo, que se avecindó en Seseña.
D.* Hipólita Caxesi, bautizada en 8 de Septiembre de i582, casó en 1604
con Alonso Flores de Paredes, el cual murió de 1618 á 1620, y siendo
viuda, renunció la herencia de sus padres en 12 de Octubre de 1620.
Octaviano, vecino de Pastrana en 1622.
1 París, 1901.
2 En los primeros documehtos que otorgó Patricio en España fírmó con ios apellidos Cas^
ciesi ó Cascisi; después usó los de Caxiesi y Caxesi, y sus hijos adoptaron y usaron casi siempre
este último.
3 Asi consta en una Información que sobre su linaje se hizo en Madrid y en Italia i pedi-
mento del interesado.
4 *>:n =5 de .Marzo (1573) desposé a Patricio Gajes, italiano, y Casilda de Fuentes; testigos
Pe.-o Martínez y Evangelista y Miccr Bcrnaldo y Martínez, entallador.»
«En 9 de Junio de 1673 años se velaron Patricio Caxesi y Casilda de Fuentes; fueron padrinos
Roraulo Cincinato y Francisca de Fuentes, .testigos Pedro Pérez y Diego Gómez y otros
muc os.»
(Libro I de Matrimonios de San Sebastiáo. folios 8 y 11.)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS :>
D.* Lucrecia Caxesi no se separó de sus padres, los cuales la mejora-,
ron en el tercio y remanente del quinto de sus bienes; murió soltera en
3o de Enero de 1629, habiendo hecho testamento en 25 de Diciembre
de 1628. Fué enterrada en San Felipe.
Pedro, que en varios documentos es citado como el antepenúltimo de
los hijos de Patricio Caxesi, dio algunos disgustos á sus padres durante su
juventud, hasta el punto de que en el codicilo de Patricio se manda que á
su hijo Pedro se le cuenten en su legítima 200 ducados por los libros de
*
Vignola y los colores finos que le había tomado sin su licencia.
Casó en la villa de Pastrana el año 1620 con Mariana Martínez de
Herbias K
Era músico y algunas veces cantó y puso la música para las fiestas
del Corpus 2.
Bien pudo suceder que hiciera lo mismo con alguno de los Autos de su
hermano Juan, ya en Pastrana ya en otras poblaciones.
Blas, menor de edad en 1618, tuvo por curador á Pedro de la Plaza.
Alejandro, el menor de todos los hijos y también menor de edad á la
muerte de su madre, tuvo por curador á su <:uñado Alonso Flores de
Paredes, y muerto ésie, á su hermano Eugenio Caxesi.
En 1620 era criado del Obispo de Lugo, donde residía.
.Habían tenido además otro hijo llamado Juan, cuyas Obras dramáti^
cas tuvo usted el buen acierto de publicar, y cuyas noticias biográficas
nos interesan más directamente.
Nació en 1577, según reza la siguiente partida de bautismo, que se
encuentra en el libro correspondiente de la parroquia de San Sebastián de
esta corte:
I' Á la buena amistad de los Srcs. D. Santiago Plaza Fernández, cura párroco de Pastrana, y
D. Claudio Bachiller, abogado, debemos copia exacta de la partida de casamiento, que dice así
<£n la villa de Pastrana en primero día del mes de Mar^o de mili y seiscientos y veynte años
auiendo hecho las amonestaciones que el Santo concilio manda, y no auiendo resultado impe-
dimento alguno, yo Alonso Sarmiento, oura de la dicha villa, desposé y velé in facie ecclesice á
Pedro Caxes con Ma/iaoa Martínez de Herbias, ambos de primer matrimonio, siendo t.stigos
el Licenciado Robles y Rafael Páez y Pedro de Bucncuchillo y otros muchos.=A/onso Sarmien^
fo, teniente cura.»
Ai margen: «Pedro Caxes con Mariana Martínez de Herbias, ambos de i.® matrimonio.»
(Archivo parroquial de P.^strana.)
3 Obligación de Pedro Caxesi, músico, de cantar y poner la música en la fiesta del Corpus
de Torrelaguna, cobrando 440 reales.
Madrid, 16 Abril 1643.
(Protocolo de Juan Garda dt Albertos. 1643.)
24 RITI9TA DI ARCHITOS
1524. — Johan Honorat Monsuar, Miquel Suera^..
i532.— Johan Aymerich de Sent Climeni, Miguel Johan Texidor, Simó Pastor y
Nicolau Marti.
1534. — Miquel de Monsuar, Jaume Tarro^, Johan Sagrcra y Jphan Andreu Vi-
lagrassa.
1540. — Joan Aymerich de Sencliment, Joan Clua, Joan Siurana y Francesch
Marti.
1545. — Joan Segrera, Antoni Moragucs,...
1 547.— Micer Botella,...
1571.— Pere Bordalba, Francisco Alguero, Miquel Verdeguer y...
1577.— Joan Benet de Sen Climent, Gaspar Gomar, Joseph Revert y Montserrat
Tolo.
1610-1 1. —Francisco Merles, Guillem Tarrago, Lluis Pollina y Francesch Riu.
i63i.— Joan Batiste Monserrat i Soldevilla, Joseph Sabata, Hieronim Corría y
Antoni Joan Pelat.
1 633.— Guillem de Montagut, Francesch Ferrer, Jaume Sanou y Thomas Roig.
1 638.— Guillem de Montagut, Hieronim Pastor, Francesch Rius y Francesch
Bullfarines.
Síndico.— El 4 de Julio de 1372 fué elegido síndico Guillen de Alós; el
7 de Enero de 1399, Pedro Mayllol; el 17 de Septiembre de 1417, por fa-
llecimiento de Pedro Regol, fué designado Pedro Piquer; el 20 de Diciem-
bre de 1419 fué conferido el oficio á Guillermo des Boíx, y el i5 de Di-
ciembre de 1435 á Juan ¿Quita? En 1447 el síndico Pedro Antonio Cuxol
«illuminatdel Sant Sperit se mete á ffrare del monestir deis frares prey-
cadors de la present ciutat de Leyda, lo qual hauia hagut muller é fils.»
En 1496 falleció el síndico Francisco Companys.
Parece que debía ser condición preferente para ser elegido síndico el
disfrutar la calidad de notario; en algunas ocasiones los síndicos se citan
con el doble nombre de notarios síndicos, en oposición á los notarios es-
cribanos, y casi siempre se concede expresamente el dictado de notario á
los que ejercían aquel cargo
Escribano,— Era el Escribano de la Pahería, por otro nombre Notario
mayor, lo que hoy es el Secretario del Ayuntamiento.
Cuando se celebraban Cortes disfrutaba del privilegio de ser uno de
los notarios de las mismas. El sello y las llaves de la Pahería estaban bajo
su custodia: el Archivo bajo su cuidado. Relacionada con el Archivo trans-
mítenos el códice una deliberación del Consejo general disponiendo «que
ningu de qualseuoi stament, ó condicio que sie que regira ni age regit nia*"
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 25
gun offici en la casa de la Pahería no gose portarsen ningunes copies axi
de príuilegis ni altres actes ni coses de la Pahería per qualseuol manera
ni intencio, ans los quils tindran los agen de restituir sots pena de priua-
cio de ofícis y beneñcis de la casa.»
El Escribano ya de antiguo tuvo su ayudante: en iSyó, iSgy, 1398,
1 399, consta haber habido elección de semejante funcionario.
Ya se ha dicho que el códice :<Llibre de notes antigües per memoria»
fué redactado y escrito por los escribanos y sus auxiliares: entre los pri-
meros hallamos á P. d'Altarriba (i383), PVanciscode Gomar (i395), Ray-
mundo les Eres (1398), Juan de Marchafava (1399), Nambert Cardona
(1406-1425), Pedro Altet (1430), Bernat Floren^a (1492), Francisco Juan
Antist (1 1533) y Miguel Vives (1333): entre los segundos, á Francisco 01-
zina (1395), Antonio Gili (1398), Ramón ^oquet (^1406) y Juan Revert
(1492).
Clavarios. — Los hubo de dos clases; mayor y menor: hallamos los nom-
bres de Bernardo Cortit (1398) y de Miguel Torres (1492), entre los que
ejercieron este cargo, á cuyo cuidado estuvo encomendada la intervención
que tuvo la Pahería en los asuntos de la Universidad.
Racional. — Entendía en la contabilidad. En Consejo general celebrado
el 9 de Mayo de 1371 (ó 1372), se acordó que únicamente el Racional cui-
dase de otorgar recibos y actas de los dineros que fuesen de la ciudad.
Médico y farmacéutico del Hospital, — Para la elección de este cargo
entraban en suerte todos los médicos y farmacéuticos, y «posats los noms
dells en vn barret» se hacía la extracción: para 1 546 correspondió ser mé-
dico del Hospital á Juan Monsó y farmacéutico á Pedro Corría.
Sayón (saig).— Las noticias que de este vil oficio nos suministra el có-
dice se refieren á los años 1378, i388, 1425 y i52o: el sueldo de que disfru-
taron fué de 100 sueldos jaqueses ó de 10 libras al año.
Campanero, — Aunque la Seo ó Catedral correspondía por completo á
la jurisdicción eclesiástica, no obstante el cabildo concedía autorización
al Consejo para que utilizase las campanas: así es que ya en 1390 los pahe-
res contrataron á P. de Girona osonador de la Seu á sonar lo seny q es
apelat del ladre».
Maceros ó verguers. — En Consejo de 9 de Mayo de 141 6 se crearon, á
propuesta de los paheres, dos maceros c<qu¡ vagen dauant los pahers ab
sengles verguesd' argent». Los dos primeros se llamaron Andrés Serra y
Guillen de Villalonga. El sueldo que debían percibir era el mismo que los
20 REVISTA DE ARCHIVOS
mensajeros; pero se les concedieron anualmente loo sueldos más para ves-
tirse con lela de igual irobr y clase que la empleada por los paheres.
Kl valor de las mazas estrenadas el 24 de Octubre de i638 para asistir
á la ceremonia y fiesta llamada de la consagración de la Seo, fué de i55 li-
bras V fueron fabricadas en Barcelona.
Juglares. — Desígnanse también con los nombres de mimos, miminos y
irompadors ó trompetas: su oficio parece que consistía en divertir á la ciu-
dad, con sus gestos (mimos) ó con sus habilidades musicales. Responde el
juglar al joculator c<qui, según Du-Cange, música instrumenta crassioris
seu gravioris soni pulsat» ó al que c(Cornu sonat»: el apodo Cornamusa con
que era conocido Ramón Martí, elegido juglar en ¡347 y i368, hace refe-
rencia al instrumento que debía tocar.
La identidad en el significado de las voces «juglar y mimo ó mimino» se
echa de ver al usarse indistintamente ambas palabras. Pero además tenía
igual ó por lo menos análogo valor el oficio de trompeta: en una noticia
de 27 Junio de 1397, inserta en el folio 20 v.® del códice, se lee que los pa-
heres c(afirmarunt in mimum ciuitatis» á Antonio de Benavarre c<qui qui-
dem Anthonius prestitit juramentum z homagium... de seruiendo bene et
legaliter oficium de trompeta et tradiderunt eidem vnam trompam..,í) El
nombramiento de mimo dependía de los paheres: se hacía por un año y se
retribuía con cien sueldos barceloneses, á los cuales se agregaron más tarde
siete alnas de tela de Camprodón para vestirse y los gastos de confección.
Del día 9 antes de las kalendas de Enero de 1347, ó sea del 24 del mes an-
terior, es la noticia más antigua de juglares; por ella sabemos que fueron
aquel día designados para el cargo de miminos Simón de Orenga y Appa-
ricio de Perpinya; en i357 se confirió este oficio á Ramón Martí (a) Cor-
namusa, quien fué de nuevo elegido en i36S: en 1395 recayó el nombra-
miento en Monserrat Morell, quien recibió la trompa que estaba en poder
de Antonio Benavarre: este último fue de nuevo contratado en 1397: en
1407 fueron nombrados trompetas Pedro Rovira y Alí Exadit, habiendo
éste sido reelegido en 1410.
La última vez que vemos empleadas en el códice las palabras juglar,
mimo y trompeta, ha sido en noticias de 1 307, 1 397 y 1410 respectivamente.
Ministrers. — Du-Cange dice que éstos son los que tocan instrumentos
músicos y equipara á los ministelli con los jogulatores. No nos da el có-
dice suficientes datos para asegurar esta absoluta coincidencia; y no nos
atrevemos á afirmarla, puesto que no hemos sabido encontrar ninguno de
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 27
los ministrers á quien se haya llamado trompeta ni conseguido hallar
aplicada á ninguno de estos la palabra ministrer. No obstante la identi-
dad en el sueldo y la época en que dejan de citarse en el códice (141 1) ha-
cen sospechar que pudieron ser una misma cosa que los juglares. Los nom-
bramientos de ministrers de que se hace mención, corresponden á los anos
1396 (en que fueron nombrados Juan Argenter, Pedro de Castellnou y
Guillermo Blanch), 1406, 1409 y 141 1.
Mensajeros ó nuncios. — La fórmula de juramento de los nuncios, ante-
riormente transcrita, lleva un encabezamiento en el que se les denomina
mensajeros; por ello se viene en demostración de la sinonimia de ambas
voces.
La primera vez que aparece el nombramiento de mensajero es en 1403,
en cuyo año por vacante de Juan de Montanyana, se nombró á Añares
Sera: en 1412 fué elegido Armengol Ballester; y en 1427 (entonces los nun-
cios ó mensajeros eran cuatro) se les obligó á prestar juramento compro-
metiéndose á confesar mutuamente los beneficios que sacaran del cargo.
E. Arderíü y Valls.
(Concluirá.)
Vida y escritos de D. José Antonio Conde.
La Real Academia de la Historia trató de imprimir, por el año 1764,
la Geografía del Edrisí, cuyo texto se presentó copiado de mano del doc-
tor Casiri, y su traducción castellana hecha por el señor Campomanes,
acompañada de notas y listas de los pueblos que debían entrar en dicha
edición K Pues este plan de trabajo literario, que no verificó la docta cor-
poración, llevólo á cumplido término nuestro Conde con gran lucidez.
La traducción dj Conde fué realmente un progreso gigantesco, y muy
apreciada, especialmente, porque tiene suma importancia para la geogra-
fía española. Pero las obras de erudición tienen su mérito relativo, y hoy
aunque se consulte todavía con utilidad, mejor es irse á la edición mag-
nifica que de esta obra se ha publicado con el título de Edresi. Descrip-
tion de VAfrique et de VEspagne. Texte árabe publié pour la premiére
fois, d'aprés les manuscrits de Paris ct d'Oxford, avec une traduction, des
I Pág. LII del tomo I de las Memorias de la Real Academia de la Historia.
28 REVISTA DE ARCHIVOS
notes et un glossaire, par R. Dozy et. M. J. de Goeje. Leyde-E. J. Brül,
1866, 8.M.
De la obra benemérita que realizó Conde, basta decir que Amari
coincidiendo en este punto con Dozy y Goeje, concede al trabajo del
Edrisí el primer puesto entre todos los trabajos geográficos de la Edad
Media.
D. Eduardo Saavedra ha corregido y ampliado el trabajo de estos sa-
bios, en unos artículos publicados por el Boletín de la Sociedad Geográ-
fica de Madrid, y tirados luego en volumen aparte con el título de La
Geografía del Edrisi. Madrid, impr. de Fortanet, 1881.
Pero la obra que constituyera la vez la gloria y el descrédito de Conde,
es su Historia de la dominación de los árabes en España, Una de las ma-
yores desgracias que ocurrieron para labrar la gloria y el descrédito, fué
el continuo anuncio que de ella se venía haciendo. En público y en priva-
do, lo mismo en las Memorias leídas sobre la moneda arábiga en la Real
Academia de la Historia por el mismo Conde, que en las cartas de éste y
de sus amigos, en que tanto suena la Historia moriega, que en las solem-
nes sesiones da la Real Academia de la Historia, por toJas partes hemos
oído sonar la Historia anunciada, como un portento, como un mundo por
descubrir, en lo cual había mucho de cierto. Pero esto produjo á la vez
gran espectación en el mundo de las letras, y todos ansiaban conocerla.
A los testimonios ya citados en el curso de esie trabajo, pueden añadirse los
dos elogios que la Real Academia de la Historia, que ya la había jaleado
en otras juntas anteriores, hizo de ella. Helos aquí: «Fuera de estas pro-
ducciones que pertenecen propiamente al peculio de la Academia, ha
tenido también ésta la satisfacción de ver á varios individuos suyos ocu-
pados en empresas que al mismo tiempo que contribuyen para la ilustra-
ción común de la nación, aseguran también la reputación personal de sus
autores. De esta clase son... La historia de los moros de España, com-
puesta por el Sr. D. José Antonio Conde, que está ya imprimiéndose, y
que va á causar una especie de revolución en nuestros anales y litera-
tura '.
«¡Cuánta no debe ser la satisfacción de la Academia al ver los frutos
del saber de muchos de sus individuos, que con doctos escritos dan nuevo
realce al cuerpo á que pertenecen! En el discurso de este año ha empeza-
do á imprimirse la Historia de la España árabe, compuesta por nuestro
I Tomo IV de las Memorias de la Real Academia de la Historia; págs. LXII y LXIII.
BIBUOTECAS Y MUSEOS 29
difunto compañero el Sr. D. José Antonio Conde, de cuya boca tuvo la
Academia el gusto de oir la lectura del erudito prólogo de esta obra, en
que después de hablar de las dificultades de la empresa y de hacer una
ligera pero juiciosa crítica de los escritores que le habían precedido en
ella, manifestaba el plan elegido para desempeñarla y los principales
auxilios de que se había valido para ilustrar un asunto tan poco conocido
' en Europa.» '
Y luego, como si esto no fuera bastante, he aquí como apareció en El
Censor el reclamo editorial de la publicación próxima de esta monumental
Historia.
Noticia literaria.
Todos los españoles y muchos extranjeros curiosos que deseaban con
ansia conocer la historia de nuestro país, durante la época en que estuvo
dominado por los árabes, recibirán con mucho gusto la noticia de la pu-
blicación próxima de esta obra tan importante, que dejó acabada el malo-
grado D. José Antonio Conde, sacándola de manuscritos y memorias ará-
bigas que existen en la biblioteca pública d3 Madrid, y en la del Escorial.
El intento de su autor ha sido que se pueda leer la historia de los árabes
españoles, como ellos mismos la dejaron escrita en sus diferentes libros y
memorias que todavía conservamos, y que él extractó, comparando sus
relaciones bajo un orden cronológico, y formando la sencilla narración de
los acontecimientos como están referidos por dighos escritores, que casi
siempre se ha limitado á traducir literalmente.
Se ha servido de las biografías arábigas, que son muy curiosas y exac-
tas, para darnos á conocer, sin interrumpir la narración de los sucesos, á
muchos varones célebres entre los árabes por sus conocimientes literarios,
*
por sus hazañas en la carrera militar, ó por sus virtudes. Últimamente, se
encuentran en esta historia muchos datos y noticias concernientes al estu-
dio de la antigua geografía de España, haciéndose mención de muchos
pueblos, de los cuales algunos ya no existen, y otros no presentan más que
rastros de lo que fueron.
La obra está dividida en cuatro partes. En la primera se manifiesta
con brevedad el estado de la nación árabe al tiempo de sus primeras expe-
diciones y su invasión en África: pasa luego á referir la entrada de los
moros en España, el gobierno de los Amires ó caudillos de la conquista,
I P4g. LXXV, tomo VI, Mem de la R. A. de la Hist. Relación que comprende el año acadé-
mico dtsde i.*^ de Diciembre de 1819...
3o REVISTA DE AR-HIVOS
y las condiciones que ponían á los pueblos sojuzgados, sus mutuas desave^
nencias, y todos los sucesos importantes de este tiempo en que España es-
tuvo sujeta á los Califas de Damasco.
La segunda parte trata del establecimiento de su monarquía, indepen-
diente de los Califas orientales, bajo el mando de los Beni Omey^s, y re-
fiere la sucesión de todos los príncipes de su dinastía, su forma de gobier-
no, costumbres, opulencia, artes y cultura.
La tercera parte ofrece las consecuencias de la guerra civil y la división
del estado en varios gobiernos independientes, á veces confederados entre
sí, y á veces desavenidos. Refiere la entrada de los moros almorávides de
África, en auxilio contra los cristianos, y las sangrientas batallas entre
ambas naciones; como á favor de estas desavenencias los Almohades de
África adelantaron sus ventajas contra los Almorávides, y los príncipes
cristianos de España fueron adelantando sus conquistas hasta acabar con
el poder de los africanos á consecuencia de la célebre batalla délas Navas.
La cuarta contiene la creación del reino de Granada; se refiere la serie
de los príncipes de Beni Nazar, su<> guerras ya con los cristianos, ya tam-
bién con los Beni Merines de África: sus desavenencias, sus alianzas, sus
derrotas, y en fin, la ruina de aquel estado en la guerra de diez años quí
acabó por capitular y entregarse la capital de Granada á los Reyes Cató-
licos en el año 1492.
Toda la obra constará de tres tomos en 4.®, de los cuales se publicará
ahora el primero, que se hallará en la librería de D. Joaquín Sojo, calle de
las Carretas.
(El Censor y núm. 26: Sábado, 27 de Enero de 1821, tomo V.)
Este es en efecto el contenido de los tres tomos, que aparecieron: los dos
primeros en 1820, y el tercero en 1821.
Conde la divide efectivamente en cuatro partes. La primera trata de la
entrada de los árabes en España, y la sucesión de los Emires ó caudillos
de la conquista, dependientes los califas de Oriente. La segunda con-
tiene el establecimiento de la monarquía de los Beni Omeyas y la sucesión
de éstos. La tercera comprende la guerra civil y división de los reinos en
España, venida de los moros Almorávides y Almohades, y la sucesión de
estas dinastías. Y la cuarta es toda del reino de Granada, último período
de la dominación arábíi^a en España.
El editor de esta Historia fué probablemente D. Juan Tineo y Ramí-
rez, á quien ya conocemos de antiguo, varón erudito y discreto, íntimo de
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 3l
Conde que tanto intervino en la testamentaría de éste. Esta noticia pere-
grina la debo á la lectura de una carta de Moratín en que atribuye á Ti-
nco la publicación. •^
Lo que pienso de esta obra ya lo dije en la Revista de Archivos, Bi-
bliotecas Y MrsEOs «. Ahora debo añadir, que para juzgar la obra de
Conde es necesario tener en cuenta la época en que se compuso, y que sin
Conde no hubiera habido Dozy. Además, hay que tener presente que á
principios del siglo actual los historiadores daban formas muy literarias á
la historia, y este critcrioio tenía también Conde, que, aparte de ser gran
helenista y latinista y estar por lo mismo muy familiarizado con los mo-
delos clásicos, expuso su criterio claramente al censurar las Memorias
para la Historia de D. Melchor de Macanaz donde confiesa paladina-
mente que es defecto el bagaje de documentos ilustrativos de la historia.
Para que se vea un ejemplo de la influencia de este concepto literario de
la historia, haré notar un solo hecho. En su Memoria sobre la moneda
«
arábiga, leída ante la Real Academia de la Historia, tradujo en verso el
epitafio de Almanzor; pues bien, en una de las cartas de Moralin á Conde,
que he copiado anteriormente, se ve la traducción en prosa, hecha del
árabe por Conde, y al pie la traducción en verso que le remite Moratín,
y después esta traducción de Moratín es la que inserta en su Historia de
la dominación de los árabes en España.
En cuanto al manuscrito que Conde dice en el Prólogo que mandó co-
piar en París, y que no encontró su paradero, ni luego tampoco Gayangos,
helo aquí.
Este es el texto de Conde:
4cEn prueba de mi deseo y eficacia en mejorar mi obra en lo posible,
añadiré que en el año de 1807 hice una reverente súplica al señor don Car-
los IV, para que se mandase sacar una copia exacta de un manuscrito ará-
bigo que existe en la Biblioteca Real de París, á fin de aprovecharme de
las noticias que contiene. La obra es historia de España y su descripción,
por Ahmed el Mocri Almegrab;'. Tuvo la dignación S. M. de mandar que
se hiciese dicha copia, costeando generosamente los gastos. Cuidaron de
este trabajo y de su corrección los dos sabios orientalistas franceses, los
señores Sacy y Langles, bajo cuya dirección no podía menos de salir la co-
pia con la mayor exactitud. Sabiendo yo que estaba concluido este trabajo,
insté y logré que en 1818 se remitiera á Madrid por la embajada de París,
I Marzd dt iSqS; págs. 117, á las.
32
REVISTA DE ARCHIVOS
á cuyo cargo había corrido la empresa, y que la había desempeñado tan
completamente. Pero al fin no he podido aprovecharme de esta preciosa
copia, ni verla, ni aun indagar su paradero, para indicarlo en provecho
de otros que puedan ser más felices» ^
En el siguiente texto se expresa el lugar donde está:
Ha adquirido noticia cierta la Academia de que existen en el Archivo
de la primera Secretaria deEstadolas copias de los dos Códices árabes de la
Biblioteca Real de Paris, que á petición del Cuerpo hizo sacar nuestro Go-
bierno á principios de este siglo, con el objeto de auxiliar los trabajos de
don José Antonio Conde, que por entonces escribía la historia de los ára-
bes de España 2.
Ahora, para terminar lo relativo á la célebre Historia arábiga de
Conde, daré primero la nota bibliográfica de sus ediciones, y luego la des-
cripción de parte del original que nadie hallaba y yo he encontrado.
• Historia de la dominación de los árabes en España , sacada de varios
manuscritos y memorias arábigas. Por el Doctor D. José Antonio Conde,
del Gremio y Claustro de la Universidad de Alcalá: individuo de número
de la Academia Española y de la de la Historia, su anticuario y biblio-
tecario: de la Sociedad Matritense, y corresponsal de la Academia de
Berlín. — Madrid. Imprenta que fué de García. — Tomo I. 1820. xxiv-635
páginas. Mas seis láminas de inscripciones. Tomo II. 1820. vi-456 págs.
Tomo III. 1821. xx-268 págs. — 4.®
Historia de la dominación de los árabes en España, sacada de varios
manuscritos y memorias arábigas, por el Doctor D. José Antonio Conde.
París. Baudry, librería Europea. — En la imprenta de Fain y Thu-
not. — 1840. 680 págs. 8.** marquilla. Con láminas.
(Tomo XIX de la Colección de los mejores autores españoles, de
Baudry.)
Historia de la dominación de los árabes en España, sacada de varios
manuscritos y Memorias arábigas, por el Doctor D. José Antonio Conde,
del Gremio y Claustro de la Universidad de Alcalá: individuo de número
de la Academia Española y de la de la Historia; su anticuario y biblio-
tecario; de la Sociedad Matritense, y corresponsal de la Academia de
1 Historia de la dominación de Ins árabes en España, tomo I, págs. XXIV.
2 Pá^iS. VIII y IX de la Noticia histórica de la Academia, ó resumen de sus actas de^de el año
de 1821 hasta concluir el de 1831, leído en sus juntas del mes de Marzo de 1832; va al frente
tomo VII de las Memorias de la Real Academia de la Historia. Madrid: imprenta de Sancha
Año dt 1833.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 33
Béflín. Nueva edición. Con las inscripciones de varios monumentos. —
Barcelona. Imp. de D. Juan Olivqres, editor. 1844. — Tres tomos en i8.*d, j
marquilla.
(Tomos XXVIII, XXIX y XXX del Tesoro de autores ilustres.)
TRADUCCIONES
Al francés, por Charles (París, i825).
Tres volúmenes en 8.*
Al alemán, por Kuttschmann (1824-2S.)
Tres volúmenes con grabados.
El original de la Historia de los árabes se conserva en parte en la
Biblioteca Nacional.
Autógrafo en folio: 24 hojas útiles en 4.® marq. el Prólogo, con muchos ,
tachones y adiciones y dos hojitas sueltas con adiciones: de 108 hojas útiles
en folio el texto. El Prólogo de letra más tirada.
Comparado éste con el publicado, se advierte enseguida que éste es
más extenso. En éste cita á Morphy y Masdeu y en aquél no; en éste está
más duro en la crítica que hace de sus predecesores que en aquél; en éste
sale peor librado Casiri que en aquél.
El texto formaba un tomo en folio, encuadernado en pergamino, de 328
hojas (Ahora faltan desde la 126 inclusive á la 239 inclusive); y desde la
240 inclusive hasta el fínal son blancas. Aparecen arrancadas las hojas de
lo escrito, que son 108, faltando las 19 primeras. Comienza la foliación
de la 20 inclusive, que es antigua, pero al llegar á la 35 debieron modifi-
car el primitivo texto, reducen los pliegos 36 y 37 y salta del 35 al 38,
por lo cual se le puso numeración nueva, dándole al 68 el 36. Reducido
aún más el texto, se quitaron algunas hojas, y la numeración segunda
que le pusieron arroja falsamente 1 1 1 hojas cuando en verdad son 108.
Esto parece indicar se ha ido reduciendo el texto ó variándolo.
En los folios 48, 66, 73, 75, 88, 89, 91 y 93 hay hojas añadidas por la
margen de abajo, pegadas después de escribir el texto; lo cual parece indi-
car que la traducción de estas poesias la hacia Conde por separado.
Todo el texto es una narración seguida, y después se ha dividido en
capítulos con sus epígrafes en las márgenes laterales.
Comparado el texto manuscrito con el impreso, se ve que en nada di-
fieren; de modo que, así como el Prólogo manuscrito no es la última re-
dacción, el texto debe serlo. Este texto manuscrito comprende desde la
34 REVISTA DE ARCHIVOS
frase Reparo ó más bien (última línea del cap. XVIII. — Del Imperio del
Califa Suleiman. — Primera parte de la obra impresa, pág. 6o) hasta y
muerto en batalla por la poca (frase de la línea 24, cap. LXXV). — Del
estado de los Beni Aglab en África, pág. 402 de lo impreso; es decir, del
año 714 al 909.
Ahora una observación para terminar. Desde luego se nota despropor-
ción grande entre el tomo I de la obra impresa y los dos tomos últimos,
lo cual pudiera indicar que tenía que haber corregido y aumentado en el
original. Nótese que en el tomo I, nota pág. 124 de la obra impresa, se lee:
((Ha parecido conveniente dejar aquí los nonbres de las ciudades con las
alteraciones que recibieron de los árabes: en el índice geográfico están de-
claradas». Y. en efecto, no hay tal índice geográfico en lo impreso. Digo
esto para venir á parar en que hay que ser más indulgente con Conde,
pues acaso muchos errores que se señalan hoy en su obra no los hubiera
cometido él. El editor algo indica de esto en las dos advertencias que pone
á los ipmos II y III para indicar que sí hay yerros no lo extrañen los eru-
ditos, que Conde había muerto y no había dejado completamente corre-
gido el manuscrito de su Historia.
Algunos biógrafos hablan de que dejó inédita una Historia sucinta del
Imperio de Marruecos. No la he visto, y pongo en duda tal noticia. Lo
único que yo he visto es una traducción de Historia arábiga relativa á
reyes de Egipto^ toda autógrafa de Conde en cuatro hoj. en 4.®, la cual se
conserva en el Depto, de Mss. de la BibL Nac. Tampoco conozco un Dic-
cionario arábigo-castellano y que dice otro biógrafo dejó inédito. Esta debe
de ser especie tergiversada.
Pero ya que no podamos asociarnos incoiidicionalmente á la obra de
Conde como historiador de la dominación musulmana en España, aunque
no incurramos tampoco en ser sistemáticos detractores, bastarfale para su
gloria inmarcesible el honor de un descubrimiento lingüístico! me refiero
á la aljamia.
Á lo que ya dije en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
hay que añadir dos estudios de Conde, que se conservan en el Depto. de
Mss. de la BibL Sac, y que á continuación copio; estudios que aún no
conocía yo (ni nadie; hoy se conocen por vez primera), cuando publiqué
mi trabajo en dicha Revista.
BIBLIOTECAS Y ML'Sr:CS ^D
NOTICIA DE LA IITEriATURA ALJAMIADA. — SU DESCIBRIMIENI O.
Entre los preciosos y raros manuscritos de la Biblioteca de S. M. hay
algunos escritos con caracteres arábigos en lengua castellana masó menos
mezclada de palabras y locuciones arábigas: estos manuscritos son, sin
duda, obras de los moros ó moriscos sujetos á los reyes de España, quando
faltándoles ya el conocimiento de su propia lengua, ó la libertad de usarla
en los países sometidos á los príncipes cristianos de Castilla y de Aragón,
se veían sus Alímes y Alfaquies en la precisión de instruirlos y adoctrinar-
los en la lengua castellana, más conocida y más común entre ellos. Quan-
do viviendo entre cristianos con tolerancia pública de su ley, la instrución
que la mayor parte de la juventud morisca recibía en su Aljama, se ceñía
por lo común á leer y escribir los caracteres de su antigua lengua.
Muchos de estos libros contienen tratados de prácticas legales alcorá-^
nicas, exposiciones y declaraciones de Zunna y Xarea, ó de la ley y de la
tradición: como las obras del Samarcandi Laiti de Málaga, las del Tobai-
toli ó Toledano, las de Iza ben Gebir, Alfaqui mayor de la Aljamia de Se-
gobia; otros hay de moral, ascéticos y de vida contemplativa, como los ejer-
cicios espirituales religiosos del Mancebo de Arévalo y de la mora de
Ubcda, el libro de los castigos del hijo de Adam; otros contienen Estorias,
como ellos dicen, de profetas y patriarcas, como la estoria de Adam, la de
Ayúb, la de Jonás, la de Ibrahim, la de los hijos de Israel, la de Jusuf, hijo
de Jacob, la de Musa ó Moyses, la de Zuleyman ó Salomón, la de Dylcar-
náin ó Alexandre. Hay también muchos de tradiciones sobre vida, guerras
y muerte del Mahoma y de sus primeros califas; algunas pocas historias
verdaderas, pero muchas imaginadas, amorosas, caballerescas y de puro
cntreteninilcnto, como la estoria de la princesa Arcayona, la de Temimal-
ddr, la conquista de Hans-algorab, y otras muy estrañas. Hay algunas car-
tas de Mufties y sabios de África, consolando á moros andaluces en sus
desgracias, y exortándolos á mantener su creencia entre los ihfíeles y des-
creyentes, que así llaman á lo&«ristianos. Abundan entre estos libros los
Calendarios, los juicios astrológicos y vanas predicciones, interpretaciones
de sueños, prácticas de suertes consultivas, recetas de curanderos, secretos
de naturaleza y delirios de vanas observancias talismánicas.
Estos manuscritos son de diferentes tiempos y algunos harto antiguos,
como manifiesta su lenguaje; muchos de estos se escribieron en Aragón y
en Valencia, no tantos en Castilla, y estos por lo común en la Mancha y
36 REVISTA DS ARCHIVOS
tierra de Toledo; algunos pocos en Trassierra ó Castilla la vieja, como en
Arévalo, Medina del Campo, Olmedo, Cuellar y en Segovia.
Es admirable la uniformidad de reglas ortográficas que se nota en estos
manuscritos, aunque de diferentes épocas, y de diversas y apartadas provin-
cias, y acreditan la conforme y general enseñanza que seguían en todas: ellas
para expresar con sus caracteres arábigos las pronunciaciones de nuestra
lengua española, sin hacer uso de todas las letras de su alfabeto, sino de las
precisas y mas propias para representar nuestras voces.
Al tiempo de la célebre expulsión de los moriscos de España salieron
de ella muchos de estos libros, y otros los dejaron escondidos y tapiados en
sus casas con la esperanza de volverlos á buscar al mismo tiempo que su$
ocultos tesoros '.
De estas ocultaciones, descubiertas por el tiempo, que todo lo descubre,
proceden los principales restos de esta casi desconocida literatura morisca.
En el año 1719 se hallaron en Riela varios de estos libros, como parece de
una carta que yo hallé en uno de ellos que existe en la Real biblioteca y
dice así:
Muí señor mió: estando de casualidad en el lugar de Riela, que dista
ocho leguas de esta ciudad y es del estado del Marqués. de Camarasa, un
amigo mió halló en casa de un eclesiástico el adjunto libro, y le aseguró
que no ha mucho tiempo que éste con otros algunos de los mismos carac-
teres se abian descubierto derribando un pilar de una casa, en el centro
de él, en el hueco que formaban unas tejas arto crecidas, envueltos en un
paño de lino y con muchas piedras de sal, que hicieron juicio las abian
puesto para defender los libros de la humedad; los carecteres de este libro
no hai quien los entienda en Zaragoza y porque en Madrid no faltará
quien los lea los remito á V. S. por si contiene alguna cosa digna de me-
moria, que merezca estar en la librería del Rey nuestro Señor, y en
este caso se podrían dar las providencias convenientes para que se redojan
1 Asi hicieron con muchas riquezas que aquellas gentes tenían, ciertos del registro que
debían sufrir al embarcarse para África, según las órdenes y bandos de la expulsión; dejaron
ocultos sus joyas y tesoros, y después por la ría de Francia vinieron á buscarlos, como cuenta
Cervantes del morisco Ricote, que no podía escapar esto á su penetración. Un morisco qut
escribía en Túnez, algunos años después de la expulsión, decía: á pocos años después d« la llega-
da de la gente en África á donde llegó robada y pobre, perdida la esperanza de volver á su
amada España, recobradas sus riquezas no sin riesgos y trabajos, fueron tantas las galas y
bizarría que mostraron las mujeres de la gente espelida, que quando ara llegaron no las había
ni se conocían, y están ahora en tan alto estado, particularmente los adornos de las mujeres, que
cada una lleva más oro que otras tienen de 9audal en las tiendas más ricas, y es de suerte que
las más mínimas se adornan con cosas que las reynas de esta tierra no llevaban antes de nuestra
venida j no kan dcjad« éstas cosas dt hacernos daño, puts If envidia, etc.
BIBIOTECAS Y MUSEOS 37
los demás libros que con este se aliaron, y se pudieren encontrar, que no
dejarán de hallarse algunos todavía en Riela y en la Almunia, según las
noticias que he podido adquirir. Hame parecido de mi obligación dar á
V. S. esta noticia por si gustare pasarla á la del Padre confesor, ó á quien
conbenga, por si importare que estos libros paren en la Biblioteca Real;
ese papelito suelto servia de registro en este libro, que está escrito en los
mismos caracteres. Guardé Dios á V. S. los ms. as. que puede y deseo.
Zaragoza á 4 de Junio, 1720. B. L. M. de V. S. su humilde servidor cape-
llán, D. Joseph Velázquez y Linas. — Sr. D. Joseph Rodrigo y Villalpando.
Es lo bueno, que en el mismo libro estaba un papelito doblado y escri-
to en letra arábiga más ruda y menos elegante que la del libro, y contenia
esta breve carta castellana: El hamelo lillahi; mui virtuoso Alcadí, des-
pués de mucho me encomendar á vos y á la virtuosa de vuestra mujer y
hijos, el portador de cabeldo os lieba echo zedula se palazeros a para ke le
deis el libro y ice venga como de vos lo fio, así que no mas sino ke esta
peresto vuestoro onrrado Omar del Aihim en Daroca.
Otros se escribieron en África por los expulsos más doctos, para instruir
á los desventurados que pasaron de España con suma ignorancia de la ley
muslímica y de sus prácticas religiosas. Uzman Rey, rey de Túnez, y Mu-
ley Zidán ' emperador de Marruecos y de Fez, mandaron que se les escri-
biesen libros en lengua española para instruirlos en su creencia alcoránica;
de estos libros han venido algunos á España y á la Biblioteca de S. M.; en-
tre estos los versos de Ibrahim Bolfat andaluz, que escribía en Argel sus
poesías sobre la religión Musulmana y fueron comentados por otros doc-
tos moriscos: las invectivas de Juan Afonso Aragonés, que son romances
contra los cristianos; y otros diferentes libros en prosa y verso para en-
tretener y conservar entre los Moriscos espatriados la lengua española, que
todavía amaban en sü destierro. *
Á los escritos en época más antigua y anterior sin duda al siglo xv,
Corresponde este poema de Jusuf, que he creído digno de publicarse; por su
metro y lenguaje me parece que su autor pudo ser contemporáneo del cé-
lebre Berceo: está falto un poco al principio y al fin, pero de estas cosas
antiguas que se han salvado del general naufragio de la literatura, más
vale conocer algo que ignorarlo todo. En él se refiere, en verso castellano
, I Muley Zidán murió año 1Q40 de la Hegira, 1630 de J. C.
2 * Para dar una idea del gusto de estos moriscos ezpulsos en U poesía castellana, he copiado
la descripción de una noche de verano en una gran ciudad de España, obra de prosa y verso.
38 REVISTA DE ARCHIVOS
antiguo, la historia del patriarca Josef, hijo de Jacob según la azora ó capí-
tulo Alcoránico, que la llama el Triunfo de las historias ó la más admira-
ble de ellas; por esta razón los más insignes poetas orientales, árabes y
persas, la han puesto en verso, y nuestros Alimcs moriscos con igual em-
peño dieron á sus compatriotas en prosa y verso esta verdadera, apacible
y entretenida historia.
Cerno el Alcorán no es exacto en las referencias de las historias que
inserta, aunque tomadas de los sagrados libros, pues en todas, por lo co-
mún, añade circunstancias tradicionales ó de su poética imaginación, no
debe extrañarse la diferencia que se advierte en este poema, de la historia
que escribió Moyses de este patriarca; pues las mismas licencias se toma-
ron los que escribieron ^ poemas sobre asuntos sagrados.
El manuscrito original de este poema es un fragmento de libro en 4.^,
harto antiguo; existe en los manuscritos de la Real Biblioteca; he visto
en ella varias hojas sueltas, fragmentos de obras, diferentes copias mo-
riscas de este mismo poema, y algunas en caracteres de mucha elegancia
y de más antigüedad que el referido original: tal vez el tiempo nos des-
cubrirá otro integro en los escombros de algún edificio, ó entre los
papeles desconocidos de algún archivo.
Algunos doctos orientalistas han tenido estos manuscritos por de lengua
bárbara, y al margen de éste hay escrito en arábigo de mano del célebre
Casiri ^l-*-¡¡íl i^^^y'"^- en pénete persos. Esta era su opinión, como pare-
ce en otros libros en que la expresó, estar escritos en lengua bárbara mo-
grebina. Otros escribieron: persiana, no lo entiendo. El Bibliotecario de
Su iMajestad D. Pablo Lozano, dio noticia de esta escritura arábigo-his|-
pánica en las notas á la paráfrasis árabe de la Tabla de Cebes,
El sabio orientalista de Francia Silvestre de Sacy, halló un manuscrito
en la Biblioteca de París, que había pertenecido á la de San Germán de
los Prados, y le tuvo al principio por comentario alcoránico en lengua de
los madagascares, y después felizmente entendió que era lengua española
en caracteres arábigos, y observó con erudita diligencia las equivalencias
y estilo del alfabeto morisco: esto al mismo tiempo que yo me ocupaba
en examinar estos manuscritos de la Real Biblioteca y le comuniqué mis
observaciones acerca de esta literatura.
I Tengo entre mis Mss. orieniales una doxologia cofta-áfabiga de Jacobo Xurugi y de San
Juan Crisóstomo al Bautista» llena de circunstancias de piadosa invención.
bibliotecas y museos 3g
Poema árabe de José el Patriarca
Este antiguo poema de Josef, hijo del patriarca Jacob, ha estado desco-
nocido mucho tiempo entre los manuscritos arábigos de S. M., y aunque
morisco era castellano viejo. Los versos son de lo que llamamos alexan-
drinos, que usaban nuestros más antiguos poetas. La historia escrita por
un muslime, es conforme á las tradiciones alcoránicas y algo diferente de
la historia hebrea de este patriarca que escribió Moysés: como Mahoma
se preció de haber dejado en esta hadits de su Alcorán^ la más excelente
y apacible historia que oyeron hombres, los más felices ingenios de Ara-
bia y de Persia escribieron poemas sobre el texto alcoránico, apartán-
dose más ó menos de la letra y embelleciendo sus poemas á su antojo. El
más célebre entre los orientales es el de Djiami, poeta persiano que escri-
bió su poema de Jusuf y Zeliha con todas las gracias de la poesía persia-
na y arábiga. No es posible formarse idea exacta de la riqueza de imáge-
nes y locuciones de la composición de Djiami: bastará decir en prueba de
su mérito y de la excelencia que lo distingue, que no hay lengua en
Oriente que no se honre con sus traducciones. Antes que los de Persia,
nuestros moriscos quisieron enriquecer su ruda literatura con la historia
de Jusuf y Zeliha, así en verso como en prosa: lo que se ofrece al público
es lo más antiguo, como acredita su lenguaje y escritura arábiga: por in-
juria del tiempo, el manuscrito está maltratado y falto al principio y al
fin, y por esta desgracia ignoramos el nombre del autor y el tiempo y lu-
gar en que se escribió, circunstancias que puntualmente anotan los es-
critores árabes.
La lengua castellana que usa, comparada con la de otros libros mo*
riscos, es muy pura y sin mezcla de voces arábigas, aunque la pronun-
ciación y el estilo es muy propio de la antigua lengua aljamiada de los
moros de Castilla: aunque la obra está incompleta, ha parecido conve-
niente publicar este antiguo monumento de poesía castellana que puede
inuy bien estar al lado de las composiciones de Berceo y del Arcipreste
de Hita.
Si la historia morisca de este patriarca no fuera tan prolija, se publi-
caría también; pero su lenguaje es hórrido y entretejido de voces arábi-
gas, y los episodios largos y llenos de imágenes que ofenden la modestia;
para suplir la falta del poema, se añade la surá del Corán que dio motivo
¿estas composiciones: la traducción de ella es mía, trabajo en que me han
40 RIYISTA »E AR'CH lYÓS
precedido varios, y por consiguiente, no busco en ésto áino la comodi-
dad y satisfacción de los lectores.
No quiero cerrar mi estudio acerca de Conde sin llamar la atención
sobre un precioso trabajo suyo que se conserva aún inédito: el Vocabula^
rio de la lengua de les gitanos. Dos servicios ha prestado Conde reco-
giendo innumerables vocablos de este idioma: uno al nuestro, que se ha
enriquecido con buen número de palabras gitanas de las más significati-
vas, y otro á la filología comparada.
Si los términos de germanía nada tuviesen que ver con el lenguaje de
los gitanos, lo cual es hasta hoy un problema, resultaría el primero de su
clase el trabajo del iamoso orientalista, y acaso superior á todos los pos-
teriores; pero, aun admitiendo que no haya diferencia entre las germanias
y la lengua gitana, únicamente tendríamos anterior al de Conde el Vaca-
bularit de Germania de Juan Hidalgo, que sirve para declarar los térmi-
nos de los Romances de Germania de varios autores, incluso de los que es-
cribió D. Francisco de Quevédo ' , y que ha sido reimpreso para explicar
los Orígenes de la lengua española, primero por D. Gregorio Mayans y
Sisear 2 y luego por la Sociedad «La Amistad Librera», con un prólogo de
D. Juan Eugenio Harzenbusch y notas al Diálogo de las Lenguas y á los
Orígenes de la Lengua de Mayans por D. Eduardo Mier 3 : con lo dicho
podrá juzgarse de la importancia del Vocabulario de Conde para loa orí-
genes y el Diccionario de nuestra lengua.
No menos vale filológicamente como material aprovechable para la
comparación de los idiomas: otro conquense ilustre, el verdadero funda-
dor de la filología comparada, el abate D. Lorenzo Hervás y Panduro,
fué el primero que estableció el origen indostánico de la nación ctngana ó
gitana, que estudia en su evolución histórica y lengua, la cual, escribe:
«es un dialecto de la samscreda» 4 , sanskrita decimos hoy, afirmación de
suma transcendencia, dada la nueva orientación de estos estudios, ex-
puesta entre nosotros no ha mucho desde sitial autorizado, fijando la re-
lación del idioma de los gitanos con el sanskrito 5, y el gran número de
1 Madrid: Por D. Antonio de Sancha, 1779.— 8 * mafq.
3 Páginas 273-330, tomo II, Madrid, por Juan de Zúñiga. Año de 1737.^.°
3 Madrid. Imp. y esler. de M. RiTadeneyra, 1873.— 8.0 marq., págs. 226-67.
4 En su magna obra Catálogo dt Ims Unguat dt tas naciones, y numeración^ dipitión y cla«
ses de éstas, según la diversidad de sus idiomas y dialectos. Midrid, Impr. de la Administra-
ción del Real Arbitrio de Beneficencia, i8oo-i8o5: cap. V, págs. 199-324 del rol. Ilt.
5 Discursas leídos ante la Real Academia Española en la recepción pública del Sr. D. Fran-
cisco García Ayuso, el dia 6 de Mayo de 1894. Tema; «Estudio comparativo sobre el origen y
BÍIBLIOtECAS Y ÜáUSÉOS ' 4^
obras referentes á éstos que se han publicado en nuestro tiempo, tanto
dentro como fuera de España ^: de fuera me contento con apuntar el he-
• chó de que en Edimburgo se fundó en 1888 una Sociedad literaria '(TAe
Gipsy Loré Society) con objeto de ilustrar él lenguaje é historia de los
gitanos, publicando cada trimiestre un número de su Revista.
' ÜIAAENXHMI [Vocabulario de]. Lengua Ethigitaña ó de los gitanos^'
Comprende 31 capítulos que tratan respectivamente:
I. • [Nombres de divinidades, santos, etc.]. — 2.® Templos y personas
'sagradas:— 3.** Padres, hijos y demás parientes. — 4.* Maridos y mujeres.-^
5.® Casa y muebles. — 6.* Del cuerpo humano y sus partes.-— 7.^ De la rojía
• y prendas de vestir. — 8." De las cosas comestibles. — 9.* De los animales
irracionales.— 10. De la espada y demás armas. — 1 1 . De la bolsa y dineros.
12. De la cárzel (sic), justicia y sus ministros. — 13. Del tiempo y sus par-
tes. — 14. De los montes, campos, caminos y huertas. — 15. De la mar, ríos
y barcos. — 16. De las naciones y diversas personas. — 17. Explicación del
término jBáriAw/e [universalidad]. — 18. De los términos opuestos. — 19. De
varios nombres sueltos. — 20. De los nombres indeclinables. — ii. Délos
pronombres ethigitanos. — 22. De los nombres de ciudades y lugares. —
23. De los nombres propios. — 24. Serie y explicación de los nombres adje-
tivos ethigitanos. — 25. Advertencia de los adjetivos. — 26. De algunas ad-
vertencias á lo dicho. — 27. De los nombres sustantivos que se derivan de
verbos.— 28. Explicación de los verbos. — 29. De los verbos sincopados.-!^
3o. De las palabras agitanizadas. — 3i. Suplemento de los verbos.
(Ms. de 55 hoj. en 4.*^ que se conserva en la Real Academia de la Hís-
'toría. Comprende desde el fol. 237 al 292 del tomo E, núm. i54^ est. J27,
Aun tengo otra noticia peregrinísima: Conde escribió un folleto so6re
la dirección de los globos.
No lo he visto.
formación de las lenguas neosanskritas y neolatinas». Contestación del Excmo. Sr. D. Francisco
Fernández y Gon/.ález. — Madrid. Est. tip. «Sucesores de Rivadeneyra». 1894. — S.'^ dobl. El
Sr. García Ayuso trata del idioma gitano, págs. 41-46 y la contestación del Sr. Fernández y
Gitanos, versa sobre los gitanos y su lengua.
I Para mayor ilustración de todo esto véanse las págs. XIV, LXXX y CU de nuestro Prólogo
al //i'fopatfej^a djE^rovecAosa enseñan;^ a, coección de fábulas, cuentos y apólogos traducida del
sanskrito por D. José Alemany y Boluter (Granada. iSgS) y sobre todo las págs. 285, 361 y 393-403
Apéndice, V. Obras españolas referente á los Gitanos^ tanto impresas como manuscritas, en
donde, sin embargo^ no cito entre las primera> el Vocabulario del dialecto gitano^ por don
Enrique Trujiilo.— Madrid. Imp. de D. Enrique Trujillo. 1844.— B.*'
42 REVISTA DE ARCHIVOS
NOTA CURIOSA
En el códice escurialense del Diccionario biográfico de Adh-Dhabi\ en
la página que contiene el pacto famoso entre Abd-l-A^i^ ben Muga y Teo-
domiro, se lee de letra de Conde, en la parte superior, correspondiendo
al signo que lleva superpuesto, la palabra \il: c<léasc en lo raspado y mal
suplido ,^^ Jj^l wl (¿)z jj Ó! coy.it óv i:poiisTU)< I. A. Conde. i8o¿.» Á esta *
nota responde otra en la parte superior de la página, de letra de Manuel
Bacas Merino, que dice así: «Mejor hubiera sido que el Sr. D. J. Antonio
Conde hubiera explicado la palabra ^j^ Jj^' que pone al margen, sus-
tituyéndola por la que se halla escrita (que está muy bien), y hubiera
dicho qué clase de verbo es ó en qué diccionario se halla. Manuel B. M.,
año de 1806.» '
NOTA FINAL
En la Oda que Moratín dedicó á Conde hay esta estrofa, cuando viene
declarando las obras que compuso:
Y el cántico festiro,
que en bélica armonía
el pueblo fugitiro
al numen dirigía:
cuando al feroz ejército
hundió en su centro el mar.
en lo cual hay una evidente alusión al Cántico del paso del mar Rojo y al
ejército de Faraón, pasaje bíblico que probablemente traduciría é inter-
pretaría Conde en castellano. Esto está muy conforme con su competen-
cia en la lengua sagrada; pero ^lo publicó ó permanecerá inédito? Hasta
hoy han sido estériles mis investigaciones; quizá lo imprimiría, porque
Moratín en su poesía únicamente se refíere á obras de Conde impresas.
Pedro Roca.
Madrid 39 de Agosto de 1900.
I Una fotoligrafia de esta página puede verse entre las xxiv y x^ v del Desideríum quartntis
historiam pirorum poputi Andalutia (Dictionarum biographicuv.) ab Adh-Adhabi scrijrfiim
{Bibliotecñ Arabico-'Hispana, tomus III). ^
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
LAS ESCULTURAS DEL CERRO DE LOS SANTOS
CUESTfÓN DE AUTENTICIDAD
t
(continuación) <
Otro arqueólogo francés que se ocupó del busto de Elche, cuancio este
hermoso monumento atrajo la atención general en el Museo del Louvre,
fué M. Théodore Reínach >. Se ocupa primero ^e los orígenes de Elche, y
apoyándose en el poema de Avieno, dice fué fundada con el nombre de
Herna por los tartesios, á quienes pertenecía aún en el siglo v^ época de la
redacción del períplo utilizado por dicho escriljpr, y que arrojados de allí
por los contéstanos, de origen ibero, éstos levantaron sobre las ruinas de
la ciudad primitiva la de Ilici, que en 228 opuijp resistencia al cartaginés
Hamilcar.
Señalados estos datos que estima principales para determinar la época
y la nacionalidad del monumento, dice que para la fecha no hay otra
guia que el sentimiento del estilo, y no cree pueda ser fíjada «más arriba
del año Soo, ni hacerla descender más abajo del 450 antes de nuestra Erax>.
«Abstracción hecha, añade, de un cierto realismo que puede explicarse pof
influencias locales, este busto me parece un poco más avanzado^ der estilo,
aunque menos delicado de ejecución, que la encantadora «boudeuse» de |a
Acrópolis 3.» Comprende las protestas que ha de provocar la determina-
ción de fechas, que ha de oponerse á su teoría la del estancamiento de los
estilos en los talleres provinciales, y que sólo cree aplicable á casos muy
concretos. Reconoce el parentesco del busto con las figuras del Cerro, que
estima podrían datar de mediados del siglo vi, y el busto, en el que reco-
noce como nosotros los caracteres del estilo severo, pertenecer al primer
tercio del siglo v. Estima griego el busto, y las estatuas del Cerro de una
inspiración á veces elevada, pero de factura redonda, pesada y plana, que
acusa torpezas extraordinarias y procedimientos ricaldeos» para la imita-
ción de los cabellos, pudiendo ser en gran parte obra de prácticos indíge-
nas formados en la escuela de maestros griegos.» La factura del busto estí-
mala de mano griega, y especialmente jónica, y como la piedra caliza
1 Véanse tomo VIII, pigs. 84 y 470 y tomo IX, págs. 140, 247 y ^65.
2 La tete d* Elche au Musée du Loupre^ReMue des Études grecques^ ¡BgS.
3 Alude i la mejor de las estatuas pintadas de la Acrópolis de Atenas, publicada por Co«
Hignott al frente del tono I de su obra Hitt, de la Seuipture grecque.
44 REVISTA 9É ARCHlVoi
del busto, análoga á la de las estatuas, excluye toda idea de importación,
entiende debe admitirse 'que esa imago funeraria, debió ser- encargada á
algún artista de las ciudades griegas que en el siglo t existían en la costa de
España. . •
El inolvidable arqueólogo híspanófílo, Emilio Hübner, también dedicó
una memoria al busto de Elche i, reproduciéndole, como asimismo el cen-
tauro de Rollos y varias esculturas del Cerro de los Santos. Hace una clara
exposición del hallazgo y de las opiniones emitidas, indicando por su parte
que la influencia fenicia en la costa de Levante de la Península no fué tan
grande como se cree, siéndolo, en cambio, mucho la griega. Cree á Ilici
población ibera, como su nombre, y no fenicia ni griega. Reconoce, al
cabo, en loa adornos del busto reminiscencias de obras chipriotas, griegas
y etruscas, y en el collar y tocado un carácter esencialmente indígena.
Cree ál busto obra ibérica, que debió ser hecha hacia el siglo iv antes
de J. C, más antiguo que la estatua grande del Cerro, mostrándose en
este punto conforme con nosotros,
Al asignar M. Fierre París, mayor antigüedad que al busto de Elche *
á algunas esculturas del Cerro, se muestra disconforme y así lo declara en
una nota, con aquella nuestra opinión, manifestada en el dicho artículo,
de que creemos el busto ccobra más antigua que las esculturas del Cerro de
los Santos, obra del buen período del estilo y las del Cerro obras de imi-
tación y por ló mismo de un arcaísmo más convencional.»
1 Die büste pon líicL^Jahrbuch des Kaistrlich deutschen arch&ologischtn IntitmU, XIII (iSg^
pág. 114.
2 La bibliografía del busto de Elche merece ser completada en lo posible. A los citados tra-
bajos hay que añadir:
Jamot, Buste ñntique defemme troupe á Elche. Ga/^ette de Beaux'-Arts, Marzo, 1898.— (Dei-
críbe muy bien el tocado.)
P. París, Buste d' Elche, Revue de VArt anden et moderne (número de 10 de Marzo de i8glQ.
P. París, La Dame d Elche^ Repue Philomatique de Bordeaux et du Sud-Ouest (número 7«
^Juiio de 1899).
No sólo en Francia y en España, en todo el mundo se publicaron grabados y noticias del
busto en periódicos ilustrados de gran circulación y hasta en diarios, como L Illustration^ Le
Petit Temps, y aquí la Revista critica de Historia y Literatura^ la Repista Moderna y el Hmrüldo
de Madrid,
D. Pedro Ibarra, residente en Elche, y puede decirse que testigo de la aparición del b«Mo,
dio cuenta de ella en una carta dirigida con fecha 6 de Agosto de 1897 á la Correspondencia
Alicantina, reproducida con un grabado en La Ilustración Española y Americana (número de
JO de Agosto del mismo año), describiendo el monumento como un busto de Apolo, de origen
romano. Volvió sobre el asunto en dos artículos que bajo el título de Arte grecorromano pu-
blicó en la Correspondencia Alicantina de 14 y i5 de Diciembre del propio año, tratsado de
refutar nuestro parecer.
Recién temen te, en la revista barcelonesa Arquitectura y Construcción (núm. ijo, Mayo
de 1903), ha publicado una memoria que regaló i la Biblioteca del Instituto de Alicante con el
título de El busto de Elche (piedra calcárea)^ y que viene á ser, por una parte, un resumen de
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 4:5
Esta teoría, expuesta allí someramente,. hemos. procuraclo razonfirla y
presentarla con la debida amplitud en l^s lecciones explicadas en la Es-
cuela de Estudios Superiores del Ateneo durante el pasado curso y fin el
presente. Las razones en que nos apoyamos y que piden ser aquí consigna-
das son éstas:
JEn primer término, la superioridad artística evidente del busto, aunque
trate de razonarse suponiendo al artista indígena eleccionado en Grecia ó
lo que nos parece menos verosímil, griego que al venir.á trabajar en Iberia,
hubo de verse precisado á reproducir un tipo y una moda locales, hacién-
dolo conforme á su arte, pero adaptándose á exigencias religiosas ó hiera":
ticas, denota que nos hallamos ante una obra maestra, que sin yioleqcia
puede admitirse como punto de partida de un^ serie de imitaciones. El,
busto de Elche, como lo dijimos en el citado artículo responde al estilo
severo, siendo patente la tendencia de dulciñcar algún tanto la sequedad
arcaica. Su fecha nos parece que debe ser el siglo v, siquiera le separen
algunos años de las citadas fíguras de la Acrópolis.
Las esculturas del Cerro son á nuestro juicio obras de otro tallen* infe-
rior, cuyo origen pudo ser el taller de que salió el busto de Elche, píx
nuestro país, donde sus incultos naturales no produjeron más que toscos
ídolos y torpes simulacros, fué forzoso que faltara ambiente para que el
arte, y más un arte formado con elementos extraños, hiciera su evolu/cjón.
Esta no pudo ser otra cosa que la copia de modelos que ^1 cabo eran
como flores trasplantadas á otro medio. Esa copia rutinaria y tosca, imbui-
da de un espíritu de monótona repetición aprendida de la técnica oriental,
persiste en los plegados de paños al modo qu^ se ven en las fíguras de la
Acrópolis y en otras obras arcaicas, de arte más avanzado, y en yez de
d^r el acento realista que estas suelen tener, se encierra en un .estrecho
canon hierático y reduce detalles como las manos á simulacros de monó^
tona y absurda regularidad. ' .
Us.opiniones emitidas, no todas por cierto, pues omite algunas de las que andan impresas, aquí
citadas, añadiendo en cambio las que le dieron en cartas particulares algunos arqueólogos. EJ
Sr. Rada y Delgado, por ejemplo, le dijo que creía el busto mujeril, de estilo característico ibj¿-
rico, con indumentos asiáticos y de arte griego confundidos. Por otra parte, el escrito del señor
Ibarra tiene por ñn rechazar, que no refutar, nuestra opinión; pero lo hace en uña forma tan
contraria á las que impone la consideración y á lo que corresponde al sereno ambiente de las
discusiones cicntíñcas, que no creemos oportuno contestarle. Su fin es demostrar que solamente
él está en lo cierto al creer grecorromana una escultura que los demás á coro dijimos era anit'
romana. M. París, en su estudio del repertorio Piot, al dar cuenta de \os trabajos, dice en una
nota, después de citar el segundo publicado por el Sr. ibarra: «Es básunte decir qu¿ no ha re-
nunciado á su primera opinión.» Después de la memoria que citarnos. p*stA repetir esta fr^se.
46 ÍIKV.STA liF. ARCHIVOS
Nos encontramos ante una escuela híerática, en el estricto sentido que
á tal Vocablo debe darse, no precisamente comió manifestación de un estilo,
sino de un caso de influencia teocrática que impone y consagra los mode-
\oú artísticos; Esa escuela debió vivir largo tiempo, mantenida por un culto
secular, que, como el rendido en la Acrópolis de Atenas antes de la inva-
sión pei*sa, gustaba de colocar en torno de la deidad tutelar íiguras feme-
niles; las de la Acrópolis ateniense eran imágenes de sacerdotisas ó de la
mtsttia diosa Atenea, pues ambas hipótesis se han mantenido; las del Cerro
representaban devotas mujeres haciendo la ofrenda de la copa. No es cier-
tamente él caso que señalamos único en la historia del arte, la cual ofrece
repetidos ejemplos, y el más elocuente de todos el del Egipto tebano, de re-
petición de motivos por exigencias religiosas que los imponen y mantie-
nen. Prueba esto, en suma, que entre los indígenas de la región española
en que se desarrolla ese arte era muy poderosa la influencia oriental, y
que acaso en lo religioso fué más fuerte que en otros aspectos de la vida.
Cieftos hechos que obedecen á causas, dijérase que á leyes sociológicas, se
han dado más de una vez en la historia; y el hecho de la repetición de
tipos de la imaginería religiosa lo vemos todavía.
Pero además el hecho que señalamos se nos ofrece repetido en la misma
España antigua con todos los caracteres de una ley histórica, en lo estético
como en lo sociológico, denotando las pobres actitudes que para el arte de-
mostraban los naturales y su falta de cultura para alimentar una evolución
artística. No tienen más aspecto arcaico que las esculturas del Cerro, ni
menos tosquedad de factura, las íiguras de toros y cerdos tan abundantes en
el centro, parte del norte y occidente de la Península; figuras que á veces
ostentan inscripciones sepulcrales latinas y que según opinión del profesor
Hübner ^ debemos considerar, al igual de las no menos toscas estatuas de
guerreros gallegos, como formas indígenas de monumentos sepulcrales,
respetadas por los romanos, cultivadas todavía durante su dominación y
sin otra variante al cabo que la de añadir el epígrafe. No menos toscos y
todavía de aspecto más hierático, artísticamente hablando, que todos los
monumentos señalados, son ciertos relieves de lápidas sepulcrales con ins-
cripciones latinas del siglo 11, procedentes de Lara de los Infantes, de las
cuales conserva tres el Museo de Burgos y cuatro el Arqueológico Nacional.
¿Qué son todas esas esculturas sino imitaciones desgraciadas y hechas á !a
manera hierática, de modelos romanos? De igual arte son las toscas imita-
1 Lñ ArqutolQgU dt Espmña, paig.'255.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 47
clones de relieves- romanos recocidas en Cáslulo y otros puntos, pudlentio
ser citado como mejor ejemplo el relieve de los mineros descubierto cerca
de Linares que ha sido objeto de varias monografías. >
Si nos fijamos en otras series de antigüedades, en las monedas, es cla-
rísima la evolución desde los tipos de buen arte y á través de sus imitacio-
nes cada vez más toscas y duras hasta llegar á algunas que caen eñ lo irri-
sorio; de manera que estas monedas de pésinio arte no son arcaicas, cómo
se pensó en un tiempo, sino ejemplos elocuentes de la degeneración de los
tipos dásícos, oonnrida donde quiera que ha faltado preparación, ambien-
te, medios y aptitudes para asimilárselos de un modo consciente y niodifí-
Carlos conforme á la marcha general del arte ó á la manera peculiar de las
escuelas locales. No insistimos sobre este punto en lo que á las monedas se
refiere porque el señor Vives, que ha estudiado muy á fondo la numismá-
tica ibera, con ese criterio, habrá de exponerlo en una obra que desde hace
tiempo prepara.
Lo mismo ocurrió con todas las manifestaciones artísticas de carácter
indígena. Véanse sino los ídolos de bronce del medio día y de la misma
•región sur-este, los cuales hemos descrito y dado á conocer por medio de
hermosas láminas en esta Revista ^, Hicimos notar entonces como al lado
de imágenes de arte fenicio, griego ó romano más ó menos puro, aparecen
sus torpes y hasta ridiculas imitaciones; certificando á veces de que no
pueden ser otra cosa, las monedas romanas encontradas con tales ídolos.
Observándolos atentamente suele advertirse en muchos, á través de su
rigidez y su tosquedad, que casi les reducía á una forma esquemática, el
tipo originario mucho menos arcaico y rara vez hierático.
Entre todos esos grupos de antigüedades destaca por su mejor arte y su
importancia aquel á que pertenecen las esculturas del Cerro^ las cuales
son clasifícables en dos estilos, marcándose el principal á que nos venimos
refiriendo, con caracteres particulares, los cuales permiten designarle con
la única denominación que no puede suscitar discusiones: Arcaísmo de la
región Sur-este.
Veamos ahora cuáles son esos caracteres.
Lo primero que salta á la vista, es la amalgama de elementos de pro-
cedencias distintas que acusan en sus orígenes fechas distintas también.
1 V^asc Rodríguez de Berlanga, Los Bronces de Lascuta, Bonani^a y Aljustrei, 1881, pá-
gina 6(t6 y lim.¿ Daubrée, Revue Archeoiogique, 1882, I, páj. 193 y lám. V; Sandars, Repue Ar-
cheologique^ 1903, 1, pág. aoi y lám.
2 Véase I, pág. 145; III, pág. 98 y 374; IV, La Cél. de bronces de D. A. Vives; VII, pág. ^2.
48 REV^^TA DE ARCHIVOS
. Adviértase el marcado sabor oriental de mitras y focados. Asimismo
son d^ notar los adornos ricos y fastuosos de moda oriental, que no repug-
narían un origen troyano ó miceniano; por cierto que son repetidas las
muestras de influencias mícenianas que se advierten en toda la Península é
islas Baleares en monumentos arquitectóricos, en piezas cerámicas, en ob-
jetos varios ó en motivos ornamentales de localidades tan apartadas como
Tafxagona, las citanias de PoFtugal y el Sur-este de la Península. En la
in^^pFetación de tales adornos y de otros detalles indumentarios, se reco*
noce la factura regular, minuciosa y en. general cansada de la técojca
oriental, conforme se nos manifiesta en los monumentos asirios. Por otra
parte salta á (a vista el carácter marcadamente griego del plegado del man-
to ó velo en que se envuelven todas las oferentes, carácter cuya fíliación so? ,
laipente podemos encontrarla en obras como el relieve ateniense de }a mu-
jer subiendo al carro, y otros análogos, y en estatuas como las de Egina y .
las citadas de la Acrópolis, es decir en esculturas de los siglos vi.y v; siendp -
muy de notar que ese detalle griego está tratado en las esculturas españo-
las con un^ simetría y pna regularidad no ya oriental sino hierátíca. El
hieratismo, la solemnidad misteriosa, es patente en todas las iiguras^^
que parecen como petrificadas en su devoto recogimiento.
Por contraste, la expresión y los rasgos de la fisonomía denotan los
caracteres propios de la transición del arcaísmo á la libertad realista.
Como lo reconoció acertadamente M. Heuzey, los ojos no obedecen á la
tradición arcaica que les da figura almendrada y los levanta hacia los tem-
porales, sino que tienden más*bien á inclinarse hacia abajo; la boca no
tiene la sonrisa eginética, sino un acento de severidad triste, y en el mo-
delado un sentimiento de verdad, algo seco y duro; de manera que á^la
expresión. alegre de las figuras del arcaísmo griego, ha sustituido la expre-
sión triste, en la cual cree ver el citado arqueólogo francés c<la tendencia
á marcar la dignidad y el carácter, tendencia que se desarrolla enel arte
helénico á partir de Alejandro, y que el arte latino exageró sin guardar
la distinción y el acento severo que constituyen el mérito de la estatua
española», que es la grande, tantas veces citada.
Y al lado de todos esos caracteres que revelan las dos corrientes artís-
ticas, oriental y griega, la una venida por el iMediodía de la Península,,
donde la gente fenicia tenía sus factorías, y la otra por Levante, donde te-
nían sus colonias los griegos^ cuyas dos influencias produjeron en la re-
gión ¡nntermedia el. estado de cultqra. y. fl arte á .qu^^ responden los jno-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 49
numentos de que venimos hablando, resaltan los caracteres del elemento
indígena, que son además.deesa misma amalgama de tendencias distintas'
y fusión de todos esos detalles en un tipo especial, la tosquedad de la in-
terpretación, la rudeza del trabajo, lo recargadas de detalles que aparecen .
en general todas las figuras, y sobre todo los rasgos étnicos, que nos dan
invariablemente un tipo rechoncho, macizo, y en las fisonomías, como
dijo muy acertadamente el señor Rada, algo del tipo murciano y del va-
lenciano. Sobre esse punto llamamos la atención acerca de cierta seme-«
janza que se advierte entre el busto de Elche y el tipo femenil valenciano
que hemos reproducido junto á él.
Esas influencias no determinaron una sola escuela, sino distintas ma-
nifestaciones, con diversa preponderancia de tales elementos. Señalare-
mos como tipo más oriental el esfinge de Balazote, toro con faz humana
barbada, cuyo origen caldeo-asirio reconoció el citado M. Heuzey en una
interesante monografía ^ Este monumento hallado en Balazote (provincia
de Albacete), hoy conservado en el Museo Arqueológico Nacional, es in-
teresantísimo, porque revela todos los apuntados caracteres de rudeza y
sequedad con que en España se interpretaron los modelos orientales. Es-
culpido en piedra arenisca, la cabeza de bulto redondo, el cuerpo en alto
relieve, sirvió sin género de duda para adornar la Quicialera de una
puerta; como los grandes toros de faz humana las puertas de los palacios
ninivitas.
Citaremos también unas esfinges de piedra descubiertas en Sax (Ali-
cante), que posee el Museo del Louvre y que á M. Heuzey le recuerdan
las.de estilo chipriota. Tampoco debemos pasar en silencio el león hallado
en Bocairente y conservado en el Museo de Valencia: es una figura que
recuerda por su postura las esfinges egipcias que bordeaban los caminos '
de los templos, y que como las esfinges de Sax, es de mejor arte que el es-
finge de Balazote.
Más cerca que este monumento lo están aquellos del busto de Elche^
pieza hasta ahora excepcional por su mérito; y cuyo carácter queda pre-
cisado.
De estas ligeras indicaciones parece resultar por lo pronto, que el arte
anteromano estaba más adelantado en la Contestania, á la cual corres-
ponden Elche y Sax, y aun en la Edetania, la cual comprende á Bocai-
I Le Taureau chaldken atete humaine, par Léon Huzey, tirada aparte del repertorio Piot
Monumento ¿t Memotres^ París 1900.
3.» ¿FOCA.— TOMO X. 4
5o REVISTA DE ARCHIVOS
rente, que en la Bastetania, donde se encuentran el Cerro de los Santos^
y sus inmediaciones, incluso el Llano de la Consolación, la comarca, en
suma, de donde proceden las esculturas del Museo, que con. las de igual
procedencia conservadas por los PP. Escolapios de Yecla, por el Museo
del Louvre y por algunos particulares^ componen los restos de la escuela
bastetana, única de que hasta ahora es posible un estudio de conjunto.
Entre' sus obras se reconocen piezas d: bueno, mediano y mal arte, pu-
diendo establecerse seríes y grupos que permitan, como nos proponemos
intentarb, ver la marcha que siguió esa especie de pseudo-arcaísmo,
desde los tiempos en que conservaba la Iiuella de las influencias orien-
tales y griegas, hasta que, perdiéndose éstas en las rutinas de su imitación
local, y acentuándose la tendencia realista, llegan á producirse obras, es-
pecialmente cabezas en que, al lado del realismo con que se indican los
rasgos fisionómicos, vemos todavía una interpretación hierática y decora-
tiva de la cabellera.
En cuanto á la duración de esta escuela, tomado como punto de par-
tida el buen arte que representa el busto de Elche, cuya fecha, como
queda apuntado, es el siglo v, entendemos que debió llegar hasta los co-
mienzos de la dominación romana, como lo demuestran algunas figuras
en que se advierte él reflejo del arte latino.
Respecto de la participación que los conquistadores púnicos hayan po-
dido tener en el mantenimiento de tal escuela, como en un principio nos
inclinamos á admitir, creemos hoy, después de haber estudiado el asunto,
que no es posible buscarla en el terreno del arte, mientras no sea bien
conocido el arte cartaginés. Ya hemos visto la patente analogía que ofre-
cen algunas figurillas de barro genuinamente púnicas y las e^ulturas
*españolas, lo cual nada tienre de extraño si se considera que las mismas
influencias oriental y griega informaron al arte de Cartago y al de Iberia.
Los caracteres particulares con que el arte ibérico se nos ofrece per-
mite considerarle como producto de la civilización de los indígenas.
(Continuará.) JosÉ RaMÓN M¿LIDA.
-'^■
Vi*
%
BIBLIOTICAS Y MUSEOS 3 I
SELLOS CÉREOS SALMANTÍNtS
Los tres sellos de cera, cuyas reproducciones, sobre vaciados no del
todo, buenos, van aquí adjuntas, pertenecen á la rica serie del archivo
capitular de Salamanca, y eran, al parecer, desconocidos.
El mayor y principal mide 0.09™ de diámetro; corresponde al Concejo
de Salamanca y se conserva adherido á una escritura de trueque y cam-
bio de fincas entre el dicho Concejo y el Cabildo de la Catedral, fecha á
9 de Abril, Era de i337 (año 1299). Restos de otro idéntico penden de
una carta del Concejo, fechada en i5 de Mayo, Era de i35i (año i3i3),
sobre homenaje que había de hacer el alcaide del Carpió á los canónigos,
cfereci&de Salamanca y vasallos del obispo, en reconocimiento de haber
contribuido á la compra que la ciudad hizo del tal castillo. L'n tercer
ejemplar de este mismo sello, pero roto, autoriza un trueco de los luga-
res del abadengo, que poseía el Cabildo, por 20.000 maravedises dados en
compensación por la ciudad en el año 1424.
Ostenta su anverso las armas de Salamanca, ó sea un toro sobre
puente, con esta leyenda en gruesos caracteres de principios del siglo xiir,
bastante clásicos: + SIGILLVM i CONCILII ] SALAMANTINI i DV;
letras estas últimas cuya interpretación no se me alcanza. El reverso
muestra una cruz potcnzada, dentro de un círculo; seis bustos de leones
en torno, más un cogollo de hojarasca, quizás simplemente decorativo, y
orla con este bárbaro letrero: -4- ANFOSVS I DEI i GRACIA I REX ;
DE : LEONE. Éste sin duda es el IX Alfonso (i 187-1230), único rey pri-
vativo de León, en cuyo tiempo se labraría el sello indudablemente. Res-
pecto de las armas de Salamanca, copian su puente romano sobre el
Tormes y el toro famoso de piedra que estaba á su extremidad; pero los
bustos de león ignoro si también les corresponden, pues nunca más los
hallo. Haré notar, sin embargo, que la custodia de la Catedral (primera
mitad del siglo xv) y las filateras del zaguán de la Universidad (princi-
pios del xvi) efigían sobre el puente, en vez del toro, un árbol (higuera) y
dos leones sentados á derecha é izquierda.
El segundo sello constituye otra variación intermedia, respecto de las
susodichas representaciones heráldicas, con el puente de siempre, que aquí
es de. arcos agudos, y encima el toro y un lobo ó perro, marchando uno
frente al otro. La inscripción dice: + S[1GILLVM] VNIVERSITATIS i
S2 REVISTA DE ARCHIVOS
CLERJCOR[VM] : SALAMAN. CIVITATIS \ Su tamaño, en largores
de OjOÓS'". Aparece en una escritura de concordia entre el Obispo y Ca-
bildo y la clerecía de la ciudad sobre diezmos de ella; fecha en la Era 1297
(año 1259).
El último sello es del Cabildo de la Catedral y presenta á Sta. María de
la Sede, titular de su iglesia, tal como se veneraría en el altar mayor. Re-
conócesela, en efecto, como imagen románica, sentada en un trono, con
las piernas juntas, sobre escabel, corona en la erguida cabeza, cetro que
remata en un lirio, y Jesús Niño sentado sobre la pierna izquierda, con
potencias y quizá bendiciendo; dos estrellas en el campo, y leyenda que
dice: + SIGILLVM CAPITVLI SALAMATINl. Encuentro usado este
sello desde i232 á 1299; otro le precedió en 1 187, del todo semejante, pero
con la imagen peor diseñada, y no fué aún el primitivo, visto que una do-
nación del obispo Vital, fechada en 1181, nos ofrece otro sello con la le-
yenda: + ; SIGILLVM •: SALAMANTINI ; CAPITVLI ; é imagen de
la Virgen, sin carácter icónico, de pie, algo vuelta hacia la derecha y los
brazos abiertos y caídos, como en ademán de amparar ó recibir. Quizá
cuando se grabó este sello aun no estaría cumplido el testamento de Mi-
cael Dominiquiz, poco anterior á 11 5o, por el que donaba á la iglesia:
»
i(ccc^^^ morabetifios de que faciant imaginem de auro et argento super
altare sce Marier). Esta debe ser la imagen que reproducen dichos sellos
posteriores, y aun los de i Ji3 á 1892 y 1395 (éste, con 0,07"^ de longitud)
impresos en lacre, aunque en el último aparece interpretada á la gótica y
con Jesús de pie sobre las rodillas de su Madre.
Por fin, ya que de Salamanca se trata, no parecerá despropósito con-
signar un hecho de historia atestiguado por el mismo archivo, cual es la
dominación que el rey de Portugal ejerció en ella á comienzos (idus
ianuarii) de la Era 1201 (año 11 63). En efecto, una escritura de esta fe-
cha, sobre donaciones á la Catedral por María Sancú Perrelecha, en vez
de mentar á lo último al rey de León, según costumbre, pone: adñante
salamCitica ildefonsus portugalesis rex». En la Era de 1199 aun duraba
por gobernador el i(Comes Pontius)^, y en el día 5 de las kalendas de Julio
de la precitada Era de 1201 ya resulta c(do?iante in Salamantica femando
rodrigue^^^, al que sucede en Era de 1216 (a. 1178) (asando f re regis arra-
gon cü gonsaluo osori^y). Este mismo «injanie sanción) suena á los dos
años, y le sigue en el inmediato el conde de Urge): ncomite urgelio»^
M. Gómez Moreno.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 53
GACETILLA DE ANTAÑO
Empezamos esta Sección como ensayo, con la esperanza de que, auxiliándonos
nuestros colaboradores, podrá formar á fin de año un repertorio interesante para
la historia. Cuantos se ocupan en trabajos de erudición saben con qué frecuencia
se hallan al paso noticias curiosas de que por el momento hay que prescindir por
no corresponder al estudio que se trae entre manos, y raro será el investigador
que no guarde entre sus apuntes algunas de estas noticias sueltas que esperan
oportunidad y encaje para ser útiles. Falta para ello reunirías en el desorden de
materias y de fechas en que se encuentran; numerarlas y clasificarlas luego al final
de años ó de tomos por medio de índices claros en relación con los asuntos á que
se refieren. Así podrán agruparse, por ejemplo, en los apellidos de personas de im-
portancia histórica, datos biográficos hoy desperdigados y que aporten desde locali-
dades apartadas entre sí los investigadores que acaso los encuentren; en el nombre
de regiones, ciudades y villas, sucesos interesantes para su historia; en el de indus-
trias, fiestas, costumbres, sectas, crímenes, fenómenos de la naturaleza, etc. etc., no-
ticias que en ocasión oportuna son de gran auxilio para la resolución de dudas y
conocimiento exacto de la verdad.
En los apuntes con que empiezo esta Sección hay también ejemplo del contin-
gente que pueden darla e§as obras farragosas que sólo merecen un extracto hecho
por mano bastante hábil para no desperdiciar nada dejo aprovechable, ni reprodu-
cir tampoco nada de lo que no importa que quede en la oscuridad del manuscrito.
Tales son las Quincuagenas de Gonzalo Fernández de Oviedo, dignas de un
extracto semejante por las peregrinas noticias que entre macizas páginas de farra»
goso texto contienen; pero que no merecían ciertamente, como ha reconocido la
Academia de la Historia, los honores de la publicación integra que preparaba el irre-
flexivo entusiasmo de don Vicente de la Fuente.
Con el fin de conseguir el orden, la brevedad y la autenticidad que el plan de
esta Sección exige, las noticias llevarán cada una un número correlativo para
cada año de la Revista; se distinguirán con un breve encabezamiento que expli-
que el asunto, y que ha de servir después para los índices; no omitirán nunca la
fuente de donde se toman é irán firmadas por los respectivos colectores. Claro está
que su índole exige texto compendiado, y la más reducida extensión posible.
A. Paz y Mélia-
I CÁRDENAS, (Doña María de^
Don Alonso de Castilla, señor de Villavaqucrín, vecino de Valladolid, tuvo por
tójos á don Pedro, don Diego, don Alonso, vecino de Calahorra y don Juan de Cas*'
54 REVISTTA DE ARCHIVOS
tilla, vecino de Madrid, don Felipe, sacristán mayor del Emperador y después Deán
de Toledo, y don Francisco de Castilla, excelente poeta.
Don Juan fué paje del Príncipe don Juan; se halló en la defensa de Salsas con su
primo el capitán don Sancho de Castilla, y en la de Pamplona contra don Juan de
Navarra. Fué Caballero de Santiago.
Casó en Madrid con doña María de Cárdenas, niela de Juan Zapata, el ayo, y
de doña Constanza de Cárdenas. Fué dama de la Reina Católica doña Isabel y des-
pués en Portugal de la Reina doña María, madre de la Emperatriz.
Hijos: don Alonso de Castilla, doña Juana, casada en Soria con don Jorge de
Beieta y doña María de Castilla, dama de la Emperatriz y mujer de don Diego
de la Cueva, hermano del tercer Duque de Alburquerque, don Beitrán de la
Cueva.
Muerta doña María de Cárdenas, casó segunda vez don Juan con doña Catalina
de Mendoza, hija de don Juan de Mendoza, señor de Helena, y de doña Beatriz de
Zúñiga; tuvo también descendencia.
Ausente el marido, y enferma doña María, teniéndola por muerta, la enterraron
en Santo Domingo el Real de Madrid, donde los Castillas tenían un enterramiento
y capilla. En la capilla mayor está enterrado el Rey don Pedro y su hijos don Juan,
padre de don Pedro de Castilla, obispo de Palencia, de quien descienden estos Cas-
tfUas de quien tratamos.
Metida amortajada en un ataúd, fué puesta en medio de la bóveda de la capilla.
La noche siguiente las monjas en maitines oían voces ñacas y aquejadas^ gemidos
que no sabían de donde partían, aunque la capilla no estaba treinta pasos del coro
bajo. Creyeron asustadas que era ánima en pena que les pedia socorro, y esto duró
aquella noche ó mas y después cesó que no lo oyeron. Hicieron muchas oraciones
y á los tres meses ó más hubo que abrir la bóveda para meter otro cuerpo del li-
naje, y al quitar la losa de la boca de la cueva de la capilla, hallaron á la pecadora
doña María de Cárdenas fuera del ataúd, puesta cerca de la entrada ó boca de la bó-
veda, amortajada y muerta. De que se coligió que la enterraron viva.
(Quincuagenas de G. Fernánde^de Oviedo, 2^fol, 68 r.*)— A. P. y M.
2 Modas, afeites y defectos de las mujeres.
Cosa es para reír la locura de las mujeres que, habiéndolas el demonio consejada
sus disparates, la una se enjabelga, e pela, e se carga de mudas e mil suciedades, e
se pone tal que ha por bien de estar escondida i5 á 20 días e mas que no se osa
mostrar, ni está para ver con sus unciones, porque le han dado á entender que ha-
ciendo tal e tal espiriencia en sí, saldrá más linda que sus vecinas y de mejor tez y
el cuero más liso y más delgado, sin entender la mezquina que mas rugas granjea
e se hacen de la piel delgada que de la gruesa.... etc.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 55
Pues vestios á la marquesota y á la tudesca ó como quisiéredes, cayreiad los za-
patos y poneos calzas de aguja, y acortad los sayos y alargad las espadas, e henchios
de botones e invenciones á la soldadesca, y vosotras á la saboyana y apretaos mu-
cho la cintura y ensancha las caderas y cresced en los corchos y menguad en el
seso, etc.
No mirastes el nombre que os pusieron el día que os casastes, como os llama-
ron novio, y así fué ello, que no vistes á quantas desventuras e fraudes obligastes
vuestra persona, vida y aun el ánima, e consolays os viendo venir vuestra mujer
hermosa, sin serlo, ni verle la cara, pues trae prestada la máscara que os muestra^
adquirida con sus dedos e bruñida e lustreante con una clara de huevo, colorada
como rosa, ó mejor diciendo, por medio de aquellas escudillas de Granada. Blanca
viene por cierto como el armiño, si el solirxian ó albayalde no está rancio ó mal
compuesto; lo cual pocas veces acaescé, porque están mas diestras en hacerlo que en
decir el Ave Mariá. Traen el gesto como de niña, aunque la tal sea vieja, y estiran-
se tanto la piel, que no hay zapatero que así estienda la suela del zapato, que hace
con los dientes como ellas hacen apartar las rugas hacia las orejas, y de tontas y
mal consejadas de su espejo, piensan ellas que los que las ven, ni oyen, ni sienten,
ni entienden sus aparejos e artificios, que para ese efecto ó mas el propio defecto
usan, y pluguiese á Dios que todo eso fuese para contentar á solo uno y ese fuese el
solo que se obligó á sufrir sus importunidades.
No son las tenazuelas las que solamente tienen culpa de el enarcado de las cejas,
porque primero' andan las cerillas y pegotes y atanquía para esquilmar y apocar los
pelos y castigar las demasías, e que no quede mas de aquello enarcado, que no se
hizo el atanquía tan solamente para ciertas partes y baños.
Razón hay para que las pese á lar mujeres que están afeitadas si sudan con la
calor, porque el afeite ó barniz se despega é el moscaderico juega con buena gracia
é donaire, é le mueven por remediarse con aire que sacan del colodrillo, que es el
principal asiento de la memoria desde la qual las mujeres fabrican sus ademanes...
• ••••••••'••••. . ..•••■•..••...
' Como vemos muy usado un perrillo que se estiende por la falda, y parece que
cuando está la doncella mesurada y los ojos b^xos, que es muda ó que no entien^^
de, y oye más que una zorra. Juntadas cincuenta mujeres, todas hablan y cada
cual deilas tiene cuenta con todas, y vueltas á su casa, recita todo cuanto acullá
vido e oyó, é puntualmente dice lo que cada una de las otras dijo, y lo que replicó,
y como vestían la una e las otras vestidos e tocados. Y lo que mas es de maravi-
llar es que os dirá lo que determinó Dios del rey Artus y de los Caballeros de la
Tabla Redonda, con todas las fábulas de los amores de Iseo y Ginebra, con los qué
hinchen las cartas de sueño e con todos los sucesos de Lanzarote, e don Tristan de
Lconis, tan particularmente y más q^ue lo quiso certificar Francisco Petrarca. En
56 EEVISTA DE ARCHIVOS
fín, la memoria de una mujer es tan cumplida cuasi como su locura, y su seso tan
macizo como una calabaza muy seca^ y tal vasija^ que no retiene su capacidad sino
aquello que menos le conviene guardar^ ni calla sino lo que no sabe.
(Quincuagenas II, f oís. 8i y gS, v/— A. P. y M.
3 Hazaña de Babrasa, criado de Enrique IV.
(Dice F. de Oviedo que se la oyó á su padre que vio y conoció á Barrasa y á la
Marquesa de Moya, doña Beatriz Fernández de Bovadilla, y t la Marquesa de Le-
rin, doña Ana Centellas, ambas damas de doña Isabel la Católica.)
Era este hidalgo Alonso de Barrasa aposentador del Rey. En Segovia, en el pa-
lacio viejo del Rey, había siempre en un corral leones, e de la una parte del corral
había una ventana alta sobrel, que de la sala del Rey salía sobre aquel corral de los
leones, e en frente de aquella había otra sobre el mismo corral en el aposento de
las damas de palacio. Un día él leonero entró k dar de comer á los leones, e por ser
poca la ración, ó querer más, é se cebar en el pobre leonero, comentaron á trabar
de aquel pecador e maltratarlo, e la grita de las mujeres e damas de \^ una parte
que acudieron á las voces que el leonero daua pidiendo socorro, e las voces de los
caballeros e hombres de la otra sala amenazando los leones, no pudieron hazer de
manera que aquellos ñeros animales no anduviesen ejercitando su ferocidad e uñas
procurando de le matar para se lo comer.
(Dice el autor que si lo hiciera un romano lo contara Tilo Ljvio, etc. ».)
Acercóse Alonso de Barrasa en aquella sala con otros caballeros, e no pudo
comportar su ánimo de ver así padecer á aquel ombre^ e teniendo una espada e una
capa, saltó desde la ventana dentro del corral de los leones bien diez tapias
de altura ó poco menos, e cayó de pies, arrimado á la misma pared, e cayósele el
bonete de la cabeza (el qual dezia la Marquesa de Cotron que era amarillo) e muy
presto echó mano á su espada e tomó su bonete, e fuese contra los leones, los
quales como vieron tan grande novedad, dejaron el ombre e retiráronse otros ocho
ó diez pasos, pero todos Juntos e en son de apercibidos; e llegó Barrasa al ombre,
que estaba bien herido de las uñas de los leones, e tomóle del brazo e púsole
detrás de sí, retrayéndose hacia la puerta del corral paso á paso, e los leones asi-
mismo viniéndose hacia Barrasa en poco á poco. El leonero salió fuera, e Barrasa
después, todavía el rostro mirando á los ñeros leones, e apenas era salido de la
puerta e cerrádola tras sí, quando todos siete leones que eran estaban asidos della.
En ñn, él salió con su ombre el qual escapó e bivio, e Barrasa quedó onrrado» e á
vista de muchos caballeros e damas hizo lo que es dicho como denodado varón.
Vi yo después, seyendo bien muchacho, puesto algunos años un león dorado en
la iglesia de la hermita de Nuestra Señora de Atocha (agora monasterio de frailes
I Más poético, pero meaos humaaitario, es el hecho análogo ensalzado por Schiller en su
balada Der Handschuh y por Lope en su comedia El Guante de Doña Blanca. Barrasa no ha
tenido modcraamcau, qac yo icpa, éncomiadotc s de su hasaña.
predicadores) cerca de Madrid quasi una milla, el qual león había sacado por cime-
ra en una jusu delante de Enrique IV en Madrid con esta letra:
Mire tu gran Señoría,
alto Rey mas que Trajano,
qué galardón merecía
quien siete destos vencía
con una espada en la mano.
Dióle don Enrique por armas en un escudo de gules, vel sanguino, e en la mi-
tad del escudo una espada azul, desnuda, la punta para abajo, con el pomo y em-
puñadura y cruz de oro, e á los lados de la espada tres leones de cada parte en pal^
candidos vel argénteos, mirando los unos e los otros á la espada, e debajo de la pun-
ta delia otro león; asi que son-sieie leones rampantes.
Está enterrado en el monasterio de San Francisco de Segovia,.en una capilla suya
en que ha mas de sesenta años que yo vi una tumba con unos escudos destas ar-
mas e cierto letrero que olvidé. Pero sé que estos Barrasas son hidalgos de la mon-
taña, y en Laredo y en Colindres he visto yo algunos hidalgos deste linaje, y en
Toledo y Segovia. Unos le hacen á Barrasa aposentador de Enrique IV, e así lo oy
muchas veces, pero razón es que creamos á la historia de don Juan II que dice fué
caballerizo del Principe don Enrique, y que cuando don Alvaro de Luna estaba en
el'cadalso en la plaza de Valladolid, vido á Barrasa^ caballerizo del Principe, llamó-
le y díxole:— -«Ven acá, Barrasa^ tú estás aquí mirando la muerte que me dan: yo
te ruego que digas al Principe, mi señor, que dé mejor galardón á sus criados quel
Rey, mi señor, mandó darme á mí».
(Quincuagenas IL fol. 30,)— X. P. y M.
4 Ponce'de León (D. Pedro), hermano del Duque de Arcos.
Fué el primer inventor de matar toros á caballo, estándose quedo esperándolos,
e puestos al caballo unos antojos de terciopelo que le atapan los ojos, porque no
se espante viendo venir el toro. Bien podría ser que otro lo hubiese hecho primero;
pero yo nunca lo oí, ni lo leí que en España ni fuera della otro lo haya hecho antes
que don Pedro Ponce, ni tan bien, ni con tanta facilidad, ni de aquella arte, que sin
dubda en un día podría matar todos cuantos t^ros uno á uno le saliesen á la para-
da, y es muy gran gentileza y mucho cosa de ver.
En la cibdad de Avila, delante de la majestad de U Emperatriz, le vi matar cua-
tro toros, año de i53i, y el mismo año después en Medina del Campo, en presen-
cia de su majestad misma e del Príncipe don Felipe, otros tres mató, e hacíalo
desta manera. El don Pedro Ponce estaua en un caballo que tenía atapados los
ojos, con una capa abierta, e echada la parte derecha de la capa sobre el hombro
izquierdo, como quien se abriga e queda como un capuz cerrado, e estaba á doze
ó quince pasos de donde la Emperatriz e las damas le miraban, e á su mano dace-
cha^ cerca de la estribera^ estaba un mozo^on una lanza^ % comoei tgro \tyé, arre«
58 REVISTA DK ARCHIVOS
mete contra el don Pedro Ponce^ el cual alza la capa sobre su ombro derecho e to-
ma la lanza al mozo, e tiende el brazo e pónele el hierro en el pescuezo cerca de la
juntura de la espalda ó brazo siniestro, e como la lanza tiene un muy fino hierro
de Azpe, el toro se mete por la lanza, e alguna vez el toro íe toca al desarmar de
su furia en la estribera ó quasi, e el don Pedro Ponce^ con una espolada ó dos,
muda dos ó tres pasos el caballo á la otra mano, e el toro en el instante que se en-
tra por la lanza, cae á los pies del caballo, muerto, porque la lanza siempre le da
al toro en el corazón, e aun algunas veces acaesce pasar el toro de parte á parte e
salir el hierro entre los brazos ó barriga del toro con parte del asta de la lanza.
Este caballero es nieto del muy ilustre y famoso Duque de Cádiz, don Rodrigo
Ponce de León, que ganó Alhama, etc.
(Quincuagenas III, fot. 42, v.')--A. P. y M.
5 Pícente (El hipócrita ayunador fray Antonio).
Fray Antonio Pícente, de los heremitas, que murió muy penadamente blasfe-
mando horriblemente, en tiempos del rey D. Alfonso de Aragón.
Era pública fama que ayunaba cuarenta dias y cuarenta noches sih comer cosa
alguna, y aunque el Rey había mandado hacer pesqursa,no se pudo averiguar sino
que los ángeles le alimentaban. La verdad del secreto era que tenía unas candelas
gruesas, huecas y recubiertas de un baño de cera, y llenas de una masa muy cor-
dial, compuesta de pechugas de faisanes, capones, etc., azúcar, harina y otras mez-
clas tales, que poca cantidad daba mucha sustancia. Traía también un cinto hueco,
con tal ingenio, que, sin ser visto, podía haber alguna cantidad de hipocras y otros
vinos preciosos de que secretaniente bebía.
Todos le creían santo. Cuando supo el Rey que murió de miseraole enferme-
dad y casi comido de gusanos, y descubierto el secreto de su maldad, dijo:—
«Verdaderamente yo creo que Dios castiga con tanta aspereza á los hipócritas, por-
que con los engaños y maldades fingidas que hacen, quieren tomar á Dios por es-
cudo y compañero para engañar á los hombres (Del Panormitano).
(Quincuagenas í.*; fol. I^v.')— A. P. y M.
6 Madrid, f Vecindario).
En el tiempo que yo salí de Madrid para ir á Indias en i5i3, como Veedor de*
las fundiciones del oro en Tierra firme, era l^vecindad de xMadrid S.ooo vecinos é
otros tantos los de su jurisdicción é tierra, é cuando el año de 1546 volví por Pro-
curador de la ciudad de Santo Domingo, en sola aquella villa é sus arrabales ha-
bía doblada ó cuasi la mitad más de vecinos, é serían seis mil, pocos más ó menos,
á causa de las libertades é franquezas é favores imperiales que el Emperador Don
Carlos le ha fecho.
(Quincuagenas *.•; fol. 76 v/>— A. P. y M.
BIBUOTECAS Y MUSOOS 5g
7 Desacato en las Descalzas (i 58i).— «En tinieblas, la nojhe del miércoles
Santo, en el monasterio de las Descalzas Reales, muertas las luces, se desvergonza-
ron ciertos caballeros con las mujeres, que cierto, fué un grande desacato, y asi los
van prendiendo á todos para que se sepa la verdad y se castigue su atrevimiento
exemplarmente, y así se hará.
En la fiesta dicen que se hallaron el Principe de Ascoli, el Conde de Castañeda
y el Marqués del Carpió. Dios los ayude y á mí me guarde.»
{Carta de Pedro de Merlanes al Dr, Diego de Morlanes,— Madrid 26 de Mar-
\ode ¡58 1. Biblioteca Nacional P. V,,fol. C. 32, N^ 5.)— A. P. y M.
8 Procesión de San Lorenzo en Madrid en 1787.
Madrid.— Señor editor.— Muy señor mío: hace algunos días que llegué á esta
corte con ánimo de no perder dftersión alguna de cuantas se me presentasen (como
sucede á todo forastero con dinero y sin negocios que le ocupen). Ayer, día de San
Lorenzo, me llevó un amigo á ver la procesión que se hace á este Santo. iVálgame
Dios, amigo mío, cuánta fué mi admiración! Lo primero que se presentó á mi vista
fué un campanario portátil rodeado de un enjambre de muchachos que de sus res-
pectivos cordeles tocaban un montón^e campanillas como para dar aviso. )Si vue-
sa merced viera qué algarabía, qué bulla! Yo más bien hubiera creído que eran
anuncios de una cencerrada quede una procesión. Pero no «s esto lo peor. Encima
del dicho armatoste hay un cáliz grande de madera como por cúpula: ya ve vuesa
merced qué oportunidad. Pues éste, señor editor mío de mi alma, era el objeto d«
la diversión de otro montón de chicuelos para quienes no había campanillas. {Cuán-
ta fué mi sorpresa al ver que todo el afán y entretenimiento de éstos estaba redu*
cido á tirar trapajos llenos de porquería y hediondez al cáliz! ¡Qué indevoción! {Qué
irreverencia! Uno tiraba un medio cuarto de calzón, otro una manga de chupa,
que, antes de llegar al suelo, recogía otro con el mismo fín; aquél un pedazo de ca-
misa asquerosa, éste una piedra... De éstas me tocó una por mi desgracia, y me
dio un beso un poco más abajo de la sien derecha (gracias por el agasajo). Pues no
fui yo solo el favorecido aquella tarde de las lágrimas de San Pedro. Entre ceja y
ceja llevaba un muchacho un chichón que pudo costarie caro, como á mí si me
favorece un poco más arriba.
Estoy aturdido, porque semejante modo de avisar que se acerca Dios, no había
llegado á mi noticia. Tampoco sé por otra parte á qué viene en semejantes funcio-
nes tanto ruido de tambores, timbales, trompas, pitos y nautas, que más parece
son á propósito para preceder á una mogiganga, á lo menos con tanto exceso. Por
de contado, aquellas clarinadas periódicas son, á mi modo de entender, la cosa más
ridicula, si bien la más parecida á la señal que se hace cuando sale el toro. Vea
Vm. si tiene algo que mandarme para mi pueblo, desde donde pienso reírme de mu-
chas cosas que he visto en la corte. B. L. M. &. j. R. C.
(Del Carreo de Madrid^ N.* 88, correspondiente al 32 Agosto .I787)»-*A. P, y ¡^
6a KEVISTÁ DE ARCHIVOS ■■
DO CUMEN TOS
I
LITERATURA ALJAMIADA
Biblioteca Nacional Gg. 75-4.944 fol. i r. '
2 (E)s maravilla que sigan así, qu'so me(smo) (fíz)yeron sus auelos con mu9a 3
^•^-mJI nJL. ^ que nnochas bezes lo ensayaron ^ á matar y matoron^ mochas pro-
fetas como Esáiya i Zacaríya i Yahya 7 y otros mochos hombres santos, y asi no
os marabilla que agora digan lo que dizen de nuestra ley: i dizen más. '
Que Hachar ^, madre de Ismaáil, fícho de Ibrahim, que no era su mocher de
Ibrahim, ante era su catiba, i que nenguna Chente ni encherena^ión 9 no obo
Annabí 10 sino ellos, porque yo quiero declarar que el linache de Ismaáil son <i
aquellos que obyeron la bendi^iyón de nuestro (fol. i v.) (sen)nor? »2 júC^Wa» slfl
i de buestro pa(dre) 2 Jbrahim |»!5UmJI íUÍl. ©%
Sepas que de aquí adelante declara el libro del sabidor 13 cómo fué nacido Is-
maáil, i dize en ell M Attauráti i^ q'es la ley biecha, que dizen los chodiyos que
aquella fué y no será tal; mas según tu leirás en el Alkorán, fallarás la berdatcuál
bale más ni cuál es más palabra santa. Dize en la lor i^ ley, en el sezzeno, así:
^ara »7 mocher de Abram, no pariya, y abla una mu^a «8 mi9riyya, quiere decir
aclip9iyana 19, la cual abiya lonbre 20 Hachar, i dixo Qara á su marido Abram.
1 Eflte manuscrito está incompleto por el principio y por el fin. Afortunadamente el cate-
drático de árabe de la Universidad Central, D. Miguel Asín, ha encontrado al final de otro ejem*
piar ó copia igual aljamiada perteneciente á D. Pablo Gil, unas hojas en árabe, cuya traducción
ofreceremos á nuestros lectores, gracias á la generosidad de dicho docto arabista, con la que te
suple lo perdido por el final del ms Gg. 75 de la Biblioteca Nacional, núm. 4.944, ya por pérdida
real, ya por falta del original de la copia.— 2 Cuanto en el texto no puede leerse lo suplimos
entre paréntesis.— 3 Moisés.— 4 Áaláihi eggalám sobre él la paz: haya respeto para él.— 5 Inun*
taron.— 6 Forma anticuada por mataron.— 7 Juan.— 8 Agar, sierva de Abraham, madre de Is-
mael.— 9 Generación. — 10 Profeta.— 11 Arabismo, concordancia de verbo plural con nombre co-
lectivo.— 12 Scnnor? Allah sobhánaho, señor Alá, loado sea. A Sennor falta media palabra.—
13 Más adelante diremos quién es este sabidor.— 14 La palatización de la / en II es frecuentisinu
en aljamia, y en Gg. 75 lo general.- 15 La Tora, la ley, el Pentateuco, los cinco libros de Moisés.
Cuando el alif I indica forma de palabra árabe ó hebrea, lo transcribiremos por á. Siempre
transcribiremos •* por u; j^ por o; ^ por ch; ^ por g; ^ por s, salvo en las formas Tcr*
bales como dijo, bajó, aparejó^ que transcribiremos por exis x: r^ por k: ¿} por y, á: dejan-
do sin trascripción el I que solamente se toma de él su vocal. También transcribiremos por f
el t%^ muy poco usado. La h representará las letras ^ y 9 y el signo <¿ el c : el acento no se
pinta en aljamia, lo suplimos.— 16 5u, sus^ posesivo provenzal, francés, italiano, etc.— 17 VjL^|
heb. ^"'IZT Génesis, cap. 16, v. i al 16, Bibl. hebraica. Falta el 10 precisamente, cosa rara, citán-
dose para refutar el judaismo, en el que está la profecía de la multiplicación infinita del pueblo
musulmán: el trashdo es parafrástico, sin apartarse mucho de lo liberal, dejando los versícu-
los 13, 14 y i5 acaso por su sentido demasiado enigmático.— 18 La vocal u o no está bien definida
en esta copia; por luna escribe indistintamente . .^«J luna, que .. J lona, y como ésta otras pala-
bras. — 19 Egipciaca, de Egipto. — 20 El cambio de n en / y r y viceversa es frecuentísimo en las
lenguas inddeuropéas 7 semíticas, obedeciendo á un fonema natural del órgano de la voz.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS *6l
Pues q'el Criador me biyeda de concebir (fol. 2 r.), entfa con mi mu^a y pro
bentoravhabremos d'ella ficho. Y obo Ibrahim el dicho de ^arah. Y lomó la su
9yerba Hachar almi^riyya i diyóla á su marido Abram que fuere su mocher.
Y esto fué después que Abram abiya poblado en la tierra de Canáan diyez años.
Y entró Abram con Hachar y enprcñóse d'él, i desde que bido q'era preñada
deshonró á su señora Qara, í desobedi^yóla.
Y querellóse Qara de aquello á su marido Abram y díxolc la su enchoria. Y
así entre mí y bos chodgará el criador. Yo bos di mi siyerba en buestro poder:
desde que se bido preñada desobede9Íyume.
Y díxole Abram:
Ha » aquí (fol. 2 v.) buestra siyerba en buestro poder, faze d'ella lo que querrés.
Y luego denostó Qarah y ferióla. Y salliyó Hachar foyendo delan d' ella, -y
• encontróla ell anchel del criyador sobre la fuen dell aua, en el mon, en el camino
de xaor, i díxole (á) Hachar. ^'De do biyenes y á do bas?
Díxole (Agar al Ángel):
Bo foyendo de mi señora Qara.
Y díxole ell anchel del criyador:
— Bete á tu señor y omíllatele.
Y después díxole:
— Del criyador to eres preñada y parras on ficho y clamarlo has Igmaáit, q'el
criador sopo to omiyamiyento, y será este ficho limenta 2 de las Chentes, y sos
manos sobre todos, y á todos sos manos, y conquirrá sobre las fitas de sus her-
manos. Así q'ella tornóse, i pariyó á Ibrahim un filio, y púsole por lonbre I^maáil.
t>\zt en el de^eseteno 3 de la ley que mandó el criador á Abram que se 9erco9Í-
yese él y so filio I^maáil, y esto cuando Abram abiya nobanta i nueb años: ^erco-
9Íyó todos los de so casa, y díxole el criador: to lonbere no será Abram 4, ni á to
mocher nol dirán Qadáai, to nombere será Abram i to mocher Qarah, y. esto
porque serás padre de mochos pueblos y á to mocher bendezirla e i darte d'ella
ficho i bendezirlo e i será padre de mochos pueblos, i los reyes de aquellos (fo-
lio 3 V.) de sos lomos salrrán.
Ibrahim se lan^ó de cara en la tiyerra ridiyendo 5 y dixo:
A honbre de 9iyen años na^rá ficho, y (^arah parirá, i ya es de nobanta años?...
Y díxole Ibrahim: Señor, biyen biyese l9maáil delandet ^.
Dixo el criyador:
Y en I^maáil tanbiyen t'e oido, yo lo bendiziré y lo monteplicaré y lo creceré
' mocho i mi testamento afirmarlo e con Inhale, el que te parra ^arah en seme-
^ chante tiyenpo como este.
I los chodygos dizen y allegan qu'ellos son erederos de la tiyerra, porque dixo
Allah «mi testamento afirmaré con Í9hak», i que Qara era mocher, que no Hachean
porqu'era so serbiyenta.
La re (fol. 4 r.) spuesta es:
Que les digan que si es en el libro de la so ley ó no. * ^
1 L^ Ad, he.— 2 Ejemplo, fama, nombre, modelo..— 3 Génesis, cap. 17: involucrados y mal tra-
ducidos sus yersículos. La letra cursiva indica que el códice está escrito con letras majpres*
más dil doble que lo restante del texto.— 4 Abram signifíca en hebteo padre excelso, y Abri^ham
padre de multitud. — 5 Riyendo. — Vers. 18 hebr. dice: Sin embargo, dijo Abraham á;Pios: o^lá
Ismael viva del ante de ti (esto es, en tu divina presencia, según tus .mandatoi,, lentído que
achira lo aljamiado: Señor, ojalá viviese Ismail delant de tí). V .u; '
f)2 REVISTA DE ARCHIVOS
Ellos por fuerza les será de alorgar:
Asi que les dirán: biyen sabedes komo bendixo el criyadur i á I^rnaáil, y es
cusa 3 sopida y (iyerta que bale más la bendi^ iyón e santedat i linpiyeza i cre9i-
miyento e monteplicamiyento, y es mesmo con l9maáil así como con I^hak do
dize que dixo el criyadur á Ibrahim que afírma so testamento con él i con so lina-
che después del testamento dorable, i seriya sennor d*él i de so simiyent. I después
dixole á ¡(maáil (fol. 4 v.):
«Bendezirlo e i faré d*él gran chcnt» que... 3 p/ simiyent es eso mesmo i firmó
el criyador so testamento con Nuh 4 i sos fíchos cuando salliron d>ll arca, i con
las alimannas de la tiyerra, i las bestias i las abes del (iyelo, asi como añrmó con
l^ak; i después bosotros fuestes aquellos que descreyentes en el criyador i mates*
tes sos pmk/im i fiícstts un rebeles que abedes perdido todo el biyen qu'el criya-
dur bos abiya dado, lo q*el línache de Igmaáil no fiztjFcmi desde qu'el criyador les
enbiyó so annabiy f%^j íSv^ '^a-' ^5^ ^X»^^^ ^. Aqui parece que bale más la ben-
di^iyón (fol. 5 r.) q*el testamento ni la promisiyón. Y el testamento i la promisiyón
fueron con condi^iyón que si quisiyéredes i creyéredes en Dios estranno bernfyan
sobre bosotros las maldiciyones q'eran escriptas en el ginqueno ^ libro de la ley. Y
en la bendi^iyón no obo en ella nengona condiciyón. Eso mesmo dizen q>llos
eredarán la tiyerra cuando berma el Masías q*ellos esperan como á ellos solos
diyó Allah la bendi^iyón de I^hak y es casa que desmienten la so ley.
La repuesta es que les digan:
Sabed coma dixo ní L>^a^ sXj] 7 á Ibrahim en el Ocheno 8 seder del libro primero
de la ley\' «Después que se abiya apartado de Lut so sobirano9 del lugar do esta-
ba> «abaxa to bista i para miy entres del logar do iredes á man derecha y á man
e^querda y á dó salle el Sol y á do se pone» toda la tiyerra que biyeres á to la daré
y á to linache depués de to pora sienpre, i faré to semiyent i crecerá como la tiye-
rra i si podrás contar la tiyerra que es contar s*a to simiyent, i depués dixo: «Baní
l^rail, poblad en la tiyerra de Canáan, y esta es la tiyerra de promisiyón, i man-
dóles que 00 la pasasen, i posóles sennales i diyóles aquella tiyerra apartada, pues
^cómo puedes decir q'ellos son erederos (fol. 6 r.) de la tiyerra?
I parando miyentres en lo que Alláh sobhánoho dixo á Ibrahim que áél daríya
aquella tiyerra q'el bido del solano i dell ábrego i de la man derecha i de la man
e^quiyerda y á so simiyent.
Aquí parege que no disiya por los chodiyos solos, que otra simiyen y 10 obo sino
ellos, pues como dizen q*ellas eredarán la tiyerra, esto es conuerto q'eilos dan á
nos, i otros que asaiya annabiy alclamaban los cristíyanos Isaíyas, dixo: matar
t*a el criyador ya " Israel i llamará á sos siyerbos otro lonbre, y esto cuando ellos
desconociyeron el criyador.
^Cómo pueden dezir q'eilos serán erederos de la tiyerra santa q'el criyador les
abiya dado?
Ya faze afirmar esto lo que dixo Asaiya profeta d'Alláh: «Yo porné en las
montannas caminos y grandes riyos pora apartar mí chent descochidas, mas Ya-
I Cfiadur con Yocal m, varias ycccíi, como mu^a por moza indican que la 11, o se confundían
en la pronunciación y en lo escrito.— 2 Cusa por cosa.— 3 Ilegible —4 Noé.— 5 Mohámmad gala
Allá ho dldihi núggaléma, Mahoma bendígale Dios y salve.— 6 Génesis, cap. V, vertículoa i 48.—
7 Attáh fobhánoho. Dios, gloria i él. 8 Génesis, cap. XII, vera. 5.® y cap. XIII, Tert. 9.-^ Lot,
tu fobrino.— 10 Aquí.— 11 Ya, ob.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS- 63
kub no obeckciyó ni I^raycl no oyó. Mas ^demandadles cual cheulc será esta des-
kochída?
Pues no es sino ios mo^limes ñchos de I^maáil.
I dixo Áamug annabiy ^.
Por tres pecados que farás, casa de I^rail, te perdonaré, mas el cuarto pecado
nonca abrá perdún.
Demandadles cuál es el cuarto pecado que por él son el galut 2 q'es catiberiyo,
del cual nonca abrán perdún (fol. 7 r.)» no porq*el criyadur no los perdonariya;
mas ellos no farán las obras q'ellos no abrán perdún fasta que creyan en lo q'el
annabíy 0^^ ^^y^ ^AjI J^c sX^^^a 3 dixo, i que creyan que fué annabiy i mesache-
ro'4del criyadur, eso mesmo an á creyer en Áysa ^ ibno Maryam q'era aiuufaijF »me>
sachero del criyadur, del cual dizen mochas cosas^ i bo sott bmiwiiiai?, de fa cual
cosa ellos seriyan antes muertos qne no creyeríyan en ellos, y esto da antender
q*ellosiM^»BÍncrBcteras de la tiyerra, así como no son, que biyen saben que a oy
iHll F trezíyentos o cuatroziyentos annos (fol. 7 v.) que son en el catiberiyo^i son
ñiera de la tiyerra Santa; la cual tiyerra es agora en poder de los mo9l¡mes, que la
conquereyeron i la obiyeron de los crístiyanos, i conpiiyose lo que dixo Allah
sobhánoho 7 á Ibrahim de la bendi^iyón de I^maáil, y acabóse y atemóse^ lo que
obo prometido á I^hak cuando ellos adoraban á diyoses estrannos, conpiiyose lo
que Múf a ^'%mJi aulc ^ les dixo en el cinqueno libro de la ley
Tornemos ad aclarar y ad oprobar.
I probar el fecho de Hachar madre de I^maáil que la so onra i bondad no obo
nei^ona menna ni def al limen t(o) (rap.) por ella seyer siyerba acatiba (fol. 8 r.) de
Ibrahim (•^U^JI ^Jlc. 9, i sino demandadles declara^iyón de la palabra que dixo Qara
á Ibrahim |*^ldMjt w& 9 i como dixo que Qara diyó por mocher á so marido Ibrahhn
á so siyerba Hachar.
Ellos se rebolberán i dirán: no puede ona mocher á otra casar; tan poco no fué
aquel casamiyento con berache.
Y aquesta es razón ñaca, y ellos saben moy biyen que Qara mesma por sí se
casó coií Ibrahim sin nengona barache, i más que saben moy biyen que RahlU,
moller de Yakúb, dixo á Yakúb: «entra con mi siyerba Bilha.» " I dixo tambiyén:
«Leyal 19 mocher de Yakúb entra con mi siyerba (fol. 8 v.) Zolfaj^ I no dize que se
Casase con ella: pues qué razones an ellos que digan de Hachar no era mocher de
Ibrahim, pues q*el criyadur dize en la ley que Qara che le diyó ¡que fuese so mo-
cher.^ I pueden biyen saber y entender que los annabíes no obiyeron menua nen-
gona por seyer catibos ó serbidores de otras presonas, que biyen saben Yusof
l*tÍMLít ftlic. 9 fué catibo cuando sos crmanos lo bendiyeron al mercadero del rey
r El prolbta Aiiiós.~2 n^ S^ g^lut^ hebreo-caldeo, cautiTcrio.^3 Véase la nota 6 de la página
anterior.— 4 Mensajero, apóstol.— 5 Jesús« hijo de María.— 6 Puede servir esta cita para deter-
minar lá fecha en que se escribió este códice.— 7 Alabado sea.— 8 Cumplióse.— 9 Áldihi tssñtám
sobre 61 la paz.— 10 Nalhámdo lilláhi rúbtin-aldaiamina^ con loor á Dios, Señor de los mua-
dos.— ti Génesis, cap. XXX, vers. 3.— 12 Génesis, cap. XXX, vers. 9 dice HmS íéa (Lia); nsSl
•2l>a, Riendo rara la o de zolfa.
64 REVISTA DE ARCHIVOS
Aclipgiyanc, el cual era de linache de Igmaáil. Depués aquel lo bendiyó en Mi9ra,
quiere dir en achipto á el percorador del rey; mas por eso no obo nengona menua
en so caliberiyo q'ellos (fol. 9 r.) dizen de Hachar. Biyen saben como fué ó quien
era su padre, q'ella no fué conprada por dineros, ante era ñchsi.del Rey de Achip-
to. I fué la razón porq'ella fué en-poder de Ibrahim, que cuando fué Ibrahím que
iba con so mocher (Jara á Mi^ra encontróse con conpanna de la corle del rey i ti-
roronchela i i traxíyéronla al rey; i cuando eran 9erca de Migra dixo Ibrahim
^*%^I\ sAc 3 á so mocher Qara: «Yo se que lo eres mocher fermosa, de fermosa
bista, i e miyedo que te berán los achip^iyanos i dirán: «so mocher es esta». I ma-
tar m'an á mí, ¡ dexarán á tí. Díles si te demandaran por mí, que eres mi ermana;
porque me fagan biyen por ti i bibrá la mi alma (fol. 9 v.) por tí.»
(Continuarán) Por la copia.
Doctor Meneü. ,
II
LOS ALUMBRADOS DE EXTREMADURA EN EL SIGLO XVI
Memorial en que se trata de las cosas que me an pasado con los
ALUMBRADOS D'EsTREMADURA, DESDEL A^fO DE SETENTA HASTA EL FIN
DESTE a5?o DE SETENTA Y giNco, [pof Ff. Alonso dc la Fuente].
CONTINUACIÓN 3
IV
Preguntando á este testigo qué le mandaua su maestro hazer 6 qué precetós le
enseñaua dixo, que le encomendaua se pusiese en la contemplación y que allí se
presentase á Dios diziendo estas palabras: Señor, aquí estoi, Señor, aquí me tenéis;
y que no rezase ni dixere otra palabra, ni vsase de otra oración; y preguntada acer-
ca de los affetos y suceso de aquella oración, dixo que en diziendo aquellas pala-
bras solas, sentía sobre sí tan gran opresión de malos pensamientos, de suzias con-
sideraciones, de carnales mouimientos, de con^elos ynfieles, de eregías, blasfemias
contra Dios, contra los sanios, contra la lynpieza de la madre de Dios, contra toda
nuestra santa fé, que de sola aquella tormenta y vexación que padezía andaua
muerta, consumida, loca e sin juizio y sin íigyra de mujer, y todo lo lleuaua en
paciencia porque su maestro le dezía y sinihcaua que todo aquello era señal de
perfeción y el camino cierto por donde se alcanzaua. No tuve necesidad de mas
yoforma^ión para asegurar el ánimo de que en la dicha dotrina avía demonio y
pacto 9on. Satanás, y. juntamente sentí en el entendimiento vna ylustración tan po-
derosa de los misterios. d?sta secta y de las maldades que en ella se en^errauan, que
apenas lo podré bien sinificar; parecíame que vesiblemente vía á los demonios en
los dichos efectos, y que los avclores eran a9ote cruel de la santa madre Yglesia, y
que todos los maestros desta maldad eran ministros del Antechristo^ y boluiéndo-
me á la orden de los Teatinos, entendiendo dellos que comunicauan en esta
seci^, me dezía e\ espíritu con grande Riguridad que la Sede Apostólica .los aüia de
condenar por edicto público, avnque por entonces no me descubría la iunbre que
I Y sardronla.-~¿ Véase nota 9 de la página anterior.
3 Véase el número de Agosto-Septiembre de 1903; pags. 203 á 2o6« '•'. I
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 6&
Los Teatinos de relisión eran desta nueua secta^ mas de aquella condicional; que si.
lo eran, como yo presumía, la Sede Apostólica avia de condenarlos; esta fué la cau-
sa que .en el discurso de mi predicación fué sienpre buscando e ynquiriendo si era.
uerda4era aquella condicional^ y si era toda vna doctrina la de los alunbrados e ia
de los Teatinos que biuen en cjausura; y quiso Dios que buscando esta uerdad
hallé Jo que no quisiera, como adelante se dirá en el discurso de la y.storia.
Aviendo recibido esta nueua lunbre, y deseando resistir á las maldades y erro-
res que en esta doctrina se en<;erravan, comencé á pedricar contra ella y pública-
mente di bozes adbertiendo á la gente se guardasen de los avtores desta nouedady
e boluiendome contra algunos VÍ9Í0S de los alunbrados rreprehendía juntamente la
uida y doctrina, en lo qual uve tantas opiniones del pueblo que sería largo contar;
vnos dezfan, bien dize Frai Alonso; otros dezían, demonio tiene; otros andauan
perplexos y no osauan condenar al Teatino Gaspar Sánchez, porque tenía ganada
muy grande opinión y en sus obras esteriores no parecía cosa mala, sino con fé,
dones y comuniones e pedricaciones y hablar siempre de Dios desde la mañana
hasta la noche. En este tiempo cunplióseme la licencia que tenía de mi perlado y
boluime á Badaxoz i mi conuento, y luego que llegué me encomendaron ciertos
sermones de la octaua del Sacramento, en los quales comencé á descubrir los mis-
terios de la secta de los alumbrados, de que ya tenía mediana noticia, especialmen-
te a^erca^de las comuniones y sentimientos de algunas alunbradas; dixe cosas muy
particulares, de lo qual gustó mucho el prouisor y cabildo y todo el pueblo, avn-
que los alunbrados se alteraron mucho, y deseando ataxar mi atreuimiento me fuer
ron á hablar muy blandamente, diziendo que moderase el estilo e que en aquella
ciudad no auía las cosas que yo pedricaua, queslaua mal jnformado; y juntamen-
te las alunbradas se fueron á quexar á cieno pedricador, para que en el mesmo lu-
gar que yo las afrenté las desagrauiase y voluiese por su onor, la qual diligencia
les aprouechó para que otro día, en el mesmo lugar, vn pMre rreligioso de la orden
de la Trinidad dixo tales cosas que todo el pueblo boluía por los alunbrados y
rreprehendía lo que yo en mis sermones avía dicho; y llegando á mi noticia fui yo
á visitar á este padre predicador y le di noticia de las rra^ones y motivo que tuve
para predicar contra los alunbrados, y trauando amistad con él le rogué que no me
estoruase en esto singular, e ansí me lo prometió, quedando satisfecho de que mis
sermones eran necesarios en tal coyuntura; y luego acudí á San Francisco y ha-
blando con el pedricador de aquel convento, que era persona graue y de grande
opinión, le comuniqué las cosas de la dicha doctrina y le pedí me ayudase contra
aquel nueuo monstro, y ansí lo hizo, y en pública pedricación autorizó lo que yo
avía pedricado y dixo que yo avía hablado como profeta, y que se tuviese en mu-
cho mi pedricación. _
VI
En este tiempo mi perlado me enbió á pedricar á Talaueruela, questá tres le-
guas de Badaxoz, en donde hallé vna manada de alunbradas y un grande alunbra-
dp que se llama Tojal, priuado por entonces de confesar porque el prouisor Pica-
do, que oy gouierna en Badaxoz, auía hecho ynformaciones contra muchos alun-
brados que eran hechura de don Joan de Ribera, patriarca de Valencia,, y los auía
(;asiigado^ y ansí andauan de capa cay da j^ maltratados del prouisor. fin este viaje
3.* áPOCA.— -TOMO Z. 5
66 REVISTA DE ARCHIVOS
de Talaucruela descubrí algunos ritos nueuos de doctrina, grande ociosidad en las
alunbradas contenplatiuas, y que muchas de ellas cesauan totalmente de las obras
corporales y se estauan todo el día en su contcnplación y á la noche pedían por
amor de Dios para sustentar los cuerpos; particularmente descubrí vn error, que
según me dixeron se marcaua entre algunas desta doctrina, y era que los pecados
veniales bastauan para que vn alma se condenase; y auiendo pedricado contra este
error vino á mi vn alunbrado y casi reprehendiéndome lo que auía pedricado que-
ría sustentar el dicho error, siendo onbre ydiocta y de poco saber, e yo me boluí
contra él y le amenazé con el Santo Oficio y le hize callar; y deseando ynformar*
me de las cosas de aquel pueblo supe algunas maldades y obras desonestas, y que
\n alunbrada de la dicha seta estaua rre^ien parida, y según la boz del pueblo, de
aquel grande alunbrado, avnquel se purgaua de aquel delito y dezía que era falso
testimonio que le leuantauan; con esta ynforma9ión me bine á Badaxoz y buscando
ocasión para boluerá mi pueblo, que es la Fuente del Maestre, donde auía descu-
bierto esta visión y avía notable rrastro desta eregía, tomando la bendición de mi
perlado vine á la Fuente del Maestre y luego pedí el pulpito para pedricar; día de
San Bernabé, que fué en el año de setenta y vno, pedrique el evangelio de San íAsl^
IQO que dize itipiam gentiumneabieritis, y tocando en el tema de los Tealinos
rrepresenté al pueblo quán mala e sospechosa era esta doctrina y que me parecía
camino derecho de grandes eregías; encomendé al pueblo la doctrina llana de la
Yglesia, los rrictos sanctos y antiguos, rrecibidos y vsados en la Yglesia Católica»
condenando las nucuas seremonias ynuentadas por onbres, de las quale^ sienpre
solían salir rruynes efectos e malos fmes, y acabado el sermón yo me salí del tenplo
y sucedió vna cosa de las notables e rraras que se an visto en el mundo, como pa-
re9e por lo que se dize en el capitulo siguiente.
VII
Entre las alunbrada? que auia en La Fuente del Maestre, vna deilas principal
se celebraua por muger santísima y muy sabia en los misterios desta secta, segua
se trataua entre la gente desta dotrina; era muger mo^a donzella y hija de un po-
bre onbre ortolano; llamauase Mari Sánchez y avia llegado á tanta perfe9Íoh que
comulgaba todos los días, y esto por necesidad espiritual estrema, porque tenia
tanta hanbre del Sacramento quel dia que no se lo dauan caya enferma eo cama y
daua mil gemidos y pade9ia crueles tormentos, y hazia como una muger mordida
de rrauia, tanto que ponía admirazion no solamente á la gente sinple, pero á on-
bres sabios é rreligiosos ponia en confu9Íon, no sabiendo á que espíritu se deuian
atribuir aquellos efectos, porque en esta secta se tenia por opinión que todos aque-
llos efectos procedían de amor de Dios, y ella propia dezia que no era mas en su
mano, á causa de la hanbre que tenia del Señor, como adelante se tocará mas lar-
gamente. Aviendo, pues, yo pedricado, como tengo dicho, esta muger se halló pre-
sente al sermón, y según pareció para el efecto que hizo venia sobre hecho muy
pensado, y para el mesmo fin traya una cruz debaxo del manto, y luego que yo
me baxé del pulpito se leuantó disimuladamente de su lugar y llegándose á el lu-
gar de la pedricazion arremetió de golpe y fue corriendo por la escalera del pulpito
y en un instante se puso en lo alto; en lo qual se viJo una obra evidente de Sata-
nás, que siendo el escalera del pulpito asperísima y que tenia quebrado un escalón
muy alta, la subió con tanta belosidad y lígeresa como si fuera un gato, y fue
cosa certlssima qu« de tres mil animas que avia en el templo, ninguno pudo caten-
MILIOTEGAC Y MUSEOS 67
der como subiese á lo alio tan ligeramente sinD fue ayudándole el demonio, como
tn efecto la fauoreció y puso en el mismo lugar donde yo auia pedricado; y que-
riendo mostrar la cruz que llcuaua para la dicha ynvencion, Icuantó el bra^o y
mostrj un palo mondo, porque el bra90 de la cruz se auia caydo, ó permitiéndolo
Dios se auia quebrado por or^en del demonio, que jamás hizo buena compañiá
con la cruz; ansimesmo puesta en lo alto dio un poderoso grito, diziendo: /Dios
de mi almaf; y boiuiendose contra mí, me Uamaua que viniese á disputarme con
ella^ y dezia: ¡venid acá, bachillcrejo!; sinifícando al pueblo que me quería con-
ven9er boluiendo por su dotrína; y quiríendo proceder adelante con su desatino,
no le dieron lugar, porque luego la Justicia arremetió contra ella para derribarla
de lo altOy y ella se defendía asida á las verxas del pulpito, y estuvo tan fuerte y
poderosa para rresisiir á la Justicia, que fue necesario, según entendí, que la asie-
sen de partes vergonzosas para hazeria baxar, y desta manera se dexó venzer, y
luego la baxaron muy dcsonestamente, descubiertas sus carnes y las piernas arri-
ba, y la cabera abaxo, con grande ynominia de su persona; y el Vicario del pueblo
la hizo prender, y tomándole la confísion no quiso jurar, ni quería obedecer, ni
rrecono^ia perlado, diziendo que á solo Dios se deuia la obeden^ia, y otros muchos
errores que adelante se dirán. El Vicario hizo sus diligencias y la enbió' presa al
Prior de la provincia, para que le diese el castigo condigno de sus culpas.
(Continuará.) Por la copia.
AlíGUEL MlR.
III
FARSA SACRAMENTAL
COMPUESTA EN EL ANO i32i «
Ihs. Farsa conpuesla para se representar el dia de Corpus Christi en presencia
del Santissimo Sacrafpenío, en cuyo loor se conpuso. En la qual se introducen tres
pastores, el primero de los quales, que Pelayo se llaman entra espantado de ver el
grande regoí^ijo que en tal dia se ha\e, y hablando entre si viene Pascual admira»
do de las cosas que a visto, de las quales cuenta á Pelayo remittiéndose á Justino, que
luego entra, que en la materia no se atreuiendo, dexa la mano á la Fe, que en la
plática sobreviene, la quat satiüf asciendo á lo que cada qual de los tres preguntar
quiere, induciéndolos á la veneración y culto del Santissimo Sacramento, en que
concluyen con vn villancico no disimile á la materia fenece. Como más latamente
en el progresso de la materia mirando con atengión cada vno ver podrá.
Opvs primo flagitanti.
Quod tangere perhorrescerem, quod attentare non auderem R. C. tuus iussus
benivolaque exhortatio libentcr amplecti voluntaríeque accipere me compulít. Per-
grande quidem opus iuvcni presertim Liiterarum Sacrarum ludum necdum exper-
1 'Ms. de la primera mitad del siglo zvt; i5 hojas en 4.® Bibl. Nac, núm. 17.915. Perteoeció al
Sf. dayangos. Del prólogo latino se deduce que el joven autor de la Farsa no puede ser con-
foadido con Hernáa López de Yanguas, quien nacido hacia el año 1470, contaría en el de iSax
:páa de cincuenta.
Ó8
REVISTA DE ARCHIVOS
to, de Sacralissimo Eucharistiae Sacramento aliqúid el melrice loqui vel componere
audere. Quod non ¡mmerito provecium qucmlibet terrjreí haud dubie. Ego tamen
ipse quem luis preceplis parere oportuit» benéficiis quibus me devinctum habes
pietate aliqua responderé cupiens quodvis operis maiestaie convenientius alio per-
tferritus quam quidem indoclior, lempus sese mihi offerri ad hocagendum peropta-
bam;. precepisii eienim ut sine studii preiudicio onus injunctum pérferrem. Quae
secus adimplere non valens vacaiionum dies coactus sum ex pectore cum scholas-
¡c¡ ul¡ nosli solentocio vacare. Quibus advenientibus elsi materia sublimitas nos-
trique ingenii imbecillitas desistere admonebant, humanilas tamen tua alque .pri-
mum quando me astrinxisti jmperium aggredi cogebanl, sciens me praierea labo-
rem meum ^i quis est in archam Domini oblatum iré, ubi obulus eiiam vetulae a
queque pauxillum non despicitur; ejus auxilio frelus ac ope suffullus qui brutorum
etiam faucibus humanam vocem promere, nec non muti hominis manibus cala-
mum regere dedil, opus pradicium aggredi airamento non parcereduxi. Altaequi-
dem el profunda materia est, non tamen a facúltate quam auspicaii sumus aliena.
Sed non noslrum est nec operi simili congruens ejus profundilatem inquirere,
nam non ea vis animo, sed solum modo aliquid id mentis pietatem el devotionem
excitandam erigendamque afferre, et id dumtaxal quod sinclorum priorum aucto-
rítale comprobar! po$se credimus^ Quamobrem carpendi non erimus si non ludiera
et pastonbus digna fabulisque plena miscuerimus, quae omissimus consulto, tum
propier maleriae excellenliam, tum et quia arbusia humilesque myricas non omnes
juvare cognoscimus. Accipe g.°, humanissime vir, benevoleniia quam negare soli-
tus es nemini, partem vigijiarum nosirarum, quam si dignam inveneris,lua fulcitam
auctorilate el munitam proieclione, in publicum exire permitías, auctoremque
ejus luo deditum obsequio oblivione ne iraddas ©ro. Vale, Nonas Octobres iSai.
Entra Pelato y di^e:
^Qué fiesta es aquesta. Dios prazc sagrado,
que tal prazentorio se haze en la villa?;
de fícsta la gente está á maravilla,
y tal rCgozijo que yo estoy asmado;
á fe que venia yo bien descuydado,
y avn que si la fícsta yo barruntara
ttn hüerte y chapado yo me chapara
qual otro en el corro no ay tan chapado.
Si alguno mal vestido acá veensallir . . •.
luego se paran ea villa á mofar;
p\ies ¡par Dios! que yo pudiera sacar,
sabiendo la fíesta, rebien de vestir;
pudiera con sayo y mu^a venir,
jubón de branqueta, collar collorado,
cinto con borlas, cayado llabrado;
que en ello no uviera á fe que pedir.
^Quien es el que asoma? ¡Ha! digo, Pascual.
Pascual.
Ya vengo.
Pelayo.
Bien veagas, garlón repolido;
di, di, ¿cómo vienes de Pascua vestido.-*;
¿ay algo*de nuevo?, di, dilo, zagal.
Pascual.
Dios te guarde, Pelayo, y libre de mal;
ay tanto que juro que no se que ses;
millagros he visto que te espantarles,
que nunca pastor quero que vio tal.
• Declara que vio.
He vido moBtones venir rebotando
de angeles tantos que es vn espanto,
la música y bozcs y acuerdo d.^ canto
que era vna groria de estar escuchando
tantum Sacramentum muv huérte cantando
acá en el lugar, que oviéras prázer, -•
y mil latinorrios que no.se entender; • w:
y venjgo acá á vello, qual ves, muy trotaAdo
• Prosigue. , - . ...4
Mas no puede ser, según que yo siento, ■ •. ,
so qual que grand fíesta se haze en el suelo,
pues que los ángeles baxan del cielo
y acá con canticios festejan áin cuento,
y si percatamos acá con buen tiento
no ay ombrc que muestre que no esté gozoso,
ni cosa veras que en su grand reposo
no muestre que el mundo está asaz contento.
Pelayo.
¡O!, valasme Dios, Pascual, ¿qué será?,
que ahotas que yo que nol tomo tino.
Pascual.
Agora, Pelayo, vendrá acá Justino
y si él lo supiereJo percontará^ .
que á mas mas correr viene para acá. . .
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
69
Pelato.
^Adonde lo Tiste?
Pascual.
Junto al collado.
Pelayo.
Pues chápale grita que acuda priado,
quilas que se cuela y no nos verá.
Prosigue.
¿No ves, di, qual viene, no miras Pascual
mi madre garrida, y quan recbapado?
Pascual.
Vengas buen ora garlón repicado.
Pelato.
{Qual vienes, Justino, de pontifícal!
Justino.
Que os guarde, pastores, el rey celestial.
¿Por qué estás de cutio, Pclayo, di hermano?
Pelayo.
Mas tu donde vas, me di, tan vfano.
Justino.
La fiesta al poblado, á baylar, que no á al.
Pelayo.
¿Qué fiesta es aquesta de tanto prazer
de tanto gasajo y tanta alegría,
que vienes acá con tal agonía
y dezas á solas tu hato pascer?
Justino.
¿Y quien que oy le ose ningún mal hazer?
¿Y no aves vosotros acá nada visto?
Sabe, pues, que es fiesta del Cuerpo de Christo,
de quien todo el bien nos suele na^er.
Pelato.
Yo bien iuraré por Sancto Llórente,
si e bien, Justino, echadole ell ojo,
que no está tal sancto en mi martillojo.
Pascual.
Quizas que, Pelayo, que es fiesta aoviente.
Justino.
\ fe, pues, que es fiesta do toda la gente
con grand gasajado se deue alegrar;
fiesta en que todos se deuen gozar,
y regozijalla de muy buena miente.
Pregunta.
Si acá, dezí, honrramos, y avo ay grand razón
las fiestas de muchos que están en la groria,
de quien es razón tener mas memoria
que del que nos tiene so su protecion
y muerte sufrió y cruda passion
sin nada deuernos, por nos redemir,
por solo llenarnos consigo á biuir
allá á su morada de grand perhe^ion.
Pascual.
Y como es oy fiesta de Nuestro Señor,
ahotas que yo bien lo pensaua
desde que vide de allá donde esuua
allá cara el cielo tan grand rresplandor,
sonauan á contras á tipre y tenor
canciones, Justino, de grand marauílla
y estonces tomé y vinme á la villa
á ver que era cosa de tanto primor.
Justino.
Y avn yo donde estaua guardando mi hato
mil cosas veya que te espantarías;
cantares oya y mili armonías,
tanto que atónito e«toue vn grand ratp
y por somo villa quando no me cato
j hete do canta á tanto garlón
que estaua eleuado oyendo su son
y mil cosas otras que no las percato.
Prosigue.
Tornauame luego el campo á mirar
y todo lo vja muy lleno de olores
de rosas, ^ucenas, claveles y ñores
que en forma era cosa de maravillar; .
victas las aves gozosas estar
muy lindas, hermosas, de muchas colores,
calandres, tínicos, allí ruyseñores,
que nunca cessavan muy dul^e cantar.
¡O! quanto gasajo que dentro sentía
de ver el prazer que el mundo mostraua;
muy fuera de my de gozo me estaua,
quasi sin seso en ver lo que vía,
hasta que vide á mi que venia
bolaodo vn garlón, diziendo: Justino,
esta es la fiesta que el Verbo Divino
en el Sacramento se da en este día.
Y pues los mortales de mil affli^iones
y rezios peligros por él os libráis,
oy en su presencia bien es le otfrezcáis
la vida y el alma y los corazones;
razón es que oy todos con dulces canciones
festejen el día tan grande y tan alto,
y aquesto al lugar te parte en vn salto
por el que te quiera complir de sus dones.
Y ansina lo hize que no me engorré,
mas de vestirme y darme aguijar.
Pascual.
A fe que esa nueva que es para espaantar.
Pelayo.
Y di, ¿preguntaste la causa que fue?
Justino.
De aqueso, Pelayo, palabra no se,
mas Dios quien lo diga vos deparará,
que acá vene ya quien bien lo sabrá.
Pascual.
¿Y quien que lo alcance?
Justino.
¿Quien?; sola la Fe.
Pascual.
Pues hétela viene muy rica vestida
cercada de ñores, muy fresca y galana.
Pelato.
¡O! cuerpo y qual viene tan linda y llo9ana;
¿no miras, Justino, quan bella y garrida?
70
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Justino.
¿Que digo, Señora?; que Men sea venida. ^
[Fk.
Vosotros, pastores, estéis eo buen ora.
Pelayo.
Apuestos que sabe ya la sefiora
que es oy Cuerpos Christe según vien polida.
Fe.
Si sé, pastores.
Pascua^.
En buen ora sea;
sacarnos a, paes, de lo que dudamos,
pues todo lo sabe que á ella esperamos.
Justino.
Maldita la cosa que no sepa y vea;
penetra las cosas con vista lyn^ea
que Grecia no supo, ni Roma entendió,
y aquellos secretos que vio y conoció
demuestra á las gentes de toda rralca. ^
Fe.
Huelgo yo, hermanos, que estéis prcuenidos,
y que conozcáis la grand fiesta que es,
porque aquí todos dezir no cesseis
los grandes loores de Dios tan cres^idos.
}0! quanto deuemos de oy mas ios nas^idos
gastar en loores del Verbo encarnado,
pues quiso por modo ansi sublimado
dexarnos á todos tan fauores^idos.
Pelayo.
Mas antes, señora, acá no alcanzamos
par diez, so saber que es fiesta tolén,
porque por merced decidnos el bien
qual es y quan grande del qual oy gozamos
para que oy todos aquí como estamos
con grand devoción á Dios alabemos,
y pues que sin cuento tantol deuemos
en algo de mucho loalle podamos.
Fe.
jQué lengua adornada de tanU eloquen^ia,
qué seso que pueda tan alto bolar,
que pueda exponer, ni sepa explicar
vn tal beneficio de tanta eminencia,
qual oy nos lo dio la inmensa clemencia
de Dios humanado con sobra de amor,
al ticnp» que quiso so ageno color
dcxar su sustan<;ia en nuestra presencia?
Exclama.
¡01 amor sin medida, ¡o! bien encunbrado,
¡o! suma señal de amor entrañable;
no ay quien conprehenda, ni ay lengua que
el don excelente que Dios nos a dado; [hable
ni tiene, ni tovo nación, ni á passado,
que tenga sus dioses ansi tan cercanos
según que tenemos nos los cristianos
aquel Verbo eterno del Padre engendrado.
Declara,
Aquesta es la fiesta de Dios verdadero,
tiquéate es, hcrmanoe, la que fef tejamos,
aquesta es la fiesta que oy rcgozijamos
con gozo y descanso, plazcr muy entero,
de cómo no cura por otro tercero
nuestra grand hanbrc querer mitigar,
mas él se nos da por dur^e manjar
so especia de pan estando Dios vero.
Pascual.
Dichosa la gente que tal acanto
qual nunca fué oydo, ni menos fué visto,
quel den por manjar el Cue(r]po de Cristo,
aquel que del senp del Padre sellió
y allá se quedando acá se vistió
Dios permanesfiendo, nuestra humanidad;
o! dul^e dulzura, ¡6! grand suavidad
de quien tal manjar acá nos dexó.
Pelayo.
¡O! larga largueza de Dios soberano,
adonde el dador se viene en el doo,
y el don y el dador lo mismo se son
por modo que excede el juizio humano;
¡oí cibo mcllifiuo de muy larga mano
á quien en dulzura ne te le ygualan
las myeles de Himcto, ni se le conparan,
según su dulzor sabroso y Hogaño.
JUST.I.NO.
¡O! franca franqueza qu^ no se contenta
con todas las cosas criadas que son
donar á los hombres, y en su defensión
número de angeles dalles sin cuenta,
mas oy con amor de nuevo acres^ienta
en como dar pueda á los que acá están,
so forma de vino y especia de pan
su cuerpo precioso do todo bien sienta.
Pascual.
¡Ol gran dinidad que da á los morules
que Dios por nos dar alibio y consuelo
nos de donde estamos acá en este suelo
el pan que á los angeles da celestiales.
Justino.
Las Furias se espantan do están infernales,
natura no alcanza, ni sabe razón.
Millag[r]o do Dios se viene en el don
por do nos libremos de tantos de males.
Fe.
Miraglo, es i grande, por cierto, pastores,
espero ninguno no deue dudar
saluo creerle y alli le adorjr
como á Dios vero y señor de señores;
cngañanse el gusto, la vista y olores,
mas boz de Jac^b conosce el oydo.
Pelayo.
Millagro de Dios, si bien es sentido,
que en tanto se abrevie por los pecadores.
Fe.
Si todas las cosas crió de no nada
con solo dizillo, y ansi lo leemos
que Dios lo mandó; y hechas la) vc.nos,
y hizo su obra tan perfectionada,
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
7»
de todo la duda aparte quitada,
el viao en su sangre deuemos creer
y el pan en su cuerpo que pudo bolucr
por nuestra flaqueza dezar consolada.
Quien con las reglas de naturaleza
niuela el poder de Dios soberano,
juz galle deuemos hereje, y por vano,
pues que lo estrecha con tanta rudeza;
ca, diga si alguno de mucha bibeza
alcanza, ni sabe, ni pudo sentir
como una Virgen pudiese parir
i Dios hombre hecho en tanta pobreza.
Prosigue.
Si tanto obró Dios por nuestros passados
y sus bendiciones le plugo que obrasen
que sangre por ellas las fuentes manasen
y dclla los rios que fuesen cargados
y luego después por ellas tornados
según que solían lleuar agua clara,
la Yara en la'sierpc, la sierpe en la vara,
á vezes alternas á ser trastrocados.
\Concluye,
Si al ruego del santo propheu Helyseo
encima del lago el hierro nadaua
y allá en Gabaon el sol esperaua
salir Josué cun grande tropheo,
yo quanto mas deuo creer, como creo,
con su bendición el Verbo diuino
tornar en su cuerpo el pan con el vino;
yo aquesto por claro lo iuzgo y lo veo.
Pascual.
Yo en csso me afirmo y esto muy constante.
Pela YO.
Pues soncas, señora^ que yo no lo niego.
Justino.
Yo á macha martillo vos iuro á Sanct Pego,
lo creo y rrecreo sin mas que me espante;
si nuestra natura acá es tan bastante
que en carne y en sangre nos quanto comemos
(Conc/ttlrd.);
lo buelue, y en cuerpo con ello cres^emos,
pues mas hará Dios por sí en vn instante.
Fe.
Lo que al christiano yo mando que crea,
no quiero se funde acá en apparco^ia,
porque deroga mi grande excellen^ia
y al mérito mucho que tiene por prea,
pues cosa no ay que el hombre acá vea
á do no confiese aver más que alcanza,
porque en vn mysterio de tanta pujanza
presume del todo saber como sea.
Prosigue,
Y avn por expcller la infidelidad
allá á los passados Dios gelo mostró,
y del Sacramento figuras les dio
por do conociesen su grand dmidad;
aquesto enseñava la grand suavidad
del dulce maná caydo del cielo;
aqueste, pues, todos rodillas por suelo
aqui le adoremos con grande humildad.
Adora la Fe.
A ti. Señor, que eres principio sin cabo,
á tí que engendró tu Padre sin madre,
á quien concibió tu madre sin padre,
á ti, mi Señor, bendigo y alabo;
á ti, cuyos bienes dezir nunca acabo,
cohfíeso por Dios sumo y perfecto,
con el Padre iunto y con el Paracleto,'
tres y vna essen^ia que no desalabo. I
Pelato.
¡O! pan excelente que á todos sostienes
por modo ineffable sin duda, semBrado
dentro en el vientre Virginio sagrado,
de do nos vinieron sin cuenta los bienes;
¡o! pan muy suaue que á todos mantienes
con fuego de amor cozido en la cruz,
por Dios te conozco, mi Dios y mi luz,
pues cielos y tlera so tu mando tienes
Por la copia,
M. S. Y S.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Artas é Znánstñaft áml Buen Betíro» por D. Manuel Pérez- Villamil. Con
una caria prólogo del Excmo. Sr. D. Francisco de Laiglesia.— Madrid. Impren-
ta de Rivadeneyra, igoS.
Los estudios que desde hace mucho tiempo venía cultivando el Sr. Pérez- Vi-
llamil^ sobre las porcelanas y demás industrias artísticas á que se dedicó la famosa
fábrica del Buen Retiro, fueron conocidos por el Sr. Laiglesia, apreciador igual-
mente ¡lustrado de las letras y de las artes; y del consorcio de ambos ha resultado
la obra^ bajo todos conceptos importante, que ahora nos ocupa.
72 REVISTA DE ARCHIVOS
Hacia falta que nuestra última escuela, verdaderamente práctica, de industrias
artísticas, tuviera un historiador diligente que nos revelara sus secretos y nos
contara sus vicisitudes; y bajo estos aspectos la obra del Sr. Villamil no puede ser
más acabada.
Basta leer su índice para comprender lo completo del plan que la preside y el
interés de los puntos que desarrolla, y éstos son documentados, con tan perfecto
conocimiento técnico y con tales enseñanzas para lo porvenir, si alguno intentara
resucitarlos, que su obra tiene todo el valor apetecible, pues tanto mira á lo ocu-
rrido, como á ser una preparación para lo que debiera obtener nueva vida.
Aunque no tyviera más méritos que habernos dado á conocer la organización
de aquella fábrica, que desgraciadamente concluyó cuando comenzaba á dar los
mayores frutos, serian los dichos bastantes para satisfacerlas más altas exigencias;
pero da, además, tantas noticias completamente inéditas, que abre un campo
nuevo, pues nadie pensaba que fuese la fábrica del Retiro tan múltiple en sus pro-
ductos, llegando á trabajar excelentemente el bronce y el marfil, á más de la cerá-
mica y las piedras duras, que era lo que generalmente de ella sabíamos.
Pero donde reside el mayor interés del libro es, sin duda, en los capítulos dedi-
cados á la fabricación de sus piezas cerámicas, y en esto el estudio no puede ser
más completo ni mejor metodizado. Cada capítulo corresponde á una faz del estu-
dio: primero, sus orígenes y dificultades; luego los diferentes cambios que va expe-
rimentando la fabricación al querer obtener lo que por entonces era el desiderátum
de lodas las naciones, es decir, la obtención de la verdadera porcelana, en todo
igual á la que de la China y el Japón venía con tan singulares condiciones de finura
y dureza; últimamente, la obtención de una pasta singular, producto de nuestro
suelo, reconocida como la mejor pseudo-china: la pasta de Sureda, de la cual nos
da la receta; y, por último, el desgraciado fin de aquella bellísima industria,
en sus más críticos momentos, tan de lamentar, pues á no haber ocurrido de
aquel modo, sin duda hoy tendríamos una industria rival de la de Sevres y de la
sajona.
^Qué produjo aquella célebre fábrica, cuya vida apenas llegó á medio síglqi*
Ksta es la materia que desarrolla en dos extensos capítulos, riñon, por decirlo así
de la obra, y los que más interés han despertado entre los lificionados y coleccio-
nistas de estas obras de arte. Pertrechado con tanta copia de documentos y con el
largo examen que ha podido hacer de muchos ejemplares, el autor abre con esto un
verdadero alegato, por el que muchas piezas conocidas salen no muy bien libradas
á cambio del crédito que otras adquieren. Son el VI y VII dos artículos de depu-
rada crítica, que, como es muy natural, habían de provocar discusiones entre los
aficionados, tan celosos de todo lo que poseen y tan irritables contra quien pone
en duda los méritos que á sus cosas han otorgado. Pero el Sr. Villamil, amante de
la verdad, sobre todo, es implacable en sus juicios, lanzando, además, algunas d\a-
trivas, que difícilmente le han de perdonar los negociantes y coleccionistas. Pero
ante la evidencia hay que rendirse, y cuando después de detenido estudio se une el
documento á los caracteres que ofrecen los ejemplares, no hay más remedio que
someterse á fallo tan autorizado.
La inseguridad del dato de las marcas; el constante afán de imitación que de I6s
productos de una fábrica han existido siempre entre las demás; la confusión de las
piezas sin marca, y otras difíciles cuestiones, están admirablemente estudiadas en
esta parte de la obra*
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 7^
Pof'ella se vé cuan general, era en todos el afán de obtener el secreto de la ver-
dadera porcelana, que consideraban como la pasta más superior que podía existir
para los objetos cerámicos; pero aunque industrialmente considerado su hallazgo
fuera un gran progreso, hay que convenir, y en esto están hoy conformes todos
los críticos, que lo que ganaban en industria perdían en arte; pues son tan bellos
aquellos inventos, ofrecen un encanto tan especial los objetos de pasLas tiernas,
que nada semejante han dado de si las fabricaciones al adoptar el kaolín para sus
productos; por esto los afícionados prefíeren las pastas tiernas, mas quebradizas y
delicadas, pero mucho más bellas por sus líneas y policromía.
El Retiro no llegó á fabricar piezas de kaolín, pero su gran renovador Sureda,
inventó una pasta que compite con dicho material, si no le supera, y este es uno
de sus mejores timbres de gloria. ^Serían de esta pasta las debatidas piezas de dos
vlajillas, una con tipos españoles y la otra con plantas y vistas.^ Los párrafos dedi-
cados á su examen, han sido sin duda los más debatidos de la obra. Quien sostiene
que la marca que llevan es la de la fábrica Real de Berlín, y por lo tanto que son de
pasta dura y de aquel centro; pero la marca difíere bastante de la de aquella fábrica,
que por tal tiempo era un centro perfectamente dibujado, y sin que pueda confun-
dirse con la ramita azul que dichas piezas llevan. Quien ha creido ver en la ejecu-
ción de los tipos la mano de un artista extranjero, interpretando á su modo los
modelos españoles. Por otra parte el aspecto de la pasta es de ser dura, sin haber
penetrado los colores en ella, razones todas tan contradictorias, que dejan por re-
solver el problema, que el mismo Sr. Villamil propone: nuevos datos, sin duda,
se necesitan para dilucidar el punto, y gran muestra de perfección técnica alcan-
zada por nuestra fáb.ica representaría si se llegara á demostrar que de sus talleres
salieron.
Terminado el estudio'de la fábrica de porcelanas del Buen Retiro, da cuanta en
capítulo especial de su hijuela la de la Moncloa, que p'-etendió seguir sus glorias,
aunque sin alcanzar nunca su altura. La presencia del célebre Sureda en ella no
fué bastante para hacerla digna continuadora de la del Retiro, por lo que pronto
tuvo que sucumbir ante las grandes diferencias de los gastos sobre los productos
que obtenía.
Terminado el estudio de las artes cerámicas, aun dedica el autor capítulos no me-
nos interesantes acerca de aquellas otras que también fueron cultivadas con regu-
lar mérito en aquel centro artístico. El Real Laboratorio de piedras duras y mo'
sáicos, como se llamaba oficialmente aquel centro, produjo á su vez preciosas
obras de arte, en que los tonos naturales de los jaspes y otras piedras, hacían
el mismo efecto que tas de la mas rica paleta. Las noticias sobre los artistas, tan
apreciados, que se dedicaban á este ramo, y las principales obras que salieran
desús manos, ofrecen, asimismo materia para un capítulo interesantísimo, con-
sagrando el último de texto al estudio de los otros dos géneros de producción
de los cuales apenas se sospechaba su existencia; la ejecución allí mismo de los
mas suntuosos bronces que servían de armadura y marco á las porcelanas y mosai-
cos, y la delicadísima labor ebororia que realizó también en el Retiro verdaderos
prodigios.
Extensos índices con nóminas, documentos oficialesy apuntes históricos del
mayor interés completan el texto, al que siguen abundantes y preciosas láminas fo-
totípicas de la casa Hauser y Menet, como ilustraciones necesarias para la más com-
pleta inteligencia del texto.
74 REVISTA DE ARCHIVOS
Libro así metodizado, abundantisimo en noticias hasta ahora desconocidas, es-
casísimo en sus juicios y referencias, y además escrito en correcto estilo, con tan
natural lenguaje y del que tanta doctrina y experiencia histórica se puede sacar,
bien merece toda clase de plácemes, pues obras tales son las que honran y enno-
blecen á la bibliografía española, tanto por su fondo como por su forma. Y es do«
blemente oportuna su aparición, pues hoy que tanto nos interesa saber lo que he-
mos sido, para ver de continuar seriamente nuestra historia, el estudio de nuestras
artes industriales es doblemente necesario para la confianza en lo que aun podemos
y para estímulo de nuevas empresas.
Mil enhorabuenas, pues, merecen tanto el señor Villamil por su trabajo, como
el señor Laiglesia por su entusiasmo y desprendimiento en favor de tan noble
causa.
N.S.
Hooions d« Avqu«oloffl» sagrada catalana, por Joseph Guoiol Cunili., pre-
bere.— Vich, Imp. de la Viuda de R. Anglada, MCMII,— 8.' mayor, 647 páginas.
Con 176 ñguras intercaladas.
La útilísima institución del Museo episcopal de Vich, ha producido como con-
secuencia inmediata la formación de un arqueólogo, de cuyo talento y laboriosidad
es fruto la obra de que damos aquí cuenta, en favor de la cual habla desde lu^o
la circunstancia de haber sido premiada con el accéssit del Premio Martorcll
de 1902.
El Sr. Gudiol hizo según parece sus estudios arqueológicos preparatorios en
Roma, y vino luego á ejercer el cargo de Conservador del Museo y Biblioteca epis-
copales, importante fundación del obispo de aquella diócesis Sr. Morgades, á cuya
memoria dedica el joven arqueólogo su obra..
Ésta llena cumplidamente su objeto puesto que contiene bien condensada la
doctrina de la Arqueología regional, sin perder de vista las generalidades de la cien-
cia, de modo que ofrece abundante materia para quien desee orientarse en el cono-
cimiento de las antiguas construcciones, obras artísticas é industriales de pasados
siglos, teniendo por consiguiente inmediata y útilísima aplicación en instruir al cle-
ro catalán acerca de lo que vale c importa la conservación de tales restos, confiados
muchas veces á su custodia. Ademas, los arqueólogos hallarán en las páginas del
libro datos é indicaciones de algún interés.
El plan de la obra aparece bosquejado en el cuadro que desde luego traza el au-
tor de las divisiones de la Arqueología en tres partes: artística, su bdi vida en tres
grupos. Artes Bellas, industriales y suntuarias; literaria, tomándolo en la mayor
extensión del concepto y comprendiendo en ella la Numismática, con lo que tal vez
la empequeñece; é Iconografía. Hace aplicación de estas divisiones dentro de las que
imponen la Historia y la Cronología con las distintas fases de la vida de las
sociedades.
Trata bien, comenzando por apaciguar la conciencia del lector, la parte refe-
rente á lo que denomina Proto-historia^ denominación que le aplaudimos, puesto
que mucho más fehacientes que muchos restos de escritura de pueblos que por
esta cir(^unstancia figuran en la historia son las hachas de piedra, signos evidentes
de un grado de cultura de la humanidad.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
En cambio no ha concedido toda la importancia debida á las construcciones
vulgarmente llamadas ciclópeas, pues las comprende con los dólmenes bajo el
vago nombre de megalítícas, sin apuntar por lo tanto su filiación miceniana que
hoy parece indudable.
Dedica instructivas páginas á las antigüedades griegas y romanas, siendo de no«
tar la lista que inserta de las siglas epirigráfícas.
El alma de la obra es la parte referente á las antigt|edades cristianas, á las cua-
les ha dedicado su especial atención el autor. Son interesantísimas las páginas que
dedica á las tablas románicas, los retablos (mal llamac|os frontales) que constituí
y en la mejor riqueza del Museo de Vich; los bordados y ropas eclesiásticas, los
báculos, vasos sagrados, cruces, libros litúrgicos y la sustanciosa doctrina iconp*
gráfica. No faltan algunos datos documentales de las producciones artísticas y no-
ticias de los artistas que trabajaron en cada período, indicaciones de las influencias,
ora bizantinas, ora italianas, ora francesas, ora flamencas, que se dejaron sentir en
Cataluña, ni curiosas anotaciones ampliando algunos conceptos, ó trazando la his-
toria de alguna industria como la del esmalte. En todo lo que se refíere á produc-
tos de las artes decorativas medioevales el libro es un comentario muy estimable
de las antigüedades coleccionadas en los Museos ó guardadas en los tesoros de las
iglesias catalanas. Los grabados son efícaz complemento del texto, constituyendo el
conjunto precioso guía para el investigador.
El amplio criterio arqueológico con que el autor repasa tan vasta materia, aten-
diendo equitativamente á tratar de los monumentos arquitectónicos como de los
figurativos, de los productos de las varias industrias como de. los documentos epi-
gráficos y bibiográficos, procurando llenar el cuadro cronológico propuesto, hacen
de su trabajo en la parte medioeval, sobre todo, un esfuerzo laudable y provechoso.
J.R.M.
BIBLIOGRAFÍA
(La lengua es ia base de clasificación de nuestra Bibliografía. En ésta se incluyen todos los
libros de cualquier orden y los trabajos de revistas publicados por individuos de nuestro
Cuerpo, lo cual puede servir para intentar una bibliografía ae éste: los marcaremos con un *.—
En la Bibliografía de Repistas siempre que no se indique el año, se entenderá que es el co-
rriente.)
LIBROS ESPAÑOLES
|i.* Todos los de historia, en la acepción más
amplia de la palabra^ desde la política á la cien-
tífica, y los oe sus ciencias auxiliares, incluso
la filología y la HngQística, que se publiquen,
editen, reimpriman y extracten en la España
actual y sus posesiones, de autor español o ex-
tranjero, en cualauiera de las habías españo-
las, o en ó fuera de España, de autor español,
en lenguas sabias. 2.** Las ediciones, reimpre-
siones y antologías hechas en ó fuera de Espa-
ña, de libros de cualquier materia escritos por
autores ya muertos no contemporáneos, espa-
ñoles ó extranjeros, en dichas hablas, ó por
españoles en lenguas sabias, dentro de la ex-
tensión de los antiguos dominios españoles.
3.<> Las traducciones, arreglos, refundiciones
é imluciones publicadas en ó fuera de España
por autores vivos, españoles ó extranjeros, en
las mismas hablas ó en lenguas sabias, de obras
históricas y literarias debidas á españoles ya
muertos. 4.^ Los libros notables originales de
amena literiTüra, dados á luz en o fuera de
España por escritores contemporáneos, espa«
ñoles ó no, en las hablas españolas, ó por escri-
tores españoles contemporáneos en lenguai^
sabias. 5.° Los de cualquier materia, siempre
que se refieran á cosas de España, publicados
en las referidas hablas en aquellas naciones
que no las usan, ó en las mismas hablas ó en
lenguas sabias en los pueblos que usan el cas-
tellano. Y 6.° Las traducciones hechas por es-
pañoles ó extranjeros, á cualquiera de las ha-
blas españolas, ó por españoles á lenguas sa-
bias, de libros extranjeros históricos, de cultu-
ra general, y aun de amena literatura cuando
son obras maestras.]
Amblarü (Arturo). Notas Coloniales.— Ma-
drid, Ambrosio Pérez y Compañía, impreso^
res, 1904.— 8.* m., 331 págs.— 4 ptas. [430
76
REVISTA DE ARCHIVOS
Bagehot (W.) Leyes cientíñcas del desarro-
llo de las Naciones. Traducción por Luis de
Tcran.— Madrid, La España moderna, [1903J
8.° m., 219 págs.— 4 ptas. [431
Calathava y Ooayar (D. Francisco). Estu-
dios ñlosófícos, históricos y políticos precedi-
dos de un prólogo del Excmo. Sr. D. Juan A/-
pare^ Guerra.—Madrid, est. tip. «Sucesores de
Rivadeneyra», 1904. — 8.° m., 358 páginas. — 8 pe-
setas. [432
CA.MPOAMOR (D. Ramón de). Obras comple-
tas. Revisadas y compulsadas con los origina-
les autógrafos bajo la dirección de los Señores
D. M. Gon!{dlej{ Serrano^ V. Colorado y M.
OrdoñeK. Tomo VI, VI! y VIII.— 4^^ m.%665, 652
y 768 págs.— 7 ptas. tomo. (433
Carlylb (Tomás). Pasado y presente. Tradu-
cido del inglés por Ricardo Blanco Belmonte.
Madrid, La España moderna, [1903I— 8.0 m.,
428 págs.— 7 ptas. [434
Codera (D. Francisco). Estudios críticos de
la historia árabe española. — Zaragoza, tip.
lit. de Andrés Uriarte, 1903.-8.°, xvi-373 pá-
ginas.— 4 ptas.— De la Colección de estudios
árabes T.» VIL 143^
Conté (tugusto). Recuerdos de un Diplo-
mático. Tomo ///.—Madrid, imp. de J. Gón-
gora y Alvarez, 1903.-8.° m., 600 págs. (436
Criado y Do.mínguez (Juan Pedro). Las Cien-
cias y el Clero español en el siglo xix. Datos
inconexos.— Madrid, Ángel B. Velasco, 1903.—
8.° m, 46 págs. (437
Crónica de la peregrinación Vascongada á
Tierra Santa, Egipto y Roma en 1902, por dos
Peregrinos.— Bilbao, imp. y ene. «La Editorial
Vizciina», 1903.-4.° m., 413 págs. -H 6 hojas.— '
II ptas. (438
Cuesta y Díaz (Juan). Colección de frases y
refranes en acción, en colaboración con nues-
tros mejores escritores contemporáneos é ilus-
trada por reputados dibujantes.— Tetuán de
Chamartin, imp. de Bailly-Baiilicre é Hijos.
1903.— 8.0, X V-139 págs. -i,5o ptas. [439
DoDERO VÁZQUEZ ( José J. ). Las primeras
Cortes del reinado de D. Alfonso XIII. Tomo /,
Madrid, imp. de J. Corrales, (s. a. I1903)).—
8.° m., 96 págs. con retratos.— 5 ptas. [440
Fernández Valbuena (Dr. D. Ramiro). Ne-
cesidad de una nueva Cruzada. Sermón... pre-
dicado en la Iglesia de Santa María del Sacra-
mento de Madrid.— Toledo, imp. de Rafael
Gómez.— Menor, 1903.-8.° m., 27 págs. [441
Garrido (D. Juan). Historia contemporánea
de Valencia.— Colección de artículos acerca
del estado religioso-político-social de esta
ciudad.— Valencia, tipografía moderna, 1903.
8.°, 126 págs. Í442
Gay (D. Vicente). La enseñanza en España.
Memoria leída por el Secretario primero de la
Sección de Ciencias morales y políticas.— Ma-
dr¡d,.est. tip. de A. Marzo, 1903.-4.° m., ir pá-
ginas. [443
GuYÁN fM.) La Irreligión del porvenir. Tn-
ducción y prólogo de Antonio M. de Carva"
/a/.— Madrid, Daniel Jorro, editor, 1904.—
8.0 m., 495 págs.— 7 ptas. [444
Lezón (D. Manuel). El derecho consuetudi-
nario de Galicia.— Memoria que obtuvo el se-
gundo premio en el concurso abierto
por la Real Academia de Ciencias morales y
políticas para el año de 1901. — Madrid, im-
prenta del Asilo de Huérfanos del S. C. de
Jesús, 1903.-4.°, 119 págs.— 1, 5o ptas. [445
Luna (R. P. Manuel). Don Pedro de Luna
(Benedicto XIII), ante la historia y el derecho.
Madrid, M. Romero, 1903.-8.° m., 88 pági-
nas. [446
Mainez (D. Ramón León). Primera edición
del Quijote en Jerez. Cervantes y su época,
con un prólogo del Excmo. Sr. D. Eduardo
Benot. Tomo /.—Jerez de la Frontera, «Lito-
grafía Jerezana», 1901-19^3.— Fol., 572-xxiii pá-
ginas.— 27 ptas. [447
Maura (Dr. D. Juan). La Moral Indepen-
diente y el Magisterio de la Iglesia. Pastora-
les del limo, y Rvdrao. Sr. Obispo de Orihue-
la.— Murcia, imp. Viuda J. Perelló, 1903. [448
Menékdez Pidal(R.). Manual elemental de
Gramática histórica española.— Madrid , Li-
brería de Victoriano Suárez, 1904.-8.° mayor,
233 págs.— 4 ptas. [449
Mercier (D.). Curso de Filosofía. Ontolo-
gía. Versión castell.ina por Edmundo Goni^á'
lei^ B/anco.— Madrid, La España Moderna.-^
8.° m., 664 págs.— 10 ptas. [460
Moreno (F.). (Dr. Moorne). Esgrima españo-
la (apuntes par;r su historia), prólogo de Ale-
jandro Saint-Aubin. Tercera edición corregi-
da y aumentada.— ÍAiáviá, imp. de A. Marzo,
1904.-8.°, xvi-248 págs. con retratos.— 3 pe-
setas. [451
Nieto (Miguel). Historia general de la villa
de Navas de San Juan f Jaén).— Madrid, Ángel
B. Velasco, 1903.-8.°, i55 págs.— 2,25 ptas. (45a
Saralegui y Medina (Manuel), .\puntes bio-
grafíeos del Excmo. Sr. Comisario General de
Cruzada D. Manuel Fernándei^ Várela. — Ma-
drid, Jaime Ratés, 1904.-8.° m., 131 páginas.—
2 ptas. [453.
Sempere (P. Lorenzo G.). Vida de la Vene-
rable Madre Sor Inés de Sistemes, Dominica
Almería, tip. «Non plus ultra», 1903.^ 4.**,
182 págs. (454
Silva y Fioueroa (D. García). Comentarios
de la embajada que de parte del Rey de Espa-
ña D. Felipe III hizo al rey XaAbas de Peraia..
Los publica la Sociedad de Bibliófilos apaño-
tes. Tomo /.—Madrid, est. tip. de la Revista
DE Archivos, Bibliotecas y Museos, 1903. [455
BIBLIOTECAS V MUSEOS
77
Torres Fornks (C.)- Sobre voces Aragone-
sas usadas en Segorbe. — Valencia, tip. mo-
derna, 1903.--8.0 ni., 300 págs. l456
Alvaro Gil Albacete.
LIBROS EXTRANJEROS
. [i.** Los tratados universales y generales por
naciones y materias^ de historia y sus ciencias
auxiliarais, de literatura y arte, de filología y
lingüisiiea. etc., que interesen á la erudición
* y a la cultura, publicados en ó fuera de Espa-
ña por españoles ó extranjeros en hablas vul-
gares no españoles, o por extranjeros en len-
guas sabias. 2." Los de cualquier materia es-
critos por españoles en ó tuera de España en
dichas lenguas vulgares. 3.** Los de cualquier
materia, con tal que se refieran á cosas espa-
ñolas, publicados por extranj.Tos en ó fuera
de España en lenguas sabias ó en hablas vul-
gares no españolas.
AcQUAT|cci (Giulio). Gnomologia deila Di vi-
na Commedia.—Macerata, Unione tip., 1903. —
j6."*, vni-210 págs. (467
Albert (Paul). La Littérature fran^aise au
xviii^ siécle. 9* ¿rfiííon.— Coulommiers, imp.
Brodard, 1904.-16.°, 483 págs. 1468
Alibert (C.). La Psychologic thomíste et les
théories modernes.— Haris et L>on, Beauchcs-
ne, 1903.— 8.0, V1-417 págs. [459
Alméras (Hcnri d ). Cagliostro (Joseph Bal-
samo) La ^ranc-Ma^onnerie et l'Occultisme
au xviii^ siécle, d'aprés des documents inédits.
Poitiers, Société fran^aisc d'imprimerie, 1904.
i6.°, 390 págs. con un retrato. [460
Baiagny (Le Commandant). Campagne de
l'erpereur Napoleón en Espagne (1808-1809).
T. Ili. Napoleón á Chamartin; la manoeuvre
de Guadarrama.— Nancy, imp. Berger-Levrault
et C^, 1903.— 8.0, 709 págs. con cinco mapas,
planos y croquis. [461
Balut (G.). Le pays de Dougga ei de Tebour-
souk (Tunisie). A travers les ruines de vuigt
cites antiques. — Tunis, imp. Marichal, 1903.—
8.°, 96 págs. con láminas. [462
BAhTH¿LEMT (J.). L introduction du régime
parlementaire en Fraoce sous Louis XVllI et
Charles X.— París, Giard et Briére, 1904.— 8.0,
327 P«gs- Í463
Bergot (Raoul). De l'origine sémitiqjue des
fingíais.— París, imp. de Vaugirard, 1903.— 16.®
mayor, VIII -71-V111 págs. [464
Bonet-Maury (Gastón). Les précurscurs de
la Reforme et de la liberté de conscicnce dans
les pays latins du xii® au xv^ siécle.— Tours,
imp. Deslis, 1904.-8.°, vin-268 págs. (465
BoNFANTE (P.). Le leggi di Hammurabi re di
Babilonia (a. 2286-2242 a. C.), con prefazione e
note.— Milano, tip. Indipendenza, 1903.-8.°,
viii-47 págs. [466
BouFFé(G.). Le Partí démocrate socialiste
allemaod. Son évoluiion.— Laval, imp. Bar-
néoud et C^ 1903.— 8.°, 194 págs. [467
BouTEiLUER (G.). Douze moís sous I'Équa-
teur.— Toulouse, imp. Tranchant, 1903.-8.**,
xi-i85 págs. con 60 grabados. {468
Cas: ellari (Giovanni). La Santa Sede; stu-
dio suH'cvoluzione storica e sulla condiziooc
giuridica attuale del Pootiñcato Romano se-
condo il diritto canónico e il diritto cívíle ec-
ciesiastico.— Milano, Societá editrice, 1903.—
8.°, vn-138 y XL-671 págs. [469
CouYBA (L.). Études sur la Fronde en Aje-
náis et ses origines. Le Duc d'Kpernon et le
Parlement de Bordcaux(i648-i65o).— Villeneu-
ve-sur-Lot, imp. Leignes, 1903.— 8.«, 396 pá-
ginas. [470
Champagne (Maurice). Les jeunes aventu-
riers. Voyage dans le Sahara.— Villefranche-
de-Rouergue, imp. Bardoux, (1903).— 8° m.,
301 págs. con grabados. [471
DuMESNiL (Georges). L'Ame «t TEvolutioo
de la littérature, des origines á nos jours. T. I.
Poitiers, Société fran^aise d imprimeric, 1903.
16. °, Lvin-430 págs. [472
Durand (Georges). Monographie de l'Église
Notre-Dame, caihédrale d'Amiens. T, II. Mo-
bilier et accessoires.— Amiens, imp. Ivert et
Tellier, 1903.-4.°, vni-664 págs, con 62 láminas
y un atlas. [473
E.NGELMANN (J.). Les tcstaments coutumiers
au XV® siécle.— Macón, imp. Proiat, 1903. — 8.°,
xiv-286págs. (474
FLA.MIN1 (Francesco). I signifícati reconditi
della Commcdia di Dante. Parte prima. Prelí-
minari. II velo: la fínzione. — Li vorno, tip. Gius-
ti, 1903.-12.°, viii-266 págs. r475
FovcHER (A.). Les Bas-Relieís de Stúpa de
Sikri (Gandhára).— París, imp. Nationale, 1903.
8.°, i5o págs. con 13 láminas. (476
Gayet (.\.). L".\rt byzantín d'aprés les mo-
numents de lltalic, de 1 Istrie, et de la Dalma-
tíe, releves ct dessinés par Charles Errard. —
París, imp. Renouard, [1903].— Fol., 64 págs.
con 34 láminas. [477
KosTYLEFF (N.). Esquíssc d'une évolution
dans 1 hisioire de la Philosophie.— Paris, tip. Al-
can, 1903.— 16.°, 228 págs. (478
Lafenestre (Georges) et Richtenberger
(Eugcne). La Peinture en Europe (Rome;le
Vatican; les Eftlises). — Paris, imp. Lahure,
1903.-16.° mayor, xxii-375 págs. con 100 repro-
ducciones fotográficas. Í479
La Grasserie (Raoul de). Le Nahualt, Ln-
gue des Aztéques, conquérants du Mexique
prccolombien. Grammaire, Vocabulaires, Tex-
tes, avec analyse et traduction interlinéaire.—
Vannes, imp. Lafolye, 1903.-8.°, 420 págs. (480
Lancehn (C). Histoíre mythíque de Shatan.
De la légcndc au dogme.— Paris, Daragon, 1903»
8.°, 230 págs. con grabados. [481
Leanti (G.). Paolo Maura di Mineo e la poe-
sía satírico-burlesca di Sicilia nel secólo xvii.
7Í
REVISTA DE ARCHIVOS
A vola, tip. E. Piazza^ 1902. ^8.^ jcii-288 pá-
ginas. [482
LtoüiBL (Émile). Un grtnd poete contempo-
rtin en langue catiUne. Essai sur VAtlantida
et le Canigo, de Jacinto Verdaguer. Avec pro-
face de M. J. Delpont.-^éret, imp. Lamiot,
1904-— i6."i«-i"págs. [483
LcTTRBS communes det Papes d'Avignon,
analysées, d aprés les registres du Vatican,
par les chapelaios de Saint-Louit-des-Fran-
f ais, á Rome. N.* s bis: Benoit XII (1334-1342)-
Ltfttres communes, anatysées, d aprés les re«
gistres dits d'Avignon et du Vatictn, par J.
M. Vidal. ífascicutisin 4,^ i^rfaMcicuUifeui'
lies I d 28\ p. I á 322; 9^ faseicule (feuilles 29
á 63)» P- 233 3498.— ChitiHon-sur-Seine, imp. Pi-
chtt, 1902-1903. [484
Lippi (Silvio). Inventario del R. Archivio di
Stato di Cagliari e notizie delle cartc consér-
vate nei piu notevoli archivi comunali, ves-
covili e capitolari della Sardegna.— Cagliari.
tip. Valdés, 1902.— 4.0, XXII-175 págs. [485
MicHBLis (E. de). L'origine degli indo-eoro-
pei.—Torino, tip. Bocea, 1903.— 8.®, viii-699 pá-
ginas. (486
Parquin (Le Commandant). Souvenirs et
campagnes d'un rieux soldat de l'Empíre
(1803-1814). Avec une introductian par le ra-
pitaineA. Aubier.j^é^^ftfon.— Nancy,imp.Ber-
ger-Levrault, 1903.— 8.<», xxxviii-436 págs. [487
RoBEKT LE DiABLB, roman d'aventures, pu-
blíé par E. LOseth.— Le Puy-en-Vclay, imp.
Marchessou, 1903.-8.^, xLviii-271 págs. [488
RosTOwzEw (M.). Tesserarum urbis roma-
nae et suburbi plumbearum Sylloge.— Saint-
Pétersbourg, tip. Glasounof, 1903.^4.0, 440 pá-
ginas con 12 láminas. (489
Saint .v-Beuvb(L.). La question du Maroc
(étude géographique, politique et militaire).—
Limoges et París, Charles-Lavauzelle, 1903-—
8.^ i59págs. con grabados. [490
Travbb (Mr.) et Dblislb (Léopold). Un feui-
llet retrouvé du recueil, écrit sur papyrus, de
lettres et de scrmons de Saint Augustin.— No-
gent-le-Rotrou, imp. Daupeley-Gouverneur,
1903.-8.*^, 32 pigs. con una lámina. (491
VAlmiki. Le Rámáyana, traduit co franjáis
par Alfred Roussel.— Paris, Maisonneuve, 1903.
4.», viii-584 págs. (492
WiTTiG (JoseO- Papst Damasus I; Quellen-
kritische Studien zu seiner Geschichte und
Charakterifltik.^Rom., 1902.— 8.», xvi-iii pá-
ginas. I493
VdLTER (Daniel). Aegypten und die Bibcl.
Die Urgeschichte Israels in Licht der aegyp-
tischen Mythologie.— Leiden, E. J. Brill, 1903.
8.«, viii-ti3págs. [494
Manuel Serrano y Sanz.
REVISTAS ESPAÑOLAS
(i.o Los sumarios íntegros de Us reristts
congéneres de U nuestra, consagradas exclu«
sivamente al estudio de España y publica-
das en cualquiera de las hablas españolas en ó
fuera de España: los títulos de esus revistas
van de letra cursipa. 3.* Todos los trabajos
históricos y eruditos acerca de cualquier ma-
teria, según el amplísimo criterio expuesto,
que figuren en los sumarios de las revistas no
congéneres de la nuestra, escritas en dichas
hablas en ó fuera de España.] «
La Alhambra. i5 Diciembre 1903. El Cente-
nario de Don Quijote, por Rafael Gago Pala»
mo.-~Actrices del siglo xviii: Joaquina Artea-
ga,por Narciso Dla^, de £<co6ar.~Documen-
tos y noticias de Granada: Las ordenanzas de
la Chancillería.— Recuerdos de Almería, por
Francisco de P. Valladar.^SotAS bibliográfi-
cas. =30 D i c i c m b r e. El arte árabe, por Rafael
Gago Pa/omo,— Los mártires de la Alhambra,
por Antonio Almagro Cárdeuas.^Doeumtntm
y noticias de Granada: La Cripta de la Real Ca-
pí lia.— De Arte, por Fernand} de P. Vaitúáar,
Boletín de la Real Academia de la UiMtoria.
1904. Enero. El Emperador Carlos V y su Corte
(1 522-1 539), por A. Rodrigues^ W//a.— El sitio
de Barcelona en 1713-1714, por Cesáreo Fer»
n4n</e;^|/)uro.— Historyof the Peninsular War,
por José G. de Arteche.—Lt Telúrica, las Na-
cionalidades y la Milicia, por José Gdme^ iíe
i4r<ecAe.— Inscripción romana en Polán (pro-
vincia de Toledo), por el Conde de Ceditlo.-^
Variedades: Nuevas inscripciones romanas de
Caldas de Malavella, Herramélluri y Astorga^
por Fidel Fita.— Noticias.
Boletín de la Sociedad Española de exctir-
siones. 1903. Noviembre. Fototipias: Cuadro
formado con restos de un tapiz en la Catedral
del Burgo de Osma; Cuadros de Antolinez;
Jaeces de caballo de la colección del Sr. Coa-
de de Valencia de D. Juan.— Sección de Bellas
Artes: Excursión á Robledo de Chávela, por
N. SenfenacA. — Antolinez, pintor sevillano,
por Pelayo Quintero Ataurt.— Excursiones
por Toledo, por Manuel G. Simancoa.— Sec-
ción de ciencias históricas: Artistas exhuma-
dos (segunda serie) (continuación), por Railacl
Ramire^ de Arc/Zano. — Bibliografía, por E,
S. F.— Sección oíicial.=: Diciembre. Foto-
tipias: Sepulcros encontrados en el claustro
de la Catedral vieja de Salamanca; Crucifijo
románico español; Jaeces de caballo de la
colección del Sr. Conde viudo de Valencia de
Don Juan.— Sección de Bellas Artes: El Claus-
tro de la Catedral de Salamanca y sus sepul-
cros, por E. M. Repullés y Vargai.— Crucifijos
románicos españoles, por N. SenfenocA.—
Bibliografía, por Alfredo Serrano y /oyer.—
Sociedad de Excursiones en acción: Excursión
á Segovia y á Santa María de Nieva, por José
fiarfif/a.—See€i>ÓB oficial.
IIBLIOTECAS Y MUSBOS
79
La cit'bAO DE Dios. 5 Enero 1904. Los dos
procesos de Juana de Arco, por Antonio M.
Thonna Barfef.— Catáloj^o de escritores agus-
tinos, españoles, portugueses y americanos,
por Bonifacio del Afora/.— Bibliografía.
Chile moderno. 1903. Julio. Don Antonio de
León Pincio: Notas y rectificaciones, por
Juan Enrique O'Ryan.— El 14 de Julio de 1789,
por K. ATen^maii.— «Vida Nuevaí», por Samuel
Ossa Borne.— Don Manuel Moatt, por Alberto
Edwardt.^Don Ramón Sotomayor Vald¿s.=
Agosto. Biblioteca peruana (Notas inéditas
del Catálogo), por G. Rene Af o ren o. = Se p-
tiembre. Arte trascendental, por Roberto
Ptragallo Silva . — Apuntaciones bibliográ-
ficas, por K. Areíí'man. = Octubre. Pedro
Antonio González, por Víctor Domingo Sil'
ya.— Notas críticas, por A. Mauret Caamaño
Apuntaciones bibliográficas, por K. Newman»
La España moderna. Recuerdos de un viaje
por Huelva (1890): «Palos», por Rodrigo Áma^
dorde los üiox.— Indagaciones y conjeturas
sobre algunos temas poéticos perdidos: «Alvar
Fáñez», por M. Menénde^ y Pe/ayo.— Lectu-
ras americanas: Maestros españoles (Aguado,
Salmerón, Giner de los Ríos y González Gar-
bín), por //tspanus. — Crónica literaria: «La
Catedral», novela de D. Vicente Blasco Ibáñez,
por E. Góme!^ de Bo^uero.— Revista de Revis-
tas, por Fernando Araujo: Literatura: La
Poetisa del dolor; La novela de costumbres
provinciales en España; El renacimiento de la
literatura hebraica. Supersticiones: Las lámi-
nas mágicas de execración; Bellas Artes; La
Estética de Gauguin. Impresiones y notas:
Steudhal, plegiario.
Euskal-Erria. 10 Enero 1904. Cuestiones
bíblicas: Magos en Belén (continuación), por
Blas Praifere.— Noticias bibliográficas y lite-
rarias: «Compendio de la Historia de Bizcaya»,
por Fermín //erran.— Figuras guipuzcoanas:
El Doctor Pagóla, por Francisco Lópe!;^ Alen.—
Ensayo de un Padrón Histórico de Guipúzcoa
según el orden de sus familias pobladoras
(continuación), por Juan Carlos de Guerra.
Helios. 1903. Octubre, .\ngcl Ganivet: Epis-
tolario.— Información literaria: El poeta alba-
nés, Jerónimo de Rada, por J. Ruii^ Castillo.
La lectura. 1904. Enero. Spencer, por U.
Goni^ále^ Serrano.— El libro del mes: «Estu-
dios sobre la Historia del Derecho español» de
Eduardo Hinojosa, por Rafael Altamira.—
«Sobre voces aragonesas usadas en Sagorbe»
de C. Torres Fornes, por Julio Cejador.^
Taschenwórterbuch der spanischen unddeust-
chen sprache mit augabe der aussprache nach
dem plonetischen system der methode tous-
saint-lagenscheidt: Zusammengestellt von
A. Paz y Melia, por Ricardo de Hinojosa.—
RaWsus fraacesaa: «La nueva geaer«cióa de
novelistas y cuentistas en España» de Emilia
Pardo Bazán y «Los olvidados: Fortuny» de
Camille Mauclaire, por José María Gonifiále!^.
Revistas alemanas: «Los Bohemios en la lite-
ratura moderna» de Paul Bornsteio, por
L. Ontañón.
El mensajero del Corazón de jesús. 1904.
Enero. Jeromín (Novela histórica) (continua-
ción), por Luis Coloma.
Razón t fe. 1904. Enero. El Pentateuco y la
escuelí neocritica: Otras alteraciones en el
«Libro bipartito», por L. Aíiirt7/o.~La libre
concurrencia pedagógica en el siglo iv, por
R. R. A.— Examen de libros: Historia de la
iglesia de Funk. por A. M. Arregui.
Revista de Aragón. 1904. Enero. El cultivo
de la historia regional, por Eduardo Ibarra.—
Ordinación y paramientos de la ciudad de
Barbastro, por Mariano de Pano.-"La recon-
quista de Zaragoza, por E(daardo] l[barra],-^
Emilio Hübner y Teodoro Mommsen, por
K(duardo] ¡[barra];— 1.9. techumbre de la
catedral de Teruel (con ilustraciones), por
Mariano de Paño.
Revista de bibliografía catalana. Núme-
ro 5. £1 Archivo metropolitano de Valencia,
per Roch CAa^as. — Dues lamines apart.—
Papers de Joseph Tastú (1787-1849), existents
avuy en la«Bibliothcque Mazarine»de París.—
La Prempsa escrita en llengua catalana durant
tota l'auyada 1902.— Butlleti bibliográfích.—
Manuscrits catalans de Vich (Arxiu Muni-
cipal, Museu y Biblioteca episcopal), per
J. Massó y Torrents. Soms propris.— But-
lleti bibligráfich.— Resúm del any.— Taula.
Enrique Arderíu y Valls.
REVISTAS EXTRANJERAS
[i.® Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra portuguesas, ó ex-
tranjeras en hablas no españolas ni portugue-
sa consagradas exclusivamente al estudio de
España, y dadas á luz en ó fuera de ésta: los
títulos de unas y otras revistas van de letra
cursiva. 2.** Los trabajos de cualquier materia
tocantes á España, y los de carácter histórico
y erudito intere<;antes para la cultura que
figuren en los Sumarios de las demás revistas
escritas en lenguas portuguesa y extranjeras,
publíquense ó ao en España. ^.'* Los trabajos
que, estando en las condiciones reseñadas en
este párrafo segundo, aparezcan en revistas
publicadas por extranjeros en lenguas sabias.]
Centralblatt der Bibliothekwesen. 1903.
Julio. O. Hartwig, Die niederósterreichische
Reformations-Druckerei. = .\gosto. J. Ha-
LLER,Palaeograph¡sches.— Bruno ALBERS,Zwei
unverdffentliche Bflcherrerzeichnisse aus dem
XI und XIII Jahrhundcrt.— Eb. Nestle, Irre-
leitende Titel.— G. Kohfeld, Einige Filie voa
Inkunabel - Doppeldrucken. = Septiembre-
Octubre. O. Grunotwig, Gedanken flber Bi-
bliog^aphie.— Joseph Uilgbks, índices rerbof*
8o
REVISTA DE ARCHIVOS
tener Bflcher aus dcm i6 Jahrhundert.—W.
ScnMiDT, Zum Verzeichniss der Tübinger gric-
chischen Handschr¡ften.=Dicienibre. P. A.
Kirsch, Unterdrückungsversuche von Büchero
wegen gallikanischer, kurialistíscher uod jan-
senistischcr Tendenzeo.
Rkvue africaine. $.^^ trimestre 1903. Colo-
nel Robín, Notes historiques sur la Grande
Kabylie de 1838 á i85i fsuííe^.— Quedenfei.dt,
División et répartition de la popuiation bér-
bero du Maroc (suite),
Revue de l'Art chrétien. 1903. Noviembre.
iM. O. Saííoner, Sculptures d'un porche román
á Remagen.— M. L. MaÍtre. Saint-Scurin de
Bordeaux ct sa crypte.— M. J. FIei.rig, Testa-
ment d'Arn. Lude.— J. ChappIvE, Le tombeau
de St.-Pavin.— J. Fennebresque, L'église de
Cháteloy.— J. Helbig, L'exposition de Dinan-
deries á D¡nan-<ur-Mense.
Revue des Bibliothíqubs. 1903. Septiembre-
Octubre. Isak CoLLiJN, Notes sur quelques
incunables franjáis conserves á la Bibliothé-
que l'lJniversité d'Upsala.— Léon Dorez, Le
manuscrit original des Klégiei, SylvesetHen-
décasyllabes de George Buchanan. — Aimée
Haffkine, Note sur la Bibliothéaue publique
deKharkow. — LéonDoREZ^Lasixiémeréunion
de la Societá Bibliográfica Italiana (Florence,
20-24 Octcbre 1903). — Léon Dorez, L'Inccndic
du Vatican.
Rfvue dr coubs et conférences. 10 Diciem-
bre 1003. Émile Fagvet, Les poetes secondai-
res du xviii^ siécle. Colardeau, poete lyrique.
Dorat —Charles Seigsobos, Transformaiions
des sociétés européennes au xix^ siécle. —
Fr. NoRDEN. La dialcctique ér¡«5l¡que deScho-
penhauer.í=i7 Diciembre. Émilc Faglet,
Descartes. III. Scs idees morales.— N. M Ber-
nardina *Les Facheux» de Moliere.— Charle"?
Seignobos, L' Mlemagne depuis 1859.— Léopold
Lacoür, «Mithrida'c» de Racine.
Revue critique d'histoirb et de iittéra-
TiRE. 2 Noviembre 1903. Couturat et Lean,
Ilistoirede lalaogueuniversellc.— Boell, Lln-
de et le problcme Indien. — Métin, L'Inde
d'aujourdhui.- La Mazelikre, L'Inde.— Loti,
Linde sms les Anglais. — Bois, Visions de
rinde.— Caver, La politique de Cicerón.— Co-
QUEi.LE, L'alliaoce franco-hollandaisc contre
lAnglaterrc.— Birot, Le Saini-Kmpire.— Pi-
NExu, Le general Dugommier. — Escande, llis-
toirc de Sarlat.— Goi.dziher, Bouddhisme et
Islam.— Thury, Un dictionnairc tchagatai.—
KoNT» Vórosmarty.=9 Noviembre. R. Mar-
ciiESSor, Velay et Auvcrgne.— Vagakay, Le
sonnet en Italie et en France au xvi^ sii'cle.=
16 Noviembre. Hardy, Buddh.-».— De Goeje,
Migrations des Tsigancs á travcrs 1 Asic.—
Noi.AN ET IIiRscii, La grammaire grecque de
Rogcr BacoD . — Colardbav ^ ¿pictcte . = 23
Noviembre. Jellinbk, Bibliographie int6r-
natiooale des livres d'art.— Mo. ELEMMis,.par
Vollers. — La kHAZRADPVAH, trad. Basset. —
S1.01TSCHZ, La Renaissance de la li;tératur.c he-
braíque. — Strehl, Histoire romainc. — Wi-
LLEMS, Le Sénat romain en 65.— Harkacc, Ma-
crobe, Théogno>te, Théonas.— Cochbris, Egyp-
te et Soudan.=30 Noviembre. Jollt, La
médecine indicnné. — Brochbt, Les sources
orientales de la Divine Comédic.=7 Diciem-
bre. AzAN, Annibal dans les Alpes — Rostow-
ZEW, La ferme des impóts daos lEmpire ro-
main.— Krumbachrr, Les proverbes greca du*
manuscrit de Moscou: Romanoa et Kyriakos:
I/Opsarologo*».— HESSEi.iNO,Byrancc.— PsicHA-
Ri\ Contribution au théátre grec moderne:
Ro<;es et pommcs. — Ph. Bergbr, Le temple
d'Esmouo.— Tawney et Thomas, Catalogue
Sansrrit.— CoNsoLi, La Germanie de Taciie.—
Hessfmng, Les mots maritimes du grec. =
r4 Diciembre. Brugmann, Grammaire des
langues indo-curopéennes.— Bacher, Le dic-
tionnairc de Tanchoum.— Th. Rbinach,L his-
toire par les monnaies.— Sauer, La tete We-
ber-Laborde el le frontón du Parthéoon. — C.
í>cnMiDT, Les Actes de Pierre.— Saint Ambroi-
se, Commcntaire sur saint Luc. — Clément
dAi.exandrie, Stromates VII, p Hori et Ma-
yor. —Deissmann, L'Iielléni^atioD du mono-
théisme sémitique.— Cantarh.li, L'Italie sous
Diocletien.
Re vuK dhistoire et DARCiiéoi.oGiE DU Rous-
sn.LON. 19D3. Diciembre. P. Vid l, Ascenstoo
du Cani^ou par Pierre III, roi de Aragón,
en 1285.— F. ARMAGNAC.CaudiéspendanirÉpJs-
cop.ii de Nicolás Pavillon íi/>37-i677).-rJ. Frex-
,\E, .Xpergus historiques fondés sur les Trans-
furmaiions du littoral Roussillonnais.
Revve DE i.'Orient chr¿tifn 1903. Núm.4.
Le memorándum du Patriarche grec orthodo-
xe de Constantinople au Sultán sur. les affaires
de Macedüine.— Vie et office de Saint Euthyme
le jeune. Texie grec publié par Louis Pbtit. —
M. GiRARD, Nahadag-martyrs. Rites et usages.
J Pargoire, Mont Saint-Auxcnce.— Fr. Totjr-
NEBizE , liistoíre politique et religieuse de
l'Arménie — ViedeSainie Marine.Texteéthio-
pien publié par F. M Estevi:s P rbira.
Revue thomiste. 1903. Noviembre-Diciem-
bre. R. P. Bi.anche, Sur 1 usage de TÉvidence
co : me supréme criterium.— .\. D. Sertilan-
ges. Ce monde prouve-t-il Dieu.— R. P. FoL-
GKKRA, Les question scientifiques: La question
Tt Eitev.— R. P. HuGON, Matcr divine gratiae.
R I VISTA DEl.f.E BlRI.IOTECHB E DEGl.l ArCRITI.
1003. Octubre-Noviembre. E. RosTAGNO,.La
mostra degli «Autografí» di «Vitorio Alfíeri»
nella R. Biblioteca Mediceo-Lauren iana.— >
Attilio MoRi,Crooaca della VI Riunione della
Societá Bibliográfica Italiana timita.in Fircn-i
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
it
"ze da) 20 al 24 ottobre 1903. -^arlo Papini, Su-
Ue moderne apjplicazíoni elettromeccaniche in
sussidio dei servizi di trasmissioni é di distri-
buzioni d€i libri e manoscritti nellc Bibliotc-
che pubbJiche. — Curzio Mazzi, Le fonti dellan-
tico costuiñe italiano.
Romanía. 1903. Octubre. G. París, Le cycle
de la «Gageure».— P. Toldo, Peí fabteau di
Constant du Hamel.— Paget Toymbbb, Dantc's
use of thc word Trattato in the Conpiiño and
Vita nuopa.—F. Lot, Conjectures sur Girart
de Roussillon. I, Boson d*Escarpion. II, Odi-
lon. III, Les Desertois.— F. Lot, Orson de Beau-
vais^— P. Meybr, Wauchicr de Denain. — G.
KxriÍAnDyLedit du hardi chevai:—E. Langlois,
Traites mis á riridex au xiii® siécle.— E. Law-
GLois, Integrum > entre. — G. T. Clark, Les
explosives sourdes entre voyclles en italien.
Stuoi b documenti di storia e diritto. 1903.
Julio-Diciembre. Luigi Caatarelli, La dióce-
si italiciana da Diocleziano alia fine delPim-
pero orcidentale Ccon/. «^nc).— Filippo Ste-
lla-Maranca, II matrimonio dei soldati ro-
mani.
Le tour du monos. 5 Diciembre 1003. M. F.
B^RNARD, A travers Sumatra.— Le nickel et la
Nouville-Calédoniíe.— Commencement des tra-
▼aux du chemin de fer de la Cdte d'Ivoire.=
12 Diciembre. L'hygiénc et la médecine au
Maroc— L'alliance franco-russe en Asie. Le
Tonkin relié a la Sibérie par una voie ferrée.—
La question des races aux État8-Unis.=i 9 Di-
ciembre. Les Ba-Binghas, Nains de la San-
gha (Congo fr^m^ais).— La loteric Hua-IIoey
ou ieu des Trente-xis Bétes.— Les ancicns gla-
ciers desCordilléres.=26 Diciembre. L'ab-
baye de Montmajour. — Ce que coute Taug-
mentation de la vitesse des navires.— Les le-
bachas ou limiers humains d'Abyssinie. — Au
Congo franjáis.
Lorenzo Santamaría.
SECCIÓN OFICIAL Y DE NOTICIAS
Por R. D. de 4 de Enero del corriente año,
se ha dispuesto, por el Ministerio de Instruc-
ción pública y Bellas Artes, lo siguiente:
«limo. Sr.: En cumplimiento de lo dispuesto
en el capítulo i5, Sección séptima del Presu-
puesto general del Estado para el presente año,
por cuya virtud, los Archivos de las antiguas
Chacinerías de Valladolid y Granada, depen-
dientes del Ministerio de Gracia y Justicia,
deben pasar al de Instrucción pública y Bellas
Artes, incorporándose al Cuerpo facultativo
de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos;
consignándose además un aumento de 18.000
pesetas al crédito de 892.600 del personal de <
dicho Cuerpo; y mandándose también al Mi-
nistro del ramo que reorganice al efecto su
plantilla;
S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido resolver
io siguiente:
i.^ Que desde luege quedan incorporados
al Cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliote-
carios y Arqueólogos los Archivos de las an-
tiguas Chancillerías de Valladolid y Granada.
2.'* Que se interese del Ministerio de Gracia
y Justicia, se sirva dar las órdenes oportunas
á las Autoridades respectivas de su fuero, para
que hagan entrega de dichos Archivos en de-
bida forma á los funcionarios del citado Cuer-
po, que le serán designados por este Ministe-
rio de Instrucción pública y Bellas Artes.
3.® Que la Junta facultativa de Archivos,
Bibliotecas y Museos proponga á la Subsecre-
taría de Ate Atinrsterio el pcirsoiial que juzgue
3.* áPOCA.—TOMO z.
necesario para el mejor servicio y régimen de
dichos Establecimientos, con sujeción á las
disposiciones vigentes en el referido Cuerpo.
4.** Que la plantilla del personal del Cuerpo
facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y
Arqueólogos queda reorganizada en la si-
guiente forma:
Pesetas.
1 Jefe superior i2.5oü
1 Inspector primero 10.000
2 Inspectores segundos, á 8. ySo.. . . 17.600
2 ídem terceros, á 7.500 iS.ooo
10 Jetes de primer grado, á 6.5oo. . . 65.ooo
12 ídem de segundo ídem, á 6.000. . . 72.000
17 ídem de tercer ídem, á S.ooo . . . 85.ooo
22 ídem de cuarto ídem, á 4.000. . . . 88.000
31 Oñciales de primer grado, á 3.600. . loS.Soo
45 ídem de segundo ídem, á 3.000. . . 135.000
60 ídem de tercer ídem, á 2.5oo, . . . i5o 000
76 ídem de cuarto ídem, á 2.000. . . . i52.ooo
279 910.500
5." Y que el movimiento que se origina en
las respectivas escalas, por consecuencia de la
plantilla anterior, se entiende producido con
fecha i.°del presente mes.»
{Gaceta del 5 de Enero de 1904.)
Con motivo de la reorganización de las
plantillas á que se refiere el R. D. anterior,
han ascendido: á Jefes de primer grado, don
Joaquín Casan y Aleare y D. Marcial Morano
>r Serratfo; á Jtfes de segundo grado,* D. Ga-
6
82
REVISTA DE ARCHIVOS
briel Ruiz Diosayuda, D. José Ortega y Rojo,
D. Ángel Gorostizaga y Carvajal, D. Francisco
GuilléD Robles y D. Ángel María de Barcia y
Pavón; á Jefes de tercer grado, D. Atanasio
Palacio ValdéSf D. Antonio Juárez Talaban y
D. Felipe Ferrer y Figuerola; á Oficiales pri-
meros, D. Jerónimo Forteza y Valentí, D. Juan
Manuel Amor y Pereira, D. Miguel la Hoz y
Calvo, D. Bonifacio Ponsol y Zabala, D. Vi-
cente Colorado y Martínez y D. Ramón Asea-
nio y León; á Oficiales segundos, D. Ricardo
Torres Valle, D. Alejandro Liado y Muntaner,
D. Fernando Vez y Prellezo, D. Francisco Gar-
cía y Romero, D. Antonio Gisbert y García
Ruiz, D. Vicente García Guillen, D. Francisco
Lupiani y Gómez, D. Pedro Mora y Gómez,
D. José Aguilar y Francisco y D. Silvio Quílez
y Cano; y á Oficiales terceros, D..Maauel Bro-
cas y Gómez, D. Amos Belmonte y Osuna, doo
Francisco Juárez Talaban, D. Domingo Vaca
y Javier, D. José Sancho y Pérez, D. Luis Peres
Rubín y Corchado, D. Luis Rubio y Moreno,
D< Rafael Andrés y Alonso, D. Narciso Senté-
nach y Cabanas y D. Ignacio Olavide y Ca~
rrera.
Por servicios prestados á la instrucción pú-
blica, se ha concedido la encomienda de la
Orden civil de Alfonso XII á nuestros compa-
ñeros D. Kmilio Ruiz Cañábate, D. Augusto
Fernández Victorio y D. Andrés Tovar y
Yanguas.
MADRID.-Tip. de la Bwüit» ám ArehiTOS, Bi^ltotMM j ÜMMfl» Oiid, 8.
REVISTA
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(lll^TOdlA Y CIENCFAS AUXII.IAKES)
ÓRUAN'O OFICIAL DEL CUKRPO FACULTATIVO DEL RAUO
(SE PUBLICA UNA VEZ AL MES)
TERCF.RA r,POCA
AÑO VIIJ
Números2y3. ^uS^<SÍKal ^obrero-Marzo 1904.
Til'. liG LA KEVJSTA 1>F. APCKIVOS, Hllll.il
Calle dtOlid. núm.«
SUMARIO
Págs.
Í.—IJI itinerario de D. Fernando Colon y las relaciones topográficas^ por D. Amo-
nio Rkázqukz 83
\\.—I.os restos mortales del rey D. Pedro de Castilla y xus vicisitudes, por D. Rodrigo
Amador dk los Ríos ^ . io5
Ul.—Justicias de Aragón. Apuntes cronológicos^ j or D. Andrés Jiménez Soler, del
Archivo do la (borona de Ara¿íón 119
ly.— Mosaicos inéditos italicences, por 1). Pel.iyo Quintero . 127
V.— l'n códice de Lérida, <nLlibre de notes antigües per A/e morí a», por K. Arderíu t
■ \'ai.ls 132
yi.— f'^spaña y el proyecto de <(.liibliografia histórica internacional*^ por D. Rafael
Al TAMiRA 14O
yu.—.\piintes para el estudio de las instituciones jurídicas de la Iglesia de España
desde el siglo VIH al XI, por D. Francisco Gómkz uva. Campillo iSj
VIII. — /)o5 Cancioneros españoles^ por 1). Eufíonio Melé y U. A. Bonilla y San Martín. 1^2
IX.— h(^<,r.Mi;-NT0s: I. I.'na caria de Juan de IJerrera, por Pclayo Quintero. — II. l>ocu-
nicnios rcferenies á Gonzalo de Bercco; por la copia, Narciso Herííueta. — III. El
Águila del agua, representación española de Luis Vélez de Guevara, por A. P. y M.
I\". Fantasía política. Sueño de Feliz I.uzio. Diálogo de un vivo y dos muertos.
Prólogo; por la ccpia, M. S. y S. — V. Glosa al romance ^Triste estaba el Padre
Santo»; por la copia, M. S. y S 176
X.— Notas itiDLioriKÁFicAS: D. Miguel Gom^^ale^í Sugrañcs, La República en Barcelona.
Apuntes para una crónica (A. P. y M.).— M. Con^ále!;^ y Sugrañes, Mendicidad y
Beneficencia eu Barcelona (A. P. y M.).— Kugenio Carré Aldao, La literatura ga-
llega en el siglo xix, seguida de una .\ntologia y Apéndices (A. P. y M.). — Enrique
¡(unge. Nuevo Di ce ion a/* i o de bolsillo español-alemán y alemán-español (M. R. T.).
Sir Francis Richarvi Cruise, Qui est l'auteur de L'Imitation de Jcsus-Christ?, tra-
vluctioo par MUe. Agnés Kennedy {M. S. y S.).— P. M. Fr. Thyrso Lope^ Bardon,
Monastici .\ugusiiniani R. P. Fr. Nicolai Cru.<«enit continuatio atque ad illud ad-
-.ii lamenta si ve Bibliotheca manualis Augustiniana in qua breviier recensentur
Vugustinenses utriusque sexus viriute, liiteris. dignitate ac meritis insignes ab
nnn<j ló»"» usque ad 17)0 (M. S. y S.). — Vicente Lampére^ y Hornea^ Historia de la
Arquitectura cristiana (J. R. M.).— Pelayo Quintero Atauri^ l-clés, antigua residen-
cia de la (.)rdcn de Santiago, con una aarta-prólogo de D. Arturo Masriera
iM. S. Y S.).- -Archer M. Huntington, Pocm of te Cid. Text rcprinted froin the
unique manuscript at Madrid (R. Me.nksdez Pioal) 211
XL— \'ahildades: Alemania, Kspaña (Madrid y Málaga), Lstados l'nidos, Francia é
Italia 220
XIL — CuÓNU A DK AR(,H1V0S, BIBLIOTLCAS Y MVSKOS 232
XUI.--Biulio<írafia: Libros espatwles, por I). Alvaro Gil Alrackte y D. M. Serrano
Y Sanz, de la Biblioteca Nacional. — Libros extranjeros^ por D. M. Serrano y Sanz.
Revistas españolas, por Ü. Knriquc Arderíi* t Valls, de la Biblioteca NacionaL —
Revistas extranjeras, por I). Lorenzo Santamaría, de la Biblioteca Nacional. . . 233
XIV. SliXIÓN OFICIAL Y DE NOTICIAS 24I
XV.— Portada O índice ilel tomo IX.
Láminas sitltas: III. Las estaciones del año (mosaicos de Itálica). — IV. El triunfo de Baco
(mosaico de Itálica),
LÁMi.NA iM krcalada: Mosaico de Itálica.
Pliegos nS y 2fide la íiibliografia hispano-latina clásica, por I). Marcelino Menéndez t Pblato,
Jefe superior liel Cuerpo facultativo de .Vrchivcros, Bibliotecarios y Arqueólogos,
l^irector de la Biblioteca Nacional.
Pliegos 4.^ \ 4Ó del Catálogo de retratos de persona jes'españoles que se conservan en la Sección
de ¡estampas y de Helias Artes de la Biblioteca Nacional, por I). Ángel M.** de Barcia
Y 1'avón, Jefe de dicha Sección.
Pliego 7 lie la Colección diplomática de San Juan de la Peña, por l>. Manuel Magallón t Ca-
RPF RA.
Pliofo f> del Catálogo de la librería del Cabildo Toledano, por P. José tícTAVio ns Toledo.
Pliego 2 del Catálogo I. Diversos de Castilla, por D. Julián Paz, Jefe del .Vrchivo de Mmancas.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Año VIII. — Febrero y Marzo de 1904. — Núms. 2 y 3.
EL ITINERARIO DE D. FERNANDO COLÓN
Y LAS RELACIONES TOPOGRÁFICAS
Mr. Marcel en un folleto publicado en 1899, trató con el acierto que
logra en todos sus trabajos del origen del mapa de España »; y el Sr. Fer-
fiández Duro en un articulo publicado en el Boletín de la Real Academia
de la Historia, de la cual es meritísimo Secretario general, amplió y es^
clareció la cuestión aportando datos curiosos y antecedentes nuevos ó poco
conocidos «i
Con estos dos trabajos puede considerarse aclarado el asunto; mas
como quiera que aun quedan en pie algunas de las afirmaciones hechas
por D. Fermín Caballero 3, tanto respecto al punto concreto de las rela-
ciones topográficas mandadas formar por Felipe II, asunto que si no idén-
tico al primero guarda en él íntima relación; y como, por otra parte, con-
viene hacer constar que los trabajos iniciados por Ambrosio Morales en
en el siglo xvi fueron continuados en el siglo xvii, me he decidido á escri-
bir estas líneas, porque mostrarán cuando menos la perseverancia de Es-
*
paña en las nobles empresas de la ciencia; mostrarán también que no fué
relámpago fugaz, esplendor de un momento y gloria efímera la que co-
rresponde á los españoles de aquella época, sino empeño firme y decidido,
conocimiento profundo, cultura de un país que reemplazaba un sabio que
moría, con otro sabio, porque los tenía á centenares; y mostrará también
que si se perdieron con los apuntamientos de Esquivel las notas y detalles
1 Les origines de la carte d'Espagne, París '1899.
2 Boletín de la Real Academia de la Historia, tomos XXXV y XXXVI.
3 Discurso de recepción en la Real Academia de la Historia, Madrid, 186C.
3.* ípoca.^tomo z. 7
84 REVISTA DE ARCHIVOS
de SU trabajo, se conservan en cambio otras, las de Labaña, y que este
mismo geógrafo, gloria española, porque España es por la raza y por el
afecto de sus habitantes toda la tierra que circunda el Atlántico, el Medi-
terráneo y los Pirineos, varió de aparatos y d2 procedimientos sin intran-
sigencias y sin terquedades, sin amor propio exagerado, antes bien con un
espíritu de cultura y con un sentido práctico que puede servir de modelo.
♦ *
Una relación topográfica es sólo, en la más estricta acepción, una des-
cripción del terreno, y si se refieren á pueblos ó á localidades, una descrip-
ción del pueblo y de su termino. Podrán ser más ó menos detalladas, lle-
gar á describir uno por uno todos los llamados accidentes del terreno ó
limitarse á los más importantes, que esto es cuestión de intensidad y no de
esencia; pero es á mi modo de ver indiscutible que en este concepto no
cabe incluir con propiedad ni la historia, ni las costumbres de los habi-
tantes.
Cierto es que una descripción escueta y sobria de un término munici-
pal ó de una comarca no ofrece atractivo é interés para el lector, al modo
que no lo ofrece una descripción geológica sino para los versados en esta
ciencia; y por esto, y por la relación íntima que tiene la geografía física
con la geografía humana y con la historia, no ya en las relaciones parti-
culares, sino hasta en los tratados geográficos se han incluido en todo
tiempo datos, antecedentes y noticias que salen propiamente del orden de
la geografía física para entrar de lleno en el de otras ciencias.
De otro lado, las relaciones topográficas aisladas, aunque de interés y
utilidad notorias en sí, tienen un valor colectivo muy superior, porque
cada una aislada y separada de las demás carece de interés para los veci-r
nos de la propia localidad que no han menester relaciones para conocer
lo que están viendo diariamente, y sólo los extraños que por el pueblo pa^
sen ó que por alguna circunstancia tengan que interesarse en él, sacarán
de ellas algún fruto: en tanto que formando un todo, ordenándose y. colec-
cionándose los de una comarca, territorio, provincia ó nación, son mate-
ria utilizable para el hombre de ciencia, y sobre todo para el geógrafo, que
con estos datos se forma idea y conoce ese territorio sin haberle visto, que
le permite el estudio del país y que le consiente hacer aplicaciones á la
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 85
admmislración. Pero es á ésta á quien principalmente importa; es á los
poderes pAblicos á los.que ha interesado conocer el número é importancia
de las poblaciones, sus medios de comunicación, las condiciones de su tie-
rra y su producción y riqueza; y así no es extraño que no ya en el si-
glo XVI, sino antes, y más propiamente en todos los tiempos la adminis-
tración pública haya procurado adquirir esos datos.
Sin remontar la investigación á otros tiempos y sin retroceder mucho
en la historia de España, los principios de las relaciones topográficas de-
ben fijarse, por lo menos, en el siglo xv, no en el xvi, y prescindo de épo-
cas anteriores, porque á la falta de datos precisos, en este momento, se une
la circunstancia de que antes, y dada la distribución de nuestra península
en diversos estados y dentro de ellos, en territorios de la iglesia, de los
magnates, de las órdenes militares, de la nobleza, de los municipios y de
la realeza, funcionando casi con completa independencia unos de otros,
no era fácil ni hacedero que del centro de la monarquía irradiaran órdenes
para un trabajo general.
Pero en el siglo xv ya se habían formado las grandes nacionalidades
españolas agrupando los Estados anteriores más pequeños: los pueblos v
las órdenes militares; los nobles y el clero, sentían el peso del poder real,
y por esto no es extraño que se intentara un trabajo de conjunto ya en
Castilla, ya en Aragón, y menos si se tienen en cuenta las tendencias cada
vez más absorbentes de la monarquía.
¿Se hizo? Creo que sí: y lo creo porque como indica con mucho acierto
el Sr. Fernández Duro, existe en la Biblioteca nacional un códice de letra
del siglo XV, que contiene el germen de un trabajo completo y extenso de
relaciones topográficas '.
Difícil es precisar á primera vista el año ó años en que el trabajo s^
hizo, pues el manuscrito carece de esta indicación y el carácter de letra no
es bastante para deducirlo con precisión; pero es lo' cierto que en dicho
códice aparece buentiúmero de pueblos (unos 390) en 64 hojas en 4.^, es-
critas por las dos caras, excepción hecha de dos que por un lado tienen
descripciones de pueblos y en el otro una relación de nombres de localida-
des á modo de Itinerario, el cual se hizo en época distinta \
1 Lleva el núin.7.S55 del Catálogo.
2 El ordenen que aparecen algunos de los pueblos del hipotético Itinerario es el siguiente:
Madrid, Torrcjón, Alcalá de llenares, Guadalajara, Henares río, Hita, Jadraque, Medinaceli,
Arcot^ Calatayud, Almunia, Muela, Toledo, Escalona, Alberche, Cadahalso, Zebreros, ^Tila,
Cardeñosa, etc.
86 REVISTA DE ARCHIVOS
Pero las hojas que constituyen el códice de la Biblioteca nacional acu-
san la existencia de un Registro que comprendía más de 6.000 pueblos,
puesto que en dicho manuscrito fíguran, entre otros, los números del 6.477
al 6.635, debiendo notarse al propio tiem(>o que en realidad consta de dos
partes que se distinguen y caracterizan:
I .** Por el ti(5o de letra, que en las 36 primeras hojas es del siglo xv y
en las 27 restantes corresponde quizás al siglo xvi.
2.* Porque en la primera parte los artículos relativos á los pueblos
llevan numeración romana, y en la segunda, arábiga.
3.^ Porque en aquélla la descripción es más sobria.
Y 4." Por el tamaño y clase del papel de cada una.
Tratando de averiguar la fecha aproximada de la redacción de estos
trabajos, he leído con detención la primera parte del manuscrito, que com-
prende desde el núm. 1.007 ^^ i-H7i Y ^^ ^^ artículo núm. i.023 se dice
«Hontiduefía es villa de c. ve9¡nos..., es de D, Alvaro de Lundíí, y lo mis-
mo se repite en otros pueblos^ siendo, por tanto, anterior al año 1453, fe-
cha en que murió el famoso ¿Condestable de Castilla y privado del Rey.
Respecto del segundo cuaderno del códice, también yiene su lectura á
conñrmar que es, por lo menos del fínal del siglo xv, puesto que cita á
Santafé que «es ciudad de 200 vecinos y está en la vega de Granada, y está
en llano y bien cercada..., y esta cibdad hizo el rey Don Fernando...»
Por último, he de advertir que cada artículo se encierra por la margen
izquierda en una llave ó corchete, y que en esa margen tiene el número
de orden en letras romanas ó en cifras arábigas según he indicado.
Dado que el libro ó libros de que formaron parte los citados cuadernos
contenía un número crecido de ciudades, villas y aldeas >, no cabe pensar
que fuera un trabajo hecho por otra autoridad y otro mandato que por los
de los monarcas, y si alguna duda hubiera, por lo menos en lo que á las
órdenes militares se refiere, la desvanecerá el hecho de que aparecen des-
critos y registrados é incluidos en la numeración los pueblos de Membri-
lla, Solana, Alhambra, Villanueva de los Infantes, Villarrubia, Daimiel,
Consuegra, Alcázar y otros que pertenecían á las Ordenes de Calatrava,
Santiago y San Juan con otros muchos que eran de la corona.
No es esto negar que estas Órdenes tuvieran hecho un trabajo análogo
ó idéntico á éste: es decir, que ese trabajo parcial pudo refundirse en el
I Estts últimas no lleTtn número de orden, fígurtndo á continuación de los pueblos de quie-
nff dependían.
BIBUOTCCAS Y MUSEOS 87
total del reino. ¿Cómo podría yo negar la existencia de datos y noticias
semejantes cuando constan en la «Relación que Francisco de León, Co-
mendador de bastimentos del campo de Montiel en la Orden de Santiago,
hizo al Maestre Don Alonso de Cárdenas, del estado de los conventos,
pueblos y encomiendas de la Orden, según la visita que por mandado del
Maestre D. Juan Pacheco hizo el año de i468x> ', y en la «Declaración de
Don Juan Díaz Coronado, Prior de Uclés, en que constan los Subpriora-
tos. Abadías, Vicarías, Curatos, Beneficios y Capellanías, etc., cuya pro-
visión tocaba á la Dignidad Prioral de Uclés» ^.
En el primero de estos códices aparecen los pueblos en forma de artí-
culos, cuya cabeza es el nombre del pueblo, y después de describirle y de
hacer mención de algunos datos interesantes para la historia del mismo,
se ocupa en el detalle de otras localidades que del mismo dependían.
Resulta en vista de esto demostrado, á mi entender, y con los datos del
códice de la Biblioteca Nacional, núm. y.SSS, que en el siglo xv, además
de las relaciones y noticias geográficas y estadísticas formadas por los Pre-
lados, Ordenes militares, etc., se formó un Resumen general por la tnp-
ñarquía castellana, y que este Resumen, aun cuando no era idéntico á los
Recuentos de vecinos ordenados por los reyes, ni á los Repartimientos de
servicios, ni á las igualas de vecinos según la suma de los que hubiere en
las ciudades, villas y lugares, guardaba con ellos íntima relación, porque
claro es que ese número de vecinos no podía deducirse á capricho, nece-
sitaba testimonios en que apoyarse, y como igualmente se necesitaban
para otros fines, nada más natural que hacer el trabajo completo y de una
vez; porque el Monarca interesaba también el desarrollo y fomento de las
obras públicas, y sin citar otros casos, cabe hacer aquí mención en prueba
de ello de las disposiciones adoptadas por los Reyes Católicos acerca de las
sangrías y acequias en Guadagenil, 3 y la Pragmática, ordenando que se
habilitaran las calzadas de Andalucía (año 1485, 27 Febrero), y en cuanto
á las fortalezas, dato que consignan siempre los manuscritos, sabido es que
fueron objeto de predilecta atención por parte de los soberanos.
*
♦ *
Pasando ahora á estudiar el llamado Itinerario de Fernando de Colón,
conservado en la Biblioteca que fundó en Sevilla, resulta, según el se-
1 Ms. en 4.® de 117 folios sia firma ni fecha, pero de letra del siglo zv, existente en el Archivo
Histórico Nacional. (Visitas de Santiago Cazón, 7, núm. 2).
2 Ms. original, fecha 24 de Agosto de 1441, que existía en el coiivento de UcUs.
3 Aáo 1486. Lafuente. Historia d$ España^ tomo II, pig. 326.
88 REVISTxV DE ARCÜIVOS
ñor Rosell, que constaba de 5 volúmenes: uno en que se hace la descrip-
ción de los pueblos, expresando el número de vecinos, las distancias rela-
tivas de los lugares y algunos de los accidentes del terreno '.
De esto deduce el Sr. Rosell que ael autor no tanto se propuso dar una
relación exacta y cabal del territorio que recorría, considerándolo en to-
dos sus aspectos, cuanto redactar un mapa geográfico, fijando con preci-
sión el punto ocupado por cada pueblo, y llamando la atención sobre
algunas circunstancias interesantes ó peculiares de cada localidad, me-
morias que por lo frivolas ó por lo poco veraces debieron parecer de
escaso valor cuando tan menospreciadas quedaron al poco tiempo».
En cuanto á los otros cuatro volúmenes, se refieren á las cosas más no-
tables que iba observando al paso, y que pueden suministrar tal cual dato
importante para la historia de estas poblaciones =.
No tuvo razón en mi entender D. Cayetano Rosell al sospechar que el
olvido en que cayó el trabajo del hijo del descubridor de América se de-
biera á la frivolidad que encerraba ó á la poca veracidad que contenía,
sino á la prohibición del monarca, quien comunicó á Fernando Colón
bajo penas severas á que desistiera de hacer cierta descripción é cosmo^
grafía de España, porque al servicio real cumplía no entender agora en
lo susodicho 'i, y he aquí una nueva confirmación de la hipótesi por mí
sentada anteriormente de que los apuntes geográficos y estadísticos de los
pueblos eran ó se consideraban como documentos administrativos, porque
si se compara lo que escribió Colón de la Membrilla con los datos del Có-
dice de la Nacional, relativos al mismo pueblo, se observará completa
identidad en el contenido, aun cuando difieran en la exactitud y se com-
prenderá que el motivo de la prohibición no era una rivalidad ó envidia
que moviera el monarca á impedir el desarrollo de la cosmografía, (que
era el nombre bajo el cual se comprendían estos trabajos), sino el propó-
sito de que nadie pudiera atribuirse el ejercicio de actos que á la Adminis-
tración correspondían; siendo clara la manifestación del monarca de que
I Rosell. Cootestaclón al discurso de 1). Fermín Caballero, ya citado. En el índice antiguo de la
mencionada Biblioteca fíguraba en esta forma: Extat etiam alterum volumen in 4.^ suo et alia^
rum cálamo exaratum, iter ejus per Hispania continens, cui operam dedit tertia die Augustí,
auno ¡5 ¡7^ ut notula quce in initio codicis de manu e)'us cxtat ostendit: incipit et itineris ejut
descriptio á Ccesar augusta civitate.—B. B. 148-27.
2- Su título: Extatlt etiam de manu ejus quatuor polumina infolio in quibus curiositates no-
tabiliorcs ex iis quas scipit, et in itinere suo vidit, annotavit^ omnts penitus eruditionis gene~
ris plenas et non parum ab historiam útiles.— b, B. i5o-22.
-i D. Rodolfo del Castillo dio á conocer esta provisión del año 1523, en c\ Boletín de la Real
Academia de la ílistoria, año 1898, y en el de la Sociedad Geográfica, tomo XL, pág. 193.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 89
al servicio real cumplía no entender agora en lo susodicho; y deduciéndose
lógicamente de estas frases, que reconocía afectaba al servicio público la
investigación del número de habitantes, y estado de los caminos y fortale-
zas, y que como el censo de la población y los datos para los tributos sólo
se modificaban en largos períodos de tiempo, no había llegado todavía el
caso de rectificar ó ampliar los anteriores. Y vemos'com probada esta afir-
mación en el hecho de que hasta 1541 (y esto pasaba en i523), no se hizo
nueva Relación de los vecinos que hay en las dieciocho provincias del rei-
no, según la consignación que se hiíio para el repartimiento del servicio =,
cuando en Aragón el recuento de hogares anterior, llevaba fecha 1495 3.
En el supuesto de que en los datos recogidos por Fernando Colón, se-
gún opina el Sr. Rosell, hubiera una segunda parte, ésta sería la que ofre-
ciera novedad, porque en la anterior, en el Itinerario, no entraba el co-
nocimiento de la Historia y de las curiosidades; y esta segunda parte sería
no sólo el original, hasta cierto punto, sino la que quizás pudo servir des*
pues de base á las Relaciones topográficas de Felipe II.
Conocer de historia, de arqueología, consignar los hechos gloriosos
de los hijos insignes de los pueblos, era labor propia de los hombres dedi-
cados al estudio de las cosas y apartados de las intrigas y mudanzas de la
corte, y quizás si sólo por aquí hubiera enderezado sus esfuerzos, no hu-
biese tenido ningún tropiezo; pero querer conocer todo esto en el ligera
descanso de un itinerario, síegún le atribuyen, me parece poco práctico»
En buen hora que se pretenda saber todo cuanto en las descripciones geo-
gráficas del siglo XV se consignaba: las distancias de pueblo á pueblo son
cortas y raro sería el caso de que las desconociera el vecino más ignoran-
te: el número de hogares, y más, si sólo se expresaba con aproximación,
era fácil de obtener: si había ríos, si existían puentes, si un castillo ó forta-
leza protegía la población, era cosa que no podía menos de saberse; pero
penetrar en los arcanos de los siglos anteriores, saber los sucesos pasados...
esto, francamente, me parece un sueño para realizado en veinticuatro
horas 3.
Consúltense las respuestas de los pueblos al interrogatorio de Felipe lí,
y á pesar de que tardaban meses en contestar, se verá que acusan en mu-^
1 Aparece en la Colección de documentos incíditos para la Historia de España^ te mo XIII.
2 Copia de Jt relación existente en la Biblioteca Nacional.— N. "7^6, pág. 385.— D. Tomás (jon-«
zález publicó en 1829 un libro rotulado: Ccuro efe la pe blación de las provincias de Castilla en
el siífio xvi; impreso en folio.
3 El supuesto Itinerario contiene unos fi.fco puebles y ctmo lo formó, según dicen de ifi;
á 23, ó sea en 6 años, tuvo que visitar tres pueblos cada día, sin contar con las alc!cr.s.
90 REVISTA DE ARCHIVOS
chos casos un desconocimiento de algunas materias que no podía ocultar-
se á D. Fernando Colón que tenía que existir, á menos que juzgara á los
aldeanos con una cultura impropia de aquel tiempo y de... todos los tieni-
pos: fíarse de lo que en ciertas materias le pudieran contestar, me parece
una gran candidez, y pensar en ver los archivos de las iglesias y consultar
obras de historia en las casas de los particulares, era no contar con el tiem-
po ni con las circunstancias: porque entonces la imprenta apenas nacida
sólo había lanzado á la cultura patria unos cuantos libros en latín en su
mayor parte, referentes á materias teológicas ó puramente literarias, y en
éstas nada se contenía para su objeto: los archivos parroquiales sólo ence-
rraban tal cual otro documento sin gran valor para la historia profana ^
y los pergaminos de los nobles y de los hidalgos, aun cuando de valor para
las biografías, carecían de importancia para la historia local, pues los he-
chos heroicos á que pudieran referirse, en la inmensa mayoría de los casos
se realizaron lejos de las casas en que habían nacido, y los que habían pro-
bado su esfuerzo y su valor, lo probaron en las fronteras peleando con los
moros, en tiempos lejanos en Castilla y en tiempos recientes en Granada:
de etimologías y de otros puntos no he de ocuparme, ¿para qué!^ ¿acaso no
está en el ánimo de todos que esta era materia imposible de averiguar de
boca de las gentes?
Pero el hecho es, que Fernando Colón no marcó ese rumbo, porque de
haberlo marcado, aun cuando hubiera error en el procedimiento y defi-
ciencia en el resultado, hubiera existido acierto en la idea, y digo acierto,
porque así podrían recogerse algunos datos de utilidad: porque podía des*
pertarse en el pueblo el sentimiento de sus virtudes y de sus acciones;
porque vendrían mediante él á saber que la aldea miserable que oculta
entre las quebradas de la sierra, ve deslizarse su historia como se deslizan
las gotas de agua que forman la corriente del río que se dirige á la llanu*
ra, sin que cada una de ellas represente nada, ni valga nada al parecer, ni
se sepa de la fuente de que procede cada cual, ni de la peña que brota,
teniendo sólo nombre y fama la total corriente; así ellos, átomos perdidos
ú olvidados en la inmensidad de su territorio, tendrían un lugar en la his-
toria de la patria, y alguien lejano de ellos, quizás muy lejano, á centena-
res de leguas de distancia, admiraría las proezas de sus padres ó de sus
I Véase It relación del Itinerario del Cronista Ambrosio Morales, donde detalla los libros '
existentes en iglesias de Castilla, Asturias y Galicia y se encontrará la confirmación de mi
aserto.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 9!'
abuelos y sabría que existía un pueblo que les dio ser, y que ese pueblo era
el suyo.
Pero dejando este orden de consideraciones, que avaloran la importan-
cia y trascendencia social y tnoral del interrogatorio de Morales, pasaré á
ocuparme concretamente de sí Fernando Colón acometió esta empresa. El.
índice citado y las palabras de Rosell así lo indican, pero un investigador
diligente de la Biblioteca colombina, escribe textualmente >. «La descrip-
ción de las obras históricas atribuidas á D. Fernando, tampoco parece ser
de títulos exactos... y cuando vemos que Galve^ y Tapares que pasaron
toda su vida en la colombina, confunden en sus catálogos un Diccionario
gec^ráfico (los cuatro tomos á que se refiere el Sr. Rosell), con un volu-
men de referencias á poetas y á teólogos, y hacen una sola obra de los
fragmentos de tres enteramente distintos, bien puede suponerse que el que
suministró á Argote las noticias lo hace grosso modo.yy
Los cuatro tomos en folio de Variae eruditae anotaiioneSy según Ta-
bares, no forman una misma obra. Los que corresponden á la rúbrica
Est. B. B., tabla r5o, núms. 22 y 23, son un verdadero Index rerum, es
decir, un registro en que todo está anotado alfabéticamente. Se descubre
en él el dilatado campo de las lecturas de D. Fernando Colón, siendo las
preferencias para Aristóteles y sus comentadores, los poetas latinos y los
padres de la iglesia, y se nota asimismo que aun citando á Martín Encíso^
Mateo Ruigman y Waltzmuller, sus principales autoridades sobre puntos
geográficos eran Ptolomeo, Pomponio Mela y el cardenal Pedro d* Ailly
(Aliaco). El tercer volumen es la primera parte de un diccionario de de-
finiciones en latín, y el cuarto (B. B., 148, 27), es una «Descripción itine-
raria de todas las ciudades y lugares que anduvo personalmente», tal ves
por. toda Europa. Este volumen abraza solamente España: es an bosquejo
escrito por el secretario de D. Fernando, y lleva este encabezamiento:
Lunes III de Agosto de 1617 comencé el Itinerario».
Si se comparan estos datos con los del Sr. Rosell, se verá que las sigla»
son las mismas B. B., i5o, 22, pero que no coincide el número de volúme-
n^ de las varias anotaciones, que sólo tienen dos, (Harriss) y de las curio"
sidades que estaban distribuidas en cuatro; pero esta discordancia se ex-
plica por el indudable extravío de dos tomos, pues según Harriss, hoy sólo
existe uno que comprende desde la letra A hasta Dux, y otro que contiene
I Doa Fernando Colón, Historiador de su padre, por el autor de la Bibliotheca Americana
Vetustisimt, Sevilla, 1871.
QS REVISTA DE ARCHIVOS
desde la Q hasta la Z: los dos volúmenes extraviados comprendían indu-
dablemente desde Dux hasta Q, pues no es de presumir que se hiciera ci
principio y el fín del diccionario y se dejara sin redactar el centra.
Respecto del Itinerario, dke el Sr. Gallardo > cfitre otras cosas lo si-
guiente. Es un grueso volumen en 4.', manuscrito, de sobre 900 hojas
no foliadas, pero numerados los cartapacios ó cuadernos hasta el 46, que
consta de 27 hojas y empieza con el anterior niim. 6.310. El cuaderno an-
terior es el 41 y termina con el núm. 5.685; faltan pues los cuadernos 42,
43, 44 y 45. Los números de los primeros artículos están con cifras litera-
les hasta el 3.3i5: desde el 3.3i6 se consignan con cifras índicas, y en las
instrucciones que da par 3l poner en limpio esta obra, expresa que se hará
por orden alfabético, etc.
Si consideramos que en las 27 págs. del cuaderno 46 sólo hubiera 169
artículos, la coincidencia de un cuaderno del Ms. de la Biblioteca Na-
cional con el llamado Itinerario de Fernando Colón sería completa, pues
aquél terminaría con el núm. 6.476; y este último, según he indicado, em-
pieza por el núm. 6.477. Q^^ este cálculo está muy cerca de la realidad, lo
prueba el que también tiene 27 hojas como el núm. 46 y i5o pueblos nu-
merados (el cuaderno de la Bibl. Nac); pero si se observa que una hoja
tiene el dorso en blanco (la 56), que otra tiene también en blanco un trozo
(la 63), y que otra hoja (la 57) contiene sólo nombres de pueblos sin nin-
gún detalle, se comprenderá que, de haber estado ocupados estos espacios
por artículos geográficos, el número total hubiera sido de 160 á 170. Es
pues muy probable que la coincidencia exista.
Respecto del cuaderno de letra del siglo xv, sospecho igualmente que
es parte de un todo, del cual, el libro de la colombina, representa un
gran número de datos; pues como se comprueba por las descripciones de
ambos trabajos, hay completa coincidencia en la forma.
Si esto es así, desaparece, no ya la prioridad de Colón en cuanto á las
relaciones geográficas (que esto ya está demostrado), sino la afirmación
de que el Itinerario es obra suya; pues á lo sumo le quedarían las 62 ho-
jas que en el Itinerario aparecen escritas por él, las cuales son bien poca
cosa para fundar sobre ellas el colosal proyecto que le atribuyen; y hasta
casi podría sospecharse que recogió todos estos datos y noticias de las ofi-
cinas del Estado, y trataba de hacerlos pasar por suyos, si no es que en-
tendiendo algunos (después de mUerto Fernando Colón), que pretendía
1 Knsayo üc i:na Biblioteca de libres rares y curiosí s.
BIBLIOTECAS Y IRÍSEOS g3
hacer aquella obra del Itinerario, le atribuyeron Imfiatcrnidad de todas
las relaciones geográficas que tenía en su biblioteca.
De todas suertes, ya quedan aclarados los precedentes del trabajo de
Ambrosio Morales, que tienen un carácter genuinamentc oficial, como
aquéllos, y preceden á los de Colón en más de 70 años.
El mérito de las relaciones geográficas ó topográficas del siglo xvi, es
de los cronistas españoles: el propósito de conocer los pueblos vivos en
todas sus manifestaciones, y los pueblos muertos en todas sus reliquias; de
desarrollar la historia general como grandioso monumento cuyos robustos
sillares fueran las historias particulares narradas por la tradición que forma
el culto de las glorias, y por los monumentos que testifican de modo irre-
cusable los sucesos; de conocer los elementos de prosperidad y de riqueza
del país, sus fuerzas vivas y manifiestas, sus elementos todos, factores im-
portantísimos para trazar un cuadro general de lo que era el suelo de la
patria y lo que valia aquella población de la España del siglo decimosexto,
en que éramos grandes hasta en los errores, es exclusivamente suyo: y el
famoso cuestionario modificado y retocado en el transcurso del tiempo,
aun cuando sólo en [algunos detalles, obra suya también, y muestra clara
é indudable de su sabiduría.
La Real Academia de la Historia, al tomar el acuerdo que ya está
ejecutando, de hacer su publicación, ha prestado un importante servicio á
la Geografía, no entrando yo en detalles descriptivos ni en consideraciones
de otra índole, pues huelgan desde el momento en que los trabajos á que se
refieren han visto la luz pública. Encomendada la impresión de las relacio*
nes correspondientes á la provincia de Guadalajara al Sr. Catalina ^ ha
Cumplido maravillosamente su encargo añadiendo noticias y datos inte-
resantes»
Respecto de las relaciones geográficas de Indias, el Sr» Fernández Duro
hace en su artículo, citado anteriormente, consideraciones claras y precio*
sas que escusan hablar de ellas ^.
Ahora pasaré á estudiar la continuación de estos trabajos no suspendí*
dos, ni interrumpidos definitivamente en i58i, sino continuados, aunque
bajo forma distinta, en los años sucesivos hasta 1624.
1 Relaciones topográficas de España. Madrid, 1903. Del Memorial histórico español.
2 Relaciones geográficas dt Indias, publicadas por el Ministerio dcJFomento, Madrid, 1881-87,
cuatro tomos. Contienen curiosas noticias de! Sr. D. .M. Jimdnez de la Espada.
94 REVISTA DÉ ARCHIVOS
Desde luego haré constar qiie, según expresa el Sr. Caballero, ono falta
quien piense que los ocho vol. de relaciones topográficos hechas en tiempo
de Felipe II son parte dé mayor número de volúmenes escondidos ó ex-
traviados entre los muros de Simancas ó bajo el polvo de algún otro de-
pósito. Así corrió la especie tradicionalmente en el Escorial, asi lo hemos
leído en algún otro libro, así lo creímos algún tiempo y parecía corro-
borarlo la copia de la «Instrucción y memoria de 7 de Agosto de iSjS»
que existe entre los Ms. de la Biblioteca Nacional, Q. núm. 26, cuya
cabeza dice: «Interrogatorio que en tiempo de los señores Reyes Felipe II
y Felipe III, se hizo á todos los lugares de España para escribir la Histo-
ria universal de ella, el cual está en trece ó catorce tomos muy grandes,
manuscritos, que se conservan en la librería del Escorial» y á pesar de
que en opinión del docto geógrafo é ilustre patricio Sr. Caballero, ni
hubo trece ó catorce volúmenes, sino ocho; ni se hicieron relaciones topo-
gráficas en época posterior al i58i, ni se pidieron á ío§ reinos de Aragón,
Navarra, etc., » séame* permitido aportar nuevos datos para determinar si
se continuó la empresa de reunir noticias de todos los pueblos de His-
pana.
Supongamos que carecen de valor estos datos, esas tradiciones, esos
encabezamientos escritos hace ya muchos años y por quien quizás había
visto en el Escorial un número de tomos mucho mayor que el que se co-
noce en la actualidad, aun cuando luego al hacer la anotación no recor-
dara bien si eran trece ó catorce los volúmenes; pero lo que no puede me-,
nos de afirmarse es que en 1623 y 1624 continuaba en otra forma la ad-
quisición de datos, prueba palpable de que el propósito había persistido y
continuado.
■
Hay en efecto en la Biblioteca Nacional un códice Ms. núm. 6.043,
que contiene los dos trabajos siguientes:
((Noticia de algunos lugares de Andalucía, de relaciones de Gabriel del
Santans, sacadas por comisión de su Magestad» y oNoticias de algunas
poblaciones de España sacadas de los papeles originales de Gabriel de
Santans que con comisión de su Magestad por el año pasado de 1624,
anduvo por algunas partes de España recogiendo y observando lo más
notable de algunos pueblos para la descripción general de España que se
había encargado á Juan Bautista Labaña.»
I Jiménez de laEsptdt htce constar en el Prólogo de las Relaciones geográficas de ínátoi
que también se pidieron i Guipúzcoa en 1574.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 9?
Cómo y por qué se confió á Labaña este trabajo, es lo que voy á expo-
ner aunque concisamente.
Los interrogatorios de Felipe II guardaban íntima relación con otro
trabajo, con el de la redacción del mapa topográfico de España empezada
por Esquivel en i566. Muerto Esquivel, Felipe II dio encargo de continuar
los trabajos á D. Diego de Guevara, y muerto también éste, en la tempra-
na edad de 28 años, el rey quiso que los continuara Herrera, el insigne ar-
quitecto. Pero Herrera indujo á Felipe II á crear una academia de cien-
cias, y efectivamente se estableció en 1682, esto es, un año después de la fe-
pha de las últimas relaciones topográficas que se conocen; y á esta academia,
constituida por Herrera, Labaña, Ondcriz, Firufino, García Céspedes y
otros ingenios, sabios matemáticos, cosmógrafos y geógrafos, (institución
potable, muestra á manos de los jesuitas en 1628), competía la enseñanza
superior de dichas materias, siendo nombrado Labaña, en ese mismo año,
vice-rector de la academia, y cosmógrafo, geógrafo y topógrafo del Rey,
y más tarde cronista mayor \ y he aquí por qué en él vienen á refundirse,
f>or muerte de Herrera en iSgy, los trabajos [comenzados por Esquivel y
por virtud de su nombramiento de cronista los que en concepto de tal ha-
bía iniciado Morales, fallecido en iSgi.
No tengo abundantes, sino escasos datos, para dar á conocer los traba-
jos realizados en esta época, pero sí he de afirmar que en iSgi se hizo por
orden del Rey el mapa de una parte de los Pirineos, que Labaña consultó
para sus trabajos del año 1610, bien que no le fuera de gran utilidad ^ y
sabido es, por haber visto la luz pública hace poco tiempo parte de sus
trabajos, que en dicho año y por cuenta de los diputados de Aragón hizo el
itinerario y mapa de este reino; y el citado itinerario es un resumen de las
dos clases de estudios, los topográficos para construir el mapa y los des-
criptivos ó relaciones geográficas de los pueblos, primorosamente hechos
y conteniendo todo género de noticias arqueológicas, históricas, biográfi-
cas, agrícolas, estadísticas, etc. 3. En vista de este itinerario y de los trar
bajos de Santans, es para mi indudable que se varió de procedimiento, y
se prefirieron los datos adquiridos por persona revestida de gran autoridad
y adornada de profunda y general cultura, á las relaciones redactadas á ve-
1 Kn la partida dedefuncióa de Labaña con fecha 2 de Abril de 1624, existente en el libro
parroquial de San Martín de esta corte, consta que ejercía este cargo.
2 Fermín de Lciaun.— Ilustración al mapa de Aragón, 11 de Diciembre de 1777.
3 Itiner^io de Aragón, por J. Bautista Labaña, Zaragoza, i8q5, un volumen en folio.
ijG REVISTA DE ARCHIVOS
ees por personas de escasa ilustración; y como forzosamente habían de re-
correr el territorio para hacer el mapa no se originaban nuevos gastos y
se daba unidad al trabajo.
Hay pues, datos concretos correspondientes á los años iSgi y 1610 en
Aragón, y 1623 y 1624 en Córdoba y Huelva, correspondientes á los reina-
dos de Felipe II, Felipe III y Felipe IV, y he aquí como aparecen compro-
badas y aun ampliadas las afirmaciones á quQ hacía referencia el Sr. Ca-
ballero y de cuya exactitud dudaba: lo que ha debido suceder es que se han
buscado seis tomos más de Relaciones topográficas ó geográficas y estos
trabajos últimos puede que estén catologados con otros títulos, por lo
cual se hace precisa una revisión de todos los Ms. de geografía que de
aquella época existan en las bibliotecas del Escorial y Palacio y en el Ar-
chivo de Simancas, en la seguridad de que con el nombre de Labaña, San-
tans ó cualquier otro han de parecer, como han parecido los que he cita-
do en los párrafos anteriores*
Entrando ahora á estudiar el valor geográfico (Xe los materiales que han
servido de base al presente estudio resulta, desde luego, que los tres prime-
ros, es decir, el que consideramos como más antiguo (códice núm. 7.855 de
la Biblioteca Nacional, primera parte) la relación de la visita de Francis-
co de León á los pueblos del campo de Montiel, redactada en 1468 y la se-
gunda parte del códice citado, presentan grandes analogías como puede
deducirse de su lectura.
En todos ellos se indica el nombre del pueblo, el número de vecinos^
y por regla general el número de leguas llanas ó de sierra que se encuea-
tran hasta alguno ó algunos de los pueblos inmediatos; se marca igualmen-
te en muchos de ellos la jurisdicción, bien sea de las órdenes, de señorío
particular ó de autoridad eclesiástica, y cuando hay ocasión los lugares y
aldeas que de aquéllos dependen, las fortalezas ó murallas que los protejen,
la proximidad de los ríos, etc., siendo ejemplo de esto la descripción de
Torres de Montiel (códice núm. 7.855) que dice así:
«Torres de Montiel es lugar de cincuenta vecinos, está en una ladera,
tiene casa fuerte, pasa Jabalón dos tiros de ballesta de este lugar e viene
de Montiel y va hacia Alcobellas, hasta Santa Cruz de los Cáñamos ay
una legua, hasta Albaladejo de los frailes ay ííj leguas, á la mano dere-
cha está dicha Cruz de los Cáñamos, á la izquierda está Terrinches, etc.
BIBLIOTECAS T MUSEOS 97
La descripción es abundante en detalles geográficos aunque escrita con
lenguaje conciso como puede observarse.
Las de los pueblos del campo de Montiel ' acusan un progreso: en ellas
se hacen constar algunos datos históricos, nos cuentan que el rey D. Alon-
so dio la encomienda á Pero Ruiz, y que el prior de Uclés le dio el abito,
con algunos otros detalles de que carece la primera descripción; y este
mismo estilo se vé campear en las que se redactaron pocos años después de
la conquista de Granada. Pero en estos últimos el carácter geográfico que
no se había acentuado en las anteriores cobra mayor desarrollo, pues nos
dice cuando la tierra c<es franca e de viñas e de huertos» circunstancias
que en aquéllos no se hicieron constar y en otro orden de hechos detalla
que está poblado de moros e de algunos cristianos viejos ». ^
Vemos, pues, cómo paso á paso la geografía va perfeccionándose y có»
mo al comenzar el siglo xvi son sus trabajos ó sus escritos muestra de un
profundo sentido, de un concepto serio y formal de esta clase de materias»
Tras de estos trabajos hay que citar el Itinerario de Fernando Colón,
y con pena lo escribo, porque yo nunca quisiera encontrar más que moti-
vos de elogio para las personas; los datos de Colón según aparecen en el
artículo del Sr. B. Rodolfo del Castillo, no presentan ningún adelanto, y
conste que me refiero á los apuntes de Zaragoza y la Membrilla, pues ya
creo haber demostrado que á pesar de la circunstancia de estar unidos á
ellos por la mano fuerte de un encuadernador, y por la opinión, á mi enten-
der no razonada, de algunos escritores, á quienes yo respeto, pero que se
equivocaron en este asunto, los millares de datos que forman la mayor par-
te del Ms. de la Biblioteca Colombina no son suyos. (De ó8o hojas, sólo 62
están escritas con fecha de Fernando Colón, según el señor Castillo). Bas-
ta para confirmar la afirmación primera presentar el testimonio de la
Membrilla, de ese pueblo que insertan los documentos del siglo xv, y que se
han reproducido ya. De este pueblo sólo dice según don Rodolfo del Castillo:
«La Membrilla es lugar de dici e vecinos e está en llano, es de la enco-
mienda deCalatrava, e fasta Manjanares ay vna legua, llana e de tierra
de labpan^a e fasta la solana ay ¡i leguas de tierra llana e de labranza e
fasta Valdepeñas ay v leguas de tierra llana é de montes baxos e fasta el
Moral ay v leguas 3.
I Del tño 1468.
3 Pueblo de Fiñana.
3 Rodolfo del Castillo, Boletín de la R. Academia de la Historia, tomo XXXIII.
gH REVISTA DE ARCHIVOS
Su lectura nos convence de que Colón (D. Fernando) conoció .y. tuvo
presentes los otros trabajos, porque coincide con ellos en la manera de
hacer las descripciones, véase si no la de Hontidueña, escrita en el siglo xv
en la primera parte del códice citado «mxxiiij hontidueña es villa de c. ve-
cinos, es de D. Alvaro de Luna, esta es una ladera, y la fortaleza en un
cerro muy alto, está ribera del Duratón, nasce en el puerto, de somosierra
ay quatro leguas, de Sepúl veda hasta Calabazas ayuna le., hasta Fuente
el Olmo ay otra le. lia. (legua llana), basta la Torrecilla ay le. y m.^ lia.,
hasta el Pinar ay m.* le., Duratón abaxo hasta Sant Miguel de Bernuy —
una le^
i ¡Pero si á lo menos fueran exactas las descripciones! Paso por alto
lo de dtci e vecinos porque supongo que hay error en |la interpretación
de la lectura, pues lo más probable, dado lo anormal del concepto (dici
e, la c ¿qué significa?) es que el número de vecinos esté escrito en carac-
teres romanos algo borrosos y se haya confundido DCCCL con DICIE;
pero ¿y lo de la encomienda de Calatrava? aquí no debe haber equivoca-
ción en la lectura, y debe advertirse que la Membrilla ni antes ni después
fué de la orden de Calatrava, sino de la de Santiago.
Si acudimos á la descripción de Zaragoza encontraremos iguales de-
fectos. De esta población, entonces como ahora, importantísima, nos
dice:
4(Qarag09a ciudad grande de Aragón, hasta Perdiguera ay cinco leguas
y pasase por barca un rio un millo de Qarago^a, y ebro se pasa antes que
00 el dicho rio á par de ^aragofa por puente.)^
Después de estos testimonios creo inútil insistir más sobre este punto.
*
¡Qué hermoso trabajo el de las relaciones topográficas! Hay tn él un
ambiente sereno, una luz diáfana; los pueblos aparecen en el manuscrito
como aparecerían si pudiéramos volverlos al ser y estado de la época en que
se escribieron aquéllos, como los veían los que los habitaban, como eran.
Las relaciones anteriores condensaron los conceptos como condensaban
las pinturas de la Edad Media, en los retratos de apóstoles y santos los
tejidos, dejándonos ver en aquellas figuras enjutas no más que la armazón;
tal era la delgadez con que las presentaban. Sólo los huesos y los músculos
formaban aquellos cuerpos. Pero las relaciones del último tercio del si-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS ' 99
glo XVI tienen la realidad y la vida de los cuadros de Velázquez, el pintor
más genuinamente español: es el hombre lleno de vida con sus hermosuras
y sus defectos,' y así como al lado del mocetón fornido y corpulento en
quien la vida material domina, dibuja su pincel el tipo raquítico y mise-
rable; y al lado del que viste riquísimos paños y adornadas prendas, colo-
ca al que descubre sus carnes entre los girones de un ropaje que tuvo
quizás tres generaciones de señores; así las relaciones topográficas nos
muestran ciudades y villas populosas cuyo abolengo se perdía en la no-
cjie de los tiempos, por cuyas calles se veían encima de las puertas los es-
cudos ornados de castillos y leones, con gules en campo de oro, brazos
armados de sangrientas espadas, ó ginetes montados en corceles briosos;
emblemas de la gente noble que por aquellas calles discurría galanteando
damas, ó entonando por la noche coplas amorosas: y estas ciudades de
estirpe romana ó de estirpe goda, se mezclan y confunden con el pequeño
lugarejo, que no encuentra nada que decir, que no tiene en su historia ni
siquiera un hecho memorable. Otras veces, la tradición abulta y desfigura
los sucesos: noticioso de que otros pueblos gozan de renombre, el redactor
de la relación, sintiéndose intérprete de las ambiciones de sus conciuda-
danos, hace lo que el pobre pero atrevido hidalgo, que ansia lucir su inge-
nio y su figura y toma el camino de la corte en busca de fortuna; reviste
los sucesos más sencillos de aureola extraordinaria, inventa historias y
prodigios y cae en el ridículo, sin pensar que las maneras afectadas del hi-
dalgo no pasan en la corte, como no pasan en la historia las patrañas y
cuentos de una tradición absurda.
Pero en medio de ellas se encuentra la descripción que hace aquél que
vive ni envidioso ni envidiado, la del pueblo que vive feliz y tranquilo,
lejos de los bullicios de la corte, bajo un cielo limpio y sereno, en una
tierra que con sus frutos paga su trabajo, y de este tipo es el modelo que
os voy á presentar, aunque incompleto.
La Membrilla
«Al quarto capitulo decimos que esta villa está en el reino de Toledo y su asien-
to es Mancha y es el primer pueblo del Campo de Montiel, viniendo de Toledo
hacia el sol á medio día.
»A1 sétimo capítulo decimos que esta villa es de la orden y caballería de San-
tiago, cuya administración es de Su Magestad.
»Al octavo capítulo decimos que en las cortes que Su Magestad manda hacer
habla por esta villa, la ciudad de Toledo, y los comunes y repartimientos que se
3.* áPOCA. — T9MO Z. 8
100 REVISTA DE ARCHIVOS
híicen en este partido se hacen en Montiel y en la villa de los Infantes, donde el
Gobernador manda que se haga.
»A los nueve capítulos decimos que la Chancillería, donde van los pleitos en
grado de apelación es Granada, que está de esta villa quarenu leguas, y á la corte
de su Magestad.
»A los diez capítulos decimos que la gobernación de esta villa y su partido re*
side en Villanueva de los Infantes, que está siete leguas della y conosce de todas
las causas criminales que quiere avocar y de las civiles de todos más arriba y visita
su partido una vez en el año.
»A los once capítulos decimos que esta villa está en el Diócesi del Arzobispado
de Toledo que está veinte leguas della y el vicario é visitador della en Villanueva
de los Infantes, y es del hábito de Santiago y lo provee el consejo de las órdenes.
»A los trece capítulos decimos que el primer pueblo que hay desde esta villa
acia donde sale el sol es la villa de la Solana, que hay una legua grande, cae sobre
la mano derecha un poco, es camino llano.
»A los catorce capítulos decimos que el primer pueblo que hay desde esta villa
acia el sol á medio día
»A los diez y siete capítulos decimos que esta villa está poblada en tierra llana
y fría y enferma de piedra y piernas, es tierra muy rasa^
»A los diez y ocho capítulos decimos que esta villa es probé de leña, porque en
ella no hay sino xara y romero y retama, y esto en poca cantidad, y sarmientos, y
comunes á ella críanse algunos Ubos y zorras y liebres y perdiceSé
»A los veinte capítulos decimos que por cerca desta villa, extramuros della, pasa
un rio pequeño que se dice Azuel, nace en un puerto de Sierra que se dice Valher-
moso, de una fuente que está desta villa quatro leguas, en el término de Alham-
bra: en dicho río hay diez casas de molinos en término desta villa que muelen eii
tiempo de invierno quando hay lluvia; no es caudaloso ni cria pescados algunos.
»A los veinte y un capítulo decimos que esta villa tiene algunas huertas de ar-
boleda, la mayor parte dellas están donde dicen la sierra, que es tierra del Hospi-
tal de los caballeros de la ciudad de Toledo, pasa por medio dellas el dicho río
Azuel, pagan al dicho Hospital doce mil mrs. de renta cada un año y más la dé-
cima de las ventas que se hacen: hay algunas biras huertas, las más con legum-
bres, riéganse todas, las unas y las otras con anorias de pozos; valdrá el diezmo
de las guertas de legumbres dichos veinte y cinco mil mrs., poco más ó menos, y
esto lleva el comendador desta villa; las frutas que se crian son la mayor parte
membrillos, y manzanos, duraznos y ciruelas y peras; son de personas particulares.
»A los veinte y dos capítulos decimos que las dichas diez casas de molinos son
de personas desta villa y de fuera della y se arrienda el diezmo de lo que ganan en
veinte y cinco mil mrs., unos años más y otros menos, conforme como hay llu-
vias, es del comendador la dicha renta.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 10 1
»A los veinte y ircs capítulos decimos que esia villa se prouee de agua dulce de
pozos que están junto al pueblo, y ésta se vende á dos y á tres y á quatro mará-'
vedisei la carga que es de quatro cántaros, conforme al tiempo; hay agua salobre
en todo el pueblo, de pozos^ y las moliendas se hacen en ruidera^ molinos de su
maq., que está siete leguas dcsta villa, donde hay lagunas.
»A los veinte y...
»A los veinte y cinco capítulos decimos que el comendador desta villa tiene
unas casas en ella, de tapias de tierra, donde reside el Alcalde y recibe los diezmos
del pan de su encomienda: llámase el Comendador Don Pedro Pimentel, Marqués
de Víana... tiene el Comendador en término desta villa una dehesa que dicen el
Salobar, á quarto de legua del pueblo, tierra de labor con un prado de diez á doce
fanegas de tierra, etc
»A los veinte y seis capítulos decimos que el trato y granjeria desta villa es de
labranza de pan y vino'^ y algunos ganados menudos y mayores que se crian;
arriéndase el. diezmo del ganado dé lana y queso, mayores y menores, trescientos y
cincuenta mil mrs. las dos tercias partes; esto es lo de la mesa maestral, y la tercera
parte del Arzobispo de Toledo, algunos años más y otros menos, y de diezmo de
pan que se diezma á la dicha mesa maestral, tres mil fanegas de trigo y otras tan-
tas de cebada poco más ó menos, porque estos años pasados de setenta y dos, y
tres y cuatro y cinco, se han diezmado once mil quinientas fanegas de trigo y
doce mil de cebada, y de vino trece mil arrobas en cada un año, poco más ó me-
aos^ y el gmudo que ea esta vüUi se cría más inútil es el caballo, que nunca se ha
visto en esta tierra caballo que nasca en ella que bueno sea, porque mientras más
va, es más ruin; la mayor necesidad que el pueblo padece es de pescados y de acei-
te, porque están más de cinquenta leguas las marismas y el Andalucía, de donde
se provee de aceite más de treinta leguas, y de madera de pino se provee de Alca-
raz, que está catorce leguas, y de la tierra de Cuenca que está treinta; para la labor
se provee de los términos comunes á esta villa, que está ocho y nueve leguas» >.
Como puede verse, el lenguaje es claro, castizo, correcto, grande el
detalle y ordenada la exposición dentro de cada capitulo.
Voy á terminar este artículo, pues ya sólo me resta dar cuenta de las
descripciones hechas por Labaña ó escritas por Santans bajo la dirección
de aquél.
Las primeras, contenidas en el Itinerario de Aragón, van acompaña-
das de los datos y mediciones que tomaba para formar el mapa de aquel
reino. Mucho más sucintas que las contestaciones al interrogatorio de Mo-
rales reflejan, como no pueden menos de reflejar, los talentos y la cultura
de su autor, y se amoldan al desarrollo de un trabajo que se ejecutaba en
X He trascrito estos capítulos con su propia ortografía.
102 REVISTA DE ARCHIVOS >
muy distintas condiciones, porque la situación de los puntos más intere-
santes, para ir dibujando el mapa, aparece aquí como noticia escueta, que
ocupaba sólo la mitad derecha de cada página, con la siguiente redac-
ción:
Casteyon de las armas, do or. á m. 26 gr. i. l. >.
En la otra mitad de la izquierda se contenía la descripción de los luga-
res observados desde cada pueblo mediante los aparatos que llevaba, des-
cripciones breves, por regla general, pues se referían á cumbres de cerros
ó de montes, á puentes, á aldeas ó castillos, y en general á los sitios más vi-
sibles. Todo esto con notas marginales y dibujos de los objetos ó restos más
notables, como símbolos, escudos, inscripciones, columnas, arcos, teatros
romanos, etc., y planos parciales de algunos valles, y vistas panorámicas
de algunos cerros, formaba parte del trabajo de cada día, el cual comen-
zaba con la indicación de la fecha y lugar que le servía de centro para sus
observaciones, continuaba con la descripción del pueblo en que estas te-
nían lugar, y terminaba con los datos, que constituían la doble columna
antes indicada.
f^n las descripciones, Labaña aparece tal cual era en su inteligencia,
un foco de potente luz: y tal cual era en su voluntad, una fuerza conside-
rable. Asombra ver que en solo seis meses estacionó en 120 sitios, hizo
sus observaciones topográficas, caminó, recogió datos de archivos, visitó
lugares y vio objetos que aunque correspondientes á cada término muni-
cipal, se hallaban á algunos kilómetros; redactó sus apuntes é hizo los
dibujos; y más que esto asombra la cultura superior que revelan sus jui-
cios y sus noticias. Para Labaña era fácil conocer, hacerse cargo y dar
cuenta de la arquitectura de los conventos, de las iglesias parroquiales, de
los castillos y fortalezas, penetrar en su organización, saber sus leyes y
reglas, el valor artístico de cuadros y esculturas, asignar época á los ob-
jetos arqueológicos, examinar los fenómenos naturales, dar idea de la im-
portancia de las poblaciones, facilitar datos de agricultura relacionándo-
los con los de otras comarcas y países, noticiar las plantaciones, la vege-
tación espontánea de las comarcas, las aves y los animales salvajes. Por-
que aun cuando es cierto que todos estos datos se los facilitaban, no sólo
hay mérito en recogerlos, sino que hay más mérito en seleccionarlos; y
el mérito principal se deduce en este caso más que por lo que dijo, por lo
I do or. i m.^de oriente á mediodía.
B1BU0T£CAS Y MUSCOS Io3
que dejó de decir, porque fácil es pensar cuántas noticias falsas llegarían
á sus oídos, cuántas supersticiones, cuántas consejas tendría que escuchar,
y sin embargo, su libro es un libro escrito con una sensatez maravi-
llosa.
No es posible, á menos de alargar este artículo demasiado, incluir una
de sus descripciones en que aparezcan en su integridad los caracteres
asignados: además resulta difícil, porque á cada descripción le da su justa
medida, y por tanto es preciso leerlas todas para encontrar la comproba-^
ción de lo que he escrito, limitándome á reproducir una de las más
cortas.
«Alagon he villa del Rey terá 3oo vezinhos < á my de Xalon ó qual se passa
por Ponte e poucos passos ácima dolía esta huá Presa, donde sae huS acequia
grande que rega a horta de ^arago^a pj aquella parte do Ponente tiraón se do
mesmo río m.^*' acequias, con que se rega á Horta de Alagon, que he qtiasi huS
legoa en torno que dizem sao 5. V cayzadas de térra hanna cayzada sa5 4 hanegas,
menores que has de Castilla pouvo muy ahondante de páó, azeite, é vino e fru-
tas. Ha aquí hum Mosteiro de frades Agustinos que ha cinco Annos que se fundou
. em huá Ermlda de Sao Joao Baptista.»
Respecto de Gabriel de Santans, haré notar que sus datos son más de-
ficientes y que en general divide las anotaciones diarlas, como su maestro,
en dos partes; la descripción del lugar y las observaciones topográficas,
de las cuales prescindo, en este trabajo, asi como de las de Labaña y Es-
quivel.
De Gibraleón dice Santans, lo siguiente:
»Es villa del Duque de Béjar, cabeza del insigne marquesado con poco más ó
menos noventa ducados. Ay un convento en el de Ntra. Señora del Carmen, el
primero que se fundó en España por los Smos. Infantes D. Alonso de la Cerda, y
por su mujer doña Madalfa, nieta de San Luis, Rey de Francia, como parece en su
sepulcro en la capilla mayor de dicho convento. (Copia la inscripción, que se refie-
re al año 1295.)
»Están los cuerpos en el Hueco (?) del altar mayor. Fué fundado por los di-
chos Infantes en la misma casa donde vivieron en el quarto que llaman de los In-
fantes, porque fué éste uno de los lugares que les dio por la concordia con el rey
D. Sancho. Dexáronle muchas haziendas que con los tiempos se han perdido.
Tendrá oi de renta 40 ducados, ay 3o religiosos, etc.
»Avía en un arco que estaba junto á la plaza desta villa, un rétulo en una pie-
dra que decía: «quien en justicia se quiera perder, en jueces arbitros la debe poner»
(1) No se olTidc que Labaña era portugués.
104 REVISTA DE ARCHIVOS
la qual fué pusta de muchos que o¡ viven é fué puesta por los Sinos. Infantes
arriba referidos.
»Ay asimismo iradizión que de Francia envían todos los años ¿ hacer los obse-
quios á este convento por la señora Infanta é ia aura cosa de 40 años que no
vienen.»
»Parte términos con el condado de Niebla, esto es, con las villas deGuielva, San
Juan, Trigueros y con Nubla y con la villa de Alxaraque y con el marquesado de
Ayamonte, con Lepe, Redondela, Villablanca y San Silvestre, y con el río Guadia-
na y la ribera de Chanca, que es raya de Portugal y alinda también por la parte
de San Miguel con la mar.
»T¡ene dos parroquias, San Juan y Santiago, el convento del Carmen y otro
de monjas dominicas de la advocación de Ntra. Señora del Vado.
«La villa está puesta en la ribera del rio Odiel á mano izquierda e el condado
tiene las villas de Cartaya de San Miguel, cerca de buey (I) de San Juan de Gua*
diana el lugar de los Castillejos, el lugar del Granado, de San Bartolomé de la To-
rre, del Rincón de San Antón.
4f
* *
Rápido fué el aclelanto de la geografía en España. En poco má$ de un
siglo subió al punto culminante, pues es indiscutible que ninguna nación
puede presentar relaciones topográficas que en i58o igualen á las nuestras.
Corto fué el periodo de apogeo; más rápido y más corto el descenso y más
violenta la caida. De ella no he de hablar, pues las tristes lamentaciones
son esfuerzos perdidos, energías que desaparecen, manifestaciones de la
fiebre que enflaquece y debilita los espíritus y producto de cerebros que
no funcionan. Tampoco he de recrearme en admirar aquella gran obra y
contentarme con cantar sus excelencias:
Qué gana el pobre leño
despojo humilde de la mar bravia,
sino hacer mis pesadas sus congojas^
con recordar las hojas
que le cubrieron de refdor un día.
Pero si no hay lugar á vanas quejas ni á engreimientos necios, hay lu-*
gar á recoger las enseñanzas de la historia: hay lugar á que pensemos que
el trabajo de una generación puede redimir á la patria de la esclavitud de
la ignorancia, y á que con ardor y con fe, con energía y entusiasmo, pro-
curemos hacernos dignos de nuestros antepasados. Ellos nos legaron una
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I03
patria grande: los reveses de la fortuna y nuestros vicios y nuestras pasio-
nes la empequeñecieron; que nuestro trabajo la engrandezca nuev^
mente >.
Antonio Blazquez.
Madrid aS de Enero de 1904.
LOS RESTOS MORTALES DEL REY DON PEDRO DE CASTILLA'
Y SUS VICISITUDES
Hacia el comedio de la fatigosa Cuesta de Santo Domingo, y en mucha
parte oculta ya por edificaciones posteriores sin valor ni importancia casi
todas ellas,"— en la extensa manzana que. al ser urbanizado aquel terreno,
divide hoy la curva calle de Campomanes bajando á la Pla^a de Isabel II
ó dePrim, como fué también un tiempo denominada, — hasta hace poco
más de treinta y cinco años levantábase en Madrid la fábrica de un Con*
vento de religiosas, fundado por el propio Santo Domingo de Guzmán
en iai8.
Llamábase de Santo Domingo el Real; y situado extramuros de la an-
tigua villa, no lejos de la Puerta que se dijo de Palnadú, nombre arábigo
corrompido, con cuya signifícación verdadera no hay quien acierte ^, ha*
bfa recibido grandes mercedes de los reyes de Castilla, especialmente de
San Fernando, quien le hizo donación de la extendida huerta que hasta las
1 Después de escrito este artículo, recibo atenta carta de D. Simón de la Rosa, de la cual re«
sulla que ei cuaderno de la Biblioteca Nacioaal, escrito en el siglo xv, corresponde á hojas que
faltan en el libro de la Colombina, y que efectivamente el último número del llamado Itinerario
de Colón, es el 6^76, como yo había supuesto. Queda pues confirmado todo este artículo, excepto
en la apreciación de ia exactitud de las descripciones de Zaragoza y la Membrilla, pues la falta
no es de Colón desde el momento en que no estaban escritos por él. Cumple aquí dar las gracias
al Sr. La Rosa y á los activos é inteligentes funcionarios de la Bibl. Nac. y Archivo histórico por
las facilidades que me han prestado para redactar este artículo.
2 Como siempre, latinistas y arabisus se han disputado la explicación etimológica de
Balnadü^ entendiendo los primeros deriva de balnea-duo, ♦que indica claramente que por alH
se S3 lía á los bañosp» y los segundos de bab-al-nadur, «que traducen puerta de las Atalayas^
ó del Diablo, ó de la frontera del enemigo,* según consignan Mesonero Romanos en El antiguo
Madrid, pág. 87, y Amador de los Ríos y Rada y Delgado en la nota de la pág. 11 de la Intro-
ducción de la Historia de la Villa y Corte de Madrid. Para nosotros es incuestionable el origen
arábigo 4e Balnadü; pero no conociendo la forma escrita de la palabra, son tantas las combi-
naciones que se pueden hacer, que mejor es no aceptar ninguna, dejando el asunto en el estado
en que ts halla.
Io6 REVISTA DE ARCHIVOS
rnmediaciones de la indicada puerta llegaba, y tuvo nombre de Huerta de
ba Reina y de la Priora más tarde. »
Sobre los vulgares edificios que encubrían el del Convento y habían he*
cho variar su primitiva entrada, descollaba gallardo el ábside poligonal
de la iglesia. Labrado en rojizo ladrillo, con recios contrafuertes de igual
clase de material en los ángulos, adornaban sus caras dos órdenes de es-
trechos arquillos, decorativos y lancetados, inscriptos graciosamente en
otros polilobulados, corriéndose unos y otros en disposición asemejable
por los contrafuertes, de manera que en él resplandecía, simpático y atrac-
tivo, el aspecto de aquellas fábricas toledanas mudejares, aun en la ciudad
del Tajo subsistentes.
Obra de alarifes mudejares, con efecto, como la torre de la Parroquia
de San Pedro, hoy dolofosamsnte embadurnada, fruto simulaba ser ya de
la mitad del siglo xiv^ época en la que reinaba al par todavía en Castilla
y en León el desventurado príncipe en Montiel asesinado, si no era fruto
de los días en que doña Constanza de Castilla, nieta del rey don Pedro, ri-
gió como priora aquella santa casa, que tanto procuró favorecer en vida
el legítimo sucesor de Alfonso XI.^ De cualquier modo que sea, es lo cierto
que, á consecuencia sin duda, de la guerra famosa de las Comunidades, du-
rante la cual fué el Convento sin piedad incendiado, aparecía el ábside falto
de su natural coronamiento, el cual fué acaso reemplazado entonces, y mo-
dificado luego, en una de las muchas reformas que hubo de experimentar
el edificio hasta llegar á nosotros, por la fría terminación, vulgar y desor-
nada, que desentonando del conjunto, aspiraba á completarle sin em-
bargo.
Sobre aquella casa, tantas y tan repetidas veces adulterada en los si-
glos XVII y xviii, pasaron sin herirla los fieros huracanes de nuestra Guerra
de la Independencia, con el decreto de exclaustración de 1809; pasó el tor-
bellino de 1834, que arruinó en España tantas maravillas para medro de
unos cuantos, y llegada la revolución de Septiembre de 1868, ya en los pri-
meros meses de i86g era, con otras varias, señalada para su desaparición
definitiva.
Cuando las monjas, atemorizadas, abandonaron al histórico edificio,
cuya demolición debía comenzar en breve, — á instancias del Director del
I Mesonero Romanos, Op. cit., pág. 94. Este escritor aflrma que la huerta llegaba hasU el
alcázar; pero lo impedían la muralla y la Puerta de Balnadü^ la cual estaba según él mismo
dice, ««lando frente lejano á la cuesu de Santo Domingo» (pág. 87 cit.)
BIBIOTECAS Y MUSEOS lOJ
Museo Arqueológico Nacional, que lo era entonces el eximio poeta don
Ventura Ruiz Aguilera, disponía el ministro de Fomento, D. Manuel Ruiz
Zorrilla en 23 de Abril del citado año de 1869, que una Comisión especial
del propio Museo pasara desde luego al Convento de Santo Domingo el
Real, como pasó al de las Teresas, con el propósito de trasladar á aquel
naciente instituto los objetos que estimase dignos de ello.
Y así con efecto lo verificaba, siendo ya en 16 de Junio llevados al an?-
tiguo Casino de la Reina, en la calle de Embajadores, con multitud de
imágenes, cuadros y objetos de no grande importancia, luego en su mayor
número devueltos á la comunidad de Santo Domingo, — el bello sepulcro
de doña Constanza de Castilla, la sillería del Coro, obra ya del siglo xvii^
pero cuya traza es sin razón atribuida á Juan de Herrera, sillería que
en 1875 ó 1876, si no estamos trascordados, fué á la propia comunidad res-
tituida, á instancias suyas, — y la gallarda estatua orante del rey don Pe*
dro, labrada en los días venturosos de doña Isabel 1/
Con muy discreto acuerdo había sido á la Comisión del Museo incor-
porado el individuo del mismo, distinguido y laborioso escritor D. Juan
de Dios de la Rada y Delgado, Jefe hasta hace pocos años de aquel cientí-^-
fico Establecimiento. Al colaborar con el autor de la Historia de la Villa
y Corte de Madrid, más de una vez el Sr. Rada había hallado ocasión de
visitar el Convento; por esta causa tenía conocimiento personal de las obras
artístico-arqueológicas que conservaba, así como de que entre otras me-
morias tumulares, desaparecidas probablemente en la restauración total
del templo verificada en 1612, — desde 1845, y merced á las gestiones de la
Comisión Central de Monumentos, al lado del sepulcro de doña Constanza
existían en el Coro la mutilada estatua orante del calumniado hijo y suce-
sor de Alfonso XI, y los restos mortales de aquel príncipe, no lejos de
los del denominado infante don Juan, su hijo bastardo, cuya madre, con
tra la verdad natural y legal, no es de cierto conocida.
Uno de los primeros cuidados que se impuso el Sr. Rada, fué, si aún
era tiempo, el de salvar generoso los restos mortales por tradición no inte-
rrumpida como del rey don Pedro reputados en aquella casa; pero cuando
llegó al Coro, «encontró á unos cuantos desdichados, de esos que surgen
siempre de lo más hondo de las clases sociales en momentos de revolu-
ción..^ que habían empezado á abrir el nicho», violentado el cofre en que
los restos se conservaban, y como en más de una ocasión oímos re-
ferir al Sr. Rada y él mismo consigna, con unas tenazas de carpin-
I08 REVISTA DE ARCHIVOS
tero se entretenían ya en arrancar los dientes de la calavera de don
Pedro. »
Hallábanse dichos restos dentro de un arca ó cofre, humilde, de made-
ra, con su letrero correspondiente sobre el panderete que cerraba el nicho,
el cual se hallaba en cierta manera de oratorio que las monjas tenían reser-
vado, «detrás de las imágenes que recibían culto en los altareso del citado
oratorio, en otro de los cuales estaban guardados los despojos mortales del
llamado infante don Juan, padre de doña Constanza, cuyo nicho había sido
también profanado, así como los huesos. Por tratarse de figura histórica
tan gallarda y eminente como la del rey don Pedro, la G)misión juzgó de
su deber salvar aquellas reliquias de mayores profanaciones y de doloroso
extravío; y asi, dispuso acertadamente la traslación de los mismos al A/t/*
seo Arqueológico Nacional, oficiando después c(á las autoridades respecti-
vas» el Museo para que dispusieran de los restos, sin que nadie se preocu-
pase en contestar aquella comunicación, ni los precitados restos recogiese.
No eran éstos. los únicos que el Convento de Santo Domingo el Real
guardaba: bajo el sepulcro de doña Constanza de Castilla, nieta bastarda
del legendario don Pedro, aunque reducidos en mucha parte á polvo, esta-
ban los de la indicada señora, con parte de la cabeza, en que había algún
cabello y residuos del velo que la cubría. Cerca de la puerta de la Sala
Capitular y é inmediata á la pared de la iglesia, al pié de un arco pintado
al óleo en principios del siglo xvii ó fines cuando más del precedente
siglo, y en cuyo centro dos ángeles conducían al cielo un niño vestido de
blanco, — una inscripción pintada y dorada declaraba:
aquí • YACE • LA MUÍ ALTA I PODEROSA SEÑORA
LA INFANTA • DOÑA COSTANZA •
YJA DEL REÍ DON FERNANDO •
HERMANA • DEL REÍ DON ALFONSO EL XI
tía del reí don PEDRO •
Descubierto el nicho, apareció «colocado verticalmenle, en un hueco
abierto en el macizo de la pared... un pequeño ataúd de pino, y en él, el
cadáver momificado de una niña [de poco más de dos años], vestido con
túnica abrochada al cuello, y envuelto en dos paños labrados de seda, uno
de los cuales indica en sus labores-^decía la Comisión del A/wseo, — el esti-
1 Estatua orante del rey don Pedro de Castilla^ pág. 543 del lomo IV del Museo Español dt
Antigüedades.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS IO9
lo mudejar di fines del si¿;lo xiv.» «La momia tiene la cabeza separada del
tronco, y colocada en un ángulo del ataúd, por no caber en él completo
el cadáver ». En el muro frontero, c<sín lucillo funerario, ni labor alguna,
pintada en un lienzo, que cubría una leyenda más antigua que decía lo
mismo», se hacía constar:
AQCI YACE LA MU! ALTA i PODEROSA SEÑORA
LA INFANTA DOÑA BERENGUELA
HIJA DEL reí DON ALONSO
INTITULADO EL EMPERADOR
Los restos sin embargo estaban en otro espacio, ocupado más tarde por
el órgano, y en el cual se leía la misma inscripción; descubierto el nicho
ase ha encontrado,— decía la Comisión,—- el cadáver, también momificado,
con tocado curiosísimo y envuelto en lujosos ropajes de scJa.w Reintegra-
dos á sus nichos los restos mencionados, después del reconocimiento y
examen á que eran prudentemente sometidos, la Comisión, reservando el
ingreso en aquellos lugares, se apresuraba á poner en conocimiento de la
autoridad superior el resultado de sus investigaciones, «para que en
vista de ello resuelva lo que conceptúe más acertado, permitiéndose indi-
car ,' que dichos restos, como de personas pertenecientes á las antiguas
familias reales de España, pudieran ser trasladados al Panteón de Infan-
tes del Escorial» >.
Por desdicha, y como suele acontecer, nadie hizo caso de comunicación
semejante, ni tampoco de los restos, que allá quedaron en el Convento, y
que han ¡do á parar Dios sabe dónde, de lo cual amargamente se quejaba
el Sr. Rada y Delgado, al estudiar en el Museo Español de Antigüedades
el Sepulcro de doña Constanza de Castilla, deplorando no haber hecho
con ellos lo propio que con los del rey don Pedro y su hijo bastardo, en el
Museo depositados por la Comisión que hubo así de salvarlos milagrosa-
mente de la destrucción y desaparición á que parecían con los demás de
Santo Domingo el Real condenados.
Para decoro de los de Pedro de Castilla y su hijo, guardados fueron
muy luego unos y otros en sendos cofrecillos ó arquetas de madera, forra-
dos de morado terciopelo, con las costaneras de metal dorado, y en tal dis-
posición expuestos en la Sata de la Sección Segunda del Museo, denomina*
i Rad^ y Delgado, monograf. cit., pág. 543 del tomo IV del ^íusef> Español de Antigüedades.
2 Rada, ibidem.
1 10 REVISTA DE ARCHIVOS
da la Capilla^ — pues de ello había en su origen servido, — á uno y otro ladp
del sepulcro de don Pedro Boil, que en tal sitio tuvo instalación* conve-
niente más tarde, y cerca de la hermosa eslatua orante^ llevada al propio
tiempo de la citada santa casa religiosa, que ya no existe.
Ni se dio importancia alguna oficial á la traslación de los referidos rest
tos, lo cual no era de .extrañar en aquellos dias, ni, — esperando que el go-
bierno dispusiera de ellos, pues nada tenían de artísticos ni de arqueológi-
cos, — fué su ingreso registrado en los libros correspondientes del Museo; y
allí, en aquella reducida Sala de la Capilla, donde habían sido desde un
principio depositados, alli continuaron, siendo materia de irrespetuosa cu-
riosidad por parte de los visitantes, á quienes los porteros, como singular
rareza, enseñaban los tristes despojos reales, dignos con verdad de venera-
ción en todos conceptos.
Al fin, en 1875, la Dirección General de Instrucción Pública disponía
que la Real Academia de la Historia propusiera el lugar á donde debían
ser trasladadas las reliquias de aquel desventurado monarca, para ser de*^
finitivamente inhumadas, consulta que la docta Corporación evacuaba,
indicando las catedrales de Toledo ó de Sevilla >, sin que por entonces se
decidiese nada en el asunto, lo cual dio ya en 1876 motivo á que en el pe*'
riódico sevillano El Universal abogase el Sr. Sánchez Silva por que la
traslación se efectuara á Sevilla, aduciendo entre otras razones, la de que
fué ésta la voluntad de don Pedro, «como dicen las crónicas y manuscri-
tos» contemporáneos «.
Interesar lograba el artículo del Sr. Sánchez Silva al municipio hispa-
lense, el cual se resolvía en consecuencia á reclamar los restos mortales de
aquel príncipe, juntamente con los de su hijo don Juan, tantas veces unos
y otros removidos, para darles en la Capilla de los Reyes de la Catedral
decoroso y definitivo enterramiento 3; y el conde de Toreno, ministro de
Fomento en aquellos días, por Real Orden de 17 de Octubre del afío me-
morado autorizaba con loable acuerdo la traslación, la cual debía efec-
tuarse á cargo del Ayuntamiento de Sevilla, mediante entrega de las re-
liquias á la persona ó personas comisionadas y autorizadas legalmente por
el mencionado municipio.
1 Dio la noticia la Revista de Archivos, Bibliotecas t Museos, tomo V, pág. 98.
2 Id. lo., tomo VI, número del 5 de Septiembre de 1876, pág. 288.
3 Id. Id., número de 20 de Octubre de 1876, pág. 338 del tomo VI. AI dar la noticia, agrega:
«Tenemos entendido que la municipalidad hispalense prepara á los restos del famoso Rey
Cruel ó Justiciero (porque aun no ha resuelto la historia cuál de estos califícativos le corres-
ponde) pomposa recepción y elegante mausoleo».
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 1 1
Designaba Sevilla para tal y tan honroso encargo al señor D. Gonzalo
Segovia y Ardizón, diputado que era además á Cortes; y presentados los
poderes que la legitimidad de su representación acreditaban, por Real Or^
den de 28 de Diciembre se ordenaba al Director del Museo la entrega, la
cual, sin otras ceremonias ni mayores solemnidades, y como si se tratase
de objetos de distinta condición y naturaleza, se verificaba el día 2 de Ene-
ro de 1877. De dicha entrega se levantó acta por duplicado, firmada según
se prevenía por el Sr. Segovia y por el insigne D. Antonio García Gutié-
rrez, Director del memorado Museo, y autorizada por el secretario del
mismo, nuestro compañero D. Ángel de Gorostízaga.
Aquella noche, según nuestros recuerdos, colocadas con otros bul-
tos á la mano en la rejilla de un vagón de primera clase, donde iba el
señor Segovia, salían de Madrid ep el correo de Andalucía las arcas fune-
rarias, y allá para Sevilla marchaban silenciosamente los restos del famo-
so rey don Pedro de Castilla, entre las maletas, las mantas de viaje y otros
enseres, de los cuales formaban parte!
En días anteriores, con motivo de preparar la demolición del Refugio ^
establecido entre las calles de la Corredera baja de San Pablo, la de la
Puebla, y la de la Ballesta, habían sido descubiertos los cadáveres de cier-
tas infantas de la casa de Borbón, á lo que creemos recordar, cuyos nom-
bres no conserva la memoria. Conocida la categoría de tales restos, dispú-
sose con toda solemnidad, que no censuramos, la traslación de los mismos
al Panteón del Real Monasterio de San Lorenzo en El Escorial, donde
fueron con las ceremonias de rúbrica recibidos....; pero para los restos de
aquel rey; de aquella figura histórica de tan singular magnitud y grande-
za, que llenó con su personalidad saliente y propia diez y nueve años de la
segunda mitad del siglo xiv; que tantas memorias dejó suyas, buenas y
malas, como las de los demás monarcas, en el reino; que inspiró la musa
popular con sus atrevimientos, sus proezas y sus gallardías de toda clase;
que dio ocasión y motivo á crueles guerras entre Portugal y Castilla con
motivo de su alevosa muerte, y cuya sangre manchó las manos y el trono
del adulterino Enrique de Trastamara y sus sucesores, para estas reliquias
históricas, repetimos, en Madrid, como en Sevilla á la llegada, bastaron
ó la bigotera dé un coche, ó las recias espaldas de un faquín, con objeto de
trasportarlas.
Nadie.se cuidó de rendirles tributo ni homenaje alguno, tanto en la
una como en la otra de las poblaciones mencionadas, y en el archivo del.
1^2 REVISTA DE ARCHIVOS
municipio sevillano permanecieron hasta que el i5 de Febrero siguiente
fueron inhumados los asendereados despojos en la Capilla de los Reyes,
conforme había el Ayuntamiento deseado. ¡Triste suerte con verdad, la de
aquel tan falto de fortuna como censurado monarca, á quien no saben to-
davía los historiadores sí han de calificar de cruef ó de Justiciero!
Si bien n» hemos de pretender de momento la defensa de don Pedro,
por varios historiadores ya hace tiempo intentada, no habremos tampoco
de ocultar aquí las simpatías que nos inspiró siempre y sigue inspirándo-
nos todavía, digan cuanto quieran modernos escritores, empeñados en
la tarea de acumular las faltas por aquel príncipe cometidas, y de entene-
brecer los rasgos de su figura, la cual será siempre una de las más intere-
santes de nuestra Historia.
Injustos con el hijo legitimo de Alfonso el del Salado sus contempo-
ráneos fueron, como lo fué la posteridad durante la dinastía de Trasta-
mara; y si bien no es llegada todavía la hora de la total reivindicación de
don Pedro I de Castilla, día vendrá, confiamos, en que sea acaso cumpli-
dero esclarecer aquellos tiempos suficientemente, á fin de que pueda ser
por todos apreciada una sociedad tan corrompida como la del siglo xiv, á
la cual presenta el Canciller Pero López de Ayala en su Rimado de Pala-
cio con tan negros colores como lo verificaron los escritores de la propia
edad, persuadiendo de esta suerte de que ni á don Pedro ni á don Enrique
les era en modo alguno lícito hurtarse al medio ambiente e&qoe bdMm
nacido y en que vivían.
Mas sea como quiera, pues, repetimos, no es ocasión la presente para
intentar la defensa del príncipe memorado, conviene á nuestro propó-
sito hacer constar cómo hubo de proceder la casa bastarda de Trastama-
ra con los despojos mortales de aquél á quien había su fundador arran-
cado el cetro y la corona por medio del asesinato, consumando, como
dice el más moderno de los que este accidentado período histórico estu-
dian, «un gran crimen contra el rey legítimo, y un fratricidio repugnan-
te, que D. Enrique pudo evitar, tan sólo con no presentarse en el lugar
donde ocurrió el hecho)^ ^
I D. Juan Catalina García. Castilla y León durante los reinados de Pedro /, Enrique Ji,
Juan I y Enrique III, tomo I. págs. 429 y siguientes {Hist, general de Esp.^ pub. bajo U direc-
ción del Excmo. Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo). Al citar á este infatigable escritor deber
nuestro juzgamos señalar el error material en que incurre atribuyendo á nuestro señor Padre
los artículos que con el título de Pedro I de Castilla y Mohammad V de Granada publicamos
con nuestra humilde fírma al pie el año 1877 en el tomo II de la revista La Academia (V. la nota
de la pág. 256). «Natural es que nuestra crítica no pareciera bien al Sr. Catalina García, por ser
diametralmente opuesta á la suya.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I I 3
Aunque ni acuerdo en la fecha existe, parece que la alevosa muerte de
don Pedro acaeció en la noche del 22 al 23 de Marzo de ¡369; y prescin-
diendo de más ó menos verídicos detalles de aquel nefando crimen, pues
en esto, como en lo demás, tampoco hay quien se muestre conforme, no
ocurre cosa diferente por lo que á la suerte del cadáver regio atañe. De-
gollado cruelmente por su hermano, una crónica latina, manuscrita, de la
Biblioteca de París, «afirma que D. Enrique hizo pasear la cabeza de Don
Pedro, puesta en el extremo de una lanza, por las ciudades y castillos que
[aún defendían la causa del rey legítimo, y] se. entregaron á D. Enrique,
sin duda aí convencerse con la vista del fúnebre trofeo, de que el rey había
muerto» »; otra crónica latina, de igual procedencia, «cuenta también lo
de haber sido expuesta la cabeza del rey ante villas y ciudades» ^, y nues-
tro Zurita, «refiriéndose á un autor catalán del tiempo de estos sucesos»,
refiere que luego de haber don Enrique cortado al rey la cabeza con sus
propias manos, «echáronla en la calle, y el cuerpo pusiéronlo entre dos
tablas sobre las almenas».
Parece, pues, si estas aseveraciones fueren ciertas, cosa que en justicia
no nos atrevemos á asegurar mientras no haya medios de prueba sufi-
cientes, que don Enrique lle\(ó su ensañamiento para con el desventurado
rey al punto de cortarle la cabeza, dqando el tronco del cadáver entre
dos tablas sobre las almenas del castillo, según dice Zurita, y que paseó
esta cabeza por villas y ciudades como trofeo sangriento de victoria, sin
que nadie projLestara de aquella incalificable conducta. Los restos recogi-
dos de Santo Domingo el Real, é inhumados piadosamente el año dé 1877
en la Capilla de los Reyes de la Catedral de Sevilla, no proporcionan
jprueba alguna respecto á haber sido separada dáí ca^yer ia cabeza por
don Enrique, pues sobre que después de las vicisitudes por las cuales han
pasado desde 1369, no es en rigor de verdad lícito afirmar con entera cer-
tidumbre que los dichos restos lo sean del monarca á quien son atribuidos,
la separación del cráneo pudo producirse como efecto natural, y la com-
probación en contrario habría de ser objeto de muy detenido reconoci-
miento técnico, del que no sabemos qué resultado práctico se obtendría.
I Publicó algunos fragmentos de esta Crónica, citada por el Sr. Catalina García, Mr. Secousse
en el tomo II de sus Memorias de Carlos II. Según el Sr. Catalina García, «contiene errores tan
grandes esta crónica que no merece crédito alguno, ó al menos sus datos son siempre
sospechosos.»
a Publicada también por Secousse y citada por el Sr. Catalina García.
I 14 REVISTA DE ARCHIVOS
Contra toda idea de humanidad^ por lo menos, parece también que «el
cuerpo del rey, juntamente con su cabeza, que debió ser recogida, puesto
que luego se encontró con los demás restos, quedó en Montiel, y alli esta-
ba en Mayo de 1374, como se dice en el testamento de Enrique II de aque-
lla fecha», conforme escribe el último de los historiadores de don Pedro,
no grandemente partidario suyo. Es decir, y cual se desprende de las an-
teriores palabras: que por espacio de cinco años largos, los míseros des-
pojos de aquel príncipe quedaron abandonados «entre dos tablas sobre las
almenas» del castillo, tal y como fueron colocados, al decir de Zurita,
luego de consumado el fratricidio.
La razón se resiste á dar crédito á semejante fantasía; y aunque para
nosotros no es simpática la fígura del bastardo, no llevamos nuestra anti-
patía al extremo de suponerle tan cruel, que dejase en tal paraje corrom-
perse el cuerpo de su hermano don Pedro, como el de un animal dañino:
antes bien habremos de suponer piadosamente hubo de dársele enterra-
miento en el castillo, enterramiento impropio é indigno, que movía al pos-
tre el corazón de don Enrique, obligándole en el testamento otorgado en
Burgos á 29 de Mayo de 1374 á ordenar «que junto á Montiel se erigiese
para bien del alma de don Pedro un monasterio de doce frailes francisca-
nos,''en cuya iglesia se diera á su cadáver sepultura» K
Si los propósitos del bastardo de Trastamara eran cristianos y buenos^
y con el proyecto de aquella fundación pensó hacer bien por el alma, no
sólo de la victima sino también del agresor á un tiempo, — ni él ni ninguno
de sus sucesores se dio por entendido de semejante disposición testamen-
taria, tardía muestra de remordimientos fuera de hora, la cual quedó in-
cumplida; y allá, en el castillo de Montiel, continuaron los despojos del
rey legítimo hasta fecha de nadie conocida, pues se ignora por completo la
ocasión y el motivo que obligaron á llevar el cadáver y depositarlo en la
iglesia parroquial de Santiago de la Puebla de Alcocer, en la provincia de
Badajoz, donde, fuera.de la tradicional memoria, á que no todos conceden
I Catalina García, ibidem. La cláusula original, que es la 19, dice asi textualmente: «Tene-
mos por bien, é mandamos que sea fecho é establecido un Monesterio, en que aya doce frayles
cerca de la dicha villa de Montiel, é que sea dotado el dicho Mooesterio de logares é de bienes
rayces, con que se puedan mantener los dichos doce frayles, é que sea enterrado dentro del
dicho Monetterio el cuerpo del dicho don Pedro\ ante el altar mayor: é que sea fecho e obrado
el dicho Monesterio camino de Santiago, i que los dichos fray les sean tenudos de rogar á Dios
por su ánima del dicho don Pedro, que le quiera perdonar» {Crónica de Enrique II, ed. dt
Llaguno, adfinem).
BIBLIOTECAS Y MUSEOS Il5
importancia », no existe documento alguno relativo á la estancia de los
restos mortales de don Pedro, y por consecuencia, que guarde noticia de
su suerte en lo sucesivo ^,
Siendo priora del Convento de Santo Domingo el Real de Madrid la
virtuosa señora doña Constanza de Castilla, — hija de aquel don Juan, á
quien se supone serlo de doña Juana de Castro y del rey don Pedro, y
cuyo nombre aparece sobre raspado en el testamento de este monarca, —
llevada de natural amor hacia su padr^, fallecido en Soria y en prisión
perpetua, dispuso, convenientemente autorizada, la traslación del cadáver
al Convento (\\it regía. Verificóse la traslación á 24 de Diciembre de 1442,
y fué sepultado en decoroso sepulcro sobre el cual aparecía la estatua ya-
cente de don Juan, «que está muy bien esculpida, y con grillos en los pies»,
declarando la inscripción correspondiente en «letra de negro sobre el
yeso, y parece antigua»:
AQUÍ YACE EL MUY EXCELENTE SEÑOR DON
JUAN, HIJO DEL MUY ALTO REY DON PEDRO,
CUYAS ANIMAS NUESTRO SEÑOR AYA, E
TRES FIJOS SUYOS. SU VIDA E FIN FUE EN PRI
SIONES EN LA CIUDAD DE SORIA. FUE ENTER
RADO POR MANDADO DEL REY DON ENRRI
'QUE EN SAN PEDRO DE LA MISMA CIUDAD.
TRASLADÓLOS A XXIV. DE DEZIEMBRE DE XLII.
AÑOS aquí en ESTA SEPULTURA SÓROR DOÑA
COSTANZA SU HIJA PRIORA DESTE MONESTE
RIO, CUYA ANIMA NUESTRO SEÑOR AYA 3.
1 No otra tosa se deduce del silencio que guarda Madoz en su Diccionario, donde ni por
acaso alude á la estancia de los restos del rey don Pedro en la iglesia de Santiago Apóstol de
dicha villa. Lo mismo ocurre con Díaz Pérez en el tomo de Extremadura,, donde no menciona
la Puebla de Alcocer.
2 Así lo hace constar diligentemente el Sr. Catalina Garcíi en el libro mencionado, recor-
dando además que «en Alcocer, villa de la provincia de Guadalajara, se conserva la tradición
de que allí fué donde estuvo depositado el cadáver h:ista su traslación á Madrid.» «Fúndase la
creencia — añade aludiendo sin duda á los eruditos de aquella población,— no sólo en el nombre
de la villa, aunque ésia nunca se llamó Puebla, sino en que Enrique II, por su carta de Patencia
de 2i de Diciembre de 1377, estableció la renta de siete capellanías en la parroquia y en el Monas-
terio de clarisas por e¿ a/ma t/e sus padres y de los reyes sus predecesores». ^Hay también la
circunstancia, según consta de documentos que hemos examinado en los Archivos de la villa
y de dicho monasterio,— concluye,— que en su antiguo castillo hubo una capilla que tenía por
titular á Santiago, y el mismo Santo lo es de la parroquia de la Puebla» (Op. cit., ibidem).
A pesar de todo, no vemos el fundamento de la tradición en la villa alcarreña.
3 Crón. del Rey don Pedro, ed. de Llaguno, Adi^ertencias de Zurita al testamento del rey don
Pedro de Castilla, pág. 5'ji. D. Nicolás Rabal, en el tomo correspondiente á Soria de la obra
3.* ÍPOCA.— TOMO X. 9
Il6 REVISTA DE ARCHIVOS
Cinco años después próximamente, por los de 1447, según el decir de
varios escritores, resolvíase doña Constanza con igual piedad á trasladar
desde la extremeña Puebla de Alcocer los restos olvidados de su abuelo et
rey don Pedro al Convento por ella dirigido, erigiéndoles digno enterramien-
to ^ ((Fama es que el sepulcro existió largo tiempo delante del altar mayor
de la iglesia, ostentando en el lecho la estatua yacente del hijo de Alfon-
so XIu, circunstancia que obliga á presumir fué éste el mandado labrar
por doña Constanza, reemplazado On i5o4 por el que con regio esplendor
construían los Reyes Católicos en sustitución del primero, y de cuya mag-
nificencia puede juzgarse cuando aquellos ilustres príncipes, «que tanto
empeño pusieron en reivindicar la memoria de don Pedro», nombraban
para guarda mayor del sepulcro «á un vecino de Madrid llamado Pedro
Hurtado, catando (decían los reyes) que soys fijodalgo y nohlesi 2. A este
segundo mausoleo corresponde la estatua orante, salvada en el Museo Ar^
queológico Nacional el año de 1869.
Nada queda de aquel sepulcro con estatua yacente, ni tampoco del que
hubo de reemplazarle, fuera de la estatua referida. El afán inmoderado y
censurable de renovaciones extemporáneas, más terrible que el huracán
destructor revolucionario, decidió á la Comunidad á ejecutar grandes
obras en el templo el año 161 2, después de las exigidas por el incendio de
que fué el Convento presa en la época de las Comunidades. Entonces des-
aparecieron el sepulcro de don Pedro y el de su hijo don Juan, sin que se
conservase rastro ni memoria de ellos. Quintana afirma que el del rey fué
/^spa/ítf (Barcelona, i88g), hablando de la Co/egtaM de San PedrOy interesante por más de un
título, hace constar que entre los muchos sepulcros que hay en aquel templo, existe uno
«cerrado, con una puerta vertical, puesta en sustitución de la antigua lápida.» «Kn éste hay
una momia muy deteriorada... pero cuyo esqueleto se mantiene fuertemente unido en todas sus
piezas por la adherencia que les presta la piel que les recubre.» «Bajo el mismo esqueleto se ven
aún los girones de una preciosa almohada de terciopelo cirmesí, sobre la cual descansa la
cabeza, y á los pies una arquilla de nogal que debió estar torrada igualmente de terciopelo,
vacía.» «Dícese que en esta arquilla había unos pergaminos que nadie entendía, y el Cabildo los
entregó á un notario, paleógrafo acreditado, para que los interpretase; mas como éste tampoco
pudiera descifrarlos, se remitieron á Madrid y perdiéronse, sin que hasta ahora se haya podido
averiguar su paradero.» «En esta inccrtidumbre discurren los cfonistas que la momia puede
ser del Infante D. Juan^ hijo del rey D. Pedro el Cruel, de quien se sabe que, después de la
muerte de su padre, estuvo preso en el castillo de Soria, donde se enamoró de la hija del alcaide
D. Behrán Hcril; pero como la historia dice que la hermana de este príncipe trasladó de la
Colegiata sus restos al convento de Santo Domingo de Madrid, del que era Priora, la cuestión
queda en duda; pero la arquita tiene aun pintadas las armas de Castilla y las de León, lo que
indica que la momia es de persona real» (págs. 240 y 241).
1 Gil González Dávila, pág. 138. Garibay, Comp. historial de Esp., tomo II, pág. 324. Historia
de la Villa y Corte de Madrid^ tomo I, pág. 363.
2 Hist. de la Villa y Corte de Madrid, tomo I, loco laudato, cit. á Quintana.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 117
trasladado d una hornacina, al lado del Evangelio !, ocasión en la cual fué
mutilada la hermosa estatua orante, seccionándole las pierna^ para que
cupiera en la hornacina memorada. Después se pierde todo rastro. Nuevas
obras obligan sin duda á remover aquellos sitios; la memoria de don Pe-
dro pierde también entre las buenas religiosas toda importancia, y mirado
por ellas el príncipe como ejemplo abominable de lascivia, de liviandad, de
irreverencia y de todo vicio, sus restos con los de don Juan, v con la es-
tatúa orante mutilada, paraban al fin en uno de los subterráneos del Con-
vento^ al lado de otros muchos muebles y trastos inútiles y sin uso.
En tal paraje continuaban, cuando sabedora de ello la Comisión Cen-
tral de Monumentos en 1845, respetuosa siempre en las grandes figuras
de nuestra Historia, interponía sus buenos oficios cerca de la superiora
del referido Convento, quien deferente á los deseos de la Comisión, acogía
jpon benevolencia las indicaciones de ésta, y como dice el que fué Secre-
tario de aquella junta, á la que tanto deben los monumentos españoles,
trasladada al coro la arquilla pintada de verde que los despojos de don
Pedro contenía, hízose lugar en él al nuevo y modesto enterramiento, con
la estatua orante, «colocándose no sin buen consejo, y con honra de la
actual abadesa al lado del enterramiento de la piadosa doña Constanza,
nieta del rey desventurado que representa» 2.
Veinticuatro años más tarde, la demolición del Convento dio motivo á
la profanación del humilde nicho, donde habían sido recogidos en desor-
den los huesos de aquel monarca; del maxilar superior eran impíamente
arrancados por salvajes manos algunos dientes; la piedad de los comisiona-
dos del Museo Arqueológico Nacional salvaba las reliquias del rey y de su
hijo, depositándoles en aquel Establecimiento, á disposición de las aulo-
ridades superiores, que para nada se cuidaron de ellas; la curiosidad
pública profanólas por espacio de siete años, y por último, en 1876, el
Ayuntamiento de Sevilla, cual queda referido, acordaba recogerlas para
1 Antigüedades de Madrid, fol. 366. Vn manuscrito español del siglo xvi, que obra en la
Biblioteca del Museo Británica con la signatura Add., Mss. 17.905, y está dedicado ^ Felipe III
siendo príncipe, da noticia de la estatua orante, diciendo: «En Madrid, en Sancto Domingo el
Real, está el bulto del bravo rey don Pedro, único de este nombre en Castilla, sculpido en
marmol de alabastro, hincado de rodillas, y el rostro airado, armado de todas armas, hasta tas
espuelas calcadas, sino es la cabc(;a, que tiene puesta en ella su corona Real dorada. >> La corona
que es de hierro, dorado primitivamente, y que no ajusta del todo á la cabeza de la estatua, pi-
rece ser con efecto obra casi contemporánea ésta, y se conserva también en el Museo, no ha-
biendo faltado quien suponga equivocadamente es poco posterior a la muerte de don Pedro
(V. eneltomo I de la Revista dk Archivos, Bibliotecas v Museos, 1871, correspondiente á la
página 256).
2 Hist. de la Villa y Corte de Madrid, tomo I. pág. 3O3 citada.
Il8 REVISTA DE ARCHIVOS
darles enterramiento decoroso en la Capilla de los Reyes de aquella Ca-
tedral, siéndoles entregadas por orden del Ministro de Fomento en 2 de
Enero de 1877, y recibiendo tierra al fin en la mencionada Capilla el i5
del siguiente mes de Febrero^ actos estos últimos ejecutados sin ostenta-
ción ni aparato de ninguna especie.
«AI fin, después de cinco siglos, el cuerpo del rey sin ventura, halló un
reposo que su dueño tampoco gozó en vida», dice el último historiador de
don Pedro. Repitamos con él: «¡Quiera Dios que esta sepultura sea perpe-
tua!», cosa de que tampoco estamos seguros. Y mientras el rey legítimo,
escarnecido y olvidado, carece de un monumento consagrado á su memo-
ria y digno de su representación histórica; mientras sus desconcertados
despojos han experimentado tales, tan singulares y sacrilegas vicisitudes,
viajando de unas á otras partes sin hallar ha^ta 1877 descanso al parecer
definitivo,— como cruel y perennal sarcasmo, revelador de las miserias
humanas, sobre suntuoso lecho sepulcral labrado, en la Capilla de los
Reyes Nuevos de la insigne Catedral Primada reposa la estatua yacente del
ambicioso y cruel fratricida, ceñida á las sienes la corona que arrebató
con las ensangrentadas manos á don Pedrol Los restos de aquel hijo
adulterino de doña Leonor de Guzmán, trasladados desde Santo Do-
mingo de la Calzada á la Capilla sepulcral por él para su enterramien-
to instituida en 1374 á los pies del templo toledano, sólo fueron removi-
dos al ser depositados en el primer tercio del siglo xvi dentro de la urna
que los guarda en la Capilla nueva; y espíritus serviles hicieron grabar
sobre el sepulcro este epitafio: «Aquí yaze el mvi aventvrado é noble capa-
llero Rei don Enrrique, de dvlce memoria, hijo del mvi noble Rei don
Alonso que venció la de Benamarín, é finó en Sancto Domingo de la Cal-
cada é acabó m»i gloriosamente á XXX días de Mayo, año del nascimien-
to de Nuestro Salvador Jesvcristo de MCCCLXXIX años.»
Sic itur ad astra.
Rodrigo Amador de los Ríos
BlftUOTCCAS Y MUSEOS 1 19
JUSTICIAS DE ARAGÓN
APUNTES CRONOLÓGICOS
Tan interesante es para la historia del Justiciazgo el conocimiento de
la institución como el de las personas que lo desempeñaron, no sólo por
venir éste involucrado en aquél, sino por alcanzar también á los Justicias
todas las discusiones de que es objeto el cargo.
En esta misma Revista di noticias acerca de la caida de Juan Giménez
Cerdán y Martín Diez de Aux, al decir de muchos víctimas de su deber
y en realidad de su conducta poco moral en uno ú otro sentido; como ter-
cera víctima presentan también Pedro Martínez de Artasona, y al querer
hablar de él consulté el tomo tercero de los Estudios^ de D. Vicente de
Lafuente, y leí la excitación que dirige á los jóvenes aragoneses para fijar
definitivamente la serie de los Justicias, haciéndome recordar la que en
particular, y á propósito del Justiciazgo también, me dirigió el benemé-
rito D. Toribio del Campillo.
Inútil decir, que no habiendo subido á la montaña ni visitado los ar-
chivos catedrales, como aconseja D. Vicente, no puedo presentar como
definitivo, ni tal es mi propósito, este trabajo y que estoy también tan
lejos de embarrancarme en los estudios casi prehistóricos de Sobrarbe,
Ainsa y Jaca, que pensé comenzar por Castellezuelo, primero de quien
me consta de una manera cabal cuando empezó á ser Justicia, no hacién-
dolo así por allanar el camino á quien pretenda esclarecer estos primeros
tiempos, mostrándole lo que en este punto da de sí el Archivo de la Co-
rona de Aragón.
Siglo XII. — I>e todos los nombres que cita Blancas, que merece más fe
que Lafuente, por acatar siempre la autoridad de Zurita, solamente en-
cuentro dos: Pedro Medalla, á quien una vez se le llama sencillamente
Justicia y otra Justicia en Tarazona > y Galindo Garcés, llaisado Justicia
sin aditamento de localidad ^.
De los demás, unos figuran sólo con su nombre, otros no se nombran*
Siglo XIII. — Pedro Pére^^. — Fué realmente Justicia de Aragón, y como
dice Cerdán, que fué el primero en titularse de ese modo^ puede que ten-*
I Ptrg . aii 7 i4g de R. B. IV.— s ídem jo de AifoaM I (II df Arméa).
120 REVISTA DE AR-HIVOS
ga razón, aunque sé le ha de dar con mucha cautela. El primer docu-
mento en que firma es de 1224; firma el último: P. Petri Justicia Arago-
nis ^; la última vez que lo veo citado es de 1242 2. Cerdán le hace Justi-
cia de Aragón y de Tarazona, lo cual pone en duda Blancas, y sin em-
bargo, es cierto 3. Ni él ni el que dicen su hermano, Gimeno Pérez, figu-
ran en ningún documento con el sobrenombre de Tarazona.
Martin Pére!{. — Aunque dice Blancas que vio un pergamino de una tal
doña Eva, que afirmaba ser viuda de Juan Pérez Tarazona, Justicia de
Aragón, me resisto á creer que sea verdad.
No afirmó por eso que el sucesor de Pedro Pérez sea. Martín Pérez,
pues si aquél deja de sonar en 1242, éste no aparece hasta 1247 en julio 4,
y en los cinco años que median entre ambas fechas, pudo haber algún
otro Justicia. Martín Pérez era, pues, Justicia al tiempo de publicarse la
compilación de Huesca.
Lo era todavía en 1257, pues en este año fué uno de los aragoneses que
con otros castellanos justipreciaron los daños que mutuamente se habían
causado los dos pueblos ^. Fué destituido ó dimitió: ert 1274 se le nombra
con el olim, equivalente al ex moderno, delante de Justicia; de haber
muerto, habría dicho el rey quondam ^.
Pedro Sanche^' — No sé si fué el sucesor de Martín Pérez, pero es cier-
to que fué Justicia: D. Vicente de Lafuente lo puso en duda, á pesar de
que lo dice Zurita, y Zurita no necesita fiadores: sin embargo, si los
necesitara, hay papeles que lo abonan y que yo he publicado en otra
parte 7.
Rodrigo Castelle^iuelo. — Es el primero cuyo nombramiento he visto:
por tanto, puedo hablar en firme de él y de los que le sucedieron. Como
no puede argüirse de la identidad de apellido, parentesco alguno, mucho
menos en aquel tiempo, no sé si descendía de aquellos Castellezuelos que
á principios del siglo xii tanto figuran entre los séniores. El mismo día
que D. Jaime le dio el cargo, recibió de él trescientos maravedis.de oro:
no sé si eotre-los dos actos hay relación, mas dadas las costumbres de la
época, es posible que sí. Fué nombrado el 8 de Junio de 1269 ^,
A fines de 1273 ó principios de 1274, lo asesinó en Alcira un tal Ber-
trando de Canellas 9. . *
\ ídem 231 de Jaime I.— 2 ídem 903 de Jaime I.— 3 R. 481, fol. 242.-4 Perg. 1.083 de J.íimc.
5 R. 10, fol. 6.-6 R. 20, fol. 218 —7 El Poder Judicial en la Corona de Aragón.
8 R. 16. fol. 168.— 9 R. 19, fol. 4., r.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 121
Fortún Dahe. — Como Pedro Sánchez es incuestionable que fué Justi-
cia, á pesar de no considerarlo admisible el Sr. Lafuente, contra el voto
de Zurita. Su nombramiento es de fecha 7 de Enero de 1274 ^ En los
Anales consta que sentenció el proceso incoado contra Martín Barcelona,
que asesinó á Qil Tarín, Jurado de Zaragoza. En este punto hay que
aclarar á Zurita y rectificar á Blancas. Este dice de un modo terminante
que el Justicia hizo ejecutar al asesino, aquél parece decirlo: pues bien,
D. Fortunío instruyó el proceso y D. Janme sentenció; como Zurita vio el
documento, según demuestra la frase: estando en Lérida, que en Lérida
está fechado, debe corregirse este pasaje de los Anales, haciendo al rey y
no al Justicia, el sujeto del verbo condenólos 2. En 1276 le dio D. Jaime en
honor la villa de Ul, que permutó en 1284 con Pedro IIÍ, por una pensión
vitalicia: no dejó, pues, el Justiciazgo con la vida, sino que lo apearon ó
él dimitió 3.
No creo en el Justiciado de Martín Sagarra que Blancas puso aquí,
como lo pudo poner en el siglo xvi. Eln el siglo xiii, ni con este cargo, ni
con otro', hallo ese nombre, y como tengo la serie completa y justificada
hasta el primer Lanuza, habrá que colocarlo detrás de éstos, si es que fué
Justicia.
Pedro Martines de Artasona. — Es de los Justicias célebres y puede ir
del brazo con Giménez Cerdán y Diez de Aux. No le llamo ni primero ni
segundo, porque de su nombre no hubo sino él, y siendo único, no hay
para qué distinguir. El dividirlo en dos fué debido al afán de Blancas de
hallar Justicias, y á entq^der mal un texto de Zurita: dice éste en los
Anales: en este medio llegó al rey Pedro Martínez, hijo de D. Pedro Mar*
tín Pérez de Artasona, Justicia de Aragón, y el cargo lo atribuyó Blancas
al hijo, cuando la intención de Zurita fué atribuirlo al padre. La prueba
está en que en los índices ya no hace Justicia al Martínez, sino al Pérez.
Lo extraño es que lo admitiese el Sr. Lafuente, cuando en el mismo Blan-
cas hay menos argumentos en pro de su existencia que para Sánchez y
Ahe.
t K. 19, fol. 91.
3 La orden dice en una de las cláusulas: procedentes nichilominus ad textes recipiendos et ad
alia secundum forum^ nobis sententia reservata. Quum nos volucrimus factum predictum per
rtntentiatk terminare. Data Iberde XII k. aprilis anno Domini MCCLXX quarto. (El año em-
pezaba á contarse en Aragón en 23 de Marzo). La sentencia del rey hállase entre las Cartas rea-
les de Jaime I, núm. if 7. La orden en el Reg. 19. fol. 14.
3 K. JO, fol. 330 y R. 47, fol. 77.
122 REVISTA DE ARCHIVOS
El Martínez Artasona fué hijo, según Zurita, de Martín Pérez, y si es
cierto esto, su madre se llamaba Sancha ^ Ningún cargo público había
desempeñado antes de subir al Justiciazgo: si no hubiera ido de Embaja-
dor al Rey de parte de los nobles, y D. Jaime no le hubiera nombrado
tutor de unos menores 2, su nombre sería desconocido, antes de 14 de Fcr
brero de 1277, techa de su nombramiento 3.
En este documento se le asignan como salario, tres mil sueldos sobre
los novenos y otros derechos del oficio, con obligación de rendir cuentas
de los ingresos; además se le señala otra cantidad igual sobre las salinas
de Nabal 4.
Por propia iniciativa, ó por convenio con el rey, compró en 1279 las
salinas del Castellar ^; para establecer el monopolio de la sal se nombró
una comisión formada por Aaron Abinafia, Iñigo López de Jasa y Mar-
tínez Artasona, éste en representación de las villas, y acordaron los tre$
comprar todas las salinas de señorío, á fin de que toda la sal que se con-
sumiera en Aragón fuese del rey ^, encargando al Justicia el castigo de los
contraventores 7. Sea por no resolver tan de plano, como deseaba Pe-
dro IIÍ, la administración directa del monopolio, la cuestión monetaria
que lo había hecho establecer, sea porque ello fuera un trámite de un
acuerdo anterior, el rey vendió al Justicia todas las salinas por la canti-
dad, enorme para aquel tiempo, de setenta mil sueldos s, convirtiéndose
Artasona en un verdadero rey de, la sal. Como por este tiempo vacaba el
obispado de Zaragoza y el rey usufructuaba las rentas, Artasona fué nom-
brado administrador, sometiéndose su gestión al examen de cuatro per-
sonas 9.
Hasta aquí fueron cordiales las relaciones entre Pedro III y Martínez
de Artasona, pero desde este punto la discordia las hizo muy tirantes. Las
cuentas del Justiciazgo se daban tarde y mal, igual sucedía con las de la
mitra, acerca de cuyo valor no pudieron avenirse los examinadores, pero
continuaron las cosas del mismo modo por exigirlo así las circunstancias.
Cuando el hijo del Conquistador estuvo en Zaragoza, habló varias veces
con Artasona del asunto de la sal y de la administración de los bienes de
la mitra, pero salió de la capital aragonesa sin que el trimestre vencido
en Septiembre hubiera ingresado en las arcas reales ni á manos de Con-
rado Lanza, á quien debía haber remitido una> fuerte suma^ hubiera He-
I R. 20, fol. 218.— 2 R. 20, fol. 240.— 3 R. 40, fol. 55, v.— 4 R. 40, fol. 64.-5 R. 46, fol. 7.
6 R. 44, fol. 171.— 7 R. 461 fol. 32.-8 R. 46, fol. 6x.— 9 R. 46, fol. 31 y i55.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 123
gado un sueldo ' . Por esta causa le escribió desde Sarrión muy enojado,
mandándole' presentarse inmediatamente, no aceptando como buena la
escusa de estar ocupado en otros negocios del rey.
No se intimidó por esto Artasona, y á la exigencia de la Majestad con-
testó con otra exigencia de la Justicia: era juez delegado en una causa que
se seguía entre el rey y D. Pedro de Urrea, por el castillo de San Gínés,
en la comunidad de Teruel, y envió á Pedro III upa citación ordenándole
comparecer en un plazo perentorio so pena de arrasar el castillo litigado.
Bien sabia Artasona que no podía el rey dejar su viaje y volver á Zarago-
za, ni que tampoco le era fácil encontrar procurador, cuya seguridad pe^
ligraba, pero también sabfaque no debía ir á Sarrión y no fué, ni rindió
tampoco cuentas de la sal, ni de la mitra, por todo lo cual fué destituido
con el nombramiento de Juan Gil Tarín ^ .
No satisfecho con esto Pedro III, le embargó el castillo de Estadilla y
todos sus bienes 3 , y cosas más graves temería cuando puso tierra por
medio expatriándose 4 . Mas la muerte vino en su auxilio: murió el rey, y
su hijo Alfonso III, ó menos ofendido ó más necesitado de apoyo, le auto«
rizó á volver al reino, renunció á toda reclamación por el Justiciazgo,
salinas y mitra de Zaragoza y le restituyó los bienes 5. Tomó parte en-
tonces en negocios importantes: fué de embajador á Francia con Zapata,
y representó al rey en conferencias con los unidos ^ . Todavía reinando
Jaime II cobraba los tres mil sueldos que se le habían consignado sobre
las salinas de Nabal 7 . Su lugarteniente se llamaba Juan de Figueras ^ , y
00 tiene fundamento lo que dice Blancas de haber sido el célebre Sa-
laño va.
Tal fué el Justicia Artasona: culpable ó inocente, puede afirmarse
como de Cerdán y de Aux, que su caída no fué ocasionada por su conduc-
ta como Justicia.
Juan Gil Tarín. — Era zalmedina de Zaragoza desde Febrero de 1274 9;
jurisconsulto honrado, no quiso asociarse á sus compañeros de arbitraje,
Martín Pérez de Huesca y Pedro Pérez de Eslava, en una causa entre
Templarios y Hospitalarios ^o, por verlos inclinados en pro de una de las
partes; á todo esto se unía un nombre de prestigio, y quizá por todas es-
I R. 46, fol. 94.-2 R. 46, fol. 195.— 3 R. 43, fols. 46 y 92.-4 R. 63, fol. 48.
5 R. 63, fol. 58. R. 64, fol. 114.— C R. 64, fol. i8ü. R. óó, fol. 187.— 7 R. 261, fol. lao.
8 R. 46, foL 193.-9 R. 19, fol. 100.
10 SI Poder Judicial en la Corona de Aragón. Apéndice.
124 REVISTA DE ARCHIVOS
tas condiciones lo nombró Pedro ÍII en 9 de Mayo de 1284 ', confirmán-
dole Alfonso III en 4 de Abril de 1286 2. \
Martin Pére^ de Huesca. — No he visto citado por nadie, este Justicia,
que empezó á serlo en 22 de Mayo de 1287, fecha de su nombramiento 3.
Hizo salva su infanzonía en 1281 4; compró el cargo de zalmedina el mis-
mo día que fué nombrado Justicia Castellezuelo; por la sentencia de arbi-
traje, á que aludo en el Justiciado de Tarín, fué condenado por Jaime el
Conquistador, y era Justicia al otorgarse los Privilegios de la Unión. Nada
he de decir de estos privilegios, pero como lo sucedido con ellos es el re-
trato de lo sucedido con toda la historia de Aragón, precisamente por ellos
mismos, que conste que Pedro IV no los persiguió con la saña que dice
BVancas y pregonan Lasala, Borao y otros, y que se hallan registrados en
el Archivo de la Corona de Aragón, como se halla el Privilegio General
y todos los de su clase ^.
Juan Zapata, — Su credencial es de 28 de Abril de 1288 ^; había sido
juez de curia y Embajador de Francia é Inglaterra con Artasona; Alfon-
so III le hizo donación de Juslibol y Cadrete; en las revueltas de la Unión
permaneció fiel al rey, y en venganza le quemaron los Unidos al primero
de aquellos pueblos, recibiendo en recompensa San Mateo de Gállago 7,
situado como los otros en las inmediaciones de Zaragoza. Con Jaime II,
que lo conservó en el cargo, fué á las vistas de Logroño con Sancho el
Bravo.
Siglo XIV.— Gimen Pere^ de Salanopa.— Éste y Bardaji son en m¡ opi-
nión los dos justicias mas dignos de .renombre y fama, aunque no sean los
más renombrados y famosos. Como Juan Gil Tarín y Martín Pérez de
Huesca era ciudadano de Zaragoza; había estudiado en la Universidad de
Tudela, fundada por Teobaldo, rey de Navarra ®; fué juez de Curia en los
reinados de Pedro III y su hijo Alfonso, y Justicia de Aragón desde 4 de
Marzo de 1295 hasta fin de 1380 *>.
En su justiciado se dio el único caso de resolverse con arreglo á los
fueros de Egea una cuestión entre el rey y la nobleza (Cortes de 1 300-1301);
sus informes sobre el derecho aragonés le acreditan de perito en él,
los epígrafes latinos que puso á los fueros lo dan como romanista.
1 R. 46, fol. 195.--2 R. 64, fol. 31.— 3 R. 75, fol. II.— 4 R. 43, fol. i5.— 5 R. 76, fol. 43 y sigs.
6 R. 75, f. 67.-7 R. 75, f. 33 y ant.— 8 R. 47, t. 67. Cartas rs. de Mayo sin ano (Jaime II.)
Q R. 194, f. 123.
Bibliotecas y museos i 25
Conoció cinco reyes: Jaime I, Alfonso líí, Jaime II y Alfonso IV, y
como él dice estudiaba en Tudela en 12G8, dándole r5 años en esta época;
murió á los 77 años, pero siendo Justicia.
Sancho Giménez de i4yer6e.-Había obtenido promesa de suceder á Sa-
lanova, así que inmediatamente de morir éste se tituló Justicia de Ara-
gón sin esperar á ser nombrado. Alfonso IV se maravilló de este proceder
pero le nombró interinamente, hasta saber si la promesa le daba derecho
al cargo, y resultando que si, se lo dio á perpetuidad en S de Diciembre
de i332» .
Esteban Gil Tarm.— Emparentado con los Cómeles y los Urreas fué
consejero de Alfonso IV y Justicia desde 6 de Enero de i334 hasta el 2 de
Agosto de aquel mismo año en que murió ^.
Pelegrin An^am>.— Por recomendación de D. Juan Giménez de Urrea y
D. Gimeno Cornel fué nombrado sucesor de Esteban Gil Tarín, provi-
sionalmente en 5 de Agosto, y en propiedad en 3o de Septiembre 3. La cau-
sa de esta doble credencial fué que al tiempo de la primera no había reci-
bido la caballería. Gozó fama de jurisconsulto honrado y para mi lo fué.
Pelegrin de OWiías.— Era merino de Zaragoza, al morir Anzanoyser
elevado al Justiciazgo en 22 de Agosto de i338 4.
Garda Fernández de Casfro.— De sobrejun tero de Sobrarbe pasó á
Justicia de Aragón en 8 de Enero de 1340 ^.
Lope de Aisa.-Como á Martín Pérez de Huesca, tengo á Lope de Aisa
por desconocido hasta hoy. El nombramiento no dice que reciba el cargo
en comisión ^, pero los documentos que á él se dirigieron mientras lo des-
empeñó, lo declaran gerens vices de Justicia y no Justicia. Ignoro la razón
de este magistrado en comisión.
Galacián de Tarba.S\ se registró su nombramiento no he podido ha*
liarlo á pesar de haberlo buscado con interés. Sin embargo, puedo deter-
minar con una diferencia de cinco días su Justiciado, pues el 24 de Sep-
tiembre el rey se dirige á Lupo de Ana, regenti ojficium Justiciatus
Aragonum y el primero de Octubre á Galacián de Tarba, Justicia de
Aragón 7.
Juan Lepex de Sesse, — Sucedió á Galacián de Tarba en 9 de Octubre
de 1 349 ^.
1 El primero es de 9 de Diciembre de 1330. (R. 504, f. 74 y R. 5o6, f. 20.
2 R. 5o6, f. 43.— Cartas rs. de Alfonso III (IV de Aragón, núm. 341 1 y 341o.
3 R. 5o6, fols. 58 y 60.— 4 949, fol. 480.— 5 R. gSi, fol. 140.— 6 R. 958, fol. 106.
7 R. fiSj fój. 161 y 167.— 8 R. q58, fól. i5i.
126 REVISTA DE ARCHIVOS
Blasco Fernández de Heredia.-^'^Fué Susiicid desde i5 de Septiembre
de i36o á lo de Octubre de i362. »
Domingo Cerrfán.— Éste y su hijo y sucesor Juan Giménez Cerdán son
de los más famosos, aunque no de los más ilustres; al decir de D. Vicente
de Latuente, fueron los que falsearon el derecho aragonés. Domingo Cer-
dán ocupó el Justiciazgo en lo de Octubre de i362 y lo renunció en 7 de
Diciembre de 1 389.
Juan Gimén^K Cerdán. — Ocupó el cargo por renuncia de su padre en 7
de Diciembre de i38g y lo echaron en 28 de Marzo de i320, si bien no se
le dio sucesor hasta el 25 de Septiembre. ^
Siglo XV. — Aunque el anterior cae de lleno en este siglo, en realidad el
primer Justicia del siglo xv fué Berenguer de Bardajl, el hombre de con-
fianza de tres reyes, D. Martin, Fernando I y Alfonso V., el hombre del
compromiso de Caspe, el más influyente en su tiempo en la Corona de
Aragón, que intervino en todos los negecios de su época y en todos con
probidad y talento: él solo merece una monografía, que prometo escribir,
y así me limito á consignar que fué Justicia doce años hasta 1432 en que
murió.
Francisco Zarzuela. — No he podido encontrar su nombramiento, que
quizá esté en algún archivo de Italia, pero sé que prestó juramento el 21
de Abril de 1432, y como se sabe cuándo subió al cargo su sucesor, queda
su Justiciado bien definido^
Martin Die^ de Aux. — Subió al Justiciazgo por decreto de Alfonso V,
fechado en Palermo el 3o de Septiembre de 1433 y lo ejerció hasta prin-
cipio de 1440. 3
Tras de Aux vino la dh^astía de los Lanuzas, cuya cronología dejo á
cargo de quien tenga más afición que yo á la historia del siglo xvi y si-
guientes, dentro de los cuales pueden caber todos ellos.
Andrés Giménez Soler
del Archivo de U Corona de Aragón.
t 968, fols. 30 y 55.
a Rbyista db Architos, Bibliotscas y MuSKos. 1897: £1 Justicia de Aragón, Juan Giménez
C«rdán.
3 Rbvista de Archivos, Bibliotecas t Museos. Año 1899, Julio.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1^7
MOSAICOS INÉDITOS ITALICENSES
¡¡Itálica!! la que pudiera llamar Pompeya Española. Célebre en un
tiempo como aquélla por su civilización adelantada; célebre hoy (igual-
mente que la otra) por sus ruinas. ¡¡Cuanto nos enseña!! ¡¡A qué sinnú-
mero de reflexiones se presta el estudio de sus restos!! Y, sin embargo, de
qué poco nos sirve.
¡Los gobiernos y los hombres que pasaron por la ciudad del Vesubio,
se ocuparon seriamente en estudiar aquellas ruinas; se formaron museos,
se procuró con leyes y dinero evitar su destrucción, se hicieron grandes
trabajos y así llegó á conocerse la civilización romana! ¡Los hombres que
mandaren en la ciudad del Betis, los que gobernaron en España! tenían
otras cosas que hacer, ¡tenían que hablar! Y con sólo palabras poco se lo-
gra. Las ruinas de Itálica fueron y son despreciadas: sus restos, cuando
no se destruyen, es porque son llevados al extranjero, con muy raras y
honrosas excepciones.
iQué museo tan notable pudiera existir, qué historia tan interesante
de las antiguas artes ibéricas podría formarse, si todo lo destruido se hu-
biera guardado! Nada de esto se hace, antes al contrario, si alguna persona
recoge esos restos, procura reconstituirlos, estudia y gasta dinero en
coleccionar lo que encuentra, pasa por chiflado... ¡cuando en otra parte
sería un patriota y persona de talento!
Sin embargo, de algún tiempo á esta parte, algo se va haciendo, si bien
sea en el terreno particular.
Circo, termas, teatros, templos, acueductos, de todo cuanto nos pueda
demostrar una adelantada civilización, quedan restos en lo que hoy se
llama Santiponce, y en otros tiempos fué esa Itálica famosa, llorada por
los poetas y admirada por el viajero.
Son los pavimentos de mosaico una de las muestras que con más pro-
fusión aparecen entre sus ruinas, y que nos dicen á qué altura llegó el lujo
é industria en la ciudad de la Bética, que tuvo la honra de ser patria de
emperadores romanos.
128 REVISTA DE ARCHIVOS
Hace dos años, al publicar en el Boletín de la Sociedad Española de
excursiones el mosaico de Baco, trasladado á Sevilla, cité y describí algu-
nos otros que habían aparecido en diversas ocasiones; ahora, únicamente
me he de ocupar en la Revista de los que, encontrados al mismo tiempo
que aquél, aún permanecen inéditos. Pertenecen todos á los géneros opus
tessellatum y opus vermiculatum, y tanto en materiales como en factura
son semejantes á los descubiertos anteriormente, y obra como ellos de los
siglos II y III.
En la parte más elevada de las ruinas, y dando vista á lo que entonces
fuera el Circo de la ciudad, hay un olivar, que llaman de los Vázquez,
cuyo suelo está lldno de restos de mosaicos. En este olivar, á muy escasa
profundidad encontramos el i5 de Marzo del año 1902 un mosaico repre-
sentándose en él cuatro bustos de gran tamaño, encerrados- en casetones
cuadrados, formados por cenefas de folículos; y llenando el resto del pa-
vimento hasta formar una superficie de 7 metros y medip por 4, había va-
rias fajas en forma de meandros, y distintos motivos geométricos y vege-
tales. En el centro se conocía hubo un busto semejante á los otros cuatro,
pero no pudo ser reconstituido.
Los colores de los cubos ó teselles eran: el blanco, ocres, rojos, verdes,
azules y negros, con algún amarillo azufre en los bustos.
Los costados de la habitación á que perteneció este pavimento estaban
revestidos de estuco rojo con fajas grises, imitando jaspe. De este mosaico,
únicamente se levantaron los trozos correspondientes á los cuatro bustos,
que fueron trasladados á Sevilla por D. Eduardo ¡barra, en cuya casa se
guardan. Representan estos bustos las cuatro estaciones del año, que con
el concurso de Pomona, ó sea la naturaleza productora, contribuyen á la
formación de las cosechas y frutos de la tierra. Signifícase el Verano, con
el busto de una mujer coronada de espigas, pelo recogido y ligeras ropas.
Los colores son rojos tostados y ocres, en consonancia con la alegoría.
Distingüese el busto de la Primavera por su entonación verdosa, domi-
nando en él las piedras azules y verdes, tanto en las hojas que rodean su
cabeza, como en la túnica y en el marco que lo recuadra. El Otoño apa-
rece coiiw) un joven, con tocado de hojas y ropaje de tonos pardos. El In-
vierno no tiene emblema alguno, y se nos presenta como una mujer de
severo semblante, peinado recogido y ropas de oscura entonación.
El casetón central, como antes dijimos, se había deshecho, y en él de-
bió estar representado Vertrunio, puesto que siendo el encargado de pre-
REV, [>E ARCH., BIBL, Y MrS.
TOMO X. LÁM, III
LAS íJSTACíONKS i>KL AÑO (jMosáicos dc (tálica).
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 29
sídir las estaciones, era éste el lugar que indudablemente le correspondía
en el mosaico.
Junto á este pavimento, y como á una vara más de altura, se encontró
otro de 5 metros por 4, con mosaico parecido, pero cuyo dibujo era sola-
mente de irai^dos geométricos; por lo cual se cubrió de tierra otra vez.
En los mismos días que éstos, descubríanse por cuenta de P.* Regla
Manjón otros mosaicos en distintos puntos del pueblo. Casi todos eran de
dibujo formado únicamente con elementos geométricos y alguno vegetal,
excepto dos, que describiremos.
Las excavaciones que dicha señora practicó, no muy lejos de las ruinas
del "Foro, dieron por resultado el descubrir á una profundidad de 3 metros
una serie de cámaras pavimentadas de mosaico, y que de habe^ podido
seguir los trabajos, nos hubiera dado la idea de lo que fué una casa en
Itálica.
La primera de estas cámaras era de planta cuadrada de 4,45 metros de
lado. Su mosaico, muy bien conservado, está formado por un círculo cen-
tral que encierra una estrella de piedrecitas rojas, blancas y amarillentas.
£1 círculo á su vez está inscrito en un rombo, cuyos lados lo son también
de cuatro cuadrados que forman la composición general, rodeada con un
marco de dos fajas, una de semicírculos blancos y negros, y otra más es-
trecha de trenzado amarillo, blanco y negro '.
Esta sala era como antecámara de otras dos, destinadas á cuarto de
baño y á cubícula ó dormitorio. Tenía el cuarto de baño 4,20 metros en
cuadro, y se entraba á él por una puerta central con un escalón. La pila-
ó albens estaba construida con un muro de mampostería, revestido de
mármoles de colores, teniendo la entrada del agua por uno de los ángulos,
donde existía una especie de basamento cilindrico con un tubo de plomo
en el interior. La parte de piso comprendido entre las paredes y el baño,
formada por una faja de un metro, estaba pavimentada con mosaico de
piedrecitas blancas y negras, formando una combinación de cuadrados y
polígonos en dos lados, y otra de círculos secantes con estrellitas en el
centro en los otros dos, excepto un trozo de 2 metros, en que, figurando
una alfombra, desarróllase en mosaico vermiculatum, una composición
representando el «Triunfo de Baco».
I El dibujo de este mosaico, asi como los de otros varios, se guardan en la Biblioteca de la
Real Academia de la Historia, acompañados de la memoria que presenté para dar cuenta de los
dcscubrimieotos.
130 REVISTA DE ARCHIVOS
Cuando la lucha de Júpiter contra los gigantes, Baco tomó parte en
en ella al lado de su padre con un ejército de sátiros, curetes, silenos y
vacantes, que, llevando como armas tirsos, panderos y demás símbolos de
los bacanales, invaden las orillas del Ganges, rindiendo, no sólo á los
hombres, sino también á las fieras. De aquí que el carro de guerra del
dios de los placeres, se acostumbrara á. presentarlo tirado por tigres; á
propósito de lo cual dice Meléndez Valdés:
Tú al Iodo venciste,
tú los tigres fieros
cual mansos corderos
r
{' supiste ayuntar.
No creo, por lo tanto, equivocado el afirmar que el asunto del mosaico
es el triunfo de Baco, y á pesar de faltarle algunos trozos, puede verse muy
bien la figura del hijo de Júpiter y Semele, de pie en su carro de guerra,
con tirso en una mano y un jarro en la otra (indicando esto las arpias con
que luchó: el vino y la alegría). Delante de la figura de Baco, se ven las
manos del auriga que conduce dos tigres, mientras que al costado marchan
un sileno y un faümo con la pátera y el pedum por atributos, y represen-
tando el estado mayor del dios.
En el lado izquierdo de la sala de baño había una puerta lateral con
su escalón, dando entrada á otra habitación de 2,46 metros, pavimentada
con mosaico de piedrecitas blancas y negras, formando dibujos geométri-
cos. Medianera con ésta, se encontraba otra pieza de planta rectangular,
que como antes dijimos, debió ser destinada á cubícula. Forma su mo-
saico una faja de un metro de anchura en toda la extensión del lado más
largo, sin más dibujo que pequeños cuadraditos blancos, negros y ocres.
El resto del mosaico figura una alfombra recuadrada con cenefa de tren-
zado, y en el centro una gran copa ó jarrón de sencillo trazado y colo-
res rojo, ocre, blanco, negro y azul.
Levantado este mosaico, se encontró otro debajo, cuya labor era más
fina y los colores más brillantes, pero aun cuando de mayor antigüedad,
pertenecía á una misma escuela. Extraído en un solo trozo con el mayor
cuidado, á pesar de tener 2 metros en cuadro de superficie, ha sido colo-
cado en el museo particular formado por su propietaria. Representa una
piscina con variados peces de colores, muy bien dibujados con vidrios y
pastas azules, verdes, amarillas y rojas.
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BIBLIOTECAS Y MUSIDOS ]'ií
D.' Regla Manjón adquirió también un trozo de mosaico bastante de-
teriorado, representando el <i Rapto de Kuropa». y otros dos pavimentos
más con dibujos geométricos y vei;eta!es; uno con tuentc en el centro.
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Con todos ellos y otros muchos restos arqueológicos v escultóricos, ha
formado la citada señora un interesante museo italicense, contribuyendo
asi á que permanezcan en Sevilla, y no se pierdan para lispaña tan nota-
bles muestras de las civilizaciones pasadas.
Pelayo Quintero.
I 32 REVISTA DE ARCHIVOS
UN CÓDICE DE LÉRIDA
«LLIBRE DE NOTES ANTIGI'ES PER MEMORIA»
EXAMEN DE SU CONTENIDO
(Conclusión.)
Obras de utilidad y ornato públicos. — Bastante parco el Códice en
noticias de esta naturaleza, sólo nos transmite algunas, de las que entre-
sacamos las siguientes: el arreglo de los molifios traperos de San Rufes
fué cedido á diez «perayres» por contrato firmado por los Paheres a 5 de
Febrero de 1377: la casa de la Pahería, que antes había pertenecido á
Juan de Bauríach, habilitóse para el servicio de la ciudad, reuniéndose en
ella el Consejo por vez primera el 7 de Abril de 1383: en 1387, los parro-
quianos de la Magdalena \i\á\QVon al Consejo piedra para la edificación
de su iglesia; siendo digno de atención el motivo que indujo á estampar
dicho acontecimiento en el libro, y que no fue otro que «per ques sapie la
antiquitat de dita Iglesia»: la primera piedra de la Torre fiiieva ó de San
Jorge, sita en la parroquia de la iMagdalcna, fué ^colocada el 7 de Marzo
de 1439: en Marzo de 1443 se empezó el derribo de los porc/ies de la pla^a
de San Juan, á cuyn obra se concede gran importancia, pues se dice, no
sólo que era necesaria, sino que fue muy alabada: á 24 de Septiembre
de 1444 ((fonch passat lo tranch de la mina de la roqua de la ciqui.i de Se-
gria per mestre Maxin de Asteasso e Lope de la Gueralde bischains ab
los ajudants que tenie en la dita mina, la qual mina ere de roqua molt
fort la qual ses aguda a minar e foradar ab poder de ibch e martclls molt
acerats que en vn mes sis abtcs non í'ah¡c:i sino quatre pal::is»: la casa de
la Escribanía y del Archivo fue construida en los años 1447 y 1448, sien-
do escribano Pedro Altet: en los mismos años edificóse en dicha casa una
•
capilla: el derribo de las casas del pes del Rey empezó en 12 de Agosto
de 1453, habiendo costado 407 libras, y dcslinádose los solares d Hospital,
cuya primera piedra se puso en i3 d: Abril de 1464, y cuyas obras conti-
nuaban aún en iSog: en este último año se obró el Departamento del Ra-r
cionalf y la parte de la cas.i de la Palien'a, que linda con el río, se hizo
el frontis de ladrillo por encima de las ventanas y se repicó lo demás que
era de piedra: la primera piedra de la capilla de Santa Bárbara, de la
niHLíOTr.CAS Y MIJSKOS I 33
iglesia ele San Lorenzo, fue puesta per los Pahcrcs el 21 de Marzo de i5i5:
lafuenlede Cardona, ¿2 la cual hace el Códice una minuciosa descripción,
fué terminada en 20 de Mayo dj i32o, en cuyo día se llenó el depósito y
manaron las cuatro espitas en presencia de los Pahcres y de muchos veci-
nos: roto en i332 por una inundación el cauce de la acequia de Noguera,
procedióse con rapidez d la construcción de la acequia nueva, la cual, par-
tiendo de debajo de la casa de la mina, biaiió c(al pont de la volta de Casti-
lonroig y tingue dita cequia quatre c:ntes pases ó mes dita cequia en la
qual cequia entra dor, milia quorania (en otra nota dice 2.242) homens —
los quals costaren a la ciutat per csscr en tcmps de messes huns ab altres
a raho III sous per día quiscu— ; foren sobrcstants en Qauartes cequier, mos-
scn Antoni Johan r.'rpenya; mossen Geronim Mas; c costa dita cequia
noua de fer docentes noranta nou liures onze sous cinc diñes; e leuse la
dita cequia tota ab gauaigs c molt por^ua gent de la ciutat quasi ab vint o
trenta homens de la dita ciutat e fonc gitat hun recequiage per obs de
ajuda de la dita cequia e axi ab la moka pressa se feu y acaba prest dita ce-
quia» : en el referido año 1 332 ó en el i333 (el estado del Códice no permite
fijarlo con exactitud) se construyó la caseta del pastic, y se hicieron los
armarios nuevos d: la Pahcría: el po;,o grande de nieve^ ó depósito de
hielo, hízose en 16: r, y poco tiempo después dióse cima al po^o pequeño:
finalmente, en el a:": ) 1^33 se reedificaron cinco palmos de la muralla^ des-
de el huerto del Hospital de Santo í-spíritu hasta el Obrador del Rey; se
mandaron limpiar, arreglar y abrir acequias, y se puso la primera piedra
para la edificación del pilar y de dos arcos que faltaban en el puente; en la
calle de Juseu, ó del scilor de la Tallada, se pusieron aceras de piedra del
Astor y se fortificó \(x pcixera de Fontanct.
Noticias of (:.\uu::i:r. reí ií;:oso. — Aparte de los Kvangelios y fórmu-
las de juramento y de la edificación de Iglesias ó Capillas de que ya ante-
riormente se ha hecho icnción, contiene el códice un considerable núme-
ro de apuntaciones q. c demuestran la religiosidad del pueblo leridano ó
la consideración que dispensaba á las personas y cosas eclesiásticas.
Jubileos, procesiones y roí^^^i-'^-'^S' — í'^i^ ^4^0 celebróse el jubileo con
asistencia de muchos vecinos. Kn 1460, Jaime March legó seis fanegas de
trigo para la segunda procesión de la.i Letanías, cuya limosna debía en-
tregarse á la iglesia- de San Martín. A conscca^ncia de una persistente
sequía que amenazaba con la perdida de las cosechas, liubo en 1473 nota-
bl:s rogativas, de las cuales d códice nos dice: oDimarts al vcsprc que
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BIBLIOTECAS Y MUSFOS J_3l
D.* Regla Manjón adquirió tambidn un troTO de mosaico bastante de-
teriorado, repre?ientando el o Rapto de Kuropa", y otros dos pavimentos
más con dibujos geométricos y vci;etales; uno con fuente en el centro.
Con todos ellos y otros muchos restos arqueológicos y escultóricos, ha
formado la citada señora un interesante museo italicense, contribuyendo
así áque permanezcan en Sevilla, y no se pierdan para España tan nota-
bles muestras de las civilizaciones pasadas.
Pe LA Y.
I 34 REVISTA DE ARCHIVOS
comptauem setze del mes de Mar^ del any de la natíuitat de nostre senyor
Mil ccccLXxiii vingueren... del monestir de Sent Agosti setze homens en
camisa e descalsos ab caperons de dol vestits e en apres en aquella matexa
nit envés les nou hores díts homens entraren en la present ciutat ab falons
encesos e ab vn crusifixi e ab barres e cadenes de ferro e disciplinantse e
anaren a Santa Maria de Jesús e a la Spital cridant Senyor ver Deus mi-
sericordia E en apreS lendema sen tornaren e passaren per senta Maria de
Grenyana e de les Sogues e axi sen tornaren ' e a^o per raho de la gran
secada que hauie en la térra». El domingo anterior (14 de Marzo de 1473)
Lérida había acudido en procesión para implorar la lluvia á Ntra. Señora
de Butsenit ae a la dita capella se aiustaren les professons seguents 50 es
Alcarra^, Soses, Montoliu, ^udanell, Torres, Montagut, Aytona e feusi
solempne offici e sermo enay sermona lo Reuerent Mestre Anthoni Calde-
ro». El domingo siguiente (21 de Marzo), también con el mismo objeto,
salió de la ciudad una procesión que se dirigió á Ntra. Señora de Gren-
yana, asistiendo más de cuarenta penitentes, con barras de hierro y cade-
nas, y disciplinándose: hubo solemne oficio y predicó un fraile carmelita
Maestro en Sagrada Teología. En conmemoración de la toma de Granada
por los Reyes Católicos (1492), celebráronse tres procesiones, cuyo detalle
expresaremos más adelante. El 26 de Agosto de iSBy, verificóse en la ciu-
dad c(ab molta deuocio» el jubileo otorgado por el papa Paulo 111 «en pre-
seruacio del perill sta constituida la xpiandat per la armada te feta lo turch
innimich de nostra sancta fe contra la xpiandat».
Fiestas votivas, — Se citan: la del Ángel Custodio de Lérida, cuyo ser-
món venía á cargo de la ciudad y cuya fiesta debía celebrarse todos los
años en el Hospital Mayor el primer domingo de Septiembre; la de los
Santos Fabián y Sebastián cuya fiesta, según el Consejo general de 3 de
Diciembre de 1460, debía consistir en solemne oficio y sermón: y la de San
Anastasio acordada en 10 de Mayo de 1627, en cuyo año se hicieron ya
grandes iluminaciones «y inuencions de foch cosa de veurer». Sobre la de
San Jorge, patrón dé Cataluña, se expresa el códice de esta manera: c<A
XIII de Abril any Mil cccclviii lo honorable consell general de la ciutat
de Leyda deslibera e ordona que la festa de mossen Sent Jordi sie solem-
pnament celebrada tenguda e festiuada axi com lo Sant digmenge, e quis-
cun any lo jorn de dita festa sie feta vna solempne professo general la qual
I El hecho de volver la rogativa á su procedencia pasando por Grenyana y les Sogues, parece
indicar que debió formarse en el llano de Urgel.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS . 1 35
♦ vage al Monestir de la Santa Trinitat en la Sglesia del qual ha capella del
dit beneyt Sant, e que sien donades per la ciutat vuyt faneques de forment
del qual sie fet pa de fogajes e aquelles sien donades per amor de deu ais
pobres qui serán en la dita professo, e que quiscun cap de casa sie tengut
de anar a la dita professo en la dita jornada, e ago porque Deus nos do
bon temps de pluja e sanitat ens vulla preseruar áe la pestilentia deis lan-
gots e de altres inObrtunis inposant a quiscu qui contra fara pena de vna
Hura de cera guanyadora a la luminaria del dit mossen sent Jordi»; pero
la nota añade que asi dita pena here executada millor luminaria haurie
que no ha de present en la capella del dit glorios Sant». En i523 (ó i533)
sfe restauró la cofradía de San Jorge, mandándose hacer por los Paheres
la cota blanca para el vocero que había de convocarla.
San Vicente Ferrer. — El sábado 14 de Diciembre de 1409, entre víspe-
ras y completas, entró en la ciudad de Lérida Fray Vicente Ferrer, «al
qual isqueren reebre Don Johan Comte de Cardona e la comtesa mare sua
e los honrats en Francesch Cortit en Johan Ciuera en Bernat del Coll e
en Salvador Botella pahers e molta altra gent infinida, lo qual entra per
lo camí del monestir de nostra dona Sancta Maria del Carme, e estech en
la ciutat del, dit dia fins al dia seten de giner del any M.CCCC. e deu, e
feu hic vint e quatre sermons e lo dit dia que fou dia de Sent Julia par-
tinch e anassen al loch de Artesa vna legua de Leyda.»
Dignidades eclesiásticas: papas, legados y obispos. — Recuerda el códi-
ce que en 1434 el Papa tuvo que huir de Roma «amaguadament per por
deis romans» y refugiarse en Florencia, y que en dicho año celebraba el
Concilio de Basilea: dícenos que en 1 522 fué elegido Papa el Cardenal
Adriano que residía en Castilla. El miércoles 4 de Mayo de 1418 hizo su
entrada en Lérida el Legado del Papa Martín. Entre los Obispos de la
diócesis menciona á Pedro de Cardona, que hizo su entrada en la ciudad
el 16 de Marzo de 1409 al medio dia, y á Domingo de Ram, Cardenal de
San Juan y San Pablo, quien, promovido á la silla archiepiscopal de Ta-
rragona, salió de la ciudad el miércoles 27 de Julio de 1435, poco después
de haberse mostrado el sol en el horizonte. Cítanos también á un Obispo
Ga^et de quien dice que en 13 de Abril de 1454 ofició y predicó con mo-
tivo de haberse puesto la primera piedra del Hospital: Villanueva y Sainz
de Baranda acogen sin comentario esta noticia; pero,'consultado el episco-
pologio de Lérida, hallamos ocupando esta silla desde 1449 hasta 1459 a
Fray Antonio Cerda; y revisadas las Biografías eclesiásticas y los varios
140 REVISTA DE ARCHIVOS
Siglo XVI. — Relata el códice: la muerte de Isabel la Católica, que
dice haber ocurrido en el mes de Diciembre (ea vez de Noviembre)
de ¡504: el matrimonio (i5o6) de Don P'ernando con Doña Germana «filia
de Mose de Narbona c de la germana del rey de Franca» á cuyo matri-
monio cda clemencia divina quels do filis a son sant seruey»: la marcha
de los reyes para Ncípoles (i5o6)de donde regresaron al cabo de un año:
el Te Deum que se cantó en la Catedral, por las victorias obtenidas en
África por Pedro Navarro quien se apoderó délas ciudades de Tripoli
(25 Julio i5io) «molt bo edificada gentil c maraucllosa», después de una
gran batalla en la que murieron diez mil moros y quinientos cristianos, y
de Bogia que albergaba en su recinto á 7.000 familias: el tributo que, con
la pérdida de los ciudadanos Juan de Castro, Mossen- Pedro Robio y
Mossen Lendonya, pagó Lérida á la batalla de Rdvena (21 Abril de i5i2)
en la que, según el manuscrito, murieron más de 3o.ood CvOmbaticntes y
quedaron prisioneros Pedro Navarro, capitán español y Febrisso Colunna
que mandaba las fuerzas del Papa: la conquista de Navarra por el Mo-
narca aragonés (i5i2) y el sitio de Pamplona y su levantamiento, con el
regreso del ejercito francés á su patria, motivado por la proximidad del in-
vierno y la persistencia de las lluvias: la tentativa de envenenamiento por
medio de «certes magranes de alquitrán que supone tramada el mismo
año en Logroño contra el rey Católico por el Duque de Calabria, quien
fué preso y conducido al castillo de Játiva, pagando otros -con su propia
cabeza el fracasado regicidio: la noticia, llegada á la ciudad, de la muerte
de Don P'ernando ocurrida el 20 de Enero de i5i6 «en vn loch pctit nome-
nat Madrigalexo auna jornada de Gadalupc», y la del traslado de sus
restos á Granada: la entrada en Lérida del emperador Carlos V (28. Ene-
ro de 1 5 19), á quien salieron á recibir el Señor de la Granadella, iM. Pere
Moliner, Mossen Johan..», M. Johan Polo notario y M. Johan de Castelló,
ante los cuales y otra mucha gente y frente al portal de San Antonio
hizo juramento de conservar los usos y costumbres de la ciudad ': la
conquista en África (Julio de i52o), por Don Mugo de Cardona, del terri-
1 Según un libro de notas del Archivo Catedral de Lcridn, cf.tc juramento, prestado en ma.io'
y poder del Rdo. M. Pedro Augusti, Canónico, revistió l:i siguiente fórmula: «Lo Kxcellentissim
y poteniissim Señor lo Rey nostre Señor don Carlos jure solcmpncmcnt á nostrc Señor Dcu
sobre la sua SanctaCreu é los sancts quairc Kvangelis per ses mans corporalmente tocuts que
tendrá y servara inviolablement á la sua ciu'.at de Lcyda pnhcrs universitai y siogulars y á tots
los habilants y poblats en aquella é llochs de la coniribucio, c encara al Capítol é clero déla
Seu de dita ciutát, é á la Vnivcrsitat del Studi de aquella c singulars de aquell los usa<jcs de
Barcelona, constitucions de Catalunya, capitols c acies de Cort c tots y sengles privilegis
DIBLIOriiCAS Y MUSEOS I4:
torio de los f(AIgcrbcs, en los quals dits Algcrbcs Cí*en morts en temps
passat molts xpians sobre la conquesta de aquells, spccialmcnt y mori hun
fill del duque D^lba nonicnat Don Garciao: la batalla de Pavía (24 F'cbre-
ro de 1 525) «entre lo rey de i^^-ani^a de vna part ú lo Marques de Bescara
(sic) é lo virrey de Napolls c Mosscn de Borbo de la part altra»: el tránsi-
to por la ciudad (4 d2 Febrero de \b2:)) en dirección a Barcelona donde
se hallaba el emperador, d^ 37 maclios y un carro caridades de toscos d:
plata portugueses, equivalentes ca.ia uno á tres reales barceloneses, con-
tenidos en cajas de 3 x3 X I palmos: el paso (4 Noviembre de i532?)
por Lérida, de la IZmperatriz, del príncip: Dm Felipe y de la infanta Doña
María, quienes iban á Barcelona á esperar ;1 Carlos I que debía en breve
regresar de Italia, Alemania y Hungría; y el juramento de guardarlos
fueros, prestado por la Emperatriz ccom d loclitinent g^ncralu: la llegada
a la ciudad (i i Julio 1544) del Gobernador general, D. Pedro de Cardona,
á quien no se dispensó recibimiento oficial sino que los pa'ieres fueron d
visitarle sin ceremonial, al día siguiente de su llegada, obteniendo de el
juramento de guardar los usos y costumbres de la ciudad: el cumpli-
miento de la orden del Lugarteniente general de Cataluña, por la que
á 27 de Septiembre de i5G2<lcus2 presa de gascons y estranges de tots
aquells que eren entrats en Catalunya d^l Jener de .M. D. Ixi ensa y no
tenien boUcti conforme d vn cdicie publicat/^: el número de soldados con
que ccntribuyó en 1570 la ciudad al socorro de la plaza de Perpiñdn: la
celebración en iD'Sg de los funerales por el KmpjraJor: las guerras habi-
das á íinesdel siglo xvi eiUre España y Francia, acabadas en 1598 con la
paz de Vervins.
Cor/cs.— Cítanse las de Lérida de 1373, 1440 y i5i5; las de Tortosa
de 1429, las de Barcelona de \j..\^): las de Perpiñdn de 1450; y las de Mon-
zón de 1470, i5io y i5i2.
Fenómenos V ACCiüENTKs 's\:ru\LES. — Pueblo esencialmente agrícola
y de costumbres sencillas el J: Lérida, concedía grande importancia á
libertáis i n muñí tnts gr.ici.-s conce>;i on^ (ionacions consucluts usosc:>si'jms «cr::t.í y no scriics
atorgats á la dita ciutat c pobl.i:s tn .i-ju'.-ÜT é nltrc* dc-.su: diis per los sercnissi-r.s Rcys de
gloriosa memoria i;cr:iiors y pre J'.:'. ors tJe si ina^". -.t.ii. I-o qual juramcni t'a lo dit Señor Kcy
é caten á fer partic-larmcnt a ia di'.i ciíjiat c pf.blaN en r.qucíla c altres ce sus spccilicals en
aquella forma é marera scns mes r.i rr.c:. ys que lo. Hcys pi>-ii'.-> preJtcessors de $a mip;c«»iat
feren y preslircn a l.i d.:a ci-*. .*. O pohlat-. en a'-u'.-lia en la pr.r.-.cra entra ia que tercn en diía
Ciuiat.* Debemos, no obs' tntc. .ij vertir q Je esrc librj tic notai le ia CaieJnl pone errónea-
mente en el añ j i5>i 1 1 catrid . Je¡ Kmp,;'*a':or Cirios.
141 REVISTA DE ^ARCHIVOS
todos los hechos que podían influir en las cosechas ó á aquellas señales
que consideraban de buen ó mal agüero.
Ec/ipses.— Haíllamos datos del de sol ocurrido en 141 5 (no se adivina
á cual se refíere de los dos que hubo en dicho año), del correspondiente al
17 de Junio de 1433 «cum media obscuritate», del que tuvo lugar en 29 de
Agosto de 1448 y del que supone verificado en 16 de Mayo de i5i5 y del
cual nada habla el «Art de vérifier les dates». En 5 de Septiembre (según
la obra anteriormente citada el día 3), ocurrió un eclipse de luna entre
nueve y diez horas de la noche «e dura fins prop xii hores». En 19 de Enero
de i5i6, presencióse un fenómeno singular que no debió ser eclipse, cuando
no lo menciona el expresado ccArt de vérifier les dates»: dice el códice que
«á les sis hores entrada de nit essent la luna plena y lo cel tot seré hisque
la luna tota fosca sens donar claror alguna, la color de la qual ere com a
sane; y quant fonc hexida al vn costat envés la tremuntana se mostra vna
poca de claror com vna fal; de segar, e axi poch a poch pujant dita luna
per son cercle dita claror augmenta en la dita luna y dismenuintse la fos-
cor en ella e dura a deferse dita foscor be tres hores apres que dita luna
fonch exida, e passat dit spay cobra Uur claror acostumat: algunos dehieñ
que ere eclipsi, altres dehien que no, sino que ere senyal sobrenatural per
quant en los libres lunaris no si trobaue eclipsi de la luna en tal temps».
Y como á los dos días se desató la atmósfera en grandes truenos con acom-
pañamiento de piedras y el día 23 del mismo mes y año murió el Rey Ca-
tólico, la gente relacionó este acontecimiento con las anteriores señales de
la naturaleza.
Terremotos. — El día 2 de Marzo de i373, primer miércoles de cuares-
ma, á media noche, ocurrió un terremoto que dice el códice fué universal
é hizo extremecer al humano linaje. El sábado, primer día de Marzo de
1427 «entre les onze e les dotze hores auans del mig jorn fonch fet terra-
tremol en la ciutat de Barchenona de Leyda e de Tortosa e per moltes
parts de Catalunya, e seguís lo dit terratremol per tot 1q dit mes de marj
fins a huyt dabril». El jueves 25 de Mayo del mismo año 1427 entre las
tres y las cuatro de la tarde, ocurrió otro temblor de tierra en ocasión de
hallarse en la casa de la Pahería algunos oficiales, y como se sucedieran
dos ó tres sacudidas «retornant e pulsant tota la dita casa.... ni hac alguns
que sen ysqueren yuar^osament de la dita casa per grant temor del dit te-
rratremol e terror que agüeren e en especial Guillem de Tarrega escriuent
de la dita casa». El lunes día 2 defebrero de 1428, á las ocho de la maña-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS H'
na «fou fet gran lerratremol per tota Catalunya lo qual dura per spay de
dir un miserere mei, del qual terratremol fou axi terrible ques enderro-
quaren molts edifficis per tota Cathalunya e especial caygue la vidriera de
la sglesia major de Santa María de la Mar de la ciutat de Barcelona hon
mataren xxv fins en xxvi persones entre homens e dones; e mes se ende-
rroqua la sglesia de Puigcerda del monestir de Prehicados hon moriren ben
dohentes persones o pus segons se dehie.» El sábado 25 de Mayo de 1448
entre la una y las dos de la madrugada «vench gran terratremoll de que
la demes gent de la Ciutat se levaren deis lits e hagucren moit gran pahor
e por», y á consecuencia del cual se derruyeron algunos edificios de Cata-
luña, entre ellos una buena parte del castillo de Tous. El de 18 de Marzo
de i5i5 á las tres de la tarde «fonch molt poca cosa e dura sois vn mo-
mento. A i3 de Mayo de i525 á media noche y entre cuatro y cinco de la
mañana «feu terratremoll tres o quatre verdugades».
Vientos. — Hizo grandes vientos de Poniente en los meses de Enero,
Febrero y Marzo de 1442; vientos cálidos de Levante, que derritieron las
escarchas, desde el dfa 22 hasta los últimos del mes de Diciembre de i562.
» Pero el huracán de más importancia se experimentó en Lérida el 1 1 de
Agosto de 1537: descríbelo así el «Llibre de notes antigües per me-
moT\SLf>: «A onze del mes de Agost any M. D. xxxvii. a les quatre ores
passat mig jorn se mogue en hun subte tan gran impetut de vent de les
parts de ponent ab tan gran rigor y inpetut que les cases de la Ciutat
tremotauen del gran debat que apenes dexa teula en son loch y derroca
moltes xamenees y creus deis lochs; y en la orta de leyda enderroca
moltes nacions de arbres en gran moltitud 50 es oliues, peres, albes,
y altres arbres y de les heres axi de la ciutat de Leyda com deis lochs
de la contríbucio y altres lochs y poblacions sen aporta les herades y
los monts deis forments ordis y ciuades tenien en les heres per alsar
sens poderlos remediar que los ferreginals y vores de les heres stauen
cuberts del gra en gran moltitud: y no dexa ningún paller sanser y
molts sens saber la palla ques era feta com si no fossen fets: y en algún
altre loch caygue gran pedra que mata los animáis, special per (os termens
de Belluis y Linyola y altres lochs. En Leyda enpero ni contribucio de
aquella no caygue pedra saluo lo vent y dura molt poc casi spay de hun
ter9 de quarü>.
Avenidas de los ríos. — Del Segre: 1 1 de Marzo de 1419, 19 de Marzo
de 1450, 10 de Diciembre de 1451, 3 de Octubre de 1452, 7 de Mayo de
144 REVISTA DE ARCHIVOS
1453, 'lo de Noviembre de 1488, Abril de i325, G de Mayo de i53(3, 23 de
Abril y 7 de Octubre de 1344. Estas av2nidas fueron acompañadas de
inundaciones de parte del término, ó de alguno de los monasterios de San
Agustín y la Trinidad, ó de los huertos y torres y, á veces, de las casas
de la calle Mayor, siendo necesario en ocasiones sacar en procesión el
Santísimo, implorando misericordia; la de 1432 derribó cuarenta casas
del barrio llamado de Cap-pont; la de 1488 «feu inextimable dany fins á
tant que isque lo Corpus precios de Jeshucrist ab gran professo de la sglc-
sia de sent Joan ab gran luminaria en la que foren los canonges é clero
de la Seu c los Veguer c Pahcrs, Cauallcrs gentils homens e ciutadans é
moka altra gent de la ciutat c isqucren fins d la creu qu2 sta en mig del
pont é agenollats cantaren la Salve regina mater, Mostra te esse matrem,
Te Deiim ¡aiidamus é altres denotes orations supÜcant la diuinal clemen-
cia ab grans critsdo misericordia que li plasques hauernos merce é mise-
ricordia; é fonch vist, añade, cuidentment que tantost de poch en poch
■
minua é diminuhisí>; la de 23 de Abril dq 1344 fué una de las más impor-
tantes, obligando d los habitantes de las calles bajas de Ja población al
traslado de muebles y abandono de sus casas.
Avenidas del Noguera: Mayo de i332 y 3 de Noviembre de 1G17; en la
de ¡332 rompió la acequia llamada de Noguera, hífciendo imposible el
riego de parte de los términos de Lérida, Almenar, Alfarraz y demás del
Segriá, por lo que hubo de procederse d su reconstruccjón.
Avenida de ambos ríos d la vez: S2c;ún la versión del códice: c<á dos de
Maig (1333) comensa d ploure y perscuerant ílns d tres de maig día de
senctes creus cresqueren les aygues de Noguera y de Segre ab tanta abun-
dancia que lo riu de Segre se estengüe fins mig Fontanet y derroca tapies
de orts y casalicis y deuora tots los splets de Fontanet y se trague lo Cor-
pus á quatre de maig per lo gran estrago y dany causa, dita ayguada dura
fins d sinch de dit, de la qual ayguada se v2ren en gran stret los monestirs
de senct Agosti y Trinitat y feu vn gran estrago en lo Segalar y cami de
Grenyana y altres parts; lo matcix tcmps cresquc Sinca que f^.i grandissims
danys; Ebro puja xxxx palms envessa en térra de orta en spay de sinch
hores.»
Lluvias. — Menciónanse como extraordinarias las ocurridas en 1 1 de
Marzo de 1419, en los meses de Mayo, Octubre, Noviembre y Diciembre
de 1434; en Octubre, Noviembre y Diciembre de 1441; en Abril y Mayo
de 1442; en 3 de i\layo de 1449; en 21 y 22 de Marzo de 1487; en Noviera-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I45
brc de 1488; en lO d¿ Alayod: i352; c:i 2 y 3 d: ALiyo ¿2 ibb^, y en i5 de
Abril de i562.
Piedra. — Cayó á 10 y ¿í i5 de Diciembre di i5o4 ya 21 de Enero
de 1 5 16.
Heladas y^ frío.— Ks notable la Inla.ia oJiirriJa en la noche del 22 al
23 de Marzo de Í4S7 í^que crema bs alboroclis de domas c les amelles
que ja eren groses á la part de tora e la amílla era dinlre cromada, c per
lo semblant S2 crcmaren les íI^ultos mangra:i2s c molts brots de parres que
ja se mostraucn los rahims c per lo semblant s: cromaren los man^aners
Hnesé fruytcs e los borrons de les vinyes..» i-^l invierno de 1434 á 1435 fué
muy benigno «á seL;iii's vna bella maravclla que en torn íestcsde Nadal se
• fina lo yuern, lo jorn de an nou les L;ens trob:iuen roses florides é botona-
das per los roses axi c jm si ios en lo mes de maig »; en cambio, fueron muy
intensos los fríos en los meses de Noviembre y Diciembre de 1502, pro-
duciendo daños de consideración en las plaiUas.
Calor, — Ks notable el que se sintió durante el mes de Octubre de 1531;
el día 22 del expresado mes acantauen ab í;ran prcssa les sigalesen la orta
deLeyda per la gran calor feye.»
Sequías. — Kntre las mayores que í. crida ha experimentado, figura la
de 1473, de la que incidentalmente hemo". tratado en las rogativas: deben
mencionarse además las de 1477, la de ibSi, qu2 p.isD en grave aprieto á
las comarcas de \ 'rgcl y de la Litera, la de 1 553 y la de 1 562, que compren-
dió las comarcas de Barcelona, d.l Campo de Tarragona, de l'rgel, de
las Literas v de las Garrigas.
Años de abundancia. — E\ d.* 1442 hubo gran abundancia de trigos oe
les abelles lantjaren molts cxams car v.ia arn.i lanv;ave lili e V exams.»
En los de 1447 y 1448 hubo grandes mercad jj Je trigo (cuyo caíz se ven-
día á 18 sueldos), de lana <«e gencralment de totes aviries.» En i552 fué
tal la abundancia de fruta, que el día dj la Ascensión se contaron en la
plaza de San Juan de Lérida trescientas ó más banastas de cerezas, que se
vendían á un dinero la.> seis libras. í-^l día 20 de Agosto de ¡573 llegaron al
Almudín 75 carretadas y muchas cargas de trigo. La abundancia de sar-
dina fue tanta en 1574, que el día 24 de Abril se vendía d un sueldo la
carnicera. Y, por fin, en 1022 se vendieron por un dinero dos libras de
«mosqueroleso.
Años de escase;. — Kucronlo los de i.;4i , en el que la cosecha fué nula
en Urgel; 1455, en que el trigo se vcndij á lo sueldos fanega; 1474, en que
146 REVISTA DE ARCHIVOS
igual medida Ikgó á valer 24 sueldos; i52i en que se pagó á 12 y i3 suel-
dos; i522, en que D. Juan de Moneada prestó mil ducados á la ciudad para
compra de trigo; 1 55i , en que las bestias llegaron á morir de hambre; 1 697,
en que no hubo fruta «y la poca quei agüe anaue tant cara que venien un
presech per dos diñes y 'Is portauen de Cs^sp»; 1624, en que por la escasez
la fruta se llevaba á Lérida desde Fraga y la Ribera; y. 1638, en que ono
y agüe ni cireres, prunes, masanes, albercos, peres ni pomes y aportauen
de fora ciutat la fruita y venien la Iliura de les cireres a sou y á vuyt di-
ners y de vna pera feien pa^ar dos y tres diners.»
Salud pública. — Citanse como años de buena salud los de 1447 y 1448.
Epidemias y mortalidad. — En 1434 hubo tal epidemia de fiebres en
Tortosa, que fallecieron 1.200 personas. En 1440 y 1441 la mortalidad re-
vistió carácter general, habiendo sido muchos los que sucumbieron en la
ciudad de Lérida. En 1449 hubo muertes generales en todo el universo.
En 1 521 las hubo en la ciudad, acabando la epidemia el 24 de Junio.
E. Arderíu y Valls.
ESPAÑA
Y EL PROYECTO DE «BIBLIOGRAFÍA HISTÓRICA INTERNACIONAL»
I
Renovando aspiraciones muchas veces formuladas , el profesor Pri-
bram, de la Universidad de Viena, presentó en el Congreso internacional
de Roma (i9o3) una proposición encaminada á discutir y declarar urgen-
te la formación de una Bibliografía histórica universal '. La importancia
del asunto hizq que se dedicase á su examen una sesión extraordinaria,
la celebrada por el grupo de Archivología, Bibliografía y ciencias auxilia-
res, en la tarde del 7 de Abril. En ella, el profesor Pribram explicó y con-
cretó su proposición, pidiendo que se iniciasen los trabajos de una «Biblio-
grafía histórica internacional, retrospectiva y corriente», y que para ello
I El texto alemán de la proposición, dice asi:. «Jedes Land mflsste sich yerpñichten alie
Ercheinungen auf historischem Gebiete, die in Laufe des betreffenden Jahres in dem betrefFcn-
den Lande gedruckt wurden, auf einzelnen Zetteln zu yerzeichnen... un diese Zettel würdcn
zu Central comité geordnet und publiciert werdcn.»— A. Francia Pribram es profetor de Historia
medioeval y moderna en It Universidad vienense.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 47
se nombrase una Comisión. Varios congresistas, entre ellos los profesores
Hartmann, Romano, Monticolo, Crivellucci, Santini, etc., discutieron
los medios más conducentes para realizar una idea que, en principio, todos
aprobaban.
Crivellucci ofreció, desde luego, para la realización una base práctica,
consistente en su «Anuario bibliográfico de la historia de Italia desde el
siglo IV á nuestros días». Este Anuario, anunciado ya en 1902 como suple-
mento á la revista Studi storici ', que el propio Crivellucci dirige, com-
prende en su programa, «juntamente con el análisis más amplio que se ha
intentado hasta ahora de las publicaciones periódicas y las Actas de Aca-
demias, el catálogo de los libros de historia y de ciencias auxiliares y
afines que salgan á luz en Italia y en el extranjero durante el año En-
tre las disciplinas subsidiarias y afines, comprendemos, en cuanto se re-
fieren á la historia de Italia, la Bibliografía, la Cronología, la Geografía,
la Paleografía, la Diplomática, la Archivología, la Filología, la Esfragís-
tica, la Heráldica, la Numismática, la Genealogía, las Antigüedades me-
dioevales, la Historia del Derecho, de la Religión, de la Iglesia, del Arte,
de la Industria, del Comercio, de la Economía y del Traje».
El primer tomo de este Anuario acaba de publicarse 2 y contiene la
bibliografía del año 1902. Más adelante trataremos del plan á que obedece
la obra de Crivellucci y sus colaboradores.
De la deliberación antes mencionada, resultó el siguiente acuerdo: «El
Congreso formula votos por que la Comisión que haya de nombrarse eje-
cute los trabajos preparatorios para una bibliografía internacional retros-
pectiva y corriente». Estos trabajos habrán de presentarse en el futuro
Congreso histórico de Berlín (otoño de 1906). Teniendo en cuenta la ini-
ciativa de Crivellucci y Monticolo, la Comisión se constituyó sobre la base
de estos dos profesores, á los cuales fueron agregados por de pronto: Pe-
llissier (Francia) , Andrea Veress (Ungría), Jirecek, profesor de Viena
(Península Balcánica), Jaroslav GoU (Bohemia) y el que estas líneas es-
cribe.
Por de contado, mi aceptación de este honroso puesto obedeció, pura y
simplemente, al cumplimiento de un deber patriótico, que creí inexcusa-
ble. Era yo el único español presente en el Congreso de Roma, y hubiera
sido censurable que, á título de modestia, dejase á España sin representa-
1 En un prospecto y en el Archivio storico italiano (5.* serie, XXX/pág. 480).
2 Pisa, 1903. Un vol 4.°, de lxvii-5i5 págs.— 16 liras.
3.^ áPOCA.— TOMO <. 1 I
148 REVISTA DE ARCHIVOS
ción en una obra que, aparte su utilidad intrínseca, ofrece base firme para
nuestra participación técnica en el Congreso de Berlín; pero mi acepta-
ción llevaba implícita la idea de limitarme á ser órgano de comunicación
de los eruditos españoles con los comisionados extranjeros, y propagandis-
ta, aquí, de la ¡dea iniciada por Pribram. Los trabajos de bibliografía que
la proposición de éste supone, no sólo requieren una competencia especial,
de que carezco, sino que, en todo caso, exceden de lo que un individuo
aislado puede hacer, por mucha que sea su actividad. Me apresuré, pues,
á declarar, al dar cuenta en España del Congreso de Roma % que (.espe-
raba recibir las instrucciones referentes á la organización de los tr.ibajos
oportunos, para solicitar el concurso valioso de los especialistas españoles
que, si no concurrieron al Congreso citado, seguramente querrán coadyu-
var al buen éxito de la próxima reunión. Propiamente, instrucciones no
he recibido ninguna todavía, pero sí algo que puede hacer sus veces y que
basta para iniciar los trabajos en cada una de las naciones adheridas. He
creído, pues, llegada la hora de dirigirme á los eruditos españoles, particu-
larmente á los que hacen de las labores bibliográficas su ocupación prefe-
rida y están preparados para ellas por una larga práctica y una educación
profesional. La Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos es para
ellos, por muchos motivos, como el centro director y la casa común. Ha-
blando desde ella, estoy seguro de que mis excitaciones llegarán á conoci-
miento de todos los que han de ser valiosos colaboradores de la obra reco-
mendada por el Congreso de Roma. Más aún; la misma Revista puede
representar al núcleo de la subcomisión española que acometa aquella
parte de la bibliografía internacional que á nosotros corresponde. En ri-
gor, viene obligada á ello, por lo que es en sí y por tener á su frente al
maestro de los eruditos é investigadores hispanos, cuya autoridad, tratán-
dose de una labor que ha de trasponer las fronteras, comunicará ú -os tra-
bajos que se realicen el prestigio más alto que en estas materias podemos
ostentar en el extranjero. Yo pongo, pues, en manos de cl y de sus com-
pañeros de la Revista de Archivos, la realización de lo propuesto por
Pribram, y sólo pido, en la tarea que para ello se inicie, un lugar de
modesto colaborador, cuya satisfacción más grande será haber ayuda-
do á partear el concurso efectivo de España en el futuro Congreso de
Berlín.
I La España mudcrna. Agosto 1903. Vid. pág. 47.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I49
II
En la circular que los profesores Crivellucci y Monticolo han dirigido
á sus compañeros de comisión, al propio tiempo que les enviaban el Anua-
rio bibliográfico de 1902, y en la Advertencia que encabeza este mismo
Anuario, se indica, á tftulo de proposición y consulta, el plan que ajuicio
de aquellos señores podría seguirse para preparar la Bibliografía interna-
cional. Creen, desde luego, que en vez de trabajar todos los comisionados
juntamente en la obra de una bibliografía clasificada por asuntos^ aportan-
do cada cual lo que averiguase — cosa que complicaría enormemente el
trabajo y haría perder mucho tiempo, — es preferible que cada cual se'limite
á la literatura histórica de su propia nación, formando con ella Anuarios
análogos al italiano ya referido. La composición de éste es muy sencilla.
Las papeletas bibliográficas no están ordenadas alfabéticamente ni por
materias, sino, simplemente, por números. A medida que se van recibien-
do, se van numerando correlativamente, sean de libros ó de artículos. En
cada una de ellas se consignan: el nombre del autor, el título completo, el
editor, el tamaño, el lugar de publicación, el número de páginas y el pre-
cio y, tratándose de artículos, el nombre del periódico ó revista, año, vo-
lumen y páginas. Dos índices alfabéticos, de autores y de materias, permi-
ten orientarse en la enorme lista que, sin esto, resultaría de dudosa utili-
dad. Para no repetir los títulos de las publicaciones periódicas, éstas van
citadas en una Elenco preliminar, con su número de orden, y en la bi-
bliografía basta poner entre paréntesis, á continuación del título del ar-
tículo, el número de la revista á que pertenece.
Podría objetarse, en cuanto al provecho de la obra emprendida por
Crivellucci y sus colaboradores, que desde 1878 viene haciendo lo propio,
con respecto á casi todas las naciones del mundo, el repertorio titulado
Jahresberichten derGeschichtsmssenschaft ^ Pero, como ha dicho muy bien
Monod, los Jahresberichten sufren las consecuencias de su misma perfec-
cíc-í: no sólo crece su volumen, de año en año, considerablemente, hacien-
do difícil su adquisición y manejo, sino que, además, forzosamente han de
retrasarse. Por lo regular, cada año bibliográfico sale á luz dos años des-
pués de su fecha. Crivellucci ha querido, por el contrario, que la biblio-
I V. eoetUMito al origen y organización de este repertorio, el Ilandbuch j^u Lilteratur'
berichte, de Jastrow (Berlín, 1891), y como fuente más fácil para los lectores españoles, el Manuel
de bibliographie historique, de Langlois: premier fascicule. París 1901, pág. 175.
I 5o REVISTA DE ARCHIVOS
grafía italiana siguiese de cerca el movimiento de la literatura, «informan-
do de las publicaciones recientísimas no anunciadas todavía (y por eso
fáciles de sustraerse á la diligencia de los eruditos), en las reseñas biblio-
gráficas de los periódicos especiales», cuya labor crítica exige tiempo. Por
lo que se refiere al Congreso de 1906, este sistema permitiría presentar la
lista completa (ó casi completa) de las publicaciones hasta igoS inclusive.
Sin embargo, la ventaja cronológica que con esto sé obtiene, hállase más
que contrarrestada con el defecto inherente á toda bibliografía sin crítica:
priva al lector de guía autorizada p^ra distinguir lo que vale la pena de ser
leído y lo que desde luego debe rechazarse por inútil, y se presta á grandes
engaños, puesto que muchísimas veces el título de los libros y artículos no
expresa bien el contenido de ellos. Esta es precisamente la falta de la ma-
yoría de las bibliografías nacionales existentes, obra, por lo común, de li-
breros y para los usos mercantiles de la librería, ó de eruditos que catalo-
gan y no leen ^ Yo me inclinaría más bien á las bibliografías del tipo de
los Jahresberichten, cuya ejecución sin retardo sería fácil distribuyéndose
la labor, por materias ó por regiones, varios especialistas que se compro-
metiesen á leer efectivamente las producciones á ellos encomendadas. Bas-
taría entonces una breve indicación, ya de su valor científico (una sola
palabra), ya de su contenido, á la manera, v. gr., como suelen hacer con
los artículos la Revue kistótique (vid. en todos sus números la rúbrica
Publications péfiodiques et Sociétés savantes) y otras'revistas.
Esto, por lo que toca á la bibliografía corriente. En punto á la retros-
pectiva, Crivellucci y Monticolo opinan que debe también c(ordenarse por
nacionalidades, poniendo á contribución todo lo que cada una produjo,
de útil y duradero, en los pasados siglos, y organizando el trabajo de modo
que, si no llegara á iniciarse ó, iniciado, se detuviese en alguna nación,
fuera siempre posible continuarlo en las otras. Por esto propondríamos
que, en vez de empeñarse en rehacer ex novo la obra entera, se empezase
por determinar qaé es lo que cada nación ha hecho hasta ahora y qué es
lo que le queda por hacer, y que nuestra tarea se limitase por el mo-
mento á promover injormaciones especiales sobre la bibliografía histó-
rica de cada nación, para presentarlas al próximo Congreso internado-
nah. Creo lo mismo. No es posible que nadie se comprometa, en dos años
y medio de término, á presentar una bibliografía retrospectiva íntegra,
ni, aunque esto fuera posible, conviene despreciar en absoluto la obra
I Cf. Langlois, o^. cit., págs. 9, 10 y 39.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS l5l
cumplida anteriormeiite por la erudición, consumiendo, al rehacerla, un
tiempo que sería, en gran parte, inútil.
Pero, desgraciada ó afortunadamente, en España, no cabe que nos pon-»
gamos este problema, porque todo ó casi todo está por hacer. Tenemos
copiosas y abundantes bibliografías generales, ya de toda España, ya de
sus diversas regiones y localidades importantes; pero, salvo el Diccionario
de Muñoz, el libro de Pons, sobre historiadores y geógrafos árabes, y la
Bibliografía numismática^ de Rada, nada que tenga carácter especial-
mente histórico, nada- semejante á los excelentes libros de Dahlmann,
Waitz, Monod y Pirenne, y que pueda servir, cuando menos, de base. Sería
necesario emprender, de una parte, la selección de las papeletas conteni-
das en las bibliografías generales (desde la de Nicolás Antonio á las de
Catalina García y Serrano Sanz), para separar las que pertenecen á temas
históricos, únicas que interesan al propósito de que aquí se habla; y, de
otra parte, reducir á papeletas las notas é indicaciones de algunos libros
modernos, verdaderos arsenales de bibliografía crítica, verbigracia: La
arqueología de España, de Kübner, por lo que se refiere á la antigüedad;
la Historia de la monarquía visigoda, de Fernández Guerra é Hinojosa;
la Historia de la conquista de España por los árabes, de Saavedra, etc.
Para los años posteriores á 1887, darían hecho mucho del trabajo las bi-
bliografías publicadas por K. Haebler (1878 á 1896 inclusives), por
A. Blazquez( 1 899-1901) y por mí (1897-98-1 902), en los Jahresberichten; las
de la Revue historique, que tengo á mi cargo desde 1890; las de The Athe-
nasum, que redactaron primeramente Gayangos y Riaño, y ahora me están
también confiadas; la del año 1894 (documentos y monografías), qut el
Sr. Rubio Lluch y yo compilamos para la Revista critica de historia y
literatura españolas (1896, núms. i á/\.); la sección bibliográfica corriente
de esta Revista y de su sucesora de historia y literatura españolas, por-
tuguesas é hispano-americanas {iSgb á 1902); las Revues genérales referen-
tes á España, que, de vez en cuando, inserta la Revue de synthése historia
que; las notas especiales de la nueva Revista bibliográfica catalana, y, en
fin, la copiosa bibliografía que esta Revista de Archivos trac en todos sus
números.
Por lo que se refiere á los artículos, algunas de las fuentes señaladas ca-
recen de valor, porque no incluyen en sus boletines y crónicas más que
los libros; pero esta limitación no reza con los Jahresberichten (riquísimos
en esta clase de biblíogcafía), con la Revista crítica, en cuya sección de
í
\«
l52 REVISTA DE ARCHIVOS
«Revista de revistas históricas» (única en España durante algunos años)
puse gran empeño, y con la Revista de Archivos. La Reviie de synthéze
ha hecho poco uso, hasta ahora, de este género de bibliografía.
El trabajo de reunir todas las papeletas que estas diversas fuentes dan
ya redactadas casi por completo, sería obra de pocos meses. De hoy en
adelante, bastaría con que la Revista de Ajichivos fuese coleccionando
las que le sirven para sus secciones de Bibliografía. Podría adoptarse,
para metodizar y facilitar el trabajo, verbigracia, el modelo de papeletas
que usan los Jahresberichteriy adaptable igualmente para libros que para
artículos. Este modelo es como sigue:
NÚMERO NOMBRE APELLIDO
título (del libro ó artículo)-
!#»•*••«••••■*•«««■••■••■•••••••»•• •**■*>*<■—<»»—>»>»<■——»#■■■—»#«»*»■>» — »»>»>■»<*<■■»«■■« — •••■■»*»>»«»>tM— ——»■■■■■■■•■«■•—»*»>—»— »»^a»^^^^^^^^
!■•••••■■•■•••■
«i ' REVISTA (titulo)
2 I
TOMO AÑO „ „ PÁGINAS.
^ " LUGAR Y EDITOR AÑO TAMAÑO PRECIO
CA
O
O,
OBSERVACIONES
^»«M« «MM MMl • ••••• MM««M«*«M*****^«.
CRÍTICAS
De este modo se tienen, en corto espacio, todas las indicaciones útiles
respecto de cada libro ó artículo y se pueden ordenar perfectamente las
papeletas. El título de las revistas cabe sustituirlo por un número, como
en el sistema Crivellucci K
En el primer volumen que se publicase, podrían incluirse, también,
un cuadro sintético del Thesaurus typographicus español (para el cual
tantos materiales existen ya acumulados) y la lista de publicaciones perió-
I £1 sistema del Jahresberichten en punto al título de las revistas es el de abreviaturas
convencionales. La dirección ha publicado una listi de las publicaciones de esta clase que más
recuentemente se citan. Un folleto de 55 págs.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 53
dícas españolas que suministran materiales para la bibliografía histórica.
Uno y otra figuran entre los desiderata de los bibliógrafos modernos '.
Pero veo que me he extralimitado en estas indicaciones, seguramente
ociosas para la mayoría de los colaboradores de la Revista de Archivos,
mejor enterados que yo de los problemas y soluciones de la bibliografía
general y de la española. Ténganse como simple fórmula de una opinión
personal rectificable, ó, si se quiere, como base concreta para las delibe-
raciones de la Comisión, que yo desearía ver formada y trabajando, en
plazo brevísimo. El tiempo pasa velozmente y, á mi juicio, es caso ^de
conciencia que España se redima, en el Congreso de 1906, del pecado de
abstención casi absoluta, que en los anteriores ha cometido 2.
Rafael Altamira.
APUNTES
para el estudio de las instituciones jurídicas de la iglesia de ESPAf^A
DESDE EL SIGLO VIII AL XI
La segunda, fuente del derecho eclesiástico español en esta época, la
constituyen los Concilios celebrados por los Prelados españoles, lo mismo
en el Califato cordobés, que en los Reinos cristianos del Norte de España.
A principios del siglo ix se propagaron en España, especialmente en
la Hética, doctrinas heréticas acerca del bautismo, la adoración de las Re-
liquias, el uso de las carnes, ayunos y matrimonios, ordenación de los
Obispos y de los clérigos interiores; y excitado el celo pastoral de los Pre-
lados mozárabes se reunieron en Concilio en Córdoba el año SSg, conde-
nando á los que tales doctrinas enseñaban con el nombre de casianistas y
acéfalos, y afirmando la pura disciplina eclesiástica. Fué esta asamblea un
verdadero concilio nacional, pues concurrieron, y aparecen en las sus-
cripciones del mismo los tres metropolitanos — Wistremiro de Toledo,
Juan de Sevilla y Ariulfo de Mérida— que había en los dominios musul-
manes, y cinco Obispos pertenecientes á estas provincias; Quirico de
1 Vid. Langlois, ob. cit., i.* parte, cap. II y especialmente, pág. 40.
2 Nada digo aquí de la parte material de esta obra. Es cosa que ya estudiará la Comisión en
su día. Por lo que toca á la Bibliografía corriente, creo que la misma Revista de Archivos
podría emprender su publicación, con sólo imprimir en pliegos separados las papeletas y
formar luego tomos que, como el de Crivellucci, se. venderían aparte y, á mi juicio, se
venderían bien, dentro de lo usual en esta clase de publicaciones. Aparte quedan, como auxil^q
valioso no difícil de obtener, según creo, las subvenciones del Estado.
I 34 REVISTA DE ARCHIVOS
Acci, Leobesindo.de Astigi, Recafredo de Córdoba: Amalsuindo de Má-
laga y Nefridio de Eliberis, y es el primero de los celebrados en Córdoba
durante el imperio mahometano K
Pocos años más tarde y gimiendo la Iglesia ortodoxa bajo el pesadísi-
mo yugo de los tiranos islamitas ^; el califa Abd-er-Rahman II, incitado
no sólo por su animadversión á la religión católica, sino :por excitaciones
de cierto funcionario mozárabe, sólo cristiano en el nombre 3, convocó en
Córdoba á los Obispos de sus Estados para que reunidos en Concilio, con-
denasen la conducta de los cristianos que sin temor á la persecución sa-
rracena, confesaban la fe de Cristo y sufrían el martirio. Y en efecto,
compelidos por la orden del tirano se juntaron en Córdoba, el 852, bajo
la presidencia de Recafredo, metropolitano de Sevilla, varios prelados de
las diversas provincias, é diversis provinciis dice San Eulogio 4, y delibe-
raron acerca de si era ó no lícito presentarse espontáneamente á sufrir el
martirio. Los Padres del Concilio lucharon entre el cumplimiento de sus
deberes pastorales y el miedo á las amenazas de Abd-er-Rahman 11, y al
fin redactaron un decreto, si en la forma ambiguo y artificioso, en el fon-
do, de acuerdo con la sana doctrina católica, según se desprende de la na-
rración de San Eulogio, cuando describe lo sucedido en esta Asamblea y
las diversas opiniones acerca de la cuestión debatida, pues sólo censura á
los Prelados por su debilidad al redactar la fórmula del decreto, allegori-
ce edita nisi prudentibus adverti non póterat ^, y no califica la asamblea
de conciliábulo, como seguramente hubiera hecho en otro caso. Debe por
tanto, ser considerado como verdadero Concilio nacional ^
1 Se ignoraba la celebración de este Concilio hasta que el P. Flórez.lo descubrió en un códice
de la catedral de León, y lo publicó en la España Sagrada, prólogo del tomo XV.
2 Dumquesub eius gravissimo iugo Ecclesia orthodoxorum gemens... Mem. sanct.^ libro 11,
capítulo I, núm. i.
3 Adeo ut quídam illius temporis publiccs rei Exceptar, prcepotehs vitiis,.. Solo christianisi"
mi nomen,.. San Eulogio, Mem. sanct., cap. XIV del libro II, núm. 2.
4 Et quamquam metu compulsi, seu Metropolitanorum indicio, qui ob eamdem causam tune
e diversis provinciis á Rege fuerant adunati... San Eulogio, Mem. sanct.^ libro II, cap. XIV, nú-
mero 3.
5 Mem Sanctorum, lib. II, cap. XIV, núm. 3.
6 La cuestión de los martirios suscitada en Córdoba, causa de este Concilio, ha servido de
pretexto á algunos escritores modernos, entre ellos Dozy, para calumniar groseramente al
ilustre mártir cordobés San Eulogio, y dirigir inculpaciones desprovistas de fundamento,
contra los cristianos que cumpliendo con su deber, confesaban su fe. Prescindiendo de la
cuestión de los mártires, más teológica que jurídica, y limitando nuestras observaciones á si la
asamblea fué ó no Concilio, estimamos que de haberse reputado conciliábulo en aquella época,
Claramente lo manifestara San Eulogio, y nada dice acerca de este extremo tan importante,
antes bien censura solamente á los Padres por la ambigüedad de la fórmula, y no porque san-
cionara error dogmático alguno, sino por no expresar con la claridad, que la tosca inteligencia
(le la multitud exi|{it, una regla tan importante y á la que hibUn de acomodar los cristianos s«
BIBLIOTiCCAS Y MUSEOS 1 55
Discusiones habidas entre los cristianos de Córdoba, suscitadas por sus
diferentes opiniones acerca de la causa de los mártires; la conducta de
Saulo, Obispo de Córdoba, y la acusación dirigida al ilustre escritor Al-
varo Cordobés, de comunicar con un falso Obispo, dieron lugar á la ce-
lebración de otro concilio en Córdoba el 86o, resolviéndose por los Padres
las cuestiones surgidas acerca de la comunicación de los cristianos entre
sí á favor de la compasión y de la benignidad. Concurrió el metropolita-
no de Mérida, y suscribió las decisiones de la Asamblea por carta, otro
metropolitano que se cree fuera el de Sevilla K
Y por último, á propósito de la profesión de fe de Samsón en su Apo-
logético, con motivo de las cuestiones suscitadas por las ideas y conducta
del tristemente célebre Hostigesis, Obispo de Málaga, se celebró otro con-
cilio en Córdoba en 862. Atemorizados los Prelados que concurrieron al
mismo por la presión de los gobernantes musulmanes y por las amenazas
de los defensores de Hostigesis, condenaron á Samsón; pero más tarde,
unos por carta y otros de viva voz, declararon injustas las acusaciones
contra Samsón, y aprobaron su profesión de fé como conforme á las
doctrinas de la Iglesia católica, condenando al herege y escandaloso Hos-
tigesis 2.
Tales son los concilios cordobeses que muestran, que si el temor á la
persecución, y las amenazas de los poderosos pudieron ser causa de vaci-
laciones en los Prelados mozárabes, bien pronto el sentimiento de su dig-
nidad y la noción de sus deberes, les trazaban una línea de conducta
ajustada á su altísima misión y al carácter que ostentaban de vigilantes y
custodios de la grey confiada á su celo pastoral.
conducta. No por escritores coetáneos, sino por algunos modernos se ha tachado de conciliá-
bulo esta asamblea, y realmente entre la opinión de éstos y la de aquéllos no t$ dudosa la
elección, además de que ninguna razón hay para despojar del carácter de Concilio á esta
reunión de obispos, pues si ningún error dogmático declararon, y por otra parte, á tenor de la
legislación vigente entonces, no debía considerarse como cosa insólita, y sobre todo que afec-
tase á la validez de la asamblea la convocación por el emir, claro es que como tal concilio debe
considerarse.
1 Alvaro. Epístola X, núms. 2 y 5. España Sagrada, tomo XI.
2 Fuere autem Episcopio qui EpistolU me ceAsuerunt suix absolví, hi; Ariulfus videlicet^ qui
concilio non adfuerat ,s Emeritensis sedis metropolitanus Episcopus. Saro Beaticensis sedis
Episcopus, qui et ipse in priore coUegio non fuer at inventus. Reculfus quoque Egabrensis sedis
Episcopus. Sed et Beatus Astigitanus Episcopus qui sententiam suam in Valentii Episcopi posint
manus. Joannes pero Bastitanus Episcopus. Sed et Teudugutus Pontifex Illicitanus ore pro^
prio infustam damnationetn juxta censuerunt Valentía Epíscopo absolutione sonore. Miro
vero Asidonensís sedis Episcopus suorum C9episcopum \Epistolas legens, et ad sensum perpen-
dens, una cum ipso domino meo Valentio residens, priorem dejinitionem decrevit infringiré et
maturo consilio usus, me in pristicum gradum molerit restaurare... Apologético de Samsón,
proemio al lib. II, núm. 8. España Sagrada, tomo XI.
l56 REVISTA DE ARCHIVOS
Numerosos son ios Concilios celebrados en los Estados hispano-cristia-
nos durante los siglos ix, x y xi, aunque no todos iguales en importancia,
pues muchos de ellos, mejor que de verdaderos Concilios, bien pudieran
calificarse más exactamente de simples juntas de Obispos que se reunían
para la consagración de una Iglesia, ó aprobación de las donaciones he-
chas por algún rey ó tal ó cual iglesia ó monasterio, y en realidad no son
muchos los que pueden considerarse como verdaderas fuentes de la disci-
plina eclesiástica en esta época. Sin duda por esto no andan muy acordes
los escritores en su enumeración, negando algunos la existencia de deter-
minados Concilios como el que se supone celebrado en Oviedo el año 8ii
en el reinado de Alfonso II, que con fundadas razones reputan .por apó-
crifo el P. Flórez », Villanuño 2, el P. Burriel 3 y en nuestros tiempos el
• Sr. D. Vicente de la Fuente en su Historia eclesiástica de España 4.
En los reinos asturiano, castellano y leonés, los principales son los si-
guientes: el de Santiago de 810, del cual da noticia la Historia composte-
lana y en él se acordó la traslación de la silla de Padrón á Santiago 5; As-
torga de 842 á 85o, reinado de Ramiro I, tuvo por objeto reintegrar á la
diócesis de Astorga los territorios que le pertenecieron antiguamente,
otro en tiempo de Ramiro III, 974 para la extinción de la diócesis de Si-
mancas, establecida por ürdoño I; y otro diocesano, 946, en Monte Irago,
siendo Obispo de Astorga Salomón ^. Oviedo de 872 7; Santiago, 899, reu-
nido para la consagración del nuevo templo de Compostela ^; otro en 918
concedió varios privilegios al monasterio de San Martín 9; Mondoñedo,92i ,
señaló los límites de la Sede dumiense 'o; León, 974; se celebró para extin-
guir el nuevo Obispado que se había establecido en Simancas; firman las
actas San Rudesindo de Iria, Juan de Zamora, Gonzalo de Astorga y Sal-
vato de Salamanca " de 1020, bajo Alfonso V, dio cánones disciplinares
relativos, al orden que en adelante debía seguirse en los negocios tratados
1 España Sagrada, tomos IV y XX VI. En cambio el P. Risco es convencido defensor de la
autenticidad del citado Concilio ovetense.
2 Sumvta conciliorum hispanice notis... Barcelona, i85o.
3 Cartí al P. Rábago, Semanario erudito de Valladares.
4 Tomo III, cap. VI.
5 Masdeu, obra citada, tomo XI'T. España Sagrada, tomo XX.
6 España Sagrada, tomo XVI. '.mi. 56, cap. Vil y documento VII de las escrituras de Astor-
ga: Tejada y Ramiro. Colección de cánones y de todos los concilios de la Iglesia española,
Madrid, i85o, tomo III.
7 España Sagrada, tomo XIV. Tejada y Ramiro, obra citada, tomo III.
8 España Sagrada, tomo XIX. Masdeu, ob. cit., lomo XIII.
9 Masdeu, ob. cíf., tomo XIII.
lo España Sagrada, tomo XVIII. Masdeu, ob. cit. tomp XIII.
n España Sagrada, tomo XXXVIII, cap. I, pág. 4.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I Sj
en los Concilios, á ios bienes de la Iglesia y á la jurisdicción de los Obispos
sobre los monasterios »; Coyanza, io5o, bajo Fernando I, acordó trece de-
cretos eclesiásticos, sobre el orden de las iglesias, régimen de los monaste-
rios, potestad de los legos sobre las iglesias, traje de los clérigos, peniten-
cias contra los adúlteros é incestuosos, asistencia de los sacerdotes á los
banquetes con ocasión de los funerales, cohabitación con los judíos y de-
recho de asilo *; Santiago, io56, sobre la vida regular de los canónigos y
régimen de las parroquias 3; Husillos, 1.088 4; y Falencia, 5, 8 Diciembre
de 1 100, sobre la reposición de la Sede Arzobispal de Braga, dotación del
cabildo de Falencia y la reclamación de los Obispos contra las exenciones
anormales de los monasterios ^.
No fueron pocos tampoco los Concilios y juntas de Obispos celebrados
en la antigua provincia eclesiástica tarraconense, que comprendía en esta
época los Estados navarro, aragonés y catalán, bien que á la razón some-
tidos á distintos metropolitanos — al de Aux las Sedes de Navarra y Ara-
gón y al de Narbona, las catalanas hasta la restauración de Tarragona al
fin de este período — y entre ellos se citan por los escritores los siguientes:
Urgel 799, 892 y 991, este último tuvo por objeto corregir los abusos en
que incurrían los gobernadores y jueces de los condados de Cerdaña y
Berga 6, que se aprovechaban de los diezmos y demás bienes de las Iglesias,
con daño de la catedral de Urgel y de todo el clero y parroquias; Barce-
lona, 906, se trató sobre la demanda del Obispo de Vich contra el metro-
politano de Narbona, respecto de cierto tributo. Aparecen en las suscrip-
ciones, Arnostusde Narbona, Andkarius, Gunterius, Reginardus, Quime-
ra, Gerardus, Rinelfus, Guigno, Nantigisus, Obispos 7; Elna, 907 «; Font-
cuberta, 911, bajo la presidencia de Arnulfo de Narbona sobre cuestiones
habidas entre Nantigiso, Obispo de Urgel y Adulfo de Pallas 9; Ripoll,
1 Masdcu, obra citada, tomo XIII. Tejada y Ramiro, obra citada, tomo III. España Sagra^
da, lomo XXXV.
2 Masdcu ob. cit. tomo XIII. Tejada y Ramiro, tomo III. España Sagrada, tomo XXXVIII
apéndice I. Car Jcnal Aguirre, tomo III.
3 España Sagrada, tomo XIX; pág. 396. Masdcu, ob. cit., tomo XIII. Tejada y Ramiro, obra
citada, tomo III. Aguirre, tomo III, pág. 219.
4 P. Fita, Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo XXIV. pág. 2i5.
5 España Sagrada, tomo XXXVIII; cap. II, pág. 91.
6 Villanucva, tomo X, ap. XXII y XXIII. Masdeu, o¿?. cíf. tomo XIII.
7 Villanueva, ob. cit., tomo X. Tejada, ob. cit., tomo III. España [Sagrada, tomo XXIX* ca-
pítulo VII, pág. 284. España Sagrada, tomo XXVIII. ap. IV. Balucio, MiscelláneaSt tomo Vil
página f I.
8 Villanueva, ob. cit., lomo X, pág. 107.
9, Bofarull y Broca, o¿>. cíf., cap. IX. Tejada, ob. cit., tomo III. España Sagrada. Jaime Pas-
cual, Disertación sobre el Obispado de Pallas, Trcmp. 1785,
1 58 REVISTA DE ARCHIVOS
977, consagración de su Iglesia ^ Elna, 947 2, Vich, 1027 3; Elna, 1027,
llamado también Tulujense sobre las treguas de Dios 4, Barcelona, 1064,
contra los invasores de los bienes de la Iglesia, siendo Condes de Barce-
lona D. Ramón y su mujer Adalmodis; asistieron los Arzobispos narbo-
nense y arelatense, y los Obispos de Barcelona, Vich y Gerona 5; Bar-
celona, io58, consagración de su iglesia: asistieron los arzobispos Narbo-
nense y Arelatense y los obispos de Urgel, Vich, Gerona, Elna, Tortosa y
Barcelona; Pamplona, bajo D. Sancho el Mayor: asistieron D. Sancho,
obispo de Aragón, D. Sancho de Pamplona, D. García de Nájera, Arnulfo
de Rivagorza y Julián Castellense y otros ^; Jaca, io63, presidido por A\is-
tin. Arzobispo de Aux, fijó la sede oscense en Jaca, decretó la inmunidad
de los clérigos, y aprobó la donación que de la Iglesia de las Santas Masas de
Zaragoza, hizo Paterno su Obispo al de Huesca 7; Barcelona, 1064 S; Tulu-
jense de io65, sobre la paz y la tregua 9; Gerona, 1068, dio catorce cánones
sobre la simonía, bienes eclesiásticos, contra los clérigos portadores de ar-
mas, y el matrimonio de los clérigos '°; Barcelpna, 1068, bajo Ramón Be-
renguer I, en el que se dictaron los Usatjes "; Besalú, 1077, excomulgó al
metropolitano de Narbona y á los abades simoniacos ^^; Gerona, 1078, pre-
sidido por Amato legado del Papa Gregorio VII, dio trece cánones sobr^
la simonía, matrimonio de los clérigos, prohibición de que sus hijos here-
den los honores y rentas eclesiásticas, traje clerical, bienes eclesiásticos,
dimisorias, y otros puntos de disciplina »3; y Gerona de 1097, presidido por
Bernardo, Arzobispo de Toledo m.
I Masdeu, ob. éit., tomo XIII.
. a Villanueva, ob. cit., tomo X.
3 Villaoueva, ob. ctí., tomo X. El P. Caresmar iocluye un concilio de Vich relativo á la pa2
y tregua de Dios y á la inmunidad de las iglesias, año 1033 de la Encarnación de Cristo; sin sus-
cripción. Resumen del Archivo de la iglesia colegial de Ager. ms.
4 Villanueva, tomo X. Tejada, ob. cit., tomo III.
5 España Sagrada, tomo XXIX, cap. VII, pág. 284.
6 España Sagrada, tomo XXXVIII, cap. II, págs. 5i y 52.
7 P. Huesca, ob. cit.y tomo V, cap. XV, ap. VII. Zurita, Anales de Aragón, parte primera,
libro I, § XVIII. Blancas habla de un supuesto concilio de San Juan de la Peña, notoriamente
apócrifo, y el P. Huesca lo incluyó en su libro citado, tomo V, cap. XIV, tomándolo de aquel
desacreditado cronista aragonés.
S Villanueva, tomo X.
9 Villanueva, obra citada, tomo X^.
10 España Sagrada, tomo XLIII, cap. VIII, ap. XLVIII. Villanueva, tomo XIII, ap. XXV.
II El P. Risco dice que no fué Concilio, sino Cortes. España Sagrada^ tomo XXIX, tratado 65,
capitulo VII, pág. 285.
12 España Sagrada^ tomo XLIII, ap. XLIX. Villanueva, ob. cit., tomo X.
13 España Sagrada, tomo XLIII, ap. L. Villanueva, tomo XIII, ap. XXVI.
14 España Sagrada, tomo XLIII.
BIBLIOTECAS T MUSEOS I Sq
Ahora bien, considerando los Concilios celebrados en España durante
esta época, y comparando los de Córdoba, bajo la dominación musul-
mana, con los convocados por los monarcas de los Estados cristianos, se
observan en ellos particularidades muy dignas de mención que determi-
nan el diferente concepto que merecen y consiguientemente su distinta
naturaleza. En efecto; fueron los primeros, asambleas exclusivamente
eclesiásticas, pues á ellas sólo concurren los Prelados de la Iglesia mozá-
rabe, y constituyen el objeto de sus deliberaciones, puntos de dogma, de
moral ó de disciplina, sin que á pesar de su importancia indudable en el
orden religioso, trasciendan para nada en la vida política de aquella so-
ciedad, ni tengan influencia alguna en el orden jurídico secular. Todo lo
contrario se observa en las asambleas conciliares de los reinos de la Re-
conquista cristiana. Allí los monarcas convocan, siguiendo las tradicio-
nes de sus predecesores los Reyes visigodos, no solo á los Prelados y otras
dignidades eclesiásticas, sino también á los magnates de sus Estados. Esto
se ve en el concilio de León, de 1020, donde Alfonso V convoca, omnes
pontífices et abbatis et optimates regni. Lo propio hacen P^ernando I en
Coyanza, cum^episcopis et abbatibus et totius nostri regni optimatibus »,
y Ramiro 1 en Jaca, prcesentibus atque consentientibus cunctis nostri Prin-
cipatus primatibus. No sólo dedican su atención estas asambleas á los ne-
gocios eclesiásticos, sino que estatuyen leyes para la sociedad civil, del
propio modo que los Toledanos. Así vemos á Ramón Berenguer I en Bar-
celona, 1068, ab intervenció y consell deis bisbes y altres eclesiastics, ba-
rons, nobles, caballers, ciutadans y ornes de las vilas, promulgar el famo-
so código de los Usatjes, y lo mismo ocurre en León y Coyanza, Jaca y
San Juan de la Peña. Y para que mejor analogía guarde.n los Concilios de
la Reconquista con los de la monarquía goda, no falta tampoco aquella
silenciosa muchedumbre, que confirma con su asentimiento lo acordado en
la asamblea, audientes enim cuncti habitatores Aragonum regni, tam viri
quamfcemince, omnes una poce laudantes Deum confxrmaverunt dicentes,
según se lee en las actas del Concilio jacetano de io63 ^. Pero los conci-
lios de la España goda no pasaron de ser unas asambleas eclesiásticas que,
por la mayor ilustración del clero, intervenían por mandato real en ne-
gocios puramente civiles; en tanto que los celebrados en las monarquías
cristianas de la Edad Media, si al principio fueron trasunto de los prime-
I Véanse las actas en el tomo XXXVIII de la España Sagrada, apéndice I.
a P. Huesca, ob. cit., tomo V, apéndice VII.
l60 REVISTA DE ARCHIVOS
ros como se ha mostrado, no tardaron mucho en sufrir transformaciones
radicales en su modo de ser, hasta convertirse en'verdaderas asambleas
políticas, base y fundamento de la organización de los tres grandes Esta-
dos de la Reconquista nacional.
Y por último, constituyen la tercera fuente del derecho canónico es-
pañol en esta época, las bulas ó decretales de los Pontífices -romanos á la
Iglesia de España.
Las primeras fueron tres del Papa Adriano I, dirigidas dos á un Obis-
po llamado Egila, dictando reglas sobre la celebración de la Pascua, ayu-
nos, y resolviendo puntos dogmáticos y morales, en contra de ciertas pro-
posiciones heréticas relativas á esos extremos que se predicaban en la
Bética, y la tercera á todos los Obispos de España, ómnibus] orthodoxis
Episcopisper universam Spaniam (sic) conmorantibus, dice la bula, referen-
te á los errores de Elipando »; Juan XIII, al Obispo Juan de Vich, conce-
diendo á la Sede ausonense, la potestad y primacía de la antigua Sede ta-.
rraconense, su fecha. Enero de 971, según el P. Floreza; Benedicto VIII,
1017, decretando la expulsión de las Religiosas del monasterio de San
Juan de Ripoll, y estableciendo una comunidad de canónigos regulares de
San Agustín 3; Juan XIX, io3o, dirigida al Obispo Pedro de Gerona, con-
cediéndole el honor. del Palio, con la condición de redimir treinta cauti-
vos de los moros 4; Nicolás II, 1060, otorgando á la Iglesia de Ager, á pe-
tición de su fundador Arnaldo Mir de Tost, exención áz toda autoridad,
y sometiéndola inmediatamente á la Sede Apostólica ^; Gregorio VII,
al" Obispo de Aragón D. García, confirmando los límites del Obispado
oscense y otros decretos del concilio de Jaca de io63 ^; Alejandro II, io63,
á la Iglesia de Ager, reproducción de la de Nicolás II, antes citada 7; otra
del mismo declarando la exención [^del monasterio asanense á petición de
D. Sancho Ramírez 8; Urbano II, 1088, i5 de Octubre, otorgando á la Sede
toledana los derechos y prerrogativas primaciales que había disfrutado en
1 España Sagrada, tomo V, apéndice X.
2 España Sagrada, lomo XXV, cap. IV.
3 Yillanueva, obra citada, tomo VIII, apéndice XIII. El Sr. Bofarull y Broca, en su obra cita-
da, niega la existenciai de esta bula que afirma Villanucva haber visto en el Archivo de Ripoll*
4 España Sagrada, tomo XLIII, apéndice XXIX.
5 Villanucva, o¿». ctí., tomo VIII. Jaime Caresmar, /íesumen rfe/ ^rc*t>o de la insigne Calt'
gial de Ager, ms. existente en el Archivo Histórico Nacional.
6 P. Huesca, ob. cit.^ tomo V, ap. VIII; existe un trasunto en el Archivo de la catedral de
Huesca sacado de la bul.i original en 1290.
7 Caresmar, obra citada.
8 P. Huesca, ub. cit., tomo IX, apéndice VI.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS l6l
lo antiguo »: dos de 1089, la una dirigida á los proceres de la provincia
tarraconense, De restauratione Ecclesice tat^raconensis ^: y la otra conce-
diendo exención de toda autoridad al monasterio de Montear agón, á su
abad y regulares, y sometiéndoles á la inmediata obediencia de la Sede
Apostólica 3; de logí, al Obispo Berenguer de Vich, concediéndole el Pa-
lio y otorgándole los derechos de la metropolitana tarraconense 4; de
1093, inédita, existente en la Biblioteca Nacional ^; de logS, concediendo
al Rey de Aragón y á sus proceres, el patronato de todas las Iglesias que
sacasen del poder de los infieles ^; de 1096, 24 de Junio, al Obispo Pedro
de Pamplona, determinando los límites del Obispado 7; de 1097, decla-
rando exenta la Iglesia de Burgos y sometiéndola á la inmediata obedien-
cia de la Sede romana 8; otra del mismo Papa, 24 Junio 1097, confir-
mando la demarcación de la diócesis de Pamplona verificada en el reinado
de Sancho IV, Rey de Navarra; de 1099, á favor de D. Bernardo, Arzo-
bispo de Toledo, ordenando que fuesen sus sufragáneos León, Oviedo y
Palencia 9; otra del mismo año confirmando la restauración de la canó-
nica de Vich por el Obispo D. Berenguer »«; entre otras de este Pontífice.
Y terminan la serie de las bulas pontificias de esta época; tres de Pas-
cual II, de fines del siglo ^i; la primera dirigida á los fieles de la Iglesia de
Málaga, con motivo de haber elegido Obispo el clero í\2 esta Sede, vivien-
do el anterior "; existe en el libro becerro de la catedral de Toledo; la
segunda de 1099, 28 Diciembre, á todos los Obispos de España, ordenan-
do tuviesen á San Gerardo por Arzobispo de Braga, que le prestasen obe-
diencia los sufragáneos de esta antigua Sede, y que toda duda ó dificultad
que surgiera acerca de límites, extensión y número de las diócesis de la
restaurada metropolitana, se zanjase ante el Tribunal del mismo Papa ó
de su legado "; y finalmente la tercera, aunque rebasa su fecha el siglo xi,
1 España Sagrada^ tomo VI, apéndice V. P. Fita, Boletín de la Real Academia de la HistO"
ria, tomo IV.
2 España Sagrada, lomo XXV, apéndice XII: Villanueva, ob. cit., tomo VI.
3 P. Huesca, ob. cit., tomo VII, apé/:dicc X.
4 España Sagrada, tomo XXV, ap'.ndice XIII. Villanueva, ob. cit., tomo VI.
5 P. Fita, Boletín de la Real Academia de la Historia^ tomo V. Biblioteca Nacional, códice
D ap, 138, folio 8.
6 Vic2nte de la Fuente, ob cit., tomo III, cap. XV, ?j 121.
7 P. Fita, Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo IX.
8 España Sagrada, tomo XXVI, apéndice X.
9 España Sagrada, tomo XXXIV.
10 Villanueva, tomo VI, apéndice V.
11 España Sagrada, tomo V, ^ 108 y 109, y tomo XII.
12 Archivo de la catedral de Toledo, códice 42-21. fol. 64; códice 42-22, fol. 47. P. Fila, Boletín
d^ la Real Academia de la Historia, lomo XXIV.
1 62 * KIVrSTA DI ARCHIVOS
pues es de no5, se incluye también entre las de esta época, por ser con-
firmatoria de la antigua exención de la catedral de León; y la dictó el
Papa á petición del Obispo D. Pedro I y su Cabildo '.
Tienen estas bulas el carácter de fuentes del derecho canónico espa-
ñol, porque como se ve por su contenido, no se refieren solamente á pun-
tos dogmáticos ó morales, sino que la mayoría de ellas son verdaderas
decretales que resolvieron cuestiones disciplinares, tan concretas y par-
ticulares, como la demarcación de una diócesis, la restauración de una
metrópoli, el régimen de cabildos y monasterios, etc., todo lo cual prue-
ba que aun sin conocerse pn España las falsas decretales, y rigiéndose
nuestra Iglesia por su antigua colección canónica, no era extraño, antes
bien, parece usual y corriertte, hasta entre los mozárabes acudir en las
dudas y dificultades á la Sede Apostólica, la cual las resolvía solícita por
medio de estas bulas ó decretales.
Francisco Gómez del Campillo.
DOS CANCIONEROS ESPAÑOLES
Consérvanse en las bibliotecas italianas verdaderos tesoros de poesía
española, que poco á poco van descubriéndose y publicándose,' para gloria
de las letras y demostración de la íntima y prolongada relación que hubo
de existir entre ambos países *. Nosotros, coadyuvando á esta empresa,
vamos á describir al presente dos interesantes cancioneros que se custo-
dian en la Biblioteca Ricardiana, y que hasta ahora no habían sido objeto,
que sepamos, de especial estudio.
Uno de ellos lleva el núm. 3.358 (a. 3.420). Mide 207 X i5o™™ y consta
de 275 folios, de los que i-5o están numerados antiguamente y los restan-
tes (51-275) en época moderna. La letra es toda ella manuscrita del si-
glo XVII. Hay hojas de guarda. Carece de rúbricas. Está encuadernado
en pergamino, y lleva impreso en oro, en el centro de ambas cubiertas,
el sello if^g. En el lomo consta el siguiente rótulo, escrito á mano: Rime
spagnuole.
El otro códice, de importancia mucho más secundaria, lleva el nú-
mero 2.864. Es un manuscrito del siglo xvi, que consta de 168 hojas, nu-
1 Stpaña Sagrada^ tomo XXXI V.
2 Véase nuestra publicación El Cancionero de Mathiat Duque de Estrada (de U Revista di
Archivos, Bibliotecas t Musbos, Madrid, 1902.) Un folleto de 46 págs. en 4.°
BIBLIOTECAS T MUSEOS
l63
meradas casi todas recientemente, sin contar varías en blanco del princi-
pio. Los folios I á 44 r. contienen poesías españolas, y su numeración es
antigua. Los 44 v. á 112 v. están en blanco. El manuscrito se halla en-
cuadernado en pergamino, con los cantos dorados y el nombre también
impreso en oro: Don • || Francisco • || Céspedes -be -Guzman • || TienC
iniciales en color, con varios dibujos.
Describiremos detalladamente ambos manuscritos, insertando á con-
tinuación algunas de sus principales y más curiosas composiciones ^
Códice Bióoardiaao 8.3M.
Fol., I.* In statum controversiae
Calliae:
Nobiütas, Princeps, Dux, Rex, Regina,
dirá offensus atrox mollis avara,
piebem vindictam Regnum acra tributa,
vexat, agit, quaerit, dissipat, auget.
Senatus
ievis
favorem
amat.
Siguen varias poesías latinas,
hasta el fol. 16 v,
16 V, Carta del Bachiller de Arca-
dia al Capitán Saladar, de don
Diego de Mendoza:
E.: «La fama, como es correo general
del mundo, a llegado a esta corte de Roma
cargada de las victorias del emperador
nro. Sr.»
A.: «Vuestro servidor El Bachiller de
Arcadia.»
3 1 r. Respuesta del Capitán Sala-
!^ar al Bachiller de Arcadia:
E.: «El otro día recevi una carta suia es-
crita en Roma.»
A.: «El capitán Salazar.»
Fueron publicadas esta obrita y
la anterior por D. Antonio Paz y
Melia en sus Sales españolas, ó agu-
dezas del ingenio nacional (Madrid,
Tello, 1890), t. I, págs. 65-99.
La autenticidad de estas cartas
aparece confirmada poruña de doña
Magdalena de Bobadilla á D. Diego
Hurtado de Mendoza, publicada en
la Repue Hispanique de 1901 (lleva
la carta el núm. 41).
42 r. Loa en alabam^a de la letra P:
E.: «Costumbre es ia de los representan-
tes en primer acto pedir silencio.»
Los fols. 46 r. á 48 V. están en bl.
49 r. Carta de Siralvo á Clarinda:
El pastor más humilde de la tierra...
53 V. Clarinda a Siralvo:
A Siralvo el cortés, que en esta tierra...
56. V, Confessión de un galán á su
Dama:
Fin de todo bien qu'espero...
62 V. Sátira contra la mala poesía,
en defensa del C* dueñas, del
licA^ Pacheco:
Qué bestia abrá que tenga ya paciencia...
85 r. Soneto en respuesta:
Dueñas, vengado estáis á costa nuestra...
I Y expresando el testimonio de nuestra gratitud al Dr. Fortunato Pintor, que amablemente
nos ha favorecido con la copia de algunas poesías.
3.* ÍFOCA.— TOMO X.
13
/
i64
85 V. Sátira del mismo:
A tí, Rota ó derota del ynfierno...
87 r. (Sin título):
No seas Dama, pues eres vieja y fea...
87 V. Le/ ra (en portugués):
Castejaos, non fegueis...
88 V. Aborrecible á Dios iniusta-
t amenté. Glosa:
Descubren con motiuos differentes...'
Ibidem. Otra á lo mismo:
Sin daf castigo al malo y premio al bueno.
89 r. Soneto:
Dolor, temor, pobreza, ansia, engaño...
89 V. Letra portuguesa:
Alenso compra y Rúan...
90 r. Lo que Dios saber no puede.
Glosa:
Supuesto que huvistes vos...
90 V. La más hermosa que Dios.
Glosa á nra, Sra.:
Del choro de las doncellas...
91 r. Otra ckl mismo:
Si de toda la hermosura...
Id. Otra del mismo:
A vos. Virgen poderosa...
91 V. Soneto de Diego Fernández
(en portugués):
Doces lembran^as da passada gloria...
92 r. Soneto en lengua pinciana, de
Orlando y Angélica:
El Bilforato gárgaro entonando
con su faz baldanuda berrionda,
está la bella Angélici cachonda
por el parmeno de su amigo Orlando...
92 V. Soneto á una Z)." de san Ls^
Vide el major que ay en el mundo, {úc)
REVISTA DE ARCHIVOS
93 r. Diálogo á las cosas de Portu-
gal (en portugués):
Quem sigues Portugual.^ A.quem me of-
[fende...
93 V. Soneto: Luis de Camoens:
Horas breves de meu contentamento.:.
94 r. A una cortesana q quería que
la serviessen:
En quería, id sabéis...
94 V. (En blanco.)
/ 95 r. Soneto de Padilla:
Llegando amor á do Sirena estaua...
No publicada en el Romancero de
Pedro de Padilla (ed. de la Sociedad
de Biblióñlos españoles): Madrid,
Ginesta, 1880.
95 r. Soneto de Figueroa (sic):
Si el pie moví jamás, ó el pensamiento...
Publicado en las Obras de Fran-
cisco de Figueroa, dadas á lu^ por
Luis Tr iba Idos de Toledo. (Lis-
boa, 16:25). Es aquí el soneto nú-
mero XXI.
95 V. Soneto de Figueroa:
Bien puede rebolver seguro el ciclo...
Publicado en la edición anterior
(al núm. XXII). y
96 r. Soneto:
Bolvclde la blancura á la azuzena...
96 V. Soneto:
En un profundo sueño suspirando...
Ibidem. Soneto á dos germanas:
El mundo está en el punto más subido...
97 r. Soneto:
Dardanio, con el cuento del criado...
97 V. Soneto de Durandarte:
Desenlazando el yelmo Durandarte...
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
¡65
98 r. Soneto:
Que buelva amor y me rebuelva el cielo...
98 V. Soneto de Padilla:
Puntoso y alto pino, verde prado...
No figura en el Romancero de
Pedro de Padilla.
99 r. Muerte viator. Diálogo:
Quien sabe aquí, don diego despinosa...
Ibidem. Soneto del DD. Osorío:
¡O bien aventuran^ dcsseada!...
Q9 V. Soneto de Soto á los Poetas:
Poetas libres que vivís texiendo...
100 r. Soneto:
Hase movido, Dama, una quistión...
100 V. Soneto de Padilla:
Quando el gusano con labrar su seda...
Ib. Soneto:
¿Qué hacéis, Señora.^ Miróme al espeio...
loi r. Soneto:
Angélico suieto que bajaste...
10^, V. Soneto:
Belerma entre sus manos delicadas...
102 r. Soneto de Carra?i^a:
Quien vale más queio,me hadado nueva...
102 V. Soneto de Silvestre:
Si yo pensasse acá en mi pensamiento...
Ib. Soneto de Figueroa:
Soberuios edeficios de la gloria...
io3 r. Soneto de Figueroa:
Amor, laqo encadenado solapado...
103 V. Soneto de Figueroa:
Gasta y consume el tiempo toda cosa...
104 r. Soneto del mismo:
Siendo su bien tan lexos mi dessco...
Ib. Soneto:
Con tanta crueldad tanta hermosura...
104 V. (Sin título.)
Tan alto a puesto amor mi pensamiento...
io5 r. Soneto de DD, Osorio á la
enferm.":
O dulce Jesu christo, alma mía...
ío5 V. Soneto del duque deSesa:
Quando me paro á contemplar loandado...
Ib. Soneto:
£s tan alta la gloria de mi pena..;
106 r. Soneto á la muerte de DD.
de C:
La fíníssima ioia que tenía...
106 V. Soneto:
Lo que padece el cuerpo quando el alma...
107 r. A la Vitoria de Z). Jodo dé
Austria:
Si rota el hasta del cruel tvrano...
Ib. Al mismo:
El encogido ynvierno i congelado...
107 V. A I parto de laReyna D, Ana:
Sale el dorado sol por el oriente...
108 r. Soneto de Silvestre:
Perdido ando, señora, entre la gente...*
108 V. Soneto:
El tiempo está vengado á costa mía...
Ib. Soneto:
De tus cabellos de oro qual luzero...
109 r. Soneto á Ana de la flor:
Flor, que flor de damas escogida...
109 V. Soneto:
Leandro qu'ero hermosa dama adama...
1 10 r. Soneto:
Quien dice que pobreza no es vileza...
Ib. Soneto:
Ya se metía en el mar de ozidente...
lio V. A la muerte de una dama:
Su a:ui¿;ua rueca Lachesis ceñida...
1 11 r. Soneto á dos Hermanas:
Adán pecó, y pecó de codicioso...
1 66
REVISTA DE ARCHIVOS
Ib. Otro al Rey:
Refrescar el poder del africano...
111 V. Otro:
Ay tanto que temer no hay ventura...
1 1 2 r. Otro:
Qué es esto que se siente y se padece...
Ib. Otro:
Bivi libre de amor y de cuidado...
1 1 2 V. Otro:
O cristalina mano delicada...
Ib. Otro:
Essos ruvios cabellos donde veo...
1 1 3 r. Otro:
Es lo blanco castidad pureza...
ii3 V. Soneto:
Tela de aranha triste estoy tramando...
Ib. Soneto á la muerte de la R,
D. Anna:
Benigno el cielo á la nación Hispana...
1 14 r. Soneto:
El háuito perverso de offenderte...
114 V. Soneto á una que estando
mala dixo que eran amores:
Señora, el tiempo bono es ia passado...
Ib. Soneto:
De tal beldad, Sylvera, sois dotada...
11 5 r. Soneto:
De qué sirve, capón enamorado...
Ib. Soneto de Silvestre:
La vida se nos passa, el tiempo buela...
11 5 V. Soneto de Silvestre:
La vida vide como es corta, corta...
Ib. Soneto de Silvestre:
Contento,amor, y pazjgloria, y consuelo...
116 r. Soneto:
Bendita sea la ora y el momento...
1 16 V. Soneto:
^Quéhatéys hombre? Estoyme calentando.
Ib. Otro soneto:
{Ay Dios!, si yo cegara antes q'os viera...
1 17 r. Otro al fuerte de los Gelves:
^Quién eres que assí espantas sólo en verte?
117 V. Églogas de Virgilio, de
. Fray Luis de León.
Publicadas (Vid. Obras propias i
traducciones del P. Af. Fr, Luis de
¿edn. Valencia, 1761, págs. 75-127).
1 54 V. Fin de las égloglas (sic) de
Virgilio, romangadas por F. Luis
de León.
Ib. Soneto de don diego de Soria:
Si estoy tanta agua derramando amando...
1 55 r. Otro del mismo:
El oy me mata y en el mañana spero...
¡55 V. Otro del mismo:
¿Quién ay que no aya visto én el estío...
i56r. Otro del mismo:
Ciego que anda un pobre enamorado...
1 56 r. Otro del mismo:
Tan puesto al cielo inaccessible llego...
1 56 V. Otro del mismo:
El tiempo está vengado á costa mía...
1 57 t( Otro del mismo a una Dama
que pretendía casarse con un ce-
rero:
Paz, no más paz, pues guerra es tu con-
[tento...
1 57 V. Soneto de Pablo gumel:
Frío, calor, sol, yelo, nieve y fuego...
1 58 r. Otro del mismo:
A un tiempo temo, osso, dudo, y creo...
1 58 V. Otro del mismo:
Queriendo un escritor mostrar su arte...
Ib. Otro del mismo:
Herido estoy de tan mortal herida...
BJBUOTECAS
iSgr. Otro del mismo:
Si el diluvio de Júppiter huuiera...
1 59 V. Otro del mismo:
Después, señora, que el pinzel famoso...
160 r. Otro del mismo:
Donde huyes cruel, ay que huyendo...
Ib. Otro del mismo:
Caribde airada y desdeñosa Scyla.,.
160 V. Otro del mismo:
Como el celeste sol su rayo estiende...
i6i r. Otro del mismo:
Quando en prosperidad gozoso estava...
161 V. Oiro del mismo:
En fin, el fin del fin es ya llegado...
Ib. Otro del mismo:
Tú, que siendo ciego tanto vees...
162 ir. Otro del mismo:
Excelso monte que con fuego y hielo...
162 V. Otro del mismo:
Tú que con passo peressoso y lento...
i63 r. Otro del mismo:
No eres nieve, que fueras derretida...
Ib. Otro del mismo:
Después que puse en vos el pensamiento...
i63. V. Otro del mismo:
¿Si estoy sin coraíón, cómo estoy bivo?...
164 r. Otro del mismo:
Rosas, jazmines, alalíes y flores...
164 V. Soneto á una dama que pedia
un soneto con encarecimiento, sin
dar materia:
Pedis^ reyna, un soneto, ya lo ago...
Publicado. Es de Diego de Men-
doza. (V. págs. 480-1 de Obras poé-
ticas de D. Diego Hurtado de Men-
doza. Ed. Knapp. Madrid, Ginesta,
Y MUSEOS 167
1877. T. XI de la Colee, de libros
españoles raros ó curiosos.)
i65 r. Soneto á la muerte de la
Reyna de españa, hija del empe-
rador Maximiliano:
Mucho á la magestad sagrada agrada...
i65 V. Soneto:
Sobre una roca que la mar vatía...
166 r. Soneto:
Señoras monjas: pues sin culpas nuestras...
166 V. Soneto:
Mechando estaua plumas á un virote...
167 r. Soneto de Joan de Mendosa.
Comer salchichas y hallar sin gota...
Ib. A la muerte de la Reina. So-
neto en diálogo:
Muerte. Reina de españa?
Reina.
Muerte.
Quién me llama?
Alcru.
167 V. Soneto:
Dentro de una capilla un hombre honrado.
168 r. Otro:
Afuera Amor, que me quitáis el sueño.,*
Ib. De Artieda:
Gesto que sancto Antón vido en el hiermo...
168 V. De Liñán:
El capitán don Marte, y crespa aurora...
Publicado como de D, Diego Hur-
tado de Mendoza. (Obras, ed. Knapp,
pág. 435.)
169 r. Soneto contra galana, por
Juan de Valenguela:
Si algún burlón, si algún guaríante herá-
[tico...
169 V. Soneto:
Cásate, ó no te cases vergonsu9Ía...
Ib. Soneto á D. Diego Pachequo:
De presa a la comida ay aquí truchas...
1 68
REVISTA DE ARCHIVOS,
170 r. Soneto Tablares:
Amargas horas de los dulces días...
170 V. Soneto-de Venito Suaves:.
[Ia-5on mis pensamientos acabados...
171 r. Soneto de D. Joan de Be-
lasco, Condestable de Castilla, á
una tela de justar:
Téngoos, señora tela, gran manzilla...
171 r. Soneto de Joan de Soto:
No se yo, Bartolilla, que te tienes...
171 V. Del mismo:
La vida se nos passa, el tiempo buela...
172 r. Soneto:
Cuitado que en un punto lloro y río...
172V. Soneto:
Si el tiempo bobo es ya passado...
173 r. Soneto de Tablares:
O pensamiento, con qué ligereza...
173V. Soneto:
Si una veldad caríssima me offende...
174 r. Soneto de Ziranco á Ca-
rranca:
Espada Virgen, virgines conceptos...
174 V. Soneto:
Tiénenme los travaios tan cansado...
175 r. Soneto:
Hasse movido, Dama, una questión...
176 r. Soneto:
Si yo pensasse acá en mi pensamiento...
Ib. Soneto:
Sobervios edeficios de la gloria...
176 V. Soneto:
Es tan alu la gloria de nii pena...
177 r.
Qué haces hombre^ Estóime calentando... |
177 V. (Sin título.)
¡Ay dios, si yo cegara ante que os viera!...
178 r. Soneto al fuerte de los Gel-
ves:
. ¿Quién eres que así espantas sólo en verte?
178 V. Soneto d D. Juan de Austria:
Provando en tu valor mi mano mano...
179 r. Soneto:
Passando ayer por una calle acasso...
179 r. Soneto de Spinel a la pas--
sión de .Y/:
Que del mundo la machina se rompa...
I 179 V. Soneto de Lope de Vega d
Spinel:
Florido spino q'á laurel más verde...
Publicado en las Rimas de Vi-
cente Espinel (última poesía preli-
minar) y en la Colección de las
obras sueltas de Lope. (Madrid,
Sancha, 1779; ^- XVII, pág. 257.)
180 r. Soneto de Padilla:
De un évano sutil dos vellas piernas...
180 V. Soneto:
Cabello q'en color vencéis al oro...
181 r. Soneto de Spinelo:
Melancólica estás putidoncella...
181 V. Soneto de Lope de Vega:
Las no piadossas Martas ya te pones...
182 r.
En un valle en el qual de pie humano...
182 V. Soneto:
Entre muy frescas y olorosas flores...
Ib. Soneto:
Sángrese de las benas de Cupido...
i83 r. Soneto:
Un galán andava enamorado...
i83 V. Soneto:
No tiene tanta miel ática hermosa...
^ 184 r. Soneto:
Por Céspedes el bueno y Pero tales...
184 V. Soneto:
Yo Juam Baptista de bivar, poeta...
Soneto de Pedro Lifíán de Riaza,
enderezado contra el Jurado de Cór-
doba Juan Rufo Gutiérrez.
i85 r. Soneto:
o ya porque tus ebras y cavelios.
i85 V. Soneto:
Grandes más que elefantes y que abadas...
Es de Luis de Góngora.
186 r. Soneto:
Dígame por mi fee, señor alaino...
186 V. (Sin título.)
Fuesse á la viña Zebriana un día...
Ib. Soneto:
Piedra con mil quilates más preciosa...
.187 r. Soneto:
Rompiendo el aire iunto al alto cielo...
187 V. Soneto:
Ninfa más alva que la leucotea...
1S8 r. Soneto:
Tuvo una ver el Dios Vulcano celos...
188 V. Soneto de D. Luis de Gón-
gora:
• Por niñear un picarillo tierno...
189 r. Soneto de la speranga, del
duque de Francavila:
Amado engaño de la fantazía...
189 V. Soneto de D. Luis de Góngo^
ta á D. herJ" manríque^, viniendo
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 1 69
dalle el parabién del obispado y
aviendo salido de una enfermedad
peligrosa:
Huésped, sacro señor, no peregrino...
1 90 r. Soneto de Lope de Vega a la
muerte de D. Diego de Toledo:
No contra el hijo sabio de Laerte...
190 V. Descripción de la vida y
travaios que passan los estudian-
tes de Alcalá:
Yo el que más miseria paso...
198 r. Sátira nona de Horacio...
(citf el primer verso) de Diego
de Mendox^a:
Yendo per vía sacra acaso un día...
No figura en la ed. Knapp.
203 r. De Horacio, lib. i. Carmi-
num: solvit acris hiems; traduc-
tion de D.° de Mendoga:
Ya comienza el imbierno tempestuoso...
La traducción es de Fray Luis
de León, (Véanse las Flores de poe-
tas ilustres, de Espinosa.)
204 V. De Horacio, lib. HI, vol. 4,
DESCENDE COELO &. traducción de
Fr. Luis de León:
Desciende ya del cielo...
Publicada entre las obras de Fray
Luis.
208 r. Od. 14, lib. L Horaiii, tra-
ducida por quatro autores D. lu.""
dalm.^^:
No más, no más al agua...
209 V. Espinosa:
O vareo ya cansado.. ¿
4
170 REVISTA DB ARCHIVOS
a 10 V. Fr. Luis de León:
Quién eres por bentura...!
21 1 V. Orf. 9, lib. IIL Horatti, do-
NEC GRATus ETC. Ínter locutores
orat."* L. y Fr, Luis de León:
Mientras que te agradaba...
Publicada entre las obras de Fray
Luis.
212 V. Lib, III, od, 10, Horatii
EXTREMUM Tanais: Fr, Luis de
León:
Aunque de Scithia fueras...
Publicada entre las referidas obras.
21 3 r. Oda 7, lib, ///. Horatii, quid
FLEs: Fr, Luis de León:
^Por qué te das tormento...
Publicada.
214 V. Od, 22, lib. í. Hora, inte-
GER vitae: Fr. L. de León:
El hombre justo y bueno...
Publicada.
2x5 V. Od. 23, lib. I. Horatii:
Qual tierna zerbatilla que buscando...
Traducción de Fr. Luis de León;
publicada.
216 r. Od. 10, lib. 11. Rectius vi-
ves LiciNi: Fr. L. de León:
Si en alta mar, Licinio...
Publicada.
^17 r. Vida descansada de Marcial,
tradugida por el mj." de Salinas:
Las cosas que no pueden dar la vida...
218 r. Del libro de los cinco poetas
ereptum satis primo sub flore
scribente Alconem, etc., por el
mismo Di.® de mendoza:
La muerte dura que ta su edad más tierna.
No figura en la edición Knapp.
226. V. Carta de Belardo á Riselo
(Lope a Liñán): *
Riselo, vive Dios q'estoy mohino...
Publicada en la rarísima Segvnda
parte del Romancero general, y flor
de diuersa Poesía, Recopilados por
Miguel de Madrigal. Valladolid,
por Luis Sánchez, i6o5 ft. 207-210.
231 r. Respuesta de Riselo d Be-
lardo:
Con tu carta satírica, Belardo...
Publicada en el Romancero pre-
cedente, fols. 210-2^14. "
238 V. Respuesta de Belardo a Ri-
selo:
A tí, divino ingenio, á tí la pluma...
245 r. Sátira de Spinel contra las
damas de Sevilla:
Invicto César, Hércules famoso...
Los folios 265 á 266 están en
blanco.
267 r. Carta de Lope de Vega al
presidente de Indias Hernando de
Vega, desde Valencia:
Atlante de los muros de Philippe...
Publicada en la citada Segunda
parte del Romancero, fol. 187.
Acaba en el folio 274 r. Después
hay una hoja con 25 estrofas reli-
giosas, y luego las dos siguientes:
Son veinte y cinco y no más.
Si de repente las cuentas;
Si las cuentas por compás,
Son quinze mil y quinientas.
Al derecho y al rebés,
á la larga y por delante,
á la morisca y trabes,
lomando dos y tres pies,
• donde hubiere consonante.
Por último se leen algunos exá-
metros latinos: In Caroli quinti
obitum.
principis hesperiae ploremus fuñera cives
hespenae
ploremus
fuñera
jcives ' • • •
.Códice Biccardiano 2.864.
F. I r. Octavas d.f^ d. a,:
«
Tan alto es el favor y bien que siento...
2 V. Otras del abbad Salinas:
Acaso un día me llevó la suerte...
3v. Égloga de Dameo y Calatea:
Por el reqúesto de un muy verde otero...
m
6 r. Soneto de el Abbad Salinas:
Cuitado q en un punto lloro y río...
7 r. Canción de don Alonso de Fon-
seca:
Noche serena y fría...
7 V. Canción de Figueroa:
Sale la aurora de su fértil manto...
Publicada. (V. tomo XLII de la
Biblioteca de Autores Españoles,
pág. 507.)
9 V. Octavas de don Juan de Acuña:
Por tí, mi Alcida, dexo en el aceña...
1*0 V. Vida solitaria de Fray Luys
de León:
Qué descansada vida...
Publicada repetidas veces.
i3 r. A una dama que, aviendo re-
cebido un villete, le echó en la
calle:
Después que vuestros claros ojos bellos...
BIBLIOTECAS Y MUSEOS I7I
1 5 r. Octavas:
^En quién se uió jamás tal desvent-ura^...
y
1 1 V. Octavas de Montemayor:
Amor no desordena el buen camino. *«
16 r. Glosa contra la misma:
Quien encendió la llama en la pelea.,.
18 r. Closa Montemayor contra la
pasada:
La falta del amor en tanto daño...
23 V. Canción a la duquesa d'AlBa,
en la ausencia del duque:
Ay soledad amarga...
24 r. Glosa al soneto de Dar danto:
Que pueda la memoria...
26 r. Canción:
Salid, suspiros míos...
27 V. Glosa dé Burguillos sobre
quien di^e que la ausencia...
Los que amores constantes...
28 r. Traduction de la Oda XXIIJ
de Horatio, lib. I:
Huyes mi compañía...
28 V. Canción de Carranca:
El llanto que de amor enterne9ida...
34 r. Octavas de Piramo y Tysbei
Mirava Tisbe el cuerpo traspasado...
35 r. Elegía de Tibullo rura tenent,
tradu¡{ida por Fray Luys de
León:
Al campo va mi amor, y va al aldea...
Publicada entre las obras de Fray
Luis.
36 r. Carta de Belisa d Menandro,
por Don Diego de Qüñiga:
Belisa á su Menandro por quien vieae,**
174
REVISTA DE ARCHIVOS
Y las calcas atacadas
están tales pobres dellas,
que Dios y <1 que a de ponelias,
de puro despedafadas,
son bastantes á entendellas.
Y trae con tanto alfiler
prendido el sayo y jubón,
que dende el amanecer,
si á las ocho va á lici¿n
se oomien^a i componer.
Tiene ya el saip y bonete
tal, que, si no es socorrido
remendindole el pobrete,
presto andará sin almete,
y el ames todo rompido.
En comiendo, i remendar
se entra con aguja y hilo,
y, quando viene a cabar,
media noche era por filo,
los gallos quieren cantar.
Quandp está de hambre alcanzado,
sin a ninguno decillo,
se va i un abar el evitado,
triste, ñaco y amarillo,
y de la vida cansado.
«
Entra en él con alboroto,
y muestra allí tal furor,
que no hiciera más destrono
en los moros quando mo^o
esse buen Cid Campeador.
Verleis pensativo andar
sin que sepa que se hacer
pues, cansado de estudiar,
tañe en su casa á buscar
quando en otras á comer.
Y si algo viene á tener,
es por muy gran coiuntura,
porque el pobre ha menester,
aun para poder comer,
luguar y tiempo y ventura.
A buscar un real prestado
sale á las dos afligido,
y en mil amigos que a hallado,
aunque nadie se le a dado
muchos ay que le an tenido»
No ay falfo enuite le hacer,
porque si por su ventura
U combidan á comer,
nunca dexa de saber
go^ar de la coyuntura.
Harto de argumentos leer,
uiendo que no ay redempcion
de bocado que comer,
suspira, y podréis bien ver
si es spspirar de passión.
Pues, viéndose yr-consumiendo
de hambre que le provoca,
«i t los otros ue comiendo,
se le esti el alma viniendo
del coraron á la voca.
Los vocados que ellos dan
quenta con gran atención,
mira la carne y el pan,
y mil angustias le van
de la voca al corazón.
Si está á almorzar combidado
duerme tan apercebido,
qufe quando está levantado,
aun no es bien amanecido,
el cielo estava estrellado.
Porque con el triste afán
d^ la hambre que le llama,
soñando que almorzaran,
salto diera de la cama
que parece un gavilán.
Salen de noche embofados,
con Hrmíssima intención,
dos ó tres, determinados
de correr pellas, turrón
ó pan, de hambre forjados.
Vno llega y la requiebra,
y el otro, por coger algo,
al pasar todo lo quiebra
que corría como un galgo,
saltava como una zebra.
Da ella voces: «¡que me pierdo,
deténganme esse ladrón,
que me lleva mi turrón!
iLan^ada de moro izquierdo
le atraviese el corazón!»
Vereisle al otro reir,
fingiendo gran ignorancia,
y comentarla decir:
«Oíos que le vieron yr,
BO le verán más en Francia.»
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
.75
Go^an desta libertad
con gustos tan verdaderos,
que no se^lgó la mitad
quando el infante Gaiferos
salió de captiuidad.
Puestos i la mesa están
nuebe ó diez con hambre fiera,
7 ved quates quedarán,
qtoe en la villa de Antequera
no avia sino un solo pan.
Mas si tienen que comer,
porque el recurso a llegado,
será gran gusto de ver
el modo de proceder
hasta dárselo guisado.
De medio real que escaso
da con pena y ansia estraña
mofo y carnicero á un paso
evitan dos, y en tal caso
conforme al fuero despaña.
£1 ama lo limpiara
conforme á su calidad,
ó hurtándole la mitad,
que pensar lo limpiara,
es engaño y ceguedad.
Y en esto se podrá ver
ques carne en fin desgraciada,
pues en mano de muger,
donde otra suele crecer
sola esu se ve menguada.
Aquí llega la limpieza,
pues saldrá con el bocado
postrero que dio en el prado,
ya guisada la cabeza,
en la boca atravesado.
Y si es olla de carnero,
tan suzio y tal suele estar,
que aun no le podrán labar
todas las aguas de Duero
que combaten con el mar.
Pues si á espulgar se encierra,
matara, si se da maña,
más gente con fuerza y saña
que moros mató en la guerra
el postrer godo despaña.
En calcas, iubón, cabeza,
armas que en cascaio cantos
mil saldrán si el peine empieza.
y de Ubeda y Baeza
se saldrían otros tantos.
En las costuras enba^ a,
porque es cosa de espantar,
ya si se a de espulgar,
allá va buscar la ca^a
á las orillas del mar,
Y aunque de andarse espulgando
trae, con la matan9a esquiva,
las uñas sangre vañando,
por uno que se le yua,
las barvas se está mesando.
Mas uereisle, encarnizado,
como da en le perseguir
y las costuras abrir
donde se escondió el evitado
viendo cercano el morir.
Si alguno más atrevido,
sale á dar algún paseo,
al punto se ve perdido,
porque de puro raido,
no le defende el manteo.
Y vereisle, congoiado,
apareiar presta huida,
y por el manteo pelado,
huiendo va el desdichado
solo por salvar la vida.
Si en el cuello le a picado
y tras ellos dedos mete,
con tal fuetfa va el cuitado,
que ya el piojo, de avisado,
antes huie que acomete.
Si espulgado el jubón dexa
y la luz ya se le acaba,
di^e á las calcas con quexa:
«En vos, casilla la vieja,
un rincón se me oluidava.»
Y vereisle luego yr,
arto de correr los toros,
con gran gana de dormir,
cansado de combatir
y de lidiar con los moros.
Pobrera triste, importuna,
enfermedad inhumana,
de noche, sin luz ninguna,
cierran y abren la ventana
porque le de luz la luna.
176 REVISTA DE ARCHIVOS
Pues en los meses postreros,
un adeudados estáo,
que á pie á sus tierras se bao
en figura de romeros,
no los conozca Galván.
Vna tarde, dcscvidado,.
se sale con un amigo,
y allá, fuera de poblado,
(Continuará,) EuGENIO MeLE Y A. BONILLA Y SaN MaRTIN.
su manteo al hombro echado,
huie del uando enemigo.
A la mañana cvidosas,
sienten las amas la maña,
y llorando congoiosas,
tristes nuebas dolorosas
se suenan por t<5^ España i.
DOCUMENTOS
I
UNA CARTA DE JUAN DE HERRERA
Entre los muchos y curiosos documentos autógrafos que en su rica biblioteca
posee nuestro amigo el distinguido bibliófilo Sr. Duque de T' Serclaes, está la
carta que hoy damos á conocer á nuestros lectores, y que juzgamos muy impor-
tante, por tratarse en ella de un ediñcio tan célebre como lo es el de San Lorenzo
del Escorial, y por verse con claridad el criterio que sobre ciertos procedimientos
artísticos tenia el gran arquitecto de Felipe II.
El retablo á que hace referencia, es el del altar mayor, de estilo clásico, ejecu-
tado en mármoles y bronces, midiemio 93 pies de altura por 42 de ancho. Se ter-
minó por el mes de Septiembre del año i Sgo; esto es, cinco años después de la fe-
cha en que escribía Herrera. Las estatuas son de bronce dorado, en número de i5,
obras de León y Pompeyo Leoni. Para colocar las más altas, ó sean las de San Pe-
dro^ San Pablo, San Juan^ la Virgen y el Crucifijo, hubo necesidad de hacer un
fuerte andamio que corría de una á otra cornisa y en el cual se colocaron dos tor-
nos. A este andamio subió algunas veces ei Rey con sus hijos para ver las es-
tatuas.
El Luqueto citado por Herrera en su carta, era uno de los pintores que con
el Mudo y otros tenían á su cargo decorar los muros del edificio.
Las canteras de pizarra estaban en la sierra de Bernardos; las de jaspes, en Osma,
Granada y Aracena; y las de mármoles, en Filabres, Estremoz y las Navas.
I Hay varias composiciones análogas i la transcrita en la literatura española. Recuérdense
La pida de la galera, por Matheo de Brizuela (Barcelona, Sebastián de Cormellas, 1603; Jaén,
Pedro de la Cuesta, 1628); La pida del picaro (Valencia, 1601), etc., etc.
En la Biblioteca Ambrosiana de Milán se conserva un grueso tomito que contiene, entre otras
curiosísimas composiciones, una: Obra nuepa llamada la Vida del estudiante pobre diligente
y industrioso, juntamente con la del necio ocioso; Valencia, 1595; (ocho hojas). Lleva el tomo
la signatura: sn. v. iii. 17, y lo describieron Wolf y Hofitnann en su Introducción á la Primavera
Y flor de romances.
Recientemente, el Sr. Foulché-Delbosc ha publicado en la tlepue Hispanique (año 1902), entre
otros siete poemitas, la Descripción de la pida de los estudiantes de Alcalá, según un ms. de a
Bibl. Nac. de Madrid.
BIBIOTECAS Y MUSEOS 1 77
Veamos ahora lo que dice la carta dirigida por Juan Herrera, desde San Loren*
zo, al Ilustre señor Juan de ¡barra, residente en Madrid. Dice así:
«Ilustre señor:
La carta que V. md. me imbio de Ponpeo Leoni mostré al padre fray Antonio de
Villacastin, y en lo que toca á lo que imbia a decir de las fíguras que se le piden del
retablo que sean las primeras, que es Xpó. y nra. señora y san Joan, y también el
Sam Pedro y san Pablo, es ansí que combiene que sean las primeras y que primero
se hagan; y aunque dize que los buenos artifíces empiezan por los pies, que pu-
diera bien escusar de decir esta bachillería, que siempre va dirigida a darnos á en-
tender que savemos poco; podrasele responder a ella que los buenos artífices en lo
que fes combiene imitan la natura, y ansi el architecto en el arte edífñcatoria a de
imitar por fuerfa la natura, porque a de empefar dende el pie para fundar la car-
garon de sil machina; pero el escultor puede empegar su figura, ó por ei pie, ó por
la cabera, ó por el ojo, ó por la mano, ó por otro cualquier miembro del cuerpo^
y para colocarlas después en los lugares que les da el Architecto es menester que
bayan colocando, las últimas fas primeras, de manera que las más altas se an de
asentar las primeras; porque yendo abajando se va dejando la obra con la perfeción
que a de quedar, y cuando se biene al asiento de las últimas que él llama las prime-
ras, queda todo lo demás acabado y puesto como deve y sin peligro de que se quie-
bren las fíguras bajas cuando se asientan las altas, y ansi que queda por regla gene-
ral qye adonde el architecto acava su obra, empieza el pintor ó escultor las suyas.
Y lo que a hecho en a ver reducido estas fíguras del Xpo. y nra. señora y san
Pedro á ocho pies y medio, esto está bien, y también lo está que se reduzga á esta
medida el san Pedro y san Pablo, sí ya no ay algún impedimento de questen hechos
los moldes de otra medida, porque no lo encarezca, como hace lo del Xpo. y las
demás fíguras; y adviértasele que el Xpo. va mas alto que el san Pedro y san Pablo
todo lo que se a de levantar la cruz desde su peana á los pies del Xpo. mas que son
de alto los pedestales donde carga el dicho san Pedro y sancto Pablo; y nra. señora
y san Joan an de ir tan altos comQ estos dos ya dichos apóstoles, porque se les an de
poner bajo de los pies unas peanas tan altas como los pedestales donde carga san
Pedro y sant Pablo.
-Y lo que V. md. me manda que yo trate de que se tome resolución con Luqueto,
yo le encargo tantas veces la bondad de la ovra que ya cuasi se amohina, y ésto
respetárselo e a companhieros que yo vea que no le doy fastidio; pero otra cosa de
concierto yo no la trataré con él, porque no veo la materia dispuesta para ello y
no quería hacer cosa que pensando hacer servicio á Su Magestad, le deshiciese; pero
si V. md. halla alguna persona que esto sea atreva á hablar y tratar con él, bien
será que se busque, aunque sea ginoves, que saven bien estos tratos y contratos, y
qui^ este acertara á hacerlo, porque yo no tengo maña para dares y tomares en
más y menos.
Y lo de meter gente en las canteras de las pitarras, conbiene mucho, y tam-
bién en las canteras de los mármoles para los solados, porque ay mucho que solar
y poco aparejo para ello, y yo procuro de dar prisa en que se la den mayor en todo
de lo que se la dan.
Esas cartas suplico á V. md. mande encaminar á Mongon y que se den las
que van para mi casa, y nro. Sr. guarde la Ilustre persona de V. md, como yo de-
seóle. Sant Lorencioel Real y de Agosto 23-i585.— B. 1. m. a. V. md., su servi-
dor, Juan de Herrera,)^
178
REVISTA DE ARCHIVOS
Está escrita en un pliego de papel de hilo de o,3o por 0,21. Tiene una de las
caras, sello de placa ovalado, con escudo heráldico de los Herreras (dos calderas
sobrepuestas). La dirección es la siguiente: Al Ilustre señor Joan de Ibarra mi se-
ñor y c. a.^Madrid.
Pelayo Quintero.
II
DOCUMENTOS REFERENTES Á GONZáLO DB BERCEO
I
Sentencia arbitral dada por D. Juan Sánchez, Abad de San Mill^In, en el pleito que te-
nían EL Concejo de Madrid con los vecinos de Santurde y barrio-nuevo.
El Abbat aviendo consejo con su con viento, diolo por aveniencia et juzgólo por
iudicio: Que quantos fasta essi dia tornaron pecho á Madrid, siquier de marzadga,
siquier de la pecha de palacio, que assi lo den cap adelant sin nulla contraria ellos
ó quiquier que aiaesto por qui ellos tornan esii pecho á Madrid, é los de Madriz»
non ayan poder de demandarlos mas de q'uanto fasta estonz pecharon, fuera tanto
á los que provassen, que desradigaron pecho, que tornen de mas por esto solo, so-
bre lo que pechavan, media pecha á Madriz de pan é de vino, é non otra cosa nen-
guna. Los otros que tenien compras, é non tornavan pecha ninguna, siquier fuese
de los Barrios, siquier de criazón de Sant Millán por cient soldadas, ó end á iuso,
que aya compradas, contándolo quomo fo comprado, que remancsca quito pora
siempre, é nunqua peche por ello nada á Madrid: Et qúi toviere mas de cient solda-
das contándolas segunt la compra, que torne á Madrid media pecha cadanno del
pan é del vino que dan á San Millan, é no l¡ demanden los de Madriz ninguna otra
cosa. — Sobre todo esto mando el abbat é diolo por iudicio, que desi dia adelante
omme de los Barrios, nin de criazón de San Millan non comprase nin prisiese en
pennos eredat pechera de Madrid; é si alguno de Madrid lis vendiesse, ó empcnnase
tal eredat, que entrasseel Concejo de Madriz la eredat, é el Abbat de San Millan
levase los morabedis. ütrosi ningún onme de los Barrios, nin de criazón, que non
aya poder de vender nin deempennar á onme de Madrid de la eredat que tienen de
San Millan que torna decima ó alguna facendera á San Millan, é si la vendiere, ó la
empennare, que entre el abbat la eredat et el conceio de Madriz aya los morabedis:
salvo los casamientos que anden ad della é della con so fuero. Desta aveniencia fue-
ron pagados los de Madriz é los de los Barrios, é recibiéronla por iudicio.
Desto son testes de Monges de San Millan don Rodrigo, Prior, don S. sosprior,
don Benedicto ospitalero, don Marin sacristano, don Benedicto capellán del abbad,
don D.° de Villarejo, é otros de conviento: de Madriz, Fijotede Marfojal, é Fijóte de
Berceo alcaldes, D.** S.° Maturano merino: demás de Berceo don Goni^alpOy don
Aznar, don D.% don Estevan prestes, D.** S." de Tuviano, D.° de Sancho Ruvio,
andadores del Concejo... de Estollo Ennego de Echanes: de Barrio Nuevo, Pascual
López Merino, é Concejo deSanturdi D.° Martin Merino, Mingúele é otros.
Factum est hoc en Sant Millan Era 1276, quarto décimo die Junü, regnant el rey
don Fernando con su madre doña Verenguela en Castiella et en Toledo el en León
el en Gallicia el en Baeza et en Cordova; merino maior en Castiella don Moríel, al-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 179
cayade de Nagera Ferrando Diaz; la mampuesta de la tierra^vacat. Yo abbad don
Johan de San Millan que fiz esia abeniencia é judgeesti iudicio, fiz facer ende dos
cartas partidas por alfabeto seelladascon nuestro seillo pendient... ron la una con-
cejo de Madriz, é la otra los de los Barrios.
(Arch.deSn, A////a«.— Códice del Ilm^ P. Minguella. Doc. SSy.)
«
11
AZNAR PÉREZ Y SU PRIMA MaRÍA GimÉNEZ VENDEN AL MONASTERIO LO QUE POSEÍAN EN MaDRID.
Carta de venta, otorgada á favor de don Juan Sánchez Abad de San Millan de la
CogoUtt, y de todo su convento, por Aznar Pérez y su prima «Marisemenez», con
el consentimiento expreso de su marido Pedro Sánchez, de toda la heredad que te-
nían en Madrid y en todo su término, «con nombrada mientre la herran de Varrio
espasso con sus fructales, é tierras é linares é nogueras» y otras varias posesiones
que expresa á continuación, designando sus aledaños y hasta la cabida de ellas en
su mayor parte: véndenselo todo por precio de treinta maravedis, que declaran ha-
ber rfecibido.ante los fiadores.
«Factum est hoc in era 1280, VI feria in die Sci. Jacobi apli. Regnando el Rey don
Fernando en Castiella, en Toledo, é en Leoh, é en Galhzia, é en Cordoua, é en Bae-
^a, é en Badaioz, en uno con su madre donna Berenguella é con su mugier la reyna
donna Juana, é con su fijo el infante don Alfonso. So el rey, sennor de térras de
Nagera don Alfonso López; merino mayor de Castiella don Martin Gon9alez de
Miancas. So el merino de tierras de Nagera é de Rioia, Ferrando Di^z de Grannon.)^
Entre los fiadores aparece: «De clérigos de Berceo, don Gongaluo de Berceo: don
Johan so hermano.
(Archivo Histórico nacional. — San Millan, núm. 97.)
III
Don Rui Pérez de Agoncillo, Arcediano de Najera, renuncia los doce maravedís asigna-
dos EN UNA CASA DE AviLA.
In Del nomine. Yo don Roy Pérez.de Agonciello arcidiano de Nagera, fago sa-
ber á quantos esta carta vieren, que fui á Sant Millan de la Cogolla, é en cabillo
estando don Juan Sánchez é todo el convento de San Millan presentes, é abrenun-
cie los doce morabedis que me fueren asignados en na casa de Avila que avía de
aver de Sant Millan en préstamo en mis dias, é partime pagado del monesterio de
Sant Millan é del abbad é del convento, que ni yo ni nul onme del mundo por mi
nunca los demande. E por mayor firmedumne diles esta carta de la abrenuntiation
sellada con mi seello pendiente. Desto son testigos que fueron presentes don Enne-
go Martínez arcidiano de Berberiego, don Albar Diaz fijo de don Diago López de
Blascor é canónigo de Calaforra é de la Calzada: de clérigos del arcidiano don En ne-
gó Martínez, Roy Martínez, é Sancho Martínez so capellán, Gonzalo Diaz clérigo
del arcidiano don Roy Pérez, et Per Yenneguez de la Guardia clérigo, don Gon%,al-
vo de Berceo preste, Garci Gardez de Sancta Cruz, don Florenz.
Facta fuit hec abrenuntiatio in ángulo claustro Sancti Emilianiintus fusta por-
tam medianam secundo kalendas ianuarii anno Domini 1246.
Por la copit,
Narciso Hergueta.
3.* áp«CA(r-TOMO X. i3
1 8o REVISTA DE ARCHIVOS
III
EL ÁGUILA DEL AGUA
REPRESENTACIÓN ESPAÑOLA DE
Este título puso el autor en su comedia autógrafa. Otra mano añadió el segun-
do de Batalla naval de Lepanto, Duran, después de explicar que se daba aquel
nombre á D. Juan de Austria por las armas imperiales de su casa y por la batalla,
dice que esta comedia acaso será la misma ó una continuación de la del mismo
Vélez El hijo del Águila, ó el Señor Don Juan de Austria.
La Barrera, que cita el manuscrito autógrafo, existente en la biblioteca de
Osuna I cuando el imprimía su Catálogo, hizo de estas dos comedias una, sin duda
por no haber tenido á la vista la citada por Duran, que es como la primera parte
de lo que hubiera podido ser una trilogía si Vélez llevara al teatro la desdichada
muerte del héroe en Flandes. Porque en la comedia titulada El hijo del Águila ó
el Señor Don Juan de Austria se propuso presentarnos la primera juventud de
D. Juan en Villagarcía bajo la tutela de D. Luis de Quijada, enamorando con su
gallardía á las mozas más garridas del pueblo, desafiando á los rivales, soñando
con más altos destinos y sintiendo el esforzado ánimo estrecho en la humilde
condición de aldeano, hasta huir con Gerjón en busca de guerreras aventuras 2, y
con esta segunda quiso que apareciera la realización .de tan brillantes ensueños,
rodeando á su héroe de la gloria de Lepanto.
A pesar de haberle precedido Cervantes y Lope en sacar al teatro la celebrada-
hazaña, el primero en La batalla naval, comedia que no ha llegado á nosotros, y
el segundo en La Santa Liga, aun creyó Vélez que podía tratar de nuevo el asun-
to, contando con los recursos de su ingenio para vencer además la dificultad de
introducir acción dramática en el hecho histórico de la batalla que tan mal se pres-
ta á las condiciones de la representación. Pero si no triunfó en absoluto escribiendo
una obra acabada, según nuestros gustos de hoy, hay que reconocer que satisfizo
bien á las exigencias de la escena en su época y que lo movido de la acción, los
contrastes de la chistosa fanfarronería de Escamilla y de D. Lope de Figueroa,.
(ésta tal vez poco conforme con el carácter del personaje) con lo grave de las cir-
cunstancias, las escenas realistas de los galeotes en el sollado de la galera y la acer-
tada escena final de la victoria en la cubierta de la Real, hacen su lectura agradable
y justifican que no hayamos querido dejarla inédita.
Ignoramos como trataría el asunto Cervantes que, testigo de los sucesos, pudo,
si quiso, darle grandes caracteres de realidad.
En la comedia de Lope, falta la trama dramática, y la tercera jornada, de alto
vuelo, tiene la escena culminante, la batalla y victoria, presentadas por elementos
alegóricos, que en largas tiradas de hermosos versos van relatando los episodios del
combate.
Vélez de Guevara buscando para su obra una intriga dramática difícil de hallar
en el severo suceso histórico, creyó encontrarla con la introducción de una de esas
1 Hoy en la Biblioteca Naciooal, R.-7.'^-5.
2 Recifcrdo de la escapada que hizo D. Juan con D. Juan de Guzmán y D. José de Acuña el
o de Abril de i565 hacia dalapagar, para embarcarse en Barcelona en las galeras que iban en so-
corro de Malta, y de cuyo propósito le hizo desistir orden terminante del Rey.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS l8l
doncellas trashumantes, de tan socorrido recurso en el teatro antiguo, que aprove-
chando el sueño paternal, entran y salen con toda libertad en las casas de los que
enamoran, ó les dan citas nocturnas en la suya propia por medio de señales en el
balcón, como la más desahogada golfa de nuestros días. Sirve doña Hipólita de po-
bre enredo entre el Principe D. Carlos y D. Juan, pero no consigue integrar el de la
comedia, pues su acción va á perderse episódica, lánguida y pecaminosamente , tras
el inverosímil engaño de los tripulantes de la Real, que la creen soldado aventure-
ro, en la candida aquiescencia de D. Juan de Austria á su propósito nada honesto
de que la haga su camarada, momentos antes ó después de la confesión y comu-
nión con que se preparaban á la batalla.
Con esto quiero decir que como Lope, y probablemente como Cervantes, nues-
tro autor no atinó á enlazar con intriga amorosa las tres jornadas de la comedia.
Son más bien tres cuadros sucesivos destinados: el primero, á presentar con la
rivalidad en el juego de la pelota primero y en el lance amoroso luego los distintos
caracteres del tio y del sobrino, el de aquél, con el ventajoso concepto que ha me-
recido á la historia; el de éste, bien distinto del que quiso prestarle la fantasía de
Schiller, antes cruel, soberbio, agresivo y envidioso. El acto segundo es prepara-
ción de la batalla. La escena en que, como el héroe de Cervantes, cree D. Juan estar
riñendo fiera pelea con los infieles, con la nota cómica de Escamilla y Almendruca
que socarronamente le secundan, debió parecer á Vélez atinado recurso para ex-
presar los presentimientos de gloria del de Austria, porque la repitió en su primera
comedia El Águila del agua, sustituyendo á Escamilla con Jergón.
El tercer acto, la batalla, tiene por escena la cubierta de la galera Real, donde
Vélez hace hablar con su competencia en escenas picarescas al abigarrado conjun-
to de los galeotes. Es curiosa la alusión al Quijote y á los libros de caballería, con
lo que al pronto se cree que el autor va á hacer intervenir en la batalla al glorioso
manco. Hay vida, color y movimiento en todo el acto, y el combate y la victoria
tienen una realidad no exenta de grandeza.
De las varias relaciones de la batalla, impresas ya en vida de Vélez, creo que
tuvo á la vista para su comedia la de Marco Antonio Arroyo, titulada Relación
del progreso de la armada de la Santa Liga K Además de coincidir en el número
de naves de cada división, colores de las flámulas, etc., está citado en ella, y me pa-
rece que no en las otras, el hecho de la española María, la Bailadora, que en traje
de hombre y con un arcabuz mató muchos turcos y á uno á cuchilladas en com-
bate cuerpo á cuerpo, por lo que D. Juan de Austria la hizo merced de que en ade-
lante tuviese plaza en el tercio de D. Lope de Figueroa. Esta es evidentemente la
Almendruca de Vélez que pelea con medio remo y á la que llama D. Juan de
Austria Amazona de España.
^Habrá que citar aquí los defectos comunes al teatro de aquella época, la inve-
rosimilitud patente de ciertas escenas, como los juramentos de D. Lope de Figue-
roa en presencia de Felipe II, el lenguaje ampuloso y retórico en ocasiones y en
personas que exigen otro diferente, la locuacidad fanfarrona y el chiste á todo pas-
to del mismo D. Lope, etc., etc.?
Sobre ser bien notorios, baste con que las bellezas de la obra los dejen muy en
la sombra para que resulte digna de publicarse y sirva para añadir una más á la
preciada colección de comedias de Vélez.
A. P. y M.
I Milán, 1576.
l82
REVISTA DE ARCHIVOS
AVE MARÍA
EL ÁGUILA DEL AGUA
Y
REPRESENTACIÓN ESPAÑOLA
ACTO PRIMERO
DE LUIS VÉLEZ DE GUEBARA
LOS QUE HABLAN EN ESTE ACTO PRLMERO
REY DON FILIPE SEGUNDO
PRÍNCIPE DON CARLOS
DON JUAN DE AUSTRIA
MARQUÉS DE SANTA CRUZ
Rl.Y GÓMEZ DE SILVA
MARCO ANTONIO COLONA
JUAN ANDREA DE ORIA
DON LOPE DE FlGUEROA
DON DIEGO DE CÓRDOBA
PEDRO VÁZQUEZ DE ESCAMILLA
ALMENDRUCA, graciosa.
DOÑA HIPÓLITA, dama.
TEODORA, criada.
PELOTERO
UN MICHACHO
ylna, Juan, Jesús, Maria y J()sí\ Luís, Isabel.
Pero Vázquez de Escamilla, de valiente, y Almendruca, con mantellina terciada
y sombrero.
Almendruca,
Esta, Almendruca, es Madrid,
corle de Filipo, dueño
de dos mundos, y segundo
sin segundo en estos reynos,
hijo del Gran Carlos quinto,
Águila de dos imperios,
que defendió con las alas
y acrecentó con el buelo.
De quien el señor Don Juan
de Austria es retrato más nuebo,
Águila también que al sol
se examina en años tiernos,
que le crió Luis Quixada,
yn prudente cavallero.
Señor de Villagarcía,
y que le truxo sospecho
poco á la corte, si bien
Carlos, Príncipe heredero,
aspira á más monarchías
con el nonbre de su agüelo.
Almendruca,
Que me praze.
Escamilla,
Ya tomamos
de tantas tormentas puerto,
gracias á Dios, aunque es golfo,
Almendruca, el más sobe¿io
del mundo Madrid y mas
madre de los forasteros
y patria común de todos,
que vn carro de tanto estrecho
oy nos sirbe de nabío
hasta que nos buelba un viento
prospero á Sevilla desta
Espada (sic) dichoso centro.
Almendruca.
[Que me praze] i
Escamilla.
Y aquesta es también la calle
tan nombrada de Toledo,
garganta por donde siempre
entra y sale vn mundo entero
del comercio vniversal,
y aquí á mano izquierda piensa
que cae la Puerta cerrada,
donde dize el refrán viejo,
Almendruca, que se buelbe
el demonio, y la que luego
se descubre es la mayor
plaza que ve el vniverso,
donde se alcanza la fruta
desde vn inbierno á otro inbierno.
Almendruca.
[Que me praze] Y esta qual es? (De otra
letra,)
Escamilla,
^Por aquí
que se va á la Puerta entiendo
I Todo lo contenido entre corchetes eslá
tachado 0n el original.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
1 83
de Guadalaxara, donde
tiene plaza de armas Venus
y muere medido á varas
en yeslidos y manteos
todo galán mentecato,
todo marido echacuerbos.
Almendruca.
[Esa es la] [Que me praze] Bien está, (/^e
otra letra.)
Escarní I la,
Y esa es la calle
maior, maior enbeleco
del orbe, por donde en corso
salen en bucos dib'ersos
las piratas de medio ojo
á cautibar los talegos
que nunca dan á rescate.
Almendruca.
Que me praze.
Escarní I la.
Nada veo,
Almendruca, que te agrade.
[Almendruca]
[Traygo Almendra]
Almendruca.
Traygo, Escamilla, en el cuerpo
á Sevilla atravesada
y digerilla no puedo.
Escamilla.
No me admiro, que es la patria
á toda ley.
Almendruca.
En perdiendo
de los ojos la Hiralda,
se me caió todo el cielo
á cuestas.
Escamilla.
Paciencia, mientras
anda el hombre á todo ruedo
y en trábalos arrastrado
como la culebra.
Ahnendruca.
Al tuerto
de Ronda perdone Dios
que nos a metido en esto.
Escamilla.
Si no viniera con el
Malas migas y el Gallego,
no la tendiera conmigo,
pues supo de otros recuentros
que era herion á letra vista
y que en la heria a el y al Crespo,
sin quitalle la camisa
á la espada, ni el jpellexo] ollexo
á la juca que me escucha,
les vatane los baldeos.
Almendruca.
Tómense loque llebaron,
pues no llebaban coletos
de onbres de bien.
Escamilla.
El señor
asistente dio en hacernos
agasaxode buscarnos,
sin ser amigos ni deudos
de su señoría al fin
los dichos señores muertos,
y el ausentarnos fue fuerza
porque poner tierra enmedio
que llaman salto de mata
fue sienpre el mexor consexo.
Almendruca.
Que me praze.
Escamilla.
Sin sentir
si no me engaño, en el juego o*
de la pelota emos dado.
Almendruca.
Saibó el guante, hablando en esto
á toda pulla.
Escamilla.
Almendruca,
sienpre contigo pretendo
hablar sin daño de varras.
Almendruca.
Que me [praze] agrada. (De otra letra.)
Escamilla.
Aquí en efeto
entretenerse acostunbra
de Castilla lo mas bueno,
y yo he de probar la mano,
que ya sabes que me precio
desta profesión.
Almendruca.
Ya se
que en Sevilla te tubieron
por el mexor saque.
Escamilla.
Salvo
toda pulla en prosa y verso
tan bien, que soy enemigo
de eqnivoquitos como esos.
REVISTA DE ARCHIVOS
Alinendruca.
Dama& cortesanas ay
En este puesto
si dexan de ser de roma
serán pelotas de viento.
(V.n
iída.)
Almendruca.
Brabo rumbo y brabos talles
[brabo enbusie y moblmiento]
brabo enbuste y contoneo!
Escamilla.
Son del ayre de la corte
sacres hechos y derechos
que volaran vna bolsa
que este colgada' del cielo-
Mmendruca.
A gente de mcxor porte
me guele.
Teodora.
Fl aireuimiento
a sido grande.
Hipólita.
Teodora,
Amor mas que niño es ciego.
Teodora.
Esas dos disculpas doran
muchos mal nacidos senos.
Hipólita.
No son senos los dorados.
Teodora.
Mas an de dorarse luego.
Hipólita.
Dorados del alma están
á esperanzas v deseos.
Lk't;a. Tlm.1 li > prefiunta
si el Sen... Diin liian al juego
de la pelota a vaxado,
que en este sitio deseo
que le des ese papel
y yo verle desde lexos,
ya que en Palají') ni tfi Otra
parte de Madrid no puedo
Teodora.
Ya llego como me mandas,
avnque con vergüenza llego.
Almendruca.
Acá pareze, Escamilla,
que encamina vn vuho destos.
Escamilla.
Dexale venir.
Almendruca.
Advierte
que aun las sonbras me dan celos.
Escamilla.
Ya se, Almendruca, que tienes
azules los pensamientos.
Teodora.
Hidalgo!
Escamilla.
Que manda, hidalga.*
Teodora.
El Señor Don Juan..,?
Escamilla.
la entiendo.
Teodora.
A vaxado á la pelota?
Almendruca.
Entre la mirlada dentro
y lo sabré.
Teodora.
Escamilla.
i Quedo, quedo,
no aia dimes y diretes
entre los dos.
Almendruca.
Pues, cabestro
demedio ojo, tu conmigot"
Teodora.
Manlillincxa y sonbrero,
repórtate.
Almendruca.
Bibe Dios!
Escamilla.
Mira que estoy de por medio
Almendruca y [basia| bonda.
Teodora.
Sera
Almendruca con mas rucso
que c
„ no SI
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
l85
Almendruca.
Pues harele ver luzeros
s¡ me paso a almendra amarga,
porque soy lodo veneno,
de la cabeza á los pies.
Hipólita.
Dexalos para groseros,
Teodora y sigue mis pasos. (Vanse.)
Almendruca.
Tu eres la grosera y luego
tu galán y tus amigas
y todo tu parentesco,
y mientes por treinta mantos.
Escamilla.
Bonda, Almendruca, no entremos
con mal pie en la corte
Almendruca.
Bonda.
Escamilla,
Aquí sale el pelotero
á las pelotas vacías
echando ayudas de viento.
(Entre de vexcte el pelotero en cuerpo con
vna geringa hinchando pelotas que le da vn
muchacho.)
Pelotero.
Aprisa, aprisa, muchacho,
que oy a de aver grande juego,
porque vaxa al corredor
el Príncipe.
Muchacho.
No tendremos
mal barato de ese modo.
Pelotero.
Como se le asiente en medio
a su Alteza del capricho,
que es caprichoso en estremo.
Escamilla.
Oy me pienso introducir
en la corte, pues á tienpo
tan dichoso emos llegado.
Que digo, señor maéso?
Pelotero.
Que dize, amigo? hidalgo.
Escamilla.
Yo soy
al hidalgo ministerio
de la pelota inclinado
y medianamente puedo
sacar ó bolber. Por vida
del camarada, si el juego >:
lo permitiera esta tarde,
introduzga vn forastero
que le serbira obl4gado.
Pelotero.
Quanto pudiere os prometo
hazer por vos. .
Escamilla.
Dios os guarde.
Pelotero.
Ya despexan y rezelo
que vaxa el Príncipe.
Almendruca.
Vaxe
como el Turco se este quedo.
Escamilla.
Ydme nombrando quien son
los del aconpañamiento.
Pelotero.
Este primero es DonXope
de Figueroa, del tercio
de Flandes maese de campo,
gran soldado y cavallero
que para vna empresa grande
le an llamado á lo que entiendo
por su invencible valor .
aunque renegado al peso
del militar exercicio,
y el que se sigue es Don Diego
de Córdoba, gentil onbre
de cámara del Rey, deudos
y camaradas i amigos,
y ese que viene tras ellos,
el marqués de Santa Cruz,
valiente en dos elementos,
marte en tierra, en mar neptuno,
y el que le sigue que es Ne'stor
en la prudencia conpite
y en la edad, valiente viejo,
es el gran Juan Andrea de Oria
(Añadidos al mareen losaos versos siguientes .)
Príncipe de Melfi y nuebo
Curcio, padre de su patria,
y el que le acompaña luego
es Marco Antonio Colona,
coluna de Italia y Héctor
romano, de Cesar sangre
(Añadidos al margen los dos versos siguientes.)
y condestable en el reino
de Ñapóles generoso.
Y ese bizarro mancebo
de gentil aspecto y cara
que lleba el Tusón al pecho
es el señor Don Juan de Austria
y del padre á los [progresos] trofeos
i86
REVISTA DE ARCHIVOS
las esperanzas iguala;
y el que amaneze sebero
agora á dos mundos es^
el Príncipe, heroyco en'peño
de vn Carlos y dos Filipos
el segundo y el primero.
Almendruca.
Valor, soberbia, crueldad,
y anbicion cifra en el ceño
que le guarneze los ojos
y allibo inpulso en el cuerpo.
Pelotero.
Que le conozeis pareze.
Almendruca,
Las mas veces puso el cielo
en el rostro el sobre escrito
de las almas.
Escamilla.
Yo confieso
que no me a dado en ef mundo
otro ombre sino este miedo.
(Entran Hipólita y Teodora como primero.)
, Hipólita.
Llega, Teodora, que agora
es ocasión.
Teodora.
No me atrebo,
que estoy turbada y perdida.
Hipólita.
Ese es todo tu despejo?
Teodora,
Tanta grandeza me tiene
deslumbrada.
Hipólita.
Pues io quiero
llegar, dame ese papeL
Teodora.
Toma, y con tu atrevimiento
te haga Dios bien.
Hipólita.
El amor
haze valiente los pechos
mas cobardes.
Teodora.
El te guie
si a vna ciega puede vn ciego.
(Llega Hipólita al Principe, por llegar al se-
ñor Don Juan, hincándose de rodilla, y echado
el manto por la cara.;
Hipólita.
Señor, vuestra alteza pase
por los ojos...
Teodora.
Brabo aliento!
Hipólita.
este memorial.
Carlos.
Sí haré.
Hipólita.
Guarde a vuestra alteza el cielo.
Donjuán.
Bizarra dama^ por vida
del rey!
Teodora.
Señora, qué as hecho?
Por darle al señor Don Juan
el papel, truecas los frenos
y al Príncipe se le as dado!
Hipólita.
Amor todo es desaciertos,
turbaciones y peligros,
mas ya no tiene remedio.
Vamos, Teodora, que voy
loca.
Teodora.
Yo JTie voy muriendo
de risa.
Hipólita.
Yo de pesares.
Amor, si eres Dios, ios riesgos
enmienda de mi esperanza
y encamina mis deseos.
Carlos.
Cubrios, Marqués, cubrios
[Príncipe de Melfi]. (Al margen, de otra
letra: Marco Antonio.)
Doria.
Veso
á vuestra alteza los pies.
Colona.
El mundo
veamos á los pies vuestros,
y almenas troquéis a reinos. (Al margen,
autógrafo:)
Marqués.
No solo vn mundo, sino
tantos mundos como cielos.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
Carlos.
Santa Cruz, con tales brazos
no esperan mis ansias menos.
Almenar uca.
Sin mandárselo por Dios '
se cubrió e! Don Juan primero.
Escarní ¡la.
Es su tio, y de Su i>adre
hermano, y es privilegio
maior que el de todos junios.
Almenáruca.
Que me praze.
Carlos.
El papel quiero
leer, que memorial
y cerrado, trae misterios.
Almendruca.
Aturdida estoy en tanta
grandeza.
Escamilla-
lo estoy suspenso.
Carlos. (Lee Cirios pira si!i
Señor Don Juan, el día que vuestra
Alteza jugó cañas con el Principe por
la deseada salud de su magestad, Dios le
guarde, andUbo tan ayrosamenie biza-
rro y tan bizarramente ayroso, que no
pude resistirle el alma. Para que torne
posesión della como suya, le solicito con
este papel no pase el plazo desta noche,
que hasta las onze me parezera un siglo:
en la t de San Martin esperara un cria-
do mío a conduci|r] lie |á vuestra alteza|
al puerto de mis esperanzas. Guárdele
Dios mas que a mi. Suia, por ser de V. Al.
que sin ser suia no puedo ser mía.
Carlos.
Notable pape! y rara
firma y estraños esiremos
de mujer enamoradal
Y todas hazen lo mesmo
con este mostró de tantas
dichas como envidias tengo
de su persona, que en todas
cuantas ay de lucimiento
ocasiones, se levanta
con los aplausos del pueblo
y me desluze los míos,
y hasta hazerme su terzero
esta muger no a parado,
si el equivocarse efeto
no fué de su turbación.
De envidia *l sentido pierdo.
Don Juan.
Si a de jugar vuestra alteza,
hágase el partidu.
acsr-.)
Rey.
desde aqui
Quiero,
Ruy Ge
fuear al Principe.
R. Cóme^.
El puesto
para vuestra magestad
esia a proposito.
Rey.
De sos
memoriales los despachos
de camino decretemos.
Ruy.
Rey.
es tan precioso, Ruy Gómez,
3ue pasar no le debemos
exar sin gastallo bien.
De Tilo quentan por cierto
que lloraba si algún día
pasavasin haber hecho
alguna merced, que mas
conquistan estos imperios
en las almas que el poder.
Don Juan.
Ea, señores, qué hazemos?
Carlos.
Yo, Santa Cruz y Don Lope,
a mi tio y a Don Diego
de Córdoba y a Colona,
perdone lo circunspecto, ■
y sacamos yo y mi üo.
Colona .
A mi me excusa lo viejo,
mexor.
Pelotero.
Este forastero
dize que vuelve y que saca
y a llegado con deseo
de xugar.
Carlos.
Aiude pues
1 88
REVISTA DE ARCHIVOS
Donjuán.
Estoy contento.
De donde soys?
Escarní Ha,
Andaluz
de cuatro costados.
Don Juan,
Bueno.
Escarní I la.
Vuestra alteza lo bera*
si se me luze en el juego.
Don Juan,
Cómo os llamáis?
Escantilla,
Pero Vázquez
de Escamilla.
Don Juan.
El nonbre es fiero.
Escantilla.
Y el onbre y todo, por Dios.
Don Juan.
DeUnombre y onbre lo creo.
Marco Antonio sera el }uez.(A I margen,
de otra letra:)
Carlos.
El Príncipe de Oria sea
el Juez.
Doria.
El cargo aceto,
y saco el rosario.
Don Lope.
Pues
ropa afuera y comenzemos.
' Carlos.
Palas y pelotas. •
Don Juan.
Palas.
Carlos.
Palas y pelotas, presto.
Don Diego.
La de su alteza [me dad] mostrad
[para dársela (cDmendadojdarésela.]
(Van saliendo criados y tomando las capas y
sombreros y dando las palas, y la del Princi-
pe venga con vn tafetán.;
Aiu.
Aquí [esta) la tengo.
Carlos.
Tomad, Don Diego, la capa.
Escamilla.
No tengo otro camarero,
Almendruca, áino á tí.
Guárdame este ferreruelo
y la de Juan de la Orta
con la enana de cantero
que rematan mi armería.
Almendruca.
Detras de aquel poste quedo
de mirona grulla.
Escamilla.
Ojo
avizor, no me des celos,
porque echare el corredor
por vn arco triunfal destos.
Almendruca.
Yo soy Almendruca y bonda ^
mil vezes.
Escamilla.
Bonda por cierto.
Don Juan.
Vuestra alteza saca.
Carlos.
Voyme
a la losa.
• Donjuán.
£a, a sus puestos.
Señores.
Don Diego.
^•Cual es el mió?
Don Juan.
A la falta.
Escamilla,
Según eso,
el pasa juego me toca,
y abra pocos pasajuegos,
mientras io estubiere en el.
Don Lope.
Vuestra alteza saque recio
que nos Uebe las narizes
porque con ellas chazemos.
(Pónense D. Juan, D. Diego de Córdoba y
Escamilla dentro, y luego D. Lope y el Mar-
qués de Santa Cruz y el Principe quedan
fuera i el pelotero que le da la pelota.)
Carlos.
Santa Cruz, mas a la falta.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
189
Ya voy.
Jugar.
Juegue.
Juego.
Marques.
Carlos.
Don Juan.
Carlos.
Rey.
Dénsele cuarenta escudos,
al mes de entretenimiento
en Milán.
Ruy.
Son sus servicios
dignos, señor, de tal premio.
Don Juan.
Falta!
Carlos.
Pídola.
Doria.
Yo haré
la información en derecho
como asesor y juez
juntamente.
Carlos.
Yo no entiendo
como puede ser si dio
el vote della tan lexos.
Don Juan.
Falta es.
Escarní I la.
Y falta ha de ser
a pagar de mi dinero.
Don Diego.
Del de su alteza sera.
Don Lope.
Y esta en Flandes ó en Marruecos
el mió y el del Marqués?
Marqués.
Digalo mi tesorero.
Rey.
El castillo de Pamplona,
por navarro y por tan viejo
soldado, le toca.
Doria.
Falta, (Entra Juan Andrea.)
Señor, dizen que es.
Carlos.
Mintieron
ios que lo an dicho i pensado
Don Juan.
Juzgado esta y es del juego
ley pasar por lo que an dicho.
Carlos.
O que razón de escudero
tan cansada!
Don Juan
Vuestra alteza
repare, pues es tan cuerdo,
que habla conmigo y que soy
hijo de quien vos soys nieto.
Carlos.
Que importa que lo seáis
si sois tanbien....
,Don Juan.
Por lo menos
de mexor padre que vos.
Carlos.
conmigo altibo y grosero?
Bibe Dios!...
(Metiéndose por medio los demás.)
Marqués.
Señor!
« Colona.
Señor!
Carlos.
Que con esta pala...
Rey.
El juego,
si no me engaño, Rui Gómez,
canpaña Carlos a buelto.
Carlos.
os haga peda9os.
Don Juan.
lo
sabré...
Escantilla.
Con quien vengo vengo.
Almendruca.
Y yo con quien vine.
Don Lope.
(Boto ,
á Dios] que emos de perdernos
todos.
190
REVISTA DE ARCHIVOS
Rey.
Arroxar vn guante
y ponerme descubierto,
quiero para que ie tengan .
a mi persona respeto.
Rui,
A mi parezer no miro
en este lance otro medio.
Doria.
Su Magestad a arroxado
vn guante suio y se a puesto
patente en ese valcon.
(Apártanse todos, y el señor D. Juan toma el
suante y le tesa y pone sobre su cabeza.
Arroxa la pala Carlos.)
Don Juan,
Yo le venero y le veso
(y pongo como es razón]
y como es razón le pongo
sobre mi cabeza.
Car^s.
Ardiendo
en cólera estoy y escupo
por voca y ojos veneno.
D. Juan.
Y bolberlo á su Real mano'
con la disculpa pretendo.
(£1 señor D. Juan se entra.)
Almenar uca.
Parece que estoy soñando
lo que escucho y lo que veo.
Rey.
Ruy Gómez.
¡Señor!
Ruy.
Rey.
Venid
y llama al Príncipe luego.
(Éntrense el Rey y Ruy Gómez.)
Don Diego.
Capas, sonbreros y espadas.
(Vanse poniendo las capas y las espadas y
sonbreros.)
Carlos.
Si el Rey no me desagravia,
le he de matar, bibe el cielo.
Marco.
Señores, sigamos todos
i su Alteza.
Carlos.
Voy bebiendo
áspides y basiliscos.
- Don Lope.
Lanzas las cañas se an buelto
y valasde artillería
las que empezaron de viento.
(Entranse todos tras el Príncipe.)
Escamilla.
De espárragos, Almendruca,
emos quedado.
Almendruca.
No espero
barato en toda mi vida,
pues este se nos a muerto
de viruelas [mal logrado].
Escamilla.
iMal logróse.
Almendruca.
Escamilla, parezemos
en lo de quedar tan sordos
y de todo abrigo yermos,
esperanzas y favores
al bruxo del cuento viexo
que dixo Jesús.
Escamilla.
Aquí
dio fin la historia del sueño.
A la posada, Almendruca,
á cenar nuestro carnero.
Almendruca.
¡Ay, albures de Sevilla,
cémo os voy echando menos!
(Éntrense.)
I-
Rey.
(El Rey y el señor D.Juan, descubierto, auien-
dolé dado al Rey el guante.)
Al Prkicipe soberano
el respeto no escusais ¿^o
gorvasaüo, aunque seáis,
ion Juan,' su tio y mi hermano;
que les dan veneración
dibinas humanas leyes
y de príncipes y reyes
hasta las reynas lo son;
que esta dignidad humilla
al vasallo más brillante',
aunque presumáis de infante
de Alemania y de Castilla:
que está Carlos en esfera
tan diferente de vos,
que solo á mí y solo á Dios
por superiores venera.
BjBLIOTECAS Y MUSEOS
191
D. Juan.
Ya sé el respeto, Señor,
que poi* mi príncipe debo
á su Alteza, mas no Uebo
bien que deslustre el valor
de la sangre que acreditan
tantos cesáreos blasones
con desconpuesfks razones
que mi agravio solicitan,
que mas favor debe al zelo
con que le granxeo en vano
por ser de su padre hermano
y por hijo de su agüelo;
que estos priuilegios dos
y otros que en mis prendas hallo,
para su maior vasallo
me dio con su alteza Dios.
Esto de quien soy confío,
y el Principe a de entender
que ia que no puedo ser
su igual, sienpre soy su tio,
y que aunque en esfera está
maior, si aplausos intenta,
que onrrándome se acrecienta
todo el onor que me da.
Rey\
Puesto que la edad es poca,
Don Juan, de entrambos á dos,
haced lo que os toca á vos,
que él hará lo que le toca.
Y de vuestro cuarto no
salgáis, Don Juan, hasta que
tenplado el Príncipe esté
y desenojado yo.
D. Juan.
Lo que vuestra magestad
me manda voy, como debo,
á obedezer, pues no es nuebo
en mi obligación.
Rey,
¡Andad!
(VaseD. luan.)
Qué bien la sangre que tiene
de Austria ostenta en el valor!
Rity.
Su Alteza está aquí, Señor.
Rey,
^* Viene el Príncipe.'*
Ruy.
Ya viene.
Rey^
Ruy Gómez, decid á todos
los que al Príncipe acompañan,
que en el retrete se queden
y que nmguno se vaia
hasta que lo mande yo,
Ruy.
Voy.
(Vase Ruy Gómez, y entra Carlos)
Rey.
I Razón es necesaria
! de estado enfrenar á Carlos.
Carlos.
A ver. Señor, lo que manda
vuestra magestad, como es
razón, vengo á sus pies.
Rey.
Basta
Carlos, quedáis en tener
condición tan temeraria,
que hasta á la misma persona
«ie vuestro tio, á quien tanta
estimación se le debe,
dais ocasión á que os haga
punta, con ser solo infante
de Castilla y Alemania,
y vos Príncipe en Castilla;
y esto ocasiona la rara
soberbia vuestra, fiado
en la ambición soberana
de la regia dignidad
y de heredero de España.
V aueis de advertir que todos,
Carlos, somos en las almas
por naturaleza iguales,
si el cielo nos desiguala
en las fortunas, que son
vnas mismas las humanas
pasiones y sentimientos;
que pisado vn áspid, mata
con el veneno; que al sol
la menor nube leenpaña;
que el animal más leal
de todos muerde con rabia
á su dueño; que á un león
se le atreve vna cuartana.
De lo soberano, Carlos,
os valed para hazer gracias
onrras y fauores, no
para agrabiar con palabras
ni con obras, que la lengua
del Príncipe es vna espada
que para matar sin golpe
el cielo en él desenvaina. -
Carlos.
Señor, sobre averiguar
si era falta ó no era falta
entre los dos...
Rey.
Bien está,
ya sé, Príncipe, la causa.
192
REVISTA DE ARCHIVOS
Carlos.
jHe de sufrir que me diga
Don Juan con mucha arrogancia
que es hijo de mejor padre
que io?
Rey.
Carlos, (jué os espanta^
si fue mi padre y agüelo
vuestro y siempre son [mayores] las
(causas
maiores que los efetos? [las causas]
Ninguno á su padre iguala,
el padre-sienpre es mexor
que el hijo, porque él es rama,
y el padre es tronco de adonde
se alimentan y propagan.
Procurad ser padre vos
de quien estas alabanzas
y obligaciones confiesse,
y hasta hazer cón Don Juan de Austria,
vuestro tio, pazes, Carlos,
no entreys á verme la cara.
Carlos.
Cuanto vuestra magestad
me manda haré.
Andad.
Rey. '
Carlos.
¡Qué estraña
y severa condición!
(Vase Carlos.)
Rey.
¡Ruy Gómez!
(Entre Ruy Gómez.)
Ruy.
Señor, ^qué manda
vuestra magestad?
Rey.
Llamadme
los que dixe que aguardaran.
Ruy.
la están aquí el orden vuestro
esperando.
Rey.
Entren y traigan
el cubierto, pues es ora
entretanto que me hablan.
(Vase Ruy Gómez y entran el Marques de
Santa Cruz, el Príncipe de Oria, Marco Anto-
nio Coloaa y Don Lope de Figueroa por la
mano izquierda.)
D. Lope.
No habla conmigo
este favor, que entre tanta
grandeza sola.estoy io
de nones y no por falta
[de valor]
de valor ni de nobleza,
la fortunilla es quien anda
repartiendo esto en el mundo
aunque en muchos con mas causa.
Paciencia, que si se vbiera
de llebar esto á estocadas,
me cubriera [boto a Dios]
delante del Bey y el Papa.
Rey.
Marco Antonio.
Colona.
Señor!
Cubrios.
Rey.
Rey.
Qué
gente tendré io en Italia?
Colona.
De infantería tendrá
vuestra magestad bien hasta
treynta mil onbres i mas,
si el contrato no me engañar-
en Ñapóles, en Sicilia,
en Cremona y en Nobara
y en Milán* y mas de seys
mil caballos, veterana
gente toda.
Rey.
Bien está.
Bien se podra hazer jornada
contra qualquier enemigo,
con esa gente.
Marqués.
Y el Asia
y el África temblarán
si contra las costas baxa
de Italia el turco este Agosto,
y en las galeras de España
de Ñapóles y Sicilia
conmigo, Señor, se envarca
á levante.
Doria.
Si el marques
de Santa Cruz, cuya espada
con tantas Vitorias es
de las lunas otomanas
raio español de la enpresa
de ganar mundos se encarga,
qualquier triunfo esta seguro.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
193
Marqués.
Vuezelencia me onrra y paga
los aplausos que me debe.
Rey.
Príncipe Doria, con cuantas
galeras podra servirme
la Señoría si trata
á Italia baxar el turco?
Doria.
Señor, con cuarenta.
Rey.
Escuadra
es bastante si asistida
va del valor de esas canas.
Doria.
Hasta morir solicito
serbiros, porque á la Casa
de Austria debo el ser 'que tengo
y con muchas vidas y almas
no pagaré lo que debo.
Rey.
Guárdeos Dios, que sois de España
onor, como padre, Andrea,
de Genoba, vuestra patria.
Por agora no tenemos
más que hablar, para mañana
remito hablar á los tres
en políticas mas largas.
Retiraos á descansar.
Marqués.
Vuestra magestad se cansa
por todos, que [tiene] pone al onbro
tantos inperios, monarcha
inmortal viva del sol
cielos poniendo. á tus plantas.
(Vanse los tres y queriéndose ir tras ellos
Don Lope, diga el Rey.)
Rey.
No os vays, Don Lope, que tengo
que hablar con vos dos palabras
a solas.
Conmigo.'*
S'
1.
D. Lope.
Rey.
D. Lope.
Aquí aguardo. No me ataja
ni acobarda [boto á Dios]
si no es el Rey otra humana
cosa en el mundo.
Rey.
Decid,
Don Lope.
D. Lope.
Señor, que manda
Vuestra magestad?
Rey.
Qué tercios,
sin hazelle á Flandes falta,
podre sacar si se ofreze
vna ocasión de inportancia?
D. Lope.
Dos no mas, si an de ser esos
el de Don Juan de Guevara
y el mió, que con los dos,
diganlo Olanda y Gelanda,
podéis ser cómo Gofredo
Señor de la Casa Santa.
[Boto á Dios]!
Rey.
No juréis.
D. Lope.
Este descuido
[Señor] fue [por] que pensaba
que aquí no estabais.
Rey.
Don Lope
(Una linea ininteligible tachada.)
. . . dexando esto aparte.
D. Lope.
Estraña
magestad y conpostura
(Tres lineas ininteligibles tachadas.)
Rey.
Dizenme por asentada
cosa que salís de noche -
con Carlos i os aconpaña
el marqués de Santa 1^
algunas, y no me espanta
que, ia que sale, los dos
le subáis, pues las espadas
vuestras son tas mas heroicas
del mundo.
D. Lope.
Señor, si manda
su Alteza que lesirbamos,
mexor Ueba las espaldas
guardadas con el Marqués
y conmigo que con cuantas
194
REVISTA DE ARCHIVOS
guardas tiene, (boto á Dios]
vuestra magestad.
Rey.
Que vaia
con los dos digo que tengo
por bien, sin jurar.
Z). Lope,
Es tacha
{Cuatro versos ininteligibles tachados.)
en mi, Señor, tnuy antigua
[por que es] de vnacostumbre endiablada
[por que es costumbre)
pero yo la rrludaré
[juro áDios) ,
Rey,
^Eso es mudalla?
D. Lope.
Señor, no se
[porque es costumbre en Castilla]
Rey.
Al fin, Don Lope,
lo que á los dos os encarga
mi cuidado es que le vais
á la mano en tantas varias
[ocasiones cuando salga]
ocasiones como suelen
ofrezerse cuando salga,
ya que es tan onbre y no puedo
á la condición bizarra
que tiene ponelle estorbos.
Ésto os advierto.
Ruy Gome^.
la aguarda
la vianda.
Rey.
Vamos, pues,
Rui Gómez. , Vanse.
D, Lope.
Severa estatua
racional de marmol hecha
desde el cabello á la planta!
¿Qué tienen estas calcillas,
esta gorra y esta capa
que espeluzan cuando miran
y que abogan quando hablan?
[Boto á Cristo] que me dexa
sienpre con vna terciana
doble.
. (Salga Carlos.)
Carlos.
Don Lope.
D. Lope.
Señor!
.Don Carlos.
Aquí estáis y yo andaba
buscándoos en el retrete
del Rey'?
D. Lope.
Que es pues lo que manda
vuestra alteza?
• Carlos.
Yo pretendo
ver esta noche vna dama
y aueis de ir solo conmigo.
D. Lope.
A de darme una palabra
vuestra alteza.
Cómo, qué?
Carlos.
D. Lope.
Que no emos de ir de vorrasca
sin arroxarse a cualquiera
ocasión que venga ó vaia,
que se la e dado a su padre
y en aquesta confianza
que le aconpañe permite
pues sabe que ño soy mandria
ni gallina y que me bebo
el granizo de las balas,
que no es miedo de tarascas
que vengan de la otra vida,
que envisto selvas de picas
y nado golfos de espadas.
Carlos.
Yo os la doy.
D. Lope.
Pues marche agora
a ver á la diosa Palas,
a Venus y al sol, que yo
le convoio buena lanza.
Carlos.
Por la Priora saldremos.
D. Lope.
Sea por la guardiana
y haga cuenta [bo^ a Dios]
que lleba vn cuerpo de guardia.
(Hipólita y Teodora en casa.— Éntrense.
Hipólita.
Enmendaste el desacierto
discretamente, Teodora^
BIBLIOTECAS T MUSEOS
I9S
%rr.
Teodora,
Yo me entre al cuarto, señora,
del señor Don Juan que abierto
le halle y a su alteza en el,
que solo a sí se asistía
y con mucha cortesía
le di el segundo papel.
Leiole y agradecido
esta sortixa me dio
y por ti me preguntó
curiosamente advertido.
Dixele que eras muger
principal, sola, Isin madre,
en la casa de tu padre,
rica y de buen parecer.
Hipólita.
No mas, Teodora?
.->• Teodora.
No mas,
qué querías que dixera?
Hipólita.
Algo, Teodora, [que fuera] siquiera
de lo indecible, y a mas
que le dixeras que soy
vn exerto al parecer
de serafín y muger
y que a ser astro me voy;
que le dixeras también
que soy de cualquier mortal
vn desprecio de cristal
y de alabastro vri desdeR;
que le dixeras, Teodora,
que es mi tez tan excelente,
que me afeito solamente
con nácares de mi aurora;
que le dixeras que no ay
si no es el quien me merezca,
ni hermosura que parezca
mas de olanda de cambrai
que era entendida y tan vana,
que [el sol no me parecía] Abril no me
[merecía
[que] descalzar [me podría] el sol ni el día
en la mas crespa ipañana,
no entienda de la aniorosa
llama que arderme desea
que soy fácil como fea
o soy necia como ermosa.
Teodora.
Yo le di de ti a entender
no mas de lo que inportaba,
que lo que mucho se alaba
menos suele parezer,
y al fín le dexe en estado
que le obligue a desear
la inpresa sin sospechar
3.* áPOCA.«-TOMO Z.
el áverte equivocado
con el Príncipe primero*
Hipólita.
Esa fue cuerda atención, ^^ ;
que enpezar con celos son
principios de mal agüero,
pues vienen siempre después
que el temor el trato altera
y amor mozárabe fuera
si comenzara al rebes.
Teodora.
^ \o estaba á todo advertida,
bolbiendole a repetir
que procurase venir
solo porque conocida
[del fuere] tan gran persona no fuese
ni arriesgase su opinión,
y que donde en vn balcón
vna seña blanca yiesse
en frente de San Martín,
la puerta abierta estaría
a las onze y que podía
sin riesgo ninguno al fin
por ella a tu cuarto entrar
que era el primero, advirtiendo
que estaría ai durmiendo
tu padre.
Hipólita.
No puede errar
con estas señas, Teodora,
y en tan violento accidente,
. yerre mi amor solamente.
La puerta del cuarto agora,
si no me engaño, he sentido,
sera [si no e>] mi imaginación.
Teodora.
Cenzerros, señora, son
de quien bueies a perdido;
pero no te as engañado,
que pasos de onbre parezen.
(Entra el Principe Don Carlos como de noche,
con un broquel en la pretina y la espada en la
mano.)
Hipólita.
Raios serán que amanezen
a dar luz a mi cuidado;
pero no es, Teodora, quien
con el alma aguardo io,
mi esperanza se engañó.
Teodora,
El Príncipe es, dizes bien.
Carlos.
No os alborotéis, señora,
que trocar por vn infante
14
196
REVISTA DE ARCHIVOS
I'.''
vn Principe mas amante
vuestra fortuna mexora,
que para ser dueño mío
SI quien soy os desengaña,
pues que lo e de ser de España,
mexor soy yo que mi tío.
De su ventuí a -envidioso
intento ser envidiado,
de vn papel equivocado
3ue me quiso hazer dichoso:
e vn criado que os siguió,
de mi en lances advertido
semejantes, he sabido
vuestra posada i tomó
tan bien las señas que apenas
esta plazuela pisé
cuando tremolar miré
[del balcón] deste cuarto en las almenas
(un verso tachado, ininteligible)
vna vandera de paz
que otro dichoso llamaba,
sin duda que no se hallaba
de tantas glorías capaz,
pues para gozar enpleo
de tan [dichoso] hermoso interés
no se a calzado en los pies
las plumas de su deseo,
ganándole por la mano
el mió que hallando abierta
para esta dicha la puerta»
ya intenta lograrla en vano
porque mi dicha interesa
con maior antelación
o gozar esta ocasión
o envarazalle la inpresa.
Hipólita.
Espantada estoy de ver
contra el fuero natural
que en vn pecho tan real
envidia pueda caber,
indigna y ciega pasión,
obligando á yuestra alteza
contra su misma grandeza
a tan gran resolución.
A otro norte me a guiado
mi amoroso desvarío
porque nació el albedrío
libre al cielo potentado,
y esta inclinación jamas
venzera poder injusto,
que los derechos del gusto
tocan al alma no mas,
que el Príncipe a quien le dio
rey nos el cielo en en peño
de las vidas solo es dueño
pero de las almas no.
Y vuestra Alteza no quiera
hazer de mi turbación
tirana juridicion.
que es el alma de otra esfera,
que ay Rey a ()uien apelar
de ofensa tan inumana
y podra aun mas soberanas
sínrrazones enfrenar.
Vuestra alteza no ocasione
a estos inpulsos mi amor,
ansi su eroyco valor
de mas mundos le corone;
que espero al Señor Don Juan^
su tio, y puedo temer
de sus zelos y el poder .
vuestro vn pesado desmán.
Y no os merezca ocasión
á quien soys reconocida
en que aventuréis mi vida
y en que arriesguéis mi opinión.
Carlos,
Eso quiero solo a mi
deberme sin replicar,
pero el ni yo emos de entrar,
por vida del Reyi aquí,
porque conmigo de vos
falsedades no asegure,
aunque el enojo perdure
de mi padre [Bibe Dios];
que no ha de aver ni alcanzar
solamente por dichoso
lo que por mas poderoso
no e merecido gozar. (Vase el Principe.)
Hipólita.
Ay de mí! alumbra, Teodora,
a su Alteza.
Carlos,
No me agrada
luz de tan desalumbrada.
Quedaos!
Hipólita.
Señor!
Carlos,
[lo os haré] No mas. (Vate.)
[entender...]
Hipólita,
Cielos,
socorred á la fortuna
que corre mi amor con vna
envidia en traxe de celos. (Éntrense.)
(Salga el Sr. D. Juan, de noche, con broquel
en la pretina y la espada en la mano.)
D, Juan,
En /este balcón está
la prevención de la seña,
y esta la casa a de ser
sin duda, mas a la puerta
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
197
está un onbre que pareze
que defíende en medio della
ei paso como gigante
de aventura, porque ostenta '
con vn broquel y vna espada
desnuda a la vista opuesta
que es noturno serafín
deste paraíso.
(Como dizen los versos, estará á la puerta
del vestuario Don Lope y llega el Príncipe por
la misma puerta.)
D, Lope,
Sea
vuestra alteza vien venido,
aunque venga vuestra alteza
arrepentido.
Carlos,
Pues que ay
Don Lope por acá fuera?
D. Lope.
Vn onbre esta aqui que pienso,
si no me engaño, que muestra
inclinación a esta casa
y [boto a Dios] si [viniera] estuviera '
sin vuestra alteza, ^ue auia
de Uebar entre las piernas
lo que [dize] el refrán dize.
Z). Juan.
Agora
salió otro onbre de la mesma
facción, dueño al parezer
y anbos pienso que. me esperan
y que se an puesto sin duaa
de la entrada en la defensa.
Si esta muger quiso hazer
de mi valor experiencia
con particular capricho,
aue son raras las ideas
de las mugeres, las mas
perdidas por la brabeza.
(Salga P.^ Vázquez de Escamilla.)
Escamilla.
Llebe el demonio los dados
y las manos, pues con ellas
vna suerte no e tenido.
Almendruca.
Pedid paciencia.
Escamilla.
Paciencia
téngala un gallina, vn puto,
vn tenplador, vna dueña;
mal aya quien al garito
me enseñó esta noche ¡o pesia
al juego [a Madrid] y a la codicia
de ganar!
I
D. Juan.
Entrar es fuerza,
ya que estoy aqui.
Escamilla.
Por vida
del mundo!
Almendruca.
Pedro, paciencia.
Escamilla.
Almendruca, por ell agua
de Dios que encontrar quisiera
aqui con quien despicarme
á cuchilladas si Cesar
i Hercules con las cotunas
y los Doce Pares fueran.
D. Lope.
Hiérvele mucho la sangre
a vuestra alteza, mas flema
a de tener esta noche
f si no quiere tenella,
e dejare, [boto á Dios]
quetemo...
Escamilla,
Qué gente es esta?
D. Lope.
como al demonio á su padre.
Escamilla.
Vn onbre aqui se rezela
de otros dos aue están allí
por guardas de aquella puerta.
D. Juan.
Ya es cobardía aguardar
mas.
Carlos.
Otro onbre se le acerca
de socorro.
D. Lope,
Aquí estoi io
y no importa que onbres Ilueban.
Escamilla.
Tenme esta capa, Almendruca,
y en esta esquina me espera,
que no puedo ver jamas
supercherías.
Almendruca.
Sobre ella
me quiero raspar en tanto
que durare la pendencia.
(Entrase Almendruca.)
198
REVISTA DE ARCHIVOS
Z). Juan.
Deste empeño he de salir
como quien soy, aunque pierda
mil vezes en el la vida.
Carlos.
Acá vienen.
D. Lope.
Vuestra alteza
los dexe venir, que io
tanbien haré que se buelban.
Escamilla.
Caballero, si tenéis
voluntad de entrar en esa
casa y ver dos os detiene,
un onbre hazeros intenta
conpañia, que os a visto
solo en esta conpeiencia
que hara por vos maravillas,
y que soy diez haced cuenta.
D. Juan.
No puedo dexar, hidalgo,
de admitir esa fineza
por el enpeño en que estoy.
D. Lope.
Brabo consexo de guerra
haciendo los dos están.
Carlos.
Pues que esperamos [que vengan].
D. Lope.
Que vengan,
y después de aver venido,
no a de reñir vuestra alteza.
Escamilla.
Hidalgos, en esa casa
a de entrar, aunque no quieran,
aquel cavallero, que es
a quien compete esta inpresa:
escoxan lo que pretenden
hazer, que no ay mas respuesta
que irse ó reñir.
D. Lope.
[Juro á Dios]
que trae cartas de creencia
este envaxador de Marte
[por vida de vuestra alteza]
muy cortas i mui resueltas.
Escamilla.
Que responden?
Carlos.
No ay salida
sino sacar las espadas.
D. Lope.
Protesto que me haze fuerza
y que no puede ser menos
el Rey me degüelle ó sepa
deste aprieto la verdad,
que en tocándome esta tecla,
he de danzar [boto á Dios]
por Don Lope y vuestra alteza.
(Sacan las espadas los cuatro, y Carlos cae
con D. Juan y D. Lope con Kscamilla, todos'
con broqueles.)
Escamilla.
Hidalgo, apretad los puños,
porque an de huir ó la puerta
an de dexar las espadas,
y las capas.
(De adentro Ru}* Gómez.)
Aquí suenan
las cuchilladas.
Ruy.
D. Lope.
Quién eres
onbre, que tanta violencia
tienes en las manos?
Escamilla.
el conbidado de piedra.
D. Lope.
[Boto á Dios] que no me a hecho
otro tanta resistencia
en el mundo.
Escamilla.
Soy el coco
del pendón verde y la feria.
D. Lope.
Y el mismo demonio.
Escamilla.
Y tú
pienso que fuiste á la escuela
con Satanás.
D. Diego.
Conpañeros
de la guarda, apriesa rapriesa.]
(Entran dos alabarderos con hachas, D. Die-
go de Córdoba, Ruy Gómez y el Rey.)
Rey.
Rey. [Llegad] afuera
con las hachas y las armas.
Rey. [Que se tengan
á su mageslad decid.]
Llegad, llegad, {al margen.)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
Ruy.
Que se tengan
á su magestad decid.
D. Lope.
Encontrar antes quisiera
con doze mil Barra bases.
Escamtlla.
Montante de la pendcncíia
a sido el Rey.
Almendruco.
Escamilla,
la capa.
Escamilla.
AlmendrucB, venga.
Principe, Don Juan, Don Lope...
D. Lope.
Sin mi estoy.
Rey.
Desta manera
se aventuran onbres tales
obligándome que tenga
esta prtvcniíion siguitndo
averiguadassospechas
de mis rezelos? Ansí
Don Lope dais de vos cu«nta
y de loque ioos cncarjjo?
Yo sé como se remedia
esto todo.
D. Lope.
No daré
or mi cabeza.
Escamilla.
D!.
Almendruca.
Escamilla.
Escurrirme,
siendo posible, quisiera.
Almendruca.
Pues vamonos.
Rey.
I D. Juan.
Este es sin duda
I la persona forastera
I que me aludo en la pelota,
! y en el valor y en las fuerzas
I es un Bernardo.
' Rey.
\ Escamilla.
Vine á vella.
por mi gusto.
Rey.
Y no truxisteis
ütra comisión mas que esla?
Escamilla.
; Soy onbredei)ien i hálleme
i en la ocasión que me pesa
■ ver ventaxasi aiude,
sin conocer á su Alteza
que con Don Lope venia,
que es valiente mui de veras,
. al señor Don Juan que estaba
solo, sin que conozíera
i tanpoco a su Alteza.
Rey.
, alíenlos porqué en la guerra
I no los empleáis de Flandes
que es donde mexor se enplean?
Escamilla.
Vuestra magestad me haga
merzed de alguna gineta,
y vera como le sirbo
con mil vidas.
Rey.
Merezelda
primero. Príncipe, vamos.
Venid, Don^Joan.
Almendruco.
Quien no tienbla
tanta nnagestad?
Rey.
Don Diego
de Córdoba, el coche venga
y a palacio.
D. Diego.
Ya esta aquí.
D. Juan.
Vedme, Escamilla,
200
REVISTA DE ARCHIVOS
Escarní I la.
Por fuerza
para que de mi os sírbais.
Carlos,
Hasta que echen en galeras
a este picaro o le ahorquen
no e de parar [pues] que me dexa
[picado] con el valor que atenido
picado de la pendencia.
Almendruca,
Harto he hecho, Pero Vázquez,
para que el Rey me viera.
D. Lope,
Valiente es el picarazo
como mil Héctores.
Carlos.
Buenas y
reprehensiones nos de Dios.
Almendruca.
Merzedes largas espera
del Rey y de Don Juan de Austria.
(Continuará.)
Escamilla,
Eso, Almendruca, se cuenta
de muchas maneras; ven
que todo es soñar chimeras
esta noche.
D. Lope.
(Boto á Dios!]
que temo mas que á mi pierna
a este cavallero.
Car /os.
Loco
voy de nuebo, Águila nueba
de Austria, con nuebas enbldias
de tu valor i tus prendas.
Z). Juan.
Dama que no se su nonbre,
dama enima, dama duenda,
que no te he visto ni oydo,
encantada es tu belleza!
IV
FANTASÍA POLÍTICA, SUEÑO DE FELIZ LUZIO
DIÁLOGO DE UN VIVO Y DOS MUERTOS
PRÓLOGO
Fatigado del estudio y combatida la imaginación de varios cuydados, me
quedé á deshora dormido en la silla y mesa de mi librería, inclinando la cabera
sobre un libro moderno, que era el centro en que se mouia la rueda inquieta de
mis imaginaciones; acometiéronme enprouisso las fantasmas de ciertas histofias
en que me auian metido las historias de ciertas fantasmas; parecióme que entrauan
por la puerta de mi estudio dos venerables ancianos, el vno en habito clerical
rcligiosso, y el otro con habito y toga de cauallero y ministro, y hauiendolos
recibido con las vrbanídades deuidas á su rcpresscnta<;ion, acabada su ceremonia
de las reciprocas y cortesses salutaciones, tomando cada vno el lugar que le
locaua, les pregunté quienes eran, y el fin de honrrar mi cassa con tan no espera-
da vissíta. Nossotros, dijo el mas anciano, maguer que estamos muertos á la vida>
viuimos aun en la inmortalidad de la fama; nuestros nombres son Pero Núñez,
(Conde de Villa Vmbrossa,) y Juan de Marianna; por particular dispossicion del
cielo, somos venidos á ti, antes que tu vayas á nos, para que en vna breue confe-
rencia aueriguemos vna importante curiosidad; cobra el aliento y sin perder tiempo
vamos al casso.
Feli^ L«v''0'— Agradezco á mi fortuna la suerte que me solicita.
Pero Nuñe^.—Ho ha borrado en mi la muerte la estimación que hize de vues-
tras prendas en la vida.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 201
Felií{ Lugio.—Bkn lo manifestáis, assi en honrrar esta pobre abilacion, como
en darme á conocer de vista á un sugeto tan celebrado en todas las naciones
como el P. Juan de Marianna.
Marianna, — En esso correspondéis al deseo grande que he tenido de conoce-
ros desde que re^iui vna carta vuestra, con un libro de que en ella hazeis memo-
ria; aqui está el libro, y esta es la caria, que dize assi, por si no os acordáis. Muy
Reuerendo Padre. El réquiem eternam sea en vuestra alma; sabed que un nueuo
annalista, historiador de si mismo, mas versado en Orfeos que en libros, ha que-
rido prosseguir vuestras historias para lleuar adelante las suyas; ellas (como veréis
por la cola de esse volumen), son bien cstrañas en el estilo, en los sucessos y en la
verdad, como mas largamente os dirá. el portador; su primera patraña es hauerme
puesto a mi por autor; assi os lo protexto para descargo de mi conciencia y de mi
honrra; hazedlo saber a essos señores historiadores muertos, que acá no lo ignoran
los viuos; téngaos Dios en los descansos dessotro mundo, para que no boluays a
los trabajos de este; vuestro aficionado, Felii{ Lucio.
Pero Nuñc;^, — El sobre escripto, solo de su breuedad y discreción dize que es
vuestra.
Feiií{, — Estimo la honra que me h :ze¡s, y digo la reconozco por mia, y que
este libro que mostráis, P. Marianna, es el mesmo que os remití por mano de un
mensajero honrrado, por señas que iba bien informado de todo, huyendo de buena
gana de la vida por salir de una vez de este, auri sacra f ames que nos acossa.
Pero Nuñe¡{,— Bien lo mostró en el informe que nos hizo, pero a mi no me hizo
nouedad su relación por el deplorable estado en que dejé todas las cossas quando
partí de allá.
Marianna. — A mi cassi me sucedió lo mismo desde que anteuí nuestra cayda
por la constitución poco solida de tan disforme fabrica, quando di>e al principio de
mi historia: parecerá a los prudentes y auissados que mal peccado nos amenaza da~
ños y desuenturas; este temor creció mucho mas en mi desde que de boca del
Señor Pero Nuñez, del Señor Asculpa, (Pasqual) y del Señor Parciatra, (Patriarca)
entendí el mal fabricado colosso que hauía leuantado la falsa ceguedad de los
españoles, contra. otro colosso mal fabricado; mas porque la relación lúgubre del
mensagero disuena tanto de la alegre cascabelada de estas relaciones históricas
fiamos de vuestro buen sesso nos diréis sin passion si la rethorica de aquel excedió
en algo contra la verdad.
Fe//)^.— Olgaré oyrla de vos, sí la tenéis en la memoria, asegurándoos que era
un español mazizo, en nada hecho a la moda desta indigna era.
Marianna.—S'm discrepar ni vna voz nos habló desta guissa; de dos años a esta
parte, no parece sino que la maldición de Dios ha ca}do sobre las dos Castillas, con
excomunión de matacandelas, dizen que por hauerse cometido un mal peccado
de que no se ha tomado enmienda; el cíelo se nos muestra uraño, los tiempos sin
tiempo, los elementos enemigos, la tierra, sobre todos, cruelmente madrastra.
Nuestros mantenimientos se han subido a las nubes, porque las nubes no quieren
bajar á nuestros mantenimientos, los astros influien contrarios, el ayre respira
uracanes, el mar se le ha olvidado aquello de estar en leche, enojado de que ya no
le surcan ni nuestras galeras, ni nauios, ni nuestras notas; los campos agostados, sin
que veamos en ellos un Agosto; los pueblos desolados y dessollados, las campañas
disíertas, la guerra oluidada, la paz inominíosa, nuestros pocos soldados (de quíe-
.nes se va dando cabo), desnudos y a la sopa de los combentos, nuestros thesspros
202 REVISTA DE ARCHIVOS
mas escondidos que lo eslubieron antes del descubrimiento del Nueuo Mundo; los
fraudes y imposiciones crecidos por la mano misma que mas los hauiá acussado,
los remedios comberiidos en dolencias, los médicos nos despulsan y nos desangran,
los enemigos nos jeringan, nuestra honrra por tierra, y toda nuestra tierra sin hon-
rra; admirado vengo de lo que he visto por mis ojos; hauiendo atrauesado á toda
España de banda á banda, he reparado con graue dolor que todos aquellos sus rios
grandes corren menguados, y menguadissimos; solo el rio mayor llamado Larcos
(Carlos) vi que corría fuera de madre, porque un despeñado arroyo por nombre
Draconel (Calderón) le ha torcido y sorbido todo su curso, con pretexto de que corra
con mas libertad; el ganado anda todo alborotado desde que el Perro ¿/e A/ua (Duque
de Alúa) se soltó de la cadena de oro en que le dejaron aquellos castizos mastines
de sus abuelos, sin pressas y sin carlancas, y arrastrando mucha cola en las ante
cabanas de un desdichado rabadán llamado Lacredon (Calderón), que solamente
tiene abilidad de hazer rabeles, bandurrias y algunas cucharas curiossas; entre-
tanto los lobos nos lleuan los rebaños enteros, cayendosse muertas de ambre las
tristes obcjas a cada passo, que apenas tienen aliento para dar un balido, porque
tienen un balido que les ha quitado todo el aliento; echaron desa cabana, mal pa-
deciendo, á la soberana Calatea^ pastora de prendas diuinas, como si les faltaran
otros mil modos de derribarle el plumaje áltiuo de su galleruza al intrusso y cuy-
tado mayoral Narjedon (Fernando); como gente sin tino, se arrojaron á lo mas por
no tener valor para lo menos; mas á ellos les ha sucedido la burla pessada que al
caballo fabuloso, el qual por vengarse de las nauajadas de un grosscro jabali, sobre
la posession de un bosque y de sus pastos, con mal consejo se fue á implorar el
auxilio de un soldado bellacon, que logrando ocassion tan oportuna para sus in-
tentos, echándole silla y freno al caballo, cal^ó fuertes espuelas y montó en él, y
aunque le vengó con su lan^a de las descortessias del jabali, no por esso, acabada
la lid, se desmontó para restituirle a-aquella su pretendida libertad; de suerte que si
el jabali atreuido quedó castigado, el caballo mal aconsejado quedó cautiuo y
sugeto para siempre a la espuela y al freno de su vengador.
Pero iVttñe;^.— Essas cossas y otras muchas me sacaron á mr de la vida.
Fe//;^.— Os asseguro que no fué encare9ida la relación de mi mensajero^ ;
Marianna, — Cossas ay a las vegadas que harán hablar los muertos.
Pero Nuñeí{. — El querer yo mostrar su remedio fué todo mi delito, sino es que
fué mi delito mi talento; el sucessor que me dieron califica mi sospecha; si yo fuera
como él, no hubiera él sido mi sucessor; echáronme de mi sillapor quitarme aquel
banquillo que suele importar mas a España que todos áus bancos a Genova.
Afarí«;ma-T-Essa es treta azas vssada de todos los tiranos: tener mano deludas
contra todos los hombres de talento; vos no deueis estar quejosso, sino agradecido;
degradaros de la dignidad fue graduaros de hombre de bien.
Fe/i\.— Yo si que deuo formar viua queja, pues me ha tocado enla honrra con
hazerme autor de estas sus relaciones, para tirar la piedra y esconder la mano á cos-
ta de mi crédito.
Marianna.—W uesira queja es justificada, maguer que no lo es menos la mia, por
esta vergon^ossa añadidura a mi historia, con que me sacan a la vergüenza; él dize
que me prosigue, y yo entiendo que me persigue, queriéndome enterrar otra vez;
ya que no me puede desterrar cjmo a tantos de mi santa professión, imagino que
ha querido hazer Carnestolendas con mi historia, por ser de las grandezas de Espa-
^ echándolas este rabo^ parchei ó pegote para que me den la vaya/ la grita de los
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 203
muchachos. Bien me temi yo esta deshonrra en mi prologo castellano, donde dije
en diferente sentido de lo que aquí veis: si ya no se despierta por nuestro exemplo
alguno que con pluma mas delgada se nos adelante en escriuir las grandevas de
España^ y con la lu\ de su estilo y auilidad obscuresca nuestro trabajo, daño quepor
el bien común licuaré con facilidad; ya veo aqui obscure9Ído mi trabajo por mala
pluma y por tinta que publica, no las grandezas, si no las menguas de España;
^como queréis que lo lleue con faQÜidad?
Pero Nuñe\,—\Jn2i malicia se me ofrece, fundada en lo que passó por mi mano
quando yo tenia alguna mano en el 'mundo, y es que vuestro continuador ha tirado
áde'slü¿1ros con este redomado de su mala tinta, solamente porque siendo vos Juan
os'átr^ileís a ser de Marianna, porque él ha dado en la ruin tema de ser Juan An»
tnrfarianno, como Antechristo; quizás por esso ha asestado la artillería de su furor
' contra los professores de vuestra escuela, porque entiende que en ella todos son
Juanes de Marianna.
A/or/jnníi;— Mas que verisímil se me haze vuestra sospecha, porque ellos son
' hombres sabios y virtuosos y se crian en los honrrados dictámenes de no honrrar
tnas que a Dios y a sus Reyes, sin dejarse encantar de los siluos de falsos remediadores.
Feiíi^. — Nbse halljn solo en essa desgracia venturossa, porque por el mismo
mérito padecen oy otros muchos; mirad á los que proscriue, confina, y exsonora,
y cotejadlos con los que sostituye y exsalta; ^erí que delinquieron el señor Pero
Nunez, Don Lope de los Rios, Don Melchor de Nauarra y otros Ministros de su po*
sicion, tan vtiles y necessarios para sus empleos?; ^que escándalos no produjeron
tantas depossiciones de bastones militares, sin mas razón para su atropellada vio-
lencia que verlos tan- inflexibles para no dejarse torcer aliado de sus turbulentas
ruindades?; ya os acordáis de aquel Príncipe Rojanes, ara del fino (Alexandro Farne-
ssio) y de aquel Duque Tanto Molde (Duque de Montalto) para españolas firmes
lealtades. ^Quien ignora el delito de aquel experto Castor Laso (Don Carlos Tasso)
ya de seruir con tanta aprouacion?
Marianna,— No es razón que la razón arrebate el sufrimiento; la esperanza, en
Dios es la ancora de los sabios; mueue Dios los coracones reales quando y como
es seruído y les inspira á que firmen oy decretos contra Ips decretos de ayer. No*
•table es aquel decreto de un Rey de los Assirios; si me dan licencia le iré dizíendo
á pedazos.
Feli)^,— ¿Es el del Rey Assuero?
Marianna, — Sí.
Pero Nuñe\, — No ay cossa mas nacida para ciertas reflexiones que tengo yo acá
en mis ideas; idle diciendo para aliuio de nuestra tolerancia.
Marianna, — Dice, pues, assi: Muchos han abussado por su soberbia dp la bondad
de los Principes, del honor en que les han puesto, y no solo pretenden oprimir á ios
passallos de. los Reyes, sino que no pudiendo tenerse en el grado de gloria en que se
miran colocados, maquinan contra los mismos que se la dieron. Ni se contentan con
mostrarse ingratos á tantos beneficios, y con violar los derechos de toda humanidad,
sino que llegan ¿presumir podran huir de la sentencia de Dios, que vee todas las
tossas,
Pero Nuñe^,'—S\ yo no las huuiera visto, tubiera por finjidas essas clausulas;
pero bien sé son del mesmo texto.
Fe/íX-r-Bien se conoce que en essa farsa del Mundo aunque se mudan las per-
sonaS; poco 6 nada se mudan los papeles.
204 REVISTA DE ARCHIVOS
Marianna,— Pues aun mas del tiempo es lo que se sigue: han llegado á pro-
rrumpir en tanta locura, que engañando con sus astutas fraudes las orejas !{ení{í-
ilas de ¡os principes, que juagan á los demás por su real índole, ponen su conato en
siibertir con las minas de sus embustes á aquellos que executan exactamente los ofi'
cios que se les encargaron, y que ha\en todas las cossas mereciendo uniuer sales
alabanzas,
Feli\.—Esso es puntualmente lo que vemos y lloramos.
Marianna.—Oyá aora el remedio y la mutación de todo el Colisseo. Ni deue
pensar, si mandamos cossas diuersas que proceden de leuedad de nuestro animo, sino
que damos la sentengia según la demanda la calidad y nescessidad de los tiempos,
y la publica vtilidad,ypara que mejor entendáis lo que os debimos, sabed que Aman,
aunque tan ageno de nuestra sangre, fué regiuido de nossotros con demostraciones de
tanta humanidad, que ascendió á la honrra de llamarse nuestro hermano, y á ser
adorado por segundo de nuestro rey no; pero él, altivo se desbaneció con incha^on
de tanta arrogancia, que a Mardoqueo y á tantos fieles seruidores por cuya fee y
buenos seruigios piuimos, y á Ester consorte de nuestro Rey, con todos los de su
séquito, pretendió acabarlos con nuevas y exquisitas máquinas; por ende sabed que
damos por nulos é Írritos todos aquellos decretos que él hasta aqui ha publicado en
nuestro nombre real, por el qual delicio queremos se vea su castigo mas exemplar
dándole su merecido, no nossotros sino es Dios, celebrando vossotros en adelante
este dia entre los masfestiuos que celebráis.
Pero ATwñe^í.— Adorar deuemos la inescrutable prouidencia de Dios quejara
castigo de malos exerci^ios de buenos permite tal vez estos monstruos escándalo-
ssos del. orbe; pero no es menos admirable la justicia con que los lleua al último
pre^ipi^io por los mismos passos de su tirana ambición; son como el águila atreui«
da que arrebatando con robos sacrilegos la victima que se quemaua en las aras, se
lleue con ellas las sacras fatales brassas que pegaron fuego á su nido.
/rg/,-^,__A la llama destos encantamentos que la justi9ia del ^ielo enciende tan-
tas vezcs en el mundo, no miran de buena gana los ojos, siempre giegos, de los ti-
ranos, y esso en mi sentir es que se empañan a si mismos; quando mas solicitan en-
gañar á todos siembran engaños sobre la simplicidad de los pueblos, y desta semen-
tera traen aquel fatal Agosto con que cojen engaños para si mismos; ^*que pensáis
Marianna, sino una barrendera de quantas mentiras se han sembrado en España es-
tos últimos años, con paño de artificiossa mali9ia?; como la vieron tierra tan traua-
jada la juzgaron por bien dispuesta para la siembra de tanto embuste.
A/arian;2J.— Según esso que aseguráis, yo soy el mas'agrauiado en la adición
deste libro, porque no se puede idear monstruo de parles mas distintas que auer
querido atar el ilo de mi fincera verdad, con la maraña de tantas estudiossas false-
dades como incluye en estas relaciones; mi sana verdad dio siempre á cada cossa el
nombre que merecía, pero en este hizozerbo (hircocervo) ó pegote de mi historia van
trocados los nombres: la inquietud, se llama lealtad; el motin vnion, el destierro tes-
tamento, la prisión libertad, el mismo Argel redempcion, el robo aliuio, la tiranía
reforma, la vengan9a justicia, la ambifion zelo, la impiedad deboción, el embuste
reuela9Íon, la infamia acción de gracias, el destrono victoria, la perdición defensa,
la paurata bodas, la ineptitud comprehen9Íon, la ambre abundancia, la estafa
prouidencia, el daño remedio, la enfermedad salud, y la muerte vida.
Fe/i>.— Admirablemente haueis comprendido todo lo que se escriuc y se hecha
en las conuersaciones.
BIBIOTECAS Y MUSEOS 205
Afarianna,—S\ el fín dizen que corona las obras, ^como el fín de tanta mentira
ó tanta mentira con fín, puede ser corona de las obras de mi verdad?
Pero Nuñeí{,' AWá. se dijo en el mundo que Pero Nuñez se murió de tristeza, y os
aseguro que acá he estado para morirme de rissa leyendo aquellas clausulas de tan
desmesurada vanagloria: para que con sus grandes talentos, afamadas experiencias
ayudasse á nuestro Rey al mejor cobro de los intrincados expedientes del Gouierno;
estos grandes talentos no me diréis donde se han ydo.
Fc/^.— Las gentes dizen que se los dejó en Flandes y en Portugal para armar
con ellos grandes Generales; otros afírman que los dejó colgados, como milagros
de cera, en las Santas Capillas de Mons^rrate y el Pilar y Aula Dey.
Pero Nuñe^.—Como afamadas experiencias, las que el afán esta culpando de
fatales descomulgados y azarossos para el vltimo termino de la fortuna, valor y
política de España.
Marianna.-'Lsi mentira que a mi mas me haze reir, con la permission que me
da este puluis est, que diga que vino á a/udar; ^saueis por que lo digo?; vos por lo
menos. Feliz Lucio, acordadies á los viuos en mi nombre la historilia del grande
Alexandro Magno.
Feli^.—iQue historia fue essa?
Marianna.— Es breuc y de mucha moralidad; por no se que balance del vajel
en que passeaua las olas para un rato de diuerssion, se le cayó en el mar la corona
real que traya Alexandro en su cabera; un mo^ ordinario pero de buen aliento
Se arrojó al agua con prompto denuedo para salbar la corona de su Rey queestaua
a pique de vndirse, ó de que las olas la arrebatassen; esta que al principio se conci-
bió fíneza, se descubrió luego delito; assio con la mano de la corona real y para po-
der brazear mas libremente se la pusso sobre su cabera, arribó desta suerte a bordo
del vajel real, recobró de su mano el grande Alexandro aquella corona que estubo
tan a rriesgo; y por quanto los Reyes deuen ser tan agradecidos como celosos, man-
dó que á aquel moco se le pagasse su buen trabajo, pero que por el atreuimiento
de hauerse puesto la corona, aunque con el motíuo de salbarla, le cortasen luego la
cabeca; aplicad la historia, y cada vno mire como ayuda.
Pero iVune;^.— Ya estáis entendido; pero ^como se entiende que ayuda al cobro
del Gouierno?; parece que vuestro continuador escriuia para los Chinos o Tártaros-
pudiera el mismo Narfedon auer dejado cassi todas las cossas en la cassi ultima
ruina que oy están; yo estoy creyendo que remediador mas inhábil para su oficio
no le pudo idear la ridicula fantassia del mismo Bosco; desde que ay monarquías
en el mundo, dudo se aya visto cuerpo mas sin alma que preste algún calor bital
á sus alientos y movimientos políticos y militares.
Fe/ú.— Los que por acá saben algo no alcancan que se haya dado mas cobro
que aberlo barrido todo, sin escriptura, ni carta de pago, ni que aya auido mas
creación de Ministros para mejor cobro del Gouierno, que un continuo hazer y
deshacer, quitando suficientes y haziendo no tales; y aquí de los mios; ^queréis que
os diga un graciosso reparo que anoche hicieron aun los medianamente políticos?
Marianna, — Nos haréis muy gran gusto.
Fe/í;^.— Ya sabéis que el serenissimo Perseo remobio del lado de Demetrio su
hermano al verde y lozano Martineta (Almirante), confinándole a un rio sin agua
para que allí sin peligro de inficionar á Demetrio, se secasse en sus lozanías.
Pero Nuñ€\,— Los cuentos, largos.
/
206 REVISTA DE ARCHIVOS
Fe/í^.— -Que esto no fue prouidencia, sino venganza, se vio luego manifiestamen-
te, en que para el oficio mas de adentro de la cassa de Astrea Ventura, nombró no
menos que á los benditos Argotas (Astorga) ^que os diré de la introducion de Ma-
dama Banlonera (Terranoua) al Ya Nusao (Osuna)? miren á que Bai^gel (Galbez)
y que Arfopeo (Oropesa) Camarín de la misma Astrea Ventura, por escluir á tantas
novilissimas Ximenas Gómez; ^que mas fabricado colosso que Jaques su esclauo?
(Velasco) ¿Que cossa mas de rissa que el orden senatorio de su Nearcadio (Arce-
diano)? Pues ¿que el irregular nombramiento del Auriculario Montessinos (Montes)
dejado en testamento de Fierres Rogemonte (Montenegro) para continuar la no-
ruega de Cario Magno?; ¿que del areopago entregado al Duende Nopujante? (Don
Juan de la Puente.) ¿Que de la questorí a quitada á Don Sirepolo del Sol (Don Lope
de los Rios) y prouista en el bendito colector Sanmen? (Umanes.)
Marianna — Por esso se dijo entre nuestros mayores: todos los matamos. Aun
alio yo otro mejor mal en que no os he visto discurrir.
Fe/ii^.— ¿Qual es?
Marianna, — Demos que el otro redemptor satisfaga con copiosas vtilidades á las
espectatiuas que se tenian del; mirad, ay manos tan sospechosas que tii el remedio
se ha de tomar dellas; ¿no haueis leydo que Júpiter, Dios de' los Dioses, hauia pedi-
do y aceptado dones de todos los animales, solamente desechó la linda y fragante
rossa que vino á ofrecer la culebra, por que eran venenossos los labios que la
trayan?
Pero Nuñe^.^Si los Españoles huuieran atendido al meollo desta fábula, no
fueran ellos oy la fábula de toda Europa.
Fe//^.— Ellos se deslumhraron tanto con el resplandeciente oropel del remedio
prometido, que no atendieron al tossigo de la mano.
Marianna. — Mas político anduuo Jacob, que ni para el remedio de ambre tan
estrema quisso entregar al rapaz Venjamin en manos del sospechoso Rubem, el
hermano mayor; aueriguada cossa es que estos que con el engaño se introduzen
ál remedio, [se] descuidan del remedio luego que logran su engaño.
Felií^,, — Tenéis tan lindas respuestas que me animan para que os canse á pre-
guntas; siquiera por reparar su decoro y no pare9er engañador de los pueblos, en
i'eglas de mediana política, ¿no deuia Lacre¿/o ;z (Calderón) auer minorado algunos
tributos, y no crecer, como ha hecho, los antiguos, pafa que la vida de su conser-
ua9Íon respirasse corno antes aquel ayre apa9ible del aplauso popular?
Marianna. — En esso tenéis razón, pero respondo dos cossas: la primera que no
alcanza mas; la secunda que Dios le fiega para demostrarnos que no tiene oluidada
a España, aunque agora la castiga; mas no^ibos serian a España sus abiertos que
agora le son sus yerros. Ya creo que estáis conmigo.
' Fe/ií^.— Dlscurrris como sabio.
Pero Nuñe%^. — Con este mismo discurso se puede responder á los que preguntan
como este buen Señor sirue tan ciegamente al encono de sus sentimientos antiguos,
que por satisfazerse de ellos, no repara en disgustar á tantos y de tanta mano. •
Marianna. — Dezis muy bien, pero aqui anda la mano de Dios; es muy necia
política la venganza; conservarse y vengarse son términos que se implican.
Feli\. — Yo he reparado que en estas relaíiones incurren los mesmos incombe-
nientes, introduciendo con encarecida retorica á los que hizieron algún papel en la
tragedia de su inquietud, y tocando muy corrida en otros, muchos hombres de
bien^ con una lánguida y por esso ofensiua narrafion.
BIBLIOTECAS. Y MUSEQS 307
Afarwnwíi.—Essos tropiezos padece por no hauer querido practicar. el plqylo
histórico que yo aduerti en mi prologo. No me atreui á pasar mas adelante y^
relatar las cosas mas modernas^ por no lastimar á algunos si de^ia la verdad y ni
faltar al deber si lo disimulaua.
Feli\, — Con todo vuestro continuador quiere que entendamos que en dissimular
algunas cosas cumple con su deuer; atended lo que dize hablando de Narfedqn; el
modo, las artes con que procuró la exaltación de su fortuna, assi por su celeridad^i
como por su desproporción, no cabe el referirlas en los tiempos presentes; ^novéis
como tanbien sabe callar, por no ofender?
Pero !^uñe!y,—\Que bueno es esso! ¿Ho sabéis vos lo que su pluma emponzoña'-
da quiere dezir en e^so mesmo que afecta callar?; tened por cierto que aunque Dios
calla también y dissimula, que no lo ha hechado en oluido; ^con que tinta se podrá
borrar aquella estudiada y maliciosa descripción de las prendas de Narfedon?
Marianna.—Y a uista de cssos grauíssimos reparos tengo empacho de propone-
ros un grquissimo escrupuho de mi honrra. ^ . ^
F¿/i>;.^No escuseis el dezirlo, pues el oyros á vos creo yo es el fin principa}
desta conferen9Ía.
Pero Nuñeí{,—Soy del mismo dictamen.
Marianna, — Supuesto que mi continuador quisso sacaren estas relaciones
históricas vna engañosa linterna fabricada de brillantes pataratas para encandilar
los ojos descuydados de algunas simples abezillas, ^'que necessidad übo de vnirlos y
enquadernarlos con mis historias? ¿porque no divulgó un libro aparte con impresr
sion de Antuerpuia, encuademación dorada con el titulo gloriosso de, Segunda Res-
tauración de España, encargando su composición de vozes perfiladas al espejo, de
sus^simples comp4a9en9ias, y de muchas sentencias de puntillas, al ditiino hachillep
Gurreüy (Guerra) 6 al satimbanqui Barrega (Bergara) con toda la parlera capilli^ de
famulorum famularumque tuQrum, / las demás picazas bien instruydas á .graznar
por las seluas los soberanos talentos de su gran Dios Sapho? ^ .
Feli\. — Reparíiis muy bien, pero sin duda que como ay un libro de Séneca
contra Séneca, ha querido vuestro continuador que aya otro de Marianna contra
Marianna.
Marianna. — Ya os entiendo.
Pero Nuñe\. — Yo pienso que sin agrauiaros á vos, se podía hauer encargado el
nfíismo empeño destas ba^iedades históricas, á Monsiur P/erre D%celas{J>Qn Pedro
Salcedo) escriptor fácil y corriente graduado por Jalapa y Mechoacan, por quien
se dijo Petrus in cunctis. - ' -
Feli\. — Algunos quieren dezir que como la devoción dé ééte Pió Éneas ha
gustado tanto de personas religiossas, se ha inclinado á que sus historias anden
juntas con las vuestras.
Marianna.— Hbxíús tocado un punto muy curioso; hanme dicho que este señor
se armó de santo, como de cauallero, luego que murió Felipo dejando en menor
edad a Demetrio; ¿que sienten por alia los maliciosos?
Feli\, — Dizen que de la muerte intempestiva de Felipo no sacó desengaño
para si, sino engaños para ^os demás, y que quando dizen estas relaciones que
después de aquello desayrada buelta, tenia en su retiro de Zaragoza todos sus co-
natos á pedir á Dios los aciertos del rey, quiere que entendamos en verdad aque-
llas vozes vertidas entre el bulgacho, de sus grandes penitencias y no se que reve-
laciones.
208 REVISTA DE ARCHIVOS
zMarianna.— Cieno que mt hazeis reír; dezidme por vida vuestra ^duran aun
essas vozeciilas?
Ff /ij^.— Ya se acabo lodo esso, porque el pueblo tiene otros ojos y otros oydos.
Pero Nuñeí^.'-Li hora nos ha cogido en este punto; quedaos á Dios y dezid en
mi nombre a todos los de alia que si quieren encontrar su remedio, hagan con este
santo lo que hizo el otro pobre con la estatua de su dios Mercurio; hauiendole
trajdo á su cassa y colocadole en un altar de mucha honrra, para que remediasse
su nescessidad, uiendo que no hazia nada le derribo al suelo y haziendosse pedamos
con la cayda, hallo dentro de sus crueles entrañas vn rico.thesoro de monedas,
uiniendo á concer que este linaje de falsos diosses mejor remedian caydos que
exaltados. '
Marianna.— Lo mismo os digo, y demás desto os encargo que en gratificación
de esta cariñosa vissita, os hagáis parte alia en el mundo para seguir la querella que
fotmo desde oy, por el agrauio que se hazc á mi honrrada Historia con esta ridi-
cula añadidura; pidoos que^sta mi justa querella la esforcéis en la mejor forma que
combenga, no delante del Senado, por ser parte apassionada, sino á todo el pueblo
cuyos sufragios, á largo tiempo, no puede comprar la negofiafion del embuste:
demandad por lo menos que por auto de justicia se separen de mi Historia estas
apócrifas relaciones, porque es justicia y razón que cada Juan ande como Dios le
hizo. El gielo os guarde.
Desembargados los sentidos de los placidos alagos del sueño, abriendo perezosa-
mente los ojos y reconociéndome en la pieza de mi estudio, por más que procuré
desechar las viuas especies de estos muertos fantasmas, quedaron en mi imagina-
tiua tan impressas que hasta que las trasladé al papel no pudo sossegar mi imagi-
nación; doile titulo de fantasma política por no hazer casso de fantassias; ténganle
todos por un discurso muy dormido, con tal que aduiertan que no duerme nada
deste discurso; nadie se atreua á ser crimin&l juez de este Dialogo de muertos y
vibos, pues no ay mas de un juez de vibos y muertes ^
Por la copia,
M. S. Y S.
I Ms. cklaiglo xvii; seis hojas en folio. Bibl. Nac. P. V. Fol. C. ig, nftm. 41.
El interIociit«r fkéh^ Lmeio es D. Félix de Lucio Espinosa y Malo, quien añadió á la Historia
de España^ por el P. Marimiia, «ans Relaciones históricas generales desde primero de Enero
de 2670 hasta el último de Dhitmétt 4le 1676.
D. Félix de Lucio nació en Enero de 1646 y falleció en 1691.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
309
GLOSA AL ROMANCE
I
TRISTE ESTABA EL PADKE SANTO i
Ya los Alpes, altas sierras,
con nieues pasa Borbon
para castigar las tierras,
causadoras de las guerras
de Galerno y Fragalon,
auando visto el poder tanto
el exército que suena,
suspirando con quebranto,
triste estaua el Padre Santo
lleno de angustias y pena.
Triste estaua porque vía
que su gente desmayaua,
y quando el alva rey a
{España, España!, sentía
{dentro, dentro!, con boz braua;
viendo aue por un portillo
tanta viaa se cercena,
paróse muy amarillo
en San Ángel, su castillo,
de pechos sobre un almena»
Porque como cognoscio
ser vencido en poco espacio,
sus sandalias se ciñía
y al castillo se acogía
dexando el sacro palacio;
cognosciendo c[ue á la clara
Dios la su prisión ordena,
arroyos haze en su cara,
su cabega sin tiara,
de £eni\a y poluo llena.
Viéndose en tal agonía,
su papal trono desprecia;
á los campos atenoía
por ver si descubriría
al socorro de Venecia;
mira á Monte Rotundo
hazia el camino de Sena;
sentía dolor profundo
viendo la reyna del mundo
en poder dé, gente ag.ena^
óontemplaua el iKscon^íerto
que por tras Tiber andana,
y avnque era su mal despierto,
en oyr, Borbon es muerto,
algún conorte tomaua;
de sus consejos insanos
a si mismo se condena,
viendo por fuerza de manos
los tan famosos romanos
puestos subjugo y melena,
Miraua por quantos modos
en 9ibdad tan principal
robauan las casas todos;
las destruyciones de godos
yo pienso aue no fué tal;
cada qual de los soldados
perlas y joyas enseña,
llenando por los mercados
los Cardenales atados,
los Obispos en cadena.
Después que lo[s] saqueauan
|o cruel y fuerte guerra!
tantos tormentos les dauan
hasta que en fín.confesauan
lo escondido so la tierra;
á sus fatigas y llantos
piedad ninguna consuena;
¡quien mirara sus espantos!
las reliquias de los santos
sembradas por el arena.
El bra^del que libró
á Trajano del abismo;
la cabera del que yo
creo que en Jordán lauó
á su Señor con baptismo;
miembros sagrados he visto
esparzidos como auena,
muchos huessos de Sanct Sfsto,
' el vestimento de Christo,
el pie de la Magdalena,
Partes da B«mta abad
que Ittso míH nmreutfhts;
otras, que la tierna edad
con fuego de charidad
I Ms. de la primera mitad del siglo xvi; dos hojas en 4.<>~BibI. Nac. núm. 17.91S.
£1 romance glosado se pablicó en la siguiente obra:
Nutyt romances: el primero de Lucrecia, el segundo del Padre Santo, el tercero de París
troyano^el cuarto del Durandarte... compuestos por Juan de Ribera^ y con licencia impresos
año de 16 o5.
£t bastante probable que el romance del Padre Santo no sea realmente de Juan de Ribera.
fin el citado ms. hay una copia más completa que la impresa, y con no pocas variantes.
210.
REVISTA DE ARCHIVOS
venció fuego de parrillas,
por tierra andaua de uena,
y las dos de nuestra luz,
el prepucio y vera cru^
hallada por Santa Elena.
Lindas romanas donzellas
por las calles y las placas
sembrauan tristes querellas;
tudescos yvan tras ellas
como perros tras las ca^as;
las monjas, de muy turbadas
no rresponden gratia plena,
viendo con crudas espadas
las iglesias pioladas
sin dexar cri/;^ ni patena.
Hizo tan gran sentimiento
el Tiber en este dia,
que después flcá no siento
su color, sino sangriento
de la sangre que beuia;
anegarse vi personas
pasadas de una sentena,
y perdiendo sus coronas
el clamor de las matronas
los siete montes atruena.
Dentro los romanos muros
siete montañas están,
do con passos no menudos
por hazerse mas seguros
ios más huyendo se uan
por las matas escondidos,
y entre ^ar^as y verbena
sola9aua[n| con gemidos
viendo sus hijos pendidos,
las hijas en mala estrena.
El Campo Dolió supremo
con sus estátufls derroua,
llorando y en gran estremo
estaua Romulo y Remo;
no quiere mamar la loba,
la qual sintiendo ventores
con sus uñas se carmena,
y cabo ella sin fauores
cónsules y senadores,
de quexas ha^^en su cena.
Sus guirnaldas tan trunfantes
arrojauan sin rremedío,
las sus ropas ro9agantes
con muy rauiosos sembrantes
pedamos hazen por medio;
su color triste muy la^io;
dauafn] señas de su pena;
despiden todo el palacio
por faltarles vn Oradlo
como en tiempo de Porsena.
Que si aquel les defendiera
la puerta del hondo Tibre •
como aquella vez primera,
Borbon victoria no uviera
y Roma quedara libre;
mas por i la antigua carcoma
de que siempre está rellena
por ser segunda Sodoma,
la gran soberuia de Roma
agora España la enjrena.
Si a mi lengua no resisto
diré otra dolorida;
¡o furor jamas no visto!
que en el Vurgo y ponte Sisto
seys mili hombres vi sin vida;
pla^a de Campo de Flor
de muertos estaua llena,
y ¡juyzio de dolor!
por pecados del pastor
el ganado se condena.
Por la fe uen9e cada' ora
España tanta batalla;
por virtud que en ella mora
ella sola es la señora,
la señora es su vasalla,
no se cura de arqui trumphos
aunque gane tierra agena;
romanos y sus refuntos
agora pagan los trumphos
de Frangía y Cartaagena.
A Cesar sü gran león
ellos le pagaron mal,
ya no ay Tulio ni Catón;
agora paga Cipion
la victóiiadeAnibal;
ya no ay lauro ni ^edro,
ya pasó la gente buena;
ya, ya de Roma me arredro,
ya la ñaue de Sanct Pedro
quebrada lleua la entena.
Primero sus blancas velas
virginidad las texía;
agora con negras telas
texense á luz 2 de candelas,
de noche la simonía;
escotarse han olvidado
de la virtud que refrena;
las anchoras se an quebrado,
el gouernalle quitado
la aguja se desordena^
Marinero^ y brunetes,
escriuanos, calafates,
ocupados en banquetes
dexan la xarcia y trinquetes,
pierdense con los conuates
viejos, según se resuena;
la pasaron con barrena;
el mástil todo esia en comba
gran agua coje la bomba,
menester tiene carena.
Ha salido tan de tientos
ya la Iglesia, con cobdicia,
y la fortuna y los vientos
I Ms. para. 2 Ms. alúa.
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ai I
la metierot) con destientos
en el golfo de auaricia;
vn costado muestra roto,
no le da vida Auicena,
y ha sido, sigun mi voto,
por la causa del piloto
que la rige y mal ordena.
Como fuese fabricada
esta ñaue con pobreza
era de todos amada,
y agora es mal gouernada
desque manejó en riqueza;
si pon titees absentes
tuuieron su mano llena
mucho más tu lo consientes
/o Papa, que en los Clementes
tienes la silla septena!
Otro papa ansí llamado
séptimo, en quenta del nonbre,
auiendo al turco auisado
fue del número quitado
de los papas, por mal nombre;
peligro tu dignidad
corre sino se enajena
de sejguir parcialidad;
mira que tu potestad
es transitoria y terrena.
Las dos Uaues que Dios quiso
que tuviesse^, si no yerran,
y a pocos el parayse
abren, y a muchos le cierran;
[como un] artero caudillo,
nuestro daño no te pena;
si pagas, sabe sufríllo;
tu mismo fuyste el cuchillo
para te cortar tu uena.
Si tu pusieras muy ledo
entre tus reyes concordia,
en tu silla estando quedo
libre estuuieras de miedo
de perderte por discordia;
nunca tuuieras re9elós,
nunca perdieras la cena
nunca oyeras, ¡helos, helos!
¡o fundador de los cielos
danos pa\y pues es tan buena!
La paz da uida segura,
sin la paz no me seguro
en vna montaña escura;
la paz de noche asegura,
sin ^ella quien ay seguro?
la paz conserva a los sanos,
con paz canta Philomena,
la paz destruye tiranos,
que si falta enftrej xpianos
huelga la gente ag arena.
Por guerras las nuestras bodas
pierden ligitimos turcos;
por guerras las guerras todas
conuiene, y por ellas Rodas
es oy tomada de turcos;
por guerras la fe se calla
y la morisma resuena;
por guerrjas esto se halla
ly cresce en su secta mala]
como ave jas en colmena i.
Por U copia,
M.S. y S.
NOTAS BBLIOGRÁFICAS
La &eptLblica en Barcelona. Apuntes para una Crónica, por Miguel Gonzá-
lez SugraSes. Segunda edición.— Barcelona, Henrich. — 8.®, xvi-523 págs.
El autor fué alcalde republicano en aquella ciudad en 1873, y en el prólogo es-
cribe: «Imperó la República en España durante algunos meses y lejos de esclare-
cer sombras y de resolver los conflictos pendientes, aún semeja que amontonó
disgustos, enconó añejas heridas y enardeció los ánimos exaltando pasiones, codi**
cias y rivalidades traducidas en civiles contiendas y lluvia de tiranuelos díscolos y
alucinados.»
I Por faltar una hoja, quedan sin glosar estos versos del romance:
La justicia está perdida,
virtud duerme á la serena;
quien más puede come ai otro
como en la mar la vallena;
fuerza reyna, fuerza vale,
dixe al fin mi cantilena.
3.* ÍPMSA.— TOMO Z.
i5
21^ REVISTA DE ARCHIVOS
Con esto, con la publicación de muchos y muy variados documentos oficia-
les, y con los acertados juicios que los hechos le sugieren, demuestra el Sr. Sugra-
ñes una imparcialidad muy difícil de tener, y por tanto muy meritoria, en quien
refiere hechos no muy lejanos y en los qu'c tomó parte activa con fe en los ideales
del sistema que juzga.
Agena nuestra publicación á las contiendas apasionadas de la política, nos con-
cretamos á recomendar la lectura de este libro, publicado en 189^, pero cuya se-
gunda edición en el año pasado es do gran oportunidad. Como en un cinematógra-
fo, el libro nos hace presenciar tantos y tan estupendos sucesos en tan corto tiempo,
que no pueden menos de admirarse nuestras aficiones y aptitudes para la actividad
bulliciosa é infecunda y nuestras escasas dotes para todo lo práctico y duradero.
El federalismo imponiéndose al unitarismo á las pocas horas del triunfo común,
sin consideración al compromiso adquirido para agu.rJar la resolución de la
Asamblea; la indisciplina de los soldados queempezandj por sustituir la barretina
al ros y prometer la defensa de la República, acababan por deducir que este sis-
tema de gobierno suponía para ellos la licencia absoluta; jefes militares gloriándose
de haber desorganizado el ejército; los horrores de tres guerras á un tiempo, car-
lista, cantonal y cubana; los robos de objetos artísticos y de valor en las iglesias,
las amarguras de los jefes de prestigio como Figueras, Salmerón, P¡ y Margall y
Castelar; las agitadisimas jornadas que tuvieron á Barcelona durante aquellos me-
ses en una situación de angustiosa alarma, capaz de producir la neurastenia, si las
ciudades pudieran sufrirla, todo esto pasa con vertiginosa rapidez ante el lector
que duda si estos hechos se refieren á época tan cercana.
Bien harán en leer el libro cuantos crean que los sucesos históricos tienen otro
fin que el de satisfacer la curiosidad como la satisface la novela, y en él podrá ver-
se qué desengaños suele tener preparados la realidad á las teorías más brillantes y
á los cálculos mejor fundados.
ElSr. Sugrañes ha hecho un buen libro y una buena obra.
A. P. y M.
Mendicidad y Beneficencia en Barcolons., por M. González y Sugrañes.—
Barcelona, Henrich, 1903,-8.°, ix-475 págs. 8.°
En los dos primeros libros de esta obra se estudia, con auxilio principalmente
de documentos del Archivo municipal, el desarrollo de la mendicidad en Barcelo-
na desde el siglo xiv; medios empleados para combatí/ la plaga y establecimientos
fundados para recogida de pobres. Ofrece interés la ' jcha entablada entre el em-
peño de las autoridades por alejar de la ciudad á los mendigos, discurriendo casti-
gos QQvno el de echarlos á escobados y el de afeitar la ceja derecha á los que volvie-
sen, y la pesada tenacidad de los pordioseros, (sólo comparable á la de las moscas
del otoño á prueba de manotazos,) que puede declararse victoriosa hasta nues-
tros días en España, con excepción de muy contadas poblaciones.
El libro tercero está dedicado á la historia de hospitales, asilos, cofradías y de-
más instituciones benéficas á partir del siglo x.
No queriendo el autor limitar su trabajo á una fría colección de documentos y
de noticas históricas, deduce en las Conclusiones consecuencias de los hechos ex-
puestos, proponiendo los medios á su entender más eficaces para remedio del mal.
Después de la debida distinción entre pobreza y mendicidad, se declara por la pro-
hibición absoluta de ésta y por el socorro á [domicilio do aquélla en determinadas
BIBLIOTECAS Y MUSEOS SI}
circunstancias, ó en asilos de ancianos ó de niños^ hospitales, etc. Estudia la Bene-
ficencia municipal en Alemania, Francia é Italia, y propone el nombramiento de
una junta central de caridad con comisiones por barrios, que tomando por base
las juntas parroquiales, lleven al socorro el indigente, acompañado del amor si
prójimo que conforta el alma, no la limosna burocrática casi siempre mal reparii-
da y fríamente dada. Además, fundaciones de casas-cunas, escuelas públicas con
sanción penal para los padres que no lleven á ellas á sus hijos, refugios nocturnos
establecimientos correccionales, asilo de inválidos del trabajo, etc.
Con impuestos ligeros sobre las diversiones, el lujo y lo superfino, cree el señor
Sugrañes que podrían arbitrarse recursos suficientes para que en breve plazo la
mendicidad, cristianamente hostigada, se transformase en pobreza convenientemen-
te atendida y despojada poiMa caridad de gran parte del cruel abandono y abyección
en que la tiene una sociedad preocupada con la defensa de sus intereses amenaza-
dos, ó distraída en placeres cada día más costosos.J
• A. P. y M.
La literatura gallega en el siglo XIX, seguida de una Antología y Apéndi-
ces, por Eugenio Carré Aldao.— -Coruña, Ferrer, iqoS.— 176 págs.
Esián dedicadas las veinticuatro primeras del libro al estudio de los orígenes de
la literatura gallega, al lenguaje y al renacimiento de aquella desde 1840. Ocupan
las otras partes de la obra Los Precursores, La nueva fase, representada por Ro-
salía Castro; Los Continuadores, Curros, y La nueva generación; De re varia, en
que se comprende la prosa, la dramática, la prensa y la música, terminando con
seis Apéndices en que se copian composiciones de escritores gallegos residentes en
América que no publicaron libros en gallego; poesías de algunos escritores no ga-
llegos escritas en gallego y trabajos de algunos escritores regionales que no publi-
caron libros de poesía gallega.
El Apéndice cuarto, Proceso del gallego, esuna pequeña .\ntologíacon textos
desde 1207 basta mediados del siglo xix i; el quinto, el índice alfabético de escrito-
res en gallego; y el último. Catálogo de obras escritas \en gallego y de las relati-
vas á esta literatura.
En la obra aparece franco espíritu regionalista, pero hay que convenir en que
si en esa palabra va envuelta la protesta contra agravios de compatriotas, ninguna
comarca con más razón que la gallega, por el injustísimo escarnio con que no sólo
en Castilla, sino en las demás provincias, incluso las que alardean de regionalistas
tratan á una raza pobre, pero trabajadora, valiente, sufrida y... poética, cualidad
inseparabte de la primera.
Para conocer, además, sus cualidades de inteligencia y sentimiento, es muy útil
este libro, que honra á la par al autor por el acendrado afecto que demuestra á su
tierra y por el acierto en la elección de argumentos para colocar la poesía gallega
contemporánea en el distinguido lugar que la corresponde.
A. P. M.
I El ver que el floñor Carré continúa aquí atribuyendo en primer lugar d Rodríguez de la
Cámara la Historia de Jria^ me hace sentir que las razones que expuse en la Colección d« aut
obrai no hayan tenido fuorsa para convencerle de que no pudo Ker autor de tal obra.
2 14 REVISTA DE ARCHIVOS
ITnevo diccionario de bolsillo espafiol-alemán y alemán-español...
por D. Enrique Rünge. — Leipzig, B. G. Teubner, ed.r, s. a. — Dos tomos de 470
y 5o6 págs. 1 6.°
En las páginas 23-27 de esta Revista (año 1900) se examinaron los Diccionarios
alemanes-españoles hasta aquella fecha publicados, procurando demostrar los nu-
merosos y crasos errores en que incurrían é incurrirán cuantos se empeñen en re-
dactar tales obras con un conocimiento imperfecto del español. Creíamos que no
por aquellas modestas observaciones, sino por el natural progreso de los tiempos,
los nuevos Diccionarios habrían corregido tales dislates, pero nos equivocamos.
En el recientemente impreso en Leipzig se conservan verdaderos desatinos; faltan
multitud de palabras de uso corriente; sobran otras muchas completamente desusa-
das y desconocidas en la actualidad; no se guarda la debida gradación de mayor á
menor en la exactitud y empleo de las varias significaciones de una palabra; algu-
nas de uso exclusivo en la conversación soez, van sin la menor indicación como in-
terjecciones que puede usar una persona bien educada; se falta á la gramática
haciendo activos á verbos reflexivos; las erratas son numerosas y á veces repelidas
en los derivados, y hasta el riguroso orden alfabético deja á veces de observarse.
En un ligerísimo examen se echan de men^s palabras tan usuales como acanti-
lado, escuálido, amanerarse, ametrallar, hombrera, chocha, higo chumbo, digna-
tario, galbana (habiendo en cambio el raro adjetivo galbanero — a) fumista, (aun-
que hay estufero), hojaldre, grupa, guiñar, hacendista, alféizar, exasperar^ alima-
ña, humanizarse, horchatería y horchatero, escorio, escuerzo, famélico, sílice,
lamido, (sust,) incalificable, intranquilo, incuestionable, ilusión, sexteto, intransi-
gente, langostino, ^eca, meca, acomodador, (aunque hay acomodadora, por ser mu-
jeres en el extranjero, al contrario de España, las que ejercen ese oficio) sopapo,
hervidero, pasadera, hocicar, etc., etc.
En cambio sobran, y más en un Diccionario de bolsillo, palabras tan desusadas
y tan incomprensibles hoy para quien no sea un profundo erudito, como estas:
vasija, cedido, cedrella, célere, \ui\a, carocha, aurrugado, acerilla, aceros (=va-
lor), Cecilia, absonar, timbramiento, abstemio, hadar, hin, aceleradas, aceruelo
(=espada corta), acijada, acipado, acionero, adecenamiento, lapidar, adefueras y
otras mil que no se defienden porque se hallen en el Diccionario de la Academia,
pues el alemán que las emplee en España en la conversación ó en la escritura,
tiene la seguridad de hacerse tan incomprensible como si hablara en su propio
idioma.
Cópula, alferecía, péndola, pisto, abertura no se usan hoy en el sentido que en
el diccionario se les da de cúpula, cargo de alférez, pluma de escribir, consommé para
enfermos, introducción musical de una ópera. Crémor es siempre el purgante (tar-
trato ácido de potasa), nunca es ni ha sido en castellano das feinste, Auserlesenste,
lo cual se traduce, ysólo en estilo familiar, por la crema, (de aquí la lamentable con-
fusión) lo mas escogido de la sociedad ó de las cosas: partidario es el que sigue una
opinión ó partido; no el médico de conducta! que suponemos querrá decir departido
(Bezirksartz). Hace siglos que el verbo a. absortar se sustituye por dejar absorto;
quitar y poner el sombrero no se dice, sino quitarse y ponerse el sombrero; ni tam-
poco creditiva por carta de crédito; ni albalá por volante de consumos; ni mear en
la cama, sino orinarse en la cama; ni cédula de banco, sino letra de cambio; ni co-
lación, sino cotejo; ni admonición impresiva á la indirecta del Padre Cobos; ni al
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 21 5
que hace cama se le llama en camo; Zollner esiá traducido por peajero, publicano,
fallando aduanero que es la propia y usual significación.
Se falta gravemente á la gramática diciendo contribuir dinero á un negocio; tra-
duciendo un adjetivo como bettlegerig por el gerundio haciendo cama; escribien-
do cigarro en papel; uno loco hace ciento; á alta vo^; sucumbirse; tengo harto, por
estoy harto (V. Satt.), etc., etc., etc.
Es hasta risible llamar al habitante de Londres, londrés y londresa (habiendo
además escrito londonense en el Diccionario alemán-español) corsés y corsesa, á los
corsos; rusiano al ruso; /7ers/a/20 al persa; escandinavio al escandinavo; Reno aí
Rin; Cristianopolis á Cristianía; Basilia á Basilea; Zurico á Zurich; Aquisgrana á
Aquisgrán;Cí2s/z//a Vieja y Castilla Nueva, suprimiendo los artículos, y Gertraudis
y Matilda por Gertrudis y Matilde.
En la traducción de frases se leen estos disparates: ewtas mit wenigen Worten
abmachen: darse dos idas y dos revenidas; en vez de, despachar algo en cuatro pa-
labras: mit der Tur ins Haus fallen, espantar la caj^a, en lugar de: hablar á tontas
y á locas, etc., etc.
Respecto al orden de las palabras, en Gewürm, va antes vermes que gusano; en
Einsammlung, antes cogedura que recolección; en Besteigung, antes montadura
que subida y así otras innumerables.
Se observa mal el orden alfabético colocando, p. e. hombrada después de hon-i
roso, y las erratas abundan de tal modo, que en un momento pueden anotarse: ile-
gímitad, atmuezo, almozar, mezquin, hojaldrita, hiladada, cosel, querantablc,
guerilla y guerillero, honrramiento, evangelario, amenerado, y americado, versado
en una casa (por cosa) etc., etc.
En suma, este Diccionario que por su cómodo tamaño, y por el módico precio
que suponemos tendrá, podría ser muy práctico, expondrá con toda seguridad, por
sus numerosos defectos, á los alemanes que ciegamente le sigan, á las risas de los
que les oigan emplear las palabras que quedan citadas y otras muchas que es im-
posible recoger en un artículo.
' * M. R. T.
Qui est Tauteur de L'Imitation de Jésna-Christ?, par Sir Francis Richard
Cruise. Traduction par MUe. Agnés Kennedy. — Mesnil (Eure), Typ. Firmin-
Didot, 1902.— 8.*, III- (o3 págs.
r
Convencido Mr. Cruise de que el autor de La imitación de Cristo, lo fué To-
más Kempis, opinión que ya casi nadie sigue, llega á establecer afirmaciones tan
rotundas como aventuradas; pues viendo que para probar su tesis le estorbaban los
manuscritos de aquella obra, anteriores al siglo xv, dice: D' abord, j' affirme d* une
fa^on positive, étant bien convaincu de ce que j' avance, qu' on n' a pu produire
aucun manuscrit de 1' Imitation, de date antérieure á V age múr de Thomas á Kem-
pis, c' est — á — diré avant le premier tiers du quinziéme siécle. On s' est efforcé plu-
sieurs fois de nier ce fait, mais en vain.*
Esta afirmación exigía una prueba que Mr. Cruise no da: publicar facsímiles de
los códices que pasan por más antiguos y luego hacer ver con razones paleográfi-
cas que á lo sumo son coetáneos de Tomás Kempis. Labor dificultosa á nuestro
juicio, pues acabamos de examinar uno que se conserva en esta Biblioteca Nacio-
nal, el cual, sin género alguno de duda, es de mediados del siglo xiv.
2l6 REVISTA DE ARCHIVOS
■-No obsiame que Mr. Cruise está lejos de probar su cometido, su libro es digno
de aprecio; reseña con acierto la historia de la escuela de Windcsheim, cuyo más
ilustre representante fué Kempis; traza la biografía de éste y refuta con éxito las
atribuciones hechas á Juan Gerson y al abad Juan Gersen,
JVl. S. y S.
Monastici Angnstiniani R. P. Fr. Nicolai Crusenii continuatio atquc ad illud
additamenta sive Bibliotheca manualis Augustiniana in qua brevitcr reccnsen-
tur Augustinenses utriusque sexus virtute, litteris, dignitate ac meriiis insignes
ab anno 1620 usque ad 1700. Auctore P. M. Fr. Thyrso López Bardon. Operis
volumen secundum. — Vallisoleti, ex Typographia Joscphi Emmanuelis de la
Cuesta, anno 1903.-^4.% 622 págs.
Si todo trabajo bibliográfíco, para ser desempeñado siquiera medianamente,
exige largas y fastidiosas investigaciones y una gran suma de tiempo perdido en
los resultados negativos, de la que sólo el autor puede darse entera cuenta, mucho
más sucede esto cuando la materia es tan vasta como la bibliografía de una Or-
den religiosa que, difundida por las principales naciones, ha contado en ellas con
muchos escritores. Empresa tan ardua la ha llevado á cabo, no sin laudable éxito,
el R. P. Tirso López Bardon, al continuar la Biblioteca Augustiniana de Fr. Ni-
colás Crusenio. Escrita, como convenía, en un idioma internacional, tratándose de
una obra que interesa á las varias provincias de la Orden de San Agustín, es digna
de alabanzas por lo correcto y aun elegante del lenguaje, venciendo los obstáculos
que el uso de una lengua muerta ofrece á la actual manifestación del pensamiento.
En cuanto á la realización del plan, ha sabido el P. Tirso López condensar los
muchos datos esparcidos en Bibliotecas, ya de carácter general como las de Nicolás
Antonio y Barbosa Machado, ya de su Orden, como las de los PP. Ossinger,
Herrera y iMoral. Conciso en las biografías y más aún en las descripciones biblio-
gráficas, sigue el método de nuestros bibliógrafos clásicos al ordenar por sus nom-
bres y no por apellidos, ni cronológicamente, ni por asuntos de sus obras, la serie
de personas ilustres que hubo en la Orden Agustiniana. Sólo hay una separación,
muy justificada, y es la de sexos: las monjas que brillaron por sus virtudes ó con
la luz de sus escritos, ocupan una sección bastante nutrida.
Completan la obra algunos apéndices que contienen listas de los conventos y
documentos curiosos relativos á las misiones en tierras de infieles.
M. S. Y S.
Historia de la Av^niteotura oristiana, por Vicente Lampérez y Romea.—
Barcelona, J. Gilí, 1904.-8.% 242 págs. — De la colección Manuales enciclopédi-
cos Gili,
Estamos tan necesitados de buenos libros de vulgarización de conocimientos,
escritos á la moderna, ricos de datos positivos y desposeídos de prejuicios escolás-
ticos y divagaciones retóricas, que es necesario saludar la aparición de un Manual
del mérito é importancia del presente, como si se tratara de obra de mayor empeño.
El Sr. Lampérez, en la Escuela de Estudios Superiores del Ateneo y en su cátedra
oficial, se ha dado á conocer en poco tiempo como historiador de la Arquitectura.
Apreciador de la evolución del arte de construir, con un criterio esencialmente téc-
nico, sus observaciones tienen verdadero valor y orientan, desde luego, al curioso
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 217
para apreciar los distintos sistemas de Arquitectura. En cuanto al aspecto arqueoló-
gico del tema tiene razón en advertir que la época presente, en la cual, por las trans-
formaciones que sufre todo, «caen al suelo ideas tradicionales y no son todavía
muy firmes los cimientos sobre los que se fundan las nuevas», es la menos á pro-
pósito para ofrecer un cuerpo de doctrina, homogéneo y tan cabal como es necesa-
rio; pero su acierto está en haberlo conseguido, exponiendo la materia con arreglo'
á los últimos estudios y bajo un método personal.
Éste impone en la obra la división en dos partes, que denomina de Arquitectura
cristiana, propiamente dicha, y de Arquitectura pseudo-cristiana; comprendiendo
la primera los grupos latino, oriental y occidental, en el que se encierran los siste-
mas románico y ojival, acabada expresión del ideal cristiano; correspondiendo á la
parte pseudo-cristiana las iglesias del Renacimiento y modernas.
Con buen acuerdo ha puesto al frente de cada capítulo una cronología de los
sucesos capitales del período histórico correspondiente. Á seguida hace la historia
artística del mismo, expone los procedimientos de la técnica, analiza sumariamente
las formas y hace mención precisa de los monumentos.
Muy curiosas y nuevas de seguro para muchas gentes son las páginas que dedica
á la arquitectura pre-bizantina, siria, copta y armenia de los siglos iv y v. Al tratar
de la influencia bizantina en Occidente habla de la corriente visigoda en Francia,
de que da muestra la iglesia de S. Germiny-des-Prés, cuya disposición es idéntica á
la de la ermita del Cristo de la Luz en Toledo, que parece ser obra visigoda refor-
mada en el siglo x por mahometanos. Resume luego lo que en el Ateneo expuso
sobre la arquitectura visigoda, que fué, sin duda, una de las mayores novedades de
aquellas lecciones, y se detiene luego á examinar, con alguna más extensión de la
que concede á otros grupos, el importantísimo que forman las arquitecturas romá-
nica y ojival. Todos sus elementos son examinados detenidamente y todas sus es-
cuelas precisadas. Son notables, por cierto, la sobriedad y la sencillez con que ex-
pone el sistema ojival, tan importante y complicado. La parle que dedica á la Ar-
quitectura del Renacimiento es un resumen feliz, y lo que dice de la moderna muy
nuevo. El vocabulario de términos técnicos con que pone fin al libro, recomienda
por sí mismo su utilidad para comprender algunos pasajes del texto. Las ilustra-
ciones que le enriquecen son dedos clases. Las plantas y algunos otros dibujos ar-
quitectónicos debidos al mismo autor, sin duda, son estimabilísimos. Las vistas de
monumentos solamente responden á un propósito de mero adorno en armonía con
las proporciones y carácter del volumen.
Pudo la materia de éste haber llenado un par de gruesos tomos; haberla re-
ducido á 200 páginas, s^n que falte nada esencial, es el mérito que señalamos y
aplaudimos.
J. R. M.
Xtoléñ, antigua residencia de la Orden de Santiago, por Pelayo QiJintero Ataupi,
con una carta-prólogo de D. Arturo Masriera. Primera parte.— Madrid, imp. de
Fortanet, 1904.— 8.", 194 págs.
La villa de Uclés, por haber sido capital de la Orden de Santiago, tan impor-
tante en nuestra Historia, bien merecía un concienzudo estudio; vacío que ha lle-
nado con su libro el Sr. Quintero.
En él se relatan concisamente, pero no sin bastante erudición y crítica, los pe-
ríodos referentes á las dominaciones romana y visigoda. En cuanto á la domina-
f
218 REVISTA DE ARCHIVOS
ción árabe, sigue con preferencia los escritos de Conde, en vez de las obras de Dozy,
hasta en los hechos que estos dos historiadores no están conformes; y así localiza
en el N. O. de España la sublevación de Ornar Ben Hafzum, que generalmente se
supone en la serranía de Ronda, en el célebre castillo de Barbastro. La descripción
artística del convento de Uclés y de sus obras de arte merece aplausos por su exac-
titud y claridad. Contiene el libro algunos documentos de sumo valor, aunque ya
publicados antes, como son el Fuero de Uclés, de gran interés filológico y jurídico;
y varios Privilegios concedidos á Uclés por los Reyes.
Esperamos que los dos tomos siguientes no ofrecerán menos atractivo y nove-
dad que el ya publicado.
M. S. Y S.
Poeni of the Cid» Text reprinted from t he un i que manuscript at Madrid by
Archer M. Hüntington. I, Putnam's Sons, New- York, 1897.— Traws/a-
tion. II, \go3.— Notes. III, igoS.
El conocido escritor y bibliófilo norte-americano Sr. Archer M. Hüntington,
ha terminado, después de seis años de comenzada, su edición del Poema del Cid.
La obra es un verdadero monumento tipográfico. Está impresa en papel de
hilo, y todas sus páginas van tiradas á dos tintas, yendo en rojo cada inicial de
nombre propio. Adornan el texto artísticos heliograbados que nos ofrecen vistas
de los lugares nombrados en el Poema (alguna de las cuales ostenta toda la belleza
de una agua-fuerte), páginas del códice original; miniaturas propias para dar á
conocer los trajes antiguos; espadas, frenos, espuelas y otras reliquias de la época
del Cid ó posteriormente atribuidas á él; en fin, dos mapas de la tierra en que se
desarrolla la acción.
El texto del Poema está fundado en una revisión completa del códice único que
posee D. Alejandro Pidal y Mon, y es superior en fidelidad y corrección al de todas
las ediciones anteriores. Aun la edición posterior, hecha por mí, no amengua, á
pesar de ser posterior, el interés propio de la de Hüntington; ésta reproduce en su
tomo 111 todas las abreviaturas del manuscrito que yo no indico sino en casos dudo-
sos, y hace una porción de observaciones paleográficas que yo omito buscando una
brevedad no siempre justificada. Me propuse, según digo en la advertencia prelimi-
nar acoger en mi edición cuantas lecciones procedían del copista y de uno que
aparece como corrector primitivo de ese copista; y desecho todo lo demás escrito por
manos posteriores, lo cual es mucho y sin autoridad alguna, apuntando sólo en
mis notas algo de esta escritura posterior que me parece importante ó que in-
fluyó en las lecturas de los editores del Poema, No fui del todo consecuente en este
plan, bueno ó malo, que me propuse, y desprecié cosas que debiera haber notado.
Ateniéndome á este plan, he aquí una división de las notas paleográficas nuevas del
Sr. Hüntington que creo debo hacer, después de haber examinado otra vez en vista,
de ellas el manusscrito original:
Pertenecen á las letras y tintas tardías, á las cuales no doy cabida en mi edi-
ción las siguientes lecciones: conversión de naúío en nacido, 61 3, y de nasco en
nascio, 663, 787, 808; conversión de Vermue^ en Vermude]^, 687; varias tildes
en 944» 94^' ^^* ^^» ^^^^® ^^^^^ ^^ ^^ demandar, 966, y de quitar, 984; conversión
de den en dende, 984; tilde sobre comigo, 1046; yr repasado ir, 1060; s dudosa
sobre Fata y tilde en castelano, 1067; tilde sobre la o de véngalo, 1070; o poste-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 2ig
rio r después de 50/ , 1076; una e añadida á catandos y tilde en atrás, 1078; tilde
sobre la n de mariy i ioj; conversión de paregra en parejera, 1 1 26; tildes, 1 153; ¿ai^
repasado ia\e, 1209; tildes en i235^ i238, 1244, 1280, i3ii, 1329; las arranco repe-
tido fuera de la línea, y tilde poco visible sobre la segunda a de arrancoy i333; cm»
rialdas repetido al margen, 1357; conversión de E en Et, i5io; tildes, i5i6, 1627;
Auegaluon, repasado Auerfgaluon, con la n sobrepuesta, ibbi; Espidiense, cott^
vertidO'en Desp,, 1914; quantos repetido al margen, 2079; una e sobre la primera
e de temen, 25oi; Ti\on, repasado Ti\qna, 2576; repasado Le^/i, 2579.
Pongo aparte aquellas notas nuevas del Sr. Huntington qué por referirse á la
letra del copista debieran ó pudieran no faltar en mi edición: 592, hay nd (?) em*
borran ado entre al y non; 674, ligera raspadura después de de; 931, corrida ó ex-
tendida la tinta fresca (?) del rasgo final de mili; 984, ligera raspadura uias den;
1098, ligera raspadura tras de\ w^Z, flos al margen de letra mayor, no más pe-
queña]; 1 168, el copista puso dumiendo [y el primer corrector añadió r sobre um¡;
1262, falta el último palo de la n de man; 1427, una apolilladura taladra parte de
la segunda a áefalar; 1461, raspadura después de ciento (quizá unas/; 1620, entre
De^ir y uos hay una letra raspada [quizá sj; 1947, el copista escribió primero
pame, luego ptame y [echando de menos una 3(\ tachó la palabra y escribió de
nuevo plasme; 202(^, después del segundo non una palabra borrada que parece
les; 2o38, letra borrada después de están [había puesto estas y borro la s
y añadió tilde]; 2079, quantos escrito sobre raspado, [el copista lo había querido
escribir entre líneas, pues la q se ve en] una raspadura que hay sobre la t de parte;
2 1 36, con nuestras repetido ante manos y borrado; 2349, una f ó un borrón [más
bien un borrón] precede á legados; 2386, no se ve la a de langa; 2405, campo
repetido y borrado; 2466, raspadura antes de la o de Grado [acaso antes Gradio];
3oo9 entre son y amos h&y ad os rayado.
El tomo II contiene la traducción inglesa de todo el Poema. No estoy en estado
de juzgar este trabajo delicado y difícil, pero creo que ninguno de los predecesores
del Sr. Huntington en esta tarea habrá hecho su traducción después de un estudio
tan detenido del texto y de sus críticos como el que se revela en las notas del
tomo III de la obra que reseñamos.
El tomo III encierra el mayor interés. Contiene una anotación, verso por v^rso,
de todo el Poema, la cual comprende:
!.• Variantes de las ediciones de Sánchez, D.Hinard, Janer, Vollmoller y de la
mía K
2.® Reproducción de las abreviaturas del manuscrito, alarde tipográfico consi-
derable, precioso para el estudio diplomático del texto.
3.* Notas paleográfícas, de las cuales ya he hablado.
4.® División del texto en series de asonancias, como ya Lidforss habla hecho en
su edición.
5.* Esquilmo de varios trabajos de la crítica moderna acerca de las correccio-
nes que se deben hacer al manuscrito, especialmente de las debidas á Restori, Lid-
forss y Cornu.
Lidforss, en su edición de Los Cantares de my9 Cid, atendió á fijargel texto, el
metro y las asonancias del Poema, dándonos el mejor trabajo de conjunto sobre
i No acoge todas mis variantes; por ejemplo 5;7Ína:^, 393. Se admira de mi sobretlas, 1203;
leen sobrellos Ulibarri (Pellicer le corrige sobrellas')^ VoUmdlIer (sans douie fauíc d'impres-
iion Corou, Rom. X 98) y Huntington. Sánchez, Jaoer, Lidforss, leen sobreltas.
220 REVISTA DE ARCHIVOS
estas materias. Huntington expone y juzga sus resultados, y dedica su atención
principalmente á otras cuestiones. Cuando parece necesario añade notas léxicas
ilustradas con ejemplos de los Poetas anteriores al siglo XV; trata incidencias
históricas ó genealógicas; publica por extenso los documentos é inscripciones que
se reñeren á la persona del Cid ó á las cosas aludidas en el Poema, y hace, en fín,
üh trabajo de comentario muy estimable, con curiosas notas y paralelos.
Particular esmero se consagra al comentario geográfico. Siendo la gografía del
Poema tan verdadera como lo pueda ser la /de un relato histórico, tiene su interés
cuanto contribuya á precisarla. Por esto el Sr. Huntington creyó necesario'la inspec-
ción ocular de los lugares nombrados en el Poema y emprendió con este objeto una
serie de fatigosos viajes por tierras apartadas de las vías modernas de comunica-
ción. Las noticias que da de San Esteban de Gormaz, Alcubilla, Bivar, Hariza,
Onda, etc., etc., están fundadas en la vista directa de la tierra y del paisaje y acom-
pañadas casi todas de un hermoso heliograbado. Como principal fruto de estos
viajes, puede señalarse la fijación en el mapa poético cidiano de algunos puntos
como Navas de Palos del cual había dicho Baist: 4^das Oertchen existirt nicht me'r»,
y del Campo de Taran^ que había quedado desconocido para Damas Hínard.
Además, la moneda del tiempo de Alfonso VI, las armas, el traje militar, etc., son
objeto de comentario gráfico procurado por el autor en Museos y Bibliotecas, y
que hasta ahora no se había intentado respecto del Poema del Cid.
No se debe echar de menos en la obra del Sr. Huntington un vistazo general
bibliográfico y crítico, pues da por conocidos los estudios anteriores, especialmfsnte
el de Lidforss. No pretende hacer un trabajo total que por sí solo abarque el con-
junto de las cuestiones que el Poema suscita; pretende sí resumir las conclusiones
principales de la critica y corregir las deficiencias que en ella nota. Así el Sr. Hun-
tington, aportando una considerable contribución al estudio del Poema del Cid,
logra la originalidad indisputable de haber planeado un comentario del mismo
con más amplitud y comprensión que lo que hasta ahora se había hecho sin que
el autor haya desatendido nada de cuanto pudo imaginar que le llevaría al mejor
conocimiento del texto que publica; sin escatimar estudios, viajes, molestias de
todo género doblemente loables en medio de obligadas ocupaciones que nada tienen
de profesionales ni universitarias.
R. Menéndez Pidal
VARIEDADES
ALEMANIA.— En Alemania, á propuesta del profesor de la Universidad de Ber-
lín Wo I fstreg, se han creado cursos preparatorios para la carrera de bibliotecarios,
á los cuales asisten una docena de damiselas, que pasan el tiempo redactando ca-
tálogos y clasificando volúmenes, con la esperanza de adquirir un título que les
permita vivir con independencia.
La noticia no puede sorprendernos porque, según hemos leído, en el mismo
Madrid, en la Asociación para la enseñan%,a de la mujer, se dan clases especiales
de Bibliotecarias y Archiveras. La enseñanza se da en dos cursos y se requiere
para la admisión de alumn s en estas clases tener quince años de edad y conocer
la segunda enseñanza.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 221
ESPAÑA.— Mcií/r/í/. El viernes 5 de Febrero visitaron la Biblioteca Nacional
SS. AA. las Infantas doña Isabel y doña Paz, y las Princesas, acompañadas de la
señora de Nájera y otras del sequilo de la Infanta doña Paz. Conocían ya la Biblio-
teca por haberla visitado cuando la dirigía D. Manuel Tamayo, y constándolcs al
actual Director y Jefes que le acompañaban el justísimo horror de nuestra ilustre
huéspeda á los cicerones de lodo género, tuvo toda la libertad compatible con la
cortesía para examinar á su gusto el local y sus exposiciones desde laiires y media
ha^ta cerca de las cinco en que subió al Archivo histórico. No aspiramos ni remo-
tamente á la admiración hacia nuestros Establecimientos de quien conoce las ma-
ravillas, orden, limpieza y lujo de los extranjeros; pero esperamos que el arraigado
patriotismo sabrá equilibrar en el ánimo de las ilustres visitantes aquellas ventajas
con la inferioridad á que obliga la decadencia nacional. S. A. la Infanta Isabel fijó
su ilustrada atención en los más notables objetos de las exposiciones, demostrando
el interés que la inspira cuanto puede contribuir á la cultura de su patria. — a. p.
Á mediados de Enero visitaron la Biblioteca Nacional los Sres. Descamps-David,
Presidente del Instituto Internacional d: Bibliografía, Henri Lafontaine y PaulOlleí,
secretarios de la misma.
Continúa el sabio arqueólogo D. Vicente Lampércz dando en el Ateneo sus
doctísimas conforoncias, á las que asisten numerosos oyentes. De ellas hare-
mos un breve resumen.
Lección / /.— El'arte seco de Herrara, cuyas principales obras son el monasterio
de El Escorial y la catedral de Valladolid, no llcg ;. á cortar la difusión y prosecu-
ción de la arquitectura plateresca, como lo prueba que, al mismo tiempo que las
obras de Herrera, se ejecutaban otras tan distanciadas de aquéllas como el ábside de
la catedral de Segovia. La demostración existe, no tan sólo por lo que se esculpió
en la piedra, sino por los libros de literatura, pues en pleno siglo xvii se publicaron
libros de arte mudejar, como la Carpintería de lo blanco de López Arenas, y las
Ordenam^as de Sevilla (reimpresas.) El género plateresco es antecedente del de
Churriguera, y para la introducción ó producción de éste hubo dos causas: una,
el ejemplo de Italia, donde se ejecutaban obras de carácter teatral arquitectónico,
y otra, la tendencia nacional, que no encajaba con la secatura de Herrera. D. José
Churriguera dio nombre á su estilo; pero es lo cierto que ni fué el primero en im-
plantarlo, ni el más disparatado, superándole en este sentido D. Pedro Ribera y don
Narciso Tomé. En realidad, no se trata de un arte nuevo, sino de uno decorativo,
y, por lo tanto, hay que hablar de este acte como decorativo en el espacio que me-
dia desde la mitad del siglo xvii á la del xviii: En aquella época el estilo de Churri-
guera se consideró como la perfección misma; pero más adelante vino la reacción
clásica, y no hubo injuria ni dicterio que no se dirigiera á los discípulos de aquél,
llegándose á decir que debían, por sus desvarios, ser encerrados en manicomios. En
el siglo XIX vuelve á cambiarse de opinión y se dice que los artífices antes tan deni*
grados era gente de prodigiosa imaginación y fantasía. Entre tanta contradicción,
entre los elogios y las censuras, hay, para juzgar, que atenerse á las leyes eternas
de la arquitectura, según las cuales ésta no es arte de imitación sino de interpreta-
ción, tiene formas en relación á un fin, y consta de elementos activos y pasivos.
Aun cuando el juicio parezca duro, pue.le afirmarse que el arte churrigueresco
falla á todos estos principios; y para probarlo, puede analizarse la fachada del Hos-
picio de Madrid, construcción típica, en que las columnas son más delgadas por
abajo que por arriba, y en que la piedra se trata como si fuera paño ó madera.
•/
aaa REVISTA DE ARCHIVOS
Esto podrá honraf el lápiz del dibujante^ pero no la sabiduría del arquitecto. El arte
de Churríguera, aun cuando deformándolo, es prolongación del arte plateresco,
hasta el punto de que personas inteligentes no acierten á distinguir en determinados
01 omentos lo que pertenece al uno ó al otro; en la misma fachada del Hospicio hay
cosas que más que á Herrera se acercan á lo ojival. En la de San Marcos de León
confúndense también los estilos. Otro elemento que se confunde con lo churri-
gueresco es^el estilo de Luis XV, y la historia de aquél tiene su principio, su apo-
geo y su decadencia. Principia en 1616, en que se construye la fachada de la iglesia
de San Isidro, de Madrid. La alteración de las antiguas formas es en ella insigñifí-
cante. Más adelante, y cómo en relación con la política nacional, llégase al apogeo,
y la decadencia se marca por la influencia italiana y la funcesa. Esta última esta-
blece el estilo de cornucopia. La iniciación del estilo de Churriguera se muestra en
la capilla de San Andrés, de Madrid, y en las obras de D. José Donoso, como la
portada de la iglesia de San Luis^ también de Madrid, en la cual hay buena pro-
porción; pero donde se comete la extravagaíacia de tallar las columnas como si
fuesen diamantes.
Lección i a.— Corre el término que comprende el segundo período churrigueresco
desde 1669 hasta la primer mitad del siglo xviii, y es de notar que la época de Car-
los II, severa en el vestir é intolerante en las ideas, es, en arquitectura, revolucionaria,
ó, como dice con gráfica palabra Menéndez Pelayo, amotinada. Dio nombre á aquel
arte D. José Churriguera, nacido en Salamanca, de cuya Universidad famosa parecía
poseer el conceptismo que á la sazón en ella reinaba. Ganó su fama en el túmulo
erigido en honra de la Reina María de Saboya, muerta en i68g; la novedad de la
idea, aun después de los delirios del famoso arco de Alonso Cano, le hizo ser ele-
gido en el concurso; á Llaguno le pareció el túmulo monstruoso, y preciso es con-
venir en que fué un éxito, porque la arquitectura tiene medios para caracterizar
lo fúnebre, sin hacerse macabra. Pedro Rivera exageró los defectos del maestro,
llegando á la extravagancia en la portada del cuartel del Conde-Duque, y, sobre
todo, en la fuente de Antón Martin. La fachada de la iglesia de Montserrat, imita-
ción bastarda de los Moras, es sensata, y aun cuando las pilastras y frontones son
absurdos, debe conservarse, evitando el derribo que hoy la amenaza, como docu-
mento histórico. Narciso Tomé es el constructor del famoso transparente de la
catedral de Toledo, llamado así porque lo constituye un rompimiento de la bóveda
para que la luz se fíltre ó transparente sobre el Sagrario. La idea es atrevidísima y
la concepción grandiosa; pero como si su autor hubiera presentido el arte panorá-
mico, procura producir ilusiones ópticas. Llaguno dijo que las piedras, mejor ^ue
allí, estaban en la cantera; esto no es cierto, porque la obra es asombrosa; pero la
ejecución técnica, por la combinación y ajuste de mármoles, piedras y bronces,
merece aplauso, constituyendo un conjunto teatral, en que Tomé, que era escultor,
pintor y arquitecto, hace que un arte traspase los límites de otro, lo cual no debe
permitirse. En los detalles hay confusión y cosas inexplicables, como las colum-
nas, que pudieran llamarse despellejadas, y archivoitas y entablamentos que no lo
son. Sin embargo, la concepción es obra de un genio. Tras Tomé, elevando al de-
lirio las imaginaciones de Churriguera, vino el que edificó la sacristía de la Cartuja
de Granada, que más que obra de arquitectura parece de confitería; Felipe V, que
tras la paralización de trabajos producida por la guerra de Sucesión, trajo arqui-
tectos de Italia y de Francia, hizo que se sintiera la influencia de uno y otro país.
De la italiana, fría, pero serena, es ejemplo la fachada de la catedral de Murcia,
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 223
consirulda por Bort; de la francesa, que no es monumenial, ni barroca, sino nimia
y de salón, el interior de la iglesia del seminario de Teruel, que, salvo los detalles
sagrados, parece adorno de sala de baile. Es muestra acabada de la arquit^tqra
jesuítica, y con sus capiteles con collarines cortados, sus pilastras con rompimien-
tos, sus tribunas que parecen sillas de manos, y su policromía, muy digna de ad-
miración. En la disposición de las iglesias, Churriguera y sus discípulos, continua»
dores de los Moras, son sensatos en sus concepciones. Dividense en cuatro grupos.
Los dos primeros, son los constituidos por iglesias en forma de cruz latina, y de
planta de cruz griega. San José, de Madrid, pertenece al primero de todos: su fa-
chada está bien dispuesta, y en ella se ve que no hay una hoja ni un fruto, ni,
como proclaman en la actualidad los arquitectos belgas, nada tomado de la natu-
raleza. San Cayetano, también de Madrid, tiene planta de cruz griega. Fué comen-
zado á ejecutar por Churriguera, y, sin embargo, grande sería el asombro de aquel
arquitecto si viera que el templo tiene disposición perfectamente bizantina.
Lección 75.— Las iglesias de planta rectangular tienen en España antecedentes
(catedrales de Sevilla, Salamanca y Jaén). En el estilo churriguerista se hizo la
gran iglesia de la Virgen del Pilar en Zaragoza. El rey Carlos II encargó, en 1679,
á Herrera el Mozo la erección de la iglesia; para juzgar su obra, hay que atender
sólo á la planta y á lo que pudiera llamarse envoltura, pues en 1753 fué modificada
y adaptada á nuevo plan por Ventura Rodríguez. Herrera imitó á los Moras y á la
escuela italiana. En la fachada se advierte aridez; pero hay que tener presente ()ue
las grandes construcciones de Zaragoza, por carencia de piedra, han de hacerse con
ladrillo. De aquí resulta que Herrera no pudo ser churrigueresco más que en ja
torre; el defecto principal del edificio es la carencia del eje, pues su disposición es
bifurcada y no tiene motivo central. Ventura Rodríguez quiso darle unidad, evi-
tando este gravísimo defecto. Otro tipo de edificios es el de planta circular. El ori-
gen es pagano; pero resurgió con el Renacimiento al resucitarse las formas anti-
guas. La más antigua construcción de este orden es la iglesia de San Ignacio, en
Azpeitia, edificada donde estuvo la casa en que nació y se curó el santo de la herida
que motivó su consagración á Dios. Pertenece el edificio á la arquitectura jesuíta, á
la cual se ha motejado de alambicada y recargada. La acusación carece de funda-
mento; pues coincidiendo el apogeo de los jesuítas, en cuanto á elevación de igle-
sias se refiere, con el reinado de Carlos II, mal podían sustraerse á las corrientes
que en la época predominaban. Si en alguna época se les ha podido tachar de sos-
tenedores del mal gusto, justo es reconocer que hubo vicio de origen, y que mo-
dernamente han ejecutado obras exentas de ese recargo tradicional. El proyecto de
la iglesia de Azpeitia lo mandó el arquitecto italiano Fontana, pero no la dirigió.
La iglesia es circular en su planta, y algunos han querido ver en la totalidad de la
construcción la forma simbólica de un águila. Ignacio del Ibero llenó el cornisa-
mento y los capiteles de detalles, pero el conjunto es grandioso y magnífico. En la
cúpula, el discípulo de Churriguera echó el resto, haciendo una ornamentación
que, con arrugas y sinuosidades, imita un dosel de tela. Son muestras acabadas
del estilo los retablos y las fachadas, y abundan tanto en España, que sólo puede
tratarse de algunos ejemplares. La fachada de la catedral de Granada, obra de
Alonso Cano, según se dice, es de imposible clasificación; si presenta gran seque-
dad en las líneas, en los medallones es estilo Luis XVI y principios del Imperio;
preciso es reconocer que el arquitecto de esa obra, concluida en 1703, se adelantó
un siglo á su época. La fachada de la catedral de Murcia está tratada como un al-
224 REVISTA DE ARCHIVOS
tar, y es hermosa como conjunto ornamental. Pero la obra más bella y suntuosa,
verdaderamente magnífica y tan monumental que al contemplarla no se perciben
los detalles, es la fachada de la catedral de Santiago, construida en lyS; por Ca-
sas y Novoa. El arquitecto se adaptó, por necesidad, á las condiciones del suelo, y
trazó una escalinata que parece pedestal del hermoso y soberbio edificio. En cuan-
to á los retablos su importancia es enorme. Pueden clasificarse en tres tipos: el
tradicional de órdenes superpuestos, el gigante y el baldaquino, ó templete aislado.
En esas que Ponz llamó máquinas, y son verdaderas montañas doradas, el caso es
no dejar hueco alguno que no tape paredes y bóvedas. En resumen, el arle de Chu-
rriguera merece consideración especial, y suscita hoy apasionadas críticas por sus
analogías con el modernismo. Es un dato histórico digno de tenerse en cuenta, y
ejemplo acabado de exuberancia monumental.
Lección 14, — El arte neoclásico ó académico tiene su desarrollo en España du-
rante el siglo xviri. De Carlos II pasó España á Felipe V, educado en Francia, y el
cambio hubo de advertirse en todo, hasta en la arquitectura, que en no lenta reac-
ción pasó, de imaginativa y absurda, á fría y académica. La libertad en las attes no
siempre coincide con la libertad política; pero hay épocas en que todo se subordina
al poder personal, y esto aconteció en la época de los Luises de Francia. El Rey-Sol
doblegó á su voluntad el Estado, las artes, las pelucas, y, secundado por Le Notre,
hasta el arbolado de los jardines. Como extensión de este poder, se crearon las Aca-
demias. La Arquitectura, que tiene reglas eternas á que atender, principio? á que no
debe faltar, se sometió gustosa al dogmatismo. Imitación de las francesas fueron
las Academias españolas. Pudo la Academia adoptar un estilo tradicional— gótico,
románico, etc., — pero tenía que inclinarse al greco-romano, porque aquéllos no
soportan la tiranía de las reglas como éste. Como tipo de arquitectura académica
puede presentarse la fachada de la catedral de Pamplona. En ella, con intensa apa-
cibilidad, se ve el dominio de la línea recta y de la superficie lisa; y esa unidad que,
falta de adorno, evita el desentono, da una idea de tranquilidad fría. Hállase en un
todo sujeta á las eternas leyes dadas á la arquitectura por Vitrubio ó por sus intér-
pretes. Los que al motejar este estilo le han creído único del siglo antepenúltimo,
se equivocan, pues nada hay más académico que obra tan anterior como El Esco-
rial, producida también por el poder personal de Felipe II, que fué un Luis XIV
triste. Su Colbert fué Herrera (lo que hoy se hubiera llamado su Ministro de Ins-
trucción pública). La diferencia estriba en que la reacción que en tiempo del Felipe
español no tenía razón de ser, la tenía, y muy grande, en el del Luis francés y en
el de su nieto Felipe V. Pero, como desgraciadamente ocurre siempre, la reacción
se extremó, y á fines del siglo el estilo se había convertido en receta de albañilería.
Las influencias sufridas por la arquitectura provinieron de las aficiones y deseos
de los reyes, y conviene recordar que Felipe V estuvo casado con dos italianas; que
Fernando VI, amigo de la paz, sufrió la presión de Isabel de Famesio, y que Car-
los III, que había sido rey de Ñapóles, era el descubridor de Pomptya. Educado
Felipe V entre las magnificencias francesas, debió de chocarle el estilo de Churri-
guera, y para transformarlo, si por una parte creó Academia, por otra trajo arqui-
tectos extranjeros. El resultado de todo ello fué que introdujeron los importadores
un estilo clásico en el conjunto y Luis XV en los detalles, ostentoso, teatral. Hubo
de haber, por lo tanto, en España un arte de transición; son ejemplares tres iglesias
madrileñas. San Marcos, debida á Ventura Rodríguez, en cuya planta é interior no
hay una sola línea horizontal recta, como trazada al capricho de quiím Unía el vi-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 223
cío de origen del arte anterior; tiene fachada de líneas serias y muro desnudo, tra-
zada con curva interior, simbolizando los brazos que amorosamente acogen al que
entra en el tenr^plo. San Justo, obra de Buonavia— año 1750, — aun cuando cons-
truida por un italiano, es de gusto francés; su fachada es antipáticamente convexa,
y de proporciones tan desdichadas, que aparecen en ella tres cuerpos casi igualeá
superpuestos; el interior, de vaguedad rara y muros curvos, parece el de un edificio
ruinoso, y aun cuando tiene algunos detalles Luis XV, bien trazados, produce en la
totalidad efectos desastrosos. Por último, Las Salesas ó Santa 3árbara, obra que
costó 20 millones de reales, aun cuando edificada por el francés Carli/er, es de gusto
italiano; su fachada es de soberana ejecución, y el interior, de planta de cruz latina,
con su marmóreo y teatral sepulcro, erigido por Sabatini, y su^ columnas, sustitu-
yendo á las pilastras, es en verdad admirable.
Lección i5. — El apogeo del arte académico se debe, para glgria de nuestra patria,
» al español Ventura Rodríguez, arquitecto famoso, muy estudiado por los críticos del
arte, y que, como Herrera en su tiempo, monopolizó cuanto ep su época se ejecuta-
ba, aun cuando con menor provecho que aquél. Nacido en Cjempozuelos en ¡yi i,
fué hijo de un albañil; pero su talento le hizo notable, y de delineante pasó á ocupar
distinguidísimo lugar en la Academia de San Fernando, siendo tanto su valer y vita-
lidad artística, que no hubo obra de su tiempo que no dirigiera, si no en la ejecu-
ción, cuando menos en los planos. Puede decirse de él que reunió lo hermoso de
Herrera con lo sensato y perfecto del churriguerismo, dando al todo personalidad
estable. Fué notable como decorador, en lo que tuvo gracia verdaderamente espe-
cial. Su personalidad brilla en la arquitectura civil; en la religiosa proyectó mu-
cho, aunque no todo construyó. Sólo pueden citarse algunas de sus obras. La igle-
sia de San Marcos, construida en 1 749 por orden de Felipe V, porque en el día de ese
santo había ganado la batalla de Almansa, es de planta original, representa un pe-
riodo de transición en su fachada, y la puerta es perfecta, ateniéndose al canon
académico. En esta obra no se explaya el talento del autor, que luce y se agiganta
en el templo del Pilar de Zaragoza, tanto en lo que efectuó, como en el proyecto
de lo que no llegó á realizar, y que imperfectamente conocemos por la tan vulga-
rizada obra de Ponz. Hay en la obra jugosidad y claro-oscuro, y la capitUde la
Virgen, adaptada á lo antiguo que allí existía, es de ingeniosa disposición, hermosí-
sima planta, elíptica, con cúpula central, y resulta muy movida. En ella agotó^
cuanto sabía como constructor, y derrochó su talento en el corte de piedra, resol-
viendo difíciles problemas de este orden. La iglesia del monasterio de Silos, situado
entre breñales en la provincia de Burgos, aun cuando sólo en los planos es obra de
Ventura Rodríguez, es en su planta prueba de barroquismo sensato. Muestra de
majestad académica es la fachada de la catedral de Pamplona, como lo son de la
riqueza de su imaginación prodigioso número de retablos. Muchos de los pensa-
mientos de Ventura Rodríguez no llegaron á efectuarse, constituyendo grandes
amarguras y dramáticos trances para el autor. En este caso se encuentran las
obras de Covadonga, que, al decir de Jovellanos, hubieran sido una maravilla, aun
cuando algún autor moderno haya juzgado, no sin fundamento, que en aquella
agreste naturaleza no encajaba un templo greco-romano. Como proyectos no rea-
lizados, están el del templo no erigido de San Bernardo, y el que se cree había de
servir para la capilla del Real Palacio, y que, en perspectivas, gracia y elegante di-
bujo, no tiene igual en [Italia. El análisis de la figura de Ventura Rodríguez se ha
hfcho por Jovellanos, Ceán-Bermúdez, Caveda, y, mejor que todos, por D. Arturo
2l6 REVISTA DI ARCHIVOS
Mélida, considerándole como el último representante de la escuela de Churriguera, *
y creyendo que supo endulzar la sequedad de Herrera, de quien no fué adepto.
Ventura Rodríguez es el verdadero continuador de los Villalpando y los Siloes;
nada tiene de Herrera. Distintas obras prueban que el gran arquitecto fué más hijo
del siglo XVI quede] xvii. No dejó discípulos, porque el genio no se hereda.
Lección 16, — Como no es posible, al hacer la historia de la arquitectura cristiana,
prescindir de ninguna época, siquier sea anodina y de poco saliente, hay que tratar
del período que corre desde fines del siglo xviii á principios del xix, en el <fual el re-
troceso representado por el reinado de Carlos IV, después del de Carlos III, se advier-
te también*^ las artes. Ventura Rodríguez, digan lo que quieran Ceán Bermúdez y
Caveda, no dejó discípulos. La decadencia del estilo académico vino por falta de ver-
daderos maestros y el uso exclusivo de los libros: de aquí que la arquitectura se
convirtiera en arte de receta y cartilla; de aquí también que los nombres de los ar-
quitectos de la época deban caer, como han caído, en el olvido. Al mencionar al-
gunos de aquellos arquitectos, cumple hablar de Fray Francisco Cabezas, valen-
ciano, á quien se encomendó la obra de San Francisco el Grande de Madrid; los
planos del fraile fueron preferidos á los de Ventura Rodríguez, y la construcción
causó grandes amarguras á los dos, pues se dudó de si los muros podían sostener
la cúpula, y hubo polémicas, controversias y disputas, que mortificaron al autor
y á los contradictores. La fachada, que retrata la época académica, tiene la antipá-
tica forma convexa, es de orden superpuesto, semejados pisos y no produce efecto
monumental; simétrica y desnuda, las dos torrecillas le dan aspecto de insignifican-
cia. Es de planta circular, con vestíbulo, coro y seis capillas, sin entrantes ni sa-
lientes; á pesar de su grandiosidad, sólo produce una impresión aplastante. Claro
es que hay, al hablar así, que referirse á la obra sin las recientes ornamentaciones.
Sabattini, natural de Palermo y venido á España en 1760, célebre por sus mejoras
de policía urbana, reveló su talento en el sepulcro de Fernando VI y en la fachada
del ministerio de Hacienda. La capilla del beato Palafox, en Osma, es, aun cuando
de planta circular, desmayada y débil. La fachada de la catedral de Lugo, es obra de
Sánchez Bort, en los planos, aun cuando ejecutada por Elejalde. Ha sido muy mal
tratada por los críticos; pero es movida, dentro de lo que cabe en el estilo académi-
co; tiene el defecto de los dos pisos, que no es imputable al autor, y comparada
con la de la catedral de Pamplona, prueba cuanto aventajaba el talento de Ventu-
ra Rodríguez, que con iguales elementos sabía hacer obras superiores. En la ca-
tedral de Cádiz, obra de Vicente Acero, resurge algo de lo que tenían estas cons-
trucciones cuando eran colectivas, y, siendo la portada greco-romana del siglo xvi,
toda la fachada es un dato gótico, un verdadero salto atrás. Fué una imitación de
las catedrales de Granada y Málaga, y de aquí que en época distinta, naciera oji-
val y romántica. Empezada en, 1720 y concluida en i838, hay en ella huellas de
estos periodos. Villanueva nació en Madrid en 1789 y murió en 1811; hijo de un
escultor y hermano de un arquitecto, residió en Italia siete años. Esta circunstan-
cia, que faltó á Ventura Rodríguez (acaso con ventaja para su originalidad) hizo
de Villanueva un arquitecto clásico. Las preocupaciones de escuela hicieron que
Villanueva, en Granada, no admirase, ni poco ni mucho, la Alhambra. De su es-
tado pecuniario da idea el que tuviera que ponerse á las órdenes de un fraile obrero,
con nueve reales diarios; del concepto en que se le tenía, el hecho de que el Prín-
cipe de Asturias le encargara la construcción de unos gallineros, que él supo con-
vertir en las dos casitas que se admiran en las posesiones reales del Escorial. Al fin.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 227
llegó á los mayores cargos que puede tefter un arquitecto; su talento se reveló en
obras del orden civil, como la incomparable planta del Museo de Pinturas; pero en
lo religioso no se conoce más traza suya que la de la iglesia del Caballero de Gracia,
modestísima^ de fachada insignificante; cuya planta é interior es de basílica reducida
é imitación de la de San Pablo, de Roma. Villanueva supera á Ventura Rodríguez
en concepción, y éste á aquél en gracia y pureza de detalles. En el período que corre
de 1814 á i85o no hay obras^ quizás por influjo de nuestras discordias civiles. En
esta época se verifica el gran movimiento romántico, origen literario de la arqui-
tectura contemporánea, que merece capítulo aparte.
Málaga. — Ha fallecido en Málaga D. Augusto Jerez Perchet, antiguo periodista
que dirigió, varios periódicos en distintas poblaciones de la región andaluza. Sus
Hbros El viaje á Sniía y Páginas marítimas, sus obras de Edaoaoión y
Pedagogía, tuvieron gran aceptación, revelando un escritor de gran cultura.
En Málaga ocupó varios cargos administrativos. El acto del sepelio fué una verda-
dera manifestación de duelo tributada al incansable periodista por sus compañe-
ros y amigos.
ESTADOS UNIDOS.— Durante el año igoS, se presentaron en las Universida*
des de los Estados Unidos, las siguientes tesis doctorales, cuyo asunto se relaciona-
ría más ó menos con España:=Illinois Wesleyan University. — Charles M. Olms*
tead, The Spanish- American War. — University of Pennsylvania. Frederic Logan
Paxson, The Independencé of the Spanish South- American Republics. — Yaie Uni-
versity. — VVilliam Spence Robertson, Francisco de Miranda and The Revolutioni-
\ing of Spanish America.=^E\ norteamericano Jeremías Zimmerman ha publicado
un libro rotulado Spain and her peopie, lleno de groserísimos errores que demues-
tran la ligereza rayana en mala fe con que algunos extranjeros escriben de nuestra
nación; tales son entre otros muchos, decir que el cuarenta vor ciento dfl pueblo
está sostenido, de un modo ü otro por el Gobierno; y que España, oprimida por la
Inquisición, se halla aun en plena Edad Media,
FRANCIA.— Bajo el título de Bibliografía teresiana (París libr. des Sancts-
Péres, 1902; 69 págs.— 12.^) ha publicado Henri de CuVzon el catálogo de los libros
franceses y extranjeros sobre Santa Teresa y sus obras. — j p.=Recomendamos á
nuestros lectores, especialmente á los que pertenecen al Cuerpo, la lectura del in-
forme del diputado francés Mr. Simyan sobre el presupuesto de Instrucción públi-
ca para 1904, de cuyo documento extractan las revistas profesionales la parte re-
ferente á Bibliotecas y Archivos. Párrafos hay que parecen expresamente escritos
. para nuestro país y de ellos traducimos sólo los de carácter técnico, dejando, de pro-
pio intento, otros no menos ciertos. El público francés se queja desde hace mu-
chos años del funcionamiento de la Biblioteca Nacional, especialmente del departa-
mento de impresos, y el diputado que suscribe el informe consigna la necesidad de
acometer la reforma del personal, procurando que presten servicio en el Estableci-
miento funcionarios que se hayan distinguido por algún trabajo profesional ó que
por lo menos conozcan las lenguas extranjeras, en vez de ser simples empleados de
librería, y á renglón seguido reconoce la dificultad de conseguirlo con sueldos que
alcanzarán á 3i6oo francos para hombres de 40 años de edad y 20 de servicios.
^Cómo encontrar, dice el diputado, políglotas á este precio, personas que puedan
redactar convenientemente los catálogos, que libres de toda preocupación material
y moral no tengan otra idea sino la de aumentar sus conocimientos y estar al co-
rriente del progreso científico? Quéjase también' el autor del informe de las Biblio-
3.* áPOCA.— TOMO Z. 1 6
2' 8 REVISTA DE ARCHIVOS
tecas del Arsenal, Mazarina y de Sia. Genoveva, de las cuales dice que sólo ésta
presta algún servicio, gracias á las sesiones nocturnas; la Mazarina se abre á las
once!... — j. p.=Ya que estemos muy lejos de pensar en una asociación tan fecunda
y práctica como la de bibliotecarios americanos, de que alguna vez se ha ocupado
la Revista, pero ni siquiera de imitar lo que se hace en países meridionales como
el nuestro, demos á los lectores un ligero resumen del estado actual de la Sociedad
bibliográfica italiana. Consta de 5oi socios, de I03 cuales más de la mitad son em-
pleados en bibliotecas y archivos públicos y particulares. Las tareas principales de
la Sociedad durante el último trienio fueron: la campaña en favor de las mejoras
de las bibliotecas públicas, aumento de sus dotaciones y mejora de las condicio-
nes del personal á ellas adscrito. Comenzó esta campaña con la carta abierta que
el senador Brambilla, presidente de la Sociedad, dirig! '» al Ministro de Instrucción
pública á principios del año 1900, carta que fué acogida con simpatía, reproducida
y comentada por toda la prensa, logrando convertir la cuestión de las bibliotecas
en cuestión de actualidad y que se ocupasen de ella el país y el Parlamento, cosa
que no había ocurrido desde que existían bibliotecas en Italia; continuó la campa-
ña el actual presidente de la Sociedad con interpelaciones en el Parlamento y ar-
tículos en revistas y periódicos que contribuían á sostener vivo el entusiasmo por
aquello que es parte principal de la educación y la mayor señal de cultura de un
país, las bibliotecas. A las insistentes gestiones de la Sociedad se deben principal-
mente los aumentos de fondos que el Parlamento puso á disposición de las biblio-
tecas, un nuevo reglamento de sus funcionarios y otros beneficios. Otra Sociedad
análoga se ha creado en Milán titulada: Asociación nacional de empleados de Bi-
bliotecas públicas, presidida por el diputado y profesor limilio Alessio. El objeto
de esta Sociedad es promover el mejoramiento de las condiciones de la carrera de
los socios y ambas sociedades se auxiliarán mutuamente para lograr un fin co-
mún. Otro de los éxitos conseguidos por la Sociedad fué la inclusión en la ley de
conservación de antigüedades de las de propiedad particular y un proyecto de ley
destinado á ordenar los derechos de imprenta en las bibliotecas. El proyecto defor-
mación de una Guia de las bibliotecas y de las colecciones bibliográficas italianas,
ya conocido de los lectores de la Revista, se debe también á la iniciativa de la So-
ciedad que comenzará á publicar un Suplemento mensual á la Revista de bibliote-
cas y archivos, órgano oficial déla misma, con copiosas y solícitas informaciones
sobre el movimiento bibliográfico, comercio de libros antiguos y raros, estampas
ecétera. — j. p.=Le Bibliographe tnoderne da cuenta en su último número de la
publicación de una obra titulada: Psichologie des pjuples; l'áme espagnole ou les
Espagnols jiigés par un Francais (Sedan 1902. — in 12) á que su autor Henry V^ol-
ney, dice acompaña una «bibliografía muy completa de España» y en efecto, las
páginas 33-64, contienen indicaciones y listas de obras clasificadas por la materia
de que tratan: país, razas, tradiciones, bellas artej, numismática, religiones, cien-
cias, política, filosofía, agricultura, lenguas, historia, literatura, etc.; pero aparte de
las graves lagunas que se notan en la erudición del autor, es de lamentar que se
publiquen todavía hoy obras donde, bajo pretesto de bibliografía sabia, se ensar-
tan indefinidamente listas inútiles donde reina el desprecio más absoluto de las re-
glas de esta ciencia. La revista francesa reconoce que este opúsculo no es reco-
mendable, con que puede suponerse el juicio que merecerá de los españoles.— j. p.
Como muestra de los extremos á que conducen las exageraciones de determina-
das ideas aún en países de mayor cultura que el nuestro, reproducimos el siguiente
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 229
hecho que relata una revista extranjera. En una venta pública muy importante ce-
lebrada en Dijon la primavera pasada, el conservador de la Biblioteca M. Guignard
pudo adquirir entre otras obras á un precio sumamente módico y con destino á
su Establecimiento, un antiguo obituario y un libro de horas procedentes de Ci-
teaux y deClairvaux, dos preciosos manuscritos que merecían pertenecer definiti-
vamente á la biblioteca más importante de Borgoña. Esta adquisición no ha com-
placido, sin embargo, á la mayoría del Consejo municipal dijonés que ha protestado
violentamente contra semejante empleo de los fondos puestos á disposición del
bibliotecario, alegando que tales «libracos» no pueden aprovechar á nadie.— j. p.=
La compañía de seguros l^trechl que estableció desde su fundación una biblioteca
pública con cuatro horas de servicio diarias, ha publicado la quinta edición de su
catálogo. Le componen 4.500 obras, todas relativas á los seguros de vida. — j. p.
ITALIA.— Inoendio de la Blbliotoca nacional do Tnrin. En 1901 el pro-
fesor Blaserna, comisionado para estudiar los peligros de las estufas y del alum-
brado eléctrico en Bibliotecas y Museos, redactó un informe, que se imprimió á
costa del Gobierno italiano y se repartió profusamente por todos los estableci-
mientos del reino. Apenas se enteró del informe el director de la de Turín, comi-
sionó á un electricista para que examinase la instalación y escribió al Ministro de
Instrucción pública solicitando 4.000 liras para poner la Biblioteca á cubierto de
todo riesgo, con arreglo al presupuesto del técnico. Se le contestó que ño había
recursos disponibles y que procurase arreglarse con mayor economía. El 26 de
Enero pasado un violento incendio, destruyendo durante más de cinco horas cinco
salones de la Biblioteca, distribuyó así brutalmente las previsiones y las responsa-
bilidades, aunque privando al mismo tiempo á las personas cultas de tesoros irrem-
plazables. Con lágrimas en los ojos, el ilustre bibliotecario caballero Francesco
Carta exclamó ante el desastre: «Treinta años hace que nos estaba amenazando!»
Tenía derecho á hablar así el Jefe de una biblioteca premiada con medalla de oro
en la Exposición de París de 1900 como modelo de orgj • /ación, orden y buen
servicio. Y como deseo que estas líneas, antes que de noticia (ya algo trasnochada),
sirvan de aviso á las cinco personas que las lean, empiezo por el fin. El fin es tran-
quilizar algún tanto á los que teman por nuestros Establecimientos, restando por
lo menos dos de ellos de los riesgos del incendio, merced á la resolución del Rey y
de un Ministro. A consecuencia de la visita que D. Alfonso hizo este otoño al Ar-
chivo de Simancas y satisfaciendo de una vez á lo que anualmente se venía pidien-
do en vano á los Gobiernos en las Memorias de aquel Establecimiento, S. AL dis-
puso que á su costa se le proveyese de una bomba, hoy ya instalada. En el edificio
de la Biblioteca, Archivos y Museos nacionales empezó el rigor contra la madera
hasta el ridículo extremo de hacer también de hierro los entrepaños de los estantes
del Depósito sobre los que descansan, mejor dicho, se liman y se destruyen los li-
bros, para acabar luego, por cuestión de economía, por atestar los muros de es-
tanterías de madera barnizada por donde serpentean las negras tuberías de los
chuberskis. Varias veces he presenciado con que horror contemplaba su fealdad
y sus peligros el actual Ministro de Hacienda y me consta que gestionó con su an-
tecesor la inclusión en presupuestos de una partida de 200.000 pesetas para cale-
facción del edificio por el sistema de termosifón i que aleja todo riesgo de incendio.
I La Comisión de monumentos de Italia acaba de proponer al Gobierno la sustitución por
este mismo sistema de las chimeneas y caloríferos en el palacio de Bellas Artes de Venecia, Ga-
lería, Biblioteca de Parma, etc.
23o REVISTA DE ARCHIVOS
En Gaceta del mes de Febrero aparece el Real Decreto para presentar á las Cortes
el proyecto de crédito, y si nuestra mala sombra no nos hace tropezar con un
cambio de Gobierno, si \sls formalidades de las subastas no hacen durar otro in«
vierno la actual situación y si en ese tiempo no se prende fuego, parece que por
esta vez se pondrá remedio al peligro. Ambas resoluciones merecen la mayor gra-
titud, y cumplido este elemental y grato deber que de propósito he querido hacer
constar aquí, paso á la reseña del desastre de la Bibloteca turinense. En 1730^ Víc-
tor Amadeo II destinó para biblioteca pública tres salas del magnífíco edifício que
erigió para Universidad en la vía del Po, aumentando á los 10.000 volúmenes que
aquella poseía otros tantos, más los códices y estampas de la biblioteca particular
ducal. Sucesivamente fueron reuniéndose allí las raras colecciones de obras en he-
breo, árabe, copto, persa y turco del abate Valpergo di Caluso; las del Príncipe
Manuel Pozzo della Cisterna; las musicales del profesor L. Rossi; i. 000 volúmenes
de bellas ediciones aldinas, donadas por el profesor Carlos Passaglia; los libros de
la abadía de Casanova; los preciosos códices del convento de Bobbio con palimses-
tos de Cicerón y de Casiodoro; la librería del Castello de Aglia; la colección véneta
del Cardenal Della Rovere; las obras del célebre bibliógrafo piamontés Vernazza;
colecciones de elzeviros, etc., etc. Los catálogos de Peyron, del profesor Nallino,
del Barón de Hammer y de Passíni, dan razón de muchas de estas obras. Ocupaba
actualmente la Biblioteca treinta y seis salas con más de 3oo.ooo volúmenes: i.aoo
incunables, entre ellos un ejemplar del Rationale divin. off, (Maguncia 1459), y
la Biblia plantiniana en i3 volúmenes, ejemplar regalado por Felipe II á Manuel
Filiberto; 24 naipes del siglo xv, impresos en relieve; 20.000 folletos y tesis acadé-
micas; 10.000 estampas antiguas, clasificadas y ordenadas en 5o volúmenes y 4.500
manuscritos. Cuatrocientos de éstos eran códices griegos, entre ellos el comentario
de Teodoreto á los. Profetas menores, con magníficas miniaturas bizantinas del si-
glo IX; 1.200 códices latinos; palimsestos del código Teodosiano y otros de los si-
glos IV, V y vi; escritos en hojas de palma en tamul, lenguas malabar y del Tibet; ma-
nuscritos provenzales de los siglos xiii y xiv,y una preciosa traducción de la Dipina
comedia; manuscritos franceses, novelas y libros de caballerías; miniaturas irlande-
sas del siglo vi; un salterio inglés del siglo xiv; un misal español de esa época; dos
volúmenes de la Historia natural de Plinio con dibujos de la escuela de Mantegna;
3oo códices italianos y bastantes españoles; un ejemplar único en 64 volúmenes,
folio, de la botánica taurinense, con dibujos á la aguada de buenos autores; autógra-
fos de Carlos V, rey de Francia; de los Duques de Saboya; de Pío II; de los Duques
de Borgoña, Marqueses de Saluzzo, Gonzagas de Mantua, Aragón de Ñapóles, et-
cétera, libros de música y de baile compuestos para la Casa de Saboya; el globo
con incrustaciones de oro, construido en 1570 por el milanés Francisco Basso; pre-
ciosas encuademaciones, bustos de marmol y muchos objetos artísticos. La esfera
estaba formada de acero, todo vaciado. Medía 1,71 metro de diámetro. Conservá-
base aún en magnífíco estado. El globo mencionado había sido elaborado con
urdimbres de hilos y pequeños trozos de oro y plata. Eran de oro el ecuador y los
trópicos, los círculos polares y muchas cadenas de montes; puntos de oro las tie-
rras. Eran igualmente de oro las coronas que señalaban los reinos, las pequeñas
islas y el meridiano graduado que pasa per las Canarias. Eran de oro y plata las
naves que surcaban los mares, y las más pequeñas todas enteramente de oro. Eran
de plata, la elíptica, los meridianos, á excepción del primero, los paralelos y casi
todas las montañas de los países desconocidos, los confínes que distinguen la tierra
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 23 I
de los mares y ríos, y todas las regiones desconocidas de Australia. La principal y
más importante inscripción del globo es la qne descubre el nombre del autor y la
fecha de la construcción. En el espacio reservado al mar de las Indias, y precisa-
mente más hacia la izquierda del Japón, había un rótulo con la siguiente inscrip-
ción, en grandes caracteres de oro: iíFranciscus Bassus Mediolanensisjecit, 1 5^0.1^
Encima, ligado al rótulo con un lazo, de cuyas extremidades pendían dos borlitas
de oro, veíase un corazón de plata con alas desplegadas y plumas de plata y oro.
Del corazón |de plata desprendíase un ramito con el tronco de oro. Todas las otras
inscripciones eran de plata, casi siempre en letras capitales, y alguna vez en mi-
núsculo romano. La lengua y el contenido de las inscripciones prueban que el
autor sirvióse para su trabajo de mapas italianos y españoles, y en particular de
mapas en los cuales se usaba la lengua latina. Quién tuvo la habilidad y paciencia
para confeccionar este globo, y cuál fuera su procedencia, ignórase en absoluto.
Se sabe solamente que existía en .la Biblioteca de Turín desde su origen, y es muy
probable que formara parte de la antigua librería ducal. Por lo que concierne á su
valor cientifíco, el bibliotecario Carta, en su descripción, hacia observar que se en-
contraban en él verdaderas singularidades, y que podía clasífícarse como joya única
en su género. Su valor intrínseco hacíase subir á varios millones. De los impresos
han perecido Sa.ooo vols., y casi por completo la colección aldina regalada por
el Marqués Alíieri. El valor de esto se calcula en medio millón de liras. Se han que-'
mado unos 35oo manuscritos, siendo la pérdida más sensible la del precioso libro de
horas conocido por Las Horas de Turin, pintado en parte, según P. Durrieu, por
Van Eik (no por Vandick como por errata escribe más de un periódico italiano)
para Juan de Berry, hermano de Carlos V de Francia. El valor de esta joya de arte
se calcula por 9Íentos de miles de liras. Por fortuna existe una reproducción hecha
para el homenaje que el año pasado se dedicó á L. Delisle. Algunos de los códices
con miniaturas que fíguraron en la Exposición de artes sagradas en 1898 quedan
descritos y reproducidos en facsímiles en el Arte Sacro que á la sazón se publicó en
Turín. Se ha perdido también el códice Scriptores histories Augustas, con miniatu-
ras; el del Chevalier errant, único en Italia, del Marqués de Saluzzo; cuatro del Ro-
mán de la Rose; uno de discursos de Besarion y casi todos los códices franceses.
Contrariando las órdenes dadas y con grave peligro, el jefe de la sección de ma-
nuscrítos, caballero Carlos Frati, penetró en las salas por una ventana y for-
mando cadena con sus nueve empleados, logró salvar durante siete horas de
incesante trabajo unos 800 códices, de ellos más de dos terceras partes de los
de Bobbio que ya empezaban á tocar las llamas. En su estudio y arreglo', decía
con lágrímas en los ojos á sus discípulos el profesor de historia Cario CipoUa,
llevaba gastados veinte años de su vida. Se han salvado además el San Beato
citado; uno de los dos volúmenes de la Historia natural de Plinio; un fragmento
de liturgia irlandesa; algunas hojas con escritura de Sumatra; parte de los Ta-
roschi con miniaturas del siglo xt; algunas docenas de manuscritos griegos; varios
centenares de códices latinos, pocos franceses é italianos y menos orientales.
También parece que se ha salvado el globo de Basso. Los incunables, la música 7
las estampas, por hallarse en salas alejadas del fuego, se conservan incólumes. Sin
el retraso de dos horas en avisar al citado señor Frati, todos los manuscritos se hu-
bieran salvado. El Director de la Biblioteca al frente de todos los empleados trabaja
sin descanso en colocar los libros salvados en las salas respetadas por el fuego.
Otros bibliotecarios^ asistidos por algunos profesores de química de la Universidad^
232 REVISTA DE ARCHIVOS
se ocupan en estender las hojas de pergamino abarquilladas por el fuego, en colo-
car entre las hojas de los libros empapados en agua, otras de papel S2cante y en da -
sificar las muchas hojas desprendidas de sus volúmenes. Se ha llamado Roma al
célebre restaurador de manuscritos Marré que ha de resolver el problema de rom-
per la fuerte costra que el fuego ha formado en los cantos de los códices en perga-
mino para separar las hojas sin destruirlas. Para las primeras atenciones el Minis-
tro de Instrucción pública Sr. Orlando, ha dado So.ooo liras, y ha pedido duplica-
dos á las bibliotecas del reino á fin de reemplazar las pérdidas. Los PP. Barnabitas
del colegio della Quercia han ofrecido á la Biblioteca el ejemplar que lenian de la
Biblia plantiniana, y la familia Peyron la cederá el catálogo de los manuscritos an-
tiguos perdidos, redactado por Bernardino Peyron. Una comisión nombrada por el
Gobierno se ha dirigido á los bibliotecas del reino y del extranjero solicitando el
donativo de obras de bibliografía principalmente, perdidas e.i totalidad en el incen-
dio, ó cantidades destinadas exclusivamente á compra de libros, los cuales llevarán
un exlibris especial donde conste el donativo. Además cada donante recibirá como
recuerdo un grabado hecho expresamente para el caso. Otra comisión estudia los
peligros de las instalaciones de calefacción por estufas y el alumbrado eléctrico en
bibliotecas y museos, y ha propuesto ya la separación de los dos edificios de Biblio-
teca y Universidad, y la instalación de interruptores de corriente para alejar los
riesgos de incendio en las horas en que la Biblioteca está cerrada, según han esta-
blecido la Alessandrina y Vitorio Emanuele. Tanto el Rey como los Príncipes se
han enterado minuciosamente del desastre, han manifestado verdadero sentimiento
'>or la irreparable pérdida, y el Duque de Genova fué además á Turín al día si-
guiente del incendio, estuvo examinando los códices salvados y mandó que se le
presentase el personal de la Biblioteca para felicitarles por su arrojo y abnegación.
El Times dice que el mundo entero está de pésame y que Italia en esta triste oca-
sión cuenta con todas las simpatías de Inglaterra. Debería servirnos este caso
de útil escarmiento, teniendo en cuenta que la causa del incendio se atribuye ó á
un corta circuito en la luz eléctrica ó al recalcntamiento de las tuberías de los ca-
loríferos próximas á las estanterías, y que por falta de telefono llegaron tarde las
bombas al edificio. Si llegamos en nuestra Biblioteca y Muscos Nacionales á alejar
esos peligros instalando la calefacción por el sistema de termo-sifón, no nos durma-
mos todavía en una necia confianza; quedan bosques de madera, una temperatura
en las salas de luz cenital, que llega en algunas, durante el verano, á más de cua-
renta grados y sobre todo esto, lo traidora cerilla.— A. P. y M.
CRÓNICA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
El Excmo. Sr. D. Guillermo J. de Osma ha donado generosa y desinteresada-
mente al Archivo Histórico Nacional, con fecha 26 de Noviembre último, una co-
lección de 474 improntas en cobre y azufre de disimtos sellos españoles, cuyos ori-
ginales existen actualmente en los archivos nacionales de Francia.
Figuran en dicha colección ejemplares de sellos que pertenecieron á monarcas
de nuestros antiguos reinos, principalmente de Navarra y Mallorca; otros son ecle-
siásticos, como los de D. Felipe, arzobispo de Sevilla, y D. Sancho, arzobispo de
Toledo; y no pocos particulares que corresponden á concejos de la Edad Media y
á personas de la nobleza eápañola, contándose entre estos últimos los del historia-
dor D. Diego Hurtado de Mendoza; Señores de Vizcaya, D. Diego López de Haro
y su hijo D. Lope; condestables de Castilla, Pedro Fernández de Velasco y Fer-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
233
nando Sánchez de Tovar; cancilleres Fernán Sánchez y Pedro Cabecen; y M. Ni-
colás, médico de Fernando IV.
Las improntas donadas tienen suma importancia, porqué vienen á completar
en cierto modo las colecciones sigilográficas del Archivo Histórico Nacional.
BIBLIOGRAFÍA
(La lengua es la base de clasifícación de nuestra Biblíosrafía. En ésta se incluyen todos los
libros de cualquier orden y los trabajos de revistas publicados por individuos de nuestro
Cuerpo, lo cual puede servir para intentar una bibliografía ae éste: los marcaremos con un * —
En la Bibliografia de Revistas siempre que no se indique el año, se entenderá que es el co-
rriente).
LIBROS ESPAÑOLES
[i.** Todos los de historia, en la acepción más
amplia de la palabra^ desde la política á la cien-
tífica, y los cíe sus ciencias auxiliares, incluso
la filología y la lingüística, que se publiquen,
editen, reimpriman y extracten en la España
actual y sus posesiones, de autor español o ex-
tranjero, en cualauiera de las hablas españo-
las, o en ó fuera ae España, de autor español,
en lenguas sabias. 2.^ Las ediciones, reimpre-
siones y antologías hechas en ó fuera de Espa-
ña, de libros de cualquier materia escritos por
autores ya muertos no contemporáneos, espa-
ñoles ó extranjeros, en dichas hablas, ó por
españoles en lenguas sabias, dentro de la ex-
tensión de los antiguos dominios españoles.
3.® Las traducciones, arreglos, refundiciones
é imitaciones publicadas en ó fuera de España
f>or autores vivos, españoles ó extranjeros, en
as mismas hablas ó en len^iuas sabias, de obras
históricas y literarias debidas á españoles ya
muertos. 4.® Los libros notables originales de
amena literatura, dados á luz en ó fuera de
España por escritores contemporáneos, espa-
ñoles ó no, en las hablas españolas, ó por escri-
tores españoles contemporáneos en lenguas
sabias. 5.^ Los de cualquier materia, siempre
que se refieran á cosas de España, publicados
en las referidas hablas en aquellas naciones
que no las usan, ó en las mismas hablas ó en
lenguas sabias en los pueblos que usan el cas-
tellano. Y 6.® Las traducciones hechas por es-
pañoles ó extranjeros, á cualquiera de las ha-
blas españolas, ó por españoleará lenguas sa-
bias, de libros extranjeros históricos, de cultu-
ra general, y aun de amena literatura cuando
son obras maestras.]
Anaya t Castellanos (D. César) Panegírico
histórico de la virgen del Pilar, predicado en
Madrid. — Madrid. S. i., 1902. — 21 págs., 8.®
mayor. [495
Arderius (Francisco). La escuadra española
en Santiago de Cuba, diario de un testigo... á
bordo del «iFuror,» con un prólogo de Jacinto
Octavio Picdn.— Barcelona, tip. de la casa edi-
torial Maucci, 1903.-8.°, 208 págs.— 2 ptas. [496
Arguello H. (Santiago). Lecciones de Lite-
ratura española.— León de Nicaragua, tip. de
Gurdián, 1903.— 2 vol. 8.° de 202 y 209 págs. (497
Arroyo vea-Murguía (D. Manuel). Defensa
del sitio de Raic (Filipinas) antes y después.—
Conferencia dada en el Centro del Ejército y
de la Armada.— Madrid, R. Velasco, impre-
sor, 1904.— 4.0, 19 págs. (498
BoRONAT Y Barrachina (D. Pascúkl). El
B. Juan de Ribera y el R. Colegio del Corpus
Christi, estudio histórico... con un prólogo
del Excmo. Sr. D. Manuel Danvila.— Valencia,
imp. de F. Vives y Mora, 1904.-4.®, xv-398 pá-
ginas.— 2 pts. l^gg
Bray (Luciano). «Lo bello.» Ensayo acerca
del origen y la evolución del sentimiento es-
tético. Traducción española de Vicente Colo-
rado.— Mídriá, 1904.— 8.0, 336 págs. [500
Burgüete (Ricardo). Mi rebeldía (Mane-
Theccl-Phares;.— Madrid, «Sucesores de Riva-
deneyra», 1904.-8.°, 330 págs. y una hoja para
el colofón.— 3,5o pts. [5oi
Cancionero llamado Vergel de Amores re-
copilado de los más excelentes poetas caste-
llanos... En ^arago^a, por Steuan H. de Náge-
ra. Año MDLL— (Al principio): This edition of
two hundred was printed in facsímile from the
copy in the líbrary of Archer M. Huntington,
at the De Vinne Press, nineteen hundred and
thrce.— 8.°4 36 págs. [502
Carle (Aquiles). El pintor F. Sartorelli y
su obra artística. Buenos Aires, Montevideo,
Valparaíso.— Milano, tip. E. Bonetti, 1903.—
8.°, 36 págs. con un retrato y varios gra-
bados. j5oj
Castro (Don Juan de). La leyenda patria.
Conferencia dada en el Centro del Ejéccito y
de la Armada.— Madrid, R. Velasco, impre-
sor, 1904.— 4.0, 30 págs. [5o4
Crónica del famoso cavallero Cid Ruy Diez
campeador. (Al fin): Of this edition two hun-
dred copies werc printed in facsímile from the
copy in the library of Archer M. Huntington
at De Vinne Press, in New York City... 1903.—
Fol., 116 págs. (5o5
Cró.nica del viaje de S. M. el rey D. Alfonso
XIII y AA. RR. los Príncipes de Asturias por
Navarra, Castilla y Aragón. Obra compuesta
por José Blanco Coris, Enrique Contreras Ca-
margo y Cristino Sánchez Arévalo.- Madrid,
imprenta y Estereotipia del Diario Univer-
sal, 1903.— 4.0 m., 123 págs. con grabados. (5ob
Cueto (D. Leopoldo A. de) Marqués de
Val mar. Poesías líricas y dramáticas, con un
prólogo de D. M. Menénde^ y Pelayo.—M^-
drid, «Suc. de Rivadeneyra, 1903.-8.°, 477 pá-
ginas con un retrato. [507
234
REVISTA DE ARCHIVOS
Cuabas (Roque). El archivo metropolitano
de Valencia.— Barcelona, tip. L" Aveni;, 1903.—
8.0, 23 págs. I5o8
DfEZ Lozano (Baldomcro). Vida y obras de
San Pascual Bailón y Jubera, designado por
León XIII como patrono de las Asociaciones
Eucarisiicas.— Oviedo, imp. de A. A. Moran,
1903.-8.°, i5 págs. (509
Dublé Urrutia (D.) Del mar á la montaña.
Poesías.— Santiago de Chile, imp., Barcelo-
na, [ 1903).— 8.0, 136 págs l3io
Echeverría (Aquileo J.) Romances.— San
José de Costa Rica, imp. de Avelino Alsi-
na, 1903.— 8.0, 93 págs. l^i I
GÓMEZ Ranera (Alejandro). Colección de
trozos escogidos de los mejores hablistas cas-
tellanos en prosa y verso, para uso de los es-
tablecimientos de educación. 16 Medición. Par-
te primera: prosa.— Madrid, imp. de la V. de
Fuentenebro, 1903.— 8.°, 256 págs. I5i2
González Suárez (F.) Historia general de la
República del Ecuador. T. V//.— Quito, im-
prenta del Clero, 1903.-4.°, ix-153 págs. [613
GuiSASOLA Y Méndez (Excmo. y Rmo. señor
Dr. D. Victoriano). Obispo de Madrid-Alcalá.
El Magisterio de la Iglesia: Carta pastoral.—
Madrid, imp. del Asilo de Huérfanos del
S. C. de Jesús, 1904.-4.° m.,6i págs. [514
La Torre (Bachiller Francisco de). Obras.
Dalas á la impresión D. Francisco de Quepedo
Villegas...— En Madrid en la Imp. del Reyno.
.\ño de M.DC.XXXI. (Al principio): This edi-
tion of two hundred was printed in facsímile
from the copy in the library of Archer M. Hun-
lington, the De Vinne Press, nineteen hun-
dred at and three.— 8.°, 146 págs. [5i5
LÓPEZ Ferreiro (D. Antonio). Historia de la
Santa A. M. Iglesia de Santiago deCompostela.
T. K/.— Santiago, imp. del Seminario Conci-
liar Central, 1903— 4-"* 3»3-»95 pág»- con gra-
bados. I5í6
Marinas (D. Aniceto) y Salvador (D. Amos).
Discurso leído en la R. Academiji de Bellas
Artes de San Fernando en la recepción pú-
blica de D. Aniceto Marinas.— Madrid, tipo-
grafía y litogrrafia de Carlos Ferreiro Her-
nández, 1903.-4.°, 42 págs. Tema:^El arte de-
corativo. [5i7
Martínez Nacarino (Rafael). La propiedad
inmueble improductiva.— Madrid, est. tipo-
gráfico, «Sucesores dt Rivadeneyra»,. I903'—
8.°, 93 págs.— 2 pts. I5i8
Maura y Gelabert (D. Juan). Carta pastoral
á sus diocesanos con motivo de la Cuaresma.—
Orihuela, imp. de Cornelio Paya, 1904.-8.°,
19 págs. - [5^9
Memorias dkl Instituto geográfico y bs-
TADÍSTico. Tomo X//.— Madrid, imp. de la Di-
rección general del Instituto geográfico y es-
Udístico, 1903.— 4'" m., 401 págs. [Sao
MiRET Y Sans (Joaquín). La política oriental
de .\lfonso V de Aragón. Exposición del libro
de Francesco Cerone.— Barcelona, imp. de la
Casa provincial de la Caridad, 1904.-8.°, 47 pá-
ginas. [521
NozALEDA (El P. Bernardino). Defensa obli-
gada contra acusaciones gratuitas.— Madrid,
est. tip. H. de J. A. García, 1904.-8.°, 93 pá-
ginas.* (522
Obligado (P.). Tradiciones Argentinas.—
Barcelona, Mon tañer y Simón, editores, 1903. —
8.°, 392 págs. [523
Olmedilla y Puio (Dr. D. Joaquín). Discurso
leido en la solemne sesión inaugural del año
del 904 en la Real Academia de Medicina.—
Madrid, est. tip. de Enrique Teodoro, 1904.—
4.° m., 147 págs. Tema: Valor de los conoci-
mientos históricos y bibliográficos de Farma-
cología. [524
OssoRio Y Bernard (D. Manuel). Ensayo de
un catálogo de periodistas españoles del si-
glo XIX. Cuaderno j.°— Madrid, imp. de J. Pa-
lacios, 1903.-4.°, i5i á 230 págs.— I pta. [525
PÉREZ-V1LLAMIL (D. Manuel). Artes éindus*
trias del Buen Retiro.— La fábrica de la China,
el laboratorio de piedras duras y mosaico,
obradores de bronces y marfiles. Con una car-
ta-prólogo del Excmo. Sr. D. Francisco de
Laiglesiay3ofototipias.— Madrid, est. tip. «Su-
cesores de Rivadeneyra», 1904.-8.° d., i5i pá-
ginas + III. [526
Piedras preciosas. Cuentos franceses tradu-
cidos por Alejandro Alvarado y Fabio Bau-
drit. Ilustraciones de D. Tomás Povedano.—
San José de Costa Rica, tip. de Avelino Alsi-
na, 1903.-8.°, 199 págs. [527
Posada (.Vdolfo). Política y enseñanza.— Ma-
drid, Daniel Jorro, editor, 1904.-8,°, 264-iv pá-
ginas.— 2,5o ptas. [5a8
—Socialismo y reforma social.— Madrid, li-
brería de Fernando Fe, 1904.-8.°, 25i págs.—
3 ptas. [529
Quintero Atauri (D. Pelayo). Antolínez,
pintor sevillano.— Madrid, Fortanct, 1904.—
14 págs. (530
Redondo (D. Juan). Combate naval de Caví-
te. Impresiones de un médico. Conferencia
dada en el Centro del Ejército y de la Arma-
da.— Madrid, R. Velasco, 1904.— 4.°,43págs. [531
Salinas (Germán). Los satíricos latinos Lu-
cilio y Horacio, Persio, Sulpicio y Juvenal.—
Valencia, imp. de El Pueblo^ s. a. (1904).- Dos
rols., 203 y 2i5 págs.— 2 ptas. [532
Salvador Mingúela (Federico). La iglesia
de San Benito el Real de Valladolid restaurada
y dedicada al culto y veneración de la Santísi-
ma Virgen del Carmen. Relación histórico-
descriptiva.— Valladolid, imp. de Juan R. Her-
nando, 1904.-8.° m., 132 págs. coD láminas.—
2 ptas. [53}
Derecho ai
BIBLIOTECAS V MUSEOS
E Castro (D. Minuel). L» Gracii
* DK Paredes (VUenic). Curso d
jal d
s pfineii
con UD prólogo del Eicmo. 5r. D.
Pértf Pujol. Stxta eiíícidn.— Madrid, Rieírdo
Fe, 1903.-8.° m,. 8aj pl^s.— 15 ptís. ISjS
S.vHz T Eíc.iRiÍM (Eicmo. Sr. D. Eduardo).
Necrología del Excmo. Sr. D. Juan de la Coo-
cha Castañeda, leída ante U Real Academia
de Ciencias morales y políticas... -Madrid,
iittp'. del Asila de Huérfanos del S.C. de Jesús,
19Q4.-4.'' m., ij pigs. 1536
SEPIÍL.VBDA (Lorenio de). Romancen nueva-
mente sacados de hiitociat antiguas de la Cro-
aica de Espaita...— En An lers. En casi de Juan
Steelfio. MDLI — ÍA' principio:) This cdition
of iwo hundred waa prinied ¡o facsímile from
Ihecopy in thc library of A. M. HuDliogion,
1537
del siglo T. de
11-J63 págs. (538
;s de Literatura
i.°, i6i págs, [539
three.-í.", i5g pá^s. + 4 hoja
Takhabsi (Jos«|. Los poeta
Roa» estudiados en los esc
Buenos Aires, 1903. — B." m., x
la litia.— Buenos Aires, 1897.-
— Prelusión ai curso de L¡
Buenos Aires, 1899.-8.°, í6 pi
Vkga Carpió (Lope Félix d
Comedíasdesle licmpo.— Año 1609. EnMadiid
Por Alonso Martio. {AI principio:) This ed¡
lioa oftwo hundred was prínted ia facsimili
from thecopyín ihe library of Archer M. Hun
ington.
leDe V
dred
Vena A Bbjerahc
la libertad de con
S.' m. prolongado.
(Josí), El lil
«El Guadal'
|54S
ducidas
Cataim.— Milico, imp. de Ignacio Escalaoie,
looj.— S.° ro., iviii-444 págs. 154j
—La Eneida. Traducción en verso casiclla-
DO por el Sr. Dr. D. Luis Herrera y Roiltí.
Coa un prúlogo del Sr. D. Juan Valtra. 5e-
yioidoíiíieiiln.— Madrid-Sevilla, ímp. de Ce-
ledonio Salas, 1904.-4.°, x»xi-356 págs. [544
Zata* ( Antonio). Paisajes, Madrid imp.. A.
Hirio, 1903.-8.° 287 pigi. 1545
M. Serrano y Saní. A. Gil Albacete.
S EXTRANJEROS
E.D (Paul).
Saint Basi
e. (íi9-i79).-Pa.
. Lah
re.
903.-18.°,
ii.j.Spágs. 1546
S DE
NVll-LE (H
d-). Les Celiea,
l=s le
les plus
re iré (íiu
de historique).-
imp.
Pro
i6.°, 111-330 pl-
atKP
). Éntrala solenne seguita in
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oíSMdiC
atina di Spagna,
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D II, duca d
M¡líno.-Míl»-
G, Ro
Itl,
.903.-8.°,
pigs- 1548
«o{G
ova
ni). La pr
m. tragedia re-
■ind.^Pi
imenio; saggio critico — Sassari, 1
!i. 19*3- -8,»,58 págs.
ico-FoMBONA (R.). Contcs Am*ri
its par MM. Marius André & Char
G. Richard, 1903.— 8
°, 130
. ^- - [550
Atmomeb (E,). LeCambodge. III. Le groupe
dAngltor el Ihísioíre.— Paris, ímp. Leroux,
1904.-8.°, 8a2 págs. con grabados. |55i
BossERr (A.). Gixthe, ses précurseurs et tes
contcmporaiQS (Klopsiock; Lessiag; Herder-,
Wieland; Lavater); la jeuncsse de Gathe.—
4' Miííon.— Coulommíers, imp. Brodard, igo^.
S 336 Pí
(552
gravurc!(ii5o-igojj.— Nanles,imp.Dugas,i903.
8." m., L-641 págs. con grabados. (SSj
BoucHÉ-LsCLHRcQÍA.j.HistoiredesLagides.
avaot I. C.).-Le Puy-en-Velay, imp. Mar-
chessou, !90}.-8.°, iri-4o8págs. [554
Gabanes (Dr.) et Nass (Dr. L.). Poisons et
sortiliges. i'sérU (Les Mediéis; les Bourboos;
lascienceauíviii* siicle).— Paris, imp. Plon-
)i pags.
(55S
Qat
ALANO (G. M,). N«
quarlo cent
nario
della
disRdi di Barletia
(1503-1903); r
o,-Roma,Off. poligrafica Romana, 1903.
24.».!
págs.
|556
Cao
sor (N). Dictioona
re biographiq
ional du clergt c
iholique. — Vannes,
imp.
-afolye, 1903.-8.°
■56 págs. co
gra-
bado
ISSy
K (G.), Élímcnls d
laagage arab
(día-
léete algírien),-Alger,
mp, Jourdtn,
903.-
ti.',x
11-145 págs.
1558
236
REVISTA DE ARCHIVOS
CouTUBAT (L.) el Leau (L). Histoirc de la
languc univcrscllc— Paris, Hachctie, 1903.—
8.0, xxx-378 págs. [559
DiEHL (C). Ravenne.— Evrcux, imp. Héris-
sey, [1904].— 4.0, 143 págs. con 130 grabs. [56o
DuFOURCQ (Abb.). L'avcnir duchristianisme.
Introduciion.— París, imp.. Bloud, 1904.— 8.^
ix-780 págs. (361
Enselme (H.). A travers la Mandchourie. Le
chcmin de fer de l'Est chinois.— París, Rueff,
1903.-18.°, ix-203 págs. con grabados. [362
EssLiNG (Prínce d). Le premier livre xylo-
graphique italicn imprimé á Venísc vers 1450.
Paris, 1903.— 4.®, 43 págs. con grabados. [363
Fedele (P.). Lo stendardo di Marco Antonio
Colonna a Lepanto.— Perugía,* Unione tipo-
gráfica, 1903.— 8.^ 18 págs. [364
Foere (L. de). Congrés archéologique el his-
torique tenu á Bruges, du 10 au xiv aoüt 1902.
Comptc rendu.— Bruges, imp. de Plancke, 1903.
8.0, x-3i6 págs. (363
FouLCHÉ-DELBosc(R.)Deux chansonniers du
xv^ siécle.— Paris, 1903.— 8.<* m., 32 págs. [366
Gaillard (A.). Inveniaires des archives de
la Belgiquc. I. Invcntaire des mémariaux du
Grand Conseil de Malincs. 2* par/i>.— Bruxe-
Ues, P. Weissenbruch, 1903.-8.°, 3o2 págs. [367
GioRDANo (Antonino). Camoens e il suo poe-
ma.— Napoli, lip. A. Trani, 1903.-16.°, 27 pá-
ginas. [368
Hamd OllAh Mostooufi Qazvíní. Tárikh é
Gozídé. Les dynasties persancs pendant la pe-
riodo musulmane depuis lesSaffárides jusques
et y compris les Mogols de la Pcrse en 1330 de
notre ere. Texte persan complct, et traduction
fran^aisc, par Jules Gantin. T. /"*.— Chalon-
sur-Saóne, imp. Bertrand, 1903.-8.° mayor,
ix-629 págs. [369
Hammurabi. The oldcst code of laws in the
world, translaied by C. H. W. Johns.— Edin-
burg, The Clark, 1903.-8.°, 88 págs. [3^0
HouTiN (Albert). L'Americanisme.— Valen-
ce, imp. Ducros, 1904.-18.°, vn-503 págs. [371
Marsan (F.V Relation d'un voyage fait en
1731 á Madagascar par Louis Fort, de Cartha-
géne.— Paris, imp. Nationale, 1903.-8.°, 7 pá-
ginas. [372
Martínez Núñez (Zacarías). Erreurs de l'op-
timisme scientifique. Deux lettrcs ouvertes á
M. le docteur D. E. L., médecin á Madrid, sur
Metchnikoff, professeur á l'Institut Pasteur
de Paris. Traduction de M. L. de Casamajor.—
Albi, imp. de rOrphelinatSaint-Jean,[i903].—
i6.°, 111-98 págs. [373
Maspero (G.). Hi.stoire ancienne des peupies
de rOrient. Ouvrage contenant 173 gravures,
3 caries en couleurs et quelques spécimens des
des écriiures hiéroglyphiques et cuneiformes.
6* ^rfiíion.— Paris, imp. Lahure, 1904.-16.°,
916 págs. (574
Masson (Dr. A.). La sorcellerie et la science
des poisons au xvii^ siécle.— Paris, Hachetie,
1904.-16.°, 346 págs. (373
MONTGAiLHARD (Guy dc). Cinq poémes de
France et d'Espagnc.- Toulouse, imp. Privat,
1903.-8.°, 16 págs. [376
PiciNELLi (G.). Cenni storici sui privílcgi e
sulle prorogativc della cilla e dei consiglieri
di Cagliari nel secólo xiv.— Cagliari, lip. P.
Valdés, 1903.-8.°, 23 págs. [377
PoNTREMOLi (E.) el Haussoüllier (B.). Didy-
mes (Fouilles de 1893 et 1896). — Char tres,
imp. Durand, 1904.-4.° mayor, viii-212 págs.
con grabados. [378
Renou (H.). Les mystéres du Grand-Chaco
(romaa d'avcntures en Amérique).— Troyes,
imp. Arbouin, (19031.-16.°, 183 págs. [379
RiCERCA (Alia) di Guido Boggiani; spedizio-
ne Cancio ncl Claco Borcale (Alto Paraguay);
relazione e documcnti. — Milano, tip. soc. ed.
Popolare, 1903.-8.°, 109 págs. con grabs. (38o
RouARD DE Caro (E.). Les rclations de l'Es-
pagne et du Maroc pendant le xviii^ siécle. —
Saint-Dizier, imp. Thévcnoi, 1903. — 8.°, 20 pá-
ginas. [38i
RuFFET (Louis). Luthcr et la diéle de Worms.
Toulouse, imp. Chauvin, 1903.-8.°, 133 págs.
con un retrato. [382
Sanders (L. I. O. B.). Études sur Saint Jérd-
me.— Bruxellcs, imp. Becquart-Arien, 1903.—
8.°, vi-393 págs. [383
SouALAH (M.) L'auxiliaire de l'arabisant.-
Alger, imp. Jourdan, 11903.-16.°, xiii-143 pá-
ginas. [384
Staél(M"'c de)..Lcttres inéditcs. Publiées
par MM. P. Usteri el E. iíiífer.— Coulomiers,
imp. Brodard, 1904.-16.°, viii-283 págs. con un
retrato. (385
SwYNNERTON (Ch.). Talcs from the Panjáb.—
London, Constable, 1903.-8.°, 314 págs. [386
Tabet (E.). Diciionnaire fran^ais-arabe des
termes juridiques.— Alger, imp. Jourdan, 1903.
8.°, xi-779págs. [387
Tarnassi (J.). Traduzioni. Da Orazio. Da
Virgilio?— Da Claudiano.— M. Menéndez y Pc-
layo, á Orazio Flacco.— Buenos Aires, 1900.—
8.°, 129 págs. [588
Van oen Ghey.s (Le R. P.). Catalogue des
manuscrits de la Bibliolhéque royale de Bel-
gique. IIL (Théologie).— Bruxelles, H. Lamer-
lin, 1903.-8.°, xii-3i5 págs. [589
ViGNAUD (H.). La rouie des Indes el les in-
dicalions queToscanclli auraii fournies áCo-
lomb.— Paris, Leroux, 1903.-8.°, 33 págs. (590
Wbvlersse (G.). Le Japón d'aujourd'hui
(études sociales).— Coulommiers, imp. Brodard,
1904.— 16.», ix-367 págs. (391
M. Serrano y Sanz.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
237
REVISTAS ESPAÑOLAS
[i.o Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra, consagradas exclu-
sivamente al estudio de España y publica-
das en cualquiera de las hablas españolas en ó
fuera de España: los títulos de estas revistas
van de letra cursiva. 2.* Todos los trabajos
históricos y eruditos acerca de cualquier ma-
teria, según el amplísimo criterio expuesto,
que figuren en los sumarios de las revistas no
congéneres de la nuestra, escritas en dichas
hablas en ó fuera de España.J
Anales del Museo Nacional de Mkxtco.
1903. Julio. Las publicaciones del Musco Na-
cional, por Luis Goní^ále^ Obregón. —Cóáiccfi
mexicanos de Fr. Bcrnardino de Sahagün, por
José F. /?amfr«^. — Cultura de los nativos
americanos: su evolución independiente, por
A.H. Keane. =Scpticmbrc. Cultura de los
nativos americanos: su evolución independien-
te (conclusión), por A. //. Keane.—M.orñ, por
Alfredo CAavcro.— El Plan de independencia
de la Nueva España en 1808, por Jenaro Gar-
cía. =Noviembre. El Plan de independen-
cia de la Nueva España en 1808 (continuación),
por Jenaro García.
Anales de la Universidad de Santiago de
Chile. 1903. Mayo y Junio. Creación de un
curso superior de Humanidades, por Osvaldo
J?«n/i/o.— Historia de la civilización de Arau-
cania (continuación), por Tomás Guevara. =
Julio y Agosto. Boletín de Instrucción
Pública. — Memorias científicas y literarias:
Oidores de la Real Audiencia de Santiago de
Chile durante el siglo xvii, por Abraham de
Silva y Molina. — Equivalencia de grados uni-
versitarios y de títulos profesionales e.i los
diversos países latino-americanos, por Gaspar
roro.— Historia de la civilización de .\rauca-
nia (continuación), por Tomás Guevara. =
Septiembre y Octubre. Memoria jiistó-
rica sobre la familia Alvarez de Toledo en
Chile, por Tooiás Thayer 0;erfa.— Las consti-
tuciones chilenas de 1818 y de 1822, por Alci-
biades /^o/^/án.— Historia de la civilización de
.\raucania (continuación), por Tomás Gue^
vara.
Boletín del Museo Nacional db México.
1903. Julio. Los Matlatzinca, por N. León.—
Catálogo[de los objetosmatlatzincas].— [Noti-
cias]. = A f? os to. Los Tarascos, por N. León.—
(Noticias].=S eptiembre. Los Tarascos (con-
tinuación), por N. León.— [Noticias].— Octu-
bre. Los Tarascos (continuación), por N.
í^ón. — Informe que rinde la Comisión del
Museo [compuesta de Manuel M. Villada y
N. León] nombrada por la Secretaría de Jus-
ticia é Instrucción pública, para estudiar un
antiguo depósito natural de supuestos huesos
humanos en un lugar del Estado de Coahuila.
[Noticias]. — N o v i e m b r e. Los Tarascos (con-
tinuación), por N. León.— Noticia de un dia-
lecto nuevo del Matlatzinca. por F. Planearte
y N. León.— Canje.— Cama histórica: Últimos
días del General Victoria.
Doietin de la Real Academia de la Historia.
1904. Febrero. Adquisiciones de la Academia
durante el segundo semestre del año 1903.—
Nuevas inscripciones romanas de la región
norbense, por Mario Roso de Luna.-Monu-
mento erigido en California á Vancouver y á
Bodega y Quadra, por Cesáreo Fernández
Duro.— El Emperador Carlos V y su c^rte
(i522-i539), por A. Rodriguéis K7/a.-Lápidas
romanas de Caldas de Mombuy: Datos inédi-
tos, por Fidel Fíía.-Noticias.
Boletín de la Sociedad Arqueológica Lu-
Li.vN.v. 1904. Enero. Catálogo de los objetos de-
positados en el Museo Arqueológico Luliano
(Colegio de Nuestra Señora de la Sepiencia),
en espera de que se orginice el Provincial de
AntigueJades, en local adecuado, por D. Bar-
tolomé ferrá y Pere//Ó.-Armas y trofeos de
la Conquista, por Pedro Sampol y RipolL—
Acta y formulario de una elección de abad en
el monasterio de la Real: Documento de su
archivo. Translat del invcntari de la capella
de Madona Santa María de Luch, por Barto-
meu Pascua/.— Eretensions de Jaume II d Ara-
gó á la Corona de Mallorca per mort sens in-
fans del Rey en Sanxo. iniciades ja en vida
daquest, per E. ^/^ui/ó.— Nuestra lámina, por
B. Ferra.- Lámina CXXXIV: Clavos de
puerta.
La Ciudad de Dios 20 Enero 1904. Los dos
procesos de Juaní de Arco, por Antonino
Af. ronna-BarMeí.- Bucólicos griegos, por
Bonifacio //ompanera.— Catálogo de escrito-
res agustinos españoles, portugueses y ameri-
canos, por Boüifacio del Mora/.— Real Biblio-
teca de El Escorial, por B. Fernándet^.^b de
Febrero. La dominación judia y el antise-
mitismo, por Florencio A/onso.— Bucólicos
griegos (continuación), por Bonifacio Ilompa-
ncra.— Catálogo de escritores agustinos espa-
ñoles, portugueses y americanos (continua-
ción), por Bonifacio del A/ora/.— Real Biblio-
teca de El Escorial (Notas y comunicaciones):
La Revista de Archivos como fuente de noti-
cias sobre el Monasterio y Biblioteca Escuria-
leoses: Arquilla-relicario de cobre esmaltado
(siglo XII al xiii): Miniaturas de los Cantorales,
por B. Fernanrfe;^.— Bibliografía. =20 Febre-
ro. Ciencia de Urdaneta, por F. de Uncilla —
Una escritora española del siglo iv, por Gui-
llermo Antolin.— Los dos procesos de Juana
de Arco, por Antonino M. Tonna-Bartet.—
Catálogo de escritores agustinos españoles,
portugueses y americanos, por Bonifacio del
Afora/.- Revista de revistas.
La España Moderna. 1904. Enero. Páginas
de la historia del periodismo (de 1820 á 1833),
238
REVISTA DE ARCHIVOS
por Juan Péreí^ de Guj^wán.— Indagaciones y
conjeturas sobre algunos temas poéticos per-
didos: «Munio Alfonso. El Conde Rodrigo Gon-
zález», por Marcelino Menénde!^ y Pelayo. —
El evcmcrismo de Spcnccr, por Edmundo
Goni^áUi;^ B/anco.— -Lecturas americanas, por
Hispanus: «La lengua castellana en Puerto
Rico» de M. Fernández Juncos; «Apuntes his-
tóricos» del general Mendiburu; «Noticias his-
tóricas del Cuzco»; «Rectificaciones históri-
cas» de F. Iglesias; «Los Anales diplomáticos
y consulares de Colombia»; «Hombres y cosas
de América» de E. Piñeyro; «El Buscapié cer-
vantino» de G. de J. Vázquez: Revistas.— Re-
vista de Revistas, por Fernando Araujo.—
Notas bibliográficas, por P. Dorado y José
María Samperey Olivares.
Euskal-Erria. 20 Enero 1904. Cuestiones bí-
blicas: Magos en Belén (continuación), por
Blas Prarfere.— Ensayo de un Padrón histórico
de Guipúzcoa según el orden de sus familias
pobladoras (continuación), por Juan Carlos de
Guerra. =30 Enero. Cosas donostiarras: Los
puentes, por Francisco Lópe:( A/¿n.— Cuestio-
nes bíblicas (continuación), por Blas Pradere.
Apuntes necrológicos: Don Estanislao J. de
Lab lyru: Kxcmo. Sr. D. Ramón Fernández de
P¡érola.=io Febrero. Apuntes necrológi-
cos: Excmo. Sr. D. Ramón Fernández de Pié-
rola (conclusión): D. José Munoa.— Cuestiones
bíblicas (continuación), por Blas Pradere.
Helios. 1903. Diciembre. La biografía de Mr.
Gladslonc por Mr. Morley, por S. Pérej^ Tria-
ría.— llaibl&náo con Martín Hume.
La Lectura. 1904. Febrero. Mommsen, por
Rafael Altamira. — Vn libro extranjero de
asunto español: «le Don Quixotte d'Avellane-
da» par Paul Groussac, por Emilia Pardo 9a-
j^dn.— Españoles é ingleses en el siglo xvi: Es-
tudios históricos de Martín Hume, por C. ATa-
varro Lamarca.
Razón t Fb. 1904. Febrero. En torno á Lope
de Vega, por J. M. Atcar^ío.— La cripta y la
patria de San Dámaso, por Zacarías García.—
Galicia-Ostrea Edulis-Linneo, por Tomás Ar-
guelles.— Exsimtn de libros: «Los Toros de
Bonapartc» de Higinío Ciria y Nasarre, por J.
Af. y 5ay.— Noticias bibliográficas.— De Lite-
ratura contemporánea por J. M. A.
Revi: ta contemporánea. 1904. Enero. £1 Pa-
dre Blanco García, por Bruno /6ea5.— Una visi-
ta á Palencia, por Juan Ortega Rubio.— La en-
señanza de la geografía, por R. Alvares 5e-
reix y Leopoldo Pedreira Taibo.— En Santa
Elena, por Enrique Prúgent.—Kcvisla de Re-
vistas, por Pedro G. B/anco.— El tercer Duque
de Rivas y un crítico apasionado, por Narciso
José de Liñan y Heredia.—holQÜn bibliográ-
fico, por Pedro Ansüreí^^ E., D. B., P. G.-B.^
Antonio Morillo^ Miguel A. Rodenas y Albtr-
to Ortega Pére3(.=i5 Febrero. Albarracín:
Apuntes históricos y artísticos, por Pedro
Gascón de Gofor.— Misión de Roma en la anti-
güedad, por Juan Ortega y iludió.— Literatu-
ra rusa: Antón Tchekhoff, por Antonio Aíorf-
//o.— Noticia del hall.izgo del sepulcro de doña
Brianda de Mendoza y Luna, hija del segundo
Duque del Infantado, por Gabriel M.» Verga-
ra.— La enseñanza de la geografía (continua-
ción)^ por R. Álvareí^ Sereix y Leopoldo Pe-
dreira rai6o.— Revista de revistas, por Pedro
G. B/anco.— Boletín bibliográfico.
Revista de Extremadura. 1904. Enero. Nue-
vas lápidas romanas de Extremadura, por el
Marqués de Monsa/urf.- Noticia inédita, por
J. 5ang^uíno.— Crónica regional: Un protector
arqueólogo.— Notas bibliográficas: De Filolo-
gía: Manual Elemental de Gramática Histórica
Española por R. Menéndez Pidal, por R. Gar'
cia-Plata de Osma.
Revista de Huesca. 1903. Núm. 3. Latassa y
sus Memorias literarias de Aragón (conclu-
sión).— El Noticiario de Pedro Villacampa, de
Jaca, por Gabriel L/a6r¿s.— Texto del No-
ticiario de Pedro Villacampa ( 1350- 1563).— La
arquitectura en Aragón en el siglo xi, por
Gregorio Garda Ciprés.— El escultor valen-
ciano Damián Forment: Nuevos datos biográ-
ficos, por Luis Tramoyeres B/asco.— Corres-
pondencia de los Duques de Villahermosa
(1563 á 1591), extractada por Latassa.— Notas
bibliográficas: Discursos de medallas y anti-
güedades, por D. Martín de Gurr^a.— Noticias
de Huesca, por D. Martín de Gurrea, por Ga-
briel Llabrés.—Sainlo Domingo de Huesca: No-
ticias, por Lafassa.— Sonetos del Dr. Bartolo-
mé Leonardo de Argensola.
Revista del Instituto Paraguayo. ;Núme-
ro 44. Modismos más usuales en la Península
(Tesis'doctoral), por Eugenio Bordas Barbier.
La Memoria del General Mitre, por la Direc-
ción.— Gutrta del Paraguay: Memoria militar
sobre el Estado de la Guerra con el Paraguay
en 1867 , por Bartolomé Mitre.— K Guido
Boggiani: Poesía, por Gabriel D'Annum^io.—
Los Pájaros del Paraguay (continuación), por
Félix de Ajeara.- Bibliografía.
Enrique Arderíu y Valls.
REVISTAS EXTRANJERAS
(i.** Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra portuguesas, ó ex-
tranjeras en hablas no españolas ni portugue-
sa consagradas exclusivamente al estudio de
España, y dadas á luz en ó fuera de ésta: los
títulos de unas y otras revistas van de letra
cursiva. 2.** Los trabajos de cualquier materia
tocantes á España, y los de carácter histórico
y erudito interesantes para la cultura que
liguren en los Sumarios de las demás revistas
escritas en lenguas portuguesa v extranjeras,
publíquense ó no en España. 3.<^ Los trabajos
que, estando en las condiciones reseñadas en
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
239
este párrafo segundo, aparezcan en revistas
publicadas por extranjeros en lenguas sabias.]
ACAO¿MIB DES INSCRIPTIONS «& BeLLES-LeT-
TRE8 [oB París]. Comptes rcndus. 1903. Sep-
tiembre-Octubre. M. Degrano, Le trésor d Iz-
gherli.~MM. le D.'' Capitán, l'abbé Breuil et
PsTRONT, une nouvelle grotte a parois gravees
á Tépoque préhistorique: la grotte de Treyjat
(Dordogne).— M. F. Durbacm, Rapport som-
maire sur les fouílles de Délos.— R. P. Delat-
TRB, Figurines trouvées á Carthage dans une
nécropole punique (1903).
Anzeiger fCr schweizerische Altertums-
KUNOE. Nr. 2 und 3. 1904. Dr. J. Heierli, Ar-
cháologische Funde in den Kantonen Si Gallen
und Appenzell (Fortsetzung).— Frilz Jecklin,
Rfimanische Ausgrabungen in der Custerei io
Chur.— J. R. Rahn, Wandgemálde im Chor der
Oetenbacher Kirche in Zürich.— J. R. Rahn,
Wandgemálde in der Kirche von Wila, Kan-
ton Zürich.— E. Rothenháusler, Notizen über
die St Annakapelle in Fahr und die Bauges-
chichte der dortigen Klosiers.— W. H. Doer,
Zwei Kleinere Arbeiten des Zürcher Goldsch-
mieds Hans Heinrich Riva(i6i6-i66o),
Archivo histórico portüguez. 1904. Enero.
A. Costa Lobo, Um campeáo do feminismo no
secólo XV. — Sousa Viterbo, As dadivas de Af-
fonso de Alburquerque.— Pedro A. de Azeve-
ro. Gilíes Le Hedois du Bocage. (O avó do
poeta Bocage).— A. F. Barata, Rei de armas de
Evora. — Caderno da sisa da margarya para
i5o2. — A. Braamcahp Freiré, As conspiradles
no reinado de D. Joáo II. Documentos. (Conti-
nuagáo). — A. Braamcamp Freiré, Cartas de
qjuita^áo del Rei D. Manuel.
Arcrivio storico lombardo. 1903. Fase. XL.
Giuseppe Calligaris, Stefanardo de Vicomer-
cato. — A. Mazzi, I «Confínes Domi et Palatii»
in Bergamo. — Lodovico Sforza, detto 11 Moro,
e la Repubblica di Venezia, dall autunno 1494
alia primavera 1495.
JouRMAL OES SAVANTS. 1904. Enero. G. Pe-
rrot. Les recentes fouilles de Troie.— P. Tan-
NBRT, Fraomknts des médicin<i grecs.— C. Cler-
mont-Ganneau, Une nouvelle chronique sama-
ritaine.— A. Barth, De Torigine et de la pro-
pagation des fables.
La Revue. i5 Enero 1904. A. Binet, L'áge de
recriture.— C.^^ Léoii Tolstoí, Ce qu'est la
religión orthodoxe.— G. Savitch, Le juif dans
la littérature russe.
La Revub socialiste. 1904. Enero. Jean
Jaürís, Action politique etaction syndicale.—
BRiEUX,Matern¡té(stti7eeíyín^.— AgustifíCHA-
BOSEAU, La Commune á Florence en 1378.—
OssiP-LouRií, DostoTewski.— Retbell, Le so-
cialisme et la question d'Alsace-Lorraine.—
Mémolre sur le différend russo japonais rela-
tif á la Mandchourie et á la Coree.
Le Correspondant. 10 Enero 1904. Fernand
Engerand, La conqucte politique de louvrier
sous le second empire.- Louis Arn«uld, De
l'action morale de la femme sur le travail des
jeunes gens.-25 Enero. Rene Lavolléc, Les
nouveaux projets de loi sur la séparation de
l,église et de létat.— Femand Engerand, La
cooquéte politique de l'ouvrier sous le second
empire.— L. de L.\nzac de Laborie, Le dernier
Cardinal de Roban. — Louis Delmas, Le mal du
siécle. — Nervosisme. — Neurasthénie.
Le Tour du .monde. 2 Enero 1904. M. Albert
Malkt, En .Macédoine. .\u vilayet de Monas-
tir.— Le lac Mcnzaleh. Sos villes di^iparues.—
Daos risthme de Panamá.— LWngletcrre et le
Tibet.— Ceux qui sont entres dans la mysté-
rieusc cité de Lhassa.— Le futur Etat juif auto-
nome sera-t-il en .\frique orientale?-Un sejour
dans la Nouvelle-Zcmble.— Li vres el Cartes.=
9 Enero. Le Popocatepelt.— Une ascensión
au Spitzberg.— Beautés chiliennes.— Les che-
veux des Japonaises.— Les chemins de fer rus-
ses en Asic.— Mocurs chinoises. Une visite en-
tre femmes du monde.— Qui veut acheter des
Fauves? Cest pour rien.=i6 Enero. L^ne ex-
cursión au pie du grand-Jer. — Comment se
fait la robe d'une* Javanaise.— Comment ful
retrouvé Nordenskjold.— Les forces russes et
japonaises en présence dans les regióos d Ex-
tréme-Orient.— Lor á Madagascar.
NuovA Antología, i Enero 1904. Paolo Man-
tegazza, Labiiudine e la sua influenza suUe
emozioni estetiche.— G. Sergi, Herberi Spen-
cer.— Gustavo Frizzoni, Larte del disegno in
Leonardo da Vinci e Rafaelo Sanzio. = i6
Enero. Pompeo Mol.menti, Galanterie e sa-
lotti veneziani. — Bárbara Allason, Lettera-
tura tedesca contemporánea: Detler von L¡-
liencron. — Giulio Salvadori, La prima idea
del dramma di Dante.
Revue archéologique. 1903. Noviembre-Di-
ciembre. M. Franz Cumont, Une statuette de
Bendis.— M. Joseph Déchelette, Un relief
céramique de Lezoux emprunté au groupe du
Laocoon.— M. Paul PERDRiZET,Syriaca, (suífe).
M. J. DuLON, Date de la eonstruction de la
Chapelle de Saint-Louis au cháteau de Saint-
Germain-en Laye. — Biblíographie.
Revue Bénédictine. 1904. Enero. D. Ger-
main Morin, Un symbole inédit attribué á
saint Jéróme.— D. Maurice Festugiére, Ques-
tions de philosophie de la nat are.— D. Ursmer
Berliérb, Les évéques auxiliaires de Cambra!
aux XIV^ etXV^ siécles.— D. Germain Morin,
Un nouveau fascicule des Anécdota Mared-
solana.— D. Jean Chapman, La restauration du
Mont-Cassin par labbé Pétronax.
Revu;-; critique d'histoire et de littéra-
ture. 21 Diciembre 1903. De Vlieger, Kitáb al
Qadr.— Perrot, Histoire de lart dans 1 anti-
240
REVISTA DE ARCHIVOS
quüé, VIII.-Olrik, Rolf Krakc— Vedel, La
vie héroique.— PoRENA, Alfieri et la tragedle.
Krumbacher, Le problémc de la langue en
Gréce.—HATZiDAKis, La questíon de la langue
en Gréce. — BARTHE, Morceaux choisics des
ccrivains cspagnols.~BiGEL.MAiR, Les chré-
tiens daas la vie publique avantConstintin.—
ScHERMANN, Les sourccs grecques dans lEs-
pril Saint dAmbroisc.— Srawley, Le discours
catéchétique de Grégoire de Nyssa.=29 Di-
ciembre. Helbig, Les cavaiiers athéniens.—
Abbot, La Germanie de Tacite.— Norden, La
papauté et Byzance.— Berjot, Les cinq lan-
gues germaniques.— Friedwagner, Les ma-
nuscrits de Meraugis.— Hathaway, LAlchi-
mistedeBen Jonson.=4 Enero 1904.— Neu-
MANX, Le Majjhima-Nikáya, III.--Dalhke, Le
bouddhisme.— ScHREiBER, Bouddha et les fem-
mes.— Lehmann, Contributions á Ihistoire an-
cienne, III.— Sticknby, Les sentences dans la
poésie grecque.—ANToiNE, L'attraction mo-
dale en latín. =1 1 Enero. Fossey, La magie
assyrienne. — GiLDERSLEBVE, Problémes de
syntaxe grecque.— Niese, Histoire des États
grecs, III.—Bardenhewer, Histoire de la lit-
térature chrétienne, I et IL— Bellanger, Le
poéme d'Oricntius et La langue dAntonin de
Plaisance. — Peppler, Les diminutifs dans
Aristophane.— ScHULTZE, Fragmentsdun ma-
nuscrits b¡bliquc. = i9 Enero. Jacobi, Le
Mahabhárata, resume et index.— Derenbourg,
Oumára.— GoMPERz, La chronologie de Zénon.
Radford, La pcrsonnification dans Thucydi-
de. — Cima, Léloqucnce latine avant Cice-
rón. —Omo.nt, Concordances des manuscrits de
la Bibliothéque Nationale.
Revue de Gascognf. 1904 Enero. C. Dancé,
Le mouvement félibréen dans le Sud-Ouest.—
A. Degert, Un artiste Auscitain á rctrouver.—
A. Du, Questioas et réponses: Encoré Pierre
Milhard, prieur de Sainte-Dode.— C. Cécérak,
Chronique: le cinquantenairc de la Société
Académiquc des Hautes-Pyrénées.— L'abbé I.
Broconat, Etat ancien de l'instructión pri-
maire dans quelques paroisses rurales du Gers
(^sutff;.— Bibliographie.
Revue de G¿ographie. 1904. Enero. V. Gau-
dard de Vinci, L* «Express-Lapon» Colonel
Leblond, Les États-Unis d'Amérique. — R.
NoRMAND, Notes hydrographiques sur la Gui-
ñee fran^aise.— G. N. Tricoche. La question
foréstiére et cynégétique aux États-Unis.—
G. Recelsperger, L'actualité geógraphiquc.
Rbvue de l'Art chr¿tien. 1904. Enero. G.
Sanonsr, L'église de Saint-Jouin de Mames.—
M. Gerspach, Padoue, Venise, Trévise, Vicen-
cc.— J. Helbig, Décoration polychrome du mo-
bilier des églises. — H. Cííareuf, A propos de
fresqucs.— Eug. Martín, Rational el Surhu-
méral.— Bibliographie.
Revue des Cours et Conférences. 24 Di-
ciembre 1903. Émilc Faguet, Descartes. Ses
idees morales ^«ttzfe^; lécrivain; son influen-
ce.— .\lfred Croiset, La civilisation attique du
ve an IV^ siécle. L'Athénien du V.^ siécle.
Jules Martha, Lhistoire a Romc: Troguc
Pompee.— Augustin Gazier, La Fonlaine fa-
buliste: L'¿crivain.=3i Diciembre. Émile
Faguet, Les poetes secondaires du XVIII^ sié-
cle: Dorat: sa biographie.— Víctor Egger, Lt
Psychologie: Objet du cours.— Charles Seig-
nobos, Transformation des sociótcs européen-
nes au XIX^ siécle: LEmpire russe despuis
de i855.— Camilc Moret, La philologie roma-
ne. =7 Enero 1904. Louis Bréhier, Histoire
de lart et de la civilisation an moyen age.—
C. Thiancourt, Les premiers apologistcs
chrétiens á Rome et les traites philosophiques
de Cicerón.=i4 Enero. Alfred Croiset, La
civilisation attique du V^ au IV^ siécle: Di-
rection genérale des esprits; la religión, la
sciencé, lart.— Émile Faguet, Les poetes se-
condaires du XVIIl*^ siéclé: Dorat, ses oeuvres.
Jules Martha, L' histoire á Rome: Trogue
Pompée.=2i Enero. Víctor Egger, La psy-
chologie: son objet. — Augustin Gazier, La
Fonlaine Fabuliste: ses rivaux et ses imita-
leurs au XVII^ siécle. = 28 Enero. Émile
Faguet, Les poetes sccondaires du XVIIl^ sié-
cle: Grécouri; sa vie et ses oeuvres.— Charles
Seignobos, Les phénoménes généraux en his-
toire. Objet et raéihode du cours; condiiions
communes á toutes les socieiés.— Víctor Gi-
RAUD, Le *Port-Royal* de Sainte-Beuve. Va-
leur historique et littcraire de l'ouvrage.—
Abel Mansuy, Les écrivains russes du XIX^
siécle et la líiiérature fran^aíse: Pouchkine.
Revue des deux mondes, i Enero 1904. Pie-
rre LoTí, Vers Ispahan.— M. Henry Bordeaux,
Leerán brisé.— Lettres de H. Taine á F. Gui-
zot.— M. le general H. Frey, Lcntrée des
alliés á Pekín. =1 5 Enero. Georges Goyan,
L'AUemagne catholique entre 1800 el 1848,
II. Romantisme el Catholicisme.— M. P. Ba-
net-Rivet, La matiére pondérale el sa struc-
ture intime.— M. Jules Leclercq, Au Spitz-
berg el a la banquíse.
Revue des langues romanes. 1904. Enero-
Febrero. Kastner, Histoire des termes tech-
niques de la versíficaiion fran^aise.— Gram-
MONT, Eludes sur le vers franjáis (suífe).— Vi-
dal, Les délibérations du Conseil municipal
d'Albí (suife).— Bíbliographie.
Revue des questions historiques. Enero.
1904. Camille Daux, Le ccns pontifícal dans
l'église de France.— Jean Guiraud, Le «Con-
solamentum» caihare. — Fran^ois Rousseau,
Expulsión des jésuites en Espagne. Démarches
de Charles III, pour leur secularisation.—
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
241
P. Blxard, Les exploits d'un conventionnel en
inissioo. Prisonoiers et prisons(i793-i794).
Rl VISTA DI STORIA ANTICA. FaSC . I. I904 .
A. Romano, Ricerche sulla Anonymi totius
orbis descriptio.—A. Bellotti, Dei Vittumuli
ricercatori d'oro.— A. Abbruzzbse, Le rela-
zioni fra l'Impero Romano e 1' Armenia.—
K. KuiPER, Ad Ezechielem poetam judaeum
curae secundae.— F. P. Garofalo, I Vandali
in Sicilia.— V. Ginffrida-Ruggeri, I dati dcU'
antropoIo|(ía ed il criterio cronológico.—
C. Lanzani, Per un passo trascuraio.— N. Vu-
Lic', Miscellanea sugli Scriptores historias
Áugustae.^L. Holzapfel, Dell' era enniana
intorno alia fondazione di Roma.— V. Costan-
zi, La sopravvivenza della regalitá, nella re-
pubblica romana.
Rrvue d'histoire ecclésiastique. 1904. Ene-
ro. F. X. FüNK, Teriullicn ei lagape,— A. Cau-
CHíE et R. Maere, Instructions aux Nonces
des Pays-Bas espagnols.— Ch. TERLiNDEN,Clé-
ment IX et la guerre de Candie.
RiVISTA OELLE BlBLIOTECHE E DEGLI ARCHIVI.
1903. Diciembre. Giuseppe Fumagalli, La
Scuola del Libro a Milano.— Giuseppe Caste-
LLANí, Baodi, editti e tariffe moneiarie a
stampa.
Lorenzo Santamaría.
SECCIÓN OFICIAL Y DE NOTICIAS
A propuesta del Ministerio de Instrucción
pública y Bellas Artes se ha concedido á Don
Jesús Fernández Martínez Elorza, la Enco-
mienda de la Orden civil de Alfonso XII, por
estimar de mérito reconocido la obra que re-
cientemente publicó, intitulada Orígenes y
Estado actual de la Biblioteca del Instituto de
Jovellanos de Gijón.
Con fecha 19 de Enero último se ha concedi-
do licencia reglamentaria al Oficial de 4.* gra-
do D. Antonio Montes y Castillo.
Ha fallecido en Cádiz D. Francisco Juárez
Talaban, Oficial de s.**" grado que prestaba
sus servicios como Jefe de la Biblioteca pro-
vincial de dicha Ciudad. Había ingresado en
el Cuerpo en 10 de Julio de 1894.
Con motivo de la anterior vacante, ha as-
cendido á Oficial de ^-^^ grado D. Luis Gon-
zalvo París.
Han sido trasladados:
D. José Carreta y Sancho Granado, del Archi-
vo Histórico Nacional al del Ministerio de Ha-
cienda; D. Francisco García Romero, de la Bi-
blioteca provincial de Almería al Archivo de
I la Chancillería de Granada; á este mismo Ar-
chivo, D. Mariano Castillo y García, que pres-
taba sus servicios en el de Hacienda de la
misma Ciudad; D. Nemesio Cornejo y D. Cris-
tóbal Espejo é Hinojosa, al Archivo de la
Chancillería de Valladolid, que los prestaban
I en el Archivo de Hacienda de Segovia y Bi-
blioteca Universitaria de Valladolid respecti-
vamente; D. Ildefonso Alós, pasa del Archivo
de Hacienda de Castellón á la Biblioteca Pro-
vincial de la misma Ciudad; D. Julio Amarillas
y Celestino, del Archivo de Hacienda de Huel-
va á la Biblioteca Nacional; D. Juan Bautista
Martínez de la Peña, del Archivo de Hacienda
de León al Registro general de la Propiedad
Intelectual; D. Tomás de las Heras y Dispierto,
del Archivo del Ministerio de Hacienda á la
Biblioteca de la Facultad de Farmacia; D. Sal-
vador Rueda, del Museo de Reproducciones
artísticas á la Biblioteca de la Escuela de Ve-
terinaria, y D. Julio González Hernández, pasa
del Archivo de Hacienda de Toledo á la Bi-
blioteca provincial de la misma Ciudad.
242
REVISTA DE ARCHIVOS
Con fecha 27 de Febrero último, han ingre-
sado en el Cuerpo de Archiveros, Biblioteca-
rios y Arqueólogos, previos ejercicios de opo-
sición, los señores siguientes, que han sido
destinados á los estableciniientos que se ex-
presan:
Narciso José de Liñán, Biblioteca Universi-
taria de Valladolid; Casto María del Rivero,
Biblioteca Universitaria de Santiago; Miguel
Vclasco y Aguirre, Archivo de laChancillería
de Valladolid; Marcos Asanza y Almazán, Bi-
blioteca Universitaria de Valladolid; Ricardo
Aguirre > M. Valdivielso, Archivo de Hacien-
da de Segovia; José de la Torre y del Cerro,
Archivo de Hacienda de Málaga; Joaquín Mar-
tínez Mollínedo, Archivo de Hacienda de Tole-
do; José María Caparros y Lorencio, Archi vo de
laChancillería de Granada; Antonio de Torres
Gasión, Archivo de Hacienda de Granada;
Francisco Navas del Valle, Archivo de Hacien-
da de Cádiz; Francisco Ramírez y Serrano, Ar-
chivo *de Hacienda de Huelva; Luis Delgado
Moya, Archivo de Hacienda de Castellón; En-
rique Prugent y Miguel, Archivo de Hacienda
de Soria; Luis del Arco y Muñoz, Archivo de
Hacienda de Huesca; Manuel Mañueco Villa-
lobos, Archivo de Hacienda de Falencia; Fran*
cisco Cereijo y Rodríguez, Archivo de Hacien-
da de Santander; Gerardo Benito Corredera,
Biblioteca Universitaria de Salamanca; Luis
García Farach, Archivo de Hacienda de León;
José María Bustamante, Archivo de Hacienda
de Lugo.
ERRATAS DEL NUMERO DE ENERO
Pág. 73, lín. 7, dice: inventos por intentos. — Pág. y3, lín. 18, dice: centro por
cetro. — Pág. 73, lin. 41, dice: de texto por del texto. — Pág. 74, lín. i.* y 2.*, dice:
escasísimo por exactísimo.
ERRATAS DE ESTE NUMERO
Pág. 128, lín. 14, dice: folículos por funículos. — Pág. i3o, lín. 18, faumo por
fauno.
MADRID.— Tip. de la Berista de ArehiTos, Bibliotecas 7 Museos. Olid, 8
REVISTA
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
lJHi>\.N'l utlClAL IIKL r.l KKPIi l\\':i ]. 1 A IIVO HKl, HA.MO
THRCIÍRA ÉPOCA
AÑ(J VI]]
iy«^l
ADRID
>. DE LA PEVISTA UE ARCKIVUS, HIULIUTECAS V MUÍG4&
Calle Je Olid, núm. 8.
SUMARIO
Págs.
i.-Keparaciones á la yüia é historia de Carlos IV y Marta í.uisa. La primera calum-
nía, por D. Juan f*KRKz DK (iií/mAn 22s
II.— D. Gutierre Vaca de (¡ui^mán. Biofrrafia, bibliftgrafia y estudio critico con algu-
nas composiciones inéditas^ por D.Tonvd'^ Me^íduíutía 2^■•^
lU.— Leyendas del último rey godo. II. D. Rodrigo y la Ceba, por O. Juan Mfnéndkz
PiDAí 270
í^ —Sf lio del Concejo de I uenterrabia, por D. y. VíOyAy :<"2
V.— DoccMKMo: I. El Águila del a¿íua. representación española de Luis Vélcz de Gue-
vara, por A. P. y M 307
VI -Notas riri io(íbái k.as: Dr. A. Francis I*ribram, Kontcs rcruní Ausiriacarum.—
Ocslerrcicliischc CicHchichts.— (^)ucHen. Ucrausp. v. Jer historischcn Kommission
dcr Kaiserlichcn Akadcniie der Wisscnschaften in Wicn.— Zwcitc Abteilunjí. Oi-
plomntaria ct Acta.- L VI »and. Privaibriclc Kaiser l.copold 1 an den ürafcn F. E.
Poiing. 1. Teill.- Novcmbcr iciib bis Dezember irit«K. LVIl. II rclli. Jaouar lOóo bis
Pezcmber 1O73 (A. P. r M.)-- K. Robles. Cartilla fonética para enseñar á los niños
y sordü-mudos el arte de la lectura (A. P. y M.).— I). Manuel Chaves, Apuntes se-
villanos. Cosas nuevas \ vicias. Prólof^o de O. J<.sé Nogales (M. S. v S.).— Bcnia-
inin Kidd., 'autor de *La evolución social»), La civilización occidental, vertida al
castellano por Siró fñircírt líe/ A/íi^f; (M. S. Y S.) 32?
Vil -Vaimkdadf.s: España (Simancas). Estados Unidos, y Francia x . . . 331
TU! —Crónica i>K Archivos, BiBi.iüiECAs T Museos • . . . . 334
IV. —Bibliografía: Libros españole.s^ por 1). Alvaro Ciii. Aibacktev H. M. Serrano
Y San/, de la Biblioteca Njcional.— /.idros extranjeros^ por 1>. M. Serrano y San/.
Revistas españolas, por I). Enrique .Ardkrív y Vai i s, de la Biblioteca Nacional.—
Revi.^tas extranjeras, por I>, Lorenzo Santamaría, de la Biblioteca Nacional. . . 33.*»
] \MiNA siki.ta: \'. Sello del Conccjn de Fuentcrrabía.
I AMINA inti-Rtaimía: Funda ilcl sello del Concejo de Fuentcrrabía.
Pliofjo v> ^ie la fíibliografia hispano-latina ciánica, por 1). Marcelino Mkséndkz t Pklayo.
Jefe superior del Cuerpí) facultativo de .Archiveros, Bibliotecarios y .Arqueólogos,
I)irector de la Biblioteca Nacional.
i'li'.*t?o 17 del Catálogo de retratos de personajes españoles que se conservan en la Sección
de Hstampas ) de liella.^t Artes de ¡a liiblinteca Xacional, por D. .Xn^d M." de Barcia
> Patón, Jefe de dicha Sección.
PJi.?"«i - del Ciitálogo de la libreria del Cabildo ToU-dan", por I>. José Octavio he Toied*».
l*li-i;<- :."viel Catálogo de la Sicción ii.'-* Real ¡*alioniiti-, por IV \icente LiX)RENS AsiNfio.
Secretario del Archivo ncneral de Indias en Se\iIIa.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
• •
Año VIII. — Abril de 1904. — Núm. 4.
REPARACIONES
A LA VIDA É HISTORIA DE CARLOS IV Y MARÍA LUISA
LA PRIMERA CALUMNIA
En el legajo 2.856 de papeles de Estado, del Archivo Histórico Nacio-
nal, existe una pequeña carpeta que contiene unas Cartas reservadas del
conde de Floridablanca á la princesa de Asturias (María Luisa de Bor-
bón, princesa de Parma), cuando el rey Carlos I 11 hií{0 salir j^ Madrid
al Guardia, según reza el epígrafe contenido en su cubier^jír El conjunto
de estos documentos son: veinte esquelas de Moñino á la j^-iierida Princesa;
dos minutas de cartas para el arzobispo de Theba, confesor del Rey, que
las acompaña; la contestación original de la respuesta del Arzobispo, y dos
cartas, sin duda interceptadas, dirigidas probablemente al Guardia sacado
de Madrid, de nombre Diego, en una de las cuales suscribe otro llamado
Carlos, Ninguno de estos documentos fija el año en que fueron escritos;
uno solo el día y el mes, y la generalidad, no todos, el día de la semana y
el número de la fecha. Para indagar, pues, los datos complementarios, me
he valido de la esquela de Floridablanca, que se escribió el martes 24 de
Diciembre, y no habiendo concurrido en martes ningún otro 24 de Di-
ciembre de 1780 á 1790, que el del año 1782, he tomado este punto de par-
tida para reconstruir, con otras noticias igualmente documentales, el su-
ceso que determina el epígrafe de este artículo. Las demás fechas, por
este mismo procedimiento, han podido fijarse con la misma rigorosa exac-
titud. Pero hay además otro elemento no menos positivo de comproba-
ción. En postdata de la segunda carta que el Guardia de Corps Carlos,
dirigió á su compañero Diego, le decía: c<La Compañía vacante de Guar-
3.* ÉPOCA.— TOMO X. I 7
244 REVISTA DE ARCHIVOS
dias de Corps se ha conferido al Príncipe de Masserano.» Las Guardias
de Corps en aquel tiempo se componían de tres compañías: la española,
de que era capitán el Teniente general D. Manuel Pacheco; la italiana,
que mandaba como capitán el príncipe de Ríccia, y la flamenca que
en 1784 dejó de mandar su capitán el conde de Bournonville. En esta va-
cante fué en la que entró el príncipe de Masserano, según consta en el
Kalendario Manual ó Guia de Forasteros en Madrid (Estado Militar) de
i.° de Enero de 1785. Todo este proceso, desde fines de 1782 hasta fines
de 1784, fué el que llevó la causa de la salida del Guardia del cuerpo á qu3
pertenecía, salida que produjo la correspondencia que se cita del conde de
Floridablanca con la princesa de Asturias, Maria Luisa de Borbón, esposa
del que fué, desde 1788, Carlos IV, rey de España.
No es extraño que al tratarse de un suceso en que de un lado interviene
esta augusta señora, y del otro un Guardia ^e Corps, á las pocas personas
que han tenido noticia de estos documentos viniera, desde luego, á mientes
el nombre de Godoy y aun el de alguno de sus hermanos. El joven y la-
borioso escritor D. Alfonso Danvila, que, buscando otros documentos re-
lativos al brevísimo reinado de D. Luis I, que en el mismo legajo se hallan^
tropezó con estas cartas en las que vio la señal de que habían sido copia-
das por mi, inmediatamente relacionó el nombre del Guardia Diego de las
dos cartas interceptadas del Guardia Carlos con D. Diego de Godoy, uno
de los dos hermanos del que conoce la historia por el título que ostentó de
príncipe de la Paz. Todos los biógrafos de éste, y aun él mismo en sus
Memorias apologéticas del reinado de Carlos IV, dicen que de Badajoz, su
patria, vino á Madrid al abrigo de un hermano mayor que ya pertenecía
á este distinguido cuerpo de tropas de la Casa Real. Pero estas deduccio-
nes de la primera impresión la desvanecen al golpe todas las noticias do-
cumentales que se conservan acerca de esta familia. Corroborándolos da-
tos conocidos á que aquí se ha hecho referencia, en poder de la actual
condesa del Castillofiel, existe, entre multitud de preciosos papeles del
archivo privado del príncipe de la Paz, una cartera de bolsillo que éste
llevaba siempre consigo, y que á su muerte, la princesa viuda, D.* Josefa
Tudó, recobró para que del mismo modo nunca se apartara de su persona,
en la cual, no solamente son preciosos los cuatro retratos en miniatura
del infante D. Francisco de Paula Antonio, y de sus hijos D.* Carlota de
Godoy y Borbón y D. Manuel y D. Luis de Godoy y Tudó, sino cierta can-
tidad de cartas, apuntes y papeles Íntimos, que compendian las ideas y
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 345
los sentimientos perpetuamente predominantes en la cabeza y en el cora-
zón del infortunado valido de los reyes D. Carlos y María Luisa. En el
borrador para una carta que el príncipe debió escribir en i85i para satis-
facer las exigencias de alguno que le había pedido datos para su historia,
se leen estos párrafos de introducción: — «Nací en Badajoz, capital de la
provincia de Extremadura, el día 12 de Mayo de 1767. Empecé mis servi-
cios en el Real Cuerpo de Guardias de Corps el año 1784 (de diez y siete
años), reinando S. M. Carlos III, y besé su real mano á fin del mes de
Agosto en San Ildefonso. Mi posada en Madrid, desde el día de mi llegada,
fué el Cuartel de Guardias, en compañía de mi hermano mayor D. Luis,
que me precedió en la carrera. Mi padre nos socorría con sobrados ali-
mentos para sostener la decencia de nuestra clase.» En el Archivo del Mi-
nisterio de la Guerra no he podido ver el expediente de personal de este
D- Luis; pero en el Histórico Nacional, en el legajo 284 de las Pruebas de
la Orden de Santiago, existe el expediente de las informaciones que sobre
él se hicieron en 1787, después de habérsele conferido la gracia con fecha
del 18 de Mayo del mismo año,^y en ellas no se le da otro título que el de
Guardia de Corps de la Compañía Española. Estos datos demuestran que
el Guardia á quien se refieren las cartas del conde de Floridablanca, ni
era D. Luis, que en 1787 continuaba perteneciendo á aquel cuerpo y go-
zando del favor del rey Carlos III, ni era D. Manuel, que no ingresó en el
cuerpo hasta 1784, de edad de diez y siete años. Con todo, el abate D. An-
drés Muriel, excatedrático de la Universidad de Burgo de Osma, que á
ejemplo del escéptico y liviano conde de Aranda, recogió del libelo del
muladar político todas las inmundicias que acerca de la figura de la reina
María Luisa aún siguen manchando las páginas de la Historia, al presen-
tar á sus lectores en su Historia de Carlos IV la de D. Manuel de Godov,
dejó escrito lo siguiente: — «La predilección que la Princesa de Asturias
tuvo por el hermano mayor durante algún tiempo, le proporcionó el co-
nocimíento del D. Manuel, preferido muy luego, no solamente á su her-
mano, sino a todos cuantos la Princesa había distinguido con su favor
hasta entonces.í) (Memorial histórico español, tomo XXX, pág. 48.)
Aquí Muriel se refiere al D, Luis de que he hecho mérito anterior-
mente; mas como el corresponsal del Guardia sacado del cuerpo se dirige
á un Diego, la rectificación alcanza lo mismo á Muriel, que á los que han
creído después que aquel Guardia era el otro hermano del príncipe de la
Paz, que llevó este nombre. En efecto, no mayor, sino menor que él,
24^ REVISTA DE ARCHIVOS
tuvo D. Manuel de Godoy un tercer hermano llamado D. Diego. También
en 1784 abrazó, de doce años de edad, la carrera de la milicia, como él
mismo expone en una Representación dirigida desde Roma, en 1819, al
i*ey Fernando VII, y que se conserva en su expediente de personal del
Archivo del Ministerio de la Guerra; pero no en el cuerpo de tropas de
Casa Real á que sus hermanos pertenecían, sino en el Regimiento de In-
fantería de Aragón, en calidad de cadete, de donde al año y medio de ser-
vicio pasó de portaestandarte al Regimiento de Caballería de Voluntarios
de España. A la creación del Regimiento de Infantería de Málaga se incor-
poró para mandar la primera compañía de granaderos, en la que concu-
rrió á la defensa de la plaza de Ceuta asediada por los marroquíes; aquí
le tomó para edecán suyo el general Urrutia, al lado del cual hizo toda la '
campaña, y habiendo concluido ésta, proponiendo la paz el Xarifa de Ma-
rruecos, fué el encargado por el general en jefe D. Luis de Urbina para lle-
var á la corte los pliegos que así lo comunicaban al gobierno del Rey, reci-
biendo en recompensa de las heridas que recibió en combate y de otros ser-
vicios particulares el ascenso á comandante del tercer batallón y el grado de
coronel. En este grado le encontró la subida de su hermano al Ministerio
de Carlos IV. Declarada la guerra á la República francesa, se le ascendió
á teniente coronel efectivo y se le destinó al Regimiento de Caballería de
Santiago por retiro del Sr. Romé. El general Ricardos, sin privarle de este
mando, le nombró también su ayudante de órdenes al tomar el superior del
ejército de operaciones, y en la primera de las tres campañas que constitu-
yeron aquella guerra, fué el portador á Madrid de la noticia de la victoria
de Masdeu, en que había servido de edecán, por no hallarse aún incorpora-
do su Regimiento. Volvió inmediatamente para operar con él en la expedi-
ción á Cavestany, á tiro de cañón de la ciudadela de Perpiñán, donde con
un cuerpo de dos mil quinientos hombres se interpuso entre la vanguardia
y el ejército enemigo, para que atacada por el frente la vanguardia fran-
cesa, quedase casi en su totalidad prisionera, como sucedió, obligando á
rendirse á su comandante general el general Fraicheville, recogiendo todo
el bestiamen que tenía compuesto de más de dos mil quinientas cabezas de
ganado lanar, vacuno y caballar, y los cañones con que se apoyaban seis-
cientos dragones y la infantería correspondiente. Todavía, después de ha-
ber defendido el 22 de Septiembre de 1793 la batería de Puntellás y con-
cluido con la compañía que la atacaba, pasó á reconocer, con los Regi-
mientos de Caballería de Santiago y España que formaban su brigada.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 247
el cuerpo de reserva en que iba el general Dagobert, general en jefe del
ejército enemigo. Hizo alto á tiro de pistola de las avanzadas de éste; le
intimó la rendición y tuvo la gloria de recibir de sus manos la espada ren-
dida del general renombrado: y aunque entre el fragor del fuego, Dagobert
logró ponerse después en salvo á uña de caballo, todavía no vio D. Diego
concluir aquel día sin hacer entrar prisioneros en el cuartel general de
Trullas los Regimientos de Champagne, Medoc y Bernaudoi, que compo-
nían el referido cuerpo de reserva. El 21 de Diciembre, en el campo de
Boulon, se metió con sus tropas en la vanguardia francesa, situada en
Bagnouls-des-aspres, tomó y destruyó la artillería y puso en derrota el
ejército enemigo, que D. José de Eturregaray acabó de acuchillar y dis-
persar. Por estas acciones fué promovido, á propuesta de Ricardos, á Ma-
riscal de Campo, con cuya jerarquía entró en la segunda campaña y aun
en la tercera, si no tan afortunadas, después de la muerte de aquel genial
caudillo, no de menos esfuerzos en la continua acción militar. Nunca
prestó servicio alguno en las tropas de Casa Real, no siendo este D. Diego,
ni ningún otro Godoy, el Guardia de las cartas interceptadas del Guardia
Carlos.
Para penetrar en el fondo de aquella pequeña correspondencia reser-
vada entre el conde de Floridablanca y la princesa de Asturias, María
Luisa, importa conocer de antemano las vicisitudes porque pasó el crédito
de esta señora en medio de las varias circunstancias en que, con relación
á ella misma, se halló la corte de Carlos III, viviendo este Rey. He dado
hace pQCO tiempo á conocer en la Ilustración Española y Americana, con
el título de Las cartas a la novia, la correspondencia del rey Carlos III
con la princesa María Luisa de Parma, cuando, consintiendo esta señora,
'que sólo tenía catorce años de edad, en su matrimonio con el príncipe de
Asturias, que tenía diez y siete, salió de Italia para venir á contraer en
Madrid sus exponsales. Á las delicadas ternuras de que estos documentos
de los fondos de Estado del Archivo Histórico Nacional están nutridos, no
pudieron menos de corresponder las fiestas públicas con que en España
fué recibida desde su desembarco en Cartagena. El aparato dispuesto para
su entrada en la corte rivalizó en espontaneidad, entusiasmo y magnifi-
cencia con el aparato artístico que cinco años antes se desplegó, bajo los
trazados arquitectónicos del Maestro mayor de Obras D. Ventura Rodrí-
guez, la docta proposición de asuntos de D. Pedro Rodríguez de Campo-
manes y las inscripciones métricas castellanas de D. Vicente García de la,
SUMARIO
i.~Htparaciones á la vida é historia de Carlos IV y María Luisa. La primera calum'
nirt, por D. Juan PÉRKZ DE Gi4ZmAn 22;^
II.— Z). Gutierre Vaca de Gu:^mán. Biografiar bibliografía y estudio critico con a/gií-
n as composiciones inéditas^ por l^.Tomá<iy[ESDiGVTÍ/i aGh
m.— Leyendas del último rey godo. ¡I. D. Rodrigo y la Ceba, por D. Juan Menésdez
PiDAL 270
ly —Sello del Concejo de I uenterrabia, por D. y. ViGüAv 3"2
V'.— DociMENTo: I. El Águila del agua, representación española de Luis Vélcz de Gue-
vara, por A. P. y M 3«>7
VI— Notas BiBMor.RAncAs: Dr. A. Francis Phbram, Fontes rerum Ausiriacanim.—
Oesterrcichische Ge8chichts.->Quellen. Hcrausg. v. der hisiorischen Kommission
dcr Kaiserlichen Akademie der Wisscnschaften in Wien.— Zwcile Abieilung. Di-
plomataria ct Acta.— LVI Band. Privaibriefe Kaiser Leopold I an den Grafen F. E.
Poiing. 1. Teill.— Novcmbcr i(V)2 bis Dezember i6(V«, LVU. II Teill. Januar 1669 bis
Dezember 1673 (A. P. y M.).— P. Robles, Cartilla fonética para enseñar á los niños
y sordo-mudos ciarte de la lectura (A. P. y M.).— H. Manuel Chaires, Apuntes se-
villanos. Cosas nuevas y viejas. Prólojío de D. J<.sc Nogales (M. S. y S.).— Benja-
mín Kidd, lüüXor de «La evolución social»), La civilización occidental, vertida al
castellano por Siró fiarcía rfp/ A/ <i;to (M. S. Y S.) 32?
Vil— \'ARiEbAr)Es: Kspaña (Simancas), Kstados Unidos, y Francia » . . . 331
VMI.— Crónica DE Archivos, Bibliotecas Y Museos • . . . . 334
IX —Bibliografía: Libros españoles, por D. Alvaro Gn. Albacete y D. M. SKaHANO
Y Sanz, de la Biblioteca Nacional.— /^ífrros extranjeros, por I"). M. Serrano y Sanz.
Revistas españolas, por D. Knrique Arderíu y Vam.s, de la Biblioteca Nacional.—
Revistas extranjeras, por H. Lorenzo Santamaría, de la Biblioteca Nacional. . . 335
L\MfNA srKi ta: V. Sello del Concejo de Fucnterrabía.
Lámina intehcai ada: Funda del sello del Concejo de Fuenierrabía.
Plicpo v> de la Bibliografía hispano-latina clásica, por I). Marcelino Mknkndez y Pelayo.
Jefe superior del Cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos,
Director de la Biblioteca Nacional.
PlíofíO 47 del Catálogo de retratos de personajes españoles que se conservan en la Sección
de Estampas y de Bellas Artes de la Biblioteca Nacional, por 1). .\ngcl M." de Barcia
y Pavón, Jefe de dicha Sección.
Pliovo 7 del Catálogo de la librería del Cabildo Tnlcdann. por 1). José Octavio de Toledo.
Pliciío 1,0 del Catálogo de la Sección ij}^ Real Patronato, por D. Vicente Llorens AsENfio,
Secretario del Archivo general de Indias en Sevilla.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEO:-
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Año VJH. — Abril de 1904. — Núm. 4.
REPARACIONES
A LA VIDA É HISTORIA DE CARLOS IV Y MARÍA LL::
LA PRIMERA CALIMNIA
En el legajo 2.836 de papeles de Estado, del Ahchivo HiSTÓi-rv, ^ . -^
NAL, existe una pequeña carpeta que contiene unas Cartas reser>í.x.j,, u<
conde de floridablatica á la princesa t/e As/wria^ (María Lui»a > o^:
bón, princesa de Parma), cuando el rey Carlos HI hi^o salir dt ¡/t./*' ,<
al Guardia, según reza el epígrafe contenido en su cubierta. K, j^u -» .
de estos documentos son: veinte esquelas de Moñino i la referícíjfc r* .r-...^,
dos minutas de cartas para el arzobispo de Theba, confesor dt. >*: -^
las acompaña; la contestación original de la respuesta del Arzob. i-v,
cartas, sin duda interceptadas, dirigidas probablemente al Guare ^ ^^n'^
de Madrid, de nombre Diego, en una de las cuales suscribe o?r', ¿ói:**.
Carlos. Ninguno de estos documentos fija el año en que fuer',r »;^.'.. ;
uno solo el día y el mes, y la generalidad, no todos, el día de li -^v.^u-..-
el número de la fecha. Para indagar, pues, los datos compiemtr-U-'iv . ..
he valido de la esquela de Floridablanca, que se escribió el ms,^.*:
Diciembre, y no habiendo concurrido en martes ningún otr', '^,. u-:
ciembre de 1780 á 1790, que el del año 1782, he tomado este p ..tho u'.
tida para reconstruir, con otras noticias igualmente documerjunt «
ceso que determina el epígrafe de este artíciilíj. I,as demáv jj^-^j^
este mismo procedimiento, han podido fijarse con la misma rÍH'./TOiv •
titud. Pero hay además otro elemento no menos positivo at '.'^ii,,!v..
ción. En postdata de la segunda carta que el íiuardia de Cvrp- ^ur.'.
dirigió á su compañero Diego, le decía: «La Compuñía vaciin^ '^•
3.* ¿POCA.'TOMO Z.
mi
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SUMARIO
I.— /i(;iíir(i(ín<i«,i a tu viaa é Mílerla di Cario» tV y Ifaría Luisa. La primtra eaíuni-
niu, por IV JuíQ^a■l:n)JIG^^*>li.■" -,.,.,.
ir.-D. aaiifrrt Vaca dt Guarnan. Biogrffl». blilíogrtífUi >■ uWrff" eHiíco ewi »ííw-
nMCOMpMicíi;nirslnidl(iis, por II, TomisMtKDiotrrb
ilt.~Lrrrnáat lítlültime r*y go¡lo. II. O. Radrlgity ItCtM-fot n.JMp MimíüUI
Píi>*L ,..,,.-..■.■
IV ~Stlle árí Cenet^B de futnltrraMa^fiifa.V.V}aiu.o . .'
V^-ÍJoniinniTo: I. Kl AíuW» dd igo. ftprejinttciiVn MpsUoU dt Luis Vitr» ¿i O»*-
*»r«,porA.P.YM. .,.,.,,.... , . . .
"Vt,— NoTJi" »iii.ioiiii*iiii»: Dr. A. FroncK PiiAi-diti, Fonic» rcrum Aunritciram.—
CltKWffcIcliiiichv ÜCKbichti.— VutlKn. Itiri(ti)|. >. der hislirischcn KommlMlon
dor Knitctliihcn Akjdrnile ilfc WisjentchafKQ in Wicn.~X-A cite Abte<IunK: t>i-
pI&Ruitri* ct Acu.-'LVl Hipil Ptjvaibricfc KiisTi Ltiipulil ! av den Gnftn )^. S-
l'útlDg, I. TclU^Novcnibir iMabii D^tnihet ■fiGa.l.VIl.IITclII. J«lU«ri(A>bU
riBi(mh«r 1671 (A.P. tM,).-R. hdbln, r.uuM» loníÜCipM» ta««iiíri loinifio*
r «orilo-moclDt ílíTte d» U líCíuti (A, P, i M.).— 1). Mlnvcl CA-'l'W. Apunte» »e-
Mir*n«í, CMiuauíTM K vlejíí-PrAlopo de D. Joí JVpg«í« (M. S. t S.J.-Bfl»-
iiiio Kirfrf.iauloc dt 'Lf rvolcdúD «acial*}, Li d^llliaclín orciduiflt Vtftida »t
■■MteU»nofi<ifSáoCarcUdflUittot.tí S. t S,) : ' ' .
VU^VA>ianADItl;E»paei(NiinaaC*«}, E«Tido»tHildiMi}rr»nCii>
TIILM^CUIlt* HA AlCMUOIi, BiaiJOTiinAti MUXKOH ' < >, n < -
IX.~ftiauDQ>«r[A: Llirot upañ^U», par D. AWaro (Jii. Alhamik r D^ Mi S«i»*h«
t Saki, dt la Itiblioucí Ni<i«tiiI.-C»r<M (Airan írrda, por D. H,»niiui..> t ii.fl.
Kniitlat tipaflof at. por D, Kniiquc f\»DEnlii t VALi-i,<te la Dlblíoicci Nacirtoal. •
HnMa* ixtrtt^ftrat, por 1), LorcniD SAKTai<ABt*,del»Blii'i'i' '■( ^' ■!'■'■ "■''
t «MiflA «ntixA.* V. Sillii dd Concvjo Je Fuenicfrahia.
LiiniKa ivtaaiCAi.«i)4: tunda del itlIudcJr.oRetjc-dcFueniiiral)!».
l-liado jk. de U OlbUngTtffa híspaiO'laUna cliilta. por D. Maretu-». «.¡-n-nin i C«U
Jifn Hupcriiir d(l CnerpA fieuliaiivq m \teliitttc-», BiMiutecarioa y A(4Ucü(«^Mí,
nifrd-if ilr (■ Hitilínim Nueimisl.
rHíKO tj d«l Caldlogit dt- rrlratiis di ¡itrionajiii tipahiiltn fua it caatrn'df) tn JA i^MCfiM
d( Ettá»pai y di Btllio Arlti di la HíbtioUCa Nadatal. por O. Attgcl M.* ít EaMUA
I PatAn. Jefe (te iKerii Secctún.
Plu*»7de.l CaUlouadila tténrla drt C«mdo 7nf«ddii». poi U. :]ailO<:»noKKTi)i.«M.
Pliego i.«del CotAla$oá* U Sitfión 11' «mI Potroialv, por t>. ViítnU l.bv*p<* A»Ubi(.,
□ del Arcl»>o Hoao) dt loditi en ^oilla.
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
• I
Am VIII. — Abril de 1904. — Núm. 4.
REPARACIONES
A LA VIDA É HISTORIA DE CARLOS IV Y MARÍA LUISA
LA PRIMERA CALUMNIA
En el legajo 2.856 de papeles de Estado, del Archivo Histórico Nacio-
nal, existe una pequeña carpeta que contiene unas Cartas reservadas del
conde de Floridablanca á la princesa de Asturias (María Luisa de Bor-
bón, princesa de Parma), cuando el rey Carlos III hi^^o salir de Madrid
al Guardia, según reza el epígrafe contenido en su cubierta. El conjunto
de estos documentos son: veinte esquelas de Moñino á la referida Princesa;
dos minutas de cartas para el arzobispo de Theba, confesor del Rey, que
las acompaña; la contestación original de la respuesta del Arzobispo, y dos
cartas, sin duda interceptadas, dirigidas probablemente al Guardia sacado
de Madrid, de nombre Diego, en una de las cuales suscribe otro llamado
Carlos. Ninguno de estos documentos fija el año en que fueron escritos;
uno solo el día y el mes, y la generalidad, no todos, el día de la semana y
el número de la fecha. Para indagar, pues, los datos complementarios, me
he valido de la esquela de Floridablanca, que se escribió el martes 24 de
Diciembre, y no habiendo concurrido en martes ningún otro 24 de Di-
ciembre de 1780 á 1790, que el del año 1782, he tomado este punto de par-
tida para reconstruir, con otras noticias igualmente documentales, el su-
ceso que determina el epígrafe de este artículo. Las demás fechas, por
este mismo procedimiento, han podido fijarse con la misma rigorosa exac-
titud. Pero hay además otro elemento no menos positivo de comproba-
ción. En postdata de la segunda carta que el Guardia de Corps Carlos,
dirigió á su compañero Diego, le decía: «La Compañía vacante de Guar-
3.* áPOCA.— TOMO Z. I 7
252 REVISTA DE ARCHIVOS
lias de la sociedad más privilegiada, teniendo por base la propagación del
juego y los vicios y libertades á esta pasión disipadora inherentes, se pi-
dieron informes á los alcaldes de cuartel, los cuales, delatando las noti-
cias recogidas de publico rumor en sus respectivos distritos, se excusaban
de penetrar en las casas donde se sabía que había estas concurrencias, por
no permitirles la entrada la autoridad de los que las habitaban y las órde-
nes de sus criados. Repetíase con frecuencia la fíjación de los bandos con-
teniendo la Pragmática de 6 de Octubre de 1 771; pero siendo ineficaces
todos estos procedimientos contra el domicilio exento de los grandes y
creciendo siempre las notas calumniosas contra la Princesa, habiéndose
probado la inutilidad de los oficios dirigidos á los jetes de Palacio, al se-
cretario universal de la Guerra y al muy Reverendo Arzobispo de Toledo
para que hicieran sus oportunas advertencias á sus dependientes, «me-
diante que de todos estos fueros se aprendían jugadores,» hubo que tomar
otro rumbo, sobre todo, cuando en la primavera de 1782, no bastando las
calumnias dirigidas contra el honor de los Príncipes, la insolencia creció
de punto y el mismo rey D. Carlos fué objeto de una manifestación muy
desagradable en Villavcrde al paso de la corte para la jornada de Aran-
juez '. ••
La delegación de la sala de alcaldes en uno solo de ellos, D. Manuel
Sistemes y Felíu, ya para la averiguación de las casas, ya para la de las
personas de clase y condecoradas que, á la vez que contravenían las reales
disposiciones, se entregaban á tales desacatos con sus manejos ocultos, fué
el principio del descubrimiento de todo, en el mismo momento en que el
Rey recibía un anónimo que le denunciaba liviandades de la Princesa con
uno de los Guardias de Corps, que á ciertas horas, ya del día, ya de la no-
che, subía al cuarto de los Príncipes á divertirles con la guitarra y el canto.
Sistemes denunció que se jugaba en las casas de la Duquesa-Condesa viuda
de Benavente, de los duques de Berwíck y de Osuna, de los marqueses de
Santiago, Palacios, Villa-López y Vega de Santa María, del conde de Cla-
vijo, y entre otras personas de más inferior categoría en las de la viuda del
general D. Antonio Manso, del oficial de guardias, D. Francisco Velasco,
de D. Pantaleón Beramendi, de D. Diego Petroches, de D. Juan José de Sa-
lazar, de D. Juan Pedro de la Plaza y de otros que ejercían altos cargos en
t Akch. HitT. SAC.^Libros de Id sala de Gobierno ^e lortLlcaldts de casa y corte, iños 1780
áiylS.
BIBIOTECAS Y MUSEOS 353
los concejos y oficinas superiores del Estado, á la vez que presentaba una
lista interminable de nombres de los que á estas casas concurrían en la
que figuraban grandes y nobles de ambos sexos, ministros y diplomáticos
extranjeros, generales y jefes militares, frailes, consejeros, covachuelistas
y casi toda la juventud florida del título y del blasón.
Entre las casas en que se reunían los jugadores se señalaba por Sister-
nes también la que en la calle de San Maíeo habitaba el ministro de Sajo-
nia, conde de Gersdorff, y en los informes que daba de este diplomático
decía que estaba rodeado de la peor reputación, teniendo muchas deudas,
la mayor parte vergonzosas por su condición, que era fullero en el juego
y que, traspasando los fueros de su posición, hablaba mal del Rey y de
los Príncipes, en compañía del caballero Bourgoing, que hacía como
Gersdosff del excéptico y maldiciente. Una casualidad imprevista puso
más de relieve los atrevimientos de! conde de Gersdorff. Emulo del secre-
tario de la legación prusiana, Mr. Favre, imputóle en algunas de sus con-
versaciones los mismos defectos que él tenía, haciéndole autor de las fábu-
las-contra la Princesa que Gersdorff con Bourgoing hábilmente propaga-
ban en los círculos aristocráticos á que concurrían. El 7 de Octubre de
1783, Mr. de Favre, en carta, de que en el Archivo Histórico Nacional hay
copia en el expediente]de todo este proceso ' dirigida al conde de Gersdorff,
le pidió explicaciones, como hombre de honor, de las especies que contra él
vertía, ofendiendo su reputación y su prestigio. «Usted tiene que explicar-
me, le decía, la causa de vuestra conducta contra mí, y si no me la quiere
explicar usted tiene que tomarla á su cargo, en cuyo caso yo me procura-
re la satisfacción que me corresponde». Gersdorff el mismo día le contes-
taba diciendo: — «Ignoro quien os haya instruido de que lo que se dice
contra vos haya tenido origen en mi casa. Todo lo que se propone el au-
tor de una calumnia, debe desvanecerse necesariamente desde que el hom-
bre de honor á quien se ataca sabe despreciarla; y si en mi casa, lo que
ignoro, alguno ha repetido las especies que se os atribuyen, podéis tomar
el partido, que es siempre el del hombre de bien, cuya reputación sin ta-
cha nada tiene que temer de la calumnia. Por lo demás creo que me ha-
réis la justicia de estar persuadido de que al haber sabido yo antes lo que
me decís, hubiese hecho cesar en mi casa estos rumores garantizando su
falsedad.» — El mismo día Mr. Favre volvió á escribir: — «Tenéis razón en
t Arch> HfsT. Nac— Estado. Lcg. 4.430.
354 REVISTA DE ARCHIVOS
que todas las calumnias deben ser despreciadas; pero nuestro honor, sien-
do lo más querido, nos obliga ante la opinión de las gentes, á que el que se
siente calumniado, proceda activamente á descubrir las fuentes del rumor
injurioso y á exigir la reparación. Se me ha asegurado que de una mane-
ra odiosa se ha hablado contra mí. Tengo testigos entre vuestros pro-
pios criados, que lo han referido á otras personas. Os ruego que me tia-
gáis el favor de poner bien en claro todos estos puntos.» Esta carta no fué
contestada hasta diez días después, el 17 de Octubre á las diez de la noche:
excusaba Gersdorff la explicación que se le demandaba y la nueva carta
de Favre en que le llamaba absolutamente al terreno del honor, no fué
admitida, de orden de su amo, por los criados del ministro Sajón.
Mr. Favre recurrió entonces á su jefe, el ministro de Prusia en Madrid,
conde de Nostitz, y éste se dirigió el 19 á Gersdorff, obligado á tomar parte
en la demanda, después de conocer la correspondencia mediada hasta en-
tonces sobre el asunto. Nostitz le reclamaba una pública retractación de
las calumnias vertidas contra su subordinado. Gersdorff no contestó y
Favre se dirigió al teatro del Príncipe donde sabía que Gersdorff asistía á
la función de aquella tarde, y públicamente le abofeteó. La fuerza militar
á quien estaba sometida la policía del teatro por aquel tiempo detuvo al
aparente agresor, y apesar de su carácter le arrestó, dando inmediatamen-
te cuenta así al gobernador del Consejo, como al de Madrid, el cual se
apresuró á informar de todo á Floridablanca. El escándalo fué colosal en
toda la corte. El ministro de Prusia, conde de Nostitz, á aquella hora pa-
seaba en el Prado con el de Inglaterra, Mr. Listón, y allí fué informado
de todo. Dirigióse al teatro, donde Favre continuaba en arresto y el Gober-
nador le entregó al detenido haciéndose dar certificado por parte del mi-
nistro prusiano. Floridablanca llevó al Rey la cuestión y al llegar á pala-
cio, en el Retiro, recibió en las puertas mismas pliego de Gersdorff en que
pedía satisfacción del agravio recibido y exigía «se asegurase la persona de
Favre.» El Rey desaprobó que por el Gobernador, sin preceder su real per-
miso, se hubiera hecho la entrega del detenido: pidió al conde de Nostitz
la palabra de honor de tenerle en su casa en calidad de arrestado, sin que-
brantar el arresto por ningún motivo, hasta que informados S. M. prusiana
y el elector de Sajonia, acordasen la satisfacción que debía darse, y mandó
á Floridablanca extender la reclamación oportuna por su parte por haberse
violado el territorio de su soberanía en un paraje tan público y de una ma-
nera tan escandalosa, no ya agrediendo al conde de Gersdorff, sino hacien-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 255
do resistencia con armas á la tropa que trató de poner orden á Mr. Favre.
Nostitz, el 29, contestó á la nota de nuestra primera secretaría de Estado,
asegurando que ignoraba la resistencia hecha á las tropas de S. M. C. y
que el Rey su amo, se apresuraría á satisfacer. Gersdorff acudió al Nuncio
de S. S. que se hallaba en el Escorial para que, como decano del cuerpo
diplomático, tomara sobre sí obtener la extradición de Favre de la Lega-
ción de Prusia y que se le redujera á prisión. No obstante, el rey Federi-
co III, por medio de su canciller el conde de Zinzandorff, después de satis-
facer enteramente al rey Carlos, mandó que Nortitz pusiera fuera de su
servicio á Favre y le enviase á Berlín, en lo que por parte del rey de
España no se puso ninguna dificultad; pero sí la puso por medio de Flo-
ridablanca para la salida de Gersdorff de Madrid, depuesto por su sobe-
rano Federico Augusto llí, pues habiendo reclamado contra él, noticiosos
de su marcha, sus numerosos acreedores, se le hizo saber que el Rey se ve-
ría en la sensible necesidad de dar noticia á su corte, si no pagaba sus
deudas, y entre tanto no le permitiría pasar la frontera. Gersdorff protes-
tó, sin lograr por ello ablandar el ánimo del rey Carlos, ni de su ministro.
De todo se hizo un atestado para el elector de Sajonia, al cual se le hizo
saber que su representante diplomático durante el tiempo que estuvo en
España, se enagenó las simpatías y el respeto de sus propios colegas y de
cuantos nacionales y extranjeros le habían conocido; que su conducta había
sido muy desarreglada bajo la inmunidad de su representación; y que ha-
bía menudeado las provocaciones y hasta los insultos á todo el mundo con
sus palabras desmesuradas y con la libertad de lenguaje que le caracteriza-
ba, tan impropio de la misión que había venido á llenar á Madrid. Florida-
blanca terminaba, en fin, manifestando el desprecio indecente que había
tmniíeslaido hacia cosas y personas de España, que eran absolutamente
inviolables, y concluía: «Esta conducta parecía tanto más reprochable
cuanto que aquí el gobierno le había tratado como si no estuviera aperci-
bido de tales cosas, hasta que las dio escandalosa notoriedad el incidente
vergonzoso que había tenido con el secretario de la Legación de Prusia.»
De manos de Bourgoing recibió Gersdorff las cantidades para el pago de
sus acreedores, quedando así en la conciencia de todos qué complicidades
habían existido entre los dos.
Es indudable que el abate Muriel, al escribir en su Historia de Car-
los IV (Mem. hist. esp., tomo XXX, pág. 26): «Tuvo ya (María Luisa) es-
candalosos amoríos y torpes devaneos en vida del rey Carlos III, á los
256 REVISTA DE ARCHIVOS
cuales no pudo poner eficaz remedio la solícita vigilancia de este Monar-
ca», se refirió á los sucesos que aquí se narran y que estuvieron relacio-
nados con la salida del Guardia Diego del cuerpo de tropas de Casa Real,
que motivaron la correspondencia privada de Floridablanca con la Prin-
cesa, á que ya se ha aludido, y en cuyo tema hay que entrar. Antes se ha
dicho que cuando empezáronse á murmurar en ciertas casas de tertulia
las costumbres interiores de los Príncipes de Asturias, el anónimo, arma
oculta y cobarde, á la sazón muy en boga \ llevó denuncias calumniosas
hasta la cámara y el bufete del rey Carlos III. No daba el monarca ningún
crédito á estas delaciones traidoras, y estaba bien y muy menudamente
informado de cuanto ocurría en su real morada: con todo, se espontaneó
con Floridablanca para que se avistase con la Princesa. La Princesa tam-
bién había recibido anónimos, y anónimos el embajador de Portugal. A
la Princesa se la amenazaba en ellos con el descrédito popular de su ho-
nor: al marqués de Laurizal se le ponderaron los defectos físicos y mora-
les de la infaniita Carlota Joaquina, formando de la tierna niña un ente de
asquerosa monstruosidad. Laurizal cometió la inadvertencia de mostrar
estos papeles á la Princesa, y ésta, creyendo que pudiera aquel acto haber
sido sugerido por su corte, arrepentida de las negociaciones entabladas para
los matrimonios, al hacer á Floridablanca estas revelaciones en la con-
versación de exploración que éste le tuvo, estando encargada por el Rey,
SU suegro y tío, de las etiquetas interiores de palacio, mostróse indecisa
en que se convidase al embajador de Portugal para las fiestas palatinas de
los días de Reyes. Floridablanca consultó con cl Rey, y en la mañana del
mismo domingo, 6 de Enero de 1782, escribía su primera carta reservada á
María Luisa, en que la decía: «que no había dificultad en convidar al em-
bajador de Portugal,» y aun hablaba de la Infanta, diciéndole sobre cier-
tos particulares que Laurizal había referido, «que se hiciera cargo de que
era una niña llena de la viveza de su edad, que algunas veces parecía ato-
londrada.» Respecto á los demás puntos de la conversación exploradora
con la Princesa y que se referían á ella misma, le decía Floridablanca: —
c(En lo demás bueno es seguir con la sinceridad y el decoro que correspon-
den á VV. AA., pues nada hará tanta impresión á todos como un poco
de firmeza y de tesón. No tema V. A. que el público se disguste con V. A. .
I « Se ha pretendido que el papel anónimo contra Floridablanca salió de la tertulia del
conde de Aranda:» así escribe el mismo Mukiel. Hist^ dt Carlos IV, (Mem. hist. esp , tomo XXIX,
pég. 317.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS ^Sj
ni con el Príncipe, siguiendo el camino de agasajarle con decencia y de
no dejarse dominar de malas gentes. Yo he trabajado y trabajo para que
todos conozcan el buen fondo y la aplicación del Príncipe; la facilidad con
que se instruye; el amor que tiene á la nación y su rectitud natural, y
crea V. A. que tendría gozo de ver lo persuadida que está la gente de es-
tas verdades: de manera que jamás se ha visto el gusto general con que
están los pueblos con el Rey y con VV. AA., queriéndolos como padres.
Los únicos que pueden hablar mal son cuatro malas cabezas, criados, cor-
tesanos ó soldados; pero aun estos lo hacen entre sí mismos, temiendo á la
multitud que está por el Rey y sus hijos, los Príncipes de Asturias. Tengo
mucho interés en saberlo y averiguarlo, y lo sé efectivamente... En fin,
espero en Dios que nos ha de ayudar, y á ello contribuirán las buenas
máximas de V. A. Por mi parte contribuiré en cuanto pueda al servicio
del Rey, su quietud y la felicidad de VV. AA. ¡Ojalá todos hicieran lo
mismo! Pero hay mucho chismoso y mucho imprudente falso. Quiera
Dios descubrir la causa de estos disgustos».
Bien que al Rey hubieran completamente satisfecho las exploraciones
de su ministro, resolvió apartar del cuerpo de Guardias de Corps al indi-
viduo que había sido objeto de las delaciones del anónimo recibido, man-
dando dar las órdenes tío sólo para su exoneración de él, sino para su ale-
jamiento de Madrid. Realmente, desde que en Noviembre de 1766 se man-
dó quitar en público la banderola de la compañía italiana del mismo cuer-
po á D. Joaquín Capetillo para entregarlo á la justicia ordinaria que había
de conducirle á uno de los presidios de África por tiempo de diez años de
retención y permanecer después en él, á voluntad de S. M., estos castigos
en las tropas de Casa Real eran raros, por lo que solían ser muy sonados.
De lo que se infiere de las cartas de Floridablanca, el interesado no
sólo protestó de su inocencia, sino pidió prórroga para la ejecución de lo
que se le ordenaba. Mas las protestas más vivas sobre aquel suceso fueron
las que hizo la misma María Luisa, porque «un castigo, decía, arguye
. siempre una culpa,» y aquel castigo inmotivado .era una ofensa á su ho-
nor. El miércoles 27 de Marzo Floridablanca volvió á escribirla para cal-
mar la amargura que de ella se había apoderado. «Aunque se ha amena-
zado, le decía, con gravísimo castigo al que ha mandado pedir la prórro- •
ga, reputándole reo de lesa majestad, si falta al seéreto, no se le arriesgará
nunca en el paso meditado, cuando se haya de dar, pues será en tiempo y
modo tal que no se aventure cosa alguna y se proporcione algún remedio
258 REVISTA DE ARCHIVOS
contra las inquietudes y turbaciones que empiezan á experimentarse. Es-
pero que Dios nos asista, si nos conducimos con recta intención y con
paciencia y prudencia. De cualquier modo, yo no temo cabalas... Deseo
de todo corazón servir á mi Rey y á mi Patria y procurar á VV. AA. la
quietud, tranquilidad y gusto que se pueda y que merecen, sin ofensa de
Dios ni de nadie, y vuelvo á decir que nada temo». Después, en postdata,
le decía que si en la Junta ó Consejo de la Guerra se hacía la agregación
del individuo á otro Cuerpo, quedaría arreglada la primera parte de lo
que él se proponía hacer en el asunto, «dejando el otro paso para otro día»,
pero encargando, así á la Princesa como al Príncipe, su marido, que «no
hablasen más del sujeto, ni de la prórroga, ni de cosa alguna, para evitar
la malicia».
En la servidumbre de palacio, y en los cuartos donde moraban los de-
más individuos de la Real familia con sus criados respectivos, todos eran
ojos, oídos y secretillos y chismes, y el domingo 9 de Julio Floridablanca,
en una nueva esquela, escribía á la Princesa, que huyera de hacerle con-
fianzas de familiaridad á su camarera mayor, la duquesa de Sotomayor,
«para que no se entrometa». Otras recomendaciones de la misma índole
le hacía, y terminaba: — «En fin, vamos con buena intención, con pacien-
cia y con secreto, y todo caminará bien, como es debido. El Rey es justo,
quiere á VV. AA. y basta que no le chisméeme. Al día siguiente, lunes 10,
volvió á prevenirla sobre la Sotomayor: «Es preciso, le añadía , que esa
mujer entienda que se la conoce. La Baillencourt * diciéndole palabras pre-
cisas y serias las comunicará y cumplirá lo que se le mande, porque tiene
entendimiento y fidelidad. Lo principal es que V. A. no se inquiete (esta-
ba en el último mes de un nuevo embarazo); que cuide de su preciosa sa-
lud y que lo encomiende todo á Dios: que la inocencia y la verdad siem-
pre triunfan». Todo este mes de Junio fué muy activa la correspondencia
de Moñino con la Princesa: le escribió el viernes 21, el sábado 22, el do-
mingo 23, el martes 25 y'el domingo 30. Prefería escribir, á ver á la Prin-
cesa, para evitar las fiscalizaciones interiores de palacio, los cabildeos de
cuarto á cuarto, las suposiciones aventuradas y las hablillas maliciosas.
Solamente solía verla de tiempo en tiempo, al salir del despacho, «con lo
que se atribuía á él las visitas». Del contesto de estas cartas se colige que
en la cuestión del guardia estaban interesados por igual los dos cónyuges;
I La condesa de Baillencourt era á la sacón tenienta de aya de la infanta María Luisa, hija'de
los principeí de Asturias y que ya estaba enferma del mal que murió el 2 de Julio siguiente.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS ^Sq
que en la servidumbre de su propio cuarto había quien procuraba desaso-
segarlos dándoles noticias alarmantes, y acaso que los Príncipes hubieran
pensado alzarse en queja con el Rey, su padre. c<No hay cosa más peligro-
sa, Floridablanca les dice, el sábado 22, que atropellarse á tomar parti-
do, antes de ver ó saber con claridad lo que conviene. Es preciso, por lo
mismo, que el Príncipe y V. A. esperen con tranquilidad. Yo estoy pron-
to á servir á entrambos con el amor y fidelidad que debo; pues en hacerlo
ejecuto lo que corresponde á mis obligaciones con el Rey». Después les
repite que «S. M. es justo y ama á SS. AA., y así, por Dios, no se ator-
menten». En la del domingo 23 les dice: «Yo no recelo nada de índias»>,
y volviéndoles á aconsejar que se porten con tranquilidad y disimulo, les
añade que esta conducta la observen «mucho más con los de su cuarto».
El martes 25 les dice «que los que andaban en aquél enredo no tenían
otro fin que hacer separar al pobre mo¡(o, creyendo que esto bastaba para
introducirse ellos». Por lo mismo les aconsejaba «tener gran cuidado con
los que se arrimen para seducir á VV. AA. y hacerles tomar caminos ma-
los y peligrosos». Mas como creyera que algunos de los del mismo Con-
sejo de la Guerra les sedujeran refiriéndoles la resolución que se pensaba
tomar, les decía que les contestasen «que ya conocían por la misma resolu-
ción toda la maniobra, y que bien pudieran los consejeros que andaban en
la maroma haber hecho presente á Papá que no es el matrimonio de los
Príncipes de peor condición que los demás, pues en todos se mira por su
reputación y por su quietud, y cuando hay razón se les puede hasta amo-
nestar, pero nunca hacer nada para desacreditarlos; mas que con VV. AA.
se ha hecho todo lo contrario, causando rumores y hablillas contra su
honor. Por esta razón, les añade, dirán VV. AA. que se han de quejar
formalmente de todos, y que ha de hacer justicia el Rey á sus propios hi-
jos, como la hace al más miserable vasallo». Por último, les indica que
con el partido que se tome «se han de proponer VV. AA., al mismo tiem-
po que mirar por su honor, combinar el del Rey, su quietud y la subor-
dinación y amor que le deben por tantos títulos». Todavía en la carta del
domingo 3o, Floridablanca repite las protestas de su interés y celo: «Pue-
do asegurar á V. A., como cristiano y hombre de bien, dice á la Prince-
sa, que entre los gravísimos cuidados que me rodean, ninguno me cuesta
tanta meditación como el de procurar á V. A. la quietud, felicidad y ho-
nor que merece. En esto hago lo que debo al servicio del Rey y bien de la
Patria, pues la suerte de todos depende en la mayor parte de la de vues-
3.* árocA.«^OMO X. 1 8
320
REVISTA DE ARCHIVOS
Almendruca,
Que se alvorota!
que ie meterán al paio»
si algo en nuestro agravio ordena,
el alma en vna alazena
del infierno como un ralo.
Sabe que es el que se omilla,
maripendanga, a engarzar
en la sarta de la mar
Pero Vázquez de Escamilla.
Alguacil.
Sea ci mismo Bercebu.
Escamilla,
Mastín que guarda el ganado
del mundo el mas trasquilado,
no andemos á tu por tu,
que no es su juridicion
sino desde aqui á Toledo.
(Entren con mantos Hipólita y Teodora.)
Hipólita.
Teodora, vencer no puedo
esta loca inclinación;
celos con Carlos le di,
y oy que el Rey salir le obliga
por general de la liga,
por Don Juan me muero.
Teodora.
Ansí
todas las mugeres son
mudando de parezeres
Hipólita,
Somos, Teodora, mugeres.
Teodora.
Pues en tanta confusión,
^cómo seguir á Don Juan
en el acompañamiento?
¿Qué intentas?
Hipólita.
No sé qué intento.
Teodora.
Estos desdichados van
con diferente fortuna.
Hipólita.
Misera gente, Teodora.
Teodora,
Con el infierno. Señora,
se compara, si ay alguna.
Hipólita.
De las desdichas de acá
«ste es el maior extr«moi
Alguacil.
Gentiles orrbres del remo,
que aguardamos? vamos ía. /^
Escamilla I
Eso si, enmendóse agora
y abló con más cortesía.
Alguacil,
I A los carros, vía! ,
Todos. ^
iVia! •
Hipólita.
Dales limosna, Teodora.
(Dale Hipólita vnos reales de á dos ó sen-
cillos.)
Teodora.
A este, que es pienso el decano
de todos, dársela quiero,
porque reparta el dinero
á los demás. Tome, hermano.
Esca.mil la.
Dios se lo pague, donzella,
y no la oluide jamas.
Teodora.
Reparta con los demás.
Escamilla,
Eso no le toca á ella,
porque io lo e menester,
y lo deposito en mí.
Alguacil 7.®
Y los que vamos aqui
le dexaremos hazer,
hidalgo, esa demasía?
Alguacil 2,^
Vamos por bestias acaso,
ó por onbres?
Escamilla,
¡Paso, paso!
Alguacil 7.®
¿Que es paso?
Escamilla,
Que no querría
hazerme onbre, porque estoy
sin triunfos, pero si agarro
de ese pértigo del carro,
ahorralles puede ser oy
que á galeras vaiani
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
321
Alguacil 2.^
que no es tan brabo el león
como le pintan.
Escarní I la.
Sansón
fue conmigo de xalea,
y por vida de... si aqui
ay quien replicarme, trate,
que vnos con otros os mate,
picaros. ^Callaron.^
Almendruca.
Sí,
que sí no ya yo tenia
el terciado de trinchar
pescuezos de par en par.
Escantilla,
Pues via, á los carros.
^Imendruca.
iVial
Hipólita,
En notable pelotera
la limosna les metió.
(Entransc y quedan Hipólita y Teodora.)
Teodora.
El decano se quedo
al fin con todo el dinero.
Hipólita,
Pienso que á él y á esa muger
con la pelota los vi
cuando fui.
Teodora,
Señora, sí.
Hipólita.
¿Que le pudo suceder
que en esta desdicha dio
tan presto.^
Teodora,
No prometia
^ el habito que traia
menos, ni ella con quien ¡o
tube aquellas trabacuentas.
Hipólita,
Lastima me a dado á fee.
Teodora.
El abrá hecho porque
Vaia á ser de aquellas ventas
df I mar guesped»
Hipólita, ^
Ya pareze
que del acompañamiento
dio vn clarin traslado al viento.
¡Que presto que le anocheze
á mi esperanza, Teodora!
que a de ser su ausencia creo
galeras de mi deseo
también.
Teodora,
Ya pasa, Señora,
la guarda, sin duda alguna,
que el Rey i el Principe van
onrrando al Señor Don Juan,
que es oy de España coluna.
Hipólita,
Toda la corte va aqui,
que le sigue ó le acompaña,
que la corte es toda España.
Teodora,
Mayor grandeza no vi.
[A la calle de Alcalk (Desde fiqui acotado.)
guia el acompañamiento.
Hipólita.
I Todo el mundo tras él pá.]
Y con él mi pensamiento. -
Teodora.
Tras ellos el mundo va.
Hipólita.
Atajemos por aqui.
Teodora.
No vbieras pedido vn coche.
Hipólita. ^
Teodora, á saberlo anoche
no faltara. Voy sin mi.
Teodora.
Con eso vas mas ligera,
que no hay cosa mas pesada
que vna dama enamorada.
Hipólita.
Y mas la que amando espera
la ausencia que aguardo io.
Teodora.
Quien da zelos ó los toma
con su ausencia se los coma,
ó mudar hito.
Hipólita.
Eso no,
quft he de amar lo que elexii
322
REVISTA DE ARCHIVOS
[hasta y después de la muer.],
con inclinación tan fuerte
hasta y después de la muerte,
que si con Carlos le di
celos á Don Juan, no fue
mas que de abrasada al fuego
de ios zelos de vn despego
que de su voca escucné,
por no salir desayrada
de la visita de aier,
porque es cualquiera muger
a la venganza inclinada.
Famoso este sitio está,
Teodora, para mi intento.
Teodora.
Ya esta el acompañamiento
en la puerta de Alcalá,
y á fee que nos emos dado
linda prisa.
Hipólita.
Sienpre hoy
que para alcanzarse asy
con plumas nació el cuidado.
Los que con su alteza an de ir
de la soldadesca vienen,
y competencias previenen
con todo el azul zafir.
Teodora.
Ya llega el Señor Don Juan,
delante el Principe vn poco,
como viene el Abril loco
mas hermoso y mas galán.
Hipólita,
Poco es el Abril, Teodora,
y poco el maio, y el sol
que este Adonis español
es más hijo de la Aurora.
Teodora.
Todos con su magestad
se ponen agora á pie.
Hipólita,
No es para apeada á fe
pequeña dificultad.
Teodora,
Para despedirse a sido
que la guarda a despeado.
Hipólita.
Primaveras miente el prado
de plumas i almas florido.
(Tachado.) .{Toquen clarín. Vaiaa saliendo
D Lope de Figueroa en cuerpo a la soldades-
ca; Juan Andrea, Marques de S.« Cruz, Colo-
na D. Juan de Austria, Rui Gómez con capa,
el Principe y el Rey, y diga D. Juan.
Don Juan.
Acompañarme, Señor,
con su alteza y apearse
agora es mucho humanarse.
.^ Rey.
Don Juan, todo este favor
se debe á vuestra persona,
y mas cuando vais á ser
aliento de mi poder
y blasón de mi cDrona;
en ella la santidad
de Pío, el valor aprecia
Italia, España y Venecia
y toda la cristiandad.
En mucho os tengo empeñado,
pero vos me sacareis
del empeño, porque hareys
como de quien soys traslado
Dadme los brazos que ia
de nuestra partida es ora.
Hipólita.
Toda la vida, Teodora,
en esta alma se me va.
Don Juan.
Vuestra magestad me de
su mano.
Rey.
Tomad, ermano
y amigo, que en vuestra mano
va el estoque de la fe.
Don Juan.
Déme agora vuestra alteza
la suia.
Carlos.
Los brazos son,
tio, para esta ocasión.
Don Juan.
Honrrarme es vuestra grandeza.
Carlos.
Mira que me a de escreuir
vuestra alteza.
Don Juan,
Ese es cuidado
en mi interés vinculado.
Rey,
Ea, amigos, á partir
que buen general llebais,
dadme los brazos y adiós.
(Llegan todos los que se van con Don Juan
á besar la mano al Rey, y él les hecha los bra-
zos.)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
323
Don Juan,
En estas colunas dos
estriba el mundo.
Rey.
Oy le vais
á coronar de blasones.
Colona.
Muchos mundos.os ganara
el que coronado va
de inperios de corazones.
Marqués.
Yo como Italia lo espera
que a de defender de entrar
su Neptuno llebo al mar
y á Marte llebo á su esfera.
(Hasta aqui lo atajado.)
Oria.
En tan eroica jornada
nada mi pecho alborota,
como me dexe la gota -
y me aconpañe esta espada.
A Carlos quinto serui,
padre augusto de los dos,
y e de morir, bibe Dios,
en vuestro seruicio ansí;
os lo prometo de nuebo,
y aunque en.e3ad tan crecida,
como no falte la vida,
sienpre el valor es mancebo,
que en sangre que á la opinión
de su lealtad se aconsexa,
el alma nunca fue viexa,
ni caduco el corazón.
Rey.
Juan Andrea, nunca es viejo,
ese azero sin segundo,
padre del valor del mundo
y de la lealtad espejo.
Como aio vais de mi ermano,
gobernad su mocedad,
que a madurado su edad
en el valor mui tenprano;
que io sé del que obligado
á quien soys querrá por tal
más que vuestro general
parezcr vuestro soldado.
Don Juan.
Señor, para disponello
como tan grande caudillo,
toque á su alteza el decillo
y dexeme á mi el hazello,
porque son, aunque vn Señor,
á tocios estos señores
mis csperiencias maiores
y mas viejo mi valor.
3.* áPOCA.«»TOMO Z.
Marqués.
De todos es vuezelencia
padre y maestro y en mar
y en tierra le emos de dar
para acertar la obediencia.
Don Juan.
Guarde a vuezelencias Dios,
que yo les voy á servir.
Don Lope.
Yo no tengo que dezir
sino que hazer, y los dos
á otros dos y esto a de ser
solo el militar gobierno,
aunque salgan del infierno
Satanás y Lucifer.
(Cuatro lineas tachadas.)
que son turcos infernales (Al margen.)
á quien feudo al mundo da
que Salin y Alivaxa
son demonios veniales,
y más cuando el alma alisto
para defender la capa
del Rey de España y del Papa
y la fe de Jesucristo.
Don Juan.
Ya se lo que en vuestra espada,
Don Lope, tengo á mi lado,
que más que á ser mi soldado
vays á ser mi camarada.
Don Lope.
De vuestra alteza es mi vida,
boto á Dios, en bien y en mal.
Hipólita.
Ya Teodora da señal
el clarin de la partida.
(Toca el lann )
[que... mi muerte tañida]
campana que clamorea
más á mi muerte.
Don Juan.
Ea pues,
vamos, Colona, Marqués
de Santa Cruz, Juan Andrea,
Don Lope, vanios.
Rey.
Que aliento!
Don Juan.
Rui Gómez de Silba, adiós,
que despedirme de vos,
como de mi ermano siento.
22
324
REVISTA DE ARCHIVOS
Rui.
Guarde Dios á vuestra alteza,
y venzedor le veamos
bolber á Castilla.
Don Juan.
Vamos.
Hipólita.
Teodora, mi muerte enpieza'
que en tan amarga partida
y en tan penoso sentir,
sin muerte quedo á morir
y quedo á vivir sin vida.
Teodora.
A las del tienpo del Cid
esas finezas están,
pues cuando se va Don Juan,
queda Carlos en Madrid,
y vn Principe no es alaxa
para despicarte poco.
Hipólita.
Lo que a mentido la voca
tu ingenio alentar trabaxa
quando miras como estoy
y lo poco que en mi puedo.
Carlos.
¡Con qué de envidias que quedo!
Don Juan.
¡Con qué de alientos que voy!
(Cuatro per sos tachados.)
el amor .... resistir
que el cuerpo, Teodora, a de ir
á donde el alma se va.
Hipólita. (Al margen.)
Mi muerte he venido a ver,
Teodora, denme paciencia
los cielos, porque esta ausencia
lleballa no e de poder,
que en ella pienso acabar;
y pues queda el cuerpo en calma,
vaiase á la guerra el alma
de mis ojos por el mar
y dele el cielo al Señor
faon Juan aunque á costa mia,
la Vitoria que confia
y merece su valor.
Don Juan.
Mi nombre he de hazer eterno.
Hipólita.
Teodora, el alma sigamos
/que me lleva Don Juan]
Que va sin el cuerpo.
Teodora.
Vamos.
Rey.
Rui Gómez!
Señor!
Rui.
Rey.
A tierno
llanto su ausencia me obliga.
Don Juan, volvedme á abrazar
y adiós Principe del mar /
y general de la liga.
FIN DEL ACTO SEGUNDO
(Tocando el clitrin, se entran unos por una
parte y otros por otra.)
{Hoja añadida.)
Teodora.
(A tajados los cuatro versos siguientes.)
¡Que grandeza nunca vista
y qué magestad, señora!
Hipólita.
A tanto valor, Teodora,
el mundo es poca conquista.
Teodora.
Ya se a despedido el Rey
y el Principe de su alteza.
Hipólita.
Teodora, mi muerte empieza
de amor rigurosa ley,
que en tan amarga partida
y en tan penoso sentir,
sin muerte quedo á morir
y quedo á viuir sin vida.
Teodora.
A las del tiempo del Cid
esas finezas están,
pues cuando se va Don Juan
queda Carlos en Madrid
y vn Principe no es alaxa
para despicarte poca.
Hipólita.
Al arma nil ausencia toca
y es mi desdicha la caxa
que me llama á pelear,
i y pues queda el cuerpo en calma,
¡ vaiase á la guerra el alma
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
325
de mis ojos por el mar,
y de pólvora y de tiros
sirban en esta jornada
para dexarme abrasada
mis lagrimas y suspiros,
y dele el cielo al señor
Don Juan, aunque á costa mía,
la Vitoria que confía
y merece su valor.
(Toca el clarín.)
Teodora,
Ya por dos partes se van
y en dos tropas se reparten
los que se quedan ó parten
con el Rey 1 con Don Juan,
Hipólita, hermosos dos
escuadrones.
(Continuará.)
Hipólita.
Ay, Teodora,
que el alma se me va agora!
Agüita del agua, adiós,
que ia en el canpo de espumas
al gavilán turco veo
servir de eroyco trofeo
de sus garras y sus plumas.
Pollo del aguiía, Carlos,
adiós, pues al sol te opones
y sus divinos blasones
oy comienzas á imitarlos.
Adiós fenis suio, y siga
á tu vivir su triunfar,
y adiós, Principe del mar
y general de la liga.
(Tocan el clarín un poco después de averse
entrado, y da fin la jornada.)
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Fontes rernm Austriacamm. — Oesterreichische Geschichts Quellen. Hc-
rausg. V. der historischen Kommission der Kaiserlichen Akademie der Wissen-
schaften in Wien.— Zweite Abteilung. Diplomataria et Acta. — LVI Band. Privat-
briefe Kaiser Leopoíd I an den Grafen F. E. P5tting. I. Teil. — November 16Ó2
bis Dezember 1668. LVII. II Teil. Januar 1669 bis Dezember 1673. Herausg. von
D.r A. Francis Pribram u. D.r M. Landwehr von Pragenau. — Wien. — Druckvon
A. Holzhausen, 1903-4. Dos tomos de xciv-430 págs. el i.° y 496 el 2.°, 8.° (Con
36o cartas y copioso índice alfabético de nombres propios).
En esta correspondencia, muy familiar y de juicios muy espontáneos sobre co-
sas y personas entre el Emperador Leopoldo I y el Conde Potting, hallará el que
quiera estudiar el reinado de Carlos II ', no muy conocido todavía, abundantes
noticias que el segundo recogía con actividad y perspicacia en la corte española, y
que el prir.iero comentaba después con sabrosas observaciones, dirigidas, como di-
cen los editores, no al embajador, sino al amigo. Y esto es lo que constituye su
peculiar interés.
De la lectura de estas cartas se deduce que el Emperador era profundamente
religioso, pero también supersticioso y crédulo en demasía, hasta el punto de tener
I Ei que dc3ee mas extenso conocimiento de la política de aquella época, puede consultar
las obras siguientes:
<íPufendors Bericht über Kaiser Leopoíd, seinem Hof unddie Ósterr Politik» (1661-74) he-
rausg. V. Helbig.
nFraní^ pon Lisola und diePolitik seiner Zeit*; Leipzig, 1894.
hátmi%\ KNeue Beitrage ¡^ur Charakteristik Kaiser Leopolds /.» (Heigel). Sitzungsberichte
der bayr. Akademie der Wissenschatten, 1890, II B., p. 109.
Uno de los editores de la presente correspondencia trabajaba también el año pasado en la
publicación de una biografía del Emperador que habrá aparecido ya tal vez en la obra titulada:
♦Di> dsterreichischen Herrscher aus dem Hause Habsburg.^
326 REVISTA DE ARCHIVOS
por cierto que Felipe IV estaba hechizado desde su trato con el Conde-Duque, pa-
reciéndole bien que se acudiese á los conjuros del P. Cadela, y de dar asentimiento
á la patraña de una cortesana española que para ocultar á un galán que la visitaba
de los celos del Príncipe de Piombino, le había convenido en naranjo.
En cambio aparece dotado de una prodigiosa actividad que le permite atender
por sí ai despacho de los asuntos de Estado y particulares de la corte, á los deberes
religiosos, al estudio de obras serias y á las distracciones de la música, teatro, caza,
juegos, etc.; favorecedor de sus servidores, sin reparar en nacionalidad, pues recha-
za enérgicamente la censura de los españoles por haber elevado á un cargo supe-
rior ai general francés Souches; generoso con sus enemigos ó con aquéllos de
quienes recibió agravios, como lo prueba el haber recomendado al embajador, Mar-
qués de Castellar, para un empleo en la corte de España, y haber seguido prote-
giendo á un aya española, culpable por descuido de la muerte de una hija del Em-
perador; buen esposo y buen padre, con entrañable cariño para todos los suyos, y
muy imparcial en sus juicios hasta sobre aquellas personas que le eran más anti-
páticas, como el Conde de Peñaranda, cuya inteligencia elogia proclamándole «e/
que mejor conoce el estado político de la monarquía españolan, á pesar de haber di-
cho al hablar de su viaje á Frankfort en que, para preservarse del frío, se hizo coser
en un saco de pieles: «Si entonces hubiera reventado, no hubiera sido gran lástima».
Por vínculos de la sangre, por afecto y por comunidad de intereses con la di-
nastía española, era afícionadísímo á nuestra patria, y amigo de corazón de este
pueblo, pero no por eso desconocía ni dejaba de recriminar nuestros arraigados de-
fectos. Así, después de censurar enérgicamente á las clases altas por su haragane-
ría, orgullo, disipación, prodigalidad y egoísmo, dice hablando en general de loses-
pañoles: «Me da vergüenza muchas veces de que no hagan nada de lo que deben
hacer.» Nuestra decadencia militar le hacía decir al hablar del Marqués de Carace-
na: «Fué guerrero, es decir, como puede serlo un español».
Y conservando sus mismas palabras para ejemplo del estilo de sus cartas, en
que empleaba en un mismo período el alemán, el latín, el español y el italiano
(sólo no poseía el francés y el inglés), copio estos otros juicios sobre nuestros
compatriotas:
«Hingegen hat mich minder sehr bestürzt die übel Zeitung von (den) zerschlage-
nen Tractaien mit Portugal, ego a tanta mora Hispaniorum semper aíiquid simile
prcevidebam. Nun erwarte ich wohl mit grosser Verlangen die particularia zu ver-
nehmen, auch wie die mit Euch vorhabende Conferenzen ablaufen wird, quod
magnum nostris rebus lumen dabit, Ich besorge malas consequenciaSy et quod me
máxime cruciat, ist dass ich es nit remediren kann, weilen selbe ministri von un-
sern Remonstralien und Consiliis nicht viel hindern lassen. Patientia! Gott kann
alies besser schicken.»
»Per amorem, dice en otra carta, was schlafen Hispani et non agunt res suas;
ego moneo, increpo, obtestor, sed sine effectu. Quid ultra faceré possum? Bono
Deo omnia commitere.»
De nuestra formalidad política tenía muy mediano concepto. Véase un ejemplo:
«Luego podría suceder que los españoles nos empeñasen en una guerra, para des-
pués dejarnos plantados y entenderse ellos con los franceses.»
«La Reina, dice, no hace nada sin Nitard; pero éste no pregunta á nadie».
También estaba algo en guardia contra nuestras paisanas: «Estas mujeres es-
pañolas, escribe, quieren españolizar completamente mi corte; pero yo no puedo
permitírselo.»
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 327
»Está muy bien el villancico de doña Antonia >, pero su memorial no es de fá-
cil resolución, porque no tengo ninguna gana de cargar mi casa con más mujeres
españolas.»
«La casa española de mi mujer continúa convertida en el antiguo laberinto al
que no se ve salida.»
Enferma la comadrona de la Emperatriz, Ana la sevillana, sucesora de Ana de
Avalos, POtting proporciona otra que ajusta en 565 doblones 2 de salario y el re-
galo correspondiente á cada nacimiento. El Emperador aprueba el contrato y dice
que las condiciones no son exageradas, sobre todo tratándose de una española. ¡Ah
que hubiese costado la sevillana! Ni con 10.000 florines creo que hubiese bastadol»
Todos sus elogios merece el conde de Fernán Núñez, autor de El hombre prác"
tico; califica de insolente la carta que el Duque de Alba 3 dirigió á D. Juan, y de peor
una supuesta consulta á la Reina contra ei P. Nitard, de que tiene por autor al
cardenal Moneada, ¡tan infame est añade. Del principe de Astillano, que, según le
escribe Pdtting, (3 Febrero 1672) había gastado 120.000 ducados en una comedia
representada á SS. MM. en el Retiro, dice el Emperador que ha hecho una insigne
locura en tirar por la ventana tal cantidad, y que en Viena no se ocurriría fácil-
mente semejante tentación; y un juicio análogo expresa sobre el duque de Osuna á
quien censura como ministro por haber rodeado á su desposada de un séquito de
200 personas y haber hecho que la salieran á recibir en Milán como á la propia
reina, cuyas locuras, dice á POtting, no sería malo que refiriese á la Reina, si se le
presenta ocasión, pues de quedarse allí más tiempo, todo irá enhoramala, siendo ta-
les las extravagancias que ha hecho que no pueden referirse.
Al tratar del conde de Lemos, virrey del Perú, recuerda el dicho vulgar de que
rara vez los bienes de los virreyes de Indias llegan á la tercera generación, con lo
cual, dice, resultaría cierto lo de: male parta male dilabuntur.
Por último, volviendo sobre Peñaranda, dice á POtting: «Aquí se habla de un
libro impreso en Madrid para demostrar que mi casamiento con la Infanta será la
ruina cierta de España... Dicen que ha salido de la oficina de Peñaranda. Si es así,
desearía, si os es posible, que me enviaseis un ejemplar para poder criticar un
poco esta hermosa doctrina. Peñaranda no es muy santo en semejantes materias,
por lo que puede tenérsele por autor, especialmente dado su afecto á mi persona.
Se lo he escrito á la Reina para que se guarde del consejo de los impíos».
Aficionadísimo se muestra al teatro español, á la música española y al ingenio
satírico del pueblo manifestado en los pasquines políticos de los que, aunque teme
peiora ex hiis principiis, pide con insistencia copias á Pótting, <par a poderme exer-
citar en la lengua castellana».
Entre otros, repite los siguientes:
Entre dos niños tetandos
está la pobre Castilla...
1 Sobre esta honrada Señora, D.' María Antonia del Valle, habilísima en el arpa y en toda
suerte de instrumentos de música, pero principalmente en la composición de tonos, villanci-
cos etc., que el Emperador recibía con suma complacencia, pedia noticias al Conde de Pótting
diciendo (en carta de 1668) que por curiosidad y por ser en Viena desconocida, quería saber
quién era aquella sirena.» En el Memorial le pedía D.<^ María una plaza en su palacio.
2 I doblón= 5 1/2 florines.
3 La de 27 de Enero de 1669?
328 revista' de archivos
Kl Rey está malo; el Principe maliio;
la Reina con jaquecas, la Infanta se iiá
^á quién esta cnsa se alquilará?
Para la Reina hay descalzas,
I y] para el Rey hay tutor,
si no se muda el gobierno
y dcstierra al confesor.
Y del marqués de A ¡ton a.
Ayiona,
gordo como bestia,
mas no es novedad
serlo su excelencia.
Muy frecuente es en las cartas la mención de comedias de nuestro teatro, por
ejemplo: «<En el cumpleaños de la Reina (1671) he hecho representar una comedia
española, recientemente escrita por Calderón, y con entremeses en música, et-
cétera.
...«Es una comedia española (dice otra vez escribiendo ésto en castellano) y
por eso ya es mejor de todas las otras fiestas; representan en ella los mismos cria-
dos de Castellar, et sit dcerit qui vices Zoili supplere possit.y^
«Como mi mujer desea oír música española, quisiera que me enviarais tonos
humanos para una, dos ó á lo más tres voces, y me gustaría más si se pudiera ob-
tener toda la música de una comedia representada hace algunos años, y cuyo títu-
lo es: Ceios aun del aire matan,.,'» K
Terminaré haciendo observar la afición del Emperador á los libros, demostrada
en la pena que le causa el incendio de la librería del Escorial (1671), «cuya pérdi-
da dice, especialmente de los manuscritos, no es reparable con ningún dinero» y
en el interés con que siguió en esta correspondencia desde 1669 hasta 1672, las ne-
gociaciones con Potting para la adquisición de la biblioteca del Marqués de Ca-
bregas 2, la cual estaba en venta.
Según Pólting, no tenía igual en España 3; constaba de más de S.ooo obras,
todas españolas, y cerca de la mitad, de gran precio, muchas raras, algunas únicas
y varios manuscritos curiosos. Había un ejemplar de la Biblia complutense, por
la que pagó Potting i5o richtalers, y un lujosísimo álbum que contenía todos los
tr tunjos del emperador Maximiliano I con los orígenes de la casa de Austria; vite-
la; folio real, con preciosas miniaturas. No recuerda Potting haber visto nunca
nada más hermoso ni de más lujo en su género. Costaba 700 doblones, y no era
carOy añade. Al Emperador no le parecía lo mismo, y contesta que su conciencia-
no le permite dar por un solo libro un precio tan crecido é igual al de la mitad de
la librería. Por otra parte tenía en su biblioteca el oríginal, «sólo dibujado, es ver-
1 De Calderón.
2 D. Pedro de Navarra y de la Cueva, Vizconde Villalba, Caballero de la orden de Santiago
y Mayordomo de la Reina. Escribió 4iLof(ros de la monarquía en aciertos de un palidoy>.—\\
rey Carlos II.— Julián de Paredes, 1669. Murió en 1671.
3 El catálogo de esta librería que comprende a.498 números se encuentra en la Bibliotcci
imperial de Viena, Cod. i2.6oi.2Sobre el mérito de la colección puede verse el articulo de R. Beer
(Zeitsch, für dcutsches Altertum— XLIII-157 1.)
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 329
dad, pero sin embargo, tan estimable como la copia. Asi pues, que dispusiera el
dueño como quisiera de aquella alhaja >.
Como lá costumbre de España, decía el Emperador, era vender en almoneda
los bienes muebles de los Señores al morir, y como el Marqués era bastante pobre,
encargaba á Pótting que estuviera á la mira para comprar barata la librería, lle-
gado aquel caso.
El 29 de Octubre de 1670, avisó Pótting que había quedado hecha la compra
en precio muy razonable á juicio de los inteligentes, y á consecuencia de la amis-
tad entre el Marqués y Potting. Aquél murió al año siguiente; hasta Diciembre de
1672 no se trató del transporte de los libros á Viena.
En mi deseo de llamar la atención de los curiosos hacia esta correspondencia,
me he alargado tal vez demasiado en la copia de textos y citas. Su interés para Es-
paña creo merece alguna excepción.
A. P. y M.
Cartilla fonética para enseñar á los niños y sordo-mudos el arte de
la lectura, por R. Robles. Abecedario. Edición del maestro 2. — Madrid.
Tip. de la «Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos», 1904. — 8.° 89 págs. con
35 grabados anatómicos y un cuadro con los signos manuales de las letras.
El señor Robles, conocido ya por su obra titulada Fonética general ó análisis
de los sonidos orales^ ha querido contribuir prácticamente á la tan pregonada re-
generación de la patria, empezando bien por los principios, por la cartilla, que en
verdad estaba muy necesitada de reforma. Sin más lógica ni otro fundamento que
una empírica adaptación á las letras del sistema de las combinaciones, hemos
aprendido en la escuela á fuerza de tiempo, golpes y aburrimientos indecibles á ir
apoyando mecánica y caprichosamente las vocales sobre las consonantes, y éstas
sobre aquéllas. Al cabo de algún tiempo de estos juegos malabares, sabíamos de-
letrear, luego por fin leer.
Maestro y discípulo respirábamos satisfechos, como el que ha conseguido ver
el resultado de una operación de química hecha en una oscura retorta sin el menor
conocimiento de los elementos componentes ni de las leyes de sus reacciones y
afinidades.
El autor de esta cartilla pretende que el maestro sepa, antes de enseñar á pro-
nunciar las letras á los niños, en qué órganos se pronuncian y cómo intervienen
en la exacta pronunciación de las letras. Para ello intercala grabados en que cla-
ramente se ve el funcionamiento de aquéllos en cada una de las letras. ¡Cuántas
etimologías» absurdas y ridiculas nos hubiéramos ahorrado si estas nociones hubie-
ran sido siempre enseñanza corriente en las escuelas!
Los carteles obedecen á un pls^n meditado, y en las sílabas y palabras que los
niños han de ir pronunciando, no sólo se guarda una lógica gradación, sino que
se procura interesar la atención del distraído discípulo, principal fin que debepro-
1 Acerca de los ejemplares del Triunfo^ pialados unos, y grabados en madera otros que
posee la Casa Imperial de Austria, puede consultarse el Jahrbuch der Kunsthist. Samml des
Allerh. Kaistrhauses, Ci54 ff. iasb-173 U.) art. Schcstog, Fr.: Kaiser Maxim. I Triumph.
Y para el que posee nuestra Biblioteca Nacional, el estudio de Isidoro Rosell, Musco espa-
ñol de antigüedades, tomo 1, 1871, ps. 409-416.
2 Aparte también la Edición del alumno.
33o REVISTA DE ARCHIVOS
ponerse lodo el que enseñe. Es también idea muy acertada la de incluir en la car-
tilla ejercicios y cuadros gráficos para la enseñanza de los sordo-mudos. Tiene
ésta en sus principios muchos puntos comunes con la que exige el niño que por
primera vez se sienta en los bancos de la escuela.
En resumen, creo que la obrita del señor Robles, pequeña en volumen, ha de
ser como esos diminutos granos de semillas que el tiempo y la buena tierra des-
arrollan en árboles corpulentos de preciados frutos. Me dicen que va alcanzando
éxito entre el profesorado elemental. De desear es que, convencido de la necesidad
de reformar los rutinarios métodos hasta aquí seguidos, favorezca bien esta ten-
tativa, bien otra de superior mérito, nunca la continuación de un statu quo ab-
surdo.
A. P. y M.
Apuntes sevillanos. Cosas nuevas y viejas, por D. Manuel Chaves. Prólogo
de D. José Nogales. — Sevilla. Tip. Sauceda, ii, 1904. — 4.°, Soy págs.
El Sr. Chaves, en quien compite la vasta erudición con una actividad infatiga-
ble, como lo prueban las muchas obras con que ha ilustrado nuestra historia, es-
pecialmente la literaria, tuvo la feliz ocurrencia de publicar en El Liberal de Sevi-
lla una serie de artículos referentes á sucesos, tradiciones y costumbres de aquella
ciudad. Variadísimos todos y llenos de peregrinas noticias hacen el efecto de una
hermosa colección de bocetos donde los personajes están retratados á valientes
rasgos; ya son concisas biografías de literatos, como Fr. Juan de Padilla y Juan
de Salinas; ya pinturas de costumbres antiguas como la Procesión de Via-Crucis,
Confiteros y confiterías, Las dam^as del Corpus y La fiesta de los sastres; siluetas
de hipócritas, como El hermano Juan de Jesús, El maestro Vilches y La beata Bri-
güela; lances de amores, más ó menos lícitos, como La hermosa posadera y El
sastre Catalán; abundan curiosas relaciones de riñas y desafíos y hay noticias de
monumentos, cual La puerta de Triana. Todo ello constituye una especie de An-
tología histórica de Sevilla que se lee con agrado y á la vez instruye, pues el Sr. Cha-
ves ha logrado realizar el clásico precepto de enseñar y deleitar al mismo tiempo.
M. S. y S.
La dLvilisaoión occidental, por Benjamín Kidd (autor de La evolución social)
vertida al castellano por Siró García del Mazo. — Madrid, est. tip. de la V. é H.
de M. Tello, 1904.— 8.% Sog págs.
Corto fué el número, hasta hace poco tiempo, de los españoles qué se dedicaban
al estudio de la Sociología, con ser tan importante esta ciencia para la resolución
de graves problemas económicos, jurídicos, políticos y aún históricos. Unos la juz-
gaban innecesaria; otros la consideraban como ciencia sin objeto propio y forma-
da con retazos de varias; quien reprobaba en los sociólogos una profunda ignoran-
cia de los hechos, con estar siempre hablando del método positivista; quien se es-
candalizaba del nuevo tecnicismo, sin considerar que era preciso envolver las nue-
vas ideas en un ropaje adecuado á ellas. Hoy se abre camino la Sociología y son
cada día más los que se dedican á su estudio y los libros que se publican, ya origi-
nales, ya traducidos, cual es La civilización occidental de Kidd, sabio discípulo del
venerable patriarca de estos estudios, de Spencer, de quien se aparta en ocasiones.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 38 1
Kidd comienza su libro adviniendo que á fines del siglo xix se notaba y% una pro-
funda revolución en el pensamiento, divorciada al parecer, de las antiguas doctrinas,
pero que forzosamente es consecuencia de aquéllas y un paso de su evolución; an-
tes se consideraba la sociedad como un conjunto de intereses que afectaba á los
presentes; ahora se la juzga siempre en relación con un factor algo misterioso: las
generaciones futuras. Observa cuánto ha decaído el individualismo dominante en
la concepción y organización del Estado; de sus fatales consecuencias en el orden
económico, y de la desconfianza con que se miran las representaciones nacionales.
Con objeto de estudiar la evolución social en relación con la evolución orgánica,
reseña brevemente las doctrinas de Darwin relativas á la lucha por la existencia y
al proceso selectivo, que solo aplicaba aquél á los individuos; luego expone las no-
vísimas leorias acerca de la vida individual, que no está determinada por el tama-
ño, ni por la rapidez ó lentitud del crecimiento, sino por las exigencias y condicio-
nes de la especie; siendo necesaria la muerte para que aquella, mediante la varia-
ción, progrese adquiriendo mayor complejidad y riqueza de caracteres. Sobre tan
magníficos cimientos construye Kidd su edificio sociológico; después de censurar
la concepción utilitaria en que se basa el estado moderno y de que los intereses de
toda comunidad se subordinen al presente, traza la historia del liberalismo occiden-
tal y afirma que el progreso consiste en ei desenvolpimiento ascendente hacia la
eficiencia social más elevada de una criatura racional en la que, por decirlo asi, el
cosmos mismo se mueve hacia la conciencia. En los siguientes capítulos estudia la
continua evolución social en los tiempos pasados,, ya considerada en los hechos,
ya en las teorías que dominaron, y deduce las consecuencias de las nuevas que él
profesa.
Completan el libro varios documentos ilustrativos, como son las Bulas Clericis
laicos y Unam Sanctam; la Declaración de derechos en Virginia (1776), la Decla-
ración de independencia de los Estados Unidos, y otros.
La tradución es digna de alabanza, como hecha por el Sr. García del Mazo.
M. S.
VARIEDADES
ESPAÑA. — Simancas,— (De El Norte de Castilla). «El sábado visitó el Archivo
de Simancas el Sr. Subsecretario de Instrucción pública. Le acompañaron el Rector
de esta Universidad Sr. Cortés, el Vicerrector Sr. Amado y otras distinguidas perso-
nalidades. Fué recibido por el jefe del Archivo D. Julián Paz y todos los empleados
que prestan servicio en aquel establecimiento. La visita fué detenidísima y minu-
ciosa, saliendo sumamente complacido del orden que reina en todas las dependen-
cias, y felicitando por ello al jefe Sr. Paz.»
ESTADOS UNIDOS.— El ingeniero Carlos Papini ha presentado á la sociedad
bibliográfica italiana una interesante comunicación sobre las modernas aplicacio-
nes electro-mecánicas á los servicios de transmisión y distribución de libros y
manuscritos en las bibliotecas públicas. Todo lo más adelantado que conocemos
en este sentido en España, es el primitivo monta-cargas, reducido á un cajón de
mejor ó peor forma, lenta, pesada y ruidosamente movido por una manivela de hic-
332 REVISTA DE ARCHIVOS
rro con sus cadenas^ engranajes y demás accesorios. Veamos lo que se estila en las
bibliotecas modernas^ en la de Boston; por ejemplo. De pasada diremos que, dada
su reciente fundación, posee un material de libros enorme; en 1894 constaba ^^
608.466 volúmenes y cada año aumenta 26.000, de modo que en seis ó siete años
alcanzará el millón. Como noticia que puede interesar á los biblotecarios, diremos
que estos libros, antes de aquella fecha, estaban esparcidos en varias librerías pú-
blicas de la ciudad y que bastaron cinco semanas para trasladarlos al nuevo edifi-
cio. Para dar una idea de las dimensiones del local, bastará decir que tiene una pro-
fundidad de 225 pies y una altura de 227. La gran sala central comprende toda la
longitud del edificio, y mide 42 pies de ancho y 5o de alto. En esta inmensa sala,
el lector que desea un libro, transcribe su título juntamente con el nombre y el
número de la mesa que ocupa en una faja de papel especial, la cual llega á manos
del mozo y á los pocos momentos, el libro á la misma mesa del lector. Es evidente
que no podría obtenerse un resultado semejante sin que todo, hasta el más míni-
mo detalle, estuviese preparado para tal fin. El orden de los estantes y de los pro-
cedimientos mecánicos de transmisión está racionalmente dispuesto conforme á
las condiciones del local, pero los medios que se emplean son menos complicados
de cuanto se pudiera imaginar, teniendo como auxiliares preciosos el aire com-
primido y la corriente eléctrica, que se adaptan admirablemente á estas aplicacio-
nes. De los estantes, que están pintados de blanco para obtener la máxima difusión
y refracción de la luz, tanto de día como de noche, penden lámparas incandes-
centes sostenidas por cordones flexibles y provistas de mango de madera, de modo
que el personal adscrito á la busca y colocación, pueda servirse de ellas llevándolas
al punto necesario para buscar los libros pedidos. Para tener una idea de la dis-
posición y desenvolvimiento de los estantes, bastará decir que los libros están co-
locados en larguísimos, pero muy bajos y no muy anchos estantes, superpuestos
en seis planos del edificio; que csián todos á la altura de un hombre y tienen un
desarrollo en latitud total de cerca de 20 millas, distancia que tardaría un buen
andarín seis horas en recorrer. Muchos estantes están todavía vacíos en Boston y
se podrán colocar cómodamente en ellos cerca de 2 millones de volúmenes. Te-
niendo en cuenta la extensión del local y la afluencia siempre creciente del públi-
co, se imponía la solución del problema relativo á la pronta y rápida transmisión
de los pedidos y no menos solícita entrega de libros á los lectores. Para este efecto
ha sido dispuesta una red de tubos neumáticos y otra de cuerdas puestas en mo-
vimiento por la electricidad, destinadas á la transmisión é independiente una de
otra. Los tubos neumáticos están colocados en el espesor de los muros, y tienen
estaciones de entrada y salida en los puntos necesarios, de modo que nada se vea
al exterior. Esta red atraviesa horizontalmente los seis planos, y en cada iino ter-
mina en el centro donde se encuentra el pozo para la red ascendente y descendente
oportunamente dispuesta y combinada de modo que los carriles, partiendo de un
punto cualquiera del depósito junto al centro, puedan subir al plano donde está
la sala de distribución. Las cuerdas están en continuo movimiento por medio de
un motor eléctrico, y así en cada momento se puede empujar el carril horizontal-
mente del punto deseado al sitio central de bajada, y de aquí automáticamente
en sentido vertical á la sala de distribución. En cada sitio de reparto hay avisa-
dores eléctricos, de modo que el personal adscrito á este servicio recibe aviso
previo de la llegada de la papeleta. Se comprende pues, con cuánta rapidez son
transmitidas las órdenes y el libro entregado al lector. Al hacer el pedido de un
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 333
libro, se escribe la signatura en la papeleta, y metida ésta en una caja cilindrica,
es expedida por aire comprimido á través del tubo hasta el sitio donde se encuen-
tra el libro. El empleado toma el libro del estante, le coloca en el carril próximo y
éste, por medio de las cuerdas, que están, como se ha dicho, en continuo movi-
miento, es llevado por las vías ya conocidas, desde la pieza de distribución al sitio
que ocupa el lector. Para entender la rapidez de transmisión de los carriles, debe
notarse que estos son automáticamente transferidos de una línea á otra, y subidos
y bajados también automáticamente cuanto es necesario para que alcancen su
destino y sin que se necesite un personal especial en los puntos de cambio, estando
el mecanismo de tracción y de conmutación construido de manera, que no se
necesita para esta maniobra intervención de nadie, porque el movimiento de
cada carril en cada sentido, aun del vertical al horizontal y viceversa, le regula el
maquinista que está constantemente en la pieza del motor eléctrico, y que tiene
á su disposición y á la mano los resortes necesarios y correspondientes á cada
carril, juntamente con las indicaciones que eléctricamente le trasmite el personal
adscrito á los estantes. En sentido inverso vuelven los libros de la sala de distribu*
ción con la misma rapidez y por los mismos medios de transmisión á sus respec-
tivos estantes. Termina su comunicación el ingeniero con consideraciones sobre
los medios para aplicar la tracción electro- mecánica á las bibliotecas instaladas en
edificios antiguos, dando razones técnicas sobre la facilidad de hacerlo é insistien-
do en las ventaja^ de su aplicación. Aplazamos para cuando en España se vislum*
bre posibilidad de sustituir el tosco arcón de hierro por estos suiiles procedimien-
tos, el entretener al lector con más datos sobre el asunto. Mientras tanto, sería
muy de desear que la excesiva concurrencia de público á las salas de lectura de
nuestras bibliotecas, obligase á pensar en más rápidos sistemas de servicio.— j. p.
FRANCIA.— París y Lisboa,— E\ pasado mes un empleado de la Biblioteca Na-
cional, Mr. Mortreuil, que observaba hacía algún tiempo la falta de varios volú-
menes entregados á lectores de la Sala de trabajo, tomó sus medidas para descu-
brir al autor ó autores de las sustracciones. No tardaron en coger infraganti á un
joven de veinticinco años, artista lírico, llamado Mr. Marie Marteau, que habiendo
tomado de los estantes del Salón de lectura, (donde están las obras que el público
puede consultar sin entregar la papeleta exigida en la Sala de trabajo), un volumen
del valor de unos 3o francos, el Corpus Bullarum, le escondía bajo el abrigo, y se
disponía á llevársele. En el instante el guardia Lehman le detuvo, y llevado ante el
Comisario M. Labal, confesó que ya había sustraído varias obras, entre ellas una
de precio que había vendido á un librero de viejo de París. Inútil es decir que el bi-
bliófilo ingresó en la cárcel. Si esto puede suceder en establecimientos tan bien do-
tados de personal, que permiten se ejerza suficiente vigilancia, calcúlese qué no
podría ocurrir en los nuestros si se diesen las obras con la libertad que algunos,
poco conocedores de nuestro público y de nuestros recursos, pretenden que se fa-
ciliten.
Nuestros vecinos los portugueses padecen igual falta de recursos para dotar
de suficiente personal que vigile y que trabaje en clasificar, inventariar y poner á
cubierto de sustracciones probables las riquezas de Bibliotecas y Archivos, Con
este título llena su artículo de fondo O Jornal do Commercio del i6 de Abril, do-
liéndose de los frecuentes robos que van adviniéndose en sus establecimientos,
por ejemplo^ la rica colección de libros raros referentes á judíos, que desapareció
años hace de la Biblioteca de la Academia de Ciencias. Y el caso debe ser tan
334 REVISTA DE ARCHIVOS
frecuente y la impunidad tan fácil, que el articulista cita el de un mapa del Bra-
sil, presentado por un particular en la Exposición de cartografía de la Sociedad
geográfica, el cual mapa ostentaba con la mayor frescura nada menos que cuatro
sellos de la Academia, uno en cada esquina. Con ellos y con los de las Bibliote-
cas públicas afirma es muy frecuente encontrar libros y manuscritos en los li-
breros de lance y en poder de particulares. La honra de nuestro Cuerpo exige
que este caso sea lo más excepcional posible; pero no bastará todo el celo y toda
la honradez de nuestros compañeros, mientras los Gobiernos no ordenen seria-
mente que se cataloguen é inventaríen en cada Biblioteca y Archivo aquellos ma-
nuscritos, libros, mapas, eslampas, etc., que por su mérito y valor constituyan
lo que suele llamarse el Reservado en todas las Bibliotecas del mundo. Este in-
ventario, copiado en libro foliado, no en cédulas sueltas, y firmado por el bibliote-
cario, serviría en cada cambio de jefe del establecimiento para extender el acta de
entrega de aquellos objetos preciosos y que firmarían el jefe entrante y el saliente.
De este modo la responsabilidad de las pérdidas podría hacerse efectiva. Además es
indispensable aumentar el número de los celadores en las grandes salas de lectura.
Con el que hoy existe es casi imposible la vigilancia. Mas después de dicho esto,
me acomete la fundada esperanza de que ni para precaver incendios como el de la
Biblioteca de Turín, de que me 'ocupé en otro número de esta Revista, ni para
evitar robos como los que lamentan hoy los portugueses, he de hallar un par de
ojos ministeriales de ningún ministerio que se dignen fijarse en estas líneas, leídas
á lo sumo por cuatro convencidos de los que nada pueden hacer para remedio de
tan probables males. ¡Paciencia! — A. P. y M.
CRÓNICA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
Biblioteca Nacional.— Gracias á nuestro compañero D. Rafael Ibarra y Bel-
monte. Jefe de la biblioteca del Museo de Ciencias Naturales, la Sección de estam-
pas de la Nacional se ha enriquecido inesperada y extraordinariamente con un nú-
mero considerable de obras de estampas, de estampas sueltas y de dibujos origi-
nales.
El Sr. Ibarra que con celo ejemplar se ha propuesto, y realizado ya en gran
parte, que la Biblioteca que tiene á su cargo pueda presentarse como modelo, al en-
contrar sepultadas en una dependencia de ella, carteras y obras de estampas pura-
mente artísticas que nada absolutamente tenían que ver con las Ciencias naturales
y cuyo arreglo, catalogación y servicio al público era imposible en aquel estable-
cimiento, juzgó lo más acertado que pasaran á la Biblioteca Nacional, y con la
aprobación del Sr. Bolívar, digno director del Museo de Ciencias Naturales, y la
correspondiente autorización del Ministerio, se ha hecho así.
El donativo, bien puede llamarse así, es de extraordinaria importancia y merece
dar cuenta detallada de él; me prometo hacerlo así tan luego como, hecho siquiera
un primer arreglo, pueda darse cuenta exacta de todo lo que hay. Por el pronto
baste decir que hay ejemplares magníficos de algunas de las obras que componen
la colección llamada: El Gabinete del Rey; de la consagración de Luis XV y de
otras fiestas públicas de París en el S^ xviii. Todos con magníficas encuademacio-
nes verdaderamente regias; gruesos tomos de estampas de Callot, de los Sadler, etc.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
335
En las estampas sueltas, hay* muchas importantes y raras, italianas y flamen-
cas, entre ellas, y es la perla de lo recibido, un número muy considerable de Rem-
brandt, y de Marco Antonio, pruebas asi las del uno como las del otro, exquisitas,
de las que difícilmente logran verse. Aguafuertes hermosísimas de Canaletto»
multitud de estampas francesas del S. xviii, entre las que se señalan las más bellas
de Wateau, grabadas por los mejores buri listas de la época.
En los dibujos, una serie curiosa del S. xvi, de asuntos de la vida de Catalina de
Médicis, simbolizada por Artemisa, dibujos que tienen todo el carácter de las com-
posiciones decorativas de Fontainebleau. — Bellos dibujos de Boucher y de otros
pintores franceses de su tiempo ocho indudables, de Rembrandt, &. &. &.
Y basta esto por hoy. Dar cuenta más detallada de lo recibido, requiere más
tiempo y puede aplazarse; lo que no podía ni debía aplazarse era manifestar públi-
camente nuestro agradecimiento al Sr. Bolívar y á nuestro querido compañero
D. Rafael ¡barra.
Ángel M. de Barcia.
BIBLIOGRAFÍA
(La lengua es la base de clasifícacíón de nuestra Biblioerafía. En ésta se incluyen todos los
libros de cualquier orden y los trabajos de revistas publicados por individuos de nuestro
Cuerpo, lo cual puede servir para intentar una bibliografía ae éste: los marcaremos con un *. —
En la Bibliografía de Revistas siempre que no se lAdique el año, se entenderá que es el co-
rriente).
Antón (Francisco). Estudio sobre el coro de
La Catedral de Zamora. — Zamora, est. tip. de
San José, 1904.— 8.<* m.— 2pta8. (592
Alvarez Quintero ^Serafín y Joaquín). La
Zagala Comedia en cuatro actos. — Madrid,
LIBROS ESPAÑOLES
[i.® Todos los de historia, en la acepción más
amplia de la palabra, desde la política á la cien-
tífica, y los de sus ciencias auxiliares, incluso
la filología y la lingüística, que se publiquen,
editen, reimpriman y extracten en la España
actual y sus posesiones, de autor español o ex-
tranjero, en cualquiera de las hablas españo-
las, ó en ó fuera de España, de autor español,
en lenguas sabias. 2.** Las ediciones, reimpre-
siones y antologías hechas en ó fuera de Espa-
ña, de libros de cualquier materia escritos por
autores ya muertos no contemporáneos, espa-
ñoles ó extranjeros, en dichas hablas, ó por
españoles en lenguas sabias, dentro de la ex-
tensión de los antiguos dominios españoles.
3.<^ Las traducciones, arreglos, refundiciones
é imitaciones publicadas en ó fuera de España
{)or autores vivos, españoles ó extranjeros, en
as mismas hablas ó en lenguas sabias, de obras
históricas y literarias debidas á españoles ya
muertos. 4.*^ Los libros notables originales de
amena literatura, dados á luz en o fuera de
España por escritores contemporáneos, espa-
ñoles ó no, en las hablas españolas, ó por escri-
tores españoles contemporáneos en lenguas
sabias. 5.*^ Los de cualquier materia, siempre
que se refieran á cosas de España, publicados
eo las referidas hablas en aquellas naciones
que no las usan, ó en las mismas hablas ó en
lenguas sabias en los pueblos que usan el cas-
tellano. Y 6." Las traducciones hechas por es-
pañoles ó extranjeros, á cualquiera de las ha-
blas españolas, ó por españoles á lenguas sa-
bias, de libros extranjeros históricos, de cultu-
ra general, y aun de amena literatura cuando
son obras maestras.)
imp. de R. Velasco, 1904.-8.°, 97 págs.
[393
Alvarez Sereix ^Rafael) y Pedreira Taibo
Leopoldo). La enseñanza de la Geografía. —
Madrid, imp. de R. Rojas, 1904.-8.° m., 89 pá-
ginas. (594
Asín Palacios (Miguel). Bosquejo de un Dic-
cionario técnico de Filosofía y Teología mu-
sulmanas. — Zaragoza, tip. de M. Escar, 1903.—
4.0. 41 págs. (595
Beltrán y Róspide (Ricardo). Los pueblos
hispano-amcricanos en el siglo xx, 1901-1903.
Madrid, imp. de Administración Militar, 1904.
8.° m., 303 págs.— 5 ptas. [596
BoRONAT Y Barrachina (D. Pascual). El B.
Juan de Ribera y el R. Colegio de Corpus
Christi. Estudio histórico. Con un prólogo de
D. Manuel /)anvi7a.^Valencia, imp. de F. Vi-
ves, 1904.— 8.0, xv-398 págs. (597
Cervantes (Miguel de). The complete
Works. Calatea. Translaied by H. Oelsner and
A. B. We(/brrf.— Glasgow, at the l'niversity
Press, 1903.-8.°, LVI11-317 págs. (SgS
Chavarri (Eduardo L.) Armónica.— Madrid,
imp. Marzo, [1904].— 8. <> menor, 95 págs. [599
336
REVISTA DE ARCHIVOS
Cherancs, (R. P. Fr. Leopoldo de). Vida de
Santa Margarita de Cortona, terciaría francis-
cana... traducida al español por el R. P. Fr. J.
de A. Salamanca.— Imp. Salmanticense, 1903.
8.** xxiy-252 págs. y 2 hojas.— 2,5o ptas. [6co
DÍAZ Pérez (Viriato).— Los frailes en Filipi-
nas..., datos y apuntes inéditos, sacados de los
documentos de Nicolás Diaiz P^rej^. —Madrid,
imp. de Ambrosio Pérez y Compañía, 1904.—
8.° m., 52 págs.— 1,25 ptas. [fioi
Drago (L. M.) La república Argentina y el
caso de Venezuela; documentos, juicios y co-
mentarios.— Buenos Aires, imp. Coni, 1903.—
4.°, xix-327 pags.
' (602
Fernandez FernAndez (D. León). El Ejército
y el Pueblo, Conferencia pronunciada en el
Centro del Ejército y de la Armada.— Madrid,
R. Ve lasco, 1904.— 8." m., 26 págs. (603
FoRs (L. R.) Las bibliotecas de Montevideo.
Examen y reseña de las mismas.— La Plata,
imp. «La Popular», 1903.— 8.°, 45 págs. [604
Cea (J. Rufino). La Acequia de Molina.
Apuntes históricos y reparto de aguas con vis-
tas, retratos y un plano de la Acequia.— Ori-
huela, tip. de «La Lectura Popular», 1903. —
8.0 m.»— 2,5o ptas. I6o5
G1.MEN0 de Flaquer (Concepción). Mujeres
de raza latina.— Madrid, imp. del Asilo de
Huérfanos del S. C. de Jesús, 1904.-8.0 m.^
254 pags.— 3 ptas. {C06
GonzAlez Anata (S.) Los alquimistas.— Má-
laga, imp. La Ibérica^ [903.— 8.® 70 págs. (607
Hernando de JEsOs(Fray). Exposición de los
Siete Psalmos Penitenciales del Real Profeta
David: Có vn acto de contrición, y conuer-
sion, y lagrymasdcl pecador. [Reimpresión de
la Edición de Barcelona, Lorcn(;o Dcu, 1632,
hecha en facsímile en Nueva York, de V'innc
Press, 1903]. [Cx)S
HuNEEUs (Roberto). ¡Sursum corda!.— San-
tiago de Chile, imp. Cervantes, 1903.-8.° 2 vo-
lúmenes de xxxix-444 y 564 págs. [609
Laiglesia(F. de). Los caudales de Indias en
la primera mitad del siglo xvi.— Madrid, im-
prenta de Aguado, 1904.-4.°, 29 págs. (610
León (P. M. F. Luys de). Exposición del Mi-
serere.— En Barcelona, por Lorenzo Deu. Año
1632. [Reimpresión, facsímile hecha en Xueva
York, De Vinne Press, 1903]. [Oii
— Lista alfabética y por materias de la Bi-
blioteca del Sr. D. Antonio Cánovas del Casti-
llo Tomo III. — Madrid, imp. de Espinosa, ¡
1903.-8.°, m. 502 págs. [612
Madrid (P. Fr. Alonso de). Arte de servir á
Dios y espejo de ilustres personas. Edición to-
mada de la impresa en Alcalá de Henares, quin-
ta de las revisadas por el autor en 1570 y publi-
cada con algunas notas y correcciones, por Fr.
Jaime Sala. O. M.— Valencia, imp. de Manuel
Alufe. 1903.-8.°, 248 págs. y 4 hoj.— i pta. [613
Malatesta (Eurico).— La Anarquía, versión
castellana del Doctor G/ay.— Madrid, imp. de
Felipe Marqués, 1904.-8.°, 76 páginas.— i pe-
seta. [614
Menéndez t Relato (D. Enriquf). Alma de
mujer. Comedia en tres actos y en prosa.—
Santander, imp. de Blanchard y Arce, 1904.—
8.*, ^3 págs. [6i5
Montero Ríos (D. Eugenio). El tratado de
París.— Madrid, imp. de R. Vclasco, 1904.-8.°,
116 págs. [616
Moratín (L. F. de). El si de las niñas, come-
dia en tres actos. Texte espagnol, publié avec
une cotice biographique, une introduction,
des notes et des commentaires par, J. Guada"
/upe.— París, imp. Capiamont, 1904.-16.°, xv-
123 págs. (617
MoRiLLOT (Paul). Les grand écrivains fran-
9ais. La Bruyére. — Coulommiers, imp. Paul
Brodard, 1904.-8.°, 208 págs. [618
OcANTOS (Carlos María). Mis cuentos. Prime-
ra serie.— Madrid, tip. de Moreno, 1904.-8.°
menor, 129 págs. [619
—Nebulosa.— Madrid, tip. de J. Moreno, 1904.
8.°, 408 páginass. (De las Novelas Argentinas
T. XI.) [6ao
Oliva t Orozco (Jesús). México y no Méjico.
México, imp. Kl Progreso, 1903.-4.°, 59 pá-
ginas. [621
Olmedilla v rviG(J.) Algunas celebridades
(Bocetos para escribir sus semblanzas).— Ma-
drid, imp de los Suc. de Hernando, 1904.-8.°
m., 208 págs. [622
Ortiz (Fr. Alonso), de la Orden de San Fran-
cisco. — Curioso tratado de tres Romances nue-
uos a lo diuino Con licencia en Barcelona:
Por Lorcn<;o Dcu, 1639. Reimpresión facsími-
le hecha en Nueva Yotk, De Vitiae Press,
'903]. [623
PÉREZ Barreiro (Rafael). Gramática latina
razonada según los actuales conocimientos
lingüísticos. 2,°' edición corregida.- S. I. Fe-
rrcr. S. a. —8.° m.*, 300 págs.— 8 ptas. (624
PÉREZ Y González (Felipe). Teatralerías. Ca-
sos y Cosas teatrales de antaño y de hogaño. —
Madrid, R. Velasco, 1904.-8.°, 211 págs. 4- 2 ho-
jas.— 2,5o ptas. (625
PÉREZ RuníN (Luis). Excursiones. Varaba.—
Simancas. Con un prólogo del Sr. D. Sixto
Mario So/o.— Valladolid, imp. de J. R. Her-
nando, 1904.-8.° vii-94 págs. (626
P0E.MA de Fernán González. Texto crítico
con introducción, notas y glosario, por C. Ca-
rroll Marden profesor adjunto de filología es-
pañola en la L^niversidad de Johns Hopkins
Baltimore: The Johns Hopkins Press.— Madrid
lib. de M. Murillo, 1904.-4.° [627
Pont (Juan B.) Antiguallas. {Versos). Prólo-
go de .\ntonio 5oíi7/o, — Valencia, imp. de
A. López, 1903.-8.°, 117 págs. (628
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
337
Querubín de Carcaoente.~(R. P. Fr.) Apo-
logía y Elogio del V. Doctor sutil y mariano
P. Juan Duns Escoto. 2.*' e./ición.— Orihuela,
tip. de La Lectura Popular, 1900.— 4.0.— 3 pe-
setas. (629
Quintero Atauri (Pelayo). Uclés antigua
residencia de la Orden de Santiago, con una
carta-prólogo de D. Arturo Masriera.— Pri-
mera parte ilustrada con ocho fototipias y va-
rios grabados.— Madrid, imp. de Fortanet 1904.
8.0 marq. — 10 ptas. [630.
Rojas (Ricardo). La victoria del hombre.
Poema.— Buenos Aires, imp. Europea, 1903.—
8.**, xvi-i5o págs. [631
Sánchez del Quintanar de la Orden (Pe-
dro). Arrepentimiento que el alma tiene de
aver ofendido á su Criador. Con el e.xamen
de la Conciencia, y el acto de Contrición.
En Barcelona, por Lorenzo Deu. Año 1642.—
[Reimpresión facsímile hecha en Nueva York,
De Vinne Press, 1903). [632
Ramos Espinosa de los Monteros (D. Anto-
nio). Estudios superiores militares. España en
África. Conferencia pronunciada en el Centro
del Ejército y de la Armada.— Madrid, imp. de
R. Velasco, 1903.-8.° m., 264 págs. (633
SCH.MIDEL (M.) Viaje al Río de la Plata (1534-
1554). Notas bíbliográfícas y blográfícas, por
Bartolomé Mitre; prólogo, traducción y ano-
taciones por Samuel A. Lafone Queptdo.^
Buenos Aires, imp. Talleres, 1903.— 4.°, xv-:qi
págs. con 21 láminas. [634
Soldé VILLA (Fernando). El año político,
1903. Año IX.— Madrid, imp. de Ricardo Rojas,
1904,-4.0 m.*, 523 págs.— 10 ptas. (635
Soler y Pérez (Eduardo). Sierra Nevada,
las Alpujarras y Guadix. Notas de viajes y
apuntes.— Madrid, 1903. — 8.°, 116 págs. [636
Soto Hall (Máximo). De México á Hondu-
ras, viaje de Hernán Cortés.— San José, tipo-
grafía Nacional, 1900.-8.° m., 103 págs. [637
Thater Ojeda (Tomás). Memoria histórica
sobre la familia, Alvarez de Toledo en Chi-
le.— Santiago de Chile, imp. lít. yene. Barce-
lona, 1903.-4.° marq. [638
Torres (P. Fr. Hieronymo). Conversión y
arrepentimi mto muy deuoto para el peca-
dor, y para qualquiera que se quisiere en-
trar en Religión.— En Barcelona, en la Em-
prenta de Lorenzo Déu año 1632.— (Reimpre-
sión facsímile hecha en Nueva York,T)e Vinne
Press, 1903I. (639
Valera (Juan). Florilegio de poesías caste-
llanas del siglo XIX, con introducción y notas
biográficas y críticas. Tomo V.— Madrid, im-
prenta de Ricardo Fé, IÍ103.— 8 °, 340 páginas.
Consta la obra de 5 vol.— 15 ptas [640
Valls (Dr. D. Jaime). La iglesia vieja de Pía
de Cabra en el Campo de Tarragona. Su histo- I
ría y descripción. Discurso leído en la sesión... 1
de la Sociedad Arqueológica Tarraconense ce-
lebrada el día 5 de Enero de 1904.— Tarragona,
F. -\rís, 1904.-4.° m., 16 págs. (641
Vergara y Martín (Gabriel María). Nocio-
nes de Historia Universal — Guadalajara, «La
Aurora», lit. tip. de D. Antero Concha, 1904.—
8.° m.*, 464 págs.— 7 ptas. (642
Vinaza (Conde de la). Los Cronistas de Ara-
gón. Discursos leídos ante S. M. el Rey Don
Alfonso XIII presidiendo la R. Academia de la
Historia... el día 13 de Marzo del 1904. Contes-
tación del Excmo Sr. D. Francisco Sílvela.—
Madrid, imp. de los Hijos de M. G. Hernán-
dez, 1904.-4.° m., 166 págs.— 3 ptas. (643
A. Gil Albacete. M. Serrano y Sanz.
LIBROS EXTRANJEROS
[i.° Los tratados universales y generales por
naciones y materias, de historia y sus ciencias
auxiliares, de literatura y arte, de fílología v
lingüística, etc., que interesen á la erudición
y á la cultura, publicados en ó fuera de Espa-
ña por españoles ó extranjeros en hablas vul-
gares no españoles, ó por extranjeros en len-
guas sabias. 2.° Los de cualquier materia es-
critos por españoles en ó fuera de España en
dichas lenguas vulgares. 3.° Los de cualquier
materia, con tal que se refieran á cosas espe-
ñolas, publicados por extranjeros en ó fuera
de España en lenguas sabias ó en hablas vul-
gares no españolas.
Alcock (F.) Trade and travel in South Ame-
rica. — Londón, Philip, 1903.-8.°, 554 pági-
nas. [644
BÉDiER (J.). Hommagc á Gastón París. Le^on
d'ouverturedu cours de langue et littérature
franfaises du mogen age, prononcée au Co-
llége de France, le 3 fevrier, 1904. — Paris,
imp. Dumoulin, 1904.-8.°, 58 págs. [645
Bertaux (Emile). L'Art dans l'Italie méri-
dionale. T. /•*'*: De la fin de l'Empire romain
á la conquéte de Charles d'Anjou. — Tours,
imp. Deslis, 1904.-4.°, xiv-841 págs. con 404
grabados intercalados y 38 láminas. [646
Brémond (Henri). Le Bíenheureux Thomas
More (1478-1535).— Paris, imp. Laure, 1904.—
i8.°, VII1-199 págs. I647
BuRRT (B. P.). Jamaica as it is.— London,
Unwin, 1903.-8.°, 258 págs. con grabados. (648
Cartulaire de 1' abbaye de Porrois, au dio-
césc de Paris, plus connue sous son nom inys-
tique «Port-Royal»; par A. de Dion. i.^*' volu-
me. (1204-1^). — Tours, imp. Deslis, 1903.—
8.°, zvi-339págs. con una lámina. [649
CoLLET (.\.). Le Tomulus préhistoriquc de
Lumbres et les six gisements de V industrie
Uthique découverts á Elncs et Wavrans-sur-
l'Aa ( Pas- de -Calais). — Saint -Omer. imp.
d'Homont, 1904.-8.°, 60 págs. con seis lámi-
nas. [65o
338
REVISTA DE ARCHIVOS
CoRERAN ( Alice ) . — Miniatures . — London,
Methucn, 1903. — 16.0 222 págs. con graba-
dos. [65 1
Daniblli (J.). Les fifiurínes de Tanagra ct
de Myrina. Etudc et commentaires nouveaux
sur leur caractére, Icur objet, leur destination,
les causes de leur présence dans les tombeaux,
leur fabricatioo et leur décoraiion.— Tours,
imp. Deslis, 1904.-8.° vni-52 págs. con gra-
bados. [652
DocuMENTs sur Tescalade de Genéve, tires
des archives de Simancas, Turin, Milán,
Rome, París et Londres (1598-1603).— Genéve,
imp. Georg, i903._8.o, xii-488 pág». [653
DoELLiNGER (Ignacc de). La Papauté. Son
origine au moyen age et son développemeni
jusqu" en 1870. Traduitde l'allemand par A.
Giraud-Teulon.— Lyon, imp. Storck, 1904.-8.°,
xxiii-480 págs. [654
DujARRic (Gastón). L'Etat mahdiste du Sou-
dan. Préface dHenri Pensa.— Arcis-sur-.\ube,
imp. Frémont, 1904.— 8.°, iv-317 págs. (655
Guínin (E.).— La Louisiane.— Coulommiers,
imp. Brodard, 1904.— 8.", 381 págs. con 68 gra-
bados y dos mapas. [656
GüSMAN (Pikrre). La villa impériale de Ti-
bur (villa Hadriana). Préface de Gastón Bois-
sier.— Tours, imp. Deslis, 1904.-4.0, xii-346 pá-
ginas con 616 grabados intercalados y 12 lá-
minas. [65^
Holborn íJ. B.). Jacopo Robusti, called Tin-
toretto.— London,Bell, 1903.— 8.", 168 págs. [658
HuELSEN (Ch.). Díe Ausgrabungen auf dem
Forum Romaaum (1898-1902).— Roma, 1903.—
8.0, 100 págs. con láminas. [659
Lequiel (E.). Un grand po¿te contemporain
en langue catalane. Essai sur 1' Atlantida et
le Canigo de Jacinto Verdaguer.— Céret, imp.
Lamiot, 1904.— 16.0, ix-iii págs. [660
Macdonald (D. B.). Developpemcnt of Mus-
lim Theology, Jurisprudence, and Constitu-
tional Theory.— London, Routledge, 1903.—
8.0, 398 págs. [661
MiCHELET (J.). Poetes gascons du Gers, de-
puis le XVI^ siécle jusqu* á nos jours.— Auch,
imp. Bouquet, 1904.— 8.0, 497 págs. [662
MoRiÉ (L. J.). Histoire de lEthiopie (Nubie
et Abyssinie), depuis les temps les plus recules
jusqu' anos jours. T. /.*''.— Dijon, imp. Da-
rán tiére, 1904.— 16 •, 495 págs. [663
MuLLER (H. D.). Die Gesetze Hammurabis
und ihr Verháltnis zur mosaischen Gesetzge-
bung sowie zu den XII Tafeln.— Wien, H61-
dcr, 1903.— 8.0, 285 págs. (664
Nimal (Labbé G.). Manuel complet des
oeuvres de Saiote Thérése, comprenant la vie
de la Sainte, dans ses grandes lignes avec la
quintessence développée de sa doctrine.— Lié--
ge, imp. Dessain, 1903.— 2 voL en 12.0 de vii-196
y iv-200 págs. [665
Pardi (Giuseppe). Lo studio di Ferrara nei
secoli XV, XVI, con documenti inediti.— F'erra-
ra, tip. G. Zuffi, 1903.— 8.®, 276 págs. [666
PiNON (R.). L'Empire de la Méditerranée
(réntente franco-italienne; la question maro-
caine; Figuig; le Tóuat; la Tripolitaine; Bi-
zerte; Malte; Gibraltar.— Paris, imp. Dumou-
lin, 1904. — 8.°, 222 págs. con tres mapas y pia-
nos. (667
Proctor (R.>. Index to Early printed books
in British Museum. Part 2 (i5oi-i52o). Section i,
Germany.— London, Paul, 1903.-8.°, 388 pá-
ginas. [668
Rayssac (G.). Le trésor des Incas.— Troyes,
imp. Arbottin, (s. a.)— 16.°, i85pág8. con gra-
bados. [669
— Les libertadores (suite du Trésor des In-
cas).— Troyes, imp. Arbouin, (s. a.) — 16.°,
187 págs. (670
Recueil de poésies kabyles (texte zouaoua).
Traduites, annotées et précedées d'une Étude
sur la femme kabyle par Si .\mmar Ben Said,
dit Boulifa. — Alger, imp. Jourdan, 1904. — 8.*,
xcin-559 págs. [671
Relation par lettres de l'Amerique septen-
trionalle (années 1709 et 1710). Ediiée et anno-
tée par le P.Camille de Rochemonteix. — Tours,
imp. Mame, 1904.-8.°, lxiii-225 págs. (672
Roosevelt (Th.). La vie au rancho. Traduc-
tión d'AIbert Sai'tne. — Cháteauroux, imp.
Langlois, 1903.-18.°, vii-314 pags. (673
Slater (T. E.). Higher Hinduism in relation
to Christianity : certain aspects of Hindú
Thoughtfrom Cristian Standpoint. — London,
Stock, 1903.— 8.0, 300 págs. [674
Tallentyre (S. G.). Life ot Voltairc.— Lon-
don, Smiih and Eyre, 1903.-8.°, 750 págs. (675
Trevelya-n (G. o.). American Revolution.
T. //.—London, Longmans, 1903.-8.°, 776 pá-
ginas. [676
Walsh (W.). Jesuits in Greai Britain; histo-
rical inquiry into iheir political influence. —
London, Routledge, 1903.-8.°, 372 págs. [677
Zani (Timoteo). Al Para. Maranháo e Ccará;
note di viággio.— Milano, tip. Lanzani, 1903. —
8-°f 394 págs- con láminas. [678
M. Serrano y Sanz.
REVISTAS ESPAÑOLAS
[i.° Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra, consagradas exclu-
sivamente al estudio de España y publica-
das en. cualquiera de las hablas españolas en ó
fuera de España: los títulos de estas revistas
van de letra cursipa. 2.° Todos los trabajos
históricos y eruditos acerca de cualquier ma-
teria, según el amplísimo criterio expuesto,
que nguren en los sumarios de las revistas no
coneéneres de la nuestra, escritas en dichas
hablas en ó fuera de España.]
La Alhambra. 1904. Enero á Marzo. Los
castillos feudales, por Joaquín Vilaptana.^
REVISTA DE ARCHIVOS
339
Documentos y noticias de Granada: La cripta
de la Real Capilla: La Reina Loca, por J. M.
Vil I asclar as. —El centenario de Isabel la Ca-
tólica, por Francisco de P. Valladar.
Boletín de la Comisión provincial de Monu-
mentos históricos y artísticos de Orense, 1903,
Noviembre-Diciembre. La epigrafía latina en
la provincia de Orense (Suplementos), por
Arturo Váj^que^ Núñe:^.—Los Judíos en Oren-
se: siglos XV al XVII (continuación), por Benito
F. Alonso. — Documentos históricos: Privile-
gio de los Reyes Católicos tomando bajo su
encomienda el Monasterio de San Pedro de
Rocas, y mandando cesar los comenderos que
les tenían usurpados sus bienes y rentas (año
de 1486), transcrito por Arturo Vá^quei^ Nü-
ne;f. — Noticias. = 1904. Enero-Febrero.
Epigrafía romana de la ciudad de Astorga:
Addenda, por Marcelo Macías.— Los judíos en
Orense: siglos xv al xvii (continuación), por
Benito F. A/onso. — Documentos históricos:
Previlecio de D. Alfonso IX de León, confir-
mando en la posesión de varios lugares al
Monasterio de Ribas de Sil: Sentencia de Al-
fonso IX confirmando el dominio del Monas-
terio de Ribas de Sil en los lugares de Cerreda,
Viluxe y Loña'del Monte, transcrito por Ar-
turo Vá ^quei^ Niiñei^. SoliciaLS.
Boletín de la Real Academia de Buenas Le-
tras de Barcelona. 1903. Octubre á Diciembre.
Homer en Cátala, por Arturo Masriera.— In-
fluencia de los catalanes en el fomento de la
industria pesquera en Galicia, por Eugenio
Carré A/rfao.— Los panteones reales de Santas
Cruces, por Andrés Giménez 5o/er.— Ramón
de Melany, embajador de Alfonso IV en la
Corte de Francia, por Joaquín Miret y Sans.—
Libre deis ensenyaments de bona parlería, por
F. Codina y Formosa.— Noticias.
Boletín de la Real Academia de la Historia.
1904. Marzo. El emperador Carlos V y su cor-
te (i522-i539), por A. Rodriguéis V/Z/a.— Apun-
tes para la historia de Villafranca de los
Barros, por José María Asensio.— Nuevas ins-
cripciones romanas de Cartagena: Herramé-
Uuri y Astorga, por Fidel Fíía.— Estudio his-
tórico sobre el combate naval entre españoles
y portugueses en Río Grande, la tarde del 19 de
Febrero de 1776, por el Marqués de Ayerbe.—
Comentarios de D. García de Silva y Figueroa
de la Embajada que de parte del Rey de Espa-
ña, D. Felipe III, hizo al rey Xa Abas de Persia,
por Cesáreo Fernández Duro.— El candelabro
de Herramélluri, por Fidel Fiía.— Noticias. =
Abril. El emperador Carlos V' y su corte
(i522-i539), por A. Rodrigues^ Villa. — La. ac-
ción del Bruch, por Adolfo Carrasco.— Nuevas
inscripciones romanas en las provincias de
Cádiz, Córdoba, Cáceres y Orense, por Fidel
Fifa.— La escritura ogmica en Extremadura,
3." ÉPOCA.— TOMO X.
por Mario Roso de Luna.— El vascuence y las
lenguas semíticas: Discurso pronunciado en
el Congreso XIII internacional de orientalis-
tas (Hamburgo, 1902), por Francisco Fernán-
dei^ y Gonif4/e;f.— Noticias.
Boletín de la Sociedad Arqueológica Lu-
liana. 1903. Julio-Agosto. Conferencias sobre
Ramón LIull y el Lulismo, (con/crencí'ase^an-
da,) por Jerónimo /?05se//(5.— Inven tari de la
heretat y llibrería del metje juheu Jabuda ó
Lleó Mosconi (1375); por M. Stenischneider.—
Vida de Sor Anna María del Santissim Sagra-
ment, escrita peí Dr. Gabriel Mesquida Pre,
de lany 1690 al 92 ^coníínuacíd).— Folk-Lore
Balear: Tradicions populars mallorquines; por
Antoni María A/co ver. — Tesiament de Bar-
thomen Figuera, notari (17 Juny 1607), por
E. Agrtti7o. — Avisos al batlle de Pollensa de
fustes de moros vistes en les mars de la illa:
Agost de 1493 á Abril de 1495, por M. Rotger.—
Secció oficial: Concurs per una «V^ida popular
de Ramón Llull».= 1 904. Febrero. Ressenya
de la Junta General de la Societat Arqueoló-
gica Luliana, celebrada die 31 de Janer de 1904,
per P. A. 5anjco.— Caialech de les obres que
han entrat á la Biblioteca de'aquesta Societat
durant lany 1903, per Pere A. Sanjco.— Carta
del jesuíta mallorquín P. Pedro Juan Reus
describiendo su viaje al Paraguay, en 1746,
por J. L. Garau.— Expulsión de los jesuítas,
por B. Ferrá.— Translat del inventari de la
capella de Madona Santa María de Luch,
per t Bartomeu Pascwa/.— Secció oficial: Re-
producció y prorogació del concurs per una
*Vida popular de R. Lull».
Boletín de la Sociedad española de Excur-
siones. 1904. Enero. Fototipias: Vistas de la
iglesia de San Pedro de las Dueñas: Relieves
del Museo del Prado (dos láminas): Antigua
plaza fuerte de Medina del Campo.— Sección
de Bellas Artes: Notas sobre algunos monu-
mentos de la arquitectura cristiana española,
por Vicente Lampére^ y Romea.— El castillo
de la Mota en Medina del Campo, por Adolfo
Fernándes^ Casanova.— Modernismo clásico,
por N. 5enícnacA.— Bibliografía, por Alfredo
Serrano y Jover.— Necrología: el P. Blanco.—
Sección oficial: A nuestros consocios. Convo-
catoria para el Congreso general de Arqui-
tectos. =Febr ero. Duodécimo aniversario de
la fundación de nuestra Sociedad: Fototipias:
Castillo de Medina (4.* y 5.* láminas): Sillería
de Málaga (i.^ lámina): Sepulcro de Don Gu-
tierre de Vargas. — Sección de Bellas Artes:
Excursiones por Toledo, por Manuel Gonj^áleí^
Simancas. — Sección de Ciencias Históricas:
Artistas exhumados (conclusión), por Rafael
Ramiresi de Arellano. — Bibliografía, por Al-
fredo Serrano y Jover. — Sección oficial. — Lá-
23
340
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
minas intercaladas en el texto: Ilustraciones
al artículo «Kxcursiones por Toledo».
La Ciudad de Dios. 5 Marzo 1904. Real
Biblioteca de El Escorial (notas y comunica-
ciones): La Revista de Archivos como fuente
de noticias sobre el Monasterio y Biblioteca
escurialenses (conclusión): Incunables espa-
ñoles de la Biblioteca escurialense (continua^
Clon): Noticias, por B. Fernání/e;^.— Biblio-
grafía. =20 Marzo. El P. Francisco Blanco
García, por Conrado Muiño Sáín;^'.— Los dos
procesos de Juana de Arco, por Antonio M.
Tonna Borthet. — Catálogo de escritores agus-
tinos españoles, portugueses y americanos
por Bonifacio del A/oraZ.=5 A bril . Los dos
procesos de Juana de Arco, por Antonio M.
Tonna Barthet. — Catálogo de escritores agus-
tinos españoles, portugueses y americano^
(continuación), por Bonifacio del Moral.—
Real Biblioteca de El Escorial: (Notas y comu-
nicaciones): Incunables'españolesde la Biblio-
teca escurialense (continuación): Notable re-
galo de la Academia Real Prusiana: Noticias,
por B. Fernández.
La escuela moderna. 1904. Febrero. Historia
universal de la Pedagogía: Erasmo, por Ilde-
fonso Fernández y Sáncke^^.
La España Moderna. 1904, Marzo. El Magis-
terio de la prensa, por Juan Pére^ deGus^mán,
Relaciones hispano-americanas: La guerra del
Pacífico, por Jerónimo Becker. — Lecturas ame-
ricanas, por //is/^anus: «Historia del desarro-
llo intelectual en Chile»: «Anales de la Cate-
dral de Lima»: «Mayorazgos y títulos de
Castilla:»
Euskal-Erria. 20 Febrero 1904. Cuestiones
bíblicas {continuación), por Blas Pradere.—
Viajeros rencorosos y ratoaes de Biblioteca ó
los bascos en el siglo r (conclusión), por
Telesforo Aran^arfi.=29 Febrero. Apuntes
necrológicos: D. Ramón Eseverri.— Cuestiones
bíblicas (conclusión)^ por Blas Pradere.— Con-
ferencias sobre Tierra Santa, por Antonio de
Murva. — Ensayo de un padrón histórico de
Guipúzcoa según el orden de sus familias po-
bladoras (continuación\ por Juan Carlos de
Guerra.=:io Marzo. Monedas romanas en la
ría de Bilbao, carta de D. Evaristo de Chu-
rruca á D. Antonio Arzae.— Noticias biblio-
gráficas: «La Virgen de la Encina» por D. José
Cola y Gottt.— Ensayo de un padrón histórico
de Guipúzcoa según el orden de sus familias
pobladoras (continuación)^ por Juan Carlos de
Guerra. = 20 Marzo. Apuntes necrológicos:
D. José María de Escauriza: D. Joaquín Casta-
ñeda . — Nuevas catacumbas . — Reliquias de
nuestro Señor Jesucristo.=30 M arzo. Mari-
nos ilustres: El Teniente general de la armada
D. Vicente Hczeu(i737-i8i5), por Manuel Dia:^
y Rodriguei^,—EnsRjo de un padrón histórico
de Guipúzcoa según el orden de sus familias
pobladoras (conttnuactdn), por Juan Carlos de
Guerra. =10 Abril. Marinos ilustres: El te-
niente general de la armada D. Tomás de
Ayalde (1761-1836), por Manuel Dia^ y Rodri"
gue^. =20 Abril. Celtas, Iberos y Euskaros
(continuación), por Arturo Campión,
Galicia histórica. 1903. Noviembre-Diciem-
bre. Galicia en los primeros siglos de la Re-
conquista (conclusión), por Antonio Lópt^
Ferreiro.— Reseña histórica de los estableci-
mientos de beneficencia de Galicia durante la
Edad Media, y de la erección del Gran Hospi-
tal Real de Santiago {conclusión y apéndice),
por José Vellaamil y Castro.^Los documen-
tos más antiguos de España? por Andrés Mar^
tine^ 5a/a;^ar.— Pinturas murales halladas en
Santa María de Mellid, y Escultura en Galicia
(Los Gaiteros), por Eduardo Alvares Carba~
llidX).—PoT la lengua gallega, por A. Martines^
5a/a;(ar.— Bibliografía, por M.[anuel] S.[erra'
no] y S-fan^fJ.— índice de la sección de Estu-
dios Cromos / y //).— Colección diplomática:
CXII. Testamento de D. Juan Núñez de Isoma,
padre del arzobispo D. Alvaro de Isoma (año
1400) (Transcripción de A. L. F,): CXIII. Do-
nación hecha á la Iglesia de San Julián de
«Palatio» cerca de Mellid (año 787), (Trans-
cripción de A. L. F.^— Erratas más notables
de |la Colección diplomática.— índice de la
colección diplomática {tomos I y //^.—Histo-
ria de la Iglesia de Santiago Cconc/ttsión), por
Jerónimo Román.
La Ilustración Española y Americana. 8
Enero 1904. Don Manuel Bretón de los Herre-
ros, por Juan Valera.^A través de Europa:
Impresiones de Viaje de Amsterdam á Ambe-
res; Amberes, por Ricado Balsa de la Vega.=
1 5 E n e r o . Las ruinas de Iponoba, por Rodri-
go Amador de los /^tos. — Tallas españolas:
I. Los primores del ebanista y el genio del
escultor, por Enrique Serrano Fatigati. —
A través de Europa: Bruselas, por Ricarda
Balsa de la Vega.=22 Enero. A través de
Europa: De Bruselas á Londres, por Ricardo
Balsa de la Vega.— Dos figuras de Oberam-
mergau: José Mayr de Cristo y la escritora
Guillermina de Hillern, por Juan Fastenrath.
Tallas españolas: La sociedad ciudadana y los
grandes hechos nacionales, por Enrique Se^
rrano Fatigati.=^oEneTo. «Bromas...» para
la Academia, por D. Felipe Pérej^ y Gonj(dU!(.
Tallas españolas: Sillerías del segundo cuarto
del siglo XVI, por Enrique Serrano Fatigati. —
A través de Europa: Impresiones de viaje: En
Londres, por Ricardo Balsa de la Vega.—
Magalhaes Lima, por Eduardo Estévei^.=
8 Febrero. Comedias y bailes en Carnesto-
lendas, por Felipe Péreí^ y Gon^fá/e^.— Talla»
españolas, por Enrique Serrano Faftgatt.=
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
34'
i5 Febrero. Comedias y bailes en Carnesto-
lendas, por Felipe Pérej^ y Gon^ále^.=22 Fe-
brero. Comedias y bailes en Carnestolendas,
por Felipe Pére^ y Gon^á/ej^. — Efemérides
artístic.is: D. Julián Romea, porEduardo de
Lustonó.=2^ Febrero. Comedias y bailes en
Carnestolendas (conclusión\ por Felipe Péresi
y Gon:(áie^.=S Marzo. Monumentos nacio-
nales españoles, por Enrique Serrano Fati'
gati.=i 5 Marzo. Cómo impuso Ríos y Rosas
el principio de autoridad á una ciudad en
anarquía, por Juan Péreí^deGu^mán. — Monu-
mentos nacionales españoles, por Enrique Se-
rrano Fatigati.
La Lectura. 1904. Marzo. La escultura en la
catedral de León, por J. B. Lásiaro.
Nuestro Tiempo. 1904. Marzo. Los caudales
de Indias en la primera mitad del siglo xvi,
por Francisco de Laig/esia.— Revista biblio-
gráfica.
Razón y Fe. 1904. Marzo. Los Santos Padres
y la educación clásica, por R. Rui^ Amado.—
El pentateuco y la escuela neocritica: El texto
actual y sus relaciones con el primitivo, por L.
Murillo. — Inspiración cristiana de Lope de Ve-
ga (continuación)^ por J. M. Aicar^o.=Abri 1.
El problema crítico sobre la data cronológica
del pentateuco y la tradición católica, por
L. A/urí/Zo. — Examen de libros: Biblioteca
manual agustiniana. La Constitución de la
Iglesia desde los primeros decenios del Minis-
terio de los Apóstoles hasta el año 175 de
Jesucristo.
Revista de Aragón. 1904. Febrero. Estudios
de síntesis histórica: Historia general: España:
Época moderna, por H- Leonardon (Trad. de
Carlos /{i6a).— Ordinaciones y paramientos de
la {ciudad de Barbastro (continuación)^ por
Mariano de Paño.— La techumbre mudejar de
la catedral de Teruel, con ilustraciones (con-
tinuación), por Mariano de Paño. = Marzo.
Estudios de síntesis histórica: Historia gene-
ral: España: Época moderna, por H. Leonar-
*don (Trad. de Carlos /{16a;.— Ordinaciones y
paramientos de la ciudad de Barbastro (conti-
nuación), por Mariano de Pano.—Notas: Do-
cumento aragonés existente en el archivo de
la Sauve Mariure: Estudios sobre los orígenes
de los municipios en la Edad Media: Recep-
ciones académicas: Nueva edición del poema
de Fernán González.— La techumbre mudejar
de la catedral de Teruel, con ilustraciones
(continuación)^ por Mariano de Paño.
Repista de la Asociación artisco-arqueo ló-
gica barcelonesa. 1904. Enero-Marzo, Teodoro
Mommsen, por M. R. de Berlanga.—Lz Junta
de Gerona en sus relaciones con la de Cauluña
en 1808 y 1809 (conclusión)^ por Emilio Grahit.
Anals ioédits de la vila de la Selva del Camp
de Tarragona (conítnuactdn), por Juan Pié.—
Notas bibliográficas. — Comunicaciones.
Revista conte.mporánea. i5 Marzo 1904. Las
herejías en lucha con el cristianismo, por
Juan Ortega Rubio.— A Polioq (poesía), por
Enrique Prúgent.—Lz enseñanza de la geo-
grafía (conclusión)^ por R. Alvarej^ Sereix y
por Leopoldo Pedreira Taido.— Cosas de an-
taño, por José Rincón y Larcano.
Revista de Extremadura. 1904. Febrero.
Don Pedro López de Miranda, obispo de Coria
y Calahorra {continuación)^ por Carlos Groi-
^ard y Coronado.— BurguiIlo«i: Aldea y Basíli-
ca del siglo vil, por Matías R. Aíaríine^.— El
cura de Helechosa ó el hombre de las tres
borlas, por J. Ramos Herndnde^.=yL3ir¿o.
Reliquia insigne de la catedral de Coria, por
Eugenio Escobar Pnefo.— Devocionario oral
de Alméscar, por R. Garda Plata de Osuna.—
Crónica regional: Descubrimientos arqueo-
lógicos.
Revista de Huesca. 1903. Septiembre-Octu-
bre. Cartas inéditas de Jope Llanos (1808-1810),
del Marqués de La Romana y Canónigo Posa-
^a.— Santa Engracia de Zaragoza, parroquia
oscense (conclusión), por Gregorio García.—
Noticias históricas sobre la villa de Castejón
de Monegros (siglo xvi), por Gregorio Caste-
jón.— El libro de la cadena ó de los privilegios
de Jaca: Descripción del códice y documentos,
por Gabriel L/aí»r¿s.— Diario de Jove Llanos
en Bell ver (Febrero á Abril de 1806), transcrito,
por Julio Sómo^a.
Revista del Instituto paraguayo. Núme-
ro 45. Los elementos de la civilización cristia-
na, por Cecilio Bae;^.— Guerra del Paraguay
(continuación), por Bartolomé Afifre— Los Pá-
jaros del Paraguay (continuación), por Félix
de Ai^ara.=yi\xmtro 46. Cartas históricas de
D. Manuel Pedro de Peña (i857-i858). — La
controversia Caxias Mitre, por Manuel Avi-
/a.— Guerra del Paraguay (continuación), por
Bartolomé Afiírc.— Los pájaros del Paraguay
(C9ntinuación), por Félix de A^ara.— Biblio-
grafía.
Revista Nacional de Buenos Aires. 190^
Diciembre. Las ideas políticas de Bolívar, por
Diego Meni^oj^a.— Canalización sud-america-
na: Critica del proyecto de canal de Córdoba
al Rosario, por A. Rodriguéis del Busto.— Lñ
fortaleza de Humaita, por José Q. Gordillo.
Glorias del ejército de los Andes, por Enrique
Martinei^ (con anotaciones de Juan Isidro
Ptf«5a<ía).— Apropósito de la obra «Simula-
ción de la locura», por Joaquín Castellanos. —
Colaboradores de la Retfista Nacional: Doctor
José Ingenieros (con retrato), por Rodolfo
W. Carranj^a.— Junta de Gobierno de 1810:
Antecedentes de la reacción española en Men-
doza.— Correspondencia inédita de Antonio
342
REVISTA DE ARCHIVOS
J. Sucre (1823-25).— Panamá, por R. W. Ca-
rranca.— índice general por autores (del
tomo XXV al XXVI). por R. W. Carrani^a.
Enrique Arderíu y Valls.
REVISTAS EXTRANJERAS
[i.^ Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra portuguesas, ó ex-
tranjeras en hablas no español'as ni portugue-
sa consagradas exclusivamente al estudio de
España, y dadas á luz en ó fuera de ésta: los
títulos de unas y otras revistas van de letra
cursiva. 2.° Los trabajos de cualquier materia
tocantes á España, y los de carácter histórico
y erudito interesantes para la cultura que
figuren en los Sumarios de las demás revistas
escritas en lenguas portuguesa y extranjeras,
publiquense ó no en España. 3^ Los trabajos
que, estando en las condiciones reseñadas en
este párrafo segundo, aparezcan en revistas
publicadas por extranjeros en lenguas sabias.]
OArcheologo portugués. 1903. Octubre-Di-
ciembre. Archeologia de Trás-os Montes. —
Mosaicos romanos de Portugal. — A propósito
de um projecto para emissáo de moeda de pra-
ta.— .\rcheologia do districto de Braganga.—
Extractos archeologicos das «Memorias paro-
chiaes». — Legenda enigmática. — Estudos de
numismática colonial portuguesa. — Esta^oes
prehistóricas dos arredores de Setubal. — He-
ráldica municipal. — Onomástico medieval por-
tugués. — Archeologia bracaraugustana. — Es-
tatué tai thyphalhca. — Bibliografía.
Archivio storico italiano. Dispensa i.^ del
1904. F. P. Luiso, Tra chiose e commenti anli-
chi alia Divina Commcdia. — Luigi Staffetti,
La política di Papa Paolo III e lltalia.— Lau-
dedco Testi, Nuovi studi sul Carpaccio. —
Pasquale Papa, Quattro sonetti politici di
Melchior Cesarottí.
BlBLIOTHÉQUE DE l'ÉcOLE DES ChARTES. I9O3.
Septiembre-Diciembre. Traube et L. Delisle,
Un feuillet reirové du recucil écrit sur papy-
rus de leitres et sermons de saint Augustin.—
Ch. de La Ro.nciére, LAtlas catalán de Char-
les V derive- t-il d'un prototype catalán?—
H. Omont, Manuscrits de Sir Thomas Phillípps
acquis pcur la Bibliothéque nationale.— Le-
soRT et Prevost, Bulles inédites d'Eugcne III,
Lucius III, Célestin III et Innocent III.— H.
M0RANVILLÉ, Notes de statistique douaniére
sous Philippe de Valois.— M. Prou, Deux frac-
ments de bulles sur papyrus au Musée du
Puy.— Bibliographie.
liuUetin hispanique. Núm. i.o 1904. P. Pa-
rís. Peiii cavalier ibérique.— E. J. Navarro,
íMVRGIS! — P. Quintero, Mosaicos inéditos
italicences. — J. A. Brutails ^ Note sur une
charte suspccte du fonds de la Sauve-Majeu-
rc— A. Thomas^ Rogcr Bacon et les étudiants
espagnols— María Goyri de Menéndei^ Pidal,
Romance de la muerte del príncipe D" Juan.—
R. Menendeí^ Pidal, Más sobre las fuentes del
condenado por desconfiado. — E. Walbtrg,
L' Auto sacramental de Las Ordenes militares
de D. Pedro Calderón de la Barca (suite).—
Bibliographie.
Le Correspondant. 10 Enero 1904. A. de
Lapparent, La pluie etle beau temps.— A. A.
Fauvel, La Coree. Le pais. Les habitants.—
Les arts et manufactures. Le gouvernement.
Le Catholicisme.= 25 Febrero. G. de La-
marzelle, Pourquoi la troisicme Republique
n'a pas dénoncé le Concordat.— Rene Pinon,
L'idée de responsabilité sociale dans Teduca-
tíon de la femme.— Paul Nourrisson, Lassem-
blée genérale du Grand-Orient di France
en 1903.— Francis Marre, Une mise au poínt.
Le Japón industricl.
G10RNALE storico e letterario della Li-
guria. 1904. Octubre-Diciembre. E. G. Parodi e
G. Rossi, Poesie in dialetto tabbiesse del secó-
lo xvii.— U. Mazzini, Appunti e notizie per
serviré alia bio- bibliografía di Bartolomeo
Fació. — F. L. Mannucci, Per li biografía di
Luchetto Gattilusi.— BoUettino bibliográfico.
Journal des savants. 1904. Febrero. A. Tho-
mas, LAtlas linguistique de la France.— A.
Rambaud, Le concordat de 1801.— H. Weil,
Textes grccs trouves recemmeni en Egypte.—
R. Duval, Histoire de lÉglise nestorienne.—
J. Vendryes, La linguistique indo-européen-
ne. = Marzo. L. Leger, Le Corte giano át
Balthazar Castiglionc et le Courtisan polonais
de Lucas Gornicki.— V. Brocmard, La théorie
du plaisir daprcs Epicure.— G. Perrot, Les
recentes fouilles de Troie.— R. Duval, Histoire
de I Eglise nestorienne. — H. Dehérain, Les
manuscrits scientifiques de Georges Cuvier.
MoDERN LANGUAGE NOTES. 1904. Febrero. Karl
PiETSCH, Two oíd spanish versions of the
Disticha Catonis.
NuovA antología. i.° Febrero 1904. Egidio
Bellorini, II «Conciliatore*. A propósito del
cinquantenario della morte di Silvio Pellico. —
Pietro Ragnisco, II primo centenario di Eman-
nele Kanta KÓnigsberg— Ernesto Manzini, II
radio. = 16 Febrero. Giuseppe Piola, Peí
riordinamento della proprietá ecclcsiatica.=
1 .0 Marzo. Ernesto Manaci, Per le nostre
Biblioieche. — Argentarius, La guerra ed i
mercaii finanziari.
La Revue. i.° F'ebrero 1904. A. Binet, Lage
de l'écriture. — Lejuifdansla litterature rus-
sc.=i5 Febrero. A. Ular, Le paamongolis-
mc japonaís. L. de Norvins, Lhommc le plus
riche de la terrc.=i.° Marzo. M. C. Duvt,
Un Port-Royal au Nouveau Monde.— M."^*^ R.
Rémusat, La famílle et I'amour dans Ic román
scandinave.=i5 Marzo. C. Flammarion, La
terre tourne teller*- A C. Balet, Les Shin-
toístes du Japón.— Georges Pellissier, Uni-
BtbLtOTECAS Y MUSEOS
343
Versités populaires.—PauI Gs£li., Lesprit fé-
menia daos les Beaux.— Arts.
Kkvue ARCHÉoLOüiQUE. 1904. Enero-Fcbrc-
ro A. BoBRiNSKov, Notes d'archéologie rus-
se (1900-1903).— M. Paul Perdkizet, Relief du
pays de Maedes, representan un Dionysos
thrace.— M. Salomón Keinach, Strongylion.—
M. Walter Ai.tmann, Deux sculptures medi-
tes de style grec— M. E. Pottier, Le commer-
ce des vases peints atliques au VI^ siécle.—
M. Raymond Veill, Le vase de Phaestos, un
document de Ihisioire du monde créto-asia-
tique. — M. F. Hermet, Les Graffites de la
Graufenque (Aveyron).— M. J. Six, LAihéna
d'Endoios. — Dom. E. Ronlin, Ivoires dé la
Hauíe-Egypte. — M. Georges Bénédite, Une
nouvelle représentation d'Horus légionnairc.
Bibliographic
Kevue de lart chrétien. 1904. Marzo. M,
J; Helbig, L'Adoration des Bergers du muséc
deDijon.— A. Pastoors. Monographie de l'an-
cienne cathédrale de Cambrai.— M. Gerspach,
Padoue, Venise, Trévise, \icence, etc.— L.
Maitre, Les confessions et les crypies.— (i,
Sanoner, Église de Si-Paul de Varax.— Biblio-
graphic.
Revue des cours et conférences. 4 Febre-
ro 1904. Emile Fagukt, Les poetes secondaires
du XVIII* siécle: Desforges Maillard.— Charles
Seignobos, Les phénoménes généraux en his-
toire: Conditions communes á toutes les Sbcic-
tes.— Augustin Gazier, La Fontaine fabuliste.
Ses rivaux et ses succcsseurs.— Víctor Giraud,
Le«Port-Royal» de Sainte Beuve. III. Valeur
philosophique et portee genérale de l'üeuvre —
II Febrero. Emile Faguet. Les poetes re-
condaires du XVIII*^ siécle.— Jules xMartha.
L'histoire á Roma, Lhistoire et la liberté sous
Auguste.— Víctor Egger, La psychoiogie: son
objet. = i8 Febrero. Emile Faguet. Les poe-
tes recondaires du XVIII*^ siécle: Thomas et
Rulhiére.— Augustin Cazier, La Fontaine fa-
buliste: ses imitaieurs au XVIil^ siécle.—
25 Febrero. Mfred Groiset, La civilisation
attique du V* au IV^ siécle. Sophocle et la
religión de ses contemporains. — Maurice Bes-
nier. Les caiacombes de Rome. Exploration
des catacombes dans les lemps moderncs.- -
M. Bernardin. Le théatre de Moliere. «L'Ecole
des Femmes*.
Rbvue critique dhistoire et de littéra-
TURB. 25 Enero 1904. Pognon, Une versión
syriaque des Aphorismes d' Hippocrate . —
Krumbacher, Le probléme du grec moderne. —
Homburg, L'Apocalypse dAnastasie.— Ziller,
Les miracles bibliques.— Bezold, Les inscrip-
tOQS assyríennes et la Bible.— Budde, Bible et
Babylone.— ZiMMERN, Bible et inscriptions.—
HsHN, Peché et redempiíon.— Headlan, Théo-
logie dogmatique.— Basset, Complainte árabe
3.* ¿POCA. — TOMO X.
sur Mohammed et le chameau. — Weigel,
Grammaire grecque. — Hellems, La Lex de
imperio de Vespasien.— Cartón, Le théatre
romain de Dougga. — Br¿hier, Les colonies
d'Orientaux en üccidenl . = i . " Febrero.
Dvorak, Lao-tseu. — Zapletal, Notes sur
1 Ancien Tesiament.— Lincke, Samarle et ses
prophétes, — Hbnneckb, Les Apocryphes du
Nouveau Testament.— Peter, La letire chez
les Rumains.— Sandys, Histoire de la philolo-
gie classique.— Paz y Melia, Satires espagno-
les. =8 Febrero. V. Miller, La langue des
ossetes.— Mesrop. Histoire de la traduction
de la Bible en arménien.— Fink, Les manus-
crits arméniens de M. Joannissiany, La langue
des tsíganes. — Holzinger, Les nombres.—
CüLLEN, Deutéronome.=i5 Febrero. Kawa-
fcLAMi, Les idees politiques du Japón moderne.
Kromatbr, Les champs de bataille de la Gré-
ce.— KiRCHNER, Prosopographia Attica.— Hu-
BERT, Une page de 1 'histoire religieuse de
Flaudre.=2 2Febrero. Dodgson, Le nouveau
Testament basque.— Sciirader, Les inscrip-
tions cuneiformes et l'Ancien Testament.—
VVkissbach, Melanges babylonieos.— Hungbr,
La divination babylonienne par les coupes.—
Br.zoLD, Ninive et Babylone. — Jastrow, La re-
ligión de Babylone etde l'Assyrie.— Johns, Le
plus ancien code . — Winckler , Documents
assyriens pour l'Ancien Testament. — Pausa-
mas, Description de la Gréce, p. Sciro.— Pro-
c:lus, Com mentaire sur la Parménide.— Ei-
TREM, Les Dioscures.
Revue des deux mondes, i.^ Febro 1904. Píe-
rre Loti, Vers Ispahan. — Alfred Rambaud,
L'Isthme et le Canal de Suez.— M. Villetard
Languérie, La Corée.=i 5Febrero. M. Hen-
ry HoussAYE, La route de Sainte-Héléne. Les
desniers jours de Napoleón en France. I. La
Malmaison.— Pierre Loxi, Vers Ispahan. — M.
Rene Pirion, La lutte pour le Pacifique.—
.M. Augustin Filón, La nouvelle i.'niversité de
Londres.
Revub des étudbs ancirnnes. Núm. i. 1904.
S. Reinach, Candaule et Cambies.— P. Pbrdri-
ZET, LTIippalectryon, contribution á l'étude
de l'ionisme.^V. Chapot, Antiquités de Syrie.
R. Pichón, L'affaire des Rhetores latini.— \.
CoLLiGNON, Note sur Lucain (Pharsale, II,
V. 93-96).— C. JuLLiAN, Notes gallo-romaines:
XXI. Remarques sur la plus ancienne religión
gauloise,— A. Chbrel, Fragments d'un sarco-
phage gallo-romain.— Bibliographíe.
Revue des exudes juives. 1904. Octubre-
Diciembre.— Israel LÉvi, Notes sur les jeúnes
chez les Juifs.— Théodore Reinach, «Mon nom
est Legión».— Ign. Goldziher, .Melanges judéo-
arabes (suiíe).— Paul Hildenfinger, La figure
de la sinagogue dans l'art du moyen age. —
M. Líber, Gloses árabes dans Raschi.— Israel
24
.//
344
REVISTA DE ARCHIVO^
L¿vi, r Un recueíl de contes juifs inedíts (Jin). I
II. Une consultation ínédite sur 1' intercessioo
des vivants en faveur ees morts.— Paul Hil-
DENFiNCER, Docuoients relatifs aux Juifs d'Ar-
les.— Ad. Crémibux, Les Juifs de Marseille au
raoyen age (yin).— W. Bachbr. Un épisode de
l'histoire des Juifs de Perse. — Moi'se et Ernest
GiNSBURGER, Contributioos á l'histoíre des
Juifs d'AIsace peadant la Terreur. — Biblio-
graphie.
Re VUE DB GASCOONE. 19Q4 Fcbref-O. A. Clbr-
(>EAT. Les Hdpitaux de Gimont.— A. Dbgert,
Edouard I.^*" el la Gascogne en 1300.— V. Foix,
Folklore: Glossaire de la sorcellerie landaise
(suife).— L'abié I. Broconat, Etat ancien de
rinstruction primaire dans quelquis parois-
ses rurales de Gers (sutfe). — Les «Melanges
Léonce Couture» et la critique. — Bibliogra-
phie.=Marzo. Louis Guerard, Les derniers
travaux sur saint Orens.— J. Annat, Premieré
restitutíon de Sauvelade.— V. Foix,. Folklore:
Glossaire de la sorcelliere landaise (suite).—
bibliographie.
Revue oe Geographib. 1904. Febrero. Lucien
Briet, La vallée d'Aspé.— Colonel Leblo.nd,
Les Etals-Unis d'Amérique. — Francis Mury,
Religions el superstitions siamoises. — Yves
Kerganof, Tableaux du Sahara. Un convoi au
Tidikelt.— G. Regblsperger, L'actualité géo-
garphique.— Karakoroum: M. el M."*^ Work-
rnan.— Les Aoglais au Thibet.— Le trailé fran-
co-siamois— Un chemin de fer de Tlemcen a la
froniiére du Marac— Le capiíaine Lenfant au
Tchad.— Les expéditions du capitaine Peary.—
L'expediiion écossaise antarclique.
Revue u'histoire et d' archéologie du
Roussii.LON. 1904. Enero. Ph. Torreili.es,
L'ultrainontanisme el le gallicanisme. — J. Ca-
FEíLLK, La seigneurie de Banyuls-dels-As-
pres.— Bulleiin bibliographique.
Revue histori^ue. 1904. Enero -Febrero.
Luuis Brehif.r, La Royanle homérique el les
origines de IKtat en Grece.— Hermann Huef-
FER, La ün de la Répubiique napoliíaine
(suz7e eí yin).— Bernard Monoo, De la méthode
hisiorique chez Guibet de Nogeni.— Ch. E,
ÜELSNER, Fragmento de ses Mémoires relaiits
á Ihistoire de la Révoluiion fran^aise, pu-
bliées par Alfred Siern.(suite).
La Revue socialistb. 1904. Febrero. Gusta-
ve RouANBT, La politique du parti socialisie
frani^ais. — Emile Vandertblde, L*iclétHsme
marxiste.— N. Colajanni, L'impérialisme an-
glo-saxon.=Marzo. Eugéne Fourmi¿re, Les
caracteres scientifíques de réconomie sociale.
Jean Jaurés, La guerre russo-japonídsc ct
rAUiance franco-russe.
RlVI^TIA OELLB BIBLI0TECHB E DBGLI ARCHIFI.
10Q4. Enero. Guido Biagi, A proposito di due
sconosciute legature «Grolier».— Gyido Biagi,
Contro i pericoli d'iacendionelle Biblioteche.
RoiAANiA. 1904. Enero. P. Meyer, Notice du
ms. med. Pal. 141 de la Laurentienne (Vies des
saints) — P. E. Guarnerio, Postule sul lessico
sardo. — Ov. Densusianu, Notes delexicogra-
phie roumaine.-Melangues.— Comptes rendus.
Le tour du monde. 23 Enero 1904. M. Réci-
NALD Kann, a travers le Maroc révolié.— La
prochaine exposition de Saint-Louis. — Un*
ascensión de Popocatepetl.— Y a-t-il moyen
d'arriverau Póle sud en automobile? — L'oe-
uvre des Russes en Mandchourie.=30 Ene-
ro. Du Montenegro en Albanie Scutari.— Le
Japón et la civilísaiion occidentale. Le Roma-
ji.— Réorganisation du Congo franjáis.— L-
cheinin de fer de la Cote est de Madagascar a
Tananarive.— Le Canal de Panamá.— Fontai-
nes polychromes.=6 Febrero. M. le Comte
De Courte, La Nouvelle-Zélande.— Dans les
Pyrénées. LaCrévasse dEscoam—L expansión
allemande.— .\ Scuiari d'Albanie.— Les resul-
táis de 1 expediiion Nordenskjold.— L elfer-
vescence intérieure en Coree. =13 Febrero,
Les Reusses en Mandchouire. -Décou verte d'un
navire des anciens Vikings.— Morí du voya-
Heur Félix Raniíz.— La rivalité de la i^ussie
el de lAngleierre en Perse.— La situation des
Juifs en Russie.— Le Coprah.=20 Febrero.
L Oasis deGabés (Sud Tunisien).— Progrés du
dremin de fer du Hedjaz.— Succés de la colo-
nisation fran^aise en Tunisie.— Situation po-
litique et économique actuelle de la Coree. —
La situation économique du Japon.=27Fe-
b.rero. A travers la Coree. Séoul.— Diffussion
des AUemands dans TAfrique du Sud.— Succés
de la Míssion Lenfant. La vraie route de la
France au Tchad.— Le nouveau Traite franco-
siamois. Succeés de la Diplomatie fran^aise. —
Les eirangers en Chine. Ports ou veris ou
Ports a traite.
Lorenzo Santamaría.
ERRATAS DEL NUMERO DE FEBRERO-MARZO
Página gS, línea i3, muestra, por muerta»
Página :¿i8, línea 4, Barbasiro, por linbastro.
MADRID.— Tip. de la Brrista de ArohiTOS, BiblioteoM y Mumos, OUd> 8.
<^'
REVISTA
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
tHIStCBIA t CIKHCtAS J
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TERCERA ÉPOCA
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Mayo-Junio 1904
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^ C«lle de OlEd. núm. K,
(904
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no, pac D. Radfi.^a Aiulvlft ne. ui» lUiW. .,...'
li— Ao» iri^tna áet eondndv Ut Paltii j- lu tihiurt^or Frar Fm
AUr.par D.SiilvadorÜAiiriiiB Y MiQUiu . .
m.—Cómo iHuttta un nifriililo wl HkIo XF/. p"r D. Iull*ii ^»^.
IV.<-A«) Caneiontr'íi Mpaflo/í», pof'l). (CuHenEo !/Ui.t r \. Aatiiu^ f%m
V.^Btládin itiCTiplita di ion mapat, planos, ttt.,ílrtat «iti
namá. Sania ñ y Ouito.^xltHntit in rl ¡Irctím gtna-al
Ta»uLiD>eAt. .,_,. ^ ..... .
Vl.-JVoíiiM* Hiltórlcoí HüliHtutíitOítgoatl Kiífar. m«iM rf# íat,
lisia ntringiitla j «un PVniaido. de IM Diirpltatru \- lhir*i'f
la ai/-iatn IM tigfnt Xífy Xrir, yjt la Billa Jt VUlitr .1
limauMA .,,... ... ...
VIL— Doi.i<Mu<ro<: I. LToB rotcccMa de rftnrm J«l. iJbIok.
II. F»tHi SMnmmisI c"mpu-*':i' tu r\ »«•■ t*!r
Vlrt.— NOTJl B1I1'>™:"1'"-''-' 1 A/.,v../-|-,.,„. !-.,..[,... ..,, ,L ..
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tlnitíatttfaiiolwt,ft,Tti. Eort^uii ^mixiiIh t ^
*luiii;CÍ>dliit djT lRo.tii; .Utsri.'Vri <
nolAfti* üí le»Obiitpo> di P^ml'' . ■
J«f( liupcnor dtl i'.in:ri ■
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l>ll«go (."dsl littie*4tpTattat.di ta Rrdl <
cidop'H T> ^acHivn lliiiHbia>:<>-\'AT.i
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Año VJII. — Mayo y Junio de 1904. — Núms. ^ y 6.
TOLEDO EN LOS SIGLOS Xll ¥ Xlll
SEGÚN LOS DOCUMENTOS MUZARÁBIGOS '
I
Restablecido el culto, impuestas y reconocidas la autoridad real y la
del prelado, y asegurada en el presente y para el porvenir la población
rendida, no fueron, sin embargo, y á despecho de los nuevos pobladores
cristianos de distintas procedencias, grandemente crecidos ni sensibles, á
lo que parece, los cambios por la ciudad experimentados en su material
estructura durante los últimos quince años de la XI.* centuria y aun las
dos siguientes, á juzgar por las enseñanzas y el desinteresado testimonio
de documentos hasta aquí no con tales propósitos consultados nunca 2, y
I Del libro Toledo que el autor prepara para la imprenta.
2- Aludimos á las muy interesantes escrituras muzarábigas que, procedentes de la Santa Cate*
dral Primada y del Cortpento de San Clemente, de la propia Toledo, guarda en crecido número el
Archivo Histórico Nacional por fortuna. Bien que con propósito diferente al nuestro, dieron co-
nocimiento de algunos de estos documentos primeramente nuestro antiguo maestro, el erudita
D. Francisco Javier Simonet en la Revista dk Arch., Bib. y Museos el año 1873 (P*8' ^52), y en
la Crestomatía arábigo-española que, en unión del R. P. Fray José Lerchundi publicó en Gra-
nada el año de 1881, utilizando además las escrituras el Sr. Simonet en su Glosario de voces
ibéricas, y latinas usadas por los mozárabes, obra premiada por la Real .Vcademia Española, é
impresa en 1888, y después el malogrado individuo del Cuerpo de Archiveros, D. Francisco
Pons y Boígucs, en el Boletin de la Sociedad Española de Excursiones^ y más tarde en el libro
que tituló modestamcnic Apuntes sobre las escrituras moi^árabes toledanas que se conservan
en el Archivo Histórico Nacional {MaxÍTui^ 1897). Nosotros distinguiremos las escrituras de la
Catedral no publicadas, con las letras C. T. (I.); las publicadas por Pons, C. T. (P.) y las del
Convento de San Clemente C. S. C.
3.* éPOCA. — TOMO X. 25
346 REVISTA DE ARCHIVOS
á pesar del terrible incendio que en 29 de Mayo de la era 1 164, año 1 1 16,
debió consumir no pocos edificios ».
Según del contexto de algunos de aquellos se deduce, quedó Toledo
principalmente formada por cuatro grandes núcleos, independientes entre
sí, bien que entre sí enlazados y en comunicación directa. Constituía el
primero, el más importante y más noble en todos conceptos, la Al-
Medina (ñjlíJ^I), aun así entonces oficialmente llamada, y tal y como
había sin duda subsistido en la época muslime, v acaso con el perímetro
mismo de la iirbs regia visigoda, derivación legítima de la urbs romana.
Era el sej'undo el denominado unas veces Arra¿»a/¿/eTo/e¿/of-iULl3JLJr .¿u,)*
ó de la ciudad de Toledo f vJÜaJJ? N^Joe ,¿¿. ) ^: otras. Arrabal del Sor-
te i i ^-;i ^¿^ \A' con ÍTQcntnc'xdi Arrabal de Santiago ( ^j . ^u: *£i >^-
en ocasiones Arrabal de Bib-Sacra (aju: ^-^ >£-,^ ^' ó simplemente el
Arrabal ( »-I^'|) ' el cual se extendía amurallado desde el Al-Hi^ém
fj i^-l) ó Al'Hissén mejor ( .^..o^Jj, >' bordeando por el N. la .4/-A/e-
dina, llegaba á la Bib-al-Chasri ( ^y I ^.^j ó Puerta del Puente de
Barcas, más tarde Puerta de San Martin f ..^-^ ^.jwi; ^••j), lioy ¿fe/
Cambrón, que es la Puerta Rhamnia del P. Román de la Higuera ó Bib-ar-
Rumia de Mariátegui, ^ punto al cual llegaban ya enlazados el recinto ex-
terior del Arrabal y el interior de la Al-Medina mencionada. El ter-
cero de los núcleos á que venimos aludiendo era el Arrabal de los Judíos
( ^>/^'l ^¡Ais) que, tomando origen en las inmediaciones de lo que es hoy
San Juan de los Reyes, y convenientemente cerrado desde el Cerro de la
Virgen de Gracia Aon^c todavía quedan ostensibles restos del muro, — ocu-
1 {^o<, Annalea Toledanos ¡I, cow mortiticantc coac¡ÑÍón cons¡f¡naa en la fecha citada /u^
quema en Tttledu (Ksp. Sa^^r.^ tomo XXIU, püL'A. 4'>4). No es dable por lanío discernir en qué
parle de la ciudad ocurrió el siniestro; ní fue casual ó coiiNecuencia de las coniiendas frecuentes
suscitadas entre los pobl.idores de una y oira progenie; qué eiliíicio«; fueron tltsiruidos y qué
importancia tenían; el incendio debió ser grande, cu indo merecii <;cr conmemorado.
2 '1. r. (1.^ num. 44?^, era 1317, añu 127'.»; C S. '"., num. 12 provisional, era t2<o, año 1227.
^ C. T. (I.), núm. ó, era ii«')2, año 1124; núm. 403, era 132M. año 12.^. C. T. (Hj, núm. XCVIII,
era 1245, año 1207. C S. C. núm. i2«")prov., era 1210, año 1172; núm. 148 prov.. era 1213, año 1175.
4 C S. C, núm. 163 prov., era ih.lj. año n5**».
.=> ídem. núm. 32 prov. era 124?, año 1207.
ü C. r. (H.), núm. XXXVII. era 1213. año w¡b.
- C 'V. (I.), núm. 32, era ii«/í, año ii'm; núm. 130, era 1230, año luyi
H La escritura más anlit^úa que da nombre de San Martin á esta Huerta c-; la del C. S. C, nú-
mero i><4 prov.. era I2t/», añ«.» de 1 258. Así continuó llamán^íose durante el sisólo xiv. según la
Crón. del Hey don Pedro, año rpS, cap. Vlll, pá^. ih5 de la edic¡«.n de Mon-lei-ir. y asi prosiguió
hasta el siglo \vi, pues en las ortífwanctí.f títf Toledo, título r^XLll, ley .Xlll de 27 de Enero
lie i?íi se dice que no metan vino ♦por la puerta Je San Martin, que di!;en dtl Cambrón^ (pá-
gina 2r>2 de ilichas Ordenam^aa).
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 347
paba parte del SO. de la ciudad hasta Montichél, siendo el cuarto y último
el Arrabal de los labradores (^ yül J^í^s), extramuros, y próximo á la
antigua Basílica de Santa Leocadia, en la Vega ^
Conforme en otro lugar de este libro con mayor detención manifesta-
mos, partiendo del Alcázar, y dejando fuera el Al-Hi^ém con la antigua
barriada de Santa Alaria y los muros que la circundaban, extendía los
suyos la Al-Medina á lo largo del animado Zocodover, Soc-ad-Duéb
fvU"^' wfV^)con el torreón jnás tarde apellidado Arquillo de la Sangre;
cruzaba con aquellos la mucho después llamada calle de la Lamparilla
hacia el Miradero alto, en cuyas inmediaciones se le había incorporado la
cerca privativa del memorado Al-Hi^ém; seguían los muros referidos,
entrecortados por cubos y tambores, hasta Bib-al-Mardóm (ka^j^J] w''o),
puerta de que con singular fantasía hicieron los autores la del Rey Agila
y el .4rco de Mayoriano, con otros varios nombres, la cual estaba espe-
cialmente defendida por cuadrado torreón, embebido siglos adelante en
la Puerta baja de la Herrería, Torre ó Puerta del Sol actualmente; y
con accidentes asemejables, continuaba desarrollándose la Al-Medina por
la calle aun denominada rfe/ A^or ó del muro r }]) el Convenio de
Santo Domingo el Real, que en la antigua línea fortificada estriba, y ca-
minando sobre la Granja, llegaba así á la Puerta de San Martín, unidos
ya, según va insinuado, el recinto particular interior de la Al-Medina y
el exterior y general de la plaza.
Allí, comprendiendo aquella entrada, abarcando sin duda el fantai'-
seeido Alcázar del Rey don Rodrigo, donde estuvo el Convento de San
Agustín, hoy Matadero, y con él el Convento de San Pedro, tan cercano á
la Judería como para que en sus inmediaciones se abriese la Bib-al-Faráck
(« JÜl v'L^), y ^^ Convento d^ Santa Ana más tarde,— al recinto de la Al-
Medina se incorporaba por el Cerro de la Virgen de Gracia la cerca del
Arrabal de los judíos; y mientras la general exterior, cuyo muro según
I Con el nombre de Arrabal de Arronóc í^y^JÍ ,j^y) ó del lodo^ del légamo, ó del ba-
rro, menciona otro la escritura núm. 79 prov., del C. S. C, por la cual el dexraero de los
alfareros compró en la era 1222, año de 1184, cierta casa; según la escritura núm. i5o de la
C. T. (I.), era 1240, año 1202 cerca de la Puerta de los judíos^ colación de San Martin, estaba el
i¿¿y^j] s^W*L>-j handaq ar-ronóc ó barranco del légamo. No es dable en la actualidad resol-
ver si en uno y otro documento se alude al Arrabal de los alfareros, el cual debía estar en la
colación de San Jinés, en el interior de Toledo, pues allí tenían hornos y tiendas de alfarería,
como veremos á su tiempo.
an.porO. Rii(!tÍt(o.Ai*«iii» om.nH Rfoi, ."- .
IL—L^t úrlgenu 4t¡ ei-tóaJv <*e Pillea y xv »tflrrÍ4ilor Frar !
Jtá*. par O, S*lv9dat tikifFtttx vMiQi'Kt- . . . , .
liL— CirmoKiMlau» tnpi'UI'ioeií el íiiili- XV!. f'it i< Iuiíab r-
IV,— ín»Caiidoii«rm fipflfloíre. portí ltuit«ni(> Mels y \. Himu ^
V.— mJudiifi tbiclplfia ár l<M ma^ai, /itnnni. >r£%,.ifi iin iinilirv-i-
naimí. ionia J?» y Quita, »xWrn/wm «' /ti-(fliw'ír««fa/ Jr j»,
VL— A'OtttfiK A[i(iíi-ftat iltítilo£tir«ni(fi)d»ll'i(íiir. n/tflcA Jt Im n
tf(iBii/Wi-nigucJa 7 5un Frciunrfc. de fu* íliispiíaln v IktpÓt
lalttOfaen losntglaKXIIy Xnr.ydtU villa arVili.ir .'^ r'«
IllRontTik. -.,.,.,.. . . . ,
VII,r-^el-.v■lO>^<>a: lliB» rotíEciiiii ii« relrann Jd inj
v(n.-
■(■í./-,ii
Ingccnelo Rtili":
Serrano, CM"'.'
KdtJ Hc<)<> C'-'i ' .
IJÍ. -VAHIIAADlÚ: Alrrnaiii;i. .\i>;i-tiií na, rvii.niíi [ viui.i
|«1!Hlo*lJn¡doN,ii>iti«ntriieJiiiliii. -
X,— KiRituiíiiArKi: tjtret tipañalH, pnr t>, Atori' '
I S^sit, di liBIMiuieCD N&ei«iitl,->Lf*i«a futrrtn)
flf*ill4*«i>piiflaf<u, por C. KnrlQuc ^>u«BÍaT v-i
Jltví:lla<exti'aiif(riu,pot DI t.orDnaccjSi]iT>ii«ii^
XI. -afección üíicnii. t bt j-cricii»,. ,..-,.
Lijn»»*»!iKLTM;VUOcdft nm"U:'mum rif..-. i-.vTipii.
■•ltflit<i* V y í»"!' '■ Bi»t49gia/i-i '" I '
JíTt miprrlnr dot Ci«n"
DlrtCTgr <«; U i)i))liettc> N: -
■fe P,»taKpa») dt.íMlts i'.'.
T PathVc, Jilr de <)kha Seicji -
REVISTA
DE
ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS
(HISTORIA Y CIENCIAS AUXILIARES)
Año VJII. — Mayo y Junio de 1904. — Núms. ^ y 6.
TOLEDO EN LOS SIGLOS XII ¥ Xlll
SEGÚN LOS DOCUMENTOS MUZARÁBIGOS *
I
Restablecido el culto, impuestas y reconocidas la autoridad real y la
del prelado, y asegurada en el presente y para el porvenir la población
rendida, no fueron, sin embargo, y á despecho de los nuevos pobladores
cristianos de distintas procedencias, grandemente crecidos ni sensibles, á
lo que parece, los cambios por la ciudad experimentados en su material
estructura durante los últimos quince años de la XI.* centuria y aun las
dos siguientes, á juzgar por las enseñanzas y el desinteresado testimonio
de documentos hasta aquí no con tales propósitos consultados nunca 2, y
I Del libro Toledo que el autor prepara para la imprenta.
2- Aludimos á las muy interesantes escrituras muzarábigas que, procedentes de la Santa Cate-
dral Primada y del Convento de San Clemente, de la propia Toledo, guarda en crecido número el
Archivo Histórico Nacional por fortuna. Bien que con propósito diferente al nuestro, dieron co-
nocimiento de algunos de estos documentos primeramente nuestro antiguo maestro, el erudita
D. Francisco Javier Simonet en la Revista de Arch., Bib. y Museos el año 1873 (P^K- 262), y en
la Crestomatía arábigO'española que, en unión del R. P. Fray José Lerchundi publicó en Gra-
nada el año de 1881, utilizando además las escrituras el Sr. Simonet en su Glosario de voces
ibéricas, y latinas usadas por los mozárabes, obra premiada por la Real Academia Española, é
impresa en 1888, y después el malogrado individuo del Cuerpo de Archiveros, D. Francisco
Pons y Boigues, en el boletín de la Sociedad Española de Excursiones^ y más tarde en el libro
que tituló modestamente Apuntes sobre las escrituras moi^drabes toledanas que se conservan
en el Archivo Jlistúrico Nacional {Madrid, i8í)7J. Nosotros distinguiremos las escrituras de la
Catedral no publicadas, con las letras C. T. (I.); las publicadas por Pons, C.'V. (P.j y las del
Concento de San Clemente C. S. C.
3.* éPOCA, — TOMO X. 25
35o REVISTA DE ARCHIVOS
#
Santo Tomé (L^J? v:>^JuS;), año 1216, era 1254 ', San Vicente (^ jui o^ ; .^¿.juí)
año 1176, era 1214 2, Omnium Sanctorum {^^yj^ ó r^y^-^ íT^jO»
año 1 167, era 1 2o5 i, San Zoilo 6 San Soles (¿L- .¿^^^j^^año 1208, erai 246 4,
Santa Leocadia deJ interior (\pjL3j ¿ujocs), año 1161, era 1199 5, San-
ia Leocadia del Alcázar, aío 1266, era i3o4 6, 5aw Antolin ( xJycjl ,:;/Jl-í;)
6 San Antonino ( y^il c^^Ju^;), año 11 25, era ii63 7, 5anía Trinidad
(LLkiys Hjcjui), año 1203, era 1241 8, San Pedro (í-bb .¡¿.ol^), año 1 198, era
1236 9, Santa Qru^ ( •. r h¿jw¿;)j hoy Ermita del Cristo de la Lu^, año 1 186,
era 1224»^, Santa Fe /L¿ n>.^uü), año i253, era 1291 ", Santa Oria ó
Awrea (?) ()^^^| hjouí), año 1 183, era 1221 '^, Santa Gadea (?) (N^jlb hj^uí),
año 1208, era 1243 »3, y la" Capilla de San Juan ( .^L^ ^í;,*juí 'xJUaS), i^^"
mediata al Palacio del Arzobispo ( ,í U^íl «j.v«)^ año 1294, que con la
era de 1 332 concierta *4.
Cada una de estas parroquias y de estas iglesias, inclusa la Catedral,
tenía su collación ó feligresía propias i'^y^) ^^ suerte que venía á cons-
tituir barriada especial, cuyos límites no es dado hoy fijar, deseo-
nociendo además el verdadero alcance de la palabra íUy^, de origen
berberisco, y aun hoy usada en África; pues si cuando hace relación á
una iglesia puede entenderse rectamente por feligresía, empleada, según
con frecuencia ocurre, con relación á otros lugares determinados y de
carácter diferente, parece ha de entenderse por el barrio donde el referido
lugar radica, debiendo advertirse que en ocasiones quedaban incluidos en
ella barrios enteros, independientes entre sí, y que llevan el nombre de
arrabales.
1 C. T. (I.), núm. 216.
2 C. T. (P.), núm. XXXIX.
3 C. S. C. núm. 89 provisional.
4 C. T. (I.), núm. 175. *
5 C. T. (P.) Testamento del alguacil y cadhí don Domingo Antolinez, pág. 382.
O C. T. (I.), núm 401.
7 ídem, núm. 7.
8 C. T. (P.;, núm. XCI.
y C. T. (1.), núm. 139.
10 Becerro nuevo de la Cat. de Tol. (987-6». foi. 40 recio.
11 C. T. (I.), núm. 349.
12 ídem, núm. 76. No existe más noticia respecto de esta Iglesia que la mención que de ella
hace el presente documento.
i'^ C. T. (P.), núm. C. Acaso sea contracción de Leocadia v.3L¿*J, pues nadie menciona
tampoco esta iglesia.
14 Cj. T. (I.), núm. 5ii. (^)ucdó embebida en el Palacio Episcopal^ y acaso fué la fundada por
el arzobispo Palomeque; de ella subsisten aún restos en el mencionado Palacio^ los cuales estu-
diamos en su lugar propio.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 35 1
No acontecía de otro modo con el Arrabal del Rey (del Sultán
^•v^U-IjI (jic^,), e' cual, correspondiendo al distrito ó feligresía de Santa
Marta Magdalena, conserva su memoria en Barrio-Rey, y con el Arra-
bal de Francos (^jyi^j¿¿J que caía en la jurisdicción Ika^^) de la Cate-
dral, y era el de mayor importancia en todos sentidos, cual veremos,
dentro de la Al-Medina, siendo con la propia palabra designados en las
afueras y en la Vega los pagos ó términos en que se hallaban unas y
otra repartidas. Puede, pues, asegurarse que el casco de la ciudad, en su
parte principal ó Al-Medina, estaba dividido en número igual de barrios
que iglesias existían, y además en tantos otros cuantos lugares marcados
eran conocidos y suficientes para designarlos ó caracterizarlos, con inde-
pendencia de cada feligresía, según patentizan los documentos, si no ha
de entenderse el vocablo como locución elíptica.
Así, había elbarriodel Parador 6 Fondác del Rey ^ .^JaJJlJl >^jsj^ '^^t^^)
el barrio del Po^^o Amargo (|^| ^ '^y^)^ ^^ barrio de Zocodover (v«,
w'ljju'l ^y^), el barrio de los lecheros (qiS;L\.-¿jI '^^y^-), el barrio de los
herreros ( ^jIjo^Jl íu^), el barrio de Bib-al-Farách (^J¿\ ^-'^ '^y=^)y
el barrio de los zapateros y de los ropavejeros (^^j^L^L /^jf.s'JI :v*»^)
el barrio de la Alcudia ()ojsXÍl H-«^), ^1 barrio de la Puerta del Hierro
(jmAjstJI ^.u :v*j^), el barrio de los baños de Yáyix (j;^^^ ^u^ ^j-^),
el barrio del Porronero (juljl :v*y:^), ^1 barrio de los baños del Cabalél
{¿-i^ X^ )U^), el barrio de los baños del Fierro ^^^p ^^^ ^^^
el barrio de los tintoreros (^ .^lIíJI '\^^) Y otros varios sin duda, en los
cuales vivían agremiados, quizá los representantes del comercio, y de la
industria.
Era. el distrito, jurisdicción ó feligresía de la Catedral el más extenso
y poblado, y en él estaba incluido, lodo entero, el Arrabal de Francos,
el cual, lindando por el N. con el Arrabal del Rey, comprendía, con las
aledañas, gran parte de la actual calle Ancha, la de las Tornerías, la de
Martin Camero ó de la Obra prima, y otras inmediatas por el Oriente,
hasta llegar á la denominada hoy Pla^a de las Verduras, que no sabemos
por modo cierto si también le correspondía. En el referido distrito figu-
raban asimismo, con crecido número de tiendas [^^\^)^ tanto las calles
ó vías principales y abiertas (^jf^ -b — thariqj, como las de menor impor-
352 REVISTA DE ARCHIVOS
tancia (^' LSj — Kocác), los callejones (vj? uj — Konác) », las plazuelas (S-j^. —
rahab), y distintos adarbes (^j.jJI) que la Catedral circundaban, sin excep-
tuar acaso la dicha Pla¡(a de las Verduras, la de las Cuatro calles y aque-
lla otra convertida por el arzobispo Tenorio en el Claustro catedralicio
actual, plaza donde, además de las tiendas allí establecidas y que en sú
mayor parle eran de la Catedral, concurrían con frecuencia los buho-
neros 2.
Tenía por límites dicho distrito los de la Magdalena, San Nicolás,
San Jinés, Santa Justa„ San Juan, la Trinidad, San Marcos, San Anto-
Un, San Andrés y San Justo, y quedaba en él enclavada al SE. la Alcu-
dia, como al E. lo estaban la mayor parte de los :^ocos ó mercados, la Alcai-
certa, y gran número de tiendas propias del Rey, cual á su debido tiempo
notaremos, siendo por todas estas circunstancias el distrito ó feligresía de
mayor importancia y de mayor riqueza, por hallarse en él el comercio,
lo cual constituía renta para la Catedral muy saneada. Correspondían al
mismo e\ Fondác, albóndiga ó parador del Rey ( ^ i h^- • ' I ^\>jl¿), que
daba nombre á.un barrio, y del que puede ser derivación acaso el Hospi-
tal del Rey en la Chapinería, la casa desde antes de 1160 apellidada de la
Rodela (x^jlojjt^lju ^U*^! ^,0^ ^ ^jlt*^* ^**-^' ;''^) ^ el.A/e^dn de los Pe-
regrinos (^oc^JU^^.>•Jf\-v^), sito en la Alcudia 4, el Mesón grande de la pe^ •
ó resina, el cual era de la Catedral (^^ÁJI ...c;^yi «^' j . ^ .c¿. J I ^.^.¿^^Jl
)!o-^ SJ^Jól ¿Ovi-UiJU) y estaba en el Arrabal de Francos ^, el Corral que ser-
vía de matadero de vacas y corderos {^\^ yuJI ^oJo* c^^^js- ^^'y^')) ^^ ^^
Alcudia ^, y, por último, entre otros lugares que no mencionan las escri-
1 Aunque no en Toledo, en Córdoba conserva memoria de los callejones que allí existieron,
la llamada Pla^^a de las Ai^onáicas.
2 C. T. (I.), núm 421. Es una carta en castellano, partida por ABC, relativa al arrendamiento
de una tienda que había ala puerta de Santa María, lindando con otras de la Catedral, y la
plaza «o están los bufones». Corresponde ya este documento al año 1273, era 131 1. En el testa-
mento de cierta O.* Marquesa, mujer que fué de Johan Pérez, año 1302, era 1340, figura entre los
suscriptores un *don Fasqual rfe /os ¿>u/ones», pareciendo por la constitución de la frase, que
estaban agremiados en aquel tiempo {Bib. Nac^ ms. Dd.-io3, núm. 13.084, fol. 72 vuelto). Al
margen se corrige la copia equivocadamente en befones.
3 C. T. (I.), núm. 29, era 1198.
4 C. T. (P.), núms. XXXV y XXXVI. era 1212, año 1174.
5 C. T. (I.), núm. 400, era 1303, año i265.
6 ídem, núms. 348 y 37<>, eras 1291 y 1298, años 1263 y 1260. El corral a que estos documentos
se refieren, y según el último de ellos, estaba junto á las tiendas de la Catedral, y á la vía
pública ( a.p. -¿)) 9«c pa desde las tiendas de los carniceros á la iglesia de San Justo, es decir
en la calle hoy denominada de Sixto Ramón Parro^ y antes déla Tripería.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 353
turas, una aldeana (gLjül) próxima á la calle át la Trinidad, y no lejos
de la plazuela mencionada arriba, que sirvió de emplazamiento al claus-
tro de la Santa Iglesia Primada >, debiendo agregar por el Mediodía,
en el Poi^o Amargo, el adarbt del Caid don Sabib (vjOs^ jwj ^I y^j3J\
^ -'^ v.M5^ O^lAll), V^^ discurría por dentro de la muralla de la cerca ex-
terior de Toledo 2, el del Arcipreste don Nicolás ( v'.ju Oy-júJI y%^'
■ff ff
j'- ^ »•* ^.»jO ^ 4:y^^j\ 6 J^waICmm.I) 3j si no era el mismo anteriormen-
te citado, y el de los canónigos (jj»l3^| v>*>), fl*^ no parece ser otro 4.
Bien que de ello^. nada dicen los documentos muzarábigos, — enclavados
en esta feligresía, debían existir no pocos edificios propios de las clases
privilegiadas, y de los cuales se ha perdido la memoria en las muchas y
diversas transformaciones con los siglos experimentadas por el caserío de
la ciudad, ya á causa de incendios, ya por reconstrucciones, ya por aper-
tura de nuevas calles, y ya por otras diferentes causas ^. La mayor parte
1 C. T. (I.), oúm. 464, era 1331, año 1263; trata de la venu de una casa en el distrito de la
Catedral, próiima á Ja «/-cana, la cual casa daba á la calle que conducía i la iglesia de la
Trinidad.
2 C. T. (P.), núms. l.XXV, CXIII y CXVIII, afios 1197, 1213 y 1214; C. T. (I.), núms. Sg, 149, 161^
170, 241, 286, 290, 291 y 326, años 1177, 1202, 1204, 1207, 1224, 1240, 1241 y 1248.
3 C. T. (P.). núm. LXXXV, añoiiQQ.
4 C. T. (I.X núm. 441, año 1276. Los vocabularios entienden por ad^darbe lo mismo que ca//e ó
murOy de donde ha de inferirse era el paso, ándito ó calle, más ó menos ancho, que se abría
entre el muro de la cerca de la ciudad y el caserío, cuando éste no se apoyaba en aquél, lo cual,
era frecuente. Comprueba esu acepción, la declaración que en castellano figura al dorso de la
escritura. C. T. (I.), núm 253, año 1228, donde con referencia al adarbc de Hamám Yáyix se lee:
«el ceni^ en el adaí be que ende passa.» V. los Tocabularios del P. Alcalá, de Dozy, y de
Eguilaz Yanguas.
5 Por lo que con relación á su tiempo decía el Dr. Salazar y Mendoza en la Crónica del Gran
Cardenal (lib. I, capítulo LXVIII, párrafo I, pág. 234), puede juzgarse de lo que ocurriría en
épocas anteriores. El citado escritor observa con efecto: «Los que han gouernado esta ciudad
[de Toledo], tuuierou mucha culpa en no considerar el daño que ha recebido, estrechándose, y
disminuyendo su vezindad, con estas fundaciones» (las religosas). «Demás de hauerles quitado las
placas, y calles con que la han afeado... Por esto, qualquier obra pía que ha querido, y estándole
á quento, ensancharse, ó alargarse, compra, y vende casas á su gusto, sin otro respeto, ni conside-
ración, mas que su comodidad y aprouechamiento, por no hauer hauido quien se lo impida, y
les vaya á la mano.» No fueron sólo las fundaciones religiosas sin embargo, con ser las que qui-
zás más contribuyeron á deformar la ciudad, las que han borrado en mucha parte la fisonomía
primitiva de Toledo. Previniendo aquellas contintengencias, ya Alfonso VIII en 1207 prohibía
que «ningún hombre ni mujer dé ni venda heredad á ninguna orden» (Lt6. Bec.de la Cat. de
Tol.y fol. 54 recto), asegurando Salazar y Mendoza que Toledo «tenía privilegio confirmado por
los Reyes, desde qu*' se le concedió don Alonso el Sabio, para que no se labrasse en la ciudad
monasterio de religió.i alguna, por estar muy estrecho el lugar, con los que se hauian edifi-
cado», y añadiendo como testimonio de que ni después de Alfonso VIII, ni de Alfonso X, tales
disposiciones habían sido nunca respetadas, que luego «que murió el Cardenal» don Pedro Gon-
zález de Mendoza (1495), «se han tomado para este ministerio, y para Colegios, y otras obras
pías, más de cinquenta casas de el Rey, de Infantes^ y de caualleros^ y de las menores, más de
seiscientas» (Op. et lococits., págs. 231 y 232). Agregúese á todo esto los abusos de los particula-
res y los siniestros, ules como el incendio de 11 16, ya mencionado, y los terremotos de 11 13*
3.* ÉPOCA.— TOMO z. 36
354 -REVISTA DE ARCHIVOS
de las mezquitas en aquel-perímetro edificadas, debieron ser consagradas
al culto cristiano, cual lo fiaé la principal 6 Aljama, pareciendo indud^able
qué muctias, ya que no todas las iglesias que, á excepción de las muzára-
bes primitivas, son mencionadas desde el siglo xii, fueron templos muslí-
micos, quedando secularizados no pocos. En este distrito.de la Catedral,
no obstante, y en la bajada del Po^o Amargo; cercdi' dt los muros, y por
tanto del adarbe del arcipreste don Nicolás, subsistía en 1167, i ijo^i 178 y
1 199 una mezquita convertida en establo ( ^^oülII ^ Jy^s^v^ ^.^LT ^JóJa)),
cuya propiedad adquiría por compra, en las dos primeras fechas, pues fué
vendida en dos mitades, el citado arcipreste don Nicolás S por muerte de
quien la compraba en la tercera techa y precio de 200 mitscales de oro,
el arcipreste de Talavera doá Pedro-ben-Miguel 2, haciéndose muy cabal
mención de aquel edificio en 1199 3.
Dentro del mismo distrito, pero ya en el Arrabal d^ Francos, al ampa-
ro de éstos sin duda, con su carácter propio de templo mahometano, con-
servaban los mudejares otra mezquita, la cual ha subsistido y subsiste por
maravilla aún en los tiempos actuales^ pues no es otra que la celebrada
con el título de Mezquita de las Tornerías, el cual modernamente adqui-
rió por el de la calle. Hácese-mención de ella en la escritura de pignora-
ción de un mesón, situado hacia los cambistas ( .^sisly^'l JLc) en el Arra-
bal de Francos, y en las proximidades de la fne^iquita de los muslimes
(^^^^^•JLy^l j^...^ Soyu \^j^ ^y^' ü^jO» ^^^""^^"^^ Otorgado en
Junio de la era 1228, año 1190 4; á la misma se refieren otra escritura de
|a era 1237, año 11 99 ^, y otra de la era 1240, año 1202, que no es sino un
testimonio de haber sido transferido á don Martín Cubero el dominio del
precitado mesón, sito en el Zoco de los cambistas y de los ropavejeros
(^.oUjüI^ ^^^^I ^j^), en el arrabal de Francos, y próximo á la
mezquita de los muslimes (^xJLy^^íl jcj^u^-* Hj^yu ^^) ^.
de 1169 y coa otros, principalmente el del 2 de Diciembre de 1221, en que ^ncayeron muchas casas,
é en el muro é en las torres muchos logares* (Ann. Toled. I y II, Esp. Sagr., t. XXIII, pags. 404,
392 y 406), y se comprenderá las transformaciones que desde io85 hasta la fecha ha de haber expe-
rimentado Toledo, diticultando así la identificación de lugares.
1 C. T. (P.), escritura número XXVI; C. T. (I), núm. 44. _
2 C. T. (P.), núm. XLIV. "
3 ídem, núm. LXXXV.
4 C. T. (I.), escritura núm. 104.
5 ídem, núm. 14a.
6 ídem. núm. 154.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 355
Adulterada cual es de presumir en su estructura por la agregación de ca-
pillas y por las reformas de todo género que su consagración y adaptación
al culto cristiano hubo de exigir en ella ', todavía en el siglo xii y principios
del siguiente conservaba su antiguo emplazamiento y aun su aspecto de
Mezquita-Aljama la Catedral, entre las estrechas ^ mezquinas calles que de
todos lados la circundaban y circunscribían. Por la parte del N., por donde
se extendía el patio para las abluciones, que de atrio servía al templo maho-
metano, y luego sirvió de cementerio á laCatedral,se levantaba el ai-minar^
cuadrado y de fábrica de ladrilo construido, el cual sobresalía robusto en-
tre otras varias torrecillas ó cuerpos aítos y eminentes, fruto sin duda de
agregaciones y reformas, por lo que era en 1186 denominado la torre gran-
de ó mayor ( J-v^^l ^jí) ^, y delante de ella se hacía, de no grandes propor-
ciones, una plaza, donde en el siglo xiv, cual queda dicho, edificó el Claus-
tro el arzobispo Tenorio; llenábanla varias tiendas, y con otras, cerrábanla
á oriente, diferentes mesones, no sin que entre la Catedral y estas construc-
ciones, de índole distinta, se deslizase estrecha calleja, sobre la cual y en
forma de arco, se tendía un sabat {'^^) ó pasadizo, semejante al que hoy
enlaza con el Palacio Arzobispal el templo, poniendo en comunicación la
torre mencionada con un mesón, edificio éste que parece debió ser de im-
portancia en el período de la dominación muslímica, pues por él, como en
la Mezquita- Al jama de Córdoba desde el Palacio Calijal, pasaban al refe-
rido templo los viernes desde su morada los soberanos 3.
1 Demás de que la razón misma lo demuestra, confírmalo el hecho de que en el año de ii54,
era 1192 era excusada Talayera de contribuir á las obras de la Catedral (Becerro viejo^ 96-I—
íol. 100 vuelto). Aunque no lleva fecha, parece ha de referirse á lo propio otro documento rela-
tivo á Santa Olalla, en el cual es esta población excusada asimismo (Id. fol. 65 recto).
2 Fué en esta torre, seguramente, donde la tradición recogida por el arzobispo don Rodrigo
supone colocadas las campanas, al tiempo de ser atropellada y violada para su purifícación la
Mef^quita-Aljama. Las palabras del docto prelado son las siguientes. «... electus... maiorem
Mezquitam ingressus et Toletanam, et elimata spurcitia Mahometi erezit altaria (idei Chris-
tianae, et in maiori turri campanas ad conuocationtm fidelium collocauit* (De rebus etc., lib. VI,
cap. XXIV).
3 C. T. (P.), escritura núm. L., era 1224. Refiérese á la venta de un mesón, con la algorfa ó
cámara que tenía encima, y que montaba sobre el pasadif^o al cual estaba unida la dicha cáma-
ra, comunicando con la torre grande ó mayor de la Aljama-Catedral: \ % w i-, » ^1 jta.» jw
.iVi^ _^\ j.j*JLíj « !d*ai-JI ioLlll ^j N^t ^"1 -Ñayül ^
9^>£.lJül 9J\js^A, Lindaba dicho mesón al E. con varias tiendas, al O. con una platínela que
hay delante de la puerta de la citada iglesia Catedral, á cuya plazuela daba la puerta del mesón
en venta: al S. con la calle que pasaba debajo del pasadizo, y con otro mesón al N. Parece pues,
á primera vista razonable que el referido mesón pudo ser edificio real para los Beni-Dzi-n-Nún;
de otro modo no es comprensible el pasadizo, reservado para ir los soberanos á la Aljama, en el
supuesto siempre de que tal comunicación fuera primitiva, y no sirviese, por caso extraño y de
que no hallamos ó no recordamos ejemplo, para que desde su morada los muedanos pasaran al
X
356 REVISTA DE ARCHIVOS
Lindando con el de la Catedral al E., sucedía el distrito (au^) de
Santa María Magdalena^ en el que quedaba todo entero comprendido el
Arrabal del Rey, ya mencionado. Dilatábase á Oriente de la Al-Medina
hasta la feligresía propia de San Miguel, y en él sólo dan las escrituras
noticia al año 1192, era i23o, de la existencia de un Hospital (Albergue-
ria — ^j^j^^)} propio de la Catedral citada, y cuya ampliación procura-
ba entonces el Cabildo, pues á causa de la miseria de aquel año, eran tan-
tos los enfermos, que resultaba el local ya insuficiente para contenerlos y
asistirlos ». También guardan memoria en el Arrabal del Rey, aunque al
año 1256, era 1294, de un mesón llamado de la Calahorra mayor
( yjAJÜl 8\y^Jlttj| ^^y^Za^) ^, acaso por haber sido en él incluida alguna to-
rre fortificada, que pudo quizás existir en el que tiempos después fué Pa-
lacio de Trastamara, y hoy llaman Corral de don Diego, sin que sea
dable en rigor asegurarlo 3.
De mayor tráfico sin duda, con la de la Magdalena partía límites la fe-
ligresía de San Nicolás, la cual tenía al O. y al N. el muro privativo de la
Al-Medina, en el que abría la Bib-al-Mardóm (M^JyJI vW), hoy Puer-
ta de Valmardón, al .SO. las collaciones ó distritos de San Vicente y San
Jinés, al S. la de Santa Justa, y al SE. la de la Catedral, ya memorada.
Comprendidos en esta demarcación estaban Zocodover (wjLjJI . v, ^.a
ó mercado de caballerías, la antigua mezquita que con la advocación de
Santa Cru{ y á instancias del rey, cedía en 1 186 el arzobispo don Gonza-
alminár coa objeto de hacer desde él los pregones litúrgicos. De todos modos, el paso de los so-
beranos por la torre al templo no es lo más conforme á las prácticas palatinas de los musul-
manes.
1 C. T. (I.), escritura núm. 114. Trátase en ella de la permuta que con la Cofradía de las Fran-
cos hace la Catedral en aquella fecha para el objeto indicado en el texto. La Catedral trocó dos
casas por una que á cambio le dio la Cofradía en la collación de la Magdalena.
2 C. T. (I.), número 361. Esta escritura lo es de la venta del patio de un corral
( Jl ill Ntl¿ «JL4^) en la collación de Santa María Magdalena, en el Arrabal del Rey,
y en el interior de la ciudad de Toledo: {J^j^ KfSÍJ^j:fuJ\ SÁy» NXJLXi^ jw.xJL<" n^».^\j
HÜLtxiJLt? SJL^^vX^ J«.^IvXj % ^^LoJLmJI. Dicho corral lindaba con el mesón de la Calahorra
mayor, el cual no ha de entenderse á nuestro juicio como el lugar donde en tiempo de escasez
se vendía el pan, según los vocabularios indican en la voz Calahorra.
3 En 1576, según la Relación de Luis Hurtado Mendoza, «la parrochia de la Magdalena» estaba
«poblada de plazas c tiendas de bastimentos y de bodegones y tabernas para sustentación de po-
bre gente, y de forasteros que traen á vender provisiones a la ^iudad, parte de Qocodouer, ba-
rrio del Rey, pastelería y gallinería.» Eran entonces en ella notables «la casa de Diego García de
Toledo {el Corral de don Diego)^ de antiquísima fundación y de muy noble y antiguo linaje: las
casas de don Ruy López de Avaios, que avnque modernas en lauor, son de antigua ^epa y demás
limpia [de] vileza [de] sangre» {El Arte en Esp. t. VII, pág. 191).
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lo á los hermanos hospitalarios S y denominada Ermita del Cristo de la
Lu\ es hoy monumento nacional, la Torre dicha Ar-Rocaá (sx.L3JILp.^)
que no sabemos cual fuese ', y demás de las tiendas de harinas y legum-
bres, y las de los barberos ó cirujanos 3, — ya en el siglo xiii, año 1224,
era 1 262, la Casa llamada del Rejugio (\kSj¡\ Jo^ HijycJI JvXÍl), '^ c"^^
entre otras construcciones, tenía como colindantes el muro de la Al-Me-
dina (ju^A^JI .y^) y la vía á que daba la puerta de la casa, y conducía
á un. extremo de Zocodover (v'joJl óy*. h-.í^Lí JI ^^L^ ^^Jo) 4. En las
inmediaciones dje la iglesia ó ermita de Santa CruJ(, antes citada, en
el interior de la ciudad (jOkJLb kí^j^ Jo^b j^jf sj:j^ ^^---y^ '^j^)j
próxima á la muralla, en el adarbe del Guarir don Pedro Yoanes
(j¿jl^ í^ixo ^.j^o j^ijjJ] v^JÜ), que pudo discurrir acaso por lo que fué
Seminario Conciliar, y cerca de la casa de dicho guazir y de su esposa
doña Teresa,— K:omo expresión de una de las industrias cultivadas en To-
ledo antes del reinado de Alfonso X, á cuyos días corresponde el docu-
cumento, existía en 1260 una fábrica {}^\ .b) de sombreros de fieltro
(í^vXJÜl ^jl^iJI L^xá J^4JM jb)^7 no pareciendo extraño que, como
en tiempos posteriores, en la propia barriada estuviese la Zeca (joL^)
ó Casa de la Moneda, donde se contrastaba y se pesaba el oro ^.
1 Becerro nuepo de la Cat. de Toled.^ folio 40 recto.
2 C. T. (I.)i Qúm. 209, año 1214, era i252. Escritura de venta de uoa casa en el bario (K^^^^Í
de Zocodover, la cual lindaba con la citada torre y la vía pública. Rectamente la interpretación
de Ar-Roccá es la de remiendos ó remendones; quizás aluda el nombre á las diversas restaura-
ciones ó reconstrucciones de la torre, las cuales quedaron visibles, si.no es que en ella habitaba
algún sastre remendón.
3 C. S. C, escritura num. 22 provisional, año 1204, era 1242; ídem, núm. 12 provisional,
año 1227, era i265. Al dorso lleva escrito en cistellano este último documento: «Carta de Dar
alhamel e de las tiendas que fueron de aluar joh.H
4 C. T. (I), escritura núm. 242. La coincidencia de existir en la parroquia de San Nicolás la
calle del Refugio^ que toma origen en la Pla^a de San Nicolás, inmediata á la iglesia, y tiene,
término en la Plazuela de San Vicente, y la no menos reparable de aparecer en la esquina de la
calle del Cristo de la Lui( el edificio que lleva sobre la puerta el rótulo de «Refugio de pobresl
desamparados», podrían inducir á error, suponiendo que es éste último aquél á que alúdela
escritura mencionada; pero según Parro (t. II, pág. 432), tal casa de caridad «parece sen» debida
á la de «dos vecinos de Toledo llamados Jerónimo de Madrid y Francisco de Zalamea», trasla-
dada allí en el siglo xvi probablemente desde las casas primitivas del Rastro viejo y del Corral
de San Juan. Por las indicaciones de la escritura se hace verosímil que esta Casa del Refugio de
siglo XIII estuviese por la Cuesta del Águila^ pues lindaba por un lado con el muro de la Al-Me-
dina, que por allí pasaba, y por otro con una calle que, cual notamos en el texto iba á desembo-
car auno de los lados ó extremos de Zocodover, circunstancia que actualmente concurre en
la calle del Águila.
5 C. T. (I.), núm. 376, era 1298.
6 C. T. (P.), núm. XXXVl, año iiyS, era 1213. En este documento, al consignar el precio de
siete mitscales de oro alfonsí en que la venta se efectúa, se hace constar sean aquéllos de buena
358 REVISTA DE ARCHIVOS
De la inmediata collación de San Vicente son tan escasas las noticias,
como para no haberlas sino de un edificio, de carácter desconocido, lla-
mado Casa del olivo {js^y:p^\ \S\ S por alguno quizás que hubiera en ella;
pero en el distrito comarcano de San Jinés, no sólo tenían sus tiendas y su
mercado los alfareros ^, lo cual no impedía expendiesen sus manufacturas
en el distrito de la Catedral, en las tiendas propias del Rey 3, y en el Arra-
bal de Francos 4, sino que además había allí en tiempo del arzobispo don
Cerebruno un horno de ladrillos ( .WJl)'^, que no sería el único, hacién-
dose mención en i i58,era 1 196, de una calle ancha(ju^\.s?\^j|) relativamen-
te, que iba desde dicha iglesia de San Jinés á la de Santa María, como
era la Catedral denominada ^. Nada consignan los documentos de notable
en la feligresía de la parroquia muzárabe de Santa Justa, si bien en la de
San Juan, inmediata, el solar de cuyo templo es hoy Pla¡{a de los Postes,
habitaron los plateros 7, y en 1289, era 1827, había unai pla^a, llamada
del platero ^ ¿jLñJI Hm^>->) ®, por alguno de aquellos artífices; acaso tuvie-
ron allí también los lecheros su mercado, cuya situación no puntualizan
las escrituras, y por esta causa fué vulgarmente conocida siglos adelante
por San Juan de la leche aquella parroquia, que lo era latina, y quizás
instituida en algún templo mahometano. -
acuñación, y pesados en la Casa de la Moneda: ^^JJl\] ^^^k^O^) ^jA JmoLav« Sjumnm ^
.ajLm.» ^ iM)'W' i^\^. ^1 S^y^'* En 1576, Luis Hurtado Mendoza en la /^e/ación á
Felipe II, hacia constar que «la parrochia de San Nicolás» estaba poblada «de gente muy noble»,
«porque los feligreses della y sus mujeres— dice,— son tan cortesanamente adornados, que su
traje se ymita en los más notables pueblos de España; tienen las mejores casas de Toledo, y el
comercio de mayores tiendas de trato, porque en ella (la parroquia) se incluye la antiquísima
casa de la moneda..., la plaza de ^ocodouer, la ropería, sombrerería^ calle Ancha, joyería, cin-
tería y carpintería, la herrería, armería y otros artes, muchos mesones y casas de herederos
para la expedición del vino, etc.» (El Arte en España, t. VII, pág. 191).
1 C. T. (I.), escritura núm. 147, año 1201, era 1239. Acaso en ella se expendiera el aceite.
2 ídem, núm. 74, año 1182, era 1220; oúm. 168, año 1206, era 1244; núm. 171, año 1207, era 1245;
En la primera de estas escrituras se hace mérito de una que era del rey don Alfonso, diciendo:
»j ^ % ?JUI bJ^J j;¡jSjJ] ^^.jÜaJLMJl Joyjli^ Tienda d^l rey Ade-
fonso, ayúdele Alláh y le proteja!
3 C. T. (P.), escritura núm. XI, año 1139, era 1177.
4 C. T. (I.), núm. 10, año 1134, era 1172.
5 Becerro nuevo de la Cat. de Toledo, fol. 58 vuelto; en este documento Alfonso VII hace do-
nación á Pedro Aluazil «unum furnum de aluaidin in barrio sci genesii*.
6 C. T. (I.), núm. 28. Trátase en esta escritura de la venta de una casa emplazada entre la
i glesia de San/a Af aria y San Jin^s (j**'^ C^^OUi* H^^ ?UJu¿; K^^^^jJS ^^^^jcj I)^ lindan-
do por o. con una calle ancha, que va desde esta última iglesia á la Catedral.
7 C. T. (I.), núm. 262, año 1231, era 1269.
8 ídem, núm. 488.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS j5g
_ De Ipj distritos de San Roigan,, Santa Eulalia yrSAHt(^ /^^Qeadktátl in-
terior, tampoQo di^en-, nada los docjiítientos -de; quie nos servimos, ocu-
rriendo lo propio con, las feligresías de Omnium SanctQnhinjij,$(into.Toméf
el Salvador, San Zoilo r,San>'BartQ lomé, Sarf Cipriano, San Cristóbal -y
SanTorcuato; y aunque, así acontece con lo^.de ¡S^an Marcos^- y San An-
drés, por lo que hace al de San Antolin, hoy Santa Isabel de los Reyes^
determinan que no muy lejos del moderno Co/egío de Santa Catalina^
antiguo mudejar Palacio del íilguazil mayor de Toledo don íSuerp. Téllez
^C.Meneses, en los días de Pedro I,, y quimérico palacio real de los grime-
ros)tiempos de los muslimes, corría la muralla de la ciiidad, fuera de, la
cu9l, h^Día en la indicada jurisdicción huertas pobladas de olivos,; more-
ras é higueras, entre las cuales huertas, -figuraba «n 1192, era i23o, la del
Guazir y Cadhi de los muzárabes don Vicente-ben-Yahya, el sevillano,
que debía ser muy hermosa ^
- Como más inmediato al corazón de Toledo,el distrito de Santa Trini-
dad contaba con el Hospital , Hospedería ó Albergueria del mismo nom-
» ■ •• • •.-.■■ .... .. . • . •.■......
bre {-¡^^ ^"^J? ^*^^^^ ^j^y^h) mencionado en testamento del año i233,
era 1271 2, y en su jurisdicción, calificando el sitio hasta el punto de me-
recer el dictado de barrio (*^^)í en 1203, era 1241, se hallaba estableci-
da un fabricante de objetos de vidrio, y con especialidad de porrones y
redomas, diciéndose barrio del porronero ( JLi^l '^y^-) 3, y en caste-
llano, al dorso de otra escritura, i^rédomerof) 4. También correspondía á
este distrito en 1294, era i332, la capilla de San Juan, inmediata ó pro-
pia del arzobispo f .^í U^fl ^v« ^.^U^ si^Jl^ ü'Laíj ^ que es probable-
mente, como arriba apuntamos, la embebida en el Palacio Arzobispal, y
quizá la que convertida en palomar por uno de los últimos prelados, re-
edificó ó reparó el arzobispo Palomeque (1299 á i3io).
Entre la feligresía de San Andrés, el barrio del Handaque ó barranco,
hoy Andaque, y la collación de la Catedral, en línea no bien determma-
r C. T. (P.), escritura núm. LX.
2 C. T. (I.), núm. 265. Otorga dicho testamento don GonzalvoGil, quien, entre otras mandas
piadosas, deja cinco mitscales de oro para dicho Hospital. y y
3 C. T. (P.), núm. XCI. Pons supone ec^uivocadamente que en lugar de jLi-xJ I ^c/porro-
nélo)^ debe leerse jLijxJ). el portillo.
4 C. T. (I.), núm. 305, año 1242, era 1280. En esta escritura se precisa que el porronero estaba
cerca de los tintoreros, aconteciendo lo propio en la del núm. 372, año 1269, era 1297.
5 C. T. (I.), núm. 5ii.
360 REVISTA DE ARCHIVOS
ble, dentro de esta última jurisdicción, corr/a el distrito del Po!{o Amar'-
go^ por el cual ^e dilataba la muralla, con el adarbt del caid don Sabiby
quedando fuera de ella, á juzgar por los documentos, la plazoleta en que
está el pozo, y que en iog3, era ii3i, se denominaba /^/aj^a del Casalí
(^^l-í^l *^»v), como aquél ten/a nombre de^j^o delCasali^^^^-^^^ j^) ',
sin embargo de lo cual, era al propio tiempo conocido y designado por
j90^o Amargo QyJ] ^) », existiendo también plantíos (^j¿), acaso de
viñas, aunque no se determina especialmente 3. Próximo al pozo, estaban
los Baños de Aben Ydyix (ji^ug _^ A t *-) 4, de los cuales aún quedan
restos, en particular ostensibles, en la casa núm. 12 de la Bajada al Co-
legio de InJanfeSy siendo quizás los mismos que, ya en 1290, era i3a8,
eran conocidos por Baños del Arzobispo (^^LkJI r^*^) ^> y ™^ abajo,
no lejos de la Torre de Hierro (j^^jl^I - -¿) * y de la Puerta del mismo
nombre, deb/an estar por aventura los baños de los caballeros, que se ha-
llaban inmediatos al Poi^o Amargo en 1288, era 1326 7, los baños del Hie-
rro ( li -U^) •, y aun quizás los baños de la Alcudia (jsjvxXJI (•U^),
mencionados en escritura del año 1 261, era 1299 9, si bien no es dable ase-
gurarlo.
Correspondía así mismo al distrito de la Catedral, por esta parte de la
población, el que tenia independientemente nombre de barrio í^i^y^)
de la Alcudia, y en él son señalados los tratantes en granos y semillas
( JLXJI) 'S pasando cerca de ¿1 la muralla, con el adarbe que se llamó de
Aben-Mohzin, de Al-Maguak, de Aben-Thahir, y finalmente de los dos
presbíteros, fieles ó amines Jair (ja¿. q-^^-j'íI ^jO^ ^jlj*^) "* '^^^^'^**
nombre de Alcudia, voz equivalente á altura, collado ó cerro, toda aque-
I
lia zona accidentada que, partiendo límites con los barrios ó distritos de
Po\o Amargo, San Lorenzo y San Lúeas, se encaramaba trabajosamente
por las sinuosidades del terreno, á encajar en la calle de la Trapería, hoy
1 C. T. (P.), escriluri núm. LXV.
2 /tfem, núm. XXV, año 1166, era 1204.
3 Idtm^ Ídem.
4 C. T. (I.), núm. 132, afto 1197, era 1235. Debían ser famosas, cuando en el año 1216, era 1254
se llamaba barrio de Hamém Ydyix, i la pane de población que le rodeaba (C. T. (I.;, núm. 218)'
5 /tfem, núm. 240.
6 C. S. C, núm. 195 provisional.
7 C. T. (I.), núm. 487.
8 C. S. C. núms. 89 y 90 provisionales, y otras escrituras de. la Catedral.
9 C. T. (I.), núm. 381.
10 ídem, escritura núm 230, año 1221, era 1259.
11 ídem, núm. 145, año 1200, era 1238.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 36l
de Sixto Ramón Parro S y el distrito ó feligresía propios de San Justo; y en
éste es nombrado al año i i8i, era 1219, y en las inmediaciones de la Alcu-
dia (njJuüI ^jA •¿_^.8^ Jfi.) el Fondác, parador ó alfondega, donde degüe-
llan los matarifes los carneros (^^[jjr _>.|.jsru| I^j^^A: c>.x^ o-'AjjíjI) ^,
Tan escasas son las noticias relativas á las demás feligresías de San Lo-
ren^o, San Miguel y San Lucas, como para que no se haga posible for-
mar exacta idea de ellas por los documentos que utilizamos, ya que éstos
no resulten con la apetecible claridad, respecto de algunos de los anterio-
res distritos. Baste recordar, por lo que hace á la primera, lo que en los
días de Felipe 1 1 decía Luis Hurtado Mendoza, de que era «parrochia casi
suburbana, porque la mayor parte della cae en la riuera de fuente de la
Herradura, que haze tajo en el circuyto que abraza la ^iudad», por lo que,
añadía en tono lisonjero, «se puede notar de Toledo que tiene varias po-
blaciones en su edificio, vnas parecen 'fortalezas, otras cortes, aldeas,
villas y lugares, y marítimas 3. Puede pues, por estas palabras juzgarse
del aspecto que ofrecería en las centurias XÍP, XIII^, XIV*, XV^ y XVP,
esta collación, donde, acaso desde tiempos antiguos, consitudinariamente
en la XVI*, habitaban «muchos texedores de seda, y algunos pobres, y ga-
naderos y curtidores» 4.
Aunque también casi suburbana, la feligresía de la antigua parroquia
muzárabe de San Lúeas, se reputaba, no obstante, en el interior de To-
ledo, y debió ser en el siglo xii más poblada que al presente; en ella, y
año de iiSy, era iigS, consta tenía casa el obispo de Avila,, existiendo
entre otras quizá, una casa obrador, fábrica ó casa de labor (\^ JljuJl Jjul)
pues de todos estos modos puede entenderse ^; y en cuanto á la feligresía
1 C. T. (I.), núm. 379, año 1260, era 1298. En csie documento se trata de un corral, ya citado,
matadero de vacas, situado en el distrito de ia Alcudia, junto á las tiendas de la Catedral, y la
vía piíblica ó carrera que va desde las tiendas de los carniceros á la iglesia de San Justo. £< el
mismo de la escritura núm. 348, año 1253, era 1291.
2 C. T. {!.), núm. 69. Según la Relación de Luis Hurtado Mendoza á Felipe 11, en 1576, «la pa-
rrochia de San Yusto Pastor ...por la mayor partev estaba «poblada de clérigos, beneficiados de
la santa iglesia, y herederos de viñas y sotos» (El Arte en Esp., t. Vil, pag. 192).
3 El Arte en Esp., tomo Vil, pág. 192 citada.
4 ídem, id., id.
5 C. S. C, escritura núm. 99 provisional. Lo es de la venta de 1 ( totalidad de una casa obrador,
en la colación de San Lúeas, en el interior de Toledo: n^»jsc\¿,., v«*Jjt^| JjsJl f^t"^
^ .^ NJs.p.,>^ Jw¿.lvX¿ l3ftJ K.<wwwwyJ*^.— Lindaba al E. con la ca|le á que abría la puer-
ta de la casa; á O. con la casa del obispo de Avila, al N. con la casa más inmediata y al S. con la
casa de Eulali»: ^.^1 ^b O^-^^JI ^j ídl\ ^JüL^'^i] jh ^^jáI]^.., óLSjJI 0^-¿JI ^
^y ;b Nix3 ^^ ^jií.
3.* ÉPOCA.— TOMO X. 27
362 HCVISTA ÚE ARCHIVOS
de San SíigueL nada detenninadamente se coasigna en las escrituras con-
sultadas ^ afinque hubo de ser distrito impórtame, ya vor s« proximidad
al Alcázar, y ya porque en él. en iSjó- había <^casas muy notables de sola-
res de mayorazgos... de las más antiguas v^pas y primera población de
Toledo», estando en la indicada fecha «poblado de quatro géneros de gente
casi por igual: boneteros, texedores de seda, señores de heredades, y gente
pobre que de la labor de sus manos se mantiene>> -.
De cuantos ^ocos ó mercados {^^i tuvo Toledo, sólo se ha conserva-
do con la memoria el nombre del de Zocodorer en la única plaza de re-
lativa anchura que en la pobladón existe; era. cual sigue todavía siendo.
punto de reunión del vecindario, y lugar á que concurrían los tratantes en
cabailerías y animales de todo género, quienes hacen sus conciertos actual-
mente en la Plazuela de las monjas de la Concepción, de allí inmediata.
Situado en parte laVnás principal de la antigua Al-Medina, fué siempre
de forma irr^ular. y pequeño el espacio en que se desenvuelve la plaza;
y mientras á Oriente y por el N. se hallaba cerrado por la muralla, si
bien en comunicación con el Al-Hi^ém por medio del torreón del arquillo
de la Sangre^ — al S. parece estuvo cerrado también por otro muro, reedi-
ñcado de sillería más tarde, y con dos arcos de medio punto que facilita-
ban la entrada á la Cuesta del Alcázar, lindado al S.O. con el Arrabal del
Rey, collación de Santa María Magdalena, y á Poniente con la feligresía
de San Sicolás, en la que quedaba incluido, según quedó notado arriba.
La afluencia de traficantes y de forasteros, acrecentó la importancia
de este mercado, y en los edificios que sobre la plaza daban, queda-
ron establecidos comercios de distinta naturaleza, señalándose ya en el
siglo XV, año 1422, la casa del mesón de las sogas 3, y cerca del merca-
do, en 1424, el mesón de la yerua y el mesón de los paños, en la collación
de la Magdalena 4, lo cual no dificultaba que en los mesones de (ocadoue
1 Demás de que por el epígrafe sepulcro latino, trasladado desde la antigua iglesia al Museo
Provincial donde lleva el núm. 92, coosu la existencia del templo, y por tanto la de so colla-
ción, en la era 1194, año ii56,— los documentos mozaribigos lo atestiguan únicamente desde el
año 1 174, era 1212. por las subscripciones de las escrituras C. T. (P.). núms. XXXV y XLIV, en
que aparecen un «petrus diachonus t^tis (?). sancti micaelis*. y otro «petrus ecclesie sancti
micaelis diacoDus testis». El documento núm. 371 de la C. T. (l\ del año 1 25^ era 1297, sólo
da noticia de la perxuta de una casa en la colación de San Mij^uei.
2 El Arte en Esp.^ tomo VII, pág. 192.
3 Arch. Hist. Nac., Sala VI, caja 233, documentos de Santa Úrsula. 163-P.
4 ídem id. id., i65-P. En otro documento de los procedentes de San Clemente el Real^
(Sala VI, caja 231), al año 1426 se expresa que por trasladarse fsabel López de Orozco del
convento de Santa Úrsula al de San Clemente,. pzszron sus bienes de uno á otro, y entre ellos
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 363
se vendiese también paños K Próximo se hallaba el mesón, llamado de la
Calahorra, que era de la Catedral ^, y no sabemos si el mismo que en i236
apellidaban de la Calahorra mayor, y quedó ya en el Arrabal del Rey
mencionado, no .siendo sino muy verosímil que en Zocodover ó en sus
cercanías estuviesen el Mesón del trigo 3 y el Mesón del lino, propio del
Convento de San Clemente el Real 4, como en la collación misma de San
Nicolás estuvieron la sombrerería, la ropería, la joyería, la cintería, la
carpintería, la herrería y la armería, aunque ya algunas de estas en tiem-
pos muy posteriores. No es de extrañar, por tanto, que en el Arrabal del
Rey hubiese, como en el siglo xvi, tiendas de comestibles, bodegones y ta-
bernas para los forasteros y los concurrentes al mercado.
No todos en plazas, el mayor número de los restantes \ocos incluido
estaba en el Arrabal de Francos, collación ó distrito de la Catedral y en
sus cercanías, probablemente porque fueron, á lo que parece, extranjeros
los primeros comerciantes que se establecieron en Toledo, después de la
Reconquista. A él, en la calle Ancha, que se dijo luego de la Lencería ^
hubo de corresponder la Alcaicería, mencionada en documento cristiano
del año 1166, era 1204^ la cual, poblada de tiendas, pudo estar hacia la
calle denominada hoy de la Sierpe. No lejos de ésta, en las proximidades
de la mezquita de los muslimes mudejares, y quizás en la propia calle de
las Tornerías, estaba el í{oco de los cambistas ( . aAíLaoJI o^w*.), que elíp-
ticamente se dijo con más frecuencia los cambistas sólo ( -üipIyaJI) 7, al
figuraba un mesón, próximo al Mesón de la Yerua, que era de la Catedral, en la collación de San
Nicolás, cerca de Zocodover <(<;oquadoue). De aquí se deduce ó que eran dos los mesones de la
yerba, ó que alguno de los documentos está equivocado.
1 Arch. Hist. Nac. Sala VI, caja 233, documento de Santa Úrsula, 84-P.
2 Becerro nuevo de la Cat. de Tal., fol. 65 vuelto. En este documento, que lleva la (echa de 1213^
era i25i, declaran Diego Pérez «iudex et uxor mea domna Sol dedimus ecclesiae toletanae et
canonicis eiusdem sedis medietatem mesonis calaforre, cuius altera medietas est canonicorum
eiusdem sedis, qui est propter ^ocadouer.^
3 Se hace mención de él al año 1351 en las cortes de Valladolid (Colee. Salazar, 0, 5).
4 22 de Mayo de 1352 (Bib. Nac, ms. Dd, 121).
. 5 Consígnase el nombre de esta calle en un documento del año 1416, propio del Convento de
San Clemente {Arch. Hist. Nac, Sala VI, caja 231). El diligente escritor toledano, D. Juan Mora-
leda, asegura que en el siglo xvii tenía la calle Ancha nombre de la Lencería (Boletín de la
Sociedad Arqueológica de Toledo, núm. 2, pág. 21).
6 Becerros de la Cat. de Toledo (987-B, fol. 63; 96-I, fol. 89 recto). Por este documento Alfon-
so VIII hace donación á Juan Zabateiro ó Qapaton de «unam tendam que est in alcha^eria
habens ante se sellarios et post se spartaríos, in superiori... parte habens duas tendas iuxta
portam illam qui ascendit ad scicladores et inferiori tendas que ad publicam uiam dessinunt.»
7 Dánle el nombre y categoría de Zoco la escritura núm. i54, C. T. (I.), año 1202, era 1240, y la
del núm. 22 provisional del C. S. C, año 1204, era 1242. Ladelnum. 104 C. T. (I.), año 1190, era 1228,
dice sólo hacia los cambistas ^^^^iJ^lytoJI JLc.. locución que ha quedado en nuestro idioma.
364 REVISTA DE ARCHIVOS
lado del de los prenderos ó ropavejeros ( ^oUxJI ^V^) ^í "^ ^^Y distan-
te se hallaba el de los ¡zapateros, el cual era llamado también barrio
[^j\J^'^ ^^j^) ^ y en aljamia (^^^Ja^I^JI ^y^) ^ partiendo limitasen
este distrito de la Catedral, con el !{oco de los carniceros, ya probable-
mente inmediato á aquélla, y donde estuvo luego la Carnicería (^y^
En el mismo Arrabal estaba el ¡(oco de los perjumistas ( .i^ .'uLxJI oy-^) ^
cuyas tiiendas, por el comercio á que estaban dedicadas, eran llamadas
alhatares (al-áthares — , Jjjt-'l) y respecto de las que conmemoran los An-
nales Toledanos 1 que «ardieron» el año 1187, era i225, y el día de Santa
Eulalia del año 1220, era i258 ^\ tenían al lado estas tiendas algunas de los
alfareros T, p Ljbjij'l) ", y á la entrada del Arrabal se hallaban establecidos
los oreb^es (aurífices, orfebres) ^. Frente á la Alcaiceria, y dentro del pro-
pio Arrabal, á lo que presumimos, estaba el í^oco de ios esparteros
(,.^p.'wA^.2c^-j| ^y^) 9^ establecido en una pla^a que se llamaba /7/aj^a de ios
1 C. T. d.), núm. 154, año 1202, era 1240. La del núm. 22 provisional del C. S. C. dice barrio
I N^v^) <-omo la 176 C. T. (I.)
2 C. T. (I.), núm. 176, año 1209, era 1247.
3 ídem, núm. 227, año 1220, era i258.
4 Lindaba con un corral propio del rey (sjJ] »*-X¿I /-r^-" J'r^)) según la escritura
C. T. (I.) núm. 227, en que se hace constar que el diácono don Pedro López, en representación y
con dinero de la Catedral, compra á doña Adaya ("s^jó) Hi*o) un callejón, que fué de tiendas,
actualmente (año 1220) en ruinas, en el distrito ó barrio del Zoco de los carniceros y de los za-
pateros^ en la feligresía déla Catedral: ^Juó y^% LjjJLí»- «.^^íL^ -aJI níLoJI «.j^.^.
>< ^- r. ai) "^Ay^- ..yA ..-i .-«JaiywiuL ,.^>!a3Í\J| ^^m^ '\Ay^^ ,_^-¿-. Dicho
diácono manifiesta que interviene á nombre de la Catedral, y con el dinero que á la misma
había legado don García F)sicbanez para bien de su alma, al disponer se comprase con él fincas
y con su producto se celebraran anualmente lasjiestas de San Román y Santa Mariaen Santa
Af aria, con cuatro capas^ como es costumbre: V*>^ -¿saíÍ» .m'»-^) s;;,*JL*i ^saoÍ (•^s. V.J
5 C. r. (I.), núm. 238. .Vunque no emplea el nombre xioco (^yt^j sino el de tiendas,
ó Esp. Sagr., tomo XXIII, págs, 405 y 406.
7 O. T. (I.j. núm. 238 cit., año 1223, era 12^1. Se refiere á la venta de un mesón en el Arrabal
de Francos^ que lindaba entre otras, con una casa del clero de San Salvador, y con las tiendas
de los alfareros y de los perfumistas: ..--J^LllilL' L^j¿uu» ,.-p ^L3í\ííJL 1 (^*rir} .i^lk-^-.
8 Becerro nuevo de la Cat. de ro/.,fol. 70 recto. Kscritura por la cual el Cabildo en 1246,
era 1284, cambia unas casas suyas en el barrio de Francos, por cuatro casas en los oreb^es,
entrant barrio de francos.
9 Id. id., tol. 63, año 1166, era 1204^ citada en una de las notas precedentes. Llámaole ^oco la
escrit. C. T. (P.), num. LXXXIV, año ii65, era 1203, la de laC. T (I.i, núm. 466, año 1281, era 1319,
y ki 57 provisional del C. S. C, año 1141, en 1179. Las de la C. T. (I.), números 140, 178 y 298,
años 1 199, i2aj> y 1242, dicen: ^.',s^'Oi,^J_
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 365
esparteros en 1141, era 1179 (^^ Lao^c^JI ñ-s^j) \ Y ^^^ P^^o muy bien ser
la que se dijo luego de la Espartería vieja, hoy Pla¡{a de la Ropería 2,
lindando con la Bercería, que conservó este nombre en el siglo xv 3, donde
estuvo el ^oco de los vendedores de verduras (^^¿Lcixi) ^j--^) "*» y ^o
muy distante del de los esparteros mencionados, se encontraba el í^oco de
las harinas (, ^^ijül ^y^) ^ ^^ ii63, era i2o3, no obstante lo cual había
tiendas de harina en la collación de 5aM A^icotós, según dejamos manifes-
tado.
En el espacio que hoy ocupan la Parroquia de San Pedro, en la Cate-
dral, y el claustro de la misma, hasta la calle del hombre de Palo, lleno
entonces de tiendas y mesones, y la plaza donde los buhoneros ó bufones es-
tablecían su comercio, hallábase el ^oco de los tintoreros ( ^¿'wLLíl w*^^)
en 1191, era 1229 6, cerca de la Alhóndiga, Alfandega 6 Parador del
Pey (^.^LbJL^.'l w>js^), y "O lejos del barrio del Porronero, á la Trinidad,
donde aquellos industriales tenían las tiendas, desde los cuales bajaba una
calle á San Antolín, hoy Sarüa Isabel de los Reyes 1, no pareciendo estu-
1 C. S. C, núm. 57 prov.cit. Se refiere á la venta de dos tiendas con sótano (soterra) y a/-
g^or/a ó cámara, en el distrito jdel í^^oco de los esparteros: yJ¿y^j[^ ,.-,*o«jL^^JI ^^.^"^
} .^^'^^ it ^y^ \Ay^\^ \i -itil ». Lindaban al E. con la pla^a de los esparteros
citados ..yisy> ^\^] ..vP,Lsn.3^-l xa^-,.
2 Moraleda, Las calles de Toledo (núm. 2 del Bol. de la Soc. Arqueológ. de Toledo).
3 Arch. Hist. .Vac, sala VI, caj. 233, núm. i58-P.
4 C. T. (L), núm. 46, año 1 170, era 1208, y núm. 140 año 1199, era 1237. En ninguno de estos do-
cumentos se la dá el nombre de í(oco^ diciendo el primero en el lugar llamado ó conocido por
los Berceros ( .^^L-¿Í^*JLj \w« -Ji^JI «>¿?j-*JI)^ y el segundo, empleando la locución elíptica
á los berceros L .\x^w*i^JtjI ,r'^'C-).
5 C T. 'P.), escritura núm. LXXXIV referente á la venta de un mesón, convertido en tien-
da, en el Arrabal de Francos^ lindando con las calles ( / ^J Jí> j que iban al Zoco de la Harina
Mr
y ;il ^oco de los Esparteros. Po;is leyó . ^*ojl ^••.jw por . :^-«JJ^) w?j-w.
6 C. T. (I.), núm. in; ni esta escrit. ni las de los núms. 148 (año 1201, era 1239), 248 (año 1226,
era 12Ó4), 305 (año 1242, era 12801, 372(año 1259, era 1297), 387 (año 1260, era 1298) y 401 (año 1266,
era 13041. le dan el nombre de sioco; unas dicen barrio ('¡sAy^"). y otras elípticamente
,.y><¿.«.AAÍ2-l ¿Xc. Todas afirman la collación, así como la XCIII C. T. (P.),(año 1204, era 1242).
7 La última de las escrituras cii.idas en la nota anterior, indica que el barrio de los tintore-
ros estaba en las inmediaciones del Fondác ó alhóndiga del Rey; las de los núms. m y 148, di-
cen correspondía á la collación de la (Catedral, como el Arrabal de Francos; la del núm. 305
añade la circunstancia de hallarse cerca del Porronero^ como la 372; la 380, la proximidad á la
Trinidad, y la 401 comprueba la existencia de la calle que iba desde las tiendas de los tintoreros
á la iglesia de San .4nío/í« ^:>*JL^ \wjL>yJ J\ .-a¿LaaÍ2j) ^í>óI«->- ..--< ^^Lww í^áj^
a^y*"'-
366 REVISTA DE ARCHIVOS
vieran distantes los scicladores '; \os silleros (séllanos) ó guarnicioneros y
en 1 166, se hallaban instalados delante de la Alcaiceria, esto es, s¡ nues-
tros cálculos no son del todo errados, hacia la calle de las Tornerías ó
én sus inmediaciones 2.
Fuera del indicado Arrabal, pero no muy distanciado de él, en la co-
llación de San Nicolás, estaba el ¡{oco de los sastres 1' .^L^JI _*. ,. ) 3,
así como en la de San Jinés, al cual llaman Arrabal en escritura del
año 1 182, era 1220, tenían su ¡(oco los alfareros r.^^L^vAJI ^y^) cerca
de la iglesia de aquella advocación, hoy derruida 4. Nada se sabe con cer-
teza del lugar donde, dentro de Toledo, vendían sus productos los herre-
ros, aunque se deduce tuvieron ¡[oco por el contexto de una escritura del
I Becerro nuevo de la Cat. de Tol., fol. 63 recio, ya citado. Los scicladores eran los sastres
que labraban los ciclatones ó gisclatones^ ropón largo hecho de paños ó telas preciosas, y que
usaban por igual, aunque con forma naturalmente distinta, los caballeros y las damas. Cuando
los intanies de Carrión se parten de Valencia, dice el Cid en el Poema que, entre otras cosas,
da á sus hijos «muchas vestiduras de pannos é de ficlatones;» más adelante al referir la alevosía
del robledal de Corpes, el popma expresa:
«allí les tuellen los mantos é lospelli^ones:
paran-las en cuerpos, é en camisas e en giclatones^
de modo que al herirlas con las espuelas, limpia salía la sangre sobre los giclatones\ y tanto «las
aiaiaron,» que estaban «sangrientas en las camisas é todos los giclatones.* Al asistir el Cid á las
cortes de Toledo para pedir justicia contra los de Carrión, sus yernos,
«Vistió camisa de ran^al tan blanca como el sol,
con oro é con plata todas las presas son
sobrella un brial primo de giclatón:
obrado es de oro, parecen por ó son;
sobrestauna piel bcrmeia, las bandas deoroson.
Gonzalo de Berceo, en la Vida de Santa Oria, copla 143, hablando de los ángeles manifiesta
que «todos vestidos eran de blancos giclatones.* ó túnicas, y en el Poema de Alexandre se lee:
1338 £ las yentes eran buenas é de precio maores
todas andan vestidas de pannos de colores.
e los poures ombres uisten xamet ó gisclatones.
1798 Eran grandes é muchas las donas é los dones,
non querían los ioglares gendales nen cisclatones.
2 Becerro n^evo, fol. 63 citado.
3^ C. S. C, núm. 140 provisional, año 1229, era 1267: íLma^^uLT Hw«*-^\j ..yjü^Ls^l ^^^Vatu-
^^j iü ^ • -
j C. T. (I.), escritura núm. 74. Trata de la pignoración ó empeño de un mesón, en el j^oco de
los alfareros, en el Arrabal de la iglesia de San Jinés: ¿UmwaJL^ L^T^ crfi;^-^^^' ^ ^'3 ñ,v_3
j 't -^jI ,¿>OwiJw* la del núm. 168 sólo dice: jfUMwxJLT s^JLa JU. «•m)«L9?\jÜLa
...I . . . ,'•
BIBLIOTECAS Y MUSEOS SÓy
año 1 178, era 1216, al emplearla frase ( _iolj^^JI s^y^-) ^ tampoco es
conocido el sitio en que estuvo el í[oco de los vendedores de leche (óy^w
.-^.;üL:;ül) ^, presumiéndose pudo hallarse en las inmediaciones de la
antigua iglesia de San Juan Bautista, hoy Pla^a de los Postes, por la
circunstancia, ya notada, de ser llamado aquel templo de San Juan
de la leche. A su feligresía debió corresponder el ¡{oco de los plateros
(vc-uaJl o^-wm) agremiados en aquel paraje 3, no hallando indicación nin-
guna respecto del ¡lOco de los curtidores r.^LjJI ^y^), ^^ ^tial ocurre
de igual modo con otras industrias que existían en Toledo entonces, y de
los cuales hay noticias determinadas 4.
De los establecimientos benéficos de que hacen relación los docu-
mentos, como situados en la Al- Medina, alguno de los cuales hemos
arriba recordado, son de notar en la collación de la Catedral el Hos-
pital (alberguería — sj^L-JI) de Santa María, año 1220, era i258 ^ y el
propio de la Cojradia de los francos, año 1 192, era i23o ^; en la de San
Nicolás, la llamada Casa del Refugio (xpjiJl .b); en la de la Trinidad,
el Hospital de este nombre / ^l Ui n s ju.ui \x¿-JI) ^; en el distrito de la
Puerta del Hierro, el año 1 187, era 1225, el Hospital para enfermos cris-
tianos 9; en el barrio de la Alcudia, distrito de la Catedral el Mesón de
I C. T. (I.), núm. 63, donde se lee: N___^JlJaAJLL> sJ^,<X^ Jw¿-lo ,.-tí^I^A-^^-JI *-*5-^^í
Según la escritura de particiones de lus hijos de Ferrán Carrillo y doña Mayor Súarez, de fínes
del siglo XIV, en la collación de Sanio Tomé había un mesón llamado mesón de la ferreria,
(Bib. Nao. ms. Dd-123. fol. 109). La ferreria 6 herrería estaba también en la parroquia de San
Nicolás, en el propio siglo y los siguientes, y dio nombre de Puerta baja de la Herreria á la
denominada mucho más tarde del Sol.
• 2 C. T. (I.), núm. 57, año iiyO. era 1214. En esta escritura se dice ka^^^ barrio y no ¡^oco.
mencionando además la calle que iba á los lecheros r.^.ÜC-CSJLÍ ^J^LwMJI í3>>.r»).
3 C. T. (I.), núm. 262, año 1231, era 1269. Se trata de la venta de una casa en el barrio de San
Juan, junto d los plateros N¿Lail ..yo Sj-JUjI Jlt. .
4 Según la.escrilura 18-P. del Conv. de Santa Úrsula (Arch. Hist. Nac. Sala VI, caja 232),
en 1325 había una calle donde vendían los harneros; pero no es fácil decir cual.
5 El testamento de Arnaldo, llamado el Capellán, hace mención en la fecha referida de este
hospital, en una de sus cláusulas, que dice: 4^Mando lectum meum cum suo aparatu Alberguerie
Sánete Marie Toleti» {Bib. Nac, ms. Dd-103, ^"m 13.084, fol. 88 vuelto).
6 C. T. (I.), núm. 114. Es una escritura de permuta que hace la Caíí<íra/ con la indicada
Cofradía, para que ésta acrecentase la alberguería, pues había muchos enfermos á causa de la
miseria de aquel año, cosa que confirman los Annales Toledanos / á la indicada fecha, diciendo:
-«E fué fambre en la tierra, era MCCXXX» (Esp. Sagr., tomo XXIII, pág. 394).
7 C. T. (I.), núm. 205, año 1233, era 1271.
8 ídem, núm. 89. Se constituyó en la indicada fecha, en una casa que con su algorfa, cámara
ó sobrado dejó en testamento cierta doña Xamsaó Sancha, hija de Miguel Chaves ('^ 'y t v"r ^%\^
xM^l^ J^LiU v;>wJüV para que habitasen allí los enfermos cristianos.
9 C. T. {?.), núms. XXXV y XXXVI.
368 REVISTA DE ARCHIVOS
los peregrinos (^•^e\JÜ ^^.>y^wy<) M en la plaza que había delante de los ta-
ños ¿/e/ cawa/íV ó cawa//e//o, existía otra albergueria en 1 193, era 1231 5, y
en punto que no se localiza, el Hospital de San Juan de Ultramar
(;LL^yJ| ^ ^.j[j^ ^^ JLkJil), <ie que se hace mérito al año i233,
era 1271 2.
A cinco llega el número de los Conventos ó Casas de religión, de que
hablan los documentos muzarábigos, como existentes en el interior de la
Al-Medina durante las dos centurias XII* y XIIP, aunque es de suponer
hubiera más, si ha de juzgarse por la prohibición que Alfonso VIH hacía
en 1207, ^e ^^^ ningún vecino de Toledo dé ni venda heredad á orden re-
ligiosa alguna 3. Cuatro de los referidos Conventos lo eran de monjas
(s:í.'Laí>|J|), y uno sólo de frailes í .^;lj5>)l), apareciendo entre los memora-
dos con mayor antigüedad el de San Clemente (^;yXj:l ó ^LJlí ..^^^ ,íJ')^
que expresamente se cita en escritura del año 11 16, era 11 54 4. Poseía
aquella comunidad muy pingües bienes dentro y fuera de la ciudad, por
donaciones, cambios, compras, ventas y dotes de las religiosas, entre los
cuales figuraba en i\jb (121 3) un alfar en la colación de San Isidoro ^, y
ya en i256 (1294), como prueba de que no descuidaba sus intereses, arro-
jándose á empresas industriales de provecho, adquiría en el barrio de la
Torre del hierro la propiedad de un manantial de agua, la más pura de
la ciudad de Toledo, con objeto de labrar allí unos baños, que no sabe-
mos qué denominación tomarían ^\
Del Convento de Santo Domingo de Silos, hoy dicho el Antiguo, la me-
moria más remota es del año 1 193, en que era abadesa cierta doña Sol i
1 Lib. Bec\, 96-I, fol. 77 vuelto. Es el testamento muy curioso de Sancia nunnii, en el cual da
á la Catedral «ex illis qui sunt in albergaría de los baños... duas mantas, et unan serigam
(colcha) et cohopertorium (cobertor) et dornam unam.^
2 C. T. (I.), núm. 265. Consta la existencia de este Hospital por la copia del testamento lie
don Gonzalvo Gil T V»>.>- \jJLj>aJ»¿~ rS^'^U quien le deja como legado un mitscal. Quizás se
refiera á la orden del Hospital, y no existiese el estiblecimiento.
3 Lib. Bec. de la Cat. de Tol., fol. 54 recto.
4 C. S. C, escritura núm. 107 provisional.
b ídem, núm. 148 provisional.
6 C. S. C, escritura núm. 196 provisional, que dice hace la venta <t:L¡ül J»*^-l rr^ yA,».^^.
\JLÍ| L^->- )üJajJLb ^^^ ^4;.^ vAp.vA:3^-l 'T'j-yl *^j-^'í »^l*^ J^I^V ^ ^^'
y.Ool f«U->- KijuUJ [c>^JU-i3 ,;:^sj^j ^jj\xJ\ ^>>JU xj L*5 7i,y^S^\ ^^\ K')y^
. ^ r iV^JI Hacen mención expresa del Convento, entre otras, las escriturase. S. C,
núm. 79, año 1184, era 1222, en que era abadesa doña Mathri (^ Ja*« kÍ^^K C. T. (P.), núme-
ro LXII, año 1 192, era 1230, y C. T. (I.), núms. 183 y 469, años 1209 y 1282, eras 1247 y 1320.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS SGq
f JU; NJj^) quien, obligada por la necesidad, vendía en aquella fecha una
casa en la collación de Sají Antolin, para atender á la comunidad, que no
debía hallarse muy holgada ^; y aunque sólo desde 1 196, erai234,dan noti-
cia los documentos de un Convenio no mencionado hasta ahora por ninguno
de los escritores, el cual tenía la advocación á^San Pedro (vS^u.^ ^:^j^ ^^J)
— es positivo hubo de ser fundado muy á los comienzos de la Reconquista,
y quizás por el propio Alfonso Vi, á pesar de no existir probanza de
ello 2. Hallábase tan en las cercanías del Arrabal de los Judíos, que esta-
ba inmediato á la Bib-al-Farách 6 Bib-al-Farch que á dicho Arrabal qo-
rrespondía, y en 1296, era i333, continuaba existiendo allí 3, siendo proba-
ble que en su emplazamiento, con corta diferencia, y ya secularizado aca-
so, fuese establecido en i5i3 el de Santa Ana, de monjas franciscas 4.
Bastante posterior á la primera mención del Convento de San Pedro
memorado, es la también primera del Convento del Santo Espíritu
í\>3.Aw¿;l ,:>^ju;;) ó át\ Espíritu Santo, pues corresponde ya al año 12^0,
era 1318 ^. Próxima á la muralla de la Al-Medina, en la collación de San
Nicolás, é inmediata al que se dijo Torno de las carretas en el Miradero
alto, estuvo esta casa de religión, donde después, con corta diferencia, la
1 C. T. (I.), núm. 122, Diciembre de la era 1231. Se hace constar que aquel año la cebada y el
trigo estaban muy caros. La casa vendida lindaba al S. con una calle, donde abría la puerta,
estando detrás de la calle la iglesia de San Antoiin (calle del Cristo de la Parra)^ é incluyendo
en la venta un corral contiguo á la iglesia de San Marcos. Escritura núm. 183, año 1209 (1247) que
es testamento de una dama llamada doña Charina, quien le deja una manda; escritura núm. 338,
a/io 1251(1289), perla cual la abadesa y monjas, venden cnZalancas una viña, con granados y albér-
chigos, para pago de 5o mitscales que el Convento adeudaba. Es curioso este último documento.
2 C. T. (P.), núm. LXXI\'. Llamábase á la sazón doña Sancha la abadesa. Pons supone con
error, que esta escritura, que lo es de la donación de un mesón en el Arrabal del Rey á dicho
(Convento, se refiere al de San Pedro de las Dueñas. Parro (lomo II, pág. 99), afirma que Alfon-
so VI fundó de monjas benitas el de Santo Domingo el Antiguo y otro de la misma regla y bajo
la advocación de San Pedro, en el sitio en que estuvo la iglesia Pretoriense de San Pedro y San
Pablo; pero yerra lastimosamente en esto último, por no haber conocido los documentos
muzarábigos de que hacemos uso. Si la noticia de la fundación de un Convento de San Pedro es
exacta, no puede aludir sino al inmediato á la Bib-al-Farách.
3 C. T. (I.), núm. 183, año 1209, era 1247. Este documento que es copia del testamento otorga-
do por doña Charina, y hemos arriba mencionado, sitúa el Convento al cual deja aquella señora
una manda, diciendo: Convento de San Pedro, junto á la Puerta de los Judíos r,¿>»>.Xv -jO
Oft-^jJI v''*-? '^•?T^ <r^^ ^T"^^^)> P"<^^^^ ^^^ ^^^ ^^ ^^ Al-Farách^ porque en la escritura
núm. 2i5 provisional del C. S. C. se expresa terminantemente en 1295-.... Convento de San Pedro
el cual está en el Arrabal de los Judíos, cerca de Bib-al-Farách i 'aJI íjllo o>^wi.Xv ,0
4 Parro (tomo II, pág. 154) hablando del Convento de Santa Ana, refiere que estas monjas
franciscas estuvieron primero en las casas del duque de Maqueda, fronteras de San Juan de los
Reyes^ y que en i5i3 «se trasladaron á otro local frente de la iglesia de Santa María la Blanca
y por último en 1527 adquirieron allí inmediato las casas que titulaban de la Ricafembra».
Debieron ser estas casas labradas en el siglo xiv, á juzgar por una viga con inscripción arábii^a,
encontrada allí no ha mucho, y trasladada al Museo Provincial, donde se conserva.
5 C. T. (I.), núm. 453.
3,'^ ÉPOCA. — TOMO X 28
370 REVISTA DE ARCHIVOS
de Bernardas de la Asunción, y á su iglesia, en el documento testamenta-
rio de la fecha consignada, dejó Fernando Péthres un legado ^ Sólo de re-
ligiosos es citado en estas escrituras el Convento de Santa Trinidad
íhiy^>r'^ nxjuí) ^ de cuyo Hospital ó albergueria hicimos arriba memo-
ria 3, y de cuyo cenobio se dice era de Trinitarios ( alzados, para la reden-
ción de cautivos, y «el único de varones que en tiempo de San Fernando
existía ya intramuros» 4, suponiéndose, no sin vehementes sospechas de
verosimilitud, estuvo emplazado en el sitio mismo en que hoy se alzan la
iglesia de la Trinidad, y la secularizada fábrica moderna del Convento.
De la orden militar de Santiago, de la de Calatrava y de la del Hos-
pital hacen indicaciones diversos documentos ^, por más que el Priorato
1 Parro (tomo II, págs. loi y 120) asegura que ei Convento del Espíritu Santo «se extinguió
en el año de i540í>.
2 C. T. (I.), núm. 349, año 1253, era 1291, testamento de don Pedro Sánchez, clérigo de San
/{omán, quien le^a á los frailes (/'tP.;' t^^'Ij ele Santa Trinidad la ropa de su cama (^\^^
-P.-m.aJJ: núm. 436, año 1278, era 1316, escritura de venta de un mesón en el Arrabal de Francos
lindando con casa de los Irailes de la rWniíííitf* -bL_JaJL5-j NaJLXv 'n>J\ ,.-.j -jI -3'!¿I J^^J
núm. 453, año 1280, era 1318, testamento de Fernando Péthres, ya citado; núm. 466, año 1281,
era 1319, linderos de una finca,
3 Parro (tomo II, pág. 71) dice que *cn el reinado de D. Alonso VIH regía un hospitalito, en el
mismo sitio que después fué parte del convenio, cierto religioso varón Uamano Fr. Elía«, quien
jpor /os año5 /22o convirtió el h.-spital en convento para trinitarios calzados». Baste recordar
que en 1233 existía dicho Hospital ó albergueria^ mencionado en la escritura C. T. (I.), núm. 265.
4 Parro, loe. cit.
5 Da noticia indirecta de la de Santiago la escritura C. T. (I.), núm. 67, año 1181, era 1219, que
trata de la venta de una huerta en Chalaneas ((-^^JuLs*.) la cual lindaba al E. con viña de
los freires de Santiago: w^Lp. ^¿¿/J^ ..yiyJiy] ^j^\, El becerro nuevo de la Cat. de Tol.,sí\
fol. 44 vuelto, inserta un documento del año 1 190. er.i 1228, por el cual el arzobispo don Gonzalo
da en cambio á «Sancio Fernandi, maestre, Petri darsie, comendaiore, et Ferrando Pctris, prio-
re, et suis fratribus de spata, que sancti iacobi nuncupatur... quondam domus iuxta portam de
sacra in arraualde (Bib-sacra)... et quondam domus in barrio regis.y> — Parece referírsela la
orden de Calatrava la escritura C. T. (I.), núm 25o, año 1227, era i265 que es testimonio otorga-
do por el freiré don Juan Domínguez, Comendador de Villavcrde, en Val de Algodor,
o ''
don Pedro Sánchez, clérigo de San Roman^ ya memorado, en su testamento, deja cien mitscales
á los freires de Calatrava, con la condición *de que le entierrcn en Toledo en Santa Fé
(Lá ^aJLiCw j * y le hagan las exequias como si fuera un freiré de ellos: 1 ^ ^^ j^ »
^ i^-^ vJ?y-'j^' C>^^J^'^* N-4^. (C. T. (I.j, núm. 349, año 1253, era 1291); y
en 1273, era 131 1 (C. T. (I.), núm. 458) consta la venta de una casa en el distrito de la Catedral^
cercana á la Alcudia, y á un mesón de los freires de Calatrava: ..-^-;^l-¿l Suó\ ^^ '"^^ C *^ %
— Li > \JtJi¿. Relativa á la orden de San Juan del Hospital, inserta el mismo Bec. de la Cat. al
folio 40 r. la donación que en el año 1 182 se hace á dicha orden de la iglesia de Santa Cru:^, hoy
Ermita del Cristo^ y á la propia orden aluden las escrituras C. T. (I.) núm. 177, año 1209,
era 1247, núm. 221, año 1217, era i255, y la del núm. 239, año 1224, era 12Ó2, que se refieren qui/.ás
á un mismo mesón en el Arrabal del Rey\ lindante con una casa propia de los freires del Hospi-
tal de San Juan: ^^.jlj s^ c^OL^ jLÍLyi;| ^y.l^^5l.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS ijl
de la segunda no estuvo en la Al-Medina. No guardan, con verdad,
grandes noticias los que utilizamos de las fábricas de diversa naturaleza
que hubo en Toledo en los dos siglos á que aquéllos corresponden, men-
cionándose en el año i iSy, era i igS, á la colación de San Lucas una casa-
obrador 6 Jábrica (v<Jju-'| b) que no dice de qué fuera »; otra casa-obra-
dor de alfarería, propia del Convento de San Clemente ('é¿j¿\ jL»^ b
ci^vliJlí ,:;^^^ xiLójiJV en la ccrilación de la iglesia de San Isidoro, en el
arrabal de Toledo (NikJli? n^l^j^ ^^^^^ ... íjjuib c:..ol¿; íu^^aá/ 'sAy^)^
al año 1175, era i2i3 2; otra casa-obrador de alfarería, que construía
en 1 22 1, era 1259 el Convento de San Pedro de Al-Hi^ém por bajo de
Bib-al'Mardóm, sobre la calle que iba á la B ib-a I- Mojad ha ó Puerta del
Vado (^-L ^j^ [r^j^^^ ^j^ c:^J^] iSj^ó^\ ^OJLÍ ... íílyí^l >^^b
:wL^«JI ^í^ ^^jlf ^ sAjOjJÍ) 3; otra casa-obrador (Js^l^b) del pro-
pio Convento en la collación de San Isidoro, en el arrabal Cju^^olT h-«*-saj
j£!^_^ »;Os^P. c^^JuCi), cuya industria no se expresa 4; la fábrica de sombre-
ros de fieltro, en 1260, era 1290, establecida en la collación de San Nico-
lás, y en páginas anteriores citada ^, y ya en el siglo xiv, en la collación
de Santo Tomé, más arriba del Mesón de la Perrería, cerca del Postigo
de la Al'ácaba (jyJuJI) ó. de la Cuesta, unai a l-mast rea. ó telar h}:^ búLjl?)
de que incidentalmente habla una escritura de particiones, posterior
á i38i ^
Regístranse únicamente tres al-mas^aras (gyojuJI) ó molinos de aceite,
una cerca de la Alcurnia (almunia) que dio á la Cate(^ral en 1143 doña
Sancha, hermana de Altonso Vil 7; otra en el distrito (\^*->-) de la Cate-
dral^, y otra (era 142 1, año i383), que había en la collación de San
Miguel, y era de Gutierre González, álcali 9, mencionándose en 1 149 los
molinos de Deicám, y los inmediatos á la Bib-ad-Dabbaguin 6 Puerta de
1 C. S. C, núm. 09 provisional.
2 ídem, núm. 148 provisional.
3 C. T. (I.), núm. 234.
4 C. S. C, núm. 12 provisional.
5 C. T. (I.), núm. 376.
r> Bib. Nac, ms. nd-123, tol. i(X). Pudo ser acaso una colchonería, si la voz se deriva de Alma-
tracium (V. Ducange).
7 Bec. cit. de la Cat. de Tol., fols. 33 vuelto y 5o vuelto; en el primero se le llama almou-
i^ora y almoai^ara en el segundo, que es del año 1149.
8 C. T. (I.), núm. i52, año 1202, era 1240.
9 Arch. Hist. Nac. Documeoios del Convento de Santa Úrsula, Sala VI, caja 232, núm. So.* P.
372 REVISTA DE ARCHIVOS
los Curtidores, hoy molinos de San Sebastián \ los de Al-Portel ó Bib'
ai-Portel (J'Js-aJI UJ), en 1 143 y 11 93 2, hoy probablemente los denomina-
dos molinos de la Vieja, el molino de la Reina en 1 158, era 1 196 3, los que
había en el a^^ud de As-Somail, en el Tajo (J^^JI jw!jl -¿...^•u>.jj|)4;
los derruidos ya en 1201, era 1239', que estaban en el a¡{ud llamado
de Sa}ita Colomba y de los Ballesteros (^p^^^x.zl^\j xaJIs x>j^ Julo
,4i AsS) ^, los molÍ7ios del hierro, citados en 1268, era 1306 ^, y acaso los
de las Casas de la Muela, en la calle apellidada de alhandaque ó del han-
daque de la collación de San Lorenzo, en 141 9 7.
Aunque fué costumbre edificar sobre los muros de la Al-Medina, como
sobre los generales de la población, dificuhando así el servicio y defensa
de la misma, y estorbando el paso, debieron quedar no obstante muchos
no obstruidos que, discurriendo entre el caserío y la muralla, recibían el
nombre de adarbes; de estos, además del del Caid don Sabib, del del Ar-
cipreste don Nicolás, del de Aben-Mohs^in, Al-Maguak, Aben-Thahir 6 de
los dos amines y del del guarir don Pedro loanes, ya citados, constan en
la collación (x^^-s^) de San Juan el llamado en 1210, era 1248, de Lázaro
Bayurfo (?) (o^^^' íjj^^Ls o^yu-'l v>^'l) "» ^^ ^^^9» era 1297, el de don
Bernardo ^; en 1277, era i3i5, el de don Juan Vicente de Bargas
(J^j^ ^^^ ^'^ ^.^\yL ^-j^S)'"; en 1278, era i3i6, el del Canónigo
( v.^^^1 V'->) '^ ^^^ i3o2, era ¡340, el que dicen de Pedro Tacón ^? y
en 1394, cerca de la Judería, el de Gustar ó Qustar '3, y el denominado
simplemente de la cera '4, quizás porque en él habitasen los cereros. »^
Rodrigo Amador de los Ríos.
1 Bec. cit. de la Cat de Tol.^ fol. 40 recto. Por cl documento del Conv. de Santa l'rsiila 76-P,
consta que uno de los molinos de Deicdm^ llamado allí Adaytany fué de dicha comunidad religiosa.
2 Bec. nuevo de la Cat. de ToL, fols. 33 vuelto y 5i vuelto.
3 C. S. C, núm. 219 provisional.
4 C. T. (I.), núm. 3o[, año 1242, era 12H0.
5 (".. S. C, núm. y provisional.
ó Bec.cii.de laCat.deTol.^ fol. 32 recto, donde se menciona también el molino de los ^chinos?
7 Arch. llist. Xac. Papeles del C. de Santa l'rsula^ sala \'I, caja 233, núm. i52-P. y 153-P
8 C. T. (I.), núm. loj.
() ídem, núm. 373.
10 Ídem, núm. 435.
ri ídem. núm. 441.
12 Bib. A'ac, ms. I)d-i03, núm. 13.084, fol. 92 vuelto. Traslado del testamento de Doña Mar-
quesa, mujer que fué de Johan Pérez.
13 Arch. llist. \ac:, Sala \'I, caja 332, núm. 92-P.
14 Bib. .Vac, ms. Dd-123, 109.
i5 Erratas: En la pá^. 357, línea 17 dice: •'».> por »lv>j En la 3Ó7, á las llamadas 8 y 9 corres-
ponden respectivamente las notas 7 y 8; a la llamada i de la pág. 3(^8, corresponde la nota 9 de Ja
página anterior; á la 5, la 2 de la pág. 368, á la 2, la 3, y así sucesivamente.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS ^j'i
LOS ORÍGENES DEL COiNDADO DE PALLAS
Y SU HISTORIADOR
T^RJL^ lí^RJLH CISCO LX^OBE^T Y ULÁS
Encadénanse tan fuertemente todos los Estados pirenaicos, que el gran
problema de sus orígenes, puesto dé nuevo al estudio en 1898 por la Aca-
demia de la Historia, á pesar de los hermosos discursos de los hermanos
Sres. Oliver sobre los orígenes de Navarra, quedó sin resolver, con no
haber faltado concurrentes, de seguro por no tener estos noticia de los
orígenes de esos humildes Condes de Pallas y Ribagorza, indudablemente
modestos eslabones de la magna cadena formada por los Reyes de Navarra,
de Aragón y Condes de Urgel y Barcelona. Pero como en una cadena, de
faltar un eslabón no hay cadena, así por modestos que sean, y no lo fueron
tanto, después de todo, aquellos Condes, que hagan mala figura al lado
de los otros, de no forjarse el eslabón que falta, no tendremos cadena; de
suerte que con entregarnos á trabajo tan pequeño hemos de contribuir á
la gran obra de los orígenes de los reinos de Navarra y Aragón, con tanto
empeño investigados en el siglo xvii por Moret, en el xviii por Traggia,
en el xix por los Sres. Oliver y Ximénez de Embún, y en el xx ya, por
los Sres. Jaurgain y Barrau-Dihigo.
Cómo haya sido posible que Estados de tan glorioso renombre como los
de Pallas y Ribagorza, títulos llevados por familias de sangre real y grandes
magnates, lleguen á nosotros poco menos que inéditos, es cosa fácil de ex-
plicar. Para Ribagorza el silencio se debe á la pronta absorción del con-
dado por los Reyes de Navarra y Aragón. Para el Pallas á su aislamiento,
esto es, por haberle encerrado sus más poderosos vecinos, convirtiéndole
en Estado secundario. De todos los Estados de que se formó Cataluña bajo
la hegemonía de los Condes de Barcelona, es el único que no tiene hasta
hoy historiador conocido, pues ha sido tan grande la desgracia del Pallas,
que con haber tenido uno y de gran mérito, éste y su obra no van á ser
conocidos sino ahora por nuestro trabajo, pues aun cuando hace ya más
de diez y ocho años le revelamos, esto fué sin saberlo, nosotros, que le
conocimos anónimo antes de saber quién era el historiador del Pallas.
374 REVISTA DE ARCHIVOS
No quiere esto decir que todo sea inédito respecto del Pallas y Riba-
gorza. Traggia y el P. Villanueva ilustraron su memoria y recogieron
buenos y no escasos materiales para afianzarla, pero lo que ha faltado has-
ta hoy era un cuerpo de historia que nosotros conseguimos por casualidad
y que continuara tal vez faltando si no nos hubiésemos convencido de que
iba muy para largo la tantas veces anunciada y la para mí tan esperada his-
toria del Pallas por los señores Carreras y Cardi, y Miret y Sans, que con
dicho objeto han recorrido más de una vez aquella región con gran prove-
cho^ lo que no podemos decir por nuestra parte, pues la única vez que
nos ha sido posible visitar sus antiguos pueblos y abadías no sacamos más
que el conocimiento de una de las regiones más pintorescas de Cataluña.
Con esto queda ya dicho cuan limitadas van á ser las fuentes de nuestro
trabajo con ser tan abundantes los ríos que han dado ó sacado su nombre
de Pallas y Ribagorza. Pero aun así y todo, una de ellas es fuente de tanto
ruido, que forzosamente ha llamado la atención del último investigador de
los Estados pirenaicos españoles medioevales. Veamos, pues, en qué esta-
do se encuentra la cuestión.
EL CÓDICE DE (RODA) MEYA
Sí, es una cuestión el Códice de Meya. Desde el primero que puso en
él sus manos, nadie ha adelantado lo más mínimo en su estudio, y como
el del arzobispo de Selimbria, antes prior de Meya, habia quedado inédito,
ha llegado la cuestión intacta hasta nosotros, porque ni Traggia, ni Dozy,
ni Lafuente Alcántara, ni Codera, ni losSres. Oliver, Ximénez deEmbún
y Campión, ni los Srcs. Jaurgaín y Barrau-Dihigo, es decir, cuantos han
hablado extensamente del Códice de Meya, se han detenido en el estudio
de la época de tan importante documento histórico, estudio que hoy debe
hacerse cuando ha desaparecido el original, no quedando de él más que
copias, extractos, índices y facsímiles, que si pueden suplir el original, no
lo sustituyen con ventaja alguna, como vamos á ver.
Procedencia del Códice medianense. Sabido es que en Meya el Códice
no estuvo más que de paso, esto es durante el priorato de Abbad y Lassie-
rra, y así creemos que debe ortografiarse estos nombres, ya que de esta
manera lo hacían quienes los llevaban ^
I Un hermano de Manuel, Estanislao, capit;i n del castillo de Balagucr pedia en 8 de Septiem-
bre el grado de teniente coronel, petición que apoya su hermano siendo ya obispo de Astor^ia,
este lo suscribió, y firma Abbad y Lassicrra.— ^rc/iivo general de Simancas, leg. O454.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 375
Existe como es bien sabido en la Biblioteca de la Academia de la His-
toria una copia hecha en vitela, de letra de Palomares y con facsímiles
del mismo, de la letra original, al cual precede una Noticia indudable-
mente de Abbad y Lassierra, que dice así:
«La colección de cronicones que contiene este volumen se copió fiel-
mente de un Códice Gótico manuscrito en vitela, que parece haber sido de
la Biblioteca de la antigua catedral de Ribagorza, y hoy se halla entre los
manuscritos de D. Manuel Abbad y Lassierra, Prior de Meya, el qual lo
adquirió con las Crónicas originales de Pedro López de Ayala y otras
piezas de esta naturaleza, entre los desechos de una librería, al parecer del
Arcediano D. Diego Joseph Dormer, Cronista del Reyno de Aragón; y por
las cartas originales del mismo Arcediano Dormer, que casualmente en-
contró entre las hojas del referido Códice, y conserva con 'él, consta ser
este mismo el que en lo de Junio de 1699 se hallaba en el Archivo de la
Catedral de Roda, de donde le remitieron trasladadas algunas cláusulas,
cuya copia se guarda todavía con las mismas cartas, y sin duda, no pu-
diendo el Arcediano Dormer satisfacer el deseo que manifiesta en ellas de
verlo, así para sacar las noticias que necesitaba, comq para formar el
concepto del carácter de su letra y de su antigüedad, pudo conseguir de
aquella Santa Iglesia que se lo prestara; y por su muerte, ó descuido de los
que debieron recogerle, quedó en el abandono que ha sido común á tantos
preciosos documentos de la antigüedad por estas facilidades, y la Santa
Iglesia de Roda privada hasta ahora de esta preciosa alhaja de su archivo.
«Ella es una colección rara de Cronicones, unos ignorados, y son los
que ha parecido conveniente copiar; otros conocidos, pero no menos apre-
ciables por lo que varían de las impresiones que se han hecho de ellos, y
porque quizá no se hizo la edición por ejemplares tan antiguos como estos;
pues por el carácter de la misma letra, y del contexto de diferentes pasa-
jes, se ha claramente de ver se escribió este Códice á fines del siglo ix. Por
lo que me ha parecido conveniente poner aquí dibuxo de la letra de dife-
rentes partes del Código y un catálogo de los varios asuntos que contiene
además de los que se copian, á ñn de que se conserve esta memoria y dar
alguna idea de su importancia, mientras se dispone noticia más individual
de todos sus tratados, y son:...» omitimos su enumeración por ser ya co-
nocida, pero copiamos lo que dice el número I del Índice:
I. «Lo5 siete Libros de Paulo Orosio, completos, escritos en carácter
gótico quadrado perfecto (según el buen gusto de los pendolistas aragone-
376 REVISTA DE ARCHIVOS
ses, que difiere en varios accidentes del que tenían los Castellanos), con
todos los ápices de la ortografía antigua, capaz de darnos una cabal noticia
de la que se usaba en aquel siglo, y del modo de iluminar las iniciales con
variedad de colores.
^Después de concluir la historia de Paulo Orosio se siguen todos los
Cronicones y demás opúsculos que se han copiado según el orden que tie-
nen en el original. Son de letra diferente, más pequeña y menos perfecta
que la primera...»
Completando y justificando esta relación añadiremos que Jas cartas del
Cronista Dormer se han conservado entre los papeles de Abbad y Lassie-
rra, Tomo II, conservados en la Biblioteca de la Academia de la Historia.
Dormer en la citada carta de 10 de Junio decía al Canónigo Jaime
Solís y Fuertes: — «Hallo memoria entre mis papeles que ay en esse archi-
vo un tomo en pergamino de letra goda ó lombarda de 600 años de anti-
güedad. Empieza con la Historia de Paulo Orosio, síguense otros trata-
dos, Chronicón de los godos. Profecía de Daniel, otra de los siglos venide-
ros, con cuenta de las eras ó años. Ay en este libro una Memoria de los
Reyes de Navarra, que dice así:
Ordo numerorum Regumque Pampilonensium.
nEnneco cognominato Arista genuit Garceam Eneconis et Domnam
Asonam &,» y encargaba que se le hiciera la comprobación y se le dijera
«el caxon ó ligamento» del archivo en que se hallaba, para poder citarla
en su sitio, suplicando que de todo se ocupase no el Canónigo Jaime Solís
sino el Canónigo Jorge Pedro Solís de quien creía poder esperar que lo
hiciera como cosa propia sabiendo que era suya.
Estaba ya servido Dormer en 1 de Julio de 1699, pues en carta de este
día daba las gracias á P. J. Solís por su diligencia, y le añadía: — «Estimaré
que V. m. me copie del Libro, desde el título Incipit Geneologia Sarrace-
norum hasta el fin, que parece lo tiene en los Condes de Gascuña.» y «Díga-
game V. m. la calidad de la letra gótica ó lombarda y qué antigüedad ten-
drá á buen juicio según la forma de la letra de otros escritores; y si el Li-
bro está escrito en pergamino.»
Y finalmente en otra carta de 22- del dicho mes de Julio y año, le ro-
gaba á P. J. Solís que le copiase todas las Cronologías diciéndole luego:
«Discurra V. m. sobre la antigüedad de la letra, que esto da más autorf-
dad al Libro, y sus reparos de V. tn. son muy juiciosos, y assí estimaré
que me advierta V. m. todos los que se le ofrecieren.»
BIBLIOTECAS Y MUSEOS Sjy
Merecían la publicidad que damos á los extractos de las cartas de Dor-
mer, no sólo por desvanecer todo recelo de que pudiera ser otra la proce-
dencia del Códice de Meya — nombre consagrado — sino por revelarnos en
la persona del Canónigo P. J. Solís un erudito y un paleógrafo de mérito,
pues sobre ser difícil la lectura de Códices como el que nos ocupa, el esti-
mar Dormer «juiciosas» las observaciones de Solís y el pedirle reiterada-
mente que le informe sobre el carácter y tiempo de la letra, prueba que sus
opiniones le merecían crédito. Revelar la existencia de ese erudito tal vez
incluso entre los papeles de Abbad y Lassierra, de donde sacaremos á otro
todavía más desconocido con tener notoriedad, es dar á la erudición espa-
ñola un nombre más para su historia.
Volviendo al Códice de la Academia, diremos que tras de las copias de
los Cronicones, sigue una extensa corrección de erratas y al final viene el
siguiente Dictamen del P. Prior de Meya,
«El Código de la Catedral de Roda es una colección de Cronicones es-
critos de varias plumas de diferentes tiempos, los quales juntaban después
en un volumen, como era costumbre antigua. La pieza más antigua que se
halla eg esta colección es la Crónica de los visigodos que se escribió rey-
nando D. Ordoño, por su hijo D. Alonso, como lo dice el título. D. Ordo-
ño murió á fines de la era goS, por consiguiente se escribió esta Crónica
antes del año 863. Está en el folio 178 del original y de la copia.
))A este último tiempo (pues están escritas por la misma pluma) se han
de reducir la Corónica general de San Isidoro y las de los Wandalos, Sue-
vos y Godos del mismo Santo, que se hallan en el propio volumen, fo-
lio 1 56.
)>No pueden apartarse de la misma dala los versos á Doña Leodegun-
dia, hija de Ordoño, que se hallan en el folio último del Código. Por otras
memorias consta que vivía esta señora en el monasterio de Bobadilla jun-
to á Samos reinando D. Alonso, y el carácter de la letra coincide con el
tiempo.
"i) Las geneo logias de los Reyes de Pamplona, Condes de Aragón y de^
más Principes, que trae el Jolio 23 1, no tienen data, y es preciso conge-
turar el tiempo en que se escribieron, por los soberanos de que hace memo^
ria; ninguno de los que expresa me parece excede el año (j5o; y es de creer
que á haverse escrito después no omitiría la noticia de los Principes que
llegaron hasta su tiempo^ quando la hi¡{0 tan particular y útil de los más
remotos y desconocidos.
■
37^ REVISTA DE ARCHIVOS
í)ffago memoria que los siete libros de Paulo Orosio están escritos en
dicho Código con el mismo carácter que las Geneologias de los Reyes de
Pamplona, y que se puede sin escrúpulo alguno señalarlos la misma
época, esto es, el año g5o. De este tiempo (diez años más ó menos) son to-
dos los demás tratados que se hallan en este volumen.
^^ Confirman lo dicho las datas del fragmento del Necrologio que se
halla al fin. El titulo de Reges Francorum puesto al folio 194 que conclu-
ye: ET POSTEA REGNAT LoTARius FiLius Ejus. Lotario empe!{ó á reynar en
955 y el presente regnat dice quando se escribió.
)>A1 fin del Código se halla un artículo que dice: Initium Regum Pam-
pilonensium, esto es de pluma posterior y poco exacta, copiado del Croni-
cón Albeldense que en nada debe influir para la antigüedad del Código.
))De lo dicho se colige que los tratados más antiguos del Código de la
Catedral de Roda se escribieron antes del año 865; los siete libros de
Paulo Orosio, las Genealogías y otras pie¡{as de aquel carácter por los
años g5o; y todo quanto continua este volutnen, excepto el titulo Initium .
Regum Pampilonensium puesto al fin es anterior al año miLu)
¿Podemos decir, conocido el dictamen de Abbad y Lassierra, el men-
tor de Palomares, que carezcamos de un estudio técnico paleográfico, del
Códice de Meya? Cierto que no. Pero conocido hoy ¿bastará para con-
vencer á todos, desde el momento en que se conocen opiniones discordan-
tes con las de Abbad y Lassierra, nótese bien, del único que pudo hablar
del Códice teniéndolo á la vista? Tratándose de votos autorizados, cierto
hay materia para discusión, y ésta plantea en los siguientes términos el
Sr. Barrau-Dihigo:
«La cuestión de la fecha de la escritura para el Ms. de León se puede
dejar de lado, pero es primordial para el Ms. de iMeya. Traggia dice que
la escritura es de fines del siglo x. Eguren insinúa que puede ser del ix;
Manuel Oliver y Hurtado se inclina en favor de mediados del siglo x. El
Sr. de Jaurgain no ha hecho adelantar un paso el problema, el cual sin
embargo sería fácil de resolver; sabido es cuan admirable calígrafo era
Palomares: un facsímil suyo da casi tanta seguridad como una compro-
bación legal, como una fotografía de nuestros días. Con ese facsímil á la
vista se podía fijar una fecha, por lo menos aproximativa: solo no debería
olvidarse que entre las escrituras visigóticas de fines del siglo x, y las de la
primera mitad del siglo xi, las diferencias no son muy considerables; con
una diferencia de cincuenta años hay probabilidades de estar en lo cierto,
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BIBLIOTECAS Y MUSEOS ^79
pero también de engañarse. Traggia, pues, pudo de muy buena fe datar
el Ms., el cual, por lo demás, no conocía sino por mediación de Abbad y
Lassierra» K
^Resuelve en verdad, como dice el Sr. Barrau-Dihigo, la cuestión de
la edad del Códice de Meya, la publicación de los facsímiles de Palomares?
Si como advierte dicho señor no hay que olvidar que la escritura visi-
gótica de fines del siglo x no se diferencia gran cosa de la que continúa
hasta mediados del xi, de modo que con una nota de error ó de corrección
de cincuenta años podremos estar en lo cierto, nos parece que la paleogra-
fía no está llamada á decidir la cuestión, pues son muchos cincuenta años,
cuando precisamente de lo que se trata es de suplir por la antigüedad del
monumento literario lo que puede faltarle de autoridad para imponernos
sus Cronologías de los reyes de Pamplona, Condes de Aragón y de Pallas.
Pero ya que se nos piden por la crítica extranjera los facsímiles de Pa-
lomares, daremos á continuación los que nos parecen pertinentes.
Son 55 los Cronicones que según el índice de la copia íntegra del
Códice de Meya, hecho por Palomares, figuran en este, pero nosotros
contaremos 56, y llamaremos 55 primero, á una Cronología y necrología
de los obispos de Pamplona que aparece en la página que antecede al nú-
mero 55 ó sea á los Versi Dofnna Leodegundia Regina Ordonii Regís
filia, fol. 85. De ese núm. 55 daremos el facsímil.
Interesándonos, pues, sólo las Cronologías dei Códice de Meya, cité-
moslas todas por el número de orden del índice.
XV. Ordo numerorum Regum Pampílonensium. Fol. Sq. Facsímil I.
XVI. ítem genera Comítum Aragonensium, fol. 40 v. Facsímil II.
XVIII. Ítem nomina Comítum Paliarensíum. ítem nomina Comítum
Guasconíensíum. Fol. 41.
XIX. ítem Comítum Tolosonensíum. Fol. 41.
XX. De Reges francorum. Fol. 43 v.
Lili. De Pampilona. Fol. 83 v. Facsímil III.
LIV Inítíum Regní Pampílonae. Fol. 83 v.
LV. Primero.) Cronología de los obispos de Pamplona. Fol. 84 v.
Facsímil IV.
Damos en los facsímiles I y II, muestra de los núms. XVI y XVII por
corresponder al punto más discutido de las Cronologías de Meya, y por re-
I Repue hifpanique. Les origines du Royaume de N aparre por Barrau-Dihigo.— París, 1900»
Año VII, pá|4. 1Ó4.
38o REVISTA DE ARCHIVOS
presentar el tipo de escritura propio del grupo de los números XVI á XX,
y con los facsímiles III y IV damos muestra de la escritura del segundo
grupo de Cronologías ó sea de los núms. LUÍ, LIV y LV.
Ahora bien, ¿no sería una verdadera aberración entregarnos al exa-
men paleográfico de dichos facsímiles para averiguar la edad de tales do-
cumentos, cuando ésta se halla en los mismos consignada con toda cla-
ridad? Tratárase de documentos puramente literarios y entonces sí que
tendríamos que acudir al criterio paleográfico para fijar su tiempo, pero
tratamos de documentos cronológicos, y en este caso es evidente que el
dato cronológico que los mismos contienen es el que fija la época de la es-
critura. Pero esto que decimos no sería exacto si cayéramos en el error, en
que han incurrido hasta hoy cuantos se han ocupado de las Cronologías de
Meya ó de Roda, de considerar cada una por separado, esto es, indepen-
diente de todas las demás y aún de toda agrupación, de donde resulta que
se atribuyan á los tiempos del rey franco Lotario, como lo hizo Abbad y
Lassierra por terminar con este rey la Cronología de los reyes francos
en el Códice de Roda, cuando precisamente á esta cronología precede la
de los Condes de Tolosa, que adelanta casi podíamos decir un siglo, el
dato cronológico fijado por aquélla. No hay, pues, cuestión paleográfica
desde el momento en que las cronologías se agrupen por sí solas en los
dos grupos dichos, correspondiendo el primero á pluma y letra de la pri-
mera mitad del siglo xi, y el otro á la segunda mitad del mismo.
¿Que tenemos una cronología como la de los reyes francos, que se para
entrada la segunda mitad del siglo x? Pues bien, esto no significa sino que
en el Códice de Meya ó de Roda se copió un documento de dicho tiempo,
pero no que el documento de nuestro Códice fuera propio de la segunda
mitad del siglo x.
Aún cuando no creemos que resuelva ninguna cuestión el haberse
escrito ó no el Códice en Roda, tiene interés este punto porque encierra
una prueba más de la época ó épocas de su escritura, que entendemos ha-
ber fijado de una manera incuestionable.
Sí, el Códice por su letra es aragonés, pero también puede ser navarro,
y por navarro lo tengo por la predilección que muestra por las cosas de
Pamplona. Escrito en Roda no se explicaría que la Cronología de los
Condes de Ribagorza viniera involucrada con las de los Condes de Pallas
y que nada dijera de los obispos de este Condado. Más aún: ¿á qué viene
la cronología de los Condes de Tolosa, reducida á la mención del Conde
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 38 1
Pons Taillafer y la de sus hijos é inmediatos sucesores? Pues pura y sim-
plemente al hecho de haber casado con el rey de Navarra, Sancho el Ma-
yor, ü.^ Mayor, condesa propietaria de Ribagorza, esposa repudiada por
incesto ó parentesco, por el Conde de Pailas, la cual fué después mujer
del Conde Ramón de Tolosa, hijo é inmediato sucesor de Pons, lo cual
explica también la Cronología sumaria de los Condes de Pallas. Véase
como nos encontramos en los días de Sancho el Mayor, que corresponden
á los del primer grupo de Cronologías del Códice medianense. Y esto
sabido y bien cierto, claro está que no ha de sorprendernos el no encon-
trar la menor alusión á los obispos de Pallas y Roda, cuando trae bien que
mal la cronología de los obispos de Pamplona y menciona obispos de Ca-
lahorra y de otras sedes.
Probada ya con lo dicho de una manera sumaria la íntima correla-
ción en que están las cronologías del Códice de Roda, por su procedencia
de Meya por haberle dado notoriedad su prior, y de Navarra por su fondo,
publiquemos 'untas todas esas Cronologías, ya que hasta aquí no se ha
hecho, dándose con eso ocasión á errores en los cuales ha incurrido últi-
mamente el Sr. Jaurgain, que ha repetido lo de remontarse el Códice oá
una época próxima al año qSo» ^
Reproduciremos las Cronologías tal como se hallan en la copia de Pa-
lomares, de la Biblioteca de la Academia de la Historia, dando á cada uno
de sus apartados un número de serie y además una cifra romana de orden,
ésta correspondiente al estudio hecho por el Sr. Jaurgain en el lugar citado
sobre la dislocación del texto, por lo que toca á las cronologías de los re-
yes navarros, lo cual nadie había advertido, según dice dicho señor, ni en
España ni en Francia: también reconstituiremos otro texto famoso tenido
en descrédito á causa de tales dislocaciones; aludimos al Fragmentum liis-
toricum del Cartulario del Monasterio de la O ó de Alhaon, publicado
por el P. la Canal en La España Sagrada, tomo XLVi, tan importante
para la historia Ribagorzana.
Estas son las Cronologías del Códice de Meya.
Ordo numerum regiim Pampilonensiinn.
I. — I . Enneco cognomento Aresta genuit Garsea Enneconis ex Domna
Assona qui fuit uxor de Domno Muza qui tenuit Borza et Terrero, et
domna qui fuit uxor de Garsea Malo.
I Jaurgain. La Vasconie I, pág. 267, Pau, 1898.
382 REVISTA DE ARCHIVOS
II. — 2. Garsea Enneconis accepit uxor Domna filia de et genuk
Furtunio Garseanis, et Sancio Garseanis et Domna Onneca qui fuit uxor
de Asnari Galindones de Aragone.
m. — 3. Furtunio Garseanis accepit uxor Domna Oria filia de et ge-
nuit Enneco Furtunionis, et Asenari Fortunionis, et Belasco Fortunionis,
et Lope Fortunionis, et Domna Onneca qui luituxor de Asenari Sanzones
de Lavior.
XVIII. — 4. Sancio Garseanis accepit uxor Domna et genuit Asnari
Sangiones qui et Lavior.
XIX. — 5. Asnari Sanzionis accepit uxor Domna Onneca Furtuni
Garseanis filia et genuit Santio Asnari et Domna Tota Regina et Domna
Sanzia. Ista Onneca postea accepit virum Regi Abdella, et genuit Maho-
mat Iben Abdella.
X. — 6. Enneco Furtunionis accepit uxor Domna Sanzia filia de Gar-
sea Scemenionis et genuit Furtunio Enneconis et Domna Auria qui fuit
uxor de Munnio Garseanis, et Domna Lopa l'xor Sancio Lupi de Ara-
quil. Ista Domna Sancia uxor Sancio Lupi de Araquil.
XI. Ista Domna Sancia postea accepit virum Domno Galindó Comes de
Aragone, et genuit ex eo Domna Andregoto Regina, et Domna Belasquita.
Ista Belasquita habuit virum Enneco Lopiz de Estigi et de Zillegita.
XH. — 7. Asnari Furtunionis accepit uxor et genuit Furtunio Asnari
qui et cognomento Órbita pater fuit de Garsea Fortuniones de Capannas.
XIII. — 8. Belasco Furtunionis accepit uxor et genuit Domna Sce-
mena qui fuit uxor de Rege Enneco Garseanis et Domna Tota uxor de
Enneco Manzones et de Lucentes, et Domna Sancia uxor Galindo Sceme-
nonis de Pinitano.
XIV. — 9. Furtunio Enneconis accepit uxor et genuit Garsea furtu-
nionis et Enneco Furtunionis et Domna Sancia.
Iteyn alia parte regum.
XV. — 10. Garsea Scemenonis et Enneco Scemenonis fratres fuerunt.
Iste Garsea accepit Uxor Onneca rebelle de Sancosa, et genuit Enneco
Garseanis, et Domna Sancia.— XVI. Postea accepit Uxorem Domna Da-
dildi de Paliares sóror Regimundi Comitis et genuit Sancio Garseanis et
Scemeno Garseanis.
XVII. — 1 1 . Enneco Garseanis accepit uxor Domna Scemena et genuit
Garsea Enneconis qui fuit occisus in Ledena, et Scemeno Enneconis, et
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 383
Furtunio Enneconis, et Sancio Enneconis. Isti tres ad Cordobam fugie-
runt. Eorum sóror fuit uxor Garsea Enneconis de Olza, nomine Domna
Tota.
XX. — 12. Scemeno Garseanis accepit uxor Domna Sancia Asnari San-
cionis filia, et genuit Garsea Scemenionis et Sancio Scemenonis qui ha-
buit uxor Domna Quisilo filia de Domno Garsea Comitis Bagiliensis, et
alia filia Domna Dudildis uxor de Domno Muza Asnari. — XXI. Iste
Garsea Scemenonis occidit sua mater in Galia in villa qui dicitur Acó, et
occidcrunt cun in Salesazo Ihoannes Belascones et Cardille Belasco-
nes. — XXII. íste Scemenio Garseanis habmt ex ancilla filium Garseanus
qui est mortus in Cortoba.
IV. — 1 3. Sancio Garseanis obtime Imperator accepit uxor Tota Asna-
ri, et genuit Garsea Rex et Domna Onneca, et Domna Sancia et Domna
Urraca, hac Domna Belasquita, nec non et Domna Órbita, et ex ancilla
habuit alia filia Domna Lopa qui fuit mater de Regemondo de Bigorra. —
V. Domna Onneca fuit uxor Adefonsis Regís Legionensis et genuit filium
Ordonii qui est mortus in Cortoba.
VI. — 14. Domna Sancia fuit uxor Ordonii ímperatoris. Postea habuit
virum Albaro Hasramelliz de Alaba.. Demumque fuit uxor Fredenando
Comitis.
VII. — 1 5. Domna Urraca fuit uxor Domni Ranimiri Regis frater Ade-
fonsi Regis et PVoila, et habuit filios Domno Sancio Rex, et Domna Gil-
bira Deovota.
VIII. — 16. Iste Ranimirus ex alia uxore Galliciemis nomine habuit
filium Ordonii Regis.
IX. — 17. Domna Belasquita fuit Domni Momi Comitis Bizcalisensis et
genuit filios Azenari Momiz, el Lupe Moniz. Hac Sancio Momiz, et Dom-
na Belasquita postea uxor fuit Domni Galindi filium Bernardi Comitis, et
Domne Tute. Demumque habuit virum Eurtunio Galindonis.
ítem genera Comitum Aragonensium.
18. Asnari Galindoncs accepit uxor et genuit filios CentoUe Asnari
et Galindo Asnari, et Domna Matrona. Ista Matrona fuit uxor Garsie Ma-
lo filium Galindi Belascotenes, et Domna Fakilo et quare in villa que di-
citur Bellosta inluserunt eum in orreo in die Sancti lohannis occidit Cen-
toUe Asnari et dimisit sua filia et accepit Odia uxor filia de Enneco Arista,
et pepigit isti fedus cum illo et cum Mauros, et eiecitque eum de Comitato.
384 REVISTA DE ARCHIVOS
19. Perrexit igitur Asnari Galindones ad Franziam et proiecit se pedi-
bus Carli Magni, et donavit illi populationem Cerutanie et Oriello ubi et
tumulatum ¡acet
20. Postea quoque Galindo Asnari accepit Comitatum Patris sui et
accepit uxor, et genuit Asnari Galindonis.
21. Asnari Galindones accepit uxor Domna Onneca Garsie Enneconis
Regís filia et genuit Galindo Asnari, et Garsea Asnari, et Domna Sancia
qui fuit uxor Regis Atocle Mauro Rege; Atóele genuit de Domna Sancia
Abdelmelik et Anibros, et Furtunio, et Muza, et Domna Belasquila.
22. Galindo Asnari accepit uxor Domna Sancia Garsea Scemenonis
filia, et genuit Domna Belasquita, et Domna Andregoto. Habuit prima
uxor Domna Aisbella Garsea Sancionis Comitis Guasconie filia, et genuit
Domna Tota uxor Bernardi Comitis. Et Domnus Redentus Episcopus, et
Domno Miro. De alus ancillis habuit Domno Guntiselo, ac Domno Sanzio,
uel Domno Belasco, aiquc Domno Bauzo seu Domno Asnario. Domno
Gunliselo accepit uxor Domna Oria Scemeno Galindonis de Revale, seu
Domna Comitisse sóror Domini Quicintile filia et genuit
ítem nomina Comitum Paliarensiwn.
23. Regcmundo accepit uxor et genuit Bernardo, et Domno Miro,
ac Domno Lope seu Domno Ysarno qui fuit captibus in Tutela, et abstra-
xit eum de ferros Rex Sancio Garcianis. Istius uxor Domna Giniquentes
Asnari datur filia fuit.
24. Bernardus accepit uxor Domna Tota Galindo Asnari filia et ge-
nuit Regemundo ac Domno Galindo seu Domna Aba.
25. Regemundus accepit uxor Domna Gilelmo Garsias filia, et ge-
nuit Domnus Uuifredus, ac Domnus Arnaldus, seu Ysarno et Domna Aba
Castelle Comitissa.
ítem nomina Comitum frasconiensium.
26. Garsea Sanzoz accepit uxor et genuit Sancio Garsias et Arnal-
do Garsies ac Gilelmo Garsies, ac Domna Andregoto seu Domna Acibe-
11a, seu et
27. Sancio Garsies genuit Garsie Sanzoz, ac Sanzo Sanzoz, et Gilelmo
Sanzoz, ac Domnus Gundebaldus Episcopus, ac Domna Aciulla qui fuit
uxor Lupi Garsies, ac Domna Lucia
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 385
28. Arnaldo Garsies accepit uxor et genuit Garsie Arnaldi et Leude-
bico, vel Domna Girisenda uxor Regismundi de Bigorra.
29. Gilelmo Garsies accepit uxor et genuit Regemundus de Ledan-
zac et Ostín ac Friodolo, et Bernardo, et Domna Mater Domna Abe
Comitisse.
líem nomina Comitum Tolosanensium.
30. Pontio accepit uxor Filia Garsie Sancionis et genuit Regimundus.
Regimundus genuit Regemundo qui occiderunt.
I. De Reges ft'ancorunu — Karlus Imperator regnavit anni XLVIII et
mens. ÍII.
íí. Leudovicus eiusdem regnavit annis XIII.
III. Leuthario Rex regnauit annis lí.
ÍIÍI. Karulus eiusdem frater regnavit annis XXXVIII et mensibus ÍII.
V. Leodovicus filius euis et regnavit annis VI.
VI. Karlomagnus regnavit annis VI.
VII. Karlus de Bagnevia regnavit annis IIII.
Vílí. Ido Rex regnavit annis X.
VIIII. Rarlus post eius obitum regnavit annis XXXII et mensibus III.
Et fuimus sine Rege a?inis VL Postea Regnat,
X. Leodevicus annis XVII.
Et postea regnat Leotharius filius eius in Garaza. et Domnus Ucus
Episcopus qui se ¡psum occidit in venatione.
De Pampilona.
Era DCCCCXXXVIII fuit coniunctio duorum Regum id est Adefon-
sus Astu...
Era DCCCCXX fractus est castro Aybaria a Mohamad Ibenlup et Mahel.
Era DCCCCXXVÍIII fractus est Castro Silbanianus á Mohamad
Ibenlup
Era DCCCCXXXVI mortuus est Mohamad Ibenlup.
Era DCCCCXLVIII Ralendas Octobris interreptus est Lupe á San-
cione Rege in ar
Regnavit Sanzio Garseanis annos XX. Obiit sub. Era DCCCCLXIII.
III Idus Decembris.
Successit vero post eum frater eius Scemeno Garseanis et Regnavit
annos V et menses II
Obiit sub Era DCCCCLXVIIII; ÍIÍI Ralendas Junias.
3.*^ ¿PÜCA.— TOMO X. 29
386 REVISTA DE ARCHIVOS
Successit vero post eum Nepus eius Garsea Sancionis XII etalis sue
anno sub era DCC
Obiit era MVIIl. VIH KalendaS Martias.-Obiit Tula Regina.-Obiit
Ranimirus Nepus eius,
Initium Regni Pampilonae.
In Era DCCCCXLIIl surrexit in Pampilona Rex nomine SancioGar-
seanis Fidei Christi inseparabililerque veneranlissimus fuit pius in ómni-
bus fidelibus misericunque Catholicis, quid multa in omnibjj^ operibus
obtimus persistit. Belligerator adversus gentes Ismaelitarum, multipliciter
strages gessit super Sarrazenorum. ídem cepit per Cantabiriam Anage-
rense urbe usque ad Tutelam omnia Castra. Terram quidem Degense cum
opidis cuneta possidebit. Arbam namque Pampilonensem suo iuri subdi-
dit. Nec non cum Castris omne territorium Aragoneose capit. De hinc
expulsis bio tenatis XX Regni suo anno migravit e seculo
Era DCCCCLXIIl.^ sepultus est in Sancti Stefani pórtico. Regnat cum
Christi in Celo.
ítem Filius eius Garsea Rex regnavit annos XXXV et semis. Benignús
fuit, et occisiones multas egit contra Sarracenos. Et sic decessit Era
M.VÍÍP Tumulatus est in porticu Sancti Stefani.
ítem Filius eius Sancius Rex regnabit annos LXV. Benignús fuit in óm-
nibus et belligerator aput Sarrazenos, desiderator et amator agmina ini-
micorum. Obiit in Era M.LXXÍII. Sepultusest Onie Monasterio.
ítem filius eius Garsea Rex regnavit annos XXI. In Era M.LXLII.
OccisMS est in Ataporca. Sepultus est in Nagera.
ítem filius eius Sancius Rex regnavit annos XXII. In Era M.CXIIII.
Occisus est in Penalene á fraude de fratre eius Regimundus. Et in ipsa.
Era M.CXIIII venit Alefonsus Rex de Legión ad Nagera et Pampilona suo
iuri subdidit.
In eraM.CXXÍII accepit Alíonsus Rex ad Toletumet per V^ annisabs-
tulit fruges eius ab utriusque parte, et in sexto anno XI Kalendas Janua-
rias ingressus est in ['rbe fortissimam. Gratias Deo nostro Amen.
In bis diebus fuit famis validissima. Et mensura tritici idest A^udei^
in Naiera in XXXVI solidos stetit.
In Era M.CXVIIII. X Kalendas Novembris congrégate sunt gentes
barbarorum tam Spanis quam ultra maris in ut venirent ad
deborandam terram Christianorum. Tune Princeps Adefonso cum cune-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 3Sj
tis suis occurrit eis ad bellicandum in urbe Botatisth. Ora prima certa-
men mistun Chrisiiani ¡n fuga versi sunt exceptis mortuis et captis
VJJl. Mcnse Decembris obiit famulus Dei Basilius Episcopus quiescit
in Illorde . X successit post eum Galindus Episcopus XL^
etatis sue anno et ordinatus
ni Episcopus id est Sisuldus Episcopus Calagorriensis. Teu-
dericus episcopus Tubiensis us episcopus Sisabensis.
Fcliza Episcopus. Obiit sub Era.
cesit vero post eum Valentinus Episcopus sub era
biit era.
Successit vero post eum Belasco Episcopus sub Era
Obiit Era
Successit vero post eum Ribas episcopus sub era
Obiit era
Succesit vero post eum Julianus Episcopus sub era
Obiit era Millesima XXV.
Successit vero post eum Sisebutus Episcopus sub Era MXXVI. Kalend.
Januarias.
EraMLVíU. Kal. Octobris Novembris. VIII Kal. Decembris die VI
feria obiit patris nostri Tellu Abba quiescat in Christo.
Era MLVIÍl Kal. Octobris IIlí idus die Illl feria obiit Martini Comité
vivat in Christo.
Obiit famulus Dei Garsea Episcopus era M.L VIÍII. X Kalendas Ja-
nuarias.
Cronología
DE LOS CONDES Y MARQUESES DE PaLLAS
desde su erección
hasta que sus estados pasaron a la casa de
Cardona
Y DE
LOS Abades del Real Monasterio de San
Vicente (iioy Santa María) de Gevis
DESDE SU reedificación
hasta el día presente.
Biografía de Fray Francisco Llobet y Más, Prior de Meya.
Cuento como fuente ese Ms. en mi poder, porque además de haberse
escrito sobre documentos hoy perdidos, va acompañado de una Colección
388 é REVISTA DE ARCHIVOS
diplomática compuesta de io3 números, en su gran mayoría inéditos; esa
Colección, ya que no su estudio, introduce en nuestras fuentes la Crono-
logía de los Condes y Marqueses de Pallas. Quién los recogió, quién los
estudió, vamos á decirlo.
Vacaba en 1771 el priorato de Meya por fallecimiento de Fray Rafael
de Subirá y en 3o de Julio por medio de apoderado lo solicitaba Fray
Francisco Llobet, monje profeso y sacerdote del real monasterio de Ge-
vis y Académico numerario de la Real Academia de la Historia Natural y
Conferencia física de Barcelona, la que más adelante se llamó Academia
de Ciencias y Artes, perdurando con este nombre.
FJra barcelonés Llobet, de familia distinguida, sobrino del mariscal de
campo Francisco Llobet, director del Cuerpo de ingenieros en los reinos
de Navarra y Galicia, y primo de Francisco Roma, Alcalde de hijosdalgo
de la Cancillería de Valladolid.
Alegaba para justificar su pretensión como méritos y servicios, haber
((obtenido los officios de camarero, enfermero, y Prior de Soler en dicho
su monasterio»'; haber sido nombrado de R. O. «sequestrador y vicario
general de dicho Abadiato de Gevis sede vacante, y governado algunas ve-
zes aquel monasterio por lexítimas ausencias de sus Prelados»; haber «sido
secretario de la visita general de su Congregación Benedictina y asistido
en dos capítulos generales de ella en calidad de síndico respectivamente
de su Abad y Cabildo»; haber ^defendido varios actos particulares y ge-
nerales de Philosophía, Theología y Cañones en que obtuvo el grado de
doctor en la Real Tnivcrsidad de Cervera, en las que hizo dos vezes
de oposición á las cathedras de Decretales»; haber hecho «en certamen
público ante el Illustrissimo Sr. Santos Bullón, Governador del Concejo,
de repente, toda especie de versos latinos, y españoles»; poseyendo «las
lenguas Francesa, Italiana y Portuguesa con algunos principios de la In-
glesa.»
Todo esto que en nombre de Llobet alegó Andrés Díaz de Isla, quedó
comprobado en información reservada por la cual nos enteramos de que
en 1771 llevaba ya Llobet 21 años de religión, y era el decano de los
monjes de Gevis. Contaba, pues, por lo menos en 1771 Llobet, la edad de
46 años.
Hemos sacado toJo lo que precede, no de documentos originales vistos
por nosotros en el archivo de la «secretaría de la cámara de Gracia y Jus-
ticia y Real Patronato de los reynos de la corona de Aragón», sino de
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 389
una copia simple de aquella época conservada en una colección de Docu-
mentos varios^ manuscrita casi en su totalidad, de la segunda mitad del si-
glo xviii, que posee el Director del Museo Arqueológico de Barcelona, don
Antonio Elias de Molins, en su biblioteca, y que me ha comunicado su
buena amistad.
No se concedió á Llobet el Priorato de Meya que había solicitado, pero
se le nombró de R. O. y en virtud de propuesta del arzobispo de Tarra-
gona «vicario general deputado para su gobierno», ^ en el cual continuaba
cuando fué nombrado en i de Agosto de 1773 Prior de Meya, fray Manuel
Abbad y Lassierra, su compañero de religión, monje y archivero de
San Juan de la Peña, en recompensa de sus muchos servicios ya prestados
en la busca histórica tanto especulativa como positiva, pues no descuidaba
la primera ínterin investigaba por todas partes los derechos del patronato
real; ^ pasando á ocupar su prebenda á últimos de dicho Agosto, llevando
en su compañía, nuevamente, en virtud de la R. O. de su nombramiento,
como auxiliar, á Fr. Marcos Benito de Vico.
Cuenta Abbad y Lassierra que Vico cese imposibilitó á continuar por
habérsele furtado la razón», «y viéndose solo para tan grave desempeño,
quando llegó á su Iglesia de Meya encontró en ella á el Doctor D. Fran-
cisco Llobet vicario general» <& «y deseando aprovechar el talento, é ins-
trucción de este monje laborioso y aplicado á este género de estudio, le
nombró por su Vicario General y asociado para el examen de los archivos
en la provincia de que estaba el Prior encargado, con dos jóvenes más sus
familiares, que ha procurado aficionar á este género de estudio y tenían
particulares circunstancias y principios que los harán siempre necesarios
para este designio». Estos dos jóvenes eran Antonio y Gregorio Bar-
cones.
Si Llobet y los Barcones estaban ya preparados en paleografía y el pri-
mero era aficionado á los estudios históricos, á los que le predispon-
drían sus aficiones literarias, no hay duda que la preparación hubieron de
sacarla de las enseñanzas del Monasterio de Canónigos premonstratenses
de Bellpuig de las Avellanas, centro de los eruditos Caresmar y Pasqual
de quienes consta, del primero, sus trabajos sobre el archivo de Gevis,
1 fíiblioteca de la Academia de la Historia.—? apeles de Abbad y Lassierra,— Toíno xviir.
Borrador de un memorial sin terminar, do A bbad y Lassierra, proponiendo como debían conti-
nuarse ios trabajos de ¡nvestigacióa CQ ios archivos monacales.
2 Jdem^ ídem. Tomo II R. O. citada.
382 REVISTA DE ARCHIVOS
II. — 2. Garsea Enneconis accepit uxor Domna filia de et genuit
Furtunio Garseanis, et Sancio Garseanis et Domna Onneca qui fuit uxor
de Asnari Galindones de Aragone.
III. — 3. Furtunio Garseanis accepit uxor Domna Oria filia de et ge-
nuit Enneco Furtunionis, et Asenari Fortunionis, et Belasco Fortunionis,
et Lope Fortunionis, et Domna Onneca qui tuit uxor de Asenari Sanzones
de Lavior.
ZVIII. — 4. Sancio Garseanis accepit uxor Domna et genuit Asnari
Sangiones qui et Lavior.
ZIZ. — 5. Asnari Sanzionis accepit uxor Domna Onneca Furtuni
Garseanis filia et genuit Santio Asnari et Domna Tota Regina et Domna
Sanzia. Ista Onneca postea accepit virum Regi Abdella, et genuit Maho-
mat Iben Abdella.
Z. — 6. Enneco Furtunionis accepit uxor Domna Sanzia lilia de Gar-
sea Scemenionis et genuit Furtunio Enneconis et Domna Auria qui fuit
uxor de Munnio Garseanis, et Domna Lopa l'xor Sancio Lupi de Ara-
quil. Ista Domna Sancia uxor Sancio Lupi de Araquil.
XI. Ista Domna Sancia postea accepit virum Domno Galindó Comes de
Aragone, et genuit ex eo Domna Andregoto Regina, et Domna Belasquita.
Ista Belasquita habuit virum Enneco Lopiz de Estigi et de Zillegita.
XH. — 7. Asnari Furtunionis accepit uxor et genuit Furtunio Asnari
qui et cognomento Órbita pater fuit de Garsea Fortuniones de Capannas.
ZIII. — 8. Belasco Furtunionis accepit uxor et genuit Domna Sce-
mena qui fuit uxor de Rege Enneco Garseanis et Domna Tota uxor de
Enneco Manzones et de Lucentes, et Domna Sancia uxor Galindo Sceme-
nonis de Pinitano.
ZIV. — 9. Furtunio Enneconis accepit uxor et genuit Garsea furtu-
nionis et Enneco Furtunionis et Domna Sancia.
ítem alia parte regum.
XV. — 10. Garsea Scemenonis et Enneco Scemenonis íratres fuerunt.
Iste Garsea accepit Uxor Onneca rebelle de Sancosa, et genuit Enneco
Garseanis, et Domna Sancia. — XVI. Postea accepit Uxorem Domna Da-
dildi de Paliares sóror Regimundi Comitis et genuit Sancio Garseanis et
Scemeno Garseanis.
XVII. — 1 1 . Enneco Garseanis accepit uxor Domna Scemena et genuit
Garsea Enneconis qui fuit occisus in Ledena, et Scemeno Enneconis, et
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 383
Furtunio Enneconis, et Sancio Enneconis. Isti tres ad Cordobam fugie-
runt. Eorum sóror tuit uxor Garsea Enneconis de Olza, nomine Domna
Tota.
ZX. — 12. Scemeno Garseanis accepit uxor Domna Sancia Asnari San-
cíonis filia, et genuit Garsea Scemenionis et Sancio Scemenonis qui ha-
buit uxor Domna Quisilo filia de Domno Garsea Comitis Bagiliensis, et
alia filia Domna Dudildis uxor de Domno xMuza Asnari. — XXI. Iste
Garsea Scemenonis occidit sua mater in Galia in villa qui dicitur Acó, et
occiderunt cun in Salesazo Ihoannes Belascones et Cardille Belasco-
nes. — XXII. Iste Scemenio Garseanis habuit ex ancilla filium Garseanus
qui est mortus in Cortoba.
IV. — 1 3. Sancio Garseanis obtime Imperator accepit uxor Tota Asna-
ri, et genuit Garsea Rex et Domna Onneca, et Domna Sancia et Domna
Urraca, hac Domna Belasquita, nec non et Domna Órbita, et ex ancilla
habuit alia filia Domna Lopa qui fuit mater de Regemondo de Bigorra. —
V. Domna Onneca fuit uxor Adefonsis Regís Legionensis et genuit filium
Ordonii qui est mortus in Cortoba.
VI. — 14. Domna Sancia fuit uxor Ordonii Imperatoris. Postea habuit
vírum Albaro Hasramelliz de Alaba.. Demumque fuit uxor Fredenando
Comitis.
VH. — 1 5. Domna Urraca fuit uxor Domni Ranimiri Regis frater Ade-
fonsi Regis et Froila, et habuit filios Domno Sancio Rex, et Domna Gil-
bira Deovota.
VIII. — 16. Iste Ranimirus ex alia uxore Galliciemis nomine habuit
filium Ordonii Regis.
IX. — 17. Domna Belasquita fuit Domni Momi Comitis Bizcalisensis et
genuit filios Azenari Momiz, el Lupe Moniz. Hac Sancio Momiz, et Dom-
na Belasquita postea uxor fuit Domni Galindi filium Bernardi Comitis, et
Domne Tute. Demumque habuit virum Furtunio Galindonis.
ítem gefiera Comitum Aragonetisiwn.
m
18. Asnari (lalindoncs accepit uxor et genuit filios Centolle Asnari
et Galindo Asnari, et Domna iMatrona. Ista Matrona fuit uxor Garsie Ma-
lo filium Galindi Belascotenes, et Domna Fakilo et quare in villa que di-
citur Bellosta inluserunt eum in orreo in die Sancti lohannis occidit Cen-
tolle Asnari et dimisit sua filia et accepit Odia uxor filia de Enneco Arista,
et pepigit isti fedus cum illo ct cum Mauros, et eiecitque eum de Comitato.
SgO . REVISTA DE ARCHIVOS
y del segundo, su estudio sobre el priorato de Meya. Si imaginamos en
uno y otro monasterio una escuela de estudios históricos, no hay. duda
que es de admirar la facilidad con que se encontraban á la sazón en
Cataluña espíritus dispuestos para los estudios de erudición y la gran
influencia que uno y otro centro pudieron tener en esta dirección litera-
ria. Pero desde luego y sin antagonismos, los dos centros tomaron camino
distinto.
Regional la escuela de Bellpuig de las Avellanas por la influencia de
sus jefes, hizo desde luego á la historia y arqueología catalana objeto
exclusivo de su estudio; en Meya la nueva escuela histórica fundada y
dirigida por el hijo ilustre de Estadilla tomó vuelos generales, porque los
horizontes del aragonés si eran limitados en S. Juan de la Peña, con des-
cubrir desde su peña, Aragón y Navarra y el Montsech de Cataluña, más
limitados hubieron de resultarle desde que vino á residir al pie.de tan
áspera montaña pallaresa, y dicho se está que si S. Juan con su riquísimo
Archivo y sus grandes recuerdos históricos, con su panteón real y de la
rica hombría aragonesa vieron huir con todo esto á su monje archivero,
el modesto priorato de Meya, en lo histórico, no había de pretender rete-
nerlo, y tuvo desde luego de extender su mirada por más ancho campo
que el de las antigüedades é historia catalana.
No es esto decir que Abbad y Lassierra fuera un investigador de la
historia general española; no, sus trabajos se dirigieron siempre al per-
feccionamiento y convencimiento de la historia aragonesa, tomando pre-
cisamente pie del propósito de querer ampliar, justificar y documentar la
tan famosa Historia de S. Juan de la Peña por tanto tiempo tenida por
un puro documento aragonés, cuando no es, como lo ha probado el señor
Llabrés, sino un libro del catalán Des Coll; pero Abbad y Lassierra tenía
ya por sus estancias y cariño á la naciente Academia de la Historia, vistas
á la historia general de España, y en Meya, no dando su archivo, ni
los inmediatos, grandes elementos para la monografía local, hubo de acen-
tuarse en él la tendencia á un estudio más amplio, á lo que contribuían
poderosamente importantes manuscritos que había tenido ya ocasión de
recoger, uno de los cuales iba á universalizar el modesto nombre de
Meya.
Siguiendo los papeles de Abbad y Lassierra,^depositados hoy en la Bi-
blioteca de la Academia de la Historia, se podría trazar un interesantí-
simo cuadro de la actividad y trabajos de la escuela de Meya, pues consta
6I6LIOTECAS Y MUSEOS ^Ql
lo que salía de sus celdas, á pesar de las grandes contradicciones que
Abbad y Lassierra y Llobet encontraron para sus trabajos, pues en solo
tres n^ionasterios, hallaron facilidades; no pudiendo «la malicia disimu-
lar por más tiempo su encono, se convinieron de común acuerdo los
monasterios, á no admitir á el Prior de Meya en calidad de Prelado, si
llegaba á examinar los Archivos; se tiraron contra éste representaciones,
que después tuvieron que retractar los mismos que las habían dado. A el
Dr. D. Francisco Llobet, asociado del Prior de Meya, se le negó abierta-
mente la entrada en el archivo de S. Cugat, entreteniéndole, obligándole
á recursos, y posteriormente Ife han calumniado con falsas y crueles acu-
saciones, quedando indemnes los impostores, sin embargo de haber vindi-
cado Llobet en juicio su inocencia; pero no bastando estas intrigas para
distraer á el Prior de Mfeya ni á su asociado de el examen de los archivos,
se levantó otra contradicción más fuerte á este designio y que hizo más
impresión de la que convenía en toda especie de sujetos».
Ya lo hemos indicado; la grande, feroz, mal sana oposición levantada
contra el Prior de Meya y su Vicario, nacía de la creencia de que andaban
averiguando las rentas de los monasterios, (no se olvide que estamos en
los días de los grandes y primeros trabajos de Jovellanos en favor de la
desamortización), cuando lo que ellos averiguaban, y de no averiguar
otra cosa protesta siempre Abbad y Lassierra, eran las regalías del Patro-
nato Real.
Encontramos á Llobet en Barcelona en i .® de Abril de 1778; continuaba
en esta ciudad en 29 de Agosto, fecha de una carta en la que habla de los
procesos mencionados por Abbad y Lassierra, pero sin individualización
para su inteligencia y mala casta, y otras que le siguieron de Llobet,
noticias de sus trabajos literarios ya llevados á cabo y de los que estaba
ejecutando por orden de su Prior, ó mejor para ayudar á éste en los que
tenía entre manos, lodo lo cual veremos luego con detalle.
Continuaba por este tiempo Abbad y Lassierra en Meya, pues no le fué
permitido su pase á Madrid, solicitado ya en Noviembre de 1777, para ha-
cer entrega c informar de viva voz de los esludios y trabajos que ya tenía
terminados, los cuales tuvo que remitir al Alcalde mayor de Lérida para
su envío, conforme la orden que le dio el Conde de Valdellano en 8 de
Abril de 1778, que es lo que le sucedió con el de Valmcdiano cuando pro-
testó el envío de memorias y documentos para los Tribunales que enten-
dían en las querellas de que hemos hablado.
392 REVISTA DE ARCHIVOS
Hemos visto cómo desde el primer momento de la entrada de Abbad y
Lassierra pudo contar éste con el apoyo incondicional de Llobet y de los
Barcones; hemos visto cómo su Vicario sufrió persecución por la justicia
por servirle, y hemos visto también á éste siempre citado con encomio por
su Prior, quien no hubo de escasear sus elogios y recomendaciones al en-
viar á Madrid su Discurso previo sobre los derechos de la Corona en las
iglesias del Real Patronato, junto con porción de documentos para la
historia patria, que pasaron á la Academia, cuando le escribe el Conde de
Valdeterrazo en el acuse de recibo de 24 de Mayo de 1779, «que tomaba
nota del mérito del asociado de V. S. Dr. Fr. Francisco Llobet y de los
dos jóvenes D. Antonio y D. Gregorio Barcones, que le han ayudado».
Gastaba, pues, buena correspondencia Abbad y Lassierra con sus colabo-
radores; y como el primero de ellos era Llobet, se nos figura, dejando á
un lado sus méritos reales, que hubo de intervenir cuando fué electo Obis-
po de Ibiza para que su Vicario le reemplazara en propiedad en el Prio-
rato, y, en efecto, en 12 de Julio de 1785 fué Llobet nombrado Prior de
Meya, cuando contaría ya sus sesenta años.
Dióle lugar su Priorato á tener que publicar una pastoral sobre el
contrabando, escrito que debe constar entre sus obras literarias y eru-
ditas.
Era ya algo vieja y crónica la terrible enfermedad del contrabando que
arruinaba por igual á Cataluña y España, habiendo creado la misma un
estado moral muy singular, pues resultaba todo el mundo contrabandista,
y se defendía la profesión y el hecho por principios políticos y morales que
hubieron de combatirse en su mismo terreno, dando lugar á pastorales tan
doctrinales como la de Llobet.
Un cuadro de este orden de cosas nos lo ofrece la Real orden que Múz-
quiz envió el 21 de Marzo de 1770 al Conde de Riela, Capitán general de
Cataluña, y como la materia es tan singular como delicada, nos parece
que, oficial el cuadro que presentamos, no se podrá recusar por tenden-
cioso, como es costumbre hoy al poner al descubierto las llagas que pudren
la sociedad política española.
Decíale el Ministro al Capitán general que c( el Rey había sabido con
sentimiento el extremo á que ha llegado la insolencia y número de qua-
drillas de defraudadores en ese Principado, y el abandono de las Justicias
faltando á su obligación en lugar de persuadir á esta gente armada y per-
niciosamente entretenida, y de auxiliar á los xMinistros de Rentas, solo sir-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS SqS
ven de dar animo y abrigo á los mismos contrabandistas ^ No con menos
sentimiento se ha enterado el Rey de que en los Conventos y en las casas
de los Curas y personas Eicclesiásticas es donde más frecuentemente se po-
nen los fraudes para difundirles desde allí con más seguridad; y que las
gentes de comercio que por tantos motivos debieran estar reconocidas á
la piedad y franquezas que les ha dispensado S. M. ocupen en defraudar
sus Rentas, los retornos de las embarcaciones mismas en que S. M. les
llena de beneficios.»
Preveníase en su consecuencia al Capitán general que se formaran par-
tidas de tropa para perseguir á los contrabandistas, que se vigilara el cum-
plimiento de la justicia, que hiciera presente al país la necesidad que ha-
bría de aumentar la cuota de la contribución que tan desmedrada se co-
braba por el fraude, y que se le dijera al comercio que el Rey pensaba en
retirarle los beneficios que le había concedido en vista de la baja de sus
rentas; aludíase á la concesión de poder comerciar Cataluña con América
que Carlos II í le había hecho. Y continuaba diciendo:
c<Por lo que mira á los Reverendos Obispos les significo en nombre
de S. M. que ha llegado el caso de que no puede tolerar S. M. más tiempo
sin faltar á su obligación la conducta que en daño de sus rentas y perjuicio
del Estado se observa en Conventos regulares y en los Párrocos y perso-
nas Eclesiásticas de recoger y abrigar los contrabandistas, faltando grave-
mente al decoro de su estado» — c( y prevengo que será muy de su Real
agrado amonesten y manden á los Párrocos y Prelados de sus Diócesis, y
á los demás Eclesiásticos, delaten y entreguen secretamente dentro de
quince días quantos tabacos tengan de contrabando», lo que no les ha de
causar perjuicio, pues antes al contrario, se les tendrá por mérito; de no
hacerlo se les hacen graves amenazas de castigos eclesiásticos y civiles, la
suspensión inmediata de la inmunidad eclesiástica, pues c<S. M. tiene da-
das sus órdenes para que con qualquiera recelo de ocultación entren sus
Ministros de rentas á reconocer los sagrados y las casas de los Párrocos y
Eclesiásticos», dándose «quenta á S. M. del Convento ó casa en que se
I El sucesor de Riela en l.i Capiíaní.i general de ('>aialuña, el Conde del Asalto, en 1778
escribía á propósito de la desmoralización délas autoridades judiciales y eclesiásticas lo si-
guiente:— «Ks común en Barcelona ilecir que había tres cosas en Cataluña, que no se significaban
en otra parte: esto es, que habíi Jesuiías tontos, capuchinos puercos, y Jueces sin estimación;
y estos últimos aciban de dar una prueba de que les ha tallado, habiendo sido preciso sepa-
rar no pocos por estafas, sobornos y monopolios con que habían vendido la Justicia-».— .Irc/iíj'o
de Simancas.— Secretaría de (iuerra; moderna, leg. i4í)5. -Sin fecha, posterior a 17 de Octubre
de 1778.
^94 REVISTA DE ARCHIVOS
hubiese hecho la ocultación para tomar las providencias que puede, usan-
do de su potestad;». — «En inteligencia de que se ha comunicado también
esta resolución á los Generales y Vicarios Generales de los Regulares para
que, entendidos de ello, concurran eficazmente al remedio de tanto daño» ^
Tan escandalosa situación parece que hubo de remediarse al hacerse
notoria; pues nada de esto, el mal fué agravándose, y diez y siete años
más tarde, nótese bien, Floridablanca dirigía su Carta circular de lo de
Noviembre de 1787 á todos los prelados del reino, enviáhdoles una lista
de diez y siete proposiciones «esparcidas en varios libros» en defensa del
contrabando, proposiciones «que los confesores mal instruidos y preocu-
pados de aquellas, y de los malos ó incautos libros que los contienen, las
practican por si mismos, y absuelven y aconsejan, siguiendo tales prin-
cipios y opiniones, propagando y arraygando el mal» — «que algunos de
dichos confesores han llegado hasta el extremo de querer persuadir, que
la intención del Rey en sus Leyes, no es de obligar al cumplimiento á
sus vasallos en ambos fueros, sino alternativamente de hacerlas cum-
plir, ó sufrir la pena.» Cuando «su atención y deseo, como Legislador,
y como Soberano Conservador de las Leyes que tiene juradas, es de que
obliguen al positivo cumplimiento en ambos tueros á sus vasallos, y que
la pena sólo es medio para hacerlas cumplir, y no objeto alternativo de las
mismas Leyes: y me manda enterar á usted, .de todo, para que con su zelo,
ilustración y autoridad personal, advierta á sus subditos, Predicadores y
Confesores, y demás fieles de su competencia la perversidad y falsedad de
tales proposiciones y doctrinas, los riesgos de su eterna condenación», etc.,
previniendo en fin, que se habían tomado todas las medidas para reprimir
con mano fuerte á los que «abusando de los Santos Ministerios continúen
practicando y propagando tan malas y perniciosas doctrinas.»
Llobet, dando cumplimiento á la Real orden citada, enviaba á Flori-
dablanca en 19 de Abril de 1788 su Pastoral, diciéndole que, por ser ma-
teria tan delicada por lo que afecta á los intereses económicos de S. M., le
suplicaba que la viera y le diera el pase para su impresión, diciéndole
que, como «las contravenciones á las leyes tributarias han sido tantas, que
habrá pocos inocentes sobre este punto», se les absuelva de la restitución
debida y se les amnistíe de todas las responsabilidades en que hayan in-
currido.
I Árchipo de Simantas. —Secretaria de Guerra; moderna, leg. 1458 —KI Pardo 31 de Marzo
de 1770.
BIBLIOtECAS Y MUSEOS 3g5
Floridablanca, en 6 de Mayo siguiente, le contestaba de Real orden que
se había aprobado su celo y su pastoral, que podía imprimir, y que tam-
bién c<ha venido S. M. en conceder indulto general, como V. S. propone,
á los subditos de ese Priorato.»
Llobet en su pastoral, combate las diez y siete proposiciones que como
principio de derecho político y de moral universal, se sostenían en libros
que no cita Floridablanca; naturalmente, como de un prelado es de es-
perar, alegó multitud de textos sagrados y de Santos Padres, demostran-
do su sólida erudición. Encarecerá el trabajo de Llobet el conocimiento
de las diez y siete proposiciones que salió á combatir, y como su pastoral
más que á su rebaño, iba dirigida á sus mansos, con solo su lectura se
comprenderá á qué textos y autoridades tuvo que acogerse para imponer
la convicción impetrada.
Completan el cuadro trazado por Múzquiz, esas diez y siete proposi-
ciones cuya virtualidad ha de parecemos increible en los puros albores
de la revolución francesa, pues aun cuando algunas de ellas, la primera
y la segunda se resientan de las nuevas corrientes de ideas políticas
del tiempo, las demás no se refieren sino á una perversión del sen-
tido moral, que parece incompatible con el recto sentido que ha de in-
formar la conciencia de los hombres que tienen á su cargo el formar las
ajenas.
Llobet, pues, salió á combatir las siguientes /?ro/?osíCíones;
I.* «Ni el papa, ni el obispo, ni algún otro de los hombres, tiene som-
bra de derecho sobre otro hombre christiano, á no ser que esto se haga con
consentimiento del mismo; y lo que se hace de otro modo, se hace con es-
píritu tyránico.»
2.* cíLos Príncipes Soberanos y Repúblicas perfectas no tienen potestaa
para establecer leyes que obliguen á los vasallos en el fuero de la concien-
cia; y para que induzcan tal obligación, es necesario el consentimiento de
vasallos respectivos, y de los Pueblos.»
3.* «Las leyes tributarias personales y reales impuestas por el Sobera-
no sobre géneros extranjeros, y sobre todos los géneros y comestibles del
Reyno, son puramente penales, y por justicia conmutativa no obligan en el
íuero de la conciencia.»
4.* c(Los introductores y extractores (vulgo contrabandistas) de géne-
ros extranjeros de un Reyno á otro, ya sean prohibidos, ya entren sin pa-
gar los tributos correspondientes, solo están obligados á la pena, si la jus-
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ticia los aprehende; pero no cometen culpa teológica, ni están obligados á
restitución en el fuero de la conciencia.»
5.* «Lo mismo debe entenderse respecto á los que en las provincias y
ciudades del Reyno introducen sin manifestar los géneros y comestibles
gravados con tributos, sin pagar los derechos correspondientes.»
6.* c<Los contrabandistas no están obligados á manifestar en la entrada
del Reyno, de las Provincias y Pueblos, los géneros prohibidos, que no tie-
nen tributo, ni los que están gravados con él por el Soberano, por no estar
ninguno obligado á delatarse á si propio.»
7.* ((Los Administradores, Guardas, Fieles, y dem¿s Ministros emplea-
dos por el Soberano, Ciudades, Pueblos i Particulares, en el resguardo y re-
caudaciones de rentas Reales, y derechos municipales, i respectivos á los
Particulares, que permiten la introducción, i extracción de géneros adeu-
dados, sin pagar los derechos correspondientes, no cometen culpa teológi-
ca, ni están obligados en el fuero de la conciencia á restituir á sus respec-
tivos dueños todo aquello en que han sido perjudicados, en el caso en que
no lo haga el contrabandista, y les conste no haberlo hecho.»
8.* «Estos mismos no están en el fuero de la conciencia obligados á
restituir el dinero, ó qualquiera otra cosa que hayan recibido en calidad
de regalo, por haber permitido y disimulado la introducción ó extracción
de géneros adeudados.»
g.* «Estos mismos no cometen culpa teológica de inobediencia en per-
mitir y disimular la introducción ó extracción de géneros prohibidos y no
adeudados, ni están obligados á restituir lo recibido por este disimulo ó
permiso, ni los daños ocasionados.»
10. «Los compradores de géneros adeudados, y no pagados sus respec-
tivos derechos, con ciencia cierta de qye no lo están, no les obliga la res-
titución de los derechos correspondientes á la cantidad comprada, según
la calidad de la materia.»
1 1 . «Tampoco se peca contra la obediencia debida al Soberano en com-
prar, tomar y gastar los géneros prohibidos, y no adeudados.»
12. «Los que mandan, aconsejan, consienten, ocultan, reciben el con-
trabando, contrabandistas; los que participan de él; los que preguntados
por la Justicia no declaran; los ministros que no delatan; los que por su
oficio están obligados á impedir y manifestar el contrabando, y no lo ha-
cen, no pecan, ni están obligados á la restitución, caso de que el contra-
bandista no lo haga.»
BIBLIOTECAS Y MUSEOS SqJ
1 3. «Los que en sesión, aprueban, deciden en consultas, predican ser
cierto el contrabando, no están obligados á la restitución, según el orden
entendido y señalado por los teólogos, canonistas y juristas, ni cometen
culpas teológicas ni están obligados á la restitución, caso que los demás
obligados no lo hagan.»
14. «Los confesores que no admiten á sus penitentes todas estas obliga-
ciones, ni pecan, ni están obligados á la restitución, caso que los demás
obligados no lo hagan, según su orden.»
i5. «Los eclesiásticos, seculares y regulares por su inmunidad están
exentos de todas estas sobredichas leyes.»
16. «Estas doctrinas y obligaciones no comprehenden á los extranjeros,
existan ó no en los estados del Soberano, Pueblos, ó Particulares perju-
dicados.»
17. «Las leyes monetarias obligan solo á la pena externa, y no en el
fuero de la conciencia á los transgresores, consultores, mandantes, apro-
bantes, ocultadores, consentientes y demás que tengan influxo en la
transgresión de ellas.» *
Sólo una pequeña parte de este folleto ofrece real interés, pues las 69
páginas primeras nada más contienen que citas de textos sagrados, canóni-
cos, padres y doctores de la Iglesia, aducidos para probar lo contrario de
las proposiciones mandadas contestar. Con no tener estas páginas interés,
©frécenlo para nuestro estudio por demostrarnos la erudición eclesiástica
de Llobet, nada vulgar, por citar con preferencia á los autores griegos,
lengua que hubo de poseer, pues en ella como en la latina compuso ver-
sos. Tampoco olvidóse Llobet de los grandes escolásticos, cuyos textos
cita en latín y traducidos también al castellano.
En las últimas páginas del folleto nos descubre Llobet el contrabando
que en su Priorato se hacía con la sal, que era del Rey, y condena la falta
categóricamente, resumiendo en las cuatro últimas páginas sus censuras
en forma preceptiva; esto merece ser conocido como documento socioló-
gico, pues nos revela un estado social que con estar tan cerca de nosotros
tan lejos parece por su doctrina, que tan en abierta contradicción se halla
con las ideas del día.
I Véanse las páginas 77 á 83 de la Carta pastoral del muy ilustre sefior Prior de Meya sobre
Contrabandos. Aumentada) corregida é ilustrada por el mismo. Con licencia.— Cervera: en la
imprenta de la Real y Pontificia Universidad. Año 1789.
Folleto rarísimo que me ha proporcionado la buena amistad de D A. Elias de Molíns.
3g8 REVISTA DE ARCHIVOS
«Prescribimos, ordenamos y mandamos en virtud de santa obediencia,
y bajo las penas á nuestro* arbitrio reservadas, á todos los predicadores y
confesores de nuestro Real Priorato, que con su zelo, ilustración y auto-
ridad instruyan y adviertan, cada uno á los fieles de su competencia, la
perversidad y falsedad de las referidas prescripciones y sentencias, los
riesgos de su eterna condenación, en que incurren los' que las sigan y
practiquen, y los castigos á que se exponen. Y suspendemos de su oficio á
todos y qualesquiera párrocos y confesores del mismo Real .Priorato, que
gobernados por los perniciosos principios de las mismas proposiciones y
sentencias, desde el día de la publicación de las presentes en adelante, en-
señen, practiquen ó sigan alguna de ellas; ó que sin prescribir la debida
sustitución, absuelvan á los gobernados por los mismos principios, ó de
qualquiér otro modo incidan en alguno de los fraudes en ellas contenidos;
previniendo á todos, y á cada uno de los mismos, que oestá el Ministerio
con vigilancia para averiguar los contraventores, y proceder con la ma-
yor constancia y severidad para separar del seno de la Nación á los que
abusando de los Santos Ministerios, continúen practicando y propagando
tan malas y perniciosas doctrinas.»
(Continuará.)
Salvador Semper
CÓMO SE HACÍA UN EMPRÉSTITO
EN EL SIGLO XVI
Las urgencias y apuros del erario público en España, ni son cosa nue-
va, ni, por desgracia, han dejado aún de ser cosa antigua. Solamente es
curiosa la diferencia de medios á que en tiempos tan diversos se acudía
para remediar una misma necesidad.
La continua falta de dinero que experimentaban Carlos V y Felipe 11,
causa del fracaso de muchas de sus empresas, los apuros de la Hacienda y
los tratos y contratos con Fúcares, Belzares y Gentiles, á quienes siempre
había que acudir, los muchos gastos que estas mismas escaseces acarrea-
ban á la Hacienda, consumiendo en intereses y cambios la mayor parte de
los ingresos, obligaban á recurrir á menudo á repartimientos, servicios,
empréstitos y donativos.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 899
•
Tal sucedió en iSgo: declaraba el mismo Rey que su hacienda estaba
extenuada y consumida, que era forzoso continuar gastando por no malo-
grar el fruto que de gastos anteriores se esperaba, y reconocía que el va-
lerse de los ocho millones con que el reino le había servido, tendría, ade-
más del inconveniente de haberse de tomar á interés de mercaderes, en lo
que se consumiría la mayor parte de ello, el más grave: de que no se ha-
llaría quien lo diese, como hasta entonces no se había hallado, por no ha-
ber en la Hacienda consignaciones que ofrecer, sino á plazos tan largos,
que serían inaceptables para los prestatarios.
Reconocida la imposibilidad de hacer el empréstito como negocio, por
falta de garantías, discúrrese otro medio y sigue diciendo el Rey que para
excusar tan notable daño y otros muchos inconvenientes, habíale parecido
que por ninguna otra vía se podría mejor censeguir el dinero que acu-
diendo á los prelados de las iglesias y á los cabildos, grandes y títulos del
reino para que le socorriesen por vía de empréstito, y para animar á estos
señores les aseguraba, que, siendo, como sería, la paga tan cierta, aunque
á los hombres de negocios no se lo hubiese parecido, no debían tener con-
sideración al daño é. incomodidad que de ello recibirían, toda vez que se
trataba de la defensa de la fe católica y de evitar que la herejía penetrase
en el reino, con lo que se tendría la guerra en casa, cosa mucho peor que
hacerla fuera, recordándoles, además, los servicios de sus antepasados, en
que ellos no debían desmerecer, y dándoles nuevas seguridades de que co-
brarían en el servicio de los ocho millones del partido que eligiesen, para
lo que se les darían recaudos á su satisfacción con que podrían hacer efec-
tivo su dinero de allí... á seis años, y apremiándoles, finalmente, á que
diesen Cuanto más pudiesen y cuanto antes, pues en la cuantía,y en la bre-
vedad iba buena parte del éxito.
No se limitó el Rey á tan insinuantes razones, sino que, para mayor
eficacia, eligió cuatro padres comisarios, que fueron: Fr. Domingo de
Bañes; Fr. Gaspar de Meló, Catedrático de la Universidad de Salamanca
y Rector del Colegio de San Agustín de Valladolid; Fr. Juan de Ovando
y el P. Bartolomé de Sicilia, de la Compañía de Jesús, encargados de visi-
tar, pedir el dinero y entregar las cartas, de que eran portadores, á los
destinatarios de las mismas. Ni sé alcanzan á primera vista las relaciones
que puede haber entre la vida del claustro y los asuntos financieros, á no
ser por lo que la misión de los padres tenía de mendicante y por haberse
tomado su nombramiento como caso de secreto, pues como decía el P. Si-
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cilia, era cosa notable cuan bien aprobaban todos los potentados á quienes
visitaba el medio que S. M. había escogido para tratar el asunto, porque,
según ellos decían, no quisieran descubrir sus cosas á nadie, tratándolas
con el Padre tan caseramente, que no les hacía dificultad ninguna; yes lo
cierto que los cuatro comisarios tomaron su misión con gran celo, re-
partiéndose por las villas y ciudades en que moraban ios grandes, títulos
y prelados, de quienes se trataba de obtener dinero, exponiéndoles las ne-
cesidades del Real Erario, ampliando y detallando los argumentos consig-
nados en las cartas del Rey, y apretando tan eficazmente en pláticas y co-
loquios á los donantes, que lograron sacar el mejor partido de la general
carencia de metálico; y es buena prueba de su empeño la actividad del je-
suíta, que fué quien tomó su comisión con mayor celo, tanto, que hubo de
parecer exagerado á sus superiores, y fué una de las causas que motivaron
su separación de la Compañía, si bien fué nuevamente admitido al tiempo
de morir en Valladolid en Septiembre de 1602. Entregáronle el despacho
para su jornada un sábado á las nueve de la noche (Diciembre de iSgo), y
partió el domingo á las diez de la mañana; encontróse en el camino al Du-
que de Feria que iba en su coche, y como le invitase á entrar un rato en
él, parecióle no perder aquella ocasión, y allí mismo le dio la carta del Rey
y le expuso sus deseos, consiguiendo que prometiese servir con 20.000 du-
cados, dándosele facultad para tomarlos á censo, no pudiendo dar más por
el estado de su casa y por la jornada de Roma en que pensaba gastar más
de 40.000.
Prosiguiendo su comisión llegó á Plasencia el 3 de Enero de iSgi, y al
día siguiente acabó de negociar con el cabildo y el Obispo á su contento.
Decía de éste ser uno de los mejores viejos santos conocidos, y que si como
mostraba voluntad tuviera el dinero del Cardenal de Toledo, no habría
duda sino que el Rey nuestro Señor lo íucra de ello; pero hacía poco que
era Obispo y los años habían sido estériles, vino con deudas de Roma, y
pagaba de pensiones y costas 21 .000 ducados, hasta 36 que un afío con otro
le valía el obispado, restaban i5; estos distribuía en pagar ciertas deudas
que le instaban mucho y en servir á S. M. con 10.000 ducados graciosa-
mente, porque de prestado no quiso hablar.
Al cabildo, dice el padre, di la carta de S. i\l., y leída les hice una pla-
tiquita de cosa de un cuarto do hora, en que caseramente les representé
con cuan aprieto instaban las ocasiones presentes á S. M. y lo demás que
á este propósito se me ofreció; quedaron tan bien dispuestos, que no faltó
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 4OI
voto á que se tomasen 7.000 ducados á censo y así me lo vinieron á ofre-
cer, cosa rara por estar los canónigos pobrísimos, pero mucho más por no
concertarse en nada á causa de sus divisiones y bandos.
Jgual efecto surtieron las predicaciones del comisario ante el cabildo
de Cádiz, no menos dividido que el de Plasencia, y además en extrema
pobreza por haber faltado la contratación de los lugares marítimos deque
dependían sus rentas, no obstante lo cual hubo allí quien ofreció vender
hasta la camisa, y así sin faltar voto ni salir de donde estaban resolvieron
prestar 2.000 ducados obteniendo Ucencia para tomarlos á censo. Espan-
tóse la ciudad de la determinación, no tanto por la cuantía del donativo
como por el hecho insólito de haberse acordado en algo los capitulares
cuando no lo tenían por costumbre, de cuya extraña unanimidad podía
inferirse, á más del hábil manejo del padre comisario, lo bien que el em-
préstito fué acogido por todos, pues como él mismo escribe, todos darían
hasta las entrañas si viesen que se intentaba algo contra Inglaterra.
Conseguidos tales éxitos con estos dificultosos cabildos, siguieron los de
Badajoz, Sevilla y Córdoba con i.odo, 10.000 y S.ooo ducados respectiva-
mente, aunque éste pareció al comisario que había quedado corto, y em-
pezó á recorrer los palacios de. la primera nobleza del reino, no arredrán-
dole las dificultades y fatigas de viajes tan continuados y de malos cami-
nos, ni los temporales de aquella primavera (iMarzo de iSqi), ni lo enojoso
de su pedigüeña misión, antes, satisfecho de los resultados obtenidos,
escribía al Rey dándole cuenta de sus gestiones y de cómo iba preparando
el ánimo de los que visitaba para que diesen dinero, cosa que, á la verdad,
escaseaba mucho, pues si el erario público carecía de él, tampoco le te-
nían los grandes y potentados del reino. Parecerá imposible que en el si-
glo más grande de nuestra historia, en que la aristocracia y los prelados
formaban corte lucidísima en frecuentes festividades ó acontecimientos
públicos, mientras las ricas vestiduras y el esplendor de sus viviendas,
adornadas de tapicerías, plata labrada y ricas telas estaban en armonía
con las armaduras cinceladas y los costosos paramentos y jaeces de caba-
llerizas numerosas, estuviesen tan escasas de dinero sus gabetas; y sin em-
bargo, así hay que creerlo al leer las respuestas y disculpas que daban á
los buenos padres, y lo que contestaban al mismo Rey sobre la petición
que les hacía. Las casas de más abolengo y nombradía, los nobles que
reunían en su persona mayor número de lucidos Estados y mayorazgos,
cada uno de los cuales parecería por sí solo bastante á sostener con esplen-
9,!^ ¿POCA.— TOMO X. 3 J
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dor una brillante posición, tenían su hacienda tan averiada como la del
Rey y vivían sólo á fuerza de censos y otras imposiciones y préstamos.
Bien es verdad que muchos señalaban como causa de sus deudas los gran-
des gastos hechos en servicio de la Corona, quién en costosas embajadas,
quién en largas jornadas y campañas, en las cuales, lejos de habérseles pa-
gado sus salarios, consumieron toda su hacienda comprometiendo además
el crédito de sus casas con crecidas sumas tomadas á préstamo y gastadas
en servicio del Rey.
A pesar de estos apuros su buen deseo era grande y por de contado que
nunca faltaban las protestas de adhesión y el empeño de servir la causa
del Rey y de la fe /atólica si contaran con más dinero, mas como carecie-
ran de éste, que era por el momento lo que se necesitaba, acudían todos
al mismo expediente: solicitar reales facultades para imponer censos sobre
sus mayorazgos y Estados, pero en sumas mucho mayores de las que ofre-
cían para servicio del Rey, reservándose el resto para urgencias particu-
lares suyas, para cubrir ciertas «deudillas» ó para pagar los recambios que
les iban «cancerando» sus haciendas, como decía, con gráfica frase, el pa-
dre comisario. Las instrucciones comunicadas á éste por el Rey y por el
Consejo de Hacienda eran terminantes en cuanto á este punto; después de
algún regateo con el que solicitaba facultad por sumas que parecían exce-
sivas, concedíanse todas, pues lo que urgía era el dinero, fuese como qui-
siese. Los mismos comisarios moderaban á su juicio las facultades que ha-
bían de concederse, según lo que en el curso de su conversación con los
interesados trataban, y cuando uno de aquéllos escribía que el Obispo de
Cartagena no tenía un real y que sólo podría vender s\i plata, valuada en
unos 2.000 ducados, y darla á S. M., á lo que el comisario respondió que
el Rey sólo quería prestado, se le responde enseguida qqe admitiese tam-
bién lo dado, quizá pareciendo excesivo el escrúpulo del padre.
Acudió éste á una de las primeras, como perteneciente á la mejor no-
bleza del Reino, á la casa de los marqueses de Priego, la cual se encontra-
ba tan desacreditada, en opinión del mismo marqués, y en el sentido eco-
nómico de la palabra, que, aun dándole S. M. facultad para tomar dinero
á censo, no hallaría quien se lo diese, y si lo hallase, sería tarde y dando
otros fiadores, que á su vez tampoco se podrían encontrar. Confirmaba el
comisario la triste situación de la casa añadiendo que estaba tan hundida,
que por muchas trazas que daban no encontraban ninguna pues era cosa
de lástima cual la dejó el padre del marqués. Apesar de esto ofreció servir
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 403
con i5.030 ducados dándole facultad para tomar loo.ooo á censo si se ha-
llasen, ó con cierto lugar si se vendiese, ó en fin con 60.000 ducados de
joyas buenas que daría á S. M. por la mitad de lo que costaron.
De la casa del marqués de Árdales supo el comisario tantas plagas que
se contentó con dar la carta que llevaba para él á D. Juan de Guzmán, su
hijo, para que viese que S. M. se. había querido servir de él como de todos
los demás, que para otra cosa no había por qué pues se sustentaba de mi-
lagro. Lo mismo se refería públicamente del marqués de la Guardia y así
procedía obrar con él de igual manera.
La casa de la duquesa de Baena era, en opinión del comisario, un pau-
pérrimo hospital, no sirviéndola carta del Rey sino de quedar la pobre
señora lastimadísima, viéndose sin remedio de poder servir á S. M. y aun-
que anduvo dando mil trazas por ver si había algo que vender ninguna
halló por ser casa aquella donde muchas veces no se comía por no haberlo
realmente.
Prometía el duque de Medinasidonia servir al Rey aun cuando tuviese
que vender un hijo en Berbería, pero nada positivo ofreció dejándolo para
tratarlo en la corte, adonde iba, irresoluciones que según el comisario po-
drían ser de mucho daño en el empréstito.
Mereció del padre Sicilia especialísima mención el duque de Arcos,
asegurando no haber otro más aficionado al servicio de S.'M. entre cuan-
tos nobles visitó. Su hacienda estaba en gran aprieto y el Duque declaraba
quedar corrido de no poder hacer una gran demostración como deseaba;
así y todo ofreció contribuir con 1 10.000 ducados: 70.000 dados de cierto
crédito que tenía contra la Hacienda real y 40.000 prestados, dándole fa-
cultades para tomarlos á censo,
Al conde de Aguilar había defado su padre 40,000 ducados de «deudas
sueltas», además de muchas imposiciones, y con estoy otra tanta cantidad
que el Conde gastaría en sus bodas, no podía ofrecer sino 8.000 ducados,
siempre que se le diese facultad para tomar 24.000 á censo con que reme-
diar en alguna parte sus necesidades.'
No estaba tampoco muy sobrado el duque de Alba, pues para servir con
5o.ooo ducados, precisaba facultad para tomar á censo 100.000; quedándose
con el resto para acomodo de sus deudas.
La condesa de Gelves ofreció 3. 000 ducados, cantidad muy crecida
para una hacienda en que apenas quedaban otros 3. 000 libres de tributos,
pues los condes D. Alvaro y D. Jorge gastaron grandes sumas en las jor-
404 REVISTA DE ARCHIVOS
nadas que hicieron á Flandes, Alemania é Inglaterra con S. M. y con e!
Emperador.
Halló el comisario al duque de Bejar más acongojado de no poder acu-
dir con lo que su ánimo pedía, que de los dolores de la gota que tanto le
apretaban, pues su casa estaba en tal estado, que de So.oo© ducados que
valdría, harto sería que pudiesen gastarse en el sustento y obligaciones de
ella, que eran muchas, 24.000, consumiendo el resto los censos que tomó
el Duque para dotar á sus hijos y para el viaje de la reina doña .\na.
Lamentábase el conde de Benavente del mal estado de su casa v decía:
que si para cumplir con las necesidades de S. M. fuera menester vender
diez hijos que tenía, no se detendría en hacerlo, mas como esto no era pre-
cisamente lo que hacia al caso y si el dinero y éste no le tenía, pues sólo
de réditos de censos pagaba anualmente 2.5oo.oco maravedises, solicitaba
facultad para imponer otros 29 con que pagar sus deudas y poder contri-
buir con 40.000 ducados.
El marqués de Camarasa tenía la mayor parte de su hacienda consu-
mida en pagar réditos de censos, á pesar de lo cual, precisaba facultad para
imponer otros 5d.ooo ducados, de los que ofrecía la mitad al Rey.
Tampoco la casa del marqués de Villena disfrutaba de la holgura que
se creía, á causa de los muchos censos que sus antepasados hubieron de
tomar para los gastos de las jornadas que hicieron y de lo que el mismo
marqués gastó con su hermano D. Diego López Pacheco para concurrir á
la armada invencible donde murió, que fueron más de 40.000 ducados,
pero á pesar de ello declaró que quedándole lo forzoso para él y para un
caballo en que seguir al Rey, pod:'a dar lo restante, ofreciendo 3o.ooo quin-
tales de alumbre (unos iSo.(X)0 ducados) y otros 3o. 000 en dinero, dándo-
sele facultad para tomarlos á censo.
La hacienda ¿A marqués de Frómista estaba toda en poder de acree-
dores y ni los alimentos que cobraba estaban debidamente declarados por
lo que padecía extrema necesidad, no obstante lo cual ofreció que si, con
real facultad, se encontrase quien quisiese darle á censo 4.000 ducados,
cosa harto difícil, contribuiría con ellos.
Kn muy semcjanie estado se encontraban las casas de Maqueda, .Mon-
tcmayor. Almenara, .\guilar. Montesclaros. Barajas, Osorno, Coruña,
Castro, etc. y personas de tanta notoriedad como el Sr. de Luque. don
Sancho de Lacerda. D. Pedro de Bobadilla. D. Juan Hurtado de Mendoza,
D. Pedro Zapata de Cárdenas, D. Fadrique de Vargas, D. Antonio de
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 4o5
Córdoba, D. Luis Manrique, D. Diego de ZLifíiga,.D. Fernando de Mon-
roy, D. Diego Mejía de Luna, D. Diego de Avendaño, D. Francisco de
Contreras, etc.
Tan lastimosa era, por regla general, la situación financiera de las
primeras casas de la nobleza española á fines del siglo xvi; tenían sus po-
seedores grande ánimo, resuelta voluntad de servir al Rey, abnegación y
desinterés ilimitados para contribuir con sus vidas y con sus recursos al
apoyo de una Corona demasiado grande, que falta, como las casas de los
nobles, de una hacienda sólida se derrumbaba por momentos, sin que fal-
tasen contadas excepciones que tampoco escaparon á la perspicacia del pa-
dre comisario y que señala en estos términos: La marquesa de Mirabel es
la tercera persona con quien aquí había de negociar, y si V. S. no la cono-
ce, es necesario sepa ser una de las más aplicadas á la conservación de su
hacienda que han nacido en el mundo, y como tal, aunque sabía yo tenía
más de loo.ooo ducados en dineros y sin obligación chica ni grande á que
acudir, y con más de 13 ó 14.000 que tiene de renta, y no gasta 3. 000, ve-
nía desconfiado de que había de hacer cosa, y así me pareció en buena
ocasión de la plática que tuvimos decirla que con 100.000 ducados, y me-
nos lo que fuese servida, podría contribuir.
¡Oh señor! ¡quién tal dijo! Comenzóseme á empobrecer como una del
hospital y á decirme lástimas de las lanza, y otras cosas que entendí no
había de acabar en una semana; en fin, por concluir con ella me ofreció
que serviría con 2.000 ducados graciosamente. V. S. lo estime en mucho
de esta señora, y se prometa que no habrá quien se escuse, pues ella no lo
ha hecho.
De parecida condición debía ser el duque de Alcalá, á quien por más
que el comisario quiso estimular con el noble ejemplo del duque de Ar-
cos, se resistió á tratar con el del asunto, alegando que lo haría con el Pa-
triarca, su sobrino, y principalmente que por ser el padre comisario tan
amigo de los duques de Alba y del Infantado le apretaba más de lo justo,
aunque él pensaba contribuir con muy buena cantidad. Debía conocer tan
bien el padre su condición y el estado de su hacienda, y debía haberle
trabajado tanto, que sabiendo no querría más pláticas con él, aconseja al
presidente del Consejo de Hacienda que le apriete valientemente, pues se
le entregaba tan maduro, que con sólo insinuarle que se le volverían á
enviar á pedirle resolución le harían dar cuanto tuviese á trueque de no
verle la cara; y añade: porque confieso que me hace lástima tenga hoy
406 REVISTA DE ARCHIVOS
ociosos en su casa, sin ninguna duda, más de 600.000 ducados en dineros,
sin otros tantos en joyas, plata y entrecasa y más de 100.000 arrobas de
aceite que vender para esta flota y los dineros que por momentos entran
á cargas en su casa. Quejóseme que había yo escrito á V. S. que tenía un
millón de hacienda, y díjele que se acordase bien que no había escriro sino
que un millón y doscientos mil ducados. V. S. no me le baje de 200.000
que estaba determinado á prestar.
Aunque extraña en la clase á que pertenecían la condición de estos se-
ñores no era única, pues también el marqués de Alcalá y el de la Algaba
eran, según el comisario, «los hombres más ricos que de su suerte había
en España, y cuando no prestaran nada, como no prestaban, yo me con-
tentara con que hubieran mostrado afición al servicio de S. M. y dado el
buen nombre que era razón á la paga asegurándola V. M. como la asegu-
ra, y porque en esto tengo mucho que decir se queda para la vista.»
Grande era la sagacidad del comisario para inquirir las noticias con-
venientes á su misión, y consistía su política en visitar primero á las per-
sonas más poderosas, divulgando sus ofrecimientos si eran crecidos para
que sirviesen de estímulo á los demás, y encargándoles reserva si por su
situación no podían dar mucho, mientras hacía correr voces de haber pro-
metido grandes sumas. De su conocimiento de los cabildos daba pruebas
presentándoles la carta del Rey mientras estaban reunidos y exigiéndoles
inmediata respuesta, sin darles tiempo á otros coloquios.
Ni se limitaban los comisarios á estas astucias para llenar cumplida-
mente su misión recaudadora, pues como en vista de penuria tan general
les ocurriría preguntar, como ocurrirá al lector, en qué manos estaba el
dinero, ya que ni el Rey ni los grandes señores y prelados lo tenían, ave-
riguaban y señalaban la conveniencia de pedir en Falencia y Segovia á
ciertos sujetos con cuyos donativos se llegaría al millón, mientras que por
más diligencias que se hiciesen, sin contar con ellos, no se llegaría á la
mitad.
Proponían también que se pidiese á los iMonasterios ricos que había en
Galicia de las órdenes de San Benito y San Bernardo como San Martín de
Santiago que tenía 12.000 ducados de renta, Celanova otros tantos, San-
tisteban 60.000, Riba de Sil 10.000, Santos 8.000, Lorenzana 6.000, So-
brado que era muy rico, Osera que cobraba 8.000 ducados, Monte de
Ramo otros tantos, Meíra S.cxx), Melón 4.00 ), Carracedo 7.000, Monfero
4.000, etc., y respondiendo á la carta del Rey en que mandaba indicasen
felBLIOtECAS Y MUSEOS 4Ó7
las personas á quienes se podía pedir, señalaban: en Segovia á D. Francis-
co de Monroy, arcipreste, que tenía 7,000 ducados de renta y ahorraba
6.000 sin tener deudos; el Dr. Calvo que, fuera de su canongía, tenía mu-
cho dinero ahorrado, el canónigo Ángulo que tenía 2.000 ducados de ren-
ta de su canongía y otros censos que había ido «hechando» , gastaba poco
y era fama que tenía mucho dinero, el canónigo Landao que pasaba por
muy rico; el tesorero de la iglesia que tenía So.ooo ducados; el canónigo
Antonio Gómez de Avila que tenía más de 20.000 ducados; el racionero
Juan del Valle que tenía 12.000 de renta, etc.
En Valladolid, juzgaba que podían dar Juan de Vega, D. Antonio de
Luna, D. Francisco Enriquez y D. Alonso de Quiñones; en Falencia, don
Francisco de Reinoso, abad de Ausillo, y en Córdoba un mercader llama-
do Francisco Sánchez de Toledo, que tenía So.ooo ducados en depósito, de
lo que fueron valiendo ciertos beneficios aplicados á reparar la capilla en
que yacían Fernando IV y Alfonso XI, cuyo dinero era mejor se sirviese el
Rey de ello, pues que no se gastaba, que dejar al mercader continuarse
enriqueciendo con ello.
En épocas sucesivas volvióse á encontrar la Hacienda Real en los mis-
mos comprometidos apuros á que tan valientemente acudieron el padre
Sici|ia y sus compañeros, recaudando cuanto más les fué posible, pero á pe-
sar del buen éxito de su gestión, no se acudió ya á este medio por la mudan-
za de los tiempos, yendo las cartas del Rey por sus vías naturales y acos-
tumbradas á manos de los corregidores de las provincias y pasando de
aquéHas á las de los grandes y títulos del Reino, quienes las pusieron so-
bre sus cabezas, las atacaron, cumplieron y obedecieron como emanadas
de su Rey y Señor natural, aunque por no haber mejorado la situación
económica de sus casas desde que los padres comisarios visitaron y apre-
miaron á sus antepasados, unos, como el conde de Benavente, hubieron de
representar las muchas cargas que sobre sus Estados pesaban, tales, que
sólo le rendían unos cortos alimentos, obligándole á vivir en su retiro de
Benavente é imposibilitándole de acudir en auxilio del Rey, y otros alega-
ron, como el duque de Medinaceli, hallarse viejo, pobre y olvidado y des-
pués de relatar sus largos servicios militares en los reinados anteriores,
que como hechos á difuntos se le volvieron sufragios para la otra vida,
aseguraba no poseer otra hacienda sino la que S. M. le había ayudado á
tener con no pagarle, ni más pronta que sus sueldos vencidos, sobre que
S. M., ni con ocasión de la pasada campaña y para emplearlos en su mis-
4o8
REVISTA DE ARCHIVOS
mo servicio, fué servida de librarle ni un real, y que si ahora le consigna-
se 6.000 escudos, serviría con ellos, sin permitirle otra cosa su situación,
advirtiendo que las guerras no se hacen con donativos miserables, antes
suelen ocasionarlas, sino con millones, y que si S. M. juntaba el caudal de
todos los Grandes de España no llegaría al del Rey de Francia.
Tan atinadas reflexiones parecen el mejor resumen de cuanto de las
anteriores páginas puede deducirse y de su aplicación á los presentes tiem-
pos juzgará más sabrosamente el lector cuanto menos comentarios se le
hagan.
Simancf^s, Abril 1904.
Julián Paz.
DOS CANCIONEROS ESPAÑOLES
VII
(Ms. 3.358, fol. 238 V.)
Respuesta de Bel ardo á Riselo.
A ti, dirino ingenio, á ti la pluma,
á ti la silla de la cierna fama
en cuio azero el tiempo se consuma.
A ti, claro pastor, la verde rama
de laurel invidiado, que en tu frente
las esmeraldas yndicas derrama.
A ti se debe todo iustamenie,
confforme el ciclo en ti lo que te offrezco
contra la lengua de la invidia ardiente.
Dichoso yo que contemplar merezco,
en tus raros scriptos el thesoro
por cuia inquisición rae dezuanesco.
Por lo que debe el mundo á tu decoro,
se tenga por alarbe el que llamare
yerro la edad que por tu causa es [de] oro.
¡Maldiga Dios el cverbo que vanare
tu nombre en las corrientes de Letheo!,
¡bendiga el cisne que con el volare!
Tenme, tenme de oy más, divino Orphco,
por uno de tus mansos animales,
que oyó á tu voz y apresuro el deseo.
Tu raro .plectro y números iguales,
gue suspender pudieran el castigo
de las dañadas almas infernales.
Quanto quiere llevar, lleva consigo,
illustres hombres, que tu bien mejoran,
con pecho liberal, digno de amigo.
Damas que de tu gasto se nameran
oyendo tu lenguaic que encadena,
yerros que con tu acverdo sobredoran,
y siempre te será dulce Filena,
preciando más lu alegre compañía
que la del Cid con lágrimas Ximena.
Y esto como de todos lo sabia,
que ya de tu Narcisa fué patente
lo mismo que de Filis se decía. .
No por christal ó vidrio transparente
se ve en desotra parte las figuras
que retrato la mano diligente,
como las amorosas desventuras
por tus coplas Riselo, y mis sonetos,
testigo de tu llanto y mis locuras.
Y suelen como tu los más discretos,
vuscar un buen amigo que los canta
con el tono que alguno mis secretos.
Con esto el vulgo rudo se adelanta,
y como el vidrio tiene por antoios,
adonde dice moro dice mata.
Por esto se supieron tus enojos;
¡guárdete Dios del hombre que te adula,
y del cverbo más lindo entrambos ojos!
Enfermo estoy, y el alma disimula
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
409
un tosigo que tengo apostemado,
por un uñas ariva de una muía.
Pero cónsul lo tué que tu cuidado
también tiene su parte de mi quexa
sin tantos versos y papel vorrado.
Por esto se mormura que te dcxa,
porque te alio con otro, al fin, Risclo,
se que tratas de silla, estrada y reia.
Si te pedí arancel, fue iusto celo
de aliviar mi passión confusa y ciega;
y esso es partir por la mitad un pelo,
O porque ya passasc la refriega
que con tanto donaire se celebra,
quando fregaba Ynés en la vodega.
No es solo tu caudal.Ia sutil hebra
del camino ordinario que tu gusto
en sota como en siete enristra y quiebra.
Pero, pues tu lo mandas, es muy justo
que á ty Narcisa mi inocencia pida
de rodillas perdone su desgusto.
Conozco que es deidad que, revestida
de nuestro humano velo, al mundo vino
á ser de ti con affición querida.
.Que el parto de tu ingenio peregrino
no le merece criatura humana;
■ dése al divino César lo diyino.
Dilc, gentil Apollo, á tu Diana,
que yo no te scribí por no offendella,
si offensa cabe en prenda soberana.
Hermosa esta Narcissa, hermosa y vella
con ella en lodo Filis tiene menos,
si no es en tiernos años de doncella.
Yo se que adoras ojos tan serenos,
como los tiene el mundo celebrados,
auaque con celos de venganza llenos,
y que (1) fueron imbidiados
sus divinos conceptos, y que tratas, ,
como yo tortolillas, tu ganados.
Aunque al fin de tu carta desuaratas
quanto de tu Narcisa conocemos
con la casera vida que retratas.
Y como puede ser que ios extremos
de tu firmeza, como pecho libre,
Ueben por alta mar lijeros remos,
esta doncella, de quien Dios me libre,
yo sospecho muy bien que en otra criba
puede á Roma llebar agua del Tibre.
(\) Falta algo en el ms.
Con ser en los favores dexativa,
no me daba lugar al gusto ajeno,
porque era tan celosa como esquina.
Anarirsate venden por hircno
y acullá recateas tres ó quatro;
quitarme quiero de la voca el freno.
Del norte al sur ni desde Chitile á Batro
hallará un tiempo medio á mi locura,
ni me la dio la yerba llypomar&tro.
Mas ya que me cerraron la rotura
del pobre pecho, estimo en un ochabo
que sea melcocha blanda ó piedra dura-
Quando yo te scribí ya estava al cabo;
acabe de morir y á vivir vuelvo;
de ñlis un pregón busque el esclabo.
Qual fénix en ceniza me resuelvo;
de los carbones nuestros resucito
y de la dura obligación me absuelvo.
De mi perdido ingenio me desquito,
del tiempo es imposible que al partirme
atrás me dexeis el correr limito, (i)
Los días que tardaste en scribirme
gasté en buscar remedios á la sangre
con el fuego del alma poco firme.
Si quisieres que el pecho se desangre,
quando me salga comezón y ronchas,
la vallestilla quiero que me sangre.
Dexar quiero pinceles, vengan bronchas
de madera gruesa, y raosas tiejas
que en los jarretes críen cerda y conchas.
Mas quieru un albañar y dos artesas
que siete corredores en alquimia
llenos de marianas y condesas.
Acabesse mi amor con la vindimia,
y entrégesse en mi libre pensamiento
el rostro y condición de alguna cimia.
¿Tengo de andarme yo veviendo el viento
por ver quando madura el señor vir^fo
rogado y aun regado de oíros ciento?
Y que quando pensare que desvirgo
como si fucsse moro me reiraxe
con la hebra sutil de blanco sirgo.
Vaie mi musa pues, al punto vaje
de los zaquiíj'amics en ñora mala,
ya toda broíja síruame y irabaie.
¿Siempre tengo de estar en una sala
(i) En esta pQesía y en las siguientes está
el manuscrito muy alterado.
402 REVISTA DE ARCHIVOS
dor una brillante posición, tenían su hacienda tan averiada como la del
Rey y vivían sólo á fuerza de censos y otras imposiciones y préstamos.
Bien es verdad que muchos señalaban como causa de sus deudas los gran-
des gastos hechos en servicio de la Corona, quién en costosas embajadas,
quién en largas jornadas y campañas, en las cuales, lejos de habérseles pa-
gado sus salarios, consumieron toda su hacienda comprometiendo además
el crédito de sus casas con crecidas sumas tomadas á préstamo y gastadas
en servicio del Rey.
A pesar de estos apuros su buen deseo era grande y por de contado que
nunca faltaban las protestas de adhesión y el empeño de servir la causa
del Rey y de la fe /atólica si contaran con más dinero, mas como carecie-
ran de éste, que era por el momento lo que se necesitaba, acudían todos
al mismo expediente: solicitar reales facultades para imponer censos sobre
sus mayorazgos y Estados, pero en sumas mucho mayores de las que ofre-
cían para servicio del Rey, reservándose el resto para urgencias particu-
lares suyas, para cubrir ciertas «deudillas» ó para pagar los recambios que
les iban «cancerando» sus haciendas, como decía, con gráfica frase, el pa-
dre comisario. Las instrucciones comunicadas á éste por el Rey y por el
Consejo de Hacienda eran terminantes en cuanto á este punto; después de
algún regateo con el que solicitaba facultad por sumas que parecían exce-
sivas, concedíanse todas, pues lo que urgía era el dinero, fuese como qui-
siese. Los mismos comisarios moderaban á su juicio las facultades que ha-
bían de concederse, según lo que en el curso de su conversación con los
interesados trataban, y cuando uno de aquéllos escribía que el Obispo de
Cartagena no tenía un real y que sólo podría vender s\i plata, valuada en
unos 2.000 ducados, y darla á S. M., á lo que el comisario respondió que
el Rey sólo quería prestado, se le responde enseguida qij[e admitiese tam-
bién lo dado, quizá pareciendo excesivo el escrúpulo del padre.
Acudió éste á una de las primeras, como perteneciente á la mejor no-
bleza del Reino, á la casa de los marqueses de Priego, la cual se encontra-
ba tan desacreditada, en opinión del mismo marqués, y en el sentido eco-
nómico de la palabra, que, aun dándole S. M. facultad para tomar dinero
á censo, no hallaría quien se lo diese, y si lo hallase, sería tarde y dando
otros fiadores, que á su vez tampoco se podrían encontrar. Confirmaba el
comisario la triste situación de la casa añadiendo que estaba tan hundida,
que por muchas trazas que daban no encontraban ninguna pues era cosa
de lástima cual la dejó el padre del marqués. Apesar de esto ofreció servir
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 403
con i5.030 ducados dándole facultad para tomar loo.ooo á censo s¡ se ha-
llasen, ó con cierto lugar si se vendiese, ó en fin con 60.000 ducados de
joyas buenas que daría á S. M. por la mitad de lo que costaron.
De la casa del marqués de Árdales supo el comisario tantas plagas que
se contentó con dar la carta que llevaba para él á D. Juan de Guzmán, su
hijo, para que viese que S. M. se había querido servir de él como de todos
los demás, que para otra cosa no había por qué pues se sustentaba de mi-
lagro. Lo mismo se refería públicamente del marqués de la Guardia y así
procedía obrar con él de igual manera.
La casa de la duquesa de Baena era, en opinión del comisario, un pau-
pérrimo hospital, no sirviéndola carta del Rey sino de quedar la pobre
señora lastimadísima, viéndose sin remedio de poder servir á S. M. y aun-
que anduvo dando mil trazas por ver si había algo que vender ninguna
halló por ser casa aquella donde muchas veces no se comía por no haberlo
realmente.
Prometía el duque de Medinasidonia servir al Rey aun cuando tuviese
que vender un hijo en Berbería, pero nada positivo ofreció dejándolo para
tratarlo en la corte, adonde iba, irresoluciones que según el comisario po-
drían ser de mucho daño en el empréstito.
Mereció del padre Sicilia especialísima mención el duque de Arcos,
asegurando no haber otro más aficionado al servicio de S. M. entre cuan-
. tos nobles visitó. Su hacienda estaba en gran aprieto y el Duque declaraba
quedar corrido de no poder hacer una gran demostración como deseaba;
así y todo ofreció contribuir con 1 10.000 ducados: 70.000 dados de cierto
crédito que tenía contra la Hacienda real y 40.000 prestados, dándole fa-
cultades para tomarlos á censo.
Al conde de Aguilar había dejado su padre 40.000 ducados de «deudas
sueltas)), además de muchas imposiciones, y con esto y otra tanta cantidad
que el Conde gastaría en sus bodas, no podía ofrecer sino 8.000 ducados,
siempre que se le diese facultad para tomar 24,000 á censo con que reme-
diar en alguna parte sus necesidades.
No estaba tampoco muy sobrado el duque de Alba, pues para servir con
5o.ooo ducados, precisaba facultad para tomar á censo 100.000; quedándose
con el resto para acomodo de sus deudas.
La condesa de Gelves ofreció 3. 000 ducados, cantidad muy crecida
para una hacienda en que apenas quedaban otros 3. 000 libres de tributos,
pues los condes D. Alvaro y D. Jorge gastaron grandes sumas en las jor-
414
REVISTA DE ARCHIVOS
y fructo de su vientre, que otras vezes
no se estimara en un mohoso quarto.
Quando esta vas cargada de veljeses
que á el otro por doncella te vendiste,
que tu vida vusco hasta las hezes.
Y no se por que causa lo heziste,
que si te vio rascando el cogote
sobre la olla que después vendiste.
Tal qual eres te quiso el mazacote
y no era mucho, pues que no es demonio
que como los demás entrasse á escote.
No ser honrrado es claro testimonio,
quel el gargaxo platero que te ensilla
no lo hace en virtud de matrimonio.
Haz de modo, pues vives en Sevilla,
que las damas que en ella mucho valen
tengan másinvidia que manzilla.
Otras por interés de madre salen
mejores que no tu con grande summa
aunque en lo de Sant Pedro no te ygualen.
Y porque la verdad veas de mi pluma,
vuelve los ojos á la gran chalana
que del lugar la tienen por las puma.
Y es cosa cierta que en la carne humana
en tierna edad ha hecho tanto estrago
que el mal veo en la jcnte lusitana.
Si es duro de pasar aqueste trago,
tu vanagloria y exibo toldo
son causa del disgusto que te hago.
Que todas quantas con mi molde amoldo,
la más dócil, más áspera y proterva
ha de sacar de aquí mayor rescoldo.
Pero tu honor se augmenta y te conserva,
poniéndose en defensa y retaguarda
de tan ylustre y célebre caterba.
Yo soi un hombre de una capa parda
á quien llamaste hcí un día á tu puerta
pareziendotc buho ó abutarda.
Y por el parentesco es cosa cierta
que tengo de enmendar tu estilo nezio,
aunque será coger agua en espuerta.
Que en verte levantada ya dcsprezio
de puro grave altíua y muy señora
quieres tratar los hombres con desprecio.
Y aquerdome yo bien quando á deshora
de laba pues trillabas el camino,
y en differcnte tiempo del de agora.
No era entonzes tu trato tam divino^
aunque agora en tu templo se consagra
con solo carne, no con agua y vino.
Es cosa de sufrir difíicily agrá,
más callaré por el pastor amigo
qup en tu negro vellón hecha su almagra.
De my intención el cielo es buen testigo,
ó bárbaros, ó torpes amadores
que es por vuestro provecho lo que digo.
No cesso de dizirles sus herrores
más de emmcndar los vuestros si es posible
porque veo que andáis á sus sabores.
¡O! caso horrendo mísero y terrible
es ver la juventud del cielo vándalo
envuelta en sodomía yncorregible.
El melifluo mozuelo oliendo á sándalo,
con blanduras del rostro y alca9uello,
moviendo al cielo yrá al mundo escándalo.
Engarrotado el triste y tiesso cuello,
oliéndole el pescuezo oliendo á esparto,
señal que presto acabará con ello.
No se me da del más pintado un quarto,
que de enfadado tengo de decillo
porque me tiene ya cansado y harto.
¿Tengo yo de sufrir el mozalvillo
aliendo á puto á tiro de vallesta
aquel orden putesco de vanillo?
La lechuguilla muy mirlada y puesta,
al cogote la gorra y caperuza,
sobre la frente la encrespada cresta.
El polvillo en el guante de gamuza,
y el compasado hechar de pies y pierna,
manjar provocativo al moro muza.
Aquella affictión suave y tierna
de blando (fucar con que á Petrarca
piensa que en discreción rinde y govierna
El curioso grigesco y saltanvarca,
la capa de vayeta oliendo algalia,
el almizcle y pastilla en el arca.
Todo el negocio va por lo de ytalia;
volved, ó juventud bárbara y ciega,
á aquel antiguo ser de la bandalia.
¿Quien de tan vil canalla no reniega
y á tan horrendo trato diabólico
su fama, su valor y honrra entriega?
Ya yo me he visto alegre y melanchólico
emputecido y bobo más que frías,
y aun no debo de estar aun muy católico.
BIBLIOTE^CAS Y MUSEOS
4f5
Mas quiso Dios que de estas niñerías
saliese salvo á tan seguro puerto,
que no me duelen ya las ansias mías.
Ya vivo vida con algún concierto,
haciendo siempre gran donayre y risa
del bien dudoso el mal seguro y cierto.
No tengo (;elos ya de la camisa
ni competencia con el sacro Apollo;
un mismo gusto alio en seda y frissa.
Mas precio dar á Cartagena un bolo
y a venito ydalgo una matraca,
que gozar de la más pintada solo.
Como tengo la condición vellaca
por lo que todos avorrezen muero,
que harto del faisán [prefíeroj vaca.
Tanto suelo gustar de un majadero,
como Amaro Benites de su prosa (i)
y de su ha/.arena y pié á el carnero.
Para mi humor es cosa milagrosa
ver á trigillos puesto á la jineta
á quien la brida nunca fue enfadosa.
Y al de cascos roto y sin brageta
contento que quien es el mundo sabe,
envuelto en no se qué que fué vaeta.
Y al pintorcillo tiese^uelo y grave
que siempre al orisonte va mirando,
querer que sin por que el mundo le alabe.
Traíanse de hediólas un gran vando
á profanar de Dios el sacro templo,
de las vidas ajenas murmurando.
De cólera y de yra me destemplo,
que ajenas vidas trate un macabeo
que de la suya da tan mal exeroplo.
Mejor fuera que aquel cañón anjeo
en el tinte de rojos le liñera,
que blanco y con vayeta está mui feo.
Ya esotro tundidor mcior le fuera
que á su amigo escobar la cara y piernas
y dureza de ingenio le tundiera.
Mira conclave nezio que le infiernas,
y queda condenado eternamente
«
á hedientes y míseras cabernas.
Salí infames del tiempo brevemente,
si no el porrero a puros rempvjones
os hcchara que el cielo no os consiente.
(I) Famoso personaje de Sevilla. Los Ser-
mones del loco Amaro han sido publicados en
un tomito por la Sociedad de Bibliófilos An-
daluces.
Parte han (ido mi cólera y rabones
á venirme acordar de lo de ogaño,
que lo quise dexar entre renglones.
P?ro vivan y pasen en su engaño
pues á marifernandez sufre el mundo,
pues causa en la república más daño.
Yo se bien la ra^ón en que me fundo,
y que con ella más malo mostrara
al más discreto sabio y más profundo.
Mas quantas cuchilladas por la cara
á cada una me da y como dessea
que me queste la sátira más cara.
Y como el bellacón la lisonjea,
mostrando en su presenzia grao mostaza
y vame á mí á rogar que se la lea.
Una con sus galanes me amenaza,
otra con su persona me hace un fiero,
otra para ante Dios mi lengua aplaza.
Todo lo temo yo, y á Dios primero,
más viendo el ^elo con que yo lo hago
que perdonara mi yerro espero.
Sacase destas damas tan mal pago
que viendo el mal decoro que se guarda,
quiero más su desden que su alago,
pues es sufrir sufrillas una albarda.
IX
(Ms. a.864, fol. 2 V.)
Otras del abbad Salinas.
Acaso vn día me lleuó la suerte
por vn bosque de enzínas muy cerrado,
á do vn pastor herido vi de muerte,
que en bracos de su nimpha estaua echado;
el llanto de la nimpha era tan fuerte
sobre el amante, que el desuenturado,
aunque mortal su llaga se veya,
más della el duelo que su mal sentía.
Y con deseo de saber mouida
por ver y oyr que fin tendría la cosa,
en vna mala me metí escondida,
á donde el sol apenas entrar osa;
el pastor muere, y á la despedida,
el llanto de la nimpha dolorosa,
el bosque y las enzinas parecía
que de piedad y á lágrimas mouía.
El, con el poco aliento que le queda,
«no me duele el morir, dizc, pastora,
con tal que la fortuna me conceda
4i6
REVISTA DE ARCHIVOS
que uiuas y me quieras como aora*
dezia la nimpha: «^cómo eres que pueda
uiuir el vnosin el otro vn hora?,
si yo uiuo en tu alma y tu en la mía
¿cómo tú muerto, yo uiuir podría?*
X
(Ms. 2.864, fol. 3 V.)
Égloga de Dqmeo y Calatea.
Por el recuesto de vn muy verde otero,
tras sus aviesas cabras, que balando
se encaminauan ya con el luzero
á la vezina aldea, yuan cantando
su mucha fe y amor tan verdadero,
en dulce competencia celebrando,
el buen Dameo y su pastora bella,
respondiéndose á vezes él y ella:
Dameo.
^Ves, Calatea, aquella uid que asida
por aquel olmo verde va subiendo,
toda enredada en él y entretexida,
sus bracos y sus dedos retorciendo
con muestras de amistad jamás oyda,
al tronco, al ramo, aquí y allí prendiendo?;
muy más asida y muy más enredada
estás tu con mi alma y mas amada.
Calatea'.
Mira, Dameo, como en descubriendo
su clara luz Apollo por el cielo,
el amoroso chibo en fuego ardiendo,
lleno de gozo rodeando el suelo,
el rostro conucriido en flor uoluicndo,
por do quiera que va el señor de Délo.
Véate ó no te vea, mi Dameo,
más gloria que mirarte no deseo.
Dameo.
Sale la aurora rubia y muy hermosa
de árboles pintada, y derrama'ido
sobre la tierra madre artificiosa
el vsado color con que alegrando
va el lino azul, la colorada rosa,
las tinieblas del mundo desterrando;
asi quando de alguna breue ausencia
buelues, mi bien, me alegra tu presencia.
CaLAI FA.
Quedan, partido el sol, todas las cosas
sin parecer, sin lustre ni hermosura.
embuchas en tinieblas enojosas,
llenas de espanto y llenas de tristura,
muertos los lirios, sin color las rosas,
marchito el campo y toda su frescura;
tan mustia, tan marchita y sin color,
me de.xas con tu ausencia, mi pastor.
Dameo.
Quanto el estéril sauze se leuanta
sobre la amarga mimbre en la ribera,
ó sobre qualquier otra humilde planta
la verde palma sube hasta la sphera,
tal, mi pastora, tu belleza tanta
se auentaia y e.xcedc á otra qualquiera,
y como igual no tienes en el mundo,
así en amarte yo soy sin segundo.
Calatea.
Quanto Dameo suele más sabroso
ser el panal de miel que la quajada,
quanto el florido prado es más hermoso
que la arenosa tierra mal labrada,
y quanto más gentil y más gracioso
que otro ningún pastor de la maiada,
tú eres, mi Dameo, y yo te quiero
tanto más, mi pastor, y por ti muero.
Da.meo.
Quaudo, pastora mía, de mi pecho
yo tedeiare vn hora ni vn momento,
véame en tibio llanto yo deshecho,
y ármese contra mí todo elemento;
si yo jamás rompiere el lazo hecho,
de amor turbando nuestro gran contento,
la gloria de vn amor tan dulce y tierno
se me conuierta toda en uiuo infierno.
Calatea.
Si fortuna, si el tiempo, si la muerte,
que tanto pueden en qualquiera cosa,
Dameo, me apartaren de quererte,
ó pobre, ó rica, ó vieha, ó muy hermosa,
véame yo en tan triste y mala suerte,
que aun viua de los muertos invidiosa;
ámete yo, mi bien, y yo te siga,
y huyasmc cruel como á enemiga.
No dcxaran sus versos amorosos
Dameo y Cialaica, si llegados
muy cerca de su nldca dos raposos,
no airaucsaran junio á su ganado;
los perros, con ladridos animosos.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 417
en vano los seguían denodados,
también los dos amantes los siguieron,
más desde á poco trecho se voluicron.
xí
(Ms. 2.804, fol. 3 V.)
Soneto del Abad Salinas.
Cuytado que en vn punto lloro y rioy
espero, quiero, temo y aborrezco.
Juntamente me alegro y me entristezco.
de una cosa confio y desconfío.
Buelo sin alas, siendo ciego, guío,
en lo que valgo más, menos merezco,
callo, doy vozes, hablo y enmudezco,
nadie me dontracize y yo porfió.
Querría hazer fácil lo imposible, '
qucrrfa poder mouermc y estar quedo,
uiuir sin libertad y ser cautiuo.
Querría que se viese lo inuisible,
querría desenredarme y más me enredo,
¡tales esiremos son en los que viuo!
Eugenio Melé y A. Bonilla y San Martin.
RELACIÓN DESCRIPTIVA DE LOS MAPAS, PLANOS, ETC.
RE LAS
ANTIGUAS AUDIENCIAS DE PANAMÁ, SANTA FE Y QUITO
E-XISTENTES EN EL ARCHI VOGENERAL DE YNDIAS
OBSERVACIONES
I.* Los mapas y planos que aquí se insertan, entiéndase son orignales é inédi-
tos, si no se expresa lo contrario.
2.** En las dimensiones, la primera cifra indica el ancho y la segunda el alto del
mapa ó plano.
3.* Al final y para facilitar su manejo, insertamos dos índices por orden alfa-
bético, el primero de autores y el segundo de los lugares geográficos que en los
mapas y planos se citan.
4.'* Al pie de cada mapa ó plano hemos puesto indicación del Estante, Cajón
ó tabla y Legajo donde se encuentran; en algunas ocasiones, cuando en un legajo
hay más de un mapa ó plano, hemos puesto á continuación, entre paréntesis, un
número para señalar el orden que le corresponde dentro del mismo legajo.
«
1641
1 «Traza adonde' parece que conviene que se haga la fortaleza del
Nombre de Dios.y) '
Con carta del Licenciado Vaca de Castro, fecha en PanJ^má, 2 de Marzo de 1541.— En perga-
mino.— Hecho á pluma.— 43 X 32 centímetros.— Pat. Estante 2.— Cajón 2.— Legajo 2/i5.— r. 62.
iSyi
2 «Modelo de como quedará el muelle de Cartagena después de hecho
como agora el Señor' Governador lo quiere hacer.»
Remitido por el Gobernador de Cartagena D. Pedro Fernándei^ del Busto, con caria de 8 de
Marzo de iSyi.— En colores 42 X 30 centímetros.— Estante 73.— Cajón i.— Legajo 29. (i)
3.* ¿POCA.^TOMO X. 3 I
41 8 REVISTA DE ARCHIVOS
1 572
3 Diseño de la Fortale¡{a de Santa Marta,
Enviado por su Gobernador D. Luis de Rojas, con carta de 30 de Septiembre de 1572.—
31 X 22 centímetros— Estante 72.— Cajón 4.— Legajo 18. (i)
1573
4 Plano de la /oría/e^a y puerto de Santa Marta.
Remitido por el Gobernador D. Luis de RojaSy con carta de 20 de Abril de 1573. — 31 X 44 cen-
tímetros.— Estante 72.-*Cajón 4.— Legajo 18. (2)
Sin fecha (¿1575?)
5 «Modelo (plano) de las Cassas que su magestad a de mandar hacer
en la ciudad de Cartagena para Aduana.^
Son tres planos; i.^ Planta baja: 55 X 41 centímetros.— 2. <> Fachada: 37 X 28 centímetros. —
3.° Planta alta: 28 X 39 centímetros.— Estante 73.— Cajón i.— Legajo 29. (2)
i58i
• Plano de la Ciudad de la Palma, Provincia de los Colimas ó de la
Trinidad. (Nuevo reino de Granada.)
Acompaña una relación histórica de esta Ciudad.— 47 1/2 X 78 centímetros.— «Legajo de
documentos comprados por el Ministerio de Ultramar.»
1584
7 Plano de la Provincia de Tunja, sus pueblos y jurisdicción.
Acompañado de una Relación sobre el buen gobierno del Nuevo Reino de Granada, por
Diego de la Torre, cacique^ fecha en Madrid en 1584.— Hecho á plu-tna.— 30 X 21 centímetros. —
Pat. Estante 2.— Cajón 2.— Legajo 2/17.— r. 16. (i)
I 584
8 Plano de la Provincia de Santa Fe, sus pueblos y términos.
Acompañado de una Relación sobre el buen gobierno del Nuevo Reino de Granada, por
Diogo de la Torre, cacique, techa en Madrid en 1584.— Hecho á pluma.— 30 X 21 centímetros. —
Pat. Estante 2.— Cajón 2,— Legajo— 2/17.— r. 16. (2)
¿I 588?
9 Plano de los Almacenes para galeras que se estaban haciendo en
Cartagena de Yndias,
43 X 3* centímetros.— Estante 72.— Cajón 4.— Legajo 6.
1594
10 Planta de la Ciudad de Cartagena de Yndia$ y sus fortificaciones,
manifestándose por líneas amarillas la fortifícación ó cerca que se podría
hacer.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 4 1 9
«Fecha en San Felipe de Puertobelo, en 18 de Abril de 1594,*— En colores,— EscaU de 2.000 pies
los 10 1/2 centímetros.— 59 x 41 centímetros.— Pat. Estante 2.— Cajón 2.— Legajo 1/14, núm. 48.
I 597
11 Planta de la Ciudad de Cartagena de Yndias.
Remitida por el Gobernador de Cartagena D. Pedro de Acuña, con carta de 7 de Diciembre
de i597, para manifestar lo que se ha adelantado en las fortificaciones desde 21 de Julio en que
mandó otra planta.— En colores— .Con explicación.— Escala de 200 pasos los 6 centímetros. —
84 X n5 centímetros.— Estante 72.— Cajón 3.— Legajo 6.
1597
12 «Plano del puerto de Portovelo y de las Jortijicaciones que se
habían de hacer para su defensa.»
Por Batista Antonelli.—Año de 1597.— Con carta de Antonelli sobre su defensa.— En colo-
res.— Se expresa con números los pies de fondo. — Escala de i.ooo pies los 4 centímetros.—
47 X sscentíraeiros.- Estante.— 69. — Cajón 3. — Legajo 13.
1599
13 «Planta del Castillo de San Felipe de Sotomayorr) (de Portobelo).
Por el Capitán Miguel Ruíj^ de Elduayen.— Con expediente é informes sobre fortifícaciones
de Portobelo.— Contiene una extensa explicación.— Hecho á pluma.— 56 X 83 centímetros.—
Pat. Estante 2.— Cajón 5.— Legajo 3/1 1.— Letra L.—r. 4. (i)
'599
14 «Planta de lo que se ha de añadir á la plataforma de Santa Bar-
bara.í) (del castillo de 5. Felipe de Sotomayor de Portobelo.)
Con informe al margen suscrito por Miguel Rui3^ de Elduayen, Eugenio Francisco de
iAyala?^ Fernando de Montoya, Pedro Meléndej^ y Agustin de Liermo y Agüero. — Con expe-
diente é informe sobre la fortificación de Portobelo.— Hecho á pluma.— 55 X 41 centímentros.—
Pat. Estante 2.— Cajón 5.— Legajo 3/11.— Letra L.—r. 4. (3)
1600
15 «Planta del Castillo de S. Phelipe de Sotomayor en la forma y
traza que queda en 28 de mar^o do este año de 1600, lo qual señala las
paredes que ban de tinta y todo lo que en ellas está señalado es la obra
que está acabada con los parapetos.»
Firmada por Miguel Rui^ Delduayen, Eugenio Francisco de^Ayala? y Fernando de Mon-
toya . — Con expediente é informe sobre la fortificación de Portobelo. — Hecho á pluma. —
Con extensa explicación.— 56 X 83 centímetros.- Pat. Estante 2.— Cajón 5.— Legajo 3/1 1. — Le-
tra L. r. 4. (2)
1600
16 c<Lado del Castillo de San Felipe de Puertobelo que mira fuera á
la mar con la elebación del terreno y alto que de presente le queda á la
muralla medido sin parapeto.»
420 REVISTA DE ARCHIVOS
«Yd. del lado que mira á la parte de tierra. o
3 Abril 1600.— Firmado por Miguel Rui ^Delduay en y Fernando de Montoy a. —Con expedien-
te é informes sobre la fortificación de Portobelo.— Hecho á pluma.— 89 X 68 centímetros.—
Pat. Estante 2.— Cajón 5.— Legajo 3/11.— Letra L. r. 4. (7)
¿1600?
17 Plano de la Ciudud y Puerto de Portobelo.
Se indica el lugar donde está situada la Ciudad y el llano donde convendría mudarla. — Sin
fecha. — Con expediente é informes sobre la fortificación de Portobelo.— En colores. — 82 X 34 cen-
tímetros.— Pat. Estante 2.— Cajón 5.— Legajo 3/1 1.— Letra L. r. 4. (4)
¿1600?
18 «Planta de la Traza de la ciudad nueva fortificada que se propone
en Portobelo,í)
Sin fecha.— Con expediente é informes sobre la fortificación de Portobelo. — Hecho á pluma. —
Escala de 5oo pies los 18 centímetros.- 55 X 81 centímetros.— Pat. Estante 2.— Cajón 5.— Le-
gajo 3/1 1. —Letra L. r. 4. (5)
¿1600?
19 «Planta del castillo de Santiago que se propone en el cerro del
chorrillo junto á la Ciudad de Portobelo.»
Por Fernando de Montolla (su rúbrica).— Sin fecha.— Con expediente é informes sobre la
fortificación de Portobelo. —Hecho á pluma.— 40 X 54 centímetros.— Pat. Estante 2. — Cajón 5, —
Legajo 3/1 1. Letra L. r. 4. (6)
Sin fecha.
20 Plano de la Ciudad de Cartagena de Indias y de sus fortifica-
ciones.
.\nün¡mo y sin fecha.— Parece ser del Ingeniero Antonetli.— En colores. — Con explicación.—
Escala de 2.000 pasos de á 2 pies, los 22 1/2 centímetros.— 58X43 centímetros.— Estante 145. — Ca-
jón 7.— Legajo 7. (8)
Sin fecha.
21 Plano del Castillo de Chagre y costa inmediata.
Anónimo y sin fecha.— Escala de 120 tuesas, los i5 centímetros.— 48X36 centímetros. — Estan-
te 145. — Cajón 7.— Legajo 7. (10)
Sin fecha.
22 Plano de Cartagena de Indias y de su Puerto.
Anónimo y sin fecha. —Parece ser del Ingeniero /ln/one//í.— Escala de 6.000 pies, los 14 centí-
metros.— 59 1/2X43 centímetros.- Estante 145.— Caja 7.— Legajo 7. (11)
Sin fechci.
23 Mapa de Panamá^ Portobelo, Darien, etc., etc.
Anónimo y sin fecha.— 58X42 1/2 centímetros.— Estante C9. — Cajón 6.— Legajo 12.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 42 1
160I
24 Mapa del Rio Grande de la Magdalena, desde su desembocadura
hasta' más arriba de la Ciudad de Mariquita, con expresión de gran nú-
mero de poblaciones y de ríos que en él desembocan.
Se acompaña una relación de los daños que han sucedido en dicho Rio, causados por los in-
dios de Care, desde que se descubrió hasta que el Licenciado Luis Enrique!;^, Oidor de la Au-
diencia de Santa Vé (autor de la Relación), los sujetó.— En colores.— 84X42 centímetros.- Es-
tante 72.— Cajón 3,— Legajo 23.
¿1604?
25 Plano de Portopelo,
Anónimo y sin fecha.— Se encuentra con cartas de D. Lope de Quevedo y D. Francisco de,
Narbaez, que tratan de las fortifícaciones de esta plaza, de 1604.— En colores.— Con explicación.
57 X 42 1/2 centímetros. — Estante 69.— Cajón 3.— Legajo 14.
1608
26 Mapa del territorio de los Yndios Paeces y Fijaos,
Acompañado de una relación de la guerra que se hizo á los indios Pixaos^ remitida por el
Presidente del Nuevo Reino de Granada, D. Juan de Borja, con carta de 20 de Junio de 1608. —
Hecho á pluma.— 148x60 centímetros.— Pat. Estante 2.— Cajón 2.— Legajo 2/17.— r. 27. (3)
1 609
27 «Discreción (plano) de la Ciudad de Panamá y el sitio donde es-
tán las Casas Reales y la ysla de Perico y las demás yslas.»
Por Cristóbal de Roda.— Con expediente sobre fortificaciones.— En colores.— Escala de 5oo
pasos de á 2 pies, los 18 1/2 centímetros.— 125X66 centímetros.— Estante 69.— Cajón 4.— Lega-
jo 18. (9)
161O
28 Plano que se acompaña con carta del Yngeniero Z). Cristóbal de
Roda para \á Jortificación de Cartagena de Yndias.
12 de Abril de 1610.— En colores.— 55 X 42 centímetros.- Estante 73.— Cajón 2.— Legajo 13.1(1)
161O
29 Mapa de la Provincia del Chocó.
Remitido por el Gobernador de Popayan D. Francisco Sarmiento de Sotomayor, con carta
fecha en Calí 14 de Abril de 1610.
Comprende el territorio situado entre el Rio Cauca y el Mar del Sur. — Por el Norte la costa
desde la desembocadura del Magdalena hasta Nombre de Dios.— En la costa del Mar del Sur
desde Panamá hasta la isla Gorg"ona.— Hecho á pluma.- 31X43 centímetros.— Estante 76.— Ca-
jón 6.— Legajo 9. (i)
161O
30 Mapa de la tierra donde habitan los indios, Piles, Timbas y Bar*
bacoas.
422 REVISTA DE ARCHIVOS
Remitido por el Gobernador de Popayan D. Francisco Sarmiento de Sotomayor^ con carta de
aode Abril de 1610, acompañado de una relación de la jornada que por sa mandado hizo á dicho
territorio el Capitán Francisco Ramírez de Lacerna.— Hecho á pluma.— I^or el Oriente, á lo largo
de la cordillera, se leen los nombres de Pasto^ Almaguer^ Popayan, la Balsa y Cali; y* por el
occidente Buenaventura, Rios Pites, Timbas, San Juan, Cedros é isla Gorgona.—^t X 43 Centí-
metros.— Estante 76.— Cajón 6.— Legajo 9. (2)
1614
31 Plano del Baluarte de San Felipe de la Ciudad de Cartagena de
Yndias,
Por el Yngeniero Cristóbal de Roda.— Kcmitido por el Gobernador de Cartagena D. Diego de
Acuña, con carta de 16 de Diciembre de 1614.— En colores.— Escala de 100 pies de vara de casti-
lla, los 6 3/4 centímetros.— 57X42 centímetros.— Estante 72.— Cajón 4.— Legajo 7. (i)
1617
32 Plano de la Plataforma Santangel, del Puerto de Cartagena de
Yndias.
30 de Noviembre de 1617.— Por el Yngeniero Cristóbal de /íorfa.— Remitido por el Goberna-
dor de Cartagena D. Deigo de Acuña, con carta de 30 de Noviembre de 1617.— En colores. — Con
explicación.- Escala de 100 pies, los 10 1/4 centímetros.— 42X29 centímetros.— Estante 72. — Ca-^
jón 4.— Legajo 7. (2)
1620
33 «Perpetiua de la Plataforma que se puede hacer en la ysla de
Perico en el mar del sur en Panamá.í)
Por Cristóbal de Roda.— Con expediente sobre fortificariones.— Lleva el núm. 5. — En colo-
res.— Con explicación.— Escala de 100 pies de vara, los 14 3/4 centímetros. — 58 1/2 X 43 centime-
tros.— Estante 69.— Cajón 4.— Legajo 18. (5)
162
o
34 Plano del Castillo de San Felipe de Portobelo,
,;Por Cristóbal de Rüda?—Con expediente sobre fortificaciones.— Lleva el núm. 7. — En colo-
res.— Con explicación.— Escala de 100 pies de vara de España, los 8 centímetros. — 29X42 1/2 cen-
tímetros.— Estante 69.— Cajón 4.— Legajo 18. (4)
1620
36 «Planta del Castillo de Santiago en la ciudad de Puertobelo,í>
Por Cristóbal de Roda.— Con expediente sobre fortificaciones.— Lleva el núm. 8. — En colo-
res.— Coa explicación.— Escala de Sopiés de Castilla, los 5 1/2 centímetros —43x58 centímetros.
Estante 69.— Cajón 4.— Legajo 18. (y)
(Continuará.)
Pedro Torres Lanzas.
ÉlBLlÓTECAá Y MUSEOS 42$
NOTICIAS HISTÓRICAS
DEL MAESTRE DIEGO DEL VILLAR, MÉDICO DE LOS REYES ALFONSO VIII,
DOÑA BERENGUELA Y SAN FERNANDO, DE LOS HOSPITALES Y HOSPE-
DERÍAS QUE HUBO EN LA RIQJA EN LOS SIGLOS XII Y XIII, Y DE LA VILLA
DE VILLAR DE TORRE
I
Maestre Diego del Villar, médico de los reyes Alfonso VIII, doña Be-
rengúela y San femando.
De este célebre médico riojano nacido, cuál se desprende de su apelli-
do, en Villar de Torre, pueblo próximo al monasterio de San Millán de
la Cogolla, nada nos dice ni el docto marqués de Monde jar en sus Memo-
rias históricas del rey Alfonso VIII slI citar los privilegios expedidos en
los años 1202 y 1209, ni don Antonio Fernández Morejón, quien empieza
las biografías de médicos españoles con la de Gerardo Cremonense ó de
Carmona, muerto en Toledo en 1180; ninguna cita del siglo xiii y conti-
núa con la del célebre médico heresiarca Arnaldo de Villanova, muerto
en i3io.
Los únicos datos positivos del Maestre Diego del Villar son los que
sabemos por los adjuntos documentos, que se ponen íntegros porque cree-
mos no han sido publicados. Nacido en la segunda mitad del siglo xii, casó
con María Anderazo, y agregado como médico á las huestes cristianas de
Alfonso VllJ, le acompañó en sus expediciones, principalmente en la cé-
lebre derrota de Alarcos donde debió curarle, así como á los soldados
heridos: también debió hallarse en las invasiones de 1196 y 1197, hechas
por Alfonso VIIÍ contra el rey de León y los sarracenos sus auxiliares, y
en la toma de Vitoria á los navarros en 1200. Motivos fueron estos más
que suficientes para que el 25 de Febrero de 1202, le diese el Rey todas las
heredades y viñas que poseía en Villar de Torre; eximiéndole también el
19 de Agosto del 1209 de todo pecho, especialmente el de postas, facende-
ra y posadera. Mandaba además, que ningún merino, sayón ú otro hom-
bre, pudiese entrar en la casa del Maestre Diego, y mucho menos sacar
cosa alguna por fuerza.
No debió faltar nuestro médico á la inolvidable batalla de las Navas de
Tolosa (Julio 25 de 1212); y aún después de muerto Alfonso VIH (Octubre
6 de 1214) continuó la asistencia médica á su hija doña Berenguela y á su
424 REVISTA DE ARCHIVOS
nieto San Fernando, cual se infiere de la confirmación hecha por este rey
en 10 de Enero del 1218, de todo lo que le había dado su abuelo 'en Villar
de Torre.
Sospechamos que ya de edad avanzada, debió conocer al poeta Gon-
zalo de Berceo cuando era joven. Por los adjuntos documentos vemos que
en el año 1222 confirmó el rey San Fernando la escritura de venta de una
heredad que nuestro medico había hecho al^monasterio de San Millán, y
por otros del archivo del mismo monasterio, que tienen la misma fecha,
sabemos que el poeta los confirma diciendo que era diácono, y por tanto
que tendría entonces unos 22 años.
^Dónde estudió el Maestre Diego.^ ^íDejó discípulos de su ciencia qui-
rúrgica? Difícil es, con lo poco que se sabe de su vida, responder categó-
ricamente á estas preguntas. No debió instruirse entre los árabes, por la
larga distancia y poca comunicación que había desde su pueblo natal á
los centros docentes musulmanes; y es más lógico pensar que hizo sus pri-
meros estudios en hospitales riojanos situados á corta distancia, y en los
que curaban médicos judíos ó cristianos. Existían en aquella época dos
célebres alberguerías ú hospitales, anejas á los monasterios de San Millán
de la Cogolla y Santa María de Nájera, donde indistintamente eran asis-
tidos y curados toda clase de enfermos de ambos sexos, aunque padeciesen
males contagiosos. Este fué el motivo de edificarlas fuera de los muros del
convento; y al agregarles varios edificios donde viviese la dependencia,
constituyeron un centro de población, cual se infiere de la carta de venta
de una viña, efectuada en 1092 por doña Buena Muñoz á Alvaro, natural
de villa Albergaría cercana á San Millán {Acad. Hist. Ms. O 21, fot. 18):
continuando después en el ejercicio de la caridad para los enfermos pobres,
como consta por la donación que en 1210 hizo doña María Dolquit, de
varias heredades en favor de dicho hospital de San Millán {Cod. cit,
Doc, 504.) Solo distaba tres kilómetros del pueblo de Villar de Torre,
por lo que sospechamos que el Maestre Diego del Villar estudió en dicho
hospital, y nada tendría de extraño fuese su maestro Enecus medicus pía-
garum de Bañares, que firma como testigo en un documento del mismo
monasterio, del año 1 167. La albergaría ú hospital de Santa María de Ná-
jera la fundó y dotó espléndidamente el rey do Navarra don García Sán-
chez, el 18 de Abril de io52 (Bol, Acad, Hist, XXVI-224.)
Si se conociesen las cartas de fundación y el libro primero de matrí-
culas de la universidad de Falencia, sabríamos si dejó discípulos de su
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 425
ciencia quirúrgica. Nadie ignora que en dicha ciudad y en el año 1209
creó el rey Alfonso VIH la primera Facultad de Medicina de España,
y no iríamos descaminados al suponer que en ella puso á su médico de
cámara para que explicase la teoría y la práctica propias de la época. No
debió conocer el Maestre Diego del Villar la fundación de la Universidad
de Salamanca, hecha en 1243 por Alfonso ÍX de León, protegida por su
hijo San Fernando y engrandecida con notables privilegios por su nieto
Alfonso el Sabio, causas principales que motivaron la decadencia de la
Universidad primitiva de Falencia.
Dejados estos supuestos, hora es que aduzcamos los cuatro documen-
tos como prueba de lo dicho.
Burgos 25 de Febrero de 1202.
El Rey D, Alfonso viii da á su médico Diego del Villar todas las here-
dades y viñas que tenia en Villa de Torre. — (Arch. de San Millán de
la CogoUa. — Códice del limo. P. Minguella. Doc. 497.)
Notum sit tam presentibus quam futuris, quod ego Aldefonsus Del
gratia rex Castelle et Toleti una cum uxore mea Alienor regina et cum
filio meo Ferrando, pro grato obsequio quod in sanando meis hominibus
vulneratis michi devote exhibuistis, libenti animo et volúntate spontanea
dono et concedo vobis Didaco de Villari et uxori vestre Cara-Ajideraí^o
et filiis et filiabus vestris et posteris et omni sucessioni vestre, omnem he-
reditatem et vineas quas habeo in Willari de Torre, iure hereditario in
perpetuum habenda et irrevocaviliter possidenda, ad faciendum quidquid
volueritis, dando, vendendo, concambiando, impignorando vel quidlibet
aliud faciendo. Si quis vero hanc cartam infringere vel diminuere pre-
sümpserit, iram Dei omnipotentis plenarie incurrat, et regie parti mille
áureos in cauto persolvat, et dapnum quod super hoc vobis intulerit, du-
plicatum restituat.
Facta carta apud Burgis Era M.CCXL — viii kalendas augusti. Et ego
rex Aldefonsus regnans in Castella et Toleto hanc cartam quam fieri ¡us-
si, manu propria roboro et confirmo. — Martinus Toletane Sedis archiepis-
copus hispaniarum primas conf. — Signum gg Aldefonsi Regis Castelle. —
Gonzalvus Roderici maiordomus curie regis conf. — Comes Ferrandus
Nunni alferiz regis conf. — Matheus Burgensis Eps. conf. — Aldericus Pa-
lentinus Eps. conf. — Didacus Oxomensis Eps. conf. — Rodericus Segunti-
nus Eps. conf. — Julianus Conchensis Eps. conf. — Gundisalvus Secovien-
426 REVISTA DÉ ARCHIVOS
sis Eps. conf. — Jacobus Abulensis Eps. conf. — Petrus Garsie de Lerma
coní. — Rodvlcus Díaz conf, — Lupus Lancii conf. — Gomicius Petri conf. —
Rodericus Roderici conf. — Egidius Garsie conf.— Guterius Díaz merinus
regís in Castella conf. — Dominicus Domini Regís notarius, Didaco Garsie
existente Cancellario, scrípsit.
Vitoria 1 9 de Agosto de 1209.
El Rey Don Alfonso VIII exime de todo pecho y fuero malo á su médico
el Maestro Diego de Villar, — (Cód. cit. Doc. 5o3.)
Per presens scriptum notum sít ómnibus tam presentibus quam futu-
ris: quod ego Aldefonsus Dei gratia rex Castelie et Toieti una cum uxore
mea Alienor regina et cum filiis meis Ferrando ei Henrico libenti animo
et volúntate spontanea fació cartam donationis, libertatis et absolutionis
et stabilitatís vobis Magistro Didaco dilecto meo et uxori vestre domne
Maflé in perpetuum valituram. Dono nanque vobis et concedo intuitu
Dei, et propter curationes vulnerum, quas meis militibus et meis de crea-
tione fecistis et facitis et faceré promititis, ut nullam postam, nullam facen-
deram, nullam fossaderam, nullumque penitus pectum decetero unquam
persolvatis. Cauto insuper et contestor domos vestras, et nullus merinus
vel saion, nullusque alius homo aliqua ocassione eas per vim intrare, nec
alíquid inde violenter extrahere audeat. Si quis vero huius mee donationis
vel absolutionis cartam in alíquo rumpere temptaverít, iram Dei omní-
potentis plenarie incurrat, et cum Juda Domini proditore penas in inferno
patiatur eternas; et insuper regie partí centum áureos in cauto persolvat;
et vobis ¡am dicto Magistro Dompno Didaco, vel vocem vestram pulsanti,
dampnum restituat duplatum.
Facta carta apud Victoriam Era MCCXLVIl décimo nono die mensis
Augusti. Et ego Aldefonsus rex supradictus hanc cartam quam fieri íussi,
ad maiorem firmitudinem propria manu et Sigillo meo roboro et confirmo
Rodericus Toletanus Electus hispaniarum primas confirmat.
Signum 88 Aldefonsi Regís Castelie.— Gonzalvus Roderici maiordo-
mus curie regís conf.—Albarus Nunni Alferiz regís. — JohannesCalagurri-
tanus Episcopus. — Rodericus Seguntinus Eps. — Garsias Burgensis Eps. —
Gundisalvus Secobiensis Eps. — Petrus Abulensis Eps. — Bricius Palenti-
nus Eps. — Garsias Conchensis Eps. — Didaco Lupi de Faro. — Comes Fe-
rrandus. — Rodericus Didaci. — Ferrandus Garsie. — Rodericus Roderici. —
Rodericus Garsie. — Lupus Didaci. — Suerius Telli. — Garsias Roderici me-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS '^2^
rinus Regís in Castalia. —Dominícus Domini Regís Notarius Abbas Vallí-
soleti, Dídaco Garsía existente Cancellario, Dominico Albarí subnotarío
scríbere iussít.
Burgos 10 dfe Enero de 1218.
Confirma el rey D. Fernando III el Santo la donación de Villar de To~
rre. — (Cod. del P. Minguella. Doc. 5 18.)
Per presens scriptum tam presentibus quam íuturis notum sit ac mani-
festum quod ego Ferrandus Deí gratia Rex Castelle et Toleti pro multis et
gratis obsequíis, que vos Magister Didacus de Viltari serenissimo avo
meo regí Domino Aldefonso recordatíonis feliclssime in suorum sanandis
plagis hominum faceré procurastis, et adhuc eadem et pro posse meliora
michi et domine Berengarie regine genitrici mee totis viribus anelatis: ex
ipsius genitricis mee beneplacitu et assensu, una cüm fratre meo infante
domno Altonso fació cartam concesionis confirmationis et stabilitatis vo-
bis totique vestre successioni perpetuo valituram: concedo itaque vobis
roboro et confirmo donationem illam hereditatís in perpetuum habendam
et irrebocabíliter possidendam, ad faciendum quidquid inde faceré volue-
ritis, dando, vendendo, concambíando, impignorando, seu quidlibet aliud
faciendo. Voló enim facta et stabilita avi mei, que aprobationem omnium
víventium non inmérito obtinuerunt, et á me, et ab ómnibus alus plenarie
et tam fideliter quam inviolaviliter observari. Si quis vero huncmeecon-
cessionis, confirmationis atque roborationis privilegium infringere vel di-
minuefe atemptaverit, vel in aliquo presumpserit contraire, iram Dei om-
nipotentis plenarie incurrat, et cum Juda Domini proditore penas susti-
neat eternales, et regie partí mille áureos ín coto persolvat, et dapnum
vobis super hoc illatum restítuat duplicatum.
Facta carta apud Burgis IV idus Januarií Era MCCLVÍ. Et ego Rex
Ferrandus regnans in Castella et Toleto hanc cartam quam fieri iussi,
manu propría roboro et confirmo. — Roderícus Toletane Sedis Archiepis-
copus Hispaniarum primas conf. — Mauritius Burgensis Eps. — Tellius Pa-
lentinus Eps. — Roderícus Seguntinus Eps. — Melendus Oxomensís Eps. —
Garsias Conchensis Eps. — Dominicus Abulensis Eps. — Dominicus Placen-
tinusEps. — Joannis Domini Regís Cancellarius.— Abbas Sancti Anderi. —
Roderícus Didací. — Comes Ferrandus. — Alvarus Didaci. — Alfonsus Telli.
— Roderícus Roderíci.— Joannes Gon9alvi. — Garsias Ferdinandi Maiordo-
4^8 REVISTA DE ARCHIVOS
mus Domini Regis. — Gol^alvus Petri de Auretis maior Merinus in Caste-
11a. — Dominus Petri Soriensis iussu Chancellarü scripsit.'
Escripto en pergamino con sello de plomo pendiente con las armas de
Castilla á la una parte, y á la otra el Rey á caballo: con un signo en me-
dio del pergamino y una cruz; al rededor de la cual dice: Signum Ferdi-
nandi Regis Castelle; y mas arriba: Gonzalvus Roderici Maiordomus
Curie Regis confirmat. — Lupus Didaci de Faro Alferiz Domini Regis
confirmat.
Burgos de 29 Febrero de 1222.
El mismo Rey confirma la venta de una heredad que hi^o el Maestro Die-
go del Villar al Monasterio de San Mi lian de la Cogolla, — {Cod. del
P. Minguella. Doc. ^19. — Bib. Nac. Ms. D. 41 fol. 26.)
Per presens scriptum tam presentibus quam futuris notum sit et ma-
nifestum quod ego Ferrandus Dei gratia Rex Castelle. et Toleti una cum
uxore mea Regina domna Beatrice et cun filio meo Alfonso ex asensu et
beneplácito domine Berengarie genitricis mee fació cartam concesionis,
confirmationis et roborationis Deo et Monasterio S. Emiliani, vobisque
Domino Joanni instanti Abbati nec non et toti conventui tui Monasterium
ibidem Deo serventium pressenti et futuro perpetuo valituram. Concedo
itaque vobis iure hereditario habendam et irrevocaviliter et libere perpe-
tuo possidendam hereditatem illam quam de Villari de Turre, quam vo-
bis Didacus de Villari vendidit por quingentis maravitinis, eam videlicet
quam avus meus bone memorie Rex Dominus Alfonsus illi dedit pro ser-
vitio sibi facto.
Facta carta apud Burgos 29 die Februarii, Era MCCLX. — Rodericus-
Toletane Sedis Archiepiscopus Hispaniarum Primas con. — Mauricius
Burgensis Eps. — Tellus Palentinus Eps. — Geraldus Secoviensis Eps. — Lu-
pus Segontinus Eps. — Garsias Conchensis Eps. — Melendus Oxomensis
Eps. — Dominicus Abulensis Eps. — Dominicus Placentinus Eps. — Joannes
Domini Regis Cancellarius et Abbas Vallisoleti. — Alvarus Didaci. — Al-
fonsus Tellii. — Rodericus Roderici. — Joannes Gon^alvi. — Suerius Tellii.
— Rodericus Gon^-alvi. — Guillelmus Gon^-alvi. — Garsias Ferrandez Ma-
iordomus Regine Berengarie. — Ferrandus Latrus major Merinus in Cas-
tella.— Egidius iusso jam dicti Cancellarii scripsit.
Este privilegio está escrito en pergamino; en mcJio de los confirmantes
hay un signo con un letrero alrededor de una cruz, que dice: Signum Fe-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 429
rrandi Regis Castelle. Más arriba hay otro en círculo, que dice: Gon-
galviis Roderici Maiordomus Curie Regis conjirmat. Tiene sello de plo-
mo; en un lado se ve un Rey á caballo con escudo y estoque, con esta ins-
cripción circular: Sigillum Regis Ferrandi; en el otro hay un castillo y
dos leones puestos á sus lados como que quieren subir, leyéndose alrede-
dor: Rex Castelle et Toleti.
11
Los pocos datos biográficos del maestre Diego tienen mucha conexión,
á nuestro modo de ver, con los hospitales y albergu«rías existentes en la
Rioja sobre la vía romana Aurelia, que venía de Zaragoza á Bribiesca,
modificada en sitios con las variantes de dirección en la época de Alfon-
so VI, y conocida después con los nombres de Camino de Santiago , Fran-
cés Y de los Peregrinos, que aún perseveran.
Alberguería, según el Diccionario de voces geográficas de la Academia
de la Historia, «es lo mismo que albergue; esto es, casa en los caminos,
donde se recoge y se socorre á romeros que van á Santiago. De la agrega-
ción de otras casas á estos piadosos establecimientos, se han formado pue-
blos que hoy conservan nombre de alberguería». En estos albergues re-
servaban siempre alguna habitación para los peregrinos enfermos, y se-
gún los fondos con que contaban, así variaban estos hospitales incipientes.
Los peregrinos franceses y muchos vascongados que entraban en la
Rioja para ir á Santiago, tomaban la vía Aurelia, después de atravesar el
Ebro por Logroño, y dejaban este país en Belorado, pueblo de la actual
provincia de Burgos.
En el libro V del Códice de Calixto (Bib. Nac, Ms. 4^305), escrito y
añadido por el peregrino Aimerico Picaud hacia el año 1121, pone así las
Jornadas que los peregrinos hacían después de haber pasado los Pirineos.
La primera es desde la villa de San Miguel, que está al pie del monte, has-
ta Viscarret, y es jornada pequeña; la segunda, de Viscarret á Pamplona;
la tercera, á Estella; la cuarta, á Nájera; la quinta, á Burgos, y estas dos úl-
timas jornadas sólo pueden hacerlas caminando á caballo. En el capítu-
lo ílí enumera así varias poblaciones que se encuentran en este camino:
«Desde Estella se pasa á (Los) Arcos; después á Logroño ó Grugonio, Villa-
Ruber, Nájera, Santo Domingo (de la Calzada), Redecilla (del Camino),
Belorado, Berantavilla, etc.» Todas las poblaciones citadas que radican
en la Rioja, llevan su nombre actual, exceptuando Villa-Ruber, que apa-
43o REVISTA DE ARCHIVOS
rece entre Logroño y Nájera. Posible es que este nombre sea el primitivo
de Navarrete, por donde pasaba esta vía, no pudiendo aplicarse á Robles
por estar distante de ella. Forzando un poco el significado, traduciendo
ruber por rojo ó roio, como en la Rioja y Aragón se llama, pudiera ser
de esta villa Pedro Fortunión de Rotóla, Adelantado del Rey en Nájera,
que firma en documentos de los años 1 147 al 1 1 55; mas esta interpretación
no nos satisface, porque ni Ruber ni Roiola están entre las aldeas desapa-
recidas de los Corcuetos. Por primera vez hallamos el nombre de Nava-
rrete en la Carta-puebla de la Serna de Punrostro, hecha en 1 176 á favor
del Monasterio de San Millán; la firmó Alfonso VIII en San Juan de la
Laguna, iníer Antelenam et Navarrete.
Antes de dar á conocer los hospitales de la vía Aurelia, y para aclarar
en parte un punto histórico, debo precisar el sitio donde existió la última
alberguería de la vía romana transversal de Araceli á Varea, ó sea á cinco
kilómetros después de la mansión Cornonium ó Cornava á la orilla iz-
quierda del Ebro. Sabido es, que la ciudad de Cantabria edificada sobre el
cerro de su nombre fué destruida, según unos por Leovigildo,y yo creo que
por los árabes. Don Alfonso el Batallador firma varios documentos desde
el ño 1 1 22 al 1 1 32 in illa populatione sub Lugrunio que dicitur Canta-
bria. Esta ciudad hacía tiempo que estaba destruida cuando al principio
del siglo XIII el poeta Gonzalo de Berceo visitó sus ruinas, según dice en el
verso 292 de la Vida de San Millán:
Deseot (después) todos los otros (vecinos) fueron desbaratados
El pueblo des'.ruido, los muros trastornados:
Nunqua ia mas non fueron fechos nin restaurados
Aun tres torrelones están hy revellados (están allí levantados).
Habla el poeta aquí de la destrucción de Cantabria por Leovigildo; y
parece extraño que en el espacio de un siglo que había trascurrido desde
las confirmaciones hechas en esta población por Don Alfonso el Batalla-
dor, se hubiese perdido la memoria de su restauración y destrucción, dan-
do además la razón al poeta el silencio que en esto guardan todos los do-
cumentos conocidos del siglo xii. Por tanto debemos confesar que no habla
el rey de la ciudad de Cantabria, sino de una pequeña población ó alber-
guería situada debajo del cerro de Cantabria en la conjunción de la vía ro-
mana y el camino real que descendía por la margen izquierda del Ebro
desde el castillo de Buradón hasta Calahorra. Esta alberguería tenía una
iglesia parroquial bajo la advocación de San Gil , servida por los monjes
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 43 1
benedictinos de Santa María de Najera cual resulta de un pleito que tuvie-
ron con el Obispo de Calahorra en 1169 (Bol, Acad, Hist. XXVI-345); y
según las fechas de los documentos parece natural que Don Alfonso el Ba-
tallador se retirase con los monjes las Semanas Santas para fortalecerse
en la fe con los ejercicios espirituales y ayunos. Lógico era que el rey fir-
mase c<en aquella población debajo de Logroño llamada Cantabria», y no
pusiese en la ciudad de Cantabria, por hallarse sus ruinas encima de Lo-
groño; teniendo presente que la alberguería ó pequeño monasterio estaba
edificado en un antiguo barrio de dicha ciudad llamado 3arrio-abuelo,
nombre convertido hasta el presente en Barrihuelo, y como estaba á la
orilla del Ebro sobre el puerto fluvial romano de Varea, podía ver cómo
las maderas cortadas en los montes de San Millán descendían con rumbo
á Tortosa.
Hasta el año 1257 próximamente continuaron los monjes benedictinos
desempeñando esta reducidísima parroquia: por causas que ignoramos puso
el Obispo los párrocos con el antiguo nombre de Abades de San Gil, con
la obligación de pagar los diezmos á la catedral de Calahorra (Bib, Nac,
Ms. D. 63}; al poco tiempo los frailes dominicos fundaron allá un peque-
ño convento donde residieron hasta el 1443, por haberles donado el Obispo
de Calahorra D. Diego López de Zúñiga la iglesia de Santa María de
Valcuerna, y en la escritura (Arch. Hist. Nac. Cam. de Cast. leg. 486, n. /,
p, i4g) entre otras razones alega: que estando la iglesia de San Gil apar-
tada de Logroño y es en el camino real por donde buenamente el servicio
de Dios non se puede alimentar damos etc. Esta iglesia de San Gil era er-
mita en 161 5, y debió arruinarse en 1734 cuando pasaron sus bienes al
convento de la Trinidad.
Perdonándonos esta digresión en virtud de aclarar la existencia de esta
alberguería-monasterio próxima á Logroño en la vía de Araceli, réstanos
probar con documentos las noticias que hemos podido reunir de los si-
guientes hospitales y alberguerías que había en los siglos xii y xiii en las
márgenes de la vía Aurelia ó camino de Santiago que atravesaba la Rioja:
Hospital de San Lázaro, en Logroño; de San Juan de Acre ó de Doña Ma-
ría Ramírez, en Navarrete; de San Lázaro ó de la Cadena y Alberguería
de Santa María, en Najera; de San Pedro, en Azofra; de Valleota ó Bello-
ta, entre Ciriñuela y Hervías; de Fonte-cerezo, cerca de Santo Domingo;
". d^SintO^en Santo Domingo de la Calzada; Alberguería de Estabello, en
jf Qirf- ^'»co¡tal, en Belorado.
4^2 BEVIStA DE ARCHIVOS
Al Oeste de la ciudad de Logroño, y á un kilómetro de distancia, después
de haber pasado el puente de piedra que hay sobre el Ebro, exigió el Hos-
pital de San Lá^ar'o en la margen del camino de Santiago, precisamente
en el mismo sitio en que está edificada la actual Casa de Beneficencia, y don-
de se hallaron varias monedas de plata de la época visigoda al abrir sus ci-
mientos. Ignoramos si lo fundó San Juan de Ortega por mandato de Al-
fonso VI, cuando reconstruyó los puentes árabes de Logroño y Nájera ha-
cia el año 1090, poniendo en cada población un hospital de San Lázaro,
ó si lo fundó Alfonso VIH al final del sii^lo xii, cuando instituvó varios
establecimientos sanitarios y los entregó á legos hospitalarios de la orden
del Cister. El fin de estos hospitales era recoger los peregrinos enfermos y
especialmente los atacados de lepra; ó como ordenó Alfonso el Sabio al
hospital de San Lázaro de Sevilla, con el fin de curar á los gafos, plaga-
dos y malatos.
Sus memorias son relativamente modernas. Don Pedro Gómez de Me-
drano, señor de Agoncillo, dejó en su testamento, otorgado, el 8 de Agosto
de 1477, la cantidad de 100 maravedises á los pobres del señor San Lá-
zaro de Logroño (Arcli. Jlist. Xac. — Carn, de Cast. leg.Sjo.n, i). El
Obispo de Calahorra, don Juan Castellanos, confirmó el 16 de Julio de i5i6
la unión de este hospital con su iglesia, casa y derechos, al nuevo de Santa
María, mandando á los nuevos patronos levanten las cargas acostumbra-
das, y si por algún tiempo hubiere pobres en dicha casa de San Lázaro,
se les provea de lo necesario (Atiiero Góme^. — Privs, de Logroño, 84),
No habían pasado nueve años cuando los vecinos de Logroño, por defen-
derse de los franceses que los sitiaban, «derribaron y quemaron el hospital
y muchos edificios y casas que en sus arrabales había», cual dice un pri-
vilegio del Emperador, dado el 5 de Junio de i523 á la ciudad de Logroño
para que añada tres flores de lis á sus armas (Bib. Nac, Ms. D. 6$)- Aun-
que el hospital se derribó, quedó su iglesia como ermita, contigua al puente
de piedra de un arco que aún subsiste, y que se reedificó en el año 1621,
como se deduce del siguiente acuerdo del Ayuntamiento: «Haciéndose in-
dispensable un puente de piedra en el río de la caba de San Miguel junto
á la ermita de San Lázaro, en el camino real que va para la villa (íe Na-
varrete, que es uno de los principales caminos y entradas de la ciudad,
venimos» etc.
Doña María Ramírez, viuda de don Fortún de Bastan, fundó hacia el
año 1 185, á dos mil pasos al Sur de Navarrete, él Hospital y Albergueria
BIBLIOTECAS Y MrSEOS 433
de San Juan de Acre, para socorrer y curar á los peregrinos que viniesen
á Santiago. Su hijo don Martín de Bastan, Obispo de Osma (1189-1201)
compró por 2.000 maravedises á las monjas de Cañas el 11 dé Octubre
del 1200 la heredad de Fuenmayor y la serna de Palo, que estaban conti-
guas, con el fin de agrandarlo (Cod, cit., Doc. 495), La fundadora
entregó este hospital á la Orden de San Juan de Jerusalén, concertando
con el Prior que fuese completamente exento de servidumbres, pagos, de-
rechos y llamamientos, dándole en cambio el barrio de San Salvador de
Logroño que era suyo; y por esto, el Prior de este hospital «daba los hábi-
tos á los freyres y freyras que fueren menester para la dicha casa é hospi-
tal». (Bib, Nac, Ms, D. 52,fol, 270), El Obispo don Martín debió cons-
truir la iglesia, que era de estilo gótico, con tres naves y su crucero; en
los arcos que había desde el altar mayor al crucero estaban enterrados sus
padres, y en sitios diferentes había sepulcros con estatuas de caballeros
descendientes de los Bastanes de Navarra, entre ellos la del célebre caballe-
ro logrones don Gonzalo Iváñez de Bastan, que murió hacia el 129c, y de
quien descienden los Marqueses de Santa Cruz. A este edificio con su
iglesia se le llamó hospital de San Juan de Acre, no de Arce cual le lla-
man Madoz en el Diccionario, y Coello en el Mapa de Logroño. Común-
mente se le denominaba Casa de la Orden y Hospital de doña María Ra-
«
mírez. No sabemos hasta cuándo perteneció á la Orden, solamente que en
una tribuna del coro se leía este letrero: «En el mes de Julio de i5i3 el
Comendador Fray Sancho de Medrano hizo este coro.» De este hospital é
iglesia sólo quedaban en 1840 las paredes exteriores y algunas interiores,
que después se han concluido de arruinar.
Dijimos anteriormente que la Alberguería ü Hospital de Santa María
de Nájera la fundó y dotó espléndidamente el rey don García Sánchez el
18 de Abril del io52, mandando se acogiese y cuidase á los peregrinos, en-
fermos y menesterosos, como si cada uno de ellos fuese Cristo en persona.
El Emperador Alfonso Vil mandó principiar la construcción de su pala-
cio uniéndolo á la Alberguería, y se tardaron más de cien años en concluir
la obra. Aunque él no lo fundó, denominóse entonces Hospital del Empe-
rador, porque en 1 117 confirmó á los monjes la primera fundación de los
Reyes de Navarra, y porque pusieron su estatua tallada en piedra, encima
de la puerta principal que da á la calle Mayor ó del Puente. Siempre fué
de patronato real; y en época muy posterior también se le llamó Hospital
de la Abadía.
3,a époCA.— TOMO X. • 3a
434 REVISTA DE ARCHIVOS
No debe confundirse este célebre hospital con el de peregrinos de San
Láí^aro ó de los leprosos. Edificado, sin duda alguna, por San Juan de Or-
tega hacia el ano 1090, encima del arranque correspondiente al primer
arco del puente antiguo en la margen derecha del río Najerilla, era de re-
ducidas proporciones, y desapareció al construirse el puente actual. Se le
llama Hospital de la Cadena en un documento del Archivo de San Mi-
llán que dice: «el 12 de Septiembre del 1227 doña María Pérez se entrega
á sí misma con todo lo que posee en Huercanos al Hospital de la Cadena
de Nájera, que pertenece al Obispo.» (Cod. cit., Doc. 52 2.)
(Concluirá.)
Narciso Hergueta.
DOCUMENTOS
I
UNA COLECCIÓN DE REFRANES DEL SIGLO XV
Entre los manuscritos de la biblioteca provincial de Segovia que han
sido trasladados á la Nacional, figura uno de mediados del siglo xv, » que
contiene 494 refranes seguidos de largos y pesados comentarios en latín,
procurando darles un sentido jurídico^ las más de las veces, moral en
otras, y en algunas histórico y anecdótico. El glosador, que debía de ser
letrado, á juzgar por su profundo conocimiento del Derecho Romano y
del Canónico, da con frecuencia á los refranes una interpretación forzada,
por su monomania de ver en estos fórmulas prácticas de las leyes natural
y positiva.
Publicamos íntegra dicha Colección de refranes que, si bien inferior á
la que ordenó el Marqués de Santillana 2 no deja de tener extraordinaria
importancia filológica. De las glosas copiamos varios párrafos, escogiendo
las anecdóticas, á fin de que se forme juicio cabal de libro tan peregrino.
Ignoramos quien lo escribió, pues aunque al final se lee: Deo gratias.
Castro; queda la sospecha de que estas palabras se refieran al amanuense
y no al autor.
1 Consta de 171 hojas en tbliu, á una columna Kncuadernacióa mudejar.
2 Publicada por vez primera en Sevilla, i5o8, por Cromberjjcr, y reimpresa por D. José Ama-
dor de los Ríos en las Obras de D. Iñigo Lópe:i de A/enrfo^a, Marqués de Santittana (Ma-
drid, i852.) Págs. 504 á 523. I
BinUOTECAS Y MUSEOS 435
Jncipit iste líber qui vocatur Seniloquium, qui pro legali et antiquo debet haberi
per raciones infra sequentes in lectura,
1. A Dios rogando et con el ma90 dando.
2. Al mas royn puerco, la mejor bellota.
3. Amenasados, pan comen.
4. Agua passada non muele molino.
5. Asna que tiene polino non va derecha al molino.
6. Al villano dadle el dedo, é tomarse ha la mano.
7. Antes toman al mintroso que al coxo.
8. Á puerta perrada, buena meajada.
9. Aqui 9apato, aquí non sapato.
10. A buena suela, mala piesa.
11. A palabras locas, orejas sordas.
12. A ruidos faze el perro barbecho.
i3. Amigo dehorrosto, si te vi non te cognosco.
14. A quien Dios quiere vien la casa lo sabe, é á quien mal la casa é fogan
1 5. Aquel es tu amigo que te quita de roydo.
16. A tuerto ó á drecho, ayude Dios á nuestro con9ejo.
17. Alguno está en el estanno que á sy non faze pro é á otro faze danno.
18. Al que pide non le dan nada.
19. Allá van leys do quieren Reys.
20. Asas es goloso quien come lo que non tiene. .
21. Antes cues que sieruas.
22. A buena defusia, mala despierta.
23. A moro muerto, grand lan9ada.
24. A yra de Dios non ay casa fuerte.
25. Al buey por el cuerno, al home por la palabra. ,
26. A mucho fablar, mucho errar.
27. Al buen entendedor, pocas palabras.
28. A muertos y á ydos, pocos amigos.
29. A las veses lieua el home á su casa con que llore.
30. A mi padre llamaron fagaza y muerome de fanbre.
3i. A vos lo digo, fijuela, entendedlo vos mi nuera.
32. Al buey viejo non le busques abrigo.
33. Al perro viejo non le llaman chucho.
34. Asno de muchos, lobos le comen.
35. Antes que casas, cata que fases que non es nudo que luego desates.
36. A poco dinero, poca salud.
37. A los annos mili, torna el agua á su carril.
38. Aue muda non faze agüero.
39. A grand salto, grand quebranto.
40. Al cauallo comedor, atallo corto.
41 . A barba muerta, poca verguen9a.
42. Abad y ballestero, mal para moros.
43. Agudillo agudillo y buscad quien lieue la carga.
44.. A buen callar llaman Sancho.
ft
486 ^ REVISTA DE ARCHIVOS
Non sine mérito dixit Sancho, cum hoc possii den vari de sancio, sancis, quod
Ídem est quod sanclum vel firmum... Et boni viri sufferunt et tacent aliorum
peccata cum deficiunt publica documenta... Santius etiam facit sacerdos qui tacet
peccata sibi confessa.
45. A palabras, palabras.
46. Á la mala costumbre, quebrarle la pierna.
47. Aguilar, que ofres^en.
48. Al que trasquilan en concejo non es poridad.
49. Al buen compaño, buena compañía.
50. Ayúdate y ayudarte he yo.
5i. A rio buelto, ganancia de pescadores.
52. Al corrido, corrello.
53. Allegador de la zeniza y derramacior de la fariña.
54. ^Á do irá el buey que non are?
55. Aquel es rico que está bien con Dios.
56. Á fadas malas, cofa^on ancho.
57. Á poco caudal, pauca ganancia.
58. Buen amigo es el gato si non rascunnase.
59. Bealus quien tiene, maharan quien demanda.
60. Buey suelto, bien se lame.
61. Barba á barba verguenía se catan.
62. Bordón y calabaza, vida folgada.
Sunt enim plures mendicantes qui sic se gerunt quasi non habeant artem, cum
habeant, et quasi sint débiles, cum sint fortes, et nolunt labore, sed mendicando
sine labore vivere.
63. Cada loco con su piedra.
64. Castiga al malo y aborrescerte ha.
65. Conpadre, que xaretejo tiene mi comadre.
66. Cria cueruo é sacarte ha el ojo.
67. ^Como te fesite caluo.** pelo á pelo pelando.
68. Cantarillo que muchas veses va á la fuente ó dexa el asa ó la fruenle.
69. Calíate é callemos que seudes nos tenemos.
70. Ceda^uelo nueuo, tres días en estaca.
71. Cada gallo en su muradal.
72. Cobdi^ia mala, mansilla para.
Sic accidit episcopo Hildesemensi, qui cum ecclesiam Hebipolensem concupis-
ceret et ad eam propria auctoritate transiret, amisit primam et non fuii receptas ad
secundam.
73. Callen barbas é fablen cartas.
74. Cada dia pescado, amarga el caldo.
75. Cada gorrión con su espigón.
76. Ciento en canpo é uno en cabo.
77. Comadre andariega, donde vo allá vos fallo.
78. Con lo que Pedro sana, Domingo adolesge.
79. Cantar mal é porfiar en ello.
8ü. Con los soles todos son pastores.
81. Comer y non beuer, ^egar é non veer.
82. Chio, chio, sobre mi trigo.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 437
83. Cuero lleno, piezgo enfiesto. .
. 84. Cada qual con su quada qual.
85 Cada buhón alaba á sus agujas.
86. Cosa escusada, al tinoso pende.
87. De luengas vías, luengas mentiras. '
Cum quaedam mulier plangeret in die veneris sanctus propter memoriam pas-
sionis Chrisli, quidam sarracenus servus ejus quaerebat ab ea causam sui planctus,
quae respondens dixit quod propter mortem Domini nostri Jesu Christi lacrimaba-
tur; qui petit ab ea locum ubi mortus fuerai, et cum ipsa dixisset quod in Hierusa-
leYn, ipse consolans ei, dixit: domina noli contristan... ñeque talibus credere, quiá
de luengas vías, etc.
88. Déme Dios contienda con quien me entiepda.
89. De oy en cient annos todos seremos caluos.
90. Dexemos padres é abuelos, por nosotros seamos buenos.
91 . De rabo de puercQ, nunca buen virote.
92. De mal guau viene el oueja, allá va la pelleja.
93. Do te quieren mucho non vayas á menudo.
94. Dime quales esiauan é desirte he lo que fa[b]lauan.
95. De ruyn vid, ruyn sarmiento.
96. De la fogaza de mi conpadre, buen zatico á mi afijado.
97. Dixo el asno al mulo: harre acá orejudo.
98. Dueña que mucha miraj poco fila.
59. Después de vendimias, cestos.
100. Dos amigos de vna bolsa, el vna cante el otro llora.
1 01. Dado malo, á su dueño párese.
102. Do piensa home que ay tosinos no ay estacas.
io3. Do vno non quiere, dos non barajan.
104. De los escarmentados se leuantan los añeros.
io5. Do tu pie, he aqui mi oreja.
106. Do no está su dueño, está su duelo.
ro7. De faré, faré nunca me pagué, más vale vn toma que dos te daré.
108. Del lunes al martes, pocas son las artes.
109. Do pica el gallo, pica la gallina.
lio. De los nescios se finchen los infiernos.
111. Desir é faser, non es para todos.
112. De malos y buenos, se faze la guerra.
11 3. Do viejos non andan, cueruos non gradan [¿graznan?].
1 14. Dexad fazer al huésped.
1 1 5. Donde las dan, ay las toman.
116. Derecho apurado, tuerto tornado.
117. Dos tocados tras vn fuego, el vno esta rostrituerto.
118. Do vas duelo, allá do suelo.
119. Descaíate y pasa.
120. De lo contado, lieua el lobo.
,121. ¿Do irá el buey que non are?
122. Danse las comadres, descubrénse las poridades.
123. Duecha es la loba de la soga.
124. De quien nada non te deue, bu[elnos son cinco dineros.
438 REVISTA DE ARCHIVOS
125. Desatad la cola al rosyn que fecha es la caualgada.
126. De Dios viene el bien, de las avejas la miel, de la mar la sal, de la mala
muger mucho mal.
127. ¿Donde venides rascada? del llanto del pastor de mi cuñada.
128. De luenga soga tira quien por agena muerte sospira.
129. De tienes á quieres,.el tercio pierdes.
1 30. De pequeña seniella se leuantó grand fuego.
i3i. Dios dé mal porque ayamos bien.
1 32. De palacio, grand cansacio.
1 33. De donde eres home, de donde es mi muger.
134. El dardillo de Burgos, quitadlo é sease vuestro.
ín civitale Burgensi quidam viator ingressus tabernam dixit tabernariaj: domina,
mitaiur in ipsum vas unam mensuram vini et levabo illud sodali meo qui esl
equitando extra portam istius domus, et iterum acápite hoc telum et custodite
illud; qui exiens cum vase argénteo, dimisso telo loco pignoris, fugit et nunquam
cum vase reversus est. Hinc exiit proverbium hoc: El dardillo de Burgos, etc.
1 35. El gato furtado, las orejas de fuera.
1 36. El ánsar de Cantipalos que salla al lobo al camino.
ín diócesi Segoviensi, prope ipsam civitatem sunt.duo loca seu rura convicinia,
et ita est unum prope alium, qui huic vide auditur sonitus campanarum, et unus
istorum locorum vocatur vulgariler Cantipalos, et alius Escovarejo; in quo Esco-
varejo erat quídam clericus qui connominabatur Lupus et habebat rem seu accesum
ad quamdam mulierem habitans ¡n Cantipalos, quai connominabatur Anser. Et
ut secretius res fieret erat positum inter eos quod cum certo tempore pulsaretur
campana ecclesiai de Escovarejo, exiret Anser de Cantipalos et per viam quam venit
Escovarejo, et eodem stanti exiret Lupus de Escovarejo, et iret per viam quam
vadit Cantipalos ut sibi ad invicem in medio iteneris obviarentur, et ita faclum est
et inter septa vinearum penes viam existentium confabulabantur et adulterabantur;
quo ab aliquo viso, iste divulgarit factum, dicens: El anser de Cantipalos, ele.
137. El can con rauia, á su dueño traba.
1 38. El loco, con la pena es cuerdo.
139. El plazer, víspera es del pesar.
140. En casa llena ayna fazen zena.
141. En el escarlata cae la raza.
142. ¥A que menos puede, lieue el gato al agua.
143. En cada tierra su vso.
144. El buen alfayate, de su casa pone filo.
145. El buey con el gato se vende.
146. Eso diga barba que faga.
147. En achaque de trama, está acá nuestra ama.
Alíquibus monasteriis passim mulicres accedunt etaliqui monachi sibi comatres
facíunt, ut ex hoc ¡ncautam ad invicem communionem habeant. Et hac occasione
humaní generis inimícus eos sua calliditaie decipít... Et aliquotiens habet monachus
adíium ad monachain, vel monacha ad monachum sub praetextu locutionis vel
convívii seu propínquam videndi, ct exínde adulterium sequitur.
148. El juego, poco é bueno.
149. Echadvos á dormir é cspulgarvos ha el gato.
1 50. Escama la galina é falla su pepita.
-»i *
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 489
i5i. En la tierra agena, la vaca corre al buey.
Í52. El judío por medrar, el sábado á la puerta.
1 53. El abad, donde canta dende yanta.
164. El pensar non es saber.
1 55. El home faga ciento, la muger non le toque el viento,
i56. En vna ora non se toma Zamora.
157. El buen vallestero, á las suios tira.
1 58. El perro del ortolano non come la fruta nin quiere que la coma olrp.
159. El que las sabe, Jas tañe.
160. Entre col y col, lechuga.
161. El oro majado luze é el remajado reluze.
162. En cada casa, su calla calla.
1 63. En el almoneda, ten la barba queda.
164. En lo que estamos, benedicamos.
1 65. E'n los nidos de antaño non ay paxaros ogaño.
166. Eso de ese ojo, fase vos enojo.
167. El Rey mi gallo.
168. El villanno cuando se ensanna, en su mal ensencha.
i6g. El bufejno sufre malo é bueno.
170. El rabo está por desollar.
171. El mueble syn rays, presto se le quiebre la ^eruis.
172. El golpe de la sartén si non fiere tizna.
i73.« Echar la soga tras la pozadera.
174. El diablo non es puerco é gruiie.
175. El forto del ayuno, non ha cuidado ninguno.
176. El son me guardad.
177. El lobo e la gupelja, ambos son de vna conceja.
178. Estonce pierde la dueña honor quando dize mal y oye peor.
179. El lobo face entre semana porque el domingo non va á m¡§a.
180. El pan comido, la compañía dessecha.
181. El acorro de Escalona, que quando llega el agua es la villa quemada.
Hoc forte advenit quia aqua est procul ab ea, et ideo a jure cautum esl ut
aquam unusquisque inquilinus in cenáculo suo habeat ut facilius arceatur in-
cendium.
182. El oueja de mi conpadre.
i83. El tuyo licúate á la peña, mas non te despeña.
184. El asno malo cabe casa aguija.
i85. Fijo fuiste y padre serás, qual fe9ieres tal avrás.
186. Faz bien y non catas á quien.
187. Fija sey buena, madre he aquí vn clauo.
188. Furtar el puerco é dar los pies por Dios.
189. Faz lo que te manda tu señor é asiéntate con el á la mesa.
190. Faced logar á cabeca mayor.
191 . Faz arte y caerte ha parte.
192. Fice ma albardan y comime el pan.
193. Fila María y otro por villa.
194. Fué por lana y vino trasquilado.
195. Fartadme y echadme, si non dormiere matadme.
440 REVISTA DE ARCHIVOS
ig6. Grand transado é chico recabdo.
197. Gato que non come, morre.
198. Grand uerdat et po^o seco.
199. Guarde vos Dios de fecho es?
200. Ganancia sin pecado, tres nubes en dos ojos.
201. Honrra é vicio, non caben en vn quicio.
202. Hueso que te cayó en parte, róelo con sotil arte. *
203. Haxa non tiene que comer y conuida huespedes.
204. Home viejo de castigar y pellón prieto de espulgar malo es.
205. Ha el diablo parte, quando el rabo va adelante.
206. Juras de traidor, pasos son de liebre.
207. Jura mala, en piedra cayga.
208. Justicia y non por nuestra casa.
209. Lo que ojo non vee, coraron non quiebra.
210. Los pollos de dueña Marina, ellos querian comeré elladauaies agua
21 1. La puerta de la panadera, harta y querellosa.
212. La muger é la galina, por mucho andar se pierda ayna.
2i3. La sangre sin fuego, fierue.
214. Las penas para el otro mundo.
2 1 5. Lo que nuestro es non ay quien nos lo quite.
216. Lo que con el ojo veo, con el dedo lo adeuino.
217. La mentira, non ha pies.
218. Llégate á los buenos y seras vno dellos.
219. Lo que es bueno por el ba9o, es malo para el figado.
220. La cobdicia ronpe el saco.
221. La pobreza non es villeza.
222. Ladrón y boz mayor.
223. Lo que has de dar al muro dalo al gato y quitarte ha de cuidado.
224. Ládreme el perro y non me muerda.
225. Lazran justos por pecadores.
226. La guerra de por Sant Juan, paz es para todo el año.
227. La letra con sangre entra.
228. Lidian los toros, mal para las ranas.
229. La mas royh oveja, ensucia la herrada.
230. La verdad es verde.
23i. La cuba llena y la suegra beoda.
232. Lieua el asno la carga y non la sobre carga.
233. La labor de mannana probeze.
234. Lan9ar coses » contra el aguijón.
235. La verdad fija es de Dios.
236. Los potros de gaete, cada feria valen menos.
237. Madrastra, el nombre abasta.
238. Mal se cubre la tabla con la cola.
239. Manos besa home, que querria ver corta[das].
240. Miedo ha payo que reza.
241. Mas cerca son los dientes que los parientes.
I iMs., cosas.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 44I
242. Mas lohan por la miel que por la ^era.
243. Mas sabe el loco en su casa, que el cuerdo en el agena.
244. Meie gallego en tu pajar y faserse le ha heredero.
245. Mas vale algo que nada.
246. Muchos conponedores desconponen la nouia.
247. Mudar costumbre apar es de muerte.
248. Mas valen cardos en paz, que pollos con agras.
249. Mucho ay de Pedro á Pedro.
250. Mas vale venir de saco á manto, que de manto á saco.
25i. Mas veen dos ojos que vno.
252. Mas vale paxarillo en mano, que buytre volando.
253. Mas vale saber que aver.
254. Mas vale vergüenza en cara, que manzilla en cora9on.
255. Mas vale salto de mata, que ruego de homes buenos.
256. Alas vale á quien Dios ajuda, que quien mucho madruga.
257. Mas vale estar solo, que mal acompañado.
258. Mal recabdo perdió su asno. 1
259. Muger de ^inco sueldos marido de dos meajas.
260. Mal ageno de pelo cuelga.
261. Mal se amata fuego con estopa.
262. Mal de muchos, goso es.
263. Malos son cuernos á ojo.
' 264. Mas tira mo^a que soga.
265. Mi casilla é mi fogar, cient sueldos val.
266. Mas vale rato acucioso, que día vagaroso.
267. Mas vale tuerta que ciega.
268. Miedo guarda viña, que non viñadero.
269. Mas vale asno que me lieue, que cauallo que me derrueque.
270. Mas vale pedir é mendigar, que veerse home avergonzar.
271. Mal me quieren mis comadre? porque les digo las verdades.
272. Mas vale mió que nuestro.
273. Migajuela de mal pan, ni la comas nin la des á tu can.
274- Nin el embidioso medro, nin quien cabe el moro.
275. Non deue el onbre estender la pierna más de quanto basta la manta.
276. Nos eramos compañuela y parió nuestra avuela.
277. No al moco mas donde cuelga.
278. No cabe la cuba mas de llena.
279. Non vayas á mi fuego, nin veas lo que yo cuego.
280. Non ay peor sordo que el que non quiere oyr.
281. Non con quien na9es, mas con quien pa9es.
282. Nin en mi hera nin en mi 9iuera trille quien quisiere.
283. Negra non me ayas grado, que quexa haze mercado.
284. No ay ataxo sin irabaio.
285. No lo quiero, no lo quiero, mas echádmelo en el capello.
286. No se toman truchas á bragas enxutas.
287. Non ay ladrón syn encubridor.
288. Non es limosna cobrir vn altar y descobrir otro.
289. No seas perezoso y no serás deseoso.
442 REVISTA DE ARCHIVOS
290. No ay tal fijo como el parido, nin tal madre como la que pare.
291. Nin tan largo como Jámila, nin tan corto como su fija.
292. No arays marido lo que vos vierdes, mas lo que yo vos dixere.
293. No preguntes á ninguno quien es, que él se lo dirá.
294. Non níe pago del amigo que cubre con las alas e fiere con el pico.
295. No ay mayor pesar que irabaiar y no medrar.
296. No es por el hueuo, mas es por el fuero.
297. No so rio que no me buelua.
298. Non de Dios tanto bien á nuestros amigos que nos desconoscan.
299. No faze poco quien á sus amigos prueua.
300. Non sigas al lobo fasta la mata.
3oi. No te diré que te vayas, mas obras le faré con que lo fagas.
302. No vale mas la cosa de quanto dan por ella.
303. Nadar, nadar, y afogar al orilla.
304. No ay peor ladrón que el de casa.
305. Oficio de manos no le parten hermanos.
306. O todo ó nada.
307. Onbre aper^ebido medio acometido.
308. Ouejuelade Dios, el diablo te trasquile.
309. O segar ó engauellar.
3io. Olla que mucho fierue, sazón pierde.
3í I. O me darás la yegua ó te mataré el potro.
3 1 2. Oy mal y eras peor, 9egó Don Saluador.
3 1 3. Oueia que bala, bocado pierde.
314. Obispo por obispo, seaselo Don Domingo.
3 1 5. Oy venido y eras garrido.
3 1 6. O sea pascua ó no sea nada.
317. Olvidadvos y olvidarse ha vuestra fazienda.
3i8. Pon tu cabe9a entre mili, lo que fuere de los otros será de ti.
319. Passo á passü van á lexos.
320. Por demás es la pitóla en el molino.
321. Por culpa del asno dan palos al aluarda.
322. Perdió el asno los dientes y no las [si]mienies.
323. Págase el Rey de la traÍ9Íon mas no del traydor.
324. Por mucho madrugar no amane9e mas ayna.
325. Perro que lobos mata, lobos le matan.
32Ó. Por eso te fiz que me fagas, ca no eres Dios que me valas.
327. Piensa el ladrón que todos han su coraron.
328. Piedra mouediza no la cubre moho.
329. Penséme santiguar y quebreme el ojo.
330. Palabras y plumas el viento las lieua.
33i. Por si ó por no ponedvos el capirote.
332. Para cada puerco ay su San Martin.
233. Partió Niculas para si lo mas.
334. Por mucho pan nunca mal año.
335. Peor es la recayda que la cayda.
336. Por vn ladrón pierden ^iento mesón.
337. Por tu ley y por tu Rey c por tu grey muere.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 44?
338. Poca ropa y buen talante.
33g. Perdió el rugo los saltos.
340. Por el dinero bayla el perro.
341. Por grande no dizen bueno, nin por harre daca el freno.
342. Por bien fazer, mal prender.
343. Por su mal nacen las alas á la formiga.
344. Porfía mata venado non montero cansado.
345. Quaqto á mano, tanto á daño.
846. Quien non tiene de qué pagar el rey le franquea.
347. Qual veen al onbre, tal precian.
348. Qual por ti tal por mi.
349. ^-Quien vos lizo alcalde? mengua de ombres buenos.
85o. Quien faze al cogonbro, lieuelo en el onbro.
35 1. Quien cree de ligero, agua coje con farnero.
352. Quien su carro vnla, á sus bueys ayuda.
353. Quien vna vez furta, fiel nunca.
354. Quien faze vn cesto fara 9Íento.
355. Quien no crea á buena madre, crea á mala madrastra.
356. Quien ha mal vezin, ha mal malin.
357. Quien á mi fijo besa en la boca, á mi en el corazón.
358. Quien faze lo bueno y no faze lo bonete, quanto ha fecho tanto pierde.
359. Quien á su enemigo popa, á sus manos muere.
360. Quien adelante non cata, atrás se falla.
36i. Quien en arte jura en arte se perjura.
362. Qual tienpo, tal atiento.
363. Quien con mal anda, Dios le ayuda.
364. Quien pide non escoje.
365. Quien en las faldas se mea, tarde es caliente.
366. Quando la barua de tu vezino vieres pelar, echa la tuya en agua.
367. Quien bien ata, bien desata.
368. Quien á buen árbol se arrima, buena sonbra le cubre.
369. Quien mala cama faze en ella se yaze.
370. Quando te dan la cochinilla, acorre con la soguilla.
371. Quien te da mueso non te querría veer muerto.
372. Quien coma las duras coma las maduras.
373. Quien todo lo quiere todo lo pierde.
374. Quando vos pedymos dueña vos dezimos, quando vos tenemos como
queremos.
375. Qual pregunta tal respusta.
ien mucho duerme, nunca medra,
ien primero viene, primero muele,
¡en á postre viene, primero llora.
¡en gana tres dineros ^ gasta (^inco, no ha menester bolsa nin bolsico,
¡en yierra y se enmienda á Dios se acomienda.
ien vna castiga 9Íento fostiga.
¡en al lobo envía carne espera
ien bien quiere á Beltran, bien quiere á su can.
384. Qual palabra dizcn al honbre, tal coraron lo paran.
376. Qu
377. Qu
378. Qu
379. Qu
380. Qu
38i. Qu
382. Qu
383. Qu
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Qu
Qu
Qu
Qu
Qu
Qu
en calla piedras apaña.
en come y condesa, dos veces pone mesa.
en mucha miel tiene, dello echa en sus verbas.
en tiempo tiene y tiempo atiende, tiempo viene que se repiente.
en á feo ama fermoso le pares9e.
en amenasa, vna tiene y otra espera.
Quales filamos, tales andamos.
Quien mucho abarcha poco aprieta.
Quien lueñe de ojos, tan lueñe de coraron.
Quien tiene la cabra la mama.
Quien bien see, no se lañante.
Quien bupla al burlador cient dias gana de perdón.
Quien non asegura no prende.
Quando el lobo anda á grillos,* ni ay para él ni para sus fijos.
Que tiento de albeytar! que sangra la burra por el rabo.
Quien las cosas mucho apura no viue vida segura.»
Quien solo come su gallo, solo ensilla su cauallo.
Quien á solas se aconceja, á solas se remesa.
Quien á su can quiere matar, rauia le ha de leuantar.
Qual es Yllana, tal casa para.
Qual es el señor, tal la companna.
Quien mal viua, en esta vida de vien acabar se despida.
Quiere y duele.
Quando Dios no quiere los santos no han poder.
Quequier que digan las gentes, á ty mesmo para mientes.
Quien no ha miedo non face buen fecho.
Quien no miente no viene de buena gente.
¿Qué sabe el asno que cosa es melcocha?
Quien no tiene miel en su orga téngalo en la boca.
Quien bueno es en su villa, bueno será en Sevilla.
Quien poco sabe, ayna lo espiende.
Quien non da de lo quel dol, no alcan9a lo que vol.
Quita la causa, quitto el peccado.
Qual mas qual menos, toda la lana es pelo.
Quien enferma de locura sana tarde ó nunca.
Quando la mar se parte arroyos se faze.
Qu
Qu
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Qu
en bueys hauienos cencerros se le antojan.
en juró no me engañó.
en cornudo es y se calla, comezón trae en la saya.
en passa punto, passa mucho.
ebra la soga por lo más delgado.
en tras otro caualga, no aguija quando quiere.
en faze por común, faze por ningún.
en bien paga, señor es de su volsa é de la agena.
en a mano agena cata, mucho, come y tarde se farta.
en presta sus baruas, messa.
en tal fizo, tal padezca.
en bien oye, bien responde.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 4f5
433. Quien te quisiere matar, madruga y mátalo.
434. ^Quien echará el 9en(jerro al gato?
435. Quien la fama ha perdida muerto anda en su vida.
436. Quien enfamado es vna ves, mas negro es que la pes.
437. Quien de miedo se murió, etc.?
438. Quien se muda Dios le ayuda.
439. Quien no parece, perece.
440. Quien non se alaba de ruyn se muere.
441. Quien de la culebra está mordido de la'sonbra se espanta.
442. Quien la vaca del Rey come, á ^ient annos la paga.
443. Que ^vos duelen Don Pedro cuchilladas en cuerpo ageno?
444. Romero hito saca jático.
445. Rogamos á Dios por santos, mas no por tantos.
446. Sobre cuernos cinco sueldos. ,
Siatum erat in quadam civitatc quod quilibet haedulus non valeret ultra quin-
qué solidos, et cum quidam civis illius civilatis esset abscns et sperareiur quadam
die venturus in domum suam, ejus uxor misit famulam ad emendum haedulum ut
escás pararet, et invento quodam rustico illum véndente, duxit illum cum haedulo in
domum, et cum domina domus, de haídulo contenta, vellet rustico precium solve-
re, ipse refutavit dicens quod pro nullo allio precio ipsum sibi daret nisi tamen ut ad
eam rem haberet; conclusive cum ipse carnalem habuitcopulam; quo consumato,
rusticus a pact.; recedens valorem haeduli, scilicet, quinqué solidos ab ea iastanter
petebat, et cum ipsa nollet ei daré, ipse vociferabat dicens; heu miser, guare depre-
dar; et cum esset res in hoc statu ingressus est civis, scilicet dominus domus, qui
erat maritus praefatae mulieris, et cum quaereret a rustico causam sui clamoris et
mestitia, respondit ei rusticus dicens quod in illa domo fuerat ab eo emptus qui-
dam haeduluset non solvebatur ei ejus precium; quoaudito civis ipse mitens ma-
num ad bursam porrexit ei quinqué solidos; qui aceptis recesit. Et cum factum
hoc in aliquorum noticia proveniret, exiit ab eis hoc proverbium, dicentes: Sobre
cuernos, etc.
447. So mi manto al Rey mato.
448. Sus obras dizen cada vno quien es.
44q. Suelta prima la primera.
460. Sea mi enemigo, é vaya á mi molino.
45i. Si algo traes cómelo.
Quidam pauper Garsias nomine habebat quemdam murielagum qui ibat per
hospicia convicina et rapiebat carnes et caseum et alia ad vescendum, et comuni-
cabat ea cum domino suo. Advenit quadam die cum rapere vellet carnes ex olla
cuiusdam vicini, assatorio arrepto eruit oculum murielago, qui sic percussus fugit
in domum suam nichil aliud asportans; quem cum vidisset dominus ejus, dixit ei:
Si algo traes, etc. Hoc potuit dici illi maléfico qui ingressus ecclesiam Eucharis-
tiam cum altarium ornamentis et libris ecclesiasticis extra ecclesiam asportabat,
quem cum hoc vidisset Laurentius, ecclesiaí canonicus, fossorio arrepio percusit
eum, et parochiani ecclesiae videntes ornamenta eccicsia; asportantem, arreptis
gladiis et fustibus, in eodem loco protinus occiderunt... Etilli furi placentino qui
cum ingressus esset nocte in quamdam domum ad furandum, ab scolaribusibi
existentibus fuit inventus ac vulneratus el potestati traditus qui ipsum aparitori-
bussúis tradidit puniendum, qui illi amputavcrunt virilia et oculos eruerunt.
44^ REVISTA DE ARCHIVOS
452. Santiguase el recuero, con mal están los asnos.
453. So mala capa yaze buen beuedor.
45.;.. Sea maridillo siquiera de iodillo.
455. Si tu eres ajo, yo piedra que te majo.
466. Sobre buen comer el ajo.
457. Si bien si non bien, si non pássome allende.
468. So la buena razón yaze al enganno.
469. Salen cautiuos quando son biuos.
460. Si me viste búrleme, si non me viste cálleme.
461. Son hermanos de vn vientre, mas non de vna miente.
462. Si bien me quieres Juan, tus obras me lo dirán.
463. Tal te bea que non te conosca.
Hoc potest dici de judeis sive sarracenis quos in quibusdam provinciis a chris-
tianis habitus diversitas non distinguit, et contingit inierdum quod per errorem
christiani judeorum seu sarracenorum et judei seu sarraceni chistianorum mulie-
ribus commiscentur.
464. Tanto es lo de mas como lo de menos.
465. Todo lo faré, mas casa con dos puertas no la guardaré.
466. Todos tiran de la cola del asno y mas su dueño.
467. Todo lo nueuo parece bien, saluo ver honbreageno sobre su muger.
468. Tomad vos con Dios y quebrar vos ha el ojo.
4Ó9. Toma bien; non cabe en mi costal.
470. Torna fuste donde fuste.
471. Tornadvos á vuestro menester.
472. Tras que me lo days rapármelo.
473. Tras la casa de Dios mora el diablo.
474. Tres cosas son que pierden al omme, putas y dados y cominos de
odre.
475. Va el Rey do puede y non do quiere.
476. Vase mi madre, puta sea quien mas filare.
477. Ve do vas, como vieres así fas.
478. Vergüen9a al vno vergüenza al otro, ved qual me han parado.
Quaedam mulier quae continens putabatur, visa fuit pregnans, et cum a qua-
dam convicina reprehenderetur et quaíreretur quare hoc fecit el qualiter sibi eve-
nit, excusaiiS se dixit: Vergüenza al i>nOy etc.
470, Vezinas á vezinas, á vezes se dan fariñas.
480. Vieia escarmentada, arregazada passa el agua.
481 . Vine de fuera y dile buena.
482. Vos al Papa y yo á la capa.
483. Vna golondrina non faze verano.
484. Vno piensa el vayo, otro quien lo ensilla.
485. Vnos fazen porque otros non son creydos.
486. Vn loco faze á ^iento.
487. Vn puerco lodado quiere lodar á otro.
488. Vno en saco y otro en papo.
489. Vn padre para 9ient fijos y no 9ient fijos para vn padre.
490. Vso faze maestro.
491. Ximeno, con su mal non vee el ageno.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
447
492. Yo é vos por enmaridar, vos á mí por encornudar.
493. Yo por ser bueno sallóme la mo^a en el cuello.
4c^. Yrse han los huespedes y comeremos el gallo.
Por la copia,
F.N. S.
II
FARSA SACRAMENTAL
COMPUESTA EN EL ANO i52i
(Conclusión) »
JirSTIiNO.
Adorote yo, mi Dios y Señor,
que por remediar mi pena y mi mal,
vestido de aquesta mi carne mortal
tanto sufriste por tu servidor;
yo creo que tu eres ¡o mi Redemptor!
aquel que eo Belén, chequito do estauas,
de Nuestra Señora la luche mamauas,
á donde hallauas tan dult^c dulcor.
Pascual.
Yo creo que tu eres aquel que tomaste
en el mismo cuerpo que tengo presente
las llagas y acotes que espanta la gente,
y al fin con 2 tu muerte, Señor, me libraste;
adorote y creo, Señor, que sacaste
los santos del linbo, do estauan tenidos,
y á nos con tu sangre por ti redemidos
con el Padre crej reconciliaste.
Fe.
Tal pan y tal vino muy bien figurava
el Melchisedech allá que salió
al Santo Abrahan y gelo ofrescio
ya que con victoria del campo lornaua;
aquesta abundancia se representaua
al Real propheta quando dezia
in loco Pascuae de tanta valia
nil mihi deertt, y ansi lo exclamaua.
Justino.
Pues ora veamos, dezid nos, señora,
y quien ay acá que tenga poder
tornar pan y vino y hazelle boluer
en cuerpo de Christo y sangre decora.
Fe.
En eso, Justino, no ay falta agora,
que á los sacerdotes Dios lo concedió.
y con las palabras que el pronu^io,
lo que el hizo estonces pueden aora.
Pei.ayo.
¡Officio dichoso! ¡o cosa escelentc!
que aquel que no cabe en cielos ni tierra,
puesto en sus manos el erogo le encierra
según que á la diestra del Padre potente;
¡o miónos tan santas si se mira y se siente!
do Dios verdadero se va aposentar,
¡o quan sin pecado que dcucn de estar
pues tienen officio tan rresplandc^iente!
Pascual.
Dichosos los cregos á quien cargo queda
SI bicQ se pernota, tan sánelo exer^i^io.
Fe.
¿Quien duda que cerquen su grand sacrificio
grand copia de angeles puestos en rueda?;
su grand dinidad no ay quien dezir pueda.
Pascual.
.\questos son luego los que yo oya,
aquellos, Pelayo, que á ti te de/ia
que siempre cantauan con cara muy leda.
Pelayo pregunta.
Y ¿quando fue el tienpo de nota tan digno,-
do Dios tanto amor nos quiso mostrar
que propio su cuerpo nos quiso dexar
so forma vesible de pan y de vino?
Fe.
Dexoio, pastores, el \'erbo diuino
al tiempo que cstaua de amor abrasado,
el qual deseava y muy deseado
por dar ya remate aquello que veo.
Declara el tiempo.
Llegada la noche ya postrimera,
1 Véase el número de Enero, págs. 67 á 71.
2 En ^1 ms. como.
448
RKVISTA DE ARCHIVOS
la qual contemplando alegróme y lloro,
con mano muy franca de su gran tesoro
en dar grandes dones mucho se esmera;
ordena de nuevo por alta manera
después de avcr ya cenado el cordero,
quitada la sombra, venicndo el sol vero,
abrir para ^ielo á todos carrera.
Pascual compara.
Ansí como suele hazer el pintor
al tiempo que quiere la tabla pintar,
que con <;iertas rayas la suel señalar,
después acaballa con vero color,
ansína en la mesa nuestro Redentor
comien<;a con el cordero á rayar,
y con él su cuerpo nos quiso acabar
aquesta pintura de tanto valor.
Fe.
Y porque tenía su cuerpo precioso
quitallo delante de nuestra presencia
y sobre los cielos por su excelencia
poner á la diestra de Dios poderoso,
llagado en la cruz por nos congoxoso
offrcsciolo en precio por darnos la gloria,
y dexa occultado porque en su memoria
continuo tengamos don tan valeroso.
Concluye.
Y dicha ya y hecha la consagración,
el pan con el vino en su cuerpo tornado,
á todos los doze que allí avien penado
tomándose el mismo se da en coi lunión
Justino.
¡O cosa tan dina de contemplación
de ver como á Judas su sangre Dios daua
con que se saluase, y él ya procuraua
por treinta dineros hazclle traygión!
Exclama contra Judas.
¡O Judas maldito, ¿por qué, di, vendías
la sangre sagrada de gran dinidad,
pues Dios se la ofrece de su voluntad?;
¿por qué lu por ella, di, precio pedías?
¡O amor sin medida de nuestro Mexías,
de ver que administra vn tan sancto oflicio,
y él se es sacerdote y él se es sacrifficio
que á todos nos libra de mil agonías!
Pelayo.
¡O caso admirable y tan de notar
de ver en sus manos Dios qual estaría!
lO vero Dauid, de quien se entendía
dezir que en sus manos se puede llevar!
Pascual.
£1 qucs cosa y cosa que allá en su yantar
propuso Sansón, ya veslo entendido;
¿no ves que del fuerte dulzor a saludo,
y del comedor ya salle el manjar?
Fe.
Con grande abundancia solie mantenía
con este manjar Dios á los del cielo,
mas yu con el mismo ata á los del suelo
mantiene por darnos mayor alegría;
y porque mirallb niguno podría,
conplido de gloria, con ojos carnales,
oculto en manjar se da á los mortales,
do espanto ni horror ninguno ternia.
Pelayo conpara.
Como la madre que algún niño tiene,
á mi me parece, carillos, aquesto, '
que porque el chequito no come avo tan presto
come ella el manjar y en sí lo retiene,
después hecho leche al hijo sostiene
con lo que el chequito no pudo tragar,
ansí Dios en honbre de hombre en manjar
por modo admirable á todos mantiene.
■ Justino.
¡O quan mansueto, Señor, te as mostrado
y quanto que todos deuemos seruirte;
que antes el hombre, de no mas de oírte
debaxo las hojas huye de espantado!;
mas ya que de Virgen as carne tomado
heziste te luego acá nuestro hermano,
y dastc en manjar al pueblo christiano
por donde se acuerde tu avello comprado.
Pascual.
¡O Dios, que de nada el hombre heziste,
y diste razón conque se rigcse,
y porque caydo no peres^iese
de aqueste sayal. Señor, te cubriste!;
dos vezes me deuo a ti, que suffriste
por darme tu gloria, tal muerte en la cruz,
pues más yo no alcanzo my Dios y mi luz;
mi- cuerpo y mi alma te doy que me diste.
Justino.
¿Quien pudo. Señor, tal don mercsccr,
que tu que á Moysen no te mostraste?
agora, Señor, asi te humillaste
que ya al peccador quies condescender?
¡o dulce Ihesu, mi bien, gloria y ser!;
pues tu, mi Señor, me as rcdemido,
perdona mis culpas si yo te e offendido,
y lleua do claro te pueda yo ver.
Pascual.
Pequé yo en Adam, Señor, contra ti,
y tu me libraste por tu clemencia;
pequé yo en mi mismo, y á la penitencia
Señor, me esperaste aunque te otfendí;
leuantasme. Dios, de donde cay,
y ya que de hambre y sed perecía,
tu cuerpo y tu sangre de tanta ualía
me das que en la cruz posiste por mi.
Pelayo.
¡O grande combite, dichosa hartura
adonde el manjar tu eres, Señor!,
¡O gran dignidad que das, mi Criador,
en darte en manjar acá á tu criatura!,
recibiste el ángel allá en el altura,
gozando. Señor, de ti como eres,
y yo como puedo y como tú quieres.
Señor, te recibo acá en la baxura.
BIBLIOTECAS Y iMUSnOS
449
Fk.
Aqueste es manjar de grand suavidad
que presta á los sanos gran delectaijión
y á los peregrinos grand consolación
y da á los enfermos muy grand sanidad;
inflama á los hombres en grand c.iridad
y á los que son flacos da grand fortaleza,
consuela á los tristes y á todos pureza,
quitando el pecado y á todos fealdad.
Prosigue.
Aqueste manjar á todos da vid i
y á todos confirma con pieria csperan<;a
y á quien le recibe da pcrieueran^ia
en qualquiera bien con buena salida,
da y acres^ienta sin peso y medida
á quien le lomare con Dios mucfio amor,
y avn es vna prenda que nuestro Señor
nos da para darnos consigo cabida.
Justino.
¡O don permanífico y lleno de amoV,
Sancto mas santo que todos los Sanctos!
á ti yo bendigo, mi Dios, en mis cantos,
mas dul^e dulzura que todo el dulzor.
Pelayo.
Aquestas son fiestas de grande loor,
aquestas son estas las ñestas pascuales,
á do las riquezas que son celestiales
tomamos con gozo, gasajo y honor.
Pascual.
Tus remos y belas recoge, Charon,
sin sobre Acherontc jamas nauegar,
tu Cerbero can sin mas ya tragar
tus tres bocas cierra ansí como son,
y vos que de nadie tenes compasión,
crueles Thesiphon, Alecto y Megera,
sabed para el (¡ielo aver ya carera
y quien nos defienda de vuestra prisión.
Fe.
Antes en esto tened aduerteníjia
que no llegue nadie sino es como deue,
ni menos reciba primero que prueue
á ver si va liopia bien su consQiengia;
desbueluala bien con grand diligencia
y suba al estrado de recta razón,
confiese sus culpas pidiendo perdón,
llorando sus faltas con gran penitenijia.
Sus grandes offensas allí considere
y guarde no esté detras de sí mismo;
so sepa que yrá allá al hondo abismo
qualquier que en peccado á Dios recibiere,
que va condenado quien esto hiziere
y incurre la pena que grave incurrieron
los que la sangre de Christo vertieron,
si linpio no llega qualquier que viniere.
Pregunta Pascual.
A cuerpo, pues, digo, señora, veamos
¿como osa llegar al triste avariento
que dexa morir al pobre hambriento
y va á comulgar semana de Ramos.'*
3.* ÉPOCA.— TOMO X
Justino.
Y con reuereníjia tanbien que digamos
el suzio que está rebuelio en mili vicios,
y avn otros que hazen dos mili malefi(;ios,
de todos si manda, señora, sepamos.
Pascual.
Y el fiero tanbien del renegador
¿como osa tomar al que a blasfemado?
Fe.
A esos tormento les causa doblado.
P^nxenplo en Oza y en Judas traydor.
Pelayo.
Yo cuydo sin duda que pena y dolor
allá en el infierno do van á morar,
temores, angustias, tristeza y pesar
tendrán, y de dentro gusano roedor.
Y avn soncas tanbien que no marrará
trabajo y hedor y avn cscuridad;
alli hanbre y sed, gran calamidad,
alli grande (rio que los elará;
allá piedra gufre que siempre arderá,
gritos y llantos y tristes gemidos,
tormentos sin cuento y grandes ahullidos,
y allí grande huego los abrasará (i).
Pascual.
Aparta, Señor, tan crudo tormento
de mi cuerpo y alma que nunca los sienta,
do nunca se cansa quien los atormenta
ni an refrigerio ni mejoramiento,
y si con mis obras ó mi pensamiento.
Señor, te he offendido, aqui me castiga,
con tal que mi alma no esté en tal fatiga
do tenga de ti aborres^imiemto.
Fe.
Pues alto, qualquiera que quiere euadir
aquestos tormentos con buen coraron,
con linpias entrañas, con sana intengion,
muy bien se apareje á Dios rc^ebir;
que sepa que al cielo no puede subir
quien no le recibe y con fe muy conplida,
mas que lo tomare terna sienpre vida
y muerte perpetua no puede morir.
Pelayo.
£1 gusto del fruto que á Adán Dios vedó
nos traxo la muerte que acá padescemos,
y el gusto del fruto que aquí todos vemos
nos torna la vida que el otro quitó;
del gusto la muerte á todos colgó,
y el gusto la vida á todos congede,
de donde la llaga salud ya progede
y vasc la muerte por gusto do entró.
(i) Tachado:
Concluye.
Y ansin i lo hize que no me engorre
mas de vestirme y darme aguijar
á fe que esa nueua
33
45o
REVISTA DE ARCHIVOS
Justino.
Y ¿qué le darán, sepamos. Señora,
á quien bien refibe acá el Sacramento?
Fe.
Kl cielo, pastores, dó tenga aposento,
y á do siempre goze del bien que allá mora.
Pascual.
Ahotas que es mucho.
Justino.
Veamos aora;
pues diganos algo del bien que allá está.
Fe.
¿Qué lengua pastores contallo podrá?
Justino.
Algo siquiera nos diga aquí agora.
Fe.
¿Quién puede dezir la grande belleza
que tiene la gloria, y tantas de cosas,
á de son los muros de piedras pregiosas
y de margaritas de grande rique/a
hechas las puertas con grand subtileza?;
las placas de nitido y muy puro oro,
y los que allá gozan de aqueste thesoro
seguros de gloria con mucha firmeza.
Prosigue.
Allí nunca tienen los males morada,
allí están los bienes continuo complidos,
los árbores llenos, los canpos floridos,
do no veen estío, ni menos elada;
mudanza de tiempo no tiene allí entrada,
planetas no veen, ni ay noche, ni ay día,
que el santo cordero la luz les enbía
que a todos da gloria perfecta acabada.
Concluye.
Si en este destierro do estamos mezclados
los buenos y malos, das Dios tantos bienes,
¡o quales serán. Señor, los que tienes
á solos los buenos allá colocados!
si acá por los cuerpos de lodo formados
el mundo. Señor, de dones cumpliste,
al alma inmortal que tu redemiste
¿qué dones ternas contigo guardados?
Pascual al Sacramento.
¡O vjda perpetua que por mi moristel;
{O fortaleza por mi enflaquecida!
¡O sana salud que por darme vida
puesta en la cruz por mi padeciste!
adorote y ruego por lo que sufriste,
que diño me hagas de te recebir,
porque yo contigo yo pueda viuir.
pues que por esto tu sangre vertiste.
Pelato.
¡O pan celestial del 9¡clo venido,
el qual quien gustare hambre no avra!;
a mi salua^ión, Señor, ic me da,
porque por siempre no vaya perdido
á mí que en pecados esto envezexido;
dellos me saca y da de tus dones
tu que confortas á los corazones
y tu que por mí fueste vendido.
Justino
¡O Verbo ab eterno del Padre engendrado,
á mí en este mundo, pues soy peregrino,
tu da desie pan celestial y diuíno
hasta que á Oreb yo aya llegado;
a mí que ya esto tan desconsolado
dame el manjar que pone el consuelo,
y lleva contigo después allá al ^ielo
á mí con aquestos que aquí se an llegado.
Pelayo.
Amen, amen, y sus aballemos,
que á fe quemos hecho grand dilafion.
Pascual.
Digamos primero qualque canción
Justino.
Muy bien as dicho; pues sus, comen<;eraos.
Fe.
David si cantaba según que sabemos
delante del arca con mucho placer,
con mas razón ora se deue hazer
delante de Dios que todos cantemos.
Villangico.
¿Ha, Pelayo, que?, Justino
que excelencia,
darse Dios por su clemencia
so especies de pan y vino.
¡O que pan tan excelente!
¡que liquor tan sublimado!
en tiempo oportuno dado
por remedio de la gente;
Que manjar celeste y diño
de cxcellencia,
por quitar nuestra dolencia
nos dexo el Verbo diuino.
¡O que gana de quitar
nuestras penas y affliciones
lovo Dios, pues, con sus dones,
aansi quiso remediar,
y por nos dar muy mejor tino
su presencia
oculto con su potencia
so especies de pan y vino.
¿Ha, Pelayo; que?, Justino
que excelencia,
darse Dios por su clemencia
so especias de pan vino.
Dbo gracias.
Debaxo de las cortinas
deste consagrado pan
las maravillas divinas
están tan altas y dignas
como en el qielo do están.
Aqui Christo soberano
aqui diuino y humano,
¡O gran Fe que tal nos muestra!
lienelo el Padre á la diestra
y el sacerdote en la mano.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 45 1
NOTAS BBLIOGRAFICAS
Étiid«8 sup rEspafpie, par A. Morel-Fatio. (3.*«^e Serie). — Paris, E. Boui-
llon, 1904. — 438 págs. 8.®
Casi todos los esludios que forman esta 3.* serie han sido publicados ya en Re-
pistas, principalmeute en el Bulletin hispanique de Burdeos; pero ahora aparecen
corregidos y aumentados. Son los siguientes: La carta de Sancho IV á Alonso Pe-
recí de Guarnan; Un drama histórico de Tirso; /).* Marina de Aragón; Una come-
dia de colegio; Historia de dos sonetos; Soldados españoles; Un Grande de España,
agente de Luis XIV; La golilla y el uniforme militar; Fermín Caballero; El es-
pañol de Mandón i; Miscelánea filológica.
Como se ve, el reputado hispanófilo se revuelve con igual desembarazo en las
épocas más remotas de nuestra historia que en las contemporáneas, y por más
que su predilección le lleve á los siglos xvi á xvni, si al paso le sale un asunto
interesante de cualquiera de los anteriores, sabe tratarle con la competencia demos-
trada ya en el estudio del Privilegio rodado de Duguesciin, etc. Otra condición
muy recomendable de este autor francés es que nosotros los españoles, además del
interés que encontramos en los asuntos que elige, tenemos la seguridad de hallar
en ellos un criterio de justicia tan libre de sospechosos elogios como de apasio-
nadas censuras, y de aparecer siempre tal cual Dios ó el diablo, nuestros vicios ó
virtudes nos han hecho.
Esto explica el favor que entre nosotros legítimamente disfruta cuanto escribe
el Sr. Morel-Fatio.
En el primer estudio queda la famosa carta de D. Sancho relegada á ese Museo
de trastos viejos á que la sana crítica de nuestros días va enviando, ya la batalla de
Cía vi jo ó el Centón epistolario, ya el Buscapié ó la leyenda de los Amantes de Teruel
y adonde espera un sitio Á tantas otras supercherías que han formado y forman
los matacanes de cartón de los encantados castillos de la mentira. El teatro y la
poesía tienen curiosos análisis en el drama de Tirso, y en las no tan simpáticas
comedias de los Colegios, que con su latín y sus temas almidonados, si ofrecen
interés histórico para las costumbres escolares, no resisten la comparación con el
movimiento y vida del escenario de nuestro siglo xvii: en la Historia de dos sonetos
pleitea con buenas razones el ilustrado autor en defensa de sus compatriotas,
inculpados por Sedaño: traza una curiosa biografía de D.* Marina de Aragón, la
cual con su graciosa desenvoltura, en nada inferior á la de nuestros días, nos con-
firma en la idea de que tuvo siempre la mujer irresistible anhelo por bordear el
abismo de lo prohibido, sintiendo más ó menos la caida al fondo, pero apartán-
dose por lo general algo amohinada de la orilla cuando la mano de la virtud viene
á retirarla; y aunque en la censura, justa en general, del lenguaje algo exótico que
Manzoni pone en boca de nuestro buen compatriota Ferrer, podría acusarse al
Sr. Morel-Fatio de excesivo rigor al tachar de galicismos las frases ¡Qué de gente! y
si es culpable, puesto que hoy decimos mucho y muy castizamente: ¡Qué de
gente á la salida de los toros! ¡Qué de gazafatones en tan pocas lineas! y, se le
castigará, si es culpable, con preferencia á si es culpado, como no me propongo
mencionar uno por uno los once estudios, baste lo dicho para que pueda afirmarse
452 REVISTA DE ARCHIVOS
que todos los de esta 3.* serie se han de leer con el mismo interés que los anteriores
y que harán desear la cuarta á toda persona medianamente ilustrada.
A. P. y M.
Teatralerías. Casos y cosas teatrales de antaño y hogaño, por Felipe Pérez y
González. — Madrid, R. Velasco, 1904. — 2íi págs., 8.°
Aunque en forma figera, como el mismo título indica, y sin más pretensiones
que la de que no quede perdido y desperdigado lo que el autor escribió en varios
periódicos sobre cuestiones del teatro, hay en estas páginas noticias bastante cu-
riosas para la historia antigua y moderna de aquel. La claque y la debatida cuestión
del plagio; la moralidad ó inmoralidad del espectáculo; el libretista y el músico; la
reventa de billetes; el velo del idioma extranjero para cubrir desnudeces cosmopo-
litas; las representaciones en los conventos, Juan Rana y D. Ramón de la Cruz, et-
cétera, etc.; tales son los asuntos tratados, ya en prosa, ya en. verso, pero sieníipre
con la sal andaluza de que dotó Dios á un autor competentísimo en asuntos de
teatro, como que conoce muy bien por dentro y por fuera el contemporáneo y
también por dentro el antiguo. Con tales condiciones, bien puede asignársele un
puesto entre los que modernamente trabajan por allegar materiales de todo génefo
para esa obra monumental de la Historia del teatro español, que falta en nuestra
literatura.
A. P. y M.
Iglesias primitivas de Asturias, por Inocencio Redondo.— Oviedo, A. A.
iMorán, 1904. — 78 págs., 8.° con 46 fotograbados intercalados en el texto.
Divide el autor de esta monografía en tres tipos las primitivas iglesias de Astu-
rias. El !.• y más antiguo (anterior á la monarquía asturiana) representado por las
criptas de Sta. Leocadia y Santa María de Naranco; el 2.°, por San Julián de ios
Prados (Santullano), (perfecto modelo de las basílicas cristianas de cruz latina),
San Salvador de Valdedios y Priesca; y el 3.°, por San Miguel de L'*no y Santa
Cristina de Lena con su planta de cruz griega, y por Santa María de Naranco, con
su forma de celia.
A la descripción de los primeros templos citados sigue el fijar su antigüedad
en dos siglos, por lo menos, anterior al que se ha tenido hasta hoy por el más an-
tiguo templo de Oviedo, San Vicente mártir (760). Para su afirmación se vale el
autor de argumentos bien escogidos y fundamentados, como son la traza de aque-
llas iglesias, que por la sencillez, signo de mayor antigüedad, por lo bajo y casi
subterráneo de la construcción, como que están indicando el recogimiento, el te-
mor de los primitivos fíeles perseguidos: la inscripción del ara de Santa Maria, en
que Ramiro I, en 848^. declara ya que aquel templo ha sido reedificado por la gran
vetustez del primitivo: y íinalmente, por ciertos detalles artísticos de los sepulcros
de Santa Leocadia, con atributos como la vid, paloma, águila, etc., y otros que se
ven en las catacumbas. Hácese cargo de la objeción que podría hacérsele por ha-
llarse algún adorno á modo de media luna con cabezas de animales por colgantes,
entre trilóbulos y triángulos propios del período ogival, y contesta con los ejem-
plos del arco de herradura y la teja curva, elementos que hoy nadie puede decir
cuándo ni dónde se usaron primeramente, y que por consigiente no bastan para
asignar un edificio en que se encuentren á las épocas en que hasta hace poco se
les venían asignando por aquellos solos detalles.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 453
A este modo, continúa el Sr. Redondo examinando tan interesantes monumen-
tos, extendiendo su acertada crítica á la etimología de Oviedo, al lugar de la primi-
tiva fundación de la iglesia de San Vicente por Fromistano, y á otros puntos de no
menos importancia. Es un trabajo que indica á la legua profundos conocimientos
en la materia tratada, y que en pocas páginas encierra mucha más doctrina que otros
voluminosos y declamatorios estudios que se pierden en divagaciones ó en pesa-
das y prolijas descripciones de los restos arquitectónicos de la antigüedad, sin la
base científica que necesitan tan difíciles estudios.
A. P. y M.
Cervantes por José de Castro y Serrano. — Madrid, 1904. — 8.° menor, 58 pág.
Esmeradamente impreso en casa de Antonio Marzo, acaba de publicarse este
reducido estudio acerca del escritor que dio su nombre á nuestra lengua. La delec-
tación que produce el castizo estilo del Sr. Castro y Serrano y sus acertados juicios
sobre el primero de los prosistas castellanos, hacen lamentar la corta extensión del
trabajo.
Coincidiendo con el juicio emitido por el Sr. Menéndez Pelayo, en su reciente y
admirable síntesis acerca de las obras de Cervantes, critica el empeño de los espe-
cialistas científicos y literarios en atribuirle sus propios estudios y aficiones, consi-
derándole como historiador, filósofo, geógrafo, médico, teólogo, jurisperito y
maestro in omnia re scibili. Al exponer brevísimas noticias de su azarosa vida re-
chaza, como falsa, la acusación de malversador de los caudales públicos, lanzada
contra Cervantes; y ve en él, como Pérez Pastor, al tratar del proceso por la muer-
te de D. Gaspar de Ezpeleta, no un reo, sino una víctima de la curia.
Examinando su obra literaria le presenta como único modelo que debe ser imi-
tado «hoy que el extranjerismo de la forma amenaza destruir el noble lenguaje
castellano)^; alábale como autor dramático anterior á Lope en algunas de sus co-
medias y como^escritor de costumbres en las Novelas ejemplares, cuadros de admi-
rable realismo; con respeto, rayano en veneración, reduce el juicio sobre el Inge-
nioso Hidalgo á decir: «E/ Quijote es el Quijotes; y hace notar que Cervantes^ es-
cribiendo en vísperas de muerte el Prólogo del Persiles, murió como su héroe, exte-
nuado de cuerpo pero con lucidez de ánimo.
Avaloran el trabajo las reproducciones del retrato de Cervantes, que guarda la
Academia Española y se tiene, aunque sin razón, por auténtico, y de la portada de
la primera edición del Quijote.
F. N. S.
Iglesias gallegas de la Edad Media. Colección de artículos publicados por
José Villa-Amil y Castro. — Madrid, imp. de San Francisco de Sales, 1904.—
XX— 388 págs.
El Sr. Villa Amil y Castro, Jefe que fué en el Cuerpo de Archiveros-Biblioteca-
rios, donde se distinguió por su inteligencia, su celo y probidad, ha tenido la bue-
na idea de reunir en un volumen algunos artículos publicados en varias Revistas,
dando así facilidades á los estudiosos para que lleguen á conocer la arquitectura re-
ligiosa de Galicia, tan justamente celebrada. Después de una breve Introducción his-
tórica áonáQ reseña los principales templos gallegos de la Edad Media, no sin men-
cionar aquella domuncula cum altari que se supone construida sobre el sepulcro
de Santiago por sus discípulos, describe la diminuta iglesia construida por Froilán,
hermano de San Rosendo, junto al monasterio de Celanova, la cual juzga, no como
454 REVISTA DE ARCHIVOS
de románico terciario, según opinaba el Sr. Murguía, sino hecha por algún alarife
musulmán; probando con documentos que en el siglo x había moros en Galicia,
esclavos generalmente, que es muy verosímil trabajasen en las construcciones. Con
ocasión de analizar otra capilla análoga del monasterio de Samos, reíiere la histo-
ria de este, el más importante de Galicia y cuyos orígenes visigóticos no pueden ne-
garse. Otro tanto hace el Sr. Villa-Amil al describir la catedral de San Martin de
Mondoñedo, precioso modelo de estilo románico; después de refutar la supuesta
donación de Flaviano á Sabarigo, prueba que la traslación de la sede Dumiense á
Mondoñedo se hizo en tiempo de Alfonso el Casto; sede que luego estuvo por es-
pacio de tres siglos en Valibria. Con igual erudición trata de la iglesia de Santa
María de Meira, convento fundado en el siglo x; monumento digno de elogio por
su sobriedad de ornamentación y su severidad de líneas. Siguen descripciones de
las principales iglesias de Pontevedra (Santa María, San Francisco, Santo Domingo
y Santa Clara); las parroquiales de Noya, Betanzos, Bayona, Santa María de la
Coruña, Santa María de Cambre. San Lorenzo de Carboeiro, Junqueira de Ambia
y otras. Pero la monografía más extensa es la consagrada al Hospital Real de San-
tiago, cuya fundación no debe atribuirse á D. Diego de Muros, obispo de Mondo-
ñedo (i5o5-i5i2), como han pretendido algunos, sino exclusivamente á los Reyes
Católicos. Hecho este estudio en vista de documentos, inéditos en gran parte, da mil
noticias curiosas de aquella obra en que se inmortalizó el insigne arquitecto Enri-
que Egas.
Varios grabados ilustran este libro, del cual damos cuenta aún tratándose de
artículos ya conocidos y juzgados favorablemente por los amantes de la Arqueo-
logía, por tratarse de un libro en todos conceptos muy digno de alabanzas.
S. y S.
VARIEDADES
ALEMA^ífA. El 5 de Octubre se ha reunido en Halle, bajo la prresidencia de
M. Schwenke de Berlín, el Congreso de bibliotecarios alemanes, en el cual han
lomado parte un gran número de éstos y algunos del extranjero. Se ha nombrado
una comisión que se ocupará de la reforma de la bibüograíía en Alemania. — j. p.
ARGENTINA (República). D. Luis R. Fors, director de la Biblioteca pública de
La Plata ha elevado una exposición al Gobernador de la provincia, TD. Marcelino
Ugarte, para la creación de una escuela de archiveros, bibliotecarios y arqueólo-
gos. — M. Sj
ESPAÑA. — Alcalá de Henares. D. Juan Marín del Campo publicó un artículo
en El Eco Complutense de 23 de Abril, proponiendo una idea bastante original en
honor á Cervantes, y es que"se traduzca El Quijote al latín; versión que podría ha-
cer D. Miguel Robles Alabern, quien tradujo en magníficos exámetros Ei vértigOy
celebrado poema de Nuñez de Arce. Aplaudimos este pensamiento, deseando que
se realice pronto.
Madrid, Kistoria de la Escnltara española. Resumen de las lecciones
explicadas en la Escuela de Estudios Superiores del Ateneo de Madrid por D. José
R. Mélida. — La creencia corriente de que en la Historia del Artje español la Escul-
culiura ocupa un lugar secundario, debiéndose la primacía á la Pmtura, es erró-
nea. Que la Escultura es «el arte pagano por excelencia» y la Pintura «el cristia-
no», son apreciaciones hechas con evidente exclusivismo, sin tener en cuenta que
la ley histórica por la cual en el arte representativo la forma precedió al color, no
se funda en la relación supuesta entre las religiones y los medios de expresión del
arte, sino en el desarrollo natural de éste. La humanidad dibujó primero, pues eso
han hecho los antiguos pueblos del Oriente, modeló después, pues eso hicíeroQ
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 455
Grecia y Roma, y produjo, por último, la ilusión de la forma en su relación con
la luz, que es lo que es la Pintura y lo que ha hecho la Europa moderna. Pero
por nada de esto han dejado todas las épocas y todos los pueblos de producir
Escultura y Pintura.— Lo que hay es que por razón de ese mismo proceso del arle
la Escultura del Renacimiento está imbuida del espíritu pictórico de la época, y
en España, por la tendencia realista que nos es propia, se pinta la talla. Pero te-
niendo en cuenta que Velázquez será siempre una excepción, no es posible poner
por bajo de un penitente de Zurbarán el San Francisco de Mena. — Por otra parte
esculturas hallamos en todas las épocas de nuestra historia y pinturas no, de ma-
nera que para conocer el proceso histórico del arte español de un modo completo,
ofrecen aquéllas superior interés. Tenemos pues, en España, escultura prehistó-
rica, reminiscencias de la egipcia y de la caldeo-asiria, escultura fenicia, griega,
greco- fenicia, ibérica, celtibérica, cartaginesa, romana, romano-cristiana, visigoda,
bizantina, arábiga, románica, gótica; plateresca, pseudo-clásica, realista (del siglo
de oro del arte íigurativo españoP, barroca, neo-clásica y moderna. Abarca nues-
tra Escultura toda la historia del arte^ — Para este interesante estudio .artístico y
arqueológico son elementos indispensables la variedad de obras qu€ quedan indi-
cadas y los datos acumulados desde el siglo xvi por Ambrosio de Morales; D. Mar-
tín de Aragón, Duque de Villahermosa, Juan de Arfe, Pablo de Céspedes, Palomi-
no y Velasco; el P. Florez, Ponz, Cean Bermúdez, Bosarte, y en los tiempos mo-
dernos por Assas, Caderera, Amador de los Ríos, Madrazo, Gestoso, Marti y Mos-
só, etc. — Con todos estos antecedentes importa estudiar hoy, á la luz de la Historia
general del Arte, la particular de la Escultura española, desde sus orígenes.
Escultura ante-romana, — Teniendo en cuenta el sincronismo prehistórico, pa-
tente en nuestra Península, donde sucedió- que mientras en las comarcas de medio-
día y de levante colonizaban respectivamente fenicios y griegos, en el interior vivía
la gente ibera en el estado de cultura determinado por la piedra tallada; y tenien-
do en cuenta también que esos colonizadores trajeron y produjeron obras de muy
distintos estilos; para estudiar las producciones con un orden que responda al desa-
rrollo del arte, será bueno agruparlas de manera que den idea de cómo se reflejó
en nuestro suelo el proceso histórico de la Escultura, cual si los pueblos ante-
lomanos hubieran formado uno solo, en cuya vida apareciesen, cual otras tan-
tas fases sucesivas, las distintas civilizaciones. — Los primeros esbozos del arte
figurativo en la Península son los ídolos de esquisto hallados con las hachas de
piedra pulimentada en Andalucía, Extremadura y Portugal; obra á lo que parece de
los aborígenes iberos, cuando aún se hallaban en estado prehistórico. Es de notar,
sin embargo, en el :ipo más primitivo, que tan solo da la informe silueta de la ca-
beza y el tronco humanos, al cual tipo corresponden los ejemplares recogidos en
Pernera (Almería) y Carmona (Sevilla,) que corresponde exactamente al tipo de
los recogidos en la famosa colina de Hissarlik, donde estuvo Troya. Los de Extre-
madura y Portugal no solamente dan el contorno sino los dintornos ó sea el gra-
bado para señalar facciones, brazos ó vestidura y aún taladros para simular los
ojos. — En Tíjola (Almería) se halló un ídolo de esteatita que aunque reducido á
formas geométricas muestra cabeza, tronco y sus cuatro extremidades. — El Museo
de Vich posee una cabeza de ídolo en piedra que manifiesta el modelado, esto es
el saliente de la nariz, y dos botonciilos por ojos; fué hallado en (Carmona. — Si del
grupo prehistórico pasamos al de las civilizaciones históricas hay que estudiar una
serie de figuras de arte oriental. Primeramente algunos bronces de la colección
Vives. Reclaman el primer puesto dos inéditos, de carácter egipcio, uno con mitra,
especie de pschent, otro con peluca de bucles, procedentes de Sevilla y probable-
mente de fabricación fenicia. Después los que se publicaron (Véase tomo IV de la
Revista) en estas páginas, un guerrero y una imagen de Astatté, la Venus feni-
cia, etc. Inmediatamente deben colocarse el Esfinge de Balarote, (Albace'e) toro de
faz humana, que tiene lodos los caracteres de imitación indígena (bastetano) de una
obra Caldeo-asiria y el león de Bocairente (Valencia.) Luego corresponde colocar
las cabezas de toro, en bronce, descubiertas en Cosiig (Mallorca) que recuerdan la
vaca de Micenas y otras obras orientales. — Después de la serie oriental la griega
arcaica: Un Ontauro de Rollos (Murcia) y un Fauno del Llano de la Consolación
(Albacete,) del siglo vi antes de J. C, importados para los comerciantes fóceos,
como asimismo un Minerva de la Colección Vives. — Puede añadirse un mármol
456 REVrSTA DE ARCHIVOS
del Museo de Tarragona, que parece copia antigua de uno de aquellos Apolos que
por el siglo VI antes de J. C. produjo el arte dorio. — ^Como fruto de la influencia
que debieron ejercer todas esas obras del arte importado tenemos varias obras en
las que es forzoso reconocer un arte indígena, ibérico, que se manifiesta en varie-
dad de estilos, constituyendo otros tantos grupos regionales. De estos el más
importante es el arcaismo producido en la región S. E., déla Península (Basie-
tania y Edetania), como resultado de las dos corrientes griega ó levantina y feni-
cia ó meridional. — El punto de partida de este arcaísmo es el busto de Elche, la
mejor obra del arte ante-romano de España, y su consecuencia las Esculturas del
Cerro de los Santos (Véase lo que viene publicando en la Revista sobre el particular
el Sx. Mélida.) Otro grupo interesante y que se relaciona con el basietano es el de
los ídolos de bronce, procedentes en su mayoría de la sierra de Jaén, y que nos dan
desde los tipos de arcaismo más característico, hasta las más torpes y bárbaras
interpretaciones de buenos modelos. En el centro y N. de la Península el arte ibé-
rico es peor, tardío y persistirá á pesar del romano, como lo demuestran los toros y
jabalíes de la Vettonia, etc., los guerreros lusitanos y algunas estelas con relieves,
todos estos monumentos con epígrafes latinos. -Después de hablar de estas dege-
neraciones del arte oriental y más aún del arte griego arcaico, hay que decir algo
del arte griego clásico. Entre sus escasas manifestaciones está el sarcófago fenicio de
Cádiz, están unas estelas cartaginesas de Tajo Montero y algunos mármoles impor-
tante de Tarragona, Cartagena y de otros puntos de la costa de levante. — Resulta
de todo esto que durante el período ante-romano en la Península se sintió el reflejo
de todos los estilos ó fases de la evolución del arte escultórico, pero sin eficacia
para constituir aquí una manifestación ibérica de los mismos. Cada estilo, sin
embargo, determinó en Iberia uno nuevo, de imitación, á modo de secuela ó
rama disgregada del tronco. Estos estilos ibéricos tienen como carasteríslica co-
mún la tosquedad nativa de los productos indígenas, la pobreza de concepción,
la tradición rutinaria de la técnica oriental y en las figuras de piedra la propor-
ción rechoncha. Son constantes los rasgos de la influencia oriental y de la influen-
cia griega. También es constante el fenómeno de que las esculturas en que el ele-
mento ibérico es el predominante, los tipos que parecen más arcaicos, lejos de
serlo son copias, hechas á través de los principios y de la técnica pseudo hieráti-
cos, conservados tradicionalmente y por lo tanto tales tipos representan una de-
generación, porque aquí faltó ambiente para que se efectuara la evolución del arte.
Estese manifestó regional en lodo aquel período.
Escultura romana. — Los romanos realizan en nuestra Península la primera
unidad artística, no sin que en las formas suyas coexistieran algún tiempo las del
arte indígena, que quedan señaladas. El arte romano, nacido del cirusco ó sea de
la tradición itálica, en la que es tendencia constante el realismo, y del arte griego en
su último período, que es teatral y fastuoso, vino á España ya formado, puesto
que la romanización de nuestro suelo no se consolida hasta el Imperio. Aquí se
dan las dos manifestaciones distintas que en geneneral se distinguen en la Escultu-
ra romana, el estilo helénico ó idealista para las deidades ó imágenes alegóricas y
el estilo realista para los retratos. El estilo greco-romano, en obras decorativas y
el carácter pintoresco que juntamente con la afición al relieve se dieron en Italia,
dieronse también en España.— Eligiéronse aquí estatuas de divinidades, para el cul-
to; de emperadores y demás miembros de las familias imperiales. — En lo referente
á las imágenes sagradas dan testimonio de muchas, al propio tiempo que de los
varios cultos peninsulares, los textos epigráficos con dedicaciones á Júpiter en
f/xama, á Júpiter Andero y Candicdo en Galicia, á Marte en Collado-Villalba, á
los genios de los municipios en la Béltica y la Tarraconense, á los Lares, espe-
cialmente en Lusitania; á las Ninfas, Capáronse en Baños, Varilcna: en Ar^an-
da, Vmeritana en Castrourdiales, Lagiensis en Boñal de Asturias y Dea Napta en
Galicia; á los ríos Durius en Porto, Ba'lis en Sevilla, Hibcrus en Tarragona; corr\o
así mismo deidades exóticas, tales como Serapis en Ampurias, Júpiter Amon en
Valencia, Isis en i4cc/ (Guadix), cuyo pedestal existente en Sevilla nos da la lista de
los adornos de la imagen, al modo de ciertos inventarios de los santuarios griegos.
Entre las deidades de los indígenas, que fueron objelo de dedicaciones latinas, son
de citar: Dea Ataxina en Turobriga, en Beja (Portugal), Mérida y Medellín; el dios
Endovélico en " Villaviciosa de Portugal, y el di(^s 'i^n>j<,trs en Avila.— También
BIBLIOTECAS Y MUSEOS ^5^
hay monumentos epigráficos donados por municipios, sacerdotes y particulares en
Agripa, Augusto, Tiberio, etc. — No existen hasta hoy imágenes de todas aquellas
deidades, pero pueden ser estudiados los asuntos religiosos, ó sea mitológicos hispa-
no romanos, en las obras escultóricas que se conservan. De Júpiter hay en el Mu-
seo de Tarragona una cabeza del tipo de dios bienhechor que prevaleció en el arte
romano; de Juno fué descubierto en Pamplona un hermoso busto de bronce de
marcado estilo helénico. Minerva, como diosa protectora, y como imitaciones de la
Pártenos, aparece en un bronce de Sigüenza, en la cabeza de piedra hallada en
Dénia y en figurillas de bronce que con la primera posee el museo Arqueológico
Nacional. Apolo tiene sus imágenes de estilo praxitaliano entre los mármoles itali-
censes del Museo de Sevilla. Diana las tiene del tipo de la estatua debida al griego
Leocarés, una de Itálica en dicho museo y otra que conserva en Almendralejo el
Sr. Marqués de Monsalud. De Mercurio hay varios bronces, que le representan de
viajero, conforme al tipo tan caro al arte romano, y en un precioso ejemplar greco-
romano de Elche aparece en reposo. No menos extendido, sobre todo por levante,
debió estar el culto á Venus, cuyas mejores estatuas son: una en Zaragoza, con
solamente el torso desnudo; dos en Tarragona, otra de Bullas (Murcia) en nuestro
Museo Arqueológico Nacional y otra en Mérida, con Cupido, todas ellas derivadas
del gusto praxiteliano; y de Cupido hay en Tarragona estatuas de estilo alejandrino
y de Elche hay en Madrid una figura de carácter fúnebre. De las divinidades de la
Tierra hay imágenes importantes; por ejemplo: Tn Vertumnio de Mérida (Museo
Arqueológico Nacional), una Pomona de Tarragona, una Klorade Támara (Paten-
cia) y otra arcaistica de Huetor ((} ranada), ambas piezas en el Museo Arqueológico
Nacional. — Baco tiene un busto del tipo indio en el Museo de Barcelona y dos esta-
tuas del tipo juvenil clásico en los Museos de Tarragona y Valencia. De Faunos,
Bacantes, Pan y los Silenos son de notar los bustos y estatuillas de Cádiz é Itálica
existentes en el Museo Arqueológico Nacional. — De Céres hay una estatua en Cáce-
res en la muralla, otra se halló en Baena y otra, de bronce,' en Pamplona. El rapto
de Proserpina está tratado en relieves de sarcófagos de Gerona, Barcelona y Tarra-
gona. De los Lares hay varias imágenes juveniles y graciosas, de bronce, siendo de
notar una de Mora del Rio, del Museo Arqueológico Nacional — De la diosa Fortuna
es curioso un bronce de Niebla (Huelva), propiedad del Sr. Vives. Las imágenes de
Hércules, que con las de Mercurio constituyeron los Penates de la gente humilde
son abundantes; siendo de citar como piezas artísticas, un busto de Támara (Pa-
lencia)del Museo Arqueológico Nacional y la copia en pequeño del Hércules Far-
nesio hallada en la mina Esperanza, entre Cartagena y Almazarrón. — El relieve
del sarcófago de Husillos representa el pasaje heroico de la muerte de Agameum. —
Del culto al dios S')lar persa, Mithva, dan testimonio en Esti^emadura algunas imá-
genes, entre ellas una del genio .Kon descubierta recientemente en Mérida. Los sar-
cófagos merecen estudio aparte por sus relieves. Hay más de una docena. En Ge-
rona (iglesia de San Félix), dos, uno on el rapto de Proserpina, otro con una Ca-
cería. — En Barcelona tres, uno con el rapto de Proserpina, otro con una Cacería
y otro con una escena de matrimonio. — Dos en Tarragona, el de Proserpina y otro
de Tritones Nereidas y remeros. -En Huesca uno que contiene un retrato y deida-
des de la Agricultura. — El de Husillos, hoy en Madrid.— En el Museo de Loring,
uno con personajes leyendo. — Y en Portugal dos, uno con las Musas, muy deca-
dente, en el Museo de Lisboa y otro con un retrato entre genios en Porto. — Retra-
tos, se conservan unos idealizados como el Trajano {?) de Itálica, en Sevilla y al-
gún fragmento de estatua imperial con el calkokiton; bustos de Trajano, M. Au-
relio, Adriano, Calígula y L. Vero; y estatuas togadas algunas con la bulla de los
jóvenes, de Tarragona, Mérida, Baena, etc. — El proceso histórico del arte romano
no se ha trazado porque la misma variedad de las obras y las distintas tendencias á
que responden no han sido sometidas á un severo estudio de conjunto, cuyo
antecedente obligado es el estudio del arte griego, que acaba de hacerse con tal cri-
terio. Sin más elementos que éste y las observaciones que sugiere el conocimiento
de las obras romanas, especialmente de las hispanas, hizo el profesor un ensayo
de clasificación artística de éstas. Hay tres grupos principales de mármoles: tarra-
conense, italicense y emeritensc, con derivaciones. Cada grupo regional se distingue
por sus caracteres especiales; siendo de notar que donde se dieron mejores y más
abundantes obras romanas fué en las regiones más civilizadas, mejor preparadas
458
REVISTA DE ARCHIVOS
para la civilazación por las gentes ante-romanás, la costa de levante y Andalucía,
mas la inmediata comarca occidental, siendo muy escasas las obras romanas en el
centro y noroeste de la Península. De cada grupo de los señalados se dieron las dos
notas capitales del arte romano,el idealismo helenístico y el realismo itálico; seña-
lándose en aquél distintos estilos. — En la región tarraconense, acaso por la prepon-
derancia anterior de los griegos, se ve que imperan las tradiciones áticas; al estilo
de Fidias corresponde la Pomona, cuya túnica transparente recuerda las Parcas
del Partenón y los relieves de las Victorias; y al estilo de Scopas, dos cabezas. El es-
tilo griego del siglo iv antes de J. C. nos da la ñliación de muchas de las esculturas
romanas del Museo de Tarragona, siendo evidente el reflejo del arte de Praxiteles
en la Venus, del tipo de la de Gnido y en el Baco que recuerda otras obras conoci-
das. Tampoco faltan obras en que se adviene el gusto alejandrino. — Como deriva-
ciones del centro ariísiico que representa Tarragona, hay que mencionar algunos
mármoles del Museo de Barcelona, sobre todo la estatua de mujer, de estilo ático,
descubierta en la misma; del Museo de Zaragoza la estatua Venus, desnuda sola-
mente del torso y con los paños tratado en estilo pintoresco, como sucede en los
sarcófagos ya mencionados de Cataluña. Los mármoles de Elche, existe;ites en el
Museo Arqueológico Nacional y otros del Museo de Valencia, revelan la tendencia
tarraconense al arte gracioso y al gusto alejandrino. — En el grupo ilalicense se ad-
vierten dos estilos, uno que participa del de Policleto, tan aficionado á los tipos va-
roniles, adléticos, y del estilo deLisipo; otro pintoresco, que responde al arte greco-
romano. Al primero corresponden aquellas estatuas y torsos sacados de Itálica y
existentes en el Museo de Sevilla; al segundo la Diana, últimamente descubierta y
las figuras graciosas y espirituales de Pan, Sileno, Faunos y Bacantes de Itálica y
Cádiz, existentes en nuestro Museo Arqueológico Nacional. — Verdaderamente la
Escuela italicense, llena de vigor y de buen gusto, es la que ofrece caracteres más
marcados y acaso la de más valor artístico en España. — El realismo produjo en
Carmqna y otros puntos de la Bética curiosos bustos que tienen todos los rasgos
de ser excelentes retratos.— El grupo emeritense responde, aún más que el italicense
á un gusto puramente romano, señalando mucho la tendencia pintoresca y la li-
bertad de ejecución de los artistas latinos. La Céres de Cáceres es todavía una ima-
gen severa; pero la Diana de Almendralejo, la Venus y el Vertumnio de Mérida
están ejecutadas en dicha tendencia y las cabezas y estatuas togadas, de las cuales
posee una magnífica el Sr. Marqués de Monsalud, son de un realismo exquisito.
— Las obras de arte industrial, por lo transportables, es delicado localizar su pro-
ducción. vSin embargo, son de notar los hallazgos locales de bustos de mujer, de
barro, en sepulturas de Córdoba y de Osuna. — Son de estilo pintoresco como un
gladiador, también de Córdoba. Solamente en la Bética debieron modelarse figuras.
— En los bronces la cuestión de procedencias es muchas veces insoluble, pues los
hallazgos suelen serlo de restos de piezas destinadas á la fundición. A un tipo
ático responde la Minerva de Sigüenza y á otro argivo el busto de. Juno, de Pam-
plona, como así mismo un Hércules que poseía la casa Ran de Zaragoza y la esta-
tua varonil procedente de Santanñy (Mallorca), existente en el Museo Arqueoló-
gico Nacional, que fué creída imagen de Geta y que es copia antigua del Canon
de Policleto. Hay muchos bronces, entre ellos las citadas imágenes de Minerva,
Hércules y Mercurio, algunas figuras del Sr. Vives, etc., que denotan la manera
tradicional de expresar en el arte los conceptos á que responden. Al arte de Lisipo
responde el Mercurio de Elche y la figura desnuda varonil que poseyó el Sr. Cáno-
vas y hoy es propiedad de un museo alemán. Al gusto pintoresco greco-romano
pertenece un bronce de Marchena que representa á Teseo combatiendo con la
Amazona, la cabeza de asno báquico de la colección Vives y el esclavo negro del
Museo de Tarragona, que acaso es importación de Alejandría donde el arte marcó
esa tendencia realista y donde estaba el mercado de negros. Del realismo romano
el mejor bronce es el busto de mujer hallado en Ampurias y conservado en Bar-
celona por el Sr. Guell. — Piezas decorativas importantes son la lucerna y jarro del
Cortijo de las Beatas (Málaga), que posee el Sr. Vives. — La platería romana produ-
jo algunas piezas con relieves, ejemplos: una patera con el mango sembrado de
emblemas báquicos y el magnífico plato de Oñates (v. t. I.) de la ninfa umeriíana
de C^astrourdialcs, incrustado de oro y de un arte descriptivo que recuerda mucho
el de las monedas.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS 459
El Ateneo Científico, Zdterario y Artístico de Madrid abre concurso
para eslimular con premios el cultivo de las ciencias, las letras y las artes. Tan
provechosa iniciativa, cuyos resultados aseguran los tradicionales prestigios de esta
corporación, no podía menos de alcanzar el apoyo de las más altas personalidades,
sinceramente interesadas en la obra de la cultura nacional: S. M. el Rey D. Alfon-
so XIII ha suscrito la cantidad de 2.000 pesetas.— S. M. la Reina D.** María Cristi-
na, i.5oo. — SS. A A. RR. los señores Príncipes de Asturias, i.3oo. — S. A. R. la se-
ñora Infanta D.'* Isabel, 5oo.— El señor Presidente del Consejo de Ministros, don
Antonio Maura, 5oo. — El señor Ministro de la Gobernación, D. José Sánchez Gue-
rra, 5oo. — El señor Gobernador de Madrid, señor Conde de San Luis, 5oo. — El
señor Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Madrid, señor Marqués de Lema,
5oo. — El Ateneo Científico, Liierario y Artístico de Madrid, 5oo. — Agrupadas de
dos en dos, para la designación de los lemas, las seis secciones del Ateneo, y agru-
pados también para la formación de los premios, los donativos en metálic9 arriba
consignados, dióse por organizado el certamen en la íorma siguiente: Tema lite-
rario: Gkramática y vocabulario del Quijote. Se concederá un premio de
$,5oo pesetas al mejor estudio filológico, ideológico y estético de las formas de
lenguaje empleadas por Cervantes en su libro inmortal, es decir, no ya sólo al estu-
dio léxico y semántico, sino al examen crítico y comparado de dichas formas (vo-
cablos, frases, sintaxis de la oración y del período, etc.), para justificar ó rectificar
el dictado de lengua de Cervantes que se da á la castellana. —Tema artístico. Se
concederá un premio de 2,000 pesetas al mejor trabajo sobre «El barroquismo en
nuestras artes plásticas. ^'Qué hay en él de nacional y de importador» Tema
científico. Se concQÚerá un prefnio de 2.000 pesetas al mejor estudio sobre un
punto de investigación biológica.— Condiciones generales de la conrocato-
ria. Los trabajos deberán presentarse en Secretaría del Ateneo hasta el día i5 de
Abril de igoS, á las siete de la tarde, hora en que terminará el plazo de admisión.
Cada trabajo deberá venir acompañado de un sobre con lema igual al que se escriba
al frente de la primera página. Dentro del sobre, lacrado y sellado, se harán constar
el nombre y el domicilio del autor. Las obras premiadas quedarán de la propiedad
desús respectivos autores, pero éstos se obligan á imprimirlas y, si no lo hicieren
en el plazo de un año desde la concesión del premio, el Ateneo las imprimirá por
su cuenta, cediendo al autor cien ejemplares. ='rrabajan actualmente en el Depar-
tamento de manuscritos de la Biblioteca Nacional, Mr. Georges Mante-
yer, que estudia algunos códices del siglo xiv, principalmente los que pertenecieron
á la librería del Marqués de Cambis; el Dr. Th. Bussemaker, catedrático de la
Universidad de Groninguen, que se ocupa en reunir documentos para la historia
de los Países Bajos; Mr. Marcel, de la Biblioteca nacional de París, que continúa
sus trabajos de Cartografía española y Mr. Barrean Dihigo que hace investigacio-
nes sobre asuntos diplomáticos.
Oviedo.. El insigne historiador D. Rafael Aitamira ha dirigido á los eruditos y
á varias publicaciones de España la siguiente circular, -que reproducimos: «Como
usted no ignora; cada día es más grande el interés que muestran los eruditos extran-
jeros por conocer la Historia de España. El auxiliar más poderoso de este conoci-
miento es la bibliografía; y estimándolo así, easi todas las Revistas de los países
cultos dedican ya una sección especial á dar cuenta de las publicaciones españolas.
De esa sección tengo elhonor de estar encardado en la Revue Historique (París),
los Jahresberichten der Geschichts\vissenschaft (Berlín) y The Athenceum (Londres).
Mi deseo de que las crónicas bibliográficas que envío á esas Revistas sean com-
pletas, ha tropezíido siempre con grandes dificultades. Para obviarlas necesitaría
ei concurso de los editores y autores, á quienes en primer término importa, perso-
nalmente y por razón de patriotismo, que la noticia de sus libros llegue á un pú-
blico más "extenso que el nacional, en forma circunstanciada y exacta. De confor-
midad con esto, tengo el gusto de dirigirme á usted, seguro de que ha de querer
prestarme e$e concurso, con la remisión de aquellas de sus publicaciones que en-
tran en el campo de mis crónicas y conviene dar á conocer á los eruditos extran-
jeros.»=El erudito bibliotecario de la Nacional, D José Antón González, publicó
en la Revista Asturias (Enero 1904) un curioso artículo acerca del origen de dicho
nombre geográfico; después de reseñar las opiniones de Trelles Valdemoros, del
P. Sota, Covarrubias, Ocampo, Pedregal y Cañedo y otros, se inclina á creer que
460 RKVISTA DE ARCHIVOS
la VOZ Asturias proviene del idioma eúskaro. El mismo señor dio una notable con-
ferencia en el Centro Asturiano el 23 de Febrero, sobre el tema Fartículari-
dades de Asturias, especialmente las económico industriales.
ESTADOS UNIDOS. As many books as necessary, for as long as
needed. Tamos libros como se necesitan por todo el tiempo necesario. Esta fór-
mula la resume la tesis sostenida en los Estados Unidos por M. M. Gaillard Cutter
para obtener mayor libertad en el uso de libros. Diferentes métodos se proponen
para llegar á reaíizar este deseo: poner las obras de referencia á la disposición del
público sin intermediario, así como el libre acceso á los estantes concedido á cierta
clase privilegiada de lectores, son los primeros pasos en el camino indicado. — j. p.
La Biblioteca del Congreso de Washington, ese portentoso centro de actividad en
favor de la cultura de su país, de cuyas iniciativas hemos dado cuenta á los lectores
de la Revista y cuyos planes abarcan una extensión y una suma de trabajo verda-
deramente incomprensibles para nuestra meridional flojera, no vacila en tomar cada
día nuevas tareas á su cargo; ahora se encargará de publicar las papeletas de los
artículos de los cuarenta y nueve periódicos que analizaba y publicaba hasta aquí
la American Library Association, Publis/iing Boad. — j. p.
INGLATERRA. La ciudad de Leeds, el gran centro manufacturero del Conda-
do de York en Inglaterra, es, según las estadísticas, la ciudad del mundo en que
más se lee. Posee cinco grandes bibliotecas centrales que contienen cerca de ino.ooo
volúmenes. Tiene además nueve bibliotecas sucursales nocturnas y otra veintena
de ellas especialmente reservadas á los jóvenes de ambos sexos. Cuenta Leeds tam-
bién con varias bibliotecas de niños. Durante el año 1902 han sido pedidos en las
diferentes bibliotecas 988.710 volúmenes y el número de lecturas hechas se ha ele-
vado á i.6Ó2.5oo, lo que representa por lo menos cuatro sesiones de lectura por
habitante, comprendidos los niños pequeños. — j. p.=Algunas cifras tomadas de la
estadística demostrarán la importancia de la gran institución bibliográfica llamada
Museo Británico: el número de volúmenes pedidos en las diversas secciones
en 1901, sin contar las obras puestas libremente á la disposición del público en la
sala de lectura, se ha elevado á 1.382. 53o. El número de lectores ha sido de 2oo.o33,
ó sea un termino medio diario de 064 durante los 3oi días útiles. En la sala de perió-
dicos 23.5ii lectores han consultado 41.020 volúmenes. Los aumentos durante el
año han sido de 48.855 volúmenes, de los cuales 21.766 procedentes de donativos
1 3. 1 53 del depósito legal, 558 del cambio internacional y 7.373 de compras. A esto
hay que añadir 60.955 cuadernos de obras en publicación ó de periódicos, 1.385
mapas y atlas y 8.5 1 1 partituras musicales. La biblioteca recibe cerca de 3.170 pe-
riódicos de la Gran Bretaña, de los cuales sólo los de Londres han suministrado
208.582 números. Los folletos y actas parlamentarias se han elevado á3.oo2 núme-
ros. Han sido comprados 73 incunables y i63 manuscritos orientales.— j. p.=Tra-
ducimos de una revista extranjera: £1 papel del Archivero Bibliotecario debe
consistir exclusivarnente en hacer trabajos de catalogación para ponerlos á la dispo-
sición del público intelectual. Si no conoce el espíritu de sacrificio, si no se se atreve
á considerar sin extremecimiento el sic non vos nobis del poeta, llegará á ser quizá
un eminente historiador, un critico, un hombre de ciencia, pero será toda su vida
un mal funcionario. Al empez ir su carrera debe proveerse de una gran dosis de
altruismo, siendo el verdadero secreto de la felicidad en su oficio considerar que
consiste en el sacrificio á un sueni; ó á un deber, servir á todos y á cada. uno, gas-
tar sin contar, hacer constantemente el bien por el bien, sin esperanza ninguna de
recompensa y gustar en la paz de la conciencia la indecible alegría del deber cum-
plido y aún mejor, la suprema satisfacción de haber sido útil al prójimo, de haber-
le procurado la felicidad, la gloria y quizá la riqueza. Y si por acaso el favorecido
se acuerda de quien le ayudó y le atribuye una parte de su éxito, deberá alegrarse
de ello como de una buena fortuna inesperada que probará al menos que el hom-
bre no es siempre un lobo para el hombre. -Si á estas sublimidades se agregan los
grandes sueldos y demás ventajas que los que se dedican á la profesión disfrutan
en Kspaña, habrá que conceder un gran sentido práctico á los antiguos que encar-
garon de los archivos y de las bibliotecas á hombres que, al acogerse al claustro,
habían empezado por renunciar á toda esperanza de humanas satisfacciones y
compadecer á los modernos cenobitas que, sin vocación para el sacrificio, le acep-
tan resignados por cumplir con un deber tan ingrato como mal recompensado. -j. p.
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
461
ITALIA. A propósito del incendio de la Biblioteca de Tufín, de que oportuna-
mente se ocupó la Revista, publica la Rimsta delle bibliotcche e degli Archivi
una serie de Memorias firmadas por los jetes de las principales bibliotecas italianas
sobre los peligros de incendio que amenazan á cada una y las condiciones en que
se encuentran respecto de un posible accidente. El Dr. Guido Biagi, bibliotecario
de Florencia, hace el resumen de las Memorias de sus compañeros en que se seña-
lan tres causas principales de peligro: las viviendas particulares en los misrnos
edificios de las bibliotecas; el alumbrado eléctrico con la posibilidad de formación
de cortos circuitos y fundición de cables, y las estufas ó sistemas de calefacción
defectuosos. Para consuelo de nuestras deficiencias en este punto, aunque consue-
lo tonto, apuntemos que bibliotecas como la Nacional de Ñapóles que no tiene
que temer ninguno de los peligros citados, por estar aislada, no haber viviendas en
el edificio, no estar abierta de noche y no necesitar calefacción, carece de pararra-
yos, con lo que pueden resultar inútiles sus excepcionales ventajas. Pero también
allí como aquí hay buenos proyectos en estudio para remediar el mal, si la chispa
eléctrica quiere dejarse convencer de que debe dar tiempo á la tramitación del ex-
pediente, nada parecido á ella en lo rápido.- -j. p.
BIBLIOGRAFÍA
(La lengua es la base de clasificación de nuestra Bibliografía. En ésta se incluyen todos los
libros de cualquier orden y los trabajos de revistas publicados por individuos de nuestro
Cuerpo, lo cual puede servir para intentar una bibliografía de éste: los marcaremos con un *. —
En la Bibliografía de Revistas siempre que no se indique el año, se entenderá que es el co-
rriente).
del 13. Cuentos alegres.— Madrid, Lib. de Leo-
poldo Martínez, 1904.— 8." marquilln, 191 y 220
páginas. — 3 ptas. cada vol. 168o
(^ioTARELo y Valledor (Armando). Una Can-
tiga célebre del Rey sabio. Fuentes y desarro-
llo de la leyenda de Sor Beatriz, principal-
mente en la literatura española.— Madrid, im-
prenta de A. Marzo, 1904.— 8.", 2o5 págs. [681
Cáscales y Muñoz (José). Apuntes para la
historia de Villafranca de los Barros (Badajoz),
con un informe de la Real Academia de la His-
toria y una carta de un señor Académico. —
Madrid, Est. tip. de Fortanet, 1904.-8.° may.,
.\.\iv-i3i págs. I682
CuNHA (Xavier da). A excelsa Rainha doña
Maria II na intimidade. Refle.xóes a proposito
de um manuscripto existente na Bibliothcca
nacional de Lisboa.— (>oimbra, impr. da Uni-
vcrsidade, 1904. l<383
CiRiosiDAD.s CIENTÍFICAS. .'Vrtículos iradu-
cidos al castellano por D
/i/a«co. — Zamora, Est. tip
LIBROS ESPAÑOLES
li.° Todos los de historia, en la acepción más
amplia de la palabra, desde la política á la cien-
tífica, y los de sus ciencias auxiliares, incluso
la filología y la lingüistica, que se publiquen,
editen, reimpriman y extracten en la España
actual y sus posesiones, de autor español ó ex-
tranjero, en cualquiera de las hablas españo-
las, ó en ó fuera de España, de autor español,
en lenguas sabias. 2.° Las ediciones, reimpre-
siones y antologías hechas en ó fuera de Espa-
ña, de libros de cualquier materia escritos por
autores ya muertos no contemporáneos, espa-
ñoles ó extranjeros, en dichas hablas, ó por
españoles en lenguas sabias, dentro de la ex-
tensión de los antiguos dominios españoles.
3.0 Las traducciones, arreglos, refundiciones
é imitaciones publicadas en ó fuera de España
f)or autores vivos, españoles ó extranjeros, en
as mismas hablas ó en len^iuas sabias, de obras
históricas y literarias debidas a españoles ya
muertos. 4."° Los libros notables originales de ■
amena literatura, dados á luz en o fuera de |
España por escritores contemporáneos, espa- :
ñoles ó no, en las hablas españolas, ó por escri-
tores españoles contemporáneos en lenguas :
sabias. 5.° Los de cualquier materia, siempre
que se refieran á cosas de España, publicados
en las referidas hablas en aquellas naciones
que no las usan, ó en las mismas hablas ó en '
lenguas sabias en los pueblos que usan el cas- 1
tellano. Y 6.° Las traducciones hechas por es- |
pañoles ó extranjeros, á cualquiera de Jas ha-
blas españolas, ó por españoles á lenguas sa- I
bias, de libros extranjeros históricos, üe cultu- ¡
ra general, y aun de amena literatura cuando I
son obras maestras.) '
.Alegret (Adolfo). El monasterio de Poblet.
Dominios y riquezas. Noticias y datos inédi-
tos. Signos lapidarios. Con un prólogo de don
Eduardo 5aaj/erfra. -Barcelona, est. tip. de Sal-
vat y C.*, 1904.— 8.", ix-ioi p. con i2lám. [Ó70
Blasco (Euscbio). Obras completas. To-
mos VI y K//.— Mi viaje á Egipto. —La señora
Lesmes Fermoso
de Enrique Cala-
mita, 1004.-4.", Hb págs.— 2 ptas.
I684
HÁviLA Díaz (Julio). Cuestión filológica.
Nombre genérico de los hijos de Ortigueira.
Opúsculo //.—Buenos Aires, imp. de El Correo
Español^ 1904.— 8.", 85 págs. [685
DopoKTO Y iNCii-LA (SevcrianoV Tabasco en ;
la época precolombiana. TesJs para el Docto-
rado en Filosofía y Letras. — Madrid, imp. del
Fomento \ai>al, 1903.— 4.'* m., 108 págs. (686
DuRuv (V.). Compendio de Hisiori 1 de la
Ed.id .Media. Versión española, por D. MAria-
no rrra¿>ie/a. —Coulommiers. imp. Brodard,
1904.— 16.", 207 págs con mapas y grabados. [687
462
REVISTA DE ARCHIVOS
Fbknánobz Casanova (Adolfo). El Castillo
de la Mota en Medina del Campo.— Madrid,
imp. de San Francisco de Sales, 1904. — Folio,
i5 págs. [688
Feu (José Leopoldo). —Aforística social. Ter-
cer ojpúscu/o.— Madrid, imp. de Fortanet, 1904.
8.°, 124 págs. [689
Fuertes (Claro). Viajes de sport. Lisboa,
Oporto y Coimbra, con excursiones á sus cer-
canías y visitas á Mafra, Alcob^^a, Batalha y
principales ciudades del Reino. — Madrid, S. i.,
1903.-4.°, 188 págs.— 2 ptas. (690
Gascón y Guimbao (D. Domingo). Don Fran-
cisco Mariano Nifo y su Diario curioso, erudi-
to y comercial^ público y económico. — Zara-
goza, tip. de M. Escar, 1904.— 4.**, 29 págs. [691
GiKRKE (Dr. Otlon).— La función social del
derecho privado. La naturaleza de las asocia-
ciones humanas, traducida directamente del
alemán por José A/. Navarro de Falencia. —
Madrid, imp. de P. .\palátcpui, 1904.— 8.** m.,
97 págs.— 2 ptas. [Ó92
GiNER DE LOS Rios (F.). Filosotía y sociolo-
gía, estudios de exposición y de critica. — Bar-
celona, Imp. de Henrich y Comp.% 1904.-8.°,
187 págs. — 0,75 pesetas. — Biblioteca sociológica
internacional. [693
G. DE EcHAVARRi(D. Vicente). Alaveses ilus-
tres. Tomo V. [Continúa la biografía de Don
Miguel Ricardo de Á/aya].— Vitoria, imprenta
provincial.— 8.° d., 692 págs. [694
Gutiérrez Po.nce (Ignacio). Vida de Don
Ignacio Gutiérrez Vergara y episodios históri-
cos de su tiempo (1806-1877). Tomo primero. —
Londres, imprenta de Bradbury, 1900. — 8.°,
xxviii-5i9 págs. [695
Hernández Gutiérrez ('Enrique). Apuntes
biográficos del Excmo. Señor D. Isidoro García
Barrado, con un prólogo de D. Luis Maldona-
do. — Salamanca, imp. y lib. de Francisco Nú-
ñez, 190 j.— 8.° m., 28 págs. [696
Inchofer (Melchor). La monarquía jesuíta,
traducción de Dionisio Péreí^ y prólogo de
José Ferrándi!^.— Imp. de El Pueblo^s. 3.(1904)
8.°, 200 págs — I pta. [697
JusuÉ (D. Eduardo). Tablas de reducción del
cómputo hebraico al cristiano y viceversa. —
Madrid, imp. de L. Aguado, 1904. — 8.° d.,
V11-306 págs. [698
KioD (Benjamín). La civilización occidental;
vertida al castellano por Siró Garda del
A/a;^o.— Madrid, Viuda é hijos de Tello, 1904. —
8." m., 509 pags —7 ptas. IÓ99
KiPLiNG (Rudyardi. El libro de las tierras
vírgenes; traducido por Ramón D. Peres.—
Barcelona, 1904.-8.°, 504 págs. [700
Lamarque de Novoa (D. José). Remembran-
zas. Colección de poesías, con un prólogo de
D. Enrique ffeiie/.— SevHIa, imp. de F. de P.
Díaz, IQ03. — 8.*'. XX-132 pái^s. [701
Lambert (Edouard). La tradición romana
sobre la sucesión de formas del testamento
ante la historia comparada. — Versión españo-
la, aumentada con notas del autor, y precedi-
da de una introducción sobre el estado actual
de la Ciencia del Derecho civil en Europa, por
Enrique Garda Herreros. — Madrid, Revista
de Legislación^ 1904.— 8.° m., 120 págs. — 2 pe-
setas. [702
Leopardi. Prosa y pensamientos de Leopar-
di vertidos por primera vez al castellano, por
Ciro J3ayo.— Madrid, imp. de Felipe Marqués
s a. (1904).— 8.°, 209 páginas.— 2 pesetas.— fTs el
tomo X\ de la Biblioteca de filosofía y socio-
logia. I703
Macías (Marcelo). Epigrafía romana de la
ciudad de .^-storga.— órense, imp. de A. Ote-
ro, 1903.-8.°, XIX-196 págs. [704
Madrid hace cincuenta años á los ojos de un
Diplomático extranjero, obra alemana anóni-
ma escrita y publicada hacia el año 1854, tra-
ducida al inglés en i856conel título de The
Aítaché in Madrid., por otro anónimo, y de
este último idioma ai castellano, por don Ra-
miro, con un prólogo, notas y comentarios del
mismo. — Tetuán de Chamariín, imp. de fiailly-
Bailliere é hijos, 1904.— 8. **, 604 páginas. -^3 pe-
setas. [705
Maura y Gelabert (D. Juan). El optimismo
del Beato Raimundo Lulio.— Barcelona, im-
prenta de F. Giró, 1904. — 8.', vi-52 págs. [706
Moraleda y Esteban (D. Juan). El Rito Mo-
zárabe. Su antigüedad. Vicisitudes. Costum-
bres mozárabes... — Toledo, Serrano, impre-
sor, 1904. — 8.°, 52 páginas. (707
— El apellido Moraleda. Su origen, sus en-
tronques, notas biográficas, apéndices. — Tole-
do, imp. de F. Serrano, 1903. — 8.<*, 47 págs. —
I pt.í. [708
Moróte (Luís). El pulso de España (Inter-
vicus políticas publicadas en el Heraldo de la
Habana.— Madrid, Est. tip. de Ricardo Fé,
1904.-8.°, xi-457 págs.— 4 ptas. [709
Navarrete (Fr. Manuel). Obras de Poe-
sías.— México, tip. de V. Agüeros, 1904. — 8.%
xv-475 págs., con un retrato. [710
Navarro Ledesma (Francisco). Eusebio Blas-
co (apuntes leídos en el Ateneo de Madrid la
noche del 8 de Mar/o de 1904).— Madrid, Esta-
blecimiento tip. de J. Rueda, 1904. — 8.°, 26 pá-
ginas [711
OssoRio Y Bcrnard (D. Manuel). Ensayo de
un catálogo de periodistas españole*- del si-
glo XIX. — Madrid, Imp. de J. Palacios, 1904. —
4.°, cuaderno 4.°, págs. 231 á 310. — i pta. [712
PÉREZ (Nazario) S. J. El año de la Inmacula-
.da. Proyectos y esperanzas. — Madrid, Suceso-
res de Rivadeneyra, 1904.-8.°, 123 pags. [713
Pérkz Galdós (Benito). — Episodios naciona-
les, cuarta serie. La revolución de Julio. — Ma-
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
463
drid, Estaí). tip. de la Viuda é hijos de Te-
lio, 1904.— 8.® 325 págs.— 2 ptas. [714
Pulido Fernández (Ángel). (Intereses nacio-
nales). Los israelitas españoles y el idioma
castellano. Madrid, Sucesores de Rivadeney-
ra, 1904.— 8.0, 244 págs. [715
Redondo (Inocencio). Iglesias primitivas de
Asturias.— Oviedo, Est. tip. de Ángel A. Mo-
ran, 1904.--4.0, 73 págs. (716
Renán (Ernesto). El anticrisio, traducción
de Eusebio //era*.— Valencia, imp. de El Pue-
blo^ s. a. (i904).—8.<*, 2 tornos^ 203 y 211 págs. —
2 ptas. [717
Restori (Antonio). Manojuelo de romances.
Parte primera di Gabriel Lasso de la Vega.
Extrait de la Revue Hispanique.— Macón, Pro-
tat, 1903.— 8.0, 36 págs. I718
Rüiz T Benítez de Lugo ¡(Ricardo). Estudio
sociológico y económico de las Islas Canarias,
con una carta-prólogo del Sr. D. Nicolás Esté-
vane;^.— .Madrid, imp. de A. .\lonso, 1904.-8.°,
i55 págs.— Es el tomo 2.** de la Biblioteca Ca-
naria. — 2 ptas. [719
SÁNCHEZ-M. Navarro (D. Francisco). En la
sala de .Armas y en el terreno. [Contiene al
final una bibliografía]. Segunda edición, co-
rregida y aumentada.— M.aidTÍá^ imp. de .\d-
ministración militar. — 8.° m., 706 págs., \- una
hoja 4- láminas. — 15 ptas. [720
Sanz y Escartín (D. Eduardo), Samllas
(D. Rafael) y Puyol y Alonso (D.Julio). Infor-
me referente á las minas de Vizcaya.— .Madrid,
imp. de la suc. de M. Minuesa, 1904.-8.°, 331
páginas. [721
Sergi (G.). Leop irdi á la luz de la ciencia.
Versión española de J. Bir¡,xó Monserdá.— Bar-
celona, imp. de Henrich y C.*, 1904. — 8.°, dos
lomos, 139 y 163 pags. — i,5o ptas. [722
Shakespeare (Willíam). Mácbeth, adapta-
ción en cinco actos y trece cuadros de la tra-
gedia de tal nombre á la escena española hecha
directamente del inglés por José de Elola.—
Madrid, Est. tip. Suc. de Rivadeneyra, 1904. —
4.°, 72 págs.— 2 ptas. (723
Soler t Pérez (D. Eduardo). Sierra nevada.
Las Alpujarras y Guadix. Notas de viajes y
apuntes con i5 fotograbados.— Madrid, im-
prenta del cuerpo de Ariillería, 1903. — 8.° m.,
116 págs. [724
Spencer Dodgson (E.) Epigrafía de Villafran-
ca de Panadés. — Villatranca, imp. de Cla-
ret, 1903.-8.°, 18 pags. [725
Thayer Ojeda (Tomás). Memoria histórica
sobre la familia Aivarez de Toledo en Chile.—
Santiago de Chile, 1903.— 8.**, 168 págs. [726
Torres Campos (Dr. Manuel). Klcmentos de
Derecho internacional público. Segunda edi-
ción, corregida y aumentada. — Madrid^ Li-
brería de Fernando Fé, 1904.-8.°, 5oi págs.—
7,5o ptas. I727
Ugarte (Manuel). Visiones de España (apun-
tes de un viajero argentino). — Valencia, im-
prenta de El Pueblo, s. a. (1904).— 8.°, 195 pa-
¿,inas. I728
VÍAS del Pacífico al Madre de Dios. Publica-
ción de la Junta de Vías fluviales. — Lima,
imp. de El Lucero, 1903. — 189 páginas y 5 pla-
nos. [729
VicETTO (D. Benito). Los hidalgos de Mon-
forte. (Historia caballeresca del siglo xv), con
un prólogo de D. Nicolás Fort. 5.* edición.
Tomo //.—La Coruña, Tip. de la Casa de Mi-
sericordia, 1904.-8.°, 453 pif¡,s.—[Es el tomo 52
de la Biblioteca gal^lega]. [730
ViGiL (José María). Lope de Vega. Impresio-
nes literarias.— México, tip. La Europea, 1904.
8.°, 210 págs. (731
Villa-amil y Castro (José). Iglesias gallegas
de la Edad media. Colección de Artículos.—
Madrid, imp. de San Francisco de Sales, 1904.
4.°, xx-388 págs. y una de erratas, con graba-
dos. I732
M. Serrano y Sanz. A. Gil. Albacete.
LIBROti EXTRANJEROS
[i.° Los tratados universales y generales pjor
naciones y materias, de historia v sus ciencias
auxiliares, de literatura y arte, de filología y
lingüística, etc., que interesen á la erudición
y á la cultura, publicados en ó fuera de Espa-
ña por españoles ó extranjeros en hablas vul-
gares no españoles, ó por extranjeros en len-
guas sabias. 2.° Los ae cualquier materia es-
critos por españoles en ó tuera de España en
dichas lenguas vulgares. 3.° Los de cualquier
materia, con tal que se refieran á cosas espe-
ñolas, publicados por extranjeros en ó fuera
de España en lenguas sabias ó en hablas vul-
gares no españolas.
.\boül'-Alá .Al-Ma' Arrí. Un précurseur
dOmar Khayyam. Le poete aveugle. Extrails
des poémcs et des lettres d" Aboú l'-Alft Al-
Ma' .\rrí. (363 A. H.) Introduction et traduc-
tion, par Georges Sa/mon.— Lyon. impr..
Rey, 1904.-8.°, 146 págs. I733
AcQUA (Car. dall"). Di S. Pío V Papa, insigne
faulore degli studi e degli studiosi. — Milano,
tip. L. F. Cogliati, 1904.-8.0, 114 pags. [734
Aquenza (Gius). Conversación italiano-es-
pañola (Escenas de la vida real); guida pratica
ad uso degli italiani correlata dei sistemi
monciari spagnuolo-americano e italiano. —
Livorno, tip. R. Giusti, 1904.— 24", xiii-175 pá-
ginas. (73^
Ballu (.\lbert). Les ruines de Timgad, an-
tique Thamugadi. r. //. Nouvelles découver-
tes.— Le Puy-en-Velay, imp. Marchessou, 1903.
8.°, 125 págs. con 24 láminas y 20 grabados. [73C
Barzini (Lu.). Neir csiremo Oliente.— Mila-
no, tip. Popolare, 1904.-10.° 468 págs. [737
Boissier (Gastón). Promenadcs archéologi-
ques. Rome et Pompéi.— 5.* edition. —Couiom-
464
REVISTA DE ARCHIVOS
miera, imp. Brodard, 1904.— iG.o, IX-40Q pági-
nas, [ni (738
Breüil (Labbé). Les fouilles dans la groile
du Mas-d" Azil (Aricge).— París, imp. Nalio-
nale, 1904.-8.°, 20 págs. con seis grabados y
dos láminas. " [^39
BuNGE (C. O.) Principes de PsycholDgie indi-
viduelle ei socialc. Trad. de lespagnol, par
A. Dietrich.—PsLTÍs, imp. Alean, ukjs. — ló",
2G0 págs. [740
Camolktti (Lu.) Suor Teresa ó Klisabeila
Soarez; dramma in cinquc álli . — Firenze,
lip. A. Salani, i(/)4.— ló.^, loi págs. [741
CouRTEAi LT (Paulj. Margucriie de N'avarre
d'aprés ses dernicres pocsíes et ses dernicrs
hisloriens.— Pau, imp. Empérauger, 1904.-8.**.
33 págs. (742
Campagne (.Maurice). De lemploi deschiffres
dils árabes au moyen age.— Agen, imp. Mo-
derne, 1904.— 8.**, 42 pags. con cuatro lámi-
nas. (743
CoLONDRE (Jules). Mariagc el Divorcc. Le
Divorce par consenlemeal mutuel (elude his-
lorique de droii comparé, de reforme Icgisla-
tive).— Toulouse, imp. Saini-Cyprien, KÍ04 —
8.0, 258 págs. [744
Créqui Montfort (M. de) i:t Sénkch.vl dl
LA Gra.nge (.M.) Rapport sur une mission
scienlifique en .Vmcriquc du Sud (Bolivie, Ré-
publique Argentine, Chili, Pérou). — París,
imp. Nalionale. 1904.— 8.**, 52 págs. con cuairo
láminas. [745
CuMONT (Franz). Le dieu cellique Medros.—
Chartres, imp. Durand, (1904],— 8.", cuatro pá-
ginas con dos grabados. [74o
('.líA.NTKPiK DE I. A Saussave (P. D.) .Manucl
d Ilistoire des religíons. Traduít, par P. fíet-
telheim, 1». Brueí et C Fosser.— Couiommíers,
imp. Brodard, i(p^.— 8.", i.iii-7i8págs. [747
Chapuy (Paul). Mission de... dans lílede
Cuba (fcvrier^mars, 1904). Rapport . — Parí.9,
imp. Chaix. 1904.-4 ", iv-i 18 págs. (748
Davids(T. \V. R.) Buddhisl India. —London,
Unwin, 1903.— 8.», 348 p;ígs. (749
■ Delaville lk Rori.x (J.) Le.v Hospitaliers
en Terre Saintc et á Chypre (noo-1310).— Le
Puy- en - Vclay, imp. Marchessou, i'_»04. -
8.0 m., XIII -445 págs. [750
Des i;rsins (M."^^'). Madame des l'rsins el U
succession d Espagne. Fragments de corres-
pondance. T. ///.— Nantes^jmp. Dugis, i()03. —
4.0, 230 págs. (761
Dücu.MENTi livornesi inediti sulla guerra
r independenza d'.Vmeríca (1777-177H), rac-
colti e pubblicati per cura de Paolo Dqminici.
Siena, tip. di G. Federici, 1904. — 8.", 29 pá-
ginas. [752
DoNioi. (Henri). Poliiiques d autrefois. La
Fayette dans la Révolution fAnnces d'Ameri-
quc; Années de pouvoir el .Vnneíes de j;e<Me];
la veílle du Consulal (1775-1799). — Evreux,
imp. Herisscy, 1904.-16.'^, 143 págs. [753
Dreves ((j. M.) Analecta hymnica medii
aevi. XLIII hymní inediii. — Leipzig, Reis-
land, 1903.-8.°, 324 págs. I754
Enlart (C). Manuel dArchéologie fran-
(jaise depuis les lemps mérovingiens jusqu á
la Renaissancc. i.^''^ partie. Architeclure. —
París, Ricard, 1904.-8.°, xv-857 págs. con gra-
bados. [7^5
Faria (A. de). Resume pénéalogique de
quelques unes tres nobles ascendances por-
tugaíscs (de Lemos, de Lacerda, de Araujo)
de monsieur le l)uc de liellune. — Livournc,
impr. de R. Giusli, 1904.-8.°, viii-5opágs. (756
Faye (E. de), fntroduclión á létudc du
gnostícísme au 11^ et au iii^ siécle.— París,
imp. Leroux, 11)03.— 8.°, viii-147 P^S^- 17^7
FÉVRE (Mgr. J.) S. Em. le cardinal Merry
del Val, secrétaire d' Etat de S. S. Pie X.—
París, imp. Savacte, 1903.-8.°, 123 págs. [768
Foilchk-Delbosc (R.j Deux Chansonniers
du .w*-' siecle. Extrait de la Revuc Hispani-
que.— -Macón, Prolat, 1903.— 8.°j 32 págs. [759
Fusco (Antonio). La Poética di Lodo vico
C^astelvetro.— Napoli, 1904.-8.°, 264 págs. (760
(jaffre (L. A.) La contrefa^on du Chrisl.
Elude critique de la Vie de Jésus de Renán. —
Mesnil (Eure), imp. Firmin-Didot, 1904.-18.°,
xix-2r)(3 págs. [761
Galibert (Paul). Le Conseíl souvcrain de
Roussillon (ihcse). — Perpignan, imp. de llndé-
pendaní, 19J4. — 8.°. 144 págs. [762
Garakalo (P.). Lusitania: conferenza leita
addi 21 giugno 1903 per iníziativa della societá
Luígi Camoens nellu sala del circolo del com-
niercio in Napoli.- Sapolí, tip. F. D. G. e A.
Morano, 1903. — ló.", 20 págs. [763
CiAY (Jules). L llalie méridionalc el l'Em-
pire byzanlin depuis lavénement de Basile
/ .^'^ jusqu" á la prise de Bari par les normands
(807-1071 ). — Tours, imp. Deslis, 1904. — 8.°,
xxvi-644págs. I7Ó4
GoioEN MoRTi.MER (W.) Histoíre de la coca, •
la plante divine des Incas. Traduction par \
H. B. Gawsseron. -Mesnil (Eure), imp. Firmin-
Didot, 1904. —8.", xii-328 págs. con grabs. (765
Grii.i.Eix (C.) Journal de route dun caporal
de tíraílieurs de la mission saharienne (Sahara,
AVr, Soudan, lac Tchad. Chari, Congo). —
Belfort, imp. Spitzmuller, 1904. — 8.", 398 pági-
nas. [766
Lagarricue (Juan Enrique). Religión de
1 Humaníic. Leiire á M. Sully Prudhomme. —
Santiago du Chíli, 1904.-4.°, 8 págs. [767
Le Begue de germiny (Marc). Guichen el les
dernicres croisicres franco-espagnoles de la
guerre dindépendance des Elats-l'nis, d'aprés
des documenis inédits.— Besangon, imp. Jac-
quin, 1904.-8". 72 págs. (;ii8
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
465
Lee (J. F.) Greater Exodus ¡mportant Pcn-
tateuchal criticism based on Archaelogy of
México and Peru.— Loodon, Stock, 1903.-8.°,
144 págs. I769
LoLiÉK (Frédíric). L" evolution historique
des littératures. Histoire des litiératurescom-
parées, des origines au xx^ siécle. Avec pré-
face dO. Gréarrf.— Villefranche-de-Rouergue,
¡mp. Bardoux, [1904J:— 18.°, xiii-498 págs. (770
Malassagne (P. L.) La Venerable Jcarine
d*.\rc, iiberatrice de la France. — Avignon,
imp. Seguin, 1904. — 8.°, xx«iii-545 págs. con
grabados. ^ (771
Mathiez (A.) La Théophilantropie et le Cui-
te décadaire, 1796-1801. Coulommiers, ¡mp. P.
Brodard, 1904.-8.°, 753 págs. (772
MESNA.Y (León). Histoire de Chnstophe Co-
lomb d'aprés Washington Irying. — Limoges,
imp. Ardant, [1904].— Folio, 33^ págs. con gra-
bados. [773
MiCHAUT (O.) Sainle-Beuve avant les «Lun-
dis». Essai sur la formation de son esprit et
de sa méthode critique. — Fribourg(Suisse),
1903.— 8.0 m., 735 págs. * (774
Morbl-Fatio <A.) Etudes sur l'Espagne.
Troisiéme serie.— Chartres, imp. Durand, 1904.
8.0, 438 págs. (775
Morgan (J. de). Mission scientifíque en Per-
se T. V. Etudes linguistiques; dialectes Kur-
des; langues et dialectes du Nord de la Perse. —
Paris, imp. Nationale,* 1904.-4.°, xv-325 pá-
ginas. I776
MoTYLiNski (A. de C.) Le dialecte berbére
de R' Ed.imés.— Angers, ¡mp. Burdin, 1904.—
8.°, xxxn-132 págs. [777
Orientius Le poeme d'... Edition critique,
par Louis Be//anger.— Paris, Toulouse, 1903. —
8.", 47 págs- [778
Pakis (Fierre). Essii sur lart et l'industrie
de l'Espagne primitive. T. /.*'* — Chartres,
imp. Durand, 1903.-4.°, xv-362 páginas
con 323 grabados y 13 láminas. [779
PiERRE (Víctor). Le clergé franjáis en Es-
pagae(i79i-i8o2).^Besan9on, imp. Jacquin, 1904.
8°, 68 págs. [780
PoupÉ (Edmond). Documcnts relatifs á des
rcprésentations scéniques en Provence au xvi^
et au xvii^ siécle.— Paris, imp. Nationale, 1994.
8.°, 16 págs. [781
Roches (L.j Dix ans á travcrs 1" Islam
(1834-1844).— "Evreux, imp. Hérissey, 1904.-8.°,
xiv-564 págs. [782
R0D0CANACHI (E.) Le Capitole romain an-
tique e^ moderne (la citadelle; les temples;
le palais senatorial; le palais des conserva-
icurs; le Musée).— Paris, imp. Renouard, 1904.
4.°, XLiv-228 págs. con 74 grabados y seis la-
minas. [78^
RouGiER íAntoine). Révolution et guerrc
civile á Saiat-Domingue. Chute du gouverne-
3.* ¿POCA.— TOMO X.
ment du président Vázquez .—Saini-Dizier,.
imp. Théveoot, 1904.-8.°, 12 pigs. [784'
ScHiPA (Michclaagelo). II regno di Napoli al
tempo'di Cario di Borbone.— Napoli, tip. L.
Pierro, 1904.-8.°, xxxv-8i5 págs. [785
SoNNECK (C.) Chaois árabes du Maghrcb.
Etudc sur le dialecte et la poésie populaire de
l'Afrique du Nord. T. II. Fascicute /.'*« Tra-
duction el Notes. — .\ngers, imp. Burdin, 1004.
8." m., 344 págs. (786
SwiTALSKi (Dr. B. W.) Des Chalcidius Kom-
mentar zu Plato s Timaeus.—Münster, 1902.—
8.", vi-ii3págs. Í787
Thkdenat (Henry). Le Forum romain ct les
Forums impériaux.— Paris, imp. Lahure, 1904.
16.°, xii-459 págs. con 62 grabados, tres planos
y ocho fototipia"^. [788
Urqühart (John). La haute critique. Les dé-
cou vertes archéologiqucs et les premiei s réciis
de la Genése. Traduction de Tangíais, par Ed.
rAouycno/. —Valcnce, imp. Ducros, 1904.-18.°,
360 págs. Í789
ViLLENEUvB ( .\rnauld de). Libellus rcgi-
minis de confortaiione visus. editus circa an-
num 1308.— Publié pour la premiére fois daprés
le manuscrit de la bibliothéque de Metz. Trac-
tatus de conservatione visus, editus anno 1346.
Publié pour le premiére fois d'aprés les ma-
nuscrits de la Bibliothéque Nationale de Paris
et de la bibliothéque de Metz, par P. Pansier.—
Avignon, imp. Seguin, 1903.-8.°, 40 págs. [790
WiLPERT (Gius.) Roma sotterranea; le pit-
ture delle catacombe romane illustrate.— Ro-
ma, tip, deír Unione, 1903.— Fol. xix-549 pá-
ginas. Í79Í
M. Serrano y Sanz.
REVISTAS ESPAÑOLAS
(i.° Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra, consajjradas exclu-
sivamente al estudio de España y publica-
das en cualquiera de las hablas españolas en ó,
fuera de España: los títulos de estas revistas
van de letra cursiva. 2.* Todos los trabajos
históricos y eruditos acerca de cualquier ma-
teria, según el amplísimo criterio expuesto,
que figuren en los sumarios de las revistas no.
congéneres de la nuestra, escritas en dichas'
hablas en ó fuera de España.)
La Alambra. i5 Abril 1904. El arte árabe,
por Rafael Gago Pa/omo.— Isabel II en Grana-
da, por Francisco de Paula Valladar.— Docu-,
mentos y noticias de Granada: La Cripta de la^
Capilla.— Impresiones de viajes: Yepes, por,
José María de Cereceda.— Entierros y sepultu-
ras reales, por Francisco de Paula Valladart^
=30 Abril. Pintoras granadinas, por José Pa-,
rada y 5antín.— Documentos y noticias de^
Granada: La Cripta de la Real Capilla.— La
Caballería, por Francisco Cáceres P/a. =i5j
Mayo. Etimología del nombre de Granada^^
34
466
REVISTA DE ARCHIVOS
dtt Mus.
1 Real Ca-
li di \líxic¡'. 1904.
Enero. Kl Plan de Imli'pendcni
EipaAi »n tBoS, por Jen To Gareia.-Vcsa. por
IfreJo CAaiTro— duerr» de los rhichimecas
de C,ú Coniihe IVAviU, por Joití Fernando
Bantíríí y Luis Onriíd/fí Oftríífrín.- Breve
reseña jtiolfigica del icrreno comprendido en
las ubr.is del deíigOc del valle de Míxico y,
tn general, de loda e«n refiión; por Manuel
M. Villada.
AnaUí dt ia Vnivcrsidíd di f.hilt. 1(103. -'^'>-
r*a;
I., familia AUare/ t
tlusión', por Turna
de un m.aiüdonic
Viloi. por 1. ótenlo
qiititlneita Tarracnainít. ii/jj.
brero. Ac'a de la Junn de gobiei
de Lner» Je 19114. -Memoria a:ii
r D/erfa— Rtsioi
«ecucii'inde la 1^1
ICRadoá liciudid
a di Bvinaí Le
des per F, Carreraj y Caurfí.— Itinerario del
rey Alfonsí 1 de Cataluñ;i, II de Aragón, por
ioxnmn Mirtt y Sani.—hWbre deis ensenva-
men« de bona parlería, por J. Cxdiha y For-
noia— N'oiicias.
Balrlia dt la Rtal Acadtmía dt la lliiloria.
tgm- Mavo, Kl Emperador Cario» V y su corle
(i5ii-i539). por A. Rodrigui^ Viíía.-Arte* í
Garcia.— I'n cpinjdio de la guerra de «eeesiún,
por .Adolfo Carraico,— Nueva lápida ronnaaB
en Ibahcrnando, por Juan Sanguino y Uichtl.
— bllempUidtl Pilar y San Braulio de Z«r»-
Fidel flfa,— Noticias.
Il;leiin di a Siicítdaá Arqwtológlca Lu-
liane. Í1103. Septiembre-Octubre. Conferencia
sobre Ramún I.ull y el l.ulismo (confcren-
ria [lli, por Jerónimo Roseffd.- In'eniari de
Lleo .Muscooj, 7Í (con inu c.ú-i). p r M.
Steins!l\<KÍ.ic dadcSor Anna Miriidel
ilisqaida Pre
•ia^ran
i(^ al g:
Sampol y iílp(.ií.-l..imina CXXX I: Ciriell
dun ecnamen en l.or de -Sjti o«pli: Fulla
per foionrivat =H)oij. Mano. I^le-^ia dt San
Antonio de l'adua en Palma, por B. Ftrrá.—
Emperador Carlos V y deía exp.'dició á .Alger,
escr la por Ilabriel .Sampol.— Preenjions de
> fundaciún
ionio Abad,
por el señor Dnctor Sjvastian Zeaarro, vigila-
do.- del Ohiipo de Santander en i6j4^ por Pe-
dro Sampul y Rípoll. -Pctica^ló de la Cusió-
di.i de Lluch, por Bar lomeu Paartí ai .—Sección
nacicin judía y el
españoles, porlu-
BUesfiyameri nu^po B.,ni íciuJ. I M«ri
= 5.Mayo. I-oídot rucesuíde uatuile Arco.
por Anti.nino M I'A'sina-Aarthel.- Caiálopo
de escriiorcs .Ust no* «>paiiole9, porlutiuc-
leí y ..inericanos; por Bonilacio del Moral.—
Ftejl niblioieca de El Escorial: Rec'.lfieac «nM
bibliü, tilicas — N..IÍCIÍS, por B. FimaHdtt.=
30 de Mayo. Los dos pruictu d« Juana da
BIBLIOTECAS Y MUSEOS
467
Arco, por Antonino Aí. Tonna-Barthet.—CA-
tálogo de escritores Agustinos e^^pañoles, por-
tugueses y americanos, por Bonifacio del A/o-
ra/. — Revista de revistas.
Chile moderno. 1905. Noviembre. Algunas
consideraciones sobre la decadencia chilena,
por José A. Alfonso.— La canción Nacional de
Chile, por Anibal Echeberria y Reyes y Agus-
tín Kannobio G.
La España Moderna. 1904. Abril. El Magis-
terio de la Prensa (conclusión), por Juan Pé-
re^ fie Gu^^mán. — Ronces val les, por Gastón
París. = Mayo. Roncesvalles (conclusión),
por (lastón París.— Las mocedades de D. Ma-
nuel Josef Quintana, por Juan Pére^ deGui^mán
Euskal-Erria. 30 Abril 1904. Celtas, Iberos
y Eusknros (continuación); por Arturo Cam-
pión. = 10 Mayo. Celtas, Iberos y Euskaros
(continuación); por Arturo Cam;7Ídn.— Ensa-
yo de un Padrón histórico de Guipúzcoa se-
gún el orden de sus familias pobladoras (con-
tinuación), por Juan Carlos de Guerra. =20
Mayo. Lnsayo de un Padrón histórico de
Guipúzcoa según el orden de sus familias po-
blador s, por Juan Carlos de Guerra. = 30
M a yo. Ensayo de un Padrón histórico de Gui-
púzcoa según el orden de sus familias pobla-
doras, por Juan Carlos de Guerra.= 10 Junio.
Celtas, Iberos y Euskaros (continuación) por
Arturo Campion.
La lectura. 1004. Mayo. El poema del Cid,
por Ramón MenénJei^ Pírfa/.— Museo del Er-
mitage: Escuela española, por A. de Deruete y
Moret. £1 Centenario del Quijote, por Luis de
Fors.
hí. Mi-N-tAJERO DEL CoRAZÓN DE JeSÚS. I9O4.
Febrero. Marzo, Abril, Mayo y Junio. Jeromín
(Novela histórica), por Luis Colonia.
Nuestro Tiempo. iL.04. Abril. La cultura su-
perior española, por Rafael María de Labra.
Razón y Fe. 1904. Mayo. El Patronato de la In-
macuLida Concepción en España y sus Indias*
dominios y señoríos; por K. Portillo,— La mú-
sica religiosa, por M. Bauxauli.—LaL Pedago-
gía monástica, por R. Rui^ Amado. =J uní o-
Inspiració I cristiana de Lope de ^''ega, por
J. M. Aicardo.—Kl Patronato de la In nacula-
da Concepción en España y sus Indias, domi-
nios y señoríos, 17'x), (cjntinuacióni; por K-
Por/í/ío. — Breve exploración arqueológicj,
por J. Furfíüs.
Revista de Aragón. 1904. Abril. Estudios de
síntesis hisiórica: H.sloria general: España:
Época moderna (continuación); por ll. Leonar-
dón — Lo> Beiiiineruán, llamados los g illegos
de Mérida y Badajoz; por Franciscj Cndira.—
Ordinaciones y p ramienlos Ue la ciudad de
Barbasiro i coalÍMuaci jn ), por M iriano de
Paño.— La lechu nbrc góiic >-m jdcjar de la
c .tedrai de Teruel, cjq ilustraciones (ro.iii-
nuación), por Mariano de Paño.— Don Fran-
cisco Mariano Nifo y su «Diario curioso, eru-
dito y comercial», primer periódico publicado
en España; por Domingo Gascdn. = May o. Es-
tudios de síntesis histórica: Historia general:
España: Época moderna (continuación), por H.
Leonaríión. —Los Benimeruán?, llamados los
gallegos de Mérida y Badajoz (continuadón;)
por Francisco Corfera. —Ordinaciones y para-
mientos de la ciudad de Barbastro, por Maria-
no de Paño.— La enseñanza de la Historia en
las Universidades de Alemania y Francia. —
Don Francisco Mariano y Nifo y su «Diario
curioso, erudito y comercial», primer perió-
dico diario publicado en España; por Domin-
go Gascón.
Revista Contemporánea. 1904. Abril. Un
centenario de luto: Gibraltar. por Antonio
Balbin de í/n^uera.— Orígenes y desarrollo
del periodismo, por Pedro Gascón de Goíor.—
Hospital de la Latina: Apuntes para escribir
su historia, por Carlos Cambronero.—üX car-
tel, por .\nselmo Gascón de Gotor.
Rkvista de Extremadura. 1904. .\bril. La
langosta en Llerena: Transcripción de un do-
cumento del siglo xvii.— Don Pedro López de
Miranda, Obispo de Coria y Calahorra (conti-
nuación); por Carlos Groij^ard y Coronado.—
Mayo Los Zúñigas, señores de Plascncia:
II Don Pedro de Zúñiga, por Vicente Paredes.
Revista del Instituto Paraguayo. Núm. 47.
Infoime sobre sistemas penitenciarios, por
Teodosio Gon^d/e;^ . —Guerra del Paraguay
(continuación), por Bartolomé Afiíre.— Cartas
históricas (continuación), de Manuel Pedro de
Peña.— Los pájaros del Paraguay (continua-
ción), por Félix de A:^ara.
Revista Nacional de Buenos Aires. 1904. Ene-
ro y Febrero, Revolución de los restaurado-
res, 1833: El general M «riano B. Rolón. por
José Juan Biedma. — Med .lias y monedas de la
Independencia de América: México 1810-14,
con ilustraciones, por Alejandro Tíosa.— Ca-
milo Torres y Antonio Nariño, por Diego
Aíenrfoj^a. — Algo sobre gentil cios Argenti-
nos, por R. Moner Sans.— Glorias del Ejercito
de los Andes (Anotado por el coronel Juan
I:sidro Quesada), por ei general Enrique Mar-
/íntfí^.— Correspondencia ¡nédiía de .\Qionio
F. de Sucre: 1825-26.— A una cabeza de Ajeólo
(poesía), por Flora Abasólo. — Colombia y l*a-
namá, por Rodolfo W. Carran;^a. — Re{ ública
Uruguaya, pur ¿o n^i,'^! no, — Discurso pronun-
ciado e:i la inauguración del moaumenio á
Puyrre ón, por .Vdolfo P. Garran :?a.— Elogio
de D. Juan .Mariín de Puyrrcdón, por Arturo
Re\nal O Cunnor. — Documentos medios de
la Junta de gobiern.) de 1810: Antecedentes de
la reacción española en Mcndo-i «, en 1810
E.iriquc Ardcriu y Valls.
468
REVISTA ÜE ARCHIVOS
REVISTAS EXTRANJERAS
[1.° Los sumarios íntegros de las revistas
congéneres de la nuestra portuguesas, ó ex-
tranjeras en hablas no españolas ni portugue-
sa consagradas exclusivamente al estudio de
España, y dadas á lu¿ en ó fuera de ésta: los
títulos de unas y otras revistas van de letra
cursiva. 2." Los trabajos de cualquier materia
tocantes á España, y los de carácter histórico
y erudito iotere antes para la cultura que
figuren en los Sumarios de las demás revistas
escritas en lenguas portuf^uesa y extranjeras,
'publíquense<í> no en España. 3." Los trabajos
que, estando en las condiciones reseñadas en
este párrafo segundo, aparezcan en revistas
publicadas por extranjeros en lenguas sabias.]
ACADÉMIE DES INSCRlPTIONí ít BELLES-LET-
TRES [de París], l^ompics rendus. 1903. No-
viembre-Diciembre. M. Cl.l RMONT-CiANN AU,
Inscriptions de Palcstinc.— M." Maurice Croi-
SET, La moral'.* el la cité dans les pocsics de
Solón.— M. (JPPKRT, Léienduc de Babylone.—
M. Léon Hcuzey, Reprise des fouilles de Tcllo
par |le capitainc Cros. Premiérc communica-
tion. Une siatue complete de Goudéa. -M. Má-
xime CoLLifiNON, Note sur los fouilles exécu-
tées dans le lutnulus de Cosiiévo en Bulgarie
par M. Degrand^ cons\i\ de France á Philippo-
poli.
The A^•ERICA^• joi;rnal of philoi.ogy. iimm-
Octubre-Diciembre. Charles Korster S.Mirii,
Charactcr-drawing in Thucydidcs. — Basil L.
G1LDEKS1.EEVF., Temporal senienccs of limit in
(jrecck.— Emory B. Léase, LivyS use ol arunt^
erunt and ere.— Ernst Riess, Studies in supcrs-
tition.-R. B. Steele, The nominaiivc of thc
perfect participle of depooent verbs in Livy. -
Siephen Langdon, History of the use of 37V
for r}'v in relalive clauses.— F. M. .Austin, Ca-
cophony ¡n Juvenal, Horace and Persius.^
Anai.ecta bolla.sdiana. 1904. Fase. L — Inpp.
Delemaye, L'hagiographic de Salone d'aprcs
les derniéres dccouvertes archéologiques. —
llipp. Dki.ehaye, Catalogus codicum hagio-
graphicorum graecorum • monasierii Sancli
Salvaloris, nunc bibliothecae l'niversitatis
•Messancnsis.- Alb. Po.ncelet, La bibliothé-
que de J'abbaye de Micy au ix^ et au x*-' sié-
cle.
Annai.es dk l".\cai>emil Royale d'Archéo-
i.oíHK DK BELGiQUE. jic^^. Tütno V. 3 libraison.
Victor van der Haeghen, La conspiration pour
délivrer Gand et la Flandrc de la doniination
espagnole en 1631.
.Argüí vio storico itamano. ujpa. Dispen-
sa 2.*.— Arnaldo Dei la Torre, Vn documento
poco noto sul ribandimento di lacopo di Dan-
te.— .Arturo Segre, i prodomi della ritirata di
Garlo VIII, Re di Francia, da Napoli. Saggio
sullc relazioni tra Venezia, .Milano e Roma
durante la primavera del 1495. — Albano Sor-
BKLLi, LWrchivio notarile di PavuUo nei
Frignano. — Pieiro Vigo, Atti governativi
neir.Vrchivio cittadino di Livorno.
Arc.iivio storico lombardo. Fas. I. 1904.
Garlo GiPOLLA, Una narraziode bobbiese sulla
presa di Damiata nel 1219.— Ezio Riboldi, I
Contadi rurali del milanese (continuación), —
Edmondo Sol.mi, La festa del Paradiso di Leo>
nardo da Vinci e Bernardo Bellincione (13 gen-
naio 1490).
Archivo histórico portuguez. 1904. Febre-
ro. Sousa ViTERBO, O monopolio da cortina no
seculo XV.— Pedro A. de Azevedo, As Ilhas
Perdidas. — A. Braamcamp Freiré, As conspi-
ra^óes no reinado de D. Joáo II# Docurinen-
los.— A. Braamcamp Freiré, Cartas de quita-
(fño del Reí D. Manuel (continuagáu).=}Air-
/o y .Abril. Affonso Mexia, Somaryo tirado
dos livros da Fazenda del Rey cm 1523.— A.
Braamca.mp Freiré, Cartas de quita^áo del Rcx
I). Manuel (continuagáo).
La Bibliofilia. 1904. Enero.. L. Delisle, Un
nouveau manuscrit de la Fleur des Histpires
de Jean Mansel posséde par M. Olschki.—G.
Castellani, Una cdizione anconitana del 1527.
Ilugues V'aganay, Amadis en franjáis. E>sai
de bibliographie.— Garlo Frati, Elenco bi-
bliográfico dcgli scritti di Bernardino Pey-
ron.— Ernesto Spadolini, Un códice di María
F-ilelfo.=rFebrero-Marzo. Mugues Vaga-
NAY, Amadis en franjáis. Essai de bibliogra-
phie.— D.^Iarzi, Intorno alTArchivio vatica-
no ed agli .\rchivi di Slato Italiani. — Luigi
Ferrari, (ili incunaboli della R. Biblioteca
Universitaria di Pisa.
Le riblioorapms moderne. 1903. Noviembre-
Diciembre. M. Robert Villepblbt, Le classe-
mcnt el Tinventaire des fonds révolutionnai-
rcs conserves dans les archives départemen-
lales — .M. l'abbé Paulus, Supplément au cata-
logue des manuscrits de la bibiiotéque de la
ville de Metz.— M. H. Stein, A proposde falsi-
lications dans les actes de Pétat civil. =1904.
Enero- ^bril. M. L. Dimier, Les Heures de
Catherinc de Médicis.— M. Alfred Leroux, De
quelques améliorations possibles dans l'orga-
nisation et le fonctionnement des archives
provinciales.— M. Ch. MoRTET,Le fonds sean-
dinave á la bibliothéque Sainte - Genovié-
ve. — Chronique des Archives. — Chronique
des Bibliotéques . — Chronique bibliographi>
que.
Bulletin hispaniqle. 1904. Abrii-Junio. E.
Walberg, Lauto sacramental de Las Ordenes
militares de D. Pedro Calderón de la Barca
(5uííe).— A. Morel-Fatio, La golille et Thabit
mi li taire. — E. Piñbiro, Gertrudis Gómez de
Avellaneda.
Journal des savants. 1904. Abril. V. Bro-
chard. La théorie du plaisír d'aprés Epicure.—
G. Perrot, Les recentes fouilles de Troic.—
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REVISTA DE ARCHIVOS
Asanza y Almazán (D. Marcos), á la Biblioteca universitaria de Valladolid, y después al
Archivo histórico Nacional 242 y 471
Benito Corredera (D. Gerardo), á la Biblioteca universitaria de Salamanca 343'
Bustamente (D. José María), al Archivo de Hacienda de Lugo 242
Caparros y Lorencio (D. José María;, al Archivo de la Chancillcría de Granada. . . . 242
Castillo y García (D. Mariano), al Archivo de la Chancillena de Granada 241
Cercijo y Rodríguez (D. Francisco), al Archivo de Hacienda de Santander 242
Cornejo (D. Nemesio), al Archivo de la Chancillería de Valladolid 241
Cuesta y Orduña (D. Policarpo), á la Biblioteca de la Facultad de Derecho 471
Delgado Moya íD. Luis), ül Archivo de Hacienda de Castellón 242
Espejo'é Hinojosa (D. Cristóbal), al Archivo de la Chancilleria de Valladolid.. .... 241
Fernández Mouriilo (D. Manuel), al Archivo del Consejo de Estado 472
García Farach (D. Luis), al Archivo de Hacienda de León 242
García Romero (D. Francisco), al Archivo de la Chancilleria de Granada 241
Garreía y Sancho Granado (D. José), al Archivo del .Ministerio de Hacienda 241
González Hernández (D. Julio), á la Biblioteca provincial de Toledo 241
Heras y Dispierto (D. Tomas de las), á la Biblioteca de la Facultad de Farmacia 241
Herrero y Sánchez (D. José J.), á la Facultad de Filosofía y Letras 471
Liñán y Heredia (D. Narciso José), á la Biblioteca universitaria de Valladolid, y después
al Museo Arqueológico Nacional 242 y 471
Mañucco Villalobos (D. Manuel), al Archivo de Hacienda de Falencia 3:42
Martínez Mollinedo (D. Joaquín"), al Archivo de Hacienda de Toledo 242
Martínez de la Peña (D. Juan Bautista), al Registro general de la Propiedad Intelectual. 241
Navas del Valle (D. F<-ancisco), al Archivo de Hacienda de Cádiz 472
Ortíz y Ledesma (D. Felipe J.), al Archivo general del Ministerio de Gracia y lusticia. . 471
Pontes Abarrátegui (D. José), al Archivo central del Ministerio de Hacienda 472
Prúgent y Miguel (D. Daniel), al Archivo de Hacienda de Soria, y después al Archivo de
Segovia 242 y 471
Ramírez y Serrano (D. Francisco), al Archivo de Hacienda de Huelva . 242
Rivero y Sainz de Baranda (D. Casto María del), á la Biblioteca universitaria de Santiago,
y después al Archivo Histórico Nacional 242 y 471
Rueda (D. Salvador), á la Biblioteca de la Escuela de Veterinaria 241
Ruiz Jiménez (D. Antonio), á la Biblioteca de la Facultad de Medicina 461
Torre y del Cerro (D. José de la), al Archivo de Hacienda de Málaga 242
Torres Gasión íD. Antonio), al Archivo de Hacienda de Granada 242
Velasco y Aguirre ÍD. Miguel), al Archivo de Chancilleria de Valladolid 242
Velasco y Aguirre (D. Miguel), á la Biblioteca Nacional 471
ASCENSOS
Aguilar y Francisco (D. José), a Oficial de segundo grado 82
Alba (D. Eladio), á Oficial de segundo grado ^72
Amor y Pereira (I). Juan Manuel), á Oficial de primer grado ga
Andrés y Alonso (D. Rafael), á Oficial de tercer grado 82
Ascanio y León (D. Ramón), á Oficial de primer grado 82
Barcia y Pavón (D. Ángel María de), á Jefe de segundo grado 82
Belmonte y Osuna (D. Amos), á Oficial de tercer grado 82
Brocas y Gómez (D. Manuel), á Oficial de tercer grado ^2
Casan y Alegre (D. Joaquín), á Jefe de primer grado 81
Colorado y Martínez (D. Vicente), á Oficial de primer grado 82
Ferrcr y Figuerola (D. Felipe), a Jefe de tercer grado 82
Forteza y Valentí (D. Jerónimo), á Oficial de primer grado g^
García Guillen (D. Vicente), á Oficial de segundo grado g^
García Repullés (D. Mariano), á Oficial de segundo grado .«j.
Garci» y Romero (D. Francisco», á Oficial de segundo grado g^
Gisbert y García Ruiz (D. Antonio), á Oficial de segundo grado g^
Gonzalvo París (D Luis\ á Oficial de tercer grado
Gorostíznga V (""..irvni.il (D. Ángel), a Jefe de segundo grado g_.