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Año I. © Tomo I.
MADRID
EST. TIP. «SUCESORES DE RIVADENEYRA»
PASEO DE SAN VICENTE, NÚM. 20
1912
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:: REVISTA DE HISTORIA ::
VDE —
OENEALOQÍA ESPAÑOLA
: 15 FEBRERO 1912 :
E\?l5Tñ DE HI5T0Rlñ
y genealogía
ESPAÑOLA
Núm. 1.
Nuestros fines y nuestros propósitos.
Si la costumbre, de acuerdo con la lógica, no nos obligara en el primer
número de esta Revista á dar razón de unos y otros, fuera todavía necesa-
rio que los expusiéramos, habida cuenta de la desproporción que confesa-
mos entre el alto ideal que perseguimos y los medios de orden intelectual
y material que nos son propios.
Españoles de vieja cepa, aficionados á escudriñar en antiguos papeles y
pergaminos, como en monumentos y paisajes el alma de la Patria, manera
de que el amor á ella sea firme, consciente y apto para su progreso; libres
de prejuicios de escuela; horros de toda mira personal é interesada y deci-
didos á trabajar concienzudamente en el campo de la investigación, aquí
acaban nuestras garantías y nuestros méritos. Disparatado hubiera sido
emprender con tan escaso bagaje, si rico en sentimientos y deseos, pobre
de ciencia, empresa alguna que racionalmente hiciera concebir esperanzas
de provechosa utilidad. Al tomar la iniciativa de esta publicación, después
de meditar largamente las notas y peculiares formas que han de caracteri-
zarla, hemos puesto la mayor confianza en aquellos nuestros amigos y
maestros que, favorecidos por Dios con especiales dotes y al través de una
vida de estudio, han conseguido preeminente lugar á la cabeza de la cultura
hispánica y, respondiendo ellos ger;^"-<ct- ■ '^^ f l^querimiento, han tenido
á bien alentarnos y unirse á posq.js, mCi ccd ■ ' '^'il la obra que comen-
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Revista de Historia
zamos hoy tiene ya asegurado un valor positivo que, independientemente
del escaso de sus iniciadores, lia de brillar en constante y escogida cola-
boración.
El fin que perseguimos es doble: coadyuvar á la magna empresa de
reconstitución histórica española, en la que al presente emplean sus esfuer-
zos no pocos beneméritos anticuarios, y divulgar este género de cultura.
Los numerosos arsenales é hipogeos, hasta hace pocos años rara vez
visitados, donde duerme, en gran parte inédito, el pasado de nuestra raza,
son ricos de tal modo, que hasta el investigador más modesto puede pro-
meterse sin vanagloria sacar de entre el polvo y el moho que las cubre
algunas hojas toledanas, tal cual vaso de Alcora, trozos de tirajes y cobres
granadinos, piezas de orfebrería castellana, esmaltes leoneses ó herrajes
vascongados. Los archivos españoles, aun después de haber sufrido el rigor
de la moderna barbarie que durante la pasada centuria estuvo á punto de
borrar del suelo español la labor de tres civilizaciones, y hasta el recuerdo
de nuestra personalidad, conservan los suficientes materiales, aunque dis-
persos y desordenados casi siempre, para ir reconstituyendo la historia
patria. Los trabajos de crítica, conducentes á este fin supremo, van teniendo
cada día mayor número de cultivadores capaces de armonizar la erudición
con el amplio y maduro juicio exento de preocupaciones que hace posible,
con el auxilio de artes y ciencias, hasta hace poco no contadas entre las
auxiliadoras de la Historia, llegar á poseer ese instinto adivinativo y ese
poder de evocación que constituyen las más preciosas dotes del historió-
grafo.
Numerosa es la falange de los que dedican su actividad á labor no menos
meritoria, aunque menos lucida: la de buscar y relacionar datos y noticias,
perseguir personajes que sólo intermitentemente conocemos al través de la
maraña de los sucesos y sacar á otros del olvido en que yacen contra toda
conveniencia y justicia.
Por otra parte, no son pocos los escritores que, circunscribiéndose á
hechos aislados, negocios ó problemas diplomáticos, mihtares ó políticos
de los tiempos pasados, los toman como objetos de monografías y memo-
rias, que cada vez tienden á mayor perfección y amenidad.
Es, pues, evidente el reconocimiento, por lo general bien orientado, de
los estudios históricos en España. Justo es confesar que el impulso vino del
extranjero, y que quizá en la histor' *"- -ria se inició por la que el maes-
tro de maestros, D. Marcp'-no / / Pelayo, ha llamado redentora
Alemania..
Cábenos la suerte ,, irnos de presenciar al mismo
y Genealogía Española.
tiempo una saludable reacción castiza que, sin desdeñar los numerosos ele-
mentos emotivos que la estética reconoce, antes bien, asimilándolos al genio
de nuestra raza, está creando un nuevo arte español, aún en los albores,
pero ya saturado de aquellos peculiares caracteres é íntimos sentimien-
tos cuya alteración continuada esteriliza á los pueblos y degrada su espí-
ritu para convertirles en distanciado y burlesco séquito de exóticos triun-
fadores.
El amor á la tierra natal, cuyo espiritual encanto han penetrado pintores
y poetas; el descrédito ó derrumbamiento de tantos artificios, sistemas y
filosofías que fueran otras tantas losas para la actividad española y varias
causas más, cuyo elogio ó execración no son de este sitio, están contribu-
yendo á este reverdecer españolista, que mueve los pinceles de Hermoso
para pintar la sierra pedregosa y azul y las vaquerillas tan caras al Arci-
preste; los de Romero de Torres, al trazar el vibrante y complejo poema
andaluz en una figura de adolescente de ojos de sulamita, que se pierden
melancólicos en el espacio luminoso de una plaza barroca, y los de ambos
Zubiaurres, que imprimen en lienzos trágicos de vulgares escenas la psico-
logía vascongada. Florecimiento que inspira las plumas de Baroja cuando
diseña mayorazgos, caseros y marinos; de Mesa y de Gabriel, al cantar las
tierras de Castilla, y de Valle-Inclán, el supremo evocador, en cuantas mara-
villas escribe.
Tal vuelta en el gusto de los espíritus más cultivados y sutiles hacia los
hogares familiares coincide naturalmente con el mayor interés por el escla-
recimiento de los tiempos en que aquellos hogares se levantaron y fueron
engrandeciéndose al través de los siglos, ya que sobre su lumbre se templó
el alma de nuestro pueblo, adquiriendo las excelentes cualidades y también
los defectos que al acero la asemejan. Trátase hoy hasta por los más mo-
destos monografistas y biógrafos de encontrar el ambiente verdad que res-
piraran en su casa nativa, que fué el tiempo y lugar donde vivieran los
hombres que laboraron con su pensamiento y sus acciones la trama de
nuestra historia. Este es carácter distintivo de los métodos actuales, bien
diferentes de los empleados con anterioridad por las escuelas llamadas clá-
sicas, filosóficas y eruditas, á todas las cuales faltaba, como á la antigua
novela, el análisis psicológico y la reproducción del medio en que los per-
sonajes se movían.
Tan cierta como la actividad á que aludimos y el despertar á que aca-
bamos de hacer referencia es, por desgracia, la pequeña extensión que entre
el público, aun en la parte limitada del mismo que siente afición por las
letras, ha alcanzado hasta ahora eí^ amor á la Historia. La desproporción
Revista de Historia
numérica que existe entre los cultivadores de estos estudios y los que hallan
placer en enterarse de la producción de aquéllos es, en realidad, grandísima.
A hacerla menor hasta reducirla á sus justos términos, deben ir encaminados
los esfuerzos de los primeros. Los nuestros han de emplearse especialmente
en esta misión, procurando hacer amena la investigación biográfica, colo-
reada la relación de sucesos é interesante para buen número de lectores la
historia genealógica de las familias.
El formidable movimiento biográfico, general en el mundo civilizado,
tiene mayor razón de ser en España, donde la incuria de los pocos historia-
dores que dieron relativa importancia á la vida de los personajes que en
sus relatos enumeraran, dejó en la penumbra, y hasta en la obscuridad, mul-
titud de figuras interesantes, cuyo cabal conocimiento sirve para explicar
problemas históricos y facilita el estudio y comprensión de la época en
que vivieron.
La índole de nuestra Historia Nacional, hija de nuestro carácter exage-
radamente individualista, que parece marchar á saltos y como á impulso de
los hombres geniales, ajena las más de las veces á esa continuidad de acción
y de pensamiento que formó en otros países las escuelas políticas y diplo-
máticas, como las militares y artísticas que traspasan los siglos y las dinas-
tías, es otro motivo especialísimo para que deba concederse extraordinaria
importancia á la biografía española que, iniciada en las crónicas de los
reyes, comienza á tener vida independiente con Diez de Gómez, los Pulga-
res y López de Gomara, pero no ha tenido verdadera importancia por su
espíritu crítico y relativa extensión hasta el siglo pasado.
La genealogía, ligada tan íntimamente con la rama biográfica, que en
rigor puede ésta comprenderse en aquélla, pues la historia de las familias
es una extensión de la individual, ha recobrado en todas partes el lugar
importantísimo que en justicia le corresponde. Ningún escritor conciezudo
prescinde ya de estudiar los antepasados y los parientes de los hombres
que ocupan su atención, habiendo coincidido en esta necesidad las moder-
nas teorías científicas con el interés que despiertan en todo espíritu obser-
vador las intimidades de los que, con sus obras ó su pensamiento, influyeron
en la vida nacional.
Pero si los estudios genealógicos son imprescindibles, la genealogía
nobiliaria en tierras como la nuestra, de tradición monárquica y militar,
donde la nobleza fué durante siglos y siglos la clase directora y ejecutora
al mismo tiempo de las empresas nacionales, por fuerza ha de tener valor
extraordinario dentro de la enciclopedia de las ciencias históricas. Por esta
razón y aun prescindiendo de lo que en ':tualidad significa, y á pesar de
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y Genealogía Española.
todas las leyes democráticas, significará siempre la aristocracia, que, con el
hecho de existir en todas partes, prueba lo imposible de su abolición, con-
tinúan siendo las investigaciones nobiliarias valiosos auxiliares y á la vez
parte integrante de la Historia.
Justo es confesar, por lo que hace á nuestra Patria, que una mala tradi-
ción de cerca de dos siglos, durante los cuales la ignorancia supina de los
genealogistas en perfecta consonancia con la vanidad pueril de los hidal-
gos, produjo un verdadero pandemónium de ridiculeces y desatinos, venía
desacreditando los escritos genealógicos, en los que era tan fácil encontrar
la adulación y el más bajo interés como imposible columbrar buen sentido,
erudición y serios propósitos. Hoy, gracias principalmente al esfuerzo admi-
rable de D. Francisco Fernández de Béthencourt, digno heredero del prin-
cipado que ejerció D. Luis de Salazar y Castro, asombro de erudición y
crítica, han recobrado estos estudios en España toda la dignidad á que son
acreedores.
Esta Revista, al justificar su título ocupándose de la genealogía española
y aun de la extranjera que con aquélla se relacione, se propone, paralelo
con el fin científico, otro aún más elevado, cual es el de contribuir, aunque
sea en proporción pequeña, al robustecimiento de las energías nacionales,
recordando á los descendientes de los antiguos nobles que la Patria forma-
ron y engrandecieron el deber en que están de proseguir las tradiciones de
honor y patriotismo que sus abuelos les marcaron, empleándose en el ser-
vicio y honra de España.
La forma modesta en que empieza á salir á luz esta Revista, queremos
que sea tenida por el punto inicial solamente de su progresivo y rápido
mejoramiento que nos proponemos efectuar á poca ayuda que encontremos
en el público. Ante todo hemos querido asegurar su vida en las condiciones
materiales presentes, cuyas deficiencias no se nos ocultan, aleccionados por
la temprana desaparición de publicaciones similares á las que el lujo de
presentación atrajo la muerte. Nuestra primer reforma será el aumento de
páginas y después el de las ilustraciones, hasta conseguir confeccionar una
Revista bajo todos los conceptos digna de los fines á que tiende.
No terminaremos estas ligeras indicaciones sin enviar un respetuoso
saludo á las publicaciones periódicas, tanto oficiales como de iniciativa
particular, que en Madrid y en provincias vienen dedicándose á tareas simi-
lares de las que hoy emprendemos en estas páginas. Deseamos que todas
nos consideren como auxiliares entusiastas en una obra común de cultura y
patriotismo.
La Redacción.
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Revista de Historia
CARTA ABIERTA
Sr. D. Joaquín Argamasilla de la Cerda.
Mi distinguido y querido amigo: Pocas veces habré tomado la pluma
con tanto gusto como lo hago hoy, ya que su excesiva bondad, y la de sus
compañeros de la Redacción de esa Revista, han querido que no faltaran
algunos renglones con mi firma en este primer número de ella.
Grandísima alegría me dan ustedes con su fundación, viendo al fin que
nuestros caros estudios van á tener un órgano periódico digno de su indis-
cutible importancia. Garantía de esto es para mí, y la más segura y eficaz,
el nombre de usted, que tan gallarda muestra diera de sus no comunes
conocimientos en el excelente Nobiliario de Navarra, que le valió con
tanta justicia los elogios de nuestra Real Academia de la Historia y su me-
recido nombramiento de Correspondiente, y no menos los nombres sim-
páticos de Otero, Moreno de Guerra , Lascoiti y Domínguez Arévalo, que
forman bajo su dirección el cuerpo de redacción de la nueva y deseada
Revista. Tienen ustedes todos cuanto el caso presente exige: juventud,
entusiasmo, mucha cultura y vivísimo amor del pasado y de la verdad.
¿Cómo no esperar fundadamente — yo estoy seguro de ello— que vamos á
tener al fin una publicación histórico -genealógica honrada y seria, que
tenga por base la más depurada documentación, y se declare fieramente
incompatible con toda absurda fábula, reñida con toda pretensión semi-
mitológica, mortal enemiga de la lisonja, cerrada herméticamente á cuantas
exigencias y requerimientos pueda formularles la vanidad, compañera ínti-
ma y constante de la ignorancia? La Genealogía de hoy es ya verdadera-
mente la historia genealógica: Salazar y Castro, que en el siglo anterior
tuvo tan escasos imitadores, creo yo que se vería con agrado en la compa-
ñía de ustedes.
Yo me he pasado casi treinta años declamando contra las verdaderas
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y Genealogía Española.
herejías genealógicas, de que están plagados los mejores libros modernos;
luchando á brazo partido contra el torrente avasallador de ridiculas inven-
ciones, en que ese ramo de nuestra Historia estaba amenazado de sumer-
girse y hasta de desaparecer; revolviéndome, lo mismo contra las necias
facilidades de los que escriben y cobran, que contra la candidez inconce-
bible—de alguna manera hay que llamarla— de los que leen y hasta pagan:
me he abrazado furiosamente á la verdad, y en esta actitud continúo. ¿Cómo
no ver con satisfacción vivísima la feliz aparición de la pléyade simpática
de jóvenes paladines que ustedes forman, bien seguro de que por ustedes
y para ustedes tiene que ser la pronta y definitiva victoria?
España marcha todavía acaso la última en este hermoso campo de la
erudición genealógica: Alemania, Austria, Italia, Bélgica, Inglaterra, la
Francia misma, aparentemente democratizada, están hoy á la altura que
alcanzamos nosotros dos siglos ha, cuando era D. Luis de Salazar el
oráculo respetado en estas interesantes materias. Yo he hecho solo cuanto
he podido, con mis Anuarios de la Nobleza, de cuya segunda serie me
prometo publicar el tercero en breve, con mis constantes artículos, en mil
periódicos y revistas desperdigados, últimamente con mi Historia Genea-
*lógica y Heráldica de la Monarquía, de que en estos días, Dios mediante,
aparecerá el tomo IX: mientras tenga alientos y maneje la pluma, en la
brecha se me encontrará. Pero ustedes son todos el porvenir, por quienes
se ha de continuar la buena obra, en bien de la Patria, de la Historia, de la
Nobleza y de la Verdad, y entre sus filas estará de fijo el que Dios querrá
que prosiga algún día lo que yo no pudiere concluir.
Cuenten, pues, desde luego, con mi simpatía más viva, con mi apoyo
más decidido, hasta con mi colaboración entusiasta, en cuanto mis traba-
jos, que quisiera avanzar en cuanto me fuese posible, materialmente me lo
consientan.
Salude á todos sus compañeros, y de sobra sabe usted que es suyo
afectísimo y buen amigo,
F. Fernández de Béthencourt.
Madrid, 1.° de Febrero de 1912.
Revista de Historia
La conista ile Sevilla y el piíer AMiraiite fle Casia.
Las desavenencias de la excelente reina de Castilla D." Berenguela con
el inquieto esposo Alfonso IX de León que la suerte le había deparado,
no fueron obstáculo bastante para impedir que ambas coronas vinieran á
reunirse sobre las sienes del joven y animoso Rey hijo de ambos, conocido
en la Historia con el nombre de Femando III el Santo.
La buena Reina y cariñosa madre, que fué siempre la mejor consejera
de su hijo, había entregado su alma á Dios el día 8 de Noviembre de 1246,
dejando al Rey en desconsuelo tanto y tan justificado que, según dice*
Alfonso el Sabio, hijo de Fernando y nieto de Berenguela, non era muy ma-
ravilla de haber grand pesar ca nunca Rey en su tiempo otra tal perdió de
cuantas ayamos sabido nin tan comprida en todos sus fechos.
Quedábale aún á D. Fernando un excelente consejero en el anciano
arzobispo de Toledo D. Rodrigo Jiménez de Rada, que había asistido con
Alfonso VIII á la batalla de las Navas de Tolosa, y del cual Dios dispuso
también en el siguiente año de 1247.
Apenado el Rey por ambas desgracias y deseando dar á su ánimo es-
parcimiento adecuado á las necesidades que por entonces sentían todos los
Príncipes cristianos, decidió acometer una empresa guerrera contra los
almohades que dominaban buena parte de las Andalucías, y al efecto con-
vocó á sus huestes en las cercanías de Carmona, y requirió á Alhamar, rey
de Granada, que por entonces se ocupaba en construir la Alhambra, para
que con arreglo al pacto celebrado en Jaén dos años antes le auxiliase en
la guerra que se proponía declarar al de Sevilla, Cid-Abu-Abdallah.
Al llamamiento del Monarca respondieron viniendo presurosos á reunirse
á sus banderas los infantes Fadrique y Enrique, hijos del Rey, los Maestres
de San Juan, Calatrava y Alcántara, y el valiente Alhamar con quinientos
jinetes granadinos de los más distinguidos de su Reino.
La previsión del Rey y el conocimiento de la situación de aquella ciudad
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;' Genealosfía Española.
cuya conquista proyectaba, á orillas del Guadalquivir, le hicieron meditar
sobre la necesidad de asegurar la posesión del río y de su embocadura,
para impedir el socorro que de las costas andaluzas ó africanas pudieran
recibir por mar.
Al efecto comisionó al ilustre burgalés y entendido marino Ramón de
Bonifaz, para que en las costas de Vizcaya y Guipúzcoa hiciera construir
algunas naves de proporcionado porte para aquella empresa, confiriéndole
desde luego el título de Almirante de Castilla hasta entonces no usado en
este reino, correspondiente en árabe á la dignidad de Emir del mar, y que
algunos años después definió el Rey Sabio en su famoso Código de las
partidas, ley tercera, tomo XXIV, partida segunda, en los siguientes tér-
minos:
«Almirante es dicho el que es cabdillo de todos los que van en los navios
para facer guerra sobre el mar e ha tan grand poder quando va en flota
que es assi como hueste mayor ó en el otro ormamiento menor que se face
en lugar de cavalgada como si el Rey mismo y fuese.»
Reunidas las fuerzas terrestres en las fronteras de Andalucía, levantó el
Rey su campo en la primavera de 1247, emprendiendo la marcha hacia el Sur,
y sucesivamente fueron cayendo en su poder Carmona, Constantina, Reina,
Lora y Alcolea, donde pasó el ejército grandes trabajos para cruzar el río
Guadalquivir, que habían supuesto ser menos profundo.
Vencido aquel obstáculo, siguió el Rey de Castilla su marcha victoriosa,
apoderándose de Cantillana, Gerena, Guillena y Alcalá, donde las fatigas
de la campaña produjeron al Rey una enfermedad que le obligó á hacer alto
en sus operaciones y á poner en defensa la ciudad á fin de resistir á la
posible acometida de los almohades.
En aquella forzosa quietud, considerando el Rey en su memoria los
sucesos pasados, pensando en las contrariedades que le había ocasionado el
paso del Guadalquivir por Alcolea y presintiendo las más graves que aun
podía ocasionarle su mayor profundidad en las inmediaciones de Sevilla,
ordenó á Bonifaz que abandonase las aguas del Cantábrico y penetrase en
las del río remontándolo en fecha conveniente para venir á encontrarse con
el ejército en las cercanías de la ciudad.
Apresuróse Bonifaz á cumplir el mandato de su Rey, y con tal decisión
lo llevó á cabo que aun se encontraba D. Fernando en Alcalá cuando el
nuevo Almirante le anunció su salida para Sanlúcar con trece naves y
algunas galeras bien abastecidas.
Apercibidos de ello los moros africanos aprestaron hasta treinta embar-
caciones que, partiendo de Tánger y Ceuta, salieron al encuentro de la
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Revista de Historia
Armada de Bonifaz, quien no tardó en dar muestras de su arrojo y de ser
entendido en las cosas de mar, acometiendo contal bríoá sus contrarios que
en breves horas consiguió dispersarlos, después de haber echado á pique á
tres de sus mejores naves, quemado una y apresado otras tres que vinie-
ron á engrosar su Armada, con lo cual penetró triunfante por él río, lle-
vando al Rey la grata nueva de aquel feliz y victorioso estreno de sus fun-
ciones de Almirante.
Contento e¡ Rey por tan venturoso comienzo levantó sus Reales de Al-
.calá y avanzando sin graves tropiezos llegó á las cercanías de Sevilla,
donde quedó en contacto con la escuadra el día 20 de Agosto de 1247, y
dividiendo su hueste á uno y otro lado del río, que hizo cruzar con grandes
riesgos por Aznalfarache, puso cerco, á la vez que á la ciudad, al populoso
barrio de Triana (At rayana), que con ella se comunicaba por medio de
anchuroso puente de barcas.
Estableció Fernando sus Reales en el espacioso campo de Tablada, con-
servando á su lado á los Infantes, á los Maestres de San Juan, Calatrava y
Alcántara, al intrépido Garci-Pérez de Vargas, conocido por Machuca, á
Gómez Ruiz de Manzanedo, que acaudillaba á la gente del Concejo de Ma-
drid, á Rodrigo Gómez Ruiz, Alfonso Téllez, Arias González y otros ilustres
caballeros; encomendó el asedio de Triana al Maestre de Santiago D. Pe-
layo Correa, á los Capitanes Rodrigo Flores, Fernando láñez y Alfonso
Téllez; comisionó al Rey moro de Granada para que con sus jinetes
contuviese á los de Aznalfarache y á la Caballería del Algarbe con que el
VValí de Niebla pretendía socorrer á los sitiados de Sevilla; y confió, final-
mente, al almirante Bonifaz la comunicación fluvial entre ambas partes del
Ejército y la guarda del río para evitar el abastecimiento de la ciudad y de
sus arrabales.
Transcurría el mes de Septiembre de 1247 en frecuentes escaramuzas
entre sitiadores y sitiados, cuando se ocurrió á éstos el atrevido intento de
quemar la Armada de los cristianos, y al efecto construyeron una gran
balsa cargada de alquitrán y resina y otras materias de fácil combustión,
que en el silencio de la noche, incendiada y abandonada á la corriente, fué
á caer sobre los buques de Bonifaz, al propio tiempo que eran acometidos
por las pequeñas embarcaciones moras y hostilizados desde la famosa y
aun existente Torre llamada del Oro, pero la previsión y el arrojo del
Almirante y de los vizcaínos de la escuadra fueron tan eficaces, que no tan
sólo salvó sus naves del incendio, sino que castigó á los moros con tal
dureza que, al decir de la crómca.,qüedaron ar repisos de su acometimiento.
Entretanto, atraídos por la fortuna guerrera del Rey y de sus vastos pro-
10
y Genealogía Española.
yectos de someter toda la Andalucía, ó desembarazados de las empresas que
hasta entonces les habían retenido en el reino de Murcia, fueron acudiendo
al cerco de Sevilla el infante heredero D. Alfonso, que más tarde había de
ser el Rey sabio, con gran refuerzo de castellanos, el Arzobispo de San-
tiago con las huestes gallegas, D. Diego López de Haro con sus vizcaínos,
y otros varios señores. Príncipes y Prelados.
Ocho meses de sitio habían transcurrido sin que los moros dieran seña-
les de quebranto ni desmayo, ni el Rey cristiano, cada vez más encariñado
con la posesión de aquella rica joya que tenía aprisionada en el estrecho
cerco de sus tropas, cejase en su propósito de reducirla; mas pareciéndole
que sería más fácil aislar los dos núcleos de la gran población, Sevilla y
At-Rayana, y acometerlos sucesivamente, encargó á Bonifaz la seria em-
presa de cortar el puente cuyas cabezas defendían la Torre del Oro y el
castillo de Triana, dejando á su elección el momento oportuno y el medio
que estimase adecuado.
No era inclinado el Almirante á los procedimientos dilatorios,y eligiendo
dos naves de las más gruesas de su Armada, se embarcó en una de ellas, y
aprovechando el primer día de fuerte viento favorable, que fué el 4 de Mayo
de 1248, se lanzó á toda vela sobre el puente, que á la segunda acometida
quedó roto y deshecho, y logrado el propósito con gran contento de Fer-
nando, que para celebrar tan venturoso hecho hizo arbolar sobre las naves
victoriosas grandes banderas adornadas con la Santa Cruz, cuya invención
acababa de celebrar la Iglesia en la víspera del suceso.
Al siguiente (5 de Mayo) Bonifaz por el río y los Infantes con el Maes-
tre de Ucles por tierra, dieron una simultánea acometida al ya incomunicado
barrio de Triana; mas la defensa correspondió á la intensidad del ataque y
el castillo quedó por los moros.
Por último, después de. quince meses de sitio, durante los cuales habían
ensayado los sitiados todos los medios de defensa, hasta el innoble de en-
viar asesinos que acabasen con la vida del Rey y de su hijo primogénito,
propusieron los moros entregar la ciudad, á condición de que las rentas de
Sevilla se dividiesen por igual entre el Rey moro y el cristiano.
Rechazada por esto la oferta, propusieron la entrega de la ciudad, sin
otra condición que la libertad de abandonarla con sus mujeres, después que
hubiesen derribado la Mezquita mayor para que no fuese profanada por los
cristianos.
El rey Fernando accedió á lo primero, mas en cuanto á lo último remi-
tióse á lo que sobre ello decidiese su hijo y heredero el infante D. Alfonso,
el cual dio por respuesta definitiva que la ciudad había de entregarse á dis-
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Revista de Historia
creción del vencedor, sin condición alguna y confiando en su clemen-
cia, y que faltando una sola teja de la mezquita no quedaría moro con
cabeza.
Ratificada por el Rey la enérgica respuesta de su hijo, y cediendo el
wali Abul-Hassan á la firmeza del vencedor, se sometió sin condiciones,
entregándose á su clemencia, y firmó esta gloriosa capitulación el día 25 de
Noviembre de 1248.
Triunfante el rey Fernando, fué generoso con los vencidos, otorgándo-
les un mes de plazo para que pudieran negociar sus bienes y trasladarse si
querían, por cuenta del Monarca de Castilla, á la costa africana ó á los do-
minios de Alhama.
El wali Abul-Hassan á quien el generoso vencedor ofreció rentas sufi-
cientes para conservar el decoro de su rango si prefería residir como vasa-
llo en su perdido Reino, rehusó tal oferta, y hecha formal entrega de las
llaves, solicitó ser transportado á África para llorar allí su desventura.
En virtud del permiso concedido, trescientos mil mahometanos abando-
naron á Sevilla, y el 22 de Diciembre de 1248, cumplido el mes de plazo,
hizo el rey D. Fernando su entrada triunfal con ostentoso acompañamiento
que describe la crónica en la siguiente forma:
«Iban delante los caballeros de las Órdenes militares con sus estandartes
desplegados, presididos por sus grandes maestres D. Pelayo Correa de
Santiago, D. Fernando Ordóñez de Calatrava, D. Pedro Yáñez de Alcán-
tara, D. Fernando Ruiz de San Juan y D. Gómez Ramírez del Templo. Á la
cabeza de los seglares, el clero presidido por los Obispos de Jaén, Córdoba,
Cuenca, Segovia, Ávila, Astorga, Cartagena, Falencia y Coria. Seguía un
magnífico carro triunfal, en cuya parte superior se veía la imagen de Nues-
tra Señora. Á los lados del carro marchaban el rey D. Fernando con la
espada desnuda, la reina D.^ Juana su esposa, los infantes Alfonso, Fadri-
que, Enrique, Sancho y Manuel, hijos del Rey, el príncipe D. Alfonso de
Molina, su hermano; el infante D. Pedro de Portugal, el hijo del rey don
Jaime de Aragón, el del Rey moro de Baeza, y liberto, sobrino del pontífice
Inocencio IV. Seguíanle D. Diego López de Haro, duodécimo señor de Viz-
caya, y los ricoshombres, caballeros y nobles de León y Castilla, cerrando
la marcha las victoriosas tropas y los soldados de los concejos con sus res-
pectivas banderas y pendones.»
Así acabó en Sevilla el poderoso imperio de los almohades, destruido
con golpe tan seguro por la espada de Fernando III, por el valor de sus sol-
dados y en buena parte de la empresa por el arrojo y la pericia de D. Ramón
de Bonifaz, el primer almirante de Castilla, á quien el Rey, en recompensa
12
y Genealogia Española.
de sus hechos, le concedió que conservase el riquísimo alfange del vencido
Wali sevillano.
Don Ramón de Bonifaz, que había nacido en Burgos en los últimos años
del siglo XII, murió en 1256, disponiendo en su testamento que en su ciudad
natal se erigiese una capilla donde se conservaran sus cenizas.
Sobre la base de esta capilla se edificó más tarde, á expensas de la ciu-
dad, la iglesia del ya arruinado convento de San Francisco, en la cual se
conservó durante algunos siglos el monumento sepulcral del Almirante con
la inscripción siguiente:
-^Aqui yace el muy noble y esforzado caballero D. Ramón de Bonifaz,
primer Almirante de Castilla, que ganó á Sevilla y falleció año de 1256.»
La reina Isabel la Católica, al visitar después el monumento, fijándose
en la frase «que ganó á Sevilla» y entendiendo quizá que la verdad histó-
rica había sido alterada en *daño de su ilustre antepasado, la hizo sustituir
por otra más modesta que así decía:
«Aquí yace el muy noble y esforzado caballero D. Ramón de Bonifaz,
primer Almirante de Castilla, que fué en ganar á Sevilla y falleció año
de 1256.»
Más tarde el timorato rey D. Felipe III, observando que en el citado
monumento sepulcral la estatua del Almirante ocupaba lugar más preemi-
nente que las de los doce Apóstoles que ornaban el lucillo, adoptó la sin-
gular determinación de hacerlas decapitar á fin de que no apareciesen los
santos como figuras secundarias en torno de un humilde pecador.
Finalmente, derruido el convento y la iglesia, la incuria de los hombres
ha consentido que desaparezca el venerable y maltratado monumento que
encerraba los restos del primer Almirante de Castilla.
En el Museo Naval se conserva su retrato.
El Almirante Marqués de Pilares.
13
Revista de Historia
DE LA CANTABRIA
Sr. D. Luis Redonet.
Amigo mío: Mis estudios acerca de la arqueología medioeval que tocan
á nuestra Cantabria, al irlos yo dando al público, irán dedicados á usted.
Así, ambos á dos, tomaremos bríos para ir poniendo en conocimiento de
los lectores nuestros admirables monumentos artísticos y arquitectónicos,
juntamente con los documentos que los anuncien y expliquen.
La Cantabria encierra en sí toda la historia de la Arquitectura, desde
la romana hasta nuestros días, con restos de artes muy anteriores.
No es hora todavía que yo señale los emplazamientos de las ciudades
cántabras, y marque el desarrollo- de las vías romanas allí construidas, y
muy vivas aún en muchos parajes; lo haré, á su tiempo debido, después
que el Geógrafo Oficial publique sus valiosísimas elaboraciones.
Los alemanes, que trabajaron en el tomo segundo del Corpus Inscrip-
TiONUM LATiNARUM, ni siquícra supieron señalar bien los cauces de los ríos;
y para corregir tan grandes desviaciones no los necesitamos, y menos para
explorar nuestros campos de castrametación romana; que ojalá no se
vengan por acá ciertas gentes, autorizadas, más que á estudiar castrameta-
ciones históricas, á irse poniendo al corriente de los puntos estratégicos
en el interior de la Península.
Soy español ante todo, y lamento que se permita á los extranjeros lo que
á nosotros se nos niega y prohibe. Usted y yo iremos viendo los sitios en
donde estuvieron las ciudades de Pisorga y Cesárea, etc., siempre que se
atreva á seguirme á pie, ó usted á caballo, hasta donde puedan llegar los
pastores. Ni las breñas ni las fragas me arredran: tan sólo me contienen las
tormentas, muy malas amigas, y de las que llevo las caricias en la cara.
Pero no importa. ¡Qué riqueza histórica en las mesetas de las cumbres, y
qué tesoros arqueológicos por las faldas y estribaciones de las sierras...
desconocidos á los arqueologuillos de sola la forma...!
La Cantabria es un Museo riquísimo al aire libre, con monumentos de
todas clases, aun en los picachos de los montes.
Dejo esto para tiempos más adelantados, así como el indicar algo de
las falsificaciones de objetos de bronce, que como aparecidos en nuestra
14
V Genealosia Española.
tierra se muestran, objetos algunos que han sido, en estampa, sacados al
público en una obra, premiada, que ha escrito el Sr. Fierre Paris, escritor á
quien, y á su tiempo, vistos sus libros, avisé al punto.
Sí; anuncio, amigo Sr. Redonet, para abrir los ojos á los incautos, que
mientras los objetos no cuenten con una guia ó cédula de vecindad, no
rechazable, sean tenidos por falsos.
El famoso jinete de Falencia, ha sido el colmo del ingenio para los
artistas que le idearon y le pusieron al trote.
Aquí, en esta Revista, solamente correré por campos de la Edad Media.
Señalaré como frutos de imaginaciones muy valientes las influencias mozá-
rabes, y cómo los franceses nos enseñaron el arte románico suyo, cuando
ya contábamos nosotros con arte propio, tan bueno ó mejor que el galicano;
y se verá también que lo de Arte visigodo tampoco puede pasar. ¿En
dónde se guarda el tipo arquitectónico visigodo? El visigodo no contó con
arte propio. Los monumentos antiguos que poseemos, según sus plantas y
elevaciones y según su decorado, traen á la memoria monumentos similares
del Asia, Egipto, Roma y Bizancio.
Ánimo, pues, amigo mío. Cántabro usted de cuerpo entero, y yo cánta-
bro de las estribaciones, siquiera que los hijos de la tierra declaremos lo
que fué y es monumentalmente la Cantabria.
Esta clase de cosechas no las destrozan los temporales; y debemos, á
todo trance, evitar que se nos metan en casa los extranjeros para enseñar-
nos lo que se guarda en ella, y en nuestras iglesias propias, en cuanto
iglesias propias ya estudiadas por nosotros: que los extranjeros á nosotros
en la suya no nos admiten.
Vive usted al tanto del inagotable, documental tesoro, limpio, que
poseemos: y lo apócrifo, ello enseña pronto la oreja y quedará señalado.
Fonga usted el mismo deseo en los amigos que le quieran seguir en
tan patriótica empresa. Imitados sean en esto los catalanes y ovetenses:
y se irá viendo, desde los primeros pasos de nuestra carrera, que la Can-
tabria es la región más rica en monumentos de toda la Península, y que
en ellos hay un carácter tan particular y distintivo, que gozan de perso-
nalidad propia.
Yo seré el peón llevando el cuezo, y ustedes los arquitectos; y para
demostrarlo, desde luego pongo á continuación unos datos.
Están recogidos de la Crónica nueva del Monasterio de Aguilar de
Campóo, Crónica que ha venido á mis manos.
Mande usted á su amigo,
Bernardino Martín Mínguez.
15
Revista de Historia
AGUILAR DE CAMPOO
DOCUMENTOS SEGÚN LA CRÓNICA NUEVA
I. Una donación de D. Sancho, hijo del Emperador D. Alfonso, hecha con el con-
sentimiento de su padre, el año 1154— Era 1192,— por la que dio la heredad de la
Fuente la Encina á Dios y á la Iglesia de Santa María Magdalena, que nueva-
mente HABÍA fundado ALLÍ, y á Gualtero, prior de la dicha Iglesia, y á los Canó-
nigos que allí viviesen bajo la regla de San Agustín.
«Hasta ahora— dice Vergara— no he podido entender dónde es Fuente la encina,
ni tampoco he entendido que este monasterio tenga iglesia que se llame la Magda-
lena.y> (Á una legua de Castroxeriz, Junto á Pedraza.)
Después de esto, buscando escrituras de esta casa, se halló en el libro que
llaman de la Corónica un capítulo cuyo título es ■^Fuentelaencina», en el cual
están estas palabras, que son de unas señoras que concedieron al Abad D. García
Gutiérrez de Santa María de Aguilar ciertas heredades:
«E nos desapoderamos e desarraigamos dello e apoderamos á vos fra Ouieco,
provisor, y a vos Juan González, prior de Fuentelaencína, por el Abad D. García
Gutiérrez, de Santa María de Aguilar e por el convento dése mesmo lugar...» Y al
cabo de la escritura pone testigos de Castro y de Valbonilla y de Astudillo... De
donde tomó ocasión á buscar y halló una escritura de troque y cambio hecha en
la Era MCCCCXV, año 1377, por la cual parece que el Abad y Convento dieron
Valbonilla con todos sus estados y señorío, etc., y la su Iglesia de Santa María
Magdalena de Fuentelaencína, cerca de la aldea de Pedraza, aldea de Castroxeriz,
con sus palacios, etc., y dos pares de casas en Castro y otras cosas por algunas
de las tierras que esta casa tiene allende la puente en esta villa (Aguilar) y á la
puerta de Quintana; de manera que con esto queda sabido que es Fuentelaencína
y el priorato de Santa María Magdalena, que D. Sancho dio á Gualtero.
Año de la Era 1192.
II. Un privilegio y donación del Emperador D. Alfonso en la Era 1193 para que
los premonstratenses no pagasen portazgo, y que cuantos quisieran abrazar la mis-
ma religión pudiesen entrar en ella llevando cuanta haciéndales pareciera bien. Hí-
zose esta gracia al Abad de Retuerta, D. Sancho, y á sus sucesores que vivieran
dentro de la regla de San Agustín.
Año de la Era 1193.
III. Donación deD. Alfonso VIH, dada en Sahagún, por la que concede á Santa
María la Real de Aguilar su término y jurisdicción, confirmando además en la mis-
ma Carta la donación de los Condes D. Alvaro y D. Ñuño.
De la donación condal hay una copia autorizada, hecha en el año 1803.
Año de la Era 1207.
IV. Otra donación del Rey D. Alfonso, hecha á favor de Domisella Mohalt,
por causa del casamiento de ésta. No se trata en el documento, para nada, del Mo-
nasterio. . ...^
Año de la Era 1212.
V. Un privilegio del Rey D. Alonso, Era 1213, y una donación á Dios y al bien-
16
y üenealogia Española.
aventurado San Agustín, y á Miguel, Abad, y á sus sucesores que guardaren la
regla de San Agustín. La donación consistió en darles la Iglesia de San Cebrián de
Ríofresno.
Año de la Era 1213.
VI. Otro privilegio de D. Alfonso, cuyo principio es así: «ínter cestera pietatís
opera precipuum est ecclesias deiigere et privílegiis eas sublimare, presertim tamen
eas in quibus conversantur religiosi viri, etc. »
«Ea propter ego Aldefonsus Rex Castelloe, etc.» Y se reduce todo el privilegio
á que los ganados del Monasterio de Aguilar de Campóo pudiesen pacer por todo
el reino. Era Abad D. Andrés.
Año de la Era 1216.
Vil. Don Alfonso— Era. 12Í8,— día segundo de las kalendas de Marzo, EO mense
quo Alfonsus Rex Castellce et Ferdinandus Rex Legionis ínter se pacificave-
runt: anno quinto ex quo idem Alfonsus Rex Serenissimus Concham fidei
Chistian/E subiugavif. Confirmó al Monasterio todos los privilegios dados por
sus antecesores, y le tomó bajo su protección y amparo; al Monasterio de San
Agustín, con cuanto tuvo en San Quirce; al de San Cebrián con sus pertenencias,
y Villanueva y Terradillos con el de Santa Juliana de Valboniel, con la mitad de
la villa de Valbonilla y Fuentelaencina; al Monasterio de Nuestra Señora de Val-
deguña con el de Pozacos, que se llama de San Martin, sito en el término de Ca-
ñeda, cerca de Reinosa. Y al Monasterio de San Miguel de Cohorcos, y á la casa
de Santa Eugenia, y Monasterio de San Mames de Gamonal, y de San Miguel de
Zalima y Santa María la Soterraría (Frontada) y la heredad de Valverzoso, San
Miguel de Brañosera, Santa María de Cordovilla y la misma Cordovilla..., todo
concedido al Abad D. Andrés.
Año de la Era 1218.
VIII. Un privilegio de D. Alfonso, dado en Atienza, al Abad Andrés y á su con-
vento, concediendo la heredad suya que se llama el Soto y que está en Campóo,
entre Fresno, Salces, Enestares y Brezosa.
Año de la Era 1241.
IX. Otro privilegio del Rey D. Fernando, hecho en Burgos, exceptuando de
fonsadera á los vasallos del Monasterio.
Era 1242.
X. Carta de cesión del Rey D. Alfonso VIII, por la que da á D. Fernando Joan
y á su mujer doña Marquesa la mitad de la villa de Prado, que compró á la Condesa
doña Mafalda. No se hace mención del Monasterio.
Año de la Era 1244.
XI. Privilegio de D. Alfonso VIII, dado en Burgos, por el que confirmó todas
las donaciones hechas por él, y confirmando además la del monasterio de San Sal-
vador de Nestares, con otras ermitas y heredades y especialmente lo concerniente
al Monasterio de So/2 Martin de Sotronca.
Año de la Era 1244.
XII. Un privilegio del Rey D. Enrique, dado en Burgos, por el que el Monaste-
rio quedó libre de portadgo y montadgo: y que pudiese el ganado del mismo pacer
por todas partes: siendo además una confirmación de los privilegios que le diera
su bisabuelo el Emperador.
El año 1390 de la Era cobraba D. Tello de portadgo, 3,000 mr. (C. Behetrías-
Aguilar). No pagaba el Monasterio.
Año de la Era 1252.
17 3
Revista de Historia
XIII. Documento de confirmación general de todo cuanto la casa tenía, hecho
por S. Fernando: quien también, y en escritura aparte, confirmó, en la misma Era
lo del portadgo.
Año de la Era 1262.
XIV. Era Abad D. Marco cuando S. Fernando volvió á confirmar cuanto su
abuelo D. Alfonso había hecho en favor de los premonstratenses de Aguilar: jun-
tamente con la confirmación acerca del monte de Brañosera.
Año de la Era 1269
XV. Otro privilegio de D. Alfonso X confirmatorio de lo áQ\ portadgo, ganado,
y las décimas.
Año de la Era 1293.
Doscientos diez maravedís eran, de las décimas, para el Monasterio, según las
Behetrías: y dato importantísimo, los que han disputado acerca del tiempo en que
éstas se hicieron, y qué rey fué entonces, ó no se han fijado ó no han leído atenta-
mente las Behetrías. Precisamente al tratarse de Aguilar quedó marcado el año XC,
es decir, Era MCCCXC, y según nuestro cómputo de hoy 1352, dentro del reinado
de D. Pedro.
XVI. Las donaciones confirmadas por D. Alfonso en la Era 1218 vuelven á ser-
lo por su sucesor Alfonso en la de 1293. En este documento se hallan todas las co-
sas, los monasterios y las ermitas especificadas nominalmente.
Año de la Era 1293.
XVII. Un privilegio de D. Alfonso para que en la llana de Aguilar de Campóo
no se tomen cuezas á los vasallos del monasterio de la villa del mismo nombre.
Año de la Era 1307.
1.200 mr. pagaban en la llana de Aguilar á D. Tello, en 1390, sus vasallos.
XVIII. Privilegio del Rey D. Sancho para que no se pueda prender kios, hombres
y granjeros de Sta. María la Real, en las casas y granjas, salvo que por deudas fuese.
Año de la Era 1323.
XIX. Privilegio de D. Sancho, en el que se manda que si alguna persona ó cor-
poración tuviese demanda contra el Abad de Aguilar, si se dieren fiadores á sus
vasallos, que sean recibido, y que no se les tome prendas.
Año de la Era 1323.
XX. Don Sancho el Bravo confirma lo concedido por D. Fernando y D. Alfonso,
dando de nuevo al Monasterio la cuarta parte del portadgo de Pie de Concha, y la
décima de todas las rentas reales de Xa. villa de Aguilar, salvo q\ pedido. Y que sean
del Monasterio los vasallos de Cillamayor, con la parte que les corresponde en
la iglesia del mismo lugar: con los vasallos de Villasosa, los de Revilla, Floquera,
Perapertun, San Cebrián de Mudaf, y el Monasterio de San Pedro de Tobar: y el
palacio de Villanaraz, que fué de Guillen Fernández Duc. Se les concede el poder
cortar madera para hacer casas y carros y para todo lo necesario, en los montes
de Campos y en Asturias (1); así como también se hace extensiva la concesión á
los pastores del Monasterio.
Año de la Era 1323.
XXI. Don Sancho, no añadiendo privilegio nuevo alguno, confirma en uno ro-
dado, cuanto á bien tuvieron en dar al Monasterio su abuelo D. Fernando y su
padre D. Alfonso. , .
Año de la Era 1326.
(1) Las Cis.Tiontanas.
18
ulc&i:
Europa.he^cquicicmpirbukcmtduii. FknuiM-cítd.áismunáusvtcr^uc suiS-
hsldbaVinev y Cap^^Gral ck -Santa F'^
y Genealogía Española.
XXII. Un privilegio de D. Sancho, que contiene ciertas peticiones que el reino le
hacía, y allí están las respuestas.
Año de la Era 1331.
XXIII. Don Fernando IV, en Valladolid, confirma al Monasterio cuanto antes
poseía, con más la confirmación de lo tocante á Santa Olalla de Lon, y á cuanto
en la Liébana poseían, y en la Pernía, que fué propio de D.^ Elvira Alfonso,
mujer que fué de D. Guillen Fernández Duque, así los vasallos como lo que allí
poseyeron.
Confirmóse además lo de Sandoval, que es en Treviño, y lo de la Casa de Val-
dcrredible.
Año de la Era 1341.
XXIV. Don Fernando IV, por una cédula real suya, ordena que todas las
libertades concedidas por sus predecesores á Santa María la Real de Aguilar sean
en un todo cum-
plidas.
Año de la Era
1344.
XXV. Á ruego
del infante D.Pedro,
su hermano, el Rey
D. Fernando hace
merced al Monaste-
rio que no pague
yantar al Rey, de
ay adelante, por ser
logar de gran aii-
mosna.
Año de la Era
1349.
XXVI. Privilegio
tocante á determi-
nadas mercedes he-
chas á prelados y
abadengos, con cier-
tas exenciones.
Año de la Era
1349.
XXVII. El Rey
D. Fernando, no so-
lamente declara li-
bres á los vasallos
del Monasterio de
entregar á los Ade-
lantados yantares, muías y vasos de plata, sino que les manda que no lo lleven,
ni se entremetan de merindad, ni en aldea alguna que del Monasterio fuere.
Año de la Era 1350.
XXVIII. Privilegio del infante D. Pedro, hijo del Rey D. Sancho, dado en Agui-
lar, y consistente en que los vasallos del Monasterio no pagaren servicios ó pedi-
dos ó yantares ó servicio de carne cuando él enviase á pedir todo esto al Concejo
19
Carrión ae los Condes.— PrimuRA BÓVEDA DEL CLAUSTRO.
Sobre la puerta provisional, los Condes fundadores y sus familias.
Revista de Historia
de Aguilar ó á los Alfoces ó á los otros vasallos, salvo los vasallos del Alfoz de
Aguilar, que pagarían con los otros en su yantar, forera cuando acaeciese, una vez
en el año, y que no pagasen en otra cosa alguna.
Año de la Era 1351.
XXIX. Otro privilegio de D. Alonso XI sobre lo mismo estando bajo la tuto-
Ría de la Reina D." María, su abuela, y de los infantes D. Juan y D. Pedro, sus
tutores y tíos.
Año de la Era 1355.
XXX. El Rey D. Alfonso confirma cuanto sus predecesores habían concedida
á Santa María la Real de Aguilar, citando una por una cada una de ellas, sin aña-
dirse privilegio alguno nuevo.
Año de la Era 1355.
XXXI. El Rey D. Alfonso, estando en tutoría, responde en Cortes á ciertas de-
mandas que se le hicieron por los señores Obispos y Abades, concernientes á las
libertades ó fueros de los Monasterios.
Año de la Era 1358.
XXXII. Don Alfonso confirma cuanto el Emperador y los otros reyes sus suce-
sores concedieron á Santa María la Real de Aguilar, por la gran voluntad que tuvo
de hacer bien y merced á dicha casa por el gran servicio que ella traía en honor
de Dios y de Santa María.
Año de la Era 1364.
XXXIII. Privilegio del Rey D. Alfonso, en confirmación del de su padre, acerca
de los yantares, mutas y vasos.
Más otro confirmatorio de no pagar fonsadera.
Año de la Era 1366.
XXXIV. El Rey D. Alfonso confirma, nombrándolas una por una, todas las exen-
ciones del Monasterio.
Año de la Era 1367.
XXXV. Es un traslado autorizado de un privilegio del Rey D. Alfonso, orde-
nando á los Adelantados que no quebranten lo que en sus cartas reales se contiene
acerca de los yantares y ayuda de pan que pedían en el mes de Agosto á los vasa-
llos del Monasterio.
Año de la Era 1368.
XXX VJ. El Rey D. Alfonso confirma lo mandado por su padre sobre no pagar
yantares el Monasterio y sus vasallos.
Año de la Era 1368.
Don Alfonso confirma el privilegio de no pagar fonsadera.
Año de la Era 1376.
XXXVII. Cédula del Conde D. Tello, hijo del Rey D. Alfonso, y señor de Aguilar,
para que sus mayordomos no pidiesen á los vasallos del Monasterio cierta porción
de cebada que se les exigía por aquélla en cuanto alcaides del Castillo de Aguilar.
Año de la Era 1386.
XXXVIII. Carta autorizada del Rey D. Pedro, y que es confirmación de un pri-
vilegio de su padre, para que el Monasterio no dé el vaso de plata á los Adelan-
tados. Año de la Era 1389.
Otra carta del mismo Rey y de la misma Era, acerca de la exención de los vasa-
llos monasteriales de no pagar fonsadera; con otra carta para no dar yantares; y
con otra sobre estar libres de todo pago de yantar^ y de entrega de Muía y vaso
DE plata á Merinos ó Adelantados.
20
V Genealogía Española.
XXXIX. El Rey D. Pedro, en Carta, confirma cuanto los Reyes sus predecesores
habían confirmado, singularizando cada una de las cosas confirmadas, tratándose
del Monasterio.
Año de la Era 1394.
XL. Traslado autorizado de un privilegio de D. Pedro, con más la confirmación,
acerca de la exención que tenía el Concejo de Aguilar de Campóo, de no pagar
PORTADGO en parte alguna, á no ser en Murcia, Sevilla y Toledo.
Año de la Era 1394.
XLI. Don Enrique confirma la exención de los vasallos de Santa María la Real
de Aguilar de no pagar yantares.
Año de la Era 1405.
XLII. Privilegio concedido por el Rey D. Enrique acerca de quedar libre el
Monasterio y sus vasallos de yantares, muías y vasos de plata que debían darse á
los adelantados.
Año de la Era 1405.
Fué durante la guerra con su hermano D. Pedro.
Por estos tiempos las tropas del príncipe Negro pegaron fuego á Cervera (de
Río Pisuerga), la inmediata á Aguilar.
XLIII. Confirmación general del Rey D. Juan I, tocante á todos los usos y cos-
tumbres del Monasterio: y en la Era 1409 el Rey D. Enrique había hecho confirma-
ción de lo mismo.
Y el mismo Rey D. Juan y en el mismo año de la Era y en carta dada en Valla-
dolid cede á Santa María la Real, como patrón que de ella era, la iglesia de Santa
ILLANA, sita entre Genera y el Monasterio.
XLIV. Escritura hecha en el Monasterio de las Huelgas de Valladolid (Era
MCCCCXIIJ), por la cual parece que D." Aldonza Fernández Duc, Abadesa del di-
cho Monasterio, hizo donación al Abad y convento de Aguilar, de todo cuanto tenía
en el valle de Vergaño, y en Vergaño, Santullán y Pernia, porque su padre y ma-
dre, hermanos y abuelos tuvieron gran devoción al dicho Monasterio, con que en
el altar de San Pelayo hagan aniversario, día del dicho santo, por ellos; la cual
hacienda se trocó por parte de la heredad que tenemos en Villarén y que dio el
Marqués de Aguilar, como se verá en las escrituras de Villarén.
XLV. Son siete documentos — privilegios — del Rey D.Juan, confirmatorios de
cuanto sus predecesores habían concedido á los premonstratenses de Aguilar.
Nada nuevo hubo de concederles.
Años de la Era 1417, 1418 y 1419, etc. (1).
El Cronista de la provincia de Falencia.
(1) Estas noticias, ya compuestas en la imprenta, se ha dado el caso honrosísimo para D. José
María Garay, diputado á Cortes por el distrito de Cervera, de pedir este NOBILÍSIMO SEÑOR DIPU-
TADO, protección para el Monasterio de Santa María la Real, de Aguilar. En mi Conferencia, dada
en el Ateneo el día 25 de Diciembre, hice ver, con el aparato de proyecciones, el lamentabilísimo es-
tado de tan insigne monumento histórico artístico nacional, joya del Arte, según le llamó Oficíal-
MENTE el Sr. Marqués de la Vega de Armijo. Aplaudo al Sr. Garay, tanto más, cuanto que no le
conozco. Los Sres. Gimeno, Martos, y Herrero atenderán nuestros ruegos, y salvaremos la JOYA.
21
Revista de Historia
EL CAPITÁN GENERAL ESLAVA
El preeminente lugar que España ocupó en el mundo durante todo el
siglo XVI y gran parte del XVII; la inmensidad de territorios que poseía
bajo su dominio; las innumerables luchas que tuvo que sostener con la ma-
yor parte de los Estados europeos para adquirir y conservar tan dilatado
imperio; nuestros viajes, descubrimientos, conquistas y colonizaciones de
las exÉensas posesiones de América y Oceanía, empresas queparecen fabu-
losas y á cuyo lado semejan juegos de niños las más estupendas hazañas
de los héroes griegos y romanos; los nombres inmortales de Colón, Gon-
zalo de Córdoba, el Duque de Alba, D. Juan de Austria, Ambrosio Spínola,
Oquendo, D. Alvaro de Bazán, Alejandro Farnesio, Cortés, Pizarro, Alva-
rado, Magallanes, Elcano, Núñez de Balboa y otros mil y mil que en aque-
llas dos centurias elevaron nuestra patria á nivel tan alto como nación alguna
lo haya alcanzado jamás, han sido las causas de que nuestros más eximios
escritores, nuestros historiadores más distinguidos, lo mismo antiguos que
modernos, deslumbrados por el brillo y esplendor de tantas sublimes haza-
ñas, de tal cúmulo de hechos heroicos y de hombres eminentes en todas las
manifestaciones del saber humano, hayan dedicado toda su cultura, sus in-
vestigaciones, su talento á estudiar, descubrir y analizar ese vasto período
de tiempo, el más importante, sin duda alguna, de nuestra Historia, dejando
en muy secundario lugar el estudio de otros siglos y otras épocas durante
las cuales España, obedeciendo á la ley fatal que rige todas las naciones
del mundo, empezó á decaer en grandeza y poderío, pasando á ser, del
astro de primera magnitud en cuya órbita se movían todas las demás nacio-
nes europeas, satélite á su vez de otros Estados más fuertes y poderosos á
quien la Providencia había colocado en la cúspide de su esplendor.
La Historia de España en el siglo XVIII puede decirse está por hacer:
los Comentarios de la guerra de España, del Marqués de San Felipe, obra
de poco valor histórico y literario; la Historia de Felipe V, del P. Belando;
22
y Genealogía Española.
las obras de Macanaz, las historias del reinado de Carlos III, de Muriel y
el Conde de Fernán-Núñez, y las modernas de Ferrer del Río y Danvila; la
del Reinado de Carlos IV, del general Arteche, y tal cual otra de menos
valor histórico son las obras nacionales para conocer esa época, y si que-
remos profundizar en su estudio tenemos que acudir á extranjeros, al inglés
Coxe y á los franceses Bourgeois y Baudrillart; sobre todo á este último,
cuya magna obra Philipe V et la Cour de France es de lo más importante
que conocemos para estudiar los primeros años de la dinastía de Borbón
en España.
La poca diligencia que han mostrado los historiadores en estudiar esa
centuria, en conocer sus hombres, en averiguar las causas y orígenes de una
decadencia tan precipitada como la que experimentó España desde la muer-
te de Carlos III hasta la abdicación de su hijo, han sido ocasión de que mu-
chos hechos heroicos, muchos hombres eminentes, innumerables hazañas
gloriosas hayan caído en el más lamentable de los olvidos, esperando el
estudio de un amante investigador de nuestras proezas que repare lá injus-
ticia que con ellos se comete. Y, sin embargo, no fué infecundo el siglo XVIII
en ilustres personajes, eruditos historiadores, literatos eximios, inteligentes
generales, profundos políticos formando brillante pléyade, que bastarían
para ennoblecer cualquier nación que los hubiese poseído. Los nombres de
Patino, Ensenada, Floridablanca, el Conde de Aranda, Feijóo, Berganza,
Mayáns y Sisear, el Marqués de Mondéjar, Floranes, Cadalso, Moratín, el
Marqués de la Mina, Cereceda, Vallejo, el Marqués de Villadanás, Ricar-
dos, Goya, Bayéu, etc., nos relevan de demostrar nuestro aserto. Muchos
de éstos han caído completamente en el olvido más absoluto; pero, ¡qué
extraño es esto, cuando el insigne general Ricardos, la gloria militar más
pura que tenemos en España, desde el Marqués de los Balbases hasta hoy
día, aun espera la diestra pluma de algún historiador insigne que escriba
su biografía! No nos puede, por tanto, extrañar que personajes de no tanto
nombre, pero sí de relevantes condiciones por sus heroicos y esclarecidos
hechos permanezcan completamente ignorados para la mayoría de sus
compatriotas, desconocedores en absoluto de sus talentos y valiosos servi-
cios á su Patria.
En este caso se encuentra el capitán general D. Sebastián de Eslava y
Lazaga, virrey que fué de Nueva Granada y heroico defensor, con don
Blas de Lezo, de Cartagena de Indias. Tres son las biografías que, en nues-
tras rebuscas por archivos y bibliotecas, hemos podido encontrar del gene-
ral Eslava: una es la publicada en el tomo II del Apéndice al Diccionario En-
ciclopédico Hispano-Americano, plagada de errores y que dedica muy poco
23
Revista de Historia
espacio á ella y ese espacio lo ocupa la mayor parte la narración del sitio
de Cartagena de Indias, pasando por alto otras épocas importantes de la
vida de Eslava; la segunda que conocemos permanece inédita y forma parte
de una monumental historia de los Capitanes generales que ha escrito el
ilustrado teniente coronel de Estado Mayor D. Cándido Pardo, á cuya
amabilidad debemos haber sido de los primeros en conocer y saborear sus
bellezas: la parte dedicada á describir la vida y hechos del general Eslava
es muy completa y de ella tomamos muchos de los datos y hechos militares
que comprende este trabajo; la tercera biografía que hay de este General
la escribió D. Jacobo de la Pezuela, académico de la Historia, y formaba ó
forma parte de una Colección de Biografías inéditas de Generales que com-
piló este señor y que deben figurar entre sus manuscritos, sin que, á pesar
de nuestra diligencia, hayamos podido dar con ella.
Don Sebastián de Eslava, Lazaga, Berrio y Eguiarreta, señor de
Egüillor, nació en Héneriz (Navarra) y fué bautizado el 19 de Enero
de 1685 (1). Fué hijo de D. Gaspar de Eslava y Berrio, capitán y sargento
mayor de Batalla, gobernador de Amalfia y Casales, quien desempeñó altos
destinos en los reinos de Ñapóles y Sicilia y de su segundo matrimonio
con D.^ Rafaela de Lazaga Eguiarreta y Paradis, señora de Egüillor; don
Gaspar había casado en primeras nupcias con D." Julia Albertino, princesa
de Carciali, condesa de Anguilasia, de cuyo matrimonio no tuvo sucesión.
Del segundo fueron hijos, además de D. Sebastián, D, José, que murió en
América antes que su padre, D. Agustín, D. Rafael y D. Francisco (2).
La familia de Eslava, de puro y rancio linaje navarro, era originaria del
lugar de este nombre en el valle de Aibar, donde tuvo su casa solar, en la
que nació, á fines del siglo XV, D.Juan Periz de Eslava, capitán de la Guar-
dia del Príncipe de Viana, de los llamados continos, que cobraba las pechas
del lugar de su apellido que le fueron confiscadas por el rey D. Juan II el
año 1460, á causa de su adhesión al Príncipe cuyo partido siguió contra su
padre. De este Capitán fué hijo D. Sebastián de Eslava, señor de Egüillor
y capitán de los reyes D. Juan y D.* Catalina, á quien sucedió D. Pedro
(1) En la Iglesia Parrochial de el lugar Heneriz á diez y nueve de Henero de mili seis-
cientos y ochenta y cinco. Yo el Abad infrascripto, Bauticé vn hijo lejitimo de D. Gaspar
de Eslava y D.^ Maria Raphaela de Lasaga. Fué padrino D. Carlos de Senosain, Presuítero,
nombróse el Bautizado Sevastián Carlos y en fee de ello firmé vt supra.=Dn. In.° Ant.° de
Araiza. = Arch. Hist." Nací.: Sección de Ords. Mils.=:Santiago: expediente núm. 2741,
folio 82.
(2) Argamasilla de la Cerda: Nobiliario y armería general de Navarra. Cuaderno 3.°,
página 208 y siguientes.
24
y üenealogia Española.
de Eslava, señor de Eguillor, casado con D." Juana de Eransus, quienes
entre otros hijos, tuvieron á D. Pedro Periz de Eslava, casado con D." Anto-
nia de Erdozain, de Aoiz, el cual era vecino de Aibar en 1550, y fueron
padres de D. Juan Periz de Eslava, señor de Eguillor, que siguió la carrera
de las armas y murió en Flandes perteneciendo al Tercio de Sancho Dávila.
Fué su mujer D."* Graciosa de Ripalda, y procrearon á D. Gaspar de Eslava,
señor de Eguillor, casado con D." Graciosa Egozcue.
Hijo de estos dos últimos fué D. Sebastián de Eslava, señor de Eguillor,
capitán y sargento mayor de Infantería española, en la que militó por es-
pacio de quince años y casó hacia 1640 con D.'' Clara Matías de Berrio,
abuelos que fueron del capitán general D. Sebastián de Eslava.
La decidida vocación que desde muy niño tuvo á la carrera de las armas,
única profesión digna de un noble, como escribía un autor coetáneo, le hizo
sentar plaza de soldado distinguido en el Tercio de Navarra, ascendiendo
al poco tiempo á alférez, cuyo empleo disfrutaba el año 1702, en el que fué
escogido como abanderado del primer batallón del regimiento de Guardias
españolas, que se empezaba á organizar á la sazón, y en el que se apresu-
raba á servir lo más distinguido de la nobleza española. Asistió con su
batallón, desde Marzo de 1704, á toda la primera campaña de Portugal, con-
curriendo á las tomas de Salvatierra, Segura, Bosmarinhos, y á los sitios y
rendiciones de Casteldavide y Montalván. Terminada la campaña en Octu-
bre, concurrió al sitio de Gibraltar á las órdenes del Marqués de Aytona.
Tomó parte, siempre con su batallón de Guardias, en casi toda la guerra de
Sucesión; hallándose en el sitio de Barcelona en 1706, en las campañas de
Extremadura y Portugal, en las batallas de Almansa, Almenara y Zaragoza
y en las victorias de Brihuega y Villaviciosa, y por último, en el sitio de
Barcelona, con el empleo de primer ayudante de Guardias, con grado de
coronel, hasta el asalto de la plaza el 11 de Septiembre de 1714.
Después de terminada la guerra de Sucesión, dice en su biografía el
teniente coronel Pardo, pocos tuvieron que luchar con tantos obstáculos,
como Eslava para alcanzar sus ascensos. Habiendo ascendido á capitán un
año después, el 18 de Septiembre de 1715, á los pocos días recibió la comi-
sión de organizar el regimiento de Asturias que había quedado en cuadro;
lo organizó de tal modo, que más tarde, en la campaña de Sicilia y mandado
por Eslava, fué el Cuerpo que más se distinguió en el sitio y rendición de
Messina, batallas de Melarzo y Francavilla, y por su distinguido comporta-
miento fué agraciado con la encomienda de Fuente el Emperador, de la
Orden de Calatrava, previa dispensa de Su Santidad, pues era Caballero de
la de Santiago desde 1716.
25
Revista de Historia
Después de su regreso de Sicilia el año 1720, permaneció de guarnición
en Barcelona, Ceuta y Baleares, dedicando sus ocios de paz á los estudios
históricos, por los que tenía especial predilección, siendo sus autores favo-
ritos los clásicos griegos y latinos. En 1731, recibió la orden de reorganizar
los dos batallones del regimiento de Castilla, y con tal tino é inteligencia
desempeñó su comisión que después de pasarles revista el Marqués de Ri-
chebourg, virrey de Barcelona, al tiempo de embarcar para Toscana, escri-
bió al Ministro de la Guerra que eran «de tan admirable calidad que dudaba
pudiera existir tropa mejor». Mandando este regimiento y después de con-
tar veintiún años en su antigüedad de coronel, ascendió á brigadier el 1.° de
Julio de 1732. En Toscana se incorporó al ejército expedicionario del Duque
de Montemar, encargado de la conquista de Sicilia, y con él pudo asistir
á la cabeza de su brigada, y contribuir á la gloriosa victoria que en 25 y
26 de Mayo logró aquel notable General en Bitonto y Bari.
Después de tomar parte con su brigada en el bloqueo de Capua, el
año 1734, como necesitase el General en jefe disppner de persona inteli-
gente, sagaz é instruida que consiguiese del Duque de Toscana auxilios en
armamento y vestuario, que eran imprescindibles para el sostenimiento del
Ejército, fué nombrado como plenipotenciario cerca de aquel Soberano,
cuya comisión desempeñó con gran éxito, siendo, en consideración á tan
valioso servicio, promovido al empleo de Mariscal de campo con la anti-
güedad de 2 de Noviembre del mismo año, dejando el mando directo del
regimiento de Castilla, á cuyo frente estuvo por espacio de más de treinta
y dos años. Siguió en operaciones en Italia, encontrándose en el bloqueo de
la plaza de Mantua, y á principios del año 1736, en la desatrosa retirada del
Ejército, desde Bolonia á Ñapóles. Á poco regresó á España, ascendiendo
al alto empleo de Teniente general el 5 de Mayo de 1739, premiando así
sus esfuerzos y pericia durante toda la campaña de Italia.
Santiago Otero,
Capitán de Infantería.
(Continuará )
26
y Genealogía Española.
Descendencia de los Marqueses de flrellano.
La Casa de los Ramí-
rez de Arellano, que ob-
tuvo del rey D. Felipe V
la merced del título de
Marqués de Arellano, en
la persona del consejero
de Guerra D. García Ra-
mírez de Arellano, caba-
llero del Orden de San-
tiago y teniente general
honorario de los Reales
Ejércitos — por Real cé-
dula de 15 de Junio de
1731 á consulta del Con-
sejo de la Cámara de 28
de Mayo de 1727,— es
una línea muy importan-
te por los distinguidos
servicios, sobre todo mi-
litares, que han prestado
todos sus individuos, de
la gran Casa de los Condes de Aguilar, señores de los Cameros y otros
muy importantes estados de Navarra, Aragón y Castilla, y descendientes
de la Casa Real de Navarra; siendo uno de los lugares de su señorío la villa
de Arellano en este Reino y de la que tomó la titulación.
Fué descrita la línea primogénita por autor tan eminente como el céle-
bre jurisconsulto D. Gil Ramírez de Arellano, señor de la Poveda, caba-
27
Armas de los Marqueses de AreUano.
Revista de Historia
llero del Orden de Santiago que dio á la imprenta el Memorial en justifica-
ción de la grandeza antigua de los Condes de Aguilar, señores de los Came-
ros, la que el insigne Maestro Salazar y Castro califica de obra grande y
de artífice de eminente erudición, y D. Juan Picón de Leca, en erudita carta
que escribió á D. Francisco Morobelli, decía: es una de las doctas, bien es-
critas y acertadas cosas que ay en la lengua castellana. También el mismo
Salazar y Castro se ocupa con gran detención de esta línea en su monu-
mental obra Historia de la Casa de Lara (1). Nosotros nos vamos á ocupar
de la sucesión de D. Bernardino de Arellano, hijo segundo de D. Alonso
Ramírez de Arellano, señor de los Cameros, primer conde de Aguilar, y de
su mujer D.^ Catalina de Mendoza, tronco y origen de la Casa de los Mar-
queses de Arellano, no por desconocida de los genealogistas, menos ilustre
é interesante.
Don Alonso Ramírez de Arellano, primer conde de Aguilar, por su
testamento, otorgado en Yanguas el 16 de Marzo de 1494, ante Diego
López de Salcedo, su secretario, entre otras disposiciones, fundó mayo-
razgo en cabeza de su hijo segundo D. Bernardino, dejándole, entre otros
bienes, el Señorío del lugar de Luezas, con su jurisdicción civil y criminal,
mero mixto imperio, etc. Por muerte sin sucesión de D. Juan Ramírez de
Arellano, hermano de D. Bernardino, heredó éste el Señorío de las villas
de Soto y Ribabellosa, también vinculadas por el Conde su padre.
I. Fué D. Bernardino Ramírez de Arellano, señor de los lugares de Soto,
Luezas y Ribabellosa, uno de los caballeros de más nombradla de su tiempo,
figurando mucho con sus hermanos en la corte del emperador Carlos V.
Estuvo casado con D." Leonor del Rio, hija de Antón del Rio, el Viejo, lla-
mado también el Rico, señor de esta ilustre casa de Soria, y de D.^ Catalina
de Salcedo, su segunda mujer. Doña Leonor era hermana de Antón del Rlo^
el Mozo, señor de Almenar; de Francisco del Rio, alférez mayor de Soria, y
de D.° Catalina del Rio, condesa de Oñate.
Fueron hijos de D. Bernardino Ramírez de Arellano y D.^ Leonor
del Rio:
1.° Don Bernardino Ramírez de Arellano, que murió mozo, sin sucesión, por lo cual
todos sus derechos pasaron á su hermano.
2.° Donjuán Ramírez de Arellano, que sigue.
3.° Doña Catalina Ramírez de Arellano, que por muerte sin sucesión legítima de su her-
mano U. Juan, vino á ser señora de Soto, Luezas y Ribabellosa, la cual casó con Ruy Díaz
de Mendoza, señor de Morón y Soto, con sucesión.
(1) Tomo I, lib. V, cap. X.
28
y Genealogía Española.
II. D. Juan Ramírez de Arellano, señor de Soto Luezas y Ribabellosa,
no estuvo casado, por lo cual, á su muerte, pasaron todos los mayorazgos
y señoríos que disfrutaba á su hermana, como queda dicho. Había nacido
en el lugar de Yanguas, y en su juventud tuvo de D." Catalina de la Parra,
doncella noble, soltera, un hijo, al que reconoce en su testamento y por el
que se continúa la sucesión.
III. Don Alvaro Ramírez de Arellano, parece nació en el lugar de Soto,
según la genealogía que presentó su hijo para las pruebas en la Orden de
Santiago (1). Fué Colegial del Mayor de Cuenca en la Universidad de Sala-
manca, y, entre otros cargos de su profesión, fué Oidor de la Real Audien-
cia de Sevilla, Estuvo casado con D.^ Juana de Espino, natural de Sala-
manca, hija de Diego de Espino, catedrático de Prima en esta Universidad,
y de £)." Catalina Romeo Garabito, y parece ser no tuvieron más que á
IV. D. Carlos Ramírez de Arellano, capitán de Infantería española,
sargento mayor de la plaza de Oran, maestre de campo, alcaide y goberna-
dor de la plaza de Melilla y caballero del Orden de Santiago. Nació en Sa-
lamanca hacia el año 1596; desde su juventud siguió la carrera de las armas,
donde obtuvo sus diferentes empleos hasta el de Maestre de campo, comba-
tiendo con los enemigos de su Religión y de su Patria, casi siempre en las
plazas de África, donde pasó gran parte de su vida. El rey D. Felipe IV,
en atención ásus relevantes servicios y distinguida calidad, le hizo merced
de Hábito de Santiago por Real cédula de 13 de Octubre de 1634, y, hechas
las pruebas, tomó el hábito en Madrid el 17 de Marzo de 1646,s¡endo apa-
drinado por su pariente el Conde de Aguilar. Poco pudo disfrutar de esta
merced, pues el 18 de Junio del mismo año, siendo Gobernador de la plaza
de Melilla, tuvo gloriosísima muerte en una salida que hizo al campo moro
con la guarnición, siendo destrozada la fuerza que conducía; dejando en el
terreno el cadáver de su heroico Gobernador, que pudo ser rescatado á los
pocos días, aunque mutilado, y siendo enterrado en la iglesia de la Victo-
ria. El erudito historiador de Melilla, teniente coronel de Estado Mayor
D. Gabriel de Morales, se ocupa con gran elogio de este caballero, y da
noticias de su heroica muerte (2). Otorgó el testamento de D. Carlos, en
beneficio de su alma, el Dr. D. Pedro de Salinas, vicario general y provisor
de las plazas de Oran, el 30 de Enero de 1647, en el que declara por here-
deros á sus hijos.
(1) Archivo Histórico Nacional. Sección de Órdenes militares. Santiago, exp. núm. 6.842.
(2) Morales, Datos para la Historia de Melilla. JVlelilla, 1909. Pág. 46.
29
Revista de Historia
Había casado D. Carlos Ramírez de Arellano en Oran el 4 de Julio
de 1618, con D." Leonor Fernández de Sotomayor, nacida en Oran en
Agosto de 1597, siendo apadrinada por el Conde de Alcaudete, capitán
general de la plaza. Era hermana del capitán Gil Fernández de Sotomayor,
ambos hijos del capitán Gil Hernández de Sotomayor y de D.^ Beatriz de
Sotomayor, su mujer, de las principales familias de Oran, descendientes de
otro Gil Hernández de Sotomayor, caballero de la Orden de la Banda,
alcaide de los Alcázares de Córdoba.
Doña Leonor otorgó testamento en Mazalquivir, ante Jerónimo Ramírez
Calderón, escribano público, ell5 de Mayo de 1668, y en él declara por
hijos:
1.° Don Felipe Ramírez de Arellano, que sigue la línea.
2.° Don Francisco Ramírez de Arellano, que formó línea aparte, como veremos más
adelante.
3.° Don Alvaro Ramírez de Arellano, que, como sus ascendientes, siguió la carrera de
las armas y obtuvo gloriosa muerte contra los enemigos de su Patria; no estuvo casado.
4.° Doña Juana Ramírez de Arellano, casada con el capitán D. Agustín Sarmiento, al-
calde mayor de las plazas de Oran.
5.° Doña Ana Ramírez de Arellano, que casó con su primo el capitán D. Francisco de
Navarrete Sotomayor, intérprete de árabe, muerto á mano de los moros; con sucesión.
6.° Doña Beatriz Ramírez de Arellano, nacida en Oran en Noviembre de 1638, casada
con el capitán D. Alonso de Ángulo, sargento mayor de Oran, en cuya descendencia recayó
al siglo siguiente los mayorazgos y vinculaciones de esta Casa.
7.° Doña Margarita Ramírez de Arellano, nacida en Oran, y bautizada el 9 de Agosto
de 1635; casó con D. Eusebio de Córdoba, veedor de las plazas de Oran; con descendencia.
V. Don Felipe Ramírez de Arellano, capitán de Infantería española.
Nació y fué bautizado en Oran el día 12 de Octubre de 1616. Siguió igual
que sus antepasados la gloriosa carrera de las armas, alcanzando por sus
valiosos servicios el empleo de capitán de una de las cinco compañías per-
tenecientes de la dotación de la plaza de Oran, y por particular merced del
Rey fué nombrado capitán del número de Corte y Casa Real, empleo muy
honorífico y codiciado en aquella época. Parece halló gloriosa muerte, al
igual que su padre, de resultas de las graves heridas que recibió batiéndose
contra los moros y turcos de Argel que asediaban á Oran, pues en el testa-
mento que otorgó el año 1663 ante el escribano de aquella plaza, Juan
Velázquez Marín, dice hallarse en cama gravemente herido de un balazo
que le dieron los turcos de Argel, peleando en retaguardia.
Había casado, previa dispensa de Su Santidad, con su prima D." Anto-
nia Jiménez de Vargas y Sotomayor, nacida y bautizada en Oran el 18 de
Febrero de 1619, hija del contador Diego Jiménez de Vargas y de D." Cons-
tanza de Sotomayor y Navarrete, y nieta paterna y ahijada del alcalde
30
y Genealoffia Española.
mayor de aquellas plazas, Diego Jiménez de Vargas y de D." Estefanía de
Idrogo y Arando. Llevó en dote D. ' Antonia al casamiento 8.000 ducados,
deque otorgó escritura de recibo D. Felipe, ante precitado escribano Juan
Velázquez. Diez años sobrevivió D.'' Antonia á su marido, falleciendo en
Oran el 19 de Diciembre de 1673, habiendo otorgado diez días antes testa-
mento ante el escribano de la plaza, Juan González, en el que dejaba por
herederos á sus hijos y de su difunto marido; éstos fueron:
1.° Fray Fernando Ramírez de Arellano, ejemplar varón en virtud y ciencia, que muy
joven despreció las galas del mundo y la brillante posición que por su esclarecido naci-
miento le correspondía, vistiendo el humilde hábito de la Seráfica Orden de San Francisco.
2." Don Diego Ramírez de Arellano, nacido en Oran el año 1650, y parece no llegó á
la mayor edad.
3.° Don Alvaro Ramírez de Arellano, que sigue la línea.
4.° Don Felipe Ramírez de Arellano, nacido en 1663, y fué hijo postumo, y parece
murió niño.
5.° Doña Leonor Ramírez de Arellano. Nació en Oran en 1647, y fué casada con el ayu-
dante D. Alonso Merino, maestre de campo de Infantería española, caballero del Orden
de Santiago, padres de otro ¡lustre militar, D. Diego Merino, también caballero de la
misma Orden.
6.° Doña Bernardina Ramírez de Arellano, nacida en Oran el año 1657, de la cual no
tenemos más noticias.
VI. Don Alvaro Ramírez de Arellano y Vargas.— Nació y fué bauti-
zado en Oran el 25 de Marzo de 1651; al igual que sus antecesores, empezó
á prestar sus servicios en las compañías de la dotación de la plaza, pasando
por los sucesivos grados hasta el de capitán de Infantería española. Igno-
ramos la fecha de su muerte; pero sí nos consta estaba casado con su prima
D." Isabel de Córdoba, bautizada en Oran el 8 de Noviembre de 1659, hija
única postuma del veedor de la gente de guerra de aquella plaza D. Euge-
nio de Córdoba, muerto el 4 de Mayo del mismo año, y de D." Margariti
Ramírez de Arellano y Sotomayor, ya dichos, naturales de Oran, nieta de don
Fernando de Córdoba y D." Isabel Serrano, y estos Córdoba deudos cerca-
nos y de la misma varonía que D. Martin de Córdoba, conde de Alcaudete^
y de su hijo D. Alonso, capitán general que fué de las plazas de Oran.
Fueron hijos de la ilustre unión de D. Alvaro Ramírez de Arellano y doña
Isabel de Córdoba, vastagos de dos de las más linajudas é históricas Casas
de la Monarquía española:
1.° Don Felipe Ramírez de Arellano, que sigue la línea.
2. " Don Francisco Ramírez de Arellano, caballero de Santiago, nacido y bautizado en
Oran el 14 de Julio de 1682. Siguió la carrera militar, y siendo muy joven murió de coronel
en la decisiva batalla de Villaviciosa. Se había cruzado siendo muy niño en la Orden de
Santiago el año 1699 (1).
(1) Archivo Histórico Nacional. Sección Órdenes Santiago, expedientes 6.898 y 6.899.
31
Revista de Historia
VII. Don Felipe Ramírez de Arellano y Córdoba.— Nació en Mazal-
quivir el 5 de Noviembre de 1677. Fué, al igual que todos los de su linaje,
esforzado militar, llegando á coronel de Caballería del regimiento de
Sevilla. Por merced del rey D. Carlos II le fué concedido merced de hábito
de Santiago, por Cédula de 22 de Agosto de 1699, cuyas pruebas se apro-
baron en el Consejo de las Órdenes, siéndole despachado el título en 30 de
Octubre del mismo año (1). Parece estuvo casado con D" María Rodriguez
de Medina, señora del mayorazgo de Medina, y creemos no dejó sucesión.
Juan Moreno de Guerra.
(Continuará.)
<1) Archivo Histórico Nacional. Sección Órdenes Santiago, expedientes 6.898 y 6.899.
32
y Genealogía Española.
Un infante de Navarra, yerno del Cid.
Las investigaciones iiistóricas de sucesos acaecidos en España con ante-
rioridad al siglo XIII, ofrecen al moderno historiador un linaje de dificultades
en la mayor parte de las ocasiones verdaderamente insuperable. De un lado
la natural obscuridad que rodea á los acontecimientos de tan remotas eda-
des, controvertidos por las antiguas historias y primitivos cronicones en
términos que vienen á aumentar la maraña y confusión, y de otro la des-
aparición de los archivos de abadías y monasterios, víctimas de la barbarie
revolucionaria ó de una absurda y mal ordenada centralización, contribuyen
á enredar las conjeturas y agravar la dificultad.
Por otra parte, hasta el siglo XIV no se organizaron los archivos nacio-
nales. En la sencilla idiosincrasia de aquellas primitivas sociedades, entraba
más el deseo de realizar hazañosos hechos que el cuidado de perpetuarlos.
Así, por ejemplo, el magnífico archivo de la cámara de Comptos de Nava-
rra, tan rico en documentación de los siglos XIII, XIV y XV, contiene noti-
cias, relativamente escasas é inciertas, de las centurias anteriores. Dicho
sea esto en descargo de estas líneas y en disculpa de que con ellas no arroje
una luz definitiva sobre los obscuros sucesos del infante D. Ramiro de
Navarra.
Fué el infante D. Ramiro nieto de D. Sancho el Mayor é hijo segundo
de los reyes D. García VI, denominado el de Nájera, por haber fijado su
corte en esta ciudad, y D.^ Estefanía, que á su vez lo era de los condes de
Barcelona D. Berenguel y D."* Sancha. Por línea materna tenía también el
Infante repetida sangre navarra, pues era su abuela D."* Sancha, hija del
duque D. Sancho de Gascuña y nieta de otro famoso duque de los Gasco-
nes, Guillelmo Sánchez, y de la infanta D.'' Urraca, hermana de Sancho
Abarca.
Durante los reinados de su padre y de su hermano primogénito D. San-
cho son escasas las memorias que hacen relación del infante D. Ramiro
33
Revista de Historia
limitándose éstas á la consignación de su nombre como confirmador de las
frecuentes donaciones hechas por estos Reyes á los distintos monasterios y
abadías del Reino. Así le vemos firmar, en unión de otros príncipes y gran-
des señores, según usanza de la época, la Carta de dotación de la iglesia de
Santa María de Nájera, la de consagración de la misma iglesia y otras á
las abadías de Leyre é Irache. Una donación, también de carácter pío, hecha
por el Infante en nombre propio el 13 de Julio de 1059 al monasterio de
San Millán, puede servir para conjeturar que en esta época era ya hombre,
porque en ella expresa D. Ramiro que habiéndole dado los Reyes, sus
padres, el señorío de Calahorra, dona al bienaventurado San Millán y á su
abad D. Pedro algunos molinos y heredades de tierras que había rescatado
de los moros.
Se hallaba, pues, D. Ramiro en posesión del importante Estado de Ca-
lahorra y sus aldeas anejas, y es de suponer que al frente de sus numerosos
vasallos, anduviese envuelto en las continuas discordias que durante los fina-
les del reinado de su padre y comienzos del de su hermano agitábanse entre
aquellos Reyes cristianos tan próximos en parentesco, ramas, todos ellos,
desgajadas del vigoroso tronco de D. Sancho el Mayor.
El testamento de la piadosa reina D.'' Estefanía, otorgado en Nágera el
año 1066 con intervención del obispo D. Gomesano, añade más copiosas
noticias con relación á los dominios y señoríos que poseía D. Ramiro. La
cláusula del reparto que hace entre sus hijos, establece además el número y
prelación de ellos. Dice así: «Esta será la división entre mis hijos. Á mi hijo
el rey D. Sancho dejo á Viguera, Tobelda,. Alhacel, Castellón de Santa Eu-
lalia, Excluniana, Lizuelos, Sorbicelo, Soricano, Nalda, Frechuela, Vírica y
Luecas. Á D. Ramiro, mi hijo: Leza con sus villas. Soto, Ciellas, Torrecilla
de los Cameros y Larraga, todo esto con sus términos, etc..» Sigue la cláu-
sula repartiendo los dominios de la Reina entre sus hijos por este orden:
D. Fernando, D. Ramón, D."" Urraca, D."* Ermesenda, D." Ximena y D."" Ma-
yor. Á los anteriores Estados hay que añadir los de San Esteban de Deyo
y Ribaflecha, en cuya posesión se hallaba el Infante, según se desprende de
documentos y memorias de indubitable autenticidad.
Quizá ocupado D. Ramiro en el gobierno de tan numerosos é importan-
tes señoríos, no seguía la corte de su hermano Sancho V con tanta asidui-
dad como los demás Infantes sus hermanos. Son las donaciones y Cartas
reales concedidas por el celo piadoso de los Reyes las memorias que mayor
luz arrojan sobre los sucesos de tan remotas edades, y fijándose en los mu-
chos documentos de esta índole que Moret, Sandoval, Zurita y otros clási-
cos cronistas compulsaron, bien se advierte que los infantes D. Ramón y
34
y Genealogía Española.
D.'' Ermesenda no dejan de figurar en ninguno de ellos, mientras que los
nombres de los demás hermanos se consignan en muy pocas ocasiones.
Del infante D. Ramiro no cabe dudar que se halló temporadas ausente de
Navarra, porque durante algunos años se ve á diferentes señores del Reino
en posesión de la tenencia de Calahorra y San Esteban.
El horrible crimen que prepararon D. Ramón y D.^ Ermesenda en las
entonces frondosas selvas de Funes y Villafranca y que tuvo su trágico y
magnífico escenario en las escarpadas alturas de Peñalén, induce á creer,
unido á la anterior circunstancia, que los demás hermanos del Rey víctima se
hallaban alejados de la corte de Navarra por manejos é intrigas de los fra-
tricidas, á quienes estorbarían en la urdimbre de su execrable traición. Eje-
cutada ésta en los primeros días de Junio del año 1076 y despeñado el noble
D. Sancho V por las rocosas breñas de aquella áspera cordillera, fué grande
el clamoreo de indignación que se levantó contra los alevosos fratricidas,
que lejos de conseguir sus anhelos succesorios— aunque consta que en la
criminal maquinación tomaron parte importantes caballeros y señores de la
corte— hubieron de internarse en Reino extraño con todo un séquito de qial-
hechores y sediciosos.
Muy obscura y controvertida por los historiadores á llegado ha nuestros
días la legitimidad succesoria de D. Sancho V. Los historiadores navarros
dan crédito á la versión de que dejó dos hijos de tierna edad y de nombre
García; y admitiendo este supuesto, afirman que á raíz de la tragedia divi-
diéronse las opiniones, pues mientras unos abogaban por la sucesión del
mayor de estos niños, atendiendo otros á las necesidades del reino y pre-
viendo los trastornos de las minoridades, querían que recayese la Corona en
el infante D. Ramiro, varón esforzado, en la plenitud de su edad, y hermano
segundo del Rey difunto.
Mientras apasionaban los ánimos estas discordias, invadían el Reino de
Navarra los Reyes de Aragón y de Castilla, con ánimo de suceder en la
Corona y pretexto de vengar la muerte de D. Sancho, primo hermano de
ambos. De Alfonso VI consta por un instrumento original de la iglesia de
Calahorra que un mes después de la catástrofe de Peñalén se hallaba dueño
de esta ciudad y firmaba como Rey de Castilla, de León, de Galicia y de
Nájera. Por otra parte, Sancho Ramírez se posesionaba de Pamplona, y
era reconocido por villas. Obispos y grandes señores. Consecuencia de
todo ello fué una desmembración en la Monarquía navarra, pues Nájera,
con la Bureva y la Sonsierra, quedaron para Castilla, y Navarra se
anexionó, en unión federativa y personal, á Aragón bajo el cetro de Sancho
Ramírez.
35
Revista de Historia
Á partir de esta fecha se obscurece todavía más la historia del infante
D, Ramiro. Desposeído de Navarra y perseguido en su patria, acogióse en
Castilla á la corte de Alfonso VI, lo mismo que el príncipe D. García, hijo de
Sancho V, y los demás miembros de la Casa Real de Navarra. Moret afirma
que Alfonso VI le casó con una hija del conde D. Gonzalo Salvadores, rico-
hombre, señor del Honor de Castilla la Vieja, señor de Lara y la Bureva.
Llamábase D."" Teresa Gómez Salvadores, y era hermana del famoso Conde
llamado Camp de Espina. «Al mismo tiempo— añade Moret -contrataba el
matrimonio de la infanta D." Urraca con el conde D. García de Nájera, me-
dida de buena política, mediante la cual se aseguraba de la dinastía despo-
jada, enlazándola con aquellos dos Condes tan de su amistad y confianza.»
Y el mismo cronista añade que fué éste el infante D. Ramiro, que murió en
Rueda, dejando un niño que, andando el tiempo, casó con la hija del Cid,
matrimonio que Sandoval y otros historiadores atribuyen al padre.
La versión del casamiento de D. Ramiro con la hija del Campeador se
funda en unas memorias del tumbo negro de la iglesia de Santiago que,
después de establecer la genealogía del Cid, como del linaje de Laín Calvo,
juez de Castilla, en unión de Ñuño Rasura, y de narrar sus más principales
hazañas, terminan: «Morió mío Cid en Valencia, Dios haya su alma, era
M. C. XXXVI, el mes de Mayo, et leváronlo sus cabailleros á soterrar á San
Pedro de Cerdeña, prop de Burgos. Et mío Cid ovo moiller donna Xemena,
nieta del Rey Don Alfons, fija del conde Don Diego de Asturias, é ovo en
ella dos filias et un filio. El filio ovo nome Diego Roiz et matáronle moros
en Consuegra. Estas dos filias, la una ovo nome donna Cristiana, la otra
donna María. Casó donna Cristiana con el Infant don Remiro. Casó donna
Mana con el Conde de Barcelona. L'Infant don Remiro ovo en su moiller la
filia de mío Cid el Rey don García de Navarra, que dijeron don García
Remírez. Et el Rey Don García ovo en su moiller la reina donna Margerina
al Rey Don Sancho de Navarra, á quien Dios dé vida honrada».
Así termina la Memoria, que bien claramente denota con sus últimas pa-
labras que su autor la escribió en los días de D. Sancho el Sabio de Nava-
rra, bisnieto del Cid.
Tratándose de documento tan cercano á la época, y que es forzoso
reputar como auténtico, merece entero crédito, sobre todo si se tiene en
cuenta que la famosa leyenda del casamiento y afrentosos lances de las
hijas del Cid con los Condes de Carrión pertenece al linaje de las fábulas,
toda vez que las escrituras y donaciones de la época hacen conjeturar el
matrimonio de Rodrigo de Vivar y Ximena Diez hacia la Era 11 12 -corres-
ponde al año 1074 de Jesucristo— y los citados Condes, fundadores del
36
y Genealogía Española.
Monasterio de San Zoil de Carrión, murieron pocos años después, sin que
por documentos de los años posteriores pueda rastrearse la existencia de
sucesores suyos que pudieran afrentar á las nobles castellanas.
Esto supuesto y admitido, queda sólo la duda de si fué D. Ramiro padre ó
D. Ramiro hijo el yerno del Cid. Si el casamiento del Campeador tuvo real-
mente efecto durante el año 1074, por lo menos hasta el de 1090 no estarían
las hijas del Cid en edad de casarse, y constando como consta por la escri-
tura de San Millán— que anteriormente cito— que en 1059 era ya hombre y
esforzado guerrero el infante D. Ramiro, salta á la vista que mediaba una
respetable diferencia de edad entre los contrayentes.
Sin embargo, no sería esta diferencia de treinta ó treinta y cinco años
razón por sí sola suficiente para no admitir la posibilidad de esta boda, si
no existiesen otras que inducen á considerarla como inverosímil.
Fué Sandoval el que con la cita de una historia de mano antiquísima que
dice que vio, ha contribuido más á la especie de que fué el hijo de los reyes
D. García y D."* Estefanía el marido de D.^ Elvira Rodríguez. Dice así la
cita: «Et este Don García ouuo dous fillos, don Sancho et don Remiro, que
casou despoys con la filia do Cide.» De ser cierta la cita, no tendría duda;
pero el hecho de no citar la procedencia y no ser conocido el original incli-
nan el ánimo á negarle autenticidad.
Por otra parte, los más serios cronistas y los más clásicos analistas, á
los que sigue en este punto el concienzudo historiador D. Francisco Fer-
nández de Bhétencourt en su Historia de la Casa Real de Navarra, coinci-
den en que este infante D. Ramiro murió en la desgraciada jornada de
Rueda con el infante D. Sancho y el conde D. Gonzalo Gómez Salvadores,
siendo enterrado su cuerpo en la iglesia de Santa María la Real de Nájera.
Fué esta célebre y desdichada acción el año 1083, y si dejó un hijo, niño por
entonces de poca edad y de nombre también D. Ramiro, encaja en él per-
fectamente, tanto por su edad como por sus circunstancias, el matrimonio
con la hija segunda del Campeador.
Otra circunstancia concurre también á afirmar la existencia de este se-
gundo infante D. Ramiro con personalidad distinta á la del padre. En todas
las escrituras que confirmó éste, tanto en las de San Millán y Nájera como
en las que aparecen en el Cartulario de documentos Reales del Monasterio
de Sahagún, que se conserva en nuestro Archivo Histórico Nacional, y que
he tenido ocasión de examinar, firma «Ramirus Infant García Regis filli». En
cambio, á partir del año 1090, existen varias escrituras firmadas por «Ra-
miro, Infante de Urroz», indicio claro de que se trataba de otro infante don
Ramiro, poseedor del señorío de Urroz, y no hijo de Reyes, puesto que no
37
Revista de Historia
hacía constar su regia filiación, costumbre rigurosamente observada en la
época.
La vida de este infante D. Ramiro, segundo de su nombre, se halla
rodeada de mayor obscuridad y confusión que la de su padre; pero casi
todos los autores respetan la antiquísima tradición de su viaje á Tierra
Santa con Godofredo de Bullón, cuando la primera Cruzada. Da mayor cré-
dito y fuerza á esta tradición la de otro cruzado navarro, el artajonés Sa-
turnino Lasterra, que al regreso de su piadosa y guerrera expedición trajo
á su patria la imagen de Nuestra Seíiora de Jerusalén, que se venera toda-
vía en Artajona, y que la fantástica imaginación popular quiere considerar
como regalo del propio Godofredo á Lasterra, á pesar de los caracteres de
la imagen, que ofrece la marcadísima factura de la estatuaria francesa del
siglo XIIL
Pero de donde se induce más claramente la veracidad del viaje del
Infante á los Santos Lugares, es de la fundación de la iglesia de Nuestra
Señora de la Piscina, edificada años después de la muerte de D. Ramiro, y
en cumplimiento de su disposición testamentaria. La circunstancia de haber
elegido la advocación de la Piscina, en recuerdo de la probática, que se
venera en la ciudad santa, sería indicio de la veracidad del suceso si ade-
más no constase por las inscripciones y Memorias de aquella ermita, cuyas
ruinas venerables se conservan todavía entre las villas de Pecina y Óvalos,
en la sonsierra de Navarra.
El erudito académico é historiador D. Martín Fernández de Navarrete
estudió á principios del siglo pasado las inscripciones de esta fundación,
encontrando que constan de dos letreros esculpidos encima de las dos
puertas de la iglesia. En la principal se renovó la inscripción hacia los años
de 1537, y se lee:
DOMINVS PETRVS ABBAS BERILIA EX COMISIONE
REMIRE REGÍS NAVARRE ERA MILÉSIMA CENTESIMA
SEPTVAGESIMA CVARTA.
El letrero de la otra fachada, escrito en cambio con caracteres del
siglo XII, dice:
DOMINVS PETRVS ABBAS BERILIA FABRICAVIT
HANC ECLESIAN ERA M.C.L.XXIIII.
De todo ello se deduce que quiso D. Ramiro hacer la fundación en re-
cuerdo de su piadosa y guerrera expedición, y que dio cumplimiento á su
voluntad el abad D. Virila, ejecutor testamentario del Infante, el año 1136,
38
y Genealogía Española.
no habiéndola llevado á cabo hasta que el rey García Ramírez, hijo de don
Ramiro, recuperó su reino. La iglesia fué consagrada al siguiente año
(1137), por el obispo de Calahorra y Nájera D. Sancho Funes. La existen-
cia coetánea de D. Ramiro y el abad Virila nos consta por Sandoval
(fundaciones de San Benito en Cárdena) y por varias escrituras que cita
Berganza, de las que se infiere que gobernó la abadía de Cárdena por lo
menos desde 1103 á 1139; durante estos años siguió la corte de Alfonso VI
y Alfonso VII, y pasó á Roma para la reforma de los Monasterios benedic-
tinos de España.
Berganza, en sus «Antigüedades de España», dando crédito y conce-
diendo validez al documento que, con el nombre de testamento del rey
Don Ramiro Sánchez, yerno del Cid, insertan las Memorias de Cárdena,
afirma que fué nuestro Infante hijo del rey D. Sancho, que murió en Rueda,
y que heredó el Reino de Navarra, de su hermano el de Peñalén.
Pero aparte de las distintas razones que concurren para reputar como
falso y de invención muy posterior el citado documento, basta la conside-
ración de que jamás existió el citado rey D. Sancho, muerto en Rueda, pues
es punto completamente aclarado en la historia de Navarra, que á la
muerte del Rey despeñado en Peñalén se anexionó el Reino á Aragón con
D. Sancho Ramírez. Por otra parte, el testamento de la reina Estefanía—
que dejo indicado— no cita más D. Sancho que su hijo primogénito, que
hizo el número V en la cronología de los Sanchos de Navarra.
Descartada de esta suerte la opinión de Berganza, y teniendo en cuenta
que Sandoval no comprueba sus asertos con ningún documento de la
época, quedan sólo las muy verosímiles conjeturas que hacen al segundo
infante D. Ramiro marido de D."* Elvira Cristina Rodríguez.
Y en virtud de todas estas consideraciones, me atrevo á insinuar la opi-
nión de que el Infante de Navarra, yerno del Cid, no fué otro que el infante
D. Ramiro Ramírez, nieto del rey D. García VI y de la princesa catalana
D.^ Estefanía, y heredero de su legitimidad.
Tomás Domínguez Arévalo.
39
Revista de Historia
DocomeDíos loédiios para la Hisíoria Noliíllaria.
(1)
Relación de las Hidalguías que se han despachado por la Secretaría de la Cá-
mara y Estado de Castilla, como consta por los libros que hay en ella, desde el
año 1623 hasta la fecha de ésta, en conformidad de la orden que S. M. se sirvió
expedir para que se formase:
En G de Agosto de 1625 S. M. declaró por hijosdalgo á Luis de Alarcón Ta-
rraga, y á Martín y Juan de Alarcón, sus sobrinos, y á sus hijos y descen-
dientes.
En 26 de Julio de 1626 S. M. declaró por hijodalgo á Juan Polonia de Vi-
NUESA, marido de DOÑA María de Escobar, ama de leche que fué de la infanta
nuestra señora, y prestaron su consentimiento para ello la mayor parte de las ciu-
dades y villas de voto en Cortes.
En 27 de Julio de 1629 S. M. declaró por hijodalgo á Juan Correa, vecino de
la villa de Parla y Seseña, y á sus hijos y descendientes.
En 3 de Agosto del mismo año S. M. restituyó en lo temporal á doña Cata-
lina de Castilla, vecina de Murcia, á la nobleza y limpieza de sus bisabuelos,
aunque éstos hayan sido castigados por delitos de herejía.
En 20 de Agosto del riiismo año S. M. declaró por hijodalgo á Diego de Co-
rrea, vecino de la villa de Parla, y á sus hijos y descendientes.
En 6 de Octubre del mismo año el Emperador nuestro señor (que haya gloria),
dio privilegio de nobleza á Juan Cañavete, y en el dicho día le confirmó S. M. á
algunos descendientes suyos, y mandó se le guardase, aunque no hubiese estado
en uso, y que gozase de todo por su vida Francisco de Mondéjar Jiménez Pa-
tino, que estaba casado con una descendiente del dicho Juan Cañavete, y después
sus descendientes legítimos, y sirvieron todos con 10.000 ducados.
En 4 d2 Diciembre del mismo año S. M. declaró hijodalgo á D. Gaspar Osorio
Mexía, vecino de la villa de Almagro, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con
4.000 ducados.
En el mismo dia S. M. declaró por hijodalgo á Domingo García, vecino del
lugar de Vallecas, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con 4.000 ducados.
En el mismo día S. M. declaró por hijodalgo á D. Juan Serrano Negral, vecino
de la villa de Yepes, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con 4.000 ducados.
(!) Biblioteca de la Real Academia de la Historia.— Colección de Grandezas, genealo-
gías, etc., t. I.
40
y Genealogía Española.
En 23 de Enero de 1630 S. M. declaró por hijodalgo á Domingo García, vecino
del lugar de Vallecas, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con 4.000 ducados.
En 31 del mismo mes y año declaró S. M. por hijodalgo á Juan Díaz Hidalgo,
vecino de la villa de Alcalá de Guadaira, y á sus hijos y descendientes, y sirvió
con 4.000 ducados.
En 9 de Febrero del mismo año de 1630 S. M. declaró por hijodalgo á Gaspar
García Sotos Albos, vecino de la villa de Ocaña, y sirvió con 4.000 ducados.
En 18 del mismo mes y año S. M. declaró por hijodalgo á Cristóbal de Pi-
zida, vecino de la villa de Cáceres, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con
4.000 ducados.
En dicho día S. M. declaró por hijodalgo á Juan Romero Macotela, vecino
de la villa de Cáceres, y á sus hijos y descendientes; sirvió con 4.000 ducados.
En dicho día S. M. declaró por hijodalgo á Juan de Tovar Velázquez y Za-
mora, vecino de Cáceres, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con 4.000 ducados.
En dicho día S. M. declaró por hijodalgo á Alonso Fernández Macotela,
vecino de la villa de Cáceres, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con 4.000
ducados.
En 22 de dicho mes y año S. M. declaró por hijodalgo á D. Melchor Carrillo
de Mora y Lerma, vecino de la villa de Daniel, y á sus hijos y descendientes, y
sirvió con 50.000 reales.
En 28 del mismo mes y año S. M. declaró por hijodalgo á Miguel López de
Perona y Rosillo y á Juan y Cristóbal de Perona, sus hijos casados, y á los demás
sus descendientes; concediólo la Junta, pagando 6.000 ducados.
En 6 de Marzo del dicho año S. M. declaró por hijodalgo á Pedro Fernández
DE Esteban, vecino de la villa del Montijo, y á sus hijos y descendientes, y sirvió
con 4.000 ducados.
En dicho día S. M. declaró por hijodalgo á Francisco de Rojas González,
vecino de la villa de Juncos, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con 4.000
ducados.
En dicho día declaró S. M. por hijodalgo á Nicolás de Paredes, vecino de la
villa de Borox, y á sus hijos y descendientes, por 4.000 ducados.
En dicho día S. M. declaró por hijodalgo á Juan de Huerta Cabello, vecino
de la villa de Borox, y á sus hijos y descendientes, por 4.000 ducados.
En 14 de dicho mes y año declaró S. M. por hijodalgo á Alvaro Méndez Coe-
llo, vecino de Úbeda, y á sus hijos y descendientes, por 40.000 reales.
En dicho día declaró S. M. por hijodalgo á Francisco Jiménez, regidor de
Esquivias, y sirvió con 4.000 ducados.
En 21 de dicho mes y año declaró S. M. por hijodalgo á Juan López Migi-
llen, vecino de la villa de Alcalá de Guadaira, y á sus hijos y descendientes, y
sirvió con 4.000 ducados.
En 27 de dicho mes y año declaró S. M. por hijodalgo á Alonso Sánchez Ca-
bero, vecino de la villa de la Puebla de la Calzada, y á sus hijos y descendientes,
y sirvió con 4.000 ducados.
En 22 de Abril de dicho año declaró S. M. por hijodalgo al licenciado Juan
GORDÓN de Valencia, vecino de las villas de Bienvenida y Sangre, y á sus hijos
y descendientes, y sirvió con 4.000 ducados.
En 29 del dicho mes y año declaró S. M. por hijodalgo á Gonzalo de Tova-
RRA, vecino de la villa de Liétor, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con 4.000
ducados.
41
Revista de Historia
En dicho día declaró S. M. por hijodalgo á Antonio Fernández Cardo, vecino
de la villa de Villacañas, y á sus hijos y descendientes, que el uno de ellos está
fuera de la patria potestad, y sirvió con 6.500 ducados.
En 23 de Mayo del dicho año declaró S. M. por hijodalgo á Gabriel Díaz del
Romeral, vecino de la villa de la Guardia, y á sus hijos y descendientes, y sirvió
con 4.000 ducados.
En 8 de Junio de dicho año declaró S. M. por hijodalgo á Alonso Díaz de
Mena, y á sus hijos y descendientes, por 4.000 ducados.
En dicho día declaró S. M. hijodalgo á Juan Martínez de Mena y á sus hijos
y descendientes, y sirvió con 4.000 ducados.
En dicho día declaró S. M. por hijodalgo á Diego de Llamo y á Marcos Ro-
mero y Pedro de Llamo, sus hijos casados, y á los demás sus hijos y descen-
dientes, y sirvió con 7.000 ducados.
En dicho día declaró S. M. por hijodalgo á Sebastián de Carrión Agraz y á
sus hijos y descendientes, y sirvió con 4.000 ducados.
En 13 de dicho mes y año declara S. M. por hijodalgo al licenciado Gonzalo
Camero Nieto y Mexía, vecino de Villanueva de los Infantes, y á sus hijos y
descendientes, y sirvió con 4.000 ducados.
En dho. día declaró su Mag.d por hixo-dalgo á D." Sancho Cathalau del
Abad y á D. a María Rodríguez de Avila, su hermana, vez.os de la villa de Villa
hermosa y á los hixos i descendientes del dho. D." Sancho y siruió con 50.000 R.s
En dho. día declaró su Mag.d por hixodalgo á Bart.me Sánchez del Abad,
vezino de la villa de Villanueva de los Infantes y á sus hixos i deszendientes y
sirvió con 4.000 Duc.s
En 18 de febrero de 1631 declaró su Mag.d que el Priuilegio de Idalguía que
tiene i pertenece á Juan Arias Pérez, con oblig.ón de tener Armas y cauallo le
goze sin este grauamen.
En 15 de Abril del dho. año declaró su Mag.d por hixodalgo á Gabriel Sánchez
Palacios, vezino de la villa de Ocaña y á sus hixos i deszendientes y siruió con
4.000 duc.s
En 15 de Ag.t» del dho. año declaró su Mag.d que Xptoual Garzía Monteagudo,
á quien los Señores Reyes Cathólicos armaron cauallero en la vega de Granada
por sus seruizios, gozen de hidalgos él y sus deszendientes.
En 24 de Nou.re de dho. año declaró su Mag.d por hijosdalgo al Liz.do Francisco
de Cogollos, vezino de la villa del Burgo de Osma y á sus hixos i deszendientes, y
siruió con 47.000 R.s
En 4 de Mayo de 1632 se despachó zédula para que al traslado de una Proui-
sión que fué en ella sacada del Archiuo de Simancas por donde los Señores Reyes
Cathólicos dieron priuilegio de Nobleza á Hernán Pérez Coronel, se dé tanta fee
como al original (que diz que se perdió), sin perjuicio del d.ro de su Mag.d y para
el efecto que huviere lugar.
En 17 de Ag.to del mismo año se despachó Idalguía á Gabriel de Pastrana y
Ana Pérez, su mujer, para él y los hijos que tuviere, así los nacidos como los que
nazieren de la dha. Ana Pérez, con calidad que si el dho. Gabriel de Pastrana
embiudase y se volviere á casar los hixos de la otra muger no han de gozar de
esta hidalguía, pero si la dha. Ana Pérez embiudare, voluiéndose á cassar, los
demás hixos que tuviere han de ser hidalgos.
En 27 de Diz.re del mismo año su Mag.d declaró por hixodalgo á D." Francisco
Chacón, vezino de Huette y á sus hixos y deszendientes.
42
y Genealogía Española.
En 25 de Ag.to del año 1633 declaró su Mag.d por hixodalgo á Alonso Téllez
de Villorosel, vezino de Cassarruuios y á sus hixos y deszendientes.
En 21 de Novje del mismo año su Mag.d declaró por hijodalgo á Simón Gutié-
rrez de Azque y Castillo, vez.no de Ubeda y á sus hixos y deszendientes.
En 24 de henero de 1634 declaró su Mag.d por hixodalgo á Gaspar Moral de
Ziruela y Muñoz y á sus hixos i deszendientes.
En 2 de Abril del mismo año su Mag.d declaró por hixodalgo á Fernando
Parreño de Castilla, vezino de la villa de Aroche y á sus hixos y deszen-
dientes.
En el mismo día su Mag.d declaró por hixodalgo á Fran.co Pérez Boza de
Chaues, vezino de la dha. villa de Aroche y á sus hixos y deszendientes.
En 12 de Junio del mismo año su Mag.d declaró por hixodalgo al Lizenciado
Alonso de Hervás, vez.no de la villa de Ocaña y á sus hijos y deszendientes.
En 18 de Diz. re del mismo año su Mag.d declaró por hixodalgo al Capitán Diego
Ruiz de Sizilia, vezino de la villa de Colmenar de Oreja y á sus hixos y deszen-
dientes.
En 5 de Abril de 1635 su Mag.d declara por hixodalgo á D." Alonso Carranco
de Orrega, vezino de la villa de Guadalcanal y á sus hixos y deszendientes, y siruió
con 4.000 ducados. /
En 26 de Ag.to del mismo año su Mag.d declaró por hixodalgo de sangre á don
Alonso Carranco de Ortega y D.n Pedro de Ortega Freile, su hixo, vezino de la
villa de Guadalcanal y á sus hixos y deszendientes, rasgando el antexedente como
se hizo, y siruió con 4.000 duc.s
43
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeto de nuestra publicación.
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Revista de Archivos, Bibliotecas y Mu-
seos, 1911. Noviembre-Diciembre.— Re-
presentación de los Autos Sacramenta-
les en el período de su mayor floreci-
miento (continuación), porM. ¿atorre y
Badillo.— Los motines militares en Flan-
des (continuación), por Lucas de Torre.
Documentos: I. Correspondencia de los
Reyes Católicos con el Gran Capitán
durante las campañas de Italia.— U. La
batalla de Mulbherg. Relación contem-
poránea. Pliego 8 de los Procesos contra
los protestantes españoles del siglo XV L
Arcfíivo de Investigaciones Históricas.
Año I, tomo II, núm. 5.— El sepulcro de
los Theotocópuli en San Torcuato de
Toledo, por Francisco de Borja de San
Román.— Cartas de D.Diego Hurtado de
Mendoza (continuación), por M. R. Joul-
ché-Delsbosc.
Boletín de la Comisión de Monumen-
tos de Navarra. Año II, tercer trimestre
de 1911.— El lignum crucis de la Cate-
dral de Pamplona, por Mariano Arigita.
Gacetilla de la Historia de Navarra, por
Arturo Ca/np/o/z.— Documentos inéditos,
por Carlos Marictialar.
Boletín de la Real Academia de la
Historia, 1912, Enero.— Traslación de
cuerpos Reales de Granada á San Loren
zo de El Escorial y de Valladolid ¿Gra-
nada, por £/ Duque de TSerclaes.— El
Doctor D. José Celestino Mutis en Nue-
va Granada, por Juan Pérez de Guzmán
y Ga//o.— Relaciones entre España é In-
glaterra durante la guerra de la Inde-
pendencia, por A. Rodríguez Villa.— El
trifinio romano de Villanueva de Cór-
doba, por Fidel Fita.— jovellanos en el
Real Consejo de las Órdenes Militares
(conclusión), por José Gómez Centu-
rión.
Linajes de Aragón, tomo III, núm. I.
Algunas cartas reales, por Alberto Pa-
44
y Genealogía Española.
/i/V/o.— Presidentes de la Real Audiencia
de Aragón en el siglo XVIll, por D. Gre-
gorio Garda C/pr¿s.— Ricos Hombres de
Aragón: los Bardaxi, por Gregorio Gar-
cía Ciprés.— Los Juste, por Feliciano
Paraíso y Gil.— Los Montclús ó Mon-
clús, por Feliciano Paraíso y G//.— Plie-
go4.°del Armorial de Aragón de Vitales.
Núm. //.—Ligeras notas sobre blaso-
nes aragoneses en el siglo XVI, por don
Francisco de Paula Moreno,— Los Bar-
daxi (continuación), por D. Gregorio
García Ciprés. — Linajes navarros: Na-
vascués, por D. Santiago Otero.— Plie-
go 5.*^ del Armorial de Aragón de Vi-
tales.
Revista del Centro de Estudios Histó-
ricos de Granada y su Reino. Año I, nú-
mero 3.— Presentimiento y juicio de los
moros españoles sobre la caída inmi-
nente de Granada y su Reino en poder
de los cristianos, por M. Gaspar Remi.
ro.—La.s inscripciones de la Alhambra
(errata corrigenda), por M. G. Remiro.
Abenhazan de Córdoba. Nocat alarus fi
tanarij aljoleta: Regalos de la novia so-
bre los anales de los califas (texto ára-
be), por Cristian Federico Seybold.—La
Junta Suprema de Gobierno de Grana-
da. La Junta de Granada en sus relacio-
nes con la Suprema Central del Reino,
por José Palanca Romero.— La. Chanci-
llería de Granada durante la dominación
francesa, por José María Caparros.
La España Moderna, 1912, Enero.—
Alfonso X, el f/np/azado; noticias acerca
de un milagro, por Juan Ruiz de Obre-
gón y /?efor/í7/o.— Curiosidades Toleda-
nas, por Rodrigo Amador de los Ríos.
La Lectura, 191 1, Diciembre.— Madrid
en tiempo de Carlos II, el Hechizado,
por Julián Juderías.
Euskaí-Erria, 1912, 15 de Enero.—
Misceláneas históricas recopiladas por
el Marqués de Seoane: Correspondencia
epistolar entre D. José Vargas Ponce y
D. Juan Antonio Moguel (continuación).
REVISTAS EXTRANJERAS
Rivista Araldica, Roma. Año X, 1912.
La nacionalité comptoire précis d'histoi-
re féodale (837-1.678), por P. A. Pidous.
El «Warbas» della Casa D'Este, por el
Conde J. Pasini Frosani.
Rivista Storica Italiana, Ottobre-D¡-
cembre, 1911; Turin.- Storia di Barce-
llona, por Mazei S.
Revue Hispanique. Último número
(corresponde á Diciembre de 1910). —
«El Cid» de Dozy, por Julio PuyoL— Me-
morial de crianza y vanquete virtuoso
para criar hijos de grandes y otras cosas:
compuesto por un cortesano. En Qara-
goga, 1548: reimprímelo Juan M. Sán-
chez—Ambrosio de Morales, estudio
biográfico, por Enrique Redel.
Bulletin Hispanique (anales de la Fa-
culté des Lettres de Bordeaux et des
Universités du Midi), 1912; Janvier-
Mars. Une chronique latine inedite des
Rois de Castille (1236), per G. Cirot.-
El doctor Bartolomé Hidalgo, por/. Gó-
mez Ocaña.
Archivo Histórico Portuquez, Lisboa;
vol. VIH, 1911.— A princesa D.^ Isabel: a
sua ama, a sua doen^a, o Dr. Antonio
Mendes, por Sousa Viterbo.— Ávida Lis-
boeta nos seculos XV e XVI —Pequeños
cuadros documentáis. Peditorios e pe-
dintes, por Víctor Ribeíro.
Teobaldo.
45
Revista de Historia
NOTICIAS OFICIALES
Nuevos Títulos del Reino.
Por Real decreto de 25 de Diciembre de 1911 se ha hecho merced de
Título del Reino, con la denominación de Conde de Lavern, á D. Pedro
Gerardo Maristany y Oliver.
Este decreto se publicó en el mes de Diciembre; pero por haberse pade-
cido un error en su redacción se ha vuelto á reproducir en la Gaceta del
9 de Enero.
—Por Real decreto de 31 de Diciembre de 1911 se ha hecho merced de
Título del Reino, con la denominación de Conde de Cuevas de Vera, á don
Carlos Caro y Potestad Caro y Chapman, Licenciado en Derecho, hijo de
D. Carlos Caro y Caro, conde de Caltavuturo, ya difunto, y de D.^ Emilia
Potestad y Chapman, hija de los Marqueses de Potestad Fornari, actual
Condesa viuda de Caltavuturo.
—Por Real decreto de 8 de Enero de este año se ha hecho merced de
Título del Reino á D. Enrique Guillermo de Scholtz y Caravaca, con la
denominación de Marqués de Belvis de las Navas, «conforme— dice la con-
cesión—á deseos manifestados por el citado señor, fundados en haber per-
tenecido á ascendientes suyos por línea materna, según asegura, un anti-
guo señorío con ese nombre». El Sr. Scholtz es padre de la señora viuda de
Iturbe y de la Marquesa de Ivanrey.
—Por Real decreto de 16 de Enero de este año se ha hecho merced de
Título del Reino, con la denominación de Conde de Calleja, á D. Julián
Calleja y Sánchez, senador vitalicio del Reino, presidente de la Real Aca-
demia de Medicina, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad
Central, vocal del Real Consejo de Sanidad, individuo de número de la Real
Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, «que cumple en este
año— dice la concesión— el quincuagésimo de su meritoria y fecunda labor
profesional».
—Por Real decreto de 22 de Enero de este año se ha hecho merced de
Título del Reino, con la denominación de Conde de Artal, á D. José Artal:
«En atención á los méritos contraídos por dicho señor como Presidente de
46
y Genealogía Esoañola.
la Cámara de Comercio española de Buenos Aires y organizador y Presi-
dente del Comité ejecutivo de la Sección española de la Exposición Uni-
versal celebrada en aquella capital con motivo de las fiestas del Centenario
de la República Argentina.»
Otras gracias.
Por Real decreto de 22 de Enero de este año se ha concedido la Gran
cruz de Carlos III, libre de gastos, á D. Joaquín Sánchez Gómez, teniente
general del Ejército, jefe de la Casa Militar de S. M. el Rey, en la vacante
de D. Federico Alameda y Liancourt, teniente general del Ejército.
—Por Real decreto de 26 de Enero de este año se autoriza á D."* María
del Pilar de León y de Gregorio, marquesa de Squilache, grande de Es-
paña, dama de S. M, la Reina y de la Banda de la Orden de María Luisa,
«para que pueda designar quién haya de sucedería en dicha Grandeza, que
l¿ fué concedida por sola su vida por Real decreto de 27 de Enero de 1910».
Mercedes de Hábito en las Órdenes militares.
Por Real decreto de 2 de Enero de este año se ha concedido merced de
Hábito de la Orden militar de Santiago á D. Federico de Loygorri y Vives
de la Torre y Ciscar, primer teniente de Caballería, hijo de D. Federico de
Loygorri y de la Torre, contralmirante, senador vitalicio del Reino, caba-
llero profeso del Hábito de Santiago.
— Por Reales decretos de 17 de Enero de este año se ha concedido mer-
ced de Hábito de la Orden militar de Montesa á D. Ramón García Mena-
cho, general de brigada, y á D. Vicente García Menacho y Rodenas.
—Por Real decreto de 22 de Enero de este año se ha concedido merced
de Hábito de la Orden militar de Montesa á D.José de la Azuela y Salcedo,
comandante de Infantería.
—Por Reales decretos de 22 de Enero de este año se ha concedido mer-
ced de Hábito de la Orden militar de Santiago á los hermanos D. Tomás y
D. Enrique Tamarit Moore Villa y de Pedro, ambos ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos.
Títulos vacantes.
Por Real orden de 29 de Diciembre de 1911 se anuncia por primera vez
la vacante del Título de Marqués de Apeztegaia, con Grandeza de España.
47
Revista de Historia y Genealogía Española.
—Por Real orden de la misma fecha se anuncia por segunda vez la va-
cante de los Títulos de Marqués de Casa Rábago, de Huidobro, del Llano
y de Rabell.
—Por Real orden de 2 de Enero de este año se anuncia por primera vez
la vacante de los Títulos de Conde de Amarante, de Calatrava y de Bailo-
bar y de Marqués de Valero de Urria.
— Por Real orden de 10 de Enero de este año se anuncia por segunda
vez la vacante de los Títulos de Conde de Calderón, del Castillo de Tajo,
de la Diana y de San José de Santurce.
— Por Real orden de 12 de Enero de este año se anuncia por segunda
vez la vacante de los Títulos de Conde de Valdeinfantas y de Vizcondes
de Campo Grande y Torre de Albarragena.
— Por Real orden de 20 de Enero de este año se anuncia por segunda
vez la vacante de los Títulos de Marqués de Quintanar, con Grandeza de
España, y de Conde de Santibáñez del Rio.
Noticias varias.
El día 28 del pasado Enero celebró la Real Academia de la Historia
solemne sesión para dar posesión de la plaza de número al Académico electo
Excmo. Sr. D. Camilo García de Polavieja.
Leyó el Sr. Marqués de Polavieja un erudito y documentado trabajo
sobre la «Colonización de los españoles en América», y contestó al neófito
con un discurso aplaudidísimo nuestro ilustre colaborador D. Francisco Fer-
nández de Béthencourt.
En la misma sesión se distribuyeron los premios al talento y la virtud, que
reparte anualmente la Academia,
—Por la Real Academia de la Historia ha sido adjudicado el premio al
talento, instituido por D. Fermín Caballero, á nuestro ilustrado colaborador
D. Mariano Arigita, canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Pamplona.
La obra tan justamente premiada es un interesante y erudito trabajo
sobre «La Asunción de la Santísima Virgen y su culto en Navarra».
Reciba nuestra más cordial enhorabuena.
El Conde de Lascoiti.
Sección de consultas.
Se contestarán en esta Sección las consultas que, referentes á la índole
de nuestra publicación, formulen nuestros suscriptores.
48
ti
E\?l5Tñ DE HISTORIñ
V DE 6ENEñL0GÍñ
F5PñÑ0Lñ
Núm. 2.
15 MARZO 1912 :
Dn doGomeiiío más para la historia dei sapo de Cádiz en iS9G
La toma y saqueo de Cádiz por los ingleses en el verano de 1596 son
acontecimientos dignos de estudio, desde muy diversos puntos de vista;
pero tengo por indudable que lo que principalmente los ha conservado
hasta nuestro tiempo en la memoria de los curiosos ha sido una particula-
ridad ajena á ellos, aunque con ellos ligada: la circunstancia de haber recor-
dado Cervantes en uno de sus sonetos, con despiadada, aunque bien mere-
cida burla irónica, la más que exquisita prudencia con que el Duque de
Medina Sidonia, capitán general del mar Océano, se portó en aquella oca-
sión memorable.
Sabido es que aquel magnate, mostrando ser el mismo que desdichada-
mente había dado al traste en 1588 con la Armada Invencible, mal confiada
por Felipe II á sus menguadísimas dotes, no acudió como debía, ocho años
después, al socorro de Cádiz, en donde los ingleses del Conde de Essex
desembarcaron y permanecieron veinticuatro días muy á sus anchas. Y es
bien sabido que en todo este tiempo el Duque anduvo de acá para allá,
rondando á Cádiz, siempre á buena distancia, como quien quiere y no se
atreve, hasta que pasó todo peligro.
«Y al cabo, en Cádiz, con mesura harta.
Ido ya el Conde, con ningún recelo,
Triunfando entró el gran Duque de Medina.»
49
Revista de Historia
Los pormenores de aquel bochornoso acontecimiento podían creerse
entera y minuciosamente conocidos desde que D. Adolfo de Castro sacó á
luz, por acuerdo del Ayuntamiento de aquella ciudad, el libro titulado His-
toria del saqueo de Cádiz por los ingleses en 1596, escrita por Fr. Pedro
de Abréu (Cádiz, Revista Médica, 1886); pues, como reza la portada, este
libro contiene, además de tan curioso escrito, «otras relaciones contempo-
ráneas y algunos documentos ilustratorios». Con todo esto, aún los archi-
vos no habían dado de sí cuanto encerraban para esclarecer este concre-
tísimo punto de nuestra historia, y en Marzo de 1911, D. Pelayo Quintero
sacó á luz, asimismo en Cádiz, impresa en linda edicioncita, Otra relación
del saqueo é incendio de Cádiz por los ingleses en el año 1596, precioso
documento cuyo original, así como los de las dos ilustraciones que lo
acompañan, posee mi querido amigo el .Sr. Duque de T'Serclaes de
Tilly, insigne y muy erudito bibliófilo, en cuya biblioteca, vastísimo arse-
nal de inapreciables materiales históricos y literarios, trabajé á todo mi
sabor los doce años de mi última permanencia en Sevilla.
Pero á tales noticias, á la verdad, aún puede añadirse algo enteramente
desconocido hasta hoy. En la segunda mitad del año 1905, una feliz casua-
lidad y una amistosa donación trajeron á mis manos, con otros curiosos
documentos que habían pertenecido en los primeros años del siglo XVII á
D. Francisco Duarte, presidente de la Casa de la Contratación de Indias,
algunos referentes á la dicha afrenta nacional, y de los cuales hoy daré á
conocer uno digno de entera fe: el pliego de los cargos que por su increí-
ble abandono se hicieron al Duque de Medina Sidonia en el proceso ins-
truido con ocasión de aquel tremendo desastre. Es copia de entonces,
ocupa algo más de tres planas en folio, y dice así:
«Házesele cargo de que siendo capitán jeneral del mar océano y costa
de la Andaluzia, y deviendo en Razón de las obligaciones de su officio
tener prevenidos todos los lugares y plagas de aquella costa, para que los
enemigos no pudiesen hazer daño en ellos y tener proveydo y mandado a
todos los lugares que en qualquier Rebato o nueva de enemigos acudiesen
con la mas jente y armas que pudiesen a socorrer al lugar o parte que mas
necesidad tuviese, no lo hizo; antes estava al tienpo que el enemigo vino
sobre la giudad de Cádiz tan mal pergebida y falta de armas y govierno, y
fué tan mal socorrida, que hallándola el enemigo tan sin defensa se entró y
50
y de Oenealogia Española.
apoderó della sin ninguna Resistencia, en que se perdió tanta hazienda,
jente y Reputación como es notorio, todo lo qual pesara si como tal capi-
tán jeneral uviera acudido á sus obligaciones. Házesele este cargo por los
dichos de Diego López de Castro (fol. 76), don Pedro Martinez de Hinojosa
(fol. 90), Matlieo Márquez Gaytan (fol. 97), Juan de Argomedo (folios 103
y 104), Hernán López de Castro (fol. 107), Luys Espinóla (fol. 111), don
Juan Garavito (fol. 113), Francisco Fernandez de Ángulo (117), Luis de Ri-
bero (118), Miguel Vendrel (fol. 132), el licenciado Azevedo (188), don
Diego de Viilavicencio (189).
»Iten, se le haze cargo de que aviendo Recibido en la villa de Conil, que
es cerca de la ciudad de Cádiz, cartas de la casa de la contratación de
Sevilla y del licenciado Armenteros, en 29 de Junio, en que se le avisava
como la Armada enemiga se avia descubierto sobre Lagos y le pedian en-
trase en la ciudad de Cádiz a dar la orden que conviniese para la guarda y
defensa della y de todo lo demás que allí uviera, y aviéndoselo también
pedido la dicha ciudad de Cádiz y él Respondido y ofrecido de lo hazer,
aviendo tenido tienpo para ello, porque el enemigo no desembarcó hasta
primero de Julio en la tarde, no lo hizo, ni cumplió ni enbió persona que
Representase la suya, por lo qual y estar la dicha ciudad de Cádiz con tan
mal orden y falta de quien la Rijese y governase sucedió la dicha pérdida,
lo qual cessara si él, cumpliendo con sus obligaciones, fuera ó enbiara quien
la governara, como lo envió a Sanlucar, por ser lugar suyo, sin ser nece-
sario. Los testigos del primero cargo 1 D. Rodrigo Ponce de León (fol. 357),
la carta de la contratación (fol. 35), y las que él Respondió (núm. 4, folios
1,9, 11), y la patente que dio a D. Rodrigo Ponce para que fuese á Sanlu-
car (fol. 6).
»Iíen, se le haze crrgo de que, teniendo obligación de enbiar, así de los
lugares de su estado como de todos los demás de donde lo pudiese aver,
el mayor socorro de jente y armas que pudiese a la ciudad de Cádiz para
su guarda y defensa, no lo hizo; antes, dexando aquella ciudad en el peligro
en que estava y no teniendo ninguno la de Sanlucar, le enbió mucha gente
de a pie y de á cavallo, donde con estar más lexos que Cádiz, llegaron y
entraron lunes por la mañana, mucho antes que el enemigo echase jente en
tierra. De los dichos de Alonso Gómez de 01vera(fol. 177), Antón Sánchez
de León (178), Gonzalo López (179), corregidor de Medina Qidonia (199),
D. Rodrigo Ponce (35), cartas del Duque (5 y 59), R."* núm. 4.
»Iten, se le haze cargo de que, estando los galeones y fregatas de arma-
da de su magestad y naos capitana y almiranta de la flota y 18 galeras de
España el domingo 30 de Junio en la entrada de la baya, en tan buen orden,
51
Revista de Historia
concierto y forma de batalla, que llegando allí el enemigo con su armada
y teniendo el tienpo en fabor que le forsava a entrar, no lo osó hazer, el
dicho Duque enbió con Juan de la (^erna, su vasallo, y alcayde de Chicla-
na y capitán de la jente de a caballo de ella un Recaudo al presidente de
la casa de la contratación, en que le mandava que hiziese Retirar la armada
al puntal, porque él entraría aquella noche en Cádiz con mucha jente de
socorro, el qual Recaudo el dicho Juan de la Qerna dio al dicho presidente,
estando en el muelle de la dicha giudad con los jenerales de armada y flo-
tas y otros ministros tratando de lo que avían de hazer, y aunque avía con-
trarios paresceres, oyendo el dicho Recaudo como de su capitán jeneral y
cabega de todo, se Resolvieron en hacer la dicha Retirada, de la qual y no
aver entrado con el dicho socorro que ofreció Resultó la pérdida de todo
lo de mar y tierra. Dichos, Sebastian Acengio (fol. 64), Diego López de Cas-
tro (76), Luis de Ribera (129), Miguel Vendrel (132), Diego López de Al-
manga (137), Martin de Córdova (136).
»Iten, se le haze cargo que, deviendo como tal capitán jeneral inquietar
al enemigo y enviar gente que le tocase al arma y estorvase los yncendios,
sacos y Robos que los yngleses hazían en la ysla de León y Cádiz y casas
dellas, no lo hizo, pudiéndolo hacer; antes, pidiéndole algunos cavalleros
soldados y de expirencia jente para lo suso dicho, no se la dio ni quiso dar,
teniéndola; y por no darla sucedieron los dichos Robos, sacos y yncendios.
Dichos D. Francisco de Herrera Melgarejo (54), D. Alvaro de Sosa (63),
Luis de Ribera (123), Francisco Negrete (49), Leonardo de Cos (162), don
Rafael Espinóla (167), D. Manuel de Benavides (fol. 5).
»Iten, se le haze cargo de que, siendo como el castillo de León y puente
de Suago son de tanta importangia para entrar en la ysla de Cádiz, que si
el enemigo se apoderara dello no avía otro paso para lo cobrar, y debiendo
asistir con su persona allí, ó deviendo enbiar en su lugar quien hiziese y
Recojiese la jente de mar y guerra que allí venía de socorro, haciendo Ros-
tro al enemigo, con que se reparavan muchos daños, y en espegial la que-
ma de la flota y navios de su magestad, no lo hizo, antes mandó Retirar la
jente que estava en la dicha puente y castillo, dexando solos 25 hombres
con el alcayde de el dicho castillo, el qual, después, le pidió socorro y no se
lo enbió, pudiéndolo hazer, por cuya causa el dicho alcayde desanparó el
dicho castillo, y vino el enemigo y se apoderó del y del artillería y muni-
ciones que avía dentro, lo qual, aunque antes yntentó, no lo pudo conseguir,
y se Retiró con pérdida de jente. Dichos Bartolomé Juan de Solorzano (28),
Xpoval López (34), D. Alvaro de Sosa (62), y toda la ynformacion del des-
amparo del castillo (núm. 3).
52
;; de Genealogía Española.^
»Iten, se lehaze cargo de que, debiendo y pudiendo hazer todo el daño
que fuese pusible al enemigo y a su armada para que no estuviera tan quieto
ni se fuera tan a su salvo de Cádiz, no lo hizo ni procuró, antes, ofrecién-
dose el almirante D. Sebastian de Aranzibia y Bernardino de Noli a quemar
la armada enemiga, y aviéndole enbiado sobre ello un parecer la casa de la
contratación de Sevilla de muchos jenerales y capitanes en aprobación de
lo que el dicho Bernardino de Noli ofrecía y el dicho D. Sebastian, escrito
sobre ello, no lo quiso hazer ni dar licengia para ello, siendo los Remedios
tan fáciles y aventurándose tan poco, por lo qual el enemigo se fué tan á
su salvo y sin daño, dexando hecho tanto como es notorio. | Carta de la
contratación, parecery proposición de Noli y su dicho y Respuesta(nij[m. 7).»
Hasta aquí los cargos, que son pocos, pero muy graves y fundados muy
sólidamente. ¿Qué fué del proceso de que tales cargos resultaron? ¿Se im-
puso pena alguna al Duque por su inexcusable negligencia en acudir al
cumplimiento de sus obligaciones? Es de creer que no, porque, aun en
tiempo de D. Felipe el Prudente, y mientras el mundo sea mundo, podía y
podrá clamarse, como clamaba Juan de Mena, en una de las coplas de su
Laberinto:
«Como las telas que dan las arañas
Las leyes presentes non sean átales,
Que prenden los flacos viles animales,
E muestran en ellos sus lánguidas sañas;
Las bestias mayores que son más estrañas
Passan por todas ronpiendo la tela,
Assí que non obra vigor la cautela
Si non contra flacas e pobres conpañas.»
Francisco Rodríguez Marín.
Madrid, Febrero de 1912.
53
Revista de Historia
DE "RE" BIBLIOGRÁFICA
ALGUNAS OBSERVACIONES ACERCA DE LA LLAMADA CRÓNICA GENERAL
DEL GRAN CAPITÁN
No hace mucho tiempo, examinando en la Sección de Manuscritos de la
Biblioteca Nacional un volumen en folio, sin principios, titulado Las dos
conquistas del reino de Ñapóles, ocurrióseme pensar que el tal fuera el ori-
ginal que sirviera para la impresión de la llamada Crónica general, ya que
las correcciones, enmiendas y adiciones de que está plagado parecían así
manifestarlo.
No puede ser el manuscrito una copia de la impresa, porque en el pri-
mero, existen en varias partes espacios en blanco para colocar en ellos nom-
bres de ciudades, que en la segunda, ó están citadas ó pasadas por alto, y
natural es pensar que si de ésta se copiara aparecerían dichos nombres en
el manuscrito.
Por curiosidad empecé á confrontar ambas obras, valiéndome para ello
de la edición más antigua que se conserva en la Biblioteca Nacional, es
decir, la impresa en Zaragoza por Agustín Millán en 1559, á costa de Miguel
Zapila, mercader de libros, así vulgarmente llamado, pero cuyo verdadero
apellido era el de Suelves; al hacerlo, presentóseme una imposibilidad que
anulaba mi creencia, y fué que al final del manuscrito se lee: Sebastián
Rodríguez, que le escribió año de 1556. Escrita en esta fecha la obra, no
podía haber servido de original á la impresa, ni aun siquiera era anterior
á ella, puesto que, según varias autoridades en la materia, la primera edi-
ción fué hecha en 1554 por los mismos que publicaron la ya mencionada.
Aferrado á mi idea, á pesar de esta manifiesta imposibilidad, y no encon-
trando en ninguna parte ejemplares de la edición de 1554, dudé de que exis-
tieran, no obstante la afirmación categórica de personas tan competentes
54
;; de Genealogía Española.
como los Sres. Menéndez y Pelayo (1) y Morel Fácio, y de la descripción
que hace de uno de ellos el Sr. Rodríguez Villa, en su Introducción á las
Crónicas del Gran Capitán.
Atenido á tan escasos y al parecer contradictorios datos para resolver
el problema, mi convicción de que estaba en lo cierto me hizo proseguir el
estudio, llegando al resultado por mí previsto; es decir, que no existía tal
edición de 1554, y que el encontrarse alguno ó algunos ejemplares en los
que se estampe tal fecha, es, aunque parezca raro, una confirmación de mi
aserto, como voy á tratar de demostrar.
Aparte de la igualdad de tamaño, folios y demás particularidades de
ambas ediciones, la de 1559 y la descrita por el Sr. Rodríguez Villa, exa-
minemos el privilegio para la impresión de una y otra, y que copiado á la
letra dice:
«Concede su alteza privilegio á Miguel Qapila, mercader de libros, que
ninguna persona de cualquier estado ó condición que sea por tiempo de
diez años no puedan imprimir el libro llamado la Vida y Corónica del gran
Capitán ni traerlo á vender de otros reynos sin licencia suya; y si lo con-
trario hiziere pierda los libros que huviere imprimido y incurra en otras
penas contenidas en el original privilegio.— Dado en Valladolid á VI de
Febrero de MDLIIIII.»
Este privilegio, que parece ser una prueba en contra de nuestra afirma-
ción, es la más clara muestra de la razón que nos asiste, puesto que, como
hemos visto, se refiere á la Vida y Corónica del Gran Capitán, y nunca puede
referirse á la Crónica llamada Las dos conquistas del Reyno de Ñapóles
donde se cuentan las altas y heroycas virtudes del serenissimo principe
Rey don Alonso de Aragón, con los hechos y hazañas maravillosas que en
paz y en guerra hizo el gran Capitán Gongalo Hernández de Aguilar y de
Córdoba. Con las claras y notables obras de los capitanes don Diego de
Mendoza y don Hugo de Cardona, el conde Pedro Navarro, Diego Garda
de Paredes, y de otros valerosos capitanes de su tiempo. Y así es, en efecto,
puesto que dicho privilegio es el que se inserta en la traducción que Pablo
Blas Torrellas hizo de la Vida y Corónica del Gran Capitán, escrita por
Pablo Jovio, é impresa en Zaragoza en 1554, á costa del mencionado Zapila,
y aprovechado por éste, que, para que no se notara el fraude, editó algunos
ejemplares de la Crónica, poniéndoles la fecha del privilegio, y á los demás
la del año en que verdaderamente se hizo la impresión.
Prueba aun más palpable nos suministra la dedicatoria de Miguel Zapila
(I) Así lo afirma en e! Catálogo de la Biblioteca de M. Ricardo Heredia.
55
Revista de Historia
á D. Diego Hurtado de Mendoza, conde de Mélito, transcrita por el señor
Rodríguez Villa en la Introducción ya citada; pues en ella dice Zapila que
ha pensado poner la obra en manos del Conde, «en quien ha puesto el pru-
dentísimo y cathólico rey don Felipe nuestro señor la suma de gobierno de
todos los reynos y señoríos que en estas guerras y las otras que antes y
después dellas ha tenido nuestra nación en Italia se han conquistado»; y
como Carlos V abdicó la corona en Octubre de 1555, es imposible de todo
punto que un año antes de este acontecimiento se refiera Zapila al «pru-
dentissimo y cathólico rey don Felipe nuestro señor».
Quedaría del todo resuelta la cuestión si tuviera á mano ejemplares de
uno y otro año, y pudiera compararlos; pero aun con lo poco que el señor
Rodríguez Villa copia de la Introducción y argumento de la obra— que no
es tal y sí sólo una ligera descripción de Italia — que figura en la que se
dice edición de 1554, se puede asegurar que es la misma de 1559, puesto
que, de ser ésta la segunda, se hubieran en ella enmendado los muchos
errores y dislates que en una y en otra aparecen.
Véase la prueba: empieza así la llamada Introducción: «Suelen los his-
toriadores, para dar mejor á entender los hechos que escriben, particular-
mente la provincia y pueblos adonde los tales hechos acaecen de que escri-
bir quieren.» Tal como está escrito, no creo que lector alguno, aun poniendo
de su parte la mejor buena voluntad posible: entienda lo que el autor quiso
decir, á lo cual, en el manuscrito de referencia, se le da la forma siguiente,
clara y comprensible: «Suelen los historiadores, para darnos mejor á enten-
der los fechos que han de tratar, escribir principalmente la provincia e pue-
blos á do los tales fechos acaescieron.»
Sumamente curioso es el disparate que aparece poco después en esta
forma: «Son aquellos dos peligros es Sicilia y Caribdis de que los poetas
hacen tanta mención, es essomismo el lugar que llaman Rompió con su
mudación y de tal manera sobrepuso aquella tierra que donde Sicilia era
continente ahora es isla.» No hay tal lugar llamado Rompió, ni hay quien
entienda lo transcrito, si no se lee como se expresa en el manuscrito: «Son
aquellos dos peligros Scila y Caribdis de que los poetas hacen tanta men-
ción; es eso mismo el lugar que la mar rompió con su inundación y de tal
manera sobrepuso, etc.»
De lo ya expresado podemos deducir que no existe la edición de 1554,
y que, por lo tanto, el manuscrito es anterior á la obra impresa; y también
que aquél aventaja á ésta en claridad y corrección, aun cuando no se
pueda asegurar que le sirvió de origina!.
Sentado esto, vamos á tratar de otro aspecto no menos interesante.
56
y de Genealogía Española.
Añadió el editor á continuación del largo título que encabeza la obra,
Escrita á pedazos como acaescieron por Hernando Pérez del Pulgar Señor
del Salar; y tal afirmación, rebatida en todas ocasiones por más de un eru-
dito, tiene su parte de verdad, hasta ahora por nadie señalado.
Constaba la obra original, y tal como aparece en el manuscrito, de dos
libros, en los que, con arreglo á lo que en el título de él se expresa, se ocu-
paba únicamente de las dos conquistas del reino de Ñapóles. Al publicarse
la obra en 1559, le fueron añadidos el capítulo I del libro 11, que ninguna
relación tiene con el título— puesto que se ocupa de la rebelión de los
moriscos en 1500 y la parte que en ella tomó el Gran Capitán — , y todo el
libro 111, escrito á pedazos, no sólo por Hernando del Pulgar, sino por
lovio, puesto que de ambos escritores está tomado, casi al pie de la letra,
todo ó la mayor parte de cuanto en él se refiere, y que fué añadido para
terminar la historia con la muerte del caudillo, final más natural que el que
tenía ésta primitivamente.
Bastaba sólo leer con alguna detención la Crónica, sin necesidad de
acudir al manuscrito, para convencerse de cuanto decimos, pues al final del
capítulo CXXV se lee: «y porque ya se va cansando mi pluma quiero sola-
mente decir de qué manera la ciudad de Rosano vino en servicio del Rey
Católico de España», y así, efectivamente, lo hace en los dos siguientes
capítulos, últimos del libro II.
Réstanos, para terminar, decir algo acerca del ignorado autor de la Cró-
nica. ¿Fué Sebastián Rodríquez, ó éste se limitó únicamente á copiar la
obra que otro escribiera? No lo sabemos. La forma de la obra, el estar com-
puesta con materiales de las de Jovio, y su título, le da cierta analogía con
otra publicada también en Zaragoza poco tiempo antes, y parece indicar
la mano del Maestro Valles (1); pero esto sólo son suposiciones.
Demos, pues, con ellas fin á este ya largo escrito, y esperemos que la
casualidad facilite á otro más afortunado el verdadero nombre del autor de
la Crónica general del Gran Capitán, que nosotros no hemos sabido ó no
hemos podido encontrar.
Lucas de Torre.
(1) Lleva ésta el titulo siguiente: «Historia del invictísimo y muy animoso cavallero y
capitán D. Fernando de Avalos, Marqués de Pescara, con los hechos memorables de otros
siete capitanes del Emperador Carlos quinto deste nombre, es á saber: Próspero Colona,
el Duque de Borbón, Don Carlos Lanoy, Don Hugo de Moneada, Philiberto príncipe
Dorange, Antonio de Leyva, el Marqués del Guasto; recopilado por el Maestro Valles»,
Zaragoza.— Miguel de Qapila.— 1555.
57 5
Revista de Historia
Descendencia de los Marqueses de flrellnno.
(conclusión)
V ^^^- Don Francisco Ramírez de Arellano y Sotomayor, hijo de don
Carlos, número IV de la anterior genealogía, nació y fué bautizado en Oran
el 1." de Noviembre de 1633, siendo apadrinado por D. Pedro de Zúñiga,
hijo del Marqués de Flores-Dávila, Capitán General de la plaza. Empezó
á servir desde joven como caballero de lanza, llegando á alcanzar los
empleos de sargento mayor, comisario general de la caballería de Oran y
gobernador de Mazalquivir. Fué hecho cautivo en la derrota que causaron
los turcos á la caballería de Oran el 9 de Marzo de 1681, con muerte del
Capitán General, Marqués de la Algaba, costándole el rescate 8.000 pesos,
después de haber sufrido largo cautiverio en Argel, y murió después de más
de cuarenta años de brillantes servicios en Oran, el año de 1694. Habla
casado en Mazalquivir, previa dispensa de Su Santidad, con su prima doña
Inés María de Navarrete, nacida en Oran el 23 de Octubre de 1633, hermana
del capitán D. Andrés Francisco, caballero del Orden de Santiago, maes-
tre de campo y gobernador de Mazalquivir; de D.^ Marina, casada con el
veedor D. Miguel de Zufre y de D." Isabel; los cuales eran hijos de don
Garda de Navarrete, gobernador de Mazalquivir y de D." Ana de Ángulo
Valenzuela (hija del capitán Alonso de Ángulo Montesinos), nietos de don
Andrés de Navarrete, capitán de infantería de la plaza de Oran, y de doña
Ana María de Rivera, bisnietos de D.Juan Pérez de Navarrete, gobernador
de Mazalquivir; terceros nietos de García de Navarrete, maestre de campo
general, y también gobernador de la misma plaza, muerto el año 1546, á
mano de los moros, en el sitio de Mazagán, el cual era hijo de Diego de
Navarrete, que en 1530 se hallaba de capitán y gobernador del Castillo
de Rosalcázar.
58
CARI.O^y ANTONIO DE
LI^NO ANGVLO Y VI
DE ARt 1 1.\NO, Ttñl
ARMADA, IN5PE
ÍQS BATAI LONÍó BE
DESDE X XVI D NOVÍ
i)'tMPI/ODt GVAR-
JORRE.y RAMÍREZ D
LLAVICENCIQ KfAgp.*
"^EGRAEB ÍAJREAJ>
f COM ANEÍ^ €R ALD
M\RLVA^R^/£A.^>1
EMBBE B M DCC
DIAMARINA
;; de Genealogía Española.
Fueron hijos de D. Francisco Ramírez de Arellano y de su mujer doña
Inés María de Navarrete:
1° Don Carlos Ramírez de Arellano, capitán de la guardia del Capitán Genera!, muerto
en la misma ocasión que fué hecho prisionero su padre el 9 de Marzo de 1681.
2° Don Gil Ramírez de Arellano, muerto también soltero y á mano de los moros el 9 de
Julio de 1687.
3.'^ Don García Ramírez de Arellano, que sigue la línea.
4.° Doña Ana María Ramírez de Arellano, casada con su primo D. Felipe de Ángulo Ra-
mírez de Arellano, caballero de Justicia en la Orden de San Juan.
5.° Doña Isabel Ramírez de Arellano, casada con D. Gonzalo Arias Coloma, Conde de
Puñonrostro, grande de España de primera clase: muerta en Madrid el 11 de Julio de 1765,
á la avanzada edad de noventa y seis años y ocho meses (1). De este matrimonio fué hijo
el bailío Gran cruz de Malta, D. Luis Arias Ramírez de Arellano, General de las galeras de
su Religión.
6.° Doña Inés María Ramírez de Arellano, mujer que fué de su primo D. Carlos de Ángulo
Ramírez de Arellano, primer ¿Marqués de Ángulo, con sucesión, en la que recayó el Mar-
quesado de Arellano, que le fué concedido á su hermano D. García, como vamos á ver.
VI '^'s. Don García Ramírez de Arellano y Navarrete, Teniente Gene-
ral de los Reales Ejércitos, caballero comendador de Viilamayor en la Orden
de Santiago (2), primer Marqués de Arellano. Nació en Oran y fué bauti-
zado el 6 de Junio de 1675. Empezó su carrera militar como caballero de
lanza y adarga, y durante diez y ocho años sirvió en guerra viva contra los
moros, y era capitán de infantería española de la dotación de la plaza, cuando
su evacuación en 1706, en la que perdió todas sus propiedades.
Por los servicios de su padre le hizo el Rey merced de hábito de la
Orden de Santiago, que más adelante le valió para serle provisto en el go-
bierno del partido de Cieza, por aquella Orden; sucesivamente obtuvo pues-
tos en corregimientos de importancia, como los de las ciudades de Murcia,
Écija, Coruña, Betanzos, Burgos, León y Valladolid, y las intendencias del
Reino de Galicia, de Burgos, Vizcaya y Valladolid, siendo promovido últi-
mamente al Consejo de Guerra, y después obtenido el empleo honorario de
Teniente General. Como ya se ha dicho, fué condecorado con título de Cas-
tilla en premio de los servicios propios y heredados. Su fallecimiento lo
anunció la Gaceta de Madrid del día 12 de Diciembre de 1769, como ocu-
rrido el día 5 del mismo, con noventa y cuatro años, seis meses y veinte días
de edad, y ochenta de continuados servicios.
Había casado en Oran el 12 de Abril de 1705, con su prima hermana
D.° Ana María de Ángulo Ramírez de Arellano, nacida en Mazalquivir: una
(1) Gaceta de Madrid del día 23 de Julio de 1765.
(2) Archivo Histórico Nacional. Ordenes. Santiago, exp. núm. 6.901.
59
Revista de Historia
de las hijas de D. Alonso de Ángulo, sargento mayor de la plaza de Orán^
y de D." Beatriz Ramírez de Arellano, ya dichos. Don García y £>." Ana
María hicieron fundación de vínculo mayorazgo de todos sus bienes, previa
facultad Real que le fué otorgada por Cédula de 3 de Junio de 1755, en su
hijo único superviviente D. García.
Fueron hijos de este matrimonio:
1 ° Don Francisco Ramírez de Arellano y Ángulo, caballero del Orden de Santiago (1),
nacido en Cieza el 4 de Diciembre de 1708. Murió soltero.
2° Don Carlos Ramírez de Arellano, caballero de Justicia en la Orden de San Juan.
Muerto soltero.
3.° Don Gonzalo Ramírez de Arellano, que murió niño.
4.° Don García Ramírez de Arellano, que sigue.
VII bis, Don García Ramírez de Arellano, Marqués de Arellano, Maris-
cal de Campo de los Reales Ejércitos, comendador de Villamayor en la Or-
den de Santiago (2). Nació este ilustre militar en Écija el 20 de Diciembre
de 1715, empezando á servir en el regimiento de Guardias españolas como
cadete el 1.° de Septiembre de 1732; fué capitán de Dragones de Almansa
en 1734, teniente coronel de dragones de Mérida en 1752 y coronel de este
mismo cuerpo en 1762; hizo las campañas de su época, y con Mérida se
halló en la breve campaña de Portugal. No sólo dio muestras de su valor
militar, sino que en la paz hizo profundos estudios para dotar al Cuerpo de
Dragones de una táctica; escribió una memoria sobre ella, é hizo con su re-
gimiento, ante junta de Generales, ensayos que gustaron al extremo de or-
denársele escribiese, como lo hizo, una Instrucción metódica y elemental
para la táctica, manejo y disciplina de la Caballería y Dragones, que fué
aprobada por la Junta de Ordenanza y mandada imprimir á costa del Rey el
año 1767; en el entretanto que se imprimía esta monumental obra, tirada á
todo lujo con magníficos grabados, dio á luz un extracto de la misma, al
que llamó Gramática militar de táctica para la caballería; escribió otros
trabajos que no se imprimieron, como Tratado quinto: correspondiente á
los Cuerpos de Caballería y Dragones para renovar y adicionar el de la
Ordenanza general, que está en la Biblioteca de Ingenieros, y unos trabajos
históricos y genealógicos sobre Oran y sus familias, que hemos visto cita-
dos sin lograr hallarlos.
Destinado como Mariscal de Logis al ejército sitiador de Gibraltar, fa-
(1) Archivo Histórico Nacional. Ordenes. Santiago, exp. 6.839.
(2) Archivo Histórico Nacional. Ordenes. Santiago, exp. 6.840.
60
y de Genealogía Española.
lleció en San Roque el día 4 de Mayo de 1781 (1). El general del Ejército,
D. Martín Álvarez de Sotomayor, al dar cuenta á Floridablanca de esta
pérdida, hace un elogio caluroso de este ¡lustre General español, y remite el
resumen de sus servicios, que aparecieron en la Gaceta de Madrid pocos
días después. La concisión que se requiere en estos trabajos impide publi-
car muchas noticias que hemos podido adquirir de su vida.
La poca fortuna que alcanzó en su carrera, le siguió después de muerto;
con sus estudios dio una táctica á su Arma, que habiéndose incluido en la
Ordenanza, ha servido casi hasta nuestros días para la enseñanza de la Ca-
ballería, y no obstante, nadie hizo hasta hoy un resumen de sus servicios.
Por haber muerto sin sucesión pasaron, su título y mayorazgo, á la Casa de
Ángulo, como se ve á continuación.
*
* *
Del matrimonio de D. Alonso de Ángulo, Capitán y sargento mayor de
Oran, con D." Beatriz Ramírez de Arellano, hija de D. Carlos Ramírez
DE Arellano, número IV de la anterior genealogía, fueron hijos, entre otros:
1." Don Alonso de Ángulo Ramírez de Arellano, Teniente coronel de caballos, que
creo no dejó descendencia.
2.° Don Felipe de Ángulo Ramírez de Arellano, Capitán de Infantería española, muerto,
como tantos otros de sus abuelos y parientes, con gloria, en el campo de batalla, que
para él lo fué el sitio de Mazalquivir, por los turcos. Fué caballero de Justicia en el Orden
de San Juan.
3." Don Carlos de Ángulo Ramírez de Arellano, que sigue.
4.°, 5.° y 6° D.^ Margarita, D.^ Ana María y D.* Francisca Leonor de Ángulo Ramírez
de Arellano, de las que no alcanzamos noticias.
11. Don Carlos de Ángulo Ramírez de Arellano, Teniente coronel de
Infantería, caballero del Orden de Santiago, Corregidor y capitán á guerra
de la ciudad de Jerez de la Frontera. Nació en la plaza de Mazalquivir el
(I) He aquí lo que dice una lápida mortuoria que se encuentra delante de las gradas
del Altar Mayor de la parroquia de la ciudad de San Roque, donde se hallan sus restos.
Por cabeza, un escudo de armas con tres flores de lis, y á continuación se lee lo que
sigue:
«Aquí yace Don García Ramírez de Arellano, Marqués de Arellano, Caballero Comen-
dador de la Orden de Santiago, Mariscal de Campo de los Reales Exércitos, nació en Écixa
en 20 de Diciembre de 1715, murió á 4 de Mayo de 1781, de Mayor General de Caballería
y Dragones en el Bloqueo de la plaza de Gibraltar, General de no menos luces que expe-
riencia y tan adornado de prendas civiles como militares, sirvió en cuantas guerras tuvo
España en su tiempo, empleó los intervalos de la paz en útiles estudios, sus obras ilumi-
naron el Cuerpo de Caballería y Dragones, sus virtudes le concillaron el amor de todos.
Su Alma descanse en paz. Amén.»
61
Revista de Historia
26 de Agosto de 1673 y fué bautizado en la parroquia de San Miguel el
3 de Septiembre siguiente; desde que tuvo edad suficiente, sirvió de soldado,
alférez y capitán de Infantería, siempre en guerra con los moros, hasta que
de un tiro de fusil quedó inútil de una mano, recibiendo en premio el grado
de teniente coronel; desde entonces desempeñó destinos en Gobiernos,
como fueron el del partido de Cieza, por la Orden de Santiago, en la que
era caballero profeso, y corregimientos como el de las ciudades de Huesca,
Toro y Jerez de la Frontera, último que tuvo desde 5 de Diciembre de 1721
hasta el 12 de Noviembre de 1739, que falleció en Madrid. En consideración
á sus servicios personales y especialmente á los gloriosos de sus parientes y
abuelos, como los de sus hermanos ya dichos y el de su primo^ D. José de
Ángulo, que logró la corona del martirio de la mano propia del rey de
Mequínez, siendo Cabo y ejemplar felicísimo de otros diez Mártires solda-
dos suyos, que le imitaron en la constancia de la Fe y desprecio de las
ofertas y amenazas con que aquel Rey intentó apartarlos de ella y murieron
despedazados como él en el mismo teatro, el segundo día de Pascua de
Resurrección del año de 1699. Por Real Resolución, á consulta del Consejo
de la Cámara de 19 de Noviembre de 1731, le fué hecha merced de título de
Castilla con la denominación de Marqués de Ángulo, de la que se le expidió
Real cédula, dada en Sevilla el 16 de Enero de 1733: en la misma concesión
se detalla su generación, por sus cuatro apellidos, y por el de Ángulo
resulta era séptimo nieto de Alonso Martínez de Ángulo Venegas, veinti-
cuatro y capitán de la gente de Córdoba, en la conquista de Antequera, y
décimo nieto de D. Fernán Sánchez de Ángulo, Señor de la casa de Ángulo
en las Montañas, que bajó á la conquista de Andalucía, en servicio del rey
D. Alonso el Sabio (1). Casó este caballero, como se ha dicho, con su prima
D." Inés Marta Ramírez de Arellano, de quien fueron hijos, entre otros:
\° Don Andrés de Ángulo Ramírez de Arellano, Marqués de Ángulo, colegial mayor
del de Cuenca en la Universidad de Salamanca, oidor de la Real Audiencia de la ciudad
de Valencia y Lugarteniente general de la Orden de Montesa, en la que hizo pruebas de
nobleza el año de 1755. Murió sin sucesión, pasando el titulo y vinculaciones á su sobrino,
como veremos. Había nacido en Oran el 2 de Septiembre de 1697.
2° Don Felipe de Ángulo Ramírez de Arellano, Marqués de Arellano en sucesión de
su primo el segundo Marqués, caballero de justicia en la Orden de Sanjuan, en la que ingre-
só el 21 de Septiembre de 1722. Nació en Cieza y bautizado el 17 de Septiembre de 1711:
sirvió, desde que tuvo edad, en las galeras de su Religión, siendo Patrón de la Capitana
desde 1732 á 1734, y al siguiente año, nombrado Gobernador de San Ángel. Falleció sin
sucesión, pasando su titulo y dereciios á sus sobrinos, como se verá.
3.° Doña Ana María de Ángulo Ramírez de Arellano, que sigue.
(1) Cámara de Castilla. Archivo histórico nacional. Titulo de Marqués de Ángulo.
62
y de Qenealoftia Española.
III. Doña Ana María de Ángulo Ramírez de Arellano, en cuya
descendencia entraron los títulos y mayorazgos de su padre y her-
manos. Casó en Jerez de la Frontera con D. Martin de Torres Villa-
vicencio, caballero veinticuatro de la ciu-
dad, hijo de D. Fernando de Torres V¿-
llavicencio, asimismo veinticuatro, y de dc-
ña Juana de Villavicencio, ambos de casas
de la primera nobleza de Jerez, y de las que
nos ocuparemos con detención, en sucesi-
vos artículos.
Del matrimonio de D. Martín de Torres
y Z)." Ana María de Ángulo fueron hijos:
1.° Don Fernando de Torres y Ángulo Villavi-
cencio Ramírez de Arellano, veinticuatro de Jerez,
que fué casado con D,^ Antonia de Araújo, y tuvo,
entre otros iiijos, á D. Juan de Dios de Torres, Mar-
qués de Ángulo, natural de Jerez, el que sirvió en
la Real Armada hasta el empleo de teniente de navio,
y falleció en Jerez el año 1822; en su descendencia están: el titulo de Marqués de Ángulo,
que posee hoy la Sra. D.^ Eugenia de la Rocha y de la Fontecilla, Marquesa de Ángulo
y viuda de Casa-Mendaro, y el de Marqués del Buen Suceso, que también lo heredó la
Casa de la Rocha.
2.° Don Carlos de Torres y Ángulo, que sigue la línea.
3.° Don Pedro de Torres y Ángulo, nacido en Jerez el 3 de Noviembre de 1731, y que
sirvió desde guardia-marina en la Real Armada; f sin sucesión.
Armas de Torres.
IV. Don Carlos de Torres Ángulo Villavicencio y Ramírez de Are-
llano, Marqués de Arellano, Teniente general de la Real Armada, Nació en
Jerez el 5 de Agosto de 1727. Sirvió en la Armada desde el 26 de Noviembre
de 1741, en que sentó plaza de guardia-marina, hasta el 15 de Septiembre
de 1809 que falleció en Cádiz; había desempeñado la Capitanía general del
Departamento de Cádiz y la Inspección general de los batallones de Marina,
en los que sirvió muchos años. El retrato que ilustra estas páginas pertenece
á este distinguido General de Marina, y se halla colocado en el Museo Naval.
Hay publicadas diferentes biografías de este invicto marino; entre ellas son
las más importantes: ia publicada por Camilo Riquer y Zabecoe en el Diario
de la Marina; la que figura en la Galería del general D. F. Pavía, y la que
aparece en el lugar correspondiente del Diccionario enciclopédico hispano-
americano, de Montaner.
El general D. Carlos de Torres había casado en Cádiz con D.^ María
de los Dolores Monialvo y Serrano^ hija de D. Mateo Montalvo, regidor
63
Revista de Historia
perpetuo de la ciudad, y de D." Francisca Ser rano ^ y tuvieron varios hijos,
de los cuales sólo les sobrevivieron:
1." Doña María de los Dolores de Torres y Montalvo, Marquesa de Arellano, sin
sucesión.
2° Doña Manuela de Torres Montalvo, que sigue.
V. Doña Manuela de Torres Mon-
talvo, Marquesa de Arellano, nació en
Cádiz el 1.° de Marzo de 1771, y casó en
la Real Isla de León el 13 de Julio de 1803
con D, Andrés de Orive y Quintana, Bri-
gadier de la Real Armada, natural y de
ilustrísima familia de Logroño, á la que
pasó en la siguiente generación el título
de Marqués de Arellano. No puedo dete-
nerme ahora en detallar esta Casa, digna
por su importancia de un largo artículo,
y sólo diré que de este matrimonio fueron
hijos:
Armas de Orive.
1.° Don Carlos María de Orive y Torres, Marqués de Arellano. Nació en la Real Isla
de León el año 1804, y falleció siendo teniente de navio retirado, en su casa, del mayorazgo
en Écija, hacia el año 1830. No dejó sucesión.
2.° Doña María de los Dolores de Orive y Torres, que sigue.
VI. Doña María de los Dolores de Orive y Torres, Marquesa de Are-
llano, nacida en la Real Isla de León el 10 de Agosto de 1807; que casó en
Cádiz el 17 de Mayo de 1836 con D. Antonio de Perea Bergadá Báñales y
Ortuño Ramírez, de una ilustre familia, tam-
bién de militares distinguidos, de cuya varo-
nía y servicios me propongo publicar intere-
santes noticias. Ya en esta nueva familia ha
perdurado el título, como se verá.
Hijos de D.^ María de los Dolores, Mar-
quesa de Arellano, y D. Antonio de Perea
Bergadá.
1.° Don Carlos de Perea y Orive, Marqués de Are-
llano, que no dejó sucesión de su matrimonio con
D.* Carlota Chacón y Vizcarrondo, actual marquesa
viuda de Arellano.
Armas de Perea.
64
y de Genealogía Española.
2." Don Antonio de Perea y Orive, que sigue.
3.° y 4." Dos señoras, una monja profesa en un convento de Cádiz, y otra casada y con
descendencia, y cuyos nombres ignoro.
VII. Don Antonio de Perea y Orive, Marqués de Arellano, Vicealmi-
rante de la Armada, Comandante general que es hoy del Apostadero de
Cádiz. Nació en Cádiz el 17 de Diciembre de 1844, y desde 13 de Julio
de 1857 que ingresó en el Colegio Naval, viene sirviendo en la Armada,
habiendo desempeñado multitud de cargos importantes y muchos mandos
de buques; últimamente ha sido Comandante general en Ferrol, segundo
jefe del Estado Mayor de la Armada y consejero del Supremo de Guerra y
Marina. Como su ilustre pariente el segundo Marqués, ha producido muchas
obras de gran utilidad práctica para su profesión de la Marina militar. Está
casado con D.'^ María Rita Chacón, hermana de su cuñada la Marquesa
viuda de Arellano, hija, nieta y descendiente por todas sus líneas de mari-
nos distinguidos, y víctimas sus dos abuelos de naufragios; tienen sólo
un hijo:
Don Antonio de Perea y Chacón, sucesor en el título, y también coii
descendencia de su matrimonio con D.' Ana María de la Rocha, hija de
D. Francisco, comandante que fué del Terror en el glorioso y desgraciado
combate de Santiago de Cuba, de cuyas consecuencias ha muerto malo-
gradamente. Es como su padre y antepasados por todas sus líneas oficial
de Marina, y hace poco le honró S. M. con la llave de su Gentil-hombre.
Juan Moreno de Guerra.
CREACIÓN DEL TÍTULO DE MARQUÉS DE ARELLANO
(Archivo Histórico.— Cámara de Castilla.)
«D. Plielipe (Se. Por quanto teniendo atención á los servicios, ilustre y notoria Calidad
de vos D. García Ramírez de Arellano, Caballero del Orden de Santiago, hijo de D. Fran-
cisco Ramírez de Arellano, que fué Sargento Mayor, comisario general y Governador de la
Villa y Puerto de Mazarqulvir, donde murió en este empleo el año de mil seiscientos
noventa y quatro, haviendo estado cautivo en Argel, y rescatádose á su costa en ocho mil
Pesos; Nieto de D. Carlos Ramírez de Arellano, Caballero que fué de la misma Orden de
Santiago y Sargento Mayor de la Gente de guerra de las Plazas de Oran y Mazarqulvir, y
Gobernador de la de Melilla, donde fué muerto á mano de los Moros; segundo Nieto de
D. Alvaro Ramírez de Arellano, Tercero nieto de D. Juan Ramírez de Arellano, Dueño de
la Villa de Soto, en el Obispado de Calahorra, que fué hermano de D. Felipe Ramírez de
65 6
Revista de Historia
Arellano (1), Conde de Aguilar, señor de los Cameros, Capitán General de las dichas Pla-
zas de Oran y Mazarquivir: Nieto por lignea Materna de D. García de Navarrete, Goberna-
dor que también fué de Mazarquivir, segundo Nieto del Capitán Andrés de Navarrete; ter-
cero Nieto de D. Juan Pérez de Navarrete, que asimismo fué Gobernador de Mazarquivir:
Quarto nieto de García de Navarrete, que tuvo el propio Gobierno y fué Maestre de Campo
General: en cuio empleo murió el año de quinientos y quarenta y seis á mano de los moros
sobre el sitio de Mastagán; y quinto nieto de Diego Navarrete, que en el año de quinientos
y treinta se halló sirviendo de Capitán y Castellano del Castillo de Rosalcázar: haviendo
servido todos con el desempeño y aprobación correspondiente á su sangre y obligacio-
nes; siendo muy distinguidos en la milicia; y murieron en ella con otros muchos Primos y
Parientes vuestros, como también vuestro Tío el Maestre de Campo D. Andrés Nabarrete,
Caballero que fué de la referida Orden de Santiago y Governador de Mazarquivir (de cuios
méritos sois heredero), y vuestros hermanos D. Carlos y D. Gil Ramírez de Arellano, que
acabaron sus vidas á manos de los infieles en las Rotas de los años de mil seiscientos y
ochenta y uno y mil seiscientos y ochenta y siete, en compañía de los Generales Marqués
de la Algaba y D. Diego Bracamonte; y atendiendo asimismo á que á imitación- de los
expresados vuestro Padre, Abuelos, Hermanos y demás Parientes y Ascendientes, servís-
teis también en Guerra viba cerca de diez y ocho años con Plaza sencilla de Lanza y Adarga
en la Caballería; y después de Capitán de Infantería Española con una Compañía de la
Dotación de Oran hasta su evacuación; en que perdisteis más de veinte y quatro mil Duca-
dos de propiedades muebles y esclavos: pasando á España el año de mil setecientos y
seis: desde cuio tiempo havéis continuado vuestro mérito, sirviéndome en el empleo de
Gobernador de la Villa de Cieza que os conferí, y en los de mí Corregidor de las Ciudades
de Murcia, Écija, Coruña y Vetanzos, Burgos, León y Balladolid, donde lo estáis prosi-
guiendo con la Intendencia general de su provincia, haviendo antes servido las Intenden-
cias del mi reino de Galicia y Provincias de Burgos, Álava y Señorío de Vizcaya, facili-
tando en estos manejos vuestro celo, actividad y amor á mi servicio, muy crecidos intere-
ses á mi Real Hacienda y muchos donativos de Gente y dinero para las Urgencias de la
Guerra que con vuestra maña y esfuerzo han executado con gran satisfacción todos los
pueblos que habéis gobernado, dexándolos muí beneficiados en sus propios intereses, y
mejor administración de Justicia: en remuneración de todo y por más honraros y sublimar
vuestra Persona y antigua Casa: Por resolución á Consulta de mi Consejo de la Cámara de
veinte y ocho de Malo del año pasado de mil setecientos y veinte y siete: He venido en
haceros merced de Título de Castilla para vuestra Persona, hijos y Descendientes en la
dicha vuestra Casa: y en su Conformidad y porque habéis elexido el de Marqués de Are-
llano: Mi voluntad es que vos el expresado D. García Ramírez de Arellano y vuestros hijos
y descendientes en vuestra casa cada uno en su tiempo perpetuamente para siempre jamás
os podáis llamar é intitular, llaméis é instituléis y os hago é institulo Marqués de Arellano.
Y por esta mi carta, etc. Dada en Sevilla á quince de Junio de mil setecientos treinta y uno.
Yo el Rey. Yo D. Francisco de Castejón, Secretario del Rey nuestro Señor, lohice escri-
bir por su mandado; Andrés, Arzobispo de Valencia.— ]vAfi Blasco de Orozco.»
(1) Como se ha visto en la genealogía, hay en esto error.
65
y de Genealogía Española.
EL CAPITÁN GENERAL ESLAVA
(conclusión)
En 20 de Agosto de aquel año fué nombrado Virrey de Nueva Granada
y Presidente de la Audiencia de Santa Fe, en cuyo cargo se habían de dar
á conocer en toda su plenitud la claridad de su inteligencia, sus dotes de
organizador, y ponerse á prueba su indomable valor y la entereza y energía
de su carácter, en la heroica defensa de Cartagena de Indias, que le inmor-
talizó. Embarcó en Cádiz para su destino y, después de una peligrosa tra-
vesía, llegó á Puerto-Rico, donde, por encargo del Gobierno, se detuvo algún
tiempo para inspeccionar el estado militar y defensas de la isla y tomar
todas aquellas medidas necesarias para ponerla al abrigo de cualquier
golpe de mano de los ingleses: continuó su viaje, estando muchísimas veces
en inminente peligro de caer en manos de los enemigos, y por fin, después
de tan peligrosa y accidentada travesía, pudo llegar á Cartagena de Indias,
donde desembarcó el día 23 de Abril de 1740.
Estaba, á la sazón, en guerra España con Inglaterra desde Octubre
de 1739, á causa de los actos de piratería y de inhumanidad que cometían
los contrabandistas ingleses en nuestras posesiones del Nuevo Mundo y las
absurdas y desmesuradas pretensiones de los comerciantes ingleses, envidio-
sos de la terrible y arruinadora coñipetencia que nuestro comercio les hacía.
Se prohibieron todo género de relaciones comerciales con Inglaterra y se
autorizó el corso contra los buques de esta nación. La escuadra que man-
daba el almirante Vernon, compuesta de seis navios de línea, había bom-
bardeado y rendido en el mes de Noviembre de 1739 á Portobello y en
Febrero del año siguiente bombardeó á Cartagena de Indias (1) desde la
(1) Esta ciudad, capital del Antiguo Virreinato de Nueva Granada (hoy Colombia), está
situada en la zona tórrida á los 10° 25' lat. N. y 75° 34' long. O. Fué fundada por Pedro
de Heredia el 21 de Enero de 1533, sobre una isla arenosa de unos 15 kilómetros de larga
por 5 ó 6 de ancho, junto y al Oeste del continente sud-americano y al Norte de las islas
de Tierra Bomba y Barú.
67
Revista de Historia
mar, y continuó hasta el río Chagre, en cuya desembocadura había un cas-
tillejo con cuatro piezas y 30 hombres de guarnición, que, á pesar de su
escasa importancia, mereció la honra de un furioso bombardeo, de las an-
danadas de tres de los mayores navios durante dos días y de una capitu-
lación firmada por el Almirante, en virtud de la cual se retiraron los defen-
sores (1). Marchó el Almirante Vernon á Jamaica á reponer y reforzar su
escuadra y esperar la que mandaba el almirante Chaloner Ogie, compuesta
de 21 navios de línea y 170 embarcaciones de transporte, conduciendo un
cuerpo de ejército á las órdenes de lord Cathcart. Todas las plazas ameri-
canas temblaron pensando cuál sería atacada por fuerzas tan poderosas,
pero pronto se despejó la incógnita al ver fondear la escuadra en la ense-
nada de Canoas delante de Cartagena de Indias el 15 de Marzo de 1741 (2).
Para resistir á tantas fuerzas sólo había en la ciudad y sus fuertes la acre-
ditada experiencia del virrey D. Sebastián de Eslava y 1.100 hombres de
los batallones de España, de Aragón, de la plaza y de piquetes sueltos; con
más de 300 milicianos, dos compañías de negros y mulatos libres y 600 in-
dios del monte para ayudar á los trabajos; para la defensa del puerto, seis
navios con 400 hombres de guarnización y 600 marineros; dos colocados
para embarazar que por Bocagrande entrasen los enemigos con lanchas y
los restantes en Bocachica para impedir el ingreso á la bahía; unos y otros
á la orden y acertada conducta del invicto teniente general de la Armada
D. Blas de Lezo (3).
Tal era el entusiasmo que despertaron en Inglaterra los fáciles triunfos
que había obtenido el almirante Vernon y tal la seguridad que éste tenía
de conquistar Cartagena de Indias, que se acuñó en Londres una serie de
medallas de bronce con que, á la vez que se exaltaba el heroísmo de los
marinos británicos, se quería humillar á los de España. En el anverso de
algunas aparecía D. Blas de Lezo de rodillas, presentando su espada al
almirante Vernon, leyéndose entre ambas figuras: Don Blas.— El orgullo
español abatido por el almirante Vernon. En el reverso, repetido el nom-
bre de D. Blas; la ciudad y puerto de 'Cartagena de Indias, cuya boca cie-
(1) Fernández Duro: Armada Española desde la unión de los Reinos de Castilla y León,
tomo VI, pág. 245.
(2) Fernández Duro, op. cit., pág. 247.
(3) Diario de todo lo ocurrido en la expugnación de los fuertes de Bocachica y sitio de
Cartagena de Indias en 1741, formado de los pliegos remitidos á S. M. (Dios le guarde),
por el virrey de Santa Fe, D. Sebastián de Eslava, con D. Pedro Mur, su ayudante gene-
ral.—Madrid, 1742, un folleto en 4.°, reimpreso en Madrid en la Colección de libros raros
ó curiosos que tratan de América, tomo XI, pág. 191 y siguientes.
68
y de Genealogía Española.
rra una cadena, y navios ingleses disponiéndose á romperla; en la orla,
leyenda: Verdaderos héroes ingleses tomaron á Cartagena. Abril, 1741 (1).
En otras, el busto de Vernon aparece con la frase parodiada / carne, I saw^
I conquered, que, como con mucha gracia dice el Sr. Fernández Duro, tiene
que interpretarse: Llegué, Vi, Me vencieron.
Pronto fué castigado el orgullo y necia jactancia de Vernon. No contaba
él seguramente con un descalabro tan enorme como el experimentado por
la armada inglesa ante los muros de Cartagena, pero más cauto hubiera
sido en sus pronósticos si hubiera conocido la energía, la entereza, la
inteligencia y el temple de alma que atesoraban los dos beneméritos Gene-
rales que mandaban las fuerzas de mar y tierra de la plaza.
El día 17 de Marzo cuatro navios empezaron á batir el castillo de San
Luis de Bocachica, que estaba á cargo del ingeniero en jefe D. Carlos
Denaux, y otros tres á ejecutar lo propio con las baterías de San Felipe y
Santiago, mandadas por el capitán de los batallones de Marina D. Lorenzo
Alderete; lo que ejecutaron con tal obstinación y esfuerzo, que las demo-
lieron por completo, y no hubo más remedio que abandonarlas; los tres
navios se unieron á los que atacaban el castillo, sobre el que convergieron
sus fuegos, bombardeándole hasta el día 24, con tal tesón, que arruinaron
la mayor parte de las defensas y nos desmontaron algunos cañones. Viendo,
sin embargo, que el castillo no se rendía, empezaron á construir una batería
de 20 cañones; pero descubierto su intento por el Gobernador, hizo el 31 una
salida tan vigorosa y arrojada, que consiguió poner en fuga al enemigo,
causándole más de 50 hombres muertos. Para proteger la construcción
de esta batería habían desembarcado los ingleses ocho regimientos de Infan-
tería al mando del general Wentwonth, en sustitución de lord Cathcart, que
había fallecido. Todo el empeño de los ingleses se cifraba en apoderarse del
castillo de San Luis, que era la llave del puerto; el de los defensores, en impe-
dirlo, levantando por la noche baterías de fagina, restaurando los parape-
tos destruidos por las balas durante el día y cubriendo las bajas con gente
de la escuadra de Lezo. El 1.° de Abril empezaron las escuadras á ayudar
á las baterías de tierra en el bombardeo del castillo, con fuego tan certero
y vivo, que abrieron brecha capaz y fácil al asalto, desmontando la mejor
artillería, y poniéndole en tal aprieto, que el Gobernador, viendo el día 5,
dos horas antes de anochecer, que el enemigo, en tres columnas de avance
y más de 50 lanchas, se disponía á dar el asalto, desesperando de poderse
(1) Fernández Duro, op. cit., t. VI, pág. 251.
69
Revista de Historia
sostener en aquel montón de ruinas, izó bandera blanca; mas viendo que el
enemigo proseguía su avance y no quería oir proposición ninguna, deter-
minó abandonar el castillo para salvar el puñado de soldados que le resta-
ban y acudir con ellos á la defensa principal de la plaza. Al primer aviso
que tuvo el general Eslava del movimiento del enemigo, acudió en su soco-
rro, sin arredrarle el estado de su herida, recibida en la pierna el día ante-
rior á bordo del navio La Galicia, estando conferenciando con Lezo, que
también fué herido en la mano única que tenía; llegó tan á tiempo el Virrey,
que pudo recoger los dispersos restos de la tropa, heroica defensora del
castillo de San Luis, que había sabido sostener con sin igual tesón durante
veintiún días de porfiado y terrible asedio.
Con objeto de atender mejor á la defensa de la plaza, determinaron
abandonar los buques; pero en la precipitación con que verificaban la faena
prendieron fuego á una embarcación en que había 60 barriles de pólvora,
abrasándose los navios África y San Felipe, y sólo se consiguió que se
fuese á pique en medio del canal el San Carlos, para embarazar la entrada
de la escuadra enemiga. La capitana Galicia fué apresada por los ingleses
con 60 hombres, que quedaron prisioneros. Don Blas de Lezo se retiró á la
ciudad con todas las armas y pertrechos que se pudieron salvar, proce-
diendo á cubrir el brazo estrecho que dentro de la bahía forman las puntas
donde estaban emplazados el castillo grande y la batería de Manzanillo, lo
que efectuó con los dos navios Dragón y Conquistador, que fondeó en el
canal, con orden de echarlos á pique, así como las embarcaciones mercan-
tes, para cerrar el puerto y evitar la aproximación de la escuadra enemiga
á la ciudad (1). Todo el empeño de los ingleses se cifraba en desembarazar
la entrada del puerto, lo que consiguieron, después de innumerables traba-
jos, el día 12, empezando inmediatamente el bombardeo de la ciudad, que
duró sin interrupción hasta el 27, logrando con el fuego de los buques ale-
jar los piquetes que defendían la bahía y favorecer su desembarco. Tenían
resuelto los ingleses tomar por asalto el castillo de San Felipe de Barajas,
llamado también de San Lázaro, que defendía la parte Este de la plaza, y
al amanecer del día 20 de Abril se arrojaron con intrépido orgullo al avance
con cerca de 4.000 hombres, divididos en tres columnas, llevando gran
número de escalas y manteletes y muchos útiles para mover la tierra (2).
El Virrey, á cuya actividad nada escapaba, había dispuesto todo lo nece-
sario para defender perfectamente las avenidas del castillo, haciendo cons-
(1) Fernández Duro, op. cit., pág. 249.
(2) Diario de todo lo ocurrido en la expugnación..., efe, pág. 206.
70
y^ de Genealogía Española.
truir un pequeño hornabeque de faginas con su camino cubierto y glassis,
que protegía perfectamente el fuerte; á la derecha de éste hizo también
construir una batería de cinco cañones, que flanqueaba al enemigo, y se co-
municaba con el hornabeque.
Dispuso el Virrey la guarnición conveniente para la defensa de estos
fuertes, los cuales estaban al mando del intrépido D. Melchor de Navarrete,
teniente de Rey de la plaza, que se cubrió de gloria en aquel día. Mal
resultado les dio á los ingleses su intento de asalto; el fuego de nuestras
baterías les hizo mucho daño, y á las seis de la mañana, no pudiendo la
tropa tolerar la defensa pasiva que hacía de los reductos, salió de ellos y á
la bayoneta se arrojó tan impetuosa y gallardamente sobre los enemigos,
que les obligó á volver la espalda con desorden, dejándose en el campo las
escalas, manteletes y los útiles que para mover tierra habían llevado los
asaltantes, causándoles más de 800 muertos y 200 heridos. El general Eslava
aprovechó el momento y se arrojó á la cabeza de una columna, haciendo
la victoria decisiva.
El mismo día enviaron parlamento los Generales ingleses pidiendo la
suspensión de hostilidades para retirar sus heridos. El día 22 intentaron
forzar el puerto de la Cruz Grande, siendo rechazados, y el 24 intentaron
hacer lo mismo con el de Manzanillo, con idéntico desgraciado éxito; el 27,
á las diez de la mañana, se levaron las bombardas y se incorporaron á la
escuadra, y el 28, dos horas antes de amanecer, cesó el bombardeo. Al
romper el día, un marinero vizcaíno prisionero, huido, llegó diciendo que los
enemigos habían abandonado enteramente el campo y se habían embarcado
con su tren, tropa y pertrechos. Mandó Eslava que cinco piquetes marcha-
sen á picarles la retaguardia, pero cuando llegaron al campo ya estaba toda
la tropa en los navios, y sólo encontraron algunas tiendas, barriles de pól-
vora, resina, balas, fusiles, etc. (1).
Según el diario del general Lezo, dispararon durante el sitio 6.068 bom-
bas y más de de 18.000 balas de cañón y perdieron 9.000 hombres: tuvieron
que incendiar seis navios y otros 17 quedaron con necesidad de grandes
reparos para poder servir: es decir, experimentaron un desastre que dis-
culpaban sus generales con la imprevisión de otros, la desavenencia entre
sí, el clima, las enfermedades, etc.: eterna historia de los malos sucesos.
Nuestras pérdidas fueron escasas si se comparan con lo arduo de la em-
presa y poder del enemigo: se redujeron á poco más de 600 muertos, si
(1) Diario de todo lo ocurrido..., etc., pág. 211.
71
Revista de Historia
bien entre ellos sufrió España la dolorosa pérdida de uno de sus más bri-
llantes marinos: el heroico Lezo, fallecido el 7 de Septiembre de aquel año
en Cartagena, de resultas de las heridas sufridas y de las penalidades del
sitio (1).
Tal fué el memorable sitio de Cartagena de Indias, donde el orgullo de
los ingleses quedó completamente abatido, y ellos obligados á reararse
corridos y maltrechos después de dos meses de ataques, desembarcos y
asaltos en que no lograron apoderarse más que de algunas fortificaciones
que no pudieron decidir la rendición de la plaza y quedando tan escarmen-
tados que en todo el tiempo más que duró la guerra no se atrevieron á mo-
lestar de nuevo nuestras posesiones de América.
La heroica victoria conseguida por nuestras armas en Cartagena de
Indias entusiasmó y lleno de júbilo á la nación entera, sólo mitigado por la
muerte del insigne Lezo. La Gaceta de Madrid dio cuenta, con gran exten-
sión de tan glorioso hecho de armas: el rey Felipe V premió los eminentes
servicios del heroico Eslava, elevándole á la suprema dignidad de Capitán
general de sus Reales Ejércitos por Real Cédula de 25 de Octubre del
mismo año, y su modestia, compañera inseparable de su mérito, le hizo no
aceptar el título de Marqués con el que quiso agraciarle S. M., dándose
por muy recompensado de sus extraordinarios méritos con el alto empleo
obtenido; más tarde, al poco tiempo de su fallecimiento, el rey Carlos III,
queriendo perpetuar su memoria, creó Marqués de la Real Defensa, por
Real Cédula de 24 de Abril de 1760, al coronel D. Gaspar de Eslava y Mon-
zón, sobrino carnal del Virrey, ya que éste murió soltero sin dejar sucesión
alguna: este título lo lleva hoy el Conde de Guendulain como descendiente
del primer Marqués (2).
En 10 de Noviembre de 1742 se le confirió el Virreinato del Perú, que no
aceptó, permaneciendo en Santa Fe y gobernando Nueva Granada, donde
tantos laureles había alcanzado, hasta el año 1749 en que fué reemplazado
por el teniente general de la Armada, Marqués del Villar. Durante el tiempo
de su mando elevó Cartagena de Indias, con sus reformas militares, á una
de las primeras plazas del Nuevo Continente; organizó las milicias, realizó
infinidad de mejoras y obras púbUcas en su capital y otros pueblos, y en
diez años de mando su administración duplicó la riqueza pública al mismo
<1) Fernández Duro, op. clt., pág. 250.
(2) El rey D. Carlos III honró también la memoria del teniente general de la Armada
D. Blas de Lezo, concediendo á su hijo D. Blas de Lezo y Pacheco el titulo de Marqués
de Ovieco.
72
;; de Genealogía .Española.
tiempo que con su enérgica reprensión del contrabando evitó el fomento
de las posesiones extranjeras (1).
Á su regreso á España fué agraciado por el Rey con la llave de Gentil-
hombre de Cámara, y á la muerte del Conde de Siruela le confirió la Direc-
ción general de Infantería en 28 de Julio de 1750, y en los cuatro años que
ocupó tan elevado cargo fueron innumerables las mejoras que realizó,
introduciendo todos los adelantos que vio en los ejércitos extranjeros y
elevando el nuestro á un grado tal de instrucción y brillantez como
hacía tiempo no se conocía. En 10 de Julio de 1754 fué nombrado Ministro
de la Guerra, cuyo empleo desempeñó hasta su muerte, dejando grato
recuerdo en él por su actividad y su inteligencia, atendiendo hasta en los
más pequeños detalles á todos los diferentes ramos de la Milicia y regene-
rando las escalas, procurando que los ascensos sólo se otorgaran al verda-
dero mérito y no al nacimiento, á la intriga ó al favor. Durante el tiempo que
permaneció en el Ministerio disminuyeron en una tercera parte las listas de
Oficiales generales, y á toda solicitud, no fundada en verdaderos méritos,
contestaba poniendo por ejemplo su conducta. En su larga vida militar
jamás había pedido nada; ni siquiera la mejora de la pobre encomienda
que disfrutaba y de la que sólo cobró la mitad de sus escasas rentas, la
mayor parte de su vida, pues las compartía con D. Jorge de Bay (2).
Don Sebastián de Eslava falleció en Madrid el día 21 de Junio de 1759,
y para término de este mal perjeñado artículo, pobre homenaje á uno de
los más preclaros hijos del noble solar navarro, copiamos el artículo que
le dedicó la Gaceta de Madrid y el Mercurio histórico y político:
«El día 21 falleció en esta villa, de 75 años, el Excelentísimo Señor Don
Sebastián de Eslava, Señor del lugar de Eguillor, Caballero del Orden de
Santiago, Gentil-hombre de Cámara de S. M., con entrada. Capitán Gene-
ral de los Reales exércitos, y de las costas y exército de Andalucía, Direc-
tor general de la Infantería, y Secretario de Estado, y del Despacho univer-
sal de la Guerra, En estos empleos, y otros varios, y comisiones repetidas del
Real servicio, sirvió por 57 años con singular zelo, valor y acierto. Siendo
Vi-Rey del Nuevo reino de Granada defendió á Carthagena de Indias del
sitio, que la pusieron los Ingleses; y dirigió esta defensa con tal valor, y
prudencia, que su memoria se celebrará en los siglos venideros. Toda la na-
ción ha sentido mucho la muerte de un Ministro tan íntegro y desinteresado.»
Corto es el párrafo, si se le compara con los extensos artículos que se
(1) Pardo, Biografías de los Capitanes Generales, artículo «Eslava». Obra inédita.
(2) Pardo, op. cit.
73
Revista de Historia
dedican en nuestra moderna prensa para hacer la necrología de cualquier
persona sin relieve ninguno y sin méritos para la historia de su Patria; pero
en aquellos lejanos tiempos únicamente los personajes de gran valía ó de
elevada alcurnia merecían el honor de figurar en las columnas de los perió-
dicos oficiales, y para eso, generalmente, dedicándoles dos ó tres líneas:
grandes fueron los méritos de Eslava y grande la consideración que debió
merecer á sus contemporáneos, cuando la Gaceta y el Mercurio se exten-
dieron más de lo acostumbrado en dar á conocer á España la pérdida de
uno de sus más insignes hijos cuyos heroicos hechos hemos querido sacar,
con nuestro modesto artículo, del olvido en que yacían (1).
Santiago Otero,
Capitán de Infantería.
(1) Además de las obras que van citadas en el cuerpo del articulo, pueden consultarse
por los que quieran profundizar más en la vida y hechos de Eslava, y sobre todo en la
parte referente al sitio y defensa de Cartagena de Indias, las obras siguientes:
D. José Manuel Groot, Historia eclesiástica y civil del Nuevo Reino de Granada. Bo-
gotá, 1884, tres tomos en 4.°, 1. 1.— Casses de Xalo (Lio. D. Joaquín), Rasgo épico, verídica
epifonema y aclamación cierta á favor de España en el célebre Trofeo que consiguieron en
Cartagena Americana las armas católicas contra Inglaterra, gobernada por el Virrey de
Santa Fe, D. Sebastián de Estaba. Madrid, 1741 (Biblioteca Nacional.— Sala de Raros).—
Verdadera noticia de la feliz victoria que han conseguido las armas de nuestro Catholico
Monarcha Don Felipe V (que Dios guarde), contra las de Inglaterra. Dase cuenta de la
forma que fueron rechazados con gran pérdida (en Carthagena de \nú\as) y destrucción de
su Exercite. Impressa en Cádiz en la imprenta de la calle de San Francisco. 1741. Dos hojas
en 4."— RoBERT Beatson, Naval and Military Memoirs ofGreat Britain from 1727 to 1783.
London, 1804.— Gaceta de Madrid. Coloquio de Arista y de Timandro. Año 1741.— Alsedo
(D. Dionisio), Sorpresa y toma de Portobelo por el almirante Wernon, año de 1739, y
sitio de le plaza y puerto de Cartagena por el mismo Wernon, año de 1741. Ms. en la Bi-
blioteca de Palacio.
74
y de Genealogía Española.
DEL LINAJE DE IBERO
Tan antiguo es considerado el linaje de Ibero, que han sido muchos los
cronistas é historiadores que se han entretenido discurriendo sobre los pri-
mitivos orígenes de este apellido navarro, enlazándolo caprichosamente
con la población y edificación del
lugar de Ibero, uno de los prime-
ros que se fundaron en Navarra
«en muy deleytoso, fértil y ameno
lugar», según los antiguos anales
de Aragón. Después, y en otro
lugar, añaden los referidos ana-
les, que el solar de donde des-
ciende este linaje es la esclare-
cida casa y palacio de Anis, «de
la cual proceden más de doce
familias de las más nobles de
Navarra».
Pero prescindiendo de estos
caprichos, así como de citar nom-
bres y hechos aislados de algunos
Iberos de los obscuros tiempos
medioevales, porque ni apare-
cen éstos claros ni pueden aqué-
llos responder á una filiación se-
gura, haré solamente una ligera relación genealógica de los ascen-
dientes de esta familia extinguida, que puedan filiarse sin interrupción.
Armas de Ibero (1).
(1) Tomadas del expediente de ingreso en la Ordeu de Calatrava de D. Francisco de
Ibero.
75
Revista de Historia
Desfilarán por ella esclarecidos varones, en los que no pudo darse, cierta-
mente, la tan decantada competencia entre la nobleza de las armas y la de
las letras, toda vez que en ellos ambas parecen concurrir á enaltecerlos en
honrosa y empeñada porfía.
I. Donjuán de Ibero. Aparece como Alcalde mayor de la Corte de Na-
varra por los años de 1560. Casó con D." Catalina de Erice y Ezpeleta,
perteneciente por su padre á la noble casa palacio de Erice, y por su madre
á la del Barón de Ezpeleta, Vizconde de Val-de-Erro.
Hijos de este matrimonio fueron los seis que á continuación menciono,
siendo el primogénito,
II. Donjuán de Ibero y Erice. El licenciado D. Juan de. Ibero— como
suele llamársele en las relaciones de familia— fué colegial de San Barto-
lomé, en Salamanca, y Oidor después del Supremo Consejo de Navarra.
En 1605, S. M. el Rey D. Felipe III le hizo merced de 30.000 maravedises
de acostamiento (1), en recompensa de aquella acción heroica y temeraria
que llevó á cabo al prender en los dominios y jurisdicción de Francia al
Maestre de Campo y al Capitán general del Ejército de Portugal, que se
pasaban tránsfugas al de Francia. Por esta acción fué condenado á ser
degollado como usurpador de jurisdicción y se le confiscaron los bienes
que poseía en territorio francés. Aparece todo esto en la sentencia que
sobre este caso pronunció el Parlamento de Burdeos en 23 de Noviembre
de 1581, y al pie de dicha sentencia existe un testimonio dado en 15 de
Abril de 1597 por el escribano Miguel Ral^, en el que consta que dicho
escribano fué á la villa francesa de San Juan de Pie de Puerto para recu-
perar los bienes y haciendas que allí poseía el licenciado Ibero de más de
6.000 ducados de plata; pero se perdieron estos bienes, porque no se per-
mitió que hiciese auto de ningún género.
Se hallaba D. Juan de Ibero emparentado con los Duques de Alba, Con-
destables de Navarra, y así en 1607 fué recusado por la villa de Artajona
para que no fuese Juez en un pleito en que litigaba el condestable, y lo
dio por recusado el Consejo en conformidad con la ley del Reino, que dis-
ponía no poder ser recusados los jueces por razón de parentesco, si no es
dentro del cuarto grado, razón por la que aparece evidente su parentesco
con el Condestable dentro de dicho grado.
Le fué concedida carta ejecutoria de hidalguía, y estuvo casado con
D/ María Daoiz, que por muerte de sus cinco hermanos varones, el mayor
(1) Renta á vida ó á voluntadj que solía dar el Rey como remuneración de algún ser-
vicio importante.
76
y de Genealogía Española.
caballero de Alcántara y los otros cuatro de San Juan de Malta, vino á
ser señora de Eraso y de Oteiza, palacios ambos de Cabo de Armería,
sitos en los valles de Imoz y Santesteban de Lerín, respectivamente.
Fueron sus hermanos:
1.*^ Don Juan de Ibero y Erice. Llevó el mismo nombre que su hermano
mayor y fué Oidor durante diez años de la Real Audiencia de Santo Do-
mingo, en las Indias, y después Canónigo dignidad de la Catedral de Pam-
plona y Prior de Veíate, ascendiendo más tarde por sus muchos méritos á
la de Arcediano de la Tabla, que era la primera de las dignidades de la
Catedral de Pamplona, después de la de Prior. Estableció un vínculo y
fundó un cuantioso Mayorazgo.
2.° Don Sebastián de Ibero y Erice. Dedicado á la carrera militar desde
su más temprana juventud, guerreó con aplaudido valor en las campañas
de aquellos tiempos gloriosos para las armas españolas. En 1573 fué nom-
brado General de una flota de once navios que había que traer de las Indias
á Sevilla. Más tarde fué Alcalde de Pamplona en los años 1583 y 1593, y
se le hizo merced de la plaza de Patrimonial del Reino de Navarra, cuyo
cargo desempeñó hasta su muerte.
3.° Don Fray Ignacio de Ibero y Erice. Honra y orgullo de la casa de
Ibero fué este eminente y santo varón, que si no brilló luciendo los visos de
su espada, hizo irradiar las luces de sus letras y percibir los fragantes aro-
mas de su virtud. Ejemplo de santidad y admiración en la Universidad de
Alcalá de Henares, desempeñaba las cátedras de Teología y Escritura por
los años de 1592. En este mismo año fué nombrado abad perpetuo del Real
y antiquísimo Monasterio de Fitero, de la Orden de San Bernardo, fundado,
como es sabido, en el sitio que hoy ocupa por aquel Fr. Raimundo, su pri-
mer abad, fundador también de la ínclita y militar Orden de Santa María de
Calatrava. Hizo el número 40 en la cronología de los abades de Fitero, en
cuyo cargo sustituyó al venerable Fr. Marcos de Villalba, de gloriosa recor-
dación en los anales cistercienses, y ocupó este puesto hasta el año 1614.
Fué autor, entre otras obras notables de Teología y Moral, de una His-
toria de la Sagrada Religión Cister dense (1); y tanto por sus méritos cien-
tíficos yliterarios como por su vida inculpable y limosnera, así como por lo
que admira su edificante muerte, reveladora de una cierta y feliz predestina-
ción, ha merecido detenido y extenso estudio de los cronistas de su Orden.
<1) Infructuosas han sido mis pesquisas encaminadas á encontrar esta obra; únicamente
tengo conocimiento de ella por un manuscrito que se conserva en el Monasterio de Fitero
del cronista cisterciense Fr. Bernardo Carrillo.
77
Revista de Historia
Murió electo Obispo de Trujillo,
4.*' Don Francisco de Ibero y Erice. Fué militar, soldado valeroso que
luchó con verdadero denuedo en las frecuentes guerras de su época. Don
Antonio de Ley va, general de los ejércitos de Flandes, contó de él la si-
guiente y curiosa anécdota: «Hallándose cercado en Flandes nuestro campo,
salió á él un osado francés con espada y daga en mano haciendo señas de
reto á cualquiera de los españoles. Volviendo por la honra de su patria, salió
D. Francisco con las mismas armas, y mostrando la valentía española y la
destreza navarra, holló la arrogancia francesa, matando en noble lid al reta-
dor, y desposeyéndole de sus armas, cantó la victoria, retirándose sin lesión
alguna.»
Se distinguió muy especialmente en el sitio de Fuenterrabía (1), y por
fin halló muerte gloriosa en los Estados de Flandes, peleando en un ataque.
5.° Don Ximeno de Ibero y Erice. Casó con la señora de Alda, dama
guipuzcoana, deuda cercana del Marqués de Valparaíso.
III. Don Jerónimo de Ibero y Daoiz, señor de Eraso y de Oteiza. Casó
dos veces: la primera con D."* Mariana de Echaide, de quien tuvo una hija,
que casó con el señor de Aspe y Agorreta, y la segunda con D.* Gregoria
de Urrea y Huydobro, hija de D. Juan de Urrea, natural de Épila, y de doña
Ana María de Huydobro, natural de Agreda. Fué caballero de la Orden de
Santiago, según consta de su expediente de pruebas, terminado en 25 de
Enero de 1627 por los caballeros D. Miguel Carvajal y D. Fernando Mexía.
(Arch. Hist. Nac, Órdenes militares, leg. 322, exp. 4.049.) Fué también regi-
dor de la ciudad de Pamplona, alcalde ordinario y diputado del Reino dife-
rentes veces, alcaide perpetuo de la acequia imperial del Bocal y entrete-
nido cerca de los Virreyes con 10 escudos de ventaja. Dejó sucesión mas-
culina de D." Gregoria Urrea, y de ella hablaré después de citar á sus her-
manos, que fueron:
1.° Donjuán de Ibero y Daoiz. «Sujeto de buenas letras», le llama su
hermano D. Francisco en carta dirigida al Gran Maestre de la Orden de San
Juan. Sábese que murió soltero y gozando de 1.500 escudos de renta por la
Iglesia.
2° Don Francisco de Ibero y Daoiz, caballero de la Orden de San Juan,
gran prior de Navarra, comendador de Biurrun, maestre de campo de In-
fantería española y gobernador de los puertos de Maya, Hurguete y Ocha-
gavia. Fué gran personaje, como puede inferirse de la simple enumeración
de sus cargos.
(1) Historia de Fuenterrabía, por Antonio Bernal O'reilly.
78
;; de Genealogía Española.
3.^ Doña María de Ibero y Daoiz, que casó en el reino de Aragón con
D. Juan Lozano, señor de las villas de Gardués y Añuez.
4° Doña Catalina de Ibero y Daoiz, mujer de D. José de Aguirre, oidor
del Consejo Supremo de Navarra.
5.° Doña Margarita de Ibero y Daoiz, monja en el convento de Santa
Engracia, de Pamplona.
IV. Don Juan de íbero, Urrea, Daoiz y Huydobro, caballero de la Orden
de Alcántara, admitido en 10 de Septiembre de 1652, en virtud de las prue-
bas practicadas por los caballeros Conde de Oropesa, D. Jerónimo Masca-
reñas y D. Antonio de Benav¡des.(Arch. Hist., caj. 8, núm. 124, exp. 750.) Fué
su mujer D."" Fausta de Aguirre, su prima hermana, hija deD. José de Agui-
rre, oidor de Pamplona, y de D.^ Catalina de Ibero, hermana de su padre
D. Jerónimo. Poseyó este caballero los señoríos de Eraso y Oteiza, y de su
vida quedan numerosas y auténticas noticias.
En 1661 pasó al Perú con el título de Gobernador corregidor y Justicia
mayor de la provincia de Conchucos, Juez de bienes de difuntos y Alcalde
mayor de minas; y tal fué el acierto y valor con que desempeñó tan eleva-
dos cargos, que en 1667 se le hizo pasar á la provincia de Loricaja, fron-
teriza de los indios y objeto de sus continuos ataques. Bien pronto se
conoció en ella la influencia del caudillo, pues que no tardó mucho en paci-
ficarse todo aquel vasto territorio á consecuencia de las atrevidas excur-
siones y correrías que hacía contra los indios y de sus enérgicos y prontos
castigos realizados en sus jefes.
El Conde de Lemos le honra en carta de 4 de Octubre de 1668 con las
palabras siguientes: «Obligadísimo quedo al celo y valor con que procede
D. Johan de Ibero en la administración de la Justicia, y cuanto pudiere
hacer yo en materia de sus conveniencias lo ejecutaré con toda voluntad.»
Y añade luego: «No hay sino pedir á Dios y á su Purísima Madre el don de
» la perseverancia, que sólo D. Johan y yo bastamos para pacificar estas pro-
^vincias, como del favor divino lo espero.^ Y en otra de fecha posterior: « Y
»si todos los corregidores imitasen al señor D. Johan, apriesa se hallare
»el Reino limpio de la mala semilla que le inficiona.*
Y fueron tales el desprendimiento y los gastos de D. Juan de Ibero du-
rante los numerosos años que pasó en el Perú y en las Indias, manteniendo
en muchas ocasiones hasta 300 hombres de guerra á su costa, que al volver
á su patria para reunirse con su mujer é hijos vióse tan pobre, que tuvo que
presentar al Rey un memorial pidiéndole que acrecentase hasta la cantidad
de 80.000 el acostamiento de 30.000 maravedises que disfrutaban sus ascen-
dientes.
79
Revista de Historia
Retirado después en su agreste solar de Eraso, murió hacia el año 1685,
dejando varios hijos.
Fueron hermanos suyos:
1.° Don Jerónimo de Ibero, Urrea, Daoiz, Huydobro, capitán de caballos
corazas, que casó con D/ Catalina de Erro y Arizaleta, señora de Urbicar,
Erro, Arizaleta, Garayoa y sus palacios.
Fué esta señora hija del noble D. Juan de Erro, señor del palacio de
Cabo de Armería de Erro, y poseedor de las vecindades foranas de Esnoz,
Mercoin é losabain, y de D." María de Agorreta y Arizaleta, hija á su vez
de Pedro de Agorreta, y nieta de Juan de Agorreta, señoras de este Palacio,
y perteneciente por su madre al solar de Arizaleta.
En 8 de Mayo de 1664 ingresó como caballero en la Orden de Santiago
(Arch. Hist., leg. 322, exp. 4.050), y fué también sargento mayor del presidio
de Pamplona y capitán de la guardia del Virrey de Valencia.
2.° Don Francisco de Ibero, Urrea, Daoiz, Huydobro, caballero de San
Juan, que murió sin tomar estado. Sirvió en Malta.
3.° Don Diego de Ibero, Urrea, Daoiz, Huydobro, caballero de la misma
Orden.
4." Doña María de Ibero, Urrea, Daoiz, Huydobro, que casó con su deudo
cercano D. Sebastián Ximénez de Urrea, hermano segundo y sucesor del
señor de Berdebel y del mayorazgo de D. Ximeno de Urrea.
5.° Doña Margarita de Ibero, Urrea, Daoiz, Huydobro, religiosa en el
monasterio de la Concepción, de Épila.
V. Don Luis Manuel de Ibero, Aguirre, Urrea é Ibero. Hijo del prece-
dente, sucedió en los señoríos de Eraso y Oteiza y en los demás mayoraz-
gos. Casó con D.^ Jerónima Daoiz, hija de D. Martín Daoiz, caballero del
Hábito de Santiago y corregidor que fué de Toro. Tuvo este matrimonio
varios hijos, de los que fué el primogénito.
VI. Don Manuel Esteban de Ibero, Daoiz, Urrea, Huydobro. Así se
firmaba este caballero, á pesar de que su segundo apellido era Aguirre y el
cuarto no era Huydobro. Poseyó los citados señoríos y mayorazgos, y fundó
y fué patrono del convento de los Trinitarios Descalzos de Pamplona. Con-
trajo matrimonio con D."* Josefa de Istúriz.
Hermanos suyos fueron:
1.° Doña Paula de Ibero, Daoiz, Urrea, Huydobro, que casó en Valtierra
con D. Antonio Alonso y los Ríos.
2.° Doña Saturnina (que, como se verá, sucedió luego).
3.° Doña Jerónima de Ibero, Daoiz, Urrea, Huydobro, religiosa en las
Recoletas, de Pamplona.
80
y de Genealogía Española.
4." Doña María de Ibero, Daoiz, Urrea, Huydobro, monja en el convento
de San Pedro, de Pamplona.
VII. Don Felipe de Ibero, Istúriz, Daoiz, señor de Eraso, Oteiza y demás
mayorazgos de sus apellidos. Igualmente que sus hermanas D.' Ignacia,
D/ Joaquina, D.^ Magdalena y que su hermano D. Nicolás, religioso de la
Compañía de Jesús, hijos todos del precedente, murió sin dejar sucesión, por
lo cual quedó extinguida la masculinidad en la línea primogénita de esta
ilustre casa.
Tomás Domínguez Arévalo.
81
Revista de H's'oria
DOCUMENTOS INÉDITOS
Coronación del Rey D. Carlos II de Hauarrs.
Con mucho gusto insertamos en este lugar el siguiente y curioso docu-
mento que nos remite nuestro querido amigo D. Carlos de Marichalar,
inteligente y cultísimo funcionario del Archivo de la Cámara de Comptos de
Navarra.
El documento que ofrece á nuestros lectores el señor Marichalar es el
Acta de la consagración, unción y coronación del rey D. Carlos II de
Navarra, cuya signatura corresponde al cajón 11, número 36 del mencio-
nado Archivo.
La coronación de D. Carlos II, se celebró solemnemente en Pamplona,
el domingo 27 de Junio de 1350, estando juntos los tres Estados del Reino
en la Iglesia Catedral. El acta de aquella ceremonia— que á continuación
publicamos— además de no haber sido sacada á luz por ninguno de los cro-
nistas de aquel Reino, ofrece verdadero interés, pues nos da á conocer los
nombres de los altos dignatarios eclesiásticos, de los magnates que tenían
en honor los lugares y fortalezas, y de los representantes de las buenas
villas durante los comienzos de aquel reinado, el más sugestivo, sin duda,
de la historia de Navarra.
Dice así el citado documento:
«In nomine Domini. Amen.— Per hoc presens publicum Instrumentum uniuersis et
singulis pateat euidenter, quod anno eiusdem, millesimo. CCC.° quinquagesimo. Indictione
tercia, XXVII die mensis Junii, Pontificatus sanctissimi in Cliristo palris et domini nostri
domini Clementis, Diuina prouidencia pape VI anno nono.— Postquam Illustrissimus
princeps et dominus, dominus Carolus, Dei gratia, Rex Nauarre, comes Ebroycensis, ad
sacramentum consecrationis unctionis et ad solempnitatem coronationis militie et eleua-
tionis sue, Prelatos, Barones, milites, Bonas villas et alium populum regni Nauarre, ut in
talibus est fieri consuetum, ad presentem dlem venire mandauerat In presentía predictí
domini Regís, nostrorumque notariorum et testium infrascriptorum personaliter se repre-
82
y de Genealogía Española.
sentaruerunt persone infrascripte.— De prelatis videlicet, dominus Arnaldus episcopus
Pampilonensis, Prior Roscideuallis, Abbas sancti Saluatoris Legerensis, Abbas Montisa-
ragonie, Abbas de Yrangu, Abbas de Oliua, et locumtenens prloris Sancti Joiíannis Hiero-
solymitani.— De Baronibus: dominus Martinus Henrici vexillarius; dominus de Aero-
monte; dominus de Luxa; dominus Egidius Qarcie Dianis; dominus Ferdinandus Egidii
de Assyayn; dominus de Acxa, dominus Johannes Martini de Medrano, Johannes Corba-
ran, Ferdinandus Sancii de Medrano, Arnaldus Raymundi de Acromonte, dominus Marti-
nus Garcie Doilloqui, Johannes Martini Deussa, Yenecus acenarii de Monteacuto et
Johannes Remigii Dareillano.— De militibus: dominus Egidius Lupi Darmaynangas, domi-
nus Rodericus Aznariz de Rada, dominus Johannes de Malloleone, dominus Adam
Dandossieylla, dominus Arnaldus Bernardi de Sánela gracia, et dominus Michael Ortici
de Miranda.— Nunciis pro bonis villis, Petrus Crozat, Johannes Ditoyz, Helyas Marzel et
Artal Dundiano pro Pampilona.— Pro ciuitate Nauarrerie Pampilone: Petrus Michaelis de
Veroayn alcaldus, Martinus da Munariz et Petrus Petri Darrieta.— Pro Stella: Bartholo-
meus Sancii, Petrus Constantini et Johannes de Mendigorria.— Pro Tutella: Petrus Enneci,
alcaldus, Johannes Karitat, Johannes de Rufiz et Ennecus Petri Duxue.— Pro Sangossa:
Petrus Lupi de Leguin, et Pascasius de Oilleta.— Pro Olito: Michael Petri, alcaldus, et
Egidius Rufat.— Pro Ponte Regine: Ferdinandus Petri da Sangossa, alcaldus, Michael de
Palmis et Martinus Lupi.— Pro Gardia: Johannes Martini alcaldus, Johannes Eximini et
Petrus Garcie.— Pro Viana: Johannes Franc alcaldus, Petrus Martini et Johannes Egidii.—
Pro Arcubus: Petrus Sancii, alcaldus, Petrus Darroniz maior et Ochoas Lupi, nota-
rius.— Pro Monte Regali: Lupus Martini, maior, Pascasius Garcie, notarius. — Pro
Larressonia: Furtunius Petri, alcaldus, Garcius Eximini.— Pro Lumbierr: Eximlnus Garcie,
Sancius Eximini.— Pro Viüafranca: Petrus Ortici, alcaldus et Bartholomeus de Cadrey-
la.— Pro Villana: Garcías, alcaldus. Lupus Michaelis, notarius.— Pro Roscidevallís: Gar-
cías Petri Dorondriz et Lupus Garcie dictus Fidalgo.- Pro Sancto Johanne de Pede
portus: Johannes de Chars, notarius et Guillelmus Arnaldi Deuxibion.— Pro Sancto Vin-
cencio: Lupus Martini, alcaldus et Johannes Roderici de Bernedo, Johannes Yuaynes et
Johannes Petri de Maragedo.— Pro Aguilar: Martinus Petri, alcaldus et Johannes Martini,
portarius.— Congregato undiiue Claro et populu circunstante, Baronibus, ante magnum
altare Ecclesie Beate Marie Pampilone, Episcopo in Pontificalibus et cum illo ómnibus
prelatis quibus in statu et secundum statum suum existentibus, presentibus cum hiis
Reuerendis in Christo patribus dominis EpiscopisTirasonensis, Bayonensiset Olorensis
propter unctionem et consecrationem predicti domini Regis subsequenter faciendam in
pontificalibus ordinatis, predictus dominus Rex, manu posita super crucem et sancta Dei
Euangelia, jurauit populo, modo et forma contentis in quadam cédula scripta in ydiomate
terre prius palam et publice alta voce per Pascasium Petri de Sangossa notarium infra-
scriptum lecta cuiusquidem cedule tenor de verbo ad verbum continet ista verba.— Nos,
Karlos por la gracia de Dios Rey de Nauarra et conté Deureux, juramos a nuestro pueblo
de Nauarra es assaber: Prelados, Ricoshombres, Cauailleros, hombres de buenas villas et
a todo el pueblo de Nauarra, todos lures fueros, usos, costumbres, franquezas, libertades
et priuilegios a cada uno deillos, assi como los han et jazen, que assi los manterremos et
guardaremos et taremos mantener et goardar a eillos et a lures successores en todo el
tiempo de nuestra vida, sin corrumpimiento ninguno, meillorando et non apeorando en
todo ni en partida, et que todas las fuergas que a vuestros antecessores et a vos por
nuestros antecessores a qui Dios perdone, qui fueron en lures tiempos et por los offi-
ciales que fueron por tiempo en el Regno de Nauarra fueron fechas deffaremos et taremos
deffazer et emendar las bien et conplidament adaqueillos a quien fechas han seido sin
excusa ninguna, las que por buen dreicho et por buena verdat podrán ser failladas por
hombres buenos et cuerdos.— Et illa lecta, ídem dominus Rex, ore propio dixitet adiexit
premissa, promito secundum quod predecessores mei Reges Nauarre tenere et obseruare
consueuerunt temporibus retroactis. Quo Juramento prestito predicti barones tam nomine
suo quam tocius populi Regni ut moris est in dicto Regno jurauerunt tactis Sacro Sanctis
Euangelüs, corpus domini Regis fideliter custodire, ad terram seruandam junare pro-
posse et etiam ad seruandum foros, et plenarie juramentum quod prestare debent fece-
83
Revista de Historia
run prout in foro latius est expresum. Ef osculata fuerunt Regi manuum. Et post ea ipse
dominus Rex, spadam suam tune jacentem super altare manu propria accepit et cinxit se
de eadem et deinde ascendit super scutum ad arma sua propria deplnctum, et omnes
prefaci barones tenentes manus ad predíctum scutum, ipsum et Regem eleuauerunt cla-
mantes alta voce omnes insimultribus vicibus: Real, Real, Real; et ¡pse dominus Rex
superius eleuatus proiecit undique de moneta. Quibus peractís receptis consecratione,
unctione militia et eleuationes a dominis Episcopis prelibatis, prefatus dominus Rex iuit
ante altare et super illud accepit coronam diadematibus ornatam in manibus eius et posuit
super caput suum et coronault se manu propria. Et accipiens ceptrum in manu reuerssus
predictis dominis Episcopis in pontificalibus ducentibus ipsum ad sedem sedit in solio
sede Regle magestatis populo congratulante.— Et completis sacramento et solempnitati-
bus ómnibus supradictis, predictus Episcopus Pampilonensis, incepit dicere magnam
missam. Et ipse dominus Rex de ómnibus supradictis petiit a nobis notariis fieri publi-
cum seu publica instrumenta.— Acta fuerunt hec in Cathedrali Ecclesia Pampilonensis anno,
die, mense et pontificatu predictis, presentibus predictis dominis Episcopis Tirasonensis,
Bayonensis et Olorensis. Nobilibus dominus Michaele de Gurrea gubernatore Aragonie.
»Et ego Robertus le Jaffu clericus Constanciensis dyocesis publicus Apostólica et
Imperiali auctoritate notarius, premissis ómnibus et singulis suprascriptis dum sic fieren
et agerentur una cum Pascasio Petri de Sangossa notario infrascripto et testibus supra-
scriptis presens interfui eadem que fieri, vidi et audiui. Impeditus scribi feci et publicando
hoc me subscrlpsi signum que meum solitum apposui rogatus in testimonium omnium
premissorum.
»Et ego Pascasius Petri de Sangossa diócesis Pampilonensis, clericus apostólica publi-
cus Regiaque auctoritate in curia et Regno Nauarre juratus notarius premissis ómnibus
et singulis dum sic fierent et agerentur ut supra scribuntur una cum Roberto le Jaffu
notario publico prelibato et testibus supra scriptis. Anno, die, mense loco, Indictione et
pontificatus antedictis, presens interfui eadem que fieri, vidi, et audiui quibus suprascripsi,
signum que meum solitum presentí publico Instrumento apposui requisitus in testimo-
nium premissorum.»
84
y de Genealogía Española.
DOGQiDentos ínémíos paia la Hisíoila Noliiliaria. ^'^
(CONTINUACIÓN)
Relación de las Hidalguías que se han despachado por la Secretaria de la Cá-
mara y Estado de Castilla, como consta por los libros que hay en ella, desde el
año 1623 hasta la fecha de ésta, en conformidad de la orden que S. M. se sirvió
expedir para que se formase:
En 18 de Noviembre de 1635 S. M. declaró por hijodalgo de sangre á Blas de
QUESADA, vecino de Manzanares.
En el mismo día se dio despaclio para que D. Fernando Chacón de Valen-
cia, D. Andrés, D. Juan, D.^ María y 0.=" Jerónima Chacón, descendientes de
Fernando Chacón, comendador que fué de Montachuelos, gocen de la nobleza é
hidalguía que éste gozaba, no obstante que D. Fernando Chacón, su hijo, no
fuese legítimo, y sirvió con 1.000 ducados.
En 30 de Noviembre del dicho año de 1635 se dio despacho para que D. Gaspar
DE Molina Cevallos, D. Francisco, D. Alonso, D.^ Ana y D.'' María, sus hijos,
gocen de la nobleza é hidalguía que gozó D. Francisco de Molina, no embar-
gante que el dicho D. Gaspar no sea legítimo, y sirvió con 2.400 ducados.
En 14 de Enero de 1636 declaró S. M. por hijosdalgo de sangre á D. Gregorio
y D. Gaspar de Henao y Salcedo, vecinos de Barajas.
En 7 de Abril del mismo año declaró S. M. por hijodalgo á Miguel Merino de
Morales, vecino de la villa de Manzanares, y á sus hijos y descendientes.
En 9 de Junio del mismo año declaró. S. M. por hijodalgo á Fernando Pérez
Cameros, vecino de la villa de la Calzada, y á sus hijos y descendientes.
En 23 de Junio del mismo año declaró S. M. por hijodalgo á Alonso de
EviRA Fernández, vecino de la villa de Valdemorillo, y á sus hijos y descen-
dientes.
En 9 de Diciembre del mismo año declaró S. M. por hijodalgo á Juan Marín,
vecino del lugar de Aldeanueva, y á sus hijos y descendientes.
En 16 del dicho mes y año de 1636 declaró S. M. por hijodalgo á Pedro Pérez
MuDARRA, vecino de Villarrubia, de junto á Ocaña, y á sus hijos y descendientes.
(1) Biblioteca de la Real Academia de la Historia.— Co/ecc/on de Grandezas, genealo-
gías, etc., 1. 1.
85
Revista de Historia
En 9 de Junio de 1637 hizo S. M. merced á D.Juan Rodríguez de Vera, vecino
de la villa de Tobarra, de que goce de la nobleza de sus antecesores en la forma
que se hizo con Francisco Rodríguez de Vera, su tío.
En 18 de Agosto del mismo año declaró S. M. por hijodalgo á Juan de la
Fuente, vecino de la villa del Corral de Almaguer, y á sus hijos y descendientes.
En 12 de Diciembre del mismo año declaró S. M. por hijodalgos á Sebastián
Pérez Voca de Chaves y á D. Martín de Chaves, su hijo, vecinos de la villa de
Aroche, y á sus hijos y descendientes.
En 16 del mismo mes y año, declaró S. M. por hijodalgo de sangre á D. Anto-
nio DE Prado y Villegas, ve ino de Tembleque, y á sus hijos y descendientes.
En 18 de Mayo de 1638 declaró S. M. por hijodalgo á Juan Cano Ramírez, y
á sus hijos y descendientes.
En 8 de Diciembre del mismo año declaró S, M. por hijodalgo á Rodrigo Caro
CORTEGANE, vecino de la villa de Utrera, y á sus hijos y descendientes.
En 14 del mismo mes y año declaró S. M. por hijodalgo á Alonso Ximénez
VICENTE, vecino de la villa de Morón, y á sus hijos y descendientes.
En 21 de Agosto de 1639 declaró S. M. por hijodalgo á Juan Simón de Monte-
DiCA, vecino de Villafranca de la Marisma, y á sus hijos y descendientes.
En el mismo día declaró S. M. por hijodalgo á Andrés Muñoz de Alcaraz,
vecino de la misma villa, y á sus hijos y descendientes.
En 1.° de Mayo de 1640 S. M. declara por hijodalgo á Miguel de Mórcate,
vecino de la villa de Salas de los Infantes, y á sus hijos y descendientes.
En el mismo día S. M. declaró por hijodalgo á Andrés Núñez de Alvaraz,
vecino de la misma villa, y á sus hijos y descendientes.
En 7 de Agosto del mismo año S. M. declaró por hijodalgo á Alvaro Pérez
Gordillo, vecino de la villa de Zafra, y á sus hijos y descendientes, y sirvió
con 2.000 ducados.
En 28 de Noviembre del mismo año de 1640 declaró S. M. por hijodalgo á Lau-
rencio DEL Barrio Villarreal, vecino de la ciudad de Cuenca, y á sus hijos y
descendientes.
En 21 de Mayo de 1641 S. M. declaró por hijosdalgo á Manuel García de
Valencia y al Licenciado Alonso de Valencia, su hermano, vecinos de la villa
de Bienvenida, y á los hijos y descendientes del dicho Manuel García de
Valencia.
En 12 de Junio del mismo año S. M. declaró por hijodalgo al Licenciado Alvaro
González Ortiz Florez, vecino de la villa de Rivera del Fresno, y á sus hijos y
descendientes.
En 24 del mismo mes y año S. M. declaró por hijodalgo á Juan López de
Ontiveros, vecino de la villa de Madrid, y á sus hijos y descendientes.
En 21 de Diciembre de 1642 S. M. declaró por hijodalgo á D. Eugenio Díaz de
Figueroa y Ubeda, vecino de la villa de Herencia, y á sus hijos y descendientes
y sirvió con 2.000 ducados.
En 1.° de Febrero de 1643 S. M. declaró por hijodalgo de sangre á Fernando,
Ortiz Duran, vecino de la villa de Aceuchal, y á sus hijos y descendientes, y sir-
vió con 1.000 ducados.
En 2) de Abril del mismo año declaró S. M. por hijodalgo á Mateo de Moya,
vecino del lugar de Esquivias, y á sus hijos y descendientes, y sirvió con 2.000
ducados.
En 27 de Junio del mismo año S. M. declaró por hijodalgo de sangre á Fer-
86
y de Genealogía Española.
NANDO SÁNCHEZ CABALLERO Y GUERRERO, vccino de la vüla de Fuente del Maes-
tre, y á sus hijos y descendientes.
En 1.° de Julio de dicho año declaró S. M por hijodalgo á Juan González de
Yanguas, vecino de la villa de Arnedo, y á sus hijos y descendientes.
En 25 de Mayo de 1645 declaró S. M. por hijodalgo á D. Agustín Pérez Rodrí-
guez, vecino del lugar de Don Benito, y á sus hijos y descendientes.
En 6 de Octubre del mismo año declaró S. M. por hijodalgo á D. Cristóbal
Rodríguez de Villafuerte, vecino de la ciudad de Sevilla, y á sus hijos y des-
cendientes, y en 18 de Mayo de 1646 se volvió á hacer este despacho, por haber
mandado el Consejo que se quitase una cláusula.
En 9 de Noviembre de 1645 declaró S. M. por hijosdalgo á Antonio de Mena
Barriga y D."* María Polanco de la Fuente, vecinos de la ciudad de Llerena,
y á sus hijos y descendientes.
En 30 de Noviembre del mismo año hizo S. M. la merced á Juan González
Reguilón, y á sus y descendientes, del privilegio de hidalguía que gozó Juan Gon-
zález Reguilón, su tercer abuelo, y sirvió con 650 ducados de vellón.
En 2 de Octubre de 1646 S. M. declaró por hijodalgo á Alonso Carbonero
MuDARRA, vecino de la villa del Corral de Almaguer, y sirvió con 19.000 reales.
En 22 de Octubre de 1647 S. M. declaró por hijodalgo á Juan Francisco Nava-
rro DE ZúÑiGA, vecino de la villa de Almagro, y á sus hijos y descendientes.
En 12 de Mayo de 1648 declaró S. M. á D. Juan Serrano Marín, por descen-
diente, y comprendido en la ejecutoria de nobleza é hidalguía que ganaron y goza-
ron D. Andrés Serrano y Pedro Ortega Serrano; y habiéndole puesto contra-
dicción y mandado retener en el Consejo este privilegio, le hizo S. M. merced,
en 27 de Febrero de 1650, de que goce de las franquezas que gozan los hidalgos de
estos reinos, sin perjuicio de su derecho para litigar su nobleza cuando pudiere.
En 29 de Junio del mismo año de 648 S. M. declaró al Dr. Bartolomé Ramiro
de Valverde, por descendiente y comprendido en la ejecutoria de nobleza que
ganaran y gozaran Francisco de Valverde, y los capitanes Francisco y Ber-
nardo de Valverde, sus hijos.
En 16 de Noviembre del mismo año declaró S. M. por hijosdalgo á D. Ber-
nardo y D. Juan Dorado y Cabeza, hermanos, vecinos del lugar de Don
Benito.
En 5 de Diciembre de 1649 declaró S. M. por hijosdalgo á Juan de Arreo, y
Marcos y Andrés de Arreo, sus hijos.
En 3 de Octubre de 1659 S. M. declaró por hijodalgo á Sebastián de Pinilla,
y á sus hijos y descendientes.
En 16 del mismo mes y año hizo S. M. merced á Francisco López Franco y
Feo, natural de Portugal, residente en los Estados de Flandes, y á sus hijos y des-
cendientes, de declararlos por hijosdalgo en estos reinos de Castilla.
(Se continuará.)
87
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeto de nuestra publicación.
Las antiguas Cortes: el moderno Parlamento: el régimen representativo
orgánico, por Manuel de BofaruU Romana.— Con este título acaba de
publicar un hermoso libro de 168 páginas en 8:°, primorosamente editado
en la tipografía de Archivos, Bibliotecas y Museos, el distinguido y joven
abogado D. Manuel de Bofarull Romana. Aun cuando el libro, ampliación
de una tesis doctoral, es principalmente un estudio de Derecho político,
hace en él su ilustrado autor un erudito y acabado cuadro del desenvolvi-
miento histórico de nuestras instituciones políticas.
El Sr. Bofarull después de señalar los Concilios de Toledo, á partir del
tercero, como asambleas de carácter mixto, y germen, por lo tanto, de las
Cortes de la Edad Media, estudia cumplida y detenidamente la formación,
constitución y procedimientos legisladores de las antiguas Cortes en los
Reinos de Navarra, León, Castilla y Aragón, su quebrantamiento durante la
dinastía austríaca, como consecuencia del robustecimiento del Poder Real,
y su desaparición, por fin, bajo el absolutismo de los Borbones. En el des-
arrollo de todo este estudio, da el Sr. Bofarull muestras de sus no comunes
conocimientos y de una crítica acertada. Le felicitamos sinceramente y
agradecemos el envío de la obra.
*
* *
España en la Edad Media, por D. Juan Fernández Amador de los Ríos.
El doctísimo y erudito catedrático del Instituto de Pamplona, D. Juan Fer-
nández Amador de los Ríos, autor de notabilísimos trabajos históricos y
filológicos, ha editado recientemente en Pamplona un libro, en el que se
ocupa de la Historia medioeval española, desde la invasión de los bárbaros
hasta la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos.
y de Genealogía Española.
Conocida la competencia y erudición iiistórica del Sr. Fernández Ama-
dor de los Ríos, nos parece inútil encarecer la importancia de esta obra que
viene á enriquecer la bibliografía histórica española.
*
Recherches sur la ville et sur l'Église de Bayonne.Se ha publicado el
primer tomo de esta obra verdaderamente monumental. Comprende el
manuscrito del canónigo Rene Veillet, hasta ahora inédito, acompañado de
numerosas notas, apéndices y aclaraciones, á más de un trabajo genealó-
gico sobre la familia del autor y multitud de documentos, ordenado todo
ello por los canónigos honorarios de Bayona y conocidos anticuarios
M. M. Dubarat y Daranatz. El todo forma un volumen de cerca.de 600
páginas en folio, con centenares de ilustraciones, mapas, planos, retratos,
escudos, facsímiles y preciosas viñetas en negro y en color, que consti-
tuyen un éxito artístico.
Por haber formado parte de la diócesis de Bayona algunas regiones de
España, y por el dominio que en el país de Labourd tuvieron los Reyes de
Navarra, es doblemente interesante para nosotros esta obra admirable, llena
de biografías, datos y diplomas que pertenecen á nuestra historia nacional.
Todo en este libro está lleno de interés para los amantes de las viejas cró-
nicas y para los amigos del arte.
índice de pruebas de los Caballeros de San Juan dejerusalén (Orden de
Malta), por el Marqués de Rafal y D. Fernando Suárez de Tangil.— Nues-
tros distinguidos amigos los señores Marqués de Rafal y Suárez de Tangil
han tenido la amabilidad de remitirnos un ejemplar de la obra que con este
título publicaron el pasado año, avalorada con un discreto y erudito prólogo
del académico Sr. Conde de Cedillo.
Ni el Sr. Marqués de Rafal ni el Sr. Suárez de Tangil inauguran con
este trabajo sus tareas literarias. El primero era bien conocido entre los
amantes de la Historia patria, desde que la enriqueció con su curiosa y
documentada monografía El Marqués de Rafal y el levantamiento de
Orihuela en la guerra de sucesión, libro interesante, aportador de datos y
noticias de valor indubitable; y el segundo había dado gallarda muestra de
sus raros conocimientos y de crítica acertada en un trabajo de carácter
ético sobre la Punibilidad de las ideas.
Los reducidos límites en que forzosamente ha de estrecharse una sen-
cilla nota bibliográfica dentro de una publicación de esta índole, nos impide
89
Revista de Historia
comentar á nuestro gusto esta relación de los caballeros que vistieron
el hábito de San Juan en el Gran Priorato de Castilla y León, desde el
año 1514 hasta nuestros días. Con ella prestan sus autores á la Orden cuyas
insignias ostentan, y á los cultivadores de los estudios históricos y genea-
lógicos, un evidente y señalado servicio, cual es el de facilitar al investi-
gador el dato preciso, la fecha exacta, la indicación segura, y el de remi-
tirle á un magnífico é inagotable arsenal de noticias para el conocimiento de
personajes notables y de familias interesantes.
Escribimos eStas líneas con toda sinceridad, y por lo mismo no hemos
de ocultar que, á nuestro juicio, el índice hubiera sido más perfecto y más
simplificado su manejo, si además de seguir el orden alfabético en las ini-
ciales de los apellidos, lo hubieran seguido también dentro del capítulo que
corresponde á cada letra, en vez de establecer el cronológico. Con todo,
repetimos, es servicio meritísimo el prestado al investigador histórico y
genealógico con la obra de que hemos hecho ligerísima referencia.
*
* ♦
De hace cien años, por D. Sebastián Mantilla, comandante de Estado
Mayor.— Este libro comprende una serie de bien escritos artículos publi-
cados en la Revista de Estudios Militares, y una interesante y extensa bi-
bliografía para el estudio de la Guerra de la Independencia.
*
* *
México y sus gobernantes, por la Baronesa de Wilson.— Contiene biogra-
fías, retratos y autógrafos (iconografía completa) con una reseña histórica
anterior al descubrimiento y conquista.— Dos volúmenes en 4.°
Los egipcios en la antigüedad, por J. Cáscales y Muñoz, prólogo de
José Ramón Mélida.— Un tomo en 8.°
*
Memorias de Garibaldi, por Alejandro Dumas, traducción de Antonio
Astort.— Un volumen en 4." mayor.
* *
Vuelos arqueológicos (narraciones de arte), por D. Juan Catalina Gar-
cía.—Un volumen en 8.°
Teobaldo.
90
j; de Genealogía Española.
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia, 1912, Febrero.— La biblia visi-
goda de San Pedro de Cárdena, Dom
A. Andrés, benedictino de Silos.— Ta-
blas para comprobación de fechas en
documentos históricos, Eduardo Save-
dra,— Inscripción árabe de Azuara, Fran-
cisco Codera.— \Jn nuevo monumento
románico en Tarragona, Ángel del Arco.
Nueva lápida romana del Escurial (Tru-
gillo), Fidel Fita.— AUar moruno de Ba-
dajoz, José Ramón Mélida y Fidel Fita.
Carta inédita del P. Pedro de Rivade-
ne¡ra,yosé Gómez Centurión.— Warieda-
dades: la gran caverna del Picosacro,
nuevas ilustraciones, Fidel Fita.— Cua-
tro cavernas prehistóricas de Galicia,
Eladio Oviedo.— El Picosacro de Com-
postela, nuevos datos, Elias Reyero. —
Documentos oficiales.
Euskal-Erria, San Sebastián, 19 1 2.—
30 de Enero.— Correspondencia episto-
lar entre D. José Vargas Ponce y D. Juan
Antonio Moguel sobre etimologías vas-
congadas (continuación), misceláneas
históricas recopiladas por el Marqués de
Soane.
15 de Febrero.— Ensayo de un padrón
histórico de Guipúzcoa (continuación),
Juan Carlos de Guerra. — Correspon-
dencia epistolar entre D. José Vargas
Ponce y D.Juan Antonio Moguel (con-
tinuación), misceláneas históricas reco-
piladas por el Marqués de Soane.
Revista de Extremadura, Cáceres,
Enero- Febrero, 1912.— Reconstrucción
del Teatro Romano de Mérida, Diplo-
mática regional, Codicilo del empera-
dor Carlos V de Alemania y I de Espa-
ña, Vicente Paredes.— fAemorial y Ad-
uertencias de lo que toca hazer a cada
uno de los officiales de vn Príncipe, i4/2d-
n/mo.— Guadalupe, Miguel de Unamuno.
Razón y Fe. Madrid, Febrero, 1912.—
Lorenzo Hervás, sus escritos; dos libros
en forma de carta sobre la Revolución
francesa, E. Portillo.
Estudios militares, Enero de 1912.—
De hace cien años, Sebastián Mantilla é
Iruse (continuación).— La Historia de
España y el Cuerpo de Ingenieros del
Ejército, Adolfo Aragonés.
Linajes de Aragón, 1.° Febrero 1912.—
Título de nobleza y de franquicia á fa-
vor de Cicot de Ulle, concedido por Ra-
món Berenguer, año 1154,— Los Bar-
91
Revista de Historia
daxi (continuación), Gregorio García
C/prés.— Linajes navarros: Navascués,
Santiago Otero.— Los Alberti de Me-
norca, Juan Roselló Villalonga, plie-
go 6.° del Armorial de Vitales.
15 de Febrero de 1912.— Los Bardaxi
(conclusión), Gregorio Garcia Ciprés.—
Linajes navarros: Navascués, Santiago
Otero. - Notas históricas sobre la Car-
tuja de Nuestra Señora de las Fuentes,
Miguel Supervia Lostalé, pliego 7.° del
Armorial de Vitales.
La España Moderna, Febrero, 1912.—
Los españoles en la Revolución francesa,
Miguel S. Oliver.
Arcfíivo de Investigaciones Históri-
cas.—Cavias de D. Diego Hurtado de
Mendoza (conclusión), M. R. Foulcfié-
Delbosc.
REVISTAS EXTRANJERAS
Rivista Araldica,Roma, Febrero, 1912.
Araldica del regno itálico, Comfe F. Pa-
sini Frassoni.— Tres stemin ignoti del
pórtale di S Maria de Spilimbergo, Fe-
rruccio Cario Carreri.— Armes des Ar-
chevéques et Evéquesde France de 1696
a 1737 d'aprés Chevillard (suite), Eugéne
Horot.— Vibro D'or > del Ducato di Fe-
rrara, Comte F. Pasini Frassoni.— Dis-
sertazione storiche -genealogiche. La
nacionalité comtoise, P. A. Pidous.— La
constituzione d'un albergo in Novi Li-
gure nel 1448, Ambrogio Pesce.—Vamx-
lie Romane (cont.), Carlos Augusto Ber-
tini.
Revue de Gaseogie, Paris, Enero-Fe-
brero, 1912. — Armagnac et pays du
Gers (suite), G. Laarent.
Revue Historique, París, Enero -Fe-
brero, 1912 —La crise gallicana de 1551,
Luden Rousier.— Acta de tumultum gal-
licanorum, Henri Hauser.
Revue de Études Anciennes, París,
Enero-Febrero, 1912.— La question de la
table latine d'Heracle, Ai. Besnier.—
Questions greco-orientales, A. Cuny.
Revue des Eludes Basques, París,
Abril, 1911.— Gacetilla de la Historia de
Navarra, Arturo Campión.—\\\xs\raz\o-
nes genealógicas, y. C. de Guerra.— Los
refranes y sentencias de ]59Q, Julio de
Ur quijo.
N. N.
92
y de Genealogía Española.
NOTICIAS OFICIALES
Real Orden de Damas Nobles de María Luisa.— Por circular fecha
5 de Febrero último, publicada en la Gaceta de 7 del mismo mes, se anuncia
el fallecimiento de las siguientes señoras que estaban en posesión de la ban-
da de la Real Orden de Damas Nobles de María Luisa: S. M. la Reina de Por-
tugal D." María Pía y las Excmas. Sras. D.'' Agustina Van-Halen y Las-
quetty, Condesa de Peracamps; D."* Elena Hano y Mac-Mahón, viuda de
Prendergast, Marquesa de Victoria de las Tunas; D." Teresa Carralón y la
Rúa, Condesa viuda de Valmaseda; D/ Amalia Justiniani y Núñez de Cas-
tro, Marquesa de Peñaflorida, y D." Dolores Balanzat, Marquesa viuda de
Nájera, á fin de que las demás señoras que están en posesión de ella pue-
dan cumplir lo preceptuado en el art. 7.° de las Constituciones de dicha
Orden, que dispone «que oiga cada una y mande celebrar una misa por
cada dama fallecida».
Nuevos títulos del Reino.— Por Real decreto de 21 de Febrero último
se ha hecho merced de título del Reino, con la denominación de Condesa de
la Almádena, á D."* María de la Encarnación Urquijo y Ussía, Urrutia y
Aldama, Marquesa de Fontalba y de Cubas, Grande de España.
Títulos vacantes. -Con fecha 13 del pasado mes de Febrero ha sido
anunciada por segunda vez la vacante del título de Marqués de Feria.
Cargos palatinos.— Han sido nombrados: Gentiles-hombres de cáma-
ra CON EJERCICIO Y SERVIDUMBRE, D. Bcmardino de Melgar y Abréu, Quin-
tana y Álvarez de las Asturias Bohorques, Marqués de San Juan de Piedras
Albas y de Benavites; D.José López y Nieulant, Gaviria y Villanueva, Mar-
qués de Perijaá (como primogénito de la Condesa de Atares); D. Fernando
Quiñones de León y Elduayen, Marqués de Mos y de Valladares; D. Vicente
Bertrán de Lis y Gurovvsky, Marqués de Bondad Real. Gentiles-hombres
DE CÁMARA con EJERCICIO: D. Luís Bermúdcz de Castro, teniente coronel de
Infantería, jefe del batallón cazadores de las Navas; D.Joaquín Ciria, coro-
nel de Caballería, director de excursiones de la Sociedad Geográfica; don
93
Revista de Historia
Victoriano López-Dóriga, presidente de la Asociación Nacional de Navieros»
D. Pedro Pastor, Conde de Sepúlveda, D. Segundo Murga, Marqués de
Murga, y D. Manuel Foronda. Mayordomos de semana: D. José de la Las-
tra y Romero de Tejada; D. Tomás Sanchiz de Quesada, capitán de Arti-
llería; D. Cados Larios y Sánchez, Conde del Rincón; D. Justo San Miguel
y de la Gándara.
Noticias varias.— El día 5 del pasado mes de Febrero, á las tres de la
tarde, se celebró en la iglesia de Calatravas la ceremonia de armar caballe-
ros de la Orden de Montesa al general D. Ramón García Menacho y su hijo
D. Vicente, al abogado D. Eduardo de Quesada y al comandante de Infan-
tería, gentil-hombre de S. M., D. José de la Azuela.
Presidió el Capítulo el Marqués de la Romana; de capellán actuó el
Sr. Morales de Setién, y de maestro de ceremonias, D. Luis María Jarava.
Fueron padrinos del general Menacho y del comandante Azuela, el Mar-
qués de Cruilles; de D. Vicente García Menacho, D. Tomás Sanchiz, y del
Sr. Quesada, D. Manuel Gruña.
—El 2 del corriente juraron el cargo de gentiles-hombres de cámara con
ejercicio, los Sres. Marqueses de Murga, Conde de Sepúlveda, D. Manuel
Foronda, D. Joaquín de Ciria y el teniente coronel de cazadores de las Na-
vas, Sr. Bermúdez de Castro.
Necrología.— El 25 del pasado falleció en esta Corte la excelentísima
Sra. D.^ Joaquina Rebolledo de Palafox y Guzmán, Marquesa de Navarras
y de Cañizar, Condesa viuda de Bureta, dama noble de la Orden de María
Luisa, dama particular de S. M. la Reina D." María Cristina. Era la hija
segunda de D. Luis Rebolledo de Palafox y Palafox, Marqués de Lazan, de
Cañizar y Navarras, sobrino del heroico defensor de Zaragoza y de doña
Antonia de Guzmán y Caballero, Condesa de los Arcos, Grande de España
de primera clase, de la casa de los Condes de Oñate, Marqueses de Monte-
alegre. Estuvo casada con D. Mariano de los Dolores López-Fernández de
Heredia y Fernández de Navarrete, Conde de Bureta, caballero de la Real
Maestranza de Zaragoza, de cuyo matrimonio no tuvo sucesión.
—El día 1.° del corriente falleció en esta Corte D.Juan José Herranz y
Gonzalo, individuo de número de la Real Academia Española y Gran Cruz
de Isabel la Católica. Estaba casado con D." María de la Caridad Ustáriz y
Bravo, Condesa de Reparaz.
L.
94
y de Genealogía Española.
SECCIÓN DE CONSULTAS
1 .^ Desearía saber si, conforme á las reglas del arte heráldico, todas las
divisiones de que se compone un escudo de armas deben llamarse cuarte-
les, y también si existe alguna clasificación de estas divisiones.— A. F. R.,
Sevilla.
Contestación.— No son, hablando con propiedad, cuarteles de un bla-
són las distintas partes en que se halle dividido, si cada una de ellas por sí
sola no forma el escudo de armas de otro linaje, país, dignidad, etc. El con-
junto de dos ó más blasones independientes forma los cuarteles, por razón
de alianza, patronato, concesión, dignidad y pretensión. Ejemplos: Los
Condes de Alcaudete traían por alianza, primero y cuarto cuartel de oro y
tres fajas de gules, que es de Córdova; segundo y tercero ajedrezado de
oro y veros de quince puntos, que es de Velasco. La casa de Ayanz trae de
plata y tres calderos de sable en palo, partido de las cadenas de Navarra
por concesión. Los Reyes de España traen en su escudo, llamado grande,
los blasones de los Médicis y Farnesios, por pretensión, á los estados de
Toscana y Parma, etc.
Los escudos pueden aparecer divididos, sin que estas divisiones se
deban llamar cuarteles, en partes iguales y desiguales. Pertenecen á las pri-
meras las de los blasones llamados porí/í/os, cortados, tronchados, tojados,
terciados, cuartelados en cruz, cuartelados en sotuer y gironados. Perte-
necen á las segundas las de los escudos denominados chapes, calzados,
embrazados, encajados, enclavados, adiestrados y siniestrados.
2."^ ¿Era necesario en la Edad Media haber sido armado caballero antes
de mandar fuerzas reales en las campañas?— R. Ll., Barcelona.
Contestación.— Sabido es que aun cuando la Orden de Caballería la
conferían no sólo los Reyes, sino los Príncipes, señores y aun los simples
caballeros, era frecuente que los guerreros más sobresalientes y ganosos de
fama esperasen á ser armados por su soberano. En tal caso solía retrasarse
95
Revista de Historia y de Genealogía Española.
la ceremonia, no siendo raro que ésta tuviese lugar bien avanzada la vida y
después de muy probados los méritos del aspirante en largos y haza-
ñeros servicios. Así se observa que caudillos famosos que mandaron ejér-
citos reales en memorables campañas no se hallaban investidos de esta dig-
nidad.
Tal sucedió al conde Pero Niño, capitán del rey de Castilla D. Enri-
que III, cuyos hechos perpetuó su alférez Gutierre Diez de Gomes en la cró-
nica que del mismo escribió. Por ella sabemos que, á pesar de haber coman-
dado tropas y galeras castellanas en tres campañas, no fué este insigne
Capitán armado caballero hasta que regresó á la Corte, después de su excur-
sión guerrera por Francia é Inglaterra.
Gutierre Diez de Gomes pone en boca del Rey estas palabras: «Pero
Niño, yo quiero que seades caballero luego agora.» Á las que contestó el
Capitán: «Señor, yo pudiera ser armado caballero en otros lugares en que
otros nobles omes se armaron caballeros según costumbre de aquellas par-
tidas donde yo he andado; mas fué siempre mi voluntad rescibir esta Orden
de manos de la vuestra merced, que fechura é crianza soy de la vuestra
merced.»
Reunió entonces el Rey á todos sus grandes, y honrándole con una gran
fiesta, le armó caballero diciéndole: «Pero Niño, mi voluntad es de vos
poner en muy mayor estado, é de vos enviar en una conquista que vos será
honrosa é buena.»
J. A.
96
Año
15 ABRIL 1912
E\?l5Tñ DE HISTORIñ
? DE GEHEñLOalñ
ESPñlSOLñ
Núm. 3.
Notas sobre la batalla de las Navas.
Pocas batallas de la Edad Media han sido consignadas en las crónicas
antiguas con tan relativa minuciosidad como la de las Navas de Tolosa,
llamada por los árabes de Al-Icab ó de las Cuestas. El haber concurrido á
aquella memorable campaña fuerzas extranjeras que la Bula de Inocencio III
atrajo á la Península, por conferirse honores y gracias de Cruzada á la
empresa, hizo que, aparte de los cronistas españoles, se ocuparan de tan
importante acción de guerra, así como de sus preparativos y resultados,
varios escritores de diferentes países. Se da también el caso, desgraciada-
mente poco repetido, de que el jefe principal é iniciador de aquel gran
movimiento bélico, necesario, sin duda, para la defensa de la cristiandad,
amenazada de cerca por el creciente poder de los almohades, el mismo Rey
de Castilla, D. Alfonso VIII, escribiera una relación del avance y triunfos
de los ejércitos de la Cruz, sucesos en que tanta gloria le cabía, aderezada
en forma de carta llena de cristiano reconocimiento al Sumo Pontífice
Romano. Esta última circunstancia, que nos proporciona la versión oficial
de acontecimientos tan granados, no pudo impedir que la fantasía de histo-
riadores no lejanos á aquel tiempo introdujese ya invenciones patrañeras
en el relato de la batalla. El mismo Rey Sabio consigna en su Historia la
aparición de una cruz de vivos colores y otros prodigios de que su bisabuelo
no hubiera dejado de hacer mención en la referida carta, caso de haber
acaecido.
97 7
Reyísta_ de Historia
Quedan, sin embargo, por esclarecer muchos puntos y por completar no
pocos extremos referentes á tan esclarecida victoria, siendo algunos de ellos
tan principales, como la abstención en la empresa de los Reyes de León y
Portugal, las verdaderas fuerzas con que concurrieron los de Aragón y
Navarra, el número de los caballeros leoneses, gallegos y portugueses que
se hallaron en esta Cruzada, el motivo de la retirada de los extranjeros
después de la toma de Calatrava, y, sobre todo, la importancia de las bajas
sufridas por infieles y cristianos, amén del número verdad de los comba-
tientes en ambos campos.
Esta penúltima cuestión de los muertos en la batalla de las Navas no es
fácil llegue á resolverse de una manera racional. El desconcertante número
de víctimas que los coetáneos adjudican á los dos ejércitos, fijándolas en
centenares de miles para los moros, y en veinticinco, treinta ó cincuenta
para los cristianos, desafiara todo intento de razonable explicación. Extre-
mando la credulidad y descontando lo que prudentemente pueda atribuirse
á la exageración patriótica y religiosa de los cronistas, podríase reducir el
desastre sufrido por los agarenos en un tercio y hasta en una mitad, sin que
por esto dejase de ser grande y definitivo para la causa del imperio Almo-
hade. Pero lo que nunca habrá medio de acordar con el más elemental racio -
cinio, es la cifra verdaderamente ridicula de muertos que dicen los cronistas
sufrió el ejército cristiano. Ni por el pánico y confusión que debieron de
desmoralizar á las tropas de Aunasir, faltas ciertamente de coesión y disci-
plina, como bárbaras y no hechas á la táctica europea en su mayor parte,
ni por la superioridad de las armas defensivas de los nuestros, á que alude
en cierto pasaje el infante D. Juan Manuel, podrá nunca admitirse que
aquella multitud asombrosa de guerreros no lograra matar arriba de dos ó
tres docenas de enemigos.
Confusos ante afirmación tan inverosímil, algunos historiadores moder-
nos han querido explicarla por un error de copia de los antiguos códices,
llegando á suponer que donde los coetáneos aparecen escribiendo veinti-
cinco ó treinta, debe leerse veinticinco mil ó treinta mil. Esta hipótesis, hoy
muy extendida, y que por cierto no siguieron Garibay, Zurita, Mariana ni
Moret, es de todo punto inadmisible, por coincidir en tan escaso número de
víctimas cristianas cuantos contaron el suceso en el tiempo en que tuvo
lugar. Por otra parte, el rey D. Alfonso, en su carta á Inocencio III, después
de fijar en más de cien mil los moros muertos en la batalla y en ciento
ochenta mil de á caballo los prisioneros, á más de los infantes que dice
fueron sinnúmero, añade: De egercitu autem Domini quod non sine grandi
grafiarum actione recitandum est, et quod incredibile est, nisi guia miracu-
98
y de Genealogía Española.
lum esty vix vigínti quinqué cristianí aat trígínta de tota nostro egercitu
occubuerint{\).
Con análogas frases de admiración, y atribuyendo siempre á prodigio
divino tan insignificante pérdida del ejército cristiano, hablan del caso todos
los cronistas. De los contemporáneos consérvanse las siguientes relaciones:
La más extensa de todas, que es la del arzobispo de Toledo, D. Rodrigo
Jiménez de Rada, muy conocida por ser este insigne Prelado uno de los
padres de nuestra Historia (2).
La de D. Lucas de Tuy, cuya Crónica fué escrita por mandato de la
reina D.^ Berenguela en el reinado siguiente.
La de Arnaldo Amalarico, arzobispo de Narbona, que habiendo acudido
á la Cruzada, y sido uno de los pocos extranjeros que permanecieron en
ella después de la toma de Calatrava, dirigió una extensa carta al Abad del
Císter, dándole cuenta del glorioso triunfo conseguido (3).
La de Alberico, abad del Monasterio de Tresfuentes de la Orden del
Císter en el Cronicón que escribió (4).
La muy sucinta del Maestro Rigordo, médico y cronista de Felipe
Augusto, rey de Francia (5).
Las brevísimas de Ricardo de San Germán (6), de Godofredo, monje de
San Pantaleón de Colonia (7), y de Cesáreo, monje en el Monasterio de
Heisterbach, de la Orden del Císter (8).
Pues bien: D. Lucas de Tuy sigue al Arzobispo en la cifra de veinticinco
(1) Este importantísimo documento, que se conserva en Roma en los Registros de
Inocencio III, fué copiado y traído á España por Garcilaso de la Vega, embajador en
aquella Corte de los Reyes Católicos, y publicado por primera vez en Italia por Bosquet y
Baluyio. Aunque Zurita, Mariana y Tamayo de Salazar tuvieron noticia de él, ninguno lo
imprimió en España hasta que lo hizo el Marqués de Mondéjar, que lo incluyó en sus
Memorias históricas de la vida y acciones del rey D. Alonso el Noble.
(2) Don Martín Jimena publicó en sus Anales Eclesiásticos del Obispado de Jaén una
relación en castellano de la batalla de las Navas, que halló en un pergamino del Arzobispo,
que se guardaba en la Cofradía de la Santa Cruz de Vilches. Esta relación coincide á la
letra con la escrita en latín por Jiménez de Rada desde el capítulo I hasta el XII de su obra
De Rebus Hispanice.
(3) Esta carta del famoso Inquisidor, terror de los Albigenses, fué inserta por Fernando
Ughelo en la Italia Sagrada y por los hermanos Santa Marta en Ja Galia Christiana.
<4) Aunque fué conocido y utilizado este Cronicón por el autor del Bélgico, por
Duchesne, Cristóbal Butkens y otros anticuarios, no se publicó íntegro hasta el año
de 1698 por Godofredo Guillermo Leibricia en la ciudad de Lipsia.
(5) Escribió la vida de este Monarca, dedicándosela á Luis VIH, su hijo y padre, en
D.* Blanca, de San Luis.
<6) Cronicón, publicado por Ughelo en la Italia Sagrada.
(7) Sus Anales, que terminan en el año 1237, fueron incluidos por Marcardo Frehero en
el tomo primero de su obra titulada Rerum Germanicarutn. {Edición de Struvio.)
(8) Milagros Ilustres.
99
Revista de Historia
hombres muertos de los cristianos; el Arzobispo de Narbona, testigo pre-
sencial como su venerable hermano el de Toledo, dice: Insequti sunt autem
eos per quaíuor lenguas bene, et tot ex eis occideruní quoque in bello et
post bellum sunt interfecta sexaginta millia et multa plures existimantur
fuisse; et quod est valde mirabile, sicut credimus, non sunt de nostris
mortu quinquaginta.
El Abad de Tresfuentes, que, como queda indicado, escribió también en
aquel tiempo, dice: Ceciderunt de illis (de los sarracenos) centum millia, de
christranis quidem jam plures ceciderant; sed postdemostracionem vexilli
vix triginta homines ceciderunt.
Los demás autores citados no fijan número de muertos ni de comba-
tientes; pero están acordes en atribuir á favor de Dios el triunfo de los
cristianos, que, según Rigordo hace constar, eran pocos en comparación
de los enemigos.
No es extraño que, fundados en tales testimonios, á los que deben unirse
los no menos formales de los Anales de Toledo y Compostela, multitud de
autores españoles y extranjeros cuenten la batalla de las Navas de Tolosa
como hecho milagroso, debido á una directa y eñcacísima intervención de
la Providencia, que si permitió que en ella murieran dos ó tres docenas de
cristianos, esta pérdida de vidas, aunque tan pequeña, es lo único que
puede intrigar al creyente en tal hipótesis (1).
De todo lo cual se deduce en buena crítica que de no admitir el pro-
digio dando por buenas las cifras de veinticinco, treinta ó cincuenta cruzados
muertos, no es posible deducir el verdadero número de los que cayeron en
tan famosa batalla, partiendo de lo afirmado por los cronistas é historia-
dores cristianos. Como haré ver más adelante, tampoco los cronistas árabes
pueden sacarnos de dudas.
Mas fácilmente es posible discurrir sobre la ausencia de los reyes de
León y Portugal, que, á pesar de estar tan interesados como el de Castilla,
y mucho más que el de Navarra en detener la avalancha sarracena, se abs-
tuvieron de tomar parte en la Cruzada.
Don Alfonso de León había continuado la política de su padre el rey don
Fernando, que siempre consideró á Castilla como Estado feudatario suyo.
(1) Comenzando por el Rey Sabio, la inmensa mayoría de los historiadores, así como
los apologistas de la Santa Cruz en la fiesta que por tal suceso instituyó el Pontífice y
muchos de la Virgen Nuestra Señora incluyen la batalla de las Navas entre los milagros
más sonados. Mondéjar cita, entre otros, á Columeiro, en el Kalendaria Mariano; á Bal-
singen, en sus Efemérides; á Prioreo, en la Triplicada Corona de la Madre de Dios; á
Loero, en María Augusta; á Carnei, en su Cronicón; á Briei, en el Cronicón Universal; á
Doménico, en su Historia Eclesiástica, etc.
100
3^ de Genealogía Española.
y aunque obligado varias veces á renunciar tales pretensiones, y casado
luego con D/ Berenguela, hija de Alfonso VIII (1), jamás miró con buenos
ojos á su suegro y siempre anduvo buscando la ayuda del Rey de Navarra
para hacede la guerra.
El carácter valiente y animoso de este Rey de León, que fué un gran
militar y llevó sus estandartes en atrevidas campañas hasta la parte baja de
Extremadura, no permiten atribuir á miras pusilánimes ni á blandura con
los moros su ausencia de la Cruzada. Cabe, en cambio, suponer, habida
cuenta del rencor que abrigaba contra Castilla y de la tenacidad con que
continuó alimentando en su corazón este sentimiento, aun en los tiempos
de su hijo D. Fernando, que, efectivamente, trató de aprovechar las cir-
cunstancias, como generalmente se cree, para desquitarse de pasadas
derrotas. Y esto, aun no dando pleno crédito á la aseveración de Alberico
de que mientras se efectuaba el avance de los Ejércitos cristianos hacia
Andalucía, el Monarca leonés talaba la tierra de «u vecino y pariente.
Quizá desconfiando del triunfo de los cruzados, y teniendo, por otra parte,
gran fe en sus propias fuerzas, reservábase para desplegar su energía y
valor al frente de toda la España cristiana, después de un nuevo Guada-
lete que el formidable poder de los almohades autorizaba á sospechar.
De muy distinto modo paréceme que debe juzgarse al rey de Portugal,
Alfonso II, con quien los historiadores, comprendiéndolo en las mismas
censuras que al de León, han sido injustos. Y es curioso observar que tal
vez nació este juicio desfavorable t^n universalmente seguido de un cro-
nista portugués, como fué Duarte Núñez de León, que después de atribuir
á envidia y mala voluntad la actitud de Alfonso II, afirma que no fué á la
Cruzada ni se escribe le enviase socorros (2) (al rey de Castilla).
Pero estudiando los anales de aquellos años y de los inmediatos ante-
riores, se viene en conocimiento de cuan distintas debieron de ser las in-
tenciones de los dos Reyes, el de León y el de Portugal. Adviértese, ante
todo, que el último, en oposición á lo realizado por el primero, no había
hecho la guerra al castellano, con cuya hija hacía poco había contraído
(1) Sabido es que este matrimonio, celebrado en 1198, fué declarado nulo por el Papa,
á causa del parentesco que unía á los contrayentes, que eran primos segundos. Después
de algunos años de resistencia á los mandatos pontificios, separáronse D. Alfonso y doña
Berenguela, que no eran novicios en estos achaques, pues uno y otra habían creído estar
casados anteriormente con D.^ Teresa de Portugal y Conrado de Suavia, respectiva-
mente, cuando también el Papa declaró nulas ambas uniones, por idéntica razón de
parentesco.
(2) Primeira parte das Clironicas dos Reis de Portugal. En Lisboa, impresa por Pedro
Crosbecx.
101
Revista de Historia
matrimonio. Portugal se halló en paz con Castilla una vez disuelta la fugaz
alianza que el padre de Alfonso II, el rey D. Sancho, concertó con León y
Aragón, alianza en que este Rey entró de mala gana, y nada hizo eficaz
contra Castilla. Se ve también que el Rey lusitano, lejos de aprovecharse
de la Cruzada para su propio engrandecimiento, como dice Alberico del
leonés, permaneció quieto en sus Estados, harto revueltos por sus hermanas,
que poco después tantas dificultades le suscitaron, y atento á defenderlos
de la codicia del de León, que no sabía distinguir de fronteras cuando salía
á campaña y era temible enemigo para Portugal.
Este último motivo téngole por muy poderoso, si no ya suficiente, para
explicar la ausencia personal en las Navas de Alfonso II. Y digo personal
porque es el caso que envió un importante contingente de caballeros y de
nfantes, del que parecen olvidarse los que le acusan de haber faltado á sus,
deberes de Príncipe cristiano. Consta esto por el arzobispo D. Rodrigo,
que escribió: Vinieron también á la misma ciudad (Toledo, donde se re-
unieron los cruzados) muchos caballeros de las partes de Portugal y co-
piosa muchedumbre de infantes, que con admirable agilidad sufrieron los
trabajos de la jornada y acometían con valeroso Ímpetu.
Y no fueron sólo caballeros y copiosa muchedumbre de hombres á pie
los que del vecino reino concurrieron á tan gloriosa empresa; asistió tam-
bién, y probablemente como General suyo y en representación del Monarca,
un Infante de Portugal. El Abad de Tresfuentes consignó: Tres vero reges
de Castella, de Aragone etde Nauarreis e/ooMiCELLUs Portagallice venerunt
et ceperunt Alarchios et allia tria Catachoma Beneventum ei Petram-
Bonam.
Ahora bien: Carlos Dufresne, en su Glosario de la media é ínfima lati-
nidad, prueba que la palabra domicellus, correspondiente á la castellana
doncel que aquí se aplicaba á los hijos de los caballeros, fuera de España
servía solamente para designar á los hijos de los Reyes. Por lo que es evi-
dente que Alberico quiso referirse á un Infante.
El Marqués de Mondéjar opone á este supuesto el ser imposible que
Alfonso II, cuyo matrimonio se efectuó en 1208, tuviese un hijo en edad de
ir á la guerra. Pero olvida el sabio procer que por aquellos tiempos vivía,
y en toda la fuerza de la edad, que empleó en guerreras y caballeres-
cas empresas, un tío carnal del Rey lusitano, hermano de su padre don
Sancho, el infante de Portugal D. Fernando, conde de Flandes por el
derecho de su mujer D.^ Juana, hija y heredera de Balduino, emperador
de Constantinopla.
Este D. Fernando, que tres años después se halló en la batalla de Bo-
102
y de Genealogía Española.
vinas, junto á la ciudad de Tornay, en la que fué hecho prisionero por el
Rey de Francia, vencedor en aquella jornada del emperador Otón, paré-
ceme verosímil que fuera el Infante aludido por Alberico. De donde resul-
taría que Portugal concurrió á la gloriosa expedición, según testimonios de
coetáneos y testigos, con muchos caballeros, copiosa muchedumbre de In-
fantes y un Príncipe de la Real familia, el único, aparte del Monarca, que
estaba en edad de tomar las armas.
Véase cuan de ligero afirmó Núñez de León la ausencia en la Cruzada
de todo auxilio portugués. El mismo cronista consignó en otra parte de su
relación que: muchos caballeros portugueses se hallaron en ella (en la ba-
talla de las Navas), según se halla en Memorias de Castilla y de Portugal.
Joaquín Argamasilla de la Cerda.
(Se continuará.)
103
Revista de Historia
MAESTRANZiS DE CABALLERÍA SUPRIMIDAS
Estimuladas por la ciudad de Sevilla, que obtuvo del rey Felipe V pri-
vilegios que la permitían continuar con los ejercicios propios de la noble
profesión de la Caballería, otras ciudades principales de Andalucía acu-
dieron presurosas ante la Junta de Caballería del Reino, creada por aquel
Rey por sus Reales cédulas de 4 de Marzo de 1725 y 9 de Mayo de 1726,
con inhibición absoluta de todos los Consejos y Tribunales del Reino, en
solicitud de los mismos fueros y privilegios que se concedían á aquella
ciudad, á fin de continuar unas y organizar de nuevo otras, las Maestranzas
de los Caballeros de su vecindad. La formación de dicha Junta de Caba-
llería obedeció á la necesidad de restablecer la cría de caballos en toda
España, pero especialmente en Andalucía, Murcia y Extremadura, que por
lo visto había llegado al estado más lamentable, originándose una gran
escasez de caballos para las necesidades de los institutos militares de Caba-
llería y servicio de la Real Casa.
Parece ser que la decadencia de las Maestranzas traía por origen las
repetidas leyes promulgadas por los Reyes— como las Pragmáticas de 27 de
Octubre de 1603, de 10 de Enero de 1682, de 17 de Julio de 1694 y de 4 de
Mayo de 1713,— por las que se prohibía el uso de las armas cortas de fuego,
como pistolas de arzón, trabucos y carabinas que no llegasen á la marca de
una vara el cañón, bajo las gravísimas penas, al noble, de seis años de presi-
dio con privación de oficios y puestos honoríficos, quedando á más inhabili-
tados para obtenerlos en lo sucesivo; medidas tomadas para evitarlas muer-
tes y heridas que se sucedían. Asimismo otra causa de decadencia fué la obli-
gatoria mudanza del traje de golilla, usado antiguamente, que se consideraba,
104
y de Genealogía Española.
junto con las pistolas de arzón, como precisas para la profesión de la jineta:
y el desuso de las antiguas costumbres de armas y vestido habían llegado
á anular los ejercicios de la jineta en las fiestas de plaza, torneos, juegos
de cañas y demás que servían, tanto para adiestrar á la Nobleza en el
manejo de los caballos, como para proporcionar honesta diversión á los
que la ejercían y al público de las ciudades. Curiosísimas y muy interesan-
tes son las descripciones de estas fiestas que desde la Edad Media eran las
más particulares en las principales ciudades de España, especialmente de
Andalucía; pero, aunque con sentimiento, renuncio á copiar alguna, por no
ser mi objeto en este artículo referirme á ellas, ni la índole del mismo me
permite extenderme á consignarlas con detalle; ñestas que, además de tener
lugar en los días de los Patronos de los pueblos y Carnaval, se hacían con
el mayor lujo y ostentación en las ocasiones de nacimientos de Príncipes y
en las proclamaciones solemnes de los Reyes, en cuyas festividades, no
obstante las leyes del Reino, que se oponían al uso de telas ricas, bordados
de oro y plata, engarces de piedras preciosas en los trajes y sombreros, los
caballeros que en ellas tomaban parte procuraban competir en riqueza y
ostentación, tanto en los vestidos y tocados que adornaban con vistosas
plumas de colores, los mismos que los de sus libreas, como en sus cabalga-
duras, enjaezadas con arneses adornados con metales preciosos, dando
un cuadro tal de lujo, riqueza y alegría como muy raramente se ve en estos
tiempos, en las fiestas públicas: de éstas, corren impresas curiosísimas y
detalladas relaciones de gran valor bibliográfico por su rareza (1).
La causa de la decadencia de las Hermandades ó Cofradías de caba-
lleros de las ciudades que las tenían, se manifiestan también, de acuerdo
con lo ya dicho, en las representaciones que hicieron ante la Junta de Caba-
llería, como más adelante referiré; pero antes me permito recordar el origen
oficial de estas Instituciones, omitiendo ahora consignar las antiguas cos-
tumbres de festejar y adiestrarse la juventud noble en su obligatorio ejer-
cicio de armas y caballos. La primera iniciativa Real, después de arrojados
completamente los moros de España y terminada la reconquista, se contiene
en las órdenes circulares que el rey Felipe 11 mandó enviar en el mes de
Septiembre de 1572 á varias ciudades importantes de los Reinos de Anda-
lucía, en cuyo texto aludía á los antiguos usos y ejercicios de las armas
que mantenían dispuesta y aparejada la Nobleza para el servicio Real y de
la causa pública, cosa que con la paz y ocio de tantos años y por otras
(1) El Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes posee muchísimas de estas relaciones en su
riquísima biblioteca.
105 8
Revista de Historia
ocupaciones é impedimentos había cesado, estando ya los caballeros sin
armas ni caballos y con escaso conocimiento de los actos militares, y man-
daba por aquellas órdenes, que inmediatamente se juntasen en ayuntamiento,
llamando á él, además de los regidores y personas del cabildo, algunos otros
caballeros celosos del Real servicio, del bien público y del honor de su
estado, para tratar de instituir una Cofradía con el referido objeto, bajo la
advocación de algún Santo y con la obligación de establecer ordenanzas
por las cuales se fijasen días señalados para la celebración de justas,
torneos, juegos de cañas y otros ejercicios militares, celando los Corregi-
dores y Justicias que no se descuidase el efectuarlo.
Sevilla, según relata el Sr. León y Manjón, secretario de la Real Maes-
tranza (1), recibió esta Real orden del rey Felipe II el año 1572, recomen-
dando en ella la práctica de los ejercicios ecuestres, la que no tenía aplica-
ción en aquella ciudad, por tener ya una Hermandad que, desde tiempo
inmemorial, bajo la advocación del santo rey Hermenegildo, servía para
adiestrar á su nobleza en esta práctica de la caballería. Dicha Real orden
fué también comunicada á las ciudades andaluzas Córdoba, Antequera, Jerez
de la Frontera y Granada; quizá también á Jaén, Baeza, Málaga y otras:
Antequera, como luego se expresará con más extensión, la recibió con
fecha 6 de Septiembre de 1572; Jerez de la Frontera cultivaba ya, con gran
fama de la bondad de sus caballos y de jinetes habilísimos en el manejo de
aquéllos, los juegos de cañas, aprendidos de los moros, sus vecinos, en el que
tenían método especialísimo de jugarlas cara á cara, lo que les fué prohi-
bido por una ejecutoria dada por el Consejo Real á propuesta del doctor
Pérez Manuel el año 1600 y á consecuencia de desgracias que ocurrieron en
la plaza del Arenal en los caballeros de uno y otro bando, ó sean de los
linajes de Villavicencios y Dávilas, en que estaban divididos todos los
nobles, y de los que en trabajo particular me ocuparé con mayor extensión;
recibió, pues. Jerez la Real orden con fecha 10 de Septiembre de aquel año,
y, como dejo dicho, tampoco le comprendía, por estar en uso el ejercicio de
las armas y caballos, y puesta de acuerdo con la ciudad de Córdoba, su
hermana, respondieron á la orden Real que sería perjudicial en ellas su esta-
blecimiento tal como se ordenaba, á causa de ser mucha la nobleza de
ambas ciudades que recaía, en general, en sujetos pobres, para quienes sería
afrenta no ser tenidos por cofrades y no poder alternar con los más ricos;
no por esto dejaba de adiestrarse su nobleza con frecuentes ejercicios para
(1) Historial de fiestas y donativos. índice de los Caballeros y Reglamento de unifor-
midad de la Real Maestranza de Sev/7/a.— Madrid, 1909.
106
y de Genealogía Española.
montar á caballo y salir á la defensa de la importante ciudad de Cádiz y
las costas, siempre en peligro de piratas y enemigos de la Corona.
La ciudad de Granada recibió también las órdenes de Felipe II, y más
adelante de su hijo Felipe III, y parece que desde entonces tuvo princi-
pio la Hermandad de Maestranza, que ya en 11 de Enero de 1686 tenía
sus Constituciones impresas, con licencia de D. Juan Gutiérrez de Henes-
trosa y Córdoba, caballero del Orden de Alcántara, oidor de la Real Chan-
cillería, juez de imprentas, y que fueron aprobadas en Cabildo que hizo la
ciudad en aquella fecha; haciéndose desde entonces las elecciones para ele-
gir hermano mayor y demás oficiales de la Maestranza anualmente, y eje-
cutándose las fiestas religiosas y de caballos, el día después de la Con-
cepción, bajo la advocación de Nuestra Señora del Triunfo, patrona que
eligió la Hermandad,
En Ronda, que recibió la Real cédula fecha en Madrid á 6 de Septiembre
de 1572, se reunió su Ayuntamiento y nobleza el día 3 de Agosto de 1573, y
nombró por titular á Nuestra Señora de Gracia, datando de entonces, según
se le concedió, con el privilegio de erección de Maestranza, como luego
veremos, la antigüedad de aquella fecha, no obstante ser de las últimas
reorganizadas.
Volviendo á Sevilla, que, como ya dije, dio la norma, aunque constituida
en Hermandad de Maestranza por iniciativa del Marqués de la Algaba
en 1670, había llegado con la guerra, y por las causas más arriba expresa-
das, á su casi desaparición; fué reconstituida el 12 de Noviembre de 1725
con 36 caballeros, los que obtuvieron una orden para el Asistente dada por
el Real Consejo y Junta de Caballería del Reino, trasladándole la gracia
de S. M. permitiéndoles el uso de pistolas de arzón para los ejercicios, que
detalladamente nos refiere el Sr. León y Manjón en t\ Historial de festejos]
alcanzando más adelante por Real cédula de 2 de Junio de 1730 el grande
honor de que fuesen sus Hermanos Mayores, para lo sucesivo, uno de los
señores Infantes, y el primero lo fué D. Felipe, hijo del Rey, señalándole
jurisdicción privativa, y como juez conservador al Asistente de la ciudad;
también se les concedió el uniforme de grana, con galones, chupas y vueltas
de glasé de plata, que usó en las fiestas reales con motivo de la jornada del
Rey en Andalucía el año 1729, no obstante las pragmáticas que lo prohibían,
y en la misma forma que lo usaban los oficiales del Ejército, y se le con-
cedió además dos fiestas de toros de vara larga.
Aunque no es mi ánimo suscitar cuestiones de precedencias, creo leal-
mente, como el Sr. León y Manjón, que desde esta Real cédula empieza ver-
daderamente el carácter oficial de las Maestranzas.
107
Revista de Historia
Sabida en Granada la reconstitución de la Maestranza de Sevilla con
nuevos privilegios y la licencia dada á ésta por Real decreto de 25 de
Octubre de 1725, se reunió su Maestranza, que entonces la constituían los
Sres. D. Francisco Cañaveral y Córdoba, D. Juan Barona de Alarcón y
Salazar, D. Francisco de Teruel y Cepeda, el Marqués de Casablanca, don
José Ponce de León y D.José Velázquez y Alarcón, este último secretario,
y escribieron en 28 de Enero de 1726 al Corregidor, que era entonces de la
ciudad, D. Juan Jerónimo Blancas, diciéndole que había celebrado Junta la
Hermandad para oir la respuesta de los caballeros comisionados que se le
habían despachado, suplicándole consultase á S. M. en igual forma que el
Conde de Ripalda, Asistente de Sevilla, hizo á la Junta de Caballería, soli-
citando licencia para usar á caballo pistolas de arzón; pareció bien al Corre-
gidor, que dio traslado de la carta el mismo día, y ya en otra de 2 de Abril
participaba el secretario de la Junta de Caballería del Reino, D. Francisco
de Velasco, la resolución de S. M. á consulta de la Junta de 3 de Marza
anterior, concediendo á la Maestranza de Granada el uso de pistolas de
arzón en la misma conformidad que á Sevilla; después, en 19 de Febrero
de 1739, obtuvo todos los demás privilegios concedidos á esta última hasta
entonces.
Puedo afirmar, en presencia de los documentos oficiales que he visto y
extractado para este artículo, que en 1726 no se consideraban como sub-
sistentes sino las Maestranzas de Sevilla y Granada.
*
Empiezo á entrar de lleno en el objeto de este trabajo, limitándome á
tratar de las Maestranzas suprimidas. Empezaré por la de Carmona, que á
consecuencia de su pretensión de fueros en 5 de Septiembre de 1728, hubo
consulta elevada al Rey, por la Junta de Caballería del Reino, compuesta de
los Sres. D. Pascual de Villacampa, D. Sebastián García Romero y D. Juan
de Cereceda, en la que le expresan: que el corregidor de la ciudad de Car-
mona, D. Diego Luis de Arriaga y San Martin, ha representado que en lo
antiguo hubo en aquella ciudad hermandad de Maestranza, como la de
Sevilla, y una y otra decaecieron por la novedad de trajes, y que sabiendo
se ha vuelto á restablecer la de Sevilla, desea Carmona se ejecute allí lo
mismo, á cuyo fin se ha tratado de ello con eficacia, juntándose los de la
primera nobleza, y alistándose número competente nombrado por Hermano
108
y de Genealogía Española.
mayor á D. Pedro José de Rueda... (1 ) que, visto en la Junta con lo que infor-
mó el Asistente de Sevilla, debe poner en la Real consideración de S. M. que
por resolución á consultas de 19 de Abril y 22 de Septiembre del año
pasado y 3 de Marzo del presente, se sirvió V. M. conceder á las ciudades
de Sevilla y Granada licencia para que lleven pistolas de arzón los caba-
lleros de la Maestranza, cuando vayan á hacer los ejercicios, con la cali-
dad de que sólo sea y se entienda para el acto de los mismos ejercicios; y
(1) Don Pedro José de Rueda, primer Hermano Mayor de la Maestranza de Carmena;
por su distinguida generación y condiciones personales, merecía seguramente la elección
que de él se hizo para llevarla más alta representación del Cuerpo: era caballero de la Orden
de Alcántara, en la que se cruzó el año 1700; nació en Carmona el 16 de Abril de 1679, fué
hijo de los Sres. D. Diego de Rueda y Mendoza, caballero del Orden de Santiago, Regidor
perpetuo de la ciudad, cuyo oficio heredó D. Pedro, y de D.* María de Porres y Silva, que
era natural de Brozas en Extremadura, hija de D. Pedro de Porres Maraver y Silva, caba-
llero del Orden de Santiago, Conde de Canilleros, y de D.^ María Francisca de Montema-
yor, ambos de ilustres Casas extremeñas; nieto de D. Fernando de Rueda y Mendoza,
Regidor de Carmona, y de D.^ Mariana de Saavedra, hermana de Fr. D. Alonso de Soto-
mayor, Obispo de Barcelona, hijos de D. García de Sotomayor, Regidor perpetuo de Car-
mona, y de D.^^ Beatriz Castellanos; bisnieto de D.Juan de Rueda de Mendoza y de doña
Beatriz de Rueda de Mendoza, su mujer.
Esta familia de Rueda existe en Carmona, según las noticias que de ella da D. Manuel
Fernández López, en la Historia de la Ciudad de Carmona (Sevilla, 1886, pág. 384), desde
fines del siglo XIV, en que Diego de Rueda, que era de la Casa solar de los Señores y Aba-
des de Rueda, bajó á Carmona y casó allí con D.^ María Rodríguez de Mendoza, hija de
Arnao de Tolozán, Alcalde mayor de Sevilla, y de D.^ Sancha de Mendoza, Camarera de la
Reina. Eran cabeza de bando en las parcialidades que movían los Grandes en Andalucía
en el siglo XV. El más distinguido del linaje, entre otros muchos celebrados militares y
varones ilustres en otros ejercicios, fué Luis de Rueda, Alcaide que fué de Oran, después
que dejaron el mando los Condes de Alcaudete. No sólo nos cuenta sus hazañas dicho
autor, también se detiene á referirlas, D. Francisco Javier Cabreros, en la Vida de San
Teodomiro mártir, natural y patrono de la Ciudad de Carmona (Madrid, año de 1805, pá-
gina 41) y dice, que de sus acciones se hicieron informaciones jurídicas para su hermano
el R. P. Fr. Francisco de Rueda, religioso del Orden de San Agustín, sujeto de mucha lite-
ratura que obtuvo distintas prelacias.
El citado D. Pedro José de Rueda era el Señor de la Casa y mayorazgo de su apellido;
fué Regidor perpetuo de preeminencia. Alguacil mayor de Carmona y Alcalde de la Her-
mandad por el estado noble; estuvo casado con D.^ Ana Barrientos y Rueda, su prima
hermana, hija de D. Francisco Barrientos y Lugo, Alcalde de la Hermandad por el estado
noble de Carmona y de D.^ María Bernabela Rueda Saavedra, de cuyo matrimonio fueron
hijos: D.^ Ana Josefa de Rueda, que casó con D. Antoaio Fernández de Córdoba y de la
Cerda, señor del Toconar, según dice el Sr. F. de Béthencourt en su Historia Genealógica
y Heráldica de la ¡Monarquía Española (t. VIH, pág. 454); D. Diego Luis de Rueda, que su-
cedió en la Casa, Regidor perpetuo de Carmona y Maestrante de Sevilla; D. Francisco
María de Rueda, caballero de Justicia en la Orden de San Juan, Comendador de Castro-
nuño, Alcolea, Tocina Robayn, Procurador general de la Orden en Andalucía, Bailío de
Negroponto, Gran Cruz y Chanciller de la misma Religión; D.^ Ana María de Rueda, monja
en el convento de la Trinidad en Carmona, y D.=* María de Gracia Rueda.
Ariiias de Raeda.— De gules !'>s dos bezantes de plata, cargado cada uno de tres
¿andas de oro; la bordura de azur, cargada de ocho flores de lis de oro.
109
Revista de Historia
respecto de que uno de los principales motivos que V. M. tuvo para esta
concesión fué el que sirviese de estímulo á las demás ciudades de los rei-
nos de Andalucía para que volviesen á restablecer sus antiguas Maestran-
zas, por lo mucho que se consideró conduelan para conseguir el aumento
y conservación de la cria y casta de caballos. Debió merecer esta con-
sulta la aprobación de S. M., cuando puso de su mano su decreto al
margen: como parece y assi lo he mandado, rubricado: y en su consecuen-
cia se dio la siguiente orden, por el Secretario de la Junta de Caballería
del Reino:
«En carta de 30 dejullio de este a.» representó V. S. que deseando esa
Ziudad imitar á la de Seuilla en el noble Arte de andar á Cauallo hauiendo
tenido en lo antiguo Maestranza como subzedió á la referida de Seuilla, y
descaezidose (sic) después en igual forma, y que hauiéndose empezado á
restablezer en ella deseaba esa Ziud, executar lo mismo, á cuyo fin se hauía
tratado con eficazia, y juntádose los de la primera nobleza, y q. en su con-
sequenzia se alistaron número competente, y nombraron por hermano mJ á
D." Pedro Joseph de Rueda, Cauallero del orden de Alcántara, uno de los
primeros de esa Ziudad, hauiéndose de arreglar las ordenanzas en la misma
forma que en Seuilla 1 como se está executando | pero q. faltando el per-
miso para poner las pistolas de Arzón como adorno ynexcusable á la silla
de Brida que han de usar por la correspondenzia á los traxes; Suplicó V. S.
á la Junta que respecto de concurrir en esa Ziudad las mismas zircunstan-
cias, y tener ygual nobleza que la de Seuilla se siruiese hacerlo presente
á S. M. á fin de que consiguiesen el mismo honor como los de la herman-
dad de la Maestranza de ella en el permiso de las Pistolas sin emvargo de
la pracmática, en que no contemplaua V. S. el más leue ynconbeniente
antes sí el logro de que se finalizase esta obra tan útil á la cría de Caua-
Uos, como también á la Gente noble á fin de que se abilitase en un arte tan
propio de los que lo son; Y enterado el Rey de todo lo referido y de lo
demás que la Junta de Cauallería del Reyno puso en su Real notizia; por
resoluzión á consulta de ella de 5 de Sept^ del año próximo pasado, ha
venido S. M. en conzeder lizenzia á los Caualleros de la Maestranza de esa
Ziudad para que lleben Pistolas de Arzón á Cauallo quando vaian ha hacer
los exercicios en la misma conformidad que se sirvió su Mg.'i concederlo á
la de Seuilla; de cuya Real Deliveración participo á V. S. de Acuerdo de la
Junta á fin que enterando de ella á los Cavalleros de la Maestranza no se
retarde por falta de este requisito poner en práctica esta Noble hermandad
como lo espera la Junta de su zelo por lo ymportante que es á la buena
enseñanza de la Jubentud y restauración de la cría y casta de Cauallos que
lio
y de Genealogía Española.
tan perdida se alia. Dios g.^e á V. S. m. a. como deseo. M.^ 16 de Diz.^e de
1727.=S.' D." Diego Luis de Arriaga y S." Martín. Carmona.»
Obtuvo los privilegios esta Maestranza de Carmona por Real Cédula
de 21 de Marzo de 1732, rigiéndose desde entonces por las Ordenanzas de
la de Sevilla (1).
Juan Moreno de Guerra.
(Se continuará.)
(1) El Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes conserva en su rica colección de libros raros
una edición particular que liizo la Maestranza de Carmona, de sus Ordenanzas.
111
Revista de Historia
CRÓNICA BIBLIOGRÁFICA
Estos días ha hecho su aparición un hermoso libro, amigo antiguo
y predilecto de los amantes de la Historia. Me refiero al tomo IX de la
monumental Historia genealógica y heráldica de la Monarquía española,
Casa Real y Grandes de España, que publica el erudito académico don
Francisco Fernández de Béthencourt.
Yo he tenido este libro en mis manos con fervor de aficionado, y sin
tiempo para terminar de saborear toda su extensa y nutrida paginación,
tengo que escribir estas líneas con apremios del impresor y en reducido
espacio.
Si las estrechas proporciones en que forzosamente ha de encerrarse
esta noticia dentro de una publicación de esta índole, me permitiesen
bosquejar una ligera semblanza de la personalidad científica del señor
Béthencourt, creo que me costaría poco trabajo demostrar que no es sola-
mente el insigne historiador de la Grandeza de España un sabio más en el
campo de la Historia patria, sino que le cabe en justicia, el preciado
dictado de restaurador de un género de estudios olvidados, ó lo que es
peor, bastardeados por una mala tradición.
De igual manera que el príncipe de los genealogistas españoles, el
inolvidable D. Luis de Salazar y Castro, tuvo que romper en los finales del
siglo XVII y en los comienzos de la decimoctava centuria todas las fábulas
que acumularon y tejieron los poco escrupulosos licenciados de aquel
tiempo, así el Sr. Béthencourt, al recoger dignamente la herencia y prolon-
gar en él la personalidad del asombroso historiador de la Casa de Lara,
tuvo también que dejar á un lado la maraña intrincada é inconexa de noti-
cias absurdas, cuando no perturbadoras, que nos legaron los memorialistas
y reyes de armas del siglo XVIII, y aun los que en tiempos posteriores han
112
y de Genealogía Española.
continuado explotando el campo, siempre abonado para este linaje de
explotaciones, de las pueriles vanidades.
En los albores de su vida literaria, en plena juventud y en época que
parece la menos propicia á este género de estudios, que más requieren
paciencia de benedictino que galas de la fantasía, escribió ya el señor
Béthencourt un excelente Nobiliario y blasón de Canarias, obra completí-
sima que componen siete tomos, acabado historial de la nobleza de aquellas
islas, de aquellas islas que conquistó su esclarecido ascendiente Juan de
Béthencourt, héroe de tradicionales hazañas y de legendarias empresas.
Fuera de esta primera obra de su juventud, las demás que ha producido
la pluma fecunda del docto académico son sobradamente conocidas para
que en este lugar haya que revelarlas. Gracias á sus Anales de la Nobleza
de España, que publicó de 1880 á 1890, seccionados en nobleza que osten-
taba la Grandeza de España, títulos de Castilla y Nobleza no titulada, fué
la historia de las familias nobiliarias purificándose de las numerosas patra-
ñas que la obscurecían y aclarándose á la luz de una crítica serena. Gracias
á sus frecuentes trabajos en diversas publicaciones — algunos de los cuales
fueron coleccionados en un interesante libro que modestamente tituló Para
cuatro amigos ~\a. Genealogía y la Heráldica, ramas importantísimas y
valiosos auxiliares de la Historia, fueron rehabilitadas en el puesto de
honor que les corresponde. Y gracias también á su iniciativa se dictaron
disposiciones legislativas conducentes á este fin reivindicador y patriótico.
Pero toda esta obra de infatigable investigador, que bastara por sí sola
para llenar la vida de un hombre, no fué para el Sr. Béthencourt otra cosa
que los cimientos que habían de servirle para edificar el magno monu-
mento cuya continuación motiva estos renglones, ese magnífico arsenal de
noticias históricas, labor ímproba realizada en la compulsa de documentos,
desentrañando códices, depurando cronicones y conquistando, á fuerza de
constancia y energía, el riquísimo tesoro que guardan los abandonados
archivos. Labor ímproba en la que no sé qué admirar más, si el caudal de
erudición que representa, lo acertado y luminoso de la crítica ó la brillantez
del ropaje y estilo en que la brinda.
Porque el Sr. Béthencourt es además un estilista y un literato de amplio
léxico y elegantísima dicción, circunstancia que completa y perfecciona
con deleitosa amenidad su gigantesca obra. Así, por ejemplo, la historia
aventurera y peregrina de los Borjas le inspira páginas de sugestiva belleza
literaria, y las hazañas guerreras de los Córdovas y Acuñas, trozos de
cálida elocuencia y exaltado patriotismo.
Viniendo ya al tomo IX de la magna Historia, que acaba de aparecer,
113 9
Revista de Historia
tomo que, juntamente con los tres que le preceden, agota de una manera
definitiva el linaje de los Córdovas, haré ligerisima referencia á las líneas
y casas que estudia.
Comienza con la filiación de los Alcaides de los Donceles, línea escla-
recida en la que se destaca, como astro de primera magnitud, la gran figura
de aquel D. Diego de Córdova, primer marqués de Gomares y primer
virrey de Navarra después de la anexión de este reino á Castilla; línea de
la que se derivaron dos ramas segundas, una de las cuales, establecida
en Jaén, llevó el nombre de Cordóva-Doncel, y la otra, legitimada en 1454,
y proveniente del famoso obispo D. Pedro de Córdova y Solier, constituyó
la Casa de los señores de Zuheros, refundida después en la de los Marque-
ses de Algarinejo y tronco de los posteriores Condes de Torres Cabrera.
Historia á continuación la cuarta y última grande línea de la Casa de Cór-
dova, señores de Montemayor, creados en 1529 Condes de Alcaudete,
y como ramas desgajadas de este tronco vigoroso, va estudiando las líneas
de Córdova-Ponce, Señores del Mayorazgo del Olivar y Córdovas-Ponce,
señores, por alianza, de la Casa de Cárcamo; las de los Señores de Fuenreal
y el Genovés, Condes, por alianza, de Villamanrique de Tajo, Marqueses
de Guadalcázar; Córdovas Bocanegra, representados por los Condes de
Castelo en México, y los Marqueses de Villamayor de las Iviernas, Adelan-
tados de la Nueva-Galicia y Condes después de Villardompardo.
Termina con esto la historia genealógica de la gran Casa de Córdova,
y forman la última parte del libro algunos capítulos de adiciones á las
líneas historiadas en los tomos anteriores, en los que amplía datos refe-
rentes á la rama primogénita de Aguilar; á la de los señores de la Enco-
mienda, en sus dos líneas de los Marqueses de la Encomienda y los
Fernández-Golfín, y, finalmente, á la de los Marqueses y Barones de Mon-
temayor, en Ñapóles.
Toda esta asombrosa labor, que en vano intentara yo reflejar en estas
cuartillas, comprende el recientemente publicado tomo IX de la Historia
geneológica y heráldica de la Monarquía española, Casa Real y Grandes
de España.
Nuevo y magnífico monumento que ofrece á la Historia patria el talento
procer y señoril de mi querido y admirado amigo D. Francisco F. de
Béthencourt.
Tomás Domínguez Aré v alo.
114
y de Genealogía Española.
los reitatos de Yíilacarrieilo y oíros
exIsiOQtes eq la proviflcla de SaDíaoilir.
En un altozano que domina la antigua villa de Carriedo, cabeza del
valle de su nombre, uno de los más pintorescos y bellos que constituyen la
accidentada y hermosísima provincia de Santander, yérguese, altivo y
severo, el señoril palacio de Soñanes, levantado en el asiento mismo en que
se alzaba el viejo solar, derruido por la injuria de los siglos, de este rancio
é ¡lustre linaje montañés.
Construcción tal vez la más interesante, entre las particulares, del estilo
llamado barroco, destácase sobre el obscuro fondo de añoso bosque, en
el que abundan ejemplares magníficos de camelias gigantescas, luciendo
sus fachadas churriguerescas cubiertas de prolijas labores y haciendo honor
al gran escudo central, que ostenta el blasón familiar del mayorazgo de
Soñanes y sus alianzas, circundado de dos enormes cactus que, á guisa de
lambrequines, rodean al pétreo yelmo, y que en verano cubren material-
mente las paredes con su flores bermejas, prestando al edificio aspecto de
original y típica belleza.
Mandó construir este palacio, en el año de 1719, á un renombrado
arquitecto italiano el Sr. D.Juan Antonio Díaz de Arce, del hábito de San-
tiago, agente general de Felipe V en Roma, y más tarde del Consejo de
Hacienda, intendente general del Reino de Aragón, superintendente general
del Ejército de aquel Reino y corregidor de Zaragoza hasta el año de 1733,
en que falleció, desempeñando juntos estos tres cargos.
Poséelo en la actualidad D. Fernando Fernández de Velasco y Pérez de
Soñanes, de la Orden de Calatrava, descendiente por línea no interrumpida
de varón en la rama llamada de Carasa, de los Vélaseos, condestables de
115
Revista de Historia
Don Diego de Velasco, primer Marqués de las Cuevas de Velasco.
Castilla y duques de la ciudad de Frías, que vive de asiento con su familia
en la noble y señorial morada, vecina y lindante con el amplio y conocido
Colegio que allí poseen los Padres Escolapios.
Huésped unos días en el pasado estío del ilustre castellano, mi amigo
de ha muchos años, tuve ocasión de examinar su rica y selecta biblioteca,
nutrida de preciados incunables y de libros de la más peregrina y singular
rareza, y de conocer la numerosa é importante colección de retratos de
116
y de Genealogía Española.
familia, que á los recuerdos históricos que evocan, á la curiosidad que des-
piertan sus lujosos y elegantes trajes, arreos y atavíos, al interés artístico
que mueve la indumentaria de pasadas épocas, únese la admiración que
causa el contemplar tan bellos lienzos con los primores de una admirable
-ejecución y factura, como obra que son muchos de ellos de artistas genia-
les y de pinceles maestros.
Va siendo raro ya en estos tiempos de positivismo material encontrar
en el dominio solariego de un hidalgo de provincia una como ésta, tan com-
pleta y bella colección de cuadros que interesan por igual al arte y á la his-
toria patrios y que ha logrado escapar á la codicia de los chamarileros y
anticuarios y á los halagos tentadores de los coleccionistas adinerados: y
como me parece labor de amena, oportuna y útil divulgación el dar á
conocer tales preseas pictóricas, daré á continuación una breve lista
de ellas.
1.° Donjuán de Velasco.—E\ retrato de este personaje tiene á su pie
un rótulo que dice: «Retrato de Juan de Velasco, Secretario de la Magestad
Católica del Rey Don Phelipe Quarto, cuyos bienes heredó el Licenciado
Joseph de Velasco, su hermano, Beneficiado de esta Santa Iglesia de Nues-
tra Señora la Imperial de Palacio: el qual en su muerte los dejó para obras
pías y servicio della, en cuyo agradecimiento la dicha santa iglesia mandó
poner aquí esta memoria.»
Aunque la anterior leyenda le llama Secretario de Felipe IV, yo creo
que antes lo había sido de Felipe III y de Felipe II, y acaso del Archiduque
Alberto y D.' Isabel Clara Eugenia, cuando gobernaron en Flandes, donde
se hizo este retrato, sin duda alguna flamenco, y, al decir de los peritos,
obra de arte muy notable, pintada por Antonio Moro.
2.° Don Diego de Velasco, Señor de Santelices, y D."* Juana de Arredondo
y Bracamonte, su mujer.— Este caballero, ascendiente de los Marqueses de
las Cuevas de Velasco, viste de negro y con espada de acero sin dorado ni
adorno, es decir, de luto por su esposa, cuyo retrato lleva en la mano dere-
cha. Muchos, autorizados y competentes sufragios reúne Tintoreto como
presunto autor de esta hermosa pintura; de no serlo, habría de atribuírsela
á meritísimo artista italiano, á España venido en tiempo de Felipe II, como
Patricio Caxesi, que pintó el socorro dado á Cádiz por el Duque de Osuna,
que para en nuestro espléndido Museo Nacional.
3.*^ Don Jerónimo de Velasco.— No lleva en la mano anillo pastoral,
aunque viste ropa larga; debió, sin embargo, de ser Obispo de alguna dió-
cesis Sarda, tal vez después de pintado en este bello retrato.
4.° 'Juan de Velasco, Capitán de la galera Santa Catalina, de la Armada
117
Revista de Historia
Dofla Margarita de Fulca, Taborga y Ladrón de Cegama.
de Ñapóles, muerto en 5 de Octubre en 1571 en batalla naval del golfo de
Lepante.» Este letrero, fielmente copiado, está puesto en letra pequeña al
pie del lienzo, que es muy bello, y, al parecer, italiano.
5.° Don Pedro de Velasco, pintado por Pantoja. Este caballero fué
Montero de Espinosa y Gentilhombre de Felipe IV. Escalera Guevara, en
su Origen de los Monteros de Espinosa, le llama Teniente de Mayordomo
118
y de Genealogía Española.
Don Alonso Velasco, conde de la Kevilla.
mayor y le califica de muy inteligente y discreto. Estuvo encargado de la
crianza y educación de D. Juan de Austria y Calderón, el bastardo de Fe-
lipe IV^ en su niñez, y le tuvo bajo su cuidado en Espinosa, donde es tra-
dición que el Rey hizo construir á su coste la casa que hoy tienen allí los
Marqueses de las Cuevas de Velasco, en donde se conservaban algunos
recuerdos de aquel Príncipe, cuya vida escribió Fabro Bremundan, quien
119
Revista de Historia
tal vez dé en ella, yo no le he comprobado, algunas noticias de este don
Pedro de Velasco.
6.° Doña Manuela Ballesteros Aguilera, mujer del anterior, pintada
también con gran fortuna de mano de Pantoja. Fueron padres de
7.° Don Diego de Velasco, capitán de caballos corazas, creado por
Carlos II en 1680 Marqués de las Cuevas de Velasco.
Buen retrato, de autor desconocido. Toda la figura viste original y ele-
gantísimo traje de encarnado; rojo es también el hábito, así como el tapete
ó cubierta de la mesa y una cortina que hay en el fondo, complaciéndose,
por lo visto, el ignorado artista en amontonar dificultades para vencerlas
con acierto y fortuna.
8.° Doña Margarita de Fuica, Taborga y Ladrón de Cegama, de noble
alcurnia vascongada y esposa del anterior. Cuadro bien ejecutado y curioso
por el vestido, joyeles y accesorios.
9.° Don Gaspar de Velasco (hijo segundo de D. Pedro y D.' Manuela
Ballesteros), que murió en Madrid en 1632, donde debió de pintarse este
bellísimo retrato, de aspecto y sabor enteramente Velazqueños, indudable-
mente de escuela madrileña, y tengo por probable que sea obra de
Carreño.
10. Don Pedro de Velasco, hermano del anterior, cuya efigie ostenta la
beca de colegial mayor de San Ildefonso de Alcalá, donde debió de estudiar
jurisprudencia, porque, más adelante, fué oidor de la Chancilleria de Gra-
nada, muriendo allí sin sucesión de su enlace con D.^ Catalina de San-
doval.
11. Don Alonso de Velasco, conde de la Revilla, comendador de Mé-
rida en la Orden de Santiago, capitán general del mar Océano, Embajador
á Inglaterra, sucediendo en el cargo á su pariente el condestable D. Juan
Fernández de Velasco y precediendo en la Embajada al Conde de Gon-
domar.
Este retrato, debido al pincel de Bartolomé González , tal vez adolezca
de ser un tanto frío y seco; pero muy primoroso y esmerado en los vestidos
y adornos, que ejecutaba este artista con raro acierto, por lo cual le solía
ocupar en esto el mismo Velázquez, como se ve en los retratos de Felipe III
y de la Reina, su mujer.
12. Doña Casilda de Velasco, señora de Ungo, esposa del anterior, re-
tratada también por Bartolomé González.
13 y 14. Donjuán Antonio Díaz de Arce, el fundador del Palacio de
Soñanes, y su hijo D. Domingo, notables y excelentes retratos, ambos pin-
tados por Solimena, en Roma, el año 1700.
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D. JUAN ANTONIO DÍAZ DB ARCE
y de Genealogía Española.
Posee también D. Fernando de Velasco una magnífica tabla, obra genial
de Antonio Moro, representando á D.Juan de Austria, el hijo de Carlos V,
en el apogeo de su juventud y varonil belleza, con el bastón de General
en la mano y férrea gola sobre rico traje cruzado por banda de rojo
tafetán.
Los retratos que hemos enumerado son todos, menos este último, de
tamaño natural y cuerpo entero, adornados muchos de ellos con los 15 es-
caques, siete de veros azules y blancos y ocho de oro, con orla de castillos
y leones con los colores reales, que es el noble blasón de los Vélaseos.
Algunos más tengo idea de haber visto de menor importancia y magni-
tud, como el de una Condesita de Siruela, Velasco también, un Conde de
Haro y tal vez alguno que olvido y callo y que, con los que he citado,
hacen en conjunto una hermosa é histórica colección digna de ser visitada
y conocida.
Y pues de retratos históricos se trata, paréceme este lugar adecuado y
oportuna la ocasión para nombrar los que conozco existen en la misma
provincia de Santander.
En la capital, el de Fernando VII, hermoso lienzo debido á la genial ins-
piración de Goya.
En el retablo de la Colegiata de Santillana, una tabla finísima, de la época,
que reproduce la noble y varonil figura orante del primer Marqués D. Iñigo
López de Mendoza, envuelto en amplio ropón de terciopelo negro.
En la misma vetusta Santillana, asiento y morada en sus blasonadas
casas de mucha parte de la vieja aristocracia montañesa, guárdanse en la
de los Marqueses de Casa-Mena y Benemejís de Sixtallo dos retratos de
caballeros del linaje de Horcasitas y otro de D. Blas Clemente de Barreda
y Campuzano, teniente general de la Marina y bailío de San Juan, que
existía, con otros, en el Colegio de Guardias Marinas de la isla de León y
que fueron devueltos á sus respectivas casas, por Real orden de 1829.
En Solares, en el palacio de los Marqueses de Balbuena, el del Arzo-
bispo de Zaragoza, Ibáñez de la Rivaherrera.
En el valle de Cabezón, el del célebre jesuíta P. Rávago, confesor de
Fernando VI.
En Tudanca, el del general D. Gregorio de la Cuesta.
La familia Tagle posee cuatro buenos retratos de tamaño natural y
cuerpo entero de personajes del siglo XVIII.
En el país es muy conocido el por todo extremo notable retrato, atri-
buido por tradición familiar, que convendría esclarecer buscando antece-
dentes y noticias, nada menos que á Velázquez, de D. Pedro Ceballos
121
Revista de Historia
Sáinz, hidalgo de la Montaña, en cuyo solar de Alceda se conserva esta
notable pintura.
Y en Saro se conserva la sacra efigie de D. Alejandro Barreda (1760),
adorando á la Virgen de Guadalupe, obra de Miguel Cabrera, á quien sus
compatriotas llamaban el Murillo Mejicano.
Tales son los cuadros de que yo tengo noticia y cuyo conocimiento
interesa grandemente al arte y á la historia , y que han de ser, á no dudar
datos para tenidos muy presentes en nuestra iconografía nacional.
El Marqués de Laurencín.
De la Real Academia de la Historia.
122
y de Genealogía Española.
EL POEMA DEL CID
Esta obra literaria, con variadas denominaciones conocida entre las
gentes de letras, lo mismo en España que en el extranjero, ha sido, y viene
siendo, desde su primera publicación, materia de mucho estudio, tanto que,
hoy sobre todo, parece ser de gusto predilecto lo mismo á literatos que á
historiadores, á jurisconsultos como á filólogos: y por cierto, que no inme-
recidamente pide mucho estudio y delicado examen.
Poner en serie, los nombres de cuantos escritores se han dedicado á su
explicación huelga al presente, cuando no se trata de otra cosa que de
presentar unas observaciones sugeridas por el análisis hecho por mí de la
consabida producción poética, en sí misma considerada.
Doy por bueno el códice, el manuscrito, aunque no conozco un estudio
completo de su valor diplomático, y me atengo á los textos que andan, ó
pueden andar, en las manos de todos.
En otras ocasiones he publicado lo propio de los escritos de D. Enrique
de Aragón, en La Ilustración Española y Americana, haciendo ver que
este señor ni fué mago, ni defensor de la Magia y de los nigromantes,
antes por el contrario, impugnador de ellos: y lo hice con argumentos intrín-
secos sacados de las obras de tan maltratado autor, maltratado por los que
no las han leído.
Asimismo, en otra publicación diaria, negada tengo la paternidad de
Alfonso X, y de Alfonso XI, tocante al libro de Montería, paternidad que
á ninguno de los dos Reyes pertenece, puesto que en dicha obra se habla
de hechos posteriores á la muerte del segundo Monarca.
Siguiendo ahora el mismo procedimiento analítico que he seguido en el
estudio del libro de Montería, y de los escritos del Marqués de Villena, voy
á probar que el poema del Cid, tal como está en el Códice de Per Abbat,
toca en el fin del siglo XIII ó en el principio del siglo XIV en cuanto á su
lenguaje.
123
Revista de Historia
Se me alcanza, que para no pocos, las consecuencias que se desprenden
de afirmar esto, probándolo, resultarán alarmantes, y no debe ser así, una
vez que cuantos colocan el poema en el siglo XII no presentan en corro-
boración de sus aserciones, escritura alguna del mismo corte y tenor, ni en
las formas analógicas, ni en el organismo sintáctico; se fundan en argu-
mentos de conveniencia externa, y no de la entraña misma del escrito.
Cierto que Per Abbat pudo escribirle; y escribirle no es hacerle. Tam-
poco declaro yo que Per Abbat le haya compuesto: no consta en el poema
otra afirmación que la siguiente:
«Per Abbat le escriuió en el mes de mayo
en era de mili e. C. C [C] XL. V. años el el romanz
sleydo, dat nos del vino; si non tenedes dineros, echad
la vnos peños, que bien vos lo dararan sobre los.»
Un escritor español y del día, se pregunta asimismo lo siguiente:
Siendo el manuscrito de Per Abbat, el de 1307, copia del original del
de 1140, ¿cómo se llegó desde el original á la copia? Y á su manera se
responde para convencer á los lectores que se trata de una labor del
siglo XII.
El mismo escritor, nos dice, que «se sabe de cierto que no sólo en 1307
sino ya unos veinte años antes los juglares no recitaban el cantar [hay
más de uno] tal como lo copió Per Abbat.» Pero el caso es que no ha
llegado hasta nosotros manuscrito alguno anterior al de 1307: de modo que
no se puede fundamentar ni establecer comparación alguna con lo no
existente, que no ha sido perdido, porque nunca existió. De la misma
Crónica primera de ¡¡Alfonso Xü hay mucho que hablar en cuanto á su
modo de ser. No hay tal crónica de Alfonso el Sabio.
La autoridad de la crónica de Almería no encaja bien tocante á la
existencia de un poema cuya copia sea el Códice de Per Abbat: En vida de
Alfonso VII ¿se pudo decir
Ipse Rodericus, Mío Cidi saepe vocatus,
dándose en aquel tiempo Mío Cid y Mió Cidi, expresión aplicada aún por
un Notario de un señor Conde de Castañeda, según lo demuestra un docu-
mento de Aguilar de Campoó, documento que también ha tenido en sus
manos y á la vista el Sr. Rodríguez Marín, Académico de la Española?
Después de tan sencillas notas, vengo á probar que el lenguaje del poema
del Cid es de fines del siglo XIII ó principios del XIV.
Desde luego, es cosa muy corriente en los documentos de las provin-
cias de Burgos, León, Palencia y Santander...; y que pertenecen á últimos
124
y de Genealogía Española.
del siglo XIII y principios del XIV, la apócope de los pronombres, por lo
que no se precisa acudir á documentos del siglo XII, que estén ya del todo
en romance castellano.
Después, los patronímicos terminados en oz abundan desde los días de
San Fernando en adelante.
Las formas adverbiales en mientre y mientra no se dieron en el siglo XII,
ni ondra. Ni en la documentación del siglo XII se ven
«Que gelo digades al buen Campeador» (verso 1.904)
— «que non ge la abriese nadi»— (verso 34)
'^mientra» que (verso 1.820) «ondradamientre» (verso 1.871),
Tales formas ge^ en vez de se y mientre, etc., caracterizan las escrituras
del siglo XIII, desde el reinado de San Fernando, en el manantial de Casti-
lla LA Vieja, y lo mismo ocurre con las palabras cuemo y contrallar, y ex/r,
exidas, exida. «Á la exida de Biuar» (verso 11), no son formas del siglo XII.
Hya (verso 1.766), //yo (verso 1.890), Hyernos (verso 2.188) tampoco le
pertenecen, etc., etc. Y nada decimos de pora (por).
Son versos del siglo XII:
«Que lo sepan en Castiella a quien siruíeron tanto» (1.767)
y «Lo de nuestras fijas uenir sea mas espacio» (1.768)
y «Leuantáronse todas e besaron le las manos» ? (1.769), etc., etc.
Uno de los documentos que se pueden comparar con el poema poste-
rior al primero es uno de Particulares. Anno domini M.CCXLII [año del
Señor, 1242]; está en el primer legajo, atado 2.°, documento 4.°, por A. B. C,
perteneciente al Monasterio de Aguilar de Campoó.
TESTIMONIOS
De la documentación de Aguilar de Campóo.
Los patronímicos en oz: García Gostioz, Roy Munnoz (Era 1251,
Era 1261, etc.)— que io (por yo), ge, con sotugal— (Era 1267). Sigúela
forma io, sin ^, en la Era 1267. Ejemplos de la Era 1266 son «lo Peidro
Füo», y con h, en el mismo año, «/z/o Alfonso Félez». La j; griega que se da
en la obra de Per Abbat, así Hyo, indica posterioridad á los textos de Agui-
lar. Además, entre las escrituras de la insigne villa ya dicha y en los años
de la Era 1267-1268, 1276 y 1277, cuenta uno con las de mujier, filos, a
boltas, glera. Y también de allí son los siguientes textos: ^Después de la
125
Revista de Historia
MUERT del rey don Alfonso (Era 1282) nanga gelo montatgaran nin qelo
en coralara. Diogela esta f erren toda a Pelayo e a su mugier» (Era 1287).
De la de Carvajal (León).
«Este heredamiento assi pernominado todo entrega mientre de lo poco
átalo mucho» (Era 1305).
De la de Burgos y su provincia.
«Cuerno yo Alluar Royz (Era 1289), Cuerno ¡o don Roi] Diaz (Era 1300),
Cuerno nos los nietos (Era 1279), demandasse o contrallasse (Era 1289),
esta nuestra donation les contrallar (Era 1 262), cono ?u da mientre(Era. 1279),
adelantre, contrallar (Era 1308).
Aunque no muchas veces aparece la palabra uebos en el poema del Cid
(verso 216, etc.), esta clase de flexión interna (1) en que á veces se desen-
vuelve la o es posterior á la O siempre que la reemplace. Equivale tal voca-
blo á opus... est «necesario». Pues bien, léase el siguiente texto: «La agua
que decende .. en tal taiamento que el conceihio de... regando lo que obos
Quieren.» (Era 1238.)
Hasta la ortografía es la misma, y, sobre todo, en las ees y zetas canda-
das ó de cola, si bien cae por tierra la teoría prosódica de pronunciación
que los extranjeros han fabricado acerca de tales colitas, quebradas ó de
recta y curva, porque también se dan en muchas ees al principio, al medio
y al fin de dicción.
En consecuencia: lo mismo por el texto que por la ortografía, el poema
del Cid no pertenece al siglo XII.
Cuando nuestra obra Origen y desarrollo de la lengua castellana
vea la luz pública, la minuciosa y amplísima documentación que en la
misma se contiene hará ver el completo paralelismo de todo el poema del
Cid con las escrituras del siglo XIII, desde su último tercio hasta los prime-
ros años del siglo XIV.
Bernardino Martín Mínguez.
(i) Es notable también en alemán la flexión interna que suele ser dicha diptongación.
126
y de Genealogía Española.
CASAS ESPAÑOLAS DE ORIGEN ITALIANO
LOS LASQUETTY
La importancia comercial de Cádiz, emporio de las relaciones mercan-
tiles de España con las ciudades mediterráneas, y sobre todo con nuestro
imperio colonial, atrajo á ella multitud de extranjeros, que, encontrando
ancho campo en Cádiz para sus empresas mercantiles, se establecieron
definitivamente, enlazándose con naturales del país, se nacionalizaron, y de
ellos proviene gran parte de la nobleza gaditana. Es claro que siendo mucha
parte de Italia del dominio de los Reyes de España, y, por otra parte, siendo
las repúblicas de Genova y Venecia las que se puede decir monopolizaban
el comercio mediterráneo durante los siglos del XIV al XVII, habían de ser
los italianos principalmente los atraídos por el brillo y riqueza de nuestra
ciudad, que se podía considerar la Genova del Atlántico. Prueba de ello
son las muchas Casas italianas establecidas en ella desde muy antiguo, cuyos
apellidos suenan con grande honor en los fastos de la nobleza andaluza;
basta citar, para confirmar lo dicho, á los Spínola, Sopranis, Zarzana,
Adorno, Negrón, Scotos y otros muchos cuya enumeración sería prolija.
La familia Lasquettv, de la cual nos vamos á ocupar, se estableció en
Cádiz á fines del siglo XVII. Era originaria de Liorna, puerto comercial del
Gran Ducado de Toscana, en cuya ciudad disfrutaba de los primeros pues-
tos de honor, y de cuya ascendencia hay noticias desde el siglo XVI, siendo
el primero:
I. Antonio Lasquetty, que debió nacer á mediado del siglo XVI en
Pisa, empadronado como ciudadano noble en Liorna desde el año 1633, en
la que desempeñó cinco veces la Suprema Magistratura; fué su hijo:
II. Sebastián Lasquetty; nació en Liorna el año 1586; ciudadano noble
de Liorna, donde casó en su iglesia Colegial el 24 de Junio de 1613, con
D." Magdalena de Luca, hija de Bartolomé, naturales éstos de Liorna. Falle-
127
Revista de Historia
ció el 18 de Mayo de 1656, y fué sepultado en la iglesia de la Compañía de
Jesús; fué su hijo:
III. Domingo Lasquetty, bautizado en la Colegial de Liorna el 12 de
Marzo de 1624, siendo su padrino Mateo Bona, cónsul de la Nación Fla-
menca; casó en el mismo lugar, el 16 de Agosto de 1650, con D." Juana
Pandolfini, hija de Constantino, y fueron sus hijos:
1.° Francisco Lasquetty, que continuó en Italia, donde estuvo casado con Jerónima
Isola, de cuyo matrimonio no tuvo sucesión; quedó »n la ciudad de Zarzana, de la Repú-
blica de Genova, de donde era vecino.
2° Sebastián Lasquetty, que sigue la línea.
IV. Don Sebastián Lasquetty; nació en Liorna el 27 de Diciembre
de 1668, siendo apadrinado
por el limo. Sr. Caballero Juan
Felipe de Lotto. Se dedicó,
como sus ascendientes, al co-
mercio, y buscando horizontes
más amplios á sus talentos é
industriosa actividad, pasó á
España, estableciéndose en
Cádiz en los últimos años del
siglo XVII, casándose allí, y
siendo tronco y cabeza de su
linaje en España. Llegó á con-
seguir con sus operaciones
bancarias y navieras una gran
fortuna, que le permitió con
toda esplendidez ayudar al Es-
tado en sus guerras de Italia,
prestando más de siete y me-
dio millones de reales, lo que
da idea del capital verdadera-
mente cuantioso que disponía
su Casa para aquella época.
Don Sebastián obtuvo testi-
moniales de la posesión y go-
ce de nobleza de su familia en
el Gran Ducado de Toscana y del escudo de sus armas, expedidos por el Prior
y Cónsules de la ciudad de Pisa por mandamiento de S. A. R. Francisco III,
128
Armas del primer Conde de Casa-L.asquett3%
y de Genealogía Española.
duque de Lorena, el 20 de Marzo de 1739, en los que se manifestaba que
entre las familias nobles de la ciudad estaba la de Lasquetty. Anterior-
mente, con fecha 10 de Septiembre de 1729, había conseguido certificado
del Alférez y Ancianos de la ciudad de Liorna, en el que se expresaba los
honoríficos cargos obtenidos por sus antepasados en la gobernación de la
ciudad, y donde se hacía constar que si volvieran á su patria se les tendría
siempre por idóneos y capaces de obtener cargos públicos; aquellos testi-
monios y este certificado, acompañado de otras informaciones, sirvieron á
su hijo D. José Vicente para ingresar de cadete en Reales Guardias Espa-
ñolas. De ellos hemos obtenido nosotros los datos que figuran anterior-
mente.
Don Sebastián Lasquetty había casado en el Sagrario de la Catedral de
Cádiz el 5 de Noviembre de 1701 con £>." Ana María Restan de la Torre,
natural de Zarzana (Genova), hija de Andrés Restan y D."* Julia de la Torre,
también genoveses, familia recibida por nobles en Cádiz. Otorgó D. Sebas-
tián testamento en Cádiz el 27 de Mayo de 1751, falleciendo el 23 de Abril
del año siguiente. Doña Ana María había fallecido en Cádiz el año de 1717.
Fueron hijos de este matrimonio:
1.° Donjuán Domingo Lasquetty y Restan, canónigo de la Catedral de Cádiz.
2.° Don José Vicente Lasquetty y Restan, que sigue.
3.'^ Donlgnacio ¿as^íie/fy.corredordenúmerodelComerciode Cádiz,casadoelañol742
con D.^ Ana María Chiarino de la Espada y Corral, natural de Málaga é hija de D. Barto-
lomé, y tuvo por sus hijas: 1. Doña Rafaela Lasquetty, nacida en Cádiz el 9 de Marzo de 1744
y casada allí, el 20 de Enero de 1763, con su tío carnal D.José Lasquetty, como se verá. —
2. Doña María de los Dolores Lasquetty, nacida en Cádiz, casada eryía misma ciudad con su
primo D. Juan Lasquetty y Roy, Capitán de navio, caballero del Orden de Santiago, como
veremos luego.— 3. Doña Ana María Lasquetty, casada en Cádiz el 16 de Mayo de 1776 con
D.José Cruells y Pérez de Ayala, Brigadier de los Reales Ejércitos, Coronel del Regimiento
Infantería 1.° de Saboya, y fueron sus hijos D. Antonio, D.José María y D.Ramón Cruells
y Lasquetty, oficiales del regimiento de su padre, casados y con sucesión.
4.° Doña Francisca Lasquetty y Restan, casada con D. Juan Bautista Lari, sin suce-
sión.
5." Doña Juana Lasquetty y Restan, nacida en Cádiz, donde casó el año 1720 con
D. Rafael de Eliza y Andizabal, caballero del Orden de Santiago, Capitán de mar y guerra,
que dejó dilatada descendencia, entre otras ilustres Casas, en la de los Condes de Vena-
dito (1).
6.° Doña Ana Lasquetty y Restan, que casó con D. Pedro Clemente de Abaunza, señor
de Valdeabero, caballero de Calatrava, maestrante de Granada, que dejó sólo una hija,
D." Gertrudis de Abaunza y Lasquetty, señora de Valdeabero, casada con D. Cipriano
Miguel de Anduaga, CahsWQV'uo de campo de S. M., sin sucesión.
V. Don José Vicente Lasquetty y Restan, nacido en Cádiz el 27 de
Octubre de 1707. Empezó á servir á S. M. C. en sus Reales Guardias Espa-
(1) F. de Béthencourt, Anales de la Nobleza, Anuario de 1888, pág. 290.
129
Revista de Historia
ñolas hacia el año 1730, teniendo que abandonar el servicio militar para
acudir á los negocios de la casa de su padre. Casó dos veces, la primera en
Cádiz, el año de 1734, con D.'^ María Teodora de Roy; natural de Jerez de
la Frontera, hija de D. Diego, natural de Amsterdam, y D." Beatriz Jácome
Rallón, natural de Jerez, y la segunda vez con su sobrina carnal D.^ Rafaela
Lasquetty, como ya dijimos. En Cabildo celebrado por la ciudad de Cádiz
el 9 de Octubre de 1773 fué recibido por hijodalgo notorio en virtud de
Real provisión ejecutoria de la Cnancillería de Granada, fecha 13 de Sep-
tiembre del mismo año, refrendada del escribano de Cámara D. José del
Charco. Otorgó su testamento en Cádiz el 29 de Diciembre de 1778, decla-
rando por sus hijos en los dos matrimonios á
1.° Don Sebastián Lasquetty y Roy, que sigue la sucesión.
2.° Don Diego Lasquetty y Roy, del Comercio en la carrera de Indias, nacido en Cádiz
el 12 de Marzo de 1739, casado en Santa Fe de Bogotá el 8 de Diciembre de 1762 con
D.'^ María Josefa Gálvez, en quien tuvo por hijos: 1. Don José Lasquetty, segundo teniente
de Voluntarios de Castilla, muerto gloriosamente en el socorro de Bañólas el 1.° de Marzo
de 1795 (citado en el parte del combate que aparece en la Gaceta de Madrid del 17 del
mismo).— 2. Don Luis Lasquetty y Gálvez, caballero del Orden de Santiago (pruebas el
año 1802), nacido en Santa Fe el 22 de Junio de 1772, que empezó á servir en el Real Cuerpo
de Guardias Marinas, y en 1811 era capitán de Infantería y Gobernador político-militar de
la provincia de Llanos en el Nuevo Reino de Granada. — 3. Don Antonio Lasquetty y Gálvez,
contador perpetuo de cuentas y particiones de la ciudad de Cádiz y su jurisdicción.
3.° Donjuán María Lasquetty y Roy, Capitán de navio de la Real Armada, caballero
del Orden de Santiago (pruebas el año 1793) (1). Nació en Cádiz el 22 de Julio de 1743, y
casó en ella, como se ha visto, con su prima hermana D.^ María de los Dolores Lasquetty.
Tuvo por hijo: á D.Juan María Lasquetty, Teniente de navio, que, casado con D.'^ María
del Rosario Madero y Guzmán, padres de Df María del Rosario Lasquetty, mujer de don
Joaquín Lasso de la Vega, oficial de Artillería de Marina, teniente coronel secretario del
Gobierno Militar de Cádiz, padres estos últimos del General de brigada D. Antonio Lasso
de la Vega y Lasquetty, casado con D.^ María del Rosario Olaeta y Aubarede.
4.° Don José María Lasquetty y Roy, director de una Compañía de Seguros de Cádiz,
que ignoro si casó.
5.° Doña Ana María del Carmen Lasquetty y Roy, nacida en Cádiz el 27 de Diciembre
de 1749, y que casó alli el 21 de Febrero de 1778 con D. José Rodríguez de Trujillo, de
antigua familia malagueña, de quien fué hijo D.José Rodríguez Trujillo y Lasquetty, oficial
de la Armada, con descendencia.
6.° Don Rafael Lasquetty y Lasquetty, hijo mayor del segundo matrimonio, de quien
no tenemos noticias.
7.° Doña María del Carmen Lasquetty y Lasquetty, nacida en Cádiz el 27 de Diciembre
de 1765, y casó allí el 22 de Abril de 1788 con D.Juan Nepomuceno Macé y Hendricx, capi-
tán de las Milicias Urbanas de Cádiz, Académico de honor de Bellas Artes, de ilustre fami-
lia, oriunda de Bretaña, donde eran Señores de la Gravelais, de quien fué hija única doña
Josefa Macé y Lasquetty, nacida el 20 de Enero de 1789, costando la vida á su madre, que
murió el día después; casó esta señora con D.José Moreno de Guerra, Diputado á Cortes
los años 1820 y 1821, Maestrante de la Real de Ronda, con sucesión.
(1) La ceremonia de su cruzamiento se efectuó en la iglesia de San Francisco, de Ferrol,
el 28 de Mayo de 1793, y le armó caballero de Santiago D. Federico Gravina, caballero pro-
feso de la Orden, entonces Jefe de escuadra.
130
y de Genealogía Española.
8.° Doña Agustina Lasquetty y Lasquetty, nacida en Cádiz el 28 de Agosto de 1768, que
casó con D. Pedro de Smidts y Macé, de noble familia flamenca, recibida como noble en
Cádiz, de quienes fué hijo D. Rafael Smidts y Lasquetty, guardia marina de la Real Ar-
mada, que falleció en 27 de Marzo de 1813.
9.° Don Francisco Lasquetty y Lasquetty, Teniente de navio de la Armada, tesorero de
las Reales Cajas de Veracruz. Nació en Cádiz el 15 de Mayo de 1770, y casó en Puerto
Real (Cádiz) con D." Agustina de Salaverria y Sánchez de ¡[íadrid, hija de D. Juan José,
Brigadier de la Real Armada; fueron sus hijos: 1.° Don Juan Manuel Lasquetty y Salave-
rria, caballero de la real y distinguida Orden de Carlos III (pruebas el año 1842), nacido en
Cádiz el 13 de Octubre de 1796, y casó en México con D.'^ Manuela de Castro y San Sal-
vador, de quienes fueron hijos: I. Don Enrique Lasquetty y Castro, Capitán de navio. Nació
en México el 1." de Mayo de 1844, casado en Cádiz con D." Maria del Carmen Joly y Dié-
guez, viuda desde el año 1898, y con dos hijas de su matrimonio, que viven actualmente
en Cádiz.— 2. Donjuán Manuel Lasquetty y Castro, nacido en Cádiz, casado con DJ^ Josefa
Perozo y Oberto, natural de Santiago de Cuba, y es su hijo D. Juan Lasquetty y Perozo,
comandante de Caballería, nacido en Cienfuegos (Cuba) el 22 de Abril de 1874, y casado en
Santa Cruz de Tenerife con su prima hermana DJ^ Carolina Lasquetty y Hernández desde
el 20 de Mayo de 1901.— 3. Don Agustín Lasquetty y Castro, casado con D." Francisca
Hernández y Crisini, de quien es hija D." Carolina, ya dicha, casada con su primo don
Juan.— 4. Doña Carolina Lasquetty y Castro, Dama noble de la Banda de María Luisa,
Azafata de la Infanta D.^ María Cristina, casada con su primo D. Tomás de Gabriel Ruiz
de Apodaca, Coronel de Caballería, caballero de la Orden de San Juan, con sucesión (1) —
5. Doña Concepción de Lasquetty y Castro, cuyas demás circunstancias ignoramos.—
6. Doña Matilde Lasquetty y Castro, natural de México, casó primero en Madrid el 30 de
Septiembre de 1866, con D. Antonio de Portier y Miñano, natural de Zaragoza, Marqués de
Bajamar, hijo de D. Donato y D.'^ Francisca, de cuyo matrimonio tuvo un solo hijo, D. An-
tonio de Portier y Lasquetty, actual Marqués de Bajamar. Murió D. Antonio de Portier en
Madrid, el 13 de Marzo de 1885, y su viuda casó segunda vez en Armiflón (Álava), el 21 de
Agosto de 1896, con D. Bernardo de Frau y Mesa, muerto en Valdemoro el 17 de Octubre
de 1910, sin sucesión de este matrimonio.— 2.° Don Federico Lasquetty y Salaverria, cuyas
circunstancias ignoramos.— 3,° Doña Isabel Lasquetty y Salaverria, casada con D. Lucas
Zuloaga, Brigadier de la Armada, padres de D. Enrique Zuloaga y Lasquetty, Capitán de
navio, quien de su matrimonio con su prima hermana D," Victoria Van-Halen y Lasquetty
dejó cuatro hijos: D. Antonio, D.^ Carmen, D.^ Isabel y D.^ Victoria.— 4° Doña Maria de
los Dolores Lasquetty y Salaverria, natural de Cádiz, casada con el Teniente General
D. Antonio Van-Halen y Sarti, el héroe y primer Conde de Peracamps, de cuyo matri-
monio tuvo á: 1. Doña Agustina Van-Halen y Lasquetty, segunda Condesa de Peracamps,
murió en Madrid el año 1911, sin descendencia.— 2. Doña Francisca Van-Halen y Lasquetty,
nacida en Cádiz el año 1828, murió en Madrid el 24 de Abril de 1854; casada con el Briga-
dier de la Armada, después Vicealmirante y Ministro de Marina, D. Francisco de Paula
Pavia, padres de D.'* Dolores Pavía y Van-Halen, actual condesa de Peracamps.— 3. Doña
Enriqueta Van-Halen y Lasquetty, natural de Madrid, casada en Madrid con el Mariscal de
Campo D. Carlos de Vargas Macfiuca y Cerveto, de cuyo matrimonio ha tenido tres hijos.—
4. Doña Candelaria Van-Halen y Lasquetty, murió soltera en Madrid, en Agosto de 1875.—
5. Doña Victoria Van-Halen y Lasquetty, nacida en Madrid; murió en Madrid el 1.° de Julio
de 1873, que como vimos, casó con su primo el Capitán de navio D. Enrique Zuloaga.
5.° Doña Jesusa Lasquetty y Salaverria.— G.'^ Doña Maria de la Candelaria Lasquetty y
Salaverria.
10.° Don Manuel Lasquetty y Lasquetty, nacido en Cádiz el 16 de Mayo de 1774, Te-
niente de navio de la Armada, que vivía retirado en Cádiz el año 1812.
VI. Don Sebastián Lasquetty y Roy, del Comercio de la ciudad de
(1) Ver F. de Béthencourt, Anales de la Nobleza de España, Anuario de 1888, pág. 310.
131
Revista de Historia
Cádiz y Director de una Compañía de Seguros de aquella plaza, primer
Conde de Casa-Lasquetty, regidor perpetuo de la ciudad, caballero de la
Real y distinguida Orden de Carlos III (pruebas el año 1793) y de la Real
Maestranza de Caballería de Granada. Nació en Cádiz el 30 de Julio
de 1737, y casó en la misma ciudad el 8 de Abril de 1767 con D." Josefa
Smidts y Geraldino, tía de D. Pedro Smidts, ya dicho. Además de las prue-
bas para cruzarse en Carlos 111 hizo las que correspondían con arreglo á los
Estatutos del noble Cuerpo de caballeros Regidores perpetuos de la ciudad
de Cádiz en el oficio que compró al Marqués de Casa-Torre y demás here-
deros de D. Mateo Montalvo, que lo ejerció antes. Por sus importantes ser-
vicios á la Corona y los que habían prestado desde que vinieron á España
sus ascendientes con su caudal y en el servicio Real de las armas, mereció
del rey Carlos IV merced de título de Castilla por Real decreto de 15 de
Noviembre de 1795, á consulta del Consejo de 11 de Mayo, despachándo-
sele la cédula en Badajoz el 1.° de Febrero de 1796. También se le facultó
para fundar mayorazgo en los sucesores en la casa. Falleció el Conde de
Casa-Lasquetty en Octubre de 1816, y yace en la capilla de San Juan Bau-
tista, de la histórica iglesia de Capuchinos cuya bóveda y enterramiento era
de esta Casa, en la que están grabadas las armas y la inscripción de la pro-
piedad, dejando por hijo único á
VII. Don Domingo Lasquetty y Roy, segundo Conde de Casa-Las-
quetty, caballero de la Real y distinguida Orden de Carlos III (pruebas
en 1795), que nació en Cádiz el 6 de Abril de 1780. En Real orden de 6 de
Octubre de 1824 se le admitió la renuncia que hizo al título en favor de sus
parientes por haber perdido toda su fortuna, al extremo de estar en la mayor
pobreza no pudiendo sostener con decoro su dignidad. No dejó descen-
dencia; y desde entonces, por no haberse solicitado por ninguno de sus
parientes la carta de sucesión, está caducado hoy este título (1).
Santiago Otero.
(1) La casa principal del mayorazgo subsiste en la plazuela de los Descalzos, de Cádiz,
aunque con variaciones que la han desfigurado; pero se conserva de su magnífica fachada
(fábrica del célebre arquitecto Benjumeda) una preciosa lámina en la rara obrita Colección
de vistas iluminadas de los principales edificios de Cádiz, con una breve noticia de su fun-
dación, destino y mérito artístico de sus fachadas, publicada por D. T. de S., con licencia.—
En Cádiz, imprenta de Hércules, calle del Rosario, esquina á la del Baluarte. Año de 1815.
132
y de Genealogía Española.
DOGomeDíos loédííos para la Historia NoMliaria.
(1)
(CONTINUACIÓN)
Relación de las Hidalguías que se han despachado por la Secretaria de la Cá-
mara y Estado de Castilla, como consta por los libros que hay en ella, desde el
año 1623 hasta la fecha de ésta, en conformidad de la orden que S. M. se sirvió
expedir para que se formase:
En 13 de Noviembre de 1650 hizo S. M. merced á Juan Cabezas de Herrera,
vecino del lugar de Don Benito y á sus hijos y descendientes de declararlos por
hijosdalgo.
En 11 de Diciembre del mismo año hizo S. M. merced á Juan de Valdés y
Velasco de una hidalguía para él y sus hijos y descendientes, en atención al cui-
dado que tuvo en la disposición de fiestas de Navalcarnero el día del Real Casa-
miento de S. M.
En 16 de Julio de 1651 hizo S. M. merced á Pedro de la Fuente, vecino de la
villa de Chinchón, y á sus hijos y descendientes de declararlos por hijosdalgo.
En 8 de Diciembre de 1652 hizo S. M. merced á D. Alonso y D. Pedro del
Pozo, hermanos, vecinos de la villa de Cáceres, y á sus hijos y descendientes, de
declararlos por descendientes legítimos de las casas de los Pozos en las Mon-
tañas.
En 7 de Marzo de 1655 hizo S. M. merced á Rodrigo Rangel Ortiz de decla-
rarle, y á sus hijos y descendientes por descendientes legítimos de Juan Rangel,
y sirvió con 4.500 ducados.
En 16 de Febrero de 1660 hizo S. M. merced á D. Alvaro Guevara Bolaños,
vecino de la villa de Villafranca, de una hidalguía, en consideración de los servi-
cios que hizo en la guerra de Portugal.
En 12 de Julio de 1663 declaró S. M. por hijodalgo á Pedro Martínez y
Domingo Martínez, su hijo, vecinos de la ciudad de San Sebastián, y á los demás
sus hijos y descendientes.
En 31 de Diciembre del mismo año hizo S. M. merced á Pedro y Rafael de
Isla, vecinos de la villa de Urueña, y á sus hijos y descendientes, de que gocen de
(1) Biblioteca de la Real Academia de la Historia.— Colección de Grandezas, genealo-
gías, etc., 1. 1.
133
Revista de Historia
la posesión en que están de hijosdalgo, en virtud de una ejecutoria litigada por
Antonio de Isla, su abuelo, sin embargo que el dicho Antonio de Isla, hubiese
habido á Luis de Isla, su hijo, siendo de Orden Sacro.
En 15 de Mayo de 1665 S. M. concedió declaración é institución de hidalguía á
Pedro López del Valle, vecino de la villa de Illescas.
En 17 de Noviembre de 1669 hizo S. M. merced á D. Cristóbal López de Ve-
LASCO Y Arguijo y á Domingo García, Agustín de Arguijo, hermanos, vecinos
de la villa de Segura de León , y á sus hijos y descendientes, de privilegio de
hidalguía.
En 15 de Enero de 1670 hizo S. M. merced á Manuel de Barrios, vecino de
la ciudad de Cádiz, y á sus hijos y descendientes, de privilegio de hidalguía.
En 10 de Marzo del mismo año hizo S. M. merced á Pedro Nieto de Laguna,
vecino de la villa de Santa Cruz de Múdela, de declararle por hijodalgo, y á sus
hijos y descendientes.
En 12 de Octubre de 1671 hizo S. M. merced á Fernando González Adame,
vecino de la villa de Villanueva de la Serena, y á sus hijos y descendientes, de pri-
vilegio de hidalguía.
En 9 de Febrero de 1672 hizo S. M. declaración é institución de hidalguía á
D. Andrés Martínez Sevilla de la Viuda y D. Juan Martínez de la Viuda y
Estrada, su hijo, vecinos de la villa de Valdepeñas.
En 15 de Febrero de 1673 hizo S. M. merced de privilegio de hidalguía á
D. García de Zayas, vecino de la villa de los Santos, y á los hijos legítimos que
tuviere.
En 30 de Noviembre de 1682 se despachó cédula para que D. Miguel de Neto
Y Cevallos sea amparado en la posesión de hijodalgo en que está, y gocen de
ella sus hijos y descendientes.
En 31 de Octubre de 1694 hizo S. M. merced á D. MARCOS Antonio de Alca-
RAZ Y Ulloa, vecino y originario de la villa de Almansa, y á sus hijos y descen-
dientes, de privilegio de hidalguía.
En 28 de Febrero de 1696 hizo S. M. merced á D. Martín Villanueva Mu-
ñera, vecino de la villa de Albacete, de que él y un hijo que tiene debajo de la
patria potestad, y sus descendientes, puedan gozar y ser reputados en la dicha
villa y demás partes donde residieren por hijosdalgo y obtener las preeminencias
que por ello les tocaren,
En 22 de Diciembre de 1697 hizo S. M. merced á D. Gonzalo y D. Martín
Díez de Plata y Ulloa, hermanos, vecinos de la villa de Almansa, de que ellos,
sus hijos, nietos y descendientes puedan gozar y ser reputados en la dicha villa y
demás partes donde residieren por hijosdalgo y obtener las preeminencias que
por ello les tocare.
En 8 de Abril de 1698 hizo S. M. merced á D. Juan Bravo Flores, vecino de
la villa de Brozas, de que él, sus hijos, nietos y descendientes puedan gozar y ser
reputados en la dicha villa y demás partes donde residieren por hijosdalgo, y ob-
tener las preeminencias que por ello les tocare.
En 11 de Marzo de 1699 hizo S. M. merced á D. Miguel Mateos Carcelen,
vecino de la villa de Tovara, de que él, sus hijos, nietos y descendientes puedan
gozar y ser reputados en la dicha villa y demás partes donde residieren por hijos-
dalgos y obtener las preeminencias que por ello les tocaren.
En 31 del mismo mes y año hizo S. M. merced á D. Alonso García Ramírez,
vecino de la ciudad de Palencia, de que él, sus hijos, nietos y descendientes pue-
134
y de Genealogía Española.
dan gozar y ser reputados en las partes donde re idieren por hijosdalgo y obtener
las preeminencias que por ello les tocaren.
En 25 de Abril de 1701 se dio despacho para que Francisco Felipe Gabriel y
Diego de Morales, hermanos, vecinos del lugar de Getafe, gocen del privilegio de
hidalguía que se había concedido á Felipe de Morales, su abuelo, en conformidad
de los <■ utos proveídos por el Consejo y el de la Cámara,
En 7 de Octubre del mismo aíío se dio privilegi > en que S. M. declaró á don
Juan Chapín, vecino de la ciudad de Badajoz, y á sus hijos y descendientes por
línea recta de varón, por hijosdalgo de sangre y solar conocido.
En 16 de Febrero de 1703 hizo S, M. merced á D.Juan Gregorio Francisco,
vecino de la villa de Villanueva de la Serena, de que él, sus hijos, nietos y descen-
dientes puedan gozar y ser reputados en aquella villa y demás partes donde resi-
dieren por hijosdalgo y obtener las preeminencias que por ello les tocare, sin que
les pueda obstar esto siempre que quisiesen probarlo ó litigarlo.
En 30 de Abril del mismo año hizo S. M. merced de privilegio de hidalguía á
D, Guillermo de la Troche, para sí, sus hijos y sucesores.
En 30 de dicho mes del año de 1704 hizo S. M. merced á Juan Bautista Le-
jendre de privilegio de hidalguía para sí, sus hijos y descendientes, con todas las
honras y preeminencias que gozan los demás hijosdalgo de Castilla.
En el mismo día, mes y año, hizo S. M. merced á Francisco González, vecino
de la villa de Campanario, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser
reputados en aquella villa y demás partes donde residieren por hijosdalgo.
En 3 de Noviembre del dicho año hizo S. M. merced á D. Ignacio Mansilla
DEL Pino, vecino de la villa de Talavera, de que él, sus hijos y descendientes pue-
dan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 15 de Diciembre del dicho año, hizo S. M. merced á D. Juan de la Cruz,
vecino de la villa de Lobón, de que él, sus hijos, nietos y descendientes puedan go-
zar y ser reputados por hijosdalgo.
En 23 del mismo mes y año hizo S. M. merced á D. Blas Rodríguez de Oli-
vares Y Arenzana, vecino de la villa de Zafra y natural de la de Lumbreras, de
que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputados en las dichas villas
y demás partes que residieren por hijosdalgo.
En el mismo día hizo S. M. merced á D. Alonso Hilario Espinosa de los Mon-
teros Y Silva, vecino de la villa de Zafra, de que él, sus hijos, nietos y descen-
dientes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 17 de Junio de 1705 hizo S. M. merced á D. Juan de Velasco Antezana,
vecino de la villa de Matapozuelos, de que él, sus hijos y descendientes puedan
gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 28 de Julio del mismo año hizo S. M. merced á D, Fabián Miguel Sánchez
de Aranzo, vecino de la villa de la Haba, de que él, sus hijos y descendientes pue-
dan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 6 de Septiembre del dicho año hizo S. M. merced á D. Blas de Benavente,
vecino del lugar de Getafe, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser
reputados por hijosdalgo en dicho lugar y demás partes donde residieren.
En 27 de Octubre del mismo año hizo S. M. merced á D.Juan Arias de Noga-
les, vecino y natural de la villa del Haba, de que él, sus hijos y descendientes
puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
(Se continuará.)
135
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeto de nuestra publicación.
Arte antiguo: Arquetas hispano-árabes. Noticias de algunas fiestas
públicas celebradas en Santander, apuntes reunidos por D. Enrique de
Leguina, barón de la Vega de Hoz.
El exquisito gusto y sentido artístico ;del señor Barón de la Vega de Hoz ha
producido este nuevo é interesante librito editado con verdadero primor tipográfico.
El Sr. Leguina, que en anteriores publicaciones nos dio curiosas noticias acerca
de la plata española, de la industria espadera, de antiguas fiestas y desafíos y de
primorosos esmaltes, nos da cuenta en este bellísimo libro, de artísticas arquetas
en las que Reyes y Príncipes guardaban reliquias y preciados objetos.
Entre ellas cita el autor como modelos de arte y joyas de orfebrería mudejar
la de San Isidoro, de León, perteneciente hoy al Museo Arqueológico; la de Falen-
cia, la de Carrión de los Condes, la de Zaragoza y otras que el Sr. Leguina des-
cribe con pleno conocimiento de sus méritos artísticos.
La última parte del libro está dedicada á reseñar tres curiosas fiestas: la que se
celebró con motivo de la despedida del Príncipe de üales en tiempo de Felipe V,
la destinada á celebrar el nacimiento de Luis I y la de proclamación de Carlos IV-
Todas tres celebradas en Santander.
El interesante libro del Barón de la Vega de Hoz da á conocer curiosas cos-
tumbres de los siglos XVII y XVIII.
Bspaña en tiempo de Carlos II «el Hechizado», un tomo en 4.°,
340 páginas, por Julián Juderías.
Con tan sugestivo título acaba de publicar el Sr. Juderías un hermoso libro,
completo y acabadísimo cuadro del estado social de España en las postrimerías
del siglo XVII, hecho con un perfecto conocimiento de las causas que determi-
naron nuestra decadencia en aquella centuria.
136
y de Genealogía Española.
La importancia del libro, que corresponde al escaso número de los que deben
leerse y estudiarse con detenimiento, y la personalidad del autor, revelada ya en
obras anteriores de positivo valor, nos impiden ocuparnos hoy de él. Sin tiempo
para saborear debidamente su extensa lectura, nos limitamos á anticipar á nues-
tros lectores la noticia de su aparición, prometiendo ocuparnos de él en nuestro
próximo número.
Centenario de la Constitución de 1S12 y sitio de Cádiz.— Guía
del turista, publicada por la Sociedad de turismo de Cádiz, folleto en 8.°,
105 folios.
Hemos recibido un ejemplar de esta curiosa Guía, muy superior á lo que gene-
ralmente suelen ser sus similares, pues además de una bien descrita reseña histó-
rica de la ciudad de Cádiz y su provincia, avaloran el texto interesantes efemérides
y noticias de la época del sitio, todo ello ilustrado con profusión de artísticos foto-
grabados, en su mayoría inéditos, hermosas reproducciones de cuadros existentes
en el Museo provincial é iglesias gaditanas.
Catedral de Cádiz. Ligera descripción, por Pelayo Quintero Atauri^
folleto en 4.°, 26 páginas.
Este distinguido bibliófilo gaditano, delegado regio de la Sociedad de turismo
de Cádiz, ha publicado y ha tenido la amabilidad de remitirnos su último folleto,
interesante como todas las producciones de su docta pluma. Es una descripción
histórica y una relación de las bellezas artísticas que encierra el magnífico templo
gaditano.
El saguntino Roméu. por D. Antonio Garda Pérez, folleto en 8."
El ilustrado capitán profesor de la Academia de Infantería de Toledo y culto
colaborador de esta revista, D. Antonio García Pérez, ha publicado recientemente
un interesante estudio biográfico y crítico del heroico saguntino D. José Roméu,
una de las más interesantes y legendarias figuras que ilustran los anales de nues-
tra guerra de la Independencia.
Á la biografía de tan sugestivo personaje, escrita con noble y levantado espí-
ritu patriótico, acompaña una curiosa documentación referente al suplicio del héroe
y á su esclarecida familia. Agradecemos al Sr. García Pérez el envío del ejemplar
y le felicitamos cordialmente.
Teobaldo.
137
Revista de Historia
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia, Marzo, 1912.— Adquisiciones
de la Academia durante el segundo se-
mestre del año 1911. — Informes: Anti-
guos gremios de Huesca, Francisco
Codera. — Los malteses en Valencia,
Francisco Fernández de Béthencourt.—
Nueva inscripción romana de Santa
Amalia, Fidel F/ía.— Representación de
obras clásicas en el teatro Español, Juan
Pérez de Guzmán y Gallo. — E\ Rif. Los
territorios de Guelaya y Quebdana, An-
tonio Blázquez. — Geograiía elemental,
Ricardo Beltrán y Rózpide. — Avances
arqueológicos en Santa Amalia, Mario
Roso de Luna. — Variedades: Carta iné-
dita dirigida á D. Cristóbal Velázquez,
copero mayor del Rey, fechada en Santo
Domingo del Puerto, de la isla espa-
ñola, el 27 de Noviembre de 1507, José
Gómez Centurión. — Bernardo de Agen,
obispo de Sigüenza, y el segundo Con-
cilio ecuménico de Letrán, Fidel Fita.—
Noticias.
Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, Madrid, Enero-Febrero, 1912.
El territorio español á fines del si-
glo XVII, Julián Juderías. — Represen-
tación de los autos sacramentales en el
período de su mayor florecimiento (con-
tinuación), M. ¿atorre y Badillo. — Los
motines militares en Flandes (continua-
ción), Lucas de Torre. — Ensayo de un
catálogo general para las medallas del
Museo Arqueológico, Ignacio Calvo.—
Pliego 9 de los procesos contra los pro-
testantes españoles del siglo XVI.
Revista del Centro de Estudios Histó-
ricos de Granada y su Reino. Año I, nú-
mero IV. — Granada en poder de los
Reyes Católicos, M. Gaspar Remiro.—
Aienhozan de Córdoba. No cat Alarus
fi tanarij aljo lafa: Regalos de la novia
sobre los anales de los Califas (conclu-
sión), C. F. Seybold— Noticia de los
manuscritos árabes del Sacro Monte de
Granada, Miguel Asin.— La Junta Su-
prema del Gobierno de Granada. Dis-
posiciones más importantes decretadas
por el ramo de Guerra, José Palanca
Romero. — Cheher Benaflah de Sevilla,
José A. Sánchez Pérez.
Euskal-Erria, San Sebastián, 1912.—
29 de Febrero.- Correspondencia entre
D. José Vargas Ponce y D. Juan Antonio
Moguel sobre etimologías vascongadas
138
y de Genealogía Española.
(continuación), misceláneas históricas
recopiladas por el Marqués de Soane.—
Ensayo de un padrón histórico de Gui-
púzcoa (continuación), Juan Carlos de
Guerra.
15 de Marzo.— Correspondencia entre
D. José Vargas Ponce y D. Juan Anto-
nio Moguel sobre etimologías vascon-
gadas (continuación), misceláneas his-
tóricas recopiladas por el Marqués de
Soane. — Guipúzcoa histórica, Pedro
M. de Soraluce.
Razón y Fe, Madrid, Marzo, 1912.—
Bosquejo histórico del Seminario de Sa-
lamanca (conclusión), A. Pérez Goyena.
La España Moderna, Madrid, Marzo.
Los españoles en la Revolución fran-
cesa, Miguel S. Oliver.
Estudios militares.— Generales de ul-
tratumba, ¿or-D/2:s. — Ciencia y heroís-
mo: época del Monarca Deseado, Adolfo
Aragonés de la Encarnación.
Linajes de Aragón, Huesca, 1912,1.°
de Marzo.~Los Sangenís, Gregorio Gar-
cía Ciprés.— Armoriál de Aragón. Notas
históricas sobre la Cartuja de Nuestra
Señora de las Fuentes, Miguel Supervia
Lostalé.
15 de Marzo —Los Sánchez Muñoz
de Teruel, Gregorio García Ciprés. —
Apéndices al apellido Sangenís, Grego-
rio García Ciprés.— Notas históricas
sobre la Cartuja de Nuestra Señora de
Las Fuentes (conclusión), Miguel Su-
pervia Lostalé. Pliego 9.° del Armorial
de Aragón.
La Ciudad de Dios, Madrid, Marzo,
1912. — Documentos inéditos sobre la
guerra de la Independencia y las Cor-
tes de Cádiz, M. F. Miguélez.
La Lectura, Madrid, Febrero, 1912.—
Narbona. Gerona y Barcelona bajo la
dominación musulmana, F. Deleito y Pi-
ñuela.
REVISTAS EXTRANJERAS
Revue Historique, Marzo-Abril, París.
Les récent historiens catholiques de I'in-
quisition en France, Paul Frederiq.—
Les lutes notariales dans les pays de
coutumes de XIII au XV siécle.
Rivista Araldica, Roma, Marzo, 1912,
(L. 25). - F. Frassoni alia battaglia di
Lepante, Ernesto Gavozzi. — Faniien-
bourg e i conti Fuchs de Juschsberg.
Oto V. Mullen — La nobilita di Mila-
no (cont.), Giompiers Corti.— La natio-
nalité contoise. Précis d'histoíre féodale
(839-1678), P. A. Pidous. — Famiglie
Romane (dal mss. de Teodoro Amay-
den) (cont). Cario Augusto Bertíni. Li-
bro doro del Ducato di Ferrara (cont.),
Conté Posini Frassoni.— Armes des Ar-
chevéques et Évéques de France de 1691
á 1737, Eugéne Harot.
La Revue.— Gronúevit et déclin d'une
favorite, Frederic Lolié.
Revue de Questions Historiques, Pa-
rís, Janvier, 1912.— Unessai deguérison
de Charles VI en 1403, L. Mirot.— Les
propos de table de Luther (deuxiéme
partie), L. Cristiani.— Les origines du
servage (suite), Paul Allord.
Revue de Deux Mondes, París, 1912.
\.° de Marzo.— Au couchant de la Mo-
narchie. Les reformes de Necker, Af. Le
Marquis de Segur.
15 de Marzo.— Une mission díploma-
tique en 1799, M. Ernest Daudet.
N. N.
139
Revista de Historia
NOTICIAS VARIAS
Con profundo sentimiento comunicamos á nuestros lectores el falleci-
miento de la Excma. Sra. D." María de los Dolores Jiménez y González-Nú-
ñez, Condesa viuda de Lascoiti, Baronesa viuda de La Andaya, madre de
nuestro querido compañero de Redacción el Sr. Conde de Lascoiti, ocurrido
repentinamente en la madrugada del día 1 del actual.
Era la finada dama de altísimas virtudes, y su muerte será llorada por
los muchos desamparados cuyas necesidades socorría con pródiga é ina-
gotable caridad. Desde la muerte de su esposo, se hallaba completamente
retirada de la vida de sociedad, en donde ocupara señalado lugar, y exclu-
sivamente dedicada á obras piadosas y caritativas.
Doña María de los Dolores Jiménez y üonzález-Núñez fué la hija segun-
da de D. Carlos Jiménez y Gotall, primer Marqués de Casa-Jiménez, Viz-
conde de Torre-Almiranta, figura prestigiosa de la política y alta Banca
madrileña, y de D.'^ María Josefa González-Núñez y Achával, y estaba viuda
desde 21 de Marzo de 1907, de D.José Patricio Fernández-Lascoiti y Sancha,
primer Barón de La Andaya y Conde de Lascoiti, Senador del Reino. Hijos
de la finada son: D." María de la Purificación, Marquesa de Sancha, casa-
da con D. Manuel Vázquez y Armero, Mayordomo de semana de S. M,;
D.'' María de las Mercedes, casada con D. Adolfo de Valenzuela y Sama-
niego. Conde de Torrejón, Marqués del Puente de la Virgen, Grande de
España de primera clase, y el actual Conde dé Lascoiti, casado con doña
María de las Angustias Zulueta y Martos, hija de los Marqueses de Álava.
Á toda su respetable familia enviamos la expresión más sincera de
nuestro sentido pésame, y de manera especialísima á nuestro entrañable
compañero el Sr. Conde de Lascoiti, que comparte con nosotros las tareas
de esta publicación.
Noticias oficiales.— Por Real decreto de 12 del pasado mes de Marzo
ha sido reintegrado en las preeminencias, honores y distinciones correspon-
dientes á la jerarquía, de Infante de España, Caballero de la insigne Orden
del Toisón de Oro Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Carlos III
140
y de Genealogía Española.
y cuantas gracias y mercedes había recibido de S. M., D. Alfonso de Or-
leans y Borbón, hijo mayor de S. A. R. la Infanta D.^ Eulalia, «teniendo en
cuenta los merecimientos que ha contraído con posterioridad á Mi Real De-
creto de 16 de Julio de 1909».
— Por el Ministerio de Gracia y Justicia se han mandado expedir las si-
guientes Reales cartas de sucesión:
En el título de Conde del Asalto, á favor de D. Ramón Morenes y Gar-
cía Alesón, Marqués de Grigny, Barón de las Cuatro Torres, por falleci-
miento de su madre D.^ Fernanda García Alesón y Pardo Rivadeneyra.
En el de Marqués de la Vega, á favor de D. Jorge Díez-Madroñero y
Conejo, por fallecimiento de su padre D. Jorge Díez-Madroñero y López
de Ayala.
En el de Marqués de Murrieta á favor de D. José Manuel Olivares y
Bruguera, hijo de los condes de Artaza; por designación y fallecimiento
de D. Luciano Murrieta y García.
En el de Conde de la Ventosa, á favor de D.José María Álvarez de To-
ledo y Samaniego, por cesión de su madre D." Genoveva Samaniego y
Pando, Marquesa viuda de Martorell.
En el de Marqués de Soller, á favor de D. Salustiano Sanz y Rodríguez,
por fallecimiento de D. Eduardo Sanz y Menéndez.
En el de Barón de Oña, á favor de D. José Rodríguez é Iriarte, por fa-
llecimiento de D. Lino Rodríguez y Urreiztieta.
—Se ha concedido Real licencia á D. Francisco Muñoz y García Ca-
rrasco, Conde de Santa Olalla, para contraer matrimonio con D." María
Suárez Infiesta y González.
Y á D." María de las Mercedes de Montalvo y Soler, hija de los Condes
de Macuriges, para contraer matrimonio con el Marqués Alonso Pallavicini.
Cargos palatinos.— Ha sido nombrado Gentilhombre de Cámara,
de S. M. con ejercicio D.Joaquín González y González, Marqués de Gon-
zález, Consejero-Encargado de Negocios de la Embajada de España cerca
del Vaticano.
—Han jurado el cargo de Gentileshombres de Cámara de S. M., con
ejercicio los Sres. D. Eduardo de Aznar y Tutor, Marqués de Berriz, don
Juan de Azue, D. Eduardo Barandiaran, D.Julián del Arroyo y D. José Salas
Vaca. También han jurado dicho cargo en San Sebastián, ante el Sr. Elo-
segui, por delegación del Jefe Superior de Palacio, los Sres. D. José Hur-
tado de Amézaga, D. José Ibarra y D. José Romero, y posteriormente, el
día 29, D. Joaquín Nadal y Ferrer y D. José Milá y Camps.
—Han sido nombrados Gentileshombres de entrada los Sres. D. Antonio
141
Revista de Historia
García Pérez, Capitán profesor de la Academia de Infantería de Toledo,
Correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Sociedad
Geográfica; D. Emilio Martínez Sánchez, Capitán de Infantería de Marina,
y D. Rafael Ortega Villergas, los cuales han prestado el juramento corres-
pondiente en la tarde del 21 del pasado mes de Marzo.
Otras noticias.— Ha sido agraciado por Su Santidad Pío X con el
título de Marqués de Maldonado D. José Maldonado y González de la Riva,
hermano del Marqués de Castellanos y de Trives.
—Se ha concedido la Banda de la Orden de Damas Nobles de la Reina
María Luisa á la Sra. D."* María de la Concepción Brunet y Echagüe, viuda
de Gaitán de Ayala.
—Por Real Decreto de 13 del mes pasado le fué hecha merced de Hábito
de la Orden Militar de Alcántara á D. Ramón María Despujols y de Saba-
ter Dusay y Prat, Marqués de Olivar, Comandante de Infantería, y la cere-
monia de armarle caballero tuvo lugar en la iglesia de Calatrava en la tarde
del 25 de dicho mes. Fué apadrinado por el Marqués de Casa Pizarra; las
espuelas le fueron calzadas por los Sres. D. Alfonso de Borbón y D. Gon-
zalo García de Blanes, y el Capítulo fué presidido por S. A. R. el Infante
D. Carlos de Borbón de las Dos-Sicilias, Comendador Mayor de la Orden
de Alcántara.
—En el litigio incoado á instancia del Marqués de Cavaselice, recla-
mando el mejor derecho y preferencia para' ostentar los títulos de Duque
de Amalfi, con Grandeza, y Conde de Roche, ha recaído sentencia favora-
ble para el poseedor de los mencionados títulos, D. Fulgencio Fúster y
Fontes.
—Han ingresado en la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza
D. Pedro Dolz de Espejo y Andréu, Conde de la Florida, y su hermano
D. Tomás.
Necrologías.— El día 12 de Marzo falleció en Madrid D. Eduardo Saa-
vedra y Moragas, insigne sabio, que era una de las más preclaras glorias
de la ciencia española. Había nacido el 27 de Febrero de 1829 en Tarra-
gona, siguió la carrera de Ingeniero de Caminos, en la que sobresalió por
sus grandes talentos; pero siendo un apasionado del estudio dedicó sus
grandes aptitudes á otras varias materias, consiguiendo una personalidad
ilustre no sólo como Ingeniero y Arquitecto, sino como historiador, orien-
talista, geógrafo y literato. Era el Sr. Saavedra Senador del Reino, indivi-
duo de número de las Reales Academias de la Lengua, de la Historia y de
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y correspondiente de las principales
Corporaciones científicas del extranjero; Presidente honorario de la Real
142
y de Genealogía Española.
Sociedad Geográfica y estaba en posesión de las Grandes Cruces de Isabel
la Católica y de la Orden civil de Alfonso XII. También fué durante algún
tiempo Director de la Academia de la Historia y desempeñó algunos cargos
políticos, entre otros, la Dirección de Agricultura y la de Obras Públicas.
Las obras debidas á su pluma son tan notables como numerosas; entre
otras, citaremos: Lecciones sobre la resistencia de los materiales, Teoría de
los puentes colgados, La vía Romana de Uxama á Augustóbriga, Obras
públicas y monumentos de la España antigua, Escritos de los musulma-
nes sometidos al dominio cristiano, El Canal de Suez, Las expediciones al
Polo Norte, Ideas de los antiguos sobre las tierras Atlánticas, La inva-
sión de los árabes en España, La Geografía en España, y otras muchas.
— El 20 del pasado mes falleció también el ilustre escritor y Académico
de la Historia D. Bienvenido Oliver y Esteller. Nació en Tortosa el año 1837,
y contaba, por tanto, setenta y cinco años. Hombre de gran modestia y labo-
riosidad, no era su nombre tan conocido como debía haberlo sido de la
generalidad de los españoles; pero entre las personas que se dedican al
estudio, y muy especialmente en el extranjero, gozaba de envidiable reputa-
ción. Representó á España en la Conferencia internacional de Derecho
privado celebrada en La Haya y fué Subdirector de los Registros y vocal
de la Comisión general de Codificación.
Entre las obras del finado merecen citarse: el Breve sumario del pro-
yecto de Código civil de Alemania y del proyecto de ley para su plantea-
miento, la Historia del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia, y el
Libre de les costums generáis ecrites de la insigne ciutat de Tortosa, obra
esta última que le valió las alabanzas más unánimes.
—Igualmente ha fallecido otro hombre de mérito y de especialísimas
dotes, el Dr. D. Federico Olóriz y Aguilera, Académico de númerj de la
Real de Medicina y electo de la de la Historia, Catedrático de Anatomía de
la Universidad Central é individuo del Consejo penitenciario. Insuperable
su competencia en Antropología y ciencias afines y había llegado á domi-
nar de tal manera las teorías de la Antropometría judicial, que era consi-
derado como insigne Maestro por el propio Bertillón. Escribió varias im-
portantes obras, como Manual de técnica anatómica. Anatomía descrip-
tiva, en colaboración con el Dr. Calleja; y la traducción del Resumen de
Anatomía patológica de Bard.
—En Palma de Mallorca ha fallecido el Sr. D. Juan Miguel de Sureda y
Veri, Conde de Peralada, Grande de España, Marqués de Vivot, Conde de
Zavellá, Vizconde de Rocaberti, correspondiente de la Real Academia de la
Historia en Baleares.
143
Revista de Historia y de Genealogia Española.
—Ha muerto en Antequera, donde residía, la Sra. D/' María de los
Dolores Pareja, Obregón y Manrique de Aguayo, Marquesa viuda de
la Peña de los Enamorados. Estaba viuda desde el año 1887 y era hija del
quinto Conde de la Camorra y por su madre nieta de los Marqueses de
Villaverde y bisnieta de los Marqueses de Valparaíso, Grandes de España.
—También ha fallecido D. Alejandro Arias Salgado y Téllez, Almirante
de la Armada, Senador vitalicio del Reino. Estaba condecorado con las
Grandes Cruces del Mérito Naval y de San Hermenegildo.
— Igualmente tenemos que dar cuenta de la muerte de D. Francisco de
Garnica y Lara, Marqués viudo de Casa-Pacheco, individuo del Consejo
Superior de Agricultura, padre del actual poseedor del título y de los
Condes de Villar de Felices.
CONCURSO
El CoLLEOio Araldico Romano anuncia, con motivo del XXV aniversario
de su creación, un concurso de premios para animar á los cultivadores de
los estudios genealógicos y heráldicos. El concurso se dirige á los escri-
tores de historia nobiliarios, á los heraldistas y á los pintores heráldicos;
para los primeros los temas serán: 1.° Ilustraciones de un castillo medioeval
con notas genealógicas de sus poseedores. 2.° Genealogía documentada de
una gran familia de la Edad Media. 3." Ilustraciones de una Orden de Caba-
llería religiosa-militar; para los segundos, el blasón de una ciudad, de una
Cofradía noble, de un Obispado, de una Orden caballeresca ó de cualquier
otra antigua institución; para los terceros, un cuadro ó un álbum conte-
niendo una armería especial; por ejemplo, las que empiezan con una letra
como la B.
Los escritos serán sucintos y podrán ser redactados en los tres idiomas
italiano, francés y español. Los escritos deberán llegar certificados á la
Secretaría del Colleqio Araldico Romano, calle de Savelli, 11, Roma, antes
del 31 de Diciembre de 1912.
Los premios asignados á los tres mejores trabajos consistirán en una
medalla de oro, una de plata y un diploma de honor para cada clase. Para
los dos primeros, la Memoria premiada con medalla de oro se publicará en
la Rivisia del Collegio Araldico y se regalarán cien ejemplares al autor.
Todos los trabajos presentados serán conservados en el Archivo del
Collegio y la propiedad literaria pertenecerá á la Rivista del Collegio
Araldico, que se reserva el derecho de publicar, además de los escritos
premiados, aquellos otros dignos de ser publicados.
144
15 MAVO 1912
EVISTñ DE HI5T0Rlñ
V DE GENEñLOafñ
ESPññOLñ
Núm. 4.
LA HERÁLDICA M EL-ESCORIAL
ExcMO. Sr. Marqués de Borja:
Mi distinguido amigo: No le extrañará que le dirija esta carta abierta,
por la amable mediación de la nueva y simpática Revista de Historia y de
Genealogía Española, si empiezo diciéndoie que más todavía que al celoso
Intendente General de la Real Casa y Patrimonio, va dirigida al culto y
entendido autor del interesante folleto Panteones de Reyes y de Infantes en
San Lorenzo del Escorial.
Años hacía que no visitaba yo el por tantos conceptos famoso é histó-
rico Real Sitio de San Lorenzo: su misma inmediación, para los que vivi-
mos en Madrid y no cultivamos asiduamente el deporte novísimo del auto-
móvil, explica hasta cierto punto, si no logra justificar, este gran pecado
que públicamente confieso y de que á gritos me arrepiento. La Octava
maravilla á sólo dos horas, y dejar pasar siquiera un año sin correr á exta-
siarse nuevamente en la contemplación de cuanto encierra: confieso que me
avergüenzo, y que toda penitencia, por dura que ella fuere, me resultará
corta para lo que merezco. Para los devotos del pasado, para los amantes
de la Historia, para los que sentimos como es debido el amor sacrosanto de
la Patria, debiera ser El-Escorial lugar de peregrinación que exigiera nues-
tras repetidas visitas: de la grandeza de la España de ayer nada existe que
dé más cabal cuenta: la memoria del incomparable Soberano que tuvo como
en vilo á la Europa de su tiempo nos abruma de su extraordinaria magni-
tud, pero es también motivo de aliento y de esperanza para los buenos.
Mas dejando aparte esta clase de consideraciones, que de fijo no encon-
trará usted absolutamente ociosas, quiero llamar su atención sobre algo que
145 10
Revista de Historia
allí noté digno de ella, y en uno de los ramos de la Historia que más parti-
cularmente han ocupado hace tantos años la mía. Me refiero á algún des-
cuido heráldico, aunque no ciertamente de ahora, que creí observar en el
Panteón de Infantes; descuido que me parece debe subsanarse como exi-
gen de consuno la cultura nacional, el Patronato y enterramiento de los
Reyes de España y la absoluta verdad científica, puesto que la Heráldica es
una ciencia, declarada por el común sentir con los nombres hasta vulgares
de Ciencia del Blasón y Ciencia Heroica.
En el monumento que en el Panteón referido guarda juntos los restos de
los Príncipes de la Casa Real muertos en la edad de párvulos están repeti-
dos hasta la saciedad los escudos interpolados de las dos Dinastías que en
los últimos cuatro siglos han reinado en España: Austrias y Borbones; es
decir: degules la faja de plata, que es Austria; de azur las tres flores de
lis de oro, que quiere ser Borbón.
Y digo que quiere ser Borbón, porque de sobra sabe usted como yo
mismo que las tres fiores de lis de oro sobre azul, puras y sin mezcla ni
aditamento alguno, no son las de los Borbones antiguos ni modernos, sino
las armas de Francia, exclusivas del Rey Cristianísimo y de sus hijos. Con
ellas no se indica ni puede indicarse que se trata de la Dinastía que fundara
en España Felipe de Francia, Duque de Anjou, entre nosotros Felipe V.
En la Heráldica nada es ocioso, ni indiferente, ni baladí: la menor figura,
la variación más mínima, el menor rasgo, llamémoslo así, tienen su signifi-
cado; prescindir de ello, por ignorancia ó por descuido, sólo puede ser ori-
gen de confusiones imperdonables.
Todo el mundo sabe que cada rama derivada del tronco Real francés
tomaba el nombre del Estado ó apanage del Príncipe que la formaba, y bri-
saba naturalmente el escudo Real de una manera que acusara su especialí-
sima procedencia; de aquí Borgoña, Valois, Evreux, Orléans, Borbón, Ven-
dóme, Conde, Conti, Anjou, Artois y tantos y tantos otros; de aquí el lam-
bel conocidísimo de los Orléans, el bastón de los Borbones, la banda de los
d'Evreux, la bordura de los d'Anjou y de los d'Artois.
Felipe, Duque de Anjou, Nieto segundo de Luis XIV, brisó, en efecto,
las armas Reales francesas de la bordura de gules, y esta bordura es tan
indispensable en las armas de los de su rama, como lo es en la de Orléans
el lambel de plata, únicos indicadores ambos del respectivo origen. Hay
que tener presente que la rama formada en la raza capetina por Roberto de
Francia, hijo menor de San Luis y Conde de Clermont, en el matrimonio de
este Príncipe con la heredera del Borbones, que es por lo que sus descen-
dientes se llamaron Borbón, no vino á reinar en Francia hasta que la extin-
146
y de Genealogía Española.
ción de la de Valois la llevó al trono en la Persona de Enrique IV. Su pos-
teridad es la que conoce el mundo— y ella misma se lo atribuye — con el
nombre de Casa de Borbón, aunque propiamente la Casa española, según
los usos y costumbres inveterados de la raza Real, debiera llamarse de An-
jou, ó, por lo menos, de Borbón-Anjou; pero incurren en grave error los
que le dan el blasón de las tres lises, sin la roja bordura que es su espe-
cialísimo distintivo. Así, cuantos estudien las armas Reales del Panteón de
El-Escorial, verán allí con asombro las armas del Rey de Francia, alter-
nando lina y otra vez con las de la Imperial estirpe austríaca, cosa que sólo
Panteón de Infantes.— Mausoleo de Monlpensier.
procede hacer con las de Anjou; y no lograrán explicarse el porqué de
amalgama semejante, como nunca se explicaron— de labios de más de un
francés culto lo oí— porqué nuestra Reina Isabel, la augusta expatriada de
París, ostentaba el emblema heráldico de la Majestad Cristianísima, deste-
rrada de la Francia que ella formó, en las rejas y portadas del Palacio
Basilewsky, convertido por su egregia dueña en Palacio de Castilla, y hoy
ya, apenas muerta ella, ¡sunt lacrimae rerum!, desgraciadamente desapa-
recido, para dejar sitio á un hotel de viajeros, prosaica y fugaz vivienda de
ricachos americanos.
Fué nuestro país en los finales de la Edad Media y en los siglos XVI
y XVII la perfección misma en las cuestiones heráldicas, que empezó á
estropear, aunque fuera el de la mayor erudición en España, según lo ha
calificado Menéndez y Pelayo, el siglo XVIII, y luego ha acabado de emba-
rullar la general ignorancia en estas materias, por que pasamos en el XIX.
147
Revista de Historia
Señálese en estos comienzos del siglo XX la exquisita cultura de usted, res-
tableciendo en el escudo de las lises la indispensable bordura, inherente á
las armas de los Borbones españoles é italianos, á los de España, de Ñapó-
les y Parma, á todos los descendientes de Felipe V; que no se trata de de-
talle insigniñcante y desprovisto de valor, puesto que la Heráldica es, en
resumen, un lenguaje, y la supresión caprichosa del menor signo en un es-
cudo equivale sencillamente á la supresión de una palabra en una oración,
á la que priva de sentido, dejando al que la lee imposibilitado de su exacta
interpretación é inteligencia. Todavía en Europa se estudian y se saben estas
cosas, y todo el mundo se extrañará de que la Casa de España, nada menos
que en el Panteón de sus Infantes, y en el Panteón de El-Escorial, desco-
nozca sus propias armas, y se atribuya, más ó menos involuntariamente,
las que no le tocan. La brisura en las familias de origen francés merece el
mayor respeto y ha de conservarse con el cuidado que corresponde.
En cambio, desde que la Casa Reinante de España organizó y constituyó
las armas que usa, hace ya doscientos años, y en que combinó acertada-
mente, con la representación de los Estados que poseía, ó á que creía tener
derechos, sobre el todo el distintivo especial de la propia raza, yo no he
visto más distinción en ellas que las que naturalmente constituyen las dos
grandes ramas salidas de la española: la Real de Ñapóles, ó de las Dos Si-
cilias, y la Ducal de Parma. Nunca he visto que usaran nuestros Infantes
españoles brisura alguna, y no puedo comprender el porqué de atribuirles,
tan pronto la estrella de azur en franco-cuartel de oro, tan pronto el lambel
de gules sobre lo mismo, tan pronto el franco-cuartel de plata, cargado de la
media luna de gules. Los mismos hijos de la Reina Doña Isabel II, hermanos
de nuestra Infanta Doña Isabel, aparecen en el Panteón con las armas brisa-
das del cantón de armiño, cargado de la luneta de gules, que tampoco creo
hayan usado jamás estas Augustas Personas— al menos yo no lo he visto
nunca—, sino simplemente las armas Reales que todos conocemos. ¿De dónde
proviene el que aparezca semejante derroche de la brisura, en España tan
poco frecuente, en monumento tan absolutamente español como son los
Panteones de El-Escorial? Á mí me parece, salvo mejor opinión ó prueba en
contrario— que dispuesto me hallo á proclamar mi error si es que lo cometo
en estas observaciones que aquí formulo,— inspirado todo eso, más que en el
exacto conocimiento de la parte histórica y de los usos y costumbres de
nuestra Familia Real, en algún libro francés, leído sin grande preparación y
aprovechado sin bastante criterio.
148
y de Genealogía Española.
Nada de eso, á mi entender, es español, y todo ello huelga perfecta-
mente sobre el sepulcro de Príncipes españoles, pues á la vista salta que no
debe aplicarse en Heráldica á los muertos otras armas que las que usaron
siendo vivos.
Y porque no quiero abusar de su fina condescendencia haciéndole pro-
longar esta lectura, y cansándolo en demasía con ella, termino aquí, rogán-
dole que me perdone, en gracia de los móviles que me han sugerido estos
renglones: mi escrupuloso cuidado de la verdad histórica y heráldica, mi
respetuoso amor á la Casa Reinante y el deseo de que la cultura española
brille siempre tan alta como es debido, máxime en un monumento de fama
universal, cual el Real Monasterio de San Lorenzo, y en el Panteón de los
Infantes de España, que son, sin duda, con los Príncipes franceses de su
mismo origen, los más ilustres de la tierra.
Estas ligeras indicaciones no van poco ni mucho contra la buena memo-
ria del entendido y concienzudo arquitecto que dirigiera los trabajos que se
ejecutaron para la traslación al nuevo, desde el Panteón antiguo, de los
cadáveres de las Personas Reales, quien de seguro consultó á cuantos por
entonces pudieran ¡lustrarlo con su consejo, pero que no había de encon-
trar otros que los que estaban en el caso de suministrarle los conocimientos
de aquella época, quizás para estos estudios la más lamentable en toda
nuestra larga vida nacional. Pero, ya que todo esto ha cambiado, y hoy
sabemos lo que esa generación, olvidada de los buenos maestros, formada
toda con la lectura del Berni, y que tuvo en la obra de Burgos la más alta
expresión de su ciencia, ignoró de fijo, aun teniendo más cercanos los ex-
celentes trabajos de Garma y de Aviles, enmendemos lo que de enmendar
sea, sin que nada nos parezca para la enmienda pequeño ni pueril. La justa
gloria de restablecerlo todo en el orden y en la exactitud parece estar re-
servada á quien, como usted, tiene hecha ya descripción tan importante y
tan completa del Monasterio insigne y de cuanto con él se relaciona, de la
que no es más que una parte lo ya afortunadamente publicado, con el aplauso
de todos sabido y con cuyos ecos no quiero aquí mortificar su conocida
modestia. Enmendando los pequeños errores— pequeños tienen que ser para
que se hayan escapado á la inteligente buena voluntad de los predecesores
de usted,— se va, en lo que es posible, á la perfección con que todos soña-
mos, aunque sea tan difícil el verla en cualquiera disciplina realizada.
MH y mil perdones, y créame siempre su más atento y afectísimo
amigo, q. b. s. m.,
F. Fernández de Béthencourt,
de la Real Academia de la Historia.
25 Abril 1912.
149
Revista de Historia
Notas sobre la batalla de las Navas.
(CONCLUSIÓN)
No faltó, sin embargo, en lo antiguo quien, separándose en este punto
de la corriente iniciada entre los cronistas por Duarte Núñez, al afirmar la
ausencia de Portugal en la Cruzada iniciada por el Rey de Castilla, consig-
nara terminantemente el envío por parte del lusitano de socorro importan-
tísimo de hombres de guerra á la memorable expedición. Fray Antonio
Brandaón consignó el hecho, usando las palabras que acabo de subrayar y
señaló también, en justificación de la ausencia del Monarca, lo muy turbada
que á la sazón estaba la tierra portuguesa.
En cuánto se ha de apreciar, respecto al número de combatientes este
socorro importantísimo, cuestión es directamente relacionada con otra de
carácter harto más general é importante como es el cálculo racional de lo
que por aquellos tiempos, y aun durante toda la Edad Media española, se
consideraba como un ejército numeroso.
Hasta no ha mucho se mantuvo por nuestros historiadores la creencia,
basada en los dichos hiperbólicos de los cronistas, de que los reyes y cau-
dillos, tanto cristianos como infieles, comandaron en las campañas de la
reconquista grandísimos núcleos de tropas, verdaderos ejércitos dejerjes
que hubieron de sumir en sus ondas vivientes los territorios y ciudades, y
de producir al encontrarse en batalla estruendosas hecatombes.
Hoy la crítica rechaza estos supuestos, reduciendo, en la inmensa mayoría
de los casos, las muchedumbres inmensas de que nos hablan las crónicas
á lo que hoy llamaríamos columnas de 2, 5, 10 ó 20.000 combatientes.
Aparte de la documentación de los Concejos y otros testimonios escritos
que no dejan lugar á duda, la escasa población de la Península, la imposi-
bilidad de alimentar en tierra pobre los supuestos centenares de millares
de hombres, la total devastación y ruina que, dada la manera de hacer la
150
y de Genealogía Española.
guerra en aquellos siglos, hubiera supuesto el paso por campos y ciudades
de tamañas avalanchas humanas y otras consideraciones no menos convin-
centes, inducen á tener por fantásticas las cifras hasta hace poco juzgadas
verosímiles.
El buen sentido de Garibay redujo, por lo que hace á la Cruzada contra
los almohades, á número relativamente pequeño los combatientes caste-
llanos. «El mismo rey D.Alonso— escribió— congrego catorce mil de caballo
sin muy mucha infantería y sin las gentes de Navarra y algunos de Por-
tugal.^
Pedro Comich dice, que el Rey de Aragón trajo 3.500 de á caballo y
20.000 peones, añadiendo que de éstos, la mitad eran aragoneses y la otra
mitad catalanes, y de los caballeros, 500 solamente de Aragón y 3.000 de
Cataluña y feudos ultrapirenaicos.
Don Alfonso VIH, en su carta al Papa dice, sin embargo: «Inde proce-
dentes pervenimus ad Salvamterram; ibique pervenerunt ad nos Rex Ara-
gonum qui de sais hominibus non duxit in exercitum nisi tantum milites
generosos et Rex Navarrce, qui similiter vix fuit in exercitu de suis plus-
quam ducentis militibus comitatus.»
De cuyas palabras se deduce que las fuerzas aportadas por Aragón y
Navarra consistieron en sólo caballeros, acompañados, claro está, según
uso de la época, de sus escuderos, pajes y mesnadas. Por ser muchos los
señores feudatarios del Rey de Aragón, pudo constituir éste una ala entera
en la formación que se adoptó para ofrecer la batalla á los infieles y por
ser poco más de 200 los que comandaba D. Sancho de Navarra se le agre-
garon para formar el ala derecha los Concejos de Segovia, Avila y Medina.
Las crónicas árabes no exageran menos que los cristianos el número de
combatientes de una y otra parte. Es común en ellas comparar los ejércitos
enemigos á nubes de langostas que obscurecen el sol y cubren al pararse
cuanta tierra es dable divisar desde las alturas. Respecto á la batalla á que
me vengo refiriendo, tanto Abdel-Halim en su Historia de Fez como Ali-
ben-Muhamed, ponderan hasta lo inverosímil el número de combatientes.
Tocante á los sarracenos, dicen ambos que el Miramamolín reunió para esta
empresa tanta muchedumbre de Caballería y de Infantería como nunca otro
Rey hubiera congregado, pues iban en su ejército 160.000 voluntarios,
entre caballeros y peones y 300.000 soldados de tropas almohades, zenetes
y alárabes. A seguida aseguran que de toda esta muchedumbre no se salvó
nadie, excepto Aunasir y un caballero que le prestó su cabalgadura, con lo
cual se ve lo disparatada de la enumeración, no habiendo tiempo material
en unas cuantas horas para que los cristianos acabasen con tanta gente,
151
Revista de Historia
aunque la supusiésemos indefensa y parada. En cuanto á las bajas del ejér-
cito cruzado nada dicen estos cronistas ni tampoco los códices arábigos
que se guardan en la Biblioteca escurialense.
Cabe, pues, suponer que un contingente de 500 á 1.000 hombres portu-
gueses, bastase para que este auxilio se apellidase importantísimo por
Brandaón.
En cuanto á los caballeros, subditos del Rey de León, que de modo indi-
vidual concurrieron á la gloriosa empresa, muchas son las memorias anti-
guas que han conservado sus nombres y la mayor parte fueron recogidas
por Gándara. En las relaciones de la época á que me vengo refiriendo se
citan también dos ricos hombres que aun cuando con el Rey de Aragón
vinieron, como vasallos suyos, eran originarios de Galicia, D. García Romeo
y D. Aznar Pardo.
Era el primero nieto de D. García Roméu, hijo á su vez de D. Vasco
Roméu, Señor de esta casa y solar, junto á la villa de Noya. Este D. García
Roméu había pasado á Aragón y fundado una importantísima h'nea de su
apellido. Su nieto mandó en las Navas la vanguardia del ala izquierda, enco-
mendada al Monarca aragonés, y antes hizo en compañía de D. Aznar Pardo
el reconocimiento del paso de la sierra, cuando el pastor se presentó á los
cristianos para señalarles el camino. Ambos hechos atestigua en su crónica
el arzobispo D. Rodrigo y fueron recogidos por la llamada de Alfonso
el Sabio.
Don Vasco Roméu, tío de D. García, como hijo que fué de D. Paio
Roméu, hermano del D. García, que pasó á Aragón, se halló también en la
batalla con los criados y escuderos de su solar. Dicen memorias antiguas,
que por este hecho de armas y el de Baeza, al que también concurrió,
adoptó por armas la cruz de gules flordelisada y la bordura de la misma
cargada de ocho sotueres de oro (1).
Don García Romero también parece que modificó su blasón en memoria
del triunfo de las Navas. Mosén Jaime Febrer, en las trovas que compuso
referentes á la batalla, dice hablando de él:
«Richom d'Arago tres tibons de foch,
es Garci Romeu declarant, con deu,
que porta en l'escut la fet qu'en les Naves
n roquet de b!au, la memoria trau
sobre camp dauat, cremant ab son pare
é ayadelx, con ven, la palench del Moro:
(1) La bordura y los sotueres, llamados cruces de San Andrés, fueron signos gene-
ralmente adoptados por cuantos caballeros se hallaron en la toma de Baeza.
152
y de Genealogía Española.
contra vostran gust lo desafia
disgustat lo viu, ab cólera gran;
perqué li fet traure mes lo Rey li diu:
contra son decoro Non sent nostra tenda,
de sa tenda un home: non y ha desafiu.»
é aixi fet un toro
Los Últimos versos aluden al lance acaecido á este famoso ricohombre
en el sitio de Játiba, cuando tan gravemente se ofendió de que por mandato
de D. Jaime el Conquistador sacasen de su tienda á un soldado que, luego
de matar á otro en presencia del Rey, se había refugiado en ella.
Don Aznar Pardo, asimismo originario de Galicia(de los Pardos de Cela)
y como D. García Romero al servicio del rey de Aragón, se distinguió tanto
en la Cruzada que el Arzobispo, la Crónica general, y después los historia-
dores y analistas consignan de modo especial su intervención.
También Jaime Febrer le dedicó una trova en que se dice:
. . . é por esta acció
los tres bastons verts
qu'en l'escut tenía
encesos los possen
desde aquest día
los seus descendents
com á nou blasó
é la qu'es de la casta
verdader Baró.
Menciona asimismo D. Rodrigo Jiménez de Rada á dos hermanos del
linaje de Osorio, llamados Gonzalo Ruiz y Rui Pérez de Villalobos. Fueron
hijos de D. Osorio Martínez, nietos de D. Martín Osorio y bisnietos de don
Pedro Osorio, que de Galicia fué á establecerse á León.
Gándara consignó á D. Fernán Gutiérrez de Castro, de la gran Casa de
Lemos, como asistente á la batalla de las Navas. No aparece así en el nobi-
lario del conde D. Pedro, en el que se hace el elogio de este caballero, Alfé-
rez mayor del rey de León, D. Alfonso IX. Esta dignidad hace suponer que
más bien estaría unido á un soberano cuya actitud fué tan diferente á la que
era de esperar de un príncipe español. Por otra parte, es muy posible que
por aquellos años estuviese en África, adonde pasó muy mozo, como el
mismo Conde escribió. Quizá se le confundió con su cuñado D. Suero Téllez
de Meneses, marido de D."* Sancha Gutiérrez de Castro, el cual consta
hallóse en la Cruzada.
De la Casa de Camaño, una de las más antiguas de Galicia, se encon-
traron en las Navas Fernán García, señor de la Casa, y su hermano Rui Gar-
cía, hijos de D. Sancho García de Camaño, el que se halló en la empresa
153 11
Revista de Historia
de Almería como capitán de la nobleza gallega, bajo la conducta de don
Fernán Pérez de Tava. El Arzobispo los nombra en su relación y consigna
el hecho de haber sido uno de estos caballeros (Fernán García) el que de-
tuvo al Rey de Castilla cuando, creyendo éste perdida la batalla, quiso arro-
jarse á morir entre los moros. Rui García de Camaño casó en Castilla y fué
el tronco de la familia de Camacho en Andalucía.
Fué también á la Cruzada Diego López de Lemos, noveno señor de esta
Casa, hermano del Maestre de Santiago D. Sancho Fernández de Lemos, el
muerto en Alarcos, é hijo de Alonso López de Lemos y de D."* Mayor de
Novoa. De éstos procedieron los condes de Amarante.
De la Casa de Maceda, de Limia, aparece como caballero cruzado don
Suero Yáñez de Novoa, hermano del Comendador de Calatrava y luego
Maestre de esta Orden, D, Gonzalo Yáñez de Novoa.
Del linaje de Valladares, D. Suero Pérez, señor de Valladares, á quien
dice el conde D. Pedro armó caballero el Maestre de Calatrava que acabo
de nombrar; casó con D.^ Estefanía Ponce de Babón.
De los Taveras, progenitores de los antiguos marqueses de Malagón,
Gonzalo Páez Tavera, hermano de Rui Páez Tavera, á quien mató el conde
D. Enrique de Lara.
De los Limas, los dos hermanos Juan Fernández y Rui Fernández, lla-
mado este Cadorniz, de quien desciende el linaje de Cadórniga. Fueron
hijos de Fernando Arias y de D.^ Teresa Bermuis, hija del conde D. Bermuis
de Trava y de D."* Teresa Enríquez, hermana ésta del rey de Portugal don
Alonso Enríquez.
Según el conde D. Pedro, se halló en la batalla de las Navas, como cru-
zado, Fernán Pérez Várela, llamado el del Capelo, perteneciente á la anti-
gua familia de su apellido en el reino de Galicia.
También concurrieron, según Gándara que vio diplomas muy antiguos
que lo acreditaban, D. Diego Gómez Messia, ricohombre; Rodrigo Salgado,
D. Sancho Román de Lugo, asimismo ricohombre de León y Montero Mayor
de este Reino; el conde D. Rodrigo Froila, al que también cita Argote; Juan
Raimúndez de Figueroa, hijo de Gonzalo Pérez de Figueroa, Alférez del Em-
perador D. Alfonso; D. Per Arias de Saavedra, ricohombre y Mayordomo
de D. Fernando II de León, y su hijo D. Fernán Pérez de Saavedra.
Los caballeros portugueses de que nos quedan memorias fidedignas
como concurrentes á la gran expedición guerrera promovida por D. Alfon-
so VIII, son muchos y dignos de enumeración menos concisa, por lo que
formarán eñ capítulo aparte.
J. Argamasilla de la Cerda.
154
y de Genealogía Española.
CRÓNICA BIBLIOGRÁFICA
GABRIEL MAURA GAMAZO
Carlos II y su Corte.— Tomo I, 1661-1669.— Madrid, 1911. (26 por 18
centímetros.— 656 páginas. Portada-dedicatoria, grabada por Vaquer, y
otros 15 grabados, heclios en los talleres del Instituto Geográfico.— Sec-
ción de Artes Gráficas).
«Quien te dice que no tiene política, escribió monseñor Pie, es un tuno
que la tiene mala y que te quiere pervertir», por lo que nadie que se estime
en algo y entienda de estas cosas incurrirá en la vulgaridad de creer es
posible sustraerse á lo que se llama la influencia del medio y á la obliga-
ción de sobreponerse á él y dominarlo, para evitar el trastorno que supone
sea dominado el nacido para dominar.
Con la sinceridad del caballero y la gallardía de quien sabe lo que
quiere y quiere lo que debe querer, manifiesta el señor Conde de la Mortera
en las páginas que siguen á la dedicatoria al Jefe del Estado la razón de la
obra, el propósito que le anima, y dirige sus trabajos, iluminando sus vigi-
lias, ó sea un fin poliüco, en la acepción más noble de este desacreditado
vocablo, porque es labor política, de higiene y terapéutica social escribir
nuestra Historia, documentada, leal, imparcialmente. (Pág. 7.)
Ya el clásico Rivadeneira, en su áureo Tratado contra lo que Nicolás
Machiavelo y los políticos deste tiempo enseñan, decía que «los políticos
son amigos fingidos y enemigos verdaderos y domésticos, que con beso de
falsa paz matan como Judas, y vestidos de piel de oveja, despedazan
como lobos el ganado del Señor, y con nombre y máscara de católicos
arrancan, destruyen y arruinan la fe católica», contribuyendo no poco, á
pesar del generoso esfuerzo de Gracián, tan equivocado concepto del arte
ó prudencia de regir los Estados á su menosprecio y al de la ciencia en
que se funda, y que muestra «las verdades y máximas cuya aplicación al
155
Revista de Historia
régimen de los pueblos los hace verdaderamente felices», magna empresa
á cuya realización vivimos todos obligados, pues, como declaró el gran
Inocencio III, ab ómnibus, quod omnes tangit, aprobari debet.
No merecería la Historia ser llamada maestra de la vida y constituir su
cultivo apropiada ocupación de grandes señores, si careciera de lo que
magnifica todo trabajo humano, el fin altísimo á que se encamina, principio
y fundamento de sus libres determinaciones.
Pasaron aquellas hipócritas teorías del arte por el arte, la ciencia por la
ciencia, el derecho por el derecho, destinadas sólo al impío intento de negar
la concepción teleológica de la vida y de todo lo humano, convirtiendo en
fines los que son simples medios, impidiendo los vuelos generosos del espí-
ritu, burlándose de los que, como el Sr. Maura Gamazo, atentos á la voz
escuchada por el Lisardo de El desengaño en un sueño, hacen labor diaria,
continua, incesante, amplia, íntegra, común, duradera, porque en el mismo
mundo, aquí, de tejas abajo, hay más que las miseriucas de los partidos y
las concupiscencias desordenadas de quienes los forman.
Nada ha omitido el señor Conde de la Mortera para que su obra resulte
digna del propósito y del nombre que honra. Preparado convenientemente
por la lectura y la reflexión, sirviéndose de los poderosos recursos de que
puede disponer, prodigando desvelos y sacrificios, lo que modestamente
llama Ensayo de reconstrucción biográfica será, más que el bien dispuesto
aparato, la base firmísima sobre la que se levante el majestuoso edificio de
nuestra Historia nacional, en uno de los períodos más educadores de ellas;
que no hay lecciones como las que por mano de la tribulación se reciben.
Quince capítulos comprende este primer tomo. Sus epígrafes maniñes-
tan con la claridad que resplandece en toda la obra el contenido de cada
uno de ellos, facilitando su estudio la enumeración que se hace en el índice
de las materias principales que abrazan y la bibliografía ó fuentes, digno
remate de cada uno de ellos. Todos llevan el sello de la modestia engran-
decedora de la obra limitada á biografiar. El nacimiento; El bautizo; La
crianza; La muerte de Felipe IV; La Junta de Gobierno; Don Juan José de
Austria; Nitor, consejero de Estado; Don Juan en la oposición; Nitar,
inquisidor general; El Rey, la Corte; El garrote de Mallada; Don Juan
fugitivo; Don Juan rebelde; Don Juan faccioso; La calda de Nitard, son
los sugestivos epígrafes de otras tantas magistrales monografías, verdade-
ros cuadros á lo Velázquez, que nos hacen ver á vista de ojos lo que fue-
ron el último vastago de la Dinastía austríaca, sus áulicos y las personas y
cosas que los rodeaban, ejerciendo la mutua y recíproca acción de influir
y ser influidos.
156
y de Genealogía Española.
Después de estos 15 capítulos, que ocupan desde la pág. 21 á la 450,
enriquecen el libro cinco apéndices, impresos en tipo menor, en los que se
insertan documentos, en su mayoría inéditos, de importancia todos y de
singular rareza bibliográfica algunos.
No consiente la estrechez de esta nota transcribir algunas de las frases
reveladoras del hondo pensar y castizo decir de D. Gabriel Maura, en quien
parecen revivir las plumas de Mendoza ó Saavedra Fajardo. Bien se ve
cuánto gusta de la expresión conceptuosa, jamás culterana, del autor del
Criticón, el Político y El comulgatorio.
Grato es leer se comienza la tarea «mediante el auxilio de Dios y para
servicio de la patria», que se lamentan «los vestigios de la mentalidad pro-
gresista» y los daños causados por «la astucia de los perversos con la necia
comphcidad de los buenos.»
Tal vez encuentre alguien poco clárala frase de que durante el siglo XVIII
«fraguó la nacionalidad española» ;'pero nadie discutirá la exactitud de lo que
puede calificarse de axioma histórico: «Nación que no conoce su pasado
vive en constante incertidumbre, porque perdura y cunde la peste del pro-
gresismo», desconocedora de aquella verdad proclamada por Herculano de
que no hay progreso sin tradición, porque toda fuerza dinámica ha de
apoyarse en una fuerza estática. Tanto más adelantamos y con mayor segu-
ridad levantamos un pie cuanto es más firme y fija la base en que descansa
el otro. Lo que hoy se nos ofrece como profundos descubrimientos de la
ciencia novísima, los dos elementos ideal y real, que integran toda vida
humana, según Ihering y Carie, por ejemplo, no son más que las manifes-
taciones de los dos componentes humanos, hijos de los dos órdenes irre-
ductibles del espíritu y de la materia fundidos por el soplo divino de lo
sobrenatural.
Esto, que— importa decirlo y repetirlo— es lo que magnifica al hombre
y á sus cbras, ha dictado los trozos más valientes de la obra del Sr. Maura,
entre los cuales no considero lícito dejar de citar los referentes á la muerte
de Felipe IV, á la educación del Príncipe, á las condiciones de los gober-
nantes. Véase de qué magistral modo refiere la muerte del padre de Car-
los II:
«A las cuatro y cuarto de la madrugada del jueves 17 de Septiembre
de 1665, desligado de toda pompa mundanal y aun de todo afecto terreno,
con majestuosa serenidad y devota resignación, entregó su alma al Rey de
la gloria, el que fué un día, mayor entre los Monarcas del orbe, y rescató
equivocaciones de Soberano y fiaquezas de humana criatura con nobles
virtudes de español, cristiano y caballero.» (Pág. 114).
157
Revista de Historia
En ese mismo mes, cuatro días y sesenta y siete años antes, había
muerto, también cristianamente, su abuelo Felipe II, arrepintiéndose de lo
que hizo en Aragón, según nos decía varias veces mi inolvidable maestro
D. Vicente de la Fuente, más historiador que su homónimo D. Modesto.
Resplandecen atractivas cualidades en el libro del Sr. Maura, la cons-
tancia, perseverancia mejor dicho, «suprema virtud del estadista», el buen
gusto seleccionador y la piedad, el amor filiales. Ni una sola vez nómbrase
al padre, tan justamente querido como admirado, pero experiméntase en
todas las páginas el bienhechor amparo de su sombra y el debido acata-
miento á su mérito, que ha obtenido ya «en breve tiempo, los tres ascensos
de la gloriosa y áspera carrera: la injuria, la calumnia y el atentado perso-
nal». (Pág. 212.)
Una pincelada bástale al Sr. Conde de la Mortera para pintar la triste
situación á que había llegado el concepto de la Realeza, para quien más
exacto debiera tenerle. Compárese la imprudente frase de Carlos II: «Los
Reyes tienen á sus vasallos, no por amigos, sino por servidores», con la de
Alfonso el Benigno: «Reina, el nuestro pueblo es libre... nuestros subditos
nos tienen reverencia como á Señor, y nos tenemos á ellos como buenos
vasallos y compañeros.»
Y es que en aquellos tiempos de la Monarquía Cristiana, reconociendo
el derecho divino de los Reyes pudo escribir Petrarca: El buen Rey, servi-
dor es del público. Pensamiento que desarrollado y extendido por Bossuet
á toda superioridad, cristalizó en este generoso aforismo: Los ricos no tenéis
entrada en la Iglesia sino en vuestra calidad de servidores de lospobres.^
Esperando tener pronto la complacencia singularísima de anunciar el
nuevo tomo de Carlos Segundo y su Corte, acepte su autor nuestras felici-
taciones por su nobilísima empresa, en la que le deseamos los lauros que
merece.
El Conde de Doña-Marina.
Marzo 1912.
158
V de Genealogía Español".
MAESTMNZÁS DE CABALLEfitA SÜPffllDAS
(CONCLUSIÓN)
Maestranza de Antequera.— La historia de la Maestranza de Ante-
quera está perfectamente delineada en un curioso manuscrito tratando de
ella, cuyo original se conserva en los archivos del Ministerio de la Guerra,
y del cual he tomado todos los datos que voy á transcribir (1).
La ciudad de Antequera tenía gran empeño en tener una Cofradía ó
Maestranza, bien creándola ó renovando para esto la antigua Real Cédula
de Felipe II, de 6 de Septiembre de 1572, refrendada de Juan Vázquez, que
la ciudad tenía en su archivo y en la que se probaba lo antiguo que era en
Antequera la práctica délos ejercicios de caballería, entre los que se distin-
guían los que ellos llamaban follas y que ya se conocían allí desde la con-
quista de la ciudad; también encerraba el archivo dicho dos Reales Provi-
siones, una de 1571 y otra de 1575, por las cuales se mandaban absolver
de las censuras eclesiásticas á los caballeros de Antequera que en los días
festivos de San Juan Bautista y de la Asunción habían lidiado toros y ocu-
padóse en otros festejos, lo que nos viene á probar, que si era nuevo el
nombre de Maestranza, no lo eran así los ejercicios que ésta venía á esta-
blecer, pues ya se ve que se usaban desde muy antiguo por la nobleza
de la ciudad. Estos ejercicios estaban completamente olvidados, principal-
mente por la negligencia de los nobles, por lo que, como dice el manucristo
de referencia, «compadecidos algunos caballeros procuran desterrar una
(I) Reglas | de la Maestranza de la muy noble y muy | Leal ciudad de | Antequera,
dirigida con estatutos á el más gallardo \ acierto, que asegura en el patrocinio | de María
Santísima y soberana Princesa | con el glorioso apellido de \ Los Remedios, i patrono
esclarecida de esta ilustre Re \ pública. Y aora por elección de los más | generosos y
nobles Individuos, Maestra, \ Protectora de vizarros intentos, \ Para gloria de Dios, Lustre
de la Ciudad | Blasón de la Nobleza.
159
Revista de Historia
tan vergonzosa como torpe desidia, afrenta del honor y lunar -ofensivo de
la nobleza.»
Los caballeros que con más empeño procuraron conseguir la reorgani-
zación de la Maestranza, fueron los Sres. D. Diego Chacón y Rojas y su
hijo D.Juan (1), que presentaron un memorial al rey D. Felipe V en que
representaban «curf/z conforme á las leyes de la milicia, cuan decente al
estado de los nobles, el loable ejercicio de los caballos que en esta Maes-
tranza como escuela de Marte se aprendía, no tanto con las reglas cuanto
con la experiencia, sirviendo de incentivo la emulación y de espuela el
honor.»
Llegado á manos del rey D. Felipe V el memorial presentado por los
dos caballeros mencionados, mereció del Soberano esta benigna respuesta:
«Por parte de D. Diego Chacón de Roxas, D. Juan Chacón de Roxas y
otros caualleros de esa Ziudad, se representó que en ella auía la costumbre
nmemorial de Varias fiestas, que daban principio el día de S/ S." Juan,
y S."" S." Pedro, y proseguían todos los domingos, hasta el mes de No-
viembre que empezaban las lluvias, que estas fiestas se llamaban Follas, y
que se reducían á diferentes manejos á Cauallo á la Gineta, y Brida, de
Cañas, Alcancías, Escaramuzas, Cabezas, Sortija, y estafermos en que no
sólo se exercitaban los Cauallos, sino todos los Caualleros en el manejo de
las Armas, y escuela de Cauallos con la qual estaban promptos, para servir
á S. Mag.'i como lo executaron el año de 1702 quando los Ingleses tomaron
(1) Era D. Diego Chacón y Rojas, de las familias más nobles y distinguidas de Ante-
quera, cabeza de bando ó linaje en oposición á la de Narváez que llevaba la voz del bando
contrario.
Don Diego era; hijo de D. Juan Félix Chacón y Rojas y de D.^ Juana Merino, hija de
D. Cristóbal Merino y D.^ Leonor Delgado Téllez; nieto de D. Diego Chacón de Rojas
y de D.^ Ana Hurtado de Mendoza, hija de D. Gabriel Hurtado de Mendoza y D.^ Ana
Malpica; bisnieto de D. Francisco Chacón, casado con D.^ Elvira de Torres, hija de Pedro
Ruiz Franco y D.^ María de Torres: tercer nieto de D. Fernando Chacón de Rojas, casado
con D.* Mayor de Trujillo, hija del Jurado de Antequera Francisco Salido de Alcoba y
de D.^ María Duran; cuarto nieto de Juan Chacón de Padilla, casado con D.^ Inés de Rojas,
hija de Martín de Rojas y de D.* Catalina Téllez; quinto nieto de Hernando Chacón, Al-
guacil mayor y Alférez del pendón de Antequera, casado con D.^ Elvira de Padilla, y
aquél, á su vez, hijo de Gonzalo Chacón, Alférez mayor del pendón Real que acompañó al
Infante D. Fernando de Aragón, tío y tutor del rey D. Juan II de Castilla, á la conquista de
la ciudad de Antequera el año 1410, desde cuya época asentó allí esta familia.
Don Diego Chacón de Rojas, fundador, con su hijo, de la Maestranza de Antequeral
Señor de la Sierra del Codo y de la Padura, estuvo casado con D.^ Francisca Teresa de
Aguilar, hija de D. Antonio de Aguilar Ponce de León y de D.^ Inés Fernández de Henes-
trosa y Aguilar, de estas ilustres Casas de Écija. Don Juan Chacón, hijo de aquél, estuvo
casado con D.^' Catalina de Santisteban y fué padre de D. José, Marqués de Cela, de don
Juan María que sirvió en Guardias españolas y de D.'' Francisca, Marquesa de Caicedo.
160
y de Genealogía Española.
el Puerto de Santa María, y en los años de 704 y 706; que se abisitaron á
Málaga, lo que no pudieran auer hecho de no estar exercitados en estos
exercicios y tener caballos pronttos, y que auiendo su Mag.^* mandado
prohibir el uso de pistolas, auiendo cesado por esta razón los expresados
manejos de que resultaba no haber sujetos práctticos, y perderse la afición
á la cría de cauallos lo que su Mag.^ por repetidas órdenes modernas tiene
mandado se cuide, á fin de conseguir su aumento y conservación y que para
que en esa Ziudad pudiese aver abundancia de ellos, y estar exercittados,
y pronttos no sólo para qualesquier urjencias del Real servicio, así de Guerra,
como de fiestas reales y los Caualleros, y sus Hixos en el manejo de las
armas, suplicaron se sirbiese concederles el uso de las pistolas, quando
salgan á cauallo; Y enterado el Rey de todo lo referido y de lo demás que
la Junta de Caballería del Reino pasó en su real noticia; por resolución á
consulta de ella de 5 de Octtubre del año próximo pasado á benido su MagA
en conzeder lizencia al referido D. Diego Chacón de Roxas, D.Juan Chacón
de Roxas, y á otros Caualleros de esa Ziudad para que lleven pistolas de
argón á cauallo quando balan á hacer los exercicios con la calidad de que
sólo sea y se entienda para el acto de los mismos exercicios y con decla-
ración de que siempre, que qualquier de estos caualleros y de los que se
recibieren para estas funciones de plaza llamadas Follas fuere á cauallo en
su trage natural de Cauallero, sin revoso por la calle á paseo público, se
entienda y deba entender como acto de este exercicio, sin que pueda ser
reparo el si rodea ó no para ir á sus funciones y picaderos en la misma
conformidad que se sirbió su Mag.^ concederlo á las hermandades de la
Maestranza de las ziudades de Seuilla y Granada, de cuia Real deliberación
participo á V. S. de acuerdo de la Junta á fin de que enterado de ella, á los
mencionados Caualleros no se retarde, poner en práctica este noble exer-
cicio, como lo espera la Junta de su celo, por lo importante que es á la
buena enseñanza de la jubentud y restauración de la cría y casta de caua-
llos que tan perdida se halla.
»D¡os guarde á V. S. m.» a.s como deseo. Madrid 28 de Henero de 1728. -
Por vacante del Secretario Don Manuel Ign.» Montero. =Señor Don Juan
Pacheco Padilla.»
Llegada á Antequera la satisfactoria Real orden que antecede, se junta-
ron en casa de los Sres. D. Diego y D. Juan Chacón de Rojas, promovedo-
res de la Maestranza, todos los principales caballeros de la ciudad, y
habiéndose leído públicamente ante el corregidor D. Juan Pacheco de Padi-
lla, caballero de la Orden de Alcántara, le suplicaron la hiciese cumplir y
observar. El citado manuscrito nos da noticia de todos los caballeros que
asistieron á tan solemne acto, y que suponemos serian los primeros Maes-
trantes; fueron los siguientes: D. Juan de Gálvez y Segura, D. Antonio de
Gálvez y Aguilar, D. Martín Serón y Mancha, D. Francisco Tomás de San-
ie 1 12
Revista de Historia
tisteban Alarcón, D. Juan de Santisteban Alarcón, D. Fernando Santisteban
Alarcón, D. Antonio Mansilla Laso de Castilla, D. Fernando Mansilla Cha-
cón, el Marqués de la Peña de los Enamorados, D. Pedro de Rojas Cha-
cón, D. Francisco de Rojas Chacón, el Conde de Bobadilla, D. Antonio
Chacón Manrique de Lara, el Marqués de Villanueva del Castillo, D. Ramiro
de Barnuevo Chacón y Ponce, el Conde de la Camorra, D. Agustín de San-
tisteban Aguayo, D. Jerónimo de San Vicente y Guzmán, el Marqués del
Vado de los Carretos, D. José Barnuevo Solís, D. Pedro de San Vicente y
Guzmán, D. Lorenzo de Godoy y Rojas, D. Jerónimo de Rojas y Córdoba,
D. José de Mancha y Argote, D. Baltasar de Orive, D. Alonso Duran Soto-
mayor, D. Francisco y D. Pedro Colarte y Aguirre, D. Diego Corona y Ro-
jas, D. Juan y D. Luis de Narváez y Godoy, D. Gaspar Carrillo Orozco, don
Pedro y D. Andrés de Casasola Yedros.
Sometidas las reglas de Hermandad que presentaron los iniciadores á
la crítica de la Junta de Caballería del Reino, el Fiscal de ella, teniendo en
cuenta el informe del Corregidor de Antequera, no las aprobó, ordenando
que se rigiera la Maestranza por las Ordenanzas de la de Sevilla, á excep-
ción de alguno de los capítulos que se dijo á dicho Corregidor podían con-
venir á la de Antequera su implantación. No tenemos más noticias de esta
extinguida Corporación.
Maestranza de Jaén,— En Agosto de 1731, los Sres. Marqués de
Cadimo, caballero de Calatrava; D. Bartolomé y D. Fernando de Gámez,
sus hijos; D. Cristóbal de Vilches, gentilhombre de Cámara de S. M., y don
Antonio de Vilches, su hermano; D. Fernando de Aranda, caballero de Ca-
latrava; D.José y D. Manuel dé Aranda, sus hijos; el Conde de Sevilla la
Nueva; el Conde de Cazalla del Rey y D. Diego Escobedo, su hermano; don
Fernando de Carvajal, señor del Torrejón; D. García Fajardo; D. Antonio
Díaz de Ceballos, caballero de Calatrava; el Vizconde de la villa de los
Villares, caballero de Santiago, y D. Francisco Ceballos, sus hijos, todos
vecinos de Jaén, representaron á S. M. en solicitud de formar hermandad de
Maestranza, y la Junta de Caballería del Reino, á quien pasó, informó fuese
denegada por el corto número de sujetos que, según el presente estado á
que se halla reducida la ciudad de Jaén, no puede resultar de la Maestranza
utilidad alguna... y dará motivos de embarazo con las exenciones que pre-
tenderán sus individuos á titulo de Maestrantes (consulta á S. M. de 20 de
Noviembre de 1732, por los Sres. Arzobispo, Gobernador del Consejo, don
Pablo Villacampa, D. Manuel de Fuentes y D. Tomás Melgarejo).
Maestranza de Utrera.— Utrera también tenía su Maestranza, que
había organizado por entonces, y á fines de Diciembre de 1731, su Hermano
162
y de Genealoffía Española.
mayor D. Benito de Ulloa y Portillo (1) solicitaba la aprobación y privile-
gios análogos á las otras ya aprobabas, y aunque la solicitud pasó, de orden
del Rey, á la Junta de Caballería en 19 de Enero de 1732, parece no fué
tomada en cuenta ni se resolvió nada en el particular.
En esta época, según uno de los documentos oficiales de Maestranzas
que he revisado, sólo se hallaban formadas desde que se estableció la Junta
de Caballería, y á consulta de ella, las de Sevilla, Granada, Antequera y
Carmona.
Maestranza de Jerez de la Frontera.— Como quiera que tengo
propósito de publicar un artículo especial para reseñar todo lo que atañe á
la caballería jerezana, y allí publicaré más al pormenor las noticias que he
hallado de la Maestranza de Jerez, para completar el cuadro de estos insti-
tutos de nobleza diré aquí que la iniciativa de su erección partió de D. Fe-
lipe de Zarzana Spínola, Veinticuatro de su Ayuntamiento, diputado de
fiestas (2) que había sido diferentes años, que pidió la erección de Maes-
tranza, al igual de la de Sevilla, en 12 de Octubre de 1738, y fué ordenada
su formación por decreto de la Junta de Caballería del Reino de 3 de Julio
de 1739, quedando más adelante aprobada la elección hecha por la nobleza
de Jerez para Hermano mayor, en el iniciador, el 2 de Diciembre del mismo,
y por otras disposiciones se les concedió el uso de pistolas para los ejerci-
cios, fiestas de toros y demás privilegios, que obtuvieron las Maestranzas
existentes hasta entonces.
Maestranza de Palma de Mallorca.— También la nobleza mallor-
quína intentó tener su Maestranza de Caballería, estimulada sin duda, por la
de Valencia que acababa de crearse, á cuyo fin se reunieron en 15 de
Mayo de 1758 los Sres. D. Ramón de Puigdorfila, D. Jaime Brondo, don
(1) Don Benito de Ulloa Portillo, alcalde por el estado noble de Utrera y promovedor
de la reconstitución de la Maestranza de ella, era entusiasta de estos ejercicios, distinguién-
dose en el juego de alcancías y manejo de caballos, en competencia con el Marqués de las
Cuevas del Rey. Eran liermanos de aquél, D. Alonso de Ulloa, alguacil mayor de la justicia;
D. Pedro, D. Diego de Ulloa, alcalde por el estado noble, D. Mateo y D. Martin (padre éste
de dos caballeros de Calatrava, D. Benito y D. Pedro de Ulloa), todos hijos de D. Pedro de
Ulloa, que era natural de las Cabezas de San Juan, y casado en Utrera con D.^ Maria de
•Andino, iiija de D. Pedro Andino y Palacios y D.* Antonia de Coria y Castillo, y nietos de
D. Alonso de Ulloa, natural de Sanlúcar de Barrameda, casado con D.=* Ana de la Rosa, que,
viuda, contrajo segundas nupcias con el capitán D. Alonso Álvarez de Bohorques, abuelos
del célebre D. Antonio Álvarez de Bohorques, teniente general de los Reales Ejércitos,
sargento mayor de las Reales Guardias de Corps y comendador de Mohernando en ia
Orden de Santiago.
(2) Director que se nombraba para los manejos que hacía la nobleza en la plaza
del Arenal, en las carnestolendas, ocasiones de festejos reales y de los patronos de la
ciudad.
163
Revista de Historia
Antonio de Salas, D. Gaspar de Villalonga, D. Francisco DesbrulI y Sureda,
el Marqués del Reguer, D. Baltasar Serra y Brondo, D. Tomás Burgués
Zaforteza, el Marqués de Campofranco, D. Ramón de Villalonga y don
Francisco Sureda de San Martí y Cotoner, caballeros naturales y vecinos
de la ciudad de Palma de Mallorca, para establecer con el permiso de
S. M. la Maestranza en este Reino y habilitar la juventud al ejercicio de
montar á caballo é inclinarla y disponerla al servicio del Rey: á cuyo
efecto nombraron á los Sres. D. Gaspar de Villalonga, D. Francisco Des-
brulI, D. Baltasar Serra, D. Francisco Sureda y D. Tomás Burgués Zaforteza
para que en vista de las Constituciones y gobierno de las Maestranzas de
Sevilla y Valencia dispusiesen los medios que les pareciese conveniente
para el gobierno de la de Palma. Una vez hecho el estudio presentaron
unas Ordinaciones de las cuales existe un ejemplar manuscrito en los
Archivos de Guerra (1).
El día 28 de Octubre de 1758 se volvieron á reunir todos los caballeros
arriba expresados y otorgaron poder, ante el escribano José Bernad, á
favor del Sr. D.Juan DespuigyDameto (2), caballero de la ciudad, ausente
de Palma al servicio de S. M., que residía en la Corte, para que pudiese
comparecer ante S. M. ó en el Supremo Consejo Real ú oficina donde
correspondiese, y alli pida, procure, solicite, suplique y consiga de la
Real clemencia el permiso de establecer en este su Reino la Maestranza
como en otras ciudades principales de sus Dominios se hallan estableci-
das. En vista de este amplio poder, el Sr. Despuig presentó la siguiente
instancia á S. M:
(1) Depósito de la Guerra. Archivo — Expedientes antiguos; leg. 37 núm. 7. Sobre el
proyecto de crear una JVlaestranza de Caballería en Palma de Mallorca.
(2) Don Juan Despuig y Dameto, en quien sus paisanos delegaron la Comisión de
gestionar la creación de la Maestranza de Palma de Mallorca, que fué luego Conde de
Montenegro y de Montero y caballero de la Real y distinguida Orden de Carlos III, nació
en Palma y fué bautizado el 24 de Diciembre de 1735, era hijo de D. Ramón Despuig y
Cotoner, coronel de Dragones, caballero de la Orden de Calatrava, y de su sobrina y mujer
D.* Maria Dameto y Sureda, hija de D. Antonio Dameto y Togores y de D.^ María Sureda
de San Martí y Zaforteza; nieto de D. Juan Despuig, gentilhombre de Cámara de S. M. y
de D.^Juana Cotoner y Sureda, hija de D. Francisco Cotoner, caballero de la Orden de
Santiago y de D.* Magdalena Sureda; bisnieto de D. Ramón Despuig, conde de Montene-
gro y de D.^ Melchora Ram de Montoro Martínez de Marcilla, condesa de Montoro, hija
de D. Lorenzo Ram de Montoro Martínez de Marcilla, Lugarteniente y Capitán General
del Reino de Mallorca y de D.^ Magdalena Ram de Montoro y tercer nieto de D. Ramón
Despuig y D.^ Ana de Rocaberti su primera mujer, todos ellos de las principales Casas de
Mallorca y emparentados con su primera nobleza. (A. H. N. Orden de Carlos III, expe-
diente núm. 114.)
164
y de Genealogía Española.
t
Señor.
«D.Juan Despuig y Dameto: Natural del Rey no de Mallorca, como
Apoderado de los electos por los Cavalleros más ancianos de aquel Reyno
para el fin que se expresará adelante, á los R.» P.» de V. M. con el más
profundo rendimiento dise: Que deseando se Instruya y habilite la noble
jubentud Mallorquína, en el Manejo de Caballo, y Armas, para que con
más azertado explendor se pueda emplear en el R.' servicio: acordaron se
formase (si fuese del agrado de V. M.) una esquela, ó Maestranza en la
Ciudad de Palma, Capital de aquel Reyno: á cuyo fin eligieron cinco
Cavalleros naturales para que teniendo presentes las ordenanzas de las de
Sevilla y Valencia dispusieran las más oportunas á las circunstancias del
País; Los quales en Cumplimiento de su encargo formaron las que humil-
demente exponen á los R.s P.s de V. M. y siendo este el medio más propor-
cionado de fomentar en la Juventud el amor á las Armas y de empeñarla
en servicio de el estado, mayormente en las vrgencías de la Guerra.
>SupcoA. V. M. rendidamente en nombre de la Nobleza de la Isla, y
reyno de Mallorca, se digne de concederla su Real Permiso, para la forma-
ción de la Maestranza vajo las Ordenanzas que presentan en lo que no
hubiese yncombeniente; el uso de la Plaza del Borne, para sus funciones
públicas; el del Picadero para el exercicio ordinario; y la Poderosa Pro-
tección de V. M. para su Honor, haumento (sic), y felicidad. Así lo espera
de la Clemencia de V. M. D." Juan Despuig y Dameto.»
Esta solicitud se informó favorablemente por la Junta de Caballería del
Reyno que dijo así:
"D.njuan Despuig y Dameto natural del Reyno de Mallorca. Con
poder original que presenta de diferentes Cavalleros, vecinos de la Ciu.^i de
Palma, Capital de aquel Reyno, solicita el permiso para el extablecimiento
de vna Maestranza de Cavallería, á fin de que instruiéndose su noble
juventud en el manejo de las Armas, y Cavallos, se halle mas proporcio-
nada en las ocasiones que ocurran del servicio de V. M.
*Las Maestranzas de Sevilla y Granada, que tuvieron igual principio,
sirvieron de estímulo á las de Ronda, y Valencia para igual solicitud; en
todas ellas se emplean sus naturales en un laudable exercicio, por cuya
razón se cree el pensamiento de los de Mallorca digno de la protección
de V. M. como solicitan, en cuyo caso se podran arreglar las Ordenanzas,
con todos los Artículos, que deben observar.»
Sin firma y un poco más abajo y al margen: «£"/ Rey viene en ello=».
Las Ordinaciones que se presentaron constan de quince capítulos. El
primero dice que para afianzar el acierto elige por Patrón la Maestranza al
165
Revista de Historia
invicto Mártir de Cristo el Señor San Jorge: cuya cruz (que es roja en campo
blanco) será siempre divisa y sello de la Maestranza. El capítulo segundo
trata de las elecciones, oficios y empleos. El tercero, del Presidente. El
cuarto, del Asistente. El quinto, del Archivero. El sexto, del Director de
fiestas. El séptimo, del Director de Plazas. El octavo, del Tesorero. El
noveno, del Fiscal. El décimo, de los Cuadrilleros. El undécimo, del Secre-
tario. El duodécimo, de la Junta ordinaria. El capitulo trece, de la Junta y
modo de recibimiento. El catorce, de las fiestas y ejercicios. En el capítulo
quince se trata de los uniformes. En todos estos capítulos se disponen,
entre otras cosas, que cada año se obsequiase á su Patrón con una solemne
fiesta: que los Maestrantes deben jurar en manos del Sr. Presidente el
Misterio de la Inmaculada Concepción: que haya tres días de picadero á la
semana: que cada tres meses haya de haber ensayo de correr parejas,
lanzas, sortijas, juegos de cabezas ú otra cualquiera habilidad, el día que le
pareciera al Sr. Presidente: que el día del cumpleaño de S. S. M. M. se
haga una fiesta á caballo en la plaza del Borne; que las Juntas sean' en el
Real convento de S. Francisco de Asís, en la pieza que para ello hay
destinada.
El artículo 8.° del capítulo XIII dispone que «el caballero que desease
entrar de Maestrante debía presentar un memorial, que entregaría al archi-
uero con el escudo con los cuatro cuarteles de sus armas y las fees de bau-
tismo de su padre, madre, cuatro abuelos y la suya»; pero si fuese caballero
de alguna de las cuatro Órdenes militares ó de la de San Juan, le bastaría
presentar un certificado de serlo. El Presidente nombraría varios caballeros
que hiciesen las informaciones, con declaración de testigos conducentes á
averiguar las circunstancias del pretendiente y su familia, no permitiéndose
el ingreso á quien no fuese caballero ó ciudadano militar por sus cuatro
cuartos.
El uniforme que disponían las Ordinaciones para los Maestrantes era el
siguiente: de grana ó paño fino encarnado, casaca y calzón galoneado de
oro, con galón ancho, mosquetero y un pequeño galón al canto; botonadura
y dragona de oro; chupa y vueltas de paño fino blanco, igualmente galo-
neado; sombrero con galón de oro, mosquetero y cucarda encarnada; boti-
nes de cordobán negro, con cadenilla y botón de metal dorado; las espue-
las doradas, con su guardapolvo; tapafundas y mantillas, para los caballos,
de grana ó paño fino encarnado, igualmente galoneado.
Hasta aquí los datos que tenemos nosotros de este serio intento de crear
una Maestranza en Palma de Mallorca; que el proyecto fué bien recibido y
mereció la aprobación de S. M., no nos puede caber duda, visto el informe
166 *
y de Genealogía Española.
más arriba copiado. ¿Cómo no llegó á consolidarse?... No podemos dar una
contestación categórica con los datos que hoy poseemos; quizás más ade-
lante podamos completar este ligero bosquejo de historia de las Maestran-
zas que en su día tuvieron vida ó de aquellas otras que se intentaron crear,
y de las cuales no queda, hoy, más recuerdo que algunos polvorientos
legajos perdidos en el rincón de un Archivo.
Para terminar este ya largo artículo, y como epílogo, diré que en informe
que dio el Consejero de Guerra D. Miguel de Gálvez el 21 de Marzo
de 1786 (1) á una Memoria sobre la decadencia de las castas de caballos,
los medios de restablecerias y las utilidades que resultarían, escrita por don
Pedro Pablo Pomar (que solicitaba licencia para imprimirla y le fué negada
entonces), recomendada al Conde de Floridablanca por la Real Sociedad
Aragonesa, á la que pertenecía aquél, demostraba la poca solidez de la
Memoria, que contenía algunos errores substanciales y la siguiente frase
que nos interesa para este asunto que uno de los medios de promover
la abundancia de caballos seria si se precisase á la Nobleza de el Reino
tuviesen armas y caballos para montar, sobre cuyo pensamiento y de que
se alistasen en Maestranza ó en especie de Milicias montadas, por provin-
cias, hay expediente principiado en el Consejo de Guerra, añadiendo más
adelante que la Sala de Gobierno del Consejo de Guerra había dirigido
hasta entonces este importante ramo, despachando los asuntos con expe-
dientes á modo instructivo en las causas de denuncias, sin permitir pleitos
ni litigios que habían producido muchos males en el tiempo de la delega-
ción, ó sea en el que funcionó la Junta de Caballería del Reino (2). El plan
á que se refiere Gálvez no debió pasar de proyecto, pues no hemos encon-
trado en nuestras investigaciones rastros del mismo; podemos, pues, afir-
mar, casi con seguridad, que no existieron más Maestranzas de Caballería
en el siglo XVIII que las que ligeramente hemos reseñado.
luAN Moreno de Guerra.
(1) Archivo Histórico. Estado, leg. 3.245.
(2) En un Inventario antiguo de papeles del Secretario de la Real Junta de Obras y Bos-
ques (Arch. Hist., Estado, leg. 4.824-1), el legajo núm. 113 se refiere á Xa Junta de Caballería
del Reino.— Su establecimiento y extinción: Ordenanzas con nuevas adiciones. Años 1725
á 1762. Desconocemos hoy el paradero de estos papeles, aunque fuimos á Palacio, donde
presumíamos se hallaran.
167
Revista de Historia
SAN MIGUEL DE F0CE5
CASA-HOSPITAL DE LOS CABALLEROS DE LA ÍNCLITA ORDEN DE SAI JUAN DE JERUSALÉÍÍ
A un kilómetro de Ibieca, pueblo de la provincia de Huesca, y distante
cuatro horas al Este de la capital, está el delicioso valle que aun conserva
el nombre del antiguo castillo y pueblo de Poces que ocupaba su centro.
Poces puede considerarse, sin temor á caer en exageración, como uno
de los sitios más fértiles y pintorescos de aquella comarca aragonesa; donde
la naturaleza ostenta sus galas en las cuatro estaciones del año. Tapizado
el suelo con la diversidad de tonos de sus verdes prados; bordadas sus
márgenes con la variedad de flores silvestres, desde la humilde violeta hasta
el fragante tomillo y espliego de sus tozales y la renombrada salvia de sus
alturas, hace un contraste admirable con las sombras que proyectan las
encinas y olivos, que en artístico desorden se alzan majestuosos, preten-
diendo formar con las negruras de sus sombras fantásticos espectros que
recuerden sus antiguos moradores, marchando en desorden á sembrar el
espanto con su bélico furor...
En el centro de aquel valle álzase aún una peña, sostén que fué un día
de castillo roquero, en torno del cual hubo un pueblo cuyo origen se perdía
en el tiempo de los ilergetes; pueblo que habitado después por los moros,
pasó á ser de nuevo de los cristianos en el reinado de Sancho Ramírez, el
cual lo dio en honor á uno de sus caballeros, que desde entonces se llama-
ron él y sus sucesores los señores de Foces.
Un cielo alegre sirve de rico pabellón á este paraje, cuyos bordes por
el Norte se pierden en las últimas estribaciones del Guara, mientras que á
manera de rico marco le circundan por los restantes puntos cardinales
pequeños cerros que aun conservan los nombres de Peña-mora, Marrotilla,
Tiñaruelos y otros.
168
y de üenealogia Española.
Encuentra ahora el viajero piedras labradas esparcidas por aquellos
campos, que nos hablan de la sólida construcción de aquel castillo, morada
un día de Ortiz de Poces, caballero fidelísimo de Alfonso el Batallador,
quien con otros nobles prestaron juramento de fidelidad en Sariñena al
testamento que hizo en aquella villa el monarca aragonés. De este castillo
salió con su gente en 1205 D. Atho de Poces cuando fué á Jaca acompa-
ñando á su monarca para avistarse éste con el Rey de Inglaterra. En este
castillo descansó el mencionado D. Atho de Poces cuando regresó victo-
rioso en 1211 de la toma de Adamur, Castelsolit y Sertella, en Valencia.
Nos haríamos pesados si nos detuviéramos en ir reseñando los seño-
res de Poces, que desde la apartada mansión de su honor salían con sus
mesnadas á tomar parte muy activa en los acontecimientos de su tiempo;
pero su historia está tan hermanada con la de Aragón y hasta con la de
España, que esto mismo nos dispensa de tan ardua empresa. Aquellos caba-
lleros del escudo bermejo con las cinco hoces de plata en sautor, fueron
muy conocidos en las Navas de Tolosa, en las conquistas de Mallorca y de
Granada y en su fiel adhesión á los reyes aragoneses, en especial á don
Jaime el Conquistador.
Pero hubo un momento que, según la tradición, el Sr. de Poces formó
grupo con los descontentos con el Rey Cogulla, y sus censuras llegaron tam-
bién á la Real Cámara de Ramiro II, por cuanto entre los quince decapitados
para la ejemplar Campana de Huesca se contó á D. Ramón de Poces, siendo
sepultado su acéfalo cadáver juntamente con los de los otros catorce deca-
pitados, en el templo de los Sanjuanistas de Huesca, que estaba próximo al
Palacio Real (1). Esto sucedía el año 1136, y las crónicas de Aragón nos
hablan de que el año 1208 D. Eximino de Poces daba á la Orden militar de
San Juan de Jerusalén el castillo de Poces en que vivía y la villa que estaba
contigua y que llevaba el mismo nombre, cuya donación la hacía para que
dichos caballeros levantaran allí un hospital con su templo en¡ honor de
San Miguel Arcángel, cediéndoles además dicho los derechos que tenía
sobre los pueblos de Coscullano, Loscertales y Huerto, mas las décimas
de Yebra y Villanueva, imponiéndoles la obligación de poner en dicho hos-
pital un comendador y 13 frailes presbíteros, uno de ellos con título de
(1) Al derribarse el citado convento de San Juan de Jerusalén, de Huesca, para hacer la
actual plaza de toros, se destruyeron los sepulcros que contenían los restos de estos caba-
lleros, y se observó que en ninguno estaba el cráneo; de aquellos sepulcros sólo se con-
serva uno convertido en abrevadero en la plaza de lo que fué cuartel de Caballería en
Huesca. La Historia puede estar agradecida del celo que desplegó entonces Huesca por
conservar estos monumentos arqueológicos é históricos.
169
Revista de Historia
Prior, y además les obligaba á que todos los años vistiesen á 13 pobres el
día de San Miguel.
Deteniéndonos á indagar la causa que pudo mover á D. Eximino á hacer
tal concesión, pudo ser el recuerdo de la trágica Campana de Huesca y los
hospitalarios de San Juan dejerusalén que incesantemente rogaban á Dios
al lado de las cenizas de sus antepasados; como pudo ser también un
remedo de la conducta del gran batallador Alfonso, que en su último testa-
mento les dejaba herederos de la tercera parte de su reino.
Es innegable que la ínclita Orden militar de San Juan de Jerusalén en
aquellos tiempos se había captado las simpatías de los Pontífices, de los
Reyes y de los magnates de todos los países; y donde mayor preponderan-
cia tuvo fué en Aragón, desde que Ramón Berenguer hizo en 1141 la famosa
concordia con el Maestre de esta Orden, cediendo el primero á éste, ade-
más de cuanto tenían en Zaragoza, Huesca, Barbastro y Calatayud, un
vasallo de cada ley con sus casas, heredades y tributaciones en cada villa
ó pueblo que se ganase de los moros; y D. Eximino, imitando á sus monar-
cas, se desprendiera de su residencia en favor de los Sanjuanistas, para
perpetuar de esta suerte su memoria. Que esta donación fué de trascenden-
cia suma para los caballeros hospitalarios, salta á la vista con sólo re-
cordar que Poces estaba en el camino que conducía desde Huesca por Alca-
lá (del Obispo) para pasar por Casbas en dirección á Alquezar, donde
podían tener su cuartel general para escoltar á los caminantes, recoger los
enfermos ó heridos que hubiera por dicho camino, ya tender á la seguridad
personal de los habitantes de aquellos contornos.
Al ser cedido, pues, el castillo de Poces, respetáronle los nuevos posee-
dores donde se establecieron, levantando el nuevo edificio á unos cien metros
al Sur, en posesiones que eran propiedad de D. Eximino. Á esto obedece
que la parte Norte del nuevo edificio no contara con fortificación como la
tenían los otros flancos, pues estaba protegida por el castillo, y algunos
ancianos de Ibieca recuerdan aún haber oído decir que se comunicaban
estos dos edificios por un camino subterráneo.
Situado el nuevo edificio en la parte alta del camino que conducía á
Casbas, tenía un doble cuerpo de murallas, defendidos los ángulos por
torres almenadas, que se elevaban á doble altura que las murallas.
El templo, que es lo único que se conserva en pie, ocupaba el centro del
edificio, llegándose á él por dos pasadizos de arco. Al lado izquierdo,
entrando, estaban las habitaciones del Comendador, que se comunicaban
por ancha galería interior con el convento y torre del homenaje, en cuyo
segundo cuerpo estaban las campanas, de pequeñas dimensiones. Al lado
170
y de Genealogía Española.
derecho y dentro de la primera muralla estaba la hospedería, y contiguo á
ésta las otras dependencias que iban rodeando al templo.
De todos estos compartimientos sólo resta la cimentación, y no toda,
por medio de la cual, á fuerza de grandes trabajos y excavaciones, se
puede tener una idea remotísima de lo que fué el suntuoso hospital de
Foces, hoy convertido en esparcidos restos, y no pasará mucho tiempo sin
que, vengan á manera de fúnebre crespón, á cubrir los muros desplomados
de! actual templo, del que nos vamos á ocupar á continuación.
Gregorio García Ciprés.
(Se continuará.)
171
Revista de Historia
Meirias Se los selores Goniles fle Lerii.
Tal es el título de un curioso manuscrito de 60 páginas en 4°, incluido
en el tomo II de Papeles varios, que el benemérito P. José de Moret formó
con el resultado de sus investigaciones
en los archivos de iglesias y monas-
terios de Navarra para levantar el in-
mortal monumento de sus Anales. Cons-
ta de quince capítulos, escrito todo él
de muy buena letra, mejor que la de
Moret, y es de creer que el sabio ana-
lista se sirvió del mismo, ya por la in-
dicada circunstancia de haberlo incluido
entre sus apuntes, ya también porque
en una de sus páginas se nota una co-
rrección hecha de su mano. Aparece
dedicado al Excmo. Sr. D. Antonio
Martín Álvarez de Toledo y Beaumont,
noveno Duque de Alba, décimo Conde
de Lerín, octavo Duque de Huesear,
etc., y trae la fecha de Lerin, 14 de Julio de 1702, sin nombre de autor.
Este último detalle y la confesión que hace en la misma dedicatoria de
haberle sido encomendada por su Mecenas la contaduría de la villa de Alba
de Tormes y más tarde la Alcaldía mayor de la villa y condado de Lerín,
con el encargo de reconocer y arreglar los papeles de su archivo, vienen á
certificarnos que el autor del manuscrito en cuestión fué D. Baltasar de
Lezaun y Andía, quien, por documentos que obran en el archivo de la Cá-
mara de Comptos, consta que poseía los cargos mencionados en la época
de referencia. En la Biblioteca Nacional se halla otro manuscrito del mismo
autor, con el título de Epitome genealógico de los Duques de Alba y Con-
172
Armas de Beaumont.
y de Genealogía Española.
des de Lerin, año 1703, K, 191, que no me ha sido posible comprobar si es
igual á este que publico (1).
En cuanto al fondo del trabajo, como el autor tuvo á su disposición los
documentos del archivo de Lerín, hay que confesar que apuntó con toda
exactitud las fechas y sucesión genealógica de los Condes, confirmando
sus asertos históricos con autores de reconocida autoridad. Es de notar, sin
embargo, que, como protegido de un Conde de Lerín, procuró recalcar
todo lo que cediera en honor de sus biografiados, callando cuanto pudiera
afear su memoria, con perjuicio de la verdad histórica. De manera que si
sólo contáramos con esta fuente para escribir la vida de cada uno de los
Condes de Lerín, la intervención que tuvieron en los asuntos públicos de
Navarra y la responsabilidad que ante Dios y ante la Historia les cabe en
la desaparición de este antiguo Reino, sería tarea facilísima presentarles á
la posteridad como personajes beneméritos, ajenos de todo punto á las
desgracias que ocasionaron á su patria con su política y con su odio im-
placable á la Casa de los Mariscales. La Historia guardará siempre un
triste recuerdo de aquellas luchas de beaumonteses y agramonteses, que,
revolviendo el Reino, prepararon su desolación, y no otorgará fácilmente
su absolución á los que, siendo por su sangre y por sus cargos los más
interesados en procurar el bien de Navarra, contribuyeron con más eficacia
á su ruina.
Aparte de esto, el manuscrito en cuestión ofrece noticias muy aprecia-
bles y datos interesantísimos que merecen ser conocidos, por cuya razón nos
decidimos á publicarlo, en la confianza de que lo agradecerán los amantes
de la historia de Navarra.
«Al Excelentíssimo Señor Don Antonio Martin Alvarez de Toledo, y
Beaumont, noveno Duque de Alba: décimo Conde de Lerín: octavo Duque
de Huesear: noveno Marqués de Coria: Conde de Salvatierra, y del Barco:
séptimo Marqués de Villanueva del río: undécimo Conde de Osorno: déci-
mo tercio Señor de Valde Cornexa: Señor de las villas de Larraga, Men-
davia. Sesma, Carear, Arroniz, Alio, Dicastillo, Zirauqui, Sada, Eslava,
Arruazu, Villamayor, Castillo de Monjardín, con toda la valle de Santes-
tevan, y de las Baronías de Guizen, y Curton, Pinos, y Mataplana, Caste-
llón de Farfaña, Alcolea de Zinca: Señor de las villas de la Puente, del
(1) El epítome á que hace referencia el Sr. Arigita es un brevísimo resumen, sin Inte-
rés alguno, del que se conserva en la Cámara de Comptos.— (A^. de la R.)
173
Revista de Historia
Congostc, y Peñaflor, San Felices de los Gallegos, Fuente Guinaldo, Her-
guijuela, Viniegra, y Suella, Cabras, Mirón, Castro-nuevo, y Castillo cele-
brado de Bernardo del Carpió, Villa de Granada y Santo Desierto de las
Batuecas, Villas de Bernamaruel, Castillexa, y Puebla de Don Fadrique,
Condestable, y Chanciller Mayor del Reyno de Navarra, Gentil hombre de
Cámara de su Mag,*! , etc.
^ Señor:
»Hallándome Oydor del Consexo de V. E. y Superintendente de su Con-
taduría en la Villa de Alva de Tormes travaxé ahora tres años unas memo-
rias de las dos Grandes Casas de Toledo, y Beaumont, pero de esta última
diminutas, por no aver visto los privilegios, y escrituras del Archivo, que
V. E. tiene en esta Villa, y aviéndome honrado con el empleo de Alcalde
Mayor de su Estado, y Condado de Lerín, se dignó mandarme V. E. reco-
nociese este Archivo, para colocar sus papeles en la mexor forma.
«Reconocidos sus privilegios, y Escrituras hallé no poco que añadir, y
algo que enmendar de las primeras memorias, que remití á V. E. desde
Alva; y assi me pareció formar estas, que passo á manos de V. E.: por ellas
reconocerá lo que fueron, y merecieron los Señores Condes de Lerin,
Héroes de tan primera magnitud, que deribando su origen de las Reales
Casas de Francia, y Navarra, y enlazados por sus excelsos matrimonios
con las de Castilla, y Aragón, propagaron en las venas de V. E. la misma
Real Sangre, que anima á la mayor, y mexor parte de los Monarcas de la
Europa.
»Es sobre todo estimable el parentesco de V. E. con nuestros gloriosos
Reyes Don Fhelipe Quinto, y Doña María Luisa Gabriela (que Dios pros-
pere, y fecunde para exaltación de la Monarchia Española) pues por la
linea de Beaumont son Abuelos communes de sus Magestades, y de V. E.
los Señores Reyes Don Juan el Segundo de Aragón, y Navarra, y Don Car-
los el Tercero de Navarra: y por la linea de Toledo es también Asciende
común el segundo Duque de Alva Don Fadrique Alvarez de Toledo en no
distantes grados.
»Estos suppuestos. Señor, me acuerdan, que con verdad puedo decir
á V. E. lo que con lisonxa el Poeta Horacio á su Mecenas: Carm. 1:
Martlhe atavis edite Regibus,
O et praesidium, et dulce decus meuni.
pues ni el Objeto de él era tan noble, ni la obligación suya mayor, que la
mia, aviendo merecido de la benignidad de V. E. los primeros empleos, que
podía lograr mi profesión en sus dos Grandes Casas de Alva, y Lerin, en
cuyo reconocimiento dedico a V. E. esta obrilla, corto don; pero que pu-
diera dar mi humildad? Quedo suplicando al Cielo prospere a V. E. y que
174
y de Genealogía Española
la Real Sangre de Francia, y Navarra, que tan dignamente ocupa el Throno
de esta Monarchia, conmunique benignas influencias, á quien por varios
costasdos le es tan conjunto. Nuestro Señor guarde la ExC^^ persona
de V. E. como deseo, y he menester. Lerin, y Julio catorce del año mil
setecientos, y dos.
CAP. 1
DEL INFANTE DON LuiS DE BEAUMONT, DUQUE DE DURAZO
»Es cosa muy notoria, y verdadera, que el tronco, y caveza originaria de los
Señores Condes de Lerin, Condestables, y Chancilleres Mayores de este Reyno de
Navarra fue el Infante Don Luys hijo tercero de los Reyes D. Phelipe Tercero
llamado el Noble, Conde de Eureux, y Doña Juana de Navarra, y Francia su muger
Reyna proprietaria, que fué del mismo Reyno, y entraron á reynar en el año de
mil trescientos, y veynte, y ocho, y que descendía este infante D. Luis por ambas
lineas de su Padre, y Madre del glorioso, y Christianissimo Rey de Francia San
Luis Nono, quien de su única muger Margarita hija del Conde de Provenza, dexo
por su hijo, y sucessor en la Corona á Don Phelipe el Audaz; y este tuvo dos ma-
trimonios el primero con la Reyna Doña Isabel, de quien tuvo por hijo, y sucessor
en la Corona de Francia á D. Fhelipe el Hermoso, y el segundo con Madama María
de Brabante, de quien tuvo por hijo á D. Luis de Eureux en Francia, y este fué
Padre de dicho Rey D. Phelipe de Navarra, conque por la Baronía era tercero
nieto nuestro Infante D. Luis del Rey S. Luis, y por su Madre la Reyna Doña Juana,
era quarto nieto del mismo Santo Rey; pues el Rey de Francia D. Fhelipe el Her-
moso casado con la Reyna proprietaria de Navarra Doña Juana, hija de los Reyes
D. Henrique y Doña Blanca Reyes, que fueron del mismo Reyno: tuvo por su
hijo, y successor de la Corona de Francia, y Navarra á Don Luis Hutin, que
casó con Margarita de Borgoña, de quien tuvo por hija única á la dicha Reyna
Doña Juana Madre del Infante, y excluyda de la Corona de Francia por su cele-
brada Ley Sálica. Esta Genealogía ciertissima trahe Garibay (1), y de ella re-
sulta la nobilissima Sangre, que animaba á nuestro Infante D. Luis. Aunque por
hijo de los Reyes de Navarra debió llebar el nombre de la familia, sin embargo el
que mas frequente usó, y dio glorioso, feliz principio á su posteridad fué el de
Beaumont por un pueblo de este appellido sito en la Corona de Francia, y su Pro-
vincia de Normandia, que vulgarmente se dice Beaumont Lerroger (de que fué
Señor, y Conde) según la costumbre de la Francia, en que los nombres de los Se-
ñoríos passan á serlo de familia, como lo reconoce la siempre excelsa, y dominante
casa de Borbon: esse pueblo pues de Beaumon Le Roger con otros le obtuvo del
Rey Juan de Francia el Rey Don Carlos de Navarra su yerno en el año 1353 en
parte de satisfacción, y recompensa, de los Condados de Champaña, y Bria, que
siendo de la Corona de Navarra los occupaba el Rey Francés con varios pretextos:
assi lo dize un moderno Historiador de aquella nación (2) bien exacto en las noti-
cias, y añade otro (3) de singular erudición, y nombre, que el Rey D. Carlos donó
(1) Garibay, Comp. Histor. de España, p. 3, lib. 27, cap. 1.
(2) Abbad de Choysi, Historia del Rey Juan de Francia, en su lengua, fol. 25.
(3) Arnoldus Oyhenartus, De Notitia utriusque Vasconice, lib. 2, cap. 25.
175
Revista de Historia
el dicho Condado de Beaumont con otros castillos á su hermano menor el dicho
Infante D. Luis por quenta de sus legítimas en el mes de Junio del año de mil tre-
cientos sesenta y cinco, de que vio Escritura en el Archivo de Pau en el Señorío
de Bearne. Este es el verdadero titulo del Condado de Beaumont en la persona
del Infante D. Luis, y no el casamiento, que vulgarmente se suppone con la Con-
desa proprietaria de este Estado, el qual sin duda es apócrifo.
»Fué el Infante de militar, y generoso espíritu, y governó el Rey no de Navarra
como Lugar Teniente General del Rey D. Carlos su hermano en muchos años el
de 1355. Y parece, que, durante este govierno, procreó á sus dos hijos D. Carlos
de Beaumont, y Navarra (de quien se hablará) y Doña Juana de Beaumont, que
caso con Pedro de Lasaga noble Bearnes; la madre de ambos, se dize era Doña
Maria de Lizarazu nobilissima Señora Navarra (1). Si fue casado con ella, ó no, es
difficil de averiguar, y como en aquel tiempo se practicaban muchos matrimonios
clandestinos, es muy natural que se ocultase su memoria á los autores; puesGari-
bay se quexa, que las memorias de este Infante padecen notable confusión. Lo
cierto es, que su hijo D. Carlos de Beaumont fué estimado como persona Real;
pues en la confederación hecha entre el Rey D. Carlos de Navarra, y el Rey
D. Pedro el Quarto de Aragón en la villa de Sos á primero de Marzo año de mil
trecientos sesenta y quatro, dando el Aragonés por rehenes á su hijo el Infante
D. Martin: dio el Navarro en correspondencia al hijo del Infante D. Luys su her-
mano (2) que sin duda era el dicho D. Carlos, porque no se le conoce otro.
»De las hazañas de este Infante D. Luys han quedado pocas memorias, y essas
muy confusas como se dixo. Sábese que milito en favor del Rey D. Pedro el Cruel
de Castilla en la guerra sangrienta contra Aragón (3); y que después en el año de
1367 caso con Doña Juana de Durazo, Ciudad bien conocida en la Provincia de
Dalmacia por la batalla, en que venció el Gran Pompeyo á su competidor Julio Ce-
sar; aunque malogró el fructo de la victoria con fatal destino, como lo refieren las
Historias Romanas. Era Doña Juana Duquesa de Durazo, hija de Carlos Duque de
Durazo (el qual fue nieto de Carlos segundo Rey de Ñapóles, y de su muger Doña
Maria, la qual era hija de Carlos Duque de Calabria, primogénito del Rey Roberto
de Ñapóles, y hermana de la Reyna de Ñapóles la primera, y no teniendo essa suc-
cession pertenecía su Corona á dicha Doña Juana Muger de nuestro Infante don
Luis; porque el dicho Duque Carlos su suegro avia sido degollado por el Rey Luis
de Hungria en el año de 1347, y ella como hija primogénita estaba en la próxima
esperanza de heredar, y algunas memorias supponen, que nuestro Infante llegó á
ser Rey de Ñapóles en vida de la misma Reyna Doña Juana tia de su muger, que
por su incontinencia, y crueldad padeció grandes turbaciones; y D. Juan de Jaso,
Padre del glorioso Apóstol de las Indias S. Francisco Xavier en un manuscripto,
que dexo de los Reyes de Navarra, refiere, que el dicho Infante fue recibido en Ña-
póles por Rey, y entro en aquella Ciudad con festivas aclamaciones, que se con-
virtieron dentro de ocho dias en llantos, aviendo muerio el Infante con veneno, que
le dieron en unos higos. Y el Capitán Sancho de Alvear en otra historia manus-
cripta le da tres dias de Reynado: pero de successo tan granado ninguna memoria
hazen Pandulfo Colenucio, ni Thomas, Costo, clasicos Historiadores de aquel Reyno,
(1) Oyhenartus, ubi proxime. ■
(2) Garibay, lib. 27, cap. 3. Gerónimo de Zurita, Annales de Aragón, p. 2, lib. 9, cap. 52.
(3) Zurita, Annales de Aragón, p. 2, lib. 9, cap. 49.
176
y de Genealogía Española.
ni Gerónimo de Zurita (1) que con el Padre Ptolomeo de Luca trahe bien puntual
la Genealogía de la muger de nuestro Infante, y memorias de su boda. Lo cierto es
que Carlos Segundo Duque de Durazo, y sobrino hijo de hermano Carlos el Pri-
mero, y que fue casado con Margarita hermana de la muger del Infante por el de-
recho de ella, y imbestidura, que le concedió el Papa Urbano Sexto, vino á ser Rey
de Ñapóles en el año de 1382, aviendo hecho matar á la Reyna Doña Juana, justa-
mente, y aunque parece digresión lo referido, ha sido preciso aclararlo por la suma
confusión, conque hablan los auctores en este asunto.
»No tuvo el Infante D. Luis de la Duquesa de Durazo su muguer succession al-
guna, y Arnaldo Oihenarto dize, que murió en el año de 1372, y que fué enterrado
en el Monasterio de Cartuxos de la misma Ciudad de Ñapóles (2). El Padre Juan
de Mariana (3) lo suppone vivo diez años después, y triunfando con sus armas en
los Ducados de Athenas, y Neppatria, y Gerónimo Zurita, que refiere essa em-
pressa al año de 1382 no especifica si vivia; aunque suppone que eran gentes suyas
las que militaban en aquellos Estados dicho año (4). Lo cierto es que por escritura
del año anterior de 1381 consta avia muerto; y lo que no tiene disputa es, que
quedo por su hijo, y successor el ya referido D. Carlos de Beaumont, por quien
corre la linea de los Señores Condes de Lerin.
CAP. 2.
Del Alférez D. Carlos de Beaumont.
»Por muerte del Infante D. Luis heredó el Señorío, y Condado de Beaumont su
hijo D. Carlos, que se decia Charles; pero le gozo poco, y solo le quedo el título
para honor de su posteridad; porque en el año de 1377 occupó el Condado de
Beaumont con otros muchos lugares de la Provincia de Normandia el Rey Carlos
Quinto de Francia por differencias, que tuvo con el Rey D. Carlos de Navarra her-
mano del Infante (5), y desde dicho año quedo enagenada la Villa de Beaumont en
poder de los Reyes de Francia: bien, que el Rey D. Carlos de Navarra recompenso
á su sobrino Don Carlos de Beaumont la perdida, heredándole en Navarra en el
mismo año de 1377 con una hacienda, que fué de Juan Ibañez vecino de la Villa de
Lerin (á quien se le avia confiscado) de que ay memoria en los Comptos Reales, y
como fuesse poco después declarado por rebelde, y traydor D. Remiro Sánchez,
Señor de Asiayn, y Rico hombre, que gozaba grandes heredamientos, y pechas en
los Lugares de Euluz, Larrion, Artabia, Abaygar, Estemblo, y otros por cédula del
Rey expedida en 10 de Febrero de 1379, y cortándosele la cabeza á dicho D. Re-
miro en el Castillo de Tafalla, donó el Rey D. Carlos á Charlot de Beaumont, fixo
del Infante D. Luis Duc. de Durac, hermano de dicho Señor Rey (á quien Dios per-
done) por los buenos, y agradables servicios, que le tenia hechos, y esperaba le ha-
(1) Zurita, p. 2, lib. 8, cap. 21, y lib. 9, cap. 68, y lib. 10, cap. 27, y 74 al medio.
(2) Oyhenartus, ubi supra, cap. 15.
(3) Historia de España, tomo 2, lib. 18, cap. 4.
(4) Zurita, p. 2, lib. 10, cap. 30.
(5) Mariana, lib. 18, cap. 1. Pater loannes á Bussieres. Hist. Franc. Lib. 11, n. 9, tomo 1.
Garibay, lib. 27, cap. 30.
177
Revista de Historia
ria. (Son palabras formales del privilegio.) Los Palacios de Asiayn con todo su per-
tenecido, que gozaba D. Ramiro Sánchez por Juro de heredad para el, y sus des-
cendientes. La data del privilegio es 30 de Diciembre del año 1381.
»Y en veynte y seys de Junio del año 1385 le hizo merced el mismo Rey de la
pecha de los Labradores de Larraga, y demás rentas de dicha Villa con la tenen-
cia de su Castillo, que aunque tenia guarnición por el Rey de Castilla le avia de
restituyr, y entregar conforme á lo capitulado entre ambos Reyes. En este privile-
gio usa las mismas frases, que en el antecedente llamando á D. Carlos su sobrino
hijo de su caro hermano Mossen Luis Duc de Duras, y añade una circunstancia
digna de observarse, y es llamarle Alférez Mayor de su Reyno, y que gozasse la
merced á mas de los gages, y cavallerias, que le pertenecían por Alférez, de que se
infiere tuvo D. Carlos este oficio antes que entrasse á reynar el Rey don Carlos
el Tercero contra lo que comunmente se escribe: y el era de la primera estimación,
y confianza, y por su sveldo se le señalaron en dos de Septiembre de 1387 dos mil,
y trescientas libras de Navarra: con el sirvió en varios trances de guerra en los
Reynados de D. Carlos Segundo, y Tercero y de Doña Blanca casada conellnfante
D. Juan de Aragón, y le posseyó hasta su muerte, y con ella espiró también el Offi-
cio, succediendo el de Condestable hecho ya como hereditario en los Señores Con-
des de Lerin (1).
>Aviendo muerto el Rey D. Carlos el Segundo el primero de Henero de 1386 (y
nombrado por su cavezalero al Alférez su sobrino en concurso de D. fr. Garcia de
Eugui, Obispo de Bayona) heredó la Corona su hijo D. Carlos el Tercero, que favo-
reció no menos que su Padre el Alférez su primo hermano, y se valió de su inter-
vención como Embaxador al Rey Ricardo de Inglaterra, para facilitar la restitución
del Castillo y Villa de Chereburg, como lo logró en el año de 1393, y brebemente
explicó su gratitud á la diligencia, y servicios de su primo: porque aviendose des-
naturalizado de Navarra, y passado á servir á los Reyes de Castilla Juan Jiménez
de Arellano, que gozaba grandes heredamientos en Dicastillo, Alio, Arellano, Lerin,
Carear con sus Palacios, pechas, y otros bienes fueron confiscados por. la Corona
Real; y de todos ellos le hizo gracia, y merced á su primo el dicho Rey D. Carlos
en 20 de Mayo de 1395, para que los gozasse por Juro de Heredad, y teniendo con-
tra los mismos bienes de Juan Ramírez de Arellano el Viexo, y su hijo Juan Ramí-
rez el mozo differentes créditos Martin Martínez de Uriz Richo hombre (que los
executó) cedió todo su derecho á fabor del Alférez por escritura del 26 del mismo
año 1395.
»En el privilegio referido también comprehendió el Rey las pechas, y rentas de
la Villa de Arroniz, y después en 25 de Junio de 1424 por privilegio dado en Olite
la jurisdicción civil de los dichos Lugares de Dicastillo, con su anexo Lerin, Alio, y
Arroniz, también por Juro de heredad perpetuo; y en 28 de Marzo de mil quatro-
cientos, y diez y siete le hizo merced del Patronato de la Iglesia de la Villa de
Arroniz, en cuya virtud presentan sus descendientes este Priorato que es beneficio
simple bien quantioso.
»Ni solo los Reyes de Navarra hizieron mercedes á D. Carlos de Beaumont, tam-
bién las mereció á los Reyes de Inglaterra, con quienes tenia deudo, y parentesco
cercano; porque Madama Isabel hermana del Rey D. Luis Hutin su Segundo Abuelo
estuvo casada con el Rey Eduardo Quinto, y la Infanta Doña Juana, hija del Rey
(1) Oyhenartus, Lib. 2, cap, 16. Garlbay. Lib. 27, cap. 2.
178
y de Genealogía Española.
D. Carlos el Segundo de Navarra, y su prima hermana del Alférez casó en segundo
matrimonio con el Rey de Inglaterra Henrico Quarto (1), gozó pues por mercedes
continuadas de ellos el Baylage de la tierra de Labort, el Peage de la tierra de
Guisen, y NoaíUan con facultad de poder entrar ciento veinte pipas de vino en la
Ciudad de Burdeos, y sobre todo el Castillo de Mauleon de Sola, que le concedió
Juan Duque de Alencastre Governador de la Provincia de Guienna por el Rey de
Inglaterra Ricardo Segundo en el año de 1385. Y se le confirmó su Nieto Henrico
Quarto en los años de 1404, y 1408, y Henrico Quinto también Rey de Inglaterra
en el año de 1413, de que se conserban privilegios en lengua latina, y Gascona: y
la tenencia del dicho Castillo de Mauleon, fué muy estimable, y se continuó en su
hijo con reconocimiento, y pleyto homenage, que hizo ál Rey de Inglaterra luego
que murió el Alférez su Padre en 29 de Junio de mil trecientos, y treyta y dos.'
Por la copia,
Mariano Arigita.
(Se continuará.)
(1) Oyhenartus, Lib. 2, cap. 15.
179
Revista de Historia
DOGumeDíos loéiiiliis para la Histoila Noliillarla.
(1)
(conclusión)
Relación de las Hidalguías que se han despachado por la Secretaría de la Cá-
mara y Estado de Castilla, como consta por los libros que hay en ella, desde el
año 1623 hasta la fecha de ésta, en conformidad de la orden que S. M. se sirvió
expedir para que se formase:
En 1,° de Febrero de 1706 hizo S. M. merced á D. Ambrosio y D. Francisco
Antonio Magdaleno y Ángulo, hermanos, vecinos de la ciudad de Jerez de la
Frontera, de que ellos, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputados
por hijosdalgo.
En 16 de Marzo del dicho año hizo S. M. merced á D. Antonio de Mazariegos
Cervantes y á otros interesados, hermanos y primos suyos, de que ellos, sus
hijos, nietos y descendientes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 2 de Junio de dicho año de 1706 hizo S. M. merced á D. Francisco.de
Matos, vecino de la villa de Galisteo, de que él, sus hijos y descendientes puedan
gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 1.° de Marzo de 1707 hizo S. M. merced á D. Francisco Monge, vecino y
regidor de la villa de la Nava del Rey, de que él, sus hijos y descendientes puedan
gozar y ser reputados en la dicha villa y demás partes que residieren por hijos-
dalgo.
En 4 de Abril del dicho año hizo S. M. merced á Anastasio Estevan, vecino
de la villa de Cabezón, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser
reputados por hijosdalgo.
En 26 de Septiembre del dicho año hizo S. M. merced á Juan Flórez, vecino
de la villa de la Higuera, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser
reputados en la dicha villa y demás partes que residieren por hijosdalgo.
En 5 de Octubre del mismo año hizo S. M. merced á Pablo Ruiz, vecino de
Mucientes, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputados en la
dicha villa y demás partes que residieren por hijosdalgo.
En 31 de Enero de 1708 hizo S. M. merced á D. Juan Vázquez Gata de que
él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
(1) Biblioteca de la Real Academia de la Historia.— Co/¿ccíoa de Grandezas, genealo-
gías, etc., 1. 1.
180
y de Genealogía Española.
En 21 de Agosto del mismo año hizo S. M. merced á D. Martín de Torralva,
vecino de la villa de Almansa, de que él, sus hijos y descendientes por línea recta
de varón puedan gozar y ser reputados en la dicha villa y demás partes que resi-
dieren por hijosdalgo.
En 4 de Septiembre del dicho año hizo S, M. merced á D.Juan García, vecino
de la villa de Budia, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser repu-
tados por hijosdalgo.
En el mismo día S. M. hizo merced á JOSÉ MARTÍNEZ, vecino de dicha villa, en
la misma conformidad, de otra hidalguía.
En el mismo oía hizo S. M. merced de otra hidalguía á D. Diego Verde, vecino
de la dicha, en la misma conformidad.
En el mismo día hizo S. M. merced de otra hidalguía á Francisco de Molina,
vecino de la dicha villa, en la misma conformidad.
En el mismo día se dio despacho para que D. Andrés Romay Camaño sea man-
tenido y amparado en la posesión en que está de hijodalgo, notorio de sangre, y
gocen de ella sus hijos y descendientes.
En 13 del dicho mes de Septiembre y año de 708 se dio privilegio á D. Fran-
cisco Cardos Toledo, vecino de la villa de Sisante, de que él y todos sus descen-
dientes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 9 de Octubre del dicho año se dio despacho para que D. Diego Fernández
Nieto Becerra sea mantenido y amparado en la posesión en que ha estado de
hijodalgo, y gocen de ella sus hijos y descendientes.
En el mismo día se dio despacho para que D. Diego Becerra Nieto sea man-
tenido y amparado en la posesión en que ha estado de hijodalgo, y gocen de ella
sus hijos y descendientes.
En 25 de Octubre del dicho año hizo S. M. merced á Antonio Patón, vecino
de la villa de Valdepeñas, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser
reputados por Nobles hijosdalgo.
En 4 de Diciembre del dicho año hizo S. M. merced á D. Diego del Río y
Cereceda, vecino del lugar de Castilfrío, jurisdicción de la ciudad de Soria, de que
él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 26 de dicho mes y año hizo S. M. merced á D. Martín de la Banda, vecino
de la villa de Monteagudo, de que él, sus hijos y sucesores puedan gozar y ser
reputados en la dicha villa y demás partes que residieren por hijosdalgo.
En dicho día hizo S. M. merced á D. Jerónimo de Tapia Ceball9S Vélez-
vecino de la villa de Baltanas, Obispado de Falencia, de que él, sus hijos y descen-
dientes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 31 de dicho mes y año hizo S. M. merced á D. Diego López Niño de Pare-
des, vecino y regidor de la villa de Ledesma, de que él, sus hijos y demás descen-
dientes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 15 de Enero de 1709 hizo S. M. merced á Miguel Sánchez de Pastor,
vecino de la villa de Tembleque, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar
y ser reputados por hijosdalgo.
En el mismo día hizo S. M. merced á D. Diego Ignacio de Castro, vecino de
la villa de Morón, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputa-
dos por hijosdalgo.
En 23 de Abril del dicho año hizo S. M. merced á D. Alonso Martín Lobato,
vecino de la villa de Zafra, de que él, su hijo, nietos y descendientes puedan gozar
y ser reputados por hijosdalgo.
181
Revista de Historia
En el mismo día hizo S. M. merced á D. Francisco Gutiérrez Salguero, vecino
de la villa de Rivera, de que él, sus hijos, nietos y descendientes puedan gozar y
ser reputados por hijosdalgo.
En 9 de Mayo del dicho año hizo S. M. merced á José Serrano, vecino de la
villa de Manzanares, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser repu-
tados por nobles hijosdalgo.
En 21 de dicho mes y año hizo S. M. merced á D. Micael de Córdoba, teso-
rero de guerra de la plaza de Alcántara, de que él, sus hijos y descendientes pue-
dan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 26 de Junio del dicho año hizo S. M. merced á D. Juan Lorenzo Pérez,
vecino y regidor perpetuo de la villa de Rivero, de que él, sus hijos y descendien-
tes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 23 de Agosto del dicho año hizo S. M. merced á Sebastián García de
Domingo, vecino de la villa de la Solana, de que él, sus hijos y descendientes
puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 26 de Septiembre hizo S. M. merced á D. Juan Fernández Felipe Benítez
Y Cortes, vecino de la villa de Albacete, de que él, sus hijos y descendientes
puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En 6 de Noviembre del dicho año hizo S. M. merced á D. Fernando Ladares
Pozo de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputados por hijos-
dalgo.
En 24 de Diciembre del dicho año hizo S. M. merced á D. Manuel de Medina
Chacón Ponce de León, vecino de la villa de Mayorga, de declararle hijodalgo
de sangre en estos reinos, y á sus hijos y descendientes. .
En 24 de Enero de 1710 hizo S. M. merced á D. Juan y D. Pedro de Fuentes
de declararles por hijosdalgo notorios de sangre y de solar y casa conocida, y que
gocen de ella sus hijos y descendientes.
En 28 del dicho mes y año hizo S. M. merced á Sebastián Bullido, vecino del
lugar de Noves, de que él, sus descendientes y sucesores puedan gozar y ser repu-
tados por hijosdalgo.
En 11 de Marzo del dicho año hizo S. M. merced á JOSÉ Torrejón y Mora-
les, vecino de Esquivias, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser
reputados por hijosdalgo.
En 13 del dicho mes y año hizo S. M. merced á Sebastian Alonso Morgas,
vecino de la villa del Castillo de las Guardas, de que él, sus hijos y descendientes
puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo.
En el mismo día hizo S. M. merced á Fulano, Fulano y Fulano de que ellos,
sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputados por hijosdalgo. En este
despacho fueron los nombres en blanco, por haberlo mandado así S. M. y hecho
esta merced á la villa de Aracena por Decreto de 16 de dicho mes de Marzo.
En 14 de Abril del dicho año hizo S. M. merced á D. Francisco Rodríguez
Benito, vecino de la villa de Rueda, de que él, sus hijos y sucesores puedan gozar
y ser reputados por hijosdalgo.
En el mismo día hizo S. M. merced á Agustín Varesta, vecino de la villa de
Montijo, de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser reputados por
hijosdalgo.
En 13 de Mayo del dicho año hizo S. M. merced á Miguel Sánchez Guerrero
Zambrano de Bolaños de que él, sus hijos y descendientes puedan gozar y ser
reputados por hijosdalgo.
182
y de Genealogía Española.
En 26 de Mayo del dicho año hizo S. M. merced á D. Pedro de Heredia
Chacón y D. Diego de Heredia Chacón, hermanos, vecinos de la villa de Gua-
dalcanal, de que ellos y sus herederos y descendientes puedan gozar y ser reputa-
dos por hijosdalgo.
En 5 de Agosto de 1710 hizo S. M. merced á Francisco Alonso de declararle
por hijodalgo notorio de sangre, como descendiente de Francisco Alonso, su tercer
abuelo.
Madrid, á 4 de Septiembre de 1710.
183
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos ios libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeto de nuestra publicación.
Historial de fiestas y donativos, índice de Caballeros y Regla-
mento de Uniformidad de la Real Maestranza de Caballería
de Sevilla, por D. Pedro León y Manjón, Secretario de la misma, Se-
villa, 1908. Un tomo en folio.
El señor Marqués del Valle de la Reina, ha tenido la amabilidad de remitirnos
un ejemplar de esta interesantísima obra que, debida á su erudición y buen gusto,
salió á luz hace poco, lujosamente editada y por encargo acertadísimo de aque
ilustre Cuerpo.
La feliz iniciativa de la Junta general de los Maestrantes sevillanos, que quisié-
ramos ver imitada por las demás Maestranzas, de reunir en un libro cuantos ante-
cedentes, datos, noticias, hechos y nombres constituyen su historia, no pudo encon-
trar mejor intérprete que la pluma llena de amor á las tradiciones patrias y regio-
nales del ilustre Secretario de la nobiliaria Corporación hispalense. Procediendo
con método y claridad, ha logrado éste, en las 300 páginas en folio que forman la
obra, exponer la vida de la Maestranza, desde el año 1673, en que se constituyó
en la forma que hoy conserva hasta nuestros días. Como antecedente necesario y
muy interesante, reseña en primer término, dando curiosas noticias de ella, la anti-
gua Hermandad Caballerosa de San Hermenegildo fundada á raíz de la conquista
de la ciudad por el Santo Rey Don Fernando, que puede y debe considerarse como
el origen de la Maestranza, ya que su objeto al reunir y disciplinar á la nobleza en
gallardos ejercicios físicos y prácticas religiosas, conservando en ella el espíritu de
aquellos 200 caballeros hijosdalgos de sangre que reconquistaron á Sevilla, no fué
distinto del pensamiento que presidió en el siglo XVll á la constitución, ó mejor
dicho reforma, de tan noble Compañía.
No es para callada en esta noticia bibliográfica, que quisiéramos pudiese ser más
extensa, la oportuna ocurrencia del autor al insertar las reglas de correr cañas y
jugar toros que en su libro titulado Nuevos Discursos de la Jineta de España con-
signa el escritor sevillano y gran caballista y justador D. Pedro Fernández de An-
drada. Ni el interés que despierta para los genealogistas el acabado árbol de los
dos primeros Hermanos Mayores de la Real Corporación D.Agustín y D. Pedro
Andrés de Guzmán, ambos Marqueses de La Algaba.
Las reseñas de las fiestas y solemnidades con reproducción de actos, poesías y
184
y de Genealogía Española.
acuerdos, tanto en ocasiones de visitas de Reyes y Príncipes, como de bodas reales»
juras y otros acontecimientos, y la minuciosa descripción de cortejos, justas y otras
ceremonias, forman un arsenal pintoresco de datos suntuarios biográficos y socia-
les del mayor interés. Las completas listas, finalmente, de los Hermanos Mayores,
Secretarios y Caballeros pertenecientes á esta Maestranza, desde su fundación,
tienen evidente utilidad.
Reciba el Marqués del Valle de la Reina, á quien es justo hagamos presente
nuestro agradecimiento, por el apoyo que concede á nuestra Revista, en unión del
señor Duque de T'Serclaes y otros nobles sevillanos, nuestra más entusiasta
enhorabuena por su admirable trabajo.— J. A.
II Libro d'oro della Toscana. Anno IV, 1911, por el Sr. Conde Guelfo
Guelfi-Camajani. Firenza. 486 páginas, en 8.° -h 99 del Armorial. Precio,
6 liras.
El Sr. Conde Guelfo Guelfi-Camajani, Director del Bolletino Araldico de Flo-
rencia, nos ha remitido este interesante anuario, publicación del Ufficio Araldico de
Firenza. Consta de cuatro partes: la primera trata de la nobleza toscana; la se-
gunda, de las familias de origen toscano residentes fuera de la región; la tercera, de
las familias de la nobleza italiana residentes en Toscana, y termina con un nutrido
armorial de su Nobleza.
Por los curiosos detalles de las numerosas familias de que da noticia, por el
esmero y escrupulosidad con que está hecho, es de imprescindible necesidad para
el que desee conocer la historia nobiliaria de Toscana. Dados los lazos tan íntimos
que han existido entre Italia y España, inútil es decir el interés tan grande que
tiene para nosotros. Entre las muchas familias que describe hay varias de origen
español, como Guerra, Mazas, Moreno de Mora, Navasques, Ximénez de Aragón
y otras.
Damos las gracias al autor por el ejemplar recibido, y quisiéramos ver ese
ejemplo imitado en nuestra Patria, tan falta de publicaciones regionales de ese
género y que tanto ayudan á la reconstitución de la Historia.— S. O.
Otros libros. -J. Villaín. Grand dictionnaire généalogique, historique
et biographique: Haiite Garonne et Ariége, dessins de J. de Moliere,
du Bourg. Montpellier 1911. Firmin, Montane et Sicardi, in 4." de
XV-1.024 páginas.
— Inventaíre sommaire des Archives departamentales du Tam-et- Garonne
antérieures á 1790. Archives civiles. Serie A. Fonds d'Armagnac, Mon-
taubau, Mispoulet, in 4.° de XVI-419 páginas.
— Henry Vignaud. Hístoire antíque de la grande entreprise de Christo-
phe Colomb. Deuxiéme serie. T. I (1476-1490). T. II (1491-1493). L. Gallois
— Martin Hume. La Cour de Philippe IV et la décadence de l'Espagne
(1621-1665), versión frangaise du M. M. J. Condamin et P. Bounet. Paris.
Perrin 1912. IX-512 páginas.
185
Revista de Historia
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia. Abril, 1912. Informes: Las
murallas de Alendia, Antonio Vives.—
Estudio sobre las regalías de la Corona
de España, Rafael de Ureña.— Los Sán-
chez-Muñoz de Teruel, F. Fernández de
Bétfiencourt.— Un epitafio hebreo de la
ciudad de Estella, Fidel Fita.— La. jude-
ría de la ciudad de Vich, Fidel Fita.—
Vía romana de Segovia á Madrid, An-
tonio Blázquez.—E\ molino de San Mi-
guel y dos lápidas medioevales en la
ciudad de Pamplona, Fidel Fita.—]ove-
llanos y las Órdenes Militares, yose Gó-
mez Centurión.— M ARiEDADES: Historia
geneológica y heráldica de la Monarquía
española, Casa Real y Grandes de Es-
paña, Antonio Rodríguez Villa.— Nuevo
miliario romano, Marcelo Maclas.— No-
ticias.
La España Moderna, Abril, 1912.— Los
españoles en la Revolución francesa
(conclusión), Miguel S. 0//ver.y-Proble-
mas y lecturas, Aníbal Latino.
La Lectura, Abril, 1912.— Historia: El
Cuerpo diplomático español en la guerra
de la Independencia, /. Deleito y Pi-
ñuela.
Nuestro Tiempo, Marzo, 1912.— En-
sayo de investigación histórica: La Silla
de Calahorra en el siglo XV, Carlos
Groizard y Coronado.— Antiguos eco-
nomistas españoles, Rafael Comenge.—
Una embajada interesante, Marqués de
Alquibla.
Revista del Centro de Estudios liistó-
ricos de Granada y su Reino. Año 1912.
Primer trimestre.— Emigración de los
moros granadinos allende, M. Gaspar
Remiro.— E\ elogio anónimo de Córdoba
en dísticos latinos, Cristian Seybold.—
Documentos para la historia del Reino
granadino. Nombramiento de Alcaide de
Almería dado por el rey de Granada
Yusuf, hijo del infante Ahmed, á favor
de Abulcasin Mohamed el Regí, M. G. Re-
mi ro.— Privilegio de los Reyes Católi-
cos sobre franquezas y libertades de los
vecinos de la ciudad de Granada, José
María Caparros.— Licencia para fazer
una plaza en el Atabin de Granada e
merced á la dicha cibdad de las tiendas
que están alderredor, Cristóbal Espe-
jo.—La Junta Suprema de Gobierno de
Granada. Dificultades con que luchó la
Junta en el desempeño de su misión, /osé
Palanca Romero. — Libros y Revistas,
A. del C.
186
y de Genealogía Española.
Boletín de la Comisión de Monumen-
tos de Orense, Marzo-Abril, 1912.— Fue-
ros municipales de Orense, Ai. Castro.—
Orensanos ilustres, Bernardo González.
«Cachamuiña^, Benito F. Alonso.
Euskal-Erría, 15 de Abril, 1912, Este-
ban Garíbay et ? Zamalloa, Euskal Erria,
Misceláneas históricas recopiladas por
el Marqués de Seoa/ze.-- Corresponden-
cia epistolar entre D. José Vargas y
Ponce y D. Juan Antonio Moguel.— En-
sayo de un padrón histórico de Gui-
púzcoa, Juan Carlos de Guerra. — El
Centenario de las Navas en Navarra, G.
Boletín de la Sociedad Española de
Excursiones, IV trimestre, 1911.— De
Atienza á Arcóbriga, por D. N. Senfnach.
Escultura en Madrid, desde mediados
del siglo XVI hasta nuestros días, por
D. Enrique Serrano Fatigaf i. —Una. ex-
cursión á Roncesvalles, Joaquín Ciria.
. Linajes de Aragón, Huesca. 1.° de
Abril, 1912. — Los Sánchez-Muñoz de
Teruel (continuación), por Gregorio
García Ciprés.— Los Monta ñez de Me-
norca, por Juan Roselló Villalonga.—
Bio-bibliografía de Juan Sobrarlos Se-
gundo, alcañicense, por Juan M. Sán-
chez.
15 de Abril, 1912.— Los Sánchez-Mu-
ñoz de Teruel (continuación), por Gre-
gorio García Cíprés.—Los Claver, por
M. G. O.— Los Portella de Menorca, por
Juan Roselló W/a/o/zg^a.- Bio-bibliogra-
fía de Juan Sobrarlos Segundo, alcañi-
cense, por Juan M. Sánchez.
1.° de Mayo de 1912. Los Sánchez-
Muñoz de Teruel, Gregorio García Ci-
prés.—Más datos sobre D. Vincencio
Juan de Lastanosa, Ricardo del Arco.—
Bio-bibliografía de Juan Sobrarlas Se-
gundo, alcañicense, Juan M. Sánchez.
Arte Español, año I, número 1, Fe-
brero, 1912.— El concurso de proyectos
de Arquitectura de la Sociedad Espa-
ñola de Amigos del Arte, por Vicente
Lampérez.— La estatua del Obispo don
Mauricio en la catedral de Burgos.—
Reliquias del pasado: El castillo de Al-
monacid, de Toledo, por el Conde de
Cedillo.— Las Arquetas de Falencia y
Burgos, por el Conde de Cedillo.— Ne-
crología: D. Aureliano de Beruete y
Moret, por Pablo Bosch.— Miscelánea.
Revista internacional de los Estudios
Vascos, Enero-Marzo, 1912, París.—
Axular.— Osero (jarraipena).
REVISTAS EXTRANJERAS
Tombo histórico genealógico de Por-
tugal, Lisboa, 1911. Esta publicación,
importantísima para la historia genealó-
gica de Portugal, y que se publica men-
sualmente en Lisboa, dirigida por los
Sres. Affonso de Dornellas y A. de Gus-
mSo Navarro, no es una revista en la
propia acepción de la palabra, sino una
monumental obra, cuyos cuadernos des-
criben la historia de una ó más familias:
las publicadas hasta ahora son las si-
guientes:
Da Mesquita, por Afjonso de Dorne-
llas.—Eqas Telles, Da Covilhan, por
A. de Gusmdo Navarro.— Freiré d'An-
drade Salazar d'Ega JordSo, por Afjonso
de Dornellas.—Noücia sobre o brasao
dos Albuquerques, por G. L. Santos Fe-
rmrú-.- Andrades, da Ilha de S. Miguel,
por Luis Filippe de Bettencourt y Ja-
cintho DA. A. de Bettencourt.— Dorne-
llas, origem d'este apelido, por Affonso
de Dornellas.— Yasconcellos,por el Vis-
conde de Faria.
Al último número, correspondiente al
pasado mes, acompaña el primer cua-
derno de la DescripQáo Methodica dos
Brasócs d' armas das familias nobres
de Portugal, publicación importantísi-
ma, editada á todo lujo, y obra del
Sr. G. L. Santos Ferreira, de la Asocia-
ción de ^arqueólogos portugueses.
Revue de Deux Mondes, 1.° de Abril,
1912.— Bismarck et le Papante, M. Ger-
ges Goyau. — Le train de maison de-
puis sept siécles, M. le Vicomte Geor-
ges D'Avenel. — France et Alleraagne,
187
Revista de Historia
M. Rene Pinon.—La Querré de 1870.—
1-Woerth, 6 Aoút,1870, M. Emile Olli-
vier.—\Jn Amuseur oublie: Carmontel-
le (1717-1806), M. Augustin Thierry.
Revue de Gascogne, Abril, 1912.— La
vie rurale en Gascogne du XVIIIe siécle,
y. Dufflour.
Revue Hispanique, Marzo, 191 1. — The
Aragonese dialect, G. W. Umphrey.—
The use of the relative pronain in the
Rimado de Palacio, Albert F. Kuerstei-
ner.— -El Buen Aviso y Portacuentos by
Juan Timoneda (reproducción), Rudolph
Schevill.
Bulletin Hispanique, Abril-Junio, 1912,
Chronique latine des Rois de Castille
jusqu'en 1236 (continuará), G. Cirot.—
Notes sur les rapports de Nantes avec
r Espagne,yí//es Mathorez.—Dominique
Soto et la Scolastique Parisienne, P.
Duhem.—Le grand Siége de Gibraltar
de 1782 vu par un témoin, Albert Girará.
Quelques particularités de la langue
parlée d'aprés le' théátre de M. Jacinto
Benavente, G. Ge/zí//.— Varietés.— Le
site antique de Costig (He de Majorque),
L. Ch. lyflfe^/s.— Rapport á M. le Di-
recteur de l'École frangaise d'Espagne
sur une excursión á Peiíalba (Teruel)»
E. Albertini.
Revue Historique, Marzo-Abril, 1912.
Les récents historieurs catholiques de
rinquisition en France, Paul Fredericq.
Les luttes notariales dans les pays de
costumes du XlIIe au XVe siécle.
Revue des Questions Historiqaes,
Abril, 1911. — La réconciliation des
^'Lapri» au temps de Déce, Adhémar
rf'. 4 /es.— Les Évéques harriciens sous
Henri VIII, G. Constant
Rivista Araldica, Abril, 1912.— II co-
rredo di una gentildonna ferrarese nel
1473, por el Conté Ferrucio Pasini Fras-
soni.—La nationalité Comtoise. Précis
d'histoire féodale (839-1678). IV. De
l'avénement de Marguerite de Flandres
au traite de Seulis (Suite), par le
Chev. P. A. P/úfoí/x. - Famiglie Romane,
por el Comm. Cario Augusto Bertini.—
A propos de la descendance de la maí-
son de Savoye de Charlemagne, par le
Marquis de Jandriac. — Araldica del
regno itálico, por el Conté F. Pasini
Fiassoni. — Armes des Archevéques et
Évéques de France de 1691 á 1737 d'aprés
Chevillard (Suite), par Eugéne Harot.—
Libro d'oro del Ducato di Ferrara (con-
tinuación), por el Conté F. Pasini Fras-
so/i/.— Ex-libris Monaldini, por Ugo Or-
landini. — Giurisprudenza nobiliare. —
Documenti nobiliari.— Note bibliografi-
che.— Quesiti Araldici.— Cronaca.
Bolletino Araldico Star ico Genealó-
gico, Florencia, 1." de Abril.— Sul titolo
di Patrizio, por G. Guelfi Camajani.—
Tixon di Vidaurres, Conti del Castillo
e Conti del Rio, ■ uchi di Orduña.— To-
rrigiani.— Della opportunitá di provve-
dere al mantenimiento dei cognomi sto-
rici che vanno ad estinguersi, por il
Conté di Lamagna. —Commende neiror-
dine di S. Stefano. — Bettino Ricasoli
(1354) e gli ordinamenti di giustizia.—
I Beni di Michelangiolo Buonarroti, por
II Prof. G. Carocci.— Gli animali e le
piante del Blasone e il loro simbolismo,
por ¡1 Re d' Arme.— Necrologio.
L'Indicateur Généalogique , Héraldi-
que et Biographique , Bruxelles, n° 10,
Abril, 1912.
Hemos recibido los diez primeros nú-
meros de esta revista, publicada bajo la
dirección de los Sres. Chibert y Colin,
subjefes de los Archivos de la ciudad
de Bruselas, y dedicada á investigacio-
nes genealógicas y heráldicas en forma
de cuestionario.
La unión que durante cerca de dos si-
glos hemos tenido con Bélgica nos hace
sean verdaderamente provechosos los
estudios que se relacionan con aquellos
países.
El número 10 de esta revista, corres-
pondiente al mes de Abril, trae curiosí-
simos trabajos sobre las familias Van
Benvaer, Les descendants dejean, Sire
de Bazentin et de Montauban; familias
Francotte,Charles, Sophie,Villers et Thé-
188
y de Genealogía Española.
mont. Van Asbroeck, Wavraus, Vers-
pecht, Van den Pene, etc., y el primer
pliego de Pathmos, Maison de plai-
sance des abbés du Pare á Saint-Josse-
ten-Noode.
The New- York Genealogical and Bio-
graphicaí Record, Enero-Marzo, 1912,
New-York, vol. XLIII.— James Pyne
(Pine) of Hempstead, Long island and
some of his descendants, por John
B. Pine.— Early Records of Salem, Was-
hington County, N. Y., por Tobías
A. Wright. — Records of Baptisms of
the reformed church at Machackemeck
(Deerpark). — Thacher-thatcher genea-
logy, por John R. Totten.—Copy of fa-
mily record of the Elias Mulford and
Elizabeth gardiner families and descen-
dants, por Katharíne Searle Mc-Cart-
ney.—Clues from english archives con
tributory to American Genealogy, por
J. Henry Lea y J. R. Hutcliínson.— Des-
cendants of Edward Iré (a) Dwell through
his son John, por Wílliam A. Robbíns.—
Registration of Pedigrees.— Society Pro-
ceedings. — Book notices. — Accessions
to the library.
Esta importantísima revista y la al-
tura científica que han alcanzado los es-
tudios genealógicos en los Estados Uni-
dos, merecen un detenido estudio, que
prometemos á nuestros lectores en plazo
muy breve.
Frankfurter Blatterfür Famílíen Ges-
chiclite, Abril, 1912; director, Karl Kie-
fer. Frankfurt A. M.— Sumario.— Ulmer
Mannsklóster.— Nachkommen der Tóch-
ter der Familie Bausa.— Drei Frankfur-
ter Schützenfeste.— Stammbaum der Fa-
milie Riebling Seite.— Stammbaum der
Familie Pfeiffer Seite.— Nachrichten von
der oberhess.— Stadt Wetter un denen
daraus entstammenden Gelchrten.— -Bü-
cher.
Mayo, 1912.— Drei Frankfurter Schüt-
zenfeste.—Nachrichten vonder oberhess
Stadt Wetter und deuen daraus eutstam-
menden Gelehrten.— Almentafel des
Joh. Hect. V. Holzhausen,— Stammbaum
der Familie Leonhard.— Biographische
Kastensammbung auf der Stadtbiblio-
thek zu Frankfurt A. M.— Ulmer Manns-
klóster.— Portráts gesucht.
N. N.
189
Revista de Historia
NOTICIAS VARIAS
Nuevos títulos.— Por Real decreto de 15 de Abril de 1912 se hace
merced á D. Miguel Agelet y Besa de título del Reino, con la denominación
de Conde de Vinatesa, para sí, sus hijos y sucesores legítimos.
—Por Real decreto de 11 de Abril de 1912 se rehabilita, sin perjuicio de
tercero de mejor derecho, el título de Conde de Crespo y Rascón á favor
de D."* María Teresa Bermúdez de Castro y Sánchez, para sí, sus hijos y
sucesores legítimos.
Títulos vacantes. — La Dirección general de Contribuciones, con
fecha 2 de Abril, anuncia por primera vez la vacante de los títulos de Du-
que de Algete, Marqués de Alcañices, con Grandeza; Marqués de Cadreita,
Marqués de Cuéllar, Marqués de Callera, Marqués de Montaos, Conde de
Fuensaldaña, Conde de Gres, Conde de Grajal, Conde de Huelma, Conde
de Ledesma, Conde de La Torre, Conde de Torres de Villahumbrosa y
Conde de Villanueva de Cañedo.
—Con fecha 12 de Abril se anuncia por primera vez la vacante de los
títulos de Duque de Hornachuelos, con Grandeza de España; Marqués de
Valcarlos, con grandeza de España; Marqués del Apartado, Marqués de
la Constancia, Marqués de Fuente Gollano, Marqués de la Solana y Conde
de Alcaraz; y con fecha 16 anuncia por primera vez la vacante de los títu-
los de Conde de Añover de Tormes, Conde de Carrión de Calatrava y
Conde de Foxá.
Mercedes de hábito.— Por Real decreto de 17 de Abril se ha hecho
merced de hábito de la Orden de Santiago á D. Mariano Téllez-Girón
Fernández de Córdoba Fernández de Velasco y Pérez de Barradas, Duque
de Escalona, de Uceda y Osuna, Marqués de Villena, Conde de Ureña y
de Alba de Liste.
—Por Real decreto de 24 del mismo se hace merced de hábito en la
190
y de Genealogía Española.
misma Orden á D. Joaquín de Loigorri Vives de la Torre y Ciscar, capi-
tán de Infantería, hijo de D. Federico de Loigorri, contraalmirante de la
Armada y Caballero profeso de Santiago.
— Por Reales decretos de 25 del mismo se hace merced de hábito de la
Orden de Montesa á D. Ángel y D. Antonio Cabeza de Vaca y Carvajal.
Otras noticias.— Su Majestad el Rey, por Real decreto de 29 de Marzo
de 1912, se ha dignado restablecer los Alferezazgos de las cuatro Órdenes
militares, nombrando alférez Comendador de Almodóvar, de la Orden de
Calatrava, al Marqués de Pico de Velasco; ídem de Oreja, de la Orden de
Santiago, al Conde de Cedillo; ídem de Castilnovo, de la Orden de Alcán-
tara, al Marqués de Casa-Pizarro; ídem de Alcalá de Chisvert, de la Orden
de Montesa, al Conde de Aguilar de Inestrillas.
—Ha sido nombrada Dama de S. A. la Princesa D."" Beatriz, esposa del
Infante D. Alfonso de Orleans, á la señora viuda de Ruata.
—Por Real decreto de 1.° de Abril de 1912 ha sido nombrado Caballero
de la Real y distinguida Orden de Carlos III, en la vacante producida por
fallecimiento de D. Julio de Arellano y Arrózpide, Marqués de Casa-Are-
llano, D. Joaquín Álvarez de Toledo y Caro, Duque de Medina-Sidonia.
MOVIMIENTO NOBILIARIO DEL ÚLTIMO TRIMESTRE (1)
Reales cartas de sucesión.— 8 de Enero. — Real carta de sucesión en
el título de Conde de Villardompardo á favor de D.^ María del Carmen Ál-
varez de las Asturias Bohorques y Álvarez de las Asturias Bohorques,
Marquesa de Mondéjar, con grandeza de España; Condesa de Tendílla y de
Sallent, por fallecimiento de su hermana D.'' María de los Dolores.
20 ídem.— Real carta de sucesión en el título de Marqués de üoicoe-
rrotea, á favor de D. Francisco Goicoerrotea y Gamboa, teniente coronel
de Infantería, por fallecimiento de su padre, D. Ramón de Goicoerrotea y
Montoro.
20 ídem.— Real carta de sucesión en el título de Barón de Gracia Real,
á favor de D. Juan Domínguez y Osborne, por fallecimiento de su padre,
D. Joaquín Domínguez Caro.
31 ídem.— Real carta de sucesión en el título de Conde de Bugallal á
(1) Noticias publicadas en la Gaceta de Madrid el 18 de Abril de 1912, y de las cuales
no se dio cuenta en los números anteriores.
191
Revista de Historia y de Genealogía Española.
favor de D. Gabino Bugallal y Araujo, por fallecimiento y designación de
D.'" Adelaida García Rodríguez, viuda de Álvarez Bugallal.
6 de Febrero. — Real carta de sucesión en la grandeza de España conce-
dida por el Rey D. Felipe V en 1713 al Príncipe de Robech, á favor de don
Luis Enrique María Timoleón de Cossé, Conde de Brissac, Príncipe de
Robech, por fallecimiento de su padre, D. Enrique Carlos Ana Timoleón
María de Cossé.
16 ídem.— Real carta de sucesión en el título de Conde de San José de
Santurce á favor de D. Pablo José de Ubarri Caracena, por fallecimiento de
su padre, D. Pablo Ubarri Iramategui.
16 ídem.— Real carta de sucesión en el título de Marqués de Bélgida á
favor de D.^ Luisa Cotoner y Álvarez de las Asturias Bohorques, por falle-
cimiento de su tío D. Iñigo Álvarez de las Asturias Bohorques y Álvarez de
las Asturias Bohorques.
Títulos extranjeros.— 20 de Enero. -Concediendo Real autorización
á D. Enrique Federico Bayo Timmerhans para que, conservando el carácter
de su procedencia, pueda usar en España el título pontificio de Conde de
San Jorge.
Reales licencias de casamiento.— 8 de Enero.— Concediendo Real
licencia á D. Arturo Daza de Campos, Marqués de Casa León, para con-
traer matrimonio con D."* Elvira Ansótegui y Urigüen.
20 ídem.— Concediendo Real licencia á D. Javier Girón y Méndez, Mar-
qués de Ahumada, para contraer matrimonio con D.' Emilia Canthal y
Girón.
20 ídem.— Concediendo Real licencia á D. Fernando Patino y Carrasco,
Marqués de la Corona, para contraer matrimonio con D. ' Paula Guaso y
Martínez.
31 ídem.— Concediendo Real licencia á D.' Beatriz María de la Cande-
laria Manjón y Zaratiegui, Marquesa de Méritos, para contraer matrimonio
con D.José Jácome y Ramírez de Cartagena, oficial de la Armada, hijo del
Vicealmirante Marqués del Real Tesoro.
21 de Marzo.— Concediendo Real licencia á D."* María Rafaela Fernández
de Henestrosa y Gayoso de los Cobos, hija de los Grandes de España
Marqueses de Camarasa, Marqueses de Cilleruelo, Marqueses de la Puebla
de Parga, Condes de Moriana del Rio, Condes de Riela y de Castrogeriz,
para contraer matrimonio con D. Ricardo de la Huerta y Avial.
192
15 JUNIO 1912
E\?I5TA DE HISTORIA
? DE QENEñLOGÍñ
ESPAÑOLA
Núm. 5.
D. Hnrcelino Henénilez y Peloyo.
Pocas veces como en la ocasión presente será difícil que la palabra
responda al pensamiento y que traduzca los sentimientos que desea exte-
riorizar. En las grandes tribulaciones del espíritu, ante la inmensa magnitud
de las catástrofes irreparables, más que pedir á la inteligencia que discurra,
debe dejarse al corazón que sienta. Y la muerte del varón egregio que
España llora con el más unánime sentimiento que acaso han visto las gene-
raciones actuales, es todo eso: duelo no sólo nacional, sino mundial, ya que
él era, más que patrimonio exclusivo de las letras españolas, patrimonio
precioso de las letras de todo el universo, y desgracia que nos hace sentir
la losa de lo irreparable, porque hombres como D. Marcelino Menéndez y
Pelayo nacen uno en cada siglo.
Nombrar á Menéndez y Pelayo significa tanto como evocar toda la
ciencia española, que en él encontró su más alta, genuina, castiza y excelsa
representación. Jamás colocó nadie á tanta altura los prestigios de la
Patria, y jamás autoridad literaria del mundo alcanzó tan pleno, unánime y
devoto reconocimiento. Él supo condensar en su cerebro, en síntesis mara-
villosa, todas las gloriosas tradiciones de nuestra historia, y la luz de las
más sutiles inteligencias y de los ingenios más proceres de nuestra raza,
parecía converger sobre su talento, iluminándolo con sobrenaturales des-
tellos.
Por eso este hombre prodigioso, honor del solar latino y aun de toda
la humana especie, era ante todo y sobre todo gloria y orgullo de la raza
hispana. Monstruo de erudición, milagro de sabiduría, y portento de intui-
193 13
Revista de Historia
ción, fué Menéndez y Pelayo un patriota excelso. Aun cuando los espa-
ñoles no hubiéramos podido aportar otros méritos á la cuenta general
de la moderna civilización, bastarían los suyos para que la Patria que le
contó entre sus hijos figurase en las avanzadas de la cultura universal. Y
por ser genuina y gráfica encarnación de los caracteres de nuestra raza,
fué el genio cristiano en cuyo espíritu parecía palpitar el alma fuerte y recia
de nuestros místicos, las serenas concepciones de nuestros filósofos y el
ingenio noble y señoril de nuestros siglos dorados.
Era Menéndez y Pelayo un enamorado del pasado y de las castizas tra-
diciones. Con el vasto caudal de conocimientos que su talento entresacó
de aquellos riquísimos veneros, marcó á España nuevos y luminosos hori-
zontes, vislumbrados en la clara percepción de su historia, engarzando la
tradición y el progreso con el broche de oro de su genio. La ciencia conte-
nida en sus obras monumentales, asombro y admiración de todos, será en
lo porvenir manantial inagotable y fuente perenne de doctrina y erudición.
La crítica literaria, las ciencias ñlosófícas, el arte, la historia y la filo-
logía están de duelo por la pérdida del coloso, que en cada una de ellas
destacaba el poder de su genio. Lo está también la Iglesia católica, de la que
era gala y ornamento, y lo está también su Patria, esta tierra española tan
injustamente juzgada y acusada de infecunda, que Menéndez y Pelayo
exaltó y enalteció, haciendo ver al mundo entero que la raza que produce
hombres como él es raza vigorosa é inmortal. .
*
« *
La biografía literaria del sabio eminente que ha perdido España, con
dificultad puede esbozarse en unas páginas. Su vida entera, vida de ímprobo
trabajo y de asombrosa fecundidad, se ha condensado entre las aulas, las
Bibliotecas y los Archivos.
Hijo de un catedrático del Instituto de Santander, en aquel centro realizó
sus primeros estudios, que continuó después en la Universidad de Barce-
lona, siendo discípulo predilecto del gran provenzalista D. Manuel Milá y
Fontanals, de quien hace pocos años escribía una admirable Semblanza
literaria, reveladora del culto de cariño y veneración que rendía á la me-
moria del autor de los Trovadores de España.
Contaría escasamente diez y ocho años cuando su fama, difundida por
profesores y condiscípulos, recibió pública y unánime consagración. Y
tuvo el Ayuntamiento de su ciudad natal el laudable y honroso acuerdo de
concederle generosa subvención para que con facilidad de medios se dedi-
194
y de Genealogía Española.
case á sus trabajos de investigación iiistórica y erudición literaria. Merced
á esta pensión y á otra que poco después, en 1877, le concedió el Minis-
terio de Fomento, pudo hacer Menéndez y Pelayo en los Archivos y
Bibliotecas de España, Portugal, Bélgica, Italia, Francia y otros países
aquellos maravillosos estudios que hicieron que muy en breve hombres del
valer de Cánovas, Valera y Revilla le considerasen, no ya como consola-
dora esperanza, sino como portentosa realidad de cultura y milagro de
erudición. Vacante por entonces la cátedra de Historia crítica de la Litera-
tura Española en la Universidad Central, hubo de reformarse una ley del
Reino que establecía que hasta los veintitrés años no se podían hacer opo-
siciones, para que él, que sólo contaba veintiuno, pudiese tomar parte en
ellas; y en aquellas oposiciones, que ganó en reñidas y brillantes trincas,
pudo vislumbrarse con mayor claridad aún toda la gloria que aquel joven
de aspecto modesto y abstraída condición reservaba para su Patria.
Acontecimiento literario de mayor empeño fué el que á muy poco pro-
porcionó al mundo el Sr. Menéndez y Pelayo con la publicación de la
genial y monumental Historia de los Heterodoxos Españoles, prodigio de
sabiduría, asombro de crítica y observación, escrita con toda la sinceridad
y todo el entusiasmo de una inteligencia clarividente y de un corazón sano
en plena y briosa juventud. Obra tan magna y que de tal manera se des-
taca entre las otras, importantísimas también, que durante aquellos años
traía entre manos el Sr. Menéndez y Pelayo— recuérdense la traducción de
Los cautivos, de Plauto, su estudio acerca^ del Teatro de Calderón y sus
trabajos en la Ciencia Española,— era. natural que le abriese las puertas
de la Real Academia de la Lengua Española. Y en ella entró por derecho
propio, en Diciembre de 1880, cuando apenas si podría acreditar su mayoría
de edad, sustituyendo al ilustre Hartzenbusch, y allí, en el acto de su
solemne recepción, leyó su magistral discurso sobre la Poesía místita
española. Dos años más tarde, en 5 de Mayo de 1882, la Real Academia
de la Historia le elegía su miembro numerario para cubrir la vacante de
otro erudito inolvidable: D. José Moreno Nieto. El tema elegido por el
joven académico para su discurso fué La Historia como arte bello.
Desde entonces la vida de D. Marcelino Menéndez y Pelayo, consa-
grada de lleno al estudio, fué ejemplo y admiración para todos. Si en sus
comienzos pudo tener enemigos, bien pronto amigos y adversarios le res-
petaban y querían, rendidos ante las llamaradas de su genio. No tardó en
ingresar como académico en la de Ciencias Morales y Políticas y en la de
Bellas Artes, y casi todas las Academias y Centros de cultura del mundo
se disputaron el honor de contarle entre sus miembros honorarios.
195
Revista de Historia
Excitaciones de sus amigos y admiradores, más que impulsos de sus
propias aficiones, lleváronle en alguna ocasión á explorar el terreno polí-
tico. En las Cortes de 1884 fué elegido diputado por la circunscripción de
Palma de Mallorca, y en las de 1890 representó á la ciudad de Zaragoza;
posteriormente ha sido senador, unas veces por Univerdades, y desde 1900
siempre por la Real Academia Española. Únicamente en la primera de
aquellas Cortes en que fué diputado, intervino en las discusiones, y fué su
discurso una magnífica y repentina improvisación, en la que con un torrente
de elocuencia y un derroche de erudición, demostró la ilegalidad de la
desamortización eclesiástica. Pero el campo demasiado estrecho de la polí-
tica no era ciertamente el más á propósito para hombre de tan altas y ele-
vadas concepciones.
Su verdadero centro estuvo en la Filosofía, la Historia y la crítica lite-
raria. En cualquiera de estas tres grandes ramas del pensar y del saber
humanos, la obra de D. Marcelino bastaría para dar fama imperecedera
á varios hombres. En Filosofía afirmó la doctrina de Santo Tomás, pero
era principalmente un enamorado de Vives. Aparte la Historia de los hete-
rodoxos, baste citar entre sus trabajos filosóficos los Ensayos de critica
filosófica y los Orígenes del criticismo y del excepticismo, y especialmente
de los precursores españoles de Kant. En Historia y en Literatura su obra
es sencillamente asombrosa. Lo que la cultura mundial le debe y lo que
las generaciones posteriores tendrán que reconocerle, puede calcularlo
quien conozca sólo algunas de sus obras: la Historia de las ideas esté-
ticas, la Antología de poetas líricos, ó su Arnaldo de Villanova, por
ejemplo.
Su autoridad de filósofo, crítico é historiador, eclipsó algún tanto otros
méritos que el Sr. Menéndez y Pelayo atesoraba, y que de haber brillado
como únicos, cada uno de ellos le hubieran conquistado envidiable renom-
bre. Así fué achaque general el de no reconocerie tan afortunado poeta,
y, sin embargo, su Oda á Horacio, de quien desde su más temprana juven-
tud era apasionado admirador, es modelo de inspiración castiza y elegante.
Don Marcelino Menéndez y Pelayo era Director de la Biblioteca Nacio-
nal desde el 22 de Julio de 1898; Director de la Academia de la Historia,
en la que tenía fijada su residencia; Vicepresidente de la Junta Faculta-
tiva de Archivos, Bibliotecas y Museos, y Jefe superior de ese Cuerpo
facultativo.
La única condecoración que aceptó, y no es extraño dada la índole de
su institución, fué la Gran Cruz de Alfonso XII, en cuya posesión se hallaba
desde el 6 de Junio de 1902.
196
y de Genealogía Española.
Tales son, ligeramente esbozados, los rasgos biográficos más culminan-
tes del sabio insigne que acaba de morir.
*
* *
Tarea no fácil sería citar todas las obras que componen la extraor-
dinaria producción del gran polígrafo español. Prescindiré de estudios
sueltos escritos para diversas publicaciones españolas y extranjeras,
porque la sola enumeración de sus títulos llenaría páginas enteras. Citaré
sólo las más importantes, ó, mejor dicho, las más renombradas de sus
obra's.
Historia de las ideas estéticas en España, obra de altísimo valor cientí-
fico, acaso la que dio más fama á su autor; Escritores montañeses; Trueba
y Cosío; Estudios poéticos; Arnaldo de Villanova, médico catalán del
siglo XIII; Historia de los heterodoxos españoles; Calderón y su Teatro;
Horacio en España; La Ciencia española; Antología de poetas líricos cas-
tellanos desde la formación del idioma hasta nuestros días, que ocupa un
buen número de volúmenes de la Biblioteca clásica; Historia de la novela,
publicada en la nueva Biblioteca de autores españoles; La novela entre los
latinos, que le sirvió de tesis doctoral; Una fiesta en Chipre, preciosa
é inspirada poesía; Pedro de Valencia; Los jesuítas españoles en Italia;
Himno de Prudencio en loor de los mártires de Zaragoza, traducción en
verso castellano; La poesía horaciana en Castilla; Solaces bibliográficos;
Polémicas, indicaciones y proyectos, con un prólogo de D. Gumersindo
Laverde y Ruiz; Ensayos de crítica filosófica; Ideas del Renacimiento sobre
la estética de la Pintura, discurso leído ante la Real Academia de Bellas
Artes; La antoniana Margarita de Gómez Pereira; Los fragmentos de la
grande historia; Los cautivos, comedia de Plauto; Salustio y Aristófanes,
obras y comedias; La poesía lírica á principios del siglo XIX; Orígenes
de la novela; El teatro griego en España; Estudios críticos sobre Quin-
tana, lord Byron, las Églogas y Geórgicas; Humanistas españoles del
siglo XVI; Doctrina estética de Platón; Dramas de Guillermo Shakespeare;
La galerna del Sábado Santo; Algunas reflexiones sobre el Padre Feijóo;
El regalismo; Sectas místicas; Estudio crítico sobre la Propaladla de Bar-
tolomé de Torres Naharro; De los orígenes del criticismo y del escepti^
cismo, y especialmente de los precursores españoles de Kant, discursos
leídos ante la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
*
197
Revista de Historia
Toda esta obra, verdaderamente magna, lega á su patria este sabio sin
igual; legado inapreciable y riquísimo tesoro que sus hijos deben recoger
dignamente para eternizar su gloria.
Don Marcelino Menéndez y Pelayo ha muerto cuando tenía planeados
libros y trabajos de importancia excepcional. Reciente se halla la publica-
ción del primer tomo de la nueva edición de Los heterodoxos españoles, en
el que, con el modesto título de Prolegómenos, penetraba, alumbrado con
la antorcha de su genio, en el campo misterioso de la obscura prehistoria.
Igualmente deja terminados el segundo tomo de la Historia de la poesía
hispano-americana y corregidas las pruebas del primero de la Historia de
la poesía castellana en la Edad Media. Y causa maravilla pensar hasta
dónde hubiera llegado la producción de este hombre singular si la muerte
no le hubiera arrebatado relativamente joven y cuando aun podía prome-
terse quince ó veinte años de trabajo en pleno vigor de sus extraordinarias
facultades.
Pero si la muerte hincó su garra despiadada y cruel en la ciclópea men-
talidad de Menéndez y Pelayo, el claro luminar que irradia su obra de
gigante seguirá fulgurando sobre las inteligencias de las generaciones veni-
deras, y el espíritu del maestro, que dedicó su paso por este mundo á des-
cubrir tantas cosas que hasta él permanecieron secretas, gozará en el otro
de más alto galardón, ya que es piadoso pensar y cristiano sentir que Dios
le haya acogido allá donde los lauros son inmarcesibles y eternales...
Tomás Domínguez Arévalo.
198
y de Genealogía Española.
IOS SEÑORES DE CERRALBO
LUEGO MARQUESES DE ESTE TÍTULO, GRANDES DE ESPAÑA
Cerralbo es una villa perteneciente al Obispado de Ciudad-Rodrigo,
que conserva su independencia á pesar de estar convenida su unión al de Sa-
lamanca por el artículo 5.° del Concordato de 1851. Corresponde á la Archi-
diócesis de Valladolid, por el mismo Concordato creada, y es Ayuntamiento
y Juzgado municipal del partido de Vitigudino, separado de Portugal por el
Duero y su afluente el Águeda. En uno de los curiosos mapas del siglo XVI
que se conservan en la Biblioteca Escurialense, figura Cerralbo á la margen
izquierda del Yeltes, y entre Lumbrales, Sobradillo, Ladigal, Olmeda y
Yerra.
Hállase situada, según Madoz, esta señorial villa de 106 vecinos, «en
un llano, con un declive casi imperceptible, entre los ríos Huebra y Cama-
ees, y con buena ventilación, por cuya razón el clima es saludable...» Linda
su término, al decir del autor del popular Diccionario, al Este, con el río
Huebra que le separa de Gema; al Sur, con Campilduero; al Oeste, con
Fuenlabrada, y al Norte, con Bermellar.
El llamado río Camaces no aparece ni en la obra de Madoz ni en otras
que he consultado, como la de Carrasco; es, sin duda, el Yeltes, que unido
con el Huebra en el puente de Yecla, sigue su curso hasta verter sus aguas
en el Duero, después de recorrer elevadas márgenes, peñascales y precipi-
cios, en el arenisco y pedregoso terreno de la fronteriza Saucelle.
Hasta mediados del siglo XIX conservábanse en Cerralbo restos de su
castillo, desaparecidos por completo cuando visité la villa en 1897; pero
sobreviviendo el nombre á su ruina, llámase Sección del Castillo á una de
las dos en que se divide, para los efectos electorales, la noble villa que dio
origen á una de las Casas que han resistido la mortal corriente desvincula-
dora* Como de pueblo de señorío, sigue considerándose aun como lo era
199
Revista de Historia
en 1893, cuando mi querido amigo Eugenio Silvela combatió en el Congreso
de los Diputados el acta de Vitigudino traída por aquel inolvidable y caba-
lleroso Marqués de Flores-Dávila, para mí de tan grata memoria, hermano
del actual Señor y Marqués de Cerralbo (1).
No es mi propósito tratar del pueblo, cuyos señores y su actual posee-
dor, especialmente, han hecho famoso, sino presentar la serie de ellos, co-
menzando por el primero que, merced á la célebre ley de Alfonso XI decla-
rando prescriptible la soberanía ó la mayoría de la justicia, una de aquellas
cuatro cosas que según la ley del Fuero Viejo castellano eran naturales al
señorío del Rey, que non las debe dar á ningún orne, ni las partir de si,
ejercieron la jurisdicción civil y criminal, el mero y mixto imperio en el
lenguaje de posteriores épocas.
Y como esa serie fué relacionada por el cuarto Marqués, primer Conde de
Villalobos, de los de tan ilustre familia, en Memorial dirigido al Rey pidiendo
la dignidad de la Grandeza de España, por tantos títulos merecida, paréce-
me justo comenzar por transcribir esa relación.
No he visto de ella más que un ejemplar impreso, existente en la Biblio-
teca Nacional, y que se escapó á la diligencia de Franckenau (ó séase don
Juan Lucas Cortés) y de Latassa. Débese á la fecunda pluma del no siem-
pre seguro Pellicer, y á su manuscrito, como conservado en la Casa de Ce-
rralbo, se refieren ambos bibliógrafos, en el número 950 de la Bibliotheca
Hispánica, y en el 231 de las 276 producciones del cronista zaragozano
enumeradas por el autor de la Biblioteca de Escritores Aragoneses, pá-
gina 503, tomo III de la refundición hecha por D. Miguel Gómez Uriel.
El título de la obra de Pellicer, autorizada por el Virrey de Cataluña,
sucesor del Duque de San Germán, en 1675, y anteceeor del de Parma, Ale-
jandro Farnesio, en 1676, es el siguiente:
f Memorial \ de la Calidad, y Servicios de \ DON IVAN PACHECO
OSSORIO, 1 Marqués de Cerralvo, Conde de Villalobos | CAVALLERO
DEL ORDEN DE CALATRAVA, | y Comendador de Fvente el Moral,
Gentilhombre de la Cámara de Sv Magejtad \ de sv Consejo, y Cámara de
Indias, \ Cavallerizo Mayor de Sv Alteza
EL SEÑOR DON IVAN DE AVSTRIA:
Yantes | Castellano de Amberes, \ Capitán General de la Armada de \ LOS
(1) Al corregir las pruebas de este artículo, rindo también un recuerdo á la memoria del
malogrado Eugenio Silvela (q. D. h.), fallecido en Madrid el 22 de Mayo de 1912.— R. I. P. A.
200
y de Qenealogia Española.
ESTADOS DE FLANDRES, \ y Maestre de Campo General de sv Exercito,
y Virrey, y Capitán General [DEL PRINCIPAD DE CATALVÑA,
AL REY NVESTRO SEÑOR.
En Madrid, Por Franciíco Sanz, Impreífor del Reyno.
• Año de MDCLXXVII. (Hay un sello de tinta azul con las Armas Reales
que dice: Biblioteca Nacional.)
Prescindiendo de la Introducción, que no viene al caso, y de las quejas
justísimas por la desconsideración con que se le relevó del Virreinato, dice
el Marqués de Cerralbo y de San Leonardo, Conde de Villalobos, D. Juan
Antonio Pacheco y Osorio:
LOS PRIMEROS SEÑORES DE CERRALBO
«D. Esteban Pacheco casó en Ciudad-Rodrigo con D.^ María Pérez,
señora de Cerralvo, hija de D.Juan Pérez y nieta de D. Garci López de
Ciudad-Rodrigo, progenitor de la Casa de Chaves. Consta por escrituras
que estaban casados año de 1330, y que fué su hijo D. Juan Pacheco,
segundo señor de Cerralvo, cuya hija única y heredera fué D." Inés Pacheco
(tercera señora), que casó con D. Lope Fernández Pacheco, su primo
segundo, hermano de D. Juan Fernández Pacheco, señor de Belraonte, pro-
genitor de los Marqueses de Villena, Duques de Escalona, y de los Duques
de Osuna...
«Nació de este matrimonio D. Esteban Pacheco, segundo del nombre,
cuarto señor de Cerralvo, que fué el primogénito. Sirvió con gran valor al
señor rey D. Enrique segundo, que el año 1372, á veintiséis de Diciembre,
le concedió la jurisdicción civil y criminal de Cerralvo, por su Real privile-
gio, y por ella y por lo referido consta que sobre su antigüedad primera ha
más de trescientos años que poseen los Pachecos el señorío de esta villa, y
desde este tiempo organizaron el escudo de sus armas, que son dos calde-
ras con jaqueles de oro y negro, con los cuellos de sierpe en campo de
plata, que son las de los Pachecos, y por orla dos órdenes de jaqueles de
oro y negro, que son las de los primitivos Señores de Cerralvo.
»Casó D. Esteban Pacheco, el segundo, coíi D.^ María Rodríguez de
201 14
Revista de Historia
Cueto, hija única y heredera de D. Alvar Rodríguez de Cueto, ricohombre
y adelantado mayor de León, y fué su hijo mayor D. Juan Pacheco, quinto
señor de Cerralvo, que sirvió á los señores reyes D. Juan primero, D. En-
rique tercero y D. Juan el segundo, desde el año 1381 hasta el de 1421, como
consta de los Reales privilegios de confirmación de la jurisdicción civil y
criminal de la villa de Cerralvo. Estuvo casado con D.^ Juana Rodríguez de
las Varillas, en Salamanca.
«Sucedió en la Casa D. Esteban Pacheco, tercero del nombre, su hijo
mayor, sexto señor de la villa y estado de Cerralvo, montero mayor de los
señores reyes D. Juan el segundo y D. Enrique cuarto, en cuyo Real servi-
cio estuvo largos años. Fué casado con D.^ Inés Monroy, de la Casa de los
Condes de Deleytosa, y está con memoria D. Esteban Pacheco en la crónica
del señor rey D. Juan el segundo y en la de la Orden de Alcántara, con
cuyo Maestre tuvo diferencias y disensiones.
>No dejó hijo varón, sino una hija, que fué D.^ María Pacheco, séptima
señora de Cerralvo, y su tierra, que llevó en dote, casando con D. Alvar
Pérez Ossorio, que procedía de varón en varón del infante D. Roderico el
Ciego..., cuya sucesión se conservó con grandes estados y poder en sus
descendientes en varias ramas, llevando la primogenitura troncal la de los
Señores de los estados de Valderas y Villamañán, Condado y Señorío de
Villalobos, hasta D. Alvar Pérez Ossorio, señor de estos grandes Estados,
ricohombre de Castilla y guarda mayor del señor rey D, Juan el primero
y Alférez Mayor del pendón de la divisa, su Capitán general de la frontera
y uno de los más valerosos caballeros de su tiempo, y como de tal hacen
memoria de sus acciones las historias. Casó con D.^ Constanza de Haro, de
primer matrimonio, y murió el año 1390, y está sepultado en la capilla ma-
yor de Santo Domingo de Benavente.
»Dejó dos hijos varones, el mayor D.Juan Álvarez Ossorio, y el segundo
D. García Álvarez Ossorio, progenitor por varonía del suplicante, como
D. Juan Álvarez, su hermano mayor, lo es de los Marqueses de Astorga y
de los Condes de Altamira y de los Señores de Villacis, dividiéndose aquí
las dos Casas de Astorga y de Cerralvo.
» Sirvió D. García Álvarez Ossorio al señor rey D. Enrique tercero y
D. Juan el segundo, en cuyo servicio murió peleando contra los moros de
Andalucía, como se lee en su crónica, habiendo casado con D.^ Catalina
Rodríguez Sanchor, heredera desta Casa en Palencia, donde fué una de las
más antiguas, nobles y poderosas. Sucedió en ella y en sus heredamientos
D.Juan Álvarez Ossorio, su hijo, á quien llamó en su Casa; y á falta de sus
descendientes al mayorazgo de la de Ossorio y sus Estados D.Juan Álvarez
202
y de Genealogía Española.
Ossorio, su tío, en el mayorazgo que fundó y acrecentó al antiguo el
año 1412.
»Casó D.Juan Álvarez Osaorio con D.^ María Manuel, descendiente de
la Casa Real, y del glorioso rey San Fernando, por ser hija de D. Sancho
Manuel y de D.^ Ginebra Acuña de Girón, señores de Calatañazor, nieta de
D.Juan Sánchez-Manuel, señor deste Estado, y D." Juana de Exerica, su
mujer, de la Casa Real de Aragón, bisnieta de D. Sancho Manuel y su mujer
D."* María de Castañeda, y rebisnieta del príncipe D.Juan Manuel, hijo del
infante D. Manuel y nieto del rey San Fernando.
»Fué su hijo mayor y sucesor D. Alvar Pérez Ossorio, cuyo hermano
segundo, D. Luis Ossorio de Acuña, es el progenitor de los Señores de
Abarca y Villa-Ramiro, el cual, después de viudo de D.^ Aldonza de Guz-
mán, fué Obispo de Burgos, y siéndolo murió el año de 1496. Su hermano
D. Alvar Pérez Ossorio, casó con D.* María Pacheco (según queda refe-
rido), séptima señora de Cerralvo, y sirvió á los señores reyes D. Juan el
segundo y D. Enrique cuarto. Fué su hijo primogénito D. Juan Pacheco
Ossorio, octavo señor de Cerralvo, vasallo del Rey, como lo fueron sus
ascendientes, que sirvió en la frontera de Portugal á los señores Reyes Ca-
tólicos. Casó en Salamanca con D.^ Catalina Maldonado (cuya Casa fué y
es tan ilustre, antigua y dilatada en aquella ciudad), de la línea de los anti-
guos Señores de Aviedillo.
»Fué su hijo mayor D.Juan Pacheco Ossorio, que murió mozo en vida
de sus padres, siendo casado con D."* Ana de Toledo, hija de D. Fernando
de Toledo, comendador mayor de León, cazador mayor y señor de Villora,
y de D."* María de Rojas, su mujer: nieta de D. García Álvarez de Toledo
y D."* María Enríquez, primeros duques de Alba; hijo mayor deste matri-
monio fué D. Rodrigo Pacheco Ossorio, que sucedió á su abuelo y su octavo
señor y primer Marqués de Cerralvo, como se dirá.
II
EL cardenal pacheco
»Y aunque en este memorial no se haya hecho memorial de muchos
hijos segundos desta casa (cuyos servicios han recaído en ella) ni de los
casamientos, ilustres todos, de las hijas; será excepción D. Francisco Pa-
checo Ossorio, hijo segundo de D. Juan Pacheco y D.^ Ana de Toledo, por
203
Revista de Historia
los grandes servicios que hizo á la Iglesia y á estas Coronas, habiendo sida
Cardenal y Arzobispo de Burgos y protector de España, y de cuyo valor y
prudencia se valió el señor rey D. Felipe segundo en muy arduas ocasiones.
Creóle cardenal Pío IV, Pontífice máximo, en 26 de Febrero de 1561 y su
título fué de Cardenal de presbítero de Santa Susana, después de Santa
Pudenciana y últimamente de Santa Cruz de Jerusalén. En el de 1567 fué
electo Obispo de Burgos, y á su instancia la santidad de Gregorio décima
tercio erigió aquella santa iglesia en Metropolitana, y fué su primer Arzo-
bispo en 22 de Octubre de 1574. Murió en Burgos á 23 de Agosto de 1579
y fué llevado á Cibdád-Rodrigo, donde yace, en la suntuosa capilla de San
Andrés, que dejó fundada, con 14 capellanes, y adornada con preciosas
reliquias (1).
III
LOS CUATRO PRIMEROS MARQUESES
I. >Don Rodrigo Pacheco Ossorio, su hermano mayor (el primer Mar-
qués DE Cerralbo), sirvió desde sus menores años al señor emperador
D. Carlos Máximo, que atendiendo á la calidad y servicios de su casa, le
dio título de Marqués de Cerralvo el año 1543 (2). Sirvió á Su Majestad
Cesárea en todas las guerras de Alemania y fué Gobernador y Capitán
general del Reino de Galicia, Embajador en Roma, y Capitán general en la
guerra de Portugal, por la parte de Ciudad-Rodrigo, donde murió.
>Estuvo casado con D.^ Ana Enríquez de Toledo, hija deD. Diego Enrí-
quez de Guzmán, conde de Alba de Aliste y la condesa D.^ Leonor de
Toledo su mujer.
II. »Cuyo hijo mayor fué D.Juan Pacheco Ossorio, noveno señor y se-
gundo Marqués de Cerralvo, que de tierna edad pasó á los Estados de
Flandes, en servicio del señor rey D. Felipe II y sirvió en aquellas guerras
el tiempo que bastó para darle el renombre de soldado viejo de Flandes,
(1) La circunstancia de haber sido el cardenal Pedro Pacheco de Montalván defensor
insigne del dogma de la Inmaculada Concepción en el Concilio de Trento, obispo de Ciu-
dad-Rodrigo, y ser el Cardenal Francisco de la misma ciudad, dio origen al error de supo-
ner la rama de Pachecos cardenales.
(2) Errata evidente, pues la Real Cédula está fechada *en la cibdad de Boloña á dos
días del mes de Enero año del nascimiento de ntro. señor... de mil é quinientos é treinta
é tres*.
204
y de Genealogía Española.
D. Carlos Coloma en el libro que escribió de aquellos sucesos, con ocasión
de decir que iba á gobernar los Países Bajos. Vino á España á casarse con
D."* Inés de Toledo y Colona, hija de D. García de Toledo Ossorio, marqués
de Villafranca, duque de Fernandina, príncipe de Montalbán, y de su mujer
D.* Victoria Colona y Aragón, hija de Ascanio Colona, duque de Tallacoz,
príncipe de Paliano y de su mujer D/ Juana de Aragón, princesa de la Casa
Real de Ñapóles.
»Fué después Gobernador y Capitán general del Reino de Galicia, en
cuyo Gobierno sucedió la invasión del general Francisco Drach (terror del
Océano) con la Armada de Anglaterra, que se componía de 200 navios de
guerra, guarnecidos de 18.000 infantes y con ellos puso sitio por mar
y tierra á la Coruña, llave de España de la parte del Norte; apretán-
dole por espacio de diez y ocho días. Y estando aquel puerto y arrabal
(que llaman la Pescadería) sin fortificación considerable y la guarnición
reducida á sólo el número de 300 soldados, para oponerse á tan formida-
ble enemigo y la esperanza de socorro incierta, por todo suplicó (1) la
diligencia y la constancia del Marqués, pues ella sola y el valor de su gente
obligaron á que el general enemigo levantase e'l sitio con pérdida de mucha
gente y más de reputación, embarcando la que le quedaba y retirándose
de aquellos mares.
»Este feliz suceso resonó altamente en toda la Europa, por la fama mili-
tar del Drach, quedando el Marqués con la de su vencedor, y con tanto
crédito que el señor rey D. Felipe II le confió el gobierno de los Estados
de Flandes y la confianza de la Liga Católica, para que la tratase amigable
y diestramente con el Duque de Parma; y que si aquel Príncipe quisiese
hacer tercera entrada en Francia, quedase el Marqués gobernando aquellos
Estados; y si no que entrase mandando el Ejército como su Capitán gene-
ral. Estos designios atajó su muerte estando para embarcarse en el puerto
de Colibre á ejecutarlos, con mucho sentimiento de S. M. y de los buenos
soldados el año 1589.
III. >Quedó de edad de nueve años D. Rodrigo Pacheco Ossorio su hijo,
y de la marquesa D."* Inés de Toledo y Colona su mujer, que fué décimo
señor y tercer Marqués de Cerralvo y desde aquella infancia comenzó á
servir en la forma que permitía, para los méritos que fué adquiriendo al
principio de Menino; y después, siendo muy mozo, acompañó por orden
de S. M. á su tío D. Pedro de Toledo Ossorio, marqués de Villafranca, y
(1) Quiere decir suplió.
205
Revista de Historia
asistió en la embajada de Francia y Tratado de los casamientos. Pasó á los
Estados de Flandes, por Embajador á los serenísimos archiduque Alberto,
y la infanta D." Isabel que residían en Flandes el año 1608. Ejecutando
esta función con igual lucimiento que satisfacción de S. M. el señor rey
D. Felipe III, habiendo antes en el de 1599, recibido el hábito del señor
Santiago y asistido con mucha costa en la jornada de Valencia á sus
Reales bodas (1).
»E1 año de 1613 le hizo merced S. M. del puesto que tuvieron su padre
y abuelo de Gobernador y Capitán general del Reino de Galicia, á que fué el
de 1615 y le sirvió hasta el de 1624, teniéndole defendido y pacífico sin que
se le revocasen sus órdenes en ningún Consejo y defendiendo los derechos
y regalías de S. M., oponiéndose á algunas mercedes particulares para su
mayor servicio.
»Con ocasión del tumulto de Méjico del año de 1623, le mandó Su Ma-
jestad pasar á la nueva España por su Virrey y Capitán general, no dán-
dole más término para su embarcación, desde su nombramiento, que cua-
renta días, y se hizo á la vela el último de la orden, y en casi once años que
duró su gobierno hizo señaladísimos servicios en la paz, en la guerra y en
las importancias (2) de la Real Hacienda; como constó á S. M. y al Con-
sejo Real de las Indias entonces; y á estas tres cláusulas se reducen los
grandes y señalados servicios en la duración de su gobierno, de que en
informe particular se dio larga relación á S. M. (que sea en gloria) cuando
volvió á España.
»Mostró su Real satisfacción de estos servicios, pues los premió con
hacerle del Consejo de Estado, dar título de Conde de Villalobos para los
primogénitos de su Casa en cabeza del Marqués suplicante, su hijo, y man-
darle volver á Flandes con el oficio de Mayordomo Mayor del señor carde-
nal infante D. Fernando, la representación del primer Ministro que tenía Su
Majestad en aquellos Estados; y acompañando estos puestos con el título
de Embajador extraordinario al Sr. Emperador y demás Príncipes del
(1) En 1605 estuvo en Valladolid, según Cervantes: «La sexta cuadrilla fué del Duque
de Alba, de azul, leonado y plata, y con el Duque, D. Diego Sarmiento de Silva, Conde de
Salinas, del hábito de Alcántara, los Marqueses de Cerralvo y Tavara, D. Pedro de Zúñiga,
señor de Miraflores, que va de embajador á Inglaterra »
(Relación de lo sucedido en la ciudad de Valladolid desde el punto del felicísimo naci-
miento del Principe D. Felipe Domingo Víctor, nuestro Señor, hasta que se acabaron las
demostraciones de alearía que por él se hicieron. — Al Conde de Miranda.— Obras Com-
pletas DE Cervantes, tomo II.— JVladrid. Rivadeneyra, 1863.)
(2) Importaciones.
206
y de Genealogía Española.
Norte, previniendo que no asistiese con diferencia en las funciones en que
otros se cubriesen.
»En estos empleos le halló la muerte en Bruselas, á 16 de Abril del
año 1640, habiendo servido en todos desde que comenzó á servir en los
propuestos, con tanta integridad y limpieza, que murió sin haber parecido
que los tuvo, y tan pobre, que el Marqués suplicante, su hijo, se ha visto
obligado á no poder aceptar (como no la ha aceptado) la herencia patri-
monial de su padre. Estuvo casado con D.^ Francisca de la Cueva, hija de
D. Beltrán de la Cueva, sexto duque de Alburquerque, y la duquesa doña
Isabel de la Cueva, su primera mujer.
IV. >Don Juan Pacheco Ossorio, que nació de este matrimonio, y es
onceno Señor y cuarto Marqués de Cerralvo, y primer Conde de Villa-
lobos, pasó á servir á Flandes con su padre, el año 1638, y comenzó á ser-
vir con una pica sin sueldo particular, como nunca le ha percibido, sino el
de los puestos que ha ocupado. Hallóse en la recuperación á&\ dique de
Calvo, y fuertes de aquella ribera, que ocupaban holandeses, que fué una de
las facciones de más importancia y reputación de aquel tiempo, y continuó
sirviendo en otras diversas ocasiones, hasta que el Sr. Cardenal Infante le
hizo merced de una compañía de caballos, y luego de otra, con que fué dos
veces Capitán de caballos en aquel ejército, con diferentes patentes.
>No consiguió en el otro ascenso, sino el mérito de hallarse con este
puesto en el socorro de Gueldres, donde fué derrotado el ejército de los
holandeses, y en el que se intentó de Arras, sitiada por el de Francia,
habiendo pretendido el Marqués y alcanzado llevar la vanguardia de la
caballería del Ejército. Continuó sus servicios en otras ocasiones, hasta que
se halló obligado de volver á España, acompañando en su viudez á la Mar-
quesa, su madre; y deseando proseguirlos en la guerra de Cataluña, fué
tercera vez Capitán de caballos de una de las compañías de las Órdenes
Militares, en su creación primera, como Caballero de la de Calatrava (1).
•Hallóse después sirviendo con una pica en el sitio y restauración de
Monzón, y Su Majestad le-mandó el año de 1644 servir la Tenencia Gene-
ral de la Caballería de las Órdenes, á que obedeció, no habiendo muchos
ejemplares de que hubiese servido en aquel puesto hasta entonces persona
de su grado. Pero tuvo en él la suerte de hallarse en la célebre batalla que
se dio al enemigo á la vista de Lérida, donde tocándole el cuerno izquierdo
(1) Fueron aprobadas las pruebas en 8 de Enero de 1621, como hijo del Marqués de
Cerralvo, según el expediente que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, donde
también se guarda el de su padre, con noticias interesantes del comunero Maldonado.
207
Revista de Historia
del ejército de Su Majestad, y siendo rechazada la caballería del derecho,
del propio ejército, quedó enteramente roto el del enemigo, con la singular
circunstancia de no llegar á medir las picas los escuadrones de la infante-
ría, que por ser tan rara y extraordinaria, es preciso expresarse.
«Después volvió segunda vez á Flandes con orden de S. M. á servir los
puestos de Maestre de campo y Sargento general de batalla, sin preceder
pretensión suya, y obedeciendo el orden real, pasó á aquellos Estados
donde le tocó mandar el ataque de los españoles en el socorro de Valencia-
nas, donde se rompió el ejército del enemigo, á que se siguió la dicha no
esperada de que S. M. mandase insinuarle sería de su Real agrado que el
Marqués sirviese el oficio de Caballerizo mayor del Señor D. Juan de Aus-
tria; que obedeció con la prontitud debida á la sazón y circunstancia de
estimación suya, que consideró en tan señalada merced, pidiendo sólo la de
que no había de embarazarle la asistencia y ejercicio de sus puestos en el
Ejército.
»Con ellos fué continuando el servicio hasta que S. M. fué servido de
hacerle merced del de Castellano de Amberes, que aceptó, no sin tanto des-
consuelo de apartarse de los peligros de la campaña, que bastasen los acre-
ditados ejemplares de sus antecesores para quitarle el escrúpulo de que se
imaginaba buscaba el descanso. Así suplicó á S. M. fuese servido de man-
dar conservarle el ejercicio de su tercio, para salir con él á militar en las
ocasiones á orden de todos los que mandasen á los Maestres de campo, sin
acordarse de haber sido General de batalla y ser Castellano de Amberes, y
posponiendo esta parte de autoridad propia (y tan amada y controvertida
por todos los cabos) á la de tener la posibilidad de servicio con más riesgo,
y más repetidamente en todas las ocasiones de empeño del Ejército Real.
> Sirvióse S. M. de resolver y enviar á mandar, con orden especial que
se mantuviesen vivos en su persona los tres puestos de Castellano de Ambe-
res, General de batalla y Maestre de campo. Y con este último logró y eje-
cutó la fineza de este intento, hallándose en la batalla de las Dunas de Dun-
kerke, sin otra prerrogativa que mandarle y haber sido el último escuadrón
que en aquella ocasión se mantuvo entero, hasta que, embistiéndole el ene-
migo por todas partes con Infantería y Caballería, le rompió, quedando el
Marqués prisionero y herido de una estocada en la barba. Y porque de la
particularidad con que sirvió en esta ocasión y en todas las que hubo en
Flandes durante el gobierno del Señor D. Juan en aquellos Estados, tiene
tan autorizado testigo como S. A., y no lo expresa por menor.
»Sólo se pone en consideración que habiéndole mandado S. A. que le
viniese sirviendo en su viaje á España y pasaje por Francia, le ejecutó á
208
y de Genealogía Española.
tiempo que la conclusión de las paces de los Pirineos le cerró el paso de
volver á servir á S. M. en aquellos Estados, pudiendo ser igualmente oca-
sión de rendirse á los cortos medios con que se halló para hacer su tercer
viaje cuando S. M. le hizo merced del puesto de Capitán general de la
Armada Naval de aquellos Estados y Maestre de campo, General de su
ejército.
» Habiéndose servido V. M. de hacerle merced del puesto de Virrey y
Capitán general de Cataluña, fué á servirle á costa de tan gran empeño de
su Casa, que hoy le tiene con la descomodidad que es notoria y con el des-
crédito de habérsele enviado sucesor sin haber cumplido el término de su
Gobierno, hallándose en la campaña con las armas en la mano mandando
el Ejército en defensa de aquel Principado, de que no había perdido plaza
ninguna, aunque contrastaba contra un ejército de más que doblado numero
y prevenciones de mayor ventaja; suceso tan sin ejemplo como lo ha puesto
por otro memorial más largamente en la real consideración de V. M., de
cuya grandeza espera el reparo de un descrédito de tal tamaño, que alcan-
zaría desde la desgracia de treinta y nueve años de honrados servicios per-
sonales á la antigüedad de su Casa y estimación de sus ascendientes, no
sirviéndose V. M, de honrar su memoria con la Grandeza que pretende para
su Casa y persona.»
El Conde de Doña-Marina.
(Se continuará.)
209
Revista de Historia
SAN MIGUEL DE POCES
(CONCLUSIÓN)
W
El templo de San Miguel de Poces.— Fué el siglo XIII para las
Bellas Artes un nuevo resurgir después de las épocas interminables de su
decadencia; consiguiendo la Ar-
quitectura en aquellos años su
mayor grandeza y esplendidez,
pues á pesar de que algunos es-
píritus austeros condenaban en
sus escritos el lujo que se intro-
ducía en las nuevas construccio-
nes de los templos católicos, con
la elevación de sus naves y la lon-
gitud desús interiores, como igual-
mente la riqueza que se invertía
en las pinturas de sus muros y
artesonados, exclamando con algo
de fariseísmo: «¡oh. Iglesia, que
cubre de oro sus piedras y deja
á sus hijos sin vestidos!», estos
gemidos no eran atendidos, arras-
trando más á la opinión las pala-
bras de Suger: ^qae cuanto más
valor tienen las cosas, más obli-
gación hay de consagrarlas á
Dios», notándose por doquier un deseo universal de levantar templos,
cuanto más suntuosos, mejor.
Aragón no fué á la zaga en este resurgir del Arte; antes al contrario,
esmaltó su fértil suelo con multitud de templos á cual más suntuosos, por-
210
Presbiterio de Poces.
y de Genealogía Española.
que en todos iba á porfía el arcaico románico y el naciente ojival, no
luchando por destruirse, sino, al contrario, por quién podía dar más esbel-
tez y más delicados encajes en sus adornos.
Entre los múltiples monumentos aragoneses que podríamos enumerar
de esta época, uno es el suntuoso templo del Hospital que mandara edificar
D. Eximino de Poces, que es de forma de cruz latina, al cual se entra por
una puerta del más esquisito gusto románico, constando de cuatro arcos
semicirculares que en degrada-
ción van disimulando el grueso
del muro; estos arcos, ricamente
bordados en zig-zag, en arquitos,
para de nuevo repetir el zig-zag
ostentan como adornos interme-
dios las puntas de diamante, ver-
daderas cabezas de clavos, ador-
no exclusivo de Aragón, y que
nos habla de la batalla de Úbe-
da (1), y arquitos intermedios de
media caña, quedando encerrada
toda la arquivolta por linda franja,
que cubre con idéntico dibujo la
imposta. Los capiteles, de forma
corintia, no decaen en la elegan-
cia en sus abacos, cubiertos de
hojas de finísima labor. Despro-
vistos estos capiteles de fustes,
van simuladas sus columnas con
medias cañas, costumbre que he-
mos visto repetida en varias portadas de aquel tiempo. El dintel, labrado
con igual gusto, no puede apreciarse en todos sus detalles, por impedirlo
diversas capas de cal que en repetidos blanqueos han venido á ocultarlo.
Esta costumbre de blanquear, digna de reproche, porque nos priva del
placer de admirar tan notables dibujos, tal vez sea un bien para nuestros
sucesores, que, con mejor suerte que nosotros, puedan admirar estas obras,
si saben conservarlas, ya que nuestra apatía actual tan poco interés des-
pliega por ellas.
Sepulcro de D. Exlmiuo de Poces.
(1) Véase la revista Linajes de Aragón, 1. 1, pág, 115.
211
Revista de Historia
Protege la portada una ligera cornisa, descansando sobre catorce cane-
cillos simples.
Nótanse en cada una de las piedras labradas de esta fábrica diversas
rayas y figuras geométricas hechas á cincel, que algunos han creído ser
geroglíficos, cuando tan sólo son la inicial del cantero que las labraba,
hecha en la escritura rúnica que entonces se usaba. En cambio, pocos se
han fijado en el escudo de los Sanjuanistas, hecho de la misma manera
en el muro del crucero, y que viene á disipar las dudas de algunos escri-
tores antiguos y hasta de nuestros días que toman dicho templo como con-
vento de templarios.
Recorriendo su exterior, llegamos á su ábside, que es tríptico, pero no
circular, como el que ostentan otros templos románicos, sino octógono,
obedeciendo al ojival con gruesos contrafuertes que suben hasta el tejado;
rasgados sus lienzos con largas ventanas, coronadas de artísticos arcos
ojivales unas veces y otras de medio punto, sostenidos en esbeltas y del-
gadas columnas con sus respectivos capiteles cónicos, pequeñitos y cu-
biertos de follaje.
En lo alto del ábside central, un magnífico rosetón en forma de estrella
es el encargado de enviar abundante luz al interior, armonizándola con los
otros dos rosetones de los muros laterales del crucero y el del muro opuesto,
en que termina la nave central.
En su tiempo, cerrados los huecos de estos rosetones por cristales de
colores diversos, inundaban el interior de polícroma luz, que acrecentaba
más y más la belleza de este monumento.
La cornisa que sostiene el tejado descansa en una serie de canecillos
que encantan por su sencillez en medio de aquella profusión de ajedreza-
das y bien ejecutadas líneas.
Pasando ya á ocuparnos del interior de este monumento, diremos que
en él la cúpula es substituida por un cruce de arcos de igual altura que la
nave central y del crucero, cuyas arquivoltas y nervaduras son del más puro
ojival. Las naves, espaciosas y de alta bóveda, apuntando la ojiva, están
desprovistas de nervios, descansando los sencillos arcos en unos canecillos
que por la parte inferior vienen á confundirse con el muro.
Pero donde el ojival desplegó todo su gusto es en las tres únicas capi-
llas que tiene este templo, y son la del altar mayor y las laterales, que es-
taban dedicadas: la del lado del Evangelio, á San Juan Bautista; la del lado
de la epístola, á San Miguel Arcángel, y la central ó presbiterio, á la San-
tísima Virgen en su Natividad, de la que se conserva una preciosa imagen
de talla, perteneciente al siglo XII; está sentada, bendiciendo con la mano
212
y de Genealogía Española.
derecha y con la izquierda sostiene al Niño Jesús, que también bendice al
modo griego, mientras que en la mano izquierda tiene un mundo ó esferita.
Es de una vara de alta, y por la fotografía que ilustra estas líneas podrá el
lector apreciar sus detalles, tan genuinos de aquella época. Aun conserva
el nombre de Nuestra Señora de Poces, y la tradición dice era la que ya
antes se veneraba en el castillo, lo cual no es admi-
sible, porque no puede remontarse á tanto su anti-
güedad, aunque sí pudo acontecer que en la capilla
de dicho castillo de Poces se venerara alguna ima-
gen de la Santísima Virgen, y al edificarse el reta-
blo, digno de tan suntuoso presbiterio, se colocara
en el centro la imagen que nos ocupa. No sólo este
retablo del altar mayor, sino que también los de las
capillas laterales han desaparecido, sin que me
haya sido posible averiguar su paradero; substitu-
yéndose el del altar mayor por uno del más pésimo
gusto barroco, que es el actual. En este templo se
viene aún celebrando un Jubileo todos los años, en
que se puede lucrar indulgencia plenaria visitándole
desde la víspera de la festividad de la Natividad
de Nuestra Señora hasta la puesta del sol del mis-
mo día, según consta por dos Breves que se con-
servan en el archivo de la parroquial del próximo
pueblo de Ibieca: el uno de Benedicto XIV, fecha 12
de Junio de 1752, en el que se dice que «siguiendo la antigua costumbre
de este Jubileo, se concede por siete años indulgencia plenaria á los que en
dichos días, confesados y comulgados, visiten este templo». El otro Breve
es de Pío V, de fecha 23 de Mayo de 1804, concediendo in perpetuum
esta gracia.
Durante el verano trasladan esta imagen á la parroquial de Ibieca, colo-
cándola en el presbiterio, y cuando alguna nube amenaza destruir los frutos
del campo con el pedrisco, la sacan á la lonja del templo, donde se hace el
exconjuro.
Esta imagen va cubierta con diversos ropajes y mantos de ricas telas, á
lo cual puede atribuirse su buen estado de (relativa) conservación, si se
tiene en cuenta las muchas traslaciones que viene sufriendo, llevada en
andas por pésimos caminos y distancias de alguna consideración.
En los dos muros del crucero ábrense dos arcos de forma ojival, guar-
dando grandes sepulcros, que descansan en el firme del zócalo, adornado
213
Nuestra Señora de Fuces.
Revista de Historia
con cuatro sencillas columnas románicas. Los dos del lado de la epístola
guardan los restos de los fundadores, uno de ellos D. Atho y el otro don
Eximino, en el primero de los cuales se lee la siguiente inscripción:
ANNO. DNI. MCCCII. DIE LVN.
XIII. KALENDAS. OCTOBRIS OBIIT.
NOBILIS ATHO. DE. FOCIBVS. FILIVS
QVONDAM. EXIMINl. DE. FOCIBVS.
QVI. HANC ECCLESIAM EDIFICA
BIT. QVORVM ANIME REQUIES
CANT IN PACE. AMEN.»
Los dos sepulcros del otro lado del crucero ignórase á quiénes pueden
pertenecer; tal vez algún día, cuando la cal se desprenda de estas paredes
y deje al descubierto las ricas pinturas murales que hoy oculta, se pueda
descubrir en ella alguna inscripción por la cual lleguemos en conocimiento
de á quiénes pertenecieron.
En suma, son tantas las bellezas que encierra este templo, que nos
haríamos interminables si descendiéramos á estudiar la diversidad de ador-
nos de sus capiteles, la pila que fué bautismal de la primera época, la puerta
que comunicaba con el' claustro, condenada y mutilada hoy para hacer la
escalera á la torre, etc., etc. El alma se extasía en el interior de aquel tem-
plo, preciosa maravilla de la arquitectura del siglo XIII, que si hasta ahora
ha sabido hacer frente á la acción demoledora de los tiempos y ha ocultado
como humilde violeta su hermosura entre las punzantes hojas de las encinas
que la rodean, librándose así de la demoledora piqueta, hoy, decrépita ya,
empieza á sucumbir al peso de sus años, siguiéndose en día no lejano su
total derrumbamiento si una mano restauradora no le tiende paternal pro-
tección.
Ningún historiador de Aragón nos habla de estos caballeros sanjuanis-
tas que moraban en Foces, lo cual parece sumamente extraño, teniéndose
en cuenta la corta distancia que les separaba de Huesca. La tradición sólo
dice de ellos que tenían trece pares de muías (todas blancas) para la
labranza de las grandes posesiones que tenían en aquellos contornos, y en
un dietario manuscrito que conservan los señores de Borau de Liesa, entre
otras cosas, al examinarle encontré ésta, referente á dichos caballeros, que
por lo lacónica me llamó la atención; dice así: «Estos caballeros (los san-
juanistas de Foces) fueron degollados el año 1309, el día de San Juan
214
y de Genealogía Española.
Evangelista por la noche, que, como era fiesta grande de ellos, no podían
faltar de casa, y así cuando estaban en maitines murieron todos».
Esta noticia incitó más y más mi codicia á investigar la trágica desapa-
rición de estos religiosos de Poces, y no he podido hasta la fecha encontrar
el más remoto indicio, siendo de extrañar, repito, que ningún cronista, in-
cluso el P. Ramón, de Huesca, digan una sola palabra de cuándo dejaron
de existir en Poces los caballeros de San Juan de Jerusalén y la causa.
De esta manera tan fría hemos de dar fin á estas cuartillas, animándonos
la esperanza de poder algún día dar la grata sorpresa á nuestros lectores
de describir con profusión de detalles no sólo este dato, si no también
otros no menos interesantes para la historia.
Gregorio García Ciprés.
215
Revista de Historia
Armas de los Van-Halen.
FAMILIAS ESPAÑOLAS DE OEEN FLAMENCO
LOS VAN-HALEN
Esta familia es originaria de la ciudad de Weert en el Ducado de Guel-
dres, donde se hallaba establecida desde tiempo inmemorial, gozando de
todas las prerrogativas y preeminencias que disfrutaban los nobles y siendo
considerada como una de las principales de la comarca. Una rama de ella
vino á establecerse en Cádiz á mediados del siglo XVIII y fué el origen y
tronco de los Van-Halen españoles que habían de hacer célebre su apellido
al siguiente siglo, elevándose algunos de sus miembros á los puestos más
altos de la nación española, y volviendo uno de ellos á su país de origen
para ser su libertador y consolidar su independencia.
El primero de los Van-Halkn de que tenemos noticias fué:
I. Enrique Van-Halen, casado en la iglesia parroquial de San Martín,
de la ciudad de Werthem, el 29 de Agosto de 1624, con Catalina Wenverts,
y de este matrimonio fué hijo:
II. Juan Van-Halen, nacido en Werthem, bautizado el día 16 de Fe-
brero de 1629. Fué Cónsul de su pueblo natal y casó el 15 de Diciembre
de 1668, con Elena Holtmans, hija de Alberto Holtmans y de Isabel Heys-
216
y de Genealogía Española.
termans, nacida en Werthem y bautizada el 29 de Octubre de 1649: fueron
hijos de este matrimonio:
1 .° Enrique Van-Halen, que sigue la línea.
2." N. Van-Halen, que ignoramos con quien casó, pero sí sabemos fué su hijo
D.Jacobo Bernardo Van-Halen, miembro de la Universidad de Lovaina, Abogado
del Supremo Consejo de Brabante.
III. Enrique Van-Halen nacido en Werthem, bautizado el 8 de Abril
de 1673, casado el 12 de Enero de 1701 con Z)." Ana Catalina hranchen, de
cuyo matrimonio fueron hijos:
1.° Donjuán Van-Halen y Franchen, que sigue la línea.
2.° Don Gerardo Francisco Van-Halen y Franchen, bautizado en Werthem el 22
de Junio de 1711: éste y su hermano fueron los primeros que vinieron á estable-
cerse á España; lo vemos figurar como testigo en el nacimiento del hijo segundo de
su hermano el año 1760; ignoramos si casó y creemos que, si lo hizo, no tuvo
descendencia.
IV. Don Juan Van-Halen y Franchen, nacido en Werthem, bautizado en
la iglesia parroquial de San Martín el 1.° de Agosto de 1702; ignoramos
hacia qué época vino á España, pero el año 1740 lo encontramos ya vi-
viendo en Cádiz; estuvo casado en primeras nupcias con D.^ Margarita
Patricia Ley, con la cual creemos no tuvo hijos. Casó segunda vez en Cádiz
el 29 de Septiembre de 1745 con Z)." Brígida Clementina O'Morphy, natural
de Cádiz, hija de D.Juan O'Morphy, Capitán de fragata de la Real Armada
y de D." Elida Wadding, naturales de Wexf ord (Irlanda).
Este D.Juan Van-Halen hizo información de su nobleza, donde consta,
por certificado dado por los Estados nobles de la Gueldria Austríaca, que
la familia Van-Halen oriunda de la ciudad de Weert, en el Ducado de
Gueldres, era una antigua familia patricia y reconocida por noble, con sus
armas pintadas (de plata una faja azul y tres rosas de su color, dos en jefe
y una en punta) en las vidrieras del Convento de Padres menores reco-
letos de Werthem, y así se hizo constar en la Asamblea general de los Es-
tados de Gueldres el 4 de Diciembre de 1772. Anteriormente por testimonio
del Pretor Cónsul y Magistrados de la ciudad de Werthem, dado en 8 de
de Enero de 1770, se hizo constar que la familia Van-Halen era de las más
nobles y distinguidas de la región y siempre se habían conservado fieles á
la religión católica. Estas informaciones debieron hacerse para poder ingre-
sar sus hijos en la Armada.
Fueron hijos de D. Juan Van-Halen y de D." Brígida Clementina
O'Morphi:
217
Revista de Historia
1." Donjuán Van-Halen, nacido en Cádiz el 31 de Julio de 1747: ingresó como
Guardia Marina en la Real Armada: pasó después á Guardias Walonas y creemos
no casó.
2." Don Antonio Van-Halen y O'Morphi, que sigue la línea.
V. Don Antonio Lucas Van-Halen y O'Morphi, nació en Cádiz y fué
bautizado el 4 de Octubre de 1760: ingresó en la Armada el año 1772 de
Caballero Guardia Marina, ascendiendo á Alférez de fragata el año 1775 y
murió en Madrid á principios del siglo XIX, siendo Oficial jubilado de la
Secretaría de Marina, y Secretario de S.M. Había casado en Madrid el 30 de
Marzo de 1787, mediante poder otorgado á favor del padre de la novia
con D." Francisca María Teresa Sarti y Castañeda, nacida en Cartagena
el 27 de Agosto de 1763, hija de D. Manuel Sarti, Comisario ordenador de
Marina, natural de Barcelona y de D." Isabel Antonia Castañeda, natural
de Cartagena y nieta paterna de D. Juan Sarti, Coronel del Real Cuerpo
de Artillería, natural de Sestino (Toscana) y de D." Francisca Colli, natu-
ral de Cataluña. Murió D." Francisca Sarti en Madrid el año 1835 y otorgó
testamento el 8 de Marzo de 1835 ante el escribano Alfonso López Gijón,
estando ya viuda de su marido.
Fueron hijos de D. Antonio Van-Halen y de D.° Francisca Sarti:
1.° Don Juan Van-Halen y Sarti, que sigue la línea.
2,° Don A ntoniojuan, María, Julián, Sebastián, Van-Halen y Sarti, primer Conde
DE Peracamps, nacido en la Real Isla de León el 20 de Enero de 1792, bautizado el
día siguiente. Sentó plaza de Guardia Marina el 3 de Noviembre de 1804 y ascendió
á Alférez de Fragata el 23 de Febrero de 1809, siguiendo en la Armada hasta 29 de
Mayo de 1815, que pasó, siendo Alférez de Navio, al Ejército como Ayudante del
Regimiento de Infantería del Rey. En 30 de Julio de 1833 obtuvo el grado de Coro-
nel y el 8 de Enero de 1835, la efectividad; ascendió á Brigadier en 6 de Junio
de 1836, á Mariscal de Campo en 24 de Mayo de 1837 y á Teniente general en 24 de
Diciembre de 1838. Se halló en la guerra de la Independencia, en la expedición
de Montevideo y reconquista del Virreinato de Santa Fe; en las operaciones de 1823
perteneciendo al Ejército Constitucional; y en la primera guerra civil carlista.
Siendo Brigadier mandó regimiento, brigada y división: fué Comandante general
de la Alta y Baja Montaña de Cataluña y luego de la provincia de Huesca: fué Jefe
de Estado Mayor del ejército del Norte, y de Teniente general fué nombrado Ge-
neral en Jefe del ejército del Centro y Capitán general de Valencia y Aragón.
En 1840 se le nombró Capitán general de Cataluña y General en Jefe de su Ejér-
cito, ganando la memorable batalla de Peracamps el 24 de Abril y la del 28 en que
fué gravemente herido; cuyos hechos, añadidos á sus anteriores servicios, le valie-
ron el título de Conde de Peracamps. En 1842 quedó de cuartel, y estuvo emigrado
del 43 al 47. En Marzo de 1851 ingresó en el Tribunal Supremo de Guerra y Ma-
rina, del que fué nombrado Presidente en Agosto de 1854. Fué después Vocal de
la Junta Consultiva, en cuyo cargo falleció en Madrid el 27 de Octubre de 1858.
218
y de Genealogía Española.
Estaba en posesión de las Grandes Cruces de San Fernando, San Hermenegildo
y Carlos III (1).
Había casado el primer Conde de Peracamps, siendo Teniente coronel de
Caballería, en Cádiz el 3 de Julio de 1821, con D.'^ María de la Candelaria Las-
quetty y Salaverria (2), nacida en Cádiz, hija de D. Francisco Lasquetty y Las-
quetty. Teniente de navio de la Real Armada, y de D," Agustina de Salaverria y
Sánchez de Madrid, y de este matrimonio fueron hijos:
1) Doña Agustina Van Halen y Lasquetty, segunda Condesa de Peracamps,
Dama noble de la Orden de María Luisa, nacida en la ciudad y puerto de Santa
María el 24 de Agosto de 1826, Casó en Madrid el 3 de Junio de 1850, con D. Luis
Armero y Millares, Teniente general de los Ejércitos nacionales, natural de Noya
(Coruña), hijo de D. Manuel y D." María Josefa. Quedó viuda á los tres años de
su matrimonio, y volvió á contraer segundo enlace con D. Eduardo Alarcón, Ofi-
cial retirado del Real Cuerpo de Artillería, y no tuvo sucesión de ninguno de los
dos matrimonios. Murió la Condesa de Peracamps en Madrid, el 10 de Marzo
de 1911.
2) Doña Francisca Antonia Van-Halen y Lasquetty, nació en Cádiz el 1 1 de Sep-
tiembre de 1828, y casó con el Brigadier de la Real Armada, después Vicealmirante
y Ministr» de Marina, D. Francisco de Paula Pavía y Pavía, hijo de D.José Fermín
Pavía, Jefe de escuadra de la Real Armada, y de D." N. Pavía. Murió D." Francisca
Van-Halen en Madrid, el 24 de Abril de 1854, dejando dos hijas, D." Candelaria,
que murió soltera, y D." María de los Dolores Pavía y Van-Halen, tercera y actual
Condesa de Peracamps, casada con D. Luis Mellan y Chiappi, de quien tiene tres
hijos, D. Antonio, D.'^ María de la Candelaria y D." María de los Dolores.
3) Doña Enriqueta Van-Halen y Lasquetty, nacida en Madrid el año 1833,
casada en Madrid el 27 de Abril de 1850, con D. Carlos de Vargas Machuca, Bri-
gadier del Ejército, después Mariscal de campo, natural de Ceuta, hijo de don
Dámaso y de D," Tomasa Cerveto, que estaba viudo de D." María de la Cande-
laria Flórez. Don Carlos de Vargas Machuca murió en Madrid el 10 de Octubre
de 1876, dejando por hijos á D. Enrique, D. Antonio y D," Isabel Vargas Machuca
y Van-Halen.
4) Doña Candelaria Van-Halen y Lasquetty, nacida en Madrid el año 1838, falle-
ció soltera en Madrid el 14 de Agosto de 1875.
5) Doña Victoria Van-Halen y Lasquetty, nacida en Madrid el año 1840, casó
con D. Enrique Zuloaga, Capitán de navio, y murió en Madrid el 1.° de Julio
de 1873, dejando cuatro hijos: D." Carmen, D." Isabel, D." Victoria y D. Antonio
Zuloaga y Van-Halen.
3.° Don Manuel María Loreto Van-Halen y Sartí, nacido en la Isla de León el
10 de Diciembre de 1794. Fué militar, y el año 1820 lo encontramos de Oficial de la
(1) Fué el General primer Conde de Peracamps un culto y entendido escritor militar:
escribió, Maniobras útiles para la Infantería, Barcelona, 1841 ; Prontuario de voces para el
ejercicio y maniobras de la Infantería, Barcelona, 1841, y Diario razonado de los aconteci-
mientos que tuvieron lugar en Barcelona desde el 13 de Noviembre al 22 de Diciembre
de 1842.
(2) En el artículo que publiqué en el número 3 de esta revista acerca de la familia Las-
quetty, figura equivocadamente esta señora con el nombre de María de los Dolores (pági-
na 131, línea 35). Sirva esta nota para deshacer aquel error.
219
Revista de Historia
Milicia Nacional de Madrid. Estuvo casado con D." Joaquina Pérez Maf/ey, y ya
había fallecido en 1835, pues su madre no lo nombra en su testamento. Fué su hijo:
Don Francisco VanHalen y Pérez Maffei, que nació en San Fernando el 6 de
Septiembre de 1823. Ingresó en la Academia de Ingenieros el 29 de Agosto de 1838,
ascendiendo á Teniente de Ingenieros el 18 de Mayo de 1843, á Capitán el 20 de
Noviembre de 1847, á Coronel graduado de Infantería el 11 de Septiembre de 1854
y á primer Comandante de Ingenieros el 16 de Abril de 1857. Prestó sus servicios
en la Dirección de la Isla de Cuba, en la de Galicia y en la de Castilla la Vieja; fué
profesor de la Academia del Cuerpo, é hizo toda la campaña de Santo Domingo,
donde se portó admirablemente, soportando con energía el mal estado de su salud,
que le obligó á ingresar en Inválidos, y por último le costó la vida, falleciendo el
3 de Junio de 1869, habiendo otorgado testamento en Guadalajara el 9 de Abril
de 1863, ante el Notario D. Mariano López Palacios.
Había casado en la Habana el 16 de Octubre de 1848 con Df Matilde Galainena
Castro y Palomino, hija de D. Carlos y de D." Leonor, de cuyo matrimonio tuvo:
1.°, á D. Manuel Van-Halen y Galainena, que nació el año 1851 y murió él siguiente;
2.°, á D." Ana Candelaria Van-Halen y Galainena, nacida en la Coruña el 9 de Sep-
tiembre de 1852, casada con D. Narciso Ribot, Gobernador que fué de varias pro-
vincias, de quien tiene una hija, D." Matilde Ribot y Van-Halen, y 3.°, á D." Joa-
quina Van-Halen y Galainena, nacida en Madrid el año 1855, y muerta en el mismo
punto el 25 de Marzo de 1866.
4.° Doña María del Carmen Van-Halen y Sarti, casada con D. Antonio Monte-
negro, Brigadier del Ejército y Mayordomo de S. M., ignorando su sucesión, si la
tuvo,
5.° y 6.° Doña Clementina y D." Isabel Van-Halen y Sarti, que creemos murie-
ron solteras.
VI. Don Juan Van-Halen y Sarti, nació en la Isla de León el 16 de Fe-
brero de 1788. Siguiendo las honrosas huellas de su padre y tíos, empren-
dió la carrera de marino, ingresando en el Real Cuerpo de Guardias Marinas
por Real orden de 21 de Enero de 1803, y embarcó, una vez examinado de
los estudios elementales, el 11 de Octubre del mismo año en la fragata
Anfitríte, donde prestó el servicio de su clase hasta el 11 de Enero de 1806
que ascendió á Alférez de fragata. En 22 de Mayo del año siguiente
fué destinado á las órdenes del Ingeniero General de Marina, en Madrid,
por cuya causa se hallaba en la corte el glorioso día 2 de Mayo de 1808, y
tomó una parte muy distinguida en las hazañas que en- aquel día memora-
ble inmortalizaron al pueblo madrileño, recibiendo, frente al Parque de Ar-
tillería, una herida en un hombro. Pasó después al Departamento del Ferrol
encargándose del mando del cañonero Estrago, cuyo cargo dejó por haber
sido nombrado ayudante interino de aquella Mayoría General, y cuando los
franceses tomaron la plaza en 1809, fué hecho prisionero y conducido á Ma-
drid, donde se hallaba su padre que había sufrido la misma suerte. Las su-
gestiones de algunas personas influyentes colocadas cerca del rey José le
220
y de Genealogía Española.
hicieron seguir sus banderas, ingresando en la Guardia del Rey, y sirvién-
dole con lealtad hasta el año 1813, después de haber desempeñado varias
comisiones de importancia, haciendo tres viajes á París, uno dejelios acom-
pañando al rey José para la ceremonia del bautizo del Rey de Roma (1).
Un desaire que le hizo el Rey, indignó su natural altivo y fué causa de que
volviese sus ojos á su Patria y abandonase á los franceses; destinado á las
órdenes del Mariscal Suchet y fingiendo órdenes suyas, se presentó delante
de las plazas de Lérida, Mequinenza y Monzón para que las evacuasen los
franceses, como así lo hicieron, entrando en ella los españoles (2). Este
gran servicio le valió que le fuesen devueltos todos sus honores, reingre-
sando en el Ejército español con fecha 26 de Marzo de 1814, con el empleo
de capitán de Caballería. Sus opiniones liberales le hicieron atraerse las
sospechas del Gobierno absoluto, y estando en Andalucía de Guarnición
trabó íntimas relaciones con López Pinto, Romero Alpuente y Torrijos, de-
dicándose á conspirar para restablecer el sistema constitucional, y descu-
biertos por un tal D. Antonio Calvo, fué preso en Murcia el 22 de Septiem-
bre de 1817 y conducido á la cárcel de la Inquisición, desde donde se le
trasladó á Madrid, consiguiendo fugarse y emigrando á Inglaterra. De allí
pasó á Rusia, y protegido del ingeniero español Béthencourt, que era en-
tonces Director de Puentes y Calzadas del Imperio ruso, entró á prestar
sus servicios en aquel Ejército, siendo destinado á la campaña del Cáucaso,
á las órdenes del célebre general Yermolow, distinguiéndose notablemente
en el asalto de Joserek, por cuya acción fué condecorado con la cruz de
San Jorge (3). Restablecido en España el sistema constitucional, regresó á
su Patria, siendo destinado al poco tiempo al regimiento de la Constitu-
(1) Fueron célebres en Madrid sus frecuentes lances y desafíos con los franceses, pues
á pesar de haber reconocido el Gobierno de éstos, su altivez española no toleraba se ha-
blase mal en su presencia de sus compatriotas Esta fué una de las causas que obligaron
al rey José á alejará Van-Halen con frecuentes comisiones á Francia. Dos de sus más
famosos desafíos fueron el que tuvo con el hermano del General Sabatini y el que verificó
con el célebre espadachín Coronel Monteléger; en este último recibió una gravísima herida
que le tuvo á los bordes del sepulcro.
(2) La estratagema de que se valió para recobrar las plazas de Lérida, Mequinenza y
Monzón, la describe Van-Halen con todo lujo de detalles en su folleto: Restauración de
¡as plazas de Lérida, Mequinenza y castillo de Monzón por medio de una estratagema:
Ocupación de éstas por una de las divisiones del primer Ejército español, en los dias 13,
14 y 16 de Febrero de 1814. Madrid. Imp. Real, 1814. Un folleto de 80 págs. 8.°
(3) Para estudiar la estancia y hechos de Van-Halen, en Rusia, véase la obra: Dos años
en Rusia, obra redactada á la vista de las memorias y manuscritos originales del General
D. Juan Van-Halen, por D. Agustín Mendía, seguida de un apéndice original de este íiltimo,
titulado Rusia desde Pedro el Grande hasta nuestros dias. Valencia. Imp. de D. José Ma-
ten Garín, 1849. Un vol. de 8.°, 454 págs.
221
Revista de Historia
ción, prestando importantes servicios persiguiendo á las facciones realis-
tas, siendo gravemente herido en la acción de Vendrell, por cuyo hecho de
armas se le concedió la cruz de San Fernando (1).
Á la caída del Gobierno constitucional volvió á expatriarse, perseguido
por sus ideas liberales, y marchó á la Habana, donde la hostilidad que le
manifestaron las autoridades de la Isla le obligaron á abandonar el país,
marchando á los Estados Unidos, y en Mayo de 1826 se trasladó á Europa,
donde negocios domésticos le obligaron á establecerse en Bélgica, cuna
que fué de sus antepasados y donde su nombre se había de inmortalizar es-
cribiendo la página más brillante de su vida militar.
Bélgica, no pudiendo soportar más tiempo el yugo de Holanda, se en-
contraba en plena revolución el año 1830. Bruselas había empezado el
levantamiento el 25 de Agosto y se encontraba asediada por el ejército que
mandaba el Príncipe Federico, hijo segundo del rey Guillermo, que gozaba
de gran reputación militar. Van-Halen residía entonces en Bruselas, donde
se había captado grandes simpatías, y no permitiéndole su carácter inquieto
permanecer en la inacción, cooperó á la construcción de las obras de de-
fensa y prestó grandes auxilios á los sitiados. La ciudad se encontraba sin
autoridades y el día 24 de Septiembre nombró un Gobierno provisional que
había puesto sus ojos en Van-Halen, convencido de sus grandes dotes or-
ganizadoras y militares, y le nombró Comandante en Jefe de las fuerzas ac-
tivas de Bélgica, que formaban un total de 8.000 hombres, con los que de-
rrotó por completo á los holandeses, arrojándolos de Bruselas y más tarde
de la provincia de Brabante por medio de una sorpresa nocturna, en la que
el Príncipe Federico, obligado á dejar precipitadamente su tienda, hubo de
abandonar su sable, que más tarde le fué entregado al general Van-Ha-
len (2). Éste fué nombrado Teniente general del Ejército belga (3) y siguió
(1) En la Biblioteca Nacional, sala de Varios, se conserva un folleto de Van-Halen, in-
teresante para el conocimiento de las luchas políticas del período constitucional de 1820
á 1823, titulado Verdades oportunas expuestas á su Majestad por D.Juan Van-Halen. Ma-
drid. Imp. de Cosme Martínez, 1821, 38 págs. en 4.°
(2) Este sable figura en el retrato del General Van-Halen, que se conserva en el Museo
Naval.
(3) El Gobierno belga le regaló un Palacio, que Van-Halen no quiso aceptar, cediéndo-
selo al pueblo de Bruselas.
El Gobierno provisional, por decreto de 5 de Octubre de 1830, garantizó á su mujer
5.000 francos de pensión el día que quedase viuda.
Para conmemorar la independencia de Bélgica, el Congreso belga mandó erigir un mo-
numento coronado de estatua colosal que representa á la Nación y en uno de sus bajo-
rrelieves figura Van-Halen arengando á las tropas en uno de los momentos más culminan-
tes de la lucha.
222
y de Genealogía Española.
residiendo en Bruselas algunos años hasta que la nostalgia de su Patria y
la lucha dinástica que se desarrollaba en España á la muerte del rey Fer-
nando VII le hicieron dejar la cómoda y alta posición oficial que tenía en
Bélgica para combatir en favor de los derechos de Isabel II, y en 29 de Di-
ciembre de 1835 fué destinado á las órdenes del General en jefe del Ejér-
cito del Norte, dando un gran ejemplo de desinterés y patriotismo, de que
se hallarán muy pocos ejemplos en la Historia, pues ingresó en el Ejército
con el modesto empleo de Teniente Coronel, que era el que disfrutaba el
año 23 cuando emigró. Hizo toda la campaña carlista, asistiendo á la me-
morable batalla de Peracamps, que tanta gloria dio á su hermano. Ascen-
dió á Coronel el 27 de Mayo de 1836; á Brigadier de Caballería, el 14 de
Noviembre de 1838, y á Mariscal de Campo, el 9 de Diciembre de 1840. Á
la terminación de la campaña carlista vino destinado á Madrid al Tribunal
Supremo de Guerra y Marina. Estuvo algunos años emigrado, aunque ya
no volvió á tener mandos activos ni se mezcló en política, y murió en
Cádiz el 7 de Noviembre de 1864, habiendo otorgado testamento en la mis-
ma ciudad el 6 de Junio del mismo año, ante el notario D. Román María
Pardillo.
Lástima grande es que los estrechos límites entre los que forzosamente
se ha de sujetar un artículo genealógico no nos permitan extendernos más
en la biografía de un personaje tan singular como fué D. Juan Van-Halen.
De haber nacido en el siglo XVI hubiera sido uno de aquellos geniales
aventureros que recorrieron todo el mundo, adaptándose con sin igual faci-
lidad á las circunstancias más encontradas, y quizá su nombre se hallaría
hoy unido al de los grandes conquistadores y marinos que tanta gloria han
dado á España.
Publicó unas muy bien escritas Memorias, donde con todo lujo de deta-
lles refiere el proceso que le formó la Inquisición y las persecuciones que
sufrieron los liberales durante los años 1818 y 1819 (1).
(1) El título de las Memorias es: Narración de D. Juan Van-Halen, Jeje de Estado
Mayor de una de las divisiones de Mina en 1822 y 1823, escrita por el mismo; ó relación
circunstanciada de su cautividad en los calabozos de la Inquisición, su evasión y su emi-
gración. París. Imp. de Paul Renouard, 1828; 2 vols. en 8.°
Hay otra edición anterior francesa hecha sin consentimiento del autor, quien en la
advertencia de la edición del año 1828 lo consigna así.
En España, el año 1842, se publicó otra nueva edición ampliada, cuyo título difiere algo
del anterior: Narración de D.Juan Van-Halen, Mariscal de Qampo de los Ejércitos Na-
cionales y Teniente general del Ejército belga, escrito por el mismo; su cautividad en los
calabozos de la Inquisición, su evasión y su repatriación. Madrid. Imp. de F. de P. Mellado;
2 vols. en 4.° de 262 y IV-254 páginas.
223
Revista de Historia
Casó D. Juan Van-Halen dos veces, la primera en Madrid el 25 de Di-
ciembre de 1821, siendo Teniente Coronel graduado, Capitán agregado al
regimiento del Príncipe, con D." María del Carmen Quíroga y Hermida,
nacida en Betanzos el 9 de Febrero de 1800, hermana del célebre General
D. Antonio Quiroga, hijos ambos de D. José Ramón Quiroga y Ribera y
de D° Vicenta Hermida y Losada. Viudo, y ya en edad avanzada, volvió
á contraer segundas nupcias con D." Clotilde Butler, nacida en San Roque
el año 1816, hija de D. Jacobo Butler, natural de Cádiz, y de Z)." María
Abrines, natural de Gibraltar. El matrimonio se verificó en Cádiz el 25 de
Diciembre de 1865, mediante poder otorgado en Madrid ante el notario don
José del Peral, á favor del Coronel retirado de Infantería D. Manuel Jones:
este matrimonio fué ratificado en Valencia el día 30 del mismo mes.
No tuvo sucesión este matrimonio, pero sí el primero, de quien fueron
hijos:
1.° Donjuán Van-Halen y Quiroga, que sigue la línea.
2.^ Don José Antonio Van-Halen y Quiroga, que siguió la carrera de la Armada
y murió soltero en Alicante, siendo Guardia Marina.
Tuvo además D. Juan Van-Halen dos hijos naturales, reconocidos y legiti-
mados por su padre en escritura pública otorgada en Madrid, el 31 de Octubre
de 1821, ante el escribano Don Tomás de Sancha y Prado, que fueron:
3.° Don Francisco de Paula Van-Halen, nacido en Vich el 13 de Marzo de 1814.
Desde niño empezaron á despuntar sus aficiones al dibujo, que cultivadas más
tarde, habían de llevarle á alcanzar un gran nombre. Ingresó muy joven como
alumno en la Academia de Nobles Artes de San Fernando, que más tarde le nombró
su Académico Supernumerario (3 de Diciembre de 1843). Fué dibujante científico
del Museo de Ciencias naturales, pintor honorario de Cámara y Caballero de Car-
los 111 é Isabel la Católica. Entre sus obras más importantes figuran Batalla de
Peñacerrada; Muerte de Don Alvaro de Luna; retratos de Isabel 11, Lope de Vega,
Moratín y Rossini. Batalla de Peracamps; Batalla de las Navas de Tolosa (se con-
serva hoy en el Museo de Arte Moderno). También se distinguió notablemente
como miniaturista, y de este género son un San Fernando y un San Hermenegildo
que se conservan en el Real Palacio, Trabajó al lápiz en varias obras y publica-
ciones periódicas; publicó varias colecciones de láminas litografiadas entre las que
merecen citarse el Museo Militar y el Museo histórico español, y escribió una obra
sobre escorzos y proporciones de todos los animales. Sería interminable la rela-
ción de las obras que hizo este fecundo artista; muchas de ellas figuran desperdi-
gadas en varias dependencias de Corporaciones oficiales, por cuyo encargo las
pintó; de estas últimas merecen especial mención las que hizo por encargo del
Ayuntamiento de su pueblo natal, Las lágrimas de San Pedro y la Entrada del
obispo Calvo en Vich.
Estuvo casado D. Francisco de Paula Van-Halen con D." Margarita Corradi, de
cuyo enlace no nació más que una hija, D." Margarita Van Halen y Corradi, que
falleció soltera; y
4.° Doña María Van-Halen, nacida en Madrid el 30 de Agosto de 1812, y de la
que ignoramos todas las demás circunstancias.
224
y de Genealogía Española.
VII. Don Juan Van-Halen y Quiroga, nació en Bruselas (Bélgica), el
1.° de Diciembre de 1831. Siguió la carrera de Marina, ingresando como As-
pirante el año 1845; ascendió á Guardia Marina el 11 de Julio de 1848; á Al-
férez de navio el 11 de Julio de 1853 y á Teniente de Navio de la escala de
reserva el 3 de Mayo de 1859. Estaba en posesión de la cruz y placa de
San Hermenegildo. Murió D. Juan Van-Halen el año 1875. Había casado
en la Habana, el 8 de Octubre de 1855, siendo Alférez de Navio, Capitán
de Infantería graduado, destinado en el vapor Francisco de Asís, con doña
Cristina Claudia Brodett, nacida en la Habana, el 1.° de Diciembre de 1835,
hija de D. Juan Bautista Brodett y Carbone, Coronel de Caballería, Te-
niente Coronel Mayor veterano de los Escuadrones de Fernando VII, natu-
ral de La Valette (Isla de Malta), y de Doña Dolores Sedaño y Galán, na-
tural de la Habana; de este matrimonio fueron hijos;
1 .° Don Juan Van-Halen y Brodett, que sigue la línea.
2° Doña María del Carmen Van-Halen y Brodett, que está casada con D. Fran-
cisco López Brémen, Abogado, Administrador general que fué de los Duques de
Veragua y Condes de la Patilla: sin sucesión hasta la fecha.
VIII. Don Juan Van-Halen y Brodett, Jefe y representante actual de
la familia Van-Halen en España, nieto del heroico defensor de la indepen-
dencia Belga; nació en Manzanillo (Isla de Cuba), siendo su padre Coman-
dante del Puerto, el año 1873. Pertenece en la actuaHdad al Cuerpo de
Auxiliares de Oficinas de Marina y está casado desde el 4 de Febrero
de 1907, que lo efectuó en Guadalajara, con D.'^ Elisa Bona Garrido,
natural de Madrid, hija de D. Juan Bona Terrén, natural de Epila (Zara-
goza), y de D.'^ Elisa Garrido é Iturraspe. Del matrimonio ha nacido un niño,
futuro representante y jefe de familia tan distinguida por sus hechos milita-
res y políticos y cuyos méritos hemos intentado bosquejar en este artículo.
29 Mayo 1912.
Santiago Otero Enríquez.
225
Revista de Historia
Memorias de los señores CoMes íe Leríi,
(CONTINUACIÓN)
CAP. 3.''
CASAMIENTO, HIJOS, Y MUERTE DE DON CARLOS DE BEAUMONT
»Casó el Alférez D. Carlos de Beaumont dos vezes, aunque conmunmente se ha
escrito que solo una, y otros supponen para los dos matrimonios dos distinctas
personas de D. Carlos Primero y Segundo; pero es sin duda, padecieron engaño,
como resulta de authenticas, y repetidas escrituras, y por ellas parece casó pri-
mera vez con Doña María Ximenez de Boíl Dama Aragonesa hija legitima de Don
Juan Ximenez de Urrea Rico hombre de Aragón, Señor de Atrossillo, y como tal
Rico hombre juró el primero en el año de 1398 como se ve en Zurita (1) y en la
Coronación del mismo Rey de D. Martin, que se executó en 13 de Abril de 1399
con grande solemnidad en el Asseo de Zaragoza concurrió como Rico hombre
nuestro Alférez de Navarra, como lo refiere el mismo autor (2); y esto solo pudo
ser por el derecho de su muger, la cual tenía grandes heredamientos en el Reyno
de Valencia, y era Señora de los Lugares de Muzlata, Benilda, y Bemfali situados
en él.
»En qué año casasse no me consta, sí solo que de la dicha Doña María tuvo por
sus hijos á D. Carlos de Beaumont, que murió sin succession en vida de su Padre,
y á Doña Juana de Beaumont Señora de Gurrea de la cual ay memoria en la Cá-
mara de Comptos de Pamplona por dos mercedes, que le hizo el Rey D. Carlos el
Tercero, la una de ducientas libras Carlinas situadas en el molino de Miranda en
16 de Octubre de 1403, y la otra de treynta cayces de trigo en 8 de Julio de 1411,
como se refiere en el inventario de la misma Cámara (3); pero no consta con quien
cassasse la dicha Doña Juana, como ni tampoco lo que duró el matrimonio del Al-
férez D. Carlos con dicha Doña María Ximenez de Boíl, sí solo, que avia muerto
esta para el mes de Julio del año 1402; pues en veynte y seys del mismo mes, y
año el dicho D. Carlos como Padre, y tutor de Charles de Beaumont su hijo, y de
la dicha Doña María Ximenez de Boíl, y de Atrossillo hizo pleyto homenage al
(1) Zurita, p. 2, lib. 1 1, caps. 19 y 65.
(2) Ibid., p. 2, lib. 10, cap. 69.
(3) Archivo de la Cámara de Comptos, 1. 1 del Inventario, fol. 12 in 2 y 91 in 2.
226
y de Genealogía Española.
Rey D. Carlos por la villa de Castellón cave Tudela, de que ay razón en la misma
Cámara de Comptos. En el Archivo del Palacio de Lerin se conserva el testamento
de la dicha Doña María Ximenez fecho en 21 de Febrero del año 1396, donde
especifica su padre, y Señoríos referidos, y suppone, que su marido el Alférez Don
Carlos estaba ausente en Francia con su Rey, manda enterrarse en el convento de
San Francisco de Olite; y que después se ha trasladado su Cuerpo al convento de
Predicadores de Valencia donde estaba enterrada su Madre, declara tener un hijo
nacido pocos dias antes de su vientre, y que no tenia nombre: y quando se bauti-
zasse ordenó le pusieran el nombre de Carlos como su Padre. Lo instituye por su
heredero universal; y nombra por sus tutores á su marido y á Mossen Juan de
Urroz Cavallero de Navarra, y que muriendo sin succession recayese toda la he-
rencia en Doña Toda Pérez su hermana.
»Viudo el Alférez D. Carlos casó en segundas bodas en el año de mil quatro-
cientos, y siete con Ana de Curton, Señora de las Baronías de Curton, y de Guis-
sen en Navarra la Baxa, y se conservan en el Archivo de Lerin sus Capítulos ma-
trimoniales en lengua Gascona escritos en un largo pergamino, y se otorgaron en
el Castillo de Curton á 19 de Henero del mismo año 1407 por testimonio de Ben-
toni Borgados Notario Real, por Adán de Urzua Señor de Aguerre de Bustínz en
tierra de Sissa y Angero de Leet Señor de Ayzsse de Ustariz, en tierra de Labort,
como Procuradores legítimos del Alférez en virtud del poder, que les dio en el Cas-
tillo de Mauleon de Sola á 6 de Diciembre de 1406 ante el Notario Menaut de Ba-
sagoite. En ellos se declara que la dicha Doña Ana de Curton era hixa mayor legi-
tima de Mossen Arnaut, Señor que fué de Curton (y era diffunto al tiempo) y Juana
de Labrit su muger Señora de Guissen, llevó el Alférez de patrimonio cinquenta
mil francos, que se avian de entregar á la dicha Juana Labrit, para dotar á otras
hijas, que tenía, y la dicha Doña Ana quedasse por heredera universal de las Ba-
ronías de Guissen, y Curton, y demás bienes. Y por otra escritura de 17 de HenerO
del año 1384, consta que los dichos Mossen Arnaut, Señor de Curton, y Doña
Juana de Labrit su muger. Señora de Guissen, tenían por su hija á la dicha Doña
Ana de Curton.
»De este matrimonio sin duda fueron hijos D. Luis de Beaumont primero Conde
de Lerin, que le sucedió, D. Juan y Doña Cathalína de Beaumont, de quienes se
hablará luego, y á mas de ellos consta tuvo por sus hijos fuera de matrimonio á
Guillen de Beaumont (1) y Doña Isabel de Beaumont, que fué casada con Mossen
Juan de Amezqueta Cavallero Bearnes, de que ay Capitulación, su fecha 13 de Sep-
tiembre del año mil quatrocientos, y trece. También consta que la dicha Doña
Ana Curton vivía, quando casó su hijo D. Luys, y se elevó al Condado de Lerin,
año de 1424, pero no si sobrevivió á su marido, que murió en el de 1432 antes del
mes de Julio, después de lograr tan grande conveniencia para su hijo, siendo cierto
que se la merecieron los servicios de su padre.
»Muerto el Rey D. Carlos el Tercero de Navarra primo, y grande bienhechor del
Alférez en 8 de Septiembre del año 1425 sucedió en la Corona su hija Doña Blanca,
casada con el Infante D. Juan de Aragón, y estos Principes donaron por Juro de
heredad perpetuo al dicho D. Carlos, para el, y sus sucesores en 27 de Julio de año
de 1430 la Villa de Mendabia con todas sus rentas, y jurisdicción civil, la cual avía
sido propia de D. Diego López de Zuñiga, Rico hombre de Navarra, y de Iñigo de
(1) Zurita, p. 2, lib. 16, cap. 8.
227
Revista de Historia
Zuñiga su hijo, á quien se le confiscó, por aver passado á servir á los Reyes de
Casíilla, y aunque después de la incorporación de Navarra con Castilla Doña Fran-
cisca de Zuñiga Condesa de Nieva, como bisnieta y successora del dicho Iñigo de
Zuñiga, y casada con D. Antonio Belasco (1) puso pleyto á los successores de
Beaumont, demandando á Mendabia no pudo obtener en el, y fue confirmada la
succession á favor de D. Luis de Beaumont Quarto Conde de Lerin, de que se des-
pacharon executorias en Pamplona a 17 de Mayo de 1561.
»Murió D. Carlos de Beaumont en edad muy anciana después de ayer empleado
su larga vida en servicio de la Corona, y acrecentado tanto su casa con los here-
damientos de Assiayn, Larraga, Dicastillo, Lerin; Carear, Arroniz, Mendavia, Ba-
ronías de Guissen y Curton, y officios honoríficos, que se han referido, que aunque
con puntualidad no consta el mes parece fué en el de Mayo, ó Junio del año mil
cuatrocientos, y treynta y dos por la razón que se dixo al fin del Capitulo segundo.
»Don Juan de Beaumont hijo segundo del Alférez D. Carlos fué persona de la
primera estimación de aquel siglo, intimo consexero del Infeliz principe D. Carlos de
Viana, y que en concurso de su hermano, y sobrino mantuvo constante el ser cabeza
de la facción Beaumontesa en los bandos sangrientos con los Agramonteses, fue Gran
Prior de la Religión de S. Juan en Navarra, y Chanciller Mayor del mismo Reyno,
Señor de las Villas de Santacara, Murillo, Cascante, Zintruenigo, Corella, Caste-
xon, Castillo de Tiebas, y otros pueblos, y grandes heredamientos, que le concedió
el Principe D. Carlos; y fué su Lugar Teniente General, y Governador absoluto del
mismo Reyno en la ausencia, que hizo en el año de 1456 á Ñapóles, de que habla
largamente Gerónimo de Zurita (2) fué elegido también Obispo de Pamplona en
dicho año de 1456 por muerte del Obispo D. Martin de Peralta; aunque no tuvo
effecto su elección por varios embarazos, que refiere Sandoval (3). En fin fué gran
político, y Estadista para tratar materias bien arduas con los Reyes de Castilla,
Francia y Aragón con quienes tuvo varias alianzas.
»Tuvo dos hijos llamados Menaut, y Martin de Beaumont; Menaut murió sobre-
viviendo su Padre, y dexando por su hijo á D. Graciant de Beaumont, de quien
desciende el Marqués actual de Santacara, y por Martin de Beaumont el Barón de
Beorlegui, el Marqués de Campo-nuevo, y otras ilustres familias: entre los dichos
Martin su hijo, y Gracian su nieto repartió su herencia el 15 de Marzo de 1487, y
aviendo muerto poco después en 2 i de dicho mes, y año fué sepultado en el Con-
vento del Crucifixo, que de frayles Commendadores de su misma orden dexó fun-
dado en la Villa de Puente la Reyna, donde jace en sepulcro magnifico.
»Doña Cathalina de Beaumont, hija del Alférez D. Carlos, casó con D. Juan de
Ixar, Señor de Ixar, que fué después titulado prímero Duque de Ixar descendiente
del Rey Don Jayme el Conquistador en el Reyno de Aragón, y de él descienden los
Duques actuales de Ixar, y Condes de Belchite en el mismo Reyno; aunque mudado
el appellido en el de Silva, aviendo casado Doña Margarita de Ixar successora de
estos Estados con D. Rodrigo de Silva que por esta línea tienen sangre legitima de
los Beaumonteses; de cuya Genealogía tratan Zurita, Abarca, y Salazar (4).
(1) Haro, Nobiliario, p. 1, lib. 5, cap. 22.
(2) Zurita, p. 4, lib. 16, cap. 41, y lib. 17, caps. 5 y 57.
(3) Sandoval, Catálogo de los Obispos de Pamplona, fol. 113.
<4) Zurita, p. 3, lib. 15, cap. 63, y lib. 17, caps. 50 y 58, p. 4. EIP. Pedro de Abarca, Reyes
de Aragón, t. 1, en el rey D. Jaime, cap. 8, n. 4. D. Luis de Salazar y Castro, Historia de la
Casa de Silva, t. 2, 11b. 1 1, cap. 5.
228
y de Genealogía Española.
CAP. 4.
De Don Luys de Beaumont primero conde de Lerin.
»Don Luys de Beaumont hijo primogénito del Alférez D. Carlos, y Doña Ana de
Curton su segunda muger tomó el nombre de su Abuelo paterno, el Infante D. Luys
que le propagó continuado á su hijo, nieto, y bisnieto. En vida de su Padre se des-
posó con Doña Juana de Navarra, hija natural del Rey Carlos el III, siendo don-
cella, en lo qual han padecido notable equivocación los auctores: porque unos
hazen á Doña Juana hija bastarda ávida por el Rey Don Carlos constante su ma-
trimonio con la Reyna Doña Leonor; y otros supponen, que la dicha Doña Juana
casó en primero matrimonio con Iñigo Ortiz de Estuñiga, y en segundo con dicho
D. Luys de Beaumont. Arnaldo Ohienarto (1) congeturó, que el Rey D. Carlos tuvo
dos hijas con el mismo nombre de Juana; y es lo cierto, y seguro; y que la primera,
y bastarda casó con el dicho Iñigo Ortiz de Estuñiga, ascendiente conocido de los
Condes de Nieva, y los dichos Iñigo Ortiz, y Juana se capitularon para casar en el
año 1396, y los Capítulos están registrados en la Cámara de Comptos (2). Haze
especifica mención de ellos D. Joseph Pellicer (3) con la advertencia deque la dicha
Doña Juana muger de Don Iñigo era muerta en el año 1417 dos antes que naciesse
la otra Doña Juana, como se verá. Y del matrimonio de Iñigo Ortiz, y Doña Juana
hablan Garibay y D. Alonso de Haro (4). Este D. Iñigo Ortiz de Estuñiga fué hijo
tercero de Don Diego López de Estuñiga progenitor de los Duques de Bexar, y
Condes de Miranda, y á cuyo favor fundó su Padre Mayorazgo de las Villas de
Zuñiga, y Mendavia, patrimonio antiguo de esta nobilissima familia de los Zuñigas
en Navarra: y que por aver pasado á serbir al Rey D. Juan el segundo de Castilla,
declarándose contra el Rey de Navarra, en 30 de Mayo de 1429 como lo nota el
mismo Pellizer (5) sele confiscó la Villa de Mendabia, y en el año siguiente se
hizo merced de ella á D. Carlos de Beaumont, Padre de Don Luys, como se ha
referido.
»La segunda hija de D. Carlos Doña Juana muger de Don Luis de Beaumont
nació en el año de 1419, tres después que habia enviudado su Padre el Rey D. Car-
los; pues su única muger Doña Leonor murió en 5 de Marzo de 1416, como se ve
en la Inscripción de su sepulcro dentro del Coro de la Cathedral de Pamplona, que
refiere Sandobal (6); y asi su Padre era libre quando la tuvo. No he visto memo-
ria, que especifique, quien fuesse la Madre de dicha Doña Juana. Contratóse de
casar con el dicho Don Luys de Beaumont su primo segundo; y para ello se obtuvo
dispensación del Papa Martino Quinto, su fecha 10 de Agosto de 1424 en que affirma
tenia entonces de edad Don Luys doce años, y Doña Juana solos cinco: con que se
concluye la verdad de lo que se dixo arriba.
»Por causa de este matrimonio fué la erección, ó la institución del Condado de
Lerin, que siendo la cabeza de los Estados de estos Señores es justo se ponga á la
letra, y es en la forma siguiente.» — (Se continuará.)
Por la copia,
Mariano Arigita.
(1) Oyhenartus, lib.2, cap. 15.
(2) Inventario de la Cámara, t. 1, fol. 606.
(3) D. Joseph Pellicer, Memorial de la Casa de Miranda, fol. 28 y 81.
(4) Garibay, lib. 27, cap. 37. Haro, lib. 5, cap. 22.
(5) Pellicer, ubi supra, fol. 33.
(6) Sandoval, Catálogo, etc., fol. 108 in 2.
229
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeto de nuestra publicación.
El Casamiento engañoso y el Coloquio de los perros, novelas ejem-
plares de Miguel Cervantes de Saavedra. Edición crítica con introducción
y notas por Agustín G. de Amezúa. Mayo, 1912-
La Real Academia Española, por voto unánime, acaba de premiar con medalla
de oro este magnífico trabajo de nuestro erudito colaborador y héchole imprimir
á sus expensas. Forma un volumen de 744, páginas de las que 100 solamente
ocupan aquellas dos joyas de nuestra literatura, conteniéndose en las restantes un
tan acabado estudio, no sólo de ambas novelas, si que también de cuanto con ellas
se relaciona y sirve para un exacto conocimiento y útil saboreo, que sin exagera-
ción puede decirse colocan al Sr. Amezúa en primera fila y dentro de ella en lugar
envidiable entre los críticos literarios de nuestros clásicos y conocedores del siglo
de oro español.
Como preámbulo á la investigación eruditísima de las fuentes literarias, vivas
y episódicas de ambas creaciones cervantinas que llena cuatro admirables capí-
tulos, relata el autor en los tres primeros la traslación de la Corte á Valladolid,
hace una acabada pintura de esta población por aquellos años y detalla la vida del
glorioso manco -en ella. Termina la Introducción con un capítulo en que se estudia
el valor del coloquio en relación con las costumbres de su tiempo, tocando con él
magistralmente la famosa cuestión de la inmoralidad de la novela picaresca, tan
íntimamente relacionada con la moralidad del pueblo y de la época en que nació.
Todo escrito con tan perfectos y numerosos conocimientos de primera mano,
con tan pacienzuda y bien orientada erudición que será muy difícil pueda ser
superada.
Siguen al texto de las dos novelas 360 notas de razonada crítica y ameno
comentario en que el joven y— bien puede afirmarse— eminente cervantófilo
discurre acertada y donosamente sobre los amplios campos que á la imaginación y
al saber abren las fábulas cervantinas.
Y en cuanto al lenguaje y el estilo, con decir que son dignos de las obras que
comentan creemos haber ponderado justamente su pureza, corrección y galanura.
230
y de Genealogía Española.
Páginas hay y no pocas cuyo casticismo y gracejo reproducen tan exactamente el
de Valera, que dan ejecutoria al Sr. Amezúa de excelente hablista y de narrador
suelto y amenísimo.
Después de leer este libro nadie dudará de que, con la ayuda de Dios, se abre
para Amezúa una gloriosa carrera literaria, en la que nuestras viejas letras y des-
deñada Historia le saludarán como á un amante amigo apto para sus confidencias.
Que las cosas y los hombres que fueron, muy al contrario de los vivos, gustan sólo
de comunicarse con aquellos que compenetrados de sus almas, en vez de guardar
sus secretos, saben hacerles revivir en donosas charlas, discretas, sabias y
pulidas.
La Casa de Moraleda.— El apellido de Moraleda, por D.Juan Mora-
leda y Esteban. Toledo, 1912. Dos folletos en 8."
El erudito escritor D. Juan Moraleda y Estebanj cuyos trabajos históricos y de
crítica artística tan conocido y apreciado le han hecho entre los amantes de este
género de estudios, ha tenido el buen acuerdo de publicar dos folletos en que, bajo
los títulos arriba expresados, colecciona numerosos datos y diversa clase de
noticias referentes á este limpio linaje toledano, cuya estirpe conocida fué don
Fernando de Moraleda, padre de D. Rodrigo y D. Alvaro, señores de Mesnada
que á fines del siglo XIV y principios del XV aparecen celebrados en crónicas hoy
estudiadas y dadas á conocer por su descendiente.
Tanto como la utilidad científica que puedan reportar estas investigaciones de
D. Juan Moraleda es de tener en cuenta y alabar, á nuestro juicio, el espíritu que
le guía al publicarlas, que según propia declaración, confirmada por la severidad
y concisión de los relatos, responde á un noble deseo de perpetuación del alma
familiar, en la que los altos ideales y cívicas virtudes deben ser exaltadas y difun-
didas por todos los medios posibles.— J. A.
España en tiempo de Carlos II <el Hechizado», un tomo en 4.°,
340 páginas, por Julián Juderías. Madrid, 1912.
En uno de nuestros números anteriores dimos cuenta de la aparición de este
hermoso libro con que el Sr. Juderías viene á enriquecer la literatura histórica, y
prometimos ocuparnos de él, siquiera fuese con la concisión y brevedad que estas
notas bibliográficas imponen.
El autor del libro que nos ocupa, apartándose de los viejos moldes usados por
la generalidad de los historiadores, prescinde en su obra de narrar las guerras,
paces, y demás alteraciones violentas de aquel reinado, y comprendiendo que para
llegar á un exacto y acertado conocimiento de las causas que promovieron nuestra
decadencia importa más penetrar en el ambiente social de la época é investigar el
espíritu de aquella sociedad, hace un profundo y acabadísimo estudio de todos los
órdenes en que se desenvolvía la actividad nacional. Con razón puede decir el
Sr. Juderías, que aquella decadencia que poco á poco se hizo extensiva á todos,
los aspectos de la vida nacional, no es dado hallarla exclusivamente en los erro-
res de los hombres de Estado, sino en el modo de ser de la sociedad á que perte-
necían,
231
Revista de Historia
En su estudio entra el autor, y para penetrar bien en todos sus detalles,
comienza por documentarse prolijamente. El primer motivo de elogio que sugiere
este libro al lector, es la cantidad asombrosa de documentos inéditos que su autor
ha tenido que consultar para mostrar con fuentes nuevas, con datos precisos, la
vida de todo un conjunto social. Labor ímproba es esta que viene á quedar com-
pletada, cuando, como en este caso, á la ruda labor de investigación se añade el
talento en la crítica y la lógica y el acierto en la consecuencia.
No es dable, dentro de las proporciones de estas líneas, indicar las materias
ni los diferentes aspectos que referentes á la vida social contiene el libro del
Sr. Juderías. Baste decir, que ninguno escapa á la erudita y perspicaz observación
de este autor, que en los estudios históricos marca una nueva y saludable orien-
tación.— Teobaldo.
Estudios Varios, por Ricardo del Arco. Huesca, 1912. Un folleto en 4.°
de 1 1 1 páginas.
Bajo el título de Estudios Varios, acaba de publicar reunidos el erudito y bene-
mérito D. Ricardo del Arco, muy interesantes artículos de historia y arqueología
que vieron la luz con anterioridad en la revista Linajes de Aragón. Versan todos
ellos sobre asuntos oscenses y dan á conocer multitud de documentos inéditos de
no escaso valor para el conocimiento de las antigüedades alto-aragonesas. Los
títulos de estos trabajos darán idea á nuestros lectores de su importancia: Docu-
mentos inéditos sobre la Custodia y la sillería del caro de la Catedral de Huesca,
Estatutos de la iglesia de San Lorenzo del siglo XV, Provisión del Rey de Navarra
Don Juan sobre los bandos de los Urries y los Urreas, Cartas Reales, Cartas del
Consejo de Huesca (siglo XVI), El Colegio Imperial y Mayor de Santiago de
Huesca, Algunos datos sobre arqueología romana oséense.—]. A.
Notas y adiciones al libro intitulado «Los Condes de Santiago»,
por Alejandro Villaseñor y Víllaseñor. París, 1912. Un folleto en 8.°, 75
páginas.
Don Ignacio de Villar Villamil, marqués de Monte-Hermoso, caballero compe-
tentísimo en materias genealógicas, ha publicado recientemente con el título de
Notas y Adiciones al libro intitulado los Condes de Santiago de Alejandro
Villaseñor y Villaseñor un esmerado folleto, en el que después de advertir no es su
ánimo hacer la crítica de la obra indicada, sino completarla y corregirla en lo que
tiene de deficiente, acumula numerosos datos y noticias referentes en su mayoría
á la antigua y castiza nobleza mejicana. Aunque no conocemos el libro de Villase-
ñor es evidente que sin las adiciones y correcciones del señor Marqués de Monte-
Hermoso ha de ser de tan peligroso manejo, cuanto de gran utilidad teniendo éstas
presentes. Reciba D. Ignacio Villar Villamil (quien, por cierto, ha tenido la modes-
tia exagerada de no estampar su nombre al frente de su curiosa obrita) nuestra
más sincera enhorabuena. Á la vez nos atrevemos á pedirle que no sea esta la
última prueba pública de sus grandes conocimientos histórico-genealógicos, que,
especialmente en Casas y filiaciones americanas, no creemos haya quien le supere.
J.A.
* *
232
y de Genealogía Española.
Con el título The Titled nobility of Europe se publicará á fines de este año un
libro conteniendo noticias y datos de todos los títulos de Europa, pero sólo de
aquellos que actualmente existen y están reconocidos legalmentente en los diver-
sos Estados.
Inútil es encarecer la importancia que para nuestros estudios ha de reportar
una publicación de este género. En él encontrarán los amantes de las nobles ins-
tituciones, un códice nobiliario que permitirá distinguir los verdaderos de los falsos
títulos, que no tienen otro fundamento que la poca aprensión de los que se los han
adjudicado y será un recuerdo de los nombres más gloriosos de la vieja Europa,
que más se han distinguido, en todos los tiempos y en todos los países, en las di-
versas manifestaciones de la actividad humana.
Lo publican los editores del secular Burke's Peerage, tan conocido de los aficio-
nados á los estudios genealógicos, y bajo la dirección del Marqués de Ruvigny. El
precio del volumen, será 52 francos. Los que deseen más noticias, pueden dirigirse
á Mrs. Harrison et Sons, Pall Malí S. W. Londres.— S. O.
233
Revista de Historia
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia. Mayo, 1912. Informes: Las
vías romanas del Nordeste de Mérida,
Mario Roso de Luna.— Jovellanos y las
Órdenes Militares,/ G. Centurión {con-
tinuación).— Estudio biográfico de Es-
pronceda, Pedro de Novo y Colson.—
Plazas de guerra y castillos medioeva-
les de la frontera de Portugal, Antonio
Blázqüez.—Lá.^iázs romanas de Garli-
tos, Arroyo del Puerco y Araya, en Ex-
tremadura, Fidel F//a. — Variedades:
Elogio del Excmo. Sr. D. Eduardo Saa-
vedra.— Noticias.
Revista de Arcfíivos, Bibliotecas y
Museos, Marzo -Abril, 1912.— La vie
franciscaine en Espagne entre les deux
couronnements de Charles-Quint ou le
premier Commissaire general des pro-
vinces franciscaines des Indes Occiden-
tales, Fr. Miguel Ángel.— La. Geografía
déla Península Ibérica (conclus¡ón),yosé
i^/emany.— Representación de los Autos
Sacramentales en el período de su ma-
yor florecimiento (conclusión), M. ¿ato-
rre y Badillo.— Casos particulares ocu-
rridos en Sanlúcar de Barrameda en el
año de 1808 (Relación inédita), M. Gó-
mez Imaz.— Isabel la Catól¡ca,y«/zo Fuen-
tes.—La Academia del Gran Capitán: 111.
Diego de Vera, Lucas de Torre.— Docu-
mentos: Correspondencia de los Reyes
Católicos con el Gran Capitán durante
las campañas de Italia (continuación).
Notas bibliográficas. Variedades. Bi-
bliografía: Pliego 10 de los Procesos
contra los Protestantes españoles del si-
glo XVI.-Pliegos 20, 21, 22 y 23 del índi-
ce de la Revista de Archivos, Bibliotecas
y Museos, Román Gómez Villafranca.
Linajes de Aragón, Huesca, 15 de
Mayo de 1912.— Los Sánchez-Muñoz de
Teruel, Gregorio García Ciprés.— íAás
datos sobre D. Vincencio Juan de Las-
tanosa, Ricardo del Arco.— Los Villa-
campa, Gregorio García Ciprés.— Bio-
bibliografía de Juan Sobrarios Segundo,
alcañicense (continuación), Juan M. Sán-
cfiez.
1.° Junio 1912.— Los Villacampa (con-
tinuación), Gregorio García Ciprés.—
Más datos sobre D. Vincencio Juan de
Lastanosa (continuación), Ricardo del
Arco.— Ilotas históricas de la antigua
familia de Santa-Pau, P. de S. P. y S.—
Bio-bibliografía de Juan Sobrarías Se-
gundo, alcañicense (continuación), Juan
M. Sdnctiez.
234
y de Genealogía Española.
Boletín de la Real Academia Gallega,
20 Abril 1912.— Don Juan Fernández La-
forre, Manuel Afur^^í/za. — Impresores
gallegos: Agustín de Paz (Mondoñe-
do, 1550; Santiago, 1554), Eugenio Ga-
rre.—Linajes Galicianos (continuación),
Pablo Pérez Costanti.— Las puertas de
mar de la ciudad de la Coruña, César
Vaamonde Lores. — Bibliografía: De
Folk-lore: Cantares populares de Gali-
cia.—Sección Oficial.
20 Mayo 1912.— Impresores gallegos:
Agustín de Paz (Mondoñedo, 1550; San-
tiago, 1554), Eugenio Carra— Linajes
Galicianos (continuación), Pablo Pérez
Costanti.— Las puertas de mar de la ciu-
dad de la Coruña, César Vaamonde
Lores.
España Moderna, Mayo 1912. — Las
pinturas del palacio ducal de Berwick
y de Alha, Juan Pérez de Guzmán y Ga-
llo.—Enanos Aires, Capital y Municipio,
Adolfo Posada.
Nuestro tiempo, Abril-Junio 1912.—
Una embajada interesante, El Marqués
de Alquibla.
Euskal-Erria, 30 Abril 1912.— Co-
rrespondencia epistolar entre D. José
Vargas Ponce y D. Juan Antonio Mo-
guel, sobre etimologías vascongadas
(continuación), Marqués de Seoane,
15 de Mayo de 1912.— índice de hi-
dalguías é informaciones genealógicas
litigadas ante la justicia de la villa de
Azcoitia,que se conservan en el Archivo
del Juzgado de Azpeitia. — Siglo XVI
(Miguel de Echegaray, año 1557, ante
Martín Pérez de Ydiáquez, legajo 42,
número 2) (continuará), Fernando del
Va//e.—Correspondenciaepistolar entre
D. José Vargas y Ponce y D. Juan Anto-
nio Moguel sobre etimologías vascon-
gadas. Marqués de Seoane.
REVISTAS EXTRANJERAS
Heráldica. París, Enero -Marzo 1912.
Armorial des Évéques du Mans, Mú-
dame Robert Helouis.— Les insignes de
la Legión d'Honneur.— La Marine Fran-
Qaise á la veille de la Révolution, Osear
Havard.—Leüres inédites d'Alexandre
de Beauharnais.— Jurisprudence.— Petit
chronique . — État civil . — Nobiliaire:
Dru de Mongelaz: de Poorter.— Histoire
du Collége héraldique, La Direction.
Archives de la Société des Collection-
neurs d'Ex-libris.— París. Mayo 1912.—
La Collection Audéoud á la Bibliothéque
Nationale, F. Cadet de Gassicourt.—Ex-
libris de la famille Cochet ou Couchet,
León Quantin.—k propos d'un écusson
gravé aux armes de Hamel-Bellanglise,
Roger Rodiére.— Les officiers bibliophi-
les (continuación), A. de Remuele.— Ré-
ponses.— Bibliographie.
Revue de Deux Mondes, 15 Abril 1912.
L'évolution des dépenses priveés de-
puis sept siécles (continuación), Ai. le
Vicomte Georges dAvenel.
l.^'Mayo 1912.— Un franjáis Vice-roy
de la Plata, Jaques de Liniers, Comte de
Buenos-Ayres, Paul Groussac.
15 Mayo, 1912.— La premiére inter-
vention Européenne au Maroc, León
Homo.
Revue Historique, Mayo-Junio 1912.
La Duchesse du Berry et le Comité car-
liste de la Haye (Juin-Novembre 1832),
Étienne Dejean.— Les révolutions d'An-
glaterre en 1553 et 1554 racontées por
un furrier de l'Empereur Charles-Quint.
Rivista Araldica, Roma, Mayo 1912.
Les ti tres de Duc d'Anjou et de Duc de
Durazzo, Marquis de Jandriac.—Fami-
glie Romane (continuación). Cario Au-
gusto Bertini.— La famiglia materna di
Torquato Tasso, Ferdinando Rota. — La
Nobiltá di Milano (continuación), Giam-
piero Corti.—\l venerabile Eymard, Sac.
Cario Santa María.— Los antepasados
de Gonzalo Argote de Molina, Luis To-
rres Acuña.— Due sigilli da identificare,
Antonio Gatti.— Araldica del regno itá-
lico (continuación), F. Pasini Frassoni.
Libro d'oro del Ducato di Ferrara (con-
tinuación), F. Pasini Frassoni.— Armes
des Archevéques et Évéques de Franco
235
Revista de Historia
de 1691 á 1737 d'aprés Chevülard (con-
tinuación), Eugéne Harot.—U Reale Or-
dine Corso della Liberatione, Piero Lan-
duci. — Note bibliografiohe. — Quesiti
Araldici.— Cronaca.
Archives Héraldiqíies Suisses, Zürich,
1912, primer trimestre,— Das Wappen
der Grafen von Lenzburg, Dr. Félix
Hauptmann. —Notes sur ¡'origine de
la famille des Arts de Genéve, Paul
E. Martin.— DieWappen in der Sakristei
derStadtkirche in Winterthur \4Q3,Kas-
par //auser.— Ex-libres de Montolieu.—
Urs Walliers Denkmal in Zofingen,
T. h. G. Granicliez.— Les manuscrits
généalogiques et héraldiques de la So-
ciété d'Histoire et d'Archéologie de Ge-
néve, Henry Deo/z/zc— Miscellanea. —
Bibliographie.— Gesellschaftschronik.
L'Indicateur Généalogique, Héraldi-
que et Biographique, Bruselas, Mayo
1912.— Famille Murray, Ctiibertet Colin.
Famille Tasselon, /?. Go^/«.— Famille
Farinart, /?. Go^//z— Famille van Paffeu-
rode, Dr, Raeymackers.— Saint-} ea.n
Berchmans, Joseph Brughmans. — Ar-
moiries á rechercher. Braem, Braems ou
van Braam (continuación). Barón de
Royer de Dour. Avis.
Tlie New- Yor/c Genealogical and Bio-
graphical Record, New-York, Abril Ju-
nio, 1912.— Edwin Henry Weatherbee,
Rictiard Henry Greene.—^Frome», Van
Buskirk. The Wanderings of a New-
York family, W. L. Bartlett.—Liutenant-
Colonel Benjamín Hunt, the loyalist,
his ancestry and descendants, A. W. Sa-
vary.— Descendants of Edward Tre(a)-
dwell through his son John (continua-
ción), William A. Robbins.— Records oí
Baptisms of the reformed Church at
Machackemeck (Deerpark) (continua-
ción).—Tacher-Tatcher Genealogy (con-
tinuación), John R. Totten.— The New-
York genealogical and biographical So-
ciety's Departmen of registration of
pedigrees (continuación).— Early New-
York Churches. An Official Announce-
ment, Walter Kenneth.—Society Pro-
ceedings.— Book notices.— Accessions
to the library.
Franfcfurter Blatter für Familien Ges-
chichte.—Frankimt A. M., Junio 1912.—
Drei Frankfurter Schützenfeste, 1582,
1671, 1707 (continuación).— Biographis-
che Kastensammlung auf der Stadtbi-
bliothek zu Frankfurt A. M, (continua-
ción).—Die Pfarrer in Gross-Geran,
Pfarrer L. Scriba. — Stammbaum der
Familie Geyer.— Ulmer Mannskloster.
Die grosse Glocke von Oberursel.— Bü-
chez.— S. O. E.
236
y de Genealogía Española.
NOTICIAS VARIAS
Por Real decreto de 21 de Mayo se ha dispuesto que al hijo ó hija que
nazca y los demás que nacieren en lo sucesivo del matrimonio de los In-
fantes O. Alfonso-María de Orleans y Borbón y D."" Beatriz de Sajonia
Coburgo-Gotha, como al ya habido de este matrimonio, se les dé trata-
miento de Alteza Real y se les tributen y guarden iguales honores, preemi-
nencias y distinciones que á los Infantes de España.
—Real decreto de 27 de Mayo (Gaceta del 29) sobre concesión y reha-
bilitación de Títulos y Grandezas de España (1).
Títulos vacantes.— La Dirección general de Contribuciones, con
fecha 3 de Mayo, anuncia por primera vez la vacante de los títulos de
Marqués de Santa Rita y Vizconde de Canet de Mar.
—Con, fecha 4 de Mayo anuncia por segunda vez la vacante del título
de Marqués de Senda Blanca.
—Con fecha 23 de Mayo anuncia por primera vez la vacante de los
títulos de Conde de Víllafr anqueza, con Grandeza, y Marqués de la Vega
de Anzo.
Rehabilitación.— Por Real orden de 14 del pasado mes se dispone
que se remita al Juzgado que corresponda el expediente de rehabilitación
del título de Conde de Peralta á favor de D. Ignacio Fernández de Henes-
trosa y Tacón, hijo de la Marquesa Viuda de Villadarias.
Cargos palatinos.— Con fecha 23 de Mayo han sido nombradas Da-
mas de S. M. la Reina las tres señoras siguientes: D." Ana Fernández de
Henestrosa y Gayoso de los Cobos, Duquesa de Medinaceli y de Santis-
ieban; D.'* Ana de Artazcoz y Labayen, Duquesa de Sotomayor, Marquesa
de Casa-Irujo, y D."" Brígida Gil Delgado y Olazábal, Condesa de Santa
Coloma, Marquesa de Gramosa.
—Ha sido nombrada Dama particular de S. M. la Reina Madre doña
María Cristina la Srta. Luisa Silva y Fernández de Henestrosa, hija del
Primer Introductor de Embajadores, Conde de Pie de Concha.
— Han jurado el cargo de Gentileshombres de Cámara de S. M., con
ejercicio, los Sres. D. Enrique Orozco y de la Puente, Teniente general del
(1) Es tal la importancia de este decreto para la legislación nobiliaria, que en el número
próximo lo publicaremos íntegro, no haciéndolo en éste por estar ya compuesto cuando
se publicó en la Gaceta.
237
Revista de Historia
Ejército, Subsecretario del Ministerio de la Guerra; y D. José Santiago
Mendaro y de la Rocha, Marqués de Casa Alendara.
—También ha jurado el cargo de Mayordomo de S. M., D. Justo San
Miguel y de la Gándara.
Orden de María Luisa,— Le ha sido concedida la Banda de Damas
Nobles de la Orden de la Reina María Luisa á la Sra. D." Emelia Berme-
jillo y Martínez Negrete, Duquesa de Tovar, Dama de S. M. la Reina.
Ordenes militares.— Por Real decreto de 29 de Mayo se hace mer-
ced de hábito de Caballero de la Orden Militar de Montesa á D. José Gó-
mez de Barreda y Salvador.
—En la tarde del día 2 del pasado mes tuvo lugar en la iglesia de las
Comendadoras de Santiago la ceremonia del cruzamiento, como Caballeros
de esta Orden, de los Sres. D. Joaquín y D. Francisco de Loygorri, Capi-
tanes de Infantería y Caballería respectivamente, é hijos del Senador vita-
licio y Vicealmirante de la Armada D. Federico. Fué presidido el Capítulo
por S. A. el Infante D. Fernando, Comendador Mayor de León; calzaron
las espuelas á los nuevos Caballeros sus parientes D. Juan Loygorri y
Falcón y D. Federico García de Loygorri y Queralt y fueron apadrinados
por su padre.
Maestranzas. — Han ingresado en la Real Maestranza de Caballería de
Zaragoza los Sres. D. Manuel de Santiago Concha y Loresecha, primogé-
nito de los Marqueses de Casa-Madrid, y D. Alvaro y D. Antonio Cruzat
y González de Estéfani, hijos de la Marquesa viuda de Feria.
Hijosdalgo de Madrid.— En el palacio del Serenísimo Infante D. Fer-
nando, y en la tarde del 14 de Mayo, tuvo Junta general el Real Cuerpo
Colegiado de Caballeros Hijosdalgo de Madrid, para admitir juramento al
nuevo caballero D. Manuel Gutiérrez Agüera, siéndole impuestos, con el
ceremonial de los Estatutos, la cruz y venera de la Institución; en la misma
Junta tomaron posesión de sus cargos de fiscal y diputados los señores
D. Manuel González-Arnao, D. Juan Manuel de Urquijo, el Conde de Val-
del- güila y D. Luis Parrella, nombrados por S. M. el Rey, Jefe supremo
del Cuerpo, por resolución de 24 de Abril último.
Academias.— En la tarde del 26 de Mayo celebró solemne sesión la
Real Academia Española para dar posesión de su cargo como académico
de número al ilustre escritor y catedrático D. Julián Ribera y Tarrago. El
sabio arabista dedicó su discurso á demostrar que la clave misteriosa que
explica el mecanismo de las formas poéticas de los varios sistemas líricos
del mundo civilizado en la Edad Media está en la lírica andaluza á que
pertenece el Cancionero de Abencuzmán. Le contestó en nombre de la Aca-
demia el Presidente de la misma, D. Alejandro Pidal y Mon.
Necrología.— El día 3 del mes pasado falleció uno de los hombres más
beneméritos que en España se han dedicado á los estudios históricos. El
Sr. D. Antonio Rodríguez Villa, sabio, modesto y enemigo de exhibiciones
y reclamos, dedicó sus excepcionales aptitudes á difíciles y múltiples in-
vestigaciones, descubriendo, ordenando y dando á conocer en forma lím-
pida y severa multitud de documentos de gran valor; relacionando mate-
238
y de Genealogía Española.
ríales dispersos; aportando de los archivos y bibliotecas extranjeras no
pocos sillares para la reconstitución de nuestra Historia; trabajando sin
ruido y con grandísima fe en el telar de nuestra cultura patria.
Entre sus numerosos libros no es posible dejar de citar con el mayor
elogio el Ambrosio Spinola, admirable reproducción de la España de
Felipe III y de Felipe IV; las Cartas de San Martin de Salinas, en que se
refleja la Corte de Carlos V; la documentada historia Doña Juana la Loca;
las interesantísimas biografías tituladas Don Pablo Marillo, Don Beltrán
de la Cueva y multitud de artículos y monografías extensas, como las Me-
morias para el asalto y saqueo de Roma y otras no menos notables.
La Real Academia de la Historia ha perdido uno de sus más ilustres
miembros, y nosotros, que le queríamos por sus amables condiciones de
corazón y de carácter tanto como le admirábamos, uno de nuestros mejores
maestros.
—Durante el pasado mes de Mayo han fallecido:
En Madrid: D."" Elisa Moreno y Moscoso de Altamira, Condesa viuda
de Santiago, madre de la actual Condesa del mismo título, Duquesa del
Infantado; D. Mariano Vergara y Pérez de Aranda, Marqués de Aledo,
Caballero Gran Cruz de Isabel la Católica, correspondiente de la Real
Academia de la Historia en la provincia de Murcia; D. Fermín Collado y
Echagüe, Marqués de la Laguna, Conde de Montalbo, Vizconde de Jarafe,
Grande de España, Senador del Reino por derecho propio, Maestrante de
Zaragoza, Grandes Cruces de Carlos III, Mérito Agrícola y de Nuestra
Señora de la Concepción de Villaviciosa de Portugal, Gentilhombre de
Cámara de S. M., con ejercicio y servidumbre, y D. Carlos Martel Olivares
Bernuy, hijo de los Condes de Villaverde la Alta.
También ha fallecido en esta Corte, á los ventisiete años de edad, el
día 2 del corriente, D. Carlos Salto y Cortés, Marqués de Huelves, de cuyo
título estaba en posesión desde el año 1892. Unidos á él por estrechos
vínculos de cariño y amistad, enviamos á toda su familia el más sincero
testimonio de nuestro sentido pésame, rogando á Dios por el alma del
finado.
En la Habana, D."* María Luisa Portuondo, Marquesa de las Delicias de
Tempul, hermana del Vicepresidente del Senado D. Bernardo Portuondo.
En Tarragona, D. Eduardo de Baile y Rubinat, Marqués de Vall-
gornera.
En Cartagena, D. Miguel Zapata, Marqués consorte de Villalva de los
Llanos.
En Zaragoza, el día 23, D. Ignacio María de Alcibar-Jáuregui y Zavala,
Maestrante de Zaragoza, padre de D. Joaquín María y de la Condesa viuda
de Sobradiel y abuelo de los Condes de Orgaz, de Sobradiel, de Gabarda,
Marqueses de Orovio y señores de Castro, Valenzuela y Zavala.
Otras noticias.— Nuestro querido colega Rivista Araldica, órgano
del CoUegio Araldico de Roma, en su número correspondiente al mes de
Mayo último, dedica un importante párrafo á la aparición del 9.° tomo de
la Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía española, que con
éxito cada día creciente está publicando nuestro eximio colaborador y
maestro D. Francisco F. de Béthencourt. Estamos tan conformes con lo que
dice, tan identificados nos encontramos en la apreciación de los méritos y
valía del más insigne de los genealogistas españoles, que, aun ante el temor
de herir su modestia, no nos resistimos á la tentación de dar á conocer á
239
Revista de Historia y de Genealogía Española.
nuestros lectores la opinión que sobre la obra del Sr. Béthencourt tiene una
de las revistas nobiliarias más importantes del mundo.
Dice así la Rivista Araldica: «¡Un nuevo volumen de cerca de 700 pági-
nas, dedicado, como el anterior, á la gran Casa de Córdova! La obra colo-
sal del eruditísimo Senador español está verdaderamente adaptada al sujeto,
porque las grandes familias españolas, no conocidas bastante entre nos-
otros, pueden colocarse á la par de muchas Casas Soberanas. Don Fran-
cisco F. de Béthencourt no tiene rival en la historia genealógica española.
Ha superado á los antiguos, como Salazar y Castro, que era citado como
el más docto y concienzudo, y no hay quien lo iguale entre los modernos en
España ni fuera. No hay exageración en nuestro elogio; no hay incienso; no
hay adulación; es la expresión de un sentimiento que es común, sin excep-
ciones, á todos los que han podido admirar la obra grandiosa del ilustre
historiador español, y yo me hago particularmente intérprete de la opinión
de los colegas del Colegio Heráldico Romano que han tributado un voto de
aplauso á nuestro queridísimo amigo y eximio colega.»
C. DE L,
Nuestro distinguido suscriptor M. I. S. Willems, miembro del Colegio
Heráldico Romano y de la Sociedad Imperial y Real «Adler», de Viena, ha
fundado en Bruselas hace algún tiempo un despacho internacional de
genealogía y heráldica, encargándose de todo género de investigaciones
genealógicas y nobiliarias.
Dada la alta competencia de su ilustre director y la seriedad que revis-
ten todos sus trabajos, le auguramos un brillante éxito.
Para noticias y referencias, dirigirse Rué Marie-Christine, 104, Laeken-
Bruselas (Bélgica).
240
15 JULIO 191
E\?l¿Tñ DE Hi¿TORIñ
V DE GENEñLOQÍñ
E5PñÑ0Lñ
Núm. 6.
IPS SEÑORES DE CERRALBO
LUEGO MARQUESES DE ESTE TÍTULO. GRANDES DE ESPAÑA
(continuación)
IV
DOÑA LEONOR DE VELASCO, QUINTA MARQUESA DE CERRALBO
El 29 de Julio de 1680 falleció en Madrid, sin descendencia, el cuarto
Marqués de Cerralbo, hijo, nieto y bisnieto de los tres precedentes, que
tanto honraron el título y el apellido Pacheco. Consigna esta fecha el se-
guro Salazar y Castro en la pág. 557, tomo II de su Historia... de la Casa
de Lara, añadiendo que su viuda «la Marquesa D.^ Juana, que ya gozaba
las Encomiendas de su primer marido (el noveno Marqués de Astorga)
sucedió por gracia del rey y dispensación apostólica en las otras dos que
el segundo tenía en administración y goza todas quatro>, Pero esto, que
acaecía en 1697, al imprimirse aquella notable obra, no debía producir
mucho ó la Marquesa de San Leonardo mostróse poco generosa con su
cónyuge, si hemos de dar crédito al Marqués de Varinas, el aventurero don
Gabriel Fernández de Villalobos, que en su Mano de relox que muestra y
pronostica la ruina de la América, escribió en 1687 lo siguiente:
«Los virreyes que han venido de las Indias, en medio de traer tan grue-
sos caudales, que pasan de millones, no han hecho fondo ninguno con este
caudal y los vemos morir pobres, y aun enterrarlos de limcena, como suce-
dió al Marqués de Cerralbo, en nuestros tiempos, siendo hijo de virrey ca-
torce años.»
241 ,16
Revista de Historia
Bien puede ser una exageración lo del entierro de limosna, como lo es
lo de los catorce años de virrey, pues D, Rodrigo Pacheco, tercer marqués
de Cerralbo, sólo desempeñó el supremo Gobierno de Nueva España desde
el 3 de Noviembre de 1624 al 16 de Septiembre de 1635, sucediendo al
Marqués de Gelves, Conde de Priego, y precediendo al Marqués de Cade-
reita. (Pág. 29 de los Apéndices al libro de Arrangoiz, México desde 1808
hasta 1867, tomo I.)
Heredó la Casa de Cerralbo D."* Leonor de Velasco, prima hermana del
último poseedor, como nieta del segundo Marqués, el heroico defensor de
la Coruña, y de su mujer D."* Inés de Toledo y Colonna, hija del célebre
marino Marqués de Villafranca. Era hermana de D.Juan de Velasco, octavo
Conde de Siruela, nacido el año de 1608 en Madrid, entre cuyos hijos ilus-
tres lo cita Álvarez y Baena, que reproduce el elogio de Lope:
«No pudieras hallar para el intento
Que del laurel propuesto te desvela
Apolo, como el Conde de Siruela,
De más alto valor y entendimiento.»
Fué Caballero del hábito de Calatrava, Gobernador de Milán por au-
sencia del Marqués de Leganés, y Embajador en Roma, adonde llegó dos
horas antes de la clausura del conclave que dio la Tiara al Cardenal Pam-
phili. Nuncio que había sido en España, y que tomó el nombre de Ino-
cencio X.
Hermanos suyos fueron también D. Gaspar, Canónigo de Toledo, y doña
Ana María, casada el 19 de Marzo de 1654 con D. Bernardino de Velasco,
primer Conde de Colmenar de Oreja, de cuya unión nació José, que murió
niño, por lo que sucedió en la Casa de Siruela D.^ Leonor, de quien el in-
signe Comendador de Zurita dice «era dama de la Reina D." Mariana de
Austria y murió siéndolo» (1).
Fueron sus padres el séptimo Conde de Siruela, D. Gabriel de Velasco,
Mayordomo de la Reina D." Isabel, y D.'' Victoria Pacheco y Colonna, her-
mana del tercer Marqués de Cerralbo, á quien Bartolomé Leonardo de Ar-
gensola dedicó dos Epístolas, una en silva y otra^en tercetos. (Págs. 291
y 313 del tomo II de Poetas líricos de los siglos XVI y XVII de la Biblio-
teca de Autores Españoles de Rivadeneyra, 42 de la colección.)
(1) Según el expediente personal de esta dama, que se conserva en el Archivo general
déla Real Casa y Patrimonio, falleció en Palacio el 20 de Septiembre de 1689, depositán-
dose su cuerpo en las Carmelitas de Santa Ana.
242
y de Genealogía Española.
En un reciente libro— Car/os // y su Corte— Wama. D. Gabriel Maura á
esta joven, huérfana de padres desde el 4 de Mayo de 1625, «casquivana.
D. Rodrigo Pacheco Ossorlo, tercer Marqués de Cerralbo, Virrey
y Capitán General de México.
enredadora y chismosa» (tomo I, pág. 291), transcribiendo en nota lo que
de ella dice el P. Nithard en sus Memorias. Debió ser, como tantas otras,
víctima de la mal llamada política de Cisneros, ó sea de la censurable cos-
243
Revista de Historia
tumbre de abandonar los grandes señores sus tierras y venir á estable-
cerse á la Corte «que acorta á los largos de moneda y aun alarga mal
de su grado á los cortos de ánimo para gastarla», como escribía años antes,
el 15 de Abril de 1560, Eugenio de Salazar en su famosa Carta al
M. I. Sr. D. Juan Hurtado de Mendoza, señor de la villa de Fresno de To-
rote, en que se trata de los Cata-Riberas. (Gallardo, El Criticón, pág. 14
del núm. 3.°)
En el Archivo de la Casa de Cerralbo consérvase un impreso de ocho
folios titulado Cláusulas y Memoria de mandas, legados y declaraciones
que yo, D." Leonor de Velasco, Condesa de Siruela y Marquesa de Cerralbo
y dama de la reina nuestra señora, hago para que lo contenido en ella y
en el testamento cerrado que tengo hecho, en que me remito á esta Me-
moria, se cumpla y execute después de mi fin y muerte, en el que se lee que
lega á la Reina Madre el Lignum Crucis que la trajeron de su Capilla de
Ciudad-Rodrigo, y que no tuvo efecto por tratarse de tan gran reliquia
vinculada en aquel suntuoso panteón del Cardenal Pacheco, no el del Con-
cilio de Trento de la Casa de la Puebla de Montalbán, sino el hermano del
primer Marqués de Cerralbo, de quien queda hecha mención en el Me-
morial de Pellicer, y merecedor de un libro que hubiese escrito, como él
sabía hacerlo, mi amigo queridísimo é inolvidable Juan Catalina Gar-
cía (q. p. g.).
En otra de las cláusulas manda se pongan 1.000 ducados á renta, cuyos
réditos, que serán 50 ducados en cada un año, dice, se conviertan en hacer
tres fiestas anuales y un aniversario por su alma en la Capilla del señor
Cardenal Pacheco, mi tío, de que soy Patrona, y el aniversario sea en la
octava de Santa Teresa, y las tres fiestas, con sus sermones, sean el día
del Arcángel San Rafael (de quien he sido siempre devota, y para quien
pedí rezo especial á Su Santidad, por medio de la Reina Madre, mi señora).
Y un día de la octava de Todos Santos á las reliquias que hay en dicha
Capilla. Y en el día del glorioso San Joseph...»
La cláusula que más interesa á nuestro propósito es la tercera, en la que
después de. declarar: «Que en el Mayorazgo y Condado de Siruela... es
legítimo sucesor é inmediato... el Sr. D. Cristóbal de Velasco, pariente más
cercano de mi Casa de Velasco», añade: «Y en los demás Mayorazgos de
Cerralbo y Agoncillo... no sé fixamente quiénes sean los inmediatos suce-
sores».
Dejó por heredera universal del residuo de sus bienes á su alma «á ar-
bitrio de mis testamentarios, y en especial de mis confesores, y de D. Diego
de Cossío, con quien lo he comunicado...» Era este D. Diego de Cossío y
244
y de Genealogía Española.
Bustamante Abogado y Gobernador del Estado de Cerralbo, como reza la
portada del curioso libro que dio á la estampa en 1687, con motivo de la
dedicación de la capilla de Cerralbo, fundada por el Cardenal Pacheco, y
reedificada por haberla destruido un rayo (1). Dos años después, el 13 de
Mayo de 1689, firmaba su Memoria testamentaria cuyas son las cláusulas
transcritas, en Madrid, ante el Escribano real «Lucas Gómez, portero, que
al presente asiste en este palacio..., y ante quien se otorgó mi testamento
cerrado. »
Del mismo año 89 consérvase en el Archivo de Cerralbo una Real pro-
visión, fecha 14 de Septiembre, sobre el pleito que la Marquesa D.^ Leonor
y su administrador Cossío seguían con el poseedor de la casa del Águila,
en Ciudad-Rodrigo, y es la última noticia que de la quinta Marquesa, y
descendiente directa del primer Marqués, existe entre aquellos bien orde-
nados papeles. El Mayorazgo, en su calidad de perpetuo y á falta de la des-
cendencia masculina y femenina de los Pachecos, Marqueses de Cerralbo,
fué á buscar la de los antiguos señores de aquella villa, representada por el
Conde de Alba de Yeltes, Vizconde de San Miguel, D. Fernando Nieto de
Silva y Pacheco Ruiz de Contreras, Caballero de la Orden de Calatrava y
vecino de la ciudad de Salamanca, el cual con fecha 20 de Octubre de 1688
confería poder cumplido á D. Alfonso Cavano, vecino de la villa de Madrid,
para que llegado el caso de que Dios Nuestro Señor haya llevado para sí
á su señora D." Leonor de Velasco y de la Cueva, su tía «Marquesa y se-
ñora del Estado de Zerraluo, tomase la posesión real corporal vel cuasi
del dicho Estado, como inmediato sucesor que era de él». De suerte que de
la ignorancia, verdadera ó afectada, de la cortesana, veíase libre, por for-
tuna, el segundo Conde de Alba de Yeltes, primo del piadoso Marqués de,
Tenebrón, D. Félix (2), y tataranieto de D.^ Inés Pacheco, hija de D. Juan,
quinto Señor de Cerralbo, y de D."* Catalina Maldonado, mujer de grandí-
simo mérito, abuelos del primer Marqués D. Rodrigo.
(1) Epinicio sagrado, certamen olímpico áureo en la dedicación de la insigne capilla
que á San Andrés, Patrón de su Casa de Cerralbo, erigió el Emmo. D. Francisco Pacheco,
primer Arzobispo de Burgos, Cardenal de Santa Cruz y virrey de Ñapóles. Dedicado á la
reina D.=* Mariana de Austria por mano de D.^ Leonor de Velasco, su dama, Condesa de
Sírvela, Marquesa de Cerralbo, Patrona de dicha capilla. Por Sr. Tomás Dávila, agustino
del convento de Ciudad-Rodrigo. Dale á la estampa D. Diego Cossío y Bustamante, abo-
gado y gobernador del Estado de Cerralbo. 1687. En Salamanca, por Lucas Pérez. 256
hojas en 4.°
(2) V. Memorias de D. Félix Nieto de Silva, publicadas por la Sociedad de Bibliófilos
Españoles en 1888.
245
Revista de Historia
LOS NIETO DE SILVA, MARQUESES SEXTO, SÉPTIMO Y OCTAVO DE CERRALBO
Del matrimonio de D.'' Inés Pacheco (hermana de fray Francisco, con-
fesor de la Reina CatóHca, y de Juan, que premurió á su padre) con don
Antonio Nieto de Silva, nació Félix, que tuvo á Antonio, padre de otro
Félix y de Luis, primer Marqués de Tenebrón y primer Conde de Alba de
Yeltes, respectivamente. De Luis era hijo el precavido poderdante salman-
tino, cuyo apoderado sustituyó sus facultades el 7 de Septiembre de 1689,
año en que murió D.'' Leonor de Velasco, cuarta nieta, ó sea chozna, que
decimos en Aragón, del Pacheco que la unía con su ignorado sucesor, so-
brino quinto suyo. Cinco generaciones, en efecto, es preciso ascender ó
subir para encontrar el tronco común: quinto abuelo de la quinta Mar-
quesa, sexto abuelo del sexto Marqués.
Y sirva esto de contestación á los que dicen que los mayorazgos ó los
títulos no vuelven atrás, no retroceden, y, poco versados en estas cuestio-
nes, confunden los términos de descendientes y sucesores. Si la vinculación
ha de ser perpetua, dada la posibilidad de que se extinga la línea descen-
dente, claro es que han de buscar las otras dos líneas, ascendente y colate-
ral, unida ésta á la primera por el ascendiente ó tronco común, que bien
puede ocurrir, como acaeció en la Casa de Cerralbo, que no fuera poseedor
del título. Esto, que pudo ser discutible cuando se pretendió abolir las lla-
madas mercedes enriqueñas, no ofrecía género de duda después de las
Leyes de Toro y del triunfo definitivo del admirable régimen vincular, que
unía para siempre determinado patrimonio á una familia, á una Casa no
constituida sólo por los que del fundador vinieran, ó sea por la línea des-
cendente, sino por las otras dos de colaterales y progenitores.
El insigne jurisconsulto é historiador Cavanilles transcribe en su magis-
tral Alegación en Derecho sobre reversión á la Corona del Ducado de
Medinaceli y pueblos de su jurisdicción (Madrid, 1863, pág. 11) la sentida
exposición que dirigieron á D. Juan I en las célebres Cortes de Guadalajara
de 1390 los justamente alarmados por la cláusula 23 del testamento de
Enrique II, limitando la donación ó el mayorazgo al hijo. «E Señor— decían
al Monarca— esto es aun mayor agravio, que yo que laceré é trabajé é perdí
hermanos é parientes é derramé mi sangre en servicio del Rey vuestra
padre, et él por me facer merced me heredó é dio un donadío, que por
morir mi fijo primero el otro hermano non le haya nin sus herederos. Ca
son mis fijos lejítimos é debrían heredar los bienes que yo por mi sangre
246
y de Genealogía Española.
gané, sirviendo para mí é para ellos; ca yo con todos mis fijos había un
deudo é los que de ellos descendieren de mí descienden.» Y como donde
hay la misma razón debe haber la misma disposición, el argumento que
vale para que sucedan los hermanos, vale para que la herencia se trans-
mita á los otros transversales, que tienen un deudo con el progenitor
común, con el fundador de la Casa ó de la familia, que existió antes que el
título ó el mayorazgo. El primer Marqués de Cerralbo no fué antecesor del
Conde de Alba de Yeltes, pero ambos eran ramas del tronco común, como
descendientes de los primeros Señores.
Fué, pues, con plenísimo derecho, sexto Marqués de Cerralbo, D. Fer-
nando Nieto de Silva, que casó con una hermana de D. Juan Antonio de
Guzmán, el Marqués de Almarza, que reedificó la iglesia de San Boal, en
Salamanca (como dicen los conocidos versos de su portada) (1), y que
fueron padres del séptimo Marqués, D. José Nieto de Silva, y de la octava
Marquesa, D."* Isabel, muerta en 1736.
Durante el marquesado de D. José verificóse un notable juicio de resi-
dencia en Cerralbo, que se conserva en el Archivo de la Casa.
Doña Isabel Nieto de Silva, que succedió á su hermano, fallecido sin
tomar estado, casó con D. Francisco Motezüma Torres, descendiente del
Emperador de México, y fueron padres de Vicente, de María Manuela y de
Ana, en cuya descendencia radica hoy el ilustre título, con el apellido de
Aguilera. •
VI
LOS MOTEZUMAS, NOVENO Y DÉCIMO MARQUESES DE CERRALBO
Mayorazgo regular el de Cerralbo, llamaba á su posesión á las hembras,
á falta de varones de mejor línea y más próximo grado, por lo que le here-
daron, ostentando el título unido á él, D.^ Leonor de Velasco y D."" Isabel
María Nieto de Silva, como dejamos dicho. Por muerte de esta última
señora, succedió en la Casa su hijo D. Vicente Motezüma Nieto de Silva
y Guzmán, que fué, por tanto, el noveno Marqués de Cerralbo, Conde de
Alba de Yeltes. Fué, además, Marqués de Almarza y de Flores-Dávila,
(1) Piedras que á Dios templo dan— Serán eterno blasón
Del Marqués de Almarza, don— Juan Antonio de Guzmán.
Lenguas haciéndose están— Que inmortal le han de aplaudir,
Pues, devoto, supo unir,— En su ilustre edificar
Al ánimo de empezar,— La gloria de concluir.
247
Revista de Historia
como heredero de su tío el D. Juan Antonio de Guzmán citado, que en
12 de Diciembre de 1733 participaba al Rey— según documento que se
conserva en el bien ordenado Archivo del Ministerio de Gracia y Justicia-
haber succedido á su sobrino Almarza y Flores-Dávila. Nuevo argumento
contra los que sostienen la teoría de que los títulos no retroceden, por
aquello de que linea postergada, linea acabada, que fué opinión, pero
jamás doctrina, ni menos ley, en Castilla, según la famosa de Partida, cuyo
espíritu pasó á informar el artículo 60 de la Constitución vigente, y el de
sus antecesoras, diferente, por no decir opuesto, al de la ley fundamental
de Felipe V, impropiamente llamada sálica, cuando, según observación del
sabio catedrático de Derecho D. Guillermo Estrada, es sólo gambeta. La
ley sálica excluye á las hembras; la gombeta no hace más que posponerlas
á los agnados, por entender que, creados los vínculos para enaltecer una
familia, representan más á ésta los varones procedentes de varones, únicos
cfue conservan el apellido, perpetuándole, dada la costumbre seguida desde
que se fijaron éstos, atribuyendo más importancia al elemento étnico de la
generación que al real de la posesión de los bienes ó de la tierra ó del
vínculo. Cuando no se creía, ni decía, hijo de mal padre el que lleva el
apellido de la madre, pudieron llamarse aquellos dos hermanos
Maestres tan prosperados como Reyes.
Juan Pacheco, el uno, y Pedro Girón, el otro; y Gonzalo Fernández,
el Gran Capitán, no fué menos honrado que su hermano Alonso de Agui-
lar; ni Pedro Portocarrero se tuvo por de peor condición que sus hermanos
Alonso de Cárdenas y Cristóbal Osorio; pero hoy, desaparecidas las exi-
gencias vinculares de uso de apellido y armas de los fundadores, nadie
renuncia dignamente al nombre de quien le dio el ser en sociedades cristia-
nas no dominadas por el hetarismo ni el matriarcado...
No es lugar este de discutir cuál de los dos sistemas sea el más conve-
niente, bastando recordar que para toda clase de herencia vinculada ha
de atenerse á estas cuatro cosas: la línea, el grado, el sexo y la edad; y por
ese mismo orden: porque, como preceptúa el artículo constitucional men-
cionado: «La sucesión seguirá el orden regular de primogenitura y repre-
sentación, siendo preferida siempre la línea anterior á las posteriores; en la
misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el
varón á la hembra, y en el mismo sexo, la persona de más edad á la de
menos.»
No fué D. Juan Antonio de Guzmán el único tío heredero vincular de su
sobrino. En la casa de Alba se dio también ese hecho á la muerte del noveno
248
y de Genealogía Española.
Duque. No es lo común y corriente que los padres y tíos sobrevivan á sus
hijos y sobrinos; pero nada hay en ello de antinatural é ilegal, supuesta la
perpetuidad del mayorazgo y la ilimitación del parentesco, su legítima con-
secuencia. No sería perpetuo ese nudo estrechísimo entre la propiedad y
sus poseedores de la misma sangre, mantenedores de la alcurnia, si se rom-
piera faltando descendientes del fundador ó del poseedor último. Subsiste
mientras exista quien pruebe la común ascendencia.
Los males producidos por la trituración de la propiedad van causando
sus reactivos efectos, y hoy se leen sin el asombro que hace cincuenta y
nueve años estas palabras de dos profesores de Derecho, políticos liberales
ambos:
«... Es indudable que en esas instituciones que ligan al infinito los bie-
nes, que prolongan la voluntad del hombre hasta un límite y una época
inconcebibles, se encuentra algo que repugna á los sentimientos naturales.
Pero al mismo tiempo es innegable que revelan una vitalidad, una fuerza,
una independencia de que carecía la degenerada sociedad familiar romana
de los últimos tiempos. Cada familia constituía un pequeño Estado, que
tenía sus territorios y vasallos, sus feudatarios, sus franquicias propias, sus
libertades peculiares, su administración exclusiva, y que ostentaba, por
tanto, una vida enteramente independiente. El despotismo monárquico se
estrelló mil veces contra ese espíritu de propia existencia que, no pudiendo
contrarrestar de frente porque los intereses de la Nobleza resistían sus inva-
siones, procuró torcer. Haciendo de un noble el jefe de los soldados que el
Rey pagaba; de un mayorazgo, su correo mayor; de un conde ó un marqués,
su ayuda de cámara, su caballerizo ó administrador; en una palabra, sacán-
dolos de sus castillos, de sus tierras y de sus vasallos, de sus tradiciones y
de su familia, para hacerlos seguir la corte y las intrigas palaciegas, se con-
siguió apagar la vida propia y aminorar los efectos que en el orden político,
y contrarios á sus miras, producía la vinculación con el espíritu familiar. La
prohibición de fundar mayorazgos sin licencia real, la de acumular dos ó
más cuando excedían de cierta renta, la de no considerar excluidas las
hembras, á no ser que de un modo claro apareciese en la fundación; y, por
último, la de no vincular otros bienes que cantidades metálicas, que habían
de depositarse en las arcas públicas, nos indican los medios que en el orden
civil se pusieron en juego para conseguir el apetecido resultado» (1).
(1) La familia foral y la familia castellana. Memoria premiada por la Academia de
Jurisprudencia, escrita por D. Segismuudo JVloret y Prendergast y D. Luis Süvela.— Ma-
drid, 1863, pág. 145.
249 17
Revista de Historia
Por tercera vez recayó en hembra el Marquesado de Cerralbo, siendo
la décima marquesa D.^ Manuela Motezuma, hermana del D. Vicente, de
quien heredó también los otros títulos de Almarza, Flores-Dávila, Alba de
Yeltes y Villalobos, con el señorío de Arauzo y otros, de los cuales era
poseedora en 1770.
Diez años después, ó sea en 1780, lograba la Grandeza, que disfrutó
poco tiempo. El 4 de Julio de 1787, su hijo, y de D. Francisco Ventura
Orense, participaba al Rey haber succedido en la Casa de su madre, que
sólo poseyó hasta 1789.
VII
EL ONCENO MARQUÉS DE CERRALBO, DEL APELLIDO ORENSE
El 14 de Julio de 1789 expidióse la Real cédula en el Marquesado de
Cerralbo y títulos que poseyó D.^ María Motezuma á su hijo D. Francisco
Ventura Orense, conde ya de Villalobos, el cual, muerto sin sucesión
en 1789, transmitió sus derechos á su primo hermano el Conde de la Oliva
de Gaytán, nietos ambos de la octava Marquesa de Cerralbo.
(Se concluirá.)
El Conde de Doña-Marina.
Julio de 1912.
250
y de Genealogía Española.
LA HERÁLDICA EN EL ESCORIAL
(1)
28 Mayo 1912.
ExcMO. Sr. D. Francisco F. de Béthencourt:
Mi distinguido amigo: Con todo detenimiento y con el mayor gusto he
leído la interesante carta que por mediación de la Revista de Historia y
DE Genealogía Española se sirve dirigirme, sobre algunos descuidos he-
ráldicos cometidos en el Panteón de Infantes, y excuso manifestar á usted
que, considerándole como suprema autoridad en la materia, se atenderán
sus indicaciones, luego que pase esta época en que tan visitado es El Es-
corial, brisando el blasón de las tres lises con la roja bordura de su espe-
cialísimo distintivo, omisión tantas veces repetida y en más de una ocasión
notada en el Mausoleo de Párvulos.
No es tan fácil ni tan clara la corrección en lo que afecta á todos los
demás escudos, no escasos en número, de los Infantes de España, que Lema
brisó sin duda, bien ateniéndose á usos establecidos, bien á la costumbre,
tan frecuente en las Casas Reales de España y de Francia, de brisar los
escudos para establecer diferencias entre las armas del primogénito y las
correspondientes á los demás hijos, siendo usual que los hijos segundos
usaran el lambel, los terceros la bordura, los cuartos la orla, etc.
No es esto discutir con usted; á su opinión me someto, y puesto que
toda penitencia, por dura que fuere, le resultará corta para castigar el grave
pecado de haber dejado transcurrir tantos años sin visitar El Escorial,
quizá se sienta movido (y si yo pudiera imponérselo, como penitencia, se
lo impondría) á hacer una nueva visita que le permita puntualizar sus
observaciones en cada caso concreto.
Entre los escasísimos papeles que Lema dejó, ó al menos que en el estu-
tudio se encontraron después de su muerte, ninguno hay que permita saber
el por qué de lo que hizo ni siquiera los textos en que se inspiró.
Vea usted, pues, lo conveniente de una nueva visita que tan grata sería
á su siempre afectísimo reconocido amigo, q. 1. b. 1. m.,
El Marqués de Borja.
(1) Á la amabilidad del Intendente General de Palacio, Excmo. Sr. Marqués de Borja,
debemos la inserción de esta interesante carta, contestación á la que sobre el mismo
asunto le dirigió en el número 4 de esta publicación el Sr. F. de Béthencourt.
251
Revista de Historia
tíSm SETILLflKOS DE U mW DE LD IDDEPEPEKGII
D. Francisco Gámez de Barreda y Aguado.
Entre los hijos de esta insigne ciudad que supieron dejar muy alto el
nombre de la Patria durante aquella gloriosa epopeya, figura en lugar dis-
tinguidísimo el que encabeza estas líneas, que obtuvo gloriosísima muerte
después de tres años de constante y denodada lucha contra el invasor. La
circunstancia de haber ocurrido este suceso lejos de Sevilla, hace que no
sea bien conocido en esta ciudad el bizarro comportamiento de tan preclaro
hijo de ella, y así se explica que, no obstante honrar su retrato la galería de
sevillanos ilustres que existe en la Biblioteca Colombina, no haya sonado
su nombre, cuando el centenario, á pesar de los títulos que ostenta, para
hacerlo honrosamente, al lado de aquellos otros héroes llamados Daoiz,
González Cuadrado y Palacios Malaver; por lo que entendiendo yo que es
un acto de justicia, al par que un motivo de honor y de gloria para Sevilla
cuanto con él se relaciona, me proponga despertar su recuerdo.
Nació en el Palacio de las Dueñas, (1), habitado entonces por sus padres,
siendo bautizado en San Juan de la Palma en 28 de Diciembre de 1777.
Pertenecía á ilustrísima familia, cuyo apellido llevan hoy, en primer tér-
mino, sus sobrinas nietas D.^ Dolores, Marquesa de Gómez de Barreda,
viuda de Maestre, y D.^ Filomena, y en segundo ó posterior, á más de la
familia Maestre, la de los Marqueses de Villavilviestre, Casa Ramos, Gan-
dul, Esquibel y Torrenueva, Conde de Montelirio, y las de Manjón y Me-
dina: ingresando desde muy joven (14 de Agosto de 1794) en la Real Maes-
tranza de Caballería de esta ciudad, y agregándose apenas estalló la gue-
rra, como sus demás compañeros de Corporación, á uno de los regimientos
(1) Residencia Señorial hoy en dia de los Duques de Alba.
252
y de Genealogía Española.
de Voluntarios que en Sevilla y fuera de Sevilla se crearon, (1), llegando á re-
organizar por sí solo el titulado de Burgos al frente del cual, y con el grado
de Teniente Coronel, se encontraba, cuando pereció gloriosamente en la
memorable defensa de Úbeda, ocurrida el día 15 de Mayo de 1811. Habían
•F SA8KED\\A(;iAüü.TE.\{E,\Tt lúHO.'vEL GEÍ%
i>flSlí»?.R\mRl):s,\'Mllí U SEVILLA ÍL 28 DE OIC^
':FE^DlFJBOHE.RnlCíM"L\CIlf
atacado los enemigos á la ciudad por distintos puntos, logrando concentrar
el grueso de las fuerzas de la división que la defendía, mandada por el gene-
ral D. Ambrosio de la Quadra, hacia un extremo de la población, cuando
(1) De los siete regimientos de voluntarlos que se formaron en Sevilla, cuatro fueron
mandados por Caballeros Maestrantes de la misma.
253
Revista de Historia
una columna de 400 hombres consiguió penetrar en ella, poniendo en grave
aprieto y retirada todas las tropas que guarnecían aquellos sitios. Adver-
tido de esto el Teniente Coronel Gómez de Barreda, acudió presuroso al
punto de la ciudad del que se habían enseñoreado los enemigos, y ponién-
dose á la cabeza de sus soldados, muy inferiores en número, cargó sobre
los franceses con singular denuedo y bizarría, recibiendo en tan heroica
lucha siete heridas de bala, y ocasionando él solo 20 bajas en las filas con-
trarias, continuando luchando contra ellas con la voz y con el gesto cuando
las fuerzas le faltaron, pues caído en tierra y casi exánime siguió arengando
á sus soldados, señalándoles con la espada al enemigo, y gritándoles: «¡Bur-
gos! ¡Viva el Rey! ¡Adelante!», causando esto tal efecto entre los leales vo-
luntarios de Burgos, que, ansiosos de vengar la heroica sangre de su ilustre
jefe, cayeron sobre los franceses, consiguiendo arrojarlos de la ciudad por
el mismo portillo por donde penetraron, y persiguiéndolos sin descanso
hasta dejarlos completamente destrozados (1).
En el parte oficial de la acción, dice el general Quadra, hablando del
Teniente Coronel D. Francisco Gómez de Barreda: «Era el primer valiente
de su batallón, valiente síh orgullo, oficial que, á su bizarría, unía el don de
mando y el don de organizar. Formó de nuevo su batallón y lo hizo uno de
los primeros del Ejército; cayó en medio de los enemigos, enseñando y
marcando á su batallón el camino de la gloria y de la virtud; sus soldados
pudieron retirarle aun vivo, y murió con la serenidad y fortaleza de un ilus-
tre varón. Recomiende V. S. la memoria de este esclarecido oficial, quien al
morir (en el tiempo que no hay ficciones), habiéndole yo ido á ver y oyendo
que estaba yo allí, alzó sus ojos moribundos para preguntarme si había
quedado satisfecho del batallón de Burgos.
La importancia que tuvo la acción de Übeda se desprende con sólo decir
que, según el parte oficial, tuvieron los franceses 1.000 bajas, entre
heridos, prisioneros y muertos, siendo las de los españoles 30 muertos y
70 heridos (2).
La heroica muerte de Gómez de Barreda fué cantada entonces por los
poetas de la época. He aquí algunos trozos de una poesía, reimpresa en
(1) Datos tomados del parte detallado de la acción y de la biografía y relato, impresos
en aquella época con arreglo á los testimonios de los soldados de su regimiento y de los
facultativos que le asistieron. (Gacetilla de la Región, pág. 590).
(2) Se aprehendieron también á los franceses en esta acción 9.000 fanegas de trigo,
3.000 de cebada y gran número de fusiles y mochilas que abandonaron en la huida (datos
tomados como los anteriores del parte detallado de la función).
254
y de üenealogia Española.
Cádiz en 1813 en la imprenta de D. Manuel Ximénez en la que se encomia
como merece su heroísmo.
Muera triste el tranquilo paisano
Enfermizo en sus lóbregas salas,
Que el guerrero entre espadas y balas
Muere alegre si el triunfo ganó;
Así piensa quien piensa con honra,
Y así Gómez Barreda pensaba.
Así siempre á sus huestes hablaba,
Y así heroico su vida selló.
El primero delante de todos
Penetró por las filas francesas;
Y siguiendo su paso y proezas,
Su columna la acción consiguió.
Del horrendo volcán enemigo
Entre el fuego fué herido Barreda
Vacilante su tropa se queda
Y un segundo no más vaciló.
El furor, la venganza y despecho
Se apodera del noble soldado,
Y dejando á su Jefe vengado
Plenamente al francés derrotó
Y Barreda á su Jefe pregunta
(á balazos el cuerpo deshecho),
«¿De mis tropas estáis satisfecho?»
«jSí!, responde; y contento expiró».
La ciudad de Úbeda quiso honrar su memoria, y á este efecto adoptó el
acuerdo que resulta del siguiente certificado que obra original en el Archivo
de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, á quien le fué remitido, por
tratarse de un distinguidísimo miembro de ella:
«Don Francisco Antonio Torrente, Abogado de los Tribunales Naciona-
les y Secretario del M. I. Ayuntamiento Constitucional de esta c¡udad.=
Certifico que en la sesión celebrada el 14 de Junio de este año hay el acuerdo
siguiente: «Deseando el Ayuntamiento prestar un nuevo homenaje (1) de
«consideración ala gloriosa memoria del comandante D. Francisco Gómez
»de Barreda, herido mortalmente al frente de su batallón de Burgos en la
• calle que hoy lleva su nombre al desalojar de ella á la bayoneta á las tro-
(1) Anteriormente había acordado poner su nombre á la calle en que fué herido y una
lápida en la casa donde falleció.
255
Revista de Historia
>pas francesas que habían penetrado en esta parte de la ciudad el quince
»de Mayo de mil ochocientos once, debiéndose á su heroico comporta-
> miento el feliz éxito de la acción de aquel día, si bien con la pérdida lamen-
»tablede tan bizarro jefe, el cual falleció á las pocas horas de concluirse el
«combate, acuerda que se inscriba su nombre y apellido en una lápida que
deberá colocarse en el salón de sesiones de estas Casas Consistoriales».
»Y para que conste, de orden del Sr. Alcalde, con su visto bueno y
sellada con el de esta municipalidad, expido el presente en Úbeda á vein-
tiuno de Julio de mil ochocientos sesenta.=V.*' B.°, Juan M. de Aguilar.=-
Francisco A. Torrente.»
Justo sería que algo se hiciese también en Sevilla en memoria de hijo tan
¡lustre, como justo sería igualmente que se perpetuase (según lo pedido por
el erudito académico D. Manuel Gómez Imaz), la del insigne Presidente de
la Junta Suprema, aunque sólo fuese para demostrar que esta M. N. y
M. L. ciudad no quedó estéril para la Patria, después de producir héroes tan
gloriosos como Daoiz, Palacios Malaver y González Cuadrado, sino que
aun supo dar, entre otros muchos, patricios como Saavedra y soldados
como Barreda.
El Marqués del Valle de la Reina.
C. de la Real Academia de la Historia.
Sevilla, 9 de Mayo de 1912.
256
;; de Genealogía Española.
AUÑONES DE MORÓN
Auñón es una villa, hoy de la provincia de Guadalajara, partido judicial
de Sacedón y de alguna importancia, que en lo antiguo perteneció á la
Orden de Calatrava, cuyos caballeros edificaron en ella la famosa y fuerte
ermita del Madroñal.
De esta villa, según probables conjeturas, procedió la familia cuya
genealogía vamos á dar á conocer y que la vemos establecida en Morón
de la Frontera desde fines del siglo XV, comprobándose las filiaciones por
todo género de documentos, testamentos, informaciones genealógicas, eje-
cutorias de hidalguía, pruebas para cruzamientos en Órdenes militares espa-
ñolas y de San Juan de Jerusalén, oficios de la Inquisición, Colegios mayo-
res, etc. Esta familia, de las más ilustres de Andalucía, enlazada con los
Girones, Ángulos, Ponces de León, Villalones, Osorios, Ayalas, etc., se ha
distinguido en todo tiempo por sus valiosos servicios á los Reyes y á la
Nación, continuados en el día por nuestro respetable colaborador el almi-
rante Marqués de Pilares, á quien dedico este modesto trabajo.
Las armas que usa la familia Auñón se componen de un escudo gules,
el castillo de plata donjonado, mazonado de sable y aclarado de azul,
sobre peñas de su color, y un guerrero armado, fileteado de oro, cogido
con la mano siniestra á la aldaba de la puerta del castillo y en la derecha la
espada, según certificación del rey de armas Jerónimo de Villa, expedida
en Madrid á 2 de Junio de 1633, á petición de D. Pedro Fernández de
Auñón.
1. Martín Fernández de Auñón, tronco de esta ilustre familia en Mo-
rón, cuya descendencia relataremos, fué hijo mayor de Gonzalo Fernández
de Auñón y de Mari Sánchez, vecinos de Alcaraz (1); vino á Morón desde
(1) Alonso Hernández de Auñón, hijo segundo de Gonzalo Fernández y de Mari Sán-
chez, fué casado con María Cano y fué padre de Gabriel de Auñón, natural de Alcaraz, que
tomó vecindad en la villa de las Peñas de San Pedro, contra cuyo concejo litigó su hidal-
guía y obtuvo ejecutoria, en la Real Chancilleria de Granada, en 7 de Junio de 1524.
257 13
Revista de Historia
niño con la condesa de Ureña D/ Leonor de la Vega, sirviéndole de paje,
y después sirvió al Conde, de doncel, formándose en aquella pequeña corte
un apuesto y bravo militar. Martín el de Morón, como le decían los mozos,
era el primero en los rebatos y cabalgadas en el campo enemigo, siendo el
terror de ellos.
Empezada la reconquista, se halló en las primeras operaciones de gue-
rra emprendidas por el célebre Marqués de Cádiz, acompañándole en la
toma de Zahara, siendo uno de los primeros que entraron en la villa esca-
lando sus muros, acto de valor premiado por el caudillo con un juro per-
petuo de 3.000 maravedís sobre las rentas de su casa en Arcos.
Se halló también Martín en las tomas de Ronda y Alhama, saliendo he-
rido de saeta en una pierna; allí y aquí le cupo en suerte una esclava mo-
risca, que bautizó con el nombre de María, con la que tuvo amores y des-
cendencia de ella como diremos. El analista de Morón D. Antonio Bohor-
ques Villalón le cita con frecuencia en sus escritos y dice fué enterrado en
la iglesia de Santa María de Morón, en cuya lápida se expresaba fué herido
en la toma de Ronda (1). También le cita el erudito cronista de Arcos de la
Frontera Sr. Mancheño, en los Apuntes para una historia de Arcos de la
Frontera; Asimismo, su bisnieto el Dr. Pedro de Auñón escribió una genea-
logía de su familia, la que seguimos en este relato hasta donde alcanzan
sus noticias, con informaciones que hizo declarando en Zahara y Arcos los
más ancianos, que declararon haber oído á sus padres y otras personas que
alcanzaron á conocer á Martín, las hazañas de éste y su participación en la
toma de Zahara, etc., y compulsándose en ellas las partidas de los maravedís
de juro concedidos por el Marqués de Cádiz á sus bravos auxiliares en
aquella conquista, que se hallaban en los libros de acostamientos de la Casa
de Arcos. Martín fué casado con Juana Martín la Maldonada en quien tuvo
los seis hijos que siguen:
1 .° Gonzalo de Auñón, presbítero y cura párroco de la ermita de S. Micas de
Morón.
2.° Juan de Auñón.
3.** Pedro de Auñón, que sigue.
4." Mari Sánchez de Auñón.
d.'^ Juan López de Auñón.
6." Luis de Auñón, presbítero que fundó una capellanía, según el testamento
(1) Esta lápida fué quitada de su sitio el año 1857 al poner pavimento nuevo á la iglesia
y parece se halla hoy en un lugar de clausura en el convento de monjas de Morón, así
como lo demás que se quitó de la iglesia.
258
y de Genealogía Española.
otorgado en Morón ante el escribano Pedro Alonso Francés el 21 de Octubre
de 1553 y codicilo, ante el mismo, el 16 de Abril de 1554.
Sobre los hijos naturales, he aquí lo que dice el Dr. Auñón en los apuntes
genealógicos de su familia... «Siendo viva mi bisabuela, tuvo el dicho mi bisabuelo
Martín Fernández de Auñón dos hijas que murieron muchachas y un hijo llamado
García, y porque desta incontinencia se quejó mi bisabuela á sus hijos, Gonzalo de
Auñón, clérigo y cura y á mi abuelo Pedro de Auñón, un día cogieron á la dicha
morisca y la llevaron á Marchena y la vendieron, sin que él lo supiese hasta que
estuvo hecho. Después de la muerte de mis bisabuelos, dejaron al dicho García,
sus hermanos, que se fuese á Marchena, donde se casó con Juana Ximénez, hija de
Andrés Ximénez, y aunque tuvieron más hijos, al presente son cuatro vivos: Andrés
de Auñón, María de Auñón, Luis de Auñón y la beata Juana de Auñón. (María y
Juana de Auñón murieron de la peste el año 1582.) Andrés Auñón se casó en Se-
villa con Marina de Buendía, y de ella hubo y tiene al presente' diez hijos. María
de Auñón, que casó con Francisco Martín Márquez, vecino de Gerena, que vino de
Indias, y desta tiene [García] un nieto llamado Andrés. Segunda hija, Jerónima de
Auñón. Tercero, el licenciado Francisco de Auñón, jurista y clérigo de menores
órdenes. Cuarto, el licenciado Martín de Auñón, médico; Lucía de Auñón, Isabel, Pe-
dro, Andrés, Marina, niños y mozos por casar. María de Auñón, hija del dicho
García de Auñón, casó con Martín Navarro, soldado que fué en Italia, cuando vino
de allá, y tiene al presente un hijo llamado Luis de Auñón.»
n. Pedro de Auñón, hijo tercero de Martín, casó en Arcos con Marina
Martín la Romera, hija de Martín Romero, llamado Desguijarr a-leones, va-
liente soldado, distinguido en la toma de Zahara, y natural de Arcos de la
Frontera, como dice el citado Mancheño en sus Apuntes. De Pedro y Ma-
rina Martín fueron hijos.
1.° Antón Romero Auñón, que sigue.
2." Juana Martín Romero Auñón; casó en Morón con Juan Espinar Valbuena,
familiar del Santo oficio de la Inquisición del número en Morón, de quien fueron
hijos: 1.° Santiago de Espinar, asimismo familiar de la Inquisición en Morón, casado
con D." María Parejo, que fueron padres de Pedro de Auñón Espinar, casado con
Beatriz de Humanes, que texto en Morón ante Sebastián de Benjumea el año 1590
(folio 536) con sucesión del apellido Auñón Espinar, y de D.* Juana Parejo de Espi-
nar, casada en Morón con D. Francisco de Bohorques Villalón, del Santo oficio,
padres estos últimos del Doctor D. Antonio de Bohorques Villalón, del Santo oficio,
Corregidor de Osuna, autor de los Anales de Morón, casado con D.^ N. de Villa-
vicencio, y de D.* Antonia de Bohorques, primera mujer de D. Andrés de Spínola y
segunda de D. Juan de Torres Gaitán, caballero de la Orden de Calatrava, ambos
vecinos de Jerez de la Frontera. 2° Pedro de Auñón Espinar.
III. Antón Romero Auñón, hijo varón de Pedro de Auñón, casó con
Juana Sánchez de Orellana el año 1539; dice de él su hijo lo que sigue: «Mi
padre, que sea en gloria, casó con Juana Sánchez de Orellana, siendo mi
padre de más de cuarenta años, y tuvieron ocho hijos varones, mudó uno
muchacho, y somos al presente siete, los cuales N. S. guarde y conserve
259
Revista de Historia
en su santa gracia.» Estas bodas las arreglaron los Condes de Ureña: ella
era hija de Pedro González de Orellana, alcaide del castillo de Olvera, que
poseía grandes bienes en el término de Morón y de Juana García de Sal-
daña.
Otorgó su testamento Antón Romero Auñón ante el escribano Pedro
Francés el año 1570; y su mujer, ante el mismo escribano, en el de 1583.
Hijos:
1.° Pedro de Auñón Romero, que sigue.
2.° El Doctor D. Pedro González de Auñón y Orellana, del que ya dijimos fué
autor de una genealogía de su familia, la que original autógrafa conserva su des-
cendiente el Sr. D. Ignacio de Torres y León, quien nos ha proporcionado los ma-
teriales para este trabajo. Empieza así el documento: «In nomine Dei. Amén. En
postrero día del mes de Julio de mil y quinientos y octienta años yo el Doctor Pe-
dro González de Auñón clérigo presbítero colegial del Colegio de Santa María de
Jesús, y por otro nombre se dice de Maesse Rodrigo, de la ciudad de Sevilla,
estando al presente en la villa de Morón comunicando con mis parientes quise
hacer memoria de todos cuantos parientes tenía dentro del cuarto grado.» Además
de los titulos que él mismo expresa, fué Comisario del Santo oficio, con título des-
pachado en Triana el 19 de Diciembre de 1601; Visitador general del Arzobispado
de Sevilla. Catedrático del Colegio de Maesse Rodrigo y, durante veinte años.
Administrador del Hospital de la Sangre de dicha ciudad, en el que fué sepultado
su cuerpo, bajo una losa que tiene el siguiente epitafio:
(Escudo de armas.)— i4^u/ yace don Pedro de Auñón, Catedrático que fué de
la Universidad Literaria y Administrador que fué del Hospital durante veinte
años. 1613.
Había fundado tres capellanías, espléndidamente dotadas, y el patronato de la
Capilla Mayor, con enterramiento, que construyó á sus expensas, para el convento
de Mínimos de la Victoria, en Morón, cuya iglesia se halla hoy convertida en pa-
rroquia.
3.^^ Andrés González de Auñón y Orellana, Notario apostólico.
4.® Licenciado Antonio de Auñón y Orellana; testó ante el Escribano Alvaro
Fernández, en Morón, año 1602 (folio 301 del registro).
5.° Luis Auñón y Romero, el cual no casó, pero tuvo una hija natural, D.* Juana
de Auñón, señora de gran talento y de esclarecidas virtudes; fué muy valida de la
Reina D.'' Isabel de Borbón, primera mujer del Rey D. Felipe IV, siendo de su Cá-
mará, y ejercía sobre ella grande influencia. Fallecida la Reina, continuó al servicio
de D.^ Margarita de Austria, segunda mujer de D. Felipe IV, siendo también su pre-
dilecta y amiga; de esto se trata en cierto manuscrito anónimo, en que se dice de
presente como escrito entonces, «j lo es también de la Reina nuestra señora doña
Margarita de Austria, por su buen talento y mucha virtud.» Testó Luis de Auñón
ante el Escribano de Morón, Luis Madrid, año 1581 (folio 422).
6.° Martín de Auñón; fué familiar del Santo Oficio del número en Morón, según
título fecha en Triana el 25 de Agosto de 1580; estaba ya casado con D,^ Catalina
Mateos, hija de Pedro Mateos y de María Jiménez Parejo. Testó Martín en Morón
ante el escribano Luis de Madrid el año 1599 (folio 754 del registro), y su mujer,
ya viuda el año 1609, ante Bartolomé de Castro, escribano de Morón (folio 536),
260
y de Genealogía Española.
dejaron por hijos: 1.°, D. Francisco de Auñón, que testó ante dicho Bartolomé de
Castro en 1609 (folio 301); 2.*', D,"" María de Auñón, mujer de su primo D. Antonio
Fernández de Auñón, como se verá en
su lugar, la que testó ante Luis de Ma-
drid el año 1600 (folio 845); 3 °, D.' Ana
de Auñón, mujer de Pedro Díaz Gue-
rrera, la que otorgó su codicilo ante el
escribano Miguel de Chaves, el año 1604
(folio 412); y 4.*', D.^ Luisa de Auñón,
casada con el Licenciado D, Juan de Vi-
Ualta y Ojeda el 17 de Octubre de 1602,
hijo de Asensio Díaz Gutiérrez y de
María Corvera Villalta (1), nieto de
Francisco Gómez ó Jiménez de Ojeda
y de Catalina Bonilla Gutiérrez, de quie-
nes fueron hijos: D, Martín Ojeda Villal-
ta, casado con su prima D.*^ María de
Auñón, y D."* Juana de Villalta, casada
con su primo D, Pedro Fernández de
Auñón, como se verá en sus lugares
respectivos.
IV. Pedro Auñón Romero, hijo
primogénito, íué familiar del Santo
Oficio de la Inquisición de Sevilla
y del número en Morón (2); casó en
Morón el 30 de Agosto de 1570 con
D." Inés Gutiérrez de Bonilla, hija de
Francisco Gómez ó Jiménez de Ojeda, oriundo de la Rioja, natural de Mo-
El venerable P, Fray Bernardino
de Corbera (3).
(1) Hijo de éstos fué también el V. Martín de Villalta Corvera, pariente de los Auñón
por su abuela D.^ Inés Gutiérrez Bonilla, mujer de Pedro Auñón, ya dichos, hermana del
padre de éste. Nacido en Morón el 15 de Junio de 1581, tomó el hábito de San Francisco
en el convento de Écija, á los quince años de edad; profesó un año después, el 6 de Julio
de 1595, siendo á la sazón Guardián Fr. Mateo de Ángulo, en cuyo acto trocó su nombre
por el de Bernardino de Corvera. Murió en Sevilla en olor de santidad el sábado 16 de
Noviembre de 1652, en el Patio de Banderas del Alcázar de dicha ciudad, en la casa que
allí habitaba su grande amigo el caballero genovés Nicolás de Prato. Era tan estimado por
todas las clases sociales de Sevilla, que mientras estuvo el cadáver de cuerpo presente
tuvieron que amortajarlo tres veces, á causa de que todos querían llevarse algún pequeño
trozo de sus ropas para conservarlo como preciosa reliquia, llegando á tal extremo el afán
por ellas, que las autoridades, velando por el orden, tuvieron que poner guardia de solda-
dos en la puerta de la casa mortuoria para impedir la entrada del público.
(2) El título de familiar, su fecha en Triana el 1.° de Marzo de 1632.
(3) El retrato del venerable Fray Bernardino de Corbera está tomado del libro de su
vida que escribió el P. Fray Pedro de Valbuena, definidor y predicador de la orden de
San Francisco; dedicada al Duque de Arcos é impresa en Sevilla por Juan de Osuna, en
el año 1687.
261
Revista de Historia
ron, y de D."* Catalina Gutiérrez Bonilla, cuya dote recibió ante Alonso
Aguilar, escribano, el 18 de Septiembre de 1563. Por su testamento, otor-
gado en Morón el 6 de Julio de 1600 ante Luis de Madrid, escribano pú-
blico, fundó un grueso mayorazgo, dotándolo con muchas fincas, una de
ellas la famosa dehesa del Hornillo, que tenía 999 aranzadas plantadas de
Olivar, toda cercada, con molino de tres vigas, y de 200 fanegas de tierra
en el pago del Puntal de la Sierra; todas estas y otras fincas en el término
de Morón. La casa principal de este mayorazgo es la que se encuentra hoy
marcada con el núm. 3 en la calle Corredera, hoy de Castelar. Su mujer
otorgó su testamento ante el mismo escribano y falleció antes que el
marido.
De esta unión fueron hijos:
Don Antonio Fernández de Auñón, que sigue.
Don Pedro Fernández de Auñón, cuya línea se tratará luego.
Don Francisco Fernández de Auñón, que se verá después.
V. Don Antonio Fernández de Auñón, Familiar del Santo Oficio de la
Inquisición, nació en Morón y bautizósele el 11 de Junio de 1574, y casó allí
el 27 de Febrero de 1600 con su prima hermana D."" María de Auñón, hija
de Martín Fernández de Auñón y de D.^ Catalina Mateos. Además de Fami-
liar, cuyo título se le despachó el 24 de Septiembre de 1605, fué Alcalde
ordinario por el estado de hijosdalgo de Morón los años 1615 y 1619. Dis-
frutó el vínculo mayorazgo que fundó su padre, y fué patrono, en unión de
sus dos hermanos, de la capilla mayor del convento de la Victoria, de Mo-
rón. Otorgó su testamento en Morón, ante el escribano Juan López Crespo,
el 1.° de Agosto de 1619, mandando se le enterrara con hábito de San Fran-
cisco en la capilla que en la parroquia de San Miguel, de Morón, construyó
D.^ Juana Parejo, dedicada á la Circuncisión del Señor, y luego á Nuestra
Señora de los Dolores; funda un vínculo de 5.000 ducados, con agregación
al que fundó su padre, y nombra por sus albaceas al licenciado Pedro Gon-
zález de Orellana, cura párroco de San Miguel, y á su hermano D. Fran-
cisco.
Fueron hijos de los anteriores:
l.'' Don Pedro Fernández de Auñón, que continúa.
2 ** Don Antonio Fernández de Auñón, clérigo subdiácono que otorgó su testa-
mento en Morón ante Antonio de Pedroso Villamar el año 1636 (fol. 839).
3° Don Martín Fernández de Auñón, que se verá luego.
4 ** Doña Clara Fernández de Auñón, bautizada en Morón el 3 de Abril de 1603,
para quien su padre fundó vínculo mayorazgo al casar con D. Francisco Ponce de
262
y de Genealogía Española.
León, caballero de Calatrava de la ilustre Casa de su apellido, cuyos descendieutes
llevan hoy el Marquesado de Casinas.
5.° Doña María de Auñón, monja en el Monasterio de Santa María de la Asun-
ción, de Morón.
6.** Doña Jerónima de Auñón, y
7.° Doña Juana de Auñón.
VI. Don Pedro Fernández de Auñón, hijo primogénito heredero de los
vínculo y patronato; nacido en Morón, fué bautizado el 8 de Febrero
de 1601; casó allí con su prima hermana, D.'' Juana de Corvera y Villalta,
hija de D. Juan de Villalta y Corvera y D." Luisa Fernández de Auñón. Don
Pedro fué Alguacil mayor del Santo Oficio en Morón, con título fecha 1.** de
Marzo de 1632, Regidor los años 1621 y 1627 y Alcalde en 1631. Casó
segunda vez con D."" María Lasso de la Vega, hija de D. Juan y de doña
Francisca la Milla, naturales y de ilustrísimas familias de Carmona; falleció
esta señora sin sucesión, dejando por herederos, según el testamento otor-
gado en Morón ante Sebastián de Castro, escribano público, á sus herma-
nos D. Martín Lasso de la Vega y D.^ Juana Lasso de la Vega, casada con
D. Antonio Fernández de Auñón. Además de los hijos legítimos que pro-
creó D. Pedro en su primer matrimonio, tuvo siendo soltero, en mujeres
también solteras, según declara en su testamento, otorgado en Morón ante
Sebastián de Castro, el 19 de Julio de 1674, á D. Martín, D. Juan, D. Pedro,
D. Jerónimo y D."* Clara Fernández de Auñón, dejando á cada uno legados,
y en la misma disposición hizo agregación al mayorazgo de su padre de
fincas por valor de 10.000 ducados, y con facultad Real cerró y acotó la
dehesa del Hornillo, que tenía 1.400 fanegas de tierra y le agregó 200; fundó
además dos capellanías, dotándolas espléndidamente, cuyo patronato con-
serva el Sr. D. Ignacio de Torres y León, verdadero autor de estas noticias.
Hijos del matrimonio de D. Pedro y D.'' Juana de Villalta:
1.° Don Francisco Antonio de Auñón, que sigue.
2 ° Doña Luisa, y
3.** Doña Manuela de Auñón, casada con D. Francisco Ponce de León.
Vil. Don Francisco Antonio de Auñón, sucesor en los vínculos de sus
padres y señorío del Hornillo, bautizado en Morón el 2 de Noviembre
de 1633, y casó en Carmona con D.'* Juana Lasso de la Vega y la Milla, her-
mana de su madrastra; no tuvo sucesión en ella. Habiéndole hecho el Rey
merced de hábito en la Orden de Santiago, con cédula de dispensa para
que, en vez de profesar en el convento de Uclés, pudiera hacerlo en la Vic-
toria, de Morón, fecha el 4 de Abril de 1651, se hizo la ceremonia de cruza-
263
Revista de Historia
miento en la capilla mayor de dicha iglesia, de la que era patrono, ante el
P. Fray Francisco Castellanos, lector jubilado y Corrector del convento, y
testimonio de Juan de Espinar Veurón, escribano público de Morón, hallán-
dose presentes los Sres. D. Diego Ruiz de Valdivia y Arroyo, D. Pedro
Jorge Morejón Auñón, D. Pedro Melgarejo Catalán y Auñón, D. Martín de
Villalta y Ojeda, D. Martín Fernández de Auñón, el licenciado D. Pedro
Morillo y Orellana y otros caballeros principales de Morón.
Encontrándose enfermo, dio poder para testar á su padre, Corregidor
entonces de Morón, ante Sebastián de Castro, el 31 de Mayo de 1668, y
falleció el I.** de Julio del mismo año. Doña Juana María le sobrevivió, aun-
que, como dejamos dicho, no tuvo sucesión, pasando sus vínculos y mayo-
razgos, por muerte de su padre, á otra línea.
Juan Moreno de Guerra.
(Continuará.)
264
y de Genealogía Española.
Un retrato del Príncipe de Viana
Juzgo interesante dar á co-
nocer á nuestros lectores, aun
con todas las imperfecciones
naturales en una fotografía de
un cuadro difícil de reproducir,
esta soberbia tabla que, pro-
cedente de la casa de los Mar-
queses de Montesa, se encuen-
tra actualmente en la que sus
parientes, los señores de Es-
cudero, poseen en la ciudad de
Corella.
Se trata de una magnífica
tabla de 2,10 metros de longi-
tud por 1,10 de anchura, sin-
gularmente decorativa, y que
ofrece de manera marcadísima
la factura y especiales carac-
teres de la pintura aragonesa
ó catalana del siglo XV. Pre-
fiero que sea la pluma elegan-
tísima de D. Pedro de Ma-
drazo, quien haga su descrip-
ción.
«El personaje — dice el señor
Madrazo en su conocida obra
Navarra y Lo^rono— llevaba
el traje de esa misma época
(siglo XV), de terciopelo y
pieles, caperuza y calzas en-
carnadas, zapato con gruesa
suela de madera, un collar, aca-
so de una Orden de Caballería
y un precioso cinturón de bolas
de oro de muchos relieves, del
cual pendía una espada. Su 'fisonomía era dulce, llevaba barba y melena
roja, un nimbo de oro contornaba su cabeza; tenía una flecha en la mano
265
El Príncipe de yiana.
Revista de Historia
derecha y en la izquierda un arco, y dos ángeles sostenían el cortinaje que
le servía de fondo.»
Tres versiones dieron al Sr. Madrazo acerca del personaje represen-
tado. Dijéronle unos que era el primer Marqués de Montesa, absurdo dis-
late, toda vez que fué éste un caballero del siglo XVIII. Suponían otros que
fuese el Príncipe de Viana, y añadieron algunos que el guerrero de la cara
mística y nimbado de santidad no era otro que el propio mártir San
Sebastián.
De haber acudido el cuadro á Museos ó Exposiciones, probablemente
hubiérase aclarado ya esta duda y aun quizás hubiera podido rastrearse el
nombre del autor; pero recluido en vetusta casa de aquella ciudad navarra,
ha permanecido hasta ahora desconocido por los inteligentes é inapre-
ciado por todos. Las fotografías recientemente obtenidas de la tabla han
hecho, sin embargo, que algunos eruditos aventuren la hipótesis de que la
figura retratada corresponde á la de San Sebastián; y es esta consideración
la que me mueve á significar en estas líneas las razones en virtud de las cua-
les creo mucho más verosímil la opinión de que el retrato es representa-
tivo del malogrado é interesante príncipe D. Carlos de Viana.
Existe en pro de esta suposición una antigua tradición de familia que
como tal viene considerándolo; tradición á la que presta verosimilitud y
fuerza el cargo de confianza que cerca de aquel histórico personaje des-
empeñara, entre otros de su familia, el famoso caballero D. Fernando
de Oloriz, ascendiente ilustre de los Marqueses de Montesa, por las
líneas de Gorraiz y Beaumont. Curiosos é inéditos manuscritos que he
tenido ocasión de examinar, muestran la intimidad del Príncipe con don
Fernando de Oloriz, alcaide de los castillos de Tafalla, Trinchant de don
Carlos de Viana, y en todos los momentos de su accidentada y triste exis-
tencia, su leal servidor y atinado consejero. No sería, pues, de extrañar que
este mismo caballero, ó algún próximo descendiente suyo, adquiriese la
tabla de que nos ocupamos, que por la mencionada circunstancia repre-
sentaría para él un valor de afección muy estimable.
Nada dice en contra de este supuesto el nimbo de santidad que circunda
la tabla, habida cuenta de que poco después de su muerte se dio culto en
algunos altares de Cataluña á D. Carlos de Navarra, á quien por las vehe-
mentes sospechas de envenenamiento con que se adornó su temprana
muerte, se consideró como víctima de las revueltas pasiones, y cuyo
recuerdo, idolatrado hasta el fanatismo por los catalanes, se envolvió en
aureola de martirio y santidad.
Pero se da en la tabla una circunstancia que para todos ha pasado
inadvertida y que, á mi juicio, abona más que ninguna otra la opinión de
que el personaje retratado es D. Carlos de Aragón y de Evreux. Me refiero
al collar de oro y plata, del cual pende una especie de jarra con florones
de azucenas que rodea el cuello de la figura; atributos que sólo pueden
corresponder á la divisa é insignia de la antiquísima Orden de Caballería de
La Terraza.
266
y de Genealogía Española.
Los anales de Navarra guardan memoria de la creación de esta Orden,
la más antigua de cuantas se descubren en España, instituida por D. Gar-
cía VI en 1045, al tiempo de comenzar la edificación de Santa María de
Nájera, é impuesta con las insignias mencionadas á los Infantes sus hijos
y á los grandes y señores más principales de su reino. Consagróse esta
Orden á la Bienaventurada Virgen María, con la advocación de su Anun-
ciación, y se dedicó á su celebridad el día 25 de Marzo.
Esta Orden de Caballería, no habiendo arraigado bastante por la muerte
del rey D. García, cayó completamente en desuso después del no largo y
accidentado reinado de su hijo D. Sancho de Peñalén. Pero consta de
manera evidente que, cuatro siglos más tarde, el infante D. Fernando de
Castilla, exaltado después al trono de Aragón por la sentencia de Caspe,
renovó la insigne Orden de La Terraza añadiéndole un grifo, del cual pen-
día la jarra de los lirios. La solemne ceremonia de imponerse los collares
de esta Orden se celebró con gran pompa en 1403, en la iglesia de Santa
María, llamada de la Antigua, de Medina del Campo; y después de habér-
selos impuesto D. Fernando, echó los mismos atributos sobre los cuellos
de sus hijos los infantes D. Alonso, luego Rey de Aragón y de Ñapóles;
D. Juan, que por su casamiento con D."* Blanca de Evreux reinó en Nava-
rra; D. Enrique, Maestre de Santiago; D. Sancho, Maestre de Calatrava, y
D. Pedro, que murió en la guerra de Ñapóles. Y consta igualmente que
cuando ya reinando D. Fernando en Aragón, tuvo que sofocar las rebeldías
del turbulento Conde de Urgel, concedió con gran solemnidad las insignias
de esta Caballería á 80 caballeros que habían tomado brillante y valerosa
participación en el asalto de Balaguer.
Después de esto se pierden las memorias referentes á la Orden de La
Terraza; pero puesto que D. Juan II la lució, es muy verosímil la impusiese
á su hijo el Príncipe de Viana, y que las insignias que rodean el cuello de
la figura de este retrato, que en la fotografía no pueden apreciarse tan clara-
mente como en el original, no sean otras que el collar de oro y plata con
la jarra floreada de lirios y azucenas de la insigne institución de don
García VI.
Con lo que el cuadro en cuestión uniría á su belleza y á su evidente
valor artístico, el muy preciado de ser el único retrato auténtico que se con-
servase de aquel desgraciado Príncipe, víctima de tanta intriga y de tan
encontradas pasiones; figura interesantísima que emerge triste y pálida del
rudo fondo medioeval.
Tomás Domínguez Arévalo.
267
Revista de Historia
LEGISLACIÓN NOBILIARIA
REAL DECRETO SOBRE CREACIÓN, SUCESIÓN Y REHABILITACIÓN DE GRANDEZAS
Y TÍTULOS (1)
MINISTERIO DE GRACIA Y JUSTICIA
EXPOSICIÓN
SEÑOR: El natural deseo de que las mercedes regias por medio de las cuales
se ha constituido á través de los siglos la nobleza española que tan eminentes ser-
vicios ha prestado siempre á la Nación y al Trono, se otorguen sólo como premio
á esos mismos servicios ó como enaltecimiento de cualidades eminentes que sobre-
salen del nivel común en los distintos ramos del saber y de la actividad humana,
y la necesidad, por otra parte, de acomodar las concesiones de esta naturaleza á
las exigencias fiscales desde que en 1845 se varió totalmente el régimen tributa-
rio, han hecho que se dicten en diversas épocas varias y aun contradictorias dis-
posiciones para regular esta interesante materia; pero habiéndose producido en su
aplicación dificultades y dudas, entiende el Ministro que suscribe que es llegado
el momento de recopilar y concordar la legislación presente y de establecer reglas
que contribuyan no sólo á la mayor claridad y fijeza de los preceptos legales, sino
también, y muy principalmente, á que las distinciones que se concedan recaigan
siempre en personas dignas de ellas, lo cual si interesa mucho á las mismas clases
nobiliarias, á las que por eso se atribuye una intervención más constante en estos
asuntos que la que anteriormente les estaba reconocida, no interesa menos al
Estado desde el momento en que los Títulos y Grandezas facilitan, con arreglo á
nuestra Constitución, á los que los poseen el acceso á representaciones políticas,
mediante las cuales intervienen en la gestión de los asuntos públicos.
Por virtud de estas consideraciones, el Ministro que suscribe, de acuerdo con
el Consejo de Ministros, tiene el honor de proponer á la aprobación de V. M., el
siguienie Keal decreto.
Madrid, 27 de Mayo de 1912.— SEÑOR: A L. R. P. de V. M., Diego Arias de
Miranda. •
real decreto
Á propuesta del Ministro de Gracia y Justicia, de acuerdo con el Consejo de
Ministros,
Vengo en decretar lo siguiente:
Artículo 1.° Corresponde al Rey, según el articulo 24 de la Constitución, con-
ceder Grandezas de España y Títulos del Reino, así como cualesquiera otros hono-
res ó distinciones.
Art. 2.** Cuando para premiar servicios extraordinarios hechos á la Nación ó á
la Monarquía se trate de conceder una Grandeza de España ó un Título de Casti-
lla, bastará el acuerdo del Consejo de Ministros.
Fuera de este caso no se otorgará concesión alguna de esta clase, sino en vir-
tud de expediente en que se acredite la existencia de méritos ó servicios del agra-
(1) Gaceta de Madrid de 29 de Mayo.
268
y de Genealogía Española.
ciado no premiados anteriormente, oyéndose el informe de la Diputación perma-
nente de la Grandeza española, y consultando á la comisión permanente del Con-
sejo de Estado.
En uno y otro caso, el Real decreto que recaiga se publicará en la Gaceta de
Madrid, insertándose á continuación del mismo una relación sucinta de los méritos
ó servicios que se hayan tenido en cuenta para otorgar la merced.
Art. 3.° De toda concesión nobiliaria se dará conocimiento á la Diputación per-
manente de la Granpeza española, según se viene practicando en virtud de lo dis-
puesto en la Real orden de 9 de Diciembre de 1884.
Art. 4.° El orden de suceder en estas Dignidades se acomodará estrictamente á
lo dispuesto en la Real concesión, y, en su defecto, á lo establecido para la suce-
sión de la Corona.
Art, 5." Los encargados del Registro Civil darán cuenta al Ministerio de Gra-
cia y Justicia, en el término de diez días, del fallecimiento de cuantas personas
ostentasen Dignidades nobiliarias, ocurrido en el término de su jurisdicción.
Art. 6.° Ocurrida la vacante de una de estas Mercedes, el que se considere
como inmediato sucesor podrá solicitarla del Ministerio de Gracia y Justicia, en el
término de un año: si nadie lo hiciese en tal concepto, se concede otro plazo, tam-
bién de un año, para que lo verifique el que le siga en orden de preferencia, y si
tampoco en ese tiempo hubiera ninguna solicitud, se abrirá un nuevo término de
otro año, durante el cual pueda reclamar cualquiera que se considere con derecho
á la sucesión.
Todas las solicitudes se anunciarán en la Gaceta de Madrid y en los Boletines
Oficiales de las provincias en que hubiere ocurrido el fallecimiento del último
poseedor y en que resida el solicitante.
Si dentro de cualquiera de los plazos se presentase más de un aspirante, se
pondrá de manifiesto el expediente á cada uno de ellos por término de quince días,
para que aleguen lo que estimen conveniente á su derecho ó desistan de él, y el
Ministro, previa consulta á la Diputación permanente de la Grandeza y á la Comi-
sión del Consejo de Estado, resolverá adjudicando la vacante al que á su juicio
ostente mejor derecho, sin perjuicio de lo que los Tribunales de Justicia pudieran
decidir, si se somete á ellos el asunto por cualquiera de las partes interesadas.
Pasado el último plazo sin qre se hubiera presentado ninguna petición, se
declarará caducada la concesión.
Art. 7.° Acordada la caducidad de una merced nobiliaria se comunicará al
Ministerio de Hacienda, á los efectos fiscales.
Art. 8." La caducidad podrá alzarse á petición de parte legítima que solicite la
rehabilitación de la merced en su favor y siempre que acredite:
1,° La anterior existencia y la supresión de la misma;
2.° Que el solicitante se encuentra dentro de los llamamientos á la sucesión,
según el orden establecido, y es pariente consanguíneo del primero y del último
poseedor;
3.° Que el peticionario reúne méritos bastantes y rentas suficientes para osten-
tar decorosamente la dignidad que pretende rehabilitar.
Art. 9.° Las rehabilitaciones se concederán con sujeción á los mismos trámites
que las primeras concesiones, cumpliéndose las formalidades señaladas en los
párrafos segundo y tercero del artículo 2.°, publicándose la solicitud en la Gaceta
de Madrid y fijándose un plazo para que los que se crean con mejor derecho pue-
dan hacerlo valer ante el Ministi rio de Gracia y Justicia.
Art. 10. Tanto las concesiones como las rehabilitaciones se harán siempre sin
perjuicio de tercero de meior derecho, el cual habrá de ejercitarse en juicio ordi-
nario, haciéndose en su caso por el Tribunal competente la declaración de prefe-
rencia que proceda.
Si previos los trámites establecidos en este Decreto no se decidiese haber lugar á
la concesión ó rehabilitación solicitada, se declarará así en el expediente, que será
archivado, no dándose recurso alguno contra esta resolución, que habrá de ser
adoptada en Consejo de Ministros.
Art. 1 1 . Los interesados que solicitaren la sucesión ó rehabilitación de una dig-
269
Revista de Historia
nidad nobiliaria habrán de completar la justificación de su derecho en el plazo
máximo de un año, y obtener el correspondiente Real despacho una vez mandado
expedir en el de seis meses, dejándose sin efecto la concesión ó rehabilitación si
así no sucediese.
Una vez hecha por el Ministerio de Gracia y Justicia esta declaración se proce-
derá en la forma establecida en el artículo 6.°
Art. 12. La cesión del derecho á una ó varias dignidades nobiliarias no podrá
perjudicar en el suyo á los demás llamados á suceder con preferencia al cesiona-
rio, á no ser que hubiesen prestado á dicho acto su aprobación expresa, que habrá
de consignarse en acta notarial.
Art. 13. El poseedor de dos ó más Grandezas de España ó Títulos del Reino,
podrá distribuirlos entre sus hijos ó descendientes directos con la aprobación
de S. M., reservando el principal para el inmediato sucesor. Esta facultad quedará
subordinada á las limitaciones y reglas establecidas expresamente en las concesio-
nes respecto al orden de suceder.
Art. 14. Los que ostentaren dignidades nobiliarias y los parientes llamados á
suceder en ellas necesitan Real licencia para contraer matrimonio y para aquellos
actos civiles que puedan reflejarse en la sucesión de que se trate. En el expediente
que al efecto se instruya ó en que se solicite la Real dispensa por no haber cum-
plido aquel requisito, habrá de ser oída la Diputación permanente de la Gran-
deza.
Art. 15. No se otorgarán distinciones nobiliarias nuevas con denominación
igual á otras caducadas ó existentes y caso de que algunas de las que en la actua-
lidad están en uso pu ieran prestarse á confusiones podrán modificarse en aquellos
en que así sucediere á instancia de cualquiera de los poseedores, pero limitándose
la variación al que formule la solicitud en tal sentido.
Art. 16. Desde la publicación de este Decreto no se autorizará la conversión
del Título de Señor en otra dignidad nobiliaria ni se concederán nuevos Títulos
de esa clase, subsistiendo los actuales con el carácter que hoy tienen sujetos á
iguales preceptos que las restantes distinciones.
Art. 17. Los ciudadanos españoles que obtuvieren una merced nobiliaria de la
Santa Sede ó de un Gobierno extranjero, deberán solitar para su uso en España la
autorización necesaria, acompañando el documento original en que conste la con-
cesión, legalizando en forma la traducción hecha por la interpretación de lenguas
del Ministerio de Estado, y la certificación de la inscripción en el Registro Civil
del nacimiento del interesado. Esta autorización será solicitada del Ministerio de
Gracia y Justicia, estará sujeta álos mismos derechos fiscales que los Títulos simi-
lares españoles, y es indispensable siempre que por cualquier concepto varíe el
poseedor del Título de que se trate, debiendo oírse en todo caso, antes de otor-
garla, á la Diputación permanente de la Grandeza y á la Comisión permanente del
Consejo de Estado.
Art. 18. La posesión continuada y no interrumpida durante quince años de cual-
quier distinción nobiliaria la consolida los que las disfruten, pudiendo completar el
tiempo los actuales poseedores, sumando al suyo el de sus causantes. Esta pres-
cripción no podrá perjudicar á los que estuvieren sujetos á tutela, siempre que
ejerciten su derecho en los cuatro años siguientes á su emancipación, ni á aquellos
que tuvieran pendiente contienda judicial respecto á las mismas dignidades.
Art. 19. El plazo señalado para la caducidad de las mercedes nobiliarias que no
hubiesen sido caducadas expresamente y los fijados para completar la justificación
de las solicitudes presentadas para obtener la Real Carta que corresponda, comen-
zarán á contarse desde la fecha de la publicación de este decreto. En los expedien-
tes en tramitación que ya estén informados por la Comisión permanente del Con-
sejo de Estado, se dictará la resolución que proceda en el término de un año á
contar desde la misma fecha. Aquellos otros en que aún no se hubiese cumplido
este requisito se tramitarán por el procedimiento establecido en el presente
Decreto.
Art. 20. Las Autoridades de todos los órdenes cuidarán muy especialmente de
que tenga debido cumplimiento lo preceptuado en los artículos 345 y 348 del
270
y de Genealogia Española.
Código Penal y 30 de la Instrucción de 5 de Diciembre de 1899, que definen y cas-
tigan como delito el uso indebido de títulos nobiliarios.
Art. 21. Quedan derogadas todas aquellas disposiciones que se opongan á lo
establecido en este Real decreto.
Dado en Palacio á veintisiete de Mayo de mil novecientos doce.— ALFONSO,
El Ministro de Gracia y Justicia, Diego Arias de Miranda.
Como han visto los lectores en la exposición de motivos que precede á
este decreto, el objeto que persigue es recopilar y recordar la legislación
vigente en materia nobiliaria, y establecer reglas que contribuyan no sólo á
la mayor claridad y fijeza de los preceptos legales, sino también á que las
distinciones que se concedan en adelante recaigan siempre en personas
dignas de ellas.
Laudable es el espíritu que ha movido al Sr. Arias de Miranda para
proponer al Rey la firma de este decreto; pero no hemos de ocultar que, á
nuestro juicio no son justas, algunas de las novedades que establece, así
como creemos contribuirán ciertos de sus artículos á enmarañar más y más
la complicada y contradictoria legislación nobiliaria.
Pluma más versada que la nuestra en tales materias espero que comen-
tará en estas mismas páginas los 21 artículos de que consta la nueva dis-
posición oficial; pero hoy al publicarlas no podemos menos de llamar la
atención ligeramente sobre algunos puntos culminantes de notoria impor-
tancia, y cuando menos de discutible oportunidad.
Dice el artículo segundo:
«Cuando para premiar servicios extraordinarios hechos á la Nación ó á
la Monarquía se trate de conceder una Grandeza de España ó un Título de
Castilla, bastará el Consejo de Ministros.
> Fuera de este caso no se otorgará concesión alguna de esta clase sino
en virtud de expediente en que se acredite la existencia de méritos ó servi-
cios del agraciado, no premiados anteriormente, oyéndose el informe de la
Diputación permanente de la Grandeza española, y consultando á la comi-
sión permanente del Consejo de Estado.»
Difícil nos parece que ha de ser la aplicación en justicia del calificativo
de extraordinarios á los servicios que se intenten premiar, si según sean
tales ó no se ha de seguir uno de los dos procedimientos que en los párra-
fos anteriores se indican para su premio.
Aparte de que las mercedes nobiliarias deben siempre recompensar ser-
vicios extraordinarios, pues no tendría en otro caso razón de ser la exalta-
ción social que suponen, no será exagerada suspicacia el temer que, al in-
271
Revista de Historia
troducir por este artículo la novedad del informe de la Diputación Perma-
nente de la Grandeza de España, se quiera dejar libre de este trámite así
como del informe del Consejo de Estado, aquellas concesiones en que el
favor político sea más extraordinario y evidente que los servicios á la Na-
ción y á la Monarquía. ¿Á qué, si no, esa distinción de fundamento tan poco
sólido? ¿Es que la Grandeza de España y el Consejo de Estado podrían
dudar de la conveniencia de premiar extraordinarios servicios?
Partidarios somos de limitar lo más posible el número de este género de
mercedes, de cuya pródiga distribución sólo males se derivan para la Noble-
za y el Estado. Cuanto tienda, pues, á este fin merece nuestro aplauso; pero
la intervención de la Diputación de la Grandeza en la concesión de Títulos
y, sobre todo, en la sucesión de los mismos en el caso de que se presenten
varios aspirantes, intervención que el Real decreto le confiere en el artícu-
lo 6.°, nos parecería más puesta en razón si, juntamente con la Grandeza,
tuviese intervención en el asunto una representación de la Nobleza ti-
tulada.
Entre las condiciones que establece el artículo 8.° para obtener la reha-
bilitación de los Títulos, se exige que el solicitante acredite ser pariente
consanguíneo del primero y del último poseedor. Si con ello se ha querido
impedir la rehabilitación de mercedes que fueron ya objeto en tiempos pa-
sados de rehabilitación indebida por no ser los que las obtuvieron parien-
tes consanguíneos de los primeros agraciados, nos parece bien la medida;
en otro caso y habida cuenta del orden de suceder siempre observado y que
en el Real decreto se consigna de nuevo, la tal disposición es una redun-
dancia que puede prestarse á abusos de interpretación.
Por el artículo 13 se autoriza al poseedor de dos ó más Grandezas ó
Títulos para que los distribuya entre sus descendientes, con la aprobación
de S. M., reservando el principal para el inmediato sucesor.
Ahora bien; ¿qué criterio va á seguirse para la designación de esta
Grandeza ó Título principal? ¿El de que venga por línea masculina? ¿El
más antiguo? ¿El que sea, por ejemplo, de Marqués y los otros de Conde?
Basta formular estas preguntas para comprender lo impracticable de la re-
gla en muchísimos casos. Como que sería necesario para su ejecución que
se fundara oficialmente una grotesca y caprichosa escala de valores nobi-
liarios.
El artículo 16 tiene verdadera importancia. Por él queda prohibida toda
concesión del título de Señor en otra dignidad nobiliaria, echándose abajo
de este modo el que se puedan perpetuar dignamente costosos é importan-
tes Señoríos que en Castilla, Galicia y Navarra no deben ser de peor condi-
272
y de Genealogía Española.
ción que los Señoríos valencianos y catalanes, en estas regiones llamados
generalmente Baronías, y muchos de los cuales, á fuerza de anteriores dis-
posiciones, figuran en la Gula Oficial. Esto aparte de que en las leyes des-
vinculadoras se ofreció á los Señores de lugares y villas compensarles de
algún modo los derechos que se les quitaban, y ninguna compensación más
racional y fácil, tratándose de señoríos históricos, solares muchos de ellos
de antiquísimas Casas, que esta de dar á los actuales poseedores territo-
riales que han conservado cuidadosamente los bienes y Casas en que sus
antepasados nacieron y ejercieron jurisdicción, la posibilidad de figurar
entre la Nobleza titulada, contribuyendo así á despertar el amor á la tierra,
que es la mejor manera de mantener el espíritu nobiliario. A nadie escan-
dalizaría que fueran harto frecuentes las concesiones de los títulos de
Barón, por ejemplo, á la modesta pero rancia y limpia Nobleza que con-
serva sus torres, pazos y casas de armería y la propiedad de aldeas en las
montañas cántabras, galaicas y navarras.
Si nosotros tuviéramos la autoridad de que carecemos, nos dirigiríamos
respetuosamente al Rey pidiéndole la desaparición de ese artículo 16 del
Real decreto que comentamos, pues, á nuestro juicio, indica una tendencia
en absoluto opuesta á la que debe seguirse en España en estas materias,
conservando á la Nobleza territorial, nervio de la Patria y firme apoyo de la
Monarquía, un derecho que debiera alentarse y reglamentarse sabiamente.
En el artículo 18 cométese, á nuestro parecer, un verdadero atropello al
orden jurídico estableciéndose la prescripción de quince años para que se
consolide en los poseedores de Títulos y Grandezas el derecho á ellos, aun
en contra de los que en los Tribunales puedan probar su precedencia. Cree-
mos firmemente que por un Real decreto no pueden derogarse las leyes por
que se han regido siempre las sucesiones nobiliarias, que son, á falta de las
consignadas en la fundación, las que regían los Mayorazgos, y que, por lo
tanto, el ministro Sr. Arias de Miranda se ha excedido en sus atribuciones
al proponer al Rey la firma de este decreto en que tales modificaciones se
introducen.
No terminaremos estas ligerísimas observaciones que nos sugiere la lec-
tura de la disposición citada, sin dirigirnos á nuestro buen amigo y maes-
tro D. Francisco Fernández de Béthencourt, que tantas veces se ha lamen-
tado de la babel legislativa en materia de Títulos y Grandezas, invitándole
á que en bien de la Nobleza española y con su gran autoridad nos dé su
parecer sobre las novedades que introduce el Real decreto á que nos veni-
mos refiriendo.
Joaquín Argamasilla de la Cerda.
273
Revista de Historia
Meirias le los sefiores Coifles de Lerín.
(CONTI NU ACIÓN)
«Carlos por la gracia de Dios Rey de Navarra Duque de Nemoux á todos los
presentes, et advenientes, que las presentes letras, verán, et oyran, salut como el
humanal linage sea inducido naturalmente á que los hombres deban desear, et pen-
sar en exaltamiento, et aumentamiento del Estado, et honor de los fixos descendien-
tes de ellos, et poner, et exaltar aquellos en acrescentamiento, et supereminencia de
Dignidat, et honra et sea assi, que por mandado et consentimiento nuestro ha seido
tractado, et firmado matrimonio entre Doña Juana de Navarra nuestra flxa natural
de una parte, et Luys de Bíaumont Alférez de nuestro Regno de la otra et por con-
templación de dicho matrimonio, et facer honor á los dichos Doña Juana, et Luis
avemos erigido, instytuido, et creado á la dicha Dona Juana por Contesa, et le
avemos dado titulo, et nombre de Contesa como adelante se fara mención, fazemos
saber, que nos por el natural amor, que avemos á nuestra dicha flxa, queriéndola
poner en honor, et Dignidat, movido por las causas, et razones sobredichas, et otras,
que sean luengas á exponer, et declarar de nuestra cierta ciencia, movimiento pro-
prio, general, especial, et auctoridat Real á la dicha Doña Juana avemos dado, et
damos por las presentes en don á perpetuo para ella, et para sus herederos, et des-
cendientes de ella en legitimo matrimonio en la mexor, et mas segura forma, et
manera, que á utilidat, seguridat, et provecho de la dicha Doña Juana se pueda
decir et interpretar, las Villas, fortalezas, y Lugares aqui de iusso nombrados, et
declarados con todas las pechas, censos, tributos et deberes, et otros cualesquiera
derechos á nos pertenecientes en aquellas en qualquiera manera, et por cualquier
Titulo, causa, et razón, et con los homicidios, medios homicidios Xixantenas, y otras
calonias qualesquier, et con la jurisdicción baxa, et mediana, et con el poder suffi-
ciente de poner, et disponer, fazer et desfazer, Alcaldes, Bayles, et otros qualesquier
Officiales, que nos podríamos poner antes de esta present donación, et con todas, et
qualesquier otras rentas, et derechos, á nos pertenecientes, et pertenecer de Mentes
en cualquiera manera en los dichos sus Lugares, et sus términos, et en cada uno de
ellos, los cuales Lugares son lo que se siguen: primo nuestra Villa de Lerin, et nues-
tro Lugar de Sesma, et el Lugar de Zirauqui, et el Lugar de Estaba, et el Lugar de
Sada, et avemos erigido, instituido, et creado, et por las presentes erigimos, et crea-
mos, et instituimos nombre et titulo de Condado sobre los dichos Lugares, et á la
dicha Doña Juana, avemos dado, et damos por las presentes titulo de Contesa, et
queremos, et ordenamos, que de aqui adelant eilla se intitule, et nombre de Contesa
274
y de Genealogía Española.
de Lerin, et todos los dichos Lugares ayan á ser, et sean del dicho Contado, et de
su pertenencia. Toda vez los dichos Lugares, derechos, et rentas sobredichas no
podran ser heredados, sino por la dicha Doña Juana, et los descendientes de eilla
en legitimo matrimonio, et ira el dicho herencio de aquellos, et del dicho Contado á
perpetuo de mayor en mayor perflriendo los machos á las fembras, puesto que fue-
ren los machos de menor edat, que las fembras, et mandamos á nuestros amados,
et fieles Thesorero, Procuradores, Patrimonial, et Fiscal, et Recibidores, et á cada
uno de cilios, que á present son, et á perpetuo serán, et á qualesqu er otros nuestros
officiales, et subditos, á qui pertenezca, que á la dicha Doña Juana pongan, et fagan
poner en posession, et tenencia pacifica de los dichos Lugares de Lerin, Sesma,
Zirauqui, Estaba, et Sada con todas sus pechas, rentas, deberes, derechos, et perte-
necencias sobredichas, homicidios, medios homicidios, Xixantenas, baxa, et mediana
Jurisdicción, et de qualesquier otros derechos, et rentas sobredichas á nos pertene-
cientes en los dichos Lugares, et sus términos, salvo la Alta Justicia, et la saber a-
nidal, et el resort, que reservamos á nos, et imjungimos, requrimos, et mandamos á
los Reyes herederos nuestros, que empues nos serán de nuestro dicho Reyno de
Navarra: Que á la dicha Doña Juana, et á sus dichos herederos descendientes de
eilla, como dicho es, dexen, sufran, et consientan gozar, et aprovecharse de esta
nuestra presente donación, et de todo lo contenido en eilla franca, et libre á perpe-
tuo, como de heredaf, et cosas proprias suyas, sin le fazer, ni consentir por fecho
estorvo, ni empachamiento alguno en continuo en tiempo alguno, en alguna manera:
et á nuestros amados, et fieles las gentes Oy dores de nuestros Comptos mandamos
que las ligneas facientes mención de los dichos Lugares de Lerin, Sesma, Zirauqui,
Eslava, et Sada de sus rentas, et otros derechos sobredichos, que nos avemos, et
aver debemos en aqueillos, borren, et cancellen de los libros de nuestra Cambra de
Comptos, et espensa, et Procurator, Patrimonial, et una vez para siempre tengan
por quitos, et descargados de aqueillos para siempre á nuestros dichos Thesorero,
et Procurador, Patrimonial, presentes, et venideros por testimonio de las presentes
vidimus ó copia de cillas reportadas en nuestra Ihesoreria una vez tan solamente
sin dificultad ni contradicción alguna en alguna manera: no obstante qualesquier
fueros, privilegios, ordenanzas, estatutos, ó defensas por nos, ó por nuestros prede-
cessores, ó successores fechas, ó f acederas, et qualesquier impugnaciones , que
podran ser fechas contra lo contenido en las presentes, ó nada de aqueillas, las
quales de nuestra cierta ciencia, poderlo, et authoridad Real en cuanto podran
derogar á lo contenido en las presentes nos por tenor de aquellas revocamos,
casamos et anulamos. En testimonio de esto nos avemos fecho seyllar las presentes
en pendient en lazo de seda, et cera berde de nuestro grant seyllo de Chancilleria
data en nuestra Villa de Olite á 25 dias del mes de Agosto, año del Nacimiento
de Nuestro Señor mil quatrocientos y veynte y quatro. Por el Rey presentes el
Obispo de Pamplona Mossen Pierres de Peralta, et otros muchos. Py.s de Falces.*
»En virtud de esta merced el Tutor de la niña, y Condesa Doña Juana tomo pos-
session de la Villa de Lerin en 5 de Mayo de 1426; y en el mismo dia 25 de Agosto
de 1424, en que se hizo la merced referida del Condado, se le hizo otra á dicho
D. Luys de Beaumont para el, y su hijo mayor del officio de Alférez de Navarra,
para después de los dias y vida de su Padre Don Carlos, y dize el privilegio la
haze según estaba capitulado para el casamiento de los dichos D, Luys, y Doña
Juana, con la advertencia de que el officio de Alférez venia á ser lo mismo, que el
de Condestable, como lo expressa otro privilegio de los Reyes D. Juan de Labrit, y
Doña Cathalina dado en el Castillo de Lorda á 28 de Febrero de 1492, que es con-
275
Revista de Historia
firmacion de este del Rey Don Carlos el Tercero, y olvidado el Titulo de Alférez
con la muerte de Don Carlos Padre de Don Luys, prevaleció el de Condestable, que
se ha hecho como hereditario de los Señores Condes de Lerin con mercedes con-
tinuadas de dos en dos vidas por los Reyes Successores.
»Luego que murió el Rey D. Carlos el 111, que fué á 8 de Septiembre de 1425, y
heredó la Corona su hixa la Reyna Doña Blanca casada con el Infante D. Juan de
Aragón, confirmó este la merced de la Condestablia á dicho D. Luis por privilegio
dado en Tafalla á 19 de Noviembre de mil quatrocientos, y veynte, y cinco; y tam-
bién la confirmaron la Princesa Doña Leonor, como Lugar Teniente de su Padre el
dicho D. Juan en Tafalla á 2 de Henero de 1466, los Reyes D. Juan, y Doña Catha-
lina en el año ya referido Don Fernando el Catholico (conquistada ya Navarra) en
Valladolid á 12 de Agosto de 1513, y Phelipe II, en 14 de Henero de 1565, á favor
de Don Diego de Toledo, quando casó con Doña Brianda de Beaumont, y entroncó
esta Casa de Lerin en la guerrera, y gloriosa Casa de los Toledos.
»E1 Principe Don Carlos como Lugar Teniente General de dicho Rey Don Juan
confirmo la erección del Condado de Lerin hecha por su abuelo, concediendo de
nuevo á D. Luys de Beaumont su charo, y bien amado tio (assi lo dize) la Jurisdic-
ción Criminal en los Lugares del dicho Condado, y en los de Mendavia, Alio, Di-
castillo, y Arroniz, con que exerciesse en todos ellos la Jurisdicción Cibil, y Crimi-
nal, baxa, y mediana, mero, inmixto imperio con el derecho de conocer de las pri-
meras appelaciones, y la data del privilegio es en Olite á 18 de Marzo de 1448, cuya
merced se confirmó después por el Emperador Carlos Quinto en la Coruña á 10 de
Mayo de 1520 y el mismo Emperador expidió otro privilegio en 9 de Diciembre
de 1525 en Toledo á favor del Tercero Conde de Lerin especial de la Jurisdicción
Cibil y Criminal con el derecho de las primeras appelaciones en las Villas de Arro-
niz, y Dicastillo, y repitió la confirmación de dicho privilegio, sin embargo de la
opposicion grande, que hizieron dichas Villas, su fecha en Zaragoza á 12 de Abril
de 1529.
» Estos son los Títulos con que se fundó el Condado de Lerin, y Condestablia
del Reyno de Navarra en caveza de Don Luys de Beaumont, segundo de este nom-
bre y primero Conde de Lerin, y Condestable, que derivó á sus successores una
grandeza tan de primera clase, y elevada estimación, que entre todos los Grandes
Castellanos la distinguen los Reyes en el tratamiento, llamándoles en sus cartas:
Ilustre Primo, quando á los demás solamente Primo, como lo refiere Don Alonso
Carrillo (1). Conservanse en el Archivo de Lerin varias cartas con este titulado, y
en especial una del Emperador Carlos Quinto de 9 de Agosto de 1522 bien próxima
á quando comenzó la distinción de la Grandeza en Castilla.
»E1 Principe D. Carlos amó mucho al dicho Don Luys, su tio, y le hizo varias
mercedes. En 19 de Octubre de 1443 le donó un Palacio grande, que tenia en la
Villa de Puente la Reyna, y en primero de Septiembre de 1446 mandó pagarle diez
mil Florines de oro, que dize se le debian de la dote de Doña Juana su tia, pero no
hay que extrañar se manifestasse tan fino; pues fué el Condestable D. Luys el que
empeñó á que el mismo Principe ocupasse el solio, que le pertenecía por muerte
de la Reyna Doña Blanca su Madre, sobre que se originaron los bandos sangrien-
tos de Beaumonteses, y Agramonteses, siendo D. Luys la primera Caveza, que
mantuvo con tesón constante la razón del Principe, y le acompañó en todos sus
(1) Don Alonso Carrillo en el Tratado Origen de la Grandeza, fols. 39 y 49.
276
;; de Genealogía Española.
travaxos, haziendole singularissimos servicios, y aviendo sido presso el Principe en
la batalla, que se dio junto á la Villa de Aybar en el mes de Octubre de 1451; para
facilitar su libertad se puso en prission por rehenes el Condestable con sus dos
hijos D. Luys y D. Carlos en 22 de Junio de 1453, y estuvo en la prission siete años
con grandes peligros de ser muerto, por no satisfacer el Principe á la voluntad del
Rey D. Juan su Padre: y porque este assumpto es digno de mayor reflexión se hará
en el capítulo siguiente.
CAP. 5
DE LOS BANDOS DE BEAUMONTESES, Y MOTIVOS DE ELLOS
»No es el animo hazer relación individual de estos sangrientos bandos, que
aviendo comenzado en Navarra á fines del año mil quatrocientos, y cinquenta con-
tinuaron por mas de setenta años con estrago total de los pueblos, y ruyna del
Reyno de Navarra, ni tampoco justificar en todo las operaciones de la parcialidad;
porque donde ay esta nunca dexa de bestirse con el zelo publico el interés particu-
lar; y causaron tan graves daños estos bandos, que mexor se pueden disculpar, que
alabar: pero aviendo sido el Condestable, y su hermano el Gran Prior, y Chanciller
D. Juan de Beaumont los que mas fomentaron la justicia del Principe D. Carlos,
parece inexcusable demostrar las razones solidas, en que se fundaba, y desvanecer
el concepto contrario, que ha prevalecido mucho.
» Consiste pues en que, aviendo muerto la Reyna Doña Blanca muger del Infante
D. Juan de Aragón y propietaria del Reyno de Navarra, toco la pr priedad, y
govierno de la Corona al Principe D. Carlos su hixo primogénito, según derecho
divino, y humano, y lo que se avia capitulado, quando casó la misma Doña Blanca
en 5 de Noviembre de 1419.
»Esto es, que hijo Mayor heredasse aquel Reyno, y el Ducado deNemoux, y
que muerto el Rey D. Carlos el 111, no fuessen tenidos los Navarros de recibir por
Señor, ni obedecer sino á la Reyna Doña Blanca, y al Infante D. Juan, durando
aquel matrimonio, y después á sus descendientes, Qomo lo confiessa con ingenuidad
el grande Historiador de Aragón Gerónimo Zurita, y lo advirtió Arnaldo Oihenar-
to (1) extrañando mucho, que Garabay dixesse lo contrario, queriendo mas com-
placer á un error vulgar, que declarar la verdad patente en los mismos Capítulos
matrimoniales, que no se duda vio: y en ellos (que he leydo todos) se ve otra
clausula de que si muriesse sin succession la Reyna, desampararía realmente, y de
facto el dicho Reyno el Infante D.Juan á favor de quien el Rey D. Carlos dispu-
siesse. Juraron esta Capitulación, el Rey D. Carlos, y los tres Estados juntos en
Cortes Generales en dicha Villa de Olite.
>Aviendo nacido de este matrimonio el Príncipe D. Carlos en 28 de Mayo
de 1421 fue jurado de orden de su Abuelo por los tres Estados del Reyno en Olite
á 11 de Junio de 1422 con esta formula:
^Juramos á Vos dicho nuestro Señor el Infante D. Carlos, et á vos sobredichos
tutores en persona, et en vez, et nombre de el sobre esta Cruz, et los Santos
Evangelios por nos manualmente tocados , que nos á vos dicho nuestro Señor
(1) Zurita, pág. 4, lib. 15, cap. 15, y lib. 12, cap. 72. Oyhenartus, cap. 15.
277
Revista de Historia
Infant desde agora para entonces, et empues los dias del muy alto muy excellent
Principe, nuestro muy reduptable Señor, el Rey D, Carlos vuestro abuelo, á qui
Dios mantenga, et de la dicha Señora Vuestra Madre, recibimos, et tomamos, reci-
biremos, et tomaremos cada que avenga de vuestro abuelo, et de la dicha Señora
Reyna por nuestro Rey, et Señor natural, et heredero de Navarra, et de vos obe-
decer, et servir, et guardar vuestra persona, honor, y estado, segunt que buenos et
fieles subditos, et naturales son, et deben ser tenidos de obedescer, servir, et
guardar la persona, honor, et Estado de su Rey, et natural Señor.
»Este mismo juramento se ratificó por los mismos tres Estados juntos en Cor-
tes Generales en Pamplona á 9 de Agosto de 1427, y concurrió en el D. Luys de
Beaumont, y después en 15 de Mayo de 1429 se coronaron solemnemente en la
Cathedral de Pamplona los Reyes D. Juan, y Doña Blanca, y los juraron por sus
Reyes los mismos tres Estados; y entre ellos D. Luys de Beaumont con la circuns-
tancia expresa de que juraban á D. Juan: por el derecho que á vos pertenece por
causa de la Reyna Doña Blanca vuestra muger, nuestra Señora propietaria del
dicho Reyno de Navarra, et á vos la dicha Doña Blanca nuestra Rey, et Señora
natural. Estas son las formales palabras del juramento.
»En el testamento, que hizo la Reyna Doña Blanca en Pamplona á 17 de Febrero
de 1439, con assistencia del dicho D. Juan de Beaumont, aprobando su capitulación
matrimonial declaró por su successor en la Corona, y heredero universal á su hijo
el Principe D. Carlos, y advirtió, que aunque se podia titular, luego que ella mu-
riesse. Rey de Navarra; empero por guardar la honor del dicho Rey su Padre le
rogaba charamente, que quissiesse tomar esse titulo con la benevolencia, y bendi-
ción de su Padre: (asi también lo advierte Zurita) (1) y añade el testamento, que
el dicho D. Juan su Padre le sea tutor al Principe hasta la edad de veynte años.
»Murió la Reyna Doña Blanca en Santa Maria de Nieva en Castilla á 1 de Abril
de 1442: y aunque el Principe quedó en la edad de veynte y un años con singulares
prendas de Sabiduría y valor, que le hazian digno de mayores imperios, y tenia
derecho tan claro á tomar luego possession del Reyno. Con singular moderación
se abtuvo por complacer á su Padre, y le hizo especiales servicios en la guerra,
que causó á los Reynos de Castilla con daño bien considerable del de Navarra, y
corrió en esta buena inteligencia hasta que aviendo casado el Rey D. Juan en
segundo matrimonio con Doña Juana Henrriquez, hija del Almirante de Castilla,
comenzaron los rezelos, y desconfianzas, á que ayudó con notable política el infeliz
Condestable de Castilla Don Albaro de Luna persuadiendo al Principe á que se
confederasse con el Rey de Castilla, para asegurar la succesion de la Corona, y
como el Rey D. Juan reconoció estos tratos, persiguió notablemente á su hijo, y
en los diez años, que sobrevivió el Principe desde el de 1451 en que se explicaron
las desazones hasta 23 de Septiembre de 1461 en que murió (no sin sospecha de
veneno). Todas las operaciones del Padre fueron de odio mortal contra su hijo,
sin que repetidas representaciones del Reyno de Aragón, Principado de Cataluña,
y el mismo Rey de Aragón D. Alonso el Magnánimo bastassen á templarlo. Tubolo
dos veces presso por instigación de su Madrastra, nególe la administración, y
govierno de su propio patrimonio, y Principado de Viana, que le dexo su abuelo,
nególe el titulo de Lugar Theniente General del Reyno que le pertenecía como
primogénito según costumbre de Aragón, ni permitió que las Corles le jurassen
(1) Zurita, pág. 4, 11b. 17, cap. 2.
278
;; de Genealogía Española.
como á primogénito según la costumbre de Aragón por su successor (1) y es lo
bueno que esta declaración de Successor, que negó á su hijo en edad de quarenta
años, la solicitó intespetivo dentro de dos meses, que murió el Principe para el otro
hijo, que huvo de la segunda imuger, que fué al Rey D. Fernando el Catholico, á
quien, como dixo discreto un Historiador Aragonés (2) amó siempre tanto, quanto
aborreció el primero, anticipando en el la jura, que tanto retrasó en el otro.
»Esta narración puntual, y verdadera de las causas, que promovieron al bando
Beaumontes, puede justificar los empeños del Condestable D. Luys de Beaumont,
á quien la fatalidad del Principe tocó muy de lleno, padeciendo Cárceles, destierros,
y privación de sus lugares haziendas, y Officios, que sufrió con singular constancia.
(Se continuará.)
Por la copia,
Mariano Arigita.
(1) Cap. 2, lib. 17, pág. 4, Zurita.
(2) Abarca, t. 2 en el Rey D. Juan, cap. 4, núm. 1, fol. 256.
279
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extranje-
ros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres á
las que son objeto de nuestra publicación.
Anuario de la Nobleza (1911 y 1912), por D. Francisco F. de Béthen-
court, de la Real Academia de la Historia. Madrid, 1912. Imprenta de
Jaime Ratés. Un tomo en 8.° de 594 páginas.
La magna y colosal obra del Sr. Béthencourt, Historia Genealógica y Heráldica
de la Monarquía Española, Casa Real y Grandes de España, tiene un digno y úti-
lísimo complemento con estos Anuarios, en los que el erudito académico compen-
dia sucinta, pero acabadamente, los más principales datos de las familias que com-
ponen la antigua y moderna nobleza española, dividida en tres secciones: Casas
de Grandes, creados con posterioridad á Carlos V; Casas tituladas, y Casas repre-
sentantes de la Nobleza no titulada, simplemente ejecutoriada por los Reyes.
En este, correspondiente á los años 1911 y 1912 y avalorado con varios primo-
rosos retratos de algunos de los representantes de las familias historiadas, trata el
Sr. Béthencourt en la primera parte, dedicada á los Grandes, de las Casas de
Abrantes, Alcaudete, Alcubierre, Comares, Duero, Miraflores, Superunda, Torres
Cabrera, Torres de La Presa y Vía Manuel. En la segunda, reseña las de Balzola,
Canales de Las Chozas, Casa Saltillo, Dou, Encomienda, Mérito, Montemuzo,
Torrenueva, Valle, Vega Grande de Guadalupe, Vilana y Villaverde la Alta, Y en
la tercera hace referencia histórica de los Bayonas de Navarra, de los Coello de
Portugal en Jaén, de los Fernández de Córdoba en Utiel y Valencia, de los Fer-
nández-Golfín en Extremadura y Andalucía y de los Moreno de Guerra en la pro-
vincia de Sevilla.
Conocida de todos y por todos acatada la autoridad del Sr. Béthencourt en
estas materias, inútil nos parece encarecer la importancia y mérito de esta obra.
Terminamos, pues, estas líneas agradeciendo á nuestro ilustre colaborador el
ejemplar remitido á esta Redacción.
Teobaldo
280
y de Genealogía Española.
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia, junio, 1912. Informes: Mara-
villas Americanas, El Marqués de Pola-
vieja.— La Crónica del Centenario de la
Independencia de Méjico, El Marqués
de Polavieja.— La. literatura española
en Dinamarca, /ua/2 Pérez de Guzmány
Gallo. — Hallazgo arqueológico en Ta-
rragona, Ángel del Arco y Molinero.—
Jovellanos y las Ordenes Militares (con-
tinuación), José Gómez Centurión.—
El Bierzo: Nuevas lápidas romanas,
Mario Roso de ¿una. — Alistamiento
noble de Mallorca del año 1762, F. Fer-
nández de Béthencourt.— Discursos de
D. Antonio de Mendoza, Secretario de
Cámara de Don Felipe IV, rey de Es-
paña, Juan Pérez de Guzmán y Gallo.
Antecedentes políticos y diplomáticos
de los sucesos de 1808, Ricardo Beltrán
y Rózpide.—E\ concilio nacional de Va-
lladolid en 1143, Fidel Fita.— Discurso
leído por el Excmo. Sr. D, Francisco Fer-
nández de Béthencourt en la velada ne-
crológica celebrada por el Centro de
Defensa Social de Madrid el 12 de
Abril de 1912, en memoria del Excelen-
tísimo Sr. D. Eduardo Saavedra y Mo-
ragas.—NoTiciAS.-índice del tomo LX.
Ateneo, Mayo 1912. — Lister, Ángel
Pulido.— justicia, histórica de la obra de
España en América, Rómulo D. Carbia.
Bibliografía, Junio de 1912, -Marcelino
Menéndez Pelayo. — Orgullo de raza,
Juan Menéndez P/rfa/.— Bibliografía his-
panoamericana, Mariano Miguel de
Va/.— Bibliografía.— Libros recibidos. —
índice del tomo XIII.
Linajes de Aragón, \5át junio de 1912.
Los Villacampa (continuación), Grego-
rio Garda Ciprés.— Más datos sobre
D. Vincencio Juan de Lastanosa (conti-
nuación), Ricardo del i4 reo.— Notas his-
tóricas de la antigua familia de Santa
Pau (conclusión), P. de S. P. y S.— Bio-
bibliografía de Juan Sobrarías Segundo,
alcañicense (conclusión), Juan M. Sán-
chez.
1.° de Julio de 1912. Los Villacampa
(continuación), Gregorio Garda Ciprés.
—Más datos- sobre D. Vincencio Juan
de Lastanoso (continuación^, Ricardo
del Arco.— Los Blasco, Feliciano Paraí-
so y Gil.— Los Bonapart de Baleares,
Juan Roselló Villalonga.
Boletín de la Real Academia Gallega,
20 de Junio de 1912.— Errores sobre la
historia de Galicia, Juan Rodríguez Ca-
brera.—Fortalezas de Galicia: El casti-
llo de Castroverde, Ángel del Castillo.
Impresores gallegos, Eugenio Carré
281
Revista de Historia
i4/í/ao.— Linajes Galicianos (continua-
ción), Pablo Pérez Constanti.—D. José
Salvador López del Pau, primer Dipu-
tado á Cortes por la Coruña: Apuntes
biográficos, César Vaamonde Lores.—
De Folk-lore: Cantares populares de
Galicia.— Sección Oficial.— Noticias,
Boletín de la Comisión de Monumen-
tos históricos y artísticos de Navarra.—
Cuaderno 9.°, Junio de 1912 (exclusiva-
mente dedicado al esclarecido rey don
Sancho VIH el Fuerte, y á la Batalla de
las Navas de Tolosa, con ocasión de
celebrarse el séptimo centenario de la
gloriosa jornada).— Sumario: Viaje de
D. Sancho al África, P. Lino Munárriz y
Ve/asco.— Documentos inéditos, Carlos
Marichalar.—Signos lapidarios, Floren-
cio de Ansoleaga. — Catedral de Tudela,
Mateo Gómez.— Los primeros cantores
de las Navas, Rogelio José Mongelos y
Landa. — Sancho el Fuerte y sus cade-
nas, en Estella é Irache, Pedro Emiliano
Zorrilla.— Sepulcro del rey de Navarra
D. Sancho VIH, Ignacio Ibatbia.— Las
Navas de Tolosa, Hermilio de Olóriz.—
Monedas de D. Sancho el Fuerte, Anto-
nio Pérez Arcas.— D. Sancho el Fuerte
retratado por D. Jaime el Conquistador,
Arturo Campión.—RoncesvaWes; vidrie-
ra de la capilla de San Agustín, Floren-
cio de Ansoleaga. — El séquito del Rey
Fuerte, Julio Altadill .— Documentos
inéditos.— Variedades: Necrología.— Bi-
bliografía.
Estudios Militares, Mayo 1912.— Ge-
nerales de ultratumba. Lord Dics (con-
tinuación). — Revista extranjera.— Re-
vista de la prensa.
Memorial de Infantería. Número 6,
Junio 1912.— Batalla de Wad-Rás (con-
clusión), Francisco Martín Arrué.— Efe-
mérides militares: Monte Muru, E. Pé-
rez So lernóu.— Revista, de Revistas.—
Bibliografía. — Pliego 4.°, del proceso
histórico-orgánico del Arma de Infante-
ría y sus Cuerpos, por el capitán Rey
Joly.
Euskal Erria, 15 Junio 1912.— Mis-
celáneas históricas recopiladas por el
Marqués de Seoane.— Correspondencia
epistolar entre D. José Vargas Ponce y
D.Juan Antonio Moguel, sobre etimolo-
gías vascongadas.
Boletín de la Comisión provincial de
monumentos históricos y artísticos de
Cádiz. Año V., núm. 17. Sección oficial.
La Casa de las Cadenas. Algunos apun-
tes para la biografía del Ilustrísimo se-
ñor D. Francisco Manuel de Herrera,
Juan Moreno de Guerra.— Bibliotecas
jerezanas, Mariano Pescador. — Noti-
cias.—Necrología.
REVISTAS EXTRANJERAS
Heráldica. París, Abril-Mayo 1912.—
Collection de sceaux, Bouly de Lesdain.
Héraldique impériale, Barón du Roure
de Paulin. — Les Bonaparte de Balti-
more, Marquis de Senas. — Une impéra-
trice du Maroc, Comte Biadelli. — Etat
de la noblesse du Nivernais.— Associa-
tion de l'Ordre de Malte.— Jurispru-
dence nobiliaire. — Etat civil.— Ques-
tions et réponses. J. S. 7.- Petit chro-
nique. — Nobiliaire.
Rivista Araldica, Roma, Junio de 1912.
La famiglia di Fra Girolamo Savonarola,
Conté Pasini Frassoni.— La nationalité
Comptoise. Précis d'histoire féodale
(continuación). Le chev. P. A.Pidoux. —
Famiglie Romane (continuación), Comm.
Cario Augusto Bertini.—Ordini cavalle-
reschi: Monuments des Chevaliers de
St.Jean á Rhodes, Ed.Bíliotti.— Algunos
privilegios de los grandes de España, El
Marqués de San Francisco.— A propo-
sito dello stemma dei Manuzi e del loro
paese d'origine. Conté Silvio Mannuci.—
Armorial des Evéques de la Rochelle,
EugéneHarot.— Libro d'Oro del Ducato
di Ferrara (continuación). Conté F. Pas
cini Frassoni.— Note Bibliografiche.—
Quesiti Araldici.— Cronaca.
Bollettíno araldico storico genealógico.
Firenza, 1 Junio de 1912.— Gesii Cristo
nelle Catacombe di Roma.— Cenni bio-
282
y de Genealogía Española.
grafici dei Signori Abbuonati, C. Padi-
glione. — Se la nobiltá materna acresca
la nobiltá dei figli, // Conté di Lamag-
na. — Genealogía dei Rondinelli. — Gli
animali e le piante del blasone e il loro
simbolismo. — La morte del Re di Dani-
marca. — Sulla origine dei cognomi —
Quesito nobiliaire.— Armeristadi Monte
S. Savino (Arezzo).
Tombo histórico genealógico de Portu-
gal, Lisboa, Junio de 1912.— Pinheiros
da Casa de Monsanto, A. de Gusmáo
Navarro —Pedr a. Algada, Nogueira de
Brito.— Calados, Nogueira de Brito.—
Pliego 2.° del Armorial de Portugal, por
Santos Ferreira.
Revue des deux Mondes, París, 15 Ju-
nio 1912.— La Guerrede \870,Emile Olli-
vier.—Revxxes étrangéres. — Chronique
de la quinzaine, histoire politique.— Bu-
lietin bibliographique.
Bulletin hispanique, Bordeaux, París,
Abril-Junio de 1912.— Chronique latine
des Rois de Castille jusqu'en 1236, G. Ci-
ro/.— Notes sur les rapports de Nan-
tes avec YEspagn^, J. Mathorez. — Le
grand siége de Gibraltar de 1782 vu par
un témoin, A. G/rarí/.— Varietés.— Bi-
bliographie.— Chronique.
Revue historique, París, Mayo-Junio
1912. La duchesse de Berry et le comité
carlistede la Haye (juin-novembre 1832),
Etienne Dejeau.— Les révolutions d'An-
gleterre en 1553 et 1554, raconteés par
un furrier de l'empereur Charles— Qu-
ínt.— Bulletin historique.— Notes biblio-
graphiques.
Archives héraldiques suisses, Zurich,
1912, segundo trimestre.—Über die Dars-
tellung des Schweizerwappens, Aloys
Balmen—Armoiñes communales suisses
De l'origine oriéntale des armoiries eu-
ropeénnes, Max Prmef. —Tr i nkgefáss
in der Kunsthistorischen Auntellung Bas-
1er Kunsthalle 19.1 12, U^. /?. Staehelin —
Armoiries de Mgr. Abbet, Comte-Abbé
de St.-Maurice et évéque de Bethleém,
Fréd. The Dubois.— Die Wappen in der
Sakristei der Stadtkirche in Winterthur,
1493, Kaspar //auser.— Miscellanea.—
Aibliographie.
Frankfurter Blatter für Familiengts-
chichte. Frankfurt a. M. Julio de 1912.
Drei Frankfurter Schützenfeste 1582,
1671, 1707 (continuación).— Archiv der
Stadt Friedberg (continuación).—
Ahnentafel der Magd. Elis. Wolff (con-
tinuación), W. C. V. Arnswaldf.—Stamm-
baum der Familie Wiesen(continuación).
Stammbaum der Familie Wittekind (con-
tinuación).—Ahnentafel des Freih. Ernst
Karl V. Landenberg(continuación).~Bio-
graphische Kasten .Sammlung auf der
Stadtbibliothek Zu Frankfurt a. M. (con-
tinuación).— Stammbaum Wagner-Fin-
ger-Scharff-Bansa (Continuación).— Der
letzte Adjudant des Frankfurter Linien-
bataillons.- Cornelia Pfaff (continua-
ción).— Bücher.
S. O. E.
283
Revista de Historia
NOTICIAS VARIAS
Noticias oficiales.— Ministerio de Gracia y Justicia.— Safesecre/ar/a.— Re-
lación de las instancias presentadas en este Ministerio en solicitud de Grandezas
y Títulos, para su inserción en la Gaceta de Madrid, en cumplimiento de lo dis-
puesto en el Real decreto de 27 de Mayo próximo pasado:
Don Gonzalo de Figueroa y de Torres, Marqués de Villamejor, Duque de las
Torres, solicita Real carta de sucesión en los Títulos de Marqués de Agrópoli,
Conde de Villaflor, Marqués de Bayona, Conde de Huelma, Conde de Ledesma,
Marqués de Cuéllar, Conde del Burgo, Marqués de Villabrágima, Conde de Bañares
y Marqués de Átela.
Don Rodrigo de Figueroa y de Torres, Duque de Tovar, Marqués de Gauna, so-
licita Real carta de sucesión en el Título de Marqués de Castro Torres.
Don Joaquín de Arteaga y Echagüe, Marqués de Santillana, Conde de Corres,
solicita Real carta de sucesión en los Títulos de Duque de Estremera, Conde del
Cid, Conde de Mélito, Marqués de Laula, Vivóla y Monte de Vay y Duque de
Francavila.
ídem id. id., de conversión de los Títulos de Príncipe de Mélito y Eboli, en los
de Duque con iguales denominaciones.
Don Nicolás de Santa Olalla y Rojas, Marqués de la Hermida, solicita Real carta
de sucesión en el Título de Conde de Colomera.
Don José Osorio y Heredia, Conde de la Corzana, solicita Real autorización
para usar en España los Títulos extranjeros de Marqués de Casalnoceto, Marqués
de Rosano, Marqués de Montebelo, Marqués de Montenarsino, Marqués de Pa-
terno, Duque de Sexto, Duque de Roca, Príncipe de Pipirozzi, Príncipe de Pentine.
ídem id. id., Real carta de sucesión en los de Marqués de Alcañices, Marqués
de Montaos, Marqués de Cuéllar, Marqués de Cadreita, Marqués de Callera, Conde
de Grajal, Conde de Villanueva de Cañedo, Conde de Fuensaldaña, Conde de
Villahumbrosa, Conde de Latorre, Conde de Ledesma, Conde de Huelma, Conde de
Las Torres de Alcorcín, Duque de Algete y Barón de Ginosa.
Don Juan Pérez de Guzmán, Duque de T'Serclaes, solicita Real carta de suce-
sión en el Título de Marqués de Mortara, con Grandeza de España.
Don Rafael de Montis y Montis, solicita Real carta de sucesión en el Título de
Conde de la Fuente del Saúco y en el de Marqués de Valle Siciliana.
Doña María Isabel Ruiz de Arana y Osorio de Moscoso, Condesa de Nieva, so-
licita rehabilitación á su favor de los Títulos de Marqués de Almazán de Elche, de
Mairena y de Poza, y los de Conde de Palamós, Saltes, Garciez y Villavis y Viz-
conde de Iznajar.
ídem id. id., Real carta de confirmación en los Títulos de Conde y Príncipe de
284
y de Genealogía Española.
Mélito, Duque de Erancavila, Duque de Estremera, Duque de Santángelo, Montalto
y de Baños.
ídem id. id., Real carta de sucesión en el de Barón de Belpuig y en el de Conde
de Alvito.
ídem id. id., de conversión del Título de Principe de Maratea en el de Duque
con la misma denominación.
ídem id. id., de sucesión en el de Conde del Cid.
ídem id, id., de confirmación en el de Vizconde de Iznajar.
ídem id. id., de conversión del Titulo de Príncipe de Evoli en el de Duque con
la misma denominación.
ídem id. id., de sucesión en el Título de Duque de Francavila y en el de Conde
de Mélito, con Grandeza de España.
Don Alfonso de Bustos y Bustos, Marqués de Corvera, solicita merced del
Titulo del Reino con la denominación de Duque de Cidi Hiaya, como descendiente
del Principe de igual denominación.
Don Rafael de Bustos y Ruiz de Arana, Duque de Pastrana, solicita Real carta
de confirmación á su favor del Titulo de Señor de Cotillas.
Doña Isabel Ruiz de Arana y Osorio de Moscoso, Condesa de Nieva, solicita
que se apruebe la cesión de los derechos al Titulo de Duque de Estremera, y que
se expida Real carta de sucesión en dicho Título á favor de su hijo D. Iván de
Bustos y Ruiz de Arana.
Don Vicente Palavicino y Lara, Marqués de Mirasol, solicita Real autorización
para designar sucesor en dicho Titulo.
Doña María de las Angustias de Martos y Arizcum, Baronesa de Spinola, soli-
cita Real autorización para designar entre sus hijos al que haya de sucederle en la
expresada dignidad.
Don Francisco Cánovas del Castillo, Conde del Castillo de Cuba, solicita Real
autorización para designar sucesor en la expresada dignidad.
Don Isidoro Pons Bofill, solicita Real carta de sucesión en el Título de Marqués
de la Laguna de Cameros Viejo.
Don Francisco Javier de Beránger y Carrera, solicita merced de Título del
Reino, con la denominación de Marqués de Beránger.
El Ayuntamiento de Llerona ó Las Franquezas, solicita merced de Titulo del
Reino, con la denominación de Marqués de Las Franquezas, á favor de D. Juan
Sampera y Torres.
Madrid, 10 de Junio de 1912.— £/ Subsecretario, A. Montero.
Don Francisco de Puigcerver y de Reutierre, solicita se confirme á su favor el
Titulo de Barón de Pinopar.
El Ayuntamiento constitucional de Bechi solicita merced de Título del Reino
con la denominación de Marqués de Arrando, á favor de D.^ Josefina Arrando y
Vilella.
Don Alejandro de Escudero y Galofre, y en su nombre su madre, solicita merced
de Titulo del Reino, con la denominación de Sonsierra Castilnovo.
Don Antonio Michels de Champouzcín y Tafanell, solicita merced de Titulo del
Reino, con la denominación de Barón de Champoézcin.
285
Revista de Historia
Don Carlos Caro y Caro, solicita merced de Título del Reino, con la denomina-
ción de Conde de Caltabuturo.
Don Manuel de Rosales y Godoy, solicita merced de Título del Reino, con la
denominación de Marqués de Castel León.
Instancia de varios vecinos de diferentes pueblos de la provincia de Granada,
solicitan se conceda á D. Huberto Meersman merced de Título del Reino.
Don Pedro Sánchez de Neyra y Castro, solicita merced de Título del Reino, con
la denominación de Vizconde de Mohernando.
Don Antonio Gil Alvaro de Trasmiera, solicita Real carta de sucesión en el
Título de Conde de Monterroso.
Don Emilio Gil Alvaro de Trasmiera, solicita Real carta de sucesión en el
Título de Conde de Sobrado.
Don Pedro Pilón y Sterting, solicita Real carta de confirmación en el Título de
Señor de Torrente.
Instancia del Ayuntamiento de Tiedra, en solicitud de que se conceda á don
Ángel Alonso Diez merced de Título del Reino, con la denominación de Marqués
de Tiedra.
Instancia del Ayuntamiento de San Julián de Vilatorta, en solicitud de merced
de Título del Reino, con la denominación de Barón de San Julián de Vilatorta, á
favor de D. Francisco de Paula Benessat y Folch.
Don Fernando de Contreras y Pérez de Herrasti, solicita merced de Título del
Reino, con la denominación de Marqués de Grañena.
Don Francisco Fernández de Liencres y Herrera, solicita merced de Título del
Reino, con la denominación de Marqués de Bucoz.
Don Fernando de Contreras y Pérez de Herrasti, solicita merced de Título del
Reino, con la denominación de Conde de la Villa de Mohernando.
Don Juan de Vitorica y Casuso, solicita merced de Título del Reino, con la de-
nominación de Conde de Murga.
Instancia de la Corporación municipal de Ruesga, en solicitud de que se conceda
á D. Ricardo Sáinz merced de Título del Reino, con la denominación de Marqués
de Ruesga.
Don Luis Pignatelli Aragón y Antentas, solicita merced de Título del Reino, con
la denominación de María ó Mediana ó Gea, antiguos Señoríos de la Casa de
Fuentes en Aragón.
Don José Ruiz y de Rivera, solicita merced de Título del Reino.
El Ayuntamiento de Sagunto, solicita merced de Título del Reino á favor de
D. José Romeu Porras.
Don Mariano Vázquez Zafra, solicita merced de Título del Reino.
Madrid, 11 de Junio de 1912.— £/ Subsecretario, A. Montero.
Relación de las instancias presentadas en este Ministerio en solicitud de Gran-
dezas y Títulos, para su inserción en la Gaceta de Madrid, en cumplimiento de lo
dispuesto en el Real decreto de 27 de Mayo último.
D. Fernando Ruano y Prieto, Marqués de Liédena, Barón de Velasco, solicita
Real carta de confirmación con Grandeza de España del Título de Duque de Ostuni.
La Real Academia de Ciencias y Arte de Barcelona, solicita que se conceda el
Título de Marqués de Mulhacéo al heredero del General D, Carlos Ibáñez.
286
y de Genealogía Española.
D. Estanislao de Urquijo, solicita Real carta de sucesión en el Título de Mar-
qués de Cábrega á favor de su esposa D.* María del Pilar de Laudecho y Allen-
desalazar.
D. Victoriano García San Miguel y Tamargo, solicita Real carta de sucesión en
el Título de Marqués de Teberga.
D." Josefa Calderón y Montalvo, solicita Real carta de sucesión en el Título de
Marqués de Aledo.
D. José R. Chacón y Valdecañas, Marqués de Campo de Aras y de Alhendín
de la Vega de Granada, Vizconde de los Jarales, solicita Real autorización para de-
signar sucesor en dichos títulos y en el de Conde de Prado Castellano.
D. Martín Chacón y Valdecañas, solicita Real carta de sucesión en el Título de
Conde de Prado Castellano.
D. José Chacón y Valdecañas, Marqués de Campo de Aras, solicita Real carta
de sucesión en el Título de Conde de Prado Castellano.
D. Mariano Atíenza Tello, solicita rehabilitación del Título de Marqués de
Sauceda.
D. Alfonso de Silva y Campsbell, Duque de Híjar, solicita Real autorización para
designar sucesor en el Título de Duque de Almazán.
Madrid, 15 de Junio de 1912.— £/ Subsecretario, A. Montero.
Instancia de D. José María de Porras é Isla Fernández, Marqués de Chiloeches,
en solicitud de Real carta de sucesión en el Título de Marqués del Arco.
ídem id. id. en el de Conde de Isla Fernández.
ídem de D. Félix de Siloniz y Colarte, en solicitud de Real carta de sucesión en
el Título de Marqués del Pedroso.
ídem de D."* Elisa de Llano y Guillot, en solicitud de Real carta de sucesión en
el Título de Marqués de Llano.
ídem de D. Fernando Bernaldo de Quirós y Chaves y D. Juan Bernaldo de
Quirós y Acosta, en solicitud de Real carta de sucesión en los Títulos de Marqués
de Monreal, con Grandeza, y Marques de Santiago.
ídem de D. Vicente Castillo Crespi de Valldaura, en solicitud de Real carta de
sucesión en el Título de Marqués de Llanera.
Madrid, 18 de Junio de 1912. -E/ Subsecretario, A. Montero.
Órdenes militares.— El mes pasado tuvo lugar la ceremonia del cruzamiento
de D. Mariano Téllez-Girón y Fernández de Córdoba, Duque de Osuna, de Uceda
y de Escalona, Marqués de Villena, como Caballero de Santiago; fué apadrinado
por el Duque de Béjar; le calzaron las espuelas el Duque de Santa Lucia y el Mar-
qués de Santa Cruz, y presidió el Capítulo el Duque de Tamames, Comendador
Mayor de Montalbán.
—Han ingresado en la ínclita y Soberana Orden Militar de San Juan de Jeru-
salén ó de Malta: como Baylío Gran Cruz, S. A. R. el Srmo. Sr. Infante D. Fer-
nando de Baviera y Borbón, y como Caballeros, D. José Azlor de Aragón y Hur-
tado de Zaldívar, Conde-Duque de Luna; D. José de Rújula y Ochotorena y don
Alfonso Martos y Arizcun, Conde de Heredia-Spínola.
Orden de María Luisa.— Le ha sido concedida la Banda de Damas Nobles
287
Revista de Historia y de Genealogía Española.
de la Orden de la Reina María Luisa á D.^ María Josefa Arguelles y Díaz, Mar-
quesa de Arguelles.
Cargos palatinos.— Ha jurado el cargo de Mayordomo de Semana de S, M.
D, Juan Romero y Araoz.
Sentencia.— Ha sido dictada sentencia por el Tribunal Supremo en el pleito
que sobre mejor derecho á la posesión de los Títulos de Marqués de Valparaíso,
con Grandeza de España, y Marqués de Villahermosa, había entablado el señor
Aguayo y Bernuy contra D.^ María del Carmen Martell y Arteaga y D.^ Luisa Gon-
zález Orbegozo, respectivamente. Por esta sentencia, que está en un todo confor-
me con la que en su día dictó la Audiencia, se declara que dicho señor no tiene
derecho al Marquesado de Valparaíso y sí al de Villahermosa.
Rehabilitación. -Por Real decreto de 20 del pasado Junio ha sido rehabili-
tado, sin perjuicio de tercero de mejor derecho, el Título de Conde de la Vega de
Ren á favor de D. Manuel de Santiago-Concha y Loresecha Vázquez de Acuña y
Salazar, hijo primogénito de los Marqueses de Casa-Madrid.
Títulos vacantes.— La Dirección general de Contribuciones, con fecha 4 de
Junio, anuncia, por primera vez, la vacante de los Títulos de Marqués de Velasco
y Conde de Fabraquer.
Academias.— La Real Academia de la Historia ha tenido en una de sus últi-
mas sesiones el acierto de elegir su individuo de número á nuestro estimado amigo
y colaborador D. Gabriel Maura y Gamazo.
La satisfacción con que la opinión ha acogido este nombramiento prueba el
alto renombre que tiene conquistado el Sr. Conde de la Mortera, merced á sus
eruditos trabajos. Reciba, pues, el ilustre autor de Rincones de la Historia y de
Carlos II y su Corte nuestra más cordial y efusiva enhorabuena.
—Por fallecimiento del insigne polígrafo D. Marcelino Menéndez y Pelayo, Di-
rector de la Biblioteca Nacional, ha sido nombrado para este alto cargo el insigne
escritor D. Francisco Rodríguez Marín, uno de los más altos prestigios literarios
de nuestro país.
La Revista de Historia y Genealogía Española, que cuenta entre sus cola-
boradores al Sr. Rodríguez Marín y que ha honrado sus páginas con la firma del
más ¡lustre cervantófilo y una de las reputaciones literarias mejor y más justa-
mente cimentadas de nuestro país, felicita al nuevo Director y se felicita del
acierto que constituye este nombramiento, acogido con tan unánime complacencia.
Necrología.— Durante el pasado mes han fallecido: en Madrid, D. Joaquín Ca-
sani y Bernaldo de Quirós, Conde de Giraldely y de Cifuentes, Barón de Lardies,
Caballero profeso del Hábito de Santiago, y la señorita D.* Carolina Ibáñez de la
Rentería, hermana del Conde de Clonard; en Oviedo, la Marquesa de Casa-Tre-
mañes] en Cuenca, D. Alvaro Queipo de Llano y Gayoso de los Cobos, Conde de
Mayorga, General de División, Caballero del Hábito de Santiago; en Munich, doña
María Ximénez de Sandoval y Saavedra, Marquesa de Elduayen; en la Habana,
D.* Carolina de León y de Gregorio, Condesa viuda de Casa-Romero, y en el Chá-
teau de Vergier, en Desaignes (Francia), el Conde de Tournon-Simiane, antiguo
zuavo pontificio. Caballero de la Legión de honor y de San Gregorio el Magno,
pariente de nuestro distinguido amigo y suscriptor el Conde Fernando de Villegas
de Saint Pierre-Jette, á quien sinceramente damos nuestro pésame.— C. de L.
288
15 A605T01912:
E\?I5TA DE HISTORIA
V DE GENEñLOaíñ
ESPAñOLñ
Núm. 7.
IPS SEÑORES DE CERRALBO
LUEGO MARQUESES DE ESTE TÍTULO, GRANDES DE ESPAÑA
(conclusión)
VIH
LOS AGUILERAS, MARQUESES DUODÉCIMO, DECIMOTERCERO, DECIMOCUARTO,
DECIMOQUINTO Y DECIMOSEXTO DE CERRALBO
En 18 de Agosto de 1789 participaba, según costumbre, al Rey, el Conde
de la Oliva de Gaytán, D. Manuel Vicente de Aguilera y Motezuma, que,
por muerte de su primo el Marqués de Cerralbo, Almarza y FIores-Dávila,
había succedido en esas Casas, con Grandeza de España.
Era D. Manuel Vicente Ferrer de Aguilera hijo del tercer Conde de
Casasola del Campo, D. Tomás Aguilera y Orense, y de D.^ Ana María
Motezuma, Nieto de Silva y Guzmán, natural de Burgos, hermana de la Mar-
quesa D." Manuela, que obtuvo la Grandeza de España. Contaba entonces
cuarenta y ocho años, pues había nacido en Salamanca, parroquia de San
Adrián, el 2 de Junio de 1741. Hallábase casado desde el 2 de Febrero
de 1746 con D."* María Cayetana de Galarza y Brizuela, condesa de la
Oliva de Gaytán, Foncalada y Fuenrubia, y fué duodécimo Marqués de
Cerralbo, primero de los del ilustre apellido Aguilera, que ya gozaban de la
dignidad de señores de título desde el primer año del siglo (11 de Agosto
de 1701), aunque fué creación de Carlos II (25 de Octubre de 1698), á favor
de su bisabuelo D. Antonio de Aguilera Lujan y Aragón, vizconde de Val-
289 19
Revista de Historia
desierra, caballero de la Orden de Alcántara, regidor perpetuo de Sala-
manca y descendiente de Gil de Aguilera, yerno de Sancho el Bravo (1).
«Los del apellido de Aguilera— escribió á principios del siglo XVII el
maestro fray Jerónimo de Castro,— son conocidos en estos Reynos por su
notoria nobleza; ha habido y hay dellos en muchas partes, como en Por-
cuna, Martos y Torre-Gimeno, donde gozan de mucha nobleza» (2).
Antes, aunque no en verdad en el siglo XIII, dijo mosén Febrer en la
17.'' de sus famosas Trobes:
«—Juan de Aguilera-
La Águila caudal, perfilada de or,— Sobre camp de blau, qui al Sol li retgistra,
— Los seus raigs polits, pinta per iionor— Janot de Aguilera, Soldat de valor;
Puig per ell mereix entrar en la Mista— Del Consell de Guerra. Estant en Moyxent.
En un esquadró de apeu é acaball, — Namfós de Castella orgullosament
Intenta sitiarlo; mes ell dilligent— Lo feu retirar lo barranch aball:
E si el Rey no fuig, es vera en treball.»
Es lástima que no se hubiera enterado de tal hazaña el sabio hijo de
Fernando, el Santo, pues seguramente la celebrara en alguna cantiga.
Coplas aparte, lo cierto es que la familia de Aguilera gozaba ya en el
siglo XVII de rancia hidalguía, y que si no el águila perfilada de oro en
campo azur, usaban, como usan hoy, el águila explayada de sable, en campo
de oro. Aguilera— dice el Armorial de Aragón, — de Vitales, Zayas y Vida-
nia: «En campo de oro, águila sable.» Algunos pintan el águila coronada.
Al duodécimo Marqués de Cerralbo, Conde consorte de la Oliva, suce-
dió su hijo D. Manuel Isidoro, que, nacido en Talavera de la Reina el 2 de
Enero de 1762, y bautizado en aquella hermosa Colegial, donde tenía capi-
lla su madre, quiso ser enterrado en su campo santo, con esta sencilla
lápida:
AQUÍ YACE
EL EXCMO. SR. D. MANUEL ISIDORO
DE AGUILERA Y GALARZA,
MARQUÉS DE CERRALBO Y ALMARZA,
GRANDE DE ESPAÑA
R. I. P.
Es la sepultura 2.018.
(1) Béthencourt, i4/Jíí/es. Anuario de 1884, pág. 70, en donde pueden verse las noticias
más importantes de los otros títulos de la Casa de Cerralbo.
En la Parroquia de S. Benito, de Salamanca, existen los enterramientos de los prime-
ros Condes de Cásasela. — En la obra de Fernando Araujo, La Reina del Tormes—Sala-
manca— 1.884, puede verse el epitafio del Conde D. Tomás de Aguilera, Luyan y Chava,
Verdesato, Maldonado de la Carrera. (Pág. 63, tomo 2.°).
(2) Historia de los Reyes Godos, por Julián del Castillo, proseguida por el maestro fray
Jerónimo de Castro y Castillo, hijo del autor, morador y predicador del conuento insigne
de la Santísima Trinidad, de Madrid.— M.DC.XXlIll.
290
y de Genealogía Española.
Fué el decimotercio Marqués de Cerralbo, Sumiller de Corps del Príncipe
de Asturias, luego Fernando Vil, gran cruz de Carlos 111, y casó en Madrid
el 22 de Abril de 1780 con D.'' María Josefa Ruiz de Contreras, Vargas
Machuca, que no tenía quince años, como nacida el 27 de Junio de 1765 en
la misma capital de la Monarquía, que un siglo antes presenciara las opu-
lencias de los engrandecedores, verdaderos fundadores de su Casa, los fa-
mosos D. Fernando y D. Antonio Ruiz Contreras, y celebraba los triunfos del
valeroso marino D. Pablo, vencedor de la Armada holandesa, primer Conde
de Alcudia, por gracia de Felipe IV (15 de Mayo de 1663) (1).
Procrearon los Marqueses de Cerralbo, Condes de Alcudia, dos veces
Grandes de España, entre otros hijos, á Manuel, Fernando y José, que fue-
ron, sucesivamente, poseedores de la Casa de su padre, y sólo los dos últi-
mos de la de su madre. Murió el Marqués el año 1803, y heredóle su hijo
mayor, que muerto soltero, transmitió sus derechos á su hermano Fernando,
á quien, con fecha 29 de Noviembre de 1807, en San Lorenzo, confirmaba
el Monarca el derecho de nombrar alcaldes, regidores y otros oficiales
públicos en su villa de Cerralbo, «en conformidad de un Real Privilegio del
Sr. D. Enrique III, fecho en las Cortes de Madrid á 22 de Abril de 1391,
confirmativo de un albalá expedido en 26 de Septiembre de la era de 1410,
año de 1372, por el que el Sr. Rey D. Enrique 11 hizo merced á Esteban
Pacheco, á quien pertenecía ya el lugar de Cerralbo, de la citada jurisdic-
ción é imperio, haciéndole Villa de por sí y sobre sí, con todas las franque-
zas...», de que las villas gozaban, entre las cuales era la principal y más
codiciada la de tener Justicias propias, en el mismo suelo, evitándose las
molestias de viajes, penosos siempre, y más en aquellas épocas de pocos,
malos é inseguros caminos.
Formó parte el decimoquinto Marqués de Cerralbo del Estamento de
Proceres, fué Caballero de la insigne Orden del Toisón de Oro, Vocal de
la Diputación permanente de la Grandeza, Gran Cruz de Carlos III, de la
Real Junta de Ganaderos, (creada por el Rey en 1727, para el fomento de la
Cabana Real y lanas finas), con el Duque del Infantado y el Marqués de
(1) Pellicer y Barríonuevo, en sus Avisos, tratan repetidas veces de estos Contreras,
como del Marqués de Cerralbo, que estuvo en Rocroy.
Del año 1655, Julio-10, son los siguientes, de los publicados por Paz y Melia: «Nuestra
Armada sale en todo este mes en busca de la flota. Va por general D. Pablo de Contreras,
sobrino de D. Antonio, del Consejo Real, que hasta esto puede el favor, y por Almirante
un tal Castaño. Plegué á Dios no lo erremos como lo demás, en lugar de querer acatallo,
Agg. 11. Nuestros bajeles hablan de salir el día de San Lorenzo. Son 28 de guerra y seis de
fuego, y en ellos va la flor de toda el Andalucía, y que D. Pablo de Contreras va por Gene-
ral, que el favor todo lo ha arrastrado, prevaleciendo la consulta del Consejo de Indias.»
291
Revista de Historia
Perales (1834-36), y murió sin descendencia legitima el 2 de Mayo de 1838,
dejando viuda á su ilustre cónyuge, D."* María Magdalena Fernández de
Córdoba y Pacheco, de la Casa de Malpica, que tuvo la satisfacción de
consolar en sus últimos momentos al gran poeta Quintana, llevando ella
misma al sacerdote que le dio la absolución última, según refiere D. Gas-
par Bono Serrano, en su curiosa Miscelánea. (Madrid, 1870, páginas
17 y 21.)
En l.*^ de Diciembre de 1847, dijo la Cancillería de Gracia y Justicia al
Ministro, se accediera á la pretensión de D. José de Aguilera y Contreras,
de succeder á su hermano D. Fernando en los diez títulos de Cerralbo, Al-
cudia, Almarza, Flores-Dávila, Alba de Yeltes, Campofuerte, Casasola,
Foncalada, Fuenrubia y Oliva del Gaitán; los dos primeros con Grandeza.
En el de Villalobos succedió su hijo D. Francisco, pues dicho título fué
concedido no á los inmediatos succesores, sino á los primogénitos (1).
El decimosexto Marqués de Cerralbo, D. José de Aguilera y Contreras,
había nacido en Madrid el 23 de Septiembre de 1787, siendo bautizado en
la parroquia de San Justo, casándose, por poderes, en la iglesia del Sagra-
rio, de Córdoba, el 11 de Abril de 1815, con D."* Francisca Becerril, natural
de Teruel (14 de Febrero de 1781). Ratificóse el matrimonio ante el Prior
de la iglesia parroquial de Úbeda el 4 de Mayo de 1816, celebrándose las
velaciones el 27 de Junio inmediato, en la misma iglesia. Fué Gentilhombre
de Cámara, con ejercicio y servidumbre, desde 15 de Julio de 1838, y murió
en Madrid el 25 de Diciembre de 1872. Antes que él, en 1." de Julio de 1867,
había muerto su primogénito, Conde de Villalobos, como he dicho, que el
8 de Febrero de 1842 contrajo matrimonio con D.'^ Luisa Gamboa, de la
que tuvo trece hijos: los gemelos Tirso y María Luisa, casada con el Conde
de Torre-Palma; Amalia, Encarnación, Isidoro y Agustín, que murieron
jóvenes; Enrique, succesor en el Condado de Villalobos, y después en la
Casa de su abuelo; Matilde, casada con D.José Fontagud GargoUo; Manuel,
Marqués de Flores-Dávila; María Francisca, Condesa de la Oliva de Gay-
tán, viuda de mi buen amigo D. Evaristo Martín Contreras (q. p. g.); Agustín,
Conde de Alba de Yeltes; Gonzalo, Conde de Casa-Sola del Campo, li-
(1) En el Ministerio de Gracia y Justicia, expediente de Cerralbo, existe e¡ siguiente
documento:
"Al Marqués de Zerralbo, en consideración á su servicio y de que va á continuarle á
Flandes, he flecho mrd. de titulo de Conde para que goce del el que fuere primogénito en
su Casa, dórasele el despacho que se acostumbra, sobre el lugar que señalare. (Una rú-
brica de Felipe IV.) En Madrid, á 27 de Febrero de 38 (Y al pie). AI Arzobispo de Granada.
292
y de Genealogía Española.
cenciado en Filosofía y Letras, ex Diputado á Cortes, Gran Cruz de Isabel
la Católica; y Esperanza, Religiosa del Sagrado Corazón de Jesús.
El Marqués de Flores- Dávila, de su matrimonio con D.'' Esperanza
Pérez-Herrasti y Antillón, hija de los Condes de este título, dejó dos hijas:
D/ Esperanza y D.^ Josefa, religiosa; y tres hijos, el actual Marqués de
Flores-Dávila, viudo de D."" Carmen Ligues, hija de los Marqueses de
Alhama; D. Francisco de Asís, y D. Fernando, oficiales de Caballería,
como su primo D. Gonzalo, hijo de su tío el Conde de Alba de Yeltes, Te-
niente Coronel de la misma Arma. (Véase Béthancourt, Anales de la No-
bleza, 1890.)
El actual Marqués de Flores-Dávila, Licenciado en Derecho, que como
su inolvidable padre, ha sido diputado á Cortes por la provincia de Sala-
manca, tiene tres hijos: Manuel María, Gerardo María y María del Car-
men. Es el inmediato succesor de su tío, el actual Marqués de Cerralbo.
IX
EL DECIMOSÉPTIMO Y ACTUAL MARQUÉS DE CERRALBO
Don Enrique de Aguilera y Gamboa, decimoséptimo Marqués de Ce-
rralbo, por muerte de su abuelo paterno, y en virtud de la Real carta man-
dada expedir en 3 de Enero de 1875 por el Ministerio-Regencia, Conde de
Villalobos, desde la muerte de su padre, ha nacido en Madrid, parroquia de
San Sebastián, el 8 de Julio de 1845. Siguió en la Universidad Central la
Carrera de Filosofía y Letras, manifestando, desde muy joven, sus aptitu-
des literarias, sus aficiones arqueológicas y su competencia en los estudios
históricos. Fué uno de los fundadores de la Academia «La Juventud Cató-
lica». El distrito de Ledesma (Salamanca) le dio su representación en las
Cortes de 1872, luchando con el ex Ministro Salaverría. Con arreglo al ar-
tículo 21 de la Constitución de 1876 ingresó en el Senado por derecho pro-
pio y obtuvo la representación del Sr. Duque de Madrid, que le manifestó
su afecto y gratitud por la organización admirable dada á sus fuerzas polí-
ticas, concediéndole, entre otras mercedes, la Orden del Espíritu Santo,
entregándole la insignia que honró el hijo del milagro, Conde de Cham-
bord, Enrique V de Francia. La Real Academia de la Historia eligióle, por
unanimidad, para succeder al americanista eruditísimo y laborioso D. Justo
Zaragoza, en Junio de 1896, y desde 31 de Mayo de 1908 da nuevos esmal-
tes á la medalla 31, que llevaron tan dignamente el jurisconsulto aragonés
D.Juan Antonio Castejón, el autor del Catálogo de Fueros y Cartas Piie-
293
Revista de Historia
blas, de la Colección de Fueros y del Diccionario bibliográfico-histórico de
los antiguos reinos, etc., D. Tomás Muñoz y Romero, y el político y poeta
Marqués de Molíns. Sus discursos, el de recepción sobre el arzobispo don
Rodrigo Ximénez de Rada y el Monasterio de Santa María de Huerta y el
leído en la Junta pública de 26 de Diciembre de 1909 acerca de sus descu-
brimientos arqueológicos en el Alto Jalón, y las excavaciones, con tanta
inteligencia como abnegación y fortuna proseguidas en más de 50 estacio-
nes de las provincias de Soria, Guadalajara y Zaragoza, con los cinco tomos
escritos para su explicación, justifican la justicia con que se le ha conce-
dido el Premio Martorell, la más alta y preciada de las distinciones de esta
índole que se otorgan en España. El Gobierno, venciendo su modestia, y á
pesar de su representación en la política general del país, le ha nombrado
de las Juntas de Iconografía, Excavaciones y Espeleología, siendo reputado
por propios y extraños como el primer arqueólogo español— el Schliemann
español, le llaman en Alemania, — por lo que es el único Correspondiente
del Instituto Imperial de Berlín y del de Paleontología humana, fundado en
París por Alberto I de Monaco. El 24 de Mayo de 1892, con motivo del
IV centenario del descubrimiento de América, dio una conferencia en el
Ateneo sobre El virreinato de Méjico, que fué impresa en el tomo II de la
colección titulada El Continente Americano (Madrid, Sucesores de Riva-
deneyra, 1894), y en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones
publicó, en 1900, un notable artículo acerca de Doña Maria Enriquez de
Toledo, mujer del gran Duque de Alba, describiendo el retrato que de aque-
lla ilustre y piadosa dama, hermana de la primera Marquesa de Cerralbo,
hizo Tiziano, y constituye una de las joyas de la pinacoteca del Marqués,
que, según voto tan autorizado como el de Mr. Sedelmeyer, es la mejor de
las particulares existentes en Madrid. Antes, en sus viajes de propaganda
política— que tuvieron digno cronista en el gran orador Vázquez de Mella,—
pronunció eruditísimos discursos, reproducidos todos en los periódicos tra-
dicionalistas y católicos, y de alguno de los cuales se conservan ediciones
aparte, como de las conferencias dadas en el Círculo Tradicionalista de
Madrid (Iniciativa personal de los Reyes en España.— Centenario de la
Unidad Católica), y las de Tolosa y Bilbao. Coronamiento glorioso para e
Marqués del viaje por Cataluña fué la sangrienta suspensión de él, en Va-
lencia, por aquel atentado, en que tan relevantes pruebas dio de su valor y
prudencia, demostrando una vez más la exactitud de la frase de üracián, de
que «so/z muy hermanas las virtudes, y es menester que vayan encadena-
das». Reveló también su hidalguía en el discurso pronunciado en el Senado
al debatirse aquellos sucesos, como más tarde, recientemente, su erudición
294
y de Genealogía Española.
y competencia en asuntos de Arqueología, al discutirse la ley de Excava-
ciones, que debe al Marqués su redacción definitiva.
Hace años, en 1895, se dijo del actual Marqués de Cerralbo:
«Joven aun, como nacido en 1845, el más joven de los hombres de Es-
tado de España, ostenta con dignidad asombrosa y ejerce con tacto exqui-
sito, mereciendo aplausos de propios y extraños, la delicada misión de
representar á D. Carlos en una de las épocas más difíciles por que ha atra-
vesado el carlismo. Senador por derecho propio, como Grande de España
con renta suficiente y el primero que con su ejemplo nos trazó el camino
que ordena la Santidad de León Xlll, interviniendo en la llamada vida legal,
ha conseguido el señalado triunfo de organizar las fuerzas, á su gobierno
sometidas de tal modo, que constituyen un Estado católico dentro del Es-
tado liberal, como se ve por la ordenada y jerárquica constitución de Juntas
regionales, provinciales, de distrito y locales, por la multitud de Círculos,
por la bien disciplinada cohorte de periódicos. Á él se debe la brillante
representación que en el Senado y en el Congreso tienen nuestras ¡deas...
Si tuviéramos muchos Grandes de España como mi excelente y buen amigo
el Marqués de Cerralbo, cuánto se facilitaría la solución de los problemas
que obscurecen el porvenir de la Patria. Obrero incansable de toda empresa
útil á la Religión y á la Patria, mírasele sin rendirse á la penosa fatiga de
una jornada mayor de ocho horas de trabajo, predicando con el ejemplo,
que es la más eficaz de las enseñanzas. El Marqués de Cerralbo no es sólo
político, arqueólogo, literato, agricultor: es poeta, y recuerdo haber leído
unos versos que, al reflejar la generosidad de su alma, manifestaban la
política de atracción, simbolizada en su nombre. Con ellos terminaré digna-
mente estas líneas:
«Ancha concordia es mi constante sueño.
Que sin ella no fiay vida, paz, ni suerte.
No desprecio por débil al pequeño,
Ni solicito por temor al fuerte.
Ni huyo del grande en peligroso empeño.
Que el triunfo del Derecho no se alcanza
Con exclusiones de ofensivos modos,
Ni de injusto poder se halla venganza
Sin el concurso general de todos,
Porque el número es siempre una esperanza» (1).
Del matrimonio del Marqués de Cerralbo— 25 de Agosto de 1871 á 21
de Junio de 1896— con D.^ Inocencia Serrano y Cerver (q. e. p. d.), (viuda
(U Tirso de Olazábal, Don Jaime en España.— Bilbao, 1895, págs. 191-194.
295
Revista de Historia
del ex Ministro de Hacienda, D. Antonio María del Valle, padres del pri-
mer Marqués de Villa -Huerta (1) y de la poseedora de este título) no
existe sucesión; pero la seguirá teniendo gloriosa, Dios mediante, la Casa
de Cerralbo, enalteciendo, como hasta hoy, su abnegado lema : Muera la
vida y viva la fama.
El Conde de Doña-Marima.
Julio de 1912.
(1) Consérvanse del bondadoso y estudiosísimo Marqués de Villa-Huerta (q. p. g.) su
interesante novela histórica Viajes, hazañas y aventuras de un héroe del siglo XII una
Colección de sonetos y otra de artículos, El Pro y el Contra. Débesele también la publica-
ción de la monografía de Sa/j/a María de Huerta , de su condiscípulo ,é íntimo amigo,
inolvidable'mío, Juan Catalina García (q. D. ii.)
296
y de Genealogía Española.
SOBRE UN REAL DECRETO
Sr. D. Joaquín Argamasilla de la Cerda.
Mi querido amigo: Leo con el gusto de siempre el número VI de nues-
tra interesante Revista— permítanme ustedes el plural, ya que como cosa
propia verdaderamente me interesa,— y en él me fijo, muy especialmente,
en las observaciones oportunísimas que usted formula al Real Decreto sobre
Grandezas y Títulos, recientemente publicado en la Gaceta de Madrid del
29 del pasado Mayo.
Es el tal Decreto para comentado muy despacio, punto por punto y
artículo por artículo, y no sé yo si las tareas que constantemente me
abruman, y que reclaman imperiosamente casi todo mi tiempo, me dejarán
el vagar indispensable para dar á usted, como el asunto merece, mi mo-
desto parecer, que tan bondadosamente me pide.
Entiendo yo, y así lo expresé en carta publicada en el periódico La
Época, dirigida al Sr. Duque de Tamames, como actual Decano de la Dipu-
tación Permanente de la Grandeza de España, sin entrar para nada en el
fondo de la cuestión que usted tan sagazmente propone, que había que
celebrar á tambor batiente el que se diera intervención, para acordar las
sucesiones, á quienquiera que fuese, que pudiera constituir el menor obs-
táculo y establecer la más pequeña remora al desbordamiento de ilegali-
dad que viene padeciendo hace diez ó doce años el Cuerpo nobiliario Titu-
lado de la nación española.
No es que esto fuera, ni con mucho, lo que yo había soñado que pudiera
hacerse, y aún debiera, para restablecer el orden en la Babel legislativa que
sufrimos, en que ya no es posible entenderse. Yo había soñado en que la
España de Don Alfonso XIII hiciera algo parecido á lo que hizo la Italia de
Víctor Manuel, y un Gabinete de Silvela, ó de Maura, ó del propio Canale-
jas acometiera lo que no temió acometer allí un Ministerio Crispí: la creación
de la Consulta, ó lo que fuera, de alguna entidad consultiva muy autorizada y
297 20
Revista de Historia
competente, que sería la que, en último término, resolviese en cuantos casos
no fuesen de sucesión clara y directa; y pedía, mientras no se ocurriese á
otro cosa mejor, que se amalgamasen el Ministerio de Estado— ya que la
poca fortuna del de Gracia y Justicia en esta gestión era más que notoria,
la propia Diputación de la Grandeza, cuyos individuos son al fin y al cabo
Títulos del Reino, aunque con la categoría superior de Grandes de él, y,
como garantía de la seguridad y del acierto en lo que estos asuntos puedan
tener de histórico y fundamental, la Real Academia de la Historia.
De la representación de estas tres entidades, asesoradas de algún letrado
eminente, de esos que ante los Tribunales están sacando á pulso los Títulos
detentados arbitrariamente del poder de sus usurpadores, creía yo que
debía de haberse formado el alto Cuerpo consultivo, honorífico y gratuito,
ni qué decir tiene, que acabara valerosamente y sin contemplaciones de nin-
gún orden con tan horrible caos. Lo que no resultaba de ninguna manera
tolerable era la continuación de un estado de cosas que despojaba á capri-
cho de los Títulos de sus padres y de sus abuelos al que no tuviera desde el
primer momento bien repleta la bolsa, para beneficiar á algún pariente en
Noé más halagado por la fortuna. Lo verdaderamente absurdo era que
se mantuviera un criterio que permite á los detentadores de esas Dignidades,
envalentonados hasta el delirio, revolverse airados contra los que aspiran á
recobrar lo que se les ha arrebatado malamente, hasta apelando ellos de las
sentencias por las que se devuelven á los hijos los Títulos que llevaron sus
padres hasta la muerte. Lo insoportable y hasta vergonzoso es que se con-
sintiera algo como lo que revela la Rivista Araldica de Roma, de que apa-
rezca el Rey de España autorizando á subditos extranjeros para llevar Títu-
los y honores que sus propios Soberanos ni otros de parte alguna les han
concedido nunca, ni, en resumidas cuentas, existen más que en la fantasía de
los novísimos Duques y Príncipes que lejos de España, y ante el asombro
general, se pavonean con ellos.
Para evitar cosas como estas y ver de poner en honrado acuerdo á la
Administración con la Historia— evitando así á nuestros gobernantes el
natural ridículo que. ciertas debilidades les representan en Europa— es para
lo que yo solicitaba la intervención científica de nuestra Real Academia,
pero sin posibilidad de insistir en ello, pues formando ya entonces parte,
aunque modesta, de este sabio Cuerpo, podía algún espíritu menudo, de
esos por desgracia tan abundantes, sospechar siquiera que yo presentaba
por tabla mi propia candidatura á ejercer en España la dictadura nece-
saria, que en Italia realiza con mano férrea el Barón Manno. De sobra me
ocupa á mí la ardua labor— que ustedes pueden apreciar mejor que nadie —
298
y de Genealogía Española.
-que representa la Historia Genealógica, donde yo hago para la posteri-
dad en esta materia el orden y la luz, y escribo la verdad para los venide-
ros, mientras sigue á mi alrededor el barullo y la confusión y prevalecen
cada día más el desorden y la mentira.
De todo esto puede deducir cualquiera— y yo no tengo el menor incon-
veniente en hacerlo público en estas columnas— que el Real Decreto en sí
no puede merecer mis entusiasmos, ni cosa que se le parezca, y que los
puntos principales que él cree resolver estaban resueltos de antemano con
la aplicación estricta de la ley. La calentura no está en las sábanas, sino
en el cuerpo, enfermo de suma gravedad y amenazado de morir de mala
muerte y á muchas manos. Si la asistencia, grande ó chica, que pueda
prestarle la Diputación de la Grandeza logra su alivio, nadie la celebrará
más que yo, que me siento con el paciente tan estrechamente identificado,
después de haberle consagrado con entusiasmo, por puro amor del arte,
como quien dice, mi vida entera.
Este es el sentido de aquella carta mía, como de la presente. De todos
modos, con ó sin Real Decreto de 29 de Mayo, la Nobleza Titulada no tiene
más camino de reivindicación y de defensa, amplio y claro y definitivo, que
el de los Tribunales de Justicia, donde la han encontrado plena cuantos han
querido ó han podido tomar aquél. Ello será lento y costoso, pero es á la
postre seguro, y así el que se adopten estas actitudes de franca y abierta
protesta contra las usurpaciones y de enérgica y decidida defensa de los
propios derechos, acabará por hacer ver á los que de esta situación incon-
cebible se han beneficiado, que al final de la batalla está el triunfo de la
verdad, y su propia derrota y confusión, yendo las distinciones hereditarias
á los que en realidad las han heredado y no adonde las llevaron por un
rato el capricho, la vanidad y el dinero.
Pero no he de terminar estos renglones, ya con el pie en el estribo para
emprender mi jornada de verano, en pos de algunos meses de relativo des-
canso, que creo tener este año bien ganado, sin dejar dicho clara y ter-
minantemente, que pienso en absoluto como usted respecto al verdadero
atentado que se cometerá, pretendiendo por este Real Decreto y su art. 18
variar el orden de sucesión en los Títulos y Grandezas del Reino, que ampa-
ran las leyes y se regula nada menos que por la de sucesión á la Corona,
imponiendo una prescripción que va contra todo principio jurídico, y bo-
rrando de una plumada sacratísimos derechos, por la voluntad— el c'est mon
bon plaisir de la antigua Monarquía francesa,— generalmente mal enterada,
de un Ministro de un rato, á estos asuntos indiferente, como lo son fre-
cuentemente á casi todos.
299
Revista de Historia
En resumen: que el Real Decreto de 29 de Mayo es, aunque tardío, algo
bueno, más que por lo que establece ó innova, por las piedrecitas que una
intervención extraña puede poner en el camino desenfrenado, seguido de
años atrás por la Administración con el resultado que todos sabemos; y que
la verdadera defensa de la Nobleza Titulada está en ella misma, en su deci-
sión de hacerse respetar y de velar por sus derechos, y de revolverse contra
los que intenten despojarla, por cuantos medios ponga á sus alcances la
ley: Ayúdate, que Dios te ayudará.
No tengo ahora tiempo para más, y he de contentarme con lo dicho, en
mi deseo de acudir sin la menor demora á su cariñoso requerimiento. Feli-
cidades, como las desea para usted y la Revista y sus redactores todos, su
siempre afectísimo buen amigo,
F. Fernández de Béthencourt.
de la R. A. de la Historia.
Madrid, 19 Julio 1912.
SCO
y de Genealogía Española.
AUÑONES DE MORÓN
(conclusión)
VI bis. Don Martín Fernández de Auñón, hijo segundo de D. Antonio
(número V) y de su mujer y prima D." María de Auñón, sucedió en los
vínculos, mayorazgos y patronatos de la Casa, por muerte de su hermano
y sobrino; bautizado en Morón el 23 de Junio de 1615, casó en la misma
villa el 6 de Octubre de 1641 con D."* María Morillo y Orellana, bautizada
igualmente en Morón el 23 de Enero de 1615, hija de Alonso Jiménez
Morillo y de D."* Catalina de Orellana, y hermana del licenciado D. Pedro
Morillo y Orellana; recibió D. Martín la dote de su mujer, por escritura,
ante el escribano público Párraga, el 19 de Octubre de 1641; se componía
de dinero metálico y 165 fanegas de tierra en el sitio del Hardal, heredad
nombrado La Navilla.
De esta unión fueron hijos:
1.° Don Antonio Diego Fernández de Auñón, bautizado en San Miguel de Morón
el 6 de Noviembre de 1643, Caballero del hábito de Santiago, que, después de
hechas las informaciones de su calidad, fueron despachadas sin dispensa, y tomó el
hábito en las Comendadoras de Santiago, de esta Corte, el 19 de Agosto de 1668
por D, Fernando de Ayala Toledo y Fonseca, Conde de Ayala, Trece de la Orden
y Comendador de los Bastimentos de Castilla; fué su padrino el Conde de Monte-
rrey, y le calzaron las espuelas D. Diego Bonifaz y Pérez de Forres, y D, Diego de
Sotomayor y Frías; casado con su parienta D.* Jerónima FeHpa de Auñón, no dejó
descendencia.
2.*' Don Martín Damián de Auñón, bautizado en San Miguel de Morón el 8 de
Octubre de 1651, obtuvo igual merced que su hermano D. Antonio, en la Orden de
Santiago, y, aprobadas las informaciones al mismo tiempo que las de aquél, tomó
el hábito en la Capilla mayor del Convento de la Victoria de Morón, patronato de
su Casa, el 10 de Diciembre de 1668, en virtud de Real cédula de Su Majestad,
cometida á D. Juan Francisco de Cabrera y Soto, Trece de la Orden, vecino de
Utrera (el que estaba casado con D.* María de Corvera, prima de D. Martín), hallán-
301
Revista de Historia
dose presente D. Antonio Diego, su hermano, ya cruzado; D. Pedro Fernández de
Auñón, su tío carnal; el licenciado D. Pedro de Morillo y Orellana, Comisario del
Santo Oficio; D. Gonzalo de Tapia y Mirabal, ü. Antonio de Tapia y Mirabal, don
Cristóbal Álvarez de Bohorques, D.Juan Jorge de Auñón y otros caballeros. Estuvo
casado con D.* María Florencia de Auñón Morejón.
3." Don Alonso José Fernández de Auñón, que seguirá.
4.° Doña Mariana Fernández de Auñón, que casó dos veces: la primera, con
D. Antonio Gil de Ledesma y la Cerda, y segunda, con D. Juan Antonio Montes de
Oca, sin sucesión; fundó esta señora, en unión de su hermano D. Alonso, un vínculo
para los segundos de la Casa, como se verá.
5.° Doña María Jerónima Fernández de Auñón, casada con D. Juan de Ayala
Manrique, Conde de Cedillo, Señor de las villas de Pedro Moro y San Andrés,
vecino de la Corte, donde vivía en las casas que fueron del Cardenal D. Pascual de
Aragón, colindantes con la iglesia de Santo Tomás, en la que tenían tribuna de
honor; de éstos fueron hijos: 1.°, D. Antonio de Ayala y Auñón, y 2°, D. Jerónimo
de Ayala y Auñón, casado con D.^ Catalina Senmenat.
6.° Doña Jerónima María de Auñón, que casó con D. Juan de Salas Manrique
de Lara; texto en Morón ante Diego de la Paz el año 1665 (fol. 677 del protocolo).
VII. Don Alonso José Fernández de Auñón y Murillo, Señor de los
vínculos de su Casa y del patronato de la Capilla mayor del Convento de
la Victoria de Morón; bautizado en su parroquia el 16 de Octubre de 1655.
Fué familiar del Santo Oficio y Alguacil mayor de Morón desde 1667, Regi-
dor por el estado noble en 1680, y Alcalde por el mismo estado en 1690; tuvo
una merced de hábito en las Órdenes militares, que no aprovechó. Casó
tres veces: la primera en Arcos, velado en Morón el 11 de Enero de 1677,
con D.^ Catalina María Gil de Ledesma y la Cerda, hija de D. Juan y de
D.^ María de Valderrama Tardío y la Calle; de esta unión dejó dos hijas,
una de las cuales murió niña. La segunda vez casó en Jerez, velado en
Morón el 30 de Enero de 1681, con D.^ Constanza María de Herrera, bauti-
zada en Jerez el 13 de Diciembre de 1651, hija de D. Andrés de Herrera Gal-
dames y de D.^ Juana de Herrera y Torres, su prima y mujer; de esta señora
dejó dilatada descendencia, según diremos. Casó tercera vez en San Miguel
de Morón el 8 de Agosto de 1752 con D."" Elvira María de Guadalupe Ponce
de León, bautizada en Jerez de la Frontera en 2 de Mayo de 1675, hija de
D. Francisco Luis Ponce de León y D.^ Mariana Ponce de León, padre de
los Marqueses del Castillo del Valle, en cuya varonía se conserva el título,
creado por Carlos II en 1683 en favor de D. Juan Núñez de la Cerda, cuya
creación ignoran, tanto Berni como su corrector D. Antonio Ramos. Fundó
D. Alonso José, en unión de su hermana D."* Mariana, como se indicó, mayo-
razgo de segundos para la Casa, según escritura ante Miguel de Albas,
escribano público de Morón, llamando en primer lugar á D. Martín, su hijo
y sobrino. Restauró la Capilla mayor de la Victoria.
302
y de Genealogía Española.
Hija de D. Alonso José y D." Catalina de la Cerda, fué:
1.** Doña María Manuela de Auñón, que, como luego veremos casó con Don
Francisco Manuel de Auñón y Zurita.
Del segundo matrimonio de D. Alonso fueron hijos:
2° Don Andrés Fernández de Auñón y Herrera, que sigue.
3.° Doña Juana Antonia, bautizada el 5 de Septiembre de 1682, y que murió el 12
del mismo.
4.° Don Martín Antonio Fernández de Auñón, bautizado el 18 de Octubre
de 1683, para quien su padre y tía D.* Mariana fundó vínculo de segundos. Fué
Capitán de Caballos en el Regimiento del Marqués de Villa-Alegre, sirviendo con la
compañía que llevó de la gente de Morón para la guerra de Sucesión; en la batalla
de Almansa logró distinguirse, según honrosa certificación expedida por su Coro-
nel, que dice le mataron seis caballos en aquella acción.
5.° Doña Juana María de Auñón, nacida en Morón el 3 de Noviembre de 1684.
6.** Doña Catalina Josefa de Auñón, nacida el 22 de Enero de 1685.
7.° Don Antonio Francisco José de Auñón, caballero de Justicia en la Religión
de Malta, nacido en Morón el 8 de Marzo de 1687; fué armado caballero de San
Juan en la iglesia de Santiago, de Sevilla, el 27 de Agosto de 1710; fué comendador
de Serrecinos desde Junio de 1730.
8.° Doña Ana María de Auñón, nacida en Morón el 27 de Abril de 1688, y
casada con D. Juan de Briones Escobedo Monsalve y Cabrera, vecino de Carmona
y caballero de la Orden de Calatrava.
9.° Doña Mariana Catalina Josefa de Auñón, nacida el 4 de Mayo de 1689, que
murió á los cinco años de edad.
10. Don Pedro Francisco José Fernando, caballero de Justicia en la Orden de
San Juan, nacido en Morón el 30 de Mayo de 1690, que fué armado caballero
de esa Religión en el mismo lugar y día que su hermano D. Antonio.
11. Doña Bernardina Jacinta de Auñón, nacida en Morón el 26 de Septiembre
de 1691, y que casó con D. Ventura N..., vecino de Morón.
12. Don Francisco José de Auñón, presbítero, nacido el 22 de Marzo de 1694.
13. Doña Mariana Nicolasa, nacida en Morón el 18 de Diciembre de 1696.
14. Don Alonso José de Auñón, caballero de Justicia en la Orden de San Juan,
nacido en Morón el 4 de Mayo de 1698; fué comendador de Reinoso en su Religión.
15. Don José Francisco de Auñón, caballero de Justicia en San Juan, Comen-
dador de Villela y otras encomiendas, nacido en Morón el 27 de Septiembre
de 1699.
16. Don Juan Ignacio de Auñón, caballero de Justicia en la Religión de Malta
y comendador de Almazán en su Orden, nacido en Morón el 3 de Agosto de 1701.
Hijos del tercer matrimonio de D. Alonso José con D.^ Elvira Ponce de
León fueron:
17. Don Luis José de Auñón Ponce de León, nacido en Morón el 5 de Octubre
de 1713, que fué clérigo subdiácono, para quien su padre fundó un patronato
y capellanía.
18. L'oña Mariana Josefa de Auñón, bautizada en San Miguel de Morón, el
303
Revista de Historia
12 de Octubre de 1714; casada en Santiago, de Alcalá de Guadaira, el 5 de Octubre
de 1739, con D. Manuel González de Sepúlveda, alcalde por el estado noble de
dicha villa, de quien fué su hijo D. Juan Antonio González de Sepúlveda y Auñón,
señor de la villa de Quer.
19. Doña Jerónima Josefa de Auñón, nacida en Morón el 15 de Diciembre
de 1716.
20. Doña Feliciana Josefa, nacida el 11 de Agosto de 1719, casada en Jerez, con
D. Francisco Suárez de Toledo, vecino y Veinticuatro de dicha ciudad.
VIII. Don Andrés Jerónimo de Auñón y Herrera, bautizado en Morón el
28 de Septiembre de 1681, Señor de los mayorazgos de su Casa; casó en
Morón, el 18 de Septiembre de 1709, con D/ Micaela Pabón de Fuentes,
viuda que estaba de D. Diego Pabón y Guzmán, hija mayor de D. Miguel
Pabón de Fuentes, marqués de Casa-Pabón, y de D.^ María Francisca Ver-
dugo y Ruiz de Alarcón. Don Andrés Jerónimo sirvió á S. M. en la guerra
de Sucesión, y sus valiosos servicios constan de certificado que le fué
expedido en el Campo de Gibraltar el 8 de Agosto de 1706; dice así este
documento:
«Don Rafael Díaz de Mendivil, Mariscal de campo de los ejércitos
de S. M. y Comandante principal de sus tropas en el bloqueo de Gibraltar.
Certifico: que D. Andrés de Auñón, uno de los caballeros nobles de la villa
de Morón, que en virtud de Real orden ha salido á servir la presente cam-
paña de 706, se ha mantenido á su costa con armas y caballo en el bloqueo
de Gibraltar desde el día 27 de Abril hasta 8 de Agosto y lo queda conti-
nuando, cumpliendo en este tiempo muy enteramente con su obligación en
cuanto se le ha mandado del servicio de S. M., dando á entender la gran-
deza de su sangre en todas las funciones que se han ofrecido y en particu-
lar en la salida que los enemigos hicieron el día 11 de Julio, en la que se ha
portado con gran valor, vigilancia y celo, siendo uno de los primeros que
se arrojaron sobre ellos, haciendo algunos prisioneros y acuchillando otros»
por cuya razón y por el gran anhelo con que se sacrifica al Real servicio le
considero digno de cualquiera honras y mercedes que S. M. (D. 1. g.) fuese
servido hacerle.>
De D. Andrés y D.^ Micaela Pabón fueron hijos:
\.° Don Alonso Félix de Auñón y Pabón, bautizado en Morón el 12 de Julio
de 1710. Como primogénito llevó los vínculos de su Casa; no casó (1).
(1) De D. Alonso se refiere su extraordinaria corpulencia en un capítulo de la Historia
de Morón, escrita por los licenciados en Medicina y Farmacia D. Juan Janer y D. Diego de
Zafra, con estas palabras, que por lo original copio:
«Por los años de 1757 vivía en Morón D. Alonso Félix de Auñón, el cual disfrutaba un
304
y de Genealogía Española.
2^ Don Miguel Antonio de Auñón y Pabón, que sigue.
3.** Doña Constanza de Auñón, bautizada en Morón el 1 1 de Noviembre de 1713;
casada con el Conde de Cedillo.
4.° Doña Manuela de Auñón, nacida el 1.*' de Enero de 1717, que murió niña.
5.° Don Andrés Félix de Auñón, bautizado el 19 de Abril de 1718.
6.° Don Francisco de Paula María de Auñón, bautizado el 23 de Mayo de 1719.
IX. Don Miguel Antonio de Auñón y Pabón, marqués de Nevares, hijo
segundo de D. Andrés; heredó la Casa por muerte, sin sucesión, del primo-
génito. Nació en Morón el 23 de Febrero de 1712, y casó en Sevilla el
27 de Septiembre de 1756, con D.^ Úrsula María Ossorio de los Ríos, Vega
y Valdés, marquesa de Nevares, bautizada en Sevilla el 18 de Agosto
de 1723, hija de D. José Ossorio de los Ríos y de D.^ María del Pópulo de
la Vega y Valdés; casó en segundas nupcias en Jerez con D."" María Virúes
de Segovia Ponce de León, hija de D. Gil Virúes y de D.^ María Ponce de
León, hija ésta de los Marqueses del Castillo del Valle; no tuvo sucesión
de este matrimonio. Falleció D. Miguel en Sevilla el año 1775, dejando por
hijos del primer matrimonio á
1.° Don Ignacio Manuel de Auñón y Ossorio de los Ríos, Marqués de Nevares,
Gentilhombre de Cámara de S. M., Señor de los Mayorazgos de su Casa. Nació en
Sevilla el 29 de Enero de 1763 y casó con D.^ Rafaela Ortiz de Zúñiga, Marquesa
de Montefuerte, Vizcondesa de Lebrija. Fué Alcalde por el estado noble de Morón
en 1783 y el 17 de Marzo del mismo año ingresó en la Maestranza de Caballería
de Sevilla, llegando á ser su Teniente de Hermano Mayor. Falleció sin sucesión
en 1804, pasando el título y mayorazgos á su hermano.
2." Don Manuel María de Auñón, que sigue.
X. Don Manuel María del Pópulo de Auñón y Ossorio, Marqués de
Nevares, Caballero de la Real Maestranza de Sevilla y de San Juan de Malta,
Teniente de Hermano Mayor de aquella Maestranza, donde ingresó el 17 de
Marzo de 1803. Casó con D.' Lorenza de Guzmán y Castilla, de los Mar-
cuantioso mayorazgo. Pesaba 22 arrobas; su natural y ordinario alimento era, después de
un abundante cocido, una pierna de carnero, un pavo y un jamón.
"Esta extraordinaria obesidad lo puso en términos de no haber caballo que pudiese
sostenerlo; tenia cupé proporcionado á su cuerpo, y estuvo privado de contraer matrimo-
nio; pocos años antes de su fa".ecimiento se halló lisiado de quebradura, con tanto exceso,
que no podía saHr de su casa, observando una dieta rigurosa por mandado de los médicos,
permitiéndole por cena únicamente un pavo y seis docenas de zorzales.
»En un vestido de terciopelo entraron cuarenta y seis varas y en las mangas doce; en
los calzones blancos siete varas de crea ancha, y en una calceta cabía una cuartilla de
trigo.
«Falleció de un garrotillo en 20 de Junio de 1757, á los cuarenta y cinco de su edad; se
invirtieron en su mortaja treinta y seis varas de sayal; la capa tenía tres varas de largo, con
siete y cuarta de ancho, y fué conducido al templo por diez y seis hombres.»
305 2*
Revista de Historia
queses de San Bartolomé y la Granja. Viudo D. Manuel Auñón abrazó el
estado eclesiástico, y D.^ Concepción Auñón y Guzmán, Marquesa de San
Bartolomé del Monte, su hija, casó con el Duque de Noblejas y murió sin
sucesión el año 1820, por lo que pasaron sus títulos á su línea materna, que
representaba el Coronel Chacón, abuelo del actual Marqués de Nevares, y
los vínculos de Auñón á D.^ María del Carmen Auñón y Ángulo, como bis-
nieta de la D." María Manuela de Auñón y Herrera, que casó con D. Fran-
cisco Manuel de Auñón y Zurita.
SEGUNDA LÍNEA
V. Don Pedro Fernández de Auñón, hijo segundo de Pedro Auñón
Romero (número IV) y de D.^ Inés Gutiérrez de Bonilla, continúa esta se-
gunda línea de Auñones, en la que se halla hoy el título de Marqués de
Pilares. Casó en Morón el 25 de Agosto de 1608 con D." Mencía de Ossorio
Morejón, natural de Ronda, hija de D.José Morejón y Chacón y D."* María
de Góngora Ossorio. Doña Mencía fué señora del gran mayorazgo fundado
por su bisabuela D."* Mencía Ossorio (1), hija de Juan Vázquez Orejón,
casada en primeras nupcias con Juan Pérez de Osuna y en segundas con
el licenciado Juan de Zarate; también gozó del mayorazgo, fundado por el
Juan Vázquez Orejón maestresala del Duque de Arcos, por escritura ante
el escribano Rodrigo de Torres y del patronato de la Capilla y entierro de
Nuestra Señora de la Antigua, que fundó en la parroquia de San Miguel de
Morón el |uan Pérez de Osuna; de él goza hoy D." Victoria de Montestruque
y Auñón.
Don Pedro Fernández de Auñón fundó un gran Mayorazgo en la parte
antigua del término de Morón, que hoy pertenece á la villa de Montellano,
aldea que fué de dicha ciudad y que empezó á poblarse con familias que el
don Pedro, fundador, llevó de la serranía de Ronda para desmontar y des-
cuajar los terrenos que iba á plantar de olivar, que son lo que hoy consti-
tuyen la hacienda de Morejón. De D. Pedro y D.^ Mencía fué hijo:
(1) Doña Mencía de Ossorio se bautizó en Morón el 24 de Enero de 1512, y la escritura
de dote para su casamiento con Juan Pérez de Osuna pasó ante el escribano Juan de Car-
mona, el 25 de Julio de 1536. La facultad Real para la fundación del mayorazgo llevó fecha
en el Pardo, el 7 de Noviembre de 1577. Juan Vázquez Orejón, hijo de Diego Ossorio y
nieto del Alcaide y Maestresala Juan Vázquez Orejón, ganó ejecutoria de su hidalguía en
Granada y se querelló en Sala de hijosdalgo de esta Chancillería, del Consejo de Marchena
por haberie agraviado no devolviéndole la sisa, como á hijodalgo notorio.
306
y de Genealogía Española.
VI. Don Juan Jorge de Auñón Morejón, Señor de los vínculos fundados
por su padre con imposición del apellido Morejón y los de D.'* Mencía
Ossorio, Juan Vázquez Orejón y del patronato de Nuestra Señora de la Anti-
gua. Nació en Ronda. Casó el 7 de Mayo de 1682, en Morón, con D." Fran-
cisca Antonia de Bohorques y Ángulo, hija de D. Juan de Ángulo Bohorques
y de D.'' Juana de Bohorques Villalón. En 1632, con ocasión de apuros de la
Corona, hizo un donativo de 800 ducados al rey D, Felipe IV, que los reci-
bió con gratitud: de éstos fué hijo,
Vil. Don Juan Ignacio Bonifacio de Auñón Morejón y Ángulo, Señor de
los mayorazgos de su Casa, Alcalde de la hermandad y Alguacil mayor del
estado noble en 1715 y 28. Fué bautizado en Morón el 17 de Mayo de 1689
casó, el 4 de Octubre de 1705, con D." Francisca Juana María de Bohorques
Villalón, hija de D. Jerónimo de Bohorques Villalón, famiUar del Santo Ofi-
cio, y de D." Antonia Blasa María de Herrera, ésta natural de Jerez y hermana
de D." Constanza María de Herrera, mujer de D. Alonso José Fernández de
Auñón, ya dicho; casó segunda vez en Morón, el 5 de Febrero de 1747, con
D.\JuanaJerónima Galeote y Santisteban, hija de D. Manuel Galeote Hur-
tado de Corcuera, vecino y Alcalde por el estado noble de Morón, origina-
rio de Baeza, y de D."* Catalina Teresa Santisteban y Casasola. De ambos
matrimonios fueron hijos:
1.° Doña Mencía Francisca de Auñón Bohorques Villalón, que casó con don
Pedro Francisco de Auñón y Auñón, como se dirá luego.
2.° Don Juan Jorge de Auñón Galeote, que sigue.
VIH. Don Juan Jorgede Auñón Galeote, Señor de los mayorazgos de su
Casa, Caballero Maestrante de Ronda, Alcalde, Regidor y Alguacil mayor
por el estado noble de Morón, los años 1765, 74 y 88. Nació en Morón y
fué casado allí el 26 de Noviembre de 1769, con su tres veces prima se-
gunda D."* Catalina Villalón Villalón, hija de D. Francisco Villalón y Agua-
yo y de D.'"* Antonia Villalón, de quienes fueron hijos:
1.*^ Don Juan Jorge de Auñón, que sigue
2.° Don Francisco Diego de Auñón y Villalón, brillante Oficial de la Real Arma-
da, nacido en Morón el 1.° de Noviembre de 1775, que sentó plaza en la Compañía de
guardias-marinas de Cádiz, el año 1790. Sus servicios los dio al público en el Dia-
rio de la Marina Gamito Riquer, en un artículo de su colección de Marinos ¡lustres.
3.° Don Manuel de Auñón y Villalón, otro ¡lustre mlütar, que prestó sus servicios
y sacrif¡có su sangre en la guerra de la Independencia; as¡st¡ó, entre otros sitios, á
las batallas de Bailen, Albuera, Talavera, Murviedro, Cascante, Tarancón, Vélez,
Mora, Consuegra; también se halló en la guerra civil, dispersó á los carlistas de
Zaldívar en la acción de Carch¡te, donde perd¡ó un ojo; murió en Morón en 1857.
307
Revista de Historia
4.° Doña Concepción Auñón y Víllalón, monja profesa en el convento de Santa
María de Morón.
IX. Don Juan Jorge de Auñón y Víllalón, último Señor de los mayoraz-
gos de la Casa, Caballero Maestrante de Ronda. Nació en Morón el 26 de
Octubre de 1772, y casó en Morón, el 22 de Enero de 1797, con D." María
Antonia de León y Vélez, hija de D. Andrés de León y Orbaneja López Pila-
res, natural de Fuentes, Caballero de la Orden de Santiago y de D.'' Gracia
Vélez y Vázquez de Mondragón, ascendientes por varonía de D. Pedro de
León y Manjón, Marqués del Valle de la Reina, ex secretario de la Real
Maestranza de Caballería de Sevilla, nuestro distinguido amigo y colabo-
rador. Murió D. Juan Jorge, en Morón, el año 1840, y enterrado en la Capi-
lla de la Antigua, á la inscripción de su lápida se le puso el dictado de
«amigo de los pobres». De éste fueron hijos:
1.'' Don Juan María de Auñón Morejón y León, que compartió el mayorazgo
con su padre y fué copatrono de la Capilla mayor del Convento de la Victoria de
Morón; casado con D.^ Feliciana Romera, natural de Carmona; fueron sus hijos:
].") Don Juan Jorge de Auñón y Romera, casado con su prima hermana doña Car-
men Vázquez de Mondragón y Auñón, vecina hoy de Ronda, con sucesión.
2.°) Doña Juana de Auñón Romera, que estuvo casada con D. José de Montes-
truque y Vernazza, hoy Coronel retirado del Cuerpo de Carabineros. 3.^) Doña
María del Carmen Auñón y Romera, casada con D. Manuel Pérez de Vera-
4.°) Doña María de los Ángeles Auñón y Romera, casada en primeras nupcias con
D. Nicolás Osuna y en segundas con D.José María de Ángulo. 5°) Doña María
Antonia de Auñón Romera, que murió soltera. 6.°) Doña María de Gracia de
Auñón y Romera, también soltera.
2." Doña Catalina Auñón y León, casada con D. José Vázquez de Mondragón,
marqués de Villasierra, vecino de Ronda, cuya hija D.'' Carmen casó con su primo,
como he dicho.
3.° Don Jorge Auñón y León, diputado á Cortes que fué en varias legislaturas,
representando á Morón, murió soltero.
4." Doña Mercedes de Auñón y León, también soltera, que hizo donación al
Ayuntamiento de Morón del ex convento de San Francisco, para instalar en él los
hospitales del Corpus Cristi, Santa Isabel y de Convalecientes.
5.° Doña Concepción de Auñón y León, que casó con D. Antonio Víllalón.
6.'' Don Manuel de Áuñón y León, que casó con D." María Josefa Víllalón y
Molner, con sucesión.
7.° Don Joaquín de Auñón y León, Gobernador civil de Sevilla y Diputado á
Cortes que fué por Morón, casado con D.' Ignacia Lesaca: es su hijo D. Juan Jorge
de Auñón y Lesaca, Caballero de la Orden de Santiago, con sucesión.
8.*^ Don Antonio de Auñón y León, que sigue.
X. Don Antonio de Auñon y León, hijo de D. Juan Jorge, nació en Mo-
rón el 15 de Marzo de 1818, y casó el 30 de Julio de 1842 conD.'^ María Josefa
308
y de Genealogía Española.
Villalón y González Caballos, hija de los Marqueses de Pilares, D. Ramón
Villalón y Tamariz y D.^ Antonia González Caballos. Don Antonio fué caba-
llero de San Juan de Jerusalén y de la Orden de Isabel la Católica, Comen-
dador de la de Carlos III, Alcalde de Morón repetidas veces, su Corregidor
y diputado provincial. En el tiempo de su administraciónn recibió la ciu-
dad diferentes mejoras, como la construcción de las Alamedas de la Carrera
y de la Puerta de Utrera, el Cementerio moderno, el ferrocarril y la carre-
tera de Pruna. Murió en Morón el 30 de Junio de 1880. Fueron hijos de este
matrimonio:
1." Don Juan Auñón Villalón, /Ibogado y Auditor de Marina honorario, casó
con D.'* Juana Colunga y murió el año 1860, sin sucesión.
2.° Don Ramón Auñón y Villalón, que sigue.
3/' Doña María Josefa de Auñón y Villalón, casó con D. Manuel Cotta y Barea:
se halla viuda.
4,"* Doña María Antonia Auñón Villalón, nacida en Morón el 19 de Febrero
de 1853, casada con el Conde de Daoiz, falleció el 30 de Junio de 1889 (1); con su-
cesión que lleva hoy dicho título.
XI. Don Ramón Luis de Auñón Villalón León y González-Caballos,
actual Marqués de Pilares, Almirante de la Armada, Consejero del Supremo
de Guerra y .Marina, Gentil-
,hombre de Cámara de S. M.»
Senador vitalicio del Consejo
de Estado, ex Ministro de la
Corona, ha sido además Almi-
rante de Escuadra y Capitán
General del Departamento de
Marina de Cartagena. Sus ser-
vicios han sido recompensa-
dos con innumerables conde-
coraciones, hallándose en po-
sesión de las Grandes cruces
de San Hermenegildo, Mérito
Naval, Mérito Militar, de la
Orden de Avis de Portugal y
de la Reina Victoria de Ingla- . ^ , », , . „ ., «,.
^ Armas del Almirante Marques de Pilares.
térra. Nació en Morón el 25 de
Agosto de 1844; casado en Madrid el 25 de Agosto de 1874 conD.'"' Antonia Co-
mes y Carrió, de noble familia menorquina. De este matrimonio tuvo por hijos:
(1) Anuario de la Nobleza de España, por F. F. de Béhtencourt, III, pág, 253.
309
Revista de Historia
1.** Doña María Josefa Elisa, nacida en Montevideo el 24 de Junio de 1875, que
casó en Madrid el 21 de Abril de 1900 con D. Antonio Rodríguez y Pedrol, de
quien tiene á D.* María y á D.^ Carmen Rodríguez y Auñón, niñas de corta edad.
2° Doña Mercedes Antonia de Padua, nacida en Madrid el 17 de Enero de 1878,
murió en la misma el 1° de Febrero siguiente.
3." Don Antonio de Padua Juan Bautista, inmediato sucesor del título, Comen-
dador de la Orden de San Benito de Avis de Portugal, Caballero de la Orden de
Leopoldo de Bélgica, Gentilhombre de cámara de S. M., Primer Teniente del
Cuerpo de Infantería de Marina, Nació en Cádiz el 9 de Septiembre de 1882.
4.° Doña María de la Asunción, nacida en Madrid el 15 de Agosto de 1884,
falleció el 10 de Mayo de 1885.
5." Doña María del Carmen, nacida en Madrid el 26 de Febrero de 1886.
TERCERA LINEA
Don Francisco Fernández de Auñón, hijo tercero de Pedro de Auñón
Romero (número IV) y de D.'' Inés Gutiérrez de Bonilla, formó la tercera
líneas de la Casa de Auñón en Morón. Casó el 24 de Septiembre de 1605
con D." Ana Catalán Ángulo Melgarejo, hija de Cristóbal Amigo y de
D."* Marina de Ángulo. Fundaron mayorazgo de sus bienes D. Francisco y
su mujer, por escritura ante Juan Núñez Saldaña, escribano de Morón, el
año 1648. Don Francisco otorgó su testamento ante Antonio de Pedroso
Villamán, el 1649. Doña Ana de Ángulo Catalán sucedió á D. Francisco
Catalán, comisario del Santo Oficio presbítero, en el Patronato del Con-
vento de Santa Clara de Morón, fundado por D." María de Orellana, viuda
de D. Juan Fernández Villalón, D."* María de Bohorques y D."" Mariana de
Bohorques, según escritura ante Luis de Madrid escribano público, en 10 de
Diciembre de 1588, y por otra en la que dieron facultad á dicho D. Fran-
cisco Catalán para que nombrase sucesor en dicho Patronato, como lo
ejecutó así en favor de D.* Ana, por su testamento, otorgado en Morón el
20 de Noviembre de 1618. Este Patronato quedó vinculado en el Mayo-
razgo que fundaron D. Francisco y D."* Ana Catalán. Testó D.^ Ana en
Morón el 19 de Julio de 1.659.
De este matrimonio fueron hijos:
1.° Don Pedro Francisco de Auñón, que continúa.
2.° Doña Luisa de Auñón Catalán, que casó en Morón el 6 de Febrero de 1632
con D. Fernando Jacinto de Zurita y Haro, vecino de Jerez, Señor de la villa del
Villar del Saz de Don Guillem, ascendientes de los Marqueses de Campo Real de
Jerez de la Frontera.
3.° Don Gonzalo Alvaro de Auñón, clérigo capellán, que testó ante Juan de
Mata el 1647 (fol. 313).
310
y de Genealogía Española. _
VI. Don Pedro Francisco de Auñón Catalán, hijo mayor y sucesor en
los vínculos fundados por sus padres y en el Patronato del Convento de
Santa Clara de Morón; bautizado allí el 18 de Febrero de 1620, casó en
Jerez de la Frontera el 11 de Marzo de 1672 con D.' Ana de Zurita, su so-
brina, hija de D. Fernando Jacinto y D.'' Luisa de Auñón, su hermana, ya
Don Pedro fundó Capellanía en la Parroquia de San Miguel de Morón, el
28 de Abril de 1663, y testó en 1680 ante Pedro Martínez, escribano pú-
blico de Morón.
De este matrimonio fueron hijos:
1.° Don Francisco de Auñón y Zurita, Alcalde por el estado noble de Morón
en 1699.
2.° Don Pedro Francisco de Auñón, que sigue.
3.° Doña Mariana Josefa de Auñón, que casó en Jerez el 26 de Noviembre
de 1694 con D. Alvaro de Zurita, ascendientes de los Marqueses de Campo Real
VII. Don Pedro Francisco de Auñón y Zurita estuvo casado con
D." María Manuela de Auñón, hija de D. Alonso José Fernández de Auñón
y de D."" Catalina Gil de Ledesma, como ya dijimos, celebrándose la cere-
monia en Morón el 27 de Enero de 1696.
De este matrimonio fué hijo
VIII. Don Pedro Francisco de Auñón y Auñón, que en 8 de Julio
de 1733 casó con otra de su varonía llamada D."" Mencia, hija de D. Juan
Ignacio de Auñón Morejón y de D." Francisca Villalón, de la segunda Casa
de Auñón, como se ha visto; de éstos fué hijo
IX. Don Juan María de Auñón, el que fué casado en Morón el 6 de
Noviembre de 1769 con D."* Joaquina de Ángulo Villegas, hija de D. Fran-
cisco de Ángulo Pabón y de D."^ Ana de Villegas. De este matrimonio fué
hija única
Doña María del Carmen Auñón y Ángulo, bautizada en Morón el \° de Julio
de 1779, que casó en Morón el 2 de Abril de 1796 con su primo D. Ignacio de
Torres Villalón, Conde de Miraflores de los Ángeles, hijo de D. Tomás, Conde del
mismo título. Esta señora fué poseedora, por fallecimiento de su padre, de los Ma-
yorazgos de D. Francisco Fernández Villalón, y desde el ano 1820, por falleci-
miento y terminación de la línea del Marqués de Nevares, sucedió también en el
fundado por Pedro de Auñón Maldonado; asimismo fué patrona y administradora
del fundado por el licenciado D. Pedro Gon^.ález de Orellana, del Convento de
Santa Clara y de los demás fundados en la primera Casa de Auñón. Falleció doña
María del Carmen el 24 de Abril de 1837, y el Conde de Miraflores el 24 de Abril
de 1852. Con esta Señora damos fin á esta sucinta relación de tan ilustre linaje.
Juan Moreno de Guerra.
311
Revista de Historia
DOCUMENTOS INÉDITOS
funciones públicas en Ifíallorca.
AUTO DE FE (10T5)
Es, sin duda, nota carecterístlca de la Nobleza mallorquína la manera
fastuosa y siempre correctísima cómo realizaba toda clase de fiestas y fun-
ciones públicas, no solamente cuando las verificaba aquélla como entidad,
sino también cuando tomaba parte en las que acostumbraba celebrar la
ciudad ú otro cuerpo preeminente de esta capital y reino.
Ya de antiguo nuestro rey D.Jaime III de Mallorca, en 1336, dictó las
célebres ordenaciones Promulgatio constitutionum siue ordinationum
aique legum, editar am per illustrissimum Dominumjacobum //(sic) Regem
Majoricarum, comitem Rossilionis et Ceritanice atqiie Dominum Montispe-
lerii, super bono stata, regimine atque ornata etjustitia sacrce suce Domas
Regice, para el gobierno y esplendor de su Casa y Corte, que fueron indu-
dablemente y sirvieron de norma para los distintos actos y ceremonias
públicas en la Ciutat de Mallorca (Palma), que se realizaban en posteriores
tiempos, ya incorporado este Reino á la Corona de Aragón, después de 1,433
y tal vez base, según opinión de Piferrer', para dictar las suyas el monarca
aragonés D. Pedro IV, el Ceremonioso.
El cuerpo de la Nobleza de Mallorca, compuesto, como es sabido, por
los dos brazos de Caballeros y de Ciudadanos, obtuvo en distintas épocas
de sus Reyes propios y de los de Aragón y de España más tarde, diversos
privilegios y franquicias, legislando algunos sobre el modo y forma de rea-
lizar distintas funciones, y erigida en 1460 la ilustre Cofradía de San Jorge,
formada por individuos de uno y otro de los brazos citados, ella fué, en las
diferentes épocas que subsistió, la directora y organizadora de la mayor
parte de las fiestas y actos públicos que acostumbraba celebrar anualmente
y en conmemoración de extraordinarios acontecimientos (1).
(1) De la lápida de San Jorge, de Mallorca, y de las funciones que realizaba tuve oca-
sión de liablar en el capítulo II de mi libro Alistamiento Noble de Mallorca del año 1762,
que publiqué en Diciembre del próximo pasado año 1911. (Palma de Mallorca.)
312
y de Genealogía Española.
Por demás sabido es cómo recibía la Ciutat de Mallorca á sus Reyes y
Príncipes y de la manera cómo celebraba con espléndidos festejos toda
clase de sucesos faustos.
De cómo obsequió en 1472 al Cardenal D. Rodrigo de Borja, legado
Pontificio á la Corte de Don Enrique IV de Castilla, después Obispo de la
diócesis de la misma Isla, y, por último, Papa Alejandro VI, minuciosa-
mente detallado aparece en la relación inédita de tal visita del notario ma-
llorquín Pedro Segura (1), que tuve la satisfacción de encontrar en uno de
los libros del Archivo de la antigua Curia de la Consignación de esta Ciu-
dad y Reino y que forma hoy parte del de mi cargo de la Excma. Diputa-
ción Provincial de las Baleares, y de la manera cómo se agasajó al Empe-
rador Carlos V, en 1541, se habla extensamente en E' Libre de la bena-
uenturada vingada del Emperador y Rey Don Carlos en sua ciutat d
Mallorquesy del recebiment que lifonchfet.Juntament ab lo que mes sucebi
fins al dia que partí de aquella per la conquesta de Allger.
Establecida en Mallorca la Inquisición hacia 1487, no sin enérgicas pro-
testas de sus moradores, exteriorizadas por medio de los Jurados y Grande
y General Consejo del Reino, en distintas comunicaciones á los Soberanos,
aclimatóse, no obstante, en relativo poco tiempo en la Isla, y de su Tribu-
nal y familia, á los contados lustros de implantada en ella, formaban parte
buen número de caballeros de la Nobleza y de influyentes personas de las
más distinguidas clases.
El documento que ofrecemos hoy á los lectores de esta revista, copiado
literalmente de un Noticiario manuscrito que los comprende de distintas
centurias, de carácter general por referirse á funciones que con más ó
menos diferencias realizaba el Santo Oficio en toda España, y en Mallorca
desde 1490; refleja, sin embargo, y da una idea bastante clara de las eti-
quetas y ceremonial en boga y uso entre la alta sociedad y Nobleza ma-
llorquína durante la segunda mitad del siglo XVII, época esplendorosa de
la misma y origen de muchos palacios y casas señoriales que aun hoy día
se conservan con otras de anteriores centurias y que forman el distintivo
más peculiar de la capital y vieja corte del antiguo Reino de Mallorca.
José Ramis de Ayreflor y Sureda.
Palma de Mallorca.
*
* *
(1) La publiqué en el núm. 361 del Bolleti de la Societat Arqueológica Laliana, de
Palma de Mallorca, correspondiente al mes de Abril de 1910.
313
Revista de Historia
Dice asi el referido documento:
«Estando sepultado en el sepulcro del silencio por el que obseruan los minis-
tros deste Secreto (que assí ha de ser) y por este en el de la ignorantia en los
vecinos desta Ciudad y Reino, el que se hubiese de celebrar Auto General de fée,
y hauiéndose aplasado día fixo para ello el día de domingo que contáuamos á 13
de Jenero deste pnte. año de 1675: á 12 de Xbre. 1674 por la mañana, salió de las
Casas desta Inq.n el D/ D." Juan Bautista üesbach, Canónigo decano de la
S.ta Iglesia y Promotor Fiscal deste S.t» Off.o; asistido y acompañado de Pedro
Antonio Qaforteza, Receptor desde S.to Off.», D." Manuel Ximénez de Sotomayor,
Secretario, D." Juanote Desclapes y Montornes, Contador, officiales todos titula-
dos, con acompañamiento de carrozas se condujo al Castillo, en donde tienen su
lUma.ma del S.r Virrey su habitación, y hauiéndose dado aud.a entraron en la pieza
y sentados; el dicho fiscal le puso en noticias de parte del S.to Tribunal, de la
resolutión hauía tomado en celebrar dicho Auto General, y le suplicó fuesse seruido
assistir, illustrar y autorizar tan venerable funtion; y de allí se passó al Palatio del
lllmo.mo y R.mo Señor D.n Bernardo Cotoner, Arz o Obispo desta Diócesis para el
mismo efecto, y después se fué á las Casas de la Ciudad en donde halló en ajunta-
miento Su SM de los Mag.cos Jurados desta Ciudad y Reyno y pasó los mesmos
officios, y vltimamente se fué á la SM Iglesia en donde en el Aula Capitular halló
juntos al Muy Ill.tre y R.d Cauildo della y hizo la misma función, respondiendo
así dichos lll.mos Señores Virrey y Arz.o Obispo, S.cs Mag.cos Jurados y Muy
Ill.e Cauildo con grande alborozo de semejantes notticias, dando las gratias al
S.to Officio y que acudirían y asistirían con sumo gusto, por ser dicha funtión tan
del seruicio de entreambas Magestades y Beneficio público deste Reyno recono-
ciendo con católico zelo ser dicha asistentia vna de sus mejores y más precissas y
no menos sagradas obligaciones.
»Y en este tiempo el D.r Gabriel Fábregues, Secretario desta Inq." y Canónigo
Penitenciario de la SM Iglesia, conbidó para dicho effecto al S.r Regente y demás
Hoidores de la Real Aud.a
»Conbidóse así mesmo á todos los prelados de todas las religicnes asta al Prior
del Conuento de la Real, por ser muerto su Abat y al Prior de la Cartuxa, que dista
desta Ciudad más de dos leguas.
»Y dando la buelta el dicho Fiscal con asistencia de dichos Ministros para las
Casas desta Inq.n y dado quenta al S.r Inq.or el S.r D, Fran.co Rodríguez Cosío y
Barreda, de lo referido, mandó dicho Señor saliessen de dichas Casas de la
Inq.n gran número de familiares y ministros deste S.to Off.o todos á cauallo llenando
sus cruces pendientes en el pecho y en sus capas bordadas, precediendo clarines
y atabales, rematando dicho paseio D.n Manuel Ximenes de Sotomayor, Secretario
deste Secreto, muy de gala y su cauallo ricamente encajesado, á la derecha de
Domingo Ferragut, Teniente de Alguacil mayor deste S.to Off.o; y se conduxeron
en los lugares acostumbrados, en los quales se publicó é hizo notorio el Pueblo el
día que se celebraría el dicho Auto General de fée, y luego se despachó por todos
los lugares deste Reyno para el dicho effecto.
» Seguido esto, se trató de dar principio á la fábrica de los tablados así del solio
para el Tribunal como también para los altares, que fueron tres en triángulo, y el
de los reíos y lo demás conveniente para el dicho Auto; haciendo los demás Ma-
gistrados lo mesmo á su costa; y para los demás que la Ciudad los franquea este
ossequio tan devido, siendo conbidadas con ministros y por parte del Tribunal.
314
' y de Genealo8\a Española.
»Y aunque es verdad que en los autos generales antecessores y en el de 1645,
que es el último que se ha celebrado, concurrió tan solamente la familia deste
S.to Off.o , se tomó resolución de conbidar á la Cavalleros que no lo eran, y para
ello se valió el S.to Off.o de las personas de D." Fran.co Cotoner, Capitán de la Fa-
milia deste S.to Off.o y de D." Pedro Veri, Cavallero Familiar; los quales de parte
del Tribunal conbidaron á toda la Nobleza de cualquier edad, para que se sirvies-
sen concurrir la víspera antes del día del Auto, en la processión, con sus atxas,
para dar culto con ellas á la S.ta Cruz verde, insignia peculiar deste Tribunal S.to,
y el día del Auto se sirviessen venir á cavallo y asistir y acompañar al S.r Inq.r hasta
la plaza del Borne desta Ciudad, en donde se hacía la funtión.
»Asi mesmo se convidaron 12 Cavalleros Familiares según estilo, que fueron:
D.n Pedro Veri, D." Jorge Fortuny, D." Gaspar de Puigdorfila, del Hábito de San
Tiago, Miguel Serralta, Antonio de Veri, D." Juan Gual y Qanglada, Miguel Fuster
Nadal, D." Miguel Ferrandell, Gabriel do Berga, del Hábito de S.an Tiago, Joanote
Desclapes, Pedro Antonio Qaforteza, D." Nicolás S.ta Cilia, del Hábito de Calatrava,
para que con sendas razas verdes y en el remate de ellas su escudo de bronce do-
rado con las armas del S.to Off.o , fuessen regidores y hiciessen que andassen en
la forma debida los que concurrieran en la dicha processión, y el día del Auto por
la mañana cuydassen assi mesmo de componer los familiares y demás nobleza que
entrarían en el congreso de dicho paseio de á cavallo, y al llegar éste á la plaza
del Borne y hauiendo desmontado adelantándose algún tanto dichos 12 regidores
cuydassen de aposentar á sus lugares á los que hauían acompañado; y siendo assi
que jamás hauía sido mayor el número de los dichos 12 regidores, hauiéndose
acrecentado el de los concurrentes, que son los caualleros no familiares, pareció
señalar cuatro más destos para regidores, que fueron el Conde de Montenegro,
D.n Pedro Forteza, Cauallero de la Orden de S.njuan, Comendador de Bermens,
Sistory y Siscarciay, Governador de las Avernas, y Presid.te que fué por Su Mag ^
de la Provincia de Catanssano, en el Reyno de Ñapóles, D." Jorge S." Juan, Cava-
llero del Hábito de S." Tiago, Governador que fué en ínterin de la Isla de Ibiza, y
D.n Fran.co de Pueyo, del Hábito de Calatrava.
' Conbidóse para llevar el Estandarte de la fe en dicha processión el susodicho
D.n Fran.co Cotoner, sobrino del S.r D.n Bernardo Luis Cotoner, Canónigo de la
S.ta Iglesia, que fué Visitador de la Inq.n de Sicilia y Inq.or de todas las Inquisicio-
nes de la Corona de Aragón, hermano del D.or D.n Marcho Antonio Cotoner, Canó-
nigo desta S.ta iglesia, Cansiller por Su Mag.d que fué deste Reyno de Mallorca y
Inquisidor del S.to Off.o de la Inq.n del Reyno de Sicilia, en cuyo ministerio feneció
su vida, y assi mesmo hermano del dicho Ill.nio y R.mo s.r D.n Bernardo Cotoner,
Arz.o Obispo desta Diócesis, y de la gloriosa memoria del Em.mo D.n Raphael Co-
toner, Gran Maestre de la Religión de S.njuan de Jerusalén, y del Em.mo s r D.n Ni-
colás Cotoner, Príncipe del Gozo, Gran Maestre de dicha Religión al presente.
»Conbidóse para llevar la Cruz Verde en dicha processión al D.n Diego Descla-
pes y Montornes, Canónigo de la S.ta Iglesia, Consultor deste S.to Off.o y Ordina-
rio por el Ill.mo y R.mo S.r Arzp.o de Tarragona, en orden á la Isla de Ibiza por ser
territorio del distrito desta Inq n ,
íY para que las calles estubiessen limpias por donde hauía de passar, lo comu-
nicó dicho S.r Inq.r al fiel Mostasen, ministro universal á quien peculiarmente toca-
y lo mandó y executó con toda puntualidad, y hauiendo auisado de parte del Tri-
bunal y por sus ministros á los vecinos por donde hauía de passar, entoldassen pa-
redes y ventanas en culto de S.ta Cruz, lo hicieron con toda voluntad y devoción.
315
Revista de Historia
» Encomendóse asimismo á D.n Pedro Antonio Qaforteza, Receptor deste
S.to Off.o para que tubiesse por bien de que corriesse á su quenta el entoldar el
frontispicio de las Casas de la Inq." y todo el circuito de su plaza, lo qual á su
tiempo lo paró en execución como Cauallero y Ministro, adornándolo muy rica-
mente de tapicasias preciosas y quadros primorosíssimos, arqueando sus bocaca-
lles, que todo hacía una ermosa prespectiva, y en ella en modo muy decente se
puso el retrato del Ex.mo S.r Obispo Inquisidor General del S.r Valladares, que el
dicho Fiscal de la Inq." solicitó e hizo traer de la Corte.
»En este tiempo inbió el susodicho Señor Virrey como á Capitán General con
recado al S.r Inq.r con D " Vicente Mut, Sargento mayor por Su Mag.d Ingeniero
mayor y Cronista deste Reyno y á Jayme Despuig y Gual, Capitán de cauallos,
ofreciéndole una Compañía de infantería de 200 hombres y otra de cauallos, y que
quedauan á su orden para que dispussiese dellas como pareciesse en orden á la
función del dicho Auto, y que el dicho S.r Inq.r diesse el nombre para las guardias
de la ciudad aquellas dos noches, y les hizo así á su tiempo.
» Llegado el plazo de la víspera del día del Auto á las dos de la tarde acudieron
todas las Religiones y Parroquias desta Ciudad con su clerisía, abisadas para ello,
las cruces cubiertas de vn belo de seda morado, á las Casas ce la Inquisición, y
toda la Familia y demás Nobleza que no lo era, que estaua para ello conbidada y
abisada, y los susodichos 16 Caualleros regidores junto con el Licenciado Bartho-
lomé Liado, presbítero, beneficiado en la Seo y honesta person i desde S.t» Off.o ,
de quien se hauía echo nombramiento para maestro de Seremonias (hauiéndolo
sido de la S.ta Iglesia muchos años) en todo lo conueniente á lo eclesiástico y es-
piritual de dicho Auto; empezaron á dar principio á que saliesse y se compusiesse
en la forma deuida la dicha processión, dando principio los regulares y las Parro-
chias con sus cruzes y clericias y después el Estandarte de la Fe, imbitando baxo
deste toda la Familia deste Reyno según sus antigüedades, y entre los ministros
attendiendo á las graduationes de los officios que en ella ocupan, y demás nobleza
que no es de la dicha familia, y á lo vltimo el dicho D.n Diego Desclapes, vestido
con alba y pluvial de tela de oro riquísima, en medio de dos asistentes, honestas
personas deste S.to Off.o , todos con pluviales morados, que llevaba la Cruz Verde,
y al tomarla del altar de la dicha Capilla de la Sala de la Audiencia deste Santo
Officio, los mússicos de la Capilla de la S.ta Iglesia entonaron el himno Vexílla
Regís, á canto de órgano, acompañándola el S.r Inquisidor y el Secretario Canónigo
hasta las puertas de la Inquisición con sus velas; dando remate á dicho Congreso
eclesiástico el dicho D.r D.n Juan Bautista Desbach, Promotor Fiscal, ladeado á la
drecha del susodicho D.n Manuel Ximenes de Sotomayor, Secretario, y el dicho
Canónigo, Domingo Ferragut, Teniente de Alguacil mayor, y caminando, es á saber,
todos los que concurrían con atxas en las manos execto los Calificadores que lle-
uauan sus velas de á libra que dicho Fiscal cedió á su costa, con la buena direc-
ción de dichos regidores por las calles estiladas, cantando siempre los músicos de
la Capilla de la S.ta Iglesia el spalmo del Miserere á 3 coros, que exitaua los ánimos
de los fieles á toda deuotion; llegó dicha processión en la dicha plaza del Borne, y
hauiéndose subido á los tablados todos los que hauían concurrido en dicha proce-
ssión con sus atxas encendidas estaua todo aquell círculo coronado de luces for-
mando vna ermosa prespectiva, y subido que fué el que lleuaua la Cruz para colo-
carla en el altar de en medio y el dicho Promotor Fiscal con los que le asistían
arrodillado á las gradas de dicho altar, al punto que se enarboló la Cruz en él vna
Compañía de 200 hombres que estaua aguardando dicha funtión y puesta en orden
316
y de Genealogía Española.
en la dicha plaza, en culto y ueneratión de la dicha Cruz, saludaron y dieron la
carga de moscataria assiéndole la salua y hauiendo dicho el que lleuaua la Cruz
la orazión, se acabó la processión y se fueron cada vno á su Combento, Isglesias y
Casas.
Después velaron la Cruz aquella noche 12 religiosos que quedaron, quatro de
S.to Domingo, 4 de S." Fran.co y ¡os restantes de la Religión de nuestra S.ra de las
Mercedes, redempión de cautiuos, estando los tres altares muy ricamente adorna-
dos, con sus blandones y luces de plata, los quales á las 12 de la noche comenza-
ron á cantar los maytines y laudes como si estuvieren en su coro en día solemne,
alternando los versos con la música del órgano con toda solemnidad; y acabada
esta functión comenzaron á celebrar el S.t" Sacrificio de la Misa en los tres altares
en vn mesmo tiempo y successivamente al mesmo compás sin parar hasta que lle-
garon los reios muy de mañana en su tablado que estaua fabricado al lado del
dicho altar triangular.
-^Por la mañana oras antes de amanecer, ya los 16 dichos caualleros regidores
se hallaron en las Casas de la Inquisición, y á las seis de dicha salió la Cruz de la
Parrochoquia de San Nicolás, en cuyo distrito se hallan las Casas de la Inquisición,
con su clericia, á quien seguían treinta y tres reios inclusiue con seis estatuas, y por
remate vn judío pertinas. cada vno con sendos familiares al lado, y éstos en medio
de dos arcabuseros, con cabos de cuerda ensendidos, de la dicha Compañía de los
200; y en este tiempo que iban saliendo, los dichos caualleros regidores trataron
de hasser venir de diferentes puestos no muy lexos de las Casas de la Inq." que á
tropas estauan diuididos, según la graduación de sus estandartes con la familia y
demás Nobleza, y con esto dieron principio al paseo do acanallo, vestidos todos
los de la línea inferior lo más decente que pudieron, y la Nobleza bistiendo y arras-
trando galas, feriando costosas libreas á sus lacayos, y los caualios ricamente enca-
jesados, siendo en número los que componían este congreso mucho más de quatro-
cientos, concurriendo muchos de muy tierna edad, que parece que la deuoción con
que asistían á tan reuerente functión les afiansaua la seguridad de todo peligro. É
inmediatamente después de los dichos reos sequíanse tres clarines vestidos todos
con sus ropones y sus gorras de color verde, según se estila en las fiestas de mayor
ostentación, y después quatro caualios y los que les montauan vestidos de la misma
suerte, que tocauan los atabales á compás y con muy linda orden, y luego venía la
Familia y demás Nobleza; y hauiendo hido caminando poniéndolos en orden los
dichos caualleros regidores, en este tiempo el S.r Inquisidor dio orden á dos Caua-
lleros Familiares D." Fernando Mox y Priam de Vilallonga, Cauallero del Hábito de
Calatraua, paraque fuessen al S.r Virrey de parte del Santo Tribunal, representán-
dole que quando Su 111. '"a gustase de venir el dicho Señor Inquisidor y sus Minis-
tros estauan aguardando; y para el mesmo effecto fueron inbiados otros dos,
D.n Gabriel Fuster y D.n Francisco Gual, á la Señoría de los Magníficos Jurados: Y
sería cosa de las 7 quando llegaron los susodichos, el IlL^o S.r Virrey vestiendo
mucha gala y adornado con cadena de oro de mucho valor, su cauallo ricamente
encajesado, y demás Magistrados llegaron á las Casas de la Inquisición y entrando
en su patio hallaron al dicho S.r Inquisidor que estaua ya montado á cauallo y
aguardaua estando vestido sin apartarse de lo serio muy lucida y decorosamente,
y la muía en que montaba adornada con su palafrén de terciopelo morado guarne-
cido alrededor de seda del mesmo color y ilo de oro, siendo de la misma materia
las borlas y las riendas; y poniendo el dicho Ill.mo s.r Virrey y el Mag.co Jurado en
Cap al dicho S.r Inquisidor en medio empezó á dar camino el dicho Promotor Fis-
317
Revista de Historia
cal lleuando el Estandarte de la Fée, que por ser imposible lleuar el otro por lo
pesado, usando hazer aposta con las armas del S.to Off.o y ensima del escudo la
Tiara y Corona, que estaua muy dono y rico, y la muía en que montaua muy rica-
mente adornada con su palafrén de terciopelo negro, las borlas y riendas y demás
cordones de la mesma calidad y color, y pasa los cordones á la drecha D.n Leo-
nardo Qaforteza, Cauallero Familiar, del Hábito de Alcántara, y á la otra parte el
susodicho D." Francisco Cotoner, á quien seguían el susodicho D." Diego Descla-
pes. Ordinario por el susodicho Ill.mo S.r Arzobispo de Tarragona, y á los lados á
la drecha el dicho D.n Antonio Forteza, Receptor, y el dicho Canónigo y Secreta-
rio Fábreques, y después el P. M. Fray Joseph Mesquida, de la orden de San Agus-
tín, y Ordinario del susodicho lll.mo Sj D." Bernardo Cotoaer, Arzp.o Obispo desta
Diócesis, á quien lleuaban en medio dos prebendados de la SM Iglesia, embiado
para dicho effecto el Doctor Antonio Ripoll y el Doctor Bernardo Roger, dando
remate á este paseo de acauallo el dicho Sj Inquisidor en medio de los susodichos
Ill.mo S.r Virrey y Jurado en Cap, lleuando de escolta y por retaguardia vna Com-
pañía de cauallos forzados con sus escarabinas leuantadas, cuyo Capitán era el
Señor Jaisme Desputx^ con título de Su Mag-d; y hauiendo andado por las calles
estiladas en semejantes functiones llegaron á la plaza del Borne cerca de las ocho
y media, y desmontados los dichos caualleros regidores trataron que despejase la
gente que ocupaua las gradas en donde hauían de estar sentados la Familia deste
S.to Off.o y demás Noblesa, y estando los dichos en su lugar al mesmo tiempo se
subieron los Magistrados á ocupar los suyos, es á saber: el S.r Inquisidor en su
silla de terciopelo carmesí baxo el dosel, con sus almoadas de lo mismo, el S.r Vir-
rey en su ventana, y los demás en sus tablados, y la SM Iglesia, para ello fabri-
cados.
Inmediatamente se hizo el juramento de defender N.a SM Fée Católica y lo
anexo á él por el Ill.mo S.r Virrey y demás Magistrados y no menos del pueblo según
y como se estila, y luego se dio principio á la Missa que cantó el P. V. Jayme Juan
Vives, Religioso de N.a S.ra de las Mercedes, Lector jubilado, Maestro en su Reli-
gión, Comendador en su Combento, Consultor Calificante desde S.to Offo, asís
tiéndole por ministros de diácono y subdiácono dos religiosos de su Orden, así
mesmo honestas personas del Tribunal, y hauiendo la Capilla de la SM Iglesia can-
tado el Introito y los kyries, y dícholos en el altar el celebrante se sentaron los mi-
nistros del altar, y hauisado por el dicho maestro de ceremonias el R.^o P. Pedro
Rotx, de la religión Dominicana, Maestro de su Religión, Vicario General y Visita-
dor que fué por el Iltm» Ministro General de su Religión dos años de todos los
Conuentos deste Reyno, Consultor Calificante deste S.to Offo, paraque fuesse á
predicar, y hauiéndose hecho la adoratión á la SM Cruz del altar, al S.r Inquisidor,
Ilt.mo s.r Virrey y demás magistrados, decentemente acompañado llegó al pulpito
y subido en él comenzó el sermón saludando después de la Ave María diciendo
lítmos defensores de la fée; predicó cosa de quarto y medio tan docta y erudita-
mente y tan del caso como de sujetasso tan grande y no menos ministro se podía
aguardar; y luego se dio principio á leer las sentencias de los Reíos, y cerca de
las 12 del día se leió la del judío pertinas y rebelde en su reprobada ley, y después
desta se prosiguió en las demás, y á cosa de las dos y media se hizo por el suso-
dicho D.n Manuel Ximénez de Sotomayor, Secretario, y demás ministros necessa-
rios deste S.to off.o la relaxación del dicho judío al dicho S.r Virrey y Hoidores de
la Rl. Audiencia, siendo así que en su sentencia el Tribunal S.to intercedía para los
dichos Jueces seglares osasen con el susodicho de clemencia y misericordia, y ha-
318
y de Genealogía Española.
ujendo estado el dicho judaizante asistido y perennemente y ladeado de personas
doctas religiosas, que con su doctrina y zelo católico procurauan con toda solicitud
se redugiesse á la verdadera ley euangélica de Jesu Cristo S.to nuestro, y hauiendo
los dicho Jueces suspendido algún tanto el proferir la sententia para ver si tendría
lugar la conuersión de aquella alma, y viendo que permanecía en su pertinancia,
echaron el fallo de que fuesse quemado viuo, y fué licuado por ministros reales al
valle de la puerta de Jesús, en donde subido que fué al brasero, predicándole siem-
pre las dichas personas religiosas de diuersas religiones hasta en sima del mismo
brasero, y como este reio pérfido judío estaua apoderado del demonio, así en el
corazón como en la boca, ya más habló palabra que importasse quererse reducir á
nuestra S.ta Fe, y pegado lumbre á la leña empezando las llamas á abrasarle, dixo
con toda quietud de ánimo (á su parecer) Adonai gran Dios de Isrrael ay de mi si
ha venido y ay de vosotros si no ha venido: que fueron las vltimas palabras que
pronuntió, y abrasado de las aspas se resoluió en senizas.
»A las once del día el dicho Fiscal costeó la comida á toda la Familia y á la
demás Nobleza que no lo era, y en los entresuelos de la Casa tubo siete mesas
juntas con manteles de 44 palmos y 30 tabuletes porque cupiera mayor número, y
desde el Sj Inquisidor y los demás de 30 en 30 fueron baxando á comer, y fueron
7 mesas de á 30 en cada una, y la comida fué abundantísima, con vinos regalados
annexos de todas maneras y provas, y á la tarde aguas regaladas, limonada, canela
y otras; y hauiendo rematado en el leer las sentencias el dicho S.r Inquisidor se
vistió con su sobrepelis y estola, y tomando el libro de oficio en las manos en
donde estaua la forma de dar la absolución á los reíos, y una honesta persona alum-
brándole con una palmatoria de plata, y hauiendo uenido de su tablado los reíos al
del solio del Sj Inquisidor y salido quatro pajes, dos del dicho Sj Inquisidor y dos
del SJ Promotor Fiscal con sendas atxas encendidas y hauiendo echo la cortesía al
dicho Sr Inquisidor á los S.cs Virrey y demás Magistrados, ocuparon las quatro
esquinas del dicho solio para autorizar tan uenerablefunctión, y el dicho S.r Inqui-
sidor dio la absolutión á los reíos, á los suspechosos de leui primero y luego á los
de veementi y últimamente á los deformati, y en la misma orden adjuraron según
la suspecha en su línea, y en el ínterin se resaua el salmo del Miserere por el
dicho S.r Inquisidor, alternando los versos con las honestas personas que estauan
presentes, y en el mismo tiempo los músicos de la Capilla de la SM Iglesia estauan
al lado del altar donde se celebraua el S.t» Sacrificio, cantauan á canto de órgano
el mesmo salmo del Miserere, y rematada esta functión el Preste entonó el Tedeum,
prosiguiéndolo los dichos músicos, y luego se descubrieron las cruces Verde y del
Estandarte de la Fee y de la dicha Parroquia y tocaron las trompetas, clarines,
atambales y schirimías, y todo en su mesmo tiempo en señal del gozo y contento
que mostraua tener la Isglesia de uer reducidos á su gremio á los que estauan
fuera dél, de que antes mostraua tristeza; el dicho S.r Inquisidor con su gran chris-
tiandad, zelo católico, doctrina y con deseo f eruorosíssimo como de tan gran Minis-
tro de la saluación de las almas de los dichos reíos los hizo una plática espiritual
amonestándoles quanto les importaba caminar por el camino de la virtud, olui-
dando y apartándose del todo de los errores y delitos en que hauían caído. Se uol-
uieron los reíos á su tablado y gradas, quardándoles Jayme Mas, Alcalde de las
cárceles secretas deste S.to Off.». y Baltasar Mas, Familias y su ayudante: se pro-
seguió la missa siruiendo en ella y respondiendo los dichos músicos, y acabada la
dicha missa los dichos reos ofrecieron sus velas al pie del altar al celebrante, y
con esto tuuo fin el dicho Auto General.
319
Revista de Historia
>Y luego hauiíndose alzado de su silla el dicho S.r Inquisidor tubieron por bien
á venir á buscarle el susodicho IlLi^o Sj Virrey, Ill.es Mag.cos Señores Jurados y
demás magistrados, y diéronle las gratias por hauerse selebrado dicho Auto Gene-
ral sin hauer sucedido desgratia ni pendentia alguna á la vista del numeroso pueblo
desta Ciudad y de los que hauían venido de los lugares de todo este Reyno, que
aseguran algunos curiosos que alcansaríaa el número de quince mil almas los que
hauían venido de fuera por ser tan del servitio de entreambas Magestades Divina
y humana, mayor exaltación de N.» SM Fee, estirpatión de la heregía é herética
prauedad y apostasía y benefitio público deste Reyno Y fueron asistiendo, hon-
rando y autorizando al dicho SJ Inquisidor acontemplatión de lafunctión deaquell
día, ladeándolo los dichos Ill.mo S.r Virrey y Jurado en Cap, acompañándole hasta
el cotxe, no obstante el dicho S.r Inquisidor reusó la aceptatión de dicha honrra, y
entrando en el cotxe de aquatro junto con el dicho S r Promotor Fiscal con quatro
pajes con sus atxas sendos, dos de cada uno, se fueron á las Casas de la Inquisi-
ción llevando por retraguardia una tropa de la Compañía de los cauallos forzados
de orden de su Capitán venían acompañando al dicho S.r Inquisidor, y aquella
noche quedó la S.ta Cruz en su mismo altar, y 12 religiosos que la velaron can-
tando los maitines y laudes y demás oras menores; á la mañana á las nuebe del día
hauiendo acudido á dicha plaza del Borne Conuentos, Parroquias con sus cruces
descubiertas. Familiares y demás Nobleza, con sus atxas, los susodichos Caualle-
ros Regidores trataron de componer y poner en forma la procesión, en la mesma
que la víspera antes del dicho Auto, para acompañar la S.ta Cruz Verde y colocarla
en el altar de la capilla de la Sala de Audientia deste S.to Off.o. y estando todas las
calles por donde pasaua dicha processión, ventanas y paredes ricamente entolda-
das, cantando la Capilla de dichos músicos sin cessar á canto de órgano á tres
coros el susodicho salmo del Miserere, llegaron á las Casas de la Inquisición y á su
puerta hallaron el dicho S.r Inq.r y el dicho Secretario y Canónigo Fábreques, con
sus velas ensendidas, y tomando la drecha el dicho S.r Inquisidor al Fiscal que
remataua la dicha processión, acompañaron la Cruz hasta que fué coUocada en el
altar de la dicha Capilla de la Sala de la Aud.a. y dicha por el que la lleuaua la ora-
tión se dio fin á dicha processión y todos se boluieron á sus Iglesias, Conuentos y
casas: y el mesmo día salieron de las Casas de la Inq." 18 de dichos reíos, caualie-
ros en un asno en una albarda, desnudas las espaldas, y en el discurso de las calles
acostumbradas se les dieron á cada uno cien azotes, llenando en medio el susodi-
cho S.r D.n Manuel Ximenes de Sotomayor de Alguacil Mayor, y bueltos á las Ca-
sas de la Inq.n se dio fin y cumplimiento á la tarea del dicho Auto General de fee
y sus dependientes.»
320
y de Genealogía Española.
ieirias ie los selores CoMes de Lerí
(CONTINUACIÓN)
CAP. VI
HIJOS Y MUERTE DE LOS PRIMEROS CONDES DE LERÍN
'(Del matrimonio de Luys de Beaumont, y Doña Juana de Navarra su muger fue-
ron hijos legitimos, D. Luys de Beaumont, que les succedió en sus Estados, y Offi-
cios, D. Juan, D. Carlos, D. Phelipe, y Doña Ana de Beaumont; y de ellos solo, se,
que el dicho D. Juan fué Señor del Lugar de Estuñiga, y otros heredamientos, y
que casó con Doña Luisa de Monreal, hija de Juan de Monreal, Señor de Ortuvia,
y de los Palacios de Arazuri, y otros heredamientos, cuyos capítulos matrimonia-
les se otorgaron en 18 de Junio de 1486; y que fué hijo de los dichos D, Juan, y
Doña Luysa, D. Francés de Beaumont, que casó con Doña Beatriz Icart, hija de
Mossen Andrés Icart Doncel, y de Leonor Margarit, vezinos de Barcelona, cuyo
hijo fué otro D. Francés Commendador de los Santos, Capitán de la Guarda del
Emperador Carlos Quinto, que murió sin succesion legitima solo con un hijo natu-
ral, que casó con la Señora de Mendinueta, y heredó la casa de Arazuri un hijo de
Doña Luysa de Beaumont, hermana de dicho D. Francés casada con D. Prudencio
de Abendaño, y Gamboa, Señor de Villa-Real de Alaba, que se llamó D, Diego
de Abendaño, y Beaumont de cuya hermana descienden los Condes de Escalante,
Señores de los Palacios de Arazuri, y de Montalvan, que tienen sangre legitima de
los Beaumonteses. Estas noticias me participo por carta D. Luis de Salazar, y Cas-
tro, Chronista de los Reynos de Castilla, y León, bien conocido por las Historias,
que dio á luz, de las casas de Lara, y Silva.
»D. Carlos de Beaumont fué Señor de Caparroso, y de el, ni D, Phelipe su her-
mano, no se que quedase succesion legitima: Doña Ana murió Doncella. Tubo
demás de estos hijos el dicho Conde D. Luys á Guillaumes de Beaumont, y dudo
si fué legitimo ó natural. Lo cierto es, que casó con Doña Biolante de Agramont,
hija de Mossen Floristan de Agramont, Señor del Lugar, y Castillo de Montagudo,
y que fué Alcalde Mayor del Mercado de Pamplona; y no dudo, que de estos hijos
descienden muchas familias nobles, que no se especifican, por no aver puntualidad
de sus Genealogías.
»La Condesa Doña Juana murió en primero de Septiembre de 1456, estando
preso su marido en Aragón, y fué enterrada en la Cathedral de Pamplona, delante
321
Revista de Historia
de la mesa donde comen los pobres. Tiene su lápida grande á rayz de la tierra y
en ella la Inscripción siguiente:
«Aqui iace la muy egregia, y muy magnifica Señora Doña Juana de Navarra,
»Condesa de Lerín, hija del Rey D. Carlos 111. muger del muy egregio, y muy mag-
»n¡fico Señor D. Luys de Beaumont, Condestable de Navarra, la qual fino á pri-
»mero de Septiembre de mil cuatrocientos cincuenta y seys.»
»Y al lado de la lapida grande ay otra menor con su escudo de armas de los
Señores Condes de Lerin.
»D. Luys su marido murió en Madrid por Mayo, ó Junio del año mil quatrocien-
tos sesenta y dos desterrado, y privado de su patrimonio, bien que en la senten-
cia que dieron unos Juezes Arbitros nombrados para ajustar las differencias entre
los Reyes de Castilla, y Aragón, y se publicó en Madrid á 22 de Marzo del mismo
año, se ordenó, que fuessen restituydos todos los Castillos, Lugares, y patrimonios
á dicho D. Luys, D. Juan su hermano el Prior, y los de su parcialidad, y el Officio
de la Condestablia, y honor de la Ricomhombria se restituyesse á dicho D. Luys,
y tuviessen effecto todas las mercedes hechas á ellos hasta fin del año de 1450,
como lo refiere Zurita (1).
»Las Baronías de Curton, y Quicen con el Castillo de Mauleon, que pertenecían
á Don Luys, y gozó su Padre D. Carlos de Beaumont, las occupó el Conde de Fox
con las armas del Rey de Francia Carlos Séptimo en el año de 1451, en que se
apoderó aquella Corona de la Provincia de Guienna, arroxando á los ingleses, que
tantos años lo dominaron, como lo advierte el Padre Bussieres (2).
CAP. VII
DE D. LUIS DE BEAUMONT, SEGUNDO CONDE DE LERIN
>D. Luys de Beaumont, Tercero de este nombre, Segundo conde de Lerin y Con-
destable de Navarra, y primero Chanciller Mayor del mismo Reyno, succedió en
dicho año de 1462 en la universal herencia de su Padre: bien que esta se hallaba
occupada por el Rey D. Juan el Segundo de Aragón, y Navarra en odio, que con-
cibió contra su Padre, como tan parcial del Príncipe D. Carlos: y aunque por la
concordia de Madrid ya referida se mandaron restituyr todos los lugares y Officios
al Condestable. Y esto mismo mandó el Rey de Francia Luis Undécimo en su cele-
brada sentencia arbitraria, que dio en 23 de Abril de 1463 no tuvo effecto la res-
titución hasta el año de 1464, en que se reduxeron á la obediencia del Rey el dicho
D, Luys, y D. Juan de Beaumont su tío: y se capitulo que se restituyessen á dicho
D. Luys el honor, que llamaban de la Ricohombria, con sus preeminencias, y las
tenencias de los Castillos de Larraga, S. Martin, y Grañon, como su Padre las
tenia, y todo el Patrimonio, villas, fortalezas, y Officios, que tuvo el Condestable
su Padre hasta el año de 1451; y que en lugar de S, Martin tubiesse la Villa de
Artaxona: que ni el ni sus aliados fuessen tenidos de ir á los llamamientos del Rey,
ni del Conde de Fox, ni de la Infanta Doña Leonor su muger por tiempo de quatro
años, y fuessen oydos por procuradores: y que se le diessen á D, Luys veinte mil
(1) Zurita, p. 4, lib. 17. cap. 37.
(2) Bussieres, 1. 1, lib. 12, núm. 39.
322
y de Genealogía Española^
escudos, para proveer sus fortalezas, y por contemplación suya dio essempcion de
quartel á todos los pueblos del Conde por espacio de diez años, y á el, y á todos
sus aliados se les concedió un perdón general de todo lo que avian executado
hasta aquel dia en deservicio del Rey, y assistencia del Principe D. Carlos. Esta
concordia se ordenó en la Ciudad de Tarragona en 22 de Noviembre de dicho año
de 1464; y después se repitió assi con las mismas palabras en el Campo contra
Cervera á 13 de Julio de 1465; y en el Campo contra Amposta en 28 de Octubre, y
primero de Noviembre del mismo año, de cuyas Capitulaciones, que se conservan
originales en este archivo, da puntual razón Zurita (1).
Tanta era la estimación, que se hazia de D. Luys de Beaumont; pues para con-
ciliar su voluntad un Rey tan poderoso, le concedió partidos tan ventajosos, quales
podria lograr un Principe Soberano; y no paró en esto, sino que para assegurar de
todo punto el Rey en su servicio, al Conde de Lerin, y su Casa, le dio á su hija
natural Doña Leonor de Aragón por su mujer; y se firmaron las Capitulaciones de
este matrimonio en la Ciudad de Tarragona á 22 de Henero de 1468, ofreciéndo-
sele quince mil florines en dote: y que el Rey su Padre procurarla hazer legitima-
ción de su hija, antes que se solemnizasse el matrimonio; y que se avian de velar
por todo el mes de Septiembre siguiente, y en aquel dia se despossaron por pala-
bras de presente, haziendo la función D. Pedro de Urrea, Arzobispo de dicha Ciu-
dad de Tarragona, y Patriarcha de Alexandria (2); y sucedió una cosa notable, que
la dicha Doña Leonor amante de su Esposo D. Luys en 21 de Junio del año si-
guiente de 1469; aunque Zurita dice en el antecedente, pero el Instrumento es mas
firme, se salió del Palacio Real de la Alxaferia de Zaragoza, y se fué, con el Conde
de Lerin su Esposo contra la voluntad del Rey su Padre sin esperar á celebrar su
matrimonio: y aunque esto lo sintió el Rey; pero perdonó al Conde y á los que le
asistieron en la facción, como consta de la remission hecha en Monzón á 16 de
Agosto del año 1470.
»Con fechas de este mismo año se hallan una carta del Rey D. Juan para su
hijo D. Fernando el Catholico, y otra para la Reyna Isabel su muger, Reyes de
Castilla, en que les pide firmen un cartel de mil y quatrocientos florines, en que
estaba obligado á favor del Conde de Lerin por la dote de Doña Leonor su hija
muger del Conde, y una fianza de quinientos florines de oro por razón de la misma
dote hecha por D. Juan de Cardona, Conde de Prades Almirante de los mares (es
ascendiente de los Duques de Cardona) su fecha 31 de Julio de 1470.
»Como se llamasse la madre de la Condesa Doña Leonor, no puedo afirmar con
seguridad, pero congeturo, fué Cathalina Alvarez: porque en 13 de Agosto del
mismo año mandó el Rey D. Juan se le pagassen cien florines de oro de renta á su
hija Doña Leonor, añadiendo los cobraba estos su amada Cathalina Alvarez: argu-
mento no ligero, de que passo á favor de la hija la renta, que gozaba su madre;
aunque otros supponen fué madre de Doña Leonor una Dama Navarra de la noble
familia de Ansa.
»Con repetidas mercedes manifestó el Rey D. Juan lo gustoso que estaba en
aver despossado á su hija con el Conde: pues en 3 de Febrero del mismo año 1468
le hizo gracia al Conde de los quarteles de todos sus Estados por tiempo de veynte
años: y en el mismo dia, mes, y año le hizo merced de la Villa, y Castillos de La-
(1) Zurita, p. 4, lib. 17, caps. 50 y 59.
<2) Zurita, p. 4, lib. 18, cap. 15.
323
Revista de Historia
rraga con su jurisdicción civil y criminal, y pechasen confirmación de otra merced
del mismo, que le tenia hecha la Princesa Dona Leonor su hija: y con extensión á
la que por merced del Rey D. Carlos el II. obtuvo el Abuelo del Conde en 26 de
Junio de 1385 (como se dixoen'el capitulo dos). Y esta merced del Rey D. Juan la
confirmaron la Reyna Doña Magdalena madre, y tutora del Rey D. Francisco Fe-
bus, y D. Pedro de Fox, Cardenal, Infante de Navarra, tutor del mismo Rey por
privilegio expedido en Pamplona á 9 de Noviembre de 1479 y el Emperador Carlos
Quinto en la Coruña á 10 de Mayo de 1520.
»Con el enlace del parentesco del Conde le professo singular cariño el Rey
D. Fernando el Catholico su cuñado: y sin duda fue quien en los succesos varios
de la fortuna del Conde le protegió, y tanto que dio celos á su Padre el Rey Don
Juan (como se verá). En 3 de Octubre de 1476 en la Ciudad de Tudela empeñó su
Real palabra el Rey Catholico con juramento de amparar al Conde, y su parentela
y no consentir eos i, que le sea perjudicial: y en correspondencia el Conde en 31 de
Marzo de 1478 hizo una confederación con Lope de Vaquedano, merino de Estella,
y Juan Fernandez de Vaquedano su primo. Castellano de la misma Ciudad, de que
tendrían la Ciudad, y Castillo ala voluntad, y disposición de los Revés de Castilla.
»Muerto el Rey D. Juan de Aragón, y Navarra en 1 9 de Henero de 1479 succedió
en la Corona de Navarra para pocos dias Doña Leonor su hija, Vivda de D. Gastón
Conde de Fox, y por muerte de esta sus nietos D. Francisco Febus y Doña Catha-
lina, muger del Rey D. Juan de Labrit successivamente y todos ellos hizieron mer-
cedes al Condestable D. Luis. En 10 de Henero de 1471 los Principes D. Gastón, y
Doña Leonor le donaron la Villa de Andossilla; aunque se desvaneció esta gracia
aviendose adjudicado esta Villa posteriormente á los Marqueses de Falces. Los que
se explicaron mas en mercedes, á favor del Conde fueron la Reyna Doña Magda-
lena, hermana del Rey de Francia, y madre del Rey Febus, y D. Pedro, Infante de
Navarra, su cuñado, como tutores del mismo Rey niño, y Governadores del Reyno;
pues contemplando estos, que sin el Conde de Lerin, y su parcialidad no lograda
su hijo, y sobrino la possession de la Corona (tanto era su poder) le hizieron par-
tidos muv ventaxosos: firmaron concordia con el Conde en la Villa de Aoyz, en 17
de Septiembre de mil quatrocientos setenta y nueve, que se compone de cincuenta
y dos capítulos: pero en sustancia lo que de ellos pertenece al Conde de Lerin, son
los siguientes: Lo primero que se le restituyessen todos los honores, Ricombrias,
Officios, prerrogativas, y pensiones, que su Padre solia gozar, y poseer en Navarra:
y en quanto al Officio de la Condestablia, y differencia que el tenia con Mossen
Pierres de Peralta se decidiesse por arbitros, y en cuanto á las Baronías de Cur-
ton, y Guizen harian los mayores esfuerzos con el Rey de Francia, para que se la
restituyesse; á cuyo fin despacharían Embaxador: Lo segundo que las tenencias de
Viana, Castillos de Garoino, Irulegui, Peña de Bullona le quedassen al Conde: Lo
tercero, que en todas sus Villas, lugares, y fortalezas no fuesse obligado á recibir
guarnición como de antes estaba contratado con el Señor Principe D. Gastón: Lo
quarto le hicieron gracia, y merced de la propiedad del- Castillo de Monjardin con
la Valle de Santestevan, de que se expedirla privilegio: Lo quinto, que se le con-
firmasse la merced de la Villa, y fortaleza de Larraga. Lo sexto, que se le restitu-
yesse la Villa, y Castillo de S. Martin como lo tuvo su Padre y abuelo, bolviendo
el dicho Conde la Villa de Artaxona, que tenia en prendas de S. Martin, y no cum-
pliendosse esto le quedasse en propiedad la Villa de Artaxona: Lo séptimo que se
le restituyessen la fortaleza de Eslava con sus pertenencias, y los lugares de Uxue.
y Sada, como su Padre, y abuelo lo poseyan: Lo octavo, que gozasse los quarteles,
324
y de Genealogía Española.
y alcabalas de todos sus Estados durante el tiempo de su vida, y la de su hixo, y
heredero, según el apuntamiento tomado con el Señor Rey de Castilla. Lo nono,
que, si se hiziesse ordenanza de lanzas, se le sentasse, y pagasse al Conde como á
otros del Reyno: Lo décimo, que no fuesse tenido de ir en persona á llamamiento
ninguno del Señor Rey, ó su Lugar Teniente, ó de su Consejo, y fuesse tenido por
Procurador: Lo Undécimo, que en el Palacio, que tenia el Conde en la Villa de
Huart de Valdaraquil pudiera poner casero á su libre voluntad, á quien mas gus-
tasse: Lo duodécimo, que se le confirmassen todas las mercedes, que tenia: Lo
terdecimo, que aviendose de poner Governador, y Lugar Teniente por el Señor
Rey, fuesse persona natural, y acepta del Conde: Lo quarthordecimo, que todas
las confiscaciones hechas por el Señor Rey D. Juan, su hija Doña Leonor, y por
ellos de bienes, muebles, ó rayces del Conde fuessen todas por nullas, como si no
fuessen escritas. Algo indica de esta concordia Gerónimo de Zurita (1).
En execucion de ella se expediaron á favor del Conde varios privilegios en el
mismo dia 17 de Septiembre de 1479 de los quarteles, y alcabalas de todos sus
Estados para dos vidas, la del Conde, y la de su hijo, la del Castillo de Monjardin,
y pechas de la Valle de Saatestevan con la jurisdicción civil de ella, confirmada
después en 6 de Agosto de 1480 sinembargo de la opposicion, que hizieron los
hixos dalgos de la misma valle. Y el Rey D, Fernando el Catholico confirmó esta
merced en Valladolid á 6 de Agosto de 1513, y formada, después de esta confirma-
ción, recia opposicion por los Lugares de la misma valle, sin embargo de ella se
bolvio á confirmar en 10 de Diziembre de 1513, y su posession assegurada á favor
del Conde en 6 de Abril de 1514. y últimamente se confirmó por el Emperador
Carlos Quinto en la Coruña á 10 de Mayo de 1520. Tan bien fundada quedó esta
merced.
»Y respecto de que no se pudo facilitar con el Rey de Francia la restitución del
Castillo de Curton, según lo contratado (aunque cumplieron los Rey, y Governa-
dores, con solicitarlo), se le hizo merced al Conde por Alan Señor de Labrit, Padre,
que fué del Rey D. Juan, y pariente del Conde por su bisabuela Juana de Labrit,
del Castillo, tierra, y Baronía de Bertuel que es en la Baxa Navarra.
CAP. 8
PROSIGUEN LOS SUCCESSOS DEL SEGUNDO CONDE DE LERIN
»Por la temprana muerte del Rey D. Francisco Febus, que succedio en el mes
de Henero de 1483 entró á reynar Doña Cathalina su hermana, Doncella de poca
edad, cuyo casamiento fue pretendido de las dos Grandes Casas de Castilla,
y Francia, por las consecuencias de agregar cada una á su Monarchia el Reyno de
Navarra, que mediava entre ambas. D. Luys de Beaumont hizo grandes esfuerzos
con toda su parcialidad, para que cassasse la Reyna con el Principe D. Juan, pri-
mogénito de los Reyes Catholicos, con quienes tenia deudo tan cercano: y esto
mismo deseavan los Navarros (2) para que por este medio todas las Provincias de
España se uniessen en una Cabeza, como succedio después por oculta, y divina
(1) Zurita, p. 4, lib. 20, cap. 28.
(2) Zurita, p. 4, lib. 20, cap. 45.
325
Revista de Historia
providencia; pero el Mariscal D. Phelipe de Navarra temeroso, que el Conde de
Lerin, á quien summamente aborrecía, creciesse en authoridad con el favor del
Rey de Castilla, tuvo maña, y disposición, porque dissuadido esse casamiento, que
tanto convenia, casasse la Reyna Doña Cathalina con D. Juan de Labrit, hixo de
Alan, Señor de Labrit, Conde de Breux, de Pontiebra, Peiregor, Vizconde de Limo-
ges, y Tartax, y otros pueblos en Guienna, Provincia de la Francia, y es sin duda
que de este principio procedió el descariño, ó malevolencia, conque estos nuevos
Reyes de Navarra miraron siempre al Conde de Lerin: de manera que solo el res-
peto del Rey de Castilla, cuñado del Conde los contuvo por algunos intervalos de
tiempo explican contra el, y su casa el desamor, que le tenian: pero para conciliar
su voluntad al ingreso de su Reynado, le hizieron algunas mercedes.
»E1 Cardenal Infante D. Pedro por un cartel jurado, y escrito todo de su letra
lo recibió en su protección á el, y D. Juan su tio, ofreciendo conservarles todos
sus honores, é intereses, y defenderlos contra qualesquiera. De que se conservan
dos Escripturas con fechas de 7 de Febrero de 1482, y 22 de Julio de 1483 y en 10
de Julio de este mismo año le hizo merced de mil, y doscientos florines de oro
annuales para durante la vida del Conde.
»Y Alan Señor de Labrit, Padre del Rey D. Juan, en 5 de Febrero de 1484 reci-
bió al Conde en su protección con singulares expresiones de amor, llamándole su
primo, y acordándole el parentesco antiguo de su casa; pero donde mas explico
la ansia, que tenia de atraher, y hazer propicio al Conde para el quieto ingreso de
sus hixos á la Corona fué en la Confederación, que firmaron los nuevos Reyes con
el Conde, y su parcialidad en la Villa de Pau á 8 de Febrero de 1485, que refiere
con gran puntualidad Gerónimo de Zurita (1): y en suma se reduce á que se le res-
tituyesse el officio de la Condestablia con todos los honores de la Ricohombria,
officios, prerogativas, y pensiones, que su Padre y Abuelo solían tener.
»Segundo: que se le restituyesen las Baronías de Curton, y Guicen, sus forta-
lezas, derechos, y preeminencias, y los Castillos de Garraime, Irulegui, y Peña de
Huilona con las tenencias de Viana, y se repiten los mismos capítulos, que se expre-
saron en la concordia de 17 de Septiembre de 1479. Y en esta se confirmaron á
D.Juan de Beaumont, hermano del Condestable (ascendiente de los Condes de
Ascalante, Señor de Montalban) las gracias, que tenia de la Villa de Estuñiga, ó
Zuñiga, Valdelana, Castillonuevo, y Piedra Mulera, y á Guillaumes de Beaumont
su hermano. Señor de Montagudo de Alcaydia Mayor del Mercado de la Ciudad
de Pamplona.
»Esta misma concordia se bolvió á ratificar á principios del año 1492, y en 8 de
Noviembre de 1493 se confirmó de nuevo en Pamplona con intervención del Señor
de Labrit, como Governador, y de los Señores de Monpaon, y de Brisac, Senescal
de las lanzas, el Vizconde de Seray, el Prior de Vziate embiados desde Francia
por los Reyes de Navarra D. Juan, y Doña Cathalina: y á los Capítulos referidos
se añadió que se le restituyera al Conde la fortaleza de Sangüesa, y se le darla en
propiedad por Juro de heredad perpetuo la Villa de Artajona, con sus vassallos y
rentas en lugar de la Baronía de Curton, que no se podia entregar: que en caso de
assaltar Franceses á Navarra, pudiessen el Condestable, y los suyos, guardando
fidelidad á sus Reyes, resistirles, sin que por ellos se les hiziese cargo y fuesse
permitido al Condestable, attendida la obligación que tenia al Rey de Castilla, y
(1) Zurita, p. 4, lib. 20, cap. 63.
.326
y de Genealogía Española.
servicios hechos á su Corona, procurar vivienda, y acostamiento en su Casa para
si, y para sus hixos, y servir á los Reyes de Castilla (1)
»Esta concordia juraron los Reyes de Navarra, y su Madre Doña Magdalena
en el Castillo de Ortes en Bearne: a 4 de Diciembre del mismo mes y año se rati-
ficó en la Ciudad de Zaragoza por los Reyes Catholicos D. Fernando, y Doña Isa-
bel, obligándose como fiadores, á que se cumplirla por los Reyes de Navarra todo
lo ofrecido al Conde: argumento grande de la authoridad de los Condes de Lerin,
y grande podar; y que sin su voluntad no pudieran reynar pacíficos en Navarra
sus nuevos Reyes D.Juan, y Doña Cathalina, como en varios Capítulos lo mani-
fiesta el gran Zurita (2).
»Por estos medios se allanó el passo á la Coronación, y Jura de los Reyes, que
se hizo en la Cathedral de Pamplona en 12 de Henero de 1494 con assistencia del
Conde de Lerin, y toda su parcialidad, y pocos dias antes en 6 de Diciembre
de 1493 los mismos Reyes hizieron merced al Condestable de Officio de Chanciller
Mayor del Reyno, y Presidente de su Real Consejo, de que expideron privilegio
á su favor, estando en el Castillo de Salvatierra en Bearne: y este merced se con-
firmó después por el Rey D. Fernando el Catholico en Valladolid á 3 de Agosto
de 1513; y tomo posession de ambos off icios, hallándose el Consexo en Tafalla á
25 de Noviembre del mismo año; y el Emperador Carlos Quinto confirmó al Conde
la misma merced en 1 de Julio de 1525, mediante cuyos privilegios se ha hecho
este officio como hereditario en los Señores Condes de Lerin por mercedes conti-
nuadas de los Reyes succesores, concedidas de dos en dos vidas.
»En 21 de Henero de 1494 los Reyes de Navarra en execucion de la Concordia
hizieron merced al Conde por Juro de heredad perpetuo de la Villa de Artaxona
con su jurisdicción civil y en recompensa de sus grandes servicios, y derechos
expresados; pero aunque duró la possesion de esta merced en los Señores de esta
casa hasta el año de 1621, se eximió en el por sentencias, y quedó agregada á la
Corona Real.
CAP. 9.
SALE EL CONDE DESPOXADO DE SUS ESTADOS Á CASTILLA CON EL TITULO
DE MARQUÉS DE HUESCAR
»Sin embargo de todas las antecedentes concordias duró poco la buena corres-
pondencia de los Reyes con el Conde; y assi por Marzo del año siguiente mil qua-
trocientos noventa y cinco ajustaron con el Rey Catholico en Madrid (3) que saliesse
el Conde desterrado por toda su vida de Navarra á una con sus dos hijos, don
Luys, y D. Fernando, poniéndose guarnición de Castellanos en todas las fortalezas
del Conde, y tomando á su mano todos los heredamientos que tenia en Navarra,
de que se le daria recompensa en Castilla, y en execucion de este tratado se firmó
otro en Madrid á 6 de Abril del mismo año por los Reyes Catholicos con Juan de
(1) Zurita, p. 5, lib. 1, cap. 26.
(2) Zurita, p. 4, líb. 20, cap. 63, y p. 5, lib. 1, cap. 9, 17 y 26.
(3) Zurita, p. 5, lib. 2, cap. 4.
Revista de Historia
Munarriz, y Garzia de Lisarnayn, como Procuradores del Condestable, en que se
contienen estos capítulos.
»E1 primero: Que el Condestable passe á vivir á los Rey nos de Castilla
con sus hijos, parientes y criados: que serian bien tratados, y attendidos por
toda su vida.
»Segundo: que entregue al Condestable á voluntad de los Reyes Catho-
licos su Villa, y fortaleza de Lerin, con todas las demás villas, lugares, y forta-
lezas, vassallos, y rentas, para que las tengan, y gozen como las gozaba el Con-
destable.
«Tercero: que en recompensa de ello, y para satisfacer á la fianza, y obligación
en que estaban constituidos los Reyes por la Concordia de Zaragoza, se le da al
Conde la villa de Huesear en el Reino de Granada con todos sus vassallos, y per-
tenencias, y demás de ellos se le cumplan el numero de vassallos y rentas, que
entrega el Conde: y que goze todo en el tiempo que los Señores Reyes poseyeren
lo de Navarra.
»Quarto: que se le haga merced de ducientos mil maravedís de renta en cada un
año por vía de acostamiento.
«Quinto: que siempre que se restituyeren al Conde todos sus Estados, rentas, y
acostamientos de Navarra, restituya el lo que se ha en Castilla.
«Sexto: que se nombren personas, que hagan la valuación de todo lo que el
Conde tenia en Navarra, para darse la equivalencia: y esto se haga dentro de cin-
cuenta días por Juan de Merlo Capitán, y Fernando de Buytrago, Alcayde de Al-
faro, nombrados de paite de los Reyes de Castilla, y otros dos que se nombrassen
de parte del Conde (fueron D. Miguel, y Fernando de Soria) y en caso de discordia
el Obispo de Cordova.
»Septímo: que se haga merced del titulo de Marques de Huesear por toda la vida
del Conde.
»Octavo: que se le daría una Capitanía de sus guardas de lanzas, la cual pueda
formar de sus criados, y personas, que quisiere con ducientos mil maravedís cada
año de salario para su persona, demás del sueldo, que han de dar á las dichas cíen
lanzas.
»Nono: que dentro de veynte días se haga la entrega recíproca de las Villas del
Condado á los Reyes; y de Huesear al Conde; y lo demás dentro de treynta dias
después que se valuare.
»Dezimo: que dispondrán los Reyes, que los Alcaydes que pusieren en las forta-
lezas del Conde, traten bien á sus vassallos, sin hazer, ni consentir, se les haga
mal, ni daño.
»Todos estos capítulos se juraron por los Reyes, y Procuradores del Conde en
el dicho día 6 de Abril de 1495, y en execucíon de ellos se hizo la valuación con
exactissima individualidad por los sugetos nombrados, y se hallo tenia el Conde en
vassallos mil quatrocíentos y veynte y tres, incluyéndose en ellos ochenta y seis
vassallos Judíos, y en rentas un quento novecientos, y setenta y ocho mil ducientos
y sesenta y quatro maravedís cada un año; y en recompensa de ello le entregaron
los Reyes la Villa de Huesear, Velez el Blanco, Velez el Rubio, Caxar, y Castílleja
con todos sus vassallos de que se expidieron mandamientos en Burgos á 10 de
Agosto de dicho año de noventa y cinco, y en Tarazona á 5 de Septiembre del
mismo. Y successivamente otros, con lo qual se cumplió todo lo contratado, y
quedó D. Luys de Beaumont heredero en Castilla con el Titulo de Marques de
Huesear (que otros pronuncian Huesca Ciudad), bien conocida de los Romanos; y
328
y de Genealosia Española.
si damos crédito al Padre Juan de Mariana (1) en ella fundo Quinto Sertorio aquel
celebrado, quanto infeliz Capitán una universidad de letras, para atraher á la No-
bleza Española á su parcialidad con el motivo de los Estudios; y aunque cessó la
merced de Huesear, quando fué restituydo el Condestable en sus Estados de Nava-
rra, passó por nueva merced al Duque de Alva D. Fadrique Alvarez de Toledo en
precio de sus grandes servicios, y en especial el que hizo en la conquista de Nava-
rra, de que se le expidió privilegio en 23 de Octubre de 1513 y unidas las dos Casas
grandes de Lerin, y Alva gozan el Marquesado de Huesear sus descendientes. Por
cinco años duró el destierro, ó detención del Condestable hasta el de mil y qui-
nientos, en que aviendo passado á la Ciudad de Sevilla el Rey D. Juan de Labritde
Navarra á avocarse con el Rey Catholico: por el mes de Abril del mismo año con-
cordó con el, que bolviese á Navarra el Condestable, á quien le perdonaba todo lo
passado, y le restituyría todas sus Villas, y fortalezas, redintegrandole en todo el
patrimonio, y officiosque antes tenia, exceptuada la Villa de Artaxona,y de ello se
expidió despacho por el Rey D. Juan en Sevilla á 14 de Mayo de 1500, como lo
refiere Zurita (2). Y aunque al tiempo de hacer la restitución resultaron algunos
embarazos, en especial sobre la Fortaleza de Viana, Dicastillo, Palacio de Puente
la Reina, Aniz, y Vrbe, pidiendo que el Condestable mostrase los Títulos, por donde
le pertenecían, siendo assi, que desde el tiempo de su Abuelo D. Carlos gozo á
Dicastillo, que era lo que mas se instaba. Al fin se facilito con las instancias que
repitió Mossen Pedro de Ontañon, Embaxador de los Reyes Catholicos, con orde-
nes y cartas de ellos: sus fechas 15 de Septiembre, 13 de Octubre: 22 y 23 de
Diziembre del mismo año, en las cuales se manifiestan dos cosas: la una que los
Reyes Catholicos deseaban anssiosamente esta restitución, por recobrar la recom-
pensa, que le avian dado en Castilla; y la otra, que el Condestable tenia poca
voluntad de bolver á Navarra, por quedarse heredero en Castilla.
»Otro embarazo resultó sobre si personalmente avia de prestar el pleyto home-
nage, por la Condestablia, y tenencia del Castillo de Viana; pero también se le dis-
penso dando poder y commission el Rey U. Juan á D. Henrique Henriquez, y á don
Gutierre de Cárdenas, Commendador Mayor de León, y á D.Juan Chacón Adelan-
tado de Murcia, para que recibiessen en su nombre del Conde de Lerin el jura-
mento, y pleyto homenage, como lo recibieron; y con esto se perficcionó la resti-
tución de todos los Estados, que tenia en Navarra como lo refiere Zurita (3). El
Condestable escrivió desde Granada una carta muy humilde á los Reyes de Nava-
rra ofreciéndose á su servicio: es su fecha de 25 de Agosto de 1500; y por Marzo
de aquel mismo año consta estaba occupado en la guerra contra los Moros de las
Alpuxarras, que se avian levantado, y se reduxeron á fuerza de armas (4).
(Se continuará.)
Por la copia,
Mariano Arigita.
(1) Mariana, t. 2, lib. 3, cap. 12.
(2) Zurita, p. 5, lib. 4, cap. 15.
(3) Zurita, p. 5, lib. 4, cap. 15.
(4) Zurita, p. 5, lib. 3, cap. 45, fin. Mariana, t. 2, lib."26, cap. 15.
329
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará ciíenta de todos los libros españoles y extranje-
ros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres á
las que son objeto de nuestra publicación.
La Iniciativa en la Guerra. Conferencias explicadas en el Centro del
Ejército y de la Armada durante el curso de 1904-1905, corregidas y
ampliadas por D. Casto Barbasen Lagueruela. Parte tercera, «El Medio».
Madrid, 1912. Imprenta de Eduardo Arias. Un tomo en 8." de 528 pá-
ginas.
Obra postuma del malogrado Teniente Coronel de Infantería D. Casto Barba-
sán, uno de los más brillantes escritores militares de nuestra Patria y de las repu-
taciones científicas mejor cimentadas, donde con brillante estilo estudia el grave y
trascendental problema que entraña en la guerra moderna los nuevos métodos de
combate, y por su consecuencia, la iniciativa en el mando, haciendo atinadas con-
sideraciones sobre ésta, fundamentadas en los resultados y hechos de las últimas
campanas y corroboradas por las opiniones de las mayores autoridades del mundo
sobre asuntos militares.
Damos las gracias al Sr. Barbasán, digno continuador de la obra de su padre
por el envío de esta obra, así como Las primeras campañas del Renacimiento,
primera obra de este, tan útil para el estudio de las campañas de Italia bajo la
dirección del Gran Capitán, y que le reputaron como uno de nuestros primeros
historiadores militares.— S. O.
330
y de Genealogía Española.
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia. }uUo-Agoito de 1912. Infor-
mes: Noticia sobre algunos documentos
interesantes, Ricardo del Arco.—]ove-
llanos y las Órdenes Militares (conti-
nuación), José Gómez Centurión.— Vía
romana de Mérida á Salamanca, Anto-
nio Blázquez.—\Jn mecenas español del
siglo XVll, F. Fernández de Béthen-
court.—E\ mosaico emporitano del sa-
crificio de Ifigenia, José Ramón Metida
y El Marqués de Cerralbo.— La. iglesia
parroquial de San Salvador de Priesca
en Villaviciosa de Asturias, José Ramón
Mélída.— Estación arqueológica de Vi-
Uacarrillo, El Marqués de Cerralbo.—
Epigrafía romana y visigótica de Garli-
tos, Capilla, Belalcázar y El Guijo, Fi-
del Fita.— [Jn viaje al Transwaal du-
rante la guerra, Antonio Blázquez.—
Historia de la diócesis de Sigüenza y de
sus Obispos, El Duque de T'Serclaes.—
Cantar de gesta de D. Sancho 11 de Cas-
tilla, Adolfo Bonilla y San Martín.—
Documentos oficiales.— Varieda-
des. Le «Líber mozarabicus Sacramen-
torum» et les manuscrits mozárabes, par
D. Marius Férotesi, benédictin de Farn-
borough.— El Concilio nacional de Va-
lladolid en 1143. Discusión critica, Fi-
del Fita.— Noticias.
Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos. Mayo-Junio de 1912.— D. Mar-
celino Menéndez y Pelayo.— La vie
franciscaine en Espagne entre les deux
couronnements de Charles Quint ou le
premier Commissaire general des pro-
vinces franciscaines des Indes Occiden-
tales (continuación), Fr. Miguel Ángel.—
El último Gran Maestre español de la
Orden de San Juan de Jerusalem, Don
FranciscoJiménezdeTejada(1703-1774),
El Marqués de Lerma.— Casos particu-
lares ocurridos en Sanlúcar de Barra-
meda en el año de 1808 (Relación inédi-
ta) (conclusión), M. Gómez Imaz.— Cas-
tillos y fortalezas del Reino. Noticias de
su estado y de sus Alcaides y Tenien-
tes, durante los siglos XV y XVI (conti-
nuación), J. Paz.— Lingüística america-
na (conclusión), R. R. Schuller. — El
nuevo Jefe.— Don Antonio Rodríguez
Villa (necrología).— Notas bibliográfi-
cas =Bibliografía.— Sección oficial y
de noticias.
Arte Español. Número 2. Mayo de
1912. Planos de Juan de Herrera y Pe-
dro Machuca.— La Exposición de anti-
guo mobiliario español. Conde de las
Almenas.— Exposición de cuadros de
Aurelio de Beruete, Pablo Bosch.—Ex-
331
Revista de Historia
posición de Miniaturas de Bruselas, Al-
varo Devenga.— La Torre de Hércules,
Francisco Tettamancy.— Exposición de
Arte del Centro Gallego, Manuel Diíja-
dos.— El dibujo de memoria, José Gar-
nelo. — Notas bibliográficas. — Misce-
lánea.
Ateneo, Julio de 1912. — Del teatro
poético, José María Fábregas del Pilar.
Ricardo León, Académico, José García
MercadaL— Informaciones. — Bibliogra-
fía.
Linajes de Aragón. Huesca, 15 Julio de
1912. Los Villacampa (conclusión), Gre-
gorio García Ciprés. - Más datos sobre
D. Vincencio Juan de Lastanosa (conclu-
sión), Ricardo del Arco.--Lo5 Llambías,
Juan Roselló Villalonga.— La. Casa de
Liñán, El Conde de Doña-Marina.— Pa-
peles procedentes del Monasterio de
Montearagón, que se conservan en el
Archivo episcopal de Huesca, Ricardo
del Arco.
Linajes de Aragón, Huesca, 1.° de
Agosto de 1912.— Copia del Privilegio
de Nobleza concedido por D. Ramón
Borren, Conde de Barcelona, á las fami-
lias que en el mismo se nombran.— La
Casa de Liñán (conclusión). Conde de
Doña-Marina. — Linaie de los Castro,
Gregorio García Ciprés. - Biografía del
Justicia de Aragón, Berenguer de Bar-
da jí, Fernando de Lascorz.
Revista del Centro de Estudios histó-
ricos. Granada, Año II, número 2.— Par-
tida de Boabddil allende con su familia y
principales servidores, M. Gaspar Re-
miro.-Notas geográficas de algunos
autores árabes sobre Córdoba, Eustasio
Fernández A Ivarez— Prohibición de las
comedias en Córdoba y Granada (siglo
XVIII), José María Caparros.— Macca-
riana I. Onteniente, Cocentaina, Fiñana,
Alcaudete en Almacarí, Cristian Federi-
co Se>'&o/í/.— La Junta Suprema de Go-
bierno de Granada (continuación). Do-
cumentos complementarios, yose Palon-
eo Romero.— Menéndez Pelayo.— Libros
y Revistas.
Estudios Militares. Junio de 1912. Ge-
nerales de ultratumba (conclusión),
Lord-Dics —Bibliografía.— Revista de la
Prensa.
Memorial de Infantería. Jrlio de 1912.
Algo acerca de la batalla de Bailen, Co-
ronel W/Te'.— Paralelo entre la evolución
social y la evolución militar en los pue-
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tamiento de los cuerpos, P. Solernou.--
Revista de Revistas. Bibliografía.
REVISTAS EXTRANJERAS
Rivista Araldica. Roma, Julio de 1912.
Aprés Anjou, Scanderberg, le Chev.
Pidoux de Maduére.—Gli antenati di
Dante a Ferrara, Conté Silvio Mannuc-
c/.— Aprés l'affaire Naundorff, Comíc
Jules Boselli.— La nobiltá di Milano
(continuación), Giampiero Corti.— La na-
tionalité Comtoise. Précis d'histoire
féodale (839-1678) (continuación). Le
Chev. P. A. Pidoux de Maduére.—l Ma~
laspina di Corsica riconosciuti dai loro
parenti nel 1605, Ferruccío Cario Carre-
r/.— Libro d'Oro del Ducato di Ferrara
(continuación). Conté F. Pasini Frasso-
/?/.— Stemmi dei Podestá di Firenze di
Casa Montevecchio, ügo Orlandini.—
Un proyecto de Orden de Caballería en
el Uruguay (1884), F. Pasini Frassoní.—
Due documenti inediti sull'Ordine Teu-
tónico, Amoldo Paleólogo. — L'ordine
dei Fratelli di Santa Maria, Otto V. Mü-
ller. — Note bibliografiche.— Quesiti
Araldici.— Cronaca.
Bolletino Araldíco Storico Genealógi-
co. Firenze. 1.° Julio de I912.-Della No-
biltá, F. Tribolati.-l Conti Palatini, Sil-
vio Mannucci.—Nuovo cavaliere Mauri-
ziano,— Elenco delle famiglie nobili e
antiche della cittá di Arezzo. — Códice
d'amore, G. di Crottalanza.—Triquet-
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Pulci di Firenze.— Gli animal! e le piante
del blasone e il loro simbolismo, // Re
d' Arme.— Necrologlo.
Archives de la Société des Collection-
332
;; de Genealogía Española.
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L'Indicateur Généalogique, Heraldi-
que et Biographique. Bruselas. Junio de
1912.— Famüle Obin, Chibertet Colin.-
La Fondation Buisseret, Leo Verriesf.—
Famille Sanders ou Sanderus, C/i. Tcr-
/mrfe/2.— Armoiries árechercher, Braem,
Braems ou van Braam, B."" de Royer de
Dour de Fraulo. Avis.
L'Indicateur Généalogique, Hératdi-
que et Biographique, Bruselas, año I!,
núm. 1.", Julio de 1912.— Familles Eg-
gen et van Eggen, J. Eggen. —FamiWc
Sanders, Barón A. van Zuylen.~Chá-
teau de Bouchout en Brabant, Chibertet
Co/m.— Famille Brouwer, Gérard Hal-
ii^asse.- Les Montpellier, H. Vandam-
nie. — A travers les Revues.— Suplément.
Notices relatives á la Baronnie de Wis-
sekerke et au Comté de Rupelmonde
/?. Schoorman,
The New York gene alogical and bio-
graphical Record. New York 3 "' trimestre
Julio de 1912. Edmund Abdy Hurry, M.
A., LL. B., Tablas A. Wright.— Descen-
dants of Edward Tre (a) dwell through
his son John (continuación), Willlam
A. Robbins.— Records of baptisms of the
reformed church at Machackemeck (De-
erpark) (continuación).- Thacher-That-
cher Genealogy, John R. Totten.— The
Doughty family of long island, Hthan
Alien Doty. — Early New York church
Records, Royden W. Vosburgh. — The
New York Genealogical and biogra-
phical society's departament of regis-
tration of pedigrees (continuación). —
Society proaedings. — Corrections.—
Queries. — Book notices. Accesions to
the library.
Frankfurter Blatter für Familienges-
chicte. Frankfurt. a. M. Agosto de 1912.
Zur Geschichte der Familie von Besse-
rer (continuación).— Dreé Frankfurter
Schützenfeste (continuación).
S. O E.
333
Revista de Historia
NOTICIAS VARIAS
Ministerio de Gracia y Justicia. — Subsecretaría.— Gro/zí/e2:as y
Títulos del /?eí72í?.— ResQluciones adoptadas por este Ministerio en las
fechas que se expresan, y de las cuales no ha dado noticia anteriormente
la Revista:
Reales Licencias de Matrimonio. — 8 de Abril de 1912. — Conce-
diendo Real licencia á D. Jaime Mariátegui y Pérez de Barradas, Grande de
España, para contraer matrimonio con D.^ María Josefa de Aríeaga y Echa-
güe, Marquesa de la Guardia, hija de los Grandes de España, Duques del
infantado y otros Títulos.
8 ídem.— Concediendo Real licencia á D. José Rodríguez Iriarte, Barón
de Oña, para contraer matrimonio con D,' Margarita Marquina y Borra.
8 ídem. Concediendo Real licencia á D.'' Esperanza de Aguilera y
Pérez de Herrasti, hija de los Marqueses de Flores-Dávila, para contraer
matrimonio con D. Celedonio Febrel y Contreras.
19 ídem.— Concediendo Real licencia á D.'' Rosa de la Figuera y de la
Cerda, hija de los Marqueses de Fuente el Sol, Vizcondes de Mendinueta,
para contraer matrimonio con D. Isidoro Pons y Bofill.
26 ídem.— Concediendo Real licencia á D. Juan Noguera y Yanguas,
hijo de los Grandes de España, Marqueses de Cáceres y de Casa Ramos
de la Fidelidad, para contraer matrimonio con D.'' María Espinosa de los
Monteros y González, hija de los Barones del Solar de Espinosa.
26 ídem. Concediendo Real licencia á D. Alberto de Acha y Otañes,
Marqués de Acha, para contraer matrimonio con D." Soledad Urioste y
Mesa.
7 de Mayo.- Concediendo Real licencia á D. Enrique de Lara y Gue-
rrero, Marqués de Guerra, para contraer matrimonio con D." Margarita
Cardell y Torres.
7 ídem.— Concediendo Real licencia á D. Leopoldo O'Donnell y Vargas,
hijo de los Duques de Tetuán, Marqueses de Altamira, Condes de Lucena,
para contraer matrimonio con D." Mariana Lara y Casas.
14 ídem.— Concediendo Real licencia á D." María Josefa Diez de Ul-
zurrun y Alonso, hija de los Marqueses de San Miguel de Aguayo, para
contraer matrimonio con D. Pedro Alvarez Veluti.
24 ídem.— Concediendo Real licencia á D. Alvaro Armada de los Ríos,
Conde de Revilla Gigedo, con Grandeza de España y otros Títulos, para
contraer matrimonio con D.^ Concepción Ulloa y Fernández Duran, hija de
los Condes de Adanero.
15 de Junio.— Concediendo Real licencia á D.' María del Carmen Mar-
tín de Oliva y Martínez, hija de los Marqueses de Nerva, para contraer
matrimonio con D. Santiago Cavengt y Gutiérrez.
15 ídem.— Concediendo Real licencia á D.' Ana Silvela y de la Viesca,
hija de los Marqueses de Santa María de Silvela, para contraer matrimonio
334
y de Genealogía Española.
con D. Carlos de Goyeneche y de la Puente, hijo de los Grandes de Espa-
ña, Condes de Guaqui.
22 ídem.— Concediendo Real licencia á D.José Agelet y Garrell, hijo de
los Condes de Vinatesa, para contraer matrimonio con D.'' Estrella Pagan
y iWorera.
Reales cartas de sucesión.— 19 de Abril.— Mandando expedir Real
carta de sucesión en el Título de Marqués de la Puebla de Parga, á favor
de D.' María Rafaela Fernández de Henestrosa y Gayoso de los Cobos,
por renuncia y cesión de su madre, D."* Francisca de Borja Gayoso de los
Cobos y Sevilla, Marquesa de Camarasa, con Grandeza de España y otros
Títulos.
7 de Mayo.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Conde de Torreflorida, á favor de D. Manuel Ferrández íñigo, por falleci-
miento de su tía D."" Manuela Estage y Sancho.
11 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Conde de Villamar, á favor de D.' María del Patrocinio Viniegra y Beyéns,
por fallecimiento de su madre D. ' Josefa Beyéns y Ruiz Loizaga.
11 ídem. Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Conde de Solterra, á favor de D. Joaquín de Sarriera y de Miláns, por fa-
llecimiento de su sobrina D." Clotilde de Sarriera y de Roger.
20 ídem.— Mandando expedir, sin perjuicio de tercero de mejor derecho,
á favor de D.' María de la Trinidad de Santiago Concha Vázquez de Acu-
ña y Tineo, Real carta de sucesión en el Título de Conde de Sierrabella,
concedido á D, Diego Cristóbal Messía y Valenzuela.
4 de Junio.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Marqués de Valle Ameno, á favor de D. Antonio de Vivar y Moreno, por
fallecimiento de su primo, D. Ángel Sánchez Rubio Ibáñez de Torres y
Moreno. .
4 ídem.— Mandando expedir, en virtud de sentencia judicial, Real carta
de sucesión en el Título de Marqués de la Calzada, á favor de D. Fernando
Núñez Robres y Galiano.
22 ídem.— Mandando expedir, á favor de D." Isabel Juana Teresa María
de Cosse Brissac, Real carta de sucesión en la Grandeza de España conce-
dida por el Rey D. Felipe V al Conde Carlos de la Mothe Hondancourt.
27 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Marqués de Gaviria, á favor de D.' María de la Concepción Artemisa de
Gaviria y Spence, Condesa de Buena Esperanza, por fallecimiento de su
padre, D. José Gaviria y Gutiérrez.
Rehabilitación de Títulos.— Por Real decreto de 11 de Julio último
se rehabilita, sin perjuicio de tercero de mejor derecho, el Título de Mar-
qués de San Mames de Aras, á favor de D.^ María del Carmen Díaz de
Mendoza y Aguado, para sí, sus hijos y sucesores legítimos.
Títulos vacantes. — La Dirección General de Contribuciones, con
fecha 10 de Julio, anuncia por primera vez la vacante del Título de Marqués
del Nervión, con Grandeza de España; y con fecha 12, por segunda vez, la
del Marquesado de Apezteguía, también con Grandeza.
Un archivo en peligro.— Copiamos de La Época del día 1." de
Agosto, que á su vez lo hace de El Correo Español:
335
Revista de Historia y de Genealogía Española.
«Faltaríamos á nuestro deber si no llamáramos la atención del señor
Ministro de Gracia y Justicia sobre una de las fatales consecuencias de su
Real decreto de 27 de Mayo de 1912, sobre Grandezas y Títulos.
«Ciertamente que la voluntad del legislador no ha sido la de llevar la
desorganización al bien ordenado archivo de Gracia y Justicia, sacando de
él los expedientes y llevándolos á... no sabemos dónde, pues la Diputación
de la Grandeza no tiene local á propósito para custodiar esos papeles
y documentos de gran interés histórico.
»Malo era que los legajos del archivo salieran de él para subirlos al
negociado; pero al fin dentro de la casa quedaban, y al amparo y bajo la
responsabilidad de un funcionario público. Pero sacarlos del Ministerio
y llevarlos á domicilios particulares, por muy respetables que sean, consi-
dere el Sr. Arias de Miranda que no debe hacerse.
»Todos estamos interesados en que los papeles de los archivos se con-
serven en ellos, y más que nadie, y refiriéndonos al caso concreto motivo
de estas líneas, la Diputación permanente de la Grandeza, á quien sobran
medios para tener empleados que extracten los expedientes y copien y
hasta fotografíen los documentos, sin que anden de mano en mano y fuera
de sus propios lugares.»
Necrología. — Han fallecido: en Madrid, el día 9 del pasado mes de
Julio, D. Juan José de Gurtubay y González de Castejón, ex Diputado á Cor-
tes, hijo de la Marquesa de Velada y hermano de la Duquesa de Aliaga;
estaba casado con su prima, D.' Blanca de Alzóla y González de Castejón,
de cuyo matrimonio deja una hija, D." María del Carmen.
—El día 24, D.' Gabriela de Bascarán y Federic, viuda de D. Eleuterio
de Asúa, y hermana del General D.José de Bascarán.
—En San Sebastián, donde se hallaba veraneando, falleció repentina-
mente, el día 19, D. Luis del Arco y Vizmanos, Conde de Arcentales, Caba-
llero profeso de la Orden de Santiago y Mayordomo de Semana de Su Ma-
jestad. Estaba casado con D."* Consuelo de Cubas y Erice, hermana del
Marqués de Cubas y de Fontalba, y de su matrimonio ha dejado cuatro
hijos: D.' María del Pilar, D.' Consuelo, D. José Antonio y D. Juan Francisco.
—En Cercedilla (Madrid), el día 8 de Julio, D. Joaquín Sáinz de la Maza
y Moradillo, Secretario de SS AA. RR. los infantes D. Carlos y D.' Luisa,
Gentil-hombre de cámara de S. M., con ejercicio. Diputado del Real Cuer-
po Colegiado de la Nobleza de Madrid y Coronel retirado del Cuerpo de
Estado Mayor. Estaba casado con D.' Judith Tripiana, de cuyo matrimonio
no queda sucesión.
—En Pozuelo de Alarcón (Madrid), el día 28 de Julio, D.' Eloísa de Cár-
denas y Uriarte, viuda del General de Marina D. Gaspar Salcedo, y herma-
na del difunto ex Ministro D. José de Cárdenas; de su matrimonio quedan
cinco hijos: D."* María, D.'' Victoria, D.' Ángeles, D. Luis y D.José.
-En Melilla, el día 24 del pasado, el Comandante de Infantería D. Juan
Laraña Beker, casado con D.' María Leguina, hija del Barón de la Vega
de Hoz, de cuyo matrimonio deja una hija.
— En Cuevas de Vera (Almería), el día 25 del pasado, el General de Di-
visión D. Fernanco Álvarez de Sotomayor y Flórez. Era procedente del
Arma de Caballería, y estaba en posesión de la Gran Cruz de María Cris-
tina, Mérito Militar, San Hermenegildo y otras varias.
C. DE L.
336
15 SEPTIEMBRE 1912
E\?l5Tñ DE HISTORIA
y DE GENEñL06(ñ
ESFñÑOLñ
Núm. 8.
LOS PARIENTES DE LOS REYES
LOSPBlinDE LH SOPE Eli ESPP
Una de las frases históricas menos entendidas, y por ello naturalmente
peor interpretadas, es aquella, memorable como suya, de nuestra grande
Isabel I: Los Reyes no tienen parientes. Creyeron muchos que con estas
palabras había manifestado la insigne Soberana, honor eterno de la Realeza
y de España, su completo desvío de toda aquella parte de su propja
Familia que no fueran su Marido, sus Hijos y sus Nietos; el desamor, ó la
indiferencia por lo menos, para sus otros deudos y las personas de su propia
Sangre, con ella en más alejado parentesco.
No: el verdadero sentido de las palabras regias es otro bien distinto,
como del estudio de la vida y de los hechos de la que las pronunció cabe
deducir sin sombra de duda y seguros del acierto. Aludía la Reina con ellas
á que la inclinación extremada á la protección y el cariño de los suyos, no
debía llevar nunca al que ciñera la Corona á hacer por ellos injusticias en
perjuicio de los demás ni del bien común: para la prodigalidad en las
mercedes, para el exceso y el derroche, para las gracias sin ton ni son, para
todo lo que no fuere justo y debido, los Reyes no han de tener ni parientes:
la gran Princesa condenaba simplemente el nepotismo con aquella expre-
sión lapidaria.
Lo mismo D."" Isabel que D. Fernando probaron de sobra que amaban á
los de su raza, en cualquier puesto que los hubiera colocado la Fortuna,
teniendo por ellos, dentro de aquel severisimo criterio, las justas preferencias
337 22
Revista de Historia
que la sangre impone y hasta el deber exige en las gentes bien nacidas;
y Ella las tuvo hasta con la familia bastarda que fuera del matrimonio y del
hogar formaron abundante las debilidades del Esposo augusto, Príncipe
tan de su tiempo como nos enseña la Historia.
Y ésta fué siempre, en realidad, la tradición española, hasta cuando
Carlos III, no por bondadoso menos Rey y Jefe de su Familia, estableció
con acierto, desgraciadamente olvidado, justos castigos para los matrimonios
desiguales, dejando, aunque legítimos, álos frutos que procedieran de ellos
fuera del círculo reducido de la Real Familia, y hasta privados del apellido
dinástico, pero gozando á manos llenas de la protección Real, como se
vio en los hijos del Infante D. Luis-Antonio-Jaime y de D." María Teresa
Vallabriga, que acabaron siendo el Cardenal de Borbón, la Condesa de
Chinchón y la Duquesa de San Fernando de Quiroga.
Los tiempos modernos, tolerando en España, contra lo que en todas
partes ahora mismo se ve, que todo el mundo se llame Borbón, y no use,
como dispone la ley, el apellido y las armas del padre ó la madre que haya
causado la notable desigualdad, han separado, sin embargo, radicalmente
á la Familia Reinante de sus parentelas morganáticas, para valemos de la
frase alemana, algunas, Borbón y todo, en bien mediocre situación de todo
orden y con alianzas que no corresponden en modo alguno á tan preclaro
y altísimo origen.
En nación alguna de Europa se usa así con esta libertad del nombre de
la estirpe Real: en Inglaterra, deudos muy inmediatos del Rey, los hijos del
Duque de Cambridge, se llaman Fitz-George; en Italia, los del Príncipe de
Carignan no se llaman Saboya, sino Condes de Villafranca-Soissons; en
Austria-Hungría, vastagos legítimos de la Casa Imperial no son más que
Méran, sin excluir á los hijos del matrimonio desigual del Príncipe Heredero,
que no son Archiduques, sino Príncipes de Hohenberg; en Prusia no se
llaman HohenzoUern, sino Hohenau, y los nietos del Czar de Rusia no son
más que Condes de Hohenfelsen, y sus biznietos Condes de Torby.
Sólo aquí entre nosotros hay Borbones á pasto, estando al alcance de
todos el uso de este egregio apellido, el primero del orbe cristiano, como
si Carlos III no hubiese existido jamás, ni hubiese dado semejante
pragmática, ni cosa que se le pareciera. Hay quien lo usa por raras
combinaciones, teniéndolo allá en cuarto término, y tutti contenti.
Pero no es de esto de lo que voy á tratar hoy, de las ramas actuales
morganáticas, al fin y al cabo no Reales, ni con verdadero derecho á llevar
el apellido dinástico, aunque declaro que también las considero dignas del
mayor respeto é interés, más aún cuando sea mayor su mala suerte, y
338
y de üeneafogía Española.
confieso queme duele profundamente y hiere en lo más vivo mis sentimientos
de entusiasta y convencido monárquico, eso de ver en las tablas de un
teatro, haciendo ó no las delicias de la concurrencia, á un Primo auténtico
de mi Rey, aunque lleve nombre yankee y se llame solamente Allens-Perkins.
De lo que quiero decir algo— y esta vez para aplaudir — es de la situación
de las líneas Reales, ó de Príncipes de la Sangre, donde ninguna boda
desigual ha podido amenguar el brillo del origen, manteniéndose por
consiguiente sus individuos dentro de la Familia Soberana y teniendo su
lugar en las gradas mismas del Trono, siendo acreedores por parte de él á
toda clase de miramientos, atenciones y cuidados. Quiero hablar de lo que
es y debe reconocerse como la Familia de los Reyes.
Era esta España nuestra, hasta ayer puede decirse, el único país
monárquico en que los Hijos de los Príncipes de la Sangre perdían al nacer,
por algo parecido al pecado original, su alta jerarquía, y pasaban ipso
Jacto á ser, no se sabe cómo ni por qué, simples particulares. El hijo de un
Infante de España, en su matrimonio con una Princesa de la Sangre, Infanta
de España naturalmente, no era más que D. Fulano de Tal; ahí está Don
Alfonso de Borbón y Borbón, hijo del Señor Infante D. Sebastián-Gabriel
María y de la Señora Infanta D."* María-Cristina, para no dejarme mentir.
Sus otros hermanos, nacidos del propio padre y de la misma madre— al
mayor se le había impuesto en la cuna el Collar del Toisón de Oro,— para
tener alguna situación oficial, hubieron de convertirse un buen día, bajando
\a escalera, en Duques y Grandes del Reino, y pasaron de primos auténticos
de Su Majestad, por una y otra línea, por la materna nada menos que
primos-hermanos, á confundirse con los Grandes, y esto con la simple
antigüedad de su creación, después de cuantos la voluntad regia, ó el
-acuerdo de un Consejo de Ministros, ó la imposición de un prohombre,
hubiera sacado antes de la fila general, para elevarlos, con mayor ó menor
razón, á distinción semejante. Ellos, jóvenes, casi niños, huérfanos, mal
defendidos y poco enterados, bajaron de puesto: Marchena, Dúrcal y Ánsola
son el recuerdo de esta equivocación.
En pasando la frontera, hasta en la Francia que expulsa á los jefes
de la Dinastía y arroja á todos sus individuos de las filas de su Ejército,
los Borbones son para todo el mundo Príncipes de la Sangre Real, Espa-
ñola, ó Francesa, ó Italiana, Altezas en todas partes; sólo aquí no eran
nada: el Sr. Borbón, casi el Sr. Capeto, como para los demagogos del 93.
Los ricos y los ambiciosos, que pueda improvisar el sistema presente
Grandes de España, eran, oficialmente, más que ellos. ¿Cabe enormidad
semejante?
33»
Revista de Historia
Por fin, estando la Corte en San Sebastián, por Real decreto de 3 de
Agosto de 1908, refrendado del Presidente del Consejo de Ministros Don
Antonio Maura, se enmendó este desaguisado: «Queriendo (el Rey) dar una
prueba de mi Real afecto á mis amados Primos Don Carlos de Borbón y
Borbón y Doña María-Luisa de Francia y Orleans, y con motivo del próxi-
mo alumbramiento de ésta, Vengo en disponer que al hijo ó hija que nazca
y á los demás que nacieren en lo sucesivo de este matrimonio, se dará
tratamiento de Alteza Real, y se tributarán y guardarán iguales honores que
á los Infantes de España, á quienes seguirán inmediatamente en el orden
jerárquico, como Príncipes de la Casa de Borbón.»
Este Decreto, más que á darles, venía en realidad á reconocerles lo que
ellos deben á su nacimiento, á declararles lo que por la Sangre era ya suyo,
á colocarlos inmediatamente después que á los Infantes, y antes natural-
mente que á los Grandes, como á tales Príncipes que eran, antes del De-
creto lo mismo que después.
La ignorancia general presente en todas estas materias, confundiendo
torpemente el Título de Príncipe con el Principado, no admite ni reconoce
más que al Príncipe de Asturias, llamado el Príncipe por antonomasia entre
nosotros. Pero no ya el nombre genérico, aplicado á cuantos nacieren de
la Sangre del Soberano, como nadie debiera ignorar, sino el Título mismo,
se ofrece á cada paso en la vida gloriosa de la alta Nobleza española; pues
si el único Principado sobre parte del territorio nacional— excepción hecha
en honor del Heredero del Trono— es, en efecto, el de Asturias, con Prin-
cipado sobre tierra extranjera, en cuanto eran países extranjeros Italia y
Flandes, lucen en la Historia á cada paso señalados personajes y grandes
vasallos de la Corona investidos de esta Dignidad, aun antes que la omni-
potencia del Príncipe de la Paz justificara ó expHcara al menos la suya,
reproducida én nuestros días por el Príncipe de Vergara, disfraz de última
hora del que fué siempre el Duque de la Victoria, y más que nada, Espar-
tero. Díganlo Ruy Gómez de Silva, hecho por Felipe II mismo Príncipe de
Éboli, á cuyo Título él diera la notoriedad que es sabida, y la no menos
famosa Princesa su mujer; célebre en la República de las letras fué y es el
Príncipe de Squillace, que era español y Borja; los Mendozas de la línea
del Gran Cardenal, tan españoles, fueron Príncipes de Mélito; españoles
fueron, siglos ha, los Príncipes Pío de Saboya, por sus restantes Títulos
poco conocidos, incluyendo el bien ilustre de Marqués de Castel-Rodrigo,
hasta cuando ya se llamaron Valcárcel y Falcó, como lo son ahora; el Prín-
cipe de Anglona era un español tan español, que se llamaba Téllez-Girón,
como segundo del Duque de Osuna, y con su Título de Príncipe hizo bri-
340
y de Genealogía Española.
llantemente su carrera militar, gobernó Reinos, brilló en las Academias. El
lítulo de Príncipe, es, pues, cosa española, y entre los suyos los llevaron
siempre, á más de los nombrados, muchas de nuestras primeras Casas,
como Altamira, Híjar, Sessa, Alcañices, Villahermosa, Villafranca, Villa-
darlas y tantas y tantas otras.
Manténgase, pues, en nuestra Grandeza antigua la heredada Dignidad
de Príncipe, que ha sido aquí, como es en todas partes, brillo y realce de
las grandes familias, y luzcan sobre todos ellos los Príncipes de la Sangre
Real, reconocidos en ese Real decreto, corroborado últimamente por el
otro fecho en Madrid á 21 de Mayo de 1912, disponiendo iguales tratamien-
tos y honores para los hijos del Infante D. Alfonso-María de Orleans y de
la Infanta su mujer Doña Beatriz de Sajonia-Coburgo-Gotha. Bien hecho
está lo que en uno y otro Decreto se dispone: que haya, como es justo.
Príncipes de Borbón, que sigan inmediatamente á los Infantes de España
y gocen de todos sus honores, como es su derecho y en justicia les co-
rresponde. Lo que procede ahora es que se dicte una medida general,
no en favor de los hijos de éste ó del otro Infante, sino de la raza toda
«ntera; algo en que se diga claramente que toda la descendencia directa
de los Infantes de España, nacida de matrimonio igual, será siempre
reconocida y considerada como formando parte de la Familia Real, con
puesto inmediato al de los Infantes y el tratamiento de Alteza que les
compete.
Todo esto es honor de la Monarquía, cortejo el más lucido de la Rea-
leza, digno acompañamiento del Soberano, prez y gala de la Casa del Rey.
La Monarquía histórica necesita de ello, como necesita de los Grandes,
<:omo necesita de la Nobleza, y de una Nobleza con prestigio y con gloria.
Todos se necesitan y se completan.
La Infanta Doña Isabel, la gran Infanta, popularísima en toda España,
llena de su papel, siempre en su puesto y atenta siempre á lo que sea pres-
tigio y dignidad de la Realeza, que es como decir de la Patria, sirve más á
la Patria y á la Monarquía de lo que el vulgo piensa: cuanto ella reciba es,
más que nada, para el Rey. Los respetos que de todo Madrid y de toda Es-
paña merecen las cristianas virtudes de los Príncipes que habitan el Palacio
de la Cuesta de la Vega ó el Hotel del Paseo de la Castellana, á la Realeza
van en suma; la admiración que á España y á Europa inspira, con justicia,
la figura singular de la Reina Cristina, es admiración que á la Realeza toda
levanta y engrandece. Error grandísimo fuera separar lo que es insepara-
ble, dando todo al Monarca y nada á su Familia, porque, si un solo varón
heroico ilustra una raza toda — unas solas heroicas vir totam gentem illus-
341
Revista de Historia
trat— ¡cuánto no representa este acopio de prestigios, en la que Dios coloca
sobre todas y constituyó la primera de su pueblo!
Suprimid Infantes y Principes; suprimid Grandes y Nobles y Señores;
suprimid todo esto y lo que en ellos se representa, y habréis, sin hacer
más, sin daros siquiera cuenta, suprimido la Monarquía.
¡Líbrenos Dios! ¡Que haya muchos Infantes, y muchos Príncipes, y mu-
chos Grandes, y muchos Señores, y muchos Nobles, y que todos estén en
su puesto, cumpliendo con su deber arriba, como otros en medio y abajo, y
pensando y obrando como su obligación les demanda, haciendo honor á
sus antecedentes y á su significación histórica y social, y, porque sí, España
volverá á ser lo que fué!
Entretanto, que nadie, ni en lo más encumbrado ni en lo más llano, in-
terprete malamente la frase célebre de Isabel la Católica; porque los Reyes,^
como todos, tienen parientes.
F. Fernández de Béthencourt.
De la Real Academia de la Historia.
Alhama de Aragón, 5 Septiembre, 1912.
342
y de Genealogía Española.
UN NOBLE CONDENADO Á AZOTES
A buen seguro — por lo que vamos á relatar— que si Pedro Crespo, el
tozudo alcalde de Zalamea, hubiese tropezado, después de dar al burlador
de su hija una muerte indigna de un noble y de un soldado, con Felipe IV,
no saliera tan bien librado de entre las manos del Rey poeta, como salió al
encontrarse con el severo Felipe 11.
El hecho en cuestión es interesante, más que por sí mismo, por la origi-
nalidad de la sentencia dada, con la cual Felipe IV, si no se coloca á la
altura de aquellos tres admirables jueces que se llamaron Salomón, Zadig
y Sancho Panza, logra en un asunto enredoso y difícil de resolver, dar una
solución justa y exacta y muy conforme con las leyes y costumbres de su
tiempo.
Fué el caso, que aprovechándose algunos vividores de esta villa y
Corte— en donde siempre los ha habido en abundancia— del buen nombre
y fama de un ilustre caballero, introducían grandes cantidades de vino de
contrabando; de lo que, enterado un alguacil, determinó denunciar el caso
á los alcaldes. Súpolo el caballero, y como de hacerlo, aunque su nombre
saliese limpio y honrado, no dejaría de sufrir molestias é incomodidades
sin cuento, habló con un su amigo, llamado D. Carlos Pacheco y Figueroa,
para que procurase que el alguacil no presentara su denuncia, ó que, si la
hacía, fuera en tal forma que no sufriera el buen nombre de su amigo.
Procuró D. Carlos convencer al alguacil, y éste, quizás con esperanza de
alguna dádiva, aparentó acceder á lo que de él se solicitaba; pero llegados
ante los alcaldes, formuló su denuncia, acusando con encono al caballero
cuyo nombre y buena fama servía á los matuteros para sus fraudes.
Indignó á D. Carlos la acción del alguacil, y cuando salieron le echó en
cara su proceder, diciéndole: «Vuestra merced, señor mío, muestra una
cosa en la audiencia y otra en la calle», á cuyas palabras respondió el
alguacil: «Nunca he sido, señor, hombre de dos caras, y miente aquél que
otra cosa asegurare.» De haberlas tenido, las dos se las deshiciera la for-
midable bofetada con que D. Carlos contestó al mentís, pues la que tenía
343
Revista de Historia
no le quedó muy sana. Alborotóse la gente de justicia, echó el caballero
mano á su espada y con ella repartió algunos cintarazos entre los corche-
tes; pero siendo éstos muchos, y ocurriendo el hecho dentro del edificio
destinado á cárcel, no fué difícil sujetar y encerrar á D. Carlos en una de
sus celdas.
Los privilegios é inmunidades de que gozaban los nobles y los militares
eran irritantes y odiosos para el pueblo en general y habían forzosamente
de serlo también para los alcaldes, quienes, en sus sentencias, habían de
tener en cuenta la calidad de las personas á que atañían, si no ocurría,
como en algunas ocasiones, que el presunto culpable era arrebatado de
entre sus manos para entregarlo á las de otra jurisdicción, ó más benigna
ó menos interesada. No quisieron los alcaldes que por esta vez se les esca-
pase el reo, y deseando sin duda vengar en él el desacato cometido y los
privilegios de su casta, y de paso, cerciorarse de si por las venas del caba-
llero corría la sangre azul de que se ufanaba, juntáronse al día siguiente,
y aunque dos de ellos votaron por la pena de muerte, prevaleció la opinión
de los demás, y se le condenó á la infamante pena de 400 azotes, á los que
añadieron, sin duda para que en ellas olvidara el haberlos recibido, diez
años de galeras.
Ni cortos ni perezosos los alcaldes, pusieron el hecho, al mismo tiempo
que la sentencia, en conocimiento del Presidente para que la aprobase;
pero se guardaron muy bien de comunicarle las circunstancias que en el reo
concurrían, por lo cual no les fué difícil conseguir la aprobación.
No quisieron tampoco perder tiempo en ponerla en ejecución, y así
marcharon á la cárcel, y desde los balcones que daban al patio presencia-
ron el suplicio, que no estuvo, por cierto, desprovisto de aparato. Treinta
alguaciles á caballo y armados de pistolas daban guardia de honor en el
patio, á más de innumerables corchetes y golillas, á quienes la novedad del
caso allí congregaba. Salió el reo, y enterado de la sentencia, gemía y
suplicaba, no que se le perdonase, sino que antes de que lo deshonrasen
azotándolo, le dieran muerte; ningún efecto causaron tales súplicas, y mon-
tado en el burro destinado al efecto, un verdugo soez, le fué contando
á conciencia sobre sus nobles espaldas, y sin que faltase uno, los 400 azo-
tes en que consistía la pena. No pararon aquí las tribulaciones de D. Carlos,
pues, terminados que fueron, y ya más muerto que vivo, le bajaron de su
villana y pacífica cabalgadura, raparon su cabeza y cara, y haciéndole subir
en un macho de albarda, le encaminaron unos alguaciles á Toledo, para
incorporarlo á una cadena de galeotes que había de partir de la ciudad
imperial.
344
y de Genealogía Española.
Excusado es decir el alboroto y escándalo que movió en Madrid la
noticia de tan extraordinaria ejecución; por una parte los nobles, amigos
y parientes del sentenciado, y por otra los militares, pues D. Carlos tam-
bién lo era, clamaban y protestaban á voz en grito contra tan absurda sen-
tencia, que de tal modo vulneraba sus fueros y privilegios. Pusiéronse pas-
quines en varias partes, en los cuales no salían muy bien parados los alcaldes
de corte, y en los que se fijaron el 24 de Noviembre de 1645, se convocaba
para el 26, á las once de la mañana y en la plazuela de la Cebada, á toda
la nobleza de Castilla. Firmaba el pasquín el Duque de Alba, y por su
mandado, Juan de Padilla.
Ignoramos los acuerdos que tomara la nobleza, si es que llegó á reunirse
y á tomarlos; pero sin duda alguna debió llegar al Rey en representación
de su agravio, cuando éste, que estaba ausente de Madrid, cuando el
suceso, á poco de llegar á la Corte suscribió los siguientes documentos:
«Por la copia inclusa de la respuesta que he dado á consulta del Con-
sejo, sobre la sentencia que se ejecutó en la persona de D. Carlos Pacheco,
verá el de Guerra la resolución que he tomado y de la ejecución que se
hace, en abono de lo que deseo favorecer la milicia y pagar la sangre que
derrama en mi servicio; pero esto mismo obligará á ese Consejo á velar en
que ella no exceda un punto de los límites justos y venere á la justicia
como es razón, procurando evitar estos encuentros y competencias y toda
causa que las ocasiona, pues de lo contrario, me daré por deservido. Espero
que el Consejo atenderá á esto con las veras y atención que acostumbra,
particularmente en tiempo que tanto importa que la milicia proceda así, en
la campaña como en la Corte, con la ajustada disciplina que debe guardar
en los ejércitos.
•Madrid 13 de diciembre de 1645.»
La copia á que se hace referencia es la que sigue:
^Respuesta de la real mano de S. Ai., á consulta del Consejo de Castilla,
contra la sentencia dada y ejecutada en D. Carlos PachecOy por la Sala
de los Alcaldes:
>En todo tiempo puede haber experimentado el Consejo lo que he
deseado y procurado que la justicia esté en el estado que pide el buen
gobierno desta Monarquía, pues reconozco que es la piedra fundamental
sobre que carga mayor obligación, con la cual deseo cumplir siempre y
para ello pongo los medios que alcanzo; al paso que reconozco la autori-
345 23
Revista de Historia
dad que debo dar á la milicia, particularmente en tiempos tan calamitosos
como los presentes, en que es fuerza que sean los excesos mayores; así
mismo debe ella obrar con tal atención que no ocasione el ruido que estos
días pasados ha habido en este lugar, con la pena de azotes y galeras, que
se ejecutó tan repentina y atropelladamente en la persona de don Carlos
Pacheco; bien creo, que, si yo hubiera estado aquí, se hubiera evitado este
inconveniente; pero pues en mi ausencia se ejecutó, debo dar con mi pre-
sencia satisfacción á la justicia, al paciente y al fuero militar, que tanto
deseo favorecer siempre, y pagar el amor con que en tantas ocasiones
aventuran los soldados sus vidas en mi servicio; y así, he resuelto que los
alcaldes, don P." de Amézquitay don D° de Rivera, don Antonio de Lezama
y don Agustín del Zerro (?) que fueron los que le votaron que fuese azo-
tado don Carlos, sean privados de sus puestos y salgan desterrados seis
leguas fuera de la corte y de la de donde yo me hallare, cumpliendo esta
orden á las 24 horas de como se les intime; y á los alcaldes, don Antonio
de Miranda y don Martín de Larreátegui, que fueron los que le condenaron
á muerte, libro de la pena, pues pusieron la justicia en su lugar; y el reo
pagará su culpa y el fuero militar se verá sin la nota que tal acción le
puede haber ocasionado. Este reo se entregará al Consejo de Guerra,
alzándole la pena de las galeras y verá qué demostración ha de hacer con
él. Espero que el Consejo dará luego cumplimiento á esta ejecución como
se lo ordeno, y después habrá tiempo para mirar lo que se ha de hacer, para
que se eviten en lo adelante semejantes inconvenientes.»
Un poeta anónimo, contemporáneo de los hechos, nos los cuenta en un
romance á estilo de ciego, que si bien demuestra facilidad para versificar,
en cambio los esdrújulos que emplea no son todo lo apropiados que debie-
ran. Dicen así:
Esdrújulos hechos contra los Alcaldes de Corte de la villa de Madrid el año de 1644 (1)
por haber con gran rigor mandado azotar á un caballero porque dio una bofetada bien
dada á un Alguacil de corte en la misma cárcel.
Las barbudas y las brigldas
Oigan y escuchen mí cántico,
Porque quiero en canto de órgano
Cantar con estilo jácaro.
Sepan que está el triste Amézquita
Y otros tres alcaldes pálidos
De la Corte y de sus términos
(1) Es equivocación. El suceso ocurrió en 1645.
346
y de Genealogía Española.
Arrojados á otros páramos.
Sin plazas los deja el Cónclave
De aquel príncipe magnánimo,
Tan justo como benévolo,
El cuarto Felipe máximo
Porque azotaron intrépidos,
Y no muy poco temáticos,
Á un caballero pacífico,
En nobleza puro y candido.
Tuvo coloquio satírico
Con un alguacil mecánico.
Que tiene más de bufónico
Que no de sujeto estático.
Pues le desmintió colérico,
Y el otro, que no es flemático,
Le asentó con mano intrépida
Sobre su carrillo un tártago.
En su tribuna los cónsules.
Que casi estaban mirándolo.
Ordenan sentencia súpita
Dándole castigo rápido.
Púsose á caballo el mí§ero.
De aquel finísimo pájaro
Que cual rapante cernícalo
Le saca á volar el ámbito.
Iba el sardesco tan tímido.
Como el caballero pálido,
Y el verdugo, que es un picaro.
Le puso como un San Lázaro.
Fué su paseo larguísimo
Que pudo llegar al Cáucaso;
Y los alguaciles vívoras
Al verdugo infunden ánimo.
Los caballeros atónitos
De ver tan gran espectáculo
Están tristes, melancólicos.
Como derrotados náufragos.
Súpolo su padre un miércoles.
Escribiéndoselo un sábado,
Y al viejo de puras lágrimas
No se le enjugan los párpados.
Llegó á la corte amantísima.
El Rey estando en su tálamo (?)
Quitó á los alcaldes pésimos
Las varas, para ellos báculos.
Al padre y ai hijo unánime
Consuela el Rey beneplácito,
De su bondad siendo víctima,
Y de sus heridas bálsamo.
—Carlos, á jueces tan rígidos
Causa de tu caso trágico
Con pesadumbres y tósigos.
Sustos y penas regálalos (1).
(1) Bib. Nacional. Ms. M-78 aut., hoy 3.831.
347
Revista de Historia
No creemos que se hayan dado en España muchos casos como este.
Que D. Carlos era noble lo demuestran sus apellidos, y según las cartas de
donde hemos tomado los anteriores datos (1), era pariente de los Marque-
ses de Villena, y el Rey le había concedido merced de hábito, no llegando
quizás á cruzarse por los anteriores sucesos, puesto que su expediente no
se conserva entre los de las Órdenes militares. Sólo sabemos de su familia
que su padre era pagador de Galicia, y que sus dos hermanos, el uno ser-
vía en Flandes y el otro en la carrera de las Indias, é ignoramos la suerte
que después le cupo al bien azotado caballero.
Lucas de Torre.
(1) Acad. de la Hist., Colee, de Jesuítas, 1. 120.
348
y de Genealogía Española.
S06R£ LAS TROVAS PE r£8R£1^
Para el estudio de la historia de los antiguos reinos de Aragón y de
Valencia, suponen verdadera importancia las de esta riquísima colección
genealógica^ atribuida generalmente á mosén Jaime Febrer, y conocidas con
el nombre de Troves dells linatges de la conquista de Valencia.
Quinientas cincuenta y cuatro trovas descriptivas de los abolengos
correspondientes á los principales caballeros que concurrieron con sus
armas y sus mesnadas á la cruzada de Valencia forman y componen esta
interesante colección de trovas heráldicas ó genealógicas, á las que prestan
singular relieve los artísticos dibujos, primorosamente iluminados, de los
blasones que describen.
Basta con lo dicho para encarecer la importancia de la obra de Febrer.
Puede afirmarse, sin riesgo de padecer gran equivocación, que es el pri-
mero y más antiguo de los nobiliarios conocidos. Á la conquista de Valen-
cia acudieron, como es sabido, los representantes de los más esclarecidos
linajes de la Corona de Aragón. Una obra coetánea á este acontecimiento,
que describa sus escudos de armas, y que, aun cuando sucintamente, señale
los principales hechos de sus más gloriosos ascendientes, bien puede consi-
derarse como obligado fundamento y punto de partida para más completas
investigaciones.
Veamos el origen que la generalidad de los autores atribuyen á estas
trovas.
Nació mosén Jaime en Valencia. Su padre, el famoso caballero Guillen
Febrer, fué uno de los guerreros que mayores y más sobresalientes servi-
cios prestaron á D. Jaime I de Aragón en las continuas y empeñadas luchas
que mantuvo con la morisma. En la gloriosa expedición de Mallorca, al
mismo tiempo que guerreaba denodadamente, desempeñaba el importante
cargo de veedor ó intendente del ejército sitiador. Y con el mismo empleo
debió de acudir á la empresa reconquistadora de Valencia.
Rendida Valencia por capitulación y convenio el día 28 de Septiembre
349
Revista de Historia
de 1238, premió el Monarca conquistador los relevantes servicios de tan
leal caballero concediéndole, entre otras importantes donaciones, una casa
junto á la parroquia de San Esteban.
En ella nació mosén Jaime en Agosto del mismo año de 1238, siendo
apadrinado en su bautismo por el propio rey D. Jaime. Y todavía quiso dar
á los Febrer una prueba más de su real estimación haciéndoles añadir á su
escudo— que era una lis de azur en campo de oro— un león rampante sobre
campo de plata.
Muerto Guillen Febrer, sucedió mosén Jaime en los cortesanos empleos
y en la confianza regia. Contemporáneo del primogénito del conquistador,
el infante D. Pedro, se crió en íntima y fraternal amistad con el heredero de
la Corona de Aragón, quien siendo ya hombre le mantuvo en su más pre-
dilecta privanza, apreciando las buenas prendas y raras cualidades litera-
rias de que bien pronto dio gallardas muestras el vate valenciano.
Pero no sólo hizo mosén Jaime vida cortesana y literaria. El espíritu
guerrero y caballeresco de la época y su lealtad á los Reyes hízole tomar
parte en arriesgadas empresas y atrevidos lances. Cuando en 1269 pre-
paró D. Jaime su piadosa y guerrera expedición á Tierra Santa, fué uno de
los caballeros que embarcaron en Barcelona con rumbo á los sagrados luga-
res. Y testigo ocular de la terrible y furiosa tempestad que en aguas medi-
terráneas malogró aquel noble intento, hizo de ella una interesante descrip-
ción en verso para informar del lamentable fracaso á su Mecenas el infante
D. Pedro. De este poema— escrito en octavas reales— hacen mención Beuter
en su Historia de Valencia, Argote de Molina en sus discursos al fin del li-
bro del conde Lucanor, Escolano, Nicolás Antonio y otros notables eruditos.
Más adelante— en 1275— la fidelidad de mosén Febrer á sus monarcas y
protectores le llevó á acompañar al infante D. Pedro cuando, con un ejército
de 1.000 caballos y 5.000 infantes, acudió en socorro de D. Sancho de
Castilla, que se veía estrechado por los moros de Murcia y Andalucía, hábil-
mente dirigidos por el famoso Miramamolín Aben-Yucef. Guerreó el poeta
valenciano en estas compañías, y hallándose con su ejército en los alrede-
dores de Murcia, recibió heridas de tanta importancia, que hubo de necesi-
tar retirarse á su casa de Valencia.
De regreso también el infante D. Pedro, quiso visitar en su propia casa
á su amigo mosén Jaime, que convalecía aún de sus dolencias. Y fué en esta
ocasión cuando llamó poderosamente la atención del príncipe una numerosa
colección de escudos bien dibujados y primorosamente pintados que lucían
en una de las galerías de la casa. Interrogado Febrer acerca de su proce-
dencia, contestó que él había ido entreteniéndose en dibujar é iluminar
350
y de úenealogia Española.
aquellos escudos que correspondían á las armas de los principales caballe-
ros que tomaron parte en la conquista de Valencia y de su reino. Compren-
diendo entonces el infante lo útil de aquella valiosa colección heráldica, le
rogó que pusiese al pie de cada escudo una inscripción en verso explicativa
del origen, abolengo y méritos de los respectivos linajes. El poeta cumplió
el regio encargo en breve tiempo.
Tal es el origen atribuido generalmente á las interesantísimas trovas de
mosén Jaime Febrer, escritas en lengua lemosina, en estrofas de once síla-
bas y algunas, aunque pocas, de doce.
De estas trovas se conocen varias ediciones.
En el año 1796 se hizo una muy hermosa en la imprenta del Diari de
Valencia. Hasta cinco ejemplares de ella he tenido ocasión de examinar.
También existe una traducción castellana editada en Palma de Mallorca —
1848— con un interesante prólogo de D. Joaquín María Bover.
En la sección de manuscritos de nuestra Biblioteca Nacional— signa-
tura Q. 132, 133— existen dos tomos de 280 y 315 foHos, respectivamente,
letra del siglo XVIII, que contienen las trovas de Febrer al pie de los escu-
dos iluminados en colores. Fueron copiados por el presbítero mosén Fran-
cisco Pascual Chiva, y van precedidos de un encomiástico preámbulo de
D.José Ortí.
Más interesantes son todavía otros dos manuscritos de la misma época
correspondientes á las signaturas M. 157 y 226, también con escudos ilu-
minados y con las trovas completas de Febrer. Fué el primero copiado de
uno mucho más antiguo que existía en la rica biblioteca de D. José Vicente
del Olmo, y va el segundo precedido de tres curiosas cartas, fechadas en
Abril de 1759 y dirigidas al P. Andrés Marcos Burriel por D. Vicente X¡-
meno. El erudito autor de la Biblioteca de Escritores Valencianos (1)
emite en ellas su opinión sobre estas trovas, recientemente descubiertas por
entonces.
¿Son auténticas las trovas de Febrer.^
Lo primero que salta á la vista al pr oponerse esta cuestión es que tanto
el estilo como los vocablos y modismos de los manuscritos conocidos pare-
cen muy posteriores á la remota época de su autor. No ya comparados con
(1) Escritores del Reino de Valencia cronológicamente ordenados desde el año 1238
de la cristiana conquista de la misma ciudad hasta el de 1747, por D. Vicente Xlmeno.
351
Revista de Historia
los usados en el siglo XIII, sino aun con las obras de escritores como Ausia
March, Jaime Roy y otros en dos siglos posteriores al favorito de Pedro III
de Aragón, se encuentran en su léxico giros y expresiones de más modernas
construcción. Esta circunstancia ha hecho á algunos negar á mosén Jaime
la paternidad de las trovas, que atribu yen á un autor anónimo del siglo XVI,
á cuyo estilo parece corresponder el de los manuscritos conocidos.
No comprendo, sin embargo, qué interés pudo caber al desconocido y
supuesto autor para ocultar su nombre y poner el de Febrer, vate cuyo
recuerdo carecería de importancia de no haber escrito esta colección. Todo
ello aparte de que de haber intentado hacer pasar la obra por original de
Febrer, hubiese cuidado de atemperar más su estilo al de los tiempos en
que aquél floreció.
Más acertadamente juzgan, á mi entender, los que suponen que mosén
Jaime Febrer es el verdadero autor de las famosas trovas, pero que, perdi-
dos los originales y las primeras copias, los sucesores copistas, más pro-
pensos y deseosos de vulgarizarlas que de conservarles su primitiva propie-
dad, fueron alterando los vocablos, acomodándolos al lenguaje de su época.
El mismo caso es aplicable á la mayor parte de los más importantes docu-
mentos de nuestra Historia; perdidos los originales, sólo se conservan co-
pias que distan mucho de guardar el prístino sabor de sus modelos. Por
esta misma opinión optan D. Gregorio Mayons, el erudito y antiguo cronista
del reino de Valencia D. Agustín Sales, y D. Vicente Ximeno en su citada
Biblioteca de Escritores valencianos.
Además, otra consideración existe que abona más que ninguna la auten-
ticidad de las trovas como originales de Febrer. Hay en ellas, aparte cier-
tos errores que bien pudieran atribuirse á las sucesivas copias, bastante
exactitud en la descripción de las armas y en la historia de las familias,
cosa que arguye un gran conocimiento de los linajes correspondientes á los
caballeros que tomaron parte en la conquista de Valencia. Y es más vero-
símil atribuir á un contemporáneo de ellos ese perfecto conocimiento de sus
méritos ó blasones que á un muy posterior historiador que los describiese
en tiempos muy posteriores, en que muchos de los linajes habrían despa-
recido, y en que los archivos, menos cuidados que hoy día, eran también
menos asequibles al investigador de antigüedades.
Las razones que ligeramente dejo apuntadas, parecen indicar como más
verosímil la idea de que las famosas y conocidas trovas son efectivamente
originales de Febrer, si bien alteradas en su primitivo léxico por los nume-
rosos copistas.
Tomás Domínguez Arévalo.
352
y de Genealogía Española.
Armas de Cotes.
Antiguos linajes de Castilla la Vieja.
LOS COTES
Seguramente hay pocas poblaciones en España que tengan un sabor
tan caballeresco como la en un tiempo importantísima y hoy decaída y po-
bre Olmedo, como justificaba el conocido proverbio,
«Quien de Castilla señor pretende ser,
Á Olmedo y Arévalo primero de su parte ha de tener»,
en el que se alude, según D. Fermín Caballero en la curiosa Nomenclatura
Geográfica de España (Madrid, 1834, pág. 176), á la importancia de estas
dos villas en los siglos XIII al XV; residencias Reales unas veces y siempre
avecindadas de grandes magnates, demostrada aquélla por el gran número
de privilegios y otros documentos reales datados en ellas y la segunda por
el grande influjo de su antigua y poderosa nobleza en los sucesos de Cas-
tilla.
Yace en el olvido, é inédita ó por coordinar en sus archivos seculares y
eclesiásticos, la historia de la primera de estas poblaciones. Olmedo, pues
no debe considerarse como tal el libro titulado Novenario sagrado á la
milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Soterraña, Patrono de la villa
de Olmedo, que escribió á fines del siglo XVIII el presbítero D. Antonio
353 24
Revista de Historia
Prado y Sancho (1), pues, aunque tiene pretensiones de ser un resumen de
historia local, no contiene dato alguno histórico ni descriptivo aprovecha-
ble, y aunque forma un regular volumen, sólo está lleno de citas eruditas
impertinentes, muchas incoherentes y otras falsas, de tal modo que se puede
decir no existe tal historia de Olmedo.
Por singulares privilegios de los Reyes recompensando servicios meri-
torios de la nobleza de Olmedo, se le concedió la mitad de los oficios
electivos del Concejo de la villa en los dos bandos ó linajes en que estaba
dividida, llamados de San Andrés, vulgarmente los lombardos y barajos, y
de San Pedro ó de adentro, nombres aquéllos que correspondían á las
iglesias parroquiales donde celebraban las Juntas estos linajes.
El linaje de los de San Andrés de Olmedo se regía por el dicho privi-
legio y las confirmaciones de los Reyes, y por la Ordenanza para su go-
bierno aprobada por Real provisión dada en Madrid á 9 de Junio de 1590,
firmada de los señores del Consejo de Castilla y refrendada de Gonzalo de
la Vega, escribano de Cámara, á pedimento del estado y linaje de los hijos-
dalgo de dicha parroquia, en la que estaban incluidas sus ordenanzas en
número de 24. El libro más antiguo de sus Juntas daba principio con la ce-
lebrada el día 23 de Febrero de 1599 (2), y desde la hoja 16 hasta la 19
contenía una lista de los caballeros recibidos en el linaje. Como expresé,
se celebraban Juntas del linaje en la parroquia de San Andrés que presidía
el Corregidor de la villa, y además de la elección de los oficiales para el
gobierno de la Junta, ó sean Mayordomo y Diputados, alternaban con la
de San Pedro anualmente en la elección, por el estado noble, de Alcalde
de la Santa Hermandad y Procurador general. La Junta de elecciones tenía
lugar el martes de Carnaval cada año.
Los del linaje de adentro ó de San Pedro se reunían bajo la presidencia
del Corregidor de la villa en Junta en la capilla de Santa Catalina de dicha
parroquia, que era colateral en la nave del Evangelio, gozando de los
mismos privilegios que la de San Andrés para la elección de oficiales del
Concejo por el estado noble; y el libro de actas más antiguo que conser-
vaba este linaje daba principio en Junta del día de Carnaval, 9 de Marzo
de 1546.
También el estado llano de hombres buenos gozaba de sus privilegios
para elegir representantes de su seno en el Concejo, y se reunía con este
(1) Existe una copia Ms. en la Biblioteca del Centro del Ejército y Armada.
(2) «Libro de los privilegios y loables usos y costumbres ordenanzas fechos y acuerdos
de la Junta de los caballeros hijosdalgo del linage de San Andrés, confirmado por los se-
ñores Reyes de gloriosa memoria y últimamente del señor Rey D. Felipe II, año de 1598.»
354
y de Genealogía Española.
fin en la iglesia del Castillo, llamada la Mayor, con las personas nombradas
por las cuadrillas de Santa María, San Miguel, San Andrés y Santo Tomé,
en las que entraba todo el estado general, que elegía en aquella Junta su
Alcalde, Procurador y Diputados.
Este sistema de gobierno tuvo Olmedo desde muy antiguo hasta prin-
cipios del siglo último, en que quedaron derogados los privilegios exclu-
sivos de particulares y corporaciones.
De las familias nobles de Olmedo se trataba con extensión, según refe-
rencia de D. Antonio Prado en el Novenario, en un códice escrito por el
sabio genealogista D. Luis de Salazar y Castro, que inédito se conservaba
en el Monasterio de Monjes Benitos de Madrid, donde lo vio Manuel
Pascual, Secretario del Ayuntamiento de Olmedo, en el que se referían
hasta 72 familias de la villa; pero aunque hemos intentado verlo en la Real
Academia de la Historia, donde se conserva la colección que formó don
Luis de Salazar, no lo hemos logrado hallar, ni aun referencias de él, sin
duda por ser incompleto el catálogo de dicha colección.
El mismo autor, D. Antonio Prado, al tratar en el Recuerdo séptimo y
ú'timo de los hijos especiales de esta patria, de los Velázquez del Puerco,
nos dio otra referencia, que creímos útil para el estudio de la nobleza de
Olmedo, diciendo: «de este árbol de Velázcjuez se enlazaron con las mejo-
res familias de Olmedo, escribe Zurita y D. José Pellicer y Tobar, cronista
del Rey, en un instrumento que he visto firmado de su nombre en 22 de
Julio de 1649, y las especifica como Cotes, Carrillos, Dazas, Bobadillas,
Acuñas, Osorios, Seses, Olmedillas, Fonsecas, Enríquez, Lunas, Vélaseos,
Buitragos, Guzmanes, Ulloas y otras ilustres familias de Castilla», refiérese,
según dice más adelante, y llama instrumento al memorial que dio al Rey
D. Andrés Velázquez de Velasco, caballero de Santiago, Conde de Esca-
lante (1); pero al leer nosotros dicho memorial encontramos falsa de todo
punto la cita, no habiendo referencia alguna de dichas familias, incluso de
la de Velázquez del Puerco, avecindada en Olmedo.
Hecho constar lo antecedente, daré comienzo á la relación del nobilísimo
y antiguo linaje de Cotes, uno de los más ilustres de Olmedo y aun de todo
Castilla la Vieja, como dice Prado al tratar de fray Lope de Olmedo,
general de la Orden de San Jerónimo y su reformador, en el siglo XV,
(1) Memorial de la Casa y servicios de don Andrés Velázquez de Velasco cavallero del
orden de Sant-iago Conde de Escalante i de Tahalu, Señor del Estado de Villavaquerin y
Sinova.— Al Rey nuestro Señor.— Por Donjoseph Pellicer de Tovar Señor de la Casa de
Pellicer y de Ossait Cronista mayor de su magestad i de su Consejo.— E.n Madrid. —
Año MDCXLlxi Biblioteca Nacional. Sala de varios. (1-155, 71.)
355
Revista de Historia
del cual dice: «anació en Olmedo, de la esclarecida alcana de Rodríguez y
Cotes*, noticia que no confirma con documentos ó fuentes serias, y por lo
que no estando de acuerdo con la opinión de los biógrafos de este perso-
naje, no nos atrevemos á aceptar, incluyendo á fray Lope entre los vastagos
ilustres del linaje. La principal fuente de las noticias que irán en el trabajo
ha sido el riquísimo Archivo de las Órdenes militares, donde registramos y
tomamos datos de todos los caballeros que de esta familia Cotes vistieron
hábitos en ellas, así como de sus enlaces; de otros papeles y algunos
libros también aprovechamos noticias, como declaramos en sus respec-
tivas citas.
El nombre de Cotes es geográfico, tomado del lugar de este nombre, en
la provincia de Valencia, partido judicial de Alberique, cuyo lugar lo ven-
dió Andrés Jiménez Doris, en 1419, á Jaime Castella, como pago de deudas.
(Diccionario geográfico de Madoz.)
Las armas que usaba esta familia se componían: de escudo cuartelado,
primero y cuarto de plata, la cruz hueca de gules; segundo y tercero de
gules, castillo oro.
Se encuentran estas armas en diferentes sitios de la iglesia parroquial
de San Juan de Olmedo, patronato de esta familia; en la casa del mayo-
razgo, sita en la plazuela de Cotes de la repetida villa, y en la antigua casa
del mayorazgo de segundos de la misma familia, que estaba situada frente
á la parroquia de San Andrés de Olmedo.
Los Cotes estaban afiliados al linaje ó Casa de San Andrés, con los
Fonsecas, Seses, Velázquez, Ortega y otros con quienes enlazaron.
*
* *
I. Garci González de Cotes, es el primero de la familia del que hallé
noticias en los expedientes de Órdenes para cruzamiento de sus descen-
dientes, y del que existe notable recuerdo en el magnífico sepulcro que
guarda sus restos en la iglesia parroquial de San Juan, el que no pasó des-
apercibido para D. José María Cuadrado, quien en nota de la pág. 207 del
tomo referente á Valladolid, Falencia y Zamora, que escribió para la obra
España, sus Monumentos y Artes, copió la inscripción de esta sepultura y
describe en el texto la iglesia, diciendo: «Esta parroquia fué renovada
cuando luchaba el renacimiento con las postreras tradiciones del arte gó-
tico, por un Obispo de Córdoba, á cuya ilustre familia de Cotes sirvió de
panteón una capilla, hoy destinada á sacristía, con cúpula por techo y con
platerescos sepulcros en sus ángulos».
356
y de Genealogía Española.
También D. Vicente Poleró, en su curiosa obra Estatuas tumulares de
personajes españoles de los siglos XIII al XVII, copiadas de los originales
(Madrid 1902, pág. 49), reproduce la estatua yacente de este caballero, y
después de una ligera descripción siguiendo la de Cuadrado, dice: «El
bulto yacente de este caballero tiene armadura completa, menos en los
pies, que aparecen calzados de malla. Encima de la armadura, hasta la
mitad de los brazos y muslos, lleva cota de finísima y bien labrada malla;
con las manoplas sostiene una ancha espada y á los pies un perro, como
Fachada del palacio de los Cotes en Olmedo'(l).
signo de fidelidad y nobleza. Á su simpático semblante le da singular atrac-
tivo el cabello cortado por la frente, bajando en guedejas por ambos lados
y cubriendo su cabeza un sencillo bonete. Este bulto, labrado en piedra y
de tamaño natural, es, como obra de arte, lo mejor que en Castilla se hizo á
mediados del siglo XV>. Según la descripción de este sepulcro, hecha por
los informantes en pruebas de las Órdenes, se hallaba en el presbiterio de
la iglesia de San Juan, al lado del Evangelio, debajo de un arco sostenido
por varias columnas y en la pared del arco la siguiente inscripción en piedra:
AQUÍ YACE EL HONRRADO CAUALLERO QARCI GONZÁLEZ DE COTES I SU MUGER
THERESA RODRÍGUEZ, AL QUAL ARMÓ CAUALLERO EL INFANTE DON HERNANDO
SOBRE SEPTENIL AÑO DE 1407: FALLECIÓ EN 19 DE SETIEMBRE DE 1413: REEDIFICÓ
ESTE ARCO CON ESTA IGLESIA SU DESCENDIENTE HERNANDO DE VEGA COTES,
PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE HACIENDA E INDIAS, OBISPO DE CÓRDOBA.
(I) Debemos á la amabilidad del Sr. Cura párroco de la iglesia de San Juan, D. Agustín
Barrera, las fotografías que ilustran este artículo.
357
Revista de Historia
Según las declaraciones de los testigos en las
pruebas de D. García de Cotes para caballero de
Alcántara, fué hijo de aquéllos otro del mismo
nombre.
II. García de Cotes, del cual no hemos encon-
trado noticias, sino que fué padre de otro de su
mismo nombre.
III. García de Cotes, Regidor de Olmedo, el
cual fué muy gran caballero, valeroso y privado de
la reina D." Isabel la Católica; su vasallo y continuo
de su Real Casa, como le nombra en una Cédula de
merced que le dio, expedida en Olivares el 23 de
Julio de 1503, premiando su fidelidad y servicios,
con el privilegio especial y la autorización para que
pudiese abrir un portillo nuevo en la muralla y calle
de Olmedo, inmediata á su casa, para exclusivo ser-
vicio suyo y de su familia para salida al campo, de
cuya puerta tendría la llave, sin que el Concejo de
la villa pudiera impedirle el uso de dicho portillo.
Casó con una ilustre señora, D." Catalina Bece-
rra, y sus restos se conservan en la citada iglesia
de San Juan, patronato de esta Casa, en la capilla de
San Vicente, vulgo de los bultos, que era colate-
ral de la epístola, en donde están dichos señores
sobre sepulturas de piedra, con epitafios alrededor
de ellas y colocadas encima, sobre almohadas, sus
estatuas yacentes. De éstos fué hijo y sucesor en la Casa
IV. Jerónimo de Cotes, quien continuó los servicios de esta ilustre fa-
milia á los Reyes, en las ocasiones de su época; casó con D.'' Beatriz Be-
cerra y yace enterrado en la capilla de los bultos, en San Juan, con epitafio:
tuvo por hijos á
1.° Don García de Cotes, que sigue.
2.^* Doña Catalina de Cotes, que fué casada con Gracián de Sesé, de gran fami-
lia de Olmedo, los cuales, no teniendo sucesión, fundaron vínculo, para sus sobrinos
D.* Beatriz de Cotes y Luis Daza de Sesé, en las capitulaciones matrimoniales para
su casamiento, llamando á la sucesión á los segundogénitos de la Casa.
V. García de Cotes, Regidor de Olmedo, sucedió en la Casa; fué ¡lus-
tre caballero, y existe de él notable recuerdo en la iglesia parroquial de San
Juan de Olmedo, en cuya capilla de San Esteban en medio de ella, tiene
358
Estatua yacente de Garci
González de Cotes.
y de Genealogía Española
magnífica sepultura de labor gótico-arábiga, según Cuadrado que descri-
bió esta iglesia, como ya dijimos, y sobre ella su estatua yacente con epi-
tafio, en donde consta falleció el año 1542; casó con D."* Juana Fonseca,
natural de Tordesillas, hija de Hernando de Vega y de D." Juana de Fon-
seca, la cual fundó vinculo para los segundos de la Casa en las capitula-
ciones matrimoniales de su hija D/ Beatriz, y yace en sepultura inmediata
á la de su esposo, con estatua yacente asimismo; una y otra las mandó
hacer su hijo D. Hernando de Vega, Obispo de Córdoba, quien renovó la
iglesia de San Juan y labró soberbio panteón á sus padres y demás ante-
pasados. De García de Cotes y D.' Juana de Fonseca, fueron hijos:
Patio de la casa de los Cotes en Olmedo.
1.° Don García de Cotes, caballero de la Orden de Alcántara, que sigue.
2° Don Hernando de Vega y Fonseca, quien llevó los nombres de sus abuelos
maternos, insigne varón que por sí solo ¡lustraría el linaje; nacido en Olmedo, fué
dedicado á la Iglesia por su madre, ya viuda, siendo recibido por Colegial mayor
en el célebre de San Bartolomé de la Universidad de Salamanca, en 10 de Septiem-
bre de 1553; graduado de leyes en ella, fué su Juez metropolitano. En 1559 salió
del Colegio para Inquisidor de Zaragoza, y en 1560 obtuvo plaza de Oidor en
Valladolid; fué luego de la Suprema Inquisición (1568) y Visitador de la Chancille-
ría de Valladolid. En 1570 obtuvo la Presidencia de dicha Chancillería, pasando á
poco á la de Granada con el mismo empleo, que sirvió hasta el año 1579, en el que
fué nombrado Presidente del Consejo Real de Indias; presentado por S. M. en la
Corte romana para el Obispado de Córdoba, le fué provista la Silla, que rigió hasta
el 2 de Septiembre de 1591 en que falleció (1). Demostró gran cariño á su patria y
(1) Historia del Colegio viejo de San Bartolomé de Salamanca, por D. José de Rojas,
marqués de Albentos, 1. 1, pág. 369.
359
Revista de Historia
familia con multitud de fundaciones benéficas y piadosas y fundó un pingüe mayo-
razgo para su sobrino, por el que, cuidadoso de conservar limpio su linaje, excluía
de la sucesión á los que casaran con descendientes de judíos, moros, etc. Ya que-
dan dichas las obras que hizo de restauración en la parroquia de San Juan, á la que
dotó de magníficos ornamentos y vasos sagrados y otros objetos para el culto y
del panteón para los de su linaje; fallecido en Córdoba, sus restos fueron traslada-
dos á esta parroquia, donde yacen.
3.° Doña Beatriz de Cotes, que casó con Luis Daza Sesé Luna y Bobadilla, de
nobilísima familia de Olmedo, y en cuyas capitulaciones matrimoniales se fundó el
vínculo de segundos por su madre y tíos, D.* Juana de Fonseca, D.* Catalina de
Cotes y Gracián de Sesé, como ya se expresó; de éstos fué hijo D. García de
Sesé y Bobadilla, quien casó con D."* Leonor de Vera, padres i e D. Luis de Sesé y
Bobadilla, caballero de la Orden de Alcántara: de todos ellos trae noticia D. Luis
de Salazar y Castro en la Historia genealógica de la Casa de Lara, lib. XIX,
folio 340. El vínculo de segundogénitos, cuya casa estaba en Olmedo, en la plaza,
frente á la parroquia de San Andrés, recayó en D. ' Catalina de Sesé y Cotes, así
llamada por imposición del vínculo, quien, casada con D. Francisco Velázquez del
Puerco, Regidor de Olmedo, tuvo á D. Gaspar Velázquez del Puerco y Cotes, Regi-
dor perpetuo de Olmedo, heredero del vínculo, padre de D/' María Velázquez del
Puerco, que como segundogénita lo heredó también, y casó con D. Alonso de
Ulloa, Señor de la Ventosa, el Villar y Santiago del Valle, teniendo por hija here-
dera de la segunda Casa de Cotes á D.* Josefa María de Ulloa Velázquez del
Puerco y Cotes, quien casó con D. Ignacio de Ortega y Cotes, en el que, como
veremos, recayó también la primera Casa de dichos Cotes.
VI. Don García de Cotes, caballero de la Orden de Alcántara, señor de
los mayorazgos de su Casa, á quien por sus especiales servicios le hizo el
Rey merced del hábito, haciéndose las pruebas para su cruzamiento en
Olmedo, de donde era natural, el 6 de Junio de 1542, de cuyo expediente
tomamos importantes noticias para la genealogía reseñada hasta ahora.
Falleció D. García en Olmedo, y fué enterrado en el referido panteón de su
Casa, en la parroquia de San Juan, y su sepultura tiene esta inscripción:
AQUÍ YACE GARCÍA DE COTES, CAUALLERO DEL ORDEN DE ALCÁNTARA:
MURIÓ EN 8 DE SETIEMBRE DE 1561
según certifican los informantes en las pruebas para el hábito en Alcántara
de D. Antonio de Cotes.
Casó este caballero con D."* María Sarmiento, hija de un ilustre juriscon-
sulto, el licenciado Juan Sarmiento, preclaro hijo de Olmedo, que escribió
la historia de la Orden de Alcántara, cuyo hábito llevó, siendo también
Oidor del Real Consejo de las Órdenes, hijo, según las pruebas de su
nobleza hechas en Olmedo el año 15 , de Pedro Sarmiento, natural de
Roa, valeroso Capitán, y Alcaide de Villafrechos por su señor el Conde de
360
y ¿g Genealogía Española.
Ureña, quien lo casó en Olmedo con D." Isabel de Ortega, hija de N. Gon-
zález de Ortega, de linaje de caballeros de la villa, y nieto de Juan Sar-
miento, natural de Roa.
De aquel matrimonio no quedó más descendencia que una hija, doña
Juana de Cotes y Sarmiento, la cual heredó todos los vínculos, mayorazgos
y derechos de su Casa, y casó con D. Pablo Espinosa, por donde se conti-
nuó la descendencia, usando el mismo apellido Cotes, como veremos en
otro artículo.
Juan Moreno de Guerra.
(Se concluirá.)
361
Revista de Historia
M\
Mi deber como Cronista de la provincia de Falencia me ha obligado
para estudiar lo propio (no solamente cuanto ha llegado á mi alcance y que
publicado esté) á entrar de lleno en la exploración de nuestros archivos.
Para quien gusto en esto tiene, no es labor penosa. Encantan los relámpa-
gos que salen de las Escrituras, revelando verdades que aún no ha reco-
gido la Historia. De la Edad Media, propios de las regiones del Norte y
centro de España hasta el Guadarrama, poseo copias de más de 20.000 do-
cumentos, á partir desde el siglo IX. Y siempre sin otro auxilio que el mío
propio y personal.
El punto de mi partida estuvo en la exploración de las escrituras, en las
que consta la Historia de los Monumentos históricos y artísticos que
fueron y son en la actual provincia de Falencia; y carta tras carta, papel
tras papel, me hallo yo mismo asombrado, aunque no confuso, con un cau-
dal riquísimo que á toda Castilla la Vieja pertenece, y á Galicia, Asturias,
con no pocas alumbraciones en toda la cordillera pirenaica vasco-navarra,
aragonesa y castellana.
No puedo ya contener la fuerza de tantas energías históricas, y las voy
dando en las Revistas de España para que sean vulgarizadas por un espa-
ñol de la hoy Vieja Castilla.
La documentación palentina ya va saliendo en otra publicación men-
sual. Y la documentación que nos enseña el Origen y desarrollo de nues-
tra lengua castellana será expuesta en las lecciones que desde el mes de
Octubre en adelante, Deo volente, habré de dar en un establecimiento oficial
de enseñanza, habida ya la necesaria autorización, documentación cargadí-
sima de datos históricos, geográficos, cronológicos, jurídicos, diplomáticos
y genealógicos de subidísimo valor, que desbaratan gran cúmulo de errores
que hoy pasan como asertos aceptables y aceptados.
Las personas que me ven trabajar en mis estudios de ampliaciones his-
tóricas desde las ocho de la mañana hasta que cerrados quedan los archi-
362
y de Genealogía Española.
vos y bibliotecas y museos, pueden dar fe de ello. Ellas se cansan de verme
y yo no me canso de explorar. Nací para buscar y ser pregonero de la
verdad contra los que encarnada llevan la mentira.
Descentralicemos lo que la desamortización aglomeró en Madrid para
daño de cada una de las provincias y provecho de unos cuantos cortesa-
nos, que explotan la documentación.
Por lo tocante á las provincias que no son la mía, á Navarra le ha tocado
el primer lugar. Las que algo de mí deseen, y que yo posea, pídanlo, que
al generoso de espíritu Dios le sustenta, aunque solo viviere. La ciencia
pura vuela sobre toda vía material y por encima de las mentiras de los
mundanos y poderosos del mundo. He aquí alguno de los documentos y
datos que he encontrado.
Theobaldus. Dei gracia Rex Nauarre, Campanie et Bric, comes pala-
tianus. Uniuersís ómnibus uasallis sais nalitibus, enfanconibus, burgensi-
bus laboratoribus totius regni Nauarre. Saluíem et dilectionem. Mandamus
uobis, rogamus uos, uolumus et precipimus quatinus si de nobis humaniter
coniigerii morí uos regnum meum de Nauarra tradatis carissime filie mee
Blanchi et marito eius. Si autem nos et ipsam mori contigerit, quod auer-
tat Deus, sine herede de nostris corporibus legitime procréalo, rogamus
iuos, mandamus uobis et uolumus, ut nos Nicholaum filium meum in regem
ET dominum recipiatis. Actum Anno domini. M.° C"C tricésimo octauo
mense maio.
*Theobaldo, por la gracia de Dios, rey de Navarra, Campania y Bric,
Conde palatino: Á todos sus vasallos, caballeros, infanzones, habitantes en
las poblicaones, labradores de todo el reino de Navarra: Salud y dilección.
Os mandamos, os rogamos, queremos y preceptuamos, para en el caso de
que yo muera [cuando menos lo pensare ó en acción de guerra] que
entreguéis el reino de Navarra á mi carísima hija Blanca y á su marido.
"Mas si á suceder viniese— Dios no lo permita— que Nos y ella muriése-
mos sin legítima sucesión, entonces os rogamos, mandamos y queremos
toméis por rey á Nicolás, hijo mío.
«Dispuesto así en el año del Señor de 1238; en el mes de Mayo.»
Véase para el presente caso lo que enseña y ordena el Fuero Juzgo,
lib. II, tít. V, Const. XV acerca Dehológrafis escrituris, por si pudiera darse
el caso de encontrar tres autógrafos de Teobaldo I, y con ellos ver clara-
mente si el documento publicado es un escrito de su puño y letra.
Esta no desmiente el año, si bien falta la indicación del dia, dentro
363
Revista de Historia
del señalamiento expreso del mes. Dies quoque et annus habeatur in eis
fscr/píí/r/s— en las escrituras), evidenter expressus. El texto latino ordena
que se ponga el día, y no habla de mes, pero se sobreentiende, á no ser
que se indique el tiempo valiéndose de festividades.
Además, el diploma no está subscripto por el Rey; pero el encabeza-
miento no deja lugar á duda ninguna, y el cronologar por el año del Señor,
Anno domini, también es un buen indicio.
¿Cómo habían de ser llamados testigos si el documento se escribió
para en caso de morir en campaña ó en la cruzada, y secreto, visto su
contenido?
Aquí lo notable consiste en el modo de transmitirse el derecho á la
Corona de Navarra.
Aparecen, en primera línea, llamados D."* Blanca, hija del Rey, con su
marido— ^7/e mee Blanchi et marito eius.—k continuación dispónese, mu-
riendo ella sin sucesión legítima, que todos los «uasallos, caballeros, in-
fanzones, habitantes de las poblaciones y los labradores del reino vecino de
Navarra reciban por Rey á Nicolás, hijo del Rey. Nicholaum filium meum
in REQEM ET DOMINUM recipiütiSJ)
Es singular que no se haga mención alguna expresa del orden religioso
por el Rey Cruzado y Trovador. [Documentación del monasterio de Leyre.
A. H. N.]
El siguiente documento es de la Era 1272. Año de Cristo 1234. [Docu-
mentación de Fitero. A. H. N.]
En esta carta, que contiene una donación hecha á Fitero, donación de
una cheredadde Cernerá... «con sus cogllagos e coanto venía en Nauarra»,y
en la que suena D. Pedro Gómez el mege, constan: «Regnante rege Thi-
baldo, comité de Campania et de Bria palazin, in Nauarra. Petras Remi-
gias episcopus in Pampilona. Robertus de Legayna tenente castrum
STELLE (Estella) Raymundus Theobaldus, prepositus. I Periz Iudice. Mar-
tino de Coyllantes Sajón. »
También es de carta suya lo siguiente:
»Conosguda cosa sea a todos aqueylos qi esta carta verán y odran...
nos don Teobaldus... Rey de Nauarra, de Campayna et de Bria cuende pala-
zin... Anno domini. [Año del Señor 1248]. Festum sancti Hylarii.» Indica el
mes y día con una festividad. [Caja 171. A. H. N.]
*
*
364
y de Genealogía Española.
Hay, pues, bastantes indicios para conjeturar que el primer documento
es auténtico y subscripto por el Rey Teobaldo I (1), y lo consideramos de
gran importancia para la historia del derecho navarro.
Del Monasterio de Leyre son las escrituras, de las que presento los
adjuntos datos de gran interés para el estudio del idioma.
[Era M.XXXXIIII-VII Kals. magii.- Leyre. Caja 168].
En una copia se lee: «quemdam montem qui dicebatur rustico uocabulo
ACTUBURu...» «un monte dicho actuburu en lengua rústica», dato filoló-
gico de excepcional importancia.
Otro dato, también interesante.
«... Olimfuisse quídam auunculus meus, abbas ualde relígíosus, Domí-
nus Galindo díctus, fuítque clericus ac magíster regís Sancií quí cognomí-
natus est ab antiquiís uulgalíbus auarcha.
«existió ya tiempo hace un tío mío, hermano de mi madre [auunculos],
Abad de bastante religiosidad, llamado don Galindo (domínus), que fué
clérigo y Maestro del rey Sancho, de cognomento, sobrenombre, Auarcha,
según los antiguos de habla vulgar.»
Cuídese bien el lector que á la filología se dedique, de fijar el propio
valor de los vocablos rustico y vulgalíbus; porque dentro de una misma
lengua vulgar, hubo, hay y habrá clases.
Bernardino Martín Mínouez.
(1) Tiene este documento mucha importancia para la Historia genealógica de la Dinas-
tía de Champagne, pues nos da noticia de un hijo de Teobaldo I que fué desconocido
para los historiadores; ni el P. Moret. que tanto investigó las antigüedades navarras, ni
Yanguas, ni modernamente el Sr. Béthencourt en su magna Historia Genealógica de la
Monarquía Española y Grandes de España, tuvieron conocimiento de este hijo del Rey
Teobaldo. (N. de la R.)
365
Revista de Historia
Mfiioms É los mm Coies de Leríi.
(CONTINUACIÓN)
CAP. 10.
ÚLTIMOS SUeCESSOS DEL MARQUES DE HUESCAR, SUS HIJOS, Y MUERTE
»Como estas concordias de los Reyes de Navarra con el Conde nacían mas de
necesidad, y respecto á los Reyes de Castilla que de amor duraron pocos años; y
para principios del de 1507 ya corrían con grande rompimiento, y se ensangrenta-
ron de manera contra el Condestable, que por Marzo del mismo año le occuparon
todos sus Estados por fuerza de armas, siendo uno de sus grandes contrarios en
este tiempo D. Cesar Borxa, indigno Obispo de Pamplona, que era Duque de Va-
lentinoix, el qual pretendió matar al Condestable; pero el supo mexof armarle el
lazo entre Viana, y Mendavia; y le quitó la vida á 9 de Mayo de este año (1), y su
espada, y zelada están pendientes en el pilar de la parte del Evangelio de la Capi-
lla Mayor de la Iglesia de Lerln.
»E1 Rey Catholico compadecido de las desgracias del Conde, y privación de sus
Estados, embió á Navarra por su Embaxador á Lope de Conchillos, solicitando la
restitución, que como dezia su Magestad, estaba obligado á hacer: siendo el Conde
tan allegado á la Casa Real, y su casa tan antigua en aquel Reino, y teniendo la
Condesa su Muger, y sus hijos el deudo, que tenian con el, y con la Reyna de Cas-
tilla su hija: y con el Príncipe su nieto. Y esto declaraba el Rey, que lo executaba
por el bien, y conservación del Reyno de Navarra: porque si otra intención tuviera,
poco le hubiera costado proveer á la defensión del Conde, y de su casa, como era
razón por el deudo, que con su muger, y hijos tenia, y por las otras consideracio-
nes, que concurrían en aquel hecho (2); pero nada aprovecharon estas instancias;
porque los Reyes de Navarra se mostraban inexorables, y al fin murió el Conde
despoxado.
»De su muger la Condesa Doña Leonor de Aragón tuvo quatro hijos; Don Luys,
que le succedió, D. Fernando de Beaumont que caso con una Doña Juana de
Beaumont, de quien tuvo por hija á Doña Leonor, quien, muertos sus Padres, renun-
ció todos sus derechos á favor del Condestable su Tio en Barcelona á 29 de Julio
(1) Zurita, p. 6, lib. 7, cap. Sl.SandovaUn el Catálogo, fol. 120.
(2) Zurita, p. 5, lib. 1, cap. 9 y 17.
365 .
y de Genealogía Española.
de 1529. La tercera hixa fué Doña Cathalina, que casó con D. Jayme de Fox, Infante
de Navarra, hixo quarto de los Reyes D. Gastón de Fox, y Doña Leonor, de que
habla Zurita, y consta de ladispension Apostólica, que se despachó para esse casa-
miento en 22 de Febrero de 1493, y parece que de el no huvo succession: la 4. hija
fué Doña Ana de Aragón, y Beaumont, que casó con D. Juan de Mendoza, el que
se pasó á Francia, y era hermano del Marqués de Zenete, estando en la Ciudad de
Toro, Dama de la Reyna Doña Isabel, y luego que ella murió, y de los dichos Don
Juan de Mendoza, y Doña Ana de Aragón huvo succession, y fué llamada al Mayo-
razgo de los Estados de Lerin en el testamento del Conde su tio. De otro hijo con
el nombre de D. Juan de Beaumont haze memoria Zurita (1) de quien ninguna otra
noticia tengo.
»Murió el Conde Segundo en la Villa de Aranda de Xarque en Aragón á 16 de
Noviembre de 1508; y su cuerpo fué depositado en el Monasterio de Veruela de la
Orden del Cister, donde estuvo pocos años; y después del de 1512, en que se hizo
la Conquista en Navarra, y su hijo fué restituydo á todos sus Estados, trasladó el
Cadáver de su Padre, y le coloco en la Iglesia Parrochial de su Villa de Lerin den-
tro y en medio de la Capilla Mayor en un sepulcro Magnifico de Alabastro que se
lebanta sobre el pavimento en una grande Urna, que sostienen seys hermosos leo-
nes tres por cada banda, y encima otro que con sus garras sostiene la zelada. Ay
catorce escudos formados de relieve en el Sepulchro, y sobre la lápida superior
está una primorosa estatua del Conde armado, y de rodillas sobre dos almohadas,
y á la cabezera del sepulcro una mesita, donde está un libro abierto, y esto de pri-
morosa escultura, con labores de hermosa disposición. Al rededor de los labios de
la superior lapida, que cubre el sepulcro, se halla bien formada con letras negras,
y crecidas la inscripción siguiente.
íAqui yace el Ilustre Señor D. Luys de Beaumont, Segundo Conde de Lerin, Con-
destable de Navarra, y Marqués de Huesear del Reyno de Granada hixo de D. Luys
de Beaumont, y Doña Juana de Navarra primeros Conde, y Condesa de Lerin, y
Condestable de dicho Reyno, nieto del Rey D. Carlos de Navarra de gloriosa
memoria.
»Fué el Conde pequeño de cuerpo, pero de grande espíritu, esfuerzo, y constan-
cia varonil, conque toleró las adversidades de su varia fortuna, siendo uno de aque-
llos Héroes que después de sus proezas murieron desterrados de su patria. Hazen
de el justo elogio Zurita, y Garibay (2). De su muger la Condesa Doña Leonor
solo se, que sobrevivió á su marido, y que murió en la Ciudad de Tortosa en
Cataluña.
CAP. 11.
DE D. LUYS DE BEAUMONT TERCERO CONDE DE LERIN
Por muerte del Marqués de Huesear succedió en su herencia, y estados su hixo
primogénito D. Luys de Beaumont, quarto de este nombre, y tercero Conde de
Lerin. Hallábase al tiempo en Castilla refugiado á la protección del Rey D. Fer-
nando el Catholico, su tio hermano de Doña Leonor de Aragón su madre, y despo-
xado de todos sus Estados, y Officios, que gozó en Navarra su Padre, los quales le
tenian occupados los Reyes de aquel Reyno D. Juan de Labrit, y Doña Cathalina
(1) Zurita, p. 5, lib. 4, cap. 2.
(2) Zurita, p. 6, lib. 8, cap. 43. Garibay, lib , cap
367
Revista de Historia
desde el mes de Marzo de 1507, cuya restitución no pudo facilitar la instancia del
Rey Catholico.
»Pero muerto el Padre se persuadió el Rey Catholico, se abrian templado las iras
de los Reyes de Navarra para con su hijo, que no tenia culpa alguna; y assi por el
mes de Abril del año 1509 por medio de su Embaxador Pedro de Ontafion, passó
los mas efficaces Officios, para que hiziessen la restitución de los Estados á dicho
D. Luys hijo del diffunto. Representóles, que era su sobrino, hijo de su hermana, y
no le quedaba otro Estado, sino succeder en sola la esperanza, que avia de ser
restituydo en el que se quitó á su Padre; y que no podia faltar á su sangre en darle
al sobrino todo el favor, que huviesse menester para cobrar su patrimonio, mayor-
mente no teniendo culpa alguna el hijo de lo que podia agravar á su Padre: que
attendiessen los Reyes de Navarra quantas obligaciones debían al Catholico, y que
de ellas se daria por satisfecho, hazlendo la referida restitución: que se les rogaba
muy afectuosamente. Esta instrucción dio en Valladolid; y al mismo tiempo Carta
de Creencia á favor de dicho Ontañon para los Reyes de Navarra, y en otra ins-
trucción posterior de Julio del mismo año repitió por medio del mismo embaxador
las instancias, haziendoles presente con viva representación, que le debían al Rey
Catholico la Corona de Navarra, pues pretendiéndola Monsieur de Narbona, tío de
la Reyna Doña Cathalína con la assistencia del Rey de Francia, y solicitado por el
Rey Catholico, para darle su favor, y ayuda no lo hizo, antes bien con todas sus
fuerzas asseguró la Corona á los dichos Reyes D. Juan, y Doña Cathalína, y que
después les avia sufrido mucho: y assi considerassen, no era buen agradecimiento
negar una pequeña parte á quien les dio el todo, y mas quando este lo pedía para
deudo tan cercano, y que era merecedor de la restitución, con otras razones bien
efficaces.
"Pero ningunas bastaron á rendir el animo obstinado de los Reyes, que por
estos medios á largo passo se precipitaban á su ruyna. Y el Rey Catholico justa-
mente sentido de la repulsa libró ordenes estrechas á D. Juan de Silba, Capitán
General de la frontera de Navarra, para que ayudasse al Conde de Lerín su sobrino,
á que por fuerza de armas pudiesse recobrar sus Estados, ó parte de ellos encami-
nándose desde Alfaro, y Calahorra, dándole todas las assistencias necesarias; y
esto mismo escribió al Obispo de Zaragoza, Provincias de Guipúzcoa, Álava, y Viz-
caya, y á la Ciudad de Calahorra, y Villa de Alfaro, mandando apossentassen al
Conde, y le assístíessen en todo: todas estas ordenes se firmaron en Valladolid por
el Rey Catholico á 23 de Julio del mismo año 1509, y en parte las refiere Zurita (1).
»No me consta lo que en virtud de estas órdenes se obró, si solo que en 31 de
Marzo de 1512 dio el Rey Catholico, estando en Burgos orden á su Embaxador
Ontañon, para que capitulasse con los Reyes de Navarra el modo, que se avia de
observar en la restitucyon al Conde de Lerin, nombrándose dos personas, una de
parte del Rey Catholico, otra de los Reyes de Navarra , para que lo ajustassen, y
esto se pusiesse á parte, y no en la Capitulación principal, que avian de hazer los
Reyes entre si, sobre que instaban mucho los Reyes de Navarra; pero ni esto tuvo
effecto; porque confederados estos infelices Reyes con el de Francia, protector del
Conciliábulo de Pissa, fueron excomulgados por el Papa Julio II, como supone con
otros muchos Zurita (2) y el Rey Catholico como defensor de la Iglesia, se halló
preccisado á occupar á Navarra, para lo qual embíó por su Capitán General al
(1) Zurita, p. 6, lib. 8, cap. 43.
(2) Zurita, p. 6, lib. 9. cap. 53.
363
y de Genealogía Española.
Duque de Alva D. Fadrique, llebando la banguardia del exercito el Conde de Lerin
como affirma Zurita (i), y teniendo tan grande parte en la conquista, que refiere
el mismo author, que en el año de 1514 estaba el Conde poco contento; porque
pensó que conquistado aquel Reyno, como fué tanta parte para ello, lo avia de
governar todo, y ser muy gratificado en lo del bando contrario.
»En la verdad debia la Corona de Castilla en gran parte á la Casa de Beaumont
la conquista, y conservación del Reyno de Navarra en las repetidas invasiones con
que Franceses se esforzaron á recobrarle; pero no se si le debe menos la misma
Navarra: pues en su incorporación con Castilla logró la felicidad de hazerse parti-
cipante de todos los honores, officios, y beneficios, que comprende la dilatación de
sus dominios sobre conservar enteramente sus fueros, y privilegios, y sobre todo
verse libre de las continuas invasiones, con que los Reyes de Castilla, y Francia, la
tenian como sitiada, siendo un hueso grande roído por dos Lebreles, divisa, que
tomo el Principe D. Carlos digna de su ingenio, y en fin fué dichosa en ser
vencida.
»Occupada Navarra por el Rey Catholico en el dicho año de 1512, se siguió la
restitución entera á D, Luys de Beaumont de todos sus Estados, Villas y fortalezas»
y officios, annulando todos los procesos, y confiscaciones hechas contra el, y su
Padre, ó sus aliados, de que se expidió por el Rey Catholico Cédula en Valladolid
á 15 de Julio de 1513, y successivamente se le despacharon títulos, y confirmacio-
nes de todas las mercedes, y oficios, que gozaron su Padre, y Abuelo, especial-
mente las de Condestable y Chanciller Mayor, y Presidente del Consejo de Nava-
rra, que ya arriba se refirieron con expresión de sus datas.
»Pero no se contento el Rey Catholico con restituyr al Conde lo que fué suyo,
sino que le aumentó con nuevas mercedes proporcionadas á sus grandes servicios,
de cuyos elogios están llenos los privilegios. En 16 de Marzo de 1514 le hizo mer-
ced de la Villa de Miranda con todas sus rentas, y jurisdicción, que se la confirmo
después el Emperador Carlos Quinto en la Coruña á 10 de Mayo de 1520. Y el
mismo Rey Catholico aviendole hecho merced de dos mil ducados de renta perpe-
tua, situados parte de ellos en las tablas Reales de Navarra por privilegio de 30 de
Junio de 1514 para el lleno de los dos mil ducados. En 16 de Agosto del mismo año
le donó los quarteles, y alcabalas de la misma Villa de Miranda, bien que esta Villa
se eximió después de la Casa del Condestable en el año de 1591, y corre ya incor-
porada á la Corona Real.
»En 19 de Agosto de 1513 le hizo merced de la tenencia, y Alcaydia de la Forta-
leza de Viana con el salario de ciento y cincuenta mil n^aravedis, cuyo privilegio se
expidió en Valladolid. Y en 6 de Agosto del mismo año de ducientos florines de oro
de renta. Y en 8 de Febrero de 1515 de once mil maravedís de renta situados en
el Obispado de Almería. También en 15 de Marzo de 1514 le donó por juro de he-
redad perpetuo para su sobrino D. Luys, y sus descendientes la Villa de Castellón
de Farfaña con todos sus derechos, y jurisdicción civil y criminal. Y añade: estaba
empeñada esta Villa en poder del Duque de Cardona, y Segorbe, y que la rescata-
ría el Rey para el Conde, pagando la cantidad de su empeño.
>Este privilegio se escrivíó en lengua Latina, y porque es una de las Baronías,
que gozan Los Condes de Lerin en Cataluña, se ha de supponer que esta Villa á
una con el Vizcondado de Castelvo fué Patrimonio antiguo de los Condes de Fox,
que le recibieron en feudo de los Reyes de Aragón, Condes de Barcelona, á quie-
(1) Zurita, p. 6, Hb. 10, cap. 10 y 82.
369
Revista de Historia
nes pertenecía su soberanía, y avíendo parado estos feudos en la Reyna D.^ Catha-
lína de Fox, y Navarra, muger del Rey D. Juan de Labrít, y sido declarados dos
veces por scismatícos estos Reyes por el Papa Julio II en su Bulla de 18 de Febrero
de 1512, el Rey Catholíco como soberano de dichos feudos los confiscó á su Corona
Real por la inobediencia de los feudatarios en el año de 1513, como refiere Zu-
rita (1) y que donó el Vizcondado de Castelvo á la Reyna Jermana su muger, como
la Villa de Castellón al Conde de Lerin.
»En quanto al empeño, que refiere el privilegio á favor del Duque de Cardona
se debe advertir, que por Escriptura de 18 de Mayo de 1436 conservada en el Ar-
chivo ái Lerin, consta que Doña Juana de Aragón, hixa Tercera del ultimo infeliz
Conde de Urgel casó con D. Juan Conde de Fox, y llebó en dote diez mil florines de
Aragón, y muerto D. Juan su marido sin hijos retuvo Doña Juana la dicha Villa
de Castellón de Farfaña por prendas de su dote en virtud de la Escriptura referida,
que fue de convenios con D. Gastón Quarto de esse nombre, Conde de Fox. Viuda
Doña Juana del Conde D. Juan caso en segundas nupcias con D.Juan Ramón Folch,
hijo del Conde de Prades, de cuyo matrimonio son descendientes los Duques de
Cardona, y Segorbe, como lo asseguran Zurita , y el Padre Abarca (2): y es sin
duda que con este titulo retenían los Duques de Cardona la dicha Villa, y que el
Tercero Conde de Lerin donatario de ella no entró en su possession hasta que ca-
sando D. Luys su hijo con Doña Aldonza de Cardona, hija de los Duques de Car-
dona, como se dirá, se facilitó la entrega de la dicha Villa, como en dote de Doña
Aldonza.
»En 11 de Marzo de 1514 expidió el Rey Catholico en Madrid una Zedula diri-
gida al Marqués de Comares, Virrey, de Navarra, para que al Conde se le guar-
dassen todos sus privilegios, y mientras duró su vida, continuó las expresiones de
su cariño.
»Muerto el Rey Catholico por Henero de 1516, succedió en la Corona el invic-
tissimo Emperador Carlos Quinto, el qual continuó la benevolencia, y mercedes, á
favor del Condestable, y Conde Tercero de Lerin. Confirmóle todos sus privilegios,
como ya se ha referido, y en 30 de Agosto de 1524 le hizo gracia de ciento y cin-
cuenta mil maravedís de renta, situados en las tablas Reales de Navarra, y en 9 de
Agosto de 1522 (estando ausente de Navarra el Conde de Aliranda su Virrey) le
encomendó el govierno del Reyno titulándole con el honor de Ilustre Condestable
Primo; y le fué noticiando de todos los succesos principales de su govierno, su
elección al Imperio, y Jornada de Alemania, el desafio, que le hizo el Rey Francisco
de Francia. En 28 de Marzo de 1528 por su carta de 15 de Junio del mismo año, y
por otra de 30 de Henero la paz, que se trataba con Francia, pidiéndole su Consexo,
y en fin manifestando en todo el amor, y deudo, que con el tenia, siendo uno de
los Grandes de la primera estimación en aquel siglo,
CAP. 12.
CASAMIENTO, HIJOS, Y OTROS SUCESOS DEL TERCERO CONDE HASTA SU MUERTE
Casó en vida de su Padre el Conde Tercero de Lerin con Doña Brianda Man-
rique, hixa de D. Pedro Manrique, y Doña Guiomar de Castro, primeros Duques
(1) Zurita, p. 6, lib. 10, cap. 63.
(2) Abarca, t. 2 en la Vida de D. Fernando Rey, 27, cap. 1 al fin, fol. 180. Zurita, p. 3,
lib. 15, cap. 30.
370
y de Genealogía Española.
de Naxera, de quien tuvo por hixos á D. Luys, último , que le sucedió (y consta
aver nacido año de 1504), y á D. Juan de Beaumont Governador que fué del Cas-
tillo de Viana, y murió sin tomar estado, ni succession legitima por Abril de 1 553,
bien que dexó tres hixos naturales, D. Juan, D. Claudio, y Don Phelipe, cuya des-
cendencia ignoro.
» Fuera de matrimonio tuvo dos hixas. Doña Luysa, y Doña Maria, Abadesa, que
fué del Convento de Tulebras, á quienes dexó unos Legados en su testamento.
Otorgóle en 16 de Henero de 1530 en la Basílica de N. Señora de Legarda de
Mendavia, y en él legó, y mandó ochocientos y un ducados de oro, que tenia de
renta en el Reyno de Ñapóles (cuyo privilegio no he visto) á su segundo hixo don
Juan, con condición de que muriendo sin succession legitima, se incorporassen, con
el Mayorazgo de Lerin (como succedió). Nombra por su heredero á su hijo mayor
D. Luys, ya casado con Doña Aldonza de Cardona: funda Mayorazgo regular, y en
falta de succession de sus dos hixos D. Luys, y D.Juan, llama á los hixos de Doña
Ana de Beaumont, su hermana, y faltando ellos al pariente mas cercano.
^Parece, que murió poco después de su testamento en el mismo año de 1530, de
que hace mención Garibay (1), y su cuerpo fué traído al sepulcro de Lerin: sobre-
vivió su muger algunos años, no consta con certeza el de su muerte. Por represen-
tación de Doña Brianda entraron en la casa de Lerin las Baronías de Piños, y Ma-
taplana, las quales dexó á Don Luys de Beaumont, hixo de Doña Brianda de Guio-
mar Manrique de Lara su hermana, por testamento de 4 de Mayo de 1539, que hizo
ante Juan Losólos, Notario Real en la Villa de Guimetra. Estas Baronías fueron en
lo antiguo de D. Bernardo Galzeran de Piños, el fuerte Vizconde de Illa, y de Ca-
net; y después pararon en D. Phelipe Galceran de Castro, Vizconde de Evol, que
fué casado con la dicha Guiomar Manrique, y aviendo muerto sobreviviendo su mu-
ger retuvo esta las Baronías por su dote, y otros derechos, sin que el Vizconde de
Evol que se suponía sucesor á dicho D. Phelipe, y sus Baronías pudiesen lograrlas,
después de largo pleyto, que llebaron entre si; y en el Archivo de Lerin ay una
carta del Rey Catholico fecha en Sevilla á 14 de Abril de 1511, para dicha Guio-
mar Manrique, Viuda de D. Phelipe de Castro; á fin de que comprometiesse en el
mismo Rey las differencias, que sobre las herencias de su marido tenía con el Viz-
conde de Evol, que es una gran casa en Cataluña, la qual recayó en los Duques de
Ixar por medio de Doña Francisca de Castro, y Piños casada con el Duqtie de Ixar
D. Juan Francisco Christobal; y en fin quedaron incomparadas estas Baronías en
los Condes de Lerin, por medio de la dicha Doña Brianda Manrique, la qual hizo
testamento ante Pedro Paller Notario Real en Tamarit de Litera en 4 de Henero
de 1529, dexando por heredero á D. Luys su hixo: aunque, como se ha dicho,
sobrevivió á su marido.
Por la copia,
Mariano Arigita.
(Se concluirá.)
(1) Garibay, lib. 30, cap. 12.
371
Revista de Historia
índice
DE LOS EXPEDIENTES DE HIDALGUÍA QUE SE CONSERVAN EN EL ARCHIVO
DEL AYUNTAMIENTO DE LA CIUDAD DE PUERTO-REAL
Aguado y Río, D. Francisco Antonio, — Año 1769, expediente número
1.524(1) (120 folios).
Bacaro, D.Juan.— Año 1764, número 1.377 (116 f.).
Ceballos, D. Vicente.— Año 1772, número 1.620 (89 f.).
Coghen, D. Juan Bernardo y D.Juan María.— Año 1787, número 2.077
(102 f.).
Corte y Andrade, D. Diego.— Año 1730, número 655 (231 f.).
Cubillo y Carranza, D. Gaspar del.— Año 1796, número 2.504 (7 f.).
Delgado, D. Miguel Vicente.— Año 1764, número 1.376 (78 f.)
Fernández de Cosío, D.José.— Año 1792, número 2.253 (95 f.).
García, D.José.— Año 1768, número 1.504 (99 f.).
García Granados, D.José y D. Vicente.— Años 1792 y 1809, números
2.257 y 2.931 (118 f. y sin foliar).
García de Miranda, D. Francisco de Asís.— Año 1763, número 1.346
(123 f.).
González Pacheco, D. Rafael.— Año 1792, número 2.272 (5 f.).
Goyena, D.Juan Esteban.— Año 1.756, número 1.229 (3 f.).
Guerra de la Vega, D. Francisco.— Años 1774 y 1780, números 1.684
y 1.826 (2 f. y sin foliar).
Haro, D. Diego y consortes.— Año 1786, núm. 2.040 (167 f.).
Haro, D. Nicolás.— Año 1763, número 1.348 (3 f.).
Herrera Melgarejo y Vargas, D. Juan José de.— Año 1763 (48 f.).
Linares, D.José.— Año 1779, número 1.795 (105 f.).
Lobo, D. Juan Santiago.— Año 1778, número 1768 (153 f.).
<1) Este número de orden es el que tienen en los índices de la Sección de Ayuntamiento.
372
y de Genealogía Española.
López de Carvajal, D. Domingo.— Año 1774, número 1.671 bis (sin
foliar).
Martínez de Murguía, D. Pedro.— Año 1.768, número 1.505 (119 f.).
Miramón, D.Juan.— Año 1787, número 2.078 (131 f.).
Ruiz, D., Andrés.— Año 1784, número 1.982 (120 f.).
Saiz de Quijano, D. José.— Año 1770, número 1.557 (96 f.).
Sánchez de la Campa y consortes, D. Manuel. — Año 1764, número
1.378 (115 f.).
Sánchez de Vargas, D.José.— Año 1796, número 2.419.
Soldevilla, D.Juan Esteban.— Año 1785, número 2.039 (21 f.).
Spínola, D. Camilo.— Año 1787, número 2.080.
Smidts y Macé, D. Pedro.— Año 1804, número 2.773 (4 f.).
Ubarcalde, D. Bartolomé.— Año 1778, número 1.768 (315 f.).
Vadillo y Madaria, D.José.— Año 1786, número 2.041 (280 f.).
Vadillo, D. Miguel.-Año 1787, número 2.079 (24 f.).
Villanueva, D.José Francisco.— Año 1770, número 1.556 (215 f.).
Villar, D. Cipriano Manuel del.— Año 1795, número 2.388 (6 f.).
Yanguas, D. Antonio Saturnino.— Año 1792, número 2.247 (170 f.).
Por la copia,
J. M. DE G.
373
Revista de Historia
SECCIÓN DE CONSULTAS
EL ESCUDO DE LARDIZÁBAL
Nuestro distinguido amigo D. J. C. de ü. nos preguntó, hace ya algún
tiempo, si el escudo que concedió el Rey D. Fernando VII á D. Miguel
de Lardizábal y Uribe, Secretario de Estado y del Despacho Universal de
Indias, Consejero de Estado, Caballero pensionado de la Orden de Carlos III
y gran defensor de sus Regias prerrogativas, fué una gracia personal ó se
extendió á todos los realistas que tomaron parte en la Guerra de la
Independencia, y si se refería á esos blasones el Escudo de distinción
concedido á algunos militares que en dicha guerra prestaron servicios
importantes.
Deseando complacer á nuestro comunicante, nos dedicamos á ver si en
los Archivos de guerra ó en el Histórico-Nacional encontrábamos algún dato
que nos permitiese contestar de una manera categórica esas preguntas, y,
por más papeles y documentos que vimos, no pudimos encontrar nada que
satisficiese de una manera completa la curiosidad de nuestro amigo el
Sr. G., y la nuestra, máxime habida cuenta de los innumerables escudos,
medallas, cruces y distintivos de todo género creados para conmemorar
algún hecho notable de nuestra epopeya ó como galardón á personas que
más se distinguieron en ella; no desesperamos por esto y continuamos
nuestra investigación, examinando una por una las Gacetas de aquella
época y, por fin, en la de Madrid, correspondiente al jueves I.*' de Junio
de 1815, encontramos la siguiente noticia, queá continuación transcribimos
íntegra y que consideramos interesante, no tan sólo para el Sr. G., sino
también para muchos de nuestros lectores, ya que la figura de D. Miguel
374
y de Genealogía Española.
Lardizábal y Uribe (1) es de mucho relieve en nuestras contiendas políticas
de los primeros años del reinado de Fernando VII; dice así la Gaceta:
«Al Sr. D. Miguel de Lardizábal ha concedido el Rey que añada á las
antiguas armas de las Casas de Lardizábal y de Uribe, un cuartel
representando dos brazos que salen como arrojados
del mar y están sosteniendo una corona Real, y por
orla esta leyenda: Fluctibus reipu)licce expulsas,
aludiendo lo primero á la intrepidez y constancia
con que, despreciándolo todo, hasta su vida, de-
fendió y sostuvo á cara descubierta la soberanía
del Rey Fernando VII contra el supremo poder de
las Cortes populares que la combatieron y usurpa-
ron, y lo segundo á la sentencia que por ello pro-
nunció el tribunal especial, que en lugar de la pena
de muerte que el fiscal pronunció contra él, le
condenó á salir expulso de todos los pueblos y do-
minios de España en el continente, islas adyacentes
y provincias de Ultramar, y al pago de las costas del proceso, mandando
que los ejemplares de su Manifiesto se quemasen por mano del ejecutor de
justicia en una de las plazas públicas de Cádiz. En consecuencia de lo dicho,
S. M. ha aprobado los tres escudos de armas que el Sr. Lardizábal le
presentó numerados, declarando que tales cuales están representados y con
la conveniente explicación de los símbolos, figuras, colores y metales, de
que se componen, pertenecen en propiedad, el primero á D. Miquel Joaquín
Escudo de* armas
concedido á Lardlsábal.
(1) Don Miguel de Lardizábal y Uribe nació en San Juan del Molino, provincia de
Tiaxcala (Méjico), el año 1744. Hizo sus primeros estudios en la Puebla, y pasó á España
á estudiar Teología en la Universidad de Valladolid. Empezó á darse á conocer, siendo
secretario del General D. Ventura Caro, en la demarcación de limites entre España y
Francia, y por sus servicios fué condecorado con la Cruz de Carlos III. Enemigo de Godoy,
éste le destinó á las Provincias Vascongadas, donde al poco tiempo fué nombrado Director
del Seminario de Vergara. Cuando pasó, en 1808, Fernando Vil por Vitoria, con dirección á
Bayona, procuró, por todos los medios posibles, convencer al Rey para que desistiera de
su viaje. Invadida la Península por las tropas de Napoleón, pasó Lardizábal á Sevilla y luego
á Cádiz, trabajando incesantemente por la independencia española. Méjico le eligió su
representante en la Junta Central y más tarde fué elegido como uno de los cinco individuos
que compusieron la Regencia del Reino. Enemigo de las Cortes y defensor entusiasta de
las prerrogativas regias, fué deportado á Alicante y alli publicó su célebre manifiesto en
Septiembre de 1811, vindicando su conducta y atacando las Cortes, defendiendo los
derechos del Rey, de quien se consideraba representante. Por esta causa fué perseguido y
juzgado por un tribunal especial, compuesto de cinco jueces y un fiscal, escogidos por
las Cortes entre doce que propuso una comisión. El fiscal pidió la pena de muerte, pero
el Tribunal le condenó, por Sentencia de 14 de Agosto de 1812, á salir de los dominios
375
Revista de Historia
de Lardizábal y Amezqueta, como poseedor y cabeza de la Casa original
de Lardizábal mayor en la provincia de Guipúzcoa; el segundo á D. Diego
de Uribe Yarza y Samaniego, marqués de San Mames de Aras, como
poseedor y cabeza de la de Uribe, en el señorío de Vizcaya, y el tercero,
como legítimo descendiente de las dos, al expresado Sr. Lardizábal y á su
hermano D. Manuel y á sus legítimos descendientes perpetuamente.»
Fué, pues, el escudo concedido á Lardizábal una gracia otorgada
exclusivamente á su persona, sin que tuviera carácter general en aquella
época; esto no quiere decir que una distinción semejante no se concediese á
alguna otra persona de las que más se señalaron en los años de 1810 al 1814
por su acérrima defensa de los derechos del Monarca absoluto; pero sí
podemos asegurar que no hemos encontrado ninguno semejante de carácter
general (1).
Más adelante sí; el año 1823, una vez derrocado el sistema constitucional
y restablecido en el poder absoluto Fernando Vil, creó un escudo ó
distintivo especial para los defensores de sus prerrogativas, «queriendo dar
una prueba de particular aprecio á la valiente resolución de los que, impul-
sados de la más pura lealtad, abandonaron el reposo de sus hogares y
arrostraron toda clase de peligros en favor de los legítimos derechos de su
soberanía y en defensa de la Religión y del Estado»; según palabras del Real
decreto de creación del distintivo: éste había de ser bordado de oro sobre
fondo blanco, teniendo una cruz roja en el centro y encima de ella una coro-
na Real y por orla dos palmas enlazadas á sus extremos inferiores y El Rey
á la fidelidad, por lema. Se concedía al principio por los Capitanes generales
españoles, mandando quemar los ejemplares del manifiesto por mano del verdugo; medidas
todas estas que, por lo duras é injustas, fueron muy mal recibidas por la opinión sensata
é imparcial.
i\Aarchó Lardizábal á Inglaterra, de donde regresó cuando la reacción absolutista
de 1814, siendo nombrado, á poco. Secretario del Despacho Universal de Indias y
Consejero de Estado. Poco le duró el favor del Monarca, pues sea por que favoreciese
demasiado á los hispano-americanos, ó bien, como aseguran otros de sus biógrafos, por
que se le descubriese una correspondencia donde criticaba los proyectos de casamiento
del Rey y de su hermano el Infante D. Carlos, con las Princesas de Portugal, perdió el
favor Real y fué conducido preso al Castillo de Pamplona y sólo se le dejó libre para
volver á encargarse de la Dirección del Seminario de Vergara, muriendo en 1823, sin haber
recobrado su influencia con el Rey.
En la Biblioteca Nacional se conservan el Manifiesto que publicó Lardizábal en Alicante,
su defensa y el extracto de la causa que se le formó.
(1) Distintivos personales se concedieron por hechos de la guerra de la Independencia
dos: el concedido á D. José de Rojas y Sarrio, primogénito del Conde de Casa-Roja, y la
Condecoración llamada de Lacena, concedida á D. Fernando Ramírez de Luque, D. An-
tonio Ortiz Repiso, D. Francisco Polo Valenzuela y D. Francisco Asís de la Carrera.
376
y de Qenealogia Fspañola.
de provincia que expedían los diplomas, reservándose luego la concesión el
Rey para evitar abusos. Para el lustre de la condecoración, se dispuso que
hicieran honores los centinelas á los agraciados; se exceptuaba á aquellos
individuos que en los tres años del Gobierno constitucional se hubieran ins-
cripto en la Milicia nacional voluntaria, á los compradores de bienes nacio-
nales y á los empleados que no hubiesen purificado su conducta. El modo
de llevarle era pendiente del cuello.
También se concedió otra medalla á la Fidelidad militar; se concedía
esta cruz á los que salieron á campaña contra los ejércitos liberales, clasifi-
cados en dos épocas: la primera desde el 7 de Marzo de 1820 á fines de Fe-
brero de 1823 y la segunda desde 1.° de Marzo de 1823 á 1.'^ de Mayo del
mismo. Era de la misma figura que la de San Fernando: el centro, blanco,
tenía una crucecita de llama roja, de la que arrancaban rayos de color de
oro; el lema, El Rey á la fidelidad militar, en orla sobre azul; el reverso, las
armas reales y Fernando VII á los defensores de la Religión y del Trono en
grado heroico y eminente, para los de la primera época, y sin la última
circunstancia, para los de la segunda, variando asimismo en ser una laureada
y la otra no, aunque las dos tenían encima corona de laurel por donde
pasaba la cinta con los colores de la bandera (1).
Santiago Otero.
(1) Aparte de los documentos oficiales, hemos examinado, para escribir el articulo, las
siguientes obras: Condecoraciones españolas, por Cuevas; Historia de los trajes y con-
decoraciones de todas las Órdenes de Caballería é insignias de honor (S. a.), Barcelo-
na, 1848; Colección de cruces y medallas de distinción de España, por Velasco Dueñas;
Colección de medallas y condecoraciones de la Guerra de la Independencia, Madrid, 1823
<S. a.), y la Historia de las Órdenes de Caballería y condecoraciones españolas, de
Dorregaray y otros autores.
377
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeto de nuestra publicación.
Los Croquer, ^ox Juan Ortiz del Barco. Un folleto en 4.", de 20 páginas,
con grabados. S. Fernando, 1910.
El erudito autor de Cartas Marítimas, que tanto interesó á la opinión á raíz de
los desastres coloniales, se halla reuniendo materiales para un estudio sobre la
Real Isla de León, sus establecimientos científicos y navales, é hijos ilustres de la
población; y de los que reunió de la familia Croquer, tan distinguida en la Armada
española, ha formado el folleto que ha tenido la amabilidad de enviarnos. Esta
familia Croquer, antiquísima en Inglaterra, ha sido historiada por los genealogis-
tas John Prince, que trató de las familias nobles del Condado de Devonia, y por
Bourke (1); que nos dicen que los Croquer, oriundos de Sajonia, se trasladaron á
Devonia, donde se encontraban establecidos ya cuando la conquista de Inglaterra
por los Normandos, el año 1066.
Á causa de las luchas religiosas abandonaron su país natal á mediados del
siglo XVII, viniendo á establecerse en Sanlúcar de Barrameda Tomás Croquer, Al-
mirante de la Marina inglesa, que estuvo casado en segundas nupcias con Isabel
Croquer, dejando con esta señora descendencia en España. Los Croquer enlazaron
con familias de marinos como los Geraldino, Lizarza, Moreno de Guerra, Osorno,
Pavía, Quesada, Sartorio, Somodevilla, Tíscar y otras; algunos de los cuales alcan-
zaron las más altas graduaciones de la Armada.
El Sr. Ortiz del Barco se ocupa principalmente de los Croquer que se distin-
guieron en la Guerra de la Independencia, y nos da interesantes y curiosos datos
biográficos de los hermanos D. Marcelo Croquer y Tarriva, Contador de navio;
D. Eligió, Capitán de fragata; D. José María, que estuvo en Trafalgar; de su tío
D. Manuel Croquer y Yuste, Capitán de fragata, y de otros individuos de esta
benemérita familia, que hoy está representada por nuestro distinguido amigo y
colaborador D. Emilio Croquer y Cabezas, Capitán de fragata, retirado, Corres-
(1) DicTioNARY OF THE Landed Gentry of Great Britain AND Ireland, by Sir Bernard
Bourke Ulster, King ofArms.4.^ edición. Londres, 1863, pág. 315.
378
y de Genealogía Española.
pondiente de la Real Academia de la Historia, tan conocido por sus importantes
trabajos históricos referentes á la Marina española y sus hombres ilustres.
Inútil es encarecer la importancia tan grande que revisten estos trabajos para
la historia genealógica española, dignos por todos conceptos de que el noble ejem-
plo que dan sus autores tenga imitadores.
Agradecemos el envío del ejemplar, primorosamente editado y con numerosos
grabados, reproduciendo auténticos retratos de las personas biografiadas y escu-
dos, que avaloran el mérito de la obra.
Libros publicados.— Discursos de D. Antonio de Mendoza, Secretario
de Cámara de D. Felipe IV; publícalos, con una introducción y notas, el
Marqués de Alcedo. Un volumen en 4.° Madrid, 1912.
José Fernández Montaña, Felipe II el Prudente, Rey de España, en relación
con arte y artistas, con ciencias y sabios. Un volumen en 8.°
Antonio García Pérez, La Realeza. Un volumen en 8.°
Andrés González Blanco, Marcelino Menéndez Pelayo (su vida y su obra).
Un volumen en S.'^ Madrid, 1912.
Francisco de Moneada, La novela de Roger de Flor, expedición de catala-
nes y aragoneses contra griegos y turcos; numerosas ilustraciones docu-
mentales. Un volumen en 8.°
L. Perú de Lacroix, Diario de Bucaramanga, ó vida pública y privada del
libertador Simón Bolívar, publicada por primera vez, con una introduc-
ción y notas por Cornelio Hispano. Un volumen en 8.° mayor.
Federico Rubio, Mis maestros y mi educación. Memorias de niñez y juven-
tud (obra postuma é inédita), publícala su hija, un volumen en 4.°
Leonardo Sancho Bonal, Historia del compromiso de Caspe. Un volumen
en 4.°
Manuel Serrano Ortega, Guía de los monumentos históricos y artísticos
de los pueblos de la provincia de Sevilla. Un volumen en 4,°, con foto-
grabados.
Eusebio Vasco, Valdepeñas, cuna de la Descalcez Trinitaria (apuntes histó-
ricos). Un volumen en 4.°
Bernardina Hernando, Historia del Real Colegio Seminario de Padres
Agustinos filipinos de Valladolid. Un volumen en 4.°, con fotograbados.
S. O. E.
379
Revista de Historia
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Ateneo. — Madrid, Agosto de 1912.
Mariano Miguel del Val, Adolfo Boni-
ila.^Vn Nuevo centenario: Rousseau,
Miguel S. 0//ver.— Expatriación, Ansel-
mo Fuentes. — Informaciones. — Biblio-
grafía.
n Linajes de Aragón. Huesca, 15 Agos-
to 1912.— Linaje de los Castro (conclu-
sión), Gregorio García Ciprés.— Linaje
de los Naya, G. G.— Biografía del Justi-
cia de Aragón, Berenguer de Bardají
(continuación), Fernando de Lascorz.—
La Casa consistorial de Jaca, G. G.
Linajes de Aragón. Huesca, 1.° Sep-
tiembre de 1912.— Los Gómez de Alba,
G. G. C— Los Ricafort, Ai. G. O.— Los
La Torre, Gregorio Garcia.— Sobre el
escudo de Aragón, Miguel Allué.— Bio-
grafía del Justicia de Aragón, Berenguer
de Bardají (conclusión), Fernando de
Lascorz.
Revista Internacional de los Estudios
Vascos, París, Abril-Junio de 1912.— Ins-
cripción de la casa de Amezqueta, Car-
melo de Echegaray.— Gacetilla de la
Historia de Navarra (continuación), Ar-
turo Cíimjo/dn.— Ilustraciones genealó-
gicas (continuación), Juan Carlos de
Guerra. —Los refranes y sentencias de
1596 (continuación), Julio Urguijo.— Bi-
bliografía.
Boletín de la Real Academia Gallega.
Coruña, Julio de 1912,— La pesca de la
ballena en las costas gallegas, Antonio
A. Rey.— La Constitución de 1812, Euge-
nio Carré.— Linajes galicianos (conti-
nuación), Pablo Pérez Costanti.— Don
José Salvador López del Pan (continua-
ción), César Vaamonde.— Sección ofi-
cial.
Estudios militares. Madrid, Julio de
1912.— Maniobras del 3.er Cuerpo de
Ejército suizo en 1908, José Fernández
Macapinlac— Revista extranjera. —Re-
vista de la prensa.
Memorial de Infantería. Madrid, Agos-
to de 1912.— Algo acerca de la batalla
de Bailen (conclusión), Coronel Viñé.—
Escritores militares del siglo XVI, Lucas
de Torre.— Variedades. Recuerdos á un
infante ilustre, Eduardo Losada.— Re-
vista de Revistas.— Bibliografía.
REVISTAS EXTRANJERAS
Archives de la Société des Collection-
neurs d'Ex-libris. París, Junio 1912. —
Per de reliure aux armes de Froulay,
Emite Perrier. — Ex-libris Charreton,
R. de Brébisson.— Les anciens ex-libris
du Périgord (continuación), A. Dujarric-
Descombes.— Les ex-libris et fers de re-
liure Laonnois (continuación), Vicomte
de Hennezel d' Ormois.—Qnestion.
Archives de la Société des Collection-
neur d'Ex-libris. París, Agosto 1912.—
Autour d'un ex-libris attribué á Pinot
du Petit-Bois, L. Esquieu.—L' Associa-
tion des membres franjáis de l'Ordre de
Saint-Jean de Jérusalem (Malte) et sa
bibliothéque, Barón du Roure de Paulin.
Deux piéces aux armes des Magon,
J. Cochou.—lJn lieutenant des Maré-
chaux M. de Chaláis, Henri de la Pe-
rriére, — Les anciens ex-libris du Péri-
gord (continuación), A. Dujarric-Des-
380
y de Genealogía Española.
combes.— Les officiers bibliophiles (con-
tinuación), A. de Remacle.—képonses.
Bolletino Araldico Storico Genealógi-
co. Firenze, 1.° Agosto 1912.— Le ono-
ranze in Lucca a Francesco Burlamac-
chi.— Lettera al Conté Gherardo della
Gherardesca Sul Tuso delle particelle
della-del-di-da indicatricé della famiglia
e del feudo, F. Tribolati. — Giovanna
d'Arco di origine italiana, G. G. C—
Gran Carnerario o Cameriere, G. di Crot-
talanza. — Come si provi la nobilta per
testimoni, // Cante di Lamagna.— Gli
animali e le piante del blasone e il loro
simbolismo: Cicagna. — II sor Neri. —
Cronaca.— Necrologio,
L'lndicateur Généalogique, Héraldi-
que et Biograpfíique. Bruxeles, Agosto
1912.— Question. — Réponses: Charles
Devroe.— Famille de Schacht (continua-
rá), Barón A van Zuylen van Nyevelt.—
Á travers Revues.— Notice relative á la
Baronnie de Wissekerke et au Comté
de Rupelmonde (conclusión), Robert
Schoorman.
L'Intermédiaire des chercheurs et cu-
nc«x.— Esta publicación, que se halla en
el 48.° año de su existencia, la hemos re.
cibido por cambio con nuestra publica-
ción; se publica en París (31 bis, rué
Victor-Messé): sale los días 10, 20 y 30
de cada mes y publica las preguntas y
respuestas sobre asuntos literarios, his-
tóricos científicos y artísticos, datos
inéditos y curiosidades. Su lema es
«Cherchez et vous trouverez —11 se faut
entr'aider». Sería de desear que en Es-
paña se intentara una publicación aná-
loga por la utilidad que reportaría á los
estudiosos y á los aficionados. El pre-
cio de suscripción para el extranjero,
por un año, es de 18 francos. El sumario
de los artículos del número del 20 de
Agosto de 1912 que se refieren á herál-
dica y genealogía ó biografía de interés
general es: Preguntas. Héléne América
Vespucci.— Famille de la Berlouche, ou
de la Bertouche?— Famille de Montsaul-
nin.— Famille de Marie-Angélique Wa-
llon.— Tugdual de Karmoisien; ses ar-
moiries.— Armorial du rci Murat.— Ori-
gine du nom de Mistinguett. Respuestas.
L'armoire des coeurs á Saint-Denis.—
Le coeur de Henri IV.-Humbert.— Phi-
lippe.— Charles de La Fase.— Famille
de La Sudrie.— Les armoires de Víctor
Hugo.— Armoiries octroyées par le Pre-
mier Empire.— Ex-libris a determinen
d'azur á la croix d'argent— Fer de re-
liare á identifier.
Rivista Araldica. Roma, Agosto 1912.
La nobleza titulada en España, F. Fer-
nández de Béthencourt.—k propos des
jumeaux dans les familles souveraines.
Dr. Ch. G. Valmale.— Una. cerimonia
cavalleresca a Genova nel 1451, Ambro-
gio Pesce.— V amigWQ Romane, dal ms.
di Teodoro Amayden (continuación),
Comm. Cario Augusto Be ttini.— La. no-
bilta di Milano (continuación), Giampie-
ro Coríí. —Monuments des Chevaliers
de St-Jean a Rhodes (conclusión^ Ed. Bi-
liotti—La décoration de l'OrdreTeuto-
nique, Comte Jales Boseili.— Libro d'Oro
del Ducato di Ferrara (continuación),
Conté F. Pasini Frassoni.— Araldica del
Regno Itálico (continuación), Conté R
Pasini-Frassoni.— Note Bibliografiche.
Quesiti Araldici.— Cronaca.
Tombo fiistorico genealógico de Por-
tugal. Lisboa, Julio de 1912.— Tavares,
Jacintho A. A. de Bettencour, Luiz Filip-
pe A. A. de Bettencourt.— Barros (con-
tinuará).— Pliego 3.** del Armorial de
Portugal, por Santos Ferreira.
Heráldica. París, Junio-Julio 1912. —
Collection des sceaux (continuación),
L. Bouly de Lesdain.—Actes de catholi-
cité, Actes d'état civil. Barón du Roure
de Paulin.—La Question des Titres no-
biliaires (continuación), Joseph de Sor-
biers de la Tourrasse.— Liste genérale
des Princes, Ducs, Marquis, Comtes et
Barons Romains créés en France de
1820 á 191 l.—Joirisprudence.—État civil.
Questions et réponses.— Petite Chroni-
que.—Bibliographie.— Pliego del Nobi-
liaire Universel.— S. O. E.
381
Revista de Historia
NOTICIAS VARIAS
Honores.— Por Real decreto de 29 de Agosto se dispone que el Prín-
cipe ó Princesa que diere á luz S. A. R. la Infanta D."* María Teresa, goce
de las prerrogativas de Infante de España, ordenando se le guarden las
preeminencias, honores y demás distinciones correspondientes á su alta
jerarquía.
Ordenes militares,— Por Real decreto de 23 de Agosto se ha hecho
merced de hábito de la Orden de Alcántara á D. Vicente Cabeza de Vaca
Fernández de Córdoba, Marqués de Portago, Grande de España, Senador
del Reino, Maestrante de Granada, y á D. Carlos de Rojas Moreno, Conde
de Tor rellano; en la de Calatrava, á D. Miguel de Rojas Moreno, Marqués
del Bosch de Ares, Grande de España, y en la de Santiago, á D. José de
Rojas Moreno, Conde de Casa-Rojas.
Grandes cruces.— Le ha sido concedida la del Mérito Militar al Vice-
almirante D. Antonio de Perea y Orive, Marqués de Arellano, Comandante
General del Apostadero de Cádiz; la de Alfonso XII, á D. Ramón Planiol y
Claramunt, y la del Mérito Naval, á D. Ramón Seoane Ferrer, Marqués de
Seoane.
Títulos vacantes —La Dirección General de Contribuciones, con fe-
cha 19 de Agosto, anuncia por segunda vez los de Conde de la Peña del
Moro y Vizconde de Alesón.
Peticiones de Títulos. -Relación de las instancias presentadas en
el Ministerio de Gracia y Justicia en solicitud de Grandezas y Títulos del
Reino para su inserción en la Gaceta de Madrid, en cumplimiento del Real
decreto de 27 de Mayo próximo pasado:
1. Doña Adelina del Piro y Galea Nandi, solicita Real carta de sucesión
en el Título de Marqués del Piro.
2. Don Diego de Alcázar y Guzmán, Marqués de Peñafuente, Conde de
Villamediana, solicita Real carta de sucesión en el Título de Conde de Año-
ver de Tormes.
3. Doña María del Carmen Álvarez Tejera y Jove, solicita Real carta de
sucesión en el Título de Vizconde de Campo Grande.
4. Don Jaime Roca de Togares y Téllez Girón, Duque de Béjar, Mar-
qués de Gibraleón y de Asprillas, Vizconde de la Puebla de Alcocer, soli-
cita se le conceda el Título de Conde de Bañares.
382
y de Genealogía Española.
5. Don José Ramón de Hoces y Dorticos Marín, solicita Real carta de
sucesión en el Título de Duque de Hornachuelos.
6. Don Joaquín Rubio y de Artecona, solicita Real carta de sucesión en
el Título de Marqués de Casa Rávalo.
7. Don Joaquín Rubio y Sánchez de Alarcón, solicita Real carta de
sucesión en el Título de Marqués de Casa Rávalo.
Otras noticias.— Sabemos por persona fidedigna y merecedora de
todos nuestros respetos, que S. M. el Rey ha concedido locales en su Real
Palacio á disposición de la Diputación Permanente de la Grandeza de Es-
paña, para que pueda con toda amplitud y comodidad ocuparse del come-
tido que se le señala por el Real decreto de 27 de Mayo último. Sirva esto
como aclaración á la noticia que dimos en el último número, tomada de La
Época.
Necrología.— Durante el pasado mes han fallecido:
En Madrid, el día 7, en plena juventud, el eximio y delicado poeta y cro-
nista D. Mariano Miguel de Val. Dedicado desde sus primeros años á la
literatura, en cuyos diversos ramos descolló notablemente, había publicado
algunos libros, entre los cuales el que mereció mayores elogios de la crítica
fué su colección de poesías tituladas Edad dorada. Escribió también impor-
tantes libros de crítica literaria, La poesía del <^ Quijote», Los novelistas
en el teatro, y otros. Durante varios años ejerció el cargo de Secretario
general del Ateneo de Madrid, y á su actividad y acierto se debieron gran-
des mejoras en tan docta Corporación. Actualmente era Director-propie-
tario de la importantísima revista Ateneo, que debió á él su fundación y
había conseguido colocarla á la altura de las mejores de Europa; también
representaba en España la revista Caras y Caretas, de Buenos Aires.
Poeta de delicada inspiración y de asombrosa facilidad y soltura para
la versificación, la muerte ha venido á cortar su existencia en lo más pro-
fundo y granado de su labor literaria, y es una pérdida irreparable para las
letras españolas; últimamente estaba preparando un estudio completo de
literaturas regionales que es sensible quede inédito.
—El día 9, D."" Honorina Bahamonde y Ortega, Dama Noble de la Orden
de María Luisa; era viuda de D. Francisco de Paula Pavía y Pavía, Viceal-
mirante y Ministro que fué repetidas veces de Marina y deja sólo una hija
soltera: la finada era madre política de la Condesa de Peracamps, D.^ Dolo-
res Pavía y Van-Halen.
—El día 20, D.'' María Isabel Marcilla, viuda de Travado, hermana de los
Duques de Moctezuma.
—En Arcos de la Frontera, D. Francisco Velázquez Gaztelu y Caballero
Infante de la familia de los Marqueses de Campoameno.
—En Morón de la Frontera, el día 18, D.^ Ana María de los Ángeles
Halcón y Saenz de Tejada, Condesa de Mir aflores de los ngeles; estuvo
casada en primeras nupcias con D. Eduardo Halcón y Villasís, su primo, y
en segundas con D. Andrés Villalón-Daoíz y Torres de Navarra, Caballero
de la Orden de Calatrava y Maestranza de Sevilla, actual Conde de Mira-
flores de los Angeles, y de este segundo matrimonio ha dejado dos hijos.
— En Miraflores de la Sierra, D. Ramón Sáenz de Heredia, de distinguida
familia riojana, casado con D." Carmen Manzanos, hermana del Conde de
Valdeprados, de cuyo matrimonio deja seis hijos.
383
Revista de Historia y de Genealogia Española.
—En Sevilla, D.^ Isabel Hidalgo Pardo de Figueroa, hermana del Mar-
qués de Negrón.
—En San Sebastián, D. Antonio Palacios de la Puente.
—En Bayona, el día 21, D. Pedro Cordón y Dávila, de antigua familia
de la nobleza jerezana.
—En Vigo, el día 16, D. Jenaro Méndez Núñez, primer Marqués de
Méndez Núñez, hermano del célebre héroe del Callao.
—En Suances (Santander), la señorita María de los Dolores Vignote y
Pérez, hija del Auditor General de la Armada D. Pablo Vignote.
— En Villares del Saz de Don Guillen (Cuenca), D."* María Amalia San-
dobal y Melgarejo, Marquesa de Valdeguerrero, que estuvo casada con
D. Diego Arce y Cabrera, de cuyo matrimonio no deja sucesión.
— En Lobones (Segovia), donde se encontraba veraneando, el día 25,
D. Enrique Maldonado y Carvajal, Maestrante de Sevilla; estuvo casado
con D.^ Laura Sartorius, hija del Conde de San Luis, de cuyo matrimonio
ha dejado un hijo y una hija; el primero, D. Alfonso, casado con D." María
Pardo y Manuel de Villena, hermana de nuestro distinguido colaborador el
Marqués del Rafal.
—En Mahón, el día 26, el notable jurisconsulto D. Juan Orfila y Pons.
—En Valencia, el día 27, D. José María Salvador y de la Figuera, Mar-
qués de Villares, ex Teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de
Caballería de Valencia, perteneciente á una de las más antiguas y linajudas
familias de aquella región.
—En Vichy, D. José Melgarejo y Escario, Conde del Valle de San Juan,
hermano de la Marquesa de Rozalejo y de la señora de Coello; pertenecía
el finado á una de las más aristocráticas familias de Murcia.
C. DE L.
384
: 15 OCTUBRE 1912
E\?l5Tñ DE HISTORIA
V DE GENEñLOGÍñ
ESPñÑOLñ
Núm, 9.
S. A. R. la Infanta D.** María Teresa de Borbón.
t repentinamente en Madrid el día 23 del próximo pasado.
25
Revista de Historia
Preparado nuestro artículo asociándonos al dolor por que hoy
pasa la Augusta Familia Real y la Nación toda por la inopinada
muerte de la angelical Infanta D.* María Teresa de Borbón y
Austria, ocurrida en esta Corte el día 23 del pasado, á los nueve
días de haber dado á luz con toda felicidad á la Infantita D.* Pi-
lar, y cuando nada hacía presagiar un tan próximo y triste fin,
recibimos de nuestro querido amigo y colaborador el ilustre aca-
démico D. Francisco F. de Béthencourt, un sentidísimo artículo,
expresión sincera de su profundo dolor y amor á nuestros Sobe-
ranos, con el que estamos en absoluto identificados, y que substi-
tuye ventajosamente al nuestro, como salido de tan docta y ga-
lana pluma. Sirva, pues él, como expresión de nuestro sentimiento
por pérdida tan sensible é irreparable: y dejando lugar al señor
Béthencourt, reiteramos á toda la Real Familia, y muy especial-
mente á S. M. la Reina D."* María Cristina y á S. A. R. el Infante
D. Fernando, la expresión de nuestro más respetuoso y sentido
pésame.
LA LIS TRONCHADA
En medio de un cielo azul esplendoroso, cuando todo era en la Natura-
leza paz y calma, surgió de improviso la tempestad y cayó en medio del
hogar feliz el rayo destructor: la flor de lis, herida por el rayo, cayó en
pedazos. ¡Pobre Infanta D.^ María Teresa!
¿No echáis de menos todos los que os habéis sentido sobrecogidos y
aterrados al sorprenderos la fatal noticia, que sois de fijo todos los españo-
les; no echáis de menos una voz como la de Bossuet para dar cuenta á los
grandes y á los pequeños de la realidad de esta desgracia? Aquella muerte
repentina de Madame en plena Corte de Luis XIV halló en el águila de
Meaux quien llegase con su inmortal comentario hasta la última fibra del
corazón de un pueblo entero.
38G
y de Genealogía Española.
Más tarde, la súbita desaparición de la Reina Mercedes, también en la
plenitud mayor de la juventud y de la dicha, tuvo su cantor inspirado en
Ayala, político y poeta, más poeta que político en aquella ocasión suprema.
No lo merece menos este fin tristísimo é inesperado de la hija menor de
Alfonso XII, cuando la vida sólo tenía sus sonrisas y la felicidad sus cari-
cias para ella y para los suyos.
En la Infanta D."* María Teresa se dieron cita las perfecciones, y vivían,
por estrecho lazo siempre unidas, la virtud, la piedad, la modestia, la dul-
zura, la afabilidad y la rectitud inteligente. De fijo que habréis leído alguna
de esas bellas páginas, tituladas por la Infanta D.^ Paz De mi vida, y sabíais
de sobra cómo la dicha, toda la dicha que cabe en lo humano, había ani-
dado en el palacio de la Cuesta de la Vega, enfrente del muro sagrado habi-
tado de tantos siglos por la Virgen de la Almudena.
Pero la dicha es cosa frágil, deleznable y pasajera: el menor soplo la
hace caer y la destruye: ni la defiende la Realeza, ni bastan á conservarla la
bondad, ni la riqueza, ni la inteligencia, ni nada. La voluntad de Dios, im-
penetrable, burla toda previsión, deshace todo cálculo, echa por tierra lo
que parece más fuerte y más duradero.
La Iglesia lo proclama en una de sus oraciones más hermosas, que la
piedad española formara: vivimos— ¿cómo ante semejantes ejemplos no
reconocerlo confundidos y anonadados?— vivimos inhoc lachrimarum valle.
Valle de lágrimas para los poderosos como para los humildes, valle de lá-
grimas para los grandes de la tierra, para los magnates y los Príncipes, para
los Reyes y para todos, sujetos á la misma ley eterna, iguales solamente
ante el dolor y ante la muerte.
Preguntadle si es verdad que vivimos en un valle de lágrimas á toda
esta Familia Real acongojada por tamaña pérdida; preguntadlo especial-
mente á este Príncipe de Baviera é Infante de España, viudo de su tierna
compañera á los veintiocho años; preguntadlo á esos cuatro niños huérfa-
nos, con menos de seis años el mayor, ya sin la madre amante; preguntadlo
á esa incomparable Reina D.^ María Cristina, para quien el dolor no ha
tenido ningún secreto, para quien han sido las penas en todas sus manifes-
taciones pródigas hasta el exceso, que hoy llora amargamente á la hija
segunda muerta, como ayer lloró á la mayor, de no menos altas prendas y
cualidades dotada, como anteayer lloró al esposo joven y amado, como ha
llorado siempre las desgracias del pueblo español que le fuera por Dios
encomendado. Preguntadlo á todos ellos, si es que cada uno de los que me
leáis no lo sabéis á ciencia cierta por vosotros mismos, como es casi seguro.
Yo recuerdo como si fuera de ayer— y han pasado veintiséis años—
387
Revista de Historia
aquel memorable instante en que la Reina Regente, envuelta en los lutos de
su reciente viudez, se presentara en el Palacio del Congreso para jurar como
tal la Constitución de la Monarquía que le tocaba guardar y mantener. Lle-
vaba á sus dos hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta D/ María Teresa,
cogidas de la mano; aquel grupo, imponente en su trágica sencillez, era la
mayor representación del dolor. De las dos niñas que la amorosa madre
augusta llevaba entonces consigo, ninguna existe ya. ¡Sólo existe la madre
para sus recuerdos y para sus lágrimas!
Pongamos todos los españoles nuestra respetuosa compasión en esa
Familia Real tan castigada por la desgracia, en ese joven Príncipe viudo, en
esos Infantes huérfanos, en esa desdichada Reina, recuerdo de la Mater Do-
loroso, para quien toda compasión es poca. ¿Hay nada más sublime que
eso de compadecer los pequeños á los grandes, á los poderosos los pobres,
los de abajo á los de arriba? ¿Hay nada que dé mayor idea de la verdadera
igualdad, de la igualdad hecha por Dios, que lo mismo descarga el rayo
sobre las chozas que sobre los palacios, en el hogar de los miserables que
en el Alcázar de los Reyes?
Compadezcamos á los que lloran golpes tan crueles, compadezcamos
con toda nuestra alma á la Familia Real, tan duramente probada, compadez-
cámoslos á todos; á todos, menos á la dulcísima Infanta muerta, á la flor de
lis tronchada por el rayo.
Á los ángeles no se les compadece.
F. Fernández de Béthencourt.
Sevilla, 24 Septiembre 1912.
388
y de Genealogía Española.
ENCOMIIDAS DE LAS CINCO ÓRDENES MILITARES
«Las armas y las letras dan nobleza;
Consérvala el valor y la riqueza.»
(Bernabé Moreno de Vargas al frente de su obra
Discursos de la Nobleza de España.)
Ha sido siempre la riqueza signo exterior y ostensible adecuado á juz-
gar, según sea aquélla, del poder, tanto de las personas como de las colec-
tividades, y si cierto es se adquiere la nobleza por la virtud, el valor, la
inteligencia y determinadísimas prendas similares, propias de seres privile-
giados, no menos cierto es también que la mayor parte de las veces contri-
buye la riqueza como cualquiera de aquéllas, y siempre es condición sine
qua non para ejercitar actos de noble.
Y que la una y la otra marchen unidas en admirable consorcio é inse-
parable maridaje, no es achaque de los presentes tiempos, sino desde que
nació en la mente humana la idea de ambas y encarnó en la realidad de la
vida; coj amónos de la mano de Moreno de Vargas, el ingenioso, profundo
y erudito autor, prestigioso regidor de la ciudad de Mérida, y acompañé-
mosle en una de sus excursiones por los campos de la Historia, y deleitán-
donos con sus discursos, admirablemente claros y perspicaces, le oiremos
referir, á este particular pertinente, que ya desde tiempo de Salomón éste
exclama: Mendicitaten ne me derís míhi, ne egestate compulsas furer, peri-
reren nomen Del mei (No me deis. Señor, pobreza, pues compelido de la
necesidad vendré á hurtar y jurar falso vuestro santo nombre), añadiendo
que por la pobreza muchos han cometido delitos, propter inopiam multi
delinquerunt. Marcial encarece lo mucho á que fuerza la necesidad en este
verso:
ó cuantum cogit egestas,
y lo sancionan las leyes de Partida, en cuya ley 12, tít. 21, Partida II, dice:
«que es conveniente á los nobles ser ricos, porque la nobleza sin hacienda
389
Revista de Historia
es cosa muerta, y porque compelidos con la pobreza vienen muchas veces
á hacer cosas viles y ajenas de su calidad, pues la pobreza en los nobles
es causa de que sean desestimados, y aunque sean buenos y virtuosos no
les estiman los hombres, ni les oyen sus razones por discretas que sean.
Y por el contrario los ricos y hacendados tienen una calidad que les ilustra y
perfecciona sus noblezas, y los hijosdalgo cobran renombres y epítetos
más altos como es de Caballeros, mientras los pobres apenas son llamados
escuderos, eso dejando las dignidades que los muy ricos y poderosos con-
siguen de Condes, Marqueses y Duques, ilustrando sus apellidos, casas
y linajes con vasallos y ricos mayorazgos».
Sigamos embelesados oyendo el razonable y lógico pensar del extre-
meño insigne, invulnerable mezcla de cultura y solidez, que nos hacen
entreverle como hombre mundano acostumbrado á la gramática parda
y discurrir aplastante y dialéctico de las campesinas gentes, prototipo de
castizo españolismo; dice así:
«No se puede negar que las riquezas por la mayor parte dan causa de
ennoblecer á los que las tienen por lo mucho que el dinero puede; y esto
es de hecho por la buena opinión que los ricos tienen en el mundo y así se
han de entender la mayor parte de los autores alegados que dicen que las
riquezas dan nobleza porque de ordinario vemos que hombres plebeyos
siendo ricos y poderosos usando de liberalidad con los vecinos que les
podían ser contrarios y tratándose noblemente vienen á tenerlos contentos;
y con esto no sólo ganan opinión de nobles más de ilustres y dignos de
grandes dignidades.»
Y más adelante añade:
«Más en particular, vemos hoy que haciéndose Regidores y Repúblicos,
hablando alto y grave, tratando sus personas como Caballeros, y teniendo
otros por sus amigos y haciendo otras cosas semejantes van adquiriendo
reputación de nobles de tal manera que después sus hijos continuando lo
propio, vienen á conseguir posesión de hijosdalgo y sacar ejecutorias por
no haber ya memoria; y si la hay no haber testigo que se atreva á deponer
de aquel cauteloso principio, lo cual es muy fácil en ciudades y lugares
libres de pechos y tributos pues en ellos se practica la opinión de los que
dicen no haber más de dos linajes en el mundo que son ricos y pobres,
juzgando á aquéllos por nobles y á éstos por plebeyos.»
Y si este era el juicio que á los que escribían en el siglo XVll merecían
estas concomitancias, ¿que no ocurrirá en este siglo XX, en que el materia-
lismo más extremado es vínculo que une por igual á todas las clases socia-
les, y en que el dinero es el supremo ideal de todas ellas? Habremos forzo-
393
y de Genealogía Española.
sámente de reconocer, y no de buen grado, que sin éste no pueden existir
los demás prestigios sociales, ó, caso de ser así, tienen un valor muy rela-
tivo; es más, á los ojos de todos, ricos y pobres, nobles y plebeyos, es la
escasa significación del momento, no la constante influencia de la riqueza;
para casi todo el mundo esta es la esencia; lo demás, talento, virtud,
nobleza, valor, son meros accidentes, que se desean porque completan,
mas no porque fueren de utilidad relevante en la vida; con aquélla se llegan
á poseer estas cualidades, y si esto no puede conseguirse, á disimular su
falta por lo menos.
Que la riqueza ha sido siempre en las personas, las cosas y las colecti-
vidades la que las ha dado esplendor y consagrado en categoría, nos lo
demuestra la Historia desde los tiempos en que comenzó á darse importan-
cia á esta idea de nobleza; en nuestra Patria, ¿quiénes fueron en tiempos
de los primeros Reyes de Castilla los más poderosos y nobles, sino los Cas-
tros y los Laras? Más adelante, en los de Alfonso X, á Pedro el Cruel, los
que se llamaron La Cerda, Condes de Trastamara y Altamira; en los de
Enrique II y D. Juan I, los Condestables de Castilla, los Fernández de
Velasco; pues, y posteriormente, en los de D. Juan II y Enrique IV, ¿no fue-,
ron los Luna, los Pacheco, Marqueses de Villena, los Enríquez, Almirantes
de Castilla? En los de Isabel I la Católica y su consorte Fernando, ¿no
alcanzan su apogeo los Marqueses de Santillana, Duques del Infantado,
que en tierras de España llegaron á reunir más de 80.000 vasallos? Y siguen:
Alba en los de Carlos V y Felipe II, y Lerma, Benavente, Medina Sidonia,
Lemos, y el Conde-Duque y D. Juan de Austria en los de Felipe III,
Felipe IV y Carlos II, y luego son los Mina y Fernán-Núñez, los Aranda, y
hasta un protegido de la diosa Fortuna, que llega á Príncipe de la Paz; y
más tarde es Osuna, y hoy es Medinaceli. ¿Á qué se debe la prepotencia
de todos ellos en distintas épocas, sino á la mayor riqueza de que en ellas
dispusieron, y que les sirvió para alcanzar lugar más preeminente y fama
exterior de mayor viso nobiliario entre las mil familias que igual lo tenían,
sino al brillo que con aquélla pudieron dar á sus Casas? Esto mismo que
sucede con las personas, ocurre con las colectividades; y á una feliz casua-
lidad de haber reunido varios documentos, se debe el que hoy pueda
demostrarse por ellos, y después de estas largas disertaciones que nos han
precedido, que si la primacía entre todas las Órdenes militares corresponde
á la de San Juan, por su antigüedad, vasto esparcimiento y extensión, que
alcanza á la universalidad, actividad histórica, traducida en hechos reales,
número y clase de caballeros cobijados bajo sus vencedoras banderas, nin-
guna entre sus similares hubo que la superase en posesión de bienes y ren-
391
Revista de Historia
tas de encomiendas, razón por la cual pudo atender á gastos y realizar
empresas que ninguna otra acometió.
En España, puede decirse que ella sólo equivalía á las otras cuatro
Órdenes militares, de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa; pues sus
cuatro grandes Prioratos, de Castilla y León, Aragón ó Castellanía de
Amposta, Cataluña y Navarra, eran otros tantos organismos autónomos
unidos sólo por el nombre común, y por esa extensión tenemos que nues-
tra Orden resume el verdadero vocabulario de apellidos españoles nobles
glorificados por la Historia, y en las relaciones que de ellos aparecen
recordaréis los de los solares de Galicia, Asturias, Castilla la Vieja y la
Nueva, Andalucía y Extremadura, en unión con los de Navarra, con los de
Cataluña, los de Aragón, Valencia, Baleares y Murcia; no se da este caso
de síntesis en ninguna otra Orden similar de Caballería; salvo raras excep-
ciones, que no constituyen la norma general, podréis ver que en la de San-
tiago, la más castiza sin duda entre las cinco, el 90 por 100 de los cruza-
dos en ella son caballeros de Galicia, Montañas de León, Santander y Bur-
gos, Castilla la Vieja y Vascongadas, entendiendo todo esto con arreglo á
la antigua geografía clasificadora española; en la de Calatrava abundan
castellanos viejos y nuevos, más éstos que aquéllos, y andaluces; en Alcán-
tara estos últimos y los extremeños dan el núcleo mayor, y en la de Mon-
tesa casi exclusivamente componen su contingente catalanes, aragoneses,
mallorquines, valencianos y murcianos.
Pero más que por el número y calidad de caballeros, se manifiesta esta
preponderancia por la cualidad de que hemos hablado al principio de este
capítulo; por la riqueza, por tener mayor número que ninguna otra de enco-
miendas, ocupó el primer lugar entre todas sus similares; vamos á com-
probarlo.
En un «plan de Repartimiento que se forma para la exacción de los
3.400.000 reales que S. M. pide á la Religión de San Juan en España por el
adelantamiento á cuenta del producto del Noveno, de cuya cantidad se
hace la distribución correspondiente, entre los cuatro Priorados que com-
ponen la dicha Orden de San Juan, con respecto á la tasa hecha en el
Capítulo general para el pago de las Responsiones», figuran: el Priorado
de Castilla, con 55.514 escudos de éstas; y debiendo contribuir con 1.793.190
reales á aquella exacción, la castellanía de Amposta con 31.771 escudos
por el primer concepto y 1.026.253 por el segundo; el Priorado de Cataluña
con 14.336 escudos y 463.075 reales, y el de Navarra, por último, con
3.637 escudos y 117.480 reales, dando. un total de 105.258 escudos y
3.400.000 reales de vellón.
392
y de Genealogía Española.
Comparemos estos datos con otros análogos y muy semejantes en el
fondo, pues que sirvieron de base también para un repartimiento; «la Rela-
ción de los valores líquidos de las Encomiendas de Santiago, Calatrava,
Alcántara y Montesa, y de lo que, según ellos, corresponde á cada una
prorrateadamente, para componer y exigir el millón de reales con que
deben contribuir cada año á la Real y distinguida Orden de Carlos III, en
las cuales no se incluyen las que no llegan á 8 000 reales»; en ella aparece
la Orden de Santiago con un producto anual de rentas de sus encomien-
das, importante 2.531.644 reales de vellón, y obligada al repartimiento
por 428.011; la de Calatrava 1.797.058 y 303.845; la de Alcántara con
1.183.912 y 200.173, y la de Montesa con 402.1 12 y 67.971, respectivamente.
Vamos á ir desentrañando cifras. Empezando por la Orden de San Juan,
y dentro de ella por el gran Priorato de Navarra, tenemos que sólo en éste
figuran 13 encomiendas, que son: el Priorato del Santo Crucifijo de Puente
la Reina, las encomiendas de Zizur, Ribaforada, Fustiñana, Tudela y Cava-
nillas. Magistral de Calchetas, de Villafranca, de Indurain y Santa Catalina,
de Cugullu y Melgar, la de Alberín, la de Leache, la de Aparia y la de Iri-
sarri; de ellas no me es conocido más que el valor total de sus rentas, que
era de 3.637 escudos, que pagaban por responsiones, ó sea el tanto anual
con que contribuía cada priorato ó encomienda para el común tesoro de
la Orden.
El priorato de Cataluña se componía de un bailiaje, el de Mallorca, y
24 encomiendas: las de Masdeu, Bajóles, Orla, Aviñonet, Barcelona, Lérida,
Alguayre, Villafranca, Espluga, Vallfogona, Cervera, Grañena, Barbens,
Termens, Torres de Segre, Susterris, Selma, Tortosa, Ciscar, Corbius Bar-
bera, Sardeny, Espluga Calva y Aguaviva, las cuales pagaban por respon-
siones 14.336 escudos.
La Castellanía de Amposta ó Lengua de Aragón, la formaban: un prio-
rato, el de Monzón y Abadía de Alcocer; un bailiaje, el de Caspe y Chi-
prana, y 29 encomiendas: la de Zaragoza, la de Monzón y las Carboneras,
la Magistral de Aliaga, la de Villel, la de Encinacorva, la de Castellote, la
de Arcos, la de Calatayud, la de Anón y Talamantes, Cantavieja, Alfam-
bra, Tronchón, San Juan de Huesca, Villarluengo, Ulldecona, Torrente,
Orta, Villalba, Chalamera y Valonga, Ambel y Alberite, Barbastro, del Tem-
ple de Huesca, Castiliscar, de Novillas, Samper de Calanda y Fatiel, la
Almunia, Mirambel, Chamera, Bolaña y Alcolea del Cinca, con un pago
total de responsiones de 31.771 escudos.
La lengua de Castilla se componía de un Priorado, el de Castilla y León;
tres Bailiajes: el de Lora, el del Santo Sepulcro de Toro y el de Nuevevi-
393 26
Revista de Historia
Has, y 49 Encomiendas siguientes que contribuían por responsiones en la
forma y cantidad que á continuación se expresa (1):
DIGNIDADES
PARTIDO DE MADRID
Gran Priorato de Castilla
Bayliage de Lora
Encomienda del Viso
ídem de Yébenes
ídem de Calasparra
Ídem de Tocina
ídem de Poyos y Peñalem
ídem de Alcolea
ídem de San Martín de Trebejo
Ídem de Frexenal
Ídem de Bodonal
ídem de la Higuera
ídem de Almazán
DE CONVENTUALES DE JUSTICIA
Encomienda de Talayera
ídem de Villar del Pozo
ídem de Valdevida
ídem de San Bartolomé de Queto
Suma y sigue.
ESCUDOS
REALES
DE VELLÓN
17.819
573.772
3.564
114.761
1.604
51.649
1.782
57.380
1.639
52.776
1.247
40.153
1.069
34.422
802
25.824
713
22.958
526
16.937
498
16 035
498
16.035
356
11.463
107
3.445
54
1.739
71
2.286
54
1.739
32.403
1.043.374
(1) A titulo de curiosidad reproduzco los nombres de los Comendadores que poseían
las principales encomiendas á principios del siglo XVIll:
Priorato de Castilla: El Snno. Sr. Infante D. Felipe.— Bayliage de Lora: D. Diego Vélez
de Guevara.— Bayliage de Santo Sepulcro: D. José de Contreras.— Bayliage de Nueve
Villas: D. Rodrigo de JViirabal.— Viso Cámara Magistral: D. Pedro Vicente Pacheco.— Yé-
benes: D. Tomás de Ezpeleta.— Quiroga: D. Diego Vélez de Guevara.— Calasparra: D. Diego
de Vergara.— Tocina: D. Luis Velarde.— Benavente: D. Rodrigo de Mlrabal.— Puerto Marin:
D. Pedro Dávila.— Fresno y Torrecilla: D. Joaquín Portocarrero.— Alcolea: D. José de
Contreras.— Pazos de Arrenteyro: D. Luis Velarde.— Poyos y Peñalen: D. José de Tapia.—
Fuente la Peña: D. Nicolás de Loyola.— Villaescusa y Cañizar: D. Martín Francisco de Ve-
reterra— Zamora y Valdemimbre: D. Baltasar Portocarrero.— Zamayón: D. Vicente de
Ayala.— Salamanca: D. Manuel de Solis.— Cubillas: D. José de Mirabal.— Paradinas: D. Luis
Arias.— Almazán: D. Bernardo Duque de Estrada.— Beade y Morentayna: D. Eugenio de
Torres.— San Martín de Trebejo: D.Juan de Villalobos.— Puente de Crbigo; D. Francisco
de Frías.— Burgos y Buradón: D. José Valledor.— Bamba: D. Agustín de Villavicencio.—
León y Mayorga: D. Pedro de la Cerda.— Reynoso: D. Francisco de Liaño.— Vallejo: don
García de Arjona.- Zerecinos: D. Antonio de Auñón.— Villela: D. Félix Celdrán.— VadiUo:
D. Lorenzo Duque de Estrada.— Castro Ñuño: D. Francisco de Herrera.— Fregenal: D.José
de Otazo.— Bodonal: D. José de Arjona.— La Higuera: D. Agustín de Arce.— Ciudad-Rodri-
go: D. Gonzalo Adorno.— Bóveda: D. Agustín de Villavicencio.
394
y de Genealogía Española.
DIGNIDADES
ESCUDOS
REALES
DE VELLÓN
Suma anterior, . .
PARTIDO DE VALLADOLID
Bayliage del Santo Sepulcro de Toro .....
Bayliage de Nuevevillas
Encomienda de Quiroga
ídem de Osoño
32.403
392
285
1.174
1.099
576
2.104
1.425
1.372
1.069
1.069
1.033
998
962
891
855
820
784
713
713
713
641
624
• 445
445
392
285
285
232
232
143
107
107
54
36
36
181
1.043.374
12.622
9.177
37.803
35.388
ídem de Incio
ídem de Benavente
18.547
67.748
ídem de Puertomarín
45.885
ídem de Fresno y Torrecilla
Ídem de Cubiilas
44.178
34.421
ídem de Bamba
34.421
Ídem de Beadem
33.262
ídem de Zamayón
32.135
ídem de Salamanca
ídem de Zamora y Valdemimbie. ......
ídem de Villaescusa y Cañizal
Ídem de Paradinas
30.976
28.690
27.531
26.404
ídem de Puenteorvigo
ídem de Pazos de Arrenteiro
ídem de Fuente la Peña
ídem de Castronuño. ...
25.244
22.958
22 958
22.958
ídem de Cerecinos . .
20.640
Ídem de León v Mayorga. . .
20.092
Ídem déla Bóveda
14.329
ídem de Vallejo
14.329
ídem de Ciudad-Rodrigo. . .
12.622
ídem de Villela
9.177
ídem de Burgos y Buradón
ídem de Baaillo
9.177
7.470
ídem de Reinoso
7.470
DE CONVENTUALES DE JUSTICIA
Encomienda de Zamarramala '
Ídem de Villapañada '
4.604
3 445
3.445
Ídem de San Juan de Soria '
1.739
1.159
1.159
ídem de la de Puente Itero
5.828
55.695
1.793.365
Así, pues, la total organización de la Orden de San Juan en España era
tres Prioratos, cinco Bayliages (comprensivos á su vez de considerables
encomiendas) y 114 encomiendas que pagaban sólo de r esponsiones 105.258
escudos, ó sean 1.050.258 reales, es decir, casi la mitad de las rentas de la
Orden más rica después de ésta, la de Santiago.
395
Revista de Historia
Figuran en ésta, según la relación antes aludida, 69 encomiendas de los
nombres y valores líquidos siguientes:
ORDEN DE SANTIAGO
Las que posee el Sr. Infante Duque de Parma:
Aledo y Totana, 112874 reales de vellón.— Alhambra y la Solana, 48.948.— Ca-
rayaca, 206.971.— Encomienda Mayor de Castilla, 145,958.
Sr. Infante D. Luis:
Azuaga y la Granja, 98.577 reales de vellón.— Bastimentos de León, 42.914. -
Balderricote, 67.765.— Estepa, 25.678.— Mayor de León, 88.982.— Medina de las
Torres, 21.121.— Monreal, 92.088.— Montizón y Chiclana, 22.896 —Montealegre,.
50.680.— Moratalla, 101.286.— Membrilla, 23.993.— Montemolín, 14.123.— Horcajo,
61.489.— Socobos, 47. 796.-Socuéllamos, 126.026.-Segura de la Sierra, 115.847.—
Villahermosa, 33.523.
Particulares:
Alcuesca, 32.916 reales de vellón.— Alange, 40.848.— Bienvenida, con los 19.523
reales que se bajan en la relación por las pensiones que tiene, 26.765.— Barra, con
la tercera parte que está pensionada y se baja también en la relación, 15.527.—
Bezmar y Almanchez, 11.291.— Bastimentos de Castilla, 21.536.— Bastimentos de
Montiel, 15.905.— Biedma, 8.530.— Beas, 28.949.— Casas de Córdova, 18.656.—
Castro-torafe, inclusos 7.500 reales con que está pensionada y se bajan en la rela-
ción, 22.231.— Corral de Almaguer, inclusos 12 reales que se bajan en el propio
modo, 51.585.— Campo de Criptana, 10.015.— Cieza, 39.140.— Calzadilla, 12.310.—
Estriana, 21.273.— Fradel, 14.227.— Guadalcanal, 36.151.— Yeste y Taybilla, 63.735.
Mirabel, 12.646.— Mérida, 26.572.— Montiel y la Osa, 13.455.— Monasterio, inclusos
seis reales de pensión que en la relación se han bajado, 16.290.— Mohernando,
10.844.— Montijo, 8.122.— Museros, 10.584.— Hornachos, 43 637.— Oreja, 8.120.—
Orcheta, inclusos cuatro reales de pensión, 10.843 —La Puebla de Sancho Pérez,
29.362.— Palomas, 9.156.- Peñausande, 10 601.— Pozorrubio, 12.936.— Paracuellos,
14.738.— Reina, 12.607.- Rivera y el Aceuchal, 40.049. — Santos de Maymona,
49.395.— Santa Cruz de la Zarza, 9.802.— Sagra y Zenet, 19.823.— Villafranca,
12.365.— Villarrubia de Ocaña, 10.718. — Villanueva de la Fuente, inclusos 12 reales
con que está pensionada y se han bajado en la relación, 29.123.— Villaescusa de
Haro, 14.571. — Villamayor, 11.517. — Villoría, 13 394. — Valencia del Ventoso.
29.249.
Dando por total un valor líquido de 2.531.644 reales de vellón.
Sigue la de Calatrava con 43 Encomiendas, á saber:
Sr. Infante D. Gabriel:
Encomienda Mayor, 143.917 reales de vellón. — Casas de Sevilla y Niebla,
59.943.
Sr. Infante D. Antonio:
La Mayor de Alcañiz, 121.689 reales de vellón.- Fresneda y Rafales, 68.382.—
Manzanares, 192.607.
Sr. Infante D. Luis:
Clavería, 158.951 reales de vellón.— Casas de Córdova, 69.430.— Herrera,
396
y de Genealogía Española.
42.815.— El Moral, 108.437.— Monroyo yPeñarroya, 58.320, -El Viso y Santa Cruz
de Múdela, 66.949.— Abanilla, 35.799.— Bexix Castel de Castells, 81.980.
Particulares:
Casas de Talavera, 11.323 reales de vellón.— Molinos y Lagunarrota, pensio-
nada con cuatro reales, todo su valor, 19.614.— Vívoras, 17.858.— Bolaños, 66.182. —
La Obrería, pensionada con ocho reales, 29.076.— Ballesteros, pensionada con la
tercera parte, 11.998.— Lopera, concedida últimamente con pensión perpetua de
siete reales para el fondo de la nueva Real Orden, 11.300.— Montanchuelos, 10.000.
Ballaga y Algarga, 9.508.— Alcolea, 14.596.— Almodóvar del Campo, 28.042.— Al-
magro, 9.533. — Castilseras, 63.333. — Carrión, 28.840. — El Corral de Caracuel,
15.800.— Cañaveral, con pensión de 2.400 reales, 8 457.— Daimiel 19.195.— Pozuelo,
17.342.— Torroba, 15.330. — La Peña de Martos, 35.529. — Almuradiel, 26.028.—
Casas de Plasencia y Fuentidueña, 12.670.— Valdepeñas, 23.961. — Maestanza,
20.393.— Castellanos, 13.332.— Piedrabuena, 8.939.— Fuente del Emperador, 10.954.
Malagón, 8.998.— Villafranca, 9.415.— Guadalerza, 10.293.
Haciendo un total líquido de 1 .797.058 reales de vellón.
La de Alcántara con 30 Encomiendas, que son:
Sr. Infante D. Antonio:
Encomienda Mayor, Dignidad de la Orden, 139.951 reales de vellón.— Castel-
novo, 72.188.— Zalamea, 89.127.— Ceclavin, 21.605.— Piedrabuena, 188.096
Sr. Infante D. Luis:
Clavería de Alcántara, 38.053 reales de vellón.— Cabeza de Buey, 99.160.— La
Magdalena, 43.038. -Sancti-Spiritus, 36.788,— Herrera de Alcántara, 49.682.— La
Portugalesa, 27.714.
Particulares:,
Aceuche, 15.883 reales de vellón.— Mayorga, con pensión de la tercera parte,
20.544.— Belvis y Navarra, 16.673.— Benfayan, 10.494.— Casas de Calatrava, pen-
sionada también con la tercera parte, 19.799.— La de los Diezmos, que llaman del
Septeno, pensionada en la propia forma, 20.454.— Galizuela, pensionada ídem,
23.722.— Belvis de la Sierra, 11.680.— La Moraleja, pensionada con la sexta parte,
30.501.— Las Pueblas, 8 859.— El Portezuelo, pensionada con seis reales para la
nueva Real Orden, 26.090.— La del Peso Real de Valencia, con pensión de seis rea-
les, 21.722.— Quintana, pensionada con la tercera parte, 9.129.— Santibáñez, 11.755.
Adelfa, con pensión de 2.403 reales, 8.629.— La Zarza, pensionada con ocho reales,
24.751.— Las Elxas, pensionada con la tercera parte, 26.744. —Esparragosa de
Lares, 55.034.— Eliche y Castilleja, 15.117.
Que hacen un total de 1.183.912 reales de vellón.
Y, por último, la de Montesa, con 13 Encomiendas:
Sr. Infante D. Luis:
La Encomienda Mayor, intitulada de las Cuevas de Vin-Romá, 61.017 reales de
vellón.— La de Alcalá de Gisbert, 40.352 —La del Valle de Perpuchet, 55.451.— La
de Silla, 61.560.— La de Onda, con pensión de 10 reales, 30.989.— Cúllar, con pen-
sión de cuatro reales, 27.616.— Vinaroz y Benicarló. con pensión de la tercera parte,
19.881.— Burriana, con pensión de 3.566 reales, 14.832.— Villafames, 24.568.— Ade-
mur y Castielfavit, 17.242.— Benasal, 18.070.— Ares, 12.348.— Montroy, con pensio-
nes de 19.523 reales, que exceden de su valor, 18.186.
397
Revista de Historia
Y en total dan 402.112 reales de vellón.
RESUMEN
VALORES
Reales vellón.
Santiago 2.531.644
Calatrava .: 1.797.058
Alcántara 1.183.912
Montesa 402.1 12
5 914.726
Así, pues, vemos que la mayor cifra en punto á número de Encomiendas
y producto de aquéllas alcánzala la Orden de San Juan, y por esa causa, á
la par que se afirmaba su poderío material, es por lo que superaba el nú-
mero y calidad de sus caballeros á los de las otras sus cuatro Órdenes
similares, y por ella vemos que, sin ánimo por nuestra parte de excitar
recelos y suspicacias para nadie ni de tergiversar la verdad histórica, sino
como consecuencias apotegmáticas de datos fehacientes por ese íntimo
consorcio que existió y perdura y seguirá eternamente entre la riqueza y la
nobleza, es por lo que la Orden de San Juan pudo, respondiendo á sus fines
más que ninguna otra, realizar empresas de cruzada gigantescas que al
coronarla de timbres imperecederos la revistió de tan bien ganadas ejecu-
torias; por la riqueza de sus Encomiendas pudo responder mejor que nin-
guna otra al objeto de su excelso origen y creación, y por aquellas mismas
atrajo también al amparo de su divisa los hombres más preclaros en no-
bleza de nuestra nación, los que la probaban de 16 cuarteles, es decir, los
que al nacer tenían la suerte de haber contado con 16 ascendientes sus
terceros abuelos, contrastados sus nombres por hechos que merecieron
estimación del país, pagada en forma de hidalguía, merced ó privilegio que
ellos solos, con ser tan ilustres, no hubieran podido llevar á cabo empresas
de gigantes, como las ejecutaron los que militaron bajo sus banderas, bajo
estas banderas, símbolo ahora como en aquel entonces (no me cansaré de
repetirlo) de importancia social, vitalidad, prósperos intereses, historia,
gloriosas tradiciones, y por eso al aumentar sus filas aumentaron su número
en tal manera que hicieron crecer también el de las Encomiendas y sus
bienes, y por eso, á la par que se mostraba la primera en caballeros, se nos
presenta como la más rica y siempre tan pródiga en derrochar por la patria
y por la fe, tanto la sangre de aquéllos como las rentas de éstos. ¡Tristes
destinos los presentes! ¡Ni lo uno ni lo otro se prodiga hoy por estos dos
más nobles ideales! En proporción decayó su poderío; conservárase algo
de las rentas de las antiguas Encomiendas, y disputáranselas algunos con
398
y de Genealogía Española.
el mismo interés que si de prebendas se tratase, y entonces veríamos cómo
se consideraban cual organismos útiles, á la manera que hoy se reputan
por tales los que no tienen efectividad práctica ninguna; pero no es así, y
hoy, repito como en otra ocasión (1), son sólo todas las instituciones reli-
gioso-caballerescas puerto de refugio en que al abrir su entrada se da como
á modo de una patente de contraseña á la vieja nobleza é hidalguía es-
pañolas.
Al contemplar el pasado y al dirigir nuestra vista sobre los presentes
tiempos, corrientes encauzadas por distintos álveos á otros mares, no po-
dremos por menos de entonar un cántico de admiración, sincera alabanza
prueba de nuestra compenetración en el modo de pensar, al donoso ingenio
del famoso Pérez de Vargas y reconocer con él la gran verdad de su
axioma, colocado al principio de su obra y al frente de este insignificante
articulejo:
Las armas y las letras dan nobleza;
consérvala el valor y la riqueza.
Madrid, 24 de Julio de 1912.
Fernando Suárez de Tángil y de Ángulo.
(1) Todos estos motivos y las vicisitudes íiistóricas por que ha pasado nuestra Orden
en España son los que hoy la han limitado á la par que las semejantes de Santiago, Cala-
trava, Alcántara y Montesa, así como á las cinco maestranzas de Ronda, Sevilla, Valencia
Granada y Zaragoza y algunos otros Cuerpos (el de Caballeros Hijosdalgos de la Nobleza
de Madrid) á puertos de refugio en que la aristocracia española, las personas bien nacidas
y los actuales hijosdalgos buscan al ingresar en ellas, en el uso de su uniforme ó de sus
cruces y enseñas, un sello de distinción entre los demás ciudadanos y el halagar justa-
mente su bien entendido orgullo perteneciendo á Cuerpos que, si perdieron casi todo su
sabor y carácter histórico, aun les ha quedado el exigir pruebas de nobleza para su entrada
como condición indispensable.
Servicios hospitalarios, defensa de peregrinos y caminantes, de villas y lugares contra
infieles, formación de mesnadas con que engrosar las de los reyes y vasallos poderosos,
nobles fines religiosos, contribución á las cargas del Estado y otras cien mil útilísimas
funciones pasaron ya y son meras narraciones históricas que perdieron, cierto es, gran
parte de su razón de ser por este socialismo absorbente del Estado, que, cual pólipo
poderoso, por doquiera extiende sus tentáculos y á todas partes llega; hoy sólo son ins-
tituciones nobiliarias que, á mi modo de ver, perderán también bajo este punto de vista
su importancia, ya que las continuas y cada dia más poderosas alianzas mixtas, símbolo
exacto de una incapacidad manifiesta para el trabajo y la utilidad en los que las contraen,
y de que la nobleza europea no ha acertado aún á leer las enseñanzas de la Historia, en la
cual ha pagado ella muy justamente sus propias culpas, pues que sus faltas é incapacidad
sólo á ella misma son imputables, que ahora no nos vamos á entretener á analizar, obli-
garán, repito, ó á que mueran por consunción, si se cumplen sus reglamentos, tales institu-
ciones, ó á que se reforme su carácter, que los mismos interesados en sostenerlas y
fomentarlas han cambiado de hecho.
(Trabajo enviado por el autor al Vizconde Chabrol para la obra que trata de Servicios,
hospitalarios de la Orden en Europa, y en el que se hacía un pequeño resumen de los ser-
vicios hospitalarios y de caridad que presta la ínclita y soberana Orden militar de San
Juan dejerusalén en España.)
399
Revista de Historia
mumli íei Capitán general GoniIe-BQpe de pionteniar.
La guerra de sucesión al Trono de España, por su larga duración, por
los múltiples y diversos objetivos que las campañas tuvieron; por su misma
universalidad, pues se combatía á la vez en Francia y en España, en los
Países Bajos y en Italia, en Alemania y Portugal, con Generales, de unos
y otros combatientes, como Vendóme, Berwick, Noailles, el Príncipe Euge-
nio, Stanhope, Marlborough, y españoles como Aguilar, Valdecañas, el
Conde de las Torres, etc., fué una gran escuela para los militares de talento,
y en ella se educaron los que más tarde nos habían de dar días de gloria,
y dejarnos recuerdos imperecederos de sus hechos; de allí salieron y
allí se formaron Generales como Montemar, el Marqués de la Mina, Spí-
nola, Lede, Gages, Eslava y otros, que en Italia, en África y América, ha-
bían de dar á conocer sus nombres, dignos sucesores de los que en otras
épocas de poderío y esplendor pasearon su enseña victoriosa por todo el
mundo. Entre todos ellos descolló por su talento, por su valor y por sus
dotes de mando y de organización el gran Duque de Montemar, elevado á
los mayores honores y dignidades, para caer más tarde injustamente en la
desgracia y el olvido, pagando errores y desaciertos que otros cometieron.
No es posible, dentro de los límites que ha de tener un artículo genealó-
gico, hacer un estudio completo y detenido de un personaje de tanto relieve
en nuestra Historia, y cuya vida y hechos, para ser estudiados debidamente
necesitarían ser objeto de una obra extensa y completa; nos limitaremos,
pues, á dar una relación sucinta de su vida y de su genealogía, interesantí-
sima esta para el conocimiento amplio de Montemar; y que tanto Rivarola
en su Monarquía española, como Moreri en su Gran Diccionario Histó-
rico confunden y embrollan lastimosamente.
El apellido Carrillo de Albornoz, que usó el Duque de Montemar,
aunque no era el de su varonía, se formó por el casamiento de Doña
Urraca Gómez de Albornoz, Señora de Portilla, Valdejudíos, Navaher-
mosa y Ciruelos, hija tercera de D. Alvar García el Viejo, V Señor de
Albornoz, Moya, Utiel, Torralba y Beteta, Mayordomo mayor del Rey
400
y de Genealogía Española.
D. Enrique II de Castilla, hermano del célebre Cardenal D. Gil de Albornoz,
y de su mujer D." Teresa Rodríguez, con Gómez Carrillo, Señor de
Ocentejo y Paredes, Alcalde Mayor de los Hijosdalgo de Castilla, que
también fué gran servidor del Rey D. Enrique y Ayo de D. Juan II. Está
justificada esta unión por el testamento que el año 1382 otorgó D. Alvar
García de Albornoz, Señor de Utiel y Beteta, en una de cuyas cláusulas
dice: «Mando á mi hermana Urraca Gómez, mujer de Gómez Carrillo, la
casa de Navahermosa, y la casa del Aldehuela, y la casa de Valdejudíos, y
la casa del Campillo, é de Tinajas, é la casa de Villasenciella, con la here-
dat de Villanchón» (1).
Era Gómez Carrillo hijo de Pedro Carrillo, Señor de Nogales, Caba-
llero de la Banda, Mayordomo mayor del Rey D. Enrique II siendo Con-
de, y uno de los más valerosos caballeros de tiempo del Rey D. Al-
fonso XI, que le hizo merced el año 1340, por carta dada en Sevilla á 4 de
Septiembre, de la Casa, ya Villa, de Nogales, en tierra de Badajoz, por
los servicios que le había prestado en el sitio de Tarifa; cuya Casa y Villa
vendió á D. Enrique Enríquez, Justicia Mayor del Rey, por escritura otor-
gada en el Real, sobre Algeciras, ante Juan Mate, Escribano público de
Sevilla, el 28 de Enero de 1344, en la que se llama Criado del Rey y fijo de
Gómez Carrillo. Pedro Carrillo, según asegura Zurita, fué muerto por el
mismo Rey D. Enrique II por los tratos que dicen tenía con su hermana
D."* Juana de Castilla, separada entonces del Conde D. Fernando de Castro,
con la que parece quería casar aquél (2).
Tuvieron Gómez Carrillo y D." Urraca Gómez de Albornoz tres hijos:
1. Alvaro Carrillo, Señor de Ocentejo, que continúa la sucesión.
2. Don Alonso Carrillo, ¡Arcediano de Alcaraz, en la iglesia de Toledo, Abad
de Alfaro, Arcediano de Cuenca, Cardenal de la Santa Iglesia del título de San
Eustaquio, Obispo de Sigüenza," Legado de la Santa Iglesia en Bolonia y en
Avignon y uno de los Prelados más ilustres de su tiempo: falleció en Basilea el
año 1434, con gran dolor de toda la Iglesia, congregada entonces para el Concilio
general donde era Legado del Pontífice.
3. Doña Teresa Carrillo de Albornoz, Señora de Paredes, Portilla, Valdeju-
díos, Valtablado y lugar de Ciruelos, que casó con Lope Vázquez de Acuña, Señor
de Buendía, Azañón y Viana, del Consejo del Rey D. Juan 11, hermano del primer
Conde de Valencia, de cuyo matrimonio hubo numerosa é ilustre descendencia,
de la que trata con gran extensión el Sr. Béthencourt (3).
(1) Salazar y Castro, Historia de la Casa de Lara, t. III, pág. 385.
(2) Zurita, Anales de Aragón, t. II, lib. VII, cap. 3."
(3) Historia genealógica y heráldica de la Monarquía española, Casa Real y Grandes
de España, t. III, pág. 145.
401 27
Revista de Historia
IV. Alvaro Carrillo, fué Señor de Ocentejo y Cañamares, Alcalde
mayor de los Hijosdalgo de Castilla y Mayordomo mayor de la Infanta
D.^ Catalina. Casó con £>." Teresa de la Vega, Señora de la Villa de Cer-
vera, hermana entera de D. Iñigo López de Mendoza, primer Marqués de
Santillana, Conde del Real, é hijos ambos de D. Diego Hurtado de Men-
doza, Almirante mayor de Castilla, Señor de Mendoza y sus Hermandades,
y de D.^ Leonor de la Vega, su segunda mujer. Otorgó testamento doña
Teresa estando enferma en Titos, aldea de Cuenca, á 4 de Junio de 1414,
ante Juan Fernández de Alcantud, Escribano, donde declara que su marido
la dio en arras 5.000 florines, dejándole por heredero juntamente con sus
hijos. Había ya fallecido en 19 de Septiembre de 1416, porque este día
otorgó su marido una escritura de concordia con su suegra D.^ Leonor,
sobre los bienes de su esposa. No parece que la sobrevivió mucho este ca-
ballero, y ambos no dejaron más que dos hijos:
1. Gómez Carrillo de Albornoz, que sigue, y
2. Doña Leonor Lasso Carrillo, Señora de Cervera y Merindad de Pernia,
que poseyó su madre; casó con Fernando de Velasco, Señor de Siruela, Camarero
del Rey D. Juan II y de su Consejo, y hermano del Conde de Haro; de este ma-
trimonio hubo brillante sucesión.
V. Gómez Carrillo de Albornoz, tercero del nombre, fué Señor de
Ocentejo, Albornoz, Torralba, Beteta, Rivagorda, Paredes, Cañamares,
Llanos y otros lugares. Alcalde mayor de los Hijosdalgo de Castilla, Maes-
tresala de los Reyes D. Juan II y D. Enrique IV, de su Consejo, y su Alcalde
mayor de las Mesías y Cañadas del Reino. Llamáronle el Feo, por la poca
gracia de sus facciones, y tiene frecuentes memorias en las Crónicas de don
Juan II. Por muerte de su prima segunda Z)." Maria Albornoz, heredó los
mayorazgos de Albornoz, Torralba, Beteta y Rivagorda, por cuya causa
añadió el apellido Albornoz al de Carrillo, y ya los usaba juntos en 24 de
Mayo y 20 de Junio de 1442, como consta por la confirmación que el Rey
le dio de la primera merced de su lugar de Ocentejo, hecha por la Reina
D.^ María viuda del Rey D. Sancho IV, en 26 de Marzo de 1297, á Alfonso
y Rodrigo Ruiz Carrillo, hermanos. Otorgó su testamento el 1 1 de Agosto
de 1457 ante Alonso González de Cifuentes, Escribano, en el cual declara
sus padres, casamiento é hijos. Estuvo casado con D." Teresa de Toledo,
hermana de D. Garci Alvar ez de Toledo, primer Duque de Alba, Marqués
de Coria, Conde de Salvatierra, y ambos hijos de D. Hernán Álvarez de
Toledo, primer Conde de Alba, Señor de Valdecorneja, Adelantado de Ca-
zorla, y de la Condesa D." Maria Carrillo, su mujer. Nacieron de este
matrimonio siete hijos.
402
y de Genealogía Española.
1. Juan de Albornoz, Señor de Albornoz, Torralba, Beteta y la Casa de Riva-
gorda, de las que le declaró su padre universal heredero en su testamento. Tuvo
reñidas diferencias con Pedro, su hermano, y murió sin dejar sucesión.
2. Pedro Carrillo de Albornoz, que fué Señor de Albornoz, Torralba, Beteta,
Ocentejo, Paredes y Llanas, Alcalde Mayor de los hijosdalgo. Maestresala de los
Reyes D. Enrique IV y los Católicos y uno de los Generales que pasaron á Bretaña
€l año 1490. Vivió en pleitos continuos con sus hermanos, y no obstante este grave
embarazo, prestó grandes servicios á los Reyes Católicos en la guerra de Granada.
Murió el año 1493 y fué sepultado en su capilla de la Casa de Albornoz, en la cate-
dral de Cuenca. Casó con D." Mencia de Mendoza, hija de D. Iñigo López de Men-
doza, primer Conde de Tendilla, Capitán General del Reino de Granada, Alcaide
de la Alhambra, y de D." Elvira de Quiñones, su mujer (1).
Sobrevivió D.^ Mencia á su marido, y murió cuatro años después. Ajustó como
tutora de sus hijos los pleitos que con aquél habían tenido sus hermanos, dando á
Alvaro Carrillo la villa de Paredes, y la de Ocentejo á los hijos de íñigo López de
Mendoza; tuvieron tres hijos: D. Luis Carrillo de Albornoz, que sucedió en la Casa;
D." Isabel de Mendoza y D." Teresa Carrillo, cuya descendencia no detallamos
por no corresponder á la línea que estudiamos. Tuvo D. Pedro, además, fuera de
matrimonio, á Gómez Carrillo, Canónigo de la iglesia de Cuenca; Gonzalo Carri-
llo, Garci Lasso de la Vega y Fr. Francisco, Religioso; los tres primeros los nom-
bra su padre en el testamento.
3. Alvaro Carrillo, Señor de Paredes, que por la muerte de su hermano mayor
pretendió ser preferido á Pedro para la sucesión de la Casa, aunque no lo consi-
guió. Parece no tuvo descendencia.
4. iñigo López Carrillo de Mendoza, que sigue la línea.
5. Micer Gómez Carrillo, Canónigo de la iglesia de Cuenca.
6. Don Alonso Carrillo de Albornoz, Canónigo de Toledo, Obispo de Catania,
en Sicilia, Presidente de la Chancillería de Ciudad Real, y últimamente Obispo de
Ávila hasta el 14 de Junio de 1514, que falleció. Fué enterrado en la iglesia catedral
de Toledo, en la capilla de su tío, el Cardenal D. Gil de Albornoz.
7. Doña Leonor Carrillo, casó con Diego de Alarcón, Señor de Val verde, Tala-
yuelas, Veguillas de las Truchas y Hontecillas, Doncel del rey D. Enrique IV, y no
tuvieron sucesión.
VI. Iñigo López Carrillo de Mendoza, Señor de Meilogo, y Costa de
Valls, Virrey y Capitán General de Cerdeña, que murió en el sitio de Gra-
nada el año 1491, y fué enterrado en la capilla de San Ildefonso, de la Cate-
dral de Toledo, fundación del Cardenal D. Gil de Albornoz. Fué casado con
D." Margarita de Villena, Dama de D."* Isabel la Católica, hija de Martin
de Tovar, Señor de Cevico de la Torre y Casauna y de D." Leonor de Vi-
llena. Fueron hijos de este matrimonio:
1. Doña Teresa Carrillo de Mendoza, mujer que fué de D. Gómez Dávila, Pri-
mer Marqués de Velada, y progenitora de los demás Señores de esta Casa, y
2. Don Gómez Carrillo de Mendoza, que sigue la línea.
(1) Salazar y Castro, op. cit., t. III, pág. 388 y sig.
403
Revista de Historia
VII. Don Gómez Carrillo de Mendoza fué Señor de Ocentejo y Valta-
blado, y según escribe Gudiel (1), casó con D." Marina Girón, hija de
Alonso Téllez Girón, hermano del Señor de Piqueras y de £>." Guiomar de
Sandoval, y fueron sus hijos:
1. Don Alonso Carrillo de Albornoz, Canónigo de la iglesia de Cuenca, y
2. Don Alvaro Carrillo de Albornoz, que sigue la línea.
VIII. Don Alvaro Carrillo de Albornoz, Señor de Ocentejo y Valta-
blado, parece fué natural de Barajas, de donde era vecino; estuvo casado^
desde el año 1559, con D." María de Salazar, de cuyo matrimonio tuvo á
D.° Maria Carrillo, que no tuvo hijos de su matrimonio con Juan Álvarez
de Toledo, Señor de Cervera y Villanueva, y á Juan Carrillo de Albornoz,
Señor de Ocentejo, Valtablado y Paredes, que casó con D." Maria Zapata^
hermana de D. Jerónimo Walter Zapata, Señor de Daracalde y Viveros,
Caballero del Orden de Santiago, Mayordomo de los Archiduques D. Al-
berto y D.^ Isabel, Condes de Flandes, de cuyo matrimonio nació un sólo
hijo, D. Alvaro Carrillo de Albornoz, Señor de Ocentejo, Caballero del
Orden de Alcántara el año 1613.
Viudo D. Alvaro Carrillo de Albornoz de Z)." Maria Salazar, tuvo de
Maria Reina, doncella soltera á su servicio, natural de Armañones de la
Sierra, hija de Esteban Rey y Juana Ibáñez, dos hijas naturales, D° Maria
Carrillo de Albornoz, que sigue, y D.^ Jerónimo, esta última muerta muy jo-
ven, á quienes trató como á hijas, viviendo en su casa y sentándolas á su
mesa. Cuando D.^ María estuvo en edad para ello, gobernó y dirigió la casa
de su padre, como si hubiese sido hija legítima y Señora de ella.
IX. Doña María Carrillo de Albornoz, nació en Barajas alrededor del
año 1570, y á la muerte de su padre continuó viviendo con su hermano
D. Juan, Señor de Ocentejo, quien hacia los años de 1590 la casó con Fran-
cisco Claudio Conde, de acomodada familia de Madrid, y éstos fueron los
bisabuelos del primer Duque de Montemar.
La familia Conde, de quien descendía por línea recta de varón el Duque
de Montemar, aunque, como luego veremos, abandonó su apellido para tomar
el de Carrillo de Albornoz, era originaria del lugar de Maello en la jurisdic-
ción de la provincia de Segovia: el primero de que tenemos noticias fué:
I. Pedro Conde, el Viejo, natural y vecino de Maello, debió nacer en
los últimos años del siglo XV ó principios del XVI, y murió hacia 1560 en
(1) Gudiel, Compendio de los Girones. Árbol 12.
404
y de Genealogía Española.
el lugar de su naturaleza, siendo enterrado en la iglesia de San Juan. Asistió
á las guerras de Granada, y por un gran peligro en que se vio, se ofreció á
la Virgen de la Consolación, en cuya ermita y en el retablo del altar mayor
mandó colocar un cuadro con los retratos suyo y de su mujer, que lo fué
María Díaz, natural también y vecina de Maello, siendo su hijo
II. Pedro Conde, segundo de su nombre, nacido en Maello, de quien
únicamente sabemos casó en Valladolid con Isabel de Dueñas; al poco
tiempo de su boda se fueron á vivir á Maello y de allí á Madrid, donde
tenían casas propias en los Caños del Peral, donde vivían. Hijo de este ma-
trimonio fué
III. Francisco Claudio Conde, nacido, como sus ascendientes, en Mae-
Jlo, casó en Barajas, como hemos dicho, con D." Magdalena Carrillo de
Albornoz, hija del Señor de Ocentejo; vivieron una corta temporada en
aquel pueblo y á poco se trasladaron á Madrid, donde él estaba conside-
rado como persona de distinción é hijodalgo, como lo probó en la informa-
ción de su naturaleza, limpieza y legitimidad ad perpetaam reí memoria que
hizo en Madrid ante Hernando de Salazar Velasco, Teniente de Corregidor
de la villa, con asistencia del Procurador Síndico, la cual fué aprobada el
27 de Septiembre de 1634; en ella declararon catorce testigos de toda pro-
bidad y calificación, algunos Caballeros de Santiago que lo hicieron unáni-
memente en favor del interesado. Murió Francisco Claudio Conde en Ma-
drid el 7 de Septiembre de 1536, habiendo hecho testamento anteriormente
ante Juan Luis Rivero. Doña Magdalena Carrillo de Albornoz había falle-
cido el año anterior, el 30 de Agosto de 1635, habiendo testado cuatro días
antes ante Juan de Quintanilla, escribano público de Madrid. En el testa-
mento se llama hija natural de D. Alvaro Carrillo de Albornoz, Señor de
Ocentejo y Valtablado, y de María Reina, difuntos, y nombra por sus uni-
versales herederos á sus hijos y nietos.
Los hijos de este matrimonio fueron:
L Don José Conde Carrillo de Albornoz, que sigue la hnea.
2. Doña Francisca Conde Carrillo, nacida en Madrid y bautizada en la parro-
quia de San Justo y Pastor el 6 de Febrero de 1591, siendo apadrinada por sus tíos
carnales D. Juan Carrillo de Albornoz y D." Maria Juana Zapata, Señores de
Ocentejo y Valtablado. Casó D.^ Francisca en Madrid con D. Antonio de Espejo, áo.
quien dejó sucesión.
3. Doña Andrea Conde Carrillo de Albornoz, bautizada en Madrid en la iglesia
de San Ginés el 12 de Diciembre de 1593, quien casó con D. Francisco de Liaño,
de cuyo matrimonio dejó cuatro hijos. Doña Andrea había fallecido cuando testó
su madre.
4. Doña Isabel Conde Carrillo, bautizada en San Ginés el 3 de Abril de 1596;
•casada con D. Cristóbal de Medina, natural de Madrid, Regidor de su Ayunta-
405
Revista de Historia
miento, Secretario de S. M. y de la Cámara del Srmo. Cardenal Infante, caballero
del Orden de Santiago, que era hijo de Cristóbal de Medina y de D." Melchora de
Vega. Fué D. Cristóbal de Medina Familiar del Santo Oficio, cuyas pruebas y las
de su mujer fueron aprobadas el 14 de Marzo de 1626. Las de D."* Isabel Carrillo
de Albornoz se hicieron en Maello, Barajas y Armallones, y de ellas hemos sacado
gran parte de los datos que anteceden (I).
5. Don Diego Conde Carrillo de Albornoz, bautizado en Madrid (San Ginés), el
20 de Noviembre de 1599, y era ya fallecido cuando murieron sus padres.
IV. Don José Conde Carrillo de Albornoz, nació en Madrid hacia
1590; á los diez y seis años pasó á Italia y sirvió en Oran, Flandes y otros
puntos durante veintinueve años, habiendo sido Capitán de Infantería y
Sargento Mayor de las Milicias de Coria por R. C. dada en Madrid á 15 de
Enero de 1642. En las elecciones que verificó el Ayuntamiento de Madrid
el 30 de Septiembre de 1650, para elegir Alcalde del Concejo de la Mesta,
fué incluido como hijodalgo. Pasó á Andalucía el año 1637 á reclutar gente
para el servicio de las armas, y allí conoció á Doña Isabel Maria Esquive!
y Guzmdn, nacida en Pilas el 19 de Marzo de 1615, hija de Don Franc sea
de Esquivei y Guzmdn y de Doña Catalina de Vicenielo, con la cual con-
trajo matrimonio en la iglesia de San Vicente, de Sevilla, el 15 de Febrero
de 1638, y en esta ciudad se avecindaron en la Collación de San Lorenzo.
Habiendo muerto sin sucesión el último poseedor de los Señoríos de
Ocentejo, Valtablado y Paredes, se originaron grandes pleitos entre los
parientes que se creyeron con derecho á suceder en ellos, y D.José Conde
Carrillo, como nieto que era de D. Alvaro Carrillo de Albornoz, Señor de
aquellos mayorazgos, litigó, así como sus hijos, su derecho con el Marqués
de Estepa, y para demostración más plena de él, dejaron de usar el apellido
Conde, que les correspondía por varonía, y tomaron el de Carrillo de Albor-
noz y sus armas, él y todos sus descendientes, ya que para poseer aquellos
Señoríos era condición precisa usar en primer lugar de uno y otras.
Murió D. José Conde Carrillo de Albornoz en Sevilla, y antes dio poder
para testar á su mujer, otorgado el 30 de Abril de 1659, ante Rodrigo de
Abreu, Escribano, disponiendo ser enterrado en el Convento de San Agus-
tín, en la capilla de los Esquivei, y nombrando por herederos á sus cinco
hijos. Su mujer, D."* María de Esquivei y Guzmán, murió en Sevilla el 2 de
Junio de 1668 (2). Fueron sus hijos:
(1) Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, Informaciones genealógicas,,
leg. 385, núm. 1.744.
(2) Archivo Histórico Nacional, Pruebas de Santiago, legajos números 2.040 y 2.04L
406
y de Genealogía Española.
1. Don Francisco Carrillo de Albornoz, que sigue la línea.
2. Don Pedro Carrillo de Albornoz, nacido en Sevilla el año 1641; empezó muy
joven la carrera de las armas, siendo Capitán de Infantería, Maestre de Campo,
sirvió en la Armada y llegó á ser Almirante General de galeones; por sus servicios,
S. M. el Rey D. Carlos II, por R. C. de 12 de Junio de 1694, le concedió para él y
sus descendientes legítimos varones el título de Conde de Montemar (1). Fué uno
de los caballeros fundadores, lo mismo que sus hermanos, de la Real Maestranza
de Caballería de Sevilla (2), y murió á últimos de Diciembre de 1707 ó principios
del año siguiente, pues á fines de aquel mes y año dio poder para testar á su her-
mano D, Francisco, otorgado en Sevilla ante Bartolomé Pérez, Escribano. No dejó
descendencia y heredó el título su hermano mayor.
3. Doña Magdalena Carrillo de Albornoz Esquivel y Guzmán, nacida en Sevilla
el año 1643.
4. Don Diego Bernardo Carrillo de Albornoz Esquivel y Guzmán, nacido en
Sevilla el año 1645. Sirvió veinticuatro años de soldado, Capitán de Infantería,
Capitán de Mar y Guerra de los galeones Nuestra Señora de Atocha y Nuestra
Señora de Begoña, hallándose en las guerras de Portugal y Sicilia, llegando á Gene-
ral de las galeras. Fué Maestrante fundador de la Real Maestranza de Sevilla,
y casó con Doña Rosa de Santo Domingo, hija de Donjuán de la Presa y Cueva,
Caballero de Calatrava, y de Doña Clara de la Presa Manrique de Lara. De este
matrimonio fué hijo Don Diego Miguel Carrillo de Albornoz y la Presa, Coronel
de Infantería que fué IV Conde de Montemar por muerte, sin hijos, de su primo
hermano el primer Duque del mismo título (3); estuvo casado con Doña Mariana
Brabo de Laguna, Señora del Castillo de Mirabel, hija del Capitán Don Fernando
Brabo de Laguna y de Doña Lucia Antonia de Villela, y de este matrimonio hubo
numerosa descendencia, donde permaneció el Condado de Montemar, y que no
especifico por no ser objeto de este artículo (4).
5. Don Gaspar de Esquivel, así nombrado en el testamento de su padre, figura
en las listas de Maestrantes de Sevilla.
V. Don Francisco Carrillo de Albornoz y Esquivel, II Conde de Mon-
temar, Maestrante de Sevilla, nació en esta ciudad y fué bautizado en la pa-
rroquia de San Vicente, el 18 de Junio de 1639;s¡rvió en el Ejército diez y seis
años, un mes y trece días de soldado, Capitán de Infantería y graduado de
Maestre de Campo;fué Gobernador de la provincia de Antioquía,en América,
y se halló en las guerras de Extremadura y Portugal y en el sitio de Badajoz.
Muy joven regresó á Sevilla y vivió algún tiempo en Umbrete, donde ejer-
(1) Ramos, Aparato para la corrección y adición al Berni, pág. 328.
(2) León y Manjón, Historial de fiestas y donativos. Madrid, 1909.
(3) El titulo de Conde de Montemar exigía varonía y por eso no lo heredaron ninguna
de las hijas de Montemar.
En la Guia Oficial de estos años, no figura este titulo y en el de Duque de Montemar
dice, «Antes Conde»: esto es un error, pues el Condado de Montemar existió juntamente
con el Ducado, y llevado por personas distintas, hasta muy entrado el siglo XIX.
(4) Ramos, Historia genealógica de la Casa de Aguayo.
407
Revista de Historia
ció diferentes veces el cargo de Alcalde de la Santa Hermandad, por el
Estado noble. Fué de los Fundadores de la Real Maestranza de Caballería
de Sevilla, y á la muerte de su hermano segundo el Conde de Montemar,
heredó este título que cedió, á muy poco, á su hijo mayor.
Estando ciego y achacoso, dio poder para testar á sus tres hijos mayo-
res D. José, D. Nicolás y D. Alvaro, otorgado en Sevilla ante Bartolomé
Pérez, Escribano público, el 26 de Julio de 1713, y debió morir en Sevilla,
después de 1716, pues en Noviembre de este año prestó declaración en las
pruebas para la Orden de Santiago de sus hijos D. José y D. Alvaro.
Casó primero en Sevilla, en la iglesia de San Marcos, siendo vecino de
la Collación de San Martín, el 23 de Abril de 1669, con Doña Leonor Ana
de Montiel, nacida en Sevilla el año 1639, hija de Don Teodosio de Montiel,
natural de Granada, Relator y Abogado de la Audiencia de Sevilla y de
Doña Isabel Dávila y Segura, vecinos á la sazón de la villa de Umbrete.
Doña Leonor de Montiel, estando muy grave, dio poder para testar á su
marido, otorgado en Sevilla el 16 de Abril de 1673, ante el Escribano
Miguel Francisco del Portillo, y dispuso ser enterrada en la parroquia de
San Lorenzo, donde tenían Capilla y entierro los Carrillo (1).
Casó en segundas nupcias D. Francisco Carrillo con Doña Teresa Er-
mite de Silva, quien llevó en dote 14.000 ducados, y murió á los tres meses
de su matrimonio, y por tercera vez volvió á contraer matrimonio con
Doña Maria de la Vega y Cabiedes, que le llevó en dote 1 .000 ducados de
renta en juros y varias casas.
Del primer matrimonio fueron hijos:
1. Don José Carrillo de Albornoz, que sigue.
2. Doña Isabel Carrillo de Albornoz y Montiel, nacida el año 1671, que casó
primero con Don Pedro Chapería, y habiendo quedado viuda sin hijos volvió á
casar con Don Pedro de Saavedra Alvarado.
3. Doña Teresa Carrillo de Albornoz y Esquivel, nacida en Sevilla en Septiem-
bre de 1672, que casó con Don Andrés Caballero de la Bastida, de la Orden de
Calatrava, sin sucesión.
Hijos del tercer matrimonio de D. Francisco Carrillo de Albornoz con D.* María
de la Vega.
4. Don Nicolás Carrillo, Capitán de Infantería, empezó á servir en 1703 y se
retiró muy pronto del servicio de las armas; fué también Maestrante de Sevilla.
5. Don Alvaro Carrillo de Albornoz y de la Vega, Caballero del Orden de San-
tiago en 1716 y Maestrante de Sevilla; nacido en esta ciudad el año 1682, empezó
á servir el año 1698, se distinguió mucho en la guerra de Sucesión, y murió siendo
Mariscal de Campo.
(1) Archivo Histórico Nacional, Pruebas de Santiago, íeg. núm. 2.040.
408
y de Genealogía Española.
6. Don Pedro Carrillo de Albornoz y de la Vega, que murió soltero, de Capitán
de Infantería, en la Batalla de Almansa.
7. Doña Ana Carrillo de la Vega, casada con D. N. Velázquez.
8. Doña Francisca Carrillo de Albornoz y de la Vega, casada con D.Jerónimo
Federiguiy Solis.
9. Doña Sinforosa Carrillo de Albornoz.
10. Doña Jerónima Carrillo de Albornoz.
) 1. Doña Magdalena Carrillo de Albornoz, que murió niña.
VI. Don José, Francisco, Fernando Carrillo de Albornoz, Montiel,
EsQuiBEL GuzMÁN Y DÁVILA, III Coíidc, dcspués primer Duque de Monte-
mar, Grande de España de primera clase. Caballero del Toisón, de la Real
Orden de San Jenaro de Ñapóles, Comendador de Moratalla en la de San-
tiago, Señor del honor de Salillas, Burgeman y Armelek, Castellano perpe-
tuo de Castelnovo en Ñapóles, Consejero de Estado en aquel Reino, Gen-
tilhombre de Cámara del Rey, Director general de la caballería de España,
Capitán General de los Reales Ejércitos, Coronel del Regimiento de Guar-
dias españolas. Caballero de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla,
nació en esta ciudad el día 8 de Octubre de 1671 y fué bautizado el día 19 en
la iglesia de San Vicente, siendo apadrinado por D. Juan de la Torre y Car-
bonera, Caballero del Orden de Santiago (1). Todos los biógrafos del
Duque de Montemar dicen empezó su carrera como Capitán de caballos
corazas y es un gran error (2), pues cuando ascendió á ese empleo lle-
vaba trece años de no interrumpidos servicios, casi todos ellos de soldado.
Empezó su carrera militar muy niño, cuando todavía no había cumplido
doce años, el 18 de Junio de 1683, sentando plaza como soldado con dos
escudos de ventaja al mes, en la compañía de su tío carnal D. Diego
Carrillo de'Albornoz, Capitán del galeón Nuestra Señora de Atocha, de la
Armada del Mar Océano. Desde 30 de Enero de 1690 hasta 27 del mes
de Junio fué soldado arcabucero en la Compañía del Capitán D. Manuel de
Consuegra. El 27 de Junio de aquel año empezó á servir interinamente una
(1) Archivo Histórico Nacional, Pruebas de Santiago, leg. núm. 2.040.
(2) El General Almirante, en su Bibliografía Militar, pág. 534, confunde la fecha del
nacimiento con la del bautismo y dice que á los doce años, por derecho propio y natural
fué capitán de Coraceros, siendo asi que ascendió á este empleo á los veinticuatro años y
cuando llevaba doce de soldado, en continuos servicios de campaña por mar y tierra.
Don Manuel Diana, en sus Capitanes ilustres (Madrid 1851, pág. 336), dice lo mismo, y
asegura que el Rey Felipe V rehusó, en la Guerra de Sucesión, conferirle el mando en jefe
del Ejército; dislate mayúsculo, pues en aquella época no era Montemar más que un bri-
llante jefe de Caballería, pues no ascendió á Mariscal de Campo hasta 1711, y no es pre-
sumible se le ocurriese al Rey ni á nadie nombrar General en Jefe del Ejército al que no
había tenido más mando que el de un Regimiento.
409 28
Revista de Historia
plaza de Caballero entretenido, en virtud de decreto del General Marqués
del Vado del Maestre, cuya plaza sirvió hasta el 6 de Noviembre de 1691
que cesó por haber concluido el viaje que^hizo á Tierra Firme. Desde 11 de
Junio de 1694, de soldado con plaza sencilla en el Ejército de Cataluña, en
la Compañía de Infantería Española del Capitán D. Bartolomé de Urdizu.
Enl0dejuniodel695
se le formó asiento de
Capitán de caballos
corazas con 110 es.
cudos de sueldo al
mes, y en atención á
haberse encontrado
en el sitio y defensa
de Barcelona y haber
sido herido y prisio-
nero le concedió el
rey D. Carlos II un
escudo de ventaja so-
bre cualquier sueldo
que disfrutase, escu-
do que cobró hasta
su fallecimiento (1).
Los Generales á cu-
yas órdenes sirvió de-
cían «haber sido el
Capitán que más se
ha señalado, sin ha-
ber ninguno que se le
haya aventajado.»
Del Ejército de Ca-
taluña pasó al de Ga-
licia y se distinguió notablemente en el desembarco que intentó la escua-
dra coaligada Anglo -holandesa en la ría de Vigo. Cuando el rey don
Felipe V creó los Guardias de corps, fué nombrado exento hasta el 21 de
Agosto de 1706, que fué ascendido á Coronel del Regimiento de Caballe-
ría del Ejército de Andalucía, vacante por muerte de D. Luis Galindo.
Escudo de armas del Conde-Duque de Montemar.
(1) Servicios del Capitán de Caballos Corazas D.José Carrillo de Albornoz. Copia en
el Archivo del Ministerio de la Guerra, del original existente en el Archivo de Simancas.
410
j; de Genealogía Española.
Ascendió á Brigadier de Caballería por Real decreto de 3 de Septiembre
de 1707, y en 9 de Enero del año siguiente se le nombró Coronel del
Regimiento de caballería de Asturias. El 22 de Noviembre de 1710 fué
promovido á Mariscal de Campo; á Teniente General, el 2 de Septiembre
de 1718, y alcanzó la suprema jerarquía de la milicia, el empleo de Capitán
General, el 29 de Junio de 1732. Por Real Cédula de 8 de Noviembre
de 1716 se le hizo merced del hábito de Santiago, cuyas pruebas se apro-
baron sin dispensación alguna por decreto de 20 de Febrero de 1717. Fué
considerado como uno de los mejores Jefes del Arma de Caballería, distin-
guiéndose notablemente en la Guerra de Sucesión como militar valeroso y
entendido, y muy particularmente en el sitio de Barcelona y en las Guerras
de Sicilia y Cerdeña. Cuando Felipe V decidió la Conquista de Oran, fué
nombrado General en Jefe del Ejército expedicionario, embarcando el 5 de
Junio de 1732, y desembarcando en las costas de Berbería derrotó á los mo-
ros, apoderándose de Mazalquivir y Oran, donde entró el 1.° de Julio: por
estos hechos se le hizo Capitán General y le dio el Rey el Toisón de Oro.
Don Eugenio Gerardo Lobo en su Rasgo épico de la Conquista de
Oran, le dedicó las siguientes octavas:
Al impulso severo le confía
Del ínclito caudillo, que ya expresa
En breve titular alegoría
Vaticinio seguro de la empresa:
Pues si Monte si Mar, con tiranía.
En estorbos fatales se interesa,
Á su conducta en bárbaro Orizonte,
El Mar se rinde, se arrodilla el Monte.
Montemar, que conduce vinculado
De Albornoz y Carrillo aquel trofeo
En la Italia mil veces derramado
Por Carrillo Albornoz, Sacro Protheo;
Pues con Palio, Laurel, Bastón, Cayado,
Biblia, Púrpura, Espada en todo empleo.
Tratando Asaltos y Qüestiones graves,
Satisfizo á las Llaves con las Llaves.
Colateral y digno descendiente
De tan grande Varón, sólo pudiera
Arrancar el Laurel que floreciente
Marchitaron las sienes de una fiera;
De un Mustafá soberbio, vano, ardiente,
Árabe monstruo de ambición severa;
Mauritano Ladrón, que en su dominio
Hacer quiso Corona el Latrocinio (1).
(1) Arana de Valflora, Hijos ilustres de Sevilla.
411
Revista de Historia
A poco de su regreso á España, fué nombrado General en Jefe del ejér-
cito franco-español enviado á Italia para recuperar los reinos de Ñapóles y
Sicilia; allí derrota á los imperiales en la célebre batalla de Bitonto (25 de
Mayo de 1734) y caen Gaeta, Capua y Ñapóles en su poder: conquista á
Sicilia y recibe del Senado de Palermo el juramento de fidelidad, asegu-
rando con sus triunfos el trono de Ñapóles y Sicilia para el Infante Don
Carlos, después nuestro rey D. Carlos 111. Por estos hechos fué elevado á
la dignidad de Duque y á la Grandeza de España de primera clase por Real
Cédula de 20 de Abril de 1735. Á su regreso á España fué nombrado Mi-
nistro de la Guerra, por Real decreto de 18 de Marzo de 1737, cuyo cargo
desempeñó hasta el año 1741.
Cuando Felipe V, á la muerte del emperador Carlos VI, intentó alegar
sus derechos á la Corona imperial de Alemania, nombró General en Jefe
del ejército que formó para invadir el Milanesado á Montemar, aprobando
el plan de campaña que éste le propuso; pero cuando se hallaba en Barce-
lona á punto para embarcar, recibió nuevos y opuestos planes del Rey, ins-
tigado por el ministro Campillo, que, envidioso de las glorias del insigne
General, se proponía desacreditarle. Aunque expuso al Rey los inconve-
nientes de seguir su plan, se le ordenó secamente su cumplimiento, comen-
zando una campaña desastrosa, sin recursos, negados continuamente por
su enemigo Campillo, y diezmados por las enfermedades; estas causas, y la
falta de pagas, hicieron que abundasen las deserciones, y á costa de inmen-
sos sacrificios logró reunirse frente á Bolonia con el Cuerpo de tropas del
Marqués de Castelar, tan desmoralizadas y en tan malas circunstancias
como las suyas. En estas condiciones, avistó al poderoso ejército que
mandaban el Rey de Cerdeña y el General austríaco Traun, y á pesar de
las órdenes apremiantes del Rey (aconsejado por Campillo), que exigía
aceptase la batalla, reunió un Consejo de Guerra de Oficiales generales,
que acordó no ser humanamente posible el cumplimiento de lo ordenado,
pues presentar la batalla era ir á una derrota segura. Por fin le ordenaron
entregase el mando al Teniente general Conde de Gajes, y se le mandó
regresar á España, pagando una vida de lealtad y sacrificios con el des-
tierro á su encomienda de Moratalla, en Valencia, suspenso de empleo y
sueldo; hizo en Noviembre de 1742 una representación al Rey pidiendo ser
destinado á los ejércitos de campaña, y si no mereciese esta piedad, ser-
viría á S. A. R. el Infante de Ayudante de Campo, ó que tomaría una ca-
rabina en la Guardia de Corps que le sirve: esta súplica la dirigió por
conducto de Campillo, su acérrimo enemigo, quien al contestar al Duque
lo verificó en términos tan duros y desconsiderados, que no le dejaron
412
y de Genealogía Española.
duda no podía esperar nada del Rey, mientras Campillo le aconsejase (1).
Montemar sufrió con paciencia y resignación estos reveses, y aunque á la
muerte de Felipe V se le permitió volver á la Corte, reponiéndole previa-
mente en sus empleos y honores, los sufrimientos experimentados en todos
aquellos años, unidos á su avanzada edad, le condujeron á poco al sepul-
cro, falleciendo en Madrid el 26 de Junio de 1747, enterrándosele al ama-
necer del día siguiente en el Noviciado sin honores de ningún género.
Al advenimiento de Carlos III al trono de. España, dispuso fueran tras-
ladados los restos de Montemar á una capilla de la Catedral del Pilar de
Zaragoza, donde mandó construir á sus expensas un soberbio mausoleo
para honrar á aquel á quien debió ser Rey de Ñapóles y de las Dos Sicilias,
y allí reposan los despojos de uno de los Generales mejores que ha tenido
España en todo tiempo, digno por todos conceptos de que fuese mejor es-
tudiado y conocido.
Dos veces casó el Duque de Montemar: la primera, en Barcelona, con
D." Isabel Francisca de Antich, nacida en aquella ciudad y bautizada en
la iglesia de Santa María, el 14 de Agosto de 1680, hija de D. Francisco
Antich, ciudadano honrado de Barcelona, Señor de los lugares de Monje
y Lloréns, y de £>." Tecla Antich y Bonastre. Las capitulaciones matri-
moniales se otorgaron ante el notario público Rafael Albía el 7 de Mayo
de 1700, en cuya escritura se daba de dote á la contrayente 1.000 doblones
de oro de España. La segunda vez contrajo matrimonio con D." María
Josefa de Pomar y Senmenat, hija de D. Martín de Pomar y Foncillas
y D." Josefa Senmenat, Marqueses de Ariño, viuda de D. Baltasar de Suel-
ves, de la Casa de Contamina; de este segundo matrimonio no tuvo el Du-
que sucesión.
Del contraído con D.^ Isabel Francisca Antich, tuvo á D. Francisco Ca-
rrillo de Albornoz y Antich, Capitán de Infantería española que murió
muy joven y soltero: á éste dedicó su padre su obra Avisos militares de
Infantería y Caballería, impresa en Palermo en 1718 (2). Tuvo además
<1) Diana, Capitanes ilustres, pág. 338.
(2) En los ligeros descansos que la continua profesión de las Armas le dejaron, escri-
bió el Duque de Montemar las obras siguientes, además de la citada: Ejercicios que se
deben practicar en Caballería y Carabineros, Madrid, 1729, un vol. 8.°; Manifiesto que
ofrece la verdad sobre las operaciones y conducta del Excmo. Sr. Duque de Montemar, en
el tiempo que estuvo á su cargo el exército de Italia en la campaña de 1742; impreso en
el tomo 34, págs. 97-131 del Semanario erudito de Valladares.
Exposición de las causas que concurrieron á que las Armas del Rey, en Lombardia, en
el año de 1742 hasta 8 de Septiembre del mismo, no hicieran los progresos que se es.
peraban.
413
Revista de Historia
dos hijas, Z)." Leonor Carrillo de Albornoz, nacida en Barcelona y bauti-
zada el 9 de Febrero de 1701 en la iglesia parroquial de San Pedro, quien
casó en Barcelona el 4 de Junio de 1722 con D. Felipe Nicolás Ricardos,
natural de Cádiz, sargento mayor del Regimiento de Caballería de Malta,
que murió siendo Teniente general y Gobernador de Caracas, hijo de Sir
Diego Richards, caballero Baronet, natural de Inglaterra, y de D." Beatriz
Herrera, y fueron padres del célebre General Ricardos, de D.'^ Antonia En-
gracia Ricardosy Carrillo, que casó con el Marqués de Tablantes, y de doña
Clara y D." Inés, monjas capuchinas en Barbastro. No debió ser muy del
agrado de Montemar el casamiento de su hija mayor, pues su boda se ve-
rificó sin asistir ninguna persona de su familia; no la dieron dote alguna y,
andando el tiempo, Montemar desheredó á sus nietos y les quitó el título
que poseía, fundando mayorazgo en cabeza de su hija menor, en cuya des-
cendencia permanecen hoy. Ignoramos la causa de esta desavenencia, que
debió tener principio á raíz del casamiento de su hija, pues con fecha 10 de
Agosto de 1723 escribía, por conducto del padre D'Aubenton, Jacobo III,
pretendiente á la Corona de Inglaterra, hijo del Rey Jacobo II y hermano de
la Reina D.'' Ana, á su sobrino el Duque de Liria, hijo de su hermano el
gran Duque de Berwick (1), interesándole interpusiese toda su influencia
con el Rey Don Felipe V para que procurase avenir á Ricardos con la fa-
miha de su esposa, pues ya que «está hecho el matrimonio no se puede
volver atrás, y sería una caridad igual para ambas partes de contribuir á su
quietud en lo venidero» (2). La familia Richards, que en distinción y medios
de fortuna igualaba á la de Montemar, era muy querida del destronado Rey
de Inglaterra, por cuya causa se habían arruinado y sufrido persecuciones
sin cuento. Á pesar de los buenos deseos de Jacobo III, no creemos que la
reconciliación fuese muy completa; pues, como hemos dicho, en el poder
que dio para testar el Duque de Montemar á su segunda esposa D." María
Josefa de Pomar, otorgado en Madrid el 21 de Mayo de 1747, ante el Se-
cretario de S. M. y Escribano de provincia, D. Juan Agustín Fernández,
funda mayorazgo en cabeza del marido de su hija segunda y de ésta, pos-
Satisf acción á diferentes dudas que se han divulgado sobre las operaciones del Exército
del Rey en Lombardia, en la campaña de 1742^ debaxo de las órdenes del Duque de Mon-
temar.
Estas dos obras se encuentran en la Academia de la Historia, Biblioteca de San Román.
(1) El primer Duque de Berwick, D. Jacobo Fitz-James Stuart, era hijo natural de Ja-
cobo II, Rey de Inglaterra, y de Miss Arabella ChurchlU, hermana del célebre general Marl-
bourgh.
(2) Archivo Histórico Nacional, Pruebas de Santiago, Expediente de D. Antonio Ri-
cardos, leg. 6.989.
414
y de Genealogía Española.
poniendo á los hijos de D.' Leonor, su hija mayor, ya fallecida; y de su for-
tuna, que era cuantiosa, sólo dejó 80.000 reales á su nieta D.* Antonia En-
gracia Ricardos, mujer del Marqués de Tablantes, y 18.000 reales en dinero
y efectos á D. Antonio Ricardos, que, si no hubiese sido por esta causa,
hubiera sido el segundo Duque de Montemar. Á pesar de todo, es induda-
ble que gran parte de la carrera militar que hicieron los Ricardos, padre é
hijo, la debieron al nombre é influencia de su suegro y abuelo, pues de otra
forma no es presumible que á los veinte años hubiese sido.D. Antonio Ri-
cardos Coronel del Regimiento de Caballería de Malta.
La hija tercera y última de Montemar, D." María Magdalena Carrillo
de Albornoz y Antích, segunda Duquesa de Montemar, nació en la villa del
Viso, y fué bautizada el 27 de Septiembre de 1707, y casó en la Puebla de
Cazalla el 31 de Agosto de 1729 con D.José Dávila Medina Tello de Guz-
man, natural de Sevilla, Conde de Valhermoso, hijo de D. Lorenzo Dávila
y D." Ana Tello, siendo testigo, entre otros, D. Antonio Moreno de Guerra
y Ponce de León. El Conde de Valhermoso fué siempre muy querido de su
suegro y llegó á Teniente General. Era ayudante de Montemar cuando la
toma de Oran, y él y el Marqués de la Mina fueron los que vinieron por la
posta á dar cuenta al Rey, que estaba en Sevilla, de acontecimiento tan
glorioso para España; por este hecho fué ascendido Valhermoso á Coronel
y Mina á Teniente General.
Doña María Magdalena Carrillo de Albornoz y Antich, en el testa-
mento que otorgó en Madrid el 17 de Mayo de 1786, nombra por sus hijas
á D."* María Josefa Dávila y D.^ Francisca, Condesa viuda de Torrepalma;
Z)." María Josefa fué tercera Duquesa de Montemar, y por su casamiento
con D. Joaquín Lorenzo Ponce de León y Baeza, Marquesa de Castro-
monte, otra vez Grande de España y Condesa de Garciez, cuyos títulos
pasaron á la gran casa de Altamira (donde se conservan), por el casamiento
de D." María del Carmen Ponce de León Carvajal, hija mayor de D. Anto-
nio María Ponce de León y Dávila, cuarto Duque de Montemar, caballero
del Toisón, hijo de los anteriores, con D. Vicente Isabel Osorio de Moscoso
y Alvar ez de Toledo, decimocuarto Conde de Altamira (1). El título de
Duque de Montemar lo posee hoy Z). Luis Osorio de Moscoso y Jordán de
Urries, hermano del Duque de Sessa.
La otra hija de la segunda Duquesa de Montemar, D." Francisca Dávila
y Carrillo de Albornoz, casó en primeras nupcias con D. Alonso Verdugo
(1) F. de Béthencourt, Anuario de la Nobleza, de 1884, pág. 41.
415
Revista de Historia
de Albornoz y Sotomayor, Conde de Torrepalma, y en segundas nupcias
con su primo hermano D. Antonio Ricardos y Carrillo de Albornoz, Capi-
tán General de los Reales Ejércitos y caballero de Santiago, matrimonio
que se mantuvo en secreto durante muchos años y que se hizo público á la
muerte de D.' María Magdalena Carrillo de Albornoz, madre y tía carnal
de los contrayentes, lo que corrobora más las desavenencias que presumi-
mos debieron existir entre una y otra rama de los Carrillos (1).
Á la muerte, sin sucesión, del célebre General Ricardos, el rey Carlos IV,
por Real decreto de 11 de Abril de 1794, concedió á su viuda el título de
Condesa de Traillas, en recuerdo de la batalla gloriosa que en aquel sitio
ganó el General Ricardos á los franceses el 22 de Septiembre de 1793.
Aquí ponemos término á nuestro artículo, sintiendo que premuras de
tiempo y espacio no nos hayan permitido extendernos más, en el estudio de
una figura de tanta valía y prestigio como el Conde-Duque de Montemar.
Santiago Otero Enríquez,
Capitán de Infantería.
Madrid, Octubre 1912.
(I) Don José Martínez de Hervás, en el elogio fúnebre que leyó á poco de la muerte
de Ricardos, en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, dice, hablando de su
muerte, que vino á arrebatarle, «al amor de una compañera respetable, que al cabo de
veinte años de un matrimonio fundado en la ternura y en la uniformidad de las almas,
gozaba por la primera vez la satisfacción de llamarse públicamente esposa de Ricardos»
416
y de Genealogía Española.
Antiguos linajes de Castilla la Vieja.
LOS COTES (varonía Espinosa)
(conclusión)
Quedábamos, al terminar el artículo anterior, en D.* Juana de Cotes,
casada con D. Pablo de Espinosa ó Pablo de Arévalo Espinosa, como leo
en otros documentos antiguos, y para continuar trataré antes del linaje de
Espinosa, que dio la varonía al de Cotes. Esta familia resplandece con la
figura del gran Cardenal D. Diego de Espinosa, tío carnal de Pablo de
Arévalo Espinosa, como veremos; estando avecindados los de él, en la
villa de Martín Muñoz de las Posadas. El primero de quien tengo noti-
cias es:
I. Martín González de Espinosa, caballero originario, según creo, del
1 igar de Espinosa de los Caballeros, inmediato de Arévalo y de Martín
Muñoz: no sé c )n quién casó, sólo que fué su hijo
II. Diego González de Espinosa y de éste fué hijo
III. Pedro de Espinosa, el cual ejecutorió su nobleza litigándola contra
el Concejo del lugar de Martín Muñoz de las Posadas, de donde era vecino,
y que le quiso empadronar como pechero, y ante la Real Chancillería de
Valladolid, demostrando esta filiación y su hidalguía de padre y abuelo en
posesión y propiedad hacia el año 1500. Ignoro el nombre de su mujer,
pero fueron sus hijos legítimos, entre otros:
1." Diego de Espinosa, que sigue.
2.'^ Doña María de Espinosa, casada con Juan de Montalvo. natural de Arévalo,
que dejó ilustre descendencia de este apellido; siendo su hijo el Licenciado Fran-
cisco de Montalvo, del Consejo de S. M., y su nieto, D. Jerónimo Montalvo,
caballero de la Orden de Santiago.
IV. Diego de Espinosa, llamado el Viejo, natural y vecino, como su
padre y antepasados, de Martín Muñoz: fué casado con D." Catalina de
Arévalo, hija de Pablo de Arévalo. Falleció Diego el año 1518, y su esposa,
hacia el de 1559, dejando por hijos á
417
Revista de Historia
í.*^ Pedro de Espinosa, que continúa.
2° Don Diego de Espinosa, Obispo y Señor de Sigüenza, Presidente del Con-
sejo de Castilla y del de Italia, Cardenal del Sacro Colegio con el título de San Es-
teban de Monte-Celis, Inquisidor general y Arzobispo de Sevilla. Han de ser bre-
ves las noticias que apuntemos de su vida, para no hacer demasiado extenso este
artículo, y así diré sólo, que empezó sus servicios como Colegial mayor del de
Cuenca en la Universidad de Salamanca, y sucesivamente obtuvo los empleos de
Oidor de Valladolid, Regente del Consejo de Navarra y Consejero de Estado,
Castilla y Guerra. Cabrera de Córdoba en la Historia de Felipe II, libro Vil, cap. II,
página 469 (edición de 1876), nos dice de este ilustre Prelado: «El Marqués de
Mondejar salió de la presidencia del Consejo de Castilla, y sucedióle el Regente
Figueroa del de Estado ..., por cuya muerte y proposición pidiéndole el Rey nom-
brase en su lugar, fiando de su rectitud y prudencia, fué Presidente el licenciado
D. Diego de Espinosa, del mismo Consejo, natural de Martín Muñoz de las Posa-
das. Creciéndole el Rey por su valor y crédito, le hizo Obispo de Sigüenza, Carde-
nal é Inquisidor general.» En 24 de Enero de 1570, con poder que le dio el Rey, ca-
pituló su casamiento con la Infanta D.^ Ana de Austria, sobrina del Rey é hija del
Emperador. Otras muchas honras recibió del Rey en tal forma que, según dice el
mismo Cabrera, «le cargó honores, mercedes y negocios que excedieron de las fuer-
zas y edad del favorecido: tuvo gran privanza con el Rey, sigue diciendo Cabrera,
por su valor y prudencia; de excesiva autoridad adquirida con gran juicio, gallarda
persona, aspecto autorizado, nobleza de familia, tan bizarra condición, alentado y
elevado espíritu, como si naciera sólo para mandar y tan pronto y asistente en el
despachar, que algunas veces quedaron en ocio los Consejeros; y aun la consulta
délas vacantes hacía en la mayor parte á boca, por cuya celeridad le mandó el Rey
consultase por escrito siempre, porque hubiese tiempo para que se mirase lo que
se le había de proponer. Esta excesiva autoridad fué la causa de su desgracia y de
su muerte; pues moderó el Rey favorecer y comunicar al Presidente, sigue diciendo
Cabrera, y porque le cansaba el salir á recibille, quitalle la gorra, darle silla por
igual y alguna libertad, desenfado y propiedad en el negociar y proveer como de
sí mismo; que en Príncipe tan celoso de su inmunidad y oficio pareció increíble su
confianza hasta allí. También le acabaron de sacar de la gracia de D. Felipe al
Cardenal, quejas de los Grandes y desabrimientos, con ellos, por falta de cortesía
en oír y despachar sus peticiones. Consultándole sobre los despachos de Flandes,
el Rey le habló tan ásperamente sobre el afinar una verdad, que le mató breve-
mente.» Otro autor detalla más el caso diciendo: «Conociendo (el Rey) era mentira
lo que le decía su mayor Ministro consultándole, le dijo con tanta severidad: Pues
así me mentis, que le mató.» Ocurrió el hecho el 15 de Septiembre de 1572. Ca-
brera añade: «Causó discursos en la Corte el decirse, que estando con el primer
paroxismo mortal el Cardenal, como porque no les reviviera, apresuraron los médi-
cos y algunos ministros presentes tanto el abrille para balsamalle, que tocó la
navaja la mano del exánime, y abierto el pecho palpitó el corazón. > Por su rápida
muerte quedó sin acabar el palacio que edificaba en Martín Muñoz, así como la
obra del magnífico templo para iglesia de su pueblo natal, dirigida por el célebre
arquitecto Juan de Herrera al tiempo que se ocupaba en las del Escorial. Habiendo
faltado el Cardenal, se acabaron una y otra obra modestamente, y la iglesia, aun-
que no corresponde el reato de ella á su Capilla mayor, es la mejor de las parro-
quias del Obispado de Ávila, Para dotación de la parroquia fundó siete capellanías
curadas, cuyo patronato y provisión correspondía á sus parientes, para quienes
418
y de Genealogía Española.
fundó también un vínculo mayorazgo sobre la Casa de Martín Muñoz, digno aloja-
miento que ha sido de los Reyes, en sus tránsitos por la villa, y bella obra del ar-
quitecto Juan Bautista de Toledo. También favoreció á su pueblo natal constitu-
yéndolo en Villa y dándole la jurisdicción á dos alcaldes (1). Yace sepultado el
Cardenal en la iglesia parroquial de Martín Muñoz, en lujoso enterramiento, en el
presbiterio de la capilla mayor, al lado del Evangelio, con este epígrafe (2):
«La estrella y la virtud partidamenta
Pusieron en él toda su excelencia.
La estrella le subió á Real potencia.
Virtud le dio el tenelle dignamente
Con mitra, con capelo y presidencia.
Rigió, sacro y profano juntamente.
Aquí nació primero, aquí enterrado
Espera renacer de luz cercado.»
Según asegura Gil González Dávila, en las Grandezas de Madrid, visitando
Felipe II la iglesia de Martín Muñoz, á vista del sepulcro del Cardenal dijo: ^Aqul
está enterrado el mejor ministro que he tenido en mis coronas.^
El juicio que mereció el Cardenal, á su ilustre contemporáneo Antonio Pérez,
se expresa con estas palabras: <E1 Cardenal Espinosa, aquel que privó un rato,
dos ó tres años como relámpago; relámpago en lo que resplandeció en todas par-
tes, en lo que ofuscó las gentes, y ministerios de todos, en lo que passó pres-
to» (3).
3.° Doña Catalina de Arévalo Sedeño, nació en las Navas de Zarzuela y casada
en Martín Muñoz con Pedro Piñón Verdugo, vecino del lugar, que litigó contra su
concejo ejecutoria de hidalguía: fueron padres de Diego de Espinosa, caballero de
la Orden de Santiago, natural de Martín Muñoz, cuyas informaciones de nobleza
se hicieron en Enero de 1567, y de donde he tomado los datos del linaje de Espinosa
que anteceden.
(1) Carramolino, Historia de Ávila, t. III, pág. 247.
(2) Según Gallardo (D. B. E.) en su Biblioteca, al núm. 3.649.— P. Andrés Bodríguez.—
Fárrago Poematum, orationum et descriptionum... Granate, 1590; Ms. en 4.°
(3) Para la biografía de este personaje existe un importantísimo fondo en su corres-
pondencia epistolar, la que según el Sr. D. Pascual Gayangos en su Catalogue ofthe Spa-
nisfi MSS. in tfie British Museum, vol. III, páginas 388, 653 y siguientes, se encuentra en el
Museo Británico con las signaturas 28.385 6 (dos vol. folio con el título de «Cartas del
Duque de Alba al Cardenal Espinosa, sobre asuntos de Flandes, desde 22 Agosto de 1565
á 19 Julio de 1572», y en otro volumen en folio de 337 hojas, signatura 28.704, titulado «Cartas
misivas del Cardenal Spinosa desde el año de 1565 hasta el de 1572»; este es un registro
de su correspondencia, llevado por su Secretario JVlateo Vázquez de Lecca. Muchas
de estas cartas son familiares, dirigidas algunas á D.^ Teresa Alonso, su cuñada; Al
muy magnifico señor, el licenciado Hernando de Vega, tio de su sobrina D.'^ Juana, Oydor
en la Real Audiencia de Valladolid (21 Diciembre 1566); otra muy curiosa: «Instrucciones
de lo que ha parescido al Cardenal, mi señor, advertir al Sr. Diego de Spinosa, en las
prevenciones y provisión que se han de hacer para la obra y edificio de la Casa de su
Senaria Illma. en la villa de Martin Muñoz (10 Septiembre 1569); otra: Alseñor, mi sobrino,
Paulo Arévalo de Spinosa (7 Diciembre 1569), y por fin, muchas á su sobrino predilecto
Diego de Espinosa, para quien fundó el vinculo y patronatos.
419
Revista de Historia
V. Pedro de Espinosa, Alcalde de la Santa Hermandad por el estado
noble, en Martín Muñoz de las Posadas y primero que hubo allí, desde que
se ganó por los vecinos nobles, en pleito con los pecheros, la ejecutoria
para la mitad de los oficios de Alcaldes y Regidores del Concejo, hacia el
año 1537. Según un testigo llamado á declarar en las pruebas para caba-
llero de Calatrava de su nieto D. Pedro de Espinosa, el año 1599, sintieron
tanto los pecheros haber perdido el pleito, que estando una noche á su
puerta Pedro de Espinosa, le tiraron una daga, que por casualidad no le
dio, clavándose en la puerta, cuya señal quedaba en ella hasta aquel tiempo.
Casado con D."* Teresa Alonso, natural también de Martín Muñoz, fueron
sus hijos:
1.° Don Diego de Espinosa, que sigue.
2° Don Pablo de Espinosa, que seguirá cuando continuemos la genealogía de
Cotes.
VI. Don Diego de Espinosa, Aposentador mayor de S. M., caballero de
la Orden de Santiago, según cédula de merced en Madrid el 7 de Febrero
de 1573 y Comendador del Campo de Criptana en la misma Orden: natural
de Martín Muñoz: Señor del mayorazgo y Casa que fundó el Cardenal,
Patrono perpetuo y único de la Obra pía que fundó el mismo y del patro-
nato, con nombramiento de Capellán mayor y ocho capellanes para el ser-
vicio de la iglesia parroquial, también de fundación del Cardenal. Casó con
D." María Arévalo de Sedeño, hija de Alonso de Arévalo Bernaldo de
Quirós, vecino de Espinar, y de D." Águeda Bernaldo de la Cruz, vecina
de Segovia, y de su matrimonio fueron hijos:
1.° Don Diego de Espinosa, que sigue.
2." Don Pedro de Espinosa, caballero de la Orden de Calatrava, nacido en
Martín Muñoz el 15 de Mayo de 1568.
3.° Don Juan de Espinosa, caballero de la Orden de Alcántara, Alguacil mayor
de la Inquisición, de Lima, nacido en Martín Muñoz.
4.** Doña Catalina de Espinosa, también natural de Martín Muñoz, y casada con
D. Luis de Toledo, Señor de Villaf ranea del Castillo, natural de Madrid, hijo de
Pedro Núñez de Toledo y de D.* Leonor de Mendoza. Tuvo por hijo á D. Alonso
de Toledo y Mendoza, Marqués de Villamayor, Señor de Bolaños, caballero de
Santiago, casado con D.* María Enríquez de Guzmán, hija del Conde de Cedillo:
quedó ilustre descendencia de aquella señora.
VII. Don Diego de Espinosa, caballero de la Orden de Santiago y Co-
mendador de Criptana en ella. Gentilhombre de la casa de S. M.; nació en
Martín Muñoz hacia el año 1567. Fué Patrono perpetuo de las fundaciones
de su tío el Cardenal y Señor de la casa y mayorazgo que fundó. Casó con
420
y de Genealogía Española.
D."* Graciana de Rivadeneira, natural de México (hermana de D. Francisco
de Rivadeneira, caballero de Santiago, abuelo del Marqués de la Vega),
hija de Fernando de Rivadeneira y de D." María de Mérida y Molina; tuvie-
ron por hijos á
1.'' Don Diego de Espinosa, que sigue.
2° Don Juan de Espinosa, sin sucesión.
3.° Doña Graciana de Espinosa, que casó, aunque ignoro con quién,
VIII. Don Diego de Espinosa, caballero de la Orden de Santiago, Alfé-
rez mayor y Regidor perpetuo de la villa de Martín Muñoz, natural de Va-
Uadolid. Patrono perpetuo de las fundaciones del Cardenal y Señor del
mayorazgo. Casó con D.^ Inés de Paredes y Chaces, natural de Trujillo,
hija de D. Gonzalo de Paredes y Chaves y de D.^ Juana Calvo Hinojosa:
fueron sus hijos
1." Don Diego de Hinojosa, caballero de la Orden de Santiago, nacido en Ma-
drid y bautizado el 26 de Septiembre de 1616, que se cruzó en su Orden el año 1664.
Éste, según creo, no heredó ni dejó sucesión.
2P Don Pedro de Espinosa, que fué clérigo presbítero.
3.® Don Antonio Francisco de Espinosa, que casado con D.* Catalina Canto,
tuvo por hija única á D.* Inés de Espinosa, que heredó la Casa del Cardenal con
sus vínculos y patronatos, estuvo casada con D. Pedro de la Esquina, con descen-
dencia.
*
* *
VI. Don Pablo de Espinosa, conocido también por Pablo Arévalo de
Espinosa, como su bisabuelo; fué casado, como se ha dicho, con D.^ Juana
de Cotes, señora del mayorazgo de esta Casa en Olmedo. Estas bodas
debió arreglarlas el Cardenal, su tío, con el Obispo Hernando de Vega. El
Sr. Gayangos, en el Catálogo referido del Museo Británico, nos da esta
noticia, tomada del registro de la correspondencia del Cardenal: «310. AI
Sr. Diego de Spinosa, con otra para el thesorero para que entregue á Doña
María Sarmiento, y al Sr. Paulo Arévalo de Spinosa 2.000 ducados con-
forme á lo capitulado cuando éste se casó con D.^ Juana de Cotes.» De este
matrimonio fué hijo
VII. Don García de Cotes, que dejó el apellido de su Varonía y fué
Señor de la Casa de este apellido en Olmedo y délos mayorazgos del Obispo
D. Hernando de Vega, Patrono de la parroquia de San Juan, de Olmedo, ca-
ballero de la Orden de Santiago. Nació en Olmedo hacia el año 1569, y en
atención á los servicios de su tío D. Hernando de Vega Fonseca, Obispo
421
Revista de Historia
de Córdoba, Presidente del Real Consejo de Hacienda, le hizo merced S. M.,
por Cédula de 17 de Septiembre de 1583, de hábito en la Orden de San-
tiago y que hechas las informaciones en su patria fueron aprobadas por el
Consejo de las Órdenes el 7 de Diciembre del mismo año. Siendo vecino
de Olmedo fué recibido en la Junta y linaje de San Andrés, el 20 de Marzo
de 1604. En pruebas de órdenes para sus descendientes dijeron los testigos
que fué un caballero muy rico y distinguido en toda Castilla. Casó en Me-
dina del Campo, con D."" Isabel Morejón, conocida por D.^ Isabel de Ribera,
señora de gran linaje de esta ciudad (1). Falleció D. García en Medina del
Campo, donde residía con su esposa, dejando por sus hijos á
(1) La casa de Morejón, que recayó por este casamiento en la de Cotes ó Espinosa,
tenia por tronco en Medina á Juan Morejón, de quien descendieron Diego Hernández
Morejón y Diego Morejón, capitán en la conquista de Ronda; también se distinguió en
este linaje Pedro Morejón, Comendador de Plasencia, en la Orden de Santiago, que casado
con D.^ Isabel de Ribera, tuvo por hijos á D. Juan de Ribera Morejón, Inquisidor de la
General y Suprema, á D. Antonio Morejón, Inquisidor de Toledo, y á Francisco Morejón,
que después de viudo de D.^ Teresa de Quiroga, sobrina del Cardenal Arzobispo de To-
ledo, se hizo clérigo y fué canónigo, dignidad de Tesorero de la Santa Iglesia Primada; de
estos últimos fueron hijos: la D.^ Isabel de Ribera, casada con D. García de Cotes, D. An-
tonio Morejón, Inquisidor de Toledo, y el primogénito D. Pedro Morejón, caballero de la
Orden de Santiago, Alférez mayor de la ciudad de Medina del Campo, Paje que fué de
Felipe III, que estuvo casado con D.^ Antonia Nieto de Velasco, viuda de D. Antonio de
Ribera, Señor de esta Casa en Medina del Campo, en la que no tuvo descendencia; por lo
que en su testamento cerrado, otorgado el 19 de Enero de 1654 el que, después de ocurrido
su fallecimiento, fué abierto judicialmente el año 1657 y se protocoló en el oficio de Mateo
Gómez, escribano público de Medina, llamaba á la sucesión de la Casa fuerte de Morejón
y los vínculos que poseía á su sobrino D. García de Cotes, caballero de Calatrava, Regi-
dor de Olmedo y Corregidor de Burgos, como hijo primogénito de su hermana D.^ Isabel
de Ribera.
El entierro de la familia Morejón estaba en la iglesia Colegial de Medina, en su capilla
mayor, en un arco de la pared del lado del Evangelio, adornado con el escudo de sus
armas, que eran: partido, primero, de azul cinco róeles de plata; segundo, oro león gules,
y, con una inscripción en piedra en que se leía: «Sepulchrum Sánete Lucie Virginum et
Martiris Romane: et custodia reliquiarum martirum, virginum et confesorum anno 1606.»
En un rótulo, en castellano, que estaba á su lado, decía: «Siendo patrón y poseedor del
Maiorazgo D." Pedro Morejón cauallero del Orden de Santiago Regidor desta Villa y page
de la Magestad de Phelippe terzero; por la ruina de los tiempos, con autoridad del ordina
rio se trasladó á esta Santa Iglesia la parrochial de Santa Cruz, cuia capilla mayor era de la
Casa de Morejón y se colocó en este arco el cuerpo de Santa Lucia Virgen y Mártir con
otras reliquias que en su capilla maior tenia y son desta Casa á quien esta Santa Iglesia á
dado este sitio y boueda por la dicha Capilla maior después de haber estado en ella sus
antecesores quinientos y cinco años: trasladóse en treinta y uno de Julio de 1634 años.
Laus Deo.» Al lado izquierdo del arco estaba este otro letrero: «Aquí yacen los señores
Pedro Morejón caballero del Orden de Santiago y D.» Isabel de Ribera su mujer: sirvió al
Emperador Carlos Quinto en las guerras de Alemania Francia y África: trasladado el
Convento de San Marcos de León á Mérida fué Visitador General de la Provincia de
León. Murió año de 1577.: requiescat in pace.»
422
y de Genealogía Española.
1 ° Don García de Cotes, que sigue,
2.*^ Don Francisco de Ribera Cotes, natural de Olmedo, que casó en Medina del
Campo con D.^ María de Ribera, su parienta, señora de la Casa y mayorazgo de
Ribera (1), en aquella ciudad, hija de D. Antonio de Ribera, Gobernador de Aran-
juez, caballero de Santiago, Señor del mayorazgo de Ribera y de D.* Antonia
Nieto de Velasco (que, viuda, casó con D. Pedro Morejón, caballero de Santiago,
ya dicho) y fueron padres de D. Pedro de Ribera Cotes, Alférez mayor de Me-
dina del Campo, caballero de la Orden de Santiago, por Real Cédula de merced,
fecha en Madrid el 23 de Mayo de 1639, el que fué casado dos veces, la primera
con D.^ Josefa de Villarroel, y segunda vez con D.* Damiana Crema y Sandoval,
de quienes fué hijo D.José de Ribera Quintanilla Tasis, que casó con D.* Juana
Cotes, su parienta, como luego veremos, y fueron padres de D. García de Ribera
Cotes, Señor del Mayorazgo de Ribera, casado con D.* Aldonza de Contreras, de
quienes ignoro la sucesión.
VIH. Don García de Cotes Vega y Morejón, Señor de las Casas de
sus apellidos en Olmedo y Medina del Campo, Caballero de la Orden de
Calatrava, Regidor perpetuo de Olmedo, Corregidor de Salamanca, de Bur-
gos y su tierra con su Alcaldía mayor. Obtuvo la Real cédula de la merced
de Hábito de Calatrava, con fecha en el Pardo, el 20 de Enero de 1624,
cruzándose caballero el mismo año, después de hechas las pruebas de su
nobleza; la Cédula del Corregimiento y Alcaldía mayor de Burgos se le
expidió con fecha 20 de Junio de 1647. Se hallaba en Burgos el 7 de Junio
de 1655, cuando falleció, siendo su cadáver trasladado á la Capilla mayor
de la parroquia de San Juan, donde yacen sus restos. Había casado en la
villa de Arévalo con D.* Felipa de la Cárcel (bautizada en San Martín de
Arévalo el 8 de Julio de 1607) (2), hija de D. Juan de la Cárcel, natural asi-
(1) De la Casa de Ribera hay un notable escrito genealógico, que no hemos conse-
guido ver, aunque creemos existe en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia,
colección de Salazar. De este escrito dice el citado D. Luis de Salazar en su Biblioteca
Genealógica (Ms. de la Biblioteca Nacional): «La genealogía de la Casa de Rivera, por la
línea que habitó en Medina del Campo y ya perdió su varonía, recayó por hembra en el
linage de Cotes, que es muy noble en Castilla la Vieja. Es papel manuscrito y muy bien
formado, siguiendo las escrituras de aquella familia y la historia.» Fundó la Casa de Rivera
en Medina el capitán Pedro de Ribera, comendador de Peñausende en la Orden de San-
tiago, Caballerizo del Rey D. Fernando el Católico, casado con D.^ Ana de Chaves. Fueron
padres de D.^ Isabel de Ribera, casado, como dijimos, con el Comendador Pedro de Mo-
rejón y de Diego de Ribera, casado con D.^ Juana de Quintanilla, llamada la Santa, abue-
los éstos de D. Antonio de Ribera, padre de la D.* María de Ribera, que llevó la Casa de
s j apellido á la de Cotes, en su línea segundogénita, que tomó por ello el apellido de Ribera.
(2) La familia de la Cárcel es antiquísima en Arévalo; venía desde la repoblación que
hizo Alfonso VI, su conquistador, que heredó en ella muchos nobles que en las guerras
que sostuvieron D. Pedro de Castilla con su hermano bastardo D. Enrique de Trasta-
mara, se dividieron en bandos, y triunfante el Rey D. Enrique, sus partidarios fundaron
las cinco Casas ó linajes, agregándose á éstas otras muchas de caballeros que dieron
423
Revista de Historia
mismo de Arévalo, y de D.^ Damiana del Águila, que lo era de Ontiveros.
El testamento de D. García, y por su poder, lo otorgó su esposa D.'' Fe-
lipa ante el escribano de Medina Domingo de Loyola, el 7 de Junio de 1655,
declarando que el hábito de una de las Ordenes militares, de que le tenía
hecha una merced S. M., lo dejaba á su hijo primogénito. Ante el escribano
de Olmedo Agustín de Haro y el Corregidor tuvieron lugar el mismo año
los autos de discernimiento de la curaduría para los menores hijos de don
García, D. Sebastián, D.' María y D. Fernando.
De D. García de Cotes y D. ' Felipa de la Cárcel fueron hijos:
1." Don García de Cotes Cárcel, Colegial del mayor de Oviedo en Salamanca,
que murió sin suceder en la Casa, y no dejó hijos.
2.° Don Antonio de Cotes Morejón, que sigue.
3.** Don Carlos de Cotes Cárcel, Colegial del mayor de Oviedo en Salamanca:
el que con su hermano D. Sebastián fué recibido en la Junta del linaje de San An-
drés de Olmedo el 7 de Febrero de 1663, y murió con el cargo de Oidor de la
Real Chancillería de Valladolid, sin sucesión.
mucho lustre á sus descendientes. Los jefes de los cinco linajes, cuyo nombre tomaron,
eran Fernán-Martínez de Montalvo, Gómez García de Tapia, Garci-González Briceño, Si-
món García de la Cárcel y Fernán-González Verdugo, cuyas Casas obtuvieron la merced
del Rey D. Enrique del privilegio de las Juntas de linajes, que consistía en que cada una de
las cinco Casas y sus afiliados, constituidos en Junta en el viernes primero de Enero de
cada año, se concertaban, y por riguroso turno nombraban los oficios de justicia para
el año, reuniéndose solemnemente cada linaje en un templo como local de sus sesiones,
forma que tenia el gobierno municipal de Arévalo, al igual que otras poblaciones de Cas-
tilla, hasta el siglo XIX, que igualó el régimen municipal con la supresión de los privile-
gios. Los Cárcel y Sedeños, bajo el título de Gómez García y Sedeño, celebraban las
Juntas del linaje en la parroquia de San Juan, donde tenían sus capillas y enterramientos.
En la parroquia de San Martin tenían los Cárcel el patronato de la Capilla mayor y al lado
del Evangelio existia un antiquísimo sepulcro, donde se leía es(a inscripción sobre el
arco: Aquí está sepultado el muy noble cauallero Juan de la Cárcel; falleció á cinco de
Octubre de 1498: hizo renovar este enterramiento el muy noble cauallero don Pedro Gar-
cía de la Cárcel, su sobrino cabeza del linage de Gómez García. Y allí estaban también sus
armas, que consistían: campo azul, el águila oro explayada, cargada de escudo azul con
banda oro y dos tablas de ajedrez. El libro de las Juntas del linaje de Gómez García se
conservaba desde el año 1534, y en él aparecían firmando: en Junta del 6 de Enero de 1559,
D. Francisco de la Cárcel; en 3 de Enero de 1597, se halla nombrado D. Gonzalo García de
la Cárcel capitán de Infantería por S. M., y D. Juan de la Cárcel asimismo capitán; en 2 de
Enero de 1604 los capitanes Gonzalo García de la Cárcel, D. Juan de la Cárcel y D. Pedro
de la Cárcel y D. Diego de la Cárcel y Ribera. Don Pedro de la Cárcel hermano de D.Juan
fué el poseedor del vínculo de esta Casa y litigó por su muerte, un nieto de D.^ Rafaela
de la Cárcel hijo de D. Francisco de la Cárcel y D.^ Francisca de Tapia, el pleito de tenuta
que litigó también y ganó D.* Felipa de la Cárcel, nieta de D. Juan, hermana de D. Pedro
y de D. Diego, caballero de San Juan contra D. Alonso de Tapia y Velázquez, caballero
de la Orden de Calatrava, hijo de D. Francisco de Tapia, caballero de Santiago, y nieto de
D.* Rafaela.
Después obtuvo la posesión del vínculo D. Gedeón de Hinojosa y en segunda instan-
cia ganó el pleito D. Francisco Tapia.
424
y de Genealogía Española.
3." Don Sebastián de Cotes Cárcel, Deán de Tudela, Colegial mayor del Arzo-
bispo en Salamanca, ilustre vastago de esta noble Casa, cuyos talentos fueron
premiados con repetidos ascensos, como fueron el de Presidente de la Sumaria de
Ñapóles, Lugarteniente de la Regia Cámara, vacante por promoción de D. Antonio
de Gaeta á la plaza del Consejo colateral de aquel reino, según título del Rey Don
Carlos, dado en el Buen Retiro á 10 de Mayo de 1689, refrendado por D. García
de Bracamonte. En 2 de Enero de 1690 le hizo el mismo Rey merced del cargo de
Regente del Consejo colateral de Ñapóles. También mereció honores de sus pai-
sanos, que en Junta de la ilustre cofradía de Caballeros de Nuestra Señora de So-
terraña, Patrona de Olmedo, le nombraba su Mayordomo el año 1693, y en su
nombre, y para representarle, á su sobrino D. Antonio Cotes de la Cárcel. Por
titulo, fecha en Madrid el 26 de Diciembre de 1605, se le dio la Presidencia del
Consejo de Hacienda, siendo ya del Consejo de Italia, y por Real Cédula de 12 de
Agosto de 1698, se le jubilaba por sus achaques é imposibilidad de continuar en la
Presidencia de Hacienda, dándole plaza en el Consejo y Cámara de Castilla, con
sueldo de un millón de maravedises. Figuró mucho en los últimos tiempos del rei-
nado de Carlos II y con motivo del testamento del monarca, cuya redacción le fué
encomendada por su fama de sabio jurisconsulto. No obstante estar jubilado, se le
nombró Comisario general de Cruzada. Debió fallecer en 1703, por cuanto este año
se eligió para su vacante de Mayordomo de la Cofradía de Nuestra Señora de la
Soterraña, de Olmedo, al Marqués de Ordoño, su sobrino, que desde el año 1693
le representaba. Escribió diferentes tratados jurídicos, y en la Biblioteca Nacio-
nal, Sala de Mss., se conservan algunos inéditos (1).
Doña Juana de Cotes Cárcel que, como ya dijimos, fué casada con D. José de
Ribera Quintanilla, su pariente por varonía, Señor de la Casa de Ribera en Medina
del Campo, con sucesión.
Doña María de Cotes Cárcel, de quien no tenemos noticias.
IX. Don Antonio de Cotes Cárcel y Morejón, Señor de las Casas y
mayorazgos de sus apellidos. Caballero de la Orden de Alcántara, Regidor
de Olmedo, Colegial del mayor de Oviedo en la Universidad de Salamanca,
haciendo sus pruebas, según estatutos, el año 1689. Fué bautizado en la
parroquia de San Juan, de Olmedo, el 29 de Junio de 1634. En 29 de Fe-
brero de 1656 se le recibió por Caballero cofrade de la Junta del linaje de
San Andrés de Olmedo, en la que desempeñó, según nombramientos en
Juntas de fechas 26 de Febrero de 1664, 14 de Febrero de 1668 y 26 de Fe-
brero de 1675, los cargos de Alcalde de la Santa Hermandad, Diputado de
visitas y Diputado de pinares, respectivamente. Las informaciones de su no-
bleza para cruzarse en Alcántara se aprobaron por el Consejo de Órdenes el
27 de Julio de 1667, habiéndosele hecho la merced por Real cédula de 12 de
(1) Bib. Nao. Mss.— 6.267, folio perg. Tractatus solemnis de legejullia dejando dotali
per D. D. Sebastianum a Cotes Digestí Veterís Cawedem insignem moderatorem. 13 hojas
(al fin) hice materia ame defensa fuit die trigessima prima mensis Januarii anno Domíni
mülesimo sexcentessimo nonagessimo.
425
Revista de Historia
Junio de 1667, Antes, el 19 de Septiembre de 1664, firmó S. M. un pri-
vilegio, en Madrid, haciéndole merced del oficio de Regidor de Olmedo,
que había vacado por el fallecimiento de su padre. Encontrándose grave-
mente enfermo, otorgó poder para hacer su testamento á su hermano D. Se-
bastián y á su esposa ante el escribano de Olmedo Manuel Álvarez, el
25 de Septiembre de 1680, y, entre otras disposiciones, mandó enterrarse
en el convento de la Mejorada, extramuros de Olmedo; encarga á su hijo
primogénito siga el pleito de sucesión á los mayorazgos de la Casa de
Cárcel, que estaba pendiente en Valladolid, el que había ganado en primera
instancia D."^ Felipa de la Cárcel, su madre; falleció poco después D. Anto-
nio, pues ya se habían cumplido las mandas, misas y otras disposiciones,
para las que apoderó á su esposa y hermano, el 26 de Octubre del mismo
año cuando ellos otorgaron su testamento. Había casado con D." Isabel de
Maldonado Ormaza, hija de D.Juan Antonio, Corregidor de Salamanca, y
de D." Luisa Dávila Bracamonte (1), vecinos de Salamanca. Doña Isabel de
Maldonado fué bautizada en Guadramiro el 7 de Julio de 1653, y fué hermana
de D. Gonzalo Maldonado, Caballero de ¡a Orden de Santiago. Por Privi-
legio especial, el Rey D. Carlos II, con fecha del 16 de Enero de 1690, con-
cedió á D.^ Isabel, como madre y curadora de D. García Manuel de Cotes,
autorización para que pusiese cadenas en la puerta principal de la Casa del
mayorazgo, por haberse aposentado en ella los Señores Reyes D. Felipe III
y D."" Margarita de Austria, D. Felipe IV y D. Juan de Austria, su hijo, en
tres viajes que hicieron, pasando por Olmedo. Otorgó D.' Isabel su testa-
mento ante el escribano de Olmedo Antonio Blas de Velandia el 30 de Ju-
nio de 1724; es documento muy curioso, por tratar en él, entre otras cosas,
de ocho riquísimos tapices que representaban sus asuntos la historia de los
Dioses paganos, de una carta autógrafa de San Francisco de Sales, que
fué de su hijo D. García Manuel, ya difunto, y de un cuadro del Descendi-
miento de Nuestro Señor Jesucristo, original del Ticiano, alhajas, que fueron
propias de D. Sebastian de Cotes, quien las donó á su cuñada con otros
objetos del culto que estaban en el oratorio de su casa, y ella las vinculó
en la Casa del Marqués de Ordoño, su hijo.
De D. Antonio de Cotes y D." Isabel Maldonado fueron hijos:
1.*^ Don García Manuel de Cotes Ormaza Dávila Bracamonte, señor de la Casa
y mayorazgos, primer Marqués de Ordoño, Brigadier de los reales Ejércitos y Co-
ronel del regimiento de Carabineros reales, Regidor de Olmedo. Fué Mayordomo
(1) Hija D.* Luisa de D. Juan Dávila, caballero de Calatrava y descendiente por varonía
del célebre Sancho Dávila, el Rayo de la guerra.
426
y de Genealogía Española.
de la ilustre cofradía de Nuestra Señora de la Soterraña, patrona de Olmedo, y de
él dice Prado en su Novenario, «fué tan amante de N.^ S.*, que viniendo á Olmedo,
primero quiso visitar á esta soberana Reina en su Capilla que entrar en su casa y
ver á su madre, á la que amaba como verdadero hijo; á pocos días murió este caba-
llero en lo más florido de sus anos, y está sepultado en la Iglesia de San Juan».
Debió ocurrir su muerte antes del año 1724, cuando texto su madre. El Rey don
Felipe V recompensó los servicios de esta ilustrísima familia, por su cédula de mer-
ced, fecha el 16 de Abril de 1703, refrendada por D. Francisco Nicolás de Castro y
Gallegos, Secretario de S. M., con la dignidad de título de Castilla, y denominación
de Marqués de Ordoño, Vizconde de Ornillejos, en la persona de D. García de Cotes
Ormaza Dávila Bracamente, según cecía dicho título, «dueño de las Casas de Cotes,
en la villa de Olmedo, y de la de Morejón, en Medina del Campo , en atención á
los continuados servicios ejecutados por espacio de más de trescientos años en di-
versos empleos políticos y militares de la mayor graduación, y á la satisfacción, celo
y pureza con que D. Sebastián de Cotes, vuestro tío, de quien sois heredero, hu-
biera de acreditar en los puestos que ocupó de Presidente de la Sumaria de Ña-
póles, Gobernador de Toja, Regente del Colateral y Lugarteniente de la Cámara,
del Real Consejo de la Cámara, del Real Consejo de Hacienda y Cámara de Cas-
tilla; últimamente de Comisario General de Cruzada». No teniendo sucesión el
Marqués, pasaron su Casa y vínculos á su hermano segundo D. Antonio.
2." Don Antonio José de Cotes y Ormaza, que sigue.
3.° Doña Felipa de Cotes y Ormaza, bautizada en la parroquia de San Juan, de
Olmedo, el 22 de Abril de 1675, y casada en la misma parroquia, el 16 de Julio
de 1695, con D. Sebastián de Ortega y Melgarejo, del Consejo de S. M., Fiscal civil
de la Real Chancillería de Valladolid, y por su poder, le representó D. García, su
hermano; las capitulaciones matrimoniales se habían otorgado el 13 de Mayo
de 1695, por ellas su tío D. Sebastián de Cotes les mandó, con el dote, una pen-
sión por el tiempo que residieran en Valladolid. Otorgó su testamento D. Sebastián
de Ortega hallándose en Madrid siendo del Consejo de S. M. en los de Castilla y
Cruzada, el 28 de Abril de 1715, ante el escribano Francisco Lázaro Mayoral, fun-
dando un vínculo mayorazgo del tercio y quinto de sus bienes, en favor de su hijo
primogénito. De D.^ Felipa de Cotes y D. Sebastián fueron hijos: 1.° Don Ignacio de
Ortega y Cotes, Colegial del mayor de Cuenca, en Salamanca, caballero de la Or-
den de Santiago, que fué casado, como ya se dijo, con D."" Josefa María de Ulloa
Velázquez del Puerco y Cotes, señora de la segunda Casa de Cotes, fundada para
D."* Beatriz de Cotes y Luis Daza de Sessé; de ellos fué hijo, entre otros, D. Sebas-
tián de Ortega y Ulloa, caballero de la Orden de Calatrava y Mayordomo por el
estado noble de la cofradía de Nuestra Señora de la Soterraña, de Olmedo.— 2.° Don
Fernando de Ortega y Cotes, Colegial del mayor del Arzobispo en Salamanca, Ca-
ballero de la Orden de Santiago, Oidor de la Real Chancillería de Valladolid y Re-
gente de la Audiencia de Valencia.— 3.° Doña Inés de Ortega y Cotes.— 4.° Doña
María Leocadia de Ortega y Cotes, religiosa profesa en el Real Monasterio de Santo
Domingo, de Olmedo.— 5.° Doña Felipa de Ortega y Cotes, casada con D, Fernando
Sancho Abad y Sandoval, en cuya descendencia, por faltar la de sus hermanos y
otros descendientes de su abuelo, recayó la Casa de Cotes y el título de Marqués
de Ordoño (1).
(1) Por muerte, sin sucesión, en Madrid, el 24 de Abril de 1844, del Marqués de Ordeno,
D. Benito de Abad y Sandoval, se dio, por el Juez de primera instancia de Madrid, el 24 de
427
Revista de Historia
4." Doña Luisa María Dávila Bracamonte, llamada así por su abuela, casada
en Salamanca coa un Señor Alfaro, y tenía por hijo á D. Pedro Juan Alfaro, Oidor
en la Real Chancillería de ValladoHJ,
6.° Doña Francisca de Cotes, hija natural de D. Antonio, nacida siendo soltero,
criada en su casa y reconocida por su testamento.
X. Don Antonio José de Cotes Ormaza, Marqués de Ordoño, Regidor
de Olmedo, Colegial mayor de Oviedo en Salamanca, Fiscal de la Audien-
cia de Coruña, Consejero de Hacienda, Gentilhombre de boca de S. M.,
Señor de la Casa y vínculos por fallecimiento, sin sucesión, de su hermano
primogénito el primer Marqués; fué bautizado en la parroquia de San Juan,
de Olmedo, el 28 de Junio de 1678, y casó en Medina del Campo el 5 de
Septiembre de 1717, con D.'' Teresa de Montalvo Vellosillo, su parienta,
hija de D. Diego Clemente de Montalvo Vellosillo, natural de Martín
Muñoz de las Posadas, y descendiente de D/' María Espinosa, casada
con Juan de Montalvo, ya citados, y de D." María Magdalena Montalvo y
Oviedo, de cuya Casa trata con extensión el sabio genealogista D. Luis de
Salazar y Castro en la Historia de la Casa de Lara (t. III, pág. 359). En
Junta general del linaje de San Andrés celebrada el 12 de Febrero de 1709,
fué admitido á ella, tomando asiento entre los cofrades, como lo hicieron
todos sus antepasados. Falleció D. Antonio en el mes de Octubre de 1728,
habiendo otorgado poder para su testamento en favor de su madre y de su
mujer, ante el escribano de Olmedo Blas de Velandia, el 5 de Octubre
de 1728. Texto D."* Manuela ante el mismo escribano el año 1737, dejando
por sus hijos á
1.° Don Juan Antonio de Cotes, que sigue.
2.° Doña Isabel de Cotes Montalvo.
3.° Doña Inés de Cotes Montalvo.
4.° Doña Teresa de Cotes Montalvo.
5.° Doña Rafaela de Cotes Montalvo, bautizada en San Juan de Olmedo, el 31 de
Octubre de 1728, siendo hija postuma; casó en Valencia el 5 de Diciembre de 1752,
con D. Martín Patricio Dávila Sigüenza, natural de Jerez de la Frontera, caballero
de la Orden de Santiago, oidor fiscal del Consejo de las Órdenes, Colegial mayor
de Cuenca, en Salamanca, Juez de Escuelas, Oidor de Valladolid. Era jefe déla pri-
Mayo de 1845, la posesión judicial del título á su sobrino D. Mariano Fontes Queipo de
Llano, vecino de Murcia. Fallecido D. Mariano el 6 de Febrero de 1871, y su hijo primogé-
nito D. Mariano, el 25 de Junio siguiente, pasó el título á D. Antonio de Fontes Contre-
ras, hijo segundo, según Real cédula de sucesión de 26 de Febrero de 1872. A D. Antonio le
sucedió en el título D. Luis de Fontes Alemán, según Real cédula fecha el 4 de JuHo de 1892,
y á éste, en 1904, el Sr. D. Luis de Fontes Pagan, actual poseedor del título de Marqués de
Ordoño.
428
y de Genealogía Española.
mera línea de la antiquísima Casa de los Dávila, de Jerez, de la que me ocuparé con
toda amplitud cuando empiece á dar á luz un trabajo que tengo formado de las
primeras Casas de esa ciudad. Falleció D. Martín el año 1764, y dejó, entre otros,
por su hijo y de D.* Rafaela de Cotes, á D. Joaquín Francisco Dávila Cotes, Mar-
qués de Zafra, caballero de la real y distinguida Orden de Carlos III, en cuyo expe-
diente de pruebas encontramos muchas de las noticias con que formamos esta ge-
nealogía.
XI. Don Juan Antonio de Cotes Montalvo Morejón, Marqués de Or-
deño, Capitán y Regidor perpetuo de Olmedo (desde el año 1749), Señor de
los mayorazgos de Cotes y agregados; fué bautizado en la parroquia de San
Juan, de Olmedo, el 7 de Septiembre de 1721. Admitido en el linaje de hijos-
dalgo de la Junta de San Andrés el 21 de Febrero de 1746, juró, según las
Constituciones, en manos del Corregidor de la Villa, haciendo pleito home-
naje de defender el Misterio de la Purísima Concepción, de guardar secreto
de lo tratado en las juntas y cumplir las Ordenanzas de la Casa, y ser fiel
en los oficios que se le confiriesen. Parece casó en Medina del Campo con
D." Manuela Rodríguez Valderrábano, que vivía en esa Villa en la calle de
Salamanca, en las Casas del mayorazgo que disfrutaban, que fueron del
Comendador Pedro Morejón. Viuda D.'' Manuela, sin sucesión, del tercer
Marqués de Ordoño, se hizo apreciar en la villa empleando con inagotable
caridad las cuantiosas rentas que disfrutaba en socorrer á los pobres, de-
jando indeleble recuerdo de sus virtudes (1).
Faltando la sucesión masculina á esta Casa de Cotes, pasaron los vín-
culos y el título de Marqués de Ordoño á otras líneas representadas por
hembras, y hoy lleva el título el Sr. D. Luis de Fontes y Pagan, vecino de
Murcia, descendiente, como ya expresé, de D." Felipa de Cotes y Ormaza,
hermana mayor del primer Marqués de Ordoño.
luAN Moreno de Guerra.
(1) Rodríguez, Historia de Medina del Campo.
429
Revista de Historia
Meioms de los selores Coies úe Leríi,
(CONCLUSIÓN)
CAP. 13.
DE D. LUYS DE BEAUMONT, QUARTO CONDE DE LERIN
En el año 1530 succedio D. Luys de Beaumont, Ultimo de este nombre, y Quarto
Conde de Lerin, á su Padre en los Grandes Estados que le dexó tan aumentados,
y en quieta, y pacifica possession. Estaba casado, antes que muriesse su Padre
con Doña Aldonza de Cardona, liixa de D. Fernando Folch de Cardona, y Doña
Francisca Manrique de Lara, Duques de Cardona, Marqueses de Pallars, su prima
hermana, quien llevo en dote á mas de lo referido de Castellón de Farfaña, la Villa
de Alcolea de Cinca, como se entiende; y de este matrimonio no hubo hixo Varón,
y quedó extinguida la Baronía de Beaumont, que con tanta gloria se propagó desde
el Infante D. Luys hasta este su quarto nieto.
Quedaron tres hixas, que fueron Doña Brianda primogénita, que le succedio,
Doña Francisca, y Doña María, y las dos primeras nacieron de un parto el dia 13 de
Octubre del año 1533 renovándose en su nacimiento el successo, que refiere el
Texto sagrado (1) de Phares y Zara, quando nacieron de Tamar: porque aviendo
salido á luz la que después se llamó Doña Francisca, y reconociendo la Comadre
avia otra criatura, ató con un listón encarnado el brazo de la primera, de que se
recivió información ante la Justicia ordinaria de Lerin.
>Casó la dicha Doña Francisca con D. Luys de Quiñones y Beaumont, Conde de
Luna, de cuyo matrimonio fué hixa Doña Maria de Quiñones y Beaumont, que casó
con D. Antonio Pedro Alvarez Ossorio, sexto Marques de Astarga sin succession,
como refiere D. Alonso de Haro (2).
>La tercera hixa Doña Maria de Beaumont murió sin tomar Estado por Julio
de 1565. En su testamento que otorgó ante Thome Thomas Escrivano de Lerin á 14
de Julio del mismo año nombró por su heredera universal á Doña Brianda su her-
mana, y fué enterrada en el sepulcro de sus mayores de la misma Villa.
>Doña Aldonza de Cardona, muger del Conde, texto ante Pedro Barbarin Escri-
vano de Lerin en 28 de Febrero de 1535 nombrando por su heredera á Doña Fran-
cisca su segunda hixa, y en su defecto á Doña Maria la tercera, quienes renuncia-
ron todos sus derechos, herencias, Villas, y Baronías de Cataluña (que supponeiK
(1) Génesis, cap. 28, versic. 27.
(2) Haro, Nobiliario, t. 1, lib. 4, cap. 15 y lib. 5, cap. 11.
430
V de Genealogía Española.
que como bienes libres pertenecian á su Madre) á favor de la dicha Doña Brianda,
su Casa, y Mayorazgo por cien mil ducados que les avia de dar para sus dotes: y
esto con facultad Real por Escriptura testificada por Juan de Zunzarren Escrivano
en 19 de Febrero de 1565; y las dichas Baronías quedaron agregadas al dicho
Mayorazgo de Lerin.
«Murió la dicha Doña Aldonza en 11 de Novienvre de 1557, sobreviviendo el
Conde su marido, de quien se sabe, vivió en la quietud de su casa, desfrutando la
paz, de que tanto carecieron su Padre, y Abuelos; aunque no le faltó su persecu-
ción, fundada en un pensamiento bien delicado; pero que en su misma falsedad, y
malicia indica la grandeza de su persona, y Casa. Indícalo D. Francés deBeaumont,
Capitán de las Guardias del Emperador Carlos V, que escrivió desde Italia á su
Padre en 2 de Julio de 1551. Esto es. averie dicho el Emperador, que el Principe
D. Henrique, hixo de los despoxados Reyes de Navarra, Donjuán de Labrit, y Doña
Cathalina, trahia cierta negociación en Navarra, para cassarse con la hixa mayor
del Condestable D. Luys, y por esse medio recuperar su perdido Reyno. Estaba
D. Henrique Viudo de Margarita su muger, hermana, que fué del Rey Francisco el
Primero de Francia, y solo tenia por hixo á Juana casada con Antonio de Borbon,
Duque de Vandoma, con que teniendo de segundo matrimonio succesion de Varón
podrían heredar sus dominios; pero esta fue una impostura de los émulos del Con-
destable que se desvaneció luego.
'Murió este ultimo Conde D. Luys en 9 de Henero de 1565 y fué enterrado en el
sepulcro de sus mayores en su Villa de Lerin, sin embargo de que avia adquirido
el Patronato de la Capilla Mayor del Convento de Observancia de San Francisco
en la Ciudad de Pamplona por concession, y donación, que le hizo la Provincia de
Aragón de la misma Religión en el Capitulo, que celebró en Tarazona á 10 de
Septiembre de 1542, y se dio despacho para tomar su possession en 1 de Junio
de 1543. Patronato que conservan sus descendientes.
CAP. 14.
DE DOÑA BRIANDA DE BEAUMONT, CONDESA DE LERIN
«Por muerte del Ultimo Conde succedioDoña Brianda de Beaumont, y Navarra
su hija primogénita Condesa Quinta de Lerin, y Señora de las Villas de Miranda,
Larraga, Mendavia, Sesma Carear, Arroniz, Alio, Dicastillo, Zirauqui, Sada, Eslava,
Arruazu, Villamayor, Castillo de Monjardin, con toda la Valle de Santesteban, y las
Baronías de Guizen, y Curton, Piños, y Mataplana, Castellón de Farfaña, Alcolea
de Cinca, y otros Señoríos, que formaban su grande Estado. En vida de su Padre á
dirección suya estaba capitulado de casarse con el Señor D. Diego de Toledo, hixo
Segundo del Gran Duque de Alva D. Fernando Alvarez de Toledo, y Doña María
Henriquez y Toledo su muger, Commendador de Almorchon, y Cabeza de Buey de
la orden de Alcántara, cuya Capitulación con poderes legítimos, que de los Duques,
y D Diego tenía el Marqués de Zerralvo, se concluyó en Pamplona á 9 de Sep-
tiembre de 1564, y muerto el Conde D. Luys de Beaumont en 9 de Henero de 1565
en virtud de facultades Reales, que expidió el Señor D. Phelipe Segando en 22 de
Henero del mismo año aprobando la Capitulación, y passando en Caveza á don
Diego los Officios de Condestables y Chanciller Mayor de Navarra, tenencia del
Castillo de Viana con todas las otras mercedes, y acostamientos que gozaron los
authores de Doña Brianda. Y precediendo la dispensación de parentesco en quarto
431
Revista de Historia
grado, que tenian los contrahentes, concedida por el Santo Pontífice Pió V. en 20
de Henero del mismo año se desposaron, D. Diego, y Doña Brianda en el Palacio
de Lerin en el dia 19 de Febrero del mismo año 1565, mediante el poder, que tenia
el dicho Marqués de Zerralbo de dicho D. Diego, quien en 24 de Marzo venido á
Lerin ratificó el consentimiento con asistencia del Obispo de Pamplona.
De este matrimonio fueron hixos D, Antonio Alvarez de Toledo, y Beaumont,
que le sucedió, D. Pedro, que nació en 11 de Julio de 1573, y murió luego, y Doña
Antonia, que casó con D. Francisco Fernandez de la Cueva, Marqués de Cuellar,
hixo del Duque de Alburquerque, sin succesion. Tubo también D. Diego fuera de
matrimonio un hixo de su mismo nombre, que murió desgraciadamente en la Villa
de Alva del enquentro de un Toro, y una hixa llamada Doña Beatriz de Toledo, que
fué Religiosa en el Convento de Santa Maria de la Visitación (que es el de Terce-
ras de Santa Isabel) en la misma Villa de Alva, donde vivió el Condestable D, Diego
la mayor parte de tiempo, después que casó, y también siguió á su Padre el Gran
Duque, quando passo por Governador de las armas Catholicas á los Payses Baxos
de Flandes: pero de los lances de su vida me faltan especiales noticias.
Murió en la Villa de Alva á 10 de Julio de 1583: avia testado dos días antes,
dexando por su heredera á la Condesa Doña Brianda su muger, usando de la liber-
tad, que permiten los fueros, y costumbres de Navarra, mandando se deposítasse
su cadáver en el Monasterio de S. Leonardo de la misma Villa; y que después se
traxesse á la de Lerin, y sepultasse en el entierro de los Condes sus suegros; pero
luego que murió sin dar lugar al deposito su Madre la Duquesa de Alva (ya Viuda)
lo remitió á Navarra y se depossitó en la Iglesia Parrochial de Sesma en 23 de
Julio del mismo año, y fué la razón de no traerlo á Lerin estarse fabricando al
tiempo la Capilla Mayor, y removido el Sepulcro de los Condes por la misma
fabrica; y concluyda aquella, y colocado el Sepulcro en el sitio eminente, que
ocupa; y esta referido se trasladó su cadáver, y huesos de los otros Condes de
Lerin, con grande pompa, y solemnidad en el día 28 de Octubre de 1616 con asis-
tencia del Señor D. fr, Prudencio de Sandoval, Obispo de Pamplona, y otros Cava-
lleros, deudos, y criados de la Casa, haziendo la oración fúnebre el P. Francisco
Pimentel de la Compañía de Jesús, hixo del Conde de Benaveníe, y en el mismo
día se pusieron en los pilares de la Capilla Mayor de dicha Parrochial de Lerin
quatro Vanderas, tres escudos de armas, y la espada, y zelada del Duque Cesar
Borxa, como ahora se ven conservadas.
Doña Brianda de Beaumont murió en la misma Villa de Alva en 7 de Septiem-
bre de 1588; y cinco días antes avia testado nombrando por su heredero, y Succes-
sor de todos sus Estados, á su hixo D. Antonio Alvarez de Toledo y Beaumont,
que ya era Duque de Alva, sin embargo de lo que contra esta disposición se avia
capitulado, de lo qual se dará razón puntual en el Capitulo siguiente; y su cuerpo
se depositó en el Monasterio de S. Leonardo, y dudo, si después se trasladó á
Lerin.
CAP. 15.
DE LA UNIÓN DE LAS DOS CASAS DE TOLEDO Y BEAUMONT
Quando D. Luys de Beaumont, ultimo varón, Conde de Lerin huvo de casar á
su hixa Doña Brianda nada tuvo tan presente como la conservación de su casa, y
apellido, sin confundirla con otra de ygual, ó mayor grandeza, y assi escogió por
marido de su hixa á un hixo segundo de la gran Casa de Alva, y previniendo lo
432
y de Genealogía Española.
que podía suceder, y efectivamente succedió, se contrató en el Capitulo once de
las Capitulaciones de este matrimonio que si D. Diego de Toledo succediese en
los Estados de Alva, por muerte sin hixos de D. Fadrique su hermano no se unies-
sen, ni incorporassen con los Estados de Lerín, sino que dexando los hixos de
Doña Brianda, heredase el primogénito lo de Alva, y el segundo los de Lerín, y
que se observasse inviolable esta regla entre sus descendientes á perpetuo, sin
embargo del derecho, que tendría el primogénito á heredar los Estados de Lerín,
conforme á la disposición regular de sus fundaciones, y Mayorazgos; y esta pru-
dente clausura la confirmó con especial cédula el Rey Phelipe II.
Pero no bastan las humanas providencias contra el destino altíssimo, con que
Dios distribuye los Estados, pues aviendo succedido lo mismo, que se previno de
heredar D. Antonio Primogénito de D, Diego y Doña Brianda los Estados de Alva
por muerte sin succesíon de su tío el Duque D. Fadrique Alvarez, de Toledo, que
murió en 3 de Septiembre de 1585: y que consiguientemente debieran recaer los
Estados de Lerín por muerte de Doña Brianda en su hixa Doña Antonia, hermana
única del Duque de Alva D. Antonio, no se executó assi, sino que antes bien la
misma Condesa Doña Brianda, que parece se avia de interessar en la separación
de su Casa, para que no quedasse confundida con la de Alva, siguiendo la volun-
tad de su Padre, y lo capitulado, fue la que con mayor fervor deseó la unión y la
explicó en su Testamento, anteponiendo el amor de la mayor grandeza de su pri-
mogénito D. Antonio á otro cualquiera respecto.
Y con effecto en execucíón de esta voluntad excitada después de su muerte, la
controversia entre los dos hermanos, pretendiendo el Duque la succession total
conforme á las fundaciones de Mayorazgo antiguas de Lerín, que no incluyan
incompatibilidad, y que no pudieron alterarse por la Capitulación posterior (aun
confirmada por el Rey) en perjuycio suyo; y por otra parte Doña Antonia se fun-
daba para la exclussion de su hermano en la misma Capitulación que tan de pro-
posito se dispuso; y que acaso sin ella no se huviera concluydo el casamiento por
su Abuelo tan altamente interessado en la conservación separada de su grande
Casa: y que la auctoridad suprema del Principe con causa tan justa pudo derogar
los llamamientos antiguos de Primogenitura. Al fin se transigió este, que pudiera
ser grande litigio con hermanable, y prudente concordia celebrada entre los her-
manos, siendo tutor de Doña Antonia Don Fernando de Fonseca, y Toledo por
Escriptura testificada por Francisco de Gante, Escrivano Real, y publico del
numero de la Ciudad de Salamanca á 13 de Diziembre de 1597, confirmada por la
Magd del Rey D. Phelipe II por su Real Cédula dada en Madrid á 13 de Marzo de
1598 con cierta ciencia, y plenitud de potestad, y después sobrecarteada por el Real
Consejo de Navarra en 17 de Abril del mismo año ante el Secretario Domingo de
Barbo; y su contenido se reduce á que la Casa, y Estados de Lerín con todo su per-
tenecido quedasen unidos, y perpetuamente incorporados con la de Alva en Caveza
del Duque dicho D. Antonio, y sus descendientes por el orden Regular de Primo-
genitura con calidad de pagar ciento y cincuenta mil ducados á la dicha Doña
Antonia, y sus descendientes, que debieran succeder según lo capitulado en los Esta-
dos de Lerín, y en el ínterin que no se entregaba la suma Capital seys mil ducados
por sus redditos, ó renta annual á razón de veynte y cinco mil maravedís el millar,
quedando estos vinculados á perpetuo Mayorazgo, como los mismos Estados de
Lerín, en que se subrrogaban, y assí se executó.
Por este medio con esclarecida unión se incorporó (no confundió) la Casa de
Beaumont con la de Toledo, como dos astros refulgentes de la grandeza de España,
433
Revista de Historia
que unidos encienden mas su resplandor, y si no me engaña el Juycio, logró en la
unión de esta Casa lo que (como se dixo arriba) Navarra con la de Castilla: ambas
casas eran grandes la de Beaumont de origen, y casamientos llenamente Reales, y
la de Toledo de origen Real en el Rey Godo Athanagildo, como quieren unos, ó
Imperial en Paleólogo de Constantinopla, como quieren otros, y sobre todo Casa
de excelsos, y gloriosos Capitanes; que ilustraron la Nación Española, comenzando
en el Quinto Duque de Alva, Sexto Conde de Lerín, D, Antonio Alvarezde Toledo,
y Beaumont, á explicarse estas unidas grandezas, que propagó á su tercero nieto,
el Exmo S.or D. Antonio Martin de Toledo y Beaumont mi Señor quien por la anti-
cipada Cession, que de los Estados de Navarra le hizo su Padre en 23 de Febrero
de 1701 aceptada por la Magestad del Rey N. Señor D. Pheüpe Quinto (que Dios
prospere), se cubrió Grande de primera Clase, como Conde de Lerín, y Condesta-
ble de Navarra en el día Jueves 7 de Abril de 1701, dando feliz principio al nuevo
Siglo, y con nuevo Monarca, en quien sobre la Real Sangre de Francia, y Navarra
reververa la generosa, y militar de los Toledos, como Séptimo nieto del Duque de
Alva Segundo D. Fadrique Alvarez de Toledo.
Las armas de la Real familia de Beaumont son las mismas de los Reyes de
Navarra, unas cadenas de oro eslabonadas, y atravesadas en forma de cruz en
campo de Sangre, y en el medio una Esmeralda á la mano derecha del escudo, y á
la siniestra sus lisonxas, ó Jaqueles, unos azules, y otros de oro, quarteados á 1j
largo, que han usado estos Señores de más de trescientos años.
Por la copia,
Mariano Arigita.
434
y de Genealogía Española.
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeto de nuestra publicación.
Antiguos gremios de Huesca: Ordinaciones, Docamentos. Trans-
cripción y estudio preliminar por D. Ricardo del Arco, Archivero, C. de
la Real Academia de la Historia. Zaragoza, Imprenta de Pedro Larra.
Año 1911. Un tomo de XVIII 4- 269 páginas. (Tomo VI de la Colección
de documentos para el estudio de la Historia de Aragón.)
Guía artística y monumental de Huesca y su provincia, por don
Ricardo del Arco. Huesca, 1910. Un tomo en 4.° de 238 páginas; con foto-
grabados.
Hemos recibido estos dos libros, entre otras producciones literarias, que ha
escrito con extraordinaria competencia y laboriosidad el Sr. D. Ricardo del Arco,
Jefe de los Archivos de Hacienda y Municipal de Huesca, ¡lustrado individuo del
Cuerpo de Archiveros, bibliotecarios y anticuarios y Correspondiente de la Real
Academia de la Historia.
El primero forma parte de una colección dirigida por D. Eduardo Ibarra y
Rodnguez, Catedrático de Historia en la Universidad de Zaragoza. Esta colección
contendrá materiales históricos inéditos, y monografías de historia aragonesa escri-
tos por autores antiguos y modernos. Obedece su formación al propósito de ir dando
á luz fuentes homogéneas, precursoras de más completas labores de conjunto.
Dividida la colección en series, contiene la primera los documentos eclesiásti-
cos. Reales y particulares, hasta la unión de Aragón y Cataluña, habiéndose ya
publicado, ó estando en preparación, los correspondientes á los reinados de
Ramiro I y Sancho Ramírez. La serie segunda estará compuesta de las Ordenanzas
para el gobierno de las ciudades, y de éstas han sido publicadas el Forum Tuioli,
las Ordenanzas de la Ciudad de Zaragoza en la Edad Media, y las de Santa María
de Albarracín, y preparadas para la imprenta las Ordinaciones de la Comunidad de
Calatayud en la Edad Moderna. La serie tercera será de documentos referentes al
desarrollo material é intelectual, en cuya agrupación, entre los de los Antiguos gre-
435
Revista de Historia
mios de Huesca y de los similares de los Gremios de Zaragoza, prepara el mismo
Sr. Arco las Memorias de la Universidad de Huesca. Para la última serie, llamada
Varia, se tiene en preparación Los diputados aragoneses en la Junta Central (¡808).
La monografía últimamente aparecida, y de la que damos cuenta, va precedida
de un Estudio preliminar, donde resalta la importancia del estudio de los gremios.
Asociaciones de artes y oficios, constituidos al principio para el ejercicio de fines
caritativos y de mutualidad con la idea religiosa y de beneficencia, y como resul-
tado del movimiento de una clase que busca la unión para alcanzar, por la fuerza
que da ella, un puesto en la vida social. El autor, con mucha erudición, sigue el
desenvolvimiento histórico de estas agrupaciones sociales, y expone con muchas
noticias la organización general de los gremios, y especialmente de los de Huesca.
Los documentos transcriptos dan principio por los del gremio ó Colegio de
Médicos, Cirujanos y Boticarios de Huesca, tan antiguo, que existen documentos
de él desde el siglo XV; siguen los que se refieren á los gremios de los sastres y
similares, cordoneros, carpinteros, pelarles, tejedores, blanqueros, cereros, bone-
teros, guanteros, sogueros, caldereros y alfareros.
En apéndices copia el Sr. Arco las Ordenanzas del Colegio de Médicos (año
1603), con documentos muy curiosos referentes á contratos de trabajo, licencia para
ejercer los oficios y otros muy variados.'
Como relativo á una fase muy importante de la vida social, ha sido muy acer-
tada la publicación de esta clase de documentos, por lo que damos plácemes á su
Director, no escatimando los que merece el Sr. D. Ricardo del Arco, por su labo-
riosidad en reunir tan interesantes papeles, con los que ha logrado presentar con
claridad un completo estudio de esos gremios para el conocimiento de ellos, que
servirán de base á trabajos de ampliación comparándolo con los de otras regiones.
El segundo libro, del mismo autor, la Guia de Huesca, es uno de esos libros que
suelen publicarse, en cada capital ó provincia, describiendo las curiosidades que
contienen para el conocimiento de los forasteros; pero sobresale éste de lo común,
en que juntamente con las indicaciones prácticas y útiles para cabal conocimiento
é ilustración del viajero se encuentran en este libro, á manera de inventario com-
pleto, todo cuanto encierra, digno de conocerse, la vieja Osea y su extensa pro-
vincia. Nada falta concerniente al arte y á la arqueología. Editado el libro modes-
tamente, no le falta, empero, profusión de grabados bastantemente claros y
escogidos; pero lo que avalora sobremanera el trabajo es la abundancia de noticias
curiosas é inéditas que el Sr. Arco ha ido arrebatando del secreto en los viejos
papeles y pergaminos que cuida, no sólo como celoso empleado, sino con el cariño
de aficionado inteligente y pródigo, que no sólo cataloga y clasifica los tesoros
puestos á su cuidado, sino que quitando horas á su descanso se complace en irlos
dando á conocer. Muchas de esas noticias fueron ya publicadas con extensión en
las frecuentes monografías salidas de su pluma, que hemos saboreado con deleite
en diversas publicaciones, como el Boletín de la Real Academia de la Historia, la
Revista de Archivos, La Lectura y Linajes de Aragón. En el próximo número de
nuestra Revista, aparecerá un importante trabajo sobre la Judería de Huesca,
con el que nos honra dicho señor, desde ahora nuestro estimado colaborador;
trabajo que acogemos muy reconocidos en nuestras páginas.
Agradeciendo al Sr. D. Ricardo del Arco el envío de sus notables trabajos
publicados, prometemos á nuestros lectores dar cuenta en esta sección, y en el próxi-
mo número, de los restantes libros recibidos.
J. M. DE G.
435
y de Genealogía Española.
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras,-
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia. Madrid, Septiembre- Octubre
1912. Informes: Un monumento proto-
histórico que existe en el término muni-
cipal de Cózar, Antonio Lenguas y Lá-
zaro.—IBA monumento protohistórico de
Cózar, El Marqués de Cerralbo. — El
Guijo, Belalcázar y Capilla. Nuevas ins-
cripciones romanas, Fidel Fita.—]owe-
llanos y las Órdenes Militares (conti-
nuación), José Gómez Centurión.— Anti-
güedad y límites del Obispado de Co-
ria. Nuevo estudio, Eugenio Escobar.—'
Coria compostelana y templaría, Fidel
F/Yo.— Última carta autógrafa de Me-
néndez y Pelayo, El Marqués de Cerral-
bo.—Variedades. La Virgen del Pilar y
el Emperador Alfonso Vil, Francisco de
P. Moreno.— Noticias.
Arte español. Madrid, Agosto de 1912.
Las conferencias de M. Emile Bertaux
en el Ateneo y en la Universidad, Elias
Tormo.— El Palacio de Oñate, F. Fer-
nández de Béthencourt. — El dibujo de me-
moria (continuación), yose Garnelo.— El
sepulcro de Fernán Pérez de Andrade o
Boo, Francisco Tettamancy. -Miscelánea.
Linajes de Aragón. Huesca, 15 Sep-
tiembre de 1912. Los La-Torre, Mar-
queses de Santa Coloma (conclusión),
Gregorio Garc/a.-Los San-Juan, M. G. O.
Los Cortés, Feliciano Paraíso y Gil.—
Sobre el escudo de Aragón, D.J. de C—
Estatutos de la Universidad de Hues-
ca, Ricardo del ^Arco.— Documento iné-
dito de la Catedral de Huesca, Ricardo
del Arco.
\.° Octubre 1912. Florilogio de nobles
Ticrra-Bajinos, Santiago Vidiella.
Estudios Militares. Madrid. Agosto
de 1912.— Siete años en la Academia de
Infantería, Antonio García Pérez.— Ma-
niobras del tercer cuerpo de Ejército
suizo en 1908, José Fernández Maca-
piniac. — Revista extranjera, — Revista
de la Prensa.
Memorial de Infantería. Madrid, Sep-
tiembre de 1912. Psicología militar, León
Fernández.— Eieméñdes. Acción de Vi-
llarrobledo, P. Solernou.— Revista de
Revistas. - Bibliografía. Pliego quinto
del «Proceso histórico - orgánico del
Arma de Infantería y sus Cuerpos».
La Lectura. Madrid, Septiembre de
1912. Estudios de historia antigua de
Egipto, Repetición de relatos de reina-
dos y dinastías (continuación), Antonio
Blázquez.-Uistoire des árabes, Rafael
Altamira. — La Monarquía en América.
Fernando VII y los nuevos Estados,
J. Deleito y Piñuela.
La España Moderna. \.° Septiembre
de 1912. Las sesiones secretas de las
Cortes de Cádiz, Juan Pérez de Guzmán
y Gallo.— ^tairiz de Aragón, Reina de
Hungría, Alberto de Berzevíczy. — La
América moderna, Vicente Gay.
REVISTAS EXTRANJERAS
U Intermédíaire des chercheurs el cu-
rieux. París, 30 Agosto 1912. Oü est en-
terré le maréchal de Villars, Maurice
Charpentier. — Armoiries a identifier:
Deux écus accolés.— Ruban d'une croix
de St-Louis avec noeud, M. de F.
10 Septiembre 1912. Oü est enterré le
maréchal Ney?, Echarpe. — Qnel pouvait
étre le nombre des individus emprison-
nés et des condamnés á la peine capita-
437
Revista de Historia
le sous l'ancienne monarchie?, H. C. M.
Famille Certain, M. A. fi.-Famille de
Chaumont, Comte de St-Saud.—PhiUp-
pe Charles de le Farc — Famille de Mal-
herbe, G. de la Véronne.
20 Septiembre 1912. Le Comte et la
Comtesse de la Motte.— Lá comdamna-
tion de Louis XVI et la franc-maqonne-
rie, Luny.—Lts Guise, descendants des
Carolingiens.— Titres sous l'anciens ré-
gime.— Ex-libris de la famille Gallery.
Bulletín tiéraldique de France. Sens-
sur-Yonne, Agosto 1912. Pr. 20 francos
al año. Chronique mensuelle de la So-
ciété Héraldique de France. — Précis
d'héraldique Britannique; Caracteres du
blasón anglais: Role social du blasón:
Appendice; Vocabulaire héraldique an-
glais-fran^ais, A. Guérin-Ségnier.
Rivista Araldica. Roma, Septiembre
1912. La loy salique et la succession au
troné de France, P. A. Pidoux de Ma-
í/ü¿re.— Famíglie romane. Cario A. Der
tini. Apellidos históricos de la Amé-
rica latina. Luís de Fonseca.—La no-
biltá di Milano, Giampiero Corti.—La
nacionalité comtoise. Fierre. A. Pidoux.
— Sull'origine della famiglia Mausel-
la, Guido Carrelli.— Les familles nom-
breuses du XVll au XX siécle, Henry de
Laguérenne.—L'Ovdine dei fratelli di
Santa María, Otío v. Müller.— La Croce
Lauretana.— Araldica.— Note bibliogra-
fiche.— Cronaca.
Bolletino Araldico Storico-genealogi-
co.Firenze,l.°Septiembre 1912.— Elenco
delle famiglie nobili e antiche della cittá
di Arezzo.— Nerucci.— I Conti Palatini
(continuación), Silvio Mannucci. — Le
Armi dei Sigg. Abbonati.
L'Indicateur Généalogique, Héraldi-
que et Biographique. Bruselas, Septiem-
bre 1912. Famille de Schacht (continua-
ción). Barón A. van Zuylen. - Armoiries
de Angelis, Ba-on de Troostembergh.—
A travers les Revues.
Archives héraldiques suisses. Zürich.
Julio-Septiembre 1912. Gli stemmi e i
sigilli di Sonvico.— Les armoiries du
Pére Víctor Sottaz.— Notice sur la famil-
le «d'Ollon», R. de Hense!er.—DÍQ Wap-
pen in der Sakristei der Stadtkirche in
Winterthur 1493, Kaspar Hauser.—kx-
moiries communales suisses.— Das Ges-
chlecht Knüsli im 14, und 15, Jahrhun-
dert, H. /Toüs//.- Miscellanea.— Bíblio-
graphie. - A travers les Revues. Plie-
go 3.° de <Genealogisches Handbuch
zur Schweizergeschichte >.
Frankfurter Bldterfür Famitien-Ges-
cliiclüe. Frankfurt a. M. Septiembre
1912. Das álteste Zunftbuch der Wol-
lenweber und Tuchmacher. - Zunf zu
Lambrecht i. d. Pfalz, Kart Kiefer.— Der
Bromserhof und dessen Erbauer die
Ritter Bromser von Rüdesheim, Gustav
5í7//m.— Stammbaum der Familie von
Metzler-Die Diakonen zu Gross Gerau,
Pfarrer L. Secriba. -Bücher.
Octubre 1912. Aus der Geschichte
von Uffenheim in Franken, Kart. Kiefer.
Über Femiliengeschischte, W. Otsze
v^fá-Essen. — Di i Familie Moller.—
Stammbaum der Familie Jungbluth. —
Ahnentafel der Geschwister Cramer.—
Miscellanea.— Bücher.
Miscellanea Genealógica et Heráldi-
ca. Londres, Septiembre 1912. Hemos
recibido el número correspondiente al
mes pasado, de esta revista inglesa, de-
dicada por completo á los estudios ge-
nealógicos y heráldicos que tanta im-
portancia tienen en la Gran Bretaña.
Este número publica los siguientes
artículos: Pedigrees from the visitation
of Oxfordshire.— Dedígree of James and
Grevís James of Sghtham Court.— Ful-
1er Family of Kildare and King's Connty.
Genealogical Digest of Oíd bases.—
Barnwellof Rochester.— Rewiews.
La revista inglesa no deja nada que
desear, así en su parte material como en
la literaria. Damos las gracias á nuestro
honorable colega por los elogios que, en
su último número, dedica á la Revista
DE Historia y de Genealogía Espa-
ñola.
S. O. L.
438
y de Genealogía Española.
NOTICIAS VARIAS
Bautizo Real. — El sábado 28 del pasado, á las tres y media de la tarde,
se celebró en el palacio de la Cuesta de la Vega el bautizo de la Infantita
Pilar, nacida el día 15, hija de S. A. R. el Infante D. Fernando de Baviera y
Borbón y de la malograda Infanta S. A. R. D." María Teresa Borbón y
Austria (q. s. g. h.): pusiéronla por nombre Pilar, Aldegunda, Luitpold,
Paz, Teresa, Luisa Fernanda, Cristina, Antonia, Isidra, Ramona, Atocha y
Todos los Santos. Suministró el Santo Sacramento el Obispo de Sión,
siendo apadrinada por el Príncipe Luitpold, Regente de Baviera y la Prin-
cesa Aldegunda, Duquesa de Módena, representados por el Príncipe Luis
Fernando y su augusta esposa la Infanta D.'' Paz.
Órdenes Militares. — En la iglesia de las Calatravas se reunió el día
4 del pasado el Capítulo de las Ordenes Militares de Calatrava, Alcántara
y Montesa, con objeto de armar Caballero de la segunda á D. Vicente
Cabeza de Vaca y Fernández de Córdoba, Marqués de Portago, Grande
de España, Maestrante de Granada.
Asimismo el día 7 se celebraron los cruzamientos de D. Miguel de Rojas
y Moreno, Marqués del Bosch de Ares, Grande de España, en la Orden de
Calatrava, y los de sus hermanos D.José, Conde de Casa-Rojas, Maestrante
de Sevilla, en la de Santiago, y D. Carlos, Conde de Torrellano, en la de
Alcántara.
Otras noticias.— En el Congreso Arqueológico de Ginebra ha leído
el ilustre Académico y colaborador de esta Revista, Excmo. Sr. Marqués de
Cerralbo, una erudita é interesante conferencia, dando cuenta de los traba-
jos por él realizados, de los importantísimos descubrimientos arqueológicos
que ha hecho y de las conclusiones que del estudio de unos y otros se han
deducido.
El auditorio, compuesto de las mayores autoridades mundiales en
Arqueología, prodigó á nuestro distinguido amigo grandes aplausos, reco-
nociendo los importantísimos servicios que á la Ciencia y á la Historia ha
prestado. Desde las páginas de esta Revista le felicitamos efusivamente y
enviamos nuestra más sincera enhorabuena.
Sociedad Heráldica de Francia.— Esta Sociedad, constituida el
15 de Enero de 1911 en París, tiene por objeto conservar las reglas funda-
mentales de la ciencia del blasón, tratar de la jurisprudencia nobiliaria, de
los antiguos usos y costumbres y de todos aquellos asuntos históricos que
con estas materias se relacionan. Como medio de acción ha fundado el
Bülletin historique, archéologique et héraldíque, órgano de la Sociedad, y
en él se han refundido la Revue des quesiions héraldiqíies, la Revue héral-
díque, historique et nobiliaíre y los Aúnales héraldíques de la noblesse
439
Revista de Historia y de Genealogía Española.
frangaise: será á su vez órgano de la Sociedad Arqueológica francesa. La
dirección está á cargo del erudito y competente heraldista M. Paul Bugnot,
ilustre individuo Correspondiente de nuestra Academia de la Historia, á
quien agradecemos el envío que nos ha hecho de los números publicados
del Bulletin durante este año, y de cuyo último número publicamos el su-
mario en otro lugar de esta Revista.
Necrología.— Durante el pasado mes de Septiembre han fallecido: en
Madrid, el 4, D. Carlos de la Casa y Carnicer, Conde de la Torre de San
Braulio, Teniente Coronel de Artillería, casado con D."" Carolina García
Calamarte, de cuyo matrimonio deja cuatro hijos. El 8, la respetable señora
D.'' Emilia de Guardamino y Castañares, viuda de Uhagón, madre de nues-
tro respetable amigo y colaborador el Académico de la Historia Excmo. Se-
ñor Marqués de Laurencin, á quien acompañamos de todas veras en
su dolor. El 13, D. justo Sierra, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni-
potenciario de Méjico cerca de S. M el Rey. El 25, D. Lucas de Urquijo y
Urrutia, hermano del Marqués de Urquijo, casado con D." Mónica Vitórica
y Murga, de cuyo matrimonio deja un hijo, y el mismo día, D." Josefa de
Anduaga y Cabrero, viuda de Creus.
En Las Arenas (Bilbao), el día 3, D.^ María Leonor de Velasco y Arana,
hija de los Marqueses de Unza del Valle.
En Burgos, el 2, el limo. Sr. D. Pelayo Mancebo y Agreda, Inspector
del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, perteneciente á distinguida familia
de Calahorra: estaba casado con D."" Casilda Igón y emparentado con los
Marqueses de Legarda, Barones de Benasque y señores de Sáenz de Tejada.
En Villafranca de los Barros (Badajoz), D." Josefa Cabeza de Vaca y
Laguna, viuda de Sánchez-Arjona, y de las principales familias de Extre-
madura.
En Segovia, el 16, D."" María Valvanera Izquierdo y Zarate, casada con
D. Manuel de Melgar y Quintano, hermano deliüÉMtt Marqués de Canales
de las Chozas.
En Sevilla han fallecido: D. Luis Halcón y Espinosa de los Monteros,
Conde de Peñaflor de Argamasilla, Marqués de Villafranca del Pitamo,
Capitán de Artillería, casado con D.' Blanca Lasso de la Vega y Quintani-
11a, hija de los Marqueses de las Torres de la Presa, de cuyo matrimonio
deja dos hijos de corta de edad; D. Alejandro Romero y Ruiz del Arco,
Marqués de Marchelina, Senador del Reino, Caballero de la Real Maes-
tranza de Caballería de Sevilla, y D. Rafael de Vargas Maohuca, Barón de
Termoye.
En Berlín, el día 24, D." Victoria González de Castejón y Elio, hermana
de los Marqueses del Vadillo, Duques de Bailen, Condes de Aybar y de la
Condesa de Chacón.
También ha fallecido en Roma la Noble Señora Condesa Adela Anto-
nieta Pasini Frassoni, de la más antigua aristocracia italiana, madre de
nuestro amigo el Conde Ferruccio Pasini Frassoni, ilustre Presidente del
Collegio Araldico, de Roma, y director de la notable Revista de Historia,
Genealogía y Heráldica, Rivista Araldica, que tanto ha contribuido al re-
surgimiento de nuestros estudios. Acompañamos al Sr. Conde Pasini de
todas veras en el sentimiento por tan dolorosa é irreparable pérdida.
C. DE L.
440
E\?l5Tñ DE HI¿TORIñ
? DE GENEñLOaíñ
ESPññOLñ
R-ay López Dávalos,
Entre la multitud de interesantes documentos que contiene la colección
Gayangos, y que duermen inéditos en la Sección de Manuscritos de la
Biblioteca Nacional, no es el menos curioso el que, bajo el título de Lasti-
mosa historia de un primado de Castilla, refiere la del Condestable Ruy
López Dávalos, aportando, por lo que hace á sus malaventurados años de
desgracia, algunos datos desconocidos que pueden servir para la biografía
de aquel gran caballero. He aquí un extracto de la relación aludida que,
anónima y todo como es, no carece de importancia.
Gobernaba en Castilla D. Enrique III, el Doliente, y Ruy López Dávalos
era su Camarero mayor. Aunque se hallaba en su apogeo el poderío de los
Grandes, algunos caballeros, como Juan Hurtado de Mendoza y Diego
López de Zúñiga, sostenían con todo su poder la política de Dávalos, que
tendía á defender las prerrogativas de la Corona, cuya situación por aque-
llos años era tan precaria, que los esfuerzos del Camarero mayor y de sus
aliados tuvieron á veces que limitarse á que el Rey no fuera menos que los
magnates. De éstos, los más ensoberbecidos y poderosos, eran: el Conde
de Benavente, los de Trastamara y Gijón y el Arzobispo de Santiago, don
Juan Manrique, El primero, en guerra abierta con el Rey, al que tomó varias
plazas, daba por razón de su conducta el no poder tolerar que se gober-
nase el Reino por hombres que poco hacía se habían levantado de la tierra.
Á la muerte del Conde de Trastamara premió el Rey los servicios de su
Camarero mayor confiriéndole la Condestablía, poniéndole así en condi-
ciones de hacer más eficaces sus esfuerzos. La guerra con Portugal, que
estalló el año siguiente de 1397, sitiando los lusitanos de improviso la villa
441 29
Revista de Historia
de Alcántara, dio ocasión á Ruy López para demostrar sus dotes militares.
Al frente de un pequeño ejército que rápidamente supo reunir, acudió en
auxilio de la plaza, batió al enemigo, y le persiguió hasta muy dentro de
Portugal.
Creció, con estos éxitos del nuevo Condestable, la envidia y animad-
versión de los Grandes, y á poco sucedió aquel caso que la Historia ha
conservado como expresivo signo del estado político de la época. Saliendo
el Rey de caza, se encontró sin cena, por no haber quien fiase la vianda á
su despensero, mientras que á la misma hora, y en casa del Arzobispo de
Toledo, D. Pedro Tenorio, celebraban los magnates, detentadores de las
rentas reales, un ostentoso banquete.
Este hecho, colmando la paciencia del Rey, le determinó á seguir el
dictamen del Condestable, residenciando á los principales usurpadores que,
tras sucintos procesos, fueron condenados á devolver á la Corona muchas
villas, tierras y castillos, de que indebidamente se habían amparado, con lo
cual el Rey se vio en posesión de no pocas riquezas, que mandó se custo-
diaran en el alcázar de Madrid.
Acrecentada más y más la inquina de los magnates contra Ruy López,
no pudo, sin embargo, satisfacerse en la venganza mientras vivió don
Enrique. Muerto este Rey en Toledo el año 1407, la minoridad de su hijo
D. Juan, que se ofrecía larga por contar apenas dos años de edad, hubiera
quizá favorecido los deseos de los revoltosos á no vivir aquel gran Prín-
cipe llamado el Infante D. Fernando, hermano del difunto Monarca.
Pareció al Condestable que toda su obra podía venir al suelo, de no
empuñar las riendas del Gobierno una mano fuerte. En pocos días formó un
partido, en el que abundaban los caballeros y gente sesuda decidida á
ofrecer la Corona al Infante, y llevando él la voz de esta opinión, un tanto
peligrosa por conculcar las leyes sucesorias, dirigía á D. Fernando una
larga peroración para decidirle á aceptar el Trono, si en perjuicio de su
sobrino, en evidente ventaja de Castilla. Recordó en su discurso las revuel-
tas, discordias y calamidades de las anteriores minorías y los frecuentes
casos en que el bien de los pueblos se había colocado por insignes Prínci-
pes por encima del orden sucesorio. Á este efecto habló de Sancho IV, de
D. Enrique, el de Trastamara, de D.^ Berenguela, de San Fernando y de
D. Martín de Aragón, añadiendo que si estos y otros casos fueron sinrazón
y Urania, no es de este pleito apurallo; pero que el no aceptar el Infante
pudiera atribuirse antes á mal que á bien, antes á flojedad que á mo-
destia, por no hacer caso de la voluntad que os muestran grandes y
pequeños.
442
y de Genealogía Española.
No se dejó convencer el Infante, alegando que no quería desheredar á
un niño inocente, y que antes al contrario, arriesgaría la vida en su defensa.
Propusiéronle entonces que, en unión de la Reina viuda, se encargase del
Gobierno, y así lo hizo, con gran satisfacción del Condestable, que siguió
siendo á su lado, como en tiempo de D. Enrique, el más firme sostén de la
Monarquía, participando de los laureles de Antequera, cuyo hecho de
armas había de servir para designar gloriosamente al futuro Rey de Ara-
gón. Durante este período, la enemiga rencorosa de los Grandes se vio
forzada á continuar inactiva ante el apoyo absoluto prestado por D. Fer-
nando al Condestable.
Dios, que había hecho nacer para rey al Infante, hizo que le eligieran
los compromisarios de Caspe para ocupar el trono de Aragón. Desde aquel
momento comenzó á extinguirse la luz de la buena estrella de Ruy López,
pues con gran habilidad supieron sus enemigos malquistarle con la Reina,
representando á esta Señora los intentos que hiciera el Condestable á la
muerte de su marido, el rey D. Enrique, para colocar el cetro en la fuerte
mano de D. Fernando, en perjuicio de su hijo D. Juan. Con esto coincidía
la naciente privanza del joven paje del Rey niño, D. Alvaro de Luna, el que,
destinado á proseguir la política de Dávalos, fué, no obstante, desde su
mocedad, contrario suyo.
Á la muerte del Rey de Aragón sucedió en aquella corona su hijo don
Alfonso; pero los hermanos de éste quedaron ricamente heredados en Cas-
tilla. Don Juan, que había de ser luego por su matrimonio Rey de Navarra,
tuvo el Estado de Lara y la villa de Medina del Campo. Don Enrique, el
Estado de Alburquerque, y D. Sancho, el de Montalbán;' casada la infanta
D."* María con el Rey, y el mismo D. Enrique con la hermana de D. Juan II,
el cual le dio en dote los Estados de Villena é hizo á su cuñado Maestre de
Santiago, no sin oposición de los magnates de la Casa de Villena, que
habían rescatado de la Corona este Marquesado con fuertes sumas de
dinero.
Habiendo llegado á ser de esta manera el infante D. Fernando el señor
más poderoso de Castilla, y debiendo ocupar por su sangre y dignidad el
primer puesto, después del Rey, no pudo conformarse á que hombre de tan
inferior condición social como D. Alvaro fuese el arbitro del Reino, y púsose
á la cabeza de los descontentos, en cuya actitud le siguió, con la misma
fidelidad que á su padre sirviera, el condestable Ruy López. Llegó en esta
oposición el Infante hasta el extremo de cercar al Rey en la villa de Mon-
talbán, para rescatarle, según dijo, del secuestro en que le tenía D. Alvaro
de Luna, y fueron tan adelante las cosas, que las Cortes de Madrid, cuyas
443
Revista de Historia
primeras reuniones hubieron de tenerse en Toledo, requirieron la presencia
inmediata de D. Enrique, de sus aliados el adelantado D. Pedro Manrique
y su hermano García Fernández, y la del condestable Ruy López, á quien
sus antiguos enemigos acusaban de principal promovedor de los desórde-
nes, al ver, al fin, la ocasión oportuna para lograr su ruina.
Decidió el Infante presentarse, acompañado, como lo hizo, de García
Fernández, y quedóse el Condestable con el Adelantado en lugar seguro.
Esto les evitó ser presos, como lo fueron el Infante y García Fernández,
á quienes se puso en el castillo de Mora, bajo la guarda de García Álvarez
de Toledo.
En el proceso que se siguió fueron á dar las mayores inculpaciones
contra Ruy López Dávalos, al que se acusó de estar en tratos con el Rey
moro de Granada por haberse presentado catorce cartas del Condestable
dirigidas al infiel. En vano protestó el acusado desde su retiro. El odio y la
rabia de sus enemigos, prescindiendo ya de D. Enrique y del hermano del
Adelantado, á los que se puso luego en libertad y se rehabilitó completa-
mente, se cebaron en él, desposeyéndole de sus cargos, honores y bienes,
y no quitándole la vida por su precaución de tenerla á salvo en la inexpug-
nable fortaleza de Segura de la Sierra, donde le acompañó, hasta la liber-
tad de su marido D. Enrique, la infanta D."* Catalina.
Á la primera ocasión que se le presentó huyó el Condestable á Valen-
cia, desnaturalizándose de Castilla, y pasando el resto de su existencia
pobremente, mientras que con sus despojos. Arcos, Arjona, Osorno, Riba-
deo, Candelada, Arenas y otros muchos Estados, fundaron grandes casas
sus enemigos, á quienes el Rey repartió las tierras del caído. En cuanto
á la Condestablía, fué otorgada á D. Alvaro de Luna.
Pero ni aun así quedaba satisfecha la sed de venganza de los anterior-
mente refrenados por Ruy López. Pidieron y obtuvieron de D. Juan II que
se enviase una embajada al Rey de Aragón para que éste les entregara
á Dávalos, como delincuente for agido. Rechazó, como era justo, Alfonso V
tan descabellada pretensión, contraria al derecho de gentes, encargando
que en su nombre pasase á Castilla el Arzobispo de Tarragona, para expo-
ner, como lo hizo, la imposibilidad de acceder á tal demanda, agregando
que Ruy López tenía además un salvoconducto del aragonés que le ponía
á cubierto de toda persecución mientras estuviera en sus reinos.
Más aun que.la pérdida de sus honores y Estados, afligía á Ruy López
la de su honra de cristiano y español, y no cesaba de protestar contra el
supuesto de que las cartas al Rey de Granada, presentadas como prueba
en su proceso, fuesen suyas. Quiso Dios que en este punto resplandeciera
444
y de Genealogía Española.
la verdad, valiéndose de la diligencia y amor que le conservaron algunos,
aunque pocos, amigos, y especialmente su mayordomo Alvaro Núñez de
Herrera, los que, sospechando de un tal Juan García, secretario que había
sido del Condestable, se dieron tan buena maña, que lograron su procesa-
miento, durante el cual, y sometido á la tortura, declaró ser él el autor de
las falsificadas cartas de Ruy López, crimen que cometió para lograr su
ruina y que pagó el miserable con su cabeza.
Fuera lo natural que tras esto se rehabilitara á Ruy López, y así lo pedía
incesantemente el expatriado, á cuya voz se unió la del infante D. Enrique.
Nada, sin embargo, se hizo á causa de la influencia de los magnates enri-
quecidos con los despojos de la víctima, y á causa especialmente de don
. Alvaro de Luna, que disfrutaba la Condestablía y que había, al fin, de aca-
bar aun más trágicamente que su antecesor, cuya política estaba siguiendo.
El citado mayordomo de Ruy López, llamado Alvaro Núñez de Herrera,
llegó en tanto á los mayores extremos de fidelidad y agradecimiento. Cuén-
tase que sabiendo en gran necesidad á su señor, realizó todo* lo que de él
había recibido, y reuniendo así la cantidad de 8.000 florines de oro, mandó
construir un telar, cuyas maderas, huecas, sirvieron para transportar este
tesoro disimuladamente á Valencia, adonde él mismo, disfrazado de mer-
cader, le condujo. Ejemplo digno de la más alta loa.
Murió Ruy López Dávalos en Valencia á 6 de Enero del año de 1428,
conservando hasta el último momento esperanzas de que se le hiciera jus-
ticia en su patria, cosa que después de muerto alcanzó su nombre, pues se
le dio por libre en el Consejo de Castilla de cuantas acusaciones y conde-
nas habían caído sobre él. Asistió á sus funerales el Rey de Aragón, que le
tenía señalada una pequeña renta y heredó á sus hijos en Italia.
Tal es, en extracto, lo referido por el manuscrito de Gayangos. Imposi-
ble es evocar la memoria de aquel personaje sin recordar sus esforzados
hechos, dignos de la leyenda, y sin reseñar la brillante estela de su raza en
la historia de España. Pero quédese esto, por premuras de espacio y tiempo,
para el próximo número.
lOAQUÍN ArGAMASILLA DE LA CeRDA.
445
Revista de Historia
Escudo de armas de Atondo.
DATOS mk LA eiSTOEIA NOBILMA DE NAVARRA
Un autógrafo regio.— Los Atondos.— Su descendencia en los Pérez de Rada,
Marqueses de Zabalegui.
El 23 de Septiembre de 1461 acabó tristemente sus desventurados días
el Príncipe D. Carlos de Viana, tan amado de sus pueblos como maltratado
de su desnaturalizada familia. Su muerte, lejos de proporcionar á ésta, por
lo pronto, la quieta posesión del trono que anhelaba, produjo una subleva-
ción general de los partidarios del Príncipe contra sus inicuos perseguido-
res. Los catalanes proclamaron Conde de Barcelona á D. Enrique IV de
Castilla el 11 de Agosto de 1462, y el Rey de Aragón y Navarra, D.Juan II,
tuvo que acudir á sofocar aquella rebelión, dejando á su hija, la cruel y
ambiciosa D.'' Leonor, por Gobernadora de Navarra.
En tan apuradas circunstancias necesitó apelar la Infanta á todos los
recursos imaginables para sostener su poder, que por el momento represen-
taba la independencia de Navarra. Trabajó asiduamente y con el mayor
empeño por unir las facciones que desgarraban el reino, y en su vehemente
anhelo de captarse las voluntades de los Caballeros navarros de más presti-
gio é influencia, no vaciló en gestionar directa y personalmente cerca de ellos^
Así lo acredita la cédula que, escrita toda de su propio puño y letra, expi-
dió el día 5 de Septiembre de 1462 á favor de D. Juan de Atondo, prome-
446
y de Genealogía Española.
tiendo nombrarle dentro de los cuatro años, ó en la primera vacante, Oidor
de la Cámara de Comptos Reales de Navarra. Este documento se conserva
en el Archivo del Palacio de Muruzábal, propiedad del Sr. Marqués de
Zabalegui, legajo 7.°, núm. 12, del Mayorazgo de Atondo; y como página
memorable en la historia de aquel reino, ofrecemos su facsímile á los lecto-
res de nuestra Revista.
Hjvs^ü tvVjvt^ rví^o ¿vU\-ví^ >v<v-^jVvvvuv' v¿i>-y-¡j<a/ '
ÜM
PacsimUe de la Real Cédula de la Infanta de Navarra D.'^ Leonor
(5 de Septiembre de 1462).
Cumplió D.^ Leonor su promesa, y á su vez D. Juan de Atondo, Oidor de
la Cámara de Comptos, correspondió con la más acrisolada lealtad á su
egregia bienhechora, mereciendo que el Rey D.Juan II le otorgase, en 1471,
el privilegio de poner las armas Reales en el primer cuartel de su escudo,
para que juntas con las demás de su Casa fuesen perpetua recordación de
su lealtad y documento deque el amor grande á los Reyes es un nuevo
447
Revista de Historia
modo de emparentar con ellos; en recompensa de haber franqueado á la
misma Infanta gobernadora la puerta de la Zapatería de la ciudad de Pam-
plona, á la sazón rebelada por el Conde de Lerín. Sus antiguas armas eran
en campo azul dos bandas acompañadas de dos lunas contornadas, todas
de oro. Con ellas se cuartelaron las cadenas Reales de oro sobre campo
rojo, pero sólo en la porción correspondiente á orla y bandas de dichas
cadenas.
En algunos ejemplares se añaden á estos cuatro cuarteles otros dos, á
saber: uno rojo con grifo de oro, rampante armado y membrado de negro,
por el apellido Caritat; y otro de oro con cruz roja cargada de cinco pane-
les de oro, por el de Goñi.
He aquí la genealogía de Atondo, según los documentos del Sr. Marqués
de Zabalegui:
I. Lope de Atondo, Señor del solar de Atondo en la cendea de Iria, casó
con D." Juana de O taza en 1240.
II. Charles de Atondo, casó en Huarte-Araquil con D." Estefanía de
Eraso el 13 de Octubre de 1268. Hijos: Juan, que sigue; Miguel, que casó
con D." María de Sarasa el 10 de Abril de 1293, y tuvo á Catalina, que, á
su vez, casó en Atondo con Pedro de Assiain el 6 de Junio de 1329.
III. Juan de Atondo, casó en Pamplona con D." Isabel de Rosas el 26
de Mayo de 1289.
IV. Francés de Atondo, casó en Pamplona con D." Lucia de Aceita el
19 de Diciembre de 1323.
V. Juan de Atondo, casó en Pamplona con D." Amorosa de Caritat el
5 de Febrero de 1352.
VI. Juan de Atondo, casó en Pamplona con D." María de Zalba el 7 de
Septiembre de 1381.
VIL Juan de Atondo, casó en Pamplona con D.^ Catalina Ruiz de Es-
parza el 18 de Abril de 1403. Hijos: 1.", Juan, que sigue esta línea;
2.°, D.^ Lucia, casada con Juan Pasquier de Erbiti, Patrimonial del Reino de
Navarra, y fueron sus hijos: María, mujer del Doctor Elizondo, Oidor
de Finanzas de Navarra, y Juan Pasquier de Erbiti; 3.°, D.^ Catalina de
Atondo, casada con Martin Cruzat, padres de Martín y Juan Cruzat y este
último lo fué de D. Lope Cruzat, Oidor de Finanzas de Navarra; 4.°, D." Gui-
llermina de Atondo, casada con Arnal dejasso. Señor de Idocin, Oidor de
Finanzas de Navarra, y fueron sus hijos: D." María, mujer de Martin de
Huarte; D.° Catalina, casada en primeras nupcias con Juan de Espinal y
en segundas con Nicolás de Eguia; D. Pedro, Justicia de la ciudad de Pam-
plona; D." Margarita, casada con el Señor de 011oqui,y D.Juan, Señor de
448
y de Genealogía Española.
Xavier, primogénito de Jasso, de cuyo enlace con Z)." María de Azpilcueta
y Xavier nacieron: D.'^ Magdalena, monja profesa en el Convento de Gan-
día; D." Ana, casada con el Palaciano de Beire, D. Diego de Expélela, en
1525; Miguel, primogénito; San Francisco Xavier, Apóstol de las Indias;
Juan de Xavier y Azpilcueta y D." Violante de Xavier y Azpilcueta.
VIII. Juan de Atondo, casó en Pamplona con D." Juana Forment de
Ayanz el 8 de Febrero de 1446. Oidor de la Real Cámara de Comptos,
mediante Cédula del año 1462; condecorado con el cuartel de las Armas
Reales para su escudo el año 1471. Hijos: D. Arnal, que sigue esta línea;
D. Juan, cuyo estado no me consta, y D. Pedro, Abad de Cemborain, que
testó el año 1536.
IX. Don Arnal de Atondo, Maestresala del infante D. Jaime y Copero
de los últimos Reyes legítimos de Navarra, casó en primeras nupcias el
26 de Abril de 1495 con D.^ Catalina de Goñi, y tuvo de este enlace
á D. Francés, que sigue la línea; D.^ Isabel, casada con Bartolomé de
Mauleón, y D. Juan, que casó con D.° Graciana de Eguaras.
X. El Licenciado D. Francés de Atondo, Consejero del Real Tribunal
de Navarra, casó en Olite con D° Graciosa de Allí el 30 de Julio de 1523.
Hijas: D." Jerónimo, que sigue esta línea; D." Ana, casada con D. Martin
de Huarte, y D." María, que casó el 13 de Octubre de 1564 con D. León
de Ezpeleta, señor de Beire, de San Martín de Unx, de la torre y castillo
de Cintruénigo, Merino mayor de Olite, y tuvo á D. Francisco, D. Miguel
y D." Isabel, esta última mujer de D. Fermín de Zuria y Atondo.
XI. Doña Jerónima de Atondo y Allí, sucesora del Palacio de Atondo
y su mayorazgo, casó con D. Rafael de Zuria y Rada. Hijos: 1.°, doña
Catalina, casada con Juan de Beloqui; 2.° al 5.°, Juan, Graciosa, Fran-
cisco y Jerónimo, cuyos estados no constan; 6.°, D. Fermín, que sigue esta
línea; 7.", Z)." Isabel, casada con D. Vicente Galipienzo; 8.°, D.^ Rafaela,
casada con D. Sancho de Iturbide el 23 de Marzo de 1593, y 9.°, D. Rafael,
casado con D.'^ Juana de Torrea el 25 de Octubre de 1605.
XII. Don Fermín de Zuría y Atondo, sucesor en las Casas de Atondo
y Zuría, casó con su prima Z)." Isabel de Ezpeleta y Atondo el 2 de Sep-
tiembre de 1604. Fué su hija D.^ Jerónima, que sigue.
XIII. Doña Jerónima de Zuría, Ezpeleta y Atondo, sucesora, casó el
20 de Noviembre de 1628 con su tío D. Juan José Zuria y Leache, hijo de
D. Rafael de Zuria y Rada en sus segundas nupcias con D.° Francisca de
Leache. Nacieron de aquel enlace: 1.", D. Jerónimo, que sigue esta línea;
2.", Z)." Ana María, casada con D. Antonio de Monterde; 3.", Z)." Juana
Antonia, casada con D. Carlos de Ripalda; 4.", D." Francisca, casada con
449 30
Revista de Historia
D. Sebastián de Meneos; 5.° al 7.°, D. José, D. Pedro y D. Rafael, cuyos
estados no constan.
XIV. Don Jerónimo de Zuría y Zuría, sucesor, casado con D.'^ Martina
Ximénez de la Puente y Oroz. Fallecieron en 1678 y 1682, respectivamente,
y fueron sus hijos: 1.°, D.José Sebastián, que casó con D." Bernarda de
Zalá, tuvo 10 hijos y no quedó posteridad de ninguno de ellos; 2.° y 3.°, don
José y D. Tomás, cuyos estados no constan; 4°, D° Josefa, que sigue esta
línea y en cuya descendencia recayeron las Casas y mayorazgos de Atondo
y Zuría; 5.°, D." Inés, casada con D. Pedro de Erbiti; 6." y 7.°, Z).« Marga-
rita y Z)." Maria Antonia, cuyos estados no constan.
XV. Doña Josefa de Zuría Ximénez de la Puente y Atondo, casó en
Olite el 19 de Mayo de 1680 con D.José Pérez de Rada yjuaniz de Muru-
zabal, hermano del Muy Ilustre Señor D. Francisco Pérez de Rada, segundo
Marqués de Zabalegui, Alcalde Mayor de Corte en Pamplona, hijos ambos
de D. Diego Pérez de Rada y Z)." Fausta Juaniz de Muruzabal, nietos por
línea paterna de D. Martin Pérez de Rada y D.° Graciana de Monreal
y Vidasun, que casaron el 30 de Mayo de 1596, segundos nietos de Martin
Pérez de Rada y D." Magdalena de Thomas, terceros de Fernando Pérez
de Rada y D." Isabel de Recain, cuartos de Miguel Pérez de Rada y doña
Catalina Díaz, y quintos de Lope Pérez de Rada, Señor de la Casa de
Rada á mediados del siglo XV. Por línea materna eran nietos de D. Martin
Juaniz de Muruzabal y Echalaz y D.° Luisa de Ocariz, casados el año 1610,
y padres del Ilustrísimo Señor D. Martin Francisco Juaniz de Muruzabal
y Ocariz, Presidente de las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada,
Obispo de Cartagena, creado primer Marqués de Zabalegui en recompensa
á sus altos méritos y servicios, de la mencionada D.° Fausta, y de otra hija
llamada D.° Maria, que casó con D. Martin de Leoz el 26 de Septiembre
de 1638.
XVI. Don Juan Agustín Pérez de Rada y Zuría, tercer Marqués de
Zabalegui, casó con D." Maria Teresa de Vidaurreta y Rada el 20 de Julio
de 1711. Hijos: 1.°, D. José Francisco, que sigue esta línea; 2°, D." Maria
Teresa, que casó en Lumbreras con D. Juan de Almarza y Lasarte Garda
Herreras; 3." y 4.°, D."" Lucia y D. Xavier, que fallecieron en 1801 y 1802,
respectivamente, sin posteridad.
XVII. Don José Francisco Pérez de Rada y Vidaurreta, cuarto Mar-
qués de Zabalegui, casó con D.° Ana Timoteo de Gaztelu y Apeztegula,
hija de D. Pedro José y D." Maria Rosa, y nieta paterna de D. Juan de
Gaztelu y Oronoz y D." María Jacinta de Pereda y Echalar, progenitores
de los Marqueses de Echeandia. Hijos: 1.°, D. Bernardo, que sigue esta
450
y de Genealogía Española.
línea; 2°, D." Lucia, casada con D. Severino de Luquin y Aldecoa; 3.°, don
Francisco, Presbítero, Abad de Iriberri, y 4.°, D. Miguel Ramón, casado
con D.° Joaquina de Miranda y Bernedo.
XVIII. Don Bernardo Pérez de Rada y Gaztelu, casó con I>.° Fran-
cisca Rodríguez de Arellano y Arriaga el 31 de Julio de 1805.
XIX. Don Joaquín Pérez de Rada y Arellano, casó con D.'' Damiana
de Calatayud Irigoyen Larumbey Larrea el 26 de Marzo de 1848, y murió
el 6 de Febrero de 1878. Hijos: 1.", D. Alberto, que sigue esta línea;
2.** al 4.°, D." Carmen, D. Inocencio y D. Ignacio, que fallecieron solteros
en 1862, 1871 y 1853, respectivamente, y 5.°, D.*^ Pia, que casó con
D. Francisco de Goñiy Sagiies el 11 de Mayo de 1868.
XX. Don Alberto Pérez de Rada y Calatayud, Marqués de Zabale-
gui, casó en Mondragón el 3 de Mayo de 1893 con £>." Maria de Gorosá-
bel Mendia Sagasti y Echezarreta, y murió en Villabona el 18 de Mayo
de 1910. Hijos: 1.*', D. Joaquín Maria Pérez de Rada y Gorosábel, actual
Marqués de Zabalegui, alumno de la Facultad de Derecho, nacido en el
palacio de Muruzábal el 11 de Febrero de 1894; 2.°, D. Francisco Xavier;
3.^ D." Dolores, que nació en 1897 y falleció en 1901; 4.°, O. Juan Gual-
berto; 5.°, £)." María del Socorro; 6.°, D. Antonio; 7.^, D." María del Rosa-
rio; 8.**, Z)." María Teresa, y 9.", D." Dolores Pérez de Rada y Gorosábel,
actualmente domiciliados en la ciudad de San Sebastián con su madre la
señora Marquesa Viuda de Zabalegui.
Juan Carlos de Guerra.
C. de la Real Academia de la Historia.
451
Revista de Historia
ün capítulo ie la Orflen fle Oais Nois de María Laisa
BAJO EL MINISTERIO DEL PRÍNCIPE DE LA PAZ
¡La Corte de Maria Luisa!
Yo bien sé que al describir en la revista, al presentar en el teatro ó al
dibujar en el cuadro escenas del tiempo pasado, es más fácil tomar del libro
extranjero los datos investigados por otra paciente erudición, y casi agota-
dos ya á fuerza de repetidos, que obscurecerse en el laberinto confuso de
nuestros atestados y vírgenes archivos, á llamar á la vida los nombres de
seres de que apenas ha llegado sino alguna tradición vilmente viciada
hasta nosotros. Para saciar la frivola necesidad de un día, ¿á qué más serios
estudios?
¡Pero tiene un encanto tan indefinible la restauración de un mundo que
desconocemos y que rectifica en nuestra conciencia errores que manchan,
conceptos que descorazonan y culpas que avergüenzan! ¡Produce tal bien
en el alma pensar que no hemos sido ni tan incapaces, ni tan degenerados
como en la historia se nos ha querido representar, y poder llevar estos con-
vencimientos á todos los lugares donde repercutan con íntima simpatía en
todo corazón español!
Hay una causa suprema que impone á la Corte de María Luisa desdé
que como Princesa de Asturias vino de Parma á España á compartir el
tálamo del Príncipe que se llamó después en el Trono Carlos IV, tal cebo
de atracción y tal sello de nacionalismo, que se sobrepone á todas las injus-
tas prevenciones de la historia, y es la más elocuente determinante de aquel
superior relieve que con sus artificios difamatorios procuró destruir durante
más de diez años de su poder imperioso el déspota de Europa, Napoleón.
Puede, con razón, decirse que desde la muerte de Felipe IV, el año de 1665,
cesó en torno del solio de nuestros Monarcas la dirección y la animación de
las altas costumbres sociales en aquella corte á que habían impreso un siglo
antes el tono de una suprema elegancia las augustas hijas del Rey Felipe II,
452
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Qoya.
La Reina Doña María Luisa de Parma.
y de Genealogía Española.
la Infanta Catalina, malograda duquesa de Saboya, y la Infanta Isabel Clara
Eugenia, gobernadora de Flandes. Muy joven, en efecto, quedó viuda la
segunda esposa de Felipe IV, D." Mariana de Austria, madre y tutora de
Carlos II. Su Regencia, que duró doce años, fué una lucha incesante contra
la agresión contumaz y las difamaciones perversas del émulo de su hijo, el
segundo bastardo D. Juan de Austria, que no perdía medio por donde usur-
par el poder y aun la Corona. Vestida de monjiles tocas, redujo á un santo
silencio el interior de Palacio, y dividida la corte en facciones, ni aun en
sus damas podía hacer descansar el depósito augusto de sus perpetuas
lágrimas.
Antes tocó la acritud de un infame destierro á Toledo que el libre impe-
rio del poder de su hijo, al llegar éste á la mayor edad, y como castigo del
cielo, aunque por dos veces ocupó su tálamo Carlos II al ceñir la corona,
una con la Reina María Luisa de Orleans, otra con D.'' Mariana de Neuburg,
la condición de una y otra Princesa, no mayores en jerarquía á la que á la
sazón reconocía toda Europa á las casas de nuestros Grandes de España,
las intrigas de que vino á ser inconsciente encubridora desde el lecho del
Rey la Princesa oriunda de una de las ramas secundarias de la casa de
Francia, y las agresiones tenaces que contra nuestros Estados suscitaron
los celos franceses durante el matrimonio de la segunda, una mera palatina
del Imperio con quien hasta entonces se habían compartido todos nuestros
enlaces regios, continuó la dispersión social de nuestra corte, que ninguna
de estas dos Reinas logró nunca volver á reconcentrar ni dirigir.
Ninguna de las dos mujeres de Felipe V alcanzó tampoco la quieta y
soberana posesión de nuestra alta sociedad.
La guerra de sucesión, bajo Luisa María Gabriela de Saboya, había
producido la proscripción de numerosas familias de la más graduada aris-
tocracia, y las satisfacciones de la victoria de la política y de las armas las
atenuaban las heridas abiertas en el seno de las primeras familias por estos
ostracismos, á la vez que en los que quedaron indemnes obligaba á cierto
retraimiento el diluvio de'damas de la nobleza de Francia que cayó sobre
Madrid á saciarse con los despojos de nuestra opulencia, asaltando todas
Las posiciones del lucro y del fausto.
Bajo Isabel de Farnesio, en el alcázar de los Reyes de España, no se
pensó más que en fundar principados y coronas en lo que nos quedaba de
Italia para sus hijos, ó en llevar á los que quedaban sin corona propia á
compartir las de los Reyes parientes de Portugal y Cerdeña; y cuando no
hubo hijos que colocar, se volvió la espalda á la corte de Madrid para ence-
rrarse en las escabrosas soledades de San Ildefonso, como una fortaleza
453
Revista de Historia
cerrada, á cuyo interior misticismo no llegara ni el rumor siquiera de la
vida cortesana.
Estas ¡deas misantrópicas trascendieron á Fernando VI— pues Luis I fué
un soplo sobre el solio—y á su mujer D.^ María Bárbara de Braganza,
hasta el punto de hacer caer al Rey en la insuperable melancolía que le
llevó á la insensibilidad y á los arrebatos agresivos de la demencia. En
cuanto á María Amalia de Sajonia, que vino de Ñapóles en la orfandad del
trono, para compartir sus esplendores con Carlos III, su marido, murió des-
graciadamente en Madrid al año de haber trocado por la de España la
corona de la antigua Parténope.
¡Un siglo entero de interrupción de la alta vida social! Esto es lo que
representa este augusto desfile de tantas Reinas de tan diversa fortuna:
Mariana de Austria, María Luisa de Orleans, Mariana de Neuburg, Luisa
María Gabriela de Saboya, Isabel de Farnesio, Isabel de Montpensier, Bár-
bara de Braganza y María Amalia de Sajonia.
Nuestra alta sociedad, que, desde la fundación de la corte en Madrid,
había recibido el impulso de su dirección de la residencia espléndida de
nuestros Monarcas, aunque compenetrada entre sí, había formado sus círcu-
los particulares, estrechados, ó por los vínculos de las familias ó por los
fortuitos de la simpatía y de la ostentación, suspiraba por aquel centro de
unidad y de enlace á que la sumisión tradicional de las ideas monárquicas
atribuían las leyes de su entera disciplina.
Así fué que desde la aparición de María Luisa de Borbón en 1765 para
sus bodas con el Príncipe heredero Garios Antonio, los rendimientos de la
adhesión se extremaron en todas las clases, pero principalmente en las
superiores, con la esperanza de la exaltación de un nuevo astro que había
de llenar todos los horizontes de lumbres.
¡Acababa un siglo entero de proscripción, desde 1665 hasta 1765! Y
María Luisa, por su belleza picante, por su ingenio de una viveza no común,
por la suprema elegancia de sus gustos refinados, por la vena extensa de su
educación intelectual, por sus inclinaciones benéficas, por la atracción inde-
finible de su trato, era la Princesa llamada á llenar de luz y de vida la
desierta morada del austero Garios III y la corte opulenta y espléndida de
este venerado Monarca.
—Me parece que hemos hecho un buen casamiento. Tengo envidia á
mi hijo— dijo al veria el buen Rey á su buen ministro Floridablanca,
*
* *
454
y de Genealogía Española.
Realmente, en 1765, en la corte de España hacía falta el influjo de una
mujer directiva. Aunque algunos años después el P. Scio de San Miguel,
desde Santa María de Ajuda, escribía á María Luisa que en Portugal «los
fidalgos (lo digo hasta con vergüenza mía) son mejor educados que nues-
tros Grandes, y las fidalgas no se quedan en zaga, porque las hay muy ins-
truidas»; la orfandad en que nuestra corte permanecía desde 1665, no había
cegado enteramente en nuestra alta sociedad, después de tan larga laguna
de tiempo, el ansia de su propia regeneración.
Fatigaba desde el Ministerio del Marqués de la Ensenada el ambiente
francés que trajo Felipe V, y sofocaba todo respiro nacional. Grandes, títu-
los y damas de títulos y Grandes se levantaban instintiva, casi inconscien-
temente, contra aquella desoladora dominación. Casa de la Condesa viuda
de Lemos, D/ Josefa de Zúñiga y Castro, hermana del Duque de Béjar, en
su hermoso palacio de la calle del Turco, se abrió con el título de Academia
del Buen-gusto, la tertulia literaria que ella divinizaba con la atracción sub-
yugadora de su juventud, de su hermosura, de su ostentación, de su elegan-
cia, de su discreción y de su ingenio, y á la cual concurrían los ingenios
restauradores de la cultura genuinamente nacional: Montiano y Luyando,
Luzán, Nasarre, Porcel con los Grandes y títulos también literarios, el Duque
de Béjar, el Conde de Saldueña, el Duque de Medina-Sidonia, el Marqués de
la Olmeda, el Duque de Arcos y el Conde de Torrepalma. Saldueña era pri-
mogénito del Duque de Montemar, y sus íntimos en la tertulia el Marqués de
Casasola, el de Valdeflora, el de Scoti y el de Montehermoso, de todos los
cuales quedaron vestigios de su ingenio, sembrado en el regazo de nuestra
renaciente literatura.
No estaba sola, entre las de su sexo, la Condesa viuda de Lemos: con
ella compartían el honor, el agrado y aun las tareas de aquella docta reunión,
la Duquesa de Arcos, la Condesa de Ablitas, la Duquesa de Santisteban y
la Marquesa de Estepa, todas las cuales imprimían á aquella tertulia el más
alto carácter elegante y aristocrático.
Otras damas se asociaban con la Marquesa de Casasola, fundadora y
directora de \a Junta de caridad para el socorro y la instrucción espiritual
y moral de las presas pobres, para establecer ciertos institutos filantrópicos,
y desde que se fundaron las Sociedades Económicas de Amigos del País, en
la de Madrid se creó aquella benemérita Junta de Damas, en que desde su
origen entraron la famosa doctora de Alcalá, D.^ María Isidra Quintina de
Guzmán y la Cerda, Marquesa de Guadalcázar y de los Hinojares, la ara-
gonesa D.^ Josefa Amar y Borbón, la gaditana D."" María del Rosario Cepe-
da de Gorostiza, y á la vez que estas señoras públicamente letradas, la flor
455
Revista de Historia
y nata de nuestra aristocracia femenina, á la que se le constreñía á trabajos
literarios, que eran en aquel tiempo el último timbre de la más perfecta dis-
tinción social.
La Condesa-Duquesa de Benavente, Marquesa de Peñafiel, hacía su
entrada en la Jiínta con un discurso solemne que merecía el honor de la
estampa. La Duquesa de Alniodóvar escribía y leía el elogio fúnebre de la
Infanta de Portugal D.'' María Ana Victoria. La Condesa del Montijo, no
sólo hacía el discurso de la relación de actos de la Junta, sino escribía y leía
el elogio fúnebre de la asociada D.^ Petra de Torres Faloaga, Marquesa de
Valdeolmos y de la Torrecilla. Y desde 1786 cada año en su Junta solemne
inaugural compusieron y leyeron los Discursos en elogio de Maria Luisa,
primero como Princesa, después como Reina, la citada Marquesa de Gua-
dalcázar, D."* Josefa de Amar y Borbón, la Duquesa de Almodóvar, la Con-
desa de Torrepalma, la Marquesa de Ariza, la Marquesa de la Sonora, la
Condesa del Montijo, D. ' Rosario Cepeda y Gorostiza, la Marquesa de
Fuerte-Híjar y la Condesa de Castroterreño.
Todos estos hechos revelan dos acontecimientos á cual más importantes
en el restablecimiento nacional de nuestra cultura social, desde la venida de
María Luisa de Parma á ocupar el tálamo del Príncipe de Asturias Carlos IV:
primero el vínculo paternal que volvía á estrecharse después de un siglo
entre el Trono y nuestra alta sociedad femenina; segundo la inclinación cre-
ciente que en esta elevada clase se imponía hacia el impulso de toda la cul-
tura nacional.
La Princesa, después Reina, escribía, dibujaba, bordaba sin descanso,
con destreza poco común en todas las exquisitas labores de su sexo. La Du-
quesa de Huesear, de tal modo dominaba las Bellas Artes, que en 1766 por
aclamación, fué elegida académica de honor y directora honoraria de la Real
Academia de San Fernando. En 1775 se le dispensó el mismo honor á la
Marquesa de Estepa, y en 1782 á la Marquesa de Santa Cruz, D." Mariana
de Valdstein. Le Journal Encydopedique de Bouillon denunciaba á las da-
mas de Francia las honras dispensadas en España á la señorita D." María
Isidra Quintina de Guzmán, hija de los Condes de Oñate, y después Mar-
quesa de Guadalcázar, doctora y profesora en la Universidad de Alcalá,
miembro de la Real Academia Española y de las Sociedades Económicas
Matritense y Vascongada. Y en la Academia del Trípode, y en las tertulias
de la Duquesa de Alba y de la Marquesa de Villafranca, el ingenio volvía á
codearse con los timbres seculares de la cuna y los nombres que encum-
braban los prestigios del talento.
Entonces fué cuando á María Luisa, ya Reina con Carlos IV, se le ocu-
456
yjdeJJenealogia Española.
rrió una idea completamente original. Crear bajo su nombre, su soberanía y
su estímulo una Orden de supremo honor con que condecorar las virtudes
y promover la emulación en la mujer de la alta sociedad, y esta Orden fué
la de Damas Nobles, instituida, á pesar de las equivocadas noticias de la
Gula Oficial de Madrid, en 1792.
*
* *
Hay otro punto de vista muy importante que tener en cuenta en La corte
de María Luisa al crearse la Real orden de Damas Nobles de su augusto
nombre. Aunque tanto se ponderan las riquezas y maravillas de Francia, así
bajo María Antonieta como bajo el Imperio, sólo los que desconocen los
hechos, porque no quieren estudiarlos, ignoran que ninguna corte de Europa
sobrepujó en lujo y opulencia á la de España, así bajo los tres Felipes últi-
mos de Austria, como después de la muerte de Carlos ill. Ningún Monarca,
ni ninguna Reina del continente llegó nunca á reunir el número y calidad de
las joyas, principalmente en perlas y brillantes, que poseyeron Carlos IV y
María Luisa, tanto pertenecientes á la Corona como de su peculio par-
ticular.
El tesoro de la Corona de España, aun antes de descubrirse las coronas
góticas de Guadarrázar, poseía joyas que habían pertenecido á San Fer-
nando y al Rey Sabio, en Castilla, á los Pedros y Alfonsos de Aragón, y á
los más antiguos Duques de Borgoña. Había en este tesoro dos piezas, que
en su tiempo no tenían semejantes: la perla Margarita, llamada también la
Peregrina, y el diamante grande ó el Estanque, casi de la misma antigüe-
dad. La perla Margarita se pescó el año 1515 en el Mar del Sur, junto al
Darien, en la isla de Terarequi, y pesaba 57 \ 2 quilates, y fué por mucho
tiempo única en el mundo. El Estanque era fondo cuadrado y cabal de es-
quinas, con peso de 188 \ j granos. Había además otro diamante, llamado
La Perilla, que en uno de sus partos, siendo Princesa de Asturias, regaló
Carlos IV á María Luisa, y que costó 1.129.411 reales.
Como eran las joyas, de que más adelante se hará más detallado mérito,
eran todos los demás componentes del tocador, aunque María Luisa, desde
que pisó tierra de España, se jactó siempre de no emplear en sus vestidos y
tocados otros productos que los de la industria nacional. Valencia la pro-
veía de aquella profusión de incomparables telas de seda de las fábricas y
telares de Juan Antonio Miquel y Ferté, de donde salían también todas las
tapicerías que se empleaban en el tocador de la Reina en el Palacio de A\a-
drid, en la Real Casa del Labrador en Aranjuez y en otros sitios Reales. De
457 31
Revista de Historia
Almagro venían los encajes; en Madrid se fabricaban sus abanicos, en cuyas
finas cabritillas dispútanse el honor de dibujar sus sorprendentes miniatu-
ras Mengs, Maella y Goya; y en los mismos talleres de Palacio se inventa-
ban, dibujaban, montaban y concluían los espléndidos aderezos, los lazos y
collares, que eran después la admiración de propios y extraños.
Las damas de las casas grandes en todo seguían este movimiento. Cons-
tituía María Luisa ante ellas, á la vez que un rayo brillante de tanta osten-
tación, la noble palanca y activa emulación del arte; de modo que, protec-
tora del trabajo, dispensadora de gracias al talento, mano abierta, aunque
velada, á la caridad; bien decía de tal Reina, en su Elogio de la Junta de
Damas de la Sociedad Económica, la Sra. Cepeda de Gorostiza: «Cuando
las uniformes aclamaciones de la voz pública derraman por todas partes las
alabanzas de sus virtudes, ¿qué nos queda á nosotros que decir? Testigos
de sus altos ejemplos, inclinarnos reverentemente en su admiración y ren-
dirla con fervor el corazón de todas nosotras, que S. M. ya posee.»
De esta adoración fué el testimonio la misma Orden de honor y distin-
ción que creó bajo su nombre. Toda la organización de la Orden la llevó la
Reina personalmente en su cuarto con el Conde de Aranda. Con él discutió
los estatutos, la divisa, el color de la cinta y el dibujo de la joya. Ella misma
llamó á sí á los artistas y á los artífices, y de su peculio particular se cos-
tearon las cruces que habían de remitirse en número limitado á sus agra-
ciadas, y que debían recogerse después de su muerte, para que con ellas se
perpetuara la renovación.
El 17 de Abril de 1792 se promulgó el decreto de la institución, y el mis-
mo día quedaron condecoradas las primeras damas de la augusta familia y
de su más próxima servidumbre: estas fueron sus hijas la Princesa del Bra-
sil, esposa del Príncipe D. Juan de Portugal, y las Infantas María Amalia,
María Luisa, María Isabel y María Teresa; la Infanta María Josefa, hermana
del Rey, y las Princesas de Parma, Carlota María Teresa, mujer del Prín-
cipe Maximiliano de Sajonia; María Antonia Josefa y María Carlota Fer-
nanda.
De sus propias damas de honor condecoró también el mismo día á la
Marquesa de San Juan, su camarera mayor, á las Condesas de Benavente y
de Cervellón, Duquesa de Uceda, Princesa Pío y Marquesas de Branciforte,
Montealegre, Mondéjar y Ariza; finalmente, á la Condesa de Baillencourt,
aya de las Infantas; á la Duquesa de Alagón, y á las Condesas de Aranda,
de la Cañada y del Campo de Alange, esta última dama ya de la Infanta
María Luisa, que fué después Reina de Etruria, y que á la sazón tenía diez
años. Verdad es que se casó á los trece.
458
y de Genealogía Española.
Con estas veintidós damas, de las que unas se hallaban ausentes, otras
eran demasiado niñas y otras demasiado ancianas, y hasta impedidas y pró-
ximas á la muerte, como la Princesa Pío, tuvo en lo formal constituida la
Orden, pero no en actitud de funcionar. Con todo, toda España se llenó de
la noticia de aquella creación, que hasta á los indiferentes demandó aplau-
sos, y luego aumentó la animación en las conversaciones de los círculos
aristocráticos, cuando cinco días después, el 22 de Abril, se publicó la pro-
moción de otras diez y ocho damas condecoradas, cuya lista, formada tam-
bién el 17, se presentó al Conde de Aranda para que extendiera el decreto,
escrita de puño y letra de la Reina en esta forma: «La de Santisteban.— La
de Granada, viuda.— La de Almodóvar.— La de Villescas.— Las dos Osunas.
La Sangro (Castelf raneo).- La Medinaceli, casada.— La de Frías.— í//z nom-
bre borrado. -La de Aliaga. —La de Berwick. La de Murillo.--La Condesa
de Santa Coloma y Cifuentes.— La de Villadarias.— La de Villena.— La de
la Puebla.— La de Viamanuel.— La de Valmediano.»
Dos géneros de documentos brotan inmediatamente de estos hechos: los
unos, las cartas de agradecimiento; los otros, las instancias de la solicitud.
De estas solicitantes, la primera, en 25 de Abril, fué la Duquesa viuda de
Santisteban, dama que había sido de María Luisa cuando S. M. era Prin-
cesa de Asturias, y á quien esta señora no había olvidado en su gracia: de
modo que cuando puso su memorial en manos de la Reina, la Reina le dijo:
<^Ponte la condecoración desde luego, porque ya la tienes.» — En la misma
ignorancia de su favor, la Duquesa viuda de Osuna escribía á Aranda que
hiciera presente á S. M. «que soy una de las que pretenden que S. M. me
tenga presente, cuando guste, de darme la banda de la nueva Orden llamada
de María Luisa, creada por S. M.; y espero— añadía,— que con el influjo de
V. E. logre esta gracia, como tan amigo que siempre ha sido mío, y perdone
esta molestia y mande».
La Condesa de Bornos, «deseando merecer de la piedad de V. M., fiada
en su benignidad, la gracia de una de las grandes cruces de la Real y dis-
tinguida Orden del nombre augusto de V. M.», recordaba que era hija del
Conde de Murillo, gentilhombre de la Reina, lo mismo que su marido; y la
Condesa de la Alcudia, tan literata, tan ingeniosa y tan docta, no dirigió á
la Reina un memorial, sino un alegato en filosofía y casi derecho, para de-
mostrar que «ninguna podía apetecer como ella la Real gracia, aun con ser
tantos y tan recientes los grandes favores y mercedes que tenía de S. M.
recibidos», si el deseo de favorecer y premiar con mano franca la lealtad de
los distinguidos vasallos de esta Monarquía y el anhelo de darles reiteradas
pruebas de un corazón magnánimo y propenso á dispensarles honores y
459
Revista de Historia
beneficios, inspiró á V. M. el establecimiento de una Orden para señoras
que conocida con vuestro nombre soberano reuniese tan generosos obje-
tos.» «La gracia— añadía—de ser individua de dicha Real Orden está en
V. M. el dispensarla á quien fuere de su agrado; de forma que la que llegue
á obtenerla tiene una real insignia de que su lealtad, servicios y deseos son
gratos á V. M.»
Los atestados de la gratitud no eran menos vehementes y expresivos. La
Duquesa de Uceda escribía á Aranda:— «Este honor me deja constituida en
el mayor reconocimiento y en perpetua esclavitud á S. M.» — La Condesa
de Cervellón le rogaba rindiera á la Reina el tributo de sus sentimientos,
mientras tenía el honor de besarla personalmente la mano. La de la Cañada
decía que la gracia «había llenado su corazón de gratitud, de reconoci-
miento y del más sincero aprecio.» Y como á la Marquesa de Llano, á quien
se envió la insignia á Viena, donde era Ministro de España su marido, se la
facultase para investirse á sí misma, poniéndosela desde luego, escribía:
«Me la he puesto por mí misma, y besaré la Real mano— y ¡con qué gusto! —
cuando se me proporcione la ocasión apetecida, en señal de agradeci-
miento.»
Juan Pérez de üuzmán.
(Se continuará.) De la Real Academia de la Historia.
460
V de Genealogía Española.
DE HISTORIA ARAGONESA
LA JUDERÍA DE HUESCA
Extrañábame sobremanera que nada hubiera escrito sobre la permanen-
cia del elemento judío en el Alto Aragón. En un principio creí que aquí no
habría tenido importancia, ya que además ni Francisco Diego de Aynsa (1)
ni el P. Fr. Ramón de Huesca (2), historiadores de la ciudad en los si-
glos XVII y XVIII, respectivamente, apenas si mencionan en sus obras á los
judíos oscenses. Mas en mis investigaciones en los archivos Catedral y Mu-
nicipal, tropecé con algunos importantes documentos que daban mucha luz
en este asunto, los cuales, extractados ó copiados, publico por primera vez
en el presente trabajo.
A partir del siglo XI se encuentran nombres de judíos habitantes en
Huesca. En el archivo Catedral (armario IV, legajo 4.°, núm. 326) hay una
licencia dada por el Capítulo á Pedro de Abadía, como Procurador de Ma-
ría de Orna, para vender un campo, sito en el término de Almería, á Arno-
ter de Marguan, judío treudero ó censatario del Cabildo, en cuatro sueldos,
seis dineros, que vencían en Agosto de cada año. El Notario autorizante es
Juan de Larraga, y la fecha, 27 de Febrero de 1087.
Del siglo siguiente existe un testamento muy curioso de Assuero Fafílaz,
judío converso, por el cual se recoge á la Iglesia de Huesca para ser ins-
truido en la ley de Cristo, y «se da él y todos sus bienes» á dicha iglesia
Catedral y al Obispo Esteban (3). Por ello el Capítulo le asignó vivienda
en los claustros.— £■/•« MCXLIÍII, in mense Maio, ó sea año 1106. (Archivo
Cat., arm. II, leg. 8, núm. 432. En el propio armario, leg. 5, núm. 146, hay
otro ejemplar de este testamento.)
( 1) Fundación, excelencias, grandezas y cosas memorables de la antiquísima ciudad de
Huesca... (Huesca, 1619.)
^2) Teatro histórico de las iglesias del rey no de Aragón.
(3) Es el violento contendiente con San Ramón de Barbastro, muerto, según Zurita, en
pelea con los moros en 1130.
461
Revista de Historia
En 11 70 el Obispo Estéfano II concierta con unos judíos la construcción
de tiendas ó habitaciones junto al refectorio (ídem id., arm. I, leg. 5, núme-
ros 3 y 13.)
Pero los siglos XIV y XV marcan el apogeo de la estancia de los judíos
en la ciudad. En aquella primera centuria habitaban 108 casas en el barrio
que luego se dirá, según consta en un pequeño inventario de la época, he-
cho por el Notario Vicient Dacirón, que se halla en un antiguo libro del
Archivo municipal de Huesca, signado con el número 2, sin foliar, y con el
título Libro en que hay diversas copias de privilegios de la ciudad. ^-Los
moros habitaban tan sólo 69 casas.
Desde 1327 los judíos de Huescsi pechaban cada año, según la tasación
que se hizo en todas las aljamas de Aragón, la cantidad de 6.126 sueldos,
divididos en dos plazos, á saber: la mitad en la fiesta de San Juan, y la otra
mitad en Enero. En concepto de vecina] e pagaban anualmente 100 sueldos,
de los cuales el Zalmedina tomaba 60, por otorgamiento de los Reyes, y
á éstos pasaban los restantes. Por el tributo de cenas (1), la cantidad
de 133 sueldos, cuatro dineros jaqueses. Los judíos de Barbastro pagaban
lo mismo.
De las rentas de la ciudad se daban en 1315, y así continuó perpetua-
mente hasta la expulsión, doce dineros jaqueses «a un jueu corredor qui
crida la renda de la Alcacería et de los baldraseros».
Las calonias de judíos y moros oscenses para la infanta D.^ Leonor, las
cobraba el bayle de la ciudad, é importaban mil sueldos, según el libro de
Rentas de 1315 (2).
Un documento inédito, que al final publicamos, nos muestra dónde se
hallaba situada la judería oséense. Es el titulado: Carta feyta entre la Ciu-
dad e los judíos sobre las fiestas, votos e processiones que han de tener los
ditos judíos.— LsiS casas estaban frente á la cortadura ó terminación del
antiguo muro, en el lugar hoy denominado Barrionuevo, nombre con que se
le bautizaría después de la expulsión de los judíos, tal vez para borrar todo
recuerdo de la morada de la grey judaica, tan perseguida y vejada.
El rey Jaime II dicta en 1312 una disposición (que después copiamos),
por la cual los almutazafes podían entrar en las casas de judíos y moros
oscenses, y en 1327, otra prohibiendo á éstos comprar pescado antes de la
hora de mediodía. En el Archivo Municipal he visto unsifirma, en virtud de
(1) En Navarra y Aragón se llamaba cena al tributo que se pagaba al Rey ó á su Primo-
génito, para su mesa, y equivalía al que en Castilla se designaba con el nombre de yantar^
<2) Archivo de la Corona de Aragón: Rentas de la antigua Corona.
462
y de Genealogía Española.
la cual el Justicia podía conocer en las causas de cristianos, judíos y moros,
y el Zalmedina (mero ejecutor de los acuerdos de aquella primera autori-
dad) tener presos á estos dos últimos, fechada en Zaragoza, á 14 de Mayo
de 1436.
En Marzo de 1440, á consecuencia de las diferencias que había entre
los almutazafes y los judíos sobre abrir éstos sus tiendas en los días de
fiestas señaladas y votivas de Huesca, fué firmada'una concordia entre el
prior, los jurados, Juan de Mareen y Martín de Bespén, almutazafes, y
Alagar Alantienz y Acach el nieto, judíos adelantados ó representantes de
su aljama, autorizándoles para ello, ya que constaba que desde hacía veinte
años así lo verificaban. En su consecuencia, debían continuar pagando los
veinte sueldos de costumbre á dichos almutazafes, cada año por Pascua
florida.
Nueve años después (1449) se les prohibía vender en estos días seña-
lados, exhibir sus mercancías, y tener las puertas de las tiendas del todo
abiertas. Por lo tanto, se les permitió trabajar en el interior de sus casas, en
las fiestas que en el acuerdo se expresan, mas, repetimos, con las puertas
entreabiertas. Asimismo se ordenó que los judíos observaran los votos,
procesiones, etc., que la ciudad acordara, por causa de epidemia, esterili-
dad, etc., bajo la pena de cinco sueldos jaqueses, votos y procesiones que
haría pregonar el Concejo á son de trompeta, por la aljama judía y demás
lugares acostumbrados.
También por este tiempo se establece una Ordinación sobre ios carne-
ros que debían tener los judíos y la forma en que se habían de apacentar
en los pastos de la ciudad. De igual modo que las anteriores, va copiada al
final de este trabajo.
Los judíos de Huesca se dedicaban al comercio y á la industria (tinto-
rería, peletería, zapatería, etc.). La usura entre ellos estuvo muy extendida:
una disposición he examinado por la que se les prohibía llevar en concepto
de interés más de cinco dineros por libra jaquesa. Y así, mientras se les
privaba el ser fiadores de personas de su religión, colectores de contribu-
ciones, y utilizar el asilo de las iglesias, etc., se les sujetaba á pagar los
diezmos y se les permitía la usura, tan odiosa y odiada por el pueblo (1).
Al paso que en 1354 concurrieron representantes de todas las aljamas
de Aragón á una reunión convocada por el Rey, quienes redactaron un Esta-
tuto (2) en virtud del cual las comunidades hebreas habían de elegir cinco
(1) Historia de España y de la civilización española, por D. R. Allamira, t. II, pág. 109.
(2) Obra citada, t. II, pág. 1 10.
463
Revista de Historia
diputados (dos por Cataluña, dos por Aragón y uno por Valencia y
Mallorca) con amplios poderes para concertar sobre los asuntos que impor-
tasen á los judíos, las muchedumbres y hasta la legislación los perseguían,
dándose el caso de considerables matanzas en las aljamas aragonesas.
En 1488 hubo cuestiones entre el Concejo y la judería acerca déla sísa;
el primero alegaba serle perjudicial cierta provisión otorgada por el arzo-
bispo de Zaragoza D. Alonso de Aragón, lugarteniente general del Reino,
á favor de la aljama, cuando pasó por Huesca. Por fin, resolvióse el litigio
en el sentido que la ciudad deseaba.
Llegó, por fin, el año 1492, y á 31 de Marzo comunicaba el rey Católico
al Concejo de Huesca la orden de expulsión de los judíos, remitiéndole
copia del edicto y la carta que al final insertamos. Cumplióse aquélla,
poniendo guardia continua en la aljama, para evitar todo daño, durante los
días que fueron menester para la total huida de los judíos, que así desapa-
recieron de Huesca (1).
El insigne Zurita, comentando en sus Anales la expulsión, dice: «Fueron
de parecer muchos que el rey hacía yerro en querer echar de sus tierras
gente tan provechosa y granjera, estando tan acrecentada en sus reinos,
asi en el número y crédito, como en la industria de enriquecerse. Y decían
también que más esperanza se podía tener de su conversión dejándolos
estar que echándolos, principalmente de los que se fueron á vivir entre
infieles.»
I
De los Modagafes, que puedan entrar en casa de Judíos i de moros.
Jacobus dei gracia Rex Aragonum Valencie, Sardinie, Corsice Comesque
Barchinone ac Sánete Romane Ecclesie uexillaris ammitatus et Capitaneus gene-
ralis, ffideli portionario suo Guillelmo de Massilia baiulo Osee Salutem et graeiam.
Ex parte juratorum et Uniuersitatis Civitatis Oscefuit eoram nobis expositumcon-
gruendo quod cum almudagafi Civitatis predicte debeant et teneantur recognoscere
ad vitandum omnem fraudem cubitus pensa et mensuras ípsius eiuitatis vos inhi-
betis eis ne intrent operatoria seu domos judeorum uel sarraeenorum Ciuitatis
jamdicte pro recognoseendis cubitis pensis atque mensiiris predictis propter quod
in ipsius fraudes comituntur seu de faeili possunt comittere in nostri et dictorum
Ciuium nee non aliorum uenientium ad dictam ciuitatem; preiudieium atque damp-
num. Verum cum fraudes huiusmodi sint penitus euitande et dictorum cubitorum
pensorum et mensurarum recognicio et correctio utilitatem publicam respicere
dinoscantur vobis dieimus et mandamus quod permitatis dictos almudagafes
recognoscere dictos cubitos penssa et mensuras judeorum et sarraeenorum pre-
(1) Ya en 1485, D. Fernando había dado un decreto desterrando á los judíos arago-
neses, que no llegó á cumplirse.
464
y de Genealogía Española.
dictorum prout eis licitum est in Ciuitate predícta et intrare propterea operatoria
¡psorum judeorum et sarracenorum quandocumque opus fecent et a vobis duxerint
requirendiim. Ita videlicet quod vos intrasitis adhoc cum eis uel aliquis loco vestri
quem vos duxeritis deputandum. Datutn Cesarauguste quarto mensis November
anno domini Millessimo CCC.° duodécimo.
(Arch. Mun, de Huesca: Códice núm. 2, sin foliar, titulado: Libro en que hay
diversas copias de privilegios deja ciudad. >)
II
Que los Judíos ni moros non compren pescado antes de hora de medio dia.
jacobus dei gracia Rex Aiagonum, Valencia, Sardinie et Corsice Comesque
barchn. ac sánete Romane Ecclesie vexillarius ammitatus et Capitaneus generalis,
üdeli suo baiulo Ciuitatis osee uel eius locum tenenti salutem et gratiam. Intelligi-
mus pro partem proborum hominum Ciuitatis predicte quod judei etsarraceni licet
in tempore quadragesime et in diebus jejunii ab ecclesia ordinatis, carnes possint
edere attamen quia illis diebus pisces recentes ad dictam imitatem portanter illos
emunt sic quod cristiani qui carnes non comedunt non possunt habere aliquotiens ex
piscibus supradibtis. Qua propter volentes ut cristiani ipsi ex quo carnes non come-
dunt prorogativam aliquam habeant emendi pisces predictos vobis dicimus et ex
propter niandanius quam presentibus iniungatis sub cuneta pena dictis judeis et
sarracenis ne tempore quadragesime seu alus diebus jejunii audeint vel presumant
pisces recentes in dicta civitate emere quousque fuerit meridiem hora transacta
quam pena a contrafacientibus absque remedio aliquo exigi volumus et levavi.Data
Barchinone vjj.° idus junii anno Domini m.° ccc.° vicessimo séptimo.
(Arch. Mun. de Huesca: Ídem id.)
III
Sia maniffiesto a todos quod anno á nativitati domini M.° CCCC.° XXXX.*»
dia yes a ssaber que se contaua a V.° del mes de margo en la Ciudat de huesea
ante la presentía de los muy honorables don Martin valles, prior, don Alffonso
dayneto, don Martin perez Albert, not.°, don Johan de sauayes, don Micalt
de.... (1), don Bertrant de sanguessa, jurados de la dita ciudat de huesea, compa-
rescieron e ffueron personalment constituhidos de la una part Johan de Mareen e
Martin de Bespen Almudagaffes de la dita ciudat en el anyo present. Assi mesmo
comparesciercn de la otra part Alagar Alantienz e Acach el nieto, adelantados de
la aliama de los judios de la dita ciudat de. huesea, e Salamon Aum, gapatero
judio en nombre y en voz de los judios zapateros, sastres et otros officios, qui
tienen tiendas en la dita judería; las quales sallyen e tienen puertas e bancos
enffruent de la tallyada de la dita ciudat, comengantes a la tienda de Gento Arructi,
albardero, entro al guerto de don Ramón de Sauge. E por razón que los ditos
almudagaffes affirmauan que los sobreditos judios no podían obrir los portales de
las ditas tiendas en los días domingos, apostóles e otras ffiestas costumbradas
cellebrar por los cristianos de la dita ciudat, antes si aquellyas abrian encorrian las
(1) Está ilegible la palabra.
465
Revista de Historia
penas statuidas en tales e semblantes cossas por los ofüciales de la dita ciudat. E
los ditos dias las sobreditas tiendas e obrar en aquellyas, comprando e vendiendo
dempto los primeros dias de las tres pasquas del anyo. Por tanto ffue regebida
infformacion instantes los ditos almudagaffes e judios, e ffue trobado por verdat
de mas de vint anyos aqua los ditos judíos obrir las ditas tiendas en los ditos días
e fiestas e votos, dempto las ditas tres pasquas sendos dias, son assaber: pasqua
de nadal, el primero día; pasqua florida, el primero día; pasqua de pentecosta, el
primero día; e poder obrir, comprar e uender e ffazer sus actos dentro en las ditas
tiendas segunt aquesto consta por relación de testimonio de Martin perez de daro-
qua qui solía seyer pesador de los ditos almudagaffes antepasados e de otras muy-
tas personas senyaladament de Johan dascaso e Valero de fiest almudagaffes del
anyo passado, los quales mediant jurament deposaron que los anteditos judios
obrian las ditas tiendas indifferentment todas las fiestas del anyo dempto los pri-
meros días de las ditas tres pasquas. E por aquellya razón dauan en cada un anyo
á los ditos almudagaffes xx sueldos dineros jaqueses por pasqua florida, por
aquesto los ditos prior e jurados e almudagaffes visto que las sobreditas cossas
consisten e stauan en uerdat a descargo dellyos e por tal que ffinquas la dita ques-
tion declarada, declararon et determinaron aquellyo deuerse seguir. E los almuda-
gaffes que son o por tiempo serán prender los ditos xx sueldos en cadaun anyo
por la dita pasqua fflorida. Empero en lo sobredito no se entiendan las tiendas de
Alaman de monpahon. Testimonios son de aquesto domingo quigena verguero de
la dita ciudat, e Pedro santuicient, pesador de los almudaqaffes, vezinos de la ciu-
dat de Huesca.
(Arch. Mun. de Huesca: Códice núm. I, sin foliar, titulado: «Libro muy antiguo
en el cual están copiados diversos privilegios de la ciudad de Huesca, y dos rúbri-
cas muy antiguas de los privilegios del Archivo.» Escrito casi en su totalidad en
el siglo XIV, con adiciones posteriores.)
IV
Carta feyta entre la Ciudat e los judios sobre las fiestas, votos e processiones
que lian de tener los ditos Judios.
Sia manifiesto á todos quod anno á Nativitate domini millessimo quadrin-
gentessimo quadragesimo nono día yes a saber que se contava a seys dias del mes
de Janero, en la ciudat de Huesca, ante las presentías de los muy honorables don
Johan de Armellyas, prior de jurados, don miguel Cauero, don johan Martínez
dorta, don bernat Cáncer, don Pedro Dorval, don Sancho daspa, don Miguel Fer-
nandez, don johan de bynies et don Tomas Ferando (sic), jurados de la sobredita
ciudat, pressente mi notario infra escripto et los testimonyos dius nombrados,
parecieron et fueron personalment constituidos los honrados don atah el nieto et
don Salamon fanota judios clauarios de la aliama de los judios de la ante dita
ciudat et otro de judíos de la dita aljama, los quales dixeron et propusieron que
como en los tiempos passados et encara de pressent eran et son congoxados e
caloniados e asu parecer mal tratados por los almudagafes qui son seydos et son
de pressent de la ante dita ciudat En et sobre el obrar et obrar en las tiendas
siquiere abítationes de los judios .que están e abitan en la dita judaría y es a saber
en las cassas e tiendas que son fronteras á la tallyada del muro de la ante dita
ciudat a las quales son del guerto qui y es de don Ramón de Sanguessa entro ha
466
y de Genealogía Española.
la carrera que va enta part de las fuentes clamadas de la judaria que passa por
cerqua las tiendas que se claman de alaman, en ciertas fiestas et processiones de
la ante dita ciudat En esto por razón que nos dea ninguna declaración ni Regi-
miento en lo sobredito entre la sobredita ciudat et la dita aliama como ni
enquienta forma e manera se han de regir en lo sobredito, por tanto los ditos
clavarios en nombre e voz de la dita aliama et por tirar vexaciones adaquellya et
enquara que sepa la dita aliama et los singulares daquellya en que Regimiento
et como debian de regir los Judios abitadores en las sobreditas abitationes siquie-
re tiendas que son fronteras a la dita tallyada en los dichos limites, por esto
dixieron que demandauan, suplicauan et requerian, demandaron, suplicaron et
requirieron a los ditos prior et jurados que ellyos possasen e metiessen en
concellyo etconsellyo de la ante dita ciudat lo antecito, e metiessen en orden et
regimiento aquellyo en tal manera que sopiessen como y en quienta manera se
auian de regir la sobre dita aliama et los singulares de aquellya en las ditas abita-
tiones siquiere tiendas de partes de suso limitadas et por tal que en los tienpos
esdevinidores no podiessen ser congoxados ni caloniados indiuidament, supiessen
en que forma e manera se hayan de regir en lo sobre dito et la cossa fuesse per-
petua a todas las partes, requiriendo et de feyto requirieron los ditos clauarios a
mi not.° infra escripto que de todas et quada unas cossas sobreditas les ende
fiziesse carta publica. Et los ditos prior e jurados hoida la dita proposition
siquiere requesta de los ditos clauarios, dixeron que ellyos meterían et proposa-
rian la dita propossition siquiere requesta a ellyos feida de partes de susso en el
consellyo et concellyo de la dita Ciudat e insta e segunt lo que acordasse e man-
dasse e asi el dito concellyo e consellyo farian aquellyo que deuiessen requirien-
do a mi dito et infra escripto not.° que no cerase (sic) la carta publica siense de su
respuesta. Testimonios fueron a lo sobredito presentes los honrados pedro de
barbasero e pedro de mora, ciudadanos de la dita ciudat de huesea. Apres de las
cossas sobreditas los ditos |prior et jurados messas et possadas las sobreditas
cossas en el concellyo general e consellyo de la dita ciudat, e los ditos concellyo
et consellyo da potestat a los ditos prior et jurados de limitar et meter en orden
et regimiento las fiestas, votos et processiones et otras ordenadas et ordenaderas
por la ante dita ciudat, segunt que de la dita potestat dada a los sobreditos prior
et jurados consta por concellyo et consellyo de la antedita ciudat recebido e tes-
tificado por mi dito et infra escripto not.° que feyto fue el dito consellyo en la
sobredita ciudat de huesea a seze (1) dias del mes de marqo et anyo de suso inti-
tulado et el dito consellyo a quatorze dias del mes de abril anyo de suso narado
(sic) e fuesse metido en regimiento entre los ditos prior et jurados en nombre et
en voz de la sobre dita ciudat, et por la potestat a ellyos dada por los sobreditos
concellyo et consellyo de aquellya et los sobreditos clauarios en nombre et en voz
de la sobredita aljama las ditas fiestas, votos et processiones, las quales los
sobreditos judios, habitantes de present et los qui habitaran daqui adelant en el
limet de parte de susso limitado, han de tener et obseruar en la forma et manera
siguient:
Primerament pascua de la natiuidat de nuestro senyor yhu. Xpo. et hun dia
apres. Ítem, pascua de Resurection et hun dia apres. Ítem pascua de pentacoste et
hun dia apres. ítem dia de cabo danyo. ítem dia de sant saluador. ítem dia de
santa maria candelera. ítem dia de santa Maria de margo. ítem dia de Santa maria
(1) Diez y seis.
407
Revista de Historia
de agosto. Ítem dia de santa maria de setiembre. ítem dia de todos santos. Ítem
dia de la asension. ítem dia de sant lorenz. ítem dia de sant vicient. ítem dia de
san jorge. ítem los dias de los votos de la ciudat. ítem dia de sant viturian. ítem
dia de las martiles. ítem dia de santa engratia. Et en los ditos dias et fiestas de
partes dé susso mencionadas que los ditos judios estantes et abitantes en las ditas
cassas siquiere tiendas de partes de suso limitadas en la enfrontada de la dita
tallyada de los ditos muros, dequi adelant pora perpetuo no puedan tener abiertas
las ditas casas ni tiendas, ni fazer facienda alguna dentro aquellyas con las puertas
ubiertas de la entrada et sallyda de las ditas cassas et abitationes ni de las tiendas
de aquellyas. Empero con las puertas de la dita entrada et saluda medio baradas
puedan fazer fazienda dentro aquellyas por causa de la luz, suso pena de cinquo
sueldos dineros jaquesses por quada vegada que ninguno en lo sobre dito el con-
trario fara, et trobado sea. ítem que los dias domingos et dias de apostóles, los
ditos judios estantes e abitantes en las ditas cassas de sus abitaciones de los ditos
limites et enfrontadas de la dita tallyada de partes de susso mencionadas, puedan
obrar et tener abiertas las puertas de las ditas sus cassas et tiendas et fazer
fazienda dentro aquellyas, empero que no puedan meter ni parar mercadería
alguna en el banco de la tienda y de su cassa ni en otro lugar fuera de la dita su
cassa o abitacion ni en el banco de la tienda meter bancal ni ropa alguna, ni ven-
der ni comprar, ni calcar ni vestir ni otra cossa alguna fazer de sus mercaderías
de fuera de las ditas sus cassas siquiere tiendas ni a las puertas de aquellyas, suso
pena de quada cinquo sueldos dineros jaqueses por cada vegada que el contrario
faran et trobados serán; la qual dita pena pueda leuar et exsecutar et fazer exse-
cutar qualquiere et qualesquiere jurado o jurados, almudataf o almudatafes,
pessador o pessadores que aquellyo trobara. ítem, que los ditos judios que tienen
e tenran, abitan e abitaran daqui adelant en las ditas cassas et tiendas de la dita
confrontada de la dita tallyada de partes de susso limitadas e mencionadas, sian
tenidos e obligados tener et obseruar todas et qualesquiere processiones, votos,
por pedemia, esterillidat de tienpo e en otra manera que la sobredita ciudat fara
daqui adelant, et aquellyos et aquellyas faran cridar los oficiales de la ante dita
ciudat publicament por aquellya et por los lugares acostumbrados de aquellya, a
voz de pregón, e a son de tronpeta segunt y es acostumbrado fazer, que aquellyos
et aquellyas sian tenidos tener et observar, segunt que de partes de suso las otras
es narrado et mencionado et segunt sera mettido et ordenado dius la dita pena
divididera et levadera ut supra.
En todas et cada unas cossas sobre ditas, quisieron et concordaron las ditas
partes et quada una dellyas fuessen para perpetuo, por a todos tienpos firme et
valedero, requiriendo et de feyto requirieron ansi los ditos lugar-tenient de prior
et jurados en nombre et voz de la sobre dita ciudat, como los ditos clauarios en
nombre e en voz de la dita aliama, a mi dito et infraescripto not.°, que de todas et
cada unas cossas sobreditas les ende fizo testimoniasse carta publica una e muytas,
tantas quantas necessaryo fuessen a quada una de las ditas partes. —Testimonios
fueron a las cossas sobreditas pressentes domingo quicena, mensagero de los ditos
jurados, et miguel alfonso, laurador, hauitantes en la ante dita ciudat de huesea.
Sig >í< no de mi martin de parera, not.*^ publico de la Ciudat de huesea, por acto-
ridat del senyor Rey por todo el Regno de Aragón, qui a las cossas sobre ditas
pressent fue et escrivio e mi signo acostumbrado posse en testimonio de las ante
ditas cossas et cerré.
(Arch. Mun. de Huesca: ídem id.)
468
y de Genealogía Española.
V
Ordinacion feyta por la Ciudat sobre los carneros que la alíama de los judíos de la
dita ciudat deuen tener, et en la forma que deuen paxer en las yerbas de la dita
Ciudat.
Et primerament statuhimos e ordenamos que la dita aliama, sireros e carni-
ceros de aquellya no puedan tener ni tiengan en la dita ciudat e términos de aque-
llya sino solament cient caberas de carneros o ganado menudo et de aquellyos
hayan de pagar al bolsero de la bolsa común jj sueldos por cabega en cadaun anyo
segunt yes costumbrado.
ítem statuhimos e ordenamos que las ditas cient cabeqas de carneros o de otro
ganado menudo hayan de paxer e pastar por los lugares do van las adulas (1), e
hayan de hir cerqua las ditas adulas hun treyt de ballesta poco mas o menos, de-
uant o detras la dita adula, e que por aquesto poco mas o menos no puedan seyer
calumpniados en special quando calorea el dito ganado que no pueda seguir la dita
adula.
ítem, statuhimos e ordenamos que por tal que las adulas de la dita ciudat
sallyen gran dia e los ganados han de paxer de manyanas e tardes sinyaladament
en el verano, queremos que el pastor que guardara el ganado pueda sallir con
aquel a pasturar luego como toqua la campana del dia e puedan paxer entro que
toque la campana del fuego. Empero que no pueda yr otra part a paxer sino por
do yra la dita adula con la qual querrá yr el pastor que guardara el dito ganado,
et de aquesto se haya de satisfacar de part de tarde el dito pastor que el dito ga-
nado guardara con el adulero que la dita adula guardara es acordado entre los
ditos pastor et adulero do deuen yr a paxer el adulero querrá yr o yua a otra part,
que por aquellya razón no pueda seguir a daquellya en el dito ganado, E de
aquesto sia traydo el pastor que el dito ganado guardara por su sagrament, e
pague de pena el adulero en tal caso cinquo sueldos por cada una negada que tal
frau fara. E si algún dia sera que las adulas por temporales o en otra manera no
hiua a paxer de ffuera, que en aquel tal dia o dias el dito pastor que leuara el dito
ganado a pasturar por do costumbraua de hir de primero,
ítem statuhimos e ordenamos que en las ditas cient cabegas de ganado pueda
seyer feyta deguellya trobando aquellyos en vinyas, campos sembrados, gue-
bras (2) mullyadas. Empero quandi haya de XXX cabegas a suso et de allí a yuso
no les pueda seyer feyta deguellya, la qual deguellya queremos que pueda fazer
qualquier vezino o habitador de la dita ciudat que sia heredero o terratenient en
los términos de aquellya. Empero que no pueda leuar la dita deguellya, sino que
haya daquellya V sueldos por cada vegada de los quales haya las dos partes el
qui fara e la tercera part sia de los jurados qui aquel pagar faran. Et queremos
que la deguellya de las guebras mullyadas que deuen fazer, se entienda de Margo
adelant entro a sant Miquel de Setiembre, el que fara la deguellya sia tenido de
intimar aquellya a los jurados de la dita ciudat dentro dos dias después que haura
feyto la dita deguellya, et sino la intimaua que sia hauida por no feyta.
(1) Adulas ó dulas son en Aragón las manadas de caballerías ó ganado que se forman
por la reunión de las de distintas casas, con el objeto de llevarlas á pacer, bajo el cuidado
de uno ó dos hombres, á quienes se retribuye para este efecto.
(2) Barbechos.
469
Revista de Historia
ítem statuhimos e ordenamos que si el dito ganado sera trobado en pan o en
uino endo sea feyta o senyalada la deguellya y en el dito pan o vino se haura feyto
tala que sume mas que la deguellya tachada sacado empero el terz de los vedale-
ros, que aquellya tal deguellya no pueda demandar ni leuar aquel tal que aquellya
fara o senyalara como no sia cosa iusta que se hauiesse deguellya e tala. Et si la
dita tala no puya en tanto como la dita deguellya leuara, haya de pagar al senyor
del pan o del uino al qual el danyo le sea dado.
ítem statuhimos e ordenamos que los presentes capítoles e ordináciones no
puedan seyer revocadas sino por Concellyo general de los que se tienen en el
ffossal de Sant Miguel (1), e que hayan de durar entro a diez anyos durant los
quales no puedan seyer reuocados, los quales empiecen correr del primero día del
mes de Octobre primero venient adelant.
ítem statuhimos e ordenamos que los presentes Capítoles e cada unas cosas
en aquellyos contenidos sian tenidos lohar e aprouar, lohent et aprouen los ade-
lantados e aliama de los judios de la dita ciudat.
(Sin fecha: pero por el carácter de la letra, debe ser de 1450. Arch. Mun. de
Huesca: ídem id.)
VI
Carta de D. Alonso de Aragón, Lugarteniente general del Reino,
sobre las diferencias entre la ciudad y la aljama Judia por causa de la «sisa».
El Arzobispo de ^aragoga, Lugarteniente general, etc. Amados y fieles del
Rey mi senyor e bien amados nuestros: Assí por relación de la Aljama de Judios
dessa ciudat de huesea, como por vuestro mensagero Joan de la Abadía, havemos
sabido la differencia que seria entre vosotros y la dicha aljama sobre la sisa que se
ha de coger en essa ciudat; y como pretenderiades ser vos preiudicíal la provisión
que quando por ahí passamos otorgamos á la dicha aljama (2), e porque creemos
no ignorays quanto tenemos encomendadas por el Rey mi señor essa ciudat y las
aljamas deste reyno, querríamos mucho y desseamos apartarvos de toda conten-
ción y egualarvos en alguna buena manera que no fuesse preiudicíal a los unos ni
a los otros; por ende rogamos y encargamos vos affectuosamente que mirando
por nuestro servicio en todo lo susodicho, querays concertarvos y tomar algún
buen medio con la dicha aljama sobre la dicha differencia de la dicha sissa, y en
esto recibremos servicio. Ca si no vos concertaredes, lo que no creemos ni spera-
mos de vosotros, recorriendo a nos, mandaremos proveer en ello lo que de justi-
cia e razón fuere. Data en Qarago^a á XXIIII de Deziembre del anyo Mil
CCCCLXXXVIII.«-Do/; Ahnso de Aragón.
(Va dirigida al Concejo de la ciudad de Huesca) (3).
(1) Se refiere á los Consejos generales de la ciudad, que tenían lugar en el atrio de la
actual iglesia de San Miguel, fundada por D. Alonso el Batallador en el año 1110, al propio
tiempo que un cementerio ó fosal para los cristianos, junto al templo. (Véase á Ainsa:
Fundación, grandezas... de la antiquissima ciudad de Huesca, pág. 606.)
(2) No he podido hallar esta provisión.
(3) Archivo Municipal de Huesca.
470
y de. Genealogía Española.
Vil
Carta del rey católico, para que no se impida á dos judíos de Huesca
el ejercicio de su oficio de tintorería.
El Rey. Amados e fieles nuestros: A nos ha sido supplicado por parte de Gento
Rahenas y Salamon Rahenas, judíos de la nuestra ciudat de Huesca, diziendo que
ellos son abiles en el officio de tintar, e que vosotros les poneys empacho en el
exercicio de su officio, en grande danyo de aquellos, los quales son cofres nues-
tros, y depauperando aquellos redunda en danyo de nuestras rentas. Por ende vos
encargamos y mandamos strechamente que permitays e consintays a los dichos
judios usar del dicho officio de tintar, dentro de su judería, pagando los drechos
pertenescientes a nos e a la dicha ciudat, y servados á los statutos y ordinaciones
de aquella, car tal es nuestra voluntat. Data en Cordova a VH de Mayo, anyo
Mil CCC3LXXXVIIII.— Ko el Rey. (Dirigida al mismo Concejo) (1).
VIII
Carta del rey católico, ordenando la expulsión de los judíos de Huesca.
El Rey. Amados e fieles nuestros: Movido por el.zelode nuestra sancta fe
catholica y por el bien de las animas de los cristianos subditos y naturales nues-
tros, y haun por la conservación de sus bienes, por justas y legitimas causas have-
mos provehido que los judios de nuestros Reynos y Senyorios salgan y sean expel-
lidos dellos, segunt que vereys por el edicto que por esta causa havemos promul-
gado, al qual nos refferimos, por execucion del qual ordenamos y mandamos que
sea en todas las ciudades de los dichos nuestros Reynos y Senyorios preconizado.
E porque es nuestra voluntad que se cumpla efectualmente lo contenido en el dicho
nuestro edicto, queremos y mandamos que apartados y refrenados todos movi-
mientos y scandalos con tranquilidad y reposo, la dicha expulsión de los dichos
judios surta su effecto complidamente. Por ende vos encargamos y mandamos que
durante el tiempo que asignamos, dentro el qual los dichos judios deben sallir de
los dichos reynos y senyorios nuestros, pongays guarda en la judería dessa ciudat,
de manera que de día ni de noche daiío alguno en persona ni en bienes no les
pueda ser fecho, ca durante el dicho tiempo, como vereys por el dicho edicto, nos
havemos tomado a ellos y a sus bienes so la seguridat y salvaguarda reales nues-
tras, y porque provehimos, como vereys por la comission que fazemos al zalme-
dina, Justicia y official mayor de la hermandat dessa ciudat, que se inventaríen los
bienes mobles y sedientes, drechos, nombres y acciones a los dichos judios perte-
nescientes; y que oydos los dichos judios y aquellos que pretendran tener censales
y deudas sobre ellos y sobre sus bienes, fagan justicia entrellos. Dareys por expe-
dición de la dicha comission á los dichos officiales todo favor y ayuda, y asistireys
e yreys con ellos siempre que por ellos para en esto sereys requeridos, teniendo la
dicha ciudat en toda tranquilidad y sosiego, por forma que en ella por la dicha
causa inconveniente alguno no se sigua. Data en la ciudat de Granada á XXXI de
Margo del anyo MCCCCLXXXXIl.— Yo el Rey. (Va dirigida <a los amados e fieles
nuestros los prior, jurados, officiales y Consejo de la ciudat de Huesca ) (2).
Ricardo del Arco.
Cronista de Huesca.
0) Archivo Municipal de Huesca.
(2) Archivo de (a ciudad.
471
Revista de Historia
CASAS ANDALUZAS
LOS PONCE DE LEÓN
De las grandes Casas de la Monarquía española, y de las que tanto se
escribió en los tiempos que la genealogía estuvo en boga, quizás lleve la
de los Ponce de León la primacía por el número y calidad de los escritos,
como verá el lector que no sea erudito por la extensa bibliografía que ire-
mos dando de libros exclusivamente dedicados á ella, pues además de estos
trabajos, en todas las crónicas, historias y nobiliarios, desde el conde don
Pedro Barcelos hasta nuestros días, aparecen con frecuencia los individuos
de la Casa délos Duques de Arcos, que llevaron la primogenitura de esta
familia; estando tan íntimamente ligados sus hechos á los de la historia de
León, de Castilla, y luego de toda España, que la empresa de escribir la
genealogía de toda la Casa, aprovechando tan inmenso caudal de noticias,
sería objeto, no de una serie de cortos artículos de la Revista, como forzo-
samente han de serlo, sino de uno ó varios abultados volúmenes, que segu-
ramente no ocupará menos la labor del insigne académico, el Sr. Fernández
de Béthencourt, cuando le toque, según el orden que ha establecido en su
Historia Genealógica y Heráldica, hacer la historia de las distintas ramas
de los Ponces de León en sus líneas de Arcos, Bailen, Casinas, Castillo del
Valle, Torres Cabrera y de las Casas no tituladas.
Efecto de la rancia progenie de los Ponce ha sido la confusión que ha
reinado en señalarle origen por los eruditos autores que hicieron las averi-
guaciones de él en tumbos de conventos, privilegios antiquísimos y memo-
rias de la época, y mientras unos le señalan el origen castizamente español
de los Ossorios, como Cardillo Villalpando, Mondéjar, Salazar y Castro y el
472
y de Genealopria Española.
P. Ruano (1), opinión que prevalece para los más inteligentes autores
otros, y desde Salazar de Mendoza, que rebatió en el Crónico de los
Ponce (2) la opinión del primero de aquéllos, la hacen oriunda de Francia,
como de los Condes de Tolosa y Tirol.
Apuntando sólo esto, y remitiendo al estudioso á la misma bibliografía
que daremos, como fuentes de tan profundos
y eruditos trabajos, presentaré en un cuadro
genealógico la descendencia de dicha familia,
desde el conde D. Pedro Ponce, casado con
D.^ Aldonza Alfonso, hija bastarda del rey
D. Alonso IX de León, y, por lo tanto, her-
mana ésta y cuñado aquél del glorioso rey
San Fernando, desde los cuales no cupo duda
á los genealogistas por estar plenamente do-
cumentada la filiación, hasta llegar al conde
D. Juan Ponce de León, segundo de Arcos,
primer marqués y señor de la ciudad de Cá-
diz, y á sus hijos, legitimados y llamados á
la sucesión de la Casa y sus estados por su
testamento.
Las armas primeras del linaje, según aparecen en antiquísimos sepul-
cros y sellos, fueron las de León: el león gules en campo blanco, en memo-
Escudo de armas
de los Ponce de León.
(1) Historia del monasterio de Nogales y descendencia de sus fundadores los Ponces
de Cabrera y de León, duques de Arcos, por el P. Mtro. Fr. Bernardo Cardillo Villalpando,
de la Orden del Cister; ms. cuyo paradero ignoramos.
Fray Bernardo Cardillo de Villalpando escribió un tratado de esta Casa, según Salazar
y Mendoza, en su Crónico, pág. 3, muy curioso y muy bien escrito, demostrando la ascen-
dencia de ios Ponce en los Osorio, y por hembra, en los Cabreras.
Dijo aquél que el conde D. Ponce de Cabrera, hermano del Vizconde de Girona, ma-
yordomo mayor del emperador D. Alonso, casó en Galicia con D.^ María Fernández de
Trava, hija del conde D. Fernán Pérez de Trava y de su mujer D.^ Sancha González de Lara,
de cuyo matrimonio procedió D.^ Sancha Ponce de Cabrera, mujer legítima del conde
D. Vélaz Gutiérrez Osorio, y, finalmente, que de esta unión se derivó D. Pedro Ponce,
Ricohombre casado con D.^ Aldonza Alfonso.
Casa de Cabrera en Córdoba, obra genealógica histórica, dedicada al Sr. D. Fernando
de Cabrera, Méndez de Sotomayor Ángulo, Gómez de Cárdenas, Armentia Valenzuela,
Torreblanca, Herrera Carrillo de Ortega y de la Cerda, conde de Villanueva de Cárdenas,
marqués de Villaseca. (Se atribuye al P. Francisco Ruano.) Córdoba, MDCCLXXIX. En la
oficina de D. Juan Rodríguez, calle de la Librería.
(2) Crónico de la Casa de los Ponce de León, por el Dr. Pedro Salazar de Mendoza.
Toledo, MDCXX. Un volumen en 4.° En esta obra el erudito autor de las Dignidades
seglares se manifestó en contra de la opinión de Cardillo sobre el origen de esta Casa.
473
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Revista de Historia y de Genealogía Española
ria de dicha señora D."* Aldonza. Como D. Pedro Ponce, bisnieto de don
Pedro Ponce, hizo otro casamiento de sangre real con D/ Beatriz de Jérica,
hija del infante D.Jaime de Aragón, señor de Jérica, y bisnieta legítima del
rey de Aragón D. Jaime I, el Conquistador, por esta gran alianza unieron
asimismo en su escudo el cuartel de las barras de Aragón con la bordura
azul, y en ella los escudetes de oro con fajas de azul del Señorío de Jérica. El
escudo así compuesto fué el que usaron ya sus hijos y descendientes hasta
el día.
*
* *
1. Don Juan Ponce de León, segundo Conde de Arcos y fundador, según
algunos, de la Casa, tuvo dilatada sucesión, ninguna legítima (1), pues de
su primera mujer y sobrina D.^ Leonor de Guzmán no tuvo hijos. Como
dama de la Condesa fué desde Toledo á Marchena Leonor Núñez, á quien
dan el apellido Gudiel, aunque realmente se ignore su origen, quizás por lo
obscuro, y el conde D. Juan, sintiendo que se perdiera su línea con él,
pasando la Casa á la descendencia de sus hermanos, tuvo amores con ella,
adúlteros doblemente, por ser en vida de la Condesa y ser ella desposada
con Juan Paraíso; como fruto de estas relaciones nacieron varios hijos, los
que, aun en vida de la condesa D." Leonor de Guzmán, fueron legitimados
por mercedes reales. El mayor fué D. Pedro, muerto en vida del padre, el
cual le había hecho reconocer, tanto de sus vasallos como de sus hermanos
legítimos, con aprobación real, como legítimo sucesor de la Casa para ase-
gurar la sucesión en ella y evadir futuros pleitos; pero muerto aquél, el
padre postergó los derechos de sus descendientes para que heredase el
segundo hijo, predilecto suyo desde la muerte del primero, el gran don
Rodrigo, mozo valiente que prometía grandes honras para su Casa. Otro
no menos señalado que éste tuvo en su hijo D. Manuel, llamado el Valiente,
héroe de los romances caballerescos, habido también en la condesa doña
Chronica de la excelentissima Casa de Arcos Portees de León. Al excelentísimo Señor
Duque de la ciudad de Arcos, Marqués de Zara, Conde de Casares, Conde de Bayién,
Señor de la Casa y Estado de Villagarcía, de las Villas de Marchena, Mairena, Rota, Chi-
píona, Paradas, Pruna, Guadajóz, Los Palacios, ViUafranca, y de la Serranía de Víllaíuenga,
Capitán General de la Ciudad de Gibraltar y sus Costas, Pariente maior y Cabeza de los
Ponce de León, clarísimo descendiente de los antiguos Reyes Godos de España, su auctor
F. Basilio Becerra, Monge Cistercense de el Monasterio de S*» María de Nogales Reyno
de León: Ms. de la Biblioteca Nacional, Dos volúmenes en folio.
(1) Adición á los claros varones de Hernán Pérez de Guzmán, Ms. en la col. Salazar,
de la R. A. de la H.; E, 2.
475
Revista de Historia
Leonor, como fué llamada Leonor Núñez, con quien parece casó el Conde
una vez que la muerte de la Condesa legítima lo hubo permitido. Muerta la
D/^ Leonor Núñez, y considerándose todavía joven y animoso, D. Juan tuvo
amores con una doncella llamada Catalina González (1), hija de un hidalgo
de Marchena llamado Pedro González de Oviedo y de Isabel Bonilla, hija de
Juan de Bonilla, señor de las torres de Jarda y Bayonal. Quizás el cariño
que profesaba á D. Rodrigo y su hermano D. Manuel fué causa de que no
santificase su unión con esta señora, la cual era doncella de noble origen
y libre, como él estaba al conocerla, asimismo y expresa terminantemente
en su testamento. Tuvo de ella cuatro hijos varones y dos hembras, todos
casados noblemente, y cuya sucesión, que escribiremos, es un tanto desco-
nocida por haber sido obscurecida por el brillo de la rama mayor, hoy ex-
tinguida su varonía, cuyos derechos á la Casa de Arcos quizás no fueran tan
sólidos como los de aquéllos; pero su pretensión dio lugar á continuos
y reñidísimos pleitos entre los descendientes de los hijos de la Condesa
con los de los hermanos del conde D. Juan, en lo que siempre algún des-
cendiente de Catalina González solicitaba la sucesión de la Casa. Muchos
de éstos, en esos pleitos quedaron retraídos por la gratitud y respeto que
conservaron á los poderosos Duques de Arcos, sus deudos, que los trata-
ban como tales y les favorecían en cuanto podían, dándoles toda clase de
honores, incluso la gobernación de sus estados y conservación de sus for-
talezas y castillos, como iremos viendo en la relación que continúa.
Enfermo D. Juan, segundo Conde de Arcos, en su fortaleza y palacio de
la villa de Marchena, otorgó su testamento á 10 de Septiembre de 1469, obra
magnífica, como la califica el eruditísimo Marqués de Mondéjar en las
Memorias que de esta Casa escribió (2) y dedicó al Rey D. Felipe V á su
exaltación á la Corona de San Fernando, presentándole con ellas un modelo
de la Nobleza de España en su más alta dignidad de la grandeza de sangre.
Estudiando Mondéjar este testamento, que extracta (3), dice que se conser-
vaba en su tiempo escrito en 29 hojas y que señalaba en él todo el patri-
monio que dejaba el Conde á sus hijos, con tanta menudencia, que mani-
(1) Tuvo una hermana, Isabel González de Oviedo, llamada la Secretaria, mu']QT del
capitán Alonso Núñez de Prado.
(2) Memorias históricas y genealógicas de la Casa de los Ponce de León, por el Mar-
qués de Mondéjar; Ms. en folio. Ejemplares en las Bibliotecas Nacional y de la Real Aca-
demia de la Historia.
(3) También existe otro extracto en el Memorial ajustado en el pleito que siguen D. Ma-
riano Téllez Girón, D. Fernando Espinosa y D.Juan Fernando Narváez, sobre la propie.
dad del Ducado de Arcos y Condado de Bailen. Madrid, 1849. Un vol. en folio.
476
y de Genealogía Española.
fiesta se dispuso en mucho tiempo y muy despacio; manda enterrarse en el
Convento de San Agustín, de Sevilla, donde estaba D. Pedro, su bisabuelo;
D. Pedro, su abuelo; el Conde D. Pedro, su padre, y D." María de Ayala, la
Condesa, su madre; habiendo de ser su sepultura de bulto, como todas las
demás, y colocada detrás de la de su padre, mudándose la de su hijo don
Pedro al lado izquierdo de la suya. También cita como enterrados allí sus
hermanos D. Pedro y D. Luis.
Entre otras mandas de fiestas encarga á su hijo D. Rodrigo haga cele-
brar la de San Eutropio, en su villa de Marchena.
Nombra por herederos de su mayorazgo antiguo de Arcos, Marchena,
Rota, Mairena, Carmona, Bailen, y de la ciudad de Cádiz á D. Rodrigo y sus
descendientes, y en su falta á D. Manuel, ambos sus hijos y de la Condesa
D." Leonor Núñez, y le agrega el lugar de Paradas, que él había hecho
poblar, en término de Marchena; la Alcaydía mayor de Sevilla y la de Jerez
y ciento treinta y ocho mil maravedís de juro perpetuo en las tercias de sus
Estados; encarga además á su heredero procure recobrar las villas de Con-
centaina y Planes, que le pertenecían en Aragón, y de que había hecho
donación inválida, por ser de su mayorazgo, á D."* María Ponce de León, su
hermana, y á falta de la descendencia de éstos y de D. Luis, su nieto, hijo
de D. Pedro, su hijo mayor, llama á D. Enrique y los suyos, á D. Lope y
los suyos y á D. Eutropio y los suyos, como hijos naturales legitimados,
habidos en Catalina González, moza doncella, siendo solteros entrambos,
y después de mandar á ésta un importante legado metálico, deja por univer-
sales herederos del resto de todos sus bienes á los hijos que tuvo en ella,
legitimados y habilitados para suceder por Cédulas Reales que tenía é in-
corpora en el testamento. De algunas frases de este documento, entre otras
que hacía diecisiete años que tenía en su casa á Catalina González, deduzco
que murió la Condesa D." Leonor hacia el año 1452, y que los hijos de
aquélla nacieron con posterioridad al dicho año.
Catalina González otorgó también disposición testamentaria, estando
enferma en la villa de Marchena, el 4 de Febrero de 1487; se llama pudoro-
samente en el encabezamiento madre de D. Anrique, vecina que soy de la
villa de Marchena, y no cita en todo él al Conde.
Es curioso el documento, por lo que nos parece interesante, y le seguiré
extractando, por ser muy extenso; se marida enterrar en la parroquia de
San Juan de la villa, en una sepultura que había de comprarse en la plana
del altar de Santa Maria, donde había de servirse la capellanía que fundó;
después de las mandas pías y á sus criados, declara que dio al dicho don
Enrique, su hijo, que haya gloria, al tiempo que casó, en joyas de oro y
477
Revista de Historia
plata, collares y otras cosas para su atavío y de su mujer, cien mil marave-
dís; y que dio á los hijos del dicho D. Enrique, sus nietos, toda la hacienda
que hubo y le correspondió heredar de D." Catalina, su nieta, mujer de
Martín de Fuentes, la cual falleció en Sevilla sin dejar hijos.
Dice que dio á D. Eutropio, su hijo, vecino de la ciudad de Jerez, 10
cahíces de pan de renta en unas tierras que tuvo en término de Marchena,
porque en su mocedad no le había dado ninguna cosa.
Expresa asimismo que dio á D.^ Constanza, su hija, ya difunta, así al
tiempo de su casamiento con Fernán Arias de Saavedra, su marido, que
haya gloria, como al tiempo del cerco de Alcalá, doscientos mil maravedís
en joyas, dinero y cosas que lo valieran, y que había entregado á D.'' San'
cha, su hija, mujer del Comendador Juan de Godoy, vecino de Córdoba,
cinco cahíces de pan de renta de unas tierras en término de Marchena, por-
que al tiempo de su casamiento no la había dado ninguna cosa, y por ello
también dio á D." Sancha las casas de su morada en esta villa, de las que
esta señora hizo donación á Bartolomé de Escobar.
Sigue diciendo que cuando instituyó la capellanía que deja fundada en
San Juan, señaló para servirla la capilla de San Miguel, y porque agora á
causa que la Iglesia esta labrada de otra manera, de cuya causa no me die-
ron lugar para comprar la capilla, manda se sirva en el altar y lugar donde
quisiera Juan de Bienvenida, su capellán, siempre que sea en la iglesia de
San Juan. Continúa el testamento con el asunto de la capellanía, los llama-
mientos á ella y la dotación. Las mandas que en él deja habrán de ser pa-
gadas del producto de unas tierras que tenía en Valenzuela, término de
Marchena, y después de nombrar albaceas al Vicario Miguel Pérez y á
Pedro Velázquez, Mayordomo de las iglesias de la villa, nombra herederos á
D. Eutropio, D." Sancha, y á los hijos de D. Enrique y de D." Constanza.
Otorgóse el testamento ante Alonso de Palma, escribano público de la villa,
por el Duque de Arcos, su señor, siendo testigos Rodrigo de Marchena,
Tomás de Orduña, Rodrigo de Ecija, Alonso Gómez de Albarracín, Barto-
lomé de Rojas y Hernando de Carmona, vecinos de la villa, firmando este
último en el Registro á nombre de la testadora.
II. Don Enrique Ponce de León, hijo mayor del Conde de Arcos, D. Juan
Ponce de León, y de Catalina González, su mujer; fué Veinticuatro de Sevilla
y heredado por su padre, el Conde, que le llamó en tercer lugar á la sucesión
del Estado de Arcos; le dotó, según el testamento citado, con el molino hari-
nero llamado de la Puente, en el río Guadalete, término de Carmona, que
había comprado á Rodrigo Osorio, y estaba arrendado en 50 cahíces de
trigo; la casa de Moncumplido, con los donadíos de Moncumplido, del
478
y de Genealogía Española.
Salado y de Latiban; las casas que compró en Carmona, de Cristóbal Mar-
tín de las Peñuelas; veinte mil maravedís de juro perpetuo en las rentas de
las heredades de Sevilla y diez mil maravedís sobre las jabonerías de aque-
lla ciudad. Sirvió, como todos sus hermanos y deudos de la casa, á su her-
mano mayor D. Rodrigo, el célebre Marqués de Cádiz, en todos los sucesos
de su tiempo, ora en las rivalidades con la Casa de Niebla, ora en las empre-
sas contra los moros. Fué vecino y Veinticuatro de Sevilla, y aunque ignoro
cuándo falleció, debió ser antes de Febrero de 1487, en cuya fecha otorgaba
su testamento Catalina González, su madre, y fué enterrado en la capilla
mayor del convento de San Agustín, de Sevilla, patronato de la Casa de
Arcos, como consta por el testamento de D. Eutropio, su hermano segundo,
otorgado en Jerez el año 1510, en el que dice lo entierren en aquel lugar, al
lado de su hermano D. Enrique, haciéndole las honras que era costumbre
hacer á los hijos legítimos del Conde D. Juan, su padre. Casó D. Enrique
en Sevilla con D." Francisca de Saavedra, hija segunda del célebre Juan
Arias de Saavedra, Señor del Viso y del Castellar, y de D.'' Juana de Ave-
llaneda, ascendientes de los Condes de Castellar.
De D. Enrique Ponce de León y D." Juana de Saavedra fueron hijos:
1.° Don Rodrigo Ponce de León, que continúa. •
2." Don Juan Ponce de León, cuya descendencia se verá luego.
3.** Don Pedro Ponce de León, que casó con D.* Catalina de Mendoza, de esta
gran Casa en Sevilla, con sucesión que ignoramos.
4.° Doña Leonor Ponce de León, que casó con Francisco Barba Marmolejo, de
quien no quedó sucesión.
III. Don Rodrigo Ponce de León, hijo mayor, sucedió en la Casa y llevó
el nombre glorioso de su tío carnal el gran Duque y Marqués de Cádiz, á
quien sirvió, y asimismo al primer Duque de Arcos, nieto de aquél. Fué
vecino de Sevilla, donde casó dos veces; la primera mujer fué D.^ Isabel de
Tous, dama de la Casa del Duque de Medina, y nieta de su Secretario, de
quien dejó una hija; casó segunda vez con £>." Elvira de Zúñiga, hija de
Diego Ortiz de Zúñiga, y de D." Isabel de Marmolejo, constando este casa-
miento y los hijos que tuvo de una escritura de compromiso otorgada por
D." Elvira ante el escribano de Sevilla Manuel Segura, el 19 de Agosto
de 1522, siendo ya viuda de D. Rodrigo.
Hija del primer matrimonio de D. Rodrigo fué:
l.*" Doña Francisca Ponce de León, que casó con D. Pedro Núñez de Guzmán,
deudo de la Casa de Niebla. Tuvo por hijo á otro, D. Pedro Núñez de Guzmán.
479
^ Revista de Historia
Del segundo matrimonio de D. Rodrigo con D." Elvira de Zúñiga fue-
ron hijos (1):
2° Don Enrique Ponce de León, que sigue.
3.*' Don Juan de Saavedra Ponce de León, que se verá después.
4.° Doña Elvira de Zúñiga Ponc3 de León.
5." Doña Catalina Ponce de León, que casó con Diego Dávila, hijo de García
Dávila, ambos Veinticuatros, y vecinos de Granada, de quienes desciende ia Casa
Dávila Ponce de León, muy ilustre en aquella ciudad.
6.** Doña María Ponce de León y Zúñiga, que casó con el licenciado Diego
Perero de Neira, caballero de Santiago, colegial mayor de San Bartolomé, de Sala-
manca, oidor del Consejo de las Órdenes, con sucesión.
IV. Don Enrique Ponce de León, hijo primogénito, llevó, según cos-
tumbre, el nombre de su abuelo paterno, el hijo predilecto del conde don
Juan, y fué honrado por su deudo cercano, el Duque de Arcos, quien, entre
otras distinciones, le dio la Alcaidía del Castillo de la Mota, fortaleza prin-
cipal de la villa de Marchena, la cual llevaba unido el cargo de Capitán de
la gente de armas de la villa y su distrito (años 1557 al 60), puesto ocupado
por grandes caballeros y deudos de la Casa de Arcos, que obtenían el cargo
bajo pleito homenaje. Casó en Marchena, de donde fué vecino, y fundó en
ella su Casa, con D." Isabel Núñez de Prado, hija de Diego Núñez de
Prado, Alcaide de la fortaleza de Marchena, caudillo y célebre Capitán de
la gente del Estado de Arcos, que fué con el Duque de Arcos á la conquista
de Granada y á la pacificación de los moriscos de aquel reino el año 1500.
De este matrimonio fueron hijos:
1." Don Rodrigo Ponce de León, que sigue.
2.** Don Enrique Ponce de León, á quien el Duque de Arcos, D. Rodrigo, por su
testamento recomendaba á su hijo y sucesores favorecieran á sus hijos, y de don
Luis, su hermano, como deudos cercanos de la Casa y muy queridos suyos, tuvo
por hijo á D. Rodrigo Ponce de León, á cuyo entierro asistió personalmente el
Duque, mostrando mucho dolor, según declaraciones de los testigos en las prue-
bas, para cruzarse en Santiago D. Diego de Córdoba Ponce de León, el año 1648.
3.** Don Luis Ponce de León.
4.° Doña María Ponce de León, casada con Hernán Ramírez de Guzmán Carta-
gena, con sucesión, que disfrutó la pingüe Capellanía que fundó Catalina González
de Oviedo, en Marchena.
V. Don Rodrigo Ponce de León, hijo mayor, vivió en Marchena, donde
obtuvo la Alcaidía del Castillo de la Mota y la Capitanía de la gente de la
(1) Discurso genealógico de los Ortices de Sevilla, por D. Diego Ortiz de Zúñiga.—
Cádiz, 1670, pág. 104.
480
y de Genealogía Española.
villa. Casó en ella con D.^ Juana Álvarez (ó D." Isabel Suárez) Delgadillo,
como dicen los testigos vistos en las pruebas de D. Diego de Córdoba, hija
de D. Diego Jiménez de Marchena y de D/^ N. Suárez, y nieta xle Rodrigo
de Marchena, por línea paterna, y de Gonzalo Delgadillo, por su línea
materna.
De D. Rodrigo y D." Juana Álvarez Delgadillo fueron hijos:
1,*> Don Enrique Ponce de León, hijo mayor, quien no dejó sucesión. Según el
libro de asiento de los salarios del Concejo de Marchena, en 18 de Marzo de 1589
se libraron 1.132 maravedís de la sisa á éste y su hermano. Ya había fallecido el
año 1592.
2° Don Diego Ponce de León, que sigue.
VI. Don Diego Ponce de León, hijo segundo, sucedió en la Casa de los
Ponce de León, en Marchena, siguiendo el servicio de los Duques de Arcos
Señores de la villa de Marchena, donde tenían su residencia oficial. Casó
en esa villa con D." Beatriz de Montiel, su tía, prima hermana de su madre,
como hija de Alonso Jiménez de Marchena y de D." Isabel de Aguilar, y
nieta de Rodrigo de Marchena, bisabuelo materno de D. Diego.
Estaba ya viuda D.^ Beatriz el 29 de Noviembre de 1607, en cuya fecha
pedía al Concejo de Marchena, llamándose viuda de D. Diego Ponce de
León, se le devolviera la blanca de la carne por el tiempo que estaba viuda,
como hijadalgo que era, y así acordó la villa y el Licenciado Jerónimo Díaz,
Juez de la Audiencia del Duque de Arcos, y Asistente (que existía, igual-
mente que en Sevilla, únicas poblaciones de España que tenía el Corregi-
dor este nombre), y ante Francisco Juárez, escribano del Cabildo.
De D. Diego Ponce de León y D.' Beatriz fueron hijos:
1/' Doña Mariana Ponce de León, que casó con D. Luis Fernández de Córdoba,
cuya ilustre descendencia ocupa el § XXII de la genealogía de los Córdobas en la
Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía Española, por D. F. F. de Bé-
íhencourt.
2.^ Doña Isabel Ponce de León, que casó con D. Jerónimo Gómez de Sanabria,
del Consejo de S. M., oidor de Granada, con sucesión.
Juan Moreno de Guerra.
(Continuará.) '
481
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeta de nuestra publicación.
Los Alkevires de Morón en el siglo segundo de la Egira, bosquejo
histórico por el Almirante Marqués de Pilares. Un folleto en 4.°, de 43 pá-
ginas. Madrid, 1912.
Nuestro respetable y erudito colaborador el Marqués de Pilares nos remite
el último trabajo histórico que acaba de publicar. Dificilísimo estudio por el que,
con el mayor acierto, ha logrado hacer revivir un período interesante y obscuro
del comienzo de la dominación sarracena en España, en lo referente á su ciudad
natal, Morón de la Frontera, cuyos Alkevires ó Gobernadores ejercieron una mar-
cadísima influencia en la marcha política del Emirato cordobés, y, por lo tanto, en
la gobernación de la España musulmana en su primera centuria.
Los puntos históricos sobre que versa este útil y ameno trabajo, se refieren á
la batalla que se dio en el lugar donde hoy existe la población de Montellano, pro-
vocada por la rebelión del Alkevir de Morón contra el Emir AbulKkattar; continúa
la relación de las batallas de Córdoba y Almuñécar, en que el victorioso Abderra-
mán, ayudado y protegido por el Alkevir de Morón, se hizo independiente y se
alzó con el Emirato de Córdoba; sigue el saqueo de Sevilla el año 768 de la Era;
luego la relación de la batalla del Sora ó del río Bembezar, siendo Alkevir de
Morón Abdallak, hijo del célebre Marsilio, que ayudó á dar la victoria contra los
rebeldes al Emir Abderramán, y, por último, la descripción de la batalla del río
Ambexer ó del Guadaira, reñida entre los leales de Abderramán y el Alkevir de
Morón, con los rebeldes, en sitio del término de Morón.
Concluye el trabajo con un examen crítico del mando de Abderramán en la Pe-
nínsula, y muy curiosas noticias de los hijos ilustres de Morón, nacidos antes y
después de la reconquista, con otros muy interesantes datos para la historia de
esta ciudad.
Felicitando al autor por el éxito de la monografía, le damos las gracias por el
ejemplar que nos ha enviado.
J. M. DE G.
482
y de Genealogía Española.
REVISTA DE REVISTAS
REVISTAS ESPAÑOLAS
Linajes de Aragón, Huesca, 15 de Oc-
tubre de 1912— LaP/í/ma contra la ocio-
sidad, Adolphe Coster.— Los Sanz de
Latrás, Luis M«r.— Sobre el escudo de
Aragón, Acacio Bistué.— Los Casajús,
Gregorio García Ciprés.
l.° Noviembre, 1912.— Los Zalón,
G. G. C— Los Rufas de Alberuela de
la Liena, G. C— Los Blecua, Gregorio
Garda C/prcs.— Proclamación del Rey
Luis I, Ricardo del Arco.— Lo. procesión
del Corpus en Huesca, Ricardo del Arco.
Memorial de Infantería, Madrid, Oc-
tubre de 1912.— Efemérides. Batalla de
Tamames, P. ¿oser/70K.— Crónica mili-
tar. El uniforme de la Infantería. El
vestuario militar en Europa á través de
los siglos, A. Gragera.
Boletín de la Real Academia Gallega,
Coruña, Septiembre de 1912.— Errores
sobre la Historia de Galicia, Juan Ro-
dríguez Cabrera.— L'maies galicianos,
Pablo Pérez Costanti. — De Folk-lore.—
Noticias,
La España Moderna, Madrid, \.° Octu-
bre 1912.— Beatriz de Aragón, reina de
Hungría, Alberto de Berzeviczy.—La or-
ganización de la Marina de Inglaterra al
concluir el siglo XVIII, Juan Pérez de
Guzmán. — La. América moderna, Vi-
cente Gay.— Revista de Revistas.
La Lectura, Madrid, Octubre 1912.—
Estudios de historia antigua de Egipto,
Antonio Blázquez. — Tres músicos espa-
ñoles: Juan del Encina, Lucas Fernán-
dez, Manuel Doyagüe, y la cultura ar-
tística de su tiempo. J. Deleito y Piñuela.
Fernando VII en Valencia el año 1814,
Julián Juderías.— Varios. — Revista, de
Revistas.
Estudios militares, Madrid, Octubre
de 1912.— Seminara. Manuel Álvarez.—
Siete años de mi vida, Antonio Garda
Pérez.- Bibliografía.— Revista de la
Prensa.
REVISTAS EXTRANJERAS
Archives de la Société des Collection-
neurs d'Ex-Libris, París, Septiembre
de 1912.— L'ex-libris Laénnec, Dr. Via-
lef. — A propos d'un second écusson
gravé aux armes de Hamel de Grand
RuUecourt, Edmont des Robert.— Les
ex-libris et fers de reliure laonnois
(continuación), Vicomte de Hennezel
d'Ormois. — Les anciens ex-libris du Pé-
rigord (continuación), A. Dujarric-Des-
combes.— La sixiéme vente A. de R.,
Dodeur E. Olivier.— Qüestions.— Ré-
ponses.
Bolletino Araldico Storico Genealó-
gico, Firenze, 1.*^ Octubre 1912. — Delle
imprese, Cario Padiglione.—DeUa no-
biltá o nieno della moglie, // Conté di
Lamagna. — A proposito dei Manuzi,
del loro stemma e della loro origine,
G. Guelfi Camaiani. — Concessione e
riconoscimento di nobiltá e titoli accor-
dati da S. M, l'Imperatore d'Austria.—
Seggi.— Oddi-Baglioni di Perugia. —
Le armi dei sigg. abbonati.— Questioni
da risolvere. — Necrologio.
Heráldica, París, Agosto -Septiem
bre 1912.— Études héraldiques, L. Bou-
ly de Lesdain.— La question des titres
nobiliaires (continuación), Joseph de
Sorbieres de la Tourrasse.— Les préju-
gés nobiliaires en Belgique, L.J. de l'Ar-
bre.— Prenves de noblesse qui se fai-
saient en France, avec l'indication des
époques ou elles doivent étre remon-
tées, ou du nombre des degrés ou quar-
tiers qui les composaient.— Jurispruden-
483
Revista de Historia
ce, J. S. r.— Etat civil.— Questions et
réponses.
U Intermédiaire des chercheurs et cu-
rieux, 10 Octubre 1912. Réponses.— Fa-
mille Barade.— Tities sous l'ancien ré-
gime.— Preuves de noblesse.— Aigle au
vol éployé; question héraldique.
20 Octubre 1912.— Réponses: Famille
de Chauniont: La descendance actuelle
de Fouché: La famille de Goret: Titres
sous rancien régime.
L'Indicateur généalogique, héraldique
et biographique.— Bruxeles, Octubre,
1912. — Questions: Familles Biens et
Masselot.— Láncelo t Volders.— Les
Champagne. — Les Ciiarlé.— Aspremont
de Lynden.— Famille de Gottal; etc. Ré-
ponses: Armoiries á identifier.— Famil-
le Boucqueau. — Van der Noot. — La
chanoine Labis.— Famille Obin.— Famil-
le Van Volxem: Suplementos.
Bulletín Héraldique de France, Sens-
sur— Yonne, Septiembre 1912.— Société
héraldique de France. — Les Hérauts
d'Armes, Bellenave.— Les exilés volon-
taires de Gand, Druiy de Constant-
Scribe.— Notes sur le dessin héraldique.
Histoire des Ordres du S.' Siége. Ordre
de S.* Sylvestre, Comte Frédéric de
Cfiampvans.—Étüdes sur les Sceux du
Bourbonnais et des Provinces limitro-
phes.— Nouvelles.— Questions et Ré-
ponses
Ri vista Araldica, Roma, Octubre
1912.— Per il sessantesimo anniversa-
rio del Collegio Araldico Romano.—
Abuso di titoli nelle province pontificie,
Ugo Orlandini.—l Conti di Avella, Nob.
Guido Carreíli.—DegM Angeli Conti di
Drivasto e Duchi di Durazzo e dei loro
competitori, Cav. Alessandro Scala.—
La nobiltá di Milano (continuaciónj^
Giampiero C o rti.— Ancora, dello stemma
dei Borgia, Conté F. Pasini Frassoni.—
Libro d'Oro del Ducato di Ferrara,
Conté F. Pasini Frassoni.— Ordini ca-
vallereschi.—Ex-libris.— Bibliografía.—
Varietá.— Note Bibliografiche.— Quesiti
araldici.— Cronaca.
Tfie New York genealogical and bio-
graphical Record, Octubre 1912.— Wil-
liam Watts Sherman, Capt. Richard
Henry Greene.— The Doughty family of
Long Island, Ethan Alien Doty.—Tha-
cher-Thatcher genealogy (continuación),
John R. Totten.— Records of Baptisms
of the Reformed Church at Machacke-
meck (continuación).— Descendants of
Edward Tre(a)dwell through bis son
John, William i4./?o66/ns (continuación).
Ramsey Ancestry of Ensign William
Ramsey, Orra Eugene Mourette —Uxrús
for the Searching of Records, Ethan
Alien Doty.—Book notices. — Las cu-
biertas é índices del volumen XLIII.
índice de artículos y de nombres donde
figuran ¡¡más de diez mil!!
Giornale Araldico Storico Genealó-
gico, Roma. Desde este mes ofrecemos
á nuestros lectores el sumario de esta
notabilísima Revista que se publica
desde 1.° de año y que puede competir
con las mejores del mundo por su texto
y por el lujo de presentación. Entre las
curiosidades que contiene, es una muy
notable, la de publicar los escudos y
noticias genealógicas de aquellas fami-
lias de cuyos individuos da noticias,
como concesiones de cruces, casamien-
tos y necrología; las ilustraciones fuera
del texto son en cromolitografía, y por
todos conceptos merece la estima de
los aficionados. La Dirección y Adminis-
tración, en la Via delle Muratte, 87, y
su precio de suscripción para el extran-
jero son 35 L., y el número suelto, 6 L.
Agradecemos el cambio que ha estable-
cido con nuestra Revista, deseándole
muchos años de vida; he aquí el sumario
del último número publicado:
Julio-Agosto.— I Podestá di Modena,
E. P. V/cí/j/. — Patriziato Catronese,
G. Presterá.—Vsi e ordinamenti nobi-
Hari della contea di Módica, C. Melfi.—
Incisione su legno con le armi di Gio-
vanni di Savoia, D.— Bolletino nobiliai-
re.- BoUetino bibliográfico.
J. M. DE G.
484
y de Genealogía Española.
NOTICIAS VARIAS
Noticias oficiales. -Ministerio de Gracia y Justicia.— 5tt¿?5ecre/a-
r/úf.— Relación de las instancias presentadas en este Ministerio en solicitud
de Grandezas y Títulos para su inserción en la Gaceta de Madrid del 15 de
Octubre.
Don José Ramón de Hoces y Dorticós-Marín, solicita Real carta de
sucesión en el Título de Duque de Hornachuelos, con Grandeza de España.
Don Juan Jordán de Urries y Patino, solicita Real carta de sucesión en
el Título de Marqués de Aymerich.
Don Joaquín Ignacio de Arteaga y Echagüe, Marqués de Santularia,
Conde de Corres^ solicita Real carta de sucesión en los Títulos de Duque
del Infantado, con Grandeza de España; Marqués de Arizay con Grandeza
de España; Marqués de Estepa, con Grandeza de España; Marqués de Val-
mediano; Marqués de Armunia; Marqués de Cea; Conde de Monclova,
con Grandeza de España; Conde de Saldaña; Conde del Real de Manza-
nares; Conde de Santa Eufemia, y Señor de la Casa de Lazcano, con
Grandeza de España.
Don Cristóbal González de Aguilar y Fernández Golfín, solicita se
rehabilite á su favor el Título de Marqués de Sanceda.
Don Manuel de Campero y Cervantes, solicita Real carta de sucesión
en los Títulos de Marqués del Apartado y Conde de Alcaraz.
Don Antonio de la Cierva y Lewita, solicita Real carta de sucesión en
el Título de Conde de Ballobar.
Doña Regla Manjón y Margelina, solicita la rehabilitación del Título de
Conde de Lebrija.
Don Francisco Armero y Castrillo, solicita Real carta de sucesión en el
Título de Marqués del Nervión, con Grandeza de España.
Don José Diez de Tejada Vargas Machuca, Barón áe Sabasona, solicita
Real carta de sucesión en el Título de Conde del Castillo de Tajo.
Doña Luisa- Cotoner y Álvarez de las Asturias Bohorques, solicita Real
carta de sucesión en el Título de Conde de Villardompardo.
Doña Josefa Calderón y Montalvo, Marquesa de Aledo, solicita Real
autorización para designar sucesor en dicho Título.
Don Martín González del Valle y Fernández de Miranda, solicita Real
carta de sucesión en el Título de Marqués de la Vega de Anzo.
Don Luis de Zavala y Guzmán, Duque de Nájera y otros Títulos, soli-
cita Real carta de sucesión en el Título de Conde de Castañeda.
Don Carlos Serra y Pickman, solicita Real autorización para usar en
España el Título pontificio de Marqués de San José de Serra.
Ministerio de Gracia y Justicia.— Resoluciones adoptadas por este
485
Revista de Historia
Ministerio en las fechas que á continuación se expresan y de las que no se
ha dado cuenta anteriormente en la Revista (Gaceta de Madrid del 15 de
Octubre.)
Reales licencias de matrimonio. — 9 de Julio de 1912. — Conce-
diendo Real licencia á D. Florentín Rodríguez García San Miguel Casanova
y Zaldúa, hijo de los Marqueses de Onteiro, para contraer matrimonio con
D.^ María Travesedo y García Sancho, hija de los Marqueses de Torre-
blanca.
10 ídem.— Concediendo Real licencia á D. Luis Rodríguez Fernández
Cueto, Conde de Asmir, para contraer matrimonio con D." Magdalena
Meléndez Urrechu.
10 ídem.- Concediendo Real licencia á D. Fernando de Borbón y Madán,
Duque de Dúrcal, para contraer matrimonio con D. ' Maria Leticia Bosch
y Blat.
19 ídem. — Concediendo Real licencia á D. Mariano de Silva Carvajal
Fernández de Córdova y Dávalos, Marqués de Santa Cruz y de Villasor,
con Grandeza de España, Marqués del Viso, para contraer matrimonio con
D." Casilda Fernández de Henestrosa y Salabert, hija de los Grandes de
España Duques de Santo Mauro, Condes de Estradas y de O/alia.
19 ídem.— Concediendo Real licencia á D. Alvaro María de Ulloa y Fer-
nández Duran, Marqués de Castro Serna, Conde de Adanero, para contraer
matrimonio con D." María Cristina Ramírez de Haro y Chacón, hija de los
Condes de Viílamarciel.
Reales cartas de sucesión.— 5 de Julio de 1912.— Mandando expedir
Real carta de sucesión en el Título de Duque de Hornachuelos, con Gran-
deza de España, á favor de D. José Ramón de Hoces y Dorticós-Marín, por
fallecimiento de su padre D. José Ramón de Hoces y Losada.
19 ídem. — Mandando expedir Real carta de sucesión en los Títulos de
Marqués de Monreal, con Grandeza de España, y Marqués de Santiago,
á favor de D. Juan Bernaldo de Quirós y Ácosta, por fallecimiento de su
tío D. Salvador Bernaldo de Quirós y Arenas.
19 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Marqués de Casa Rávago á favor de D. Joaquín Rubio y de Artecona, por
fallecimiento de su madre D." María Josefa de Artecona.
19 ídem. -Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Marqués de Piro á favor de D."^ Adelina de Piro y Galea Nandi, por falle-
cimiento de su padre D. José Lorenzo de Piro.
19 ídem. — Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Marqués de Teverga á favor de D. Victoriano García San Miguel y Ta-
margo, por fallecimiento de su padre D. Julián García San Miguel y Zaldúa.
19 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Marqués de Aledo á favor de D."* Josefa Calderón y Montalvo, por designa-
ción de su esposo D. Mariano Vergara y Pérez de Aranda.
19 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Marqués del Arco á favor de D. José María de Porras é Isla Fernández,
por fallecimiento de su abuelo D. Joaquín de Isla Fernández.
19 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Conde de Isla Fernández á favor de D. José María de Porras é Isla Fer-
nández, por fallecimiento de su abuelo D.Joaquín de Isla Fernández.
26 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en los Títulos de
486
y de Genealogía Española.
Duque del Infantado, con Grandeza de España; Marqués de Ariza, con_
Grandeza de España; Marqués de Estepa, con Grandeza de España; Mar-
qués de Valmediano; Marqués de Armunía; Marqués de Cea; Conde de
Monclova, con Grandeza de España; Conde de Saldaña; Conde del Real
de Manzanares; Conde de Santa Eufemia, y Señor de la Casa de Lazcano,
con Grandeza de España, á favor de D. Joaquín Ignacio de Arteaga y Echa-
güe Silva y Méndez de Vigo, Marqués de Santillana, Conde de Corres,
por fallecimiento de su padre D. Andrés Avelino de Arteaga Silva Carvajal
y Téllez Girón.
26 ídem. —Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Conde de la Romera á favor de D. Francisco de Paula Orlando y Zorrilla,
por fallecimiento de su tía D."* Jacinta Orlando é Ibarrola.
30 ídem. — Mandando expedir Real carta de sucesión en los Títulos de
Marqués del Apartado y Conde de Alcaraz á favor de D. Manuel de Cam-
pero y Cervantes, por fallecimiento de su padre D. Nicolás de Campero
y del Barrio.
31 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Conde de Ballovar á favor de D. Antonio de la Cierva y Lewita, por falle-
cimiento y designación de D."* María Luisa y Mergelina.
22 de Agosto. — Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título
de Marqués del Nervión, con Grandeza de España, á favor de D. Francisco
Armero y Castrillo, por fallecimiento de su padre D. Francisco Armero
y Díaz.
22 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título de
Conde del Castillo de Tajo á favor de D. José Diez de Tejada Vargas
Machuca, Barón de Sabasona, por fallecimiento de su hermano D. Pedro
Diez de Tejada Vargas Machuca.
22 ídem.— Mandando expedir Real carta de sucesión en, el Título de
Conde de Villardompardo á favor de D.*" Luisa Cotoner y Álvarez de las
Asturias Bohorques, por fallecimiento de su tía D.^ María de los Dolores
Álvarez de las Asturias Bohorques.
27 Septiembre.— Mandando expedir Real carta de sucesión en el Título
de Marqués de la Vega de Anzo á favor de D. Martín González del Valle
Fernández Miranda Carvajal y Vives, por fallecimiento de su padre don
Emilio Martín González del Valle y Carvajal. Madrid, 30 de Septiembre
de 1912.
Rehabilitación de Títulos.— Por Real decreto de 28 de Octubre
último se rehabilita, sin perjuicio de tercero de mejor derecho, el Título de
Conde de Lebrija á favor de D.'^ Regla Manjón y Mergelina, viuda de Sán-
chez Bedoya.
Cargos palatinos. — El día 31 del pasado juró ante el jefe superior de
Palacio, Marqués de la Torrecilla, el cargo de Gentilhombre de cámara
con ejercicio el alcalde de Sevilla D. Antonio Halcón y Vinent.
Necrología.— Durante el pasado mes de Octubre han fallecido: en
Madrid, el 2, D."" María de la Salud Ruiz y Ortiz, viuda de D. Desiderio
Martínez, madre política de D. Arturo de Navascués y Ligues, entusiasta
de los estudios genealógicos y uno de los primeros suscriptores á nuestra
Revista. Tanto á él como á su esposa D."* Concha Martínez, hija de la finada,
enviamos desde estas páginas la expresión de nuestro sentido pésame. El 4,
487
Revista de Historia y de Genealogía Española.
D."* María Ramos Power y Téllez de Sotomayor, emparentada con la En:-
peratriz Eugenia y con el famoso ingeniero francés Lesseps. El 12, D."* María
de la Concepción Fontes y Álvarez de Toledo, Marquesa viuda de Pejas.
El 22, D. Emilio de Alvear y Pedraja, Senador del Reino y Magistrado del
Tribunal Supremo. El 26, D. Rafael Echagüe y Méndez de Vigo, Coronel
de Infantería, hermano del Teniente General Conde del Serrallo y de la
Marquesa viuda de Somosancho. Estaba casado con D.'^ Manuela Alemany
y Guzmán de Villorio. El 29, D. ' María del Pilar Sánchez de Ocaña y Vici-
tir, Marquesa viuda de Nerva y de Oliva. El 31, D. Bernardo Rengifo y
Goicochea, ex Senador del Reino, casado con D. ' Isabel Vargas-Machuca
y Van-Halen.
—En La Laguna (Canarias), á la avanzada edad de noventa y ocho años,
D." Florentina de Nava y Llarena, hija de los sextos Marqueses de Villa-
nueva del Prado, de Aciálcazar y de Torrehermosa, y tía de nuestro dis-
tinguido amigo D. Tomás Tabares de Nava, á quien acompañamos en su
justo dolor.
—En la finca de la Hunde (Valencia), D.^ Isabel Ros de Glano de Page,
hija del General Marqués de Guad-el-Gelú; estaba casada con D. Luis
Page.
—En su finca Villa de Montserry, la señora D."* Edita Pla-Carreras Rase,
viuda de D. Andrés de Llauradó, madre de los Marqueses de Hijosa de
Álava y los señores de Ferrer Vidal.
— En Huesca, el día 21, D.José María Aysa y AUué, abogado de aquella
ciudad y perteneciente á una de las familias más antiguas y linajudas del
Alto Aragón. Estaba casado con D.' Adelina Serrate y no ha dejado su-
cesión.
— En Bilbao, el 25, D. Pablo de Alzóla y Minondo, Ingeniero de Cami-
nos, correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la de Ciencias
Exactas,* Físicas y Naturales, y Gentilhombre de Cámara con ejercicio. Reti-
rado de la política, donde figuró al lado de Silvela, llegando á ocupar con
gran competencia el cargo de Director general de Obras públicas, vivía en
Bilbao ocupado en trabajos y publicaciones científicas y literarias, no des-
deñando los estudios genealógicos y heráldicos, por los que mostró singu-
lar predilección.
A sus hijos los señores de Merry del Val y á sus sobrinos el Conde de
Castelblanco y señores de Gálvez-Cañero, damos nuestro pésame.
—En Burgos, el día 29, el venerable prelado D. Benito Murúa López,
Arzobispo de aquella diócesis. Era doctor en Sagrada Teología y Derecho
Canónico y un elocuentísimo orador sagrado.
El C. de L.
488
E\?l5Tñ DE HISTORIA
V DE GENEñLOQÍñ
ESPñÑOLñ
Núm. 11.
15 DICIEMBRE 1912:
ü& ca^Mo k la Orfleii fla Días Holiles t María Lia
BAJO EL MINISTERIO DEL PRÍNCIPE DE LA PAZ
(CONTINUACIÓN)
Cuando la Marquesa de Llano, D."* Isabel Parreño Arce y Valdés, así
escribía, no se dirigía ya al cofundador de la Orden, el ¡lustre y anciano
procer aragonés Conde de Aranda, sino á su joven sucesor en el Ministerio
D. Manuel Godoy, duque de la Alcudia, á quien la misma dama, particular-
mente, desde Viena, decía: «Ya son públicos en todas partes los aciertos
de V. E. en el Ministerio y su buen trato y afabilidad con todos.» Porque,
en efecto, por todas las cortes de Europa corría el concepto de que los Mi-
nistros de España Floridablanca y Aranda, como viejos, eran poco accesi-
bles y gruñones, y contra la meticulosidad del primero, que se arredró ante
la revolución de Francia, y la insensibilidad del segundo, que veía correr
impasible los sucesos sin precisar ninguna actitud de acción, el Duque de
la Alcudia había adquirido súbitamente un nombre prestigioso por haber
sido el primero que trató de salvar del filo de la guillotina á Luis XVI y á
María Antonieta, y no habiéndolo logrado, por haber tenido el bizarro atre-
vimiento de declarar la guerra á la Convención y de invadir victoriosa-
mente con Ricardos las fronteras de Francia.
Para explicarse la introducción de D. Manuel de Godoy en la intimidad
de los Reyes, hay que borrar todos los juicios formados desde que con la
hora rabiosa de la oposición llegó para él la hora de la desgracia, y devol-
ver á la historia sus atropellados prestigios. La introducción de Godoy en
la intimidad de los Reyes se originó tanto de la condición resuelta de sus
489 32
Revista de Historia
propias audacias cuanto de las del carácter particular que diferenciaba
moralmente á aquellos dos Monarcas.
En aquel augusto matrimonio estaban trocados los sexos. Desde Queluz
y la Ajuda escribía el P. Scio de San Miguel de su marido á María Luisa,
siendo Príncipes de la Corona: «Por lo que hace al Príncipe de Asturias,
van mudando de concepto en esta corte y no querrá V. A. creer cuan arrai-
gadas tienen muchas preocupaciones acerca de su persona, carácter y
genio, y cuánto he tenido yo que trabajar en algunos lances para desvane-
cerlas y persuadirles lo contrario, viendo la injusticia que hacían á su mérito
y buenas cualidades por contraer al estado presente muchas cosas que
serían travesuras y vivezas propias de la niñez, y por acumularle otras que
han llegado á mi noticia y falsamente, porque he visto lo contrario.
»Lo he visto pintar altivo, de mal corazón, precipitado, indómito, des-
aplicado y sin talento. Y aunque el Conde de Aveiras le defiende, he oído
decir también que á V. A. tiró una jicara; que sus entretenimientos y diver-
siones han sido hacer mal á todos y golpearlos con látigos como si fueran
bestias, y, por último, que hablaba mostrando poco amor á los portugue-
ses, y que Dios sabe lo que sería en faltando el Rey Carlos.»
Sobre las aficiones de Carlos IV á golpear, aunque en juego, á los que
le rodeaban, también el Conde de Aranda en su Diario de los desaires que
se le hacían por la Reina, recién heredada la Corona, algo refiere en varios
pasajes:— «Entrados al café, se puso el Rey á manosear á Híjar, y sufriendo
éste verdaderamente, chilló como dolorido. Yo no pude menos de son-
reirme. Lo observó la Reina, y dijo á Híjar: Mira cómo tu yerno se burla
de ti;— y yo respondí:— A'o, señora; que siempre le respeto.— Y S. M. se
sonrió entonces.»— «Se entraron SS. MM. al café, y primero al sólito á su
cuarto, donde se detuvieron más de lo regular. Salieron y el Rey empezó á
juguetear con Híjar, torciéndole un dedo y gritando el duque por su dolor.
Pasóse con el mismo juego á Peñafuerte, aunque algo distante, y le hizo
chillar mucho. Tomó el pañuelo blanco acostumbrado para las mangas de
la chupa, y se fué hacia la ventana, latigueando por tres ó cuatro veces á
las piernas de Pepe Arteaga, que también se quejó.»
Fuera de estas familiaridades con los tratados como de casa, en el mismo
Diario, también de Aranda, se encuentra este hecho: «Al volver á salir la
última vez para irse el Rey, se enfadó porque aún existían centinelas de
guardias de Infantería al pie de la escalera, y otros dentro de puertas,
diciendo haber mandado á los capitanes de ellas en la noche anterior que las
quitasen y no entrasen centinelas de puertas adentro, sino que las guardias
de Infantería hiciesen el servicio absolutamente de goteras á fuera; y aun-
490
y de Genealogía Española.
que S. M. iba á salir, mandó subir á los dos capitanes de guardias de Infan-
tería, les riñó con aspereza, y excusándose el español con no haberlo
entendido, le rempujó S. M. el hombro izquierdo, y medio volviéndole el
cuerpo, le d\\o:— Vaya y obedezca lo que mando.— Quedamos todos nos-
otros confusos de lo sucedido.»
Había realmente deficiencias en Carlos IV; pero la mayor de todas era,
y lo fué toda su vida, la falta de carácter.
Carecía de voluntad, y era servil pupilo del que á su lado adquiría cual-
quier género de ascendiente sobre él. De Príncipe, la Princesa le gober-
naba; de Rey, en el Trono, su Ministro; en la esclavitud de Bayona, Napo-
león y sus agentes; en la proscripción de Roma, su mayordomo San Martín.
La Reina, en cambio, era todo lo contrario; pensamiento, firmeza y eje-
cución.
Godoy conquistó el amor de uno y otro, sintiendo, pensando y ejecu-
tando como la Reina, y endosando á la apariencia de la iniciativa del Rey
las resoluciones que él le sugería. La Reina se sentía bien con aquel hom-
bre que, intérprete de su alma, le llevaba la mano hasta para escribir á sus
hijas. El Rey tenía absolutamente necesidad de aquel talento sumiso, que
le dispensaba de que pensase por sí, entregándole meditados y resueltos
los problemas difíciles del gobierno de su Corona: así regía su voluntad.
Y en el momento en que el duque de la Alcudia subió al primer Minis-
terio del Estado, no improvisando su posición ni la de los suyos, pues ya
su hermano mayor, D. Luis, era teniente general y protector de las letras,
como en sus versos le llamaba Forner; D. Diego, que fué Duque de Almo-
dóvar, era brigadier de Caballería, y su hermana D."" Antonia, por su enlace
con D. Miguel de la Grúa, era Marquesa de Branciforte, no existía en toda
España ningún otro hombre que hiciera todo lo á que él se atrevió, con-
quistándose á la vez el entusiasmo romántico de la Reina y el entusiasmo
romántico de la nación (1).
(1) La importancia de Godoy un año antes de suceder al Conde de Aranda en la pri-
mer Secretaría de Estado, está patente en el siguiente documento inédito al ser investido
del collar del Toisón. Solamente á los Monarcas se concedía esta solemnidad, y es justo
que se repare quién fué el padrino y quiénes los asistentes á la espléndida ceremonia:
«Don Juan Josef de Rozas y Drummond, Conde de Castelblanco, Mayordomo del
Rey, N. S., caballero pensionado de la Real y distinguida Orden española de Carlos III y
Consejero y Grefier de la insigne Orden del Toisón de Oro;— Certifico: que S. M. (que
Dios guarde), el Sr. D. Carlos IV de este nombre, por su Real decreto de 17 de Noviem-
bre del presente año, concedió el collar de la insigne Orden del Toisón de Oro al Exce-
lentísimo Sr. D. Manuel de Godoy y Álvarez de Faria, Rios, Sánchez Sarzosa, Duque de
Alcudia, Grande de España de primera clase, Regidor perpetuo de la ciudad de Santiago,
491
Revista de Historia
La Reina María Luisa, toda pasión, toda vehemencia, toda fuego, si
hubiese estado en lo posible, se habría presentado, armada como Belona,
en París; habría sacado los augustos prisioneros de la Conserjería, los hu-
biera cubierto con su escudo y habría anonadado á la revolución. Pero la
guillotina había sido implacable contra estos generosos pensamientos, y la
Reina, ávida de venganza, tendía sus ojos, encendidos por el llanto y el
furor, hacia Francia, y al dar el grito de ¡guerra! en un clamor infinito la
acompañaba el espíritu de toda España.
El Rey oía á Aranda y titubeaba; la Reina oía á Godoy y transmitía á
los alientos del joven Ministro el yelmo de hierro que no podía sentar sobre
su sien. La Reina y Godoy proclamaron la ¡guerra!, y su bizarra actitud
arrastró el alma de la nación. Á lo que Godoy se arrojaba no había en Es-
paña hombre capaz de arrojarse. Este es el sentido de la carta que desde
Viena le escribió en aquellos momentos la Marquesa de Llano, al darle para
Su Majestad las gracias por el honor de la banda de Damas Nobles. Y lo
que la Marquesa escribía, era lo que la opinión de todos los círculos trans-
piraba en Austria; y lo que la opinión transpiraba en Austria, respecto á la
actitud de la Reina y de Godoy en España, era lo que la opinión traspiraba
en Londres, en Roma, en Berlín y en Moscou.
¿Cómo la historia no ha de justificar, no sólo el Ministerio, sino el ascen-
diente del Duque de la Alcudia sobre aquellos Monarcas á quienes erigía
sobre las palmas de la opinión en Madrid en toda España, en toda Europa,
en medio de la lúgubre crisis de sangre que horrorizaba todo el conti-
nente?
Durante el curso y las vicisitudes de aquella guerra cayó sobre el Duque
de la Alcudia, por su carácter de primer ministro, un diluvio de pretensio-
nes é instancias para lograr la condecoración del nombre de la Reina, que
caballero de la insigne Orden del Toisón de Oro. gran cruz de la Real y distinguida espa-
ñola de Carlos 111, Comendador de Valencia del Ventoso de la de Santiago, Consejero de
Estado, Superintendente general de Correos y Caminos, Gentil hombre de Cámara con
ejercicio, Teniente general de los Reales Ejércitos, Inspector y Sargento mayor del Real
Cuerpo de Guardias de Corps, etc.— Y asimismo certifico que en el día 30 del referido
mes de Noviembre y año de la fecha le dio y puso S. M. el collar é insignia de la citada
Orden del Toisón en su Real Palacio del Sitio de San Lorenzo, siendo el padrino el
Excmo. Sr. Conde de Aranda, á cuya función asistieron en forma de capitulo S. A. R. el
Sermo. Sr. Infante D. Antonio y los Excmos. Sres. Conde de Aranda, antes citado, JVlar-
qués de Santa Cruz, Duque de Hijar, Marqués de Monteaiegre, JVlarqués de Villena, Prín-
cipe de Rafadale, D. Manuel Pacheco, Duque de Almodóvar, Marqués de Valdecarzana,
Duque de Vau-Guyon, Duque de Medinaceli y Santísteban, Conde de Altamira, D. Diego
de Noronha, Duque de Croy y de Havre, y Duque de Alba, Caballeros de la mencionada
Orden, nombrados por su antigüedad en ella...»
492
y de Genealogía Española.
despertó en toda la sociedad española la emulación más ardiente. De Bar-
celona llegaron las instancias de la Condesa de Santa Coloma y de la Mar-
quesa de Castelldosríus; de Zaragoza, la de la Duquesa de Alburquerque,
cuyo marido era capitán general de Aragón; de Córdoba, la de aquella
Marquesa de Guadalcázar y de los Hinojares, que todavía llenaba el ámbito
de España con sus méritos literarios; de Cádiz, la de la Marquesa de la
Victoria y del Real Transporte, que, así como Pascuala Tilly desde Carta-
gena, representaban las escalas superiores del generalato del mar, por sus
maridos, á la vez que el lustre de la sangre. En Madrid escribían expresi-
vos memoriales la Marquesa de Albudeyte, la Duquesa de la Roca, la Mar-
quesa de Cerralbo, la Condesa de la Oliva de Gaitán, la Condesa de Lalaing,
la Marquesa viuda de Culleras, la de Villanueva del Duero, la Condesa de
Villariezo, la del Socorro, la de Bajamar, jerónima Daoiz; la Condesa de
Quemes, la Condesa de Nieulant, la Duquesa de Arión y de Alburquerque y
otras damas de estos nombres.
Mas las promociones para las bandas de su Orden, no las renovaba la
Reina María Luisa con frecuencia, y para dictar sus decretos esperaba á
que exaltase aún más estas gracias la fecha de algún gran suceso político
nacional ó de alguna efeméride memorable en su augusta familia. Así, pues,
cada fecha de cada promoción se abrillantaba con la de alguno de estos
gratos recuerdos. La misma Orden fué fundada para conmemorar en 1792
el nacimiento del Infante D. Felipe María Francisco, que nació en Marzo de
dicho año y murió en Marzo de 1794.
En este año el número de damas que componían la Orden excedía bas-
tante de las treinta que preceptuaba el decreto de institución, aun sin con-
tar, como en él se prevenía, la Real persona de la fundadora, ni las damas
de la Familia Real, dentro de cuyo amplio criterio entraban las de otras
casas reinantes en Europa, por estar todas entre sí emparentadas y tener
una misma jerarquía soberana.
De las cuarenta y una que había en 1793, y cuarenta y dos con la Mar-
quesa de Llano, nombrada en este último año, sólo había dejado una va-
cante por óbito la Princesa Pío.
No obstante, la promoción de 4 de Abril de 1794 tuvo por objeto solem-
nizar el nacimiento de otro Infante, D. Francisco de Paula Antonio, así
como la de 16 de Septiembre fué para celebrar la paz firmada en Basilea
el 22 de Julio, con tanta popularidad en toda España para el joven ministro,
que tomó de ella el título inusitado en nuestra heráldica de Príncipe, como
la que había tenido para hacer la guerra. Del mismo modo, la de 1802, de-
cretada el 4 de Octubre en Barcelona, fué para festejar también el casa-
493
Revista de Historia
miento del Príncipe de Asturias, Fernando VII, con su prima lá Infanta Ma-
ría Antonia de Ñapóles.
En 1795 se pidieron gracias por el matrimonio del Infante D. Antonio y
de la Infanta María Luisa: ésta con el Príncipe de Parma, y aquél con la
Infanta María Amalia. No las hubo, aunque sí algunas particulares que
nunca cesaban.
Los archivos de la Orden, aun más que las listas de las agraciadas que
publicaba cada año el Kalendario manual y Guia de forasteros de Madrid,
demuestran el número y calidad de las pretendientes y el número de las
excluidas generalmente con la nota de para más adelante, aunque ese apla-
zamiento nunca se llegó á realizar para algunas. El número debía ser de
treinta, y*hubo siempre triplicado de condecoradas. Pero una institución,
que era la suprema representación pública del honor y del mérito en las
señoras que estaban en la cumbre social y que llevaba el nombre personal
de la Reina, al ser tan solicitada, patentizaba que aquel nombre augusto
era, en efecto, la representación más culminante del alto honor, como lo era
de la suprema dignidad.
Entre las excluidas, por los aplazamientos necesarios del número, se
notan nombres que arguyen el más alto respeto y el más depurado presti-
gio. Entre éstas se hallaban las Marquesas de Cerralbo, del Socorro, viuda
de Squilache, de la Lapilla y Monasterio, de la Hinojosa, de la Sonora, de
Guirior, de Campollano; las Condesas del Sacro Imperio, de Villamarciel,
de Casasola y de Campofranco; las generalas Fonsdeviela, Mendinueta y
Aristizábal, éste de Marina; la señora de Bouligny, mujer de nuestro minis-
tro en Constantinopla; la de Bañuelos, cuyo marido era secretario de la
misma Orden, y otras. Y diéronse casos de exclusión como los siguientes:
á la Baronesa de Santa Pau, alentada con el ejemplo de su suegra la Mar-
quesa de Castelldosríus, á quien se le concedió en el acto, se le contestó:
«Por ahora no se hacen tales gracias.^ El Duque de Rivas pidió la conde-
coración para su suegra la Marquesa de Villasinda, viuda de Andía y de la
Rivera, y el mismo día se le concedió. Muere ésta después, el Duque de-
vuelve la joya y pide la misma gracia para su mujer la Duquesa de Rivas y
para su cuñada la Duquesa de Veragua. Se decreta al margen de su instan-
cia: Al expediente, y no se vuelve á acordar.
Otros casos son más curiosos. A la Marquesa de Castellmoncayo se la
condecora, se la remite la joya y se da luego su nombre para la Guia de
forasteros de Madrid. ¿Qué ocurre después que se ordena borraria de la
Guía, y á ella se la oficia á Villacastín para que se abstenga de hacer uso
de la insignia, que se le recoge?
494
y de Genealogía Española.
Respecto á pretendientes, hay notas dignas de consignar. En los Memo-
riales á la Reina, cada pretendiente hacía relación de méritos propios ó de
familia. La Marquesa de Justiz de Santa Ana expone que su marido, maris-
cal de campo, después de haber servido en la expedición ala Luisiana, con-
tribuyó con 160.000 reales para el Hospicio déla Habana. Es desechada su
pretensión. La Condesa de Vallellano, también natural de la isla de Cuba,
ofrece un donativo de 400.000 reales por la banda que solicita. Se decretó
al margen del Memorial: «S. M. no vende estas gracias.»
Mayor revolución que entre las damas de la nobleza de la Península
produjo desde 1793 la posesión de la condecoración que llevaba el nombre
de la Reina María Luisa en las cortes de Europa. La Reina, en el acto de la
creación, incluyó en la Orden todas las Infantas sus hijas, la Princesa del
Brasil y las de Parma; después condecoró á las Princesas de Sajonia y á
todas las de Portugal. Un año más tarde, las de la casa de Ñapóles; más
tarde, las de Cerdeña y la Emperatriz de Austria, y en el penúltimo del rei-
nado de Carlos IV, á instancias del mismo Napoleón, á la Emperatriz Jose-
fina y á la Princesa Murat.
El mismo honor dispensó en 1794 á la Duquesa de Nemi, Costanza Fal-
conieri Braschi, sobrina del Papa Pío VI; en Portugal, á la Marquesa de
Oyra; en Austria, á la Condesa Rechterin y á la Condesa de Eltz, y en Italia,
á la Condesa de Palavicini, Ana de Anguisona, y á la Marquesa de Arriani,
Aurelia Canossa; en Parma, á la Duquesa Strozzi, y á las Condesas de
Arrighetti y de Peccore, en Florencia, y á la Condesa Orsola Conti y á la
Duquesa de la Floridia, en Cerdeña. Los Marqueses de Oyra, desde Lisboa,
se deshacían en finezas en sus cartas de agradecimiento, así para la Reina
como para sus ministros, y la Condesa Palavicini, expresando *suo giubbilo
e dolce sorpresa,» desde Parma, admitía la gracia, como «segni della cle-
mente munificenze deH'augusta ed inmortale Regina della Espagna.
Estas sorpresas no se preparaban sólo á las extranjeras. La Condesa
de Trullas, mujer del heroico general Ricardos, recibió la insignia, siguiendo
á su marido, en medio de los campos de batalla del Rosellón, donde victo-
riosos acampaban nuestros ejércitos; D."* María Caro, mujer del general
D. Ventura, en medio de las trincheras del Norte, donde recibía las balas
de los franceses al lado de su esposo. Las dos cartas de gracias rebosan
una infinita ternura.
Juan Pérez de Guzmán.
De la Real Academia de la Historia.
(Se concluirá.)
495
Revista de Historia
LA CASA DE LIGUES
La noble familia de Ligues es originaria del lugar de Larraun, en el valle
de Soule, de la Navarra francesa: allí constantemente recibidos en los em-
pleos honoríficos de república, con sepulturas propias en la parroquia de
San Juan, donde también gozaban de dos asientos distinguidos en el pres-
biterio, uno para el poseedor de la Casa y el otro para su mujer; eran lla-
mados para las Juntas generales del valle, y disfrutabanMe todas las honras
y preeminencias que gozaban los nobles, á cuya clase pertenecían como
originarios del valle, cuyos naturales desde tiempo inmemorial poseían
este privilegio.
La rama española se estableció á mediados del siglo XVII en Navarra,
viviendo al principio en Cortes, más tarde en Tudela, y desde 1732 en Cin-
truénigo.
Su apellido era Ligueche, que por la diferencia de pronunciación del
español al francés se convirtió en Ligues, que han seguido usando hasta la
actualidad. Constantemente recibidos en los Ayuntamientos, inseculados en
las bolsas de Alcaldes y Regidores, cuyos empleos disfrutaron en sus tiem-
pos los individuos de esta familia. La rama segunda ha probado su nobleza
el año 1789 para ingresar en la Orden de Carlos III D. Juan Manuel de
Ligues y Laborda, y ha sido elevada á la dignidad de Título de Castilla el
año 1864 en la persona de D. Tomás de Ligues y Bardají, nieto del ante-
rior, con la denominación de Marqués de Aíhama.
Las armas que usa esta familia son: escudo partido; primero, de sínople
el corazón de gules, atravesado de dos flechas, que son de Ligues; segundo,
de sable el corazón gules, acompañado de tres flores de lis de oro, que eran
las del lugar de Larraun y usadas por todos sus naturales.
El primero de este linaje, del que tenemos noticias y que podemos con-
siderar como tronco y origen de esta familia, fué:
I. Pedro de Ligueche, el Viejo, natural y vecino de Larraun, Señor y
dueño de la Casa de su apellido; casó en la iglesia de San Juan, del lugar
496
y de Genealogía Española.
de Larraun, el 18 de Septiembre de 1644, con María de Saraberri, y fué
su hijo:
II. Pedro de Ligueche y Saraberri, nacido en Larraun, bautizado en la
iglesia de San Juan el 12 de Abril de 1647.
Fué el primero que vino á vivir á España, estableciéndose en Cortes,
donde casó en su iglesia parroquial el 10 de Diciembre de 1677 con María
de Plano, natural de Cortes. Á poco tiempo de su casamiento se trasladaron
á Tudela, y aquí otorgó testamento Pedro de Ligueche el 12 de Enero
de 1690 ante el escribano Pedro Francisco Hernández; en él declara por sus
hijos á
1. Don Juan Francisco, que sigue la línea.
2 y 3. Doña Antonia y D." Agustina de Ligues y Plano, cuyos estados igno-
ramos.
III. Don Juan Francisco de Ligues y Plano, nació en Tudela, y fué bau-
tizado en su iglesia catedral el 22 de Junio de 1675; casó en la iglesia de San
Pedro de la misma ciudad el 22 de Enero de 1698 con D." María de Villa-
nueva, nacida en Tudela, bautizada en la iglesia de Santa María Magdalena
el 15 de Mayo de 1678. Era hija de D. Diego de Villanueva, natural de Tu-
dela, y de Z)." María Catalina los Arcos, y nieta paterna de otro Diego de
Villanueva y de Catalina Gómez, de familia noble establecida en Tudela y
originaria de Tafalla.
Otorgó su testamento D.^ María de Villanueva, siendo ya viuda, en Tu-
dela el 26 de Marzo de 1738, ante el escribano Pablo Antonio Remón; manda
ser enterrada en la iglesia de San Miguel, de aquella ciudad, en la sepultura
de los Villanuevas, donde tenían esculpidas sus armas: de azur la banda de
gules, fileteada de oro; un creciente de azur en jefe y una estrella del mismo
color, en punta.
Fueron hijos de este matrimonio:
1 .° Don Pedro de Ligues, que continúa la sucesión.
2.^ y 3.° Don Joaquín y D." Esperanza de Ligues y Villanueva, cuyos estados
ignoro. •
IV. Don PedÍío de Ligues y Villanueva, nació en Tudela, y fué bauti-
zado en la iglesia de Santa María el 30 de Junio de 1705. Casó en Cintrué-
nigo, en la iglesia parroquial de San Juan Bautista, mediante poder que
otorgó á favor de D. Miguel Alduán, el 1 1 de Febrero de 1732, con D.'' María
Antonia de Laborda, natural de Pamplona, bautizada en la iglesia de San
Juan el 28 de Octubre de 1709, hija de D. Vicente de Laborda, natural de
Susmión (Bearne-Francia), naturalizado en España, y de D." Juana María
497 33
Revista de Historia
de la Guardia, natural de Pamplona, nieta de D. Fernando de ¿aborde,
natural de Bastanés, y de D." Catalina de la Plaza, natural de Susmión,
segunda nieta dejean de Labor de Marens, jefe de la Casa noble de Laborde,
en el Bearne, y de Maria de Mesplés. Las armas de Laborde son: escudo
cuartelado: primero, degules, dos leones de su color, afrontados; segundo,
de oro, la encina de su color, acompañada de dos lobos empinantes; ter-
cero, de azur, la serpiente de su color, acompañada de tres cruces de San
Luis, y cuarto, de plata, tres estrellas de sable.
Á raíz de su casamiento se estableció D. Pedro de Ligues en Cintrué-
nigo, donde ejerció en distintas ocasiones los oficios de Ayuntamiento, en
cuyas bolsas de Alcaldes y Regidores estaba inseculado, por sentencia del
Real y Supremo Consejo de Navarra, desde el año 1748. El año 1756, á
nombre de su mujer y de sus hijos, litigó D. Pedro de Ligues su hidalguía y
uso de escudo de armas ante la Real Corte de Navarra, cuyo pleito fué ga-
nado en contradictorio juicio por sentencia dada en Pamplona el 4 dejunio
de 1756, testimoniada por Lucas de Riezu, escribano real (1).
Fundaron D. Pedro de Ligues y D." María Antonia Laborda un mayo-
razgo en cabeza de su hijo mayor D, Pedro Miguel y sus descendientes, y
extinguida esta línea que pasase á la de su hijo segundo D. Juan Manuel:
consistía el mayorazgo en casas, bodegas, aceiterías, huertos, importando
un valor de 20.000 ducados. La escritura de fundación del mayorazgo se
otorgó en Cintruénigo el 1.° de Junio de 1764, ante Francisco Iñigo, escri-
bano. Debió morir D. Pedro de Ligues poco tiempo más tarde. Su mujer,
D.' María Antonia Laborda, otorgó su testamento en Cintruénigo el 12 de
Octubre de 1767 ante Francisco Iñigo, escribano, y en él declara por hijos:
1.° Don Pedro Miguel de Ligues, que continúa la sucesión.
2." Donjuán Manuel de Ligues, que formó la línea siguiente, como veremos.
3.° Doña Juana María de Ligues y Laborda, nacida en Cintruénigo, donde casó
con D. Blas Antonio de Echeverría, natural de Calahorra, de quien tuvo á D.^ An-
tonia Echeverría y Ligues, quien casó con D- Atilano Ferrández y Fernández de
Heredia, capitán de Artillería, caballero del Hábito de Santiago.
V. Don Pedro Miguel de Ligues y Laborda, nació en Cintruénigo alre-
dedor de 1735; fué Familiar del Santo Oficio, ejerciendo en distintas oca-
siones los empleos de Alcalde y Regidor del Ayuntamiento de Cintruénigo.
Estuvo casado dos veces: la primera lo verificó en Corella con D.° Maria
Josefa Sesma y Gorraiz, de noble familia navarra, para cuyo efecto se firma-
(1) Archivo Histórico Nacional, Orden de Carlos 111, leg. núm. 391.
498
y de Genealogía Española.
ron las capitulaciones matrimoniales en la ciudad de Corella el 27 de Sep-
tiembre de 1759 ante el escribano Basilio Antonio Yanguas, en las que se
estipulaba habían de fundar los padres del novio un mayorazgo de 20.000
ducados, que disfrutarían á la muerte de sus padres.
Habiendo fallecido en Cintruénigo D." María Josefa de Sesma el 15 de
Febrero de 1802, volvió á contraer matrimonio D. Pedro Miguel de Ligues,
en Villafranca de Navarra, el 10 de Junio de 1805, con D.^ María Concep-
ción de Bobadilla, hija áe D.Juan Manuel deBobadílla, naturales de Villa-
franca y de D.'^ Juana de Zoco, natural de Sos.
Murió D. Pedro Miguel de Ligues en Cintruénigo el 9 de Agosto de 1811,
no dejando hijos del primer matrimonio y uno solo del segundo, que fué
VI. Don Pedro Domingo de Silos de Ligues y Bosadilla, sucesor en
los mayorazgos de su Casa, nacido en Cintruénigo el 20 de Diciembre
de 1806; fué Gentilhombre de cámara con ejercicio de S. M. la Reina doña
Isabel II, distinción que le fué concedida por haber tenido la honra de hos-
pedar en su casa á S. M. el rey D. Francisco de Asís en distintas ocasiones
que fué á tomar los baños de Fitero; murió en Madrid el 1.° de Marzo
de 1887, habiendo tenido de D." Vicenta Fernández de Ceballos dos hijos:
D. José María, que sigue la línea, y D/' Luisa, nacida en Madrid antes
de 1840 y muerta soltera en Barcelona el 20 de Septiembre de 1888.
VII. Don José María de Ligues y Fernández de Ceballos nació en Ma-
drid el 24 de Marzo de 1840; casó en Mondragón el 3 de Marzo de 1886
con D.° María de los Dolores de Aranguren y Alzaga, hija de D.Mateo de
Aranguren y González de Chavarrí, Conde de Montarrón, Caballero de la
Orden de Calatrava, y de Z)." María de la Concepción Alzaga y Emparán.
Murió D. José María de Ligues en Madrid el 24 de Diciembre de 1906, y de
su matrimonio ha tenido tres hijos:
1.° Doña María de la Concepción de Ligues y Aranguren, nacida en Mondragón
el 24 de Enero de 1887, que murió á los tres meses,
2.° Don Fernando de Ligues y Aranguren, que sigue, y
3° Don José María, Juan Manuel, Felipe de Ligues y Aranguren, nacido en Cin-
truénigo el 13 de Septiembre de 1890, Segundo'Teniente de Caballería en el Regi-
miento de Húsares de Pavía.
VIII. Don Fernando, Luis, José, Pedro, Mateo de Ligues y Aran-
guren, jefe hoy de la Casa de Ligues, en España; nacido en Madrid el 29 de
Abril de 1888, en la actuahdad cursando sus estudios en Deusto (Bilbao).
499
Revista de Historia
LÍNEA DE LOS MARQUESES DE ALHAMA
V bis. Don Juan Manuel de Ligues y Laborda, hijo segundo de don
Pedro de Ligues, núm. IV de esta genealogía, y de D." María Antonia La-
borda, nació y fué bautizado en Cintruénigo el 22 de Noviembre de 1737.
Fué Ministro honorario de la junta de Comercio y Moneda y caballero pen-
sionado de la Orden de Carlos III, cuyas pruebas de nobleza fueron aproba-
das el 13 de Febrero de 1790. Contrajo matrimonio en Cintruénigo, el 18 de
Enero de 1761, con D.'^ Joaquina María Ana de Navascués y Navascués,
nacida en el mismo pueblo el 20 de Diciembre de 1733, hermana de D.Joa-
qain José de Navascués, Caballero de la Orden de Santiago, Ministro del
Consejo de las Órdenes, Colegial del Mayor del de San Ildefonso de Al-
calá, Alcalde de ¡a Corte Mayor de Navarra y Oidor del Consejo, hijos
ambos de D.José de Navascués y Alfonso, Diputado del Reino de Navarra,
y de D." Manuela de Navascués y Zabalza, de una de las familias más an-
tiguas y nobles de la Ribera de Navarra.
Para este matrimonio se firmaron las correspondientes capitulaciones
matrimoniales en Cintruénigo el 10 de Enero de 1761, ante el escribano
Francisco íñigo, en las que donó su madre á la contrayente en la mitad de
sus bienes, no sujetos á mayorazgo, y la otra mitad para después del falle-
cimiento de aquélla. Murió D.' Joaquina de Navascués en Cintruénigo,
siendo ya viuda, el 28 de Octubre de 1806. Fueron hijos de este matrimonio:
1. Don Manuel de Ligues y Navascués, nacido en Cintruénigo el 20 de Diciem-
bre de 1761, t el 26 de Diciembre de 1764.
2. Doña María de Ligues y Navascués, nacida en Cintruénigo el 4 de Julio
de 1763, t el 13 de Julio de 1765.
3. Don Francisco de Ligues y Navascués, nacido en Cintruénigo el 4 de Octu-
bre de 1764, f niño.
4. Doña Maria de la Concepción de Ligues y Navascués, nacida en Cintruénigo
el 11 de Noviembre de 1765, f el 17 de Septiembre de 1784.
5. Doña María Manuela de Ligues y Navascués, nacida en Cintruénigo el 23 de
Noviembre de 1767, f el 11 de Julio de 1771.
6. Doña María Antonia de Ligues y Navascués, nacida en Cintruénigo el 1.° de
Abril de 1769, f el 3 de Julio de 1771.
7. Don Pedro Clemente de Ligues y Navascués, único superviviente entre todos
sus hermanos y por el que se continua la sucesión.
VI bis. Don Pedro Clemente de Ligues y Navascués, nació en Cintrué-
nigo el 23 de Noviembre de 1772, siendo bautizado al siguiente día en la
iglesia parroquial de San Juan Bautista, de la villa, siendo apadrinado por
500
y de Genealogía Española.
su tío carnal D. Pedro Miguel de Ligues. Siguió sus estudios en Madrid
en el Real Seminario de Nobles, en el que ingresó el año 1786. Fué Jefe
político de Cádiz y Pamplona y murió en Cintruénigo el 23 de Junio
de 1859.
Había casado en Graus (Huesca), el 12 de Marzo de 1804, con D.^ Joa-
quina Bardaxi y Azara, nacida en Graus, hija de D.José y de D.^ Mariana
Azara y Perera, hermana de D. Dionisio Bardaxi, Cardenal del Sacro Co-
legio, con el título de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, Gran Cruz de
Carlos III, Auditor de la Rota, Prior de la Colegial de Santa Ana, de Barce-
lona, y de D. Eusebia, Ministro de Estado en las Cortes de Cádiz, Emba-
jador en Turín, Londres y París, y Presidente del Consejo de Ministros.
Doña Mariana Azara y Perera era hermana de D. Eustaquio, Obispo de
Barcelona, y del célebre D.José Nicolás de Azara, Embajador de España
en París cerca del Directorio, Ministro de Estado, Gran Cruz de Carlos III,
Gran Cruz y Bailío de la Orden de Malta y primer Marqués de Nibbiano,
concedido por Fernando I de Parma (1).
Fueron hijos de D. Pedro Clemente Ligues y Navascués y de D."* Joa-
quina de Bardaxi y Azara:
1 . Doña Justa, Petra, Joaquina Ligues y Bardaxi, nacida en Cintruénigo el 28
de Mayo de 1805, quien casó con D. Francisco de Paula Espinosa de los Monteros,
de Buj alance (Córdoba) y tuvo á D. Teodoro y D.'' Concha Espinosa de los Mon-
teros y Ligues.
2. Doña Tomasa de Ligues y Bardaxi, nacida en Cintruénigo el 29 de Diciem-
bre de 1807, y debió morir niña.
3. Doña Juliana Joaquina de Ligues y Bardaxi, nacida en Cintruénigo y bauti-
zada el 27 de Enero de 1811, que casó con D. Carlos Otal y del Corral y tuvieron
á D.'' Joaquina, D." Pilar, D." Benigna, D." Angela, D. Luis y D. Marcelo Otal y
Ligues.
4. Doña Eladia Josefa de Ligues y Bardaxi, nació en Cintruénigo el 18 de Fe-
brero de 1813 y murió niña.
5. Don Higinio Ramón, nacido en Cintruénigo el 11 de Enero de 1815 y murió
el 22 de Abril del mismo año.
6. Doña Benigna, Dionisia, Catalina de Ligues y Bardaxi, nació en Cintruénigo
el 13 de Febrero do 1816, y casó con su primo segundo D. Rafael María de Navas-
cués y Bobadílla, Diputado á Cortes, Subsecretario de Gobernación, de cuyo ma-
trimonio fueron hijos D. Arturo, D. Ramón, D. Manuel, D." Victoria y D." María
de la Paz de Navascués y Ligues.
7.° Don Tomás de Ligues y Bardaxi, que continúa la sucesión.
(1) Mi querido amigo D. Gregorio García Ciprés ha publicado en el tomo II de la Re-
vista Linajes de Aragón un interesante articulo sobre los Azara, y en los números 1, 2,3 y
4 de este año otro sobre el linaje de los Bardaxi, ambos llenos de erudición, y que forman
un completo historial de ambas familias.
501
Revista de Historia
VII bis. Don Tomás de Villanueva, José de Ligues, Bardaxi, Navas-
cuÉs Y Azara, primer Marqués de Alhama, Senador vitalicio, Consejero
de Estado, Mayordomo de semana de S. M. la Reina D/ Isabel II, Gran
Cruz de Isabel la Católica y del Cristo de Portugal, Comendador de nú-
mero de la Orden de Carlos III, Caballero de la ínclita Orden Militar de
San Juan de Jerusalen, nació en Cintruénigo el 18 de Septiembre de 1818,
y fué bautizado al siguiente día en la iglesia parroquial de San Juan Bau-
tista, siendo apadrinado por su primo D. Benito Ferrández.
Siguió la Carrera diplomática, empezándola, una vez terminados sus
estudios, como Agregado diplo-
mático de número de los Estados
Unidos el 16 de Diciembre de
1837; Secretario de Legación en
Quito, Copenhague y Atenas; pri-
mer Secretario y Encargado de
Negocios en Turín, Florencia y
París, Subdirector de Comercio,
Director de Política y Subsecre-
tario del Ministerio de Estado.
Fué uno de los Plenipotenciarios
para ajustar el Tratado de paz
con Marruecos el año 1860, Mi-
nistro Plenipotenciario de primera
clase en la Confederación Germá-
nica, en el Gran Ducado de Hesse,
en el Ducado de Nassau, y final-
mente en Bruselas; Grefier y Rey
de Armas de la insigne Orden del
Toisón de Oro, Senador vitali-
cio, Consejero de Estado y Pre-
sidente de Sección en el mismo
alto Cuerpo.
En atención á sus relevantes servicios le fué concedida por S. M. la
Reina D."* Isabel II merced de título de Castilla con la denominación de
Marqués de Alhama por real decreto de 1.° de Marzo de 1864, de que se
libró el correspondiente Real despacho en 9 de Diciembre del mismo año.
Murió D. Tomás de Ligues y Bardaxi, Primer Marqués de Alhama , en
Madrid el 1.° de Abril de 1883 estando casado desde el 7 de Febrero
de 1863 que lo verificó en Madrid con D." Elvira Balez y de la Quadro,
502
Escudo de armas
del primer Marqués de Alhama.
y de Genealogía Española.
actualmente Marquesa viuda, Dama noble de la Orden de María Luisa, hija
de D. Juan Luciano Balez y Goicoechea y de D." Carolina de la Quadra y
Martínez de Aragón.
Hijos de los primeros Marqueses de Alhama:
1. Doña Joaquina de Ligues y Balez, que sigue la línea.
2. Doña María de Ligues y Balez, inmediata sucesora en el título de Marquesa
de Alhama, nacida en Madrid, donde casó el 10 de Mayo de 1894 con D. Rafael
González-Carvajal y San Martín, hermano del Conde de Casal, hijos ambos de
D. Rafael González Carvajal y Velasco de Mendieta, Intendente de Ejército, Dipu-
tado á Cortes, Maestrante de Sevilla, Académico de la Lengua, y de D."* Trinidad
San Martín y Gil; de este matrimonio es hijo:
a) Don Rafael González-Carvajal y Ligues, nacido en Madrid el 16 de Enero
de 1897.
3. Doña Cristina de Ligues y Balez nacida en Madrid, casada el 16 de Enero
de 1897 con D. Romualdo de Chavarri y López, hijo de D. Bernabé de Chavarri y
La Herrera y de D.* Tomasa López y Domínguez, y son sus hijos:
a) Don José de Chavarri y Ligues, nacido en Madrid el 28 de Noviembre
de 1897.
b) Doña María Cristina de Chavarri y Ligues, nacida en Madrid el 5 de Mayo
de 1900.
c) Don Tomás de Chavarri y Ligues, nacido el 31 de Enero de 1903.
4. Doña María de la Concepción de Ligues y Balez nacida en Madrid, casada
el 10 de Junio de 1897 con D. Mariano López de Ayala y Jove, hijo de D. Francisco
López de Ayala y Dusmet y de D.* Mónica Jove y Alvaro, de la familia de los
Condes de dedillo, y son sus hijos:
a) Don Mariano López de Ayala y Ligues, nacido el 18 de Julio de 1898.
b) Doña Concha, nacida el 4 de Mayo de 1900.
c) Doña María, nacida el 6 de Febrero de 1901.
d) Don Manuel, nacido el 4 de Febrero de 1902.
e) Doña Carmen, nacida el 4 de Mayo de 1904.
f) Don Antonio, nacido el 13 de Noviembre de 1906.
g) Doña Joaquina, nacida el 25 de Mayo de 1908.
h) Doña Soledad, nacida el 25 de Mayo de 1910.
5. Doña María de los Dolores de Ligues y Balez, nacida en Madrid , casada el
14 de Febrero de 1901 con D. Juan Chicheri, Ingeniero agrónomo, hijo de D. Juan
Chicheri y Urrea y de D.^ Avelina Caro y Vélez; son sus hijos:
a) Doña María de los Dolores Chicheri y Ligues, nacida en Madrid el 6 de
Mayo de 1902.
b) Doña María del Perpetuo Socorro, nacida el 1.° de Diciembre de 1903.
c) Donjuán Bautista, el 13 de Octubre de 1905.
d) Don Joaquín, el 1.° de Junio de 1907.
e) Don Andrés Avelina, el 9 de Mayo de 1909.
f) Don Ricardo, el 1.° de Noviembre de 1911.
6. Doña María del Carmen de Ligues y Balez, nació en Madrid, casada el día
16 de Abril de 1903 con D. Manuel Aguilera y Pérez de Herrasti, Marqués de Flores-
Dávila, inmediato sucesor en el título de Marqués de Cerralbo y la Grandeza de
España á él anexa.
503
Revista de Historia
Murió la Marquesa de Flores-Dávila el 27 de Julio de 1909, dejando de su ma-
trimonio tres hijos:
a) Don Manuel María.
b) Don Gerardo María, y
c) Doña María del Carmen de Aguilera y Gamboa.
VIII bis. Doña Joaquina de Ligues y Balez, segunda y actual Marquesa
de Alhama, nació en Madrid y casó el 6 de Mayo de 1888 con D. Ramón
Seoane y Ferrer, Marqués de Seoane, Vizconde de Morata, Caballero Gran
Cruz del Mérito Naval y C. de la Real Academia de la Historia, hijo de don
Juan y de D." Aurora Ferrer y Álvarez, Marqueses de Seoane; de este ma-
trimonio fué hijo:
a) Donjuán Seoane y Ligues, nacido en Madrid el 4 de Febrero de 1889: murió
en Madrid el 5 de Abril de 1907.
Santiago Otero.
Noviembre de 1912.
504
y de Genealogía Española.
HA HOBüEZA TRADlCIOlSlñUt
Con todo el respeto que merece el sabio autor de El secreto del éxito,
R. P. Ruiz Amado, por su carácter sacerdotal primero, individuo de la
Compañía de Jesús y eminente escritor, no podemos menos de detenernos
con profundo asombro ante el artículo 22 de la mencionada obra, Colección
de pláticas de quince minutos con los jóvenes de quince á veinte años, en
el cual aborda el problema de la nobleza tradicional ó histórica, bajo el
epígrafe La verdadera nobleza, contra aquello que ha sido siempre honra
de la familia y de la estirpe, á pesar de cuantas vicisitudes han pasado las
sociedades y los pueblos en la Historia.
Dice así el mencionado artículo, textual y gráficamente:
«En los artículos anteriores hemos considerado las circunstancias de
familia, que pueden influir notablemente en la profesión que á un joven le
convenga. Pero antes de entrar en el examen de otro orden de condiciones
particularmente decisivo, no podemos dejar de lanzar una mirada de com-
pasión y una sonrisa de menosprecio sobre otras consideraciones familia-
res, que no se refieren á la fortuna, ni á los talentos, ni á los empleos de
los padres, sino al rango, al abolengo, á la sangre, á los pergaminos, y á
no sé cuántas otras cosas anticuadas, ¡no tanto por la evolución social de
las instituciones y de las costumbres, cuanto por la decadencia de los mis-
mos linajes, los cuales se agarran desesperadamente á un pasado de que
no quedan sino vanas memorias!
»Todas las noblezas verdaderas se fundan en el valor personal que
tuvieron en algún tiempo los que las alcanzaron; sea valor militar, en las
guerras de conquista ó independencia; sea valor cívico, en la administra-
ción de los públicos intereses, ó sea talento en el comercio, con que los
antepasados granjearon su nombre y sus caudales. Pero cuando los cauda-
les han desaparecido y los talentos han degenerado, no queda de la nobleza
sino un nombre vano, inútil para la vida práctica. y perjudicial para aque-
llos que se niegan á hacerse cargo de las mudanzas de los tiempos »
505 34
Revista de Historia
Las ideas democráticas, tan generalizadas últimamente, aun entre los
católicos, han exacerbado esta tendencia contra la nobleza tradicional, tan
poco fundamentada como provista de cierta oposición un tanto agitada
y poco tranquila.
Séanos lícito hacer algunas consideraciones, tratando de establecer su
verdadero significado y el lugar que de derecho le corresponde ocupar en
la sociedad y en la gobernación de los pueblos bien organizados, por los
beneficios que pueden obtenerse al mantener en su puesto una clase de tal
representación; elevada en sus nobles aspiraciones, por su desprendimiento,
por el ejercicio de virtudes heroicas, y que por su historia no merece tan
severos juicios ni calificativos semejantes.
Cuando una democracia, que, según Renán, «ha sido la causa de la
debilidad militar y política de Francia» (1), de quien la hemos recibido, ha
socavado todo el tesoro de nuestras grandes tradiciones, vistiéndose, con
provocativo atrevimiento, las galas de un pasado que no es suyo, y que,
por regla general, en la mayoría de los casos, salvo las necesarias debili-
dades humanas, que se dan en todas partes, representa un mundo inmenso
de glorias, abnegaciones, sacrificios, esfuerzos de heroísmo, ríos de oro
entregados á la caridad ó la beneficencia, al arte, á todas las obras gran-
des, y ríos también de sangre, vertida generosamente durante un período
de tiempo que se cuenta por siglos, es más, que comienza con nuestra his-
toria y que formó una civilización que no ha sido derrocada más que por
vergonzosas apostasías, falsedades y cuanto han hecho las revoluciones
modernas; no parece que pueda lanzarse sobre la nobleza tradicional, que
tanta parte tuvo en este glorioso pasado, una mirada de compasión y una
sonrisa de menosprecio.
Existe hoy día, hija en parte de la incredulidad de estos tiempos— vicio
peor que la creduhdad de tiempos pasados,— una investigación histórica
tan exageradamente despiadada, que nos ha llevado á destruir por com-
pleto cuanto no va certificado por un documento auténtico y fehaciente, sin
tener en cuenta que muchas veces, casi siempre, envuelta entre las fabulo-
sas exageraciones que una admiración digna de todo respeto tejió con
amor y entusiasmo, existe un fondo de verdad que de ningún modo puede
ser desconocido, y apoyados en esta manera de ver las cosas han des-
echado una gran parte de tradiciones de todo género.
Otros, como en el caso actual, no ciertamente por razón de incredulidad.
(1) Reforme intellectuelle et morale.
506
y de Genealogía Española.
sino conducidos por un espíritu práctico y utilitario en demasía, tienen poca
cuenta de las que atañen á la familia, llamándolas «aprensiones intrínseca-
mente vanas y ridiculas» (1).
La familia, serie de generaciones no interrumpida, forma una cadena
creada por Dios, cuyos eslabones están soldados por la Naturaleza misma,
que en vano el individualismo moderno pretende romper. Esta solidaridad
indestructible es origen de una tradición que constantemente se elabora;
solidaridad y tradición de que participan, naturalmente, cuantos individuos
la componen. Y cuando es gloriosa y alcanza á ser histórica constituye lo
que se ha llamado siempre nobleza tradicional, muy diferente de la que
adquiere la persona, aunque ésta sea la base, pero mucho más grande, más
extensa, porque se refiere á la estirpe, que tiene perfecto derecho á ella,
como el individuo; que no dimana del privilegio; que, en último término, no
hace más que reconocerla cuando se otorga bien; que no adquiere todo su
valor más que con el transcurso del tiempo, aquella que los nobles más
nobles no reconocían recibida más que por la gracia de Dios.
Con frase verdaderamente imperecedera lo ha dejado escrito Donoso
Cortés: «La familia es un árbol que en su fecundidad prodigiosa produce
constantemente la ¡dea nobiliaria. »
La famiUa, que es además el primer elemento social, el fundamento de
todos los otros, á quienes nadie ni nunca se les ha negado el derecho de
proclamar su historia, sus tradiciones, sus glorias,*que no pueden vivir sin
ellas, ¿no podrá conservar las suyas como la ciudad, el Municipio y la
nación misma?
Y no sólo eso. Todo Estado bien organizado necesita tener en su
Gobierno representaciones de esos elementos sociales. ¿Quién representará
mejor el elemento familia que aquellos que han llegado á la cumbre por su
historia, sus hechos, por el ambiente de grandeza y de altura que sólo se
puede adquirir cuando se ha nacido en él? Esa será siempre la represen-
tación de la nobleza.
Ahora bien; ¿por qué no se han de tener en cuenta estas consideracio-
nes en todas las circunstancias de la vida?
¡La decadencia de la nobleza!. . ¿Y qué es lo que no está decaído en
esta época? No es ella la más responsable; ha perdido tanto ó más que las
otras clases sociales; es de las menos metalizadas. La sociedad actual, can-
sada de tanto servilismo, necesita sus abnegaciones, sus desprendimientos.
( 1 ) El secreto del éxito, pág. 201 .
507
Revista de Historia
su altura. Por eso precisa volverla á su primitivo esplendor, que perdió a!
contacto de las ideas modernas.
En nuestra patria ha habido un reciente movimiento de regeneración
enunciado atinadamente; infructuoso porque no se ha querido colocarla en
aquella independencia que le es necesaria dentro de las leyes para que
pueda tener vida propia é influencia valiosa, libertándola de los monopo-
lios que la tienen sujeta.
Trabajar para su resurgimiento lo mismo que el de las demás clases
sociales, será obra más armónica y fructuosa que pretender aniquilarla ó
desprestigiarla, porque las virtudes que le son propias la engendrarán
siempre allí donde no exista.
«En tiempo normal, dice el eminente Doctor en Teología M. Enrique
Delassus (1), el trabajo, después la moderación en los placeres y los goces
de la vida, producen el ahorro; el ahorro engendra la propiedad; la pro-
piedad conservada y acrecida por el imperio de sí mismo hace entrar en la
burguesía. La nobleza pide otras virtudes de un orden más elevado, la
justicia, el desprendimiento, la bravura y el honor...
»— Conquistaos la independencia, decía el Rey, y yo os daré la nobleza.
Cuando hayáis ganado lo suficiente para no tener necesidad de otros, el
honor más grande á que podréis aspirar será estar al servicio de la Nación
gratuitamente, sea como magistrado ó como militar. Pero os advierto de
antemano, que el día que pertenezcáis á la aristocracia no podréis aumen-
tar vuestro peculio. El noble no debe ganar más dinero. La constitución
fundamental del país declara todo comercio y todo oficio incompatible con
la nobleza.
«Gracias á esta constitución, gracias á estas costumbres, la antigua
Francia no conoció el imperio de la plutocracia que ahora nos subyuga La
gran ambición de entonces no era el llegar á ser millonario y para ello
sacrificar los recursos de familias enteras y con usurarios impuestos todo
un pueblo, sino llegar á obtener la gracia de ser admitido al servicio de la
Patria por el honor de servirla.»
El pueblo ó nación que no tenga otra aristocracia que la formada por
clases mercantiles, no alcanzará su mayor altura ni aun su regeneración.
Una clase intermedia sólo propietaria, se haría mercantil, y de hecho tiende
á hacerse tradicional y noble.
El éxito ha de buscarse más en los grandes ideales que en los grandes
(1) Vérités sociales et erreurs démocratiques, páginas 378 y 379.
508
y de Genealogía Española.
negocios, que al fin y al cabo sólo sirven para establecer un perpetuo
estado de guerra económica, señalado recientemente como uno de los
vicios de la civilización contemporánea por el Profesor de la Universidad
de Valencia, Doctor Gómez Ferrer, en su notable discurso de apertura del
presente año, cuando decía: «¿Qué importa al capitalismo que perezcan
instituciones seculares, llámense Monarquía, Iglesia, Aristocracia, si de la
destrucción y de los organismos que los sustituyan logra sacar nuevos pro-
vechos?
»Las mismas naciones, ¿no son sacrificadas á la codicia insaciable de
ese monstruo?»
Los nuevos Estados, cuando van teniendo historia, sienten la aspira-
ción de poseer una nobleza ó aristocracia de nacimiento que les mantenga
perenne el natural deseo de su grandeza y de su gloria.
«¿Se cree acaso que después de los ciento treinta y seis años transcu-
rridos desde la fundación política de la República Norteamericana— decía
Jorge Thiebaud en La Libre Parole de Agosto último— no se han formado
ya en su seno aristocracias que tienen alta conciencia de su superioridad?
»En primer lugar, no puede negarse la aristocracia del dinero. Ella
expone y pasea por los dos hemisferios, con una ostentación vecina á la
insolencia, sus archimillonarios más calificados, y por otra parte bochor-
nosa.
»Pero los que se conocen menos son, al otro lado del Atlántico, una
fuerza social considerable, con la cual está obligado á batallar el poder
republicano por su propia libertad de acción, obligado á contar y obligado
á tratar. Y esta fuerza, después de haber agotado todos los rendimientos del
régimen colectivo, será, por su propia comodidad y por su propia conserva-
ción, llevada á concebir el poder como se concibe en las viejas sociedades.
» Y será sostenida por otra aristocracia igualmente en vías de formación
en los Estados Unidos: la del nacimiento.
»Aunque á primera vista parezca paradógico, existe en plena democra-
cia yanqui una gentry, una nobleza, una casta, cuya herencia familiar se
enorgullece seguramente de remontarse á los primeros tiempos de la inde-
pendencia... Y escalonándose así desde la eclosión de la historia americana
hasta las más recientes ilustraciones, no es discutible que está pronta á for-
marse una aristocracia adecuada á esta historia.»
Cuando falten el caudal y el talento, aquél puede recuperarse y éste
puede aparecer de nuevo. Con que la dignidad no falte basta, y entonces la
propia historia es un acicate, el principal aliciente, el modelo que nos trans-
mite el rango, el abolengo, la sangre y los pergaminos.
509
Revista de Historia
«Todos los linajes de la tierra tienen sus crecientes y sus menguantes,
sus épocas de esplendor y decadencia, decía el R. P. Ruiz Amado á los
representantes de la raza latina de Buenos Aires en Mayo de 1910; mas á
pesar de estas últimas, su historia es de las más brillantes que se registran
en los anales del mundo... ¿Y por qué no se despertará la conciencia latina,
estableciendo una solidaridad íntima entre todas las repúblicas que proce-
den de una misma estirpe?» (1).
¿No podremos decir lo mismo de la familia, que es una estirpe y una
tradición?
Y á la nobleza caída ó perturbada, ¿no será mejor regenerarla infun-
diéndole nuevo aliento, para que, recordando su glorioso pasado, vuelva
otra vez con esfuerzo vigoroso á conquistar el lugar que le corresponde, en
vez de ridiculizarla con los calificativos de «hidalga, miseria y proletariado
de sangí^e azul»? (2).
Cuando llega la hora del descenso, puede quedar y debe quedar á la
nobleza tradicional, que tan bien fustigó el P. Coloma sin menospreciarla
ni desconocerla, lo que le quedaba á aquella noble y aristocrática madre
de Fray Francisco, representante del arruinado linaje de Cisneros, sentada
dignamente en la tradicional cociria de su vieja casa solariega, sin que la
miseria alterase sus maneras señoriles ni las levantadas ideas, fuerza y vir-
tud bastantes para educar nobilisimamenie al que más tarde había de sos-
tener el honor y la grandeza de la Patria.
Barón de La Linde.
(1) Discurso pronunciado en la Academia del Plata. Razón y Fe, Septiembre, 1910.
(2) El Secreto del Éxito, pág; 201.
510
V de Genealogía Española.
CASAS AÍTDALUZAS
LOS PONCE DE LEÓN
(continuación)
IV. Don Juan de Saavedra Ponce de León, hijo segundo del segundo
matrimonio de D. Rodrigo Ponce de León y de su mujer, D." Elvira de
Zúñiga; llevó el nombre de su bisabuelo materno D. Juan Arias de Saave-
dra, señor del Castellar y el Viso. Fué Alcaide de la fortaleza y Capitán de
la gente del Duque, en la Villa de los Palacios, sirviendo á aquél, como
deudo cercano de su casa; casó con D." Luisa Núñez de Prado, natural de
Marchena, cuñada de su hermano D. Enrique, como hija del capitán Diego
Núñez de Prado, Alcaide de la Mota de la villa de Marchena; tuvo por
hijo á
V. Don Francisco de Zúñiga Ponce de León, quien tomó, así como su
hijo y otros descendientes el apellido Zúñiga, de su abuela. Sólo sé que casó
en Sevilla con D." Bárbara Méndez, de quien no dice más D. Juan Ramírez
de Guzmán, autor del Nobiliario inédito de las Casas de Sevilla (1), y fue-
ron sus hijos:
\° Don Juan de Saavedra Ponce de León, quien, según el mismo autor, casó en
Utrera, sin sucesión.
2° Don Luis de Saavedra Ponce de León.
3.° Don Cristóbal de Zúñiga Ponce de León, que sigue:
VI. Don Cristóbal de Zúñiga Ponce de León, de quien sólo sabemos
casó en el Arahal, según dice una nota marginal del citado Nobiliario, y
fueron sus hijos:
(1) Relación de los linajes y descendencias de algunos ricoshombres y caballeros que se
hallaron en la conquista de Sevilla y fueron repartidos en ella, por D. Juan Ramírez de
Guzmán, veinticuatro de Sevilla. Mss., folio, año 1658.— Biblioteca Nacional, Sala de
Mss,, 18.020. (El cap. XII se titula: «Repartimiento á D. Juan Pérez Ponce, lo que se entiende
de este apellido y linaje.»)
511
Revista de Historia
\° Don Antonio de Zúñiga Ponce de León, Alcalde ordinario por el estado
noble de Utrera, donde estaba casado; lo cita D. Pedro Román Meléndez en su
obra Epílogo de Utrera, sus grandezas y fiazañas gloriosas de sus tiijos (Se-
villa, 1730, pág. 131) como uno de los diputados para la salud en la grande epide-
mia del año 1640.
2.** Don Francisco de Zúñiga Ponce de León, que sigue
VII. Don Francisco de Zúñiga Ponce de León, natural y vecino del
Arahai, donde casó con D." Ana de Vargas: tuvo por hijos á
1 .° Don Bartolomé de Zúñiga Ponce de León, que sigue
2." Don Rodrigo Ponce de León y Zúñiga.
3.° Doña Ana Ponce de León, que casó con D. Rodrigo Caro, ilustre caballero
de Carmona.
VIII. Don Bartolomé de Zúñiga Ponce de León, Alcalde por el estado
noble en el Arahai, año 1681; casó en esa villa con D." María de Lasarte,
bautizada en la Puebla de Cazalla el 5 de Julio de 1647, hija de D. Fran-
cisco Moreno de Guerra, Capitán de Infantería en la frontera de Portugal,
natural de la Puebla de Cazalla, casado en el Arahai el 15 de Octubre
de 1645 con D.' Juana de Ojeda Ponce de León que era de Paradas, é hija
de Bartolomé Díaz de Ojeda y de D.' Catalina Ponce de León; nieta de
Juan Moreno de Guerra y de D." María de Torres y Lasarte; bisnieta de
Francisco de Guerra Moreno y de D." Inés Ruiz del Río; tercera nieta de
Juan Moreno y Juana García de Guerra y cuarta nieta de Juan Moreno y
Francisca Hernández: de quien tuvo á
1.° Don Francisco de Zúñiga Ponce de León.
2." Don Enrique Ponce de León.
3.° Don Juan de Saavedra Ponce de León.
4." Don Manuel Ponce de León.
5." Doña María Ponce de León, que casó con D. Juan de Vargas.
SEÑORES DEL HEREDAMIENTO DE PILAS
III. Don Juan Ponce de León, hijo de D. Enrique Ponce de León y de
D."* Francisca de Saavedra; sirvió á la Casa de los Duques de Medina,
quienes le casaron con D." Leonor de Toas, hermana de la primera mujer
de su hermano D". Rodrigo, ambas señoras damas de la Casa del Duque de
Medina Sidonia y nietas del Secretario del mismo Duque: tuvo por hijo á
IV. Don Juan Ponce de León, veinticuatro de Sevilla, quien, según dice
D. Juan Ramírez de Guzmán, casó en Sevilla con D." Beatriz Ponce de
512
y de Genealogía Española.
León, hija de D. Pedro Ponce de León y de D. ' Isabel de Orta, niet^ de don
Juan Ponce de León, llamado el Bermejo, y de D.'^ Isabel de Canto, y bis-
nieta de D. Pedro Ponce de León, hijo mayor del segundo Conde de Arcos,
de quienes ya dije. De esta unión fueron hijos:
1 ." Don Pedro Ponce de León, que sigue.
2.° Don Juan Ponce de León, que casó con D.^ Beatriz Ponce de León, su so-
brina; no dejó sucesión.
3.° Doña Catalina Ponce de León, que casó con D. Pedro Osorio de los Ríos, y
tampoco tuvo sucesión.
V. Don Pedro Ponce de León, veinticuatro de Sevilla, Señor de la Casa
y heredamientos de Pilas en sucesión á su abuelo D. Pedro, cuyo nombre
llevó. Litigó el año 1544 la Casa de Bailen siguiendo el pleito que empren-
dió su padre y otros contra el Duque de Arcos. Casó en aquella ciudad con
Z)." Constanza de Almansa, hija de Hernando de Almansa y de D/ Cons-
tanza de Alcocer. Á D. Pedro le fué devuelta la imposición de la blanca de
la carne en cantidad de 800 mrs. por. el año cumplido en fin de Diciembre
de 1571, como á caballero hijodalgo notorio, según libramiento de 18 de
Marzo de 1572, por el receptor Diego del Postigo. Tuvieron por hijos á
1.° Don Juan Ponce de León, Alcalde mayor de Sevilla, que era llamado Candi-
leja; murió sin sucesión.
2.° Doña Beatriz Ponce de León, que casó con su tío carnal D. Juan Ponce de
León, como dijimos; sin sucesión.
3." Doña María Ponce de León, que casó dos veces: la primera con D. Pedro
Maldonado de Saavedra, hijo de D. Melchor Maldonado y de D.'' Mariana Ortiz
Melgarejo, y la segunda con D. Fernando Enríquez de Ribera, nieto del Duque de
Alcalá.
4." Doña Constanza Ponce de León, que casó con D. Bartolomé Maldonado,
veinticuatro de Sevilla, de quienes fueron hijos: 1.° D. Pedro Maldonado Ponce de
León, veinticuatro de Sevilla, caballero de la Orden de Calatrava (año 1643), bau-
tizado en San Vicente, de Sevilla, el 16 de Noviembre de 1618, siendo padrino el
Marqués de Alcalá, y 2 " D.-' Juana Maldonado Ponce de León, que casó con Don
Fernando de Mendoza, veinticuatro de Sevilla, caballero de la Orden de Santiago,
con sucesión.
Con éstos damos fin á la generación de D. Enrique Ponce de León, hijo mayor
del Conde de Arcos y de Catalina González.
Del Conde de Arcos, D. Juan Ponce de León, y de Catalina González,
además de D. Enrique, cuya sucesión acabamos de referir, fueron hijos:
1." Don Lope Ponce de León, caballero de la Orden de Santiago y Comendador
e:i ella de Estepa, llamado en quinto lugar por el Conde, su padre, á la sucesión de
la Casa y Estados de Arcos; por su testamento fué heredado por él con grandes
bienes en la villa de Utrera, de donde fué vecino, donándole las casas que tenía
513
Revista de Historia
aquél en dicha villa; el donadío de Valcargado, que rentaba 20 cahíces de pan ter-
ciado, el donadío de Jaime Pérez, que rentaba 30 cahíces; el donadío de la Higuera,
arrendado en 12 cahíces; todo lo cual compró el Conde de D. Fernán Ponce de
León, su hermano, Comendador mayor de Alcántara, con licencia de D. Gómez de
Casares, Maestre, y de los Comendadores y Freires de la Orden. También le dejó
la mitad del donadío de Pinganillos, arrendado en 1.000 maravedís; la casa y casti-
llo de Cuartos, junto á Sevilla, con los donadíos, pan y dehesas que había comprado
de D.'' Leonor de Zúñiga, su prima, y las tierras que compró de D.Juan de Pineda y
de Martín Rodríguez, que todo rentaba 60 cahíces de trigo, 60 gallinas y 120 cargas
de pasas; 30.000 maravedís de juro perpetuo en las rentas del pescado fresco, fruta
verde, uvas y flores de la ciudad de Sevilla, y 20.000 maravedís en las jabonerías,
de la renta de 45.000 maravedís que había comprado de sus sobrinos D. Pedro En-
ríquez. Adelantado mayor de Andalucía, y de D.^ Beatriz de Ribera, su mujer; por
último, le dejó las tres casas con sus huertas, que había comprado el Conde en
Sevilla, del Jurado Diego Martel, en la colación de Santa Catalina. Sirvió D. Lope
al Marqués de Cádiz, su hermano, en las gloriosas empresas que por su iniciativa
tuvieron lugar contra los moros, y alcanzó muerte digna de un caballero en la des-
graciada entrada de las Axarquias de Málaga el 21 de Marzo de 1483, siendo joven
de veinticinco á treinta años. Gil Muñoz, vecino de Marchena, bisnieto de Ana
Rodríguez, hermana de Catalina González, y anciano de sesenta y ocho años, de-
claró en el de 1582, en las pruebas para caballero de Santiago de D. Luís de
Godoy, descendiente de D.'' Sancha Ponce de León, y dice haber oído á su abuela
que cuando marcharon á la guerra D. Lope, D. Beltrán y D. Istropo, mandó Cata-
lina González, su madre, que si murieran en ella trajeran sus cuerpos salados para
darles sepulturas, como se hizo así por haber muerto en la guerra D. Lope y don
Beltrán, y fueron enterrados en el Monasterio de Franciscanos de Santa María de
Gracia, extramuros de Marchena, donde descansan sus restos. Le casó el conde
D. Juan, siendo muy joven, con D." Catalina de Perea, hija del Alcaide de Morón
Juan de Perea, que también lo fué de los Alcázares de Jerez y valiente capitán, muy
nombrado en su época, con varias menciones en las crónicas de sus contemporá-
neos. De su casamiento sólo dejó un hijo, D. Juan Ponce de León, que heredó la
casa y heredamiento de su padre en Utrera, y murió joven, encargando á su madre
la fundación del nombrado Hospital de la Resurrección en sus casas principales de
la villa de Utrera. Cumpliendo la voluntad de aquél, su madre, D.^" Catalina de
Perea, por su testamento otorgado ante el escribano de Utrera Rodrigo de Arcos
el 22 de Agosto de 1522, hizo la fundación del citado Hospital, dotándolo con todos
sus bienes y haciendo una extensa disposición de obras pías y mandas, en exten-
sas cláusulas cual era su voluntad; nombró patronos perpetuos de la fundación á
Juan de Perea, hijo de su hermano Pedro de Perea, vecino de Jerez, y de D.* María
Galindo y á sus descendientes; á Juan de Perea, hijo de Diego López de Carrizosa
y de D.'' María de Perea, hermana de D.'' Catalina, también vecinos de Jerez, y á.
sus'descendientes. En el mismo documento encarga se ponga una lápida sobre la
sepultura del alcaide Juan de Perea, su padre, la cual se conserva hoy empotrada
en la pared, lado del evangelio de la nave de la iglesia de San Juan de los Caba-
lleros, de Jerez, y grabado sobre la piedra el escudo de sus armas, como se ve en
el dibujo unido.
2.° Don Eutropio Ponce de León, cuya línea continúa.
3." Don Beltrán Ponce de León, hijo cuarto del conde D.Juan en Catalina Gon-
zález, fué llamado en séptimo lugar á la Casa y Estados de Arcos, y heredado por
514
y de Genealogía Española.
EM.6'DIVDP'
a^^ c^3(^p
^
^^_^^_^='
su padre con los donadíos del Herrador, arrendado en 30 cahíces de pan terciado^
el de Antón de Iglesias, el de Miguel de Uceda y el de Camargo, situados todos en
el término de Utrera, y que rentaban 50 cahíces
y medio de pan terciado, los cuales había com-
prado el Conde de su hermano D. Fernán Pé-
rez Ponce; también le deja el donadío de Al-
badalejo, que había comprado de Alfonso de
Cantalejos; el del Derramadero, que le había
vendido Martín Gómez de Porras, con sus de-
hesas, prados, pastos y rentas en el término de
Carmona; 20.000 maravedís de juro en las ren-
tas del pescado seco, cal, teja y mercadillo de
Sevilla, y 5.000 maravedís en la jabonería de
la misma ciudad. /V.urió joven, soltero, y en la
misma ocasión que su hermano D. Lope, en las
Axarquias de Málaga el 21 de Marzo de 1483, y
su cuerpo fué llevado á sepultarse en el Mo-
nasterio de Santa María de Gracia, extramuros
de Marchena. según disposición de su madre.
4." Doña Constanza Ponce de León, que
fué primera mujer de Fernán Darías de Saave-
dra, tercer Señor del Estado de Castellar y el
Viso, Alfaqueque mayor de Castilla y Alcaide
de Alcalá de Guadaira, hermano de D." Cata-
lina de Saavedra, mujer de D. Enrique Ponce
de León, como ya vimos, y tuvieron por hijo á D. Juan Arias de Saavedra, cuarto
señor del Castellar y el Viso y primer Conde del Castellar (1538), caballero de la
Orden de Santiago, Alguacil mayor de la ciudad de Sevilla y del Santo Oficio, casado
con D.^ María de Guzmán, con sucesión en los Condes del Castellar, Marqueses de
Rivas, hoy Duques de Rivas, Condes de la Torre, Marqueses de Moscoso y otras
Casas ilustres (1).
5." Doña Sancha Ponce de León, hija menor del Conde y de Catalina González,
fué casada con Juan de Godoy, Comendador de Estepa y caballero de la Orden de
Santiago, Veinticuatro y vecino de Córdoba, y cofrade en ella de la ilustre Her-
mandad de la Caridad de Nuestro Señor Jesucristo (recibido con su mujer el 15 de
Febrero de 1504), señor del mayorazgo que le fundó su padre Luis de Godoy, céle-
bre Comendador de Almodóvar del Campo por la Orden de Calatrava, de la que
era caballero, cuyo mayorazgo se componía del castillo de Alhonoz, un juro perpe-
tuo, situado en las rentas de la villa de Carmona, la huerta del Rey y otros bienes
en Córdoba. De este matrimonio hubo ilustre descendencia en Marchena y Cór-
doba,
Lápida sepulcral
del Alcaide Juan de Perea.
(1) Memorial de la calidad y servicios de D. Juan de Saavedra Alvarado Remirez de
Arellano, señor de las villas de Poveda y Moscoso y mayorazgo de Loreto y Alvarado. En
Madrid, año MDCLI (por D, José de Pellicer de Tovar).
515
Revista de Historia
LÍNEA DE LOS MARQUESES DEL CASTILLO DEL VALLE
IL Don Eutropio Ponce de León, caballero de la Orden de Santiago y
comendador en ella de Almendralejo, Veinticuatro de Jerez de la Frontera:
fué llamado por el Conde su padre, en sexto lugar, á la sucesión de la Casa
de Arcos, y le heredó por su testamento; con el lugar de Merlina y su juris-
dicción, con las casas, huertos, molinos de aceite, jabonerías, olivares, tierras
y rentas á ella anejas y 3.000 maravedís que compró el Conde al Jurado
Juan Ortiz en la dehesa de Verdugo; el donadío de la torre de Lardín; el de
Siete-cabezas; el que había comprado de Diego Jiménez de Frías, vecino
de Sevilla; el que le había vendido Leonor López de los Tocados; el de
Juan de Sancedo y el de Cristóbal Rodríguez de las Casas, situados en
término de Carmona y 20.000 maravedís de juro perpetuo en las rentas del
pescado sec^ leña y carbón. Vino á poseer por compra otra finca impor-
tante, cabeza de Marquesado que fué posteriormente, el donadío del Cuer-
vo, término de Jerez, al linde del término de Lebrija, comprado á D.' Te-
resa de Zurita, mujer de Pedro de los Ríos, según escritura que se otorgó
en Córdoba ante el escribano Gómez González el 1." de Noviembre de 1480.
Nació D. Eutropio, según cálculos, poco después del año 1460; pues en
dicho año, estando el Conde D.Juan, su padre, en Francia, ganó una batalla
en sitio próximo á una ermita dedicada á San Eutropio en la Rochela, á
cuyo Santo se encomendó, ofreciéndole, á cambio dé su protección, fundar
un lugar en sus estados bajo su patronato, y elevarle la iglesia parroquial
con su advocación. Según la tradición y los documentos que se conserva-
ban en la iglesia de Paradas, este es el origen de esta villa, y, según deduzco,
el del extraño nombre que puso á su hijo. Sirvió, como todos sus herma-
nos, al Marqués de Cádiz, salvándose en la derrota de las Axarquias de
Málaga, donde murieron sus hermanos D. Lope y D. Beltrán y su sobrino
don Lorenzo, y en la que quedó prisionero su hermano de padre D. Diego y
otros muchos parientes cercanos y servidores de la Casa del Marqués. Casó
en la ciudad de Jerez de la Frontera, según deduzco, hacia el año de 1470,
siendo aún muy niño, con /)." Catalina de Vera, hija de Pedro de Vera,
llamado el Bermejo y el Comendador, por tener la encomienda de Almen-
dralejo en la Orden de Santiago, Veinticuatro de Jerez, y de D." Juana de
Zurita, hija de Fernando Alfonso de Zurita, tercero de su nombre, Regidor
de Jerez, Vasallo del Rey,y de D.^ Juana García de Colsantos, hija de Juan
Fernández de Colsantos, vecino de Sanlúcar de Barrameda, según se acre-
516
y de Genealogía Española.
dita por el testamento de Fernando Alfonso, otorgado ante Gonzalo Román,
escribano de Cabildo de Jerez, el 20 de Agosto de 1457,
En el cabildo de la ciudad del día 30 de Enero de 1470 fué recibido
por Veinticuatro, por renuncia que hizo de este oficio en él, su suegro Pedro
de Vera, con cédulas reales que para ello tenía, y asimismo heredó la enco-
mienda que éste gozaba, la cual tenía casas y rentas en la ciudad de Jerez
desde el repartimiento hecho por la reconquista de la ciudad. Dejó la vein-
ticuatría en Octubre de 1483, cediéndola á Ñuño de Villavicencio. Casó
segunda vez con D." Mariana de Trujillo, hermana del Veinticuatro Fran-
cisco de Trujillo, hija de Pero Esteban de Trujillo y de Inés Martínez, y la
tercera vez con £)." Beatriz de Figueroa, hija de Alvar Núñez Cabeza de
Vaca y de D.'' María Alvarez Osorio. Falleció D. Eutropio hacia el año 1526;
pues, como veremos, en este año se hizo la división de sus bienes, dando
origen á un pleito entre sus hijos y nietos. Había otorgado un curioso tes-
tamento en Jerez: D. Estropo Ponce de León comendador y caballero de la
Orden del S/ Santiago con licencia del Rey nuestro Sr. como Maestre de
la dicha Orden, en el que se decía vecino en la collecion de Sant Mateos y
estando enfermo... mando que mi cuerpo sea enterrado en el Monasterio
de Santo Augustin de la ciudad de Seuilla extramuros della en la sepoltura
donde está enterrado don Enrrique, mi hermano... y... me sean dichas las
honrras y acequias de mi enterramiento según que lo suelen facer á los
otros fijos legitimas del Sr. Conde don fuan mi padre. Para que el Prior y
frailes tengan cargo de rogar á Dios por mi ánima y por mi padre y madre y
mis descendientes manda tres mili maravedís en cada un año perpetuamente
sobreunas tierras en Plunes, las cuales habían de llevar siempre este cargo.
Declara su primer casamiento y que no llevó dote ninguna su mujer y que
al fallecimiento del Comendador Pedro de Vera su suegro heredó D.^ Ca-
talina las casas de su morada en la colación de San Mateo, linde casas del
Alcaide Alonso de Suazo y casas de Juan de Carmona, con otras cosas y
muebles de casa, tierras, olivares y varios esclavos, dos de ellos muertos
en la pestilencia pasada, y otra casa que le dio, en casamiento, á Brianda
de Vera, su cuñada, y á Fernando de Hinojosa, su marido. Confiesa luego
lo que llevó en dote D."* Mariana de Trujillo, su segunda mujer, según la
carta de dote ante Andrés Martínez de Torres, escribano de Jerez. Declara
el casamiento de su hijo D. Francisco con Isabel Riquel y que le dio en dote
ciento y veinte mil maravedís; que dio á D. Rodrigo su hijo, también de la
primera mujer, doce cahíces de trigo de renta, de lo que le otorgó carta, y un
caballo calzado de los pies del fierro de los herederos de Pedro Núñez [de
Villavicencio] el del Barranco, el cual lo vendió por 43.125 maravedís, y
517
Revista de Historia
además le dio joyas para su esposa, valor de cuatro mil maravedís; y más
confieso que el dicho don Rodrigo mi fijo tiene en su poder dos pares de
cabezadas unas doradas é otras esmaltadas é unas espuelas y pretal dorado
é unos cordones azules é unos estribos dorados, los cuales son de los me-
nores mis nietos fijos del dicho don Francisco mi fijo. Dice lo que dio á su
hija D."* Constanza de León para su casamiento con Cristóbal de Trujillo,
su marido, que fué lo á él entregado para tal objeto por D." Leonor, sobrina
del testador, mujer del adelantado D. Francisco Enríquez, en discargo de
muchos é buenos servicios que yo fice al Señor Duque [de Cádiz] mi her-
mano, su paire, é á la dicha doña Leonor y en pago de los servicios que
doña Isabel mi fija, que en su poder falleció, le fizo. Dice que D.^ Violante
su hija, también de la primera mujer, tiene ciento cincuenta mil maravedís
en poder de D. Diego de Luzán, Prior de las casas de Sevilla (en la Orden
de Santiago), albacea del dicho Adelantado y de D." Leonor de León su
mujer, que se los hubo mandado en pago de los muchos servicios que al
dicho Sr. Duque mi hermano y ella fize. Dice que él y su mujer mandaron
la dote de Brianda de Vera, su hermana, en casamiento con Fernando de
Hinojosa. Expresa que á su casamiento con D." Catalina llevó en dote
200.000 maravedís de renta, que heredó del Conde D. Juan su padre. Funda
vínculo de la casa y heredad del Cuervo en D. Francisco, su hijo [entonces
único] de su segunda mujer, por vía de mejoras, y en segundo lugar llama
á D."' Constanza, mujer de Cristóbal de Trujillo, una vez que faltase doña
Marina su mujer, hermana de este último, sin hacer más llamamiento para
los hijos del primer matrimonio, á quienes hace se cuenten como de su
legítima lo que les dio, después de descontado lo que llevó él al casamiento
la primera vez y la dote de su segunda. Y por último, llama al resto de la
herencia á los citados sus hijos y á D. Eutropio y D. Pedro sus nietos, fijos
de su hijo primogénito D. Francisco; tiene la particularidad el testamento de
que manda no se pongan luto ninguno por él, pena de sumaldición, pues se
face más para honrra del mundo que no para salvación del ánima, y fué
otorgado ante Sebastián Gaitán, escribano de Jerez, dentro de las casas de su
morada en un soberado y echado mal en una cama domingo en la noche
17 de Noviembre de 1510, siendo testigo el Bachiller Antonio de Sotoma-
yor, Francisco Trujillo y Luis de Llanos, escribanos, Pedro Pajanego, su
escudero y Alonso Gil de la Barca, su criado. Creo falleció D. Eutropio
hacia el año 1526. De estos hijos citados, y otros, el
1." Don Francisco Ponce de León, sigue esta línea.
2° Pedro de Vera, murió niño-.
3." Don Eutropio Ponce de León, muerto también niño.
518
y de Genealogía Española.
4° Don Rodrigo de León, que llevó el nombre del gran Marqués y Duque de
Cádiz, su tío carnal, casó, aunque ignoro con quién, no teniendo más noticia de
ello que lo que dice su padre, al parecer con poco afecto en su testamento, y que
en 30 de Abril de 1518 ante Juan Orbaneja otorgó una escritura, llamándose D. Ro-
drigo, hijo de D. Estropo, vecino de Jerez, collación de San Marcos, en favor de
Fernando Riquel, hijo de Pero Riquel, vendiéndole dos caballerías de tierras en
Plunes.
5.° Doña Constanza de León que, como dice su padre, casó con Cristóbal Gómez
de Trujillo, hermano de D." Mariana de Trujillo, su madrastra, hijos de Pedro de
Esteban de Trujillo y de Inés Martínez, la cual otorgó su testamento el año 1530,
en el cual dice que D, Eutropio, su yerno, ya era difunto, y nombra por herederos
á sus nietos, hijo de Cristóbal Gómez de Trujillo, difunto, llamándolos Juan Ponce
de Trujillo, Pedro Ponce de Trujillo, D/ Catalina de Zurita y D.* Mariana de
Trujillo (1).
G.° Doña Catalina Ponce de León.
7.° Doña Inés Ponce de León.
8.° Doña Isabel Ponce de León, dama de D.^ Leonor, su prima hermana, hija
del Duque de Cádiz; en cuyo servicio había muerto, ya el año 1510, como expresa
su padre.
9.° Doña Violante Ponce de León, casó con Ruy Díaz de Guzmán, hijo de Alonso
Riquel y de D.^ Brianda de Guzmán, su segunda mujer (2). Debieron casar hacia
el año 1521, pues el 19 de Diciembre de 1521 se bautizó en San Mateo á Don Eii-
tropo,fixo de Ruy Díaz üe Guzmán y de doña Violante, su mujer; fueron padrinos
Bartolomé Riquelme, veinticuatro; madrina, Isabel Riquelme, «la Beata , y en 13 de
Agosto de 1528 había fallecido D.'' Violante, pues por escritura de ese día otorgó
un poder general para pleitos Ruy L íaz, en nombre de Alonso Riquel, su hijo, á
Juan de Jerez, procurador de Sevilla. Y el 14 de Marzo de 1521 le otorgó D. Eutro-
pio. padre de D.^ Violante, ante Alonso Hernández Gaitán, en recompensa del
resto de la dote, seis cahíces de trigo de renta sobre el donadío del Cuervo, de
cuyo documento, estando presente D. Eutropio, se hizo entrega al escribano Alonso
Guernido el 19 de Septiembre de 1526. Ruy Díaz de Guzmán sostuvo pleito con
Juan de Medina Villavicencio y con D. Estropo y D, Pedro Ponce de León, sus so-
(1) Juan Ponce de Trujillo, hijo mayor de D.^ Constanza, fué veinticuatro de Jerez, y
casó con D.^ Juana de Argumedo, hija de Francisco de Argumedo, el que fundó vinculo el
año 1554; de quien fueron hijos: 1.", D. Francisco Ponce de León y Trujillo, llamado el
Caribe, veinticuatro de Jerez, Alcalde de la Hermandad por el estado noble, poseedor del
mayorazgo de los Trujillos y del entierro de ésta Casa en el chustro del convento de
Santo Domingo de Jerez; 2.", D.* Catalina de Zurita Ponce de León, mujer de D. Pedro
Ponce de León, de quien trataremos en su lugar, y en cuya descendencia recayó el mayo-
razgo de los Trujillos.
(2) Alonso Riquel fué casado en primeras nupcias con Maria Rodríguez, y siendo ve-
cino de la collación de San Mateo, de Jerez, otorgó su testamento el 20 de Agosto de 1519,
declarando por hijos á Ruy Díaz, á D.* Mayor Riquel á D.^ Blanca de Guzmán, y oíros sus
hijos del segundo matrimonio. Manda enterrarse en la sepultura que tenia en San Mateo,
por bajo del sagrario, donde todavía está una lauda que hemos visto y copiado: tiene ésta
en el centro esculpido un escudo cuarielado, 1." y 3.° un yelmo; 2." y 4." ha sido picada la
losa: la leyenda dice "AQVl w lACE | EL NOB <a E CAVA | LLERO cfl ALÓN | SO RI w
QVEL.
519
Revista de Historia
brinos, sobre la validez de la citada escritura de obligación que otorgó D. Estropo,
y con motivo de las particiones de la herencia del mismo, entre sus herederos, y
recayó ejecutoria en Granada el 24 de Enero de 1548; habiéndose dado las senten-
cias de vista y revista antes del 24 de Octubre de 1542, en cuyo día, ante el recep-
tor de Granada, hubo convenio entre D. Juan, D. Francisco y D.* Sancha Ponce de
León, de una parte, y sus sobrinos D. Estropo y D. Pedro, para que se vendiera
(y por lo tant ) quedó desvinculado) el donadío del Cuervo, haciéndose subasta y
remate de dicho donadío que recayó en Juan de Medina Villavicencio por un millón
de maravedís.
Hijos del segundo matrimonio, fueron:
10. Don Francisco Ponce de León y Trujillo, cuya línea se verá después.
11. Don Juan Ponce de León y Trujillo, que también formó Casa, que luego ve-
remos.
12. Doña Sancha Ponce de León y Trujillo, que casó dos veces, la primera con
Pedro Camacho, y la segunda con el Almirante de Jerez, Luis Ortiz de Gatica, vein-
ticuatro, de quien descienden la Casa de los Lorenzo de Mendoza.
Del tercer matrimonio de D. Eutropio, fué hijo:
13. Fray Luis de Córdoba de la orden de Santo Domingo, que declaró como
testigo el año 1586 en el pleito sobre la sucesión á la Casa de Bailen, y que creo
sea el mismo que llama López de Haro en su Nobiliario, Fray Lorenzo, como hijo
único del tercer matrimonio de D. Eutropio.
luAN Moreno de Guerra.
(Se concluirá.)
520
y de Genealogía Española.
üiay López Dávalos.
II
Nació Ruy López Dávalos en Úbeda, el año 1357, de cuya ciudad era á
la sazón alcaide su padre D. Diego.
Procedía esta familia, que tanta importancia estaba llamada á tener, de
la Sonsierra de Navarra, en donde venía figurando desde los tiempos anti-
guos. La tradición la hacía proceder de cierto caballero llamado Guillermo
Abalón, de la Casa Real de Inglaterra, paladín que vino á la guerra de los
moros y fué honrado por el rey D. Sancho Abarca con diversos señoríos
y tenencias de fortalezas. Lo que parece cierto, por consignarlo la crónica
de Navarra, es que dos individuos de este linaje, D. Martín, señor de Leyza,
y D. Iñigo, asistieron á la Cruzada que capitanearon San Luis y D. Teo-
baldo de Navarra.
El primero que vino á Castilla y en ella se estableció, fué Lope Fernán-
dez Dávalos, en los días del rey D. Fernando IV. Distinguióse en las gue-
rras con los granadinos, y por el año de 1334 era Alcaide de Úbeda.
Según aparecía en una probanza del año 1453, que testificada por el
escribano Alonso Fernández de Jaén vieron Argote y Haro, casó este caba-
llero con una sobrina del Señor de Vizcaya, de cuyo matrimonio nació Ruy
López Dávalos el Viejo, que fué padre de Diego López Dávalos, alcaide
de Ubeda y capitán de su gente de guerra, con la que estuvo en la empresa
de Algeciras en tiempos del rey D. Alfonso. Hijos de este último fueron don
Pedro y D. Diego el Joven. Aquél mandaba en la villa y castillo de Que-
sada, cuando los moros, rompiendo treguas concertadas, cayeron de impro-
viso sobre sus campos y aldeas, y derrotaron las escasas fuerzas que apre-
suradamente pudo reunir D. Pedro. En esta desgraciada acción, que tuvo
lugar el año 1379, y en la que pereció D. Pedro López Dávalos, fué hecho
prisionero el futuro Condestable, su sobrino, el cual, en unión de su padre
D. Diego, había venido desde Úbeda. No sabemos el tiempo que duró la
521
Revista de Historia
cautividad en Granada de Ruy López, por no especificarlo en sus comen-
tarios el Dr. Lorenzo Galíndez de Carvajal, pero sí que durante ella fué
presentado al Rey de Granada, de quien fué muy estimado y querido por
su singular prudencia y buen agrado y disposición, lo que hizo que siem-
pre le llevara consigo. Á aquella época se refiere la anécdota, consignada
en varias crónicas, de cierto pronóstico que un astrólogo le hizo. Refiérese
que andando de caza se le entró una perdiz por la manga, y como Ruy
López la matase prestamente, el adivino islamita le reprendió esta acción,
asegurándole que á grandes puestos llegaría para caer de ellos con des-
doro.
Rápido fué, en efecto, el encumbramiento de Ávalos, pero bien justifi-
cado por sus extraordinarios méritos, patentes en mil ocasiones, de tal
naturaleza algunas, que la imaginación no puede concebirlas más á propó-
sito para dar fama de héroe á quien, como Ruy López, supo salir de ellas
lucidamente.
De gran resonancia fué el desafío y personal combate que mantuvo
con un capitán inglés del duque de Alencaster, cuando éste pretendía
posesionarse de la villa de Benavente. Habiendo acordado el Rey de Cas-
tilla y el yerno de D. Pedro el Justiciero dejar la resolución de este pleito
al resultado de tal combate, la destreza y valor de Ávalos valió á la Corona
la conservación de dicha villa, pues el inglés fué muerto tras empeñada
lucha.
En otra ocasión, estando para finalizar el plazo prefijado para la ratifi-
cación de ciertas capitulaciones con el mismo Príncipe, y pasado el cual el
rey D. Enrique caía en comiso y obligación onerosa, fué encomendado á
Ruy López el encargo de representar al Rey y firmar en su nombre. El
inglés estaba al otro lado del Duero, y habiendo mandado recoger todas
las barcas esperaba regocijado el transcurso de las pocas horas que falta-
ban para que el. castellano cumpliera su palabra; pero el valiente Dávalos,
sin temor á lo impetuoso de la corriente de las aguas, metió en ellas su
caballo, y á fuerza de energía ganó la ribera á tiempo para cumplir su
comisión en tiempo hábil.
Cuando el año de 1397 acudió en socorro de la villa de Alcántara, sitiada
por los portugueses, después de hacer huir á éstos, persiguiólos varias jor-
nadas hasta bien entrados en su tierra, y escribióse de él que separado de
los suyos por el entusiasmo de una carga frenética, se batió con nueve
caballeros á un tiempo, á todos los cuales mató ó puso fuera de combate.
. Pero aun más admirable es otro hecho, que, de no estar consignado en
multitud de textos fidedignos, algunos de la época, no sería creíble. Hallá-
522
y de Genealogía Española.
base revuelta y amotinada contra el Rey la ciudad de Murcia, cuando reci-
bió Ruy López orden de reducirla á la obediencia, y viendo que por la esca-
sez de fuerzas de que disponía no podía pensar en usarlas, pidió á los
revoltosos que le dejaran entrar con sólo ocho soldados armados única-
mente de espadas, para oír sus agravios y poderlos comunicar al Soberano.
Fácilmente otorgaron los revoltosos lo pedido, y convocados los principa-
les cabos de la insurrección á la cabeza del pueblo bajo las naves de la
iglesia Catedral, el jefe de todos, que era del linaje de Fajardo, expuso á
Dávalos en un insolente discurso sus locas pretensiones. Dejóle éste termi-
nar su perorarata con la mayor tranquilidad, y á seguida, desenvainando su
espada, lo atravesó de parte á parte. Confusos y admirados los 6.000 hom-
bres que llenaban el templo, acto continuo juraron fidelidad al Rey en
manos de aquel hombre de tan audaz naturaleza.
Nada falta en la historia de este personaje para que en justicia se le
pueda tener por una gran figura digna de la más bella leyenda. Su cautive-
rio en la edad juvenil, sus brillantes hechos de armas, su elevación á las
dignidades de Camarero Mayor y Condestable de Castilla; el título de
Conde de Ribadeo que le confirió D. Enrique III, la sagacidad de su polí-
tica, sus luchas formidables con la ambición absorbente de los proceres, y
tras su caída y despojo la tenacidad con que siempre reclamó la reivindi-
cación de su honra. El sobrenombre de el Bueno que le dieron sus contem-
poráneos, hace su elogio.
Tres veces casó el Condestable, y de los tres matrimonios dejó nume-
rosa descendencia. Fué su primera mujer D." María de Fontecha, natural
de Carrión, del mismo linaje que ilustraron D. Lope de Fontecha, obispo
de Burgos, y D. Juan López de Fontecha, comendador de la Orden de San-
tiago durante el maestrazgo de D.Juan Ozores. La segunda esposa se llamó
D." Elvira de Guevara, hija de D. Pedro Vélez de Guevara, señor de Oñate,
y de su mujer D."" Mencia de Ayala. Las terceras nupcias las celebró con
D.^ Constanza de Tovar, hija de Sancho Fernández de Tovar, capitán de
las Guardias del rey D. Enrique III y de su su mujer D.^' Teresa de Toledo,
viuda que fué de D. Pedro Vélez de Guevara, señor de Oñate, hermano de
la segunda mujer del Condestable.
Del primer enlace nacieron: 1." Pedro López Dávalos, adelantado de
Murcia, que casó con D.^ María de Orozco y Figueroa, hija de D. Lorenzo
Suárez de Figueroa, maestre de Santiago, y de D.^ María de Orozco, su
segunda mujer; hijos de Pedro y de María fueron Ruiz López Dávalos, re-
gidor de la ciudad de Toledo, y Lorenzo Dávalos, camarero Mayor del
infante D. Enrique de Aragón, duque de Segorbe. 2° Doña María Dávalos,
523
Revista de Historia
mujer que fué de D. Rodrigo de Guzmán, hija de D. Luis González de Guz-
mán, maestre de Calatrava. 3.° Diego López Davales, que casó en Toledo
con D.^ Leonor de Ayala, hija de Pedro López de Ayala, alcalde mayor
de Toledo, señor de Fuensalida y aposentador del Rey. De este Diego Ló-
pez Dávalos y de su mujer D."* Leonor de Ayala, nacieron: I. Ruiz López
Dávalos, que casó con D.^ María de Ayala, hija de Diego López de Ayala,
señor de Cebolla. H. Pedro López de Ayala, que antepuso el apellido de su
madre D."* Leonor, comendador de Mora y trece de la Orden de Santiago,
casó con su prima D." María Dávalos. III. Germán Pérez de Ayala, que
también usó el apellido materno, comendador de Yezgros en la Orden de
Santiago, que casó con D." Bernardina de Guzmán. IV. íñigo López de
Ayala, Regidor perpetuo de la ciudad de Toledo y marido que fué de doña
Mencía Romero, hija de Diego Romero, Regidor de Toledo y del Consejo
del rey D. Enrique IV.
De las segundas nupcias del Condestable con D.^ Elvira de Guevara,
fueron hijos: 1.° Don Beltrán Dávalos y Guevara, progenitor de los Condes
de Potencia, con el apellido Guevara, en el reino de Ñapóles. 2° Doña Men-
cía Dávalos y Guevara, que casó con D. Gabriel Manrique, comendador
mayor de Castilla y primer Conde de Osorno. 3.° Doña Costanza Dávalos y
Guevara, mujer que fué de D. Luis Masa y Coronel. 4.° Hernando Dávalos,
regidor perpetuo de la ciudad de Toledo, Camarero también 'del infante de
Aragón D. Enrique, duque de Segorbe, casó con D.^ María Carrillo, hija de
Alfonso Carrillo y de su mujer D." Juana Palomeque. Fueron hijos suyos:
I. Alonso Dávalos. II. Ruiz López Dávalos que casó con D.^ Teresa de Gue-
vara, hija de Juan Carrillo de Toledo, señor de Layos, y de su esposa doña
Teresa de Guevara.
Fueron hijos del Condestable y de su tercera mujer D.^ Costanza de
Tovar. 1.° Iñigo Dávalos, camarlengo de Alfonso I de Ñapóles, conde de
Monte Doriso, que casó con Antonella de Aquino, hermana y heredera de
Francisco Antonio de Aquino, marqués de Pescara y Conde de Loreto,
como hija que fué del conde y marqués Bernardo Gaspar de Aquino. Fue-
ron hijos de este matrimonio: I. D. Martín Dávalos, Conde de Monte Do-
riso. II. Don Rodrigo Dávalos. que sucedió á su hermano en el Condado de
Monte Doriso y fué Marqués del Basto por merced del rey D. Fernando II
de Ñapóles (1). III. Don íñigo Dávalos y Guevara, marqués del Basto, lu-
(1) Este título fue concedido primeramente á D. íñigo de Guevara Dávalos, hijo de Bel-
trán Dávalos y nieto del Condestable Dávalos, como queda dicho, por el rey D. Alfonso I
de Ñapóles. Le sucedió su hijo D. Pedro de Guevara Dávalos á quien desposeyó de él
D. Fernando I de Ñapóles.
524
y de Genealogía Española.
garteniente del Rey de Ñapóles, que casó con Laura de San Severino, hija
de Roberto, príncipe de Salerno, y de su mujer D.^ María de Aragón, que
á su vez era hija de D. Alonso, primer Duque de Villahermosa, De este
gran matrimonio nacieron D. Alonso Dávalos, marqués del Basto y de Pes-
cara, famoso General, vencedor en Pavía, y D.'' Constanza Dávalos, que
casó con Alonso Picolomini, duque de Amalfi. IV. Don Alonso Dávalos,
cuya muerte fué cantada por Ariosto, que casó en Sicilia con Diana de Car-
dona, hija de D. Pedro, conde de Ñapóles. V. Doña Constanza Dávalos, mu-
jer que fué de Federico, conde de la Cerra, hija del Príncipe de Altamura
y hermana de Isabel, reina de Ñapóles. VI. Doña Beatriz Dávalos, que casó
con Juan Jacobo Tribuido, marqués de Bejabrano. VII. D."* Hipólita Dáva-
los, mujer que fué de Carlos de Aragón, marqués de Irache, y nieta del rey
D. Fernando I. 2.° D. Alonso Dávalos, muerto sin sucesión. 3.° Don Rodrigo
Dávalos, que casó con D.^ Mencía Carrillo, de la que tuvo: I. Pedro Carillo
Dávalos. II. Doña María Dávalos, que casó con Pedro López de Ayala, su
primo, comendador de Mora en la Orden de Santiago. III. Doña Juana Carri-
llo Dávalos, mujer que fué de Pedro de Barrientos. 4.° Doña Leonor Dávalos
que casó con Men Rodríguez de Biedma y Benavides, señor de Santisteban
del Puerto, y fué madre del primer Conde de Santisteban.
De casi todos estos nietos del gran condestable Ruy López Dávalos
queda numerosa descendencia en España é Italia. No fueron pocos los que
heredaron su gran ánimo y heroicas virtudes, con las que supieron ganar
estados y honores en compensación á los que la envidia y maldad habían
arrebatado á su progenitor. Los despojos de éste, después de su caída é
injustísima sentencia, se repartieron entre infinidad de personas, algunas de
las cuales habré de citar aquí como complemento de estas ligeras notas.
El Rey incorporó á la Corona el Condado de Ribadeo y más de una do-
cena de villas y lugares de su antiguo servidor.
Don Alvaro de Luna, conde de Santisteban de Gormaz, heredó la Con-
destablía.
El infante D. Juan, duque de Peñafiel, que luego fué Rey de Aragón y
de Navarra, hubo la villa de Colmenar.
Don Fadrique de Castilla, conde de Trastamara, hubo á Arjona, erigida
después en Ducado.
Don Alonso Yáñez Fajardo obtuvo el Adelantamiento de Murcia.
El almirante D. Alonso Enríquez se posesionó de Arcos, cabeza luego
de Condado.
Don Diego Gómez de Sandoval, adelantado Mayor de Castilla y des-
pués Conde de Castrojeriz, se quedó con Osorno.
525
Revista de Historia
Don Pedro de Zúñiga, justicia Mayor de Castilla y luego Conde de Le-
desma y de Plasencia, entró á gozar del Estado de Candeleda.
Don Rodrigo Alonso Pimentel, conde de Benavente, obtuvo el señorío
de Arenas.
Algunos años después los poseedores de éstos y otros grandes nombres
se repartían [en parecida forma la herencia ensangrentada del cuarto con-
destable de Castilla D. Alvaro de Luna, perseguidor encarnizado de Ruy
López Dávalos el Bueno.
J. Argamasilla de La Cerda y Bayona.
526
y de Genealogía Española.
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres
á las que son objeto de nuestra publicación.
El Conde de Lemos. Noticias de su vida y de sus relaciones con Cer-
vantes, Lope de Vega, los Argensola y demás literatos de su época, por
El Marqués de Rafal. Un tomo en 4." de 312 páginas. Madrid, 1912.
Una nueva obra— y más importante que las que anteriormente habían salido de
su docta pluma— ha publicado dentro de este año nuestro, distinguido colaborador
Sr. Marqués de Rafal. Es una extensa, amena y documentada biografía del gran
mecenas español que durante los comienzos del siglo XVII dio con sus señoriales
munificencias tan fuerte impulso d? avance á la literatura patria.
Sus relaciones de amistad y protección para con los más preclaros ingenios de
su tiempo se hallan prolija y curiosamente detalladas en el libro de que nos ocu-
pamos. Y como es natural en obra que biografía á personalidad de tanto relieve
en la Historia, dedica el Marqués de Rafal muchas y luminosas páginas de su obra
á mostrar al lector el ambiente social en que el Conde de Lemos desarrolló su
vida de político, de artista y de gran señor. El curioso de las costumbres de aquel
siglo encontrará en este trabajo cuadros bien observados que reproducen con fide-
lidad el ambiente de la época en muy distintas manifestaciones, desde la vida
alegre y apicarada de los escolares de Salamanca y Alcalá hasta las sigilosas
intrigas que en la corte del prudente Felipe III se fraguaban bajo la privanza del
poderoso Duque de Lerma, suegro de Lemos. Y el amante de las glorias literarias
de aquel siglo dorado recreará su espíritu ante la evocación de aquellas fiestas
literarias que, como las organizadas por Lemos durante su virreinato en Ñapóles
con la cooperación de los hermanos Leonardo y Bartolomé Argensola, el jesuíta
Mendoza y Fray Diego de Arce, amén de otros ingenios extranjeros, han hecho
imperecedera la memoria del tan justamente llamado Mecenas español.
Felicitamos muy sinceramente al Marqués de Rafal por su nueva producción.
T. D. A.
Monografía histórica de la villa de Eibar, por D. Gregorio de Má-
gica. Un tomo de 510 páginas. Irún, 1912.
Hace poco tiempo se ha publicado esta importante obra, que en 1908 premió el
Jurado calificador del concurso de monografías de Historia local abierto por el
527
Revista de Historia
Ayuntamiento de Eibar con motivo de las fiestas eúskaras. Ejemplo digno de
imitarse ha ofrecido el Municipio de aquella importante y laboriosa villa guipuz-
coana acordando imprimir á sus expensas esta obra, que por el esfuerzo de inves-
tigación que representa y por la sana y depurada crítica que la informa, tanto en
las materias históricas de que trata como en los sucesos de actualidad que reseña,
reclama para su autor un puesto de gran relieve en la historia y literatura vas-
congada.
Nuestra enhorabuena al Sr. Múgica y á la villa de Eibar, que cuenta con una
Historia acabada y definitiva.
T. D. A.
Felipe II «el Prudente», rey de España, en relación con artes y
artistas, con ciencias y sabios, por D.José Fernández Montaña.
La reivindicación del hijo de Carlos V puede decirse que está hecha, á despecho
de la pasión y la ignorancia que en estrecho maridaje trataron en el último siglo
de sumergir su memoria en un mar de repulsivos horrores. Los politicastros para
sus interesados fines y los viajantes de comercio para amenizar las mesas redon-
das de las casas de huéspedes, son los únicos españoles que pueden tener alguna
disculpa si aún repiten de vez en cuando los consabidos tópicos del fanatismo,
crueldad y amor á las tinieblas del fundador de El Escorial.
En esta noble tarea, principalmente iniciada por historiógrafos extranjeros que
todavía continúan escribiendo en alabanza de aquel Monarca, el erudito español
que más ha trabajado es sin duda el docto Magistrado de la Rota,- excelentísimo
Sr. D. José Fernández Montaña, antiguo bibliotecario de la escurialense y uno de
los hombres en que mejor se compaginan el castizo y sólido discurso á la antigua
española y los modernos procedimientos de investigación y crítica. Desde el
año 1882, en aue se publicó su primer libro, titulado Nueva Luz y Juicio verdadero
sobré Felipe II, ha dedicado la mayor parte de su actividad como escritor al es-
tudio y exposición del gran reinado, y tanto en su magnífica obra publicada
en 1892 bajo el rótulo Más Luz sobre Felipe II, como en multitud de artículos
y en el libro dedicado á probar la ninguna participación que tuvo el Rey prudente
en el asesinato de Escobedo, ha acumulado un formidable arsenal de armas, no
sólo para defender la memoria de un héroe, sino capaz por sí solo de restablecerle
en el alto lugar que sus cualidades naturales y su esfuerzo admirable le asignaron
en la Historia.
Recientemente ha publicado el Sr. Fernández Montaña uña nueva obra, cuya
importancia se desprende del título arriba copiado, en.la que se ve con luz meri-
diana el gran amor que por las artes todas, no menos que por las ciencias, sentía
aquel gran Soberano; se evidencia su eficaz protección á los artistas de todos los
órdenes y se prueba cómo él mismo gustó de ejercitarse en la pintura y en el
dibujo y su competencia en la arquitectura y en la música.
Forma el nuevo libro un volumen de 500 páginas, cuya difusión consideramos
de grandísima utilidad y cuya lectura recomendamos eficazmente á nuestros lec-
tores.
J. A. DE LA C.
528
y de Genealogía Española.
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia, Madrid, Noviembre de 1912.
Informes: Descubrimientos arqueológi-
cos en Riotuerto (Santander), Lorenzo
Sierra.— Vías romanas de la Beturia de
losTúrdulos, por D. Ángel Delgado, An-
tonio Blázquez.—ioveWanosy las Órde-
nes Militares (conclusión), José Gómez
Centurión.— Los Fueros de Villadiego,
inéditos, Amando Rodríguez López.—
La Diócesis y Fuero eclesiástico de
Ciudad- Rodrigo en 13 de Febrero de
1161, Fidel Fita.— Nueva inscripción ro-
mana en Itálica, José Ramón Metida.—
Variedades: Desproporcionalidad en la
concesión de mercedes de hábito entre
las tres Órdenes de Santiago, Calatrava
y Alcántara en 1674 y 1703, José Gómez
Centurión.— Dos lápidas orgenomescas,
Fidel FíYfl.— Noticias.
Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, Madrid, Julio-Agosto 1912. (Nú-
mero dedicado á la memoria de D. Mar-
celino Menéndez y Pelayo.)— En memo-
ria de Marcelino Menéndez y Pelayo,
Arturo Farinelli. — Commentaire d'une
page de la Ciencia española, Georges
Cirot.— El homenaje á Menéndez y Pe-
layo, A. Morel Fallo.- Algunas indica-
ciones sobre los educadores intelectua-
les y las ¡deas filosóficas de Menéndez
y Pelayo, A. Rubio y Lluch.— La filoso-
fía de Menéndez y Pelayo, Adolfo Bo-
nilla.— Discurso en elogio de D. Marce-
lino Menéndez y Pelayo, pronunciado
ante la Academia Colombiana, Antonio
Gómez Restropo.— Menéndez y Pelayo
y la dramática nacional, Blanca de los
Ríos.— La Arqueología nacional en la
Historia de los heterodoxos españoles,
José Ramón Metida.— Cómo fué nom-
brado Menéndez y Pelayo director de
la Biblioteca Nacional, A. Paz y Mella.
Dos palabras acerca de D. Marcelino
Menéndez y Pelayo, M. Serrano Sanz.—
Los primeros y los últimos años de Me-
néndez y Pelayo en Madrid, Manuel
Pérez W//ami7.— Bibliografía de D. Mar-
celino Menéndez y Pelayo, Adolfo Bo-
nilla.
Linajes de Aragón, Huesca, 15 de No-
viembre de 1912 —Linaje de los Mur ó
Muro, G. G. C— Los Seral, Gregorio
García Ciprés.— Juris-firma de Ablego,
G. G. C— Noticias referentes á Escar-
iar, M. G. O.— Privilegio de Nobleza
dado por Alfonso I el Batallador á los
del valle de Hecho. - Un orfebre oséen-
se inédito, Ricardo del Arco.
1 de Diciembre de 1912. — Linaje de
Escartín, C. P. S.— Loscertales, C. P. S.
— Sepulcros Reales: Panteón de San
Juan de la Peña, Gregorio García Ci-
prés.—Los Langles, Gregorio García.—
529
Revista de Historia
D. Fernando de Sada y Azcona, Obispo
de Huesca, Ricardo del Arco.— Dos ma-
estros plateros oscenses desconocidos,
Ricardo del Arco,
Boletín de la Comisión de Monumen-
tos históricos y artísticos de Navarra,
Pamplona, 2.'^ trimestre de 1912.— Do-
cumentos inéditos, Mariano Arigita.—
índice cronológico del Archivo Munici-
pal de Estella, Pedro Emiliano Zorrilla.
El molino de San Miguel y dos lápidas
medioevales en Pamplona, Fidel Fita.—
Biografía de D. Marcelino Menéndez y
Pelayo, Rogelio José Aío/iá^e/os.— Necro-
logía.—Bibliografía.— Noticias.
Boletín de la Real Academia Gallega,
Coruña, I." de Octubre de 1912.— Cons-
tituciones de la Cofradía de Santa Tecla
de la villa de La Guardia (continuación),
Manuel Murgula.— Errores sobre la his-
toria de Galicia (conclusión), Juan Ro-
dríguez Cabrera.— San Salvador de Pe-
droso (conclusión), Nicolás Fort. — La
inscripción de Guitiriz, Andrés Martínez
Salazar.— El Arte de la Imprenta en Ga-
licia, Eugenio Carre.— Linajes galicianos
(continuación), Pablo Pérez Costanti.—
De Folk-lore.— Sección oficial.
Revista del Centro de Estudios histó-
ricos de Granada y su Reino. Granada,
tercer trimestre de 1912- Correspon-
dencia diplomática entre Granada y Fez,
M. Gaspar Remiro.— Ahhariana I. Agres,
Rugat, Ondara, Picasent, en Aben Alab-
bár, Cristian Federico Seybold.— La Mo-
narquía española en tiempo de Enri-
que IV, José Palanco Romero.- Ideas
jurídico-penales contenidas en el Ro-
mancero español, Carlos García Ovie-
do.—Libros y Revistas, A. del C.
Memorial de Infantería. Madrid, No-
viembre de 1912. — El uniforme de In-
fantería, Gra^-era.— Efemérides. Comba-
te del Serrallo, P. So lernóu —Crónica
militar.— Revista de Revistas.— Biblio-
grafía.
Revista Internacional de los Estudios
Vascos. Julio-Septiembre, 1912.— L'Em-
ploi du basque dans les actes labourdins.
Paul Labrouche. — Axular y su libro
(continuación), Julio de Urquijo.— Gace-
tilla de la historia de Navarra (conti-
nuación), Arturo Campión.— Ilustracio-
nes genealógicas (continuación), J. C. de
Guerra.— Bibliografía.
REVISTAS EXTRANJERAS
Archives de la Sociéte des Collection-
neurs d'Ex-libris, París, Octubre de
1912.— L'Ex-líbris du Comte de Grignan,
Émile Perrier.— Les marques de biblio-
théque du Barón de Marivetz, Edmond
des Robert,—Ex-libris Meffray-Martel-
1¡, F. Raisin. — Les ex-libris et fers de
reliure laonnois (continuación). Barón
du Roure de Paíz///2.— Réponses.
Bulletin Heráldique de Frunce, Sens-
sur-Yonne, Octubre de 1912.— Brevet
de reformation d'Armoiries, Dr. R. For-
gest. Sonrces á consulter pour établir
un nobiliaire du Quercy, L. Esquieu.—
Le blasón et la famille de Paus de Las-
caris-Castellar, Grand Maitrede l'Ordre
de Malte, Émile Perr/er.— L'Héraldique
japonaise, Vicomte de Maziéres.— Bi-
bliographie.— Nouvelles.— Questions et
Réponses.
L'Intermédiaire des chercheurs et cu-
ríeux, París, 30 Octubre de 1912.— Les
billets de Marie-Antoinette á Jarjayes.—
Santerre et la mort de Louis XVI.— Oíi
est enterré le Maréchal de Villars.—
Aigle au vol éployé, question héraldique.
Armoiries sur un livre de 1671.— Indicu-
lus universalis. — Trouvailles et curio*
sités.
10 Noviembre de 1912 —Les billets
de Marie-Antoinette á Jarjayes, Paul
Gaulot. — Le second testament de
Louis XVI. — ^ anterre et la mort de
Louis XVI. — Famille Le Peletier de
Saint-Fargeau.— Titres sous rancien ré-
glme, Britannicus.— Trouvailles et cu-
riosités.
20 de Noviembre de 1912.— Lettres
de Marie-Antoinette á Barnave.— Con-
trole sous rancien régime, Geo Fich. —
530
y de Genealogía Española.
Famille le Pelletier de Saint-Fargeau.—
Plaques commémoratives. Goya.— Trou-
vailles et Curiosités.
Rivista Araldica, Roma, Noviembre
de 1912.— Dernier mot sur Naundorf,
Comte Jales BoselíL—Degli Angelí Fla-
vi Comneni, Felice de Martirio.— La no-
biltá di Milano (continuación), Giampie-
ro Corti. — Di Marco Carrelli, benefatto-
re del Duomo di Milano, Gaido Carrelli.
Famiglie romane (continuación), Cario
Augusto Bertini.—Le Cardinal Bertrand
de Montfavés, Eugéne Harot — Libro
d'oro del Ducato di Ferrara (continua-
ción), F. Pasini Frassoni.—U Fert e la
famiglia Blanes, Renzo Montechiari.—
I Fratelli di Santa Maria, Otto v. Miiller.
El Rey católico protector de la Orden
Militar del Santo Sepulcro, yaa/7 de Pe-
reda.—Lz. milizia aurata é l'ordine Cos-
tantiniano, F. di Broilo.—Ex-Wbús Ro-
sen, Otto von Mw//er.— Bibliografía ge-
nealógica italiana, Antonio Gheno.—
Note bibliografiche.— Quesiti araldici.—
Cronaca.
Giornale A raldico-Storico- Genealógi-
co, Roma, 15 de Septiembre y 15 de Oc-
tubre de 1912.— I Podestá di Modena,
E. P. Wcm/.—L' Araldica nell'antica Ba-
sílica Vaticana, Mons. Giuseppe Cascio-
li.-\ tornei in Sicilia, E. Portal.— Va-
niiglie nobili trentíne, Q. Pm/ií.— Sulla
famiglia Portal, E. A— Ordine della Co-
rona d'Italia, A. S.— L'arma del Comune
di Savona, Vittorio Po^^í.— Bolletino
nobiliare.— Bolletino bibliográfico.
Bolletino Araldico Storico Genealó-
gico, Florencia, 1.° Noviembre de 1912.
Gli animali e le piante del blasone.— I
Conti Palatini (continuación), Silvio
Mannucci.—Cenni storici ^elle famiglie
dei Segg. Abbonati, Aleardo Kutufd.—
Ammiraglio.— Quesito. — Necrologio.
Tombo Histórico Genealógico, Lisboa,
Octubre 1912.— Barros, Affonso ele Dor-
nellas.—Fonsecas de Máncelos.— Plie-
go 6 de la «Armarla Portugueza».
L'Indicateur Généalogique , Héraldi-
que et Biographique, Bruselas, Noviem-
bre de 1912.— Famille Ven Volxem (con-
tinuación), Chibert et Cohir.— Les des-
cendants de Jean, sire de Bazentin et de
Montauban, Jales U^éry.— Jacques-Jean
Dillen. — Les Peralta.— Famille Vers-
pecht, Dr. Jean Lindemans.—k travers
les Revues. — Suppléments: Quelques
notes sur la Commune de Seeverghem
et la de Welden, Ch. de Meulenaere.—
Bibliographie de Pierre Stockmans ju-
risconsulte, /. B. Stockmans.
Frankfurter Blatterfür Familien-Ges-
chichte, Frankfurt, a. M., Octubre de
1912.— Stammbaun der Famille Dahlem,
Hermann Dahlem. — Tabelle zur Um-
rechnung republikanischer f ranzosischer
Datierungen, C. A. von Nida.—Stamm-
baum der Famille Rühle v. Lilienstern.—
Burg Stein.— Briefkasten.— Bücher.
S. O. E.
531
Revista de Historia
SECCIÓN DE CONSULTAS
El Barón L. C, Firenze (Italia), nos pregunta: II Rivarola nella sua Mo-
narquía Española (citato dal Garibaldi nel suo Manoscritto salle f amigue
del XV 11 1 secólo de Ligar i e dal Cervetto in una serie di articoli de nel 1893
pubblico sulla famiglia Carranza italiana e spagnuola) narra di Don Arias
Yáñez de Carranza il quale nel 1248 fu il principale conquistatore de Si-
viglia ed in fondo nel 1262 il convento di S. Agostino di cui i Carranza
conservano sempre il patronato.— Che cosa vi ha di storicamente esatto in
tutto ció? Vi sonó documenti contemporanei de rammentano tale fatto? ed
il Convento di S. Agostino esiste tuttora?
Don Juan Félix Francisco de Rivarola y Pineda, en su obra Monarquía
Española, blasón de su nobleza; parte segunda, cap. LXV, pág. 246
(Madrid, Año de 1736), dice de la familia Carranza: «Juan Díaz de Carranza,
cauallero conquistador de Sevilla, año 1248. Como tal repartido en ella, su
Casa en San Bartholomé, en el que se hizo por el Rey Don Alonso X, año
1253. Padre de Arias Yáñez de Carranza, Señor de esta Casa y Fundador
del Convento de San Agustín, extramuros de aquella Ciudad (Tío de Fray
Blasco, del Orden de San Agustín, y Ruy Fernández Portocarrero), casó
con D."* Peregrina de Ayala, Padres de Juan Arias, y D." Mayor de Carranza
y Ayala»... sigue tratando de la descendencia de esta Casa, sin que haga
más referencia del patronato del Convento.
El año 1292 estaba ya situado el convento de San Agustín donde hoy
está, fuera de la puerta de Carmona, trasladado del lugar donde estuvo
antes, que se ignora cuál fuese; sólo se sabe, por papeles antiguos, que allí
había un recogimiento de mujeres virtuosas, que se aplicaban á doctrinar
niñas; que no pudiéndose mantener vendieron su casa á Arias Yáñez, que
la dio á los religiosos de San Agustín, cuya Religión, el año 1292, presentó
en el Cabildo de la Catedral una Bula de Urbano IV, dada en Viterbo á 9
de Junio del año 1262, en que le concedió muchas gracias, entre ellas, que
pudiesen dar sepultura en sus iglesias á cualquier personas, que fué la
532
y de Genealogía Española.
causa por que la presentaron, porque se les impedía; cuyo traslado autori-
zado tenía en su archivo el Convento, sacado Sábado antes de la Dominica
de Ramos del año 1292, con autoridad de Juan Rodríguez, arcediano; Jaime,
chantre; Aparicio Sánchez, tesorero; Arnaldo, canónigo, y Juan Gil, racio-
neros, provisores del Arzobispo Don García (1). Conquistada Sevilla, la
pobló el Rey con 200 caballeros hijodalgos, y Zúñiga forma el catálogo de
ellos expurgando el suyo de errores, siguiendo el que hizo Gonzalo Argote
de Molina; el número 55 de su Catálogo (2), es «^Juan Díaz; su casa en la
colación de San Bartolomé: creo que fué padre de Arias Yáñez de Carranza,
que fundó la Capilla Mayor del Convento de San Agustín.»
Esta capilla fué últimamente patronato de la Casa de los Duques de Ar-
cos, y en ella se enterraron los Duques desde su progenitor D. Pedro Ponce
de León, Señor de Marchena (murió en el año 1351 (3), pero antes lo había
sido, desde el año 1314, de Arias Yáñez y de D."* Peregrina de Ayala, que la
edificaron para su entierro y de sus descendientes, en la que también habían
de tener sepultura Rui Fernández Portocarrero, su sobrino y los suyos, y
Fr. Blasco, también su sobrino, según concierto que hicieron con Fray
Domingo Miquel, Prior, Fr. Blasco y los otros religiosos; sobre esto hubo
pleitos en lo sucesivo, y también tuvo el convento con el Cabildo Catedral;
siguió el patronato en esta familia hasta sus bisnietos Arias González y
Alonso Arias de Carranza, que son los últimos que gozaron el patronato,
con cuyo consentimiento entraron en él los Señores de Marchena (4).
De todo lo anterior, que merece la mayor fe, por la grande autoridad de
Zúñiga que lo refiere, no cabe comprobación, por haberse quemado en el
incendio de San Pablo, ocurrido hace pocos años, toda la documentación
procedente de los conventos suprimidos, que se hallaba depositada en el
Archivo de Hacienda de la Provincia.
El Convento, cuando la supresión de las Órdenes religiosas, el año 1835,
fué aplicado en 1837 á presidio correccional, y su iglesia quedó convertida
en taller, pasando á la iglesia de la Universidad y al Museo todo lo más
notable que tenía en sepulcros, cuadros y objetos de arte. Hoy se hallan
convertidos estos edificios en Factoría de utensilios y provisiones mili-
tares (5).
Juan Moreno de Guerra.
(1) Anales eclesiásticos y seculares de Sevilla, por D.Diego Ortiz de Zúñiga, Madrid,
en la imprenta Real. Año de 1795, 1. 1, pág. 392.
(2) Anales, 1. 1, pág. 176.
(3) i4/za/es, t. II, pág. 130.
(4) Anales, t. II, pág. 5.
* (5) Zarzuela, Guia de Sevilla. Año 1904.
533
Revista de Historia
NOTICIAS VARIAS
El día 12 del pasado mes de Noviembre pereció víctima de un atentado
anarquista, el ilustre Presidente del Consejo de Ministros D. José Canale-
jas y Méndez. Pertenecía á varias Academias y era electo de la de la Len-
gua. Fué el finado, además de una de las primeras figuras de la política
contemporánea, un orador eminente, un gran abogado y uno de los hom-
bres que más tiempo dedicaron al estudio.
Deja el Sr. Canalejas obras y trabajos de gran importancia. Una de sus
más relevantes producciones es la que escribió sobre Derecho parlamen-
tario comparado. También publicó, cuando aun era muy joven, una com-
pletísima Historia de la literatura latina, muy celebrada por la crítica. En
la Universidad Central explicó durante algún tiempo la cátedra de Estudios
generales de literatura. Estaba en posesión, entre otras, de las Grandes
Cruces de Carlos III y Mérito Militar roja y blanca.
La muerte del Sr. Canalejas ha sido unánimemente sentida, dando
margen á una viril protesta nacional contra crimen tan execrable.
Noticias oficiales.— Por R. O. del 25 de Noviembre se hace un llama-
miento, por término de tres meses, á todos los que se crean con derecho
preferente al de los Sres. D. Mariano Atienza y Tello y D. Cristóbal Gon-
zález de Aguilar, que han solicitado la rehabilitación del título de Marqués
de Sauceda.
Lutos de Corte. — Durante el pasado mes ha vestido nuestra Corte de
luto cuatro días, á contar desde el 3, por el fallecimiento de S. A. R. la Prin-
cesa María-Gabriela-Matilde-Isabel-Teresa, Duquesa de Baviera, hija de
SS. AA. RR. los Príncipes Maximiliano-José y Luisa-Guillermina, Duques
de Baviera; y diez días, á contar desde el 29, por el fallecimiento de S. A. R.
la Princesa María-Luisa-Alejandrina-Carolina de Bélgica, Condesa de Flan-
des, viuda, Princesa de Hohenzoüern. Estuvo casada con S. A. R. el Prín-
cipe Felipe-Eugenio-Fernando, Conde de Flandes, Duque de Sajonia, Prín-
cipe de Sajonia-Coburgo- Ootha, ya difunto.
Ordenes militares.— Por Reales decretos del 21 de Noviembre se con-
cedió merced de Hábito de la Orden militar de Calatrava á D. Rafael Mel-
garejo y Tordesillas, Melgarejo y Fernández Casariego, Duque de San Fer-
nando de Quiroga; y á D. Agustín Mendoza Ramírez, Fernández y López,
Conde de la Corte de la Berrona. *
534
;; de Genealogía Española.
Nuevo título.— Por Real decreto de 23 del mes pasado, y con el fin
de perpetuar la memoria de D. José Canalejas y Méndez, se crea un título
del Reino con la denominación de Duque de Canalejas, con Grandeza de
España, para que con el carácter de su viuda, pueda ostentarlo D.'' María
de la Purificación Fernández y Cadenas y después los hijos de aquél, por
este orden: D. José-María y sus descendientes varones, si los tuviera, y á
falta de ellos, personalmente, sus hermanas D."* María de la Asunción, doña
Luisa, D." Enriqueta y D."* Blanca Canalejas y Fernández, extinguiéndose
con el fallecimiento de la última de ellas.
Cargos palatinos.— Ha sido nombrada Dama de S. M. la Reina la sé*-
ñora D.^ Casilda Fernández de Henestrosa y Salabert, Marquesa de Santa
Cruz de Múdela, del Viso y de Villasor, hija de los Duques de Santo
Mauro.
Grandes cruces.— Por Real decreto de 11 del mes pasado le ha sido
concedida la Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Carlos III, libre
de gastos, á D. Agustín Luque y Coca, Ministro de la Guerra, Teniente ge-
neral del Ejército, Senador vitalicio del Reino, en la vacante por el falleci-
miento de D. Cristóbal Colón de la Cerda, Duque de Veragua.
Título Pontificio.— Ha sido concedido por S. S. el Papa Pío X el
título de Duquesa de Goyeneche, á la Sra. D.^ Josefa de Goyeneche y Ga-
mio, hermana del Conde de Guaqui y de la Duquesa de Gamio.
Conferencias. — El domingo 3 del pasado mes de Octubre, empezó
nuestro distinguido y erudito colaborador Sr. Martín Mínguez á darlas
acerca del Origen y desarrollo de la lengua castellana. Estas conferencias,
que son públicas, durarán todo el curso académico y siempre á la misma
hora y días; los domingos á las cuatro de la tarde, en el Instituto de San
Isidro.
Necrología.— Durante el pasado mes de Noviembre han fallecido: en
Madrid, el 9, D. Agustín Loygorri y de la Torre, General de Brigada, Ca-
ballero profeso de la Orden de Santiago y Trece de la misma Orden,
Gran Cruz de San Hermenegildo; de su matrimonio con D.' Consuelo
Zigur deja una hija que está casada con D. Enrique Almech y Falcón.—
D. Narciso de Heredia y Heredia, Peralta y Cervino, segundo Marqués de
Heredia, Grande de España, Senador del Reino por derecho propio, -Maes-
trante de Granada, Gran Cruz de Carlos III desde el 2 de Junio de 1864,
Caballero de la ínclita Orden militar de San Juan de Jerusalén, entre los
, Arcades de Roma Archigena Elido, Gentilhombre de Cámara de S. M. con
•ejercicio y servidumbre; de su matrimonio con D." Leonor de Saave-
dra y Cueto, hija menor de los terceros Duques de Rivas, tuvo tres hijos,
D."* María del Carmen, ya difunta, que estuvo casada con el Marqués de
Valbuena de Duero; D. Narciso, viudo de la Condesa de Amarante, he-
redero del título y grandeza de su padre, y D." Josefa, Condesa de Doña
Marina, casada con nuestro distinguido y muy querido colaborador D. José
de Liñán y Eguizabal, Conde de Doña Marina, á quien enviamos la ex-
presión de nuestro sentimiento. —Don José-María Solano y Eulate, Marqués
del Socorro, Conde de Carpió, Catedrático de Geología de la Facultad
de Ciencias en la Universidad Central; de su matrimonio con D." Nie-
535
Revista de Historia y de Genealogía Española.
ves Adán de Yarza deja tres hijos, D. José, sucesor en los títulps de su
padre, casado con su prima hermana, hija de la Marquesa de la Solana;
D. Ramón, soltero, y D. Carlos, casado con D."* Maravillas Gil Delgado y
Olazabal, hija de los Marqueses de Berna. — D. Manuel González Longoria
y Cuervo, Senador vitalicio del Reino; de su primer matrimonio con doña
Digna Leal tuvo dos hijas: D.'' Francisca, primera mujer del Conde de
Agüera, madre de la actual Duquesa de Tarancón y D.' Alicia, segunda
mujer del Conde de Agüera, madre de la actual Condesa de Linter s, y de
su segundo matrimonio con su cuñada D." Magdalena Leal á D. Manuel,
Marqués de la Rodriga^ soltero. — D. Cecilio Roda y López, Comisario Re-
%\o del Conservatorio, Académico de la de Bellas Artes de San Fernando.—
D. Valentín Arín, Académico igualmente de la de San Fernando, Profesor
de Armonía del Conservatorio. — D."" Carmen de Bonilla y Alcázar, viuda
de Rodríguez de Gálvez, madre del Marqués viudo de Mondéjar.
Igualmente han fallecido: en Vitoria, Doña Teresa Elío y Arteta, de la
Casa de los Marqueses de Vessolla, viuda del General D. Carlos Areizaga,
Dama que fué de la Infanta Luisa Fernanda, Duquesa de Montpensier. De
este matrimonio nació D. Francisco de Asís, casado con su prima D." María
Areizaga, hija de los Barones de Areizaga. — En Trujillo, el limo. Sr. don
Francisco Jarrín y Moro, Obispo de Plasencia, Académico correspondiente
de la Historia. — En Soria, el día 5, D. Alfonso Pérez de Castro y de Villalain,
Gentilhombre de Cámara de S. M. con ejercicio y Caballero de la Orden
militar del Santo Sepulcro, nieto del célebre Presidente del Consejo de doña
Isabel II, D. Evaristo Pérez de Castro. — En Carballino '(Orense), el día 12,
D. José -Fernando Quiroga y Pérez de Deza, Conde de Pardo- Bazán,
Maestrante de Ronda. De su matrimonio con la ilustre escritora D."* Emilia
Pardo-Bazán, Condesa de Pardo-Bazán, deja tres hijos, D.Jaime, Caballero
de Santiago, soltero; D."* Blanca, casada con el Coronel de Caballería D.José
Cavalcanti de Alburquerque, y D.^ María del Carmen, soltera.
C. DE L.
536
Año I.
EVISTñ DE HI5T0RÍñ
V DE 6ENEñL0GÍA
~ E5PñÑ0Lñ
Núm. 12.
15 ENERO 1913 : :
ün caííti il8 la OriGí fle Damas Nois fla María Láa
BAJO EL MINISTERIO DEL PRÍNCIPE DE LA PAZ
(conclusión)
Tal era el concepto, el estado y el aprecio que se hacía de la ¡lustre
Orden de damas nobles de María Luisa, cuando esta señora, después de
haber decretado la promoción del 6 de Septiembre de 1795 para celebrar el
beneficio de la Paz de Basilea, se dignó señalar el 17 de Abril del año con-
secutivo para celebrar capítulo solemne de la Orden en Aranjuez, é inves-
tir las últimas damas condecoradas.
El grado de exaltación á que había llegado, después de aquella paz, el
delirio nacional por el joven ministro de Carlos IV y María Luisa, es incalcu-
lable para los que no tienen de Godoy más noticias que las difamaciones
de la caída y las calumnias de la desgracia. No era sólo el Rey el que lo
constituía en un título jerárquico superior al de toda nuestra antigua Gran-
deza colegiada, le enfeudaba en su fortuna privada el Soto de Roma y lo
cargaba con todas las insignias honoríficas del Estado. Las grandes ciuda-
des se disputaban el honor de vincular su nombre á la jerarquía más
encumbrada y perpetua de su representación municipal. Así le declararon
Regidor perpetuo en sus conclaves las villas de Madrid, Nava del Reyy Reus
y las ciudades de Santiago, Cádiz, Málaga, Écija, Burgos, Segovia, Valen-
cia, Murcia, Ronda, Manresa, Guadalajara, Gerona, Peñíscola, Sanlúcar de
Barrameda, Barcelona, Toledo, Teruel, Toro y Lérida, y en América las de
Asunción del Paraguay, Buenos Aires y Méjico; constituyéndole Badajoz,
su patria, en el primero y más preeminente de sus ciudadanos y en el pri-
537 35
Revista de Historia
mero también de sus caballeros Veinticuatro, Sevilla, Jerez de la Frontera
y Jerez de los Caballeros.
Los Grandes y las Damas solicitaban hasta las sonrisas de su amistad, y
su presencia dondequiera constituía el teatro de todo el gran mundo social.
El capítulo de Aranjuez era la exaltación de la paz y la exaltación del
ministro, y desde el Rey al último palaciego, se dispusieron á festejarlo con
una ostentación de galas, de joyas, de libreas, de que no hay memoria de
otra solemnidad semejante, ni en los recuerdos de aquellos Austrias en que
la corte de Madrid fué el estupor de las naciones.
El rico traje de los Reyes desaparecía enteramente del deslumbre de
la vista con el resplandor de las joyas y de los brillantes.
Los de los 30 botones solitarios de la casaca del Rey estaban
evaluados en reales 1 . 303 . 800
Y los 30 más pequeños de la chupa y del calzón, en 367.400
El par de botones de los puños de la camisa valían 13.680
La presilla para el sombrero 465. COO
Y la espoleta para el hombro 469. 950
Las cuatro hebillas, dos para el calzón y dos para los zapatos. 542. 220
Por gala en el sombrero, llevaba el engaste grande en que se
hallaba el diamante fondo tablero El Estanque de 188 i
granos febles de peso y valuado en 1 . 500. 000
Y de una ara del susodicho engaste pendía la famosa perla .
Peregrina, cuyo valor prudencial en moneda del tiempo era. 109. 100
En la mano derecha llevaba la sortija cuadrada, redonda en
las esquinas, que valía 1 . 665 . 000
Y al cuello el Toisón grande, de cinta cuyo valor era de 235.870
Valiendo las placas al pecho, de Carlos III, Sancti-Spíritus,
San Jenaro y San Fernando 843. 170
Al flanco llevaba el espadín grande, de valor de 2.085.010
Y en la mano el bastón, compañero del espadín, con sus
trencillas y borlas guarnecidas y el colgante de borla suelto
por valor de 257.295
En resumen: el Rey llevaba sobre su persona alhajas de la
Corona y propias por valor de 10. 157.495
reales de la moneda de aquel tiempo (1).
(1) El valor de tasación que aquí se consigna es oficial y consta en los Inventarios con
que el guardajoyas de la Real Casa, D. Juan Fulgosio, las entregó el 8 de Mayo de 1808,
538
;; de Genealogía Española.
Prescindiendo, en cuanto á ia Reina, de rasos, blondas, bordados y cin-
tas, su prendido desaparecía bajo otro diluvio de piedras preciosas, artísti-
camente engarzadas, debiendo observarse que las de resuelta predilección
de María Luisa eran las perlas gruesas, puras y lisas, los diamantes rosa y
los brillantes de color de acero.
Prendidos en el cabello llevaba seis alfileres, de los cuales, el
Girasol estaba evaluado en 62.000 reales; la Flor de trece
hojas, 82.400, y los cuatro menores, 39.380; total 1 83 . 780
Los pendientes de broquelillos, con caídas de tulipanes 308. 120
Y el collar, en tres hilos de herradura, de 97 brillantes chato-
nes en disminución, y peineta de lo mismo, que estaban
apreciados en 2.114.340
Al pecho llevaba el lazo grande, en todo igual al collar de
cuatro hojas, con un cordón y borlas, con varios peldaños,
que los medios principales eran todos de brillantes color
rosa y el restante blancos, con los festones inmediatos de
brillantitos pintados del mismo color, valuado en 2.388.974
Y en el engarzado, la Perilla, de valor de 1.129.411
De las cinco sortijas que llevaba en los dedos, la del brillante
ovalado valía 270.100; la del brillante entreovalado blanco,
520.000; la del brillante de los 45 granos, 101.200; la del
rubí, 18.500, y 320.380 el llamado de la Corona: total 1 .230. 180
Las manillas en forma de brazaletes 40. 220
Y en los bordados de corpino, mangas y manto, perlas grue-
sas engastadas en oro por valor de 320.380
Respecto á la joya de la Orden, S. M. no había querido hacer
diferencia de las de las demás damas; por lo que se ex-
cusa su valor • »
seis dias después de la sangrienta jornada de las calles de Madrid, á los franceses que
comisionó para recibirlas el Principe Murat. De las joyas de la Corona todavía no se ha
dicho lo bastante de una manera documental. Será objeto de una de nuestras tareas, y
aunque no nos reduciremos á combatir lo que la pasión política dijo acerca de ellas en
el Parlamento y consta en el Diario de las Sesiones de 1855 y 1869, nuestro trabajo dejará
para siempre en las picotas de los odios políticos las tremendas é inhumanas acusaciones
de los que desde el banco del Gobierno herían la reputación de dos augustas damas, so-
bre las que se cernía la desgracia diciendo: «Las alhajas de la Corona han sido robadas
de la manera más escandalosa, porque puede decirse que ha sido un robo doméstico.» ¡Qué
ignorancia! y ¡qué cobarde blasfemia!— fM del A.)
539
Revista de Historia
De cualquier modo, las alhajas que componían el tocado de .
la Reina tenían un valor de justiprecio legal de 7.715.405
reales, y como si esta ostentación no fuese bastante todavía,
sobre un bufete de la cámara de la Reina, donde el capítulo
se efectuó, lucía una de sus joyas de tocador, el Caracol, que
se componía de dos partes:
Un Caracol con ciertas bandas de brillantes de color rosa,
con cinco guías de oro lisas, recortadas, con warias perillas
en forma de almendras, medianas y chicas, la mayor parte
blancas y algunas de color rosa, evaluado en 1 . 188.570
Y un segundo grupo que iba armado en dicho Caracol, que
tenía seis guías de oro lisas con varios recortes y muchas
perillas forma de almendras grandes, medianas y más chi-
cas, también blancas y rosas, que valía otros 2.053.820
De modo que sumados los 3.240,390 reales de las dos piezas del Cara-
col con los 7.715.405 en que estaban justipreciadas, cuando existían, antes
de robarlas en 1808 los franceses, las joyas que el 17 de Abril de 1796 vis-
tió la Reina María Luisa para el capítulo de su Orden, que aquel día festejó
la paz de Basilea, formaban un total de 10.955.795 reales, y con los
10.157.495 de las joyas que vestía el Rey, 21.113.290 reales.
¿Qué Monarca de Europa, como antes se ha dicho, podía disponer para
un caso dado y una sola festividad de un guardajoyas semejante? ¡Bien
es verdad que en el joyero de Carlos IV y de María Luisa las perlas gruesas
en rama se guardaban en taleguillos numerados y los brillantes desmon-
tados de todos tamaños, como las demás piedras preciosas de análogo valor,
en cajas inventariadas!
Sin llegar á este tesoro, en el que se evaluaban en 100 millones de rea-
les las alhajas y piedras preciosas que se custodiaban, las casas grandes
de nuestra nobleza secular podían, sin desmerecer de esta opulencia, alter-
nar en las solemnidades de S. M., y Osunas, Infantados, Albas y Berwick,
Medinacelis, Villahermosas, Medina-Sidonias, Altamiras, Arizas, Montella-
nos y otras semejantes, en estas recepciones ostentaban las alhajas que
habían resplandecido en las mascaradas y comedias de Felipe IV, en los
bautismos y casamientos de los herederos de la Corona, en la Cámara de
Isabel de Farnesio y en las regias procesiones de la capilla Real.
540
y de Genealogía Española.
Cargadas también de joyas asistieron al capítulo de Aranjuez las damas,
condecoradas ya anteriormente, que llevaban los títulos ducales de Uceda,
Granada de Ega, Osuna, Santisteban, Berwick y Liria, Medinaceli, Frías y
Aliaga, Alburquerque y la Roca; las Marquesas de Ariza, Mondéjar, Mon-
tealegre, Villena, Villescas, Valmediano, Villadarias, Culleras y Villanueva
del Duero, y las Condesas del Campo de Alange, la Cañada, Murillo, Santa
Coloma, Nieulant, Alcudia, Lalaing, Bornos, Fuenclara y Trullas, y ante
éstas recibieron de mano de la Reina su investidura las Marquesas de Albu-
deyte, Socorro, Bajamar, Casa Tilly, Fontanar y Villasinda; las Condesas
de Güemes y Casasola, y las Sras. D."* Antonia Álvarez de Faria, D." Ana
Bustamante de Hoyos, D." Francisca Ramírez, D."' Pascuala Tilly, D. ' María
de la Cabeza Fonseca, D.' María Caro, D."* Juana María de Pereira y la
Vizcondesa de la Armería.
Hasta que dentro de la Casa Real la sagacidad extranjera de los que
querían conquistarnos, labrando con las armas de la difamación los divor-
cios de ciertas familias y más gravemente los de la misma Familia Real,
aquella vehemente emulación primitiva por la noble insignia de las damas
que llevaba el nombre de la Reina fundadora de la Orden, nunca desmayó
ni dejó de significar un título de supremo honor entre los que tenían los
abolengos de los siglos, la distinción del título y de la grandeza, ó el justi-
ficado afán del premio debido al mérito y á los servicios.
De 1796 á 1800 llenan los huecos de sus listas y vacantes la Marquesa
del Castillo de San Felipe, la de Vallehermoso, la de Lazan, la de Quintana,
la de Perijáa. En el período en que el Príncipe de la Paz estuvo caído del
Ministerio y sustituido por Saavedra, Jovellanos y Urquijo, Urquijo fué
quien propuso para los honores de la banda de Damas Nobles á las hijas
del Infante cardenal D. Luis, D.'' María Luisa y D.' María Teresa de Bor-
bón, y á esta última, casada con Godoy, bajo el título de Princesa de la Paz.
Nacióles entonces su hija D.^ Carlota, á quien se le dio en la cuna el título
de Duquesa de la Alcudia, Marquesa de Boadilla, y en el acto del bautismo,
Urquijo entregó á los padres en la capilla Real, donde aquella ceremonia se
verificó, el diploma y las insignias de la Orden de la Reina.
La promoción de 1802, por el casamiento del Príncipe de Asturias, fué
de las más numerosas; condecoráronse en ella, con todas las Princesas de
Ñapóles, la Duquesa de Santo Teodoro, la Condesa de Torrejón, la Baro-
nesa de Carondelet, hermana del general Castaños; la de Contamina, la de
Torres Secas, la Marquesa de Mos, la Condesa de O'Reilly y las Marquesas
de las Lomas y de Nevares.
En el extranjero era cada vez más apreciada, y cuando en 1799 se en-
541
Revista de Historia
viaron á Dresde las insignias para las Princesas María Amalia y María
Fernandina de Sajonia, liijas del Príncipe Elector Maximiliano, nuestro
ministro Lamas escribió á Urquijo las satisfacciones de aquella augusta
familia y la de su primer ministro el Conde de Loos.
Napoleón hizo pedirlas en su nombre para la Emperatriz Josefina y su
hermana predilecta María Carolina Bonaparte, Gran Duquesa de Berg y de
eleves, y María Luisa tuvo el placer de condecorar por sí á las tres prime-
ras Reinas que habían de sucederle en la soberanía de la Orden de que ella
fué la fundadora y á la que vinculó su nombre como suprema insignia del
honor y del mérito: estas fueron las tres últimas esposas de su hijo Fer-
nando VII, María Isabel de Braganza, María Josefa Amalia de Sajonia y
María Cristina de Ñapóles.
Verdad es que Fernando VII, después de 1814, siempre guardó á su
augusta madre la prerrogativa de aquella soberanía. Así, aunque desterrada
en Roma, María Luisa revalidó la gracia que en 15 de Marzo de 1808 había
hecho de la banda á la Condesa Graneri, dama de su hija la Reina de Etru-
ria, y cuya elección, á consecuencia de los sucesos que inmediatamente
sucedieron á esta fecha, había quedado como anulada, y en 1816 conde-
coró por su propia mano, y con satisfacción de su hijo, á la Princesa Bar-
berini, cuyo palacio ocupaban en Roma los Reyes desterrados de España,
y á su cuñada la Princesa Chigi; y habiéndole pedido el mismo honor su
alteza D.' Mariana de Saboya, duquesa de Schablay, para sus damas la
Condesa Orsola Conti y la Duquesa de la Floridia, D.'^ Mariana Grifeo y
Miglianio, consultado Fernando Vil, se apresuró á reconocerle sus propias
facultades para dispensar por sí aquella gracia.
El nombre soberano de la Reina María Luisa, mientras vivió, no se ta-
chó nunca de la Guia oficial de forasteros de Madrid, y en 1814, habiendo
acudido á S. M. la Marquesa de Matallana en súplica de que volviese á
dispensarle la gracia de la banda de Damas nobles, que cuando en 1796 le
fué concedida, no se consideró con derecho á usarla por no haber podido
asistir á la investidura, el Rey decretó:— «Qwe la use; pero en la inteligencia
de que la concesión es la debida á mi augusta madre, soberana perpetua de
la Orden.^
Juan Pérez de Guzmán.
De la Real Academia de la Historia.
542
,v de Genealogía Española
CASAS AIvTDALUZAS
LOS PONCE DE LEÓN
(CONCLUSIÓN)
III. D. Francisco Ponce de León, hijo primogénito del primer matri-
monio del Comendador D. Eutropio con D.' Catalina de Vera, nació en Jerez
de la Frontera, de donde era vecino su padre desde que el Marqués de Cá-
diz, su tío, entró en la ciudad el año 1471 á tomar posesión de la Alcaldía
mayor, el Alcázar y las cuatro puertas, á pesar de la oposición de los no-
bles del partido de su contrario el Duque de Medina-Sidonia, cuya voz lle-
vaba el célebre veinticuatro Iñigo López de Carazosa, que fué herido en las
refriegas que hubo y echado de Jerez por las gentes del Marqués de Cádiz.
Casó en dicha ciudad con D," Isabel Riquelme, hija de Pedro Riquel, Fiel
ejecutor de Jerez, hermano de Manuel Riquel, veinticuatro y Alcaide de los
Alcázares, que dio la entrada al Marqués de Cádiz en aquella ocasión, y de
D." Isabel Martínez ó Núñez, hija del veinticuatro Alonso de Herrera, des-
cendiente del héroe jerezano Diego Fernández de Herrera, que mató al In-
fante tuerto, Abomelik, y nieta de Juan Riquel, veinticuatro de Jerez, cau-
dillo del bando del Marqués de Cádiz, en la ciudad. Por esta ilustre unión
se enlazó la Casa de Arcos con las principales familias de Jerez del bando de
los Dávilas, como ya se había enlazado con los Veras y Zuritas, también
de las primeras familias de la ciudad. Las capitulaciones matrimoniales se
otorgaron ante el escribano de Jerez, Juan de Orbaneja, el 16 de Mayo de
1500, llevando de dote D.' Isabel seiscientos mil maravedís, entre cuyos
bienes estaba la huerta del Valle de Sidueña, cabeza del Marquesado que
disfrutan hoy sus descendientes (1). Texto D. Francisco ante el escribano de
(1) Por este casamiento usaron los Ponces de esta línea, e! entierro de la capilla de los
Riquel en San Mateo de Jerez, que habia fundado y dotó el veinticuatro Juan Riquel con
un tributo sobre las casas de esta familia de Ponce en la Puerta de Rota, cuyo censo reco-
noció ante el escribano Alonso de Cuenca, D. Eutropio Ponce de León, el 18 de Junio
de 1541, y posteriormente su nieto D. Diego Ponce de León. (Protocolo de bienes de la Pa-
rroquia de San Mateo, de Jerez.— Archivo Histórico Nacional.)
543
Revista de Historia
Jerez, Martín García, el año 1507, habiendo ya fallecido el año 1510 según
el testamento del Comendador, su padre. Fueron hijos de este matrimonio:
1° D. Eutropio Ponce de León, que sigue.
2° D. Pedro Ponce de León, Alcaide de Conil, Gobernador y Capitán General
de Venezuela. Nació en Jerez de la Frontera hacia el año 1503, y estando ya en
amistades la Casa de Arcos con la de Medina, sirvió á los Duques de ella desde
niño como paje, obteniendo luego la Alcaidía de Jimena y luego el cargo de Alcaide
y Gobernador de Conil. El año 1565 pasó de Gobernador de Venezuela, según este
curioso asiento que se hallaba en el libro de la contaduría de la Casa de Contrata-
ción á Indias de Sevilla (años 1563 á 1571): <En veinte y ocho de Agosto de mil y
quinientos y sesenta y cinco años. Don Pedro Ponce de León, natural de Xerez de
la Frontera, hijo de don Francisco Ponce de León y doña Isabel Riquelme, se des-
pachó á la provincia de Venezuela por gobernador della y lleva consigo á doña
María de Figueroa, su mujer, natural de la ciudad de Zamora, hija del Licenciado
Rodrigo de Figueroa y de Olalla de Carava/al; y lleva consigo á don Francisco
Ponce y doña María, y don Alonso y don Rodrigo y don Pedro y doña Juana y
doña Ulalia, sus hijos solteros; en la nao Maestre Diego de Sotomayor.» Casó en
Sanlúcar con D." María de Figueroa, hija, como queda expresado, de Rodrigo de
Figueroa, Corregidor de Talavera de la Reina, León y otros puntos y Teniente de
Asistente de Sevilla. Antes de embarcar para Indias se hizo una información en
Zamora ante el Teniente de Corregidor, el 13 de Octubre de 1546, respecto á la
limpieza de sangre y nobleza de la doña María, á fin de poder salir del Reino. De
estos hijos que he referido, según Flórez de Ocariz, en las Genealogías del Nuevo
Reino de Granada, sólo tuvieron sucesión: 1.°, D. Pedro Ponce de León, hijo
cuarto, que casó en la ciudad de Mariquita con D." Constanza de Ángulo Tubera,
hija del capitán Gaspar Tabera y de D.' María de Ángulo, tuvo por hijos á: L°)
D. Gaspar Ponce de León, Alcalde mayor de las minas de plata de las Lajas y
Santa Ana, casado con D." Catalina de Tineo, hija de Juan de Tineo Briceño y doña
María de Herrera, padres de D. Pedro Ponce de León, Alcalde ordinario de la ciu-
dad de Mariquita, Corregidor del Partido de los Panches, Juez de canoas en el
puerto de Onda, con título fecha 21 de Febrero de 1665, que casado con D." Inés
Clavija Venegas tuvo á D Gaspar, D. Pedro y D.'' María Ponce de León; 2.") doña
Isabel Ponce de León, casada con D. Diego de Cárdenas, con sucesión; 3.°) doña
Bárbara Ponce de León, casada con Francisco Basto de Portillo, Encomendero de
la ciudad de Tocayma.— 2.°, D.'' Juana Ponce de León, que casó el año 1569 con
Hernán Venegas Carrillo Manosalbas, natural de Córdoba, que se halló en la con-
quista del Nuevo Reino de Granada, concurriendo á la fundación de las ciudades de
Santa Fe y Tunja, fué en ambas de sus primeros Regidores y Alcalde ordinario,
primer Tesorero de la Real Hacienda, caudillo en la entrada del Valle de Ingota y
Baganique, que tomó su nombre de Venegas como de su conquistador; descubrió
las minas de oro del Venadillo y de la Sabandija, y el 6 de Abril de 1544 fundó la
ciudad de Tocayma por comisión del Adelantado D. Alonso de Lugo, después de
pacificar los indios de aquella provincia. Por título dado por la Real Chancillería
el 27 de Octubre de 1567 fué Maestre de campo del Nuevo Reyno de Granada y
después, por merced Real, Mariscal cuando fué de Adelantado D. Gonzalo Jiménez
de Quesada, y por merced de 15 de Septiembre de 1541 se le había dado las en-
comiendas de Guatavita, Gacheta, Chipalaque y otras muchas. De este matrimonio
hubo sucesión que detalla Flórez de Ocariz.— 3.", D.-' Olalla de Carvajal Ponce de
544
y de Genealogía Española.
León y Figueroa, parece no casó.— 4.*^, D.*^ Luisa Portillo, hija menor que debió
nacer en Venezuela, según dice Flórez de Ocariz fué de buen parecer y de poco re-
cato; casó con el licenciado Antonio de Cetina, Oidor del Nuevo Reyno de Granada
y de Guatemala, donde murieron ambos sin hijos. La carta de dote fué el año
de 1579.
IV. Don Eutropio Ponce de León, hijo mayor de D. Francisco y doña
Isabel Rlquelme, nació en Jerez de la Frontera, de donde fué vecino en la
colación de San Mateo, hacia el año 1501: está citado, como hemos visto
en el testamento de su abuelo, que era llamado el Viejo, así como éste el
Mozo para diferenciarlos. El 3 de Febrero de 1525, ante Juan de Orbaneja,
según escritura pública, tomó posesión de ciertos bienes, quizás de la he-
rencia de su abuelo, y siguió luego, juntamente con su hermano D. Pedro,
un largo pleito, sobre la división del donadío del Cuervo que su abuelo,
como dijimos, había vinculado en su hijo mayor del segundo matrimonio,
con sus hermanos D. Francisco, D. Juan y D." Sancha, recayendo en dicho
pleito sentencia de vista y revista por la Chancillería de Granada, hacién-
dose convenio por los interesados ante el receptor de Granada el 24 de Oc-
tubre de 1542, en cuyo convenio se acordó venderlo en un cuenio de mara-
vedís, adjudicándose de ellos novecientos mil á estos últimos. Sostuvo otro
pleito en unión de su hermano D. Pedro, con Ruy Díaz de Guzmán, en el
que hizo una probanza de su filiación; en la información, hecha ante Ro-
drigo de Rus, dice ser vecino de la colación de San Mateo, donde estaban •
las casas de su abuelo, que habían sido antes del Comendador Pedro de
Vera, y situadas en el Mercado á la Puerta de Rota; los testigos, que fueron
Hernando de Hariza, clérigo y cura de San Mateo, D. Dionisio de Ávila,
obispo de Santi Priniena (?), residente en la ciudad, de sesenta años, Bar-
tolomé Dávila Torres, de sesenta y cinco años, y otros, afirman esta filia-
ción hasta el conde de Arcos D. Juan Ponce de León, y dicen que los pa-
dres, abuelos, etc., tenían caballos, armas y escuderos, que servían en las
guerras y en los llamamientos á los caballeros hijosdalgos de la ciudad. Fué
aprobada por la autoridad dicha información el 5 de Febrero de 1547 y el
24 de Enero de 1548 se despachó la ejecutoria del pleito en Granada. Estaba
casado ya el año 1542 con D." Leonor Basurto y Padilla, hija de Diego
Pérez Basurto y de D."* Elvira Padilla, que era hija de Fernando de Padilla,
Alcaide del Puerto de Santa María y de Leonor López, nieta de Bartolomé
Basurto, Alcaide de Medina Sidonia.
De D. Eutropio Ponce de León y D." Leonor de Basurto y Padilla fue-
ron hijos:
545 36
Revista de Historia
1." Don Francisco Ponce de León, que sigue.
2." Don Bartolomé Ponce de León, que llevó el nombre de su bisabuelo materno
y no dejó sucesión. Vivía en Jerez el año 1570 y fué alistado como caballero hijo-
dalgo notorio en el padrón de nobles, llamado vulgarmente de Santo Domingo,
por haberse hecho en la celda del Prior del Monasterio de dicha Orden.
V. Don Francisco Ponce de León, hijo primogénito, fué vecino de Jerez,
con su casa principal, heredada de sus abuelos en la plaza del Mercado á
la Puerta de Rota y alistado con los demás caballeros de Jerez, por orden
de Felipe II, según cédula fecha en Córdoba el 30 Marzo de 1570, en el
padrón de Santo Domingo, donde aparece con su padre y hermano, expre-
sándose el parentesco de uno y otros. Casó en Jerez de la Frontera con
D.^ Ana de Mendoza, hija de D. Diego López de Mendoza, Veinticuatro de
la ciudad, y de su segunda mujer D."* Marina de Villavicencio Valdespino,
nieta de Juan López de Mendoza y de Catalina Núñez de Amaya, bisnieta
de Cristóbal López de Mendoza, Alcaide del castillo deTempul el año 1430,
y de Elvira García de Cuenca, tercera nieta de Alfonso López de Mendoza y
de Juana Rodríguez, cuarta nieta de Gonzalo de Mendoza, que fundó la
antiquísima capilla y enterramiento de esta ilustre familia en el convento
de San Francisco de Jerez, y descendiente de uno de los conquistadores y
pobladores de Jerez. Casó en segundas nupcias D. Francisco, aunque no he
logrado hallar el nombre de la segunda mujer, y texto en Jerez ante el es-
cribano Fernando de San Miguel el 3 de Junio de 1582 (foHo 351 del re-
gistro), dejando por sus hijos y de D." Ana de Mendoza, á:
1.** Don Francisco Eutropio Ponce de León, el Cid, el que como primogénito
heredó la casa de sus padres. Nació en Jerez el año 1559. Fué caballero muy acre-
ditado por su valor y entereza de carácter que le valió el apelativo del Cid, con
que era conocido para diferenciarlo de otros de su nombre y apellido: demostró su
valor en las ocasiones militares de su tiempo como Capitán de una de las compa-
ñías de milicias de Jerez que mandó muchos años y su rectitud en la ocasión de
tener la vara de Alcalde de la Santa Hermandad por el estado de caballeros que
ejerció el año 1581. Vivió muchos años, figurando en las memorias de Jerez hasta
el año 1646, siendo testigo repetidas veces en pruebas para hábitos, y calificados
sus asertos como de hombre prudente y de temple. Casado con D.'' Juana de Sana-
bria, hija de Rodrigo de Sierra Vargas y de D.* Leonor de Rojas, no dejó descen-
dencia.
2.^ Don Diego Ponce de León y Mendoza, que continúa.
3.° Doña Mariana Ponce de León, religiosa profesa en el convento del Espíritu
Santo de Jerez, Orden de Santo Domingo, llamado de las Dueñas, por ser sus mon-
jas de las principales familias de la ciudad.
VI. Don Diego Ponce de León y Mendoza, hijo segundo, continuó la
Casa. Nació en lerez el año 1561 y casó allí con D." Catalina Dávila Soto-
546
y de Genealogía Española.
mayor, hija de Bartolomé Dávila Sotomayor, Familiar del Santo Oficio de
la Inquisición, hermano de Pablos Núñez Dávila, que fundó vínculo mayo-
razgo de las casas de su morada, calle Jabonería, y de sus tierras en el pago
de la Matanza, según el testamento que otorgó ante el escribano de Jerez
el 7 de Agosto de 1581 (folio 730), vínculo que recayó en los Ponces como
severa, y de D.' Francisca de Rojas, hermana de D/^ Leonor de Rojas, mu-
jer de D. Alonso Fernández de Valdespino, que fundaron el vínculo de esta
Casa, con autorización Real fecha 4 Julio 1560, é hijas de García de Rojas y
D. ' Elvira de Medina; nieta de Pedro Núñez Dávila y de D." Catalina de
Cuenca; bisnieta de Bartolomé Dávila, veinticuatro de Jerez, y de D." Leo-
nor Méndez de Sotomayor (hija de Pedro Núñez de Villavicencio, el Chi-
quito, veinticuatro de Jerez); tercera nieta de García Dávila, veinticuatro de
jerez, llamado el de las Juras, por ser el nombrado para tomar el juramento
á los Reyes Católicos, en la solemne entrada que hicieron el 7 de Octubre
de 1477, y de D.'^ Leonor de Padilla. Vivía, según aparece en el padrón de
la moneda forera, del año 1604, en la Puerta de Rota, en la casa que fué del
comendador Pedro de Vera, y luego de su yerno D. Eutropio Ponce de
León. Otorgó su testamento D. Diego, en Jerez, el año 1623, ante Pedro
Gómez de la Barrera, dejando por sus hijos y de D."* Catalina, á:
1." D. Francisco Ponce de León, que continúa la sucesión.
2.° D." Ana de Mendoza Villavicencio Valdespino, religiosa en el convento
del Espíritu Santo, vulgo las Dueñas, de Jerez.
3.° D.' Francisca Ponce de León, religiosa en el mismo convento.
Vil. Don Francisco Eutropio Ponce de León, caballero de la Orden
de Alcántara, Capitán de Infantería española en el tercio de la Armada del
Mar Océano, Gobernador de la misma Armada, Sargento mayor de milicias
del partido de Osuna, uno de los siete del reino de Sevilla. Nacido en Jerez,
fué bautizado en San Mateo el 23 de Febrero de 1587. Sirvió en la mar, desde
soldado, en los galeones de D.Juan Fajardo, pasando luego por los empleos
que he relatado, alcanzando, en premio de su valor y por su nobleza, una
merced de hábito en la Orden militar de Alcántara, por Real cédula de 23 de
Junio de 1624, haciéndoselas informaciones de su nobleza en Jerez y apro-
badas por el Consejo el 12 de Septiembre, se le despachó el título de Ca-
ballero. Dejó el servicio de la mar para entrar en el de su deudo el Duque de
Arcos, que le distinguió con su amistad, según interesantes declaraciones de
sus descendientes en pruebas para hábitos de caballeros de esta familia, ob-
teniendo por entonces la Sargentía mayor del partido de Osuna, donde había
casado. Acudió el año 1625, con las milicias y gentes armadas de su partido,
547
Revista de Historia
á la defensa de la ciudad de Cádiz, atacada por los ingleses, cuya brillante
defensa inmortalizó el pintor Caxes, en el hermoso cuadro que se admira
en el Museo del Prado; y el Gobernador de aquella ciudad encomendó
á este veterano Capitán la defensa del Puerto de Santa María, lugar
expuesto é importantísimo entonces por ser donde invernaban las galeras,
rechazando al enemigo, que tuvo que levantar, burlado, el asedio de aquella
importante ciudad y la bahía de Cádiz. Casó primera vez en Osuna el 2 de
Noviembre de 1623 con Z)." Beatriz de Cueto y Guzmán, viuda de su
primo D.Juan de Cueto, hija de Pedro de Cueto Vivanco y de D."* Isabel
de Aguayo y Guzmán, nieta de Juan de Cueto y de D." Juana de Cepeda, de
la familia de Santa Teresa de Jesús, bisnieta de Hernando de Cueto y
de Constanza Rodríguez Calero, tercera nieta de Rodrigo de Cueto y de
D." Leonor Mesia, cuarta nieta de Juan González, de la casa y solar de Cueto,
en las montañas de Burgos, que tomó vecindad en Osuna, como constaba
de la ejecutoria que litigó esta familia, probando en el pleito dicha filiación.
Otorgó el testamento de D." Beatriz, y por poder de esta señora su primo
el licenciado D. Cristóbal de Zurita y Arteaga, canónigo de la Colegial de
Osuna, ante el escribano Juan Infante el 1.° de Agosto de 1637, declarando
por su hija del primer matrimonio á D.^ Florentina de Cueto y Guzmán, y
del segundo, á los que referiremos. Viudo D. Francisco, pasó á segundas
nupcias el 14 de Diciembre de 1643, por poder que dio al Sr. D. Rodrigo
Téllez Girón, de la Casa de los Duques de Osuna, vecino de la Puebla de
Cazalla, con D° Marta de Torres y Lasarte, viuda de Juan Moreno de
Guerra, é hija de Juan de Torres y Lasarte, natural de Estepa, y de D."" María
de Ángulo Benjumea, natural de la Puebla, nieta de Antonio de Torres y de
D."" Teresa de Lasarte y Guzmán, bisnieta de Francisco de Torres, que
litigó ejecutoria de hidalguía en Granada el año 1519, y de D." María de
Córdoba; tercera nieta de Juan Martínez de Torres y de María Hernán-
dez; cuarta nieta de Juan de Écija, llamado así por ser de esta ciudad y del
linaje de Torres, que tomó vecindad en Estepa, dejando ilustre descenden-
cia. Don Francisco y D."" María de Torres fundaron la capilla del Sagrario
de la iglesia parroquial de la Puebla, con derecho de patronato y enterra-
miento para ellos y los descendientes del primer matrimonio de D.""" María,
el año de 1646. Falleció D. Francisco hacia el año 1646, fecha en que se
hizo su abintestato en Osuna. Su viuda casó tercera vez con D. Pedro de
Herdara, señor de Eulza y Cizur, caballero de la Orden de Santiago y Go-
bernador de la Casa y Estados del Duque de Osuna, sin dejar sucesión.
De D. Francisco Ponce de León y D." Beatriz de Cueto y Guzmán,
fueron hijos:
548
j' de Genealogía Española.
1.° Don Luis Cristóbal Ponce de León, que continúa la Casa.
2° Don Diego Ponce de León y Mendoza, así llamado por su abuelo paterno;
nació en Osuna y fué bautizado en su Iglesia Colegial el 9 de jVarzo de 1623;
casándose en la villa de Fuentes el 3 de Febrero de 1658, con D." Petronila
Nolasco de Moya, bautizada en la misma villa el 31 de Enero de 1641, hija del
licenciado D. Andrés de Moya, natural de dicha villa, Abogado de los Reales Con-
sejos, Notario del Santo Oficio de la Inquisición de Sevilla en dicha villa, de la que
fué Corregidor, como de otros lugares, y de D.^ María de Ojeda y Núñez de Prado,
natural de Marchena. Las capitulaciones matrimoniales se habían otorgado días
antes entre D/' María de Ojeda, ya viuda del licenciado Moya, y D. Diego, ante el
escribano de Fuentes, Diego Botello, ofreciendo aquella señora en dote á su hija
13.000 ducados en bienes raíces que fueron vinculados. Tuvo pleito con su cuñada
D."^ Elvira González de Sepúlveda, viuda de su hermano primogénito D. Luis Cris-
tóbal, sobre la partición de los bienes de sus padres, radicados en Jerez, otorgán-
dose una escritura de transacción y convenio el 22 de Junio de 1673. Otorgó
su testamento D. Diego en Fuentes el 9 de Enero de 1682, ante el escribano
Juan Cid de Villallerena, y su viuda D =' Petronila en la misma villa, ante el
escribano público Diego Fernández Caro, el 14 de Enero de 1710, dejando aquél
por hijos á: 1.°, D. Francisco Eutropio Ponce de León, que murió niño; 2.°, Fray
Andrés Ponce, presbítero del Orden de la Merced calzado, en el convento de la
ciudad de Écija, el cual, dentro del término dispuesto por el Concilio de Trento
para tomar el hábito de religioso, otorgó escritura pública en dicha ciudad, ante
Bartolomé Gutiérrez, el 12 de Abril de 1684, renunciando la legítima de sus padres
en su hermana D." Juana Josefa; 3.° y 4.°, D. Luis Cristóbal Ponce de León y don
José Ponce de León, que murieron niños; 5.°, D. Pedio Manuel Ponce de León
y Moya, sucesor en los vínculos de sus padres, quien casó posteriormente al
año 1710, con D." María Manuela de Aiiñón y Cerda, natural de Morón, viuda de
D. Francisco de Auñón y Zurita, é hija de D. Alonso José Fernández de Auñón y de
su primera mujer D." Catalina María Gil de Ledesma, de quienes ya traté en la
genealogía de la Casa de Auñón en la página 303 de esta Revista, de quien no
tuvo sucesión. Vivía aun D. Pedro el año 1728, en que hizo escritura de convenio
y partición de los bienes de sus padres con sus sobrinos D, Antonio y D. Diego
Moreno de Guerra Ponce de León; y 6.°, D.'' Juana Josefa Ponce de León, bautizada
en Fuentes el año 1669. que casó por poderes el 7 de Octubre de 1698, con D. Mateo
Moreno de Guerra y Carvajal, natural de la villa de la Puebla de Cazalla, hijo del
capitán D. Antonio Moreno de Guerra y Torres de Lasarte (hermano menor de
D. Francisco, de quien traté y referí su ascendencia en la página 518 de esta
Revista, al relatar la generación de D. Enrique Ponce de León, entenado de don
Francisco Eutropio Ponce de León, caballero de Alcántara, abuelo de la nuera
de este D. Antonio) y de D.'* María Magdalena de Carvajal, hija de D. Mateo de
Carvajal y de D."' María de Becerra Carvajal. Las capitulaciones matrimoniales se
habían otorgado en Fuentes, ante el escribano Sebastián Ruiz, el 29 de Septiembre
de 1698, entre D. Francisco Antonio de Moya, clérigo de menores, en nombre de
D. Diego Ponce de León y D.^ Petronila, su hermana, y D. Antonio Moreno de
Guerra con D.*' Magdalena Caryajal, su mujer, haciéndose una vinculación de ciertos
bienes, entre ellos la hacienda de Ponce, término de Fuentes, por ambas partes,
y llamándose á la sucesión del mismo por D. Francisco, en falta de la descenden-
cia de su sobrina D.' Juana, á U. Pedro Ponce de León y Mendoza; por D. Antonio,
en falta de la sucesión de su hijo D. Mateo, á su hijo segundo D. Juan Laurencio;
549
Revista de Historia
luego á D. Fernando de Herdara, su sobrino, hijo de D. Pedro Herdara y D.-^ Inés
de Guerra, su hermana; luego, á D. Francisco Herdara, hermano del anterior; luego
los hijos y nietos de D/ Catalina Moreno de Guerra, su sobrina, hija de su her-
mano D. Francisco y mujer de D. Lorenzo de Herdara, y, por último, á los descen-
dientes de D/' María de Lasarte, hermana de DJ" Catalina y mujer de D. Bartolomé
de Zúñiga Ponce de León, vecinos del Arahal. Doña Magdalena de Carvajal tam-
bién hizo llamamientos para sus sobrinos D. Mateo y D. José Salguero Carvajal
y otros parientes. Texto D.=* Juana Josefa en la Puebla de Cazalla, ante el escri-
bano Juan Francisco Mexías, el 8 de Mayo de 1706, y falleció el 20 del mismo,
dejando por hijos de su matrimonio, á D, Antonio Moreno de Guerra Ponce de León
y á D. Diego Moreno de Guerra Ponce de León, ambos casados y con hijos. Viudo
D. Mateo, casó en segundas nupcias con su sobrina D.'* María de Herdara, hija de
D. Lorenzo y de su prima hermana D.* Catalina Moreno de Guerra.
3.** Doña Catalina Ponce de León, de quien no tenemos noticias.
VIH. Don Luis Cristóbal Ponce de León, con merced de hábito en la
Orden de Calatrava, Alcaide y Corregidor de la ciudad de Arcos de la
Frontera, hijo mayor y sucesor en la Casa de D. Francisco Eutropio Ponce
de León, caballero de Calatrava, fué bautizado en la Iglesia Colegial de
Osuna el 19 de Abril de 1627. Prestó importantes servicios á la Corona y á
la Casa de los Duques de Arcos, su deudo en los cargos referidos, que
le valieron una merced de hábito, según Real Cédula del mes de Marzo
de 1664, que no aprovechó por la grave enfermedad que le sobrevino, según
expresa en su testamento otorgado en Arcos, ante el escribano Antonio de
Silva, el 20 de Julio del mismo año; en cuyo documento, después de pedir
á S. M. se le pase la gracia á su hijo único, para lo cual le instruye de su
genealogía hasta el Conde de Arcos D. Juan Ponce de León, su quinto
abuelo, dice que consta así por una escritura presentada en el oficio de Gó-
mez de Trujillo, escribano público de Jerez de la Frontera, de la que tenía
un traslado en su escritorio; además encarga á su hijo cumpla con la con-
dición que tiene de tal caballero y descendiente de tan ilustres progenitores
y, sobre todo, se emplee en el mayor servicio de Dios nuestro Señor, que es
la primera y principal causa á que todos debemos atender. Á poco de
otorgado el testamento, falleció D. Luis Cristóbal. Había casado D. Luis,
en Alcalá de Guadaira el 28 de Mayo de 1653, con D."" Elvira Josefa Gon-
zález de Sepúlveda, haüiizsiáa aWi e\ 13 de Octubre de 1621, hija de Juan
López Menjillán de Sepúlveda y de D.'* Beatriz de Carmona, nieta de Miguel
Martín Menjillán y de D."" Teresa Martín López. De este linaje de Sepúl-
veda trata el Memorial de los González de Sepúlveda, que imprimió Ro-
drigo Méndez Silva el año 1655, y era muy ilustre en Alcalá. De los her-
manos de D." Elvira, D." Teresa estaba casada con D. Martín íñiguez de
Arnedo, caballero de la Orden de Santiago, del Consejo Real de Castilla, y
550
y de Genealogía Española.
fueron padres de D. Juan Manuel de Arnedo, caballero de Santiago y Cole-
gial Mayor de San Bartolomé de Salamanca, por lo queden la Historia del
Colegio se dan también interesantes noticias de su linaje, por parte de ma-
dre; de D."* Juana Lorenza y D.^ Elvira Micaela de Arnedo, religiosas Co-
mendadoras de la Orden de Santiago en Santi Spiritus de Salamanca. Doña
Elvira, ya viuda, con su hijo único D. Francisco, dieron poder á su cuñado
y tío D. Diego Ponce de León, ya dicho, hermano segundo de su marido y
padre, según escritura ante Juan Benítez, escribano público de Alcalá de
Guadaira el 18 de Marzo de 1673, para fundar un vínculo en cabeza de di-
cho D. Francisco; compuesto de dos tercias partes de las casas principales
en la Puerta de Rota de Jerez y del cortijo de D.'* Benita, que estaban indi-
visas con la tercia parte correspondiente al D. Diego, y éste, según escri-
tura que otorgó en Jerez, ante Gabriel Ramírez de Arellano, hizo la funda-
ción del vínculo para su sobrino el día 20 del mismo mes y año, haciéndose
esta fundación en las capitulaciones para que contrajera matrimonio su hijo
único, que sigue.
IX. Don Francisco Luis Gerónimo Ponce de León, Caballero de la Or-
den de Calatrava, Alcalde de la Hermandad por el estado noble de Jerez el
año 1677. Fué bautizado en la Iglesia Colegial de Osuna el 15 de Octubre
de 1654. Casó, previas capitulaciones matrimoniales que fueron otorgadas
ante Gabriel Ramírez, escribano de Jerez el 20 de Marzo de 1673, con fun-
dación de vínculo que otorgaron D. Francisco con su tío D. Diego, como
dije, y bajo pleito homenaje que hizo aquél en manos de D. Sancho Fran-
cisco Dávila, en la parroquia de San Mateo, de Jerez, el 14 de Mayo de 1673,
con D.^ Mariana Ponce de León, natural de Jerez, bautizada en San Mateo
el 30 de Octubre de 1653, hija mayor del primer matrimonio de D. Francisco
Ponce de León y Trujillo, caballero de la Orden de Calatrava, de cuya ge-
neración trataremos en su lugar, con D."* Leonor Luisa de Fuentes. Como
ya expresamos, D. Luis Cristóbal, padre de D. Francisco, cedió á éste la
merced de hábito que teníale concedida Su Majestad, despachándosele en
su virtud Cédula Real, fecha 16 de Diciembre de 1677, y hechas las infor-
maciones fueron aprobadas por el Consejo el 1.° de Agosto de 1678 y por
Real Cédula de 28 de Agosto de 1678 se dio dispensa para tomar el hábito
en cualquiera de los conventos de San Benito ó San Bernardo de la villa
de Osuna. Encontrándose D. Francisco con una dilatada descendencia
anuló, por el poder para testar que otorgó á su mujer el 1.° de Agosto
de 1709, el vínculo ordenado en sus capitulaciones, dando origen á pleitos de
los hermanos segundos con el primogénito, que ya poseía, por otra parte,
importantes vinculaciones, como la que fundó, según dijimos, Pablos
551
Re vista de Historia
Núñez Dávila, la futura de otro fundado por D. Juan Lorenzo de Fuentes
en favor de su mtijer, su nieta y otro que instituyó su madre D.^ Elvira
González de Sepúlveda. Dicho poder para testar fué otorgado ante el escri-
bano Melchor de Mirabal, falleciendo, bajo su disposición, D. Francisco el
9 de Agosto de 1709. De D. Francisco y D.^ Mariana fueron hijos:
1.° Don Luis Francisca Ponce de León y Dávila, que continúa.
2." Don Francisco José Ponce de León, caballero de la Orden de Calatrava,
primer Coronel del Regimiento provincial de milicias de Jerez. Fué bautizado en
la parroquia de San Lucas, de Jerez, el 29 de Junio de 1684. Sirv ó desde joven en la
Caballería, y al crearse el Regimiento de ligeros, Órdenes nuevo, del que for-
maron parte muchos jerezanos, se le dio por S. M. una compañía de caballos en él,
previa la merced de hábito en la Orden de Calatrava, que le hizo el día 4 de Junio
de 1706; se hicieron las pruebas en Madrid, por la mayor brevedad en el despacho
con objeto de que tomara el hábito para salir seguidamente á campaña; en estas
informaciones declaró, el día 10, D. Joaquín Ponce de León, Duque de Arcos, y
reconociendo su deudo con el pretendiente, hace relación de la ascendencia de
éste, por ambas líneas, hasta el Conde de Arcos D. Juan; á la novena pregunta dice
que ni sus padres y abuelos han tenido oficios bajos, antes al contrario, viviendo
de sus rentas y mayorazgos, con todo el lustre necesario para que los Duques de
Arcos los tuvieran y trataran por parientes suyos, como el declarante lo hace, y
ha hecho siempre su Casa; aprobadas por el Consejo de las Órdenes las informa-
ciones cuatro días después, ó sea el 14 de Junio, tomó solemnemente el hábito en
Madrid y salió á campaña, donde se mantuvo hasta la paz. Sirvió después en las
campañas de Italia, donde fué herido. Al crearse, el año 1834, el Regimiento de
Caballería de milicias de Jerez, á propuesta de esta ciudad, se le dio el mando de
él, como su Coronel, puesto en el que continuó muchos años. Le cita entre los hijos
ilustres de Jerez, aunque equivocando su segundo apellido, D. Juan Trillo y Bor-
bón en su Varones ilustres, y al copiar esta obra para refundirla en la suya, Parada
y Barreto, comete la ligereza de confundir sus servicios y circunstancias con los
de dos del mismo nombre y apellido, separados en aquella obra, resultando labio-
grafía de este personaje un conjunto de desatinos, en cuyo error cayeron, asimis-
mo, D. Agustín Muñoz (1) y el Dicionarío enciclopédico de Móntaner copiando lo
que dice aquél. En gracia á la forzada brevedad, impuesta por lo estrecho de los
límites, paso por alto y sin corregir otros muchos errores que cometen los citados
autores en noticias referentes á los Ronces, cuya genealogía desconocieron en ab-
soluto. No dejaré pasar lo del apodo que le adjudican á este caballero de Caribe,
ni su explicación de llevarlo por su genio fuerte y altivo y semblante adusto. Como
verá el lector, fueron muchos los de esta familia que llevaron el nombre y apellido
de D. Francisco Ponce de León; en el siglo XVI hubo uno, ya citado por mí en nota
de la pág. 519, que llevó el apodo del Caribe, tomándolo de una huerta conocida
por este nombre que era de su propiedad y que él vinculó. Este vínculo pasó á la
Casa de los Ponce de León Trujillo, conocida por la Casa del Mercado; de ella fué
poseedor, á fines del siglo XVH, otro D. Francisco Ponce de León, caballero de
Calatrava, Alguacil mayor del Santo Oficio de Jerez, que ya citamos como suegro
(1) Historia de las Calles y Plazas de Xerez de la Frontera.— ]erez, año 1903.
552
;; de Genealogía Española.
del D. Francisco nútn. IX, el que fué casado, como ya dije también, con D.^ Leonor
Luisa de Fuentes, circunstancias que concurren en el biografiado por Parada; pero
habiendo fallecido en 1686 mal pudo ser Coronel de milicias en 1734. También hay
error en decir que ocupó, el nuestro, el puesto de Coronel, ya sexagenario, y que
murió á poco; datos ya destruidos: el primero, por la fecha exacta de su bautismo,
y el segundo, por documentos que prueban vivía hasta el año 1746 (1).
Casó D. Francisco en la parroquia de San Mateo, de Jerez, el 14 de Mayo
de 1731, con D." Leonor María Luisa Ponce de León y Torres, su prima, bautizada
en la misma parroquia el 9 Septiembre de 1693, hija de D. Juan Ponce de León
Trujillo, familiar del Santo Oficio, hermano de su madre y de D.* Teresa de Torres
Herrera, de cuya Casa se tratará en su lugar. Tuvo de este matrimonio, que sepa-
mos, sólo una hija, D.'* Catalina Ana Ponce de León, bautizada en San Mateo, de
Jerez, el 20 de Mayo de 1736, la que casó primero con su pariente D. Pedro Ponce
de León, y viuda pasó á segundas nupcias con su sobrino, hijo de primo hermano,
D. Luis Francisco Ponce de León, marqués del Castillo del Valle, como veremos
adelante.
3." Don José Ponce de León, presbítero, capellán real de Sevilla que también
fué capellán de la que, como se dijo, fundó su abuela Catalina González, la del
Conde, en Marchena, capellanía, que por falta de capellanes descendientes de don
Enrique, hijo mayor de Catalina, vino á pasar á los de esta línea primogénita de su
otro hijo D. Eutropio.
A.*^ Don Juan Ponce de León, presbítero, canónigo de la santa iglesia catedral
de Sevilla. Bautizado en Jerez el 16 de Marzo de 1698. Adquirió mucho renombre
por haber sido enviado á Jerez como juez comisionado, por el Ordinario de Sevi-
lla, para hacer una diligencia, de orden de la Curia Romana, para remover los hue-
sos del Beato Fray Juan Pecador; ceremonia que tuvo lugar el 16 de Marzo de 1753^
en presencia del Fiscal general del Arzobispado, notarios públicos y apostólicos y
un inmenso gentío ávido de contemplar los restos del bendito fundador del con-
vento de San Juan de Dios, de Jerez. Fué también Visitador general del Arzobis-
pado, y por fallecimiento de su hermano, el año 1752, se le dio la colación de la
capellanía de Catalina González con la oposición de su sobrino D. Blas Moreno de
Guerra y Riquelme, hijo de su primo D. Antonio Moreno de Guerra Ponce de León
y de D.^ Josefa Riquelme, su mujer, que pretendió se proveyera en él, porque
siendo D. Juan canónigo no podría asistir personalmente á la capellanía, conforme
ordenaba la institución de ésta. Vivía aún D Juan el año 1755, y fundó vínculo para
su sobrino nieto.
5." Doña Luisa Ponce de León.
6.** Doña Ana Ponce de León.
7.° Doña Elvira Ponce de León, bautizada el 2 de Mayo de 1675 y que casó el
8 de Agosto de 1752 con D. Alonso José Fernández de Auñón y Murillo, vecino
de Morón, de cuya descendencia tratamos con extensión en la página 302 de la
Revista.
8.° Doña Juana Ponce de León.
(1) El día 9 de Octubre de 1746 se bautizó en la parroquia de San Mateo á D.^ María
de la Consolación Ponce de León, hija de D. Francisco Ponce de León y de D.* Jerónima
de Auñón, siendo su padrino D. Francisco Ponce de León, caballero de la Orden de Ca-
latrava, Coronel de las milicias.
553 37
Revista de Historia
9.° Doña Beatriz Ponce de León.
10.° Doña Mariana Ponce de León.
11.° Doña Petronila Ponce de León.
12.° Doña Catalina Ponce de León, bautizada en Jerez el 3 de Mayo de 1688,
profesó en el Real convento de religiosas comendadoras de la Orden de Santiago
del Santi Spíritus, de Salamanca, previa las informaciones de su nobleza, aproba-
das en el Consejo de las Órdenes el año 1712.
1 3." Doña María Teresa Ponce de León, asimismo comendadora de la Orden
de bantiago en el convento de Santi Spíritus, de Salamanca, con pruebas el mismo
año 1712.
X. Don Luis Francisco Ponce de León, marqués del Castillo del Valle,
señor de los vínculos de Ponce de León, Davila y Fuentes, bautizado en
San Lucas, de Jerez, el 18 de Febrero de 1674. Casó en la parroquia de
San Juan de los Caballeros, de Jerez, el 1.° de Febrero de 1702, con Z)." Isa-
bel María de la Cerda Ponce de León, bautizada el 20 Agosto de 1677, hija
mayor y heredera de D. Juan Núñez de la Cerda, primer Marqués del Cas-
tillo del Valle y de su prima y mujer D.* Ana Luisa de la Cerda. La Casa
de Cerda, en Jerez, era de la varonía de Argumedo, conociéndose la filia-
ción continuada hasta Andrés García de Argumedo y Catalina Álvarez, su
mujer, octavos abuelos de D." Isabel, oriundos de Cádiz; reconocía allí su
tronco de Argumedo, uno de los caballeros hijosdalgo á quienes el Rey
D. Alfonso el Sabio heredó en la repoblación que hizo, por la reconquista
de la Ciudad; adoptaron el apellido de la Cerda por obligación de un
vínculo y capellanía que fundó Juan de la Cerda, que era de la Casa de
Medina Celi, en 1522, imponiendo al poseedor el uso del apellido y armas
de la Cerda; D."" Catalina de la Cerda, su sobrina casó con Pedro Núñez de
Argumedo, y fueron quintos abuelos por la varonía de la marquesa doña
Isabel. Doña Catalina de la Cerda, hija de los anteriores y mujer de Mateo
Márquez Gaitán, fué fundadora con su marido del Convento de Santa Clara,
de la ciudad de Jerez, cuyo patronato recayó en esta Casa por no tener
ellos sucesión. Don Juan Núñez de la Cerda, veinticuatro de Jerez, padre
de D."* Isabel, poseedor de los vínculos y patronatos de la Casa de Cerda,
sirvió muchos años á S. M. como Capitán de mar y guerra, y por estos
y otros servicios le hizo merced, según Cédula de 26 de Julio de 1681, de
un hábito en las Órdenes militares para el que casase con su hija, y más
adelante, el año 1684, le hizo gracia de título de Castilla con la denomina-
ción de Marqués del Castillo del Valle para él y sus sucesores perpetua-
mente con obligación de levantar á su costa cuatrocientos infantes para la
Armada Real. No he logrado ver la Cédula de esta merced, que descono-
cieron Berni y su corrector D. Antonio Ramos; pero consta en el Cabildo
554
y de Genealogía Española.
celebrado por la ciudad de Jerez el 12 de Abril de 1684, que se leyó la Real
Cédula de merced y se nombró una Comisión para dar la enhorabuena ai
agraciado. Continuó D. Juan sus servicios á la Corona, según la certifica-
ción de servicios del Almirante General de la Armada D. Pedro Fernández
de Navarrete, fecha 21 de Abril de 1694, y de una Cédula Real de la Reina
Gobernadora, fecha el 7 de Septiembre de 1702, en que, después de parti-
cipar al Marqués haber llegado la Armada enemiga de arribada á aquellas
costas de Andalucía y empezado el desembarco en ellas, le encargaba que
con los vasallos de su Casa y mayorazgo fomentase y facilitase cuanto
condujese á la defensa de aquellos parajes. Falleció el Marqués del Cas-
tillo del Valle el 27 de Septiempre de 1706, dejando sólo por hija á doña
Isabel. Por esta alianza, además del título, patronatos y mayorazgos de esta
Casa, ya dichos, del que fundó D. Juan Núñez de la Cerda, abuelo del Mar-
qués, sobre casas en la calle Chancillería, colación de San Juan de los
Caballeros, y unas bodegas accesorias á ella, de dos huertas en el valle de
Sidonia con el histórico Castillo llamado de D."* Blanca, que, según la tra-
dición, fué donde asesinaron y estuvo presa aquella infeliz Reina, esposa de
D. Pedro I de Castilla, del que se tomó la titulación, y el Cortijo de la
jurada, término de Utrera, entraron en la línea de estos Ponce, un censo
de 12.000 maravedís de renta perpetua cada año con el patronato y me-
morias que del Colegio de Santa María de Montesión (compartiendo con
el Prior del convento) fundó D. Alvaro Ponce de León, del Consejo
de S. M., oidor en el Perú, varón de la línea primogénita de la Casa de Arcos,
según su testamento en Madrid, ante Jácome de Leyva, protocolado en
Sevilla el 25 de Enero de 1640, ante el escribano Luis Álvarez, y el situado
perpetuo de 40.000 maravedís de juro al año que cobraban de los Duques
de Arcos sobre sus rentas de la villa de Marchena, por la transacción que
había hecho D. Pedro Ponce de León, veinticuatro de Sevilla, abuelo del
Marqués, el año 1530 con el Duque, en los pleitos que litigaron por los
derechos que aquellos tenían á la Casa y estados de Arcos, como le-
gítimos descendientes por línea primogénita del conde D. Juan Ponce
de León.
Otorgaron D. Luis y D."" Isabel un extenso y curiosísimo testamento, en
el que abundan las noticias genealógicas y de los derechos de sus Casas,
mandando enterrarse en el convento de Santo Domingo, de Jerez, en dos
sepulturas que le habían cedido los frailes, encargando á sus hijos renueven
su derecho al entierro y patronato de la Capilla mayor del convento como
descendientes del comendador Pedro de Vera, que dejaron en desuso sus
ascendientes por haber continuado el enterramiento en San Mateo de la
555
Revista de Historia
capilla de los Riquelmes y por su ausencia de Jerez, encargándoles también
reedifiquen las antiguas casas de la Puerta de Rota, ya arruinadas.
De los Marqueses del Castillo fueron hijos:
\° Don Francisco José Luis Ponce de León, marqués del Castillo del Valle, que
continúa.
2.° Don Juan Ponce de León, familiar y Alguacil mayor del Santo Oficio-, bauti-
zado en San Marcos, de Jerez, el 25 de Febrero de 1707; casó en la misma ciudad
con D." Isabel de Zarzana Spinola, hija de D. Felipe de Zarzana Spínola, sin su-
cesión.
3.° Don Manuel Francisco Ponce de León, que murió niño.
4.° Don Bartolomé José Ponce de León, que murió niño.
5.° Doña Mariana Ponce de León, bautizada en San Marcos, de Jerez, el 30 de
Octubre de 1702; casada en la misma parroquia con D. Gil Virués de Segovia,
caballero natural de Arcos, alcalde de la Hermandad, por el estado noble de Jerez,
el año 1749, con sucesión.
XL Don Francisco José Luis Ponce de León y Cerda, marqués del Cas-
tillo del Valle, señor de los mayorazgos de Dávila, Cerda, Sepúlveda, Lo-
renzo de Fuentes y otros, patrono del Colegio de Montesión y del de Santa
Clara, de Jerez, poseedor del situado de los 40.000 maravedís por sus dere-
chos á la Casa de Arcos, etc., electo Alcalde de la Hermandad por estado
noble de Jerez en 1743. Bautizado en San Lucas, de Jerez, el 7 de Septiem-
bre de 1705; casó en San Marcos, de esta ciudad, el 1.° de Junio de 1733
con su prima Z)." Leonor María del Rosario Moría, bautizada en esta pa-
rroquia el 18 de Febrero de 1712, hija de D. Diego Antonio López de Moría
y Villavicencio y de D."* Margarita Vint de la Cerda. Testó D."" Leonor María,
mujer de D. Francisco, ante Nicolás de Molina Sierra, el 25 de Septiembre
de 1741, declarando por sus hijos, entre otros, cuyos nombres ignoro, á don
Luis, que continúa. Según el testamento de D. Diego, su suegro, otorgado
el 27 de Junio de 1743, ya era difunta esta señora.
De D. Francisco y D.^ Leonor María fué hijo (1):
XII. Don Luis María de Guadalupe Ponce de León y Morla, primer
Marqués del Castillo del Valle de Sidueña, veinticuatro preeminente, síndico
procurador mayor y Alcalde mayor honorario de Jerez, caballero Maestrante
de la Real de Ronda, alcalde de la Hermandad por el estado noble de Jerez,
ministro tutelar y Alguacil mayor del Santo Oficio, y propuesto por la ciu-
dad, en la vacante del Marqués de Valhermoso, para Coronel del Regi-
(1) Descripción genealógica de la Casa de Aguayo, por D. Antonio Ramos.— Mala
ga, 1781, pág. 241.
556
y de Genealogía Española.
miento de Milicias. Fué bautizado en la parroquia de San Lucas, de Jerez, el
21 de Agosto de 1721, y casó en la misma parroquia el 31 de Julio de 1755
con su tía £)." Catalina Ponce de León, viuda que estaba de D. Pedro Ponce
de León, é hija, como se dijo, de D. Francisco Ponce de León, caballero de
Calatrava, primer Coronel de las Milicias. Casó en segundas nupcias el
12 de Mayo de 1768 con D." Urraca deAnaya, hija de D. Tello y de D.^ Luisa
Arias de Saavedra, de los Marqueses, luego Duques de Rivas. Por Real
decreto de 5 de Abril de 1797 le fué hecha merced por Su Majestad, á con-
sulta de la Cámara, de título de Castilla, revalidándole la gracia hecha á su
bisabuelo D. Juan Núñez de la Cerda, despachándosele la Real carta el 14 de
Julio del mismo año. Falleció el Marqués el 14 de Octubre de 1804, tres días
después de haber otorgado poder para hacer su testamento á su esposa é
hijo mayor ante el escribano de Jerez D. Cristóbal González Barrero, cuya
voluntad cumplieron, otorgando la escritura el 12 de Enero de 1805.
De D. Luis y D.^ Catalina Ponce de León fueron hijos:
1." Don Francisco Ponce de León, que sigue:
2.° Don Juan de Dios Ponce de León, caballero de Justicia en la Orden de San
Juan, capitán de navio de la Real Armada. Nacido en Jerez el 17 de Junio de 1757,
fué bautizado el día siguiente en el oratorio de las casas de sus padres, donde resi-
día la parroquia de San Mateo, por estar cerrada la iglesia á consecuencia del terre-
moto de 1.° de Noviembre de 1755, casas que conoció en adelante el vulgo con el
nombre de San Mateo chiquito, y pertenecían al vínculo de los Ponce de León,
conocidos por del Mercado, cuya Casa poseía D.^ Hipólita Ponce de León, hija
mayor de D.^ Catalina, su madre, en su primer matrimonio con D. Pedro Ponce de
León. Empezó á servir en la Armada como guardia marina el 17 de Junio de 1769,
alcanzandoel empleo de Capitán de navio el año 1794; se retiró del servicio el
27 de Enero de 1800, habiendo servido todo ese tiempo con mucho crédito y valor,
distinguiéndose, especialmente al mando de los Javeques, en la expedición de
Argel, de la que quedó muy quebrantado en su salud. Ignoro si casó y cuándo
murió, pero vivía aún, retirado en Jerez, el año 1820, según expresa Parada en los
Hombres ilustres de la ciudad.
3.° Don Luis Francisco Ponce de León, capitán de fragata de la Real Armada;
bautizado en la parroquia de San Mateo, de Jerez, el 13 de Marzo de 1759, empezó
á servir en la Armada de guardia marina el 17 de Junio de 1769, obteniendo el
empleo de Capitán de fragata el 21 de Diciembre de 1782. Fué hecho prisionero en
la guerra sostenida con Inglaterra, y murió en el servicio el 30 de Diciembre
de 1786 con la satisfacción de haber cumplido sus deberes siempre con el beneplá-
cito de sus Generales. Le cita también Parada entre los Hombres ilustres.
4.° Don José Ponce de León, caballero de Justicia en la Orden de San Juan, capi-
tán de fragata de la Real Armada; bautizado en San Mateo, de Jerez, el 27 de Agosto
de 1761; sirvió como sus hermanos, desde niño, de guardia marina, sentando la
plaza el 25 de Noviembre de 1771, alcanzando el empleo de Capitán de fragata
el 1802; se retiró del servicio el 26 de Septiembre de 1803. Sus méritos distingui-
dos, especialmente en la expedición de Tolón, constan de su hoja de servicios,
557
Revista de Historia
dada al público por Camilo Riquer en el Diario de la Marina, formando parte de
la colección de Marinos ilustres. Hizo pruebas de su nobleza para la Orden de San
Juan, aprobadas el 7 de Febrero de 1777, y falleció en Jerez, donde tenía su retiro,
el 3 de Julio de 1830.
5.° Don Manuel Ponce de León, menorista en la Orden de San Juan.
6.* Doña Isabel Ponce de León, que casó en Jerez con D. José Nicolás del Duque
Grimarest, teniente coronel de Infantería, hijo del Mariscal de Campo, decano en
los Reales Ejércitos, D. Dionisio Domingo del Duque y Barabarrena, caballero de
la Orden de Santiago, con sucesión; quedó viuda D.^ Isabel el 18 de Abril de 1806.
7° Doña Mariana Ponce de León.
XIH. Don Francisco de Asís Ponce de León, segundo Marqués del Cas-
tillo del Valle de Sidueña, veinticuatro preeminente y Alcalde corregidor de
Jerez, alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición; fué bautizado en su
casa, parroquia provisional de San Mateo, el 28 de Mayo de 1756. Casó en
San Lucas el 24 de Febrero de 1775 con su prima D." Francisca de Torres
y Anaya, hija única de D. Tello de Torres Anaya, veinticuatro de Jerez,
alguacil mayor del Santo Oficio, poseedor de multitud de vinculaciones en
Jerez, que entraron á engrosar el caudal de esta importantísima Casa de los
Ponce de León, y de D." Urraca de Anaya Arias de Saavedra, su prima y
mujer, que, viuda, casó en segundas nupcias con el Marqués del Castillo, su
padre. Por Real cédula de 14 de Octubre de 1777 se le dio el título de Vein-
ticuatro de Jerez, en lugar de D. Tello de Torres, su suegro, y como bienes
del mayorazgo que heredó su esposa, y por otra Real cédula del 12 de Enero
de 1802, se autorizó á esta señora para vender bienes del vínculo que
poseía. Vivía D. Francisco aún el año 1828.
De D. Francisco y D." Francisca de Torres fueron hijos:
1.° Don Luis Ponce de León y Torres, que continúa.
2^ Don Francisco de Paula Ponce de León y Torres, caballero de Justicia en la
Orden de San Juan, alférez de navio de la Real Armada. Nacido en Jerez el 25 de
Octubre de 1778, empezó á servir como Caballero guardia marina el 21 de Febrero
de 1793; retirado del servicio en 19 de Septiembre de 1803, falleció en Jerez el
19 de Junio de 1834, habiendo publicado su biografía recientemente, en el Diario de
la Marina, Camilo Riquer.
3.° Don Manuel María Ponce de León y Torres, caballero de Justicia en la Orden
de San Juan, alférez de navio de la Real Armada, bautizado en San Miguel, de Jerez,
el 1° de Agosto 1780; ingresó de guardia marina en la Real Armada el año 1795,
obteniendo el empleo de Alférez el 9 de Junio de 1800. Casó en Jerez con D." Lo-
renza Fernández de Villavicencio y Cañas, hija de D. Lorenzo Fernández de Villa-
vicencio, duque de San Lorenzo, grande de España de primera clase, etc., y de
D.* María Eulalia de Cañas y Portocarrero, hija del Duque del Parque, etc., de
quien tuvo por hija á D.^ María del Carmen Ponce de León.
4.° Don Juan de Dios Ponce de León y Torres, caballero de Justicia en la Orden
de San Juan.
558
y de Genealogía Española.
XIV. Don Luis Ponce de León y Torres, tercer marqués del Castillo del
Valle de Sídueña, veinticuatro de Jerez, caballero Maestrante de la Real
de Ronda, señor de los vínculos de su padre y los de Torres, Dávila,
Riquelme, Mendoza, Villavicencio, Mirabal, Orbaneja, Hinojosa, Herrera,
etcétera, que heredó de su madre. Bautizado en San Miguel, de Jerez, el 7 de
Mayo de 1777, casó en la misma ciudad con D." María de la Consolación
Fernández de Villavicencio, hija de los Duques de San Lorenzo y del Par-
que, etc. Falleció el Marqués en Jerez el 22 de Agosto de 1834. De este
matrimonio fueron hijos:
1.° Don Francisco Ponce de León, que sigue.
2.° Don Manuel Ponce de León, capitán de Caballería, caballero Maestrante
de la Real de Ronda y de la Orden de San Juan de Jerusalén, comendador de
Isabel la Católica, el que, casado con D/' Emilia de Batieras y Monroy, tuvo por
hijos á: \° Donjuán L. Ponce de León y Balleras. 2." Don José Ponce de León
y Balleras, comandante de Caballería. 3° Doña María de los Ángeles Ponce de
León y Balleras. 4.° Doña María de la Consolación Ponce de Lcói y Balleras,
casada con el conde de Lérida, con sucesión en los Duques de Gor, Vizconde de
Valoría, Conde de Toreno y de Lérida. 5.° Doña María del Rosario Ponce de
León, casada con D. Teodomiro Merry Colón.
XV. Don Francisco de Asís Ronce de León y Villavicencio, cuarto
marqués del Castillo del Valle de Sidueña, senador del Reino, diputado
provincial y alcalde presidente de Jerez, caballero de la Real Maestranza
de Ronda y de la ínclita Orden de San Juan de Jerusalén, gentilhombre de
cámara de S. M. con ejercicio. Nació en Cádiz el año de 1806, y casó en
Jerez de la Frontera el 5 de Mayo de 1833 con Z)." Josefa Gor don y Beig-
beder, hija de D. Juan David Cordón y Boyo, vicecónsul de S. M. Británica,
y de D." María del Carmen Beigbeder y Dmom; sucedió á su padre por Real
carta de 28 de Octubre de 1847, y falleció en Sevilla, de ochenta y dos
años, el 20 de Diciembre de 1887.
De D. Francisco de Asís y D.'^ Josefa, fueron hijos:
\° Don Luis Ponce < e León y Gordón, ¿|ue murió niño.
2.'' Don Juan Manuel Ponce de León y Gordón, que continúa.
3.° Don Pedro María Ponce de León y Gordón, sacerdote, caballero de la Real
y distinguida Orden de Carlos III.
4." Don José María Ponce de León y Gordón.
S.** Don Luis Gonzaga Ponce de León y Gordón.
6.'' Doña María de la Concepción Ponce de León y Gordón.
1° Doña María del Rosario Ponce de León y Gordón.
B."* Doña Mana del Carmen Ponce de León y Gordón.
XVI. Don Juan Manuel Ponce de León y Gordón, quinto marqués del
Castillo del Valle de Sidueña, caballero de la Real Maestranza de Sevilla, na-
559
Revista de Historia ■
cido en Jerez de la Frontera el 4 de Diciembre de 1835; casado en Córdoba
el 12 de Mayo de 1863 con Z)." Inés de León y Muñoz-Cobo, hija de don
Pedro de León Navarrete, coronel de Caballería, caballero de la Orden
de Calatrava y de la Real Maestranza de Granada, gentilhombre de cámara
de S. M. con ejercicio, de los Marqueses de Guardia Real y de D/ Inés
Muñoz-Cobo y Prado; sucedió á su padre por Real carta de 21 de Noviem-
bre de 1888, y falleció en Sevilla el 16 de Abril de 1894, casado en segun-
das nupcias con D."* Araceli Zayas y Suárez.
De D. Juan Manuel y D. ' Inés de León, fueron hijos:
L° Don Francisco de Asís Ponce de León y León, que continúa.
2." Don Pedro Ponce de León y León, capitán de Caballería.
3.** Don Juan Ponce de León y León.
4.° Don José Luis Ponce de León y León.
5.*^ Don Rodrigo Ponce de León y León.
6.** Don Fernando Ponce de León y León, teniente de Caballería.
7.® Doña María Josefa Ponce de León y León.
8.° Doña Inés Ponce de León y León, casada con D. José María López de Carri-
zosa y de Giles, marqués de Casa Bermeja, caballero de la Real Maestranza de
Ronda y Gran Cruz de Isabel la Católica, con sucesión.
9.° Doña María Teresa Ponce de León y León.
XVII. Don Francisco de Asís Ponce de León y León, sexto y actual
marqués del Castillo del Valle de Sidueña, nacido en Córdoba el 12 de Abril
de 1864; sucedió á su padre por Real carta de 22 de Octubre de 1894, y es
hoy día el representante de la línea primogénita del comendador D. Eutropio
Ponce de León, á cuya descendencia damos fin por ahora.
Juan Moreno de Guerra. '
560
y de Genealogía Española.
Casa de Ribera en Medina del Campo. <">
Diego de Ribera, fué ayo del infante D. Alonso, hermano de don
Enrique IV, á quien en Ávila levantaron por Rey, corregidor de Murcia
casamentero déla reina D.^ Isabel con D. Carlos, hermano de D. Fernando,
aunque no se efectuó, aposentador del rey D. Juan II, quien puso presos
en el castillo de Portillo al Conde de Benavente, á D. Enrique, hermano
del Almirante y á Suero de Quiñones, en poder de este caballero de donde
era Alcaide, embajador del rey D. Enrique IV al rey de Aragón, aposen-
tador del rey D. Enrique IV, embajador á tratar el casamiento de la reina
católica D.^ Isabel; fué embajador por el Rey de Castilla al Infante de Ara-
gón; la reina D.^ Isabel le envió á su hermano á declarar la conclusión de
su matrimonio. Casó con D."" María Sánchez de la Ribera y tuvo en ella á
1." Pedro de Ribera, que murió sin sucesión.
2.° Diego de Ribera, que sucedió.
3.° Doña Inés de Ribera, que casó con Gómez Dávila, de quien vienen
los Riberas Dávilas de Valladolid y Villacastín y El Espinar.
Diego de Ribera, sucedió en la Casa de su padre, fué alcaide de Bur-
gos; casó en Valladolid con D."" María de Santistéban hermana del comen-
dador Cristóbal de Santistéban, Casa tan noble y antigua como se sabe,
fué aya de la infanta D."* María, que casó con D. Manuel, Rey de Portugal;
tuvo á
1." Andrés de Ribera, que casó con hija del Dr. Tello, del Consejo Real
y residieron en Valdepeo con su suegro; tiene su entierro en San Francisco
de Valladolid en la Capilla de Nuestra Señora, al lado del Evangelio, que
fundó este caballero.
2.° Pedro de Ribera, cuya línea sigo.
(1) Como ampliación al artículo de Los Cotes, damos á luz esta curiosa genealogía, que
se halla en la Bib. de la R. A. de la H. colección Salazar, E, 2,fol. 234.
561 33
Revista de Historia
3." Doña Francisca de Ribera, que casó en Talavera con D. Jerónimo
Juárez de Carvajal, de quien hay sucesión, y vienen los de Ribera de Extre-
madura.
Pedro de Ribera fué Comendador de Cieza del Orden de Santiago;
consta de la Cédula Real que se dio á su hijo, dada en Segovia en 27 de
Junio de 514, firmada del Rey y refrendada de Pedro Quintana; capitán de
corazas, alcaide de la fortaleza y villa de Simancas y la entregó á Diego
López de Toledo, corregidor de Valladolid, por Cédula de S. M. en 9 de
Agosto de 1505 años; alcaide de la fortaleza de Cartagena, consta de la
Cédula Real á su hijo por la reina D."* Juana, á 25 de Junio de 1514, refren-
dada de Pedro de Quintana; alcaide de Montefrío, que ganó á los moros,
hallándose con su compañía, y en ella fué heredado como consta del repar-
timiento y Cédula Real de S. M., y la entregó á D. Alonso Fernán de Cór-
doba por Cédula de S. M. dada á 14 de Abril año 1491; caballerizo de la
reina D.^ Isabel, según el letrero de su Capilla de San Martín y Cédula
Real; capitán de la guardia de los Reyes Católicos. Tenia sus casas en
Valladolid que eran las de aldabas en la calle de Teresa Gil y otras junto
á ellas y el sitio donde es Porta celi; casó en Medina del Campo, donde se
vino á vivir con María de Medina, del hábito de Santiago, camarera mayor
de la reina D."* Isabel. Fundadores de la parroquia de San Martín que tra-
jeron de junto á la Mota á la calle del Barrio-nuevo, al Hospital de San
Pedro de los Arcos, llamado de los Pelliceros, como consta de la Bula
dada en 7 de Noviembre año de 1509, cometida á D. Fadrique de Portu-
gal, obispo de Segovia, el cual hizo la traslación en 23 de Febrero de 1510,
por consentimiento de D. Bernardino Gutiérrez, abad de esta villa en 25 de
Noviembre de 1509 años, y tiene en la Capilla mayor este letrero:
Pedro de Ribera Comendador de cieqa Cauallerizo mayor Cappitan
E Alcayde de Cartajena criado de los Reyes Catholicos Don Fernando y la Reyna
Doña Isabel de gloriosa memoria fundó esta Iglesia y Ospital año de 1512.
Fundaron mayorazgo en la villa de Medina del Campo, para sus suce-
sores, y tuvo á
1.° Diego de Ribera sirvió á los Reyes Católicos y D."* Juana; fué
comendador de Cieza, que trocó con D. Luis Ferrer por la de Peñausende;
hay Bula de permuta y posesión, alcaide de Cartagena, hay título en Valla-
dolid á 12 de Marzo año de 1518, refrendado de Alonso Martín de Villegas,
visitador de San Marcos de León, y les toman las cuentas por Cédula Real
en 2 de Setiembre de 1535 años; capitán de caballos estradiotes por cédula
de los Gobernadores, en Madrid á 12 de Abril de 1516; capitán de gente de
562
y de Genealogía Española.
armas por cédula en Pamplona de 10 de Julio de 1521; trinchante de la
reina D/ Juana por Cédula en Segovia á 18 de Septiembre de 1505, y de
la reina D/' Isabel por Cédula en Granada á 3 de Julio de 1501. Regidor de
Valladolid, pregonero mayor de Castilla, fundó las capellanías que se can-
tan en San Martín de la villa de Medina del Campo, murió en ella y está
enterrado en su Capilla mayor, y allí tiene este letrero:
Aquí yace Diego de Ribera Comendador de Peñausende
Capitán de gente de armas de su magestad hijo menor del Comendador
Pedro de Ribera y María de Medina Caballerizo mayor de la Católica Reina
Doña Isabel: murió A 5 de junio de 1539, Requiescat in pace. Amen
Casó este caballero con D." Isabel de Quintanilla, hija de Alonso de
Quintanilla y de D/ Aldara de Lodeña; y el dicho Alonso de Quintanilla
fué del Consejo de Estado de los Reyes Católicos y su Contador mayor.
Al fin fundaron la parroquia de San Juan de Sardón, de la villa de Medina
del Campo, y las capellanías que se cantan allí; no tuvo hijos y le sucedió
su hermano segundo.
2.° Pedro de Ribera, que sucedió.
3." Doña Isabel de Rivera, que casó con D. Rodrigo de Mendoza, her-
mano del Marqués de Santillana, no tuvo sucesión.
Pedro de Ribera, hijo segundo del comendador Pedro de Ribera, suce-
dió en la Casa por no tener hijos su hermano mayor, fué paje del príncipe
D.Juan por Cédula en Córdoba á 20 de Julio de 1490; casó en Medina del
Campo con D."* Ana de Chávez, hija única del comendador Carlos de Chá-
vez, cazador mayor de los Reyes Católicos, hermano del Vizconde Chávez,
caballero romano; tuvo á
I.*' Diego de Ribera, que sucedió.
2° Doña Isabel de Ribera, que casó con el comendador Pedro More-
jón y tuvieron por hijo á Francisco Morejón, que casó con D.^ Elena de
Quiroga, y por nieto á D. Pedro Morejón, del hábito de Santiago, que no
tiene hijos, y D."* Isabel de Ribera Morejón, que casó en Olmedo con don
García de Cotes, del hábito de Santiago, de quien suceden los señores de
aquella Casa.
Diego de Ribera, sucedió á su padre en tiempo del Emperador Carlos
quinto: adjudicó al mayorazgo las casas principales en la calle de Barrio-
nuevo; casó con D."* Juana de Quintanilla, hija de Alonso de Quintanilla y
de D/ Ana de Tasis; esta señora fué de vida muy ejemplar y santidad gran-
de; murió junto á San Lázaro, de Medina del Campo, y los religiosos Fran-
ciscos descalzos robaron su cuerpo, para tenerle, por su mucha virtud,
563
Revista de Historia
sacándole por las tapias del corral: su hijo les puso pleito y se le volvieron
cuando se mudaron á la villa, y está su cuerpo en un nicho alto en San
Martín al lado del Evangelio; tuvo por hijos á
1.° Don Pedro de Ribera, que sucedió.
2." Don Diego de Ribera, fraile Francisco Descalzo.
3.° Doña Ana de Chaves, monja en la Real; fué á fundar á Santa Cata-
lina de Sena, en Ocaña, donde murió.
Don Pedro de Ribera, sucedió en la Casa, fué Capitán de caballos lige-
ros, por Cédula de Felipe II en San Lorenzo á 11 de Octubre de 1590,
refrendada de Andrés de Prado; Gobernador de Ocaña año 1596; Corregi-
dor de Salamanca, por Cédula en Lerma á 13 de Julio de 1605; caballero
de la Orden de Santiago por merced en Madrid á 5 de Mayo de 1609; Go-
bernador de Aranjuez, por Cédula de Felipe III, en Madrid á 22 de Enero
de 1611. Murió en el Real Sitio año de 1617. Casó con D."* María de Qui-
roga en üuadalajara, sobrina del Cardenal Arzobispo de Toledo D. Gaspar
de Quiroga, hija de Rodrigo de Quiroga, su hermano mayor, y de D."" Men-
cía de Zúñiga, nieta de Alonso Méndez de Zúñiga y D.' María de Guevara;
tuvieron 19 hijos:
1." Don Antonio de Quiroga, que sucedió.
2." Don Alvaro, clérigo.
3.", 4.° y 5." Don Diego, D. Alonso y D. Gaspar: murieron mozos.
6." Doña Juana de Ribera; casó en Villamanrique con D. Juan Laso de
Castilla, Señor de Villamanrique, Comendador de Santa Cruz, cuyo hijo es
D. Francisco Laso de Castilla, que casó con D. ' María de Villarroel.
7." Don Rodrigo de Ribera, que casó con D." Beatriz de Langa, hija de
Diego López de Langa y de D.'' Catalina Pérez de Mercado, y fué su hijo
D. Diego de Ribera Langa, que casó con D." María Mercado y tuvo á don
Rodrigo de Ribera y Mercado, caballero de la Orden de Calatrava, que
casó en segundas nupcias con D.'' Beatriz Rodríguez de Ledesma, hermana
de la Marquesa de Río Negro, y dejó por hijos á D. Francisco, D.' María,
D."* Rosa, D.'' Ana y D."* Micaela de Ribera y Rodríguez de Ledesma (1).
8.° á 19." Doña María y otros 1 1 hermanos murieron niños.
Don Antonio de Ribera, sucedió en la Casa: fué á Inglaterra con el
Conde de Villamediana, cuando fué por Embajador. Capitán de la milicia
de Medina del Campo, Regidor en ella. Gobernador de Aranjuez, por Cé-
dula de Felipe III; murió año de 1618. Casó con D." Antonia Nieto Sanz
(1) Adiciones puestas por Salazar.
564
y de Genealogia Española.
de Velasco, hija de Velasco Sanz, descendiente de Gil Nieto, que fundó el
mayorazgo de la Casa de Medina; tuvieron á
Doña María de Ribera, que sucedió en la Casa; casó en Olmedo con
D. Francisco Cotes y Ribera, hijo segundo de D. García de Cotes y doña
Isabel de Ribera Morejón; este caballero murió cuando se hundieron las
bóvedas de San Agustín, año de 1629, el 13 de Abril; tuvieron á
I.** Don Pedro de Ribera, que sucedió.
2.° y 3.° Don Antonio y D.^ Juana de Cotes, murieron niños.
Don Pedro de Ribera, Caballero de la Orden de Santiago, sucedió en
la Casa; fué Alférez mayor de Medina del Campo, donde el año 1666 levantó
el estandarte por Carlos II; poseyó también las Casas de Quintanilla y
Nieto. Casó dos veces, la primera con D." Josefa de Villarroel, hija de don
Alonso de Villarroel, caballero de Alcántara, Corregidor de Córdoba, y de
D.^ Isabel de Peralta; tuvo por su hijo á D.José de Villarroel. Casó segunda
vez con Z>." Damiana Crema de Sandoval, hija de D.José Crema, señor de
Pozáldez, Corregidor de Toro y Burgos y D." Ventura de Sandoval; tienen
por hijos á
1." Don José de Villarroel [ó de Ribera Quintanilla], que sigue.
2." Don Diego de Ribera Cotes y Sandoval, Capitán de caballos en
Hungría, donde sirvió las campañas de 1687 y 88 (1).
Don José de Ribera Quintanilla y Tasis, hijo del primer matrimonio,
es Alférez mayor de Medina del Campo, y está casado con Z)." Juana de
Cotes, hermana de D. Sebastián de Cotes, Colegial de Oviedo, Regente de
Italia y Gobernador del Consejo de Hacienda, y es su hijo
Don García de Ribera y Cotes, que está casado con D.^ Jerónima de
Contreras, hija de D. Martín Rodrigo de Contreras Guillamas, caballero de
la Orden de Calatrava, señor de la Casa de Contreras en Segovia, y de
D.^ Felipa de Contreras su primera mujer, y es su hija única D.^ N. de Ri-
bera, que fué señora de la Casa, que no ha casado este año de 1709.
Por la copia,
J. M. de G.
(1) Las noticias de este caballero, las de su hermano y descendientes, son de mano de
Salazar, hechas en distintos tiempos.
565
Revista de Historia
Icaiies y
Rui Díaz de Vivar, el héroe legendario de Castilla, fué el primer alcaide
del Alcázar y ciudad de Toledo; sucedióle uno de sus deudos, el valeroso
Alvar Fáñez Minaya.
Recayó luego en el conde Raimundo de Borgoña, esposo de D.' Urraca;
pero al obtener el Condado de Galicia, volvió la jefatura del Alcázar al
esforzado Alvar Fáñez, quien lo defendió bizarramente contra los ataques
de los almorávides.
La guarda del Alcázar se confió después á D. Rodríguez González
Girón, al que siguió D. Rodrigo Fernández de Castro.
Figuró más tarde Fernán Ruiz de Castro, por orden de Fernando II de
León; pero los partidarios de D. Esteban de Ilion, vencedores tras san-
grienta pelea, lo derrocaron, sustituyéndolo por el campeón del Rey niño.
Alfonso VIII convirtió el Alcázar en nido de sus amores con la hebrea
Raquel; pero indignados los principales caballeros ante semejante destino
del Alcázar, aprovecharon la ausencia del Monarca, y amotinando al pue-
blo, subieron á la regia morada, dando despiadada muerte á la encantadora
hija de Judea.
Desde Arévalo fué conducida en calidad de prisionera al Alcázar la
Reina D." Blanca de Bortón, Princesa de Francia; pero sus desventuras
tan hondamente impresionaron el alma toledana, que la ciudad entera se
declaró abiertamente por la Reina, acompañándola en triunfo desde la igle-
sia—donde se detuvo á orar— hasta el Alcázar; temerosos los toledanos de
las iras de D. Pedro I, llamaron en su auxilio á D. Fadrique, quien en el
Alcázar hizo sus juras y pleitesías á la Reina y á los de Toledo.
Los azares de la guerra, permitiendo que venciese D. Pedro I, devolvie-
ron á este Monarca la ciudad de Toledo, en la que entró por el puente de
566
y de Genealogía Española. -
San Martín, á la vez que el bastardo Infante D. Enrique y los suyos huían
por el de Alcántara; enojado el Rey contra su esposa, renunció á subir al
Alcázar, ordenando á su camarero mayor D. Juan Fernández de Hinestrosa
que pusiese á D." Blanca en paraje bien seguro hasta su traslado á otro
castillo; la desgraciada Reina vivió cuatro días en lóbrego calabozo hasta
ser conducida á Sigüenza.
Testigo fué más tarde el Alcázar de las luchas entre D. Pedro Sarmiento
y D. Juan II; seguidamente, el mismo Alcázar constituyó el blanco de las
aspiraciones del Principe D. Enrique, hijo del Monarca anterior, quien con-
siguió de Sarmiento la entrega del ambicionado palacio; mas cuando de él
llegó á adueñarse, pudo contemplar sobre el duro pavimento de un cala-
bozo á hombres y mujeres que, llenos de miseria, lanzaban tristes lamentos:
¡eran desgraciadas criaturas víctimas de la crueldad de Sarmiento!
Abrazado á su hijo entró D. Juan II en Toledo, nombrando alcaide de
su Alcázar á D. Alvaro de Luna, al que sucedió D. Luis de la Cerda.
En el reinado de D. Enrique IV ejerció el cargo de alcaide Pero López
de Ayala; gobernó después Garci López de Madrid, contra el que se alza-
ron las iras populares, poniendo cerco al Alcázar; pero atemorizados los
atacantes, desistieron de sus propósitos, cediendo ante el Rey, que fué
inexorable con los amotinados.
Bajo el reinado de los Reyes Católicos tomó el Alcázar gran preponde-
rancia; en su recinto tuvo lugar la jura en Cortes de su hija primogénita.
Con ocasión de la guerra de las Comunidades, el Alcázar pudo admirar
la entereza de aquella noble dama, de la viuda de Padilla, que con varonil
obstinación defendióle contra las tropas reales, y al capitular honrosamente
tan insigne defensora de las libertades castellanas, una nueva página de
gloria vino á añadirse á las que ya atesoraba la magna fortaleza toledana;
á partir de entonces, el señorial Alcázar deja de recibir el susurro bravio
y luchador de los que al pie de sus muros chocaban enfurecidos y caballe-
rescos.
En ocasión de las Cortes de Toledo, poco antes de la victoria de Pavía,
alojóse el Emperador Carlos I en el Real Alcázar, y con él se aposentaron
su hermana D." Leonor (viuda de D. Manuel de Portugal), D." Germana
de Foix (Reina viuda de Aragón), los Embajadores de Inglaterra, Venecia
y otros reinos, un Legado del Papa, los enviados de la Regente de Francia
y Carlos de Lannoy (virrey de Ñapóles).
Acogida suntuosa dio en el Alcázar el hijo de Gante á la Princesa Mar-
garita (hermana del prisionero Rey francés Francisco I), al Duque de Bar-
bón (prometido de su hermana D.' Leonor) y al conquistador Hernán
567
Revista de Historia
Cortés; el Alcázar fué testigo también de un suceso ocurrido entre la mag-
nanimidad del Emperador y la altivez de Carlos de Lannoy.
Felipe II y su esposa Isabel de Valois habitaron el Alcázar, donde reci-
bieron al principe D. Carlos, á la princesa D.^ Juana y á la Nobleza de
Castilla; numerosas orquestas é ingeniosos fuegos de artificio atestiguaron
á los Reyes la fidelidad del pueblo toledano, lealtad que tuvo su máxima
expresión al conocerse la grave enfermedad que repentinamente aquejó
á la Reina.
Restablecida, continuaron las fiestas, celebrándose en el patio del Alcá-
zar un torneo (del que fueron mantenedores D. Luis Méndez de Haro y el
Condfe de Benavente), «que en sucesos de caballería y aparato fué suntuo-
sísimo y célebre».
Del Alcázar, y con gran pompa, se encaminó hacia la Catedral la regia
comitiva del príncipe D. Carlos para su jura como heredero de la Corona
de Castilla.
Por causa del frío excesivo en el invierno de 1561, Felipe II decidió
trasladar su Corte á Madrid, cuyo clima le era muy grato, y desde 1565 el
Alcázar toledano deja de ser regio aposento de los Monarcas españoles.
Antonio García Pérez,
Comandante de Infantería.
568
j; de Genealogía Española.
Don Rafael Moreno de Guerra.
Por Real orden de 27 del pasado, previo el favorable acuerdo del Con-
sejo Supremo de Guerra y Marina en el expediente instruido, se ha conce-
dido la cruz de segun-
da clase (laureada)
de esta Real militar
Orden al capitán de
Infantería D. Rafael
Moreno de Guerra y
Alonso, muerto glo-
riosamente en el com-
bate del 27 de Julio
de 1909 en las estri-
baciones del Gurugú,
por los méritos con-
traídos al mando de
la segunda compañía
del batallón de Caza-
dores de Llerena, con
la que penetró «con
su fuerza desplegada,
en un barranco, don-
de sostuvo reñidísima
lucha con numeroso
enemigo, llegando á combatir al arma blanca, y logrando así avanzar hasta
la salida de aquel paso y tomar una posición, después de ser herido, al
frente de su compañía, siempre animando á su tropa con la palabra y el
ejemplo, y demostrando valor extraordinario en la referida posición, en
la que prosiguió combatiendo hasta quedar mal herido ó muerto, cuando
se retiraron las tropas».
Era el heroico Capitán hermano de nuestro queridísimo compañero de
redacción D. Juan Moreno de Guerra, á quien damos nuestra más efusiva
enhorabuena por el merecido galardón obtenido por aquél, honra y premio
el más preciado de un militar, y que viene á aumentar los timbres de gloria
de su linaje, que tanto se ha distinguido desde hace siglos sirviendo á su
Patria y á su Rey en la Armada y el Ejército.— S. O.
569
Revista de Historia
BdiciODes g GorreccloDiis á ios artísulos puitllcailos
en el primer voiomen de ia Bevista.
Casas españolas de origen italiano. Los Lasquetty. Página 131.
Don Francisco Lasquetty y Lasquetty casó en Cádiz el 31 de Mayo de 1792
con D.^ Agustina de Salaverría, hija de D. Juan José y de D."" Isabel Sán-
chez de Madrid y Vacaro, y fueron sus hijos:
1." Donjuán Manuel Lasquetty y Salaverría, nacido el 12 de Octubre
de 1796, casado en México con D."* Manuela de Castro, hija de D. José de
Castro y Ortega, natural de Cádiz, y de D.^ Ignacia Fernández San Salva-
dor y Tirado, natural de México, y tuvo por hijos á
1.°) Doña Carolina Lasquetty y Castro, Dama noble de la banda de
María Luisa, casada con D. Tomás de Gabriel, de quienes fué hija única
D. ' María de los Dolores de Gabriel, casada con D. José Gallostra y Frau,
Ministro de Hacienda, con sucesión.
2.°) Don Juan Manuel Lasquetty y Castro, nacido en Cádiz el 12 de
Enero de 1838, casado en Santiago de Cuba el 29 de Agosto de 1869, y
son sus hijos D.Juan Manuel y D. Ricardo Lasquetty y Perozo, nacido en
Cien fuegos el 21 de Mayo de 1876, hoy soltero.
3.°) Don Ricardo Lasquetty y Castro, casado en México con D." Dolo-
res Moneada, de quien tuvo á D."* María y á D. Ricardo Lasquetty, casado
en México con D."* Guadalupe Pecci, con descendencia en México.
4°) Don Enrique Lasquetty y Castro, casado en primeras nupcias con
D."* Dolores Braojos y en segundas con D."" María del Carmen Joly, no de-
jando sucesión de la primera y de la segunda dejó dos hijas.
5.") Doña Concepción Lasquetty y Castro, que está viuda de D. José
Pautis, sin sucesión.
6.°) Doña Matilde Lasquetty y Castro.
7.°) Don Agustín Lasquetty y Castro, nacido en México el 12 de Di-
ciembre de 1847, casado en Manila en 1879.
570
y de Genealogía Española.
2^ Doña Teresa de Jesús Lasquetty y Salaverría, nacida en Cádiz el
año de 1802 y murió soltera en esa ciudad el año 1857.
3." Doña Dolores Lasquetty y Salaverría, casada en Cádiz con D. Julián
Altuna y murió allí sin sucesión.
4.° Doña Candelaria Lasquetty y Salaverría, que casó con D. Antonio
Van-Halen.
5.° Doña Isabel Lasquetty y Salaverría, casada con D. Lucas Zuluaga,
fueron padres de D."* Dolores, que murió soltera, y de D. Enrique Zuluaga.
Página 132.— El primer Conde de Casa-Lasquetty tuvo, además de don
Domingo, segundo Conde, una hija llamada D.^ Juana Lasquetty, que murió
asimismo soltera en Cádiz.
Familias españolas de origen flamenco. Los Van-Halen. Pá-
gina 219.— De D.* Enriqueta Van-Halen, casada con D. Carlos de Vargas
Machuca, fueron hijos, en este orden: D.^ Isabel, viuda hoy de D. Bernardo
Rengifo, con sucesión; D. Enrique, soltero, y D. Antonio de Vargas Ma-
chuca.
De D.' Victoria Van-Halen, casada con D. Enrique Zuloaga, fueron
hijos: D."* Carmen, que casó con D. Manuel Bayo, con sucesión, y D.'' Isabel,
que está casada con D. Narciso Poch, también con sucesión.
Auñones de Morón. Página 260.— La genealogía de la familia Auñón,
escrita por el Doctor D. Pedro González de Auñón y Orellana, la conserva
original y autógrafa el Sr. D. Ignacio de Torres y León, descendiente de
Pedro de Auñón Romero, hermano mayor del Doctor.
Página 305.— Doña Lorenza de Guzmán y Castilla, mujer de D. Manuel
María del Pópulo de Auñón y Ossorio, era hija (1) de D. Tomás María de
Guzmán, caballero del Orden de Calatrava, veinticuatro de Sevilla, y de
D."* María de la Concepción de Castilla, hija de D. Antonio del Carmen
Castilla, IV marqués de la Granja, señor del Cadoso, y de D.'^ Constanza
María de Valenzuela, y nieta de D. Diego José de Guzmán Bobadilla y Ve-
negas, caballero del Orden de Santiago, del Consejo de S. M., su Oidor
Decano, jubilado de la Real Audiencia de Sevilla, I marqués de San Barto-
lomé del Monte, y de D.' Lorenza Jácome de Linden, hija del Marqués de
Tablantes.
Página 305.— Doña Rafaela Ortiz de Zúñiga, marquesa de Montefuerte,
(1) Descripción genealógica de la Casa de Aguayo..., por D. Antonio Ramos. En Mála-
ga. Año de 1781, pág. 335.
571
Revista de Historia
condesa de Lebrija, mujer de D. Ignacio Manuel de Auñón Ossorio de los
Ríos, marqués de Nevares, era hija (1) de D. Luis Ortiz de Zúñiga, III mar-
qués de Montefuerte, IV Conde de Lebrija, veinticuatro de Sevilla, y de
D."* Ana Gertrudis de Valdespino.
Página 308.— De D. Juan Jorge de Auñón y D.* María Antonia de León
fué, además de los dichos, cuarto hijo D. José de Auñón y León, que no
tuvo sucesión.
Antiguos linajes de Castilla la Vieja. Los Cotes. Página 356.—
La descripción de las armas de Cotes está
equivocada por haberse cambiado los cuar-
teles, debiendo ser como aparece en el dibujo
al frente del artículo y en el escudo de armas
que usó el Ilustrísimo Sr. Fernando de Vega
y Fonseca que está en la Historia de las
cosas más notables, ritos y costumbres del
gran Reyno de la Chica..., por el P. Fr. Joan
González de Mendoza, Roma, 1585, en que
está su primer cuartel, ó sea el del apellido
de Cotes, conforme con el dibujo.
Página 421.— Alguno de la varonía de los
Espinosas de la genealogía descrita supues-
tos, según mis noticias, sin sucesión debió
tenerla, pues en la página 201 de la conocida
y estimada obra de D. Antonio Ramos, Apa-
rato para la corrección y adición de la obra..., de D. José Berni, Creación
etcétera de los títulos de Castilla, se dice que el título de Vizconde de Garci-
Grande se concedió en 1761 á D. Cristóbal de Espinosa Una y Castillo,
quinto nieto de Pedro de Espinosa Arévalo, hermano del célebre Cardenal
y hace referencia al Memorial genealógico de esta Casa, del cual no he lo-
grado hallar ningún ejemplar para consultarlo; al tiempo de escribir su obra
gozaba el título D. José Vicente de Espinosa Ángulo Cabeza de Vaca y
Uriarte, señor de las villas de Arenillas, Villalaes y Villacreces, regidor
perpetuo de Plasencia.
Página 427.— Don Ignacio de Ortega Cotes, hijo mayor de D.^ Felipa de
Cotes, fué autor del Bullarium Ordinis Militie de Calatrava per annorum
Escudo de armas
de Don Hernando de Vega.
(1) Descripción genealógica de la Casa de Aguayo..., por D. Antonio Ramos. En Mála-
ga. Año de 1781, pág. 252.
572
;; de Genealogía Española.
seríem nonnulis Donationum. Concordiarum &. opas D. Ignatii Josephi
Ortega et Cotes, Jacobaei Equitis, Matriti, anno 1761.— Un volumen en
folio.
La Casa de Ligues. Página 499. — Don Pedro Domingo de Silos de
Ligues y Bobadilla, fué Maestrante de Granada desde el año 1830.
Página 504.— Los hijos de los Marqueses de Flores Dávila, su segundo
apellido es Ligues y no Gamboa.
Casas andaluzas. Los Ponce de León. Página 472.— Al hacer men-
ción de las ramas de esta Casa y señalar la de Torres-Cabrera debimos
decir la Casa de Cabrera en Córdoba, señores de Torres-Cabrera, por
alianza luego Condes de Villanueva de Cárdenas, cuya varonía se conserva
hoy en los Marqueses de Villaseca.
573
Revista de Historia
bibliografía
En esta Sección se dará cuenta de todos los libros españoles y extran-
jeros que sean remitidos á esta Redacción y traten de materias congéneres^
á las que son objeto de nuestra publicación.
La Junta Suprema de Gobierno de Granada, por D. José Paloneo
Romero.— Granada, 1912. Un folleto en 8."
Nuestro querido amigo y colaborador, el joven é ilustrado Catedrático de His-
toria de la Universidad de Granada, D. José Palanco Romero, ha tenido la amabi-
lidad de remitirnos un ejemplar del folleto que con este título ha publicado.
Trátase de un interesante trabajo de acertada crítica y escrupulosamente docu-
mentado, sobre los esfuerzos patrióticos realizados por aquella entidad en el aza-
roso período comprendido entre 29 de Mayo de 1808 y 27 de Enero de 1810.
Componen el folleto cuatro eruditísimos capítulos, referentes á la organización
y desenvolvimiento de la Junta en 1808, sus relaciones de dependencia con la
Suprema Central del Reino, las disposiciones más importantes decretadas por la
misma en el ramo de Guerra, y las dificultades con que la patriótica entidad luchó
en el desempeño de su misión. Complementan el trabajo numerosos documentos
inéditos referentes al asunto, obtenidos directamente por el autor de los archivos
granadinos y del Histórico Nacional.
Agradecemos la atención y le felicitamos cordialmente.
Jovellanos y las órdenes Militares, por D. José Gómez Centurión —
Un tomo de 348 páginas. Madrid, 1912.
Forman y componen la obra del docto bibliotecario de la Academia de la His-
toria numerosos documentos, en su casi totalidad inéditos, referentes al desen-
volvimiento del Consejo y Tribunal de las Órdenes militares y á la gestión del
gran patricio Jovellanos como ministro del referido Tribunal. Las notas y comen-
tarios que pone el Sr. Centurión como complemento á su labor investigadora
revelan el profundo conocimiento de la materia á que ha llegado el autor. Es obra
completísima y de necesaria consulta para quienes pretendan conocer el desenvol-
vimiento de las Órdenes después de su incorporación á la Corona.
574
y de Genealogía Española.
Don Vincencio Juan de Lastanosa, apuntes biobibliográficos, por
D. Ricardo del Arco. Folleto en 8.° Huesca, 1911.— Más datos sobre
D. Vincencio Juan de Lastanosa, por el mismo autor. Huesca, 1912.
Un folleto en 8.°
Del distinguido y erudito historiador aragonés D. Ricardo del Arco, que tan
excelente colaboración viene prestando á nuestra publicación, hemos tenido el
gusto de leer los interesantes folletos cuyos títulos encabezan estas líneas. La per-
sonalidad del insigne D. Vincencio Juan de Lastanosa, literato y humanista apa-
sionado de las ciencias y del arte, bibliófilo, guerrero, diputado del reino de Ara-
gón, y conocido, sobre todo, como eruditísimo numismático, no podía encontrar
más apropiado biógrafo que el infatigable investigador de las glorias oscenses.
En los capítulos que componen el trabajo compendia el señor del Arco cuanto
pueda interesar á la vida y copiosa labor realizada por Lastanosa. Puede el curioso
lector conocer la noble ascendencia y lucida genealogía del biografiado, sus rela-
ciones con los literatos y hombres eminentes de su tiempo, entre las que son las
más curiosas las que mantuvo, en frecuente correspondencia, con el ingenioso
Gracián, el cronista Juan Francisco Ustarroz y el Conde de Quimera; una evo-
cadora reconstrucción del palacio que habitaba en Huesca Lastanosa, con la des-
cripción de sus numerosas obras de arte; la acabada reseña de sus obras y tra-
bajos, y una referencia de los principales elogios que se le han tributado.
De la crítica y comentarios con que el señor del Arco ilustra las referidas mate-
rias, sólo añadiremos que confirman y justifican el aprecio con que acoge el público
aficionado á este linaje de estudios cuantos trabajos produce la docta pluma de
nuestro querido colaborador.
T. D. A.
Noticia genealógica y biográfica del Mariscal de Campo, ilustre
gaditano, defensor de la plaza de Badajoz, Rafael Menacho, por
D. Emilio Cróquer y Cabezas.— Cádiz, tipografía Comercial, MCMXII.
Folleto en 4.'' de 39 páginas y cuatro grabados.
Nuestro erudito colaborador D. Emilio Cróquer Cabezas, prestigioso Jefe de la
Armada y Correspondiente de la Real Academia de la Historia, ha publicado recien-
temente un interesante y bien editado folleto con el título que encabeza esta nota.
Aficionadísimo á las cuestiones genealógicas, empieza su trabajo con la relación
ordenada de los ascendientes del heroico defensor de Badajoz, los Menacho-Fa-
jardo, cuya sucesión continuada es conocida desde Juan Benito Menacho-Fajardo
Hernán y Guzmán, quinto abuelo paterno del General, que ganó ejecutoria de su
hidalguía en pleito con el Cabildo de Sevilla en tiempos de D."^ Juana y D. Carlos I.
Sigue después la biografía del Mariscal de campo D. Rafael Menacho, siendo la
más completa de las que se han escrito de este bravo militar, robustecida con
multitud de documentos inéditos y otros ya publicados, como la carta que escribió
á su esposa, y que publicó primero el periódico de la época. El Conciso, y última-
575
Revista de Historia
mente reprodujo el Diario de Cádiz el 4 de Marzo de 1911, fecha del centenario
de la gloriosa muerte de Menacho, retrato fiel del temple de este héroe.
Complementa la biografía una completa relación de todos los honores postumos
concedidos por las Corporaciones y el Estado á la memoria del glorioso General, y
termina con profusas notas del juicio que mereció á los autores que se ocuparon
del protagonista.
Este último trabajo del Sr. Cróquer, hecho con verdadero cariño y testimonio
de su admiración á Menacho, será continuado según tenemos entendido, por otros
similares de personajes de la misma época, por lo que el Ejército tendrá que agra-
decerle el conocimiento completo de sus más eminentes individuos, así como la
Marina tiene que agradecerle la verdaderamente importante colección de biogra-
fías de Marinos ilustres, que, ocultando modestamente su nombre con el seudónimo
de Camilo Riquer y Zabecoe, ha publicado durante varios años una sección del
Diario de la Marina, de esta Corte.
Ilustran el folleto el retrato de Menacho, que figura en la galería del Ayunta-
miento de Cádiz, la muerte del General sobre la muralla de Badajoz, el blasón de
sus armas, y otro grabado con las del autor.
Agradecemos á nuestro querido amigo el envío del ejemplar y le felicitamos por
el éxito de su trabajo, que, por su afinidad con nuestra publicación, nos merece la
mayor atención, aparte del mérito intrínseco de la obra.
J. M. G.
576
y de Genealogía Española.
REVISTA DE REVISTAS
Los títulos de los artículos de Historia y Genealogía que figuren en los
sumarios de las Revistas españolas y extranjeras.
REVISTAS ESPAÑOLAS
Boletín de la Real Academia de la
Historia. Madrid, Diciembre de 1912.
Informes: Historia de la ciudad de As-
torga, ywan Pez-e^ de Guzmán— Cami-
no romano de Sevilla á Córdoba, Anto-
nio Blázquez.— Tomo XXV de las «Me-
morias del Institut Franjáis d'Archéolo-
gie Oriéntale du Caire», Francisco Co-
dera.—La Era Consular de la España
romana, F/í/e/ F/to. — Compendio de la
«Historia general de América», /?. Bel-
trán Rózpide.— Las antiguas ferias de
Medina del Campo, Juan Pérez de Guz-
mán.—La representación aragonesa en
la Junta Central Suprema desde el 25
de Septiembre de 1808 hasta el 29 de
Enero de \S\Q,Juan Pérez de Guzmán.
Inscripciones inéditas de Mérida, Bada-
joz, Alange, Cañete de Las Torres y
Vilches, Fidel Fita. - Variedades: Epi-
grafía romana de la ciudad de Astorga.
Discurso necrológico, por D. Antonio
Blázquez.—^oi\c\as. - índice. — Rectifi-
caciones.
Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos. Madrid, Septiembre á Diciem-
bre de 1912. -El Museo de Antigüeda-
des italicenses, Rodrigo Amador de los
Ríos.— Don Jorge Juan y D. Antonio de
Ulloa, Ramón de Manfarrés.— La crono-
logía en la antigüedad clásica, Antonio
Blázquez- Sobre la muerte de Juan
Díaz de Solís, Rodolfo Schuller.— Los
motines militares de Flandes, Lucas de
Torre.— Medallas conmemorativas de
la batalla de Villaviciosa, Ignacio Calvo.
Castillos y fortalezas del Reino, Julián
Paz y Espeso. —Documentos.— Notas
bibliográficas.— Bibliografía.
Arte Español, Madrid, Noviembre de
1912.— Lucas, nuestro pequeño Goya,
Elias Tormo.— El retablo de Santa Co-
loma de Querait, S. Sampere y Miguel.
Exposición granadina de Arte histórico,
D. Marin.—El castillo de Villalba, Fran-
cisco Tettamancy.— Exposición de Arte
retrospectivo en Burgos, Alvaro Deven-
ga.—El dibujo de memoria, Amos Sal-
vador. — Notas bibliográficas. — Misce-
lánea.
Estudios Militares, Madrid, Noviem-
bre de 1912.— Maniobras del tercer cuer-
po de ejército suizo en 1908, yose Fer-
nández Macapinlac — Siete años de mi
vida, Antonio García Pérez.— Revista
extranjera.— Bibliografía.— Revista de
la Prensa.
Memorial de Infantería, Madrid, Di-
ciembre de 1912.— Infantería española y
suiza en Italia, A. Espinosa.— Revista
577
Revista de Historia
de Revistas.— Noticias. — Bibliografía.
Entrega VI del «Proceso histórico-orgá-
nico del Arma de Infantería».
Linajes de Aragón, Huesca, 15 Di-
ciembre de 1912. Los Ric, Barones de
Valdeolivos, Gregorio García Ciprés.—
Los Vidal , Feliciano Paraíso . — Los
Grassa ó Grasa, Feliciano Paraíso.—
Jurisfirma del Justicia, Jurados, Concejo
y Universidad del lugar de Bierge, Gre-
gorio Garda Ciprés. — ^Jaca: El Torreón
de la Moneda y puerta de San Francis-
co, Gregorio García.— índices.
Boletín de la Real Academia gallega.
Coruña, 1.° de Noviembre de 1912.-E1
torques de Centroña, Manuel Murguía.
Un cipo romano en Seavia, Benigno
Cor/és.— Fundación de la obra pía de
San Antonio de la villa de Mellid,
F. 7.— Linajes galicianos (continuación),
Pablo Pérez Constanti.—De Folk-Lore:
Parrafeos, ¿y/s Tobio Campos.— Can-
tares populares.— Sección oficial.
1 .° de Diciembre de 1912.— Doña María
Sarmiento de Rivadeneyra, José Anto-
nio Parga. — Fundación de la obra pía
de San Antonio, de la villa de Mellid
(conclusión), F. T.— Iglesias gallegas:
Comarca de Chantada, Ángel del Cas-
tillo.—Una carta del infante D. Juan de
Austria al Consejo de Santiago (año
\6Q8), Pablo Pérez Constanti.-De Folk-
lore: Refranes, Guillermo Sarmiento.—
Cantares populares.— Necrología.
REVISTAS EXTRANJERAS
Archives de la Société des Collection-
neurs d'Ex-libris. París, Noviembre de
1912. Ex-libris Trudaine, León Qaantin.
Reliure et ex-libris de Gabriel de Sarti-
ne, Emm. Martin.— Ex-Uhús de Bour-
gongne et Danré d'Armancy, M. Hen-
riot-Bourgongne.— Les officiers biblio-
philes (continuación), A. de Remacle.—
Questions.— Bibliographie.
Diciembre de 1912.— A propos de
Tex-libris Charreton, /?. de Brébisson.—
Les anciens ex-libris du Périgord (conti-
nuación), A. Dujarric-Descombes.—Bi-
bliograghie.— Tablehéraldique.— Table
alphabétique de matiéres.
Bulletin Héraldique de Frunce, Sens-
sur-Yonne, Noviembre de 1912.— Notes
sur le dessin héraldique (continuación).
Les bandes royales au milieu du XVI e
siécle, E. Lombard. — Des modes de
preuves en matiére d'État civil et de
Titres de Noblesse, C. de S. M. V.te de
Blosseville.—Le sceau d'Agnés de Bour-
bon, Fruncís Peroí.— Histoire des Or-
dres de Chevalerie: Saint Grégoire le
Grand, Comte F. de Champvuns.— Non-
velles. — Questions et réponses.
L' Intermédíaire des chercheurs et cu-
rieux, París, 30 Noviembre de 1912 —Le
Directoire a-t-il été payé par l'Espagne?
Famille de Goret.— Aigle au vol éplo-
yée, question héraldique.— Titres sous
l'ancien régime.
lOde Diciembre de 1912.— Famille Ba-
rade.— Famille de Chaumont— Familles
d'Estavayer et de Mollondins.— La des-
cendance actuelle de Fouché. — Titres
sous rancien régime —Port des grands
croix d'Ordres.— Bibliographie de toute
la litterature héraldique.— Armoiries á
identifier.
20 de Diciembre de 1912.- Les Guise,
descendants des Carolingiens.— Famille
de Goret. — Famille de Pelletier de
Saint Fargeau — Noblesse et Legión
d'honneurs. — Port des grands croix
d'Ordres.
Rivista Araldica, Roma, Noviembre
de 1912 — Le sceau deJacquesdeSavoie,
Amédée de St Martin.— kvmomes et
sceaux des Cardinaux frangais actuéis,
Comte de Saint- Saud. — E\ Cardenal
Torquemada, Ramón de Echeverría.—
Famiglie romane, Cario Augusto Ber-
tini.— Lo stemma e la casa di Johannes
Sander, Dr. Cario Enrico Schafer. —
La croix de Jérusalem, Eugéne Harot.—
Libro d'oro del Ducato di Ferrara, F. Pa-
sini Frassoni. — Privilegi concessi al
S. M. O. Constantiniano, Ugo Orlan-
dini.—QW Ordini di San Giovanni, Giu-
578
;; de Genealogía Española.
seppe Brandi. — La décoration de la
croix Teutonique, Comtejules Boselli.—
Note bibliographiche.— Quesiti Araldici.
Cronaca.— índice.
Bolletino Araldico Storico Genealó-
gico, Florencia, 1.° Diciembre de 1912.
Delle Armi.- Delle Corone (loro origi-
ne), G. Presterá.—GW animali e le piante
del blasone, // Re í/Mrme —Elenco delle
famiglie nobili e antiche della cittá di
Arezzo, P.— II Castello di Racconigi.—
I Conti Palatini.— Alfieri d'Asti (Genea-
logía), Barone A. Aía/jno.— Bibliografía.
Heráldica, París, Octubre Noviembre
de 1912.— Études héraldiques sur quel-
ques armoriaux contemporains (conti-
nuación), L. Bonly de Lesdain.— Armes
de Mgr. Gibier, évéque de Versailles.—
Armes de Mgr. de la Porte, évéque du
Mans. — Des droits honorifiques des
seigneurs des églises, Barón du Roure
de Paulin.— Les salons parisiens, aprés
la guerre, Comte Biadelli.— La nohlesse
a l'armée.— Jurisprudence, /. de Sorbiers
de la Tourrasse.— État civil. — Ques-
tions et réponses. — Bibliographie. —
Nobiliaire.
Tombo histórico genealógico de Por-
tugal, Lisboa, Noviembre de 1912. Fon-
secas de Máncelos, José de Máncelos
Sampaio. —Botelhos. Subsidios para a
historia d'esta familia.
L'Indicateur Généalogique, Héraldi-
que et Biograhique, Bruselas, Diciem-
bre de 1912.— Famille de Carondelet. —
Famille vander Laen.— Armoiries a iden-
tifier.— Le Juge Trico. — Famille des
Champs, díte de Kesseler. — Familles
Biens et Masselot.— Famille Verspecht
(continuación).— A travers les Revues.
Supplément: Quelques notes sur la
Commune de Seeverghem ( Flandre
Oriéntale) et la Commune de Welden
(conclusión).
Frankfurter Blalter für Familienges-
chichte, Frankfurt, A. M. Noviembre de
1912.— Stammbaum der Familie Dahlem
(continuación). — Tabelle zur Umrech-
nung republikanicher franzosischer Da-
tierungen (continuación).— Stammbaum
der Familie Rühle v. Lilienstern (conti-
nuación). — Ahnentafel Richard Fors-
boom (continuación). — Burg Stein. —
Briefkasten.— Bücher.
Diciembre de 1912.— Schoenbornslust
und die Familie Münzel (continuación).
Cintrage in das S. Laufener Kirchen-
buch.— Stammbaum der Familie Fors-
boom.— 32 stell. Ahnentafel der Familie
Zeller. — Ahnentafer der Kinder von
Joh. Valentín Andreae. — Die Pfarrer
von Sprendlingen. — Stammbaum der
Landgrafen von Hessen-Homburg. —
Auszüge aus BuUenheimer's Geschichte
der Stadt Uffenheim.- Adam Opel 1852-
1912.- Bücher.
S. O. E.
579
Revista de Historia
NOTICIAS VARIAS
Rehabilitaciones.— Han sido rehabilitados, sin perjuicio de tercero,
el título de Conde de Peralta á favor de D. Ignacio Fernández de Henes-
trosa y Tacón, hijo de la Marquesa viuda de Viíladarias, y el título de
Vizconde de Llanterío á favor de D. Eduardo de Murga y Goicoechea.
órdenes Militares. — El mes pasado se celebró la ceremonia del
cruzamiento, como caballero de Calatrava, de D. Rafael Melgarejo, y Tor-
desillas Melgarejo y Fernández Casariego, Duque de San Fernando de
Quiroga.
—Han ingresado en la Orden militar de San Juan de Jerusalén D. Luis
Fernández de Córdova y Salabert, Duque de Medinaceli, y D. Manuel y
D. Francisco Javier AUendesalazar y Azpiroz.
Luto de Corte.— Por Real decreto de 16 de Diciembre se dispuso
que vistiera la Corte ocho días de luto por el fallecimiento del Príncipe Luit-
poldo-Carlos-José-Guillermo-Luis, Regente de Baviera. Era hijo del rey
Luis I y de la princesa Teresa de Sajonia-Altenbourg, y estuvo casado con
la princesa Agustina, Archiduquesa de Austria, Princesa Gran-Ducal de
Toscana, de la cual tuvo cuatro hijos, Luis Leopoldo, casado con la archi-
duquesa María-Teresa de Austria Este; Leopoldo Maximiliano, casado con
la archiduquesa Gisela de Austria; Teresa Carlota, directora y abadesa del
Real Capítulo de Santa Ana de Munich, y Francisco José, ya difunto, que
estuvo casado con la princesa Teresa de Liechtenstein.
Reales Academias.— En la sesión celebrada el 14 del mes pasado por
la Real Academia de la Historia, fué elegido por unanimidad Director de la
misma el sabio historiador y arqueólogo Padre Fidel Fita, que ya venía
desempeñando interinamente el cargo desde la muerte del insigne Menén-
dez y Pelayo. Para bibliotecario perpetuo de la docta Corporación fué ele-
gido el Conde de Cedillo; para tesorero, D. Adolfo Herrera, y para vocal
adjunto de la Comisión de Hacienda, el gran genealogista D. Francisco
Fernández de Béthencourt.
—El domingo 8 de Diciembre se celebró en la de Ciencias Morales y
Políticas la recepción de D. Ramón Fernández Hontoria y García de la Hoz,
conde de Torreánaz, que leyó un bien meditado trabajo sobre el anar-
quismo contemporáneo y el sindicalismo revolucionario, contestándole en
nombre de la Academia el ex ministro D. Javier Ugarte y Pagés.
—El domingo 15 tuvo lugar en la misma Real Academia la solemne
recepción del actual ministro de Instrucción pública D. Antonio López Mu-
ñoz. El tema de su elocuente discurso fué «La Política y la Moral». La con-
testación estuvo á cargo del ilustre catedrático de Derecho Político de la
Universidad Central D. Vicente Santamaría de Paredes.
580
j^ de Genealogía Española.
Tesoro arqueológico.— Se ha descubierto en el convento de francis-
canos de Nájera un interesantísimo tesoro arqueológico.
Según acta levantada, se han encontrado muchas espadas árabes con
empuñadura de oro; 42 armaduras de hierro y oro, una valiosísima con
incrustaciones de piedras preciosas, espuelas de plata y oro, tres sacos
llenos de monedas y tres momias encerradas en cajas de ébano.
El tesoro será expuesto en la sala capitular del Ayuntamiento.
Créese que procede de la batalla en que el Príncipe Negro y D. Pedro
el Justiciero vencieron á las huestes de Duguesclin y Trastamara.
Necrología.— Durante el pasado mes han fallecido en Madrid, el día 5,
D.^ Francisca Ramírez y Maroto, Marquesa viuda de Valdeiglesias, dama
noble de la Orden de la Reina María Luisa. De su matrimonio con el primer
Marqués de Valdeiglesias D. Ignacio-José Escobar deja cuatro hijos, doña
Sofía, viuda de D. José Santana; D.^ Josefina, viuda de D. Antonio-María de
Orfila; D. Alfredo, actual poseedor del Título, casado con D.'* María de la
Concepción Kirkpatrick y O'Farrill, y D. Alfonso, casado con D.^ Salud
Buiza.— El día 8, D. Federico González Aguilar y Tamarit-Martel, Capitán
de Fragata retirado, gran cruz del Mérito Naval, que estaba casado con
D. ' María de Aranda é Ibarrola.— El día 10, D. Francisco Vasco y Vasco,
Conde de la Conquista de las Islas Batanes, Maestrante de Ronda.— El
día 15, D. Andrés de Urzáiz y Salazar, Conde del Puerto, cabaWer o del
Hábito de Santiago, Maestrante de Granada, Mayordomo de Semana
de S. M., grandes cruces de San Gregorio el Magno y de Villaviciosa de
Portugal; de su matrimonio con D. ' María de la Encarnación de Silva y
Carvajal, Condesa del Puerto (hija de la Duquesa de San Carlos), deja dos
hijos, aun muy jóvenes, D. Alvaro y D. Mariano.— El día 24, D. José de la
Rica y Calvo, Ministro plenipotenciario de España en Holanda; de su
matrimonio con D."* María Aguirre deja una hija, D." María, casada con
D. Antonio de Mazarredo.— El día 29, el Académico de la Lengua, Padre
Miguel Mir, insigne filólogo, gramático y hablista, bibliotecario de la Real
Academia Española y autor de tantas obras notables, entre las cuales des-
tacan los prólogos de las obras de Rivadeneyra, el prefacio á la vida de
San Gonzalo de la Palma, Harmonía entre la Ciencia y la Fe; Historia de la
Pasión, Los Jesuítas por dentro, Estudio crítico de Bartolomé deArgensola,
Defensa de la influencia de los aragoneses en el descubrimiento de América,
y sobre todo, Estudios de la vida de Santa Teresa, por la que la Academia
de la Historia le adjudicó el premio de 12.000 pesetas, instituido por el
Duque Berwick y de Alba.— En igual fecha, D."" Felisa Ozores y Mosquera,
Condesa viuda de Tejada de Valdoserd, dama noble de la Orden de la
Reina María Luisa; de su matrimonio con D. Manuel Aguirre de Tejada,
primer Conde de Tejada de Valdosera, deja dos hijos, D." Concepción,
casada con el Conde de Mendoza Cortina, y D. Juan, actual poseedor del
Título, soltero.
—También han fallecido: en Casas-Ibáñez, D." Josefa Ochando y Chu-
millas, hermana del Teniente General D. Federico.— En Sevilla, el día 22,
el General de División D. Leopoldo Manso y Murillo.— En Barcelona, el
General de Brigada D. Joaquín Ramos Masnata, Comandante General de
Artillería de aquella región.— En Vitoria, D." Casilda de Aranguren, her-
mana política de la Marquesa de Castellanos.- Y en Guadalajara, el Gene-
ral D. Casimiro Molina y Fernández.
C. DE L.
581
índices del tomo i.
ÍNDICE DE MATERIAS
Páginas.
Arqueología.
De la Cantabria, por D. Bernardino Martin Minguez 14
San Miguel de Feces, casa-hospital de los caballeros de la ínclita Orden
de San Juan de Jerusalem, por D. Gregorio Garda Ciprés 168 y 210
Bibliografía.
De re bibliográfica, por D. Lucas de Torres 54
Crónica bibliográfica: Historia genealógica y fieráldica de la Monarquía
española. Casa Real y Grandes de España, tomo IX del Sr, F. de Bé-
thencourt, por D. Tomás Dominguez y Arévalo 112
Crónica bibliográfica: Gabriel Maura y Gamazo, Carlos II y su Corte, por
el Conde de Doña-Marina 155
Notas bibliográficas— Las antiguas Cortes: el moderno Parlamento: el ré-
gimen representativo orgánico, por Manuel de BofaruU Romana.— Es-
paña en la Edad Media, por D. Juan Fernández Amador de los Ríos.—
Recherches sur la ville et sur l'Église de Bayonne, por M. Rene Veillet.
índice de pruebas de los caballeros de San Juan de Jerusalem (Orden
de Malta), por el Marqués de Rafal y D. Fernando Suárez de Tangil —
Libros publicados. (Teobaldo) 88
Arte antiguo: Arquetas hispano-árabes, por el Barón de la Vega de Hoz.—
España en tiempo de Carlos II el Hechizado, por D. Julián Juderías.—
Centenario de la Constitución de 1812 y sitio de Cádiz, por D. Pelayo
Quintero.— Catedral de Cádiz, por D. Pelayo Quintero.— El saguntino
Romeu, por D. Antonio García Pérez. (Teobaldo) 136
Historial de fiestas y donativos: índice de caballeros y reglamento de
uniformidad de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, por don
Pedro León y Manjón (/. A.). — \\ Libro doro della Toscana, por el
Conde Guelfo Guelfi Camajani.— Libros publicados (S. O.) 184
El Casamiento engañoso y el Coloquio de los perros, por D. Agustín
G. Amezúa.— La Casa de Moraleda. El apellido Moraleda, por D. Juan
Moraleda y Esteban (J. i4.;.— España en tiempo de Carlos II el Hechi-
zado, por D. Julián Juderías. (Teobaldo). — Es{\xá\os varios, por don
Ricardo del Arco.— Notas y adiciones al libro intitulado Los Condes
de Santiago, por el Marqués de Monte-Hermoso (J. A.).— The Titled
nobility of Europa. (S. O.), 230
Anuario de la Nobleza (1911-12), por D. Francisco Fernández de Béthen-
court. ( Teobaldo) ^80
583
ÍNDICES
Páginas.
La iniciativa en la guerra, obra postuma de D. Casto Barbasán Legúeme-
la. ('S. O.j 330
Los Cróquer, por D. Juan Ortiz del Barco.— Libros publicados. (S. O. E.). 378
Antiguos gremios de Huesca: Ordinaciones, documentos, por D. Ricardo
del Arco.— Guía artística y monumental de Huesca y su provincia, por
D. Ricardo del Arco. (J.M.deG.) 435
Los Alkevires de Morón en el siglo segundo de la Egira, por el Almirante
Marqués de Pilares. (J. M. de G.) 482
El Conde de Lemos, por el Marqués de Rafal.— Monografía histórica de
la villa de Eibar, por D. Gregorio de Múgica. (T. D. i4.^.— Felipe II el
Prudente rey de España, en relación con arte y artistas, con ciencias
y sabios, por D. José Fernández Montaña. (J. A. de la C.) 527
La Junta Suprema de Gobierno de Granada, por D. José Palanco Ro-
mero.—Jovellanos y las Órdenes militares, por D. José Gómez Centu-
rión.—D. Vincencio Juan de Lastanosa, apuntes biobibliográficos, por
D. Ricardo del Arco.— Más datos sobre D. Vincencio Juan de Lasta-
nosa, por D. Ricardo del Arco. (T. D. v4./— Noticia genealógica y bio-
gráfica del Mariscal de Campo, ilustre gaditano, defensor de la plaza de
Badajoz, D. Rafael Menacho, por D. Emilio Cróquer y Cabezas. (J. M. G.) 574
Biografías.
El Capitán general Eslava, por D. Sfl/zí/a^-o 0/ero 22 y 67
Don García Ramírez de Arellano, II Marqués de Arellano, por D.Juan Mo-
reno de Guerra 60
Don Marcelino Menéndez y Pelayo, por D. Tomás Domínguez y Arévalo. 193
Don Antonio Van-Halen y Sarti, I Conde de Peracamps, y D. Juan Van-
Halen y Sarti, por D. Santiago Otero 218 y 220
Héroes de la Guerra de la Independencia: D. Francisco Gómez de Ba-
rreda y Aguado, por el Marqués del Valle de la Reina 252
El Marqués de Cerralbo, por el Conde de Doña-Marina 293
Don Miguel de Lardizábal y Uribe, por D. Santiago Otero 375
El Conde-Duque de Montemar, Capitán general, por D. Santiago Otero.. 409
El Cardenel ü. Diego de Espinosa, por D. Juan Moreno de Guerra 418
Don Sebastián de Cotes, por D. Juan Moreno de Guerra 425
Ruy López Dávalos, por D. Joaquín Argamasilla 441 y 521
Don Rafael Moreno de Guerra, por D. S. 0 569
Consultas.
Divisiones de que se compone un escudo, por D.J. A. de la C 95
Condiciones que habrá de tener un caballero para mandar fuerzas Reales
en campaña, por D.J. A. de la C 95
Escudo de Armas concedido á Lardizábal, por D. Santiago Otero 374
El convento de San Agustín de Sevilla y los Carranza, por D.Juan Mo-
reno de Guerra 532
584
índices
- Páginas.
Corporaciones nobiliarias.
Maestranzas de Caballería suprimidas (Carmona, Antequera, Jaén, Utrera,
Jerez de la Frontera y Palma de Mallorca), por D. Juan Moreno de
Guerra 104 y 159
Juntas de los linajes de Olmedo, por D.Juan Moreno de Guerra. . 354
Encomiendas de las cinco Órdenes militares, por D. Fernando Suárez de
Tangil 389
Un Capítulo de la Orden de Damas Nobles de María Luisa bajo el Minis-
terio del Príncipe de la Paz, por D. Juan Pérez de Guzmán . 452, 489 y 557
Documentos.
Documentos de la crónica nueva de Aguilar de Campóo, por D. Bernar-
dino Martin Mínguez 16
Documentos inéditos para la historia nobiliaria: Relación de las hidal-
guías despachadas por la Secretaría de la Cámara y Estado de Castilla
desde el año 1623 al de 1710 40, 85, 133 y 180
Creación del título de Marqués de Arellano 65
Coronación del Rey D. Carlos II de Navarra 82
Funciones públicas en Mallorca. Auto de Fe (1675), por D.José Ramis de
AyrefloT 312
Algunos documentos para la Historia de Navarra, por D. Bernardina
Martin Minguez 362
índice de los expedientes de hidalguía que se conservan en el archivo
del Ayuntamiento de la ciudad de Puerto Real 372
Estudios histérico-literarios.
El poema del Cid, por D. Bernardina Martin Minguez 123
Sobre las trovas de Febrer, por D. Tomás Dominguez y Arévalo 349
Genealogía: Artículos.
Descendencia de los Marqueses de Arellano, por D. Juan Moreno de
Guerra 27 y 58
Del linaje de Ibero, por D. Tomás Dominguez y Arévalo 75
Casas españolas de origen italiano: Los Lasquetty, por D. Santiago
Otero 127y 570
Memorias de los Sres. Condes de Lerín, copia del Ms. de D. Baltasar de
Lezaun, por D. Mariano Arigita 172, 226, 274, 321, 366 y 430
Los señores de Cerralbo, luego Marqueses de este Título, Grandes de
España, por el Conde de Doña-Marina 199, 241 y 289
Familias españolas de origen flamenco. Los Van-Halen, por D. Santiago
Otero 216
Auñones de Morón, por D. Juan Moreno de Guerra 257 y 301
Antiguos linajes de Castilla la Vieja. Los Cotes, por D. Juan Moreno
de Guerra 353 y 417
585
ÍNDICES
Páginas.
Ascendencia del Capitán general Conde-Duque de Montemar, por don
Santiago Otero 400
Datos para la historia nobiliaria de Navarra. Los Atondo, por D. Juan
Carlos de Guerra 446
Casas andaluzas. Los Ponce de León, por D.Juan Moreno de Guerra. 472,
511, 563 y 573
La Casa de Ligues, por D. Santiago Otero 496
La Casa de Ribera en Medina del Campo 561
Familias de las cuales hay sucesión continuada en este tomo:
Aguilera 289
Ángulo 61
Atondo 446
Auñón 237, 302 y 571
Beaumont 172, 226, 274, 321, 366 y 430
Cárcel 423
Carrillo de Albornoz 400
Conde 404
Cotes 353
Chacón 160
Dávalos 521
. Despuig 164
Eslava 24
Espinosa 417
Ibero 75
Lasquetty 127 y 570
Ligues 496 y 573
Morejón 422
Nieto de Silva 246
Orive 64
Pacheco 201
Perea 64
Pérez de Rada 450
Ponce de León • 472, 511 y 563
Ramírez de Arellano 27 y 58
Ribera 423 y 561
Rueda 109
Torres 63
Ulloa 1 63
Van-Halen 216 y 571
Velasco 117
Zuria 449
Heráldica.
La heráldica en El Escorial, por D. Francisco Fernández de Béthencourt y
el Marqués de Borja 145 y 251
El escudo de Lardizábal, por D. Santiago Otero 374
586
ÍNDICES
Páginas,
Historia general.
La conquista de Sevilla y el primer Almirante de Castilla, por el Almi-
rante Marqués de Pilares 8
Un Infante de Navarra, yerno del Cid, por D. Tomás Domínguez y Aré-
valo 33
Un documento más para la historia del saqueo de Cádiz en 1596, por
■ D. Francisco Rodríguez Marín 49
Notas sobre la batalla de las Navas, por D.Joaquín Argamasiíla. . 97 y 150
De Historia aragonesa: La Judería de Huesca, por D. Ricardo del Arco.. . 461
Alcaides y augustos moradores del Alcázar Toledano, por D. Antonio
García Pérez 586
Iconografía.
Los retratos de Villacarriedo y otros existentes en la provincia de San-
tander, por el Marqués de Laurencín 115
Un retrato del Príncipe de Viana, por D. Tomás Domínguez y Arévalo. . . 265
Legislación nobiliaria.
Real decreto sobre Títulos y Grandezas,, por D. Joaquín Argamasiíla — 268
Sobre un Real decreto, por D. Francisco F. de Béthencourt. 2:.7
Noticias.
46, 93, 140, 190, 237, 284, 334, 382, 439, 485, 534 y 580
Revista de revistas. (Sumarios):
Revistas españolas:
Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos .... 44, 1 38, 234, 331 , 529 y 577
Archivo de Investigaciones Históricas 44, y 92
Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra 44, 282 y 530
Boletín de la Real Academia de la Historia. 44, 91, 138, 186, 234, 281,
331,437, 529 y 577
Linajes de Aragón. 41, 45, 91, 92, 139, 187, 234, 281, 332, 380, 437, 483,
529 y 578
Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino. 45,
138, 186, 332 y 530
La España Moderna 45, 92, 139, 186, 235, 437 y 483
La Lectura 45, 139, 186, 437, y 483
Euskal-Erria 45, 91, 138, 139, 187, 235 y 282
Revista de Extremadura 91
Razón y Fe 91 > y ' 39
Estudios Militares 91, 139, 282, 332, 380. 437, 483 y 577
La Ciudad de Dios ^39
587
ÍNDICES
Páginas.
Nuestro Tiempo 186 y 235
Boletín de la Comisión de Monumentos de Orense 187
Boletín de la Sociedad Española de Excursiones 187
ArteEspañol 187, 331, 437 y 577
Revista Internacional de los Estudios Vascos 187, 380 y 53ü
Boletín de la Real Academia Gallega 235, 281, 380, 483, 530 y 578
Ateneo 281, 332 y 380
Memorial de Infantería 282, 332, 380, 437, 483, 530 y 577
Boletín Oficial de la Comisión de Monumentos de Cádiz 282
Revistas extranjeras:
Giornale Araldico Storico Genealógico 484 y 531
Rivista Araldica. ... 45, 92, 139, 188, 235, 282, 332, 381, 438, 484, 531 y 578
Rivista Storica Italiana 45
Revue Hispanique 45 y 188
Bulleíin Hispanique 45, 188 y 283
Archivo Histórico Portuguez 45
Revue Historique 92, 139, 188, 235 y 283
Revue de Gascogne 92 y 188
Revue des Eludes Anciennes 92
Revue des Eludes Basques 92
La Revue 139
Revue de Questíons Historiques 139 y 188
Revue de Deux-Mondes 139, 187, 235 y 283
Tombo Histórico Genealógico de Portugal 1 87, 283, 38 1 , 53 1 y 579
Bolletino Araldico Storico Genealógico. 1 88, 282, 332, 381, 438, 483, 53 1 y 579
L'Indicateur Généalogique, Héraldíque et Bíographíque . 188, 236, 333,
381,438, 484, y 531 579
The New York Genealogical and Biographical Record. 189, 236, 333 y 484
Frankfurter Blütter fiir Familien Geschichte. 189, 236, 283, 333, 438,
531 y 579
Heráldica 235, 282, 381, 483 y 579
Archives de la Société des Collectionneurs d'Ex Libris. . 235, 332, 380,
483, 530 y 578
Archives Héraldiques Suisses 236, 283 y 438
L'Intermédiaire des Chercheurs et Curieux 381, 437, 484, 530 y 578
Bulletín Héraldíque de Frunce 438, 484, 530 y 578
Miscellanea Genealógica et Heráldica 438
Varios.
Nuestros fines y nuestros propósitos, por la Redacción 1
Carta abierta, por D. Francisco F. de Béthencourt 6
Concurso del Collegio Araldico Romano 144
Los parientes de los Reyes. Los Príncipes de la sangre en España, por
D. Francisco Fernández de Béthencourt 337
Un noble condenado á azotes, por D. Lucas de Torres 343
588
ÍNDICES
Páginas.
La lis tronchada, por D. Francisco F. de Béthencourt 386
La Nobleza tradicional, por el Barón de la Linde 505
Adiciones y correcciones 570
índice de materias 582
índice de grabados 588
índice de autores 589
Suplemento.
Adición al índice de pruebas de los caballeros que han vestido el hábito de San
Juan de Jerusalén, por D. Fernando Suárez de Tangil y D. Fernando del Valle Ler-
sundi, publicado aparte en los números 4, 5, 6 y 7.
589
ÍNDICES
ÍNDICE DE GRABADOS
Páginas.
Documentos.
Facsímile de una Real Cédula de la infanta D.* Leonor de Navarra 447
Escudos de armas.
Alhama (Marqués de) 502
Arellano (Marqués de) 27
Atondo 44G
Beaumont 172
Casa-Lasquetty (Conde de) 128
Cotes 353
Ibero 75
Lardizábal 375
Montemar (Conde-Duque de) 410
Orive G4
Perea 64
Pilares (Marqués de) 309
Ponce de León 473
Torres i 63
Van-Halen 216
Vega y Fonseca (D. Hernando de) 572
Monumentos.
Carrión de los Condes: Primera bóveda del claustro , 19
Panteón de Infantes: Mausoleo de Montpensier 147
Presbiterio de Foces 210
Sepulcro de D. Eximino de Foces 21 1
Nuestra Señora de Foces 213
Fachada del palacio de los Cotes en Olmedo 357
Estatua yacente de Garci-González de Cotes 358
Patio del Palacio de los Cotes en Olmedo 359
Lápida sepulcral del alcalde Juan de Perea 515
590
ÍNDICES
Pásfinas.
Retratos.
El capitán general D, Sebastián de Eslava (lámina suelta) 24
Don Carlos Antonio de Torres, marqués de Arellano (lámina suelta) 63
Don Diego de Velasco, primer marqués de las Cuevas de Velasco 116
Doña Margarita de Fuica y Taborga 118
Don Alonso de Velasco, conde de la Revilla 119
Don Juan Antonio Díaz de Arce (lámina suelta) 121
Don Rodrigo Pacheco Osorio, tercer marqués de Cerralbo 243
Don Francisco Gómez de Barreda y Aguado. 253
El Venerable P. Fr. Bernardino de Corbera 261
El Príncipe de Viana 267
Su Alteza Real la infanta D.* María Teresa de Borbón 385
Su Majestad la reina D,^ María Luisa de Parma (lámina suelta) . 456
Don Rafael Moreno dé Guerra y Alonso 569
591
Índices
ÍNDICE DE AUTORES
Páginas
Arco (Ricardo del) 461
Argamásala de la Cerda (D. Joaquín). 97, 150, 268, 441 y 521
Ariglta (D. Mariano).. 172, 226, 274, 321, 366 y 430
Borja (Marqués de) • 251
Domínguez Arévalo (D. Tomás) 33, 75, 1 12, 193, 265 y 349
Doña-Marina (Conde de) 155, 199, 241 y 289
Fernández de Béthencourt (D. Francisco) 6, 145, 297, 337 y 385
García Ciprés (D. Gregorio) 168 y 210
García Pérez (D. Antonio) 586
Guerra (D. Juan Carlos de) 446
La Linde (Barón de) 505
Laurencín (Marqués de) 115
Martín Míngaez (D. Bernardino) 14, 123 y 362
Moreno de Guerra (D. Juan) 27, 58, 104, 159, 257, 301, 353, 417, 472 y 511
Otero (D. Santiago) 22, 67, 127, 216, 374, 400 y 496
Pérez de Guzmán (D. Juan) 452 y 489
Pilares (Marqués de) 8
Ramis de Ayreflor (D. José) 312
Rodríguez Marín (D. Francisco) 49
Suárez de Tangil (D. Fernando) 389
Torre (D. Lucas de) 54 y 343
Valle y Lersundi (D. Fernando) Suplemento .
Valle de la Reina (Marqués del), 252
592
r,
BINDING SÉCT. JÜNá 1370
año 1
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genealogía española
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