Skip to main content

Full text of "Revista de Madrid"

See other formats


This  is  a  digital  copy  of  a  book  that  was  preserved  for  generations  on  library  shelves  before  it  was  carefully  scanned  by  Google  as  part  of  a  project 
to  make  the  world's  books  discoverable  online. 

It  has  survived  long  enough  for  the  copyright  to  expire  and  the  book  to  enter  the  public  domain.  A  public  domain  book  is  one  that  was  never  subject 
to  copyright  or  whose  legal  copyright  term  has  expired.  Whether  a  book  is  in  the  public  domain  may  vary  country  to  country.  Public  domain  books 
are  our  gateways  to  the  past,  representing  a  wealth  of  history,  culture  and  knowledge  that's  often  difficult  to  disco  ver. 

Marks,  notations  and  other  marginalia  present  in  the  original  volume  will  appear  in  this  file  -  a  reminder  of  this  book's  long  journey  from  the 
publisher  to  a  library  and  finally  to  you. 

Usage  guidelines 

Google  is  proud  to  partner  with  librarles  to  digitize  public  domain  materials  and  make  them  widely  accessible.  Public  domain  books  belong  to  the 
public  and  we  are  merely  their  custodians.  Nevertheless,  this  work  is  expensive,  so  in  order  to  keep  providing  this  resource,  we  have  taken  steps  to 
prevent  abuse  by  commercial  parties,  including  placing  technical  restrictions  on  automated  querying. 

We  also  ask  that  you: 

+  Make  non-commercial  use  of  the  files  We  designed  Google  Book  Search  for  use  by  individuáis,  and  we  request  that  you  use  these  files  for 
personal,  non-commercial  purposes. 

+  Refrainfrom  automated  querying  Do  not  send  automated  queries  of  any  sort  to  Google's  system:  If  you  are  conducting  research  on  machine 
translation,  optical  character  recognition  or  other  áreas  where  access  to  a  large  amount  of  text  is  helpful,  please  contact  us.  We  encourage  the 
use  of  public  domain  materials  for  these  purposes  and  may  be  able  to  help. 

+  Maintain  attribution  The  Google  "watermark"  you  see  on  each  file  is  essential  for  informing  people  about  this  project  and  helping  them  find 
additional  materials  through  Google  Book  Search.  Please  do  not  remo  ve  it. 

+  Keep  it  legal  Whatever  your  use,  remember  that  you  are  responsible  for  ensuring  that  what  you  are  doing  is  legal.  Do  not  assume  that  just 
because  we  believe  a  book  is  in  the  public  domain  for  users  in  the  United  States,  that  the  work  is  also  in  the  public  domain  for  users  in  other 
countries.  Whether  a  book  is  still  in  copyright  varies  from  country  to  country,  and  we  can't  offer  guidance  on  whether  any  specific  use  of 
any  specific  book  is  allowed.  Please  do  not  assume  that  a  book's  appearance  in  Google  Book  Search  means  it  can  be  used  in  any  manner 
any  where  in  the  world.  Copyright  infringement  liability  can  be  quite  severe. 

About  Google  Book  Search 

Google's  mission  is  to  organize  the  world's  Information  and  to  make  it  universally  accessible  and  useful.  Google  Book  Search  helps  readers 
discover  the  world's  books  while  helping  authors  and  publishers  reach  new  audiences.  You  can  search  through  the  full  text  of  this  book  on  the  web 


at|http  :  //books  .  google  .  com/ 


\ /'^ 


\ 


Digitized  by 


Google 


REVISTA 

t 

DE   MADRID. 


8B«vm>A  ssmm. 


«MOM 


^»»09< 


zaniipE  m  C4iiaaa  Asi.  m. 

1S39. 


Digitized  by  VjjOOQIC 


Oí'  . 

7 


Digitized  by 


Google 


BIOGKAIIA    COWTSmPOnAXSUL 


€m|)fra)ror  trr  Hn^la. 


jnLlcjandro  I,  pAuuywrraat  (ó  «m  hqo  ¿U^ Pablo)  efnperador 
7  autócrata  de  todas  las  Rusias,  Gaar  de  CasiíUt  de  Asirakhan^ 
de  Polonia  (desde  el  9  de  junio  de  181 5)^  de  Siberi4,  y  de  U 
Cbersonesa  Táurica,  grtñ  duque  de  Finlandia^  7  duque  de 
Holstein-Gottorp,  nació  el  d3  de  diciembre  de  1777,  éflcen«- 
dio  al  trono  en  a4  de  marzo  de  tSoí ,  7  fue coroMdo en  j^os^ 
cou  «1  27  de  setiembre  del  mismo  aBo.  Habíase  c^íhAo  en  9 
de  octubre  de  1793  cou  Elisabet  (llamada  antes  de  su  casa-» 
miento  7  C09  versión  á  la  fe  de  la  iglesia  griega ,  Luiaa-María* 
Augusta)  hija  tercera  de  Carlos  Luis,  príncipe  bereditarío  de 
Badén,  7  murió  en  Taganrok  el  i.^  de  diciembre  de  iSaSf. 
Precedió  á  su  ascenso  al  trono  la  espantosa  catástrofe  de 
haberse  encontrado  á  su  padre  Pablo  I  estrangulado  en  su  apo- 
senta Ninguna  averiguación  se  hizo  para  descubrir  los  autori^ 
de  aquel  aaeaiuato,  antes  al  contrario  los  cortesanos  ú  quienea 
designaba  la  tos  pública  como  partícipes  activos  de  semqante 
atentado,  fueron  colmados  de  los  mas  distioguidea  favóies 

Digitized  by  Vjí^V_W  IC 


4  BXTT8TA 

por  el  Huero  emperador.  Sa  crédito  fue  iomento  doninle  todo 
el  reinado  de  AlqanSro;  y  aun  hace  poco,  uno  de  aquelloa 
nobles asesiuoft,  que  según  dicen,  lleva  en  la  mano  derecha 
la  seBal  de  una  mordedura  que  le  hiio  defendiéndose  el  des- 
Teoturado  Pablo,  representaba  ai  gabinete  ruso  en  una  dé  las 
negociaciones  mas  espinosas  é  importantes  de  que  hacen  men- 
ción los  anales  de  la 'diplomacia  europea.  Si  tan  trágico  suceso' 
hnSiera  acontecido  en  otra  parte  que  en  Rusia ,  serían  estos 
otros  tantos  indicios  queautorieaseo  para  acusar  á  Alejandro  de 
haber  tenido  parte  en  el  asesinato  de  su  .padre;  pero  es  pre- 
ciso no  perder  de  vista ,  que  el  soberano  absoluto  de  un  im- 
perio de  mayor  estension  que  el  res^jo  de  la  Europa  debe  re* 
signarse  á  ser  él  mismo  esclavo  obediente  de  una  aristoqracia 
fuerte  y  poderosa,  entre  cuyos  miembros  parece  el  regicidio 
una  tradición  consagrada.  Apresurémonos,  pues,  á  librar  á  la 
memoria  de  Alejandro  de  un  odioso  parricidio,  y  consider*^ 
.mos  la  impunidad  que  permitió  para  con  los  asesinos  de  su 
padre ,  como  una  forzosa  consecuencia  de  su  posición  ,  como 
la  ejecución  de  un  tácito  compromiso,  eíi  cuya  virtud  coosen-' 
lian  los  conjurados  en  conservar  el  orden  de  la  sucesión.  Asi 
también  veremos  mas  adelante  espirar  á  Alejandro  fnisteriósa- 
•mente  en  el  fondo  de  la  Crimea ,  en  medio  de  circunstan-* 
,eias  tales,  que  parece  que  sus  dias  acabaron  por  el  veneno; 
y  aun  entonces  tampoco  veremos  ordenar  {H>r  su  sucesor  ia* 
vestigacion  jurídica  alguna  para  esclarecer  aquel  terrible  dra* 
ma :  y  es  que  en  Rusia ,  cuando  el  soberano  ha  perdido  el  fa- 
vor de  la  aristocracia,  se  le  ahoga,  se  le  estrangula  i  enve- 
«nena,  y  todo  s^  concluye. 

Alejandro  recibió  una  educación  mas  esmerada  que  la  qtie 
generalmente, se  da  á  los  príncipes.  El. suizo  La  Harpe,  á 
<|utea  se  encargó ,  le  educó  en  los  principios  de  una  época  de 
luces  y  de  «ivilixacion.,  y  se  dedicó  á  evitar  que  preocupación 
alguna  religiosa  ó  {lolíiica  llegase  á  falsear  un  entendimiento 
que  se  presentaba  recto.  Catalina ,  que  formó  ella  misma  el 
plan  de  educación  del  heredero  ie  su  trono,  recomendó  al 
conde  Nicolás  Soltik9ff,4iyo. del  joven  príncipe,  que  no  le  eiv- 
sená^ran  ni  la  poesía  ni  la  niúsipa ,  porque  aiübas  .cosas  haciao 
perder  mucho,  tiempo.  Ei  profesor  Krafft  dio  lecciones  si 


Digitized  by 


Google 


W   MAMlIk  S 

frladpt  deffsica.esperimental,  y  Pallas  le  inkióen  «1  cono- 
cimieoto  de  la  botánfca.  A  su  advenimiento  al  trono,  dedic¿«> 
te  Klo|istock  su  oda  á  la  humanidad ,  y  un  poeta  inglés  le  invic- 
to, en  verbos  armoniosos,  á  colocarse  al  frente  de  la  nueva 
generácioii ,  vaticinándole  una  gloria  inmortal ,  si  sabia  com* 
prender  sus  necesidades  y  satisfacerlas.  Concluia  diciéndole 
enfáticamente,  que  escribía  aquel  pl'onófitico  con  una  pluma 
arrancada  de  las  alas  del  tiempo'*  No  hay  duda  en  que  el  lía- 
ttcinio  del  poeta  no  se  ha  realizado  completamente,  pero  fue- 
ra también  injusto  el  negar  que  Alejandro  sea  uno  de  los  prfa*' 
cipes  modernos  á  quien  colocará  bonorificamenle  en  una  ¿m 
sus  páginak  la  tmparcial  y  justa  posteridad. 

La  historia  de  su  reinado  puede  dividirse  en  tres  periodos. 
El  primero ,  ¿po¿a  de  paz  y  tranquilidad ,  se  consagró  entera- 
mente á  la  ejecución  de  los  gloriosos  proyectos  de  Pedro  ^ 
Grande  y  de  Gitalina  II,  sobre  las  mejoras  interiores  que  r^ 
damaban  los  verdaderos  intereses  del  pais.  El  segundo  perio* 
do,  ¿poca  de  combates  y  tumulto,  desarrolló  en  las  guerras 
sostenidas  sucesivamente  contra  la  Francia,  la  Suecia,  la  Puer- 
ta y  la  Prusia,  desde  i8o5  á  181 4,  las  fuerzas  del  imperio  y 
los  sentimientos  nacionales  del  pueblo.  Por  último,  el  tercer 
periodo ,  que  fue  el  de  la  poliiica,  realizó  el  plan  indicado  por 
Pedro  el  Grande  cien  años  antes,  cuando  después  de  haber 
batido  y  dispersado  la  flota  sueca  en  las  costas  de  las  islas  de 
Aland ,  exclamó :  ^^¡La  naturaleza  no  ereó  mas  que  una  Rusia^ 
y  no  deb^  tener  rival  I  ^^  Durante  estos  tres  periodos* bien  di- 
ferentes de  su  reinado  9  manifestó  Alejandro  su  moderación, 
hunNMiidad  y  actividad ,  y  supo  coociliarse  el  afecto  .de  los 
pueblos,  tanto  ppr  la  noble  sencillez  de  sus  modales,  cuanto 
por  ln  afabilidad  verdaderamente  sedudora  de  su  carácter.  iSu 
actividad  adoptaba  con  calor  y  energía  cuanto  hacia  relación 
•1  bienestar  de  los  pueblos;  y  asi  fue  que^el  gran  pensamien- 
to de  una  alianza  enteramente  cristiana  entre  los  soberanos, 
bahía  salido  de  su  alma  penetrada  de  sentimientos  religiosos, 
y  accesible  á  todas  las  ideas  elevadas. 

Vamos  á  bosquejar  rápidamente  la  historia  de  un  reinado 
que  seria  por  si  solo  digno  de  atención  ,  aun  cuando  no  oca-* 
pase  un  lugar  .tan  impórtame  en  e(  reíalo  de  Ips  grandes  j 

Digitized  by  VJ\^V-iV  L^ 


8  wnnsTA 

cesos  que  han  Agitado  i  la  Europa  en  los  primen»  a&oo  de 
eite  siglo. 

Debemos  decir  en  elogio  de  Alejandro,  qae  él  foe  quien 
•1  primero  fundó  y  desarrolló  en  Kusia  el  plan  de  una  educa- 
ción verdaderamente   nacional;   quien  mejoró  considerable- 
mente el  sistema  de  administración  interior  con  la  nueva  or- 
ganización dada  al  senado  director  en  su  ukase  de  i8oa,  al 
consqp  del  imperio  y  al  ministerio  que  se  dividió  en  ocho  de- 
partamentos, por  el  ukase  de  181a;  y  finalmente  con  el  esta- 
blecimiento de  administraciones  provinciales  en  los  diversos 
gobiernos  del  im{)erio*  Rompió  las  cadenas  de  la  industria,  su- 
jeta hasta  entonces. á  la  mas  odiosa  esclavitud ,  y  abrió  al  co- 
niercio  importantes  mercados  eti  todos  los  puntos  del  mundo. 
Elevó  cuanto  tiene  relación  con  loseslablecimientos  e  institu- 
ciones militares  del  pais,  á  ^una  perfección  no  sospechada  si- 
quiera hasta  entonces,  y  desarrolló  en  su  pueblo,  del  modo  mas 
enérgico,  los  sentimientos  de  unión,  de  valor  y  de  amor  á  la 
Patria*  Por  do  quiera  trató  á  los  hombres  como  á  hombres: 
y  puede  asegurarse  por  último  que  á  él  debe  la  Rusia  el  ser 
en  eldia  arbitra  de  los  deslinos  de  la  Europa  y  del  Asia.  Pue- 
de decirse  que  desde  su  reinado ,  nada  ha  tenido  que  envidiar 
A  los  países  extranjeros  en  cuanto  d  civilización  y  gusto  en  las 
clases  superiores,  ni  en  el  niimero  de  hombres  instruidos  y  ^ 
de  distinción  en  la  masa  del  pueblo.  Los  hombres  que  rodea- 
ron á  Alandro  y  mayor  influencia  ejercieron  en  su  espíritu 
f ueron ,  ó  ^usos ,  entre  los  coales  citaremos  al  general  Ter- 
moioff,  y  después  AraktscbeieiF  y  Diebiuch,  ó  extranjeros^ 
entre  los  cuales  £guran  Capo-d'Istria,  Pozzo  di  Borgo,  y 
desde  1807  á  1812,  el  embajador  frahcés  en  San  Petersburgo 
el  conde  Caulaincourt.  Alejandro  en  menos  de  veinte  y  cua- 
tro a2os  que  duró  su  reinado',  fundó  ó  reorganizó  siete  gran- 
des univei^idades,  las  de  Dorpat,  Casan,  Charkow,  Moscou, 
Wiina,  Varsovia,y  San  Petersburgo;  estableció  doscientos  cua« 
tro  gimnasios  ó  seminarios,  y  creó  mas  de  dos  mil  escuelas 
primarias.  G>ntribttyó  mas  que  otro  soberano  alguno  á  la  pro- 
l>agacion  de  la  Biblia ,  con  el  ilustrado  y  generoso  apoyo  que 
prestó  4  las  sociedades  bíblicas  (suprimkiaa  en  i8a6),  y  fundó 
el  liceo  de  Odessa,  que  es  sin  disputa  uno  de  los  mas  bellos 


Di^tized  by 


Google 


.  cslablecifíiientos  de  iostraccioo  pública  que  exiüeii  en  Euro* 
pe.  Por  uú  ukaaé  de  1817  aseguró  vireniajasá  los  i^aeiitas 
que  adoptasen  la  fe  cristiaDa :  esta  medida  de  una  polhi^  po« 
00  ilustrada,  le  fue  dictada  por  las  ideas  jreligio^s  mal^  diri- 
gidas que  habia  tomado  de  las  conversaciones  con  algpnps  en- 
tusiastas, y  entre  otras  de  las  de  la  famosa  madama  Krnde« 
ner.  Destinó  generosamente  de  su  propio  peculio  süpi^.consi-' 
derables  á  la  impresión  de  grandes  f  hermosas  obras  ,^  como 
El  yiage  al  rededor  dd  numdo.^  de  Krusenstern;  La,  Historia 
de  Rusia  ^  de  Karamsin,  etc.  Compró  considerables  ^CQJ|eocio- 
nes  de  objetos  de  artes  y  ciencias ,  como  por  ejemplo  la  colec- 
ción de  piezas  anatómicas  de  Loder,  los  tesoros  mineralógicoe 
de  Forster ,  el  gabinete  de  la  princesa  Jablonowi^.,  y.ln  bi- 
blioteca de  Humbold.Ea  1818  llamó  á  San  Peteraburgc^  á  doa 
orientalistas  de  París,  los  señores  Demange  y  Cbarmoj^  para 
dar  lecciones  públicas  de  las  lenguas  árabe,  armenia ^  turca  y 
persa.  La  servidumbre  personal  se  abolió  en  Esthonia,  Livonia 
y  Curlandia  desde  1816,  y  en  lo  restante  del  iinperio  fue  ob« 
jeto  de  restricciones  que  deben  considerarse  pomo  un  paso  muy 
adelantado  para  su  completa  abolición.  ^n..i8i7^,s;apr^mió  las 
crueles  mutilaciones  que  hasta  entonces  hablan  sido  compa« 
Seras  de  la  aplicación  de' la  pena  del  Riiaot.^0|ssde^  x8oi  ba— 
JNa  abolido  el  tribunal  que  enteodia  esclpsiyamente  en  los 
.crímenes  políticos,  y  obligaba  comuni|ienteá  los  acusados  por 
jnedio  del  hambre  y  la  sed ,  á  confesar  los.^  crímenes  que*  ae 
les  imputaban.  Puso  por  último  prudentes  limites  á^la  autori- 
dad de  los  gobernadores  de  provincia,  y  abolió  la  confiscación. 
Pero  lo  que  principalmente  hará  memorable  el  reinado  de 
Alejandro  en  Rusia,  son  los  grandes,  y  notables . progresas 
que  hizo  hacer  al  comercio  y  ala  industpa  del.pais,  plan-r 
loando  un  sistema  de  aduanas  mejor ,  mejorando  las'  rentas 
públicas  por  medio  de  una  bien  entendida  eoooónija  de  loa 
fondos  del  estado,  creando  un  fondo  de  amortización,  esta- 
bleciendo un  banco  nacional,  construyendo, numerosos  cami- 
lUM  y  canales ,  y  con  el  establecimiento  de  un  puerto  franco 
•n  Odessa  etc.  Toda  la  marcha  política; seguida  en  el  este- 
jrior  por  el  gabinete  ruso,  los  Auknerosos  vii^es  emprendidos 
en  rededor  del  mundo,  la  enibajjsda  enviada  á  Persia  en  1817» 

Digitized  by  VjOOQ le 


8  EB?i»rA 

j  de  la  cual  formaba  parte  el  francés  Gardaone,  iniciado  en 
Tos  planes  de  Napoleón  sobre  la  India  y  la  Persia ,  el  enT¡o  ^ 
personas  encargadas  de  negociar  el  establecimiento  de  rebcio-» 
Qes  comerciales  y  políticas  con  la  Cochinchioa  y  Khiva, 
los  tratados  de  alianza  y  comercio  celebrados  con  el  Brasil^  loa 
Estados  Unidos  y  la  España,  y  la  Turquía,  son  otros  tantos 
hechos  que  prueban  la  elevación  del  pens^mienlo  que  dirigió 
pl  gabinete  durante  el  reinado  de  este  principe. 

La  paz  de  Tilsitt  forma  ¿poca  en  la  historia  de  las  insti^ 
tuciones  militares  de  Rusia  durante  el  imperio  de  Alejandro. 
No  soló  le  abrió  el  camino  para  la  conquista  de  la  Finlandia 
(en  1809)  y  de  las  embocaduras  del  Danubio  (en  181  a),  sino 
que  ademas  Je  dio  tiempo  para  remediar  las  imperfecciones 
del  sistema  militar  hasta  entonces  seguido.  Consiguiólo  tan 
bien  y  cofa  tal  rapidez,  que  en  las  campañas  desde  181  a  á  i4t 
el  equipo ,  la  disciplina  y  exactitud  de  las  tropas  rusas  fue- 
ron generalmente  admiradas  de  los  extranjeros.  Atendiendo 
de  este  modo  á  todos  los  detalles  de  la  ¿dministracion,  adquif- 
rió  Alejandro  la  ilimitada  confianza  de  sus  subditos;  conociólo 
en  el  ínomento  del  peligro,  y  probó  en  aquella  época  que  era 
digno  de  regir  los  destinos  de  un  grande  imperio  y  de  una. 
nación  grande.  Cuando  era  necesario,  sabia  desplegar  Alejan- 
dro una  inflexible  firmeza ;  jamás  se  rindió  á  la  vana  pusilani-/ 
midad ,  que  4  nada  se  atreve,  y  esto  fue  lo  que  dejó  burlados 
lodos  los  cálculos  de  Napoleón  en  Moscou.  Entonces  prome- 
tió á  su  pueblo  que  jamás  negociaría  con  Napoleón,  ínterin 
oéupase  parte  alguna  de  su  teriitorio.  Un  hecho  que  demuestra, 
mejor  que  cuanto  pudiera  decirse,  la  increíble  actividad  que 
supo  comunicar  á  todos  los  ramos  de  la  administración  el 
emperador  Alejandro,  es  la  creación  que  como  por  encanto ;m 
>erifico  en  181 3,  después  de  la  campaña  de  invierno  mas  ter- 
rible de  que  conservan  memoria  los  anales  de  la  guerra»  de 
un  ejército  cuyo  magnífico  equipo  admiró  á  la  Alemania,  aco§* 
tumbrada  á  ver,  sin  embargo,  los  [prodigios  de  este  género 
que  Napoleón  hacia.  En  181 5,  en  algunas  semanas,  puso  tam- 
bién Alejandro  á  un  tiempo  en  marcha  un  ejército  de  trescien- 
tos mil  coinbatientes  ,  con  dos  mil  piezas  de  artillería  de  tiro*- 
£1  carácter  apacible  y  jreligioso  de  Alejandro  es  una  de 


Digitized  by 


Google 


lat  lefiales  notables  de  su  política.  Una  amistad  Tiva »  j  cual 
se  ye  raras  reces -entre  soberanos»  le  unió  al  rey  de  Prusiá 
Federico  Guillermo  III;  principió  en  iSoa,  en  una  entrevis- 
ta que  tuvieron  en  Memel»  y  la  sellaron  en  i8o5  solemne- 
mente sobre  la  tumba  del  gran  Federico.  Alejandro  voló  á  so« 
correr  i  su  real  amigo,  cuando  Napoleón,  desptfes  dó  haber 
'  humillado  al  Austria,  pidió  cuenta  á  la  Prusia  de  sus  amena- 
zas; pero  llegó  tarde.  Napoleón  babiá  ganado  ya  las  sangrien- 
tas Tietorias  de'Jena  y  Eylau,  que  pusieron  á  su  discreción  la 
monarquía  prusiana,  cuando  el  ejército  ruso,  reforzado  con 
los  restos  de  los  cuerpos  prusianos,  destruidos  en  las  anteriores 
batallas,  se  la  presentó  en  las  llanuras  de  Friedland.  Allí  ob- 
tuvieron un  nuevo  y  glorioso  triunfo  los  ejércitos  franceses,  y 
después  de  aquella  batalla  tuvo  lugar  sobre  el  Niemen  una 
entrevista  de  Napoleón  con  Alejandro,  en  la  que  decidieron 
volver  la  paz  á  la  Europa. 

Parece  que  en  aquella  época  obró  sobre  Alejandro  el  don 
de  fascinación  de  que  Napoleón  estaba  tan  dotado.  Está  reco- 
nocido por  lo  menos,  que  desde  entonces  este  príncipe  profe- 
só públicamente  la  mas  ardorosa  amistad  hacia  el  conquista- 
dor afortunado.  Los  dos  soberanos  habian  convenido  en  aque- 
lla entrevista  en  el  reparto  del  tnundo.  Adjudicábase  el  uno  el 
Oriente,  y  conservaba  el  otro  el  Occidente.  Nuevas  borrascas 
ae  levantaron  pronto,  sin  embargo,  quejándose  Napoleón 
agriamente  de  algunas  modificaciones  hechas  por  el  empera- 
dor Alejandro  al  sistema  continental.  El  hecho  es  que  con 
respecto  á  este  punto,  Alejandro  habia  contraido  compromisos 
que  no  podia  cumplir:  fuese  aumentando  la  desavenencia, 
basta  que  al  fin  se  declaró  de  nuevo  la  guerra  en  i8ia«  Sabi- 
das son  sus  desastrosas  consecuencias  para  la  Francia,  a&i  ca^ 
.  mo,  que  Alejandro  se  halló  ser  en  pocos  dias  de  aquella  época, 
•1  héroe  europeo.  Su  proclama ,  fechada  en  Kdlisch  el  aS  de 
marzo  de  i8i3,  en  la  cilal  llamando  á  las  armas  á  los  pue- 
blos de  Alemania ,  les  ofrecía  en  nombre  de  sos  soberanos, 
constituciones  que  aseguraran  su  libertad  é  independencia, 
sublevó  contra  la  dominación  francesa  á  una  nación  sacada 
'  de  su  letargo  por  los  acentos  de  la  libertad.  G>nocidos  son  los 
nobles  sacrificios  hechos  á  la  sazop  por  la  Alemania  en  favor 
Segunda  /¿riV.— Tomo  II.  a, 

Digitized  by  VjjOOQIC 


lO  ASVWTA 

de  su  indepeodeocitf.  { Por  qué  razón  b»fcUn  dé  «er  tan  mat 
recompensados  mas  adelante !  La  historia,  en  su  justicia ,  di»* 
rá,  por  lo  menos,  que  Alejandro  fue  un  vencedor  generoso:  A 
fue  quien  en  181 4  iusístió  en  que  después  de  ocupado  Parla 
tratasen  ios  monarcas  aliados  con  Napoleón,  de  soberano  á  sO'» 
berano.  En  aquella  época  ,  fue  objeto  del  mas  tívo  entusias-- 
mo  de  parte  de  los  franceses,  y  en  particular  de  la  de  los  pa* 
risienses ,  que  vieron  en  él  mas  bien  un  béroe  pacificador  qte 
un  conquistador  extranjero,  y  que  admiraron  al  conservador 
generoso  de  sus  monumentos  y  ríqoesas  naetoóaleSb 

En  junio  del  mismo  aBo  paaó  á  loglaterra,  regresando  i 
San  Petersburgo  el  25  de  julio,  donde  rehusó  erdic^ado  d» 
Bendecido^  que  le  ofreciera  ei  Senado»  La  neutralidad  de  1» 
Suiza  respetada ,  no  probó  menos  que  su  conducta  firme  j 
enérgica  cuando  la  vuelta  de  Napoleón  á  Francia,  en  maria 
de  181 5,  la  constancia  de  Alejandro  en  sos  *  principios  politi'* 
COS.  Entonces  la  Inglaterra  tuvo  el  honor  de  dar  el  golpe 
mortal  al  coloso  del  siglp,  pues  Alejandro  llegó  demasiado 
tarde  con  sus  rusos.  París  estaba  ya  en  poder  de  los  ejércitos 
aliados,  cuando  entró  Alejandro  el  11  de  juIia  Habíanse  cam* 
biado  empero  los  tiempos:  los  fraóceiBes  de. todas  opiniones  ha» 
fcian  conocido  que  mas  bien  que  las  exequias  del  imperio, 
eran  los  funerales  de  la  patria  los  que  se  celebraron  en  Wa- 
terloo.  Alejandro  fue  recibido  con  una  notable  frialdad,  en 
una  [K>blacion  que  se  entusiasmaba  un  ano  antes  á  su  vista* 
Aflijióle  aquel  contraste,  y  clespues  de  haber  revistado  sua 
tropas,  marchó  á  Bruselas,  asistió  al  casamiento  de  su  herma^ 
na. con  el  prkicipe  de  Orange,  y  pasó  desde  allí  á  Varsovia^ 
donde  concedió  á  los  polacos,  vueltos  subditos  soyos  ¡lor  una 
decisión  del  Congreso  de  Viena ,  una  constitución  que  pudie- 
ra haber  hecho  su  felicidad,  si  hubiese  sido  observada;  pero 
espantado  Alejandro  de  los  progreso^  que  h^cian  en  Europa 
las  doctrinas  de  libertad ,  teniiió  que  se  contagiaran  sas  esta- 
dos, y  quiso  en  cuanto  era  posible  contenerlo  por  do  quiera 
<|iié  mas  visiblemente  se  manifestaban.  ^Fue  el  alma  de  loa 
lK>ngresos  de  Troppau  y  de  Laybach.  DÜpues  de  haber  desea* 
do  la  independencia  de  la  Grecia,  desaprobó  formalmente  1^ 
insurrección  que  estalló  en  aquel  país  en  i8ao,  el  cual  de^ 

Digitized  by  VjjOOQIC 


pues  de  die»  año$  de  lucha,  ha  conseguido  asegurarla.  De  es- 
te modo  ixmlrarió  la  opinión  nacional  de  su  pueblo,  que  to- 
maba el  mas  tíyo  interés  por  el  triunfo  de  sus  correligiona- 
rios oprimidos  por  los  enemigos  constantes  y  naturales  de  la 
Rusia.  Dominado  Alejandro  por  la  idea  de  atribuir  á  una  es- 
tensa organización  reirolucionaria  todos  los  movimientos  de 
trastorno  á  que  estaba  entregada  la  Europa ,  desgarrada  en- 
;ionces  en  todos  sentidos  por  conmociones  interiores»  no  vi6  en 
el  generoso  alfia miento  de  los  Helenos,  mas  quq  la  puntual 
.ejecución  de  una  orden  emanada  de  la  gran  comisión  directo- 
ra de  Faris*  .Perjudicó  de  consiguiente  en  cuanto  pudo  a  una 
causa  que  era  tu  causa ,  y  á  cuyo  triunfo  se  uoia  la  realiza- 
ción de  los  planes  predilectos  de  la  polffica  Catalina ,  la  espul- 
sion  de  los  turcos  de  Europa.  Dicese  con  lodo,  que  en  los  úl- 
timos tiempos  se  habian  rectificado  sus  ideas  sobre  el  particu- 
lar ,  y  que  principiaba  i  ^conocer  que  habia  sido  engaBado 
por  una  vana  fantasmagoría.  Añádese  también ,  que  hasta  es- 
taba meditando  reformas  importantes  para  su  imperio,  cuan- 
do la  muerte  le^taoó  bruscamente  en  las  orillas  del  Mar  Ne- 
gro ,  á  quinientas  leguas  dé  su  capital ,  en  medio  de  un  viage 
que  habia  emprendido  á  las  provincias  meridionales  de  su  im- 
peirio,  acompasado  de  la  eroperatris,.  cnya  salud  quebrantada 
necesitábale  un  aire  mas  suave,  y  de  un  sol  mas  frecuente 
que  el  de  San  Petersburga  Este  suceso  fue  acompañado  de 
resultados  tan  eitraoos,  que  dio  lugar  á  las  mas  negras  supo- 
siciones. No  decidiremos  nosotros  si  fueron  ó  no  fondadas;  pre- 
ferimos copiar  lo  que  decia  un  viagero  que  se  encontraba  en 
T^ganrok  en  el  momento  mismo  de  tan  terrible  catástrofe,  y 
que  la  describe  del  modo  siguiente: 

^^El  objeto,  aparente  de  este  viage,  era  trasladar  la  empe- 
ratriz Elisabet  Alexiewna,  gravemente  enferma  entonces,  al 
clima  mas  benigno  de  Busia..  Su  vida  se  iba  acabando ,  y  el 
principe  por  una  vuelta  de  afecto,  que  no  era  de  esperar,  des- 
pojes de  separado  de  ella  hacia  mucho  tiempo,  acababa  de 
reunírsele.  Esta  fue  la  causa  aparente,  pero  otras  razones  lle- 
varon de  repepte  á  Taganrok  al  emperador.  Eran  razones  en- 
teramente políticas,  y  aquel  viage  debia  darle  ocasión  para 
recorrer  la  parte  meridional  de  Rusia ,  para  la  cual  proyecta- 


Digitized  by 


Góogle 


í%  HETISTA 

há  ütítes  reformas:  y  aun  |M>denios  añadir  qoe  tal  vez  quertsr 
lomar  el  principe  por  sí  solo  algunas  grandes  determinacio- 
nes.....  Alejandro  se  babia  apoderado  personalmente  de  los  in- 
dicios de  la  agitación  que  reinaba ,  no  contra  su  aagnsCa  fa*-" 
milia,  sino  contra  los  privilegios  mas  insultantes  á  fa  búmana 
especie ,  entre  una  gran  parte  de  los  oficiales  mas  jióveúes^ 
mas  instruidos  y  roas  enérgicoSé  Pero  como  en  las  reformas  es 
preciso  proceder  legalmente,  era  imposible  qoe  no  se  opusiera 
Alejandro  á*jsus  complots,  y  que  no  los  castigara»  El  empera* 
dor  se  alejaba  por  estar  menos  acosado»  menas  al  alcance  de 
la  cólera  de  la  antigua  nobleza,  en  el  momento' eoí  que  ae 
descubriera  el  compl9t;  afejábase  para  poder  amorligvar -sua 
golpes.....' El  emperador,  con  sus  "miras  reformadoras ^  baciá 
mucho  tiem|)o  que  disgustaba  á  la  antigua  nobfeza,  á  la  que 
rechaza  las  reformas.  Sus  proyectos  habian  sembrado  entre  & 
y  su  familia  el  germen  de  una  grave  disidencia.  La  emperatriz 
madre,  con  su  voluntad  fuerte  y  con  la  influencia  que  pare-» 
pia  aumentarse  con  Yos  años,  se  enconttraba  á.  causa  de  so4 
afecciones  y  por  su  |X)sicion,  al  frente  del  partido  antigua  Stt 
carácter  era  imperioso ,  y  ágeno  de  toda  moderación.  Era  co<- 
mo  Catalina,  con  sus  costumbres,  menos  sus  luces»  y  su  sed 
de  tumulto  en  el  Occidente.  La  anciana  María  Fedorpwna'no 
tenia  de  la  sangre  de  la  famrlia  de  nuestros  escelenteft  duques 
de  Montbelliard,  sino  las  preferencias  pueriles  que  se  obser*- 
▼an  en  las  familias  numerosas.  El  actual  emi)erador  Nico^ 
lis  I  era  el  mas  querido  de  sus  hijos.  Este  príncipe  está  dth> 
tadO' de  costumbres  soaves,  de  instrucción  y  conocimientos} 
pero  no  influirán  sos  luces  en  los  destinos  de  la  Ansia,  pues  son 
demasiado  débiles  y  yagas.  Asi  es »  que  la  antigua  nobleza  qué 
lo  sabe,  le  ba  abierto  precipitadamente  ]por  medio  de  esclu- 
sion  9  y  bajo  la  influencia  de  su  madre  f  las  gradas  de  e^  tro- 
no magnifico,  pero  tan  frecaentemente  manchadas  con  la  san* 
gre  de  los  Czares.^... 

Taganrok  fue  durante  el  viage  el  punto  principal  éé-  re- 
sidencia del  emperador;  allí  dejó  á  su  esposa  cuidando  de  4u 
salud,  emprendiendo  y  coocluyendo  varios  riages,  J  visitan- 
do el  pais  del  Don;  permaneció  en  Tacberlask,  capital  dé 
aquella  hermosa  provincia.  A  ponto  estaba  de  realizar  el  via^e 


Digitized  by 


Google 


Dft  MADRIIK  l3 

á  Astracán  ^  en  las  orillas  del  Mar  Caspio,  cnando  la  repenti- 
na llegada  de  un  amigo  particular,  el  conde  WoronzoiT,  ge- 
neral j  gobernador  de  OJessa ,  hizo  diferir  el  viage^   fijándose 
despnes'de  i;ina  conferenciü  de  algunas  horas,   en  otro,  ^ue 
Worooxoff  había  venido  a  presentar ,  y  que  á  todos  pareció  de 
urgente  ejecución.  Tratábase  de  llevar  rápidamente  algún  con- 
suelo á  loa  pueblos  de  la  Crimea ;  el  conde  gobernador  habiá 
presentado  al  emperador  el  cuadro  de  los  sufrimientos  de 
aquellos  pueblos,  asegurándole  q lie  su  sola  presencia  calma- 
ría el  grande  descontento  próximo  á  estallar.  Alejandro  |iartió, 
pues,    inmediatamente^  acompañado  de  sus  amigos,  y  este 
viage  debia  ser  largo,  á  pesar  de  que  se  viaja  ripidamente  en 
Rusia,  y  que  merced  á  la  celeridad  [de  los  caballos  rusos, 
aquellas  soledades  sin  limite  de  estepas  ,  desiertos  y   bosques, 
se  paaan  con  la  rapidez  de  un  sueno...... 

El  emperador  principió  á  recorrer  la  costa  meridional  de 
la. Crimea;  pero  una  indisposición   ocasionada  por  up  frió 
muy  agudo,  le  cansó  de  repente  calentura,  y  se  vio  precisa- 
do á  detenerse  en  una  casa  de  campo  del  conde  WoconzoSl 
Wyllie,  el  médico  particular  de  Alejandro,  le  hizo  tomar  nn 
brevage,  pero  encontrándose  el  príncipe  |)eor,  dio  orden  para 
que  le  llevaran  inmediatamente  á  Taganrok......  Yo  le  halle 

en  el  camino;  iba  en  coche,  y  envuelto  en  una  capa  gris,  pa- 
reciéodome  abatido  y  doliente  su  semblante.  Súpose  la  indis- 
posición del  emperador  con  su  inesperado  regreso ;  ocultóse 
de  pronto  su  ¿ravedad ,  pero  parece  cierto  que  la  hubo  desde 
el  primer  momenta  Desde  entonces  dicen  que  tuvo  el  em- 
perador las  mas  espantosas  sospechas,,  y  se  negó  |K>sitivamente 
á  tomar  las  mediciiiias  qu^  se  le  ofrecieron.  Un  dia  nos  dijeron 
que  babia  echado  de  su  cuarto  á  Wyllie,  y  siempre  pedia  á 
sus  criados  agua  helada:  ^^Me  calma,  decia,  al  paso  que  sus 
brevages  me  han  abrasado.'^  El  escocés  Wyllie  rebosó  obstina*- 
damente  el  conferenciar  con  los  médicos  ordinarios  de  la  em- 
peratriz, y  solo  Strofreone  fue  admitido  una  vez,  y  después 
de  mil  instancias  de  la  soberana.  La  enfermedad  de  Alejandro 
duró  onos  once  dias ,  y  espiró  el  i.^  de  diciembre  de  i8d5. 
Vi  su  cuerpo  pocas  horas  después  de  anunciada  oficialmente 
;su  muerte;  su  rostro  estaba  muy  visiblemente  alterado,  y 


Digitized  by 


Goógle 


l4  REVISTA 

cuando  tras  dias  después  hubo  que  ense&arlo  al  pueblo  para 
la  ceremonia  de  besarle  la  mano,  le  taparon  la  cara  con  un 
▼elo/  pues  estaba  enteramente  negra.  Al  abrir  el  cadáver,  se 
babia  observado  que  se  habfa  verificado  en  el  cerebro  un  der- 
ramamiento de  agua ,  j  después  de  la  autopsia  ^  que  se  practi- 
co muy  inmediatamente,  el  cuerpo  se  volvió  de  un  color  livi- 
dOt  circunstancia  rara  y  que  no  se  esplica  en  una  estación  y 
un  pttí^taafrio.  Ordenes  espedidas  por  la  corte  previnieron 
al  liemp»  de  salir,  que  permaneciese- cerrfdo  el  féretro  hasta 
San  Feíenbmtfpi  j  aquellas  órden^  se  cumplieron.^.*... 

Wyllie  manifestó  un  gran  dolor  por  la  muerte  dé  Alejan* 
dro,  y  se  encerró  en  so  aposento,  como- un  hombre  á  quien 
la  pesadumbre  hubiese  alterado  la  razón ;  de  modo  que  por 
alguii  tiempo  se  le  creyó  loco.  Las  gentes  de  corta  penetra- 
ción le  consideraban  perdido  en  la  corte;  pero  cuando  llega- 
ron las  primeras  noticias  de  San  Petersburgo,  marchó  Wy- 
Ilie  á  ofrecer  su  homenage  al  nuevo  soberano.  Conservó  todo 
lo  que  había  adquirido  en  tantos  affoo  de  cálculos  y  de  fortu- 
na, y  se  apoderó  de  la  nueva  dignidad  ^e  primer  medico 
del  emperador  Nicolás.  Woronzoff  fue  gobernador  de  la  pro^ 
Tíncia  mas  hermosa  del  medio  dia  de  Rusia.  , 


*    *    * 


a& 


Digitized  by 


Google 


VIDA  DEL  TROVADOR 

OTAN    EODRIGÜEZ    DEL    PADRÓN. 


£ 


iimuí  los  irovaiiores  que  ilastraron  el  poético  reinado  de 
n  de  Castilla,  oao  de  loa  mas  celebres  y  populares 
€S  Ahdas^éí  eaamorado;  el  amor  j  la  poesia  le  ban  becbo 
mmortai,  y  sino  bttkiara  amado  no  fuera  tan  conocido.  Todos 
Mbeo  stt  bistoria,  la  infelieMad  desús  amores,  j  su  desasirá-* 
do  fin;  7  apenas  bey  entre  nosotna^  aficionado  á  la  poesía  an-*- 
iigna  qne  no  eooserre  en  la  memoria  aifaella  su  tierna  y  me-^ 

Cativo  de  mi&a  tristura    ^     . 
ya  todos  prenden  espanto, 
i  preguntan,  qué  ventura 
fey  que  m'atormenta  tanto,  eitc 

Sí  cremoa  á  la  tradición,  y  á  lo  qne  ban  escrito  los  inve^ 
tigadotes  de  nuestras  antigüedades  poéticas,  tuvo  este  Madaa 
un  sa  amigo»  tan  célebre  6  mas  que  él  eomo  ttovadOr^  tan 
Jesgraoiado  oa  sos  amores,  pero  mas  fcliz  en  su  fin  y  acaban 
miento;  e$te  foe  Juan  Rodríguez  del  Padrón,  Todos  loa  eseri- 
torea  qne  de.'él  ban  beblado  refieven  su  bistorin  *de  un  ínis- 
mst  maiiem;  y  en  todos  se  dqa  conocer  que  algún  oculto  ipis-» 
terió,  nacido  de  sus  amores,  pesaba  sobre  sus  dias^  y  le  oblif» 
g6  i  dqar  U  oárte  y  á  retirarse  á  la  soledad  de  un  claustro. 

Sopenen  eitoa  eaeritom  qne  Ibtíz  ddPaáron  era  gcHego 
dtfns^rótt,  y  paisano  y  amigo  intimo  del  malogrado  Maclas; 
qiie  vivió  con  él  estusado  en  la  eéite  de  D«  Juan  n  por  sos 
partea  como  cabaUeio»  por  lo  abundante  de  su  vena» 

Digitized  by  VjOOQ IC 


l6,  BBVlfTA 

y  lo  tierno  y  apasionado  de  sus  trovas  y  canciones;  que  tUTO 
unos.aniores  ocultos  con  ana  dama  de  Palacio,  y. que  burla- 
do en  sus  esperanzas  y  tal  vez  conmovido  y  aterrado  por  el 
términp  infeliz  de  su  amigo  Macias,  renunció  al  mundo  ^  y  ae 
fof  á  encerrar  en  un  monasterio  á  Jerusalen ,  despidiéndose 
sentidamente  de  su  se&ora  en  unos  famosos  .versos  que  se 
menetonarin  despees,  y  que  murió  santamente,  andada  la 
mitad  del  siglo  XV. 

Asi  lo  escriben  iHiántmemente^  aunque  copiándose  como 
es  de  creer  unos  á  otros,  el  P.  Vitoria,  D.  Nicolás  Antonio,  el 
P.  Sarmiento,  D»  Luis  Velazquez,  D.  Tomás  Sánchez,  Boot«p- 
vek  (i)  y  otros;  y  su  narración  recibe  un  grande^ apoyo ^  al 
parecer,  en  la  siguiente  cláusula  contenida  en  el  famoso  Cíus* 
cionera  M.  S.  de^  Baena  (a),  recogido  por  un.  judio  de  este 
nombre  en  el  reinado  de  D.  Juan  11,  y  adicionado  después,  á 
lo  que  es  de  creer.— -Al  fol.  iS6  de  este  cancionero  ae  baUal>a, 
según  Castro ,  lo  que  sigue : 

^^Esta  cantiga  fi&o  Juan  Rodrigues  del  Padrón  cuando  sie 
»ftt¿  meter  fraire  á  Jerusalem  en  despedimiento  de  su  seBora»? 
{JUne  tres  estrqfasi  la  primera  es :) 

Byue  leda,  sy  podr&s 
non  esperes,  atendiendo 
«  .     que  segunt.  peno  partieiido 
*  ñon  entiendo 
que  jamas, 
te  veré  nin  me  verás. 

(i)  TéUrü  dé' Í4t»  di»$«s  ,  Uk  6.— J9iU.  r«fit/.,  esp.  6  ,  lib.  X.— afémof. 
|Nr«  Im  hki>  dé  la  poesía ,  pág*.  %09,^Poes,  eait*  émUriores  al  siglo  XT^ 
t.  i.,  páf.  1S8.  «tc—lfúf.  de  U  lUeret,  espaücUf  prtniera  parte*. 

(S)  Ette  ÍBtpr«cUU«  dep^to  d«  eompoticionei  poiSticu  ¿mi  úgto  XY,  q«« 
•xiitU  en  U' biblioteca  dbl  Escorial,  guardado  y  apreciado  cono  ««a  riqíii- 
lima  ioya ,  ha  doaparecido  en  medio  de  lea  traatoimot  polítkoi  de  la  nacioa, 
j  ge  aaegvra  qae  le  baila  en  la  actaalídad  en  la  Biblioteca  real  de  Pkríe> 
Vttj  derdesear  aeráa -^e  algoao  de  los  espaSola  resideatat  en  aqnelía  capitel 
lo  aTorignaae ,;  ja  para  rectamar  la  devoHcion  del  ori|[inal,  si  hubiese  tdr* 
minos  para  ello^  j  ja  para  proporcionar  eppias  cuetes  y  conectes.  Sátrv 
'tente  los  qne  no  hemos  podido  tot  aqvel  apreciable.  eddiee,  tenemos  qne 
jeontenternea  con  el  estenso  7  'detenido  extracto  qne  ha  hecho  afortnnadamen* 
te  de  41  P*  *  Jos^  aodrig^en  da  Céséro  im  el  primer  temo  de  an  £iblwe§em 
irijpeftoU.  * 


Digitized  by 


Google 


D«   MADRID.  17 

An,  púi^f  ha  pasado  hasta  ahora  por  constante  é  induda-^ 
ble,  qué  Roiz  del  Padrón,  era  gallego^  y  que  de  resoltas  dp-, 
mi  ocultos  y  misteriosos  amores  se  retiró  á  la  soledad  de  los  . 
dftustros  réligioeoB,  donde  vitió  y  mutió  entregado  ét  la  d^ 
▼ooioa  y  :á  la  virtud,  renunciando  al  trato  del  mundo  y  a^  1 
eooiércio*de  las  musas,  que  tanta  .celebridad  y  tanta  nombra^; 
día  le  babián  basta  allí' granjeado. 

Pero  bace  algunos  meses  ha  llegc^:á  mis  manos  una  me- 
moria antigua  y  manuscrita  de  su  vida  (1),  en  que  conser-*' 
Tando  los  rasgos  principal^  de  la  que  comunmeQie' se  lo 
i^idiaea»  aclarando  el  oculto  misterio  dé  sus  amores,  y  «ntraa-f 
4ó  en  pormenores  sumamente  rominiicos  y  novelescos,  se  pr>^ 
va  á  Galkia  de  la  glOiria.de  haber  sido  cuna  de  nquel  enebro 
trovador,  y  se  le  hace  á  ¿1  acabad  de  un  modo,  á  la  verdad 
mas  extraordinario ,  pero  mucho  menos  ejemplar  y  edifican- 
te que  el  que  hasta  ahora  sé  habia  creido.-— Cuando  iei  por 
primera  vez  esta  memoria,  y  cuando  noté  la  disonancia  ea 
que  estaba  en  algunos  puntos  con  las  nociones  comunes  acer^- 
ca  de  la  vida  de  Ruiz  del  Padrón ,  se  me  figuró  que  sería  una 
novela  forjada  sobre  los  conocidos  suoesos  de  aquel  célebre 
trovador,  de  quien  tanto  se^ocuparon  los  poetas  de  aquella  y 
de  las  sucesivas  épocas ;  pero  notando  después  el  aire  de  sen- 
cillea  y  de  verdad  con  que  está  escrita  aquella  narración, 
obiiervando  que  según  se  infería  de  sua  primeras  cláusulas,  la. 
tal  memoria  era  solamente  ui^  trozo  de  otra  mas  dilatada,  en 
que  se  hablaba  de  Garcí  Sánchez, de  Badajoz ^  y  aun  tal  vez 
de  otros  muchos^  trovadores  y  poetas  antiguos,  empecé  á  for- 
mar distinto  concepto  y.  á  notar  lo  bien  que  se  acomodaba 
aquella  narración  con  las  tradiciones  conservadas  en  los  versos 
y  trovas,  taáto  :del  mismo  Ruiz  Padrpu  como  de  los  demás 
léelas  sus  contemporáneos. 

i  Pero  sienápr^,. quedaban  en  pie  las  dos  dificultades 
arriba  apuntadas*  <  Ruis  del  Padrón  ha'  pasado  síepipro 
por  gallego^  y  en  la  memoria  manuscrita  se  le  hace 
aragonés \  toc^s  aseguran  qqe  se  hizo  fraile  y. acabó  su  vida  * 

(1)  8«  liáUa  «Ms  memorU  «1  final  de  un  ejemplar  de  la  CrtSníca  M.  8.  de 
Eariqve  IT ,  de  ÁloMo  de  Paleocia  ^  de  letra  eomo  del  aiglo  XYI ,  *qne  ten-* 
go  «Btre  mía  libros. 

Segunda  sérée.^Tovio  11.  3 

Digitized  by  VjjOOQIC 


en  la  religión,  j  la  memoria  maooscrita  sopotie  que  murió 
asesinado  en  Francia.  ¿Cómo  componer. estas  dificolfades? 

En  cuanto  á  la  patria  no  me  pareciadifíciL:  los  qne  hacen 
galleo  á  Kniz  del  Padrón ,  se  fnndan  en  qoe  lo  en  Atadas^ 
porque  en  gallego  están  escritas  sos  trovas;  razón  á  la  verdad 
insuficiente,  paes  otros  muchos  escribieh>n  en  aquel-  dialteta 
sin  ser  gallegos,  y  porque  si  hemos  de  creer  af  célebre  tíar^ 
qués  de  Santulona  en  so  Carta  al  condestable  de  Paria ffal'iohre 
la  poesía;  pOre)  tiempo  de  Macias  ó  poco  antes,  ^^cualesquisr 
«decidores  é  trotadores,  agora  fuesen  GistelJanós,  Andatoees^ 
»ó  de  la  Estremadura  todas  sus  obras  componían  en  .lengua 
ví&allega  ó  Portuguesa/^  Pero  aun  dando  por  indudable  el 
que  Madas  fuese  gnllego ,  todavía  es  .á  mi  parecer  muy  flaca 
la  razón'  con  que  se  pretende  probar  que  Ru¡2  del  Padrón  fué 
su  paisano,  fúndase  esta  en  la  última  copla  de  los  Siete  góz&i 
de  amor,  impresos  en  el  Cancionero  general 'út  Sevilla,  en 
que  Ruiz  del  Padrón,  quejándose  ccxno  buen  amador, dice: 

Si  te  place  que  mis  dias 
yo  fenezca  mal'logrado 
tan  en  breve, 
plégate  qne  con  Macüu 
ser' merezca  sepultado, 
'     T  decir  debe 
do  la  sepultura  sea 
una  tierra  los  crió^ 
una  muerte  losjievó, 
una  gloria  los  posea. 

El  verso,  una  tierra  los  cruS^  es  la  única  prueba  del  paisa^^ 
nage  de  Macias  y  de  Ruiz  del  Padrón ;  pero  al  qne  adviertf 
las  muchas  significaciones,  que  en  boca  principalmente  de  un. 
poeta  se  pueden  dar  á  aquellas  palabras,  no  deberá  paredsrle 
razón  muy  satisfactoria  para  hacerle  gallego,  aun  cuando  S0 
convenga  en  que  Macias  lo  fuese.  j^ 

Alguna  mayor  dificultad  ofrece  el  fin  y  acabajniento  tan 
diverso  que  dan  á  nuestro  trovador  las  mei¿)r¡^ comunes  y 
la  manuscrita ;  pues  aunque  pudiera  decirse  que^  al  despedirse 

Digitized  by  VJiV^V.J'V  L^ 


M  llADRID>i  19 

de  80  damÉ  y  al  desterrarse  de  España ,  se  esparció  la  toz  y  se 
creyó  coiiiuDmei(ite  qoe  iba  á  Jerusalen  á  hacerse  fraile ,  sien- 
do asi  que  se  iba  á  pasar  su  enamorada  vida  á  Ja  entonces  di* 
sipada .corte  de  Francia,  de  buena  fe  confieso  que  esta  solu- 
ción no  me  parece  del  Codo  satisfactoria^ 

He  to^os  modos  yo  he  creído  hacer  nn  serricio,  ¿  los  que 
se  pagan  de  esta  especie  de  antiguallas  literarias,  publicando 
la  Memoria  citada,  tal  cual  se  halla  en  el  códice  que  poseo,  y 
basla  coll  su  misma  ortografía.  La  historieta,  aunque  no  sea 
autentica,  no  deja  de  ser  interesante  y  de  dar  una  gran  idea 
de  las  costumbres  de  aquella  edad  singular ,  en  que  la  socie- 
dad española,  presentando  por  todps  partes  los: mas  terribles  é 
inequívocos  síntomas  de  inmoralidad,  de  anarquía  y  de  diso-* 
loción,  se  sometió  pocos  años  después  al  régimen  austero,  re- 
ligioso, y  hasta  cierto  (moto  absoluto  de  los  Reyes  Católicos 
Fernando  é  l9abel. 

La  Memoria  es  literalmente  como  sigue. 

vma  nn  iuan  eodrigosz  dkl  padrón  sit  tieiííe»o  dkl  kbt  non 

itBNaioua  ty. 

Por  que  fue  poco  antes  del  tiempo  de  Garci  Sanchet  otro 
cauallero  que  ae  le  puede  da^  por  ygual ,  ansi  en  las  gracias  ñe 
naturaleza  como  en  la  calidad  de  su  [persona,  podemos  pcmer 
aqui  una  parte  de  su  uida  (i)-— este  fue  Juan  Sodriguea  del 
ladrón,  el  muy  afamado  de  gentilhombre,  pues  de  los  de 
su  tiempo  no  se  saue  que  alguno  le  aya  ygualado,  fué  natural 
de  Aragón  y  de  las  mas  nobles  casas  de  aquel  reino ,  y  era 
cauallero  rico  heredero  de  un  principal  mayorazgo;  y  dende 
hedad  de  ueinte  y  dos  anos  se  uino  a  la  Corte  de  Castilla, 
donde  residió  mochos  anos  como  criado  de  aquelloa  reyes»  en 
este  tiempo  en  las  guerras  que  ubo  y  en  los  actos  y  eiereiekn 

(i)  fitUí  ptUbraf  indican  bien  claramente  que  esU  vidm  ¿9  Rodrigves  4el 
Padrón  fornuüba  parle  de  «na  obra  mas  dilaUda ,  en  que  ae  hablaba  de  Ger-> 
ei  SMiches  de  B,.dajot ,  qne  florv^id  en  tiempo  de  Henriq&e  I V  :  Iqi  irerioi  de 
«fie  troTador ,  victima  también  de  191S  amoreí ,  Be  baUan  con  frecnencia  na 
uneitrot  caaciotterM,  j  **ttk  ettoi,  dice  Tetatqaex  {Otigettes  de  U  poesU  úas^ 
,ifelíeiui  /  p,  'S4) ,  ae  to  bien  pintada  la  terrible  pesien  que  le  qpitd  §1  jniáo 
.    i^j  «fMMiid  ra  muerte  j  babldadoie  enamorado  de  nna  prima  faja.» 


Digitized  by 


Google        -;_ 


de  caballería  se  auentajaba  atpdos'^  y  en  la  discreción  les  ex«« 
cedía :  por  las  quales  |^racias  fue  muy  faborecido  de  macbas  • 
damas,  y  uino  á  ser  su  extremo  en  todé  taoto ,  que  auieodóle 
parecido  á  la  reyna  del  lo  que  a  otras  muchas ,  determino  sitt- 
que  el  lo  supiese  dar  orden  como  satisfacer  su  deseo ^i),  y 
parecióle  el  mejor  medio  para  esto  dalle  una  cart»  (in  que  ei 
supiese  quien  se  la  daua  ni  como  le  podia  uenir:  y  con  este 
pensamiento  sin  descubrillo  anadie  la  escriuio  y  trajo  consigo 
para  dársela  en  pudiendo  conforme  á  su-  intento :  y  fue  ansí 
que  como  es  ooótumbre  de  los  caualleros  Cortesanos  passear  el 
terrero  aprima  noche,  la  Reyna  tubo  manera  como  no  estu- 
biese  dama  ninguna  en  las  uentanas  que  estauan  cerca  de  otra 
donde  ella  estaua;  y  púsose  a  la  ora  que  no  la  pudiesen  cono- 
cer y  pasando  Juan  Rodridez  bien  descuidado  de  aquel  fabor, 
le  dijo  una  uM  nombrándole  «toma  esse  papel  y  haz  lo  que  en 
el  ua  escrito» ,  echando!^  la  carta;  la  qual  el  hizo  alzar  a  nn 
criado,  y  yéndose  a  su  posada  sin  poder  copooer  quien  estaua 
á  la  uentana ,  mas  de  entender  seria  alguna  de  las  damas  de 
la  reyna,  por  que  alli  no  podia  U^r  quien  no  lo  fuere,  la 
leyó  que  decia  asi 

Carta. 

Gomo  la  fortuna  tenga*  tan  pocaqñenta  con  el  merecer^  no 
el  justo  tenga  vm. ,  en  poco  la  afición  y  noluntad  con  que  es- 
ta seos  escriue,  porque  ni  vras.  muchas  gracias  ni  discreción 
ni  seruicios  que  yo  aya  recluido  me  hace  hacer  esto,  sino  un 
deseo  y  noluntad  llena  de  amor,  que  me  fuerza  a  esperimen— 
tar ,  si  Dios  os  hizo  tan  cumplido  para  sauer  callar  y  tener  se- 
careto ,  como  estremo  entre  todos  los  caualleros  de  la  G>rte: 
para  lo  cual  e  querido  poner  y  auenturar  mi  nida  y  honr«  so- 
lo por  mostrar  lo  que  a  vm.  quiero,  y  sauer  lo  que  digo  acla- 
rándome y  rogando  os  que  esta  noche  en  dando  las  ,dos  estéis 
á  la  puerta  falsa  de  la  cana ,  donde  dando  en  ella  con  los  de- 


(1)  E«U  nina,  cnya  fanu  bo  fal«  muy  ilot  de  cate  enentOi  era  U  reina 
DoSa  Joana  ,  liija  del  rej  de  Portogal  D.  Dnarte :  nuestros  Ustorinderes  ha- 
blan todas  .de  su  vida  raelU.  7  lÍTÍana  ,  7  sabido  e»  ^e  sa  biji ,  la  SeUraneja, 
ftm  cealidéinda  adalterÍB«|  7  como  Ul  príTada  de  la  aoooiioo  á  la  porona. 


Digitized  by 


Google 


DB  MADHia  II 

dos  tm  golpes  os  la  abrirán :  la  qae  no  poco  deoe  tener  las 
entrañas  auiertas  para  quereros  &c* 

Qaanda  Juan  Rpdrigaez  del  Padrón  llegó  á  st^  posada  antes! 
de  leer  esta  carta  encontró*  con  an  cftuaflero  gran  amigo  suyo^ 
al  qual  dijo  como  de  las  ueotanas  dh  palacio  le  auian  arrojado 
aquel  papel,  y  que  uido  una  dama  que  la  auia  echado,  mas 
que  no  la  auia  podido  conocer  y  que  uiesea  lo  que  decia ;  y*' 
ansi  ambos  la  leyeron,  y  ley  do  acordaron  que  fuesen  aquella 
j^ocbe  pordonde  la  carta  decia  muy  aperciuidos  y  Ujsrian  el 
misterio  que  tenia  este  negocio;  y  ansi  se  armaron  y  a  la  ora 
dicha  fueron  a  la  puerta  falsa  donde  un  poco  antes  a  la  som- 
bra de  un  balcón  el  amigo  se  quedo,  y  Juan  Rodríguez  llego 
y  dio  tres  golpes  como,  le  mandanan ,  y  dando  el  tercero  la 
puerta'  se  abrió ,  y  oyó  una  uoz  dentro  que  muy  paso  le  di¡JQ, 
«  entrad  que  aun  que  el  lugar  es  digno  de  temer ,  al  presente- 
»no  ay  de  que  te^nays» ;  el  reconoció  ser  abla  de  muger  ^  j 
ún  mas  considerar  entro,  y  luego  fue  la  puerta  cerrada ,  que 
era  de  golpe,  y  ael  le  asió  una  mano  blanda  y  amorosa -de  la 
suya,  y  le  dijeron  que  tendiese  la  capa  y  se  sentase  en  aquel- 
poco  espacio  que  alli  dejaua  una  escalera,  y  sentados  le  .dijo 
que  ella  era  una  muger  que  en  aquella  cárcel  real  se  encerra* 
ba,  y  que  fuerza  de  amor  causada  d^su  gentileza  y  discre-i 
cien  le  hauia  forjado  á  oluidar  el  riesgo  de  su  persona  y  onrra 
y  ponerse  en  punto  que  auia  uenidb ,  lo  qual  no  era  tampoca 
que  no  se  auia  de, tener  en  mucho  y  que  aunque  amor  le  auia 
forzado  a  quello,  que  le  estaña  en  obligación  en  auer  obede-- 
cído  con  tanta  noluntad  y  que  la  paga  desto  queria  que  fuese 
la. que  quisiera,  y  anadie  diese  quenta  de  aquello  ni  le  pidiese 
quien  era  pues  podían,  uerse  por  alli  muchas  ueces ,  y  del  no 
queria  sino  el  secreto  y  y  quanla  a  bella ,  para  creer  si  era  her* 
mosa  ó  fea^  que  le  aseguraua  „  que  en  la  corte  a  naide  auia  oy^ 
do  decir  que  era  la  mas  fea  que  en  aquella  cassa  se  encerrabaí 
y  que  se  contentase  con  esto  por  que  ella  que  auia  sin  aquella 
señal  y  tan  de  ueras  la  amana  seria  posible  presto  sin  que  el  se 
lo  preguntasse  deoille  quien  era^  o  por  gusto  suyo  propio  ope- 
ra si  uiesse  que  ella  lo  merecia  la  tomase  por  muger;  el  la  es^ 
cucha  teniendo  siempre  atención  si  al  sonido  de  las  palabras 
la  podia  conocer,  y  acanada  la  pratíca,  le  respondió  a^ade« 


Dígitized  by 


Google 


cíendole  coa  muy  discretas  raines  qae  el  sania  decir  y  dan«» 
dolé  en  las  manos  machos  besos  por  la  meroed  que  le  auia 
querido  hacer,  y  en  fin  tomando  la  prenda  qae  deseana,  en  la 
qual  conoció  no  era  doncella  estuuo  en  aquel  agradable  con-- 
tentamiento  asía  que  el  alúa  dio  lugar,  á  la  qual  se  sálio  A 
mas  contento  hombre  de  la.  tierra  pareciendole  que  ao^ra  uez 
le  dlria  quien  era  y  que  alguna  uerguenza  devio  estoryarselo, 
y  quedo  concertado  que  cada  tercer  noche  uiniese  a  la  misma 
ora  alli  y  sino  le  abriesen  al  tercer  golpe  se.  boluie8é= Salido 
Juan  Q.odriguez  dio  quenta  a  su  «migo  de  lo  que  pasaua  y 

'  echando  ambos  sus  quentos  y  dando  y  tomando  en  quien  wb» 
ria  la  dama  oo  podian  determinadamente  imagioar  ni  ooofor-* 
mar  por  cierta  ninguna  sospecha  y  ansi  pasaron  confiados  que 
otra  uez  ó  á  la  tercera  ella  lo  diiia  en  lo  qual  su  pensamiento 
salió  nano  por  que  aunque  otras  muchas  por  alli  se  uiessen  en 
mas  tiempo  de  quatro  meses  jaipas  pudo.acauar  con  ella  le 
dijese  quien  era  y  ansi  uíendo  que  no  era  posible  sauerse  por 
ruegos  ni  en  habla  ni  en  el  ucto  la  podia  Qonocer  concertaron 
ei  y  su  amigo  que  á  lóamenos  por^l  interés  uiesse  si  era  de  las 
ricas  y  principales  6  de  las  pobres  ó  criadas  de  damas  y  con 
este  acuerdo  estando  una  noche  con  ella  le  dijo ,  que  se  admi- 
ratia  como  en  tanto  tiempo  que  lo  trataua  no  le  auia  pedido 
alguna  cosa  q^e  por  suya  trajese ,  á  lo  qual  respondió  que  co- 
sa suya  publicamente  no  la  traería  por  que  si  la  trajese  el  so 
la  auia  de  uef  y  que  su  propoaitp  era  que  no  la  conociesse  as« 
ta  qqe  lo  supiesse  de  su  boca  io  qual  seria  uenido  el  Rey  que 
estaña  en  la  sazón  en  cortes  y  que  entonces  6  para  que  se  casa- 
sen, 6  para  ¿alie  contento  lo  aria  mas  que  no  abria  aque- 
lla oportúnicJrd  de  la  puerta  jHfr  que  las  llanes  que  ella  tenia 

*  entonces  poder  pai-a.aarullas  le  faltarían  porque  la  Reina  las 
tenia  en  su  cact^r^  y  estando  el  Rey  en  ella  no  ae  atreuería  á 
entrar  á  xcxnall^;  uisto  esto  el  no  la  quiso  importunar  maa 
j  le  pidió  pues  cossa  suya  no  quería  tomar,  que  le  diese  de 
sus  cauelloa  nLui  pocos  lo  qual  ella  otorgó  y  le  dijo  que  loa 
daría  otra  uez  que  se  uiessen ,  el  la  pidió  le  perdonase  si  en  ca- 
so alguna  cossa  temiesse  la  satisfacción  de  su  gloria ,  y  qoc  si 
aé  los  auia  de  dar  y  el  creer  que  eran  suyos  que  aoia  de  ser 
oorundoloi  con  sus  mesmas  mátaos,  á  lo  cual  ella  respondió 


Digitized  by 


Google 


dkÑeDd<r  que.  fuesse  ansí  por  que  por  aquella  «enal  no  bastaría 
coQocella,  y  que  bfra  noche  traerla  tiseras  j  ausi  lo  hizo  en  la 
qual  tornados  ajíintar  se  quito  ella  el  tocado  y  le  puso  los  ca- 
uellos  encías  manos  y  le  dijo  que  corlase  dellos  y  mirase 
.que  quién  tanto  lo  quería  le  quería  enlazar  ooii  ellos  y  coa 
palabras  para  qoe  de  tales^  niñerías  i  naide  diesse  quenta  el 
qual  diciendo  que^uastaua  auerselo  ya  mandado  corjto  unos 
pocos  dellos  y  los  llcbo  y  aun  que  los  tubo  en  su  poder  con  la 
nista  dellos  tuuieron  tan  poco  conocimiento  el  y  su  amigo  coc- 
ino de  antes  tenían,  y  en  esto  pasaron  otros  mochos  ^Í9A  en 
Jk>s  quales  ubo  (¡estas  y  regocijos  y  en  todos  ellos  salia  siempre 
Juan  Rodriguez  con  el  aderezo  y  cubiertos  de  su  persona  y 
cauallo  de  brocado  carmesi  ó  tela  de  oro  cubierto  con  un  belo 
negro  qne  casi  no  dejaua  ber  lo  que  debajo,  iba  en  la  príaiiera< 
justa  saco  por  cimera  el  imbo  donde  parecian  algunos  rostros 
y  manos 'de  niños  muy  naturales  con  una  letra  que  decia^is 

Esperanza  es  mi  tiniebla 
de  nueba  luz  con  uitoria     • 
pues  del  limbo  saco  gloria, 

Peata  manera  pasaron  estos  amores  otros  dos  ó  tres  meses  y 
en  una  noche  dellos  estando  juntos  le  pidió  el  qoo  si  tenia  comp 
le  poder,  dar  algunos  dineros  |H>r  que  cqmo  no  iba  tanto  tiem*- 
po  auia  á  su  tierra  por  anéaselo  mandado  tenia  necesidad,  lo*- 
do  afin  de  entender  la  calidad  de  su  p^rsopa;  ella  dijo  que  si 
daría  mas  que  serian  auidos  como  pudiesse  y  ansí  á  otra  que 
«e  u¡ei:on  le  dio  cinqneuta  escudos  y  hasta  mil  en  joyas  loa 
quales  dijo  que  auia  hurtado  entre  las  damas  qi|^,  las  piedras 
^uitasse  y  el  oro  desecho  uendiesse|)or  que  si  )a  falta  fuese  sen-  . 
tida  úo  las  hallasen  en  sü  poder  ó  de  algún  criado  suyo }  el  • 
las  tomo  y  salió  de  alli  dio  quenta  á  su  amigo  doinde  solo  ay- 
maginar  no  allavan  cavida  por  qt^e  discurriendo  ppr  todas  las 
que.en  la  cassa  real  auia  en  ninguna  dejaua  dé  auér  cossa  que 
pnreciesse  poder  ser  la  que  trataua  ni  que  lo  dejasse  d^  ser  y 
ansí  guaí'do  las  joyas  por  que  no  tenia  necessidad  y  pocos  dias 
fu»  publico  en  palacio  auer  faltado  cierus  joyas  auna  seivn 
de  titulo  que  alli  estaVa  y  a  otras  damas  y  con  grandissima 


Digitized  by 


Google      


a4  RÍVISTA 

diligencia  í'aeron  e^n  la  corte  buscada&z=  Con  todas  ^stas  ceMéf 
estauan  mas  suspensos  *Iós  amigos  y  do  dejaban  de  ir  ateiMr 
noche  ó.quarta  y  Jafin  Rodríguez  entraua  como  salia  sin  sao*^ 
Un  dia  mas  que  otro  ni  |[)oder  acauar  con  la  dama  le  dijeste 
qaien  era  antes  si  enello  le  trataua  mostraua  grandiasimameo* 
te  enFadárse  y  ansi  passaton  todo  el  tiempo  asta  qtie  el  Rey 
uitió  en  el  qual  lio  pudó  áauer  mas  que  asta  alli  y  el  Rey  iie- 
nido  iba  algunas  ueces  á  la  puerta  Wlsa  y  no  la  balláua  abier« 
ta '  ni  quien  á  la  señal  le  respondiese  y  otras  algunas  si  y 
úiendo  esto  le  dijo  una  noche  estando  en  sus  faldas  acostadoe 
admirado  me  tenéis  señora  ño  de  la  poca  confianza  que  de  mi 
tenéis  en  no  añeros  querido  descubrir  ni  manifestarme  quien 
aoís  sino  del  sufrimiento  que  aueis  tenido  para  no  hasello  dan- 
ddme  tamo  fabor  como  me  aueis  dado  por. lo  qual  de  mi  mesr 
mo  estoy  corrido  y  aun  dé  uos  por  lo  que  os  quiero  ^  por  mi 
por  qne  se  ue  ojaro  qué  no  es  amor  el  que  me  tenéis  pues  ma- 
nejando las  cosas  de  amor  estáis  tan  libre  como  ael  le  pintan 
ciego  por  donde  me  parésoe  aun  que  me  perdpneis  que  mas  es 
esta  salisfiaccion  de  irido  que  fuerza  de  amor /y  por  uos  que 
es  lo  que  mas  siento  por  que  no  es  possible  sino  que  tenéis  de 
nos  mesma  alguna  falta  por  donde  conociéndoos  yo  la  tenga 
con  uos  cosa  de  qne  deuiades  de  estar  uien  segura  pues  saueia 
qué  lo  que  he  uisto  y  me  aueis  dejado  gozar  estal  que  ella  y 
irro.  entendimiento  a  sido  parte  para  que  yo  persenere  en  este 
imbo  de  ^ra.  connersacio^  por  la  muchedumbre  de  gloria 
y  siendo  como  es  ansi  no  tenéis  que  temer  la  jermósti— 
ira  ni  linaje ,  por  que  quando  no  sea  tal  como  nos  mere- 
ceis  y.quisieradéa  basta  que  ya  es  lo  menos  importante  entre 
vos  y  mi  pues  en  vros.  amores  comencé  en  lo  que  otros  aca- 
nan  quando  mas  merecen ;  a  estás  palabras  eslnbo  ella  mny 
atenta  y  aun  espacio  de  tiempo  suspensa  y  luego  dando  na 
Bospiro  le  dijo ,  no  quiero  Juan  Rodríguez  dar  razón  á  nin^ 
gnna  de  las  que  aueis  dicho  ni  disculpar  mi  hecho  pues  si 
fai  que  diere  no  es  á  vro.  gusto  no  a  de  ser  parte  para  persoa- 
dirte  lo  qne  yo  quisiera  y  solo  ser n irá  de  apronecharos  lo 
qne  á  vro.  oasso  hiciere  para  tener  por  firnie  vra.  imagina** 
cabn  que  nien  se  que  los  hombres  sois  de  condicieii  qué 
el  no  complaceros  echáis  á  falta  de  amor  y  entendimiento 


Digitized  by 


Google 


M  wmkrm  y  el  agradaros  ár  Imiandad  Dra.  ó  qaando  mas 
uteQ'  noa  hacéis  atribjuislo  á  vro.  merécimieiito  mas  por 
que  yo,  de  nada  quiero  contender  y  aon  que  aoentnro  mas 
qve  se  puede  imaginar  estoy  resuelta  á  satisfacer  á  vra^  uo* 
luntad  pues  os  qniero  tanto  qne  me  parece  ago  r^lo  á 
la  mia  y  ansi  os  prometo  que  la  priiiiera  fiesta  que  hubiere 
que  es  la  de  Sau  Pedro  que  ya  saueis.se  haoe  aquella  tarde  en 
el  patio  desta  casa  un  torneo  sacar  en  la  oáueza  una  cossa  ó 
joya  Tüfestva  que  uos  dierades  pues  aquel  dja  salen  con  la 
Reyna  todas* las  que  en  est^oassa  nos  encerramos  do^de-uién» 
dome  oonoosreis  que  ño  soy  mas  fea  de  lo  que  al  principio  os 
dije .  ni  tengo  falta  encubierta  mas  de  la  que  en  «1  trato  de 
mi  persona  aueis  uista  el  le  tomo  las  manos  y  se  las  besó 
agradeciéndole  ella  que  asta  lo  concertado  no  podía  mas  ha» 
blalle  y  él  le  diese  la  joya  y  que  la  noche  del  dia  que  la  oo-*, 
nosciese  ló  esperaría  á  la  ora  que  sdia  para  uer  si  le  auia  des* 
conteotadpf.  tornaron  á  abrazarse  de  nnebo,  y  el  no  ballán*^ 
dose  con  joya  ninguna  le  dio  una  cinta  de  las .  calsas^  que 
aeasso  de  color  encarnado  Ueuaua  y  ella  la  tomó  y  le  dijo  que 
mirase  los  tocados  de  todas. 'y  ueria  so*  cinta  hecha  una  rosa 
en  su  cauesa  y  con  esto  se  salió  el  y  ella  se  fue  á  su  cámara 
.  algo  suspansa  aun  que  ya  determinada  á  declararse  por  que 
estaña  confiada  que  pues  qne  asta  alK  á  naide  auia  dicho  de 
sus  amores  menos  lo  diria  de  alli  adelante ,  el  salió  también 
regoioijadissinio  pareeiendole  que  presto  sabria  su  negocio  que 
tantos  dias  auia  deseado  y  ansi  de  ay  á  su  posada  dando  quen- 
ta  a  BU  amigo  fueron  tratando  del  negocio  siempre  ymaginado 
ai  era  una  aefiora  de  titule  «inda  y  moza  por  que  doncella  ya 
el  sania  que  no  lo  era  y  á  lo  que  Juan  Rodríguez  dijo  en  el 
tanto  y  cuerpo  ¿inguna  lo  pacecia  queansina  lo  pudiessO'Smr 
y  conteste  deseo  pasaron  asta  el  propio  dia  de  San^Pedro  que 
aun  qíie  no  tardó  más  que  ocho  dias  le  parecieron  aellos  lai^ 
tiempo  en  el  qual  siendo  ya  la  ora  que  el  Rey  y  la  Reyna  auiaii 
de  salir  Juan  Rodríguez  y  su  amigo  estañan  á  la  puerta  üe  un 
oorredor  parlando  y  los  ojos  atentos  a  las  damas  y  ansi  fue 
passando  el  Rey  y  la  Reyna  la  cual  sobre  la  frente  en  un  to* 
cado  que  de  muchas  perlas. llenaba  iba  la  cinta  encarnada  he- 
cha una  muy  prima  y  hermosa  lasada  yua  ya  passando  dallos 
Segunda  serie.^ToHO  IL    *  4 

/Google 


Digitized  by  ^ 


a6  '  BBT18TA 

por  que  como  el  pensámieiito  lo  teoiaú  solo,  en  las  áamm  oa 
ellas  ocnpauan  la  uista  pero  el  amigo  de  Joan  Rodrigues talüó 
loa  ojoi  y  uio  la  ciala  eo  la  frente  de  la  Reitía  y  dijo^,  Jtt^a 
Rodríguez, -la  rejoa  tan  turbada  del  nueuo  y  no  pensado  cas* 
ao  que  ella  lo  entendió  ooraio  iba  coü  (cuidado  y  aun  todos  lo 
entendieran  si  tubierao  alguna  lumbre  del  casso,  ella  passo  á 
so  asiento  sin  mirar  á  ninguno  dcllos  y  ellds  se  fueron  a  ade-^ 
resar  que  auian  de  salir  al  torneo  en  el  qoal  quiso  salir  Juan 
Rodríguez  manifestando  su  contento  y  ansi  salió  loa  padrinos 
y  pajes  y  alambor  y  aderezos  de  su' persona  de  brocado  car-* 
mesi  descubierto  y  en  el  torneo  puesto  que  el  era  siempre  de 
k»  que  mejor  parecían  «n  tales  exercicios  y  a  quien  mas  pref- 
inios se  daaan  andubo  tal  y  tan  abenVajado  de  todos  aquel  dia 
que  dio  contento  asta  al  mismo  Rey.  acauado  el  torneo  uino 
eomo  es  usso  al  sarao  en  el  qual  la  Reyna  jamas  tubo  alegre 
«semblante  de  lo  qual  fueron  el  y  su  amigo  tratando  yendosae 
asn  cassa  después  de  acaúado  el  sarao  paredendoles  que  le  de- 
ttia  de  pesar  por  «uerse  descubierto  y  ansi  aderezaron  como 
aoltao  y  a  las  dos  el  hizo  la  seña  a  la  puerta  la  cual  como 
síeropre  fue  luego  abierta  y  aun  noestaoa  bien  dentro  qnaiH- 
,  doia  ooz  que  le  bablaua  y  el  b'ien  conocía  is  dijo  Ja  reyna  as- 
ta aqui  Joan  Rodríguez,  mostrando  con  el  tono  no  aquella 
MaiMluita  que  solía  el  sé  inco  de  rodillas  y  queriendo  le  pedir 
las  tnasaos  ella  le  atajo  y  le  dijo ,  por  que  ni  aun  ^de  oír  mía 
palabras  sois  mevecedor  aun  que  por  mi  voluntad  ayais  me^ 
recido  tanto  ot  mamlo  que  luego  os  leuanleis  y  aalgaia  de 
aquí  y  loegv  pm*  la  mañana,  os  aderecéis  y  partáis  de  la  G>rte 
sin  que  aella  bolvais  y  como  reina  'Os  juro  qne  nor-vra.  falsé<»- 
dad  de  aueraie descubietto  a  esse  vra  amigólo  menos  qne 
merecéis  es  la  muerte  pero  quiero  os  dejar  la  uida  para  que 
COI»  élU  sintáis  el  daño  que  por  no  bacer  lo  que  os  mande  j 
como  cauallefo  erades  obligado  os  a  üenido  y  no  bagáis  otra 
cossa  por  que  la  razón  de  mí  iría  os  castigara  notablemente  y 
querría  aates  easos  oaawUos  que  míos  tenéis  y  tirad  essaipuerüa 
atrás  ^  y  diciendo*  esto  baio  por  la  escalera  sin  mas  oylle  una 
palabra,  quedo  el  penado  caballero  tal  como  puede  imaginar 
et  que  a  recibido  algún  pequeño  disfauor  queriendo  como  se 
a  dft  querer  p  estuvo  allí  caasí  dos  oras  tan  suapenso  c^ue  no  aa* 

Digitized  by  VjjOOQIC 


D«    MAMID.  %^ 

Qia  desi  que  hacer  y  ál  fio  uiendo  qae  la  Rrjma  ni  o|ra  per- 
sona alguna  bolnia  y  la  mañana  se  acercana  salió  asa  amigo 
el  cual  le  estaua  esperando  con  todo  el  regocijo  del  mundo 
pues  por  los  amores  esperaua  auer  todo  lo  qu€  deseaua  al  qual 
'  llego  tan  mortal  que  aun  hablar  no  le  podo  por  que  aunque 
antes  el  amor  nodeuia  ser  en  estremo  la  calidad  de  la  cossa 
amada  le  deuio  de  poner  en  el  j  luego  el  uerse  prinado  de  tal 
gloria  deuio  subir  al  mayor  de  los  esiremos  j  assi  arrancando 
muchos  suspiros  y  dándose  assi  la  culpa  \yot  no  auer  dicho 
desde  la  primera  ora  aso  dama. como  auia  mqsttado  la  carta 
asu  amigo. al  qual  contó  lo  que  auia  passado  y  no  osando  exi- 
ceder  el  mandato  que  le  auia  puesto  y  su  amigo  no  queriendo 
quedar  en  la  G>rte  foerou  de  parecer  pasado  aquel  dia  que  se 
fuesen  a  Italia  o  Francia  y  gastasen  alga n  tiem|)0  por  aUa  que 
como  el  cora  las  cosas  y  consumé  las  de  mas  |)erpetu¡dad  gas— 
taris  la  colera  de  una  moger  y  ansi  acordaron  tanbien  cum- 
plir el  quemar  lo  qoe  tenia  suyo  por  que  su  ira  mas  libre^ 
mente  se,  aplacasse  con  .su  obediencia  y  otra  noche  siguiente 
hizo  traer  cantidad  de  leña  al.  terrero  cop  no  poca  admiración 
de  las  damas  y  galanes  que  lo  mirauan  por  que  sauiendo  que 
era  por  orden  de  Juan  Rodrigues  imsginauan  que  era  algnn 
admirable  donaire  ó  cossa  de  algún  gran  fundamento  y  ansi 
le  agoard<^  muclia  gente  asta  la  ora  que  uíno  con  una  bigue- 
la  eé  las  manos  y  aaiendo  primero  mandado  encender  el  fuego 
puesto  como  una  pirámide  ano  alia  arrojo  dentro  las  joyas 
que  le  auia  dado  ecibuelfas  en  un  |)añuelo  pero  al  caer  todos 
las  vieron  por  que  se  descojio  'el  lienzo  y  se  vido  que  lo  que 
iba  dentro  eran  joyas  y  monedas  de  oro,  luego  se  inoó  de  ro- 
«díHas  y  con  un  semblante  iristissimó  sin  mirar  a  ninguno  de 
los  que  le  lúirauan  se  quitA  los  botones  del  jubón  y  de  junto 
•1  pecho  debojo  de  la  camissa  saco  un  relictfrió  que  con  una 
cadena  traya  pl  euetlo  y  del  unos  cauellos  que  eran  los  que  su 
dama  le  aoiá  dado- y  feniendolos  un  pico  en  las  manos  que 
lodos  utessen  lo  que  era  los  echo  en  el  fuego  eon  los  mayores 
sollozos  y  lagrimas  que  escrinirse  puede  y  con  ellos  se  leuanto 
tomando  Itf  biguela  y  eon  d  estremo  que  el  tenia  th  tañer  y 
cantar  canto  esta  copla. 

Ardan  mis  tristes  membranzas 


Digitized  by 


Google 


it  RBTI8TA 

como,  yo  ardo  por  ellas 

pues  ^rdi  las  MperaDzas 

piérdase  el  placer  con  ellas. 

Por  que  no  hayan  con  qoiea 
f       parle  solo  triste  y  tal 

memoria  de  ningún  bien 
'  *     en  tiempo  de  tanto  mah 

Y  acauada  de  cantar  la  copla  dio  con  la  biguela  en  A  fuego  y 
dixo  en  alta  voz  que  todos  le  oyeron. 

riiejor  fuera 

que  el  cuerpo  así  feneciera. 

y  boluiendo  las  espaldas  se  fue  a  su  posada  donde  ya  su  amigo 
aderezado  para  la  partida  lo  aguardaua  y  llegado  le  dijo ,  par^ 
«tamos  no  llegue  la  luz  al  que  de  ^la  no  es  digno,  el  amigo 
mouido  de  lastima  del  como  nido  le  aosi  auieodole  lastima  mas 
que  de  si  propio  le  dijo,  pues  la  pena  Señor  Juan  Rodrigues  os 
tiene  tan  afligido  que  os  fuerza  a  buestro  buen  entendimiento 
para  considerar  que  no  puede  ser  tan  dificultoso  el  bolver  á  la 
gracia  de  vra.  dama  como  fue  el  disponerse  ella  a  hacer  lo 
que  hizo  y  mas  en  querer  se  manifestar  por  lo  que  a  vra  ser- 
uicio  y  amistad  debo  aun  que  entiendo  que  és  abibar  el  *dolor 
no  puedo  dejárosle  decir  mi  parecer  y  es  que  antes  que  par*- 
tiessemos  le  escriniesedes  una  carta  que  si  el  amor  no  se 
a  buelto  enteramente  en  odio  como  en  ellas  es  natural  bastara 
la  enmienda  de  lo  que  esta  noche  os  uio  hacer  para  ablandar 
no  solo  un  pecho  de  diamante  mas  prouocar  a  demencia  .una- 
figura  que  fuese  toda  hecha  del  y  esta  noche  escriuidla  uot 
que  yo  iré  en  la  ma&ana  y  se  la  daré  como  memorial  que 
uien  saueis  entenderá  cuya  es  y  lo  <|ue  aqui  se  ariesga  no  es 
tan  de  perdida  que  no  sea  en  comparación  innumerable  la  ga- 
nancia pues  sera  posible  que  la  reciña  y  os  mande  uoluer  a  sa 
seruicio  y  quando  tenga  la  fiereza  de  tigre  solo  se  auentura  mi 
nida  la  qual  llenara  juntamente  el  castigo  que  mi  descuido 
merece,  el  le  porfió  que  no  se  pusiese  en  aquello  por  que  sa- 
nia que  la  Reyna  era  tan  severa  que  auia  de  ser  de  poco  fruto 


Digitized  by 


Google 


M  KAMlé.  19 

SU  idea. nías  al  fin  no  podiendo  con  el  acanar  otra  cosa  tomo 
tinta  y  papel  y  le,  escriuio  ésta  carta  cuyo  fin  es  aquella  copla 
tan  celebrada  que  dice. — - 

Desgradecida  cruel 

•donde  ingratitud  esta 

oye  las  quejas  de  aquel  ^     . 

que  nunca  mas  te  uera 

ni  tu  ñeras  mas  aél 

Puesto  que  determinado 

tenia  de  no  hablarte 

no  sufre  mi  fee  y  cuidado 

que  ño  haya  de  anisarte  * 

quan  mal  galardón  me  has  dado. 

Hasta  en  las  brauas  serpientes  ^ 

ay  algún  conocimiento 
mas  enti  ninguno  siento 
pues  quieres  males  presentes 
por  causarme  ami  tormenta 

Yo  bien  se  que  00  te  duele 
mi  ausencia  ni  mi  .dolor 
mas  tu  pierdes  tu  balor 
•  por  que  aun  de  los  bajos  suele 
sacar  grandezas  amor 

De  nada  me  leuantaste 

y  tu  ser  me  engrandeció  - 

para  que  me  condenaste  9  . 

por  que  si  el  cuerpo  peco 

el  alma  no  es  justo  laste 

Y'  aun  cuerpo  glorificado  . 
como  el  mio.^*. 
caer  de  tan  alto  estado        * 
culpa  es  de  quien  lo  a  causado 
.  -^s  :o  culpa  da  mi  fise.  ' 


Digitized  by 


Google 


^  3o 

Seras  óe  machos  Querida 
j  de  todos  deseada  I 
y  aun  .que  seas  obedecida 
podras  ser  mejor  seruida 
pero  no  también  amada 

Uiue  leda  si  podras 
*     y  no  penes  atendiendo 
que  según  peno  pattiendo 
ya  no  esperes  que  jamas 
te  uere  ni  me  ueras. 

T  escrito  esto  se  partio/á  esperar  a  su  amigo  seis  leguas  de  la 
corte  el  qttal  se  quedo  en  la  .posada  y  a  la  ora  que  la  Reyna 
fue  a  missa  entre  los  que  con  memoriales  la  aguardauan  coa 
la  rodilla  en  el  suelo  le  poso  el  pa|)el  en  la  mano  la  qual  co- 
nociendo al  que  se  lo  daua  dijo,  ya  esta  esso  proueydo,  con 
uoz  alterada  y  el  rostro  saftudo  con  esta  respuesta  se  fue  don- 
de Juan  Rodriguen  lo  esperaua  al  qual  no  se  le  bizo  nuebo 
por  que  no  la  esperaua  m^r  y  de  alli  se  fueron  la  buelta  de 
Francia  y  Juan  Rodríguez  tan  triste  que  ninguna  cossa  era 
parte  de  *uer  que  su  amigo  Le  decía  para  que  desechasse  el  pe-^ 
*  Doso  pensamiento  que  le  atorméntaua  (i)  y  desta  manera  fue* 

(1)  En  ctte  tiempo,  al  pirceer ,  ¿M6  McriUr  Rail  M  Piaron  Ui  coplac 
litrto  nngiat«r««,  sn  q«e  m  Saga  r*bi<MOy  j  «n  qiui  como  «n  •trai  machaf  ¿m 
«os  eompMÍcioa«s  m  deja  traslucir  la  necefidad  en  qne  te  Kallaba'  de  callar.nf 
malcfl  y  de  no  rerefar  la  eanaá  de  ellos.  Ettai  eop lai  le  hallan  en  et  can- 
cionero de  Sevilla :  Tdanie  algunas  de  ellai  en  prueba  de  le  que  queda  dicho. 

Si  70  rabio  por  amaví 

ecto  no  sabrán  de  mí , 

que  del  todo^  enmudecí  I 

que  no  sd  sino  ladraK 

Ham  ham,  huid  que  table  fte. 
T  conduje 

Ito  cesando  devrabiar 

no  digo  si  por  amores 

ao  valen  saludadores 

ni  las  hondas.de  la  oiaf. 

Ham  ham  |  huid  que  raláa 

pves  ño  cumple  declarar 

la  causa  de  Ul  afravio 

el  «emedia  es  «1  «tUar. 


Digitized  by 


Google 


3i 

ron  asta  París  donde  a  la  sazón  estaña  la  corte  con  los  entre- 
tenimientos de  la  q'ual  y  la  ausencia  fne  |k>co  apoco  desechan- 
do  los  pesares  j  entrando  en  regocijo  con  los  caualleros  cor- 
tesanos de  los  coates  era  muy  amado  y  de  las  damas  tan  fa«- 
uorecido  que  se  ibah  resfriando  con  los  nuebos  los  uiejos  y 
amorosos  cuidados  princ^Imente  qne  la  reyna  que  muy  mo- 
za y  hermosa  e¥a  (i)  ooroenao  a  poder  los  ojos  en  el  y  fauore-* 
cello  de  manera  que  los  amores  uinieron  a  ser  entendidos  pa- 
sando en  ellos  cosas  notables  de  manera  que  niño  a  estar  pre- 
ñada y  sentirse  por  la  ausencia  que  el  Rey  tenia  de  la  corte 
en  las  guerras  y  ael  le  fue  forzoso  el  salirse  della  donde  antes 
de  llegar  a  Cales,  yva*la  bueha  de  fngalaterra ,  fue  muerto 
por  unotf  canalleros  franceses  y  por  esto  dice  García  Sanchas 
sobre  la  segunda  copla  de  los  penados  en  su  infierno  donde  lé  • 
da  el  primer  lugar  de  buen  amado^r 

amor  por  que  me  persigues 
no  basta  ser  desterrado  . 

aun  el  alcance  me  sigues  ?  -^  (a). 

P.  J.  PinÁL. 


.jfl)  EtU  reina  éMm  ler,  i  lo  que  ptrece,  Jlf<r/4^  Jnjou^  mujer  de  Car* 
los  Tllf  el  amante  de  la  hermosa  j  célebre  ine»  Sorel:  aaaqiie'esta  reina 
rivia  en.medlo  de  «na  corte  liceiioiota  y  al  lado  de  nn  aurido  y  que  tenia  ea 
otra  parte  tiu  amores ,  ta  liistpria  no  la  atribaje  nada  qne  parda  aatoriaamos 
á  traer  jos  reUcionea  eon  el  trovador  espaftol,  ni  qoe  la  aiemeje  á  sa  infa- 
mada antecesora  la  tea  vituperada  Isabel  de  Bebiera. 

(S)  He  aqafel  pase^je  del  infierno  dé  Jmor  de  Garci  Saacbec  da  Badaja^ 
qw  il  na  da  el  prinaer  li^ar  de  buen  amador  á  Hodrigves  dei  Padrón ,  por- 
qna  cata  conrwpondia  da  jasticia  á  MmcUu  ,  le  da  el  secado. 

Vi  tambieS  i  Juan  Rodrigues 
det  Pddroiráétit  penando  j 

¿amor  porqué  noe  partignoi  \\ 

no  basta  ser^deaterrado,  | 

ann  al  alcance  ma  aígneat  ¡ 

Eata  eaUba  na  poco  atraa  ¡ 

paro  no  maebo  ooná^  i 

da  M^eUs  padeciendo  I 

sa  misma  canción  diciendo  | 

tité  leda  ai  podraa 
f  aa  p^na»  j|)a«diaad^ 


Digitized  by  VjjOOQIC 


-^       1 


3»     '  «STMTA' 


^¿oá    ^ÓH&f 


n. 


N. 


lo  es  ciertameoie  naettro  ánimo  en  estos  apnnles  el  escribir 
una  historia  detallada,. una  crónica  minuciosa  y  completa  d^ 
las  Cortes  de  1837.  Ademas  de  ser  cansado  y  poco  üiil  ese 
proposito ,  dilataría  considerablemente  la  publicación  de  estos 
artículos ,  que ,  en  las  circunstancias  en  que  otra  vez  nos  en- 
contramos ,  qui2á  no  carecen  de  conveniencia  ni  de  oportuni— 
diíd.  Porque  cuando  acaba  de  haber  una  segunda  disolución, 
cuando  nuevamente  van  ¿  convocarse  los  colegios  para  pro* 
nunciar  en  el  gran  pleito  que  conmueve  nuestra  España,  ciían- 
do  los  representantes  de  1837  y  los  de  1889  van  á  concurrir  en 
competencia  ante  la  opinión  pública,  ofreciéndole  sus  servi- 
'  cios,  y  llamándola  bajo  sus  banderas;  Conveniente  y  oportuno 
es  que  esos  servicios  sean  justamente  apreciados,  y, que  se  exa^ 
mine  con  detención  lo  que  bajo  de  esas  banderas  se  encubre^' 
lo  que  real  y  efectivamente  marcha  en  sn  seguimiento* 

Tal  es  la  intención  que  nos  anima  en  este  ligero  Irabajoi 
y  que  creemos  haber  desempeñado  con  imparcialidad  en  nues- 
tro primer  artículo.  No  hemos  disfrazado  ningunos  hechos, 
no  hemos  disimulado  nuestras  faltas,  no.heqios  recargjudo  ,  á 
nuestro  entender,  la  pintura  de  ló6  contrarios  errores.  Tal  ves 
ningún  partido  ha  quedado  satisfecho  de  nosotros;  pero  quizá 
todos  ellos  han  reconocido  en  su  interior  que  no  los  calum- 
niamos ;  quizá  todos  ellos  rinden  un  forzado  homenage  á  la 
verdad  de  nuestras  esplicgciones*— Por, l6  demás,  no  es  de 
ningún  modo  nuestra  idea»  y  debemos  declararlo  espresamen- 


Digitized  by 


Google 


DK  JUDBWW  .   33 

to>(i»n|ué  álgidos  fatn  creído  divisarla ,  el  rmfgar  en  eate  ea» 
critO'ife  las  doctr¡Da8<}ue  basta  ahora  .habíamos sustentado,  ni 
el  caminar-  aisladps  y  solos ,  protestando  contra  todas  las  creen^ 
cíaSf'v  afeetando  una.uentralídad  que  no  leñemos «  y  qae  uo 
juisgamoB  ni  patriótica  ni  conveniente.  En  los  momentos  en  que 
asi  se  agitan  los  negocios  públicos;  bajo  los  sistemas  en  qne 
la  o|Mn¡on  ejerce  tan  poderosa  autoridad;  cuando  los  cindada- 
nos  todos  Se  Imllan  comprometidos  por  un  santd'deber  á  prcH 
Runciár  su-  voto,  y  concurrir  con  sus  esfuerzos  para  la  salva- 
ción del  Estado;  seria  ridiculo  y  vituperable  un  aislamiento 
•soáptíeo,  ya  que  no  egoísta » que  noa  retrajese  de  unir  núes-* 
trapalfibra  con. otras  palabras,  con  otras  volontadea  nuestra 
vohmtad.  Nada  puede  un  hombre  solo  en  medio  del  vértigo  d^. 
la  poliiica';  y  deraqui  la  precisión  de  los  partidos,  legilimo  re- 
saltado de  la. libertad  y  de  las  discusiones.  F'uerza  es»  pues ,  y 
necesidad  el  agruparse  en  ello8«  sacrificando  pequeñas  disi-^ 
denctas,  acallando  pequeñas  pretensiones,  subordinando  mu- 
chas va0^  la. propia  opinión,  que  nada  podría  sola  y  abando^ 
nada',  á  otras  opiniones  que  se  le  acerquen  y  le  sean  semejan-» 
tes ,  y  en  las  que  se  advierta  resistencia  para  la  luclvk  y  poder 
]iam  la  daminacion. 

Mas'  esia  necesidad  que  declaramos,  no  puede  llegar  hasta' 
tal  punto  qne  corra  un  velo  4elaitte  de  nuestros  ojos ,  y  noa 
itnpidb  mirar  lo  que  se  presenta  claro  é  indudable.  Puédese  no 
desertar  de  nn  partido,  y  juagar  basta  severamente  sus  actose 
puédese  permanecer  en  sutf  doctrinas,  y  no  apr,olMir  en  cier-- 
tasieircunstancias  su  conrfaetaa  He  aquí  lo  que  nos  ha  sucedi-^ 
do  frecuentemeate,  lo  que  hemos  practicado  ya  por  ínas  de 
una  vez  en  nuestras  escritos,  lo  que  acabamos  de  hacer  en  laa 
Mtimas' palabras  del  capitulo  anterior,  al  referir  la  formación 
dri  MffHÍistttrie de  diciembre.  ¿Es  tan  difícil^  por  ventura ,  co-* 
noeer  los  yerros  de  nuestros  amigos,  y  aunque  sean  los  nu0s- 
tj*tNÍpropios,q9é  no  podamos  ser  razonables  a  imparciales  en 
nuestros  juicios,  porque  tengamos  doctrinas  fij^s,  y  noaglo— 
minos  de  pertenecer  á  la  conMinion  moderada?. 

.  Entremos 9  pues,  nuevamente  en  la  recordacioii,  de  aqn^ 
Ib  época,  y  continnemoa  sin  difióultad  la  narración  de  los  he* 
ches^que. la  llenaron.  , 

Segunda  série.^^Touo  II.    ^  5 


Digitized  by 


Google 


34  «BTUTA 

Estaba  organizado  el  Gobierno:  otaba  reaKcada  la  prime- 
ra obra  de  las  Cortes.  Las  Mayorías  del  G>iigreso  y  del  Senado^ 
le  aceptaban  unifonnedEiente.  Quedaba  solo  por  ver  el  aspeclo 
de  las  Minorías,  y  su  conduela  respecto  i  los  gobernantes. 

•  Cuando  un  ministerio  regularmente  estableculo  abre  en 
tiem{)Os  comunes  las  legislaturas  de  una  asamblea  política, 
tócalo  por  lo  gtencral  á  él  la  iniciativa  de  lascuesiiooes  que  han 
de  ventilarse.  El  es  el  que  presenta  los  proyectos  de  ley»  que 
de  atrás  liene  preparados:  él  es  el  que  loa  anuncia  en  el  dís* 
curso  de  la  Corona-,  y  quien  fija  así  el  campo  y  loa  límites  del 
debate.  Aunr  cuando  la  0|>o^cton  quiera  desbordar  deeaecaifr* 
po  y  de  esos  límites,  aun  cuando  pugne  [lor  llevar  la  pelea  á 
otix>8  puntóte  de  la  administración ,  ella  al -cabo  recaerá,  siem** 
pre sobre  actos  que  haya  ejecutado  el  Gobierno,  y  de  los  cua*-* 
les  pueda  atribuírsele  al  mismo  la  culpa  ó  la  responsabilidad: 
también  esto  es  una  especie  de  iniciativa. 
-  Perp  en  fines  ^e  1 887  ni  sucedía ,  ni  podia  suceder  de  esd 
modo.  El  ministerio  del  Sr.  Ofalia  no  tenia  irabajol  que  pre^ 
sentar  á  las  Cortes ,  no  tenia  actos  que  ofrecer  á  stt  eximen, 
IHies  que  oacia  en  el  momento  de  aparecer  ante  ellas.  Así,  la 
iniciativa  ministerial  era  imposible,  é  ¡base  á  caer  sin  rem^* 
dio  en  una  situación  altamente  peligrosa:  tal  es  en  nuestro 
concepto  la  de  unas  Cámartfs  desocupadas,  y  la  de  una  inicia- 
tiva de  la  joposicioti.  Aiiádasé  que  esta  oposición  no  lo  era  ni 
gobernativa,  ni  administrativa,  ni  rentística,  sino  política  j 
personal ,  cómo  lo  son  en  aus  .principios  todoa  los  partidos;  y 
se  concebirá  cnanto  riesgo  se  corria  de  emprender  un  camino 
desagradable  y  tortndsd  para  toda  la  marcha  de  las  Cortes. 

X  ei0  fue  lo  que  suoisdii.  La  opeeicioo  se  laoz¿  oontra  el 
Ministerio  con  un  encarnizamiento  singular:  á  falta  de  acloa 
sobre  que  ejercer  su  critica,  calumnió  atrozmcnle  ana  inieo-^ 
dones:  á  falla  de  proyectos  que  combatir  «desenterró  para  de^ 
figurarlos,  para  exagerarlos,  para  hacerlos  objeto  de  au  ira* 
los  antevientes  del  Gefe  del  Ministerio. 

No  diremos  nosotros  que  la  «vida  pública  de  los  hombrea- 
deba  conservarse  bajo  la  mism^  protección  que  su  vida  priva- 
da: no  negaremos  en  general  qíie  sea  licito  el  examen  de  los- 
antecedentes,  ni  pretenderemos  que  traspasa, on  diputado  sa 


Digitized  by 


Google 


I»  «ADRIB.  35 

derécbo  euaiido  examina  los  del  ministro  qne  viene  á  sentarse 
en^la  asamblea;  fero  dilremoB,  si,  que  este  derecho  es  suma-" 
mente  delicado  y  peligroso;  que  es  heoesario  usar  de  él  con 
muóha  discreción  y  n^ucha  justicia,;  y  que^el  diputado  que  al' 
ejercerlo  quebranta  los  límites  que  le  imponen  sus  deberes»' 
poede  caer  con  mucha  facilidad  en  otra  categoría  que  la  qo« 
señala  su  respetable  nombre*  No  todo  es  derecho,  no  todo  es 
facultad  de  parte  de  los  individoos  de  una  Cámara:  también 
ellos  contribuyen  á  la  gobernación »  y  se  degradan  cuando  ab» 
dican  este  carácte|^ 

•Hemos  desaprobado  en  nuestro  anterior  artículo  el  nom- 
bramiento del  Sr.  Ginde  de  Ofalia  para  la  presidencia  del  Con» 
aejo;  pero  tenemos  por  mucho  mas  dignos.de  censura  los  tér«- 
mioos'coií  que  la  Oposición  Tino  á  combatirle.  No.  parecía  sina 
c^e  nos  hallábamos  al  frente  de  un  nuevo  Polignac;  no  pere- 
cía sino  qué  estábamos  amenazados  de  un  trastorno  contra  la 
Constitución.  Ahora  bien:  esto  era  ridiculo  en  su  fondo ^  y  cá«* 
st  tocaba  á  faccioso  en  Ta  forma  que  $e  le  daba«  Comparar  al 
hombre  moderado  de  España ,  que  sacrificaba  sa  bienestar  Í 
nna  idea  errónea  pero  generosa^  con  el  hombre  de  Ia'coníra^> 
revoliicipn  francesa,  con  el  gefe  activo  del  partido  teocrático 
y  absolutista,  que  preparó  las  ordenanaas  o  decretos  de  julio; 
era  ,*  repetimos ,  un  al^urdb  y  una  injoslícNi ,  para  ló  coáí  no 
tenia  raion  ni  derecho  ninguna  opfsicion  det  mundo.  Ni  era 
menos  absurdo  comparar  las  circonstanctas  de  iSS^  con)  las 
de  td36,  la  Constitución  éspahola  con  la  Carta  de  Luis  XVlII, 
la  Monarquía  de  Isabel  II  con  la  de  Carlos  X.'  Y  esto-  no  po* 
día  ocultarse  a  los  qiie  hacían' la  comparación ;  y  cuando  sus 
Úbios  [líonunciaban  aquellas  tronantes  espresíones,  sii  con- 
ciencia les  debia  decir  sin  duda  que'  faltaban  á  la  verdad  /  y 
qne  faltaban  á  sus  deberes.  Porque  también,  repetimos,  hay 
deberes  para  la  oposición ,  y  también  alcanza  i  ella  la  ley 
universal  de  la  verdad  y  de  la  justicia. 

Pues  estn  ley  creemos  nosotros  que  quebrantó  la  de  nues- 
tra Cámara ,  cuando  al  parecer  el  Ministerio  de  diciembí^  le 
declaró  una  guerra  tan  violenta  é  implacable.  Natural  era,  le 
concederemos,  que  se  hubiese  alarmado  con  los  nombrántíen* 
tes  de «4001106  ministros,  si  en  la  verdad  dé  su  interior  no  hé 


Digitized  by 


Google 


36  HKVMTA 

creía  á  propósito  fiera  >e\  grave  eacfirgo  que  aceptaban:  nata'— 
pal  era  que  se  hubiese  px^eparado  á  fiscalizar  sus  acciooes,  ya 
disoutír  sus  proyectos,  hasta  si  se  quiere  con  preveobion  y 
hostilidad;  pero,  eo  este  pujQlo  concluia  su  derecho,  su  acción 
lejitima  y  •provechosa.,  y  de  ese  {tanto  no  debió'  nunca  haber 
pasado.  Acometer  al  Ministerio  antes  de  que  ot^rase  fué  ua 
desacuerdo  si  lo  hizo  de  buena  íe'y  si  lo  hizo  coH  dañada  i n-^ 
tención ,  merecerá  segurarnente  nombre  mas' duro  y  mas  enér* 
jicb.  El  hecho  es,  de  todos  modos,  que  se  lanzó  al  Cpngreso 
en  la  mala  via,  y  que  en  tez  de  procurarse  el  gobierno  y  lá 
felicidad  déla  Nación,  se  imposibilitó  aquel ,  y  se  arrojó  úue* 
vamente  á  los  vientos  itoda  esperanza  de  la  segunda. 

Pudo  a |)reciar<en toncos  el  pueblo  español  lo  que  significa* 
ban  ciertas  palabras,  y  la  iconfiauEa  que  liierecian  algunas 
protestas.  Al  mismo  tiempo  <|ue  se  proclamaban  acabados  loa 
antiguas  partidos,  f>or  la  ado^icíon  de  la  nueva  ley  política, 
una  etpepieoota  irrecusable  descubría  claramente  el  valor  de 
taleí  espresiones.  El  alto  ejemplo  de  .intolerancia  usado  coa  el 
Ministerio,  acreditó  que  eran  mentidas  aquellas  .promesas,  y 
que  solo  se  perdonaría  á  los  partidos  y  á  los  hombres ,  cuando 
abandonaran  los  negocios  públicos ,  ó  se  sometieran  en  ellos  á 
la  voluntad  y  á  la  dirección  de  determinadas  personas.  Estaba 
visto  ya  que  en  otro  caso  no  habria  discusión  sino  gueara;  y. 
«o  ciertamante  guerra. por  lo  que  ahora  se  pensase  y  se  hiele* 
9e«  la  cual  podcia  ser  justa  y  aun  neeesariá,  sino  guerra  por 
(od^i lo» hechos  pasados,, por  todas  Jas  desavenencias,. por  to- 
das las  dpinv:>iies ,  por  todos  los  errores  ¿  los  acierras  de  toda 
ia  vtda^  por  todas  las  suposiciones  también  y  las  calumnias 
que  hubiesen  producido  la  ignorancia  y  la  maldad.  En  un 
pais  que  lleVa1>a  treinta  anos  de  revolución ,  que  había  /expe- 
rimentado en  ella  lodosios  sistenjas  posibles  de  gobierno^  que 
habift  pasado  por  las  mas  numerosas  y  estraordinacías  reaccio- 
nes, este  propósito  de  recordarlo  todo  y  de  volver  á  guerrear 
sobre  todo,  pareció  justamente  á  la  Oposición  feliz,  patrióti- 
c(^.,  admirable!  Asi ,  en  vez  de  ocuparnos  en  los  negocios  pú- 
blícos^  nos  octt{)amps  en  cuestiones  personales,  en  querellas 
mezquifias  de  amor  propio,  en  desacreditarnos  y  jierdernos  re- 
cíprocamente* La  Nación  sufria,  y  nosotros  gozábamos  devo- 


Digitized  by 


Google 


ri¡Ddonos....«  Pero' sépase  queque  la  Oposición  la  que  nó»  lan- 
zó en  este  camino  y  sépse  que  mya  fué  la  iniciaiiva,  y  ya  que 
ella  lo  quiso ,  caiga  sobre  eHa  la  responsabilidad. 


Tenia  la  0|M)s¡c¡on  para  este  propósito  nn  instrnmento  so^ 
bremanera  acomodado  ;  tal  fué  el'  de  las  interpelaciones.  La 
interpelación  babia  principiado  entre  nosotros  desde  i834*  E^ 
Miniftierio  det  Sr.  Martinez  de  la  Hosa  la  habia  completamente 
lejitimado  en>  su  mas  absolota  estension.  Cootesitando  á  cnan* 
tas  se  le  hicieron ,  y  en-  el  instalóte  mismo'  en  qae  se  le  hicie- 
ron, habia  autorizado  lar  idea  de  qae  esa  discusión  fr&nca,  va- 
ga, caprichos»,  que  se  llama  conversación  en  Inglaterra «  qtie 
como  eti  Fraiicia  hemos  llamado  nosotros  interpelaciones ,  era 
esencial  y  necesaria  de  tal  modo  ál  gobierno  representativo, 
que  bastaba  eV arbitrio  de  uno  S9I0  que  la  quisiese,  para  for-^ 
^r  al  Ministerio  á  venir  á  ella ,  y  sujetar  á  la  asamblea  é  oir-. 
la ,  cualquier»  que  rue3e  su  ini#rés  ó  su  Voluntad. 

No  es  la  obca  de  estas  apuntacipnes  el  discutir  las  teorías 
de  gobierno  y  de  discusión  que  se  deben  adoptar  en  los  c^ei*- 
pos  deliberantes-;  ni  ¿onviene  por  lo  mismo  examinar  ahora  si 
es  mas  proiik  y  razonable  la  doctrina  que  acabamos  de  indi- 
car, que  la  que  se  sigue  en  Francia  ,  por  ejemplo ,  después  ¿e 
la  revolución  de  Julio,  donde  la  Cámara  tiene  el  derecho  de 
'autorizar  las  interpelaciones,  y  ningún  diputado  puede  comen- 
zarlas como  ella,  la  Cámara,  no  lo  consienta.  No  pretendere- 
mos que  se  prefiera  el  sistema  francés  en  este  punto,  y  conce- 
deremos también  que  su  práctica  ofrece  dificultades  que  po- 
drían agravarse  en  ocasiones,  y  concluir  inutilizando  el  dere- 
cho dt  interpelación.  Pero  diremos  asimismo  que  la  práctica 
española  la»  ofrece  no  menos  graves  por  el  lado  opuesto ,  y 
que  al  igvral  de  todos  los  derechos  sin  límite,  se  presenta*  tan 
fácil  al  abuso  cual  lo  vimos  en  las  lejislaturas  de  1887  y  i838. 

Para  estos  derechos  que  se  creen  útiles  en  toda  su  latitud, 
(|oe  la  delicadeza  y  el  temor  de  una  opresión  injusta  vedan  li- 
mitar, hay  sin  embargo  un  línríte  en  las  sociedades  tiumanas, 
que  es>el  déla  razón  y  la  prudencia.  No  está  escrito  ese  limite 


Digitized  by 


Google 


38  RKTISTA 

eo  ningaoa  lej  ,  j  es'a^iiro  qae  puede  qoebrantafse;  pero  la 
eonclencia  pública  señala  á  loa  que  le  bao  quebrantado «  y  lo 
qae  eslos  consiguen  con  su  arrojo  es  trcochar  el  ¡nstrumenlo 
de  que  se  servían,  envilecer  el  derecho,  y  arrastrar  por  el  lo- 
do la  institución. 

Hemos  dicho  que  quizá  no  conviene  en  nuestras  circuns- 
tancias el  límiie  de  la  práctica  francesa  al  derecho  de  interpon 
lar,  y  lo  dijimos  también  asi  truando  éramos  individuos  de  una 
fuerte  Mayoría*  Jamás  hubiéramos  aconsejado  eq  iSSy^.que 
ae  tasasen  eltos  derechos  dé  la  Oposición,  de  tal  suerte  que' 
{careciese  recibirlos  de  nuestra  condescendencia  y  beneplácito. 
Nó:  no  era  nuestra  voluntad  la  que  debia  señalarles  iin;térm¡« 
no ;  pero  so  priidencia  y  su  ramn  debieron  sin  duda  se&alá^-* 
selo,  y  no  con^ntir  el  vergonzoso  abuso  que  de  una  rica  pre* 
rogativa  se  estuvo  haciendo  continuamente.  Derecho  tenia  la 
Oposición  para  interpelar ;  pero  cuando  la  inierpelacidn  ÍMeae 
útil ,  cuando  pudiese  estorbar  un  daño,  cuando. pudiese  traer 
un  beneficio.  Mas  hacerlo  sin  ninguno  de  estosj  propóaitos,  de 
estas  posibilidades,  hacerlo  t^os  los  días,  hac^erlo^^n  otro 
áoimo  que  el  de  incomodar  á  los  gobernantes,  hácerlf  tal  vez 
para  dilatar  ¿impedir  la  discusión  de  una  ley;  éstas  son  gra- 
ves faltas,  que  no  deberían  esperarse  nunca  de  hombres  hon-» 
rados,  que  comprendiesen  sus  deberes,  y  acatasen  la  majqstad 
de  su  misma  posición^ 

No  decimos  que  todas  las  interpelaciones  de  i838i  tupiesen 
por  origen  el  odio  f  la  hostilidad :  conocemos  que  el  celo  por 
los  intereses  del  país,  que  los  compromisos  provinciales,  que 
la  minina  gravedad  de  las  circunstancias  han  inspirado  ma- 
chas; y  distinguimos  bien  lo  que  es  lauda|>le  ó  escusable  si« 
quiera,  de  lo  que  es  abusivo  y  digno  de  censura.  Mas  juzga* 
roos  siempre  que  el  gran  número  de  esioa  combates,  la  Igcba 
que  estaba  casi  de  continuo  empeñada ,  y  qne  partiepdo  do 
los  montes  de  Toledo  ó  de  los  .val|es  de  Galicia  abarcaba  luego 
la  España  entera  y  aun  la  Europa;  este  gran  número,  deci- 
mos, estas  inierpelaciones  sin  interrupción ,  cuando  durante 
muchos  meses  coronaba  la  victoria  por  todas  partes  nuestros 
esfuerzos,  y  dábamos  votos  de  gracias  cada  cuatro  dias,  no  tu«- 
YÍeion  ni  pudieron  tener  otro  origen  que  el  deseo  de  faostili* 

Digitizedby  Google 


DBMADBtD.  ¿9 

'iAty  ée  tncomodar,  de  dilatar,  que  ya  h^mós  seualado;  esa 
pesioD  polilica  que  desdf  diciembre  apareció  con  taoio  encar- 
nizamieato ,  y  que^mienlras  mas  veces  rendida  en  el  debate, 
mas  se  levantaba  irritada  y  afanosa  por  volver  á  herir  al  obje- 
to de  sa  aversión.    '  ^ 

Coosegpfanlo  sin  duda  frecaenlemenie ,  porque  de  todas 
partes  se  hiere  cuando  se  batalla;  pero  si  los  Ministros  pade- 
oian*  el  Estado  padecía  también.  Parécenos  imposible  que  la 
Oposición  n6  lo  conociera ,  y  que  llegase  á  tal  punto  su  ce^ 
guedad  que  tío  advirtiese  cómo  degradaba  al  Gobierno «  y  c¿*- 
mo  impedia  la.jestion  de  las  cosas  piíblicas.  Si  no  advirtió  ese 
mal  ¡qae  argumento  contra  so  perspicacia  I  Y  silo  advirtió 
¡que  argumento  contra  su  conciencia  t 

De  cualquier  modo  que. sea ,  el  mal  nació,  duró ,  se  acre- 
centó, llegó  al  límite  de  lo  {loiible.  Los  diarios  del  G>OLgreso 
están  llenos  de  estas  batallas  sin. objeto  y  sin  riesultado,  como 
no  sean  los  que  hemos  dicho;. coronadas,  para  que  su  término 
fuese  propio  y  oportuno,  con  cl  anuncio  de  la  que  iba  á  em-*' 
peftar  ^1  Sr.  López,  y  en  la  que  se  comprendían  no  aolo  los 
doe  aBos  de  esta  nueva  época  de  gobierno  constitucional ,  sino 
los  tres  del  Estatuto,  sino  el  que  apellidan  del  despotismo 
ilustrado,  siao  aun,  anbiendo  mas  allá  de  i8a3,  los  de  la 
Constitución  do  i8ia.  Todo  esto  se  prometió  para  una  inter- 
pelación (¡la  historia  de  quince  años!)  con  el  consentimiento 
j  el  aplauso  de  la  M¡iH)ría«  con  el  consentimiento  y. el  aplau- 
so de  sus  periódicos,  y  de  los. hombrea  influyentes  dCiSu  par^ 
tido..*  Oh!  Cuandp  se  llega  á  este  punto,'  cuandp  son  talp^  las 
ideas  de  administración  y  de  gobierno,  cuando  un  ex-minis- 
Iro  anuncia  ese  delirio  monstruoso,  y  esto  es  una  consecuen- 
cia general  del  sistema  que  se  ha  seguido,  y  no  lan^a  el  pais 
un  grito  de  escándalo,  verdaderamente  no  se  sabe  qué  pensar 
¿e  sus  destinos  y  de  su  porvenir.  , 


PasaméB  asi  sobre  las  interpelaciones,  porque  seria  obra 
inacabable  el  referir  minuciosamente  su  crónica ,  y  porque  su 
relación  nos  daría  á  cada  paso  idénticas  boDsecuencias.  Hubo 


Digitized  by 


Google 


4o  RBVISrrA  ' 

sin  cfhbargo  algunas  que  es  iMcesário  entrelacar ,  éow>  que 
versaron  sobre  hechos  importantes »  y  que  conviene  conocer, 
bí  se  ha  de  formar  un  juicio  exacto  de  aquellas  Cortes.  Loi  pri<* 
mora  és  la  discusión  del  27  al  3o  de  enero,  relativa  al  auxilio 
ó' cooperación  francesa;  discusioa  apasionada  y  solenmet  q«« 
se  terminó  con  un  voto  á  favor  del  Ministerio,  y  que  le'  ligó 
estrechamente  con  el  destino  de  la  Cámara. 

Háse  dicho  ya  cuáles  ideas  y  cuáles  esperanza»  presidieron 
A  las  elecciones:  háse  dicho  cuáles  ideas  se  levantaron  en  la 
contestación  al  discurso  de  1^  Corona:  háse  dioho  finales  se  tu- 
vieron presentes  para  la  formación  del /Ministerio.  La  posibtli'» 
dad  del  auxilio  francés  y  su  esperanza  se  habiaci.  hecho  feíuk 
intimamente  en  todos  estos  puntos :  la  nación  entera  se  dirijia 
á  nosotros,  y  nos  pedia  la  realización  d&ese  auxilio. 

Grande,  pues,  fué  el  disgusto  de  la  Mayoría,  cuando  la 
discusión  á  la  apertura  de  las  Cámaras  francesas  nos  vadvirtió 
que  generalmente  se  habia  es|ierado^  mas  de  lo  4}ue  se  podia 
conseguir,  y  que  las  intenciones  de  la  Francia  en  punto  ácoo* 
{>etacion  variaban  poco  de  las  que  habían  sido  uo  año  antes* 
No  todos  seguramente,  pero  st  una  buena  ;parte  de  nuestros 
hombres  públicos,  babian  creido  que  era  ya  época  de  que 
aquella  nación  cambiase  de  conducta,  y  habiañ  aguardado 
aun  del  mismo  ministerio  del  conde  Mole  una  notable  varía-» 
cien  respecto  á  nuestros  asuntos.  Algunos  otros.'se  habian  he^ 
cho  todavía  mas  ilusión ,  esperando  el  triunfo  de  las  ideas  in- 
lervenciotiistas  y  el  ministerio  de  Mr.  Thiers,  en  la  k^letura 
quaiba  á  reunirse.  Pero  todos  vieron  dolorosamenle  que  •  sus 
esperanzas  se  desvanecían ,  que  Thiers  continuaba  en  su  ostra- 
cismo ,  que  Mole  se  mantenía  en  sus  potos ,  y  que  era  poca  la 
variación  efectiva  y  real  que  al  menos  por  el  pronto  podíamos 
prometernos. 

Es  menester  dedr  la  verdad  de  las  cosas.  Por  mas  que  este 
resultado  estuviese  previsto  y  fuese  seguro  para  algunos  indi- 
viduos de  la  Mayoría,  por  mas  que  otros  quisieran  lisonjearse 
aun  ,  suponiéndolo  poco  decisivo  y  capaz  de  ser  reformado  en  . 
adelante;  siempre  es  un  hecho  que  prodpjo  fatal  impresión  en 
nuestras  filas,  que  desanimó  á  muchos  de  los  que  en  ellas  se 
coai£iban,  y  que  principió  á  desvanecer  exajeradas  conCantas 


Digitized  by 


Google 


mt  MADRID*  4^1 

que  te  liabian  fundado  en  omotros.  Ley  es  en  ledas  partes  del 
pahklo  moderado  el. dejarse  sojuzgar  fácilmente  |X)r  las  es|)e** 
rapzas  y  por  los  temores,  el  ceder  i  la  Hu&ion  y  al  miedo  por 
débiles  motivos;  y  esta  ley,  que  había  sioo  cumplida  cuando  se 
aguardó  el  auxilio  cpn  menos  fundamento  del  necesario ,  cum- 
plíase también  en  los^  primeros^dias  de  i838  ,  cayendo  en  mas 
postración  de  la  que  exigían  las  circunstancias. 

Ignoramos  á  la  verdad  el  efecto  que  esa  actitud  del  60-; 
bierno  francés  hubiera  inspirado  á  la  Mayoría,  «i  se  la  bubie* 
$e  d^do  ser  espontánea  en  sus  resoluciones.  Han  dioho  des*- 
pues  algunos  individuos  de  ella  que  desde  el  momento  en  que 
fué  bien  conocida  ia  política  de  la  Francia,  no  tenia  objeto' lá 
permanencia  del  Sr.  Conde  de  Ofalia  á  la  cabeza  del  Gabinete, 
y  debió  .reemplazársele  bajo  una  idea  mas  acomodada  á  |a  oca*. 
síoo«  Este  pensamiento  ,  que  ya  desde  entonces  bullia;  quizá  se 
hubiera  generalizado  y  habría  prevalecido ,  si  la  Oposición  no 
hubiese  acudido  desde  luego  á  pelear  sobre  ese  punto;  pero  la 
Oposición  se  lanzó  á  la  lid  ,  y  la  lid  produce  empeño  en  loqne 
90  le  hay ,  afirmación  -en  lo  que  está  vacilante,  decisión  en  lo 
que  está.dudoso.  Sin  las  interpelaciones  de  enero,  quizá  el  Mi- 
nisterio se  hubiera  reformado;  con  ellas  se  alirmó,  se  consoli- 
dó por  muchos  meses. 

Es  este  sin  duda  un  efedto  ^  qoe  no  estudian  bastante  las 
oposiciones.  Lo  mismo  entre  nosotros  qué  en  los  fiaíses  ex^ 
tranjeros  nos  parece  que  se  olvidan  frecuentemente  del  amoi; 
propio  y  del  instinto  de  defensa  que  no  pueden  menos  de-te-^ 
ner  sus  adversarios.  Los  atacan  muchas  veces  para  coBseguir  lo 
qtie  sin  combale  tendrían  conseguido;  y  tal  vez  por  ese  mismo 
ataque  es  por  lo  qoe  no  lo  logran.  Nosotros ,  para  no  hablar 
sino  de  i838,  hemos  visto  cíen  veces  á  la  Mayoría  vacilante  y 
dudosa,  dividida  antes  de  principiar  una  cuestión ,  y  unida 
después  en  ella.,  porque  se  veía  atacada,  y  necesitaba  reunir- 
se para  defenderse.  En  la  disolución  en  que  estaba  el  partido 
moderado  después  de  terminadas  las  cuestiones  constitucional 
les^  y  desechada  la  idea,  de  la  cooperación ,  era  muy  fácil,  muy 
natural,  casi  necesario,  que  se  hubiese  dividido  en  dos  ó  tres 
durante  la  legislatura  de  i838:  las  interpelaciones  de  enero, 
decimos  otra  vez^cl  instinto  de  la  defensa,  la  necesidad,  le  vol- 
,  Segunda  serie.-^Toko  II.     .  ♦  6 

/Google 


Digitized  by  ^ 


4''  ACVnTA 

.irieroni  cotifttttuir  en  aquellas  célebres  «esiooes,  dándole  de 
nueva  una  vida  que  se  extinguía  apresuradamente.  Los  exal* 
lados  son  los  que  crearon  á  los  moderado^:  mientras  se  agiten 
y  obren  los  |M*imero8  será  forzoso  que  baya  los  segundos. 

Por  lo  demás,  aquellas  sesiones  fueron  magnificas.  La  in- 
teligencia y  la  palabra  lucharon  con  una  fuerza  y  con  un  brU 
lio  singular.  El  3r.  Olósaga^  único  verdadero  adalid  de  la 
jOposicion ,  desplegó  realmente  grandes  esfueraos.  El  Sr.  G>n— 
de  de  Toreiio,  el  Sr.  Alcalá  Galiano,  el  Sr.  Martioez  de  la 
Rosa  se  mantuvieron'  á  la  altura  de  su  antigua  nombradla. 
Los  Señores  Ministros  Castro  y  Mon  sostuvieren  poc  sü  parte 
honrosamente  la  lucba.  '  '       . 

Pero  ¿qué  era  esta  lucba  en  realidad?  ¿Que  era  lo  que  ^ 
pretendía,  qaé  era  lo  que  se  defendiá  con  tanto  empeüo,  y 
aun  pudic^ra  decirse  con  tíinio  embono? — El  debate  habia  prin* 
cipiado  mezquinamente;  y  no  usamos  de  esta  palabra  porque 
no  sean  muy  atendibles  los  intereses  locales,  sino  porque  al* 
fin  cuando  quería  tratarse  de  toda  la  politica  de  la  nación, 
'roez<]uino  era  comenzar  |H>r  los  montes  de  Toledo.  Mas  si  era 
-tal  la  discusión  en  su  primer  forma;  muy  pronto  se  la  v¡¿ea- 
grandecerse^-y  comprenderlo  todo,  la  guerra  y  la  goberna-* 
cion,  la  politica  interna  y  las  cuestiones  diplomáticas.  La 
Oposición  echó  mano  de  todpa  los  estremos ,  y  á  todos  quiso 
responder  U  Mayoría.  En  lo  cual  los  directores  de  la  segunda 
obraron  con  jcnas  habilidad  y  mas  tino,  |K>rque  itiejoraron  sü 
causa ,  al  paso  que  los  gefes  de  la  primera  debilitaban  la  su-- 
ya ,  estendiendo  sus  embates  á  puntos  en  que  evidentemente 
no  tenian  razón.  , 

Si  la  Minoría  hubiese  sido  menos  apasionada  y  mas  cal- 
culadora, hubiera  debido  ceñir  sus  discursos  al  punto  de  la 
cooperación  francesa,  mostrando  cómo  se  habian  desvanecido 
sus  espera qizas ,  cómo  no  se  concedia  tampoco  á  los  moderados. 
En  este  único  tema,  sin  esteoderlé,  sin  abandonarle,  su  po- 
sición hubiera  sido  muy  ventajosa-  Pero  quiso  hablar  Otra  vez 
de  los  antecedentes  del  Sr.  Conde  de  Ofalia  con  la  exagera- 
ción qiie  cuarenta  dias  antes ,  y  también  i  ella  le  tiraron  á  la 
cara  sus  antecedentes:  quiso  hablar  de  la  cuestión  de  guerra, 
'  y  nuestras  armas  por  entonces  triunfaban  en  todas  partes:  qui* 

# 


Digitized  by 


Google 


MU  MADRID.  '43 

90  hablar  del  estado  de  BarceloDa,  y  se  leTanfó  un  grito  ro-- 
busto,  enérgico,  irresistible  contra  sus  pretensiones  y  sus  ideas. 
La  Mayoría,  tolyemos  á  repetir,  ó  los  gefesqi^e  llevaban  su 
fialabra,  se  aprovecharon,  como  no  podiao  menos,  de  este  error; 
y  la  bandera  del  Ministerio  quedó  triunfante  aquelle  vez^  no 
solo  en  la  Cámara  por  el  número,  sino  tamhien^  creemos,  an- 
te la  opihion  pública  por  la  razón  y  por  la  elocuencia. 

La  Mayoría  juzgó  entonces  que  para  vencer  del  todo  á  sus 
adversarios,  para  dar  una  prueba  evidente  de  su  importancia 
en  el  orden  político,  debiaí  concluir  esta  interpelación  por 
medio  de  un  voto  solemne.  Mas  el- verdadero  t^esultadode  es^ 
te  voto  fue  ligarla,  como  queda  dicho,  al  Ministerio  del  Se- 
flor  Conde  de  Ofalia ,  J  desbaratar  enteramente  toda  idea  de 
irariacion.  Los  compromisos  del  combate  se  juntaron  aq«í  con 
laa  razones  que  siempre  aconsejan  cambiar  de  Gabinete  lo 
menos  posible ,  como  que  en  ello  sufren  altamente  la  goberr 
nación  y  la  administración  del  Estado.  Quedaron  en  amenaza 
y  DO  mas  las  espretíones  del  Sr.  Conde  de  Toreno,  por  las 
que  habiá  dado  á  entender  que  tal  vez  habria  cierta  variación 
en  la  Presidencia.  Fue  punto  de  honor,  y  Tue  también  jus- 
.  ticia ,  defender  á  unos  hombres ,  á  los  cuales  se  atacaba  sin  mo- 
tivo; y  el  Ministerio  quedó  robustecida  con  un  apoyo  esplfcito 
j  cabal ,  que  debia  darle  vida  para  largo  tiempd» 


No  hablaremos  de  las  interpelaciones  sobre  las  viudas  de 
Gomares,  porque  da  vergüenza  de  tanta  miseria  y  tanta  mtstí" 
J!cacíon\  pero  diremos  algunas  palabras  sobre  la  cuestión  de 
los  estados  de  sitio,  que  fue  durante  muchos  meses  uno  de 
los  primeros  campos,  de  batalla  de  toda  la  gobernación  del 
j>ais.  Los  estados  de  sitio,  y  los  nombres  de  los  tres  Generales 
de  Cataluña ,  Granada  y  Andalucía,  Meer,  Palarea^  y  Cío-* 
nard,  reasumen  en  sí  el  sistema  de  la  política  interior,  no  ¡n^ 
ventada  ,  pero  aceptada  y  defendida  por  el  Ministerio,  sosteni- 
da en  su  primer  legislatura  por  las  Cortes  de  1837. 

Decimos  que  no  inventó  el  Ministerio  de  diciembre  este 


Digitized  by 


Google 


44  '  REVIRA 

shlema  g^uberúatívo^  que  no  fue  un  efecto  de  ^U8  medílacio- 
neft  el  adoptarlo  «jorque  la  situación  de  los  estados  de  sitio 
Tenia  realisándose  desde  tiempo  atrás ,  y  los  tres  Generales  eo 
quienes  parece  se  personificó  aquel  sistema  estaban  destinado! 
j  ejerciéndole  cuando  el  Sr.  Conde  de  Ofalia*  ascendió  ala  Pro» 
sidencia  del  Gon&ejo. 

Había  nacido  verdaderamente  ese  recurso  como  nacen  de 
ordinario  casi  todos,  sin  que  los  preceda  una  teoría,  sin  for- 
mar i^rte  de  una  concepción  general.  El  instinto  había  indi* 
cado  á  todos  los  depositarios  del  poder  que  en  los  moñofentos 
de  alarma,  de  peligro,  de  sublevación  y  combate,  la  división 
de  la  autoridad  pública  produce  debilidad,  y  la  exacta  apli* 
pación  de  la  justicia  encuentra  dificultades  insuperables.  El  de- 
recho de  defensa  que  la  Sociedad  tteiie  como  él  hombre;  les 
facultaba  para  obrar  en  este  caso  de  una  manera  roas 
pronta  y  espedita,  sometiendo  todas  las  autoridades  á  la 
autoridad  militar,  y  suprimiendo  si  fuera  necesario  tales  ó 
cuales  fórmulas  prolecioras,  de  las  que  la  ley  concede  á 
los  individuos  cuando  la  sociedad  juzga  y  no  esiá  obligada  á 
defenderse.  ^ 

No  nos  proponemos  escribir  un  artículo  histórico  sobre 
los  estados  de  sitio;  p«ro  tenemos  por  exacto  é  indisputable 
ése  principio  que  les  asignamos.  Las  teorías  del  sistema  tndivi^ 
dual,  ó  llámese  el  liberalismo,  han  traido  al  mundo  como  un 
recurso,  como  un  arbitrio,  aquel  otro  sistema.  Debilitando  el 
poder  social  y  dando  impulso  alas  fuerzas  jpersonales,  han 
obligado  al  primero  á  buscar  para  ciertos  casos  una  posición 
en  que  guarecerse.  Así,  por  identidad  de  situación  ba  sido 
adoptado  ese  medio  en  todas  las  naciones  donde  las  circuns* 
tfincias  lo  exigian.  Solo  hay  dos  recursos  para  libertarse  deel, 
fortificar  convenientemente  la  autoridad  pública  por  los  go« 
bernantes,  y  no  amenazar  jamás  sublevaciones  por  los  go- 
bernados. 

Sin  embargo,  el  sistema  de  los  estados  de  sitióse  habia^ 
considerado  siempre  como  muy  temporal  y  transitoria  Acó- 
díase  á  ¿I  para  momentos,  protongábasele  por  pocos  difc;  y 
pasado  el  peligro  que  le  babia  hecho  nacer,  levantábanse  sus 
efectos ,  y  rolvian  subditos  y  autoridades  á  la  situación  na« 


Digitized  by 


Google 


0B  MAMim.  4S 

toml  ée  ftus  derechos  y  atribaoiooes.  Era  no  recnno,  era  un 
espediente /era  una  e»cepc¡oDvy  do  ^  l^abia  pensado  conver« 
cirle  en  instrumento  de  gobierno,  permanente,  ordinario, 
normal.  He.aqoí  la  circunstancia  qnc  distingue  los  estados  de 
sitio  de  la  época-  que  examinamos :  circunstancia  importante, 
y  que  merece  la  atención  im|iarcial  dq  los  que  se  ocupan  en 
los  negocios  |Mjblicos. 

No  fne  el  Gobierno,  voKémos  á  repetir,  quien  imaginó  é 
hizo  poner  en  práctica  este  sistema.  A  él  se  lo  dieron  formado 
y  practicado,  y  no  como  sistema  y  teoria ,  sino  como  recurso 
largo  y  durable.  Los  Generales  que  indicamos  arriba ,  y  algu- 
no otro  también ,  aunque  no  haya  tenido  la  suerte,  próspera 
ó  adversa,  de  ver  escrito  de  ordinario  su  nombre  con  el  de 
Stts  oorapañeros ;  esos  Generales ,  decimos ,  unidos  en  ideas 
por  identidad  de  situación «  lanzados  en  una  misma  vía,  por^* 
que  para  ellos  y  en  sus-  facultades  no  encontraban  ninguna 
otra;  esos.fueroii  los  que  dilatando  el  recurso  ó  arbitrio  tem- 
poral, imaginaron  valerse  de  él  para  el' sostenimiento  de  la 
tranquilidad  pública,  y  comov suplemento  á  los  jnedios  ordi« 
Barios  dé  gobierno,  que  en  vano  buscaban  en  nuestraé  leyes. 
El  Ministerio  no  pudo  menos  de  advertir  lo  que  hacian  ,  y  de 
penetrar  la  intención  oon  que  lo  hacían :  juzgó  la  medida  con** 
veniente,  y  aceptó  la  responsabilidad  de  los  estados  de  sitio. 

¿Obró  con,  razón  el  Gobierno  aprobando  ese  sistema? 
¿OInraron  bi^n  planteándolo,  y  sosteniéndolo  los  Capitanes 
Generales?  . 

No  somos  afectos  á  los  estados  de  sitio,  porque  no  lo  so» 
mbs  al  mando  de  la  autoridad  militar*  Las  eireutistanctaa  es-* . 
peciales  de  esta  clase  la  constituyen  en  un  estado,  de  escep-* 
oion,  que  repugnamos  íntima  y  fuertemente  para  los  negocio» 
oiviles.  El  espíritu  militar  es,  y  no  puede  dejar  de  ser,  el  del 
mando  absoluto,  el  de  la  s^ix>rd¡nacion  absoluta  y  sin  lími- 
tes r  para  someterse  á  él  en  todas  partes,  para  establecerlo 
como  regla  social ,  mas  hubiera  valido  no  salir  de  la  domina- 
ción del  Consejo  de  Castilla.  Y  eo  decir  esto  no  agraviamos  de 
ningún  modo  á  la  dase  benemérita  que  derrama  su  sangre  en 
defensa  del  Estado,  y.á  la  que  debemos  la  garantía  de  nn 
porvenir  mas  apacible;  día  es  loque  de))e.ser  para  su  desti- 


Digitized  by 


Cípogle 


46  RBVJ8TA 

no,  Pero  gu  destino  es  la  guerra,  y  no  el  mando ^  no  la'dí^ 
reccion  de  la  sociedad  civíL  Así,  los  estados  de  sitio,  como 
medio  ordinario  de  gobierno,  para  cualquier  tiempo,  par» 
cualquier  circunstancia,  serían  en  nuestro  concepto  el  peo^ 
de  todos  los  recursos.    . 

Mas  DO  es  ésta  la  cuestión.  La  cuestión  consiste  en  esa  mi-* 
nar  la  situación  del  pais  en  i838,  en  examinar  sus  leyes  ad-^ 
ministrativas,  en  considerar  si  con  ellas  era  posible  orden  y  go* 
Ivierno  alguno;  y  en  el  coso  de  no  estimarlo  tal ,  discutir  sí 
babia  otro  medio  provisional  de  que  echar  mano^  preferible 
al  de  los  estados  de  sitio.  Porque  si  era  éste  el  único'  arbitrio^ 
que  se  presentaba  é  la  tazón  como  capaz  de.  ifupedir  el  de^  ' 
sórden  por  aquel  tiempo,  si  era,  el  único  que  podía  garafitir 
la  obediencia  de  ciertas,  provincias,  la  .seguridad  de  ciertos 
distritos,  mientras  que  la  guerra  tronaba  en  una  gran  parte 
de  la  nación,  poniendo  en  angustia  j  en  proUédiá  la  sal^>* 
cion  del  Estado;  entonces,  no  solo  era  derecho,  sino  áúteat 
xdel  Ministerio  mantener  esa  institución  profisional  por  el 
tiempo  que  fuera  indispensable,  .y  gobernar  etiérgicament^ 
con  eHa,  ya  que  no  podia  gobernarse  de  otro  niodoi  EÍ  inte- 
rés y  el  derecho  dé  la  sociedad  son  mas  atendibles' én  .ios  mo^ 
mentos  de  conflicto  que  todos  los  interesen  y  derecbds  índiví* 
duales:  y  si  tal  y  tan  defectuosa  era  nuestra^  le^tislacioii  que 
ella  hacia  el  cooílieto  permanente;  jraxonáble  ^  nafural  y  nece^ 
fljArio  0r«(  cootinoar  asimismo  con  los  recursos  prbvbionáles^ 
basta  qile  la  legislación  estuviese  reformada  y  sirviese' para  su» 
propósito*.  .  *  -*•'  . 

He  aquí,  puea^  ^  verdad  de  Jos  hecbea.  Naestro  poder  ci-> 
til  estaba  y  y  i|i|n  está  en  el  día  completamente  .dekt recado.*. 
Goa  las  leyes  de  1 8a3  no  es  posible  el  menor  acto  de  goberna<^i 
oioo.  El  poder  central,  la  Monarquía,  no  tiene  ajantes  en  los 
pueblos,  y  casi  nada  pueden  los  que  en  •  las  provincias  la  re*** 
presentan*  Loa  ayuntaniientos  y*  las  diputaciones-  provinciales^ 
elegidos  aqnellos  por*  on^método  aumamente  vicioso ,  son  cner-*    ' 
nos  soberanos  en  sas  atribiulioBcSi  é  invaden  sin  responsabíli-^ 
dad  las  que  no  les  competen*  La  autoridad  real  se  eocoentra 
desarmadei  delante  de  ellcis;  y  al  escándalo  de^o  poder  disoW    - 
ver  ni  auQ  la  mas  pequeña  corporación ,  s6  aSade  el  nneyo 

9 

Digitized  by  VjjOOQIC 


^       DK   MADMIO.  47 

atcándalo  de  lascoBtieadaa  7' desavenencias  que  suscitan.  Eles-^ 
pirita  de  la  Coostilucíoa:^  las  cosdicianes  de  la  Monarqtifá,  las 
necesidades  de  todo  gobierno ,  están  absolutamente  olvidados  y 
desatendidos  éo  esta  esfera.  Tenechps  nna  anarquía  organizada 
para  nuestra  gobernación  y  administración :  no  hay  un  ele* 
■wnto  de  poder  público,  no  hay  una  idea,  gerárquica  ni  de 
orden;  no  bay  otra  cosa  que  confusión  permanente  é  irre- 
mediable. 

He  aquí  lo^qne  se  trataba  de  doniinar  con  los  estados  de 
sitio.. A  eser desorden,  á  esa  imposibilidad  de  gobierno  civil ,  ó 
era  i&eóesarío  desalojarlos  derla  sociedad ,  organizando  de  algu- 
na- manera  los  poderes  púMtcos   nal  árales ,  ó  era  necesario 
vencerles  y  sojetarlds  bajo  el  poder  militar  que  significa  aque- 
lla palabra.  Un  momento  bnbo  en  que  el  primero  de  estos  dos 
sistemas  fue  posible,  y^  lino  de  los  mayores  cargos  que  tené-* 
mos  qoé  baoer  al  Ministerio  de  diciembre ,  una  de  las  mayo-» 
pas  faltas  que  tenemos  qae  seftatar  á  la  Mayoría  de  aquellas 
GSrtes, es  el.de  ito  baber  aprovechado  esa  circunstancia,  ése 
instante,  para  (iriacipiar  la  organización  de  los  poderes  civi«- 
lesi  Nuestros  lectores  verán  en  el  capítulo  correspondiente  que 
}tecrofue,  f  jcttán  digno  de  censura  el  haber  desperdiciado^ 
uaaij  ocasión  tan  favorable.  Pero  pasada  y  desperdiciada  esta, 
sumergidos  de  nuevo  en  la' triste -situación  qoe  ligenmente 
hansofjttdioado,  y  sin  poder  Salir  de  ella  fácil  f  proátamente 
pon  aquel  medio  mas  oportuno;  fuerza  nos  era  recurrir  al 
9lxOj  que'. estimábamos  conie  mucho  menos  conveniente,  con  ' 
el  qué  nimpnlnábamos  mocho  menos,  ó  mas  bienal  qué  n^i*^ 
vábaoMs  con  ansipatia,  pero  qUe  era  el  único  restante,  el  úní«  . 
co  qué  podía  aun  presarnos  su  apoyo  en  la  diiresa  y  estie*' 
ebei  de  ka  circunstancias» 

Era  fomso  escoger  etftve  dos  males ;  no  tenianiós  otra  eleo- 
cion.  O  fd  amago  indssánte  de  la  anarquía  con  todo  su  desór-**' 
den,  oon  ttxlá  so  irregdbridad,  con  sus  momentos  de  calma 
j  de  desgobierno  pasivo,  pero  con  los  siguientes  de  asonada, 
delrastorno  y  de  raotin,  que  llevasen  en  triunfo  la  causa  car-» 
UAá«  tomo  yailo  habian  hecho  repetidas  veces;  ó  la  supre- 
maeia  milikar  ,  oon  sns^  bruscas  decisiones ,  oon  su  espíritu'  do* 
minador ,  con  éuk  peligros,  con  sus  faltas ,  cdn  todo  el  sáqui*^ 


Digitized  by 


Google 


48  'ketmta 

to  triste  y  Beoesario  áe  tu  natnrakia.  ¿Qoiéa  habU  de 
dudar  si  trafir  males  estos  resuUados?  ¿Quiéu  babia  de 
sostener  que  no  pudiese  traerlos  grates  el  estado  de  sitio? 
¿Quién  habla  de  imaginar  que  no  podrían  cometerse  algnnas 
tro|)eltat .  que  no  podrían  sacrificarse  algunos  derechos ,  que 
algunos  eá|ianoles  no  f^endrian  que  ^ufiír  desgraciadamente 
por  resultas  de  ese  sistema? 

Sabiendo  que  era  un  mal  le  aceptamos»  sabiendo,  que  era 
ufl  mal  le  defendimos;  feto  le  aoe|kamos  j  le  defendimos  por- 
que era  un  mal  menor  qge  nos  garantizaba  de  mayores  ma« 
les.  Esta,,  volvei^os  á  re()el¡r,  era  la  cuestión  del  sistema;  y  la 
misma  era  también  la  coesiioa  de  loa  hombreáis  Cuando  aua^ 
tentábamos  al  barón  de  Meer  en  el  mando  de  Gualuta^,  al' 
Qeoeral  Palarea  en  el  de  Granada  ^  al  Ctoiltfxle  Cloaard  en  eli 
de  3evU)a,  uo  decíamos  ni  |H>d(amos  decir  el  absurdo  «le  qué 
todos  sos  actos  fuesen  ia  pura  perfección ,  de  qtie  jamás  obre-^* 
nfin  equivocados,  de  que  no  hubiese  nítigua  punto  que^repre^i 
bar  en  su  conducta.  No :  jamás  hemos-.sostenido  que  d  «ialema  - 
de  los  estados  de  sitio  fuese  un  bien  en  si,   ni  que  ios  tres* 
ilustres  Generales  que  lo  babiañ  planteado  fuesen  impecables' 
y  perfectos.  Respecto  al  sistema^  creíamos  que  era  el  oienoa' 
inalo:  respecto  á  los  hombres,  los  sosieoiamos  como  peraonea. 
de  honor  y  de  probidad,  como  gobernantes  que  iu>  oprimí** 
riao»  que  no  vejarían  voluntariamente,  oomo  gefesque  pi«t^' 
tabao  ^Icos  servicios^  sosteniendo  eLórden  pnblioo,  numlienieiK, 
do  la  tranquilidad,  la  seguridad ,  la  libertad  en  eistcnsaq'pni4*. 
viocias»  en. grandes»  imfKurtantes ,  ricas  poblaeimies.  Qti^)  6Í> 
algunos  pad^ian »  re|)etimos  por  últuaa  vei»  á  causa  dkneáMi 
esladoa  die  sitio,  á  causa  del  error  ile  los  Geott^áles,  triste  <p 
doloroso  era  indudablemente ,  y  no  nos  pesaba  pbr  l4  ibagi^ 
nación  el  {moer  obstáculos  á  que  se  femediira;  pero  contem«- 
piando ,  como  couvenia ,  loa  negodios  públicos  en  su  generali-^ 
dad ,  á  la  altura  y  con  la  comprensión  con  que  deben  miravse 
en  unas  circt^^nstancias  cuales   las  de  i83l^,  juagábamos^  eu' 
nuestra  conciencia  que  rto  eran  merecidas  las  acusaciones  que 
se  levantaban  diariamente  contra  el  sistema  de  los  'esiadosde 
sitio,  contra  los  Militares  que  lo  aplicaban,  contra  el  Miníste* 
fio  que  lo  sostenía ,  contra  el  partido  que  le  daba  sn  apreiía* 


Digitized  by 


Google 


DE  MáDRlb»  4p 

ciotu  Era  tiempo  de  resignarse  á  algon  mal ,  y  estábamos  se- 
goroa  de  que  otros  hubierao  sido  mucho  mayores.  ' 

Por  lo  demás ,  si  la  Mayoría  de  las  Corles  y  el  Ministerio 
habían  aceptado  como  una  necesidad  esa  situación ;  si  defen-» 
dian  enérgicameote  á  los  tres  Generales  de  las  insensatas  de-- 
clamaciones  que  los  comparaban  á  los  mas  crudos  tiranos  de 
tMlaslas  épocas;  si  oponian  un  desden  constante  á  la  ojeriza  y 
animosidad  que  lanzaban  sobre  ellos  la  facción  anárquica  y 
el 'partido  progresista;  no  es  menos  seguro  que  también  te* 
nian.  fijo  su  proposito  sobre  los  verdaderos  intereses  del  pue- 
blo y  sobre  las  mejoras  que  podrian  y  deberian  procui^arse  en 
el  mismo  sistema  que  babian  adoptado.  La  idea  de  la  arbitra- 
riedad era  tan^  repugnante  para  ^llos  como  podia  serlo  para 
cualesquiera  otros;  y  los  trabajos  qiie  se  intentaron  para  regu- 
laritar  los  estados  de  sitio  por  medio  de  una  ley,  manifiestan 
bien  que  quería  ponerse  limites  á  este  recurso ,  y  que  no  nos 
entregábamos  á  él  con  esa  complacencia  y  ese  abandono  que 
ae  nos  imputaba.  Ignoramos,  si  semejante  regularízacion  era 
posible;  fiero  bástanos  observar  que  el  Ministerio  y  las  Cortes 
k  quisieron,   la  emprendieron,    la  adelantaron^   para  que 
sirva   de    contestación  á  las  calumnias  que  se  han    echado 
sobre  nosotros.  No  queríamos  el  despotismo,  pero  queríamos 
que  ae  gobernase :  bu  hiérannos  dado  autoridades  civiles,  y  na- 
die habria  defendido  la  supremacía  militar^  Cuando  no  tenia- 
nos  aquellas ,  y  cuando  la  necesidad  mas  urgente  era  la  go- 
bernación ,  habríamos  sido  insensatos  ó  traidores  en  abando- 
nar lo  que  nuestra  conciencia  nos  indicaba  como  único  medio 
de  gobierno. 

£l  examen  de  la  segunda  legislatura  nos  hará  ^rolver  sobre 
este  punto. 


Hemos  visto  el  sistema  de  las  Cortes  en  la  política  extran-* 
jera ,  favorables  á  la  idea  de  la  oooperacion ,  deseosas  de  con-^ 
seguirla  basta  sacrificar  á  este  propósito  ventajas  y  exigencias 
muy  importantes.  Las  hemos  visto  repugnar  el  desengaño  que 
nos  presentaban  las  discusiones  francesas  ^  é  jnsistir  aun  en  su 
Segunda  serie. — Tomo  1L  7 

\  Digitized  by  VjjOOQIC 


5o  HBTISTA 

misma  condttcta ,  persuadidos  de  que  algo  adelaoláb^mos  ooa  i 
el  sistema  de  moderacioa  y  con  el  gobierno  por  qoe  se  pelea->f 
ba,  y  de  que  cualquier  otro  camioo  dos  separaría  mas  la  po- 
sibilidad del  auxilio  extranjero.  Eo  la  [loUtica  interior  aeaba*  r 
moa  de  examinar  el  sistema  de  los  estados  de  sitio,  que  ea  el  - 
puoto  oulmiiiaote  í  que  esa  política  se  redujo*  Fáltanos  conai-  ^ 
derar  abora  si  se  intentó  algo  respecto  i  los  enemigos,  á  los. 
carlistar;  si  alguna  medida  de  pacificación  tuvo. origen  ó  se  vio; 
fomentada  en  aquel  tiempo;  si  ademas  de  los  medios  rentisti-» 
eos  y  militares  propios  para  la  terminación  de  la  lucha, -sei 
pensó  en  algún  otro,  se  acudió  á  algún  otro,   útil  y  coirve- 
niaute  para  ese  objeto  de  tamaña  importancia.-  -    - 

Esta  OHisideracíon  nos  lleva  á  hablar  de  la  empresa  de. 
Munagorri* 

Habia  tenido  su  principio  semejante  empresa  baJ9  el  minia-»: 
terio  del  Sr.  Conde  de  Toreno,  eo  i835.  Convencido  nuesiith 
Gobierno  desde  entonces  de  la  dHicultad  >que  ofrecía  el  con--» 
cluir  con  .las  armas  solas  la  lucha  de  las  provincias ,  iiabia' 
aceptado  y  protegido  la  idea  de  suscitar  en  el  mismo  pais  una- 
diversión  poderosa,  política  y  militar  á  la  vez^  que  debilitara, 
la  reunión  de  los  intereses  vascos,  dividiese  el  partido  (accio^ 
.so,  y  proporcionase  medios  oportunos  para  la  grande  obra; 
que  tan  ardua  y  difícil  se  nos  presentaba.  Comenzó,  pues, 
Munagorri  á  agitarse  en  este  Mentido;  y  combináis  ya  im'por^ 
tantes  operaciones,  cuando  las  revueltas  de  |835,  y  la  subida* 
al  miniaterío  del  Sr.  Mendizabal,  pusieron  por  entonces  •  ni^ 
término  á  sus  propósitos.  Abandonóse  la  ¡dea  de  obrar  en  eqoel 
pais,  y  por  aquel  páis;  y  todo  quedó  en  la  situación  en  qú# 
lo  vimos  póc  espacio  de  mas  de  dos  anos.  Los  que  juzgtienque 
la  empresa  de  Munagorri  hubiera  podido  tener  algún  éiiu^ 
después  de  los  triunfos  de  Arlaban,  de.Luchana,  de  Hema- 
ni,  etc.,  esos  tendrán  este  nuevo  motivo  de  gratitud  al  pro* 
nunciamiento  que  trastornó  primerarpente  la  Monarquía  y  el 
óvden  en  nuestra  patria. 

Organizado  el  Ministetio  dé  diciembre,  volvió  á  tratarse 
eómo  conveaia  el  antiguo  proyecto  de  pacificación.  La  ide» 
proclamada  por  el  Sr.  Conde  de  Toreno  en  el  Congreso  mk^ 
BM>ft  de  que  estaa  grandes  luchas  no  concluyen  sino  por  traa-i 


Digitized  by 


Google 


DK   MABtlP.  5f 

saeeiotaes,  entendida  esta  palabra  como  on  trniHbne^ilMatrado 
j  leal  pnade  proDiiiicíarb ,  j  poede  acaascjafla;  esta  idea,  4^ 
cimoa,  doRiioaba  la  eooviocieo  del  Miaiatemov  oamo  d«mii»a«o 
ba  la  de  la  Mayoría  de  lat  Córua.  E411  ,,{iu/M.,fpofaino  ea  su 
áoimo  reootar  la  empreaa  de  UuSagorríf  áiadolt  póf  b^m- 
el  pÍDcipio  de  CransaeoÍM.qiie.CiMM  óportuiM»  ai^gfu» 4Í  ei|t%* 
do  del  paia  iraaof^navarra«  aegnn  «1  »giro>^tie  U^vaien  ea  éH 
lat  Beoeftkiadei  y  les  opiéionea  púUioat. 

Eete  espíritu ,  esie  pmeipia  áe.  la  teansaecíoni ,  eafe  euidiQ 
de  aoonsodamieaío  y  pas«  no  podia  a¿*.oi«d  ifie  C|l  de  l#  coo*** 
fiawaeine  de  lee-enliguee  ^r«fs  de  aqoéllab,  proaineiaik  fleí 
oreeipoa»  Msaelraa ,  flor  mas^^oe.  k>  defiendan  álfunoav.  qne  el 
temer  de  perder  elos  fueros  bubieae  sido  en  |833  el  aiot>f# 
de  U  suMeraoion  ^Miaao-HiaiaBra;  joagemes.  que.  huy  m  esMb 
pretensión  un  ligero  anaeronisBio^^  y  q/a'wá  cttna  i*0OMte  do^ 
Qit)eíon  de  amor  propio.  Mas  puesto  i|ne  deapnes  los  Súmfsm 
h¿ian  sido  abdüdoa,  poe^o  que  eas  ebolieion  Ida  h^hiik^  itel^ 
aadoeoel  ánimo  de  los  provinoianoa  libandés,  y,  Íes  bobia 
afianzado  mat  el  <iarifio  de  Ioao«rlÍ8iaat  evifiente  era  sin  d4i4«it 
que  á  ellos*  á  los  fuegos*  bábia  qtie  acudir  para  lodo  pifP  p^ 
lUíoOi  y  que  en  ellos  es.tab^  Ipi  base  del  .oonTenip  que  deb¡a 
bacerse,  sí  loa  dos  partidos  habían  de  quedar  con  iMKira»  y«^st 
la  deposición  de  las  armas  babia.  de  ser  leal  y  duradera*  La 
eosprcse,  pues»  de  Muftagorri  no  podia  ser  otra  que  la  de.paa 
y  fuerosi  si  babi9  die  signifiícar  las  ideris  Uam^Au  i  la  domjr^ 
noaion  del  paía^ 

£1  eonvenio  do  Vergista,  qne  ha  psitidodel  .mismo  pria«^ 
eipio»  que  ba  tenido  el  mismo  fundamento^  iqoé  .ba  rnaV^nd^ 
lAs  mismas  ideas,  di»Bostrará.siompre  que  no  eran  absurdoa 
«apricbosoa  lo  que  se  pensó  desde  i835 ,  lo  que  en  i838  jíA^ 
wi6  de  nnero  á  ajimne.  Han  sido  ot^os  lea  medios  de  qoe  se 
ba  i^ido  el  ilustre  General  que  lo  ha  llevado  á  cabo:  han  iír 
db  los  medios  propios*  de  esta  ¿poca ,  qoe  ba  sabido  reunir  onn 
babitidad  y  {bttuna ;  pero  las  ideas  capitales  no  ae  han  difo«> 
veocíado  de  las  que  anteriormente  se  calcularan,  y  qaie  se 
trataron  de  realíoar  por  los  medios  que  oran  posibles  entóneme 
¡Honoe  al  Duque  de  la  Victoria!  ¡Beoonocimiento  á.Ieíi  qué 
le  precedieron  en  el  mismo  proposito! 

/Google 


Digitized  by  ^ 


5a  minrri   * 

Realas  -dicho  ya  ifue  Miró  eo  ¿1  deddidameote  el  Minia- 
terfo  del  Sr.  Conde  de  Ofalia*  Munagorri  recibid  auxiUos  opor^ 
tuteos»  y  la  bandera  de  pez  y  fueros  ondeó  aobre  los  P¡ri«eos 
en  i838.  Bero  qaitk  en  ia  ejeeacioo  de  esta  idea^^qnizá  en  bi 
realisaéion  de  sih  pormenores»  en  ei  tiempo,  en  las  oírcunstanoias, 
en  los  hombros,  en  el  modo  de  obrar » no  se  guaitdd  toda  la  prur 
deneia,  toda  la  habilidad  o^rtnnas.  No  cualquiera  ocasión  e^a 
propia  para  arrojar- ese  nuevo  estandavte  ^n  el  pais  enemigo;' 
y  lanzarlo  fuera  de  tiempo,  podia  ser,  cuando  no  inútil,  á  lo 
menos  poeo  fwovecbosa  Era  menester  espiar  uno  de  aquellos  • 
instanies  en  que  la  desgracia  de  las  operactones.  Jos  reveses -de' 
la  fortuna  ;  el  trastoniO'de  las  creencias  y  Jas  esperanias^pve^ 
diéfUmen  á  los  partidos  para  vacilar  en  so  te,  y  Im  inspiran 
un  temor  .¿  un  disgusto  que  puede  aprovecharse  ^en  beneficio 
de  nuevas  ideas»  Brá  necesario  escoger  el  momento  en  que  «o-. 
Baladas  victorias  de  nuestras  armas  bubiaaeu  introducido  la 
confusión'  y  el  desorden  moral  en  el  campo  cariista»  En  esmis-^ 
jante  caso,  la  empresa  nos  ofrecia  toda  especia  de  probabili^ 
dades:era  seguro,  cnanio  pueden  afirmarlos  hombres, que 
la  duración  de  la  guerra  civil  le  disminuiría  considerablemen- 
te: era  seguro  el  triunfo  de  Isabel  11,  y  de  la  unidad  consti^ 
tustonal  de  España. 

' '  Pero  lanzar  á  Munagorri ,  como  sicQipre  se  verificó ,  cuan* 
do  el  carlismo ,  apoyado  en  bases  sólidas  parecía  firme  y  ro^ 
busto  en  el  pais,  cuando  nadie  le  hostilizaba,  coando  nadie  le 
amenazaba  de  cerca ,  ya  que  no  fuese  abiolutamente  perder 
toda  la  obra ,  aeria  cuando  menos  malgastar  inútilmente  mu- 
cha parte  de  ella ,  y  desperdiciar  grandes  esfuerzos ,  para  ob-* 
tener  solo  pequeios  resultados.  No  corresponde  todavía  á  lá 
ópóca  de  esta  primer  legislatura ;  pero  permítasenos  adelantar 
un  instante  los  sucesos,  y  ceOsurar  cuanto  nos  es  dado  á  un 
viinisterio  posterior,  si  como  á  la  saaon  se  afirmaba  fue  efeOlo 
de 'SUS  disposiciones  el  que  Munagorri  invadiese  nuearo  terri» 
loria  Nada  podia  aguardarse  entonces  sino  el  desbaodamientd 
de  su^  soldados,  y  la  muerte  de  algunos  infelioes,  sin  bausa  y 
sin.  provecho  alguno;  y  no  era  para  esto  ciesiameoic  para  lo 
qne  se  habían  creado  compromisos ,  y  sacrifioffe  sin  duda  al> 
gunos  caudales.  ^< 

/Google 


Digitized  by  ^ 


uciuMiW  53 

fVpltamot  eoif^ero  al  Minislerio.del  Sr*  Ofalia».  y  áJaJe^ 
•gislatora  de  1837.  Aqael  ha  merecido  nutatra  sincera  aproba* 
cion,  promoviendo  una  idea  qoe  pndo  ser  muy  útil,  y  que  de 
hecho  alguna  utilidad  trajo,  inoculando  y  propagando  en 
aquel  paia  la»  de  pas,  de  fueros  y  de  transacción.  En  cuanto  á 
las  Cortes,  nada  pudierou  hacer  en  esta  empresa,  porque  na- 
.-da  lUgó  á  preafniar^lc»*  nada  se  acunetió  á  su  deliberaicibo. 

Elíaa,  8tn  embargo ,  hubieran  tenido  qué  tomar  una  paHé 
-adura,»!  ba-opereciones  hubiesen  marchado  con  mas  rapideie. 
iLaicoéoesieo  de  loa  fueros  no  podía  ser  obia  del  Gobierno  ^éo« 
•lo,  y  «eo6aariamente  hubiera  ienido  que  someterse  i  las  Gór<* 
tes.  Auo  se. trató  de  promover  en  ellaa  esteppnto,  y  de  haoer 
decidir  esa  coDcesion  ó  confirmación,  como  u«^  medio  que  pre- 
-parase  la.  posibilidad  áfi  la  paz.  Opusiéronse  algunos,  porque 
no  estimaban   basunte  oportana  la  ocasión;  otros,  |)Qrqae 
juagaban  mfis  conveniente  que  llegado  el  cato ,.  verificara  loa 
,tmtaa  y  confirmase  los  fueros  el  Gobierno ,  sometiéndolo  des^ 
fioea  á'  la  aprx^cton  dé  una  y  oira  Cámara. 
i-     No  podeihos Juagar,  «hora  si  se  acertó  ó  se  erró  en  haber 
dilatado  este  psinto:  los  súcesua  posteriores  han  sido  tan  com*' 
•pfeíos  oomo  efnn  im|)ensados ,  y  dominan  la  cuestión  entera*- 
mente.  Por  lo  que  á  nosotroa  toca ,  opinábamos^  entonces  que 
convenía  hacer  /esa  declaración;  y  los  diputados  de  Viacaya  la 
deseaban  ysolieitaban  ardientemente.  Cedieron  ellos,  y  cedi-r 
.moa  otros  á  la.  antorídad  de  personas  respetables,  que,  como 
decnmoa  poao  ha ,  no  calculaban  á  propósito  la  ocasicm  pare 
qme  hablase  hkdey ,  f  no  creían  neoesario  eala  nuevo  faech6  de 
sáteréa  por^  la-  terminación  de  la  gnerra« 

Que  poD  la  demás,  si  la  cuestión  se  hubiese  presentado  an** 
4el^S'>Gáitea,.no  es  ni  un  momento. dudosa  la  resolnoíon  que 
fanbiera  recaído.  Grande  habría  aido  sin  dísputa<  la  batalla ,  y 
fiíertes  y  enerjieaa  laa  declamacionea de  la  Oposición;  y  bastii 
paqt  eoBvenoerse  dn  ésto  cuan  flontrarioa.han  estado  aua  gefisa 
á  la  concesión  foral  aun  después  del  convenio  de  VergaRa.  Bar 
m  todo  etto  no<  hubiera  heebo  vaoíkr  nn  inainnte  á  lalleyo* 
dn,  que  fuerista  ó  no  fuerista  por  inclini^cion,  eni  atltea'qno 
todb  deseos*  de  ht  piai.,  y  hubiera  eatrificado.á'  cobiíeg«iifU 
onaatttipuedcD  aaerífiéar  bombtes  honi*náop,4ípjutftdoa  noblea 


Digitiz'ed  by 


Google 


54  MBvarA 

j  leales.  La  Providencia  oo  qaiso  que  la  aktniáiaiei  noso- 
tros; pero  Dosotfos  bicinios,  y  imbiéramos  hecho  todo  lovfiósi^ 
&Ie  con  un  objeto  tan  patrióticq  j  tan  digno. 

UL 

Las  Cortes  son  un  oocrpo  poliiico  j  an  cuerpo  legislativo: 
la  gobernaeioo,  kt  l^islacion  propíatneoie  tal,  la  administra-^ 
eion ,  la  hacienda ,  todas  son  asaterias  que  caen  luyo  sus  airi<4- 
Imciooes.  Hemos  visto  lo  que  las  de- 18^7  pensaban  j  ohtaban 
en  las  euesliones  polítieae.  Ahora  bien :  ¿qué  hicieron  ep  kjis^ 
laoion  i  qué  hicieron  en  hacienda »  qué  hicieMii  res|)eeto  i  la 
administración  publica? 

El  capkulo  de  la  iejislacion  es  sumamente  corto*  Debe  ser^ 
io  siempre ,  en  cualesquiera  ciitunauncias  comunes,  púés  que 
estos  ouerpos  deliberantes  todo  lo  son  mas  bien  que  Icjislatsl- 
tos;  pues  que  nada  hacen  tan  mal  -como  las  verdaderas  4c)resj . 
pues  que  nada  hay  qne  deba  pcArmaneoer  tanto ,  y  sufrir  tap 
|)ocas  variaeiobes  eomo  estas.  Mas  en  las  Corteado  iSSy  debía 
sea  mas  escaso  y  reducido  aun,  si  se  consideran  las  gravea 
«uestiopes  políticas,  rentísticas  y  gubernativas  qne  las  abrn-r 
maban ,  y  qne  no  consentían  ni  tiempo  ni  atención  para  ttainr 
de  la  mejora  de  los  derecboswcivim  ni  de  la  fermaeían  del 
cédtgo  de  procedimientos. 

Las  obras  asaa  importantes  á  que  se  dedicaron  uan  y  otch 
Cémaea ,  relativm  á  esta  secoien  de  sus  trabajos ,  fué  k  de  ana 
Inflámenlos  respeetivca.  Tanto  el  Senado  como  el  ¿iougwssn 
debiaa  formarlos  partioukrmente ,  según  na  artioulp  de  la 
Constitución,  y  ambos  cnerpos  procedieron  a  esta  obsn  dissde 
loa  primeros  dias  desús  reunioneSi  Un  espíritu  semejanlopto^ 
sidm  á  ambos  urabaíos,  qne  no.  presentan  ningniM  d«  esas 
grandes  disooidanoias ,  abaocdas  y  escandalosas  cuando  se  imn 
en  una  miama  nasitey  y  en> asambleas  que  tienen  u»  ohjjeto 
parecido. 

Una  gran  wriacina  lt2io  el  Congreso  en  la  pnietios^qnn 
sagnia  desde  i8«o,  acereándoae  al  sistema  de  f834,  en  k  to* 
eánie  á  la  duración  de^n  Mssa.  La  annf  u¿  omtnmbm  espa««- 
flola  consistía  ta  qu»  los  Presidentes  durasen  «solo  nn  mest 


Digitized  by 


Google 


DI  MAsnob  S5 

tSDfttumbre  tomada  sin  duda  de  las  asamU^Ba  d«  Francia  en  su 
<  rerolnciorl ,  donde  duraban  qoinee  diaa  j  no  mas.  Bajo  la  do»- 
'  tninackm  del  Estatuto  correspondía  á  la  Corona  nombrar  el 
Presidente,  projioniendo. la  Cámara  cinco  candidatos ;  y  la  du^ 
Tacion  de  «n  encargo  se  extendía  á  toda  la  lejislatura.  El  eapC*- 
-ritu^de  la  Constitución  reciente  iodíeaba  un  medio 'entre  am- 
^kis  ccfrobinaciones)  y  el  Congreso,  conoóiéndolo  asi,  sanciona 
y  aplicó  «flUa  idea ,  coivforme  con  la  práctica  de  países  mas 
' adela [ftados.  El  Pfesidente  nombrado  por  la  Cámara  toTo  el 
'carácter  de  fal  en  toda  la  duración  de  kis  sesiones ;  y  los 
grandes  motivos  de  práctica  y  de  teoría  que  asi  lo  aconseja^ 
baa,  se  vieron  justamente  satisfechos,  sin  contradicción  ni  ' 
'oposición  de  ningún  partido. 

Perú  el  cambio  mas  radical  adoptado  en  esle  punto  de  re- 
jg[lamento,  lo  fué  la  diviMon  de  las  Cámaras  eo  seccioties,  y 
>el  nombramiento  por  estas  de  'los  individuos  que  habían  de 
formar  cada  comisfon.  Ese  sklema  óé  las  discostones  prelimi- 
nares, esa  idea  de  nombrar  las' comisiones ,  no  designápdolaa 
ci  Presideote  á  ^étt  voluntad,  como  antes  se  hacia,  sino  bus- 
<eaftfdó  en  elfas  la  espresioif  de  las  opiniones  del  Senado  y  del 
•fiohgr&no;  i<vda  esa  ionovacioi^,  todo^ese  sistema  aceptado  de 
Daciones  que  Hevan  mas  eiperiencia  en  estos  debates  que  nó-» 
%ot/os ,  todo  ello  era  satisfactorio  á^  la  ráwoñ ,  y  prometía  gran* 
ides' veotájaif  para  la  celeridad  a  la  ves  y  la  perfección  de  los 
krabiíjbs '  lejislativos.  Asi  es  que  ningoita  voz  se  levantó  para 
impugnar  -ese  miítodo,  y  que  todos  !•  adoptamos  con  aplauso 
hf  tonRamstf.-    .       '    '  '  ' 

Es  necesario  sin  embargo  decir  que  no  se  produjo  en 
équblláis  Górtes  fi¡  se  ha  prodnoido  en  las  siguientes,  el  buen 
éfcfcto  qfiíe  agüíirdábamos  de  esta  ionovacion.  Las  Comisioilea 
hkn  tominuBdo  JeileHiimeftte  m$\  formadas,- las  discusiones 
tH>ilipÍicadas  y  émbaratosaá:  -En  las  secciones  no  se  han  disciff!l«' 
db'Tbs  proyéétos;  y  él*  debate  jeneral  se  ha  resentido  de  todae 
e^tas  futas: 

ffoestra  censura  reeae  ahora  sobré  Mayorías  y  MinorfM, 
porque  todas  han  sido  culpebles,  porque  todas  han  caido  en 
el  abandono  de  qué  procede  ese  mal.  No  parece  sino  que  In 
treactM'de  las  seceionn  habia'deser  un  medio  para  extmtr-«r 


Digitized  by 


Google 


.  56  ,    JIfiVKTA  ' 

no6  de  trabajo,  se^n  la  condacta  qoe  hemos  obaervádo  dm^ 
pues.  Y  preciaameote  era  lo  contrario  de  esta  idea:, el  trabqo 
se  facilitaba,  si;  pero  suponíase  mas,  esperábase  mas  por'esle 
.método.  La  división  .en  seoctones  no  era  para  libertarse  de  ¿I, 
sino  para  suavizarle  al  mismo  tiempo  que  se  le  aumentaba  j 
se  le  hacia  mas  útil.  La  división  en  secciones  no  tenia  por  ob-  . 
jeto  una  i^eunion  apresurada  j  el  nombramiento  de  uo  cval*- 
quiera,  como  individuo  pora  la  comisión :  dirijíase  i  qMe  bu<- 
buiese  en  ellas  verdaderas  discusiones ,  y  á  que  la  eleocioQ  de 
comisarios  recayese  en  personas  altamente  capaces  en  «1  punto 
.debatido ,  y  que  representaran  las  ideas  y  sentimientos  de  la 
Mayoría*  Mienlras  no  se  adopte  con  verdad  este  sistema,  de 
Hada  servirá  aquella  división,  y  menos  malo  serta  anin  que 
las  comisiones  las  nombrara  el  Presidente:  irian  cuando  me- 
nos en  las  importantes  algunos  hombres  de  primera  linea»  f 
se  limitaria.un  poco  el^  abuso  de  las  enmiendas,  que  la  falta 
de  disciplina  y  4a  mala  elección  de  comisarios  hace  tan.  inson» 
portable  en  nuestro  Congreso. 

Esta  mejara,  este  adelanto  hacia  la  verdad  de  la  teoría  ^  la 
aguardamos  nosotros  coa  confiansa^  La  práciíoa  de  una  y  otra 
xliputaoion  irán  enseBaodo  á  nue«itros  representantes:  las  gran- 
des contiendas  los  ir^  poniendo  en  su  lugar ,  y  formarán  ne- 
cesariamente ^u*dis^plin^  Las  desventajas  de  la  inexperiencia 
se  disminuirán  entonces^;  y  reducidos  también  loa  uabajoa  á  b 
qcie  son  en  to^os  los  paises,  entraremos  en  la  práctica  del 
buen  sistema ,  que  es  sin  duda  alguna  el  escrito  en  el  r^b^ 
mentó ,  y  serán  las  discusiones  mas  completas  y  mas  fáciles  á 
la  vez^ 

Repetimos,  por  lo  deoias,  lo  que  queda  indicado  aptes; 
que  estas  disposiciones  del  reglamento  ni  fneron  sostenidas  pe^ 
causas  políticas,  ni  esciuron  grave  discusión.  Vn  solp  pi^nto 
mereció  los  bouores  de  fuerte  y  altado  debate t  ^1  t^é  el  de  si 
habia  de  adopi%rse  para  algauM  cuestis^ies  la  Totaciou  secreta^ 
El  recelo  de  la  intimidacipu  por  un  lado  y  el  de  la  oorrqpcion 
por  otro  pugnaron  fuorttfmeme  e^  esppuota,  dividiendo. am- 
bos partidos,  si  bien  en  desiguales  proporciooes.  La  mayorU 
4el  partida  moderado  opsi^  por  la  vouci^iii  publiqi  i  al  pasQ 
que  la  mayoría  del  exaltado  pe^r  la  contraria ;  pare  hubo'gran* 


Digitized  by 


Google 


;  mi   MADKIP.  '  Sy 

des  dmumáom  de  áqnd ,  j  machas  meóos  del  secado ,  lie* 
-ganéo  4  quedar  establecido  el  voló  secreto  fiara  alguoos.casoi. 
.-^icwerdo  inútil,  por  lo  meoos' basta  ahora ;. pues  jamáa  se  ha 
;  pedido  en  dos  anos  Totacioo  alguaa  ^e  eiú  espeeioi  ni  e^pera^ 

OMs  feria  pedir,  según  la  marcba  actual  de  las' ideaa.    ' 


Esto  por  lo  tocante  al  reglamento.  Leyes,  verdaderas >  dts^ 
..posicÍQoes  importantes  del  orden  civil,  ya  hemos  dicho  que  se 
jij¡taiiODÍ pocas  en  aquella  legislatora*-Nt  el  Gobierno  las  presen- 
tó, ni  los  Diputados  hicieron  uso  de  su  iniciativa  para  propo- 
Olerías.  La  Haci^ndi^  y  la. Administración^  cepetimos ,  nos  ocu- 
paron epnstaotemente,  interrumpidas  tan*  solo  por  las  ouestio*^ 
nes. puramente  políticas  que  la  interpelación  nos  pesenlabaá  ' 
cada  inslante»* 

Una  ley  aaloriasndo^al.GieUemiD  para  lo. que  llaman  gra«* 
.cias  al  aacar,  otra  aobre  sustituir , ciarlos  artículos  del  regki*r 
•meato  de  jusiicja,  la  de  reciifSQs  de  noMdad  que  no.  llegó  á 
coocluirse ,  y  la  qiie  por  líliiaio  autoisizó  al  Ministerio  para 
iirganizarlos  4  y  produjo  el  4lecre|o  de.4  do  noviembre  de  i838, 
fueron  Ips  asuntos  mas  itaportanies  qtie  se  veolilaron  en  esta 
«roate^ja.  Que<se  ventilafoo  v  decimos;  pero  se  equivocavia  quien 
creyese  ^que  el  Congroio  ni  al  Sefiad0  aplicaban  su  atención  á 
4ates  cuestiones^ .ni  se oQopabaO'fttabnente  en  resolverlas.  Aii« 
1)8  lóa:banoas  casi  vacfoai^  eet^  prese^foía  dé  ireíma  ó  cuarenta 
dipjoiados  qoo  báUaban  onttoM^.y  no  se  cuidaban  de  la  dis«> 
:c«siou»icualro.  6  cinco  abogados  á  MiaMlros  de  alguna  .  Au«* 
diencia  pronunciabao  lctrgDs4^«fses»  qxia  no  eseiiebaba  na* 
J^siao  el  individuo  de  la:coasis¡oo  que  loa  habita  ooittes- 
lar.  DespMes^  cuando  la  bdivi  de-la  wiacitín  babía:Uegádo,  y 
sonaba  la  ealnpana  llamandi^  paca  «lia;-  venia  deipnantp  un 
^efiMoMf!  d<s  personas»  que  ^pnooaban  eompleíameoia  el  pfeinto 
debalido,  y  que.  lo  mejor  qi4s  sglian^Aaéri  y  lo  qnebaeiais 
en  ▼erdad.Mi^  inas/freioenoiii»  era  valar  do  eonfiania  l0t>qne 
la  cpn^isiou  habia  propuealOt  >  afirmad  con  su  sufragio  lo  que 
apMntdd.el  debato  se  sasteiiíia«--*Bfr6r  y.  «bsouido^véidadenH- 
asenta  grande ,  pu0  que  inAídlaa  Tetes  se  Iraubifei  aseínieé jde 

Segunda  wrír.— Tono  11.  8  * 

Digitized  by  VjjOOQIC 


58 

eMsideraoioa,  y  «•  ditpulaluí  sobre  k  sneiáe  mipriimi  d«  hm 
.hombres;  pera  errar  y  descuido  á  4|ue  no  alcanzaba  lu  idem^ 
sari  amgao  remedio ,  como  qoo  coosíste  en  bacer  TOtar  á  fos^ 
-hombres  sobre  aquello  de  qoe  ao  tienen  niognoa  idea.  Mo  ea 
este  el  logar  de  proponer  reformas  para  d  sistema  de  dtsevcir 
y  decretar  las  leyes ;  pero  no  podemos  menos  de  aCnüar  que 
esa  reforma  es  indispensable,  y  que  se  necesita  un  cambio,  ira 
trastorno  radical  en  este  punto.  La  idea  de  haber  llamado  cuer- 
pee iepslati  vos  á  los  que  solo  son  Cámaras  poKticas  ha  pro* 
viocido  grandes  inconvenientes;  |ior  fortuna' se  los  Ta  ya  com^- 
-eieodo,  y  natural  y  necesaria  ea  que  al  desengailo  siga  la  re* 
-paraebit»    - 

Mncfao  mas  esmero  que  en  lodas  las  leyes  indicadas  ee  pii«- 
soeo  la  que  había  de  decidir  la  forma  de  la  reeleceioii  de  loa 
üípucados  j*  senadores ,  ooo  arreglo  al  articulo  «3  de  la  ley 
política.  Y  sin  embargo,  para  nosotros  era  esta  «tfa  1^  de  po- 
ea  importancia ,  en  eoya  deoisioD  no  ^eiaitfos  atgumenios  ca-» 
piíbles  ni  para  segnir  él  sistema  inglés,  que  es  el  de  suponer  la 
renuncia ,  ni  para  di  francé»,  qfve  es  el  de  someter  á  la  reelec-* 
cien.  Si  había  en  este  punto  «na  cueMÍCfn  A'  algunas  cuestiones 
irasoeiidentes,  si  el  espíritu  monárquico  y  los  grandes  prtoei^ 
pios  de  eonveoieocia  soqiál  podían  rozarse  eon  la  disposición 
de  lo  ley ;  todo  ello  era  en  verdad  «cuestiones  pasadas ,  cuya  . 
ocaaíon  fue  al  dMoiirae  el  artfculo  constitucional.  Cuanto  qne^ 
tlab»,  establecido  este,  e^a  paea  nosotros  debátele  poca  im-> 
portaneia;  y  cfue  el  dipoteiiaó  senailor  cesasen  en  el  aeto  de 
obtener  on  eib|ile0,  <í  que  cesasen  ounrMtá  días  después,  lo 
tentamos  por  poco  menos  qne  indiferente,  (lor  casi  pálmente 
hiea  deeíMer  de  una.  manem  qne-de  le  otra. 

Debemos  decir  que  no  era  esa  la  opinión  eocilun ,  que  pelp* 
lonas  importantes  de  «no*  y  otro  ksdo  daban  interés  á  la  eues^ 
iidn;  qn^iei  Siw  Caballóra ,  pof  h  izquierda ,  y  el  Sn  Gaiíano, 
por  U  Mayoría-,  pronunciaron- «atables  discursos  en  tí  debktei 
Y'  e»esto  pudio  suoadii  uno  de  lea  heefats  á  qroe  nos  ^poñe  h 
ley  qnk'd^on  misaao  «rijen  al c  Congreso  y  al  Senado,  y  qoé 
dt^pMs  eonstftays  á  eadauno  sobetán*  rn  su  ergaoitaeioii:  él 
Senado  adoptó  U  iba  de  la  reotiaofa  ,Hftientras  adoptaba  la  de 
MedHmu  el.  Gonffreso ,  y  loo  tbdíf  id«oe  de  dquel  dejaran  de 


Digitized  by 


Google 


MMAIIIItt.  59 

{Mirl0  de  la  iCámaní  desde  qab  «orabas  nú  eolpleo, 
nieoirae  ^ne  los  individuos  de  esta  cootinoabaB  en  la  suya 
•basta  el  momcioto  de  la  reeleéio^i  á  ao  ser  que  pasase  «m  in- 
-lervale  de  eaalv^  diaa-^He  aqui  el  mayor  mal  que  én  miet- 
1ro  concepto  podía  haber  en- U  materia:  que  se  sigttsésev 
(ÜBtiiltas  reglas»  qMe  hubiese  diversas  decisiooes ,  pav$i  ua  pun- 
ib  qf^e  era  igual  en  ambas  Cáoiaras.  ' 


No  eoncltttrettios  este  capítulo  de  la  tejislacioa ,  sia  proeia*- 
.fdar  de  cargó  ¿rare  que  pesa?  sobre  el  Míaisterio  de  díciem*- 
bre,  j  auu  algo  tatobíoi  sobre  las  Cortes,  por  no  haber  de- 
cidido una  ^e&ifOD-impot^aotísima  ^  que  reclamaba  todaimee- 
<ra  liteiM^ioD.  Hiiblaimii  dé  la  cuestión  de  los  mayoraagos. 

Henfréa  tlicho  anteriormente  que'oo  son  nuestra^  Cámaraa 
aetuales  buehos  tuer|ios  lejislaiivo^  benaosJiohoque  otras  ateo- 
ctüu^  nos  apartaban  de  las  materias  de  ikerecbo:  bemus  dicho 
que  ni  000 venia  ni  era'iioafbbs  que  nos  jocvipásemoa  eo<bacer 
muctias  leyes.  Apesar  de  tddo>esto  ^  el  punto  de  lo$  tnayorat-»' 
güSiexíJia  uoa  résohíoion  de6mtiva,  pronta,  eficaz:  fué  una 
responsabilidad  grave' para  el  Gobierno  no  propofrémqsla  rhié 
una  vergCíenza  para  unsotroa^ue  plisara  una  lejtilaiara,  y  no 
ie'loniase.  ■      -        ^ 

'  La  ¿uMítjo»  de  los  aaayoraagoa,  si  bién  eminenie  im  el 
Mkn  poUtieOy  pmdiara  oeu  todo-ayuaednr  un  ^Boi  y  otao^  sd 
iecMott  por  le^ raepeetM  é  él}  peeo  en*  el  jórdeu  civil  en  w^ 
meMa  y  apr^tttiadoíB ,  eu  ek  orden  i|i«il  cada  moménia  que  la 
d«!ia  siat^Nolver  ocaaieuaipeijuioias  irfefMirablea.  Le  cueatíoh 
de  ios  nMforazgoe'onciebra  eldeicebb  de  auoasipo  en  la^ avilad 
dé  los  Menea  raíces  de  Eaparüas  tenerla  m  wapensq'eataoiffigar 
á  la  incertJ4ti«ibr0  udo  de  his  prbMerbe  eleasentosdel  'Bstnda 

Soa  oonoefdaanaMatrae  opiniones  eviNnt  pnriioular,  y  no 
pansaímee  abandonarte»  faiterki  n6  lae '  haya  condémdeí  la  layt 
el^éieréto  del  Sv.  LaoUero^aleiipÉiá  tK>sdti«.¿€lenMi  todas^te 
decretos  del  poder  que  consolida  unari^óhicJon  y  quo  son 
TCipaiaidoi  i  la  primfer  temioíi  de  loa :  coerpiis.  legales»  Pero 
nddülá  e|>infon  panietüat  ato  tiaue  ^iuoksipamíMúif^j  «a  een»» 


Digitized  by 


Google 


6o  .MinrttTA 

tm  de  ella;  j  de  lodaí  las  qiie  ooo  ella  ^colnoiden «  ^l^mme 
otras  de  maa  autoridad  y  respeto.  Los  tíribiinales  TacÜao,  y  el 
Tribunal  Supremo  duda  tambiéa  6  se  declara  per  la  iMiisena. 
¿Caáodo  es  posible  maycor  necesidad  de.niui'  dedanÉcioi^  le^ 
igislativa?  .      .     .     •♦ 

Existia  á  la  reunión  de  las  Cortes  de  3;.  un  proyeelo.  d^ 
ley  acordado  por  las  anteriores  y  elevado  á  la  «tancion  de  &  IL 
Decidua  este  proyecto  la  cuesiión  que  hemos  indicado,  resol* 
via  todas  las  demás  que  están  annnciadaá  sobre  la  materia,  in* 
cluia  una  kgfislacioo  completa ,  definitiva  de  este  punto.  Si  es-^ 
•la' legislaicion  era  equivocada ;  st  babia  de  prodiicic;  maks  su 
^icaeion,  el  Ministerio  de  dVcieA^bré  oo  debió  ^  .es  cierto, 
aconsejar  á  &  M.  que  la  sancionase;  fero  debió ;  si,  inmediat- 
tamente,  aconsejarle  que  le  negara  h  sanción ,  y.debió.asimiir* 
mócon  la  mayor  premura  jsnstituív. otra  pi^o)'ect9  de  ley,  y 
presentatlo  á  las  Cortes  en  lugiir  del  descebado»  Esle.  era  un 
panto  urgente  9  ^«1  momento,  que  no  se  podía  .dilatar  •  que  no 
debía  atrasarse  por  ningún  motivo.  Lbl  materia  no  era  tan  di* 
fíoiLqne  exigiera  larga  y  pesada  meditación;  y  el  Sr.  Ministro 
-de  Gmoie  y  Juéiioía,  que  ,habia  asistido  á  las  Cortes  an^rio* 
res-,  que  babia  tomado  mucha  parte  eá  lai  discusión,  del  pro- 
yecto que  aprobdraui,  debia  estar  en  situación  de.oalcular.y 
de  redactar  en  un. breve  plaso  el  conveniente. 

^No  se  hizo  por  desgracia  nada  de  esla  Pasáronle  nmf»  J 
teeaes,  aki  qiie  el  Mifeiistef^io  propuiuese  á  &  ^  quej^en^ára 
la  sannion  pedida;  paáóae  kirle|;islátMnai  sin  que. se  pveseuláfa  • 
«tt  nueto  sistema  pera  reemplazar  al  x}iie  no,  le:  eoeptaba.  X 
s^esdid^ésto,  i  petoK  deque  con  itetivo  de  unas  peticiones  se 
dijeron  pabbcas  gcavosi  al  Mínisterio^sobce  ese  punió;  .y  aa«7 
oedió  éslo^  A  pesar  de  babferse  ioseitado  en  el  Gongrieía  mismQ 
la  dispttt»qtte  fuera db  él  iseafituba,  y  de  haber 'e0mbet¡4p 
firferteHienlem  ellar  los  SeMtes  Bnvé  Murdleí  y  Otósaga;  ^ 
IÍKidíendd.aqnel«aef«ft«BeeaMM,  «na  mnlaoaiHaeon  un  be- 
Uo  diÉBotin^  y.neudie'Bdo  éain  pata'  contastark  á  una  deoUrr 
iDÉQÍdn:pooodignnde m ubam»  y <de  la  raaon  que  d .4i4^t 
tm  entender  le  aiistia. 

.lios  maleé,  p^es»  que  este  desenidp.ba  causado  *  loa  que 
se.^siAn  imágm  el  die,  y  kü qM eeüooarin  mas  jpalpabW 


Digitized  by 


Google 


ra  vAORiü.  .61 

mente  cuando  se  quiera  y  no  se  pneda  defiatar  f  tte  nado;  to- 
dos eUos  serán  una  responsabilidad  para  el  Ministerio  de  di-- 
c¡eiiibre,.iniyo  abandono  ha  sido  «u  primera  causa.  Y  las 
Cortes  también  c<anpart1rán  esa  responsabilidad ,  j  llevarán  so^ 
bte  si^lgo  de  esa  pena;  porque  también  ellas  descuidaron  un 
tanto  lo  que  era  su  obUgacioo;  porque  fascinadas  con  un  res- 
peto justo  pero  estremado ,., no  clamaron  fuertemente  al  oido 
del  !4inisterio  parg  que  te  pusiese  término  á  ese  mal;  porque 
no  insistieron  una  y  otra  fez  en  l6  que  reclaniaba  el  inferél 
público  con  TOi  y  «on  demanda  urgente,  y  dieron  quizá  mas 
atención  que  á  ésta  á  cuestiones  menoé  ¡m|iOrtantés.  He  aqu( 
■n  punto  sobre  que  la  OpMicion  hubiera  podido  reclamar' 
cao' justicia  y  con  éxito,  segura  deque  00  era  {losible  pon-* 
testarle! 

Por  lo  que  á  nosótrba  toba ,  siempre  nos  quedará  un  hon-. 
do  sentimiento  de  no  haber,  promovido  mas  aciiv|imente  la 
resolución  de.estas  cuestiones  de  mayorasgos. 


J.  F.  Pachico. 


{ÍM  continuación  en  el  próacimp  número.) 


Digitized  by 


Google 


6a  fliiTiarA   • 

POSSIA    tOWWLAÉL. 

DRAMA   NOVELESCO. 


M«H 


Lj«  poesía  popular  nace  desde  qoe  la  letigma  vulgar  em^^icn* 
'  á  adquirir  formas  propias  j,  adecuadas  á  los  paebjos  que  J|e: 
bflMaffiy  y  se  dtsiingae  siempre,  por  so  originalidad  é  tAde- 
peodeneia  de  la  poeaia  académica ,  qne  circunscrita  entre  nnok 
pocos  sabios  y  eruditos  apenas  se  atreve  á  desTiarse  de  la  imif* 
tacion  y  recuerdos  de  una  civilización,  ó  ya  muerta,  óestraSa 
á  la  generalidad  de  la  propia  nación.  Anticípase  aquella  &  esta, 
porque  lo  necesario  precede  á  lo  supérfluo ,  y  lo  que  está  al 
alcance  de  todos  á  lo  que  solo  comprende  un  corto  número. 
El  mismo  origen  tuvo  y  la  misma  marcha  siguió  entre  noso- 
tros que  en  todas  partes  la  poesía  del  pueblo,  que  desde  sus 
primeros  pasos  basta  fines  del  siglo  XVI  se  , conservó  bajo  la 
forma  épica  y  narrativa  del  Romance  octosílabo,  y  de. ciertas 
letras  líricas  y  sencillas  que  cantaba  eL puebla  Pero  como  los 
progresos  en'  la  civilización  habian  cundido  y  la  nación  ade*- 
lantado  en  inteligencia'  y  en  un  gran  número  de  conoc¡mien-« 
t6s,  ya  en  el  siglo  XVII  se  refundió  la  poesía  nacional  en  el 
drama  novelesco,  que  adaptándola  por  base  de  su  creación, 
convirtió  su  esencia  narrativa  en  acción  y  diálogo,  conserván- 
dola empero  al  alcaocedel  pueblo,  como  hija  suya  y  como  de*- 
pósito  de  sus  nociones  históricas ,  civiles  y  religiosas^  donde 
debia  encontrar  consignado  el  tipo  original  é  indeleble  de  su 
carácter,  de  sus  hábitos,  de  sus  costumbres,  de  su  fe,  gus- 
tos, placeres,  sentimientos  y  progresos. 

*  Con  semejantes  elementos  nuestro  drama  formó,  y   debió 
ibrmitr ,  cuando  fue  inventado,  un  sistema  de  poesía  completo 


Digitized  tiy 


Google 


üBMAmn».  63 

y  ^tioto  dcl.qae  tom  suor^én  en  im  escudas  y  aeailMifas; 
poH{iié  81  el  de  estas  era  esclüsivamenle  <Ie  los  eruditos  v  el  de 
aquel  fae  la  éxi^resion  de  las  necesidades  del  |iucbto  castellano, 
qiftieii  cDfluo.i  hijo  nacido.de  ««s  entva&as,  aKmettlado  con  sn 
))rO|He  attslapeia,  y  acariciado  en  »a  {iropio  seno,  le  aapó  con 
¡lasioo  é  idektría :  le  amó  oomo  á  sn  propia  lengua ,  |iorque 
estaba  i  wá  alcance,  porqne  era  la  expresión  |>rofuiida  de  sua 
ideas  y  ¡lensaniiefttos ,  |M>rqae  era  so  retrato  vivo  y  el  espqo 
donde  se  veía,  grave,  noble,  cobaUerasoo  y  ong¡fiali'¿Y,eóaio 
aai?,Gonlo  qne  el  .idioina  y  la  poesía  vnlgar  son  el  deppsilo. 
donde  se  contiene  y  elavora  la  origitialidad  de  las  neetoeeai» 
como  que  el  uno  y;  la  oira  revisticodi^  las^ideas  y  la  laMlacíoii 
general  de  la  naturalesa  de  lasfermas  especiales  qóe  fismpa-»> 
twanoon  cada  pueblo «  laf  ponen  en  armonía  con  sus  sentid 
mientoa  y  ál  alcance  de  s«  imeligencta.  ¡Ño,  de  otra  'naneim: 
pueden  kia  ¡Koductos  del  ingenio  editar  el  ent^iascno  entreí 
las  masas  de  liombre»  unidos  con  los  lasos  de  upa  soeiedad,  y 
formados  con  wm  educecion  común.  - 

Pmr  esfas  eansas  la  poesía  |iopular,  qqe  sigue  paso  i  ¡mm» 
la  marcha  de  la  civiltaacion'iecal ,  vive  siémpna  robusta  eoan^ 
do  1»  lie  loa  eruditos  pasa  casi  oculta  y  deaoonodda.  Por  ellae 
sus  i^aíoBS  son  eternas ,  y  por  ellos  en  fin  no  consiente  que  pros*' 
peran  las  creaciones  exóticas,  hasta  qne  ingerítias  en  su  propio^ 
tronco^  se  fecunden  y  alimenten  ccm  la  sabía  de  él ,  y  liasta 
que  se  convierten  en  su  profíia  sustancia*  Enionoes,  y  cultiva* 
das  t>^r  el  puebla,  es  cuando  U  civilisacion  da  fxisos.de  gigati-* 
lab  Asi  las  instituciones  políticas  como  la  poesía ,  jamiis  prodo^ 
oea  nada  grande  ni  elevado,  nada  subiisienteni  úitl,  cuando 
BO.son  el  resuludo  espontáneo  de  las  ndcionés,  ni  cnaado  se 
intenta  introducirlas,  violentameme,  pues  en  ei»ie  caso  los  pne^ 
blos  pierden,  quizá  sus  antiguas  liusiories,  sus  placeres  y  su 
originalidad,  para  ser  el  ludibrio^,  ó  lo|  iniscros  saiélttes  de 
otras  nerones  que  han  sabido  conservarlas.  La  naturalesa  pro*^ 
oede  en  todé  lentamente:  el  que  intente  precipitar  su  niarcba 
daalraye  so  espontaneidad ,  y  jolo  coge  Trutos  insípidos.  En 
todas  ocasiones,  cuando  las  reformas  y  mndanEas  se  intentáir 
cryeCiUar  én  las  naciones  antes  que  ellas  las  com{irendan  y  sieil-« 
tan  como  necesidades^  I09  pedantes  que  las  provocan,  las  dea-^ 


Digitized  by 


Google 


«4 

tniyeii  6  hm  oUigan  á  rclroceder  en  k  marcha  Mneilk  y  tt^ 
cü  qae  t^uia  su  ínteGgencia. 

Eo  so  |Hinlo  de  oporfnnidad  j  madarea  se  bailaba  tiiies*» 
tra  poesía,  caando  á  priocipids  del  siglo  XVII  apareció  A  * 
grande  ingeo¡o«  qué  abarcando^y  comprendiendo  lais  neoesi-* 
dades  y  el  espíritu  nacional,  sin  violencta  ni  esfaeno  ingirió 
en  ella  la  parte  de  ciencia  académica,  que  «lando  ya  al  al«« 
oaooe  dé  las  masas  popalares ,  annque  diseminada  y  sip  oon^ 
cierto,  iolo  necesitaba  loa  esfuenos  de  una  inteligencia  supe-  * 
rior.,  y  capas  de  reuniría  en  un  todo  completo  y  adecuada 
Sste  genio  inmortal  fue  Lope  de  Vega »  que  inspirado  por  el 
soyo  propio  y  el  de  su  pais,  inrentó  el  drama  notelesco,  el\ 
que ,  si  existia  ya  como  deseo  y  necesidad  en  todo  el  puebla, 
carecia  no  obstante  de  las  fiomsas  con  que  debia  resKsarse  y 
praciicarse.  Apareció,  pues,  bsjo|8os  auspicios  comrertida  m; 
drama  toda  1|  poesía  popular,  pero  rejuvenecida  y  ornada  de- 
les .progresos  que  babiao  becbaen  España,  la  imaginación,  el- 
cultivo  de  las  ciencias,  y  el  estudio  de  las  bumanidades  ya' 
mas  vulgarizada  Engalanada  la  esencia  narrativa  de  nuestro 
antiguo Ronunce,  con  la  sutil  metafísica  délos  trovadores» 
con  las  ricas  y  hermosas  combinaciones  mótrícas  de  Italia,  y 
con  el  orientalismo,  grave,  pero  vehemente  de  los  árabes |  se 
refundió  nuestra  poesía  vulgar  para  aparecer  bajo  las  formas 
del  drama  novelesco,  y  constituir  en  adelante  el  sistema^  pro^ 
piamente  de  tipo  español.  No  solo  en  esta  crisis  no  tomaron 
parte  los  eruditos  del  siglo  XVI,  sino  que  al  contrario,  coa» 
los  clásicos  griegos  y  latinos  en  la  mano,  despreciando  y  des-^ 
ctmociendo  nuestro  carácter  esencial,  se  empeñaron  en  bacei^ 
nos  retroceder.  Mas  el  instinto  del  pueblo  que  puede  y  ▼ale 
mas  que  los  filósofos  y  los  doctores,  los  arrastró  en  fin  como 
un  torrente,  los  hizo  desertar  de  su  baodíera,  y  los  obligó  i 
su  pesar  á  trabajy  para  él ,  y  aun  á  ser  tal  cual  vez  ori-^ 
ginales.  , 

Para  el  reposo  de  mi  conciencia  este  punto  necesita  una 
aclaración  amistosa:  escarmentado  de  que  cuaiido  en  otra  oca- 
sión ataqué  la  intolerancia  de  los  clásicor*y  demostré  que  el 
abandono  de  sus  reglas  convencionales  no  impedia  producir 
obrAs  bellas  y  perfectas,  no  solo  los  enemigos  de  mi  sistema 


Digitized  by 


Google 


DSMADftHl.  6S( 

tíe  tfát^koo  ^'  iioafq«¡al«  literario^  sifto.ipie  muchos ;flQa(i¡go| 
dk  mfSjdodrimtt,  j.ieKU^.w. dolió  no  poto^  la»  tr#4Bf«roQ 
tmá  abávqmicanienie^  ftbovn  d^seo  pfotesur  ,y  prpteita  coQtff 
tédtf'tcadlacoMD  tofid  reapeeto  á  las  ideiis  que;  ^^^ppeiK'  en  eaie 
«icrítoiv  *    .  '  •''.•'  ^í        -  '    '  f 

Tao  UjpmtÉé  hillo  de  coiMieB^t  el  fsiMdio  d^  Joa  ctásicosi 
qUo^aotds  le  oW  JBdispeiMftbIe  para  foraifar^  up  guatg!  fpieQ* 
isialmeóte  bdlo^  y  pcddabir.  obfaa>  m^^^aras  é  inuyortalfea.  fif^^ 
0alQÍio;'si  cáe.^jo!el  imperio  d«  la  buena  ^  $lp9Ó£ca  critica» 
eítfve'pm  ^n.^baala-  los  talento»  tnísdiai^os  prpda;scaai  obrM 
irgrkMlaUea4  mat  aá  de-  él  áe  apc4era  y,  aprovecáia  qp  ^f^nd^ 
ím§aílo\  entonaos  al  medio  rnae. poderosa  y  efijcas'  paira  .^* 
aalaavley.ennoUacei4e^pi]|e4.:lij<(^  d<Qi. «batir: :f|[  ifo/alo  de  la 
iMafiqacioaijyanif tiéndola/á - Corgias  isiiáticfa  ^e.qtros  p^ñ^^ 
da(íkótiita*dé  loa«Dti||^iiOft  clfuúim^  tentefiaá.eiiQpptrfijrrfiaefCif 
€Miii]ioa<le  ftupiénoíoii,  ^sugiere  ndevos  mf dips  4^ ; im^^^  la 
MUíiuftímÁtj^ti^hBfi  d  íbejqr  y  mas. Jiguro' remedio  iooi|«r)i  )f  . 
<«aolav¡txHÍ»>daÁ  io|renia«  porque  es  <anibiei|,4^,.ipejpi:  aguijofL 
jtímifk  lalfielieía'y  el  toejor frMo  y  m^^si^^Te^qoi^. j)i^^e  con- 
tenee  at  anárquico  alrevimieiitg:  de  ]Los  ígnprMtj^  y  .a)  mei^ti-^ 
:áo' saber  de  la  pedanieria*     ,,.  '  j         J  >•',         /  r  / 

Mnebas  yeoee^  etnpero ,  ^i  4  f^^dift  ^k-fj  iogenio  r9f4e^ 

librarnos delí  calino  que  poodffpe  al  error ;.díganlor  si^o  los 

disiingiúdaí  filólogos  7  pof)s3  q^e  ioutiüzaron  sus  dotes  maB 

brillattlea  por  hab<^  embotado  ógpaeoQupadOjí^^  natural  íns-    ' 

tinto;  á  fuer  de  olvidar  lo'seoi^illo  .y  fticilpara  bailar  todo  :i%l 

.asdrÍAo  de  las  cosas  en  vencer  .d^icultades,.  que  el  pueblo  xii 

condcé^nt  aprecia.  La  nat,|irale?a  se  complace  evn  fficiljtap  l(^ 

4MiiantialeS  del  placer,  y  lo%  encopetados  sabios  se  apartan 

de, ella  pretendiendo  bacerlos  casi  io^ccesibl^ .  Po^  huir  d^ 

lat  afeiiaionei}    y  aeotimientos  del  qiie  llamaban  vulgo,  se 

etfipeñaron-.'enjBeguir  estrictaineote  como  pauta  j  regla  upi*- 

versal  lar  forma* «  ideas-  y  pensamientos  de  los  antiguos  clá- 

(áioosk  ¿Y  qué  bicierqn?  Los  copiaron,  los  rq)i(ieron  basta  la 

ísapiodad,  los  earicaturaron.  ¿Y  que  adelantaron?  ¿Ha  Ileg^-- 

do^  por  v^ntipjca»  á  la  posteridad'  alguna  de  sus  obras?  Pues  á 

.fe  que'.gran  núitero  de  ellos.no  carecian  ni  de  talentos,  i^i 

de- imaginación,  ni  de  estudio:  peco. todo  lo  teñian  embotado 

Segunda  /^rie.— Tomo  II.  g 

Digitized  by  VjOOQ le 


€6  MfwrA 

ton  él  trbte  «mpeSo  de  ser  Homeroá  y  VirgiKte,  K^Takiido 
é|tt'é  para  8ier  grande»  era  necesario  iiileiitar  par  ellas  propios. 
Ethpapádos  en  formas  é  ¡deas  jra  muertas ,  aaiiiqfieeanbalaa.* 
Madás,  preiendiáB  á  iodo  trance  resocitarlas^  bo  eobando  do 
Ter  que  el  olor  de  los  bálsamos  se  emplea  en  los  cadáveres,  j 
no  se  parece  a)  de  hs  floreé ,  qoe  adornan  la  haronistifa  Oena 
de  YÍda  j  de  tigor.  Desconociendo  lus  necesidades  ^  ebinstiiito 
de  la  naloralezá  animada  que  los  rodeaba ,  y  qije  ferviente  7 
^n¿rg«cá  para  el  pueblo  pasi^  desconocida  por  delimte  éf  loa 
éábíús,  la  abandonaren  como  cosa  de  poco  valen  A  segi|¡atan 
éí^radfii  Viás»  i  pMlender  copiar  como  únices  modela»' bá  ío^p^ 
UM,  la»  ideas,  j  hastb  la  lengua  de  los  antignoá,  el  Da^ie^ 
^  Aridáto  y  Millón^  no  sertab'al  presente .  magníficos  iiiooi]t«> 
jttelltos  de'ñrl^inaKdad.  Lo  snn;  y  toserán,  porgusémpÉpáai 
íÉlosé  eh  él  estudió  dé  los  dásicos,  1^  dé  eiicad«ar  con  dUok 
M  altiva  imaginación,  les  sirvió  pera  engrandeoérsela  y  khnaéy 
tiirsela.  Después  de*haber  sentido ,  mas  bien  qiie  analiaado/laa 
fyellesás  de  Bomérb  y  dé  Virgilio,  después  de  Uabefse  eotii«- 
^tasteado  oon  én  lectura,  se  los'vi¿  olvidados  dé  los  libros^ 
entregarse  á  la  inspiración  original  revestida  con  las  (broMs  y 
el  tipo  directo  de  la  naturaleza  viva  que  loa  rodeaba.  Las  be^ 
llézaé  de  los  clásicos  trantforáyadas  por  el  gMio;  no  en  tipo; 
sitió  én  instrniñefilós  de  mftpiracion ,  se  hicieron  percepitU^ 
al  pueblo ,  que  las  adoptó  por  suyas.  El  Dente  y  Ariomo,  Ca-^ 
tnoensy  MiltOñ,  han  lleudo  á  la  posteridad ,  porque  el  estu- 
dió de  los  clásicos  {irodujo  en  ellos  el  entusiasmo  y  no  la  no^ 
'tía  pretensión ,  de  disfrazarse  en  trages  griegos  ni  romano». 
'Cádh  cual  fué  él  hombre  de  au  siglo,  y  la  expresión  del  gd^ 
trio  y  originalidad  de  sn  patria  y  de  »us  contemporáneos;  ca^ 
N^  éixat  nos  retrató  le  naiuraleía  y  el  hombre  con  quien  vivía. 
Por  eso  dieron  formas  adecuadas  á  la  ínteligejacia  y  al  pemaju 
miento  social  que  animaba  y  sen^a  de  base  á'  »u  tiempo,  y 
"Ytor  eso  fueron  ii  los  siglos  futuros  los  intérpretes  de  su  civr- 
fizacion.  Conooietidó  el  secreto  de  los  antiguos  y  arrancando 
d  suyo  á  au9  compatriotas,  formaron  on  sistema  poético  tnn 
grande  y  perfecto  como  el  clásico,  y  fueron  pare  sn  edad  ^  lo 
que  Homero  y  Virgilio  para  los  griegosyromaaosude  la  foyit. 
Éste  aecreto  consistía  solo  en  :tener  tma  volünüd  firme  y  de** 


Digitized  by 


Google 


M.iMbMm.  6;, 

í!^\4^'Í0  9er  loA  bombras  ijkl  tigio  o^fitÁneo^  de  ser  popularen» 
la  ffifroá  ^  ]^  siándola  tf  preseptaron  como  iiu|dlelo8  de  laa  ge^ 
Mcm^umei»  ¿Podrá  Mpiraiv  la  critica 4«1  «¡glo  XVIII  á  produ- 
cir cüHi  sil  ims^iiíbo  afinUsif  9  bí  ai|a  compreod«ir  siquiera^ 
laque  iiJeii «fmeJiDiBt tioubse»? Pues  híea^  lo  qué  ^  no 
pfKÍo  entfoder  coa  tpdo  su  aperuUi  da  cteacia,  lo  seqiia  el  úlr 
liuio  boml^  del  vulga'^ 

Ifo  e^  aberii  o^i  prop6sho  iadegac,  si  e)  análisis  mecámcif 
uHfpdupid^  p^el  aiglo.xyilly  y  wpiieedo  á  las  ilustoaes  d^ 
^eMBútt  j  del  s^oiimieoto,  ha  prodopido  mayorm  sudes  ^  í§ 
bmuauidad,  asi  eo  moral  eomo  en.  política,  %{iie  el  iauftísi)M} 
USM  desenfrenado  de4Qs  siglos  medios.  La  bislorif  ba^  jpa<r 
tict^delos  becbos,  guando  en  respeotÍTa  durecfoa  compare 
|niÍ9  ^uf  bandera  «e  ban  consnipadb  crimines  mas  n^i^doat 
tajo  qué  sistufna  fe  ba  oiukiplicado  el  número  de  Terdugos; 
IWO.ya  que  sobre  esto  no  se  exiiendaii  qiis  reBexiones ,  d/^ber^ 
ni»  catante  obseryar  que  abogado  el  principio  dfi  fe  y  df 
jsplllsissmo  en  el  cieno.del  escepticismo,  retroceden  á  pasoa 
4e gigante  1^  artef  de  imaginación,  se  .extinguen  ks  sentir 
inienios  graod^  J  generosoet  y  que  perece  ademas  n)  prinoí«» 
fHQ  de  vida  inleleQtuiil  i  medida  que  el  aleiifno  bipdcriu .  j 
calculador  de  intereses  puramente  materíaleí  y  e)  iud¡?idna^ 
lisAio  raspeado  deios  mod^oos  filósofos,  seca  y  agoi«  las  fiíeiir- 
lea  del  sentimiento  iostiutrvo  de  la  vida  idfaL  , 

Lo  que  el  Dante  y  Ari^o  en  Italia  y  el  Gamoens  en  Por^ 
JlMgf)  lá^tttaron  con  el  ppema  dpicot  lo  misiao  realizó  en  S^ 
pa^  lespuptp  fd  dranSa  eí  gran  Lppe  de  V^a*  Bando  ?ida  y 
jBevimieoto  por  medio  de  la  acción  y  el  diálogo  á  las  seneiUiu 
Hert aciones  que  eran  U  esencia  del  imtiguo  Romance  ppf«ih 
lur ,  enconMS  4  cpn^bo  que  Xp  condiujo  á  so  creucion  dnuná- 
3tief»  Porque  esU  k  exigia  y  no  por  oposición  i  ellas,  6ie  por 
Jo  que  se  sepird  de  las  reglas  cl4ai6aa  mismas  á  qi^e  babfti 
tributado  admiración  en  las  escuelas* 

Conoció  Lope  j^ndnen  que  las  reglas  diásicaa  relativas  áj^ 

ttfidedes  no  erau  jfsenciales  mas  que  <  cierto  y  deter^iinado 

ajutema  de  jipitucioii ,  á  cierMt  9leif  4«de  de  tenouinsilitM, 

.|iero.que  distiendo  en  la  naturalesa  oíros  medios  de  imita- 

eioii  y  df  vfrqsjnülitud  V^^  »  Miuellai  pio  c|d^,  mn^fuu 


Digitizedby  VJi^^^v 


68  intvMTA*' 

inconventeüte  resultal>a  ié  abanáonarlas.  Düonas^,  ^scelMtM,^ 
indispensables  eran  para  las  lyacidne!^  bijo  coya  dWlizaeton'  sef 
crearon  y  en  ctiyas  ti'ostambres  Jas  bíillaroh  sus  poetas;  pero^ 
eti  un  pueblo  meridional  t>or  escelen cia,  ihistieaníeolv  r(eti|;iii^ 
so,  fervieíbté  de  ioiáginaéion ,  tfoié  buscaba  las  ilapred^nes'ifii^ 
tinas  de  alma  mas  bien  que  las  de  los  sentidos ,  los^eFectos  d9 
la  lucha  de  las  pasiones  y  no  los  resukados  del  Aililliátiib^^etf 
ttn  pueblo  ansioso  de  asuntos  coMplicádos,  cürfosd  de'exao)!- 
narse  á  sí  mismo,  árido  yHen^ile  fe  par^  cofh'lbs  hecbotima*^ 
rav{|lo(os  y  tas  enredada^*  situaciones  ,'¿c¿mo'hisAta|i  de  há%^ 
lar  á  interesarfeias  sencillas  y  bretes  combinación^  <|iicf<Ctt^ 
benen  un  cuadra  clásico?  Nuestro  genio  espMfol  .abafrcalNf 
úh  inmenso  espacio  poético ;  para  tenerle  suspenso  y  éntrete^ 
nraóen  él  teatro,  necesitaba  una  bislbría  entersí ;  útt  po^txíá 
épico  complétd.  Pdco  nos  importaba  que  él  ¡loüta  oorriésé'de 
Oriente  á  Occidente,  que  pasase  dé  áiglos  á  siglos;  pbes.coiii^ 
'titiebtro  drama  era' una  historia,  y  eso  buscábamos  allí,  volá-^ 
bantibs  en  el  teatro  cotí  el  poeta  ,  como  seguíatbos  en  un  llbrd 
al  historiador.  La  curiiMÍdad  que  nos  cotiducia  á  h  estena  /  y 
xíuestm  imaginación,  abarcabaii  las  creaciéiitíi  del  ingenio ,  y 
ya  én  el  cielo  6  yá  en  el  abismo,  estábamos  contentos,  si  co^ 
Tñú  'en  la  tierra  Telamos  al  héroe  que  con  hechos  maravillosos, 
itilrigfis  complicadas ,  combates  íntimos  de  pasiones ,  ^es-^ 
tk>nes  de  punto  de  honor,  galantería ,  metafísica,  acietoáe^  é9i^ 
iiüllerescas  y  relt^ósás  nos  reproducía  á.  nosotros  y  á.nu^tros 
'ftitimos  sentlmÍMitos.  1r -di  aun  esto  bástirba  para  ootosfréfr  rf 
df%mti  popular.  En  ello  ciértatíiéhte  consbtia  au  é9enci«F;'per(> 
para  su  parte  de  ornato  éxigia  nuestro  gusto-  y  fjetidenda  na-^ 
Ardí  qué  se  revistiese  de  todos  los  tonos  de  la  pí^fa;  AéceSi^ 
tábamos  en  fin,  que  la  lificá,  la  épica,  la  nai*i*attVa,  óstent»^^ 
aettodoá  sus  recursos  eii  el'teiAro,  porque  aéo^tutfrbtÁloé  k 
la  gila ,  jriquéfta  y  abundaueíá  de  nuestra  hei^osa  lengua,  lot 
oidos  españoles  no  nodian  fetiunciar,"ni  ann  énel  draola;  Ifh 
encantos  densos  variados  y- arúioniokbs  sbitidos.  ^  *   *<  * 

IWeoesidadés'de  tal' tamaño  y  estension  no  pódian  $aiMñ^ 

cetse  eú  el  estrécho^ófrciflo  qué  contenía  las  deioi  ptíeMfh  avi«- 

tigiiós,  ni  tan  eiicontradao  y  diversos  ^etaiento$,  amalg)iferMitr« 

'  se  y  colocarse  convenientemente  dentro  de  ^.'Ya  Itfait  de  h 

Digitized  by  VjOOQIC 


Cuew',  Vicao»  y  bs  árgensols^s ,  tebia^  coqc||¡do  U  precifioo 
¿0  exceder  4iA»  corlo»,  .Uai¡te$j  peto  -como  eran  eruditos  pori«v 
JMil0rtiícúe«Oii<^oO  la.d^bí^  reftqluoioo,X.acbaodp.s«9  4pctri«r 
mi  épaAén^fi9í%  ctkn  ik  p^cd^idád,  fvdejron  lU^ido^i  y  Dpsd  atror 
iriemíi  d4  Ultoo  á  seguir,  él  itist;¡n|o.4el  pu^l9.S  |K)i?  lo  cuají . 
en  vez  de  inventar  un  sistema  nuevo  é  independióme  del  antir 
gtío  oláflirá  y  OM  fbrina^  ptopias  y  origidales.»  solo  produje- 
ron moiiAruoso^  drdinas;  compuestos  M  elei»ei||los  ipconci-* 

*  Al  ingevio  grande»  audaü » emineniemente  espaSpl  de  Lope» 
estaba  reservado  comprender  é  inTeoiar.  un  «H^ema  dmmá- 
tioeí»  Iqlae-  .fuese  ( jvei^dadera  eipresipn  de  nuestras  neoe&ida-* 
des  ioteléctiiales  y  diorales.  Por  inspiración  ó  por  sentimien- 
to Intiimo  4. quizá  miisque  por  estudio»- bailó  el  drama  nové- 
leseos qué  formado  opn  la  quinta  esencia  del;  carácter  índige-^ 
B#,  ileí  eproipió  edemas  cuanto  np.era  in^mpatiblé  cou  ella  y 
Wdiíánfoi»  adquirido  de  los  .estrenos.  Cultivado  el  árbol  d^ 
nuestra  poesía  [>opular  creció  magnifico  y  robusto  basta  Ufei 
M^esM-y  eñs.  vigorosas  remas  asombraron  Ja  culta  Europa* 
Mtdeloifné  de  ella"  casi  un  siglo  entero  j  y  sos  mayores  inga- 
pies  se  aKnientArQn.de  su  substancia  para  producir  obr as  aoá* 
l<^gts^»:90icu|int4lse  prestaba  á  las,  respectivas  idiosipcrasiaaso* 
etelesv.fu^a^iuienes  las  producían.  Riotrou,  los  dos  G)rne¡llea» 
tí  oMpu^lMtAiere,  Leságe  y  otros  grandes  talentos  son  prue-" 
k*  ifi^nsaUe  de  esu  verdad.  , 

o.:  y  4ío.Be  crea.,  ya  lo  bemos  dicbo,  qiie  Lope  se  apartó  vo- 
lmiM(rtaq[»#otfi  4f  las  ^reglas  clásicas  por  solo  apartarse  de  ellas; 
)pi)Mi»vMi  P^tm  crear  otro  sistema  mas  instintivo,  á  la  ver-* 
^ad«.qp0,va^ad(V  No  dejó  á  su  pais  desierto  de  poesía  nació- 
^Ai  fPtppfpdiijo  monstruos  como  los  que  le  precedieron.  El  > 
^fítíP^  VQ99^ÍAl  y  grosero  que  existia  antes  qye  el  suyo,  tam^ 
'jMe||.t<M^  i^n^  parte  muy  esencial  en  su  nueva  creación ,  por-, 
q^pe^n.  0L  se  hallaba  el  tipo  característico  del  pueblo.  Salió 
^p^^  ^  sus  manos  libre  de  la  ruda  y  bárbara  corteza  que 
}o  cabria,  fl^ltó  adecuado  álos  progresos  que  se  habian  veriQ.- 
eado  ^Uil^  cultora  spciaL  ¡Que  diferencia  enorme  noee  i^ot^, 
cp>^£^V>4  ^^VP  1a&  saI^  groaras  y  el  lenguaje  de  las  ao|iguaj^ 
£|Wtt.dfí^pc¡iiai  ^ue^a  y  otros»  si  se  comparan  con  iis  gra- 


Digitized  by 


Google 


7^  tirwTA 

cias  oportQDis  y'deeeiltei'cle  Lope!  ¿T  ^vé  dlirenioi  díe  h  ' 
pretion  noble  y  cabaliereflca  de  los  amorfos  Inirodtícídos  en  sm 
dramas?  Eito  es  todo  ioTeDcion  suya ;  lío  existiaen  las  faraatt 
ii  bien  Yft  se  bailaba  oonoatarálizadó  en  las  oostnmbref  é  m*^ 
frodacido  en  la  sociedáil  por  la  ledara  popular  de  los  librea 
de  caÍMllería. 

Las  reglas  que  los  orhHyw  dedt^jeroii  dé  hs  clariones  eláu 
sioas  y  de  que  se  aparió  Lope,  no  afectaban  eseneialoiaste  las 
generales  que  constituyen  la  imitación  de  la  bella  natnraleía^ 
pnes  sí  de  estat  se  oljidára ,  jamás  hubiera  oonsegvido  répre* 
sentar  ni  satisfacer  las  necesidades  de  un  pueblo;  pues  siendo 
ellas  mismas  esencialmente  necesarias,  son  ufna  parte  dri  in»» 
tinto  con  que  e|  pueblo  concibe  y  aiente  la  belleaa.  ^or  ittspl^ 
raciotí  se  apartó  ¿e  aquellas  Lopto,  ptoriiMpracion  conserf^ 
estas ,  y  por  inspiración  hicieron  otro  tanto  los  ^ddes^ioetas^ 
que  dedicados  i  producir ,  jamás  se  ocuparon  en  la  crbieá  f^ 
losáfica ,  ni  en  escribir  las  reglas  que  á  po$tériori  se  diMiQJsroá 
de  sus  obras. 

Ifo  piensen  sin  embargo  nuestros  noveles  rpmántlcosr,  qtia 
pudddo  ocupar  una  categoría  semejante  á  la  de  Uométo^  '$ú^ 
pbocles,  Euri'pides,  Virgilio,  Dante,  Ariosio,  Lope  de  Vega  f 
otros,  oon  solo  dormirse  y  abandonar  el  estudio  y  el  irabajo¿ 
Todos  estos  grandes  hombres  fueron  hijos  y  desCefldiepies  do 
las  ideüt  é  inspiraciones  de  los  que  los  pre(>edierónt  Pwque  ai 
fin  ¿que  otra  cosa  es  el  mayor  ingenio  sin  cienéU ,  que  ná 
buen  estómago  sin  alimento?  ¿Cómo  se  adquieitn,  sin  ^tudio 
y  trabajo,  ideas  copiosas  y  abundantes  para  asimilarlas  á  la  in- 
teligencia individual,  y  reproducirlas  como  ya  cdn vertidas  eá 
originales?  Si  el  estómago  no  recibe  alimentos,  la  ^idh  deeao 
y  acaba »  porque  aquel  no  tiene  flíóbre  que  trabajar  ni  que  «fesi4 
milar ;  si  los  recibe  pocos  y  malos ,  la  -vida  es  caeómieíA  y  íhi^ 
serable«  Asi  también  cuando  la  inteligencia  no  recibe  ideaá 
que  trabajar  y  asimilar  muere  sin  desarrollarse,  y  si  li^  reci'W 
be  pocas  y  mala^ ,  jamas  llega  á  su  (ierfecclon.  Bn  el  on'oaslúi 
su  resultado  es  la  ignorancia ;  en  Á  btro^  et  falso  asíber  y  la 
pedantería.  El  estudio  es,  pues,  tan  indispeiteble  á  h  vida  éA 
ingenio  y  de  la  intelegencia,  como  él  alimento  á  *la  vid^  HMcfa. 

Bl  error  de  que  el  estudio  embota  e)  talento  y  la  iiDa|fina-» 


Digitized  by 


Google 


7' 
t  m  4r>|Wii  de  qi»  «iiMff»  hri|l>inte  jilYenUid ,  dolada  na-^ 
tnralmeDie  de  energía  imelectual  y  moral  para  prodacír ,  pe^ 
reee  liii^eiBfaárgo  de  toankiioo  y  loM^eriá  i  por  eso  las  alas  del 
íiijyeBio  que  piacieroii  ixibaslas,  no  «aíden  los  espacio^  subliipea 
aionde  fUKfiman  levantarle,  y  apenas  le  aypdap  á  i^^rfatr^rse 
por  el  aáelo.  Si  leí  vda  algaoa  idea  wire  ep.  eO^  ^^ebrof 
firi«iegSa4as,.le  leennde  y^edialaa;  péc^  per  na  ^Qontj^marMr 
el  firaflioso'áUmeato,,  tica  preoto  deoae  y  fe  aniquila.  E|  jóveo 
eipeiiBl  «qué  eoo  solo'  quesea  serlo ,  piidiera  a^epUajarse  á  las 
demes^  aaeíeqes,  se  ve  por  su  per^aa  oUigadó  i  seguirlas  muy 
de  Iqea  ^  cieyeode  escpd^erlas  en  ¡oteligeocia  y  en  sabef ,  euan- 
^iaa  faayli  ec^iado  servilmeiMe  ea  su#  errorsa  y  ^a  las  erimef 
«as,  BO  iifíiíado  en  sus  aoieriosy  virtudei,.  ¿Sí  el  siglo  de 
eqnelioaea  pasado,  por  ^né.  repr^^duclrk»?  ¿Por  qoé  han  de 
ear^uestios  maestraa  eu  política  loa  tigres ,  y  en  Uteracura  loa 
frenécioos^ 

Las^otoas  y  pcodncoioiiea  de  los  grandes  hoodbres  qoe  fian 
Hégado  á:la  posteridad  ¿prueban  acaso  que  no  estudíafon  y 
lyee^aia.  igoaraiites?.r(0|, al  contrario ,  son  muestra  de  au  sa« 
Wi  dea¿.|iiqp»erarauc¡a.  eñ  el  estudio  y  en  el  tralngo,  dirigido 
|Mir el  tioou  y.ia  inspiBacieA, inteligente  qoe  los  animaba 4  soa 
el  depásito  qué  eonüene  toda  la  ciencia  antigua  que  asimilada 
4  Ja  mea  nueva,  presenlaron  á  los  pueblos  de  que  eran  pn^ 
déaae«  T  á  Ja  vendad  que  tan  eternos  y. sólidos  monj^meote» 
1^  foeroa  ai  leipaptados,  ai  dirigidos  por  boinbres  ignoraátí^ 


.  Sifkié  mas  legos,  el  .solo  Teairo  de  Lope  de  Vega  ea  ana, 
pmdMjdel  Blas  esi^soio  y. sólido,  saber*  JUa  teologia,  la  juria« 
pradenoiat,  la  filosoCp,  lea  liellea  artes  y. basta  las  mas  meca*-, 
aieast^odo.lo  abrasa  ^n  él^  nada  le  era  estrafio^m  peregrioó* 
AM  gata  «Jottsignada  toda  la  ciencia  de  su  siglo  y  de  sa  oa^. 
eion;allí  sos  usos  y  costumbrea;  allí  su  fe  y  creencias  reU- 
giosaaj;  atti  sas  {mndpíos  oioraks  y  políticos ,  allí  sus  oece- 
sidadas,< gustos  y  pUoaies;  allí  Un  que  oootenia  su  origina**^  ' 
Kdad;  y  alU,  jBsqoí  qae  en  la  historia,  que  raspóla  y  adii« 
la  áJes  indiñdaos,  se  pintaban  con  verdad  en  aeres  ideales 
aHibetitaf  qae  conslitnianieniDe  el  pueblo  la  ide*  de  ló  bueno 
j4é4o  aialo'9  de  )o  4*ii  y  de  I^.danoftfx;  y  haita  el  extra<* 


Digitized  by 


Google 


7»  -tóWíttA 

TÍO  cfae  prodéce  «n  1q5  j&ióloé  •boñtáno»  la  cohfttitnekm  Mtdkti 
J  la  educación.  ;     :  »  ,. 

El  caos  que  desembrolló  Lope  de  Vega  para  fuiidar  el  %im^ 
tema  dramátíoQ,  hasu  abofa  mas  bieo  sencido  que  definida^ 
fue  ioménso:  Las  sepcUlas  églogas  de  Juan  de  la*  Encipa  ,'eái| 
las  groseras  sales  íuiródueidas  para  exohar  lá  risa  .f^  un  prmm 
Mo  inculto',  aiinqne  representadas  y  beobas  pa¿a.€Í  pabdo  d^ 
Ibs  reyes  y  de  los  pródéres^'del  tietnpo;  las  comedias  ya  ina*> 
cultas  é  ingeniosas  de  Torres  Nabarro,  las  Esrsat  de  Lope  de 
Rueda,  de  Bastor,  Fernandez,  Timoneda  7  otrosí  eÍMMtniídaa, 
tal  vez ,  con  reminiscenci^as  de  Terencio  y  Flauta,  incroetadai 
en  cuentos  novelescos;  I06  dramas  informes,  hincbadameDt^ 
épicos  y  gigantescos  de  Cáefa ,  Argeasola  y  Virues  ^  qM  oliaia 
todavía  á  la  erudición  del'  mal  gu9f<^;  el  amor  bMiano  asimf-» 
lado  al  místico  y  metafUíco;  la  gala,  la  riqífeza  y  la'  tendencMi» 
melancólica  de  la  poesía  árabe ,  provenzal  é  italiana ;  las  ber«^ 
moéísioia»'  y  vari«idas  combinaciones  métricaa  de  «loé  Fetrar- 
chistas  ln|t>oducidaa  entre  nosotros  por  Boscaoy  Garcilaao^  In 
gracia  dénoiltii  y  tieraa  que  caracterizaba  naestraa  caneionea 
populáVes,  ertonó  épico, agrave  y  solemne  con- que  en  nuefrn 
tros  itomances  heroicos  ó  de  historia  se  cantaron  laa  glorias^ 
los  deíastres  y  la  constancia  nacional;  la  gata*  y  brio  deseripil^ 
▼o  de  lo»  romances  moriscos  y  caballeresoos;.  todo  ^  lod»  euá-n 
tia  ya,  todo  era  popular  en  la  civilización  castellana  ¿.príne»^ 
pios  del  aiglo  XVIL  Solo  faltaba  una  inteligencia  auperiory 
que  abarcando  con  una  mirada'  sola  este  pap^  de  eleñunton 
.  diMmtnados,  y  despojándolos  de  sos  forntaa  divergentes,  sar 
píese  ponerlos  en  armonía,  para  orear  un  todo  cooveniento, 
coya  belleza  simpatiflas^  con  las  masas  populares  á  quienes' d»-> 
bia  6ei;v¡r  de  instrucción «  de  moralidad,  de  placer  y  de  re^ 
creo,  y  á  quienes  en  fin  ooino  en  un  bspejo  se  debía  roiratatf 
para  sí  propias  y  piara  la  posteridad. 

Pues  bien ,  el  hombre  qué-  sopo  aprosimsr  elementoa  tam 
distantes ,  y  edificar  con  ellos  un  monumento  real  é  idealaiaft-> 
te  bello  y  asmonioso,*  fué  Lope  de  V^a.  Creó  su  drama ,  y. 
oreado  se  lo  presentó  al  pueblo,  y  le  dijo:. he  aqnl'  tu  {poema:' 
be  aquí  la  verdadera  creación  que  debea;  continuar^  paca  ser 
sublime,  para  ser  original  é  independiente^  porque  aata  obhi. 


Digitized  by 


Google 


■0iM|i^  Mliila  dp  mi#  nilaot«:eft  propia  tüya^;  porqMt  «e^ba 
(broáado  de  tu»  leyet-^  toa  ooélunibrea,  tu  aaber,  toa  gostoéi 
^•.seniUpieQtQa»(tw.oreéncíaa^  j  eo  fia  ide  t|i  propia  saba^ 
lanotiu  Tú  fuUtie  e)  laáribol  <|ii0  coniconaJa.  ioiágen  dakbei 
UtflAyyo^el  artifiM  cujafiívleUgenctii  eóiBfNMmdió  donde  etla^ 
ba-oGA^a>,  f  éuyo^kiQel  Ii|  dwpoji  deíai»  ísoHem^i^  fuiateél 
diantonié  V  yo/iel  que  le  labre  é  hiae  potnpeliroiri/ brillo  con  el 
lol»  La  Nacióp  .alóifUa  y.  etúbélendo  aeopti»  A  praaeote  del 
graq  poelay  y  etióeos  aíeoea  coo  ¡amairoe^ible  oomum  de  glo-^ 
tía,  de  graiitud  y  ¿eifHSto , •  yJa  Giiiaa  Uevó  a^^Doaobíre  y 
an&efcraa  iaiiprlalesá  los  olroá  olitoal»  doodoisamrdn/aMM 
chos  estudiar  y  aprender  con  ^nsia  la  lengua  castellana'  pava 
díifrataridel  láieoioé  iitokar  las  cveaekioiis  ^el  Féaa.  español* 
•    CoAol  Tealh>  de  Ldpe ae  extelidió.por  ipdaa  f^rljM  ?la' ga- 
lasaeríaf  eorsesatiia  espanplá;  con  h  botitra. de  aiia  dr4inM 
bailó  {aribas  de  eapresarse  oon .  fuego,  decoro  y .  d^eiloin  el 
amor iaisti4oV  delípado  y  "^ebewieoifce  de  las  daflkia^*D^e aa^ 
looces  las  eostnmbrestnbblosrseríaa  y  okbal/eresoan^  propisa 
del  caréater  español^  íu^ron  ioñtadai  por.loa^atrafíai,  ooiit»H 
bayeadp  kKi  pooo  i  aaódlBcÉp  y  pviUr»k  riulélia  qué  aqoAryiibtf 
auaJaéÍYÍlbsweíab  daotnos  puebláás.      t 
-i '  Cuaado  el  a«Wé  do  nueftrai  glaaias  polítieaay ínilitarea  e^ 
taba,  ya:  cass  jaslípaado)  pbr  «km  reveses  <de  unto  asona^quía^abrur^ 
Riada  con  su  propio  peso  y  ostensión ,  briUaha  afín,  con  lodo 
au  ias|[>leafláfr ,  repras^iiladb  .por  liopiBí,  laeflireUadii  oilostra 
Iit0ral»Ba-  Mi  Ma  decayó' ibdarfsi  oaaodo  la.maerto  nos  arro« 
baló  al  glande  horiobre^  {Inés  dfe  so  «¡siama  y  de  é^»  eeniaaa 
eoino  daki  dú  Fenix«  nac¡4  la  mas  sttblUnd^desua.obras^iia-i 
ció  Calderón  ^  aqoel  inoonmensurable  gisnioifiua  mcpoa  feconn 
do  en  produeeioneaqMesu  nia^stro ,  la  exp^ó  aji£oit4  an  piioM 
fiítadiikd^oaoficat  io  grandíosidiidde  idea#  f  en  aublimídiMl  dé^ 
inapisaciooas  pfóti<)as,  Cpmprwdí^do  §\  qoo  I9  patio  máa.vi-n 
siblci de-la oftnsiUucion sociíJ^da  su  país  y, lo^iéeoiínmnl^sssnen 
]|Os.bdadoadal ecba^w bnmaooi  creó el'^diraiafiiioreleso^i  Re«^ 
nkndílíéUtmal  ?uelo  ^el  iogfnio  Ica^esfHeszq^^ Ja  p^sníf^cioti. 
daUal^;:y  pctelra^doen  )o  m^fi  $niH9¥>  ^e.la  ^^ciadad  y.  en  lo 
9^^ ^^utíim d^'Cioraaon» U^iVfm^ Mis.,s«Ra9tQi|,  yiKiso ea 
e^etia  IfM  combMe^  i^imoade  laikP%lífl»^^opB  dlibmaLv^i^y 
Segunda  série.^ToW}  IL  '    10  * 


Digitized  by 


Google 


j4  RCnVA 

8dft'VÍGl«rMt  9  sos  derrota  ^  sus  iriunfi»  y  •«•  dcsafttra « cr«Éin« 
(io  coa  <»t«6  eimienUM  el  verdadero  drama  nknáaticoi  Da  él  y 
dettt  iavcntor,  ti  la  admtraetoa  y  «1  respeto  me  lo  permitea» 
Itablaré  otra  ves,  na  t^irto  para  ¡ansalsaiie,  como  para denoe» 
Har  que  los  manaolialea  de  la  or^inalidad ,  hija  dd  eAttt* 
Uaemo,  jamás  se  agotan  paira  el  genio  y  el  leleeto  ^ne  sa«* 
be  bnsoarbs  donde  ettao «  y  no  se  empeBa  en  iiallarlos  foere 
de^fto  isiiía  Todo  el  acórelo  consiste  en  adqnirir  por  el  estudio 
y  lá  obserracion  copiosas  ideas,  qoe  asimiladas  por  la  inleli«* 
gencía  se  reprodoscan  en  el  tifio  del  oaeácter  inditidiuil ,  tal 
eeesu  lo  bán  modificado  las  institucioocs  , morales,  'Oirüm  y 
ieligiosas. 

No  ba  sido  mi  ánimo  en  este  artfcmlo  esoribir  k  likigra* 
fia  de  Lope ,  sino  mostrar  á  la  juventud  capaz  de  eompsender* 
lo  el  camino  por  donde  los  grandes  poetas  llegan  á  la  inmoi^ 
Ididadte  El  estudio  no  es  cierumente  el  que  crea  al  ingenio} 
pero  m,  si,  el  alimento  que  conserva  el  vigor  y  le  vida ,  el 
estimula  de  su  producción  ,  el  cultivo  que  le'  leconda.  En 
los  clásicos  aniiguos,  en  los  grandes  poetas  4e  la  edad  media 
bailó  Lope  lea  belleias  natorales  qoe  lo  son  en  tpdes  tiempos 
y  circunstancias,  y  en  su  instinto  «1  tino  de  aoomoderlos  á 
su  uaciooft  Ftr  eso  fué  dreador,  por  eso  iíiégé  á/oonquistar 
la  oovona  gloriosa  destinada  á  los  bombres  que  repaeseutan  las 
ida*  de  los  {mebWs. 

Marcbita  ya  la  Bor  de  mi  jnftentu4,  casi  |^rdida  Ja  sent 
que  vigorisa  la  edad  madura  t  no  debiera  quisa  beber  escrito 
sobre  una  materia  que  neoesitli  tarilíta  loaaióifa  de  'imoginaciony 
tenia  intensidad  de  sentimiento,  y  tanta  severidad  de  juicio; 
mas  etltneiastli  y  umente  d6  k  brioéa  generaqiea  que  epareoe 
Hena  de  ingenio,  á  k  cual  creo,  no  ún  fruto,  haber  aconmja* 
do, «iamído  ooumje  me  ha  pedido,  priendo «n  esie  opúsculo, 
no'sólo  someter  ásu  juicio  su  cotiteiiido ,  sino  también  desra^ 
neoer  k  'prsoctopacion  que  bn  cundido  entre  ella  de  que>el  m^ 
tudio  dé  las  bueiiM  humanidad^  esolariía  el' ingenio.  Con  el- 
éli&mfSú  de  Ldpe  y  de  otros  grandm  poetw  creo  biber  de-* 
ttoitrado  todo  lo  eonlrario;  y  qué  ^  eitudio  de  lo$  ^láskes^ee 
di  Jugo  dé  h  iseva  y  el  calor  qiié  atriman  la  tntéligeneiii,  m 
elambiedte  puro  que  ieonsÉ^^lá  ^ttmrtal  k  llama  4írf'  telen-' 


Digitized  by 


Google 


tOf  md  GttIttTO  qaef«ounda  la  orígtoatidaiL  QjaU  qoe  lodos, 
6  algODOá  de  mh  jóvenes  amigos  se  peoetrea  de  estas  Terda-- 
des ,  j  apartándose  del  falso  caniao  de  los  delirantes  y  freni^ 
tieoe  romiíilicos  de  «un  nadon  ireeína ».  bnaquen  la  inspira-» 
cien  en  Virgilio;  ení  Lope«  en  Gilderon,  en  sf  propios  y  en 
la  natoraleía  qoe  los  rodea«  Asi  oenparán  oq  lugar  disliogoi-» 
do  en  el  templo  de  la  gloria»  y  merecerán  la  gratitud  de  las 
generaciones.  Al  contrario ,  si  se  entregan  á  la  inercia,  si  de^ 
jirecían  lo  que  no  conocen  por  huir  dál  trabajo  de  estudiarlo, 
entonce»  inútiles  y  estériles  quedarán  para  siempre  las  grandes 
cualidades  qoe  pródiga  les  repartió  la  providencia ,  y  enton- 
ces suya  sola  será  la  culpa^  de  aparecer  ridículos  pigmeos, 
cuándb  nfeciéron  pátá  ser'gtgameih 


Áauttifi  Duniíf. 


.     u 


Digitized  by 


Google 


7*  ,7'atfwr*.- 


.  ? 


BiBUOGHAIfl^. 


■I   ^ 


t'J 


i.'iijuaÉiéi  '  <  •*  jt  '.-tí.  •  ff 


QpILKQGlbN  D^  PROYf^CTqft;  DICTABfBNES  Y  LBYES  OBGÁNICAS,  O  B8TIHr 
DIOS  PBÁeTICOS  DB  J^QMINISTRACION.  /^^IT  Z)o/l  f*fáhtÍSCq  jágUS-* 

•  •    •  :,'  í  ^   ^    .     :   r    '  .         -.'i        '.  -.    ,í  5  ■   .   'í         V.í.     .  . 

DIARIO  DA  WLNtQh^ko  0B  PB^  fi^PB^  D^,]K>||f^  l'S^^    >§^v    f^^ 

documentos,  importaMes  en  la  mayor  parte  \  copiados  de  los 
autógrafos  que  existen  en  Torre  do  Tomho^y  adornado  con 
aclaraciones  y  notas ,  en  las .  csudes  te  trata  del  it^scuBri-^ 
miento  de  jBHo^  /f/i^^i  fiio  de  la  Plata^  é isla  de  Fernando 
de  borona ;  se  discute  la  cuestión  de  Am^rico ,  Scc ,  &c.y 
precedido  $odo  de  las  vidcu  de  los  das  hermanos*  Publicado 
en  Lisboa  por  PRAifciaoo  adolpq  db  tarih^agbiv. 


D. 


'óft  obras  importantes  en  su  clase  anunciamos .  á  nuestros 
lectores;  la  una  por  lo  que  se  ha  de  hacer  en  nuestra  Éspa* 
ña ,  y  la  otra  por  lo  que  se  hizo  en  el  vecino  reino  de  Portu- 
gal en  t¡em[>os  pasados. 

La  obra  que  d  Sr.  Silvela  esccibtó,  contando  con  que  ve- 
ría la  luz  pública  al  principiar  la  legislatura  que  ha  concluí* 
do,  y  cuya  publicación  se  retardó  por  cincunstancias  inde|)en- 
dientes  de  la  voluntad  del  autor,  contiene  lo  principal  que  se 
ha  escrito  y  propuesto  para  dar  á  nuestra  adminietracion  tod^ 
la  unidad  y  centralización  que  debe  ^ener ,  para  que  «eaq  pa- 
ra los  pueblos  una  verdad  las  yeutajas  eje  un  gqbierno  repre- 
sentativo, y  para  que  la  sqciediid  tlisfru^a  4^  los  beoeGcios  de 
la  libertad,  imposibles  cuando  el  poder  es  débil,  y  cuando  la 

(1)    Un  tomo  €tt  ««arto  de  fiui«  de  4B0  págiau.  Se  tende  ea  et  d^ptclia 
"^de  U  impreaU  aacieaal ,  á  24  n.  en  rtoica. 


Digitized  by 


Google 


f7 

Bfoiibi'lodhis  le^'fudybity  Vts«riei  qÉb^ía'-haai  áé  piopafpktoéi; 
olí  mp^Niielitd^fépivoy  Mom|ma^«.  -  ..m  .,»••.  :  <i.i 
1  Liobri  Már;'SilipeU'i|edhridecn¿iwl0d 
Htt^itMfo^  munMpdL  -^  É^aéaoi$hks  pr<ma^iidm*-^TrUmmlm 
admlñ^tmthj(k4  ^i^^QMmkbs  ^ffoíltíeat.  Gobiieop  «idenás  i  nai) 
imnKttecoio0'y*ili»  »pélid9O0>«rifoei8é-t#áU¡del>G!íliMrj^  de  Sitp 

fia ^U4ef^Aiimadmínt0tkmipa\  per  ^den.daliUtrr 

tarias,  y  cronológico;  una  lista  bMiográJica^  y  ntLÍmiÍ€e.mmj 
circttnsUndado  •da  materias.  La  sola  enunciacioo^  de  los  títulos 
basu  para  dar  á  conocer  la  importancia  de  Io&  puíntos  de  que 
se  trata*  Las  leyes  vigentes  ahora  sobre  ayuntamientos  y  di- 
putaciones provinciales  sen  un  anacronismo  y  una  verdadera 
imposibilidad  para  gobernar;  el  Gobierno,,  sin  un  Consejo  de 
Estadio  9  se  baila  aislado  en  medio  dé  los  embates  que  se  le  di- 
rigen  9  y  tiene*  que  pro]K)ner  leyes  ó  resolver  asuntos  sin  él  re- 
curso de  un  cuerpo  consultivo»  que  lie  auxilie  con  sus  luces, 
ó  teniendo  que  a|)elará  corporaciones  incompetentes.  Noso-> 
tros  hemos  tratado  ya  varios  de  estos  particulares  en  los  artí- 
culos de  la  Revista,  y  aunque  tal  ve£  no  convengamos  en  to- 
^os  los'  principios  del  Sr.  Silvela,  no.  podemos  dejar  de  hacer 
honor  á  los  que  él  profesa  ,  que  son  en  lo  general  los  nuestros 
en  punto  á  administración,  u¡  de  recomendar  su  obra  que 
consideramos  muy  ütil ,  como  estudió  de  las  grandes  é  impor- 
tantes cuestiones  que  abraáta,  y  que  han  de  dar  lugar  á  los 
debates  de  las  Cortes,  con  la  urgencia  que  el  bien  del  pais 
reclama. 


El  DIARIO  DA  IIAVBGA9ÁO  DB  PERO  LÓPEZ  DR  80UZA  eS  Un  folle- 
to de  unas  i3o  páginas,  y  del  tamaño  de  esta  Revista ,  jierfec- 
tameote  impreso,  y  adornado  con  una  hermosa  litografía  del 
retrato  de  souza.  El  Sr.  Varnhagen  ha  adquirido  con  esta 
|iublicacion  de  un  relato  minucioso  y  hasta  a  hora,  desconoci- 
do, de  una  expedición  hecha  en  i53o  para  colonizar  el  Bra- 
sil, un  nuevo  titulo  para  el  aprecio  de  los  literatos  de  su  país; 
7  siendo  un  joven  de  aa  años,  según  dice  el  Diario  de  Lisboa 


Digitized  by 


Google        


7^ 

M  3d  Jk  mwhahn  úUimú  ^  es  Á0  pipetar  i|ttii  eMnl^  «M  ^ 
Udmfm  am  U  nayor  «4«d  Iwjra  ad^krUo  mjMvl  cooocif* 
mientos,  proporcione  á  •»  pM  nuevas  aMwynaa:Jk  iaí  aplican 
etow  j  tahmoi  GanaidenMqQs  el  epúiealodel!  Sil.  y^^fikagm 
.  mimf  inieretanle  para  la  hialoria  ||«pgráGiea  poriofueaa  a^ 

N  partionlar ,  y  para  la  ganeraK  ^ntíeíoi  que  el  oono  ttpartg 

que  noi  q«eda  en  la  RavUu  fo  noa  pertaiil»  Iradnciii  aIgMiea 
tMiÉi Í9  él}  peré  Mmplioioa» aAHóctteda  lii  elira,  cún  U.ohlin 
gacM  <pM  nos  ^  MipoeMe  iaeliier^  tanieiiJ»  lalmildalááa 
ramtdrtkoala. 


•  i 


Digitized  by 


Google 


ys> 


Irt 


-':  -M 


Guerra  tfi*tií¿s3l4i  giMrm  wú^  á  j«9f «r  pov  ln  priasfi^ 
tf  riawcto  4e  las  coím,  coatioM  eá  «I  Hiimo  MUMfe.eo  q«# 
Jft  4i|PaHM  en  d  oic»  aiHeriot,  mi  iiue  oitmiMí  gNtt  $nmm  im^ 
ym  remido  i  altanar  al  fl«fti4o  nwléríal  da  laa  (aeYtas  eantaa^ 
disiitas.  El  país  vaaocMigadp  y  la.Naiatra'  aígMon  4m^o  al 
fliMtida  4  admirabli^  cjamplo  da  rcyqtf  oonfiados  jr  .traoqttÍT 
k»  bió^ia  lialola  de  aa  gofeaertto,»  á  cfuieo  baoa  poisoí  oMi^ 
haeiao  «la  fe  aaaa  terrible  j  deaadada  gaérfa*  El  Ar^goa  m^ 
gae  ágvardandoeofi  aegarkíad  al^  deieolaee,  qoe  «e  ya  allí  len^ 
iaoMata  paffiatando,  y  qne.la  grande  ii^lomerncioo  de  faer-r 
aaa  hace  ya  iaminéntev  y  por  últimp  Catalana  ooaiiona  entrar- 
^ada  i  lo^  qñIoeios  bonroreB  y  detasirea  por  ao  lada,  á  loa 
knuiBoa  y^rroa  y  al  mbmo  deacoaokrlo  per  el  otroi  —  Pmo  ai 
aienifcnieate  olaen^aoios  laa  cirouaataacíaa  4e  la  ailoacion ,  ao 
^pakAremea  ai#aoa  da  adrertir ,  qae  la  ¡nAportante  obra  de  le  pe- 
4ifieaeiea  paa^fraia  y  adelanta  ejrgraa  maaersw  La  paa  ae  ka 
aÍtiBiadk>  i¿lidanienie  éa  el  peía  navarro  y  Taacoogado ,  y  Ja 
¡aflaqneia  lola  de  este  auccao,  él  eapeciáottlo  cotidiaao  de  la 
aBgnridad ,  del  awego  y  de.la  proteccieaque  dkfrulaii loiprí- 
BMPoa  t|ne  bicieroa  á  au  patria  el  inapreciahle  aer?icio  de  d^- 
^penür  liia  armai  á  loa  piea  del  trono  de  lá  b^a  de  aoallroa  re* 
yea,  son  bastantes  para  atraer  al  aciano  eamiao  á  euaaios  le 
bailan  aan  eairaviados  de  <1 ,  ¿  pmr  falsii^  eapaeaaaaa  de  an 
ttkmfo.qae  éada  dia  deben  ver  ya  mea  kapoaiUe»  4  por  loa 
■y-mé  úkomé  iafamdadoade  verse  enrjadlos  en  erífataalcs 


Digitized  by 


Google 


é  inconsideradas  reaccionen  En  Aragón  es  fama ,  qae  ya  se  ba 
dejado  sentir  esu  inflaencia  y  la  de  los  principios  qne  IriuiH- 
faron  en  Vergara ,  entreoíos  que  alli  sostienen  aun  con  mas  te* 
son  que  esperansas  la  cansa  del  principe  fugitivo;  y  cuando 
esto  no  bastase  i  ^ar  I^  pa^  á  aqdel  devastadlo  pais,  y  bobieae 
por  último  que  apelar  al  empleo  efectivo  de  las  armas ,  í^tíX 
es  conocer  que  encerrada  la  rebelión  en  sua  ásperas  y  estériles  « 
guaridas ;  y  estrechada  cada  ves  mas  por  las  áierzas  soperio- 
res  4||]e  la,  cercan  y  rodean;  y  falta  de  recursos .jr  dcsubsiá^ 
tencias,  ó  tendrá  que  sucumbir,  ó  que  abandonar  las  inacc^» 
sibles  posíciooas  én  que  basia-  ahoMr  ba  librado  su  existencia. 
En  Cataluña  aun  hay  mas  síntomas  de  transacción  y  avenéli- 
cia;  y  la  deposición  y  muerte  del  feroz  extranjero  que  alli  ha-* 
bia  tógfadb  esf (Lble<»ér  su  sanguinario  oíaodo,  y  dtfr  á  ía  re- 
belión W  cafáaternk  faai4niri«  y  do  frevcsf  de  ^oé  ofiraoé  f^ 
cOs  ejett^rfcífi  la  lMs|OTta;'íaaíio  á  otroa  síntoitos  ana  tiMioi 
equívocos  é  inéiévios-pHíebáii  qné  ba  pímeiradó  ya  entre  lo| 
•nblevado^  el  atfsiay  el  deseo  de  la  paa;  y  aun  ae  afirma  ge<^ 
nerlílmefite  que  su'conaeencton  estajria  mas  firáaioia  ^  adélam^  . 
tadá';  á  no  áér  per  el  empeio  iaconoabible  dé- lÉia^NÚiiM:  en 
aquéllas  provincias  gefes,  que  por  culprauya  ó  agena >  bnn 
-perdido  lá  oonSanza  de  todo.' el  mund.o;  y  solí  para  ttodo  ton 
obstáculo- insuperable. ««Todo y  pue»,  aannoia  qne  |Ia  gwirrii 
toca  á  su  lérmino;  y  que  la  insurrección,  pivrada  del  préüi^ 
gio  V-IVier£9  moral,  que  le  da  el  tener  é  sn  eabeaa  nn  preéei^ 
'dído  rey;  f^rtvada  del  principio  de  cohesión  ,'.q|iie-  prnuabá  á 
sus  (iarciales  eí  Xevóút  dé  sangrientas  reaecio«ies,-teÉnordisipii^ 
A^  ya  con  el  fiel  cumplimiento  de  lo  qne  ae  esiifMiIó  en  Verf- 
■^^tñf'y  privada  en  Jn  del  principal  centro  de  an  poder  y  de 
fps.  refcursos  que  le  facilitaban  gpbiertios  enemigos  yévtraifaa, 
podrá  tal  vez  aun  causar  males  y  desastres  á  asta  infeliz  naeioii, 
pojdréí  hacer  todavía  que  se  derraiBe  mas  sangre  espahola^  iutb^ 
titménte ;  pero  no  fH>drá  ya  presentar  jañíAs  la-  menor  t)0Otini- 
géncia  de  tmén  éxito,  ni  dilaiarípar  ^n^isetio  tiempo  «o  obstit- 
nada  y K^iminal  resistencia. 

1       feslaacansfrs' genérales,;  unidas  á  las  tejhimaa-esperabzás 

'que  debe  necesaríaasente  in^dir  i»  leliz  estrella*  del  ilu^ne 

guarrero  qne  parece  llamado  p<ir  la'  Providencia  ápnsidir  k 


Digitized  by 


Google 


N   MADftiéu  '  8l  ' 

^n-obra^de  la  pactReftcioii',  dcabfto  dé  persuadir  lá  verdad  y 
k  evidencia  de  nuestra  asercíoó.  ¡Quiera  el  cielo  qtre  los  yer-- 
foíi  y- ios  furores  de  ciertos  iiombres,  funestos  siempre  i  la 
paz  y  al  sosiego' interior  de  la  nación,  no  vengan  á  mezclar  su 
maligna  tnAuencia  entre  tantos  elementos  de  grata  y  fundada 
esperanza  ,  ni  á  turbar  esta  agradable  y  ctmsojadora  perspec-> 
tiva!  Solamente  ellos  pueden  oponer  un  obstáculo  insupera- 
ble, á  qujB  se  afiance  la,  paz  que  tanto  deéea.  y  de  que  tanto 
neéeiita  esta  nación  sin  ventura:  solamehte  ellos  pueden  volver 
á  sumirla  en  los  horro^^  de  que  va  lenta  y  trabajosamente 
ftfiíliendo. 

Pero  á  pesar  de  nuestra  íatima  y  profunda  oonviccíoii 
acerca  de  k  proxin^idad  del  fin  de  la  contienda ,'  no  deja  de 
aer  para  nosotros  ün  espectáculo  sorprendente  á  la  vez  y  sig* 
nilictrrivo-  el  que  todavía  dure  viva  y  tenas  la  insurrección  de 
yiragoh  ^^nun  careciendo  de  la  fuerza  y  del  prestigio  que  de- 
bía darle  la  imponente  insurrección  vasco-návarra  y  la  existen* 
cia  de  Don  Carlos  en  medio,  de  ella,  y  aun  teniendo  sobre  si 
las  numerosas  fuerzas  qne  se  ban  reunido  en  contra  suya*  Los 
que  quieran  explicar  este  suceso  por  las  dotes  y  cualidades  ^ 
personales  de  Cethrera^  se  equivocan  en  nuestro  concepto:  el 
miimo  fenómeno  se  está  reproduciendo  casi  en  términos  igua- 
les en  Caialúfta,  á  pesar  de  que  alli  la  insurrección  ha  cam- 
biado recientemente  de  caudillos.  La  causa  verdadera  de  esta 
tenacidad  consiste  en  el  arraigo  que  aun  tienen  entre  nosotros 
ciertos  principios  é  ideas;  en  que  todavia  el  antiguo  régimen, 
los  antiguos  intereses  no  se  quieren  someter  á  las  exigencias 
*de  la  nueva  situación.  Hecbo,  si  ¿e  quiere,  deplorable;  pero 
cierto  y  exacto,  y  al  mismo  tiempo  instraetrvo  y  luminoso  |)a- 
ra  Ibs  que  no  contentos  aun  con  una  moderada  reforma,  qu¡« 
sieran  provocar  la  revolución ,  y  llevarla  basta  sus  últimos 
exirettiosy  desvarios  en  una  dación  que  la  aborrece  y  detesta. 

Entre  tanto  el  estado  material  de  la  guerra ,  si  podemos 
eapresarnos  dé  esto  modo ,  y  la  posición  respectiva  de  los  dos 
qdrciiós  contendientes  continúan  con  poca  alteración  como  ea 
el  mpes  anterior.  A  las  dificultades,  ya  grandes  de  por  sí ,  que 
áia  invasión  del  pais  sublevado  oponen  su  escabrosidad  y  as- 
pereza» y  su  cal'encia  casi  absoluta  de  víveres  y  recursos,  ^e 
Segunda  í/ríf.— Tomo  IL  i  i 

.Digitized  by  VjOOQIC 


8ft  RE^VISTA    ' 

hao  allegado  Id  crudo  y  riguroso  de  la  efttaeion;  y  tal  Tei-  I& 
faifa  de  medios  pecuniarios  proporcionados  al  iotenta;  faltar 
qae  hombres  impriudenies  é  inconsiderados  habiaa  «tratad^  de 
aumentar ,  y  aun  tal  vez  han  aumentado  de  hecho ,  6poniéa-o, 
dosn  por  un  mezquino  interés  de  partido  al  pago  de  las  pú^ 
bli(!as  ootitribuciones.  Pero  es  de  espetar ,  que  á  la  llegada  del 
buen  tiempo  (si  antes  un  mejor  acuerdo  no  hace  deponer  laa 
armas  á  los  sublevados)  se  allanarán  los*  obstáculos»  y  podrán 
nuestros  saldados  llevar  la  paz  h^sta  las  inaccesibles  .asperezas 
del  Maestrazgo. 

En  cuanto  á  Cataluña  nos  vemos  obligados  á  reproducir  lo 
que  hemos  4icho  en  las  Crónicas  anteriores.  En  aquellas  des-* 
graciadas  provincias ,  sometidas  á  un  régimen  violento  y  ab-. 
surdo ,  aigne  el  desconcierto  general  en  todos  los  ramos  de  \9^ 
pública  administración,  las  desventajas  en  la  guerra,  la  escá^ 
sez  de  los  fondos  y  rentas  del  estado ,  el  abatimiento^  del  cré- 
dito y  las  medidas  ilegales  contra  ciudadanos  pacíficos  y  traii-* 
quilos.  La  autoridad  militar,  cuya  influencia  predomina  aUi^ 
cerno  es  casi  necesario  que  suceda  por  mas  que  se  baya  Uaao-* 
nado  el  alzamiento  del  llamado  estado  de  sitio  ^  desoyó  al  [>rín* 
pipío  los  sanos  oonsejos  y  ías  desinteresadas  advertencias  A^  laf 
autoridades  y  corporaciones  populares,  que  amaestradas  por 
una  larga  y  costosa  experiencia,  tenían  la  profunda  conviccioil 
de  qué  en  last  grandes  ciudades  de  Cataluña  no  se  pueden. aiH 
riesgos  graves  ensayar  ciertas  ideas,  ni  armar  á  la  clase  obrer 
ra  y  proletaria.  Públicas  fueron  las  acerbas  coetestacionef  qM 
con  este  motivo  mediaron  entre  la  Diputación  provincial  y  A 
Gefe  político  de  una  parte  y  los  generales  Seoane  y  Valdés  de 
la  otra  ;  público  el  atropellamiento  inaudito  del  Gefe  político^ 
y  público  en  fin  el  triunfo  de  las  ideas  del  Ayuntainiento  dn 
Barcelona ,  que  elegido  etl  un  momento  de  reacción  ^  y  elegido 
esclusivamente  por  un  partido  exagerado  y 'estremo  ^  creyó  lle^ 
gada  la  hora  de  llevar  adelante  sus  ideas,  al  ter  de  su  lado  á  los 
dos  generales  que  allí  &in  O[iosicion  dominaban*  Piaro  estos  mís« 
mos  generales' retrocedieron  espantados  al  descubrir  de  lleno 
las  pretensiones  del  Ayuntamiento «  cuyo  objeto  inmediato  era 
nada  menos  que  deshacer  la  actual  milicia,  y  ar»mar  fu  au  lit- 
gar  á  doce  mil  proletarios  y  obreros ,  y  4  otros  aun  melosa  pro- 


Digitized  by 


Google 


N  MÁDRUK  83 

IióMI^tMfr^aiegtfrard^iSAkfrtit^  »  y  eotnút'tlfdft  lanzados  n^ 
U/tiotÁttimót  las  fikis  ée  la  iifittéiaiiíaáioinil:  El  gMcral  Seoaiie, 
«uyos  desacierten  y  ttolenctas'^béihés  nido  los  primeaos  á  ét^ 
plorar;»  tMirifl^  tú  ésfá  octlSion' b'ná  'obsIroácrObi  hbdable  y 
itná  iióivrósa  inc^osécttéttcia,' y  túVo  que  aponerse  taabien  «n 
kieha  abierta  con  el  A'ytmtamiéoto*  Entonces*;  ii  miré  sA  te- 
dador  Wy^,  debió  etiiéolltrkírsé  sblóv  aidádo,  y  ün  mas  apoyo' 
qoa  el  de  la  fuetei  material ,  y  debió' cofiocelr  ^e  no  le  era 
pasible  aegttiit'filaiularid^  eo  un  país,  en  qne  tuvo  que  airo- 
Yiellar  aja  autoridad  civil ,  lidiar  con  las  autoridades  popula- 
rt9  de  priapsipios  mas  ofiuestes,  j  estrellarse  á  la  vez' con  to- 
dkoa  los  partidos.  Afbrtunadameme  aun  sdbsiatian  en  pie  mu— 
ehas  de  las  cveaeiones-llel  tad  brutal  como  injustamente  TÍtu-> 
parado  barón  de  Meer ,  y  se  sostuvo  la  pdblicá  tuaiiquilidad ,  y 
Baveelonaoo  ivolvió  áver  regadas  en  sangre  sus  calles^  ni  en^ 
fregados  á  las  llamas  sus  mas  benéficos  y  útiles  aktablecimien<« 
loa.'Ptro  lá  ineertidambrey  la  vacilación  /el  desconcierto  de^ 
bié  pornnecesidad  y  i  pasos  muy  ereeidos  agrandarse  y  pro- 
'greaai^^y  ¡oómnoiiNir  á  todo  su  maluco  ibflujo.  La  tranquil!'» 
áad  purUica  89  halla  desde  entonces  amagada ,  las  atenciones 
desooUctrtas.y  la  disci|)lkia  militar  (asi  á  lo  menos  se  asegura) 
fcentagiada,  el  crédito  espirante ,  la  seguridad  personal  boHa- 
daiospónemente  á  todas  horas ;  y  si  hei^os  de  creer  4  noticias 
tifüe  nonareoen  al  parecer  de'  fúndaihentb  4  comprometidos  al- 
tamente y  expuestos  intereses  todavía  mas  grandes  é  impor- 
aanteaJ-»T  no  se  ^cresí  que  al  espreiatrnos  asi  ¿bogamos  la  call- 
ea de  ^n  partido »  no ;  los  clamores  son  geberélés ;  y  basta  re- 
correv^lasoolttmiiitt  de  la  prensa  diaria  de  todáft  las  opinionek 
sensatas  ¡lara  conocer  lo  necesario ,  lo  urgente  que  debe-ser 
^ralajOsta  defensá^'y  ^«^Ira'éibn  de  fes  derechos  bolladiq^ 
dé  I^  sop|i^8¡4.  y  del  tTQfio.,  paff»*iia(  iaaai.  pnonta  termnMi^kMi 
de  la.giieitta  qne  «rdv'álK*  eéeamiáidá ;  y  jfwra  voher  á'  aque^ 
llás'provtticia^  lá  <i¿Qfiaqta  y '#1'  sosiego  de  que.  hace  pqco.gOir 
,a||ÍMiPtelqi:wieipQ9JSa(.aaigabierno  á  gafeside-asasoonoapsoy 
ilbclttiía  V  y-  qne  le^hb^feii^^fP'^méDéps  embarazosa  póáidoh  q'ue 

;toí.óiúaMá.  •■^^.••^;■:^•'•''      '.■.'•• ':.'■.'-... 

*  \,    KientJCas  ^^Qi  avoBiUatfi^rBuestra  partc^el  camparde  la*  r¿^ 
beiion  estaba  «lpireoeY^'autt''mfts  Viva  y  mas  proftlnffcibénte 


Digitized  by 


Google 


(¡GStrucc'^9a  el  &ro2  conje  de  ^mS^a»  .^q^el  m^if^  éSLituñtwú^ 
(jiiet^ntpjafcwf^ó  el  jpfcfí^il  pUfser  4e  ba%at«9.:,^  «tpgiei  e*r-  , 
pjiñola.ííp  to(l^  QíCMK^unioQ  y  4>fvrt¡cla,  J^^gacoa ;pi9r  fia  ár  borro<* 
r¡:wf  ^s,us  miamos  8<i(:ji(icps ^,jr.  4¡(>ersuadirl^  ^w  JbE|#M^tu«aré^ 
()itp.  perenal  .y  el  deJ^,«^u$a4iup.defendÁa9.(l9taba»  knereka^ 
4os  en  que  i^^  se  ],eS| .creyese  ii|an<XN9(iui%94<^^Q  iéqíseilos  atro^ 
CCS  becho3  j  y  jtrataron  de  libeiiar^^.d^  viQ:g£i(([|i^elo»  tA-aaí^ 
7A^^  jV la. vez  y  los  desbopr^ba.  Este  proyfe^^Q  debía  (ii^sentap 
ciertamente  grapdqs  di(lculiadct»,^|)ero  lograron  8Íft.tipbaq[o 
venceilas  y  dep<>i)er|d^l.  mando  á  «u  odíÁdo'gefe^  Aun  adioá 
bien  /conQC¡.d]9|^los  pprqxeqqtrcs  de  e$te  r^íoguUf  «é  impoinaoift 
s^icesq  í  .pero.pareceqMe  .ql^geí^  rebelde  fue  soi;preodiáo  y  «t»i 
üi^íXf  izado  (K)r  la  Junta  ¿atalanai  y  lofigeíe^  niilttAr^aqu»  eotta^i 
t9»  .ea  Ja  coa^pinacM)^>  \.qae  se  1q  fK»ti(icó  anid^poéieioa  jr  stf 
iiesl¡eii;cp  á  Franci^^y  que  coa(\ado  á.  nkia  ew^plia*se  k  eáyVi'mm 
iníu^aí^9n}c\ne  asa  destino.  .Todo  esip  se  9I4m>  ide*  ao->'ii}<Mla 
oJiscul'q  ymisteriosM{;y  biista  se  dudó  déla  cevleaadel  becbap*^ 
|)¿^t^LUe  .(iempo ,  |>ri.i;i9ÍpaliMQole.al  ver  q^e  stf  ignoraba  di  jtth 
f/xd^o  del  gete  depine^fo,^  pero  to4pa  la^  dudas  |e  disifMoo  do 
ulK  á.  poco  de  uumotl^i,^  }a  vq&^straiU'djparío  y  tenrMot  «I 
conde  de  E^i^ña  acreció  ligado  y  muerta  en  las.  OffUlfM*  del 
Segre-,&in  qu^  se^epjjj^up^  $;, 4^v«  n>j.si^i>>t>oy'deM»t roso  fia  ^t 
obra  de  los  que  U  suceJiecofi^ii.^eLii^aiido,  lttinero«>s..de>  ser 
algún  <iia  víctima^  de  su  .{;esefUÍnfiento  y  veagaoza «  á.  ul  vts 
de  alguQ  aotJg^o  y  .oculto  odio  (i).  De  to^Jps  modos  eaf)reciso 
e:}tar  ciegos  para  no  ver  en  la  a4ueil,e  d^  iQ»|o^  bqmbrí^  feit>a  y 

(1)  Poiteriormeaia  w  lian  sabido  -aljpnM  porpsenoiy^  mter^  d«l  ^nyiytraJo 
iSn  del  coiiée  de  Espafia.  Carece  qué  su  mu^rU  fn^  a^cordada^  por  ú  Jants  rf- 
keM«^^M  nánS¿  i  nn*  dé^Ma  íéíIítSAhM  con  la  Mcohá  qoe  U  t:oii^ciá,  pita 
atefurar  ¡mfot  ^l  GBmplt9Úento.^fiif4i:depeíB.  DaMlAtTaisfaU  U«v«r«iii  Ma 
cáaa  d«  campo  cerca  deOfgaaa,  donde  se  e«e|nra  Je  tavieron  eoseni^o  ▼•^Ma 
dSu  exigiéndole  dextai  declaraciones ;  al  cabo  de  ellos  el  de  la  Jnnla  acbmpá- 
fiado  de  aeie  laiieaei,  partielpe»  del  secreto,.  leUetSMn  cóü  el  majeir  iígiló^tf 
laa  orUlaa  del  Segre,  y  habiéndola  hecho  «lar  de  plea  y  «mboI,  le  »MÍaMi 
con  nna  gran  piedra  al  cuello  en  lo  mas  profando  del  rlo|  cteyendo  au  ocnl- 
tar  para  siempre  itt  mnerte  y  paradero  5  pero  algonos  diaa  después  apareció 
.el  «a#4w  corea  del  pvettte  Nargd ,  y  «e  patentiid  al  mmdo  a^itt  t^ibU 
secreto  para  escarmiento  de  hombrea  sapgnioariee y, %ro<et.    .     .       ,     r    ! 


Digitizeá  by 


Google 


DE  MibillD.  8S 

malvado  la  inati6ile  la  Prov¡d$nGrar;'sü  dú  desastrado  y  cl  qut 
}Kx;08  tnes«s  há  tuvo  en  Vera  el'gctiefal  Afoteno  son  una  lec- 
ción terrible  para  W  bombiea  sanguinarios  y^i^les/de  ci)ial- 
•qaíera  opSnion  y  partido:  todas  jas 'cati9teisde|itiedéii  defender 
con  templanza  y  honradez,  aín entiesarse  á  acciones  vitupera*^ 
bles  y  atMces ,  y  ,s¡n  bollar  los  fueros  de  la  bainanidad  ;  Ion 
mónstroos  que  se  complacen  en  la  destrucción:  y  en  la  muerte, 
deshonran  OMSibien  que  sirven  ¿eualí^uieir. partido;  y  llegan 
el  cabo  á  hetrpriEar  hasta  á  sus  iiijsnios  eóeftplicésy  y  tienen  por 
lo  ocMñoa  y  meriN^én  tener  un  úú  tan  miserable  como  Moreno 
j  España.  ¡Oh^  sí  estos  ejemplos  podiél^n  siquiera  senrtr  ^é 
heao  y  de  escarmientio  álos  hombres  atroces  de  todos  k»'  páf^  ' 
«¡<)ot  y  opiniooeil  la  lecelM  'alftirqBe^<>dtira  y  terribhs  tbdavra 
«ria  entonces  itcil  y  pivyve^hesa.  Deépues  de  IW  muerte  del  iúon- 
do  de  Espala  los  soKtéveJdos  óMalMtis:  hau  addptado  oHa  polfr 
tica  «tas  humana  ,;y  dieroii'lH]iertad'á  tiiéchós'  prisiMapos  ^or  « 
•opiniones  i  á  hioicrroé  deádpáretíef -el  espedáetitode  los  fua^ibci-- 
loa>perman^n«é6^ve)^  ^vi®  ifiri^o  seeéújplacia'y  d^i^t^ii  aqdél 
'  bdrb$ro  y  teten  estiíanjef o ;  f  con  estas  .demo&t^adSoñéft.  ,st  no 
''han  logrado  vindíeai^é  i  lofr  ojjoe  de  b  humanidad»,  Ifan^léjttéa 
4  lo  menéadel  notúbre  éspaSol  iAJf^ndh»{ti>i«¿ipal  de  aqueltos 
i«ieiltados.:i3Pósteiiatrffi^Yi»e^«e  Itti'diMiKyq      léé  «tfMettfdbs  ca- 
a^faieea  banifestabándesefos  deda#  \k  (ftttoál  priAcipadcypW'tn^fo 
«dkun  aÍprMg4o  semejaiítéal  de  Ver^a^^pero  qutf  «4 'teilien^ 
-confianza  en  los  getojérttleá  de^la  Iteiiia^l/utf  m¿fnd«rf^Wi'Catalufttt, 
'««  habian  dirigido  atouat^rip)  géMfA  del  du^ue'de  la  ¥ietot4a. 
^]>eseadid^'€6n^Ia'4|ieyor-4íttiiá  qu^  ^e^ tmifirmeif 'es(<ís;  rditfore^ 
PúUtMekUttérior. ^i  Al tecmioareal  el  mes  anübi^r' nnéa^^- 
CHá'crónica  ,  si^ificamos  en  breves  palabras  elesNMto>ilici^teí», 
'vacilantll  y  precario  en  que  se  .hadaban  los^  negodios  intWiore'é, 
de  reaültaé  d«  la  Carnosa  resolución  ^ne  en  ^us^  posu^trnéi^sto 
adoptó  él  Congreso  de 'diputados*)  de  In^euspenéion-de  eüs'^M^- 
siofcies;  de  su  violenta  einaudkafopoJiciiln'a)  áaínisteriov^bajo 
:eflya  dit^efccion  se;bafi,dadotiáqiarilB  paz  tan-'  gtgnoicieo^  páM) 

pera  adoptaif  y  f^cldbl^át  una  «poUtiea'franca'y  decidiifi^  y^lla^L 
mar  en  su  apoyo  é  los  bo^breirc^poíeéede  llevaiift^HW^^ 
«ente.á  cabo.  «Al  Uvaniai'Qa^iitema  [4«dermos  enrténe^)  ao» 


Digitized  by 


Google 


B6  MBTISTÁ 

•  DO  sabemos  cual  será  el  éxito  y  desenlace  defao  coilflibto;^  on 

•  que  tal  vez  se  libra  el  destioo  de  esta  infeliz  Da9Íoo  v  víptiocia 
•de  iaa^  desacierto,,  y.<le  taotas  y. tan  malas  pasíoae»  comio 
•en  «lia  sejlaiArrollaQ  y  abrigan.  Byimores  siniestros  ^  man¡o<i- 

•  bras  sobierráaeas  vdebilídadea  ios^uditas,  amagos  de  aotigi|tts 
•revueltas,  incertídiimbre  y  vaciiacioiv  ^n  todo  ,  este  es  el  as^ 
»|>^ctO;qoe'  ofrece  ouestm  situación  en  los  'mom^tos-en  que 
.•termioamosnu^t|«  oróciicá^  | Quiera  el cJeloq4iecoiiieooeiDÓ6 
» la  4Íguien4e  bajo  mas  Savoüebles  auspicios  l^^s^  Per 0  aquel  es- 
tado no  podía. ser  muy  durad^r^:  el  término  de^a  suapeosioD 
d^l^  sesionas  del. Congreso  se,  aproxima  ba:«  y  era  para,  todos 
Mp^coaa  maniBfista  y:evidw|;^.,  que  tiotpudiieadool  íoioBSteríb 
jf  el  Congreso  •ponerse*  otra  <v^  frente  á'  fne6le ,  ni  existir  {xr 

'  jKHH?^^  tiempo. japiOis y  ó.el  uno  ^^.el.  oteo  cendrian  por*  néce- 
.nid^^dque  ceiirarae  y  d4sa{»941lper  dí^^la/p0líiica  escena.  Raiones 
ggavi/»|ym,jqije.ya  b^mi»  rep^idliineate ef^puosto  y  descaavuol- 
l9.aa.ifs^4je'Abora>.pei;suadi^n<nQ  sqlo  la  (^oo.ilenieiicia  sino  .la 
qecesiidlid  uA'genie  é  imperiosa  de  disolver  afi^el  furibtmda  y 
/lin  jgmlCqi^reso;  poroso  veia  con  úfík^fp  pasar  dias  y'dids 
aín  que  el  ministerio  se  acabase  de  rrocganizar ,  y  sin  <)ue  ae 
adopta^  aquella  tan  indiapensable  y  tan  importanle  niedtda. 
Deploriba^aest»  tanto  mas, -cuanto  que  lanzada  en  la  últiaan 
.aesiondel  Congreao  una  tea  ini^endiarJa  sobra  lot  .iameifaaa 
combustibles  que  fermentan  en  eata  agitada  oaci^ ,  pudieran 
quizá  ioflMiarae  y  producir  i|p  inoendíp  q«»e  radugese  á  can^ 
aaa  la  sociedad  oniera*  ti  i  liampo  y  leoo  mano  firme  y  Tigqroaa 
no  se. la  procuraba  apagar  y  contener.  Si  aquella  trompeu  de 
aedioioQ  y  de  anarquía  hubiera  encotitrado  eco  en  los  pueblos, 
coo)o  baeian  coa  algún  fundametHo  temer  los  coligados  inte- 
reses del  oarliamo  y  de  la  anarquía;  si  se  hubiera  negado  oon 
generalidad  al  pago  de  laa  coatribuciones;  si.de  sus  resultas 
linbieae  quedado  sin  abrigo  y  sustento  nuestro  sufrida  ejército 
ep  las  desnudm  y  estériles  moatasas  del  Maestrazgo  y  de  Ca- 
taluña; si  de  rasuhaa  de  estas  privaciones  sobreviniesen ,  como, 
era  de  temer,  lasnnliguaa  aedicjieu^  y  revueltas  militaras  y  la 
indisciplina  y  la  desmoraliaapioe  de  los  tí^rcilias « yel  deaorden 
y  el  deaeon^erto  en  teda^iy.^  entonces  como^eo  otras  épocas 
parecidas  hnbieae-crepidoy  tomado  vuehM  al  carjijsmo,  y  akn- 


Digitized  by 


Gobgle 


tado'otra  vez  volviese  á  esteiid^rs^  por  nuestras  provincias  á 
•ioUtUisar  los  últimos  triunfos ,  y  á  poner,  en  problema  lo  que 
eemanas  antes  estaba  decidido  é  irrevocablemente  resuelto  ,  la 
historia  hubiera  sin  duda  alguna  condenado  á  la  general  exe*-< 
*cractoii  á  los  imprudentes  y  temerarbs  que  por  miras  de  man- 
^o  y  ambición  habían  atr«iido  tanto  desastre  y  calamidad  so* 
bre  «u  fpatría.  ¿Pero  hubiera  libertado  de  toda  culpa  á  los  que 
depositarios  de  la  autoridad  del  trono  ^  dejaban  pasar  dias  y 
días  sin  .organizar  un  gobierno  fuerte,  y  sin  apelar  á  los  me- 
dios capaces  de  hacer  frente  á  locos  proyectos  y  á  crimimiles  e 
inténsalas  tentativas.-?  Por  fortuna  para  la  nación ,  por  fortu- 
na para  el  trono,  y  por  fortuna  también  para  los.  insensatos 
promovedores  y  escitadores  de  taki  terribles  y  criminales  con- 
ringencias,  el  pueblo  español,  mas  sensalo  y  prudente  que  sus 
oficiosos  directores ,  mas  previsor  que  sus  hombres  de  estado, 
y  UkM  píitrióta  que  los  que  se  arrogan  imprudentemente  este 
ya  poco  apetecido  titulo,  oyó  con  desprecio  y  con  desden  las 
€seitac¡oiies  de  los  tribunos,  y  burló  á  un  mismo  tiempo  las 
«speránsas  de  los  carlistas  y  délos  demagogos.  Asi  hemos  salido 
vcnturoaamente  de  xína  crisis,  en  que  la  insensatez  y  laimpru* 
;  dencia  de  los  unos ,  y  la  vacilación  y  timidez  de  los  otros  faa- 
ciao  concebir  pocas  esperanzas  de  buen  resnltado.=?  El  minis- 
terio entre  tanto  después  de  bastantes  dias  de  inacción,  mani- 
festó querer  francamente  reorganizarse  y  llamar  «n  su^apoyo 
y  auxilio  á  los  hombres  amantes  del  orden  público  y  dé  la  li- 
-  bertad  legal ;  y  se  aupo  con  satisfacción  que  habian  sido  invi- 
tados con  los-  ministerios  de  la  GoberiMcioii  y  Marina  los  se^ 
-Sores  Huet  y  Montes  de  Oca^  conocidos  uno  y  otro  [lor  sus 
compromisos  por  la  causa  constitucional^  pero  notables  tam- 
bién como  defensores  constantes  del  orden  público  y  d^  las 
buenlls  doctrinas*  Pero  luego  se  susurró  qoe  el  Sr.  Hoet,  des- 
puea  de  varias  conferencias  y  arreglos,  se  negfiba  á  aceptar  el 
ministerio V  disgustó  necesariamente  esta  negativa  á  los  que  co- 
nociendo áeste  respetable  magistrado  esperaban  encontrar  en 
su  carácter  firme  y  decidicb  un  elemento  de  gobierno,  de  or- 
den y  de  tranquilidad,  y  sus  numerosos  amigos  no  pudieron 
menos  de  hacerle  sobre  sus  negativas  serias  reconvenciones.  De- 
bemos creer  que  el  Sr.  Huet  loe  satisfizo  cumplidamente  cw^^" 


Digitized  by 


Google        _^ 


88  BBTIBTA 

do  le  Temos  conservar  ¡otaeu  su.  amistad  ,  y  elegido  úliimar 
mente  por  ellos  para  una  comisión  de  oonfiaDia.;z=Reeiiiplaió 
al  Sr.  Buet  el  Sr.  Calderón  CoUantes^  Otro  magistrado  coaóci-» 
do  por  sus  compromisos  por  la  libeitad  y-  por  sos  opiíMooei 
monárquicas  y  de  orden  ;  y  dando  la  propiedad  del  ministerio 
de  la  guerra  al  general  Narvaez,  que  le  desempeñaba  en  cali**- 
dad  de  interinó,  quedó  definitivamente  organizado  el  gabinete. 
Fácil  fué  calcular  iM>r  los  conocidos  principios  de  kamieoOtr 
bros  qne  el  ministerio  se  asociaba,  la  política  que  se, pro|)onia 
seguir,  y  los  bombres  con  que  debia  contar  para  lleverla  á 
cabo ;  y  la  suerte  del  Congreso  suspendido  no  pudo  ser  ya  dn* 
dosa.  Efectivamente  uno  de  los  primeros  actos  del  nuevo  mir- 
^  nisterio  fué  el  real  decreto  de  18  de  noviembre  disolviéndolas 
Cortes  existentes,  y  convocando  otras  con  arreglo  á  la  ley  fun- 
damental para  el  18  de  febrero. 

Asi  terminó  aquel  borrascoso  Congreso ,  que  habiendo  en-* 
contrado  á  su  reunioa  inundada  de  júbilo  y  de  goso  á  la  capi- 
tal de  la  monarquía ,  la  dejó  y  al  reino  entero  ehtregádoa.á.ia 
desconfianza  y  al  temor ,  que  lo  exagerado  de  siU  principios  y 
lo  violento  de  sus  resoluciones  no  podían  men^.de.índpírar» 
Hace,  algunos  meses  no  se  oian  en  todas  partes  maí^  que  cánti- 
cos y  demostraciones  de  alegría,  aclamaciones  á  la  pat  y  á  la 
concordia  de  todos  los  españoles,  en  la  actualidad  han.  vuelto 
á  revivir  los  antiguos  y  encarnizados  odios,  se   ba  vuelto  á 
sembrar  lafanesia  desconfianza  entre  los  partidos,  y  seiían.vuel-* 
to  á  suscitar  las  olvidadas  injurias  y  calumnias*  ¿Quiéo  ba  pro- 
ducido este  funesto  cambio?  En  nuestra  ppinion,  no  tememos 
en  asegurarlo ,  la  principal  causa  y  móvil  de  un  mal  tan  gra- 
ve ha  sido  el  último  Congreso  de  diputados.  Todavía  no  ba.Uo* 
gado  quizá  el   tiempo  de  juzgarle  con  entera  .imparcialidad; 
espresion   viva  y  pronunciada  de  lo  mas  violento  y  esltema^- 
do  de  un  partido  |>oliiico  que  vive,  se  agita  y  combate  ea   la 
actualidad  entre  nosotros ,  todos  podemos  gravemente  equi^ 
Tocarnos  al  dar  nuestro  fallo  sobre  el  disuelto  Congreso ;  per 
qué  todos  estamos interesadosé  interesados  aciualmeote  en  com- 
batir ó  en  apoyar  á  aquel  partido.  Pero  hay  sin  embargo  cier«- 
los  beclios ;  hay  ciertos  cargos  muy  gríives  que  pesan  y  pesar- 
rán  siempre  sobre  aquel  cuerpo  de  representantes*  ?=  Es  ya  un 

Digitized  by  VjjOOQIC 


ImoIk»  fuera  <te  toda  coAtrovenisr  y  duda,  qiie  iMÚltimaft  e\et^ 
^eioaes  fueran  eo  casi  todas  partes  el  producto  áel  fraude  ,  de 
la  violencia  j  de  la  ilegalidad  :  es  un  hecho  igualmente  itidur 
'^ble,t|neá  pesar  del  empleo  «óastánte  de  aquellos  Iréptóba- 
4os  medioa^  todavia  fueron  elegidea  na»  de  dneuenta  diputa'- 
doa  de  la  opinión  que  se  eúoontró  e«  niinor(a ,  7  es  áüimismb 
óilt>'lKcbo-  público  i  la  jmr  q«e  escandaloso ,  el  modo  con  qiie 
'fueron  esclaidos  del  (ingresólos  diputados  dé lá opinión mo- 
■deeada»  reduciéndolos  ¿una  iiiin«ria..ca8Í  ioaperceptible  |k)r  su 
Plumero.' Se  anularon  sin  la  menor  cansa  las  elecciones  dé  los 
«nos,  se.retrasó  e^dar^cdenta  de  las  de  otros' todo  «1  tíl^mpo  qiw 
duró  el  Concreto ,  y  respecta  dé  alguiíhs  promeias  se  lleVó 
basta  tal  punió  la  falta  de  aprensión ,  que  aprqJMiodo  los  ireies 
de  algunos,  distritos  electorales,  én  <{ne  «ns  «iqigossbabian  ^b- 
-teoido'mayorta^,  y  desaprobando  :sia  ooosideráoMm  todos  los 
démasy,  se  proclamaba  diputado  al  que  de  los  colegios  eleciOf- 
ralés  babia  salido  con  una  insignificante  y  peque&a  minoría* 
Eita  conducta»  á  la  Tczabsorda  é  injusta^  era  tanto  mas  repat^ 
rabie  en  aquel  Congreso ,  cnanto  que  teína  en  el  asegurada 
una  considerable  mayoría;  su  proceder  no,esraba'siqu¡erajq9^ 
iificado,  si  justificación  pudiera  haber  en  olio  ,  por  é)  temchr 
de  perder  la  inBaencia  politice  que  dan  lias  mayorías  parla.- 
. mentarías  en  los  gobietnds  re]ireBeÁta«irQs :  y  la  esclusionde 
los  moderados  era  uií  lujo  de  ÍDJústieia  y  dn  intfnulúrX^i^tíie 
I)ermiie  esta  palabra  )  que  indicaba  claraasente- hasta ^Onde  se. 
.  iría  én  los  casos  eu  que  k  injusticia  fuera  algo  mas  necesaria 
para  el  logro  de  los  fines  que  se  proponían,  Pei^  aun*  hay  n^as, 
esta  esclusion  esta  falta  de  todo  nspeto  y  miramientti'á  la  le- 
galidad ademad  de  ser  esencialmente  iojusta  era  en  gran  ma- 
neta absurda.  Los  cuerpos  políticos  jamás  adquieren  la  con-  ' 
0ideraoíon  necesaria  para  qué  sus  decisiones  se  reciban  eii  la 
sociedad  con  la  aceptacioo  que  es  menester,  sino  por  epnti- 
mero  y  por  la  importancia  délos  faombres  de  valer  que  en  ellos 
intervienen  ,  y  cuando  un  cuerpo  de  esta  clase  se.  mutib  á   sí 
tnismo  y  se  priva  de  sus  miembros  mas  notablcb,  comete  un 
loco  y  desat)e^tado  suicidio,  y  se  priva  á  sí  propia  dn  nao  de 
los  inayores  elemefcitos  de  consideración  ,.  de  uno.de  los  ma* 
yores  medios  de  acción  y  de  influencia.  Al  dirigir  la  vista  so*- 
Segunda  serie.-^Touo  II.  12 

/Google 


Digitized  by  ^ 


go  RrasM 

hwe  el  Congreso  disoeho  se  büscabpo  con  empeAo  y  atiiiédad 
fBQ  sus  iesoaños  á  los  hombrea  que  la  pación  oonoce»  que  sóo 
ya  de  «n  propiedad,  y  que  aeostuinbran  desdé  que  hay  go^ 
.bíjerno  represeniatiVo  i  figurar  y  á  brillar  en  nuestras  asann^ 
.bleas  legislativas:  sus  astenlOB se  bailaban  vacíos  y  talvesoeo*- 
pados  por  hombres  obscuros  y  vulgares^  pero  á  la  manera  de 
las  estatuas  de  Bruto  y  Casio  cp  los  funerales  de  que  habla 
.Tácito  ,  brillaban  oon  mas  esplendor  estos  ilustres  escluidos 
por  la  misoia  raaon.  de  no  verlos  eu  sus  acostumbrados  puesH- 
tds». ¿Quién  no  se  dolía  á-  la  vea  y  se  iudigñaba,  alverbu¿r*> 
üsnos^  deshudos  los  asíebtoa  de  Marlioez  de  la  Rosa  ,  -de  To-> 
reno,  de' Galianos  de  Isiiiriz  y  de  tantos  otros  sin  los  cuales  to-* 
da Con¡a[reso  aclarecerá  siempre  manco,  y  toda  represen tacioD 
nacional  iticompleta?  Júiifuense  como  se  quiera  las  ideas  y  pria-  ^ 
.  c¡()Í9S  de  esloa  hombres,  menester  será  convenir  en  que  son  la  ex- 
pi^esioniQás  Jegitjma,  razonada  y  elocuente  de  un  gran  partido 
.|)olUico,  que  vaU  é  influye  mucho  en  U  nación ;  y  el  cerrarles  la 
puerta  del  Congreso,  anulando  ó  burlando  el  voto  délos  elec- 
tores, éanlanifeslar  que  no  se  quiere,  porque  se  teme,  toda 
especie  de  discusión  j  que  se  desconoce  el  gobierno  parlameo- 
lario,  y  que  lo  que  se.  desea  es  plantear  bajo  esite  nombre  y 
pretesto  una  ci^ga  y  tiránica  dictadura.  No  es  esto  decir,  que 
JTuese  tal  el  pensamiento  de  todfM  los  que  á  su  realización  coo- 
..tribuyefron  con  sus  votos:  harto  se  sabe  que  la  mayor' parte 
ignoraban  bácia  dóade  los  dirigían  su^  capataces,  y  que  ser- 
irían  dei  iostruraentos  á  desmedidaa  y  absurdas  ambiciones» 
Aquella  escandalosa  esclusion  de  cincuenta:  d  inas  diputados  de 
opiniones  moderadas  y  temjiladas  hacia  imposible,  mientras 
.subsistiese  aquel  Congreso,  todo  gobierno  que  no  estuviese 
fundado  en  ^  partido  mas  estremado  de  la  mayoría :  los  dipu- 
tados escluidos  ,  en  un  caso  dado,  hubieran  apoyado  contra  la 
oposición, de  la  ef trema  izquierda  de  la  mayoría  á  un  mini^te*- 
rio  formado  de  los  miembros  mas  moderados  y  prudentes  de 
ella;  y. con  este  auxilio  hubiera  quizá  podido  formarse  un  ga- 
binete aceptables  Pero  verificada  la  exclusión ,  incapacitado  él 
Congreso  de  crear  en  su  seno  una  mayoría  templada ,  no  habia 
medio,  ó  era  necesario  disolver  las  Cortes,  ó  entregar  el  poder 
ala  fracción  mas  exagerada  y  violenta.  He  aquí  lo  que  no^ie- 


Digitized  by 


Google . 


MíMáMllDb  91 

.  rop  f  Q  Qo  qimiefon  ver  mudbos  dipataÜos  del  últínor  €oAg«'e- 
so,  que  baciaD  profeáioo  de  tener  opiaiofie&  menos  exagcndAB 
que  sus  compañeros;  he  aquí  en  donde  los  mas  de  eHoi  túBm*- 
festatéo  una  debilidad  ó  una  iocapacidod^  bastante  á  deinos* 
trat  que  hombres  eseacialmeote  de  oposicioA  jr  de' ataque  na^ 
da  se  pjtiede  esperar  de  eilos  coando  se  trata- de  gobernar  y  dte 
resia&ir.-  Pero  sigatQoa  «fH  núealro  examen. 

Después  de  estas  faltas  costra  la  justicia  y  cont?a  lá  cofiTe^ 
niencia  pública ,  fácil 'fué. predédr  la  conducta  >fixtara  del  Cdi»- 
<gresd*  No  es  nuestro  áoinio  repetir  lo  que  henfos  diebo  en  bm 
Gmiicaa  ao^eriorés;  pero  l^asta  recordar  Icocurridd'ieott  nio¿- 
^ivo.flek  ley  de  fueros-^  deja  contestación  aí  dlsconso  de^lk 
Corona  .'j(  deouo#  aai»Éwtos  mas  ó  menos  imponaolesi  Gada  día 
d«bft!eliGofigrelaiMBa.  nuera  prueba  de  que- ni  oomprudia  la 
aiiiuuDi«m  en  "que  se.  bailaba ,  ni  tenia/ÉAfra  ning«tta>de  políiioa 
razonablerni  le  ocupaba  otra  idea  que  l»'de  escalar  de  oual^ 
quier  modo  el  poder »  para  los  gefes  de  las  diversas  fracefones 
.ta  que  se  dividía  y  suiskfividia  aquella  ignorante  y  turbulenta 
«aayoría  >  sin  perjuiciot  de  declararse  al  dia  stgnienié  en  oposí^ 
cion  raerta.y  iñolenta  otínlra  la  fracción  qoe.lograae  entrante 
Éáne  en  el  poder»  las  que .  por  precisión  baUaii  de  quedar  ei<- 
dnidas  y-  fuera  de  él.^Titl  era  el  a^ieeto  tríale  y  desconsolador 
que  á  los  ojos  de  todd  bomlire  rasonabU  presentaba  el  disnetfo 
Congreso:  el  alma  s<  nos  partía  de  dolor  cttando  asistíamos  á 
^iquella^  «esionés  en  que  todo  era  Violencia,  ¡larcialidad ;  in- 
juria; acriminación  y.  suapieaieia ;  en  que  no  sie  oia  qnieá  en  iio 
•dia  entero  uft'peneamieikto  adecuad^  á^las  exigencias  de  la 
nación  en  aqtiieHos  críticos  y  daciaivos^  momebtias;  en  que  110 
ae  descubría  mas  ¡nfldenda  que  la  de  loa  mas  desaforadoa  tri*- 
buoos»  ni  mas  aptailso  qné  para  lai  doctrinas  que  suelen  ba^ 
liarle  en  las  reuniones  del  mas  ignorante  vulgo*  Porque  atia^ 
4}de  seria,  una  injosticia  desconocer  qoe  en  aquel' Congreso 
•apalvciaii  uL  vee  raloe  y  dispersos  aquí  y  allf  alguaiD  que- otro 
dipolédo »  á  qatenes  nos» puede >ne¿ar  ni-  elooueoeia  nt  saber, 
orls  tal  ei maligno  tnflajode  las: circunstancias,  que  basta  est^s 
hombres  públicos  qne'se  debian^.  si  mismos  y  á  h  situicioo 
más  respetoA  y  miramientos -,  basta  estqs  adoptaron  el  lengva*- 
je  maa.violelito  y  tribúaicio ,  y  las  opiniones  mas  exagef^das 


Digitized  by 


Google    — 


y  estrétoaft,  SÍDlótíia  ttíste  del  grave  mal  que  nos  aqairjaba,  y 
4e  que,  solo  podo  liberurqos  el  uto  acertado  j  oportuno, 'huo'* 
4)ue  tal  v^ft  algo  tardío;,  de  ia  prerogativa  real.        /'' 

Pero  doode  se  vkS  mas  de  Ueno  el  espíritu  y  tendenciad  del 
XiOngreso  dUuelto  fué  ei^  su  úhinu>  voto,  incitando  ú  ia  resis^ 
teocia  al  pago  de  lai' oontribucioues:  Tiéadolo  estátiaiiios,  y 
apenas  podíamos  creer  <(ae  la  ombiieioa  y  el  espíritu  de  partid 
•do  pudiesen. conducir  á  una  reunión  numerosa  de  hombres 
.^u<»  tUuKieseu  eu  au  cabal  juicio  á  tan  temeraria  y  azarosa  re*- 
aOlacionc  cuanto  pudiera' decirse  sobre  ella  •está  ya  agotado;  la 
.oacioo  «ntfera,  á  pesar  de  criminales  manejos  y  escitaciouesi 
Jia  ifespondido  á  Ja  provocación  con  dignidad  y  <;on  iiMsúra;  y 
.aquella  medida  que  pudo  producir  malea  y  desestimes  sin-coen- 
.lk>,.y  «umirnoa  otra  vei  en  mil  horrores,  <foedará-en  la  b¡^o«- . 
itvk  cofnd  no  mooumeaiQ' insigne  de  la  ceguedad  y  el  freoéií 
-4e>los  que  la  dictaron!,  y  de  la  sensatez  y  de  la  cordura  del 
VDULO  espaSoü 

El  Congreso  disuelto ,  ó  por  bablir  con  mas  propiedad, 
los  individuos  que  ibraiaban  su  mayoría,  no  hs^n  podido  n»- 
.nos  de  conocer  que  pesaban  sobre  ellos  fondadas  acusaeiooes; 
.y  ipera  dqsvaoeGerlaa  si  pudiesen,  han  dad<l  un  paso  eslfaofdfr- 
tnario»  y  si  oo*  nos  equivocamos ,  el  primero  y  tínioo  ensu^es^ 
.fMscie  entre  nceoiros^  bañ  publicado  un  lllanifiest<f  rsponieodo 
'su  conduela ,  y  contraponiéndola  á  la  del  gobierno^  hau  tralah 
do  de  vindicarse  y  defenderse  dé  ios  graves  cargos  que  contra 
ellos- aparecen.  Difícil  era  la  empresa»  aun  desempeñada  por 
plumas  mas  hábiles  y  espertas  que  las  que- redactaron  aquéUu 
.ainfidlar  maaifeslaeíoo ;  porque  si  por  ella  huhMsfsmos  de  jM^ 
gar  de  los  boUkbres  que  la-  suscriben  y  del  partfdo  político  que 
•iopreaeaton>  triste  idea  á  la  verdad  se  deberia  fomiar  de  unos 
y  oíros*  No  ¡se  puede  efectivamente  írer  cosa  mas  pobne  ni  es<- 
casa  de  ratones,  ni*  map  abundante  en  clausulónos  y  en  palq^ 
bras  violentas  y  apasionadas ;  precisamenie  lo  'eohtrario  At  lo 
que  debia  ser  un  esoríto  firmado  por  un  nún»ero  considénable 
«de'iiombfes  cualquierai-^El  manifiesto' por  otra  parte,  sitl  do^ 
•fender  ni  vindicar  á  nadie,  puede  producir  cargos  gravísimos 
ootttra  muchos  de  los  que  le  firman,:  y  aun  contra  el  partido 
eniero  á  que  pertenecen.  Hablan  |por  ejemplo  eñdl  los  firman^ 

Digitized  by  VjjOOQIC  . 


93 

te$  uM  c$0mtw>4^árden  de.nuúHr^^áiministraeiim  eeoné^  * 
ntifi^\  y  no.h^y  oadíe  qi»e  ignore,  que  este desérdcii  comenzó 
en  1 8321  cuando  Us  prinieras  revueltas  del  partido  progresista 
y  jlas  jaulas  de  aquella  ¿poca;  que  le  aumentó  en:  gran  ma^ 
aera  el  iginpirt&nio  v  los  crasos  erfoi^es  del  ministerio  que  t»^ 
bío  entonces  al  poder.,  y  prendió  el  Srl  Meodizabal ,  uno  de  / 
W  í¡r.maoies;  que  creció  y  se  desarrolló  rápida  y  desastrosas 
urente  con.  las.  escisionlrs,  pcoiiuncíamtentos  y  motines  qoo 
precedieron  á  la  revolución -de  agosto;  y  finalmeitie  que  llegó 
á  un  grado  mucbo  mas  éspaniosn'tíuú  qne^A  actual ,  en  el 
Urgp  reinado  y  diaadiira  del  miorisferio  de  ^a  üranja^y  énn 
ao^igos «.cuyos  óoíxittfes  se  ven 'Coa  admiración  figurar  arpio 
de*UQa  censura»  qu^,ó  nadiealüaosayÁ  los  comprende  áellotf 
sol^.y  á su  par lido.—rHablaiide eos  proyectos  deeconomfa,  y 
de  revisary  rebajar  loe  pr6supaealx>Sv  los  mismos  que  en  so  larga 
dicta^Mra  no.exaeMoaaoa  «no  solo*,  ai  hicieron  una  eoia  éeo-«- 
npmifi;.Uxipugaao:  el  aneldo. d  cesantía  que  disftutaa-loa  ieX'** 
xpinistrosf,  >y  Ja  están  cobraado  aancIvM  de  ellos  d^de  lar^peo 
auos  ac^vdan  á  eaieodec  iquo  quiza  se  disolvió  el  Conígreso 
porqiMBí  no  se  hieieseesta  reforma,  y  olvidan, .que  las  cortes 
*  <}Qa6tituyeiit€9  eii*4ue  domÁnabaii  ellos  y  sus  amigos  esekisi- 
yamente,  es(UYÍfsron  reunidas  largos  oseaca,  siniqise  peosisea 
au  d«^retai;la;y  tpor.  n#  cilap  mas  ejemplos  de  censuras  qucr 
cojBi{ireñd0)  Áí,  lleno  á  los  mismds  quedas  liaeeii^  tmpiígnaa 
XiOf^,$onU:ator  onerosos  paha  e¿e/¿a4Í¿^>los  miamos  hombre»  qué 
bicieron  Ips,  sbsórdos  y.monsuao6os<:cobvenios  de  la  legioa 
iag)0sa).q.ue.  oouijpivron  4os  aeticdloB .  para  su-  armaaieoto  j 
.eqat|^  á  los  precioa  mi»  aitoa  y  eaeaiida  lasos  üua  i»  ban  visia 
auiic^ ;  y  los  q^e  por  rnadio  da  o^acionetf  aosufdato  é  ilega- 
les, ¡^varon  á  Ja  nación  ^  si»vcoaoo¡miento  soyo^  con  «mas  de 
.5o<^.  aúlloneadit;  deuda  «por  un  lado  ^  aimismo  'tieiápo  qme  Ita^ 
oiau 4H>r  el  oiro.laimas  desasIr^M'  luindarrota.  ¡Ahí  cnámb 
.mejpr  Jes.  fiieiia  á  eiecloa  boimbnaa,  qisetciioiM¡aa  demasiado  coa 
Jafriídeocia  agena^  no  probasr^r  algunas  cuostíotf es  ^ 'y  bo 
^KHier  á  losrdéfnaa^en.el  caso  de  {laianticar  mtaiarios^  spbre  ioa 
qu9  si  tal  vea  exige  el  bieo  püblicote|oa'«o  cierren  Ida  ajos 
por  abora ,  taqibien:  á  ellos  lea  oonvieno  ap  gryín  'manera  'd 
qi;^asi  su^edüt.  Miseho  sentimos  salir  de  n«esfro  tona  ordinal- 
rio ,  de  ^eitopUazay  «odoración;  perd  ctism'do  kis  hombrea 
. qu9  acaban  de  eonstkuir  uno  idelea  oveepos  mas dnvadov^éil 
,estmlo,  dirigidos  por* los  áiismos  aulpées  do  los'  iMka  que  ex- 
ploramos ,  hablan  de  elloa.coa  un  -tono  tan  apasionado  y  vio«* 
le^to.  y  quieren  aphaoar.  á  otvps  los  desaciertos  y  las  Inultas, 
obm  escluftiyameota  aujtai  roadúndo  ea  ellos  gravea^  capitán 

Digitized  by  VjOOQ le 


d4 

l^actt6aci^aes>,4ifiéil>eft,ál  oo  imposible,  contéáerae  ^fttri^' 
de  los  limite»  ordinarios  de  la  polémica  tranquila' y  mej^ürada 
que  DOS  jfie^noft  propüesio  adopiar ,  y  no  tomar  algüns^s  ^ece^ 
•L  tono  ftpaaionódo  y  vehemente, que  la  n^aguitud  y  la  ioipor^ 
laAcia  Ue  los  intereses  en  discusión  a  pesar  nuestro  nos  inspiran* 

De  todos  modos  al  manifiesto  de  los  ex-dipotados,  á  sus 
acusaciones,  y  principalmente  á  sus  grandes  y.|iomposas  pip^» 
mesas,  ae  p^edc  coniestar  con  una  sola  pregunta  que  reanu*» 
me  cuanto  hemfis  dicho..^Y  por  qué  en  los  eatort*e  meses 'de 
tuesira  omntpoic^te  dictádfíira  no  habéis  i«alÍ2ado  esas  refor- 
mas grandiosas  y  esas  gtg»otescas. promesas,  qne  ahora  decis 
.qiie  06  ban  impedido  llevar  á  cabo  la  drsoiucion?  Entonces  no* 
teníais  Senado  ^.ni  Estaonenrto  de  Proceres  que  estorbase  Tues-* 
Iros-  pnoyectos ;  y  el  poder  reaLeslaba  en  vuestros  manos ;  vo- 
sotros mismos  erafs  los  mioisoros  y  los  di|iutados.  ¿Cómo  es 
que  entonces  no  pensasteb  eH'esas  mejoras  qne^  ábora,  tenien- 
do tsmlos  ohaUiculos  oon^que  loclmri  tan  snlNia  é  i|ies|i^ráda«» 
mente  os  preocuparon  jr  enardeeieran  ?  Triste  es^*  tener  que 
ilecirlo;  pero  la  caiisa  única  v  verdadera  es  que  enumoes  te^ 
oiais  el  poder »  y.  ahora  aspirabais  á  él ;  no  hay  otra  causa. 

Por  la  damas  las  prósíimas  elecciones  |ian  vuelto  á  ¡lonep 
en  movimiento  á.los  antiguos  partidos »  y  cada  uno  se  agká 
por  dar  el  triunfo  á  sus  principiot  é  idieos.-  ¥|i  le  han  formado 
comisiones  centrales  de  k^  dos  grandes  rracciones  d^  la  fsmi^ 
lia  liberal,  y  <ya  han  vti^iW  á  circular  sus  manifiestos:  -tod^ 
anuncia  qne  la  lucha  será  empeñada  y  neftído^  y  aunque  el 
éióto  oo  seria  dw^oso  si  lodos  los  electores  $e  perswadiesen  de 
la  neoesidad  da;  tomar  pavte  en  noas  elecciones  de  que^tulvet 
4lepende  la  pas^.y  lasiseete  «^e  la .nacioo,. todavía- ejemplos  tris^  ' 
tes  y^ffcoientes  de  un  culpable  abandono  nos  ^faacen  mirar  con 
algún  recelo  el  éxito  liaai  de  la  oontiqnida«r  El  bien  general  de 
Ja  bacion^el  particular  del. gobierno  represénsalivo^'  y  tal  vec 
su  entero  y  cumplido  poqventr»  .están  íniereilaidoB  en  que  lab 
«Cortea  pró^mas  se  compongan  de  personas  pi^udentes  y  aen^ 
.ai^s«  quetoasando  en  cuenca  la  im|iortaBota  de  consolidar  la 
.nftt  interior  de  U.-neoiauí^v  y-^^  av«nentía  y  •iransacciott  entte 
JOS  MSlereses.qup  tanto  tiempo  la  han  dívi^üdoyensangrentadcf, 
-posponga»  i  esta  idea  grande  y  fecunda  ledos  \tí%  recuerdos  y 
todos  tos  résentimientOB  de  antiguos  odios  y  enemistades ,  y 
tedos  loapequenos  insereseá  de  bandería  y  <  de  partido.  En  la  si- 
lAaeion  -aetoal  cualqísiera.  ¡dea  violents ,  eijagerada  y  <éstrema 
•qne  llegase  i  predominar  •  en  las  eleocionei ,  produciría  males 
.sini  cuento  i  la  nacioniyr  al  régimen  «onsticucional  que  en  ella 
^aa.ti«|a  de  aclÍBiatiur«  SolaÉnentaibs  bombres  y  lee  doctrinas, 

D'igitized  by  VjOOQ IC 


cafWocB^  amidgamar  eite  r^imeii  coa  Iqa  imevoa  ialémea-yt 
prweipMs,  fine  después  dd  ooii^bniode  Vergara  han  Tettida 
á  Bcog^rm  bajo  el  solio  de  naettra  Retaa  ,  y  de  inspirar  á  utMS¿  ' 
j  á  otros  la.Mli'eaar^a  confianza  .,  soa  los  que  pueden  dar  á  astar 
desgraciada  oaoion  la  unidad  ^  la  Tuei^a  y  el- vigor  .dé  que  ba- 
06  iceinla  anos  que  carece «  y  cuya  faha  la' ha  co|idiioiik>  á  tan 
irisi^  y  lamentable  estada 

PolUbaa  exterior.  Los  aeóiüecÍHiieiilos  de  las'  naciones  es-* 
traBÁs.9  á  00  ser  de  aquéllos  que  por  su  magnitud  é  influencia 
Dantaa  y  escitaé-deHMSÍadi^eiBeasBaiiente  la  atencien  ,  y  prepa- 
ran grandes  resultadas t  no  pueden  eseiiar  en  nosotros  un  vivo 
interés  y  curiosi4^9  mieoirssno  acebemos  de  salir  del- lamen**' 
table  é  incierlo  esiado  en  que  nos  hallamos.  Demasúdo  ocu** 
pados  de*  loa. riesgos  y  tpastornoade  nuestra  patria^ y  de  los 
peligros  que  individualmeale  y  sb  cesar'  cOrremoa ,  no  tene«* 
mos  tienpo  «i  lugar  para  dirigir  la  vista  á  los  pueblos  que 
neis  rodean,  ni  para  divertir  hacia  otra  parte  nuestros  cuida"^ 
dos.  En  la  aotualidad  sin  embargo  no  debiéramos  olvidar  tao^ 
tu  la  politsea  de  los  pueblos  y  gabinetes  extranjeros :  noesta* 
porvenir  y  bienestar,  cifrado  en  |fran  parte  en  la  pronta  j 
completa  .pacificación  del  Rf  ¡no ,  esté  con  ñrecUeocia ,  ya  mas, 
ya  menos»  dinedameiue  eulíauído  con  la  política  de  las  nacío^    . 
fies  que  brmao  la  coipunidad  eiKopoa ,  y  señaladamente  con 
la  de  aquellas  que  nos  son  IrnaitrotM  y  confinante^.  G>o  solo 
recordar  que  el  Pretendiente ,  espuhado  de  España ,  se  baila 
detenido  en  Bourges  en  poder  de  una»acipn  est raña,  que< con 
ponerle  en  libertad  pudiera  causarnos  serios  y  temibles  ernba»* 
razos,  se  conooerá  cuanto  hay. de  absurdo  y  de  vulgar  to  las 
coDtHitias  dedamaciones  de  los  que  quisieran  ijne*  viviéraasos 
«A' Europa  sih  el  menor  roce  ot  contacto  con  les  gobiernos 
que  la  dirigen,  y  de  los  que  tienen  ¡lor  cosa  humillan^  j 
oCansiva  al  honor  nacional  el  tratar  de  vivir  «n  buen!»  armo«- 
nia  con  naciones  que  pueden  coif  facilidad  kacsmoa  muclm 
bien  y  mucho  itaal. -^«Afortunadamente  lá  Europa,  intéreáada 
también  en  nuestro  buea  trato  y  oorrespoiidiincfa  ^  va  yacow- 
|ireadíendo  nuestra  verdadera*  situación ,  y   conooiendo:  loa 
falsos  colores  con  que  1»  presentaban  á  sus  ojos  los  esfueraos 
interesados  <lel  carlismo  ^  y  loa  escesos  y  tocos  extravíos  de  los 
agitadovea  y  de  los  demagogos.  En  efecto  pataco  ya  oosa  deter- 
minada y  cotisentida,  quc'uo  se  darán  los  pasaportes  á  Don 
Carlos  para  siiir  de  Bdurgas,  y  dirigirse  libremeota  adonda 
.quiera»  hasta  que  sus  nardalts  eat  la  JPMiInsula  depongan  tas 
armas,  y  se  halle  pacibcado  comptetamente  el  país:  por  otra 
parte  la  Holanda « que  tanto  faforació  basta  ahora  á  Don  Cár- 

Digitized  by  VjOOQ IC 


96  mÉntTA 

l#s^  U  btt.vnáho  la»  espaUat  al  ver  su  impot^tiOHi  j  ii«Maci, 
y.rba  reconocido  el  gobierno  de  Doeatra  Betoa:  otros.gabioeiet, 
basla  ahora  bostiles  ó  poco  aimigos»  nos  manifiestan  mejores, 
disposicitínes «  y  iralan  d'e  aesf uir  él  ejempb  de  ta  Holanda ;  y 
oo; general  ^  obta  que  loa  últimos  acdnteciibienios  del  Norte 
ban  venido  á  patentizar  á  la  Europa  el  verdadero  estado  de  la^ 
España/y  el  ningún  apoyo  ni  simpatía  ^oe  entre  las  dasés» 
ifilluyenics  liené  íá  desacreditada  causa.de  Don  Carlos:  ¿qué 
resta ,  pues,  para  acstbar  de  reconciliarnos  con  todos  los  go«4 
biercip^ ,  y  i^ivir  en  paz  y  en  armonía  con  todoa  los  pueblos? 
filada  mas  qise  manirestarles  con  noesir»  nioderacion  y  cordu» 
ra  que  somos  una  nación  desventarada  ,  si,  pero  digna  de  ln 
libertad  cpostMticional  qae  con  tantos  y  lao  grandes  sacriíiciee 
ba  sabidó^oQquistar ,  y  aprendido  á  seiiararlade  la  falsa  li«« 
berlad  de  los  .anarquistas  y. de  los  demagogos 

Asi ,  pues  ,  si  no  queremos  vivir  aislador  y  como  peoscrip** 
tos  en  medio  de  las  naoioncs  civUiaadas  de  la  Eunof»,  y  es-*«  * 
tnaños  á  autr  adelantamientos  yeoltorá  ,.si  no  quenemos  resigú. 
Bamoaá.baoer  siempre  en  ella  el  miserable  papel  qnedefilga^* 
nos  anos  á  esta  parte  estallos  haciendo;  y  si  deséanos  en  fiíi 
ooupar  en  la  sociedad  europea  el  puesto  que  nos  correspondo, 
y  que  necesitamos  para  bacer  prevalecer  ea  lo  justo  -  nnestcos 
mas  esenoiales  intereses  •  meiiesler  es  que  sepamos  establecer 
entre  nosotros  un  gobierno  fuerte,  á  la  vez  y  templado,  que 
ai30Je  y  protí^  bajo  su  poderosa  tutela  todes  los  intereses  sá- 
males,  y  que  no  permita  que  dominen  por  mas  tiempo  en 
miealra  4ssorgaiMzada  sociedad  los  principiaos  escliwivos ,  tnto-* 
legantes < y  disolventes  cuyo  alternativo  régimen  la' han  traído 
i  iiin:grAdo  tal  de  postrac̀M  y. miseria.  Para  esto  es  menester 
quo  todos  loa  bomores  honrados  ,,  persuadidos  de  que  es^  tan 
imposible  volver  áke  abusos  y  absurdos  de\  antiguo regimeos 
como  el  qué  una  nación  de  doi!e  millones  de  almas  se  deje 
{fobernat  duranite  mucho  tiempo  pmr  hombres  exageradc»  y 
violentos,  adopten  de  buena  fe^  no  solo  como  un  bien,  sino 
eemo  una  tieoesidad  ,  el  régimen  constisucional  con  las  ooadi^ 
ciones  que  le  soi^  propiafS «  y  coa  los  deberes  que  á  los  que  en 
él  viven  impone;  que  no  abandonen  i  ge^ites  de  poco  valer  el 
u^o.  importante  de  los  derechos  políticos ,  y  que  reflezionen^ 

3^e  si  por  su  flojedad  y  descuido  recayese  el  régimen  del  esta^ 
o  en  manos  de  hombres  violentos  é  insensatos,  la  mayor  cul- 
'pa ,  la  mayor  responsabilidad  de  tan  desgracifido  snceio  pesa*^ 
.rta  por  oec^idad  sobre  ellos  y  sobre  su  cffinmnslapaCía. 

.    ,  .  .       3o  dte  noviembre  de  1839^ 

Digitized  by  VjOOQIC 


WaSWtSTA   Dfi  MABUH. 


BIOGBAFIA    OOMTEIIPOAANBA. 

■■'••♦"      ' 

HEXTfittHlCH    Principe  de) [i],. 


JUa  vida  política  de  los  hombres  de  estado  está  unida  á  la 
obra  que  emprendieron.  No  acostumbro  adoptar,  alescri|)ir 
la  histofia »  las  pequeñas  preocupaciones  de  los  partidos,  ni 
las  gastadas  declamaciones.  Cuando  un  hombre  de  estado  ha 
realizado  la  grandeza  y  la  fuerza  de  una  monarquía  reducida, 
por  los  tratados  de  Presburgo  y  de  Viena,  al  estado  de  vasalla- 
je en  tiem[x>  del  emperador  Na{)oleon;  cuando  este  hombre  de 
estado  ha  recorrido  para  la  historia  una  dilatada  carrera,  no 
aeré  yp  el  qué  por  un  patriotismo  pueril  declame  contra  es- 
te hombre  elevado  y  supeiior.  En  medió  de  nuestra  incesante 

(i)  Elta  articalo  ooaipi«ii4«  Uotof  y  Uui  fgr^ném  tacefoa ,  que  no  hemos 
'  v«cil4do  «a  Uadncírlo  á  pumx  db  ra  nacha  «zleiuioii ,  parsaudidos  da  que  al* 
gaaoa  da  ios  machot  datallas  kifttfrtcoa  qaa  aneiarra  no  diigíutarin  á  nnastros 
lactorai^  Inátil  as  dacir  qaa  no  aprobamoa  alganoa  de  toa  principios  qua  tí 
mLMÍtúr  profana  ,  y  aolo  aftadiraaoa  qaa  hamos  creído  cooTenienta  raprimir  th 
^aaa  asprasianas :  par  lo  dan^  U  vida  j  la  historia  del  pi^ocipe  de  Tájettff" 
nich,  as  claro  que  no* debía  eseribirta  mas  que  un  absolutista ,  j  así  la  ha  ^'' 
cKo  el  autor  da  la  Historia  de  la  ñeitáuracion ,  persona  por  otra  parta  ">"/ 
raspetabb.    (19.  da  U  K)  . 

Segunda  séríe.^^Touo  Ih  i3 

Digitizedby.CiOOglC 


y8  REVISTA 

movilidad  tnioiftterial ,  me  <¡omplace  recordar  las  iisoñomíaa 
ministeriales  qae  con  la  perpetuidad  de  sus  sistemas,  dos 
transportan  á  las  grandes  épocas  de  Richelieu  y  de  Mazarín. 
Hablaré  estensamente  del  principe  de  Metlernich,  porque  ten- 
go que  rectificar  muchas  ideas  sobre  el  imperio,  la  restaura- 
ción y  ía  revolución  d^  julio,  tres  épocas  que  comprende  hi 
vida  del  Ginciller  del  imperio  de  Austria. 

Clemente  Weozeslkus ,  conde  de  Metternicb-Winneburg- 
Ochsen^bausen ,  nació  en  Cobleoza  el  i5  de  mayo  de  1778, 
de  una  buena  familia  alcniana,  cuyos  antepasados  sirvieron 
eo  los  siglos  anteriores  en'  la  goerta  cotttra'  loi  otomanos.  En-^ 
cuentro  muchos  oficiales  que  llevan  el  nombre  de  Metternich 
entre  los  reistres  que  estaban  al  servicio  de  Francia,  en  los 
tiempos  de  la  reforma  y  de  la  liga.  A  la  edad  de  iS  anos  en^ 
tro  en  la  universidad  de  E¡3trasburgo;  profesábajue  .entonces ' 
de  lleno  las  ideas, del  siglo  XVHI^  era  el  tiempo  de  la  filoso* 
fía  deVoUaire ,  de  Helvetio »  de  Rousseau  ,  de  aquel  vacio  sen- 
sualismo que  arrojaba  las  cabezas  de  los  jóvenes  á  ajitaciones 
efervescientes;  el  célebre  publicista  de  Kock  dirijia  la  univer- 
-sidad.de  Estrasburgo»  y  por  una  circunstancia  singular,  un 
joven  célebre  después  estudiaba  en  el  mismo  banco  que  Mr, 
de  Metternich:  era  Bepjamii^-Constant,  et  hombre  del  taIeot(>^ 
de  las  ideas  y  de  la  imajinacion.  Los  dos  estudiantes  se  un¡e*« 
ron  con  bastante  amistad ,  y  es  curioso  seguir  la^  carreras  dÍ7 
ferentes  que  se  abrieron  á  los  dos  jóvenes  alumnos  del  ji¡^rp(e-, 
sor  Kock.  Tengo  motivos  para  sabef  q^je  en  ¡ñas  dqvuna  oca- 
sión el  conde  de  Metternich  dio  muestras  d^  uea  viva, amis- 
tad á  Benjamio^Constant ,  particularmeiite  en  iSiS",  cuando, 
el  ministro  Fouché  le  habia  comprendídfo  ei)  U  lista  ^e.  los 
proscriptos  después  de  los  cien  dias  y  no  fué  condleñadq  alj'c^fs* 
tierro.  El  conde  de  Metternich  terminó  su  curso  de  filosofía  en 
el  ano  de  1790,  completó  sus.  eaiudiosei^^AleDMikia),  y  á  Iqs 
araños  recorrió  la  Inglatc^rta- yla  Holanda,  pasando  jwr  últí** 
mo  á  habitar  y  ieoa,,  donde  se  casó  con  jy^aría-Elébnof;^^^ 
niu  Rietherg.  •«  ,  .        .         ...;.. 

Mr.  de  Metternich  entró  en  Ift  carfera  diplomática  eottftí^ 
secretario,  en  et,  congrjeso.  de  Ras.tfid(;. después  acQÍnji^QQ.,  at 
conde  de  Stadioii  en  sus  misiones  á  Prusiavy  San^PeterslNifgp}. 


Digitized  by 


Google 


DB  liADUfl).  99 

y.  se  hallaba  judio  alCsár  cuando  aquella  alianza  de  la  Ru:>ia 
y  el  Ansttía  cpaside  nada  sirvió  ,á  causa  de  la  rapidez  del  mo- 
víirato  olíltUip  de  Kapoleoti.  I^  opinión  del  conde  de  Metter-^ 
dícK  «ni  í¡^-iBff  aquella  é|Kiea ,  que  pata  ^comprimir  al  empe- 
rador ¿e  los  franceses  9  no  era  demasiado  Id  triple  alianz<i  de 
la:Pru8Ía,  Ia  Rosta  y  1»  Alemania.  No  siéiido  toas  qué  plenipo- 
teniriiirío^  tuvo  parte  en  todos  los  tratados  de  aquella  época,  y 
&BS  ideaé'  basta  entonces  parecía  que  pertenecían  á  ía  escuela 
de  BIj'StadMn  y  qno'no  tardó  en  ser  llamado  á  desempeñar  el 
minÍ9térío/de  negtMstos  extranjeros.  Este  inintsYro  [tensaba  en 
Mr.de.Metlernicb  para  la  embajada  de  Ru<áia;.  ptero  habiendo 
él'  tretbdo  de  Presbürgo  modificado  (5omplietaiñen%e  la  situa- 
ción del  AttiSriaen  Europa,  Francisco  II  prefirió  mandarlo  á 
Viris.  El  embajador  llegó  el  «iS  de  agosto  de  j8ó6,  y  aqufes 
donde  principió  la  vida  acii'tii  del  diplomático. 

El  sistema' politicé  que  representaba  en^  P^arfs  el  coi^dé  úe 
Métteróiob  étti  eompUeado.  La  casa  de  Austria  bábia  esperi** 
mentardo' kmiobosiveve^e^  desde  la  priMéta  coáKtñon  contra  la 
Franeia  t  ikm»parte,'gé(ieral  y  cónsul',  te  Nalria  áHiifificado  por 
dos  veces  el  Mrlanesado,  y  Moreau  le  habia  recha^tt  hdcia 
elilUiía.  Vitftkb'.á' entraran* la  lid  con  sü  aliaítitea  cK^'  la  Ru- 
/  aiav  AusierliS'deatriiyó  aiífoelU  nueva  coalición  ,'  y' el  gabinete 
auBli«aeo^ie''4céidióé  firmar  el  tratado  de  Presburgb,  estipu-- 
laoíod  imfioAsla  por  Iíí' necesidad  ,-  qué  disolvia  d  antiguo  im- 
perio'^ Ahmaniav*  y  (fe  cierto  mlodadaba  fin  á  la  influencia 
deiá'Casli  de  Aulttmi  l|r.  de  Metternich  estaba  pues  encarga-» 
de  de-dirijir  en  Parisila  politice  de  esté  tratado;  Aquella  con- 
vención'  habia  trastornado  todo  el  adtiguo  sistema  alemán, 
pa0s  eoi  primer  lugar  ti  Wurtembergy  la  Baviera,' dejando 
de  ler  soto^  electorados ,  se  convertían  en  reinos ;  y  la  Ba viera 
t^ibia,  á  costa  del  Austria  un  territorio  de  más  de  laoo  mis- 
iles cuadradas*,  una-  población  de  cerca  de  tres  millones  de 
alnas  ^  y  rentas  «por  mas  de  17  millones  dé  florines.  Creábase 
el  reino  de  Wétfalia  con  el  Hannover ,  y  el  engrandecimiento 
del  Wnrtémbet^,  igualmente  en  perjuicio  del  Austria  aun«- 
qae  meoos^  considerable  sin  duda  ,  no  deja  de  ascender  á  cer- 
ca de  ciento  dneotonta  millas  cuadradas.  El  ducado  de  Badea 
Cenia  parte  en  aquellos  despojos.  El  Austria  penlia  el  estado 


Digitized  by 


Google^ 


(le  Venaría,  elTr^ol,  las-cincDÜciudadeíi  del  Datíabio,  U'DaU 
macia  veneciamty  las  embocaduras  del  Geilaro.  El  acta  de 
la  Joonfedéracloa  dtel  Rin  rasgó  loa  úUiínds  restos '  deb  ▼ieja 
mamo  imperial ;  y  Fraociaeo  II  renunció  á  a^ioellA  ismiffua 
.  dignidad  ,  que  ya  oo  er^  mas  que  un  titulo  vába<  El  cavác^- 
trr  de  Napoleón  era  el  de  invadirlo  todo;  un  trataÜo  no  era^ 
(>ara  él  sino  la  ^ocasión  de  arrojarse  á  nuevas  coiHIuistas ;  babea- 
echado  su  familia  á  Alemania,  al  constituir  el.reinodéWeéfalia, 
y  se  unia  por  medio  de  enlaces  de  familia  eon  el  Wutemberg. 
Todo  se  babia  estipulado  ei\  Presburgo  contra  el  Austria. 
.  ;.  .Después  de  estos  grandes  reveses  de  su  monarquía,  creyó 
Mr*  de  Metternicb  que.el   mejor  medio  de  volver  á  adquirir- 
ai  gana  influencia  en  Earo|)a  era  conservar  la  alianza  de  Hapo^* 
leoa;  y  no  podia  ambicionar  aun  el  sistema  de!  neutralidaát 
armada ,  que  mas  adelante/coni^vtuyó  la  fuerza  y  preponderan- 
cia del, Austria.  La  política  pues  det  Mr.  de  Metlecnícb  fi)é  des- 
de entonces  expectante  y  óf  eisÁtñ^n:,  sü  principal  liiision  fue 
U  dentar,  bien  enterado,  y^  seguiré!  pensamiento  ylosdesig*^ 
nios  del  /^j^i^r^or  df  Ip^  fraoceaesi,  (Gitp  es,  seguir  el  vuelo! 
del  águikl     ^  .    í  /  ,  .  ^' 

Nuev^os  trittfi^fps  acabahafi  de  CQfjOfiar  los  «jéréilio^  delbi*- 
poleon;  la. Prusia^ después  de.baber'desgraciadaméiita.  vtfcila** 
do,  como  le  sucede  siempre^  en  1806  se..babia>eatoeigáfk>iáv 
.  ojos  <;eri:ados  á  la  alianza.de  la  Husia*  >¥c«|cttda  en  ieoa  ,>  IfripMÍ 
de  Tilsitt  había  establecido  las  basies  de  una,iregaa¡teaipor«K| 
pues  los  tratado^  con  Napoleón  solo.  pddiáB  tener  :esteoarlo4i 
ter.  Mr.  de  Metternicb  recibió  la  ói'den'de  su.córtede  áiraersé. 
el  favor  de  Napoleón,  ppr  ^edio  de  'Uua  respetuosa  defereft*^ 
cia ,  y  un  entusiasmo  poco  disfrazado  por  su«  gran  g\pvm ;  ta^ 
míase  entonces  en  Yiena  el  efecto  casi  magnético  qne  Napo^. 
león  babia  ejercido  en  Tilsitt  sobre  Alejamdro ;  preparábasfaia 
entrevisti^de  Erfurth,  y  cd  Austria  temia  mucho  sus  cotísecuen.-»; 
cias.  Mr.^  de  Metternicb  se  presentó  tnuy .  amenudo  en  las  Tu-^. 
lletias.  Re{)reseoxando. la  casa  de  Austria,  grande  todl^via  aun^. 
que  humillada ;  siendo, el  mismo  de  deatinguído origen,  coit' 
I.OS  modales  de  la  aristocracia  ,  salió  conéxito  en  su  misión, 
fieinaba  en  la  corte  de  las  TuUerias  una  etiqueta,  tin  tono 
soldadesco,  y  quijotesco  á  la  par^  un  formulario  de  oereiqooías 

Digitized  by  VjOOQ le 


.     DB  AUORJD.  101 

pueriUs;  }  f)^  Ixonibt^e  4^  .iW§tre  cuM^^djsf rulaba  de  una^^Ur;. 
perloHdad  ¡ocont9sta[b)é^;Ppr;la  solí ura  flécenle  que  propor**' 
QÍOjDa:JU,educacipn  y  la^f^clfcipfi  4^^l^  bueq^  sociedad.  EslO 
esplifa  e!  favor,  de  M  M.,^;I^arbooDp».de  Sógiir,  y  ea  la  diplo* 
mácia  fJQ.^r.  de  Jfteiie]^ff'fG\l^y^  y  del  aj^udaote  de  campa  .^ao 
Elezuicb^im  La  SiUf 00a.  QP  Jigaorab«i  eata  debilidad;  de  M»« 

El  eoibiaj^^or  de  Auan^^rleoi^jeAtonoea  33  a&ot';  8Íi{áÍM>-f 
lio^iía  era  noble  y  di»tiogi|í|^.r'(^  ¡Hreaetiíalla  «b'todaai.bs 
fiesta9i^e  la  fsór^e,  donde  se  bapi^  noiar  por  latolegaociatde^^aiia' 
treneg:,j  por  sus  grandes  gastoe*  lóven»  brillante^  deudo  de 
un>cM^di|piei|(p  despti^»  de  facUidad.  ea  b  tprodoceioii 
Jijeravy,gra(cÍ9saineB^le  acemuada  del^ Aleonan  ».  era  tenido Mn 
de  Mfftieroicb  por  bombee  de  enredes  ¡amoroaaa»  Entregaba» 
á  aquella  dul^  \>o\\iáik  iK)Ht¡ca,  que  pa^ba  por  el  oorasoa  pa-^ 
ra.  llegará  los  aeoretosi  del  gabinete.  Las  aventaras  aokorosai 
del  diplomático  aleoaan*eran  objeii^  de  todas  las  non  versación 
oes,  Su  ei^ductoras  formas!  bebíanle  también  atraído:  la  buewi 
voluntad  4e  Na(H»Je(#«:que  se  compUcia  en  distingairleíciitrf 
la? multitud  de  embajadores;  ieaia  gusto  en  hablar  con.  ¿1« 
al  itismp  ii^m|>o  que  le  aoubaba-  de  ser  demastaJo  jÓTeo  para 
representar  i  una  a^tigiia  <;asa  de  Europa  t  is  Teníais  milmis- 
ma  edad  en  Ajlarepgo,  lecQPtesióun  diael  embajador/'  Jamás 
ttaaba  el  emf^ador ,  fv^lubras  duras  con  Mr;  de  Mettcmich, 
pi]|€ii  le  miraba,  como;  ü  expresión  del  sistema  íranoás  eu.Am** 
Ui0\  ,y  mas  de  um  vez;.  habían  debatido  juntos  lal  cneatioota 
de  suprem^^  coqtinenlal  que  oeopabao  la  (neotede  Napo^ 
león.  El  sistema.de  Mr.  de  Metternich  ewñ  iKíeaenlar  la  aliánxa 
dc)  la  Ff ancia  con  el  Austria  como,  uría  necesidad ,  yi  recor^ 
dabad  tratado  de  1756,  arreglado  bajp  la  influedciadél  ún^' 
que  d^.  Cboiseul,  pomo  la  base  déla  nueva  resistencia  derEa- 
fopa  contra  la  Rusia,  ^  - 

£1  temor  constante  de  Metternich  era  la  entrevistado  Er-< 
furth ,  y  Napoleón  acababa  de  marchar  para  apersonarse  coa 
el  Czar;  Pablan  mediado  reciprocas  promesas  entre  él  y  Ale- 
jandro, en  aquciUos  gigantescos  planes  se  sacrificaba  al  Austriai 
y  no  se  ignoraba  en  Yi^na.  Habían,  pues ,  sido  inútiles  las  ten-  • 
tativas  de  Mr.  de  Metternich  en  París.  Acababa  de  estallar  la 


Digitized  by 


Google 


loa  RBVJ9BA 

.  guerra  úe  España.  ¿  No  era  e»to  vih  'nuievó  avis6  pata'  la  ca^  de 
Aasttia?  Así  lo  habUtaiánifestado'éka  tá'WCóirtes  de  S:  Petera- 
burgo  y  dé  Loadles.  lAfia^  dé  i^iiMbiirgY>;  estableciendo  por 

^  do  quiera  eo  la  confedléracioa  geruíl^htca  los  prítidpiós  y  casi 
la  ádministracton  fraócfésa*,  babia  «^tkáado  un  vivo  desbonten- 
to  entre  l«i  ()dilacJon  aleonna:  Uis  iM>n«i|)eráb}es  eMtrtbuoio* 
nes  de  guerra,  y  los  vejámenes  sin  número  que  los  genérale» 
y  empleados  Cránceaes  babiátt  adatreado  con  sos  cMqaistas,  ha- 
bían'excitada  el  odia  de  todos.  K>r  do^  quiera  M  manifestaba 
el<  espíritu  ianti-4'rance^ ,  mi  entre  la  nobleza ,  eomo  en  las  *so^ 
ciedádes  secretas  para  fai  Uben<ad  de  Alemania,  sociedades  qué 
eran  ya  fiximidables «11148681: él  movtltit^nlo'ltbetialerailí^EU^ 
ropa  contrario  á  NapcJeon ,  yaó  és  utia  de  las  úifimas  ^cttüsas 
que.  contribuyeron  á  su «^áida.  La  Inglaterra  idehtó  'ia*buefi^ 
^i^osicioa^del  Austria ;  y  profneúó'  ^bkidlos  á-  uh  gabioéfé 
lleno  de  deudas.  Mostraba- á  lo  léjoíi  4l  einf^radót*  Francisco  la 
resistencia  de  !a  Península  ,  las  dtficiikades  que  creaW  al 
poder  militar  de  Napoleón ,  desdé*  la  capitutacton'  de  Baylen 
priiktipalaiente,  y  la  buniillacion  de  lastiof^cascaudiiíaséurri- 
da  por  Dupont.  ¿  Poi<qué  no  ee  jtpróveckaron  afjfot^lás  cireéns^ 
tanqias  para  librarse  de  las  condición^  de- la  paz  dé  Presl^ui^ 
go?La  Inglaterra  se  comprometía  á  sostener  el  ejercito  tfutiría^ 
eo'y  ai  bnia'  sus  esfiíersos  á  la  ^usa  común  9  y  si  escogia  aquel 
momeato  para  declararse  contra  la-Fi^ncla ;  b  Gran  Bretaña 
ofrebia  hacer  uáa  diversión  á  un  mismo' tiempo  en  Holanda  y 
eft*Eflpaña.  Bsta  opitiion  no  tardvS  en  jirtevftleetf^  entre  b  ódMé^ 
xa  alemana «  y  el  conde  de  Stadión  adopta  ^titek-art^Ven te  el  peo-> 
Sarniento  inglés.  'Ffe^f^ráronde  inmensas  lev$s,  y  en  aquélhi 
é|)óca  la  misioiftdel  joven  embajador  fué  de  ocultar  con  pro^ 
mesas  lisongeras  ^loa*  aprestos  miltlares  qt»e  el  Austria  faWfa) 
sus'hotas«8tabán  llenas  de  protestas  de  )>az,'y  de  testimbniúis 
de  conñanza.  ¿Podía  hacer  otra  cesa?  ¿no  e&  la  tiiisíon  de'iin 
dipUSníata  el  temperar  io»'sucésos,'  y  distraerlos  desús  |>riffie- 

'    ros  efectos  ?  El  Austria  no  quería  declarar  la  guerra  haista  qué 
Napoleón  estuviese  completamente  ocupado  etl  la  esfVe^icion  de' 
.  España*  Cuando  hubieron  salido  de  París  Napoleón  y  ¿u  guar- 
dia para 'sostener  el  tvano  ¿e  José  ya  reto, 'ya  no  dísimifió  mas 
el  Austria  sus'prépaVativos  de  guerra  y  y  principió  sus'hostiií- 

bigitized  by  VjOOQ IC 


DB.StADBlD.  lo3     . 

díMJl^ contra  ja>  B^yi^vat^  aliada  ialínia, de  Napoleou.  Éá  fuerza 
d<tptif;que  eliluDperodor  eslaba  airii  de  la  parte  allá  de  los  Pi-    , 
t\tH!m  caaodo  a{>areoic|  lei  maoifiesto  d«rt   gabinete  de  Viena* 
Napdl«dQ,de  mi  aalco.llegóiá  I^rísy  y  allí  cneoDlró  al  conde 
de  Mietcraiob*     .  ;.     •     ' 

Aquí  empieza  para  el  cinbnjador  una  fieaicion  delicada.  La 
guqrradel  Au^Uiá  liábia  sido' una  verdadera  80l^pre«a,y  Ka- 
poleofi  cttyiniíliBe-engsSkBdo  por  Mr.  de  Mettemidí ,  mandó  al 
^ili¡<)^roide«ia  policía.,  Foucbé,  que  le  8or|>refidÍQBe'y  le  hiciese 
couJuek)«ieibtigadaeA  brigada 'hasta  la  frontera.  La  órdén  era 
dura,  brutal,  contraria  á  tod^s  las  consideracioues  diplomáti- 
cas; ¿pués-qué  no  ésta  encai^gado  uti  embajador  de^  seguir  las 
instrucciones  deiau'jg^bíerno ,  y  de  servir  sus  intereses?  ¿No 
éebe  estudiar ,  Ver V ocultar  los  hechos  qve  puedan  penudicar 
á  su.4iorte?-Foiiché,  que  se  reservaba  siempre  una  transacción  . 
para  lo  Teinderb,  com|>I¡ó  la  6rden  del  emperador  con  cortesía; 
paiíá^«ta  persona  á  cafsa  del  embajador;  le  manifestó  el  metí- 
T«de^su  visita,  y  lé  aseguró  de  sti  pesar  por  ello:  Fouché 
estaba  yá  descontento ,  y  era  imposible  que  no  viera  eltérmi- 
iiojde  la  deplorable  ambición  de  Napoleón.  Aquéllos  dos  hom- 
bres (Nrikioos  en  una  mutua  confianza  manifestáronse  su  sen- 
timiento por  lás'd^sgraeias  de  la  gueAi  y  la  triste  ambicioU 
dri  efn|ierador.  Solo  uti  capitán  de  gendarmes,  elegido  por  el 
OMirisoal  MoDCéy,  acompañó  la  silla  de  posta  del  embajador  has- 
ta la  fínoniera.  Mr.  de  Méiternich  sé  complace  en  contar  las  cui^ 
riosas  circunstancias  de  aquel  viage,  que  dio  lugar  á  sus  reía- 
oionet'oon  Fouphéy^tte  veremos  mas  adelante  en  el  curso  de 
esl4|  kistoria. 

fintopoes  estaba  el  suelo  conmovido;  d  ejército  mandado 
por  el  atpckiduqtie  Garlos ,  peleaba  con  valor  en  defensa  de  la 
patria,  y  de  su-soberano,  y  la  batalla  de  Essling  amenazó  la 
íbartona  de  Napoleón.  Sabidos  son  los  desastres  de  aquel  iis, 
qué  ylfoás  fueron  bien  conocidos  en  Francia :  Prussich  Eyiau» 
la  >cáipitulacion  de  Baylen,  y  la  batalla  de  Essling  sobre  elPa- 
mibío,  me  parecen  loa.t^es  puntos  siniestros  que  manifesrsron 
al  mnando  no  ser-invencibles  los  ejércitos  de  Napoleón ;  París 
esperímentó  su  fktal  impresión ,  y  aquellas  batallas  tuvieron 
una  inflaenoiaf  moral  en  los  negocios  de  Europa.  Fú¿  precisa 


Digitized  by 


Google 


|04  REVISTAD' 

la  bi^aila  de  Wagram  para  rest^lecer  el  prestigio  ;alKaei}«-f 
jmtó  ei  campb  de  batalla  ,7  jamás  bubo  ati  resultado  ntias  de- 
cisivo: Manifestóse  graa.  desaliento  en  el  gabinete  de  Vieera;  el 
partido  de  la  paz  triunfó;  la  victoria  se  bafoia  pronunciado  en- 
tonces entre  la  Francia  y  el  Austria ,  y  era  ini{Kiaible  resistir  á 
la  fortuna  de  Napoleón. 

«  Los  dos  partidos  en  que  estaba  dividida  la  corte  de  Viena 
se  delinearon  q»as  claramente;  la  opinión  en  favor  de  la  paz,, 
que  representaba  el  conde  de  Bdboa,  prevaleció  en  el  consUjo 
del  emperador,  y  el  conde  Stadioo  ,  que  basta  entonces  había 
dirigido  los  negocios  bajo  la  ioOuencía  del  sistema  inglés,  se 
yió  forzado  á  ab9ndonar  el  gabinete.  Quedaba  vacante  el  mi* 
ni&terio  de  negocios  extranjeros,  y  el  emperadoc  Francisco  de^ 
signó  para  ocuparlei»al  conde  de  Metternicb,  que  había  demoa* 
trado  una  notable  aptitud  durante  su  eml>ajada  en  París,  ilif. 
de  M^tteriMcfa  babia  guardado  un  medio  entre  la  paz  y  la  guer« 
ra ;  se  babia  reconciliado  con  Napoleón ,  y  ademas  adoptaba  ya 
en  política  la  actitud  de  neutriatlidad  armada,  que  fue  deapnes 
el  símbolo  de  l$i  política  auAriaca  desde  181 3.  Entotioes  era*  la 
época  del  abatimiento  de  la  corona  austriaca;.e/  Monitor  yá  anun- 
ció en  í  809  que  la  casa  de  Lorena  habia  cesado  de  reinar.  La 
monarquía  austriaca  es^ba  vencida  en  la  lucha;  sus  ejército» 
habían  sufrido  espantosos  reveses;  pero  quedaban  al  emperadár 
Francisco  la  decisión  de  sus.  pueblos ,  y  el  sentimiento  de  in*« 
dignación  que  esperiipentaban  a|  aspecto  de  la  dominación 
francesa. 

Mr.  de  Metternich  fué  enviado  como  plenipotenciario,  en 
unión  cpn  el  conde  de  Bubna,  cerca  de  Napoleón  ,  y  pri|icipa« 
ron  l^s  conferencias  para  tratar  de  la  pai ;  la  conducta  váci«- 
lanie  del  Austria  había  irritado  profundamente  al  emperador 
de  los  franceses,  y  jamás  hubo  conferencias  mas  vivas  y.refii<«* 
das.  Mr.  de  Metternich  dedicó  todos  los  recursos  de  su  eme»'*- 
dimiento  á  inspirar  sentimientos  de  moderación  al  vanagUri»- 
so  é  imperativo  vencedor.  Aquellas  conferencias  infundiei^oii'eii 
Napoleón  un  grande  aprecio  de  Mr.  de  Metternich ,  y  creyó 
que  favoreciendo-  su  elevación  cerca  del  emperador  de  Auatria, 
daría  un  apoyo  y  un  representante  al  sistema  francés.  Estaa ra- 
zonen ,  unidas  á  Us  misteriosas  amenazas  de  asesinato  y  de.aíi*» 


Digitized  by 


Google 


»B  MAMID.  '  tdS 

liackn«s  populareti,  qme  ya  se  agitabab  éli'  fán»r  de.  h  'inde^ 
pendencia  ,'apreitiraroti  la  oonclasion  del  t^iadó'^Viebii:  No 
neoaBito  recordar  aqní,  que  los  franceses  usaron  impera!  ¡iHá«-  , 
mente  de  la'victoria.  Mr.  de  Meltémich  i  eonsecoencia  de  aquel 
tratf  da,  tomó  el  tUolo  de  candi  1er  de  estado  «v y  h  dirección  de 
los  negocios  extranjeroa.  Era  «na  carga  imnensa :  los  pueblos 
cstalMia  agolados  por  erecto  déla  guerra ,  oprimidos  de  contfi^ 
bocionaa,  y  el  tesoro  sin  recursos.  La  monarquía  austríaca  no 
tenia  influencia  alguna  sobre  la  Alemania ;  el  tfatádo  d^  Yienli 
le  babia  quitado  los  últimos  restos  de  su  poder  meridional ;  j 
como  he  dicho  ya ,  estaba  A  su  lado  la  confederación  die)  Rbln, 
esto  es ,  Napoleón :  á  su  frente  \ú  confederación  helti^ica ,  Na^^ 
•peleón  también:  y  al  medio  día  el  reino  de  Italia,  stempt^ 
ifapoleon.  Ui  casa  de  Austria  solo  po'dia  escoger  entre  dos  pát^^ 
.  tidos,^^  ensayar  otra  vét  la  suerte  de  las  armas ,  ó  seguir  cié^ 
gamente  la  poHticn  de  la  Francia  con  la  más  profunda  con-^ 
descendencia  á  todos  sus- deseos.  Tal  fué  el  pensamieMo  de  Mr. 
de  Hetrencoiií^b  cnando  se  acordó  el  casainiento  de  una  arébi-- 
-duquesa  con  Napoleón.  Si  el  emperador  de  los  franceses  esco«* 
gia  esposa  entre  las  grandes  dutpiesas  de  k  famUia  Romanof, 
llenábase  de  este  modo  el  pasamiento  de  Erfurth ,  la  foráaa- 
eion  de  dos  grandes  imperios,  á  cuyo' alrededor  gíravitarla'n  pe^ 
«[Ueibs. soberanías  intermedias;  si  al  ct^ntrario ,  se  preparaba  el 
casamiento  con  una  archiduquesa ,  esta  antigua  casa  encontra** 
iria  en  el  emperador  de  loa  Franceses  un  ferdadéro  prdtectof^ 
El  deslém*bra miento  que  espérimetitaria  un  advenediso -á  los 
pies  de  la  hqa  déloseMfíehidóres,  podría  tal  veit  ser  fátbrablé 
al  porrewr  defai  monarquía  austríaca.  En  politidí  es  licito 
caicsiar  el  efigdio  de  las  pasiones  bnu^nás^'aun  de  las  mas 
mccqoioas,  sobre  e)  m)svidiietitó  de  los  líegbdbs.  El  peñsamien«¿ 
te  del  nuevo  canciller  de  estado,  al  preparar  el  casamiento  de 
una  archiduquesa  cotí  Napoleón ,  ftíé  reconquistar  por  túéSié 
de  un  eahice  >de  familia,  lo  que  la  guerra  faabia  quíftfdó  í  la 
casa  dei^Ausftriá'iel  oasámientq  do  la  aréfai^uquesa  MáHá  Luisa' 
fué  preparado  yilevado  á  efecto  por;^el  prlAcipe  de  Métterniéb. 
•  •  SI  oaoOiUer  dri  imperio  seguía  atentamente  el  inéfimiefifttí' 
europeo:  al  principiar  el  itio  iSti  ,  el  gabinete  déViéná  tVItó 
indicios  ciertos  de  que  iban  i  estallar  desavenencias  entre 
Segunda  fme.«-ToMo  II.  i4 

Dfgitizeí^by  Google 


I06  ^  .     BATISTA 

EraocU  y  RiMÍa;  aquella  KMpe€baa'ae'iíolvMroh..{«|I¡iladaa,  y 
et  efubajadlMr.d^  .Fraocia  «n  V¡<)ná  -Mn  Olio  «^' lo  confió  al 
prjqcipe  de  MeUernichy  propotoitsadole  «a  YirUul  «le  lo»  téniít* 
;90a  de  la  alianza  uoa  espepie  de  liga  ofeosiya  y^defemiTav-ett 
la  expedioioQ  qu^  Napoleón  se  proponía  báoer  á.f^inia.  El 
emperador:  de  los  ísapceaes  soloi  j|)q$i¡$  .uii:cifterpe^>auxHiar  dea^ 
tacado  de  treinta  mil  bofobre»;,  lbs*ouales  debianioperar  en^U 
e^^tremídMofieotaLid^Ja  QalUoiay  enijf^i.muoAéstoai  <)áe«el 
ejéreit^,  Craftc^  se  dirigiese  fA  Vítenla*  Segud  lacorrospoadaQ'i- 
cía  de  Si^rvMaretcjQa  el  oande  de  Meuerníeb,  la  eslipMÍa<iiofc 
de  un  euerpo  auxiliar  era  mas  cob  e}  ol\jeto  de  atesti^ttar  la 
eficacia  de  laaLiaoaa,  que  paifa  secundar  eBcazmenie  á  Napa- 
IflOD»  En  aque)  traiado  se  est^filaba  la  integridad  de  laa  péae|- 
.8Í9iies.auetrQ--f)olaca4f  la  eveoiualidad  de  una  cesieo  der.lii 
IIliria«.7  ciertas  veptajas  (err¡tx)riales  ei^  pravecbo  del  Austria» 
ea  el  caso  de  triunl^r  de. Ja  Rusia.  Mr.^  de  Metiemicb  na  se 
cbm|irojp^ti»  demasiado  en  la  guerra  ,.^  solo  lomaba. «na  biie^ 
na*  posición  para  todos  los  sucesos  que  pOdic^ran'oisufTir  tük  la 
alfenturada,  expedición  del  emperador  Na|X)Ieon.  El  cuerpo 
auxiliar  de  treinta  miliaustriacps  p^só  al  ejLtremo  de  laGalli- 
cia}  y  si  durante  la  campaña  de  «3:19  90  tuvo  ocasión  de  to*^ 
mar  :Mna  parte  lectiva  en.ella  ^^conmvo  el  ejéocjio  raao»  á'laiesr 
palda  de  Napoleón»  Al  principiar  1^  desastrosa  retirada  d*«>lqft 
frai^ceses»  el  cuerpo  que-mandaba  el  princiM.de  $cb)vi(iMai<r 
berg  s^  jcncoatró  sit^adci  deogiaiiera  que  podi¿i  leerse  ebUgad^iti 
pelear  contra  los  rusos^  que  d^bordaban  aobre.  la  Peldnik »  f 
esm  nueva  posición  ex^i^  "P  Kiuy  atenta  ex^mtn.de  lai  obligar 
ciónos  de  la  alianza.  Si  1^  Prusia  y  el  Auitria  bul^ieieb  ohaenrado 
reUgiosamepte  el  tratada  becbo  con  Napoleón ,  dcíbian  enáar  eo 
'líoeaíon;^iatamenie^y  oponer  sKs.ftieniis  lí  loa  rusoa^perala 
l|acipii  alfiiaiaDa  se  d^lara|ia  tan  unénimemeate  oontm  loa 
(riincesea,  que  hubjera  sida  importble  á  los  gobiernos  resistir 
aqu^l  mavimiento  de  la  opinión ;  ademas  la  Aleananiíl,  «xtre-^ 
madamente  bumillada  por  Nfipoleoa»  ¿na  babia  de  aspirar  á* 
U  independencia?  Los  desastres  de.  Mo^cow  i^esonaban ;por  4o 
quiera;  la  Prusia,  qi|e  era  la  primera  compr^meiídia  éú  la 
linea,  no  Taciló  en  bscer  deCe(;cíoB3  y  se  |iasó  í^niediaianMO'**. 
te  á  las ban4cras  ru^as^ ejeqiplo  contagioso ^f^ue-per  de  proh- 


Digitized  by 


Google 


vm  MMúmú.  107 

ta  oo.  iomó  el  «gabinete  dtfJVkka ,  y  solDiie^t>l#¿i6  una  tre- 
g«a  entre  los  ejércitot  t^nses-^  y  Mtlriaees.  )dr*"de  Ifetieroiqh 
fué  eontUerado  éisde  tf^uefaloineétcrfier  la  FTanciar  éumb  él 
medianero  pacifico,  qoe  Hbta  de  .Tt|iafar>Iá  fias  iobrr  bases 
eo  af'inooía  con  el  eqiiiKbmo  earopeOé  El  cancHIer  de  Aeatria 
maoirestó  clarameote  «V|be4a  laonaitqlída  á  la  Mal  niJicaeni 
t^ba,  no  se  aepáraria  de  foe  pt ioeíf  ioi  de  allabaa  eon  la  Fraaeie; 
pero  habteado  eaiaibfadade  aapemo  la  aimaeibii,  jrf'udiendo 
el  territorio  attstrfaco'liegar  i  «er  el  teatro  de  Uk  fao^ilUladei, 
el  gabinete  de  Viena  debía  tomar 'natóratcnénie  utt|i  aciimil 
mai  niaffcada,  i  fio  de  teraiinar  una  coltsioo  ^oe-'ja  ideaite 
eotOpMs  ibaá  afectarle  la|i  de  «erca.y  'Bn  aquella  nota  00  te 
bablelM  de  la  aikimav  sino  par« atestiguar  la  fidelidad  con  q«fe 
el  il estría  babta  sofnrtado  sus  condiciones  duranfe  la 'campeo- 
na deiBbAia.  No  se  abdicaba  el  tratadd  de  rSisi;  pero'^  ga^ 
bineieiauaiRÍaco  sod^enta  que  ya  no  podiaf.  apoyarse  en  los  iim^- 
moiselenuáitbsi  El  imperio  estaba  próxhBÓ  á  ser  invadido  por 
los  rufli^s',  y  era  necesario  adoptar  un  partido  qae  no  fuese^d 

de  la.güerra*  

.  Mfk  de  Melternicb'cmsayeba  enesta  noeva  negociacioíi  mía 
paa  general ;  y  á  conaecaencía  de  la  dtirersa  posif^ion  que*iqs 
ateoeseababian  pre|)oroíonado  al  AnstriVf  <lebia  esta  eocontirar 
moi^jas'  territoriales  "On*  las  noevas  oirtíttniscri|ieionea'  á  fptm 
podta  dar  logar  una  paoifieaeton  genérala  Mientras  discutia  in  , 
diplon^acia  el  sentido  y  la>extensíbo  de  la  alianaa-,  el  iidpnho 
de  aesísteneia  estaba  dado,  fil  partido  ingiés  oreoia  en  'Vienaj 
la  noUeía  y  el  pueblo eacabaii  eansedoa  de  la  Francia;  lord 
Walpoloeeababa  de  llegar  cóú  proposiciones  de  sobsidioa;  los 
poeblos  de  Alemania  se  |>ronunoiaban  eon  animéstdad;  y  estoá» 
estabati' «stetiees  mas  adelanfados^qué  los  gobiernos  en  su 
odio  yeepognanein*  cpntr^  él  sist^ma'franc^.  Mv.^  de  Metter^. 
Bíeh  ténii  acra'aetiiMdfde  mediación  armada  para  iaéar  tefii»^' 
jas  de  aqoeila  fosicicn.  '    .  .   '   i    .       ^ 

El  ooode  Lnis  de  Nárbodne  haMa  feempüaaadi»  á  Mr  Oitó, 
en  la  embajada  d«  Viena;era  bombre  deeárícier  inoy' atento» 
de  talento-,  pero  demftñadamenie  candido;  er^ia  dettiasiado  en 
la  (brtom^de  Napoleón  ^  en  acuellas  diRcíltes  ctrcnM$lan«¡as.4^ 
Francia  enviaba. á''  Vistia  pl  represéntame  del  enlace  de  fami* 

Digitized  by  VjOOQIC 


lo8  (  BBVMTA         i 

lia  ,  y  crei*  ({ne  Ja  pnesencia  de  Mr*  de  Narboose  rccóndariá 

^ue  una 'arcbidu4}ucsa. reinaba*  en  «rimperia  frflnoéi.^M«rfa 

Luiaa  babia  sido  jMonpeida  ofieialme&ie  como  regeoie'dur«n« 

te  lé  anuncia  del' emperador./ A^ii^lpoes^,  te  quería  dar^al  Aiup- 

tria  todo  género  de>  saliafiKí^íoiMiB,  porc|ueeI  emperador  Napoa- 

4ecH»«ii9ee8Ítflfai  eU.'ailiteiicifu  Colb^ba  á-  la  bija  de  í'^rancit^ 

,GoH  al  frente  del  IfOtbieroodíBíFvancia.^      ..  >    ' 

'  :    El;Aqetria  hacia  armameoip  coosiderables ,•  qaejiitlifica^ 

ba  Mfé  deMeUéroicb  con  la  posición  natural  en  qne-ee  batía'* 

ba  la  iAleoiao¡a«  Cuando  los  beligerat^tbé  estaUanltancinmedia** 

•tos  ál  territorio  de  un  neutral  «era  muy  sencillo  que:  tomase 

este  precauciones  para  garantir  ria  iprDpía-monarqoía.'fiiíft^e^ 

Uria  se  volvía  de  este  modo  potencia  preponderante; 'tenia  den» 

recbo  i  exigir,  como  indemnizacío»^  Ventajas  positivas;  ad*** 

mirai^le  cam'bio  de  situación,,  que' dejábala  libertad  do  una 

decisión  defiíViiiva*  El  barón  de  Wessemberg  {lartie  secreta'^ 

mente  á  Londres ,  bajo  el  prelesto  oficial  dé  trabajar  para  la 

pacificación  general ;  pero  con  el  objeto  de  sondear  al  gabíneM- 

te  inglés  acerca  de  las  ventajas  que  podría  proporeta|iar  al 

lAusiría  tanto  en  subsidioa  como  en  territorio;  en  él  caso  de 

qde  esta  se  pronunciase  formalmenie  en  favor  de  la  coal^ion, 

>  y  llevase  á  ella  sus  considera  bles,  fuehias-,  pues  tenia  «nfonoes 

en  pie  de  guerra  '35o  iñil  bombrea^  Todo  eato  acontecía  en  ei 

mes  de  marso  de  iStS.  Guando  resdnó  el  canon  de  Lotiéb  y 

de^iBatitsen,  se  aumentaron  los  armamentos  del  Austria  ;  y  de^ 

tras  de  las  montaniÉ  de  láBoheúiia  se  encubrían  «ya  ceiroa  dé 

ftoo  mil  austríacos.  EnioHoes.se  presen tó  Mr.  de  Metternicb  co^ 

mo  mediador  armado,  preparó  el  armisticio. de' Plesswiia/ar-^ 

reglado  definitivamente  eo  MewmarL  El  jAustria  miiniSditalNi 

siempre  «que  abrazando  el  conflicto  armado  cuat^roeientas  lo« 

guasde.sn  frontera ,  era  imposible  que  pei^maneoiese  por  maa 

«tiempo  sífe  declararse,  sin  entrar  como  parte  activa  .en  «el  icdm-^ 

bate ,  si  los  beligerantes  no  se  aproximaban  unóá  á;  otros.» 

¿Podía  esta  sitnaclon  ser  duradera?  En  la  eférvesoenéia  en  que 

se  bailaban  los^iñrituSí,  ¿podía  cakiilarse  el  ponto  en  donde^ 

se  pararía  la  mediación  .armada?  La  JRriíaia  y  la  Prussa  tenían' 

interés  en  no  desagradar  á  una  potenoia  qué  podia  poner  en 

línea  200  mil  bombreside  buena»  tropas^  y  Napoleón  despoes 


Digitized  by 


Google 


aquel laK«iediirr¡0ti,iyé8e^  pnea^-^el  gran  papel.  qaeMK  da<M«l«^' 
ternich.  4iaoía  jugat  al  Aii$tri»;<  eo  esla  p^f^iabicio  -^^LgaliM' ' 
iMle  de.  Vkrlna  se  con^'srtia  eú  «niintiertfifidiaTio  indíspeoaaMe* - 
¿Ofrecía  el  Austria  su  mediación  de  buena  fé,  con  ttti'siiiciertt 
ofafelade  paZfíóisolo  ooiño  un  ardid  pare  pintparár  itiejf/r  ti 
deáarroUo  dé  sus-  fuerzas  áitlitares?- Preciso  es  réeorüar  que 
después  deiás  baiaHas.de.Luitén-y  de*fiaiitaen,  todo  eh  rede» 
d<irde  Bfapoieon  aspiraba  per 4a  paz,  lo  mÍMnoén  Francia 
que  en  be  ca«npáiuenios  ^'Sai*  antes  como  después  de  las  bala^' 
Uas;  batíanse  las  tropas,  |iero  no  cotí  aquella  alegría,  coft; 
aquel  «niusiasoKi^e  las  victetfias de  Austerlizy  de  Jena.  ¡Na- 
poleón sufría  aquella  gran  voz  de  la  opinión  públieÍGi,  y  su  ca^ 
rácter  dé  liierro  no  podía  dobl^arse  á  las  eircunetanetas !  Haa- 
^ta  entonces  babia  dicho  Napoleón  á  las  potencias  rentiftiai:' 
«  Ealas  son-  las  condicioíDes ,  aoeptadha;'y  si  bay  alguna  m^ra« 
k  debela  á  fDÍ>  magnan¡9X¡dad¿»  En.  18 »3,  la  situación  habift 
cambiado;  prebentábaoseloagabinetes  coh  fuerzas  tan  numerosaa 
oomo.las  de  dPisnciaí  y  menés  deseosos  de  pa^:  babia> ademas > 
éttJos.ejérciióaaliados  un  ardor  dcr^batallasjóf en  y' podérosla^ 
uri. deseo  de  ref^ararlas* pasadas  búmillaoioikea,  yde^recoa*' 
quietar  su  iodepeodenoia;  el  odio^esta^  en  el  corazón  da  los  • 
rusos  y.  de  líos  alemanes*;  habjan  firmado  el  armisticio  de  Nlev- 
mark  princi['>akiente  para  eegnir  la»  negocincione|i  seorétas* 
coi^el  príncipe  real  de  Suecta,  y  para  decidir -al  Austria  á  en-«. 
Irar  «n  Ja  liga.>Oeor  ^no  los <  al iadoi|>  deseaban  menos  la  pazv 
|)orqué  00  tomaban 'd  tiempo  titee^rio  para  (Preparar  sua 
grandes  miedios  milhure»;  la  idea  quedes  preoeupa][>a  era  la  de* 
aeparar  al  Austria  del  papel  de  mediadora,  para'  arrastrarla  á' 
que  se  uniera  á  ellos  eii  la  guei^a  contra-  el  común'  enémigtf.- 
Mr.  devMetteqnich  «ataba  inuy  inclinado  á  oambiai'  de  *papek- 
¿  lieaenia  el  gafaínele*de  Viena»  dereébo  para  obtener  diploma* 
tieamebto  áodaattaS'Venáajas'de  su  posición ?'E4  preícisareooi^-i 
davitoda»  las  pétdidasdeitcrrtiortoque  faabia expervMintado  iá^' 
edsa  Jainistria  «n  lialia ,  hasta  en  él  Ti)t>l  y  en  lasproviociea^ 
Mlirie&a:  ¿íNo  8»Ue  hsbia  árvanca^  la  corona  ia^iéi^iai  ?  ¿No* 
en»  natural  ^ueaei^fif o«>écbáf  8  4ie  au'medinéiob' amada  ^  po-» 
shnob^cSeLafite  eoai^üe^^k  bttbifr^oloefldo^Mt'.  deMlel4f<iriiich?> 


Digitized  by 


Google 


<  tío» 

Si  la  fttZw  general  le  huhieae  praporcionada  h».  veotaf^»  qoe 

deaóiba'f  el  Ausiría  m  8e  hubiera  arrojado  én  Ja  coalición  con» 

*  ira  eL  jjiüpeno  fraaeea;  o  de  otra  modo,,  deber  suyo  era  úratar  de 
recuperar '  en  ^la  guérea  .  Idquo  le  babia  quitado  la  suerte  de 
laa  balalba.    (^ 

Aquí  fué  ^Qode  principió  Mr.^le  MeUerbieh  la  eacnéla  ele- 
gante y  noble  de  aqoellat  nota»  diplomáticas ,  de  lascnalea 
después  lia  é¡do,el  ói^ano  mas  distinguido  Mn  de  Geob^^  vese*- 
le  desenvolver  mi»  principios  Bc^wcaM  egmUhrio  eupopea^  cu- 
ya, teddencia  era  dUminuir  el  inmenso  poder  de  Napoíéon,  en 
pffonecbo.  de  los  estados  coaligados* 

«.Después  de  armado  el  armistktode  Nelrnierk'»  Bhpdleon 
habia  llevadei  su  cuartel  general  i  Dresde*  Mr.  Maret  pedia 
sin  cesar  eu  nota»  sucesivas  al-  enáperador  Fraocisoo  II  la  fir— 
niii.lcté  los  prélí minares :de  un  tratado  de  paz.  Mfv  de  Me^ter->< 
i^icb  f  portador.de  una  carta  an  tigra  farde  an  soberáocren  cen<^ 
teslkoíon  á  las  insinuaciones  que  se  le  habían  hecho  ^  p.^  é 
Dmade,  ocrea  de  Mapoleen.  El  encargo  de  Mr.  de  Mettemich 
em:  sondear  el  enaperador  de  loa  fraivcetes^  acaoca  de  stia  in* 
tenoieBíaa  définstívá»  con  rdspecto  á  la  paz.  La  oonferencta  duró 
casi  medio  dia;  el  empct ador  cení  an  trago  militar,  se  paaeab» 
apiésuradUineote^  aoa  ojoseauban  aniosedoaí  eran  vivoay  aoom* 
patedets  sua  gestos:;  tomaba  j  dejábit  an  aoósbcero  tradición 
nal ,  y^  deafmes  se-  paraba  6  se  tendía  cubierto  de  sndor  en  un 
gran  sofá;  se.l^dnocía  qoe  no  estaba  contento.  ^^Metternich,  «t-« 
clamó ^ivnestlro  gabinete  quiere  aprovecharse'  de  mi  posieiott 
embar aaeaa^  Lo  que  voaolrea  iratois^e  áaber  es,  sí  pede»  ha- 
cerme pagar  el  rescate  sb  pelear ,  ó  sí  tenÜinia  quei  eeharoa 

.  <teoididanseo4e  entre  las  filas  de  mis -enemigos.-  Pueá  bien  I  va- 
ilieaiávTec;  tratem^^s'.^  oonsiemoien  ella. ¿Qué  quemis?'^  A 
uta  si^ida  taíi  bruscn,  y  á  ufna  intenpeldcson  ilanr  pocxi^nkedi<-( 
da  oodio  diplom4iMfi9(*'<^nCenlóse(Mr«  de«Metiernich  con  reíT*-, 
pond^:<A^qiie  el  A^sAria  deseaba 'est^bleoer  lin  ónden  de. cor- 
seé, <que  jpwü  mediolde  una  sábiairepartlciondeiiieriaa,  eoleH 
oaiiiaf  la  garaAítía  de  la  pa2  i  b^9  la  e|[ida:  dé  inna  renlií^  d» 
esUdoís  iod^yendiantea^  ^  fuera  de  la  pi^nOeráncia  esdnsiiM 
de  ^FrJ»ncia•?i^ola!Íalp,ooafiesa4odel^|^m  em 

ta  destf9i9C|on4e. U'akiva  enprcíiMtiadel emperador  Napoleón» 


Digitized  by 


Google 


DS-  NAMir.  fll 

.  Ik.de  M«li0ni^cli>qiiérki  Misttt^ii*  á  aquél  podpr  inmenso,,  úí 
ecpiiU6riaqi]eooki6Me  aV  Austrili ,  Prusfa'  j  Radia  «n  féfacio* 

'iMS-cle«ii^aMad  c¿«  el  gabinete  it^'FaHs.-Cortio  Vesúmen  d< 
las  «mdicibaes ,  reolai»aba'*Mi\  dél'Meitcrmch  la"  Illiria-,  y  tiñ'i 
fronlem  ibas  estensa  en  ilriíiii  El  Páj^tfébia  reoépefar  sus  e^ 
lailos'7  laí  Polonia  «xperiifiefiteba'  una  nueta'  partición ;'  la  Es- 
pa2a  y>1a  Holantia  dabtanwr  e^tfetiadás  por  el  ejéréito  frtincéi 
Napoleón' debí j^abamlofiar  la  confederación  del  Rhio  y  la  mt 

'  difldcin  auiza.  Era,  paesr,  la  deMiettfbracton  deM  obra  gigan- 
tesca erigida  con  el  sudor  y  4ás -ricroríár  dériÁiperió,  dés^ 
déiSoS.  ¿Gontaréyo  oquella'^éM^etia'^él  níodo  qncla  ba  :^éfe^ 
rido  na  testigo  oeulér  y  el  müíaao  prtnctpetle  Mettemich^  i 
medida  que  el":^leotpeienctari&  ^nstí'ifirco  de^envolViá  ^Io8  peil< 
samientos  de  su 'g^ bínele  t  el  colür  pálido  ile  Napoleón  se  rtií 

'  vtft  anmratadoi'^fMviternich?  ¡queréis  im poner nlesemejaíbte 

oeodieiones^  sinsacáf  laedpadtf!  esta  prétfeilsbn  tne  ultraja 

¿Y  mi  Miegapor  es  el  qw  édtog«  ae'n»«fjánfe  peftyécto  7  ¿IBn  qu 

skoacpon  piensa  eolooaftisetea  bmencia  del  pueblo  frandSs 

¡Ahí  ¿MettettMb  , dUdÉto-es  bá  ihido  hr  Inglaterra  para  qu 

hagáis  «M^  |ie|MtcoatM  mft'^'lfapoleon  bacía  en  eslóalusipi 

á  la  l»egad»áVifeite.detord'Walpble,  y  <lif  salida  fiara  Lon 

dftediS'Mii  de  Wes|emberg«^Mr»  de'Metreftiich  iaailá  cbntes 

lémá^tan^ttttreiMites'  t>álabrá9V  süiiqne .  estaba  prófUndadiéht 

indfgnador^  y  UáMendo  *Ifai>oteon  cbn  lá  vivacidad  de  sus  mo 

ránitento^  déyeldo' caer  tfu  iombrero,  el  tninistro  de  Atistriá  n 

se  bajó  para  cog6rl¿;  «bií0i<l''p6ríeíiqaetá  |lo  bubierá  Uoóbo  e 

cualquier' otra  ciiY^onáfaDófs;  Sigoióse  un  cuarto  de  hora  d 

silencia;  déápnes  cpntinnó  la  conversación 'de  un  niodq'frio' 

con  mas  calma,  y  al  deBpedl^Napol¿t)n  á'  Mr:  dé  lUTétrerníicl 

dijote  ffganríiíndole  lá  nianóTl^  Sobre  todo^  lá  ItKria'np  eá  ú 

úitiiM'  reMflacion,  y  podremos  estábli^r'tnejoliés'óbndlcWe^. 

BiMí  diálogo  pertérietié  ya  ál6  niaé  elevado  dé^lii  b'¡áto)r?á.  1 

babitud  dfet^ mandó  de)  emperador  hacia  questís  palabras  fiíe 

ran  vivas,  brascas^spa  intei^pelaciones ;  y  cuando  áe  dirigían 

un'. (lotnbfe  dentia-posícidtt  elevada;  Hetián  su  afiholr' j^ropi 

Dfcbo  «Aadfr  qoe  esta^iébn versación  tuto  lá  áiayor'  influenC 

eii  toda  la  negociación ;  Mr;  de  Metiet^ich  conservó  de  el|á  i 

VIVO  reseñtimiehto ;  hábia:  sido  ofendido;  y  ademas  un  faíomb 

Digitized  by  VjjOOQIC 


112  .  EKYISTÁ  V. 

tan  diestro  pomo  el  .ministro  aMstriaco  disbia  feaet^ar  en.  el 
peosaimíeatQ  ¡nterior  4e  Napplpon,  y  ckioooev  tsnan  poco  se  po*> 
día  experar  de  un  caráctfsr  semejante  para  el  resiáble^imieala 
del  equilibrio  earopeo»  Consintió «  sin  embargo,  en.  las  oonfo* 
reacias  de  Pi'Sf  a «  mieoUras  que  un  nuevo  convenio  ile  «rmis-*. 

*  tijcio  prolopgó  la  suspeiosion  de  hostilidades  hasta  el  |0  de 
agosto.  La  presidenjcia  del  Congreso  cor^es{)ond¡a  de  derecho 
á  ür.  de  Meiternich  que  representaba  á  )a jiotencia  mediado-  * 
ra,  asi, como  en  los  cqngrefosdeNiniega  y  4e  lliswiol^  había 
tocado  á  los  i:epfesentanie8  de  la  Suecia.  Mr.  Maret  pruictpíó 
s^^Mici^ndo  una  dificMhad^de<etiqueta:  MAI.  de  Humboldi  y  de^ 
^usteti;^  reppeaen^Ates  de  la  Pcosia.y  la  Rlisíaeo  el  Coogre**. 
so,^  eran  so|o  diplomiiic^sd^  segundo  orden ,  al  paso  que  MM** 
deCsuUincoiir^,y  Maret  oci\paban  el  primer  luga#.  Después- 
se  dj^pi^tQ  aq^rca  de  pequeñas  cuestiapes  de.  pormenor:  ^seexa*- 
minó  si  se.  trabarla.  iMur.jesprito; ó  á  viva  vea;.se.invooaroa'his> 

,  fórmulas  do  los  congresos. de  Nim^ga  y  de  Riswick;  eada.  una 
de  las.p^irtes  quería  ganar  tiempo,  á  fin  de  volver  ádar  prí»* 
cípio  á  las  fiatallas.  Viendo  al  fin  Mr.de  Meiternich  el  g¡tx>;. 
indefinido  que  tomaban  los  negociosi  se  ajBOCió  al  Congreso. 
militar  de  Tracbemberg  donde  el  príncipe  real  de  S«iécáa, . 
Beroadpttejí  .trasabs^.  el  vasto  p^n  de  campaSa  de  loa  alíadns» 
contra  Ns^íoleon ;  establecíase  el  marchar  en  dfirechora  á  Pa«» 
rísy  sin  vacilar  un  momento,  excitando , los  antiguos  desoon-". 
tentos  contra  el  imperio.  Bernadotte  y  Pozzo  di  Batgo  deola- 

*  raron  que  podia  contarse  en  Francia  con  el  partido  patriota» 
En  Tracbemberg  acogieron  sin  dificultad  la^ Rusia  y.  la  Prusia 
todas  las  proposiciones  de  Mr.  de  Metterntph  i  conviniendo  en . 
que.p^alesquiera  que  fuesen  las  pretensiones  personales  del  em- 
perador Alejandro^  se  daría  el  mando  general  de  los  alia* 
dos  ai  principe  de  Scbwarstemb^rg;  conócesela  imporuncia 
de  conseguir  la  .cooperación  del  ^ército  austriaco,.  y  ningnn 
sacrificio  se  omilia.  Esto  es  lo  que  resulta  de  las  carias  dirigi-. 
das  por  el  conde  de  Nesselrode  á  Mr.  de  MetternicL        .  . 

Cpn  el  objeto  de  evitar  la  cooperación  austríaca ,  babia 
acudido  Napoleón  directamente  á  su  suegro  Francisco  II,  in-/ 
mocando  los  lazos  de  familia.  María  Luisa  pasó  á  Maguncia, 
llamada  por  el  emperador  ^  el  cual,  aprovechando  ano  ó  dos 


Digitized  by 


Google 


d¡i8  queqtnadaban  de  armisticio,  p^só  á  aquel  puoto  para 
dar  ana  últimaa  inatrucciones  á  la  bija  de  loa  cesares.  G>afir-' 
mole  todos  los  poderes  como  regente.  I^  Francia  iba  á  ser  go- » 
barnada  por  una  archiduquesa.  ¿Podia  el  Austria  hacer  la 
guerra  á  un  pais  gobernado  por  la  «hija  de  su  soberano?  Hu- 
bo enluces  alguna  intriga  para  conseguir  que  se  quitase  á  ^ 
Mr*  de  Metteroicb»  remplazándole  Mr.  de  Bubna,  que  era  la. 
expresión  del^ste^ma  francés.  Bii  el  congresp  de  Praga  ya  no 
estaban  loa  gabinetes  en  estado  de  temer  á  Napoleón ,  j  esto  es 
lo  que  no  babian  conocido  los  plenipotenciarios  fraloceses.  Mr*. 
Maret  priocipalroente,  babia  descubierto  allí  aquella  reducid«^ 
capacidad  .de  oficinaa.  j  de  escritos  que  no  podia  elevarse  á  la 
habilidad  de  loa  diplomáticos  de.  la  escuela  y  elevacipn  del 
príncipe  ¿e  Metternicb.  Una  de  las  desgracias  de  Napoleón 
ftieron  esas  gentes  de  afección  hacia  él  pero  sin'  alcances,  que 
estaban  en  su  presenciaren  medio. del  deslumbramiento  de  aa  ^ 
gloria »  pero  eomo  dependientes  asíduos^y  miserables  hombres  ' 
detestado.  Así  era,  que  las  negociaciones  que  estaban  expiran- 
do ,  tomaban  el  carácter  de  incertid.umbre  y  de  desagrado  que 
habia  señalado  su  otígen*  Enfadábanse  á  la  menor  proposición, 
y  una  insinuación  era  una  ofensa.  Mr.  de  M^ttemich  conserf». 
yaba  aun  por  forma  el  título  de  mediador  que  le  h^bian  vecih* 
nocido  las  potencias.  Habia  desechado  toda  idea  de  trastorno 
en  Fraticia,  y  cuando  el  general 'Moreau  llegó  al  continente,, 
las  primeras  palabras  que  el  ministro  austríaco  dijoá  Mr.  Ma-» 
rett  fueron  las  siguientes:  .^^£1  Austria  ninguna  parte  tiene 
en  esta  intriga ,  y  jamás  aprobará  los  manejos  del  general 
llorepu/'  Por  último,  el  ultimatuní  de  los  aliados,  común i* 
oado  por  Mr*  de  Metteriiich ,  establecia :  ^^  La  disolución  del 
dacaido  de  Varsobia  que  se  dividiría  entre  la  Rusia,  la  Prusia 
y  el  Austria,  (dando  á  Dantzig  á  la  Prusia);  el  restablecimiento 
en  su  independencia  de- las  .ciudades  de  Hamburgo  y  Lubeck; 
le  recomposición  de  la  Prusia ,  oon  una  frontera  en  el  Elba; 
la  c^ion  hecha  al  Austria  de  tollas  las  provincias  illiricas, 
comprendiéndose  á  Trieste;  y  la  garantía  recíproca  de  que  el 
estado  de  las  potencias  grandes  y  pequeñas,  tal. cual  se  fijase 
p6r  la  paz,  no  se  |)odria  cambiar  en  adelante  sino  de  común 
acoerdo.^^  Este  ultimátum  fue  detechado  al  principio  por  Na-* 
Segunda  série.'^ToHO  Ih  i5 

Digitized  by  VjOOQLC 


Il4  HBVISTA 

poleon,  modificado  después «  y  lard (amen m  aceptado,  [itm* 
entonces  el  Austria  entraba  eii  cuerpo  y  alma  en  la  Coalicioii. 
He' manifestado  en  otro  lugar  la  alegría  que  esta  deieriñiíA-' 
nación  causó  en  el  campo  de  los  aliados.  (Historia  de,  la  ref^ 
taur ación  ^  tomo  t.^)  Una  nota  del  gabinete  de  Yiena  anuii* 
ció  al  conde  de  Nesselrode  y  á  Mn  de  Hardembetg,  qil#>dés-' 
de  entonces  iba  el  Austria,  á  hacer  parte  de  la  coalición ,  po- 
niendo en  Knea  aoo  mil  hombres,  encubiertos  detras  de  lai* 
montañas  de  Bohenúa.  La  alegría  de  los'  afiados  fue  «trema-» 
da ;  es  preciso  oir  contar  al  conde  Pozzo  di.  Borgo*  el  efecto 
magnifico  que  produjo  la  carta  del  pl*(ncipe  de /MMt^ruich; 
recibida  eti  medio  de  la  noche  en  una  granja  donde'  descatk-* 
saban  el  emperador  Alejandro,  el  rey  de  Prusia,  el  conde  Ne« 
sselrode,  et  barón  de  Hardemberg,  y  los  estados  mayores^del 
ejercito  coligado.  Dos  dias  después  apareció  el  manifiesto  del 
Austria,  obra  dé  JMr.  de  Metternich,  en  donde  S0  deducen  <¡owk 
mesura  las  causas  de  la  gijfrira;  el  Austria  se'  separa  de  ía 
Francia ,  pero  Mr.  de  Giulaincourt  permanece  junio Ji  Mr.  de* 
Metternich,  el  cuaT  (k)nte8t«:  ^^ Estoy  pronto»  á  tfatar,  si  se* 
qdi^e  reconocer  la  independencia  de  la  confederación  germáni-> 
ca  y  de  la  Suiza,  y  voUer  á  constituir  la  Pi^ia  en  una  escala' 
mayor.''  El  emperador  resiste  todatía;  dirígese  á  Mr.  de  Bubna, 
persuadido  de  que  podría*  ejercer  una  feliz'  infloencia  sobre  el' 
gabinete  de  Viena,'y  solo  el  'i4  aceptó  el  ultimátum  del  con- 
de de  Metternich ;  llevóse  su  cont^tacion  á  Praga,  pero  era* 
ya  tarde,  y  el  canciller  del  emperador  Francisco  declaró  que 
era  imposible  desde  entonces  el  tratar  separadamente,  debien--' 
do  dar  simultáneamente  conocimiento  á  las  grandes  eórtes» 
del  todo  inseparables  en  su  política*  Sin  embargo,  Napóleoai' 
aun  no  había  perdido  entonces  del  todo  la  esperáuÉa  de  arras* 
trar  al  Austria  en  favor  de  sus  intereses;  propuso  que  se  ne-« 
gociase  durante  la  guerra;  tanta  era  ju  necesidad  de  probar 
que  deseaba  la  paz  general.  Doscientos  mil  austríacos  salían  de 
la  Bohemia ,  y  podian  envolver  la  linea  del  ejército  francék 

En  el  entretanto,  estalla'  el  movimiento  de  Alemania,  la 
batalla  de  Dresde  brilla  solo  pasagerameote^  y  Lei[is)g'  ve 
apagarse  el  último  reflejo  de  la  gloria  francesa.  A  fineédél^iS 
m  había  perdido  la  linea  del  Elba ,  y  hasta  la  del  Rhin  estaba 


Digitized  by 


Google 


M  MADRID*  liS 

comprometida;  toda  la  Alemania  se  hallad  en  [iie,  subleva- 
da 9  y  amenazaba  la  Europa  entera.  Apenas  se  babia  unido  el 
Austria  á  la  coalición ,  se  presentaron  algunas  dificultades,  y' 
ya  babia  celos  del  título  de  generalísimo  de  los  ejércitos  con-    . 
ferido    al    príncipe  de    Sch\ii^rzemberg ,    agitándose    otras 
cuestioíiei  entre  el  cuerpo  diplomático  sobre  el  objetó  de  la' 
campaña.  Mientras  babian  ocupado  los  franceses  la  Alemania, 
la  necesidad  ürgetite  era  sacudir  aquella  pesada  dotn ¡nación; ' 
pero  puestos  ya  sobre  el  Rhin ,  no  babia  confederación  nt  pe- 
ligros inminentes;  el  pais  estaba  cubierto  de  restos  del  ejérci- 
to de  Napoleón  ,  y  la  Germania  recuperaba  su  antigua  inde- 
pendencia ;  los  franceses  no  poseian  en  ella  mas  que  algunas 
fortalezas,  que  un  sitio  mas  6  menos  prolongado  iba  á  restituir 
i  su -antiguo  soberano.  Mr.  de  Metterni^b  no  temía  ya   ala 
Francia ,  pero  sf  i  la  Rusia;  habíase  enseBado  á  los  moscoTl-* 
tas  el  camino  del  medio  dia  de  Europa*,  y  no  lo  oltidarían. 

^Pensaba  Mr.  de  Metternich  que  la  Francia  con  cierta  cons- 
titución dé  fuerzas ,  y  una  buena  estension  de  territorio ,  era 
necesaria  para  el  equilibrio  europeo,  y  esto  mismo  se  apresu- 
ró á  consignar  en  el  ruidoso  manifiesto  que  les  aliados  pubti- 
carM  bailándose  sobre  el  Rbin ,  obra  de  Mr.  de  M^tternicb, 
aunque  Corregida  jpbr  Mr.,6enu,  el  escritor  diplomático  tan 
digno  de  atención.  El  Austria ,  libre  de  peligros  en  Alemania 
é  Italia,  podiá  sin  recelo  prestar  auxilio  y  soborro  al  imperio 
francés  amenatado ;  los  vínculos  de  familia  con  Napoleón  no 
estaban  aun  disoeltos ;  sabíase  que  sus  fui^rzas  morales  se  ha- 
llaban debilitadas,  pero  quedábale  todavía  su  genio  militar,  y 
podía  atreverse  á  mucha  Todos  estos  pensamientos  se  ven  de- 
senvueltos en  las  conversaciones  de  Mr.  de  Metternich  y  dé 
Mr.  dé  Saint-Aignan ;  el  Austria  se  hallaba  ya  embarazada 
con  su  situación  para  con  lá  Frailcia  y  la  Rusia,  y  quería  ter* 
minar  una  guerhi  que  fié  estaba  en  síis  intereses. 

Hakase  admitido  evx  aquella  época  ,  aun  por  Mr.  de  Met-' 
tereicb,  un.)pr¡tíc?pio  fatal  para  Napoleón;  el  de  que  las  po^ 
tencias  aliadas  no  tratárísn  aisladamente.  Lord  Castlereagh  al 
desembarcar  én  el  continente ,  cimentó  todavía  aquella  ten- 
dencia hacia  un  objeto  común ;  el  conde  Pozzo  di  Rorgo  había 
estado  encargado  de  ir  á  Londres,  para  traerse  al  continente 

Digitized  by  VjOOQIC 


.Il6  ftBTISTA 

al  primer  ministro  inglés ,  el  grande  aoior  de  la  coalición. 
Queríase  que  la  alianza  fuese  para  siemp^  invariable ,  y  esto 
era  necesario,  pues  los  primeros  triunfos  de  la  parte  de.  allá 
del  Rhin  bicieron  nacer  entre  los  aliados  dos  especies  de  cues- 
tiones:  la  cuestión  territorial,  que  estaba  unida  á  la  nueva 
eifcunscripcion  de  la  Europa :  la  cuestión  moral  sobre  la  fbr-> 
ma  de  gobierno  que  sé  debería  dar  á  la  Francia ,  en^  el  caso  dé . 
ocupar  París  los  ejércitos  aliados»  El  Austria  y  la  Inglaterra  no 
tenian  iguales  intereses  que  la  Frusta  y  la  Rusia  en  la  solu* 
cion  de  estas  cuestiones.  En  primer  lugar,, ¿qué  se  babia  de 
hacer  de  las  conquistas  materiales?  La  Rusia  chupaba  la  Polo* 
nia ;  la  Prusia  dominaba  la  Sajonia ,  y  el  Austria  una  gran . 
parte  de  la  lulia:  ¿iba  Alejandro  á  erigir  la  Polonia  en  una 
especie  de  soberanía  bajo  su  protectorado  F  entonces  beria  los 
intereses  austriacos.  La  Prusia  quería  redondearse  con  la  Sa- 
jonia. Todas  estas  cuestiones  se  debatían  ya  entre  el  cuerpo  di*  . 
plomático;  en  el  esterior  parecian  estar  muy  unidos,  se  daban 
muestras  de  la  mas  viva  confianza,  pero  en  el  fondo ^  cada  ■ 
cual  sabia  lo  que  pasaba.  Lord  Castlereagh  desplegó  una  gran 
capacidad  diplomática  eñ  aquella  circunstancia  para  mantener 
la  coalición ,  de  la  cual  fue  el  vínculo  común. 

0>n  respecto  al  gobierno  que  se  habia  de  establecer  en 
Francia ,  es  impo^ble  suponer  que  Mn  de  Mettemich  aderiese 
á  una  propuesta  de  cambio  de  dinastia,  cuando  una  archidu*-  . 
quesa  gobernaba  como  regente.  El  emperador  Alejandro  admi*  i 
lia  en  Francia  todas  las  formas  de  gobierno,  y  en  la  entrevis- 
ta de  Abo  se  habia  hablado  de  todas  las  eventualidad^,  y 
basta  de  un  cambio  que  colocase  á  fiernadotte  al  frente  del 
sistema  francés. La  Inglaterra^  aunque  bien  dispuesta  en  favor 
de  los  Borbooes ,  no  hacia  de  ello  una  Cuestión  de  tal  modo  in-* 
dispénsable  que  subordinase  á  esta  cuestión  moral  todo  debate 
acerca  de  intereses  mas  personales ;  el  mismo  lord  Qistlereagh 
habia  hablado  de  ello  á  los  principes  franceses  que  se  hallaban 
emigrados,  y  á  quienes  no  se  habia  permitido  aun  que  desem-  - 
barcasen  en  el  continente ,  pues  el  conde  de  Artois  no  llegó  á 
Basilea  basta  el  mes  de  enero  de  i8i4«  > 

(La  cMclttíioíi.  en  el  nuntfiro  siguiente.)    . 

'Digitized  by  VjjOOQIC 


DB   MiDRIO.  IfJ 


ADVENIMIENTO 


liOS  BORBONES  AL  TROIfO  DE  ESPAÑA. 


:U. 


^No  dé  h)^  aconleciiiiíeafos  célebres  de  Qoestra  lüstoria 
¡¿jéraa,  y  el  mas  fecando  qiiizás  en  resoltados,  fué  el  testi^ 
meotb  de  Carlos  U\  qtie  despojando  de  la  corona  de  España  á 
la  casa  d»  Austria ,  la  colocó  en  las  sienes  de  un  Borhon.  Para 
tsonocer  á  fondo  la  influencia  que  tuvo* este  acontecimiento  en 
Ib  politica  europea ;  y  calificar  exactamente  la  ñueira  época  qna 
iiiangnró»' eS' indispensable  de  todo  pimío,  dar  antes  una  idea 
de  las  cuestíones  que  se  agitaban  en  Europa  en  aqnellos  y  en 
los  arnieriores  tiempos ,  y  sacar  luego  las  oonseeuencias  que  á 
mieslro  pro[i69Íto  cpnvengaiK        : 

*  Dos  Bi*an>  los  principios  que  armados  de  todas  arnus  lucba«* 
bim  en  Europa  algunos  siglos  por  conquistar  el  poder:  el  prin- 
cipio monárquico  y  el  principio  teocrático.  Hildebrando  ó  ééa 
Gregorio  VII  bsíbia  dado  á  conocer  en  el  siglo  XI  una  doctrina  * 
fan  mra  como  nuera  ,  que  conmoviendo  en  su  época  los  ésta*» 
dos,  ptép€ir&  una  revolución  espantosa  para  el  porirenir.  Sabido 
éa  que  arrastrado  este  sacerdote  impetuoso  del  ardienta  anbe- 
Itde  dom¡o»r<qae  le  devoraba,  se  declaré  como  Papa  dvieBo 
ál)so)ulo dtf'lclB  imperios,  suponiendo  para cobeneitar  esta  pre- 
tensión ^caudalosa  bajo  todos  aspectos,  que  la  dignidad  real 
inventada  por  los  hombres  debía  estar  Sfjala  á  k  pontifida 
^ablecidÍB  for  Dios  para  su  gloria.  «¿Quién  ignora,  habitt' 
dicho  esté  Pontífice,  qne  los  reyes  y  los  duqaes  traen  su  otí^ 
gen  de  los  principes  idolatras,  que  ostigados  por  el  diabW 
batfasorpado  la^potestad-soberana  sobre  sos' iguales,  y  valí-*> 


Digitized  by 


Google 


.I|8  KBVI8TA 

dose  para  salir -con  bu  intento  de  la  perfidia  i  del  robo  y  del 
aseeinaio?»  ' 

Apoyado  liildebrando  coo  esta  doctrina ,  tan  parecida  i  la 
que  han  proclamado  en  nuestros  tiempos  los  demagogos  ^  para 
derribar  los  tronos;  depuso  á  su  placer  á  los  emperadores  y 
reyes  que  no  le  rendían  completa  sumisión,  exigió  tributos 
amenazando  con  su  anatema  á  la  Espa&a  y  á  la  Cerdeña ,  é 
hizo  besar  á  los  soberanos  el  polvo  de  sus  plantas. 

•  AunqviQ  esM  4pcmí(ia  en^ontfi^  tesistf ncia  fíú  algttnof  pü^ 
blos ,  fué  adoptada  por  la  mayor  parte  de  los  sucesores  de 
Gregorio  VII,  contándose  isn  este  n\imero  Inocencio  III,  que  hL 
zo  su  tributario  á  Juan  sin  tierra ;  y  Adriano  IV  que  pMendió 
agregar  á  la  silla  apostólica  la  Irlanda.  Coñ  el  tiempo,  y  ha- 
biendo sobrevenido  la  heregia  de  Loiero  y  de  Calvítíó^  desp^ 
jando  los  anCagooislas  de  la  reforma  al  principio -teocrático  del 
carácter  aristocrático  y  dictatorial,  con  i)oe  sucesivamente  ha« 
bía  dominado,  le  «istieron  el  trage  de  tribuno,  y  d^^p^rtando 
Im  máximas  de  Hildebrando,  proclamaron  el  regicidio  per  cau- 
sa de  religión.  Los  que  hicieron  la  guerra  á  las  doctrinas  de 
Videf  y  demás  reforjoiiistas ,  no  titubearon  admitir  la  parte  de 
sus  escrilos  que  mais  les  convenia.  Viclef  habia  dicho  que  un 
rey  en  el  aeto  de  cometer  uo  delito ,  dejaba  de  ser  rey  y  y 
que  el  trono  del  mundo  pertenecía  al  mas  virtuoso :  Juan  Pe-* 
Ut.,  tedlpgo  np  reformista ,  defendía  á  su  vea  e&ia  málima  des*- 
tructoca,  y  santificaba  lo^.puüales  que  el  delirio  religioso 
asestaba  á  los  pediQs.de  los  m(maroaSé  '  (    ^     ^ 

Inoculadas  en  el  coraron  de  4os  pueblos  iguorantes  esleí 
doctrinas  suJiversivas,  eacendieroa  en  Francia  una  lu^ha  dila- 
laita que  escaadalizó  i  la. Europa  con  sus  exoesoa,  y  amaga 
tragarse  ks;  solios  con  sus  crímenes.  ¿Quién  no  reeofirda  ccm 
horrar  la  sangrienta  jornada  de  San  Bartelemy ,  Aos  fimeiicei 
raptos^de  Coeonas*  y  la  espantosa  anarquía  de  aquella  ¿pooa?; 
Yanaasmtese  opusieron  los  reyes  de  la  nación  vecina  al  oh* 
pioso  raudal  de.  si|g|gre  que.  vertia  el  fanatismo;  vMiaeveateL 
quisieron  asentar  su  poderío  sobre,  el  gigante  feudal  que  fia- 
-lleetac  vino  tras  este  el  gigante  ^le  la  democracia  religiosa 
oori-stts  asonadas  f  sus'demi^ogo&,  paseó  su  haeha  exterminar 
*doca  por. las  frentes  de  ans  adversarios,  y  aspirapldo  á  la  do- 


Digitized  by 


Google 


M  JIADKIA.  119 

•mifiaoipo  abflolula  contó  entre  sus  víetiinas  á  dos  testas  eoro- 
fimdas,  y-tntre  sus.aliaclos  é  la  ca^  de  Austria  y  á  la  B^ppa. 
Sí  9  la  Espam»  i^uestra  infeliz  Espaiki,  repésentada  por 
sus  tieyés  y  p6r  sus  clérigos ,  era  el  atleta  mas  firme  d«l  piar 
pipía  leocFáliooi  y  el  antagonista  mas  a^^^'rimo  de  la  indepeo-*- 
deocia  de  los  tronos*  Alistados  Felipe  Uy  sus  sucesores  en  las 
sangrientas  banderas  de  la  liga,  y  puestas  en  la  areiía  del  com- 
bate nuestras  Religiones  regulares,  no  perdonaban  medio  al« 
iguno  que  p^Ji^se  abatir  i  su  contrario.  Ejércitos  sin  cuento 
dQ  solikdos  españoles  derramaron  su  sangre  en  contra  de  ana 
xmua  que  era  la  de  la  civilización;  innumerables  plumas  de 
españolea  fascinados  asestaron  sus  tiros  contra  el  principio  mo- 
nért[uico^  único  que  podía  saltarnos,  haciendo  suceder  á  los 
dias  de  barbarie  y  de  miseria,  dias  de  ilustración  y  prosperi— 
dad.  Y  ^no  se  crea  que.  abogamos  nosotros  por  la  reforma; 
nuestros  reyes*y« nuestros. escritores  no  hicieron  la  guerra  á 
loa  luteranos  j'i  los  calvini&taf,  la  hicieron  á  los  cristianísi- 
mos Enrique  III  y  IV  que  representaban  la  monarquía  contra 
la  omnipotenicia  temporal  proclamada  por  In^  pontifices;  la  hi- 
cieron, á  l6s.  pueblos  que,  viendo  una  tiranía  en  cada  principio 
de. lea  (|«ie  combatían^  as|>¡raban  ¿ser  regidos  por  uno  solo  y 
.  el  mas  legiútíiio  de  ellos..  Afa/iábase  la  Francia  por  reprimir  el 
espíritii(  iurbul^ato  de  sus  hijos  y  e&tableper  un  gobierno  da-» 
ranicso^^  y  lossioBareas  ^panoles  atiaban  la  hoguera  devorn^ 
dora  díe  \a  insiarrébcion::  decian  los  franceses  que  ambiciona- 
ban, el  mande  sO  calor  de  catolicismo ,  que  eran  sus  reyes  cal- 
Yjniaífeis,  y  d  padre  loan  Mariana  y  el  padre  Marqués  aleota^ 
baa  á  Us  rébeUks,  legitimando  su'  rebelión,  jPor  qué  teméis, 
les  decia  el  primero,  asesinar  á  vue^ros  soberanos?  Al  que^ 
Kberte^ai  a^uadoide  los  déspotas,  haud  qwwiquamimqUéeum 
fm^sé€9Citíimtím..ml^mxken^A%  Juliano  el  apóstata,  decia  ei 
segundé,  na  .se  debe  traer  en  coasecMencia,  porqMe  la  menor, 
eslpáen  él  fué  la  tiranía»  Habia  apostatada  de  la  (e,  y  aunque 
le  bttbif ra  miterte  el  soldado  cristiano  fuera  digno  de  k»a;i 
-pet^aie  ya  no  ratania  la  suprema  autoridad  que  húl\m  pevdid* 
|rtfr  la  apesliasía;  y  en  ddPensa  de  la  fé  é  iglesia  laniretsal 
siempraaeipndieraii  lonar  ks  ariiias«fi  En  vane  á  la  vista'  dé 
et^aiadat^aía.  relígtola  alzaba  su  yoi  patriarcal  el  venerabfe 


Digitized  by 


Google 


]  20  RBVtSTA  • 

Palafox ;  en  Vano  pedia  un  dique  á  tanto  desorden ;  j  irayan^ 
do  á  la  memoria  de  los  extraviados  miniatros  de  un  Dios  db 
paí  los  ejemplos  de  David  y  Samuel,  exclamaba  con  estas  sen- 
tidas frases:  «¡Llorar  los  .reyes  y  no  revolver  los  reinos  I  este 
sea,  sacerdotes,*  vuestro  oficio.»  La  fiebre  revolucionaria  que 
había  candido  entre  los  clérigos ,  la  terrible  organización  que 
faábian  dado  á  sus  órdenes ,  y  la  debilidad  en  que  íenian  á  los 
tronos  con  sus  ataques ,  habian  imposibilitado  á  estos  poner 
coto  á  tantos  males.  Era  indis[iensable  que  acepteciese  pera 
ello  una  reacción  en  las  ideas,  y  asi  precisamente  aconiecid. 

Las  guerras  civiles  de  Francia  y  1^  matanzas  que  redpra-* 
camente  se  bacian  los  hugonotes  y  los  católicos  de  la  liga,  dea* 
engañaron  á  la  nación  que  babia  tenido  la  desgracia  de  pre* 
senciarlas;  y  el  mismo  pueblo  que  habla  derramado  la  sangre 
de  dos  de  sus  reyes ,  el  qué  habia  adorado  como  iftiártires  á  sua 
asesinos,  propuso.en  lá  reunión' de  los  tres  esiadoe  de  lóiS,  de 
acuerdo  con  el  parlamento,  la  independencia  absoluta  del  po* 
der  real. 

Aunque  esta  ley  tüé  rechazada  por  la  tenaa,  resistencia  que 
le  opuso  el  cardenal  Du-^Perron  y  por  la  debilidad  de  la  coro* 
na,  puede  afirmarse  que  desde  el  instante  de  su  propuesta 
perdió  el  principio  teocrático  la  mitad  de  su  influencia  en  le 
corte  de  Francia,  Posteriormente  subió  al  trono  Lciia  XIVs 
<  Los  reye¿  no  reconocen  por  superior  sino  á  Dios  solo, »  dijo 
en  este  tiempo  el  clero  francés;  y  esta  declaración  y  .la  pre* 
sentacion  del  monarca  al  parlamento  con  el  látigo  en  la  maw 
ño,  dejaron  el  campo  á  la  monarquía  absoluta ,  y  ella  fue  la 
que  asentó  su  trono  sobre  los  antiguos  partidos  y  las  antiguas 
potestades.  ,  .  '      . 

Mientras  aoonteoia  esto  en  la  vecina  Francia,  ¿qtié  hacia 
nuestra  España  ?  B)  prineipio  teocrático  que  se  habia  refugia-» 
do  en  ella ,.  y  que  solo  en  ella  y  en  la  universidad  de  Lovatna 
conservaba  su  dominación  ,>ll6nófie  de  f^ror  al  ver  triuAfanle 
á  su  adversario ,  y  preparóse  para  salir  á  lid  y  hacer  retroce<» 
der  á  la  civilización  que  caminaba  á  [lasos  agigantados,  ador- 
nada con  la  púrpura  real.  Contaba  nuestra  patria  para' aquella 
lucha  con  la  superstición  de  un  soberano,  que  educado  en  los 
claustros  ^le  la  Concepción  francisca ,  en  las  capillas  de  la  En- 

Digitized  by  VjOOQ le 


CB  MADnm.  I  ai 

leariiiiiiMí  j  en  las  Descalzas ,  no' letiia  otra  voluntad  que  h 
'^  la  silla  apostólica  y  la  de  los  clérigos  que  le  cercaban.  Con- 
teba  i  la  yezoon  el  recuerdo  de  los  auxilios  prestados  en  tiem- 
pos anteriores  por  la  casa  de  A^ustria.á  la  teocracia ,  y  Con  las 
-doctrjúas  que  él  áraobispo  Rocabérti  y  el  padre  Aguirre  incul^ 
caban  en  sus  libros  y  en  la  cátedra.^sEra  Tdtnás  de  Rocaberfi 
ni  h  prelado  "de  Valencia,  partidario  frenético  de  la^  onyni[>oten'- 
cift  |H>ntiBcia  ^  que  publicó  tres  tomos  en  folio  ^n  1693 ,  dirigi- 
dos á  contrarestar  al  clero  francés  á  qbien  acoaúiba  de  heregia;  y 
á  calomniar  á  su  monarca  á  qaieik  disparaba  los  dicterios  mas 
negros  é  insultantes.  El  |«idiSB  Agüirre  'era  un  benedictino 
que  escribió  también  en  aquella  época  contra  e)  derecho  á\^  ' 
Yino  de  los  teyes,  y  que  sopo  llegar  por  este  medio  á  los 
(Hiestos  mas  honrosos  y  elevados.s=I>espues  de  tronar  estos  sa<* 
cefdotes  con)o  nubes  furiosas  contra  la  revolución  acontecide 
en.l«  áacion  vecina ,  eoncitaban  á  la  pelea  á  les  ánimos  turbo^ 
lenióé  de  las  órdenes  religiosas,  y  estas  se  agitaban  y  revól-^ 
▼tan.  deseando  abogar  on  principio  que  destruía  su  podei^ 
El  titimo  rey  de  la  casa  de  Austria  luchaba  en  tanto  entre  sa 
impotencia  y  su  piedad,  basta  que  inspirado  al  fin  por  ía  Pro»  ' 
videncia  dbposo  de«tt  cetro  á  favor  de  los  Borbones.  Expre-* 
sada  en  este  sentido  la  ultima  voluntad  de  Carlos  U ,  bajó  al 
séjmlcro.en  el  año  700,  y  ocupó  el  trono  de  los  dos  mundos 
un  Dleto^de  Luis  XIV ,  para  realizar  en  nuestra  patria  el  cam- 
bio'peliiioo- que  la  declaración  del  clero  de  Francia  hábia' 
r¿il izado  en  la  patria  de  Enrique  TV:  ¡cambio  dichoso,  que 
aunque  llevii  Jos  nombres  de  desptííismoy  tiranía  ^ívíé  un  pa^ 
so  indispensable  para  b  felicidad  de  las  naciones  1 1 ! 

En  él  momento  en  qué  tomó  las  riendas  del  gobierno  Fe«^ 
lipe  V,  trocóse  enteramente  la  faz  dé  nuestra  patria.  No  era 
ya  ésta  aquella  nación  qiie  en  el  reinado  de  Felipe 'III  no  ha« 
bta  tenido  otros  oréenlos  que  los  de*  la  clerecía,  ni  otros  di-- 
rectores  que  las  comunidades  religiosas:  no  era  ya  ésta  aque-* 
lia  nación  que  en  tiempo  del  diiqoe  de  Olivares  le  babia  re- 
husado^ la  mano  de  una  infanta  al  principe  de  Gales  ,•  ppr  no 
desagradar  á  la  corte  pontificia ;  no  era  eit  fin  la  áiiama  na- 
ción que  pocos  aftos  antes  babia  vistp  al  frente  de  suK  destinos ' 
á  un :  jesuíta  extranijero-,  qué  orgulloso  con  su  poder  amena* 
Segunda  séric^TouQ  IL  16 

Digitized  by  CjOOQiC 


^saba  de  muerte  á  un  hija  de  sus  reJreÉ.  MorihiMido  ,el:|Nrínct- 
pÍQ  teocratioo  iba  perdiendo  lodo  el  terreno  que  babia  ganado 
eo  los. reinados  anteriores,  y  ene  terreno  que  perdía  le  ooor 
>quislaba  rápidamente  la  potesud  real.  El  suqup  pontífice  no 
.t^nia  ya  la  influencia  que  le  había  dada  en  otra  época  ejéff^ 
«  Í€Íto8  española  para  su  defensa.  La  terquedad  cpa  q«e  había 
negado  ciertos  derechos  al  r^al  patVo.nato-t  acasioa&  el  destier>* 
ro  del  nuncio  y  la  faojiosa  clausura  de  los  noev0  a&oi^  ^ta 
medidfiy  ésta  resistencia  de  la' monarquía  al  papismo,  que  hu- 
biera $ído  peligrosísima  para  la  corona  en  otro  tiempo,  era- 
endonces  una  señal  de  muerte  para  eí  principio  teocráiioei. 
Cuando  subi¿  al  trono  Garlos  111  ya  6e  hallaba  este  en  su  úU  ' 
jtimo  atrincberamieoto:  las  pretensiones  de  la  eorte  de  Roma 
sobre  el  ducado  de  Parma  fueron  la' última  muestra  deán 
poder.  Alarmadas  las  naciones  amenazaron  al  pontííW'coii 
medidas  gravísimas»  si  no  accedia  á  sus  deseos »  y  de  tal  modo 
falibia  .perdido  su  prestigio  la  doctrina  que  leí  daba  potestad 
temporal  al  gelb  de  la  iglesia^  qiie  habiéndose  atrevido  á  sus^p 
tentarla  en  VálladoUd  el  -bachiller'. Ocboa/^  sabido  que  vi6 
oeu(>ados  sos  escritas  por  disposición  cwsuliada  con  los  abo-? 
gados  de  la>  corte:  los  jesuitaa  repv^iHa^fctes-  de  Ja  escuela 
del  regicidio  fuetoa  expulsados  .de  todas  partes*  Pocos  afina 
antes  de  este  jKKMktecinúento,  decia  el  cardenal  Ganganelli: 
•Toda  la  Bnropa  truena  contra  nosotros ,  y  nosotros  nada  te«» 
nemos  que  oponer  á^esu  amenasadora  tempesti^  Cli(aliado.á 
k  liara  poco  despups  este  religioso  fraoctscano,  se 'explicaba 
de  esta  manera  en  una  de  sus  cartas:  «St  la  rcKgion  necesita 
sacrificios  [iafa  salvarse,  yo  los  haré.f  Su  antecetor  aun^  escri«* 
bia  breves  al  araobispo  Rooaberii,  y  le  daba  un  cápela  al  pa- 
dre AguirrCy  porque  ambos  deteidian  sus  deteohoa  .sobre  loa 
cetros:  ¡QenoMmte  X|Y  sola  aspiraba  i  conservar  soaderecboa 
sobre  las  almas!  ¿Quién  originé  esta  revoluoiooí  El  dero  dtf 
Fraiicia»  ^ Quién  la  consumó?  El  iestamento  do  Carlos  II  q«m 
condujo  al  alcásar  de  ^uestros  reyes  á  un  hijo  déJSf^n  Luis. 
'     <i¡rI|ia.ínlpoenta,  ese  poderoso  agenle  de  la  liberlad*  fué 
planteada  por:  uoi  tíranol'Así  exclama  Chateaubriand  al  hablar 
dala:  péoleecioh  diapentoda  á  las  ikn^reaareaaleroaoaa,  es|aU6«. 
oidos  en  Psírís  ea  tiempo  de  Lttís  Xh  ](gtta|  «adamamoapodef 


Digitized  by 


Google 


ra  ■AMIA.  4a3 

m^liiu^44^olrMalooff!(!»nipIar^  i^amealo^^d^  Cirios  U. 
IL41  ^iiKl^pi94aiicia  áfil  po^er  real  f  al.uiunfo  de  la  monacquia   * 
lOD'obra  eo  oaestra  £{¡paft9^4el  monarca  mas  débil  j  del  ex- 
j)lav<»  mjGia  humilde  ,df9  )a  corte  de  IU>mci(  , 

Para  i^nooef  á  Ibodo  lo  qi^  haA¡^s^  andado  nuesira  Ea^ 
pafta  deede  FeVpe  II  i  Cárloa  III.  y  el  cambio  filesifico  acon- 
tecido d|  una  á  otra  época  ^  conviene  tener  en  cnenta.  los  escri- 
tos que  'se  publicaron  en  cada  una  de  ^las ,  y  la  acojida  qup 
tupieron  4«  la  nación.  En  t  j^mpo  4c  la  qaaii  ¿le  Austria  todas 
lag  atenf^nes  las  absorviaron  los  clérigos  y  sus  fardados:  en- 
el  fde.  Felipe  V  y  Carlos  m  se  abatia  á  estos «  y  todos  los  espa- 
Aoles  de  algon  valer  y  saber  se  ocupaban  escribiendo  dc^  eco- 
nomia  y  de  industria,  del  modo  en  fin  de  enriquecer  al  pue-  . 
ido.  Testigos  de  ello  s^i^las  obras  de  Mapanazi  La  Gándara, 
Campomanes,  Arand^  y .  Florida  Blanca  :  jf^iigps  los  acto» 
de  los  gobiernos  de  que  bebíamos.  No  se  crea  por^e^to  que  en 
las  épocas  antericires  g^q  ^^labian  existido  varones  sabios  que 
conociendo  el  mal  no  clamaron  ^contra  el :  D.  Mateo  liiapn  j 
VieBUia,  procurador  á  cortes  por; Granada,  baciéndosé  iiiperr  - 
rior  á  las  circunstancias»  le  fiedta  á  SL  M.  Felipe  lU  que  pu- 
siera coto á  la  multitud  de. religiones. qw  amagaban  ponsumir 
•Ala  nación  que  entonces  dominaban.  Fray  Dpmipg^  Piroentel, 
obispo  d^  GSrdoba^y  D.  Juan  Carrillo  pedian  tambjen  la  re- 
forma dn  la  clerecía. en.  eL  m<^morial  que  dieron,  al  EpatíGce 
por  :jna;ndato  de  Felipe  ly.Jgual. petición  baci^n  directa^  in- 
directamente .eu,  sus  escrÍA9s^  Melchor  CastQ9-;€|l  capitán  So^ 
luoia  y  <H^9s;,  emperq  ^tas.,pr liciones,, ^1^  ei^c^  ))ii;n  escucba'-  . 
das,  4^1.  tBOiao;i  ni  teniaft  e^.  e«  1^  mi|cbedtfiqab?e. 

T^q  l^  conitarijO  acontecía  ec^  Jo^  tiempqi  df  IP'elip^  V  y 
Qfíifi^lílxej^  ei^s  tiempos  tenias  s^  o^u  es^id^s^nlp  co^ 
fo^a,,  Y'  s4iaa:d4  PAiUpÍQ  acli^n^^da^  poi;  lajS  prpvifiieia^  Prufha 
es  d#¿lo  lía  íosirucciQi^  resecyfida  para  lajqnia*  d^  estad»»  cor- 
regida, y  sancionada,  por  el  último^  de  los^  monarcas,  pr^itafjos: 
con^paréiiii9sla  cpn  la-que  fué  prf^^ta4s^  i  Felipa  (V  y  desfíi<j^ 
por  Felipe  IV ,  ¿^mé  distancia  1^  me4i|r  de  lai  on^  1 1^  ^j|^ 
En  U,  piiv^if  .se  reeouoqeu  Los)  dai«  que^.  pc^í^ml^.  Jia.mHl^ 
tjtadjjíje  r<»ligi»iii«»  f  pwp  9^  baJU%  dfi^li^^iiMi  ifu^i^»  4»  ^m^^ 
tp  suf^otoiii  cpujiavpr :'  cin  la|aflfuiidii.8a  mUh  ^  la^npimya. 

Digitized  by  VjOOQIC 


134  a«T«TA 

-materia  ooñ  riBSpeto;  pero  coq  superioridad  y  Taleiitfaé  En  esta 
ae  habla  del  pueblo  como  de  un  auNistruo  á  qtiien  és' iodi^ 
penssble  apalear.  «G>Qyiene,  dice  el  consejero  de.Felipe  lY,  la 
vigilancia  sobré  los  pecheros  escaraaeniándolos  con  los  easti'^ 
gos ,  y  atemorizándolos  para  que  no  «e  escedan.*'  Ení  aquelU 
se  habla  del  pueblo  como  de  una  nina  de  oro,  «conTÍene, 
'dice  Carlos  III ,  protejer  la  industria  y  honrar  al  pueblo  qué 
compone  la  clase  mas  benemérita  de  la  nación.»  ' 

•  Sin  embargo  de  la  inmensa  distancia  que  se  nota  entre  las 
'doctrinas  políticas  dé  las  dos  ¿pocas  que  hemos  comparado; 
sin  ^embargó  de  qoe  las  del  tiempo  de  la  casa  de  Austria  apa- 
'recen  opresoras  y  bárbaras  ,  mientras  se  presentan  las  de  los  * 
,'Borbones  humanas /civilizadoras  y  libres ,  no  se  crea  que  dn-» 
Tante  la  dominación  de  estos  üitimos  tenia  la  España  mas  li^ 
bertad  poHtica  que  anteriormente,  nó  te  creki  que  el  pueblo, 
qoe  ese  pueblo  tan  halagado  entonces ,  gozaba  de  alguna  in** 
fluencia  en  el  gobierno.  Las  atenciones  que  se  habia  atraído  es- 
ta clase  industriosa  de  la  sociedad  ^  mas  que  hijas  del  cora«oil 
4e.los  gobernantes,  eran  en  Espefia  y  habían  sido  en  Fratpcia 
disposiciones  meditadas  por  la  razón  de  estado^  As(  como  en 
tiempos  remotísimos  de  nuestra  historia  se  lee  que  los  monrir-> 
cas  hicieron  mil  concesiooes  á  las  ciudades  para  soFocap  la  hi** 
fluencia  de  los  proceres ;  en  los  tiempos  de  qoe  hablamos  laa 
hicieron  tainbien  para  amenguáis  el  influjo  de  los' cleros. 

El  principio  teocrático  que  ha  tomado  todati  his  formas  JMiV 
fa  conquistar  el  poder  se  hallaba  revestido  de  la  demoérática, 
cuando  ocupabad  el  trono  de  España  los  de  Austria.  El  sin^ 
número  de  religiosos  que  entonces  existia,  y  la  influencia  qué 
egercian  en  los  ánimos^  les  habian  constituido  en  una  potencia 
temidis  de  los  soberanos,  y  que  muchísimas  veces  lesdictaba 
la  ley:  las  comunidades  religiosas  eran  en  aquella  época  unas 
Corporaciones  políticas  que  contribuian  con  los  monarca^  ál* 
gobierno  de  la  nacbn :  los  monarcas,  ríues,  no  eran  absolutos 
][iorque  teniao  limitadas  sus  prerogativas  por  la  democracia -de' 
los  ¿laostrOs.  Multitud  de  egemplos  pudiéramos  citar  de  reli-' 
giosOs  que  dieron  leyes  á  los 'tronos  ó  rehusaron  recibir  las  de 
eitos  ;  mas  nos  contentaremos  con  trasladar'  aquí  uno  d^  los./ 
pirrafes  de  la  iüscraocioa  4irijkla  <  Felipe  IV,  d«  la  que  ya. 


Digitized  by 


Google 


hftouM  hechp  ineBCÍ<kii  en  e^té  escrito:  el  párrafo  cUce.así:. 

^*Qm  lo  que  bé  aponiado  habrá  loooocído  V«  M«  lo  c|oe  con- 
ráo^l  procurar  gobernarse  con  el  brazo  eclesiátieo  con  arti- 
ficio... Conviene  siempre  favorecerlos  mucho  en  lo  público  y..,^ 
tenerlos  gastosos  y  afectos  para  .que  no  i^istan  las  negociacio- 
nes que  se  hicieren  con  los  Sumos  Pontificas» «i^El  trono,  pues, 
tenia  necesidad  de  halagar  4  los  clérigos  para  no  encontrar  en 
ellos  resistencia ,  y¿  no  es  este  un  yerdádero  influjo  en  el  go<- 
bierno?  ¿no  es  una  verdadera  limitación  de  la  potestad  real? 
No  acbntecia  así  seguramente  en  los  tiempos  de  Felipe  Y  jr 
Carlos  III:  en  esloa  tiempos  las  comunidades  re(jgiosas<ya  no 
tenian  la  mayor  influencia,  porque  el  trono  habia  pasado  i  los 
pueblos  las  atenciones  que  habia  dispensado  á  está  qkíse  en 
€>tros  dias;  los  poeblos  no  tenian  tampoco  influencia  en  el  go- 
bierno ,  porque  al  colmarlos  el  trono  de  atenciones  no  les  ba-* 
bia  cedido  un  ¿tomo  de  su  poder.  La  España  era  en. esta  ¿poca 
un  remedo  de  la  Francia  de  Luis  XIV."->«Ni  el  Papa  ni  la  mis«^ 
ma  Iglesia,  le  decía  entonces  un  escritor  célebre  ¿  nuestro  sor 
berano ,  imitando  á  Bosuet ,  ni  el  Papa  ni  la  misma  Iglesia 
han  recibido  poder  ni  autoridad,  sino  puramente  en  lo  tocan* 
tea  las  cosas  espirituales...  los  reyes,  según  disposición  de  Dios, 
no  están  sujetos  por  cosas  temporales,  sino  dependientes  de 
Dios  solo  que  los  ha  establecido  ^\  ¿Qué  poder  tienen  los  réi«- 
nos-  cuando  hay  rey7^dec¡a  por  otro  lado  Macanaz,  censu- 
rando al  coasejo  ;de  Castilla  que  alegaba  como  uña  ventaja 
de  su  poderío  haberle  tenido  confirmado  por  las  cortes. 

El  trono,  al  querer  traspasar  las  riquezas  de  la  clerecía 
á  los  particulares,  lo  hacia  para  arrancarles  su  influencia  polí- 
tica, constituir  absoluto  su  gobierno,  y  aumentar  en  recursos 
al  erario.  ¡Pensamiento  egoísta  y  filosófico  á  la  vez,  que  el 
pneblo  recibió  con  entusiasmo  sin  cuidarse  por  entonces  de  sus 
derechos  I  ]áh !  ignoraban  los  neyes  y  los  vasallos  que  detras 
de  las  comunidades  religiosas  estaban  las  sociedades  •  secretas! 
¡ignoraban  los  inonarcas  y  los  subditos  que  tras  la  anarquía 
teocrática  levantaria  su  frente  sanguinosa  la  anarquía,  secular! 
¿quién  sabe  si  á  la  manera  que  los  escesos  de  la  primera  atra- 
geron  el  derecho  divino  de  los. tronos,  legitimarán  los  excesos 
.de  la  segunda  el  imperio  de  los  tiranos?  ¿quién  sabe  si  abnr--> 


Digitized  by 


Google 


riáa  la  sociedad  de  tanto*  dieaórdeQ  reebazari  on  día  i  los  ijue 
quieran  conmoverla  ,  repitiendo  aqtiella  terrible  aei^nda  de 
Hobbes,  y  ift|ue)  lúgubre  verací  dé  Sótoclet?  lUonar^uia  ábso^ 
bulsima  cwUatis  est  ópíímus  omnitun  statusi 

.Aunque  rompa  la  ley 
<  Doblegad  ta  trilla  &  Toestro  rey.^ 


Paaib  Saaatui. 


Digitized  by 


Google 


DE  RfAMlD. 


1517 


HB  LA  0N.I6A€IQIN  1)9  GOirfEIBI3lía  PARA  LOS  GASTOS : 
BfiL  BSTADO;  Y  Dft  LA  FACUiíTAÓ  DB  SUSPElf0BkiLAy' 
CONSIDERADA    COMO    GARANTÍA    POLÍTICA    O    €0JKO 
MEDIO.  DE  G0IIIK&NO. 


i  GonsUtucbn  de  la  inonarquh  éapaftota  imppoeal  goUeiw 
no  la  obligación  de  presentar  todos  los  aftos  i  las  Cortes  el' 
(írosupnesto^ general  de  los  gaslos  del  Estado,  para  el  afto  si-* 
gfliente;  j  no  permite  cobrar  ningnna  contribución  ni  arbi-' 
trio  que  no  esté  autorizado  por  la- le j  de  presuptiefttOB  ú  otra 
especiar.  No  obstante,  ba  sucedido  y  se  ba  repetido  el  caso  de 
suspenderse  las*  Corles  7  el  de  disolverse  el  Congreso  de  dipü*' 
tados  sin  haber  obtenido  el  gobierno  la  aotoiÍEacion  que  la 
ley  exige.  En  tal  situación  ¿tienen  derecho  los  españoles  para 
resistir  el  pago  de  las  contribuciones?  ¿cuando  el  derecho 
existiese 9  sería  conyenientc  hacer  oso  de  él?  Cuestiones  son' 
estas  djsl  mayor  interés,  cnya  résolncion  importa  mucho,  tan-*' 
to  para  el  caso  présente  como  para  los  que  puedan  ocurrir 
en  lo  sucesivo ;  y  tengo  por  desgrac^i,  y  muy  grande,  que 
baya  diversidad  de  pareceres ^en  una  materia  tan  grave* 

Si  k  ley  fuese  kan  clara  y  terminante  que  no  oifreciese 
ninguna  duda ,  preciso  seria  atenerse  i  ella,  y  el  asunto  que^ 
daría  reducido  i  una  cnestioncde  conveniencia  publica:  pei^ 
desde  qui)  m  observan  opioioneí  opuestas  que  no  se  stfstentaii 
con  el  texto  de. la  ley,  sino-^pn  interpretacioóes  y  deducoi)^^ 
nes  de  artículos  diferentes,  ya  se  bace  necesario  examinaí^^* 
tos  articules  y  el  espíritu  general  de.  la  Conatitucion ;  y  se  ba^: 
ce  neoesario  también  apelar  á  los  principids  nafmrales  de  Úé^' 
recbo  político»  en  los  cuales  deben  fundarse  las  leyes  positivas.* 

Hay  algnaet  principios  naturales  de  derecho  tan  eieltos  y* 
evidentes,  que  es  imposible  que  el  entendimiento  deje  de  ad^ 
milirios;  y  de  tan  general  aplicación  que  convienen  á  lodos- 
loa  tiempos;  á  toáoa  los  países,  á  todas  las  circunstancias ,  y  á' 


Digitized  by 


Google 


todas  las  formas  de  gobierno.  Uno  de  estos  principios  es  cier- 
tamente la  obligación  que  tienen  todos  los  miembros  de  una. 
sociedad  política  de  contribuir  á  los  gastos  comunes.  La  mas 
sencilla  inTestigácicn  sobre  el  objeto  de  la  asoeiacion  y  los 
medios  de  conseguirle  me  parece  suficiente  para  convencer  A 
cualquiera. 

Antes  que  leyes  escritas  existia  ya  una  ley  natural  que 
manda  á.  los  hombres  vivir  en  sociedad  sujetos  á  un  régimen 
común.  Los  deberes  sociales  que  constituyen  este  régimen, 
aunque  muy  limitados  en  las  primeras  sociedades,  se  aumen— 
ta«  á  'medidsL  que  á  la  sombra  de  una  administración  protcc- 
tOrayOréce  la 'población  y  se  apro&ioian  y  agrupáa  las  faáii- 
lias:  con  él  desarrollo  socesivo  de  la  industria  se  establece  una 
gran  división  de  trabajos  é  inlerese»;  ie  complican  las  relación 
nes  sociales ;  y  se  liace  cada  dia  mas  «strecba  la  dependenda: 
emre  los  hombres  y  entre  los  pueblos.  Fácil. es  conocer  que. 
citando. la  sociedad  llega  á  cierto  grado  de  civilización,  se  n^. 
quieren  muchas  personas  escUisivumente  encargadas  del  serví-: 
oio  público  •  y  un  gobierno  central  para  que  el.  servicio  sea! 
QQifornUe  y  para  que  no  se  enibaracen  okioft  á  otros  los  es-: 
fuerzos  diarios  y  BÍmult^neos  de  los  funcionarios»  ejercidos  en> 
muchos  paragés  y  aplicados  á  muy  diversos  objetos» 

Pero  los  servicios  públioos^  son  costosos,  muy  costosos;  hay 
que  pagar  muchos  sueldos  y  mantener  mucha  gente;  hay  que 
construir  ¿  comprar  y  conservar  muchas  cosas  de  uso  público;, 
hay  que  sostener,  una  multitud  de  establecimientos  icii^Jes, 
militares  y  religiosos;  hay  que  atender  á  miles  de  artículos 
que  figuran  en  los  presupuestos.  ¿Y  de  dónde  han  de  salir  ios 
xecursos  para  tan  enormes  consumos  sino  de  los  miamoa  miém-. 
hrM'de  la  sociedad  en  cuyo  beoejkiose  hacen? 
-•emk>£D  principal  (no  digo  el  único)  de.est^  grande  y  eom«- 
plij^da  máquina  politice  que  se  llama  gobierno  y  administra-; 
don,  es  sin  duda  algufia  proporcionar  seguridad  á.las  perso- 
nas.y  propiedades  particulares;  porque  la  seguridad  indivi- 
dual es  el  primer  elemento  de  la  felicidad,  sin  el  cual  de  na- 
da se  disfruta,  y  es  al  mismo  tiempo  el  primer  elemento  de 
la  producción  de  la. riqueza:  y  cuidado,  que  la  producción  es 
la  base  de  la  sociedad  y  de  la  civilización  ;  la  población  au-. 


Digitized  by 


Google 


D«  MADRID.  129 

menta  o  disminuye  con  la  riqueza,  y  donde  no  hay  produc- 
ción 00  pueden  mantenerse  los  habiíantes. 

Que  la  seguridad  es  el  principal  elemento  de  la  produc* 
cion^  es  una  verdad  que  sienten  y  palpan  todos  los  que  viven 
de  su  propiedad  6  de  su  industria  en  los  pueblos  amenazados 
de  invasiones  ó  desordenes  cuando  la  autoridad  no  tiene  fuer- 
za para  resistir*  ¿Quién  no  ha  visto  i  la. menor  alarma  cerrar- 
se las,  tiendas  y  los  talleres,  huir  la  gente  de  los  mercados, 
su8|)e.oder8e  toda  clase  de  préstamos  y  operaciones,  y  desapare* 
cer  enteramente^  la  confianza?  Supongamos  que  esta  penosa 
siltiacion  se  prolonga  en  un  pueblo  tan  solo  por  algutaos  djas, 
y  se.  tendrá  una  idea  bastante  exacta  de  lo  que  es  la  inseguri^ 
dad  ,  de  sus  causas  y  efectos.  Las  causas  no  son  otras  que  la 
falta  de  autoridad  protectorado  su  debilidad,  ó  la  falta  de  me- 
dias |iara  defender  hs  persocias  y  propiedades.  Los  efectos  de 
la  inseguridad  cuando  dura  algún  tiempo,  son  estos:  el  que  . 
paede  marcharse  con  su  capdal  lo  hace ,  los  demás  guardan 
lo  <^e  tienen  y  aun  asi  lo  miran  como  |)erdido  aunque  |o 
oculten  debajo  de  tierra;  nadie  piensa  en-^bacer  valer  ^u  capí* 
tal  ó  su  industria  porque  no  hay ;  productos  seguros;  nada 
Due^o  se  produce;  lo  qoe  hay  se  consume  rápidamente ,  y  por 
último  queda  convertido  en  miserable  desierto  un  lugar  que 
estuvo  .poblado  y  rico. 

Tal  es  el  cuadro  que  ofrecerían  las  naciones  mas  cultas  y 
mas  ricas  de  Europa  si  se  suprimiesen  los  gobiernos,  ^  lo 
que  es  lo  mismo,  si  los  gobernados  se  negasen  á  contribuir, 
para  loa  gastos  del  Estado;  porque  sin  contribuciones  no  hay 
administración  posible,  sin  administración  no  hay  seguridad, 
sin  aeguridad  no  hay  industria,  sin  industria  no  hay  produc- 
ción, y  sin  producción  no  puede  mantenerse  la  población. 

Es,  pues,  una  necesidad  absoluta  que  en  las  sociedades  ci« 
▼ilet contribuyan  todos  en  proporción  de  sus  haberes  para  los 
gaMos  públicos:  en  ello,  va  la  existepcia "de  la  sociedad  y  do 
sus  individuos;  y  siendo  una  necesidad  social,  de  ella  nace  in- 
mediatamente la  obligación  de  contribuir  que  todos  contraen, 
según  creo  haber  demostrado  ^n  otra  parte  (1):  de  ella  nace 

'(1)    DiMrtaeioii  aobre  el  priocipío  político  6  coactiTO ,  imprtsa  en  la  Co- 
lia  a«  Diekmhrt  4e  1S56. 

j^^ifn^  ^/rie.^Toifo  IL  17  n         ] 

Digitized  by  VjjOOQIC 


1 3o.  RBTISTA 

un  deber  social,  qne  lo  es  tambieo  moral  coipo  todos  lot  de- 
jberes  sociales:  pero  este  lo  es  tan  grande  ó  mayor  que  ningiia 
uiro ,  puestp  que  son  tan  terribles  las  consecuencias  dé  sv 
quebrantamiento. 

Siendo  una  obligación  tan  importante,  de  cuyo  cumplir* 
miento  se  responde  á  Dios  y  á  los  hombres,  y  tan  urgente  y 
continua  que  ni  un  solo  dia  pueden  faltar  los  recursos  públi^ 
eos  sin  comprometerse  la  tranquilidad  y, la  producción,  ¿ba-> 
brá  en  el  mundo  quien  tenga  facultad  para  dispensarla?  No 
lo  creo.  Los  mismos  legisladores  tienen  principios  que  re8[)e- 
tar:  su  oficio  consiste  en  descubrir  y  desenvolver  las  leyes  i 
turales,  respetando  siempre  los  derechos  del  hombre  en 
dad.  ¿Será -justo  permitir  que  se  ataquen  impunemente  per- 
sonas y  propiedades,  ó  dispensar  á  los  padrea  de  la  obligación 
de  mantener  á  sus  hijos?  Ciertamente  que  uo:  pues  también 
la  sociedad  y  cada  una  de  sus  miemliros  tiene  derecho  á  qfue 
lodos  contribuyan  con  lo  que  es  necesario  para  existir;  es  la- 
ley  de  la  conservación ;  y  este  derecho  no  puede  desconucerse, 
sopeña  ¿e  que  todos  los  demás  sean  hollados  j  despreciados. 

Deben  pagarse  las  contribociones  al  gobierno  legalmente 
establecido,  sin  que  las  faltas xle  los  encargados  de  la  admi-* 
nisiracion  puedan  dÍ8|iensar  el  «cumplimiento  de  esta  obliga*- 
cion:  daré  las  razones. 

En  primer  lugar:  no  pudiendb  una  nación  reunirse  á  lo* 
das  horas  á   tratar  de  los  intereses   cémunes,   necesita   una 
institución  ó  forma  de  gobierno  ea  virtud  de  la  coal  haya 
siempre  una  persona  al  frente  de  la  administración  investida 
de  todas  las  facultades  y  atribuciones  que  constituyen  el  poder 
ejecutivo,  y  una  de  las  atribuciones  esenciales  es  la  de  cobrar 
'  las  contribuciones:  dirigir  la  administración  y  disponer  de  loa 
medios  neceéarios ,   son  atribuciones  inseparables.  Puede  esta 
autoridad  ser  hereditaria  ó  electiva,  ejercida  por  un  hombre 
ó  por  una  corporación ,  tener  ó  no  participación  en  el  poder  ^ 
legislativo,  según  la  fornia  de  gobierno:  mas  cualquiera  que 
esta  sea,  es  absolutamente  necesario  que  no  falte  nunca  una 
persona  al  frente  de  la  administración  en  representación  del 
Estado,  de  modo  que  pueda  considerarse  el  poder  ejecutifo 
cooáo  un  ser  moral  que  no  muere  nunca  mientras  tive  la  so-- 


Digitized  by 


Google 


DB  MADRID.  .  ^    t3l 

cíedad.  El  deber  de  poner  este  poder  en  manos  de  ana  pereo- 
na,  y  de  neipetarla  mientras  no  sea  remplazada^,  es  una  oon* 
sebuencia  de  las  necesidades  intrínsecas  y  de  la  naturaleza  de 
las  sociedades  humanas :  negar  á  esta  persona  los  auxilios  que 
se  deben  á  la  sociedad,  equivale  i  negarlos  á  la  sociedad  mis- 
ma, que  DO  tieee  otro  medio*  de  exigir  y  aprorechar  aque- 
llos auxilios,  equivale  i  romper  todos  los  lazos  sociales. 

En  segundo  lugar:  la  sociedad  se  expondría  á  ser  victima 
de  los  errores  y  abusos-de  la  persona  encargada  de  la  admi- 
nistración, si  la  autoridad  hubiese  de  ejercerse  sin  ningu- 
na restricción  ni  res|M>nsabUidad.  De  aqui  la  necesidad  social 
y  el  consiguiente  derecho  en  toda  nación  de  tener  en,  el  poder 
ejecutivo  alguna  persolia  responsat>le  y  mudable;  y  para  que  * 
este  agente  no  Talte  nunca ,  ha  de  ser  nombrado  y  sejmrado 
por  una  autoridad  permanente  que  pueda  hacerlo  sin^  dilación 
en  el  momento  oportuno. 

Ahora  bi^s  sí  la  nagion  tiene  por  una  parle  necesidad 
absoluta  de  profiorciooar  recursos  al  gobierno,  y  por  otra 
parte  tiene  interés  en  que  haya  garantías  contra  los  abusos 
del  poder ,  resalta,  que  oo  son  las  contribuciones  el  mal  que 
se  trata  de  remediar,  y  que  no  consiste  el  remedio  en  supri-- 
mirlas  por  ¡lOco  ó  por  mucho  tiempo;  al  contrario,  la  falta 
de  recursos  causaría  gravísimos  dai&os:  no  está  tampoco  el  mal 
en  que  baya  gobernantes  á  quienes  sat  dan  auxilios ,  ni  se 
remedia  nada  con  negarles  los  auxilios ;  todo  lo  contrario.  Los 
males  que  se  quieren  remediar  solo  pueden  venir  de  las  per- 
sonas encargadas  de  la  admiáistracion,  ó  <1«  Ias  personas  en- 
cargadas de  impedir  los  abusos  de  las  primeras;  y  siendo  la 
presencia  y  acción  de  estas  constantemeDte. necesarias  9  el  ver- 
dadero remedio  no  puede  consistir  en  quitar  los  medios  de 
gobernar  alas  personas^  sino  ed  quitar  las  mismas  personas 
cuando  gobiernan  mal,  poniendo  inmediatamente  en  su  lu» 
gar  otras  que  sepan  hacerlo  mejor;  y  en  esto  último  consiste 
precisamente  la.  mayor  dificultad. 

Habiéndome  propuesto  tratar  de  la  dispensación  de  con- 
tríbuciobes  considerada  como  medio  de  gobierno,  tengo  que 
demostrar  que  no  sirve  para  remediar  los  males  públicos, 
que  no  sirve  para  juagar  ó  apreciar  la  conducta  del  gobierno, 

Digitized  by  VjOOQ IC 


1 3a  •  *    ,  RBiriSTA 

Y  que  no  sirve  ni  es  necesaria  |iara  conocer  la  yoluntad  del 
pueblo. 

No  se  remedian  los  males  públicos  <xm  (iT¡?ar  al  gobierno 
de  repursos,  sino  con  establecer  un  sistema  mejor,  para  lo 
cual  es  preciso  conocer  perfectamente  lo  que  conviene,  cono- 
cer los  hombres  capaces  de  hacer  el  bien ,  y  poner  en  manca 
de  estos  la  dirección  de  los  negocios :  tres  cosas  que  jamas  se 
conseguirán  negando  las ,  contribuciones  ¿  dispensando  la 
obligación. 

Tampoco  estos  medios  son  á  propósito  para  Juagar  la  con-* 
ducta  de  un  ministerio:  esto  es,  una  negativa  que  le  obligne 
á  retirarle ,  no  será  nunca  una  prueba  de  qne  merece  censu- 
ra. 1.^  Porque  como  siempre  se  paga  de  mala  gana,  basta  es-* 
to  para  que  machos  contribuyentes  se  nieguen ,  dejándolo  en- 
teramente á  su  arbitrio ,' sin  mas  motivo  ni  razón  política: 
a.^  Porque  la  negativa  del  menor  numero  de  contribuyentes 
es  suficiente  para  producir  una  mudanza  de  gobierno,  como 
luego  se  dirá:  3.^  Pprque  no  pueden  juntarse  todos  los  con-> 
tribuyentes  á  deliberarisobre  las  infracciones  ó  errores  de  los 
ministros,  ni  oir  sus  descargos:  4*^  Porque  cuando  un  cuer^ 
po  electivo  que  censura  la  marcha  del  gobierno  quiere  apelar 
á  la  opinión  pública,  debe  dirigirse  á  los  electores. y  no  á  los^ 
contribuyentes. 

Diré  ahora  por  qué  razones  no  es  necesaria  ni  útil  dicha 
dispensación  para  conocer  la  voluntad  nacional.  El  objeto  de 
esta  dispensación  no  puede  ser  otro  que  el  poner  á  los  minis- 
tros en  la  precisión  de  dejar  sus  puestos;  y  como  esto  no  serta 
en  realidad  mas  que  quitar  y  poner  ministros,  á  gusto  de  loa 
conrtribuyentes  ó  de  quien  pueda  dispensar  los, pagos,  encueU'^ 
tro  mucho  mas  sencillo,  mas  natural  y  menos  peligroso,  et 
poner  en  manos  de  los  contribuyentes  ó  de  un  cuerimelegido 
por  ellos  la  facultad  de  nombrar  y  separar  los  m¡nistros^  yo  no 
aprobaría  este  sistema ;  pero  malo  y  malísimo  como  eSf  vale 
mas  que  la  negación  de  recursos;  y  vale  muchísimo  mas  que 
poner  en  una  autoridad  la  facultad  de  nombrar  y  separar  los 
ministros,  y  en  otra  autoridad  la  facultad  de  negar  absoluta- 
mente los  recursos:  esta  forma  de  gobierno  serla  la  mas  mala 
i|iie  ptidiera  imaginarse ;  ¡  y  sin  embargo  es ,  según  alg^tiosi 


Digitized  by 


Google 


DB    MADRID*  I  33 

la  que  teneiiioft.en  EBpafta^  y.  la  que  miran  como  cosa  e8<;elen- 
te!  Si  pudte&e  suceder  que  ua  gobierno  legalmente  autorizado 
[Mira  dirigir  el,  servicio  público  dejase  de  estarlo  para  hace? 
camplír  a; todo  el  mutfdo  au  tleber,  la  tranquilidad  y  la  suer- 
te de  los  pueblos  dependería  demasiado  de  los  ministros  y  de 
los  partidoa;  el  orgullo, «la  ignorancia ,  y  tal  vez  la^ malicia  d» 
may  pocos,  causaría  con  frecuencia  males  grandes  é  ín<» 
curables. 

He  dicho  que  el  uso  delderecho  de  negar  las  contribución  . 
oea  no  sirve  |iara  dar  á. conocer  la  opinión  pública ;  y  es  fácil 
pri^rlo.  E|  gobierno»  por  maa  que  haga  para  economizar, 
•necesita  indispensablemente  una  cantidad  que  no- admite  re- 
ducción para  los  servicios  mas  urgenles,  de  tál  modo,  qué 
una  cuarta  ó  una  quinta  parte  que4e  falte  basta  para  com-^ 
prometer  un  servicio  del  que  puede  depender  nada  m^nos  que 
IfL  paz  ó  la  guerra,  ó  la  libertad  de  la  naeioo:  ¿y  qué  número 
de  contribuyentes  se  necesita  para  producir  aquella  falta? 
una  décima,  una  vigésima,  acaso  una  centésima  parte  del  nú- 
mero total  de  ellos.  He  aquí  como  aun  cuando  la  gran  ma- 
yoría de  contribuyentes  manifieste  pagando  que  aproaba  la 
marcha  del  gobierno,  ó  ¿  lo  menos  quereoonocelaconvenien-^ 
cía  <lle  auxiliarle,  pueden  unos  pocos  cadlar  la  retirada  del 
ministerio,  y  comprometer  la  suerte  de  la  |)atria,  sin  que 
■pnedan  remediarlo  otros  hombres  ni  otro  sistema  por  buenos 
que  sean ,  porque  el  mal  estará  ya  hecho.  Mal  niedio  es  este 
de  conocer  la  voluntad  del  pueblo :  esta  solo  se  conoce  por  las 
elecciones  <  en  ias  que  decide  siempre  la  mayoría  de  los  que 
toman  parte. 

Se  ha  visto  que  la  dispensación  de  contribuciones  no  sirve 
para  mejorar  una  situación  política,  ni  para  juzgarla,  ni  para 
expresar  la  voluntad  nacional ;  se  ha  visto  que  no  es  necesaria 
como  medio  dé  gobierno;  se  ha  visto  que  es  sumamente  per- 
jtjldícial;  es  ademas  injusta  (lara.con  los  acreedores  del  Estado, 
é  injusta  para  con  la  sociedad  á  quien  se  deben  siempre  los  au- 
xilios necesarios.  Por  tantas  y  tan  poderosas  razones  resulta 
que  las  faltas  de  los  gobernantes  no  destruyen  la  obligación 
de  contribuir  coatraida  con  la  sociedad.  Una  nación  tiene  sin 
duda  derecho  á  no  sufrir  la  tiranía  ,  tiene  derecho  á  estable- 


Digitized  by 


Google 


1 34  IIKVI8T4 

cer  garantías  :•  pero  oeoesita  y  debe  tener  siempre  un  gobier- 
no para  evitar  y  reprimir  los  abasos;  debe  acomodarse  a  las 
reglas  naturales  y  á  la  Constitueion  del  Estado,  y  debe  pres* 
tar  siempre  al  gobierno  los  auxilios  necesarios  para  su  *pro- 
pía  conservación  y  perfección. 

Concibo  muy  bien  el  que  se  pidan  derechos  políticos,  li- 
bertades y  garantías  cuando  no  se  tienen ;  concibo  que  se  de^ 
clame  contra  los  abusos  ,  y  qae  se  propongan  medios  segu- 
ros para  evitarlos  y  castigarlos :  mas  no  puedo  entender  et  ob-r 
jeto  político  de  dispensar  doegar  contribuciones,  cuando  se 
piden  para  gastos  públicos  reconocidos  y  urgentes;  ih>  me  es 
dado  comprender  como  un  gobierno  responsable  que  existe 
legalmente  y  que  no  es  reemplazado  por  ningún  otro,  pueda 
encontrar  negados  los  recursos  indispensables  ()ara  el  culto, 
para  la  defensa  del  Estado ,  para  administrar  justicia ,  para 
mantener  la  tranquilidad,  y  para  proporcionar  á  los  contribu* 
yentes  la  seguridad  sin  la  cual  no  pueden  tener  ni  disfrotar 
'cosa  alguna. 

La  obligación  de  oontrilmir  existe  independientemente  de 
*  las  l^yes  humanas,  y  oo  puede  jdispensái^se..  Muy  imperfecta 
sería  la  ley   fundamental  de  un  E«tado  que  n»  ofreciese  mas 
remedio  contra  lo^  abusos  que  el  de  privar  de  la  fuerza  y  de 
los  recursos  necesarios  al  poder  ejecii ti vo :  una  ley  semejante 
produciría  efectos  contrarios  á  sü  objeto;  Afortunadamente  no 
está  tan  atrasada  la  ciencia  de  la  organización  social  que  no 
puedan  encontrarse  mejores  garantías;  y  mas  afortunadamente 
todavía  los  pueblos  saben  aprovechar  las  conquistas  de  la  cien* 
cia  y  de  la  esperiencia ,  como  lo  acreditan  las  escelentes  cons* 
tituciones monárquicas  establecidas  en  algunas  naciones*  {Pero 
cuantos  siglos  de  ignorancia  y  tiranía  han  precedido  al  siglo 
de  la  ilustración  y  de  la  libertad!   { Cuántos  y  cuan  ftfnestos 
ensayos  se  han  hecho  antes  de  descubrir  el  orden  poKticu  que 
conviene  á  los^ hombres  libres!  Cuánto  ha  costado  establecer 
este  orden  en  ks  naciones  que  le  poseen,  entre  las  cuales  mi- 
ro con  orgullo  á  mi  patria !  Con  orgullo,  si ,  porque  loa  es- 
pañoles han  llegado  á  conocer  el  precio  dé  la  libertad;  y  la 
han  conquistado  para  sí  y  acaso  para  el  mundo  peleando  be- 
róicameote  contra  todas  las  fuerzas  del  absolutismo. 


Digitized  by 


Google 


DE  MADRID.  '  1  35 

El.  día  dt  la  pa^  se  acerca  »  v  es  preciso  poner  eD  práctica 
el  régimeD  coosriíacional  que  hemos  adoptado.  Los  terribles 
niales  que  afligieron  á  esta  nación  hasta  aquí  tan  desgraciada, 
apenas  lían  |ieriníiid.o  á  los  es|)añoles  disfrutar  ni  aun  mirar 
cim  bastante  atención  el  bien  conseguido.  Se  ha  ganado  un  te-- 
aero ;  ahora  debemos  examinar  laa  riquezas  que  contiene,  y 
esludiar  el  modo  de  aprovecharlas.  Concluida  está  la  obra  que 
'Conduce  al  bien;  pero  hay  que  marchar  por  un  camino  noeto 
fiara  nosotros  :  procuremos  ir  adelante  dejando  á  un  lado  las 
aendaa  que  pudieran  estrayiamos.  La  G)pstil(icíon  es  el  tesoro 
y  el  camino  que  vamos  ¿  reconocer:  no  fuera  estraño  en- 
C9B(trar  alguna  alhaja  cuyo  uso  no  nos  sea  iiastante  conocido, 
ó  algúna.senda  que  no  deba  seguiíae  en  todas  ocasiones ,  por 
4IS0  importa  mucho  examinarlo  toda  con  sumo  cuidado* 

Entre  las  leye^  de  nuestro  Código  v[X)l¡tico  no  son  las  me* 
DOS  importantes  aquellas  que  tratan  de  contribuciones  y  de 
Cffédíto  público,  ya  se  consideren  como  dirigidas  á  proporcio- 
nar recursos ,  ya  se  con#ideren  como  garantía»  sociales ;  y  el 
entenderse  dichas  leyes  de  diversos  modos  puede  consistir  en 
que  se  miran  por  una  sola  cara,  y  no  por  las  dos  como  de- 
bieraser. 

Consta  la  Constitución  de  dos  partes  bien  distintas  por  au 
objeto:  la  primera,  reducida  al  primer  titulo,  trata  de  los  ea- 
pañolea  en  general  como  gobernados,  de sos^  cualidades,  dere- 
chos y  oUigaciooes  hacia  el  Estado :  la  segunda  trata  del  go- 
bierno y  de  los  gobernantes,  de  sus  Cualidades ,  derechos  y 
obligacionesii  Ruego  á  los  lectores  que  .hagan  ateneion  á  esta 
división  que  es  de  alguna  importancia  para  la  cuestión  pre- 
sente. 

Están  consignados  en  la  primera  parte  el  derecho  de  pe- 
tición ,  la  libertad  de  imprenta,  la  o|icion  á  los  empleos  y 
•  cargos  públicos.,  la  igualdad  ante  lajey,  la  libertad^  la  segu-^ 
ridad  y  propifsdad  res|>ecto  del  gobierno ,  y  todos  los  derechos 
comunes  á  los  españoles  como  miembros  de  una  misma  fami- 
lia. Estos  son  los  derechos  que  deben. defender  todos  los  espa-* 
fioleS)  los  que  pueden  dar  lugar  á  resistencia  cuando  dejan  de 
ser  respetados. 

En  d  mismo  título  que  asegura  loa  derechos  camnnes ,  se 


Digitized  by 


Google 


1 36  RRVISTA 

establíBcen  dos  ubligacione^ ,  la  de  contribair  para  ios  gastos 
públicos,  y  la  de  acuciir  á  la  defensa  de  la  patr¡a.=Arlícu'^ 
lo  6.^  Todo  español  estd*  obligado  d  defender  la  pfitjria  con 
las  armas  cwmdo  sed  Uamado  por  la  lejr  ,  jr  d  coiUrümir  en 
proporción  de  sus  haberes  para  los  gastos  del  Estétdo^^^Ar'^ 
tjottlo'  II.  La^  nación  se  obUga  d  man^snef  el  cultójr  los  mi'* 
nistros  de  la  religión  católica  que  profesan  los  españoles^ss 
Entre  defender  la  patria  coa  las  armas,  y  contribuir  con  los 
bienes  de  fortuna  se  hace  una  notable  diferencia ,  fundada  en 
la  naturaleza  de  las  cosas.  El  servicio'  mUitar  no  exige  siempre 
el  mismo  número tle  hombres;  carecen  de  a|>i¡ipd  los  lÜnos, 
los  viejos  é  impedidos;  la  producción , 4a  educación  y  la  ad^ 
ministracion  publica  necesitan  casi  tod^ia. gente  útil,  que^no 
debe  ser  distraída  ,de  tan  importantes^  ocupaciones  tiias  que  en 
la  parte  indispensable:  no  podía  la  G>nst4tucion  hacer  del  ser* 
vicio  militar  una  obligación  general  y  continua,  y  por  eso  de- 
ja el  arreglo  para  leyes  especiales.  Pero  no  es  lo  mismo  para ' 
los  recursos:  todos  los  españoles  deben  contribuii;-,  .e&  una 
obligación  general  contraída  con  la  sociedad  ,  deja  que  nadie 
]mede  dispensarse  ,  en  ningún  tiempo,  én  ningún  caso:  Ja  ley 
es  clara  y  terminante.  Nada  se  ha  dicho  todavía,  y  nada  se  di- 
ce en  el  titulo  ppínoera  de  poder  ejecutivo  ni  dé  ministro^ 
cualquiera  que  sea  la  organización  del  gobierno  ,  la  Constitu- 
ción quiere  que  los  españoles  contribuyan  para  los  gastos  det 
Estado;  porque  no  es  la  obligación  con  tales  ó  cuales  luifris- 
tros,  es  con  la  sociedad;  y  dura, mientras  haya  Estado ,  míen- 
tras  haya  gobierno:  par  probar  que  ha  x^esado  ó  que  se  ha. 
suspendido  la  obligación  constitucional ,  es  preciso  probar  que 
ha  cesado,  ó  que  se  ha  suspendido  la  Constitución;  es  preciso 
probar  que  ha  cesado  ó  que  se  ha  suspendido  el  Estado,  que 
ha  cesado  ó  que  se  ha  suspendido  eUgobierno;  porque  no  hay 
ningún  otro  artículo  que  modifique  6  sus(»enda  por  motivo  al- 
guno la  obligación  general  que  aqoi  se  impone. 

Vamos  ahora  á  la  segunda  parte  de  la  Constitución  ,  que 
trata  del  Gobierno.  En  ella  se  habla  del  rey ,  del  Senado  ^  del . 
Congreso  ,  de  los  electores,  de  los  ministros,  de  los  tribuna- 
les ,   de  la  fuerza  armada ,  de  las  diputaciones  provinciales  y 
de  los  ayuntamientos :  en   ella  se  arregla  la  organización,  y  se 


Digitized  by 


Google 


DE  MAMO».  1 3^ 

^tablecen  las  «iribuciones;  los  derecboiydbbbrei  dé«6tks  io^ 
tkociones  políticas  y  adnaioistnitiyas  9  "dejaodo  lÉuqíiaé  cosaíB 
para  Jejes  especíales :  pero  no  se  ^abla  de  loa  espacióles  en  gef- 
neral ,  nt  se  les  conceden  derechos  poÜtieos  únicaoicMo  eo^ 
mo  á  espaooles.  Para  evitar  los  abasos'  del  poder  ejecutivo  se 
flstablfioe  la  responsabilidad  minislerial|'  7  el  flsedio  de  hacerla 
^ccliva,  con  oirás  garantías  de  qne  tratar^  déspuer;  y  para 
eritar,  reprimir  j  castigar  toda  esffeeié  de  iakasó  delitos,  es^ 
tan  repartidos  los  poderes  necesarias  entré  diversos  cuek*pos 
7  autoridades  públtcaa,  4  Gn.de  qué  los  españoles-  eti  general 
puedan  de^ansar  én  el  trabajo  de  los  fiiiicionarios  activos  ,  y 
en.  el  celo  y  patriotismo  de  6os  representantes, y  dd  cuerpo 
electoraU i  quien  se  consulta  cada  cierto  tiempo,  y  también 
cuando  no  esffrn  en  armenia  los  altos  poderes  del  Estado.  ¿  A 
que  vendria  todo  esto  st  los  españoles  en  general ,  y  cada  uno 
de  ellos  en  particular  pudiesen  negarse  á  hacer  el  único  ser- 
vicio que  en  oomon  les  toca,  el  de  contribuir,  por  medio  del 
cual' se  libran  de  todos  los  demás,,  escepto  cuando  la  ley  los 
llama  á  ellos  expresamente?  Si  la  dispensación  de  contribu- 
ciones tiene  por  objeto  producir  un  cambio  de  ministros  6  un 
cambio  de  sistema  ,  y  si  los  contribuyentes  se  creen  facultados 
para  resistir  *el  pago  de  los  impuestos  cott^o  un  medio  de  Go- 
bierno ¿para  qué  es.el  rey ,  para  que  son  las  Cortes,  para  qué 
son  los  electores?  La  G>astituc¡on  dice  quien  tiene  facultades 
para  nombrar  y  separar  ministros ,  y  quien  las  tiene  para  cen- 
surarlos ,  acusarlos  y  juzgarlos :  .pero  nunca  dice  que  estén  loft 
oontribayeniea  encargados  de  lo  uno  ni  de  lo  otro ;  y  ya  se  ha 
tísIo  que  la  dispensación  de  contribuciones  no  puede  servia 
como  medio  de  gobierno,  porque  no  estj(n  organizados  los 
contribuyentes  para  deliberar,  porque  el  oso  arbitrario  de  la 
negativa  no  mantítesta  la  voluntad  general,  y  porque  esta  ma- 
i^ifestacion  corresponde  d  los  electores  cuando  llega  el  caso 
de  consultarla. 

Por  tanto  no  debe  nunca  entenderse  que  se  dá  derecho  de 
resistir  á  todos  los  espaBolesen  general,  cuando  los  gobernan-^ 
tes  faltan  á  las  formalidades  y  deberes  que  entre  si  tienen  los 
mismos  gobernantes ,  mientras  no  llega  A  caso  extremo  de 
ver  suprimidas  las  garantiás  sociales,  ó  absolutamente  imposi- 
Segunda    serie.— TofAO  1(.  •        18 

/Google 


Digitized  by  ^ 


l38  BBTMTA 

bilitado  el  mo  áú  tos  dcrtcliw  politioM ;  pues éa  tmio  que»- 
(00  derecfaoi^ae  poedjen  cgeroer ,  jrque  la  G>ostítiieion  eslá  eo 
pié  y  eo  ella  se  eocootrarán  los  medios  de  evitar  y  repriíair 
los  alHMjM  por  qoieo  esle  expresamente  autorizado  á  eUo ,  7  no 
por  todo  el  que  quiera*  . 

No  equivoquemos  las  infracciooes  de  ley  con  la  soprasfen 
de  los  derechos.  poHtieos  ó  de  su  ejercicio;  mictptras  esto  úl* 
timo  no  sucede 9  aquellas  pueden  ser  denunciadas  y  castiga^ 
das  á  su  tiempo.  El  gobierno  hace  bajo  su  responsabilidad  lo 
que  cree  mas  conveniente  7  oportuna  ^  respetando  los  dere- 
chos públicos  generales  consignados  en  el  título  priáiero^  y  los 
derechos  político^  especiales  establecidos  por  los  titules  si<-' 
guientes:  de  otro  modo  00  podría  atender  á  las  necesidades  pu- 
blicas tan  complicadas  y  variadas  como  son ,  teniendo  conti«> 
nuamenteque  vencer  obstáculos,  que  decidir  y  obrar  con  pre- 
mura en  mil  casos i]ue  las  leyes  no  han  podido,  prever _ni  se«- 
Balar.  Nada  bueno  puede  hacerse  sin  alguna  libertad  para 
obrar:  el  gobierno  también  la  necesita,  y  grande  porque  pesa 
sobre  él  una  '  inmensa  responsabilidad.  Y  es  preciso  hacerse 
cargo  de  que  la  representación  nticiooal  tiene  algunas  veces 
que  dispensar  á  los  ministros  el  uso  de  ciertas  formalidades:  lo 
que  sucede  no  solo  en  España ,  sino  en  Francia ,  pa  Inglater- 
ra, en  los  Estados  Unidos,  y  se  practica  en  toda  especie  de  go- 
biernos, en  circunstancias  menos  difíciles  que  las  nuestras.  Por 
lo  mismo  se  ven  los  gobiernos  en  ocasiones  en  la  precisión  de 
pasar  por  encima  de  algunas  formalidades  en  bene&cio  del  Es- 
tado; y  cui^odo  llegan  í  obtener  la  aprobación  ó  el  perdón  de 
quien  puede  concederlo,  bay  que  darlo  todo  por  bueno»  j 
nuestra  Oinstituciou  no  se  opone  á  ello.  P.ues  si  las  Cortes  han 
de  juzgar  la  conducta  de  los  ministros,  de  ningún  ipodo  coovie* 
ne  queá  estos  se  les  [X>ngan  obstáculos  en  el  desempeño  del  ser-- 
vicio  publico,  y  mucho  menos  faltando  á  lo  que  se  debe  al 
Estado:  esto  sería  usurpar  un  poder  político  que  no  corres*- 
|)oiide  á  todos  los  españoles  ,  sina  i  los  elejidos  expressmente 
|iara  cada  caso,  ó  á  los  electores. 

Al  ver  las  observaciones  que  preceden  se  advertirá  que  no 
he  imitado  el  método  de  los  escritores  que  sostienen  la  con- 
traria opinión :  su  método  consiste  en  senidar  un  articulo ,  el 


Digitized  by 


Góogle 


DÉ   MADRIlk  l39 

úftico  por  cierlO' €11  que  piensan  eocontrar  algún  appya;- y 
en  considerarlo  «isladamenle  sin  contar  con  los  otros  para 
nada  ,  como  ai  no  tUTÍese  ninguna  relación  con  ellos  ,  y  como 
ii  toda  la  Constitución  esiuXrieM  reconcentrada  en  el  que  han 
escogido  para  au  propósito  que  es  el  7?  «  y  dice  asi :  No  po^ 
dtá  imponerse  ni  eoln*arse  ninguna  contribución  ni  arbitrio^ 
fue  na  esté  autorizado  por  la  lejr  de  presupuestos  ú  otra  espe^ 
daL^mPtro  esíeart{cu|p  no  habla  con  los  españoles  en  gene- 
ral, no  les  confiere  derechos  ni  les  impone  obligaciones  ex- 
presamente: el  titulo  de  la  Constitupion  en  que  está  colocado 
trata  únicamente  de  las,atribuciones  y  deberes  del  poder  eje- 
cntiiro  respecto  á  contribuciones;  y  de  ninguna  manera  dispen-- 
aa  á  los  contribuyentes  de  la  obligación  que  se  impone  á  todos 
los  españoles'en  el  articulo  6.^.Puesqu&,  porque  un  minis- 
tro no  pida  ¿no  consiga, autorización ,  han  de  cesar  todas  las 
deudas  y  obligaciones  del  Estado?  Se  ha  de  poner  en  manos 
ée  '  una  menoría  de  contribuyentes  la  resolución  de  un  pro- 
blema poUtico,  l/i  paz  ó, la  guerra,  la  conservación  6  la  disoltr- 
cion  de  la  sociedad?.  Se  encuentra  esto  en  la  ley? 

Asi  es  que ,  no  pudiendo  probar  nada  con  el  'texto  de,  la 
ley,  se  apela  á  sus  oonsecuencias.=:«Sino  se  pueden  imponer 
ni  eobrtr  contribuciones,  tampoco  hay  obligación  de  [lagar-^ 
lé8.»=¡EstraBa  consecuencia!  No  ,  00  es  esa  la  ley  ,  ella  ño 
dice  asi,  la  ley  no.  anula  el  Estado  ni  el  Gobierno,  todo 
permanece  con  los  mismos  derechos  y  obligaciones :  se  impone 

*  na  deber,  y  el  que  falta  á  él  se  hace  responsable  ;  nada  se 
habla  de  pagar;  y  en  verdad  que  valía  bien  el  trabajo  de  de- 
cirle si  tal  bnbiese  sido  la  intención  del  lejislador :  la  dispen- 
sación del  pago  hubiera  formado  entonces  otra  ley  tnuy  dis- 
tinta de  la  que  se  cita. 

'     Del  texto  de-  la  ley  no  ha  fxidido  sacarse  la  consecuencia 
de  que  no  hay  obligación  de  pagar,  sino  valiehdose  de  úná 

.proposición  mas  general :  e}  discurso  humano  no  sabe  proce-'  i 
der  mas  que  de  dos  maneras :  ó  reúne  muchas  proposiciones 
particulares  para. formar  una  compuesta,  6  descompone  una 
propoiicioQ  general,  sacando  de  ella  las  particulares  que  com- 
prende. Pues  bien ,  para  obtener  la  consecuencia  que  del  testo 
de  la  ley  quiere  sacarse ,  ha  debido  scntarse^la  siguiente  prb^ 


Digitized  by 


« 

Googk 


l4o  BSVI8TA 

posición  geD'eraL=«Todo  lo  qiie  al  gobieroa  no.se  le  permite 
«exigir  sin  autorización  especial,  aunque  sea  para  el  cuinli^ 

•  miento  de  obligaciones  hacia  el   Estado,  poeten  negarlo  y 

•  resistirlo  los  gobernados  cuando  falla.  la  aulorizaeioQ/'=$i 
alguien  creyese  que  no  bay  necesidad  de  acudir  á  una  pro|M>- 
sicion  tan.  general ,  no  encontrará  otra  n^as  próxima,  que  esta* 
«•^*L)i  ley  que  niega  al  Gobierno  el  |>erroÍ60  de  cobrar  las 
«qontribuciones  en  algún  caso«  .dis|)ensa  á.los  gobernados  de 
»la  obligación  de  pagarIas.»=Tómesede  las  dos  la  que  parez- 
ca mejor  ,  yo  voy,  á  impugnar  una  y  otra.  > 

Por  mas  evidentes  que  pareauh  á  algunos  estas  proposición- 
i^es ,  ninguna  de  ellas  es  un  axioma  ni  una  ley : '  no  siendo 
axiomas  ni  leyes  positivas,  es  preciso  demostrar  que  son  cier«** 
tas;  y  como  ambas  se  reducen  á  conceder  ó  reconocer  dere- 
chos correlativos,  es  preciso  demostrar  que  son  justas;  es  de- 
cir, hay  que  fundarías  en  principios  de  derecho  natural  ó  de 
derecho  público.  Ade;mas,  si  ff^esie  posible  probar  su  certeza  y 
justicia  ,  para  deducir  el  derecho  de  los  espai|oles  á  negar  las 
contribuciones,  seria  preciso  probar  que  esta  consecueocia  no 
se  opone  al  espíritu  y  objeto  general  de.laQ>nstitucion  espanrw 
la,  ni  al  espíritu  y  objeto  particular  de  ninguno  de  sus  artí- 
culos ;  pues  si  hubiese  tal  oposición ,  valdría  poco  una<  conse- 
cuencia que  la  ley  no  expresa.  Vamos  por  partes:  demostraré 
primero  la  falsedad  de  )as  proposiciones. 

En  su  lugar  he  demostrado  ya  que  es  contrarío á  los  bue- 
nos principios  de  derecho  politico,  el  dispensar  á  lossiíbditoa 
la  obligación  de  contribuir  con  lo  necesario  para  la  conser- 
vación y  seguridad  del  estado:  semejante  dispensación,  Bobre 
DO  ser  necesaria  ,  se  opone  á  los  fines  y  ¿  loa  medios  de  la  so- 
ciedad política.  De  aquí  se  sigue  que,  ó  las  restricciones  qu€ 
suelen  ponerse  al  [xSder  ejecutivo  no  producen  derechos  cor— 
resixindientes  en  los  subditos,  ó  no  deben  ponerse  tales  restric- 
ciones :  es  asi  que  ciertas  restricciones  son  útiles  y  convenieti- 
tcs,  luego  el  error  consiste  en  suponer  que  producen  siempre 
drcebos  ó  dispensaciones  correspondientes  en  los  subditos. 

Las  proposi^siones  q^e  estoy  impugnando ,  suponen  uña 
correlación  que  no  existe  siempre  entre  el  poder  ej^utivo  y 
los  gobernados.  Concedo  sin, dificultad  que  todo  deber  en  una 


Digitized  by 


Google 


DI   MAtHtIfK  t4l 

parte  corresponde  á  no  derecho  tx>rrclativo  eti  otra  parte;  pero 
esto  no  quiere  decir  que  siempre  que  una  persona  privada  6 
•    pública  contrae  un  dcber«  ó  se  sustrae  á  una  formalidad,  haya 
^  de  haber  una  dispensación  ó  un  derecho  correlativo  en  iodas 
las  demás  personas  privadas  y  públicas.  Muy  cierto  es  que 
existen  algunos  derechos  de  esta  ciato.  El  deber  que  cada  hombre 
tiene  de  respetar  la  vida,  la  hacielida  y  el  honor  de  todos  los  de- 
mas,  corresponde  al  derecho  de  cada  hombre  á  ser  respetado ,  y 
ácada  unotofca  la. defensa  legal  y  la  resistencia  mas  vigorosa  en 
caso  necesario.  Mas  fuera  de  estos  y  algunos  otros  casos,  la  cor- 
relación no  existe  entre  toda  oíase  de  i^ersonas  indistintamente* 
Hay  un  derecho  privado  que  establece  una  correlación  en- 
tre personas  determinadas  ó  entibe  {)ersoar8s  y  cosas;  como  su-  . 
cede  ent^é  un  padre  y  sus  hijos,  entre  un  deudor  y  su  aereen 
dor,  &c«;  y  esta  es  la  especie"*  de  correlación  que  establecen 
las*leyes  constitnctonales  y  orgánicas  cuando  crean  diferentes 
poderes  y-  fuDoiones  para  el  servicio  público,  dando  á  cada' 
institución   facultades   y  atribuciones   esi^eciales ;   pues   para 
.    mantener  á  las  diferentes  autoridades  dentro  d^  sus  esferas  - 
respectivas- se  distribuyen  los  poderes  y  los  servicios ^  de  ma- 
nera qoe 'resulten  los  unos  contenidos,  fiscalizados  y  juzgados 
por  it>s  oíros;*  de  donde  naCe  una  correlación  de  deberes  y 
derechos  entre  los  gobernantes,  sin  que' los  gobernados  ten- 
gan coino  tales  intervención  en  nadti  de  esto ,  á  no  ser  cuan- 
,  do  son  I  femados  á  participar  en  calidad  de  electores,  jurados, 
.  municipales ,.  ó  Como  diputados,  senadores,  ministros,  jue^ 
ees,  &c.  Existe  esta  correlación  entre  el  G>ngre^o  y  el  Senado, 
entre  la  corona  y  ambos  cuerpos  colegisTadores ,  entre  las  tres 
instituciones  y  el  ministerio  responsable ,  entre  lOs  cuerpos 
electivos  jf  los- electores ,  &c.  Por  ejemplo:  los  ministros  tie- 
nen deberes  y  restricciones  cuyos  derechos  correlativos  están 
en  el  poder  que  los  nombra  y  destituye,  en  el  poder  que  los 
fiscaliza  y  acusa,  y  en  él  poder  que  los  juzga ;  y  por  lo  mis- 
mo están  tos  gobernados  privados  de  estos  dereclios ,  como  lo 
están  de  las  facultades  que  tienen  respectivamente  Tos  que  son 
llamado»  á  legislar,  gobernar,  juzgar  y  administrar:  á  no  ser 
asi ,  toda  organización  política  y  administrativa  seria  coniíple- 
tamente  inútil  ' 

Digitized-by  VjjOOQIC 


l4a  RBVIITA 

Esta  es  la  razón  porqjde,  cuando  el  gobierno  no  se  baila 
auiorizado  para  cobrar  los  impueslos,  debo  pedir  la  antoriía- 
cion  a  quien  corresponde;  y  de.  no  hacerlo,  loa  mioisiros  de* 
ben  justificar  á  su  tiempo  la  necesidad  ó  la  conveniencia  de  su 
proceder;  y  á  estos  deberes  corresponde  en  nuestra  G>nstita-' 
qipn  el  deredio  que  tiene  el  Congreso  dé  conceder  ó  negar,  de 
eiaininar  las  cuentas,  y  4®  exigir  la  responsabilidad  á  los  .mi'^ 
nistros ,  y  el  derecho  en  el  Senado  de  juzgarlos.  Los  goberna- 
dos dejarían  de  serlo  si  tuviesen  ellos  mismos  que  gobecnar* 
¡lara  cuidar  d^  sus  intereses  hay  poderes  y  autoridades  espe-* 
Cíales.  .     ' 

La  obligación  de  contribuir  está  en  cada  uno  de  los  go-*' 
bernadoSy  y  no  puede  dispensarse  porque- cor i^espoode  á  un 
derecho  de  la  sociedad  ó'del  Estado ;  derecho  que  nunca  oesa^ 
porque  no  cesa  la  necesidad  social  que  es  su  fundamento.  No 
obstante  no  conviene  dar  á  la  autoridad  encargada  de  la  re- 
caudación la  facultad  de  exigir  arbitrariamente  lo  que  le  aco- 
mode; de  aqui  el  deber  que  se  le  impone  de  sujetarse  á  la 
aprobación  de  otro  poder  ^  y  el  derecho  correlativo  en  este  líl- 
timo,  no  en  los  contribuyentes.  ¿Mas  i  quien  han  de  pagar 
cuando  el  poder  ejecutivo  carece  de  autorización  ,  no  habien-r 
do  ningún  otro  poder  que  tenga  el  encargo  de  percibir  las 
rentas  y  de  hacer  los  servicios  púb^oos?  O  cesa  el  derecho  del 
Estado  hacia  los  contribuyentes ,  ó  ha  de  habar  i  quien  pa-* 
gar:  luego  mientras  no  sé  disuelve  la  sociedad,  y  mientra» 
hay  un  poder  ejecutivo  legítimo,  á  este  ae  debe  pagar^ 

No  existe,  pues,  la  correlación  que  quiere  auponerse  en 
todos  los  casos  entre  los  gobernantes  y  los  gobernados:  se  ha 
visto  que  hay  deberes  y  restricciones  cuyo  derecho  correlati- 
vo reside  en  autoridades  y -corporaciones  especiales;  y  no^eii 
los  particulares  ni  en  el  común  de  los  gobernados  ^  y  de  esta 
clase  son  los  deberes  y  restricciones  que  la  ley  señala  al  poder 
ejecutivo  sobre  el  modo  de  imponer  y  recaudar  las  contribu- 
ciones* ^ 

jkqui  viene  bien  observar  que  el  articulo  «;3  ^no  impone  un 
deber  absoluto,  como  cuando  se  prohibe  un  acto  que  es  ma- 
lo en  sí  misino:  no  prohibe  cobrar,  sino  un  mpdó  de  cobrar; 
prohibe  que  se  cobre  arbitrariamente,  sin  limites  y  sin  reglas; 


Digitized  by 


Google 


DB  lumno.  1 43 

en  lo  que  le  ye  qoe  oo  se  refiere  la  ley  i  los  coniribnyentefi, 
cayo  deber  recooeee.  Le  oonceftíon  ó  la  Degaeioa  del  Googre- 
ao  no  recae  tampoco  sobre  el  poder  ejecaiivo,  cnyo  gefe  no 
tiene  res|)on8abilidad ,  recae^  sobre  las  personas  de  los  ninis-** 
tros,  ó  sa^istema ;  asi  es  qoe  se  concede  á  unos  inioistaos  lo 
miioio  qoe  acabn  de  negarse  á  oirdá;  se  da  un  voto  de  apro-* 
badon  ó  de  eensnra ;  y  coando  no  ha  llegado  el  caso  de  ne-« 
garse ,  sino  que  liay  simplemente  falla  de  autorización ,  pareoe 
naioral  qoe  continúen  riguiendo  los  presu|Hiestos  aoterioi^ 
mente  aprobados  basta  que  se  aprueben  otros  nuevos. 

El  caso  de  negación  de  firesu  puestos  expresa  y  efectiva  por 
p«ff|e  del  Oxigraso  es  mas  delicado:  roas  tampoco  poede  con- 
ducir á  la  dispensación  del  págo^  sino  i  uo  compromiso  en  el 
qne  ha  de  decidir  la  nación  |ior  medio  de  los  electores.  Q>n 
efeeio ,  para  las  leyes  de  hacienda  es  necesaria  la  concurrencia 
del  rey  con  el  Congreso,  representantes  ambos  de  la  nación: 
n0  poede  ono  solo  detestes  representantes  dar  un  derecho  que 
no  existia,  ni  quitar  una  oMigacion  anterior;  |>or  consiguien- 
te, si  no  está  en  el  |K>der  real  el  aoioriur  á  los  ministros  pa<* 
ra  cobrar  por  un  nuevo  ¡vesupuesto  ó  para  hacer  ai|  empresa 
tito,  tampoco  el  Omgreso  (mmt.sí  solo  puede  dispensar  á  loi 
contribuyentes  de.^na  obligación  que  existe  por  la  misma 
Omsijtucion ;  en  este  compromiso  no  queda  otro  medio  que 
nndar  el  ministerio  ó  consultar  a  los  electores;  y  para  uno  y 
otro  tiene  facultades  el  |x>der  real :  prueba  de  que^  el  legisla- 
dor ha  previsto  esté  conuicto,  y  determinó  loa  medios  de  diri- 
mirlo del  modo  indicado^ 

La  GonstiruoioA  no  concede  al  Congreso  de  dipntadoa  la 
iacnltad  de  dispensar  el  pago  de  lar  contiibnciones»  Por  van- 
tora  ha  podidío  dar  lagar  í  pensar  de  otro  modo  el  artículo^ 
%j ,  en  virtud  del  cual  las  leyes  sobre  contribuciones  y  crédi- 
to público  se  presentan  primevo  al  Congreso,  y  si  en  el  Sena- 
do sufren  alguna  alteración  que  aquel  no  admite  después, 
pasa  á  la  sanción  real  lo  que  los  dipotados  aprueban  áeGniti- 
vameote;  pero  aquí  se  ve  bien  claramente  qne  d  Congreso  no 
decide  por  si  solo:  resuelve  sobre  lo  que  propone  el  Gobierno^ 
y  pasa  después  el  proyecto  á  la  sanción  real*  To  encnentro 
qne  esta  excepción  de  la  regla  común  observada  para  las  de- 

Dígitized  by  VJ*^V-W  IC 


l44        *"  '  BBVIBTA 

mas  leyeá»  no  tanté  es  favorable  al  Gongrew),  como  al  poder 
ejecutivo,  el  eual  obtiene  mas  fácilmente  lo  que  desea.  Cuan- 
do^ el  CoBgiseso  ni^fa  ó  modiGca,  de  nada  aproyecba  á  este 
euérfki  el  articulo  S^,  pues  lo  mismo  saldría  negado  óniodiG* 
cado  el  [Móyecto  si  corriese  la  suerte  de  las  demás  leyes  ^  para 
las  que  se  exige  la  aprobación  de  ambos  cuerpos  colegislado- 
resí:  mas  cuando  concede  el  G>ngreso,  j  niega  el  Senado,  lo—. 
gtñ  el  Gobierno  lo  que  no  lograría  de  otro  modo.  En  esto  se 
hace  patente  el  espíritu  de  la  ley  ,  que  consiste  en  disminuir 
las  dificultades  en .  punto  á  recursos ,  único  objeto  á  que  sa 
aplica  la  excepción.    ^ 

He  bicho  aniesque  aun  cuando  el  articulo  ^3  ofrecióse 
alguna  duda,  no  deberta  decidirse  una  cuestión  tan  importan^ 
te,  valiéndose  de  un  articulo  dudoso  y  encogido  aisladamente* 
liio  queriendo  incurrir  en  esta  falta  hice  ya  algunas  observa- 
ciones sobre  la  Constitución  en  general  y  sobre  varios  ártica-' 
los  relativos  á  recursos;  de  cuyas  observaciañes ,  como  igual- 
mente del  texto  mismo  de  las  leyes  citadas »  resulta «  que  loa 
objetos  principales  de  la  G>nst¡tucioo  son  estos:  asegurar  oona- 
tantemente  el  servicio  público  y  los  recursos  necesarios  ^y  evi-* 
tár  tanto  los  abusos  del  poder  ejecutivo ,  comb  las  resistencias: 
y  obstáculos  que  pudieran  suspender  su  acción.  Esto  se  hace 
muy  evidente  en  las  atribuciones  y  prerogativas  del  poder 
real ,  en  la  institución  del  Senado;  y  particularmente  en  el  ar- 
ticulo a6)  que  concede  ¿  la  corona  el  derecho  de  auspendar 
las  Cortes-,  y  de  disolver  él  Congreso  de  diputados. 

Ciertamente  que  estas  grandes  é  importantes  facultades,  no 
se  haá  concedido  sin  motivo  tan  amplia  é  iliaMtadaaiente.'liOS 
autores  de  la  Constitución  conacienm  que  podría  convenir  la 
suspensión  y  la  disolución  en  algunos  casos,  y  conocieron  tannf 
bien  que  era  preciso  y  útif  dejar  al  arbitrio  de  la  corona  ei 
juzgar  de  la  opqrt unidad '  de  usar  este  derecho.  No  se  hace 
ninguna  excenaíon :  pi^ie^en  aer  stispandidas  las  Cortes  y  dif- 
suelto  el  Congreso  aunque  no  estén  votados  los  presupoestoSi 
aunque  sean  negados  por  las  Cortes;  y  esto  s^estableeió  asi  no 
por  el  gusto  de  ponfcader  prerogativas-,  sino  eo  favor  y  pn^ 
veeho  de  la  sociedad.  Pties  si  en  el  caso  de  suspensión  6  diiOr- 
lacion  sin  atar<  autorizado  el  Gobierno  para  los  recursos  ha-- 

Digitized  by  VJ^V-iV  Li^ 


I»  MADRID.  I4S 

biésé  dé  'suspenderse  la  obligación  de  los  contribuyentes ,  n¿ 
se  lograrían  los  fines  de  la  Constitución ,  7  cesaría  toda  la  ad- 
ministración. Y  no  se  diga  que  es  fácil  tener  recursos  nom* 
bk*ando  otros  ministros  ^ue  obtengan  la  autorización :  enton- 
ces faera  inútil  la  facultad  de  suspender  y  disoNer ,  y*  valdria ' 
inas  que  no  existiese)  entonces  gobernarian  y  administrarían' 
Ibs  Cortes,  á  quienes  la  ley  no  dá  el  poder  ejecutivo;  eiitonces 
seria  otra  Constitución  y  otra  forma  de  gobierno.  ¿Por  ven  tu-' 
ra  dtce^esló  la  Constitución?  En  el  misrtio  artículo  dice  todo 
lo  contrario— ¿a  'disolución  púédé  decretarse  con  la  obliga-^ 
éion  dé  com^ócar  otras  Córtes\  y  reunirías  dentro  de  tres  m^- 
^^j.— Luego  aun  en  el  caso  de  disolver  el  Coifgreso  subsiste  el 
Estado  y  et  Gobierno,  éubsiste  la  obligación  de  los  contribu- • 
yentes ,  y  és  preciso  que  paguen  al  poder  ejecutivo ,  porque  e» 
el  único  que  queda  al  fVente  de  la  nación  légalqiente  autoriza- 
do para  gobernar 'y  administrar. 

'La  mala  inteligencia  que  se'  da  al  articulo  7S  tiene  origen 
en  una  opinión ,  muy  errada  á  mi  entender ,  sobre  el  objeto 
de  las  facultades  de  las  Cortes  en  punto  á  contribuciones.  Se 
quiere  ver  en  esta  facultad  la  principal^  y  acaso  por  algunos 
la  única  garantía  contra  los  abusos  del  poder  ejecutivo;  y  en' 
ésta  persuasión  no  es  extraño>que  se  conciban  temores  cuando 
el  gobierno  puede  disponer  de  recursos  que  no  se  le  han  con- 
cedido expresamente.  Este  modo  de  yer  proviene  de  que  x^o  se 
atiende  bastante  á  la  índole  y  al  mecanismo  de  nuestra  Cous--* 
titucion :  se  supone  al  poder  ejecutivo  rodeado  de  facultade^ 
temibles  que  no  tiene ,  y  no  se  piensa  en  los  inconvenientes 
que  resultarían  de  dividir  este  poder  en  partes  independientes. 
Coaddo  el  pOder  legislativo  y  el  ejecutivo  residen  en  una  mis- 
ma persona,  sea  singular  ó  colectiva ,  una  excepción  en  punto 
á  contribuciones  parece  una  garantía  muy  importante  porque 
ef  la  única.  Pero  no  está  en  este  caso  la  forma  de  gobierno 
que  hoy  tenemos  en  España.  El  poder  ejecntivo  no  hace  leyes^ 
ni  está  en  su  mano  destruir  los  derechos  generales  de  los  es^ 
pafioles,  ni  las  garantías  constitucionales;  no  puede  infringir 
impunemente  las  leyes,  porque  hay  un  ministerio  responsa-^ 
ble;  no  le  es  dado  proceder  arbitrariamente  con  Jos  ciudada- 
liosj  porque  hay  tribunales  independientes  para  administrar'  ' 

Segunda  smie.^TíMoll.  *9DcjtzedbyV3v^v^.gL^ 


l46  REVISTA  , 

j^ticia  'j  las  Córiei  se  reiineu  foriOB^ipente  lodos  los  aftos ,  y 
dentro  de  tres  me^  en  caso  de  disolución  j  aunque  no  eslea 
reunidas  la^  Cój^test  pueda  reunirse  el  Senado  [mra  juxgar  a 
lo^  ipioistcos;  en  fio,  todos  los  españoles  pueden  imprimir  y 
publicar  líbrtmiente  sus  ideas  sin  previa  censura  ^  y  dirigir  pe- 
ticiones á  Us  Cortes  y  al  Rey. 

Estas  son  las  verdaderas  garaniias  constitucionales  para 
evitar  y  reprimir  toda  especie  de  abusos.  Ck>n  ellas  tienen  los 
españoles  bastantes  modos  de  denunciar  li|s  arbitrariedades, 
de  manifestar  las  necesidades  de  la  Patria,  y  de  ifnpedir  que 
el  poder  ejeputivo  traspase  los  límites  en  que  debe  conte- 
nerspf  sin  que  sea  preciso  acudir  a1  arbitrio  de  negar  Iqs  re* 
cursos.  Si  valen  algo  las  reflexiones  que  quedan  l^ecban  lábrela 
dispensación  del  pago' de  coatribuciones,  el  uso  de  este  medio 
no  sirve  para  dar  á  conocer  la  opinipn  pública,  ni  pajra  apvp«- 
ciar  ó  mejorar  una  situación  política ,  ni  para  juzgar  y  castigfjr 
Ips abusos:  es  ndemas  injusto  para  con  los  acreedores  de  \a  na- 
ción, puede  producir  gravísimos  males  parausando  el,  servicio 
público,  y  relajando  los  lazos,  sociales;  y  está  en  oposición, 
ipaaiCesta  con.  el  espíritu  general  de  la  Constitución  y  en  par- 
ticular con  algunos  de  sus  artículos  mas  in^portantes.  Cqnven- 
zimonosxle  qUe  dicha  dispensación  no  es  b^ena  ní>necesaria 
como  medio  de  gobierno, j  deque  bay  otros  medios  mucho- 
mejores  y  mas  eficaces  si  se  quiere  hacer  uso  de.ellos* 

Las  facultades-  de  las  Cortes  en  punto  á  recursos  tienen  á 
mi  vista  mas  de  económicas  que  de  políticas;  y  en  .calidad  de 
facultades  económicas  son  mas  bien  preventiva^  que  represi-r 
yas«  Se  exaoiinan  los  presupuestos  y  las  cuentas,  y  con  este 
motivo  se  inspeccionan  todos  los  servicios  públicos  ppra  deci*, 
dír  si  son  necesarias  las  cantidades  que  se  piden ,  y  si  han  sido 
bien  empleadas  las  ya  invertidas;  pero  hay  otras  ocasiones  pa-« 
ra  aprobar  ó  desaprobar  mas  directamente  la  conduela  del 
Gobierno  en  su  acción  sobre  las  personas  y  propiedades ,  j  en 
todp  lo  qu^  tiende  al  orden  interior  ,  á  la  independjei^cia  Ra- 
cional y  á  las  garantías  sociales ;  estas  ocasiones,  se  presentan 
con  la  contestación  al  discurso  de  Ja  corona ,  con  Jos  prpyec* 
tos  de  ley  ,  con  las  peticiones  é  interpelaciones.  ¿  Y'qué  va|ldria 
qpmq  medio  de  coacción  el  de  quitar  absólutamf ntf  los  recurT. 

'    Digitizedby  VJi^V-^VL^      . 


sos  al  Gobieviicf »  oo  (mdiiendo  servir  otias  que  para  et  cato  áe 
fallar-  la  avtoritacien?  Si  la  v^sponsabílídad  y  lasifoflias  garan*' 
tías  faeMO  ioutiles ,  como  alganos  piensan ,  iioá>  tetf  a«tcírÍ2a<Ío 
el-  Gobieriio  para  cobrar ,  lo*  ésMria  fainbieo  para  eometer  kn-» 
pvBeauíitte  toda  etpecia  40  ^huso»;  siguiétidoae  de  aquí  que  la 
nacíoo  te  nreria  en  ta  fritcé  ahevoátiva  de  leoer  nn  gobieno 
¡npoieDtc  á  igétil  por  faha  de  medios ,  A  ihi' |;d4>iei^D0  poAaro^ 
so  y  tirémoo  al  que  nada  pedria  ftegiirieh :  esto  s)xcederÍBi  si  • 
myieem.  raaon  kis  que  ereéñ  qae  la  re^poiísabilidMd  tÁíHísferial 
y  la  opinipO'  MeioiNil  sott  eosás  ittisoriiss  y  sin  -éféfeio  por  sf  ' 
rnismai*  No  son.  ilusorias  éstM  g^irantisrsr ;  \^qA  de  serle ,  ocilrre 
pocaa  veces  su  aplicación,  porque  los  ministros  la  preven  y 
procuran  evitarla:  dfgalo  sino  la  experiencia  de  todas  las  na- 
ciones regidas  por  instituciones  Hionárquico^constitucionales: 
apenas  se  ven  casos  de  juzgai'  á  los  ministros,  ni  de  negar  los 
recursos  al  gobierno ,  y  sin  embargo  se  mudan  con  frecuencia^ 
loa  ministros,  los  cuerpos  representativos  son  algunas  veces  ¿í^ 
sueltosuy  algunas  veces  también  renovados  por  los  electores,  los 
hombres  s^  gastan,  las  necesidades  varian;  pero  el  trono  y  el 
pueblo ^rmaoecen ,  y  la3  naciones  prosperan :  porque  el  tro- 
no y  el  pueblo ,  si  alguna  vez  se  equivocan  en  los  medios  y  en 
loS(bombres,  mutuamente  se  advierten*  y  se  consultan,  y  no 
suele  pasar  mucho  tiempo  sin  que  lleguen  á  entenderse:  mas 
nunca  será  un  medio  de  acertar  ni  de  vencer  la  negativa  de 
recursos. 

Las  leyes  de  hacienda  tienen  por  ol)jjeto  principal  evitar 
que  se  exija  á  los  contribuyentes  mas  de  lo.  preciso  para  el  ser-^ 
vicio  público,  y  mas  de  I9  que  corresponde  á  cada  uno;  y  esto 
DO  se  consigue  negando;  se  consigue  concediendo  lo  que  es 
necesario,  denunciando  y  castigando  los  abusos. 

Me  be  extendido  acaso  demasiado  sobre  una  cuestión  al. 
parecer  sencilla ,  y  que  lo  es  efectivamente  cuando  se  mira  I^ 
obligación  de  contribuir  relativamente  á  la  sociedad  0  al  Esta- 
do en  {general;  pero  que  no  Ip  es  tanto  cuando  se  considera  la 
misma  obligación  con  réUcion  al  Gobierno.  Bajo  este  aspecto 
no  btiataba 'probar  la  necesidad  y  la  conveniencia  social:  era 
indispensable  entrar  en  consideraciones  políticas  y  económicast 
y  examinar  los  efectos  de  la  negación  de  tributos  en  situación 

Digitized  by  VJV^KJ^lC 


148  BSTIflTA 

oes  partioillares.  En  todos  casoB,  y  por  toda  especie  de  éoasi- 
deraciones  resulta  que  la  iiegaciou  absoluta  es  siempre  perju- 
dicial, 7  nuDca  necesaria  ni  útil  como  medio  de  gobierno:  re- 
sulta igualmeiiie  que  la  Constitución  política  de  la  monarquía 
no  dispensa  nunca  la  obligación  de  pagar.  Si  á  |)esar  de  las  ra- 
zobes  alegadas  hubiese  todavía  dudas  sobre  esto«  existe  una 
Terdad  que  nadie  puede  dejar  de  necooocer;  y  .es»  que  la  ley 
positiva  no  prohibe  pagar  en  tfingun  caso;  y  siendo  una  obli- 
gación soqial  y  mpral  contribuir  parajes  gastos  del  Estado, 
esta  obligación  subsiste  siempre  hacia  el  legitimo  gobierno, 
aunque  este  no  tenga  una  autorización  especial  para  cobrar. 


WcNcisLAo  Toral* 


Digitized  by 


Google 


PB   MJVIIRID^  l4f 


TEATROS^ 


>  ■    '  BUIU  Ur 'CVAVBO  AOHM, 

'    it  ]P*.  atitmii0  ^l  ^  3ÍIX0U. 

JL^TB  drama ,  ejecutado  reGÍentemente  en  el  Liceo  de  Mst 
drid  coa  notable  inteligencia  por  parte  de  los  actores  afi- 
ípionados ,  individuos  de  la  sección  de  declamación,  c|oe  «s 
una  «de  las  que  mas  contribuyen  al  brillo  de  dicho  esta- 
blecimiento, y   puesto  en  escena  con  lujoso  aparato ,  no  sin ' 
gloria  del  profesor  D.  Genaro  Pérez  de  Villaamil,  que^  ha 
pistado  al  efecto  dos  bellas  decoraciones;  este  drama   que, 
con  formas  casi  tan  sencillas  como  las  de  la  tragedia  llamada 
clásica,  encierra  tanto  movimiento  en  su  acción  y  tan  enérgi- 
cas j  encontradas  pasiones  como  pueden  apetecer  los  apasio- 
nados al  genero  romántico^  es  obra  á  todas  luces  digna  de  la 
reputación  de  su  autor.  En  ella,  mas  que  en  otra  alguna  de 
sus  producciones  dramáticas/  manifiesta  el  Sr«  Gil  su  conoci-^ 
mieolo.  dei  corazón  humano,  y  sobre  todo  da  los  medios  dá 
interesar ,  de  conmover  y  de  4irrancar  aplausos  al  espectador* 
Léase  oon.  a|encion  la  Rosmunda^  ouyo  argumenta,  tomado 
de  la  historia  de  Inglaterra  y  tratado  con  toda  la.  libertad  que 
es  permitida  ¿un  poeta,  no.  me  detendré  á.  esplicar ,  porque 
harto  conocido  es  .ya  del  público  ilustrado;  léanse  con  obser* 
nación  artística,  esos  diálogos  tan  hábilmente  combinados,  y  se 
Terá  qué  oportunidad  hay  ea  las  réplicas,  qué  bien  calculadla 
gradación  en  las  ideas,' y  cómo  supo  el  'autor  colocarlas  paráí 
que  produjesen  las  mas  capitales  todo  el  efecto  que  se  propu- 
so* No  parece  que  el  drama  se  ha  escrito  en  la  soledad  de'ua 
gánete,  stno  entre  bastidores ,  por  decirlo  asi ,  y  leyenda  ea. 


Digitized  by 


Google 


1 5a  BBVIST4 

ellos,  para  aprovechar  sus  lecciones,  la  historia  de  todos  Jos 
tríuDfos  y  de  todos  los  desaciertos  que  impasibles  j  mudos 
hau  presenciado.  Oltos  poet^ad,  menos  espertos  y  entendidos  que 
el  Sr.  Gil  en  esta  parte,  serán  capaces  de  acumulartanta  6  mas 
copia  de  rasgos  felices  y  de  recursos  teatrales ,  y  por  falta  de 
tacto  para  prepararlos  y  distribuirlos  malograrán  los  frutos  de 
su  inspiración.  Imaginar  una  fábula ,  bmis  ó  meaos  interesante, 
mas  ó  meaos  complicada,  y  conducirla  con  desembarazo  basta 
la  catástrofe ,  no  e$  el  único  ni  el  mas  importante  secreto  del 
arte.  £1  diálogo  es  el  gran  resorte  de  la  maquilla  teatral,  y  si 
ílaquea  por  él,  üo  son  otra  cosa  tas  iituacioties.  mas  patéticas 
que  juegoá  de  maquinaria  ó  relaciones  de  gaceta;  y,  al  contra- 
rio ,  dramas  de  corto  mérito  en  el  fondo  interesa^)  y  cautivan 
por  la  maestría  con  que  están  düalogádós.  Pero  sí  esta  M ,  en 
mi  concepto ,  la  prenda  mas  relevante  del  draoM  citado ,  no 
escasea  de  otrds  dotes  recomeodableSt 

£1  autor  ha  manejado  con  mucho  tino  y  ooo^  loable  d»* 
ceneia  un  aauúto  lleno  de  dificultades  y  escollos}  asunto  qae 
merecería  acaso  la  caliGcaetOn  de  ¡nmoral  si  otrd^nera  sa 
desenlace.  Porque,  reflexionándolo  bien,  es  demasiado  iiiMfs 
la  Reina  y  sobradamente  pertinaz  su  marido  en  ofenderla ,  pa<« 
ra  que  q,o  merezcan  disculpa  los  arrebatos  de  su  pnioa ,  y  si 
su  vklima ,  aunque  no  del  todo  inocente ,  se  captase  menos  la 
benerolencia  del  público,  de  mal  ejemplo  podría  ser  b  •dio-' 
aidad  que  se  hace  esclasivamente  recaer  sobre  Ekonmrai  cnmtk* 
.do  hay  en  la  tragedia  otro  personage  mas  culpado  y  por  oon^ 
siguiente  mas  odiosa*  Este  personage  es  el  Ray]  malo  moral-- 
mente  como  marido  y  como  amante ,  como  Enríjue-  y  eoiAo 
Alfredo*  Pero  todo,  repito,  lo  saKa  el  desenlace,  poé»  en  él 
es  generosa  la  que  fue  cea  sobfada  fruición  cruel  y  vengativa; 
Enripu  se  muestra  resignado  y  arrepentido }  ios  fueros  MU-* 
yugales  son  acatados  sin  bab^r  llegado  á  realiiarae  el  conato 
de  adulterio,  y  la  virtud  de  los  des  jóvenes  Rcsmunda  y  Ar^ 
turo  salé  de  tantos  peligros,  no  solamente  ilesa,  sino  oiina  y 
venoedora. 

Se  dirá  que  por  el  momento  no  c%  del  todo  ventmosa  Roe^ 
munda ,  pues  aunque  Arturo  se  ha  hecho  tan  mereoedot  de 
su  mano ,  al  fin  se  la  da  mas  agradecida  que  enamoeado ,  | 


•Digitized  by  VjjOOQIC     * 


DS  HADRIDU  l5l 

i)iié  solo,  del  supuesto  Alfredo  esperaba  sa  felicidad ;  pero  jus- 
ib  es  que  expié  de  algún  modo  Rosmunda ,  no  el  error  de  ba«« 
ber  preferido  entre  <los  amantes  al  métaos  digno  de  ella ,  que 
tales  afectos  no  reconocen  leyes ,  sino  el  habe&^quebrantado  el 
juramento  que  hizo  á  Arturo  de  guardarle  fe  y  no  emi)eñarla 
en  favor  de  otro  hasta  pasados  dos  anos.  Por  otra  parte,  las 
cualidades  de  Arturo  son  harto  escelsas'y  harto  grandes  sus 
merecimientos  para  no  regocijarse  ^1  espectador  de  que  reci- 
ban el  ansiado  galardón ,  y,  según  las  últimas  palabras  de  la  ya 
desengañada  Rosmunda^  se  te  que  no  tardará  en  amar  con 
ternura  de  esposa  al  que  siempre  amó  con  el  carlSb  de  her* 
mana,  y  á  qv^íen  admira  ya  y  venera  como  á  un  ángel  tutelar. ' 

El  deseo  desdar  mas- realce  y  mayar  solemnidad  al  triunfo 
de  la  virtud  y  la  inocencia  sobre  la  seducción  y  la  irá,  hizo 
sin  duda  que  el  autor  goncibíese  el  acto  cuarto ,  muy  bueno 
en  si,  ciertamente,  y  mejor  todavía  por  el  laudable  propósito 
que  lo  produjo^  si  bien  yo  creo  que  el  efecto  teatral  hubiera 
sido  aun  mas  completo  y  mas  sorprendente  la  catástrofe  si  hu- 
biera terminado  el  drama  con  rapidez  en  el  acto  tercero,  con 
el  de  arrojar  Rosmunda  lejoaade  sí  la  corona  que  por  un  ins-* 
tante  pudo  tentar  $u  ambición,  precipitándose  luego  en  los 
brazos  de  Arturo^  y  confiando  entusiasmada  la  custodia  de  sa 
honor  á  quien,  olvidando  ingratitudes,  habia  salvado  su  vida. 
Hpeíd  esta  opihioii  mia ,  qué  sóttieto  á  la  dé  personal  mas  inte- 
ligentes, ñd  obsta  para  que  ei  drama,  tal  como  ha  visto  la 
luz  pública ,  sea  dno  de  los  mejores  del  moderno  iéáttó  éfspa-' 
nói.  La  atqktad  que  proftto  al  Sr.  Gil  no  ieti ,  bón  iúáo  ,  the-^ 
nos  sincera  porque  yo  eche  de  ver  en  medio  de  tantas  belle- 
zas algunos  lunares ,  sin  los  cuales  seria   mas  perfecta  su 
obra. 

La  madre  de  Rosmunda^  una  vez  introducida  en  el  díálo^ 
go  i  nd  én  la  ¿tedoh ,  por  motivos  de  decoro  ,  na  debía  des- 
aparecer totalmente  después  de  las  primeras  escenas ,  nt  ser 
tan  pasiva  en  ellas.  En  el  primer  coloquio  entre  Roberto  y 
Arturo^  emplea  esté  dlgünás  éspreslónes  que  desdicen  de  su 
carácter  y  de  su  situación.  La  versificación  es  en  general  nu- 
n^da,  facif  y  iuitíora,  pero  no  siemt)i'e  cotvttii^  y  tal  buai 
defecto  de  elocucíoii  ib  há  é^fiadty  también  á  la  diestra  plunla 


DLgitized  by  VjOOQ IC 


i5'a  REVIST4 

del  autor.  Es  algo  violenta  la  trasposición  qiui  M  cqi^eje  t^ 
estos  versos :        * 

mas  ^ay!  ud  objeto  miras 
digno  en  mi  de  compasión. 

Mas  adelante  dice  Alfre^  : 

Crnel  fatalidad.  .  I  • 


do  quier  constante  á  mí  pesar  me  oprio^e 
y  es  fuerza  sucumbir  al  grave  peso. 

A  mi  pesar  es  ripio  y,  en  buena  construcción,. donde  se  I^e  ^/. 
debería  le^se  á  su. 

¿  Acaso  el  puei^l9 
es  este.  dond<e  su  deber  le  manda 


Este  ú^ltimo  verso  es  duro. 


NQ;/K>r  lo  mismo  y 


mas  infame  será  por  ser  mas  alto. 

Es  lástima  que  la  repetición  de  la  pártfcuU  ppr  desluzca  li|. 
esprésion  de  tan  bella  idea.  Mas  abajo  se  emplea  la  voz  rango^ 
que  no  es  española ,  ni  de  aquellas  cuyo  uso  lejitfma  la  nece« 
sidi^d..EI  acto  tercero  acaba  con  ests^s  palabras  de  Rpsm^ndfí.^ 

,  ¡Arturo! 
¿Que  hice?  ¡  Oh  Dios!  ¡Ahí  no.....  no  quiero. 

Xa  última  frase  me  parece  demasiado  trivial  pam  la  ocasión 
en  que  se  pronuncia. 

Todo  él  lo  arrostra  despreciando^  riesgos:. 

El  segundo  hemistiquio  es  redundante ,  y  lejos  da  añadir  fuern 
sta  al  primero »  se  la  quita.  Este  otro  verso: 


Digitized  by 


Google 


DK   HADMO.  .  l53 

Por  elU  Ear¡qu«  jíocicüs  nudos  rompe , 

M  desmayado  y  flojo,  y  en  los  que  signen: 

¡  Luego  conoces  ya  /ox  que  he  debida 
por  tu  amor  padecer ^eros  tormentosX 

9fí  comete  un  galicismo ,  sobre  ser  escesi^amente  artificiosa  la 
colocación  de  los  Yocáblos»  atendida  la  situación  de  los  inter- 
locutores. ,       ' 

Pero  ya  que  no  he  disimulado  esas  culpas  veniales ,  escfü- 
drinadas  acaso  con  nimia  severidad,  n^e  qomplazco  en  citar  en 
tre  los  muchos  trozos  de  hermosa  versificación  que  resaltan  ea 
el  drama  los.  siguiente^.  Dice  ^rtura  i  Rosmunda  en  la 
gunda  escena  del  acto  primero: 


'.j'»- 


Remotas  tierras  corri^ 
surque  dilatados  mareí;  ^ 
pero  nunca  á  mis  pesares 
tregua  hallé  lejos*  ^e  ti^ 
Vi  de  la  altiva  Bizancio 
el  imperial  resplandor; 
causón^e  fliu  pom|)a  horror 
.     y  aus  placeres  cao^^cio,.  ^1^^.,, 

Éú  vano  ostei^t^  ^  mis  ojos 
^el  Asia  fértil  su  gala; 
á  los  perfumea  que  exhah 
prefería  estos  abrojos; 
que  dos  objetos  tpas  bel^p^ 
,    su  dulce«  hechizo  les  dai\:     •         ' 
ptria  y  amor  aquí  están, 
y  yo  moria  por  ellos. 
Mil  veces  la  horrible  muerta 
.    en  las  lidies  lúe  c^rciiCt, 
mas  mi  y4or  la  abuje^t^ra 
con  Inrazo  aiUmosiO:  y  fiaertf ; 
Segunda  serie^^^ToMo  IL  ao 


Digitized  by 


Google 


1 94  REVISTA 

que  8t  bien  la  apetecí 
por  infeliz ,  cbn  razón , 
este  triste  corazbn 
por  ser  tuyo  defendí. 
Mírame,  pues,  vencedor;  - 

mas  al.  lauro  de  mis  sieries 
tú  sola  derecho  tienes, 
pues  tú  me  diste  valor. 
Cual  justa  deuda,  á  tus  pies 
ufano  vengfo  á  rendirlo; 
dígnate ,  ptícs ,  recibirlo ;  , 

que  no  es  mió ;  tuyo  ei. 
Admitióme  á  sti  ^rvicio 
en  premio,  no  ha  hincho,  el  rey; 
pero  á^  quien  sigue  tü  ley 
es  otra  ley  un  suplicio. 
¿Y  qué  me  importan  á  mí 
gloria  y  favor?  Los  desprecio. 
•  Ti^n'solo  tmen  üh  preció^ 

hacerme  digi^o  4<i  t(i 

¡Qué  nobleza  de  sentimientos! [Qu¿  sotlulrlt  y  ál  mismo  tiempo 
cuánta  poesía  en  la  diccilytfi  I 

Toda  la  escena  priméi^a  del  ifctó  tegiindo ,  |)ara  la  cual  se 
ha  servido  el  autor  del  dificil  asonante  en  oa ,  está  dialogada  y 
versificada  con  suma-  gradra  y  ndtíable'  faeilidád.  Hay  en  ella 
una  replica  oportunísima  en  boca  de  Robetto,  Dicele  Arturo  i 

¿A  qui^  qtfiél*é  iñát  la  reiiíá? 
¿Quién  la  ofcf^idei^  ¿Quiétt  la  éúéja, 
pues  así  busca  Y^aétiOtt 
cuando  vtírdugol  la  éo^ran? 

y  responde  Roberto : 

Para  críméttéÉ  4é  éHado 
son  btféfr  éáslljjfd  las  hótédi; 
pero  )e»lé^  M  ücbnéú  dé  iínidt. 


Digitized  by 


Google 


'        DB   MADBlb.  •  l5S 

Modelo  son  de  elocuencia  amorosa  los  versos  con  ^ue  Ros'^ 
manda  se  goza  en  desiiienlir  á'su  rival  oyéndola  acusar  de  pér^ 
fidia.al  fingido  Alfredo, 

I  Ahí  que  eso  no  se  finge,  n6..<  Bien  puede 
el  rigocy.  el  deber^  {lo  ignoro!  ¿  Acaso 
se  yo  lo  que  en  las  córtes^  corrompidas 
profscribe  la  verdad,  manda  el  engiiBo?«.#. 
Bien  puede^'en  sa  furor  la  suene  injastA 
arrebatarle  el  bien  que  anéiaba  tanto , 
mandarle  huya  de  mí,  que  rae  abandone, 
y  aun  sujetar  su  cuello  á  odiosos  lazos; 
pero,  no  lo  dudéis  ,ao  pecho  ek  mió, 
mió ,  sí,  para  siempre...  En  los  palacios , 
en  el  campo^  de  boiior,  en  los  torneos , ' 
donde  qaiera  que  este.,  ¡de  otra  en  los  braxosl 
allí  me  amará  -siempre;  alK  en  secreto 
maldiciendo  el^  rtgfor  de  advenos  hados  > 
si  suspira,  si  gime,  ese  suspiro 
es  mió,  y  hacia  mí  vendrá  volando. 

Y  no  son  inferiores  en  mérito  los  qne  en  un  arrebato  de  pa-* 
siop  dirige  la  misma  Rosmanda  i  su  seductor,  recordando  eU 
tiempo  feliz  en  que  le  juzgaba  tan  fiel  y .  tan  puro  como  ella 
m)sma>  • 

¿Te  hallabas  á  mi  lado?  Embebecida 

creia  ver  de  mj  custodia  ^1  ángel. 

¿Hablabas?  A  tu  voz  me  estremecia 

Cual  si  el  Supremo  Ser  bajara  á  hablarme. 

Subyugada  por  ti;  vencida  |ay  triste! 

¿qué  me  fue  dado  hacer  sino  adorarte? 

¡Era  yo  tan  feliz!..»  No  las  riquezas 

te  pedia  mi  amor,  no  que  me  alzases 

hasta  el  regio  dosel....  Solo  veia 

como  el  supremo  bien  tu  imsiada  enlace, 

y  nada  masallá....  Vivir  contigo, 

y  que  la  tierra  entéta  me  olvidase, 

y  coiHigo  motír ,  y  qtie  al  Empireo 


Digitized  by 


Google 


I  id  BBTI8TA 

»ue8iras  alma^  unidas  m  elevaseo , 

y  en  prasencia  de  Dios,  en  sii  alia  gloria, 

por  una  eternidad  paííler  amarte* 

Para'bacar  mención  de  todoa  los  pensamientos  si^blimes  6 
altamente  filosóficos  que. abundan  en  el  drama ,  seria^  preciso 
estendei/  mucbo  el  presente  artículo*  Sirvan  de  muestra  los 
que  siguen.  Esclama  yírtura  despidiéndose  de  Rosmunda  en 
el  acto  primero  y  y  renqocianda  de  improyisaá  proyectos  in— 
dignos  de  un  alma  tan  elevada  como  la  suya; 

Adios-s*  Mi  venganza 

la  dejo,  á  tu  corazón* 

¿A  quién  no  admira  el  breve  pero  terrible  interrogatorio  que 
sigue  ei^t^e  Eleofwr^  y  Rosmunda ,  cuando  aquella  se  afana 
por  arrancar  á  esta  el  sépretQ  de  |qs  amores,  y  la  incauta  y 
candorosa  doncella  i^o  acierta  á  negar  ni  á  conceder? 

Eleonora, 
Decid z.jle  amáis?    • 

Rosmundeu 
^  .'■  No  s£  qué  responderos.. 

.    ,  Eleonora* 

Harto  decis  asi. 

ftospifínda. 
N09  yo  no  le  amo^ 

.    Eleonora. 
jNo?.M.  Juradla 

Rosmunda. 
¿Yó?J. 
Eleonora. 

SL 
Rosmunda. 

Joco...  ¡No  puedo t 


,         Digitized  by  VjjOOQIC 


M  HAMIíai  167 

Ultimameote,  Rosmunda^  exasperada  |>or  la  croeldad  de 
la  Reina  y  y  tnas  todavía  por  el  bárbaro  placer  con  quería 
escarnece,  creyéndola  muerta  ,  va  cediendo  poco  á  poco  al 
atnactÍTO  de  la  mUma  corona  que  por  mofa  pusieron  en  aíi 
frente; 

( Mira ,  peryeraa , 

que  entre  mis  manos  la  tengo, 

y  tienta  mucho  el  guardarla: 

DO  ap  ures^  mí  sufrimento.) 


c 


Colocando  la  corona  en  su  cabeza. 
(¡Ifo  puedo  mas!...  ¡Tú  lo  quieres! 
Ven ,  corona ;  ya  te.  acepto;) 

/■ 

hasta  que  ya  en  el  colmo  de  la  indignación  se.  aparece  á  su 
enemiga  cual  fantasma  aterradora ;  y .  saboreando  también  el 
deleita  de  la  Tengañza,  prorumpeen  estas  palabras: 

]  Mujer  orguUosá  I  al  fin 
postrada  á  mis  pies  te  tengo. 

En  toda  esta  escena,  la  niejor  del  drama,  ostenta  el  señor 
Gil  un  talento  de  primer  orden,  y  ella  sola  le  valdrifa  el 
renombre  de  buen  poela,  sí  ya  no  le  hubiera  mas  de  una 
Tea  merecido. 


Mamvil  BaiTO^  di  ios  ütaaiBoe. 


Digitized  by  VjOOQiC 


i58  jiBnsTA 


^Za^ 


^ortetí 


•  > 


IV. 


Vjuatro  faeron  las  cueetioties  graves  de  Hacienda ,  suscitadas 
en  la  legislatura  de  1S37  á  t83S:  cI  praeupimtq  ordiosrio  del 
Estado;  la  contribución  eoLlAaordinarta  dé  gvarrfi ;  el  emprés-* 
tito  de  los  quinientos  millones;  y  por  último,  la  cuestión  deci- 
niat  Pet*9  llamada  nalMralmaite  la  atención:  hicia  0I  e«ipn»»*« 
UlP  y  d  dieamo,  que  per,  si  mismos,  y  por  sws  inpidanciá» 
fiAMPa-  de  las  mas  imponanies  negocio^  ajitadas  en  áquidlaa 
Cortes,  no<(  limitaremos^  á  presentar  sobre  el  presnpoaatO'y  la- 
contribución  extraordinaria  algunas  observaciones  lijerísimas, 
para  venir  á  tratar  mas  despacio ,  y  con  toda  la  imparcialidad 
que  ellos  reclaman,  de  esos  otros  pumos,  tan  capitales  eo 
nuestrA  liisiaria. 

Una  doble  desaprobación  teoemos  que  expresar ,  aunque 
sea  brevemente,  .respecto  á  la  cuestión  de  los  presupuestos, 
en  la  Iqislatara  á  que  aludimos:  desaprobación  al  Mini$ter¡o, 
por  haberlos  presentado  como  los  presentó ;  desaprobación  al 
Cúingréso,  por  el  método  y  marcha  ^ue  adoptó  para  discutir.- 
los  y  aprobarlos.  w 

Ansiosos  de  que  se  camine  con  verdad  en  el  sistema  da 
nuestra  ley  política,  repugnamos  francamente  la  situación eií 


Digitized  by  VjOOQ IC 


que  99  hallan  nojesira^  cootribuctoi^es  desde  i836,  y  llama** 
inos  con  todas  veras  el  instante  en  que.la  buena  aplicación  d« 
los  presupuestos  cotnieoce  á  ponec  w  orden  tanto  destrato 
eí^nónsico*  Mas  para  ello  es  necesario  qu^*  esos  presopoestoa 
se  discutan,  se  aprueben,  ae  pongan  en  plautn  en  sua  epoeaff. 
oportunas.;  y  esloes  imposible  .de  toda  imposibilidaii ,  mieii^. 
tras  po  adoptemos  todos»  Cortes  y  Ministerios,  otro  sistema  que 
el  seguido  basta  aquf. 

Ridículo  ^era  verdaderamente  que  entrado,  ya  el  aSo  de 
i838  9  me  preseotaaén  los  proye^loa  de  presupuestoa  para  ese 
miiBio.  ano  de  >  i838.  Este  es  un  procedimiento  que  repugim 
i|l  sentido  obmiio ,  que  no  puede  bailar  rason  en  donde  apo^ 
yarse.  Es  un  juego » es  uoi)  irrisión ;  4{ue  la  conciencia  de  le« 
dos  lúB  partidos  deberia  rechaxar.  Lo  que  á  fines  de  iSS;^  ó 
en  principios  de  i&38  debió  haberse  presentado,  fué  el  pref 
supuesto  de  1839  )  porque  éste  era  el  primero  que  natnrab* 
mwHe  se'ppdia  discutir  ,  c^e  racionalaUnle  podía  decretarse. 

^  necesario,  y  lo  repetireoi^os  una  y  otra  vegy'entrar  ftiem« 
prc  de  Heno  en  la  verdad,  en  la  sinoeridail  de  las  instiüioiones» 
¿Queremos  el  sistema  de  presupuestos?  ¿Jjo  ex|je  «uealni'. 
Constitución?  Pues  bien :  bagamds  que  loa  presupiiestaa  sean. 
posibles.  Preséntense  con  tiempo ,  para  que  se  disc.utan  con 
oportunidad ,  para  que  sa  decreten  en  oca^itín  conveniente  y 
h/biKLodema»  es  jogar  al  gobierno  rcpresaíMaiive.  Yenenta 
que  esos  jiiegoa  suelen  traer  tóalos  resultados;  y  duenta  que 
pnedep  causar  conflicto  de  prerogativaa;  y-cnemla  queat  la 
prudencia  de  la  Nación  i^os  ha  hecho  atratasar  falismem*  en  , 
astea  mismos  instantes  uno  de  esos  pasos. difíciles,  no  stetvpm. 
se  podrá  fiar  en  la  prudencia  como  correctivo  del  deredho,  ni 
se  pices^tarén  vías  y  accidentes  aforiunados  ,  por.  domdt»  aalir 
de  una  situación  tan  compÜoada  y  borrascosa» 

La  condHCta»  pues,  del  Ministerio,  presentaÉ^oea  Í838  Im< 
{iresupuestoa  de  aquel  mismo  ano ,  puod/s  bien  ser  eaóuaada,. 
iHrro  no.  deb0  a(>ifobarse  ab^pluiam^p^,  ni  ser  toinadacoaM 
mpdelí).  Hejfif  hubiera  obrado  sometiendo  á  las  Cortes  lea  dn 
1839,  y  supliendo  con  una  ley  4e  proco^gfaeioi^  ó  confiMxadL 
afio  dq  i838,  ei^  qpe  enir Abamos  en  aqqd  inflante.  Así  se  hu-f« 
b¡er^  procedido,  coa  maa  G9rd^rA  y  pre¥isiqn ,  poniendo  laa 

Digitized  by  VJ\^V_W  le 


i6o  ftsntT'A 

primeras  bates <fel  orden  y  déla  regularidad  pm  la  epbca  qtie 
se  abría  delanie  de  nosotros. 

Pero  si  el  Ministerio  erró  en  el  panto  de  la  presentación, 
lak  Cortes,  y  singularmente  el  C>tlgreso,  erraron  en  el  de  W 
discusión  :  y  del  conjunto  de  ambos  errores  resultó  al  fin  que 
quedásemos  sin  presupuestos ,  6  que  solamente  fuesen  aproba*-' 
dos  los  menos  sujetos'  á  disputa,  los  correspondientes  á  Estado' 
y  i  Gracia  y  Justicia.  Procedió  esto  ,  y  podrá  bien  repetirse' 
eternametite ,  de  que  en  su  examen  solenfiiie  y  público  no  solo 
se  quiso  discutir  el  mismo  presupuestó  ,  no  solo  toda  lacón-* 
ducta  ministerial ,  sino  aun  idda  la  organización  adihioisrhiti*** 
va  y  económica  i  judKcial,  diplomática,  de  la  Nación.  Siguióse 
el  sistema  de  i835 ;  y  una  exuberancia  de  zelo  ,  á  nneslro'en»; 
tender  jp0co  ilnstrádQ  v  tíos  knsó-eo  el  mismo  camino  t{ue'eii«- 
tonofs^  pero  exajerando,  llevando  todavía  mas  allilas  oooie-^ 
ettenciae. 

.'•  Nosotros  diremos  francamente  la  verdad,  sin'guardar  teé^ 
peto  i  preocupaciones,  que,  por  rúas  jénerále»  que  sean,-  de 
ninfün  tkiodo  lo  mereced.  $i  se  ba  de  continuar  constantemen- 
te en  ese  sistema  ,  si  en  cada  partida  del  presupuesto  se  ha  de* 
revolver  cuanto  con  ella  tiene  relación,  si  sobfe  cada  cual  han 
de  pronunciarse  á  lo  menos  seis  discursos,  y  ocuparse  una  sesión; 
entera  t  bien  fáciles  el  predecir  que  jamás  tendremos  presu* 
pueslos.  ¿  Queréis  tenerlos  ?  Pues  es' necesario  limitarnos  4' 
discutirlos  ,  ampliamente  sí ,   pero  ellos  y  ntf  otra  cosa.  ' 

'  Mas'el  debate  de  los  presupuestos  (  se  dice  )  es  una  de  las' 
oeasieoesen  que  iodo  puede  traerse  á  discusión.^ Verdad ,  sit 
se  quiere,  contestaremos  nosotros,  sin  embargo  de  que  esa  má*' 
xima  lio  corresponde  á  la  indohe  de  nuestra  Ginstitucion  po- 
litica»  sin  embargo  de  que  jamás  hubiera  nacido  en  ella.  Esa' 
mátima  tuvo  su  ortjen  bajo  la  Carta  francesa  de  1814 «  y  es 
UM  consecuencia  de  su  espíritu  y  su  tenor.  Cuatido  las  Gama- 
rAS  no  tenían  iniciativa ,  cuando  todo  principio  de  examen  yl 
de''debat8^t'rooedía  del  Trono,  entonces  era  neceterio  que  al 
OMnoaen  alguna  ocasión  pudiesen  aquellas  tomar  oonocimien-^' 
to,  y  discutir  de  una  manera  detenida  *y  profunda  Cualquier 
punto  de  la  administración  del  Estado.  La  discusión  del  pre- 
aopeesto  pareció  la  mas  batural  para  este  Gn ;  y  esa  fué  la  idéá 

/Google 


Digitized  by  ^ 


DS  «ámua  i6r 

concebida  y  esplioada  en  aquella  fórmula.  Fórmula  útil ,  facuU 
tad  jvspetable,  derecho  ampliamente  practicado  en  Francia 
hasta  la  reTolucíon  de  i83o*     * 

^  Mas  deapues  ile  esa  revolacipp ,  al)i ,  después,  entre  noso^ 
tros,,  de  W  O>nstitucion  de  1837 ,  coando  las  Cámaras  gozan 
de  tan  inmensa  iniciativa  ,  cuando  usan  j  idiusan  de  un  dci' 
reobo  tan  lato  de  interpdiwion ,  parece  ya  escnsado  por  lo  me-' 
nos  que  la  discusión  de  los  presufbestos  loriga  uncis;  limites  tan 
anchos»  Y  no  d^imoa  aun  qug  en  teória'  y  deredio  se  la  ras* 
trinjii  y  disasinuya ;  pero^  diociíDOs ,  si ,  que  d  buen  fienlido  mo*»- 
dere  ese  derecho ,  que  se  discuta  el  presupuesto  y  uo  la  adnri- 
mstrácioa^  que  se  examiqen  Terdaderameote  loa  gastoafdel  Es* 
tada,.  y  qha  no.  se  iiaga  alarde  de  inmensos  disoonos,  ni  se 
ajite  ain  cesar'  la  cuestión  política ,  la  cuestionrdo-MinisCerio. 
Téngase  el  derecho  eohorabotaa ,  pero  ampleémosle  coando 
aaa  necesario,  y  no  aboseoioí  de  él^con  perjuicio  dtf  otros  de-'* 
rechos,  con  quebrantamiento  de  grandes  deberes.  Locura  y 
faseioaoion  es  ain  duda,' por  examinar  demasiado  el  presu- 
puesto, y  por  discutir  hondamente  sus  bases,  dejar  9I  cabo  sin 
él  á  la  Nación.  » 

Sucedió  así,  es  necesario  decirlo,  en  i836,  pues  de  poco 
proteoho  :pudp  ser  la  ^díéousien  sobre  loa  ministerios^  de  Esta<^ 
do.  y  de  Gracia  y  Justicia.  Los  de  Hacienda  y  Guerra  qneda- 
roft  ain  examinar;  y  estos  son  cabalmente  los  mas  graves,  los 
mat  iovportantes  ,  loa  que  mas  examen, requieren  en  nuestra 
actual  situación  4  Estús  tfou  los  que  mereceti  utf  especial  estu- 
dio«  mía  discüaion  prolija  é  iluatrada.  Al  poco  lino,  i  la  corta 
prodentiiade  la  QposlNbti  debimos  el  no  llegar  <  ellos.  Si  00  se 
^«bifse •  hablado  tapio,  si  no  se  hubiese «liscntido  tan  larga 
y  i  pobremente  sobre  cada  consulado  extranjero  y  cada  juzgado . 
de  primera  instancia,  algo  se  pudiera  haber  hecho  ,  y  alguna 
reforma  haberse  intentado  sobre  somas  mucho  mas  importan- 
tes ,  mucho  más  gravosas  á  la  Nación.  Pero  llegamos  asf  á  los 
últimos  de  junio ,  y  eri  dificil  tener  por  mas  tiempo  abiertas 
nuestras  Cortes. 


S$gunda  i^^.— Tono  11.  ai 


Digitized  by 


Google 


i.6si  .  .HBviar^!'* 

5.I-..        :    tj        '  ;  'i:--..:        ■'       .    :..jí  1        -l^o:  -i    ,    "'    J-   ;     i 

♦  •    ,.  :     i  <•:,  i;o'   .  '•  •    •  .    ..' 

,    Esiót^Q  eaaiUO  á  la  cuestión  de  li>9  fíreauímedloiai  Por<  la> 

noM  ftjtcó  oUa  de  meQoe  i»ic)rei  i«iliiip»*eii  aqafiliaÉ  asaÍD**>i 
bleas^  Tpdd  e^^ «mpeBiQ  de*  lipd^  Jotj  dqiutlidiai  «oosistíá  en  Te**, 
bajar  ai  ktaeja  pósibleel  eupo  espedal  diísas'  fArovindas^  Pa^^. 
ra  ¡eatolae  ajitabafa ,  para'  esiocUaoQUBii/flfifiloradMiMile;  para- 
esto  salvabasQ  aoBvaios,  colQo.aflai()rateit€|  contra  ehaeaerdo» 
cooiratio*  Mas  cdiBoeae  iiilerétjVDO;podia' reanirjeiic^ratidea 
grupos,  SIDO  que  {M>r  eloontrario  díy¡4iaiyk>calizal^  /  claro 
fue  desde  luego  que  la  obra  «de  .la  conusioa)  bibia  de  ¡nesistir 
á  lodos  Ios-embates  parciales  y  dispersoav)  y  faabíWde  eLew^ie 
á.  ley  coDtMÍ  el  díelámeB  particular,  de  l¿a  mísiiiQs  que  la  da*^'^ 
ban  sii  ^i»tes:  •*•!)',         ^  \'     : 

.  Nada  teheíñ^  puea  qufl^decirüspbré  estevpéptéy.^oomó'vo.' 
sea  manifestar  na^stm  opinioo.oitaiisná  á: que  cuerpos  ookno. 
las  Cortes  formeo  y  decreten  semejantes  repartimientes.'Car'^' 
res{)ÓDdeles  á  ellaé'siu  duda,  eu  oaao  de  .ana  tai^xóntribucipn, 
fijar  las  bases  ó  dcbignaif  loa  daloa  aohrf  que.  aquejas  deben' 
verificarse;  mas  esto  es  lo  único  propio  de  la  ley^Ho  '^ánidó* 
que  con  dignidad  pueden  discutir  laai-ásambleasf^blhioas.  La* 
ejecución»  la  práctica,  la-  aplie^icioade  las'  bases  á  cada  caib' 
especial,  corresponde. natnralmeniesal  Gobierno,  y  no  pueée 
realizarse  en  Jas  Cortes  .ni  con  utilidad  qi  »casi  eo»  'é^rOé' 
Nu^tro  espiMdciilo  de  algunos  dSás ,  aMiscütirla'tabltf  anéjiai 
^  aqiMeUa'ley,.podia  ao  iser  eslrano,  p^o  ciertaínedte'^ti ei^a 
digno.  Aun  pudieran  notarse  votoa  que  hicieran  rtfir;  ai'q^i-'. 
siésemQs  detenernos  ^en  el  examen  de:€ista.  materia;:  '.       - 

■   .     ,.'  .        ^     •     ,.      .        ..     -.    V...^ 

.   \       .^      ..'-.:  .'        ♦     •  ;•.-'•  •••••   ^'  .'  .  •   : 

■    r  .     ;♦ .'  '    ■       /.-'.»'•*,  <•       •!    '>í)   •  .    .'■  .» 

Pero  vengamos  á  la  cuesüoa  del  empréstito.,. ;q.u^  ^.«^r4 
con  mas  formalidad;  y  que  exije  mas  imi)eriosamente  núes-, 
tra  atención.     * 

Un  empréstito  formal  f  importante,  cuantioso ,  era  siii  du-' 


Digitized  by 


Google 


da  éQ  agüellas  c¡rcniirtáfa<ljás  ;  jáifn&no  i^íganM'titilBi  neoe^^ 

•Idad;  pues  que  hemos  pds^<Ú  siii  ^',  por  lo  táeMé  4e  iM 

iki>s  alia  é  indiipétMablé  'ctOiiV^aieUciá ,  eiioaóiiiieft  y  poíftica't* 

-     mente  pa>a  el  Estado.  Ijocura  *jr  át>8ürdo  es  él  ihlajidar  t{íÉé 

^  lá^  |^6rt*ab  puedan  jamás  sústéSíifr^  con  laiitíntásr  éointihtft  d¿ 
uoa  nación  9  aun  en  aquellas  i|lié^-é9iltfn'dííf'óMitiariertDat'dle«^ 
nhagiígkBj  abütida^e^>  El4^iM  dt  £ba  'éoimiih^if  dé  los 
.  -  deaeiMfiítii/  la  úafieion  -del  lervicio' tdttitar  fKir  «Mfdio :d«íi]M 
Stt«m  />todd  Wlpie  la  icBaJiú^oioii'littliia'^podtdtfiioYcñitáíí  pMi 
eximirse  de  tomar'preéUd6/»bdo  4iáb|a(J|4ftid«'fio>»'d«^)m9 
alímetitdr  pot  algunos  dtaB,el  itiOi^a^o  doiMuinW'^e' ípm  ¿de--» 
▼oraim.  Se  babia  eaJldo  jra*;  bada  oeArt»*dé'  jos  <afiosv'e»  lar 
tristísima!  pi^e<nsíón'denO'talisfá<$éñr'Sus  sii>eldos  á>otat^oar«b  áé 
dases^  sé  hMk  caiáo^j»  en  utr4abdr¡otO' dtf- wtMraMy  id 

.  amttcipacio^fiéÉ^  inas  éoétosos^  iiias'^ii]0S0s,^ttMiá^nia6rjjl}es<pie 
todos' lüs'empréMí tos  confesados  y  •páblí<)oa.'1r^MSÓ^'Ofl|ipriásit«4 
tos  se  hablan  querido  ;  y  de  elW  se'habift  ftaijaAo  ^Mm-  deitniá 
fei.  Peré  lá'  itaieguiidád  do  qM  noé^vo  Gobierno  dabfP  hito 
ejemplo'  á  h  ISoiropa  [  -y  ladieéiidisnéta de  hoéstros  valones^ «efise^ 
té  n^dcesári^  déiaostitisfecet*  sus  ittteréáéfiy  ^win  ■suBcietes«faio«» 
sas'fi^á que  esos d^eseos' quedasen' ab('»'y'Ía<{laelon  ootttfimáNi; 

'  M  ün  adxtfio"  cotí  que  dai*  impiíM  á^  llis^apéráeíbaes^  de*  b 
^erra.'Sold  bobiera^  ^i&o  posibles  poi^*lent0iiées^enooiur«r tk- 

^.  les  rechinos  -á  ccísffr  *dé'aacri&db«  iq^-«]gunas  provineias  del 
vettto  hubieran  eóasiclerado^  destrubttíHftsde  anf  i»d^ii»Í«  tJF  *éé 
sal  perv^ñir-;  jr  qtie-algU^f)Ofenéiii  e^wáújeraiqviaá'ilo  Mn^ 

'  biéra  <6otiéénttdó  impunemaftte.  í  •   '     >  <  -     :     :  :  /.:|. 

DMptiés  delníinistevio  del  Sr.oMeódM>abi  cuando  el  s»4 
SobSeijfis  dieqta^el  d^pátiaaietfio  ák  'Ila^ienÉda;  teneoi^sett^ 
cáiáidd  qtiáf  se'bi^'por  (tasAsi^iílKaaj^f^»  una  proposidiody  le 
MüiV adepCáfda'i'  noisbubie^faí  f^eilitlRlé algunos  oeiiteriaMS^de 
tt>Rottés.'CbiMsfc!a'élked  ln  véota'ai'¿otoiad<»de  Íes  anwwdel 
AlriiÉdén ; '  caleúhitldb  so  vafer  por  loa*  produétos  «clisalea^  ■  ff 
aun  ofi^iéndo *éi  paéto  de  k-r^ft^tenta  pbmn  tieaifedétéc- 
ftilbado^  á  vohltftaít  de) Iqne «fuese  gobierno  de^>BipaAai  FbopcN* 
sieion,  qbé  bembi  vlito  t^^baaer  cao  l9iKur,4:tiM6iri/ eftieaí* 
der,  p^MrtfÉé  lá^ jdagjg|ttttie^'iiilae<  «eatajoiá  ¡ipte  tofde<cttalqiBÍerm 
otro  empréstito  que  en  1 837  ó  1 838  hubiera  podido  faciltíirsait 

• 

'Digitized  by  VjOOQ IC 


i64  ..MTm^ 

I108.T  no  tomos  aolpsi  ni  op^  lleva  el  espirita  de  partido  ^jt^F^-^. 
pf asarnos, a»{)  la.niUniai4?a  beoM'soídoalSrYMeodiza^í;,  (fffiffí 
seqn^aba  s^A^idaineiite  dp  qiie  eq  ^a  tiempo ^9* se  le .bub¡^>ra. 
invitado  á  esa  {operación*  Perp  lesto,  ie|i^iimQs,  se  ¿'^ orificó  so-. 
lo  en  el  del  $r«  Seijaa,  y  noo^ioemos  que  haya  vuelto,  á^propfr. 
neneá  loa  Ministros- posteriores. , 

En  eoanto  al  de  a.83S^,  sus  ¡4aa$  en  esite  pnofo»  ^porine** 
joi«deeir  am -desees,  no  podf^U  «ir  diferenies  de  los. do  1^  úo^ 
aa%Bl  deseaharnneiiipréltiio,  y  debia  desaiM^W  «oono  úfHca 
itedio  deidar  imfpuleo  y  vigoré  la  gueriia<i 

'  ffioiéroBsele  por  fin  algalias  pro^qsicjopes  para  ello*  Na 
«na  sola  sino  v^ias casas,  vinieron  ofrecí^odolefu»  aeryicjlps. 
La  del  Man|«és  de  Im  Marismas  en  particular  se  le.  preiiepta-* 
be  coau>  feancamenie  desa06A*de  tomar  ásu  caifgo  la  opera-n 
oion.Bl  Ministerio  .creyó  'Sio  duda  seguro  el  ^ooMUirato,  .obr. 
tenida  qne  Cáese  la  aprobación  de  las  Cóyrtesi:  )Ea  aa^a  espf ri^;^ 
ka'piisseaió  di  proyecto  de  ley*  ...  <.  .i  ^ , 

(  Indudableoseate  bebiera  sido  mejor  no  publipa^: n^da,.M 
aolíóitar  nada,  basU  (¡ute  el  contrato  del  en^préstf  q  hubiese 
estadOfeottGloido*  Indudablemente  bubiera  producido^  roas  effo-, 
feo,  y  sobre  todo  no  bubjera  ocasionado  inconveniente  a^uno» 
jilod  aottdir  ¿las- Cortes  basta  llevar  en  la  roa^no .la .  contrata^ 
y  deotr. entonces  tan  aojo  « aprobedla ,  pues  con; esa  condicÍ9iA 
laliemes  faecbo.»<  En  la  situación  de  nuestro  pais ,  con  las  di-^ 
fienltades,  qUe  rodeaban  todos  los  actos  de  nuestra  Hacieinda, 
«  solo  este  canúoo  babHa<  sido  prudant^ ,  solo  é\  bubi^ra  pCH 
dido  evitar  los  males  que  se  ban  seguido  de  decretar  e)  em-- 
prestito  en  la  I^  ,  y  de  no.  realikarlo»  Y  tan,  aiejrto.  e#  que 
eaaisola  idea,  la  de  pedir  la  aprobación  cuando  estiivi^sa  eon-^ 
dnyln  la  contrata  ,  era  la  natural,  que  po|r  mas  qu«  el  Mi-i 
BÍsi90.4le  Hacienda  protestaba  hallarse  aun  entaraaaente  Ijbre 
iif'OeaspromÍ8oa,L  tía  estar  ligado  de  ninguna  sner%e.  ni  -0911 
9ing«ba  casa  y  la  parauasion  del  ingreso  era  la  ^.qntipfiría  de- 
eididámente,  ytodos  creíamos  en  nuestro  interjpr' que  algo 
vas  de  unes  meras  propuestas  bábia  de  haber  con  el^  marques 
4m  las* Marismas,  cuando  se  venia,  ya  á  los  Cuerpos  politicosit 
y  t»ando  se  nos  eefiaba  su  nombre  como  fuodaín^o  de  i% 
l«»»¡om     -  ,,,,,    ., 

Digitized  by  VjOOQ IC 


W  VADIIII».  1 65 

"SábbttixÍB  bieíiló  qué  puede  decirse  en  apoyo  del  projecfoi 
y  del  sMétñi  en  qae  Táe  diríjido;  pero  nos  parece  de.  poca 
Importanciti ,  y  juzgamos  que  eñ  su  interior  deben  conocer  loé 
Ministros  de  diciembre  que  anduvieron  desacertados  en  este 
llanto.  Boeoo  es  que  las  antorizaciones  se  pidan  antes  de  tratad 
en  aquellos  paises  donde  puede  tratarse  siempre  que  se  quier^ 
donde  sé'enéuentran  siempre  casa^  respetables  que  se  disputen 
el  acudir  al  llamamieoto  del  GobierDO,  donde  teniendo  lár^n» 
ta  li&btioa  un  considerable  valor,  sábese  que  se  consigue  todo 
tem[Á^ésVito  con  sola  una  depreciación  lijera  del  hast*  allí  cóti-^ 
zado.  Pero  nosotros  nos  bailábamos  muy  distantes  de  ésa  sr- 
tnacion;  nuestra  renta  estaba  á  lo;  nuestras  esperanzas  hopo- 
dian  tebet*  la  menor  seguridad.  ¿Qué  adelantábamos  con  otor* 
*gar  la  autorización ,  sí  t'espues  no  se  consumaban  los  tratos, 
$¡  él  empréstito  no  se  coovenia  y  realizaba? 

¿Queríase  tal  vez  inanifestar  á  la  Europa  qtle  tenia  el  Mi- 
WstéHo  la  confianza  y  el  voto  de  las  Cortes?  Concebimos  bien 
y  vpróbamós^ájíé^deseo ;'  pero  nos  pittece  que  para  conseguir 
sémi^Jáiites  vtfros;  no  era  necesario  proponer  la  ntisma  cuestión 
Vérttnpréstít'ó/y  proponerla  sobre  todo  de  una  manera  tád 
IbHnal.  Lo  tniámo  ée  podia'  haber  demostrado  la  estabilidad 
del  iKinisterio  con'  cualquiera  otra*  cuestión ;  y  se  babria  exi-> 
tnfdb'9%  Tos 'peligros' especiales  que  presentaba  esta.  Porque  lo 
qúift  b6y  Ibón&cetnóii  todos,  lo  que  confusa  é  instinta mente  sen- 
ííamos'ya  'éciiónces,  debian'  conocerlo  y  distinguirlo  bien  los 
liociíbres  Sé  Estado  ^que  se  bailaban  al  frente  de  tos  negocio* 
'pábKcós:  él  nombre  áél  Marqués  de  las  Marismas  estaba  de 
'inás'si  nó' se  verificaba  con  él  el  empréstito;  y  la  autorizacioik 
lodabábia  de  ser  un  descrédito  para  el  Gobierno ,  un  descré*^ 
Wto  ^)ara  las  CottesV.si  aquel  no  se  realizaba  con  alguien  dc'^ 
'finitivameote./  ,      P  , 

"'  Asi  lia  sucedido^  sin  ningún  género  de  duda.  Perdiese  tin 
jñe]^o;^éñ  e)  qué  aventorábamoá  mucho,  sin  exponemos  á  ga- 
naf!  én 'nlñgó^ná  proporción*  Hiciéronse  concebir  esperanzas» 
lt](úé''ál:''cabí)  quedaron  fallidas:  falta ,  la  mayor  que  puede co-* 
metét  'tín  Cpbierno','  porqué  es  la  que  le  priva  de  la  confianza 
t^mtrji';  fáha  i  tanto  mayor  en  nuestro  caso ,  cnanto  que  mú^^ 
Ifutiá*  iiéiesideíi  nos  impelía  i  que  nos  espusiésemos  ¿ella.  Sí  el 


Digitized  by 


Google 


Gpbi^üPQ  Qp. hv)^^|b?t|Iadp..^e.,efiipr^$tí,t9  «p. l^^.^f l^r' oa-^ 
ii%  buJiiérj^  i>o4r4a  ei^r^fiar.  ,gue  a^  ^qitMsmpo^j)(^ ;pe^c.qi>t|ca^a7 
seaigono.:  ^  si^uacioA^f  Í)ueMr.9  créda<¿  no  p^rqijti^  l^usio-f 
UG^y  JDO  43lxa,lMgdr  ¿  e3peraQ£f^,a¡(efigeDc¡a9.  El  {voj^cfp.mr 
iu$(^>|  fué  i^lxiue  hi^  co^cehjr)^s^  j^tfda  la  (u^r9^4e|.4/»i.T 
c^i^^^lQ^  dpi .d^igaDO,,.4q  jfi  .ef8pfirpp?i.a  iludida*.  y)*lo  ej^sc^ 
Spi.dpradQ.q^uejse'dKavai^efip^,  tpdq.f^ayó  pecefariám^pte  w^ 
SQiAiitQ.res.    ,    -  .  •.        ..  ,  ..))./•.:    ../.;••  .  •     .,,. 

,  ..  NQ.eft.OM^trpii^mo  jpveajjigaf  fRi^  .e¡»tp^  ^puotes  .porque  sf 
inal<)gró  al. fiq  ^.poi^t^au  del  emprp^ijio ,  aco^flfda¡)DiyM'por 
.unaaipi4dd.  eD  ].{($,  Coretes.  .Estáfii^fajlQ  nuestrq  propósito  el 
exáoo^^p  de  loa. acatos  dt^l  Ministerios  ep,  c^^.nJto  no  tJL^neo  relé-- 
$ioo,,cpA,aquej|la8,,  Báatanoa  obser.wajr,  dentro  del  circulo  ,q||jp 
npt^l)^mc«  ,(r9za4o;9  ^."^^^  dirección  que  f^  au  prÍQc¡pV>  tu-, 
vo  este  negocio:  bái^Ofis  jn^icar  que,  tal  Ye^  ese  nombre,  dé 
Agiic|c|o^^c¡tO)qo^)l]¡vena'  i^pt^^i^cipn ,  jfetjo,  iinpriiden^emente» 
pudo;contriJbuir4' quA  W  n^g^ificipnf^  Qsp^ri^enta^fin  álgupii 
la^^inílpeiicia:  bástapos.aoa^ener  ppr  lUtimot^^e  Ipn  eaAierzoe 
;^e  la  Oposi,cio/^|.]dir,igJJdos  indudablemente  contra  el  Minister 
yÚQ,  tra^pasarpn  el  blanco  que  if  proponía,  ^  hirieron  en  t;u^ 
puQlo.nias  aei^jJi)le»  ^.a^^^^^^*.?!*^.  ^^^^  .4  '^^.JRl^'^^^.^f^^Br 

■?^>P^-  •    •>:    ^  -        .-        •./.•."■!   '^r^J.-.^.:   ':•.; 

I  liaOpo^icipu^podja  haberse  cubierto^  df^glpria^j^iffiii:^^ 
la  úaica  d,9  loa  tualos.  efegot^;^  de.esta  inconsidera^^  ley^yf^iáu'-; 
dol^.ftin  Qf^iiradiccion,  tal  como  el  Ministerio  U  preseo't^ha.  Sji 
pi^i^  que  ej(a  inútil » fi  fteifi  desdejefijonces  lo  que  c^trpá  po  han 
.yjato /.«no  despees,  elU/pqdia  sin  ningún  ppmpíromi;K> ,  aifi 
fuingnn  obstáculo,  ao(;eder  plenamente  á  lo  que  no  babia  dia 
ej^utar^,.Si  por  el  confrarip  ^\  empréstito,  se.babiá  de  yerífi^ 
par 9  podia  Terificarse»8Jiquierá>,ella  no  tenii^  derecho»  derech9 
jiuto  y  legitimo,  para  oponerse  i  lo  que  habia  ^e,dar  considev? 
f  ajcion  al  Gpb|ierno>  y.  babia  dcf^lva^  ^  Esft^ado.  Bajo  cualquier 
aupqe^p,  pues^^l^.Qposicjon  fl¡9  hubiera  conducido  cpn  pre^ 
TÍsjQpj  x^qn  grandes^a ,, aprobando  plenamente  I9  que.noa  pref 
Hes^tabajsl  Mioisteilo:  y  si  este  Ío  llevab^t  adelante,  aqu^Uf^ 
Ib^ubi^rfi  apreditado  su  pftriptismp ;  y  jii  este  sucumbía  ftn,U 
gi)ra ,  aquella  le  bubief;a  podido  confuiHír  irrepUeabl^meota^ 
I  ^ :  Afaa/paa  ppacedimieniOijpseai&tenia'erau  impqaible^.á  JfV^ 


Digitized  by 


Google 


Dt'^lfAAatD.  1.67 

tm  OpMÍoíoD«  Ltt  enemistad  pereomi,  U  envidia,  la  ambición 
pequcfia  ¿iitípacieiite»  mil  otras  pasíoaes,  te  btfbian  beeha  fo- 
gar  entre  Atteslros  partidos»  y  nada  podia  eximirse  de  sa  íií<f- 
ifaijo.-  Dejóse  á  un  lido  la  grandesa  que  se  presentaba  y  'ae 
ofreeiaieeiBOrntnica,  7  se  acudió  á  misertas  y^á  meoqtiíndades. 
Begat^óae  laque  era  preciso  conceder,  y  se  dio  con  esto  el 
segi»i«io.{M80  en  falso  pata  la  ^rdicion  de  este  negocio. 

«Mr 'lo  que  hace  á  la  Mayoría,  ella  sostuvo  oalorosanfrente 
al  Ministerio.  Convencida  de  la  nc^cesidad  del  empréstito,  do^ 
múkade  por  el  deseo  de  la  paz^,  qne  había  fijado  como  la  pri*^ 
^mer  cpedieioo  de  su' programa,  no  le  era  posible  escatimar  ni 
en  lo'mail'minimo  el  proyecto  de  autorílamoa  que  se  le'*  había 
pimeniado  por  aqueL' Añádase,  como  ya  hemos,  dicho  antes; 
4)j]e'ntteitra  fníiimaiconvicoion/era  entonces  que  ebcontratoes-* 
taba  ya  convenido:  añádase  qne  no  teníamos  ningún  motlVo 
de  desconfianza  contra^  la  Ivibilidac}  del  Ministro  de  Hacienda, 
qMÍ^  contaba  por  el  contrario  con  nuestras  simípatias;  y  se  co-» 
nocerá  oómo'no  podíamos  oponer  dificultad  alguna  en  un  pro-* 
yeeto  que  á-  nuestros  mismos  adversarios  pcílitieos  hubiéramos 
S)tofigado«. 


Un*  incidencia  eourrida'  eii  esta  coestion  del  empr^iito 
merece  ocuparnos  en  partiooiár  algunos  instantes;  pues  avD<«* 
que  no  4lfmó  poreotoocas  grandemente  la  atención  públioai 
aunque  no  hito  hablar  ni  escribir  de  si  en  aquellos*momen-t 
tos,  está  enlajada,  iarimamente,- como  que  es  «na  misuMiy  coa 
oíros  heebos  anteriores  y  posteriores  de  gran  escándalo',  y  pe^ 
sa  cdn<iodá<  su  gravedad  sobre  una  de  los  hombres  m^símpor^ 
tantes'de>iiiiéstPo  ^lariido.  Hablamos  de  la  ouestíon  de  los  a20^ 
gMSy  diA  eavitralode-lá  oasade  Aothschild^  bajo  el  minitterio 
dkil  Sr-iConde  de  Toceno.  •    •  ,         •  í-  •   .1 

Seria  negocio  suilMmenfe  largo«'y  también  ageno:  de  'lül 
pteseitneaí'inemiorias ,  yi  referir  todos  los  antecedenies'.iNkidA  las 
fcses'd^elta. cuestión.  tilla'Vien^  desde' í  835,  en  queii«<^ádJo^ 
dicaftioii'  en  •Concurrencia  ¡de  otrarfnucbas  casasr4(Iaf  dé^RotUs^ 
bbilAde  l^iiris  y  Lóndiga  4es ^í^sóes^i^u^fHrodDJ^seo  íiáinuMl 


Digitizedby  VJ^V..' 


¿le 


l68  'REVISTA 

d^l  Almadén,»  míediaDfe,  el  precio  áe  54  peioí  ^  &:  ve«U»  di 
i]^Í9Ul  9  y  por  ^  0B(M€ÍQ  de  cinco  aBot ,  'qoepo^na  iheducír  á 
irfls  cada  uno: de  los  contratantes.  Mas  á  poeo  lienifo  de  ocor- 
|[ada  esta  contrata  <  ae  biciecnn  ásoiiaitud  delimiaiiio  Rotba* 
cfa¡14  al|;ttoat  ^lteracione•^eB  ella,  renuficiaiidoi.aeftaladatDen'^ 
te  §1  Gobieríid  la  faciUtad  reciaoría^  i^^  como  acalia  de  decirie 
ae  babia  reservado,  y  fijando  desde  kiego  la  dttraeioD<¿l  coin^ 
plifta  4o  loa  cinco 9  mediante  una  pequeña  alza  de  «preció' qoe 
.aeiestípulá»  • 

.  Lai  Cortes  constituyentes ,  poco  tiempo  antes  de  eonclnír 
aus  sesiones,  Ocuparon  algunas  coo  la  discusión  de  este. punto; 
Si  loa  acto^  de^Sr*  Gpaide  de  Toreno  encontraron  en  ellaaalgboa 
defensa  brillante,  encontraron  tambiea  violeotas  y  apasiooadaa 
impugnaciones.  Por  tres  ó  cuatro  días  se  babia  combatido  ni 
antiguo  Ministrojr  á  lascases  de  ilothschiki  con  un  calor  y  ona 
animosidad  de  qne  babiá  pocos  ejemplos;  y  el  Sr.  Bardafí  >y 
el  Sr.  Seijas  no  Jiabian  encontrado  una  palabra  en  obsecpiio 
de  los  actos  de  su  antecesor,  que  creían  sin  embargo  couTe^*-' 
ni^tea  y  obligatorios.  El  resultado  fué  declararlos  nulos  é 
insubsistentes,  rescindir  el  contrato  para  los  tres  años,  eo|nó  ae 
indicaba  en  la  facultad  primitiva ,  y  declarar  que  en  lo  snce* 
sivo  se  administrasen  por  el  Estado  los  productos  de  azogue  del 
Almadén.  ' 

Las  casas  de  Rótbscfaild  entre  tanto  no  habían  pñstado  un 
asenso  silencioso  á  estas  determinaciones:  ellas  reclamaban,  y 
aosleoían  lo  que  juzgaban  su  derecho,  de  laimaneraque  creiab 
posible.  El  Conde  de  Toreno  por  so  parte  estaba  sentado  en 
eiCpngreso;  y  debía  serle  punto  de  lionra  la  defensa  de  unoa 
behoa  de  su  administración ,  tan  malamenlie  tratados  en  cu«* 
6«ncia  suya.  Era,  pues,  de  presumir  qi^. algún  dia  hubiera 
de  examiimrse  esta  materia  eo  imporlimte;  y  acalorada  diaco«f 
siq9«^  y  lodos  lo  esperábamos  sin  dndaí  quién  naas  \>r¿xinaa| 
quien  mas  remotamente ,  cuando  el  .proyecto  del.  empréstito 
iMbo  i  presentárnosla  en  uno  de  sus  artiofilos. 

!  Propopia  este  que  se  decl^rasen  como  bipoieoa  especial 
dc¡l  convenio  futuro  loe  azogues  del  Almadén,  y. pedia  eoft 
este  motivo  que  se  autorizase  al  Gobierno  para  ti^aosigír  bui 
difimiUades.qw  había*  producido, o^n  1«<  oasaft  de  Rotbscbild 


Digitized  by 


Google 


DS  MAMIO.  1 6^ 

di  d«eMo  de  k».  CÁtim  coo^úiújmteB.'^AV  eseui^har  «eme-^ 
jiinteajpiicdlo<|>ftl  coDsiderar'ciJMdadosaiiienle  sos  palabras ,  to-^ 
dos  ereimos  Jlegado  «i  moroeiHodel  combate  eoire  el  nuevo 
•O^bierno  y  «1  Conde  de  Toreno  por  uo  lado  ^  j  el  Sr.  016^ 
'^^8^  ij  l^i  demás  rcMea  de  aquelles  QAtkek  por  el  otro:  to-*. 
dpa'cfeinate  con  plaoer  que  el  Sr.  Conde  de  Toreno  trataba  de 
f^beaer^aa  acüaaoioDea  que  se  le  habían  dirigido  sobre  >eMe  * 
jmAto,  y  que  iba  i  =  empañar,  una  discusión  fuerte,  seria ,  t¡^ 

•  gorósa,  en  la;  que  hiciese  callar  las  impuiactonea  de  la  igoo^ 
rancia  ,  hé  deiWnioias  de  la  nía  la  feJ'  *       '  *  " 

.M  jJEl  que.;  escribe  ahora  esta^  lineal^' estaba  mas  conVencido 
<^:  nadie  de  que  ese  debia  ser  el  lamino  necesario  de  tales 
deliJbmraoiohea: aporque  habiendo  tenida  la  honra  de  ser  cob^^ 

,  aübado  en  1.837  ^^re  esia  mftieria  |ior  1^  casas  de  RotbsdiilJ^} 
conocía  á  fondo  «us  antecedentes^  y  creía  con  seguridad  qué 
Hing-un^icuerpo  político ,  eorao  k»  eran  nuestras  Corles,  podriad 
diidi«s,iina  importancia  de  acusación,  ni  aun  de  censura,  tato 
luego  Qpmo  los  viesen  bien  expliéadus.  La  defensa  del  Coodé 
de  Toreno  era  en  su  opibion  tan  sencilla  y  concluyente,  que 

.  aeio  se.adaairaha  de  que  enemigos  del  mismo  Conde,  enf^ndi^ 
doa<en  estos  punios,  y  acostumbrados  ala  liicha  parlamenta^, 
f  iay  quisieran  proporcienarle  el  triunfo  que  por  necesidad <ba^ 
¿ia.de  obleqer*.  !  . .     ;      • -^     , 

.  Principió  el  debate  pot  fin  en  las  seociones^y  principió  ei| 
alguna  hasta  .con  itioleneia  y  encarnizaniíeilto.  En  ea»o  de  óreia 
^V  un  presagio  de  laque  seria  la  discusión  soiemW;  y  de 
heohé,  eea^natural  que  lo  que  en.  el  aecretb  de  fiqoelkiá  coitffeí^ 
caba  fiiene  y  a|¡¡tadp>,  noi  decayera  dé  estas  cualidades  atite  él 
¡lúblieoyen  la  arana  >  de  ¿loa  partidos  y' de  las^pasioties.tAél^ 
Miestra  admiraoMN^  y  nu^atra  escrañen  fueron  grandes^óunn^ 
dfibvihMMqfle  el  Sfu  Gip^aga  proponía  sencillaiwevte  niM  en^ 
aaiénda  lA  atftkulo,  que  el  Qobierno  }a^C0nsMi.tia,fy  que  beis 
rmlo.«l  nonnlbre  dp  la  casal  de  RothsefaiM,  desaparecía  emeriM 
mente  todo  motivo¿:(óda  (taifocto 'de>debiit¿. (Porque  estol  (Wtf 
1oiC|iie aMadió  deisna  numera  ¡impensada;. esta  túi  la/resblu- 
mufkiá  aquella  tcirttéiitá,.qiie;se  balñalamoiiíoáado^tfa  4ttMu 

•  Bjasanftájriáaanisaiip  :'i..  ^  t /:   ^:>-:-      >'/.:'íl: 

i.    jFoó  p4MPit»fi|uffa.  na  híen^  fué  por  tifemufaíiiftiiiial'^  . 
Segunda  série^ltmo  IL  aa 

Digitized  by  VjOOQ IC 


IJO  mvoiTA^ 

terminaciaii  exUrafta ,  «»ta  -oucU;  de  lasrwrúiák  €il  el>  MHnaslb  le 
combaür?:-^Lfl  Mayoría  pudo  alegrarse,  en  ¡aquél' monedto^ 
porqiie  enecoiga  de  escáadaloa  ireia  éuíwimirse  la  #ói(éian  de 
UQO  grande:  e|  Gobierno  pudo 'también  ^dompfaoerie/pontaé 
cqqseguia  ap  j^\je|eiaió  necesidad  de  aesteoer  vnh  pefea.;  ^mé 
^ilüo  y:U'9ii'£i  sé  debieron  doler  ^>  pacadi}  aque)l*-h«ra"de 
ilu^igo^.de  que  el  punto  grateque  eu («iAiestion  leleacMrrabá 
sa  hubiese  quedado. decidido;  desque  el  iiipinbrei'ífnporláiitei 
cuyo,  hon4M:  esiabii  toAeresado  en  la>cont¡eiid«^jnoiBiubiese  que^- 
dado  de  una  vez  exento  dé  los  cargos  que  se  le'babíÉu/heoGo^ 
paro  de  las  impuUciouea'Coá  que  habia  querido  tnavcbáiisele. 

. :  Bueno  es  poc  lo.  comu-n  eTÍtar  los  escindaloai^  pero  A^  «pt^Or^ 
bf^reoioa  jamás  que  ..se  les  evite  á  toda  costa*  Los  hay  tamit** 
4<iéi9les,  los  hay  indispensables  alguna,  vez ;  porqiie  «a  un  <er^ 
iror  JQ2gac  que  ciertas  nubes  se  disi|>an  mientras  aó  roinpe  la 
toi*9lent2(v  -mientras  nooretumba  el  trueno v  y  no  :ae  eadiMdéO 
faja  atmosfera  loa  rayos.  De  esta  clase  4iabiau^d«  «er  am^dJüdit 
las 'agrupadas  coáira  eLSñ  Conde  de'Toreno/  Vale  detnafiíadii 
estfi  seapr^  para  que  abandonasen  de <bi;ena  fé  sueeaensigos  éi 
mas* pequpSo  oérgo  dé  que  pudieran  aporrarse  contra^  él^  0e^ 
jar  qUo»  la  lucha,  ocumílo  estaba  abioria/é  iba  á-  (eiiér  piitMsiÁA 
pía 9  nú  era  «eder,  era  dilatar*  Teiniasiea  aqn^l  moiOMto»  f 
aplazaban  sus  intenciones  para  otro.  ¿Por  qué,'pws^  cooi^ 
placéalos .-ea  bus  deseos,  y.  aiixiliárbs  en  ái¿  plaÁ^?    "   - 

i  Ia  oQaatooL  'era  propicia  por  todas  sos  circunstai^ciás',  y  no 
eOmpre»deatf>a  verdaderamente  como  «el  Sr*  Gonde  la^deji  ^-<* 
CMpar*  Lo.oompDeoderíamob',  si  dúdasenos  de  lauíconduota; 
lltu  justificación  íuése  difioil  á  nuestros.ojfss.' Poro  por  Id  mSt^ 
IM  qiMiOóoocemos.iel  asunto^  por! lo  mismo  qbe  material  j 
nsofíalipente  pre víamos  sus  reiukadoa,  mos  parece  mas  exirate 
URf  aquiescerá:  [que  á  nadie  n^aa  qoieí  i;  el>  mi|BiiM|  lo  eik 
p^jtidiclaV, .  cuyo;  rconsiguieoté  necesario  ,  aio  difíefl  á^-'áf* 
c^bm^  haíiÍA<^o  áar  la  acabación  lanzada  '{kir^eVSn  fieoáno 
]^{  la  aegupda^ilqislaliíra -de  >aqaeUas*iGdrtes»- •  >«^< 

«iiitLatve^-dad  e»;  que.laun  laa  persenaa  mas •  tmideinw  uifnea 
iMine»ias  defalsa  f  deaásli*oaa  iuspirtitiM ^^y q^o^tal Ué<pa-^ 
ra  el  Sr*  0>nde  de  Toreno  el  de  consentir  qua^e  «doiítáMi^A 
4iardtaifla'euiiaada  dt|  Srv  Qlóiá^a;  NouippMrevMi  oo  >aqoel 


Digitized  by 


Google 


PB  MADRllK  171 

1  .       'íi"»'*!  .  .        ...        .      '. 

instante  grande  y  superior  como  convenía :  rebajo  su  impbr-» 

tancia,  sacrificando  mas  de  lo  que  compele  á  nn  gefe  de  par* 
tido.  Los  resultados  han  caido  sobre  el ,  y  caerán  mas  larga-* 
mente  aun  ^  porque  son  largos  los  que  se  siguen  de^un  des- 
cuido de  esta  cUse«^  Y  al  cabo  serll  donoso. el  escándalo  qne 
se  quiso  evitar ,  y  será  mayor  escándalo  todavía ;. porque  des- 
pués se  han  aumentado  compromisos,  porque  después  se  han 
formalizado  las  acusaciones,  porque  el  asunto  ha  tomado  to- 
do el  vuelo  que  ttá  ¡vMbU ,  y  la  Naei^^n  y  los  ptfrAdos  tienen 
ya  derecho  dé  exigir*  que  se  prdnt|nc¡ela.véfdíadV  y  te  dicte 
el  fallo  de  la  justicia. 


«,      .     í     ( 


.'!( 


h  Fi'PAOH«C<W 


(lahoniiAMchneH'él  próximo  ñúmiií^^      ' 

^.     ".1:    ■  •"         :•  ,    M   '   .j.   .  ■  ',  ií^iui¡'> 

^    .    .     - •        .«•    ,  '\*>i-,t  í     •    ]1     ;'  iini/'-A 

:    i   .  si>  ^       '.!•   •'■!/'    -.1  -'•   »     /    ••  .•  \|     'Ji.*:  hIiI    f 

'     I     .,»í       •     ,     •      »  I  •'       '     •         ,     •    -     t    ,  -    j¡i  ,5'>    f  i-^    , 

'      i'         M         .,  :     ,*■     .i      '•       i     W.^   í>.:        :      •  •  ,   :M   .   »Tí)l»     «v/.tj 

»  «    i(  1   ''  p  .'      •  l'       '•  '    '    "[*•'»«'•.•  •,  ..(   i    /''í. J.  > 


II      .•  -f.    ••.     :'     í.   :       t  "  *>    (  íl'       ..  .  ■     ,    '  I       *í    í.   w.  » 

•  •  »>..'!i  'j' '  •  *   ••*      •>>  '"  '  í;  .  ••    ..•      í  "      . '  .:  '       » 

».     .   r  ,.     .,  •  .f.IlD    C    •        :     ■   ,  1'  II*   Mj.       •  '     '    -J    1   »  t     I  i  .,.>     .O^Ü     «fjt/ti«  -'f]    9* 

'   u'i     «I  '»       i       -    i.'-  j    ■•'  '    •.  '»•!  '!<»  '  ';•"'•  .'í      ♦   ni»   fi    •!    ..' :'i'¡   tíj;'.- 

.-,    ,       I  • '.    I.        ;  i.l     u.    -ji,'  ji   ».*      -li    •'•    .    '«•;'';   niwJ  ♦)»'#   ,  ..'Mol  •■'  > 
..    !-> ■"•      fl  «3  1*.    #   j  .»!    -í  í'.'ni  fi :  •    ;'  ^a'   fts64|  áiih..'    n'i     t 


Digitized  by 


Google , 


17^  «ETIVrA 

\ 


bibliografía. 


Estudios  w  hsrbc^o  pshíi^  Lecciones  pronunciadas  en  el  Ate^ 
.  iuto  de,Afadr¿d*,  por  Don  JoiomN  Faamoisco  Píchioo  (i). 


CoD  complacencia  suma  ananciamos  los  Estudios  db 
CBO  PENAL,  qu^  va  á  publicar  noestro  amigo  j  esclarecido 
profesor  ^1  S^i.  Pach^cq,  j  cuya  ¡nlpresíon  ba  principiado  ya. 
Nosotros  bemos  oído  pronubciar  en  el  Ateneo  algunas  de  las 
lecciones  que  forman  dichos  estudios^  y  no  temenrios  aventu- 
rar nada  enunciando  que  el  público ,-  que  no  ba  podido  asistir 
á  aqUeHf  cátedra  9  experín»«ntar4  al  leerji^jas  mismas  sensa- 
ciones agradables  qué  nosotros  sentimos  ai  escucharlas.  Las 
máximas  mas  sanas  de  legislación ,  unidas  á  l<^  mas  rígidos 
y  liberales  principios  y  á  la  mas  selecta  lógica,  y  pronuncia- 
das y  escritas  por  un  orador  y  escritor  que  reúne  las  princi- 
pales dotes  que  para  ello  son  necesarias,  no  pueden  dejar  de 
cautivar  la  atención  del  público  ilustrado,  que  mira  con  apre- 
cio los  gérmenes  de  ilustración  que  se  espareen., En  este  pon- 
to séanos  permitido  decir,  que  el  Ateneo  compuesto  de  las 
personas  mas  distinguidas  de  Madrid  por  su  saber  y  su  posi-* 
cíoo  social^  ha  sido  uno  de  los  establecimientos  que  mas  ba 
contribuido  y  contribuye  á  la  propagación '  de  las  luces.  Alli 
en  diferentes  cátedras ,  á  las  que  concorre  una  numerosa  ju- 
ventud que  no   puede  contener   su   no  reducido,  local ^   sa 

{%)  Eitai  l«cclon«g  ae  etua  proanaciaado  aetiuiliiMate,  y  ae  daráa  par 
•Btfcgu  y  pan  qa«  pvadan  ncíbine  ea  todaí  partat  á  poco  tiampo  da  kabar- 
ia  pronnaeiada  Cada  aatraga  cooiprandará  trat  6  eoatro  laccíooaf :  tras  «■- 
tregaa  foraiaráB  vntomo  aa  coarto  da  voat  SOO  página*.  La  chra  coaatará  da 
daa  toaioa  |  da  \n19a  papet  y  ataiarada  impresión.  Et  pracio  do  cada  tomo  as- 
rá  aa  Madrid  para  lossascritoras  IS  rs.  |  j  SS  an  tas  Provincias. 

8a  snscrilia  aa  Madrid  aa  casa  do  la  viada  da  Pai|  caita  Ma'joTí  y  «a  laa 
ProTiacias  aa  las  adminutracloacs  da  carrsot|  d  Itlmiaa  daada  aa  aaBciiba  i 
la  G&OmCA  JUIUDICÁ. 


Digitized  by 


Google 


inculcan  los  mas  sólidoé  prÍDcipios  del  derecho  político',  las 
mas  luminosas  nociones  de  la  hisloria ,  los  conocimientos  mas 
adelantados  de  la  economía  pelitiesa,  y  los  elementos  mas  filo- 
sóficos del  derecho  penal,  asi  como  también  se  hace  el  mas 
crítico  examen  de  nuestra  literatura ,  j  de  otras  ciencias  cuya 
enumeración  fuera  prolija;  pero  que  boncao  á  la  par  al  esta- 
blecimiento que  las  proporciona  ,  á  los  catedráticos  que  facili- 
tan sus  conocimientos ,  y  al  público  que  acude  presuroso  á 
aprovecharse  de  ellos.  ¡Dichosa  com^saciont  entre,  tanto. jqi4 
como  engendra  la  e|)Oca  de  agitación  en  que  vivimosf  ¡Quién 
no  siente  dilatarse  agradablemente  su  corazón ,  al  ver  reunidos 
en  el  Ateneo,  con  el  saber  la  aplicación,  con  la  libertad  la  to^ 
lerancla  \ 

•  "  De  (feseár  fuera  que  algunos  de  lt)s  demás  profesblres  del 
Ateneo,  siguiendo  el  ejemplo  áA  Sá.  PiCHBdo,  Sé'  d<écidteran  i 
publicar  sus  lecciones,  fil  público  gánariá  en  ello  múctíbVy'^é^ 
p^blicq'  no  seria  ingrato  con  ellos,  porc^iie  pocas  vece^'  lo  ^ 
con  fo  qiie  es  verdadérámerité  útíL  Nosotros  fellcitainos  ál 
Sr..1^achbco  poir  sü  pensatnieritO;  y  si  no  habláníoi  del  maldito 
literario  de  siis  lecciones  ,  es  porqué  siendo  c^onocido  y  apre- 
ciado cual  se  merece,  tememos  re&ajarle  tal  vez  con  los  elo-' 
l^ios  que  de* el  pudiéramos  hacer*  ''^' 


1  . 


Digitized  by 


Google 


»  Guerra  <iy¿l;=:  Ai  fmpf>ei)der,.^.u,^jr8^.fAr®fi  info»uaí  de,  ,e¿-* 
|K>Qe^, en  .|jéi:niio98  geóeijftl^t^  t^^Udcf  áe,  h  |Cpntieoi)4  ciyjlp 
<| pe  df|t]|9ff 9. todavía  á,  nue^txa.palTÍ^%  volvemos  c^si  sin  querer ' 
^  vjiita  y  dirígii;i|o^  todavía  nup^tr^^  miradas  hacia  lasnroviii-  . 
«ias  di;l  |ia¡s  yasco-D^^yarifOp  C^p^^J..f)e^¡t¡o,  principal^  W 
ii^^rreccipo,  camote,  donde  )a.  guerca  era  esencial menie  pi)pu«<) 
lar  y  e^^^a  a{H>y^adat  fipP,¡^n  fiind^dos^  pn  [v^derosos  motivo^ 
y  ^recelos  I  su  esj^doüclual  ^o  pbede\n:\enos  <)e  escUar  v¡va<-* 
mente  la  atención ,  por  mas  (]u^  bajan  deituestoja  ^as  arreas 
y  se  hayan  entregado  confiada  y  generosamente  al  gobierno 
á  quien  lan  ciuda  guerra  habían  hecho:  el  aspecto  que  presen- 
tan es  consolador  y  halagüeño  para  todo  buen  i^pañol »  y  sa 
ejemplo  no  será  lo  que  menos  influya  en  la  pacificación  de  laa 
provincias  en  que  aun  arde  la  guerra ,  y  en  la  total  fusión  de 
todos  los  grandes  intereses  y  principioü,  que  entre,  nosotros 
están  sangrientamente  luchando  hace  treinta  anos.  Porque  el 
es|)ectáculo  cotidiano  de  unos  pueblos,  basta  ahora  amagados 
siempre  de  la  devastación  y  el  incendio,  y  de  una  población 
armada  constanlemente  y  en  guerra,  convertido,  como  por 
una  especie  de  ensalmo ,  én  el  de  unos  pueblos  pacíficos  j 
tranquUoa,  y  en  el  de  una  población  entregada  con  seguridad 
á  las  ocultaciones  ordinarias  de  la  vida,  es  de  ])or  si  mas  per-» 
suasivo  y  eficaz  que  las  sujestiones  de  los  agentes  de  la  rebe* 
lion  y  del  desorden,  y  mas  provechoso  aun  que  la  conseco— 
cion  de  ventajas  considerables  en  la  |iarte  material  de  U  gcíer*" 
ra.—^Los  pueblos  vliscongados  se  hallan  en  la  actualidad  cele— ^ 


Digitized  by 


Google 


tita¿ioii99  yide  la  antigua  ckiwieraciav  iWnáce,  (ior*  decirio  á^i^ 
o$9rea4o  de  i^couerdos.y  de  trndtoidneft  f)OpaIare8  al  lado  de  láá^  • 
iMCtuales  inatitucicmes ,  !pródacio!de  la  Eloaofia  moderna  9  pero 
desnodas  avu  de-la;  gieria  j  dol  prestigionqiie  dá  h  imUgü^ 
djíid  y  elt-c^no'de.  Lm  tiempos  i  loa  eitaUecharieatoa  de  loa' 
hombrear  LOa  debaíaa^  to  </  árbol  de  Cárnica  y  7  loade  igual* 
q«t4iraleza  eo  laa  deniaa  provinciaay  traosfortan  al  obsemSor 
filpaofo'á   otros  tiempoa  y  ediidea;  y  le  facilitan^ «o  easfpO| 
por  decirlo  asi ,  eaperimental ,  doede  estudiar  los  iaieresaulea 
pormettorea  de  la  antigua' civilización  y  de  la  ya  pasada* soeia-' 
bilidadiTsHo  es  cato  decir  que  el  tiempo  do  baya:  hecho  mella- 
eaiaquellaa  iiistit4aoioBea  pofVularis,  ni  que  represeoteu   hoy; 
OOO'eDtera  verdad' lo  qué  erao  en.  los  atgloa  páaady^;'  el  tiem«* 
po  no  paaaeo.valde  abbre  muguna^iiistítueiOA'  tvi  estableci-í-^ 
miento  hiMnanb;  y  serta  muy  desacertado  y  expuesto  juagar 
deilsiimtiguá  adciedad  y  c|elo8  antiguos  góbler.nos  municipa-i' 
l^p6r  el  aspecto  general  de  essasi  venerandas  aifttiguália&«  Ellas' 
aoihap  aooaaodado  con  el  trascurso  de  los  aSos  á  laa^exigencias- 
de  los  tiempoa  y  de  loa  íatbreses  si«i  cesar  eh  variación  y  éti' 
{progreso;  y  ellas  se  acomodarán  por  fin'  y  de  su  pi^opio  im«->* 
pulso. á  laa  condiciones.de' la  roodéiiía  sociedad  y  de  la  aó^ 
tual  civílizackin  eurofiea.  Pero  aun  en  su  gradual  reforma  y 
tcaoaforatapion  prdKn^angráiuiés  rasgos  de  sus  primitivas  facM* 
ciooes;  troaoa  insignes  de  SU'  todola  y  nátermleza  primitivas; 
y.4  1a.  manera  de  aquellos  edificios,  y  monumebios  famd^,' 
qi]^  han  sabido  resistir  al  euibia(e  de  los  t^empoft  y  d<^  las  re^ 
voUicionaa,  pero  en  los  cuales « . sífa. embargo,  dejd  cada  iiglo- 
m^rcadecausello,  al  querer  acomodarlmii  las  exigenfci.as  con« 
tampprdoieaSy  ofrecieodo  eú  ati  miama  aberacien  y  auciesiva} 
reforma  «M'  historia  v^va  y!  compendiad»  del  arte,  y   una 
mueslíra  de.&a  Índole  en  eadU  Ipoca;  asillaa  imtiiuciones  vas^. 
eoogadas  ^  analisadéií  oon  inteligencia « presentan  preciosos  res^ 
tas  de  ib  eivíliaacioa  y  jeulturar  de  las  edades  pasadas,  y  abcbo 
Oampo  á  «tiles  y  profundas iBonsideracie«es.;        :i-;  oun- 1  "^-^ 
¿u  extsteocia  legal  por  otra  parte,  eu  medio  de  iiue8iroa¡»¿ 
lama  potiticp,.ea  tiba  jirhefaa  y  unejeibplo  manKestodequo 
ae  ba  lenuo<iiacb»  ya  á  U  idea  de  deairsuf  vioknti|DMitte  -toda^ 


Digitized  by 


Google 


*7« 
bft.jinstilodiooes  dnciguBs,  y  de'qn«.á  la  8oÉibrft^4ffl'i|fOtoo  éé 

I^.fegooda  Ifal^]  puedeoráunarae  y  creeer  iado»-Ió8  giieiildiés' 
•intereses  «óblales',  ibdos  los*  géraienes  de^  aoctoiny  de  vtdá  qnt' 
aaimari  y  .vivifican/ a  la  actual  sociedad  espaSola.  Esta  ao^ra'' 
dirección  die  los  áotmo^.,  este  nvevo  prtoci(MO  deíoleranoia  y- 
de  progresa,  «(ftte  te  desarrolla  y  naoe  eokro  los  liorrorea  y 
(JOAvuIíÍPDC^  de  lain&as  eocarnizada  guerra  dvtl ,  hi  sido»*Sb^í 
IfüIbemenitelproclafl^adaeQ'el  famoso  eamtemá  de  Vet-gtí^m;^ 
oonvenio  {Q^ya  mas  im(iortanté  eoosecaeocia  tal  vea  no  btf-sidcí^ 
la  teritiaAaeioii  ioaaedíata  de  la  cooiienda  aas^terial  á  que- 'puso 
cabo,  sifl^el  babetf  ofeado  lina  aituactoo  capaa!  dé>  anudapr  kü] 
Í0|erei»es  y  priocipioa.  del  aiiiigao  réginten  con  loa  itnereséS'if' 
principios  del  r^gioAeq  actual  \  jr;de  amalgéiDai^  y  iconciliar  Ua* 
opuestas,  pceCtosiqnes  de^^lds.iencoiíado^  páiUdoi,  qoo  baiM» 
attoir^  nos  bao  dividido  yideslroaado.-vwjie  aquMa  raaoq  por-; 
que^sste  baaoso. convenio  esti  ya ,00  solo  bajd  la  garantía  da- 
la fe  pública,  y  bajóla  que. puede  prestarle  la  legítima. ia*«/ 
Í^Q^pi^  d^.iltislire. caudillo,  qae  tuvo'  la  gWut  d^  presidir -á 
t^O  yentui?os0  luoeso,  aino  bajo  'kr  < salvaguardia  do'Htt  ^grao'"- 
interés  ñacioQal.  <Porieslo  cúandoi  algunos  imprudefitesp'é  m^> 
GOAAÍderados  iflipbgaartin  diaa. pasados,  apelando  á  paslofiea! 
miaerables.y .  mezíquiDasf^Jas  pretensiones  de  algmisoa  ind¡tt<^' 
duoa  comprendidos  .en  aquella  solemne'  estipoiacieío ;  la  preiíaá' 
diaria  lantó  un  grito  de  reprobación  y  de*  alarma ,  qoo  secwa^. 
dado  ppr  la  opinión  pública,  eb  esto  camo  en  pocas  cosas  aeor^' 
de  y  universal ,  obligó  á  aquellos  inconsiderados  ¿'dar  evpti-^. 
cacionesyá  retractar  su  ¡mpugoac¡on.=xContodo' no^podÍH** 
mos  m>oos  de  recomendar  á  los  hombres  influyant^8.en>tos  no-*' 
gocios  públicos ,  cualquiera  que  sea  su  opímon  y  sisfama  ,  que 
procuren  por  todoa  los  medios  posvblesy  que  las  eslipalacionea* 
de  Vetgara  tengan  en  lodq  un  hidalgo  y  leal  cutisiilimienio; 
y  00  solo  porque  asiJoex^eel  bben  crédito  y  bma  del  go*^* 
bierno  de  nuestra  rsina.  y.  de  1^  ^^pinion-  Kberal ;  no  aolo  por 
los  riesgos  y  contigeücias  que  «na  conducta  ruin  y  villana  en* 
este  punto  pudiera  muy  fácilmente  suscitar,  aioo  porque  asi* 
lo  exigen  iateresés  mas  grandesiaon  ¿  importantes,' considera* 
eionea  de  mas  irasoéndeneia  y  gravedad.  El  hombre  pttbIjoo,el 
par4ido>qj«a  por  Ottalquáera  raaoú  ó  ibteres  contribuya  4  neu-» 


Digitized  by 


Google 


DB    HADRID.  '77 

tralizar  ¿  impedir  las  importantes  consecuencias  de  aquel  gran 
suceso,  y  i  estorbar  por  semejante  medíosla  unión  j  alianza 
de  los  dos  partidos  contendientes ,  merecería  ser  contado  entre 
los  mas  funestos  enemigos jde  su^patria,  y  en  tal  concepto  será 
tenido  y  reputado  por  la  severa  é  imparcial  posteridad. 

Por  lo  demás,  la  guerra  material  pocos  progresos  ba  be- 
cbó  en  el  mes  transcurrido:  y  si  esceptuamps  la  toma  de  los 
dos  pequeños  puntos  fortificados  de  Higueruela  y  Cbulilla, 
apenas  ha.  habido  ningún  otro  acontecimiento  militar  que  de 
contar  sea*  Nuestro  ejército  sigue  en  el  Aragón  y  demás  pro- 
vüicias  del  Centro ,  estableciéndose  sólidamente  en  los  puntos 
convenientes  para  etnprendér  con  vigor,  ala  llegada  del  boea 
tiempo,  la  embestida,  y  para  circunvalar  á  los  enemigos  en  las 
asperezas  del  Maestrazgo.  Estas  operaciones,  aunque  silenciosas 
y  poco  brillantes,  pneden  bien  dirigidas  producir |;randes  re« 
aullados:  la  inacción  es  la  muerte  de.  las  insurrecciones ;  y  si 
por  aquellos  medios  se  logra  reducir  á  Cabrera  á  la  imposibi- 
lidad dé  emprender  nada  importante,  con  esto  solo  y. con  in- 
terceptarle los  recursos^que  está  acostumbrado  á  sacar  del  país 
llano,  se  habrá  conseguido  darle  un  golpe  mortal.  Entre  tan- 
to se  asegura  que  ba  empezado  ya  la  deserciotí  en  el,  campo 
enemigo;  y  que  este  se  halla  entregado  á  la  mas  profunda  di-' 
▼ision ,  que  aunque  comprimida  ahora  por  la  ekiergía  y  cruel- 
dad de  Cabrera,  estallará  al  primer  revés  que  experimente,  ó 
'  A  la  primera  ocasión  favorable.  De  todos  modos  es  un(^  cosa 
€fue  no  necesita  de  grandes  esfuerzos  de  ingenio  para  ser  de- 
mostrada ,  que  .en  el  orden  natural  de  los  sucesos  la  insurrec- 
ción del  Centro  está  tocando  á  su  fin  y  desenlace:  que  no  pue- 
den ser  ya  muy  duraderos  la  aversión  y  el  encon¿^  que  la  ali- 
mentan y  dieron  vida,  habiendo  empezado  á  tratarse  y  enten- 
derse los  partidos,  y  á  prestarse  confianza  y  fé  en  sus  estipu- 
laciones y  convenios.  — Verdad  es  que  en  algo  parece  oponer- 
se á  este  vaticinio  la  (\preza  de  los  bandos  del  general  Espar- 
tero,, expeliendo  del  pais  dominado  por  las  ariQ^s..  de  9ujpWi^. 
úo  á  los  padres  y  familias  de  los  sublevados;  y  las  t^^ff^  é 
inhumanas  represalias  dictadas  con  este  motivo  i)Or  Cabrera 
contra  los  sospechosos  de  oculta  adhesión  á  la  causa  de  la  Rei^ 
na.  Pero  estas  deplorables  medidas ,  triste  é  inevitable  fruto  ám 
Segunda  j/w.— Tomo  IL  jiJ  ^  ^^  ,•    .[^ 

P  .  .      ^  Digitized  by  VJVJ'V.^VIV^ 


178  umvwrk 

la  guerra  impía,  «que  aniquila  7  deraatii  ¿la  aaeion^  j 
.  cuantas  á  ellas  sean  análogas  y  parecidas ,  quizá  na  son  en  et 
estado  actual  deias  cosas  mas  que  los  últimos  efuenoe  de  los 
rencoVes  que  se  extinguen  y  de  los  Furores  que  desfalteceB  j 
desmayan.  Algunas  semanas,  antes  de  U  avenencia  de  Verga— 
ra ,  y  cuando  ya  se  estaba  indudablemente  en  serios  tratos,  ae 
encrudeció  todavía  la  gnerra  civil  eó  el  pais  vasco- navarro,  y 
Vimos  ^on  dolor  incendiar  las  mieses  y  los  pueblos ,  como  si 
epn  este  último  extremo  de  f^^solacion  se  quisiese  cerrér  et 
sangriento  periodo,  que  iba  á  tiiminar  de  alli  a  algunos  días. 
Quiaá  en  el  Centro  vA  i  suceder  ft*xira  \o  mismo:  á  lo  menos 
i)o  debe  hacernos  desconfiar  el  inesirarado  encrudecimiento  dé 
la  guerra. 

Cataluña  entre  tanto  sigiK^  entregada  ¿  su  mala  muerte';  y 
por  el  pronto  se  batí  disipado  al  paracer  las  esperanzas  que 
la  catástrofe  del  conde  d^  España  y  otros  no  meóos  ineqoi-* 
vocos  síntomas  liabian  becbo  concebir  ,  de  que  se  terminase  - 
también  allí  Id  guerra  por  medio  de  honrosos  tratos.  El  enemi^ 
gó;  al  ver  el  desconcierto  y  desarreglo  de  nuestras  cosas  en 
aquellas  provincias,  há  cobrado  nuevos. bríos,  y  afecta  no 
querer  ya  ningún  género  de  transacción,  ni  avenencia.  \m 
causas  de  esta  funesta  Variación  ,  manifiestas  y  patentes  á  todo 
el  mundo,  demuestran  la  exactitud  de  nuestros  rifesagios  j 
teáiores\  cuando  vimos  separar  del  mando  de  aquellas  provin- 
cias al  único  hombre  que  había  conseguido  afirmar  en  ellas  el 
orden  público^  arreglar  la  administración,  sostener  con  los 
recursos  del  pais  á  un  ejército  disciplinado  y  valiente,  j  Con*^ 
finar  á  lá  parte  estéril  y  montuosa  del  antiguo  Principado  i  )á 
insurreceioii,  que  ahora  se  derrama  impunemente   por  lodo  él 
á  pesar  del  aumento  que  han  tenido  alU   nuestros  soldadof* 
Cuando  los  gobiernos,  en  medio  de  crisis  y  turbulencias  como 
la  actual ,  encuentran  hombres  semejantes,  y  los  desechan ,  jr 
los  desairan ,  y  se  complacen  en  deshacer  sus  obras ,  á  pesar 
de  los  clamores  de  los  que  conociendo  el  riesgo  levantan  ln 
vtí^^rá  avi^Srló,  no  solo  desaniman  á  los  hombres  dd  mérito 
y^^ér,  no  solo  alientan  las  malas  pasiones  y  las  ambiciones 
mezquinas  de  las  nulidades  y  medianías,  y  no  solo  en  fin 
enervan  ellos  mismos  y  destruyen  la  autoridad  que  debieran 


Digitized  by 


Google 


DB  9UDIIID.  ,^g 


euMi6km%niB  cMflerw  ^  uño  que  «iteciándoié  el  tempor*!, 
y  Mbíendo  dé  pnilto  kt  nele»  oríginaclos  de  aquel  deMcierto, 
titMQ  quefanr  por  le  hamillacion  de  que  Jos  miamoa  qae  loa 
impdieroQ  y  fonsaron  á-  emprender  tan  fúoesio  camioo,  les 
ceben  en  cara  su  eondacta,  y  les  bagaD  patente  demostración 
de  ana  yerf oa.  Asi  ha, sucedido  precísameDte  en  el  caao  actual: 
•1  aisteqia  éel  barón  de  Mear  tan  impugnado,  tan  censurado 
tan  siti  piedad  maldecido,  ha  sido  por  fio  presentado  al  Go-! 
bkrnoeomo  el  linico  en  la  actualidad  posible  y  conveniente, 
y  lo  ha  ado  precimmente  por  sn  mayor  antagooisu  y  adver* 
Sirio.  El  genaaal  Seoane,  que  aneoedjó  al  barón  de  Meer  en 
el  mando,  ba  Tiato  prddtiosiáielite  que  no  es  ló  mismo  subir  á 
la  tribuna  y  lanaar  acerbas  filípicas  eóutrA  los  yerros  de  los 
hombres  públicos,  qoe  oeupar  dignamente  el  puesto  de  ellos» 
y  bsleer  irente  i  los  obstáculos  y  contrariedades  que  rodean  en 
1«  aolualidad  i  los  que  maodM;«y  él  que  ofrecía  gobernar 
pimibdw  tArboledUs  y  agitadla  con  sóh  un  alguacil  jbá  re- 
conocido a1  fin,>iiesto  á  lá  prueba ,  quo  no  era  posible  gober- 
nar á  CaftattiBa,  y  9sp§éimlmmt€  d  su.  capUal,  rin  la  continuar^    . 
mm  dd  iisi^na  e^atietídopot  el  gcüeral^  taran  de  Meer  (i )1 
Mo  citemos  mte  hecho  con  ninguna  mira  hostil  al  geoerjil 
SeMie,  separado  ya  dd  n^audo,  y  reducido  ¿la  clase  de  un 
páefieularv  sino  opmo  una  prueba  insigne  de  lo  que  talen  y 
a^nifioan  ciertas  opnaiciénes  y  censuras  por  mas  que  las  dicte 
si  se  quiere,  el  buen  pelo^  y  )as  sugiera  la  buena  fe;  y  para 
910  ainaaalradoa  eo  lan  coéiosa  esperieocia  aprendan  loi  bom- 
biiM públicos,  unos  ¿  ser  mas  comedidos  y  recatados  en  sos 
fmüordi  y  ecdsÉciooes ;  otros  á  hacer  menos  caso  de  las  voci- 
feracioneay  clamares  dé  los  palPt¡do&3;:No  ooocluíremos  con 
Mío  este  pérrafo  sin  hacer  une  adaracion  ^n  OMestro  |>ropio 
imeféa  y  en  el  de  la  Tesdad  bístóriea,  que  deseamos  consignar 
Éíempre  eo.  nuestra  Cránka. 

Dures  han  parecjdR^á  algunos  los  términos  cq.  que  á  ?ecea 
b#mo3  hablado  de  las  cosas  de  Cataluña,  y  exageradas  las  pin* 
turas  i|u#  de  su  estado  hemos  hecho,  desde  la  funesta  sepa« 

(1)    VMSM  rsasffsISesaasdsS^  MtnhM,  isierisMrfll  itfMta  sos 

Digitized  by  VjjOOQIC 


1 9o  .        .       .«BVBTA 

vacion'del  barón  de  Meer;  i  quien  gopelimos  (|aem  ¿0  Vigift 
conocemos ,  ni  nos  |t^a  con  él  la  meitor-  especie' de nvieeioa 
direcla  oi  indirecta.  De  esla  especie  de  acusación^  neo^itan^og 
yVjdicareos ,  y  lo  haremos  con  breYedad*=En  la  Crónica  de 
junio  dijimos.  ^^  El  general  Valdés  ba  reemplaaado  tranquila- 
)>  mente  al  barón  de  Meér,  y  recibe  aqneliaa  provineias  bien 
«ordenadas  y  administradas ,  con  svsatencionesxubiertas,  coa 
«la  seguridad  pública  afianzada  y  ton  nn  ejercitó  disciplinado 
>y  valiente :  esperamos  que  en  sus  nianos  ninguna  de  estas  xx^ 
«/sas  degenere.,  antes  bien  te  ^desarrolle  con  felicidad  y  prósr 
>|)ere.»  Nadie  entonces  podía  negar  la  exactiind  y  verdad  de 
aquella  descripción  del  estado  de  Cataii^ña;  veamos  aboraecM 
mó  la  pinta  el  mismo  general  S¿baoe  algunos  itieses  dies|Hies* 
»  Me  veo  en  la  dolorosa  necesidad  (decía  al  gobierno  en  4  ^ 
woctubre)  de  hacer  presente  á  S.  M*  la  absoluta  impostbili^ 

•  dad  en  qne  me  hallo  de  coocinuar  ejercjendo  pdr  mas  tiem- 
»pe  el  pargo  que  se  dignó  confiarme.  Mi  salud  sis  ha  qnebran- 
»ladoextraord¡nariamente,.no  por . el. íáiprobo  trabajo qnaoéa^ 
*sionan  los  complicados  asuntos  del  pais,  sino  porque  las  con- 
» trariédades  con  que  he  luchado  dia  y  noche  para  buscar  y 

•  escojttar  recursos  con.  qne  mantener  el  ejército  y  demás  óUi- 
«gacíoqes;  la  lucha  continua,  con  ceirporaGiones  apáticas  é  io* 
»dolentes¿  los  malea  públicos  ,  .egoístas  y  hasta  irres|ietuo-* 
Msasá  la  autoridad  que  ejerxo;  los  .clamores  continuos  dé  las 
» clases  activas  y  pasivas,  y  el  temor  constante  de 've^  de*- 
«vandarse  las  tropas  por  falta  de  subsistescía,  hau  agotado  mis 

•  fuerzas....  este  país ; especialmente  so  capital,  exíjen  h  óooii^ 
«nuacion  del  sistettia  establecido  por  el  general  barón  de^Mcer^ 

•  para  cuya  continuación  nb  soy  yo*  el  hombre  á  propósito^^ 
^he  sido  estremadamente  desgraciado  en.  cuantas  gestiones  -be 
•practicado  cfon  las  dtpuuoioaes  provinciales  y  •  otras  corpd« 
«raciones ,  para  que  continúen  por  los  métodos  eotablados^á 
•ayudará  conllevar. las  obligaciones /ptl^s  desde  el  momento 
•que  les  faltó  el  terror,  qne  les  infundían  las  medidas  arbí^ 

'  «trarías  del  barón  de  Meer  ,  *se  hlin  negado  y  niegan  afasolv- 
•tamente,  no  solo  ala  continuación  del  pagoda  adelantos  que 
«tse  impuaidron  voluntariamente  en  .otra  éfiocsa»  no.  solq  á  ios 
» atrasos  qne  resultaron  al  tiempo  de  negarse ,  sino  también  al 

Digitized  by  VJV^ViV  L^ 


VKIIAMID.  iflf 

»iAt.lai  timiribuciouef  decretadas  por.  las  Corles/'  Véase  abora 
ai  en  medio  de  h^  Trsses  apasionadas  de  que  está  llena  esta 
aingiilar  eoatiinieacion  ^  nd  está  claramente  descrita  en  ella 
la  impotente  'luché  de  «na  autoridad  inferior  á  la  situación 
jMtt  los  obstáóuiós  inseparables  de  ella :  véase  si  pnede  deeifjM 
naasesprScitamenle,  que  aqueüfei  autoridM  no  supo  grangearse 
dn  cooperación  de  las  demás,  antes -bien  se  las  biso  adrenas  y 
.contrarias;  TQise  sino  era  cierto,  que  no  se  tuvo  el  tino  neoe^- 
aario  para  teguir  y  'conservar  los  mÁodos  /entabladas  de  recau«- 
dar  y  administrar  los  recorsos  oecesariqs,  para  hacer  que  se  sí* 
gaiesen  prestando  por  los  hacendados  y  capitalistas  los  adelan-* 
tos  que  en  otra  época  se  babian  voluntariamente  impuesto; 
Táase  si  eran  ciertos  los  jnstos  clamores  de  las  clases  que  viven 
del  Erario ,  si  era  un  sueSp  el  descredilo  en  que  babia  caido 
le  autoridad,  y  sobretodo  sincera  también  una  verdad  amay«^ 
ga  y  dolorosa»  q«e  babia  un  temor  fuádado  y  constante  de 
ver  desbandarse  las  tropcLs ,  y  entregadas  aquellas  provjocias 
i  las  depredaciones  ^  tnoándios  del  cariisma  ¿Y  desde  cuándo 
babian  sobrevenido  tantas  calamidades  >  y  otras  que  eis  aque- 
lla comunicación  no  se  mencioiían,  sóbrela  infeliz  y  desventu- 
rada Grtalu&a?  El  mismo  geoeral  Seoane  lo  declara:  desde  que 
/ekó  el  terror,  ^ae  infundían  las.  medidas  arbitrarias  del  but- 
rón de  Meeri.tñ  decir  (dmpejando  aquellas  fraseología  que  no 
tfoeremos  calificar )  desde  que  falló  el  tino,  la  entereza  de 
aquel  militar  ilusire  y  distinguido,  y  desapareció  la  ponfianaa 
que  babia  sabido'  inspirar  á  ias  clases  acomodadas  y  sen8ataa.=3 
Perdónesenoa  esta  digresión ;  pero  ella  era  á  la  vez-  necesaria 
para  nnestra^iadicAcion  y  defensa,  y-  para  consignar  en  nees~ 
ira  Crónica  d  tesfimonio  mas  irrecusable  de  cuanto,  hemos 
aa^nrado  acerca  def  estado  deCaialuia.t=Los  generales  Valdes 
y  Seoane  que alli  mandaban,  reconociéndose  por  fin  inferiores 
al  puesto  y  á  la  situación ^qoe  ocupaban  ,  han  hecho  última* 
mente  nueva  renuncia,  y  han  dejado  de  hecho  el  mando:  que 
•1,  gpbiemo  abra  los  ojos  y  medite  detenidamente  á  quien 
manda  áreemplasarlos;  no  sea  que  otro  error  semejante  al  pri* 
mero  acabe  de  estragar  aquellas  importantes  provincias,  y 
tetrase  indefinidamente  so  pacificación. 

Política  interior,  sAntes  de  comenzar  á  exponer  el  as|)éc«* 


Digitizedby  Google 


1 8a  IBVMTA 

to  de  los  negocios  inUriores  en  el  met  <|m  «cabe  de  Amüim; 
neoesitamoe  ««parar  una  omisioa  cometida  eo  la  Cránma  ao^ 
terior.  originada  de  la  ÍDdiapeiisable  préciiÑtaéioii  eoo  que  eai^ 
tos  artículos  se  escriben.  Al  trisar  la  reaeBa  d^t  «íllktto  Co%^ 
greso,  j  al  examinar  sus  actos  y  conducta »  no  bemos  beebs 
nencion  especial.de  \á  reducida  Minoría  que  en  aquella  asaaa* 
blisa  representaba  á  la  opinión  moderada ,  y  que  ee  opoab 
con  mas  acierto  y  tesón  ,  que  con  buen  ¿xtto  y  forlUMiá  Un 
desatentadas  resoluciones  de  la  Mayoría,  No  quisiéramos  recor^ 
dar  con  este  motivo  los  medios  que  redujeron  á  aquella  frs«^ 
cion  del  Estamento  popular »  que  debió  constar  de  cincuenta 
á  sesenta  individuos  4  ocbo  ó  diei  solamente,  adiiTitidos  como 
por  gracia  y  singular  concesión.  Hechos  de  esta  clase  debie*^ 
tan ,  si  posible  fuese,  borrarse  de  la  memoria  de  los  hombrrs, 
para  que  en  ningún  tiempo  S9  suscitase  el  recuerdo  de  iamei6 
escándalo ,  ni  pudiesen,  senrir  de  antecedente  y  pretifsló  á  tni*- 
cesosde  igual  aparecida  natnralesíu  Pero  preciso  es  decir  que 
aquella  Minoría ,  mutilada  y  reducida  al  niinimun  posible  li-* 
dio  con  ardor,  con  acierto  y  con  lealad  ,  y  sin  que  la  arfe*- 
drasen  los  obstáculos  que  por  lodos  les  medios  se  oiionian  á  lá 
manifestación  de  sos  opiniones ,  y  la  pdéa  tolerancia  con  que 
eran  xecibtdos  sus  discursos*  Los  StBores  Benavides ,  Egafta, 
Arteta ,  Ayala-  y  Moría ,  Cortázar  y  otros  se  opusieron  á  la  iés« 
clusioQ  fulminada  contra  casi  todos  loa  diputados-  de  la  opl- 
nion  moderada ,  patemixaroo  su  injusticia ,  reclamaron  con 
frecuencia  la  obeervancia  del  reglamento  y  la  libertad  eo  bis 
discusiones,  bicieron  frente  á  poco  generosos  tiros,  dir^dos 
contra  enemigos  á  quienes  se  babia  negado  la  toll*ada  en  el 
palenque,  y  cuando  la  Mayoría  de  aquel  Congreso,  después 
de  haber  Toudo,  en  la  negativa  de  las  p'üblicas  comríbuoio-» 
nes,  la  suversioa  del  Estado,  publicó  tm  manifiesto  vindican-» 
do  su  conducta,  ellos  siguieron  defendiendo  les  príneipioe 
tutelares  del  orden  y  de  la  libertad  eo  otra  Manifostacíon  qun. 
al  efecto  puUicaron.  Estos  esfoérsos,  esta  conducta  no  podían 
omitiime  en  la  historia  del  último  Congreso,  y  reparamos  {^ 
lo  mismo  can  gusto  hi  falta  qu^  involuntariamente  bemos  ecM 
metido  en  la  Crónica  anterior.  Hecha  esta  advertencia  seguid 
mos  en  aueatro  propósito,  n 


Digitized  by 


Google 


-  DB   MADRIO.  |83 

La  diéoIuctOD  del  Último  Congreso^  j  la  coQvocáoion  cié 
nneva^  Cortes ,  ba  vaelto  A  suscitar  en  toda  la  nación  la  laclia 
electoraK  Persuadidos  todos  los  fiartidos  de  la  gran  importan* 
cia  de  las  próximas  elecciones,  se  agitan  y  sa  afanan  por  dar 
el  triunfo  á  sos  hombres  y  doctrinas»  Miogun  medio  se  omi-^ 
re;  alocucionea,  manifiestos,  juntas  de  electores,  comisiones 
directivas,  reclamaciones ^  peticiones,  y, en  una  palabra  cuanto 
puede  poner  en  movimiento  y  en  acción  al  cuerpo  electorált 
y  hacerle  tomar  la  dirección  deseada.  Hombres  y  opiniones 
que  hasta  ahora  no  se  habían  nrrézclado  sino  muy  indirecta*  ' 
mente  en  eótas  lides,  loman  ahora  en  ellas  una  parte  muy 

£rincii>al  y  activa  j  y  sea  por  los  tristes  recuerdos  del  último 
ongreso,  y  por  la  inquieti|d  y  alarma  en  que  dejó  á  loe  pue- 
blos, sea  porque  los  grande»  progresos  y  adelantos  en  la  guer" 
ra  hacen  ya  mirar  como  difinitivo  el  régimen  on  que  vivimos* 
A  muchos  que  tal  vez  hasta  ahora  lo  ponían  en  duda,  sea  en 
fin  por  ambas  causas  reunidas,  es  á  la  vez  un  espectáculo  sor- 
prendente y  consolador  ver  á  los  hombres  y  clases  influyen- 
tes y  de  alta  posición  social ,  interesarse  vivamente  ep  el  éxi^ 
déla  contienda,  é  intervenir  en  una  cuestión  que  debieron 
haber  siempre  mirado  como  importante  y  vi^l.  Por  otra  parte 
las  costumbres  propias  del  régimen  electoral  se  van  creando  y 
aclimatando ;  se  van  ideando  medios  de  hacer  frente  á  las  in-* 
numerables  gestiones  y  amaBos  con.  que  una  minoría  andas, 
infatigable  y  turbulenta  ha  ybido  en  muchas  ocasiones  so- 
breponerse á  la  voluntad  de  los  colegios  electorales ,  y  van 
.  surgiendo  por  todas  partes  hombres  resueltos,  que  no  vacilan 
en  hacer  *frepte  á  las  acusaciones  «  á  las  calumhias,  y  hasta  á 
las  violencias  de  que  suelen  ser  constante  objeto  los  hombre^ 
de  cierta  opinión  política,  cuando  se  oponen  á  las  ilegalidades 
y  desmanes  de  ,sus  poco  escrupulosos  adversarios.  No  sabe-* 
mos  cual  será  el  éxito  de  lá  contienda  ;  pero  sea  cnjú  fuere». 
4Htos  sintómas  son  del  mejor  agüera  posible,  y  si  tal  vez  aho- 
ra no  se  .consiguiese  á  pesar  de  ellos  el  efecto  deseado,  es  in- 
,.  .dudable  ^que  ofrecen  grandes  consuelos  y  esperanzas  para^j^l 
>  porvenir.:=:El  gobierno  ba  tomado  también  en  las  elecciones  al- 
guna parte,  aunque  todavía  no  tanta  como  era  de  su  deber 
lomar;  pero  siempre  es  un  adelanto  y  una  mejora  sobre  la/ 


Digitized  by 


Google 


1 84  MTliTA 

conducta  en  e8l«  particular  observada  por  la  mayor  parte  de 
lo»  mioisterios ,  sus  antecesores.  Como  si  en  la  gran  contienda 
electoral ,  que  no  es  otra  cosa  que  la  lucha  de  todas  las  in- 
fluencias políticas  7  sociales  9  debiera  la  grande  y  provechosa 
influencia  del  Gobierno  permanecer  inactiva  e  indiferente  á 
los  embates  y  embestidas  de  los  partidos  anárquicos  y  disol- 
ventes «  dejándolos  conseguir  sobre  el  orden  y  el  sistema  esta^ 
blecido  una  fácil  y  no  disputada  victoria ,  y  como  si  aun^prean 
cindiendo  de  esta  grave  consideración  no  tuviera  el  Gobierno 
grandes  deberes  que  cumplir,  al  celar  por  la  ejecución  y  ob- 
servancia de  las  leyes  electorales,  y  al  expedir  con  ^sre  moti<.» 
vo  las  instrucciones  y  reglamentos  o|H)rtunos,  algunos  gober- 
nantes han  afectado  en  medio  de  la  encopada  lucha  de  lo» 
partidos  una  indiferencia  estólida  y  una  inexplicable  apatía. 

Cierto  es  que  la  intervención  del  Gobierno  en  las  eleccio- 
nes tiene  sus  limites  y  condiciones  peculiares;  que  puede  ha* 
ber  en  ella  grandes  abusos;  pero  ¿que  razón  habrá  bastante  A 
]iersuadtr,  que  el  Gobierno  debe  permitir  que  sus  autoridades 
y  agentes  empleen  la  influencia  que  tienen  como  tales  en  con- 
tra del  sistema  político  por  él  adoptado,  y  le  hagan  la  guerra 
con  sos  mismas  armas?  El  Gobierno  no  debe  pedir  á  ninguno 
de  sus  funcionarios  cuenta  de  su  voto  personal;  |iero  no  debe 
jamás  tolerar  tampoco  que  empleen  en  contra  suya  la  influieu— 
ciadeque,  como  tales,  se  hallan  revestidos.  Mfis  decimos:  el 
'funcionario  que   hace  un  uso  semejante  de  su  ascendiente  ¿ 
influjo,  comete  un  acto  de  iitmoraüdad  política,  bastante  á 
motivar  su  separación ,  porque  siempre  sería  u^a  mala  acción 
hacer  voluntariamente  la  guerra  al  Gobierno  mismo  á  quien 
voluntariamente  se  sirve.  La  máxima  de  recibir  los  favores  de 
un  ministerio,  y  estar  al  mismo  tiempo  favoreciendo  á  sus  ad* 
versarios,  y  negociando  con  ellos  para,  en  el  caso  de  que  triun- 
fen, partir  con  ellos  los  despojos  de  la  victoria,  será  muy  có^ 
moda  y  conveniente  para  los  que  la  usen  y  practiquen ;   pero 
dudamos  mucho  de  que  la  moral  mas  laxa  no  la  repruebe  y 
condene.  Bien  sabemos  que  en  esto  puede  haber  grandes  abu- 
sos; bren  cabemos  que  los  ha  habido,  que  c^e  ha  llegíido  hasta 
el  inconcebible  extremo  de  señalar  como  causa  general  de  Re- 
paración, aun  en  los  empleados  mas  insignificantes  de  la  pú^ 


Digitized  by 


Google 


DB  MADAln.  ,i8iS 

blica  adcnibistracioQ ,  el  simple  afedoaLiuteoia  de  voo$.fnl^' 
nislros  que  acababan  de  desaparecer  eti  medio  de  «a  motio» 
después  de  haber  obtenido  e)  apojro  de  la  .Nación  ^en  las  elec^ 
clones  (i).  Pero  al  condenar  los  abusos*  es  .preciso  respetai;  el 
priiHsipio,  y  no  reprobar  medios  en  su  esencia  justos  j  legüi-^ 
mos»  porque  tal  vez  se  puedan  cometer  con  ellos  grandes  cx-r 
cesos.  —  Por  lo  demás,  j  aun  prescindíei^do  del  influjo,  que  el 
gobierno  puede  legitimamenie  c^íercer,  para  que  no  triunfeo 
en  las  elecciones  los  principios  que  él,  en  su'  leal  etu^nder^ 
Conciencia,  juzga  funestos  á  la  Nación.  ¿Como  se  puede  pon^r 
en  duda,  que  no  es  ja  un  derecho,  siup  un  deber,  j  un  de-» 
bcr  imperioso  y  sagrado  en  el  Gobierno  ^  eji  hqcer  que  las  1e«* 
yes  electorales  se  ejecuten  con  lealtad,  cpn  ecierio,  con  uni- 
formidad, y  que  ntf  se  alteren  ni  falsiGquén  por  los  esfagnos 
de  los  partidos?  ¿Cóipo:  q.u^  no  tiene  facultades  para  impedir 
los  amaño^  é  ilegal  i  Jades^  con  que  los  inmediatos  ejecutares  de 
la  ley  tratan  de  tercería  y  acomodarla  á  sus  proyectos  é  inteo- 
t(«?  ¿Y  cómo  en  fin ,  que^no  ea  de  su  mas  estrecha  incumben- 
cia hacer  qué  ei)  tgdos  los  actos  electorales  haya  la  entera;  y 
«implia  libertad  que  la  ley  reclama  y  mira  como  indispi>psable 
.para  la  legitimidad  y  Talidez  de  lac  elección?  El  Gobierno  ha 
comprendido  en  esta  parte  su  deber»  y  ha  fxpedido  á  su  con*- 
secuencia  la  circular  de  S  del  actual.,  dando  ,reglas  acertadas 
para  evitar  fraudes  é  ilegalidades  que  la  experiencia  ba  acre- 
ditado en  repetidas  ocasiones  no  ser  im^aginarias  ni  soñadas;  y 
aunque  nosotros  estamos  muy  distantes  de  aprobar  algunas  de 
las  disposiéiones  contenidas  en  dicha  cirqular^  todavía  creemqs 
que  el  Gobierno  ha  estado  en  su  derecho  al  expedirla,  y  que 
en  general  son  acertadas  las  reglas  que  contiene.— Sin  ém-* 
bargo  era  fácil  prever ,  que  aquella  resolucipn  habia  de  en- 
contrar oposición  decidida  én  el  partido  político,  avezado  á 
sacar  gran  fruto  de  las  ilegalidades  y  fraudes  á  que  ep  ella  se 
bace  frente,  y  sobre  todo  en  las  exageradas  pretensiones  de 
algunas  corporaciones  populares,  que  se  creen,  independientes 
del  gísbierno  nacional  en  el  ejercicio  de  sus  funciones,  é  irres*» 


{%),  AmIjCS  Mciiai  a«  as  d«  ■stiemkrt  j  túm  oetabrt  ét  ISf  6  ,  idwttai  te 
U  circulaf  üe  U  díreccioife  s«AerAl  de  reatM  ds  26  d«  octabre  del  miimo  !€•• 

Segunda  serie. ^TomolL  a4 


Digitized  by 


Google 


l86  RITIITA 

poosaUes  por  lo  mismo  j  soberanas.  Porque  «claro  está »  que 
no  estando  sua  actos ,  según  preteodcn .  sujetos  á  la  suprema 
autoridad  del  Gobierno,  este  no  puede  responder  de  ellos  i 
las  Cortes;  y  como  estas  por  la  constitución  del  Estado  tam- 
poco puedea  eligir  ia  responsabilidad  mas  que  á  los  ministros 
de  la  corona,  yetidris  á  resultar,  que  los  ayuntamientos  y  di- 
putaciones proWnciátes  no  respondian  á  nadie  de  sus  actos; 
que  eran  unas  verdaderas  soberanías  indefiendientes  dentro  de 
la  gran  sociedad  espa&ola.  Absurdo  que  no  merece  refutarse,  y 
que  sin  embargo  hemos  fisto  con  asombro  sosten¡<lo  por  hom- 
bresy  en  quienes  suponíamos  alguna  mas  inteligencia  en  ma- 
teria de  administración  y  de  gobierno.— La  oposición  prevista 
llegó  efectttameote  de  becho,  y  la  resistencia  partió,  como  era 
de  esperar,  del  ayuntamiento  y  diputación  provrocial  de  Ma- 
drid ;  y  4  la  verdad  con  sobrados  motivos. 

El  cumplimiento  de  lo  mandado  por  el  Gobierno  hubie- 
tn  evitado  los  abusos  á  que  la  diputación  provincial  se  ha,  en«- 
trégado  osadamente  en  la  forhiacion  de  las  listas  electorales; 
la  bubiera  obligado  á  ser  menos  f^rcial,  y  hubiera  puesto  el 
resultado  de  las  elecciones  de  Madrid,  no  al  arbitrio  de  la  di-f 
"putacion  como  se  halla  en  la  actualidad ,  sino  en  la  decisión  de 
la  mayoría  de  los  colegios  electorales.  ¿Cómo  habia  de  ver  con 
gusto  las  medidas  tomadas  por  el  Gobierno  para  que  las  lis- 
tas electorales  se  formasen  de  todos  los  electores  y- de  solos  loa 
electores ,  d  partido  político  que  en  la  capital  de  la  monarquía» 
ante  lo  mas  selecto  de  la  sociedad  española,  y  arrostrando  la 
sigilante  censura  de  lá  prensa  diaria,  no  ha  ténidlS^  reparo  ea 
borrar  de  las  listas  á  la  mayor  parte  de  los  electores  de  opinio- 
nes moderadas,  en  incluir  por  m^io  de  interpretaciones  ab- 
sordas  á  mochos  á  quien  la  ley  no  dá  derecho  electoral ,  tal 
ves. porque  los  presume  favorables  á  sus  miras,  y  comete  ade- 
mas ú  atentado  de  escluir  á  una  clase  entera  y  numerosa  de 
electores ,  compuesta  de  la  grandeza  y  de  la  oobleaa  titulada, 
bajo  ^  absurdo  y  bufonesco  pretesto  de  que  ignora  cual  es 
el  nombre  de  sus  individuos?  A^  un  partido  que  así  se  condoce 
y  procede,  y  que  ni  siquiera  se  toma  el  Cl'abajo  de  salvad,  co- 
mo se  dice  vulgarmente ,  las  a{iari«ic¡as ,  bien  le  ést<  oponer- 
se á  que  se  le  fiscalicen  sus  actos,  y  se  le  intervengan  sus  ope- 


Digitized  by 


Google 


M   HAOÍMBw  187 

tXtiaÉflt^erb  bien  te  |iiaéde)iségiirar'táml>¡«i/que  seknejanié 
priHidd  nó  tniede  tefiéf  ya  esperanza»  tii^fxirveniír  en  una  na- 
tfioir  púhdonotói^'y  honrada,  qué  dikimula  y  perdona  toiloa 
ick  ettratfea»  pero  que  es  inexorable  con  las  acc(oi|es  bastardas 
é  impudentes.  Sinceros  aniigoii  del  'gobierno  representalivo  y 
liel  régimen  eleclorál ,  eú  que  estriba ,  nos  llega  al  alm^  loilo 
tíñanlo  tiende  i  falsearle ,  y  á  ridicütixarle  á  los  ojos  de  bis 
personaá  siiosaias  y  honradas;  ño  podemos  mirar  escándaW  se«- 
m<!Jan«és  con  la  indiferencia  6  la  mota ,  con  que  lorque  no 
tienen  fó  en  Hqnel  ttstema  Jos  conteml>lan,  y  nuestra  expresión. 
y  cMilo  se  tillé  shi  querer  en  la.  amargura  de  nuestros  s^nti* 
michiíos.  Lidiemos  enhorabuena  denodadamente  por  el  triun- 
fo de  fas  Opiniones,  que  en  nuestro  respectivo  entender  sean 
Illas  útiles  al  bienestar  de  la  nación ;  pero  lidiemos  cob  honor 
y  con  nobleza ,  y  sin  que  el  Carácter  de  hombres  públicos  6  de 
-]iariído  degrade  ni  envilezca  en^nosotrosal  hombre  particular 
y  at  ciudadano  honrado.  Dé  lo  contrario  la  práctica  de  los  de^ 
rechos  poKticos  se  convertirá  bien  pronto  en  una  escuela  de 
Impudencia  y  de  inmoralidad ,  que  no  |x>drá  resistir  por  mu^ 
dio  tiempb  al  sentimiento  ele  justicia  y  de  probidad ,  que  resi-^ 
'^e  en  todas  las  sociedades ,  y  perecerá  enmedio  de  las  jUstaa 
y  merecidas  maldiciones  de  los  puetío». 
'  !No  tiebemos  con  todo  ocultad,  que  gran  parte  del  mal  que 
fli^Yloramos,  está  en  un  vicio  radical  de  que  adolecéis  todas 
nuestras  leyes  electorales.  En  confiar  la  policía  y  práctica  de 
las  elecciones  £  cuerpos  producto  del  sistema  electoral,  y  co* 
ino  ialés  representantes  obligados  del  partido  político  que  loa 
ba  etegtdo.  Estas  corporaciones  asi  nombradas  no  pueden  ja- 
sas sei' imparciales,  ni  dejar  de  favorecer  mas  ó  menos  abier- 
tememe  al  partido  á  que  pertenecen :  y  como  por  otra  parte 
00  fieneo  que  responder  á  nadie  de  su  conducta  ,  bien  se  deja 
ceMprendef  la  parcialidad  y  los  abusos  qiie  de  semejante  sis-^ 
tema  ae  deben  necesariamente  seguir.  Si  las  lisias  electorales 
/uesen  formadas  definitivamente  por  funcionarios  públicos  y 
tespoasables ,  aunque  con  audiencia  é  intervención  de  las  di« 
ptt raciones  y  corporaciones  populares;  si  fuesen  como  debieran 
ser  permanente»  y  estables ,  sin  perjuicio  de  las  esclusiones  e 
incltniones,  qtfe  bajo  ciertas  garantías  se  decretasen  en  la  rc- 


Digitized  by 


Google 


l88  .    MTUTA 

irlston  anual « y  ai  de  Ifi  daoisioQea  que  lobra  aalaa  íi 
ó  esclasiopes  recajeaen  bubieae  racnrtoi  un  iribunal  de  juar 
ticia»  no  90I0  eTÚarían  loa  grandes  abaaosque-eslaiiipa  hiendo 
y  palpando ,  sino  que  se  cerraría  lá  pueru.á  la  innoralidiid  .J' 
á  los  escándalos  que  deploramos. 

^  En  medio  da  esta  lucha  ^iva  y  sosteDida  entre  laa  dea 
grandes  fracciones  del  aniiguo  partido  liberal,  y  en  qne  la 
victoria  parecía  decididamente  inclinarse  del  lado  en  qiie  do» 
minan  opiniones  mas  templadas  y  análogas  á  las  exigencias  de 
la  situación  ^  creada  por  el  grande  acontecimiento  de  Vergara» 
un  incidente  notable  ha  tenido  á  distraer  la  ateticion  de  loa 
combatfentes»  y  á  dar  alguna  contingencia  de  victoria  al  par- 
tido que  iba  en  pronunciada  derrota»  Hablamos  del  celebfe 
artículo  comunicado  del  Sr.  Linage,  secretario  de  campafta  del 
general  en  gefe  de  nuestros  ejércitos.^— Desde  lossucesos  de  agos* 
io  del  año  de  1837,  y  principalmente  desde  que  el  general  Es-** 
partero  en  Miranda  y  en  Pamplona  restableció  enérgica  y  ri^ 
gorosamente'la  disciplina  militar «  que  los  esfuersos  combina** 
dos  del  carlismo  y  de  las  sociedades  secretas  Rabian  logrado 
casi  enteramente  destruir;  los  hombres  de  orden  y  de  gobier^ 
no,  que  desean  en  su  patria  el  sólido  aSanzamieoio  df^. trono 
de  la  bija  de  nuestros  reyes ,  |)ero. sobre  la  base  de  uaa  libertad 
política  racional  y  moderada,  tan  distanle  del  régimen  abso* 
luto  como  de  las  pretensiones  de  los  demagogos ,  respiraron  7 
cobraron  vigor  al  ver  que  un  gene|:al  afortunado  y  valiente 
ae  declaraba  A  campeón  de  la  subordinación  militar  y  de  kA 
principios  tutelares  de  toda  sociedad  y  gobierno.  E|^  general 
Espartero  y  su  ejérciio  fueron  entonces  la  esperanza  f  el  eon-^ 
suelo  de  todos  los. buenos  patricios ,  asi  como  el  blanco  de  laa 
iras  de  todos  los  hombres  turbulentos  y  agitadores.  Su  nombre 
y  su  gloria  se  elevaron  á  un  grado  muy  alto;  y  á.  su  sombra 
ae  desarrolló  aquel  gran  movimiento  nacional  queaemanifea-» 
tó  en  las  elecciones  de  1837,  y  que  saocionó  en  nías  esténse  ear 
cala  los  principios  que  el  general  babia  prpclaipado  en  su 
mando  militar.  No  recordaremos  sucesos  posteriores,  que  se 
atribuyen  á  disidencias  personales;  no  deplorar^smos  nue.taT 
mente  los  males  que  dé  aquellas  disidencilk  se  han 'seguido: 
un  hecho  grande,  un  hecho  glorioso,  y  de  inmensa  traacen-*; 


Digitized  by 


Google 


/  MVAMm.  189 

dmcia  y  porvcttir  ^uio  á  cambiar  la  ht  de  la  nación  ,  j  este   . 
gran  hecho  á  qoe  presidió  la  foriuoa  y  el  acierto  del  ráne- 
val  Espartero  toWió  i  hacerie  parecer  en  mayor  altura ,  7  i 
ponerle  naloralmeote  al  frente  de  los  hombres  que  arribu  bé» 
ttof  designado.  El  convenio  j  el  ñhtétéáe  Versara  eran  la  rM- 
lisacbn  de  sn  mas  oonséante  deseo /la  ejecución  mas  feliz  del 
liroyecto  qoe  lamas  diatribas  j  ealodiniás  habiá  atraído  sobre  . 
oHoe.  Y  al  abrir  el  general  Espartero  aquella  nueva  senda  de 
«MMicoráia  7  de  fMiz»  se  ¥i¿  naturalmetite  rodeado  7  seguido  de 
todos  los  qile  habían  sospirádo  por  una  avenencia ,  que  afián- 
zasef  el  trono  de  nuestra  reina ,  7  atrajese  á  sn  obediencia  á  los  , 
q6e  de  ella  se  babian  laslimbáamente  separado;  7  cuando  se 
le  vio  abogar  eoo  sn  legitima  itiBuencia  por  la  concesión'  mas 
amplia  de  las  franquezas  provinciales,  que  babia  estipulado 
•n  Vergava^  7  pedir  una  generosa  amnistía  en  favor  de  loé 
■útsmOB  eoearigoa  conira  quien  tan  denodadamente  babia  lu« 
ehado ,  loe  bombees  á'que  alúdimbs  iicabfirón  de  mirarle  sino 
como  so  gafe  7  natural  caudillo,  á  lo  menos  coino  el  mejor 
interprete  70Malizador  de  eos  doctrinas "7  principios.  T  no 
porque  esperasen ,  ni  «deseasen  servme  de  su  influencia  parii 
míeas  personales,  ni  aun  de  partido,  sino  porque  eotwntran- 
dolé  el  primeroen  la  «etida  que  eHos  se  habían  propuesto  se* 
gmr ,  nnian  naturalmente  sus  esfuerzos  á  los  SU7ÓS'  en  bene«- 
fick»  de*ia  «vosa  publiea  7  del  afianzaoniéoto  de  la  paz  de  la 
naeiM ,  7  trabajaban  conffiadoe^n  este  sentido  v  abdicando  toda 
tde»  dénmenos  elevadle  eategoria.  La  cooVidcioil  de  eslátinion^ 
as  ser  quiere  caeual  per p  efScetíva ,  no  anituiM  Sólo  á'  loV'bom- 
bees  de  que  hablamos ,  «ioa  i  sus  adtersalrios  políttebs ,'  á  *  loa 
enwiigos  de  la  paoificaeion,  del  oonv^iny  avienentía  édPér**' 
gara-,  de  loe  fueros  allí  estipufládos  7  de  la  ankAiBria  pt^fec-^ 
tada  en  fiívor  de  loe 'réndidoí¿  sometidos;  7  Ik  deploraban 
como  un  ma^  iitemédiaMé  ^  eótnb  úú  obstáculo  insuperable 
á  sus  conocidos  proyectos. 

Tú  -era  la  sitoaciein  ostensible  7  aceptada  dé  las  cosas, 
ooandotel  eoáiuiiieádo  del  Sr.  Linage  vino  á  poner  eti'duda  la 
sUmlad  7  exaotitiil  de;  esta  situación;  Lanzarotí  un  grito  de 
alegvia  loa  hombres  de  la  Granja ,  pot'que  cnjtéc/a  colihnbtiir 
qué  ¿1  gaMral  Eipanerb  no  se  preaiaría  á'  marchar  tiotatri'fea 


Digitized  by 


Google 


qti6  ¡QtaiiuieQ  ttp  motin  á  «qoel  pam^kloV.  J  <|l^  ipoilriM  kyr 
mitUr  7  etcameGer  nueva  á  iapnoepieote  al  lrap#;  m  ealra* 
'mecieroo  de  placer  los  hombres  vidleotos,  que  MababaB  d« 
votar  el  trastorno  del  Estado,  y  la  disolucioa  dfl  ^réitoan  la 
negativa  de  las  oontribucioDes  i  cuando. se  6f  araron  ver  eu  «A 
Comunicado  la  aprobiio¡o«|  de  su  descabellada  eondudav  y  to?4 
dos  los  hombres  acosmmbrados  á  figqnir  ea  loa  ntoliMa  y  09 
los  asesinalos  de  beneaiérílaa  f  olor¡d«d<»  y  seoerales:  deeidUka 
y  velientes  requirterpn  sus  pi|n#l«s«  imagittánddse  c|4ie  ««!•-» 
ba  ya  de  su  parte  el  vengador  de  loa  aseskiaioa  de  Miráudn  y 
do  Pamplona.  Pronto  cooocieron»  cpn  mas  refie^^iva'  leielwat 
que  no-ieoian  motivo  para  tauto^^regocuPt  p«ra  ca^^emfe  at'n 
embargo  sacar  ife  aemq«ute  incídenie  u»  gran  pnrikto  paf« 
laa  próximas  elecciones «  bieíeron  reimpriqílr  profflaansenle 
^qnel  papel «  U  circularon á  loda»  partes,  y  le  ^mentaaon  de 
mil  modo#  y  mañerea.  En  lat  piro«inciaa  sigiiier«a  ant  amígna 
el  impnlso  dado ,  y  apenet  bey  una  sola  en  qne  no  n»  hajtn 
reimpreso  y  celebrado  cpp  mas  festejos  y  alegrías  qne  lea  #|ne 
ÍMnifesurop^  4  JU  noticia  ^  conyeDÍ4i  de  Vergam.  Por  d  «bnr 
tritrib  {veriÚíf ^  ^  impaieiidea  h¡aioriad<ures  4e  lo  snecdido  lo 
referiicnoa t  Aonqu#  oan.  diígoslo)  lea  hombres  á  qnienes  prinin^ 
10  bemoa  alndida  nianUiasinron^  mayor  dokr  al  ver  nqodUA 
cotnnnioacion.,^  j>revieron  todoa  lea  jsxalfa  que  de  ella  pudie-9 
inn  originarle  en  fl  momenia  preciso  de  lai  eteqoioeaKS  y  ai 
bien  eonocieion  d^8d#  biego  qne  esteba  m«y  kím  dé  aiginífinsn 
todo  lo^ue  ae  pretendia  por  los-  qne eñ  mi  firovcobo  la  bené« 
fici^n,,  lodavia  \m  pareció  que  w  nqnolloa  momentoa  eao» 
ii^ia  neoeiiemmeiitf  may  mtl  efeoK»»  Así  parece  babor  aídé 
Ufir^i«A  ioTgadía  eqonlU  epmMiciieiM  por  «líos*  pemonei^H 
y  ú.premm  diaria  ba  aouoMd<kqM  bnUan  madindo  aahfvea» 
Ip  aclaraciones  tino  del  lodoseiisfaotoríea^anfioientcs  sin  em^^ 
bnrgp  á  rebajar  e».(pen  manerm  k  importaneía  ^«m^m  afeeiA 
dar  á  aquel  incidente^  á  desvanecer  oríminalee  esperanaas^  y  á 
eonlener  y  refr^sier  loooa  pcoyeeios  y  de»cibelledha.lenletfvas> 
^  ncf^rémoil  s¡in:emberfo  que  be  cMMdn  y  está  eftmsmto  . 
tff^eyia  aqvells  ^mupiqeciM  gravea  pérjUicioB  é  la  djpininn 
mo^^g.  ,eff,  lu  elecpmies  de  qve  le  balU  «opada  en  Ub  aé«t 
UJilM^h  I^9Úptu  l^  entoridad  é  RiÜMneia  dd  yinirii  Eám 

■      Digitized'by^OOQlC 


MfMAniiK  ígt 

partero ,  iiunqa«  te  preaeifidiese  devut  lítalo»  al  aprecio  y  gra- 
titud naciooal ,  aería  siempre  grande  por  el  mero  hecho  de 
mandar  cien  mil  hombres  en  estas  circunstancias,  j  á  uAo 
anuncio  de  su  desvio ,  cuando  se  van  á  hacer  las  elecciones^ 
puede  ejercer  en  ellas  contra  su  misma  voluntad  una  funesta 
influencia.  ^Eslo  prescindiendo  de  otras  consideraciones  de  un 
orden  mas  superior  y  elevadob 

Sin  embargo,  todo  anuncia  que^los  colegios  electorales  no 
sancionarán  la  conducta  del  disnelto  G>ngreso ,  ni  darán  la  ra- 
zón á  sus  corifeos  y  prohombres,  y  que  asi  como  los  poebloa 
han  desairado  su  deicabellada  negativa  de  las  contribucionea 
públicas,  asi  negarán  también  toda  fé  y  crédito  á  las  pomposas 
y  fidaaes  promesas  de  sus  alocuciones  y  manifiesloa. 


3i  de  diciembre  de  tSSj)»* 


Digitized  by 


Google 


Digitized  by  VjjOOQIC 


BBVISTA  US  MAVaXD. 


ÍU(k»UllA    OÓlltEBIPOBAIIfiA. 


SlETTlSEI^IGH  (Principe  de). 

(GMiclilfioft.  TétM  el  número  «ntérior.) 


B 


*ajo  éste  (itítitó  de  vista  ^s  como  mere<íe  ser  principalmen- 
te estudiada  la  historia  del  Congreso  de  Cfaatillón.  En  aquella 
retíiiion  aan  hubo  un  deseo  tnarcádo  de  parte  de  Mr.  de  Me- 
tteroich  de  ajüstar  pn  tratado  sobre  bases  dé  equilibrio  euro- 
pea El  canciller  de  Aiístria  debió  conocer ,  que  la'  posición  de  . 
su  gabinete  no  era  la  nlisma  ya  que  al  principiar  la  campaB^; 
pues  todo  el  poder  moral  se  había  pasado  al  emperadoi'  Alejan- 
dro ,  TUelto  el  arbitro  de  los  destinos  de  la  coalición.  A  AfM. 
de  Metternich  j  de  Hardenberg  apenas  se  les  consultaba;  el  as^ 
cendieote  de  la  popularidad  pertenecía 'enteramente  al  Ca^r: 
no  se  hablaba  mas  que  de  él ,  y  las  negociaciones  se  dirigían 
especialmenteá  su  gabinete.  El  tratado  militar  de  Chaumont, 
que  fijó  el  contingente  de  tropas  para  la  coalición  ,  fué  dictado 
por  lord  Qstleréagh ,  pues  temia  que  la  alianza  se  disolviera: 
declarábase  en  él,  que  las' potencias  no  envainarían  la  espada 
basta  después  de  haber  reducido  la  Francia  á  sus  limites  de 
179a.  Cada  gabinete  estipulaba  cín  contingente  de  i  So  mil  hom- 
bres efectivos;  7  la  Inglaterra  pagaba  loe'  subsidios. 

Segunda  xe)*i#.-*ToMo  IL  a5 

Google 


Digitized  by  ^ 


194  REVISTA 

Gftda  dia  era  mas  delicada  la  posición  de  Mr.  de  Metternicb; 
^  medida  que  ios  sucesos  militares  aproximaban  á  los  aliados  á 
París,  no  permitía  el  bien  narecer  que  el  emperador  de  Austria 
asistiera  á  operaciones  militares  cuyo  objeto  era  la-  toma  de  la 
capiul  donde  reinaba  la  archiduquesa.  Mr.  de  MettéTnich  se- 
guía e«rresponden(^  coii  María^  Luisa ,  jfáito^  no  era  Tueño 
de  los  acontecimientos ;  el  emperador  Francisco  II  y  su  minis-^ 
tro  se  detuvieron  en  Dijon,  mientras  que  la  atrevida  operación 
del  grande  ejército  de  Schwarzemberg  ponia  á  París  en  poder 
de  los  aliados.  Con  este  motivo  se  ha  hecho  un  gran  cargo  á 
Mr.  de  Metterni<^h;  ¿como  ha  podido  s^acíonsir  jun  cajpbio  que 
rompia  la  corona  itnperíal  en  las  sienes  de  María  Luha?  Hay 
épocas  en  que  las  opiniones  lo  arrastran  todo;  los  espíritus  ca- 
taban fatigados ,  se  estaba  cansado  de  Napoleón  y  de  su  régi- 
men militar;  U  cuerda  estaba  dqiQa&ia<jl#;^UV^e^,  y  se  rompid. 
Es  preciso  trasladarse  i  aquellos  tiemptM*,  para  coiti prender  la 
resolución  de  los  aliados ;  y  hubiera  sido  harto  difícil ,  con  las 
irritaciones  qu^  epgeildr»  ift  g^efiif ,  !pS;.Sfi9fPi'^°^>s^&  <^m- 
traídos  en  Cbaumont ,  y  el  tnovímiento  de  las  ideas ,  el  soste* 
ner  ni  la  regencia  de  la  archiduquesa.  ¿Podíase  suponer  aoe 
Na^oleo.B  se  hu.bie^a  reducido  i^ -un  pfsq^^no  ri^inp  cuyo^líipí^ 
tes  eran  d^l  lad^  if  «cá  del  Rhin?  l^i  rpj^^ncia  fip  hay  .du()f 
que  er^  el  ariuofo  cpmplelo  del  régimf^n  .9u$¿rÍ9P9;,¿[^fp  qi^p 
hubiera  sido  Napojeon  cqn  la  regencia.?  ¿hubiépas^  resi|;fi^^f 
á  un^  {K)§¡cibif  humillante ?.el  dueño  del  di1,^(iÍ9'p?perip  frj^nr 
oás«  se  b,Vi|?|e.f¿?Íio^ad<f  en.el  f^fípifil^irém^^ 
Pft^'We,/  '*/'*'.  .    *      ".    ','■  ]     .      'Vm ' 

iMf  aconteci^jeiitp^  4c  París  fufi;p^  ipdfppifdi^ntef  .d^  I^ 
volpnt^d  d^  ^r.  á^  Melternjjch ,  pues  no  CjopQu^ió  4  ^]^!^  (Il^ 
dictvo'lpdos  los  secretos  de  aq,Mel|a8  oonferi^f^cjas  en<mj  ffiffprla 
de  ía  restauración).  El  emperador  Alejancji^oaclquirió  ei^t.9nce^ 
t^n  gran  preponderapcia, que  ningún  gabinete»  Qualquiera  qup 
hubiese  sido»,  hubiera  podjdp  luchar  con  el.  Mf-  de  Mjett^^iol^ 
no  apareció  en  la  polít^  4^  }p9  i];at#dos ,  hasta  .después  de  Jif 
ocupación  de  I^arís.  (ja  archidu^jue^  fiabia  sido  arrebatada  á 
la  frágil  re^ficia  de  Bloís,  y  llevada  junto  i  su  pa^^'c.  ^^^^i( 
cisco  11.  La  diplomacia  activa  se  ocupó  del  gradado  dp  Pi^^  que 
restablecía  el  órdep  f  If  paz  gf^peral,  la  ri^^f  r^cio^f /^|9,los  Boi^f 

Digitized  by  VjOOQIC 


DE  MADRir.  ♦  '    J9S 

)^XkC^  y  U  aotigtta  demarcación  terrlioi  ial  de  la  Francia»  Er4 
^a  grande  resultada  de  la  campafia ,  pero  no  leerá  todo ;  el 
inmenso  imperio  de  ll^applepn  estaba  becbo  trizan ;  ¿  cómo  se 
bebían  de  repartir  |os  reatos  ?  ¿Había  Mr.  d^  Metternich  de 

.  io4judür  aI,  emperador  FrancisQp  4  vol Verse  á  ce$ir  la  antigua 
cqroftf, imperial  abdicada  pqi*  el.  tricado  de  Presborgo?  Hábia 
upa  preocopa^ioKi  eo  favor  d^  tod^  Ua  cosas  antiguas;  pero  U 
iag^9J^i^  ^  Air.  de  A|et.terniph  dte^p^brió  ep  k  corona  imper 
r^l  j  germánica  ^  acipada  hacia  ya  diez  ano$»  i)n  tlmlo  sio 
ÍQ^uencia  real,  que  hubiera  disgastado  á  la  Prasia,  la  cual  der 
l^layerfcicu^pe^oaá  fin  emperador  al  lado  de  6u  reino  ^  que  iba 
4  ppittiNrefider  cpsi  uqa  tercera  part^  de  la  poUaoion  iíleiiia9a..! 
]^r.  4p  ^^Xte¡s^^k  COR  el  iosiinito  j  política  que  le  caracterizan, 
i^opió  que  reservándose  el  Austria  e^  lo  sucesivo  uAa  elevada 
dir^cion  calcica  en  A,lemania*,  debia  tener  tendencia  á  lleg^f 
i  sfT  avjft  soberanía  n^idional ,  cuya  cabeza  estuviese  en  6a<* 
Ilicia ,  S|i  extjremq  f^  Dfilmacia ,  abrazando  después  el  reii)p 
lombardo-vene^,  Ipi  corona  magnifica  de  hierro  del  Milano 
lado.  Pl  canciller  d^  francisco  II  llevó  este  pensamiento  al  con^ 
greao  df9  Xje^ia »  Qnnpdp  se  jt^etó  de  eatablecer  sobre  bases  ge«- 
peralea  un  nu^o  reparto  de  soberanías  en  Epropa.  Este  pen«*- 
aamiento  se  yé  rep^ducidp  cpanti^s  veces  Mr.  de  Metternie^ 
\kfí  debido  desplegar  ap.aistema  políticp,  y  él  esplica  f\i  .asidoü 
solicitud  ep  iayor  del  reino.  JUombardo-v^peto,  y  esa  espíciMí 
de  invasión  b^ía  e|  Ijioraldel  Medit^rán^o. 

Mr.  de  Met^ernjcb  ejerció  upfi  Conocida  influencia  en  ^1 
Gopgreso  de  Vtepa  de  p8r4<  El  eipperador  Francisco  U  babia 
becbosacrj^ciqs  de  iapiilia  a^bandonando  la  causa  de  Marfo 

.  Luisa 9  y  para  prestar  bpmenage  á  aquel  proceder,  la  Europa 
fijó  en  Viepa  la  asamblea  de  sus  reyes;  En  medip.d^  fiestas,  de 
ga}as  y  distracciones,  se  iba  á  cop^iruir.de  nuevo,  la  Europa 
sobre  bases  i>pevas^  seml^rábanse  4e  placeres  y  ¿fs  Bpres  lai 
largas  co^ferepcias  en  que  se  decidia  la  suerte  de  las  nació-*- 
n^  El^príocipe  de  Mettjsrnich  babia  llegado  á  los  cuarenta 
ef&Qs^  d^  su  vjf|a ,  y  veía:  realizarse,  la  obra  de  siks  cuidados  y 
pepsapiifnitos.  Vieoa  presentaba  el  mas  magnífico  espectipulo* 

^all^bapfe  allí  reunidos  los  sptm'apos,  y  cov  ellos  un  sipnú- 

|Aero  4^  pvf  i^pipe^j  S^^.  sus  famjjiias ,  j9U  corte  y  su  num^psp 


Digitized  by 


Google 


196  REYIQTA     ' 

séquito;  las  intrigas  amorosas  rivalizaban  con  las  serías  sesiones 
del  Congreso.  Viena  faé  entontes  el  llanto  Je  reunión  de  cuantos 
hombres  mas  distinguidos  babia  en  Europa  ;ef a  la  reunión 
lK>r  las  noches  én  el  teatro  de  la  Corte ,  j  en  aquellas  brillan- 
tes sociedades  donde  Blucher  completaba  jugando  su  ruina»  que 
tan  bien  babia  principiado  en  París.  £1  príncipe  de  Metter- 
nich  dirigia  la  diplomacia  de  la  fiesta ,  al  paso  que  la'empera- 
tris,  la  esposa  de  Fram^isco  II ,  acogía  á  los  forasteros  ilustres 
con  la  dignidad  j  lá  gracia  que  le  eran  propias.  La  brillantes 
del  Congreso  de  Yiena  ha  dejado  profundas  impresiones  en  el 
ánimo  de  los  diplomáticos ,  que  se  unen  con  los  recnerdos 
agradables  de  su  juventud.  En  el  dia ,  cuando  íse  habhi  con 
aquellos  á  quienes  la  muerte  ba  respetado,  se  recuerdan  con  en- 
tusiasmó las  caballerescas  cabalgatas ,  los  bailes  de  etiqueta  de 
la  emperatriz,  y  las  galanterías  de  los  soberanos.  \Qné  socie- 
dades las  de  Lady  Casilereagli !  t  mujer  diplomática  tan'ác^ 
tiva  como  el  gefe  del  ministerio  inglés,  en  todas  las  negocia^ 
cienes  qué  tenían  entonces  relación  con  la  stretté  del  mondo! 
Al  recorrer  las  calles  de  Viena  era  común  encontrar  áios  ti*es 
soberanos  de  Rusia ,  Prusia  y  Abstria  dátidoto  la  tmnb,  ma- 
'  nifestándose  la  mayor  confianza ,  al  paso  que  en  el  Congresd 
ije  levantaban  las  discordias  mas  importantes  acerca  del  tras^ 
torno  l^/ritorial  de  la  Europa.  La  cuádruple  alianza ,  vuiH  id 
babia  estipulado  el  tratado  de  Chaumont,  no  éraotra  cosa  qne 
un  tratado  militar  destinado  á  derribar  el  poder  de  Napoleón^ 
era  mas  bien  un  plan  db  batalla,  y  estipulaciones  militares, 
que  un  convenio  regalar  7  político.  Despfiés  de  la  caída  de 
4ta[K>Ieon  las  potencias  volvieron  á  tener  sus  intereses  natura- 
les ,  y  de  consiguiente  la  Prusia  debía  adherírsela  la  Rutia,  jf 
alejarse  del  Austria  en  la  cuestión  de  la  supremacía  alemana; 
la  Inglaterra  debía  oponerse  á  lá  Rusia  en  lo  concerniente  á 
la  soberanía  de  Polonia ,  qne  el  Czar  ya  se  babia  apropiado;  y 
la  Francia,  aunque  tan  fuertemente  conmovida  por  una  re- 
ciente invasión,  debía  buscar  por  medio  de  su  unión  con  el 
Austria  y  la  Inglaterra ,  el  recuperar  algún  crédito  en  e)  con^ 
tinente.  Debo  decir,  en  honor  de  la  rama  primogénita  de  ios 
Borbones,  que  llevaba  al  mas  alto  grado  la  dignidad  én  sus 
,  velaciones  con  el  exterior ,  como  pueden  probarlo  tM  arcbtvos 

Digitized'by  VjOOQIC 


.4¿ 


DI    HADIIla  197 

fd  ministerio^  y.  lal  ve%  h^  crisis  oa  el  interior  no  han  teai- 
do  otra  causa  que  ana  fatal  reacción  de  descontentos  extranje- 
jrosaobrc^  nosotros  mismos,  j  en  especial  de  la  Inglaterra.  .D^sde 
^el  principio  delCoogreso  hubo  conCerencias  particulares  entre 
.lord  Casilereagíi ,  Mr.  de  Metternich  y  Mr.  de  Talleyrand ,  pa* 
,ra  convenir  en  las  cláusulas^  de  un  tratado  que  sirviese  como 
.de  contrapesa  al  ascendiente  inmenso  que  había  tomado  la 
.Rusia,  <fo0  lacamfMiQa  de  i8ia  y  los  sucesos  de  i8i4«  Aquel 
tratado  estipulaba»  en  ciertas  eventualidades,  un  convenio  de 
subsidios f  el  alistamiento  de  un  número  considerable  de  hom"*- 
bres  siempre  dispuestos  para  el  caso  de  guerra,  si  la  Rusia  y 
la  Prusia  intentaban  romper  el  equilibro  establecido  en  el  id- 
/  teres  de  la  Europa.  El  principe  de  Metternich  fue  el  principal 
.autcír*de  este  tratado  secreto;  la  posición  de  \^  Polonia  sirvió 
de  pretexto ,  y  la  Francia  instaba  n^ucbo  el  restablecimiento 
del  rey  de  Sajouia*  La  Inglaterra  había  hecho  concesiones  al 
.gabinete  de  3erlio,  y  creia  que  el  constituirla  Prusia  en  pro- 
porción d|e  terreno  muy  extenso ,  era  necesario  como  una  bar- 
rera opuesta  siempre  á  las  invasiones  de  la  Rusia.  Mr.  de  Met- 
-  ternich  debió  combatir  aquel  pensamiento,  y  lo  hizo  en  una 
aerie  de  notas  opuestas  á  las  de  MM.  de  Hardeoberg  y  de  Hum* 
boldt*,Con  respecto  ti  la  cuestión  polaca,  Mr.  de  Metternich 
estaba  complétamete  de  acuerdo  con  la  Inglaterra.  En  el  fpn- 
do  de  la  benevolencia  de.  Alejandro  hacia  los  polacos ,  habia 
^na  ideare  engrandecimiento  político.  Coiistituyendo  un  ^ei- 
no  de  Polonia,  bien  sabia  el  Czar  que  &  la  corta  ó  á  la  larga 
xeuniria  bajo  un  mismo  cetro,  vasallo  suyo,  la  parte  de  Polo- 
'   nía  qué  habia  tocado  á  la  Prusia  y  al  Austi^ía  por  el  tratado 
de  reparto..  Esto  es  lo  que  obligó  á  Mr.  de  Metternich  á  opo- 
'  uerse  taa  vivamente  al  e&lablecimiento  de  una  Polonia  rusa. 
La  Inglaterra  quería,  que  este  iteino  fuese  fuertemente  consti- 
li\i^o.,  de  modo. que  fuera  un  obstáculo  para  sus  invasiones. 
Alejandro  no  quería  deshacerse  de.  la  Polonia  de  ningún  mo- 
do,  y  las  cosas  llegaron  á  tal  punto.,  que  Mr.  de  Metternich 
mandó  que  los  ejércitos  austríacos  permaneciesen  en  pié  de 
guerra ,  al  paso  cpie  la  Rusta  proseguía  sus  armamentos ,  y 
hacia  un  llamamiento  á  los  polacos  para  defender  la  patria. 
Grandes  acontecimiento^  llamaban    ya   la    atención    4o 

Digitized  by  VjOOQ le 


198  REVISTA 

Mr.  de  Mettecirich  sobre  la  Italia.  Desde  príncipioa  de  i8tS 
habíase  aprovechado  la  loglatierrá  de  algunos  diigtastos  de 
Mnrat,  y  principalmente  dh  Carolina,  la  hermana  de  Napo- 
león. Todas  aquellas  gente!  consideraban  sus  reinados  como 
una  cdsa  formal ;  figurábanse  ser  algo  pok*  si  liiiamos ,  y  que^ 
darse  reyes  y  reinas  sin  el  emperador ,  el  arCifipe  inagníficd 
que  había  dorado  todos  aquellos  mantos  de  púrpura.  La  ín* 
glaterra  recordaba  siempre  él  ejemplo  de  Bernadólte,  y  la  po- 
sibilidad de  que  Mnrat  llegase  á  ser  rey  de  toda  (a  Italia,  contfk 
el  principe  Eugenio.  Cuándo  Napoleón  insultaba  i  sn  cufiado 
en  aquellas  famosas  cartas  en  que  decia :  el  león  no  ha  muerto^ 
el  gabinete  inglés  lisongeaba  con  las  más  halagüeñas  esperaíji-. 
zas  la  imaginación  de  Murat ,  cuya  cabeza  era  muy  pobre  eh 
política.  Poniase  en  juego  cuanto  podia  halagar  la  vanidad  AiA 
militar  mas  teatral  de  la  época  imperial.  A  fines  de  i8i3, Mu- 
rat estaba  ya  en  la  coalición;  ocupó  los  estados  romanos,  hár 
ciendo  un  Uamamieíito  á  los  patriotas,  pues  la  coalición  en- 
tonces marchaba  inyocando  la  libertad  de  los  pueblos.  Mr.  de 
Metternich  habia  empleado  todos  los  recorsos  para  separar. á 
Murat  de  Napoleón ,  y  hasta  habia  usado  de  una  tierna  y  dulr 
ce  influencia,  un  amable  recuerdo  de  su  embajada  en  París.  « 
El  Austria  de  acuerdo  con  la  Inglaterra  garantizó  <  Murat  ai^ 
reino  de  Ñapóles ,  y  cuando  el  restablecimiento  de  los  ^orbo-* 
nes  en  Francia  despertó  vivas  inquietudes,  Murat  envió  ál 
Congreso  de  Viena  al  duque  de  Serra  Capribla,  invocanclo  su^ 
tratados  de  garantía  y  de  seguridad.  El  enviado  no  fué  admir 
tido,  y  se  entablaba  unlnegociaciop  para  restablecer  ta  ánti-r 
gua  dinastía  de  Sicilia  en  el  trono  de  Ñapóles.  IKrigia  esta  ne- 
gociación el  príncipe  de  Talleyrand,  á  quien  Luis  XVII^ 
habia  recomendado  especialmente  los  intereses  de  su  familia 
en  el  Congreso  de  Viena ;  y  Mr.  de  Talleyrand ,  principé  dé 
Benavento ,  debia  hallar  en  la  rama  na|Sol¡tána  de  los  Borbo* 
nes  una  rica  indemnización  de  su  principado  que  le  párecta 
hallarse  muy  comprometido.  Mr.  de;  Metternich  defendió  sotó 
tímidamente  sus  compromisos  con  Murat;  y  lá  tendencia  al 
restablecimiento  del  antiguo  orden  dé  cosas  fué  tal ,  que  sé 
denunció  á  Murat  al  parlamento  de  Inglaterra  ,  y  lord  Castte- 
reagh  comunicó  al  parlamento  una  correspóáde'ncta  íntima  de 

Digitized  by  VjOOQ IC 


DI    MADniD.  199 

Murat  dort  Na'polcon'^  al  tiempo  mismo  en  que  trataba  coa  ^ 
loé  atiadosL  In){uieto  Murat  acerca  de  las  resoluciones  del  Coñ- 
gi'eso  áe  Viena,  hacia  grandes  aprestos  militares ,  y  se  agital)a 
Üe  áciier^o  6bti  laá  sociedades  secretas^  los  patriotas  ¡talia- 
Itbs.  Mn  de  AfetCernicb  hizo  reunir,  en  masa  los  ejércitos  aus- 
lHa6os  en  el  reino  Lombardo — véneto ,  esperando  con  el  ármá 
al  brazo  los  Sucesos  qué  sé  preparaban. 

Eótoddei  desembarcaba  Napoleou  en  el  golfo  luán  j  los 
'ñegobio¿  estaban  complicados,  y  el  emperador  habia  juzgado 
Died  lá'sUúacion  de  las  potencias;  pero  no  sabia  que  el 
rompitnSentd  áe  s*u  destierro,  su  nmrcha  atrevida  sobre  París» 
iba  á  reunir  á  todos  aquellos  gabinetes,  próximos  á  dividirse 
'por  cuntiónos  de  territorio.  Era  tal  el  asombro  y  espanto  que 
causaba  Napoleón  entre  las  antiguas  soberanías  eoro|)eas,  que 
'los  plenipotenciarios  eñ  Viena  se  reunieron  apresuradamente 
para  adoptar  medjdas  comunes,  A  la  actividad  de  Mr.  de  Ta- 
Ileyránd  j  de]  piríocipe  de  Metternich  se  debió  la  declaración 
oficial  *dei  congreso  de  Viena,  por  la  cual  se  proclamaba  á 
^ñaparte  el  enemigo  común,  y  el  perturbador  *de  la  Euro^ 
pa.  Él  espíritu  religioso  del  emperador  Alejandro  se  prestaba 
á  la  idea  dé  aKanza  y  cruzada  europea  ,  y  Mr.  de  Metternich, 
'despü¿  del  papel  que  había  representado  cuando  el  rompi- 
'miento  de  181  ^ ,  no  podia  separarse  de  las  estipulaciones  mi- 
%tareá  de  Oiaumont.  Napoleón  fué  desterrado  del  itnperio.  . 

El  pretendido  acuerdo  de  Bonaparté  con  el  Austria  y  ta  ' 
IViglatérra,  cuando  só  desembarco  en  el  golfo  Juan  ,  fué  una 
novela  que  inventó  ji  su  placer  qI*  partido,  imperialista.  Solo 
'sabia  la  situación  en  que  la  d4plomác¡a  se  encontraba  ,  y  una 
de  tfua  primeras  gestiones  fue  el  procurar  ponerse  en  relacio- 
'bes  cojí  el  gabinete  de  Viena.  Aqni  volvemos  á  encontrar  á 
Foüché  en  correspondencia  con  Mr.  de  Metternich ,  los  cua- 
ks  no  sé  hal)íañ  perdido  de  vista  desde  su  conversación  en 
1809 ,  cuando  se  espnlso  bajo  escolta  militar  á  Mn  de  Me- 
tternich^, otra  vez  se  habian  acercado  en  181 3,  cuando  Foú— 
Tché  fué  enviado  de  gobernador  general  de  la  Illiria ;  y  creo 
')x>der  decir,  que  en  aquella  ¿poca  habían  hablado  ya  confi- 
dencialmente del  destronamiento  de  a^uel  hombre ;  (así  lla- 
'aíábán  los  descontentos  á  Napoleón),  y  de  la  posibilidad  de  una 

Digitized  by  VjOOQ IC 


regencia  de  Marín  Luisa.  Fouché  había  previsto  la  opioioo  de 
Mr.d^  Metternicb  acerca  del  resultado  de  unaabdicadoa  6 
destronamiento  de  Napoleón.  Al  mismo  tieoíipo  espai^iérQnif 
algunos  agentes  secretos  por  las  fronteras ,  con  cartas  particu*- 
lares  para  María  Luisa  y  la  corte  de  Scboenbrun.  Después  Ifar 
poleoQ  comunicó  á  ilejandro  copia  del  tratado  de  alianza  en- 
tre la  Francia ,  la  Ii^laterra  j  el  Austria  contra  la  Rusia,  de 
que  he  hablado.  Los  agentes  fueron  presos  en  la  frontera» 
El  Austria  estaba  demasiado  adelantada  en  la  ppalic^on  ^  j  h^s?- 
ta  sus  ejércitos  se  habían  ya  puesto  en  moyirniento  por  la  parle 
de  Italia  contra  Murat  y  los  napolitanos  ]  el  general  Biancifi 
conseguía  brillantes  ventajas  sobre  las  vacilantes  y  desbandar 
das  tropas  de  Murat.  Mr.  de  Metternicb  hizo  ocupar  por  Ic{S 
austríacos  todas  las  plazas  del  reino  de  Nipples  y  de  1^  esta^ 
dos  romanos,  y  decidió  de  mancomún  con  el  principe  deTi(f 
Ueirand  el   restablecimiento  de  la  Casa*  de  Qorbon  en  Plápqjl^ 

Mientras  Fouche  negociaba  con  Mr.  de  Metternicb  para 
substituir  al  imperio  la  regencia  dé  María  Luisa ,  tal  cual  wf 
babia  organizado  durante  los  cien  días ,  agentes  franceses  inr 
tentaban  arrebatar  al  niño  que  había  sido  saludado  al  nacer 
con  el  dictado  de  rey  de  Roma.  Napoleón  en  el  campo  do 
Mayo,  había  ofrecido  presentar  á  su  mujer  y  á  9U  hijo;  la  po;- 
licia  de  Mr«  de  Metternicb  burló  los  proyectos  de  los  agenta 
franceses,  y  el  mismo  ministro,  con  la  esquisita  delicadeía 
que  le  caracteriza  ,  condujo  ^  la  hija  de  su  emperador  y^il  rey 
de  Roma  al  palacio  de  Schoeobruo,  bajo  una  escolta  de  Ips  sei^ 
yidores  mas  fieles  de  la  casa  de  Austria;  esta  fqó  una  de  lajs 
circunstancias  mas  delicadas  de  su  vida.  En  aquella  época  Ma«* 
ría  Luisa  no  era  fríamente  indífereiite  para  con  Napoleón ;  ha.* 
bíase  asociado,  á  lo  menos  por  medio  de  los  que  la  rodeaban, 
al  proyecto  de  rapto  concebido  por  los  agentes  franceses. 

Los  ejércitos  aostríacos  pasaron  de  Italia  i  los  Alpes  ,7 
por  medio  de  una  deplorable  invasión  se  apoderaron  del  me- 
dio día  de  la  Francia;  en  181 S  ocuparon  la  Provenza,  el  Lan« 
guedoc  hasta  la  Overnia,  y  la  cabei^de  sus  columnas  esta-^ 
bañen  Lyon  y  Dijon.  Habíase  disuelto  el  congreso  de  Yíeoa 
en  181 5,  y  después  de  la  segunda  caída  de  Nappileot^,  pi|s6 
Mr.  de  Metternicb  á  parís  f)ara  CG^ncurrir  á  las  con^rencias 


Digitized  by 


Google 


que  ^hían  preceder  al  tipanido^  norienrfit^^  i^i5«  14a  Pruf- 
.  %ia  y  la  Inglaterra  habtfi^  sido  laa  venoedoraa  en  Waterloo ,  y 
9u  influeocia  se  había  acrecido^a  proporcioD^  Lps  dos  gaAiiatr- 
tes  de  Éerlia  y  de  Viena  ae  unierop.  para  concentrar  en  an 
persona  loa  intereses  alemanes,  que  jaiñés  se  babian  mánífea-* 
^tado  mas  hostiles  contra  la  flficifín  francesa.  Los  gigantescos 
esfuerzos  q^e  había  becbp  la  Europa  .^ntra  Napoleón ,-  babian 
irritadf)  profupdan)ei|te  á  )qs  pueblos  germánicos*  Los  peque- 
Sos  jfHriopipes  dé  la  confederaciop  pedían  el,reparto  ¿et  la  J^ 
sacia;,  j  de  una  parle  de  la  Lorena.  Era  una  terrible  reaf&- 
cioD  germánica  conira  )a  Frf^nciat  uno  de  aquellos  arrebatos 
de  los  puebloa  j  ^e  qacionalidad ,  que  babian  señalado  varias, 
épocas  de  ofiestra  hbtoria.  Mr.  de  Meiternich  habia  disuadido 
á  Francisco  IJ  de  volver  áaomar  la  fintigoa  corona  de  los  em- 
peradores de  Alemania ,  dignidad  sin  poder  real.  Con  todo 
¿qu<í  organ¡2wcioi|  interior  7  estpripf?  iba  á  establecerse  para 
formular  uf^a  constitución  general  en  la  Germania  ?  El  pen- 
samiento alemán  era  entonces  ¡  unidad  f  libertadl  La  unidadí 
era  de  difípil  realización,  con  soberanías  tan  diversas,  tan  va- 
riadas en  fuerzas  y  eq  hombres  ,  que  conservaban  todavía  el 
priocipiq  feqdah  ¿C^mp  podja  aplicarse  la  libertad  i  tantos 
sistemas  de  gol:|íernos  diferentes,  á  taqlos  localidades  Un  disr 
tintas,  que  necesitaban  de  diversas  administraciones?  El  sistema 
alemán  que  Napoleón  adoptó  después  del  tratado  de  Presbur*- 
go  y  tenia  la  tendencia  de  agrandar  todas  las  pequeñas  sobera«-  < 
nias,  para  reunirías  en  una  confederación  hostil  al  Austria; 
peosainieqtp  tan  antiguo  como  Enrique  IV  y  Ii¡chelieu#  Por 
un  cambip  de  rumbo  increíble ,  el  Austria  y  la  Prusia,  gran^ 
des  potencias  preponderantes,  eran  las  que  debían  reinar,  por 
inedip  de  un  protectorado  mas  9  npenos  directo,  sobre  el  total 
de  la  confederación,  la  Prusia  en  el  Nor^e,  y  el. Austria  al  Me^ 
dio  día.  (Cuando  la  patria  aleinana  se  viese  amenazada,  era  pre« 
ciso  organizar  un  sistema  d^  resistencia  contra  la  Francia  y  la 
Rusia,  y  sistenia  por  el  cual  todos  los  pueblos  pudieran  ser 
llamados  á  las  armas.  Mr.  de  Metternicl^  hizo  qne  se  le  asc^ur 
rase  la  presidencia  d^  la  píeta  y  y  por  una  hábil  combinación 
de  votos,  la  Prusia  y  el  Austria  quedaron  dueñas  de  sus  deli-; 
béraciones,  de  la  policía  de  la  confederación  ^  y  de  los  moví- 
Segunda  j/w.— Tomo  II.  ai6 

Digitizedby  VjOOQIC 


-laíebliM  níilltferajtfri  de  Mett¿riiicti  eóosérvó  tatnlnen  su  pre- 
pondéraocía  ett  la  Dieta,  y  diríjtó  háMÍmente  ausTleriberacio- 

nett.  ISfta  ^Su^ocia  debió,  debilharae  con  el  lieoipo.  La  Prosia 
ala  ta  Sajonia  quedó  eniouces  ealablecida  de  un  modo  deriía- 
-tiado  singular  jDara  que  ao  tratase  de  aglomerarse;  ¿  ño  debe 
ser  <éu  tMdéueia  d  etitabkoersecdtnola  gi^an  fuerík  alemana  j 
protAtante?  Esto  lo  consegoii^á ,  ó  materialmente  por  la  con* 
quista,  ó  moralmente  por  medio  de  una  acción  mayor  sobre 
los  principados  alemanes*. La  influencia  qtke  el  Austria  puede 
•p&táer  sobre  el  dentro  déla  Alemania,  la  encontrará <x)n  ma-» 
ybf' fuerza  en  Italia,  que  es  para  ella  uno  de  los  destinos  de 
su  poder.  El]  Austria  débia  establecer  por  necesidad  en  el  rei- 
no liombardo-veneto  una  Tigilancia  armada ,  un  sistema  de 
policía  capaz  de  precaver  á  las  proviucias  reunidas  al  impe- 
rio austríaco.  Elislian  allí  recuerdos  de  sociedades  secretas  qiie 
Mcirát  babiá  sublevado  en  auxilió  dé  sus  ejércitos.  La  habili- 
dad de  Mr.  de  Métternitb  consistió  eU  suavi¿ir  sbccesiva- 
menté áqueilk  policía,  á  medida  que  iba  siendo  mejor  acogido 
el  vencedor.  La  conquista  debió  sostenerse,;  cómo  la  dé  los 
'franceses,  cotí  lá  ocupación  militar  y  las  precauciones  que  lle- 
va eii  ^os  de  sí.  Los  italianos,  pueblo  ardiente,  hablador ,  in- 
"cliUaUu  á  ideas  de  constitución  y  de  libertad  sin  cotiíprender<« 
las ,  testaba  socabado  por  el  espíritu  de  propagaitdá  ,  cuyo  Toco 
Invisible  citaba  en  París ;  'el  |g[ot>ierno  atistriaco  debi¿  coa  una 

>  ibltéudd  vita,  y  alarmada  vigilar  á  los  italianos. 
<  LWs  sociedades'  misteriosas  no  se  hablan  disüejto  en  Ale- 
mania. OrganizábatiSe  entre  los  estudiantes  en  las  universida* 
tíes ;  la  influencia  de  la  poesía  pensadora  y  de  los  escritos  po- 
líticos dé  los  profesores ,  todo  era  favorable  á  áq^uella  agitación 
lén  lo^  espíritus  que  deseaba  lá  unidad  aleiúana,  especie  de  re- 
]pública  federativa ,  á  que  eran  llamados  también  todos  los  es- 
tados libi^es:  los  ¿obiernos,  según  el  programa  délos  asocia- 
dos^ solo  estaban  légtümados  por  la  práctica  de  la  virtud,  y 
9ebian  tender  á  la  felicidad  de  lá  especie  humana.  El  asesinato 
de  Kotzébue  descubrid  los  designios  universitarios  de  la  juven- 
tud alemana  ;  un  fanatismo  sombrío  é  implacable,  cual  pue* 
den  producirlo  las  ideas  políticas,  se  manifestaba  por  do  quiera 
en  Alemtmiár.  Aqu'etlos  jóvenes  dé  rubia  cabellera  y  de  azules  y 


Digitized  by 


Google 


dulces  OJOS,  so&aban  siempre  ¿n  elpoUifl  dé  Safid(i)»  Eni  üdIí 
guerra  declamada  y  violenta  i  laü  ideüft  monárquicas.  Ent6tiíM)i 
á  instancias  de  Mr.  de  Metternich «  se  abrió  el  xrongreió  éb 
Garlsbad,  doúde  se  adoptaron  medidas  necesarias  contra  la  or-  - 
gsínizacion  de  las  escuelas  en  Alemania ;  Ta  represión  era  indii* 
peñsable ,  si  no  se  queria  dejar  que  la  sociedad  se  undiera  eb 
el  desorden/ El  régimen  de  las  un  ¡Tersidades ,  la  represión 
dé  los  escritos,  la  policía  política,  nadase  defícbidó  en  el  c6il« 
grfcso  de  Carlsbad ,  tan  miserablemente  aílacá^o  por  él  viéjb 
.libel'atttAio ,  y  tos  publicistas  de  la  elevación '^  Mr.  cíglion. 
En  él  dia  que  lás  ideas  de  gobierno  bad  hecho  niái  serios  pruSU 
grésos,  no  se  duda  de  los  derechos  del  poder  contiH  los  moti- 
nes mohdes  y  materiales  que  agitan  j  trastornan  lak  scncfeda^ 
'des.  ¡Recuérdese  aquétta  époCá  de  í8aot  al  medio  dia  hi  in- 
lorreccion  armada  de  España,  con  Jas  ideas  de  ^789,  bajo  la 
iháscara  de  cortes^  y  en  Ñapóles  proclamada  igualmente  la 
constitiicion  por  los  soldados.  Desde  Ñapóles  resuena  en  81 
'Piamonte  el  grito  de  desorden,  y  el  rey  es  derribado  de  su 
trono  por  un  movimiento  desordenado  ,  como  durante  el  baf»  - 
imperio^  en  París  había  lediciooes  tan.  violentas  que  el  gobier- 
tip  se  veia  amenazado  cada  dia  de  nñ  trastorno  político ,  y  solo 
las  buenas  medidas  dé  la  autoridad  conservaron  el  orden. 

El  Austria  estaba  particularmente  inquieta  con  aquelloa 
desórdenes  populares ,  ^ueís  Ñapóles  y  el  Piamonte  abrazaban 
por  sn  estremidad  las  posesiones  austriacas  en  Italia.  En  Tró|[i«  * 
])au,  en  Laybach,  Mr,  de  Metternich  provocó  sin  vacilar 
medidas  represivas  contra  el  espíritu  revolucionatio ,  y  tenia 
razón ,  pues  en  tales  épocas  de  crisis  la  prontitud  y  la  firmeza 
son  necesarias.  Mr.  de  Metternich  00  pid¡¿  mas  que  el  apoyi 
moral  de  la  Prusia  y  de  la. Rusia,  declarando  qué  tíú  ejercitó 
austríaco  iba  á  marchar  á  Italia  para  ocupar  á  Ñapóles  y  el  Pia- 
monte, sin  pararse  en  la  oposición  del  gabinete  í¿gíés.  Nopa- 
les quedó  libré  de  la  insurrección  con  algunas  marchas,  y  el 
Piamonte  fue  ocupado  por  él  ejéfctto  austríaco.  Mr.  de  Met- 
ternich quiso  hacer  v¿r  en  aquella  ocasión,  qué  e!a  piolíltcá 
todo  consiste  en  saber  hacer  lai  coftasá  tletripo;  muchas  veces 

(i>    Asi  le  lUm^Tit  el  aacsino  ds  &«tSebiM  (N.  de  U  R). 

Digitized  by  VjjOOQIC 


cónvieiie  obrar  pronto  á  k  vista  d^  las  rerolocioDes ,  pn^ 
.coando  se  las  deja  agrandar  y  coosolidarsé »  sa  taelveo  ^eras 
e  ifivasoraa.  - 

Dado  de  este  modo  al  impulso  de  r^presioa»  mapifestó^e 
p6r  todas  partes  ud  sñteñda  comhioado  contra  el  espirita  re- 
volucionario; declaróse  la  giierra  abiertamente  é  las  coostita« 
(CÍoñes,y  Mr.  de  Mettemich  asistió  al  Congreso,  de  Veroqa. 
:La  Francia  fiie  encargada  de  destruir  las  Corles  españolas^  co- 
mo Mr.  de  Matternicb.habia  sido  el  ejecutor  armado  de  la  vo- 
luntad de  la  afianaa  centra  Ñapóles  y  el  Pianoote^  Todos  los 
actos  eran  especialmente  obra  de  Mr«  de  Metternich.  El  can- 
ciller de  Austria  posee  mucha  facilidad  de  hablar,  un  gusto 
puro,  un  nxodo  noble  de  decir  sus  pensamientos,  aun  en  las 
notas  diplomáticas,  en  donde  el  sentido  está  casi  siempre  en- 
cubierto con  frases  vagas  y  osci:(ras.  Mn  de  Mettemich  apela 
babitualmente  á  la  posteridad,  de  j^j^s  pesionesL  y  preocupa- 
ciones contemporáneas,  adorno  de  estibo  elegante,  cou  el  cual 
gusta  de  engalanar  los  actos  mas  ibsignificante^  de  si^  gabioe- 
^té.  Los  que  bao  tenido  A  boBQr  de  etUar  en  correspondencia 
con  ¿1,  pu^en  Iviber  observado  su  ambiciop  enteramente  lite- 
raria, su  .vasta  instrucción  ,  que  desciende' d^  loa  trabajos  mas 
serios  de  la  historia ,  hasta  ^  las  produccippes  mas  fútiles  de 
la  literatura  coAteiiqK>ránea.  Mr^  de  Mettemich  gusta  mucho 
de  la  conversación  ,  y  de  e^ribjr ,  y  lo'  hace  con  una  verdade* 
.  ra  superioridad. 

Dcs^it^s^^  la  guerra  de, 1 8^3  en  España,  se  babia  afir- 
mado el  suelq  loonárquico ;  no  era  ya  temible  la  revolución; 
estaba  vencida,  y  (os  gabinetes  pudieron  desde  entonces  en- 
tregarse á  las.  combinaciones  especiales  de.aus  intereseí  poli** 
ticos.  Una  gran  cuestión  agitaba  al  mundo ;  la  causa  de  los 
griegos  había  tomado  desde  j8a4  tin  carácter  efiropeo;  reina- 
ba un  fanatismo  clásico  en  favor  de  los  griegos.:  no.  declamo 
contra  et  her^isu^io  que  sacudía  el  yugo  de  loa  bárbaros;  pero 
en  el  fondo,  las  notas  vivas  y  apretantes  de  la  ^usia  ,  tan  fn^ 
vprables  á  los  griegos,  eran  no  solo  la  expresión  de  una  sim- 
patía religiosa  respetable,  sino  también  la  ejecución  del  plan 
que  se  remontaba  á  la  amDÍoion  de  Catalina.  La  insurrección 
de  la  Grecia  era  un  antigtio  pensamiento  p*uso ,  y  si  Alejan- 


Digitized  by 


Google 


DV   MADHID.  aoS 

dro  no  lo  había  fisiTorecido  en  el  Congreso  de  Verona ,  fue  por* 
qoe  estaba  á  la  sason  preoenpado  con  las  agíracioñes  del  espf*' ' 
rita  revolucionario»  Después  de  la  guerra  de  España « los  agen-» 
tet  del  gabinete  de  &in  Petersburgo  pidieron  que  se  pusiera 
fin  á  aquella  sangrienta  carnicería ;  la  Rusia  se  dirigió  é  Car- 
los X,  y  le  habló  de  la  crut;  hito  obrar  en  Inglaterra  al  co- 
mité griegOy  y  bajo  la  influencia  de  estas  preocupaciones  filan- 
irópicaa»  fue  cuando  el  tratado  del  mes  de  julio  de  1827  en- 
tre la  Rnsia,  la  Francia  7  la  Inglaterra  seguido  de  la  batalla 
de  Navarino,  ocupó  ftériamente  la  atención  de  Mr.  de  Afetter- 
oich.  El  combate  de  Navarino  destruia  la  preponderancia  de 
la  Puerta ;  la  mataba  politicamente  en  provecho  de  la  "^Rusia* 
Lord  Wdlington  habia  comprendido  la  falta  cometida  por 
MnCanning  al  firmar  el  tratado  dé  1827,  y  anunV^idla  ba- 
fáíla  de  Navarino  como  un  desastre:  politicathente  tcfíira  ra***   - 
ton»  Mr^de  Metternich  se  contentó   con  protestar;   manifestó 
todas  las  antipatías  dét  Austria  hacia  un  tratado  tan  ventajoso 
á  los  intereses  fbsosi  La  batalla  de  Navai'iiio  (úe  el  preludio 
dé'lacampar&a  deiSaSen  los  Bátkatis,  y  esto'sucedia  en  tiem-^ 
po  del  ministerio  Martignac  en  Francia.  La  Rusia  habia  con-^ 
seguido'IIevar  al  frente  de  los  negocios,  en  Francia,  á  Mr.  dé 
la  Férrionays,  tan  marcadamente  leal';  pero  ruso  por  afecto  y 
por  costumbre.  Mr.  de  Metternich  no  pudo'Uevar  á  la'  Fí'án^ 
cia^á  un  sistema  de  confederación  y  de  liga  armada  contra  el 
Czar.  Fue'tnas  feliz  en  Inglaterra  con  el  duque  de  Welling*^ 
loo,  que,  lo. repito,  conociendo  la  fWlta  de  Cannlng,  llamó  al 
combate 'die^Nkvarino  un  suceso  desgraciado.  Aquí  se^desarro-^ 
lia  la  alianza  (otima  del  partido  tory  inglés  con  Mr.  de  Met-^ 
temich:  los  wihgs  han  comprometido  sietnpre  con  sus  senti- 
tnentabilidades  liberales  los  intereses  "verdaderos  de  la  Ingla- 
terra, y  solo  los  torys  habían  comprendido  cuan  fuerte  p6- 
tSitt^ser  la  alianza  contra  las  invasiones  de  la  Rusia.   Mr.  de 
Metternich  eh   aquella  época  hizo  armamentos,  pero  no  lá 
guéi^ra;  todo  lo  ha  ganado  con  la  paz,  y  las  conquistas   del 
Austria  se  deben  á  ks  opiniones  pacíficas,  á  aquella  especie  de 
mediación  que  llega  siempre  en  la  ocasión  precisa  de  obtener 
algunas  veniaja},'Una  guerra  hubiera  comprometido  la  situa^^ 
cioo  g^tieral  de  la  Europa.  Unido  á  la  Inglaterra ,  y  acordé 


Digitized  by 


Google 


ao6.  RBVISTA 

QÓD  ella,  ei  gabinete  ai^^striaco  paró  la  y,if;)pr)a,  y  Iqs,  ejfírci^ 
toe  msoa  tuvieron  precfsioo  de  r^p^tar  U  iotegrídad  del  un*, 
perfo  otomano. 

SUi^  abora  ac  ha  c9iiaiderado   la  .aubj|da   al  poder  4a 
Mr.  de  I^ljgDác  bajo  un  sentido  vulgfir  de  contrareTolj^eiqPt 
Qc^^agr  nada  de  eaoi  Mr*  de  l^diigoap  era  la  expresión  del  ton 
tifmo  ijDglé»  y  de  la  aliam»^  aoti-rusa ,  y  la  (orn^aqíon  éfí  h^ 
tai  nunisterio  fué  coi^certa^a  P9r  el  duqjue  dj^Ví^Úiugífff^  j¡ 
los  torys.  F^^eil  es  de  C€)iQprender  que  Mr.  de  ^eUfr;n|pl}  ¿^ 
bio  saliidar  su  adrepimiento  con  ciertf  aat^sfacj^oi^ }  pfprp,  oof^ 
todq  un  entendimienijo  de  tanta  penet^%cion  como  ^  añyó,  í^q 
ppdia  vfr  ÚJH  (;uidad9  la  lucba  que  se  trababa  eiDtjre  l<^  pode-^ 
ees  pflitjeos  c;^  Frapcja.  Mr.  de  Mett^iiich  no  está  por  loa  f x-r 
p^i^npei^io^  lejías ;Jaixiá^  ^a^^qtradQjen.&u  imagjfia^^p  ^9;g9)r 
p^  de  estado,  que  ^  un  pajrtjdp  deipasiado  marcadp.y  ni^i:^^ 
^o;  jamás  ataca  de  frente  una  situación  ^Áficíl,  sina  que  le  da 
vueltas;  y  cuando  se  le  ve  decidido  ep  fUfi  respliicion  fir^ne  y 
fuerte  f  es  porque  Ips  epp(ri\us  han  llegado  á  su  altqra ,  y  quf 
yajoaflfk  tiene  que,  tem^r  en  sn  ejepnpion.Mr-  de  Metternicjb cpr 
npcifi  á  Carlos  X  y  |iMr.  de  Polignac^  y  sabia  que  no  prancat 
Qf^ees  de  llevar,  á  térü^ioo  ta^i  |)eligrosa  einpri^.  El  prínpjpe  tur 
Toocafion  df  (i,ab)arde.ella  con  Mr.  de  Rayxievaly  y  me  acordaré 
aii;ii^pre  de  tif)i^c<)|i\versaci(^n  que  tuve  ea  Madrid  en  i833  coif 
|klr.  áfi  filaynevahaquql  bombee  bfibii,  que  entonces  estaba  coiqq 
dest€(ri;ado  «en  EspaA^  «  de{4orando  la  incapacidad  ^iplomáticf 
de  lQS,miúis^r(]ff  de  julio,-8Q  foqaplaqia  en  decir  lapfieusion  quf 
babia  i^oifestado  el  pripcip^^e  l^et^rnicb  á  if  vista: «de  lof 
gplpes  desesperados  que  preparaba  Mri  de  Pqlignac.  AquéUaf 
p^visiones  no  tardaron)  en  realii;arse',  pues  eatalló  entonces  I9 
revolución  de  julio,  r^q^^y  qec^idad  de  que  diga ,  que  la  Eix-f 
ropa  k)o  se  ba  encontrado  jamás  en  un  peligro  igual;  ¿qjuf 
id^eas  bacian  irrupciqn  ?  ¿  No  era  el  espjritp  de  las  sociedaij^ 
secretas ,  triunfando  con  mas  energía  en  esa  Frai^cia »  que  ^^ 
de  c^iarenlá  años,b^c¡a  despertaba  los  recelos.de  la  Europa? 
EFgefe  de  la  propaganda  era  el  anciano  y  testarudo  Mr.  de 
Lafayette ;  la  bandera  triqolor  paseada  por  todas  partes  po^ 
dia  ser  causa  de  una  conflagración  general.  Una  de*  las  maf 
diriosas  circunstanc^s^fle  aquella  revolucipn,  y  sin  dada  49 


Digitized  by 


Google 


DK  MAIMUIK  a07 

las  mas  felioos  para  la  conserv^cioii  d^  la  pastg^eral ,  fué  que 
las  i4eas  desordeftadasdeTCivo^acioQ^f  si  cómalas,  ideas  im^ 
peiu,osas  de  re|>r^^sÍQp.,  pasa^p^  por -espíritus  y  Iñrazos  cau-. 
sados;  eran  una  especie  d^  ri^in^DUeaifQUii  eo  la  loabeca  de  an-« 
cíanos :  en  Prusia  había  un  rey  á  qvi^ii  la  edad  había-  lemplft«« 
do ,  j  en  Austria  un  ministro  <|nf  { Jmbiapr^sfJDciadortánMia  - 
tempestees  ^  y  se  babja  ac^modjSHlo  i  tangos  AikeMPa!MEW|iq 
Metternicb  esperó,  p^as,  con  el  ^rm^  «J  i>ra^;  bl. Austria  m^ 
tuyo  pronta,  y  medídaji.  tt^ilitares,  lii^id^s  Á  ll  reo^vac^n  de 
las  alianzas  políticas ^  prep^ra^on  ui^a  harrern  á  todas- las«  tcki-? 
tativas, 4^^^|)irif ^  reypliicjó^ario.  Desd*  el  juMMnenlDfln.qne 
ep  ]^i:ancia  se  esta)>lfc¡ó  ^n  gohíerPQi  r#gvlar,  Mr.  de  Metiese 
nich  se  apfe&ui6i:,T^Qna^v\9.i  ^ÍD  mAi(ii(estlir  afetto  ni  odiof 
7  3q|p  i^  la  raaoa  de  qap.iip.g^^hiftroo  cegulav  es  siempre  na 
|^^()o  pfot^tpr  del  ¿r^e^  y  tranquilidad^  pública^  Del  misosd 
roó.^9  se  hf  n  cpfisiden^o  en  ]?urop$i  todos  lo^  bcd^DS  cuisn* 
jaiafJ9«,desde  If  reyql^cjijQ  d^  julio:  se  úsA  adipMida*  poro  eift 
1fgalizaH[98..   - 

^   hp  j^^e  mfis,pcqpó  i  I^.  de  M<|tterpicK  ^é  la,  propaganda; 

el  estada  de  la  ^l^o^nía  era  amenazador  desde  i83o;  loa 

ag^^f^^s  [rAfiGeMs  la  .^^^ían^^r^nicitídq  en  tod<^^  sentidos;  pena 

f€^  eatr^I^ron « los  lazo^.  ^e  la  con/e^ep'aciop  germénioa;  se 

¿^<;ypi^foii  nij^y^s  pr^ejc^uc^q^^  contra  los.escrilos  y  las  uni? 

v^;:sidades,  y. se  i;fs|able9Í9  yiol^ls^u^ente  el  orden. aMeaaaarr 

do.  fot  dp. quiera  sf^.^i^  mas  ^vera  la  .admini^raeÍQ|i;.pQffr 

que  e^t^f;^  oaas  atacada. ,  yá^quill^Jt^pen^  políuca  esdejudocA 

I^.i^lcpífji^o^fl  ^e  p\x  repo^  y  i^nioo.  En  el  4ia,  que.  w  bay  .la»^ 

la  locura  fp  jf s  jdeas  >  d^bie^  conocerse  fácilmente ,  que  si  la  iit* 

be^lad-^f^'^víl  fj^  nep^ria  jtm^.  tg^Q^*  h  Ulwrtad  pólíúca.  adío 

,^^bueq9  IVI^^.  ^gAit^o&sX  4V^  ^^  ^^^  dawr.4  la  ^esencia  y 

|dur^(;^on  ófí  los  goUerops.  1^1.  jsjs(^9»a  de  Wt.  de  Mi^lVAÍch  se 

reasnipa^  ^^  este  mod^ :  4>rQ^!GGim4  U  inteligencia ,  |)ero  á  la 

inteljg^pcia,  verdadera ,  c^^,  no  se  evapora  ^  liólos ;  el  pniH- 

g;i:é^^  s^f  .duda,  pero  ^.prqgr^^&ip  turbuleocÍ4s.  En  todea 

losdpmioios  auslriacqs  bay  t^n  qi|iy  notable  movimiento  indisá^ 

trial ,  la  solicítud>4el  gobierno  s^.e^ijend^^.  lodo,  la  adminifr- 

tr^cion  tf^n^A^lumi^iad^.de  la  J^iia  ^  protectora*;  aO  tdlera  las 

joqpyúi;^c¿Qi^^^,  y  c^  e^to  :U|a,4®.  ?p  .djw^b^*! 

,CÍpogIe 


DTgitized  by  ^ 


ao8  tEvf^Tá 

Mr^  de  Bletteriiich  Va  sido  colmado  de  dignidades  y  hd-. 
Rores  por  su  soberano  Francisco  IL  Afable  en  su  vida  priva*^ 
da,  le  gusta  dipscansar  dé  las  fatigas  de' Ihi  Tasto  ministerio  eú 
eonversaciones  que  soA  para  ¿1  al  mismo  tiempo  un  estudio,  • 
porque* escucha;  tiene  sed  de  saberlo,  conocerlo  y  leerlo  to- 
doii.  Chi  ministro  eñ  Austria  no  es  un  hombre  absorvido  por 
papelotéa  administrativos;  nuestra  ádtnMistfacion  miserable, 
que  iodo  lo'detaUa,  en  nada  se  parece  al  sislenia  de  Alema- 
nia, que' lodo  lo  deja'  á  la  costumbre*  Mr.  de'Metternich  es 
gele*  de  una  gran  monarquía,  y,  cOsa  singular,  tiene  lugar 
para  iecr  todos  los  periódicos  de  Europa ,  ése  grande  estudio 
de  loa  partidos ;  le  gusta  hablar ,  contar  su  vida  pública ;  es  la 
debilidad  de  los  hombres  que  han  visto  tatito,  contad au  histo^ 
fia  enjaseonversaciones  at  lado  dé  la  chimenea ,  y  siis  pala*- 
bras'SDn  recogidas  isódiciosamentepor  aquéllos  que,  bondd  yo, 
saludan  todas  las  fisonomías  políticas,  cuando  han  dejado  ras- 
tro.' Nos  hallamos  ideados  de  ruinas  de  hombres  y  de  cosas; 
y  cuando  desde  la  cumbre  de  estas  ruinas  contemplamos  aU 
guna  de  esas  graodes  figuras  en  medio  de  la  destrucción  de 
los  tiempos,  nos  trasladamos  á  Rrchdiettf  y  Loutois,  á  aquéllos 
Ministros  que  tuvieron  un  sistema,  y  le> llevarotí  á  cabo  basta 
el  fin  de  su  drlatáda  carrera.  El  principe  d^Metterhicb  ha 
conservado  en  todos  tiempos  las  mismas  convicciotíe^,  Ih  mis^ 
fM  fé'Oo  sus  ideas;  y  esto  dá  á  sus  planes  una' pensada  supé^ 
rioridad.  Pasa  al  través  de  las  mas  violentas  revolutíone$  aiá 
admirarse  de  ellas;  ha  visto  tantos  sucesos,  ha  experimentado 
tsnios  hombres  y  Cantos  bechos ,  quesolb  procura  hacerse  due- 
-flo  4e  ellos  por  medio  de  la  habilidad  ó  de  la  fuérta.'Mr,  de 
'  BÜettemich  posee  u^  arle  particular  {)ara  dominat'  á  los  que  le 
escuchan;  y  los  hombres  mas  predi^pueslps  son  arrastrados  á 
su  pesar  hacia  sus  ideas  políticas.  Éuando  tiene  delante  de  sí  i 
un  mediano  talento ,  su  coervétsajciotí*  se  cambia  en  chanzas, 
^en  quid  pro  quoa,  y  en  mistificacioéea,  sobressliendo  priocipal- 
doseote  en  el  arte  de  achacar  á  otros  sus  propios  proyectos. 
Ctnindo  al  contrario  lieoe  en  frente  una  capacidad  igual  á  la 
suya,  está  sobre  sí,  y  hace  trueque  de  su  superioridad. 
<  Se  ha  hablado  de  la  desgracia  de- Mr.  de  Mettéroich  cuán- 
do la  muerte  de  Francisco  U ;  pero  los  que  ul  «uponen  no  sa- 

% 

#  .  DigitizedbyCiOOglC 


vt  HAHkiiK  2109 

heu  ana  palabra  ele  los  asuntos  del  Anstria:  ía  elevación  del 
príncipe  de  Metteroich  no  depende  del  capricho  de  su  sobera- 
no, sino  de  la  situación  de. aquella  monarquía ,  que ,  por  de* 
cirio  asi ,  él  misaid  ba  creado,  y  cuyo  grande  edificio sbslieñe* 
No  estamos  acostumbrados  á  vertin  especti^ulo  semejante  en- 
tre nosotros ;  no  comprendemos  esa  alianza  de  ün  hombre  de 
estado. con  so  obra,  esa  ¡deotificacion  de  una  idea  y  una  vida} 
hemos  perdido  la  tradición  desde  Ricbeliea ,  Mázarin ,  Loun 
vbis ,  ^  ia  girande  organiftacíon  M  reiñádd  de  Luís  XIY.  . 


iPBFiémú 


&  G. 


Digitizedby  V^POQlC  '    


•.  <  '  ,>  I      >i      r. .i 


ti    BÜEJiÁ-VBiVtlíRA 


4       I. 


I 


'•..'t:t  '■   •.:• 

Mí        '  !•  ■ 

.•  .1    • 

'opsía  Kulóri«'i». 

'  1.  .     •  • 

1  •  '    •  • 

orlnft   vBua 

BBsIK 

^^a- 


r///7* 


É. 


I 


RA  en  puoto  media  noche ^ 

reinal^  hondo  silencio 
e  Medellin  en  la  villa 
sumergida  en  dulce  sueno. 

Desde  un  trono  de  celages 
nacarados  y  ligeros 
candida  apacible  luna 
brillaba  en  el  firmamento , 

Sobre  el  pardo  caserío 
derramando  sus  reflejos, 
como  sobre  los  sepulcros 
de  un  tranquilo  cementerio. 

Y  en  una  desierta  calle 
donde  sus  claros  désléllós 
una  ihitad  alumbraban  ^ 
la  otra  en  sombras  confundiendo^ 

Estaba  en  la  parte  oscura 
receloso  y  encubierto 
un  noble  joven  gallardo 
no  muy  alto,  aunque  bien  hecho. 

Ropón  y  loba  vestia 
el  uno  y  el  otro  negros, 
trage  propio  de  que  usaban 
escolares  de  aquel  tiempo. 

De  su  cintura  pendia 
una  espada  de  Toledo-, 
y  un  laúd  con  ambas  roanos 
apretaba  contra  el  pecho. 

'  Digitized  by 


Google 


0K   ItfAOttlDb  ■ftV't 

Lo6  Ojos  nó  separaba 
vixw,  rascados,  de  fbegb,  "^  / 

lumbreras  de  Un  lindo  foátto , 
Vivaz,  gracioso >  moreno >» 

De  las  eercañas  paredes 
de  ttb  edificio  ñmoTerb, 
én  CUYOS  sillares  blancos 
daba  la  Inná  de  lletto,.  ^      . 

Descubrienídó  tres  ftalcones^     ' 
bon  barandales  debiei*to; 
debajo  dos  rejas  grandes         ' 
no  muy  lejsiiás  del  suelo ,     .  J  *. 

Y  cerrada  tina  ancha  puerlá 
sobré  la  qué  tiene  apsientó  *     ' 

un  noble  escudo  de  m^rmtrf     /  | 

guarnecido  de  arábesbós.  '*'    '^ 

Ija  aDchura  de  aquella  cafle,   ■  '} 
én  realidad  cortb  trecho-,  • ' '  ; 

era  esjpacioso  leatfb^  -    '      : 

mejor  diré,  oámpo  füníenso  *   •  / 

De  fantá§lf¿iilí  ^énas ,      '       '  ' 
de  mil  estrafidé'sti6es(>s,'     '''^.  " 
indecisos  y  confuicts  ' ''      :  ''' 

como  6gor^  dé  lin  «^ueüo,  '         ;^'  i 
.     Que  tlávatti^níte  ffefa    ''  •  • 

la  imaginación  de  fóegp  ' 

y  la  menté  ^nrf ebatada' 
de  aquel  gaHái^b  lif^iiñcebo.       '   "' 

De  SafáíftáftcA  la*  ciencia^,         '  ^' 

los  doctores  T  \oñérgos  *  -  t:  •        ^^.^ 

que  átra^  d^ ,  '♦é  ídélátate      " 
y  su  pobre  ho^*r  *á;i^ti*tíéiíipo. " 

Y  ve  léU'tJ^lfftJá  dé  Italiág 
tfunque  ilÜtatiJr'eéttfvo^$jBr,i$||B 
toas  á  do  qufér¿|H;CÍGÍkbt'sé 
de  ambic^n^ai^&riá  lletfo.  '  " 

Y^uflfl^juzgá  ^otd^db , 
j^T^OK^añ^  eh  Ibs  éncfüeñttos,' 
y  mira  reyes 'Ciaulivbs, 
y  ve  ejércitos  Héshedhto» , 

Y  naciones  conquistadas ,     . 
y  á  sus  pies  tronos  y  cetros , 
montes  de  oro  y  de  laureles , 
anchos  mares,  mundos  nuevos.    ' 

i 

Digitized  by  V'OOQ IC 


aijl.  REVISTA 

Y  todo  lo  ve,  que  lodo  ^ 

.  cuaulo^abraza  el  pensamiento  :  ^ 
lo  ven  y  lo  veo  palpable 
las  almas  de  privilegio.      ^ 

Mas  de  todo  cuanto  mira.  ;  ; 
como  en  borrosos  bosque]o3,|  }.,♦.. 
como  las  mudables  formas  ,  p, 

de  nubes  que  roippe  el  vieiuo;,      .  . 

Es  «1  primer.  person^|;e., .        .    .  t 
es  el  mas  distinto. objeto,    ^ 
es  reina  y  reguladora 
y  sol  de  sus  pensamientos» . 

La  modesta  Dona  EUira  ^    . 
de  Medellin  embeleso ,  .  .,  j 

á  quien  guardan  las  paredes 
do  los  ojos  tiene  puestos.  .  . .,, 

Para  ^Ua  suena  sus  glorias ,         i 
para  ella  anhela  trQfeps,  , 

para  ella  quiere  tesoros ^ 
que  está  enamorado ,  ciegp.  ... 

ir  sin  los  lauros  y  bienes.    .  . 
que  no  quiso  darle  c^  cielo, 
.  Ao  puede  con  elía  unirse,.  ^ 

que  es  pobre  aunque  c^alleroi,  ,..,-. 

También  teme  á  un  po^erosp,».  f , 
rival  ignorante  y  necio,  .      ,,]. 
,  pero  que  ganó  en  la  guerra.  ,, 
fesoros  é  ilustres  prepiios,,  .^ 

Y  que  al  padre  de,  tu  amada  f  /,  ^ 
codicioso  como  viejo,     '  .       ..;.,[« 
con  sus  rique£a^  jK  bonore»;. 

tiene  cautivado  y  ciega  ,.  .  , 

Mas  en  vana  el  jóvep.  ten^e^    \  , 
que  de  Dofta  Elvira  es.  dueño,     .,  ^ 
pues  esperándole  inquieta 
aun  está  faera , del  lecha»    . 

Y  eú  cuanto  1^  sena  escuche  p     / 
,     saldrá,  ^u  c.^^  cumpliendo,  /  ^ 

á  ofrecerle  ser  su  esposa,    . .  ^    ,  ^,  . 
y  á  jurarle  amor  eterjdií»  J 


■  .     [  .    ..  .r*  .   ; 


Digitized  by  VjOOQIC 


DK  MADRID  ai  3 

Diz  qae  en  «tfnilfo  el  gallo  canta 
desparecen  de  improviso 
los  aquelarres  de>  brujas ,    ' 
las  fantasmas  y  vestiglos. 

Asi  desapareoieroa 
las  escenas  ó  delirios 
á  que  la  mente  del  joven 
daba  vida  en  aquel  sitio* 

De  un  gallo  el  sonoro  canto  ^  ^ 

al  momento  repetido 
por  otros  que  parecían 
los  ecos  de  aK^uel  recinto, 

Al  sonador  recordará 

3ue  allí  tan  solo  ha  venido 
e  un  adiós  tierno  de  amante 
á  padecer  el  martirio, 

A  exigir  una  palabra, 
y  á  ofrecer  un  pla^o  Jijo, 
que  con  segora  esperáota 
le  dé  aliento  en  m  peligros* 

Vuelto  en  sí  pulsa  las  cuerdas , 
y  á  sus  acentos  sentidos 
canta  una  letra  amorosa 
con  tono  dulce -y  sumiso.- 

Al  punt^t  cual  si  A  acento 
que  di^  vida  y  regocijo 
á  las  auras'de  la  noche 
fuera  conjuro  ó  hechizo, 

De  una  t^ja  las  mcideras 
Abrebsé  en  el  edificio 
que  el  mancebo  contemplaba,  ' 
y  queda  un  cuadro  soitinrío , 

Do  aparece  un  buho  blanco, 
^uyds  contornos  divinos 
resaltaban  en  lo  oscuro 
por  la  luna  esclarecidbs. 

El  amante  la  guitarra 


Digitized  by 


Google 


I 


suelta,  y  fuera  de  sí  misniOy 
corre  á  la  adorada  reja , 
abraza  jps  hierros  fríos, 

Y  en  uua  mano  de  Dieye 
qge  uno  de  ellos  0ene  asido.  ^ 
estampa  lambíos  de  fuego 
por  la  pasíoQ  encendidos, 

Balwoi^DÍ^e ,  lemeroso, 
como  enamoradc^  fino,     . 
]ue  ser  amor  elocuente 
le  ser  falso  es  dUro  indicio  ^^  • 

Iba  á  pedir  que  do^  anas   . 
le  conserven  fe  y  carina,    .   ^ 
que  en  ellos  ganar  espera        •  - 
pingüe^  estado  y  lumbre  d¡^«|^ 

Cuando  (siempre  los  aoQ|aDle% 
nan  de  tener  enemigos* 
que  en  los  mejores  momeaie^ 
truequen  la  dicha  en  martirW) 

Cuando  á  lo  li^os  resvieBa 
un  sospechoso  ruido 
que  á  JOS  d^a  enamorades 
sobresalta  de  improvisa, 

—  «Retírate,  dice  el  joven  , 
quede  tu  decoi^o^  timpio . 
que  yo  tornaté  i.  tus  plantas   . 
sin  importunos  testigos»» 

— «  Nada'  temas ,  ser^  tuya «» , 
entre  sollozos  le  dijo 
su  amada,  y  terró  la  peja^ 
dejando  abierto  ua  resqjuiciai 

Quiere  el  mancebo  aiejar^t 
mas  no  nuede  si^  ser  viste» 
y  no  es  hombre  due  la.  espalda, 
sabe  volver  al  p.^figrow 

Tres  bultos  mira  ^n  la  calle 
que  á  él  dirigen  su. camino; 
á  dos  quedai;se  ve  leege 
en  no  muy  dictante  sitie, 

'Y  al  tercero  aproaimacse 
á  paso  largo  y  aUivo, 
resplandeciendo  U  J^i^ 
en  su  pomposQ  a.tayíOp      . 

Al  comendador  cMoee  . 


Digitized  by 


Google 


que  volvió  de  Italia  rico^ 
y  que  á  sü  Elvira  metende 
con  imniB»»l»e|iirJwnco. 

Mucho  celehr*  iel  emiuentro 
y  solo  le.  pesa  el  sitio; 
pero  y^  arrestado  i  todo  / 

le  espera  femé  y  ina^quifc^ 

El  coHMidadoyr  le  dice : 
á  éi«^  paads  deudo  uo  g'ito;  ; 
— «retiraos  de  aquí,  esdudianie, 
ó  mi  esfMriU  os  hará  añicos.» 

i» «Otra  tenfo  yo  en  la  mana 

aue  á  ese  insuflo/ de  castigo*  f 
ice  el  mañqsbo ,  y  se  arroja 
comoi  inf  aidf  sjpreadido 

De  las  nubes:  k>s  aceeos.     ^ 
relampaguean  >  y  viva 
arde  el  combate  ^  raosuanda 
entrambos  destrfcui  y  bríos.; 

De  un  leve  rasguik)  tiene 
el  joven  su  uestro  hriride :  • 
del  contrario  el  peobo  rote  - 
lanza  yia  'd0;8ei^g«>e  un  fío ;  . 

Y  pcrdieiido^va  teni^oo!   • 
vacilante  fCiMMido  ourBÜbó 
dá ,  y  vienen  espada 'eii  mano 
los  oíros  doeiá.*4u»áwMl90w      . 

El  joven  ociawváÜeate. 
desprecia  á  los  asesinóte 
y  dejando  ya  iw  ia  kierra 
ál  Comendador  'teadido'. 

Carga  á  los  Jos ,  y  los  hiere , 
y  los  pone  en.tef  eosflictoi    ' 
que  rápidos  eomo  el  viento/  > 
buscan  «(^  fi^  asólo.  '        •  • 


ojtS 


E)  vencedor  reconoce 
de  su  victoria  el  peligro, 
y  á  su  casa  se. retira, 
pobre  solar  aunque. antiguo, 

Y  que  también  noble  escudo 
ostenu  en  él  frontispicio 


Digitized  by 


Google 


de  la  puerta ,  de  que  lleva 
la  llave  falsa  consiga 

A  D.  Mariia,  su  bueo  padre, 
anciano  de  hidalgo  brio, 
*    encuentra  sobresaltado  I  •' 

receloso  y  discursivo, 

Qué  del  mancebo  en  la  ipaoo 
viendo  eliiierro  en  sangre  tiato, 
*   ¿««Que  bas  hecho,  Hernando?»  ledioa; 
y  contéstale  su  hijo : 

— ^^^Al  G>aiendador  he  muerto, 
dando  á  un  insulto  castíffo ; 

Íue  el  honor  que  tu  me  diistc^ 
a  de  estar  <^mo  el  so),  limpia», 
-^^*¡  Válgame  el  cielal  prorúmpa^ 
'  el  noble  anciano.  PreCis9t 
aunque  yo ,  Hernando  ,  no  dudo 
que  con  raaon  bas  reñido,        " 

Ei  el  ponernos  en  salvo , 
que  es  inminente  el  peligra, 
siendo  poderoso  el  muerto 
y  nosotros' desvalidos^» 

-r^^Partir^  al  momento  i  úalia 
cual  estaba  decidido , 
dice  Hernando,  mas  elpadre, 
prudente  responde ;; —  «hijo ,    ' 

De  las  glorias  de  la  Italia 
ya  te  has  cerrado  el  caminos 
el  G>mendador  en  ella 
del  rey  ha  estado  al  siervicio. 

I>el  ínclito  D.  Gonzalo 
era^deudo  y  &vorito, 
y  allá  ha  dejado  parientes 
con  honra  y  con  pfaderío«« 

-  «Pues  á  las  lodia^,  el  j6v«a,    . 
dice,  i  marchar  me  decido»» 
f  algo  extraordinario  y  grande 
}rillá  en  su  rostro  al  decirlo. 


í. 


Digitized  by 


Google 


,  DS   HAD^U).  117- 

.&c  embarco. 


Ed  ia  iglesia  de  S*  Pedro» 
Vna  de  las  ina»  antiguas      '    •      .  \^x 
eotre  las  muchas  ipsignes 
de  la  opulenta  Sevil^  ^ 

A  las  seis  de  la  mauana 
se  está  diciendo  una  misa  -  • 

porque  Dios  dé  buen  viage 
á  un  jóveñ  que  v4  á  las  India^ 

Es  el  gallardo  eslremeao , 
á  quien  hace  auiace  dias 
que  de  Medélhn  su  patria 
arrojó  su  Talentfa ;     . 

Y  que  en  vxkd^  gripe^  naii^    •  ^ 
debe  aquella, tarde  misma 

despedirse  de  la  Europa 

á  buscar  remotos  climas  ;    .       « 

Y  con  D.  R|art¡n  si^  padire 
junto  al  altar  de  rodillas 

á  S.  Pedro  se  encomienda 
y  al  cielo  le  pide  dichfi, 

En  el  trage  de  soldado  ' 
mostrando  tal  gallardía  ,^   : 
que  del  develo  concurso; 
tiene  la  atención  cautiv^.  ' 

Terminado  el  sacrificia 
recíbela  Eucaristía,   .  -    .  '    .  .-  ,. 
resplandeciendo  en  su  rostro.  -^  r-       •  ^ 
^1  entusiasmo  y  fé.  viva. 

Vuelve  á  la  búmilde  posada  »• ..     . 
que  era  en  la  porcinería,         .      .  i  t  i 
faostalage  de  un  morisco^ 
estancia  pobre  y  lúe^tqui^an.  ,  . 

Y  así  le  dijo  au-padr?, 

'  cuyas  áridas  megill^s.  ..  :•  ;m 

lágrimas  de  desco^sucilpi        ,0'  :•:   . .  .4 
quemaban  y  bumedeciaii.    1  r:.<r     \. 

—  «Hernando,  Hernan4<'«  hijo  mia» 
á  tierras  lejanas  vá»,   - 
Segunda  sér^.^Touo  IL  d8 

•  Digitizedby  Google 


I|g'  BBVlSfA 

donde  nunca  olvidarás 

de  mi  noMé. sangre  el  6H(^/ 

Caal  cristiano  y  caballero 
teme  á  Dios,  guarda  su  ley  i 
sirve  con  lealtad  al  rey , 
sé  devoto  y  sé  guerrero. 

Nunca  cL»  á  la  codicia . 
en  tu  hidalgo  pecbo  éntradb»  ' 
flaqueza  vil  que  degrada 
el  cuerpo ,  y  el  alma  TÍcia. 

Sé  á  tus  cabos  obedíenle, 
afable  á  tus  compañeros  , 
y  sin  bravatas  m  fieros 
en  el  peligro  valiente; 

En  los  trabajos  sufrido  , 
moderado  en  la  ventura , 
con  generosa  cordura 
no  ejites  vano  ni  abatído. 

Del  malo  te  apartarás: 
únete  siempre  á  tos  buenos; 
que  sino  ganas ,  al  menos       ^' 
con  ellos  no  perderás. 

Si  llegas  á  obtener  tipiando , 
manda  con  moderación  , 

Eero  solo  ;  y  con  tesón 
azte  obedecer ,  Her nawki ; 

Que  el  que  ttiaiída  desoortés 
ó  por  agena  iofiuencia^ 
6  no  exige  la  obediencia  , 
para  el  mando  kiiitll  es. 

Tolera  disimulado ,  ' 

aunque  te  baga  padecer , 
agravio  que  no  ha  de*  ser 
plenamente  castigado. 

Rjepait^^et^  discrecioii 
la  recompensa  y  castigo,    •  '' 
y  al  derrotado  enemigo  ' 
trata  con  m^^mcion. 

Resuelve  con  maduret , 
mas  resuelto,  nada  srtl^ 
la  ejecución,  aventi^ 
al  rayo  en  la  «^pideí.  '    ' 

La^sMlff  S¿  q«e  profesas 
estender  y  de  tu  rey 


M  r 


Digitized  by 


Google 


Itfs  dominios,  sea  la  ley^, 
Hernaodo^db  l«t  eMfweBáfli. 

Y  no  tengas. diidb  alguna, 
de  que  si  lo  haoesiast, 
sieinpre  irán  en  pos  de  iL*  •    ^ 

la  victoria  y, la  fortttwr. 

De  tu  Dobi^  iüolinacíoD¿      <    •  . 
mucho  espei;o»,  muclpo^fie:! 
basta ;  abrázame^  hijo  mio^ 
recibe  ipí'^endicijMi^* 

La  escena  tiecna  .y- sublime » 
dolorosa  dospedkia    ^ 
que  pasó  entre  el  bijo  y  {ledre, 
no  esposibledescribirla. 

De  momentos  teo  solemnes    • 
los  afectos  de  familia, 
•  los  jpensamienios'y  penas 
se  sienten ,  maa  no  se  (»ntan* 


Al  fin  com#  breve.  au^Q 

C&  rápido  aqadi  día.: 
tristes  y  los  alc|^ea  ^ 
al  mismo  paao  canúoan.        '  ^ 

El  sol  eQiw  nubes  4e  oro, 
de  un  cadáver  comitiva, 
á  la  tumba' del  oéaso 
con  magestad  deseend&i, 

Otando  la  piesa  é»  leva 
dio  el  trueno  de  ln  naHiáa, 
c^l  Guadalquivir  soMiiiío  ^ 
retumbando  en  las  ortlias. 

Ya  del  arenal.  k:|pttevt« 
el  padre  y  el  hija  ptean , 
y  bácia  la  torj&  mt  Or» 
mudos  de  dolor  eaminaq,    . 

MagníG^  era*  1a  escena , 
soberbia  la  perspectiva', 
espectáculo  grandioso 
el  que  deslumhró  «uj  iiista. 

Cubierto  eit  vbi&^  iiw«s 
de  mil  naciones  anngas ' 
con  flámulas »  gallivdWes, 


Digitized  by  VjjOOQIC        


a90  '  mSTisTA 

banderolas  y n  divisas 

Donde  espléndidos  coloras 
con  el  sol  poniente  brillan , 
donde  se,  mecen  las  auras, 
donde  retozan  las  brisas. 

Arabas  márgenes  cubiertas 
de  cuanto  la  Europa  cría , 
de  cuanto  el  arte  produce , 
de  cuanto  ansia  la  códioial 

De  arnias ,  víveres,  aprestos, 
fardos,  cajones  y  pipas, 
de  estraordinariras  riquezas, 
de  varias. mercaderías. 

Y  en  las  naves  y  las  barcas  ,  . 
en  los  muelles  y  marismas. 
y  en  arenal ,  alameda  ,- 
muro ,  almacenes  y  garitas , 

Un  enjambre  de  vi  vientes 
de  todos  reinos  y  climas, 
de  todos  sexos  y  clases , 
de  todas  fisonomías. 

Del  grande  español  imperio 
hombres  de  todas  provbcias , 
y  de  todas  las  naciones 
que  la  Europa  sabia  habitga. 

Moros,  moriscos  y  griegos, 
y  egipcios,  israelitas, 

negros ,  blancos ,  vi^os,  tnoioa , 
hablando  lenguas '  distintas. 

Mercaderes,  marÍBeros, 
soldados,  guardas ,  espías ,  « 
alguaciles,  galeotes, 
•     canónigos  y  sopistas, 

Caballeros,  capitanes,  ■  . 
frailéis  legos  y  de  mÍM , : 
charlatanes ,  valen(o6eB ,  * 

rateros,  nAozas, perdidas. 

Mendigos ,  músicos ,  bravos , 
quincalleros  y  cambista^ ,     . 
galanes^  ilustres  damas^ 
gitanas , •rufianes:,  tias:    .. 
Todo  bullicio  'tan  grande^ 
tan  extraña  alffaravíd, 
tal  confusión  oe  colores; 


CTigitized  by 


Google 


BB  mabuid.  Aai 

■»       ^ 

tal  movimiento  y  tal  Wda » 
OCreciendo  bajo  ud  gí«Io 
como  el  cielo  de  Sevilla, 
qoe  era  un  pasmo  de  la  mente^ . 
un  cuadro  de  heohiceria. 


I'ras  de  la  torre  del  Of04 
mientras  Don  Martin  activa 
el  embarco,  maldiciendo 
gabelas  y  socalíoasi  ..i. 

Hernasdo  sueña  .despierto;: 
7  pensando  en  Dona  Ed.vira, 
embebido  en  lo  pasado^v 
presente  y.  futuro  olvidÍL       .        ^ 

Llamó  su  atención  de  pronto 
una  voz  ágtia  y  ronqtiiUa 
que  le  dice:—  «Caballero,         .  r>  u 
por  dios  una  limosAita,»    . 

VuélTe  en  sí  sobresaltado,'  '• 
y  delante  de  sí  mira 
una  miserable  vieja 
de  estrañá  fisonomiai        < 

Un  rostro  innoble  y  áúmtíttki 
seco,  como  de  oeoizA,  r   •: 

con  dos  penetrantes  ajfot  . 
de  fuego' que  muere  chispas^  ! 

D^ubré  entre  sucias  tooaa  >  ;   : 
qué  rojo  manto  cobija- 
sobre  un  trage  de.  anascoba^       ;  .i.it 
becho  á  iliMgavrones  tiras.»      .  ''í\\'\m 

Y  en  el  tSdo  de  «qnel  enle    \  «1' 
algo  raro  se  veia ,  ,ji. 

reunión  de  astucia,  ignorancia^  r^..  >  > 
imbecilidad ,  malicia.  '  •/ 'il.ci.i' 

Para  darle. algnAsocomi('    >' 
en  la  escarcela  regislpa,  '   . 
y  mientras  ie  da  un  cornado 
dice  la  bruja  ladina..  j  . 

—«¡Qué  lindo  y  gallardo  jdveor! 
si  se  embarca  para  Indias»/     .. 
la  buena  ventura  puedo'..':    '  >* 
decirle,  que  sé  decirla^» 


Digitized  by 


Google' 


Hay  en  í^  vida  niomen^cift    ■ 
que  la  mitad  át  la  vida 
por  columbrar  lo  futott)  '•*■  > 

«e  diera  eon  alegria» 

Y  Hernando,  aunque  cbn  deapnecíd^ 
contempla  aquella  estantigua ,  , 

la  mano  diestra  le  «frece 
pnesta  la  palma  hacia  arriba. 

La  vejezueU  la  tomai) 
tin  momeme  la  exatniMa.^ 
y  ora  Is^s  cejaf  avqu«a ,  •  '■• 

ora.amaga  una  sonrisa; 

Y  al  fin^M  estremece,  tf^mW^  > 
echa  fucga  por  la  tista , 

y,  — ^^^qüé  estoy  mirando  % -cieloir'  .. 
cualenergúnMiO'griíav  ' 

Espréisloa  .T<»ta  y  terri|;>le 
su  muerto  sMiblaiHB  anima; 
crece  y  y  cod^mlsa  le  crujen 
los  huesos  y  las  icamiHas. 

Y  — ^^}afc  maiiGebo  generoso! .  / 
esclamó ,  qué  de  inauditas  t 
glorias  y  hazañas  te  esperan!          ■    r. 
que  de  triunfos  e«¡laa  IndiasI 

TiemM»  «1  infterttl^^  ni  espada  ^ 
cuántos  tributos. kqwtaL.. 

irá  ufano de  ^ntmttpfaupte . 

el  cielo  se  rqgócija^*.. 

Empei«dilres  j  reje» 
te  doblarán  la  rudUUa,^ 
cual  prodigíoií^  cmil  fKXjíMim^       • 
verá  el  mumio  tus -CNmifitlsiyki- 

Tu  huella  íiiiiidir^'naQidntft     ' 
las  mas  sruerreras  y  riéaé,-   '>'  ■    •»'  i 
como  dcl'pascor  la  fciuetfa^  ^  <• 
hunde  vivares  do  htsmiifi^as«     ^Ü^ 

Con  mo0t0S'4e  ai«  f  laM^a  < 
los  astros  allá  «ebrteda»^         .    I  > 
eterno  sení  ti»  «Krtftbre,    '^ - 
inmortales  tus  fatigas. 

ViMla;  )él  sel  del  nmvo  m^itido 
serás.../^  No'f^iidd  Mfr^rh^'         » '\  « 
el  joven  tienípo^tMÉa  lav^,-      • 
juzgando  la  retabüa 


Digitized  by  VjOOQIC 


CcMa  á  todb  aventurero 
por  aquella  bruja  dieka  ,       ^ 
para  sacar  reeo»peiM« ' 
más  abundante  y  opinuib 
'  Y  la  iniecraaipe  y  le  dice ;    '  .   * 

—  «solo  quiero  qne  me'dtgas 

si  seré  tan  veotuvoso    '  i 

que  regrese  á  estas^oríllaa^ 
Quc^  stt^pelida  la  Vieja » 
muda  en  él  los  ojos-  fija.,  i  .      . 

pero  apagados,  su.rOfltr4> 
se  seca ,  sq  de^amom  ^ 

Y  con  la«spresion  sinjosirá    ' 

de  una  sardónica  risa./  :  \/  .  .    . 

—  «volverás,  sí ^  le  responde  t;  v..     >  ' 
que  volver  es  tu  cksdiéka^        r'i   . 

Volverás.^*  sí..*,  de  seguFO. 
El  sol  se  ^a  7  Tuelveu.^  miNi4f», 
Y  con  una  enjuta  mano 
y  un  dedo  qne  parecía  . 

El  de  la  terrible  muerte ^ 
enerara  actitud  le  indica 
á  CastilUíá ,  pbr  dórtáe  ;* 

el  Tojó  'sol  se  ésboiid?a.     ' 

El  joven  áCasltllfeja      ./././• 
toma  de  pronto  fa  Vista  „  '  '  '        , 
como  obediehte  al  mk Adató      /     ' 
de  la  mano  lítiperáiiva,  ;  '       ' 

Y  ve  qué  úAa  f)ardd  ñul)e 

3oe  imitaba  M'bóYttnás  '  ' 
e  un  Vico  dbsel ,  tomaba , 
por  el  ambiente' Üióvtda,      '  ' 

De  un  grao  f&'éXtb  fe  tofitia  !    ' 
circundado  "dé  áltndtiHas  '     '        í*^*    * 
candelas,  y  éYi  <iHV6  áéti'o  \ 

del  sol  el  cad4véir  rbíi; 

Vago  ietíbt  6ifetire  ÜfelniátíJó ; ,"  ' ' 
los  cabellos  te  fe  etSVaÜ  ,     '  ^    *    '  f* 
poral^üóstttrtia^tjlbs,  ' 

echo  mliili)X^1,tí  a'áti  féát>ii'a.    "   '■ 
La  mtftfód^tíé^íbtJrtádbfe,/         .    , 
sil  voz  grrta>y'ttrs  fclrt^iái' 
diciendo :-~  «llegó  la  hora, 
v4i»<»xyU6pa^ifiLJ38ftiHga>.;  ..-^. 

Bigitizedby  Google- 


i 


Sa4  RBTHTA 

Le  tornan  en  sí  ^anhelólo  '  / 

á  la  bruja  ó  Pitonisa  '*' 

Busca,  mas  la  basca  en  Taño; 
desaparecido  babiai- 

Acaso  entré  aquella^turbai 
do  era  imposible  seguirla  i 
otras  limosnas  demanda ,    ' 
otros  casos  pronostica» 

Se  abrazan  al  plis  del  méelU 
el  padre  y  el  hijo;  pisa  '    ^ 

este  la  ligera  lancha 
que  al  piíoto  huyé^  de  la  6riUa.  '    • 

Llega  á  i«  na^e;  la  natv  >  • 
'  trinquetes  y  gabias  iza ,        :• 
y  corta  pomposa  el  rió  ' 

fentre  universales  viVas. ' 

Este  Hernabdlo.  estV  mancebo     x* , 
éraUeman-Cortes:  su  noinbré,     . 
gloria  la  mayor  de  EspaSa , 
asombro  y  pasmo  del  orbe^     ,    ,     . 

Lo  dice  todo.  Un  imperio  \  ■   ,  ¡     , 
de  cien  guerí'eras  naciones    . 
descubrió,  y  rindió  su  lanza 
con  seiscientos  españoles*  ,  • . 

Vuelto  á  la  patria,  por  premid    \f 
ingratas  persecuciones 
8U  corazón  destrozaron, 
rompieron  su  pec)io  noble.  ,    ^ 

Y  aquí  en  Gistilléja ,  Ilei^ó 
de  desengaños  atroces , 
rindió'  á  su  Críadpr  el  alma  / 

que  tan  grande  concedióle; ''.^.j, 
•  Sin  que  delpués  haya  visto 
el  absorto  mundo  un  Lpi^lirc.    ,  - '. 
.  que  de  Hernán-Cortes  al  lado' 
la  historia  impárcial  coloque;     .    .  ,.. 

Sevilla  i3  de  julio  de  i838.'-^  A.  vi  S. ,  Düqok  na  Ritas. 

Digitized  by  VjOOQ IC 


M   MAM».  .        OlS 


nUBSUFUESTOS    T    CÜB1ITA8: 


E 


s  aoa  desgracia  que  redunda  en.menoscfibQ  de  los  conocí- 
mieotos  útilcSf  que  esios  se  geoeraliceo  jrcohrea /autoridad 
aot^  de  ser  comprendidos  y  epsajados.  Cuando  esto  sucede,  se 
eooientan  de  ordinario  los  hombres  coii  las  idea»  ms^  gevieca- 
les  y  seductoras;  se  creen  dispensados  de  racio^qar  sóbrela 
principio^  fundamentales  en  quese  apojan;  incq^wn  sUiqne-* 
rerlo  en  ¿rendes  errores  y  equivocaciones ;  y  por  último  ,obe^ 
decen  con  cierto  fanatismo  Ia#  inspiraciones. del  sentimiei^Py 
qiie  ocupa  completamente  el  lugar  de  la  razón  y  del  juicio* 

Esto  es  lo  que  ha  sucedido  con  la  materia  de  los  presu-* 
puestos  y  las  cuentas.  Es  tan  alta  j  verdadera  la  idea  que  se 
tiene  de  str  importancia,  y  es  tan  conforme  á  Iqu  nías,  s^os 
principios  de  la  administración  pública  la  necesidad  de  su  es-: 
tablecimiento ,  que  desde  cierta  ¿poca  en  que  ie  empeló  i 
anunciar  y  proponer  esta  reformáis,  la  maypr  pfrie  de  Joe 
hombres  públicos  se  ha  creído  de  buena  fe  ezenudel  deber 
de  medita^  sobre  ella  y  de  estudiar  sus  diversas  ;aplicae^f())hss¡ 
por  madera  que  se  han  dado  por  supuestas  verdades,  que  .tiir» 
davia  no  se  conocen ,  y  pmr  discutidas  y  resueltas  cuestiones 
de  grapde  interés  y  de  no  fiicil  inteligencia^ .  Eii  verdad  qpae 
otros  han  seguido  diferente  camino,  entrando  en  á,.  fondo  de 
es^s  cuestiones;,  y  separándose  de  las  creencias  coootin^yt  mu-*» 
chas  ye^eserróneas  q  equivocadas^  Ifas  todavía  nos  hj^Uamos  á 
larga  distancia  de  lo  que  conviene  saber  en  este  ponto }  aun 
no  se  han  esclarecido  bastante  los  conocimientos  que  deben 
formar  la  canilla  manual  de  los  legisladores  y  funciooarips 
públicos;  y  todavía  nO  se  han  propagado  como  es  debido,  los 
que  corres|K>nden  á  los  contribuyentes  en  ün  gobierno  cona* 
titucional. 

Segunda  serie. — tono  II.  a¿ 

Google 


Digitized  by  ^ 


a  36  áCTISTA 

La  materia  m  mas  difícil  de  lo  que  podrá  parecer  á  prime* 
ra  vista ,  y  no  debe  ni  puede  tratarse  someramenle*  Las  ob* 
servaciones  que  vamos  á  someter  al  juicio  de  nuestros  lectores 
estarán  mtijr  lejes  de  ilustrarla  Un  completamente  como  se 
necesita  ;  pero  no  se  logrará  poco  si  se  consigue  que  se  con- 
vierta hacia  este  objeto  la  atención  pública ,  sobrado  embebida 
quizá  en  cuestiones  personales  y  de  partido. 

Lo  primero  que  ocurre  al  tratar  de  este  asunto ,  es  que  la 
idea  délos  presupuestos  no  ha  podido  concebirse  siquiera  siii 
.drra'idéa  síotcfitti'^f'genet^l;  estd  e^,  sinia  Idea  de  6rden ,  ar- 
reglo y '^tfdttifá^eíilbs  i^sto^  que  se  pagan  de  los  fondos  pii-- 
bticós.  Etí  fóé  tieriíí(i6s  én  qnif\i  aditiioistracion  era  más  sen- 
«11»  Jr  ufiMBrifi*/y  l^l^'actósTé^úíéhtfe' W^  bafkfá  ;én  aquéllos 
er^ói'en  qtíé'lós  scívítíos  pérsotóle^  y  reales  llevabati  envuel- 
nPfíiiiAá'cfíeiCt^'pn^  invérstoÁ  Inmediata  de.  ló' que  coos- 

fifüi&Ü/^ktérU  de  loi^ifibi^ttí^*^  cilando  la  moneda  entraba 
pw'ffadcbo  raenod  de  lo  que'WíTéjcfé^  al  presente  etilos  cam- 
bidS'y  en  káipfícactditek^cf  Wr^fAtíte»  destinados  á  levantar 
las  cái*gas  diíl  Estádcf*,  w'Y^oiá  oiída  de  particular  que  loa 
^biérntis  ylviesén  éotr  cíirto  ahldittdono  res|)ecto  al  conocí- 
iriiéíifo'y  te|fülacióti  de  feuncgíflmW  haberes,  y  á  la  compara- 
ción de  estos  Coh  las  ^ecé^id;sídes  á'qvíe  di^biaú  destinarse.  Por 
ifeta  riboii  H¿  stdó  tan  hárátií  éirteiacta  ta  ¡d«a  que  se  ha  fbr- 
fbkdoMéri^éai^íb  i^abnla,  émiicylp  habfa  kido  )a  dcj  caudal 
'«^iíi^'le't^itítltbyey'dsWlliiíf  qtJe,  Íé/ds  de,  componer  un  lodo 
íSMfcb;í'egtflár^'y  cóncéhadoV  él^a  poif-  ¿i  contrarió  pik>ducto 
iMloM'terV^któas  VáVió^  ;  equií^dcos  é  inconexos.  ' 
•"*  **Í^ró  détí¿  que  dis'ripi^tólc  (íén'et  Influjo  benéfico  de  k 
UWI^ibti  ¿^ehiMiii' t>^éstdci¿neir  pévs¿nales ,  loé  Cañonea 
fkíthíenticTósV  1^'  Cdotfibttciones  i^deflnTdas  que  erah "deter- 
nKtibda^  Ünicamébté  por  los  accidentes  casuales  que  las  im* 
\tMiíiú^y^'eú1^n  ;  áeéUé  que  el  auibento'de  la  población  ,  el 
tnayóf  ilifllijo  de  !ás  tramáaccioi^  comerciales  é  industríales,  y 
hii  dénóafr 'cautos  que  contribuyei'dn.ál  desenvolTimieríto  de  lá 
tdt'dl^énclá  humana,  hicieron  mas  complicada ,  extensa  y  varia 
H  administración  pública^  hubo  necesidad  de  dar  ilación  y  co- 
lie^éiidsf  £  las  fiífoóióhes  qilie  de^mpeñá,  á  riesgo  en  casp  ccxv» 
trario  de  haber  caido  en  la  mayor  confusión  y  abandono:  ne- 


Digitized  by 


Google 


'  %2y 

Mldad  que,  sieodo  h^  del  instinto  de  conflervaeioD  que  U 
paturaleza  ha  poesio  en  loa  hombres  j  en  los  gobiernos ,  se 
hiao  sentir  por  sí  Hiisina,  y  ae  fué  desarrollando  insensible- 
mente á  b  presencia  de  los  obstáoalos  j  de  los  objetos  que  le 
habían  dado  existencia. 

Este  articalo  no  ofrece  ciertamente  el  suficiente  espacio 
para  explicar  en  él  la  historia  de  los  hechos  qne  en  los  pueblos 
de  Europa  dieron  luner  i  estas  observaciones,  ni  tampoco  la 
de  los  dUef entes  ensayos  que  se  hicieron  hasta  lograr  que' 
naciese  y  se  aobtisteciese  la  idea  de  ¿rden  y  regularidad  en  la 
administración  de  loa  fondos  públicos:  tarea  útilísima  en  ver- 
dad ,  pero  agene  del  pensamiento  dominante  de  este  primer 
trabajo.  Mi|s  adebinte  eooveodri  dedicar  i  tan  importante 
objeto  algosas  leigilias;  y  ojalá  le  tomasen  4  su  cargo  otras 
piornas  mas  ilustradas,  fot  de  pronto  nos  contentaremos  cqq 
hacer  mención  de  algunos  hechos ,  cuando  condnican  al  fin 
que  nos  proponemos ,  dejando  para  la  última  parte  de  este  ar^ 
liéolo  explicar  el  plan  de  nuestros  trabajos  sucesivos. 

Inglaterra  fu¿  la  primera ,  como  lo  ha  sido  en  otros  pun- 
tos de  sumo  interés  para  la  civiliíacion  y  la  humanidad ,  que 
adivinó  las  ideas  de  orden  y  regularidad  en  la  administraGion 
de  las  rentas  publica» :  eá  términos  de  qtle  basta  la  palabra 
bmdget  adoptada  por  esta  nación  para  expresar  la  relación  y^ 
proporción  en  que  deben  estar  loé  ingresos  y  los  gastos ,  ha 
pasado  á  ka  naciones,  del  continente,  donde  se  conserva  en  su 
{Nrimltiva  signifieacioii :  lo  qne  prueba  qne  las  ideas  represen*- 
4adas  efi  ella  han  tenido  el  mismo  origen ,  y  han  ido  puogresi** 
vamente  euodien4o  V  según  que  ha  sido  mas  6  meóos  poderosa 
Ja  influencia  de  las  causas  á  que  deben  so  creación.  En  Espa- 
fia  es  donde  no  ha  sido  admitida  esta  pakbra;  pero  la  idea 
importante  que  envuelve  forma  ya.  unn  creencia,  contra  la 
cual  pugearian  en  vano  los  reatos  del  apostolado  administra- 
tivo de  otros  tiempos,  las  pretensiones  de  les  que  ÍMentan  con 
otros  fines  subvertir  el  urden  regular  á  que  están  sometidos 
por  la  eoostiiucton  todos  les  poderes  del  Estado;  ó  en  fin ,  la 
manía  de  otros  qoCf  creyendo  im|iosible  lo  que  sus  limitados 
celebres  no  han  libado  i  comprender ,  dan  lodavía  valor  i  la 
resistencia  de  algunas  GOr|)praciones  y  establecimientos  anti- 


Digitized  by 


Google     


giioe;  resitleacíá  apoyada  en  las  pk'áctieat  mat  absurdas,  por 
no  deeir  en  las  mas  críminales  dilapidaciones. 

Pero  sí  con  el  nombre  de  presupuestos  se  ha^empesado  en 
España  la  reforma  de  los  antiguos  sistemas  coyos  fonda-* 
mentos  y  cayos  vicios  orgánicos  hacían  imposible  el  oo«- 
nocimiento,  el  órdén  y  la. economía  en  la  adifainistracioQ ,  no 
hay  duda  que,  como  be  indicado  al  principio^,  nos  faltan  mu* 
chas  oosas  qoe  hacer  y  otras  que  destraic ,  para  conseguir  las 
ventajas  y  los  beneficios  positivos  que  oon  ramn  se  atribuyen 
al  sistema  ^e.  presupuestos»  Este  sistema,  cuyas  partes  príBcipa'* 
les  no  pueden  considerarse  ni  estar  sei^aradas  sin  que  de  hecho 
se  destruya  el  objeto  esencial  de .  so  establecimiento ,  no  se  ha 
trazado  todavia  entre  nosotros,  podiendo  decirse  que  la  parte 
del  mismo  reconocida ,  sancionada  y  sostenida  pon  laudable 
celo  por  los  legisladores  y  gober mentes,  no  puede  satisfacer 
ni.  completar  las  miras  ¿  qoe  unos  y  otros  se  dirigen.  Por  el 
contrario,  es  innegable  que  al  abrigo  del  aspecto  sedociory 
de  lá  confianza  que.  ofrece  la  pública  discusión ,  han  de  poder 
hacerse  fraudes  y  dilapidaciones  tanto  mas  temibles,  cnanto 
mss  escudadas  vengan  coix  la  pantalla  del  nombre  sagrado  oon 
que  se  defienden.  «  % 

Es  verdad  que  no  es  este  el  daño  tnas  grave  qne  ocasiona 
la  confusión  de  las  ideas  y  el  gran  vado  que  sé  advierte  res** 
pecto  á  las  disposiciones  que  en  esta*  parte  reclama  nuestra 
administración;  porque  ai  bien  las  pasiones  miserables  de  los 
hombres  que  prefieren  un  mezquino  interés  á  la  gloria  de  ha* 
cer  la  felicidad  de  su  patria »  pueden  sacar  partido  de  la  boe* 
na  fe  de  los  qne  pagan  y  de  la  inexperiencia  de  los  qoe  joz-> 
'.  gan  ;  es  mas  generoso  y  probablemente  mas  exacto  bnsoar  el 
a>al  en  su  verdadero  origen,  que  son  las  leyes,  instrucciones  y 
reglamentos ,  y  allí  aplicar  el  remedio  con  valor  y  persev^an* 
cia.JAayor  y  de  mas  trascendencia  es  el  daño  que  resulta  de 
aquellas  caosas ,  en  cnanto  es  muy  difícil  con  ellas  tener  noti- 
cias exactas  de  nuestros  verdaderos  recursos  y  necesidades;  es 
imposible  toda  reforma ,  todo  principio  elemental  de  progreso, 
y  cuantas  ideas  aisladas  por  felices  que  sean  puedan  ocurrir  á 
los  hombres  ilustrados,  a  qoieties  no  sea  indiferente  nuestra 
supuesta  miseria  y  nuestro  descrédito  verdadero.  Ls  nacioo 


Digitized  by 


Google 


española  es  rica;  loé  ingreaos  de  la  bacieuda  pública  san  gran- 
des; pero  esfe  ea  el  día  en  que  no  es  posible  demostrarlo,  pre-- 
•enlaodo  el  cuadro  «verdadero  ed  que,  sin  confusión  ni  equi- 
vocaciones ,  se  pudieran  ver  á  un  golpe  de  vista  los  resultados 
innegables  de  aquella  verdad.  \ 

No  es  menos  atendible  el  ioconvenieote  que  ofrece  esta 
confusión  y  trastorno  de  ideas  y  operaciones,  en  cuanto  sir- 
ven de  obstáculo  alas  invc$^tigaciooes  legitimas  sobre  el  mé- 
rito ó  demérito  de  los  empleados  principales  ^de  la  admr- 
n¡str,acioo ,  y  en  cuanto  no  permiten  que  8e-[>onga*en  claro  k 
verdadera  respoiisabiltdad  de  los  ministros,  punto  cffrdinal  en 
todos  los  gobiernos  ilustrados  de  donde  parten  las  ventajas 
atribuidas  al  sistema  de  presnpnestos,  considerada  la  respon^ 
sabilidad  mas  bien  como  idea  de  orden  y  economfa ,  que  como 
motivo  de  ásperas  censuras  que  son  inúiiies  cuando  las  leyes 
saben  prevenir  las  dilapidaciones. 

Solire  estas  ideas  es  fácil  calcular  cuánto  interesa  salir  al 
enctienlro  de  los  desórdenes  y  abusos «  por  medio  de  un  |is*- 
lema  régnlar  y  ordenado  que  reduzca  las  cosas  á  su  verdadé-* 
ra  signijBcacion ,  y  que  establezca  sobre  bdses  inalterables  las 
reglas  de  U  pública  moralidad^  basta  conseguir  que  sea  uno 
el  seniimientOy  el  espSrítu  y  la  dirección  de  los  legisladores  y 
gobernaiites ,  á  lo  menos  en  los  puntos  inas  príoci|)ales ,  en 
que  no  debe  darse  lugar  á  dudas  y  tergiversaciones.  Por  de 
pronto  bástenos  saber  ,  que  según  el  método  actual  eii  que  se 
aglomeran  y  confunden  los  productos  y  gastos  dé  las  rentas 
públicas  correspondientes  á  varios  años,  no  hay  medio  de  que 
se  Reculen  ni  puedan  ejecutarse  las  leyes  de  presupuestos ;  y 
adema:*  t  que  destinándose  los  créditos  concedidos  al  Gobierno 
i  obligacioiies ,  que ,  aunque  legítimas,  no  son  las  devengadas 
CB  el  tiempo  precisóla  que  los  créditos  se  aplican ,  puede  re- 
i«ftltar  que  ¿n  ministro  celoso,  activo,  puntual  y  ajusudo^ 
apareica  i  los  ojos  del  público  con  diferente  carácter;  mien- 
traa  qnJB  otro  menos  escrupuloso  ó  roas  osado  podrá  fácilmen^ 
te  tacar  provecho,  en  favor  de  su  reputación ,  de  este  estado 
¿Uieil  y  embaraioso  en  que  no  és  posible  hacer  de  las  cosas  uu 
jtticio  cabal  y  concluyente. 

Go^vteM  advertir  que  al  habla|r  dé  Jos  defectos  sustancia^ 


Digitized  by 


Google 


a3o  «STüVA 

les  de  qoe  adolece  nuestra  admioistraciaB ,  no  ops  releriauíi 
álos  qae ,  siendo  iiiherentes  á  nuestra  sitoacioo  actual ,  poedeñ 
considerarse  como  transiónos/ Hay  respecto  á  ellos  ía  ventiya  de 
que  son  conocidos  y  universalmente  deplorados,  asi  como  son 
conocidos  y  deseados  los  remedios  únicos  qoe  tienen.  Por  lo 
mismo  1^  inquietud ,  la  sosobra ,  la  urgencia  imprevista  y  los 
gastos  repentinos  que  acarrea  la  guerra  civil  ^  ban  de  ^Miusar 
precisamente  y  están  causando  ^  entre  otros  malea,  el  gravis¡«> 
mo  de  que  se  confundan  y  subviertan  las  ope^MnoUes  de  la 
administración ,  el  destino  que  tienen,  los  capitales  6  los  cré- 
ditos concedidos  al  Gobierno,  y  la  cuenth  y  razón  que  ton  ^ 
vigilante 'hSria  los  cargos  á  las  innumerables  dependencias  del 
tesoro  público.  Pero  la  guerra  civil  se  acabará,  y  en  el  día  en 
que  esta  esperanza  se  realice,  desa|)areoerán  por  tí  mismos  los 
vicios  que  ella  sola  baya  engendrada 

En  el  mismo  caso  con  relación  á  este  ponto  se  baila  otro 
defecto  también  sustancial,  debido  principalmente  á  la  e&plosion 
frecuente  de  las  pasiones  políticas,  %l  combate  continuo  de  los 
partidos,  á  las  conveniencias  ¡larticulares  de  cada  situacion^^ 
á  niiestr^  falta  de  costumbre  en  la  manera  de  considerar  y  re- 
solver las  cuestiones  de  presupuestos.  Seis  aios  ban  corrido 
desde  el  restablecimiento  en  España  del  gobierno  representa- 
tivo; y  en  estos  seis  afios^  á  decir  verdad ,  únicamente  se  lia 
discutido  y  aprobado  el  presiipuesto  de  26  de  mayo  de 
1 835*  Porque  aunque  se  aprobó  en  27  de  julio  de  s838  otro 
presupueato^  que  es  el  que  empezó  á  «cgir  en  4.^  de  oaubve 
del  mismo  ano,  sábese  que  esta  aprobación  re9ayó  sobné  los 
dictámenes  de  las  comisiones  respectivas,  según  habían  sido 
presentados  por  ellas ,  salvo  la  del  ministerio  de  E«iado  f  de 
Gracia  y  Justicia  que  se  discutieron  oon  bastante  .|>roli(fidad% 
Esta  indicación  basta  para  que  derie  luego  se  advieru  la  íaka 
de  plan  y  la  inexactitud  con  que  se  ha  procedido  en  la  ma« 
teria. 

En  efecto ;  ¿  qué  fué  lo  que  quiso  decirse  cuando  en  a  df 

octubre  de  dicho  ano  i838  se  mandó  que. los  presupnesms  009* 

pezascín  á  regir  y  obscfrvarse  desde  i.^  de  octubre?  ¿Se  qMA 

dar  á  entender  acaso  que  el  ano  de  i838  principiaba  ^en  s.^  de 

.  octubre  9  y  conduia  en  3o  de  setietabre  d«l  signienle  aio?  En* 


Digitizedby 


Google 


p8  9/L^PMÚ.  ,^3j 

loaces  debió  habers;^  j^OQÍfe^iaflo  «si  teroHO^ntjHnei^tje»  y  de^^ 
bíei;oo  haberse  dicudp  rqg[]av(;^pecíat^^de  cdt^abili4ad ,  tapt^ 
jMrra  lo  venidero^  como  resp^uto  al  J9¡cio  d^  lo*  o  joaescs  iras- 
curridog  del  ano,  cqyos  gastos  ó  s^rvicio^  qu^d^D^'p^sia  :a|»li- 
cacíoQ  á  DÍD|;an  presupuesta :  príoiet  iucppv^niepte  y  primers^ 
contradicción  de  la  ley » pq^  \éí  cual  se  conccfli^^pf^  .^stos  cré- 
ditos; créditos  que  no  podian  aplicarse  siuo  Hofk  igastos  ^sp^ 
cíales  del  aoo  i838  qq^  e»  E^^^aoa,  lo  misipó,<|iie  ei^  jlodas 
parles,  comieoza  en  i.°  de  enero ^  y  jCopcI.^if  911  3ÍI  "?  d»f; 
ciembre.  Porque  ^o  ^  asi  iflj^  fápi)  comoaip  $jiipope  v^n^r  cjff, 
esta  parte  la  marcha  de  ja  admío.íi^tr^^ipo^  puesto  que  para 
conseguirlo  es  i^dispeosabla  ^ijar  tam]t>icn  el  n^todp.  d<e  U 
conlabilibad  y  las  reglas  á  que  tod^s  las  operaciones  ord.jna- 
rías  se  ballaa  sooietida^  \ 

¿Se  quería  acaso  si^iGcar  que.los  tres  últiofQs  ipe^s  dirl 
año  eran^l  único  liei^ppt  por  el  qpé  los  créditos  se  co.nccdianr 
Esto  seria  un  absurdo  ippplio  ma^orp  po.squé  pi^  es  cjerto^.qup 
la  suma  de  millones  qup  constiipye  je]  importe  de  todo  el  ^w 
se  concediese  al  laínisterio  con  facuh^d  de  pónsumirjia'en  Icm» 
tres  meses,  ni  era  posible^  1^  recaudación  .de  la  suena  epleta  en  , 
ese  limitado  tiem|io.  Ad^m^is»  si  ppi'^^ff  esto  basóla  incotppjren- 
sible,  se  sui^pni^  que  las  obljganpaes  anuales  .Í;iabián  ^p  divi- 
dirse y  connignarse  en  la  suma  i^^tiva  Áf^  |>;'r¡odo  ^^«a^ 
topees  resultaba  el  incooveaiente  de-^er  icpposíble  esa  división,  * 
especialmente  respecto  á  tos.ingiedos,  y  e]>de  que  la  cootabi^ 
lidad  por  esquisita  que  fuese  no  podría  ea  nueslro  actual  es- 
tado fijar  con  exactitud  los  productos  ciertos,  y  proporciónalos 
de  uti  período  oualquiera^  Esto  no  se  consigue  basta' después  de 
aer  conocidos  los  ^resultados  io^abs  de*la  recaudación  de  un 
aBo,ea  cuyos  meses  distiotos^.se  verifican  varías,  ao^ticijiacionep 
j. compeasaciones  que  desp;uies  se  comparan  y  equilp)raa.     ;., 

Pero  eitey  otros  «nconvciuentesi,  hijos  <|e  la  iticertidumbre, 
d^  la  agi^tdjcion.y  ap^iedad  que  produce  la  guerra  civil  ^  y  d^ 
la  falta' de  una  accipn  unitorme,  dirigida  siffppre  á  un  Qn  uní: 
co  y  conslapte ,  puede  decirse  que  aíectap  ^  Jks., presupuestos 
^o^ideiHal  y  ^xansitoriamejHe;  y  no  bay  duda  de  que  por  ^ 
laísmos  se  irán  corrigiendo,  á  proporción  que  las  caús^s^indLr 
cadas  vayan  cedieada  su  lugar  á  los  consejoa  pacíficos  *ilp  la 


Digitized  by 


Google 


21 3  á  MtJSTA 

razoo  ílaiiriidá»  y  á  lá  influencia  de  loi  aoontédmtentdft.  Por 
todas  partes  se  levantará  una  toz  ardiente  j  enérgica  pidiendo 
pazy  orden  y  economias;  ?oz  qué  proscribiendo  el  Taño  clamo- 
reo de  las  promesas  ficticias ,  dar^  su  sanción  .á  las  %erdade$ 
mas  útiles,  consignará  la  importancia  de  los  presupuestos 
anuales,  7  no  permitirá  que  este  punto  permanezca  en  la  con-* 
fusión  que  al  presente» 

Sin  embargó,  para  cuando  llegue  eité  .dia  y  sea  uno  el 
deseo,  una  la  intención  y  uniformes  también  los  pensaipien- 
tos  de  todos  con  relación  á  este  punto,  es  fuerza  confesar  que 
nos  encontraremos  con  un  gran  vacío  de  ideas  exactas,  y  con 
la  necesidad  de  entrar  en  las  reformas  radicales  que  el  sistema 
de  los  presupuestos  reclama  con  urgencia.  Aquí  es  donde  con- 
viene que  vengan  á  refundirse  el  talento,  el  celo  y  el  anhelp 
de  gloria  de  los  hombres  que  tienen  en  sus  manos  los  deslinos 
de  la  patria ;  porque  aquí  es  donde  está  el  gran  secreto  de  la 
libertad  dé  los  pueblos ,  de  su  ventura  y  de  sus  esperanzas ,  y 
aquí  puede  asegurarse  que  es  donde  se  encuentra  compen» 
diado  el  Gobierno  con  sus  inmensos  y  felices  resultados. 

La  ex^xMícion  de  los  diferentes  extremos  que  debe  com- 
prender esta  reforma  basta  llegar  á  su  perfeccioo,  y  ,1a  de 
los  errores  sustanciales  de  que  en  la  actualidad  adolece ,-  es 
obra  larga  y  difícil.  Todo  de  es  posible  en  un  dia;  pero  una 
vez  conocidas  las  verdadep,  es  fácil  generalizarlas,  y  lograr 
que  sirvan  de  fundamento  á  las  mejoras  que  se  intenten. 

Como  afortunadamente  .vivimos  bajo  un  régimen  consti- 
tucional ,  y  el  Congreso  de  diputados  en  él  tiene  el  particu- 
lar encargo  de  custodiar  y  aumentar  el  sagrado  depósito  dé  tá 
bacienda  pública  ,  es  justo  y  oeoesario  que  en  la  materia  obre 
con  aquel  espíritu  investigador  y  severo  que  tanto  contribuye 
al  orden  y  economía ,  y  asegura  la  responsabilidad  de  los  fun- 
cionarios públicos.  Bien  sabemos  que  la  discusión  de  los  pre- 
supuestos es  el  campo  escogido  ordinariamente  por  la  o|)Osi* 
.  cion ;  para  desenvolver  el  sistema  político  y  combatir  la  mar¿ 
cha  del  gabinete.  Cuando  na  sea  por  este  motivo  ostensible, 
'  hay  siempre  un  espíritu  laudable  d^  economía  que  da  tugar  al 
exámeá  mas  escrtipulóso  y  esquisito  sobre  cada  una  de  las 
ípartidas  que  aparecen  en   los  diferentes  artículos  ó<A  pre- 


Digitized  by 


Google 


supoéftto.  T  i¡  bien  es  incontestable  el  derecho  de  los  di* 
potados  para  negar  ahgabinete  sus  sufragios,  j  rcsistit  á  sos 
demandas  cuando  aquel  no  merece  so  conBanta ,  ó  parecen  es* 
las  excesivas;  si  tampoco  puede  negárseles  el  derecho  de  po* 
ner  en  evidencia  la  conducta  de  les  ministros  y  atacarla  \iot 
los  flancos  que  presente,  siendo  unas  y  otras  atribuciones  pro^ 
pias  de  la  (ndole  del  gobierno  representativo,  también  es  cier- 
to que  los  medios  adoptados  hasta  el  dia  tto  dan  ni  pueden  dar 
los  resultados  que  sé  buscan. 

,  En  estas  atribuciones  suele  haber  una  equivocaoioB  de 
parte  de  los  que  no  conocen  mny  á  fondo  la  materia ,  que  es 
hija  de  la  sensación  repugnante  que  ha  dejado  la  historia  de 
las  administraciones  jioteriores,  y  que  renueva  la  memoria  de 
sus  inveterados  abusos.  Snpónese  qtie  la  ley  de  presupufestoa 
impone  á  los  ministros  la  obligación  de  sujetarse  extrictamen* 
te  á  todos  sus  pormenores:  y  esta  idea  falsa  conduce  i  otros 
errores  de  graií  tamaño,  principalmente  á  un  absolutismo  de 
otra' especie  fundado  en  el  principio  de  atribuir  á  las  Cortes  el 
,  poder  de  dirigir  tos  portneoores  de  la  administración  interior 
del  reino.  No  puede  ni  debe  ser  asi.  Pero  esta'  equivocación  ^ 
que  es  trasdendental  á  la  política  y  al  Gobierno ,  lo  es  mas 
prlneipslmente  al  asunto  bajo  el  aspecto  qué  le  vamos  consi^ 
demuda  Porque  á  la  verdad  suele  acontecer  que  adormecidos 
en  cierta  manera  y  satisfechos  con  los  triunfos  mas  ó  menos 
importantes  que  proporciona  esta  contienda,  eée  en  el  olvido* 
el  asunto  de  la  discusión  y  del  combate,  y  iio  se  procuré 
traer  de  nuevo  á  la  arena,  para  ver  de  sacar  las  verdaderas 
utilidades  de  laf  economías,  mediante  el  juicio  severo  de  los 
hechos  posteriores  á  la  aprobación  del  presupuesto,  y  que  de- 
ben sertir  á  la  absolución  6  condenación  de  los  ministros»] 

Para  comprender  en  tdda  su  extensión  estos  resultados 
conviene  tener  también  presente,  que  todavía  desconocemos  la 
práctica  saludable  de  distinguir  los  presupuestos  en  provisio- 
nales y  definitivos ;  siendo  esie  otro  de  los  defectos  que  ex« 
pKcan  la  imperfección  de  nuestro  actual  sistema. 

El  objeto  de  los  primeros  no  es  otro  que  el  de  poner  en 
evidencia  el  pormenor 'dé  las  obligaciones  á  qixe  tiene  que 
atender  el' Gobierno,  el  grado  de  iipportaocia  que  merece  ca- 

Segunda  série.-^Touo  II.  3o 

Digitized  by  VjOOQ IC 


a34  MTMTA 

da  aoa  de  ellas,  y  Íob  gattot  que  te  presuponen  pom  Mtisfacer^ 
lat;  á  fin  de  qne,  después  de  exsfainedss  y  de  forinsda  k  cuen- 
ta de  dichos  gastos,  se  conceda  á  cada-  uioiaierio'  por  medio  de 
una  ley  la  auiorisacion  conveniente  para  .disponer  de  la  siima 
tolal  señalada  en  ella ;  ó  en  otros  cérniioos ,  we  fes  abra  un 
crédito  reducido  á  dicha  cantidad.  EsU  ley ,  segao  se  ve,  en-^ 
cierra  la  mira  saludable  de  limitar  la  soma  haéfa  que  cada 
ministro  puede  estendersé  en  los  g^tos  qu^e  ordenare;  pe* 
ro  limitación  qae  no  es  ni  puede  ser  mas  que  provisional ,  Ip 
.  mismo  que  el  presupuesto ,  6  por  mejor  decir,  las  previsiones 
sobre  que  se  hubiese  fondado. 

El  objeto  de  los  segundos  (es  el  de  conseguir  por  medio  de 
btra  ley,  que  se  fijedefiaitivameute  la  suma  correspondiente á 
cada  ministerio  para.el  cumplimiento  de  sus  obligaciones.  Esta' 
.  suma  debe  determinarse;,  en  vitta  de  la  coentaexacta  del  importe 
de  todas  ellas,  previa  su  reoonoctmienlb  y  liquidación :  cuenta 
que  debe  sujetarse  i  la  nomenclatura ,  coordinación  y  subdi* 
irision  de  las  obligaciones ,  establecida  en  los  presupuestos  pro* 
visionales,  para  conocer  los  artículos  en  que  se  hubiesen  hechp 
economías,  ó  en  que  huyese  algún  exceso.  En  cualquiera  ip 
estos  dos  extremos  se  adelanta  bastante  buscando  en  ellos  la 
mayor  ó  menor  exactitud  que  hubo  en  las  previsiopes  que  se 
hicieron  para  los  gastos  d^l  servicio,  y  las  causas  que  ^tubie- 
sen  motivado  las  aheraciones  ocij^ridas. 

Desde  luego  se  concibe  la  importancia  de  esta  segunda  ley 
y  la  inutilidad  de  la  primertí,  si  á  su  tiempo  no  se  cubre  esCjs 
flanco,  si  po  se  procura  la  coincidencia  de  ambas  operaciones, 
y  si  no  se  pone  en  ^rcicio  la  atribución  mas  útil  del  Con- 
greso, que  consiste  en  fonnar  un  juicio  escrupuloso  sóbrelos 
hechos  relativos  á  la  ejeciicion  de  la  ley  primera  ó  ju-ovisional, 
y  en  la  censura  consiguiente  de  la  conducta  del  ministro.  res~  . 
ponsable*.  Adviértese  también  la  ii!iexacritud  d^  la|  palabra^ 
presupuesto  dejinkwo,^  pero  de  que  he  hecho  uso  por  apomo- 
darme  ai  lengaage  adoptado  entre  nosotros  ^  ya  qiie  lio  he- 
mos admitido  la  palabra  buéget^qne  ahnqne  inglesa  de  orí- 
gen  ha  venido  i  ser  europea ,  y  con  la  cual  pueden  explicarse 
muy  bien  ambas  leyes,  la  primera  con  el  nombre  de  budgef 
provisionaí^^  y  la  segunda.con  el  de  budget  definitivo^  Pox^e 


Digitized  by 


Google 


smdo  el  significado  de  esta  vos  el  de  «rregli^  e^alaacioii  y  ba- 
lanoe^  ó  ooin{iaracioa  de  los  gastos  necesarios  con  los  recursos» 
se  entiende  mpy  bien  la  diferencia  que  inedia  entre  el  provir 
sional  que  se  bace  con  anticipación,  y  sobre  previsiones  mas  ^ 
menos  (lindadas,  y  el  definitíyo  que  resulta  del  conocimiento 
y  líqpidadon  de  los  gastos  efectivos ,  y  del  producto  tainbieii 
efectivo  de  las  reiUas.  Como  quiera  que  sea,  se  viea^  en  conch 
cúniento  de  la  necesidad  de  no  fiar  á  la  ventura  esta  parte 
principalísima  del  sistema  de  presupuestos ^  sin  la  cual,  como 
se  ba  dicho  antes ,  no  se  l)abría  hecl^  otra  cosa  qu^  llenar 
una  formalidad,  la  menos  interesante  sin  duda,  por  nvncbp 
que  quiera  encarecerse^ 

Para  realizaflo  como  conviene,  y  para  conseguir  los  demaa 
efectos  atribuidos  al  sistema  de  presupuestos,  es  necesario 
adelantar  otra  idea  intimamente  enlaaada  con  las  anteriores 
kid¡cacipne8,.á  saber,  qoe  debe  variarse  completamente  el-  sis-, 
tema  de  contabilidad*  Por  poco  que  se  discurra,  se  descubre 
efectivamente  q^e  esta  inmensa  máquina  de  la  liacienda  pur 
blica,  enH)u6  ^n  tantos  y  tan  varios  los  arbitrios,  tantas  y 
tan  diversas  las-  Rentas ,  tantos  y  tan  diferentes  los  método»  d^ 
au  recaudación,  no  puede  estar  en  movimiento  continuo  y 
compasado;  sin  un  poderoso  resorte  que  dirija  y  regule  laf» 
operaciones,  calculando  los  resultados  efectivos  de  todas  ellaa: 
acticulo  indispensable  si  las  Cortes  han  de  conocer  el  estado 
de  nuestros  recursos»  la  posibilidad  de  aumentarlos  6  dismi* 
nuirlos,  el  fundamento  sobre  que  pueden  concederse  los  cré«- 
ditos,  y  el  rigor  con  que  deben  examinarse  las  cueiitas  de  sus 
productos  y  de  sus  aplicaciones.  Este  gran  resorte  no  es  tn 
puede  ser  otro  que  un  buen  sistema  de  coniabtüdad ,  explica- 
do.y  desenvuelto  en  una  buena  ley  dd  cuentas  de  que  carecer 
mos,  fpor  medio  de  la  cual  se  logre  que  quede  consignada  la 
historia  de  todas  las  operaciones  subalternas ,  y  asegurada  $^ 
conexión  intima  con  las  {ir inci pales  que  parteo  del  centro  co- 
mnn  de  la  administración,  ofreciendo  por  resultado  y  en  una 
escala  gradual  lel  «cuadro  completo'  de  tinestros  fondos,  su  mo«- 
Timiento  diario  y  pef iódico ,  y  los  tiempos  ó  servicios  á  qu^ 
OQrrespomda. 
JEn  esta  malcría  hay  mucho  que  decir ,  y  aunque  en  otr^ 


Digitized  by 


Google 


a36  WfisTA 

ocftsion  nos  proponeanis  tratar  exprofeao  de  ella»  a'q  podemos 
dispeosarnos  de  adelantar  algunas  observaciones,*  que  ri9cla«- 
man  con  or^ocía  la  atención' del  público,  y  la  meditación  de 
los  hombres  ilustrados. 

Ante  todas  eosas,  conviene  fijar  el  sentido  verdadero  .de 
una  cuestión  que  tódavia  no  se  ha  entendido  tan  bien  como  se 
necesita;  Hablamos  de  la  rendición  de  cuentas  á  las  Cortes* 
Hay  quien  de  buena  fe  cree  á  estas  horas,  que  el  eximen  de 
ooentas  que  corresponde  á  las  miémas ,  se  estiende  al  cono<^i- 
miento  minucioso  de  las  formalidades  con  que  se  hubieren  re- 
candado los  valores  j  distribuido  todas  y  cada  una  de  las  par- 
tidas que  son  objeto  del  presupuesto:  lo  cual  es  muy  inexac- 
to. Para  conocer  mejor  la  teoría  que  debe  dirigir  las  disposi«- 
ciones  que  se  adopten  eñ  esta  materia  ,  es  necesario  distinguir 
perfectamente  las  dos  diversar  operaciones  que  concurren^  en 
este  asunto  de  la  rendición  de  ctientas.  El  Congreso  concede 
al  Gobierno  c¡ert<>s  y*  determinados  créditos  consignados  sobre 
el  tesoro  general ,  6  sobre  estos  ¿  aquellos  arbitrios,  ó  sobre 
ambas  cosas  á  la  vez ;  y  los  concede  para  atender  i  ciertas  y 
.  determinadas  obligaciones,  esfieóificadas  en  el  que  sé  llama 
presupuesto  de  gastos.  Pues  bien ,  el  Gobierno  que  debe  dar 
cuenta  á  las  Cortes  de  estos  erónos ,  se  halla  en  la  obligación 
de  probar  ante  las  mismas,  qiie  en  efecto  las  ha  Cubierto 'to- 
das 6  tal  parte  de  ellas ;  y  que  las  rentas ,  arbitrios  ¿  consig- 
naciones han  dado  tal  resultado  fijo.  Esto  y  no  mas^  es  lo  que 
corresponde  á  las  Cortes. 

'  Pero  en  las.cuentas  hay  otra  gestión  mas  delicada  y  proli- 
ja, que  es  de  fiscalización  y  censura ,  Qual  es  la  de  examinar 
minuciosamente  si  los  pagos  que  se  suponen  hechos  son  efec- 
tivos,  si  los  documentos  de  cuenta  y  razón  'se  han  llevado  co^ 
mo  corresponde ,  si  se  han  guardado  las  formalidades  prescri- 
tas ,  £cc :  co^  que  nunca  puede  ni  debe  hacer  un  Congreso ,  y 
que  por  coñsiguienie  se  deja  á  )a  inspección  de  un  tribunal 
superior,  de  cuentas ,  competentemente  dotado  y  organizado, 
á  fin  de  que  pueda  satisfacer  á  la  inmensidad  de  trabajos  que 
eiLigen  estos  deberes. 

Esto  supuesto  ,  para  que  se  marque  con  claridad  la  dife- 
rencia de  las  funciones  que  corresponden  á  las  G6rtes  y  al 


Digitized  by 


Google 


tribaoal  mayor  de  cueoias ,  debemos  observar ,  que  ona  cuen^ 
ta  aprobada  por  a€|oella8 ,  podrá  ser  reprobada  |)or  el  iri^ 
biinal  mayor,  y  al  contrario ,  sio  que  de  esto  resalíe  oolision 
ni  contradiccioQ  alguna.  Es  la  raion;  porque"" hs  Cortes,  al 
aprobar  la  eóenia  9. solo  declaran  que  los  pego^  están  bechoa 
.con  arreglo  al  presopoeslo  aprobado  7  dentro  del  círculo  da  ' 
W  créditos  concedidos ;, al  paso  que  al  dar  su  aprobación  el 
tribunal  de  cuentas ,  declara  á  mayor  aboiidamiento ,  que 
. aquellas  están  becboa  con  los  requisitos  legales,  que  no  se  ba 
faltado  i laé  formalidades  prescritas ^  que  no  resultan,  seSalea 
de  fraude  .&c.  Por  manera  que  un  gasto,  bien  becbo  por  ser 
oonforipe  á  las  concesiones ,  puede  declararse  nulo  por  falta 
de  fiormalidad  en  su  ejecución  ;''y  un  gasto  becbo  con  los  re-- 
quisitos  y  circunstancias  prevenidas  en  un  buen  sistetna  de 
contabilidad ,  podrá  deolaiarse  nulo  por  el  Congreso'  á  causa 
de  baberse  realizado  contra  el  presupuesto  ó  fuera  de  loa  tár- 
minos  en  él  señalados. 

Con  todo  eso ,  estas  observaciones  son  mas  bien  aplicables 
á  nuestro  actual  estado  en  que  todavía  no  se  ba  descrito  y  de- 
cretado el  plan  que  debe  regir  en  estas  grandes  ofieracione^ 
mediante  á  qu«  cuando se^ establezca,  deberá  ser  articulo  prin- 
cipal del  mismo ,  que  el  resumen  de  las  cuentas ,  o  mas  bien  ' 
la  cuenta  grnerál  de  toda  la  administración  y  la  del  tesoro, 
pasen  al  Congreso  previa  la  autofisacioo  del  tribtinal  mayor, 
pronunciada  sobre  todos  los  datos  y  antecedentes. 

Volviendo  ahora  á  enlazar  las  ideas,  con  las  indicacionea 
becbas  mas  arriba  sobre  la  reforma  Vadiaal  del  sistema  de 
cuenta  y  ráion,  decimos;  que  este  es  el  punto  en  que  nos  ba*. 
llamos  todavía  á  una  gran  distancia  déla  perfecqjon  de  que  es 
cafiaz  y  que  debe  procurarse  á  toda  cost<u  Cosa  admirable  der- 
lamente  cuando  se  considera  el  gran  paso  que  |»ara  servir  de 
base  y  de  guia  á  su  mejoramiento,  se  ba  dado  con  la  invención 
de  los  presupuestos.  Porque  deade  que  se  ba  descubierto  la  im* 
portancia  de  ir  encerrandp  en-  los  periodoa  determinados  y  sn« 
cesivos*de  un  año  común  los  productos  y  gastos  efectivos  y  loa 
productos  y  gastos  pendientes',  pero  que  corresponden  á  cada 
una  de  las  concesiooea»  ¿  á  eada  uno  de  los  créditos ,  la  con*  ^ 
ubilidad  debió  apoderarse  de  eita  grande  idea  para  acomodar 

Digitized  by  VjjOOQIC 


Sl38  KfeVlSTA 

á  ella  todas  las'operaciones  que  son  sujas  f  y  para  hacer  eo 
sus  diferentes  métodos  las  combinaciones  qtoe  faesen  mas  con- 
formes á  aquel  pensamiento  primitivo  y  cardinal. 

Esto  es  lo  qtM  ha  sucedido  con  mas  /&  menos  perfección^ 
en  los  paises  en  que  se  conocen  á  fondo  estas  verdades  y  en  que 
llevan  mucho  tiempo  de  ensayos  y  de  egercicios :  y  esto  es  lo 
que  urge  sobfe  todo  entre  nosotros,  si  han  de  conseguirse  los 
bienes  apetecidos.  Emitida  la  idea  princi|)al,  ó  |>or  mejor  de« 
dr,  establecidas  las  bases  que  han  de  servir  de  fundamento  á 
la  contabilidad ,  corresponde  á  esta  resolver  la  cuestión  reí»* 
tin^  á  los  métodos  mas  adecuados  pahí  que  aquel  objeto  se 
tonsiga  ;  y  hé  aqui  donde  caben  las  mejores  teorías  sobre  la 
materia «  donde  los  hombres  entendidos  pueden  disputar  la 
preferencia  de  sus  respectivas  concé|)ciones ;  y  donde  separán- 
dose de  las  rutinas  acreditadas  por  el  trascurso  áel  tiempo, 
puedeq  elevarse  á  considerar  el  asunto  como  filósofos ,  teniendo 
en  cuenta  los  elementos  políticos,  administrativos  y  eooii¿«i^ 
eos  que  deben  servir  á  la  exactitud  y  al  acierto. 

El  dia  llegará  en  que  estas  ideas  se  hagan  familiares,  y  se  . 
pongan  en  contribución  todos  los  talentos  y  las  esperiencias 
'  mas  luminosas.  Pero  entre  taátodebe  tener  entendido  la  nación 
española  ,  deben  saberlo  los  diputados  que  no  se  hayan  aper- 
dbido  de  ello ,  que  un  crédito  que  sé  concede  con  las  limita- 
ciones ordinarias  en  la  ley  del  presupuesta  provisional  nada 
es,  ni  nada  significa ,  mientras  no  pueda  apurarse  sí  la  ley  ha 
tido  6  no  egectttada.  En  efecto ,  ¿como  es  posible  otra  cosa  en 
una  nación  en  que  siguiendo  el  método. actnitl  $  no  se  rinden 
ni  pueden  rendirse  tas  cuentas  particulares  de  ciertas  depen^ 
dencias  sino  después  de  un  largo  espacio  dt»  tiempo?  ¿Cómo 
es  posible ;  cuaiÑlD  se  aabe  que  una  cuenta  general  es  el  pro» 
dnoto  de  otras  cuentas  pareiales  que  entran  en  so  ooroposiciony 
y  cuando,  para  jarnos  mas,  hay  dependeneia  en  que  no^han 
|)odido  recabarse  las  cuentas  de  alguna  oficina  subalterna, 
correspondientes  al  año  da^iSSS?  Y  si  esto  ha  sucedido  respee» 
to  á  la  responsabilidad  de  los  empleados  ante  el  tribunal  ma-^ 
yor'¿qtté  no  so  dita  en  orden  é  la  que  se  impone  por  la  Gons- 
tituciott  á  los  míniatrps ,  qae  deben  saber  lo  q«e  se  recauda, 
ordenar  la  inversión  de  los  prodnaoa,  y  tenar  constaniemente 


Digitized  by 


Google 


MI  MADillll.  939 

ala  irÍ8faelmoT¡m¡ento*actaat  de  los  feudos»  las  obligación 
oes  pendientes  atr^isadas ,  y  las  obligacbnes'  y  esperanzas  del 
porvenir? 

De  aqnl  resulla  que  mientras  el  sistema  de  cuenta  y  razón 
no  varié  compiefáménie  >  la  administración  no  podrá  caminar 
"con  aquella  veloz  pausa  y  concierto  que  ofrece  las  garantías 
convenientes  á  la  responsabilidlád  de  los  unos ,  y  á  la  justicia 
de  tbdos :  de  aqut  resulta  la  conveniencia  de  cortar  en  un  a8o 
fijo  la  cuenta  ordinaria « tomandp  por  base  las  existencias  y  los 
créditos,  y  girando  siempre  sobre  datos  cdnocidoa  en  las  ope-* 
raciones  posteriores:  de  áqoí  resulta  |)or  último  que  cuanto  se 
ba  hecho  en  punto  á  presupuestos  ba  sido  inútil ,  por  no  decir 
otra  cosa ,  y  que  ló  será  miefktras  por  el  resoltado  de  las  mismas 
no  pueda  o^di  uno  vindicarse  de  imputaciones  muchas  veces ki- 
justas»  ó  sufrir  las  consecuencias  de  su  abandono  ó  su  rapacidad» 

Mocho  habría  que  decir  respeefjo  al  nuevo  método  que  so 
adoptase:  los  medios  son  mochos ,  y  en  ellos  podrá  tener  lugar 
la  eleceion  de  los  mejores;  %rá  mas  aceptable  aqnei  fo  que 
có¿  mayor  claridad ,  seguridad  y  dtstincioo  apareaca  especifica-» 
ño  16  qOe  corresponde  al  servicio  de  cada  ptesupuesta ,  asi  en 
la  parte  de  ingresos  eotno  en  la  de  gastos ,  y  lo  ^ua  quedo 
por  i^álStar  en  unos  y  otros ;  aquel  en  que  se  establezcan  laa 
mejores  bases  y  las  realas  mas  sencillas  para  llevar  con  la  ae^ 
jwracfon  debid«  la  coenta  de  valores  y  su  distribuebn ;, aquel 
én  que  se  fije  lii  época'en  que  de  todaa  maneras  baya  de  con-» 
tluir  la  liquidación  de  los  mistaos ,  á  fin  de  evitar  que  no  ae 
ba^  interminable  esfe  procedin^imio ;  y  en  fin  aquel  en  que 
se  fijen  los  demás  artktilea  y  reglas  de  buena  eontabilidad  ^tie 
conduzcan  al  fin  indicado. 

Como  es  tan  vástá  la  materia  de  esla  úkiasa  paHe  y  oeeaN- 
sita  para  su  mayor  ilustración  que  se  haga  el  |i|ireeio  debido 
de  mil  observaciones  iStítes,  y  dé  líiil  datos  impoftaniea,  coa«- 
Viene  qoe  la  tratemos  sepáradáMefMte  y  eotí  mayor  detenimieota 
Tara  que  quede  completamente  dilucidada»  nos  proponemos  ir 
publicando  otros  artículos,  Usg^n  que  lo  p^reailán  nuestras  < 
paciones,  en  cuya  serie  batehí^  una  e«posieien  y  un  jai 
critico  de  los  sistemas  de  contabilidad  admitidos  en  Francia  é 
Inglaterra ;  haremos  igual  examen  del  4|iie  ba  regido  y  ea^ 


Digitized  by 


Google 


%J^  ftftTiSTA 

rigieodo  entre  nosoiroB,^  j  después  de  comparar  estos  stsle- 
más  y  de  {Kine^  de  inaaíGesto  los  puntos  en  que  coinctdeo  ,  y 
aquellos  en  que  se  difereociaii,  propondremos  nuestra  opinión 
relsUvamente  al  plan  que  en  España  |)odrá  adoptarse  con  mas 
ventaja.  En  seguida  examinarebios  las  cuestiones  de  adminis- 
tración que  mas  conexión  tienen  con  el  sisiema  de  presupucf^ 
tos,  principalmente  la  importantísima  sobre  centralización  de 
fondos,  en  que  se  Uablará  de  los  medios  de  realitarla ,  sin  me« 
noscabo  del  órdeln ,  de  la  recaudación  y  de  la  anidad ;  la  no 
nieoos'  interesante  9  relativa  á  la  actual  división  de  los  produc- 
tos en  totales  y  líquidos,  en  que  se  procurará  demostrar  los 
vicios'de  que  esta  división  adolece,  tal  como  se.  llalla  estable^ 
cida,  y  que  la  hacen  incompatible  con  el  mencionado  síMe** 
ma  de  |iresupaestoa  y  £on  la  teoría  de  la  responsabilidad  de 
los  4tninistros ;  y  por  últiíno  barensos  mención  de  otras  tam- 
bieo  útilísimas  para  dar  por-  oompletameate  organisado  este 
ramo  de  la  administracipn  interior.  .  i 

Por  ahora  hasta  que  queden  oo««goadas  estas  verdades» 
t.*  La  idea  de  los  presupuestos  nació  de  íñ  ¡dea  de,  ¿rden, ' 
concierto  y  economía  en  los  fondos  pábliMs  »  y  poede  constr^ 
dorarse  ootiio  un  medio  s^uro  de  que  la  segunda  se  realioei 
a>*  En  España  no  se  ha  trasado  todavía  el  pUn  completo  y  uni- 
forme q«e  en  materia  de  presupuestos  ha  de  producir  las  ven- 
tajas que  con  rason  se  atribuyen  á  este  sistema.  3**.  Entreoíos 
defectos  que  no  son  transitorios  sino  constantes  y  continúe^ 
es  muy  notable,  que  no  sehaya  hecho  todavía  la  división  de  los 
presupuestos  en  provistonales  y  definitivos.  4t*La  reforma  eom* 
pleta  de  este  ramo  de  la  administi^acion  debe  girar  sobre  uo 
buen  mtema  de  cuentas  que  asegure  por  medio  de  operacio- 
nes sencillas  y  metódicast  los  Nsultados  de  todo  género  impu- 
tables á  cada  presupuesto. 

En  este. primer  ensayo  hemos  procurado  emitir  las  princi- 
pales observaeiooes  que  desde  luego  se  ocurren  en.  un  asunto 
un  pooo  d^tido :  no  habremos  beclio  poco  si  logramos  que  se 
forme  idea  de  la  iasportancia  de  que  ae  estudie  y  medite  cual 
corresponde,  y  si  seoonsigue  por  último  que  el  orden ,  la  cla- 
ridad y  la  economía  reempla^n  á  la  confusión  y  á  los  abusos 
que  al  preseoie  depilan  los  verdaderos  amantes  de  la  patria. 

Mjguil  PoCHi. 


Digitized  by 


Google 


«K  ÜAiémi  til 


.  f 


V    ' 


I  i;. 


I,  •   .     .      ...  .i)    .'.   ¡"I  .  í  *,i     .;.  '.      , 


r    r  I 


í 

CMili«»^  JyeiBM»  it  adMMMafaa  «•tp», tasto  «>  rqdUada 
dk  tottoa  M9  t)a%iroiiy  dblodía  a»  tUfievkadv  TtiiibMNi  y  naX 
CftUbA'«l.<iOBf|mo  an'pNteteia  desella,  ydnibíara'iwKidBido 
«nalqiiierjaatarifiaioifsr  etqaÍT^wU.  perpAiiaomita ;.  peto  esté  ^ 
era  uo  iinposibla  eo  mi  posición ,  y  Be  «feia'  obUgado  á  dea»^ 
dátía<eoiiM». uno  da  loa  puDtoi oapiialei dala iajiatoiun.  Esiaba 
ficrii^  nfm  fbesa  al  di¿nno  el  principal  «y  al  ma»  oaaafarioidá 
naaslffoa  aioaUoa:laslaha  it rawcjpMewMle  pneparado^fo»  an 
aau  ciÉMiíte  náttáragata  la  'liayo#ia/>  .coalqoiara  qm  pndiaar 
•atatt.vdco  y  aa  ratalmion.  Baa'sa  «lal  iootUábla  ifua  aa  Ma 
h^bU'  l«gadk>  nmmmtmnv^^j  qpa  tMMoios.  sobre  vmMmu 
cabaaaa  en  al  hacbQ.de  aaaptar'lb -diputación  de  1 838."      ^  < 

.  Mo^ca  as*a  ocaiiaio'  ile  diieiiiir  ni  nMral ,  oí  awtt6inica'i'  ni 
priílin— Mitf»la  amigfiaMjtírMm^el  diaamo:  aai^ia  abra  iM 
masiado  larga,  obra  maa  dificil  délo  ^neiOvaen<al*boauia  da 
ipa,  dafitnaaraa  y  da«ansfiflipagMda«ea»  obra  que  noa  dial^ae- 
aia  ^MiplalaasaBte*  ét  nmaiam  piopóskos  para  lanMnwa  aa 
loa proUaoiaa  maadUfieílaa dala  aianoía aae^Li-Ponqne  gana^ 
mlaienia.se  ba.  Hawadh  ál>  diaioáo  nsa  ooatriboaian  ,^y  sa ia 
lia  eombaéido^oi aa>  la  bájiiaiifiaBdo  aolo^por  «iaiiaaoMteMans; 
onandp.isMl  nardadf.  mwííd¿  »lay  inaiitawigoes'  nw»  pief andaa 
Ruaban  WH^ ^ anr laajnceriaiwi^a^ka, y  mo^^ka a«M 

Segunda  série^^^Timo  VL  3i 

Digitized  by  VjOOQ le 


2Í%  nvwrir* 

tas  mftt  poderosos  c)e  una  ciirilitacioD  que  va  detapnreciemlo. 

Decimos ,  pues,  qoe  no  es  nuestra  obre  ni  nuestro  propó^ 
sito  abandonar  el  carácter  de  narradores,  para  discutir  la 
esencia  ni  los  merilos  de  la  imposicioo  d.^ifna);  Bástanos  ob- 
servar sencillamenta  tflie  la  tíindenf  mi  Be  jssta  nuera  civilita- 
€Íon  que  cunde  por  Europa  ea  contraria  á  su  nñantenimiento: 
bástanos  observar  que  por  razón  ó  por  preocupación  el  nuevo 
espíritu  púUic^^  «¿Be^Hlodib  quieriaflkÁift;  j  que  se- 
mejante á  otros  magníficos  y  respetables  reatos  de  los  siglos 
anteriores,  bailase  el  dieamo  destinado  á  desaparecer  de  la 
nneva  sociedad ,  dejando  su  plaka  á  instituciones  y  á  impues- 
tos qua  á  su  vez  lo  sdüíHlíyÉb.  ''        : 

Eáta  es  por  lo  inenos  nuestra  sincera  conviceion.  Esta  es  la 
consecuencia  que  deducimos  da  la  observación  del  liberalismo 
europea  Creemos  firmemente  que  el  diezmo  desaparece,  como 
desaparecen  tos  mayorazgos:  créenlos  que  es  inútil  empeñar^ 
etoiinpedid^^porqM  «I  tgemittraíf  osas /fkodekioaa  I|m  tedas 
las.  GnariMs  de  reaistcHK»a«*-f-^Et  «síssb^unotqeb:?  ^es^aito  on 
Qlal?  vrive«^<á>r^iiih  No  iK»«aepoftaiavaríg|mv{é.lSiiea«ii 
bien  «gocémoste;  si  es.un  mld,  restgnéaafnoaii  íUEb  una  ae<' 
oeeidad  del  aigló  XÜL  *.    * 

Vésae^  pues»  coiiKi  nuealrfis.doetniíiaa  van  aeoedea-^eon- lea 
del  maa  ardiente  liberaliimo,  en^ottaoie  al  fin. -y  táqMiioila 
•itecimltmi.  Si  él  iíbm  empeño  en  qi>e  eldieaiootse  almla^ 
WMUqs  Je  oonocdefiíoi*,  j.  fe  confesamos,  qMa«faa  *de  «Miaieii 
SaJb J119  una  diferericiat.eaare.él'y  <«Moirae:;  que  ^ék  iibciwaliei' 
üoiiQfmaídera  aL>dieamo  coa  odio,  7  Maatf«»-le<  iafr»Jnas^i(« 
pasión  alguna;  que  el  Kbaralismo  fe  ttkne,  tátí^  y^se^atús^ 
la  da  éu  testalufecimfenio ,  y  ajasotros  no  feamnemos  i  'poiique 
luAlfiaafasqaiá  murió,  yi  ép»a  im  pueda jjumivcmi'^Ma'tMMj 
aba  TÍdardu^p^rvaaii^m  aatenigfe. 

.  .  fleUnM  querida <s^r  (nHidoat}i;ea|dfeilDa'haai»npa*:maii,  sA 
mnwmar  al:  ^vitftjrk  4e  eaii^  mateem*  jkmna  iqnéAfo  ééáfe 
nuet^^a  opfei«ln.^.paaa  que  fe  aéomiaaAnn  <feadoilnagoi»oas|nd 
feclnres..  Banabüa  laneanoa  dadaÉide  ^m  né.  fanblat(an«as  a«t 
KM^uaaa^aa  m^asiao  piMmai(pmbirf,>qini^  ¿srlaaB^ 
M-y  ankámasiitafenbfea  sÉrimiiopUH 


Digitized  by  VjOOQIC 


' '  'iNrro'uM  eoiui'  eé  que  coDó£c«miM'lá  lnliá>8ÍÉl6odaHe<:^tf^ 
0ik  tM  ¿iéMiO^,]  ftfnt  que  afrobááeM»  ni  con  ünídsb  1k  \ij¡t^-^^ 
d'|)iMlMi^tf'ra  flnWliCfOii  V  il*  'Hi 'iliáillíta'-^íltljSwHSf 'étFD  qcteTut!» 
abolido.  !Vo:  las  Cortos  constiinyentea  no  tMtffáa  játná^cSéitieá' 
ptfni  tUHm¡ti»' ^^ÍHlbetyrMjfiíMtb  i^^  aqaéll6§  ¿0-*^ 

mentotf  ffra  tnoótUrelikMW)  jrétt'tNrtMtf^^fMuécil  ¿el'tMd  cnáik^' 

lieoha*\iiMi  réVoliioioft  iim^éeéairia ,  éti  te^ttel^kBá^tirfb^nia 'sá^ 
hnlaMt4  La')iMt«ríAflkl  Ib  gHíbar*  9tíkfm  atf  f t%n«é  Mu  BbtiAi 
refirob*cioti ,  f^OMftté  {toéietota  aíl  'BifHíido  'ril  febríe  de  tertma^ 
áabie^Miiihede  tíO  preciptcíb/^'  I  ^* 
.  itebiinaV  fft  «f.  MlíEkiiiiibél ,  MtliMre  d»  tíátkñék  dlf 
aqueMa  4fio(a,,<l«jimiícia  deeoéfeaak*  qué  tio  |ifo(iase^|^idHft 
explícitamente  la  supresión  inmediata  del  diezmo;- fH^rcf  le  díe-* 
hadidniuéMiá  Iií>ohisoté  He  dedáHir  qte  M^fOM  tulo^  |)ara 
inniéisu  i  <lar»fd«il.réVdhlcioMi4«  ^ué  eoitdtd  W  ItM  Gof^teéVy 
qwsímoiraiiliiad^'áéaWlo,  lo  Mat'igtibrtflliM,'p(M' kf'itié^ 
Má  le  df)¿bo#irer  «^7  nt)  k^centiUciM^  oi  <^omiShtitt'^a  ntiíbtfdo/ 
il'MifiktnJ  dOrfltaiíHMdá'Wbabaisift  etAbat^ó  HatMi'^k  éXtfá^ 
eim.de  equeí  Gonfrése;  ttaéqoe;  tto  Tóese  ttrÉM'^ucftobr^'^l 
ahumo  *eiaarfmieo  qtieee  abrtá  ba^tiM  pié^'eii  títfá'  ^pbca'^rari 
a|wnid^y>lfti»dM[cih  perqte  sbla«^éMe' (Mlendó  iMfel'^rat 
ello  9  ^si^ameo«o  oseode^  soiieoei^lá  vei^AUf  en  i  aWos •  jmíñtíi  'éi 
q«a»ei «rvor  «r Haeiljtm  pef^HiiértffttoVM»  MnMffeiné^a^ 
fdrseel  ifralo  d^'t^iBlM'lle'BsHRle/yeolfseihrirayeiñriWlík^ 
Mas  epiMhb)M<«iri^i  Nt' hla  %QtoMW^dentta  iillda^éü^ 
brea  ItelMiMid  jii^«  Hai ,  á  tt#«lipf4Mb  ^  ff'tma  ttiálá>idbH? 
Ii«sise4ie4tf4ep«friá.>'         •.  -  *   .  ,.  •    .i  .  M»./tc..n 

Na  decimos  nosotros  que  las  Cortes  conslitoy«iih^:1té'ilitt«^ 
bMawítabMnkto-idel^txlb  éti  éMe'eraoioilSai  pfcr«tfH}flí¿i  ea 
Mwslfh  epfftim  qMÍb«tbttMn'^4#M««^^d  priilt%^ 
iei)aHlI,4|i|e  liiibkM»  fijKéO'  utf'fifattt  éotcfente:  |teirsr'oiaMÍ|plllr^ 
U,j^ .beUaaM  6Si«M¿c¡do4te  ^le  dij  actos,  d^  íMtallittf ^i 
eM<s,ae^ei^iiito<its^ybilfctes,yA*dóndd  staeissít«mé(ité  BMiiitíí 
ÉBiMe  Ji^üeg^k  É^lki:  VlieM^^tte'queviMr  ésfeflMr  W  tfáttfbhr 
al  frente  de  esa  reforma  soetel',y  g^iriMta  ll'lw  aflOrfÉ^JIb'tÉM 


Digitized  by 


Google 


^í»^ihi^^^opimi^:  r  ■':   ■•  •  •  .  ••    -'.Vi    flí  :.j/      ,...".(., 

<^ft ^  «»»?'♦  cu«i¡opi  '«si^tme  ya. madaM » ^RaiMJi^fpf na»  m 
hiUw.  |>rii|fi||aiMp  Á  (W«t4ffi »  rj  que  k 4<^a^HH^b]<»  ..fiMeBtw 
B^ieodfí  y  la  gueim  ci^t  t^m^iiq»  d«p0l,%ba  fi^idebieaeiii  terf 
ua  obfttáqilp  ,iwpfral.i>ara  t^dii  yartacíopí  qué  M^mae.aafieo^: 
ipa  r^i^t^ipos^  Si^ip^iaiMfo.»  4«cit|io(s,,#s{alíacUi4iyio.'qfie^fle^ 

cedemos  ,  todavía  es  claro  que  ni  la  jusiiciar»  oi4^  potfltca^M^ 
llíinSW¿«*  exiian  aqpf4)a  absurda  |i|«cífiMaNoiK»,.iMM^ueI 
M^einfc^  ej^i:¡aR  y  d^  próaíca  mas  ai^rflp,  mtá.  desea- 
bejftadií,^..,.     ;^:{.  i  ?         -.   ......  ,....        ...i  ,j  ,  »r-,n    . 

«  P,.f4  Tn  »W  Ai  lo§  miivoa  capit«l6$i#^eA»  Mtti  Midkt*^' 
cioQ^.QTia  4fl  W  eilusaáde  la  (^r^i«ur;«.f^<ML  qi^tfae^.püe^^pilarM' 
en  eil^  Ifis  Córtes^»  se  debÍGi  ¿.  la  cm^ien^a  4|!ie^  t«n«aniest«» 
m,tS|Qi^  de  quenco  babjan  d<  subsistir  pqr  .qi^fec^  lienípol  Ese 
te/fOiOiT  <4eiMr  Teem pinadas., por  W9\(^}^&%^  i^íúnxikxkk 
^eas^¿.  ba  agtiíjwead^  sWfPpfi^  4  iiue^i^  ¡cwifpo$  p^Utksw 
IVMfa  ^pccsi^ráirse  ea;  cw^l§¡BL,pT^e<;tos  de  ref^rW  JearrJíah 
F^9*fÍ9'W»  M  iinagiiwiojí,  Ioss^^k:^  del  p<M-i4»QÍi;'  qlaei^ 
fj^r^r  1^  presvifte,  nq  .d^jai^dUvÍHid^  para  fltfslg«iienfe 
an^  Xemieiido  a|^mpre.4e^attft.su9eBoreii, .jlli^  ^B«if 

^^WrtffUU¿aft>  4ado.^deseo  en  sM  ííp8^«,##a<||ic  Aísí*i6a  de 
«ffcí'iIgn^^Míaii,  eljqa^a^^tie  podría  ¡NbH^^rs^/iiae^.Córtca 
cft>^tíi4i|^ealeTOán  <p^  iíio¡^s«i.deij^^»^^ 
ese  temor  las  pctecipitaba ,  y  las  hacia  ^rmr  iVtW^iUa  crf 
attsí»i;93Éflí|os,   ;:v5  ,  /,    >  ,m'  .-./^bo/      ' 

..  lfifll^fi^J>f<M>r«H  paf^^gif  y^ofcftraia^ 
lÍRbfP».*»W;bws,  que  affpraj^  maadi9(lai^*piaahraa  dr  eu 
^^f^^SB^^.f^'^f^'^^^  del  puebla,  p«r«:a8f)g«i>4».ltoi}i|ejleiii»l 
feW¡dHWI?S^f  ad^í^ttio  y  «Vr^irtí^^lP*!»»^  hMlb^esl,.if«e.siJ 
^t»lR  9hi4^¿^  sM.  >Bi4  y*^#99i.4l«»;fipi.aeoaed)ii^ii>f¿^rfNne 
*»SPÍWbV>-í'F«'^  Bwííña  la^  etp^^^ipapitK^d»  -M  .QaftétiiM  é 

•  „*¿»Qn¿i  Wi*,fifir^alyur  ^i|,eaa  igmm^m  j^ « 


Digitized  by  VjjOOQIC 


Héj^íSQ  táúnlpwa  el  ffese&fe  y  ¿ontproibisQif  para  Ib  túiü^ 
ro?*s-Aventur¿fie ante  tódor-fai  süerM'cFrf' Estado  cúD  tina  ré« 
«rohiMéfr  ítoúeeteárM  t  CÜyóá^  féfego'en'ttna'iúsigne  ridiculez, 
<éoiéitdoqiie'|ii*érü'¿Br  el  (Kézmo  foB'íhrsittóií  que  fe  haí)¡^h 
«Ixilíilb )  fm\ñi\é6e 'fthniL  siempre  i|ué  M  hiciera'  hi  r^Tórma  sá^ 
iV¿  btftftAs  hMS^  jptíik  se  %sn4^UÁAr¿flt  locas  espefaniasí^jr 
ci^tido  partidos  eb' lo' tfne  era  untf  necesid^Qlde'iluésIt'a  épo-> 
ieti«*sé*K20  fodtf  lo  Mécisario  para  que  el  «iismo  dicrmo  coou- 
Duase,8Í  por  ventura  nó  hubiese  sido  de  todo  punto  lú^ posible 
•Jí'MiMhiótfbiod.'  lij?  arbi  lo  que  hicieron  ks  Cortes  constitu- 
y¥k\6%  fi&MÉ\ítoMeikAf  la  causa  clierpW>gré&o ;  llévar'1»  patria  'á 
'kl^.)ináé6*:dé'  tnl  dbülitb  ;f  kirpedití  para  siempl'e  que  'se  Hiciese 
bi^ii'heofefft.la  réforfM;      •  ,  »- 

"  %J«*ditt'veiidráeD'qtte  lo  conósea  cornpletanieníe  Ik  nación: 
tfo  dia*;>éir^^e'seadtiiiré1a  posteridad  idri  eiirafió  prestigio 
tfM  bé  éseiifecMbdlgirm^eK  la»!^  vehlAdéa.^ 


.b>r';.- 


•'^  fM«  ^elt^iiiWr  al  «(yér|;ir^  di!  I«9B  ;i(^  el  buestró  objeto 
pr¡Qci|)al.  Dij^amos  como  |)eiisaba 'del  dtéiteo ,  j  tecori-átubs 
lo  q«íi  bikdfyinvestlgibtfp  %ñ  cúlimo  ttoá  sea  posible  I6s  Woii^ 
iMifaé'le  dtrtgfcli:       ^^'  •*'"'.       *     '    •  '    '  • 

AaM  idd^/sefá  bueiiO'>eoonocer  ítti^  ÍD^¡Í¿ 

iiton  páMiisaM  uhá  icuestMní  dé^  tantaftto  kapbrtbivi^iüV  y  con- 
úgfo^  la'vck^dadei^  div(siód.qoe  seiuoltfba'féD  ella:  Porque 
fiMt« ' nw%fim  Hí^tbr  éf ^urar^e»  qu^'Y^  fispáRa  pensaba 
«IM  ^n  haU[All*élMlb'^^'éslé>^^  opinioúe^a 

ii#íi^ÉMrleTir  sú^\eiytféncia»*iguiil  ^-atnot^ta  en  su  ^ueriiá  é  ín-¡ 
phU^ú:  ''  '  »«:íin..  -\       •    i.i    •    -  ■  .    "      .'' 

^» -baflr  prbVÍricfhs  d¿l  nórle  de  hi  PtotiWsutt'/^  las  éaatró  de 
Galicia,  Aaiuriasi  las  Vascongadas ,  Navarra,  y  las  ctíáfro  de 
ÉUlalufta  ,  ub  prtf^Miibaii  aVc¥sí)H»  aiguiva  <k>ntra  ét  iinpísksto 
deeiiiMk  Niiig<^0a>citfh€ind«i,'itnpoHffme;  l^fle^^iva;  íeWáiil 
«itai^A^aiUti^éndó  la  aprissliíraeton  ^e  esta  rerforma.  De-^' 
bido  shimttdá  á  ta'dtvkidtí  de-las  labores  y  al  sis«éhta  de  ji^ 
CB^ioá'^tVikm&'^^'^tphé  [e^  qiié  él'ue  se^le  miraba  éoa 
gUsId^'c^n  eariltoj  léitfávs  al^'mettos  so!  pago  com¿  una  db' 

Digitized  by  VjjOOQIC 


a^uella^*  costunubreft ,  i^l^  nadie»  picfOM  m  ilopnca^Mr.j  conU% 
199  cuales  n^dÍ0.td  de|f^,o^  reclapnr 
^.  Mjj|8  movimi^niQ  t¡o  favor  4f  ^  abp^icioa  i^^nopiuniba  j« 
(QP  las  provincias  de,  Castilla.  £a  esta »  se  iba  pppuI^ÍModp  U 
idea  de  ne  satisfacer  unü  qirga  micafU  coidq  gmvpsa ,  f  fletr 
|M>8eida  de  sus  antiguos  tíiulos.  Pero  e»te  peoaamieuio  no^oGpef 
cia  tampopo  QÍqgiiB  peligro  en  el  orden,  fólii  ico  jr.  civil,  poa-r 
que  los  pueblos  de.Qi^tilla  obedeoecian  ai^a  m  ii^e^ud  W 
qoe  se  dispusiese  acerca  de  este  .punto. 

l^  verdadem  y  grande  opoMcioa  ai  dif^iiio  <M^  wmi^ 
mente  eposesionadii  eu  Esiremdiira^en  AndalMcíe-»  e»  Mm^ 
cía ,  en  Valencia »  en  Aragón.  La  grao  CfiUura  q^,  10  síg«¿ 
en  estas  provincias,  y  la  inmensa  pariiciyacioii  de  pfpfsonaa  Inr 
gaa  ea  sos  frutos,  hf^bian  creado ;de  ai^iigua  0|)i|iÍQlies  bien 
des€tp]i.ej80tes  á  las  del  norte  del  raip«u  El  dieamo  es»  considor^ 
rado  con  aversión ,  oon  odÍQ»  en  algtmas  |iar4ea  c^  ui|a<  vior 
lencia  fanática.  De  antiguo  venia  ya  el  no  satisfacerlo  pun* 
tualmeote ;  y  el  movimiento  revolucionario  babia  acabado  de 
bacer  imposible  su  completa  cobranza. 

Tales  eran  Jja&opÍDÍQiiet  de  la  Maíwt— TffioiQa  At^m  1m 
opiniones  del  Goagfeso^ 

lyf  Miitjvria  de  este,  iPcfiQ^e»  su  .casjrteulidad  de  ln»  Cartea 
anteriores ,  se  hallaba  absolutamente  resuelta  i  uopreaqgarel 
diezmo  nf. por. 1)»  sA^dia*  Era  para.eUfa^i  la  irea  ciMitJan  de 
amor  propio,  y  fie  pplít^  el  soifeoer  y  el  .Uefar .  i  efoeto  la 
abolipton ,  y  nó  par^oia  po^íbl^^^®  cediesen  uq  pijinAO  de  m 
empeña  Quizá  taadbiien.alg^i9os.&e  <resi&tiaAf  t^  poeiva  yfOfi 
rpgf ,  por  Iq  misiva  que  babiafi  volado  lai^treoedenie.  %  aobaa 
toda,  guando  al  Aiinisifaria  1^  proponte  coao^un  madfe-^fMican 
sario  para  gobernar ,  ellos ,  oposición,  se  Qpreian  en  el  oasif  dn 
>^gfrlaf«pQi:  poi4rari«r  4  auaadiveisiarips  y  dificultar  scia  qp#« 
racionen, ,  - 

..  Jf^nQ  eran  ao)o^  la  ipij»oífia  los  únieoa  cootrarjos  del 
di^inp.  La  tnayoria  del  Coqgneao  eittaba  también  4M»djdai  part 
bre  este  particular..  Kalna  diputados,  afectaa  i  U.  ^UJIjirm^ 
babialga  tainbiep»  aunque  pocos,  %fec(oa  á  que  el  diezmo  aacMr 
^n^se/  Y  aunteaire  lq|  iñiamoa  que  deseaban  lii^feimaffinfiwr^ 
tátuaose  algnuoa  que  queríaii.  4il«Uirl«  <  tiempos  íodefipjjdtos  y 

Digitized  by  VjOOQ IC 


;mikmTm;ifm]tmMÜM  taoifaiegí  qM  deMUiado  óm  U 
fKimfixmíQiiiie  tSAj,  wéiku^eaoBáoi  nnm  oeoeftídM  él  so  do#^ 
mn^dalil  rtftliiadÍ0O.cle«9ta<feforaift.  . 

Tal  era  y  tan  oompÜcada  la  sitoociM  d»\  Gongnía»  f^r  lo 
Büpolias  «)  dtwnoK  Teiiáiww  ttt» 4aKabella44 Vqi  ^  babia. 
á»fi'iitd»;b>.rtifaion  db  «a^itmiaialiMtDdat  j  itiMl«fitonar¡A 
teniaiqui'< wqHyní^Oay  nm  ¿in  cveada,,  pa«#  ai  aniaimrfa.  y 
a«»giawia  Bufcimjta  íanyyt&tflbyiA  ayiMiwiiepciaada.qitta^lOi  db 
pittUov^yi  ;de  «ferMAi  de.  lie :  PV^  *  ^^í ^i>^o^  u^>M^  Ofotioío» 
ewiai  áfieÁraJai  de  míiasí  hédmi{i«re  etanámealea  eii.el  «aniM 
ai|»de«caák|iiSee'aHNi*Vtti|iie^ei<|wepeiiaie;  y*  teniíial  poto 
oep»tJbtto  uó  otoe^iWiieiea.g  fl|ii«:aieeder ,  na  qérckefifiiWflí» 
a6  fM#ala«Mit«r,  oo>reiiapui|;a  fia  dea]>rtcnaUe.  ditfpneito  A 
Immm^  iiibre;Ui-fMaliiai»  Ba  aesM^anlet'  eiaeamtáaoÍM  ^  noaoiraa 
bttlHéf««i(«*^o0riáo  veraW  á  loa  koed)!»:  Jk  Jtiieba.iií  «|«f 
e¿a,éeÉi8M»mi  s  iioiolKM  b'ubiéiaaMf  qiieaick>  ter  í  le  Mino** 
fia  eo|ivei)Hllii^>eo  Majrorte,  y  paeciaeiia  é  odópiar  medioa  gú^ 


No  ea  prop6a¡;o  niiMte  dereoileF  b  fm:  en  esa  iocaaia 
biéwOQ  les  CónW:*4lábMe'«pie  noestee  oflinioa  no  fuá  següi- 
éa;fyfoia.e|  •wtma>éeVfiMiaaocion'C)«e  bebiariMe  propnealq 
Molf{i|fátieiitis|vnií  intrigo. y  km  eimgoracionei^  eomunef.'^ 
1^  noa  piopoof looaes  eéiftiom'  loa  suofaoa,  y  poner  paientea 
láe«obfb»Ué'CQda  onoila  noaion  ««ta  dará  ¿a^oca,  b  qoe  á 
cndo.cnsiloÉIft  eorráspeiida^  ' 

'  RejieriniMP,  p«Ma,  !íf«e  el  Congreso  teníblába  delante  do 
eMÉ>-OQéBl]kMi,<]|  <)«e  agitadd  poi»  divetioa  prtdaa|iaai«  íuieiMni 
ent^aUílífrii  t'esoineiooet^  ai»  (yarae  baorte  y  doaididamenn^ 
on.iliw|>ttfitt¿  Haesa^un-mooMMo  bnlH3^>^  que  ahioibodoa  poe 
kK  Maií>déft«MipO|í»itu> ,  ereyeeoni  y»  gaan  pérte  de  kn  dipvtn^ 
dfli  fuo«|i|DdHn  pMam  sin  breootriboeion  dacieial  por  kf  rean 
jfeeitvé  é  48I&  Maa^eAa^lisoágera  .eapéfODao  ae  ^ds^^adeeié 
preaiaHieMif^'f  iaa*  hiMa^cieabdel  Gobieroo  noa  bicierott  oolie*** 
cér.quea)b<fndinniioaegn¡v.alimeBtándoooe  de  Jla^ 

La  Cpmistoo  nüaowy.  enonrgada  de  tufermar  ábbre  ai  pw 
ylétia  detJbjTf le.^io.'por  en  padte lati.inaegMrá  eomo  el  Cbn-> 
gfeíob  pacBfaii  Uoniea  ofeeló',  qwedoa  iodivíd^fa  de  atta  é^ew 
bándeeididooofi  oonn»  de?  iqtidi,  y  mm  tras  decididos  en 


Digitized  by 


Google 


2ÍS  '  ftsntfCA 

faiTOf  /  los  dos^TiKUm«r<fteTaeik]M0vpo^»:MiriÍMr  k  4l9#: 
}fberaeioa  Iiáoiá  euaiqtiier  \%áo,  >Qwoo  cotitrft-do$,  é  otiaM 
contra  tves ,  eran  dos  mayorias*  casi  ¡guaUopÁt^^  ffútibUmtm 
tina  <9ii]eaiioii  tav  empeffadkk    <    '  .    •/ 

fin  «aedm'<}é.«8ta  stutacMii  ^ftharaansa  ^  un  (leMattia^ 
de  tra08aeoíon*TÍno  i  naetr  eo  jraoa  dtM  €c»aaiaÍQimdoa^»Blkqnli 
e^W  estos  «puntos ,  cpio  otpt '  unp^  dosielloa  ^  «^  i|M»r0  fMM^'of 
«n  ^ttlo  qae  no  le  oorresfond^ ;  y  st  apeasora  á  dail^rarn^o 
su  oempaBoao  el  Sr.  Moraieodola  Gortiwi,  íhó  ^oícps  aaatu 
rnoite  tnvo  la  suerte  de  e0Ofa€rarlo.Smeala  la  ídíbo  ddk  111O9 
dioj-dioana:  idaa ,  oo  la  <f«e  vnups  posotoeafiis  oseAito  aoMNH 
dedo  á  W  drspunsiancaas  para,  palir  4fMl«DO«Milo  do  Jo'^ii 
dificolta^  del  instante;  idearen  l^  ifoe^vffyauo  otWtmvfam 
ennsondar  ^on  algún  tanto  loa  deaaeíectos  de  983^  iOft  'fOSiiMO  ^ 
pera  que  la  aboUcioA  iio  jéabára  de  Terítitíirse  loft^gaa^oéa^ 
atente  al  Estado  como  aquella  lejr  lo  había  preiroftído^  ^^  le 
idf^  del  mediordietmo  M  insnedieíaoMiilii  ado|M4a  por  el 
Sr.  Morales»  y  por  el  autor  de  estas  Memorias,  j  peasewtoida 
oon  calor  al  minia^rid  y  i  la  Hayoaiiu  > 
-  Abrazóla  desde  loi^^  una  fri^eeipo  de  eslft»  f  te  deddid 
por  ese  pfiFtido  qtie  queria^YÍtar  e^iboft  esirepos;  pev^  buba 
oira  parteque  Im  recbaaó,  j  aun  sostuifiatoo  elfi^Ms  dipul*«r 
doe  que  jamás  yotarkm  por  esa  mitad»  sipo  por  el  todode^- 
die^o^o  6  por  la  «^lición  aiMolole*  «r-  Eu  cuaolo  al  Gobierno^ 
encontramos,  si,  faror  en  algún  Ministro,  pero ^fi^roMihio ^ 
ineficaa,  como.baUa  de  suceder  no  eoptíndose  osq  el  Secre-* 
larié  del  Deapaebo  de  Haciende.:  La  ct^i^ion  prÍMÍpal  hMk 
fiaraosaménfee^e  ser  eon  este ^povqi^e. este  era  el  eaapomlabbi 
las  necesidades  publicas,  porque^  este  soJb, era iCQeíipe!|eáie*7r 
eebal  juea  en  la  nutleria  f^o  caicffM  y  ^^  iúAigiumBU^  Gamdm 
fuó'¿  paea^ , nuestro  conten^ib,  Quando le  eseucbamoepiar  ulaM 
molas  siguieetes  palabras:  «Yo  rcebasaré  la  eprniéndadel, 
medioHiiezMso,  y^  sostendré  el  dieuno  entero.,  porque  lo  orsa 
necesario ;  pero  it  la  Mayoría  do  meiooncsdiase  siiM>  la  milad, 
me  .resignare,  y  trataré  de  gobernar  qoa  elle.i»    .    ..    ^     ' 

•Estas  expresioaQS'del  Sr.  Mon  aoabaroo  de  d^cidínios*  El 
medio-f^diezmo  podo  ya  ser  deCsodido  por  noaatraa  saii  dter- 
mor^e  causar  un  trastorno  ta  el  Cri4>iBniOt  qve  m  unto^- 


Digitized  by  VjjOOQIC 


émLtno  tettia  ,  á  liuaür*  entender  ^  ve«t0JM*Telát¡iraik  «obre  kH 
•tiqi  des  ftÍ6teina&  Bl  medio-dieaitio,  pHes ,'  fué  lo^ae  jpropiH 
timm  tfOMM>rosv«i¡eiitras  qda  los  «eftoree  Bmlierrera,  Moa-* 
levíi^e»7  Lo|)ex  (Di  Bl»)  propoftiatt  el  dietáiei)  jr  Jee  seioret 
LsJM  j  Buelvet  laeglibaa*  toda-  ¡vipósíetoD  de  eaú  Mffonileía. 
Tales  ruecÓQ  loe  trM  ^fkÁámeiies  'qtw  al  Cdogresb  Bé^i^Mt 


He  aqnt  k>  que  querían  deétr  estos  tres  proye6(oS|  déil|ib^. 
de  toda  vaoa  frasedejia;  tradvicfdos.á  É«r  mas  seoéiNi 
«titlad^:  '.  »  '  •  '    /*  *  *■*"■'■  ' 

'  ")  El  dé  loa  eeBores  Luján'y  HtteWes  eré  un  aeto  de  opédi^ 
eÍ0» ¡llevado' al  extremo^i  ént'ka  «eguoioh  de '  ima  períe  'd«d 
priMupaeslo  pdUied:  era  má  arpelabtoni  i  lo¿>¡nttreies  fM  laa 
paaionea  eobtna  el  Mbristcrió  que]gbbetnaba«  Y  esto ,  én  iciíaiH 
to.né  aalieseide  la  feoria,  inU«trésr  faese  solo  apeado  por  el 
iMBor  «¿mero.  Bael  inataDie  enqee  iKrbieseobtentdo  eltiú* 
■mrf  nkayor,  oebveriiase  en  la  caída  del  Gobfemo,  y  en  el 
ábamioMaiíbeeiato  del  eolio  y  det^dero'  del  Espado.  El  sistem» 
i  ^queylodimos  loe  oowdenffba  irrevooableÉtttate  á  moirír.  i 
i;-  No  áe  d^a'lifoe  pedia  ioiponertfe  ona'  oiíevo  eootribuctei^ 
pota  aleoderi  esi»  olijelo^  Semejafite  impoesio,  oonjo  el  ifoo 
pfl0pa8e^e^Sn  Arguelles,  er» «obe^aoamente  ridiculo»  A  todat 
W<sargae  de  los  aftos  anulrtorm  habíasv  agregado  lá  de*  4eo 
mllkmm  por  cootríbucioii'^exiraordinlma  de  goerra.  Ptoosar. 
dea|nMadcreato':ea  otea  noeea  '^)oolr¡bfioion  era*  un,  absur^ 
decirlo  ér^  burlerse de  la  oonoic^ncia  publica:  ofseoerkí  al «dctiS 
BO  ^  f  ro  ^eeoam^He 

Este  sistema  era  el  de  la  revolución;  •  '  * 
/  iBl  4e  los  seBores  Riatabeertra  ^  Moiiié»fageo:y :  lippcE  oón- 
Mslifiron  aiMorkarial  Gobieeao  pee«  qoepeiréíbiese  cíboIo  se^*^ 
teMa-miModes,  y  loe  iavirtieao^  lo  qoe  Mriem  á  Ueo.  Bl 
doro  y  él  eolio  {eran  poeb  mas  qoo  un  pretesiioptfvÉ  moiirao^ 
lo oopliSboeion.  I>eM|e  quo  él  Gobierno^ eotmba  el  prlosoyod' 
arriBj^lo  y  á-  peecibíria»  en  so-mano  estaba  á^etofso  de  b 
Segunda  scric^timolL  3a 


Digitized  by 


Google 


%S0  M¥iBi^: 

|Kiri|M  k^ff  4é€0»td«i^  woralm  cU  que  «•. difícil,  ol  pmmi»- 
lUr  ipfra  U  gr«|l  ln#M^clf  Iik  ooolrihuotoii  babja  é9  «Ir  fMM 
el  i^cU^;  IfttklMide  acii4ir  é  «ile  ara  la  Yi)»:ilMaMABka'C9 
•mí  lodÍQftloi  difiíMürai  y  {MrtUhirioa  de  iCftiel  «iiíanis^Sitl^t 
dal  4iHat ior  liu«c«ibaa el  aifm* pop* lac, loada  aMiátf  fi'ttaai4 
f)#bfiiMQli^^4at:Ud  tiéoaaidaAtft.dfl  ia<g<itrra  oiviL    • 

Este  sistema  era  el  de  la  resistencia  en  su  forinai  «SiíM 
fondo  era  el  de  vivir  para  el  dia ,  sin  cuidarse  de  lo  futuro. 

En  cuanto  al  proyecto  del  medio-clieziuo ,  su  idea  era  mas 
particularmente  religiosa,  al  mismo  tiem|x>  que  reformadora 
jr:f|M^rest«a.  Separando  al  XjiólHeriio,  de  toda  inlfernimiiáÉ  en 
ail  «t^afi^a*  fotriegiáiidob  e^tcluaivaoiettlse  ai  aloro  ^  qoeiifciá 
atender  sobre  lodo  á  una  necesidad  que  por  política  y  pba  )«^ 
tiM(«ÍMaBgiliamos  ipdispeiiaaUfl '  satUfaceir.  Nuaalro  ohjfsW.  era 
llftfi  f  I  clero  y-  el  coito  fiieaan  atondidoa  ooo  los  cieo  mllloMaa 
f:  ^\g^  OMMk  i|Mideftia  producir  el  oiedioHdioBaio»  Bkwiftro  «Ih 
jflA  ora  Ibraf^  á'efeoia  ovio  poaibb  krcfia^ola  deeralad»^  ímh 
^íeodo  dásdo  ltte|^  una  mIm^  ofeotiva,  aprociáUo^  auficiento 
pma.oL ffioaot bíí* ;  y  a^koiarnoa  obií  elsiao lopio aiw  émam 
ioi^Mrao ioD^  qw^  bobia  sido  oaatameole  oaldtlada  «o  aa  pittN 
graoa^y  M  aH  dpsirrollia^  IVuaitra  toeKtncioÉ  ^6  pogllDiiaboiJo 
del  quo  iwbla  ofi  oaiQS  apuoieír,  tira.  iMMcaa  oo  owdio  pov;^ 
qMé^  so  re foMsaao  hastaiOÍeMo  pisnio  el  yoaro  do  Jd/  aboiibioo 
ytqiuha  dooretada'  u»  aia  aaifs.»  ooo  poida  aMordo  émkm  ^fí^^ 
ooitpciiiaii  a^lioilaa  Cónot.  GokMromídoa  do  qtib  el  diaMi»  db-i 
bíotcaiM^kkio.,  convanoidoa  de  qwa  1«  ley  kábia  impoeiUUladoi 
yo  fttO'  cami»jewM  pmdooliflna  y  ooo^fonioaietncDi»  oo  lódé  ém 
wqporlát  poretianoa  qaio  acfMl  oooonrao  dooircoiütooaioi  jMsé» 
CMiaral^bípaM  inioolaír  oná  tranaacoídu^  y  que  di  abaodoiw» 
instantáneo  de  una  miud  podía  servir  dorifttváMMaCo  pana 
exijii^  el  rescate  do  la  oML 

%  hi^ét  U  ooÉiioaMirfop  loHipoMit  det  niedio<%4iéítiio, 
bafAa«l»faro.  ol  ^Ifoto  oatigioao ,  no  oftcei»  eo  b  opinión  féf* 
bUca  kft.  iécÍMOToiÑenatf)  dol  éimm^mftágñé.  Um»  Íb  lao  ammt 
qMi:Ma  doaqoMcpi«al>afii4o9too«a  la  paioioipodoo  '3e<on^' 
<Íiailosilagné;  ote  dí»loo  «|Q0  imkbioa  lo  poMlian,  oookl  por-n! 
os|)obft.  p«r  oL  Vitado  db  n»^  gcon;  paxlo  do  aM(  proda^ 


Google 


Digitized  by 


s5i 

1^0^  pürtcia  11»  hmñ'  niiy  potilin^í  á  fai  far  ifoc*  mmi  fe$«tiickNi 
¡fkkki  y  deUAi^  >Lft  «xMiébii:  áécUxm  de  t0dtt*ik|mM)«n€Ía  «f» 
«n  por^  Ii»'r6e||bóli«o  á  m  ác|taéi»a  ar»  lambiéBfUiMi  iéta  qué 
JM8  bftbift  «¡eotfM  dpmiiiadd^  y  (msI»  ^lo»  rewiwd»».¿e  k  «n» 
^ipn  nEoMBá,^  del  itütaia  de  t^tto^  imitim  i  ed|«|enMt  >e« 
un  propósito,  que  cre¡amoe#l  tueiiaeeufoeslo  á  daftoe^  pe^ 

>  ^Buede  ser  cpM  uoe  engefteiel  ««leb  propiq;  pefocaie  ai»-» 
4eoia'iiÍDe'Piiterfe  el  ^la  r^foroia»  el  M  pvogmo,^}  q«e 
debió  adoptar  fod»  heii|bre  i|ue  lueiete  iaaliiiiee  | 
gr  miras  fiará  el  |)orirenir«  '^ 


E>ehía  tawiiiwiar  Ixdiieiniup  cMüavoie  al 
«1  idktánieu  de  lei[  leikoeet  Luja»  ^r  Huehus|  y 
elcoii»4ou.ou'4lifieiifaiy  del  &n  Kéil^  que  fué  eteria 
«a»  uufaUerde  eüaa  diécaéiooi^  El  Sr«  Pidul,  ouc 
eu  el  Oaiif  neauy  ie  caWr¿  df  adu  luego  á  ^mi 
W'i  y  m  aereAtó  c|esde'  tm  primera  apaiÉÍw 
v^'tám  fMiéko ,  leo  deciittde<^  omne  eue  amifoa  le  pro.^ 
•ban. 

. ..  fA  aiagularided  de  esie  diaeueio  Sed  q^i  oembalíó;  teded 
kia  djelómeneai»  y  fue  plaméór  upa  euetftion  miew^  la  del  wm^ 
lullliyimmaib  del  diezma  fiwte  eu^eottá  du  m  babia^lNi4bMÍo 
aiMfdq  Mf^órog»  puf  el  año  de  lAMx  el  Sr.  Bidul  fniel  prl^ 
mer#  f  A  i«fcu(fue  a|x>gó»^  pa»  «b  mceiélilneieuu  Lda  mi§m*^ 
umuiuii  du.Mru^  Wedpmai  eeialadameme  loa»  del  SeíMuil  f 
éÁ  fir.  Poi|zeái,  pud«ran  teoer  eale  Muéendid,  púdmeo» 
eirt3«trure9#%  fitebo!  etfifiíb.Bidak  Aid  e|  áume  f|ue.mwli^íieai 
^  ama  ^tiúYiéúilapf  )¿  dedueiple«  .jr  piv>eel)imdtu«deenelq¿u«' 
dipue declm  attiecedfiiéési   -..■''  ^ü 

Mo  cpM  el  ^  Pidel  m  ftrémntáye  eomo  eüeoiuufieiu  eu.em^ 
disputa ,  y  qoisifie  anmtableoe»  el  diipwi  pftáa  airmarla;  pu,; 
El:dioe».y  debifenud  arfarle  e«ia»firuaB|MMvqM  «o  partida- 
iib^df  quaaa^-ubelaeHkaerga,  juae  libro de.'emcimpéeMe'* la- 
¡impiedad. lemáí^rikL  Su»  lfaiaí».era: étAuíimniu  qsf  ^deaej|áuüí' 


Digitized  by 


Google 


toa  .itVMTA.. : 

¿amU  hf  éhh  «bbliciQíri  fr^1roHíéédM»  9I  ftfaltgvo  .€Mado 
Donoil ,  «e  fivdicw  ««preod«r  <  usa :  feforma  |>«o  idUriÍMia,  y 
que  cstn? me  riíaita  dé  la&'giWe9\fiiU«a/eQoletí4a<  éa  -  lA^ 
La<  reforma  inglesa  es  sobre  testo  fȎoile  el  ^noMo^dcl  StV|K* 
dal,  y  la.qfiíd'iNnaieode  qiifS  ae  imlé^  masara  eUoi«sé(<élinoi^ 
era  iiidKspea8able"vél<ver  al  aéteaioir  eataáo»  y  el  jomder  «ot^sa 
ijktem*' UQ  tob íMaqto eo  prepoDerloii.  1.  •!  ;.>  /Hi-'r.  «.  |  u^ 
No  es  nuestro  ánimo  discutir  ahora  esa  teoría.  Pareeiá||éft 
sin  etftbargo^jifppósible  deaoglnreti  jCtrcunataMÍas^^oifav  Jas  de 
ji838v  y  no  oeoeeítaaaos  afirqEiiir  qise  despUes  Je«equeÍks  >cir^ 
eoQitaiidás  nea  psiiaoertaaun  mfisnDpeaibleL  :  y 

Mas  cualquiera  que  fuese  el  objuió  del  Stv  l^al.,  come 
ecoaómicamente  defendia  el  dieznoo  de  las  grayes  impulacio- 
oes  que  la  opiníou  vulgar  le  dirijía ,  <?oino  pro[K>oia  franca- 
mente su  reinatalacioo ,  si  bien  exjilícando  el  objeto  de  ella,  la 
CM^seeateaBÍa  fné  qtie  nuMroSi adversarios  se  afMbraroh  dle  su 
discuraoipomode  iiiia  iémi-cottfesioo  escapada  á  «tn  hoaibfe 
fsoetceatsia,  y  que  oos  Jáoaaíoa  de  nuevoi  á  loda  la  Mayoría 
.  attmtsaiyiia acusación  de-enemifosile  laa  refonnas»  dé.qoo  que» 
tfaiR'oa.BeMrogradar'l  Ida  pasadoa  abasos^  VaMuneiile  prélcata^^ 
baa  daapb88*nuestros;oraáoral  que  de  mingan  medo  quena» 
la  >  reconsiiiudon  dsl  4iaamQ ;  'laoatbeoie  se  ajilaba  fi  MfoiaM 
de  Hacienda 9  asegurando  qué  solo  era  el  objetó,y.««|.^i|ioiiv0 
deán  ley  d  aacisfiaeer  ufiaavcasídod  teíalpóral ,  que  solo  |>ro- 
ponía  el  dieuno  pormí  aBo^  pot  la  ímpes^iilidaA^abaiplviíJd 
p^opóttér  oirá  «osa»  Deciase,-  y  tal  ves  .ereiéá  al§ii|ioá«  qbi 
«rafíméniidak.lfetar palabrea:,  ^ué;«r4ii  bipóeiútaa  emNipéoMU 
taa  tíos  diá:uraéa.dé  lea  pnudmiUi  se  eatdteahaaTiM  el  discw«« 
80  det^meeos'faábíl  é.  del  ims  ataevido  {'y  vel  paiMijuileiiio  quu 
aeae&ilaba,baio4rSodoaaq«ellos  vdea  eearelde^|mpanié  tíúk 
leslMraabtt.deios  jtf^uéstt>ijdeaiiiMdefc»-MTti^^  ky  «i»  diida^ 
qttti  fieaa  sobre  loaf  fatúápa^  á.  Veoea  ebik  d^piámiia  tnjuaiieiac^ 
que  se  ha  de  juzgar  iniencion  de  todoa  le^qbeeaai  tadba'reobiH 
aata^iODiM  jswqise  teaga  epimesade  osiíá¿.5  inípihideqie  quie- 
xarpor  eaaaalsdaíiípropotterla  Jr> defettderkil  ^   <  -^  n  /  .  ^  *; 
>  .  nr  aiii  embafeigpv  Mpaimioa  otta  vte ,  nuda  bsMa  tuca >.dia^ 
taotojdel^aiiiifrtle  lar>lfaf)ret(a  que  lao  smiriedoiotíi'  mpóg^adtf 
del  dseíato  ^«soM^^ea  le  bibit^eoaooiaoiatilb^  Gos  toda  Verdad 


Digitized  by 


Google 


i» 

ÚDogMii^iia^  r4«8ettpé9fídtfrfo$  deii»a  TéadcioM ;  que  iM>  hiibir 
qit  a  (íeMlitefi^ni-qitia  dola'  de  Biftteilhñ  ú?qékneñ  ^baí  6oli^ 
i¡nr«r  eMbo  bdíéi  eli  plirliA»  mtfdera^.  Habria  quMqittolieü 
olu^icaan.  pviMÍio#tt^ti$rogMle  áe|fiM)da  y  tercera,  i^etv  ni^n^ 
tras  durara  el  desorden  de  la  Hacienda  ,  y  mientras  la  gMrr* 
Otii  »b^rviÍ0te  7  tiitiéto  fiéi'  f>óéo9  to^  ntMÍtroi  r^eiírsos; 
pero  evfa  dísfiosteión ,  esta  Of^iaioti ,  que  no  calificamot  sinci 
exponenieki,  en  Mda  (foede  tnereéer  Justamente  est  isédéora  de 
reaccionaria  y  diezmisla  con  que  se  |a  ba  querido  señalar. 
¿No  consentimos  por  la  guerra  en  mil  y  mil  sacrificios,  en 
mil  jr  mil  desórdenes,  que  serian  borrorotos  en  el  estado  pa- 
éktóo  y  Mrhia^l  de  la  fiacio^?''    *' '    •  •  '      '  ••  ^  * 

•  Perol¥M^*JÉoé  á'^la'  áério  dii  )áS'J(>seÉsi«nea^*Pi4MÍpiad!ptir 
«Mns; bajo  la  'fartiia'y<eif' W  'direeoion'  que leasoa  isadicadov-y  \ 
•o 'bebiendo  cuidado  el  Ministerio  ittsientáneamehtis  do  téáñ^ 
eirlas á  IdslhKiíies  de  suproy^to'de  ley  v «igoierow  poi» pMeí« 
sifan'vsgaB  y  eolifipMis,  ^Mendidndose  é  impogp^áiidoae con^NH 
cuencia  mas  de  lO'qtte  se  seUalaba  en  laeconcki^oiiea^  maa  án 
Wq¿e'^dnB¡Mto  imaba  «M'cuestioii*  Con  esiisifiro^  el 
dobale%iibf4ra  podMo  gaMr  en  ek^^íoi^'^F  'ati  iuiportaDefat 
dÉmni?iná;  iiero^mo  cuestión  tojisietiva  y  g«ibet*nattvo'^pefa 
dü  d^r^hicbb  >ear'sus'prtnei)ia4ésoa»lid«deSf  y  «ra  mea  fatal 
Mttivpfra  «1  partido  sobr«ii|ifiefl'biilMa  de  reei^er  an^iinpOfMikN 
víAod^^Y  jdeeiinM  tfie^l^ubíora 'podido- ganar  bajo*  de  oienoe 
napecaos;^  yi  noque' cíecifMniénie  gaiíaae ,'  peéqoo  JWmío  e¿ 
eoiifefav  que  coo^idorffda'  4a,  eoaslioo  del  díalMl»  «en*  'todo'tti 
gBKiulez»,ae: trotó» iijeremén te  por  lo^^oe  leifiodiui  dofendar; 
bíébifiMi)ieiDenis  pepr  los'^ue  lo  ¡•npqgnabaff^^SolaiiMtilov^N^ 
petimos,  fué  notable  el  discurso  del  Sr^Mdal.  GiOaabaí  lásf i^ 
BM  60  arlgunoa  ofadonas^d^  la  '0|naicjoo  ▼eries'eombetlriisolo 
teiv-malaanizoDci  económicaM^  ettaiidoHpref isaníeiii^  dooeide*» 
Milo^oiiio  contribución  es  como  al  díeiaiiD  tiébe  ottejor'defefi-^ 
m^  j  oofno  ero  mas  diffoii  ioipogpaalo  ooar  argtifiieól^  iMon- 
mistablés.   í  /  i''  i  ' ..:  , .  .  ••;■  ,  «i  ^ 

-t.  Vbtóse  efi  Anr  el  i«(orme^4e«k)s.dos  selores^.de  ii<llfnorfe; 
y*eosDltó  lo  qve  deide  luego  se  es|ierabá  La  MiooTío  lo.  filé 
Inblnaa  00  eale  debate.  La  cnesfrioo  ae  trabó  enlonMi  entlV 


Digitized  by 


Google 


04  «nwTt-j 

W  idkia  Smm^fmcM  i^iUU m^9$do.  nimoám  émummj 

gnw»  iPl>too»s  taf  pata  fl  e^írdfi»:}  |>pi; oitfO  di  «Imo  7  d:^ 


|MH«a  •l)iQi9ir(íiio  «o  debía  fallar,  no  podía  (aliar  acyim  Im  oA^ 


lia  discusión  d«l  tolo  del   infdHHdiea4i^^i«AbÍ«M  podjli^ 

djadat^tufcüic  <|m  .fcf«tal{>'W»»ii»^  i4^.'f¡%teiiia.«;7  de  Mhngma 
BMlika  iftli  dvbáie  4le  imim  QehUfl^44l*  pon'  to  ifMnivíeiBwil  ^«a 
leiMM»  do  cUo  iitti  ouionÉSt  y  idi^ws  qi^.  dayWWnltos»  bieti 
po^a'itaptmlw  qM  m  ajitam  fuefleUNlile^'^^  ae  «Íotom  oW 
fH  Man  do< W^iiii^eo  ludiia  «fabada  la  ofíiorápiu'  « 
• .  No  fné  ofi  fMT  dotj(raoí*»  La  .nMÍonipudo  taohalr  4e  '«lAiW 
ka  á  los  qoe  babietdb  poo^oeato  w  p|»¿¡4a,4  oo  .U  dcf— dlotí 
mod^pÁHM^^^  «pérgMatiitoiM  eooio  les om.ftQsibly.  Lo  wwiaü 
píJ»  dÁldar  de  lo^  ii|oifiv«Mi)de  s^  oiMidfictai^cMnAa  btfbífodé» 
loi. víalo «li'iiieoiir  ou4>bi«' 060  4aeiii«ét  ^«6  4asplies'if^e:0M. 
latraoáieóiaQ  cotool  iiiÍMáo>ofda  oóá  ^a  Ip  hafcAso  jpijnoipioiói 
Gaa^oohOf,  oai^)da^la.  IjaaaidoMiwww  <«>*"<>  «^^^  prqpMwma 
lOciMiW'laia:  kmémU-  púr  AocsirO'  fánt^mwé  UjarísiiBo  oifiKoos 
pmHti  «olBoliAadon0s  doipnea  á  dtiol<|iiiíer  Jliloíoique  ,ae  ítwwm 
d^-fiqsoifost  SlipMblleoqttiai  w^aabe  U  fHo  fm4<ott^i|oaHÉi 
iosintiM  00  id  Goa^^ao. 

fiaisioa  iiiaiiíA»ta<W  jni^fli^  k  ^M^^l^ 
paka»  y  «aa  lúao  fnnpoMr  no  jtaojroaíiorido  Jogr  v  leDniraviaol 
dol;l4ÍJ»^aiáo#.liÉbíftii»4d  é«  pai^icolac  tataÉ|.uiaaofQaao  9  }!»? 
aigMíiioo 4o oHa á oMaiNatpisppaiídioiica.  iUdíabo 4M  aeüoi 
Moa  ,  que  dejamos  cilado  roas  arriba ,  oos  había  troídb  áans 
ta»roiiarlr4|ioil.7  4oaf^ad4,4bode4ibféM^  |N>diatdilca' 

límSí  ]la  Duosdan  del  ámmm  m  sojiobicívo  bocbo  de  osé<i 
woupo  Ukvm^  ú  hobiaoB  sido  agoaiite  y  neoooitawaaté 

Digitized  by  VjjOOQIC 


WII4MIA  tííS 

lilfcipráiytwde  mmm •^«urideractbiwt ,  dirm  mñm¥ÁtmAn>^ . 
cíoQ€s,  antas  á»  fimtMMHPr^a^lqoicr  |tan«do.  HvUriA-anite  ^t^V^ 
enkid^  eitióiioifft  ífutf  m»  4m|Kiri4lMi  «ai,  ai  «omm^  i MiH^i- 
Mcam  cMi#«r4^M  eaisiia  «'ó  ile^ar  liMante  iMMftt»i$>'MéM 
i<iirpa  M  dkjttooy  si^^^wfcf^w  Ha  Mayarla  \iMCcftigMíé,!<  fM^ 
fUlia  |xir  «ia  éíiÚeitfMii.  No  d«ciiiiúa  atofi  ^  ni  quéi^mbs  in^ 
tlnílif^r  iimI  liarbfji  %iim  mmiIií  «fiílion^f  pé^•'«Mlq1lterA 
^íaa^Me,  la  kaibnaiiMt  «briaÉ«to<Wn€oM¡i*iiria,  y.  prepafa^ 
Ato^paM  tbilo  4«  qité  mi)ei«  "Mi  poé  da  al;.  In '  btibi^iaroi  dt^ 
fuidMb  «oaanari^a.  .   -  ^'.  •  •:  j.  .    . . 

iklas  re])eiiino8  que  no  era  «ata  lá  OUaMioili»  rkio  qiteiiéfCM 
ligfMlMio)  MiniMÉrioiá  gobitMr >doiiis«to^l  MédtoMÜéilmo, 
aü  él>cM0  4e  <tiiajái'GáM«a  06  iéiÍMití^Wñ  olft(  tñMá.    '  '  ' 

Y  ÍMf «tiiiMMMii  ooiAlt|4iaAf>ilMMa  ^  d6a  del  diíhaia:  Y  á»t| 
d'SjlW'éiottilié  «btlte  «fOPoWa'  hébuk.  \trku¡\pmd&  i  áéhúder  tá 

Mlor  AÍrgñttie^  Ma«  00  <mM  uriamoa  moMiailios  sti  tóMpaBe^ 
Hi  AetoMiféiotí  y  ée  roto  ompoBíeiéWéli  tNrtol  oott  la'Mimria^ 
^fttlP'Oopttdt^Ofl  «Mtl06'de;Oéalrrear  ilgttíitti  CntidMÍcár.'' 
:  ^La  M¡ttd#tli  iieiMsMía  00  ao  p fopMio,  d^^hádoK  ü  Vbtb^  úé 
l#i  SMÍB.4liie)vaa:yLiiJaflt,  y  l«  etiiftieiWhi  M '8r.  A^ñlAlM; 
▼ino  4  olhteér%i»<iiflóyo  al  Sl>.  Moralaa,  fifMMmia  tfél  iii^id^ 
áiaeMio^  dM»4^raa ^Of«f  d»ddickiii48.  ¿Fofé  'fkir  iréUtohi  solo 
«lá^l^iiWeUi  i^orqM  «1  d4ecm6'eAtero'm^%éd^en*hiié,  trid^oi 
4óiO  ti  Hifíofla'  á  Ib  qua  da  ella  tneñ^  se  s«p»riiÍMi ;  6  Fod 
con  aA«irt|teM^e>tbtt«egoÍ!r  uno  ¿aYrMa'mmhleHa^,  ajkYbJabdd, 
ai  los  «éto  «p^Mtifev  ^  «^  püém»  it  Oslbmlé?  AiüháÉ'  jbádáé 
fmtém  WJpWorto  óm  dierecAitf,  ^  ahí  inj^hi'dé  1h  Mhioi^bii 
qnosiaodo  oposición»  debió  naturalmaata  procurar  Itf  úáidá 
Í»toa  Éitoitm<is>     •     • 

^  in  4tfM5|toi'éa ,  qM  lá  «otidia  ite  ^atok  tMtM  \MtilR6  'pm>  A 
OMigéaao  ioA>v  y  qnoo»  iM^wüoiodeade'MlIif^dHa  sa'píñ-* 
ganfalón  ODínia  f^iMdafiMdofr^  jrfgotoas'p^rsCMUii;  eon  id-^^^ 
•doiilMaMeata tiAailicioii  aaMüetíafc fijeiROsé  él Siti Moü  áíéotí* 
fftMri  enea  idea  Voltiddsa  de  ao  a^tl|^ob*dtblio*  uo^  focórdd  qtlé 
giddhhdd  aüa  #»i»édla  éer  -wK»  MMfáifllitf  já^fobachÁi  ddiñé^ 
dio-^dicgmo;  y*iyw»,y-tiftaiiuiiia>,Hiitt  «MlclMi^i'i{tii»a 'pa^ 

Digitizedby  Google 


3^56  MVWTA. 

^'m^,,9é^Ím&AU  palabra  iiftCModO'fin^itíM  dé  gabioéUiJd 

JMe.iu>,lo  ÍHÜ>ia  ffido  hasta  allí,  y  lrat€ttdo.áipa«aiiitole«éiqíiÍMil 
o.fMUgun  modo  le  faabía  dadq  tnotii^  |Mira  allti  :.••.  < 
.,«/L,4L.8Í|^mMJoii.  fue  eiuottces  tmliaima  par»  ^  que  cacrilib-éi^ 
lM:ne(|glfnM  El  Mloiaterio  ivo  y^lia  ya,  lanío ;veft.aii  ofHoiaii 
dí9i4i4  fil  «Mi  de.  aoMm^i^c^oló  ttabia*  v«Udo  en  am  i*iliet}iipD 
|)ero.iipaalrab4  ei|  am!iM»av¡ccíolie6  4oda.iiia:al  bacerU  f«^ft) 
y  ^qpo^i^íoii.  MaooaraaO'  aunaba  el  aertir  ita .  iQittttneeM»  .¿>4a 
MiaorUf  y  cofUribiik. al  iriuifíade  unaa  ídeaft  CBQ.dialwlea4« 
Uai^ujíl^  No^  ^#bfi(  pitea  paeftarade  |Mca  aquel «ceftflic«e«jr  fio 
abia  que  desear  en  él.  Perdónese  á  su  ínei(ieff«enei|i  la  fiacila^ 
CHJpiJ^J*d|iíl%qtteiJU;WJlarw.  :- 

,,.^.PeÍei|dip,i«pqaQda^faui4|»ci^nNOb  |M>«qii^.«io  padi^i  aatxrtfiegt 
an  con%í<s9(^;^^()erA..JBi»)Jk^(^dÍ0eo«^^  I^Mrqwejil^ an* 

h}i^  qne  ^peti^pef  eiv  Jti  »ii mugida 4iaqUe.ae  eMiHMacfd^rLff  de- 
fendió:.cqn  raiOQíSaf  |)erOi<feíóí.|á«|  oMUestar.loda  lif  iMiFienéap^? 
ra,  ^pasioinada,!¡i^j|imi«qiifif  el  Ar*.  Moti.Jlfl^bi*  lanzado  soten 
él  Y; en  eslo  andAivp^aQbremánera.geiaarea^^  politcifie lodaa,iai 
yenmjaa-eiipifi  auyain  p^qA^rrm  y  ileaapasic^ad^ .  niMenf  ra|  4 
Min¡stri)|iabifij>^s|adoy>egOt»teiMa.|)ropfireÍQQ  di$  saciarse.:^ 
bi^bjerf  guernlpian^i^useontesiacionea,  SVro  prefeip.Fsnytfr  y 
spfjRÍf,  i^enyene^m*  maa  U  disputa-,  y  des^af gó .eipt.  ^.jnaiicül 
de.lf  Cánfira,  todas  las  ¡njnatkiaa  qCie  aelf^J^abii^  lie^o* ' 

;  .Asi»  nq^bfindoi^ado,  pero  no  deCei^ido  W^O  9^]fn4ÍP^í 
cayó  el  i^tema  del,  npb^fd^ordieznio»  Mju|bboade  loa  que.lei^erM 
partidario^  YoUron  4>aoira  ¿1 ,  por  la  q^isfoa  i}imin  pon^e  .le 
habíamos  sost^ido  friameole.  ii9s.|rataá  ppp  un  Ja^o.que  isa  en? 
l¡í|ci^rQQ  de,<intr^a;  la  cüesléon  ministerial  f(rtf9Ji||U  aín  pre« 
pararon  por  .o|r^,  arraairaroni^nacboa  á:.TOMic  om^mm^ 
«téseos*  !  .  »•■ )  fi  , ..    ^  ,  .  ^  •-.  .•i/'»*j) 

Perdióse  de  este  modo  uno  de  los  momentos  iai^oli^Uea  [lai% 
baber.eneo^pda^^jfn  Ip  posiMe.^los.  yerros  de .  1.83)*  Pet^ióae 
pn^  ,o¿asion  oporpina  para  babar  iK)o»epaf^  juipsisienaa^le  «»-) 
fo^uHis  rai^ioii^je^  Perj^óse  U  cftuaa  del  ool|#  y  Aalolerov  y  en 
I(^,cop4fn^  n(9ceiariáiyiflot$  4..U  mi#eaia*  Y  iodo  eát4  aa  ilnre^ 
l^f^iabk  yi( ;  porque  Imtó  haber  fot,ado  el  dieamoM-  fHU^ 
p^ra<]0€i|^eapntt  seit.qcpasavio  abolirie  anieisafliieM*  de  h0«boi 
^^4Ía^i^.de»boiío¡oa  gritCttitoóimí^^^  ,.:  -o  / 


Digitized  by 


Google 


X  «t  oiMttto  ttellipoquese  le  daba  el  ühlmb  golpe  con  eilta 
política  equÍTObada ,  üos  bandiamos  en  la  opinión >  y  nos  con-» 
denábamos  á  ilo  teir  reelegidos  en  la  mitad  de  las  proTincias 
del  reina 

J.  F.  Pachico. 

•      '     '    '    ,  (Sé  e4mt¿nüa>a.)  *  ' 


I       i  í     > 


/  .  íí     'M    » 


\.^. 


^Segunda  s^rie.^toHO  ti.]  3^ 

/Google 


Digitizfed  by  ^ 


'á,58'  fclYlItA' 


VBA'tBOUm 


IM)N    ALTAEO   BE    LtÜA. 

»AaX A  EN  CINCO  ACTOS»' 

por  W.  ;2lhUintó  <ÍdU  it  3itaU. 


D. 


'ipícil  tarea  es  la  db  dar  cuenta  al  público  de  una  jprodac- 
cioo  lUeraría,  y  mas  difícil  todavía  cuando  la  .eritica  que  se 
lia  de  ejercer,  ó  los  elogios  cjue  se  han  de  tributar,  recaen  so- 
bre la  obra  dé  una  persona  amiga  y  apreciada,  y  cuyo  méri- 
to generalmente  reconocido  hace  mas  espinosa  la  censura,  fin 
este  caso  se  baila  el  autor  del  drama  de  que  vamos  á  tratar, 
ri  Sr«  Gil  de  ¿árate ;  pero  íkOs  anima  la  certeza  de  que  ni 
nuestras  observaciones  le  han  de  disgustar  porque  serán  he« 
chas  con  la  tem|>lan2a  que  la  buena  ciilica  etige,  ni  se  ten- 
dirán  nuestros  elogios  sino  como  ei 'premio  debido  á  la  aplica* 
cion  y  al  talemo ,  dotes  que  tanto  adornan  a]  autor,  y  que  en 
nuestra  opinión  le  colocan  entre  los  mejores  poetas  dramáti- 
cos de -nuestra  época.* 

El  Sr.  Gil  de  Zarate  parece  que  en  sus  composiciones  se 
complace  en  vencer  diBculiades  que  $erian  insuperablei  para 
otros ,  y  que  él  consigne  allanar.  En  Carlos  fine  le  ve  preten* 
lar  en  la  escena  á  un  rey,  confesándose  con  un  religioso,  sin 
que  un  acto  tan  grandioso  de  nuestra  religión  aparezca  degra- 
dado y  ridículo:  en  Don  Ah^aro  de  Luna  consigue  interesar  al 
espectador  durante  los  cinco  actos  del  drama ,  con  un  asunto  ex- 
tusivamente  político ,  y  sin  ninguno  de  los  recursos  que  pres* 
tan  al  arte  las  intrigas  amorosas  y  la  manifestación  de  las 
grandes  pasiones.  Asi,  pues,  los  dramas. que  llevamos  men-> 
Clonados  tienen  por  eio  aolo  im  gran  mérito  ^  ademas  del  qi|^ 


Digitized  by 


Google 


k  dáii.smottMciceulfBlAiieus,  y  la  boodiid  de  la  niUÚGc^r 
cioa  y  <M  leogMft  an  qae  aitan  moritos;  Pero  en.  nuMfQ 
OMfc^Qt  cL  £árlM  tt  «t  superior  al  Doo  Alwo  de  Lwm^ 
fioiqfd»  teiMie  más  ¿alcriás  draiDáii^  aupeetor-i 

«eele  lar  leMÍbiliilad  ie  loa  eapeeiadora,  naa  dítpiíeatoa 
aiemfire  á  'laa  aamacinne»  i|ae  (MrodoccD  laa  «soímmI'  apaak)iift** 
dat  y  tiateaatqaeé  ka  camadaa  por  la  aaabioum  y  Am  po** 

Eo  el  'tttalmkalo  é  inUh  reiaado  de  Dq»  Joaa  el  tl,ae 
preKiiia'él  pemooage  eolcml  de  Dm  Akiaao  de  Luiia,  aaaie*^ 
níafdoila  laonanfuia  en  aifdio  de  laé  aevoeltasj  oósspifaeío-» 
.iiea«lewMfrandeaa,anbtcioMi  y  deaaundada^7«icMQbielHlp 
juanfrifiMki  el  éltmo  suplieio  pordeeio  de  laa  islrigaB^e  ^a 
•áiíiflioa:gvaaideat  que  deepojándefe  del  areeU>4lel  uooatca,  j 
Jiaeíeódo  aodar  ao  cabete  sobre  «»  piaftibido ,  prepafaroo  kia 
awa»dafaaaa eseepai  da  Avila «  en  d  mando. anuiente, eo  qme 
DonEsrífue  íV,  M  pdblicaibeiiie'  y  eoa  escándalo  depuesto 
«eBoaliiiia  da  ao  difoidad  ieali*  Bafea oploso  es  d 4|iieel  seBar 
iGilde  ¿érateba  qoeridaitpráaatt.ur  eo  ao  draoiaf  formaodo 
•o  nilrí||a  ao  -volkAíaoto  coii  el  vay »  y  so~deseDlaee  el  tríala 
fin  de  so  exisfeoda;  pero  si  eo  los  dosühimos  actos  es  Don 
Ahfsrro  tal  eoal  nea  lo  pteaenta-  la  historHi «  no  asi  en  onestro 
eeofapto  en  los  tras  primerea ,  en  qoe  se  le  ve  ecopado  de 
aniaaraUes  intrigaa  oortasaoss,  sin  la  elevación  que  debía  dark 
ánposicién  y  Taliniieold  Su  compHidor  y  rival  Don  loan  Pa«* 
ehoeo  t  miargodi  de  Villena,  es  nn  enemigo  demasiado  trabaja^ 
éo^j  el  oaatcaste  bnbiera  sido  mayor  y  mayor  el  efecto ,  ai  k 
hs^m.'jhobiase  trabado  entre  combatianias  mas  ¡gualas;  y 
«nema  que  el  de  Villena  debia  ser  boasbre  ¿t  alguna  vaíh, 
cuando  no  solo  logró  derribar  á  Don  <  Alvaro  ^  sino  quek 
oaaaifdaBÓ^  y  dmempeté  so  papel  ed  el  siguiente  reinado;  pe^- 
f«.oon.un  in  maa  dichoso ,  pues  acabada  su  prttanáa  pudo 
onaonltartm  asib  en  k  norte  de  Portugal.  En  noestao  aoot- 
cepto»  foakaaáa  el  car^icter  del  marqnésde*  Vilkoo ,.  engfaií- 
deck  el  autor  el  de  Don  Alvaro^  ^si  como  creemoa  también 
que  Imbíera  podida  dar  mas  tnter^  al  drama ,  haciendo  jagar 
!en  k,  intriga  á  la  rain*  enemiga  decbsa^a  de  Don 'Alvaro  v  «i 
{Mar.de  deherk  la  oarona,  j  no  atribuyendo  prfncipalmeine 


Digitized  by 


Google 


tiSo  M?I5TA 

iu  desginacía  y  la  Miuft  de  sa  tnoerte^i  lá  mverie  tnandada-dat 
aleontador  mayor  Aumfo  Ps»ez  tp  Vivmito¿'£l  aaiór  sa  ha 
conformado  oaii  la  hisioria,  «n  «uanta  Ib  ba'fieitebido  e}  ¡Jaa 
da  ao  <)ranM ;  paro  adoptada  ya 'cooio  oaoia  la  maoria  da.  f^i^ 
mto  1  ^rm  pramo.  para  ccoaervar  la  Austoa  baaer  deaipafooar 
lar  prtiebasqtta  Dw  Alvaro  lepia  de  la  l»aieioii:da:VÍYeaOy  ya 
conimbiiyeodo  i  la  evasión  del  aarqatí  de  >Viil«iia'i«ial  ponto 
en  que  se  hallaba  preso ,  ya  racilitáodole  la  entrada  enattá 
de  Doít  álfároy  des^tués  de  ejeeotado  «i:ffap(o..de  $a  ihíja. 
ToBibieikisoipreDdaiia  aparición  delinajipmde'yileiui  an  If 
óámará  del  rey  ,.  Imyeado  al  coerfw  ei^áaimeida  Vivero'  fsea 
fndfr  joMicía  contra  Don  AUavo,  y  sorpoeftde  t^danáa- tnaa, 
a|éeel  «^  le  mande  prenden  ain  oírle,  y  aín  aai  avésifinaekMi 
que  labdenniioia  becba  p4r  «ma  persona ^  qoexkftía.wrhraotpo. 
«hosa ,  y  qaw^sin  embargo  ni  -pregunta  siquíara».OQnio;áo  haUa 
.1BO  aqnei  BÍtib«  Estai  aÜaarvacvanes,  que^lpodrán-pamoar  tal  a^a 
itiera  de  lo||ar,  las  hacemas-aolo  para  probar  <fue^n«iAar^  á 
insar  doibaber  heobo  poco  uso  del  énrédntdraniáécOf.ha-aonv» 
«fégnido  presentar  un  drama  eon  -solo  ana-  figufa  .eK  léd¿4 
«eiadro,  pei<o  oota^l  é  iatecasaote,  espoeiaiáiéiMaeoaiotbeiDaoi 
'dicho  en  los  doa  últimos  actos*  .  •*...«.;.     •« 

Annqoe  el  anplioío  de  Don.  AUavose  verífiuó.eil.  VaUadb- 

líd  ^  y  así  lo  ha  puesto  en  ñola  «l:antúr,  en  el  Hnnn  igifaian 

al-indicar  los  punios >ett  cfue  |)asan  laa.esceaa8,iaadaihlt  dío)io 

•ori  el  drama  da  la  irasiacion'de  Don  Alvaro  de  'Bvqgos.iá  Va^ 

'lládMidt  de  modo  qve  muchos  espcotadQÉ^es.podiyni  cr^cr.ifÉa 

¿1  acto  quinto  pasa  en  Burgos  o¿mo  ¡loa  ckmaa»^  aq&ilFOQaciafaL 

.i>ten  fácil do.destruir  con  ae4o  uwn  cbaiitaB  vaaéds^.y  (aokliiiía^ 

,dei»oa.  creer  qiie  oiéíéíó  el  aiUpry  pDr^coifeidarkrla.pc]SB»>aNi 

iieahp  sabida  de  todo&  ■    -- ^  '  .  .  ,^  n.i  i.hw  <• . 

,  PiMril  nes  há  parecído^el  empana  :de|  rey. 'en  oé.\oifaodar 

él.  i^erdon  i  Don  Alvaro  si  no  lo  pedia;  pero  adeji^tada^^asla 

-idea  por  el  aotor^  ha  aabido  Uevarlá  á  cabo  con^matsiafaij  y 

-Ja  ha  dado  ocasión  para  lucir  sn  facilidad  ni'fcaoer  «ntidop  y 

iMrmosoa  versos.  .     .      •  '^   - .  i 

Tal  es  en  resumen  el  concepto  qaobebNp^CardiadoAíl 
•draaia  que  nos  dcapa*  £1  &.  Gil  de>Zárale^( dominad  pdr  el 
gigantaioo  personage  que  iba  á  presoniar  eá  éseatutv  Jm  ie^f 


Dig^ed  by 


Google 


Dft  MiADRlO.  a6| 

«nidaclo  los  accesorios ,  no  se  ha  curado  de  tdar  moTimienlo  j 
T¡da  al  drama,  de  crear' oti^  persoaagetqtie contrastando  con 
el  protagonista,  le.bicitrati  resaltar  mas,  y  dieran  mayor  inte- 
rés á  la  pieza :  no  carece 4e  el  úa  embarga,  y  como  hemos  di- 
cho al  principio  ,  ha  vencido  élavior  una  grea  dificultad,  in* 
teresahdo  sin  enredo,  sin  pasiones  «sin  amores,  y  solo  con  una 
acción  hietórica  y  enlerameotei política.  El  público  estamos 
seguros  que  verá  siena pre, con  guato  la.obra  del  Sr.  Gil  de  Za- 
rate, y  leerá  con  plaeerJós  beUos  versos  que  contiene.  Difícil 
nos  seria  decir  cuáles  soft mejores,  porque  difidil  es  la  elección 
entre  ieUos;  pero  no  queremos  dejar  de  cita^  á  nuestros  lecto- 
res algunos  de  los  herouMOS  troaos  de  este,  drama,  como 
Bduestra  de  lo  que  los  demás  sob.- Algunos  criticarán  tal  ves 
que  el  autor ,  en  especial  en  el  primer  neto  i  baya  usado  de  re- 
truécanos ó  juegos  do. palabras,  como  cuando, dice  Pacheco  á 
Vivero: 

«  A  la  sombra  del  de  Lana 
^  Castilla  medrar  oa  vio ; 
»  mas  ÁesA  1imi4' ^  eclipsa., i 
» decid  ¿qu^iseüáxde  >Qe?» 

Pero  ese  lenguage  figurádoi  ere  propio  de  la.  época ,  y  bien 
puede  disculparse  al  «Mtor.de  hctberle  -vmáo  alguna  vez. 

Abundan  también  en  esie  drwiA  Iss  semencias  y  máximas 
filosóficas,  y  por  ello  se  coip^pee  biea  á  q^e  ecpuela  pertenece 
el  Sr.  Gil  de  Zarate,  ann  CiMn4o  i9  oo^pa  4e  lo  que  á  ella 
no  corresponde. 

Véase  en  prueba  dé  \^  hermosura  y  Quidea  de  sus  versos 
k. descripción  siguiente  q^e  hace  Doü-^]^wo  de  Luna  dejos 
preparativos  del  Torneat:'- 

Doif  Alvaro.  ¡Qué  es  ver  en  altos lialcones 
colgados  de  rica  grana , 
tanta  beldad  q^ts  se^  afana 
por  robar  los  coraapnetl       i 
¡Q«é,e>k  ter  el  grato  arrebol    . 
de  sus  purpúreos-  eolpres »  . 


Digitized  by 


Google 


t6a  REVISTA 

y  lus^ojosbrtllaiiores  >*  '  ^^ 

que  CfDhnpiteii  cot|'«l  toli 
I Y  agüellas  prenotas  galas 
-      do. seda  y  oro  se  ostentam, 
cuyos  ttiatices  a(rentiin 
del  regio  («Ton  las  ábs! 
Y  ¡  que  es  ver  tanto  gaFaii , 
■ '^  lanío  noble  justador , 

que  por  gloria  ó  por  anuir , 
la  lucha  esperando  están  ! 
Cual  corriendo  la  arena 
cpn  arrogante  altiveE , 
quiere  vencer  la  esaoíve^ 
.  de  la  hermosa  por  qnten  pena ; 
cual  cantando  con  primor 
trova ,  qne'  inspirado  invenía , 
primero  lucir  intenta    . 
su  ingenio  que  su  valor* 
Vnos  armados  están 
de  fuerte  y  brillante  amas , 
con  su  empresa-en  el  pavé| 
y  con  fierro  de  Bulan ; 
otros  de  gala  vestidos 
las  'daoMs  quedan  sirviendo ,   ' 
á  Marte  fiero  esoondieodo 
bajo  formas  de  cupidos» 
¡Y  twto  alaaan  brioso 
de  erguido^  enarcado  cuello  ^ 
por  ardiente ,  noble  j  bello  i 
gloria  del  Betis  undoso ;  ^  . 

ya  luciendo  en  el  paseb  ..  t; 

su  paramento  esplendente, 
ya  retozando  iiíipacieiile 
en  bullicioso  etcarpeo ! 
Por  Santiago ,  que  al  mirat 
ese  marcial  aparato  /  • 
yo  también  en  mi  arrebato 
las  armas  be  de  jugar  { 


Digitized  by 


Google 


^rVfí^,  ^^49ik  4UiMgfia.pujiiii¡Ba 
,vfo..|KÍ«d  i  nxjf^bnam  ved», 

pan  imap^ttyif^  iapxa. 

,  -r»-        ...  - 

Eb  b  etc^t^  m^ddt  .^^Ip  Y  /ni  «I  diálpgo  f  nue  ei  ^,«jr  y  Doi\ 
Alvaro,  instándole  aqofl  i,i)Q6  jfida  aa  pi^rdoa* 


i^ikvAao.   S(;  sobre  mJ^ntff 

senliBQCÚi.  ique  i^iLc^en^ft  19^  WPV^U^ 
grabada  q^i^ri*.  .         « 

I^SY.  i  Qorrarla  paeda 

AbvAiko.  No  d^K4|f)ke  |la  hoiira  fm^O;  iiidulla., 

Deqi4:  fev^  piBr^m  un  j)opid<V4do.  ,  ) 

¿  veiiislo  á  dar  ^^^  Goodjción  oingana  ?• 
BsY.        Q«e  lo  pidaí  mi  mas...^.  ^slq  le  debo 

án^^«lU^4Jg9idad.  \ 
AtvAsa         .    .  Qo^ei^  efi  suom 

mi  hfmíih»Pm»:Si^i^- 
Un*  ¿Quién  bi^pniUaiise 

ante  su  fey.IX  Mvarot  rebiMa? 
AiiVAfta  No  lo  reboso  ^Ob  Maódi^  que  al  f^nlo 
eoD  ese  pottOf^tteiMisi^»  oonfuudlii 
mi  fireiit0);^i  Vo  hMré.M..^Mas  no»  no  pupd% 
aoepiarfdft.imídor  U  bomUejOnlpa^ 
¿QuereÍ8nie<peedonar»^nAt  sop«¡rdop«    < 
&  delinco^la  vil  que  se  itpcesxir^  . 
á  trocar  uf^nuBuane  que  le  espuela 
por  feMÍMbie:  qM  iffsl^eil  no  Je  larba  r 
^  No  bajr .  smW  oms  bienes  qo^  la,  vi<U 
para  hqeibk^  .«vo  J0t.^  Mirad  U .  allm^ 
do  snbiératolgm  4ia^lta  gvMdiWt 
ese  poder  xNlyo  eapltedlpv  ciceiuida 
mi  pasado  eaistir  (r  hi^nei  so»  eese .     . 
á  que  scjowetfisndetes  reonneta. 
¿Me  loa  doTolteceia?  No^qne  cnal  vasoai 
de  los  mijfestlss  miseral.heobiiras 
. ,  fmám,f  cnnndeisé  nnUpen » veMipliiMwse» 


Digitized  by 


Google 


á64  •  kfevisTá"*' 

pero  á  su  aotíguo  ser  nb  róehneii  imwnu 
Si  no  me  es  dado  ser  lo  qtié  atités  ftiera , 
^  qué  aguardo  abora  de  Ta'  suerte  aduMa  ? 
¿  A  qu¿  ñriT ,  á  qué?  ¿A  ser  ésoaMio  : 
do  aquellos  misólos  que  en  mejor  fortuna 

'  "         niirába  yo  d  mis  piés^?'  ¿  A  que  esos  ncMea  •'  ^ 

que  logré  sujetar  á  lá  cojunda  / 
de  su  antigua  opresión  se  renguen  fieros , 
mi  cuello  atando  con  cadena  dura  f 
No 9  {irAbero  morir:  qúiett  tanto  ba  sido 
no  penséis  que  á  ser  nada  se.redutcfl':  ' 
7  á  tal  humillación,  á  tal  infamia^       ,  - ...  : i 

no  encuentro  mas  refiogto  que  la  ttomiNí.  *   ^ 

RiT.        Húndele  en  ella  pues;  ]r  onde  oQnti^i 
-  ingrato  ,  mi  poder  y  mi  ? entura. 
i  Ahí  ¿Qué  será  de  mí  si  me  ahandonas^ 
¿  Do  una  mano  hallaré  que  me  eondMsa 
del  difícil  reinar  por  Ik  ardua  senda , 
y  el  cetro  tenga  que  mi  niati^  abrama? 
¿Dónde  un  amigo  que  en  mi  triste  suerte 
▼alor ,  consuelo  y  espwañaa  infapdni 
cuyo  pecho  mis  mal¿  compádieiea,  .    . 

cuyo  acento  disipe  mi  amyargara  ?         ^      *      * 
Gontiao  allá  con  mi  graaidésa  á  «oha* 

é  nadie  habrá  qa«  mis  tedios  intemnüpa^ 

ni  donde  viieifa  kM  dolientes  espa,    - 
quien  á  secar  sus  lágrimas  aeadn* 
Buscaré  de  mi  vida  aleompaBero; 
al  que  cual  padM  me  arvulló  eai  k  'euM  } . 
á\  que^-domar  un  potro  eo  k  cantan. '     -* 
me  enseñé ,  j  á  blandir  la  asta  Mbuaifti; 
el  que  mas  utáe  en  Ha  sangnentas  Kdéa '  ^ 
á  mi  trono  presté  sa  fberta  ayuda ; 
y  nb  le  enoentraré^..*^  Veré  tan  solo 
su  ensangrentad*  imagen  f urtbmHfo, 
en  torno  mío,  sin  <:esár  cagando 
que  de  su  muerte  bárbara  me  keaUfu'  -     ' 
Estos  hermcñm  tersos  prMban  battam«»  «tt 'iMMstra  opi-^ 


Digitized  by 


Goógle 


iriÍNl'rraM  fUá  diAmáfiodiíiiDii  kM  «ot¡f<|»  qM  ^apid^ ir*«| 
My^'^MoMrtiiMlTidhi ^  foya  «fiérdlMb  tan* teiMiUe  le^^fy  y 
%kylpf4ia «untó k ^«(Miittti  LafoatáBirofi» piído. «erfíicilna^nift 
ttÉW  moitvMkr-y  éfiíúvjw  efodo  é  iiit«ret ,  tujttándose  el  ai»A 
torouia  ¿I»  tWdád  faiaóríoa.  !         .^ 

'  Dé'fod«|'  iMdoii'  rtfi^tíiiios ,  que  {elkitWMt:  ai/  Sf.  GUf  db 
XálMerpoír-  M'^oótufiaftioioé )  que  N'  uv;  adefiu»  «ñas  i  jidetcra 
ÜMMtbra  dNoÉiáfiqa ,  j  ooyd  boM  áiilo  deba  abioiaMa  á  ^trav, 
ya-i|«idMii'bÍ0d»sAl>e  escoger  m  fooearrof  aMlW  kn  asdiitoa 
<f  loa  pMK>aag«s¿  Sensible  es«  y  forsMO  decirlo «  ^p^ejlm^ém^r 
bíbnr«0)lttva  coÍMipóBdidtt^ialaMii^ 
4Mar>'|Mma^Li'dea»a(i|i(«^  yi  para  dllo  b«bia 

ademas  da  sa  mérito  artístico » la  coincideocia  parlicolar  de  sa 
apellido  jBgwtmmá  kdiel  personage  que  representaba.  Véa- 
se en  comprobación,  la  pintura  que  de  D.  Alvaro  de  Luna  sa 
baca  en  su  crónica,  7  en  la  cual  entre  otras  cosas  se  dice:  «"El 
Gtierpo  peque&o.e  muj  derecho,  é  blanco,  gracioso  de  talle 
en  toda  la  su  edad ,  é  delgado  en  buena  forma ,  las  piernas 
bien  fechas  ,  las  arcaa  grandes  é  altas  según  la  mesura  de  su 
cuerpo,  el  cuello  alto  é  derecho  en  buena  manera,  los  ojos  alo-- 
gres  é  siempre  titos,  avia  el  acatamiento  reposado,  tardaba 
los  ojos  en  las  cosas  que  miraba  mas  que  otro  home.  Traia  la  , 
cara  siempre  alegré  é  alta,  avia  la  boca  algún  poco  grande,  la 
nariz  bien  seguida ,  las  Tentaoas  garandes ,  la  frente  ancha, 
fue  temprano  caho  de  buena  Toluotad  9  Tcia  e  buscaba  cosas, 
dttbdaba  nn  poco  en  la  fabla:  era  todo  títo  :  siempre  estovo 
en  unas  carnes  ¿  en  un  talle;  tanto  que  parecía  que  todo  era 
DierTOs  é  huesos.--.  Vistióse  siempre  bien ,  é  asai  le  estaba  bien 
lo  que  traia ,  que  si  se  Tcstia  de  monte,,  ó  de  guerra ,  ó  de  ar- 
nés ,  á  todo  parecía  bien/^ 

El  Sr,  Luna,  repetimos  que  desempe&ó  bien  sn  parte,  y 
es  sensible  que  el  Sr.  liombía  en  la  de  marques  de  Villena  no 
baja  sido  tan  feliz  como  otras  Teces.  Lástima  es,  que  este  apre* 
ciable  actor  haya  adoptado  el  modo  romántico,  actual  de  re- 
ciur  loa  Tersos,  7  le  aconsejariainos  á  fuer  de  amigos ,  qna 
abandonase  una  manera  de  decir,. que  si  se  puntuase  y  acen-i 
tnase  como  se  pronuncia,  baria  ininteligible  nuestra  hermo- 
sa hal>la  castellana.  Lm  demaa  actores  poco  pudieron  haoart 

Segunda  4¿rie.^TouQ  II.  34  , 

/Google 


Digitized  by  ^ 


fmm  pocB  parte  tÍMrá  m  ti  dmv^  MmIki  Mm  < 
i  ||»aator0t.  él  estada  lasiioBoao  ao  que  ee  wfimm^  M  .tf^ft^ 
4i>la  eapital  paré  la  ejecacion  dk  atia  compoajÍQÍe«iei «  y  ea  'df 
•enti^  8eg«ranie^iia  quA  cuandb'lKÍiktt.iiigeQÍea4..y:reMa4e 
tiemos  llegado  á  la  época  de  la  ÜMlraoioii  ae  balleil  loa4eaifoa 
db  h  oorte  ett  tan  nolablÁ  abandono,  per  oanaai: quilico  es  de 
este  Iv^ar  emunesaí ,  paro  qoe  pudieran  y.  debiei'aaixfwMfM» 
y  á  la  cual  pudieae  oomribiMK  mucho  una  pnedemii  é-ilnsMn^^ 
4a  opr4|ioaJ  tanta  de. lea  actores,  como  dtl  dese<npai<i.'4^  Ja 
•pafl^eseéeiea » bien,  descuidada  por  cierto  elgunaa  veesa,  úom 
nMog»u  40  laque  debieran,  aer  lee  teairoa.de  1«  eapíiel*  d4 


i-í.   I"' 


I  < 

.    ,    .    •  I  •  •    •  ".    • ; 


CjgM^^^^M^  Gnos^^LM* 


■I'     ■     II  i    I      ♦ 


•n  . 

•    •.' 

■   '  ^ 

11  ti  '• 
-  1  : 

a.  '« 

, 

;T    Wr 

'     ^ 

• 

/ 

f. 

».•. 

1    "♦     ., 

-  t     • 

.     ; 

—  í 

■• 

i      í     •  ! 

•  ••■ 

f 


! 

i      1.  « 


Digitized  by 


Google 


DB  1840. 


.    Ai^rris  clt^iLi^há  ftiaudle  olnra  de  la  pácüicacíM  4el  ^vo 
ffgii«€oft  poca  dUfw^Atía-^eoel'jÉitiiio  «ste^    que.ioDNel 
aaiarifr*  Lat  |Mrat¡aoiai'üf«e*lnni  depitaato  tal  arinaa  i 
caencia  del  Convenio  de'Vevgá^av'Cobtifiiian  ed  fto  adaamUa 
apliego  y 'léan^Hidad,  yJoa  prop-eRtade  lag«erra  arterial, 
wibargados  jrdetatíidoa  por  la  aipareu»  de  U  eüaabii»  •9«er- 
dm  pata  la  dáai^roUo  la  llegada  del  buen  iie«ipo»  NoeUre 
ej^cHo  en  ¿ráragoa  entretamo  sigde  eiUbleciéadoaaióUdftr 
joésle  en  Me  inaia  de  operaeioMa ,  7  haoieiido  lea  aaepiea  y 
|iféve9dioM6ttteec$ariot  para  la  prdsiiMí  ismpaaa.  BlrGebkt-p 
«o,  pana  dar  naas  umdad  4  tt  dmfecíes  de'DüeiUnM  fiieraa% 
liÉ  eeaidte  AMmaaieBta^)  maMo  itipMMe  d^lu^dtcOtalu-p 
«a«l  I^qoe dé  lá  ¥ieiom;.y  bajo m^t éndenei  w  á.  nMNldar 
i»faeUai''praviaciaa  el:  geberal  fSait-fca¿en ,  dec^nÍM  \h^BtM 
teoiito  ^a^oaaéiqa  de'liaidar »  éMmé9  dirija  iiMilafsl  tUnéB 
mkú  Cekimiiíf.fAñüáomtám  la  emboBiida •deiégMity^eiiii lean 
toafaniy.pt^iamhreai  eonwnada.  üadidaaaort  atlaafyraTtaf 
Jbajo  Biaaide  mi''aapeecof  j  si  bíaviMbeaiiós/supoiier.^pie  el  Gp* 
Jáeréo^atadoptaalat:,  babrá  pedido,  oqp  aUddiíai  (ddoaiava 
faioattféaiaütéb  y  t^aiajaij  lodaela  noa'  pareee  qne  te  bá  aoff 
iMcaifáfeal  itiíaMililiqbe  derk  Vieioaiaaaqn  i|o  jtBmdé  y 
emuinaabaidad -artpeabfee,  éa  el  artadoíaamal  da^lwilMairt.d 
lea  esfinffáoa  de  iua'aQ)a.lMiÜOTV  ^  if^rmLkiiém^dk^kidhf 


Digitized  by  VjOOQ IC 


'a<J8  mnmrM 

reccion  del  ejercito  de  Cataluña,  se  pudiera  haber  elegido  ua 
gefe,  en  quien  sucesos  muy  recientes  no  impidiesen  tener  la 
debida  confianza  en  su  conducta  j  fortuna.  Ojalá  nos  equiTO- 
qnemos;  pero  en  nuestro  eoopeplo «  en.  Im  cosas  de  Cataluña 
sé  ha  marchado  y 'marcha ,  d^BJgvm  JiartJHft  ^  ^^^  parte,  de 
error  en  error,  y  de  desacierto  en  desacierto:  y  babiéndoise 
Ybto  lo  mal  qué  allf  probaron  gefes  militares  de  ciertos  prin-- 
cipios  é  ideas,  no  esperábamos  que  se  insistiese,  y  con  mas 
f^hiiiCQ^iuf^r^a  el  ji^smo.  empen^  JU^^<»a<>s.Yend¡ri||.hkn 
luego  a  connrmar  ó  *á  "disipar  nuestros  reV^los'^y  temores;'y  én 
cualquiera  de  los  dos  casos ^  manifestaremos  francamente  el 
resultado.  .    *  «  i    *:•  • . 

Pero  si  la  guerra  tpalarinl  y  ostensible  no  ha  hecho  gran- 
des progresos  en  los  campos  donde  principalmente  y  con  ma- 
yores fuerzas  se  pelea ,  la  pacificación  interior  de  ciertas  pro- 
'^VíimBLÍ  éowát  casi  debele  el  prihcipio:ifo  lá  .-taútkném  ardia, 
4Hni(^'«i*«vanor^  masíTéikicIdaiascala,  unk  gueri»  inieaii- 
taa  y  atrocv^s^'^delaNndoi^b  gran  snaaésa.  Hablamos  'fnmár^ 

r'  EI^Atadvl€k;la;gérarfaeB^e9Ut1ilñl|ll>diUrtlQ  ha  Uanúidt 
sitflipreiaíaMaeiah  pública  j  la!  del;  Gobienid>,  i  pbsar  de  h 
^pdea'ímpOf;ianda'aMUta^{iIué<coníttnáiente  teaiá^  La.eeacaah 
éé  iá  MMéfaa 'á  la'  capital  de  la  monarquía ,  jr?ál  I  hallarse  iú^ 
^apú^BSa  m¡ípéfUAj\  no^ama  «íoas  pEOwiaoiak  mendiMalea, 
eatflaaV|bk-fieofmteamié^Yp.éaiad9  aos^foaia  a»*jrigiiroaa 
jtteoas¿lni«irioai»  bnbiaMi  faasladé  ptíH  ¿(ae/eLGobUrM.^n.  Uh- 
^oS'éeáifbssalkiflMe.eMBO^iin  objeto! mny  pnlevéDta.aApacifri- 
«■ciiwi  yi>sMegii*^>'a»nfae<üteés  qaoaaa  n6  Uvktíianín  é^tkmí^ 
wüpdl  «Mifo  ttfecio.  fil  caridar  da  atedáad  MMl^düá ;  ^m 
4m¡»  kh  fOfiMifio  desplegaron  'I09  itártidatfea,  ;&  imí  J>icín  laa 
faa«dMos.iBWcWgik ).  «I  efll|M&o;  taáaa  ^  kaapifasió  «iefaspfa 
•t  «aailiUÉO'  de  «siaMer  j  stnraigar  ^aenamenla  ¡m:  gnmk  en 
tN(«Mlofr  ^íAviMp;  y  las  MAanMciooes^  oNitíouaa  y'  iwiméikk 
d^laa^ipoMMiiila  afQellá  fiarf é,  4«b  patftanaoícsidó  xmí  ibi^ 
dos  áJaaapoafeini'iaqrlaaiestaBla,'  caiñlNiriaD.;  id  ríiaMisnn  ii 
ttiíinM^«iempofqwmolaÉ*hái».lleaél.attiiim.^  aübio  y  a^í- 
aorrode«d»4aftdfO0r>piÍBaBDS|  «fai»  oiaaa<]iaoÉia!cÍNiaaav  qrn 
aÜadldds^ékia'ialav^oaa^^  i^aMá  esta  js^ttma  éna  tmmáu  eé^ 


Digitized  by 


Google 


969 

«n  nMiOMliai  ¿Mgolahhi  ^einjuaMa.;  vi<49nl9%^GriiaUi9dpi^ei^ 
A. «ida  MiéT«:  luiropi^M  tie  J%ií/iiii0]^q  q^úí^,^  Tf|)6f^ti.^a  jof 
■if»l€ftd«TW«do^tguJv*¡d«4e:«f|ii^lli^;fkr^     in^ciído^.,  \vf^ 

If *iiiiioUdaá  coa  «1.  acii«ifc<ÍM(9aL  iqJM^lAf  i^^&trci.f.el.í^ífiriMh 
l|M:«uifli  <|tié  m4«0  Áe  ioifbBsiiba*^!!  |)oaer.  vírmip^  ^  ^qoell^ 
««MU»  4m  «rioMMittjr  4rf  Wwalo^.  I41.S,  p^Uefi^^  ibfenm  4f 
fsp  fll  GfrfiieiiMí  po^ia  dispoMt ,  aiMi<|Me'Mbr«4ai^  f^H^; h^^fmr 
freal*  a  loa4MiMtfdM ,  eraa  kisiftficfaQles^  piira  defeiid#rr  al^pi|iv 
^  9«arMerla.'de.  lat  cmbesiUlaa  de  a^uel^Mi  fi»c¡9«rot^s  ^W 
4UMBiaahMi:Ma,fMadadry  tiit^aingAiDa  a^fie^.de  fokir^i^iimjp.!^ 
éuaslóa.-eatMi  an.-tat  laéi^  y  qq  les  eiiir«gabail"l^;Cf9Q¡da|i 
^aamai.  que  por  «u  ratéate  esiigian ;  y  fne  p^r  lo-  oaíodq  pracitp 
isfialalr  á  jaíedios  «ftaa  efioacto.  El  aj^Uo  llamado  da  ^fiaMT^, 
ov|^MHaado:f)or  el  g^aaBal-Narvaaie^  Aadaliickiis  i'^clbí^  órr 
alett'de  oaujparla  Maaohtv.y  imhi  per  el«»ia|aH|«  da  aHjaúva.«er 
•wtidad.y'  rigor  -adoptado  ^fao  fafe»  áaaa.  mas  iMH, .  oooo^ 
OKá  cpmpiaebDiea  aa  ctfearki,  >fíor  el  »^a»^i2o,da.f|M\ra|8fJfeaa^ 
•Ideada»  éa.a^al  pl^lorl^,  M^H^a  «epileíGfi^i^  ta  ^ifW^f  44^ 
«de  prútemiit^'al.  mundo  eaceoas  lesea ndiJaíBAft'  dC  ^icACp4^:.F 
4iarl^ríar  A  la  aalida  ttüempestiva  de  pqttel.ejéfic^q  d0  J^.Maiy- 
-okftATolyieMO  los  baadtdoa  á  Jevaeiar  cabera  y  ¿  DlpfodufiKr 
JaJBMiaBié  vMrie  de  crkneBaB  .y.  de*aai»infi|efti  parouaqodíaodp 
alKnoiiBvaáfuetEaa  y>  uaaad»  á  la  *m  dfi:  rigor  y  de  la  .iiujiair 
gaofiai  6eJiai)eoiiiqgoido;p^ei(iear!fI  pak  y  redim^ivle  al  aiMr 
dQ*i«gQla#)omqiioaii  al;)dia.ap%encüeQira.  JMiiclia  ba  dal>iAo 
.canlrihttir  i.e8ie>fali2  veiitltadp  el.beaéfieo  inQujb:  da.Jaai.a«r 
.oraéa^ks  Vefgara,y  biCroDaiá  y  acierto  del g^fe^aftilMafr.iftie 
;fliApda  allí  fii|asi«ia  fáecaal;  per^  QQ«oi(i;Qa  «o  ppd^nmiOMQ^ 
.de de|[>lorar.\el  eae«o:dé  rigair:jq«io»«fe  ^^m  ei9p|eadaly^r.JM« 
yiaitiiM.ioiperíosa.é:  ipdeoliiiabla  McmMí  Ib.  bi)jcá  1^.  was 
reftig¡do«  cooiOiel'ni^ío.tti^iéo.de  UawArfad^laiMa  y  4ai>  e«i»* 
.hteoef  sólidamente  la  paaificacíoab»  Nosoiroa  teft^ioiM'paea.oM- 
fianái  en*  estos  learibléi  medioaf  .yiaiuiqiie  conviiiiéseiiipa  cu 
ao  eScacia I : sea. debilidad;  sea  .aira  fQsa*  todavia.nosi  sariaa 
,8ieaspre  odioaos  y  repogoaiiles*.;   .    .1    .  .. 


i  ; 


Digitized  by 


Google 


:  '  L»  tNieifieidiM  áif'GáUéia  éa  tíUp  éf^Uf^  MútitúmimMi 

ififts  felices  de  lestos  áltimds  ttieiM*  Eei«  ftuvray  mhm|(Mi  tm 

Uñ  tdélébfe  oi'CfMiéeida,  teiiúi:éHi  «nibÉrgo,  unta '6  m$m.im¿^ 

|lortaticia  que  la  de  k  Hundirá;  y  no  <stimam«iile-porqae'a>f» 

Ittaraseiité  cofíifdérada  pudiese  fiiBuir  Mas  en  el  ikilo  gctmtü 

de'la'eofttieiida«  éinopor  la- naMraleta  y  mayor- eateftkipii>de| 

^ii,.*y  pollos  fém^M»  q^'>M  algltn  ^m^^MiA 

ée  que  lo^rtise  dái*  la  ttiltno  J  la  4«  klt  pMmaoiaa 

lltfei'iiiiWi^dotiaiido  d  peia^  imerwüdb;  taü  i<firapósiioiMr 

%tí  iON9DtMMdad  fMra  efta  claae  de  giierras.^l^noiéfo  (SoMata  f 

^éhipmHiSawi^  »in  liaoetf  fnáríio  de  otras  «etitaéiiras  da  ^fmmmf 

ieiMtta,  toviei-crti'pcir  prmeipal  objen»  entaéaespedieianea  tm^ 

^ierit  la  prdvioeia  de  AaturiáB;  y  firtagar  la  ioavrfeoeíoo  de 

9ñtdfi  y  deinfa»  cMc^  i^effimiiies<<eofi  la  de  loa  iPaUes  de 

4toillatfder  yde  ¥vtcaya.  €oiisegi>ido>eMk>  kubíeraD  logrado'  ofm 

-faeilidrid  sü  kflieiimde'eo^ter  la  moaarquia  en  «m  íomntco» 

^n  oenitotíada,  «qoo  portteodo  jMnr.  «a  kido  Je  laa  proviociaa 

<¥M»ogidaB,  ae  dílwaae  pq»  toda  ia  toi^la  del  nar  Gaotábnoo 

1iMU''PiMtQgal  y  aienfindo  á  lot'páriidariea  ^  D.  MigfKl  en 

«oafe  roioD;  al  «liaAib  tiempo  que ,'  siguíeo^a  por  ol  lado  opuéar 

Wla  falda  del  Pirineo,  se  dilataba  poi^  las  <A>ilas  de  Catatuta 

7  Valeécia ,  y  «magaba  las  de  Andaloda*  'A  este  intento  gran^ 

¿ioso  y  (bien  cfDooebido  oprnieron  ona;  tenas  jresisMnpiá  Asl«** 

vW»,  qoe  iíMipre  fiel ,  tnoderada  y  sensata ,  reeliaió  laa  tantai 

nUáa  dat  oaiiismo-  sin   tolerar  aa«»  ceno*  wi.  solo  hombóa 

"rttoado  en  m  fimHr  •  y  Cialuria ,  qoe*  áooqoe  no  taa  soaifada 

«*t  tranqnila,  no|)efni«tió  eontodk^-qóe  la  inapraooaioQíians»* 

-aatalli 'grande -incfréonento-y  irigor^ssLa  Gmcíoo  gallega  en  loa 

'4l«toipos  tío  sn  BOiayor  fuoria  quiaé  nunca  llegó  d  900  bonbres; 

^pore^'ow  aério  de  errores  y  de  ^lesaeiertoa,  qoe  seria  in«y 

4atfgb>i«qiKóor  y.roferir,  dieron  tanta  inflaeneía  4  laa'  }»ndaa 

^o*  qne  'aquella  foema  -so  aobdiiidia,  quo  bobo  tieanfpao*^ 

^qtaaF  deUttiüáfban  tnorakoeáto  una  gmnjwrte  Jal  pais^  y  ,Ofnn 

-ma)orobedeeidasqne  las  «aismas  apooorUadca  díel  Golnem4 

'Laa  «oartodaa  y  'bien  omnbíaa^las  medidas  del  general  Latrt, 

«aniaatifMad  y  firtneaa,  y  «obre  todo  su  «aoaaro  en  bacw  que 

las  tropas  guardasen  la  duas  sevem  aubordinacioo  y  diaeípÜna, 

y  tratasen  á  la  población  rural  con  U  posible  dulzura »  redu-* 


Digitized  by 


Google 


bieráli  ^tibgftfláo  lié  =f dte  té  murMMfotf ,  4  «» iMlMir  ;$oM«v#« 
iMb  lá  fairfftiidn  i)é'G»«^t;É  y  !«■  ttaüórMi  i%ll«  cgngjynfaii.» 

^  Mte'MéHíálí  muy  ^éiiiiM»jiMcíi  é-¡iii¿n«c«ÍMNM;di.Mi:|bYdr 

tÉrMrfe  te  eoiHllátíih  'M  stfs  p<!íútai«iM :  Im  piftiMark»^  omIuH 
^tt D;  GArltti  \é  hálMati  'pr^mtflMlo  wáHifeMarM r  'y  hacer  Inmi 
^iNNldé  d^nfoMridMi  M  ili  Apoyt»;  y  ftio  «fábayj^,  ^iptwiufWf 
iIIím^ presentar  Hi  cáttifUtltf  W^guiié6'{ioooi'úettMiares<^d« 'HMk 
«VdéiíarVMárioé;  pém^i^  IM  Y^  Md  ctejA  4e  Ibteeliltt*  lá 
-gWertft  di^a  ^  GéfMiá  y  bé.  reaüiMar  ailt  awáitigaadée  té^ 
tos;'Proiréy6'á^l<M  aüMerádiM  de  gvfcft  tmftttÚoéf  dé  «élMi  y 
ite^mtitiieiotaéi^,  y  Im  dé$6  tlMos  dé  ta|iéiWMai  da  f»rMiM  ir 
Mbit'irblilfaK  EiHa  cMiratíkftlpó,  la< ^sétmraüidQí  del' mandé  ddl 
'gMéHil  Latra'^  coáaécrntaéladé  kr  Mffeklokmidé'AgliiH»,  k» 
MteédMai'kftffrttdéiilés  da^ lea  q^e éntdlMéa urfáúméa  Aím^ 
<to\k1<i6  ttagotrfM  |i¿tbl¡(0¿év  oaiHtoaléeidM  q«f»  >Mltbtí^  ^ 

n¿é»  (MiiSeMrdki «  dés^^rrallAi^te  y  cméar,  dkróh  -miai^  filóle 
d  lalWftürrecdíeii,  y  radujéirm  á  Galieia  al  ésiaéa  nwndam^ragft 

'le^áéliiélá  báaede  loaáifttfílU  bMdldMidilI  (Mié,  aa^^antiaici^ 
^«liroéíéiy  VéMgatirefai  Mi^tíniMtA^  |iwdé|gtfMD,  «MÍtoj^Waiiia 
''aapfintir;  «ná'^aia  krilaoíM  tMttn  ^oi  yiWtiQM  'l«í;^<flia  le 
-Mpóobm^  MiirffilklotVB  y^atfiMiai^t^UMiéittétM  deMi#4ik-lia4iiéii 

-«M^dé  ]¿«té'  tBodb  ée  4éé  lltí^<  eil^i|f6^-HM  >é  «<üéi|oiC  aéM^ 
*M(nma  ,4  mUnmtiAk  6itf'^«AM  y  "ttíUiilbtda  la  tofbMad6ÍM« 
*4tii  dettV(ÉM*ad¡oflM  jMtfieáháo  al  pM>«ée»<|i8<Mt«|rio^«ia^ 
nSift  d¿  r}^;  pMdiédAii  olraé'iMe^A,  7'«itl»  á  «üí^^éar'éMi 
et  brt^  é%  ihievoa  ddMa*y  nuéviiy  ráár^crénat.  tiata  dBH|fléié 
'^éú  lHtaá6i6n<éftlal»a'7a  Édeikas'mtm  ^  iifta  nitfldtad>«ia 
%4eMséa  tMiiTáVdoa  ,qiii»dá<eft'»ftyoifíré  ^tfé'  dMarroHán  ta^m^- 
«Ife  da  la  iiófifdsibii  y.dal  d^aóMl^, y  it«fe'~allf  hÉbMii.YiMlifdo 
*ñti  ateméUtiytan  desdiiedidf^y^^ttcr^eii'  loa  'ohitMá  liiiÉpaa,  ab 


Digrtized  by 


Google 


07#  v.wvjfiAi 

a^MlUgQM^ralMrdaj  OfK^OTAsi^  |iei:^fa«gTÍeivU  Ktüroi.^  jp 
«iMkípocM.4ettriiaior»«  A»i  te  iM^ahi  cil.fno^tAvlo  <mf  pr^4BT 
ciiMHki  iii««|9r6i|i0roi  «ttCMis,  y  U  ÍQl^ffA40i4>to  w¿9  de  qtipr^ 

•iogMilcrt.clíds  ^  vo«í.'fMcioii«.  que.rpiiqi*  feces]  ^^M.  d^ 
^ÍQHHAt«»:  boikikmÁiímiidat ,  exifti^jBimiptiw  ea  Geljpi»  xmhr 
|)tdafior.ifo^r^a^  numer^Mia,.  doviiÍMbf^  jWfl  gren;  porte:  4i^ 
|«M»blePOf|it«i)t  )<i$.i^^^  j  «P^|VWiM»:09n  iíeqfi||ii«Mi 

juMitcos,  deiM¿?niapntwy  ii#i;tU|M  fgl^fmii^Mwdp  i(a|^rqU]bi)enr 
4» ^m/HlMioian,  bieii^iroM^  4ft  ffjb#be ide. ver,^ ^P^ifüfim 
jC|imme^)ecii4;helwa,paFf(  etleJH^gmlaf  F^ii^BffiWr  im>lf«:COf- 
#a%  Ubiaa  H^ediQ  ¿  ui  esicéoio^.qaé  }o  diGctl,.iip;i^,i|ti|ia^ 
^;  la  .eauíe  i  aHpi^^pqpeirte^  ono^ano^iiemedio,  QhWfP^glíh- 
üü  0miter«iiaGaiDbíer4m,  fa  eila  leotaÜTa  ^  unos  jpov  no  iiafen^r 
f«»i9pfMidíde(  hiím  la  aínmjpn  v  que  tanto  iofem  ^íñ.eaidei- 
ü^^VtfV:  i  aMMÚ^a»  ouee  ppr  haber;  carecido  .al  iiMiÍDr  iHimgp 
^el*iiacMarÍQal^0.  Eataba.  re^ryado  f^l  gapijMraí  ^anf^iffiífi 
célUefaiida  aa  la  a^Aualidad •  comprenda Uea m|Mla  loUi^r 
«riewi^lfiiteea «  entrevar  loi  diircarsoa  ioior^fee  qo^e  ia  foiopmar 
.baA  y.aofilapiaii,  y  daecubru:  eu  todo^  loe/hombvei^  ho^yajiy» 
(Mla)f|AÍeea»  q4e.  :btibiera  aido.  biMtfa  e^ioDoesau  .opi^ioa^  ^I 
Uínoar^iidffeo  de  :fi¡Hme.  yétwmíA  oua  guerra  iWMemlli^ 
'•y  i^>glo^ia«  y?  eapaai^iitfí  i^mWg^tde  .«ivvvlar.  al  pais  y  dk 
.lle§ari^«:«|iCbal¡íN^polaaf^e<^|ej||.de  •^.  prosperidad  y  rif 
iqiNna^^  general  &ma  íf|tpírAcoD(iai»?a  á.lo$  boi^bc^aeíaf^ 
jli|^iVifl«(yeoieftt  l^.biio  y^r  práctipammUl  wa  bi^eiMN^de^' 
.aeea» y. pnevaKéadoM de laMaeipa  q/^p  Jie,9n^iifA9^,nh(^ 
\imM>^dfi.Vff^90r^^  mtrójeo  raeonablfía  tmiM»;  ^»IK  los^aiiblí^ 
.t»49t-;Í4M(  poooa  qua  eoire  f^tot  «f^j^iao  la  guerra,  pop:  fia  \9r 
lai^:.polkico^  que,Teiao  defiaitÍTatneDji^.^eMparfper,  hMíir 
-.11^,  fia  grande  diCooltad  aooedideAuffa  aYene^iicia;  peroá  k)e 
'*«ide  lellos,  lolo  Je»  avdmaba  el  deaeo  .de  a^u^r  robaiivla  M 
^paisiiy  de  Ueirar  una  vida,  libre  y  au4ta.  Se  n/^aron  por  \p 
i»i¡ta(i9,.deipiie$,de  yarips, debates,  treguas  y  coin^pjcacíoqqy, 
i  4  spfneMd^  b^  niogum  oopyenioi  y  la  guerra  yglyió  ot^a  y^ 


Digitized  by 


Google 


^73 

á.jQMiieactf*  P«ra  d  g^a^táSanz  había  adquirido  ja  granan 
veoiajas  solara  alloa:  babia  pat«orizado  tu  obsúoacion  y  el  cri- 
minal daB0o.i)aa  tos  animaba;  loe  babta  presentado  al  pais  co- 
mo el  úoico  óbslaculo  i  su  pacifiéaoion  y  sosiego;  los  babia 
ssgregsd^i  de  los  i]oe  i^i  tos  hasta  entonces  por  miras  poUtieas 
los  habían  faTorecido  y  aniiliado»  y  babia  ademar  introducid 
do  eotre  elj|qr  Ja  división  y  la  desoonfimaa.  En  otras  manos  tal 
y»z  se  hubieran*  disipado  d  cuteriliaado  estas  Ttftt tajas,  [lero  el 
g/enera)  &iiif  sacó  de  ellas  el  mayor  partido;  y  desplegando 
inoifdii^ein¡;n(e  una  actividad  y  energia  sorprendentes,  acosa 
~á  los  soblevedo^eo  todas  direccioiies>  castiga  con  severidad  á 
les  renitentes^  acogo  con  indulgencia  á  los  que  se  someten  . 
emra  en  jirajKm  particulares  con  los  qué  lo  piden ,  é  interesan** 
do  con  su  probidad  y  buen  .  comportamiento  á  la, gran  masa 
de  Ja  población  en  su  sistema ,  disipa^  basta  el  último  resto  de 
la. sedición  9  y  restituye  por  fin  la  paz  á  Galicia.  Suoeso  im- 
portante y  de  gmpdas  y  trascendentales  consecneiiciaa,*  y  no  . 
manca  glorioso  que  el  mas  brillante  hecho  de  armas.  Por  este 
camino  logró  inmori^liaarse  Hache ;  y  su  pacificación  de  la 
Vendéé  figura. pOA  gloria  al  lado  de  los  triunfos  mas  célebrea 
de  los  generales  sus  cfl(ntemporáneos. 

\PoUtica  interionzsMmkttn  la  guerra  materialse  amortigua» 
por  decirlo  asi ,  y  aguarda  la  llegada  de  la  prólima  estación, 
la  contienda  electoral  arde,  y  con  una  foeria^y  vigor  inespe- 
-rados.  Tal  vei  en  esta  lucha,  que  debiera  ser  pacifica,  noble 
y  mesurada  y  se  han  cometido  escétoa  y  desnianes  dignos  de  la. 
mas  severa  represión  y  castigo:  y  en  Murcia,  en  Cataluña, 
en  la  Cornil  y  en  otras,  partes,  se  han  querido  reproducir 
anejas  tentativas  de  revelion ,  y  falsear  como  en  1 836  el  resul- 
tado de  las  eleccipnes  y  el  solemne  voto  de  la  nacion«  Pero  el 
tiempo  de  los  motines  y  de  W  asonadas  ha  pasado  ya ;  y  á  pe- 
sar de  contrárice  anieoedenteai  lolo  en^  su  daño  obrarán  loa 
que  intenten  renovarle»  La  nación  «tá  cansada  de  disturvios^ 
y  muy  deseogaftfda  acerca  de  lo»  fines  que  se  propotien  k% 
que  tratan  de  arrastraija  á  la  anarquía;  y  á  despecho  de  la 
poca  fuerza  l^gal  d^  las  autoridades ,  del  desorden  y  descon«« 
cierto  de  la  adtpinislracion  y  de  la  tendencia  anárquica  de 
muchas  de  nuestras  modernas  leyes,  prevalece  sin  embargo 
Segunda  súíc^Ilquo  II.  ^      .  3S 

Digitized  by  VjjOOQIC 


274  inmstjt 

el  buen  sentido  de  los  pueblos ,  y  &f  casi  por  s(  tolo , 
tiene  en  pie  está  desqoiciaila  nacion.'^Este  mismo  bueo 
^  t ido  es  el  que ,  sí  hemos  de  -CFeer  á  las  noticias  'c}oe  d^  todas 
partes  sé  van  recibieádo,  ha  presidido  á  las  últimas  eleccio- 
nes,  y  faa  dado  el  triunfo  mas  completo  á  la»  sanas  doctrinas 
y  á  los  hombres  de  opiniones  sensafüeiá  jT  ttmpladaB.'La  nación 
ha  correspondido  af  Ileraainiento  y  excitaciones  de  la*  G>roiiir,' 
y  ha'remiiido  á  las  CÓftes  hombres  monáxx|nicos,  hombres  ca* 
paces  de^|HMier  coto  á  las  exageraciones'  democráticas,  y  de 
restituir  al  tiWo  de  nuestroíi  i^yes  ía  ancha  tale  de  que  ne-^ 
cesita  para  bien  de  tos  pueblos,  y  dé  que  ha  sido  abúlicamen- 
te despojado  9Í  restablecer  á  nombt^  de  la  misma  autoridad 
real ,  leyes  derogadas ,  módstrñolUM ,  4  incdkbpátiUEés  con  toda 
especie  de'Ardén'y  gobternb.  No  ée  dirá  ya  que  la  nación  es 
revolúicitmaria,  cuntido  cóik  .taiUos  elementos  en  contrario  ha 
hecho  safír  triunfantes  délas  urnas  electorales  los  principios 
de  orden  f  dé'  libertad  Iégat.-«'T  si',  coOiO  Un  sucedido  en 
otras  ocasiones ,  ño  se  sabe  sacar  ^  conVettiente  partido  de 
unas  Cortes  monárquicas ;  nnó  sé  'acKrta  á  dáfféir  ti  debfthl  di- ' 
rcccíón,  y  si  poií^  fin  se'lte|;a  áinotilhar  déÉáCordadattedte 
un  instrumento  de  estabilidad  y  dé  gidiierOO;  la  culpa  nó  se-^ 
rá  de  los  pueblos,  ni  de  lá  gráif  inayorfir  áadOnd|  ^é  ha 
cumplido  ya  con  su  del)er ;  sobre  httoi  dijberi  dárgttr  la  ^ek- 
I>on8abH¡dad  y  lais  terriUé^  óonsecnénciay,  que  ifeberán  fllfii^ 
líhlemeáte  seguirse,  y  cuya  gráVé¿Kd  tal  Tés  nd  se  Conóeéa' 
bien-,  hasta  ^fm  sea  yatarde  para'  hacer  frente  á  ht  torthtota. — 
Véase  entretanto^  como  lok  hechos  birtk  véafido  i  juátifléar  tiués^; 
t>as  aserciones  respecto  dÜl  dfftimo!  Gohgtesó*  No  una ,  éSiio 
nnuchas  teces  afirmamoé  y  demostramos,  que  éf^dito  aqn^ 
lías  Cortes  antes  de  la  sitdácion  nueva  creada  p6r  él  CoiMáílio 
dé  Vef^aÉra^  elegidas  bajo  hr  itfflnencia  dér  priteipfas  diftme* 
tralmente  opatítw  á  los  <qi^' allt  tfiunfáítiir,  y  irepréSétotando 
eñ  una  ¿poca  dé  opiñióDes  inedias  ^  lempladias  1o  Áaistioleáio 
y  extremo  de  uno  dii  los  phftidós'pofítiicos  én  qñé  nók  lUAIa-* 
mos  divididos;  no  estaban  en  consonanda  ni  eon  loé  thlét-dies 
ni  con  las  necesidades  del  moiñento;  eran  ún  ánacro^iisñld  en 
nuestra  iitúacián  política»  y  hábbn  envejecido  y  caducsidó  aü- 
fes  de  nacer.  Aunque  bastante  tarde»  ie  reConoKi^  fór  fin  tan 


-Oigitized  by 


Google 


tiDpQrMiDt^  y  IrMQuipdtiiMl  yferi^^  jr  ¿íaimUp  f^fl  Congreso, . 
ia,N^oi|  ba  venido  nu^vunieiitoácoDérniarlay  con  la  elección 
qiie.a<^ba  4^^, hacer  de.peraoDaft  tuaa  en  armonía, c^n, la .$i(ua'». 
cfENi  y  001^  aa9  ínuperioaaa  exiganeiaa. 

Ppr  lo  (f^oiás^  traiadU  asta  yá  la:  tenda  en' que  liay  que 

;cafnÍMjr«  y  U eoodficia.qM  eanecMliria seguir  /áinó  se.  quie^ 
ren  Hkuliliaar.loa  nobles  esfbeinPi^rde^los.  colegios :  electorales, , 
y.<k«|har4i<ct9r  «na  Ofím^t^g  íf^í»  sari  éiScA  se .  présenle  Qiaa 
fa wrablp,  fiof^ags ,  |»nscMlreg¥)Si  de  Ja  ctoesiiÁ  mini^tf^ial 
en  ouaoio  á  ta^tpei^ntai  materia  4n  por  si  dtelicad^^  y  P^osa» 
y.fn.i!fa}i4ftd  40ipaiiP#iÍ9>|H)iMnoia¿H  cjíti^^ría  que 

U  M  9k^fim  y  ptincipieA  i|ue  dallen  prédomins^i;  en  ^1  gabi- 
nete» Pero  4niale«|«ie«ir  q«io'ftea|9  Íq$  ministr^que'  le  i^mpón* 
g9!9  9  menesm  es  que  tengan  un  penafasíento  poljlieo  en  com- 
pleta oofiaonanoin  onpJn  mayoría  paríamentaria,  y  que  se  kt^'- 
l)e»4is|iMSlo|áUerérl§á^cid)0  con  dcetsion  y  con  firmeía* 
Menepler  e%  qn^  s^n  deTame  4  la  altura  del  pnesto  emioea> 
te  que  opQpa^,  .y  ¡que  sepan^liaeon  reapetable  y  respetada  la 

^aiapfidad  retí » de  qn^  aon  ka.  dapoaitarioa:  el  mayor  cai;go^ 
la  mas.  terrible  r^Hii^MbUidad  de  nn  ministerio  es  no  conser*- 
var  ilesa  aquella  amtoridad  ^t\  ehalirla  ante  indebidan.é  ¡lega-* 
le*  vigencias,  e}  bsiparb  apereeeri'ka  puebloa  c^inQ  tnnru- 
mentó  da  miras  perapnaka  y  de  intereses  privados ;  el  arras- 
trarla por  e)  fango<»  el  linñiíllerla  ame  los  mitinea,  y  asóna- 

\  das^y,  el  conyertirtai  eq  fi^  en  un  medjip  d.e  revolución  y  de 
traatornp*  E{i  |ps  gobijerliós  renr^a^nmiroa  do  hay  mas  exi- 
gencias Ujitima^  que  U/a  del  Pi^rlan^entoí;  ceder  á  ellas,  cuan- 
do no  son  evageradaa  ni  ooiltraria^  al,  bien  público,  ea  una 

OQ^cesidad  de.aMtosfobiernoa»  á  que  bay  ppr  precisión  qué  «w 
meterse  ó.  ^jpt^]Bf  4  4^  d^ciaioa  de  la  Nacjion.*  reunida  en  cele- 
,gioa  electoml^  Toda  otra  ioflfftsncia  directa  es  ilegal ,  es  mons- 
troosat  y  eü  qtqtmVM  á  es4  wania  Irbarted » 4i  f^  misma  cons^ 
titpcion  qiir,tap.4  lOWOdo^Ki  i^voeiu-rComplido  este  supre- 
1^  y  principa)  dibv  4i  inantiP^  iles^  la  autoridad  real,  hay 
qne  fortificarlü  y  robmtacarla  ^n  icqrcia  qne  popgan  las  di- 
vafiaspafteÉ^4alCiplÑWiKiy  4e  la.a<fa^  del  Estado 

en  armonía  y  consomiíeia  poa  la  Constitución  >  con  el  orden 
icúblicov  y  con  loa  adelantos  qne.  las  ciencias  políticas  y  so- 

Digffze_dby  Google 


cialeé  ban  hecbo  en  tá  época  en  qtt«  tWittm*  &  preciao  ante 
todas  cdsas  derogar  de  una  Tez  las  leyes  act^alte  sdbré  Ayün* 
tamientoy  Dipolacioiies  proTinciales,  que  aun  interpretadas 
del  modo  mas  favorable,  fraccionan  la  sociedad ,  desti'uyeh  la 
unidad  nacional ,  crean  en  todas  paírtes  obéticulos  al  gobierno 
sapremp,  y  hacen  retroceder  á  la  monar(}o{a  á  los  tiempos  da 
la  anarquía  feudal,  en  que  dominaba  el  espíritu  metquioo  dé 
localidad ,  y  en  quería  fuerza  soeial  se  desvirtuaba  infelinnen- 
te  en  lucbasCktestinas  y  sin  resultada  Con  estas  leyes  ae  ha 
hecho  ineficaz  el  gran  progreso  sdcial  que  nuestra  patria 
(igualmente  que  las  detnás  ñaeiénes'enropeas)  hizo  eii  los  si-*' 
glos  anteriores,  creando  un  poder  eenfrel'fuef>te  J  Wí¿fbÍMo, 
y  dando  unidad  á  la  dirección  y  al  riesa^fóMo  de  las  fuerzas 
ITÚblicas:  se  ha  heeho  imposible  toan  ciasen  gobierno  y  dn. 
administración  regular,  y  se  ha  creado  la  necesidad ,  qué  dAk-^ 
riamente  se  reproduce ,  de  apelar  á  nlédios  eseepciélíales  y  á 
los  tan  impugnados  y  tan  peligrosos  estados  de,  iMb.  Si  las 
Cortes  e|i  sus  primeras  sesiones  no  destruyen 'este  albátar  de 
la  anarquía,  y  no  ponen  en  consonancia  Cim  la  Cdnsiítuéioh 
fh:l  Estado  á  las  corporaciones  populares,  habrán  defraudado 
una  de  las  mas  legítitnas'^  fundadas  esperanzas,  que  á  Itf  bo^ 
ticia  del  resultado  de  las  eleceionés  se  luin  unifersalniente  con* 
cebido. 

Dadas  estas  leyes ,  no  es  ineños  ilif;énte  fijar  la  suerte  y 
aiegurar  la  decorosa  subsistencia  de  una  clase  tan  importante 
y  tan  inBuyente  como  el  ekró*  El  <:lero  es  entre  nosotros  un' 
rey  destronado,  en  qiiien  las  aliñas  poco  generosas  se  vengan 
de  antiguos  resentimientos:  al  gran  pódi^  é  influencia  que 
gozó  en  nuestra  patria  por  muchos  siglos,  ha  sucedido  la  nri-  ^> 
seria  y  abatimiento^  i  que  le  ban  reducido  en  la  actualidad  sut 
pooo^^geberosos  adversarios.  Ademas  de  la  perseeocton  inicuii 
y  sacrilega  suscitada  en  algunas  ciudades  contra  los  hidividuos 
del  clero  regular  en  los  primeros  tiempos  de  nuestras  revuel- 
tas y  discordias;  ademas  de  la  supresión  áé  una  mijltitud 
de  sus  establecimfiemos  y  congi^gaciones ,  y  ademas ,'  eii  fiá( 
de  haber  sido  privados  de-  loa  bienes  qué  poseían  eii'céinn-* 
nidad,  sujeténdoloB  á  una  "pensión  escisa  y  mal  sfftisfecfaa, 
se  ha  privado  pl  clero  secular.de  la  présÑtciott  decímaí,  y 


Digitized  by 


Google 


^  J>ft   MAMIIO.  377 

té  hab  mMwiaJo  ▼•pdeTt  en  favor  del  Estado,  sm  bwn^^y 
fincas  raices  t  ¿a  qne  hasta  abora  se  haya  resuelto  pi  d^- 
terininado  conque. se  deba  hacer  frente  á  las  sagradas  obU- 
gaciones  qoe  aquellos  productos  cubrian.  Una  conducta  á  |a 
vez  lan  Injusta  y  desacordada  seria  á  la  verdad  ¡ncoBi|ivensi« 
Ue^  si  uai^  amargfi  esperiencia  qo  nos  hubiera  repelídamtnite 
.  eoaeBado »  basta  qu/e'puuto  se  olvidaor  en  medio,  de  las-reac;- 
.ciooea  y.  discordias  civileí  los  preceptos  de  la  justicia  y  de  la 
.prudencia,  Pero,  nada  puede  sorprender  yat  á  los  que  habien«- 
.  do  nscido  jen  esta.^ppca  desgraciada  de  calaipidades.  y  dislur^ 
bies ,  befaos  consideaado  y  visto  laa  reaccionen  de  los  anos  14» 
.  ao^  a3  y  35  de  este  sigjb,  y  los  absurdos  y  las- injusticias  que 
en  eU<^  <c  h^n  ceiaieti^*^Pero  ya  es  tiempo  de  abrasar  una 
oonducta  mas  .equitativa  y  prudente:  y  sin  n^ar  á  las  exigen- 
xias  del  espíritu  del  siglo  la  mesurada  reforma  de  los  antiguos 
)iibnsos,deri{nunc¡arde.una  vez  á  injustas  y  desacordadas  pre- 
venciones» y  ppr  justiqia  y  por  .conveniencia  pública  de  fijar  de- 
fioiiivamente  la  incierta  y  fluctuanie  suerte  del  clero  espj|ool» 
haciéndole  ocupar  en  la  sociedad  el  alto  puesto,  que  necesita» 
para  llenar  debidamente  los  importantes  objetos  de  su  institu* 
cion.  Para  ello  debe  empeaarse  suspendiendo  la  venta  de  sus 
bienes  y  la  ejecución  de  una  ley ,  que  al  mismo  tiempo  qne 
deja  en  descubierto  importantes  obligaciones ,  espone  al  alio 
clero  4  perecer  de  miseria ,  y  hace  cesar  el.  culto  en  gran  par- 
te de  nuestros  templos ;  lanzará  en  un  mercado, ,  que  rebosa 
ya  en  fincas   que  no  ballsn  compradores,  otra  porción  io- 
me09a  de  ellas  que  habrá  que  vender  á  vil  precio »  con  grave 
detrimento  del  Estado  y  de  los  profiieíanos  particulares;  y 
obligará  al  mismo  tiempo  á  imponer  una  contribución  ,  qn^ 
iguale  y  aopla  á  los  muchos  millones  que  rentan  aquellos  bie- 
nes. La  derivación  ¿  suspensión  de  esta  ley  no  hay  un  solo  ios* 
teres  que  no  Ja  reclame,  si  esce|>tuamos  el  de  un  centenar  de 
agiotistas  impacientes  de  devorar  aquella  riqueza  y  de  alzarse 
con  ella ,  al  vil  y  mezquino  precio  que  únicamente  podrá  ob- 
tener en  la  actualidad.— Sino  conviene  que  el  clero  tenga  gran- 
det  propiedades ,  y  si  el  Estado  estima  provechosa  su  venta»  há- 
gase e^ta  en  buen  hora  ,  pero  cuando  se  haya  decretado  el 
modo  de  llenar  el  desfalco  que  resulte ;  iuando  restablecida 


Digitized  by 


Google 


totatmentéla  confianza»  y  no  habitado  ¿n  wbtfüá  «iiMas  fincas 
Como' en  la  acfualidád ,  péedan  aqo^lLoé  bienM  eoagenarto  oon 
.estilnaciOQ  y  por  el  debido  j  Josto  precio.  Lo  demás  tío  será 
mÉs  ^ué  injusticia ,  ttnprerision  y  despilbrroL.  ^  '  .• 

'  ]ú  Cuestión  de  Majra^azgos  tainbien  neoUHa  aer  i^uelta 
Con  ar^eiicmt  nada  bay  mas  de8a8troio;,^iB'iitis  Hteo  de  iü- 
contenient^  que  el  estado  dé  duda  y  de  inlcertManibre  que 
reina  en  iar  materia :  et  estado  de  las.¥amilias  efc  'precarb  é  in« 
cierto;  los'  derechos  de  sucesión  dispotados  é  inseguros:  la  posa- 
aíon  da  la  propiedad  vacilante,  y  la  discordia  y* la  eonfoslon  ae 
ban  apodelrado  de  todos  los  arreglos  familiares  y  domesticoB. 
]  Triste  jiélio  necíesbríd  fruto  de  uha  medida  precipitada  éim* 
(itadent^!  En  nttéifro  concepto  aquella  medida  ha  sido  dicta- 
da sin  autoridad  legitima  para  darla;  es  ilegal  y  nula,  y  no  de*  ^ 
biera  haber  producido  poir  lo  mismo  la  menor  duda  ni  iiicer- 
lidumbréi  pero  ¿qué  vale  nuestra  opinión  contraria  á  la  Va-> 
lides  de  aquella  ley,  ni  que  valen- tí itípboo  las  que'á  eHa  son 
favorables ?  Nada.  Los  letrados  dudan,,  dudan  litó  interesados,"^ 
duda  el  Gobierno,  y  se  codtradÍ9en  los  tribunales,  dictando 
fallos  en  ambos  sentidos.  Hay^en  esto,  ademas  de  tos  males  ya 
espuestos,  escándalos  graves  que  no  pueden  seguir  sin*grandes 
inconvenientes  y  sin  que  llegue  á  desaparecer ,  ¿  á  minorarse 
al  menoi,  ePrespeto  á  la  santidad  de  la  cosa  juagada:  y  urge 
sobremanera  por  16  mismo  dictar  una  resolución ,  qué  fije  los 
derechói;  disipe  las  dudas  y  ha^a  uniforoao  el  fallo  de  loa  tri« 
bunales.  \  ' 

lÁ  resolución  de  esta  cuestión  llevará  ,'como  por  la  mano^ 
afijar  también  el  estado  y  los  derechos  de  nuestra  nMéza. 
Nadie  |)or  supuesto  trata  de  restituir  á  los  nobles  los  antiguos 
privilegios,  que  hace  siglos  han  perdido,  ni  los  derechos  ju- 
risdiccionales que  ejercían  sobre  muchos  pueblos:  todo  esto 
ha  desaparecido  y  ha  debido  desaparecer  con  él  trascurso  de 
los  siglos,  y  coa  Ids  progresos  de  la  civilización  y  de  la  socia-> 
bilidad.  Tampoco  se  trata  de  establecer  en  su  favor  odiosas 
prerogati^as  y  Ventajas;  pero  lo  que  si  se  desea,  y  se'déséa 
con  razob  y  con  justicia;  es  que  se  les  aplique  con  imparcill 
equidad  lo  que  respecta  ¡de  lo&  demás  ciudadanos  'dispone  la 
le^  comuü  :  que  no  sean  despojados  de  sus  propiedades  y  de- 


Digitized  by 


Google 


recboft}  qiM  cuándo  se  le*  detpoje  de  Mo% »  porqoe  m  se.uFfi^, 
opovenir  á'^los  públiqo»  In^r^ees»  sea  q^a  la  iodemnisragn, 
previa  y  eqaivalenle.  que  la  l^ygapi^^l  ordfaa;  j  finaloi^Vk^ 
que  eael  pago  de  los  p^poeslos  y  contribu/pipo^  .se  haga  des- 
apiirecer  la  desigualdad  ..onqrosjBi  qpe  .pesa  s<^e  ellos  ¿  .ya  que 
.bao  desaparecido, lai;obieo  )aa  dea^u^l^ades «provechosas  y  pri- 
vilegiadas qpe  la  ^oiivahap,  j  í)¡erpp  prigpa.-*Sl se  bando 
.  coiisei;Yi|r;Camilias  bistpríc^.y.iiilfládas ;  si^,  como  en  los^tieoi- 
pcii.'aclnalea  est^pips.  vieiiLi}?  t  se  bao  de  premiar  ^onhooores y* 
títiilos  de  cita  cUyiéJiqK  ^r vicios ,eii^ÍDeote&  hechos  á  la  Nación 
y  at. Trono  en  la  carrera  civil  y  eo  los  combates^  y  si.  estos 
títulos  y, distinciones  han  de  yaler.y  unificar  algo  en  la  socie- 
dad, pnes  de  lo  contrario  sen^»  ^)»a^rdo  y  ridiculo.iJ  codco- 
dorios ;  qjienester  es  cuando  fltepos ,  que  ^s  poseedpses  no  sean 
de  peor  condición  que  el  xesto  de  l^os  .cspa&oles;  que  su, pro* 
piedad.sea  igualmente  r^siieíadav.qjue  se  Jes.c|dui¡nistve  del 
mismo  modo  justip^,;  que  i^o  se  les  ifnp<;>.i|gan  mas  cargas  tii 
obligaciones  (á  no  conceptii^sAn^p^ria  alguna  por  la  distin- 
ción que  de  sus  títulos  reportan) « y.  que  se  les  indemnice  en  (¡n 
.  de  las  propiedades  y  dflrepjbo^  de  que  por  las  saformas  hechas 
basta  el  dia  bao  sido  opo,  mas  ó  menos  injusticia  despojados. 
Porquo  00  hay  cosa  ma#*  repognanie  y  absurda  9.  que  en  unos 
4iensptis  en  que  taulnse  proclama^y  vocifera  el  respeto  á  la  pro* 
piedad  y  á  los  demás  derechos  individuales ,  se  autoricen  y  pro- 
longoencbocaotes  ii\)usticias  y  absurdas  y  violentas  espoliacío- 
nes.— Y  coenta,  qoe  eneste  camino  de  los  despojos  9  si  una  vae 
se  Uc^a  á  entrar,  en  el ,  se  camioa  muy  de  prisa » y  no  se  para 
con  facilidad :  porque  violados  lus  derechos  dé  una  clase ,  y  lo- 
ieradoy  consentido  el  atentado, «¿cómo  podréis  oponeros  á  la 
violación  de  loa  derechos  de  las  demás?  La  historia  de  todos  los 
tiempos  responde f  que  de  eingnn  modo;  y  la  de  los  tiem- 
pos modcnios  nos  ensena,  que  detras  del  c&ro  van  los  noUes^ 
tras  de  estos  los  ricos »  traa  de  estos  los  cabios,  y  tras  de  estoe 
,  el  populacho,  que  se  destróxa  y  destruye  entre  si  mismo,  ha%- 
.  la  que  nn  tribuno  se  levanta  ^bre  todos.,  y  establece  su  re- 
celosa y,  violenta  tiranía.— No  diremos  nosotros  que  nuestra 
patria  está  en  la  actualidad  muy  expuesta  á  recorrer  este  fa« 
t«l  y  desastroso  periodo;  pero. tampoco  aseguraremos  que  lio 


Digitized  by 


Google 


d8e  wnmk 

corra  de  dio  ningoa  riesgo.  Eo  todas  las  nacioiies  europeas, 
en  que  Jos  adelaiitos  sociales  'se  han  llevado  á  un  grado  majr 
subido,  se  desarrolla  j  fortalece  <  ojos  vistos  on  praletarümo 
audas  y  ecnpreodedor ,  que  predicando  y  esparciendo  dog* 
mas  absurdos  y  peligrosos »  ^  i  pero  halagüeños  y  agradables 
á  las  turbas,  contra  la  propiedad  y  sos  poseedores,  incita  des* 
earadameate  á  la  violencia  y  al  ^pojo ,  y  provoca  ona  revo- 
lución social  mil  veces  pisor  que  coantas  hasta  ahora  se  han 
verificado.  Estos  esfuerzos  y  tentativas,  que  han  producido  ya 
serias  agitaciones  eo  otros  pueblos,  han  hallado  también  algún 
eco  entre  nuestros  demagogos  y  anarquistas;  y  el  que  haya 
observado  con  alguna  atención  las  tendencias  de  una  parte  de 
la  prensa  diaria,  y  seguido  el  desarrollo  de  ciertos  principios 
é  ideas,  propalados  con  afán  entre  las  ultimas  clases  del  pue- 
blo, conocerá  hasta  donde  se  extienden  ^  proyectos  de  esta 
especie,  y  tal  vez  haflará  la  explicación  de  los  incendios  de  las 
fábricas  y  manufacturas,  que  se  han  verificado  con  sorpresa 
general  entre  nosotros.  PorqiA  efectivamente  estas  predicacio» 
nes  y  tentativas  son  todavía  hartó  preñíaturas  en  nuestra  pa-. 
tria,  donde  aun  no  está  el  terreno  bastante  pi^eparado  para 
que  produzcan  fruto:  aquí  tienen  que  contar  todavía  los  de- 
magogos con  el  auxilio  que  les  presta  la-  imprevisión  de  dela- 
tas clases ,  que  rio  ven  el  riesgo  propio  en  el  peligro  de  los 
demás;  y  que  no  echan  de  ver,  que  si  en  la  atrasada  España 
se  clama  contra  la  riqueza  de  los-  nobles  y  gente  acomodada; 
en  la  adelantada  Francia  se  concitan  ya  los  ánimos  contra  los 
.  tenderos  (epieiers)^  que  avisados  del  riesgo  que  corren  sus 
capitales  y  ahorros,  se  han  armado  para  defenderlos  y  com- 
ponen la  mayor  parte  de 'la  Guardia  nacional  de  París  y  de 
las  ciudades  mas  populosas.*^ {Que  esta  circunstancia  sirva 
de  aviso  y  de  escarmiento  á  los  que  de  estas  clases  se  compla- 
cen entre  nosotros  en  la  opresión  y  en  el  despojo  de  los  de- 
mas,  y  quizá  la  promueven  con  eficacia  y  ardor!  ¡que  vean 
eo  el  peligro  ajeno  el  riesgo  propio ,  y  que  cuando  impunemente 
se  atropellan  Tos  derechol^  y  las  propiedades  de  una  clase ,  ya 
no  éstan  muy  seguros  ni  afiansados  los  suyos!  Que  no  se  deil^ 
cuiden,  pues,  ni  dístraiffan;  el  peligro  y  el  tiempo  urgen. 
Jam  proximus  ardet  Ucalegon. 


Digitized  by 


Googk 


Pero  pam  llerttr  á  cabo  H»  tnejefra»  inéica^at  j  toda»  las 
deoiaa  que'  orgeotemente  reclama  el  bienestar  dá  la  Nación, 
te  necesita  ante  rodo  nn  'gobierno  qne  tenga  firmeea  y  estabi^ 
lidad,  y  la  su&nente  foerta  legal,  para  hacerse  superior  á  las 
volimtadea  indíiridoales  j  4  las  exigencias  facciosas  j  fcíastai^lMi 
de  loa  partidoB.  La  Constitución  actual  del  Estado  pernñle, 
bien  entendida  y  desarrollada ,  el  establecimiento  dé  este  go- 
bierno fuerte  que'  redamamos;  porque  aunque  es  tal  vez  de. 
las  mas  populares  y  defflO(?r^ticas  que  rigen  en  eldia  á  una 
gran  naden,  llevando  en  esto  conocido  espeso  y  ▼eptaja  á  las 
de.  Inglaterra  y  Francia,'  todavía  se  hatt  consignado  en>  eHa 
mucbos  de  los  principios  de  "¿rden  y  de  estabilidad «  reéono-> 
cidos  eomo  indispensables  en  esta  dase  de  gobiernos  répre- 
teutatlyos.  Pero  debe^siempre ,  ó  ^  lo  mepos  por  oincbo '  tiern*- 
^í  m^ráraela  eomo  el  majsimuni  de  liberíad,  áe  que  sin 
riesgo  puede  disfrutar  nuestra  patria,  y  como  el  límite  del 
demento  democrático ,  qne  debe  entrar  en  so  sistema  polí- 
tico. Y  s^uramente  los  tiempos  en  que  esta  constitución  se  ba 
sancionado,  y  los  bimibres  que  en  so  formación  ¡ntertinieron» 
' dtemcatniriaii  aunque  otras  pruebas  (aliasen,  que  ni  es  muy 
reducido  este  linsite,  ni  muy  oofrto  el  ensanche  que  permite  al 
prtfeípio  pttpular.  Hay,  pues ,  poco  riesgo  y  si  mucha  cooTé- 
alencia ,  en  que  les  leyes  orgánicas  de  ue  código ,  en  que  tan- 
to domina  d  elemento  democrático,  se  hagan  dentro  de  cier' 
tos  limttea,.en  sentido  monárquico,  para  que  asi  se  pueda 
r  eonibtnar  mas  fácilmente  el  orden  con  la  libertad,  el  poder 
de  la  sociedad  con  elKbre  uso  de  los  -derechos  ÍDdÍT¡duales. 

Desarrollada  la  Constítiscion  en  este  seftidb,  y  estableci- 
das bajo  esta  inspiración  las  leyes  qire  arreglen',  las  corporacto- 
ttes  populares,^  la  Milicia  nacional,  la  Mágistralnra,'la  adrnV* 
•istradon  y  las  leyes  deotorales;  el  trono  augíisio  de  nuestros 
reyes,  tendría  la  sofideote  soKdez  yfirnsesaí  para  que  á  au 
sombra  se  organiíase  ese  poder  fuerte  que  todos  deseamos ,  se 
acogiesen  todos  loa  intereses- sociales  existentes  ¿  y  se  desev» 
volviesen  todos  los  gérmenes  de  prosperidad  y  riqueza  en  que 
abunda  esta  nación  virgen  aun  y  por  benefidar.  Porque  al 
contrario,  si  se  refuerza  aun  mas  el  príndpio  democrático  y 
se  débiliu  en  proporción  el  saludable  poder  de  la  Corona ,  lá 

Segunda  /¿'w.— Tomo  11.  36 

Digitizedby  Google 


%S2  BBfUTA' 

.  mioft  7  Ui  «(perimtia  iio$  ensénaii^  que  no  l»lir¿.  ir«iiqiitli- 
dadj  órdtn.'úi  flotíego>  y  qui9Vdoininaiido  la  furria  y  la  víq» 
.bocia  d«  las  facciones ,  agpiiiaará  entre  las  oonvulsieaea  de. la 
anarqofa  esia  miserable  y  ttaboyada  Nación,  basta  qu^  eanae* 
da  y  aburrida  se  ecbe  en  los  bravos  del  qMe«  á  enalqiáara 
.  oosta  la  cfreAta  ttaüjquilidad  y  ,scis¡eg0é— He  aqqí  la  raaon 
porque  eve^iiios  i|0e  l«s  próxiasas  Corlea.  copi|iii0atas  al  pete-* 
ew  de  bombies  matidnffUcas^  ponfiie  bajo  asm  eoaeSa  han 
.teneido  en  las  eleoeioaes,  no  llewr¿i  sn  eneaiyo^  ni  aaiisfií- 
Hm  i  fus  compfonHsoa  con  los  eolegica  eleotisralss»  siuoaipe- 
.  yaik  un  Gobienio  que  organice  el  Estado  bajo  estas  miras  y 
'  beses  f  sino  lienM  por  objeto  principal  de  sus  esfneraoa  el  es- 
tablecimiento inindítM»  de  las  leyes  indicadas  t  y  si  áésie  prt- 
•  monlial  interés  no  posponen  todm  las  cuestiones. de  personas 
y  de  partidos.  Tenga  la  Corona  nn  «liniaierio  que  defienda 
estes  nrineipies  y  marcbe  ppr  este  camino,  y  no  dudamos  qoe 
se  faetlitarijn  todas  ^s  dificollades ,  se  allanarán  todos  les 
obstáculos,  y  se  llegará  de  una  rea  á  esfableoer  sólidamente 
el  orden  público  y  la  libertad  leg^L 

fh  m  esie  decir  que  á  eslas  miras  y^  objeto  ne;  se  opondrá 
una  tenaa  resistencia  por  el  peHido  (Kdíiioo,  qtae  ootisidem  es* 
la  cuestión  de  un  modo  diíperso  y  contrario  ^  p6r  el  partido, 
qne  no  riendo  |nas  qno  los  riesgos  del  élemó  de  poder,  deseo* 
Dooe  6  afecta  desconocer  los  del  esceso  de  Ja  libertad,^  y  qne 
criado  y  educado  en  un  mpiritu  de  oposición  sistemática  al 
orden  ppKtico  y  social  eiListente,  no  re  mas  que  sus  defcdos, 
déseoñeoe  lo  que  en  ál  bay  de  rentiyoso  y  de  útil,  y  trata  por 
todos  los  medios  posibles  de  dar  oon  A  por  el  suelo.  La  Opo- 
sición lidiará,  en  noestro  concepto,  non  ardor  y  constancia, 
paiis  inutir»ar  los  esfueraos  de  las  pró^iipis  Curtes,  -y  apíalaeá 
á  todos  Icit  medios  imaginables,  psra  conseguir  sn  ^tjdo  y  ák^ 
latár  indefinidamente  las  diaciisiooes.  Esta  oonduota,  que  no 
le.  acbacamea  ifratuicemente,  pu6s  ya  la.  ba  usado  y  oon  áulo 
-eu  otras  ocasionm,-io«tiliiará.vidudable|neaíté  las  mejores  in«- 
tenuiones  y  los  mas  noUm  mftienos,siiio  sesabe«haoerle  fren- 
te con  serenidad  y  destteca.  Las  leyes  que  hemos  indioado  aun 
en  extremo  urgentes  y  neoesariw^ias  qué  eki  la  actoaVdad  ri> 
gen  j  aficnaa  se  pueden,  á  lo  lueuos  en  ciertos  feuiee,  hacer 


Digitized  by 


Go.ogle 


At3 

peotté;  y  en  ene^eonflieio  lo  que  hiy  qtm  kmmi  m  fmmnkt 
lotmoetdt  prayébMftf  y  préyio  un  deteftiáo  «xáoMii  tohré'tttt 

'  ¡luntoa  niM  cáphales ,  amorhaff  «IGobiercio  fára  fgübltMrlot 
prbrisiottilinettte  como  leyM»  fin  pcttjititio*  'do  proiceiáor  ém* 
pues  á.  stt  mmociosa  y  proloir^dt  dwilií<Ni,^Bst#  ^orfloilo 
«Mfedoyá  coa  gtoode  pro?eclio  onie»  de  «boie,  ^vd^m  ob  Ato* 

"n  indiépeiisftble  adoptarle  por  la  urgeMia  yiiieoeiidad  da  ^#* 
rogar  laa  anárqttieaa  leyes  ejíisteotes,  y  de  «rgaaiaa»  «oopravK 
titod  una  addiiáiátracíon  ordéoaiki  y  en'amioafa  0091  Jé  Cona-* 
tituciod  del  Estado;  todavía  será  enuMichoa eatoa el  é4Íeoc|ae 

'  podrá  ségvtrie ,  si  alguna  vea  betnos  do  teaer  cieriaa  layas,  que 
por  sil  macha  estession  y  por  los  co»oc¡iirieiMa  espethiMsiaiot 
qóe  wá  formación  exi|fe ,  jasnáa  podrán  dieaaspe  par  el  método 
coman  y  onHnario,  ni  sojeiarse  á  ía  pwdija,  y  mioncioia  dia* 
casion  de  Ibs  cuerpos  oolejisladorss.  Es  ias)^lblo  6  i*  lo  aior 
nos  mdy  difícil,  que  las  leyes  de  aranceles  y  de  adoanas  y 
l6s  eódigds  tanto  el  c{vtl  y  él  penal  coaso-los  de  enjoiciamian* 

'  to  y  de  su&taticiacion ,  puedan  formarse  ni  discmiiise  en  4«e|« 
tras  asambleas  poliiicas,  si  estás'^no  esoogitan  algún  Hsdloda 
¿nevo  que  allánelas  dilk^ttades.  Y  no- hay  medio,  6  <es  me*- 
nester  rennnciar  á  leyes  de  tanta  importancia  y  urgencia ,  ó 
es' preciso  resignarse  á  confiar  á  Otros  sü  fermaeibn  y  los  de- 
bates inhuciosos  á  que  puede  dar  logar. 
*   El  artiicío  de  los  poderes  constilnci0nales  y  loa  embaraaés. 

''y  trabas  que  mutuamente  se  ponen,  son  mas  propios  para 
eo'nsei*yar  nñ  buen  sistema  da  legidacion  eatableeido  ya»  que 
para  formarle  de  nuero:  la  derogaeiM  de  nná  ley  aMaUeei- 
da  encuentra  necesariamente  mil  ébstácnlos;  yá  poco  qiM«  In 
repugnen  el  Congreso ,  él  Senado  ¿  ó  la  Corona,  no  podrá  te- 
ner lugar ;  y  ya  se  ooocihe  que  en  tiempos  comunes  y  norma- 
les 6  la  ley  nueva  es  muy  buena ,  es  decir,  concHia  bien  iodoa 
los  interesa  representados  por  los  que  en  su  formación  inteiv 
vienen ,  cosa  no  siempre  fiici)  ni  hacedera ;  ó  debe  sooombpa 
necesariamente  ante  el  'i)etó  del  mieras  á  quien  peijudique  ^ 
daBé.  Si  á  este  inconveniente  ya  grande  de  por  si  para  al  eíecv 
to,  sé  allega  la  dificultad  9e  que  una  rennion  nomeroáa  óoni* 
prenda  desde  luego  y  de  un  mismo  modo  el  pensamiento  que 
debe  dominar  Cn  un  siuema  de  legislación ,  sepa  apreciar  las 


Digitized  by 


Google 


9%  A  MTIfTA 

vtm^i  ftttbaUernaf  y  dci  iMDOt..ci]ienta«4|iie<«t^ACOiiél  en 
diionan€Íii  f  y  la  (¡áeil  ^paa  ct,  no  iubieiida  h«oer  esle  saGrificiov 
echar  á  perder  la  nejor  ley  ooq  una  adicioo óeoqiieoda  ino- 
ponmia;  ao  verá  otra  iérie  no  pequeña  de  obaiiciilos  y  de  di- 
ííaoliades ,  cepaoü  de  iayiedir  por  nucbo  inempo  fas  mfor- 
Mas  y  iMiioraa  que  nueaira  aaual  lejislacion  está  imperioM- 
-  mente  reclamando* 

Etlp  preaeindiendo  de  loa  inoonrenientn  y  compromiios 
qne  en  esia^  materias  ^ompÜcadas  presenta  siempre  una  dis- 
ensión, pública  ;  porque  en  ella  no  se  puede  menos  de  estar  i 
la  resoílJKsioo  una  ves  tenada,  ni  es  posible  enmendar  ó  mo- 
difiear  lo  qne  qntaá  se  adoptó  al  principio,  creyéndolo .couto- 
niente,  aunque  se  note  después,  en  el  curso  del  debate,  que 
no  lo  es  tanto,  ó  qne  bay  que  sacrificar  aquella  oonTentenda 
á  oira  de  oMyor  bulto  y  tamaño.  De  modo  que  bien  copside- 
rado  todo «  el  régimen  conslitucíonal  es  en  si  mismo  mas  i 
propósito  para  impedir,  qne  para  bacer;  para  defender  lo 
^  eKÍsteote  que  para  destruirlo;  y  es  mas  bien  ,  contra  lo  qne 
cooMinmente  se  cree ,  un  régimen,  conservador»  que  un  siste- 
ma reformador  y  de  irastoroqs. 

Se  dirá  tal  vez,  qne  esta  aserción  está  dmmentida  por  la 
historia  contemporánea ,  en  4iue  las  grandes  reformas  y  ^  tras- 
lomos  ae  veo  hechas  y  llevadas  á  cabo  desde  la  resurrección 
del  régimen  parlamentario;  pero  á  muy  poca  consideracÍ9n 
qne  se  preste  á  la  historia  de  los  sucesos ,  se  verá  que  en  esto 
.hay  mas  apariencia  que  verdad*  Las  grandes  reformas  de  la  épo- 
fa  actual  las  ha  hecho  el  partido,  qpe  eii  las  revoluciones  de 
lo^  pnebloa  hjk  quedado  doquioanle  y  vencedor ,  y  ^te  psirtido 
.eoQ  parlameolp  ó  sin  él  las'hubiera  hecho  en  tpdo  caso  de  ja 
misma  manera.  Pero  es  notable,  quq  aun  para  hacerlas  sieqi- 
pre,  ¿casi  siempre  se  han  infringido  las  formas  constitucionales 
por  la  fuersa  ó  la  violencia  ,¿  se  ha  prescindido  ^e  ellas.  £1 
|>artido  vencedor,  qne  ha  qneriído  hacer. grandes  reformas,  se 
ha  coitsiiiuido  unas  veces  en  qsiimblea  única ^ún  traba  ni  con- 
trapeso, y  ha  apelado  en  otras  á  las  dictaduras  ministeriales. 
Mi  la  Asamblea  constituyente »  ni  la  Convención  en  Francia, 
ni  las  Cortes  i>onstituyentes  de  Cádiz,  ni  las  convocadas  des* 


Digitized  by 


Google 


n  MAOMk  aSS 

ptte§  MU  «rreglo  á  k  GMilitiiekm  d«  8»Mii^iio«»itOB,  wm» 
thdiaii  para  clüeélo  J^qtm'váuiot  ^bláfid»,  lo  qw  ée  Umia 
uD  PkrlaiBetini;  ni  pcmiM  iracne  eooio  6j¿ipio  rafloraas  nl 
reformas.  Uaa  asaóiblea  'úiíiea,  eoiuo  Ito  ^ué  acaNaaa  de  oi- . 
tar ,  aooreo  'su  eipeeia  mi  feáet  tan  éaapdlieo  y  ahaolnto  éo-* 
mo  el  áé  eoÉiqtiiera  monarea  que  ee  etoeaenlre  en .  ¡fnal  caen;, 
y  ne'alléra  ta  netoralk»  y.  eseMia  -de  un  poder,  el  qtae  ae 
ejgt^  pot  una  peitona  i*  ó  per  ¿na  eorporMOU* 
■'''  B»re'cMndo  el  reinen  repréMmatiréeaiá  eonüknidocoii 
liéodndR;WiMi'q«i^tilNle%«  Maelí^^  énlaeMcione»  eu«^ 
rojpéat^y^lwftaillittddébaM  «#  baDe  rapertUrea> 

trtt<»»nia^  c6ip<l^feo|B¿^/» ^«áftfyiiegu  pudereaV  eaioAeéi  yá 
setodífei  ttís4Kfie4lfadea  quelietdoa»ináieiKlo,  y  lereeenoee  do. 
béeboM  oeeMdifddeepélaip  á  eaediee  mm  etpedithqa.  Ana  . 
eiftt^  noiMMifW  i  en  te  épicñ  ae|iiÉl  ,«4aa  grandeartfonnaa  y.  l^■. 
leyes  impoctantes.,  ó  se  han  hecho  pnr-d'nrifli^o  Gobierno  áa» 
contar  eon  lotf  euei^poa  colegislailores,  6  han  procedido  de  ao-» 
torísaciones  mas  ó  menos  especiales,  dadas  al  efecto.  La  extin- 
ción de  los  regulares,  la  renta  dé  sus  bienes,  la  erección  y 
supresión  posterior  de  los  tribútiales  y  consejos  sapremost  laa 
leyes  de  ayuntamientos  y  diputaciones  prorinctales,  lo  mismo 
las  actuales  que  las  derogadas,  las  disposiciones  relaliras  á  loa 
estados  de  sitio ,  loe  reglamentos  de  instrucción  pública ,  el 
profisiooal  para  la  admioistracion.de  justicia  ,*&a  &&,  todo 
se  ha  hecho ,  faltando  mas  ó  menos  abierta  y  legalmente  á  laa 
formas  constiturionales,  y  sin  sujetarlo  á  la  discusión  de  loe 
cuerpos  cole^isladores.  Ni  a|)robamos  ni  censuramos  en  este 
momento  el  modo  con  que  se  dictaron  aquellas  medidas^  y  so«. 
lo  las  hemos  citado  para  demostrar  quo  no  se  babiaa  hecho 
conforme  al  óAen  y  método  coostitucionel ,  y  que  los  hom-' 
hres  mas  opuestos  en  principios  políticos  habíao  reconocido 
con  frecaencia  la  necesidad  de  apdar  á  medios  maa  extraordi* 
narioe  y  expeditos. 

En  nuestro  conoepto  el  m<todo  que  se  debería  adoptar, 
para  establecer  las  leyes  mas  urgentes  y  aun  los  códigos,  si 
como  se  dice  está  ya  concluido  alguno  de  ello^,  seria  sujetar 
los  respetivos  proyectos  á  la  censura  y  aprobación  de  personas 
doctas  y  entendidas ,  imprimirloa^  y  circularlos  con  estas  apro*^ 

/Google 


Digitized  by  ^ 


•86  wxmA   : 

hagioari,  y  pMwmulQt  ¿eipip^Hi ^ coa  Ut. vtti^áwmy^ i 
cidas^vlilíiy  0<edMríM4  laf.  G&citt ,  pim  i|p# ,  prario  pa 
dMemlo  exime*  •0bi««  le§  beiet  ctpiuies,  peto  eia  ilcioeiMler 
á-MS  foraMttéreft  y  Ubposicioaei  sabeltemai »  ae  aprotiaeeii  ó. 
sé  djMwhMfti ,  pUmetoiobie  4cide  Inegp  coma  l^ea  en  el 
prítter  cesó^eid  .perJMeio  de  leí  refonne^  j  enmiepdis 4|1M| 
pudieren  hapevie  en  1q  snoeilya  4Íeipnet  dp. une  iU/t^mn.  9)ifM.' 
prplpngeda  y  deieéiJe^  Büé  amSi^  eoneiiiewit  4  ln  7«4  Mw, 
les  esftieíaoi»  no  ee  lokvtpgmhA  Wfii»  at^  winiíMeino  .0¿lM  lit 
cm^fimum  Tegoe  é  indefioidoi^»  y.qne  tel  iree  Te^ríen  4  i«r 
oontsteine  el  olvMé  prepweate»  aobcetiqiendil  U0{  e^mbie.ni^. 
l;.lee  Cirie^  n0  epi!okeiíe%unfii«gr  de^mecidAj  np^é^ 
per  otee  pelte.oMTflM^^  menee; iMienaiii  le»  dito. 
cémbiM^y  per  ¿ItMWi  na  «e,pecdecie  inMi^niMte  el  líempo^' 
dqendeiéinJiecMki  entre  taptepiesi^  del  deiQonpieHO  y  detár* 
denqnnlítfilibieyiilife»  i 


3i.  de  enero  de  i84ow 


•  1 


Digitized  by 


Google 


Digitized  by 


Google 


Digitized  by 


Google 


aiSVISTA   DE  MADAD. 


mOGAATIA  goutehporaiiea. 


GÜIZOT  [^''^^^^^  P^(fro  Guillermo.] 


\$9fpumamnu\  Ia  Pro* 
▼i^BCM  ao  lia  dccreUdo  qa« 
•1  Mm  péUic»  7  la  UbOT- 
tad  dé  loa  cindadsnoa  íoarsii 
iacooipatiMat;  ^  !•  joato 
■o  pñlitra  MriMiatir  eon  lo 

y  i  ot  M^ro :  Bot  Iba  deíida 
trabolMO  «««arfo  d»  dat- 
cabrir  el  aacralo  da  tan  nabla 
■uridaia;  paro  ao  rareUado- 
lo  al  aaado  datda  loo  prima- 
n»  días,  ao  la  lia  coadanado 
á  ígaaraHo  para  riaamwy  y 
•arla  abaadoaar  la  obra  da 
.  IKoty  al'raanaciar  á  taa  Ma- 
ta iava 


(Béi\fiMemo  Ja  la  JVaacitf 


Jljir  1787  no  eran  to3a?!a  oonsideraílos  en  Francia  los  pro- 
tettantaa  en  nada  para  el  Estado ;  eMrluidos  de  todos  los  actos 
civitét »  casábanse  y  morían  entre  ellos ,  sin  qne  los  registros 
de  nacimientos  y  defnncrones  se  numchasen  con  sus  nombres 
sin  que  el  magistrado  diera  á  su  enlace  la  bendición  oficial. 
No  tenían  templo  alguno  en  donde  hacer  sus  plegarias,  y  eti 
campo  raso,  en  el  desierto^  como  se  llamaba  /se  reunian  sus 
Segunda  ^/m.— Tomo  II.  87 

Digitized  by  VjjOOQIC 


a88     '  REVISTA 

asambleas  úsi  Mediodía  fiara  sus  solemnidades  religiosas.  D^jo 
el  imperio  de  una  legislación  semejante,  nació  en  Nímes  en  4 
de  octubre  de  1787  Francisco  Pedco  Guillermo  Guizot.  Dos 
meses  después,  el  edicto  de  Luis  XVI  devolvió  por  fin  á  los 
protestantes  su  estado  civil ,  y  no  tardó  la  revolución  de  1*789 
en  librarlos  de  toda  distitiQieD  hnmillante.,  haciéndoles  parti- 
cipar del  derecbo  común  :  asi  fue  que  el  padre  de  Mr.  Gui- 
zot, abogado  distinguido  de' Rimes,  y  descendiente  de  una 
familia  antigua  y  apreciada  entre  la  clase  media  protestante 
del  Medto  dia ,  se  distinguió  desde  el  momento  por  so  adesion 
al  nuevo  régimen.  Sin  embargo,  precisados  bien  pronto  loa 
mas  sinceee^Lpatriotás  á  desa{>robar  los  fiirores  del  gobierno 
revolucionario,  pagaron  eo»  su  vida -aquella  animosa  resisten- 
cia ,  y  el  8  de  abril  de  1794  Mr.  Guizot  Mevó  su  cabeza  al 
cadalsQ,  ^pora^o  pofjaiHfsy  toi^  iluajtres.  victinias.  Una  cir- 
cunstancia  muy  conocida  en  el  pais  anadió  mayor  interés  á 
aquel  trájico  fin.  Precisado  á  ocuharse  para  no  sucumbir  i 
las  persecuc¡0|T^  diri|[idas  Cpptra  él^  habia  sido  descubierto 
en  su  retiro  por  ii^n  geo<)airine>,  que  ¡lesaroso  de  haberle  halla- 
do, le  ofreció  dcjarjé  ^^p^);'.,  para  no  hacerse  cómplice  de 
su  muerte.  Mr:  Quizot  Cónbclá^'que  para  salvar  su  vida ,  tenia 
que  comproneler  la  de  ái^uel' desdichado,  y  no  vaciló  un  ins- 
tante en  sacriQíc^X'  U  iw^  f^p^^ánza  de  salvación  que  le  que- 
daba. Mmeu  Ouitot  qt^edó  vj.uda  con  dos  hijos, "de  los  cuales 
entraba  entoaoes  lel  m^wr.aa  eí  séptimo  ano  de  su  edad,  y 
se  mostró  HgJS^  fi^^  !¿^po^!.i\}.9  acababa  de  perder.  De  allí  da« 
tó  para  ella  la  prácfic»  «(latera^de  los  mas  preciosos  deberes, 
que  sus  ami^^  le  haa  nitio  Uci^ar  tan  religiosamente ,  al  tra- 
vés de  todas  Iks  pruebas 'á 'que  la  Providencia  ha  sujetado  su 
vida.  A  pesar  del  interés  público  que  se  manifestaba  en  su 
pueblo  en  favor  suyo  y  de  sus  hijos,  abandonó  enobsequiqde 
estos  aqM^lIa  dulcificación  de  &u  desgracia ,  los  consuelo^  <|e 
sus  parifntes  y  amigos,  y  jpasó  ^  busfííir  á  Ginebra,  ¡f^^  ja 
educación  de  sos  hijps,  ma^  s¡§ten:^a  eje  í?studÍ9s  fuertes,  y  9ér¡0^ 
que  00  le  hji^biera  sido{X)^ble  epcoutrar..^  ningún  otro.puntp 
de  Franci^.  j^ÍP*'^^'^  P^"^  \^  .menos ,  al  perder  m  independen- 
cia política t  bahía  conservado  /it^s  escuelas,  y  basta  echar  una 
ojeada  sobre  la  esteo^qn.y  variedad  délos  asontps  quc¡enlpn- 


Digitized  by 


Google 


DB.RUDIIin.  289 

ees  formaban  sa  entefianza  pública,  y  sobre  Li  indigencia  de 
la  de  Francia,  para  conocer  que  la  escuela  normal  de  Nimes 
ófrccia  menos  recursos  para  desarrollar  plenamente  las  na- 
cientes facujiades  de  aquella  privilegiada  inteligencia.  Madama 
Guf7.ot  n9  lardó  en  quedar  salisfecha  del  partido  que  había 
adoptado,  pqes  desde  un  principio  fu  hijo  Francisco  ocnpó  un 
lugar  distinguido  en  su  gimnasio,  y  pronto  coronaron  su 
aplicación  los  más  brillantes  triunfos,  siendo,  ^e  todas  las 
cualidades  que  en  él  se  ad^eriian,  la  fuerza  de  su  atención  la 
que  principalmente  maravillaba  á  sus  maestros:  ouánjlas  veces 
sus  condiscípulos  al  verle  sumergido  en  los  trabajos  de  la  cla- 
se, tenian  uhá  maligna  complacencia  en  distraerle,  tirándole 
desús  vestidos  unas  veces,  sin  que  lograsen  hacerle  volver 
la  cabeza,  y  otras,  haciéndole  sufrir  mil  pequeíiOj|  tormentos 
que  debían,  arrancarle  un  ay,  y  hacerle  abandonar  su  pr^a;  y 
cuandp  finalmente,  entre  el  i)ensjim¡eoto  que  dominaba  su 
espíritu  y  et  sentimiento  confuso  del  dolor  físico,  volvia  hacia 
ellos  sus  OJOS  atónitos,  que  no  tardaban  en  fijarse  de  nuevo  en 
su  acostumbrada  tarea,,  la  risa  que  causaba  entonce^  á  toda 
la  clase,  apenas  le  dispertaba  de  aquel  estasis  de  los  sentidos. 
Él  buen  Plutarco  está  lleno  de  estos  sencillos  relatos  tomados 
de  la'  infancia  de  sus  héroes;  gú^ttale  sacar  fde  ellos  después  el 
vaticinio  de  su  vida  futura;  y  seguramente  sin  rc^^rrir  á  la 
ciencia  de  los  adivinos,  hpbiera  podido  pronosticar,  por  la  apli- 
cación obstinaba  de  Mr.  Guizot,  el  espíritu  eo(iinentei]a.cnte 
serio  que  después  le  ba  distinguido  en  toda  - 

Diren^os,  para  los  lectores  aficionados  á  esta  clase  de  cpm«- 
paraciones^-otra  seRal  de  su  carácter,  que  no  ha  desmenlidp 
el  resto  de  su  vida.  No  es  estranp  que  los  niños  encuentr.en  en 
la  indulgencia  de  sus  abuelos  una  imprudente  protección  con- 
tra la  severidad  de  sus  padres:  en  casa  de  Mma.  Guizot  la  au- 
toridad materna  estaba  muchas  veces  amenazada  de  verse  com<* 
promel¡4a  con  la  interyencioo  del  abíjelo  ó  de  la  9|biiela ;  pero 
el  buen  juicio  del  niño,  en  tales  casos,  reslablecia  en  dailq 
suyo  la  gerarquía  de  lo$  poderes,  y  se  ponía  siecppjre  de  par<* 
le  de  lá  autQ.ridzid  que  peligraba.  ¿Gra  acaso  un  presentimien- 
to del  epníritu  de  gobierno  aplicado  por  instinto  á  la  edu-. 
cacion  7 


Digitized  by 


Google 


ago  mvisTA 

Mr.  Guizot  babia  principiado  sus  estudiiM  pu  1799*  y  en 
i8o3  dio  principio  á  su  curso  de  fllosoria.  Ea  el  sistema  de 
instrucción  que  se  seguía  en  Ginebra ,  no  se  limitaban  los 
alumnos  á  esplicar  un  corto  número  de  trozos  de  autores  prl* 
vilegiados;  sino  que  por  medio  de  seguidas  y  vanadas  lectu- 
ra», se  debian  iniciar  en  las  diversas  edades  de  las  literaturaa 
griega  y  latina :  asi  era ,  que  Mr.  Guizot  á  las  cuatro  años  ha- 
bía leído  Thuckiides,  Demóstenes  y  Tácito,  por  entero.  G>ii 
respecto  á  las  lenguas  modernas ,  cuyo  conocimiento  babia 
'adquirido, 'las  |X)seia  bastante' para  hablarlas  con  facilidad,  y 
casi  no  se  advenia  direrencia  en,  su  producción  en  alemán  ó 
en  su  lengua  materna.  Con  lodo,  el  celo  y  los  adelantos  coa 
que  Mr.  Guisot  aprovechó  los  primeros  anos  de  sus  estudios, 
provenian  mas  bien  de  un  fondo  de  docilidad  y  de  amor  al 
estudio  en  general ,  que  cfe'\in  gUsto  vivo  por  el  objeto  de  stts 
'estudios  particulares.  La  literatura  griega  era  para  él  la  que 
mas  atractivos  tenia;  y  soto  al  emprender  los  estadios  filosófi- 
cos fue  cuando  pare(!¡ó  que  un  nuevo  rnubdct  se  abria  á  sa 
Inteligencia.  Este  primer  paso  del  entendimiento,  que  camina 
al  fin  libre  de  sus  andadores,  deja  una  huella  indestructible 
en  la  memoria  de.  todos  los  hombres  su)')eríores«  Desde  aquella 
época  cuenta  Mr.  Guizot  la  libertad  de  su  yida;  el  tiempo  de 
su  juventud  apenas  le  recuerda  algunas  dudosas  memorias';  se 
te  aparecen  algunos  resplandores  al  través  de  las  Buyes d^e  sos 
primeros  estudios;  pero  d'esüe  él  d¡a*en  que  su  entendiimíento 
no  tuvo  que  aceptar  como  iey  el  fiensamiento  de  su  ntaestro, 
en  que  sus  opiniones  quedaron  bajo  la  responsabilidad  de  su 
Vaadñ  propia,  en'que  pudo  marchar  en  su  fuerza  y  su  liber-* 
tád  ,  todas  las  acciones  de  su  vida  se  oirdena»  fácilmenie  en  su 
memoria ,  y  las  tiene  presentes,  como  un  recuerdo  del  dia  an- 
terior. Seria  pueril  contar  en  la  vida  de  un  hombre  como  Mr. 
Guizot  todas  las  coronas  académicas  concedidas  á  sus  estudios; 
pero  no  podemos  olvidar  que  ál  dejar  las  clases  en  i8o5,  sus 
triunfos  en  Ginebra  füerofi  bastán'fe  notables,  {)ara  inspirar 
tas  mas  glandes  esperanzas  de  su  porvenir. 

Mma.  Guizot ,  después  de  llenada  tan  felizmente  la  obliga- 
ción que  se  habla  impuesto,  regresó  con  sus  hijos  a^Langue* 
doc,  para  cumplir  nuevos,  deberes  con  su  padre  y  su  madre;  pe- 


Digitized  by 


Google 


MMADIIIII»  Spi 

ro  Mr.  Giiizot  se  separó  pronto  de  ella  ^  pasandp  i  París  ¿  es^ 
tadiar  el  derecho.  Esta  es  para  an  jóveD  la  época  critica  .'de 
su  vida;  Las  primeras  relaciones  que  se  c^niiraeq  al  entrar  en 
1«  sociedad,  deciden  pQr  lo  coman  de  la  direecioq  que  ya  á 
•egutr.  Introduciendo  la  casualidad  á  Mr«  CukoC  en  la  socie-^ 
dad  del  Directorio,  el  ensayo  er^  peligroso^  pero  la  atúrale-. 
ca  de  su  carácter  le  libertó  fácilmeiite  de,  los  placeres  de  un 
trato  frivolo  I  y. la  licencia  en  las  costumbres  que  eo  $lla  reí*. 
BatMi  no  podía  dejar  de  ofender  a  los  principios  de  uu  jóvea 
•usterQ  y  romántico,  filósofo  y  devoto.  Así  fue  que  aquella* 
¿pooa  de  independencia,  en  que  tanto  sueiía  la  juventud,  no. 
fae  para  Mr.  Guizot  mas  que  un  profundo  fastidio.  Ni  siquie- 
ra teaia  el  recurso  de  refugiarse  eo  el  estudio  del  derecho; 
sabido  és  ló  qae  entonces  era  la  enseñanza  de  la  legislación  en 
Paria,  y  aquel  a&o  fue  para  ¿I  un  tiempo' perdido  y  sin  placer. 
Nqevaa  relaciones  con  algunas  personas  distinguidas,  y  es- 
pecialmente con  Mr.  Stejpfer,  antiguo  ministro  de  Suiza  ea 
Parta,  le  pusieron  en  mejor  catbino.  La  esperieocia  Glosófica 
de  Mr.  Stepfer,  sus  profundos  estudios  en  teología ,.  facilita- 
ron á  Mr.  Guizol  el  poder  satisfacerse  sobré  las  cuestiones  que 
desde  mucho  tiempo  ocupaban  su  entendimienta  Tal  vez  ne- 
cesitaba tatnbien  de  las  luces  y  a[)oyo  de  un  sabio  esnerimeor 
tado,  para  asentar  convicciones  vacilantes  á  causa  del  frivolo 
escepticismo  de  la  sociedad.  Bajo  tos  auspicios  de  su  amigo,  de 
su  huésped,  pues  Mr.  Guizot  pasó  en  el  campo  en  casa  de 
Mr.  Stepfer  una  grande  parte  de  los  anos  1807  y  1808,  dis- 
tribuyó su  tiempo  entre  la  literatura  alemana  y  la  filosoda  de 
Kant.  Luego  ejecutó  su  resolución  de  emprender  nuevamente 
sus  estudios  clásicos:  es  un  capricho  que  no  suelen  tener  los 
estudiantes  qué  baii  sacudido  el  yugo;  pero  no  hay  duda  en 
que  la  perseverancia  con  que  Mr.  Guizot  insistió  en  aquel  vo- 
luntario deber 9  ba  contribuido,  mas  que  otra  cosa  alguna,  á 
darle  el  saber  sólido  y  reflexivo  que  forma  la  base  de  su  ta-* 
lento.  Aquella  educación  de  si  mismo,  confiada  á  su  propia 
garantia,  al  tiempo  mismo  que  anuncia  ya  un  temple  de  es- 
píritu poco  cotñun ,  no  puecje  menos  de  dar  á  los  estudios  re-r 
novados  mas  fijeza  y  esteosion.  Fiscalizando  la  primera  instruc- 
ción dada  por  el  maestro ,  le  sirve  de  comprobante^  y  recoge% 


Digitized  by 


Google 


29^  RBtlSTA 

al  pasar  ,  (odas  las  dudat  que  una  enscuanza  rá|\¡Ja  Iiabia 
dejado  sil)  aclarar,  y  esparce  sobre  todas  aquellas'  oscuridades 
del  pensamiento  la  'luz  de  un  libré  y  razonado  examen. 

La  amistad  de  Mr.  Stepfer  no  fue  solamente  precios^  á  Mr. 
Guizot  por  la  acción  directa  que  ejerció  en  sus  trabajos  bisld* 
ricos  y  fiLosóficos;  Mr.  Guizot  le  debió  adefinas  el  conociniUn- 
lo  de  Mr.  Süard,  y  sabido  es  de  lodos  por  qué  suceso  él  mis- 
mo Mr.  Súdfrd  fue  causa  de  un  lazo  mas  serio.  A  él  Fue  á  quien 
Mr.  Guizot  oyó  hablar  muchas  veces  de  la  señorita  Paulina  de 
Mculan»  Retlactaba  ella  entonces  el  Publicista  con  grande  éxi- 
to; pero   acometida  de  uña  grave  enfermedad,   temía    verse 
precisada  á  ¡hterrüm|>ir  sus  irabajob,  cuándo  una  n^ano  des- 
conocida le  escribió  que  se  tranquilizase  cu  cuanto  «i  lá  conti- 
nuación de  su   obra;    que  si   el  celo  y  la  asiduidad  podiau 
reemplazar  para  con  sus  lectores  el  talento  que  estaban  acos- 
tumbrados á  hallar  en  el  Publicista^  po^ia  coiiíár  con  el  cui- 
dado y  exactitud  de  su  suplente:  aceptóse  el  órrecimii^nto.  jt 
solo  después  de  una  larga  convalecencia  pudo  conocer  ía 'seño- 
rita dé  Meuián    el  generoso  anónimo  A   í|^uicn    debi¿y  amiel 
servicio.  .  .  •     : 

Lá  vocación  literaria  de  Mr.  Gui^cot  se  aumento  con  las 
frecuentes  relaciones,  con  las  gentes  de  talento  que  concur- 
rían á  la  sociedad  de  Mr.  Suard.  Sus  ensayo:^  eu  el  Puíficista 
le  ejercita  ron  para  mas  importantes  composiciones,  y  no  lárdó 
en  dar  á  la  prensa  su  primera  obra,  el  Diccionario  dé  los  si^ 
nónimos  (1809.)  Este  libró,  aun  cfiando. no  tuviera  e^  el  ui£| 
mas  vátof ,  sería  siempre  un  curioso  monumcdto,  consideráis-* 
dolo  únicamente  como  el  punto  de  partida  de  uhen'TeDdimien- 
to  eminente.  No  se  espere  que  juzguemos»  en  esta  reducifia 
noticia  del  mérito  literario  de  las  numerosas  obras  qucr  Mr. 
Guizoi  há  publicado;  pero  las  persona^  que  ^e  complacen  en 
cstndiaf  éh  las  primicias  de  los  escritores  celebres  el  germen 
de  su  fama,  nos  perdonaran  que  insistamos  en  aquellos  prin- 
cipios, y  leerán  con  ínteres  la  Introducción  jfií^sójica  que 
contiene  sobre  el  carácter  particular  de  ta  lengua  francesas 
Allí  es  donde  se  revela  ya  la  facultad  tan  poderosa  en  ^f  d¿ 
elevarse  á  la  ley  de  los  hechos,  y  de  hacer  que  tos  detalles 
$¡empre  vayan  ¿  parar  á  principios  generales.  ^^  En  general^ 


Digitiz-ed  by 


Google 


DI   MADRID.  293 

dice,  se  cuida  poco  en  Francia  áe  dar  á  los  esludios  una  di- 
rcccion  filosófica :,  las  teorías  neis  son  poco  familiares.  Podria 
creerse  que  la  cootencion  del  espíriiü  y  «1  exátúen  que  necesi- 
tan nos  espantan;  sin  embargo  éUas  solas  pueden  abrazar 
grandes  tniras  y  reglas  positivas;  ellas  solas  pueden  reunir 
nuestras  ¡deas  y  nuestras  opiniones/'. 

La  introducción  del  primer  tomo  de  las  fluías  de  los  poc-^ 
tas  franceses  y  (\\xe  se  publicó  poco  después  que  el  Diccionario 
He  los  sinónimos  y  presenta  et  mismo  carácter.  Es  fácil  ver,  que 
los  estudios  históricos  y  fifósóficos  ¿^\  autojr  Te  ban  preparado 
ya  para  tratar  asuntos  mas  grandes;  hay  superabundancia  de 
saber:  cualquiera  cosa  sirve  de  pretesto  á  la  impaciencia  del 
escritor  para  hacer  esplosion  de  ideas;  y  el  lujo  de  abstraccio- 
nes que  ostenta^  es  medido  túas  bien  por  la  riqueza  del  cau- 
dal de  qtie  se  reconoce  dueño,  que  por  la  importancia  de  las 
materias  que  ataca.  Aquella  falta  fie  mesura  y  de  distribución 
causa  alguna  sombra  á  un  taténto,  cuya  lucidez  forma  en  oí 
dia  uno  de  sus  primeros  mérifós;  pero  ya  se  desea  para  el  au* 
(or  una  esfera  mas  dilatada;  se  presiente,  que  cuando  la  cos- 
tumbre de  componer  faa1)rá  ejercitado  su  golpe  de  ojo,  podrá 
estenderse  con  la  mayor  comodidad  á  las  mas  elevadas  concep- 
ciones; que  no  le  faltarán  la  ciencia  y  el  talento  de  escribir. 

En  efecto,  ocupábase  Mr.  Guizót'  de^de  entonces  de  un 
g'raíimúmero  de  otras  publicaciones  literarias,  y  la  traducción 
de  Gibbon,  enriquecida  con  importantes  notas,  es  una  prue- 
l>a  de  la  profundidad^  de  sus  e&tudios  históricos.  Publicó  ade-i- 
mas,  en  la  misma  época,  una  traducción  de  La  España  en 
1808,  de  Rehfus.  Por  último,  i%  ocupaba  de  grandes  traba- 
jbs  sobre  la  historia  primitiva  del  cristianismo;  y  estos  últi- 
mos estudios,  unidos  á  los  de  la  filóüdria  alemana,  fueron  los 
qiíe  diéi^on  ensanche  y  libertad  á  sus  ideas  religiosas,  sin  des- 
truir él  Ibiidó  de  eflas. 

Sus  ocupaciones  literarias -ne  Ic  impedian  sin  embargo  el 
trato  dfe  sus  numerosos  amigos,  principalmente  después  que 
hubo  abandonado  el  vivir  en  el  óáinpo  pak^a  residir  en  París. 
(181  i)J  Vélasele  entonces  mucho  en  la  sociedad:  mezclábase 
en  las.  reuniones  en  donde  ie  encontraban  la^  mas  diversas  ce- 
lebridades, desde  las  ruinas  de  la  sociedad  filosófica  del  siglo 


Digitized  by 


Google 


394  RBVISTA 

XVIII ,  basta  á  los  maestros  de  la  nueva  escuela :  el  abale  Mo« 
rellet  j  Mr.  de  Chateaubriand ,  Mr.  de  Fontanes  y  el  caballea 
ro  de  BoufTIers,  Mma.  de  Houdetot  y  Mma.  Rémusat.  Por  úl- 
timo, en  el  invierno  de  i8ta  casóüe  Mr.  Guizot  con  la  señori- 
ta de  Meulan.  La  edad  de  los  dos  esposos  no  era  la   |nas>  pro- 
porcionada ,  pero  las  costumbres  graves  de  Mr.,  Guizot  podian 
hacer  ilusión  acerca  de  su  juventud ,  y  Mma.  QuizQt  conservó 
basta  su  muerte  una  inflnedcia  notable  sobre  su  esposo,  que 
debe  principalmente  atribuirse    á  una  particular  disposición 
de  su  carácter..  No  hay  duda  que  una  vocación  común  hacia 
las  letras,  un  aprecio  profundo  y  recíproco,  relaciones  de  so* 
ciedad  hechas  mas  intimas  por  servicios  miiiuaraente  dispensa- 
dos, y  cuyo  primer  honor,  como  hemos  visto,  i^erteneció  a  Mr. 
Guizot;,'  son  bastantes  á  es|)l¡car  la  inclinación  que  les  atraje»;^ 
pero  habia  en  el  carácter  de  Mma.  Guizot  señales  menos  apa<^ 
rentes,  que  tal  vez  mas  que  otra  cosa  algiuna  decidieron  (a  ac- 
ción poderosa  que  ejereió  sobre  su  marido.  El  efecto  ordinario 
de  nuestras  afecciones  es  disimularnos  á   nosotros  mismos  los 
defectos  de  los  que  son  objeto  de  ellas^  y   hacérnoslas  olvidar 
con  una  indulgencia  que  nada  nos  cuesta.  En  la  eJecucion.de 
esta  cláusula  del  tratado,  las  parles  rara  vez  tienen  lugar  de 
quejarse,  cuando  ambas  se  aprovechan  de  ellas.  Mma.  Guizot, 
al  contrario ,  por  un  deseo  ardiente  cíe  perfección ,  tenia  siem- 
pre fija  la  vista  en  los  defectos  de  las  personas  que  aniaL[{i.  Su 
inflexible  entendimiento ,  lejos  de  cede^  |fustosa  á  las  c^ndes^ 
cendencias  que  se  consideran  como  un  deber  de  la  apiiitad^ 
las  rechazaba  como  una  vergonzosa  connivencia,  reservaba  j)a- 
ra  los  indiferentes  una  indulgencia  que  nada  locosia))a  enton- 
ces;   pero  se  hubiera  considerado  como  cii.lpable  para  c^i^ 
aquellos  que  apreciaba,  si  les  hubiese  iTalaáo  con  serDejauté 
debilidad;  sus  amigos  eran  muy  acreedores  á  su  severidad;  y 
ademas  tenia  ella  necesidad  de  verles  -dada  dia  mas  perfectos, 
para  justificarse  á  si  misma  el  progreso  de  su  afecto.  No  todos 
los  caracteres  hubieran  sido  á  propósito  para  spp^rtar,  ni  me- 
recer por  mucho  tiempo  tan  temible  refinamiento  de  ternura; 
tal  vez  en  otros  la  inutilidad  de  los  conse|os  hubiera  cansado 
su  constancia;  pero  el  alma  de  Mr,  Guizot  era  capaz  de  acep- 
tar la  necesidad  de  hacer  siempre  adelantos,  y  .sacó  de  ello 


Digitized  by 


Google 


01.  U4V^í!Df.  %g% 

gran  provecho,  lios  q[ife  han  «fguido  i  Mr*.  GuUot  cu  las  <U^ 
Tersas  faces  de  su  fiama ^  saben  cuan  perfectible  es  su  .talento, 
y  siis  más  injustos  eoeipigos  oo .  pueden  segar  su  .constapte 
|Kiogreso«  ^o  nos  admiraría  que  lo  debiese  en  parte  á'esa  conr. 
tinaada  vigilancia  sobre  si  nismo,  cuya  costumbre  le  habían 
impuesto  I9S  saludables  existencias  de  su  excelente  amiga,  por. 
la  qu|e  tuvo  los  mas  tiernos  cuidados  durante  su  vida*  y  en 
la  asilencia  á  su  6n.  En  la  memorial  religiosa  que  de  ella  ha 
conservado  y  hay  algo  mas  que  los  pesiares  de  un  esposo;  tal 
vez  se  une  a  ellos  el  agradecimiento  por  el  desarrollo  i  que 
constantemente  le  había  provocado.  *  ^  . 

_  En  i8ia  fue  también  cuando  Mr.  Guizot  perteneció -4  la 
univejrsidad-  Mr.  de  Fontiines,  cuyas  cleccione»^»  cofno  las  de 
su  señor,  fueron  tan  frecuentemente  felices,  después  de  ha-* 
berle  eusayado  .por. algún  tiempo  como  substituto  de  la  cate-* 
dra  de  liisioria  en  la  Facultad  de  las  letras,  no  tardé  en  ase- 
gurar su  posioion,  dividiefido  la  cátedra  de  historia  d9 
Mr.  Lacreielle:  dióá  Mr.  Guizot  la  enseüansa  de  la  historia 
moderna,  de  la  cual  está  aun  en  posesión.  Allí  fué  donde 
principiaron  sus  relaciones,  con  Mr.  Royer-G>llard,  profesoc' 
de  historia  de  la  filosofía,  y  pronto  se  estableció  entre  ellos 
intrma  amistad.  Cuéntase  que  al  anunciar  á  Mr.  Guizot  aa 
nombramieiito  de  catedrático,  le  habló  Mr.  Fónlatrea  d^  Ja 
importancia  que  debía  dar  á  bu  discurso  de  apertura;  eí  «qi^ 
nerador «  le  decía ,  los  1^  todos :  asi  era  que  siempre  se  deja- 
ba en  ellos  un  Ipgar  jKira  elogiarle;  era  un  deber  qpe  se  es- 
jperaba  llenase  complacidamente  Mr.  Guizot.  M.  Guizot  se  ne- 
gó á  ella  No  se  sabe  si  el  emperador  leyó  ó  no  el  discurso 
inaugural  en  que  por. la  ve^  primera  no  se  citaba  su  oonibreí 
pero  no  dejaba  de  haber  valor  en  negarle  su.  parte  en'  el  in- 
cienso que  todas  las  notabilidades  piíblicas  le  tributaban.  No 
que  Mr.  Guizot  estuviese  ligado  por  sus  opiniones  con  uq 
partido  hdstil  a^l  gobierno  de  Napoleón ;  su  oposición  era  -ei|* 
teramente  filosófica.  La  libertad  del  pensamiento  le  preocupa* 
ba  mas  que  la  necesidad  de  las  inslituciones  que  se  babian  de 
fundar.  Encerrado  en  un  círculo  enteramente  cieotifioo  y.  linter 
rario;  hasta  entonces ^abiv  sido  extraño  al  movimiento  dé  la 
política.  Hubo  un  momento;  sin  embargo^  en  que  estuvo  por 
Segunda  serie.—Touo  ti.  38 


Digitized  by 


Google 


2Cf^  nSTISTA 

tomar  parte  en  ella;  pero  habtéadose  fnisfrado  el  projccto  de 
hacerle  entrar  en  los  negocios,  no  se  acordó  mas  de  ello.  De 
i8ti  á  i8f3,  Mr.  Pasquier^y  madama  dé  Remosat  le  propu- 
sieron pai^a  una  plaza  de  oidor  en  el  consejo  de  Estado.  El 
duque  de  Basano,  para  probar  al  joven  candidato,  le  mandó 
escribir  una  memoria  sobre  una  cuestión  importante  que  á  la 
^ázon  se  debatía.  Tratábase  del  cange  de  los  prisioneros  fran-* 
Ceses  detenidos  en  Inglaterra.  Aquel  proyecto  jamás  había 
oeupado  seriamente  al  emperador,  que  no  loerectnó,  pues 
creía  que  la  necesidad  de  alimentar  y  guardar  tos  prisioneros 
era  un  embarazo  para  la  Inglaterra,  y  en  cuanto  á  el ,  aun  no 
le  faltaban  soldados.  La  memoria  de  Mr.  Guizot  taé  escríu 
en  sentido  de  la  pronta  conclusión  de  un  negocio  que  Napo- 
león no  tenia  prisa  en  terminar,  y  el  ensayo  no  fué  favorable 
al  joven  político.  Volvióse  sin  |)esar  á*  sus  estudios,  y  sus 
triunfos  literarios  satibfacieíoif  su  ambición.  Los  alumnos  de 
I&  escuela  normal  recuerdan  aun  los  efectos  de  su  enseñanza 
en  la  Facultad  ;  desde  aquella  cpoca,  por  su  influencia  y  ej^ni- 
plo,  recobró  la  historia  el  lugar  que  le  corresponde,  y  pene- 
traron con  ardor  tantos  distinguidos  ialentos  en  las  ytroTundi- 
dades  de  esta  cien^cia  descuidada  por  tantp  tiempo.  Las  personas 
que  creyeron  ver  desde  entonces  en  la  frialdad  de  Mír.  Guizot 
en  favor  del  rég^imen  imperial,  una  adhésiorí  secreta  á  la  casa 
dé  Borbon ,  y  el  principio  del  favor  de  que  disfrutó  en  los 
primeros  momentos  de  la  restauración,  han  conocido  muy 
inal  los  tiempos  y  los  hechos.  Mr.  Guifcol ,  en  la  sociedad  en 
que  vivia  ,  había  contraído  algunas  relaciones  c'on  los  restos  dé 
la  aristocracia  ¡lustrada  del  siglo  XVlII,  eón  l'ós  des|x»jo&  de 
la  sociedad  de  madama  de  Tessó  y  ele  la  princesa  de  Henin^ 
pero  puede  asegurarse  con  firmeza  que  un  partido  borbónico 
era  en  aquella  época  en  Francia  tina  quimera';  que  si  algunas 
personas,  adictas  al  antiguo  orden  de  cosas,  han  alegado  co>- 
mo  mérito,  después  de  la  caída  del  emperador,  el  misterioso 
apego  qñe  habían  guardado  en  su  corazón  durante  todo  el  rei- 
nado de  aquel  á  los  príncipes  auseflles,  lá  Francia  entera  ha- 
bía perdido  la  memoria  de  ellos;  y  auíi  recordamos  que  Ul 
Juventud  dé  nuestras  escuelas  supo  en  i8i49Con  sorpresa  é 
incredulidad  ,  que  la  antigua  famifia'de  los  Borbooes  no  esta- 


Digitized  by 


Google 


DB    MADRW.  *J97 

htk  enteramente  extinguida.  Asi  pues,  I^os  de  pensar  en  8a*> 
carel  menor  partido  de  los  sucesos  que  se  preparaban  eiítre 
Dios  j  ía  Fianna,,pero  ciiyó  fccrcta  nadie  poseia  ,  ni  podía 
gloriarse  de  ser  cómplice  en  ellos,  Mr.  Guizoi  ui  siquiera  pasó 
en  París  el  tiempo  de  la  última  lucha  imperial.  En^mayo  de 
i8i4  le  cogió  la  restauración  en  Nimes,  al  Is^do  de  su  madre, 
á  quien  babia  ido  a  ver  después  dé  una  larga  ausencia ;  JBtsi  es^ 
que  cuando  á  su  regreso  i  París, Mr.  Royer-G)llar  le  propu- 
so al  abate  de  Montesquieu  para  desempeñar  á  su  lado  las 
unciones  de  secretario  general  del  ministerio  del  interior,  no 
rúe.  como  por  recom[)ensa.  EL  gobierno  dé  Luis  XVIII,  al 
tiempo  miimo  que  |>onia  al  frente  de  los  negocios  un  gran  se-> 
ñor,  un 'eclesiástico,  un  realista,  queria  probar  su  imparciali-? 
dad  colocando  á  su  lado  á  uno  de  laclase  inedia,  protestante 
y  liberal:  por  estos  títulos  fué  nombrado  Mr.  Guizot. 

Tal  íué  el  verdadero  origen  polft ico  de  Mr.  Guizot.  Era  un 
repre^ntante  de  los  iritereses.de  la  Francia  modei*na  en  una 
administración  ,  cuyo  princi|)al  elemento  era  la  Fraiicia' anti- 
gua;  y  eS  una  posición  delicá Ja  seguramente  la  de  los  bom— 
bres  que  aceptan  la  misión  de  defender,  en  el  seno  mismo  de 
la  administración ,  las  libertades  nacionales  contra  sus  tenden- 
cias. Eli  papel  del   patriota  que  cóopbate  tales  tendenciiis  en 
público  ,  en  una  asamblea  popular  dpVidé  se  leen  ¿n  todos  los 
semblantes  las  simpatías,  á'lá  vista  del  país,  qué  aprecia  stí 
celo,  y  le  aplaude  á  .cad^  esfuerzo  que  bace^  soló  exije  uií 
niediano  valor;  pero  en  un   ti<}mpó  en  que  el  gobierno  y  la. 
nación  están  ^ccucntemeíite  discordes,  servir  por  el  gobierno, 
en  el  gobierno,  y  á  pesar  del  misino  gobierno,  la  causa  pública   , 
amenazada,  es  seguramente  un  difícil  y  meritorio  valor:  tal 
fué  el  que  desplegó  Mr.  Guizot  durante  Ja  restauración,  mien<r 
tras  creyó  deber  y  ppder  subsistir  desempeñando  sus  públi-^ 
cas  funciones.  Üesueeí  moníento  cñ  qúe^fué  llamado  eii  idi4> 
sé  dedico  constantemente  á- servir  en  lo  interior  del  gobierno 
la  causa  constitucional  contra  el  regSme%  antiguo  ,  el  voto  na-^ 
.  éionat  contra  las  tendencias  de  la  cqntrá-revólucion;  y  cuan- 
do en  iS^io  pasó  á  ser  secretario  general  del  niiiiisterio  dé  la 
justícifl,  estuvo  nias  .expuesto  todavía  á  los  tiros  del  partido 
iiltra*réaTistá,  que  se  presentaba  á  cara  descubierta;  pero  no  ' 

Digitized  by  VjOOQIC 


^98  IIBVI8TA 

sostuvo  con  menor  perseverancia  y' ardimiento  los  priiitipios  j 
los  actos  de  la  minoría  de  la  cámara  de  iSrS,  que  luchaba 
contra  las  reacciones  generales  y. personales. 

Atjni  encontramos  un  hecho  que  ha  explotado  la  calumnia 
por  mucho  tiempo,  j  aun  procura  desenterrar  de«vez  en 
cuando  contra  Mr«  Guizot,  ¿  pesar  de  que  el  público  no  se. 
cura  de  ello.  Dicen  quic  emigró  a  Gante  con  Luis  XVIII ,  que 
redactó  el  Monitor  de  Gante*  Este  último  aserto  es  cuteramen- 
te falso,  y  abunda  de  inexactitudes  el  primera  Después  del  90 
de  marzo,  Mr.  Guizot,  lejos  de  seguir  i  Gante  á  Luis  XVIII^ 
se  quedó  en  Paris,  volvió  á  einprendoi'  sns  funciones  en  la  Fa« 
cuitad  de  las  letras,  y  se  ocupó  tranquilamente  en' sus  traba- 
jos. Solo  á  fines  del  mes  de  mayo  ,  cuando  fué  evidente  que  la 
Europa  no  trataría  con  Napoleón,  y  muy  probable  que 
Luis  XVIII  volvería  i  entrar  en  Francia ,  algunos  realistas 
constitucionales  creyeron  indispensable  que  Luis  XVIII  eátu<» 
^iese  bien  confirmado  de  la  necesidad  que  tenia  de  adherirse 
con  mayor  fuerza  á  la  Carta ,  y  de  se|>arar  Ue  su  lado  i  Mr.  de 
Blacas,  considerado  como  el  gefe  del  partido  del  antiguo  ré- 
gimen. Mr.  Guizot  consinttó-en  encargarse  de'aquella  misión, 
enteramente  favorable  á  los  principios  o  intereses  constitucio- 
nales. Pasó  á  Gante  donde  residía  Luis  XVIII  hacia  ya  mas  de 
dos  meses,  y  le  trasmitió  los  prudentes  consejos  que  había  re- 
cibido. Luis  XVIII,  al  volver  á  Francia  un  roes  después». se- 
paró i  Mr.  de  Blacas,  y  publicó  su  proclama  de  Cambrai,  en 
que  reconocía  las  Tallas  de  18149  y  a&adiá  nuevas  garantías  i 
la  Carta.  Tales  han  sido  la  duración,  el  objeto  y  el  efecto  de 
aquel  viage  de  Mr.^Guizoi  á  Gante,  del  cual  tanto  se  ha  que- 
rido abusar. 

La  mayoría  de  la  cámara  introuvahle  triunfaba  sin  em«- 
bargo:  un  ministro,  Mr.  de  Marbois,  le  era  particularttientcf 
aiatip^tico ,  y  fué  derribado ,  retirándose  con  él  Mr.  Guizot.  Sini- 
pie  rt\dXov{maitrede  requetes)  en  el  consejo  de  Estado!,  profeso 
allí  los  mismos  princinios,  y  sus  trabajos  en  la  comisión  de  16. 
contencioso  no  fueron  inútiles  ál  sosten  de  la  jurisprudencia 
sobre  bienes  nacionales.  Poco  tiempo  después  la  administra- 
ción, precisada  á  travar  df  nuevo  la  lucha  contra  él  partido 
del  antiguo  régimen,  ensayó  el  apeliir  á  la  opinión  )mbl¡ca/y^ 


Digitized  by 


Google 


M  MADIIf».  ^99 

hacéne  de  ella  un  apoya  Mr.  Guízot  babia  eviiado  hasta  .en-« 
.  tonces  el  tratar,  fuera  de  las  discusioDes  interiores  del  gobíer-- 
nOy  de  la  gran  cuestión  que  se  agitaba ;  pero  cuando  el  partido 
cootra-rerolucionario  ataco  públicamente  basta  la  ésencra  de 
la  constitución,  Mr.  Guizot  le  salió  al  encuentro^  y  fué  cuan- 
do publicó  sn  primer  folleto^olílico  Del  gobierno  represen^ 
tativo^jr  dd  estado  tactual  de  la  Francia^  que  era  la  refuta-* 
cion  de  otro  folleto  espiritual  é  insidioso,  publicado  por 
Mr.  de  Vitrolles.  Casi  al  mismo  tiempo  defendió  Mr.  Guizol 
la  instrucción  [HÍblica  contra  la  invasión  de  los  jesuítas.  «  Haj 
gentes,  escribía,  que  quisieran  que  la  instrucción  publica 
fuese  no  religiosa  ,  sino  supersticiosa ;  no  sólida  y  moral ,  sino 
sujeta  á  las  mas  miserables  preocu paciones:  estos  hombres 
creen  que  el  saber  destruye  las  costumbres;  que  las  luces 
pierden  á  los  estados ;  que  la  razón  mata  la  religión;  que 
apartándose  de  la  esclavitud  ,  de)  entendimiento  y  de  la  igno* 
rancia,  no  hay  salvación  para  la  moral,  ni  para  el  ,altar,  ni 
para  e\  trono;  y  que  para  precaver  la  reproducción  (íe.las  re« 
yolúcione's,'  es  preciso  volver  sin  modificación  alas  leyes  y 
usos  de  los  pasados  tiempos,  que  las  causaron  sin  .embargo» 
Para  tales  hombres,  la  universidad  es  en  efecto  muy  culpa- 
ble: no  ha  creido  que  el  objeto  de  la  instrucción  publica  fue* 
se  mantener  y  proteger  la  ignorancia;  que  las  cátedras  de  fi« 
losoffa  y  de  lógica  ^  babian  instituido  para  avasallar  el  en- 
tendimiento; no  ha  prohibido  a  Ioa  matemáticos  ensenar  las 
matemáticas,  á  los  físicos  la  física,  á  los  jurisconsultos  el  de- 
recho de  gentes,  á  los  médicos  la  anatoroia  \  no  ha  trabajado 
por  re&ucitar  la  superstición  y  el  fanatismo ;  ha  protegido  el 
progreso  de  todas  las  ciencias  y  de  todas  las  luces.  Si  de  esto 
es  de  lo  que  se  le  acusa ,  ella  misma  puede  confesar  y  procla- 
mar sus  faltas ;  no  necesita  deftmderse.»  {De  la  instrucción  púr- 
ilica.añú  1816). 

A  |)esar  de  los  esfuerzos  del  partido  constitucional,  la  con* 
tra-revolucion  ,  fuerte  con  el  punto  de  apoyo  que  encontraba 
en  la  cámara  de  diputados ,  se  consideraba  segura  de  derriba^ 
el  ministerio  ,  cuando  vino  á  quitarle  sus  esperanzas  el  decre- 
to, de  disolución  de  SL  de  setiembre  de  1816  ;  medida' atrevidaj^ 
á  la  cual  contribuyó  Mr.  Guizot  per  medio  de  traa  memoria 


Digitized  by 


Google 


3oO  REVISTA    >  % 

¡«olitica ,  entrcgi^día  á  tiempo  &,  l^uif  XVIII «  y  q|^  Mr.  Deca-* 
zes'bízo  prevalecer^  apoyándose  eq  el  cotisejo  y  la  iofluencla 
ílp  MM,  Pasquier,  Royer-Collard  ^^ Camilo  Jordán^,  de  Serré, 
gefes  de  la  minoria  de  la  cámara  ,  y  conocido$  ya  bojo  el 
nombre  óe  doctrinarios.  Es^  denominacioo  ,  inventada  por 
el  partido  del  antiguo  régimen  ,  y  después  esplotada  tan  á 
menudo  por  todos,  es  tal  vez  merecedora  de  que  se  explique 
su  origen. 

Los  doctrinarios  es  sabido  que  eran  añte9  deja  re^oIjucioD 
una  sociedad  enseñante.  Mr.  Royer-Colla'rd  (labia  sido  educado 
en  un  colegio  de  doctrinarios  \  su  bermano  era  de  los  del  ora- 
torio, y  su  tio  estaba  al  frente  de  tina  comiinidad  de  doctri- 
narios de  Arra«i.  Por  otra  parte,  las  palabras  graves  y  severas 
de  Mr.  Boyer-Coliard  en  los  debates  de  la  tribuna  debian  to- 
da su  autoridad  á  aquella  forma  dogmática  que  entre  sus  ma- 
nos toncaban  siempre  las  discusiones;  á  aquella  discusión  lógi* 
ca  y  rigorosa ,  que  anunciaba  un  cuerpo  .de  doctrinas  arre- 
gladas. A  esta  doble  circunstancia  hizo  un  dia  alusión  ün  agu- 
do de  la  piayoria  contra-revolucionaria  de  iSiS^  esclamab-- 
do:  «Ahí  tenéis  á  los  doctrinarios]  en  eso  se  conoce  bien  á 
los  doctrinarios.*  Mr.  Royer-Collard  y  sus  amigos  aceptaron 
él  cargo ,  acusando  á  su  vez  á  sus  aoversarios  de  caminar  co- 
oío  ciegos  inspirados  por  sus  pasiones  y  sus  intereses  momen- 
táneos^ si(i  principios,  sin  doctrinas  qué  pudieran  asegura^ 
el  porvenir  del  país  y  la  estabilidad  del  trono. 

I^  época  en  r^ue  losdpctrinario^  fueron  llamados  á  prepa- 
rar en  ^1  consejo  de  Estado,  y  á  sostener  en  la  cámara,  los 
proyectos  del  gobierno,  es  de  toda  la  restauración,  la  en  que 
hicierpn  mas  progresos  las  instituciones 'políticas  dje  Francia. 
Ellos  elaboraron  casi  todas  las  leyes  constitucionales  de  lá 
época.  Mr.  Guizoi,  demasiado  joven  entonces  para  asociarse 
como  diputado  á  los  trabajos  de  sus  amigos,  no  dejó  por  eso 
de  tomar,  una  parte  muy  activa  en  aquel  grande  desarrollo 
de  las  libertades  públicas,  ^ren  .sea  solamente  comp  Wlator 
(maitre  de  requetes)^  ó  yfi  uias  adelante  en  i8i3  como  conse- 
jero de  Estado,  bien  por  su  eficaz  concurrencia  ,  6  por  su  iní- 
fluencia  indirecta  ^  np  dejó  de  tener  participacioo  en  ningu- 
na de  las  leyes  que  se  dieron  entonces  á  la  Francia ;  ni  en  h 


Digitized  by  VjOOQ IC 


M  VAimiBu  3oi 

de  •IftccioDei^  de  S'de  febrero  de  iSi;;^  que  puso  al  lia  á  la 
nacioQ  francefta  fuera  de  tutela ,  establecieudo  la  elección  di-- 
recta  y  la  igualdad  de  las  capaciclades  electorales;  ni  eu  las  de 
1819  sobre  la  imprenta  ,  que  abolieron  la  censura  >,  y  estable-  , 
cieron  el  jujcio  por  jurados  en  los  asuqtos  á  ella  relativos ;  ni 
en.la  ley  sobre  el  reemplazo,  que.sosj.avo  el  principio. ^e  h 
igualdad,  y  mató  la  contra-revoluciqn  en  el  ejército.  Aquel 
'periodo  de  nuestra  bisloria  oonstil^ucional  hubiera  sido  mas 
fecundo  todovja  en  felices  resultados  »  si  las  ioipcudenclaa  co^ 
metidas  fufura  dp  las,  cámaras  00  hubj^sen'  provocado  non 
reacción  fui^esl^,  que  al  (in  biio  estallar  el  asesinato  del  du- 
que de  Bérryv  Salfido  es  cuáles  lueroix  sus  primeros  efectos:  el 
partido  nacional  perdig  sus  mas  lirmea  sostenes  en  el  gobier- 
iso;  MM.  Jloyer-Collard  ,  CamUo  Jordap^  de  Barante,'  fueroi^ 
defrtitui^os  de  i^us  funciones  ^n  fX  p9p^jo  d^  estado} Mr»  Gui-, 
aot  biso  ref^uncia :  ningún  comiH^o.n^j^o  públicp  le  hacia  so-- . 
lidairip  ^f]?^  ppifxion  que  acabAba  de  sufrir  uqa  derrota;  pi>-* 
dia  e^tars^  á  la  cap4  e&peranc^g  mejores  día;  ;  pero. por  1^  es-? 
t/epij:9^<j^  ijiaoifestapioa  de  f|as  sentimiento^^  m,erec¡ó^ el  honor 
dq  seguí/  4  8^&  9^P^^ffí^  ?^  sude^racía ;  y^  PfVa  no  coo- 
servs^r  Iftfo  i|)g,ui^  quje  sujej^^ia  suindepen^^iy^ÍA,  despreció 
has^  \<^  9f|;eQÍtqi^Qt¿Si  de  ufii^  peiifi9g  que  fe  le  hipieron. 

^f.  Q^^^fH  b^bja  cocido  ha^ta  eiuqnces  que  su  (leber  era  ma* 
j^ifeftai;  a)  poder  lp#  |>t)¡gf^9sde  la  dirección  que  iba  á  aeguir^ 
y  consideró  confio  ffjua  obl^fcion  de  su  nueva  situiH^ien^  ilus* 
irar  al  pais  acerca  de  la  p9Ulica  que  habi^  pretaleeidp.en  los 
concejos  del  princ¡|)e ;  y  dp  1 8i2p  á  f ^2a  fue  cuandp  publicó 
una  séfie  d^  escritos  poU^ípos  fiel  mayor>  ipi^rés*  ^9  ^  pf  ime<- 
ro.  Del  gpbieynQ  de  Francia  desde  ta  resffluracion  (j8ap^ 
hacia  la  aj^lpgia^f  la ;  i;^stei>cia  Kjue  el  gphi^vnfi  ba^í^ 
opue^^  jli^sde  16^4!^  tas  pretepaioo^de  )|^  cpn^a*revp\u9ion^ 
y  mosteaba  que  la  verda^dera  fuérz^np  ^xiatia  en  la  vieja  aris^ 
tocracia  q^e  acababl  de  íp^adir  la^  g;ifadas.  del  t^ronq^  srnp  e^ 
I09,  inteiresea  n^^ip^ales  de  l|i.nuf;va  Frfif}f;ia.  ^n  otro'  e8€;rkQ4 
De  lof.^onsjfiíi^hnesj:  4^  UjHstieia, p/ff^g^ {1.82^ ,  sm  fjií- 
put^r  ^  po4ef  ,^1  d/er^bo  ^^^ofqf^gr  lf^^fio^9ff'\j^c\sf¡ff^  y  Cfus^ 
_  iigar^»W«  ^jrtpr^,  d¡s<mtia  Ips  caR^MV!  ^^  «flV^Mw  <f9fffvk9i^ 
clones  dianas «demnciai^^is  y  su^itadas algunas  y^ff  por  Is^ 


Digitized  by 


Google 


3oÍ  BSvitTA  . 

policía.  Laft  faltafi  del  j^bíetno;  'sus  proyectos  de. reacción 'bien 
COA ocidod  y  mat  eacobiertM/ las  ¡osidíosas  provocaciobes  de 
sus  agentes/ Te  pareéis Q  el  verdadero   principio  de  aquellos 
trastornos  qne  agitaban  al  pais  y  servían  de  prelesto  al  miois- 
ferio  para  calumniar  unas  instituciones  que  queria  destruir. 
•Én  la  obra  titulada  De  los  medios  de  gobierno  y  de  oposición 
en  el  estado  actual  déla  Franci€^  (1811),  descubría  á  la  ad- 
ministración el  secreto  de  so  debilidad,  y  la  invitaba  á  qué 
Irascáseen  tina  poKtica  mas  ilustrada  una  seguridad  real  para 
fa  Francia  y  para  ^Ita  taiisma.  AI  propio  tiempo  ensenaba  á  la 
o|K>sicion  el  modo  dellegar  á  ser  poderosa  contra  las  insensa- 
'  tas  tentativas  del  gobíe/no ,  elevándose  á  la  dignidad  de  un 
p«^pel  que  hasta  entonces  habia  comprendido  mal.  Por  última 
en  su  obra  Sobre  la  pena  de  muerte  en  asuntos  políticos  ( 1  Saa), 
dejando  Mf.  Guizot  á  un  lado  iá  cuestión  filosófica,  y  parecien* 
'do  reconocer  que  la  pena  de  muerte  ^  aun  en  delitos  pofíticos^ 
podia  estar  inscrita  en  nuestras  leyes ,  quería  por  lo  nienqa 
qtiíé  el  gobierna  conociese  bien  la  naturaleza  de  ella  y  süi 
efeetos/y  que  ett  el  interés  dé  la  humanidad,  de  la  josticia  y 
del  poder»  la  emplease  lo  menos  posible.  Todos  estos  escritos 
tuvieron  gran  voga,  y  ejercieron  ooa  poderosa  acción;  y  i 
pesar  del  mérito  literario  de'  su  forma ,  debieron  sobre  todo 
el  lavor  con  qne  fueron  acogfidos,  al  carácter  fonda itiental  de 
la  nueva  oposición  de  que  acababa  de  dar  él  ejemplo  Mr.  Guí* 
sot:  nada  de  sátiras  con  mala  intención,  hostiles  al  principio 
mismo'del  gobierno,  dictadas  por  un  secreto  deseo  de  derri- 
barle, y  no  cinéndose  sino  con  una  discreción  hipócrita  en  los 
limites  de  la  ley.  La '  oposición  de  Mf .  Guizot  era  ediíoente- 
menté  constitutiva;  constituía  su  base  el  es|)fritu  de  gobierne^ 
no  sé  complacía  én  la  descripción  del  mal  para  reirse  deí  em* 
barazo  socitado  al  gobierno;  y  cada  vez  que  descubría  la  lla- 
ga era  para  enseñar  al  mismo  tiempo  el  remedio.  No'  |iodia 
achacársele,  como  á  tantos  oyros,  qiie  tisongease  Tas  pasipnes 
del  partido  revolucionario /pues  siempre  se  separaba  con  igual 
probidad  de  ía  aiiarquta  y  del  despotisma  ^No  hablo,  sin  em- 
bargo, dice, -dé  esos  hombres  -qne  sin  conspirar  tienen  no  obs- 
tante una  entera  malevolencik^l  poder,  ni  aun  de  aqtiellosá 
quienes  lá  costumbre  de  la  o|M¡cion  constitucional  hace  sos*- 


Digitized  by 


Google 


^  D9  M AWn»*  3o3 

•  ptelMXM  ksipéügMM  -y  las  volvoudeft  á%\  poder.  Dirfjome  á 
«HB'pvUwo  iomeiiso  que  B04lene  oí  cofn|iroinÍ8os  ni  pasiones 
politidfts,  que  desea  el  orden  y  la  libertad  légala  porque  los 
.oeeefita  para  sus  negoeios,  para  sQs'^irppioa  y  diarios  intere- 
áet;''  {De  U  pena  de  muerte  en.  materias  políticas.) 

Uo  bembre  tan  delicado  te  la  elección  de  su  público,  no 
debía  mostrarse  menoa  esctopuloso  eo  la  de  sus  auxiliares;^  asi 
es  que  los  eoosejos  severos  que  da  á  la  oposición ,  en  la  cual 
figurara  desde  entonces»  muestran  bajo  qué  condiciones  acep- 
ta tu  aliansa,  y  euán  pura  la  desea  para  que  sea  poderosa  y 
-honrada.  ^^No  i)asta  á  la  oposición  recoger  bien  todos  los  ele* 
mentos  de  su  fuerxa,  y  no  enagenar  ninguno.  He  dicho  que 
no  se  era  fuerte  sin  ser  libre;  y  no  se  es  libre  si  no  se  tiene 
el  sentimieuio  Jé  su  propia  dignidad»  y  se  baja  de  su  sitúa* 
'  oion.^.  El  derecho  de  la  oposición  eo  las  cámaras  es  el  dé  di- 
rigir» no  de  seguÍF  i  su  partido  fuera  de  ellas;  está  á  la  cabe* 
«a  y  no  á  la  cola.  Estos  títulos  les  han  valido  la  elección  de 
gafes;  como  á- los  mejores»  los  man  capaces  y  los  mas  útiles 
miembros  del  partido»  han  sidi>  enviados  al  difícil  y  emioen- 
4e  lugar  que  ocupan.  Este  concepto  se  ha  tenido  de  ellos » tén- 
ganlo también  ellos.de  si  mismos.  Os  llamáis  los  intérpretes» 
los  protectores»  los  elegidos  por  una  grande  opinión»  por  un 
poderoso  Interés;  sed»  pues»  á  vuestros  propios  ojos»  tal^  oua- 
:  les  os  presentáis  á  los  de  los  demaa.  Apreciaos  en  lo  que  sois» 
y  volteos  bacía  vuestros  amigos  i  sin  descender  del  rango  en 
que  queréis  y  es  indispensable  que  vuestros  adversarios  os  ha- 
yan colocado.'^  (¿)e  los  medios  dp  gobierno  y  de  oposición  en  el 
^  actual  euado  de  la  f>ancia.)  Y  en  otra  p^rte.  ^^  Fuerza  es  con- 
fesarlo, por  triste  que  parezca  esta  verdad ;  después  de  los  sa* 
eudíaüieflltos  que  han  cambiado  la  faz  del  urden  social » las  in- 
tenciones sinceras,  y  buenas»  él  amor  hacia  el  bien »  la  ausen- 
.cia  de  toda  tiranía,  no  son  bastantes  para  gobernar  á  los  pue- 
hlos.  La  sociedad  trastornada  no  se  deja  reconstruir  con  tanta 
•iacilidajd;  aépiíia  al  órd^n»  y  s^  agitan  en  su  seno  los  elemen- 
.IOS  dd  desafilen;  quiere  la  libertad»  y  apenas  disfruu  de  ella 
onando  se  presentan  fermentaciones  destructoras  amenazando 
al  estado  .-que  no  posee  aun  el  secreto  de  upia  resistencia  enér- 
gica y  regular.  La  necesidad  de  la  estabilidad »  del  úrdep  le- 
Segunda  série.'^Touo  IL  Sg 


Digitized  by 


Google 


3o4  ftt^nsTA'  . 

gal,  está  en  I¿s  eniendimiem06,  pevo  «Hob'  niapm  ertátt  Ib- 
nos  de  agitación  é  tiicertiduiiil)re<;  Mfoi*  de  pnooipiot  fijos^ 
nutridos  en  medio  dé  un  espectáculo de^cámbiot  jdedestnio» 
cion ,  todo  parar  eHbs  es  origen  áe  anmodad  y.  da  reoeb ;  todo 
les  parece  flotante  y  mal  seguro,  porque  asi  son  ellos,  y  todo 
por  esta  causa  misma  llega  á  tferkK^Los  Wntrese»  ^qué  4odavía 
do  tía ú  tomado  su  arsi^nto  y  nivel,  lo  bvscan  péoosameivle 
por  medio  de  mil  obstáculos  y  con  miltemctret;  yeá  sus  ea- 
fuerzos-'liáchi  el' estado  definitivo'  en  el  qae  viviráo'es  paz,  se 
atropellan  y  chocab,  pmlongando  de  este  niodoelvestado  pro- 
visorio que  les  atormenta.  En  fin,  lá  saciedad  presenu-le  imd- 
gén  del  Caos  tan  bien  définidopor  estas  palabras:  Cada  casa 
no  esta  eñ  su  lugar  ^^  no  hay  un  lugar  para  cada  eosa^-Pém 
'tan  doloroso  mal  soló  hay  dos  remedios  ^  el  geoio  en  él  poder 
*ó  la  acción  del  tiempo.  Si  se^emnierttfi  un  hombre  que  sepa 
conocer  en  lá  sociedad  las  íuercasquíft  tienen  Ttda,  y  deacti- 
brtr  el  porvenir  que  invocan ,  que  sé  entregue  á  aquellas  fuer- 
xhs,  las  una^  á  sus  verdaderos  principios,  las  asegure  en  todos 
sus  intereses ,  las  concentra  de  este  modo  en  su  mano  y  las 
"Heva  consigo  á  do  quiera  donde  se  matoiliíMie  algun  desórdeft, 
*ese  hombre  habrá  bien  prboio  disipado- las  Inquietudes  y  su- 
jetado las  resistencias;  poé&  «i .el  'poder  nó  eomprende^  «sia 
obligación  ó  se  muesira  iiihabil  |>ara  desempeñarla ,  solo  el 
tiempo  y  un  largo  tiempo  queda  eocairgado  de  hacerle/^  (Del 
gchiefnó  de  lá  Francia  desde -la- réMOitmcían^jr  del  mimeteria 
actual-)     •  :•  ,;  . 

Bastan  estas  citas' pdrra  dar  á  conocer  como  comprendía  la 
oposición  Mr.  Gurzdt;,  y  pahe  esplicar  el  grande  efeoio  que  la 
que  hacia  debia  producir.  Asi  fueoue.  DÍnigotiigoIpe:mas  sen- 
sible para  los  ministros  á  cjil^ñes  atacaba;  pero  ntf  balláadiole 
'  vulnératele  ante  lá  ley,  procuraron  debilitar  para  co».  el  pu*- 
^blioo  lá  autoridad  de  sOfi '  palabrafs  amtfdaaañdo  siu  cbndueíA. 
Nó  era  propio,  debian,  de' un  heíabro que  habiw desenipena- 
do  encargos  públicos,  el  actisá^^eb  páblíco*á  losifaonibres  y  á 
los  actos'de  q[oe  habia'sido  testigo.  ^^Bsia  Mea-,  responlia  ftr. 
óüizot ,  admirará  á  todo  hombre  de  buen- sen tido^*  Sí  mi  edad 
me  perniitiera  bbtener  el  honor  de  ^rteiie<;erá  la  •cámara  de 
dipütáQÓs ;  y  si<fl  voto  de  mis  conciudMios'me  hubitse  llevaT- 

'        '  ''oigitizedby  Google 


Di  «aurid.  3o5 

.49  i  dl^^  pp  96  e:fig/ur¡9  mo  dud<i|qtie  i|l  yer.adoptar.up  sUcema 
.(^e.^(tinJQÍ;^trac¡oo  contrario  al  que  i  mí  pie,  .pareciera  bueno  y 
%o/e^i:|l7Íe9e|Mroeura.do)iacer,pri9yalecer,  permaneciese  en  jnac* 
üiofí  y  sU^pcip:¿ded9ode»pue8y  puede  sacarse  una  regla  dife* 
Tenf empava  un  simple  ciudadano?  ^ He  publicado  acaso  hechos 
clea€onpj(;|doS:  y  fiados  á  mi  discfeciojB?  ¿He  sacado  de  mis 
;je€Ui\rdos  algo. que  escjtase  una  maligna  curiosidad?  hubiera 
'.|KMlido'I;f)cerlOf  pero  00  debía  9 y  ^m.eJbe  abstenido  rigorosa-* 
m^te  4e.^o«  No  be'  hablado  maa  que  de  hechor  públicos, 
que.  sienfpre^jló  bao  sido, y  siempre  bau  debido  serla—,  decir 
^nl  público ;y  a|  pod^r  lo  que  se  cree  ser  la  verdad ,  es  en  xo^ 
dos  tieif^pos. ULO  deber  del  hombre  honrado;  y  abora  es  ade- 
mas Ú9  flereci^  dffl  ciudadano.  Cuando  estaba  empleado  oam- 
jilj  901)  d1  4^beft  y  jiruébalo  tal  veas  lo  que  n^  sucedió;  ahora 
.  uso  4A  cferecbo»^^  {J^refticiq  dd  Gobierno  de  la  Francia  jr  su^ 
Jfleffteffio,  d  la^  tercera  edición,  i  Sao). 

!  SIo  tenía  el  gobierno  mas  que  un  medio  de  maltratar  á  un 
booibre  á  quien  no  babia  becho  vacilar  su  destitución  del 
consejo, 4e  Estado  ^  y  que  babia  rechazado  como  injuriosa  la 
pensión  que  Sj?  le  babia  ofrecido  para  indemnizarle.  Era  la 
.¿poca  en  qiie  Mf.,  Guisot  desarrollaba  en  su  enseilauza  la  hi&- 
.lor^jdd  gobierno: representativo  en  los  diversos  estados  de 
Europa  ^  desde  la  caida  del  mundo  romaiu).  Pues  alli ,  en.su 
11) jiyna  cátedra,  quiso  el  gobierno  perseguirle.  No  se-atrevieron 
á  reprocfaarle^  el  haber  abusado  de  aquella  tribuna  para  diri- 
gir á  lofl^  jóvenes,  un  lenguage  de  debilidad  y  lisonja  indignos 
de ^su  carácter^  (^ro  la  administración  babia  advertido  que 
^pararía,,  do  quiera,  que  les  encontrase ,  á  cuantos.  |io  abra- 
zfl^n  sua  miras*  Bajo  este  as[)ecto,  Alr«  Guizol  merecia  tam- 
Jl^fn  jBSU  i)esgrac¡a«.  £1  poder  se  glorió  de  castigar  á  un  tiem- 
j)o^.  prohibiendo  su  eurso ,  al  profesor  rebelde  que  ño  había 
a^gadp  cubierta  co»  el  trage  universitario,  la  independencia 
d^el.ojiudadaQOí.y  al  insolente  auditorio  cuyo»  aplausos  eran 
upa  nueva  ofepaa  añadida  k  todas  las  faltas  de  un  escritor  se-- 
dicioso^  }/lx.n  Gui^t  adoptó  desde  entonces  una  nueva  regla  de 
condvfftay  tiabia  dado  al  gobierno  saludables  coosejoa,  cuando 
lio  estaba  aun  basunte  eogoljfado  en  su  caminu  para  poder  se- 
parane^  de^él}  babia  despertado  !•  atención  pública  sobre 


Digitized  by 


Google 


3<>6  RBrísTA 

lenhexid^s  íío  confesadas  todavía.  Pérp  en  182$,  «1  tniniAerk» 
adoptaba  vlsíbléinente  laS  mífas  que  antes  se  orenfia  que  h 
atribuyeran ;  y  la  Francia  viéiido  sus  actos,  no  necesitaba  qve 
sé  escitara  su  vigilancia  contra 'Ids  'ünéiñigos  declarados*  ISra, 
pues,  preciso  abandonar sñ  sistema  il'Sii  destino j  Mr.iGúizot 
dejó  entonces  de  escribir  sobré  Yorf'áísantbs^  ih\  dift'^  no  se  oteu- 
pó  mas  de  política  de'ctrcunstanbrá8;'péí'o'  la  diré6ción'^adü*á 
las  grandes  publicaciones  hístoricásí  cjüb  emprendió  debía  con- 
ducir nuevamente  los  >ésptfilus  á  principios  poUticós^  cvtya 
aplicáéiori  era  cada  dia  más 'SecíáiUle'é  iné'titatAe. 'asi,  puta^ 
U  Colección  do  memorias  rélatwás^  á  ía' Historia  éU*ta  ret^olú^ 
don  de  Inglaterra  satisfizo  Táespéctati va  gieri¿i*al  Mí  '^ue  se 
bailaba  el  país  de  alguh  grande  saceso  ñác¡onaT;^'ése  ar- 
dor de  inquieta  cdriosfdad'  qíie  hos  devoraba  á  todbs^'dafaa 
ún  nuevo  interés  a!  drama  sénciHoy  gran^»  dlél  cual  rétiráti- 
ba  Mr.  Guizot  todas  las'eircunstancias,  desde  su  origen  basta 
la  catástrofe  ,con  lá  sangre'fHa' del  historíwfer ,  la  dignidad  - 
itcl  filósofo»  y  la  proféiica  mélancoitá  dd  bombré  dé  estado 
'que  lee  en  lo  pasado  una  página  del  po¿v«'nir.  La  revolución 
misma' no  esperó  aF escritor;  tos  sucesos  Tudf^on'fafa^  veloces 
que  su  pluma  ,  y  gracias  á  la  rapidez  de  fds  tiempos ,  su  fí»^ 
toria  de  lá  resolución  de  Inglaterra^  n^úcida,  pará'Üehipre 
tal  vez ,  á  los  dos  primeros' tbmos',  deja  al  lector ,  conmoM9d'toH- 
'ilayia  de  lá  suerte  de  Carlos  Estuat^do,  el  pesar  de  qub  'fiílte 
el  liltimo  canto  á  aquella  sangrienta  epopeya.  >; ':  • 

La  Colección  de  memorias  rdativas  d  la  historia  antíg9tu 

de  Francia ,  y  los  Ensajros  sobre  la  historia  de  Francia^  que 

'bácia  el  mismo  tiempo  ptibticó  Mr.  Guizot,  esparcian  una 

nueva  luz  sobre  los  orígenes  dé  lá  Francia,  y  hacían  a¿cesi^ 

Ites  á  todas  las  clases  de  la  sociedad  los  misterios  de  la  liisto*- 

riá  nacional ,  apenas  conocidos  de  los  sabios.  Los  trabajos  plii- 

'iramente  literkrioa  ocupaban  igualmente  los  ocios  de  Bfi^.  6úí- 

zot ;  entonces  parecieron  también  con  la  naditceiún  de  las 

'principales  tragedias  dé  Shakspeare  ;los  erisaybs  históricos  so^ 

bre  Shakspearé ,  sobre  Ccdf^ino.  Disiniúlesenoé  et  que  pasemos 

'tan  ligeramente  sobre  estos  Utolos  literarios  de  MrJ  Guizot, 

pues  nos  falta  el  tiempo  y  la  é^íension  para  apreciarlos  cu'aí 

es  debido.  Nó  podetbos  olvidar  con  todo  ttáa  de  ^us  principa* 


Digitized  by 


Google 


loa  .publf^acioues^i Ja  fifiiiüíia.J'rancc^(^'Aq{xe\\^Qo]íKCion  no  , 
efltf4Ni'dcM'mfi4a  á  MÜsfaper  la  curiosidad  del,  cpmfiD.de  \op  \t^rs. 
tone«|  y-  las.  maa  e|ev,a4i^$  cu^gt^íoaes  de  pollüca ,  de  Jegislaciou  ^ 
7  4t  moiral,  ojuya  ia^jMort^n^ia  7  desenfolvtmjeiuo  no^  podía., 
traupfi  fligl^iunonte  en  oua  parte,  debis^n  tener  un  lugar  <op^ 
ellaiXiOa  booibres  inas  eiDinented  trabajaban  7  ayudadan  ei^ 
eU|tr|l  íllT,Guho\..A<infl\asdfseríkcion^^  que  me  atreveré  á; 
lli^martraKf^^9ital^«3^  djicígian,  ppcjp  ^rta  de  su  üsupio, 
•a  ^ío  4|pc^pe2o,  7  la  autoridad  tle  9us  decisianes ,  al  pur  . 
bjjkp  9P?s  jlij^f|ado;.oo  po^ian  espinar.  á,un¿|  acogida  popu-» . 
^mP^^  poqi??  en  movimientos  en  lo^  entendimientos  de.un  . 
or^en  e)^do^,una  inahihíid  ^e  ideas  nuevas  7  profui^da^.  I^.o^ 
tMffgflftfiai  de  «ft^JAmediaia  apnricioq  eifectos  .4ireGtoa.,7,.vi&|^ 
Uff*>.{^<^.*^^^^  4.<^^  in&i^9ft»7  el., porvenir  había  de 
reg^gcar  loi^i(rfiips.J^mjera  ^ambie^^^ierpen  una  escala  no^as 
nsducMa*  U/gCA^Osa  a^nbicion  del  Glohos^  7  bien  se  repuerdfi^ 
todaifí^  la  feliz  bfldencia  de  aquel  peri4<}|([)o  sobre  la  juventud  ^ 
Q0fi|^jNir^i9^.BIr.  (iuixol.,toa)p  ri^ra  yea^.ea  él  ^'^^  P^5^^.^^*^ 
n^\  fiierp  ^^b^  mancprnunado  de  ideas, 7  de  relaciones  flia-. 
O^  COXk  loe  r^f)(;u>res  M^  aquella  escejiénte  publicación  ;>  7^ 
|)pi9di^,coi^fS^r,  sip.  perder  nada  del  mérito  de  ^u  í>uen  éxito» 
4|ue.  la  i^tto^dad  d^  Mr.Guizot  les  inspiró  7  guió  muchas  vece^^ 

S^  eirta  esfera  ^le  actividad  plisaron  para  Mr.  Guia^t  lo» 
aj^oade^de  i8aa¿  ^^J*  Porante  aquel  tiempo  no  se  miezcló 
en  ninguna  aspeiaciop  .política ,  7  cuandp  entró  en  1827  en  If^ 
ao^edad  de  jíyudate ,  no  tenia  esta  otro  objetó  que  defender 
¡n^bltcf^m^af^,  contra  los  matiejos  subterráneps  déí  pod€;r9  \% 
independencia  dp  las  el^epciones.  Aquel  objeto  era  legal »  cori- 
fesadPy  públL<^t  7  la  publicidad  misma  de  los  medios  emV 
pleád^  por  la  sociedad » le  imponia  el  deber  de  contenerle  en. 
loa  Kaiites  de  la  mas  estricta  íeg^lidadw . 

En  i8aS  presentóse  al  ministerio  de  ^r.  de  Marugnac,  bfi-^ 
y>  naaa  favorables  auspicios.  Mr.  de  VatimesniUduraote  su  corta, 
pff|iaaoe»cia  en^  Ja  ¡nislcvccion  pública,  habia  intentado  f<^ces, 
refi^rmaSf  7  entre  los  actos  dignos  de  elogie), de  fu  admin,¡stra*«-. 
cion^^ef  prepiso  p^tar  la  autorizaeim  dada  á  MM.  Guizot^yiv^ 
lU|^n^  7  Gousin^  de.  proseguir  en  la  Sorbopa  aqs  cursos, 
tiempo  hapia  ÍPterrump¡dos.N9Jlfi^l^a7  en  el  d¡i(  qqp  pmeda, 


Digitized  by 


Google 


3o8  HBYISTA 

recordar  el  efecto  cansado  entonces  por  el  ndotrable  concier- 
to de  este  tríumviratOt  del  cual  cada  lección  ert  na  libro» 
cayo  auditorio  no  estaba  solamente  enardecido  por  los  aplan- 
sbs  de  la  jurentod,  sino  qae  podía  contemplar' desde  a^oe- ' 
Ha  tribuna  modesta  lo  mas  escogido  de  la  sociedad  fraWesa/  * 
apiñada  en  los  bancos  de  aquel  extenso  local.  Otros  podrán 
decir  por  qué  diferentes  méritos  estos  tres  principes  de  lapa-* 
labra  contribuían  al  mismo  objeto  con  un  éxito  igtfát^'ilo  nfoi 
w  atreveremos  nosotros  á  decidir,  entre  taleñtoé  qiié'nos  oooi-** 
placemos  en  confundir  todavia  en  nuestra  ipemorta/ M  tina 
admiración  coman.    Sin    embargo,  los  qoe  entonces  -t|iie^' 
rtan  distinguir  en  los  cursos  de  Mr.  Guizot  una  flst^Aomia  ' 
particular,  la  eoconirabán  reunida  en  la  nat'nrkteúf  ítí%mi4e' 
•o  asunto  severo  y  positivo;  en  la  costumbre  dé  su 'pensámien-' 
fo  elevado  y  profondo ;  en  el  |K>dér  de  ta  palabfa  Tletia  jr  chí*^\ 
^     ra;  en  la  dignidad  de  su  carácter  varonil  y  i'éséryádo:  DueSe- 
siempre  de  sus  mas  inexperadas  emociones,  se  le  reía  alterna- 
tivamente eiiv^anecido  con  los  aplatases  qué  se  óihüú  i  tú  ¿n-' 
seBAnza,  conmovido- por  las  seBates  d^  respeto  con  qtte  sé  bón-' 
raba  á  su  persona;  {lero  alarmado  alguna  vez  p6r  los  bAitos* 
de  mala  especie,  que  le  hacían  sospechóle»  en  la  Sbrtidha^ 
circunstancias  recientes  y  los  susurros  exteriores.' Así 'érr,qtie 
lejos  de  falsear  la  direccioD  de  los  estudios' bibldriBoiqúé^'pre- 
sentaba  á  la  juventud  para  captarse  sus  votos,  corría  rñbcfaas 
Teces  el  riesgo  de  disgustarle ,  recbázandb  los  mas  éslrepitdsos 
testimonios  de  una  admiración  éxtraBa  á*  sa  enseSanza.  La 
rectitud  de  su  entendimiento  no  se  prestaba  á  sacar  vtfb'tájb  do 
aquellas  ilusiones ,  y  por  el  contrario  le  incomodaban  como 
un  desorden  que  se  autorizaba  con  su  nombre  fiíera  de*  tiem- 
po. «Señores,  decia  en  i8a8  á  sus  oyentes,  después  de  faaSéi^^ 
les  dado  gracias  por  la  eftisioO  de  sus  aplausos,  nace  siéré'  aSós 
solo  entrábamos  aquf  con  inquietud  ^  preocupados  por  iin  iris- 
te  sentimiento  que  nos  oprimía;  sabíamos  que  nos  rodéalrán 
dtScuháícles  y  peligros;  nos  sentiaúibs  arrastrados  bácíá'  tin 
mal  que  procucabamos  evitar  en  vano ,  d  fuerza  de  gravedad^ 
de  trmquOídad  y  reserva.  Hoy  tenitnos  t6dbs,  vosittos  id 
mismo  que  yo,  oon  confianza  y  esperaoza,  con  eF  corazón 
tranquilo  y  el  pensamiento  libre;  solo  teneáios,'seSore8»  tm 


Digitized  by 


Google 


DB    MADRID.  309 

I  de  ola|iifr$tar  djgtiameate  nttefi,tfo  agradecimiento  por 
tüa^y  es  ^átii^rítar  en  nuestras  reuniones ^,^n  nuestros  estu^ 
dioéj  la  níisma  calma ,  ¿gu€d  reserva  que  observábamos  cuando' 
cad^dia  temioinos  verfas  embarazadas  ó  suspendidas.  Per  mi- 
tidine  que  os  lo  diga :  la  buc^na  fortuna  es  voluble  >  delicada  y 
fffdgil ;  U  etperai)^  debe  cuidarse  Jo  mismo  que  el  temor;  la 
CQMdlecencia  exige  casi  iguales  .cuidados,  la  misma  prudencia, 
que  «I  a^omeféf  Jn  ei»fe^.meda4«  Vt^sotros  los  tendréis^  señores^ 
eUox  4ñ  eUo  segurp.  Esta  misma  simpatía.,  esta  íntima  corres- 
poQ^eocia  de  seotiíAiento^p  ¿e  ideas^..<|ue  nos  reunia  en  los  dias 
ad^ñoi^y.por  lo  menos  ops  ba  ^borrado  las,. fallas,  nos  unirá 
ig4ialBimU  ea  los  di^  felictesy  y  nos  pondrá  en  situación  de, 
recoget;  lodo  el  fr,uio.  Cuentq  con  eUo^  señores  ;  ^  que  lo  ha-^ 
rcif  ^.j^.'$ada  mas  necesito,  (i8a8). 

.  Eata  l>rílli|ote  eiiseuanza  ocupó  casi  todo  el  tiempo  de 
Mr;  Gulzefc  desde  ,i8a8  á  x83o.  Se  entregó  á  ella  entera  y  leal-, 
meqle I  SKI  .segunda. intención  ni  astucia  politica.  Todos  con- 
sei}«aiB08  ia  prueba  4e  ello  ep  nuestras  bibliotecas ,  y  aup  eu 
el.diil  podemos  recojrjrerla ,  sin  tenernos  que  avergonzar  de 
qi|fi:elr  profesor  baya  vertido,  ^na  sol^  expresión  viva  ó  irri-. 
laMén  De  aquellas  iqaprovisactones  inlachables  no  puede  decir- 
4i^  que  M  dé  al  tiempo  ,1o  que  es  suyo;  el  examen  mas-severo 
ptK-euoaiHri^á'Bias  qoe  la  conciemuda  exposición  del  nuevo 
dfdsn  sooMl'y  ^^^  gobierno  constitucional. 
-:  .A  fioea  de  i8aS  habíase  unido  Mr.  Gifuqt  en.  sef^'undas 
Bapftosoou  la.  señorita  .Elisa  PUlon  ,  sobrina  de  madama  Meu- 
kn ,  que  al  morir  babia  prQi>'isto»  .deseado  y  casi  preparado 
fmitBí  ,stt  espeao^aqueH»  llueva  fortuna.  Disfrutaba  de  ella  tran-* 
filamente  eu  medio  de  sus  owcupaciooes,  ctiando  en  enero  de 
iSSoüné elegido ,  por  primera  vez ,  mietnbro  de  la  cámara  de 
diputados.  Tenia  entonces  4^  anos»  y  no  le  uoia  con  el  distrito 
deliitienx  que  le*  eligió  por  su  representante  relación  alguna 
de  int^MSea  uí  de  familia :  fué  un  bomenage  hecbo  á  sus  opi^ 
aioues  y  taleuto.  El  mtfmo  día ,  en  otro  punto  de  Francia »  la 
Gasoalidad.  diaha  -tambieu  á  la  diputación  .un  rival-  elocuente, 
uu  advécserio  pc^tioo  t  coa  el  cual  debia  luchar  frecuente- 
ueatie  Mr.  tiuizot  (i).  Poco  tiempo  después  de  su  elección^  la 
'(i)    Oi|nüado  IsjptiaufU^  peco  ondn  iangiis»  (N.  áéh  R.) 


Digitized  by 


Google 


3lO  ABTISTA 

contestación  al  discttrso  de  la  corona  dio  ocatkm  á  Mr«  Giiiaot 
para  ocupar  la  tribana^,  y  combatir  abiertamente  los  prinei*- 
píos  del  ministerio  Polignac.  Expuso  su  influencia  desastrosa 
aobre  todas  las  corporaciones  importantes  del  estado,  ^ueso 
admiraban  ellas  mismas  de  verse  arrojadas  fuera  de  Ms  iriaa 
naturales;  el  gabinete  impotente,  enemiga  la  mayoría  de  Ja 
cámara ,  los  tribunales  reprobando  con  su»  fallos  los  exceMs 
del  poder ,  el  pueblo  amenazador  ó  deadettesoí  En  fin ,  la  crl« 
ais  se  aproximaba;  no  quedaba  mas  sahacion  para  el  gobieitiio 
que  trasmitir  al  rey ,  |)or  et  órgano  de  la  cámara-  de  dipéta*': 
do6 ,  el  conocimiento  de  la  verdad  entek'a  ,*  que  sus  mhristma 
detconocian.  «  La  verdad  tiene  ya  bastante  que  bacer  para  pe^ 
netrar  basta  el  gabinete  de  los  reyes;  no  la  enviemos^ débil  y 
descolorida,  no  sea  ya  posible  ni  desconocétia,  ni  equivocarse 
acerca  de  la  lealtad  de  nuestros  sentimientos.»  T  votó  'isontra 
toda  enmienda  el  proyecto  de  la  comisión.  Lá  cámaM  fttá  di- 
suelta ,  y  cada  uno  de  los  miembros  qué  la  eoniMnian  se 
apresuró  á  ir  á  llenar  sus  dd^eres  como  elector  ,6  a  pMSén-* 
tarse  á  los  sufragios  de  sus  comitentes*  Mr.  Giiícot  {ttisóí  á  Ni- 
mes  para  ejercer  allí  su  derecho  electoral,  yodurante  bú  MH 
senda  fuó  reelegido  en  Lisieux.  Habiéndose  hecho  mas  Doea^iJ 
saria  la  resistencia  por  el  cambio  de  situación ,  dufsnfe  aquel 
intervalo,  la  oposición  de  Mr.  Guizot  se  hizo  mas  y  ñfas-viiiifev 
pero  siempre  en  los  límites  legales ,  y  no  Vaciló  eli ^ hacer  'iila^r 
cribir  de  los  primeros  su  nombre  en  la  asociáciorf  ptfM  Tehu- 
sar  el  pago  de  los  impuestos  no  votados  por  las^cámiMs^'^tf^ 
gó  por  último  á  París  para  saber  allí  los  primeroá  ^faetos  da 
los  decretos  dé  julio.  El  a6,  á  las  cuatro  de  ta  inaflana^  ilen 
gaba  de  Ntmes,  y  desde  aquel  día  tomó  una  parte  aetvraiofi 
todas  las  reuniones  de  diputados  basta  el  7  de.agoslix  «Tfoha 
babido  reunión  de  diputados,  grande  ó  pequeBa,  tiiiii]/erosa:¿ 
poco  concurrida ,  á  la  cual  no  haya  asistido.  He  tenido  di  ho^  ' 
nor  de  redactar  la  primera  protesta  de  tos  diputados «  y  la 
proclama  por  la  cual  la  cámara  nombraba  L^igár  'E^oienta 
general  del  reino  al  duque  de  Orleans.  La  cottiision  iinuvíei«^ 
pal  que  residía  en  et  ayuntamiento  me  hixo  et  honor  el  '3o  de 
julio,  si  mi  niemoriá  me  es  fiel ,  de  confiarme  el  miaiáterto  do 
instrucción  pública  bajo  el   título  de  comisarid  prov^idonal: 


Digiti2:ed  by 


Google 


DB   MADBIil,  ijíf 

acepte  (  y  de  consigoieote  eetoy  tan  comprometido  como  otro ' 
cualquiera  ea  )a  revoluoioii  de  julio ;  su  causa  es  la  mia  ;  y 
nadie ,  cuando  h%blo  de  ella  ,  nadie  tiene  derecho  para  dudar 
de  mi  fid<flidad¿»  Sin  embargo,  para  que  Mr.  Guizot  se  creyese 
obügado'á  hablar  aai  en  la  jcámajra  en  el  mes  de  febrero  de 
i83i  ,  era  precito  que  se  hubiera  puesto  en  duda  su  adhesión 
á  la  revoIucion.de  i83o.  Y  en  efecto,  no  habia  tardado  en  es- 
tallar la  desunión  entre  los  mismos  qu6  la  habian  consumado, 
y  que  habían-  dado  rehenes. 


{La  conclusión  en  el  número  siguiente.) 


í  •'- 


*>     1 


Segunda  s/rie.^1omóíL  Jio 


Digitized  by 


Google 


3ia 


■BTItTA 


.  '  •  "  y  '  . 

PROPIEDAD    HEREDITARIA    DE    LAS    TIERRAS. 


.E. 


posible  (nos  parece  oír  á  muchos 'de  nuestros  lectores) 
que  en  el  año  4o  del  siglo  XIX  haya  necesidad  d^  volver  á 
hablar  de  una  verdad  tan  antigua  y  tan  sabida ,  como  es  la 
influencia  benéfica  de  la  propiedad  territorial  en  la  civilización 
y  progresos  de  la  especie  humana?  Qué  ¿no  está  evidente- 
mente demostrada  en  la  historia  de  todos  los  pueblos  P  ¿No  es 
el  ¡dolo  de  los  escritores ,  de  los  políticos  de  todas  las  escue- 
las y  de  los  gobiernos  ilustrados?  ¿No  se  han  sacrificado  á 
él  creencias,  tradiciones,  prácticas  y  leyes?  ¿Es  posible  que 
después  de  tanto  como  se  ha  destruido  y  de  tanio  como  se  ha 
edificado  con  el  poder  mágico  de  esta  palabra ,  hayamos  de 
confesar  que  ha  sido ,  ó  demasiado  eficaz  para  el  mal ,  ó  im- 
potente para  el  bien?  Qué,  ¿no  basta  haber  quemado,  para 
ampliar  la  propiedad  de  las  tierras,  los  privilegios  de  las 
familias  y  de  las  corporaciones  civiles  y  eclesiásticas  que  las 
monopolizaban  ?  Ni  haber  introducido  en  la  circulación  una 
cantidad  inmensa  de  tierras  desproporcionada  á  nuestra  pobla- 
ción y  á  nuestros  capitales  ?  Ni  haber  dado  el  valor  de  moneda 
á  un  papel  especial  para  facilitar  su  trasmisión?  ¿Ni  haber 
afectado  el  precio  de  todas  las  del  reino  por  el  súbito  y  des- 
proporcionado aumento  de  su  oferta  con  relación  á  los  me^ 
dios  de  adquirirlas? 

Estas  declamaciones  son  justas,  y  desgraciadumente  esld 


Digitized  by 


Google 


aiticüA»  no  c^  ittbfkirfiino.  Y»  no  to«^r{MM3el  h|ira«in  que. 
ha  desl^bidol  6  maltratado  al  luenoa,  tddii.lo  ^e'ab  halla  .ao^. 
bre  k  sopértlcie:  Gotijóramos  ua  Tokm  qoa  amenata-  loa  maai 
^61*16$  Cnntetttod  de  la  sociedad. 

No  hay  verdad,  por  sóMá  qué  MI, y^lio. noreste  aójela:  ii 
W  Imfpogtíáciones  de  hombres  i1u$09  v  de  eapíiritas  (rivoloa  y  i 
aidioncel  qoe'hallao  éü/homütaeioa  alif'-dottde  se  froaietiao 
glorMr  y  1^  grtftiHid  de'ftuk  aeiUéj^P^tea.  La  -verdad ,  ctrnudo  lo* 
ca,  subsiste;  j  loé  emba^  de  está' tdase*  solo  airvaq  pava* 
fatí^rla  Éiaa  luníiiioéii ;  asi  confirlftaa*  la  "grAvIli^ioo  uáí^ 
▼¿MMtts  que  pira  khpugnarlá  íios  ctlao  ^uerpoj  qoe  é^ao^t 
parecer  éeafejati  de  lá  tierra;  ^  la  'éftaeiíllid  4l^  la  asivonónifa) 
los  qué  Bwtgiíreiit ^  porqtie  bñeen  vedo;  qoéél  mI  oorre  dia^^o 
rHtiiéÁt%^'de  on  eitretilo  al  opuesto  éé  ooesird  faottfeome^jfieW^ 
iBr«$iiM^<«bserVadobM  bon '  despreillatlles ,  j  ée  h«cliOídeafin»^> 
cladto;  ^coandd'  vieoeO'Uét  vfalgó  6'élt  personas  poco  ooiiooid*aJ» 
Fetó'si  bl  qué  negase'  Ú  gravedad  :de  dtertoii  eoerpos  fuese  ¡i^k 
bá^h  Thená^,  sí  el  qócf  atacieise  el  sistema  de  Néwtoa  fsáeael 
Mr.  'Ara£[¿ ,''^' sil' como *bo  podia  meóbs  dé  suerdef^-^tipb  -jh 
oiiU%  Iriciéséh  cbb  razones'  Uh  ptaiisibles,  coaio  'ostVastb'sa) 
iiitfrúcHoii  y  grandes  nis  talentéir;*  joüto  y  aun  ne¿-eáaríei  aear 
riá'énfriiir  en  él  etámen  dé  sus  la^rtíóne^ "  •  ^««f 

'En  poKttca^^ésth'  <5cmductá  es  Iridispeémb^  porqae>laaK 
cñealiooe^  relaftviís  al  bienestar  y^plrogreso  de  las' sooUtadear 
bvÉlánas  no 'están  Isnjetas^á  la  déínosiraeiod  que  ha  daieaagrí 
i^afteédátMuf;  ^reue  la)  ihásas  [iot^Ulái-es,  a^fasadaí  pornócaí*!' 
^i(M ,  ana  étf  ^  las  nabiofies  iriaá'VivIKaadas;  no  ptteden  eoaH* 
pl^iiaer'éstaá  1MMt#iai;y  por<I^Ué  loéí^fideóif  bMábrM*qiié  e« 
todos  loa  pataés  tienen  interés  en  las  revuelles'tes  hablan  afc 
corazón  qo^  es  el  entendimiento  dé  las' tnnbK¿d¿nA»res,  vigú^ 
mas,  peiró  ál  misino  tiempo  instruMSilt^  '«ódidíádo  en  toda»/ 
htá  k-evolncbnes ,  y  mas  fácil  de  adquirir 'en^itfs  paitos  vé*' qué 
ftitiftmeniend  pueden.  «I(¿ner  loa' gdbierttoé^i  las  m'éhBééc^ 
tfriiWélbtlraíl  armas  qué  ISil  dé  Hf  tBztny  •  '    '     * '  -         '   n-.:  > 

Foco^Üékhpfe  hace  qtié  bfá  éspailol  ildstre'y Respetable  pw^ 
|ii  antiguo  y  niin^a  descnentido  patriotisqiQ^^  IK>r.  su  grandp 
iiiatrj|Di¡Qoy  paael  loable  eniíiarasmo  y  oanMaiua  con.  quq 
sopo  aprovéchala  Ids  áHésdé  ataiáfgiirá  á  qué  fo  cómltaoanm  fé 


Digitized  by 


Google 


3í4  mwmrA: 

iiaQleraMU.y'di  foMlUo^^  publica  un  ppuíif^ri^  fobre  ^l  orh 
gea,  Iflitimd.  y^Eedo»  del  derecbo^  de  propiedad  ^(i)y;>]gyi  él  sf  . 
propone  demostrar  esU  .H»iileesa,:profio%ícion  tiQiíB  M91  híbwib  1 

APROPIADO  LA  TIERRA  DBTBRMIRAD08  INDIiriDUeS,  Jfl  14^  MAXOR  »A|k-. 
n  DBL  OÉNRRO  HDMAlfO  POROe  tRAM^AR ,  lU  RL  tM^iUp  (¡VQ^IRR 
LA  RRC0M^4lttA  DSBAOA  »  .VI.  LOe  IHTERBaRS  PB   |4)ft  ASOCIADOS  ^RRTAJl 

Rii  ARMOffÍA.  Para  pffpbarla^-dice  est^j|MreciaJb|e.eflciritQr,i:q]Be  ^ 
lea  ooftTttlaíoiles'.e^eck)^  4%  lienipo.en.tieiiipo  e|pÍD%4>'^ 
restes  pueblos  de  la  tbrra  prooed^'  de  U  miseria  de  lee  cla« 
ses  trabaja<lQtaSf  naddi^  de  l#s  prívacio9^..1eg^W.i)ue  ell^; 
attlren  eo  el  goce  del  prodniRtq  obteoido,  y.qoe  ,ii^¡eo|r]MLelv 
tnabigo  no  cocisig»  nn^  recompessa  tan  compleM  c^m^  W^Mr 
oe^  es  deeir^ni^tRaa  el,frabiúadorTio  i^ocedel  (rulo  ffileip 
de.ciia«|jMies»  las  sopied^/os  buna^s  exísliráo  fiD.i^iij^j^iic||{|^ 
eterna rqna  por  haber  oUid/vip  el  pripcipio  dej|iie'gl  JmbfM' 
del  booibre.es  la  base  de^a  riq«ex4i;'|ii  Stnitb;i  qv^^lojáp^- 
diibrié,  ni  los ecooojowtás  posteriores  bea  sabido  sacar; de; f^. 
lea  legílimas  coosecueocias » óonfoodieiidp  no  soIqi  Warti^i^Jq^i 
deriqne^ii^  prodoeto  exclusii|o  de  la  iodustria  yde)  boeib^: 
con  los  bienes  naturales»  psqdiM?(o  indep^díople  de,Ía  ^tevr^, 
'veacioQ  del  hombre,  sino  estoadon^  oHiiral^  entre. sljpiífiai, 
los  mas  célebres »  dice ,  clasifican,  entre  los,  af ^if  ulps  dfí  ¡si^pt^ 
9R  los  terrenos^  al  paso.^cie  no  icompp:e^d<íq^n.ella  oirc|i  do- 
nes netofales  igualmeoto,  nfBoesarios  paf#  ^niijsslví^  exísteoqia 
Qpno  el  aire»  el  fluido  elé^tri^o,  la  livp^,  elj^loc».^:  /^O] 
les  dones  de  la  nainralesa  op  pueden. ser  propic^^  iffidÍT^«u^Í. 
deinadiei€|ite  U  tierra. -f^.i^n  don  .iiotuiraf » i  iv^esarb  |PMK: 
Buesira  existeBcia  inafqoe  .las.  fuentes  ,  mamuji^  h^j^q/^j  )w 
dia.ffesvy  añade  r.cf^^^'.^f^  ípl^ra  su  umrpafiip(i?,^f¿:>J^/uer-y 
zm.podm'iMa  de  la  rutina  jr  de  fas  jfrepcupacifnes  Uiifetffradqs, 
jmede  esKjUear\un^  ^n^maUa  tan  siagui^r.  Los  gue  iifp  Aprf^e^^ 
ie^.mi.plan  fSiendp.fon^identes^  deben  proponer,  gt^  ¡as  rü¡s{ 
y  io$  m4r^  fe  conviertan  en  prcpied^jffirtüffda^nJ&n  resfdar«| 
cion  la  doctrina  del  Sr..FlGi*oa  E^tf^Bifl^:  se  redpce,  á|.f|ne  1» 
tierra  es  un  don  natural  que  no  be  d^^idó  sor  ^g^piado  •  J 

.{i)  La  cuestión  socUl ,  origen  ,  Utñudy  *efectot  del  deretío  ¿e  propiedad 
pof  Pon  Altm-o  HorúM'Bétrgds,  MédHá  IBSÚ.  Jn^sni»  de  'JM^  Ml¿aélde 
Murg^,  efdlf,  de  Ttiede ,  freiU$  é  Stm  isidro,,  dmde  sé  hf^Siié..  . . 


Digitized  by 


Google 


M   M ABRID.  3tS 

4ne  áu  apropiación  és  el  origen  detaiockos  maleik  Laé  como- 
cóenciaéqoe  ée  este  príneípto  deduce  son :  i»*  ^ne  el  est€uh 
déhe  ser  d  sota  propietario  deld&minio  dirécio  de  lá  ilefra ,  y 
a/ que  debe  adopeá'iAe  od  plan  silmde  uMifructo;  q(ie  n6  per- 
mita á  viadié  poseer  mas  'terreno  del  qoe  una  fátnHia  cuIfiTe» 
'y  qoe  esté  plan  es  el  úniéo  0|)o|ni]tto  para  dar  exislehéla  á  nb 
gobierno^  paternal  y  fuerte ,  ¿apaz  de  hacer  desttpareoer  la 
oicióeiifad,  coñipaBerá  inseparable  de  \^  miseria ,  é  incompati- 
ble con  laé  ^Maderas  bases  sociales ;  capaa  def  resistir  los  co^ 
iiatoflf  iocftióos  de  enriquecerse  sin  trabajaír;  capas  en  fin  de 
establecer  Un  síetema  fiscal  atinada  parecido  al  'inmoral^  qtio 
exikte-hoy  én  Europa,  y  qtie  amenaaa  la  seguridad' de'  loa 
tronos  y  la  tranquilidad  de  los  pueblos. 

Tías  medidaií  prácüeas  que  átón^  para  llegar  4  efecto 

'  eite  pf óyécto  sroh  f  i.^  tmA '  lby  por  la  •  qvk  se  oístítARÉ'  wr  "¡L 

'^TADo  ^RJrs  Dtí¿cAé  Tá  rÁinéb  ti«  ^ii  eóiiüRA  m  ^yWAs  Las 

TÍBáRAS^I^Díí  LOS  i»irorikrAiiibs  ^uiaiiátt  énagi¿«ar;  t  ^í^'Ila  con^ 

'cilSlOír  LRGISLÁltVA  VE  UNA  SU^Á  tÉftñUií^kbk  ,  CON  EL  ORIRtO  líR 
^^EtL  tíoÚEntfO  La'RMPUB'AltUAtMBirrS  BN  CÓUPflTAR  BIBrBS  llAI^ 
CÉsVoCK^nBBBai  ARÁBNItAr   por    ITNARtENi^A,  MAS   BtíM  HOOÍBIIADA, 

''OüB  suBitiA.  •  ''•  :•  ^••'*  •*•.',•  •"'•'•.<': 

Pbr  consecneiicia  débd  eirimina^  en 'este'afftíeutotnn  .-. 

Y.*  '  Si  Ja  circun^ancta  de  ser  la*  íiérra  ub 'den  de- )lr  Mh- 
iaiAtiá'  sé  opone  á  su  apropláeioik  ','y  ú%é  hallk  eiBie  jpoderosío 
agente  de  nuestra  riqueza  en  el  casaderos  miaren ^ies'rios,  r 
los  otros  que.  cita  el  autor  déf  la  memoHl. 

2.*  '  Si  la  propiedad  territorial  hereditaria  ba  sido  Tetftajdéá 
ó  peijodtciál  al  fomento  de  la  riipieza-  púMícay  al  bienesrár 
de  las  clases  traba jaddraik  ' 

'V    Si  seria  con  réntente ,  dado  qué  ftiese  posible,  que  él 
estado  adquiriese  todos  los  biener  raices  de  la  nación. 

4.«  $i  por  el  método  de  usufructo  queiM  propone  se  ob^ 
tendrían  las  Tentajas  que  sé  anuncian,  y  sé  eviiarian  los  maleé 
que  se  lamentan* 

5  .  •        .'      :       ■      I-     ..  '       ..  .     í\\ 

I.  '•'.'•;.  .|./| 

Ln  tierra  es  en  efecto  un  poderoso  frg¿n(e  dtt  ln  taatúi^alett 

Digitized  by  VjjOOQIC 


-que  «1  hotibre  nproviecbi^  p«a  adqairíi*  los  ol^tos  de  qiie,iie« 

ewia  pera  le  w^faocio^:de.6os  ^^c^dede^  El  ^ire,  le  luz, 

/el  calor,  el  agua  y  otros  coetpo^  ÍA^uyeo  sohre  ella ,  y  pro^ 

.moQven  la.  TefetaciQn.de.Us  plaotaacon  f^^e  nos  altinentaiiios 

y  vesiimo^,  y  c^n  qaeae'alimeQla  fn.ultUod  de  anioiales  :^^í- 

íes.  Lue  tierra»  na«  ofreceo  ájr,t>oI^^  y.  coateriaV  P^^A  I^^  ediC- 

.eios,  el^agaa.qae  bebemoe,  el  hierro  y  los.deijaaá  metales  tan 

provecbotpe  jierA  Ipt  ptogrespe^de  la  industria ;: sí  biea  todoa 

.^»(os  biefiea  serian  de  pocci  uiilidadt  ai  la  mano  del  bombfe 

éoM  dirigiera  eu  la  prodMccion,.y  no  l^ubieratriuD^do^á 

•OGetaj  ;4e  constancia  y  faprijGcioa  ^  que  apenas  se  comprendeOt 

de  Uh  ohpi^cokuf  qA<e  )a<uturalee9>  o^isiW  opove  4  ]^  pregue- 

cion  de  objetos  tan  preciosQS|      .    .    *      .    •  v    .    J   •  *.  r  ,• 

Pefo  l9/epropiac¡90  de  l«  tíerra^qpe  las  leyps  y  la  ooftum- 
.bre  ban  cjop^rtido:eQ  defe^bo  ft|  .t94<^«lpft  pajs^  .p^yilizad^ 
.90  prdo^de  de  que  lea  iii^d<>o.de.\a  ttatp)(ale»it  Mi  .e^  ^r|o  je 
opone ]tamp9co.á,l^  apropiíicion.  £1.  aire  atmostérioo  indispen- 
sable para  npeslra  exislenci§.;  el  ^ealpr  y  la  luz  del  sol»  qi^f;  pf> 
.lo  «oA.metipa;^  la  electricidad  y  otros  ct^rpos  y  leye^^del 
psuimIo  fisic^;»  son  también,  dones  de  la  naturaleza  ^  y  sii^  ^ip- 
bargo  no  pueden  reducirse  á  propiedad.  En  qué  consiste  esto? 
£n  un^eps^mpy  MnpiU^s.y.cuyii  ioiportancia  es  qnuy  eztra- 
^  ^  bf(y9  oftoitffdo  ^  ilosfradp  autor  de^  esctiio.q^e  exapi- 
.naip^  EojMPe  jHf..4<^4  RH^  f>ír^^  la  naturaleza  bay.  uni^f.  ^ue 
exista  jsfi  ps^i^Má^fl  ÍHmc^.,  y  ^p^que  la  tnisma  uj^ti^raleza  bia 
beebo  alarde  de  ona.f>fx^£u^ioq  sip.  límites^,  y  bay  otra»  n^as  ó 
^menos  escasas, y  ^i^lrf  .ellas ^Igppas.eii^que  al.^arefer  .s^  ba 
.mostrado  exfsesiffimentje  meTquína*  jUpa  agenies  de;  1^  i^af^rar 
leza  que  existen  en  inmensa  abundai^cif  ,po  pueden  ri^ducirsje 
jf^  propiedad ,  porqDo  de  becba  los  jppffífj^,  t^dos  ,en  upa  canti- 
dad superior  4  si^c;c«^ídad9k.[^p^9  ^I^pmedp  tifnqien,fj>up-» 
il^nci^^el  aire  de^a^  necesita,  pa^a.^^  respiración  ;.oadie  pipede 
44c.ir,  á  otro  v^.^  ^^^¥^*^t  9^^9.  ^.íl^^ff.  n^eesj^as  €J¡  earr 
elusivamente  nUa  ^jr  tú  perecerás  si  jo  no  te  cedo.^f^a  ,^rte. 
Lo  mismo  sucede  con  el  caMrico ,  con  el  agua  en  la  mayor 
parte  de  los  casos.  Hay  tambifii  otras  cosas,  que  aunque  no 
existen  en  tan  exorbitante  abundancia  como  el  aire  atmosferi- 
VtAjM^fi9^  P»^^  teducirse  á  propiedad,  ó  por  su  grande 


Digitized  by 


Google 


oy.iUPmiB*..  3i7 

€iiftUi4;;ó:(ioi\liMi  NMftpeqaUeft^dificiBJiUi^  (fie  iqiposibilUaii 
jÉ.(MMftíoaiexcliitif«  d.e  jellas»  ^io  la  cual  la  propiedad  es  una 
.qéiniéra :  ulea  ate  J09  granden  9H»res  j  mucboa  rioa.  Son 
*«sloa  hÍBDO.comimea  que'HiJAwn  Uidaa  loaqu^  pm^en  apro« 
mocharse,  da.  eU#«* 

i*   'Weró  las' lifirras. no  afi. hallan  en  eat^  caso;  existen  ^n  canti- 
dad Umiíada,  y  Jas  tjerras  CértiM.mafB,  j  las  tipf;ra8  biei^  sitúa- 
d«8|  yJaaqQeipiMidnceo  fruipá  rarpsj  esquiskos  ro^s  todavía.  í)e 
donde  j^nlla-^qtla  no  lodos  porfíen  tener  üerro^^fi  sjA/yolun- 
tad  9  ni  tan  fértiles  7  de  la  clase  que  desean  ,  ni  ^n  J09  puntos 
-eh  4iÍMÍ.pifid^  la  rbettigoif|ad  d^  cUipa«SQr  las».af|^c¡p0.ea  de  fa* 
inilia ,  por  ib:f  roxioaidad  á  grandui  ^poblapiones,  y.  por  otras 
eanaaa  Jas  afMácaen*  Pút  eonaacMi^pcia.  tales  tierras  puiedf&q  ser 
dennos  7  «0  ser  de  ofrAS,  y  dfi^d^.este  moinj^o  la,  propif  (lád 
6»posibki^«i»iqae  á«Uo  pueda.v^n^rse  la  consideración  de 
-^am  eakiD  don  de  l^:iíaluraJWaa.  .Esta. expresión  bien  pa^ditada 
^'WO'sIgirífioaotracóaai  abi»  qne,i«l  planeta  .que  bal^ii^aipps  es 
«bai{)aiite  delínHindofíaie^iflfi  cuya  formación  el  boinbrfi  no 
ha  tenido  |)art«;álgiimf;  peiKl  no  quiere  decir  ^e.p^odo  aÍgi;^no 
^qbe b|s  pasl^qoe  lo  cooaiitíUj^qiii^e^t^p^caQ.  en'/aifiiC4)ninn 
é  ipdasikil  que  Jo  babitkn;  «u^pd^)  ^  \k^  Mdo.la  y^liintad  d.e 
Üsb^MÜidénoia,  k  ba;htabo.  Tpdosrtii^n^n  airet  ^e  sobra^;  todos 
•.di8fircAa0'aeg1mios^dbferen(ea.pajpe|^  del  .calo^  7  df|  la  luz  del 
-a^luNDi  ipdop>tienea  mÍAMi^  oro  7  de  brillantes*  Si  estás. y 
'Oiraá  «oiiichastfiaBas  pcepioaas  eiu^iíeaen  ep  cantidad  Uiniitada, 
lalea  dopib  so  valdrían .nadai  Na, babrja  idea  de  propiedad,  y 
Uaiaidadjel  hombre. ndraeHaiiftiatimi^.d^.U  de  laspIfíiiMs  de  las 

.  Pdffo  diceel  Sr.  FlonU  »EiMad$ :  f>si  ^e^  jU..  apiuaíi^ad  u^a 
'i«4aaé  d« la laociédad tratara  de;a})reipÍ9Lr8e .las. fuentes v los  ^^ns 
•¡piloa  atajea,  7  loa  reatantes;  ¡ndirídMOs  no  pudiesen  béber^ 
'-«peMar.ni  aq^agar^-ain:  pagar  nú^  rflnta/d^.  esio^.dpDf^  n9tu- 
'üMiIea,¿se  folarariar  una  Qsiik-pacieo:tañ  escandalosa ?•»«•  Loi 
««qoe  00  apr«dkn  ini'flñ:,  aiado  ooffiigaienie^  » .dfi^ben  pror- 
«tffwii^  iqveiotfirioa  7.  hia  másaa^'ooi^iarlají^  e^:pff)pi^ad 

'»pMJc«[lar.  '     ..:'••'  ii  .      í  • ••,:!  •  :  ,^,:>r        ,  .  ,^J 

í      Btt'pi^imer  IngsrpMde  cont0stnrse¿¿y  «á  ows^n^enci^  de 
iqlropíatÉe  un  nombib  Ihnliado  de  iodívidiMia  ifo^f -^Ofllf^ ,  los 


Digitized  by 


Google 


3i8  ftBfim 

t\o%  j  Io6  mares,  'réáirit«86  que  H  jkiblMfbtt  ktmn  dt  mm 
tuviere'  agua  mejor  y  nkas  ifbandanle »  mayor-  y  ma 
peáca,  y  navegate  óon  itiát  aeguridAd»  leüéria  aala  poblacíoii 
'motivo  pái'a  quejarte?  Pues  ésta*  es-  la  cttestion.  Sí  k'  lierea 
perteneciese  á  todos,  si  no  se  reconociera  y  seTesptCaní  k  pao- 
píedad  hereditaria,  ¿producirla  la  inmensa  canlidad  de  lb*uios 
qué  produce 'en  la  actuaKdad?  ¿seria  Id  poMadon  mas  nume- 
rosa? ¿la  que  hubiese  gozaría  mas?  Estos  son  los  puntos  que 
deben  examinarse.  De  otro  modo  es  imposible  salir  de  un  cír- 
culo vicioso. 

Adénias  los  que  deflendemos  la  proinedad  berédilaris  4e  las 
tierras  áo  somos  inconsecuentes,  porqfie  no : propongamos  la 
propiedad  de  los  mares  y  de  los  rios.  No  podemof  proponer  la 
jpropiedad  de  los  mares  y  de  los  r ios,' porque  semejaBlefire- 
puesta  seria  un  absurdo;  porque  los  mares  y.  lea  ríos  no  per* 
'mitenMá  propiedad ,  y  porque  auiíque  la  permitiesen  la  secif»- 
dad' no  encontraria  quizas  motivos  de  verdadera  utüidkd  pata 
¿áñciohar  este  derecho.  Lo  contrarto^.  swcede  rea^ieotO'de'ka 
tierras ;  y  por  eso  lo  ha  sancionado  y  paole^idd. 

Pero  hay  mas.  No  es  tan  cierto  como  se  supone  qne  »Ipa 
'  ápnes  de  lá  naturaleza  que  se  dian»  sobos  todo  las  loentasy  bs 
k^jos,  no  estén  reducidos  á  propiedad  pariiéular^-A  éUa  debe 
'sujetarse  todo  ctianto  sé  puede »  cuaiido  eoaiTÍMewi  MÉtohu  . 
fuentes  y  manan tialiescoríresponden en  toda  EtirQ|)á  y  rm  náes 
tra  faiísma  España  á  lói  particulares  que  lea  kan  ¿•niiiado,  y 
sobre  esto  ea  todos  los-  países  agrícolas  hay  una  Vgislacieii 
mas  ó  menos  perlkcta,  sin  éxcliiir<el  nuestro^  y  la  {^piedad 
de  las  aguas  iluminadas  es  una  de  las  medidas  mas  eficaces/^i^ 
Tá  mejorar  la  agricultura  éh  los  climas  secos  y  ardienl;es.  A 
^likrtíc^lares  corresponden^  las  aguas  ifue  riegas  <  les  fisraees 
campos  de  Lorta;  é  pariiculares' corresponden  |as  úkioMÉiei»- 
te  sacadas  en  Yecla  y  Jumilla;  ú  porticularea  pertcSieeeB  las 
que  «ralban  de  desciibi'irse  en  Fortuna;  y  á  parüoulareSnMr* 
responden  en  fin ,  las  ^fae  vierten  laa  feénlea  deasiicbos  pae^ 
JbW  Muchos  de  les< que  lleganiá  ellaa  y  sacian  slu W»  y  1^- 
nan  sos  vasijas ,  se  figuran  que  el  agua  es  gratuita,  y  qm  no 
pértiénece  ár  «íogun  pairttcalar.  Muchas  ;voe¡^aise  eifgiffiaii;  el 
agua  qUe  beben  "útúé  su  dueño:  el  vecindario  samsnialn^  loa 


Digitized  by 


Google 


foitdtii'cbtir''t}n«8e'0oiní[yrD;  y  si^^asi  no  fuere,  prob^blememe 
Mío^titfbria  agtja  •en  el  pueblq.  .    *:.  .  '  ,  ..>  .    j 

•Témpooo  es  exacto  que  Ui  aguas:  de  los  ríos  pa  pfcrteoez- 
cáñ  á  pai^ltcúlanae*  Los  ríos  no  son  mas  qae  fuentes  ó  mauan- 
'  Ikiles  «as  abundantes ,  ó  el  agregado  de  muchos  roananiiales» 
Enr  los  países  báfbaros  y  atrasados  es.  donde  las  agaas  de  los 
ríos  no  .pertenecen  á  nadie.  En  ellos- se  van^ji^írgeDes  al  mar,  y 
solo  sirven  para  devastar  el  pais  en  sus  avenidas,  y  llevarse  al 
Océano  las  tierras  que  deberían  fertilizar.  No  sucede  asi  en 
los  pueblos  éh/ilisados  en  que  se  reconoce  la  imponencia  de  la 
(ifopiedad.  Elf  ágná  se  utiliza  para  los  campos:. este  derecho  sé 
(Mfmpi-a-en'mttdiejB  casos^  y  la  legislación  lo  sostiene  ^  de  modo 
qiíoíen  perjuidódel  poieedorningün  otro  puede. aprovecbMfllaf. 
ag^btk*  Ef  inistto  derecho  se  concede  á  los  qtie  coostrilyeA  iih>^ 
moé'J  mmtUttm.  ¡Y  e$alá  «pie  estfi  legislacíoé  ie  regulariz^af 
eii  tiii^tr'á'^páilal  Las  ventajas  seríaii  inmensas.  Muestra^  lo? 
yes  en  ésVe  ptltttd  son  incompletas  y  defectuosas.^  y  en  mucbot 
pueblos  nO'hay  otras  que*  la*  prácticas  tradicionales  de,  los  ára-r 
bes.  Bn  la  rieá  huerta  de  Murcia  hay  tiertaa  qne  t¡ene6  agua 
«in  tasa,  y  i  ta  •ieímedjacion  hay  otra^  aL.  mismo  nivel  y  de 
tan  btietia'*ealidad,  'que  no  tieneo  otro  riego  q«e  el  del  cíela» 
"^  'Ló¿uHk  ierfa' pensar  en  r^ducit :  á  propiedadr  particular  Íqs 
gi^áñd^ 'mares,  cortio  el  aTl^ntico  y  el  pacifico ;  pero  en  los^laf- 
gétftn  los  nkares  de  menor  cuantía  en  donde  la  topografía 
del  fla'Á  ayuda  tf -ioíeHos  gobiernos ,  su  navegación-  no  e^c.taii 
gtoerál  y  tíiil-ltbre  cojn^  Be  supone,  lo  oual^  es*  una  nueva 
pi^tífsba  déiadociriiía  que  hemos*  establecido.  Una  pofenüStlL 
níai^tiffié^ ,'  db^tf'de  Gibrahar  y  de  la  .eoBla  ol^uesta ,  podrjl 
tín' grande  tiKfitaliad 'ferrar  el  paso  tlel  Mediterráojei)^  y  laeHy 
Ctada  al'mtfr  negro  ba  dependido  sief^pr¿de  la  ivólilni^^  del 
Stllían;  •'•  ••  í  'y-  '     :  :•  '  íVk 

'  Me  he  deténfidoéÉi  estas  iudidaciones,  porque  ipo  es  sob  el 
ffpredablc'aütor''de  la  memoria  qoe  examino  el  que  hk  acu-»- 
todó  dé  ínéoniecXiéntía  4*  los  defensores  del  dbrecfao  de  propié^ 
Sád'de^/ás'iitfrresi  Si'otíroft  agentes  preeiosoe  de.lsi  Aaturarleaa 
fio  isé.iiatüyujéfMdtV  á  el ,  ha  ^^oosistído  en  que  o  ate  ei tutelada 
fabundami'ta'Uo'kl'ba  períflUidó,  óienqueno^se  ha  isreido  opi^ 
veniente  apropiarlos,  y  muchas  veces  en  una  y  otra  /eausa  tti^r 
Segunda  serie. — Tomo  IL  4i 

/Google 


Digitized  by  ^ 


Sao  nSYMTA 

nida»;  peto  cuando  estos  agenies  exÍMeo-en  ct^nlflMMnMf^ 
da,  cuando  de  reducirlas  á  propiedad  resuU^  •^Me^apti  .^iHif 
productivos,  y  porcoDSeoaeiiciac|ueaumeD|an  la  riqueza pú<- 
Mica^  á  veces  de  uq  modo  prodigioso ,.  las  lef^.qil^  la  esüf* 
biecen  y  que  la  protejen  son  justas  y  digiías.  dft¡ldft  S^^^^M^ 
ilustrados.  Pues  estos  cavalmeote  son  los  r/Mult(tdos:  dfL(^¥^ 
cho  de  propiedad  territorial.  .%,  .»    ¡    .•  ., 

Pero  afttes  de  pasar  á  probar  esta  verdadübeiiéfica,  .^qhi^ 
bacer  una  observación.  El  derecho  de   profif^dla^  jArritorJi^L 
puede  tener,  y  de  hecho  tiene  en  la  niay^r  p#ÍHf>ff|^lps^{)a4fif^ 
restricciones. aauy  ¡mporuntes.  Pjuedeo^poseki*,tÍ0fKifBi^  ^aíÍ<H 
ióft'páeblos,  las  corporaciones,  los   particulajrfís*.  JSaiii  qp^dó 
fAtítihos  que  el  derecho  de  propiedad  en  #lj(7^^YMt  ^t^<4^ 
municipalidades,  y  en  las  asociaciones re)i^iqsa#!^TcÍJvJi^,pei;^ 
judica  á  la  perfección  de  la  «gricuAlura  y  por,^p^eQM9nG4a.al 
progreso  «de  la  riqueza  pública.  Por.  t>(ra{)^tc(,  U.cfafHdajd^y  .el 
desee  de  conservar  el  lustre  de  oiertas  faoiMUas;  viof^ula^ijo  ep^ 
ellas  una  gran  fortuna  y  han  dado  oárgeo  .^éls^  legislación  soK 
bre  vinculaciof^s,  mayorazgos  y  Gde^pomÍBQ^,  G^m^ifli^raciprT 
nes  de  polít¡ca>  que  ni  tengo  necesidad-jdeaprol^Hf  ^fi^jfon- 
denar  en  esle  momento ,  han  dado.consisieQcia^áve^f^iilif^ijiff 
ciones ,  principalmente  en  los  gobiernos  if^onárq^i^cqs  ,i.eii  qa^ií 
se  ba  creído  necesaria  una  aristocracia. t^^tf^rjial; y,  f^^gua 
para  defender  los  derechos  del  trono^.y  fambiei^lfsi,d^|..,p^)^ 
iilo.  Nada  de  esto  hace  ahora  i  mi  propósito;)  ^iN>9P9.'^P11H^rT 
éo  menos  de  observar^,  que  si  la  excesiva  'ac;m)|i)aciim  de,.)^ 
Tiropiedad  territorial  tiene  en  efecto  graves  i]|hMVj4pii0iltes,cga 
especialidad  «n  pueblos,  pobres ,  y  regidos  ppr  ;i|iaji94,leyes,  .ia 
división  Himitada  los  tiene  también  y  de  mucha  cuantí^.  Sf^^ 
cede  eu  el' primer  caso,  y  esto  lo  acredita  U'^isiofia. de. todos 
los  países,  que  no  hay  brazos  pi^ra  los  ca)mpos»,:y  hay ,  ej^m-r 
píos  en  el  segundo,  y  esto  está  en  la  n^t^^^le»l  bi|ii^na*,  qo§ 
«90  hay  campos  para  los  brazos»  Poca  pob|acioa  y,:fi)4kcjiM^ivo 
^cuando  la  propiedad  está  muy. acumulada;  e^^^iira  pq^acipif, 
««oqttefM>r  lo  común  aventajado, c«lUvo»:PmiHJÍo,b|,4iyífipii 
tlela  propiedad  no  tiene  limilcs.  ..  j.    .  i,, ,  ,.,...:. 


Digitized  by 


Google 


0|^1tA»ltt&  Sdi 

-^  í^ero  el  Sr.  Flém  Estrada  no  se  ocufia  de  estas  ettesliooes 
láii'CÓiitfbvériidás  entre  los  ecotioaiistas.  Se  ofiinion  es  que, no 
haya  píro|>iétarioS' lerrUoríales ,  tii.  ime  sokrVifoe  el  ÚDÍ«o^,<íelHi 
8et*iel  Estada,' y  qtie  los  d^hivadores  todos,  sean.  arrendiMíaisHijis 
d^ifriisoMí  Estado. 

:j  >|^ot' Wf^eiptteneiaitvoy  á  examinar  el  devecbo  de  prapiedftj 
M  moéa mas  amplio ,  el  mas. popular,  el  que  hf^sta  ahora  bJBi 
stfMdo'tnenos  impugnación^  ^  el  despojado  de  tddas  W.  ¡DS7 
fkneisttes  góticas ,  el  que  se  crfiserTa  en  las  repúbUcas  mas  d«i7 
tttohNMeas^Yo  supongo  que  lodas  las  tierras  de  ixif  pais  soii 
á^ú'ílmi  ebagenacion;  que  solo  pueden  ser  adq^uiridas  por  me«- 
di^sUícttbs  ,  y  que  sos  poseedores  pueden  disponer  Ubremen-^ 
te  di»' el  las  para  después  de  su  muerte.  : 

•  Bu*  ^1' párrafo  precedente  solo  be  beeho  meiicioa  de  un(^ 
eírcmf$tancia,.eD  que  se  diferencia  la  tierra  de  otros  dmes 
naturales.  No  era  necesario  mas  psra  el  fin  que  me  proponia* 
Be  propósito  omití  otras,  porque  así  lo  exigen  los  límites  d# 
eate-^^ríto,  y  porque  este  es  etmoinenio  oportuno  de  bablas 
de  alguna^  de  ellas.  El  aire,  la  lus,  el  cabur  y  el  agua,  son 
ttb54»  dones  |>erfeotos;  el  hombre  no  ha  tenido  oecesidáid  de 
tA^iótsT  muchos  de  ellos,  ni  propiamente  hablando,  sabe  tam-v 
p<k}óf  baoeiió.  No  es  poco,  que  aunque  tarde,  baya  llegado  á 
eonboei^  que  no  son  elementos,  como  lo  creian- nuestros  mayo^ 
re«>  Bl^ire  atmosférico  es  el  mismo  ahora  cfue  lo. fue  siempre: 
el  botcibre  ^e  aprovecha  de  él  para  la  respiración ,  sin  mas 
trabajo  que  el  moviinienio  natural  de  los  paknones,  y  sin  nior 
g«na  preparación  previa.  Lo  mismo  sucede  con  el  agua  cea 
'qti0  sfNiga  su  sed ,  con  la  lus,  y  cancel  cakír» 
"^  Pbre  la  tierra  no  «es. asi.  Se  engañaría  oracbo  el  qae>para 
ÍDrvtésfiffSr  la  infloeucia  del  derecho  de  propiedad  ea  1^  pvo^ 
fgmjfGü  'dé  la  cifilieacron  y  riqueaade  las  isociedades,  creyera 
ifieias  tierras  producen  expontáoésmente  Iósl  olivos  de  Ant- 
-díAiiela  y  los  naranjos  y.  limones  de  las  hucetas  úe  Valencia,  j 
Mln%Sa.'Pata  ^nocer'  la  in&ueneia  milagrosa  del  ..derecho-  de 
fVKlpíedad»,  no  se  hade  ir  primero  á  Francia  y  á  Italia;  AI^í 
-jfW'erftá  haeho  el  lAÜsgro.  Se  deben  visitar  antes  paises,  feraces 
-sl^V  7'  iH^ti  situados',  pero  vírgenes,  que  no  han  conbeido 
imrioi^'la  mano  del  homl^re.  Tales  son  muchos  tenrenos  del 


Digitized  by 


Google        _ 


«ontiáedia  de  América*,  deja  oueva  B/^wdf^yjf^náeL  Nor« 
te  de  Europa^  AUi  se  verá  lo  4}ue  es  este  doa  de  la  naturaleaa 
qúeUáttto  sé  eDoomUu  Lia;Tejetacion  es  grande, y  log^fiDa,  por«« 
q«ié  ks  tierras  vírgenes  se  alimenlap  adenas^^/i  sus  pfopias 
producciones;  ¿pero  qué  producen?  Bosques íaaie<iSíNi<éil|i|^ 
éetrablesi'  cónraíAOseá  para  lasiiiestias  feroaes,  y  pkptasiDÚ- 
files,  coando  no«  dañinas,  qoe^  es*  lo  ooioiiuaw  Las  agMs 
qne  desícienden  de  los  montes,  ^eienidas  en  los  ierrenos  kCItrrf 
dos,  forman  lagunas 'y  pantano^»  infestan«k>  el  airfe  e»  aii  e^ar^ 
poragcioa  pútrida ,  oscureciendo  al  mismo  tiempo  ia  eimííafera 
con  nuves  de  insectos  que  amenazan  d^  muerte  al ,  iMrtlbre} 
los  rios  y  los  torrentes  sin  obedecer  eo-^su  curso , otras  ' lejrcis 
que  las  de  la  naturaleza,  destrojModolo  todo  y  como  haeíb«-f 
do  alarde  de  sus  extragos ;  insectos  y  .serpientes  en  sos  in— 
lAediaciones.  En  las  llanuras, -fieras  de  todas  clases ,*  yerbas 
venenosas,  y  las  pocas  útiles. de  tan  maligiia  condicíoaf  que 
BÍo  es  el  menor  de  los  prodigios  del  cultivo  baberlaá  parífiea— 
do  desa  natural  malignidad,  y  baber  conseguido  aplioarlas  al 
socorro  de  las  necesidades  y  á  los  go<íes  del  hombre. 

El  grande  esfuerzo  de  este,  el  que  prueba  su  destello  de  la 
divinidad,  es  el  haber  triunfado  de  tactos  obsiáculos.  So  mano 
poderosa  ha  abatido  los  montes  bravos  que  hacíais.  iDsopo^* 
table  el  clima  por  la  frialdad  y  las  incesantes  lluvias;  ha  dea^ 
cuajado  los  eriales,  ha  arrancado  los  grandes.  veg^Aaled  que 
de  tiempo  inmomprial  los  cufati*ian ,  los  ba  limpiado  de  yerbas 
y  animales  nocivos,  y  los. ha  entregado  á  la  agricultura;  ba 
puesto  en  seco  los  pamianos  y  lagunas,  y  ha  cM^iertido.  em  . 
prados  y  Jardines  deliciosoa  las  tiaras  .inundadas  antes  por 
aguas  corrompidas;  há  aplicado  al  culii^ro  laa  Udeiias  de  las 
naoutañas,  y  en  sus  cumbres,  cttbieyrtás  afttes  de  eterna  dí»« 
ves,  se  alinsentau  ahora  numerosos  rebaios^  Aun  los  bosqises 
no  son  ya  como  antes  del  dominio  exclusivo  de  las -Seras;.  «I 
cazador  puede  penetrar  en  ellos  |)ara.pec6^uirlas  y  ejilerilii*^ 
Harías,  para  cortar  la  madera  de  que  oeeesita  ^ y  patli. plantar 
y  dirigir  la  vegetación  de  los  árboles  q^ae  mas  le  .<H>ityiepeiik 
Los  rios  caudalosos  no  soo  ya  torrentOB.  ;4«liM^utlores;  el  bóm^ 
bre  ba  corregido  su  curso,  y  sus  aguas  ^e>  dirigen  ménsaosen* 
te  al  .mar,  sin  chocar  con  loa  obstéouloa  que  antes  laa.  derr»<* 


Digitized  by 


Google 


P^»  ^ Jof ^hiy^fii  xial^abi tablea.  Par#  .^yUaif.  lo^ ,.?Mra^Qs ,^^^  Jm 
fyeoíd^jf^^bi^>co|ij((ruido  di^uei^  y  male^qn^s.  ÍSe  le^  ba  j^-; 
grafljlg^.ea.ioi^pOü^^que.sé  ba  prfido  conv^p^ijitc,  y  .p^j  i^p^ 
dio, 4^  f;(e<|tt¡a8,j[,3qapa)e8  se ;ba  laQ>tiiídoel  rie^o  de  los  pam- 
Pf^ea^los.dus.^  que  el  Ut^^rado.^  Q^cesita  este  .^5i^f%>^«.,a| 
n^iaimD  liempaqp^eiuijiL  servido  para  ^t  tr^sj>orte^  ^^r'^^  PT?^  ' 
ducfoa,  ^cx^nQpibMAdQ.rpmensamente. Ios-gastos.,  A  pesar  4e  la 
VioleQcia.de  las  fllglli^.se.  ban  cgnstr^iido  jpu<tnies.^i^a^pj^ficqa 
aua  «obre  los  ríos  mas  caudalo$^os,^e  lian  edificado  |^ufrtQs  f^ 
otra^  Qbra9k4ní)poi:UatV&  á  .sus  orillas.  Para  la  .conduccjo^^d^ 
los  .prod,iPieLÓs  agrícola^  por  tierra  se  han  construido  carretera 
que  ^ktraviesan  el  pais4Mi  todas  direcciones.  De  ..fste.  niodo  $^ 
ba  rqnpejortado. el  couiefcio,  y  se  ba  sacado  de  la^  (iejrra^.toda^ 
laa  ventajas  que  su  feracidad  y  ^iluacjion  permitían*  £I.ri^uL-, 
tado  natural  de.taDtoa  esfuertos  y  ^lejorás  en  las  ticrp^  b«j 
aido  el  esiabbciini^nto  de  los  ciudades  >  el  fomento  de  lai^  ^r^ 
tes,  el  cultiva,  (le  las  ciencias,  en  una  palabra^  ,1¿  civilias^^c^ 
y  la  riqueza  que  tanto  nos  admira'  ^n  los  lienspps  podernos,  r 

Esia  ligerisima  reseña  ¿asta  para  coQoqer  cuáles  ban  .sjídii^ 
los  e8fuenm.de  la  especie  humana  para'aprovecbar  ^  que  j^ 
llama* doq  natural  de^tierras.  Ha  sidopr^iso  luchar  coo.él  ^ 
brato  partido ,  desfri^ir  sus  malas  inclinaciones  ^  y  dainarJUw 
Mmp  se  piydier.a  á  un  toro  bra;vp  ó  á  un  caballo  o^^ril.  .     j     ^ 

l^xamineiBQS  ahora  de  quién  ha  debido '$.er  jel  premiO};,.cmc|]k 
ha  sido  en  lanías  maravillas  la  influenc¡¡a  4<f  1  derjechp  de  pro«* 
piedad  territorial.  •  /   t  -    '    '   "    »  * 

Dicen  Jos  Qc^npqiistasrty  á,mi  parecer  con  ..mucha  razón, 
queeljntefés  dp  la'  sociedad  está. en  la* .mayor  cantidad,  dt^i 
producto  bruto^.XiO  que  interesa  á  la  poblacion.de  dp  p^j^  es 
la  abundancia:  de  las  cosas  Q9n.  que  &a(ji^fai;e  f Mf ,  n<tc^^fules 
naturales  y  fac^cias;  ie  iateic^sa  que  ^  jn^H^tjriil  Ifpffi^f^  ;}p^ 
capitales  yilmtierfM  pro4u3ícaí|,lA  «¡Ujrpr.p^gfid^i^ld^  oljjip^ 
s^l^jF  7  ^1^^  ^^  tamb^  la  vfi^yM;  posibl/s  lautilldi^id  dp  mí9 
objetos!  Eo  ua.aiio  es^so  los  posee^c^es  de  If  co^ecjb^  P949f4A 
^llfrenjsl  alto  (>recio  de.l9s  jtr^los  una.con^ié^/^j^  de  su 
peqoffia  cantidad,. y  tal  v^ una  ver4fi4^^;g$qBi|qͫu  J^ 
ino  suiede  guando  q«Ba8«i|a  los  [tfi^ttctj^.^e  Jasi  ^f^,  y  4^1 


Digitized  by 


Google 


3^4  nls v-fftTji! ' 

conx^rcíó/Bh'sffaacTan'^láQ  dfejíIbraMe^lgonóa  «fe  etirlqtiec«n, 
fíéVd  teenriíjuécen  á  coka'de  los'éaódín^bs  Bé  IÍi^  áemás',  y'  á 
veces  ¿  costa  de  calamiaadcs  tirrépái^ébtftV 'Etf '^afciA^ 
n^va  fcofis^blá  i^fátu^a  j  iá  ¿l¿(Á;ion  ;d¿  pjjfh^'d|#''jo8'%6¿su- 
in1dores ;  es  níay'ói'  el' núttiél'o  de'iós  qtie'j^záD ;  nfá^^ir  iéi  iiii^ 
tnerd'delo$  gonces,  mayoi'-la  pomac¡on;''faie]bt'^fa  saltid-pñ(í4 
blílá/y  mas  s^gü/óel  respeto  alas  le^cs^y  ál'dfdcn'iidblttd/ 
*'  fielativamenie  á 'la  '  agricultura  eribteré^ 'dérnáeMo,  y 
por  conseítiuencia  el  del'Gobiertio,  está  eíi  iq«ie  las  tiet*t;ás  pfo- 
duiícaa  la  mayor  cantidad  de  frutos ^  y  de  Taríás '  éí^iedeis^ 
Cuando  el  clitna  y  la  naturaleza  del  terreno  lo  {>émiitBfi';  y 
éiempre  los  de  mejor  calidad.  Eitá'  ititeresado  el  p^kéMo  en  qué 
Sean  muchas  Tas  tierras  cultivables,  y  pbr  consecuencia  '  en  1á 
desecación  de  lagunas  y  pantanosr,  en  laaboKcion  de  las  le^^ 
yes  que  directa  6  indirectamente  mantienen  los  cam|)ós  er¡á-i 

.  les,  eii  la  cotist succión  de  azequias  y  canarlés*qüe  facflitán  ttfrf 
fiégcfe'  periódicos^  aseguran,  ó  por"  lo  meno«'  reguTarizaii  lá 
di^l^ualdad  de  las  cosechas  y  la  variediad  de  los  pi'bddrctos.'M 
la  abolicioA  de  los  barbechois  y  por  to  niisilio  en  laPáltbrWatfvá 
db  las  cosechas,  en  la  pefreccibii  de  idsr  instrume'ntds^  y  krtefac- 

'  tos  agrícolas,  en  la  construcción  de  diques  y  niáTebbnes  qtie 
jVrésérran  las  tierrai  y*  lo^  serhbrados  de  los  WHgBsfdfe^fcíi 
forVeñlés,  en  la  de  azarbes  indispensables  para  purgarlas  tlfepl 
ras  bajas  y  pantanosas,  y  en  general  en  todas  lars  bbiias  y  étí 
ra  protección  de  todos  los  medios  físicos  y  morale^^  que ''tien- 
den á  obtener  de  la  tierra  el  mayor  número  de  cosa^  y  de  la 
mejor  calidad  posible.  ..;:*■    ..  ;I-Mtj 

•'*'  Pero  e$''tííenester  ño  olvidar,  que  el  empresario  y  él  ejecutor 
áe  tantas  y  tan  cólosíales  obras  es  el'hombré,  y  q'ü'e  lio'ScF-'Ié 
pnédléiobf^ák^^á  que  las  haga  cuandb  no  le  convienert  \  por  1& 


peWubd68  tós^triWfcy'tie(febaHc«'pára'd6C¡rf»W  »•  IfeiT  qufe 
6tíMA^<Wmpléa'ból^^st«!  tifa  éHcácés  cbttfd  «Itei^él^MÍíptfi 
aÍ4tí>dfeiWner,  el 'Gobierno  ^otiute[)re-cóir  «ü  défc^l  .¿ut-ntío 
"'  Áfbrtirtiadamrenfe  este  itttcr¿í''nt' puede  iséi^  hia^docrí'ta'i 
lAM'fihnitÚóJ'Eí  él'déteo  de  gfbzttr  y'  de-  m>  fauFrír  ,  r^svtllfeiéé 
¿eeesari^tle  la  admirable  sMsiMIidád  dA  hombre  j;^  k  iMe 


Digitized  by 


Google 


del  rQuioda  i^ral-»  como,  h  ^faYÍté^jotn  |,o  §9  de^  miiiidQ  fisi^Q. 
]^QfC¡  es  ni^nf|9ler  (ezcit9¡rlo  oon  dispemimiepio,  porque  de  jOtr|^ 
pA(]fio.  10  pífele, conseguirse  el  fin.  lostÍDtivQ,  como  única  iguiá 
d^  la  fi^i^dacj^  Rumana,  e$  infalible  en  la  majror  parte  dé,1as 
of^uor^pQ.^^  ^        .     ,      ^  ^  .   _  "^^  . "  .'^ 

^ .  jEptpfi  sicnples  ín^ipacipoes  bastan  p$ir^  denapstrar,  aun  cáan- 
^,la  ^stor^  ao«lf>  demostrase  de  un  ,pioao  l^n  evidente,  oue 
^f^.pl  derecho  de  propiedad  territorial  ,^  la  ac[ricultüra  no  bu- 
j[)jpra,  podido  baeer  los  grej^ides  progresos  que  l^a  hecho  €^  las 
giajcipu^s  modernas.  Ini^il  ^s.e^pe^^í-  [{{^e  el  hombre  ha^a^'^ástr 
tps,^ameqíKi9y,4^  q^e  no  se,pifQpííFJe;con6eguír^^^ 
|ed^i<]pft,á;l£(.producc¡eix!de  pbjetp^  cuya  utilkfad  no  huede 
distrs^f  .e|:^,pl  corto,  periodo  d^j su  v^da.  Éí.desa^j^e  jl'e  las  la- 
gpops^/la,  construcción  de  caiía.l<í>*|Je;  riego  ,^  y  jilra^  muc^^ 
obras  exigen  capitales  inmensos  deiqiie^no  puede  reintegrarse 
*.^9^  ^^  ^ÍS\9^'\!f  ¿íanlacion  de  bosqdc^  ^  de^miwhW^^ 
ses  de  arJl)Qj£Klos,^e  .^aJlaq  en  el  m¡6mo  caso."  Acaso  los  nietos 
principian  a  gpzai;  el  |rulo  de  ios  ímprobos  .y  cos^osps  sacrifi-r 


»  posib^eineQte  ingratos,  se  aprov« 
.^^lia  sido,  pues ,  preciso  b^u^car  el  interés  del  hombre',  nías 


j^a  fU<^,.  cc^p  Iof«  npmí^res  3e,pieridLen  en  Ta  potrezarSe^W  ha 
|l^f'n^^j^o^enJí)kOp.b€9,pai9es  cond^  á  sus   nijós  para 

ilW/ VWI  W'fti^?íip\^W.P*}®4»t  salisfjicer  esta  pasión 'variidpsál 
j^Píftf^^u,  poatjprida^F.  y  f o.  economiza  los»  sudores,  si  sabe  ^ue 
]|f^(^iiyi^ifle  apijovecha^  sus  mas  reinotos  nietos.         '  ^  '!' 

.r  ,  ^j  jips.  Iegi$ls|dp¡re$  00  hpbieran|  apreciado  cpino  se  meteceii 
^stos  pj|;ecbsos.re^t^s  ^.e][  corazón' humano,  solidos  lund^^ 
pij[^i)|ios  de J^¡ sociedad, ;9.U^  tierra  estaría  inculta,  y  la  ínisériá^ 
j^^ebilida^jlj  jj^,jU.bfrWrie,rp|n2^^^^  ahora  reinan.la  ri- 

qffl^  » la,  fuejrw  y^.la  ci^filsjci^.n, ,        *  '     '^\  •  ' 

.1  i :  iH"«  6?/")^^^.  ^*^^^?f'^'*  podm^ escribirse 'sí  acudiésemos  á'  l^i 
^^tf>^iafapMgjifaf,y.n>pderoa  para  confiripaar  esta  yérdá^!  Ixi^ 


Digitized  by 


Google 


3a6  AKflSTA 

Vüi  conciben  tam'pbcó  ef  principio  Úe  justicia  etf '  i^ue*  pnelie 
fundarse  la  poseslóii; perpetua  en  deterniinádas  familfas.  Ellos 
son  los  que  comparan  este  derecho  ¿  la  propiedad' de  Tos  Hos 
y'  da  los  mares.  Las  mejores  tierras  del  mundo  están  destina- 
das ¿  pastos  naturales.  No  hay  un  gefe  entre  ellos  que  no  ten- 
g'flí  un  tesoro  inútit,  ihfnensos  ganados  y  enjambres  deescla- 
vos! La' propiedad  y  el  cultivo  les  babriaii  hecho  atiiablé  el  piís 
en  que  nacieron ,  y  habi'ian  amansado  su  carácter;  pero  la  ocio- 
sidad, propia  de  todos  los' pueblos  nómadas,  Feroces  como' las 
fieras'  con  quienes  están  én  continuo  combale,  su  escesirá 
tnaltiplicacion,  su  afición  á  las  riqueitas,  que  río  quieren  crear' 
tes,  ha  arrojado  muchas  Veces  sobre  los  pueblos  ricos  y  cirili— 
zados,  que  han  sido  presa ,  y  hati  sufrido  por  mucho  tiempo 
éTyugo  á.é  estas  líubes  dé'hómbreé  desalmados;  llamados  bar* 
Barba  con  mucha  propiedad*. 

'\  tuanjo  la  cria  de  ganados  no  ha  sido  la  ocupación  exclu- 
siva de  la  población  ,  cuando  se'hdrí  prfncípfado  á  cultivar  los 
campos,  la  falta  de  prppiedad  ha 'sido  una  de  las  causas  mas 
poderosas  q\ié  han  imposibilitado  lo^  progresos  de  la  agrícul— 
tur^i  En  esteiprimer  periodo  las  tierras  se  sortean  anualmen- 
te, ¿y  qué  ha  resollado ?  qué  en  vez  de  cuftivarlás  las  han  es- 
quilmado, que  cada  año  ba  sido  preciso  sembrar  tierral  nue- 
vas, de'^onde  nacieron  los  barbechos,  y'otramúltiiuddeprác^ 
ticas  Viciosas,  que  tienen  oci'ésiis  tas  méjóVés  tierras.^  y  coúde'* 
nadas  mucba^  de  ^Ilas'á'  una  esteriTídPad  eterna. 

TT  sidescéñ'diésepio?'  á  examinar  todos  loé  niMiósde  esplo«> 
tacion  conocidos  ,  en' cada  uno  dé  ellos' bá7laViáh]6sdettí(istrai> 
áa  la  misma  verdad.  Ni  la  benignidad'deF'cIitní,'  iH  1^  ma^  ve'ti^ 
tajosa  topogriafia ,  ni  la  proxinfkidad  á'tos  maréá  y  á  los  grandes 
rios  y  aun  á  pueblos  industriosos  y  ricos,  ni  la'  fbrt'níéFád "de 
laá  tierras,  ñi  él  carácter  y  luces  de  los  habitantes;  etl'una  pa- 
Fáora.  las  nías  ventajosas  cirduñstanciáS  f'tbUVs 'los  dotie^  de  lá 
lí'aturalezá  son  poderosos  nai'a  crear  b' rihtfézk  y^lá'civlli'zabibn 
en  páises,  en  que  no  se  reconoce' la' propiedad  tei'rilórial ,  y'étt 
gjuq  no  se  protege;  porque  rc^córtóceílá ,  nó  respetarla  cónib 


páisei'  en  que 

/Google 


Digitized  by  ^ 


peta, el  derecho  de  propiedad.  ¿Se  quiere  un  ejemplo  de  esta 
▼erdad  ?  El  Asia  menor  es  uno  de  los  países  mas  fértiles  de  la 
tierra,  pero  en  el  Asia  menor  bay  malas  leyes»  y  se  respeta  po- 
co la  propiedad;  pues  el  Asia  menor  es  pobre  y  bárbara.  Por 
el  contrario  en  Holanda  bay  buenas  leyes  y  se  respeta  la  pro* 
piedad.  Eo  Holanda  bay  nracha  riqueza  y  mucba  ciirilizacioD. 
¿Y  qué  es  la  Holanda?  Una  nación  arrancada  al  mar  y  á  los 
lagos. ; 

En  resolución  las  tierras  mas  fértiles  abandonadas  á  sí  mis- 
mas pródueea  pocas  cosas  útiles.  Auxiliadas  y  -dtrigidais  por  la 
mano  poderosa  del  bombre  producen  mas  de  lo  que  necesitan 
los  que  las  cultivan.  El  interés  de  la  sociedad  está  en  que  este 
mas  sea  el  mayor  posible.  Sin  él ,  no  habría  fiaibricantes,  ni  co- 
merciaatesy  ni  sabios ,  ni  profesiones  liberales ,  ni  en  una  pa- 
labra y  verdadera  civilización.  Para  la  consecución  de  tan  santo 
fin ,  para  vencer  los  inmensos  obstáculos  que  á  el  se  oponei^ 
no  hay  otro  arbitrio  que  identificar  la  suerte  de  las  tierras  con 
la  suerte  de  los  que  las  cultivan ;  y  )a  suerte  de  estos  se  resien* 
te  9  su  celo  se  relaja  desde  el  momento  en  que  una  sombra,  por 
leve  que  sea,  se  interpone  entre  sus  sacrificios  y  sus  esperan- 
^  zas.  Para  sí  sus  sacrificios  serian  pequeños,  y  la  tierra  produci-* 
ria  poco.  Para  sus  hijos ,  para  sus  nietos  y  para  su  mas  remo- 
ta descendencia,  trabajan  inmensamente,  y  las  tierras  producen 
Amcho.  Quieren  apropiarse  Ids  siglos  que  no  les  pertenecen» 
quieren  que  sus  nombres  vivan  siempre  ¿Y  que  im{iorta?  Res* 
pétese  esta  ilusión.  La  Sociedad  lo  gana. 

Veamos  ya  si  la  propiedad  hereditaria  de  lás  tierras ,  que 
tantos  bienes  ha  producido ,  ha  podido  cansar  á  las  masas  po» 
pulares  los  mates  que  se  le  acumulan ,  y  si  eátós  se  habrían  evi- 
tado por  el  sistema  propuesto  por  el  respetable  autor  del  escrito 
que  examino» 

José  Antonio  Ponzoa. 


(La  conclusión  en  eí  número  próximo). 
Segunda  serie.'^ToHO  IL  4^ 


Digitized  by-VjOOQlC 


3l8  .BKTHTA 


'flf4í^S&9IW 


9 


AL    EXGHO.     SEÑOR 

non    TtLMMOSeÓ    láíVIBII   .e&STAMOS, 

.  •••.  •       ^^.■■• 

llhu(nf  Itr  6attrti.  • 


ROMANCE    !• 


JljL  la  capital  risueña 
de  la  andaluza,  comarca, . 
que  Hércules  fundó,  de  Bélia 
sobre  las  fecundas  aguas ,  ' 

La  que  cercó  Julio  César 
de  muros  y  torres  alias., 
la  que  ganó  San  Fernando 
con  Garci-Perez  de  Vargas^ 

A  la  opulenta  Sevilla, 
la  del  encantado  alcázar , 
la  del  mi^nífico  templo» 
la  de  la  torre  gallarda. 

Emporio  de  la  riqueza  ^ 
de  claros  ingenios  patria, 
y  que  en  los  brazos  dormía 
de  la  paz  y  la  abundancia  ^ 


Digitized  by 


Google 


«ilé^fá  'de  4áMí  A>  f^vo 

que  los  )Offfios>do  Camnmia 
á  la  i^iattt  bori^  y  tffpa , 

Uo  anbd&nte'ieorfee^ 
en  una  sudosa  jaca , 
cuyo  hijar-fat  espuela  Tempe  y 
j  á  quien  da  un  látigo  alas. 

rBl  vost  ro  .oomo  'de  «sufre , 
los  ojos  <iottio  de  (brasa , 
demuestran  ^ae  es  ibensogeiv 
de  peligres  y  desgraiófas. 


En  coleto  «someoio^esperce 
nnevas  ée  <tal  imrpertanei» , 
▼érüj^o  tan'Fepenttno, 
y  tah  i»égi]eas^l«liras, 

Que  k  oiudadteda  «her», 
i|ae  la  ciiidad  toda  alarma  ^ 
y  la  dof  asida  laguna 
en  .mar  JtKirMiseoso  camlm.' 

Súbito  clamor  cooCunde 
las.anteS'tf«iiipnlas  «uvas,    * 
y  agitado  el  ;poeUo  iiMD«nsi> 
hierve  en  ks  calles  y  pkan. 

Pleb^ros^  nobles  y  gvaüdes , 
4  canónigos*,  hombuea  de  ^htomis  y 
frailes  y  doctores,  arlulas, 
iraficanjtes  y  gamaebaa , 

£olo  usi  ctterpo.bumaiiíOifonnan 
doude^solo  vive  un  ahaa^ 
qne  únaselo  afán  .precipita , 
y  que  un  solo  grito. lansa. 

No  bay  ya  opuesiQS  intereses, 
no  hay  «ya  clases-encontradas , 
no  hay  ya  didtimos^deseos , 


Digitized  by 


Google 


3  Jo  WWTA 

no  hay  jra  9pipÍQDes.|CODtr|irÍ8» 

Ni  mas  pasipn  qnptU  irav 
ni  mas  amor  qufl  la  patria, 
ni  mas  anliielio  que  guerra  y 
ni  mas  griio  que  vunganza^ 


Palacios « talleres»  templos^^» 
conventos 4  bulnil(}€^. casas, 
academias ^.iribanftles»  . 
lonjas,  oficinas,  aulas,  ; 

Tórnanse  en  cuartel  inmenso 
donde  solo  crujen  armas, 
solo  retumban  tambores, 
solo  se  alistan  escuadran 

Plumas ,  estevas ;  toiriales  >  • 
pesos  >  báculos  y  ;yai?aA«'  .  . 
y  basta  abanicos  y  agujM  . .  ;,• 
se  conviertetí  en  es^das*. 

En  guerra  jr  fTtu^rXeterniiiian 
de  los  templos -las  jildgaciaá  • : 
Terminan  en  guerra  jr  murria  i 
los  procesoá  y  comniUis^'    - 

En  guerra  jr  'j7tffait».ooncluy«b 
de  amor  ias  dulces  phlaBraa, 
y  desde.al  sabio  discurso 
basia  las  vulgares  charlase 
^VamasÁmaibarf ranales!       ?• 
prorumpe  con.  fiera  audbic^ia 
turba  de  indoantes  Jiinosv  '  :     • 
que  bace  lusilee  (ie  eaSni'  <  (■>'' 

y  amos  d '  matar  /radeesei  / 
dice  el  anciano ,  que  airasira 
del  báculo  con  la  ayuda     '>  . 
de  un  siglo  eütepct  l«^ar^. 

fiamos  d  matar  franceses  t 
grita  el  jdven,  que  la  espalda 


Digjtized  by 


Google 


4>E  "ttitmift.  S3r 

del  [totro  ind'ówicó  ofiriaié'*'     ' 
Blandiendo  om  áütigQftJaaetf.' 


De  Ja  gi'aki  '¿iüdad  Oal>e£a ,    ' 
la  gigaoteácá  gíraMa-; '' 
con  lengua  dé  etéf  ií<y  bronee  9 ' 
cuja  Tozseitf^lí^oas  atida» 

Al  huratÁto'é^gdnfcce^         '    '. 
iobre|^0já'tfias  beíhraécaft, 
conmueve  la  bajá,  iierfíij 
j  el  fi^tnáméoto  traspasa', ' 

GnerM'^goiíando  al  mundo , 
á  guertta  cdilfóca  y  Hama    • 
á  toda  tá  Andalucía  , 
t  lodli  la  estófasá  EspaSa. 

Y  cltie  la  et-gtiidafrente'^ 
al  llegar  fa  nocfee  opaca , ' 
de  una  corona  de  üo^erae , 
que  Tiento  jr  Il^Tias  rio  apagan : 

Bandiara  det  fuego  sanio 
que  te  ba  encendido  á  sus  plantas , 
Cráter  del  Tolcan  iremendo, 
qveenla  gran  Sevilla  estalla^ 


BOHANCB    He 


De  oro ,  de  bierro,  de  barro 
inmensurable  coloso^, 
la  frente  en  las  altas  nubes , 
d  pié  én  lo»  d>ismof  hondos; 

Digitized  by  VjjOOQIC 


3ÍU  miirifTA 

De  ioficiAovde  cMorj  Iker^a».  . 

un  prodigioso  compuesto 

de  ángel ,  de  hombre  y.  Je  demooio. 

Alzó  de  Francia  perdida» 
con  sa.bypazo  par|«i|tofbp, 
para  en  él  tOa)kM  <U9Íei|ip     . 
el  d^ped^zad^  UPpQO^  < 

ídolo  de  doce ^4Íg]p$,p  . 

y  de  cien  0[iapAP<>a;ft^a«4H^.  >  \ 
que  desparecer, ví^i  ^  P^XI^Q .  ! 
ferrorizada  y-  #))^fH>t..  •    *:.  : 

Cuando  crímei^qf^  yirtiidAf  »i  >  / 
palonea ,  furiií^ »  ^pcw^i^^ , ,  .  . 
saber,  ignor4p(;¡«Vi)<^lw^fi    - 
héroes,  gigaot^fj^mofisUTi^i^v 

De  sangre  eu  ui:v,ai<M^  \Q  ühnf  8|ro|i  ^ 
y  bajo  ufi  o^ime  Í9  e9qomhP9^' 
lo  sepulta roq.^,  hm94Áef^a.  . 
con  uoitffi^f^  traslo|ri)i|^ 

Dios  le  di¿  faerxA)  4  «I  «pllü).  i 
y  a-iM  JBflif  4  p0it4^  w  «v>k( 
pedesUilsUo  giyinde^pMQk      .: 

Y  desde  él  tJ^a^qlm  eL  fiwa^A 
•  llevando  de  polo  á  polo, 

de  tempeslftdet  a»awiJa 
la  fuerte  mano  á  su  antojo^ 

Con  uñ  miKoi  d^  spldhdba 
á  quienes  él  dabar  elr  soplo 
de  vida  ,  y'  con  su  gran  nombre 
un  talismai»  pré¿Kgioto. 

Con  un  ceño  de.  su  frente, 
con  un  volver  de  su  rostro, 
desapaiwcHMi  imperiotí 
yf  se  trastornebtfr  «1'  glob^    • 


Digitized  by 


Google 


Mi  «lucillo.  333 

Este  poiteitfDo  \  «M^  ttémen 
-de  bien,,  de  lift^U  de  uoo^yotto, 
iorn^  al  Uan^díl»  Otddeato 
los  asoladovdi  ojos.     ' 

Y  fió  á  la  feóuiida  Esfeña 
la  cpfecbeta'  dei  oro ,  • 
qaemando  M'su  altar  ineienMe,  ' 
por  su.gttffia!  fasN^ieado  rotos  t 

Eo  «ciitindKtaii  h^imilde, 
de  entusiasitfo'eD  taíl  arrobo  ,       • 
qae  era  pod^fOfta  ayuda , 
sin  poder  ser,  nunca  estorbo  ^ , 

Y  de  amiga  bajo  el  nombro 
tan  adoradora  tn  todo,  ' 

que  sangre^,  riqnesa ,  'UtOM 
juzgaba  bojocaust»  corto. 

Mas  prevalecíétidó  ácaio 
en  el  pecho  del^cirfosO 
la  parte  aquella  déiufiemo, 
j  la  maMad'de^detlSGfttio/. 

Grkó :  ^^viTo  no  quiero  amigos » 
•  porque  esolavot  quiero  6olb> 
»  ¿cómo  aun  está  enhiesta  España?... 
>  póngase  ante  mi  -  d«  Mnojos. 

»Bese  Olí  soberbia  planta*, 
» hunda  la  frente  éh  el  polra, 
y  el  palacio  de  sus  reyes  ' 
de  escabel  sirvan  mi  trono.'^* 

Pijo ,  y  de  aranaa  j  guerreros 
por  el  Pinné  fragoso  .    ** 

torrente  treoieocio  bagar 
al  hispano  territorio,   j* 


Tal  ve^  la  adeste  parle 
le  dió^  á  ODMoer  dé  pronlo 
que  iba  á  despertar  leones 
con  armíjifero  alborotoi 


Digitized  by 


Google 


334  WvisTA 

Y  la  otra  parte  owsquioa 

de  hombre,  tierra ,  Cingo  j  loda 
le  decidió  á  atar  del  fraude, 
de  la  perfidia  y. del  dolo. 

Enoiaaearó  tas  legloiies» 
dio  mentido  aspecto  al  rostro,      . 
vistió  d<&  oliva  laa  armas, 
llamó  tieroo^  amor  al  odio ; 

Y  cuando  en  abraco  iiri<mo 
abogó  traidor  y  alevoso 

á  los  príncipes  incaatos; 
que  eo  él  j>iiscaron  apoyo; 

Y  del  regio  Mánzatiarea 
en  el  coronado  emporio 

en  esterminio  el  bálago, 
la  oliva  tornó  en  abrojpe; 

Hospitalidad ,  caricias  ^ 
bendiciones  y  tesoros 
pagando  con  hierro  »  moerte  ^ 
incendios,  estaprq^,  robos; 

Se  derramaron  sos  huestes 
á  asegurar  el  despojo, 
á  encadenar  toda  EspaBa, 
juzgando  vencido  todo. 

T  ya  de  Sierra-Morena 
humillan  con  fiero  goso 
.'  la  alta  cerviz,  y  registcan 
con  desvanecidos  ojos 

De  Guadalquivir  fecundo 
los  encanudos  eontornos, 
á  que  preparan  insanos 
la  esclavitud  y  el'  oprobio*. 

Y  aparecen  á  lo  lejos 
tan  aterradoras,  oomo^ 

la  encapotada. tormenta,.  • 
^oe  en  «las  del  viento  renco-,  - 

De  ardientes  rayos  prefiada 
anuncia  coa  truenos  sordos 


Digitized  by 


Google 


DB   MADEtO;  335 

que  á  asolar  viene  tos  campos, 
j  las  riquezas  de  agosto. 

He  aquí  la  angustiosa  trueva , 
y  el  conjuro  que  de  pronto 
causó  en  )a  noble  Sevilla 
tan  impensado  trastorno. ' 


ROMANCE     III. 

€ü  ítíloria. 

¡ Bailen t...  ¡Ob  mágico  nombre! 
¿Qué  espaliol  al  pronunciarlo' 
no  siente  arder  en  su  pecho 
el  volcan  del  enturiasmo? 

I  Bailen !..»  la  osas  pUra  gloria 
que  veja  hislor»  en 'sus  fastos , 
7  el  siglo  presente  admira, 
sentó  su  trono  en  tos-  canupoi; 

¡  Bailen  !••.  en  tus  olivares, 
tranquilos  y  solitarios, 
en  tus  calladas  colinas, 
en  tu  arroyo  y  en  tus  prados 

Su  tribunal  inHe^iUe 
puso  el  Dios  tres  vecJBS'saQto,  ' 
y  de  independencia  eterna 
dio  á  favor  do  España  el  fallo. 


Incline  la  tierra 
-  su  .mísera  frente 
al  omnipotente 
de  Francia  Señor. 
^  ¡Viva  el  emperador  f 

Segunda  jeWe— Tomo  IL  43 


Digitized  by 


Google 


336  REVISTA 

Es  Dios  de  la  guerra , 
y  de  polo  A  pplp 
su  Jxrazo'taD  solo 
será  el  TQPcedór. 
¡Viva  el  emperador! 

Segura  teitt^inos 
aquí  la  vicioria , 
sin  riesgo ,  sio  gloria , 
pero  rica  asas. 

MarcheiDot^  gocemos 
las  grandes  riquezas, 
é  insignes  bellezas 
de  Espalía  feraz. 

¿A  Francia  gloriosa 
quiéa  bey  qM  lo.míHtbe? 
tendido  esiá  el  orbe 
á  au  nliQ  val^n. 
•  ¡Vi^a/el  emperadora 

'  Su.l^y  padenisa. 
.  hk  España  rccilMu:  • 
Axancemos,  vi.<va  i 

4e.  Fff aooia  d  Señor-! . . 
iVÍKa.fa}  empecadorl 

Asi  eir  ÍQfi»roldea  .yocfeÍB  . 
los  io^neÁ^lM;  que koUavon;  . ' 
sembrando»  Metminia  y  m«eilé, 
la  Ei|rapa,d$)r  Píe  va  al  Tagd,  o  .  : 

Las  sUivieiosas  eailadaf  v'       ' 
y  los  fecundoa  ootbd^ 
de  Bailen ,  al  sol  naciente 
con  gozo  infernal  iiubaron « 

De  clarines  j  tambores 
de  armas»  canCMie».  y  lOftrrps, 
relinchos  y  r^p^os  gri^oa, 
tormenta  faorEf^njcU  fofwn)|if)o; 

Mas  sin  CiAbf|r,^«é.]pii|i..tiiin)>a 
era  el  espacios^  Q$mpQí 


Digitized  by 


Google 


por  donde  ^s^  pp^ulUw» 
osalm  U»d«  #1  pa»í 


del  sur  el  yi^otp  U^  ^^: 
rumor  de  acm»»  y  de  bon^jMW^ 
y  los  ecos,  de  eftteeenia...»      | 

A^Ta  dwpectó  d^  «u  leter^p  . 
de  las  Bl^pedas  el  U^» 
antes  morir  que  wr  e%(da^^: 
del  iafernal  NapolcQJi*  .' 

Viva  el  rey ,  viva  la  patria 
y  viva  la  rcligiün/' 

Y  apareceo  los  guerreros 
del  Guedhlqui^r  pbeokm*' 

^iu  pom  posos- atftvlosip 
siu  voladowl  pienaaho^ 

La  jusiick  dfc  m  pené    • 
y  la  rafam  de  su..fcMd<>»       •    ' 
con  Dios  en  lol  cpwiwwl* 
y  con  el  U*v«»  W  la3<  niM<»* 

Y  aoffqoe  e*  la  gwwreí  vtpft^, 
y  aunqwi  o^o  oide»  esoepe^ . : 
llevan  retoekoíá  4tt  freetft      «'    •; 
íil  valerosa  CASTAfiOa  j 

Los  fiom^Mietedmesi 
de  la  Ewopa  asSMsfatoy  paam^ , 
los  fuertes  ^  loa  ¡0 vMwibte : J 
de  mil  triunCea  coraMsdbs;, 

De  lítttfM  acaro  v«siii&»>. : 
con  onetiiaJ:  afórale « 
de  oro  y  domibi^  sediemn»^    « 
de  orgullo  béUoo  UaofaaAeew 

Y  teMode  4  ^u  cdhe^a 
la  sien  enüda  de  láuioa 
4  Duponk'^  cftttdUkx  «sptrio , 


Digitized  by 


Google         _ 


338  MrkAtÁ  ' ' 

duro  azote  del  gefniálib'; 

Veo  eco  déadéti  y  deisprécfío  ' 
como  á  inocente  rebaño, 
que  al  matadero  camina 
j  piensa,  que  va  á  los  prados, 

Una  torba^qb^e  ba  des  üíesés 
en  el  talkif  y  e^arado^,    ■      •"    '^ 
ni  cargér  tlntf  escopeta 
era  posible  á  sus  'mraaos.' 

Y  eñ  carcajadas  dé  infierne 
y  en  burladores  sarcasna^is ' 
prorumpen,  y  furibundos  ' 
al  fácil  triunfe'TolarÓD* 


r 


No  tan  fticHt:  brumadoras 
las  ondas  del  Ocfeüno 
del  buracas  empujadas 
tienden  el  iñtpensor'  pasó;     *.  i  í 

Ya  en  las  arenas'prófuiidás  > ' 
de  los  abismos,  al  álro 
firmamento-,  entumecidas ', 
.  Tan  á  encontrar  i  los  asiixis. 

Tragan  Toraces  y  rompen        i 
y  aniquilan  todo  cuánta 
pone  á  su  furor  estorbo, 
pone  á  su  curso  embarazo»   •   ' 

Y  en  la  humilde  y  blandb  arena , 
ó  en  el  informe  peSasco   : 
donde  el  dedo  eterno 
escribe  haita  aqiú ,  pedazo^ 

Se  bace  su  furia  espantosa , 
se  estrella  su  orgullo  insano,  i 

y  en  espvma  rota*  vuela 
su  poder  y  del  orbe  espanto. ' 

^^El  españcl  ardimiento 
su  fe  vitfa  ,  su  entusiasma    •     • 


Digitized  by 


Google 


Sean.ia  muerte  del  eohsa*^  ; 
Pronanciáde  D¡6$  el  labio/ 

Y  lo  focyon.*-  L09  v^li^QlM. 
de  Ittcíeate  anero  airml4M«  . 
los  granaderos  invictos , 

los  belígeros oaballos-, 

Los  atronadores  bronces 
7. los  caudillos  ibizarros' 
que  laa  elevadas  Orestas  .  . 

de  Moncey:  j  Se»  Bernardo      ! ; 

Gnnino  fácil  bieíeron/. 
.  ifoe  las  ondas. bu mi^aioni.: 
del  Vístula,  y  del  Daotflriii, 
áA  Mosa ,  del  Ría  7  el  Acnov 
No  pueden  la  raanaa  euestn 
trepar,  del  cblkdo  mabso 
de  Bailea«.«i.al  pobre  arsoyo 
del  Nehriidibal  liallax  vada 

Y  los  que  marea  de  fuagái  »>^ 
intrépidda  apagarüo^  . 

y  muroado  bfiyoneial!  .  ^  . 

huDdievod  000  vsa .áoMiga i! . 
Del  espa&ol  patHotisoio  ' 

á  los  encendidos  rayos , 

al  hierro  denlos  Tisoftos, 

al  tiro  de  los  paisanos 
''   ^96  osan  resistir ,  desmayan 

y  se  fatigan  en  Taño. 
.  retroceden ,  se  revuelcan 

en  tierra  hombres  y  caballos» 
hitas  águilai  ahiVáé 

humillan  el  ruelo  raudo  '    * 

ensangrentadas  sus  plomas ^ 

basta  perderse  en  el  fango. 

Y  rendidas  las  legiones, 
que  al  universo  humillaron, 
encadenadas  desfilan , 
vuelta  su  gloria  en  escarnio^ 


Digitized  by 


Google 


Ante  tiirba  cftte^tw  dos 
en  el  tallar  y  el-tfirad» 
DI  CftFgttT  uita'  escopeui 
«r9  posiUe  á  «tt*  >nfatti»v 


i  Viva  Ee|NinAS!  ^it6  A  mntdúy, 
que  despertó  de  ^uo  lelávgo^ 
al  grattde  ettrusndo  arpagóito 
en  et  firauínMnMio. un  astro.     • 

T  álititaipoqtie  «Ble  ka  pknta» 
del  noble.  oáadiAoiiispffncí     > 
Duponi  su  espadta  réadia  y  '  ! 
y  de  «u»  miMeiel.lauiK>.t 

Desdeasl  timio  did  «teiii» 
doe  aeoéogelea  volaron. . 
Uno  á  dar  la  nueva  ad  polo  ^  ' 
su  nieTe  en  f isego  toroandd  , 

Otro  á  caboF  vn  sepulcM 
en  Santa  Helena ,  peSaioo 
que  allá  «a  la (afcaasadat jaoiia 
descuella  eA^el  OcéanOé 


js^uu  s  d«  ^pu  d«  tn». 


A.   Ifk   S^   DuQUK  BB  ^RlVAS» 


Digitized  by 


Google 


DV  IttADRÍBb    .  34f 

bel 


Étido  ^íi  él  'áífio  ante'riot*  ^  firesenró  el  públfbo  ¿I  monvi- 
mmtó  érigtcle*en  él  Prado  ^n  hóMr  ^  las  tíct¡más%£t(^¡fica- 
-cbfi^  altCen  :i8é8,  se  babló  con  itucbra  VjrHvdaddel  m^HtO  de 
-)d$  itfsériífiieiiinés  qüre-s^  letail'eti  las  dó&  lápidas  latefáfeíi  des- 
^íneidaaal  é^o.  La  «ircumtai^tñtt  dé  'estar  piíiíáé¡k'j'noé&^ 
ealpidas,  daba  claramente  á  entender  que  se  pusieron  por  rra 
de  etisayo/y'cOA  b  'i&ea^é  tdfiveár^e^feVte'delas  ttisAsas  el 
dictamen  de  los  kiteligeDtes.Qtre'*tió  debió  isátiisfacer  al. Exce- 
lentísimo Ayuntamiento  de  esta  capital  el  juicio  manifestado, 
por  el  pública,  lo  pe>rs6firde''él  anuncio  cón  qne 'este  ilustre 
cuerpo  acaba  de  inwcá^  á  Ibs  lÍiépalo«  españoles' á  que  com- 
]X)ngan  las  que  les  dicte  su  ingenio  y  patriotismo:  determina- 
ción laudable,  y  )a  uuiea  qfoe  puede  asegurar  el  acierto  en 
una  materia  mas  iofportafile  de  lo  4Spíé  á  prhnerá  vista  pare- 
ce, pues  tales  tosepípcíeties  f^f  au  publieidad  y  .permanencia 
faoarran  ó  desacredtti^ii  perpétuammite  ht  ilustraéion  y  el  gusto 
del  siglo  en ^que  se  escriben.  iFaha  solo  que  aqufeUa  autoridad 
se  conducoa  con  igual  eordurtí  y  acierto  eu  la  efeceton  de  la 
persona  6  personas  que  btin  de  califiear  el  mérito  de  laíft  que 
se  le  presenten^  , 

No  SOR  menester  grandes  conocrmien»>s  pdra  cótíVencerse 
de  que  las  que  boy  existen  adolecen  de  un  defecto  caphal  que 
laa  ceusliluye  inadecuadas  á  su  objeta  Tal  es  el  de  no  dar  la 
.menor  razón  del  süeeso ,  que  por  esce^ medio  ^  intenb' perpe- 
tuar en  la  memoriti  dé  las  fdturas  g^^iieraeiones.  Wdel  costa- 


Digitized  by 


Google 


34'  asvisrá  • 

do  que  mira  al  norte  se  reduce  á  dos  Tersos  de  Lope  de  Veg9 
que  encierran  una  ¡dea  grandiosa,  pero  que  carece  de  aplica- 
ción individual,  conviniendo  á  las  victimas  de  Majo,  ni  mas 
ni  menos  que  ¿  cnaatos  hombres  se  bao  senalaao  ó  puedeo 
señalarse  por  bechos  dignos  de  idiitacion ,  asi  espi^nolea  como 
extranjeros.  Dicen  asi: 

A  los  que  mueren  dándonos  ejemplo 
No  es  sepulcro  el  sepulcro ,  sibo  templo. 

Pensamiento  noble,  espresion  poética  y  feliz,  versos  Uenoa 
y  sonoros,  especialmente  el  segundo,  y  que  anuncian  upa 
gran  verdad  (sin  verdad  no  bay  belleza).  Los  varones  que  por 
actos  heroicos  de  virtud  cívica  ó  moral  sirven  ¿  los  deakas>  de 
modelo  y  estimulo,  soi;i  dignes  de  veneración,  y  au  lutmba 
merece  en  cierto  modo  el  respeto  y  la  reverencia  que  tríbota»*? 
mo6  á  loa  altares.  ¿Pero  en  esta  inscripción  se  indica  ni  remo» 
lamente  el  acaecimiento  á  cuya  recuerdo  está  dedicada  aque^ 
lia  mplé? 

La  iuscripcioa  que  corresponde  á  la  parte  del  aur  no  ea 
mas  oportuna  que  so  compañera.    , 

Jurad  sobre  esta  tumhíL^  Castellanos , 
Antes  morir  que  consenr^'r  firaoos. 

Prescindiendo  del  mal  sonido ,  fácil  po)r  cierto  de  evitar, 
que  produce  el  encuentro  de  las  sílabas  ta  tum  y  tü-  tir^  se 
ve  desde  luego  que  el  sentimiento  espresado  en  dichos  versos 
es  hijo  de  época  posterior,  siu  relación  alguna  con  el  moau* 
mento  ni  su  asunto.  Tiranía  se  Uama  el  gobierno  de  una.auti>- 
ridad  legitima  que  obra, por  mero  antojo  atropeUando  laj'us" 
ticía  jr  las  leyes,  ¿Tiene  esto  algo  que  ver  oon  la  invasión  de 
un  poder  extranjero  que  cou  capa  de  amigo  trata  de  apodar 
rarse  d^t\  trono,  después  de  arrebatarnos  fraudulentamente  al 
rey,  y  á  los  infantes?  Viva  FernaiidoYII!  Muera  Napoleón!  fue 
el  grito  en  qiie  prorumpió  el  pueblo  de. Madrid,  y  que  nesonó 
ei^  todo. el  imperio  es[)añal  de  unp  y  otro  mundo.  lias  ideas 
de  libertad  política ,  de  la  necesidad  de  limitar  la  autoridad  de 


Digitized  by 


Google 


DB  fltAoat».  343 

los  reyes;  laB  deconétitudéa  7  {fohieiítió  nepetfOlativQ,  sotí  de 
Techa  mas  rtcienté,  y  qu«rer  aludir  i  ellas  lea.  l^síps^ripeint-* 
lies  del  moQutnéDio  del  Dos  de  May«,  ea  cometer  utf .  verda^ 
dero  anacronismo*  Si-  i. estas  ooosideraaionea  se  agrega  la*  qois 
ja  dejamos  apnniáda  ,  de  qae  oMiguna  indtcacioa  se  baoe  dd 
gran  snceso  qne  Im  de  eunroiiar  aquella  obra ,  nadie  dudará 
-de  que  tdés  versos  son  mas  qneiooporHinos.     • 

Diráse  tal  rez  qae  seaseíanle,índioa0Íon  es  snpérflua,  que 
•el  «suceso-es  notorio  á  tód^  el'  muftdo,  >  que  la  posleridad  no 
'noedp  ignorarla,  y  por  «Ütioio'  que  jiasti^n  paira  su  teonerdo 
las  paihihras  Ba^  de  Majada  i8ofij/q9ie'eD.]ie^ras  de  oro  esi- 
fin  ¿solil{)idas.  en  la  ^)ase  dtel^obelisÓA.  EMa  observación  es 
Justísima  ,  y  nadf  4ejotf  estoy  de^eesueeéir  en  ella,  aíladiendo 
tfve  en  mi  opinión  le, sobra  «|  aio*  Giñ  solo  dleeir  Dos  Je 
Mcgf^  quedaba  perreotamcnsé  designaii|o^ objeto^  y  etia  ina- 
-erípeion^era  menscedora  de  los  mismos  elogios  que  se^  ban 
'dado  «iemfre  á  ios  célebres  epitafios  de  VaubaA  y:  Turena: 
AqoeUas  tres  palabras  forman  un  nombré  propio»  solemne, 
enfiStico^  <|oe  ñroaeTu  eé  la  oiemoria,  y  présenla. 4  la  ¿MitQsia 
-ei  gran  acaecimiento  con  todos  ana  «niecedentes  y  0oiitecuear 
'Oias  4  con  tódes  sus  horrores  y.actoa^e  beroismf.  Cd^  el  .agre- 
^gadó  dé  r8o8  pierde  tan  nobles  calidades ,  y  qoedaí  eop^eirtido 
vn  una-simple  Tecba;  es  d6eir,.eñ  la  parte  maa.pfoMica  día 
iuoa  carta  familiar,  y  lo' que  es  mas  ridioula  aun,  en  «qa  fb«- 
-obW  niél>«0Ctila,  pues  jamiis  se  ha  jcatampadoel  dia  dri.jises 
«oesi  todas  sos  Iciras  y  el  afto  eá  números»  Asi  fuera  id«í-4eseatfr 
f^iaé.éllExffimo.  Ay«niaiii^nto  hiciese  desapaceiGer;4)UM^l0  Antes 
ian  de^raoiada^oRadidMfa* 

-'  Comoquiera  que  eea, i  paree6.qiio.s«[inteo$SiCW,>QQP  arfe*- 
^  á  la  oval  se  medito  y  fcrmó  d  plan  de  la  obra ,  .^q.M^  ha- 
-ye  dos  ioscrtpeioóes  que  llenen  d  viicio  de  lo»  dos  espacio^  la- 
hiérales  :del  of^rpo  cuadrado.  Ssta  tíneuülfkpcia  iaiip^fMa  1a 
ídsficifltoi,  |weqiM  na  debiendo  habet,  aegan  \o  Miom^n  la  . 
orqzon  y  las  reglas  del  bueal  gusü»,  maa  qei«  «me ipi^ipcipp. eri 
ícudqpiar  «onumeoeo,  noipiáeil  isoiiiaarMHr  estaMi^idaft»  cuaur- 
do  4a8  qMrlafams  %  queacjfuefla  Ofmsüfiv  bjei)  Ae^^i^o  v^so  jo  .^ 
pi;osaj  han  de  escribirse  ei^  dos  hogares  dist^nlps,  y  de  tal  njo- 
'€bai.dis(^msiM»4|iie4ea.iii{pp|i^  !¿bsHpa  v^zi  "^1  .W^"^? 

Segunda  serie* — Tomo  11..  44 

Digitized  by  VjjOOQIC 


344  «BVnTA 

mejor  de  salvar  esta  dificoltad  seria  poner  la  ¡nscripoion  ea 
'latiii  y  ea  oa^tallano,  ocnpando  asi  Job  ^k»  espacios  desta- 
llados al  objeto,  segon  -se  practicó  en  Ja  real  Adueae»  én  k 
puerta  de  Toledo  y  en.  la  estátoa  de  CervárUesuPor  este  medio 
ee  con^guirk  también  conciliar  las  dos.opíaioncp.opiteslab  sem- 
bré el  idiofíia  en  qne  deben  escribirse  los  rólulefk  pábliooft,  ó, 
como  ahora  se  dice,  monumentalesf  opiniones 4]ue,jius.piM*^¡*- 
darios  respectivos  suelen  sostener  con  lál}>empend,jooSDO  éi  de 
ellas  dependiese  la  salvación  del  esCado.  i¿Dequé  parte^esiá  'k 
rauMH?  No  seré  yo  quiei}  se  atreva  á  decidirlo^  tias^  ya  qbe  aie 
ha  tocado  este  punto,  expondré  breveauenle  ¡tí&  fundetaienlos 
en  que  apoya-<4u  dictamen  uno  y  otPO>  padtido ,  dejaddo  la  de^ 
^cisión  á  cargo  de  los  leotoresvEmpieaant  lob  ffaroialest^kl  latín 
por  alegar  la  antigüedad  de  posesio»,  .díeiéndo.que  .aoaqee 
bace  no  pocos  siglos  ^que  dejó  de  ser  iv^lgar  eita  lengua  en 
los  paisas  meridionales  de  Europa  sujetos  áiadomroaeión  ro(- 
mana,  su  conesante  enlpleo  en  las  ínscriticionei  públMas^dciodós 
ellos,  ¡es  una  prueba  práctica  de  queéa^el  cdnqeptO'  geaovaj^te 
rec6ncíceh  sus  ventajas.  Y  en  efeckd  kistmasracéffríjpipa'jdie&n** 
sores  de  los  idiomas  vulgares,  lo^quemasieocanaeea  su  mli^ 
yor  claridad  para  espreáarse  en  todee -biaiestíloaidesde.  el  ^mas 
llano 4iasta  él  mas  elevado,  desdefel  mas -éeívéiK)  hSat^.el  'mas 
áorídov  presentando  ejemplos, y  «aAreaa^o.  escritores :<le.  tode« 
ellos,  convienen  en  exceptuar  el«tiloilapidat-ÍQ<,lea'«l  cual 
confiesan  que  ningún  idioma  moderna  poeiifs  .acólsMrf  la<icailir- 
petenck  con  el  latino.  El  sonido  roiiutido  y,  grfcve  qnri  k  idsui 
sus  transposioiones,  y  k  «oneision  c|nedebe  á«  sttS/üUktivoa 
absolutos  y  á  la  carencia  de  artículos v  bou  dotei)queipo  (lucde 
suplir  k  estructura  premiosa  y  ea^barazadtttde  ksr lenguas  ac- 
-tualeSii  Dicen  también  que  k  generalidad:  de  ks  ¿[entes,  de  «l)s« 
da  pais,  ignorantes  del  idioma  del  Lacio  ^  ó  tien«i  ooticirf^pmr 
■su  notoriedad  tradicional  de  los. asuntos  sobi]S'4|ue.vbr8afa.  tap- 
ies inscfipdoties,  ó  no.  bace  aho  m  élka,  cohm».  8á4Befie)íMa 
Cuantas  cosíais  estamos  acostumbrados  ¿i  irér  déqde  «ttiíioa^  que 
por  extraftaaó  magnificas  que^acaa y  no  nosicauaaA  tmp^ésion 
'ni  excitan  liuestra  curiosidad  (i!);  Añade»  ^eeá  ésto  sé  ha 
■  •        •  •  '      '    ■  ••       '  '    •  f 

{!)    Ba  prneba  dñ  U  e^ctitad  d¿  est^  •bterTtcion*  padl¿rám<M  prfegnn'tii»^ 
icuSaiof  «Da  ta  lUdtíd  lot  ^'«diea  ^Ué'híyiii^  iiiiS»i^cM'«l«rs  y  lé^l* 

Digitized  by  VjjOOQIC 


de  tfteader  bbn  preCerencm  á  facUitar  i  loa.  exlraojaro!»  al  co-« 
Docioiiema  ée  li»  «osas fumables  de  la  saetoa  qae  visilao^  á 
fio  'ie  que  des^Hies  publiquen. en  sos  escritos  con  alguna  eikms^. 
iUaú  los  beclMxs^vlas  olM*as  y  los  béroes  en  que  fuoida'Sas  glo?*' 
rias:ld>dsurHderáfl^s'eBibara409o  y  arduo  para  ellos,  si.se 
esiánifaseti  en  la  K^ngua  rulgar;  \p«es  ciiéndonos.á  Europa, 
qümÁ^úwhAlmá^tfé»  sugetos  eniirb  los  iofiailosiqtie  por  su  íosp- 
tvacciao'ó'paaatiempo  salen  .anualmettiefá)  reeorrerla ,  que  en-' 
Uemlaazipdos  kxs  (idiomas  de-sus  diversaa  negionés,  siendo  por^ 
el^oesrftr^DtfOirárisíniO'  el  que  nd  eoítieóda  el  latino»  :    ti 

•    iAlegMrn>ki8  adv^isarioi  en  favor  de  su  dtctáineii  razones  ñor 
menos  ifuerscs  y  plami bles.  Dicen  que  el  ejemplo  niianu>  de  Iosí 
rtfóiaDosv'qw^  on  éste  y  en  otros  puntos  se  nqs  presan  tan  eo^- 
nho  úniofKítpiíodelos  dignos  de  imitarse  ciegamente,  destruye 
pos  el  pie  la<  opinión  dontrarí&«  puesto  que  si  escvibian  en  la- 
tin>itocUÍ8  las/ memorias,  leyes,  dedicatorias  Üe  edi6cíos,  epita- 
Gos  y  demás  rétulos  públicos,  era  por  ser  este  el  idioma  vul- 
gar del  paiatasfiné.  tuvieron  jamás  la  extraña  ocurrencia  de 
esoribiabs  en:ie¡ñgoa  faldea  6  cartaginesa ;  que  el  presentar  al 
púbKco  itistoípcíodeá  con  el  objeto  de  perpetoar  algún  becho 
BOu|»IeQ^9D»'9n:fliétícia,  imitación  6  escarmiento  len  idioma^ 
que  el  tal'páblico  «o  entiende,  es  el  colmo  de  la  extravagaur-. 
eiau  y  ec^  £qi  que  eslo  se  practique  con  la  mn  de  que  lo  pue*. 
d«  iooospceaderiv algún    viajero    que    tenga   el  capricbo   de. 
visear  fufuel  páh,^  es  un  absurdo  que  salta  á  los  ojos.  ABadeñ 
pcoDceaelusiod.lque  por  muy  difundido  que  esté  el  latin,  no 
esieniebdia/Can  general  este  idioma  cerno  el  trances,  cuyo  co- 
nodímienteíAMrsta  para  que  un  curioso  se  bandee  y  pueda,  ma'* 
B^jl^le  por  lá  Europa  entera  y  aun  por  todo  el  moudob  ¿Y  ba- 
brá  ppr  esa  quien  sostenga  que  las  inscripciones  pública»  de 
Italia  Ó4Íe  E^fiana  deben  escribirse  en  francés?  ^      . 
^.   Después  de  Togar  á  los  lectores  que  me  disimulen  esta  di* 
gaeaiofi.,  yinñoKiendo  á  nuestro  asunto ,  repito  que  la  .inscrip— 
cion  del  monumento  del  Dos  de  Mayo,  pujesta  en  castellano  y 
en  laiíni  al'^so.que  conservase  el  carácter  de  unidad  que  de- 

'  '  .1').. 
ble  en  la  fachada  priocl^  det  rea^  |^alacio  ?  Prootoi  la  deaciibre  et  ojo  inda- 
gador ¿9  enát^iér  tifgero :  por  cierto  que  nada  perderíamot  iitk  tfw  ao  la 


Digitized  by 


Google 


í^a  .    RBMBTA 

be  teiittr/reuhJliá^emUa  favor  akhbMvOpmloflM.  M^  ti  ottá 
résuehd,  coma'  áfinnaii  álgouM^  kfiie]  hayan  de  «Bcribirteea 
casüetlano;,  ei  indispenaable  conciliar  ac^el  carécler  con  la  dit' 
posición  de  ba  *  dos  lápidas  en  qub  ha  da  esculpirse»  lo  cual 
obliga  i  qué  eada  pMrteforaie  por  sLaoIa  perfecto  sentida 

Sapoesta  la  condición  kidicadii,.  que  es  peculiar  de  nAiestro. 
caso,  no  será  ooiea^eécordar  las  calidades  que,  generalmeále 
hablando»  ae  desean  m  cales  inscripciones,  así {  en  ¿rden  ¿  ani 
esencia  como  á  sn  ieogitaje .  j  estilo:  Respecto  de  lo  primeroy 
creo  qué  debe  darse  noticia  del  luctuoso  aeaeoimtenib^  deaig«» 
nándolo  por  sus  principales  cirtnnstaficias ,  sin  deaeender  á 
]soéménores  que  son  propios  de  lá  historia ,  y  no  pueden  ber^ 
manarse  con  la  gravedad  y  el  laconismo  del  estilo  lapidario. 
Es  preciso  ademas  no  perder  dé  vista  los  dos  conoeptoa  que  d 
«onumenio  veune;  á  saber,  el  de  padrón  de  un  suceso  nació- 
nal ,  jgraode  y  heroico  en  su  origen ,  y  mas  grande  y  beróico . 
en  sus  consecuencias,  y  el  de  sepulcro  de  los  que  dieron  U 
vida  por  su  rey  y  por  su  patria  «n  aquel  dia  meooorable.  iBajo 
este  segando  concepto  la  inscripción  debe  partici(Mr  del  oaráder 
de  epitafio  cristiano,  en  orden  á  regar  al  cielo  por. el  eterno.  re<* 
poso  de  sus  almas.  No  estará  demás  ésta  insinuación,  ya  por«» 
que  en  las  inscripciones  interinas  no  aparece  «1  menor  .asomo 
de  tan  piadosa  costumbre;  ya  porque  en  algún  ek>g.¡o  pronuor. 
ciado  en  el  cementerio  hemos  oído  al  orad<V*  terminar  su  ora-* 
doá  fónebre  con  la  fórmula  pagana:  Séale  ia  Horra  ligera^  j* 
principalmente  por  haberla  oido  repetir  «n  elGingreso  ;na^ 
cional.  Esta  ridicula  ainciacion  de  gentilismo  es  ianto  ,iiias  ri«- 
sibla,' cuanto  ni  el  que  asi  se  esplica  ni  los  oyeéies  pimdcn 
ereer^ue  la  tierra  que'  cubre  í  un  oadáver  haya  de  serle  ligo* 
ra  ni  pesada*  ¡Increíble  extravagancia   la  de  preferir  aquella 
expresión  vacía  de  sentido,  á  la  de  Descanse  en  poM^  que  saitia« 
face  á  la  razón  ,  y  dilata  el  ánimo  de  cuantos  debemes  á  Dios 
el  inmenso  beneíieio  de  creer  en  la  vida  futura  j  en  lae&Q»» 
eia'de  los  sufragios. 

Ottto  requisito  -que  considero  indispensable  en  las  inscrip^ 
ciones  del  Dos  d^  Mayo  es  la  cautela  con  que  deben  indicar- 
se  el  suce^  y  SUS.  principales  cireunstanciqs  ,  síp  acrimwar  a 
sus  autores,  y  si  es  posible  sin  mencionarlos.  Esta  re4ieenoia 


Digitized  by  vÍjOOQ IC 


tieitf*.  La  ^liitíaf  ^  «i  Ptvobfo  d%  los  acif^  buad^uoi  .np  4^heo^ 
retapi  MMMbrtf  lot  ioflivt^isps  que ^oa' «jeculan ,  &  mas  bien [ 
sobre  la  autorí4*4,  qae  lo^'-^dedat^.y  do  es  coóforq^  é.JU. 
equidad  ni  i  h  ífriidfeofíU  lMlín(iar  1^  pfialoo ,  i^i  e&ciíai»  -  los 
r.e#0iit¡gMM^o>j)#  o«  g^C0ffP9  6  de.Mi^a  nación .miiigii,  por  hp^ii 
cliM4ii4ig«MM., pbnaiie  up^^er qu^ ju^ y. de  (^rsonaA,.m^. 
ya  00  éKÍ«tM*  Bor  foripM  el  'transcurro  de  i^eio-ia  y  .do%  aao^^, 
d:itlGÍíka«do  la  aitiarguta  <i^  4^ramó  en.Ui#  p^c^,t^p%ño^^ 
leéi  aqtlel  acto  de  iniqiuidallt  fafcidit^tqv^  podg^o^'  Uffir  #11^ 
gran  esCeí^^ide  u«a  .genel^osa  reH^YA».qMe  no  dudo  H^br^n 
ap«(»af  y^MMbeer.niiMrQa.Kecinos. .  ,   ., 

'  la\  Taita  de  «ií«m(  tiÚNi^l'aeioQ  *  siem^iH)  hbnMsa  p^ ra  ^i  qMh. 
sobrepooiéiiUoie  á  sospaiíoiies  «abea  eoiidearliat  merreonei^daij 
el  mísera UtüeiUdoirjr.  mluiUoioAf.sí  así  jp^iede  ]Uaii)aji;se(,d9¡ 
oiro  oíopuiveato  nacio^^» ique  d#atiímdo/át |>erpfiiluar  lar^n^rr^ 
moría  de  on  irtuofd,  sialft  perpetua  el  deía^u^i^do  4el  ks  .qtt4í 
le  crrgmeli/Hablo  debí  pirámide,  bario  nnraquiAai  S]ue  se: 
levaolé  eia  loa  campos  de  Almaiisa  eo  celebridad  deja^vi^iarr 
rta  eonseguida  en  ellos  i  firincipios  del  aiglo  pa^adp*  Cioa^ruf-i  ' 
yáie  en  el  tamioo  real  de  YaJefiLcia  y  «GaiaJopi^;  y  todaa.^^a 
cuátro.caraa  7  las  de)  pedestal  se  cubriiei^W  4«  iiisqripcionea! 
en  prosa 7  verso,  refirieitdo  oon  I?,  ai^  a^cniAJ^  ,piiOlitjidad;yT 
según  el  mal  gu6to  que  entonces  reinaba,  las  ocurcencias  de 
átjuel  pombáte/sin  oáihW  él  fífinv^o  áé  'híuefr<yB'y  j^rMone- 
ros,,  pomo  pucllej(;a  bacer$o  en  un.  piri^-rfi'}\\i^r.^l^  jppov  f^^^^ 
<j¡oe  babiéndose  ejecutado  la  obra  poco  liempo  desp|iesidel'«ii«r 
ceso;  cuaVÍ0t)íTá''cégaed2(d  j  vMeoi^'de  oito  ^'dtró'^6ar^o 
estaban  muy  lejos  de  escuchar. la  voz  de  la  razón,  y  dé  con- 
ducirse con  la  templan^ xpi^veoiente.»  $e  irritaba  Úe  traidores 
sin  rebozo  a^lguno  á  I09  habitantes  de  las  .provincias  q\jte  h^- 
bian  t^;g^ido  la  .par,ci^]¡dadi  del  ^rphKluqa/s,.  jQe  ¿fHp  resi^Ijp  Iq 
qfie  era  fonrioto^rmiltase.  ind^igiiad^s  oeituian  i4hmi^t4véik:a¿ 
Mcaéioo  cuáoittt  valencifítiós  J^cátal^n^s  ttattiitábálfi  ^ór  á^íjí 
l^?iim«.toa»apaa  i  ^u  ear^ftac^tUr  4  pebradas  </p<^^  j^s  .mr 
Ipt ifciones  *j  basifa^^con  ia  píránMe  «ntera  ^  cfW0^'>U  wrdnd^  e» 
tá  tan  ruinosa  y  désfigürááa  Cómo  si  tkk  ella  Vutleseri  pasaSó 
vemte  siglos.  Asi  estaba  ya  a  pocos  anos  dé  consUuÁcU^  y  el 

Digitized  by  VjOOQ le 


34fil  htVirrá 

qué  en  el  did  seütáméiigá^ft  hi¿  se  ^beá  lé  MÍtiaftdfekl  de^ 
que  al  n^evo  catnino  dé  Valenda,  miHiiclacto  abf-tr' {xfr'  Gtff*i 
lo3  lil,  áfe  lié  dio  otra  díreicdon,  y^  quedó  sola  en  medio  de^ 
aquellos  caiñpos  tf  lAas  de'una  cnrlla  de  dbtaivdra^  *'•"      '   '  ><' 

Pteahdo  á' tratar  tlél  estilo''C]|Q^  cónvieod  ála»^¡iMcHpo¡o(^> 
Des ,  pide  el  báeti  gusto  qtkebaytf  de  ser  laeóntéo ,  |frave ,  me-- 
sWádOy  desnudo  de  adortios  floí4d0s'4  de-osteótacion  de  agti^ 
déta,  j  sobre  todo*  dé  jdctancia.  Nb'  farlta'n  en  Madrid  algobas 
dignas! dé'íMHacío^/eti'espedat  crfirre  tas^que  pertenecen  á  los 
reinados  de  Ids  dos  Cárids  lli  y  tV  ^  si  bien  une  de  ellas  da^ 
sdbraida  margen  á  la  eétfMira  de  ios  c^riticos  (i)*n  Otras  bay 
que  adolecen  de  los  defectos  Mui>ciaídos ,  7  diebieran  f»ioavle 
parir  que  nó.  fuéAüén  j  C0190  hasta  aqui^  eKbkmco  de  lásburlas 
de  piNipids 'Y  extraños  con  mengua'y  Üesprédito  de  la  ¿ortpt  iLa 
•puerta  de  Becoletd^^  obra  qneor^o'faonrav  dkientlo'^fueí  por 
sn'Hlwéi^ito  at*ris|icO;  no  merece  ni  eio¿«o  ni  vituperio  ^ («penas- 
llamaría'  la'attsnetónr'de  loa  eturiosos,  á'no  liaber  eñella  nada 
menos  que  cuatro  in9eripctones(2)/esciI¡ra«  eú  mal  latih  (3)  y' 
en  ffases  lan  pomposas  que  no  parece  sinoqoe  se  pesiaron  con 
e)  sólo  finderidículiíapltf.  Dicen- jvif  ^/  petsoqae  defiende  la 
jPoUaeión'^  éi  la  delicia y^  asombro  ie  tas  gentes.  ¿  A  -quién  na 
baráp  reir  tan  desmesurados  encoUMos?  Y  aunque  liis  mereció*' 
r-a  aquella. obra ,  ¿sentarían  bien  en'  boca  de  sos  autores?' 

.  (I).,  La  latida  ^^  U  A^naita  ^  qii«  iJMe'  liafteiM  .consumido  aquel  «dificí^. 
€xv€t:tandis  meí'cibus ,  debiendo  decir  imporiandis  ^  p^ es  mú  bien  eaU  detti* 
ifavé'  al  depdsito  j   recenocinaieate  Ae  loa  g^nerof  qne  eiitraft  en  la  capital,'^ 
qiia r«l! dé  loa  qniB  talen  ^  ella.  \;í  ■  ■  * 

,  (1)  ,  I  CvMro  ii^ripcionta  p^, «na  puerta,  oundo  iiaa,/i»U[de  aeis  pfJa-. 
kraa  ae  íIito  por  basiaote  para  el  magolfico  temple  del  Eico^ial  í 

,,     DIVO    XA.ÜIVRNT10,    INVICTO    MARTIRI, 

'  PHILÍPPÜS    vitíroR:  /  '     .' 

(5)  N^  es  ficil  cempíenderlo  qne  significa  11  1a«  Tocet  1  Ad  umírm^'  Suí^* 
HatMé  molU,  Una  pdA'U'Wificadá  á  ík  sonthñ»,  de  un  eanpúnio  é9  con  jorigtúáV 
$k  díÍN'a;  4uk  umikid  /idénetaria.  ^e  ef^Jia  proiljtgnda  por  aqnel.edt^eio-)  tmm^ 
^ñ^mjf<K9  M  eoifcibet  como  pvcda  oi^  conyeato  proteger,  la  puerta -de  np^ 
villa.  Llí^már  al  camino  i  calzada  qpe  ee  conctruyd  Stratuni  erectum  tiene  no- 
yiééáá*  Ptebcfndiettdo  de  qae  StretúM  y'-  téS^aatÍTe ,  no  srgBÍfica  caakibo  ^  'el 
lpfftlfJi^.|Mtt^o /fV3Mi«m  «i  desatUadfry  p(Mrq«e  el^^ei^ifri^ere,  eoqfMÍfel 
castellano  erigir  ^  ceaiieae  en  si  mismo, la  idea  de  alsar»,  IcTantari  Asi  ae  di- 
ce: erigir  na  templo |  aaa  titátiUi  «n  teatro;  per«  erigir  un  camino »  no  ta 


Digitized  by 


Google 


.  v/Fák«Mi9iUy;a».olwpun»ft:ique  no  d^  de  ofrecer^  „^,uda^ 
f¿  I^$.,uiacrip(iflyaes  púUitM  deben  componerse  en  p^^ip^,  4  ^^ 
n^4p?.SL;parii  reeolvterfeyt»  caeation  h^mos  de  guiarnos  {^ 
i0l  ejfmpl6  4e  ios  kt¡AQS,  prei^so  ^s  confesar  que.i9da8 ,  o  ca-. 
8Í  todas,  se  escribían  del  primer  modo.  Para  hallar  con  flgu^ 
;n^.rreeuencía  dedicalorias'de.  Uinplos'^y  epitafios  en /yerso, 
'JiaJ^  que  descend^^  1^  siglos  oiedios,. durante  los  cuales ^- 
.  lían  eofplear^o  al  (^fig^to  los  ^í^ji^o^^  leoninos «  CPUiQ  ^  Qbfi^ry^, 
ipor  lo  relpMT<P^4:^9p|ina;.<cA  to^a  la  épopa  de  puestfos  rejes 
'4\»  Ut^irp^  gpdi^,Pvi4ijl^(lA  reslau^acion  de  las.  letras,  ef  decir, 
.d^Mci'cl  6Íg)o(  I^iV.  h^Sl^  nuestros  ^ias.  se. encuentran  ejenppips 
d^  üoo  yoira.;  per^  lie  echa.dp  ver,  que.á  medida  q^f^^^ 
filial g$<>eiralizando en  Eur/()pa  los  bujpnois  esCudioSp  s^eii|e§(^b)e-- 
.aia,.^l/antígtto  estilo  laoi^arjo  oQn  tan  escrupulosa  observancia 
de  sus  giros  y  formas  que  llegó  á  rayar  en  pueril  servilismo. 

,  DesífioMl'ptí^^l  actual  siglo,  mas  quizá  de.lo  conve^ien- 
Ae.^lée  \0é  gfillua  de  )a  ¡mijt^íoa,  ll^ma^a  clásica,  dc^bci^n  i|f¡ 
diot^nolejil  resoLveresucontrovqrsis^ppftj las- reglas  iaYariabl^ 
.4ei  la.raoon,  las :  cb^lesin^  pueden  ser  o^ras  (¿ueilas  que  ;n^s 
.dttee^^tnei^ie  «condu^cap  al  objeto- propuesto..  É^Ce,  objeto  oo  es 
tuno  niiscna  en  lod^^^los  casos,, como  es  fácil  conocer  cons^d^^ 
xaAdo  la.  naturaleza»  notoriedad  é.jiqap^rtancip  de  .los  acto^, 
cuyo  conocimiento  se  intenta  difundir  por  medio  de  las  ins^ 
4$ripcion«s  jfuiblioaa^  Las  noticias  l>icigri6pasi4e!lQa  boml>ff)de 
cierta  celebrid^td,  ^iié  suelen  esdulpir9^«iii  sé  tepukr6,>l«nde 
puentes,  bospitaleay  iaeiu»d«otoa  y  otras :fund#ciones  debidas  á 
la  caridad, y  geiterosd  patriotismo* de  algmios  particulares,  y 
las  de  otros  sucéspi^  de.  ígoal'cu^ntíá/és  indispensable  que  se 
e4qr¡ban,en  prosa,  porque  no  entrando  tales  asuntos  por  su 
pequenez  e^.'f;l  i^uÁdfb,  ^.^,\  t^istoriá  nacibhát  ,\  ¿tíTó'  Wodr^n 
contribuir  á  ilustrarla  én  loa  siglos  venideros  con  lá  relación 
circunstanciada  de  los  hecbós.  a  que^  aludan  ,  y  con  la  exac- 
títtid  de  las  fechas  eo..q«M:acae<^eriOin«  Muchos  sucesos  históri- 
cos falsos  ó  dudosos  biM';l^ct4fil*ddó  las-inscripciones  lapidarias 
por  medio  de  sus  notáf^^^proníol^glcás  ,^  y  de  otros  nos  han  tras* 
mitido  la  noticia,  qudiá  so ser>-.pÓ£ •ollas  quedara  para  síem^ 
pre  sepuhada  en  elólyírfot  Ctfaífq'ütefB  que  haya  hojeado  el 
viaje  de  Ponz,  ó  el  divicipna'rípji^ej^an^  habrá  echado  de  ver 


Digitized  by 


Google 


.dSú  RKTMTA  \ 

énáAtos^tarones  bén^fiéóé,  cu<iítbs  'píftnh^i  «feífelMm  f  ar- 
qüiteéít^  éstitoábles ,  de  .cayos  ttoittbr^ft' Ad  lifiri^iHiféevVftba  él 
menor  recoerdo,  han  debido  i  loBrótulóé  hlffidárips  la -mere^ 
cída  estimación  y  el  digno  lugar  que  oeu|Hin  en  la  *hi$torta  de 
las  artes. 

¿Y  estas  inscripciones  ,  se  dirá »  no  podrán  componerse  en 
Verso  ?= En  verso  sí,  pero  en  buenos  Yersos  nó:  por  tamo  debe 
preferirse  el  lenguagb  llano^V  senctllo ,  éOmo  que  so  fin  no  es 
otro  qué  dejar  á  la  ríósterídad  aquellas  noticias -^in  prestaneion 
de  niáguna  especie.  Versos  destinados  i  cb¿p#e8ai$  menodéiicias 
triviales  son  peores  que  prosa,  y  las  fechas  que  suelen  ser  ca*- 
bflniénte  la  parte  de  mayor  utilidad  en  semejantes  memorias, 
ponen  al  versificador  en  tales  apuros,  que  tiene  que  recorrtr^ 
una  álgaravta  de  sunias,  sustracciones  y  cómputos  extrava- 
gantes (i)J  i 

Algunos  ejétnplos  pudieran  presentarte  en  apoyo  ^' lo  que 
'dfejo  dicho;  pero  me  contentaré  con  la  cita  de  uno  solo.  El  cé- 
lebre epitafio  de  D.  Pedro  Ansúrez,  corito  en  dos  tablas  so- 
T>re  su  sepulcro  en  la  catedral  de.  ¥áHadolíd  ,  que  se  supone 
'pertenecer  i  \o4  prinBpíos  del  siglo  XV  ,  al  paso  qne  ,  atendi- 
da la'escdsa  cultura  de  aqn<!;)  ttem|N>,  ofi^e  utia  mnesttá  -4el 
*lpno  poético  que  conviene  á  una  tnsccip^'ion  de  esta  ^táse, 

'    '(f>  '  k^etde  et  lettor  l«'oél«iri  ^««  dfjé  «Mulpícb  Dos  Abv»  ém  Brcítb 

¡'  '  Con  i«log  «lies  fafiéi  tétm^ññitwm 

>..  ;    JU  •<•  d«  «isoacnia  j  «cho  «iitrado  .  . 

Sobra  mit  j  <|o¡ii¡ent#«  pov'k«krcrO| 
A  las  ¿M  ae  la  Urde  el' patlrer  din.  ''       ( 

Ef 'MUp^^a  ó  npala  prosa?  ¿T  ^né  i\rtfBo»,it  las  qvintillaá  de  Joan  del  Ba- 
ctaai  éa  qué  nos  da  caeota  dé  la  muerte  dét  mtr^ééi  ée  Staütnia*^!?  ' 
n       ...    !   .  .  '  •     .     '         i  I      ■         .,••.'•' 

Y  no  con  estos  contenti  .      , 
esta  maldita  de  Dios  I 
'^  ''-'  -fino  ^«'gtna  asIiMticnl^ 

i     -f'/  ■'••    mi,el  a«4.^tíno^«^, 

y  mas  cuatro  teces  dos  | 
j  sab^  |Mff  nüeUro  ¿líl 
-  "• '-  '4ieie«Uv«ir4j*l*li«tMnat- 

1}  ''  .!  f|M«reol#  por  U  aiaSai^ 

I  al  maiifnés  de  Santillana     ,  '    ^ 

j  gran  coAdbdti  lUáL  '  •  '  ^    ' 


Digitized  by 


Google 


praebA  también  que  la  narración  de  loa  {)orii>enorea  ea  neoe«- 
aariamenle  vulgar  y  prosaica  ^  ptea^á-jtal  pupfo  debilita  en  la 
iiaagioacion  del  lector  el  efeMo  de  las  coplaa  primeraa,  que  le 
parecen  obra  de  otra  mano.  Dice  ^si;    ' 

Aquí  yace  sepultado 
un  conde  de  grande  fama  ^ 
un  ▼arojo  may  ^(^^aUdo, 
leal,  valiente,  esforzado; 
Don  Piedfo  AniMrea  «e  Hama: 

El  cual  ftaco  dé  Tdedb 
de  poder  del  rey  tirano  . 
al  rey  qae  con  gran  denuedo 
tuvo  sienif^re.  ^iJbtra^O:  qiá^f^  i 
al  horadarle  lavOaa|iQ.(i>.: 

La  fama  de  loa  pasado»;, > 
reprebf  od^  ,iá  1^  [>rese«te8: 
ya  tales  wxvxk  Mmad^a,!... 
que  eljlkifíU^fitrlo$  ^tí^^tHdfis 
es  ultrsy^^.loA  v¡(iri«fite8..  >! 

P<*q¥^;la  f^Wl^^díil  bueiiQ 
fatiga,  poc^oiide  Ivui^la 
al  honrado. CQU  la :espueli;^., 
al  perverso  con  el  freno. 


•  «  .  •. 


,   Por.^su  causA  tv^jlf^efidp^  ...,    _  „; 

...       •/..-..'  1     •  •      ■:•'•'  '  .  *   -        '       ••   '    '■  •-•  -^ 

(i)  Onenun  niie^rM  historias ,  q^t  siendo  Don  A.I01110  TI  ¿t  I^a  bM; 
^•4  del  r^  moró  de  Tole4P|  i  cu  jo  amparo  se  acogiii  íiojendo  de  su  her- 
VMBo  Bott  Se««liú'IÍ^  CmstÜla»  ty6  e&  nn'jcrdio  del  paUcto  cieru  ton- 
veraecio^y  4iie  sobve  asvntoinpy  roeerado  jLnvo  el  aeiiaecfe  moro  coa  na 
valido  snjOiiT  conociendo  oae^digrabaísi^vi^e  ai  Uegalwn  4  descubrirle,  se 
lifso  él  dohíaido.  Tidronle*  en  efecto,  y  para  cerciorarse  de  qne'  nada  bebía  ' 
oido  por  ser  Tordadero  el  sve2o ,  fingieron  qne  le  iban  á  tala'8rar  nna  Aiatao 
ce|i  na  pna^l^  Conodidf  la  inlevcíon^  por  Ile^  Alonan ,  tnvo  ^nieta  la  mano, 
de  lo  cnal  infirieron  qno  esuba  dormido  realmente.  Desde  entonces  fné  cor 
BOti^'po^  el  nombre  de  Don  Alonso  e/  de  la  mano  horadada,  Hncrto  el  rty 
Don  Sancho  en  2Umora ,  tnto  grandes  dificnludes  para  salir  de  sa  bospedaje, 
qne  mas  bien  podia  41aqmea  .e||A<^fRÍ«;  <P«»o  logré  aretteAtlas  co»  m  ingenio 
7  falor  al  cabaJLlerq  D09  ;Pedro  Ararat.    .^,..     ,  ^sl  t.  '    '  >    ..      . 

Segunda  j/rie.*— Tono  11.  4^ 


Digitized  by 


Google 


''    que  pfegone  eáta  esérittira        •  ''    -    •'  MJ-ín- 

>  •  ^  '  ^  tóque  n*8'ett*'e9Cbndido,   '.  ^*^:V^»-  :>»!»»  t.r  ^ 

•     '   -^    ^'        yá  casi  paesto'éir  ólriao  .-*!  '  í.  no-.  .     ...u 

dentro  ¿e  cata  sépoltura  r  '*  ''    '*'  "  * '""'  • 

Porqae  en  este  claro  espejo 
veamos  cuanta  maTibilta'-        '•''•^' 
agora  tietié  CasflHá     '» '  •  «^  "" 
según  lo  del  tietfpiO  ^jé  (i)l  '' 
!  •  •    /í         .     .'?•/    "'    '. 

G)mpárense  estas  coplii  oon>ia»{sIg(itínAs  (ii^erpoladas  en  el 
lugar  señalado  con  las  KoéaViU  pontcís,  y  se  echará  de  ver  la 
diferencia.  '!  '-' 

^  E^e  gifáil  co^i)^  e^fidélente  ' 
fizo  la  igtlMia  máyóf ,  '; 
é  dotóla  fargatneiíteV  ' 
el  anilla»  é  h'gtéín  ptiéátri/^r " 
que  sour  obl««s  di^  va)¿rt  <^  •  ^  '  ' 
SaW  Ní(M«á8  f  ¿rtttb^  i*fcs'>  •»"r 
que  son  obras  Üitñ'^fííatí»;'^!»'  «J- 
segutt  que  ácí^Ifts  se^ptüéba^ 
dejó  el  lio«pital  die  Esg^áié^a  '''^' 
con  otro^dos  bdspitaleá;- 

Tal  retahila  nada  tiene  de  poética  r  es  una*  especie  dé  inventa- 
rio ó  catálogo  de  las  fundaciones  de  este  caballero ,  las  cuales 
acreditan  ciertamettte  sn  Caridad  y'jfcítríótica  munificencia,  y 
con  él  hubiera  sido  mas  oportuno  llenar  en  prosa  llana  una 
de  las  dos  tdblás  del  sépulero,  óóupanío  íá^'t^fra^íóís" 'bersos, 
que  porJa,8eAcíUez.4ft:la..4lcq40|l,pftr.H  S^^tm^^^-Wi^fiArr 
Mi^f  y  p^r  la'  áspela  <«iier|tfoeoti  qve'^eacé  ev[W«8fl<h)'el  pen^ 
fcami^ntó,  feióguWmrtitíí  érf  lá  quWlin&  tercera;  idfcfín  .en^el 

ánioiO  U0iBL%.pi^6Í0l^  J^¥)a1^Í^     •    ,tn..'     I ó      ./    1^.  toq  c.=    . 

Peiro  bay  sucesos  dé  lol  importao^ia  y  delebrMsíd^^e  bas^ 
ta  üoiíibrárlói  pata  recordar  ^asta'^lásJpersonaf  de^ipa,s'jj[p¡^ 

MÍ  ta  «1  originaL  To  lu  «tcribo  acga*  sé^^ctalittAitf 'A  tttf'íueíd^á.^  '   '   ' 


-.'\» »   /  ♦. 


Digitized  by 


Google 


4éila  tDstitecteip^  dív/oboIo  oaljlieafaiéviiinfí.  tns  .ci;«i|nfitiBibcía8 
fiiHikol|>alesjínM>^haldjdrftaMne.eii'(tp¿Iviil^ 
&éc6dMenralugai''j^;^tgDidiid^  M^n^polir  loquo  ¿4«4f»  «tinot 

pó^tatrtoakkieb^inat^iá  Kl  |¡íiuAí  Ids  te^fHínieolo&iooii  qoé 
se  trasmiten  á  la  pflktÍH'iddrfi  se  dírigé^OMiu»  éLaaneerraá  su 
memoria f  dificil  de  perderse,  que  á  solemnizarlos  de  un  mo- 
do digno^  ya  como  galardón  de  los  que  en  ellos  tuvieron  paf 
te,  ya  como  estimulo  para  los  venideros,  ya  como  título  de 
gloria  para)'la 'aacioo  ea^^iie* jasaron.  Asi  el  objoto  de  las  ins- 
cripciones que  hayan  de  grabarse  en  tales  obras,  no  es  referir 
menudencias ,  sino  dar  sumaria  razón  del  becbo  en*  breves  y 
solemnes  palabras ,  como  queda  dicho,  sin  afectación  de  inge- 
nio, sin  frases  pomposas,  sin  declamaciones  ni  encomios  des- 
medidos. ¿T  qué  razón  habrá  para  que  en  ellas  no  se  emplecD 
con  preferencia  los  versos  á  la  prosa  ?  Confieso  que  no  me  ocur- 
rt»  Ti^^gfüWflP,St^eflf  tve  ^ontsfAflro  <t«Fel  qbe  «titi^e^tos  tomano^^ise 
tuviese  por  cosa  de  mal  gusto  el  uso  de  las'fofrnas  poéticas  en 
las  ínscripcio^ív  IJpMwías:  ¥  sí  es  eia-tij^ífiíe  VfrgiHo  dejó  es- 
crito el  dístico  (i)  ¿jiie  hoy  ^  lee  en  Su  sepulcro ^^'esie  hecho 
fifuéblí  qne  ho  íera^tnri  gtmeral  equeilk  épitiioo 'c6ma  sóp«)ffen 
p.u^  narti()sir¡os/AI¿}%^?  y» 'no  Jcblles  razones  ppílieran  alégar- 
ae  eo  £a>«orvdiD,J«'m ja 4  perofna  li añilaré  á  indiaai'  upa  |líai« 
que  es  te'facilidad  cofi  qtie  le  graba» ?os tersos  en-  la  memoria 
de  ios  le(U0ff^^,i^pjp  pof.  j^j^rflipniar  nfclricji,  cuanto  por  i^l 
halago  de  la  ripna.  Por  mí  ptiedo  decir  que  apenas  sabré  re- 
petir tre^  inscripciones  éi^^^jpff  ^  (j¡^ J^s^  j'p^nitas  que  he  leido, 
cuando  tengo  presentes -mueliasí^iiy^jalgttiíaa  de  ellas  muy  ma- 
las, por  sola  aquella  eárfídd^  ;'C^tnoMe^'^épulcrales  de  Pedro 
Miago,  del  referido  Di  Pedlro  Ansurez,  del  Tostado,  de  Eras- 
mo,  de  Juan  de  Mena,  de  Rafael  de  Urbino;  las  del  retrato 
•  de  Franklin  ,  del  cuartel  de  los  inválidos  de  París ,  del  teatro 
de  Aranjuez  y  otras  varias  (2). 

(1)    Mantas  me  genait,  Calabri  rapuereí  tenet  nune 
Parthenope :  GecÍDi  paacna ,  rara  ^  dacea. 

(S)    Rntre  «tas   permilaseme  citar  la  de  la  casa  mvniclpal  de  Delft  en  la 
Bélgica  ea  coafinmcioa  de  la  libertad  de  tráatornar  el  drdea  de  las  palabras. 


Digitized  by 


Google 


954  isntfr:i 

Tiempo  es  jíl  de  dar  fin  á-eéte  arricia  qnéra»  >há  eiú^ 
maltiáoé  escribir ,  ufo  le  presuodoa  de  daor  tleooténes'á  Ioe.}»ifc 
teratoB  qae  «e  ocupen  en  trazar 'kb  rétalos  del  monamenlo  del 
Dos  de  Mayo,  sino  el  deseo  de  que  'los  elegidoá  no  desdigu 
del  mérito-artistico  -de  k  obra »  de  la  grandeza  Idelroiíjetai,  ni 
de  la  decantada  ilustración  día  nuestro  siglo.       >:  ;i    . 


JvÁN  NicAaio  GAixito. 


^ropk  d«  U  laoeiui  Utiiia  ^  !•  cilU  no  coadeata  b  lioiidá  ia|ecioa  de  U  «ia« 
Uxú  DMderna.  Dice  «si: 

Ave  doáms  odit^  amat ,  fmnit ,  eonseivmi ,  hbnorai-».  .  <  -  -  i 

Ne^uitiam ,  pacem ,  crimin» ,  jura ,  probos. 

Ten  artificióte  di«loceciea  de  1^  TCrl.os  respecto  de  0a  régimen  no  es  conocide 
en  loa  idiomas  Tnlgares ,  de  qae  tengo  alguna  noticia.  Así ,  para  traducir  estos 
dos  jrersos  en  castellano ,  es  forzoso  decir.  Ésta  casa  aborrece  la  maldad ,  aniA 
4a  incordia  ,  castiga  los  delitos  ,  gtuirda  las  leyó»  ,  homa  á  los  ■  kuenos*  Sia 
cmlMirgo  nuestre  lengne  1  mas  libre  en  sus  transposiciones  y  nua  ilBsiinhsnui 
da  qne  otras  en  su  sintaxis  ^  pnedis  sin  gran  tiotencia  imitar  hasta  cierto  ^ui* 
to  la  indicada  comtrüccion  ,  jbomo  ie  te  en  el  iigniente  epigrama. 

H07  me  cenridd  á'  almoraír  / 

en  la  Yonda  de  Falcd 

el  marqnds  del  Rebollar  e 

fino  I  comid|  semarcbd^  • 

Urde  I  mncboi  lin  pagtn 


Digitized  by 


Google 


BEHAimill» 

-ij.l  -r.-"' 

'  1 

í  ')f,  / 

3S5 


HOVlBItBirrO  mrSLEGTDAIi  BV  ES»AHA. 

'■•  ■    )    li  iiiim>|yii  I 


E. 


iir  medio  :d€  la  asoladora  y  fratricida  guerra  que  agovia  «[1, 
[19Í8  duranle  aeia  aaos  consecutivos,  entre  el  impetuosa,  cho- 
giiC;  de  las  paaionea  que  luchan ,  y  de  los  intereses  opuestos'" 
que  se  combaten ,  lisongeró  y  consolador  es  el  ver  el  movi'* 
mienlo  intelectual  que  se  va  des^rj^cllando ,  y  asombroso  e\ 
V^  llegue  al  panto  en  que  se  baila,  entregado  á  sus  propiaa 
C^^r^ttt  sia  protección  ni  estímulo  de  ninguna  clase,  antes 
bieiv  abandonado  por  quienes  de  mil  maneras  pudieran^  y  de-^ 
J^an  fomentarlo.  Compárense  las  otras  dos  épocas  en  que  h& 
qqefl$^  lib^c  el  {pensamiento,  y  libre  la  facultad  de  publi*?^. 
osar  tus  frutos,  y  se  verá  la  notable  4if«rcncia  y  el  adelantq 
sorprendente  que  se  ha  hecho.  No  hablaremos  de  la  prensa, 
peciddj^a,  aumentada  y  difutidida  de  un  modo  estraordina*^ 
fpp;  y  aunque  por  desgracia  y  para  su  propio  desdoro,  entre<^ 
g^4^  muchas  veces  á  los  escesos  y  abusos  á  que  arrastran  el 
üjlfi^poo  49  Jas  pasiones  y  el  ciego  espíritu  de  partido,  escrita 
(((^fijpaa^  maestría  y  saber.  Curioso  trabajo  seria  el  presentar 
jo^í^,  Cftiilogo  de  todos  los  periódicos  qne  bajo  diversos  nombres, 
y,  siustenlaqdo,. principios  diversos.,  han  visto  la/luz  pública 
dfs^  que  (ue  libre  la  facultad  de  escribir  con  el  estableci- 
miento, del  gobierno  representativo  en  esta  ^pocí^;  y  si  recor- 
riendo sus  págipas  se  encontraban,  reproduoidos  los  artículos 
sediciosos  é  inmundos,  que  haa  degradado  á  la  imprenta  en 
otrps  paisi^s  9u  momedtos  da  convulsión ,  encontraríanse  tam- 
bifq  ;p^iódico8  eaorito^  con  toda  la  cordura  y  el  saber  que  á 
algu«(Os  de  lo|  mas  ayevit^^ados  en  el  extranjero  distinguen.^ 
Yierase  allí,  y  verse  puedp  cada  dia,  el  progreso  que. en  este^ 
raipo  4cl  ^1?^  P^  ba  hecbq^  asi  eu  lo  bueqo.9Pn(io  en  .l,o,^- 

Digitized  by  VjjOOQIC 


356  RmriflTA 

lo  y  pues  por  uoa  fatalidad  que  parece  propia  de  las  coias  hu- 
manas, siempre  el  bien  ba  de  ir  acompañado  del  mal  que  lo 
acibara. 

Hemos  llamado  ramo  del  saber  al  periodismo,  y  entende- 
mos ^k>felto-^al -saber  jiolkico,  piMt^i-JvU^^^'^^^  1^  fo* 
lletines  en  lo  general  pueue  merecer  este  nombré ,  hí  Iq«  pe-> 
riódicos  devorados  con  avidespop^-püblico,  y  ocupados  de 
la  política,  han  podido  escribir  de  art«s  y  ciencias  artículos 
que  no  hubieran  encontrado  lectores.  La  prensa  periódica  en 
EspaBa  puede  asegurarse  que  ha  llenado  su  misión  en  me^ib 
áe  la  etórVescencia  de  Ids  pááonts,  y  la  hubiese  41enad^  me- 
joír,'sriál9 'leyes  habiera'n' sido  mas  eficát;«9  para  reprimir  áui 
escesosi  El)  la  lucha  ídé  los  pártidé»  el  y^nddo  lík  em;ótiti^arib 
Siempre  defehsbres  animosos  que  le  sustehterf-y  t^anímen;  A 
ha  habido  qaieii  -  baya '  escitadd  á  Ids^crftlte^eii'y  kl  desohleoj 
há  habldb  fambien  qureñ  atretidamente  baya  defétididüéi  '¿r«- 
denf,  y  pedido  el  castigo  dé  íos/te  rita  i  nuiles;  ¡bjalá'  todt>s  Ids 
dgéfites' qtié  deben  contribair  al  añbnlzamienio  del  g^ób'iernó 
representativo  hubiesen  llenado  tan  bien  su  mísióti  I  Tal  veB 
úveo  seria  el  estado  actual  de  táá  cosas,  ttaenos  hondones  tal 
i^t^  empañarían  el  lustre  efe  uña  -facultad,  que  -bien  usadrf; 
es  la  mas  fuerte  defensora  de'  las  íibert^eá  ^ptiblí<3aá.  El  pe* 
riódismo  en  E$|i^ñb  tiene  ya 'fijada  eo  fuerte ;  cudtído  retne  la 
paz^  cuando  se  sosieguen  lafs'pásifonefií  y  se  ealmenlds  odios  qué 
actualmente  nos  diVideii ,  de^apareciíráte*  eoitió  desaífiaretoíetim 
en  otras  partes,  las  publicaciones  I)  ne  lad^g^ad^n,  p2¿rh  soqué^ 
dar  mas  que  las  quela  háüeil  hbnbr;  síihsi^tii^áh  toé^  fiaftidtfÉ; 
porque  su  muélate  serta  la  muerte  diel  sistema  're|ffeS^efi^ativé; 
I^ero  subsistirán  los  partidos' legttit¿0Sj-S)ibéiáC|rá 'la  «^Mitíoi!, 
pero  U  oposfcibnde  discusidh  [  nt>  \k  ^oft^sMÚá  MÁvM'fida  en- 
Bechós  f  etk  provocaciones  étimihales.'  Et'|SétibdlMdN¿ti  Eápb-* 
ña,  Volvemos  á  decirlo,  {x)dra  pioi^se 'é^i  parangón  por- stí 
brtUb  con  él  dé  Ibs  demás  pueblos  civilizados  cuando  désapa** 
rezcan  Ibis  lutiares  que  le  empaña  y  las  caúscrs'que  los  produ*' 
dücfeo;  y  mientras  siga  la  e^rveséetíctá  en  los'ánittíoa  «f  Jair* 
rltáclon  en  l^lS' pasiones. 'deber  es  de  las  -leyes  y  del'gobterni^ 
el  niihdrárr  í(u3  malos  íetectds,  el  óástigar  sus  estravios.'  " 

'lái  pasamos  de' la  pVensaf  (^í¿di<te 'á'  laaf  ^MicacibWeS  éb**- 


Digitized  by 


Google 


Afifí^fkfb&>ibyJ^Í¡i^Sis^  .vaiiejiMK^jEftoikpeiite  i^jiW^  aren- 

4^11^1^  iJi{^ad^<)««0Qme9traa  »iijMi;ilore0o'a«pqiie  .no  tai^f 
<ft9f*:fM  K^^aijl,  o^mo  d^i^rw,  para  ^ue.o^i^»iM  m^mr  xs^ste 
.649^0:ill#^gpk^§4í'aliffaíli^^  y;p«idÍ0ir^af«|¥iedar  9^r/r4«fibuir 
;^  1^  Hli^blM  qiAeí9e;biqÍQS«tf|«« Hemos  diqbo  al|>fÍA^if4ar.  49r 
4f^^D(í^M)«i9  ^a«^  fj  moviíaieataint^eeidaLclQf  Gspaü^  ;fiQ'4i(9|- 

.fírmelo  y,fjí  Jinsiiml^eifA^iones  de  algha^  m«W^Q  ^.aí  la»  «braa  i^títo 
^t^hf^.á.  iMj»  p^bJicatoi  el  oimero  y  tíEilidad^de  Ais  saiKvUor 
•fi4s  i>iS4^aK:ytffias  .[HHlria^  preaeixtar  cdmior  tale»  á  muchas  derl«s 
.pQC3Mas<qWf.poi*.8u  aituatíioa  paf Ut^ular  .en  U  sciciedadt'ósU 
^i(2ÍQ^<lejeaipleadoflt  tienten  una  jtioic^  oMigaiaidii:>de  coap 
jtribuiít'^.JU^difuaioii  de  las  luees  y  i  la  pr^sgacíon  dedos .ca- 
0Qi)(4a^i/eHtos  lUileS»  No  se  .v^ryi  .figurar  ^oUlBieLlos  al  mioisArp 
¿deJ^iGgtb9ir«if|ciop.  por  uoiofe  ^m^plari^s  d^ÍDüdos  4  I^^s^)]^ 
l>)iqMsottSf;](-estaU€K'inai^iU^.  públicos 9  como  sucede  e^oM'ps 
4>ws^;tQo  figiHraqan  tampocx>  OMlí&hosrgjsfi^spQlitiQe^encssrga- 
igjKtlaildcJ  foÉient^  de  tddos  loa  >ai|»os  en  las  pro>vÍQicUs  cuyo 
.^ntÁeriu}  Us  está  confiado:  en  «inel.  palabrf  no  ae  Verian  >los 
a)toMl>eaaide4uiichaS|ipeiis(\naa  q«ie\por  el  estado  de  su  íbricuia 
vy  aMd|p<)SÍ<;ÍMfeét»  la  sociedad fdd>e»  contribuir  con  su.apogíoal 
.4UVf>gveso.  iaiekcltial 4ue  ae  Yer^fi0¿iy' aumenta»  á  > pesar :de  car» 
ut^Oán dfe «rntáantea esíimulé0«  .. '    ^   *  , '.ij 

^oiiiaUU?ifiileimotit'\DO  podeanosi meaos  ^  eiiar  ooniel9¿io<fl 
4iualrarfo  pelo  de  k-seoiedad  .ecouiuHoa  de-Valeocia^  <|iie.pn^ 
;.Uioa^mepáualmcate  un  >A»feaM»  *£i»»r&i^i/Rr9  de  sus  tral^tt- 
]Msi(j:),<y  cuyos  dea  nuoseros  publicados. hasta  ajkocá'qile  (e- 
'jbeasos ;á)]a  vista ,  correspooden  perfedainénie  )al':ei]gerl0ít4|hé  se 
-lllk;prapiiesto.  ¡  Ojala  estej^eiaplo  sea  imitaidri'piQrr  otras  corpo- 
raciones de  igual  dase,  á  pesar  de  que  no  desconocemos  la 
¡«^oasest  de  recursos  con  ^que  mochas  cuentan  ^'fiene  ^u^e  no 
-^ede  fcacerse  cuando  Jiey  celoy  .buena  voluuiadi  j  ;r; 

*'    (l)"8e  suictíIm  en  Yalencit  en  ta  hnpreii*t  M  Diario  Mere^ñtíl^  i^  iH  H, 
-Mr  MDMttve  y  SO  |K>r  va  aSo/  y  «a  A«f  ¡nroviactt»  á  Si  mfc  p#r  i|i|  fSfi^a 


Digitized  by 


Google      


•358  ÜÉVISTA 

Mttohas  de  W  oétts^s  <íue  llevamos  iaáiqadbff  (MílriboyAi 
üo  pOoo  ¿qae  no  sean  tan  frecuentes,  <x>tfio  de  desear  seria, 
las  pablidacíOnes  0  ¡mpresiooeft  de  obras  de  mas  importancia; 
lo9^9piriCus  de  los  esorUoresr  no  están  trancpiilos  para  enttet- 
garse  ai  ^«flexivó'y  constante  trabajo  que  exigen,  y  sí  alguna) 
io  Veriftda,'  lio  encuentra 'después  la  reeompensa  que  merecielrá, 
-ni  I»  iodémnirácfon  de  suá  gastos.  Pero  á  pesar  de  carecer  de 
prótedbron  y  de^'beneficios^  vemos  reimprimirse  y  eoleccionap- 
«a  en  Bapcéfóna  (as  obra^j  de  nn^tro  célebre  J0vstiLANos  en  una 
'iNl^ña' impresión )  j^éro  cuya  forma  pudiera  ser' mejor:  en  la 
misaia  ciudad  se  publica  una  edición  Hustrada  del  QutKrní, 
^que  si  continua  cotnc^  ba  empezado  podrá  competir  con  las 
•heobas  en -el  extranjero.  Vemos  publicarse  en  Madrid  ttna  im*- 
preiiori  d^l  G|t4  Blas,  también  ¡lastrada-,  y  otras 'muchas  obras» 
-que  al  paáo  qv^  son  un  testimonio  de  que  vamos  adelantan«- 
'do,  admiran*  por  la  situación  en  que  este  adelanto  se  verifica, 
Itfcbando  don  todos  los  obstáculos  posibles,  y  llevándolo  sola 
ák^bO'la  asiduidad  ,  la  perseverancia  ,  y  la  té  en  el  porvenir. 

Si  asi  tío  fuese ,  si  el  trabajo  hallase  mejor  remuneración  y 
mas  apoyo  el  buen  deseo,  cóaió  se  habiá  de  haber  publicado 
en  Leipsrk  una  hermosa  edición  ea  isuatro  tomos  de  las  com#* 
diaStde  nuestro  inmortal  cai^bbron,  sin \x|ue  se  hubiese  becbo 
otro  tanto  en  España,  junto  brin  sus  demás  obvas ,  <}ue  si  sie 
.  encuentran, están  diseminadas  y  contenida^  en  numerosos  vor- 
l^menes?  ¿Cómo,  sin  que  sucediera  lo  mismo,  se  había  de 
publicar  en  Paris  la  golbocionvb' los  mejores  autores  wmüo-» 
LBs«  de  nuestros  histor-iádores-antighosy  modernos,  de  nue^ 
tros  mejores  poetas?  Fuerza  es  esperar  que  algún  dia  cesen  loa 
obstáfculos  que  á  ello  se  opooeq  aboca ;  conauólanos  la  idea  del 
adelanto  intelectual  que  en  nosotros  se  desarrollará  pesar  de 
taptas  contrariedadee,  y  el  ver  la  estudiosa  juventud  c|e  nues- 
tros dias, 

¿A  quián,  en  efecto^  no  sorprende  el  ver  el  ardor  y  el 
aprovechamiento  de  nuestra  juventud,  que  será  la  gloria  al-- 
gun  dia  de  nuestra  patria ,  y  el  sosten  mas  firme  de  nuestras 
.in8AitUj9ÍÍ9Aes?  Alyreo^e  laiíi.í|átjedras  del  atbneq,,  y^eja  ve,acu- 
'  dir  presurosa  á  ^las',  y  deJM  muchas  veces  el  fusil  que  la  pa- 
tria le  confia ,  para  asistir  á  las  lecciones ;  y  allí  se  lá  vé  dls-* 


Digitized  by 


Google 


éiH¡rV7^1ceri  y  eWtiiTiSt,  y  coritracr  éW'éspíMblSeMHcitfbili-- 
liad, ^é^qfáe tanto ttécéñrábamos,  y  t{oe  tatitd <x)ii)írif>uy6'á'IÓ8 

ídacerésldli  la  vidé  y  al  progresd  de  la  ie)Vi|}¿»^nf.  Celebra  él 
niiékó^  sui^rééittnéd',  y  bormigueán  los  ^poetas ,  jf' birénás  ¿  túé^ 
•  iáti^J'idAdB  leéo  ^uá  coiñposicioiies;  ^  lospibitírés ^iütáti ;;;j^  1(^ 
¿dafroióliié'^  cantáú  ¿r  tok^n  ,  y  tddbs  los  arti&taá  W^ olvidan  de 
'lyiáft  éáy 'gimrá  ciril  ,'étt{ut  *üge  iaH  ve%;el  fü1[>fitl  en  lÚ  ea*^ 
^Hlb',  pirAi^etítreganié^'á' loa  aiirebtrtos  de'^á'hnagiaadoii;  patb 

r^ocuarse  eo  )á'C($mt)i>8lciob''.de'8uá'oms,  eA  la  xoóperacfóh 
«de  süft  afnHgós ,  y  aun  en  k  i61*{ttca  laT  vez  da  áús  óompa&eroa. 
'lib  Bíiisnib  iHitede  en  el  iWS'rtTiltó  y  énila  ÁbábÉMU  i^íLklíiitóúiCA\ 
^fó  miéaéé  creemos  que  sttéedérá  éfi  íds'eskábleéinHéfiios  die 

igóal'c?asé  que  exi'aften'  en  4a8  provinciais:  ¿qniéá;  al  praWn* 
^'ááño^t  ao  Mente  rébbfor  en  an  wrasool'  la  atégria?  qtiiéli;  ho 
'se  é^edte  cóninovido  a)  pensarla  que  somos,  y  lo  qu^  podetnoa 
'llegar  á  ser?  quien  no  riecono<:e  en  é&é  prog'reáo  un  sigiló  fhté' 

ieuner  del  progresa  qué  iÉe  ba  de  veríSear',  cuando  cesen  Ua 
'triusaé  que  impidétf  ahora  su  completo  desarrollo?  El  corazóh 

ae  dÜata  'bI  ¿ontemplar  tan  lisongero  espectáculo,  y  encuentra 

en  él  i\h  kuave  'consuelo  á  la  tristeza  éon  que  nuestras  actuales 

desgracias  le  oprimett;  Y  no  solo  en  estableciinléhtoa  de  lujd, 

si  es  [lermitldá  la  expresión ,  esdonde  se  percibe  esa  animación  " 
'y  progreso  intelectual  j  nosotros  bemos  visitado  la3  escuelas  áe 
^pá^irulóá  establecidas  en  esta  xapitar  a  *  impulsos  y  á  costa  % 

uña  ásociacion'ílustrada  y  generosa ,  y  nuestro  dorazoft  se  ha 
•édütnoirido  sensible  y  agradablemente  al  contempla/  iiquél 
'té^jíecfilculo , '  a(  rét  én  'sinriúmeh>  de  ¡nooehtéi'  criaturas, 
'WMndMadaa  antes  al  ocio  y  á  tos  malos  eiem[ilos,  entreteiíf- 

dtiáétr^uálafaiitftlésfufegos.  mézdádos  con  la  ed^ñtaka  8  la 
^docilidad  y  á  la  obeiliénbia ,  principtfléa  impresioaés  qtfe«  ¡f^e* 
'den  grabiírseeh^enténdiikiientoé  tan  tiernos,  ¡iero-lftíéaon'iél 
'ínas  seguro  y  firme'itíiten  de  su  deisarrolt^^de  su  in^troctión, 
'de  su  méhiliáirá  fotuta*  ¡Honor  á  Jos  dij^nds  i^dlVtdnbaí  que 
''¿¿npf^endierori'^jri  llevaron  á  cabo  tan  santa  é  ilusttada  obra! 
'  Sirva  su  ejemplo  Át  estimulo  á' otras  personas  y  cormHratiiofietf, 

'páVá-qtie  ioihándolo  isontribnyiiEn  al  afianzamietílo'delá'iibtfr^ 
f  tad ,  contribuyendo  á'la  educación  del  pttéblo,  su  pi^lfttdipal'y 
-^ttA'firme  soateni-"        ^ '/     •- '  ^¿'^  ,/•  «,  i-    -■    '     '  i   -r- i.,. 
Segunda  s&ie.^ToMQjL  46 

Digitized  by  VjjOOQIC 


s^  ^vw<^i?if  h^  Í)ií)jiotep*s  públícási^  y  ea  X^íhI^^  ifi^^.^e^fr 
^aa^  ú  peda^.^ejfüftzpfosa.y,  desdichada  ép^pa  fi^!qi}p¿vivifpps« 

^^y^rlp^f^oiji  x^^i^aijpy, jiQ  cierto  cansancio  , de  laB  ¿^es^üoi}^ 

pplftícas',,!}^^  (^Sfli^a  ^ñal  induda^l^^^  que..f)oi^^fKt<l9  yfii^ 

.espífifus  cgn|9.adgijjridp.,  y^Wíetíd9lp  apegAi^^^ffe;,^!)^^ 

,<^tra  partc,,§l  Cftírt^P^^J  el.WW»  íWCjfolq  puedf^  ,^¿«oiUjj|r 

^eo,dfi^Hiqíde.>s.l)j^ll^*J«ijrRsj.4fi^^^^  j  •>r.T^\ojj  1 

^   .^If  i^L  d^^e^fo  pi)s<^^q^  á  rcgif>fie^  ^9S  elevada*.,  ^ji;.yplv^ino8 

4aj  vista  á.fluqsU93fiuerpo^  lejUlfUiyos,  ¿q.ué  plac^j^p  a4vjei^ 

.j^reqoQ&alY^gfcubrir.el  ad^Iaotp  hacho,  &9bre  las  de^i^ffpo^s 

jen^que  ha  rf^ido  el-gobierpo  r^pr^entatiyo?  A|U  encopf{^a^€(- 

^Wjoj^jjj^f^  IWP">^.  ^®  jóveo^,cjúy,as.lpces  y;opap9Íii|^ieftlps<,|sjiya 

^f|^9ilídjd.en,el^dpc¡r  ,  y  fij^¡ta  y;lucL[|cz  en.sus;pi;jnc¡pÍQs^,;|ioa- 

jTfM  ^Lcuerpa  á  que.^erl^npcen y  y.^l.pais que  ios  digip^  .ri^ 

^yfil^an^Q.cpa.l^s  qptabilidades.iije.i^ij^q^,  M«q^po.&.0¡ que  sjgi\^9- 

j(^dp,cü^)qd[e)aptp  geners^lde  la  sopiedad,,!^  i^{qu^fjáfi4V^<P^^- 

c¡pp^PÍo% ,  .hap  progres#4p  a  la  par:qqe..dla.  )L^s;^e^^Oj^  de 

Jos  cu^r|K>s  iegisLatiyos  espaupta^  en  es(a  ép9Pa<9P:}^^íPP^sti^ 

qo^epto,  M.p  .testimopio  íri;^C5isable  del  a^|[n})i^oso  adelantp 

,in;t^lectual.  d^  la  s9CÍe(]ad  es{)gpqlar  Tal  vez^ea'^^f^Vino  de,  los 

.querpps  d^Ub(efan^s  4e  Ettfppa,ft9»eacufpt,i[axi{.ftO,,taajp.  púpa^- 

,j|p  ^qrj^doí'ef  tgq./elopu^nips.y  .e9lc94j4<í^.;  dirásiQ  ^cgéf.qve^ 

jjeflp  cpplribqygJa*fl«¡d^z  y  riqu^^a  ^de'ppe^rpjidioipa^^V.ÍAr 

ft^f)íP  y;  precocidad !Bati|>al  á  Ips.pí^wfis  niejri{i|jwaUsrvW?fft.8^ 

mjsp^.^í^^,  ^1.  mistpp  pais  .hemos  tepidp  y  hfij(Hta4o..cyi 

jjfpfis  épocas,,  y  sin  su  agraYjo  PP9de()4«c¡«ci  quf  jftftJt^líJBp' 

^oomparapiop  con  la  presentierxLa.  causa  ea  p^i^^jr^  opipiop^foq- 

aisf^  ,^P.que  Ja  Esp^ina  dntp  vez,  y  fiíin  dpr«iííe;l<>8  ;d¡BR,wqs 

!delogol]|í|fPP  absolulpí,:  b^ {panícipacjp  j^^,gf^p,|pP?to¡*¡ento 

inteJfKMu^Jíque  se  ba  verifi^do  cp  Europa  ,t  J)  tpinaf;P?T'UB  f^ 

41 ,  y.bJtota(Q9P  ip^^  el  g^rpien  de  prpspefri^sid.' q.ii(B  ti^pe  f^ 

jSU  8^ap,.y  qpp  ^olp  peces¡tp4e.tranquil¡d<|d  (^rf^.sm^omp^o 

^de|aprA>U<^iB^f<3P^^^°S(^  con  arenclop,  y  me^ljít^pse  cpa.4^(qai- 

jfiieptp;,  los.ppp^tos.qu^.solo  beocips  bosqueja^P  ^p  jes^e;^r^a- 

^^^juJ^Qf.fW®  mas  nooxjs;pierpiue  suJlifiensipn,jyi:^^¡cíviOBgfá 

sin  gran  trabajo  el  progreso  inmenso  iütelecJimi|;.que^.49;|iA  Nf- 


Digitized  by 


/Google 


DB   MADRID.  36 1 

rificado  en  España :  recuérdese  y  bagase  un  parangón  de  la 
E3paña  actual  con  la  España  de  90  años  airas»  y  entonces  sn 
advertirá  la  diferencia,  y  se  verá  <^uáa  distantes  nos  hallamoSi^ 
en  bien,  del  punto  de  partida. 

Expresamente  nos  hemos  abstenido  en  este  artículo  de  ci- 
tar nonibre  algi^no  propio,  porque  conocemos  cuan  odiosos 
son  siempre  I06  elogios  ó 'las  ci ¡ticas  cuando  son   personales. 

'  Pero  examínese  con  imparcialidad  la  composición  de  nuestras 
Corles  actuales;  recórrase  el  catálogo  de  nuestras  piezas  de 
tesHro;  penétrese  en  los  talleres  de  nuestros  artistas;  obsérvese 
la  concurrencia  á  los  establecimientos  piiblioos  y  particulares; 
cotéjense  las  producciones  literarias  de  una  y  otra  época ;  me— 
ditese  sobre  la  actual  aGcion  al  estudio  y  la  marcada  tenden- 
cia de  nuestra  juventud  al  orden,  y  hu  general  adhesión  á  los 
principios  de  gobierno,  reconocidos  romo  los  mejores,  y  se 
verá  que  si  hemos  sido  cortos  en  los  elogios  que  hemos  tribu- 
tado al  desarrollo  intelectual  de  nuestra  época,  no  por  eso  es 
menos  sebsible  su  magnitud,  ni  ofrece  menos  motivos  de  una 
lisongera  esjieranza,  á 'saber;  de  que  llegue  el  día  en  que  po- 

'  damos  decir  á  los  e)rtranjeros  nuestros  detractares:  «Llegamos 
después  que  vosotros;  pero  |)ara  eso  en  el  camino  que  hemos 
seguido,  hemos  separado  los  escolios  en  que  vosotros  caísteis,. 
los  errores  que  sustentareis,  y  los  crimines  que  cometisteis. 
Unidos  ya  á  la  gran  familia  intelectual,  contribuyamos  todos 
al  bien  de  la  especie  humana  ,  á  su  común  felicidad,  al  triun- 
fo de  la  ilustración.» 


GbrVASIO   GinONBLbl. 


Digitized  by 


Google 


■y    !J 


\0\  '       .- 

.4  :. 


I-  > 


Digitized  by 


Google 


-lOíl  -'    •  '  ":'  "    -i  ,!:i»ívi<:-  •     '•--.  7     crio/    "^   íi'     '  .  1.     .«NfHK/vH  ri  ' 


— f  )•• 


.1  •        i    -li 


■     .   .  '      :     .     '  :;•>•  .    .     .'.    •  V.  M,v  r 


ci    •;;'! 


:•..  •I0^^;. 


ruKRft^  áriL.¿=t'ÉÍ  irigor  dé  lá  estación -iü^titiinpídietodío'Iós' 
kJtelitDM  óiieááibléft^en'iá  gireVfd';  confinada  ya  i'lo  masá^- 
J>én>  y  estéril  de  Aragón  ,'TaIencia'y'  Ca'l'alnBÜi ;' pefti  los-gran-' 
des  prepacaüfos  para  \i  pr6xima  caxnpaflá/et  ardok'  'denties- 
¥r68' sóld«idos^  y  el  prestigio  y. ftíéi^za  moráí'^él  caudillo  qYré 
lod  conduce  y  dirige ,  nos  persnaden  que  lá~  pi-iiñavera  empé^ 
zairá  enin  nuevos  pasos-  dados  hacia  la  deseada,  pactficacioá 
general.  Todo  indu<5e  ¿  creer  ique  se  d&rá-  principio  á  la  cam-^ 
pañapor  la  embestida  del  fuerte  dé  Segura  por  su  importan- 
cia y  posición ,  y  porque  asi  ademas  lo  reclama  el  honor  de 
nuestras  armas.  Graves  deben  ser  los  temores ,  recelos  j  des- 
coéfianzas  que  a^f Ifin  el  c/impo  de  la  rebelión ,  cuando  en  este 
puesto  avanzado  en  que  han  debido  colocar  á  los  mas  pertt-»' 
naces  en  tegnirtmaguerra,  sin  porvenir  ya  y  sin  objeto,  haií 
estallado  disensiones  y  revueltas  tales,  que  -la  guarnición  se 
fcá  sublevado  contra  el  gobernador  del  fuerte  y  otros  gefes  sur 
perior^,  y '  los  htt  fusilado,  suponiendo  que  estaban  de  inteli^. 
"gencia  coti'  htuestros  generales  pai^  entregarles  la  '  plaza :  y 
'-b(e^  se  l^há  de  ver  que  este 'stíceso  grave  y  atendible  como 
Síntoma  del  dltíecfr  ibtérior  que  coriroe  las  entrañas  de  la  re-^ 
'^bielion,  facilitará  en  gfan  ihdiíera  la  toma  de  aquella  fertálé-^ 
'za,  y  proportíóüará  taP  vet  so  'poaeifion  síá  gran  derratnsímieti^ 
to  dé  sangre  española  ^c^e'  nunca  mas  qu^  ahora  es  precisó 
-economizar.  ,Agu«rdatnós  ,/|^ués^  con  la  iba^yor  aftisia  lá  fyr¿xi«- 


Digitized  by 


Google 


?W4  jiim»^ 

ma  estación ,  y  ojalá  que  con  ella  se  consiga  que  los  estraTÍa- 
dos  reconozcan  al  (¡n  su  yerro,  y  sin  reproducir  antiguos  hor- 
rores, se  acojan  con 6 adámente  á  la  sombra  del  augusto  tro- 
no de  Isabel.  Un  desenlace  de  esta  clase  seria  por  muchas  ra- 
zones, que  hemos  ejipYaéa^o  ya  en  las'  ^róniea^  anteriores,  pre- 
ferible á  un  venciihíento  coitiplero  ,'y  á  él  principalmente  cree- 
mos que  se  aspira  por  el  gobierno  y  |ior  los  generales,  de 
la  reina. 

JtBaMBgRBÍ^'Mntiipanseg  y^n-eparii^iér  ac— cfaSig 
que  se  van  á  desarrollar  bien  pronto  en  el  Centro ^  en  las  pro- 
vincias vascongadas  ^e-1faíOénc*h)^'tifffyores  esfuerzos  para  en^. 
cender  alli  de  nuevo  la  llama  de  la  sedición ,  y  envolver  otra 
vez  aquellas  provincias  en  la  guerra  infeliz  de  que  acaban  de 
salir  como  por  un  milagro.  Una  partida  de  sediciosos  al  m^n^ 

ció  prpclgpVndo  á.^stp  ««.«Uenoríqrfgjy^sjcayi^jjyqjí/fcffiiíB^í} 
afrafitrj^fl  W  W  prifflíual  i^^t^ojlo  á  aqiíjq)i((?s  hab^f^t^^  9i^f?A 
y§no.lr^fai>,de  qtvinjipver  y  agitar  4  j^ipa  \\^^]^U^  q^e  ^^p 
id^^  d/^jf II  xolujatíir|>4^ept^  la5.ar«)fl»,,Cuando  f  e  4it4J)ajbj^n  ,^ 
siiú^oo  .ma§  y«[^!p}049,  que  ^hfira  pfira  l^yra^.^<i^l^^^e  j 
^stcner  las  pir^ein&ípneB  dpi  prtucip^  r^b^lJe.,  y  que^i^i^*  olro 
lado,  tan  cpntjB^lo^  y  salisfeci^p^  s^  b^Ijia^if^HfiSU  ^ipdft  |)ací«- 
fico  y  tranquilo.  La  sediciofi  fjue  rf  c[bay.ada  jep' ipdRl  la&  poe<r 
bllo^  con. horror )  y  perpegujd^  lo&  suM^y^d^se^  todaa  djrec^ 
cioQ,e%t;a vieron  muy  li^^gp  qu^  disply^ri^,  €gyen4o,lp0^^a^4p 
^][los.^.jfnaaos  de  nues^rq^  sciUIí^^xmií  ^a  .lootativ^  iuf^HPfx^^^^ 
ba  v.'^pido  á  coi^iiri^^r  dp^  .be)cJH>f  i^pp|'4a^i^!;  lajÍ9iiUer^blp 
fideliiííd  .de  aqu^lji^  fiyp^yií^cias,  y  ^1  gran  m}pf^^m^fi^\^^^r' 
Sj^r  se  epfij^fea  jppra  lanzarlas  de  a^Qvo  ei^l.^./^ooii^iJli  >  A^qiifi 
^^  fin  eI:mem9raLfl^,cppveniq.fle'Vei|gajrf^,  g^  (gqi^fiQ  d^ 
hff  n^fdiCjaf.^r emente, la  .ii>)por(tanciii  y  tr^spfiivMnQia.d^  pi^ps 
^os,;líecbo?,  p^^  no  d^r  l^ig^r  P9f^^  J^K^í^^^vm  ^í(Cf^:4^ 
^opaceaquel^  6deIid,ad„y.qíie..fQm^ffjtá'r«9  Qtfr^fl  l^ai^era  J^s 
p}«q^.4^  nuestros  fit{ef^\gq^^  .prpcui;4o4p  ^^^AlHnaf  ó  díUtv 
jel:ctu^)limieqtp.  4e  lo  e^tji^ul^dp  .^o  (Y.^rg^na;*  Su  deber  es  fij^r 
Jíí  y|i/»^f^ípft  ,4  Jtó^n  públiqo.  ep^a  (i^^idsid.  q^íe  e$ta4e^c«^ 
^jad^a.  Ji|tcÍ9.ip^  \i^n^  ¡^  aosiegp  y  de.  pa^  ^  ¡y  desoyendo  las  decía- 
JVmm^nt  vi^8i,4|i  i^4id^^.j:.Y*ibiipQii,  sobreponerse  á  Jm 


Digitized  by 


Google 


jlüfeblok,  y  la  fcordorá  j  icm|íañ7á  (fc  Iká  aurorídWes.  i  ''^"'•" 


^tié'tká  dé'^áRr  e!  espíritu  'qtic ,  á  Vio  mediar  ádonteciWféfítoi 
^yerf,*há'dí\Wfe^dtfpaf  álgftA'ttempo  áF  'góbíei^nó^'^Jr^jsfttk 
á'átiíbti  VlisisqAiciada ,  y  et  VémeJio  'á^  tatitos  males  cD^mb  Yá  iíaí 
bajan  y  ojprimen.  MoltiVo  dé'gíándíes  csperanists  para  tinos  y*d¿ 
glf^átMeft  íertibfc5''|>ara-'{ñi^;^|étTÍue'#rf-Cohgrf^  casi 

cSeliírtíi^hiertte*  htéVi'íSdfJ  jítfblíca  ,'y:sc  sigWi'^íon'  áfari  eiñi 
f^Mltts  rráb-áJbiY  UJjbnes^jV^  paVa  iftbágár  pbr 

^á¿^e!'y¿píri!u^*tíé  1¿  atíSmáV  /IW^^  'd¿'sii  s^berY'ftfbiézi 
píieáí  fepéVár  Frf'nacroh^'Hé  agW-íá'-rázort'  pfinc¡í^arpbf  ¿fiíB 
¿oíítttTOk'd^í'embs  tátiíbiién  en  hiítérfá 'rfóní5a*algutiá*(»stensió4 
fhás  tfelb  ^'ue  hemos 'fefóoslumbrado  ,  á  la  parte  en  cft/éí  hable- 
ttíoú'dk  bs  sesiones  dfe  éste  fenérpo  colegisíadíor;*  •  •  ''" '  '  "^ 
^''  El'i8  se  VéríGcjS  h  sesión  regia  con  elaparatójr' magnifi- 
cencia pfTopias'dfeYan  angústk  instalación,  y/Fue  yá'iín  espefc-. 
feculo  consolador  "tcr 'oti  Húihero  tan  cbnsiderable  de  senado-^ 
fes  y  diputados /qtíe  cotíVen¿id6s  déla  Importancia  'de  iii  éni 
<;argd,  'ha'bídn'  corrido  *á  oca  par  sus  puestos,  á  pesar  del  poco 
tiempo' qiie  babia  meBÜdo  desde  sú  elección.  SS.  MÉ.  la  Rei- 
na Isabel  y  la  reina  Gobernadora  se  presentaVoYi'^h  él  éklór]  .'^ 
fderotí  recibidas' con  aclamaciones  vivísimas,  cuáles  n'dhfia  he- 
ínbrf  visto'ni  óido  en  séméjanies'ocasionest'parécjá  qiíisíse  ha- 
tii»  ^({ü^ridlo  con'á'queltaí 'knuéstra  de  adhesión  i  fán  ¿ügustás 
pifi^onas  ofrecerles''ütí' desagravio  dé  ánietld^ys' désd2aloá,  V 
íMfánVestatiésiós'kénlltniéÁlifs  de  qu^é  se  hallátíim  pp^eidqs.íos 
fele^idós  dé-  lá  'haííioYi.  VA  áUclirso  de  la  Cói'olíá  proAuncia'dp 
Vi6ÍfS..M.  l^  Reina'  Gbber^adbr'a  Vino  á  compfeÍal'4a'  [iiífctíca 
tótüFaiétíion  i  y  á'  pi^s'cntar  lá  perspectiva  de  un  'hbWeníiy^ii^ 
H^TÍcfsó.  Después  de  iñanifestai' S.  M/'iresl¿á¿  ^^^¿uéiía  Wr- 

Digitized  by  VjOOQIC 


36»  ..BKmrA. 

iffSfonde^áiBL  «^  que  %|  )iaUat>fi  ,^iv  lo^  jfl^IflIM  «MTMBMldf^, 
que- han  reconocido  .lq%;A^r^hiH;de  .f^p^iigius^.jby^  lo)r 
progresos  de  la  (>a;i.ijUerIor^  debidos., á  Ja  in^iKfacia.  beoéBca 
del  convenio  de  Vergara,  al  valor  y  dij»qiplipaf  de  ffp^Urp  ?jé^, 
C^io  y  á  ladepisiof^  de  su  caudillo^  y  á  los  esf  uer;ff¡s  de  li^  b^^' 
i)|^éritá ; Milicia  napional;  ponclujó  S.  Bl.  seBfUnxl^  ^n  .i^rr-, 
minos  precisos  la  poUtsc^^qae.  p^ra  el  jrégkneu  ¡nt/?rioir,r^ft 
I^a^o^^jvoppnia.&fi  gqbierno  aáopUfv  ,.  ,  ,  .  \.,..n 
^1  ^^HilUándGKse  taq  adelaatada(dijo)  kohradeia,,pacificaq^oi|, 
es  in4^S|pensable  bi^cer  sentir  á. los  pueblos  las  ve^jujas  del,i)¿;7, 
gimen. qoostitucioDal  por  medio  d^  }fj^  que,  jfsütudo  fu  J4> 
deb.ida, consonancia  con  la  Co^^Uucion.del  Estado  ^  4^  jfqec^ 
y,  vigor  al  Gobierno,  prendas  y  seguridades  á  Ia-j9aa9(^yacioi|¡ 
d<;l  orden  y  de  la  pública  tranjguilida^>y  m  v  :  f'  '? 

:.,...  «Giu  tan  inij^ortantepjropósito  o^  secan  pnq^Atadoa >ariaa 
proyectos  de  ley^  cuya  gfaveflad  y  ftf:ge,acia  .i)ecQnocea;^)ifi|<^ 
Tales  fon  las  que  debeq  pótt|si:.de  acuerdo  las  dipotacbn/i^i  m«i^ 
yincÍ9lfBS..y  los  ayui|laxa¡(;i^(os^  con  el  tenor,  y.  esp^if u^c^  If^ 
.Constitución  vigente:  la  qjc^^corrija  lo^  def'^os.qué  la  $|^ppi^ 
riéncia  hd  becho  reconocer  en  la  ley  i^lfBctpriil :  la  qu^dcji^idG) 
cpmpletacnenle  á  salvo  la  libertad  de  imprenta >  ponga. cota  á 
sus  demasías :  la  que  atienda  de  una  vez  á^la  seguridad  y;  d¡g'«^ 
njdad  del  culto,  y  ala  suerte  del  clero  ^  sin  olvjdar  la  triste 
situación  de  las  religiosas  y  esiclaustradas^.la  que  ha  de  arga-^ 
nizar  el  Consejo  de  Estado  para  .qne  sjrva  de  luz  y  ^giiiá  á  li| 
Corona ;  y, ademas  las  medidas  legi&lativas.  que  reclaman  li| 
, administración  de  justicia,  la  Marina  nacional»  tan  digXMI 
siempre  de  la  mas  solícita  atención ,  y  otros  objetos  de  no  joat^* 
.por  importancia.» 

«Sres.  Senadores  y  Diputados:  la  paz^  la  unión  y  1«(  ^econ-^ 
ciliacipn  ()e  .los  españoles  son  y  han  sido  siempre  los  votos^^djf 
mi  corazpn*  ^providencia  ha  bendecido  ipi>se^aerzos,,ai(egf^ 
ratido  el  triunfq  de  nue^t^as  armas:  á  v(^lp:os  con  api  Qq^úf;|'^ 
tiQ  toca  lo  demás.  Cuento  con  vuestro  apoyo  y«lealudy  y  que 
unidos  todos  en  derredor  del  trono  de  mi  excielsa  Qija  bajo  la 
báijD|dera  ^tí  la  Constiiucipu  ,que  hemos  jurada^  basiarem^^á 
superar  cuantos  obstáculos  se  opongan  á  la  consolidación  ^ 
¿rden  y  ^  de  la  y^rí^j^dera  libertad.  Estos  son  mis  deseos  ^  ^f- 


Digitized  by 


Gaogle 


Dt  iaMi0.  i&j 

Vgúánfá  de  ioiotrosHA^Mtíeil  j  j  ftin  HM>Me  espanta  «era 
ctónplida."  :  <  /  '  '  '?  :  . 

I  'E^fd' discurso  Pue  i^écHiiéo  cott  gnbdti  «€Í|nnM«iies^  7 
SS.  MM.  Sáliérbh  del  Cún^ttso  ietftfe'  los  vrtos  7  IrpUnsot  de 
fdtfte  id»  cotictírrettt'esl    i      /•»'    «.I''.  ./ 

'*'  -'Desde  ésta  se^iotí  se  (Mledé  decir  ya  qací  qve^ó  mrcada  la 
fiáíHidmla'^Kti^  del  ntieYO-ctogreser^  4  !•  aseaos  i  loa  ojea 
de  los  observadores  aténtbs :  so- adlierioii  al  [dan  i4e  .gobiéMio 
interior |-  adoptado  por  tát!<Ék>od;'¿é'|vod¡¡ft  ser  ya  dudoasr;  7 
éd'áqdel'plan  esfan  cobs^íiÉdbb  to^iMnoeépálea  4Meea^d»}lo^ 
hótñbres;  que  de  bueni^^Té'  qettereii  abére.  nóseirea  ansalgaf*' 
fúáír  ef  órdfen  con  la  libertad /(las  pratogatitoa-dé  la  me^ 
ti^Vi]ü(a  con  lo^ 'fueros  de  la  Naéie».   ^   .    > 
'* '  Pero  estaé  mísiMs  cft^t|siantíff8,<tari  halagifetae  para  anos/ 
Hénaron  á  Otros  de  iirá'  7  dé  despechó;  y  se e9ip6feárett;á  dea-^ 
arrollar  grandes  tenfatftaa  de  op<isieiottfiiBasi,kgUftiiaa  en  ú 
ctii^é  de  ^dbieroo  á  quc^-ét  ntiestfo  pánümcey  aaraacUeyadei, 
facciosas, yen  sunoro'  grafdb  aietitHt^lrias  7  tfríiiiMMlea/Mi^iuiestrá 
pókicioD ííi  Auési^rd caricternos Heva»á lodagar d eiíjabe-ieere^ 
rd'q'tm' piidrerá'td  irez  há^r  entreesias.doaiopoaicbaes v edemca 
dcP'sIj&Ashffe  V'hianiriestó:  pero  si  direaaoávqoe  si  vtspeitefide 
Sfgütick  adiclriíírtob'détla  mayoría 'del  acrnaL  Gangírcao'  ndanoi 
IH^sTerfotno8  á  lAánifiestaruos  aws  .défeMÓres  ^táegáMÍplcs]  t^oéá 
jAhitifialciún  'éi/lo^eiMmoa  y  atentadei  dé^laacáilesi/^espeGlo  df 
A^ros ,  y  iíd^(i(értametíle'de  ida  menea  b<KKiles:.d>i«i)Jartaiitaaj 
cfre^mtMi  shH:éra\íbtfi!Ae,qneda|Wsi;aaoen'itoda'aádjÉJv^^     aten-* 
fátfói  Í|oe  valiiiíób'^l^eranietfte  á  'esfimier',  y  que;  á.dloáy  4.ka 
prJlÍc]|i¡ós  que  j^i¿téhtad'(itth  debido  eau•a^e^  diiU>  priáelpalj 
Pérb'  de  tócfeB  'thk>d^  ^  4iAdj»d«ibla-i^o:si  k  op^aioieii  légalij^ 
fe^tímá  ño^^  iffjoyó  en  la  crituitfal  ^aadíblosaq.'bsta^se  apoyó 
en  ác(uena'/(Coiiü>'c¥á  narnrar,  fMÍ4>odot»  étf/uN' jfrtfiidíe^^ 
pi^íímtso'  y  en  una  grao  nebééidad  de  '^ntlloaeion«y  d^i^si^r     ' 
^'^'Sstoes  lo'  que  en  nliestro  coiíoepto»'tior.bn<  'comf^éAdidó 
bfin  "fa' Óposictdtf  legitima  de  qile  #amps>bet|laAado'?'buJ'Cé»ir^ 
dúbtavál  Keás^  y  déép^.  dé  kr  aedieidif ,  ba'bidó  dIeSacéitAw 
da  é  tm(iradenté¿  Bii  easosaettejantés'  el  adido  totídio  ^ffie  4aB 
d]Scei6}¿ni6s'iiéttto  de'¿lé|ár4e  sí  (od«&  las  se«paclifciaideíeom--i 
plfeidád  en'loade*dHÍlenet,  es  cóndettarlos  oMa^  alta  isen  y  p4* 
Segunda  série.^l^ouo  IL  4? 


Digitized  by 


Google 


gestión  que  pueda  dar  prelesto  á  ellos,  y  prolcaTar' que  dl^- 
tán¿'á»yi»impím<áítí^.htí\ii  qu^eriea  apojfr  la 

aihltcki^J'd  ipoiial/61alaiE)|iy^iV.iU¡jae  p|[ios¡ek>a  do 

i8ai ,  cuando  impugnando  las  leyes  pre^ofadas  por  el  aiiais-; 
tarib^  £ueMQ.^segu(d«iar«Iyi^ofl  dj|Mitadp9i^u^  jiaj(  apstepiaa 
per  unk  lurbu'jdA  a4e|Í9«i»^  qiiii^^M'i^a'^oo  i^Oüqtfa  ^u  exÁ^(en-7 
otatfii*'OpoflÍQÍ«¿i;  to^M09«!i(rof)^jU..  1^1711^14  90p.Ua  aqvifllos 
•r^MolM.j»cfl>noQÍ¿  dbftorpiJUe  GQi|i|ur/])iDiK¡fo,eci:f}.iji.e  se  la,,iionia, 
y  ^tealó  que  ü .  pft  1  iorpa  itesrpAdltftJ^  1^^  .pfíi^sonas  j  o|pimoi^js 
drjJaaadswiaiMS,  ^mo*  4^,ín^>i)gpar;Ias  le^^  pref^^^t 
¿9^4  y  laiveB.relri»eiarip;l;^do9)§|j^  djsGi|r^Pf,4  úo^9if9$,^os 
satisfizo  entonces  esta  cotuliiiMaii.y  ci:eeacipSjf|U(^  1)^  sidc^  ^o^ 
acertada^  mis. prudeDlft  jr^^i(4»  cap^^  1^  ;i|ly^r,/oda  spapecba, 
qu«'la>.qiie:hft,4ag'fiido/li(  ^)|K>síciftn  ^cf^al  ea^los  ú|fini08  acpuf» 
iécimieatoti^aBll.  yieoep-mañ  grav^t.  y,  f^p-^ci^i^afiles  quip . a/^tueMo^ 
q«6  aoabaiaae  de  «Moetonar^-r^Cofio.  ^dver^jrios  poIítÍ9qs  dq 
la  actual  OposidoOt  .pero  tmao  ad^ef^facios  nobles  y^honjrfidoai 
faeoiQs  det)loEMlo  estaeoondacui  tdAQ^^  á  U  y^  i  si^s  legíti^ 
nuMixÍDler6Ma»i  la  pac  y  aI>«oií«gO/pil^)ico,  y  al  afiana^ipiea;^ 
A^d0  las  instílu0i^ei  «aoslit^cioMlesíle  baoeqnos  uiUL'^dTfr* 
leocia  maa  J!)¡ea  eu  su  misíua;  inioi:^  ^  k:^^  j^n  el  pf  Qp¡9  nuea- 
Iiift4f  poique  si' la. aacioB. llega. aiquifra  á.spsp^bar  que. lija 
f^incipioa^  miüniaá  dé>  k  aoii^L  OposlcÁon,  (aypf ecea  ó  alien*? 
lan  los  deaérdeaes  públicos,  da  iCMülq^fera,  ai^^efá.  que  -eaui 
suceda ,  la» 0||k>aieioo  «eddksmoo^filuará  4,M¿ffÍR% de)  i^iúiéy. 
.  aeran  miradas  todas  «usg<es|íones  009  ,d(e^M:oafi^U9^.y  cof)  rec^; 
I0»  Tai  v^  ella  misma  no  conoce  todo  ^1  m<|l  que  le  ban  be- 
•^0  cieplas.aliaozaís»  y  cumplo  gjsnaria  en  ri^mper  piíblica^ 
iCnjQiirla  'Goa.^las*  Algunas  .owcHifksiauqas  debiera^  cop,  ipdo 
abrirle  j«»  4>iJioa,  y.  baoeiík  (tm^f^t.wégnyfiaje^í^xQS.  La  0|k>-. 
«icio/ü  se  queja,  diacia  y. üHiMrgfiliiept^  (je  que  iodp^  ^  bot^^r 
l)|r4$  kabandonauíf  jda  í^^^apoaatat^^^  jx>r  )i^i;  del  iériifiuo 
apasionado  oom  quaie^f  ce«a  m  dei^e^o,  de  fu^  baader^p  \.4fi 
q«e  casi  todos  Joa.que  kl»«cw  hpyc  k^ww.ep  priniernUr 
pea r wlitaban  ames ^0  s^sfilaii} {>ei^ d^^o  c^ao  4^  qnia  es|^^ 
aea  ún  eíert0>CQMo  ius  árganos  i^^te^jd^ii;,  ji}ii¿:|8yini&;)aria> 
esla  deser«ÍQft'?  Qnto  U.^pMiiÜl  Pp«¡cio».  lkT^.f|^J«|i  ^119  g(^f 


Digitized  by  VjjOOQIC 


-  w.mMWB.  36g 

déct»  «^ÍMiidPirfU  á.8u«.mM  MtligMi*  a4*lM<i,  y  i!qi»«;4«n<^ 
tm  d¿i  pooQ  lÍMBp«(  w  <k.  <4lH»dlar  redacid^.á  dd»  d9qei^.j4ft 
aS^  ]t,gMMidM.iW*f«M*4«^#.  4  qaieiHiS  lo»  coinprom¡«09  y, 
«Lid^p«ob««  WM(t«eioU».o«M,  Wfán  pernuaecer^ele»  i  iinf 

oerlo  hoDrad»«M*l«.  Oti.lo4«.l«  j<i,«eet«d.4M4  d«l.  I«cl9  «fn-, 
tmñ»  »  J«  Oimiioioo;  y  ««««doi  1«  jo^Wtad.  áti«ndoii||.4Bo« 
<Ékm  |(Ai!««gi»raB«nleeMi  fa«M.Mtáy«Íi«ri4«.4«.0»«)«ri«t 
y  |)«rdid«..<^P0ro  vengaHio»  é  k  mmcM^n  de.lqi  8iice«0(^«  y, 
en  eUm  mrtnMM  damottiml*  «n  gran  bmumw  I«  verdad  dj». 
o«aB.ioacaban««.d«idecir»  '    i  |. 

■    En'  Uísfsitío  del  tQ  «b  debía  pn>o«dffr,  tmutmtgíp  (4  ?«n>. 
glamcoiQ^ «l.itovitbNfíiietMiQ  :d6  l«««oaiwQnn  4e,nimfiP^  <iit, 
aknsy  opeMdoQ  mecAnieavy  di|  mero»  cwnlMdiQK  iMnnM^^^ 
ÍBOffMm»  de  •frecer  el .  nMiMi)>)ca«qpj0  á  d^te  #i.  ¿ueutUfn, . 
Bin»  ¡«ifMMiMinie  7*'la.0frt*Í!Qi*»  <Ui  ntaitotit*  tmm94wpm 
y:4efeo*Dckr  incidel>fflSid«saef«4a^«f^..|<MP«»1i6<!epJp  imWr 
del  Ceuglreto  «Hm  fffeixtfbicioe ,  para:«i|M,-w4e|.dff  f*qo0d«r,^V 
nombramiento  de  la»  oo«bího9W  4|«e|ir|i«eni«  el  r«gj^m«pt9<( 
•e-.|M!egnetea#  %l<aob¥iKiiíiK«  ••  b»W«H  «fispíUdid^  U»  ^l^o^, 
ne»  fin  algwvi»  pr«v'((icia»  de  U  moiwir«)tt{«t,ie||:^pi«.  i)o,^ttbipri 
»e  guerra  civil.  El  Presidente,  de  edad  *  /ttod^p  eiit.a^rtícolof, 
{»|>i!eso»  d«l  t^gliiqMAtP.  »  Mgó  i  i»r  l«c^ow  4  «na,prflpo- 
aÍÉÍetl  qua  ó  n»^c(|lid«ci«  4  i|ada».^><««f  i>W  objftp  neuriiar 
«1  B«fi^aMMBio  de  bM  e«in<ÍMMke»  da  ac^as»  y  romper  ante» 
de  »Q  examen  .bu  b«sülidade%«wa!fl  Qo^rfl<i,laM»l¡óel  señar 
Olózaga,  uno  de  lo»  autore»  áe  la  proposición,  y  alri.tHjhe- 
ráodoae  d  Preeidente  en  lo  prescrito  en  el  reglamento,  insistió 
fambien  en  **  negativa.  Entonce»  la  Opo»ic¡on,  pw  órgatto  del 
mismo  señor  bl(te>¿a,  declaro  que  íto  tomaría  parle  en  el 
¿6mbrat¿lénlo  délas  comisioprt.y  tó  salió;  precipitadamente 
Y  en  masa  del  Congreso.  Este  incidente  grave  á  los  ojos  de 
mucbM,  (^9.e  ^^coij^»>deraban  en^^^^^ 
49  ijysmrr^  .«^tfj^  9er¿ano»!,:f»«"  m¡ríwío  jpor  ojrps  oomo  ridí- 

««lé.é  i<nfW|W.díl  W><i»^«».l»^»'í*»'^*<^*^  *"»"*  1*^ 
•iaioB}  p*i»:áe;Mé«a«fod<»  ina;w6i»laba,y»,  qne  la  Minoria 
artabft  nandú  á>*i«f>Mr  «m^m*  db  oposioipn  iniuitado^  y  e»^ 


Digitized  by  Vj OOQ IC  


3^0  •  ^ittrtM'^i'? 

tráños/yqne  M  iielMcéri(!ria  MciiMfeftte  ddlin«e'<4e'lWicmw*^ 
ciléiíé¡llK:Se  ¿iviAgo  tanttbíeti  «Mitofitét^^cfué  iti  ráMiolá  y'r«^< 
fiipBd»'en'definitiva';<j  que  no  Vc4l^riaé  presentarse  fnái  em* 
el  Cc^bgreso,  'protestando  de  íesiá  W4»ér«  ebiitfá  süé^  ^^uerd^s* 
^'deliberaciones;  pero^  ka  0(fbstoidii Jifi^tavo  «Mftoir'eift^ ^pn>-> 
pósfrto,  ó  si  le  túvd  alguna  've^^^ler'ábaHdiMIó  i>itfA'^HtHifo»  ftm 
en^0est<m  ininedfflkir-itúitvió  áfo(E^|lairiHÍ8aM^       :•>    i  »ii'/^i 

•'^Efiípezó  la-eitdjéift  «ateiiideNittfinefi.dé'áotas^'j^  bien  pvon^ 
to^  sé  observAÍ¿0"fi«»'.  dit^puiis«aiicitfs  ^n^MaUea ^y  «sf^Sát  é  «fa' 
Verdad  en -estas  tlridaa  •discuaft^nes;  Prtqiera  t  Ja?  OpgifaUm  s» 
]^roponia ,  ne  plréeiBattieaíte  «JeiUbsttiiP  Iraireada^ama  ipavaicalar» 
qne  las  elecciones  de  aquella  provinoni  eifanpHIeg«M^  úam^dmii 
mkt  írtij^éheMl^cOiUta^b  %altdad  de  (|#dotJ  etta»v  deelarÜn- 
déla^^^lás,  a«ir  iit]iés<déexainlliarilAsyd«  Mr^ía^erasdoc^i  y. 
ftpféiftiifi^lM  d^ti^MMbs  tftiiei  ()i«8«n«aíeA  sub  tlcifemores.  S^. 
gÜrt^áe^pie^fe  galÍ9l^  fiiUÓilteftotcmitfba^tib  interás  ttia^w^oe 
éé  coarotdbiM^  «il^'ias 'dí0cnmoiMe«\i¿{)a|f«rrüiiBpiélMÉiibiBná:  adMu 

3f%ffljílés  dé  f4|prbbM¡»ll|!á^')tf4Hayor(á;  Qsftf  üftfdo  á  1ps<<rA:W^ 
IMy  tum<n<es 'qtié> ^yil HeVM»^ üMtteMMMtfd',  eiíiiMó id^adii.utii 
4jA|ác1er  de  «fétcNlád  |^dé<*4f^éi  á^M«tt«ÍMéJfqit«^«tt,««4e«^< 
fáf tfiíiiCiií le  hfati^ienitfé;  y  *'alKlrt¿af  y*é  'eit%spt*itt  ÍW«áni-« 
flttbs  eon'-d^éiicótiftáii^k  y ^ospeébaa.' ^  ^^    «'i  iJ  .ir.. .  ..ti  t.. 

'  B!'fe3  i9é  eiápeiairfcrí  Ji  4¡sctírtr  las'a-elM<db;OSiid¿ba ,  y  pn» 
él  Üebaté  ahimadk>'ft  tjtfe^dtkron'  Ib^a»^'  s«Í¥W  ytt^'desaf^foUffrse 
el  phtt  dé  «atar  la>;^^raM*iáfi«de  M  «Wcdímeff.  ift^aailor- 
Peña  ^¿^^r^^bteé*V«^' tís'giíáTesr^^oÁskJc^  dé'M9  céai^ 
dttclá.     ■•        •/■"*■■•     /'«■!  í»l  '">  •'^.    •  ■••    Í-:  •  ..  -..-j  ,-.,^ 

^'  •  •        í  '^-  •  V    .■    ■•::..  I  ,',  .•/  .. •..,/!  i,  'v  \.    . 

^ijibia^e  Alguna  ^ cqlam^ií^^  ;.gerp  Í.Í  nie,  admvra  esa  fi^Jf  Jf^r^í .  «Sf 

.    B^P,  ^:»»«?t-  l?«*wite  «t«?«^/«  no»  •^c^.»""  cesar  ™  estas .OJr les 

^    9on  nulas ,  jr  nuloí  todos  los  acuerdo s^e  de  ellas. emanen.     ^''       *' 

*  Son  majr  trisceodeia tales  las  consecueacías  dé  este  acto',  que  ¿ue- 

de  mirarse  eorao  iíl  mas  í^lcnVaíórío  qWsc'pueáe 'y»  ¿óúíté!  híef 

fandamcnlal  dél'Éstado/r'ií'íio  dÜ^isaV'yqrté'sfeA'aé  bW^lW-  si  M 

IiúWelíe  CiJrites?  ¿Y  m  aajiHa'  de''hA»ÍM< iJ  ri^fétm^^t  éí 

^fUdo' Yeniidó'  ien  k1iMáieKlétf6i<él  ,^fcfrl^rtíá^Ve^a»%nlte«ii-< 

tv-viaissij  diáiaiiáo'  qf^^:n\áh,tn¿imíh'ití  fUBKUn^^imirfadMÜMu 


Digitized  by 


Google 


Clones ;  parque  se  hay»  sepuraclo  á  unos  Cuanto»  funcionario^  (>lílHi- 
•os  de  poco 'ii  mucho" infl lijó, 'fo  sttkú  i(embien  cóií  biís'vé^Mh  ^qóe- 
Ifis  áV«  Í>^^^^  ^^^  áesiiiuidótr  en  nia^V  V^n'«S  á  (iaé^)»r%e€á¡^ 
lilrprésUiifc6!foMs#dé'2O0í:ilrillMMs',  dl%«»l i^ÜHfttllaaiettU  Vi|Mtf¿ 
Hdo,  pei^  que  rievmxMninsiiiiia  «JftMÍ^sfwMtílai  k*:n|»ibmlM( 
•pan' «lijar,  safe ▼alM'd»bafinit»«lMlioMÍ«r?:>  .>  I  -i  -  ;  lii'f/jn'! 
.Jm  e» qfl»e  en  las  Cortes  cops|jÍMfjr futes  lao  M19  ¥^  ^.>Bdjfi9f)j^ 
•46  MeM{r4»^^.^píiit(ii|es.  ¡Qoé  consecoepcias  fao  la^^^e^biea.se  d^K^ 
«ceu  d^:este  hechy»  »•- adop lando  e^a  ^o^^tripf^  ''^ffiffpj'^f'^^*  .^^  l*SjnQÍ|7 
dadea;'  docUine  pnraneota  absolutista ,  y  á  U  Que  se  atemperó  el 
despotismo  en  1814  y  en  18¿3,  prímeiu^  en  el  famó'&Q  decreto  ^é  4 
de  mayo,  en  Valencia  ,  j  después  e^  el 'de  í¡*  dé  óctáBre  "det  Paér¿6 
de  llanta  ufaría  r  AUf  es  Ábndé  se  én'cuenti'áA  esas  atiataciltaes  de  \h 
pasiído  Vnás  (¡oe  en  nhigninr  otra  parle.  '&*'<ifocMário,'  selhnreá;  -cnéü^ 
Üétnbs  átra Vetado  ¡licntpos  tan  diMiles  -,  ecbar'  «W  detoso  vela  ét  lo  p«^ 
Sftde :  t»  ntuMpiFil»  respetad  W  heebM  eonaainados  d«  una  re?4ltteitft 
^triftttfiínW;  etf  neeesarío 'bo  «olfe»  lii  .?isCa  atráv  5i  bay  beoKaspór 
Ibsieúaltf  Aba anuhrsf  algaaa  eleccicA^  radteift  «p^ b«jé*  W^i-pf ro 
>»mMar«cf  bable  dé  elfais  en  masa.,  j.  sobfe  M<^de.|i«4M*d«s  sbsaliUff. 

j«.  SM^ñopr  Arguelles  contestó  al  señor  Pena^^guiíyQ.enjVn 
C|9^eD;sp.d^cyI^o.^  ei^  qne^^giLard^odo  ^n^m'íf ,  1^  tern^inpft  cojr 
añedida  j  GorL«;^«ft^;  de  qu»;i^p  aco^umbr^.separatse.el  <)raflor« 
Áe  pi70£MÍo  maa  .bien  Unpugfmr  jas; elecciones  ftn\y^,  tpti^lidjHl, 
i|i|9  i|i^fpÍAar,  1^  4^  ,C4^<)ot^A^  fll  ^njor  VgucV«s  veía,,^i|:  t^f- 
.djis  9  U  inayor  part^.  df,  U»  elfopqjjiones  y^<^os  7  Du)id«|daa.|[ftt 
Tier^^  que.  ba^iap  prqduqído  laipiultitud  inmensa  de  re^as- 
mai;ÍQne»ipr^atadas¡  al  Copgre^:  p^ra  S.  ,&.^^:prí¿í^rttf 
•mRiiW;.f«m^99  onevo ,  inn^i^dq,  jafpi^  viítQ,,  *J  Sn  Aii^ 
»  de  37  (decía  el  orador)  ¿no  ba  sido  elegida  tina  mayoría  ifi^ual 
^i^Xti  actual? ¿pues  cómo  tfb'i^imóá'iiitóhce»,  cMno  yemórabo* 
^  ra  ,  agobiada  esa  mesa  ^on  recia lif aciones  ¿lé  1o3as  partes,  ^ 
>  tocias  especies  Contra  la  eleccipif  geherat  áe  ^ueÍ[la,epoGa...l? 


»^te^yerdfd  feo»ltMJHflP?}  Httf,la,v^l^  _ 
.a.ii^iílo  a^uí  c|ooiajrfda^^aj,,%fijaia7^^ 

Digitized  by  VJV^^^V  L*w 


3;^  «vm^A'^ 

.  V»  qtrütera  dó  tetter  que'Y><»iH!rhi^tfl(cha ;  péM»  ^  pidte*  bffyft^ée» 

» 101*611'  dréer  qtoie  á'pestfr  délo  iicbo  ¡iof  titi  ítnli^iio.de  li 

?  óoyiáion  ,  qaeá  pesar  'd^  los  argumentos  Jel  *senor''Pcila 

>  Ajg^uayo,  qiieda  resuelta  U  gran  duJa'que '8¡eni|)re  asaltara 

»a  todo  hombre  justo  e  impa^cial,  de  que  se  na  interpuesto 

f  ttoa  influeocia.ex^rafia  ^  diferei^te  de  aquella  qué  debe  pre- 

•.sidiren  las  elfo^onc^s generales? ^'«-r  El.. iníoí^o  déla  Go*- 

berpacbo  y  el  seBor*  Arai«ndar»  lomaipo  Upaiabra  para  xt^ 

liatir  algunas  ideaa  ;del  orador ;  pera.fuenNk  iaierruAipidos  coa 

frecueocia  por  las  demostractonet  turbale»taa  de  la  Ihiboaii 

tiúblieayOn  la  que  se  veia.uiva  coocurrencÑi  mars:  aumérosa 

qué  la  ordinaria,  7  un  conocido  proposito 'dé^4eulbai*áufr' la 

discusión  é  ¡Dfubdir  temor  á  los  nuetos  diputados';  pero  al 

rechazar  el  señor  Ármendariz  una  ¡dea  dersehor'ArgüieileSy  j 

al  decir  al  diputado  ppr  Navarra  que  no  cónopia  mas  carlis-^ 

Xfí%  que  Jlos  que  .estabap  con  .los  armas  en  la. mano;  el  dejpr-  « 

déoslas  yocesy  las  im^grecacion^  de  los  concurrentes  ¿  la 

tribuna  fueron  tales  y  tan  e^pi^i\dalosas<r  q^e  el  Pi'esidente 

ttandó « iconronne  al  reglaQM»nto:d«)  Gongr/Qso\  qM  los  cela»- 

dores  hiciesen  despejar  la  tribuoa.  fiesistierooee  abierlatntaáe  á 

o|>edecer  muobasde  los  concurrentes,  é  insistiendo  el  Presi^ 

-dente ,  prorumpieron  en  lOs  días  sbéces  insultos  y  'denuestos 

contra  los  diputados,  entre  los  que  reinaba  entre  tanto  el  ma« 

yor  ¿rden  y  compostura ,  i  pesar  de  la  profunda  indignación, 

^^tíe  sé  Teia  retratada  éii  todos'Ios  semblantes.  La  milibii  m^ 

ciotíal  arrO)¿  por  tihimo  de  la'tHbuna  á  los  perturbadores,- y 

obteniendo  el' señor  J!feit*la  palabra  sobre  aqoel  desággradbble 

iBoitfente ,  dedamo  «on  fnerzsf  y  energía  contra  los  perl\irbi^ 

lloares,  hizo  vet  los  funesto^  efectos  dé  que  quedasen  tinpnnes 

setíiéjaBtes  atentado^*;  describió  ^  ráráctér*de  lo»  perdidos  que 

•Hf 'Ventan  á  turbar  el  ¿Men  ¿  á  itmilfer  á  los  dijftltados  de  la 

%ari6n ,  y  coilchijrd  pídieodó-él  castigo  éé  stfttoéJMté^aMiíMta . 

,  To  pido »  ^^  y^  csta,]^eclia  :es9|4idalo«o  qae  acsba  de.psssr ,  y 
.qae  llenará  4e  pmárgara  4  ^^  la  nación,  no  qoede  impane.  l^ada 
4eiBO ,  ni  We  1»V^  P®'  ™^  >  V^^^  ^V^  mismo  1m  oido  á  síganos  de 
üaestroé'd^os;eomp&2erqs  írc«¡Btar  por  sn 'seguridad,  y  decir: "¿es 
p«i%'ss'Co  pari lo  qoé liéií/¿s  ábandÍ>Éaao  ^^¿íltros  bo¿ares?£s,  poes, 
li^oMfierqife quedé ^figáÜÁ^é^ma  iet  esé'eii/esd;  y  at  p^  eo- 

Digitized  by  VJi^V-iV  L^ 


Oryíérmiiiótf  8«MiJtftei  ÍMAifas^T  T:i&;  Stw  »t«sklenu.¿  ¿pp, 

4ÍM  aioMidaé.fM»  fMtigpMT  4  l«a  criniaak^?  Sí,  loe  baj,  j  tojos  loaj 
c«iriBC«o«  Stamojí  tf«  nqa  .f«fj  francos,  j  jgón^o^e  los  medios  para  ha- 
c0rB«s  «Mi^t^r^  i^gfM  un.fj^i^Oiplar  con;  los  autores  de  ese  atentado,' 
y  ofréscasf  no  escarnAÍanto  á  ja  ^cion  con  sa  castigo.  Asi  habrá  se-^ 
gnrí^fd  p^ra  dtf  Us  lejts  s  de  otra  mapera  i  señores  »  seredios  el  ja- 
mete de  cttátro,  malvados.  '  '  ! 
^'\-         \          '        •        •     -  ■         •    '    *■'■                        'j      -     .    : 

-^  El  n^iDÍstro  <Ke  la  Golieraaci^a.  tomó  ¡ppiqncjp^  Ia.pal^Cf, 
¿•bizo'ooa  6sl»  iBolíiro  rcbaboioneB  ieaport^oie^    . 

f  -'i      '  •  •     •  '     •  *         : 

¿a  tranquilidad  ^-  di jb  ,  con  qae  mé  lié  ¿onsenrádo  en  esie  pétesto 
ée  nña  pm^ba  pira  tos  sellores  dipatkd^  dé  ^cr  «I  Gobierno  ^rnaai 
inótIvUs  para  Uhét  que  sé  preparaba  noá  escena  tánde^gradablecáf* 
■icrli  que  aéabá  de  ocvi^rir.  Bstatl  jlómadas  todas  iaa  dispesióoneB  pe^ 
íHi'dtfsc^rgar  golpee  de  iiMMrtn  «o^ira le  f epreseotaeíon  naeioüei.. ( Fa^ 

V  ;.fieiorca»  h%  Hi^^fado  ti  »oii^6#l«h>,ai  qp^  el'Gobierpq  diga  la  yer^ 
Í$á4Mo  H  ppiié  l»«Mpi^  SRleoHftt,^  jr  qu^  el  Gobieniq  aproyecha 
CiV^'mmínü^uf^^jftfUfifff:,  PV*9.  •*,  1«  prueba  -  mejor  de  su  Vigílaocia 
,pop:;.fl  4f4YP  P^^P^  Ji'f^'^f^  I**  leyes  sea^' respetadas.  Sn  Madrid 
emsie  um^  eonspiraciún  permamenU  para  alUrar  el  orden  púbUóo.iAá 
taa  a^aba  de  ocurrir  es  la  jasiificacion  major  dé  la  conducta  délGb- 
^kcrad.  ¿Se  isecesiia  nna  prueba  mas?  Pu^á  hemo»  sabida  que  esta 
conspiraéfdn'e^'petf-malie^te,  que  se  tonsplra  é*  UdaS  büirs»,  411a; Cil 
yez'etf  est6s  tníomeatos  es  mes  yhra  qeie  «anÍMi^f  iliK^mber^a^al 
'GoUerei^  eon  le  lef  en  la^ naané «ká  siMa. beaW  jfaa  sai  te  «ítiNrilJa 
«CfewlquttUM  péblí¿.  MamoS'aoQserTado  e&  ^Atm%'y.:W  lM«saft<^eci|- 
-db  yiolav.lÉa  bijM^  «i  Ja  4aaram0s »  f  aip^aaafaii  na  .tesar,  quf  9a<^<^ 
.Jk  á  01^  imadWí  miMl  foeraet.  SI,  tado^es,  lo  esperamos.    . 
^      Pomplas  bfr.;SaQora9.dipiitedoe  con  )aa  abUgaciones  que  han  to« 
,madA  sobre  sí,  qoa  comp^onMios  ,  disgustos ,  sinsabores  les  ocasiona- 
rán sin  duda  \  pero  los  compromisos  se  arrostran  ciando  Se  sabe  que 
hay  apa.  Nación  granjee  que  Tecampansa  con  su  gratitud ,  *j  utt  Trotto 
que  premia  aaticipadíamente  &  los  que  se  Sacrifican  por  él. 
•'•  ;>^^-  •  '  ••      '  •  .  ■  > 

*>>  .BeapMt  da  yarío^jfiQidaotfss'y'a^pliqaaiapes  eotire  el  SeB^fr 
•Ai|[aaltai.yoél  8r..]á9D<^  sa  iba  caln^nda  la  ff  itácioa  ca^do 
ícL  Sr«  0M|ia^4  tüoa^  Uipalptbr^.  ^OfjpeaS  S.  &  lanieDlaD/lo. 
'  iiM  hmliicke>(ÍiIiAd<^  4I  ^C0tlgratO;A9i§l]i|kf€f4fú,.4qMella  temr 
ylaaa9»c|*e  nunca  i!ifj*;#e  debe  vím%V^9m  ^'^  ocaiÁ999^ 


Digitized  by 


Google 


difíciiea,  y  «e%ac£  la  falta  de  aquélla  catma.. apetecida:  pqr. 
S.  S«,  á  i9LíMdL poquedad  de  ántmó  oónd  habÚHt  'manifeblÉd^i 
los  diputados»...  ^tas  palabras  tao  diit*ai  en  si^yiisaiaa  j*  taé 
ínipropias  y  estraBas  de  la  ocasión  /  ii*titáí*di}  íi  ios  dfpaiados,* 
cansados  yá  de  oír  ¡nsúlios,  y  produjeron- iiTÍa'''%^oaSoii  de 
-foces  y  reclamaciones,  llamando  unos  al  orden  -iX  orador  y 
pidiendo  otros  que  se  escribiesen  sus  pata,bras,  jiara  tomar  las 
medidas  que  el  reglamento  previene....  nestablecida  algún 
tanto  la  calma ,  el  ofador  subió  á  la'tpib«íia'y  «lió  eaplicacio* 
nes  que  satisficieron  á  los  dipotadós^y^  leitüiiió-la  sctb»  con 
la  a|)rebac¡on  de  las  eliecoiones  de  Górd^oba.— A  la  salid^a^del 
Congreso  v^rioa  diputados  de  la  Mayar(a  jTueron.inMilfadosjpor 
algunos  grupos  de  alborotadores 9,á,quieq.jCpfU]iY0.  ld.pr<?senr^ 
eia  de  las  autoridades  para  no  propasársete  mayores  esceso^,,, 
"  Estos  aoontecimtentoa  prodajeron ^eailos  Quevos..dipii¡||^9f 
de  la  Mayaría  una  sensación  profumld;:  laa  vevdacúanes  AA 
Gobierno  de  que  exi&tia  en  Madrid  ona'  conspihieibn  eateatsa  y 
permanente  para  trastornar  éV  óHieA''públ<'cd''^yi¿l  ]^obJélab 
establecido ,  daba  a  los  sii(ie¿ps'óif  'bdrá<^teí*^folyeit''dcf^¥e^ 
dad,  y  los  elegidos' áe  la  nac1oh'*%eyei4[>ii' db  *)iu  ^iM^r  cdtfi 
oertarse  y  provocar  las 'medidas  conducentes  a  su  seguridad  % 
.á  la  de  la  Gon«titu(;ion.,del  ^t^do»  Aquella  finísmá  noche  "t!^ 
.diputados  de  la  Mayoría  celebra^rop  i^na.,  je^^xiion  in^y  áume- 
VQSf  y  diputaron ri.iwi«a,d«  sus.m¡embri9s  á  pr^gun.t^r  ajos 
ttrinslros^las  m^idaa  adoptadas:  «el  fir^d^te  4a1>  Cpngr^ 
se  concertó  tanubksB ,  cómo  era  justoy  tscifi  .alifl«|)¡iMM},  paiyi 
vetar  por  la  segurfdad^de  los  díp«mi<|ot',  'j  e«rre  airaa  niedk* 
das  qye  sé  acordafpn  ,*  fue  p'óner  á%s  inmediaeto»et<dél  Coii^ 
greso  alguna  Tuerza  delej^rcltb  á  disposMotir'd^I'  fii^«  Pre- 
sidente. Bajo  estos  auspicios  se'abrió'ál^di'af  sT^füieVitVlá  éédüii^ 
memorable  del  24;  '['^'^^'^ 'J  ^^^'^' ' '''^'^^^  ^''    "I 

Empezó  la  sesión  preguntando  el  Sr.  É^aña  al  !Gbl5¡erno 
si  se  habian  tomado  las  medidas  oportuna^alito  para  castigar 
losescesos  y  escihdaloá  dérdia  anterior^'  o^mo'paM^'^itJir  so 
repetición  eti  lo  sticesivo,  y 'habiendo- cohtevlatio/aíttrauicfva- 
'  mente  el  ministro  de  GVatiá^y  J^usliéa  sc^i'pasó  ,«  la  ^iscüsídn 
de  los  asuntos  se{íahi4é^.B)te'tifttj^d«  'elk>t^lldtclánuai:de;la 
4:omhiM  sobre  iH'elkétítén^sÚe Oü^kiry  i pMir^^m^- 

/  Google 


Digitized  by  ^ 


esU  provincia,  qué  constantemente  na  "elegido  casT  .u'rias  mis- 
ivas personas ,  y  siempre  ha  da^o  su  anoyo  a  unos  mismoj 
pifmcinjó^!  políríco^^^  !í  Opositíoti  lis  tiúogió  f^ffra  cAm- 

Slde  oa^allf ,  p  por^jue  le  íuése. urgente,  [)lre^én1ariá\  ó*  jibi* 
Itfi  cic^X'^  y  ^^  ^M^'^f^r  F^V,^^?^  ^p  estas  elecciones  los  clo3 
gfiw)d<»  ittMH^otf  4«  decUnu«iap,í  J^.  (iaTcialidacl  4e  [ las ;  auto-^ 
tidmiem^úm-jásidñ  d^qua^loseieclo»  representasen.  %}ci(iéi|[^,líí 
ofíéioa '  iipUlie»  qoe  eo :  a^ujelk  •¿I  pairad  A^próvj  qóíi^  (PredpjiMpf . 
bé«'ifl(siilM-Yiivrtídatíosr  deiÍK  OpóéfoioiilMibián  beohcí  jua^ioia 
ffTtf  ftenaTTiííflrfdd  dé* Ite^fitffotídadei  po)Í«ica  y  mílftari  la pri^ 
rSéiri,  ffá'bífii'  s1<tó;e1(i^ádá'¿ó)nf  'éste'^mhro^r  4by  <WgaiÍ08  mat 
flotemos '^e  |a  opinión-'  vencida ;'1a'>egünáa'habia  t^^^ee¡dó  á 
esta  misma  opinión  la  distinción  y  deféreiicia  de^'bofltt(ftrIe  el 
f*iméra  en^sti  caDdidatura/'ParaiBeiírlahiai*^  .'piH^i  owMbi  la, 
«N»pttekta^«o«i^k>n  «-im  mmeater  efofirdnder  edom>i^u^tgcipa 
-Pmiiitltíirl  ,'<M(  déeiíf ,  fon^mia  aatondbd  eseaQ«Ü4n^i»«eopppii^ 
4al*' y  fPífév/eio  de  lai  misma»  éleoom  que  loa  dtfwtiadotv.y  C1911 
'«tía  et^porAetófitiideMas  dompoetta^de  laé  peroonasiniia  Ttosp^r 
ta^é» ;  lim»daláüatf.  e  influyente»  de  laprdvtncia.  PeroresueW 
«a'hrÓffbswiDn  á  combatir'',  'no  Tepari  en  el' campo  en  que.ip 
4Ní^i*'y''M^ia#nú!J(i'<A0it6dadá«  á  la  Icboltendac-iAbció  el,  S^..iSdM 
Miguel íA  delwiie;  im|iugnáinlo  el  idietálnea  de.lafioniiai^jat 
'|>Éra>M  6¿lirs9  notabianicDie  dedaa  eleccicin^a  daHOY¡ec|q;,J¿ 
^dorwtá  ciroutiscribModcee  i  Ib  mismo  el  Sr«  Co^a.jd^J^.TiWr 
-ty«'y  la'díictisión  se^uija-tángwída  y  áesmayada./€oaio  átgiMla 
*lbé*ií'aqufila»  en  q^»a  pe  tWam^  hauntos  -taii  «ridoü  y  de  poqp 
interés iMmo  liM^  pormenofisa^de  onatel^dioa.  Creiampa^tji^^il^ 
4a  Opoefeckfft'birfbta  TatiuMíado  á  U  arma  usada  en  las  ünMai^h 
res  sesjoae^;«y'  que  ^raeOsade  evitar,  toda  !acü«ap¡MI  d^jictiie 
daba  lugaf  eotis^íft.vagai  declamacioiiesooalra  la  Ugaliáíki, 
dfel'  CoDgreai,  i  iba  eécesoa  y^daoiaaias  cometidas  eoutra  él*  He 
'limk'aria  al  éxáméoiadividiMil  dé;€ada  acia;  piro  poco  duró 
r  esta  creeocia*  El  Sr.  QibaUero  auunció  desde  lufg0  que^  00 
.]r^ía  eaUs^el^ociotiea,  de  Oviedo  grandes,  .defectos^  j  qufi  por. 
lio miamci  ¿I  |lfjan4p'4:  un  laio pequeneces  ^  ¡ba  á,hácéf  cargqs 
■A^  gtmndéCy.  por  yií(¥fW.  5igg¡^ojo,^le  .,prop/5^U.p^  ppi^uifesló 
-y.sa«8ferzó.en'  probar  que.  una  guau  p#rt^  4e^.)a^.  ^ecc;¡onf8 
'de  las'pro^titJtas  00  eran  la  espnesion  .verdAdefa«d«i>Ukf^ÍPbioA 
-haeíon'al,  sino  efeet6  de  las  medidas  de  09aceioa<qdepor  m^ 
''ífró  d^^áus  ágféAtes  babia  e^ei^cido  el  Gobierno ;  que  el' no  bah^r 
[renovarlas  diputacipdes'prbVitciáles  tra  un'viéib  qut  -áta^ 
/fq^€^^'d^/nulídad  icfdas^^^^^  e!  gdbieriitf  i^jj^é- 

jc^^lHMxqefri^^pQlp  iníer^i^ieiida  el'  GoDÍ$íhtí .  come  lo.  fiabta 
SegmdaiérÍ0.^Touo\\í  '  '     ifi^  '        . ->.   - 

/Google 


Digitized  by  ^ 


376,  ,  '^hivisrif" 

hecho  entafulúúÚLseíe^^  f'  biútínfó  m  dUít^fii  Mr 

^tos  tqríninosr  '^  '    .    !'"    ,     .    '  '    'í   -'  'i-'"' 

,Pf]9,  a1  principio;  j;  pepito  ah/M-a^  ^«e  á  mi  roe  |;<iiUii  cargos  ^e 
C$U  cispocie,  7  Qoj^eqoeñeces  relttivf  s  i  ocón^DCUs  pa^tícuUreá  ¿9 
ésta  ó  al'otro  disinto.  To  creo  cpie  4as  elaócicMáas  da'  Oviedo ,  como  \¿ 
mayor  parte  de  las.  otras  províncl»^»  están ,  heridas  de  oferte  per  l« 
íqlerTcacioq  Violenta  j  la' maf 'atroz  que  se  bá  becho  némtíá  d»  yartii 
del  6bl^¿i^¿;'jr  digo  qae  si  e»<sa  eleteloms  >  pwa'  d»  ^g4a .  i— iPa| 
si  dé  esta' miaBaf a  cóHHntimé*  qoeiel  podar.se  eaironetaíy.siidoMifrv 
ponga  4  I*  V^lántarf  d«  lospoéUeá,  ]f^ll««  ▼citfati  á  sentacsii  tu  eaio| 
hn^ok  lo*  qne'.el  Gobierne  deM«  •  ei^ionces'  ^dos  llninreasos  lijf  ^^b^^ 
atcncnc^Mi  de,  eat^  mal ,  y  «^  G«hícr^  rareamUtÍT#  lerá  «^  me»?. 
lira;  «orno  h%,d(efao  el  Sr.  Sai^  Mi^tiel.  Yo  prefiero ,  señores,  .el  des* 
pptismo.4f  i»no;so)o  a|  despotismo  de  ese  mc^  ejercido,  '  ' 

'  'El  miuÍÉm»  do  la  Gobernaci^a  ae  levantó  empQCfa  4  df^ 
feud^lios  aleada  del  Gobierno  7  anfoofidueifi  eo  l«t  deecioiffa( 
sddfutofolé^lidad  dé  las  oirooltres.jstpediidaí  por  bl;  gffbiefS- 
«10,  demosti^álfidb  An  oonforoaidad  ooo  lá  lev  .y  00a  úa.  predi'»- 
t^  dife  otros  minísi^ioi  añteríoiiea  i  de  quommalMi  puriO',  tino 
,  tMHiatrtma  e)  lodo,  la  actual  0|MMCión;  leyó  y<otakMlo;ol(^ia« 
«as  de  eaeas  circulares,  y  refíitó  I03  jargUiiMiloa^ioé  af(ho^«tt 
ií  las  «lecciones  en  genereíh  Bl  Sr*.  PUál  tedió  enioi|oes  la  p»f 
labra,  comodipotado  eleclo  poc  Orádo^  y.  antes  lle\entMr 
'^n-el  examen  de  las  actas  de  au  provincia,  creyó  de  aH-  debcf 
xonteatar  á  las  generalidades  alegadas  «ooira  las  eltfccioneastOr 
4m.  Coitto  íA  diseiirao  de  este  señor  diputado  faoi  aegiiA  alj^n*- 
'hOñ, diarios  de  la  ÓfMlsieion,  el  4|w»dió  peeibasiA  áil^<aoonltcti» 
«iléiHOs  grateé  que  desjloea  fttgiiiefon ,  pnra  bater  y^  ^  io'- 
-ft^tfálBído  de  eüa  acusación  pk-eseálaAeoios  isua  :tff0ws  M$»^  BOr 
^Hbleéi'  BíDfipesó  ti  Sr.  Pidál  proteseaaidí»  f.  f|u«^  hgbia  pensado 
dhü'itaM  al  exinuBo  délas  ackas  dei.su 'prí9vincia^f]ieto  qoe 
^ahtend^sido  atacadas  en  .general  todas.-  líia.  ^«^eion^^ti  no 
'cretMfrt  ctimplir  con  sudeber^lbaentendíéodoae^lel  ealado-4Q- 
'tnal  de  la  coestton»  \v\         .  )     ..  ,  1   .^.r  .1 ,     .  .  >. 

*  Üe  óido  decir  a\  otro  diá  (contiott^)  a!  Sr'.  Qabtb'l  ¡qW  jk  se  lá- 
''bla  cómo  se  habian  hecho  las  eUccioikeá ; '  be  *Vb(o  des^ék  *«l  se  Air 
'  Arg(téll\;i  w^ét  espiantar  y  apofir  esu  «niaüiía  idea,  y  hay  m\  seier 
"-Cabálleft»'  hM  Ltaeado  y<a  en  masa  todas  las  eieeciDncs  ,f  dieÍB«de»  qoe 
<eraaíÍhiSilde4aeoaeeionT.do  la  violencia»  Bsio.,  aaíWriaa«  es,e*  16* 

fisa  unisofi^may  en  polHiaa  iite  escándalo.  .EU  ui^  ^oQsma  en  lA^Cf, 
•pdrqne.el  verdadero  modo  dé  probar  qoe  las  el^piopes  son  ife^Ves 
.  Htifi  ei^aniíiiar  individualmente  cada  una  de  ellss.  jnostaar  Jos  vicios 
..qifa  Ui riese,  y  dtfkf  m^  ^Ph^é  *V  válicíez  la  jiact^' sKasis  la  cqnse- 
.  ycnenciaj  porque  i^npca  ferápára  mílegmcaaMa  .qatf'sadbe  V  eápi« 

riui  de  partido  fú  despecho  dé  UÍ'Mt  %  qUiHa8ii'ieMiiléft;i^ 

Digitized  by  VJii^\_^V  L^ 


E§  mm  •ibtndab  m  pdMlhi ,» yy^y»  ii  ék  <hte  jatdé^  •>.  — <ph»»a  á 
tttMs^  Im '■•bomMt  M  ftefral,  y  áijpr«iasliir  OMCr«i;l«'Í<plUdl 
^  Km  Ctímvm  UmO^ém^é^  i^  ««rá  k:OMitiiMÍMi?.  Vf^aáaf  H# 

lldo  Éé  0f€9  MilorfaM«'para  «licar  la  legiUdad  ¿e  tftoi  Gi|MpiMi  «1 
«MM,  M  hqr  Catrpot  c^ghlaánáes,  f  o  Itaf  GoMÜfliiMmií»  m<  JMJr 

¿T  «éoM»  M  JiiMliV  MSoml  id^iia  hgafidad  i  ilt«»K<U!dÉ  las 
it^ectaüa»?  ¿L»s  «aoaret  ^[Im  aii'lM  étaeaa  Inv  axa«iÍaadU  por  mt»* 
<fÉrt%  Ma  j^aPiniá'  «tas  actaf ,  y  hin  pataió  las  monas  ^aa'^j  aa 
tHTO  jali  e^joU^daoHaii?  No  pfvr  «arto.  ¿P«as  aaloBcas  atfaio  las 
^gao  ya?...  Agoaréemas  á  «nmioap  las  aJceaÍMas,  aoa  par  ána^  f 
'Sraan^ó'lo  liaykiBOS  1mcIio'«  adaodo  la*  baya  dsíiaUdo  a»  pao  y  as 
toáVtk  «Q  TtMaitf  d  snMad^^.y  enaado  aqaí  se  ^  otg^  las  raaaaas  da 
lÁs  ^a  lai  dafiatidaaí,  atOBcas  sa  podaá  foigar  ja  ean- datas,  aa 

*  PMno sadíea:  haf  aii  laaotoididad  «a ^adaiaao  aatraardlaaife;  at 
vaa  cOiiiÉaállada,  aaaatf  vista^  psa  adaiaio  da  raprasantacloacs  y  pro- 
laslas  eoü^oa  gima  aKmmadá  la  masbdaiOdagvaso^  anaoa  sa  lía  pro* 
tostado  'tatt  gaaaraliiisata  aaalra  las  «Weitoaas.  ¿Ea  qod  tierra  asta^» 
sonoros?  ¿Gdmo  aos  ahridaiao»  taa  proato  do  los  saeasoi?  ¿Na 


I»  Ibbido  reala  macioaas  y  protasias  coatralas  aleceioaos  aatarioras? 
¡qué  prooto  sa  ha  borrado  Ó0  auastva  «aieaMiria  lo  ipia  *ba  pasadal 

Varo  yo  lo  racoroarOi 


Cá  1836  ba  babidl^  aaa  aláodloa  yaaial'rfwiplia^,  salaaao  4  y  par 

~  ~  la  ala» 


al'iaétodo  aias  popolar^kasU  aajsaass  oaáoaidia  «a  Esptf5a.  Sala  a 

afea  dié  aa  rtsaliada^ may  saaMr{*ata«  sí  ao  idéalieo,  á  la  aatoal.  ¿Y 

tío  sap^otastd  itm^&tít€§  coaira  élf  Si,  §€  prolealds  y  ¿ciioia?.  Eé 

Máiafi  Mí  prot«sii^  asasbaado  á  las  dos  aalondadas  priaeipalasc  éa 

•tras  partas  roaipiaado  las  ornas  alacloralasy  y  por  último,  laaoras» 

aa  tai  Graaja  se  plroteiit'4  boHaakUi  el  Troao  de  aaestros' Rayas  ^  al 

Troao'gbriosodol  i^aablo  «apaial;  Asi  'sa>  protesté  aatoaaes;  pero 

coiao  pasd  ya  al  liempo  da  los  Mtlaaa  y  asastestos ,  ji  ao-sdi  pMa 

protestar  de  asta  aiaaars ,  se  protesta  con  cargas  de  papales. 

'  '    6a  diae  tamllian^|a«ao-ba  btbldo'Iibcirlisdy'qiÉa  hé  baUdo  eoae« 

'Moa;  TMottda  aii  t4Íd»i!4ia  prpriaaias.'€aoado  llegoo  al  oeso «la  aaap 

naiaar  fbs'iletas  dé  lÉ'«i)iié  m^  ba  baabofiar  tareera  tas  la  bonra  da 

*^alagiraia  Mi  DI|iatíído ,  aatraré<ea' asía  osas  daleaidaaieaAe ,  y  bard 

Tor  qaeob  ila  sboio  sMeíaataeOMo^*^  Í»*ra  desde  laiga  dird^  4|aa 

*aoatra  todas  asas  eoáceCoBeO'^f^at  sapénea  y  alogaialiay^aii  badbo, 

-aa  argaoialitooqaa'ÉiáKMi  sófisaia  paeda^dastrair,  y  ésrsKar|^Bttealo 

-  éotfsiste  «a  iMi  ttdiM#«s»  c6Jaa'iaie«¡bba.'aiiferos,-c|ab.eat*aspMH 

baado  qaa  }a«dlr  batí  ■■  irfsédb -  4¿  su  d^aobo  iaatos  <  eléalpaes ' 

•oboraJ^Tttfié'se'diaa  eoaira  aai6Mlada,'«séiqres.,'.aada9  ip 

'MÍatra  'N>a  ad¿laraavÍoa"ia<aaiblis»^.iiÉssaratr^  .aiagu»'  ar||aa 

aiagaa  sofisaM  añada  pravilecer.  .rduii)»'    «-..:/ 

-u*t#éh>  2f  ddada'bi'l^tflblo.esr'^oaaáot?.  ¥1^  aapiafta  «ap  lio  la 

bé  i^km ;  í&^  sir  boil^a  ba  6id4 ¿daiAiiiiiU  loapdid  ^odanaaíado 

'^•'ciaátlÉi^MlaicaMirliadss^  paob  aaiit^tisl  iaia»¿  diría  lio- 

lOogle 


Digitizedby  VJV 


&78  ^  .niM^üTA  . 

mIi  ^mkmímé  á^r^hnm  psrUgéiim*  de  «|lkp%^«Ml>«l  wé  iM|(tt  p#<l«li4i^il 
4v.4mÍBo  f  M  lá"  4i&e  ayer  la4ft>  elrihUk  el-*  fir^  Qléuif^^fmM,  <4fl# 
nrfft.^.vep¡tOy  tcrdaAehuntme.'poqwiM  rfW  fáaiflMl  ^  .{^«^  «arí^  bair 
d(BrfuDflpett|^o.ilbftgtiiarlo»:y  f  qr  ibác  d^  jü  reiii|BCiÉJr  4  ;*m^  d«  >\m 
mas  apreciables  derechos.  .- '    n 

-  !  SMt9^  tbdo/ba  ceéaré  dle  vipAírJei  Ida-nüay^ffifs»!  kfíinflpiibles 
néanerosv  prueban  quedad  wi'iaiifisiBfa  CMiaoto  aei/difa  «Diest|%.^fMrUcfhr 
kr ,  y' UB' puro  desahogo  dal  efpirttto  de.parlida««nrY.4qH<^'yW'MrtaM% 
ft.^ma  bavé  eargo  de  uaa  reflaadkm  i mpprian te  lilife¿9 iaj&tr  fWir.iB)  $epf>r 
i^eáanAgiMDjrar  peiifae  ésta.biodó  ¿/«ammig^  la  kgalkUd  i^  W 
•fceceíonef  Un  geberU)yHVa^aiiicntei  tbii9a4.djfto»uiMÍP^4  »«<;Wbar.4 
aéspé*o>^oe  sé  deba  4  los  iGaer^  eolaguMikWl  ;.c||ic.|Kfti|  «on  if . Cor 
rao^  la  GoDStUucioa  yhrf  del  Eptado ,  pflni|»e.W>  fd^«1»M,  m  EMP  de 
ser  no  libro  muerto.  ¿  Y  es  este  el  modo  de  respetar  esa  Coosli^i^f 
^eibmto  a*<voeííeni'  querer  é^ÜmñJé»'t\\ hhu rftfiores V^fx^^^^^^cie^ 
ga  al.TeaaDtbme»lo;y  ek.despMba  #^H»aifrittm%|  .taajujjliniai  dinr 
aaeuentiasde^laa  fuDeataXiadlniía.:  ¿  d*iaaU'flia4ieca  «^«¡0¿if»r«  P«fr 
•nacHr  la  ilegalidad  de  laa  éliaaetoiies  ^^  J  9^  oons^OieDCÍa  li^  de  Cttaar 
4é  las.Gdrtea  hagan ,  dífo  rnufi^ btea- el  Sr»  Peda  Aguayo^,  cfida  par(if- 
ffc»  isácará':la  eoaseciieBcí»  de  qve.  ban  sido  ilegíiimaa  las  GdrU;;  %p\^ 
K6r^s  ^D  i^üe  haquedad*  jrantido»  f  Tendremos  á  pairar  en.  x^ue  to- 
do cuanto  han  hecbo  es  nulo ;  en  que  lo  es  la  minaa  CoQsUiuipiQq; 
"an.qne  eatambs  sumidos  en  inn«aoa4e  U«galídadtt»  ¿ Será jegüiivf  esta 
«oiiseelMncáa?*  Seguo  lab'prMi6Ípiaai4«tSS.  S9-i«ls  según  )o|i.|i»ioa.niB. 
Y  Perqnc  Valga  lávei'dad:  si  jaraftáMn  laa  prtee^A^s  eJfc^ínqe^  p«r 
iíd ta  de  líberlad ,  *¿ qué  no»  podríamos 4Íeeir-  da  las. <W  ^^  35,  en  ^^ip 
(Ttno  nb>  fblo'  Dipolado  detnaest«a'apinionJ!^GiMi  aif|ffHr?ras|9R  q|;ie.ab#- 
jra  podría  habérae  dicho  anioncaa,'  qae  habían '4Ídoiaq^ell#4ielecc^>fHIS 
prodaeloMe  la  coaccidn  y  de'k  .ridlaneia/  Pprque  •  ¿UQ  «pojí^  V#f)re- 
«sentaba  en  Eapaoa  el  .parlado* 4AoQirqiMea-c0f|siÍMif3ooal  qm/f.»  babnqr- 
ubftxhfibido  áivpHa  'líkíaelad/sola  liid>iei'a  dsdprpQn  pf9dtt^'p«,inír 

pu(a«lo?  rn     «.V  .«    -•       ».  ■!  ,         f'^'n\\u^   t,)fy'^^         •     t  .  .| 

-T^t^  Vniiei^oé  Wá  Odrtcfl  diBA<dflor.58!;  |a,iMÍ0n.ac#h«ka  4«^«ianifcaUV 
«aaolhiaiad  ^r  qn  métoda  él.aJMi^vapiii^af^qiMi^bfbM  b|d>MP.ÍfnA^^ 
•España  ;{yukqiiella  RepreaaataalonJ  tH  qne  dapivialn  ..larApJ9Ío».ifMr 
jdarada ^  Um-rvmik'Y  deaecba.por  no»  irliY^fia¥>q.' ¿K^fB^sgf edid:.dair 
qsocs?  Se  aljgiéroé  olraa  G^ri«si;i¿fF,YÍ*o  alg^ia  QijpAtad^  4^1  parfí4a 
.nbnálrqtácoHcbniscilaciooal?  Casi  «jnfyoa* '4X  ^«#ría,  «ata.  i^pr  ei^c%o 
'de  ltbar«ad«?»Jk  ia  eéncie«isia:>p4&blka«f1i«ipa^(M»ride>o  ía,  con^alii- 
•cio|i^jia>al:^go  e8p<«ttad«f'pariída«i|¿iKa(a«a4^y<%'paf  «sp  ..ú;  ifíalí- 
rdes'de«qtnllaS'aleccionib.»»d#aq«eUas.lS4v.|eS|y^,de«Jfs» acias  an  qtM 
«intarviqiatae?...*  \  Ab » plisáis  i  .«i  «a  n»a  jcagrfu  ;*#1  i4##pkbQ  ^  .lua 
.oanMeoeaciaa  »oa  r^lmañate  ^^  datf  >al||M*ioa  pas0#  „4j| JéOgindoTi  y^* 
Us  doctrinas.  -^  •.'./?•. j  •'.•.j-am.-  í:- ^  «, 


.  »  pqr  ntri  parte'.;  ¿qnS  m  deftia^  qué  ;iibpiHít«»4«b  W^^  %ile«- 
tfr«a»dboa  blaqnei  générntas  A  i»  yalidea  d#rli#iíe|eocj«#icaií  ¿Se  CY#a 
•4á8a>iiibbiina  Ü^ybiia  d»iCsta.C«||f«»iuS|ktfafi|Áf#.tA  ai  .i|4íiimi 

Digitized  by  VJi^V-^V  L^ 


■M5*sl  itílC^f  trtriíWll^  |M»  pfcWOífW»^  «tío»  la  €«!•««•«.;  yvl|»«!>n*r 
do,  porque  no  es.  na  tumi  qiie,«ai).(aeDdo  lo  ccej^Arao  )o  dijeran*  Es** 
U|M  )|^  yiirdsct  P?***'  i^^^  ^  dÓDjJe  se  ▼«  entonces  con  esas  decla- 
maciones? ¿$aé  se  quiere  ?'^áe  quifire  que  se  nos  eche  acaso  de  aquí 
for  la 'fuerza  brutal,  y  que  sobré' esto  Venga  el  despotismo,  como 
^'vellido  én  otras  naciones  cuandb  se  ha  perdido  el  respeto  tf  la'Re- 
presetttaéion  nacibnáJ?....  "Pues  wí'éé  olrMe  qne  á  lo  que  se  tiende' 
ctíú  esto^M^é  d^ér^ditav  él<alstettw  tiNislitncieiMl ,  é  smprfaielpal 
iwtiinckp; 'fnv  «ala  1m< Garlee ',:jf!  Ira*  pkámcfédito  viene  la  moertei. 
cMno4iioa  Bogteíapráatiindt  á  mk  duslrwM^  ho/  'se  les  víninlu ,  om* 

&^Se.ks«W^.«:  .      ••;.)!    .)Oí:.-  ....': 

. .  ElHnQTtPidal  pa«ó:^u  aagiiidai  defeoder  las  ^coi^mm 
4a  Oxiedo;  ()effl|Cfitf;^Q.  á  U  uúi4ÚA^A^  disfíuraa  se  eqif^^^MKaa 
y«4.a¡i:  grUot  j..iiQoifovafávp«*  á  1m  yiwV^  de)  Coograsg^:  l$í 
dÍ»ciuÍMI«igiúá  8Hi;ev»lMtf8f^fb««taiue  ^pf^gada  y  aao  los  o^n^ 
GO#raíii|(».á  \0(  itibMiiap^iéíau.pero,  9¡í^  iomarj^.  p^l^b^a  el 
af5attiE^««  y;4^l  oic  lBaai.#i$  primec^^  j  ^caiar^das  pai^fajrasv 
UtUíbiiMfta  fiMiblÍM  iy>ii9pij6ej^gr^pd^clf^fU)f(t^aQÍop^8  de  ^plau-^ 
i|O0^.y  anwiói  l«b grujía  yi,U  cptkrMq^m,ep.  ]a> ^azuel^; 4?ii 
Cfl»gr^«»*  BL  P¡fffl(i4^o|a  i^t^rum^ie  .^otoocf».  al,^BQr  hq^z^, 
y  l^YanAa  14^^09 :  iIm  4i<^^iadoa  dejan  s^s  a^ofim  éi^  Jiifidiai 
<}#  U  tMy9B»4igM0fÍ4M:íP^M^Al^  y  desda 

%iM  Vm^iaUtl»  ty^fliJlAí9igr>^^«  .muera^;y.  am^azw  ^^.i^ua^son. 
olñ^:  )kNki«IM.;j4w9M:jr  ardientes  pa  rfg^uelveo^  i  j^lir  .y,  ¿ 
pMaeoilMr^^^  U^  ttgUmhf^ry  lo.  im^ide^  ló^  n^as,  prji4^i4^' 
ap9d0ráii4o«o49<la«  puertas»  yil^i'a  ^^oa^uií^amB^igciurir 
aÍ0ftl0n^  4/  IoÍ'a:  ^^^i<«/  ef-mearp  puesto  t^{lp,,deBfifno^,p^Cfi^ 
qfmy  d  lofit , 0sem94  o$an .  atf^vnas^  ^  (^  4^PH^^94)  99»|*»íb 

il^d>giiaoÍQii<;|^r  ^te||la4p^|{pe  «f  le^Af f^|<?9m^liejiclif;,.:^i^ 
LLqÍ4(i<«|Hé;illagaW  p^  ,^<Mnf9ftt9a  Aft^pe  precU»'  f4,MBWÍPfcffl 
erjiH  air'«|^lJiaAiis  JiaaiamQfid^des ,  1^  vacif^facioqos  .y,^w^ari 
SMf ¡^q^ftioeiviqcUvklia^  .^n  M^vedas..  del  p(íim9.  Q«HígWPi».r  h: 
M9Wi»,yi^  OHÍW jBftH  «na  loa  .d**WÍfMiee/DBj(li)í9ttB,,jf  ,|iat-, 
b)ab«it>,!foiqMilHtP  »p  ,ci%%ííP^¡%le^  J|^  yíír4a4:.,P^<nc|^»iner^, 
dio  deJk,<saiiLMf4^lHt.iM  j^94«9.  U^Pi  /í?jig?4v^qd.,j  d^f 
graiMieaalal  4HiQí!p$ii^e ^ipu^d^.  díiJjtlSíífiWP'^P^Rqla^iffWr, 
qMÍlf>s;ea|so%tt¡Mlfi»t  y  e^PP^Wo  ljí3(d¡f#q«fiÍ^fc4^h»iPH^ 
Vtrkladea.en0argAd9nde.^Mi¡mtKf  kAÍbffU4  W  W^j  delilíe- 
yat9ÍMes.  3ijil)iJ»|i|,pi^moqcbd^4ÍMW*«Isj^ 

ai  ^.ba  /cluWtMÍQ.IpM  liM4ií^ad§  f flfi^^ioní^e^ftWAf  /  apA 


Digitized  by  VjOOQ IC 


'   38o  MVST4 

▼MeUmi;  Mo  tnismtf  prMlM  ^bt'oi  yKi#  oii>flD|a»«nmúefi«o«<¡il^ 
x6  áiósMiputádót'dii  hi  nadóti  el  süfidetiir '«m)$o''tteril  kiieer 
frente  á  taír  tráidoiá  cómo  escán()$losa  Bgtéliófiír: 

Mieniras  ^to  pasaba  dentro  def  Congreso  ^'  lo^  átoñiéü^' 
mientos  se  ibao  agrabando  en/la  parte  eslerior.  El  tnotíip   lia- 
bja, comeozado,  t^oaao  todp^»  con  gritos  y  vocifc/racíoo^ :  de 
ellas  ^e  pasó  á.  los  insultos  y  vias  de  hecho  ^  y  habieodo  Iqia  aU 
i>orotadores  AcQitetido  á  «n  pariioular^ei  gefe>fK>Ütí)^,eorrí¿. 
á  auxiliarle;  pero  ««'«filoridail  fue  jdeacone^ÜAi  yt;f4ref>élted%' 
j  penseguidb  por  los  iedieioaoé  s¿  acogió ,  pwrsi  salvarse  <le  »qs 
manos,  al  recinto  mismo  del  Congreso.  Este  becbo'^  consígha- 
do  en  uno  de  los  discursos  pronunciados  en  aquellos  críticos 
ñyomentoé  por  los  miniitrossla  aproxiniaet^il  de  la  noche  y  el 
^^ndttlb  de  ver  dtimoié  tatitas  horas  á  iús  'dipuiádoa  éw^  la 
Hacíon  asediados  enf  '«I  Gongi^sd  f>6t<  tirtos  euán4os- o^iüenarear 
de  malvadoi,  persuadieron  |H>r  ^úMM^  álM  imiarfdiatieri  de 
que  era  menester  apelar  al  empleo^  etedíto  rfe  la  fiíe^za  páb\i^' 
ea.  El  Capitán  general  declaró  á  Maérid  én  estada  de  ¿tto,  y 
,    püestd  á  la  cábe:¿a  de  las  tropas  ,  inrimó'tá'  los  sedieijosoe ,  eoh^ 
Itindídos  yaicdn  la'mnltUnd  de  euñosos  que  eií  talea  oeébloner 
acudían,  y  que  con'  s^  prestancia  aá'ménian  tftvíiTiMleiltem^AW 
Iti  importancia  del  motin*  que  se  retir  asen  y  disolviesen  f  Hi^ 
ciéronlo.así  (os  menos  pertinaces;  perO  >ftié  préeko* eiüple*^  ln 
füenSÉ  pa)^á  disolver  á  los  densas.  Y  b«bMaido$#  dado  por  ks 
griXpos  sediciosos  pfinóipio  á  la  resifttenbfaKv  di^ÉtatA>>al|gfii^» 
BOS' líí^&>,  y  lanzando  |)royectÍles  cbttftki  ta  t^opa  ;^lé  «Mu. 
una  ckrga  que  basi)ó  á  disq^kr^la  sedición ;  ealiSiíntii^l*  mii^-;- 
te  de  una  persona  que  desgraciadamente  alli  se  (Mitlaiía,  y  que 
después  bá  «ido  pr^esenUda  tior  los  partidos  coibo  tena  víotiiftft> 
kioceñte;  Esta  défobslfráétdá '  fué  fcurjficieote  paVa  festaM^i6«¥  el¿ 
«kieiego  y  la  tranquilidad  eil  (a^pítal^  perJo  4a«  á^tacióli  de 
loa  áninads ,  producida  pdr^tama&lM'diesíÓrdeiiin  y  >a(a^  grande,  y- 
lóa^  iVesidén té^  de  loa  cuerpos  colegistadores^  ^éHjmoü  «pon  u-* 
no  ¡f  eoni^eniente  suspender  por  al£un6s  d«ai  san  sesknies.  Eq-» 
tre  tailto  birculaban  rumores  vagbs'  y  stnlestroa :  deoiaee  que^ 
el  Ayilntéiiiientb  dé' Madrid  se  negaba  á  reooiiecer  la  avtorM 
dad  del  Capitán  general';  que*  agentes  soipedbosoe  fentab^D  la 
fidelidad  de  la  MiltciJai  nacioikil ;  que  biábia  fy^eparádo  uá  giisn 
pronancíamiento  i^ara  el  diá  sietíieotei  y  fílela  Bte^olMioe  se 
iba  á  presentar  con  todo  stí  podei^  en  laa^  cafllétt.  Pero  la  firme<> 
2a'conocidét  9k  ifjntlevas  atiioridadés,  'ft>áibradas  el  a4:  la- 
venida  nreeipiíada  de  la  dívt^toh  del^gMeruI  Balboa  ,  y  «obre 
todo  el  iNil^e'desengáfiíidÉÍ'tiA-sedíciOtfWvd^^ím   la»  lejos  de 
poder  contar  ooft  el  ituii^  jr  Moperaetob  de  la  Miticia  nacío^ 


Digitized  by  VjjOOQIC 


M  MADIID.  38 1 

nal,  luillariaii  en  ella  tino  de  sus  mayore»  adversarios,  hicie- 
ron abortar  los  planes  de  los  conspiradores :  y  se  conservó  in- 
alterable el  orden  público.— El  ag  se  abrieroo  oira  vez  las  se- 
siones de  las  Corles;  y  aunque  en  el  G>ngreso  se  pronunciaron 
aquel  mismo  día  los  díseiitsos  nsap  fJ^roMintes  é  imprudentes, 
quejamos  se  oyeron  en  el,  no  brcieron  otro  efecto  que  exci- 
tar una  desdeñosa  compasión  hada  sus  autores,  y  comprome- 
ter mas  y  mas  á  la  0|)Osicion«  «- Pero  los  sucesos  de  estos  últi- 
mos di|»  auQ  AO  ^eálAH  d^l  todo  puestas  en  claro :  pronto  lo 
estarán; y  si  algo  sustancial  nos  ha  quedado  por  decir,  volve- 
remos á  ocurramos  de  ellos. 

"^  ^fi'otitíca  extierior,=J)G^  acontecimientos  graíve*  tísíi  éóur- 
tüá  éú'jkúé"f6titééÁ  láit.  naciones  vecinas; 'La  disbhieioii  éeAká 
06riés<  éé  t^hugal ,  y  4*  djjmiskNi  4el«(ii«íaieai6  fraoeés.'  que. 
pre^¡a>4liil(anMr<«Soii/^r^  del  prin^i:  aoontecimien* 

tOy'tA  que  veoKMiiO^ra  vez  com|vobada  lí\  ol>'$erv^c¡on  de  que 
efietiaa  hay  sueefQ  de  alguna  gravedad  en  España^  a  qué 'no 
responda  con  otro  igual  el  remo  vecino  ;'diretños  solatneñte^ 

Kr  ahora ,  que  anfierta'  medida  parécef  hatxír'Sidó  tomáfdfa'cfii* 
neficiode  Wlniimas  ¡deas  que 't^iüH  Airón '^etftv^  nosotro»ea. 
las  úlrimas  eieceiMés;  y  ^^u^  ^ipél^hüásipi^r  lo  mismo  foe  es- 
ta* nueva  fiolliicav  adopiMb.por  ^  ^oUeíAo  de.  Portugal,  cpfi^ 
iribnyf  á  dar  JoMes  y  firiaezi^  ^1  lrqil9oiy  fs^bilidad  a¡  jr^i-j 
«Mp  9«ilMi|nojoM)i  qi9e;jafn4f.  eftá  ipa;^  comproa^etido  y  ex-* 
|»)f)e8f  a  qoe,  c^a94,9^  Hí  le,  hace  instrumento  de  .planes  absurdos 
y  de'  violentas  innovaciones,  Pero  sobre  este  siicesb  y  süs  coii'-^' 
secuencias  nos  ocuparemos  con 'mas  detención  eñ  las  Cróntcáls' 
sucesivas.  Lo  mísMo  haremos  respecto  de  la  éaidaí  del  mibisaé^x 
il¡&  francés,  que  no  habiendo  sido- derrotado  ehíuna  cuesliou^ 
esencialmente  polUica^,  pues  oo< puede  eonsid#Mrsf  ti^l  Udpt^- 
do»  del  duque  de  Neoiauírs,  noJta.pqfljdo  ii\^Á9^rpos  clára- 
mele, en  su  derrota  el  partido  político  Uamaclo  a  s^cedef'te.  Se 
4;r^e,§in -embargo eqp. bastantes  i^undamentos,  qújé'Mr.  TA'iers 
presidirá  el  nuevo  gabinete:  y  si  asi  .sucediere-,  nos  Felicitiáre^' 
inos  de  ver  otra  vez  en  el  poder  al  gían  amigo  dé  lá  ^ilsti^ 
¿Onslitiicional  de  EspaBa. 


.'     >  '       3i  die  Abrero  de  1^940. 


Digitized  by 


Google 


•I , 


M.  ,.:    f/    4,' 

•            ..'../     .,1    ^}t<     s,.   OIMI    ,  lí» 

,n  n 

■ttl 

Áh 

,f    . 

r 
'1 

•»*'/:          ."  l-ji.;-».(;  •>,;*!     >  .,,1  ' 

.  ...1 

1l. 

Mn 

«  »■ 

•      1 

"*'         '    •     •  •      •  r-'   K'.       .<        .;;mj  . 

J 

M 

.      . 

•  - .  •» 

. '  .  »  U  #;)!  \-i.  í,  /,  •^•» 

• 

,1 

••  . 

...i¿ 

.    . 

'1 

1. 

'  'i' 

•  * '  &REÍB.  EblToilES  DE  U  ReVISTÁ  'ÍA  MáOrM;  '^  *^    *  ' 

'         ♦  *  •     .  ''  '  '  ■  <-  i      ».  .^        í.    .* :    / 

-irUoj^tS^eSr  míos:  Eo  var¡o$  núin$;r,os  de  su  periódico  se'pa* 
Ulcah  trozoft'db  uo  urticulo,  qu^ileva  p^r  ^P^8fl'^^^y^tW'^^^ 
M'\íS^*^\-  eá  4ot  V]iw  ser  miD^e  alguü^  /ia^xaoMUf^  ^b^hWj 
dé  lós  mmistros  j/de  su^  actos'«n  aquella^ «ípoeai  No' b&.Ufi§a** 
do  para  mi  ibdüvia.la  de  ContedlaKá  l^Bdif6Hnifl¥lí^cul(iBmBei 
q,ue  .ae.'bab  lecho  á  aquélla  ádminisiracion';  tffide  decir  la  Vet-^ 
4f5lj^a  epleffif  y  g\»ard(j,por  Unto'cl  inás^lólTun^    silencio; 

masooino  el  '(ieri¿c|Í69ifltte  XV  vJW  Wa?3"..P^^^^^ 
sti-graifidad  y  haslaipfRkfpFiiiA'xl^,^ ^d¡pi^^fgij|«lemej|tp Oes« 
tinados  pni'a  servir  ée  wétíc'ik.  áenietáarbí  4;^.qtie  pMeffH^iH 
m^'té  escriben  *la  hiátoyia  óe  las  naciones^  íes (prtritafiiedyo. 
coutradiga  la '.aserción  del  troto ' del 't-efertdi^'ilftliMiir{  «ipM 
tL^f^,  ¿I  h'i^i^9  niímero  de  su  periódico,  cclaAdó'>tt'áñii16/'^ÍM 
W  ^.bqci(,^ftj^a^  palabras:  ^^Yp  rechazaré  Vá  eúmVéiiSjíi'Ael  me^ 
»éMfdiaiiM#  y  Ad^K^p^r^  eldiezoip  epiero,  ii)<}^^^f 5  ló  preo  pejcf-' 
»'sarío'}  per«  si  ik  Mayoría  :n«i  ttiOjfQv:M^¡fsf;cfii^p.|a  i9ÍM4k  W» 
«Tesignái^é;  yítát^vé  de  góberpaa  eoa,elW^.  .  »r<! ..  ''..«..•> 
~"  Jarnos  protitincié  ten  'él'(lobgresó^4as;|41abra8|Ptb¿idas^'y' 
sí  en  jas  direrenleé  yióisUvde^yéíIter^eiiMí^  <^^  • 

S^flP)i  P^^  .4  i^spácM)  de  tres  méáésí  c(Ue^|9Vdd  Id'  coriJiJi])n''éü'  ' 
4m#¥  4>c*fn»^f,ít»**l^  ^í^l^ns!,  én  que  conri(íeqc¡alnriéníe''my 
expliqué  de  esté  modo ,  como  efectUamente  lo  .la¡¡9Ci/<ti,g^U  ¿f^^ 
plicacion  causó  estado,  ni  pudo  servir  para  que  persona  algu- 
na arreglase  á  ella  su  conducta ;  pues  conferencias  y  esoenaa 
posteriores  fijaifon  mi  fMiflidbn'  irrevocable. 

Soy  de  VV. ,  señores  editores ,  con  toda  consideración  su 
afectísimo  Q.  B.  S.  M.  =  A.  Mon. 


Digitized  by 


Google 


r^s^ 


HSVISTA  ÜS  mADwtm, 


BlOGRAriA  CONTEMPORÁNEA. 


OUIZOT  [Francisco  Padro  Guillernut.] 
^C<iaeUtiion.r-Vé(MV  el  númerp  tmttrimrj 


E. 


íl  úlrimo  liro  disparado  en  defensa  de  Carlos  X  puso  fin, 
para  aa  graa número  de  hombi'es  que  se  gloriaron  dé  ello,  á  la 
ccqiedia  de^tS  años  qne  babinn  representado.  Ellos  hada  mu- 
cho tienipo  que  con  sus  votos  apresuraban  ,  con  sus,  ocultos 
esfuerzos,  la  caída  del  edificio;  viéronIa*con  enagenamieqto ,  y 
en  la  ceguedad  de  su  triunfo  bailaban  alegres  sobre  las  ruinas, 
pero  no  pensaban  en  volver  á  reedifícar.  Todo  lo  habían  arra- 
sado para  crear  á  la  ventura  una  Francia  del  todo  nueva  ,  cu- 
yo plan  no  habían  arreglado  sin  embargo.  Sin  duda,  y  por 
fortuna,  no  eran  los  mas  numerosos;  y  si  el  país  entero  no  hu- 
biese asegurado  la  victoria  común  ,  uniéndose  á  ellos  j  pero  con 
diferentes  sentimientos,  abandonado  aquel  partido  á  sus  pro- 
pias fuerzas,  no  hubiera  hecho  mas  qne  renovar  una  de  sus 
desgraciadas  tentativas;  y  Ja  revolución  de  i83o,  habiendo 
abonado,  solo  hubiera  llevado  el  nombre  de  una  insurrección* 
Sio  embargo,  aquella  revolución  realizada  acababa  de  acre- 
ceoiar  considerablemente  la  fuerza  de  los  enemigos  oatds  do 
toda  la  mpnarqaía  constituida;  eran  gentes  de  acción  y  ener- 
gfa;  tenían  aun  las  armas  en  la  mano,  las  armas  que  acababan 
de  destruir  la  restauración,  y  que  por  si  mismas  se  levantaban 
al  nombrar  al  rey ,  cual  si  resucitara  el  enemigo  de  entre  los 
Segunda  ii/ri>.— Towo  II.  49 

Digitized  by  VJOOQ IC 


384  '  ««VISTA 

Éku«rtos.  Tenían  en  torno  á  sí  á  todos  los  particlartos  que  el 
triunfo  de  la  fuerza  agrupa  en  rededor  de  los  vencedores.  Los 
hombres  sensatos,  reflexivos,  los  políticos  de  buena  fé,  la 
Francia  entera,  que  acababa  de  sostenerlos,  bien  sea  por  ac- 
tos, ó  bien  con  la  autoridad,  moral  del  asentimiento  unánime 
dadoá  su  levantamiento,  no  se  atrevían  aun  á  condenarlos 
mas  extravagantes  proyectos*.  ¡Había  necesidad  di^  pelear  con- 
tra sus  amigos  el  día  siguieate  de  la  grao  batalla!  La  popula- 
ridad y  ademas,  habia  llegado  á  ser  durante  la  restauración  un 
hábito  tan  dulce  para  la  oposición ,  que  muchas  gentes  vacila* 
ban  en  sacrificarla  para  abogar  por  la  causa  de  una  modera-, 
cion  que  haría  aparecer  sospechosa  la  exaltación  general.  jEn- 
loncos  era,  ó uunca  , ouando  debía  sin  embargo  adoptarse  un 
partido.  Allí  estaba  el  porvenir  de  la  Francia.  Encontráronse 
hombres  que  tuvieroft  et  wulot  de  parar  la  revolución  á  tiem- 
po^ y  de  persuadir  á  la  fuerza  que  se  crease  limites  á  sí  mis- 
ma. Non  ibis  ultra.  Desde  los  primeros  días  fue  Mr.  Guizot  uno 
de  los  que  prináero  se  declararon  por  la  resistenciii ;  y  aquella 
resistenda,  que  triunfó,  dio  á  la  Francia  el  rey  que. la  go« 
bierna ,  la  paa  en  el  exteiior,  y  en  el  gobierno  el  sisleoia  qu« 
•desde  entonces  solo  por  cortos  intervalos  ha  dejado  de  seguir 
su  regular  desenvolvimiento.  Burlados  en  sus  esperanzas  ^  los 
que  habian  softado  otro  desenlace  á  la  comedia,  fueron  á  su  vez 
%ivenc¡dos,  y  uo  es  maravilla  que  desde  entonces  hayan  dirigido 
todos  los  esfuerzos  de  su  odio  contra  el  hombre  que  miraban 
^omo  á  su  mas  temible  enemigo.  De  ahi  provinieron  las  acu- 
saciones hechas  entonces  cootra  la  fidelidad  de  la  revpluoion 
«de  íS'iOi  y  la  encarnizada  guerra  que  por  mucho  tiempo  haa 
hecho  tanto  á  su  persona  como  á  su  sistema ,  asi  por  medk> 
•de  calumnias  como  por  sublevaciones ,  valiéndose  de  libelos^ 
y  alborotando  en  la  plaza  pública. 

Poeos  dias  después  de  su  nombramiento  provisional  p4fa 
el  inínisterio  de  instrucción  pública,  el  Iqgar  teniente g^nval 
del  reino  encargó  á  Mr.  Guizot-,  como  comisario  al  prif^úpio 
y  despees  como  ministro ,  los  negocios  del  interior^  £ra  sii| 
contradicción  el  ramo  cuyas  urgentes  y  multiplicadas  necesi- 
dades exigían  mayor  actividad;  era  preciso  recomppner  casi  á 
un  tiempo  todo  el  personal  de  la  administración,  pre|)ai'ar  U» 


Digitized  by 


Google 


Ofi   MADRID.  385 

nuevas  ¡tiftlituciones  prometidas  por  la  carta  c|e  1 83o,  sigilar 
sobre  la  paz  ínleríor,  para  asesorarla  en  el  estcrior  y  consoli- 
dar el  estado  que  las  co^as  tenían.  En  pocos  dias  (el  a^  de 
dgosto)  se  habían  canibiado  ó  remplazado  76  prefectos,  i6k 
Ynii«-préfeci08  y  38  secretarios  generales.  St  aqsdla  pronta 
reorganitaéicHi  00  hubiese  sido  una  necesidad  del  mofnénto,  nb 
hay  duda  que  él  ministro  hubiera  podido  ser  mas  rígido  en  ' 
las  elecciones  de  sus  empleados ,  y  ni  el  miitiib  pfttetidiii  hes- 
ponder  de  todas  ellas»  ^^Me  apresuro  á  decir  qnees  imposible 
que  eu  cin  trabajo  de  Mata  esteosion,  no  se  hayan  cometido  er- 
rores cuya  causa  es  U  precipitación  misma ;  lo  conoto,  y  aña- 
do que  estos  erreres,  luego  que  ei  tiempo  nos  los  descubra, 
4^rin  remediados  al  momento/^  (Discurso  prúhunciado  en  la 
cámara  de  diputados  el  -íÉ^  de  agosto  de  1 83o.)  Pero  preCfiso 
ora  atehder.sin  demora  .al  servicio  público,  y  á  pesar  dé  tai> 
aventurada  precipitación^  aun  había  muchas  cabezas  ardiente;» 
qne  acusaban  á  Mr. Guizotde  lentitud.  Con  todo,  aquellos 
cuidados  que  pueden  llíimarse  materiales  déla  administración, 
no  )e  estorbaban  para  apresurar  con  igual  celo  la  realización 
de  las  promesas  de  la  carta.  •  Al  fin  de  la  carta  constitucional 
tenemos,  lo  sabéis,  decia  Mr.  G'uizot  á  la  Cámara,  ^a  indica- 
<^iOB  de  las  leyes  que  nos  parecia  importante  redactar  lo  ¿liteR 
pasible;  son  nueve.  De  I0&  nueve  proyectos  de  ley  ofrecidos  'á 
la  Fr«incia  en  el  mes  de  agosto ,  ya  están  hechas  cuatro  leyes; 
la  aplicación  del  jurado  á  los  delitos  de  la  imprenta^y  á  los 
políticos;  la  reelección  de  los  dipotados  promovidos  á  funcio- 
nes públicas  y  asalariadas;  la  votación  anual  del  contingente 
del  ejercitó;  las  dis|>osiciones  que  aseguran  de  un  modo  legal^ 
el  eatado  de  los  oficiales  de  todas  graduaciones  dé  mar  y  tier- 
ra. Cstais  discutiendo  la  ley  de  la  guardia  nacional ,  y  ya  ha- 
béis votado  la  abolición  del  doble  voto  en  una  ley  de  eleccio- 
nes provnionaU  Asi,  pues,  señores,  se  han  hecho  cuatro  leyes, 
dek  se  están  discmiendo,  y  quedan  tres  por  hacer;  y  pido  per- 
lÉiso  para  decir  á  la  Cámara  de  paso,  cómo  ttn  hecho  pura- 
mente personal  mió,  qtie  al  salir  del  consejo  del  rey  (el  3  de 
noviembre)  habia  hecho  preparar  una  ley  municipal  y  de<- 
partamenul,  una  ley- electqral,  y  otra  sobre  la  imprenta. 
Aquellas  leyes  estaban  prontas  ('¿n  de  diciembre  de   i83a) 


Digitized  by 


Google 


3$6  .  .     RftVISTA 

No  obstauíe  to4oft  estos  trabujos,  que  por  lo  menos  parecfr 
que  reqaerian  para  3U  preparación  una  gran  tranquilidad  de 
espíritu  y  tiempos  de  calma  política,. bal^ifan  sido  diariameol^ 
perturbados  con  motines  populares.  Bajpjel  .preteslo  de  avudar 
al  gobierno^  surgían  por  todas  partes  asociaciones  que  emba- 
razaban su  marcha  \  abríanse  clubs  á  toda$  tai. mas  delirantes 
{iretensiones ,  cuando  una  medida  tomada  por  el  ministro,  j 
aun  anticipada  por  un  prjncipio  de  inier.vencion  de  la  gu^r-* 
dia  nacional ,  cerrando  en  Francia  lostilubs^  mostró  á  todof 
lo3  intereses  la  aurora  de  la  seguf idad  de  que  carecian.  Jlesifr*~ 
tiendo  con  energía  las  teniativas  de  los  partidos,  el  ministerio 
habia  probado  sus  fuerzas  en  cierlo  modo  con, )a  anarquía,  á 
Ifl  cual  un  dia  ii  otro  «e  babia  de  declarar  una  guerra  abierta. 
Por  desgracia  no  estaban  aun  dispuestos  los  espíritus  para  sos^ 
tener  aquella  lucha^  la  opinión  pública  incierta  aun  entre.. el 
sentimiento  de  lá  necesidad  de  orden  y  reposo  y  sus  costuiOf- 
bres  de  moliqiq  y  de  inercia^  no  habia  tomado  entonces,  eorr 
uio  después  lo  ha  hecho ,  un  partido  pronqnciado  cpntra  loa 
agitadores.  Los  enemigos  de  la  común  tranquilidad  seaprove-r 
.charon  de  ello  para  reunir  sus  Fuerzas  é  iuleniaT  un  noeyo 
atague.  El  ministerio  de  Mr.  Guizot  fue  derribado  por  el  mo^* 
tin  dirigido  contra  los  presos  de  Vinccnnes  y  el  Palacio  Real* 
Era  preciso  abandonar  el  poder  á  todo  jri^esgo ,  i  hombres. qo^ 
sin  duda  no  habian  hecho  mas  en   favor  de  la  libertad,  pero 
•cuyo  nombre^,  meaos  comiirometido  en  el  restablecimiento 
*del  orden,  no  habia  obtenido  de  parte  de  los  facciosos  i^ual 
impopularidad*  Entonces  fue  cuando  ^  formó  el  ministerio  de 
Mr.  La£ntte.  Los  tiempos  eran  difíciles,  y  la  decisión  que  era 
j>rec¡sia,para  arrostrarlos  es  baaanle  aprecíable,   para  bace^ 
que  nos  abstengamos  de  juzgar  severamente  la  dírecciof ,  ó 
mas  bien  el  total  abandono  de  les  oegcfcioa  en  aquella  9{iocs^ 
Un  ministerio  que  llevaba  en  su  seno,  como  primera  pondi^ 
cion  de  su  existencia,  la  necesidad  de  una  capitulación  diaria 
con  sus  enemigos,  no  pedia  prometerse  ver  vegetar,  por  ipur- 
elie  tiempo  su  mansa  autoridad.  El  dejar  (lacer  fiíe  llevado  á 
tal  puntó,  que  un  dia  quedó  demolido  el.  palacio, arzobispal^ 
Hasta  entonces,  ¿pesar  de  la  desidencia  de  sus^  principips, 
Mr.  puizo^,  lejos  de  precipitar  con  su  oposicipn  eú  la  Cámara 


Digitized  by 


Google 


DB    HADKfD.  38^ 

la  caída  de-süs  siicesores|  les  había  al  eobtrarío  sostenido  n^u- 
chas  veces.  Peto  las  círcunstar*cias  eran  bastante  graves,  é  ¡m- 
poDfah  i  todo  hombre  honrado  el  deber  de  atacar  en  la'Cn- 
mará  el  molin,  y  las-eontetnplacíonés  que  animaban  al  uioiln. 
Mr.  Guieot  causó  entonces  át  ministerio  de  3  de  noviembre 
una  herida,  de  la  cual  nacuró.  Mr.  Laffitte  conoció  tan  Wen 
au  profundidad^  que  confesó  en  la  tribuna  que  de  tod'os  tos 
m^adores  que  lé  habiáu  precedido,  Mr.  Goizot  era  el  ártico  que 
había  entrado  en  la  cuestión,  y  que  á  el  sólt^  ibsí  á  contestar, 
terminando  con  'estas  palabras  ^óe  anunciaban  una  nueva 
combinación.:  «  En  esía  situación  no  biabemos  podiclo  ver  bien 
daramente  uaA  mayoría.  Ayer ,  señores ,  parecia  que  creíais 
que  era  preciso  reolattiar  una  del  país:  si  insistís  éil  este  sen- 
timiento, que  es  también  elnúestro  (voces  unánimes  en  el 
centro  de  sf,  si),  tomaré  las  órdenes  del  rey  (ao' de  febrero 
dei83i>'^ 

Formóse  un  nuevo  j^binete  presidido  por  Mr.  Casimiro- 
Perrier.  Es  nn  nombre  de  que  se  envanecerá  nuestra  historia: 
tiene  derecho  á  nuestro  respeto  y  agradecimiento;  y  después 
de  Dioa^  y  de  la  razón  jlúbiica  ha  salvado  á  la'  Francia :  verdad" 
es  que  murió  en  la  lueha,  pero  el  hombre  de  estado  quemue-^  ^ 
ve  por  efecto  desü  valor,  lo  mismo  qAe  el  soldado  que  vierte 
sa  sangre  toda  en  el  campo  de  batalla,  no  tienen  por  qué  lio-' 
rar  la  pérdida  de  so  vida,  sí  han  presenciado  el  triunfo  de  sus' 
esfuerzos  y  los  funerales  del  enemigo.  Para  corresponder  á  la 
generosa  voluntad  de  Casimiro  Perrier,  eran   precisos  en  la  . 
Cámara  espíritus  de  vigoroso  temple  como  el  suyo,  y  que  no 
temiesen  el  asociarse  enteriamente  á. la  resistencia.  No  foltarofi. 
MM.  Ouíjgotf  Dupin,  Thiers,  han  tenido  el  valor  de  sostener  ^ 
-  siempre ,  en  fiedlo  de  violentas  luchas  estertores  ó  parlamen-^ 
tttria»,  el  desarrollo  de  aquel  poderoso  sistema:  han  tenido  e\^ 
honor  de  hacer  lo  triunfar  en  la  Cámara,  como  le  tuvo  Casi- 
miro Perrier  de  aplicarlo  al  gobierno.— ^  Al  morir  Mr.  C&simiro 
Perrier  9  dejaba  naturalmente  en  herencia  el  cuidado'  de  ase-  ' 
gurar  el  triunfo  de  su  obra  á  los  que  la  habían  defendido.' 
Sin  embargo ,  antes  de  llegar  á  sus  manos  >  fue  recogida  la 
hiflrenciá  primeramente  por  otras  menos  fuertes,  que  no  tar-* 
dafOB  fttk  cederla  á  sus  legítimos  posesores.  El  1 1  de  octubre . 


Digitized  by 


Google        .__ 


388  HBVISTA. 

de  1 83a  se  formó  el  gabinete  niM  duradero  desde  i$3o,  pue« 
salvo  el  interregno  de  Ireé  días,  cti  noviembre  de  i834i  b« 
contado  casi  cuatro  años  de  existencia.  Mr.  Guizot  ocupaba  en 
¿i  el  ministerio  de  U  iostruccidn  pública. 

A  medida  que  sfi  aproximaq  á  nosotros  los  tiempos,  aé 
agolpan  con  tanta  abundancia  los  sucesos  ,  que  fuera  im|)osi-* 
ble  recordarlos  todos.  Ademan»  su  importancia,  los  aféelos du* 
roderos  que  ban  pr^pducido,  s.\x  reciente  recnerdo,  suplirán  la 
insuficiencia  d^t  nti^es.tro.  i^elato.  Resignánionos »  pues,  á  no  cir 
tar  mas  qtJie  hechos  que  algunos  ÍMsioriadores  se  coivtplacerán 
en  describir  algún  diau  Ei  a^iaiaterío  de  1 1  de  octubre  par  si 
solo  d4b4  ba&taiua  uiaieria  auna  rica  monogifafía»  ¿Conside- 
rarámo^le  eq  su  cp^jonto  |wr  la  magnitud  de  los  sucesos  po* 
lílico^  qM€{  M  dJ§tiagu»iero/»  ?  Principió  por  iY^  á  plantar  á  la 
vista  dei  los  supuestos  enemigtis  con  que  se  le  quería  espantar 
el  pabellón  francés  sobre  la  cindadela  de  Amberes  (iSaa).  En 
ln  peir^onia  de  la  duquesa  de  Berry ,  ^  biso  pjcisionera  toda  una 
gu^jcrct  QÍyiK  Rompió  los  lazos  de  las  sociedfid^^s  secretas,  lasi 
9tíKQÍ^  4e  las  tinieblas  á  la  luz.  del  dia,  y  su  de^espejF£«ÍQ  foror 
so),a  h^  servida  para  asegurar  á  la  ley  un  triunfo  deeistvo,  i. 
ig^o^arm^a,  tanto  en  Leoo  como  en  París  (ubril  dv  i834)« 
l4a.jn^i<;ia,reclai;na}>a  un  grande  «ejemplar,  y  la  cámara  delosi 
parea  ^v^.  Uatuada  á  d^rlo^  á  sufrirlo,  decían  ^us  enemigos^ 
Desafilan  al,  n^ i^i^teario  d^  i;*  ha^ta  ese  punto,  y  hasta  sus  mi»*, 
inos  partidaria  lo  creían  ui}  pasa  atrevidot  Hízolo,  y  con  la  di- 
rección, de  ftqiiel,  gran  drama»  dio  á  la  cámara  de  los  paees  un 
ni|]svo.  l^ítuloiá  la  gratitud  4^1  pais;^  la  presentó  con  teda  su 
digniida(l,,  s^i  firmeza  y  su  justicia,  y  recobró  el  lugar  que  le 
corresponde.  La  anarquía  acosada  en  sus  subterráneos»  venei- 
da  en  las,  qalJes^  a¥i4enada  per  el  tribunal  de  los  ¡«ees,,  en* 
niudecÍQ0O|i  el  bozal,  que  se  le  puso.qon  la  ley  sobre  los  a»uft* 
Guiadores  pú^Upos;  por  Qu  las  Ijcyes  sobre  los  crímenes  y  delir- 
ios de  la  imprenta ,  sobre  las  asociaciones  politicéis,  sobre  el- 
nictodqde  procedimientos,,  asegur^aron  á  nuestras  iosuiucto^^ 
nos  el  ói:de;n  restableeido  ya  en  )as  oalles.  Llegáronse  ¿  oalu>. 
al  miacuo.ti^mpq  nmliilud.^^  reforq^»»  y  Ua  UbefUdcs  pú«» 
kljcas,  4  p^sar  de  U»  dificultades  de  las  aiDctutatencías:,  so 
p9r  eso  de]^rop|df&  9%uir  el  curstl  de  su  regular  desarsoHo. 


Digitized  by 


Google 


DI   MADMD.  389 

Se  dieron  al  p«ra  leyes  iobre  la  organización  municipal  y  dc- 
partsmetilal y  y  «obre  las  grandes  obras  públicas;  y  en  todas  . 
estas  medidas,  en  todas  las  luchas  parlamentaria»  á  que  die- 
ron lagar,  tomó  Mr.  Gt«Í20C  una  parte  principal  j  machas 
Teces  decisiva.  - " 

¿Pero  no  bastarta  á  su  fama  el  que  hiciéramos  solo  el  elo- 
gio de  él  como  ministro  de  instruccioo  pública,' y  de  los  tra- 
bajos d«  su  de|Mirtamen4o?  ¿No  es  la  ley  sobre  la  instrucción 
primaria  uiCa  de  las  mas  liberaiee  cf^ftcíones  de  nuestros  tteni* 
pos?  ¿Y  que  podríamea  decir  de  Én  rápida  ejecución ,  de  la 
•organiíacion  de  escuelas  en  toda  la  Francia ,  de  las  instruccio- 
nes precisas  y  sin  numero  enTiaclas  casi  cada  dia  paca  resolver 
dudas,  zanjar  dificultades,'  estimular  y  arreglar  el  celo,  y  en 
una  palabra  ,  para  asegurar  la  obra?  La  reforma  del  régimen 
de  hacienda  de  las  universidades,  tan  deseadst,  soló  se  realizó 
en  tiempo  de  Mr.  Cuizot.  El  es  el  que  anticipándose  á  todas 
las  necesidades  de  la  inteligencia  ,  ha  creado  para  satisfacerlas 
noevas  cátedras  de  diversas  facultades.  El  Mnseo  de  historia 
natural ,  la  Biblioteca  del  rey ,  el  Colegio  de  Francia,  deben  á-' 
80  cuidado  considef^les  nsejoras.  Bajo  sus  auspicios  se  han 
.  emprendido  grandes  trabajos  sobre  la  historia  dé  Francia ,  y 
por  él  se  formaron  comisiones  para  atentar  aquellos  esfuerzos: 
en  una  palabra,  su  acción  ha  estado  siempre  dispuesta  i  cuan- 
to era  necesario  para  impulsar  la  vida  intel^tual  del*  pats. 

El  gran  gabinete  de  11  de  octubre  se  disolvió,  y  formóse 
otro  nuevo  con  parte  de  stis  restos.  Disolvióse  este  también  á 
su  vez,  despees  de  seis  mcsei'de  una  precaria  existencia.  Mr*. 
Onizoi  que  desdé  que  se  i^tiró  no  habia  tomado  la  palabra: 
sino -muy  rara  vez  y  por  necesidad  ,  que  hacia  tres  meses  que 
estaba  en  el  campo,  cuando  cayó  el  ministerio  de  aa  de  fe- 
brero, fu^  llamado  como  á  elemento  indispensable  de  un' 
nuevo  gabinete.  Sobre  sucesos  tan  recientes  no  debemos  en- 
trar en  pormenor  alguno.  Eyidentemente  Mr.  Guizot  tiene  to^ 
dévfa  delante  de  s(  un  grdnde  porvenir.    ' 


P.  LoaAiN« 


Digitized  by 


Google 


SpO  REVISTA 

Hasta  aquí  el  biógrafo  fraocéa  á  quien  tiemo»  trMkicido^ 
réstanos  ahora  conliauar  la  hisloria  de  Mr.  Guiíot  hasla  mies* 
tros  días,  y  lo  haremos  con  la  brevedad  que  exige  ya  la  aten^ 
oíon  de  este  artículo ,  y  con  el  laconismo  que  permiten  suce^ 
sos  de  todos  conocidos  por  muy  recientes. 

Las  disensiones  que  tuvieron  lugar  entre  MM.  Thiers  y 
Guizot  sobre  inQuencia  y  preponder-áacta  ministerial»  causa-» 
ron  una  largacrisis.  Era,n  dos  hombres  demasiado  importan- 
tes para,  estar  unidos  en  una.  n^isHia  comMn«i^<^iot^>  y  M''-  Gui- 
zot aspiraba  á  un  logar. mas  importante  y  mas  en  a^mon{a. 
con  la  responsabilidad  que  la  opinión  pública  hacia  (lesaf  so-» 
bre  él.  Terminóse  la  crisis,  y  por  decirlo  asi  el  interregno-mt^ 
nisterial^  por  volver  á  encargarse  de  la  presidencia  del  con-* 
sejo  de  ministros ^1  duqaé  de  Broglie,  partidario.de  las  opi-*' 
niones  de  Mr«  Guizot,  y  hombre  respetado  en  sumo  grada  por 
todos  los  partidos.  Durante  aquel  niioisierio  tuvieron  lugar 
íos.tleplorables. sucesos  del  atentado  de  Fieschi  contra  la  fer^ 
soiia  del  rey ,  que  dieron',  lugar  á  que  se  dictaseo  las  leyes  de 
setiembre*  .  i         . 

Una  proposición  de  ]VIf.^Gouin>  cuya  lectura  autorizada 
por  las  secoiones  tuyo  lugljir  e\  i.^  de  febra^t»  de  .i836,  reía** 
tiva  á  la  conversión  de  la.rents^  del  cinco  por  oieoto  id.  cu^alro. 
por  ciento,  y  que  dio  o^asioo  á  li^r^os  y  aciiloradi»^  debateeioii- 
la  cámara;  de  diputados,  causo  la.dimision  ^el  ministecio  y^la* 
rorm^cÍ9n  del  de^a9  de  febrero,  bajo  la  pre^ideucía  de  Mi*» 
Thiers  4  al  cual  no  bi^o  o|)os¡cíqo  Mr.  Guizoi,  ,      . 

La  intervención  en  España  que  Itfr.  Thier^  Uabiq^a[)oya,- 
do  ya  con  fuprza  pu  iS35,  y.á  la  cual  se  opuso  el  gabinete 
inglés,  breyó  este  que  había  llegado  el  nionxento  de  conce* 
derla  en  i83(),  y  al  |]|a^o;  que  desembarcaba  algunas  tropas 
de  la  marina  en  Vizc^za  ^  iovito  al  gabinete  franc^l  á  to^ 
mar  parte  en. la  cooperación  ,  ocupando  á  Pasagea,  Fueo^er^ 
rabia  y  q\  Valle  del  Bastan*  La  mayoría^  del  ministerio  francos^ 
ú  pesar  de  tener  á  su  cabeza  á  Mr.. Thiers,  se  negó  á  acc^def . 
á  las  proposiciones  de  la  Inglaterra ,  contestando  á  aquel  gabi- 
na te  que  toda  coopei;acioa  de  la  naturaleza  de  la  que  se  indi- 
caba, conduciria  inevitablemente  á  la  Francia  á  una  inter>en«i 
éi  on  projata  y  directa.  P«m'o  poco  tiempo  des[»ucs  la  mayoría 


Digitized  by 


GoQgle 


t>l  MADRID.  3yl 

del  CoiMeje  86  aoorcó  á  La  o|)io¡on  del  presidente  con  respecto^ 
á  la  etiefltion  espa&ola,  y  .se  deeídió  qae  se  coilcederia  una  am- 
plia cooperación  i  Esfiana  para  destruir  á  D.  Girloft  en  NaTar* 
ra«  Una  legión  numerosa  se  formó  en  Pau  de  voluntarias  re--^ 
olütadosen  el  ejercito  francés,  la  cual  debia  pasar  los  Pirineos 
bajo  las  ordenes  de  oficiales  distinguidos,  á  quienes  se  autori-^ 
zaria  |)ftra  servir  en  el  extranjero.  Asi,  pues,  la  cooperación 
eva!  ün  asunto  conven  ido,  decidido,  y  que  basta  tuvo  un  prin- 
cipio de  ejecución* 

Sobrevinieron  entonces  la  insurrección  de  algunas  oapila-* 
leis  de  provincia  en  fispana,  y  los  vcrgOMOsos  y  deplerábles- 
sucesus.de  la  Granja,  y  el  UMnisterio  de  23  de  febrero  por  el 
urgAÁo  de  su  presidente  m'anifestó  la  opinión  de  que  no  de^*' 
bian  pasar  á  España  las  fuer2^s  que  ataban  prepai'adas,  sino 
tomar  una  posición  espectanie,  á  fin  de  que  si  aquella  nueva 
revolucipo  seguía  la  marcha.de  un  gobierno  regular,  no  co- 
metía crimenes,  y  |)edia  auxilio,  se  le  pudiera  dar.  El  minis- 
terio>sostu«o  ademas  que  el  licenotamienlo  del  cuerpo  forma- 
do «n*  Pau ,  y  ei  abandonar  por  up  momento  la  causa  dcL  Es* 
|4ua,*era  abaiidonarla  irrevociblemeote,'  y  esponerse  á  in- 
mensas cenaeouencias^  Solo  Mr.  Montalívet,  ministro  det  lu-' 
Ifirior « lio  era  de  esta  opinión ,  y  quería  que  se  licepciasé  aquei' 
ctierpo;  y  co<n6  era  el  rey  del  mismo  parecer,  el  ministerio 
dip  su  dUniaioo  el  aS  de  agosto.  ¡Cvántas  desgracias  pódian 
babers0. avilado  á  España  si  no  hubieran  aciiecido  aquéllos^t^t'»-' 
ce^oat  maucbb  indeleble  de  nuestra  Revolución  1 
'  :  FonDÓáO  ehfi'dtt  setiembre  un  nuevo  ministerio  presidido 
por  el  OQ^de  tlólé^  y  en.  el  coál  ocupóel  acostumbratlo  mi'-' 
niaterip  de  Insiruoeioii  pública  Mr.  Guiaot :  ya  anlos  de  su  for*- 
macioo  haUian  decía rákk»  como  iáipbsible  los  periódicbs  deiu 
oposición  el  minisierio'de  6.  de  setiembre,  venando  le  vieron 
-defioHÍvamente  constituido  reasumieron  sus  car.gos, •diciendo^ 
qui^.no  ilabili  en  ¿i  un  solo  hombre  de  b  re\óOücion-  de  julio, 
y  t€^¡xe  ^ra  conirarevoluciooarío.  El  ministerio  sin  embargo 
ee^f^ó  i  trabajar,  priocipibndo  por  algunos  de  aquellos  aéi<3v 
quie  aoo  mijkchaa  vecea  pücduri&orea  de  reformas^  de  mejoras  y 
de  progaeaO* 

La  formabion  dallgabinete  ^«^  de  setiembre,  después  de 
Segundm  série.-^Touo  II.  5o 

/Google 


Digitized  by  ^ 


39a      •  -'   meTlsTA  • 

baberae  rqtíriulo  Mr:  Tbierft,  había  espeñmeiitado  grandes  di- 
Gcuhades.  El  conde  Holé  coa  la  elevada  coatidcracíoii  qtie  va 
unida  á  su  pomlire;  Mr.  Gukot  con  su  iiifliieDcia  parlamen* 
tarÍA^M.  tíucbalel  con  ol  aaceadienle  de  sos  coaoctaMenU» 
rentísticos,  feroiaban  seguramente  aa grupo  de  if>coDteslaMea' 
capacidades.  ¿Pero  podían  contrapesar  la  defección  del  tercer 
partido  que  era  coosiguieoie  á  b  retirada  de  Mr.  Thiers? 

Lá  conspiración  de  Estrasburgo  y  los  sucesos  á  que  dio  lo* 
gar,  obligaron  al  ministerio  á  presentar  la  ley  ób  disjuneion* 
Es  un  grave  inconvenienl.e  que  va  unido  á  la  naturalecii  de  un 
gobierno  representativo v  que  las  divisiones  que  se  sosckatt  en- 
tre las  notabilidades  ministeriales  degeneras  con  frectiencia«- 
de  modo  que  se  baceo  irreconciliables  hasla  que  el  seolimieiiio 
de  un  peligro  las  reuoe.%1  bordé  del  abismo.   Asi  era,  que 
desde  la  faul  sepraciun  de  Mr.  Thiers  y  Mr.  Goiaot,  cuando 
la  disolución' del  gabinete  de  1 1  de  octubre ,  se  liabiMi  agria- 
do sus  diseosiones  basta  ci   punto  de  que  se  les  oiMistderase, 
por  roas  cuidado  que  pusieran  en  oculiarlo,  como  gefes  de 
una  política  tan  ofHícsta,  que  no  podian  caber  junios  en  el 
Consejo;  que  el  llamamiento  del  uno  se  considerase  como  la 
consecuencia  forzosa  de  la  salida  del  otro;  y  que  k  necesidad 
de  soportar  su  ¿Iternaliva  influencia  debía  baoerles  i  si»  ves 
los  dominadores ,  ó  por  lo  menos  los  arbitros  del  sisteoM  que< 
se  babia  de  seguir ,  lo  que  an  podio  dejar  de  cobartar  y  em-* 
barazar  la  acción  de  la  corona.  Habíase  ya  eonocidia  esto  mis» 
nio,  cuando  la  formación  del  ministerio  de  6  de  setiembre, 
pocssi  Mr.  Mckié  por  su  posición  debía  ocóper  el  mti^isterio 
de  negocios  extrahjeros,  Mrv  Guizot,  qiie  h»bia  piermanecido 
fiel  al  sistema  poRtico  de  1 3  de  marao,  destinado  á  soportar  el 
peso  de  las  disensiones  y  de  la  responsabiiidad  parlamentaria' 
en  la  Cámara ,  parecía  que  tenia  sefralado  so  lugar  en  el  mn*' 
nisterio  del  interior;  babiase  contentado  sin  embargo  c6»  en- 
cargarse del  de  la  instrucción  pijblica ,  dando  aquel  i  Mr.  GlM*' 
parin »  manifestaado  esta  elección  y  la  del  subsecretario' que 
se  le  di¿  Mr.  de  Remusat,  que  la  intención  de  Mr.  6n«^ 
aot  era  conservar  la  dirección  y  la  ioflueacia  parlamentaria  en 
la  Cámara  de  diputados,  por  medio  de  la  que  ejercía  en  lo  in^ 
terior.  Este  arreglo  y  U' llegada  de  Mr*.  DÍsRbaiels  cn^  gran 


Digitized  by 


Google 


ca|>af:i<M  nadie  poite  en  dada,  parcx;ia  que  dabau  vida,  al  ga- 
bipaie,  como  lo  coiaprobabftn  la  disoú&ion  del  di^^curso  d^ 
cmieftiacioD  al  del  trono »  y  la  buena  acogid^,  hecba  á  la  ley, 
de  aUll]KicioQes«muoícipaIe»  y  al  pl|ia  de  hacieada  de  Mr.  Du- 
cbaiel. 

Pero  el  oerdicto  de  Estrasburgo  ¡ntrodyjo  la  desconfiama 
y  la  indecisión  en  el  G>nsejo,  y  no  se  tardó  en  conocerse  k 
Decefti4a4  /le  ouMli^arle.  Mr.  Ga$|Miria  quería  retirarse)^  y 
Mr.  Gttiaot  e«uba  dispiieato  á  eocargarse  del  ministerio  ilel 
ioUirier  para  eooap?var  sa  posición  ed  la  Cámara  electiva;  pe- 
ro liabiendo  desistido  Mr.  Gasparin,  s^  aplazó  la  cuestión. 

Ui  cámara  desechó  el  proyecu)  de  ley  de  diy unción ,  y  es- 
lA  siuseao  biao  estallar  la  sorda  división  que  existia  efttre  4as 
dos  ¡«OiJion^ias  que  se  disputaban  la  dirección  de  los  negocios*. 
Hablóle  de  dimisioa  y  modificación ;  los  ministros  de  la  ios*- 
trucoioo  pábl^Ba  y  de  hacienda,  recordando  lo  convenido  cuan« 
do  la  farmacion  del  minisierio.,  no  veían  motivos  plausibles 
para  la  retirada  ó  modificación  del  ministerio ,  en  i^oa  derro-* 
ta  q^ic)  atribuían  á  intrigas  exiraparlamentarias,  ó  querían  por 
la  oaenos  qu/sen  una  modificación  |>asase  el  roínisierio  de)  in- 
tarí^r  ¿  manoa  de  Mr.  Guiaoi ,  bajo  cuya  ínflueoicia  babia  es- 
tada hast^  ^tonce^  Por  otro^  ladp  no  se  podía  soportar  qiie. 
fuese  miiúatro  del  interior,  y  nada  se  deseaba  taaio  coma  c^^'^ 
trapesar  y  diamiauir  la  influeoíaia  de  na  bombasí  demasiado 
poderoso  ya ;  y  aun  antea  de  que  sobre  e)  asunto  hubícae  ex- 
plicaciones directas  ejn  el  Consto,  preparábanse  eu  loa  dos 
partidos  combinaciones»  cuyas  indiscretas  revelaciones  no  tar^- 
daron  en  poner  frente  á  frente  á  los  gefes ,  y  en  la  necesidad 
de  explicarse ,  de  modo  que  fuese  im{X)sible  todo  acomoda- 
miento. 

Formáronse  varias  combinaciones,  y  aun  Mr.  Guiíot  ealu- 
vo  encargado  por  el  rey  para  el  efecto ;  pero  todas  fueron  ir- 
realizables» basta  qne  el  i5  de  abril  se  publicaron  los  decre- 
tos de  la  formación  del  ministerio  bajo  la  presidencia  de 
Mr.  Mole»  y  del  cual  quedaban  escluidos  MM.  Guizot ,  Ducha* 
t^I  y  Persil,  es  decir,  la  parte  doctrinaria. 

Mn  Guizot  fué  en  un  principio  defensor  de  este  ministe- 
rio; pero  nsostróse  despuea  quejoso ,  y  pasó  por  último  á  ser- 


'  Digitized  by 


Google 


3j)4  *RVlsfA 

le  contrarió  f  entrando  én  h  coaKcion  predicada  por  Mr.  Du-- 
iergier  de  Hauranné;  y  llevando  en  eila  la  palabra  ,  coúio'el 
mas  activo  -dé  sus  geH^.  No  es  tieinpo  todavía  de  jnzgar  con 
acieito  la  conducta  d(  los  doctrinarios  en  esta  ocasión;  pero 
indudablemente,  entrando  en  la  coalición  ,  se  separaron  de 
sus  principios ,  y  estas  contradicciones  suelen  ^er  siempre  fata-* 
les  á  los  partidos. 

Derribado  el  mioiéferio  dé  i5  de  abril,  y  traiándoae  de 
formar  un  gabinete  de  coalición  ,  Mr.  Guizot  reclamé  pttra  sí 
el  ministerio  del  interior,  y  el  de  hacienda  para  Mr.  Duebatel; 
pero  se  opuso  la  izquierda,  y  quedó  escluido.  Ültjmamente 
acaba  de  ser  nombrado  Mf.  Guizot  para  la  embajada  de  Lon- 
dres, én  cuya  misidti  se  halki,  áé  grande  importaneta  en  el 
día  por  la  cuestión  de  Oriente.  ¿Apoyará  Mr.  Guisot  i 
Thicrs?  ¿Le  contradirá?  Todo  dependerá  en  nuestro  concepto 
de  la  conducta  y  marcba  pólMcá  ^ae  este  observe,  .pues  en 
Mr.  Tbiers  pueden  considerarse  doé  bombres:  el  del  útinisie^ 
rio  de  1 1  de  octubre  y  e\  de  eoalicion. 

Hemos  bosquejado  rápidamente  lo  que  qnedaba  de  la  yiák 
política  de  Mr.  Guizot ;  un  personagé  político  tan  impottatofa^ 
y  tan  lleno  de  porvenir  no  puede  dejar  de  interefór,'atiit 
cuando  no  le  colocara  en  elevado  lugar  su  enalidad  de 'escri- 
tor. Posteriormente  á  las  obras  que  de  él  se  ban  anunciado, 
publicó  un  artículo  religioso  mny  notal^e  por  su  tendencia  al 
catolicismo ,  y  acaba  de  escribir  una  Noticia  sobre  FVashing^ 
ton  qué  ba  obtenido  los  mas  desmedidos  elogfi^os  de  todos  loa. 
pífrfiddis. 


G.  G. 


Digitized  by 


Google 


DK    MADRID.  S^ií 


f . »;  .  <  ft 


ÚBTRAS    T    XAS    CISinÍTAS    Elt    ÉdPAMA 

KM     TIEMPO     DE  .  FBUNANDO     K     l^SABEl.   ' 


L\a  lenido  tanta  ¡nflueocia  en  el  porvenir  Je  nuestra  patria 
el  gobierno  de  los  Reyes  Católicos,  que  seria  miíy  interesante 
el  cuadro  en  que  se  viesen  bien  delineados  los  felices  resulta* 
dos  de  sus  mejoras  y  reformas  en  la  administración  civil,  eco- 
nómica ,  judicial  y  mercantil ,  en  legislación,  en  negocios 
éclésicísticos,  y  en  todo  lo  que  emprendieron  en  benefieio  de 
la  agriculturil  y  del  trafico  interior  y  exterior.  Pero  pide  pin- 
cel mas  diestro  un  asunto  tan  vasto,  y  mas  éspacioque  el  re- 
ducido de  un  articulo :  no  será  por  tanto  el  objetó  del  presen- 
te mas  que  una  ojeada  ligera  sobre  lo  que  debieron  las  letras, 
las  ciencias  y  la  civilización  al  esmera  y  solicitud  de  la  reina 
Isabel  (i).  Muy  olvidado  se  hallaba  ya  en  Castilla  aquel  deseo 
de  saber, que  tuviera  principio  en  tiend}^  de  su  padre  Juan  11^ 
pues  fobrado  precoz  y  sin  bastantes  raices,  no  pudó  resistir  los 
choques  dé  la  ignorancia ,  el  desenfreno  y  la  'anarquía  que 
escandalizaron  á  los  buenos  en  el  denlorable  reinado  de  En- 

(1)  ▲mft^ne  ocopado  ,d$  eaU  id«a  tenia  recogidos  algnaoa  materielea  para 
tratarla  con  cierta  ezteBiion ,  debo  .conresar  que  despnea  de  liáber  leído  la 
olira  del  anglo-ioierrcaiio  Pretcott,  oé  m«  lie  atrcTido  á  moa  q«e<d  estraeta» 
40fM'rciUr«'MfaK«  tale  aiMtOy.  j  <|a0  ka  aido  bieit  poco  \p  fno  (e  aalad|do^ 
tomado  df  antitroa  auforca. 


Digitized  by 


Google 


396  REVISTA 

riquc  IV.  Cuando  á  (al  extremo  llegan  los  males,  no  es  dable 
impedir  sus  coosecoencia»  desastrosas  ,  aunque  sucedan  á  prin- 
cipes  indolentes  y  viciosos  otros  de  un  mérito  superior;  y  co- 
mo consisiia  el  de  Fernando  mas  en  sps  dotes  naturales  que  en 
el  cultivo  de  las  letras,  por  haber  tenido  que  empu&ar  las 
armas  desde  la  tierna  edad  de  diez  años ,  ya  se  deja  conocer 
no  podía  mirar  los  libros  con  la  misma  predilección  que  so 
insigne  compañera. 
'  Es  cierto  que  lampoco  favorecieron  á  esta  las  intrigas  y 
.  temofeS;qó¿  inspiraba  en  la  corte,  y  que  ix>r  haber  habitado 
en  el  retiro  y  soledad  de  Arévalo  fueron  muy  escasos  los  me- 
dios de  ¡lustrar  su  entendimiento ;  pero  allí  al  menos  se  con- 
servó tan  puro  como  su  corazón,  y  pudo  seguir  con  plena  li- 
bertad las  inspiraciones  de  su  genio  reflexivo  y  estudioso.  Bien 
necesarias  le  fueron  est^s  prendas  que  debió  al  cielo  para  re- 
parar el  descuido  con  que  se  miró  su  educación ,  y  bien  pue- 
de creerse  que  solo  á  ellas  fué  deudora  del  conocimiento  de 
algunas  lenguas  modernas,  y  de  haber  sabido  escribir  y  ha- 
blar la  propia  con  elegancia  y  precisión. 

Nada  tiene  por  tanto  de  extraño  se  olvidasen  de  que 
aprendiera  la  latina ,  aunque  tan  indispensable  entonces,  por 
ser  lá  de  los  cortesanos  de  nota  ,  el  único  medio  de  comunica- 
ción entre  los  doctos,  y  la  que  se  empleaba  en  todo  género  d^ 
negocios,  particularmente  siendo  diplomáticos.  Dedicóse,  pues, 
Isabel  con  tal  esmero  á  poseerla,  c^ue  dejó  admirados  á  sus 
maestros,  sobre  todo  luego  que  terminadas  felizmente  las  ae- 
rifi^s  disputas  con  JPoriugal,  recien  subida  al  trono,  tuvo  va- 
gar «para  estudiaría  con  mayor  tranquilidad. 

En  aquella  ocasión  delicada  y  en  otras  no  menos  graves 
dio  á  conocer  que  su  alma  y  constancia  eran  varoniles,  y  muy 
superiores  á  las  de  su  padre,  á  quien  solo  parece  haber  imi- 
tado en  la.  afición  á  los  libros  y  en  el  deseo  de  adquirirlos. 
Fuéle  fácil  por  tanto  regalar  ya  en  1477  ^^  nuevo  convento 
de  San  Juan  dcf  los  Reyes  de  Toledo  una  decente  librería  pro<» 
vista  en  gráa  parte  de  iiidiiuscrftos  ,  cü^ó  donativo  ffté  áioy 
ealebcadoaa  aquella  época ; y  debía  seiio,  teniendo  presente, - 
qutt  pasaba  por  de  las  mas  copiosas  la  de  los  cofkUs  de  Bmmh» 
vente,  aunque  solo  de  lao  voliímenes,  y  duplicados  tatacfaoa, 

Digitized  by  VjjOOQIC       \ 


Úiiil>  d^  Roma  con  «I  insigne  ceodk  4^ í*eiidiUa  »  y-pnofadUe^^ 
lóente  con  este  objeto.     .    ,  ^'       '  <    %   .    ,' 

*  A  pesar  d^  tantos  afanes' dosló  bastante  vencer  lós  obstácu« 
los  que  opusieron  al  principióla  [xreocupacion  ^  el  libertinage 
y  la  general  ignotancia^  pero  cedieron  ál  fiíi  y  de  tal  modo) 
que  i  los  pocos  meses  escribía  aquel  esclarecido  maestro ;  era 
8tt  casa  una  colmena  á  que  •  lQi>D'curHaa  con  gusto  los  jóvenes 
m^9i  iluUres  ,  por  haberse  co^venciido  habiao  <le  iet  mas:  afa*^ 
Ufados  en  la  guj^rra ,  cuandbo  estuviesen  mas  versados  en  la&  , 
letras*:  AlgUQos  de  elloS,  ploitaei'' parientes  cercanos^de  k  jrei«^ 
)ia>  comv  el  duque  de  Guimavaéns  y  el  de  VUla^bermósa,  vJ-^ 
ifiatt ,  j[)uede  deci/se,  con  l^edro  Máriir,  lo  cuaL' excitaba  taá 
feliz  emulapipn  en  otros  »>que.bálbia  mAchos  que  para  no  serles 
inferiores  repi|8aJ3an:por  las  nochea  en  sbs  casas ,  bajo  lavigi^ 
landia  de  buebps  ayos,  cuant^  babian  escuchado  al  célebre 
prqfesúr'en  fUs  lecciones  diarias*      .*•: 

.;  Justóles  Mneftcfionar  aqutí  .otro  de  los  italianos- que  tuvo 
gran, influencia  en,  gi^ttera}iz¿r  los;  buenos. estudios  j  y  fué  el 
famoso  Luciq  María^soSiculo,  que  viiio  de  Ñapóles  eU  í 4^6 
con  el  almi^iite'S^nTJquez.^Salamanca,  en  cuyas  cátedras  en-^ 
penó  M  anos^  |>QHíá  y  gramática,  y  la  corte ^á  cuya  ilustra-^ 
cíon  contribuyó  mucho,  pagaron  el  justo  tributo  de  admira^ 
fíion  á  su  .prc^fundo  oonocimieñto  de  los  clásicos,  principal-' 
menié  de. l<ft  latióos. 
y  ;  ,Debeselo>  tainhien  la  posteridad  >á  los  doctos  y  labortoeos 
profesores  españoles^ -.que.  trabajando  de  consi»no>  y  á  (iorfía 
cpt^  Ic^^^ttranjecds»'  toimgnieron  que  á.  la.  indiferencia '.por 
)as  letras  sucediese  luegés  tal  pasión  ,  que  las  (amiltas.  mas  >dis- 
ünguidas  llegaton  á  perauadiitse  que  ei  lustre  lif^ra^io  daba 
m^OüT  brtUo  al  heredado  de  sus  mayores.  < 

. ,  Afwl.lo  acreditaron  bien  pronto^  sjendo  el  mejdr  testimonio 
d€^;PU  noble  entusiasmo,  la  constancia  y  afán  con  que  se  eon^ 
sagraron  á  la  traduccidn  é  ilustración  de  los  clásicos^  mas  cé^ 
lebradoa  (i)«  Sedientos  ahora  de  una  gl^rif^  que  tan  en  poco 
.  •  .  .    •    ;  .1   '  ^      .. 

(1^  V^anM  en  él  tomo  6.  ^  ilt  U$  memorUs  de.  te  Academia  de  U  HUto- 
ria  qaiénei  tredujeron  en  aquellos  díáv  las  olirfes  de  César  ^  Apiano  ^  SalusUo^ 
EfopeyíJtuHt^ff,  JPUttÍMo>  Boecio  y  olres.  ...  • 

Segunda  scríe.^  Vomo  IL  5i 


Digitized  by 


Google 


40P  HfiVlSTA      . 

*lufiex¿ir  9ut  aotépaiadíos  ,>  tcUávía  bko  mas  hi  nobleza  d«  Cá9« 
tilla,  que  no  perdonaba  medio  para  mo&iral»  á  Id  neci^d 
cuánto  se  habían  rectifidadb  ffvra  id^aa ,  y  cómd  a^iii^labé  la  cí- 
vilizacion  del  pais«  Ver  eso  contó  Salamanca  etttre  fttM  bofénoa 
oatedrátieos  á  Dan  Fadriquede  Toledo,  hijo  del  d^qbéidé 
Alba>  y  primo  del  rey;  y  t^mbieii  explicó  en  aquéllas  áúlairt 
Jas  obras  de  Plinio  y  Oridio  Don  Pedra  Fef  natidefc  dt  Vela^cb^ 
heredero,  de  los  estados  y  d^fgnidades  del  buen  tíondelié  Háird. 
Y  en  la  lista  de  loa  piiofesofred  de  6rÍ4°igo  dt  Aléala  se  lee  an-^ 
miamó  el  nombre  de  Don  AIfóiiSd*tk  ManriqtlesJlijd  cfel^eoh-* 
de  de  Paredes.  Mas  para  que  se  conozca  eómo  hafbia  mejók'ado 
)a  opinión  ,  bastará  decir ,  que  el  marqnes  d^  Üéilia ,  dimíque 
rayaba  en  los  6o  años ,  se  éeOcó  al  estudio  del  iatiti  ][)bf  con* 
sideraráedtfáairado  mientras  no  lo  apnsnditi*  Era  entotkces  este 
«1  gésio  dominante;  y.  ooboé  promovido  por  él  ^niplodela 
reina  y  del  príncipe  heredero,  tan  amado  detód^,  iihprrthíó 
en  la  Hteratara  poétit^a  y  en  tcíd^ds^  las  obflfs  dé  éhidícioa 
liqüel  sello  particular  que  tatito  inflttyódéspUes  en  lám  buenas 
pIDduccionés  del  siglo  XVI,  porque  como  vino  de  ak*^iba  esté 
movimiento,  fueron  mas  durables  «us  resultádéa,'y  aanqtie 
rápido )  (ué  dulce  y  benéfico  el  progreso  de  las.  lethis  y  de  !á 
civilizacioD. 

Sintióse  de  tarias  maneras  su  inBifeneia  regeoérfadét^t;  y  é! 
bello  sexo,  que  solo  es  ignorable  cuando  los  tlohirfci^eS'^On  frí- 
voIoiB,  ftióstró  en  aquella  obaston,  que  también 'Cti  éstas  con- 
tiendas sabe  .vencen  Diganlo  sitio  la  murqudsa'de  Monté  AgU-» 
do  y  dona  María  Pacheco ,  hermajil^s.^kl  faqic^^ty'hi&te^Saddi^ 
Don  Diego  Hurtado  de  Mendoza ;  digna  progenie  dé4',  ]96^ 
tantos  titules,  ilustré  inarqués  dé  SaottUana.  Léase  lo  qfM  é»^ 
tá  escrito  en  loor  de  dona  Beatriz  Galindo,  la  maesura  de  lá^ 
tio  de  Isabel ,  yi.quien  por  haberlo  poseído  ¿on  singdláff -per- 
íecoion  se  la  distingue  oon  el  nombre  de  la  Lat^iiMii  y  si  kttk 
se  exigen  mayores  prtiebas^  las  dará  la  uolveiisidbd  de  Sala- 
tiVSHAca ,  donde  explicó  los  clásicos  del  Laclo  Do(ín  Lt^ota  de 
Medrano ,  y  la  de  Alcalá  ,  justa  apreciadora  de  los  coiiocimien^^ 
tos  retóricos  de  dona  Francisca  de  Lcbrija,  que  supo  conser- 
var con  tanta  gloria  la  de  su  padre. 

Mas  como  no  deja  de  ser  extraño  luiJ>ie8^  tanSáe  tiujareft 


Digitized  by 


Google 


Dt  KAINIID.  '.     4^Í    ' 

iificiodada»á  estoá"  estudio» ,  es  prdck^iedtr-pTOtrate  qu»lb 
literatura  contemporánea  era  entonces  tan  pobre ,  a9fliO>gontU4 
ral  y  extraord¡nai>ia  «1  «níér  ¿iM^totrae^  j  qde  pám  «áltftar* 
las  habia  que  apelar  á  la  Itetdm  de  los  eláiíooB/ Solo  ffáed^ 
explicarse,  aei  el  afán  con  c^e  se  dedicaron- al  cooociatiett  to  •éé 
laé  lengua»  antígoAs;  peroiliaes  (án  fácitmeooiraír  la  oittta': 
dé  tt*a  «singularidad  de  qbpr lúdieffmedt»  jrpatiSOen'^iwplDs  Bn 
EspaB^  ^^09  De:se.  oilént»  qoe  en  niogiro  dtixef  pudblb  dietbn 
looéioneaeo  laá  «niversidadéar,  toi  qt|e  lueievdn  su  eri»libk)tt^ 
en  leté  academias  ,y^  gimnasioÁ  Fbfceaó  será  por  tanto  «iYt'«« 
boirlo  á  la  inBoenoiá i)<^  la  reina,  pues  le  deleitaban  dev;tát> 
modo  ks  tareas:  literarias,  que  se  ooniptiicia  aiisti^n^^á'los 
/txipiémm  acadtéfnipoB -y  actnqa^s  wo  débemxW'OlvidMr  Hfctovoii  i^ 
nuedio.  las  majereft  árabes ,  á  q^iedes  nada  tiene  ¿d  par^ieilhiv 
qoisleaen  insfUtr  Ibs  espallol'«$ ,  sabedorias  de  s«  iiiiétráoioM'M 
filóaoüa.,  historii  j  JtirÍKprudencia',  y  és  que  se  habtati  «Ma^ 
do.<;on  orédifo  en  las  .cátedras  de  alg«iiiBe'ci«idadb8%  • 

Coátfido  llega  á  ter  tatl  eatimádo  él  «srtldfo  áé  lae  leilgHÍM 
«QUértas,  ee  propaga  eon'  eóma  fctcilidad  poe  te4aa  plifiei  y 
entre  toda  das»  de  personas;  Hubo  «fn  fiempbj^in  embai^D  etí 
que  no  eran  tan  abiindadtes  en  &pfffla  kn  &ir«na(s  4tottHiiih 
oí  Io6^pro(ie6ore9 erudita,  y  peír  esd  irt9Ítá'6a«  le  Itafta  lotí  qM 
deseaban  perfeccionarse  etv  laá  artes  y  las  cpencilft.  Y  oe^tM  al 
bablar  deloaqiie  allí  acüpéieron.sediatingue  sobfeifiavférÉ  ka^ 
lohio  Lebrijt»  ,nier«üé  qúH  se  dígá  q#e  v^Wié  tki&  átílhíhéf  f 
deicp»a\  y  <(oe  ínrpó  áHitrié<n<aHéí  éri*lá>s  untydréidad^é  (M^  Sé^ 
¡tula  ^  de  Sálainanca*  y  de  AiúdlA,  dotídeíié*  tjevieéiá  hxégo  d 
eFeciOide  susleeetevi^fti  »       :         :    .       .    .  • 

•  jSí  te'  bartb  «otJiMrid'él  *ct|ncepioy.  eMi^nadon  qtM  ^'  t%d^ 
alcanzaba,  no  lo  será  quizá  tanto  la  a^ideft<ioa  qoe  ée-blilM^ 
i>Mi4Be. libros.  Bu  eutttro  aAos  se  hicñefon  |reé  ediciones  de 
«a6>iMtiiuoioneihitiiiae^  ktipresÉM  pm*  l«  príoseU  Vea^««ir48£^ 
-Siete  anos  deefyues  ptivblitó  m  gramática  castellana ,  deuiíiapdift 
{irindipaloiesite  á  la»  séfiofifS  de  U  ¿órte.  y  ttítko  OMtittWi 
idandt^.  á  lu« ,  }^  detiipre  cott  '^^ml  é^plauso ,  t)bra¿  éé  In  Hiet»* 
.yor  importancka  i  pm*  esb  seid^éf  que  Utrtgnvib  eéinribttyd  lat}** 
.te  á  imrbducir  «n  su  patrb  •una  efCfdicititi  ptrray  Mtladblfleí 
y  que  á  priaoipios^del  siglo  ^Vl  «rf|eti«i  babia  ^aAol  de  m¿-^ 


Digitized  by 


Google 


4oa  RSVI8T4  ' 

rilo  qut  no  M;h«ji^bie6C  formado  eo  los  libros  de  lan  admira^ 
U#  maeatra  . 

.BriUaba  también  por  aquéllos  tiempos  en  Salamanca  oíro 
que  fuera  educado  asimismo  qh  Italia,  bajo  ia  direccioa  del  cé- 
lebre Policiano  ;>m«sr  de  20  afios  enseñó  allí  griego  y  retórica; 
y  aujiqué  á  este  docto  portugués  Artas  Barbosa  no  se  le  consi- 
dera con  una.erudicipn  tan  univeraalcomó  á  nolsstfd  Lebrija, 
le  ha.  debido  mucho  sin  embargo  aquella  uaiverttda^»  porque 
ai  aquel  dio  reglas  pai^a  aprender  la  lengua  dé  Cicenon,  no. han 
sido  menos  aplaudidas  las  de  Arias  Barbosa 'parak  deHohie- 
ro4  y  ademas  suponen  era  superior  a)  otro  en  critica'  y  .poética^ 

'  Gua-Ato  habrán  mejorado  los  estudios  00a  tales  profesores 
está  por  demás,  encarecerlo,  ni  parece  ta;mpoco  «ecesavio  (lo^ 
aelr.  aquí  la  lista  de.  todos  los  qué  ayudaron  con. celo  y  bnioa 
éxit^  á  la  fai)[iosa  Isabef^  hay  sio  eridbargo  algunos  acreedores 
á,.u.Da  mención  muy  especial  ^  y  es  justó  p(^  canto  recordar, 
los  nombres  de. los  hermanos  Ji^an  y  Francisco  Versara,  ca^ 
tédr¿tiqos  celebérrimos  de  Alcalá,  donde  obtuvo  también  en-« 
tonce^  reputación  insigne  Niiñez  de  Gusmao ,  que  si  fc»é  ilus-^ 
ire  por  au  preclaro  origen ,  no  le  valió  menos  gloria  haber  si-^ 
do  el  autor  de  la  versión  latina  de  la  inmortal  Poliglota  del 
cardenal  Cisneros.. Ingratitud  seria  igualmenle  df jar  olvidado 
á.Olivario,  que  ilustró  con  esmerada  diligencia  y  e&quisito 
gusto  las  obras  de  Cicerón  y  de  tunebos  autores!  latinos,  y 
fuera  una  injusticia  ademas  no  destinar  algunas  lineasen  élo^ 
gio  d0> aquel  Vives,  de  aquel  talento  extraordinario  de. quien 
dice  £ra(si|ió^y  admirando  lo  que  sabia  á  los  a6  aBos,  que  kio 
se  atrevia  á  comparar  con  este  joven  singular  á  ninguno  de 
lp$  ^nAemppránieos  por  célebres  que  fuesen  en  filosofía ,  elo- 
cimifiia  y  letras,  liberales.  ' 

Después  de' pagar  este  merecido  bomendge  á  lá  memoria 
y  servieios  de  las  primeras  antorchas  do  nuestra  regetteváoioa 
intelectual,  y  de  manifestarnos  agradecidos  á  oitros  que  tam-- 
bien  oon tribuyeron  á  ella,,  i^unque  no  estuvieron  adornado^  de 
tanta 'Ciencia ,  es  muy  nattkral  recordar  con  noble  orgullo  una 
époen  en  que  tantos  trabajaron  á  porCa  en  derramar  las  Lne<^ 
Dfls  doolr¡nas...9lo  debe,  pues,  causar  sorpresa  que  las  tareas 
de  estos  profesores,  necomf^ensadas  cpa  uiunificeocia  por  sus 


Digitized  by 


Google 


IMaatods ,  hobiesen  fmxlut^idof  (al  cambió  en  la  fiacion ,  que 
á flutadel  9¡gl(>XV7  á  principios  del  XVI  pediera  comparar-^ 
ae  á  toa  ilaliaDOs.'  Deba  «enfesarae  no*  obsiania,  <{«ie  les  fue 
inferior  en  el  estudio  áó  los  restos  i^enerandos'  de  la  antigüe* 
dad,  porque  se  p&itáitírún  muébos  cnané^bi  invasión  de  los 
moros  y  durante  su  larg^  dotnítiaicron^'pero  ha  sabido  comr 
pensar  esto,  ilustrando  en  las  aulas  y  en  obras  ricas  d^  erudfr 
cion,'  lo  áiejof  que  sé  hallaba  en  los  autores  de  tnas  nota.  So* 
obradas  apruebas 'tenemos  de  su  docla  laboriosidad  en'  loa  mñ*- 
cfaos  contentar ¡08, \traduCdiotíes,  diccionarios,  gramáticas  y 
•'varjedaA  de  libros ,  que  se-  imprimieron  repetidas  Teces  en 
aquellos  tiempos.  Y  para  qoe  no  se  atribuya  á  pasión  lo  qqe 
aibman  aceréa  de  esto  LampiUas  y  el  «bate  And^^es,  ditak'é  el 
<estimoino  bien  impareial  de'Evnamo,  quien  hablando,  de  lo 
^00i  habían  progresadb  en  pocos  ailos  k»'  estadios  liberales, 
:diee;  -qtie  no  solo  oaoaa  admiración^  el  estado  floreciente  de 
Eft|iafia,  sino  que  pnede  excitar  la  envidra,  y  servir  dé  modelo 
á  las  haeionesmaii  cnlfMr  de  Europa. 

Grandes  deben  haber  aidolos  esfuerzos  de  loi  profesores  y 
nHty  efttiif¥ad*'SU  ense&anaa,  para  recoger  en  tan  corto  tiem-** 
po  ttfn^ab.undantes  frutos.  Antes  del  feliz  advenimiento  de 
iaábel  se  eonftaban  muy  poeaa  esonelas  en  el  reino  ^  y  aunque 
tenia  cierto  nombre  la  de  Salamanca,  era  aun  muy  pálida  sa 
hü  y  bien  el¿asa  é  lenta  su  influencia.  Tardíos  habrían  sido 
•os  resultados  á  no  mediar  la  poderosa  protjeccidn  de  la  reín^ 
Í>ero- gracias  á  ella  se  multiplicaron  las  cátedras,  y  dieron  lec-^ 
dones  en  Sevilla,  Toledo,  Salamanca,  Granada  y  Alcalá  1^ 
xnaestMís  mas  célebres  de  aquella  época.  La  aaíatencia  de  ba^ 
ttiraléb  y  nxtraiijeros,  sobre  todo  á  las  de  Salamanca,  era 
nsombroMi'pnes  cuentan  que  al^nna  vez  llegaron  á  7000  los^ 
nstudiantes.  Pedro  ^IM^rtin  la  llama  nueva  Atenas ,  y-  sostuvo  - 
esta  primacía  en  Bsptlña  hasta  fines  del  reinado  de  Isabel,-  que 
apárete  en  Alcalá  una  rrbal  temible  por  ka  ventajas  <}ue  ofre- 
cía á'la  edueaeion  civil  y  eclesiástica  ,  por  el  apoyo  qoe  la  da^ 
ba  an'énelito  fundador,  y  por  el  alto  renombre  que  adquirió 
desde  la  publicación  de  la '  famosa  Poliglota ,  que  con  razón 
fue  considerada  entonces  como  una  de  las  mayores  mtfraTiHas 
de«quel  siglo.  .  ,       . 


Digitized  by 


Google 


la  ind¡fAre»eÍ9  tiM< qMQ  er^i»  «^^ndfl^  la  teología  y  Jai»;! wgtt^ 
»oerUs  M^npl^  «a$i)49hii..Epriq^fí  ly ,  jr  ^pe  p«r  áot  gctierai 
«6lé  abandona,  baülft  en  Iq^  mipii^^  €|cl$f|iá«.tíiQf^»  H  d^ómó^fm 
la' vUla  dé  ArancUí  <|te  <h>  sa-WcMkaii»  á  <niiBgiH»o  i[u<i  i|p,  Mrr 
piera  lalio.  Si  <;ai»fa(dQW  y  i^rgfleQxa  Qj^r  k  yiaia  ep  úeairr 
pjos  da  UnU  ígiu)raUPÍ4^^  ee  oierum^nte  m^y  lia^pgei^o  rcijciíMr- 
ver  lai  proyíd«o4ja9>  dífitadus  d^spi^^  ip^fj^  i^i^air.fe  cqndk 
€Íon  IntjelcKAaal  y  ii¥Mrld.-dQ  los  asp^^Solm  >  >y;  cji^  i^lki  «na  4»k^ 
poea  partan  estudia  da .bs : Uogújas  idiaiicjEis,  parqnM»  eia  41 
»f>  ara  posible  aproii^echMr«íet  del  la«  pii^ra^  y^  Mnaá  áoauinaa 
qua  oofittoae. la. Biblia.  i  ..     ,     - 

.  >Isal>cl^  .qutf'ataiidía  i  todo  co^  el  miam^  ealo»  ptoinoyié 
«on  ahinco  los  baeaoa  eludios,  yd  Iá$.  digaidadaa  eolaaüsliiwa 
i  loA  mas  sobnasalioates  ao  virtud  y  ciedbia.  Por  esc^diUiti^iiia 
tanto  al  cardenal  Mandoza,  que  del  afSK)bísi>ado  dar SeviII|^;(aa 
AStíeadido  al  da  Tojedó;  al  femoso  TaI»Ma«a«  f  qmíep  dolpcó 
en  el  de  Granada,  y  al  admirable  Citanos  qcw adJi&iiió"la  prir 
mera  mitra  de  Eépaaa  á  ruegos  de  la  reina.  Cuinito  aa  .eligen 
de  este  modo  los  prelados,  y  se  aprecian  taoip  loidiígnoa  fXfHr 
fesoirea,  la  elocuencia  sagrada  adquiere  aqvtal  idiw  y  eltMaciaif 
que  le  oor^eaponde,  y  las  santas  eaorit«ra3  y;44a;9Íaiioía<acUr 
aiásticas  sea  laidas  y  estudiadas  ea  todas  pAria9«     ..  -r 

Los  misimos  efectos  se  exparímentaroa  de  la.  prate^Mni 
dispensada  a  los  que  ^^ultivaban  otraa  roatcffia^i.  Mik^p  debié 
la  jupispriadeocia  al  docto  Aironscí  Oía»  dé  Moolalbo,  y.4 
.quien  le  eneoiaendó  la  revisión  del^a  leyes  de  CaMÜla,  y  la 
«adáecioiQ  día  uo  código  para  gobiemoidal  reino^  Las  OMleiQár 
tíoa%,  repuiadas  antas  cckOio  de  i^qea  in[)(>oriancja,,  B\csm^^W 
la  que  es  preciso  concederles;  desda  ^^a se  aplioaq  Á ¿4  A^Mífl^ 
nafiftía  y  nju^egaciou^  A  la  da^dia  suc^di4  taldaa^o  de  apr^^r 
der »  qUe  apenas  bubo  asuo{^  sgtbre  q1  q^e  no  hi  p^Mjf 9^w 
difofent^s  obfias,  y  si  e^^n  lejdas  coa  interés  aun  las.  qfia^  trarr  * 
tabw  délas  ar^es  mas  familiares,  ya  puede  infer^irsepótni^s^r 
rían  recibidas  las  de  medicina  y  de  agritiultura-  .6$  i^c^bb 
que  desde  Alfonso^  Sáhio.  uo  faltaxoo  e«  CisjiUia  ^MJfetla  4e 
dcu pasan  de  la  b^storia  >  pero^po  con  ai  «misino  criiariQ  y  delit- 
cadeza  que  después,  porque  ya  no  eran  unos  tyi^iros  MliOíPiftr 


Digitized  by 


Google 


DB    MAMUD.  4^ 

^PWwIr  píuí9[isa,4ij^a,ríybric  con  ei^iic^tqd  y  «le^Mcia  ío  <|ue 
anl^  se  escribiera  coa  mas  descuido,  ó  la  qaís  ^  ^^Si^ba  aiía 
BHht4Cj|d9t'iRaf^  liacerlo  coa  la  debids^  pei^rec^^ioii,  «QiCQQSUlta- 
iCoa.4ip)^(Htt«#>.  v^^ffu^rMo^i  mfd^Uafty  )¿^i44a;  sé  co^ifipQA^ 
t«Iyo9f||^^q^ef|  y  s^r^ghit^j^n  í^ibli^Q^MV  if  ^\  QobiftxKO^  qu^ 
a^i^alH^  Vt^PH^  ^^  l^  ^'i^*  esiaUepióeki  Quingos  \ji|i  arD^ir 
Ii^o»k^por^i4^ a), actual  de SimaD9a»» 4oAd$ ^siat^aia  reunid) 
d«^^)Í9f>p<mMe  ^DiMi^ri^l^  qq^p^^i»  jm^F^war  4  Jos  hian 
WJÍ04<mia7  <^<1>)o<?Í^do  If^  babíli^^d  d^l  aradilQ  A|fon«9  dé 
Hola ,  Ae.  ^Q$6á^  A^ttt  depósiU))  y  rfjPOütnpfifilÁ  W  txfiWjo  i^oo  ü-h 

M147  lUU  fu^á  la$  si^b^  noíi*^  4e  la  .r#ioa  la  ¡tf^pr^nia^ 
qH9  l>ar  uqa  ii^saali^ad  f^U«  eo9p^9^  á  cp^iocerAe  gr  Eipafia  á 
|)$>p^  ct^  ib^bor  ai^)MfIo  al  trono.  YaUó^id  d^  d^a.  p^iffA  4¡fundÍD 
)r,.9fBrprtuar  lof;d^f0abpimi^!i«^  cíe$i|ific9B:  atrajo  cqa  bQM:^' 
res  y  ptivile^ios  á  Ipi  que  .i|%lH^.n.  iiwfrímrí  fw^efl^n^lupalea 
d.^|^trf9¥Jfrps,.y  4^  sii  pr^ía  b^iUo  cfisi^  l|i  ^x^presioii  de 
0M«<^ obras»  qiueteokvaai  p9ákn  p^blicair^c^  AtiP^^;ie  b46Aaria 
«H^JWf»  p^i^oUwr  U  prai^oi^ii  sim  le  disn§i^4»  «fi'PKwisft 
cMar  Uj|i;ibien  Ufpr^gm^iica  de  i477i  ^^  ^^  ^^^  ^^  6xLoi6  dá 
der(^<¿ih9S;i9|  wpj^^sor  X^pilpripo,  A  paSfla  al^waB,  por  p^tí 
W9P  ^  los  [ffÍQci(i#le^^n.la  Í9>ie,eQci<v^.  y  práctici^.de.iiaprimiry 
y  haberla,  inlicod  Hipido  e;^  el^'^iqo  parai  pnn^\>Ucer  sus  liaren- 
rías  ^ifso^.dftalguoas  x'ieagpf  y  sa^rificioa  p^^uqiarios.  Pero 
danfie  .^f^p^i^^e  i^MQ  i^fa  h^  ^mpeuo  eD,|u:QpAgar  l^a  \iice§k 
9S.^9Ía  pfdei^iga  reaLde  i4So,,,que  por  c^i;o  e$  bartp  ma^ 

^9M^.}|E|si^4l;i9^  á  Ia  ¡atrf^4u9GÍOA  de  obfas  tcuí^^  de  ptrq^ 
W^^f  J.W  h^  dp^]f^^  li]l>rc3  de  todo  di^recho.  (?pp49  puede 
9i;efir8e^i^  ^^g.f>'449>  ^  R^^';i49  ^P.rasioo:^  uiq  parece  no 
^Ufi  dejfkf^  poqi^riai]!^  algunas  ¿láp^ulas  dg}  preámbulo,  d^ 
aquella  0ic^m)rabl^  di^posÍ9Íoo.  ^* Cp.nsideraoj^p  los  reyes. d?, 
» gloriosa  m^inoria,  cuanto  era  provechoso  y  hpfurofso^.que  é 
ne^WA  ^ij^  Trillos  setruxefiep  libros  de  -otras  par/es,  para  que. 
»cap  ejloi^.se  b^cies^nlos  bgmbri^s  letrados,  quisi,erQn^  orde* 
^^rw  que.^o  lQ^.l^|)f9$  uo  se  pague  alcabala  etc.^ic.  IjO  cual, 
»pace»9e,qaer^4Wí}^.:^  JPífove^l^o  conAÍiíjbef^l^  de  lSf^{i%  y  en 


Digitized  by 


Google 


.      4o^  nEVWTA 

»ei|oobIecliiit0Dto  de  tfüestros  reinos^ etc.*^  Véase,  purés,  tomo 
peosa^ban  entonces,  y  si  tM<  prodigado  desmedidas i alabanzas 
á  la  píbfeecioé  de  báWl.  *  v    . 

Caialttfia  ,  y  especialmente  Barcelona ,  se  ereéíJon  derecho 
á  Ia«  de  España^  por  liaber  tMido  la  prifiíéfa-  lA^irétitáj  f 
prestado  tan  útil  serviéio  al  país;  pero  Vateúcia  le  iHpéia  i^ 
ta  gloria,. 7  según  lod  inteligentes,  cotí  bastante  iraíóni  Fún-^ 
dame  los  qué  así  piensan  ,  -en  un  libro  tQti4«rlado-,^(!]^^ámi^ 
poético  en  loor'de'laÓdiaúeéiá^  del  á&o  l474)^^^  difeilébló'Ta^ 
lenciano  ^  'y  en  qUe  át^siguiente  saltó  á  Iu2  el  Salnstio;  qtid 
dicen  fue  el  p^iaiero  de  los  antiguos;  impresos  eüla  Pe^iosula. 
No  es  de  nuestro  propósito ,  ni  pediéramos  decidir  -rati  nobl¿ 
contíeiidá  ,  lo  que^si  conviene  dejar  aqui  Icoínsignádo,  es  que 
ames  de  concluir  el -siglo  «XV'babk  imprentas' en  Toledo,  Se-r 
villa ,  CtudadnReal ,  Granada »  Yálladolid ,  Burgos ,  SalaiteaMM^; 
Zamora,  Zaragoaa,  Valencia,  Barcelona,  Monte  Rey,  Lérida, 
Murda,  Tolosa,  Tarrag<nia,  AÍc5á4á  dcí  Henares  y  Madrid^ 

Que  con  tales  itaedios  y  iDona^ctá '  la(i  celotos  báyah'plNH. 
gresado  todos  los  <K>nocíiñietitos  huniatios,  nodebe  causerad^ 
miración;  lo  extraordinario,  lo  sensible  y  lo'lPergonzokcf  et> 
la  lista  de  las  imprentas  de  Espaíla,  no  solo  nik* siglo d^pUes^ 
rinp  á  fines  del  XVnf;  Mflfs  volviendo'  al  dé  léa-myes  Gatóli^ 
eos,  es  precisó  confesad,  ,^-que  aunque  fueron  prodigiosos  átia 
adelantos  en  yarias  ciencias,  no  asi  en  las  natuf^átes;  lo  cual 
proviene  de  la  revei^encia  Ciega  qué  se  tenia  A  \á  abfigiíedad, 
de  ser  muy  raros  enlonces  loseiperimentos,  y  muy  impek^fec-^' 
tos  los  medios  con  que  pudieron  ejecutarse.  E^to  sin  embargo 
no,  disminuye  en  nada  el  lustre  de  aquella  épbca  privilegia- 
da, y  0jálá  fuera  tan  fácil  bailar  un  consuelo  capaz  de  tem-p 
piar  el  dolor  que  sentimos  al  meditar  >a  facilidad  éoáque  se 
marchitaron  aquellas  flores  y  aquelldá  fk'iitos.  No  parece  sino 
que  una  nueva  invasión  de  bárbaros  fue  la  que  arranca  casi 
de  raíz  cuanto  se  habia  adelantado  hasta  mediados  ^el  siglo 
XYI.  Quedaron ,  es  verdad ,  todavía  algunos  buenos  poetas, 
como  se  han  conservado  en  nuestros  códigos  algunas  leyes 
liberales  para  entretener  y  lisongear  la  vanidad;  pero  la  na- 
ción ,  á  pesar  de  sus  fastos  literario^,  militares  y  políticos',  de 
que  se  acordaba  siempre  eogreida,  no  ^i*  esd'dejó  de  caer  en 


Digitized  by 


Google 


DI    IIÁDIIID,  4^7 

tal  postración,  que  á  principios  átl  siglo  XVII  apellas  conser- 
vaba mas  que  la  memoria  de  lo  que  fue^ 

Para  otros  podrá  ser  fácil  comprendef  perfectaoiente  las 
causas  de  este  fenómeno^  mas  creo  sin  einbargo,  que  por  mu j 
respetables  que  sean  las  que  se  aleguen  para  explicar  una  de- 
cadencia tan  rápida  y  tan  universal,  pareee  no  obstante  muy 
extraordinario,  que  un  pueblo  justamente  orgulloso  de  haber- 
se anticipado  á  otros  en  literatura  y  legislación,  y  donde  ja* 
más  ba  Faltado  yaior ,  constancia  y  entusiasmo  por  sus -leyes, 
•  hábitos  y  Creencias,  haya  podido  llegar  en  los  últimos  diasdel' 
siglo  XVI,  asi  eñ  letras  coiüo  en  armas,  á  un  estado  bien  tris- 
te bajo  todos  conceptos,  y  seguramente  menos  glorioso  y  harto 
diferente  del  que  disfrutaba  á  la  muerte  de  Fernando  y  de 
Ittbel 


Jdsp  Escario. 


Segunda  serie^^tono  II.  52 

Digitizedby  VjjOOQIC  


.    -    u'      -    i-. I., 


.   .  :f'    .     'i    -Mi».      •  ►    '•  }     ; 


y!    ;  .íiJ  '       :  ..    • 

-  :  >  !  .  ..  .  .      •  •    ■  .'        .  .;  .i:  i  -p  /-     ^  "■    , 


i>.\^«. 


DigTtized  by 


Google 


■  .,i¡í..  .  .-.  .• 

L4  SEND^4  DE  ^4  VIBÁ. 

,,  ,-f  ■    •      :  :  li 

A    vBBttámai!:** 


jiPartlmo*  cvaiulo  nteaeamoi ,  .      -     -   - '  Wféd^t  loa  i|áe^¿YÍ«)ó* ,'  Qne  en  p{«des  tniUmos 

«uU«oeiiri«itrMTÍTÍmo«^  \\    . :|»iaiff ff ,^ ífr|f<yí , fl ^ |^V9.^V«í?1» • 

to^M  si^inpa  romeas  qae  camiito  andiiniot.M 
(JoE«i  ¥*■**«»■»)  :•)'•.  .^  .    '  »    (Bb&obo.) 

^  ,  ".  •■      ..'*•.♦..>.'.' 

»¿Em.  fM  •<!«  eosñ  pkhiit  ü  \fiA  fif«  M  d^i«*r ,  /(rit«»  n^^b «'  ^ 

f «5  Uegm  •/  /i)i«<nio  >  T  siempre  lútpkrés  p^jié  t/ejKf'^  é/m'"  '.  ^ 


íl     A 


Jl  ues  que  |4arÍir.6iii{¿Enl  iUM8^r«  }Bvmda< 

fuerza  DOS  es  aáMrrv' '*'*''  '    •'^^'* 
JO  también;  «btBoiittt,^M(piibnaktrii-/'<'  '    < 

de  la  vida  goce.       .í'j»>>   -  o       • ; 
Eq  la  neblina  Mna  db'^rauveval  '     ^  o^^^  •'  1 

dormida  la  raaob^v  ^1 Ü  :     .  n  * 
en  vagos  borízbnlcÑl  Arreriidfli    :>  ' 

mi  infancia  resbaló*' . 
Daba  la  cuM'jáiiai'tTaa«|bilo«btfñoi  ■      Ivf 

celeste  y  b^asifla  Í4l2tf, 
j  fü  despertar,  mis  rojos  endootmbáii 

un  ciclo  siemfireaBak  v\:        !  / 
Llegó  la  edad  eoíi{iÍ^ffe9ld.)et)S¿ailifia   A      i. 

su  luz  á  la  i^MODv      • 
y  el  ánima  ential/^therpoiáplriM 

á  sufrir  comeoeó. . 
Mas  eran  mis  dok»Q6  fingkiixiM  . 

como  lo  e^a  el  fdadevy  . 


Digitized  by 


Google 


4l*  BKVlSt'A  '  ■ 

como  lo  eran  mis  risas,. con  mi  llanto 

confundidas  tal  vez. 
Asi  dé  mundo  la  jornada  vicfi  /\ .  r^ 

iba  dejando  atra^ 
cogiendo  flores  y  que}>rando  espinas  ,^ 
^  ;     .   hoUándú^  at  pai:*    *  <-      f^ 
i'  Cami nffm e •  f er(Kdt¡r  e9- ét\  -dkaí otiot    ^  .' 
al  principiacjel  ,dia«     . 
que  yaga  errante,  sin  abrigo  cierta 

para  la  noche-umbiia. 
Lejano  tuonie  al  fin  de  la  llanura 

cortaba  mi  horizonte ; 
curio8¡da4  J  anhelo  me  llevaron 

aliope  de  aqael  raonte^ 
Ayudóme  á  subir  deseo  de  Infante^  !... 

que  en  \^  vida  fugaz 
68  lícito  correr  y  yendo  adelante,    . 

mas  nó  vphgp^tfij^   j 


De  mi  llusiop  aigModoi^, raudo  i¡uelQt 

todo  el  monteisob&r       m.  \\.  -   i 
7  fijo  el  pie  «Q  ia^cnqabk*e  del  anhelo  i  : • 

gozoso  sonreí.       .^j     -  i     /  i.  ;, 
En  medio  üel  camiooí/de.la  vidsd  .     t  !^  I 

un  pensil  llegué  4  ver  j  • '. 
dulce  mansión  de  juventud  iaridá»    ; 

morada  de  placfari  'n    Iji.rj.i   .■■. 
El  sol  que  parafmí  brttló  eniOrieslo 

ya  en  el  cénit  feocaílnuf  i  .      .j! 
su  gualda  «ifdrajardorast^lareeíentei    ;-  i 

á  la  tierra  mandab^*..      •>:     >  .  . 
A  los  besos  del  céfiro  templado 

brizábanse  las  florea^ 
y  en  los  copndoadrbolee  del  phido  ' 

trmaban  ruiseñores. 
Llorosiis  consonaban  á  su  acentoi<      i-       . 

las  fuentes  adormidas  ;      ' 

Digitized  by 


Google 


parias  dejando  al  qoerelloao  ▼iento 

ea  lágrim^tArj^^pdjdas.   t 
Las  ayes  en  sus  iris  trasparentes 

sus  plumas  coloraban, 
al  vago  invrmiirBC  de  las  ¿órricntei^  <  'i         ■   ^ 

mtl  ecos  suspirafaám  '         .;>ú';.* 
Y  á  la  sombra  del  bosqoeidetlcitpso^í    ^  - 

dulcemente  enlazaBos,  •    "'  ' 
los  amantes  del:  tieiiy[>o  presurasp 

gozaban  oiiHdados.' 
Mancebos^ybaiGttiDies^buHiteiósas;  * 

danza'ban  mmellemeol^',  '  . 
t:oronado  de*  pámpaWoi^y  roías  '  ¡  '. . .  > 

el  cabello  lucieitiei'  !    '' 

Pero  todos  á  Q^ff  tiilmímédov        '    t 

de  la  selva  fiófida 
por  nuevos  oci<»'stctt%pre  «uspirarido,  '  »  '  i 

buscaban  la  salida.     '  S  .    .  :  j 
Solo  algunos  dé  íOatroi^Wftciléntos 

perezosos  seguían,  ''     . 
y  hácb  atrás  con  suspires  y  lamentos  . 

la  tista  d¡ri|[iacr.  i ...  ¿ 


Hermosura  y  fealdad  eiMr^aéadttS,  -  * 

^uaU  daitaa  te^iei^ ;    '     . 
Pobreza  y  vanidad,  desétitoadas,''''      '' 

todas  ibffttwrrieiido.  i  •»    •• 
Del  confuso  tropel  segut  la  sienda 

fascinado  el tpenflteif:  •' 
yo  también  ,  como  tú,  llevé 4a  venda 

de  niño  con  pesar,     - 
Y  quise  adelantarme ,  y  la  jornada 

apf JMúrar  tardía ;  ' '' 
de  la  infancia  la  iónica ,  gastada 
con  júbilo  veía*' 


Digitized  by 


Google 


.  II*    AMOR* 


Y  también  /  oonío  tó ,  db  tina  mi 

al  incierto  lueir',     «  :  '  i 

los  soñolientos  pií'pklAscaiika^ós  .   : 

atónito  enlPeáiNri.  ..     >\   ' 

Imagen  (le  miijeff»  que. Tayaráaa<       -  :>l 

vi  en  el  pensil  de  aihof  ^   .       ^  :  . 
trujo  á  mi  mente  el  rájro  de  la.attfk>ea;^t 

cual  blanoa:  aparidioatf , 
Cual  bosteza  su  bruma/el  heüd»  Ugé 

al  despuntar  la- lu2^.   ,         '   ^'• 
sordos  suspiros  á  la  ésfmi.lilsattdo   ... 

desde  su  fondo  a^iil^        .  .'  ; 
Asi  la  niebla  buyo  del  aloM'  Inia  i-. . 

al  rayo  del  anMA*^-        !    " 
y  un  armonioa9..4Mttitt(>.d(^<iiaip9«a|ilUi.  .. 

alzó  mi  corazon«r 
Teodi  conüt^Á  U  pesft4|i  nocbe 

la  sonda  de|  p.epser;  .\  >.  ,      /  .  t 
inmenso  hueco  della  separaba 

mi  vago  despertar^  .  >- 
Cual  nuevo  sol  la  hermosa  de  mi  mente 

el  pecho  me&^^ii^dó /         /  .   ., 
y  al  himno  universalr^^.la  iMdpMi        ! 

latió  mi  corazón»    .   .,    i.  ,,      , 
Latió  mi  corazón  pof  vet; prin»erti     íi  - 

de  amor  y  deart^gríft.,     . 
como  las  hojas  de  uoa  flor  q<ie  b'ikbieni  r 

brotada  cc(n  el  d¡a« 


OUi  » 


m.    DESlBHGANO- 

A  la  fecunda  llama  apetecida   i. 
sentí  mi  frente  arder. . . 


Digitized  by 


Google 


nrvAMiD.*  4*^ 

lúentoiiottiflim'eNaMilMsdé^lii  viáa  \ 

el^  fresco  ismmbcjbri- 
Seguiste  mis  piéadáls  'pfVStfilMO , 

y  presto 'lias  onimbs^-  ' 

juntos  cantando  por  el  bosque  umbroso, 

la  planta  ¿íycHiBiesi  - 
Los  dos,  querido  hermano,  abandonamos 

la  túnica  gáétádá^*'      !,         *  i  - 
j  Ah!  la  de  juventud  qucf'tMrÉ  Hl^VMiOB 

también  será  irliiééfdat         ...      '     ^ 
Mas  yo,  que  antes* pt^ó^'tk  titfétt ^d«í,    . 

antes  probé  él  én^Mb^. 
deja  que  el  bra«o  A^^r^al^W  ttéHdtt  ' 

para  ev1tarter^'d«rifo(^ 
Tam  bien  en  la  fitirésiá  tN^yeatUtáÜortf    '' 

que  albo^oteédd  iMéllas;    '  '' 

hay  rígidas  tú¿Báné!é  Síii' áútmk,' 

y  noches -sin  esfí^tCisv  ' 
También  hay  Üdhifii  deiiólb#'y>  IblItO'    < 

y  temprana  agOftfiá*, '  •    >    •    ■  »': 
en  que  cubre  los  róstaos  el  aUébfbüfO;  ' 

en  que  se  eiriifiíFa  éltlMP.  ' 

Perdimos  dtaAMir  tanto  tí&úQ^ 

de  la- hltíitfítcb  iítti»a',:       }  '  ^  ^ 
y  en  los  misterios  d^'tití'htt^tllty  süéfiér- 

buscamos  U^V^M%t¥á¿;       "^   *  :' 
Queremos  halagai'tá' iViiHiHéf  Unta 

en  el  dtíta^Mmféái  -  ^ 

j  sacamos  p¥Mdíd^  á'M<|ittr|filntii'!       : 

la  8ier|ií¿^wei^srf»!  •       .      «k!.. 
Ya  alargaste  quitá*fáf'tháflro  osahhr  '         C 

á  la  OdPJ^^dl'íÉai : . .  '' 

dime  sí  no  setfllste  ta  püh^ukla 

de  la  eaddUlMWeé)[Ánra;^     V  '   ■ 
Si  i  tu  embriagaft¿^>dÍTáÍé,  ^l^l'ébél'k 

abjerto  el  M^  Mtfnd^,' 
no  sentiste  4U  tit\mÉí'd%íi|Smid\éíse, 

sus  colofféá  télisflftlé.  '        * 


Digitized  by 


Google 


4i4 

¿Qaes  delia  ftkDOf  7  el  MfMl«990  limtc^ 
la  arrastra,  dft^fil  tofirte 

qoe  miras  ea  ui.  nttOjamariUeiitd^  i  « ' 
la  imagen  d»  la-moerul'  .  '^ '     ^ 

'     •    tXit    .  K        .   "...  '  '    .  /!•;»  . 
Asi  todo  al  con^fAzar  .    >■>.,  -v  t,l 

va  dei;ecl)fl  i-^aelairA.i'  fU  -•  : 
los  ár))oles  |i, secar :».  j  « 
l0s  arr f^jr^  ^  JjBi .  ilier. .  ..i . 
y  los  homl^f^s  á  mc^rir. ' 

todas  asi  soi|  4^|)<3f9S> 
¡cttáado  veri9K99s  |a  bariurA 
desta  inmeofa  sepultura, 
siempre  albi^ipu  4  ot%9strai.q¡o#j. 

Todas  asi  fi$saráo.,4  .*. 
mir^id^lafM^laafiroQrfM  '  ui\ 
en  alas  del  iiurp^a    j, ,,  .     , ,.  . 
;  x»9i^|MÍaQ  á  las.ojpida^^  • 

como  por  el  s*elci  yfiXh 

Tiende  U  ivisla  4I  cpUado,; . 

al  bosque  ql:^l|I8f^lo^tlrWlr:     !' 
aqpel  ao^  in^tisiMlot*  .  i  > .: 
este  de  ramaf^  Aapn^oi  ¿oí        .  t 
cubicólos  de  ni«ve.f|r|ay,r.,:iM!    .. . 

Y  las  ondas  tr^iSpiiienie^  ]<,  i.  . 
que  por.  Sttt  fr^iilfe.cqvrieFqi^i     . 
hebras  de  piala  lAMlf^o^á,. ,    .  » ( 
y  las  qv^reliosa^Jfv^ljf^.,.  , 
de  los  prados  ¡j^  S(^.bicif^Q? 
.  Como  ellas  támbicfi  ccjsd  ,    ,,,   . 
del  ave  eldutci?  J^p^pAo,  . 
y.del  trcgi^)  tui;bplen(tci, 
'  de  mancebo3  4:iid  quedó; 
nkM  que  UD  graf^iiHAI^iJenia     . 

Míralos  allá  en<^rvados^    . 


Digitized  by 


Google 


DR  MAtMD.  4  I  í 

loft^M'Wlfes'rfégresvinios,     '  i 

descender  desfigüferd^i  nn   «     . 
dejando  en  fo%  marchitirtiio)^ 
lirios  y  secotf  racimos. 

Maere  eq  «1  triste  lloral*  ; 
del  hombre  el  vanO^¥eir;    • 
del  viento  en. el  susurrar 
del  ave  el  dul(^e  trinar, 
del  lago  el  hondo  gemir! 


La  flor,  el  a  Vé",  el  bosque,  cuanto  Hierra 

ese  vergel  encierra, '       ' 

todo  habrá  dé  tornaV  yerlo  cadáver  i  / 

al  setió  de  la  tierra.''  '  ' 

Pero' nosotros ,  al  niorir,  diejámcfs,        .  '  '^Z   ^ 

la  forma  desgastada ,  •  /      ' 

como  deja  el  cayado  el  jpasagero 

al  fifí  de  su  jornada. 
Somos  en  este  mundo  peregrinos:  '     ' 

no  noá  halague  el  suelo:    ■  '  •  ' 

alcemos  ál  Señor'  nuestra  esperanza , 

y  la  na  irada  al  cielo. 
Del  alcázar  eterno  adonde  vamos 

no  torzamos  la  jgenda , 
aunque  en  la  déhÚ  planta  la  escondida 

espina  nos  ofenda. 
Suframos  el  dolor  y  la  fatiga , 

que  si  el  placer  buscamos, 
cuanto  mas  elegimos  el  camino 

mas  presto  tropezamos. 
Mo  ¡mport|i  que  la  rígida  tormenta 

enlute  nuestro  día , 
6Í  la  estrella  que  nunca  abandonamos 

sU  rayo  nos  envia. 
Dejemos  á  la  misera  alimaña 
los  ocios  deste  suelo: 
Segimda  série.—lono  II.  j  53 


Digitized  by  VjOOQ IC 


4i6  'BMISTA' 

por  tan  eacasOibMUiab!  no  ivofimi^ 
la  eterna  }^  d«l  cieloi  ■  ,  ■ 

Unidos  por  el  4^lí^ro  cwpiao 
seguros  maroberensosÁ 

Si  cuando  mal  Uit)l«QU  dir^ioi9«. 
la  mano  nio,  tendamos» 


En  el  sendero  de  la  humana  vida 

no  hay  al  comienifco  ni  á  la  fio  parada  { 
corre  la  senectud  á  la  bajada, 
como  corre  la  ¡nrang¡|i  á  la  su]p[¡$la* 

Danos  valor  la  friita  apetecida  • 
para  empezar  conteut^sí  U  jornada:    ;    | 
danos  temor  al  verla  ^mpoozpqada^  j  . 
para  acabar  con  ten  toseja  partida*        ,..,• 

A  dar  al  suelo  lo  que  djél  hubimos     ,  ^  ,• 
todos  en  este  mundo  caminamos ^ 
con  el  ave  y  la  flori  en,jgyat  fl¡uefiiei 

Mas,  solos,  en  espfrha  YÍvimos 
cuando  la  huxpana  f^rpaa  abandop^mos 
al  cruzar  los  umbrales  de  la  nuertí^,  . 

,  .      '  ,     .  f 

P&PRQ   Pl  MaPHÍZO. 


A'  .  w.  : 


Digitized  by 


Google 


vbvAjas 


9«IOPIROAD  HÉIIeBIT2ÍRIA   DE^r.A5^  TlfiRRAS 

Vi;. ..     ;•"-•■:     ■   in.-     .:-.•    '  .-.  .■..;■■■■ 


X. 


4^  l44;A<eFrM?  ÉlSr.Florez  EftU«dft  rHf^mde:  crear. f  ^{M^e^ 
ffüif^,  la  .oqípdídad,  privar  al  ivnhája^r  4t  la  recompensa  de^ 
bida « .privar  d^  trabdúo  á.  la  enay or  .par(6  del  géoero  buenanof 
f^  UfH^c(>a)abrei^  4fesp:iur.láá  imsea  4e  ia  satMad  h^m^na^M 
aétU^aói^  dB\Jtr ahajar  y. Utfacuitmd^  de  disponer  del  producto 
íieltraiajOi'4ÍH-cajras  base^  el  shtema  9<3icM  fuedó yaUetudo^ 
y  la  liifh0  dat.  g/néro  humano,  se  húo  interminMe. 
..  Aseccponea- tan  gravf»  mereoieo  cierianeiiie  iw  dxifoe» 
d^eoídPi  y  elipéblieo  tenia  derecba  á  recibirían  acoaipe&ai}aft 
deptoábaa  irveouaables,  |iorqee  8otea«i  •e.fmedeift.traiiariiMle- 
riaa  de  iaLvakía¿,IViro.^l  attlor  creyó  sin  duda,  qua  avafH»4e  y 
desunido  d  deketba  de  propiedad  ee.au  iraiay  erae  tp^^ao^lea 
goe  íodjca  caoeeQneyíMa  aemsillaa  y  precisat,  que  no  necesi- 
IfÜ^n;  de.  nifigiiAa  otra  daoioauacipn*  Siguiendo  «oseliKia.afi 
^j^iqpWf:  podriaeaoi..  diapenaaraea  d^l  exteien'.  que  vaiui^  i 
emprender «  porque  si  el  principio  es  falso,  como  oreeoM»  Imh- 
ber  prdMNJb,  ai  se.lha  ediftcado  soboe  «rene  y  la  obm  eeilun- 

'    diri  por  aa  propio  peso. 

, .  Bero  ne;  été^tot  ea  digno  de  que  ae*  ke  testé' de  olrtf  mo- 

^  4ew  Lia'cnee^ieil  afoNüa   les  ba*a^  las  «peiedadca.  onrepnaa, 


Digitized  by 


Google 


4l^  »BVISTA 

7  las  aféela  no  en  momenros  de  calma  y  de  sosiego,  sido  eu  los 
de  una  deshecha  borrasca ,  cuando  el  fuego  délas  pasiones 
amenaza  destruirlas.  Es ,  pi2|^  "irQciso  averiguar  si  el  Sr.  Fio* 
rez  Estrada ,  á  pejtíir  de^  s^PlTriotismo  i^lleva  en  su  mano 
una  antorcha  ó  una  tea. 

Pocas  cosas  han  influido  mas  funestameate  eo  el  atraso  de 
las  ciencias^  y  en  la  suerte  de  los  hombres,  cjue  el  abuso  de 
las  palabras.  Est^.mal,  propa  de  todo^.  k»  tiempt^;  U^mfre 
lamentable,  y  justamente  lamentado,  es  en  los  nuestros  una 
verdadera  calamidad,  un  arma  arrojadiza  y  terrible  con  la  que 
se  causan  males  sin  cuento.  Un  fanático  ó  un  malvado  Jaoza  una 
I^Iabra,  la  ^muchedumbre  ignorante  la  reptié,^  ya  está  ame« 
nazada  una  institución  resfiétable  de  la  que  acaso  depende  la 
subsistencia  de  los  mismos  que  contra  ella  se  conjuran.  ¿Hay 
Vn  gobierno  humano,  pero  fuerte,  que  hace  respetar  las  leyesi 
que  reprime  las  pasiones  y  evita  violentos  desmanes? — Esego* 
bierno  es  tiránico.  El  eco  de  esta  voz  se  oye  en  todo  el  paié/y 
él|fobíerno  calammttdo'es  muy^felis,'  si  consigue^ desmentiná 
coosiin^iétodó  uá  tíetopo  preoioso^  que  néoésitá&a  pái^á  íñicel'  el 
bien  ¿Es  indispensable  reprimir  las  demasías  líé'  la  tmprtota 
para  «vitaír  que  cunda  el  fanariswno'' político,  para  preservare! 
honor' di?' las  familias  dé  aiaques  alevosos,  |>ara  con^tfüt  lá 
moral  pública?^*^Ese  gobierno  es  énebiigo  de  las  Uhertüáes  fá-^ 
¿&7a^,  y.  protector 'del  oseaí-anUsmo.  ¿Son  itidHjf^nsabl^s^gas-** 
tos  inmensos  para  asegurar  la  inde|>endenoia  y  há'  hisiltucfo^ 
ses  del  páis ;  porque  asi  loexije  nuesira  ^ituracionP'^Baie'es  un 
gobierno  pródigo,  un 'gobierno  dilapidador  :^\x^  bien*!  11)1111 
gobierno  qiié  se  váeo  la  necesidad  de  mostrarse^  VigoWyéoparH 
DdMtener  el  orden  público  y^  ia  observancia  de  las  lejre^,-és  ti-* 
ránieo,  ni  las  leyes  que  reprimien  los  escándalos  de  la  iinprentt 
se  oponen  á  los  progresos  del  enteoditaietíto  ii'oraaD^  y  á^'lá 
Verdadera eivilieacioQ,  ni  elgastar,  cuaodo'es(>tetíso,é^'dfHtfAl^ 
ferro,  sino  verdadera  economiai^  si  son  maydt'es'tfts  utilidadeé 
i^#e)os<  gastos.  -    •  .    -    i  •      •        1..-   u 

.:-  Deeimos  eslo  por  el  ocio  que  la  propiedisd  territdríal  «rear  7 
premia,  seguQ  el  Sr.  Florez  Estrada.      -  ••   ;  •  .  ;r^  ;  •  :.  ^ 

'    Para  caltfioer  á  «na  clase  de  la  eocíedad-de  ióciósa  ^  el  ^re- 
etap  fijar  bien  Usigoifioacion  de  ésta  palabra.  Bl  jornalerbcfne 


Digitized  by 


Google 


0»  MAtMIID.  *  4^^ 

m6tb  M  él  t^Mopa  «I  TÍgónAv  la  wtttdiMii  ^'ofi0r«|p|ot|ile  fijaba  j^ 
eiÍilB8<fliÍM6'ó^al  l$¿D'4e!»na  cahfcrá^'vapi»r,*o^'lDreeti  qit^ 
jnieJe'bnbar 'OrtMs'  eláswk  d^  iraboio,  yckMsidéifaii  álaa  fyeraofiM 
quekasoolifian  jf  qud  les  fácilitaoloft  v^rdadenos  nvecKétl-de' «  ítíi^ 
aaéaotk»  6R  deleites  y  «iiia  maa  ct^a^pi^ta  liolg^títeJ  Elfrliba^ 
jo  del  alto  funcionario  del  Eétado,  del  magiatrado  ,  del'l^ía*^ 
tador,4o'cal4fio»it'dU  pnro^  er»tretenfmtéaM,.sol>nk)aitteR(é  re^ 
cMipeA^do  con  la  6ati»tíed¡oii''qtíe  á'áo  «jerMcioáeóiiif^fia^ 
paro*  ^qóé  fieMona  'íl«étfaíd« ^pOidM  Yi«rtfcií|pa^>d«  asta  opinión^ 
tnja'  d[0lairrltaüiofl'q^a^(Tro€hlce  h  'ilniisería?  Cñanilo  los  iíta^ 
b^adave^'tiMcRi  ün-^táomaM^  ée  nefiobo  pava  ratexionar  eobrt 
M'aUuattoaí/altaa'nlifitaaS'Ki  vattbaaan*;  y.  eti-stt.bMtt  aetiiMo  , 
bailan  á  -faoaB  ot  obaikolo  los  qm  ifíiiai^ati  aspaotflar-  cob'  sus 
pH?a«u»Qaa  freñenxímievnos.  Mo'iafDloi'irabajpsmecáitteJ»  los 
ihiico^rifje  «abssitan- la^  soeiedades  ^at^rsa  aóñheP^éiotíy 
p»ogfasorElvyaHiáiiia*iim60i)eid€aMo  es  eksipie  Áailtf  trabaja  para 
lirliM  fmrtkikh^h.  Eateíair  ima^prlaétaf  |W^wita^btt'miembrO'  hb 
sdfo  i^i^H''^M'gf^*<«<*')  y«^!'VMta'nih*^irp«niiafide  i^iark^ 
liBa4.<FalidbMiattfa'eita*^l8¿)t  an  otrd  líetavpo  Jiiuoi^i^tísai^áérs^ 
piiniíybfKto jen*  tvuesmis'  w>oiaJkii)as> '  amwdt^asv  y  «o  éeh^  '-éétW 
hjancf  al  idiiíiii.4^4esaptt#eaea.  No«ss'(^rdpiii  á^jMéMm^fí^ 
mw;  lal^eií^íilíiibdál  aígio  aiiiiiimieftiaffc0<)ndlttátnai>la  atimitñlí^ 
sm^y  solobom^^kai^^loa  v«í[bsy>gtflMklte8*M^dl»D1ta'''l*ll^.bay . 
nistitattiiNias  ni  potitiavSainajaMa'esiaife  davajuyAcétea^y  Wu;^ 
pklw  cid'sai'  fij'Twistnb'^A  >pu«biw«i^l^íeaiy>40tlav^^  to^i 

ji||liriim]ff  I  \  i  I  r  n-  '•'  '  ';  fhjjilM  thU'*h^  ?ol\^n]  .OH  :m..|1 
ir'.'Bavo  ffcépiar  MM^ApteiM  f  Mͧ(W^lf|pt^«f^«4á^>á')ás'4líV4 
saa  pafoiáMiiia*  timada  4iai  ttMMtf'llé^JBl^^^^itf f ^nlbki^M 
U  wiiMri«<;  ^r4viá»lb'«fitf)ti«nfMliníH^  ^DCjtfMcív  'pMff^of^ii^ 

elmMH«s11al(i)mAMÍéV0  flWgreso^  y 'ciMlitaciÉítií'lMás':  es^^ 
ovilMiiiiiyi  nmtWi  i^llthk\im¥hUitít  bittebná ,  '^  nqdé>'Élfl^*  \^tié^ 
^ .aoattifaivá'tpiar  h^ii  ifÍMtfond'»%e^*'hayaai>diftt«i*ii>&''iitt«'to 
sUMiaasal^Mtlihibr  W^  hftf«[»)a.*'ÉI»bFdkibye  át>oAMé'ía9  irtibaü 
Jds  Mál«|ikwi/^fb>i«bípa)m«ne^ttIg«to««^^D«8t 
tabléü 'Eaio  IM  náCÚNil  ifoi^ú%^&  tMhi0m^úmtui^^offl^ 
ida4ia¿eMa' liáiy' ^MU*fl|l^)gaYs¿'/ly9fioi( 
|HifciMÍAr/una^léni^iM  (át^WoSiK'  9áta'4>lvblffrié:  «)  ^itílséMl))» 

Digitized  by  VjOOQIC 


Qperavio  op(j|)jie«i6a^.iil«4i.q.ue  op  (rattivr.  y  doiMnir*  Sttan  duM» 
hubiera >M.Io  la^^HJ^rledel^odbfe.loAriíft^iHbrcSviamia  babrimirCbL-. 
Uva<lAjÍ4a  factiitadeft  Hiiielectual«i que  !#  iwi  fiictJiuda  ei'do^ 
ni^iio^deia  li^rra^.y^^segraiip  ilees|)Uft4<>r  y-  ile  gt|U»fleM:  que 
cK^n(.(ainji:4  r^^a^t^ué  ^«MÜtMM^bra.  jf'  ««imkt  «n>Jas  'pttoUas.iitots 
dera^St,.;   ,  i-:..,,t>    r-i  I  .:      ...  •'  í  '-  ••.  -,.  ^  •  .-m  .^/«.  .  /    • 

Np4Aln|)Qa)bi4;.A9ie6  iiaturalai«Q^  ibolitMloal.oeio  y^ikl 
per«9»f,lSi  ^H»c)4^j^^r|a«  .|>orqu9.^l  des^  de  ¿o^ar  es  uq  a^MÍr 
jpu^ueU  esiiuluU  jl  t«,arf#Ma«|Saa,f)f;úttje|0SrnwMesidfde««f^ 
táq  8a(i^(Wíbat  (^Dtí  muy  (}^C94  co»ei«<&e^uo  l<»di6irtnt«il  cíir«|U 
pero  &9i(t  ne/oeaidiadea  facii^í^^,  ttooHJ^ADJlíroit^ti)  9m:i^W^im^ 
vena-  ea.  i>w.[>cagr«8Í(>p.prodÍ0ÍP94,'j('fAñita4i;«3^¡>otMira^ 
laa  fínicas,  'posque  M^n,  Im  Qeceftidadnr4e-  las  fg^wm.  r  i»'  d 
.  PuM  bWii  ;•  para  «tififíMXf  las  es.4ireQmi|wm^8et»ricafl^ 

9011  U  i^j|tttra)eza)e#i.ad¡ar  aiiileyi)»v<^r'<>0(i<^^^u^<f**^^>'í^ 
jr  €Sio  qO  pu9d<i.Jíaoepb'  lacbaAdo  floa.filiMitoj«^i4QO  iii4ní«7  ^ 
iar¡a<Se  ne«^ita  lieiispo¡  y  de^nichSQlotCiiaofbrQi'boiiii^mifaíi 
satisfecho  «va  neo«&idades.,nat<*ratesf  coAfulo.  hai!COf;Hbí«id«  «air» 
gGio«»  plaoer<«»i  /embodo  ha  dormidttí  yi.dasaaoiai^v'Ciiáada 
aieaCe  al  ^i<>e*cua»do.s«LAlQ(i4ftai«inptre'y.Wa  yiacopttoBdadarai 
e^p^ipimeaiaf^^t^  mc^l  ifuu^ort  ese  iisdio  q^i»  W:iai»liga  4  pwsfNi 
ana  f«K9uUadeb  intelecCmil«s  j  iDoralea  eii^acUti<M«  SíiÍ¥;ffian 
,nospfédiesm.^sp^rMnGHare$te  tedio ^  4(m^dMi»^ia\  hi  m^moM 
se  wlveri^^J^jti''^  *Ii^  b¡s%ar.ia  ««¡nfiriBiaí^i^tQ  miarM»  Loa 
prinieroa,|[^ririPnas/de  li^  emoct9)iqn|^  bUmapi^aai'dcisarra-t 
liaron  eo  aquellos  climas  felices,  que  sin  un  trabajo  impf#h0jU 
pj)^  ji^l  h^m^tl  )ef)f«pflmJto9^rM^M{AhHllKÍ4raifa^ 
f(it€9i.sñ{\^^y^%^^fip^MmlMíiTf^b^ y  tí$  par|iMÍ^ni» dea» 
Q^n^rfJ^fi^jtf  J^h^k^AtmfHff^  9PÍ^i^.bM^ivmar^.iiMÉM¡M 
miy^lp^  f  4%\  (U(,  ,asirw<mi^  A  44[»aff ariotf  «mftlvgfld^s,  do  trán 
))jÚ9s  ^e^QfHi^ímD^j.mt^olonoSf  <|Mf)  4f^wpfi&al|ii^ iMMítri^ 
i0j;iaafa^r«§debeo  4e8CMbr¡ittt^a|9sjÁinAPi)ia«itÍ|in|oaiiii  blaMH»* 
Ui^.pm^iaebo. encargado, jde  ui)  igc^  pailei  fi»w«»taMr^Mag«b 
.<ij¡si#ila*icald«i^»  y  qM.4m^al|a.éP«9rifti  f«i¿^AiifMi^fli^asiai<ki 

T%fiaf«  Owro   ««ArA9H>«'ff«l^%hKiíM<  ]es<?)««ip)%neira  f)iaavflfb!<ito 

torno»  diseuMaó  j^   m^^^f^^i^H^^  ^^^^ 

fL.tmM  U  hílHíd^  U.faUtosftvMqKiiWtife  AfkwnígiiUii&s 

Digitized  by  VjjOOQIC 


M  MAM»  '4xt 

\$¡B^^al^h^k:d^.i^,4ftm.  4»  iQaoií|K>  áfi  \m  mogaitM  rusos, 
han  hec)v(x.pr9gr6sa|.eR.:|osi '.oficios  y  pn  las  artes^ iiiecáiuc«t 
mucbps  4f  si^,s4e4rY4l^'lSn)p^;i|»Í9omde  laa  Ai9tiUaa  j  fia  laa 
lUJAa^  4I»  iE^isiQypa  j?.  Amérioa  o»  donde  los  operarios .  no ;  ^esoti^ 
bi;^o  'nad«« 

.  ,j  fi^f  ,he.nAio^.dttl«DÍdo  en  esl«4  tii«F4S  ob$^va<)iopa8»  |>oiN|«o 
ffl^qnfif  fierauadidíOs  4eU  inQoco^ia  «i^a  4^  liAipal^bras  pm 
d^fOxiiit^.  laffioiSiituGiodes  mas  6Ól^s  ^  ^  q|«ie  4sU  ^s  luu  dó  lat 
arjaj^s^fOia^  temibles  d^niil0stfAiié|KVBa-  *  ».. 
,  ^  CpApcida  1^  aigoíficacioa  de  la  palabra  e»  oueshoo ,  y  lo 
q}ie  pii^df  jf^^  de  odiosa ,  veamos^  %i|e.ynp(oiiv#ft.hay  para  Ha*-' 
Wi%t,9FHííP^  áM.li^.firopiet^ios,terri[iQría.l^»  y  para  aaegurar 
q^e  la  apcjo^piapioxi  de  las  tieraas  airu^a/^  tr^ibtijfldar  p4tfi^ 

_^¡,1ía,^e  dict)o^r^^Ml^  .poasiqo  (t,)  que.  ca#í  iQdPA  los  er-^ 
ir^i^^eo  ppIUv?a,,,^fi:^cfip^iDaÍ9,y  ;fea-adf9Ímsir:aQÍoiv  prQk00de« 
d^.flpe  199.  cflQíi^qeí»,  l)¿a^iw4iwdí>W.  de  4petf  íiM^s  so^liiai 
(ao  olvid^c^  este  pi^a^^^^ál ,  {W^ita  y  defectuosovjir  jiaii, 
^4i^f í^ÜPf  ^f^^  '^^\  ¿  4^ÍpQt^J|^o^  q^^  punga  ba  efsisAidoi. . ..;;  •  ^ 
-  >ií^.íl»ÁíW^«4^  '^^«?»*<^'?^^  TííduqidiiSjíípfOfí 

pwpjipJIMf^J/ís^aVi^l^^^^  sliim^núf^^v^v^  l^bjcia  iimis  .owpari 
^fopei^i^^,l^\^^i;toi^  la  población  4^  tal 

]^&  ,^j^jfa|e9,4(ircuA%H^cifi^4mbiera  11^  clase  que  partíc^-«;i 
i^^yy^^u/ia.caniidfid .considerable. de  la,.«ofecba^  &i|i  jprest^. 
ij^^i^iS!)  servicio  de,  nÍAgi^a  ^H¥^  >  esfa  dase  pieria  r^pi»-, 
V>flBiF^%  JW*9P  fiojfto ¡flíf ^dwcifva  y  ociosa, /rifljj^j  can^m^r^ 
VfJIffffh  FíWP  **  e!;^iel  pais  en  CMpatión  hubieraiotra^'  i^ecesijclan 
4?!»írt''lfeP'?^P^FW^*.^*^  i<Hporj^ptes  é  iodi^p^Sí^^ís.^íoinpf 
]^^dejfjsa(gp%  y  (f^)a';clafe  indicada pres^SjS  este  género  d^  ser- 
vicios ¿podría  decirse  que'^ra  ociosa? ^¿j(labria  moti^vo  fuixdaf^ 
Pl^r^^l^^^  f)>t^^eUaI^«x«$ra^¡0(i  púU^^j^^'fi'pdo  lo^qu^  podria 
^S^^,  W^fV^^  ui^,r^fnq.de.in4t|^tri^  IHT^ia  una  remu^ 
^fa/pi^iM  qqf».  ip^ria.  oqrre^pQodiá..  £s^.e^f^  fut^iado.  Sfria^ 
^,;p,.flUi5rjj  qs^firi^ra  da  BRa.  paifte  da  la.  rijquey^  í^pWv^íL 
Pfifp jjqaiéa  Rfldi^  \l||^FÍa,yoc¡p9a  j,  ^^gaovvíida?  ,  ,  ', 
^^,Pii^^ey^O)^.lo.,fu^p»&A.efiest^  mnodoposivi^q.  ^ues.qi^fi^ 

(i)    bomtatartótf  al'  tratada  «t  •cóoomía  poKttca  dt  7.  B!  Sayi   Óomettia- 

Digitized  by  VjOOQ IC 


4^^  .««mwjifrir' 

¿por  qué  btfya  nuich(M'pro)){%tarios  terfiforialesque  bo'eiHrl-^ 
ven  sus  tiemiá;  estin'íBMcaso  confrfen&áos,*  ni  por  hs' leyes' nri  ^r 
la  nafuriilejá'a  too  preitat  6irBi'(Auké'ée^t^\da¡f  á  \k  prospev 
TÍdod  pública  y  &).Esia'cIó?  ¿De  donde  Vieúd  iéstfl  'iirc«ipci-i>' 
dad  física ,  esta  privación  legal  ?  Que  ¿este  propietario  tei'M^ 
torial  no  puede  dtrígtrtinlBi  fábrica?  ¿No  po^d^  estar  al  fren^ 
tedp  un  esta;bl«timiéh%o  itaércantil?  ¿No  pu^e 'défettdef  1« 
independencia  y 'kíf^i(tad  de  su  pai^  á  lá  'cat)e2é  tfonn'i'é^' 
miento  ó  cpn  un  Tusil  en  las^fikt^  ¿No  ]mede  administrar  jús-^ 
líóia'en  nnr  tpíbirnai?  ¿Ño . ¡med ¿^ eHáeftat*  ert  una^citédi^?  ¿No 
putid^  I3ul({var4tf^  crienciéiá  y  adelániarlas;  y  foiñSüiát  pbr  est« 
niediq  éficat  la  riquln^aj^fiblica?  JNópúede  ótiu|taf'bn  fruésto 
M  loij  OuWnod  «olegisléyldVeffP^/Cbáhfírs  cósás  'tftiléij*  .Atf  pue* 
den  hacer  y  ao  han  becbo  y  ^atfertlós  pfppiétafridtftcrVHofiáles? 
¿^ué  der'^htí  hay  paráf  arrojat*  sttbHe  éfloi  gSh^tíBta  ile'idfa- 
ilitá?Si  jBÍ  ttótóánejar'por  sí  tnbfftrW-^ '  lijBflte*  de  prodnccídt{ 
<{tte  «se 'poseé  es  un  deliCo,  s?1^^üe1vii  fí^^béilén  sóñ' ociosos, 
¿pol-qu^no  se  ju^á  del  mismo  Itiód^^f  aiípiiáihíá  qW  prestí^ 
sus  fbndfds  á  k>s  particulares  y  á  I6s'^(ibiérnós,  y  fcdyo' trabaja 
se  redm^á  co^bfar  tósredito^,  y  ll^n^b{^jbfátiW  de  prtsdibs  ur- 
taños,  y  át- fabricante  'qcftf  latqVkrlan  sus  fcasás  'y^slir  talléi-es?  * 

•  Stíhiejanlesiñculpádioncsson  ylk  unVerdádlél^crátia'éiíii&nismo, 
Corrierroo  para  nb  volver  aquellos  tieorípos  en  q'ue  iitif&rro  pr6* 
pietarí os  territoriales^ pasaban  las  treguaren  tortieos y'an^biFfOÉ; 
esterminando/ 4  falta  de  mórós  ,  c/tiérTbs  y  jabaflíek.'OSíi^in'eroú 
también  aquéllos  otros,  mas  recientes,  ¿h'  qtre'Tti fitíhbs  dé  nués-^ 
tros  hidalgos ,  r%>deados  de  perros  y  galgos  hereHáQos;  {fii'sa1>afa 
la  vida  toma  [ido  el  sol  éti  los  puentes  y  éfí  la's  p1ázl6'''6é'Tófl( 
pueblos,  iffsuhando  <  Ibs  pecheros,  y  haciei^db  ^.atatdé' de  iina' 
ociosidad  vcrdaderamervie  impía.  i     •  •     >íí»-       /*  ' 

'  *  Esta  generación  no  eé' aquella  én  ntdgun  |HjN*td  dé'Eurdpá.' 
Eq  la  reunión  de  loi  estados  ^^enefáM'^qtiedd'  fa^dKd'á  de  ihtVer« 
te.'Eti  nuestra  España^ tlri^astirá  dna  vidá'|)é^osá^én'!él  reirtadtt^ 
deC-árIds  IV,  y  murió  al  tvueno  dfel  cañón  del'  á'de*'tnay6 
de  1808.  Todavía  esrá.fel  mundo  ádAih'Sfdi'  9é'lo.  qué  áucediá: 
ehtohces.  Lá  sangre' ¿(is  tantos  héroes  aiiti|ftfo^'qdé*^e  dréia  ex- 
tinguida ó  dejeperada ,  se  halló  ^^n  ^odta,^  si^  p,gr|^i(i  ea 
nuestros  propietarios   territoriaíes ;  y    abandonando   el*. he^*^ 


Digitized  by 


GooqIc 


¿tti' itotfiéitico,  ^  afcftia'  hmta'e«t6HÍM  ilb  babÍM  fierjlído 
dé^vWta;  «e  iirrbjatrókt  impávidos  ^brelaslÁibor tales  águitaáf<M 
Ntfpttidón  ;  tds'tná^  éotí  fusiles,  los' menos  coVí  'opadas,  y  ¡<]fciréií' 
l&*4reyeT^}  RWafizátdil  ettii  4«8  abueteñi  dé-SaguÁI6  y  d^  Nq^ 
miflichi,^  'y'  jpifeVéciérotí  á  mUla^s  en '  la  demanda,  y  b^rotf 
hmtmi4áwiitH^é  t4errai»'extraéaft,  y  estudiaron  y  a|irendi^ró^¿ 
y.iiduamto'svr  ber^lísimd  y^  dé'  so»  bernia  nos  *  desplt^ttiarón  at 
eSUf&^ifi}  r^M^^vCKT  al  ?  pftñ  ínfaiát ,  «fue  frdiarorf*  "cOiitpietaVinfente 
tMsU»*áa4o!ewló^fisfoo  yen  ro'oí&ftft,^y  eh  "va^ó  busearón  Ibt 
MÍi^ds''bálttBf léd  éé"  su-  ígfiréA^aolciA  y  de^^n^  pitefiá:  El  al»fiob' 
ké  hiÚaftfrrfl#trffA«r  alnhan  Y^¿tlé«|iél4rfik  >¥e«|i$ld«d'dé  %a^ 
bery  <d0>litiliajbp,  pári  v)¥4»  y  reeinrAaBár  l^if^Itírftl^aqti^'fes^ 
|»eM^t»t^l^idiei  j<>anái(t«ítf»sl-^Bfe  áfltea^W'^c^  iíibtimlM  "'^  ^^«>^' 
f!  t^ia»lo«'>i<Mi)«^%liH<M»»^ hKi'>y»i<ítfit>tf>é»  yfjtOWitf  ^tOr^^tiatf  . 

k'  !imden)(^itt'Ue  M^!M|i«éi)s%toj4Mt^^  sid<^4Py^(NÍ' 

dkl><:kfiipp  dr  Ala4ige^^eW:|6d'«toWM'^#taMbC#i^  ¿Lé  MiMd  él^ 
cooíl6k:i)ef>V<aiM*niietf  1fnfriM|i<^HM<imVf^  l«>f  stf 

No  es  masfundfaídd^el'^^áy^  dé^Üir'eÍ''defe<éblMl  éé^piforAeí^ 
dad  prévd  al  ^üh»jft>'éé  ia  fé^fH^fUiáikhklatt\\itmis{ttí  de 
los  «as'gmfea  fttaietf  q«é  ^  «1  j9^.  FfoHftfc  ^rtHlü-feti  lá^fíi^  * 
pia«ÍMi4folai|li4artHMl«?  *''^  •  ,  V  •  •  >^í>  rtf  í>[.  ....  í,  1.,:  •  .  ., 
LtjoArbir  kiog|MrldÍ>aftl  I  tin  esdrhor  tfrn  '^di^tlnguldliy^ci^ééí^ 

A  érdM  fialllrát!  'tlé-ifai»'  '^i&s'  •éí^é'é^e^^-^'  tés 'traMjÁló^W 
iaw»pane>enK:i»á  ^iJ^óSéthfrv  en  i^Müneiftidóii^i^ 
1IMV7  ^^  viuif tiJi^Miéfs^  ¥ftSfmfe ;  léyéri  dete^fflbl^P^dé'^IÚ 
ptt«dMí'balkif  ftfkcfyberi'lX  fhjtiétici^yea  fár  vit^ffeBeid;  l¿s  pVi^ 
fAn^xitílo'inl%  dadéWftUío-'te^-íbi+fesptíbde; '  ^ 'T  '*  .'^=  '  "  ^ ' 
'iPa4s>¿adtf  etf7MMÍn%^d¿¥9,*  Ora  W^éohsidei^  Ta  ttkésHóM  e^ 
genjsrál  «wa^lt^  eiiaMlttefÉóé^tíOhtVrfid^'bl  li^Attl'cjftíé^'Ms'S^u^.' 
-'  !Niltel«W))«M)Drt«  n^  |V¿f*tfifi^ín?fde'pdM  ifbW^i^r^llr  áé^ 
d««ttotido«jcástiicoii9etii»énéjasy  ihipt^^r  ^u  cdhéTéiléirAVó  I^Vttí^ 
yop  nélfl4«^iJ^^rsiM|is  {)^oy^W'^tá^  co(ésttón^^^ :  Tíia^'que  i'lbi^ 

Segunda  série.-^Touo  11.  54 

/Google 


Digitized  by  ^ 


4i(  •■  «sfftr^i 

trabajador,  eálá  sujeto. á;la^  mj^as  le^^i  f|ii^  9I  precio 4^<|<H> 
dasl^»  cosas ,  esto  #&«  i  |^;;^sQaie9  y  ¿  )atAMm»<A«qü^*  fil^jl^^ 
eS(incotnpai;aJ^l6meniii^  uaás  úUlqao  el  fWhi^  U^^^pmf^.-ki''^. 
mana  ,  y  sin  eoihargq  e^.^guaque  b«bpiiuMA|M^a9yiíciHh4iMrt 
cift„:y  ol  4^1  vino  ea  po^derabkw  Efttreloftr  vÍ9oa;líQf^,gMii|iMH 
^ps ,  los  qo!^  es0as?aa  v^Un  machía  luas  ^w  iot.4offii||lM:biqMf 
las  Merra4  dgn  «ni»ba».4aQp^..  JE^l  «¿lo:  pretí^jm^^iárl/lifeiitoii 
dujccion  >  y  f^uandOil^  fia(Ufo)^  lH^O|[MM:fi|bfll4^l1*f>¿r#l|^ilH 
Qr<9)«^l)io«  «¥A,  U9f  a.  haftta  «Ij^^i^mi^  en,  q  ia4  olipreaito^<teianofi  Im 

g^4M<fc^^d4:qtroi^.9fii(^l6áa*  Loa  pr^p$  k^éw.f  y  U»^toñsí»ímti 
dores  en  gaf^er^l.  gafMfiii»>Bs  mayof  .^l{iMS^Braid^  iMjqUfe^eeM^ 

fuMMri^eaa,  9^  ,^9^fiim,^),4if  «iw»l%4(e!^  «(^¡«¡Uwi^i  <ío«|j»Mhmh 
4j9..^a^^¡9t^ofi.l#<f9ni9ll  prÍYJl^iad^  «ptpQf^ 
4a,ilH9si  te|;r^aqfit^^iM](^(|jMl|^)r0,4^ 
^ramiNiM  iepett4i<4¡KÍl^ll>IMWiffi^.  W^^'lf^»^^  yfdcJjniU* 

qnero.y.  ii^edÍ99!  d^^  (MRSm^^fijM  ;MpitaOíiÍWu»«)|i|itíaíiíoo» 
Por  esta  raeoQ  las  especerías  de  las  MotlM$htk)iaM(il|n«pfCftio 
altA...y<pür  J<?(|iw*fpo  »l4íy^  mtiejiftiJo*  biiilláotes...f:i\.^  iX 
..r^  Íp»  salarios^  ckU  feqAftiKai^jKQ^  d4  Uia^^vjorpMJMMi  bU 
gu/eti,4exaci#i|9eMf^  .ia  /i^íM^  reg|a.:Ac«aQ.  oetamt^.yfttQieaos  dé 
un  pinlOT  que  de  un  cocinero  ,  y  sin  eq||i»fff|»t l§t  t-eito inaét a/^ 
^9¥i  ^^f  IWNI^W^ies  muy  oifiperH^r  é  kiiid4^iMg|i«do(f.Ctfiqoé 
9ffí^htprli^n:qm,^  niímf^tA^  pi/pilHiesüiff^  mmnaír^  i^0 éUdm 
^fpí^rqiHr'¿Y.9ít  qju¿f«wj(|i«  q»^  ql.>iúytoerfe-táei..|)ia«nii4» 
«0^oi;iW>9(f'li^if¥><?Í9^«^?)  .E«fqii0.el.(pteti9|r;  :nfc«aiitf;«M 
Íff«U*ufícío|»,y,ii|aa,99s|os pfira  ^im^f  $a  p«9fieiílÍ9fiif|!irt  wiÍimk 
ro  de^ps  qumtMed^f  g^s|i|f;  tift^p^  y!dÍ9^)i;«  fiüllc4acftbÍMi 
es  menor.  En  que  se  pec^^  i^aj^q^M^I^Á  x.){  elip4éifth>'db 
loa  que  tleqeof  Q^}oj  lalef^q.^  tW^bím  Pieiaí»DHY.9fia»^ttilí- 
dad,d^l  fíp^9i^  ^  '^^'^  ii^í  PU  mI«<»M>  «sa^wMM^rdrtfeaiiM»^  ti  <IP^ 
9aá  ^fi]^,,m»  ;comp^t*|d^,.<^li|fTf)OH^  ^^m^fAtkitmm'nffre- 
C990C9e^^a¡Jbi|9^.qw^,la  /i^^^f^py  l^.sTJjf^^a.  dli;fl<i^<Cfloi|MMi^ 
4pfeiu  Esto  p^pUc4i  Ku^iujTfiline^tf.^ppffqAf^'a^^ 
ros  lo^  talaríoa  *eaoief,lafl  pcolesMtKmi'jr^poiklM 
ñas  alcansan  á  la  precisa  subaisCeocta  del  irabajadon  U^f.iiMhf 


Digitized  by 


Google 


gttflos^.iós  madipos^  M  músicos  ^y  Icfe  Avriitftí ,  j  e»;{;MMli| 
tOiÍMiIas.po£BÍwtieft^u9  «iijéa  "estudios  y  anlicíiMeíoAM^',  i*b^ 
'  bé«  jrfn-  Tf eotópeáMi  piÍBfioneídiMd»*  ¿  estos  saériflcH)»'^  qué  «le^ 
oéñurwteiehtelitiitiiQisii  ÁiMetli.^Pérb'U  rMDtiiterdcbi»'de1o|» 
alHigiidob ,  médicos ^joid^icpa  yi»riisé«s: einimri>t«8^ d^é-eqveHc^ 
á  qádeDeeiU  ntvi u r»ié»!4ia  oo»ctd Mo^«)<iné««op«)Hó<de'  los  gj<afnn 
des  iftlcttJMa -y  de  uiu '^babiinUd  epLtrsMyrtlfiism/es  4ftmeiisfií/ 
porquiasm  lAiidí>ian'JMi^BienSflheiite>c|icasas>eíBrtas'cfrci^ 
^'u  f^oc)  elí  eodtmrkilia  remúaiemóíám  dei««fiieIlosi  lén^ícfifos 
4|tieribdfls  (MMdeniprwtacvprque  iiaviájen  esHidióspréticIs  aI 
f«slos  BGÍ  tttieatosf^pecK|lat;']iara*los  que  tnista  el  senttde  éd^ 
inüín  7  la  ^fuerza  r«[|«lB6uIary  ha  dif  beif  i^ec^sliri^ineftie  '  nAt^ 
qiMMal^  M  HJdispeaahble  .-pata .  mir;,  9Íg^ik  ' Jas'  ntoésldadéf  i» 
kiadtfeoibit0s:ccliitttt8»jyi>laa  aoslf^intlraB^'i^e'eA  dbiaiW  raiuhalid» 
^aüJetaniáicBias4iWisi(ladn'/'fttt-<fue  Unai^dakiea  iiéoé«e¿i^ 
|KB inaafoéria^iyafcaAníJfMsv*^^  de  itt^pfikiAsMiD 

(:•>  ¡  Abitmias  ilr¡siadeB.'iiidéfaeto«éittdpsítdemoaaihiq«'a^|^l^ 
on«lcfieiiTeatJd«d  ^<k«f<»é/db#a)f¿f^iVdykj4e  qi»^  aoaitbabla  eb 
Sr.  Florez  Estrada.  Este  escálenle  espaaol  se  lamenta,  corao'iósd 
Ummk&'ji^yi've  ládénfaiB^lédas.  ioa'abdtoie»  de  la  ti«MÉ¿n¡- 
dadt  dftUái  tffis*é^iuerte>de  iat  clabw^tnibájbdarasf,  yi  laspé^alaien^/ 
te.dé.i«ls4leskMiadaaii  prafMf:ynofdrnos.ouestteí^aUi]>éniO'odñ  ék 
sudor  de  su  freaie.  ¿Peroqué  barejnos  coo  larfacsi»abnos.íi  ¿Qué 
umüd^a  píélhf»  *iidp|iiarar?;>fTodaa,seviáBa'tnmetas,  pasajeras. 
Ána««ki!.faaq  eft^onliriinmvcé  ^éilá  aaiiiiiáleasr)  ofÑoniéndote  á 
iMfeKltajilí|itiao^LMO0q«wd«s<iriiiiaAiiiuiih  «nub  t# 

senAn^telft  ji{Mirn4Ía;,ei.4aiilifio .de  Jas  olasesiSriUis jadióme  sd 
Oftti;^pUbbp.lib«i«daiftu^»rtt<ift«ÍN^^csnBfTUdo ,  y  aliflo  MooobMMf 
liM^ofejffif  nE>i«AlUr^6iwim  Jitfmli/i^  .•  ms7 

-  tjilMrifaéiíaaLf gdfulcv^iH»»  .fluif' •üfeittt  d«  oemipreAétr ,  ^yj 
eo  los  paises  en  que  no  se  respeta  larfkbapicdad^'feprfibrAiI,  y> 
eii:.faa  }^rí<wmaarwaiiiw  •!  oéUifvb  es  jbuppi^éeio  y'4tín^do 
«Ma  fiíoílttsu^ma^'  ito^t-padres/lMv^naenaifi  •  é^ldssbitjbs  ,o¿  pob 
m^  d«QtiMJi«.UiioÍ  Jac^ffpteiidcáf'sitt^etkkd  diirquesi^ 
4r^fcM  lfé:éiiseitfii^Il^ait>id«riéni{HBrñarka»aoiat^^iieQk  «a«* 
Miy''/qmafiaiis6ttbif4r>^di  aaaiákki|HMbiaA!ailii|PiaNe'pai^ 
MMealiaat  Jo^fobaalof  «^liadw  defttO/ijsrriUpsldew^Bi^t 


Digitized  by 


Google 


4^6  .^msriSTA  r   . 

4^rat)aj^qii6  la  iqdustriade  un  país  fuédeaupérior  alnúiDMO 
de  trabajadores.  De  esle  modo  la:bal9nfta  se  iacltnaria  á  favor 
de  estos  desgraciados.  Asi  sutede;  en  lodos  loa'pmes,  ciifjna  ri^ 
quieza  ea  progresiva.  En  loff£siados*Uoídor  del  ü.  de  Améri- 
ca y  eo.  al^upos  otros  pabés  de  aquel  conlinenie  y,  del  ami-* 
gu<o,:  los  salarios  ¡aoo  alfós»  y  la  suerte  de  los  trabajadores  may 
llevadera.  Ea  la&  naciones  que  gof^n  de  Moa  riqaeaaiianligii», 
|ieiro  cuya)  indjuatría  se  puiedo'deeir  rqtiic.ea  eoiaeionaría,  ei| 
doii^de  la  población  sé  ka  íni velado  ya  á  lee  medios  de  ocupar* 
ln,  los  «alarios  son  cortos,  y  auo  ea  loa  iíein)p#s'  oftdinarids  es«« 
t¿a  aujetos  los  operarios  ¿  seosibles.  priTacioiuss.  En  este  caso 
se.  baila. ia  loglalerra^  l0;;ilolanda  ;  la  Ckioa  .y  otoás  nácioBes^ 
^il  qtfe  el  lujo  y  la  opukncia  'tDarcbaii  á  k.par  4e  lal  desMif 
áéz  ^,de.  U  hliseria»  Per<>'flft  gran  ealamíded  para  las  ciases 
trab^dorás,.  Ubora  >de  los  horroussiy  deLesterminio  llega-^ 
ciiajAdlo  «por  causas- no  fáciles cla.eirílari^  jusiá»  nación  decae  de  sssi 
i|Qt¡giia  opulencia». :ea  donde^^la . ppoducoíoni disminuye  /  en 
donde  n'na  considerable.  pártO' d»,  la »pobkbcion  queda  sintra-* 

,1  Albora  bien  :  ¿ouál  de  éstaátareaidíasintás  sitva/^aones  pne-^ 
de  oohstderarse  coesó  la'normalvcaiáaimas  anééaga'' ¿  laé  ne^ 
ces¡dad<9S  de  lá  industria  y  alpirbg9e)M>igf  bieobsinv-delas-cla^' 
éesí.  Ira  bajadoras?  .1  .ii;>    il  'ímj.o-m'-I;,  .  ¡n.w  *  -    .    • 

K)cabroso.e»!el  eanínnqttetiébe^qiweapdsNr  'qiJÍM  se  ofett^ 
pa  delmated^e  eceniámicaa.  CüandoKrree  mbrebar  per:uná'seni« 
da  Uanai  y  deoeoba^^  (tropiena  de ^ repente .^oo»  .MS'i^ibssidiiko 
Acometerlo V  cuando  no  es  •pfwíso'>,  i^'  «aa^galdd^f^tni^ 
Mudenoia.  En!.  masoUé  ,vna^  ocbsíootqe  -faabría  He^do<^  I» 
verdad  que  se.  ttegéav^st'«se^Jlubiesen^^ev¡tlfd«iolt!BsliC|aeS'iaB•' 
{¥>r(ati^aeí,  peco  no  aüsolfatfm«Dt•«Kceaiuria8;;))avtnlftirasdlu- 
oioo!díe  la  •qne^ae.  ventila/  i<>  •<-   I  «v. '.;i!  -•  i     •:  í   -j.:.t^k'*" 

Deciinos  esi<^iippnqtte  ini«61onlariaQsattv<condoot^o»:pov» 
el  bilo. -dejeslás.  lijaras  obsctfvacioonss  'benaoa  'Uagadó^á  ana» 
cuestión»  resuelta!  ca'riifienqdo  deipfca8>iiÍoa^:oodkM>iu»ii  prio-^ 
cípíoi  indudable,*  ^eomo  una:  tkilioaifültginna.  fEk<{iifnoipi¿ 
que  detern^itte*  la  mélt^i^éiaai  de  Qk  espdbie<ihonaMiaj>  éstinaé 
efioaairqnftisl  [Wtnccpiofqn6  deáasMltf  y^nmlií^ida  it$^imtímp^ 
sdsilfaieaelbonilifb  hafMpaaterípara,lásaiiitfadciofe'dc$Mi»Ae- 


Digitized  by 


Google 


CteiiUdes.  n^oorále» y  fiíOrítios?   ¿  B¿  lá  ftiha  de  s\)fcbíMlbhcí«  la 
qae  limita^  ^iM-prog^déb^' do  la  ^pecie  hutüanáP^     '  ''^'  ;  < 

No  66  mÍF  áai'mb  r^M^ter  en  estíe  ihpmentb^áfn- gfavé.  pro-^ 
Meoio^  Basta  |ilafAt)9»rli)  |>«í*a'el  ri(i'Cfu«irié'jirof»Of<goi«Bi*eves«Ín- 
dicacioiL^s  6eráo'6«r6eieiit«s  p^ra  conocer  cuat<és  lá  rebontpiíu^a 
fi|«e  el  órdeainatural  daiaá'  cosali  concede  i  \»9  tiiMe&  tfa4)aja-- 
deraa^.quaiev  míi{)rc)¡pósU»4r'  i  •    ' 

'  tEl  ttiudio  d«  k'IZknDtngja -y  de  la  fttMátficá  fies  revela  )éé 
▼ariadm  y>pTedfgtbsiM>biaé¡e6dé'€{ueie  váW)^:  na  té  raleza.  pa4 
Fa  le  een&«rvaeion>  dé^  Iios'aéres't>rgáé'k<^i)'£)i»)a8  general  y 
adknirarblfi  eé  el-rfe  lia  ttirfieftMifiiiioriisíon'>¿)ér«  l6^  gérmenes  ^*  dé 
ipodoy  quesia  la  faj^á  d%  aUtteeitee-y  ot^asdlfidultade^s  (jhe  se 
oponeo-á  su:.geriWHfQCÍoii  y=4e«ait|'^*©  •  lina  splW  |4awa,' y  wní 
f»ar  Ae'afíiiniaies'^:  baslavial»  para  qnbrir  de  verdura  jr<  «poblad 
lá  tierra- >enfifátty*'pQcoe-aJ&os¿  Etifa  eircvinstanria' es  común  á 
)a.esf>e4;¡e'fatfmaaa;D noque  ño  tan  e6c£íE  confio  en  otr^s  mú* 
cbas 'alases  de  animales.  «Si  jal' liombre^  no  faltaban  los  récor* 
sos,  di<;e  M.  Maltbns,  la  posteridad  que  hubiera  podido  tía— 
eer  de  un  solo  aotriaicmio  df^de  fa  Vemda  de  Jesucristo,  hu- 
biera bastado  no  solamente  para  cubrir  tedíala  tierra;  de  ma'^ 
nera  que  ocupasen  euatto  personas  eada  vara  > cfuadraida ,  siuO 
par»  poblar  en.  los  misinos  términos  todos  li>s  plañeras  de  fiüeft^ 
tro  sistema  solar  ,  y  ademas  'todos  los  que  jimsen  'al  dél'redor 
dej  todas  ¿as  estrellas  que  vemos,  en  suposición  de  que  ^ad$ 
una  de;ellao  fuese  ua  sol,  coo  tamos  planetas' como  girati'  al 
derredor  del  quejaos  alumbra.  Esta  aserción  ét  U4i  problema 
^matemático  ,  coya  resolución  está. al  alcance' 4e  los  qife  t^iíié^ 
rao  tomarse  el  trabaKJo  de eomproba rio».  <    :     i 

'  Estbs  son  los  medios.  ¿  Y  el  estímulo?  Un  apetito «vi^A^ 
lo  ¿irresistible,  una  pasión  ¡nooropreuaible  qoe  trastorna  nivela 
íira  mente:  el  amor.  ^    .        .    •         .  •  :  :  '*'^ 

« ^  Por  otra  parle,  los^  anímales  y  >  vegetales  q  oe  el  •  hon|bre'  em^ 
piea  en  le  saiisfaceien  de  sus 'necesidades  se  muÜipliean  con 
mas  rapidea.'  El  .carnero  ylá  vaca  duplican  en  onatro  aiioa ,  y 
laa  f»erdieeif«  loi  pichonesy  los  conejos  cen  tupi  icen  en'el  tkmpó 
qweelnplea' uva' Emilia  en  la  crianza  de  i»n  bijb.  Un  grano,  de 
trigo  viielve  veinte  eü  i  él  'i>rimer  año.  Elsfiéoz  «^  repaoclooé 
e«fKre  vetea  «fc  aííe>'en^lgmiebdáfiaefelisési  El  icnieno-que 


Digitized  by 


Google      . 


4^8  AlIVltf  A     . 

ífixx^bra^4f^:á$'irigQ^  aliniefitd  dos  pen^oi^^seo  Buropa,  iiiméñ^ 
ta  cincuenta  en  U  Zona  Tórrida ,  cuando  se  fliembra  de  bañe* 
iE^««,  y  1^  ^s.  fi^enor  la  prodijíosa  fecundidad  de  la  parata,  del 
lu^i^ft  de  layuca,  del  azúcar  y  de.  loa  altoientos  mas  propioe 
al  gttslo  y  á  la  oodatitucion  de  la  especie  humaira. 

•  Pues  biei^;  eatos  hrdtos  son  ciertos «  y  istn- embargo  la  ma^ 
yor  parte /del  globo  está  sin  cultivar^  y  laf  desea  irabajadorab 
9r.f2^|t(ao.  us^a.vi^tt.oHeieMlibte,  soppr^an' los.  mas  duro»  traba- 
jos«  y  v>^B  frecueptemeiite  víctimas  ilel  hambreí  ¿£o  qMaoa«» 
Vste  ei»to  í  ¿Cori^ístir4eQi  la  est^ilidad.  de.  las  tierras  aba»do*« 
nadas?  No  oieAMatueate,  Las-  tierras  sin  cultivar,  son  ^tíkmík^ 
nia&.férUle&  del  mundo»  ¿Goosistirá  en  las  malas 'inuktidhaea 
y  en  las  o^ajUs.l^ye»?  En  o^ucbas  fvit^tes  eseata  unacansa-^mi^ 
pricicipal.  jGposisiirá  en.  que  la  uaioralesa  bumana  en  el  ór«* 
$l(;o  moral  no  es  sus^iible  de  tanta  perfeccien  comoae  le 
^atribuya,  y  que  en  general  el  influjo  de  las  [Wibnes  y  del 
error  e^ssuperior  al  indujo  de  Ib  prudencia  y  de  la  razón?  Tam** 
bien  puede  ser.  .  ^ 

Esi^  es  la  verdadera  cuestión  social,  cuesliou  inmensa  qisa 
acaso  las  abraza  Iqdas  ,  y  que  afortunadamente  solo  tenemos 
n^estdad  de  examioar  por  una  de  sus  faaea,  cenocida  ya^  muí-* 
que  muy  Importante.  El  inmortal  autor  del  ensayo  de  la  po^ 
blaoipn>t  reveló  una  ley  de  la  naturaleza  eiérta  ¿indispiilableí 
pero  en  el  modo  de  esplicarla,  en  las  consecueooias  de  ella 
deduebda»  se  han  olvidado  oíros  principios  no  menos  evideoieSé 
En  el  órdeMKkfisico,  estas  consecuencias  babriai»  sidoesaetas^  s«a 
resulladi^  infalibles. 

Pero  para  calcular  la  fuerza  de  nn  agente ,  es  indis|ieo«* 
sabie> /calcular  ral  mismo  tiempo  la  fuéraa  de  loa  obsiicu- 
los;  obstáculos  que  mu^bas  vecea  no  proceden  de  o n  mismo 
oríjen  ,  \yero  que  no  por  esto  son  menos  eficaceai  Los  que  han 
creido  que  la  es|)ecie  humana  en  su  raproduc€ion<jno  podia 
resistiese. á  U'  influencia  del  firinc^pio^  mat^ial  inditado  ptor 
M<<Uhnsi, .  ban  olvidadq  las. muchas  causas  inoralra  qoe^a  1h- 
mítatt,  y  baa  dado  margen  á  que«  con  la  historia  y  los  hechos 
a»  hayaeolocado  este  aistema  ea  el  número  de  m^ueliai  :leQf)kt 
la«iUMSea  qneibilumbran  mas.  que  ílualran* 
^.Sadesmtiendea  lan.^n)ndeesl«  mQKl#diis<mrra«t  de.qsa 


Digitized  by 


Google 


Vi. la .^roviflfittiabf  Heebo  al  lK>qibr«  |iar^i<$í(M».(Ii9^U»'4iiUUjrik 
<l|^l{im<^ri4tí  ]ha(<XMN3^ido^Í  ffiUlMt  li#pipa^ik  fee^$sp  (k>de-r 
ro^o.  en  s4j.ra«Pf».pr6iíÍMffa«  y  eti.^l  .oariMi  a^d^fircejad^oeia 
^ira-rli&ii&L^fii  al'ddiQÍoÍQ.d;tie^a  pwbii :  pl^^id^pqu^  «Mft  «^«ft^ 
ii|0)ikf^inií>«rQ  fiMKi  CQfvj»iito  flMko'y  ttoral,..yx|p6(ift¡ioi€  ]¥)|( 
^oftsiecuQocia  néjce&ldades  bojo  acnbos  relp^eii>>!^  qv«.<l  jlod^ili 
de  láti  qtpa^ídad^'-tiloffaifet  vq(q!^  eo  ouMbaa^f^^ioci^lmigrÁ- 
tos  de  la  naturaleza  ,  y  habla  á  cierlaa  clases  cop  jtiaafiíopef- 
rk»  qqf^  el  liainhrQ;  qae  esta  e»  la  pr.tfiei[>al  oau^cjueLtinlipide 
la  ve|irodti;CQfOA  id»  laa  fateilias  «¡puk^lAa^  ^Fqvkf  él  wgíwlikf 
jM  brilW  rque  beríedarQ«í)de;4u»  m^ff^nmum  f^iñ  ^ht  «i»a 
«eoi^^id^>i:  €|ue.  9ft!oriBeti.ioh)igi4o&á  fti^Mii^iiir  ehi^bf neticia  « 
smdeaceAditf filas.  IJ^^'^'Í^  •'^(^^'^^•^^^^  ^^^"^^^  y* 

no* hay  sacN&cio.qiM  no  esl¿a  dbi)p4ft(9^  .áibiM:«f.{)ar»4^Uarlá* 
ElkgraKhle  picqí)¡^iorÍQ.  r8ra'>e^sé  ideeíde  áqi^  ¿«na  bíjoa  seiful 
arrendatarios.  Estoé  |X>r  su  parte  se  resisteo  á  que  los  suyos 
sean  jornateros.  El'  comerciante  en  grande  no  quiere  que  ios 
suyos  Scfin  mercaderes;  li i  el  fabricante  que  trabíljeri  mecijni- 
^Qiente.  Lejos  de  aumentarse  ia  pobIacion..({fs,Í39,[.9las^f  rjcfis, 
m  vea  desaparecer  oiucliaé  familias  que  las  <siiM»(>aafin. 
"  Pero  las  clases  irabajadoras  no  se'  bailan^ e»  este  ea«a  No 
conocen  el  orgullo,  ni  eniíenden  de  genealogía^  ,  iií  cbnocen 
en  rigor  otras  necesidades  qt^e  las  físicas.  Acostíimbra,d^s  á  no 
tener  mas^qqe  lo  prstcíso,  no  deseau  para  svk  desceudvticia  otra 
condición  mejor.  P§ra  ellas'DO  hay  piro  porvenir  que  ei'sospi- 
rádo  sábado.  Sienten  demasiado  ía  necesidad  del  dia,  para  que 
se  ocupen  en  la  que  pueden  sufrir  en  tiempo  rendólo  su  mujer 
y  sus  hijos. 

Con  razón,. pues»  soban  llanoado. estas  clases  (iroletarias. 
lias  lenguas  inodecuas  ban  reconocido  la  razón  eoo.'que  los 
r«maAQS.)as>  consideraron'  emioeñtémenie. eficaces  v'  vd ^ro^ 
fém  gekei^ándaln.  Ya  h\%XQT\¡i  y  la  ésládísMcas  confirman  tam«* 
ffien  Fa  misma  verdad.  £s  indudable  que  cuando,  no  fi|)tAO  1q# 
jneQMrsos»,4  peaarde  )a  mortandad  da ..  la  infansia,  y  de  la  líii«- 
salubridad  de  loa' climas,  éoplíea  la  población  de  aSen  aS 
anoir(i\  y  áun^l  térniino  medio  de  Ía  de  los  Bsiados-Uhidoa. 

*'-  (ff  Eíftbt  ¿llcul<»á  íJtt'áiVlle^ét  píi^li  coman  iobVe'U(outf^^ 
Mtaís»  I  na  «ütiiosteii  d#  psbftt  j  ríeei.  PWa  lo*  titadot  púrsíaÍM  mVíIm 


Digitized  by 


Google 


(4^  »A¥JBTA. 

4e^«*«f'efttdbI«chpÍ6iilo  de  loé-inglesea- 0I|)  tqtfél  póls  basta  el 
año<d)e  rSob,  t)rti4ae6*dobl«4a  la  poblactt^n  en^^poco  maa-de 
&oañoa.  Price  asegura  que  en  las  provkveiaa  internas  de  tos  mts** 
mtis  «st^dos,  ^n-  quétáesclusiva  ocupación  de  los  trabajadores  es 
Jttagrkuharaj.yeoque  Doabtmdan  loe  vicios  j  las  enfermedaí'** 
it)í  de  las  ciudades  i  dobla  en- 1 5  afios,  y  Sir  W.  ^eity  opina 
qae  pueden  renoirse  tan  ventajosas  circunstancias  que  duplique 
-lo  afios(i);  '/    .       .    . 

.  De  tan, poca  importancia  son  los  obticulos  morales  querer 
primen  e\  natural  insiinlü^i^e  las  clases  trabajadoras  á  su  re^ 
pfCkludCToo*  Siu>soei(fe  por  >booseóutnGÍa'tia  de  6pr  miserable^ 
Son  un'proiÉucto'q^iie  ií^l  orden. natural  lie' laa  cosas  présetitaeit 
el  micnrcado  con^escesi^aabondaocia.  Su  preeio  «debe  ser  knefr* 
qúi»b  por- necesidad, 'j' el  preéio*  de-Ios  servicios  que  prestan 
los' jornaleros  ee  su  salaria  Las  circunstancias  qiMilos  favores 

doi  ver^laUcii  ínporlan4es.  PrUnerf  :  qpe  et  DÚmerp  de  it»c¡mi«rithi  «n  lái  elo- 
tes pobres,  j  con  eapecialidad  en  la»  del  campo,  es  niajor  que  en  las  iH* 
tes  «coinodadat.  V  seguilda,  que^el  número  de  Tos  que  IJegan  á  Ja  edad  déla 
pubertad  eo  éiíat  áltíiüas  ,  es  fclatWéttienre  mayor  ^ot  el'dé!a«.|rrtfiieras.Eittf 
resallado  es  moj  jftai^iu^l.  Los  hijos  de  los  pobres  te  miicren  vte  mitena  ;  etW 
es  ,  por  coosecueocia  dej  mal  aiinicfiio  de  süs^aa^d.r^s  ^  P^i*  f*^**  ^^  abrigo  en 
un  invierno  crudo  ,  por  un  sarampión  mal  curado  ,  j  por  otras  mil  cauMS  )i¿* 
[as    tudas  de  la  indigencia  ,   que   es    ía  pesie  de  la  infancia. 

j[l)     R'e^ulia  del  censo  de  Nueva  fispafta  ^.  formado  de  drdcn  del  %Jrey',  coa- 
dé  de  fR4«(Utf^'édó,  qvMek  amoeMo-dela  féUlaetoa  ¿p  Vquel  j^ars  ed  losdíet 
»^$«orrídos.iVasde  I793á    ib^^,  fué  el aifuierifc*  »      't 
f».    ,  ,  ,» ,T:aGu|ínajuatp,  Ao  raaoftdf .  1  4  .1  y  Huevrdécíitooti.,    I,       'i 

Eq  Queretaro.  .  ,  .  .  •  •  •  .1  1   í  id.  .,  . 

En  Cofímaja i   i  í. 

En  Iguala.  .  .  .  .  ^  .  •   .  .  .  1  i(  1  j  cuatro  décimos. 

E^  Panucó.;  ;  .  .  .  .  .  ,  ;!  á  I  y  dos  d^imoil 
,  £1  fiéomino  media  se  calculd  en  tcido  el  reinoréri  dichos  die«  aitot,"en  fa- 
jion  de  J,f  ig  j  sesenta  y  cíaeá.céoiífqosi  lo  eaai . equivale  áidem  ,  písala  p»«- 
blación  se  du^licd  en  el  periodo  de  quince  n^tns  ^  cinco  mes<es,|ir4fimanie|^l|^ 
lisie  resultado 'és  admirable^  y  el  pa^ci/ii  de  Cotinia^a  superior  i  todo  lo7q«ei^ 
nos  ha' mhb'de'fós' Estados- Un)dós/ y  de'los '«itrospáuis  en  que'inas  rápt^ 
4t«iVeiile)Si  auiQentH  ia  población!,  y  «I  ün)d^'e|eAi)pM^dfr  q'e4  ¿iiertrSt  noiC^ 
.t\*  ftofi ,-que. paeda  conJt»fobs r^j  la  o^\mo^  áp -W .  Jpatt jf<  '    -^U    ' •  k L :  . .  I  ' '  . 

Kn  «^distrito  que  comprenden  |as  villas  de  DuloKe»,,  1^.  ^F|ulgepc¡ó  /  ^,  Fe^ 
lipeKeri,  que  son  unas  colonias  del  siglo  pasado,  establecidas  á  censo  tn'fiteé- 

Digitized  by  VjjOOQIC 


VÉ  MABRtlI.  43  f 

teú  son  polr  prectsióii  pasajeras.  Mas  tarde  6  mas  temprano  lle- 
ga esta  sítnaciofi  necesaria  é  inevitable.       ' 

Cuando  ia  naturaleza  ofrece  tan  poCos  reenrsos  para  evitar 
semejante  calamidad,  ¿qoé  poclrá  hacer  lá  lejiélacíon?  Hom- 
bres* filantrópicos  ,  no  menos  que  el  señor  Flores  Estrada ,  se 
bísn  ocupado  de  esta  materia.  ¿Y  que  ban  discurrido t  iQué 
han  propoesto!^  Medios  restrictivos  tan  erueles  como  el  mismo 
mal  que  se  proponian  remediar.  Se  ha  pensado  en  impedir  el 
matrimonio  de  los  jornaleros,  como  sí  esta  privación,  que  vo«- 
luotariamente  se  imponen  los- ricos  en  las  ciudades  populosas* 
doodo  tato  fácil  es  satisfacer  las  pistones ,  fuese  soportable  al 
pobre' iqde  vive  acaso  en  un  desierto,  y  que  no  tiene  otros  me^ 
dios  que  los  absolutamente  indispensables  para  arrastrar  una 
Tida  llena  de  amargura  ,^ni  otra  eqieranza  que  su  novia.  Pri*^ 
var  á  les  clases  trabajadoras  de  las  delicias  de  la  sociedad  con-* 
yugal ,  es  una  idea  terrible ,  capaz  de  agotar  el  único  alicien^ 
le  que  lea  hace  soportable  el  trabajo ;  y  aun  la  vida. 

Tal  es  td  recompensa  deUda  que  el  orden  natural  de  las 
Cosaft  concede  á  las  clases  trabajadoras. 

Y  cabalmente  el  único  medio  eficaz  que  puede  duldficar 
por  muchos  años  su  suerte,  es  el  que  intenta  destruir  el  seBór 
Floree  Estrada.  Porque  ¿cuándo  hay  esperanza  de  que  sea 
mayor  la  recompensa  del  trabajador  t  Es  evidente  que  es*^ 
tó  sucede  cuando  hay  mas  medios  de  proporcionarle  tra-^ 
bajo ,  y  coando  este  trabajo  es  mas  seguro.  Pues  precisa'-' 
meüte  no  hay  institución  alguna  que  pueda  suplir  en  es^ 
la  pa^te  á  la  propiedad  territorial.  Ella  es  el  único  orfjen 
de  las  grandes  mejoras  en  la  agricultura :  la  que  por  conse- 
cuencia obliga  á  la  tierra  á  producir  cantidad  inmensa  de 
frutos,  y  la  que  para  ello  ocupa  mayor  número  de  jornaleros. 
Sin  el  desagüe  de  las  lagunas,  siu^la  construcción  de  acequias^ 
canales  I  diques  y  malecones  ^  sin  la  plantación  de  ¡¿finitas 
clases  de  árboles  y  arbustos;  sin  el  cultivo  de  multitud  de  se- 
millas y  legumbres  que  e:fetjeh  riegos  periódicos  y  Vítt  trabajo 
«amerado  y  no  anterrompido ;  sin  los  prados  artificiales;  sin  Ik 
alternativa' de  las  cosechas;  sin  la  inmensa  cantidad  dé  abonos 
t|«ieeste  s&tema  reclama  ,  ¿qué  tierras  se  cuhivaTÍab?Yestaa 
lierras  ¿qué  produciriau?  ¿Qué  población  necesitarían  para 
Segunda  serieé-^ToHO  Ih  55 

/Google 


Digitized  by  ^ 


43ft*  invista 

ftu  eaUiyo?.¿£a  cuániot  áw  ¿el  ano  hallairiaa'  J09  trabajado*' 
res  ocupación?  A  estas  preguóts^».  res{)ODde  la  IkUtam  de  la 
i^icuUura  de  ü^á^  los  tiempos  y  nacío0e8.  Aun  en  nues- 
tros diáis  puede  vefse  cu^l:  ^s  el  estado  de  la  ^loblapion  en 
los  países "^a  qutipo  se  rc^|)eu  la  propiedad  territorial ^.cua--: 
lesquiera^que  soab^la  feracidad  de  las  tierras,  ta  beskignidad 
del  clima  j  los  .beileGaios  que  debail  á  la  Providencia. 

•      IV.      •      ^     -  ... 

¿Y  ouáles  son  las  medidas  que  para  mejorar  la  siaert«  de 
las  clases  trabajadoras  propone  el  Sr.  Florez  Estrada  ?  j^ne 'eií 
estaco  sea  el  único  propietario  del  dominio  directo  de  la  tier^ 
ra\  que  una  lejr  declare  que  tiene  derecho  de  tanteo  en  la  com^ 
pra  de  todas  las  tierras  que  los  propietarios  quieran  enaj^ar^ 
jr  que  se  conceda  una  suma  determinada  con  el  objeto  dé  que 
el  Gobierno  la  emplee  <inualmente  en  comprar  bienes  raices^ 
que  deberá  arrendar  por  una  renta  mas  bien  moderada  que 
subida.  Esto  dijo  en  el  opúsculo  que  nos  decidió  á  tomar  la 
pluma  para  examinar  una  opinión  que  nos  ^a^eció  inexacta 
en  extremo  y  peligrosa. 

Pero  este  respetable  escritor  ó  ha  meditado  el  punto  con 
mas  detención ,  ó  se  ha  asustado  al  contemplar  su  coloso ,  y  ea 
otro  folleto  que  posteriormente  ha  publicado  en  conlesia** 
cion  á  la  impugnación,  que  supone  equivocadamente  hs^  hecho 
ásu  doctrina  el  Sr.  la  Sagra,  esplica  algo  mas  su  pens^mie^iPi 
aunque  no  tanto  como  seria  de  desear.  El  plan  del  Sr.  Florez 
Estrada  se  reduce,  seguo  su  ultimar  declaración,,  d  que.  «el!E$r 
tado,  por  un  canon  moderado,  que  haya  de  servir  {i^ra;  cubrir 
las  atenciones  públicas,  reparta  las  tierras  en  usufructo,  y  no" 
en  propiedad^  entre  los  individuos  que  la  hayap  de  cultivar, 
y  no  entre. otros.  £1  usufructuario,  á  un. de  qu^. biga  .e^oi  su 
posesión  todas  las  mejoras  posibles^  no  solamei^te  debe  dii^rtf-* 
^arla  por  todos  los  dias  de  s^  vida,,  sino  trasmitirla  al  bijo^ 
jiarient^  ó  persona  qu/ei  tnas  le  agrade^  que  la ^ya  d^ou^ivar* 
De  este  moldólas  b^ses  sociales  serian  cumplida^s  eq^.  todaa  ^us 
partes;  nadie  podria  ser  opulento  en  la  ociosidad ^  y. entraba* 
jador  no  podria  dejfr  de  obtener  la  recompema^abal  de  todas 


Digitized  by 


Google 


llis  fatigas.  En  fio ,  mi  plan ,  dice ,  en  un  todo  análogo  al 
adoptado  en  Tosoana  por  el  gran  daqae  Pedro  Leopoldo  ooh 
laa  tierras  de  la  corona  y  parte  de  las  del  olero,  no  podría 
fkfodncir  los  resultados  tjue  gratuitamente  índica  el  Sr.  la  Ssu 
gra ,  sino  otros  iguales  á  loe't^oe  produjo  én  aquel  estltdo  la 
tnedida  dé  este  sabio  legislador.» 

Por  (oonseoueocía  omitiremos  iniiobas  reflexiones  que  nog. 
sugirió  en  esta  parte  la  lectura  de  la  primera  puhlioacion  del 
Sr.  Floreí  Estrada,  j  nos  limitaremos  i  examinar  su  dpctrina^ 
aegon  últimamente  la  ha  esplidado.  Prescindiremos  tambieiu 
de  la  cuestión  de  posibilidad ;  esio  es ,  no  examinaremos,  si  en 
una  nación  taor  grande  como  la  España  |iodria  el^  Gobierno  lle- 
var a  efecto  en  la  totalidad  de  las  tierras  cullibables  la  medid» 
que  el  gran -dnque  Leopoldo  adoptó  en  un  estado  peqoeSo,  y 
aolo  en  una  peqtiefta  patte  de  su  territorio. 

Ante  todo  habríamos  deseado  que  el  Sr.  Florez  Estrada  nos 
Hbbíese  dicho»  si  la  facurliad  dé  trasmitir  la  tierra  el  usufruc- 
tuario A  so  hijo,  la  reodria  también  este  respeoto'del  suyo.  En 
una  palabra,  si  esta  facultad  reconocía  ó  no  límite  en  las  ge- 
neraciones sucesivas.  Si  el  usufructo  terminaba  en  la  vida  del 
primer  hijo,  ó  sea  del  primer  heredero ,  no  tememos  afirmar 
que  las  mejoras,  aun  suponiendo  medios  en  el  usufructuario, 
serian  de  pequeña  importancia,  y  que  no  se  conseguíria^  el  im- 
portante fin  que  se  han  propoesto  los  gobiernos  en  la  protec- 
ción del  derecho  4e  propiedad.  En  este  punto  nos  referimos  á 
lo  que  hemos  manifestado  en  los  párrafos  precedentes. 

£ero  nos  decidimos  á  creer  que  los.  deseos  del  Sr.  Florez 

Estrada  son  que  el  derecho  de  trasmisión  sea  perpetuo,  que  es 

como  lo  bao  concedido  los  que  han  usado  con  mas  discerni- 

mríento  el  sistema  de  cultivo  por  canon  enfitéutico^  y  de  cuyos 

•    boenos  efectos  podeíaos  presentar  ejemplos  en  nuestro  propio 

país,  no  menos  dignos  de  aprecio  que  los  de  Toscapa. 

'  Semejante  sistema  no- es  el  del  derecho  de  propiedad  terri- 

*  tortal;  pero  es  el  que  mas  se  le  acerca,  y  porque  es  el   qoa 

•mas  sé  le  acerca,  es  el  mejor  .  después  de  él ,   aunque  todavía 

\  medie  entre  uno  y  otro  una   inmensa  di^tenchu  Porqwesi  el 

estado  ooncede  las  tierras  á  ciertas  familias  mediante.'Un.  ca^ 

non  que  bs  dispensa  de  otra  cobtribocion  para  ate«ider>  á  los 


Digitized  by 


Google 


434  HBVttTA 

gastos  públicos,  y  si  cumplida  esta  obligación  y  heredaoclo  ios 
hijos 'á  los  padres  se  ooqserva  el  dominio  útil  perpetuamente 
en  unas  familias  y  no  en  otras ,  ¿cuál  bs  el  objeto  de  tantas 
declamaciones?  ¿Con  qué  fin  se  nos  han  dicho  cosas  lame- 
mtbles  7  Bien  que  el  Stv  Floree  Estrada  ha  seguidb  en  esta 
parte  la  conducta  de  otros. muchos  hombres  de  verdadero  la-* 
lento.  Un  celo  laudable  ¿  lá  fuerza  de  una  imaginación  ardien- 
te los  aleja  del  camino  de  la  verdad ;  pero  esta  situación  es  pa-^ 
sajara,  y  cede  al  fin  al  imperio  de  la  raaon  ,  único  que  no  re*-, 
conoce  vaivenes  ni  reacciones.  .Semejantes  á  los  proyectiles  qoer 
]>or  mucha  que  sea  la  fuerza  que  los  mueve  y  la  rapidez  de  su 
carrera,  acaban  por  someterse  á  la  ley  omnipótenle  de  la  gra- 
vedad. 

La  enfitéusis  es  un  medio  escelente  para  promover  el  cul- 
tivo de  las  tierras,  principalmente  en  los  países  pobres,  ó  por- 
que en  ellos  no  entró  nunca  la  civilización^  y  porque  estuvie- 
ron sujetoé  á  instituciones  viciosas.  Donde  abundan  las  tierrA 
valdias  y  pantanosas  ,  y  en  donde  el  Estado  ó  los  particulares 
que  las  poseen  ni  tienen  medios  para  cultivarlas  » ni  quieren 
desprenderse  absolutamente  de  su  dominio,  es  un  gran  biea 
que  haya  personas  que  quieran  emprendeifjos  grandes  traba- 
jos que  semejantes  empresas  requieren  en  la  esperanza  de  que  ' 
ellos  y  sus  descendientes  gozarán  perpetuamente  el  frutode  sus 
sacrificios.  Justo  es  en  tales  casos  una  demostración,  en  favor 
de  los  primitivos  propietarios,  pro{>orcionada  al  valor  de  las 
tierras  cuando  se  reciben* 

Pero  establecido  este  sistema  sobre  las  bases  mas  Uln^tes; 
abolido  el  luismo  y  fatiga  con  otras  prestaciones  odiosas,  toda-»* 
vía  el  cultivo  por  canon  enfiléutico^ista  mucho  ea  sus  venia* 
jas  del  que  se  ^rce.  por  los  propietarios  particulares,  ptiocí- 
pálmente  en  los  paisesen  que  no  se  reconoce  la  amortización 
civil  y  eclesiistica.  Fara  que  la  propiedad  produzca  todo  su 
efecto,  debe  ser  indivisible,  y  en  el  sistema enfitéutico  está  di- 
vidida; el  primitivo  (propietario  conserva  el  dominio  directo,* 
y  el  enfiteuta  el  útil.  Este  es  el  oríjen  de  una  multitud  deplei-^ 
tos,  que  inspirando  justos  temores  disminuyen  las  esperanzas, 
y  por  consecuencia  el  estímulo  que  es  el  alma'de  todo  en  la  ia* 
dustria  y  principalmente  en  la  agricultura.  Estos  temores  son 


Digitized  by 


Google 


DI  MAD1MD.  435 

mas^  fundados,  i  proporción  que  los  diMDoe  del  dominio  di<^ 
«ectofton  mas  poderosos,  y  la  iegisladon  del  pais  menos  respeta* 
-da*  Esta  importante  coosideracioo  influirla' muy  funestamente 
eo  el  sistema  propuesto  por  el  Sr«.  Florez  Estrada*  Por  que, 
¿quién  es  en.él  el  verdadero  propietaria  de  las  tierras?  El  Esia^i» 
do, es  decir,  el  Gobierno.  ¡El  Gobierno  que  es  omnipotente 
cuando  cree  qoe  está  en  sí  mismo  el  oríjen  de  la  autoridad 
que  ejerce ,  y  poderoso  y  fuerte  por  necesidad  y  cooveniencia 
euando  la  recibe  de  otrof 

Y  se  evitarían  los  males  que  se  proi)one  el  Sr.  Florez  E»* 
trada.  Se  evitaría ,  dice,  la  funesta  ociosidad.  Sí:  se  evitaría 
la  ociosidad  de  los  propietarios  territoriales,  si  una  ley  loa 
proscribid.  Pero  ¿se  evitaría  la  ociosidad  de  los  capitalistas,  de 
los-  acreedores  del  Estado  y  de  los  grandes  fabricantes  y  co^ 
merciantes?— oSe  nivelarían  las  fortunafl.-.Si:  en  los  campos  no 
habría  Cresos»  si  la  ley  agraria,  que.  aconseja,  no  permitia  la  acu- 
mulación de  las  suertes.  .Desa|Mireceria  la  aristocracia  territo^ 
rial.  ¿Pero  se.  evitaría  la  aristocracia  del  dinero ,  la  fabril  y  la 
mercantil?  ¿Serian  estas  menos  pei-judicialesque  aquella? — Pe-* 
ra  recibiría  el  trabajo  la  recompensa  debida.^-iLa  recom{iensa 
debida !  La  mayor  parte  de  los  btjos  de  los  enfiteutas  serian 
jornaleros;  la  mayor  parte  de  los  de  estos  jornaleros  serian 
mendigos.  El  plan  enGtéutico  del  cardenal  Belluga  es  mas  li- ' 
beral  que  el  de  Pedro  Leopoldo.  Sus  auxilios  á  los  colonos  mas 
eficaces.»  Susl  tierras  se  cultivaron  mejor;  'pero  el  Sr^  Florez 
Estradanobabráencontrado,  como  yo,  en  cuadrillas  i  los  nietos 
déilos  primeros  {>lanteadores  con  una  pala  al  hombro,  buscan- 
.dotlonde  mondar,  y  pidiendo  limosna  en  los  caminos  públicos. 

Estos  resultados  son  precisos,  porque  lo^  produce  la  natu- 
:raleza.  V 

Y  faemo9  procurado  en  estas  observaciones  na  traspasar  los 
limites  de  la  economía.  Campo  mas  vasto  tendríamos  necesidad 
de  correr,  si  hubiéramos  de  examinar  la  cuestión  por  el  Jada 
de  la  política.  Solo  haremos  una  observación,  cuya  importancia 
nadie  puede  caUficár  mejor  que  el  Sr.  Florez  Estrada,  patriota 
y  liberal  de  los  nías  aventajados.  La  influencia  de  los  propier 
tarios  territoriales  en  los  negocios  políticos,  ha  sido  siem- 
pre grande  en  los  gobiernos  absolutos.  Su  inmediación  al  tro- 


Digitized  by 


Google 


436  HBVISTA 

uo,  8US  riquezas ,  6u  numerosa  clieQteki»  los  allQS  destinos  qae 
deaeip penaron  en  pass  y  en  guerta^  sus  costambrea  y  su  a)Q-* 
ducta  cabailt  resca ,  loa  colocaron  aiempre  en  la  prime- 
ra línea  de  la  sociedad.  Sus  enemigos  creyeron  que  esta  pre^ 
potencia  desaparecería  tan  luego  como  en  las  formas  dei 
los  gobiernos  se  introdujesen  tas  mejoras  que  con  tanto  ca-;* 
lor  se  soUcitaron  ,  y  que  al  60  se  'ban  obicnido.  ,¿  Y  qué  ha 
sucedido?  Lo  que  no  podia  menos  de  suceder;  que  si  loa  pror 
pietarios  territoriales  eran .  poderosos  en  las  monarquías  puras, 
no  lo  son  menos  en  las  constitucionales,  y  aun  en  las  repú-* 
blicas.  Un  prestigio  que  se  pierde  en  la  oscuridad  de  lostiem* 
pos,  y  que  hallamos  mas  fuerte  á  proporción  que  nos  rtrx 
mquiaipos  4  su  oríjen;  un  poder  que  tieoe  la  fuerza  en  sí  roís-^ 
UK),  y  que  si  en  alguna  ocasión  pudo  ser  funesto,  de  suyo  es 
benéfico^  no  debia  ceder  á  la  influencia  de  declamacioiies  apa- 
sionadas. El  verdadero  pueblo  ha  conocido  sus  inlereses ,  y  ha 
encargado  su  defensa  en  los  cuerpos  parlamentarios  álos  mis* 
inos«  que  antes,  y  también  ahora  ,los  defendieron  y  defienden 
en  los  cam|)os  de  batalla.  Las  costumbres,  y  si  se  quiere  las 
preocupaciones  inveteradas,  no  desaparecen  en  unas  cuantas 
decenas  de  años.  Si  se  las  contraría;  si  se  las  reprime,  se  irrí"» 
ta  y  no  se  convence.  Solo  el  tiempo  y  la  razón  pcleden  triun- 
far de  errores  y  prácticas  viciosas;  pero  si  lo  «que  se  llama  erfor 
es  la  verdad,  si  laspráctipas  que  se  quieren  condenar,  estañen 
armonía  con  los  verdaderos  intereses  populares ,  el  tiempo  j 
la  razón  lejos  de  contribuir  á  destruirlas,  las  defienden  y  las 
conservan.  ¿Se  Quiere  una  prueba  de  esta  verdadf.  Nuestra  pa<^ 
'  tria  misma  nos  la  ofrece  en  medio  de  la  mas  deshecha- borrasca^ 
Veinte  mil  votos  lia  tenido  en  su  país  natal  el  ilustrado  conde 
de  Fontao  para  representarlo  en  la§  presentes  Cortes.  Pues  bien: 
proclámese  la  república  mas  democráttéa;  pero  respétese  el 
orden  público;  déjense  en  libertad  las  simpatías  y  las  tradi- 
ciones, y  vertáis  que  tenia  también  veinte  mil  votos  el  cíodada- 
no  Moscoso  de.Altamira. 

Esto  sucede  en  Inglaterra ,  en  Francia,  en  Suiza,  en-  los 
Estados-Unidos  de  América,  y  sucederá  por  largo  tiempo,  por- 
que tal  es  el  poder  de  la  propiedad  territorial.  Pues  bien: 
proscribidla;  extinguid  la  clase  de  propietarios  paritcularea; 


Digitized  by 


Googlé 


.    .      «i  ÜADRI».  437 

ide¿lafadl'qtte«l  ierrítorio'  jtMegfo  ée'  un' país  p^idnecQ  á  la 
'nacidn/y  «B>repre8eilta€Íoa  suya  al  Gobieroo:  concédase  ácsAe 
U  facuJtad  de  repartirlo  en  enruéusts,  conservando  «1  doaainio 
^ir«cta^  y  dígase  ée  buena  fe,  sf- puede  cveárse  un  pofler  mas 
colosal  y  mas  monstruoso,  y  si  caben  eñ  lo.butxkano  tnedtos 
para  contrariarloy  resistirlo.  Las  instituciones  se  dirá.  La&ins- 
litaciones  perecerían,  M  no  hoy,  mañana;  pero  aun  cuando  no 
pereciesen,  aun  cuando  se  conservasen  en  toda  su  pureza  las  re- 
laciones naturales  y  precisas  entre  «1  propietario  del  dominio  di' 
recto  y  el  del  útil,  ¿seria  por  esto  menor  y  menos  temible  la 
fuerza  de)  Gobierno?  ¿Seria  menor  que  la  que  tienen  los  pro- 
pietarios actuales  respecto  de  sus  colonos?  Pues  esta  bastaría 
par^  qup,  unida  á  la  autoridad,  produjese  males  sin  cuento. 

Perp  el  ()el¡gro ,  la  gangrena  del  ployecto  que  examina- 
*  mos  está  en  su  base,  en  las* doctrinas  en  que  se  funda. 

Porque  si  la  tierra  es  un  .don  natural  que  no  ha  podido 
apropiarse ,  si  se  ha  arrancado  al  trabajador  parte  del  fruto 
de  su  sudor ,  entregándola  al  propietario  ocioso ,  los  que  pro- 
fesan la  doctrina  del  Sr.  Florez  Estrada  dirán  mañana  á  los 
propietarios  proscriptos  ó  á  sus  herederos,  ^^eso  que  tenéis  no 
es  vuestro,  por  la  sencilla  razón  de  que  no  pudo  ser  de  vuestros 
padres  y  de  vuestros  abuelos.  Vuestros  bienes  sóndela  nación» 
porque  solo  ^lla  puedq  aprovechar  los  dones  de  la  naturaleza.» 

Y  pocos  años  después  di rian  á  los  enCtéuta»  del  Sr.  Florez 
Errada :  «Ahí  estáis  de  mas.  ¿Qué  razón  tenéis  para  monopo- 
lizar el  usufructo  de  la  tierra  perpetuamente?  ¿Hacian  mas  los 
propietarios  territoriales?  La  tierra  es  de  todos,  y  todos  debe- 
mos turnar  en  el  aprovechamiento  de  sus  beneficios.» 

Y  otros  dirán  á  los  fabricantes:  «Ese  papel  y  esos  paños 
q.ue  han  prod acido  vuestros  batanes ,  se  deben  en  gran  parte  al 
ago£^  y  al  viento,  que  no  os  pertenecen.  ¿Qué  habríais  hecho 
sin  estos  dones  naturales?  Vosotros  habéis  dado  á  vuestros  tra- 
bajadores, que. con  sus  brazos  han  dirigido  su  poder,  una  re- 
compensa ruin  y  mezquina ,  mientras  nadabais  en  los  place- 
res y  en  la  abunduncia,  aprovechándoos  del  trabajo  ajeno.» 

Y  á  otros  dirifl^n :  «Ese  va|)or  que  sale  de  vuestras,  calde- 
ras, y  cuya  fuerza  medís  por  la  de  centenares  de  caballos,  que 
no  teneis>  es  un  tlon  de   la  naturaleza  que  no  os  pertenece ,  y 


Digitized  by 


Gaógle 


438  .      MTI8VA 

del  que  babeis  hecho  usó  para  condenar  á  la  Biii«r¡a:y.  á^la 
muerte  millares  de  hombres  que  librabao  su  vidaeu  la  fuerza 
y  habilidad  de  sus  roanos.» 

¡Y  quien  sabe  bast» donde  podrían  llevádselas  deducciones! 

Pues  esta  es  la  cuestión  social. 

3 1  de.marzode  i84<9u 


José  Antonio  Pon?Oí\. 


Digitized  by 


Google 


BB  wuuiini  439 

DE  LOS  PARTIDOS  POLÍTIGOS 

Y  DE  liOS  PRINCIPIOS    QUE   DEBEN    DIRIGIR  SU 
GONDUCTA. 


Ouelen  los  publicistas  empezar  las  obras  de  derecho  polhicóy 
dividiencii^  los  gobiernos  en  varias  clases  que  procuran  defi^ 
uir  con  «suiero.  L^  división  mas  célebre  y  mas  antigua  es  la 
que  reduce  á  tres  las  formas  de  todos  los  gobiernos  posibles, 
á  saber:  el  monárquico»  el  aristocrático  y  el  democrático. 
Montesquieu  la  adopta,  y -Destutt-Tracy  la  impuga,  á  mi  en- 
tender sin  razón.  Es  singular  quj^  un  lógico  tan  eminente  no 
haya  atinado  con  el  verdadero  objeto  de  las  divisiones  cien*^ 
tíficas. 

El  entendimiento  humano,  limitado  por  su  naturaleza» 
no  puede  abarcar  á  la  vez  un  todo  ,  grande  y  complexo,  ne* 
cesita  dividirlo ,  necesita  clasificarlo  para  irlo  exatninando  su- 
cesivamente por  partes.  Pero  como  la  naturaleza  no  procede 
nunca  á  saltos  sino  por  gradaciones  insensibles,  cuando  se 
propone  el  hombre  definir  cada  una  de  las  divisiones  que.se  ha 
visto  precisado  á  practicar,  encuentra  obstáculos  insuperable^. 
Siglos  hace  que  están  trabajando  en  vano  los  sabios  para  de^ 
finir  los  llamados  reinos  de  la  naturaleza:  encuentran  algu- 
nos caracteres  generales,  al  parecer  distintivos»  mas  luego  tro^ 
piezañ  con  seres  intermedios  que  no  pueden  colocarse  en 
ninguno.  Otro  tanto  sucede  á  los  publicistasl 

El  objeto  de  las  divisiones  es  liniitadoj  Debe  hacerse  para 
Segunda  serie.-^Tomo  IL  ^  *      56 

/Google 


Digitized  by  ^ 


44o  «BvirrA 

facilitar  la  csplicacion  de  Ips  conocimientos  científicos,  recono- 
ciendo al  mismo  ticn)[K>  que  no  existen  en  la  naturaleza,  y  que 
por  lo  tanto  no  es  |K>siblc  definirlas  con  exactitud.  Aon  bay 
mas,  según. el  fin  que  nos  propongamos ,  dividiremos  un  mis^ 
mo  todo  Se  diferentes  maneras,  acertadas  en  linas  ocasiones  y 
viciosas  en  oirás. 

La  verdadera  y  imica  manera  de  juzgar  si  una  división  es* 
tá  bien  hecha  ,  es  examinar  si  todas  sus  partes  comprenden  el 
todo  ,  si  ofrecen  señales  características  que  las  distingan  aun- 
que se  cgnfundan  como  cas'r«iaoipre  sucede  en  los  puntos  in- 
termedios ,  y  si  son  adecuadas  al  objeto  en  cjuestion. 

Asi  pnes ,  la  división  de  los  gobiernos  en  las  tres  clases 
arriba  mencionadas  no  es  mala,  aun  cuando  no  se  puedan  di-, 
tribuir  entre  ellas  todos  los  conocidos,  pero  es  buena  cuando 
tratemos  de  indagar  el  número  de  individuos  en  quienes  reside 
el  poder ,  pues  todos  los  gobiernos  han  de  estar  ejercidos  p9r 
un  sojo  (lombre^  por  una  parte  del  pueblo,  ó  por  el  pueblo  en- 
tero. A'Igut^os  participan  de  varias  de  estas  clasificapiones,  y  á 
estos  gobiernos  se  4es  llama  mistos. 

.  ,1  £n.  la  iponarquía  .de  Fiel  i  pe  II  .no  existía  mas  poder  polí- 
tico que  el  del  trono.  La  aristocracia  de  Yeaecia  también  era 
.absoluta  ,  y  la.  d^qoopracia  de  Atena^  famppco. reconocía  ritál 
autorizado  par  las  leyfs.  No  asi  lo^»go)2Íernos  de  Esparta  ,  de 
^ouxa ,  de  Ara[gon  j  de  Inglaterra:  donde  el  poder  estaba  re- 
partido entre  diversas  fuerzas  sociales ,  con  mayor  ó  n^eoar 
participación  >en,  lps4ejr^cbps  políticos. 

.,  Pero  si  admito  la  división  de  lois  tref  gobiernos  considera- 
dos l.egalmente^  y,.en  el  4J&o  estrictxx  de  sus  facultades  coo&li^ 
lucipiiales,  varía  de  aspecto  la  cuestión  cuando  se-oo|icceta  ,á 
la  práctica.  Existen  en  U  sociedatl  un  síiMiúmeiro  de  fuAraas 
que  modifican  mas  ó  menos  la  acciop  de  los;pode[|e3  eslabl»- 
cidos;  existen  tsapabien  en  el  corazón  bum^po  pl^aqes  <(«iei«e 
j)ppoen  á  la  rijida  observancia  y  exacta  aplicación  de.  las  ley^es. 
>No  por  esto  se  cre^q^e  ju;^o  indiferente  la  forma  .polUÍ99» 
an(e»  bi^n  la  con^id^ro  de  la  .mayor  impoi[tftn/QÍa, .  »t  upUcdrla 
s^  a^era;.p^ro  nunca  se  .desfigura  basta  tal  punto .qUe.di^ 
de  conservar  gran  parte  de^su  tipo  pripiitivo. 

Vad^sf^n^  filp^to.,  .Km: modificación  eaiU:pr¿Ctii}a  .todas 


Digitized  by 


Google 


Bfi  WAimiD.  44* 

UftMÍWniiás  coniritacíonales,  y  esta  modi&acion  consiste  en  mi 
concepto  eti  convertirse  ^odos  ios  gobiernos  en  gobiernos  de 
minorías.  Sógan  este  principio  tío  b9  sido  regida  ninguna  na- 
ción poT'unaftol»  |)ersona,  ni  tampoco  por  la  mayoría  del  pue- 
blo, anióque  asi  baya  esta  Joeserito  en  |ii  constitución,  sino  por 
una  fracción  pequeña  de\  conjunto  de  los  ciudadanos.  Esta  mi- 
noria,  esta  fraoeiuu  es  siempre  distinta,  conforme  á  la  distinta 
orgftnizacioa  del  Estado.  Producto  del  rotrflicto  de  todos  los 
poderes  polilieos  y  sociales,  y  contKbuyendo  en  gran  parte  lóá 
primeros  á  so  formación  ,  no  puede  ser  la  resultante*  en  todos 
-los  casos  Ja  misma.  Si  estos  priiN^ipiossoo  ciertos,  como  me  pro- 
-poQgO'domoatrar,  el  problema  de  la  mejor  cbiistitucion  posible 
•quedara  reducido  ¿  organizar  tos  poderes  públicos  de  modo 
.qtie  mande  la  mejor  minoría  pobihle;  y  en  tal  caso  como  las 
naciones  no  tienen  mas  derechos  que  los  |>osiblcs  de  asegu*- 
rar,  todas  las  teorías  fundadas  sobi*e  otras  bases^  vienen  al  sue^ 
lo  por  su  propio  |>eso. 

Para  probar  mi  proposición  consultamos  primero  ia  his- 
toria^ y  veamos  si  se  halla  confirmada  por  la  esperiencia  de  sil- 
temas  |>ol  i  ticos  diferentes  en  sus  formas,  y  establecidos  en  di- 
ferentes circunstancias. 

Rl  primer  ejemplo  de  un  gobierno  monárquico  ,  en  éj^- 
cas  cuya  historia  esté  bien  conocida  es  el  de  los  emperadores 
ronveoos.  Su  aütoiidad  se  esteAdia  bMta  disponer  de  la  vida 
de  tos  ciudadanos  según  su  capricho.  Tenían,  sí,  que  sujetarlos 
«  un  juicio ;  pero  á  un  juieio  de  pura  fórmula,  en  donde  los 
jaeces*e6nsuhaban  hasta  las  miradas  del  déspota  para  dictar 
sus  fallos.  La  mas  leve  presunción,  el  mas  lijero  indicio  de  que 
asi  cnmplia  á  sus  deseos,  llevaba  al  cadsílsoála  virtud  y  al 
mérito.  De  poco  aprovecharon  A  Trascas  sus  virtudes,  á  Séneca 
sus  talentos.  La  'parte  mas  florida  de  Roma  caía  sin  piedad, 
y  él  pueblo  qne  clamaba  sin  cesar  contra  el  despotismo  duran" 
tela  república,  el  pueblo  que  siempre  se  llamaba  esclavo  mien- 
tras era  seBor  del  mundo,  y  mieiUras  tomaba*  parte  en  los  es- 
candalosos saqueos  de  las  provincias  ,  limitaba  ya  su  ambición 
á  saciar  su  envidia  viendo  azotadas  las  eminencias  sociales  ^ 
por  la  furia  del  huracán,  y  caer  al  valle  loa  robustos  troncos 
que  mas  en  ellaa  descollaban. 


Digitized  by 


Google 


44^  RBVfSTA 

Asi  conservaron  los  ektperadores  su  puesto  hasta  los  tienH» 
pos  de  Diocleciano.  Halagaban  las  |iasioDea  populares ,  y  te* 
nian  eo  su*derredor  libeitos  íntrigaflites  que  en  la  copa  de  k 
lisonja  mezclaban  el  veneno  del  odio,  del  rencor,  de  la  sed 
de  sangre.  El  tirano  embriagado  con  el  bumo  del  iocieiiso  qtie 
le  ofrecían  ,  y  con  el  va|)or  de  la  sangre  de  las  víctimas»  se  eu^ 
tregaba  impunemente  á  los  mayores  eacesos,  ínterin  no 
.ofendía  á  quienes  mas  que  él  podían  ,'  y  á  quienes  le  conser-- 
vaban  el  cetro.  El  vil  populacho,  y  las  cohortes  pretorianas, 
.  si  bien  destinadas  por  la  sociedad  á  obedecer  solamente,  se  hin- 
chaban á  menudo  á  la  manera  de  rioé  caudalosos ,  y  rontH 
pian  los  diques  que  en  tiempos  comunes  sujetaba»  sn  corrien- 
te. Entonces  el  gefe  del  estado,  falto  del  apoyo  que  le  pres- 
taba firmeza  y  consideración ,  se  presentaba  á  los  ojos  de  los 
iiombres  con  toda  su  deformidad  ,  y  perecía  objeto  del  escar* 
nio  y  del  desprecio  de  los  mismos  que  antes  le  obedecían  hu- 
millados (O*   ' 

En  este  primer  periodo  del  imperio  el  pueblo  de  Roma 
y  la  fuerza  armada  tomaban  [larte  solos  en  la  elección  de  los 
emperadores,  y  la  malicia  de  los  cortesanos  dírigia  los  asuntos 
públicos.  La  inmensa  mole  del  estado  reconocía  á  los  gefes 
que  se  le  designaban^  obedecía' sus  l^es,  y  sufría  con  resig-* 
nación  sus  iojasiicias. 

-  Después  que  Diocleciano  meditó  organisar  el  enerpo  po*- 
litico  9  y  construir  una  gran  máquina ,  cuyas  ruedas  moriw*- 
dose  sucesivamente  unas  á  otras,  llevasen  hasta  los  últimos 
ciudadanos  el  impulso  dado  por  el  gobierno,  después.,  dieo^ 
cesaron  en  gran  parte  las  sublevaciones  militares,  y  las  suble^' 
vaciones  del  pueblo;  y  desde  entonces  la  soberanía,  esto  et(, 
la  facultad  de  hacer  las  leyes ,  y  la  fuerza  para  hacerlf^  fes^ 
petar,  residió  esclusivamente  en-  el  emperador  y  en  sus  princi.- 
pales  agentes.  No  por  esto  cesaron  del  todo  las  conspiraciones, 
no -por  esto  estuvieron  completamente  seguras  las  autoridades 
de  ser  respetadas;  pero  en  el  curso  ordinario  de  los  acontecí*- 


(f)     Sed  períít  (Domítíanas)  postqaam  cerdooíbns  esse  límeodui  coepertu 
Hoc  nocaít  Lamiaram  caede  madenii. 

«  JiiTCD.  Sal*  lY. 


Digitized  by 


Google 


miemos  la  corte  y  los  empleados  oíandabaii»  Mucho  ayadó  el 
crístianisino  y  la  revcloeión  social  que  introdujo  para  poeer 
eo  calma  aquet  mar  tan  agitado  abites  Jr  tan  borjrascoso :  mas- 
'  estas  consideraciones  serán  muy  oporl^ioas  cuando  se  trate> 
de  investigar  las  cansas,  ahora  solo  me  propongo  asentar  on 
hecho  atestiguado  por  la  historia. 

Si  del  imperio  romano  pasarnos  al  sistema  poKtioo  esta-* 
Mecido  eo  Europa  por  los  conquistadores  bárbaros ,  veremos 
consta Qtemente  un-gohteroode  minorías.  Todos  los  nuevos  es- 
tados teaiaa-ájii  cabeza  ún  rey  electiva  La  nobleza  le  nom- 
braba, y  esta  en  unión  con  el  rey  foroáaba  las  leyes.  En  Espa- 
ña el  estado  eclesiástico  llegó  á  sobreponerse  á  Jos  demás  po- 
deres políticos,  y  los  barones  visogodos  doblaban  la  cerviz  bajo- 
la  omnipoftencia  eclesiástica.  Pero  aun  concediendo  que  par- 
ticipaban en  unión  con  el  trono  de.  la  prerrogativa  de  dictar 
las  leyes,  todavía  quedaba  reducido  el  gobiernOvde  EspaSisi  en 
acuella  época  al   gobierno  de  una  minoría. 

Andando  el,  tiení|)6  se  emanciparon  los  comunes ,  tuvie- 
con  entrada  sus  representantes  en  las  asambleas  legislativas, 
y  tomó  parte  este  nuevo  poder  en  la  lucha  social  para  obtener 
la  soberanía.  No  se  crea  sin  embai.go  que  con  esta  novedad, 
la  mayoría  del  pueblo  influia  directa  ó  indirectamente  en  la 
fbri^acion  de  las  leyeSr-'Solo  un  pequeño  nútnero  de  poblacio- 
nes enviaba  sos  delegados  á  las  cortes ,  y  aunque  su  nom- 
bramiento fuese  la  verdadera  espresion  de  la  volnntad  de*  las 
ciudades  foreras»  el  resto  de  la  nación  no  estaba  represen-^ 
tado. 

.  En  las  demás  naciones  de^  Europa  acontecí» otro  tanto.  Du*- 
rante  el  régimen  feudal  los  señores  lo  eran  todo,  sus  vasallos 
nada.  Acostumbrados  estos  á  mirar  desde  so  infancia  á  los  se- 
llores  como  unos  seres  privilejiados,  con  quienes  en  nada  osa* 
ban  com|>etir,  deferian  ciegos  á  $u  opinión  y  la  obedecían  sin 
examen.  A  su  señor  seguian  cuiando  los  llamaba  para  lidiar 
con  tos  enemigos  dul  estado :.á  su  señor  seguian  cuando^  re«' 
velaba  contra  el  monarca;  y  á  su  señor  seguian  cuando  emplea-* 
ba  sus  fuerrás  en  saqtieor  y  debastar  á:  las  indefensos  ciu-^ 
dadanoft. 

Las  ciudades  fenierosas  de  las  incursiones  de  los  señores^ 


Digitized  by 


Google 


444  RfinsTA 

faasfiabao  el  amparo  de  los^reyestó'cieotrons  magnaias  firepo«< 
teojbes  para  conaenrar  sus  privilegios  y  sú  imlefieiKfoiicia.  Co-» 
rao  existida  en  la  nación  poderes  fuertes,  temibles  y  bien 
organixados ,  el  resto  de  la  sociedad  se  veía  pveeisada  á  adop«^ 
tar  una  organización  semejanie,  A  ponerse 'en  un  estado  per- 
petuo de  lucha,  y  á  darse  gefes  á  cuyas  órdenes  se  sotíietian 
con  sumisión. 

Debilitado  el  sistema  feudal,  á  medida  que  la  civilieacion 
iba  adclaotando,  y  robustecido  el  poder  de  los  reyes  ,  cobra 
ascendiente  el  clero  j  lo  perdieron  b>s  graodet.  En  todas  las 
grandes,  naciones  de  la  Europa  cooiinental,  dominó  e(  priDei<* 
pío  de  la  soberanía  de  los  reyes,  principio  reconocido  teóri-» 
carneóte,  pero  modificado  en  la  práctica.  Con  efecto:  el  déspo- 
ta mas.  absoluto. tenia  que  acomodar  su  voluntadla  los  intéfe- 
ses  y  á  las  opiniones  del  élero  y  de  la  grandeza.  Felipe  11^  mo- 
narca dolado  de  una  voluntad  infiexibie,  hizo  cuanto  quiso,  [)or- 
que  quiso  cuanto  con;renia  á  un  clero  intolerante,  y  A  ona  ik>- 
*  bleza  belicosa  y  aventurera.  Sacrificó  su  nacinfi  en  loces  em- 
presas, |)ero  con  ellas  halagó  las  pasiones  de- las  clames  mas  ¡o- 
(luyenles,  y  nunca  e^tas  le  tomaron  cuenta  de  sds desaires.  Asi 
la  historia  le  ha  conservado  el  dictado  de  firudente^  dictado  i 
mi  ver  oí  que  menos  le  convenia,  como  no  llamemos  prudencia 
lasombria  severidad  y  la  desconfianza.  Sien  vez  de  sostener  las 
guerras  ruinosas  de  los  Paises  Bajos,  si  en  vez  de  invenir  los 
fondo)  del  estado  en  fomentar  y  sostener  la  sania  liga,  si  en  Yes 
de  empeñarse  en  la. mal  calculada  espedicioa  de* la- grande  ar- 
mada ,  hubiera  acometido  alguna. otra  empresa  no  favorecida 
|)or  el  fanatismo  y  |X»r  el  espíritu  caballeresco,  y  cuyo  ¿xito 
hubiese  sido  desgraciado,  sus  contemporáneos  no  le  babriaa 
perdonado  sud  desastres  ,  y  Felipe  el  prudente  se  llamaría  Fe- 
lipe el  temerario. 

En  Francia  sentía  á  veces  el  rey  oontrariada  su.voIuDlad 
por  la  censura  del  parlamento,  mas  á  menuida  por  la  reaiateo- 
cia  del  clero,  y  se  veia  obligado  á  respetar  los  privilegios  de 
la   nobleza  á  quien  debía  su  principa)- apoyo.    , 

Avto.  Qtiriacion^f  poco  civilizadas,  dondo  era  desconocido  el 
poder  de  las  leyes,  y  donde  el  despotismo  al  parecer  no  re^ 
cooocia  barrea» ».  .la^  eocootra)).a  cuaindmíoteiitaba  oonirariar 


Digitized  by 


Google 


DB^KADRIO.  44^ 

las  intereses  y  la»  ftreoeapaciones  de'ckMül  qM-poMilañ  fijier- 
za  y  aacencii^nte.  ¿Na  hemos  visto  eh  atntra  enérgica- de  l^dro 
el.  Grande  llevar  á  cabo  su  proyeeio  dé' r^|«iierar  á   Rb-* 
sia   valiéndose    de   la  aatuc¡a>y  jio  ^  , violencia  ?;  ¿  Sus  prime- 
rea, pasos  DO  fueron  los  de  nfi  coDS|7Ír«dot*}  ¿No  pro<]edi¿ des*- 
poes.paia  sostenerse  en  él  trono  como  nO'  osnrpaddr?-  Lasca- 
baaaa  dis  loa  Eslrilices  le.  sirvieron  de  cimiento  pafa  el  nne- 
vo  edíiicia  social «  régBáo  Umbien  con  la  sangre  da  'SO  propio 
hip.  Frecuentes  cduspiracionés  estalfaibaiív  en  iodo  e(  imperióv^ 
y;aoD  en  el  mismo  seoo.dc.la'falmilia  reinante;  y  por  do  ^(é¡-i 
ra  se.  descubrían  stntpoias  de  resistencia  qne  cedía  a  lá  la  fuer*-. 
tñ  y  aun  plan  bien,  oombinado  ,*  mas  bien  qne  al  inflnjo  de  I4' 
aaátvHdad  y»ial  bábitoide  la*  nbfdtancia» 
>..St  abandonamos  el  eonitioeatr,  y  nos  trasladamos <á> la  tfn-> 
ti^ftta  ífiglaÜerrauMi  enconiranaafios  una  arístbcraoía  formida- 
ble dlciando  leyes  al  trono». dietando  leyes  al  pueMo  ,  y  per- 
petuando hasta  nuestros  días  su  doikiinid. 
^    No  será  mas  difícil  probar  queden  ni ngn na  de  la^  repúbli- 
cas antiguaffniandaba  el  pueblo.  Aun  cuando  separemos  la  clase 
numerosa  de  eselavos  que  carecía  de  derechos  políticos,  y 'go« 
laba  de  mn,y  pocos  eiviles  ,   aun  cuando  los  consideramos  co-' 
mo;  indigiios  de  llamarse  hombres;  y  sopongamos  que  solo 
éxktian  ante  la  ley  los  ciudadanos  ^   ann  en>  esfe  supuesto  tm 
«era  la  mayoría  de  ellos  la  que  infikiia  en  el  ^dbfernó.  Recor-^ 
riendo  el  de  las    principales  repúblicas  hallaremos  la  verdad 
de  cuanto  va.  asentado» 

En  Laoedenionia  estableció  Licurgo  un  gobierno  mas  po-* 
^|Hilar  que  el  que  despties  rigió  en  aquella  república.  Sin  enf>bar-' 
go,  el  senado  presidido  por  los  dos  reyes^  tenia  únicameclte  la 
facultad  de  deliberaren  los  negoc^ios  gp»ves ,  coala  obliga- 
ción de  sonneter  sus  decisiones  á  la  asamblea  popular,  quien 
pddia  admitirlas  ó  desecharlas;  pero  00  modificarla»  ni  ak^rar-^ 
laa.  Esta  iniciativa  absoluta  ponia  al  pueblo  bajóla  dependen-^ 
eiaidel  senado,  y  no  lo  fierfniíiaoeuparse  de  nada  que  no  cumr 
pliese  á  los  deaeoa  de  aquella  ariiiocracia  coMpuesta  dé  vetn-r 
tiocbo  ancianos^- Pretendió  despuea  ai  pueblo 'arrogarse  ^-de- 
ireehp'  no  ya  de  proponer  las  leyes,  sino  solo  «le  hacerles  áfgHh 
nasennwendaa^  y  únicamence  swvió;  ¿He  OMatode  'pretextó 


Digitized  by 


Google 


i4tñ  RBVIStA 

para  »utor4aar  ea  el  reinado  de  Bolidoro  y  Teopompo  la  crea« 
cion  de  los  Eforo8,  que  con  el  tiempo  se  convirtieron  en  ver-» 
daderos  oligarcas.  Sos  aumerosas  funciones,  parte  conferidas 
legalmente  y  parte  nsurpiflas,  les  permiiiao  sobreponerse  á 
todos  los  poderes  políticos,  y  so  color  de  ejercer  noa  exacta  vi« 
gilaocia  ,  eran  en  realidad  los  principales  gefes  del  estado. 

Otro  tanto  puede  asegurarse  de  la  república  romana.  Oh- 
nocidp.es  el  ascendiente  incontrastable  del  senado  ,   de  aqoe^- 
Ha  reunión  ^de  reyea,  s^un  decia  admirado  el  embajador  de 
Pírro;:   y  conocidos  son   también   los  medios  de  que- se  valia 
para  impedir  la  celebración  de  los  comicios,  cuando  sospechaba  : 

*  que  su  resolución  ha bia  de  serle  contraria*  Las  superstición» 
nes  religiosas,  la  salvación  del  pueblo,  el  orgullo  nacional,  la 
ambición  ,  las  tradiciones,  que  legaban  el  dominio  del  mon- 
do á  la  ciudad  eterna ,  eran  otros  tantos  resortes  diestramente 
manejados  por  la  refinada  política  de  los  pátriciosi  con  los  cua- 
les  [lerpetuaban  su  despotismo. 

La^  democrática  Atenas  parece  á  primera  vista  una  esdep-* 
cion  de  los  demás  estados  de  la  antigüedad.  Aun  mas  que  sa 
constitución  política,  sos  hábitos  y  su  organisacion  social  coii'^ 
tribuian  á  hacer  popular  su  gobierno.  Todos  los  eiudadaaoa 
tenian  derecho  de  volar  en  las  asambleas-  nacionales,  y  á  pe-^ 
^r  de  que  á  todas  susdecisióoes  debia  preceder  un  decreto  del 
senado,  á  pesar  de  que  el  areopago ^formaba  ademas  un  cuer-* 
po  conservador,  instituido  para  servir  de  dique  á  la  anarquía 

^  y  á  la  usurpación ;  á  pesar  de  estos  contrapesos,  el  furor  de<** 
mocrático  lo  avasallaba  todo.  Prueba.de  e&ta  verdsd  son  la^ 
amargas  censuras  deDem¿stenes  contra  la  veleidad,  la  frivoli^ 
dad  y  la  ingratitud  del  pueblo  ateniense^  y  prueba  son  tam-* 
bien  las  delicadas  burlns  de  Platón,  pintando  las  ventajas 
de  pertenecer  á  la  ínfima  plebe,  y  los  inconvenientes  de  laa 
riquezas  ,  de  los  honorea  y  de  un  puesto  elevado.  Uno  y  otro 
presentan  al  pueblo  ateniense  como  á  un  tirano  caprichoso 
que  mira  con  indiferencia  loa  asuntos  mas  serios,  y  que  se  cons-' 
place  en  hollar  á  sus  pies  i  la  virtud  y  al  mérito. 

La  potestad  legislativa  residía  enel  pueblo^  annqoe  debia 
preceder  aqui  como  en  Lacedemooia  un  decreto  del  senado  á 
todas  las  decisiones  del  pueblo.  Solón  no  bÍ2o  como  Lioargo 


Digitized  by 


Google 


ia  tmbtuciíOii'iiObial  necesaria  pitraque  U  ^Consiiiociotí  pu- 
diera ejecutarse.  En  continua  pugna  Id»' poderes' poli lioo»  co» 
los*  poder4i> sociales,  quedaban  sieiüpre  vencidos  los  priMroS' 
yk  Constitución  vacilaba.  Basta  tender  la  vista  por  la  biitoriá 
de--  Ajenes  para  convencerse  de  que  las  asambleas  'popiílarree 
eran  el  único  soberano,  y  qti^  sbid  prbcurándose  en  ellas  un* 
influjo  poderoso  era   posible  gobernar  i -los  atenien^;  Mas 
este  «adujó,  sé'adquiíia  sin  grandes  esfuerauis;  (Jna  niiiobed«ili<^ 
brexghoranle  y  dominada  eselusi  va  mente  por  pasioiie»»  estaba ' 
eiearipreá'  merced  del  hombre  diestro  qué  supiera  c«n»dd«. 
oiría/  Con  pocos  parciales  que  vinieran  en  apoyo  de  la  aiíibf^ 
oiod  mañosa  y  atrevida  cbtenia  sin  dificultad'  una  verdadera 
dictadura,  y  no  dejaba  á  los  subditos  stoo  una  libertad  nomi^ 
aaLl  Aai>  la'4>i¿toria  de  AttiMias^  presenta  une'  sucesión  de  gefes 
c;ODs«niidos  unos ,. sufrido»  otros  por  el  pueblo  ,  y  ninguno  de  * 
elke.  autorizado  por  la>  Constitución. 

;)  ficdon.,  ..legisláddr  supremo:,  gozó  algutí  tiempo  de  un  as^  ^ 
ceüdíenté,  ft:fndado  s^bre  su  méifto  y  «obre  s«is  virtudes' par*-^ 
tioaiafesiV  y  logró  dar  i   su  patria  una  G>iMtituc¡on  y  uria's' 
leyes]  que  bái»  .ioitior,taltzado  su  nombre,  i^ero  aun  citando  * 
8ii6. cualidades  esiulentes  alcanzaron  avasallar  los  ánimos' y'> 
DOiéterlos  ¡í^r  ^1  pronto  al  imperio  legítimd  de  una  aristón 
orada  coAipuesla  de  los'mejores  ciudadanos,  pronto  empegas' 
rotí  á' pulular  las  facciones,' y  sus  caudillos -se  convirtieron  en 
despotasr'atfaagaiido  4as  paüodes  de  la  múcheduinlire.  Etil'us- 
tre  aoéiflíno  vio  próxima  á  desplomarse  láobraque  con  tantoa' 
afanes  babia   termiiuido;  Vio  sus  servicios,  sus  virtudes,  ftus 
cana»,  bunitUiados  por  el  'sagvz'y:  seductok*  Pisistriato>,iystrfr¡ó 
el  lorntentods  contemplar]  al  Áraoor bÉrJarse  Be'  las  leyes  y* 
l¿u;er  obédeccii  sus  caprichpa  en > nombre'  de  ta  libertad.  Ni  süb^ 
petsüaaiones,  tti/su  valor  ,ini  iu}belabridad'alcaiizaron  á  des*^ 
engnüar  al  puéUoy  qpe^  seguía  desliinkbiado  el  -brillo-  falso^'qMí' 
leg^iaboi  á  la  servidumbre.'  w    i  -    ;  .  .  .'  ..    i*; 

i    lio  lardó  el  usurpador*  én  arrojar  la  .máscara  con  qt^ecu-*^* 
bria' sus  designios.  DetpviM  dé  haber  consegoido  <)rganÍ2ai:'con' 
aplauso  público  una  guardia  para  defensa  de  su  persona  ,  y 
después  de  haberse  aj^oderedode la  cjuda^ejia ^.^e.decjarp  gafe 
supremo  del  Estado,  legando  á  sus  hijos  el  puesto,  cnal  pu^' 
Segunda  série.'^Tóuo  11.  Sy 

I  Digitized  by  VjjOOQIC 


448  BBVfStA 

diera  el  cetro  en  una  iponarquía  berediiarin.  Bipta&é'HífM'co 
héreJari)n«.8ÍDO  las  corana  av^  prioeipalea  prlnrjr<^tivaá,  j^ni 
el  py&al  de  los  patriólas  (i)  pudo  acabar  gOq  ia  tiranía*  La, 
sangre^de^llipareo  se  derramó  .tan  .sold  para  exacerbar  á  au 
bernlaoo^  y  para '.convertir  en  opresor  al  ^que  basta  entoitces 
habia- sido  el  bienbecbor.de  sus  pueblos. 

.  Taospoco  lanzó  Atenas  de  su  cuello  el  yugo  del  despotismo 
coo:la  espúlsiott  delosPisistratidas  y  conja  revolución  auscí* 
tada  porX^lísteoes,  La  suerte  llevaba  á  esta  república  á  obede^ 
cer)á:Stts  grandes  hombrea,  sostenidos  siempre  por  un  |iai.ti«<- 
do«  ó  á  seguir  á  lisonjeros  demagogos,  que  capitaneando  ha 
faccioiles  deslumbrabaa  desde  la  tribuna  i  la  muchedumbre 
con  especiosas  promeaaa. 

No  por  esto  se  crea  que  d^conotéo  el  mérito  <de.  mócfabs 
de  los  caudillos  que  ae  arrogaron  el  mando.  Por  .el  cont^ario^ 
estoy  persuadido  de  que  Atenas  debió  el  principio  de  sa  o«l« 
tura  á  los  Pisistralidas,  cuya  obra  coronó  Pé^iclea,  aai'OOiBO  el 
aageodienie  de  m^  fiietza  á  los  grandes  capitabefr  que.dispusie- 
ron  de  loa  destinos  de  la  patria  e»  circukistatwibar  de  «peuro» 
La  facilidad  con  «fue  se  conquistaba  el  poder>  así  cooio  paaa 
en  peligro  á  la  naUtoA  de  verse  sujeta  por  ticuaos  doatrueraresi 
ocasionó  |K>r  foírluna  la  'elevación  de  personágea  disiiógaidoa 
que  die^ron  á  la  república  la  su|>remaoíii  intelectual  de  que 
g^Kaba ,  é  bicieron  de  Atenas  la  metrópoli  de  las  aciea  y  del 
buen  gusto.  Solo  me  be  propuesto  demostrad ;uii  hikfap:  <iqué 
Atenas  floreció  sometida  á  un  partido,  y  cuando. no  «alaba  so-^ 
melída  á  un  partido  era  juguete  de  las  (accionen 
.  Si  buscamos  en.  el  coraaoo  humano  la  esplioa'úiiui  de  estos 
fenómnos»  no /lardaremos. en  descubrirla.  El ibookbre  obedece 
mas  i  sus.pasboe»  qoe  á  su  raeon,  se  sujeta  si»  iriolencia  al 
aseefardientip  de  loa  talentos ,  de  las  riquezas,  ó  de-  las  iwdac-* 
ciooea,  y  ae  conifilace  en  dejarae  conducid  por  4^ieiiei.€aaCÍTan 
su  admiración  y  avasallan  su  volontad*  No  coasullan  para 
obrar  asi  sus  inlereies,  antes  bien  loa  sáci;ifioan  y  se  saerifican 
á  si  propios  'par>.  ceder,  al  irresistible  atfáctiw  de  na  alma' 


(1)    En  AterHis  era  un  cteber  de  todos  los  ciádadaáosj'iikipaésio  por  lés  le" 
y«»i  el  aMiinar  41  niurpador. 


Digitized  by 


Google 


bÉ  MAORflI.  449     ' 

eWraJ*,  de  ún  carácter  inflexible.  Deaqnt  procede  el  que,  aun 
concediendo  á  todos  loe  ciudadaMs  el  derecho  de  rntervetiir 
eti  los  negocios  públicos,  lo  entregan  contentos  al  grande 
bombre  que  se  lo  arrebata,  ó  lo  confian  al  audaz  demagogo 
que  lo  solicita.  En  uno  j  otro  caso  dofuelven  sin  repugnancia 
un  don  para  ello»  inütil,  j  de  que  no  saben  ni  pueden  bt-** 
cer  uso. 

'  Pero  aun  cuando  la  historia  acredite  constantemente  qué 
todas  las  naciones  han  estado  regidas  por  meoortas ,  y  atea 
cuando  este  hecho  se  encuentre  fundado  en  razones  indispüt^a-^ 
bles,  ¿no  podría  atribuirse  á  la  mala  organización  de  las  so- 
ciedades precedentes?  ¿No  podría  sostenerse  que  mejorada  la 
condición  de  los  i^iudadanos,  y  mejor  enterados  ert>  susd^re** 
cbos' adquiriria»  la  suficiente  instrucciol»  patfa  dedidit   eon 
adei^lo,  y  la  independénoia  necesaria  para  consultar  solo  su . 
voluntad  y  no  ser  un  mero  instrumento  éh  la  ageha  7  ¿  Nó  al-^ 
caozarán  los  hombres  aquel  grad.o  de  perileetíiola  moral  tfué ' 
le»  haga  eoa6oer'>sua  propios  intereses  en  servir  fi^mente  al ' 
interés  oomun/y  eñ  tomar  como  norte  de  su  cotidoctla  Ibs^ 
mas  estrictas  reglas  de*  la  moral  pébiica  ?     •>*>'■ 

Masón  fáciles  de  pronosticar  los  adelantamientos  qUé  ál^- 
caüzará  con  los  siglos  el  bombre ,  pero  conloa  datos  que  nos' 
snministrala  propia  y  lo  agen»  esperi^neia,  es  posible  calcu*- 
lar  cuáles  precauciones  deban  tomarse.  Ínterin  los  hombres  se  ^ 
bailen  dominados  por  pasiones.  Si  alguna  vés  llegan  á  éstir*- ' 
parse  del  corazón  humano,  en  aquel  punto  cesará  la  necesi-^  - 
dad  de  la  existencia  de  un  gob¡erno4  Lo  bacen  necesarío  las 
pasiones',  y  para  quienes  obedezcan  puntualmente  los  dictados 
de  so  raaon  ,  están  por  demás  todas  las  leyes*  Asi  procedamos 
á.  iodagar  ai  seria  conveniente,  supuesta  la  posibilidad,  el  mstndo 
do. la&  mayorías.  < 

«Cuando  aoenciérfan  gami^s  en  gran  numero^en  uh'parqae,  * 
dice  Boffon,^se  dividen  por  lo  «omun  en  dos  bandos  opiié^stos^ 
que  pronto  se  baceo  enemjgos.  Eligen  sus  capitaile^vordennkl' 
las  huestes^  traban  la  i)elear,  y  combaten  con  ardot  [iaM  tbo*^ 
aeguir  la  victoria.  ÉenueVan  todos  los  dias  la  batalla ,  hasta 
que, el  l>ando  menos  no.nLer.oso  huye  al  parage  mas  árido  y 
más  estéril ,  y  el  vencedor  se  enseñorea  esplosivanMnté  do  los- 


Digitized  by 


Google 


450-  .   REVISTA-  - 

pastos  ;¡MS  abu(i{)lA<^te9  ^i.del  $il¡o  masi  ventajoso  (li).»  Eplá.ae^ 
rifk  ep  mínOpínioor  la  eXatiSL  piatura  de  uo  esudo  donde  Ik  mar  ' 
ypria.  dictara  Uyes«  Sin  freoo  de  ninguna  és^oié  trataria  i:o^ 
i%o  ilotas  á  suB  rivfile^r  $«i:CondUcla  cateceria.de  tedas  a(|ue- 
Uas  trabas  con  q,ue  JU  ofHtfioo  y  la  fuetza  t»nlíénen  hbsta  á  lo^ 
mas;  inipude(n|f|B  foittgicio^.  Las  ieyes  dicáada»  (ior^ellos  a6  les 
servirían  de  embarazo  *  la  opinión  la  fijarían  en  favor  suyo  so- 
focando, laa  dÍMM&>ones4  y  ni  aun  los  ifemíordimíemos  agita- 
rjau  SM  conoieoitia ,  -(Hjies  las  faltas  de  sus  cotitrarios  y  los  mis- 
mos estallidos  4^  indig^óion  con  que   protestariA»  contra  la^ 
injusticia  ,  serian  mirados  como  crímenes  ,  cbmo  tales  denua-^ 
ciados  al  piíblioo,  y  como  tales  il  fin  creídos  por  sos  indignos 
opresores.  El  interés  propio,  la  idea  .de  la  pro{kía  conserva^ 
cioa  víctariao  al.eabó  el  juicio  de  Ws  vencedoces,  y^iéodosé 
perdidos,  si  dejaban  alcanzar  i  los  vencidos  alguna  libertoHi', 
procurarían  impedirU  redoblando  sus  cadenas.  En.  esta  misd*^- 
rabl^  situacíoii  DO  le  quedaba  otra  esperanza  á  la  meitoría  sino 
aguardar  (l  que  h  injusticia  y.  la.ambíc¡on<div.idieran  á  sua 
opqesppe^ y. y, reforzandose  con  parte  de  ellos  se , convirtieran  a« 
su  vez  en  tiránica  mayor  ii^  Asi /la  vida' de  la  sociedad,  consisf 
tiría  en  una  séi^íe  no' interrumpida  de  re^cdones»  ocasionadas 
todas  por  el  encolólo,  por  Ja  envidia  v  por  eldése^de  venganza,  v 
por  1^1  de  dominar.,  y  .por  repelidos  cénalos  )iara  sacutiir  laki- 
violenta  opresión;  ^auaa  lucba  perpetua  delasinlrigasy.sedue*)! 
'  cióles  y  d^mM'actcMi  de  )a  debilidad  contra  las  violencias  é  ir-<. 
reü^xioo  it  \si  fuerza  ciegst  é  intolerante. 
f  lAfortunadameqte  se!  ventlibresUs  nácioneer  desemfi^amd* 
caliamid^*  La  .n,alOralefa  próvida  ha    puesto  i en  el  .ooraaenc 
de  Ja  mayor. jiarte  «ck  los  hombres  unt  benéfico  desvio  res«*> 
p^cto  dje  los  negocios ^púíblicoe ,  y  solo  en 'momentos  soIeahws*< 
toman  todos  parte  en  la  política.  En  vano  los  acusa  ia.intole*^' 
raacia.de.los,ip£Mr|¡dosd€^  tibieza^ y  de  descuido r ea  <iÍano{ire- 
tendón  ceclut^rlos.^eD  :pno  m.  ea  <oCro  bwdo^  ordinariameoie 
d/fm.ocalran  .j^a  prudente?  esq  o  i  vez  y  desoyen  cautos  las- pet- 
lu^sipnaf  do  M  g«tit^  «pf^AÍ<MAda*  -  >  '  :    .  ,    ...í     . 

...    .    .;':  .  '  ».:      '    .ni  ...,'<..     '■     :.,   •.  ,.;     .  . 

<1)    OStb  de  «eiBoriá.  Ttl  ves  nit  leM  eitH'fu  paMru  'dé  BüfTuo  ,  'pé^» ' 
iMiteamueatas  ton  io^of.    .:..*>•  ,]''"> 


Digitized  by 


Google 


^K   MADRID*  4S1 

Mientras  los  unos  se  despedaslan  á  lo»  otros  siii  {riedadj^'ü^ 
diando  per  et  poder.,  fnientrasemplean  lacalamnta  /Ja  auda* 
cia  7  caantai^'*¿ualidades  buenas  j  malas  bullen  en  el  pecbo 
lái ti|»«ió -para' sjeparar'á' sus  eoot^rios  M  cbmpo  ,  la^áU  de 
la-p^blácioh  se  vie  del  fi|for  dd  )os  oombalienlés ,  cfeft  riqtui»- 
<itt8^  fflimenca»  ek  Eftiadoy  4ü  vida  'f  fríetiA  'al  ti^eitpo  «eciift. 
Aun  en  las  repúblicae  antiguas,  d¿náe  ka  c)udii9danos;0e>*edtf- 
-elderatban'^esdé'Sainaoímténto  Mmo  iiiieaibl>es  *del' fisáite, 
nlondei*'poea' estenskm'del-  territorio  y  4a  falta.de  teguríAcil 
obKgabab.á' todos 'á  -«mrse  para  rechazar. á  los  eMmigos  ints^ 
•riores  y  ésteriores :  «lin  allí  mieaioí  VebioiiMilián  los  p«rtic«ilaitii 
•«ikzolarse  en  lo» negocies  páblicos.  Q4iierténdo''S#lQn:  ^qe^M 
tiempos,  de  revueltas  míks  00  permaoeciífsen  id  bonabMB  ^ 
•homrados' fríos,  esp^tadores  de<  la  contienda-,  siíio  qee-KÍroa- 
sen  parteen  ella  yempleafffip  el  HiflttjO'de'Bnas6endieáUí>eoii*- 
^rarlos' agita^^M^  délas  sedieibnés,  tuiFO  <|tté  |naádarl*>flMÍ 
oonminaado' oen  pena  de  la  vida  á  quienee '  desobedecieMp 
-este  precepta  No*  es  del  easo  eiatqinar ,  Ceilio  Íhhi  beohoial*- 
giMos  pablicisias,  la'conteniencia  díB  aqudla  ley;  pero- ^ 
una  prueba  irrecilsable  de  la  repugnatiéia  con  que  miraba  >&& 
gente  paoiRca  de  Atenas  el  afán  y  kis  riesgds  ineepaVaMes  de 
(los  debátese :a¿aloradqK  y  de  las  drseordíatf  intesfitfasí     '     w(  ; 

Supuesto  que  no  es*  posible  ni  conveniente  la  intervenctón 

•en  el  goburvode  Ja  nación  entera,  ni  de  la  níayorfa  de  -w^ 

•cindadanbj,  veamos -^ienea  son  los  que  se  arrogan   el  dere*' 

ithosfe  dirigir  el  Estado;  y  q^iienes  ^.realidad loejerced*    ..1 

'  'Asi>{^mo  algunea' hombres  se  distinguen  por'sn  aiptitM 

pira  los  eatodiok  ó  las  artes  útiles ,  y  una  inclinación  f#ft8Íe<- 

iible  los  Ueva  á  Gulttvarlos »  asi  también  otros  ^  no  lááos\  ée 

sifensefifCoo^^seDS:  óé  brillar  sobre  el  horizonte  •  poUlieo  y  de 

-firosperhr  aspirando  á  los  puestos  que  su  mérito  respectiva  lea 

.permil^i 'olcanifir.  Ni  loé  unos*  nirlosi  otros,  desmerecen  té  Ipp 

•ojoa  del  observador  imparcial  siguiendo  las  iiispíracioiMS  deiio 

ánimo  y. eligiendo  pak>a  servir  al  Sstado^  ^1  caminq  pet^ea|de 

.oon  ^a&  seguridad  pued^ni  llegar  al  tái^mínio  por'«ad¿»'a{iete«- 

•cidb.  Si 'los. hombres  pábHcos  puede»  motear  á  los^  ioduairid^- 

'  sosapelUánMesi' .•  :!•..-;.        -  'U-iiri-.U 

Aniwun  mi  magh^e  laitdis  egifttes^  ••'  .  --Jt»  ••♦,. 

YiRGiL.  /En.  1.  V. 

Digitized  by  VjOOQ IC 


4S2  mBVISf  A 

cftioft  á  6u  yf&  puedan  cooteslarlra 

Nec  vucit  mole  qu¿  vivens  mpriensqm  feftíUu  , 

HOKAT. 

Dedicándose  á  U  política  úoicameate  las  persona»  dotadas 
4el  celo  y  de  las  cualidades  propia»  para  tait  noble  objeto ,  y 
tío  aioBdo  posible  qi^a  loda^  eltaa  ooncuerdeo  en  los  medioai 
ai  taaipooo  que  todaH  saftisfagan  su  ambición,  deben  dividirae 
en  handoSf  C^nio  sea  impractieable  qne  diversa^  opioiooea  alt> 
icaiioeD  el  úiuofpf  ae  agrupan  sin  esfnerao  cuantas  tienen  en- 
tre ú  maa  afinidad  y  se  reúnen  para  preacer  á  sus.adrersariós. 
De  a«|tti  nacen  diferentes  4 ransaccipnes  hasta  i^cnir  á  parar  en 
idos  partidos,  representantes  úhioios  de  todaa las  ideas  ique  Inrt 
4>lidn  en  la  sociedad  para  obtener  el  mando* 

Hatos  partidos  existen  en  las  daciones  dood^  el  despotismo 
no  acalla  los  aeotimientoa  uainralesdet  corazón  bomano,  y  no 
auprime  la  pelea  obligando  al  enemigo  á  desistir  de  su  pro- 
póaito.  Se  descobren  sin  embargo  aun  allí  mismo  síntomas  de 
resistencia»  aolo  que  en  lugar  de  las  disputas  violentas  esta^ 
lian  sedicionea  y  moiines «  y  en  ves  de  argtíir  con  rasoaes, 
Contesta  la  autoridad  con  sables  y  con  cadalsos. 

No  deían  por  esto  de  ofrecer  inconvenientes  loa  partidos. 
Con  ellos  nacen  la  presunción  y  las  esperanzas  ilimitadas;  con 
«Iloa  el  mirarse  los  afiliados  como  una  raaa  privilegiada,  á 
quien  deben  los  decaas  pbedeeer  y  acalar ,  y  con  ellos  el  con** 
aidevar  á  la  nación  como  un  patrimonio  suyo»  El  conoct«> 
miento  de  la  propia  fueraa  les  llena  de  orgullo  y  les  da  una 
idea  de  auperioridad  sobre  todas  las  clases  del  Estado.  Parte 
4e  eslAs  inconvenientes  los  báce  desaparecer  la  misma  rivali«r 
dad  d«  kn  diversos  bdndos^  los  que  se  ven  {vecisados  á  bnacar 
auxiliare»  «ntna  laa  personas  indirerént^s,  y  para  atraerloa 
uodifioÉQ  sus  opioionesjaai  como  el  mutuo  oontraste  les  obli- 
ga también  á  respetar  las  leyes  y  los  pi^incipios  de  justicia. 
J^eo  aun  tomados  ea  cuenia  los  males  que  causan ,  son  ven* 
-tajeaos  los  partidos  para  los  prc^resos  de  la  civilaoion. 

Los  hombres  que  blasonan  de  imparciales-,  mudos  especta*-^ 

•dores  de  la  guerra  que  coa  toda  clase  de  armas  se  hacen  los  ban^ 

,  dos  politioos,  encuentran  ridículo  tanto  estruendo,  fantioforor  y 

tantas  exageraciones,  y  quisieran  que  la  nación  mirara  con  d^- 

Digitizedby  VjOOQIC      • 


pmciaihiB  desaqocd^dos  combalieotes,  y  aleodiera  por  i|(  mniM 
4  flU  prppia  felici^afL  Declamao  de  continua  contra  loa  partidos 
y  li^  dtribuyea  lodas  U9  cajamidades  públic^t^  Ha&^  cierto 
puqio  tienen  ra^n,  fiorque  cuanto  áqoptece  'de  bu^i^.  y,  d^ 
m^lo  86  hac^  baja  el  in&ujo  de  un.  partido  y. porque  h^  paaior 
ne^  son  siempre  ridicala^  á  loa  ojos  de  la  fría  razón ;.  pero  1<# 
Calt^'dernoslrar  que  sin  ellos  la  sociedad  ganaría ,  lea  falla  de- 
jH9Pftlrar  la  posibilidad  de  que  no  existan.  Mientras  se  limiten 
4  Unaar  anatemas  contra  un  becbo  necesario  que  trae  aM 
^rͣK4 /del .  eorazon  del  bombre,  pierden  misesablemente  e^^ 
iiempo  coma  si  se  ocupasen  en  desfogar  au  enojo  ^air%  -loa 
^q^perales  q^e  arrasan  las  campiñas. 

Aunque  los  partidos  se  atribuyen  el  derecho  do  dir^i#,  lea 
«aciones  y  de  disfrutar  de  las  veaiajaa  inberenles  al  poder,  no 
^r  esJso  se  crea  que  disponen  á  su  arbitrio  de  los  recursos  dsl 
Est/sdo,  y  que  pueden  mandar  caprichosamente.  Esto  aconte-i^ 
Iberia  si  la  socisdad  entera  se  ocupase  de  Ja-^polttica,  y  el  b^i^lp 
ir^ncedoc;  00  reoonociera  ninguna  otra  fuerza  capaz  de  repriT 
mirJp».  Pero  como  los  triunfos  cooseguidoa  en  semejantes,  lír 
d^s  sQp  SJ9I0  iriunfos  polkicos»  y  quedau  en  pié  sin  tomar  parte 
en  J^, ^pntienda.  los  poderes  sociales,  si  el  iosolente  yepcedor, 
jdesvanecído  con  la  victoria  intenta  abusar  de  Ips  favores  que 
la  suerte  le  fa^  presentado,  se  declara  por  el  vencido  aquella 
..temida  reserva,  y  confunde  el  orgullo  de  los  déspotas  debitéis  y 
jK¡dicuIos.  De  aqui  nace  el  que  cuantos  se  bailan  alistados  en 
]as  diveísaff  bfinderias  beligerantes  ,  encubren  siempre  sus  dei- 
aigujoa  con.  frases  pomposas  de  utilidad  pública.  Al  escucl^rr  , 
los  se  creerví  que  el  únjco  (in  de  sus  esfuerzos  es  el  de  sacri- 
Qcar^e  en  prbvjecho  de  sifs  conciudadanos,  y  que  las  miras  dp 
.partido  y  de  interés  personal  son  para  ellos  nulas.  G>mo  tte-- 
l^q  constan  I  emente  á  la  vista  uti  juez  severo  é  inflexible  >  car 
paz  d^  tomarles  rigorosa  cuenta  tle  sus  desmanes »  respetan  I9 
justicia  y  respetan  los  derechos  basta  de  sus  mismos  con/irar 
tiw%.y  si  abusan  de  su  posición  es  so^  en  ocafiooes  de  pogp 
n^9^^pto,  y  q)»e  00  {Hiedan  ocasionarle?  su  propia  ruipa* 

Creo,  pues,  necesaria  la  existencia  de  loa  partidos^, y  crep 
que  en  toda  nación  bien  gobernada  ba  de  ap;untf  r  y  4^.9^^** 
.volverse , ese  principio  de  división^  pero  no  creo  9opaO|OSiucbos 


Digitized  by 


Google 


4^4  RBViíTA  •        . 

Jesgan  fíicrtbte  el  darles  una  ífircccion  ar\)ilrarid.  Macéh  con 
las  circunstancias,  se  alimentaA  de  las  ideas 'actuarles  ;y  élrgeo 
por  geks  á  lo&faómbr^s  que  represeatan  la  ¿jioca'de  su  vida^ 
Guapdo  varían  las  circunstancias,  cuando  cambian'  las  ideas, 
los  partidos  ¡sé  desmoronan  j  con  sus  restos  se  fonñail  btros 
nuevos,  con  nueyos  gefes  y  con  nuevas- banderas.       ' 

.  Siendo  los  partidos  hijos  de  las  circtinstaucias^  es  i  nú  í  i)  el 
gritar  contra  aquellos  tn'ientras  estas  no  se  alteren.  La  única 
maneta  dé  influir  poderosamente  en  su  organización  y  en  su 
naturaleza,  es  el  preparar  una  mudanza  en  el  estadd^dte  cosas 
que  les  han  dado  erigen ,  y  si  llega  a  cotiseguirse,  ellos  mis^ 
mos  se  desplomajrán  por  su  propio  peso,  y  los  reemplazarán 
'Otros  ácomodardós  á  (a  nueva  situación.  ■ 
'  Es  verdad,  que  asi  como'  eh  la  litci^atdi^a  síé  iiíSiroduceii'  á 
^Veces  pensamientos  estraños  á  una  época  determinada  ,  pensa-r 
üiientós  qué'  pertenecen  á  una  civilización  distinta  , 'apoyados 
éú'lÁ  autoridad  dé  eminentes  esbriiores,  y  sé  forms^  una  és- 
cuet^a  académica  que  pugna  con  los  h<íbitot  de  la  generación 
para  quien  se  emplea,  asi  tatl^bien'  suelen  adoptarse  en  politicé 
ideas  de  otros*  siglos  perpetuadas  por  la  pedantiei'ía  de' los  unos 
j  por  las  pasiones  délos  otros,  y  combaten  algUn  tiempo 'en- 
tre sí  los  hombres  por  quimeras  irreaiizabfés.  Más  seme^ 
jante  estado  es  dcmasiatlo  violento  para  que  seaf-de  larga  du-*- 
tacion.  Las  pasiones  al  cabo  se'amottíguan  ,  el  enitistasmo  se 
evapora  ,  el  desengaño  induce  á  desear  bienes  positivos,  y  en- 
tonces se  abandonan  las  ilusiones  y  se  va  en  busca  át  teali-^ 
dades.  Desde  aquel  punto  pierden  las  ideas  estra ñas  todo  aa 
atractivo  y  se  les  sustituyen  otras  mas  en  armotira  con  las  nc'- 
cesidadés  de  la  nación  y  con  los  intereses  de  sus  .individuos. 

Asi  aconteció,  pata  valermé  de  ejemplos  doméstíc(](s,  en  Ca- 
taluña y  en  Aragón,  donde  en  la  edad  media  penetraron  los 
principios  repitblicanos  importados  de  las  repáblicas  haliaitas, 
con  quienes  estaban  en  estrechas  relaciones  de  comercio.  El 
'sistema  feudal ,  mas  robustecido  all!  que  en  Castilla  ,  tecfaa- 
zaba  tales'  iuDOvacidnes  t  y  asi  la  tea  incendiaHaC  cay6  éntftSe 
*materias.poco  combustibles  y  se  estinguió  brevemente.  * 

Mas  pábulo  encontró  en  Francia  el  fuego  de  libertad,  que 
nunardé^en  los  grandes  modelos  legados  por  los  eiicriioFas 


Digitized  by 


Google 


PB    MAÜfttB.  4^^ 

«totlguds.  La  imagíhacron  de  los  franceses  se  encendió  cod'  Ia% 
heroicas  bafiaiftas;  cmi  los  sacrificios,  con  las  máxiioa^  sWhílrmfé^ 
<}ue  ebhsérVati  loíhhióthádres  de  6r«tía<y  ele  AoM*v  Aqüeik 
«btaegáctdn  desf  riíirsnios,  aqtfet^cbn^iderársé  iW  citidadanM 
í6din6'nileAríbn>s  idel  Estado '  qiie'' debían  cdrtatse 'óüdrido  tá 
«consertacion  deí'cueriSb  soóia)  íó  e^igiefae ,  lee  (>atfe¿ía^él*  edil' 
lAódé  la  grandeza 'á'que  podra'  llegar  la  especie -fan^nitftlti.'To-^ 
inaban  á  la  letiraf  tas  iñas  exagéifádá^'^elilaittacion^sv!  féé^^ 
'}ahibk*ados'  poi*  el'  falso  brillo '^e  hfecbos,  qne  tai  ier  «nrtcá 
-bayM  «xistfidb  de  Ih  manera  qué 'han  Uégadd  á  üüé^á'HdtiC 
^iá',  seiiíclioabah  ton  preferencia-^  los 's^n  ti  ni  teneos  mas  ixeit^ 
tados,á  las  prácticas  mas' austeras  yernas  a^afts  dfe  nüéstl*¿ 
ctvilizacion.  .'••  •     ■  :  :i «  i  i»  .    .     -j 

Na  por  todas  láSi  repiibíteas  dé  la  antiguetlad  seiitián  Igüttl 
interés.  Mirabap  con  .desden  lacaltnra 'j  la  iol-nptnosidad'db 
Atenas,  y  encomiaban  la  aspereza  y"ir¡gidee  dé  Ids  lacedcnro^ 
nios:  «Nd  la  felicidad  de  Persépolis,  sino  la  de  Esparta 'ostfe*^ 
mos  ofrecido,»  clamaba  un  orador  desde  la  tribuna ,  y  estab 
palabras  deniuestrao  sobradamente,  que  no  tm  p^iticipio  so^ 
ciar,  sino  un  principio' abstracto  y  caprichoso  guiaba '¿'aque- 
llos frenéticos  reformadores.  •'  •'  '.  • "  t 

Sostiüvobé^  sin  embargo ,  esté  ^érlig^  ñíás  de  lo  que  era  dé 
leáperar,  y  pféd'i^o  éctós  gloriosos  de- hefdismo  alladd'de  crl^ 
'  itténes  horrendos,  tnengüa  y  bsíldon  de  na'  piieblo  uán  civiH-* 
túdú,  y  escáldalo  dé  las  kiacionee  de  Europa.  Maí^éséngaBá^ 
rbnse  al  (Ln  los^rí?moá  menos  obcecados  y  ecbaron  dé  ver  tít 
«aós  en  qué  se  encontraba  la  patria,  y  la  próxitún  disolocioá 
díel  Esladol  Abandonaroii ,  aunque*  tarde,  los  pfínficipios  pér^ 
turbadores  del'  orden  ,  y  anhélairdn  portel  término  de  la  mas 
viólenla  y  mas  destructora  de  las  tiratilas.'^  r  •  ' 

Algo  mas  pudiera  añadirse  si  fuera  oportnho  báócl*  apKi*á> 
cfionesá  la  historia  cobtempoi  anea  de  nuestra  Eipaña.  Ifb  se4 
ria  imposible  probar  que  la  fácil  caida-de-los  partidos  pólfi^ 
cbs  reformadores,  en  los  a5ob  de  'i4'y  a3,  díménd  prihcipat^ 
medite  de  haber  buseado  un  apoyo  en  ideas  éslra'nas 'á  ^íéé  so^ 
'ciédad  españéla,  der  no  haber  it^teresado  por  lo  tcintb  ''en  '^ 
defeiM^it  -á  b  parte  mas  ftirerte  y  numehosa  d4  h  nkcíoú ,  y  áé 
nóhdber  sabido  éscitar  aun  en  stfi  ttiitfioa'itfantettédore^'tHH 

Segunda  serie-^Tom  II.  58 

Digitized  by  VjOOQ le 


456  KxyisTA 

sipnes  eoérgicaa  capaces  de  inflamar  4.1a  mucbedúmbre^  n'ju^ 
mas  bien  un  entu^iaiiúo  faclicro  j  calculador,  que  solo  pror 
duci9,l|aiB9iradjBS  deslumbradoras  y  pasageras.  Tfioibien  podría 
sin  esfuerzo  demostrarse  q^ie  en  el  año  de  i^^ni  e|  par|J4o 
nnoderado»  ui  ^1  e^LaUado  so^niao  princtf/ios  C^jp  .orjgea 
f (tese. debido  9  aüestra  situacifoii  peculiar,  sino  4  id^As,  unaa. 
jeac(;ÍQI»aria8,  otr^s  desacreditadas  por  la. espepiexucia,  j  nio*^ 
gu^Aas  propias  de  du^ri)  suelo.  Asi,  fallos  de  «oxiliaces  po*. 
derpsoSf  )o^  triunfos  erao  eftmeros  -y  l^s  derruías,  p^mpléta^,. 
Ya  por  úUimo  la  oacioo  se 'va  i^cercandok  á,los  Iñudos  |iqilílí4^ 
jCOs  y  estos  á  su  vez  olvidan  las  teorías  abstrac!ias,  consultan 
]as  necesidades;  pái)licas,  y  buscan  lo»  medios  mas  acomodado& 
para  obtener  el  mando.  Podrán  emplear  en  ocjsiouea  ar- 
mas vedadas,  podrán  consultar  m£^$  i  las  pasiones  q^ei.U  ra« 
imn,  i)ero  cada  día  son  mas  nacipoabs,  y  cuando  los. d^eseng««. 
Aos  les  bagan  conocer  que  ios  únicos  cimienios  sóKdos  para 
asentar  el  poder  son  lajusticia  y  la  legalidad,  en|<}ncesse  ba*^ 
rán  cruda  guer;*a  entre  si,  pero  guerra  de  caballeros «  no  guet- 
ra  como  basta  aquí  de  aleves» 

Dejando  á  un  lado  la  cuestión  actual ,  cas¿  siompra  en0r« 
josa  y  estéril,  tendamos  la  vista  bacía  el  porvenir,  y  examine^, 
mos  cuál  debe  Ber  la  natural  propensión  d^  Ips  partidos  cuaa- 
do  lleguen  á  verse  Ubres  del  fanatismo  y  de  las  preopU|ia"- 
ciones,  qiue  en  la  ocasión  presentadlos  descarrian^  Es  mía 
demencia  ^l¡. persuadirse  de  que  cuanto  existe  ^  bueno  ^  y  d^ 
que  ocTq  lo9  medips  actuales  de  gobierno  |>odráa  regirjs^  jarga^ 
lieilipo  las  naciones.  Nunca  ha  heipho  sentir  su.  influjo  tai^ 
apresurado  el  ala  incansable  de  la  edad-  Nunca  el  torreutecte. 
los  anos  se  ha  despf^ado  con  mas  violencia  arrastrando  coni- 
sigo  las  instituciones,  los  bábito^  y  los  principios  mas  firmer 
mente  reconocidos.  Ese  disgusto  de.  lo  pr«^nte.«  ese  anhela 
por  imejprár  de  suerte,  ese  instinto  de  perfectijbili.dad,  el  notas  oa- 
ble  atributo  del  homhre,jama$se  ha  manifestado  con  mas  eücfk^ 
isia*  Cada  dia  se  hace  uoa.nueva  invención  que  tiyistorna  todas 
h^  i^eas  maa  acreditadas,  que  altera  en  su  esencia  la  manera 
de  aar  de  las  soci^edades  »  y  que  prepara  «na  é^asidaralile  va**- 
riacion  eo  todi^i  Ip  existente.  Y  cuando  las  fortunas  tollas «  el 
«ipndo  .motero  «ftavaráal  aa  hallan  sujetos  á  altemcioües  rápida» 


Digitized  by 


Google 


]p  de  ta^o- ^.vUpi ,  ¿podremos  eeperaf  que  el  mmidó  moral 
peroianeaioo  ^ooidriU  porque  asi  cumple  á  nuestros  dcseoa? 
No,  esto  no  es  posible,  ni  aunqae  fuera  posiUe  lo  ^timaría 
JO  conveq'^pie. 

.,,  £p  nin^op  parií^do  de  la  historia  se  ha  a|>licado!Con  iamo 
empeap  poonoeoel  presente  el  espíritu  de  eximen,  y  el  resut 
.Sado;iegQjrQ  flc(l  examen  es  desti-uir  todas  las  ilusiones  fonda- 
das en  el  influjo,  del  hábito  ó  en  cualquiera  preocirpaeion.  No 
perdiendo  de  viste  esta  verdad  aera  fieíl  caieolar  el  'rombo 
que  seguiré  le  aociedad  en  sus  prp|pesoB  rútoros,  y  una  Vefc 
ealonlado  por  él  delMráe  guiarla  quienes  pretendan  dirigir  (|1 
Eátada 

:  La  generación  actual  se  enéuentrp  en  el  •tránsito  deles 
^)emplicadas.  monarquías  sticesora»  del  sistema  feudal*,  á  un 
orden  de  cosas  que  no  es  dado  ae&alar  delerminadaflseDte>',  si- 
.Bo  solo  indicar  de  una  manera  vaga  j  eonfusa.  Lo  que  ha  de. 
distinguir  esencial asíéq te  la  nueva  sooicdsd,  ha  de  ser  el  soatt- 
toir  á  los  antiguos  medios  de  gobierno  fondados,  en  las  pasicí- 
nes  sugeridas  |ior  la  respectiva  organiaaoion  social »  oíros  que 
leiigao  por  basé  laraxon  y.  el  cálculo  i  en  vez  de  apoyarse  los 
nuevos  gobiernos  sobre  ilusiones,  descansarán  sobre  realidades. 
No  sé  ai  este  cambio  será  ó  ao  ventajoso  para  la  dignidad  ha4> 
inana;  peromepareÍBejududableqae  ha  de  verificarse  al  cabo« 
Las  naciones  vían  ibrnoiándo  una  especie  dé  comunidad,  es-^ 
Uecbao  cada  día  sus  laxos  recinrocos ,  y  sé  persuaden  mas  y 
mas  de  que  la  prosperidad  de  la  ona  nodafta  á  la  otra;  antes 
bien  deque  la  agena  opulencia  don  tribuye  al  propio  engrande- 
cimiento. Sedesiroye  por  instantes  aquel  sistema  esclusivq  qqe 
coaveftia  en  principio  la  inútne  envidia,  y  que  hacia  enemigos 
irreconciliables  de  dos  estados  limítrofes ,  cuya  aoerte  heresa-»- 
naba  la  naturaleu. 

Los  partidos  políticos  que  quieran  tener  vida,  deben  pro«- 
tejer,  nooonlrariar  este  grao  movimiento  social.  No  oponerse  á 
las  reformas  porque  son  inevitables,  rechaaar,  sí,  todo  acto  re^ 
volocionariotcoyo  resultado  inmediato  sea  el  despojo  y  lain*- 
joaticia.  Bespetar  los  bebhos  ooosnmadaa  eupndo  su  revocacioii 
ofnezba  graves  incoo vetíientes,  peno  reporar  en  lo  posible  lol 
danos  irrogados,  y  oandqnar  mexorabíemesiie;  los  principios 


Digitized  by 


Google 


4^8  UlEtVSTA' 

antísociale»,  aiin  cnándo  la  prudencia  haga  eallar  i  la  éétkiír 
n  .  sobre  los  hombres  que  los  bao  .[ífofescMo,  y  ^bre  aüs  flo^ 
dottés 'qfmkígnieútesi    ■'"  •  *¿"   . 

Deben  por  úllimo   ca antas  personas  ejerced  itfSttjó  en  l<ts 
partidos dejá^rse  de  mezquinas' preocupaciones,  y  cónÚiiitno  fir- 
-¿ley  éxecito  dé  pasiones,  dirfgir  sus'ttiradas  áló' futuro.,   y 
•adoptar'todo  principio  fécuhdó',   todo  princiiiio  iode[)éttdiéBfe 
^de  oircbnetancias  irtiiisiforías  ,''t  q»e  omzcá  porvienir.  '•  * 
c  !,iiSin  tvaspásar  esto»  limites  ,  lea  queda» deti tro  de^M^veoiiMp 
apbr^p  terreno  á  ios>partidos  para  lidiar  y  para  dispuiaraa  al 
;poder«  Un  Viú^número  de  cuestiones' subalternas  pves^otao  abun- 
dante materia  de  discusión,  y  la  distinta' menera  de  resolTefiaSy 
c4fcFá>nioUiiéipaha  a^ruparBe<ios'honfbres«n  diJPeae»le$  baádos» 
ri|r'p4ra,procutararrebaiai*66  los  goces  dé  la  vida  pública,  de«q«e 
■•uo.es'dado  disfrotar  á  todos:  al  inianM»  tiempp. 
.  ()   tlia  ca«0R  ae  vé  acabada  aíuisqoe  uunca  boy ^ia  en  las  naéionei^ 
-TÍMe^ííiitimds  rclacioiicaeBtresí»  y  la  opiwiba dominante «n  la 
ttDa^infltiyepode^Qsameote  ealasdemás.-  Cuando  lospueblosoe 
bailaban  ea  un  estado  do: mayor  independei)cia;ntoral ,  ím  er«» 
.reres  acreditados  en  uno  de  ellos  ejercían  por  largo  ^paoio: su 
.iaiper¡b,.£Ía  qurlos  hombres  obcecados  echasen' de  ver  lea 
•naales  q««  ocasio0aba,  ni'ol  abismo  donde  se: 'bailaban  sumifr- 
do&.  Afti  se  perpetuó  entre  noaotritís  Imiraraosa  administración 
establecida  porkb  céyes  católicos,  jdorraate  la  dominación  aus- 
triaca  coáAinoó  aniquilando  la  óietrdpoU  y  las  colonias  ,  y  ao«* 
lo  respiraroii  nucatroa  dikttados   dominios  cuando  IjS  casa  de 
>Borbon  aligeró  algún  lanto  el  enorme  peso  que  entorp^ia  tos 
progreso^  dc' nuestra  civilización  y  riqueaa.  Siibsibliefoa 'm 
; embargo  loa  i^rincipios.  destructores  v   aunque  dj^mioñídaa  wa 
■eottsectieociaa  ,  y  la,  nación  cobró  aliento  siá  alcániar^aons  la 
importancia   que  prometen  la  estension  de  su  territorio  y  la 
ferapidad  de.  sá. suelo.  ' '!  . 

En  la  actualidad  seria  oa»  imposible  esto.  La  rardad  en*- 
cnentra  donde  quiera  partidarios^  pero  el  %rror  solo  se  enseJ- 
-ñoreá  .donde  circunstancias  extraordinarias  lo  4Mcen- naeép  y 
.'propagarse:  seuMiiaotn  áiaquellas  epideáiiai  qub' dabástan  >iiii|i 
provincia^  nlientras  q^; en. las  demastao  goza>dela  sfilntl^oaiaB 
Gümpládfi.  Si  opi«ÍQneá;Í9rróoeas  Itegán  á  cobrar  yoga  en  <al- 

Digitized  by  VjjOOQIC 


DB#tfAMtO«  4^ 

guna  parte,  s¡  un  partido  político  las  adopta  por  bandera,  no 
se  acobardan  x^omo  antes  sus  opositores ,  se  animan  por  el  con- 
trario con  el  aplauso  de  las  personas  entendidas  de  otras  na* 
ciones»  y  redoblan  sus, esfuerzos  para  hacer  triunfar  una  causa, 
cuyo  éxito 'no  les  parece  dudoso.  Desaliéntanse  á  su  vez  los 
adversarios  y  no  pueden-  ac^ll^  la  discusión.  El  fanatismo  y  la 
intolerancia  pierdeB«ii  kopolso  irrmstíble  »  y  tan  luego  como 
sex^alma  el  frenesí  de  las  pasiones  queda  la  verdad  vencedora, 
y  recobra  su  lejiíimo  imperio. 

Por  lo  tanto,  aconsejarla  una  y  mil  .veces  á  quienes  capita- 
neen Ipf^l^rtidoft  políticos,  que  •d¿$<:^ig^  Icis  «fgig«stípArs  de 
un  amor  propio  mal  comprendido,  y  abandonen  con  decisioa 
todos  los  principios  que  no  puedan  prosperar  en  las  socieda^ 
des  modernas.  £1  verdadero  amor  propio  debe  tener  por  ob- 
jeto triunfos  definitivos  y  estables ,  no  ventajas  incompletas  y 
ti^meras  que  balagán  por  un  momento  la  vanidad .  para  bu-* 
miliaria  después*  vergonzosamente.  r 

Re^^umieado  iodo  lo  dibhot.ADeste  artículo,  oreo  haber 
l^robado  qoe  no  es  ()08Íbit  w  conveniente  elteaniló  ide  h  tnd-* 
yWía  tHÍmerica  de  bna  nacioá:  que  la  tñitibría   éhcárgfadá  *áe 
dW'igir  lós' asuntos  polhlcds ,  se  divide  naturalmente  en  .dos^ 
paHidos  principales:  y  qiie  para  prosperar  cualquit^ra  de  ellosi 
es  indispensiable  ,qije  adopte  principios  ,fepun()p^  y.  a^QoímodÁr-' 
4os  á  las  spcÍAda4es:  modlernas^  Deben,  teiie;*!  prieaéaie  qué  el 
cUnuor  UAÍversál  .del  si^^lo  pide  reformasi,  pide  n^elantamtéti- 
toa;  mav-taas-kiea  cfub  sin  una  or^anrtláciotí  'f^oUti'ca  fuerte  y 
eAGtffe,'y-^iH  conservar  <ion  empeño  el- órdieh, publico  seráii  ^s-j 
tSriWsUs  ésftüerzós.  liras  rancias  instituciones  ,'  los.  abuso§  do. 
tóelo  género'  se  irán  desmoronando ,.  y  ^e  veudMu  ^Vc?Í9i  P^  M* 
própip  pieso;.  pero  no,eropujemo&,cistps.cádMCoS(,^>fí9ÍM.8ahre. 
la. sociedad  :  no'  la.>Ai>ulCfmoi  ^pruitentenaeni»  debajo^de  sus' 


eaeombros. 


*     /ose  Morales; SANTurfiBBAN.  f;,! 


i  I 


i 


Digitized  by 


Google 


4So.  RKVVrAi- 


M 


L-    .      ■ 
_    _  a  campaña  de  prinia?era  ba  comensado 

por  fin  bajo  lo$  maa  favotables  auanicioa.  La  impaciencia  de 
nuestros  soldí^dos  y  del  caudillo  ilustre  qtie  lod  dirige  ou» 
pudo  refrenarse  basta  la  IWada  del  buen  tiempo,  y  eomedio 
de  lo  riguroso  y  crudo  de  la  estación  ba '  llevado  á  cabo  ya 
empresas  importantes.  Secura  y  Castbllote  bao  sucumbido, 
y  en  sus  escdmbros  y  ruinas  manifiestan  á  lá  ye%  la  im|)oien- 
cia  de  la  rebelión  ,  y  la  suerte  que  la  aguarda  en  his  demás 
guaridas  éo  que  se  halla  todavía  atrincberada.  Escusamos  re- 
petir que  en  esta  guerra  fratricida  mil  veoea  maa  desiaria^ 
raos  un  desenlace  amistoso  y  conciliador,  que  los  iriunfos  mas 
brillantes  y.  completos:  nos  duele  mucbo  la  sangre  que  por 
uno  Y  otro  lado  se  derrama;  porque  una  j  otra  es  española: y 
nos  duele  ahora  mas  que  nunca  porque  la  consideramos  der- 
ramada en  vano ,  en  una  guerra  sin  objeto  ya  y  sin  por?enir, 
y  que  solo  puede  sostenerse  por  los  resentimientos  antiguos.* 
El  carlismo  ha  muerto  en  los  campos  de  Vergara »  y  nada  es 
capaz  de  volverle  á  su  vida  y  vigor  primitivos.  Sus  partida— 
rios  podrán  aun,  seguramente,  dilatar  la  pacificación  general, 
podrán  por  afgun  tiempo  retardatr  la  reconciliación  de  loa  es- 
pañoles, hacia  la  que  por  todas  partes  se  descubren  tan  pro- 
nunciadas inclinaciones  y  tendencias;  y  |X)drán  en  fin  tener  la 
funesta  gloria  de  ser  los  iillimps  que  hagan  á  su  patria  el  gran 
bien  de  restituirle  su  sosiego  y  paz  interior;  pero  impedir  el 

Digitized  by  VjOOQ IC 


|)S  WAtniD.  46t 

exTio  ínhTificnle  y  seguró  de  1«  conlictida  ho  e«á  en  manos  de 
nadie.'  Cxiarilos  esfuerzos  s^  hagan  con  este  objeto  serán  estéri-^ 
Us  ¿Infructuosos /y  solo  servirán  para  que  nuestros  soldados^ 
tengan  nuevas  ocasiones  desacreditar  sü  decisión  y  valor. 

La  campaña,  ba  comenzado  |K>r.la  i^nibiístida  y  toma  de, 
Segfirai.íís'i  convenía  poi^rasoiieá  mili^aret,  tomadas  de  la  no^ 
sicion  de  aquel  fuerte,  que- obligaba  á  iiuésAra  línea  i  4ila« 
tarsc  en  gran  manera,  y  de  la  nrgeole  necesidad  de  proteger 
e\  pal»,  que^n  gnarnicióh  óprimia;  y  asi  cra'ademas  precisó 
para  disipar  enteramertte  la  especié  de  mancha  que  se  hab^a 
faecho  recrfei*  sobre  nuestros  soldados ,  cuando  hace  algunos 
meses  se  les  hizo  retirarse  delante  dé  sus  murallas. — El  23  de 
febrero  sdlió  de  Muníesa.el  cuartel  general^  segpido  de  las. 
baferúis  y  división  de  vanguardia ,  á  pesar  del  ma»  de8hecba< 
Cempofal,  y  en  el  bíboio  día  se  biso  un  reoono^kínaieoto  sobre 
el  castillo ,  y  quedó  formalizado  el  sitio  :ie)  si5  ar^HeUaban  ya* 
=cof»clufdas  las  baterías  y  en  disposición  de  batir  el  Aierfe,  co^ 
molo  hici'eron  con  actividad  y  coa  acierto,  y  el  27  estaba' ya 
Segura  en  poder  de  nue3(ros  soldado^?  Hé  aqui  lo  sustancial 
tfet  |>arte  dado  al  ministerio  de  la  Guerra  por  el  general  en 
gefe  ef.misnao  dia  37  c|esde  su  cuarrd  general  de  Maleas :  la 
dificultad  é  importancia  de  la  empresa  eatA  en.él  indicada,. y. 
a()reQ¡ada  además  nuicho  mejor  de  lo  que  pudiéramos  nosotros 
hacerlo. 


c  En  mi  eomnoicasíon  de  25  de  este  mes  (dice)  desda  «1  campa- 
v'meoto  de  Segure» 'qaé  dirjg(  i  V*  E.,   tuve  et  houor  de  perticiper/e 
nhabiá  bitebfecido  el  sitio  detde  el  23  que  practiqué  el  recÓDociroiente 
irdel  castillo.   Bo  el  roisnio  oficio  decía  á  V.    E.  que  et  tiempo   era' 
avrael  por  lo  iJavi»  y  Je  nieve ,  y  todo  euaiito  se  babie  •deluhtide 
>*^iU  eqoeUa   lecha,  aonncieodo  ya  qae  el   triunfo   ferio  seguro* 
»&lo  contMMio  con  el  heroísmo  do  estas  b'^arras  tropos  bobiora  po«- 
adido  llevar  é  cabp  mi  plaa  de  adelantar  U»  operaciones  de  la  pff^' 
•  seote  Can^pafia  con  la  toma  de  Secura ;    becbo  de  armas  coy»  im«». 
aportancia  sabrán  solo  graduar  los  loleligentes  conocedores   del  ter« 
areuo  y  fortaleza  del  caitillo  ,  y  los  le«Jos  pueblos  del  bajo  Aragón, 
»q.tte  Imq, sufrido  el  asóte  de  Us  violaciones  y  atropcllamientos  de  los 
»quo  á  lu   sombrA   dominaban  el   país.   Por  sistem»  be    procurado 
akiempre  asef^urar  et  buen  éxito;  f  después  de  predisponer  el  tren* 
»de  batir»  y  ofionsodé  la  léoee ,  i%i^  las  trocas  de  manera^   qoa  á 
»el  rebelde  Obrera  reonTa  sus  batellones   para  oponerte  i  U  ean** 
jtquista  del  castillo,  en  que  oifr«bo  mocha  porto  Su  coafiansa-y  ríecU 
«biese  un  severo  escarmiento.  Pero  sa  prudencia  le  /bo  contenido, 
HelfUodala  f  énfreaido  sobró  Cabhi  ctfa  ios  batalíenes  qno  pttdo 
«rtanir ,  partiefp#ttdo>  selo  del  eeo  M  cafiott  t  paei  no  ba  osaoal  nt 


Digitized  by 


Google 


46a  REVItTA 

naon  presentarse  ^  .la  ,v¡sta  en  las  opoeitai  cordÜIarai.  Cinco  fuerod 
«las  balerías  qoe  los  íoUligenUa  y  activos  íogeoieros  construyeron 
)»bajo  los  fuegos  del  castillo. ^Bq  mi  parte  auterior  manifesté  á  V.  É^ 
»^úe  «!  ptimtr  día  babían  jtígado  con  aciértelas  baterías  rodadas.  Las 
»de  batir  padieroo  romper  el  faego  é  las  dos  de  la '  tarde  »'  báciéa-^ 
imIoIo  sin  ce^ar  basta  la  noebe ,  eOn  tel  acierto,  qne'mient ras  las  ro« 
niadas  deatruian  las  ^cafioner  as  ^el  castillo,  apagwodo  sus  fuegos,  j 
»eebabati  abaio  toda  la  aéríe  de  aspilleras  del  prrnser  xeelnio  ,  eqne- 
»|les  a^eatabio  i^doa  loa  disparos  en  tío -formidable  torreón  qoe  ca* 
>¿fji|  .la. entrada,  y  IljQgfroD  .á  desmoronólo  en  térro¡i}os  que  boy,,ba* 
»]Mar<''Pod¡dp  estar  la  breche  practicable. — Loa  enemigos  habían  fusi« 
»Iaao  al  anterior  gobernador  y  á  otros  dos  oílciaíea  ,  á  pret^to  de 
•que  qneriao  entregar  la  fortaleza,  t^lo  (eoía  dividida  en  bandos  la 
vgQaMciOld  ;  y  aüb  coando  semejante  circunstancia  debería  habernos 
w sido  favorable  ,  esto  les  empeñé  nías  á  onoe  y  i  otros  en  despreciar 
»SttUii]tii»acionestv  basta  que  en  i%  manaba  deilof ,  conociendo- llift- 
atUds' todas  SM  esfuercoB,  riendo  próxima  la  bora  de  abrirse  le  bre- 
«leba  y  1a.ílis(>qMcioo  del:  asallOi,  me  píasaron  la  capifnlecJoii.de  tpé. 
MCMnpiñle.éi  Y*  ^  0A%  copia.  Mi  contestación  (ee  verbal  y  red«rr> 
»pi^a.  á  .qn^  se  en^rega^en .  i  dis(;recion*  otreciéndoles  las  vidas  ,  qot 
»cle  o(ro  modo  iperder¡i|n  en  el  asako  ,  y  después  de  onevas  contesta-' 
velones  les  per'mid' ,  usando  de  generosidad  ,  que  -salvasen  sus  eqoi^ 
apiges.  La.  giiaruiciaii  enemiga  salfd' escollada  ,  constando  del  gober* 
>'ñador  ,  de  l5  oficiales  i  nn  oficial  del  ministerio  de  tfrtillerfa ,  nir 
aéapéllan  y  274'io^vidnoáde  tropa. 

»TodO  sn  armamento  ftie  recogido,  ba-fliodose  en  el  feéite  seca 
spiezas  de  artillería»  80,000  ci*rtachos,  25  quintales  de  pólvora/- 
»mucho  balerío  y  otros  efectos  de  guerjra ,  con  abundantes  repues» 
tos  de  víveres.  » 

iDespues  dfe  esta  importante  eonquista  isíe  eipprendip  ía  de. 
]§  (ortaleza  de  Castelfole.  Desaléntadíos  lQ$re||)eíde8  con  el  fá-^ 
cjl  reu^jqiÍGf^to  de  :Segura,  4]uisieron  recuperar  el  perdido^ 
c«lnC€^pÍo.>en  QaBtellote ,  y  encerraron  en.  6^  fuert«e  la.  gente, 
más  decidida   y.  resuelta.  Ofreció  la  ganrnicíob  inorir  antek 
entre  los  eisco;ptbro8  del  castillo  qoe  rendirle,  y  en  sorletnne 
matii.resta^íoA  de  este  propósito  enarbolarpn  desde  él  primer 
día  la  bandera  negra;  pero  ni  esto,  ni  la  kttemativa  en  quef 
Ió8  gefes  de  la  rebelión  los  hablan  puesto,  de  perecer  defen-^^ 
diendo  elfu'erte,  ó  de  ser  fusilados  si   HegaT)a.n  á  entregarle,, 
fué  parte  para^eVitar  el  que: cayese  en  poder  de  nuestros  sol- 
dados, á  pesar  i.de. que  la  deffecisa  que  hicietxin  fué  (eegun  eL 
gieiterai.Eaparlero)  la  mas  obstinada  de  úuéntas  ofrece  la  JUs^ 
tonta  dé  es^  sangiienta  guerra.  ^ 

•  >' EL átfo'ckiró  ha^a  el  %6 ^'en  qué' se  entregó  la  placa. ' 

n:  ff  La^  bajleriae  (.dice  en  #u,per|e  dé  aquel  día  el  general:^  ^%) 
''Íftg%v«a  coit.on aqi^rlU^.adnií'^Vle.:.^  1«  once  d<a  Ia  i^Mm  f^^iboyi^ 


Digitized  by 


Google 


DH    MADIIID.  ^63 

»|»8c«pluaiulo  la  iotjce  principal  f  los  coártala  qotvtei^abtn  á  cobi^rlÁ» 
^todo  lo  demás  del  castillo  eran  ruiQas  j  destrozos.  Desde  ayer  tra- 
i»ba}aroo  los  zapadores  en  la  mina  de  dicba  torre  «.Ya  estaba  cargada. 
Lds  defeaspres  viendo  cercano  el  asterroioio  se  batieron  á  la  desespe* 
«tada.  XJua  hora  mas  babria  puesto  fin  4  la  existencia  de  todos :  la 
»mina  de  la  torre,  los  bckbiera  sepultado.  Pero  en  tan  aparada  sitúa « 
»e¡oiiV  |>ercKda  y^  la^mttad  de  su  fnersa,  pidieron  la  vida.  Eran  e^- 
npaiío^ ,  jr  €9panoles  obcecadas  que  se  habían  batido  con  sama  bi^  - 
aa^riff ,  jr  na  pude  prescindir  de  dar  entrada'  d  ios  sentimientos  dé 
.•ikum^nidad.  Mandé  cesar  el  fuego,' y  les  inliné  ie  rindiesen  sin  mas 
•condición  que  salvar  sos  víd^s.  Poco»  oiomeotos  después  ya  ondealM 
a  en  la  torro  la  bandera  4cl  regimiento  de  la  Princesa.  » 

Admira  «iertameate  tin  valor  j  Una  tenacidad  tan  estre- 
niados  en  un  partido^  á.  ^uien  no  puede  animar  ya  ninguna 
esperanza  fanaalda  de  triunfo «  ni  de  bnen  éxito,  y  cuando  el 
•entusiasrao  de  loa  primeros 'momentos  ha  debido  debilitarge  j 
morir  en  ios  seis  años  que  dará  tan  infeliz  y  funesta  luch¿r.. 
Qué  dolor  qoe  esta  energía  y  esfuerzos  los  empleemos  los^  és*- 
pañoles  en  destruirnos  mutuamente,  y  en  acabar  con  lo  poco 
que  auo. queda  de  esta  nación  tan  grande  y  poderosa  en  otros 
tiempos,  y  ahora  tan  abatida  y  miserable!  ' 

De  todos  modos  estas  y  otras  ventajas  en  la' guerra  ,  sobre 
que  no  estimamos  necesario  detenernos,  y  el  giro  que-á  la  sa« 
ZDD  van  tomando  los  asuntos  tnleríores,  nos  infunden  la  satis- 
factdira  esperanza  de  que  el  momento  de  la  general  pacifica- 
áríon  no  está  lejano ,  y  esta  perspectiva  nos  consuela  algún  ^ 
tánto^  y  alif  ia  la  impresión  dolorosa  que  produce  tan  dilatada 
séf  ie  de  lurhulencias  y  desastres. 

PoiiiTiCA  INTERIOR.  La  póHtica  interior ,  después  de  los  es- 
candalosos acontecimientos  del  ¿3  y  a4  ^  febrero,  ha  ido  su* 
cesivamente  tomando  aq  giro  mas  uniforme,  diBCidido  y  re- 
suelto. Las  tentativas  de  rebelión  y  desérden ,  cuando  no  pre- 
valecen y  triunfan,  producen  casi  siempre  una  favorable 
í^eaccion  bácia  las  ideas  contrarias,  y  estos  m'omen tos  son  pre- 
ciosos para  los  gobiernos  que,  como  el  pvestro,  carecenfoda- 
via  de  la  fueraa  iega^/de  que  le  han  despojado  las  continuas 
revueltas  en  aue  se  agita  la  península  hace  mas  de  seis  años. 
Ehtóaeeá  es  el  tieníp9  oportuno  dé  afianzar  el  érden  social  y 
político  de  las  naciones  ^  y  .do  trazar  la  importante^  linea  que 
separa  la  licencia  y  el  desenfreno  de  la  libertad  racional  y  tem^ 
piada,  y.  de  baéer  imposibles  las  asonadas  y  motinps,  que 
tanto  la  desacreditan  y  comprometen.  Grave  falta  será  siem- 
pre en  los  que  dirigen  los  negocios  de  tm  pais  el  no  afinar  6 
no  resolverse  á  sacar  provecho  de  estas  circunstancias ,  pero 
aun  lo  aeitia mucho  mayor  enere  nosotros,  dohde , '  precisi^  es  r 
Segunda  sdrü.—Tom  IL  Sf'^'"''  ^  V3^v.¿le 


decirlo  y  referirlo,  carece  el  orden  públioo  de  sos  mas  princi- 
pales y  necesarios  apoyos.  No  es  nuestro  ánimo  iodag^ar  ahora 
si  el  gobierno '  ha  sacado  todo  el '  frufo  debido  de  la  gran 
fuerza  queje  dieron  los  desórdenes  de  que  habíannos,  la 
'cooperación  ilimitada  de  las  Cortes  y  el  pronunciamiento 
enérgico  de  las  provincias;  este  examen  nos  llevaria  iiepesa- 
riameate  á  la  cuestión  ministerial «  que  en  ^tos  moaioóios  |ia- 
x^ce  estar  próitima  á  resolverse  >  y  que.  urge  sobresianera  qoe 
lo  sea  pronto  y  de  on  modo  siério  y  definitivo.  Los  momentos 
'Son  ériticos  y  solemnes;  jamás  necesitó  la  monarquía  de  con- 
sejeros respetables,  prudentes  y  esperi mentados  mas  que  aho- 
ra, y  jamás  fué  tan  necesario  que  el  poder  sea  fuerte  ,  respe- 
tado ,  enérgico  y  decidido ,  y  sepa  imprimir  á  Ja  marcHa  de 
los  negocios  un  impulso  vigoroso,  fijo  y  determinado.  La  na-^ 
cion,  como  hemos  dicho  ya  repelidas. veces,  há  correspondido 
a)  llámamiemo  de  ln  Corona ,  mandando  á  las  Cortes -una  ma- 
.yoria  de  hombres  capacea  de  dar>al  trono  la  base  de  que  en  Ja 
actualidad  carepe  ,  de  volar  las  kyes  de  gobierno  y  de  admi- 
nistración que  tanto  urgen ,  y  de  afianzar  de  un  modo  sólido 
y  enlabie  la  libertad  legal  y  el  gobierno  reproseutativo,  sin  el 
cual  nada  puede  haber  fijo  ni  permanente  entre  nosotros:  si 
se  desperdicia  tan  preciosa  ooyuutura^  uno  se  sabe  sacar  fruto 
de  tan  favorables  circunstancias  ^  .si  el  bien  del  país  y  el  -es-* 
plendor  y  autoridad,  del  trono  se  .|ioapoñea:  ái. intereses  mez*- 
quinos,  d  ventajas  transitorias  |.  y  tal  yez  áiengescias  indebír- 
das  y  bastardas,  sea  la  falta  y  la  respoosa^ilidad  de  los  que  ea  ' 
ella  inpurran.,  de  los  que  embaracen  y  e&iorben  el  libee  jtieg^ 
^e  los  poderes  públicos,  y  hagan  bastardear  el  régimen  >parla-> 
mentarlo'}  pero  nunca  se  culpe  á  la  nación  ui  al  cuerpo  elec- 
toral 9  que.tan  petfeüamente  ha  comprendido  la  sitiMcíon  del 
;pais  y  «US  exigencias.  La  caestion  de  personas,  como  hemos 
dicho  siempre  I  es.  todavía  entre' dosoiros  una  cuestión  liíaj 
aetundaria;  la  principal  es  la  de  princípidé ,  la- de  dignidad  j 
4e  decoro;  y  si  el  actual  gabinete  llega  á  retirarse  ó  á  modifi- 
catse,  según  se  dice,  solo  exigiremos  en  los  qoe  les  sucedan 
ó  se  les  asocien,  que  llenen  aquellas  justas  y 'debidas  exi* 
getioias, 

:  Pero  volviendo  de  esta  digresión  (  í  qoe  nos  ha  llevado  lo 
x^r^tieo  y  grave  de  los  momentos)  seguiremos'  la 'narración  de 
los  sucesos  del  mes  que  finaliza. 

£1  ^9  de  febrero  ,'como  hemos  dicbo  en  la  crónica  ante-* 
cedente,  se  volvieron  á.  abrir  las  sesiones  deCóHes,  inter- 
rumpidas por  los  sucesos  de  los  días  fanitertores :  j  al  qtie  do 
estuviera  enterado  de  otras  circunataaciaB,  dü  fatal-  agúei^  le 
Itttbjéra  parecido  la  que  en*  aquel  día  eelebnS  «el  Ooiiifreso  de 

Digifeed  by  VJOO  V  L^ 


01  VAmito»  4^5 

Diputados.  Jamás  ée  oyeron  en  su  rectofo  espesiones  mas  in- 
consideradas,  declamacionea  mas  impradeates,  m  apologías 
(pues  apenas  merecen  otro  nombre)  meóos  disimnladas  de  los 
desordene»  recientes.  El  Congreso  oyó  con  calma  é  iohpasibU» 
Kdad  semejantes. declamaciones,  esperando  disipar  estos  nuevos, 
amagos  -de  tormenta  con  su  prudencia  y  mesura;  lamo  mas 
cuanto  que  se  notaba  que  las  [lersonas  que  concurrían  á  la  ga« 
lería  pública  y  á  las  demás  tribunas  no  torneaban  la.  menor 
parle  en  el  debate,  j  guardaban  la  ma^or  moderacftn  j  com-^ 
postura.  Pero  bien  pronto  vino  á  suscitarse  otra  cuestión  ir-^ 
litante  j  capaz  de  exasperar  loa  ánimas:  la  de  los  estados 
escepcíonalesy  que  tanto  ocopó  dias  después  al  Congrego. 
Suscitóla  el  seftor  Calatrava  con  tono  afiasionado  y  violento 
con  motivo  del  estado  de  sitio  en  que  se  hallaba  entonces  la 
capiíaK  &  Sb  protestó  altamente  centra  «quel  estado ,  califi-> 
candóle  de  ilegal  é  inconstitucional ,  y  diciendo  que  en  él  veia 
hollad»',  a^bsoluiamente  hollada  la  Constitución  en  upa  de  sus 
bases  principales.  Esta  nueva  é  inoportuna  agresión  de  la  me^ 
BOrift*  produjo  algunos  momentos  de  la  mayor  confusión ;  pero 
emnedio  de  elláv  y  á  cada  reclamación  del  señor  Calatrava, 
ae  dejaba  oir  la  temida  voz  del  señor  Martines  de  la  Rosa ,  pí-^ 
diendo  que  se  leyese  la  apología  de  la  legalidad  de  los  estados 
de  sitio,  hecha  por  el  mismo  señor  Calatrava  en  la  sesioir 
del  8  de  agosto  de  tS'iit  cuando  el  ministerio  que  á  la  sazón 
presidia  declaró  á  Madrid  en  estado 'de  sitio.  Duró  algunos 
momentos  mas  la  confusión  y  el  desorden  en  el  debele,  {)ero 
por  fin  volvió  al  examen  de  las  actas  electorales,  única  mate- 
ria en  que  el  Congreso  podia  ocuparse  basta  no  hallarse  cons^ 
titoidocLa  oposición  estuvo  infatigable  en  estás  discusiones,  y 
en  «faenera!  se  observó  que  había  bajado  mucho  de  tono,  y  que 
no  hare^iil  deseosa  de  promover  escáodalos.  Susurrábase «  sin 
embargo ,  que  se  preparaba  para  una  gran  batalla  con  mo-* 
livo  de  la  admisión  del  señor  conde  de  Toreno :  hablábase  de 
que  babia  celebrado  con'  este  motivo  varias  juntas  y  reuniones, 
7  que  en  ellas  habia  habido  acalorados  debates  sobre  la  opor- 
tunidad f  conveniencia  de  promover  tan  irritante  debate. 
Oponíanse  á  ello  (os  miembros  ancianos  de  la  oposición ,  unos 
.  por  antiguas  relaciones  de  amittad  y  agradecimiento ,  otros 
porque  recordaban  los  servicios  hechos  |)or  aquel  pergonage  á 
Ja  libertad,  j  todos  porque  rectnocian,  que  no  habiendo  el 
menor  motivo  ni  preteslo  para  una  pretensión  tan  estraña ,  los 
escáiidalos  á  que  pudiera  dar  lugar  el  debate ,  recaerián  pre-- 
oisaroente  sobre  los  que  tan  sin  razón  le  promoviesen.  De  esta 
opinión  se  dijo  entonces  que  habian  sido  los  señpres  Calstrava 
y  Arguelles*,  y  efectiy^mente ,  sea  por  esta  causa,  ó  por  oira 

;      Digitizedby  VJV^V_WlC 


4.6|5  -  EITIOTA 

cualquiera,  ambo^  ileJApoiQ  de  fsi^Ur  ¿¡la  sesión  en.  q-u^  0 
trata  ¡de  esf^  asunto,  P^q  éia  embargo /la  majroria  d^U.p|)o-> 
bicion^  etiiO.Qce8  lodaH^f  l^^jo  .el  tinÚujo  de  algupioe  de  sus 
miembros   mas    friameute    violputos. ,  y    de    oli;as-  {^ersooaa 

Iue.  op  pertenecea  a  las  Cortes  ,  se  decidió  á  hacer  aque-r 
a  geHÍon  ,  y  se  d^s^aó  á  cad^  uno  de^.s^s  id  labros  el 
papel'  que  babia  de  ie|)reseo,tar  eo  la  escena.  Abrió  el  de* 
bale  el  señor  Labor  da  ^  cosa  que  se:,  estrauó  generalmente 
ppr.no  seá^este  diputado  de:  Ip^  afícipnados -4  debates  víolen^r 
t08.9  y  por  las  pocas  veces  que^  i^^elejQmar  la  palabr^i.  ^onrr 
IHAÓ  reconociendo ,.  qqjp  tío  había, ley  vi\  disposición  níngudá 
que  ,p^di]pse  scrvir.dct  qbstáculo  á  la . aidcnision  del  diputado 
por  Ovjedo;  que  la  propofijicion  de  acusación  promovida  c^on*^ 
tra  el  i)oh  la' responsabilidad  pn  qu4.  pudo  haber  Jncurr^dei 
firmando  como  min^tro,()e  la  Q^ronaja  real.^rd^n  qué  mo- 
diiicó  un  coqtj'ato  sobre  la  yen^a  de  az^^gues)  babia  cadü* 
cado^cqn  1^  disolución  del. Congreso  en:que  seib^btl^heiSbi);,  y 
que  por  lo  nc^ismo  no  tepia  ptrq  ii)qti>q.|)ar^p|>o4^rse.flitteel 
precedente  del  seu9r  {Is^ipij^z  iVr£llaoo^;.<á:quii;ujn^  se.  había 
admiúdo  en  Uis  legislaturas  aüieriore^  por  baJb(^i¡  ocppti-^.el  ua 
sumario  ó  diligencia  reroiiida  al  Congreso  pojr  Iq  iipdfetieía^de 
^^ijiíja,  ^in  baber  recaído  lauto  de  prisión ). y  ac(efi]^as,  la  ley  i^n 
esci:ila  „á  que  enl|Oncea  ap<fIaron  varjos  separe^  diputados  ,« y 
qi;ie,pr^'ieoe  qqe  todos  loa  cuerpos  miren  póir  »u  dignidad  j 
decoro  y  no  permitan  que  se  siente  .'en  m^s  c^caRos  niogJUAQ 
que  esté  bajo  el  peso,  de  ana  apM^cion,  lauto  mas  cuanto,  qua 
el^^p.Visado  no  (^abia  'mauifesudo;  d^s^s  de  qpeiier;  def^«- 
derse.  -. ,;  .  ..^  .     -    -       .  -o        -i  ;)  '.  •    ;.  i-    •"" 

A  tan  estrafia  c  infundada  recia macipn  cqnte^tóel:se$pr  oofode 
de  Toreno  con  entereza  y.|^ravedad;  nHiuifes^^do^  que.  se  bu* 
bia  aguardado  á  que  escuvies^^  aus.ente  del  reitiO  yi;,sHJeto^  .á 
reeleccioo  par-a  promover  contra  i\  aquella  acu^acioo,  \»n 
biendo ' estado  anti^s  frente  á  freüte.de  su  a^^usador  en  aquellot 
escauo^jtoda  una  ]egislati\ra,i' y  \\^\tn^o. arrojado  eVgjuanif 
(puef<,tai  fué  su  espresion)  para  que  se  le  hiciesen,  oartgos  sor 
bre  aquella  re%l  orden  ^cuando  se  traiq  ep^^s^  presencia:  d^ 
aquella  disposiqipp;  que  despu^  no  le  fue.  posible  pre^ep^a^lt 
én  el.  Cqngresp ,  ,4  pesar  de  baber  sido  e]e|;idt3i  ^tres  veoefr  d«a-^ . 
pues  de  la  acusación «  por  haberse  disuelto  sucesiv^n^ente  loé 
dps  Congresos  anteriores  sin  haber  aprobado  Ja^  actas,  de*  &d 
elección  ,  y  que  su  deseo  de  hacer  ver  lo  ab^urjo  y  ridiculo 
de  la  acusación  intentada  jle  había  manifcst^ido-  ja  el  primer 
dia  en  que  tomó  la  pdInl}rA  en  el  ii^ctual  (IloDgxé^o-  Esiendióse 
^l^orador  i,  otras  con$ideracipojBs.iin|)o|:taúteSt  asegurando  qu« 
<;anio  h¿^b¡a  ya  autinciado,  apenas  se  .constituvese  eUCvogre- 

Digitized  by  VJi^V-iV  Li^ 


DB   ÉfADRID.  4^ 

A»,  .él*  mismo  provoc4ii'¡a  el  examen  de  dcfiiel  ¿stinfi»;  eo  que 
nó  .temía  desde  ]uegV)  asegura c  se  .habia  tiecbo  im  gran  servios 
do  á  los  intereses  del  "Estado.  Contestó  el  señor  conde  delá' 
Coftina  éri'lértniobs  comedidos,  y  .fefí  debate  seguia  con  eierta 
me^ura^-'tilSií^ta  qoeel  señor  Sati  Miguel  dio  á '  la  'euesrion  el- 
gtrómas  irritante  y  ihas'prdpíó  pafra  dar  lugaf  tó'  recrimina-*' 
cidties  y  esaándalos.  Apeló  S.  S.  á  lá*  O|)raion  púbikd,  y  se  le; 
respondió  que  la  verdadera  opinión  estaba  en  las  urnas  ^\ic^ 
f<>rtfieáV  y  que id^e  ellas  póflres' veces  había  salidtí  trln*fdnic 
én  su  (vrovinéía  («iña  de  las  más  níiradas  y  delicadas  de^Espa^i 
Ba)  el  oóndé  de^Toreno,  ahiVisímo  tiempo  que  había  sido  des^w) 
«cbedo  cónstatitememe  S.  S.i  á  pesar  de  esa  optaíotí  púbiioa' 
qfH  tanto  i^voca-b^  éú  sú  ifirpoyc^ :' habló  de  los' ataques  de  U 
jirensa  ,  y  se  te  eontestó^  qdesi  á  pesar  de  la  poea  autoridad, 
^ue  entre  éototros  tiene  y  merece  la  mayor  páírtó^de  ellájptfi*' 
«US  conocidos  estravlos  y'excesos,  se  la  tiene  ledavioi' 'por  elt 
¿rgand  de  la  opinión  publica^  ^e  la  mi^a>a' prensa  salía  dtrai 
opinión  pübtiea  qneligoviaba  aun  mas  á  S.  S.  y  á  sus  cótDpa*% 
Beroe  que  la  qué  se  fundaba  en  el  cargo  de  baber  fopfiiad<y  la^ 
real  órdefif',  objeto  de  la  aeüsntion.  Produjeron  e¿<AS  rbcrímiw 
naciones  (int^vítabtes  cuando  se  promueven' cdetttones  ian;ív^ 
ritantes  y  se  píromueven  de  un'  mí^do  tan  incónsideradtK)  te^^ 
clamacíones  Vi6len-tas;  muchos  dé  \oé  acusadores  debieróh^eñu 
fonces  temer,  íqíie'^t  el'asunto  descencía  á  tona  tan  tiii|ivopio 
de   ttnCongreso^  de  Diputados,  quiza  se  oirían  resonar  en 
aquel  recit^tb  las   injdrías  y  calumnras   si  se  rquie'k^e  que^ja 
prensa  Imi  knzado  también  contra  ellos,  dándolé¿4ee$jeBMrdo 
póblieidad^y  ¥ar)dr,  y  debieron  entonces! conocer  lo  iihpvu-^ 
denrte  y  aventfiradpde.su  cot>4ucta.  Cortase  por  (in  tan'  eno« 
}<^  debate  y  fbe admitido  ^(diputado  por  Óviedo/por-^^  vo-*- 
tos  contra raS  ,  notándose  la  falta  no  casual  sin  duda  de  varios 
seflores' dé  la  oposición.  Torillo  éstft  discusión  qíngular  con-r 
traste  ofpR^la  condoofa  observada  por  la  mayoría  dia«  des|Voes 
ñ\  rrelfirr  db  la  admisión  del  serior  O>rt¡oa.  Habia  contraf^ste 
dipnfádo  ün  exhbi^to.  jodicíal  mandáitdble^con^parécer  «ea  Ser- 
villa'á'hespondef^  de.  los  cargos  que  resTihaben  coatraél'en  h 
ebilsa  formada  sobré  las  revuelas  y' disturbios  de-aquella  ciu* 
ciudad,  qñe  han  dado  causti  á   la 'formación  y  después  á  \k 
emigración  de  des  de  nuestros  mas  benemdnios  generales  y  los 
aeftore^  Córdoba  y  Narvae».  Resultaba  del  testimonio  remitido 
ni  Congreso,  entre  otras  coias,  qu^  el  seBor  jGodiitía  habia  sa- 
lido de  Sevilla  á  buscar  al  geneml  Narvae%,  que  le  hhbMnhi»^ 
Mad^)  y  que  á  sus  perS0»siorte»  y  n  las  coiitcnidas^en  lasclirtas, 
tdé  qne  era  portador*  se  debió  la  ida  á  aquella  ciudad  dti  ge- 
neral, y  por  consíguieirté  el  hecho  qtie  dio  logar  i  que'sé  le 

Digitized  by  VJi^\_W  IC 


468  aKTWTA 

Cornaaa  cattsa.  Lá  ipayoria ,  sto  embargo.,  (rme  ao  aa  p^opó»-. 
aílo  de  rechazar  con  firmeza  y  vigor  todas  las  agresiooas ,  pero 
siú  provocar  jamás  niogona,  admitió  sin  la  menor  oposieion 
al  señor  Cortina,  como  proponía  la  comisión ;  y  ^le  ^mpio 
de  reserva  j  de  prudencia  debió  ser  una  lección  para  la  nía- 
noria«y  para  la  nación  una  muestra  de  la  conducta  jde  les  dos 
partidos  ú  opiniones  en<ioe  se  baila  dividido  el  Esiaraenlo  po-* 
pulan 

Entre  canto  seguía  la  enojosa  tarea  del  examen  da  aoias»  y 
prabiso  ea  decirlo  en  elogio  de  la  comi&ion  y  de  la  mayoría  déi 
Congraso,  se  procedió  en  este  asunto  con  la  mas  estricta'  ia>- 
parcialidad.  Seguramente  habla  en  las  elecciones  da  una  y 
iOCra  opTn'ion  política  algunos-de  los  vicios  y  defectos  dn  qua 
por  necesidad  no  puede  nsenos  de  adoleeer  una  elección  taa 
complicada  y  «oredosa  como  la  que  la  ley  actual  establece; 
pero  ademas  de  que  no  eran  estos  vicios  de  naturaleaa  lal  que 
pudiesen  falsear  el  resultado  de  la  vqiacioo  general,  se  notaba 
an  casi  todas  las  actas  un  conocido  adelanto  en  las  prácticas 
electorales,  y  sobra  todo  mas  uniformidad  en  las  votaciones, 
habiendo  cada  partido  votado  esclusivamente  la  caadidatura 
adoptada  por  sus  directores.  Esta  última  circunstancia ,  dando 
por  lo  general  un  gran  eaceso  de  votos  á  la  candidatura 
triunfante ,  permitia  á  la  comisión  y  pernaitia  al  Congreso  des^. 
Cortar  una  porción  de  cuestiones  espinosas  y  delicadas,  cuando 
su  decisión  eo  nada  podia  alterar  el  resnltadortoíal  de  la  alec-> 
cion.  Asi  fué  que  depreciando  la  comisión  y  la  mayoría  re* 
oienies  y  funestos  antecedentes,  aprobaron  todas  las*  actas  pre« 
sentadas ,-  i  eacepcion  de  las  de  Tarragona ,  a^hre  Us  que  pí^ 
dieron  documentos  y  aclaraciones  nuevas,  por  haber  oeomdo 
en  aquella  ciudad  y  eu  algunos  otros  distritos  desórdenes  gra^ 
ves  y  actos  de  violencia  sumamente  trascendentales,  sobre  los 
cuales  no  se  podia  fallar  de  ligero.  También  fue  naaoosa  re* 
suelta  y  decidida  desde  el  principio  por  la  comisión  ,  y  acep* 
tada  por  la  mayorfa,  el  que  no  se  constituyese  el  Congreso 
basta  no  estar  afirobadas  todas  las  actas  y  admitidos  todos  los 
diputados  que  no  ofreciesen  dificultades  gravea,  y  la  oninion 
monárquico-oons|itucion«l  dio  de  este  modo  una  lecieion  de 
legalidad,  de  respeto  á  la  Constitución  y  de  amor  á  la  .di^u-^ 
sion  y  al  debate,  base  principal  del  gobierno  rapresentativo, 
á  loe  que  meses  antes  bailándose  en  mayoría  mutilaron  bajo 
los  mas  fríbolos  |)relesto6  á  la  meqoria ,  hasta  dejarla  reducida 
fil  xmmi  insignifioapte  guarismo,  ^ 

Llego  finalmente  la  deseada  constitución  del  Congreso; 
aguardábase  oon  ansiedad  este  acto  ,  ya  pra  dar  principio.4 
irilbajps  útiles  al  páis,  y  y|i  para  observar  la  conducta  de  Ja 

Dígitized  by  XJl^V-iV  LV^ 


DB  MADRID»  .  4^9 

opoHcioQ»  Decíase  ceneralfliente ,  que  pensaba  protestar  con-^ 
tra  la  legalidad  del  Congreso ,  retirándose  en  masa  de  su  seno 
antes  de  comiiluirse^  ó  en  el  mismo  acto  de  proceder  á  sú 
consütueiofi ,  pues ,  aunque  se  asegiurjtba  <\ut  muchos  habían 
sido  y  eran  de  optobn  contraria  a  lan  aventurada  medida ,  to** 
de.via  se  faabia  asi  resuello  por  gran  mayoría  en  su  reunión, 
1,enida  para  decidir  este  asunto;  en  medio  de  acalorados  y 
BMy  reñidos  abales  :  pero  se  observa  qué,  i  pqsar  de  todo 
<^anto  ae  faabia  dicho,  solo  hicieron  renuncia  de  su  encargo, 
por  DO  hattarle  compatible  con  stiá  principios  políticos,  los  se* 
ñores  La|)ex.'  y  -GibaUero.  Los  demás  diputados  de  \%  oposicioB 
ocuparon  sus  asientos  y  revelando  <en  esto  un  hecho  grave  y 
quizá  de  gran  trascendencia  para  el  pais:  la  divisíoO'  de  la* 
aelnal  oposición.  Y  deoiooMie  que  este  liecho  puede  ser  de  tras-< 
candencia  t  porque  si  la  oposición-  rompe  con  ciertas  alianzas, 
ai  reprueba  altamente  ciertos  medios  ,  si  se  limita  á  reiiresen^ 
tar  el  principio  de  progreso  y  de  mejora  en  las  leyes  y  eti  las 
instiiuoioaes  y  4  disputar  el  poder,  sin  degradarlo  ni  rebajar»* 
le ,  por  los  medios  ^ue,  le  ofrece  la  clase  de  gobiern{l&  en.  qué 
vivimos,  y  si  por  último  concurre  de  buena  fe  á  reforzar  el 
principio  parlamentario,  tan  débil  aun. y  poco  infiuyente  entre 
nosotros,  la  oposición  habrá  hecho  un  gran  beneficio  á  la  na-» 
cion,  y  habrá  dado.ua  gran  paso  hacia  el  afianzamiento  de 
la  libelad  legal.  Otra  particularidad  se  notó  también  al  cons* 
tituirse  el  Congreso,  pero  en  el  seno  de  la  nuyoría  ,  particu^ 
larídad  á  que* entonces  se  quiso  dar  mas  significancia  y  tras** 
cendeneiade  laque  en  nuestro  concepto  tema.  Hablamos  de  la 
^pecie  de  división  que  se  notó  en  la  votactoh  de  la  mesa.  La  ma^ 
yoria  vofó  únaoime  al  presidente  y  algunos  vice-;presidentes; 
f)ero  en  otras  votaciones  no  estuvo  tan  aeorde,  y  en  algunas  de 
ellas  coincidió  el  voto  de  la  fracción  disidente  con  el  voto  de 
la  oposición.  Esta  cirounstancia  tenia  fácil  esplicacion  en  mo- 
tivos conocidos, y  bien  ágenos  por  cierto  de  ninguna  disiden- 
cia formal  en  principios  ;«^ pero  en  aquel  entonces  se  hicieron 
ain  embargo  esfuerzos  para  beneficiar  en  favon  de  ciertas  miras, 
este  incidente,  y  se  comenzó  á  liablar  yacon  grande  énfasis,  de 

3ue  la  mayoría  estaba  dividida,  y  quede  su  senos  urgia  arma-* 
o  de  punta  en  blanco  un*  tercer  partido  , compuesto  y  for<* 
nado  en  su  totalidad  de  jóvenes  no  gastados,  ni  esperimenta^ 
dos,  y  sobremanera  decididos  y  resueltos.  Era  esta  aserción  á 
tiKlas  luces  absurda :  los  partidos  que  merezcan  el  nombre  de 
tales,  jamás  alzan  su  banaera  en  el  parlamento,  sino  después 
de  haberla  alzado  en  el  campo  electoral:  los  prinoipios  aUi  de« 
ben  amunoiarse  y  proclamarse;  y  no  tiene  derecho  á  manifes-^ 
Ufso  botadamente  como  de  partido  diferente  de  aquel  quQ 


Digitized  by 


Google 


4^0  RETMTA 

1.6  didT'aQs  podoTM  y  le  maadó  á  defender  tus  internes  y  doc« 
trinas.  La  misión  de  la  juventud  por  otra  parte  es  mas  graa* 
de;  no. viene  á  diyidir  ui  á  trastornar  ,  sino  á  renovar,  »  re« 
geoerat*  ios  antiguos  partidos,  á  ponerlos. en  cpnsononeia'oon 
el-  adelanta,  de  las  ciencias  morales  y  con  el  progreso  de  laa 
ideas.  No  alza  «una  bandera  disidente  y  establece  su  eaFíiap^' 
aparte ,  se  apodera  enteramenle  del  antiguóte  le  acomoda  á  sus 
^exigencias,  y  marcha  dejando  atrás  álo^  inútiles  inválidoss  qmé^ 
DO  pueden  seguirla  en  su  carrera;  pero  i'espeta  y  acaia  á  leus» 
caudillos  venerandos,  que  Iknos  de  esperieneiaiy' da  haberse 
asocian  al  movimiento  juvenil ,  al  mismo  tiempo  que  Jereem-i*' 
plazao  y  contienen  ,  y  que  sin.aferrarse  en  una  «poca,  ni  en» 
una  doctrina  esclnsiva,  marchan  con  t\  siglo ,  representan  suf 
ideas  actuales,  y  no  son  un  anac^oabiho  viviente,,  y  -1111*1^ 
cuerdo  de  épocas  y  de  principios  lejanos.  Gmipárese  en  la  ac^ 
tualidad  el  partido  moderado,  con  -lo  que  era  en  los  años  de 
aó  al  23,  y  aun  de  33  á  38  y  se  verá  que,  bajo  la  antigua 
denominación  se  abriga  en  la  realidad-  un  partido^ueVo  y 
df^tiolo  del  anterior  ;  que  guardatvlo  gran  parte  de  sus  t|om- 
bres  ha  adquirido  otros  muchos  de  gran  ,valor  de  ios  oai»pos 
contrarias,  y  que  sus  filas  se  hallan  pobladas  de  iás  genera- 
ciones que  se  renuevan:  se  verá  tambieo  que  si  ha  iv^iáo  á  eu 
s^no  á  los  antiguos  adversarios,  y  se  ha  apoderado  oasi 'cseiti*<» 
sivamente  de  la  juventud ,  consiste  en  que  ha  dado  mas  atn-* 
plitud  á  sus  principios ,  mas  Gjeza  á  sus  doctriuas.,  r  en*  'onia 
palabra  en  que  ha  iiecbo  su  verdadero  progreso.^  separándose 
de  muchas  de. su  antiguas  máximas,  y  asociándose  alníovi^ 
miento  intelectual  del  siglo.  Ha  sido,  |)or  volver  á  la  anterior 
comparación,  un  campo  sin  ejercito  en  marcha  que  progresa; 
adelanta,  conquista,  se  recluta  y  se  renueva,  ¡yeto  sin  divt« 
dirse  ni  fraccionarse ,  sin  mujdar  ostcn&iblemeute  de  rdm{)o ,  y 
sin  dejar  de  segujr  siempre  una  misma  bandera  !      ^ 

El  introducir,  pues,  la  división  y  el  desorden  eo  un  |)ar-> 
tido  de  esta  clase ,  ni  lo  creemos  fácil  ni  hacedero.^  nimuciio 
menos  útil  tii  con venienie.  ^sí  lo  ha  acreditado  él  que  despuei 
de  la  votación  de  la  mesa,  en  que  siempre  se- mezclan  cónsi"- 
deraciones  personales,  no  ha  vuelto  á  haber  «1  menor  síntoma 
de  disidencia  ,  que  de  notar  fuese. 

Constituido  una  ve;^  el  G)ngreso,  su  primera  ocupa¿ton 
según  la  práctica  establecida  ,  fue  la  discusión  del  mensaje 
en  contestación  al  discurso  de  la  corona,  como  deciani  núes- 
tioi  padres,  y  seguramente  con  mas  propiedad,  á  Iñ propon 
siciotí  del  solio:  suele  darse  grande  importancia  á  este.dbbatá^ 
entre  nosotros,  y  en  el  vecino  reino  de  Francia ,  .«cr)donde. se  ' 
iutroJujo  primero  dunle  también  grande  ami)iíi(id«^;{«(ro*ea> 

Digitized  by  VjOOQ IC 


nu^dtro  (n^tic^to  í\ené,  cdta  práctica  'kM^  ¡nc^nvervii^fi^s  gtá-^ 
Tes  ptír  fo  getieraK  Mtty  -érll  en  Fratiemxtfl^osé  inUódujo,' 
|K>rque  carecía  á  la  sazón  el  parlamento  dte'la  iniciali'i^á^^'^clel 
derecho  de  interpelar' y  de'otrOs  ^etnejfsAlesi  era  pfecíáo  apro^ 
techat^laé  ocasiones  para' iráVar ,  autíquelWfcfi^  4n6poi'iüna-i 
,  meaie^  la  <ia\estíotl'  poliriéü;  ap6Aaé  «é  )0dii«tb<9  e<y4ft<3^'^  sostie^^^ 
*Ae' sétAejailttt  práctica  bn  la  áct«á)fciád  ,  dbtideios'<;«ie^fto9  dé¿ 
libeiláilIHl  f  sus  fracciones  pueden  doáñdo  quií^^efi  j  ton  la 
opt^HttnídUdcohTraiente,  llaittar  á  riesid^nci&ja  pólttieá  j^ene^ 
tkü  y'paHicnlardel  tDÍQWterio(Y).' Aáí  sucede'^  ^{ue'éktí  mo^ 
iéfétííé  (Migado  psíteí  el  -  examen  indicada)  iix>  f^nelef'  tfer*  c6ti 
freeüenciael  'óportuM\  p^rcofiíáicleraeiones'gt^^^  irnás  veces, 

Í'btrai  por  lodiricit-y  escabroso^  de  ta  poskioln  ;  y  eritortce^af 
'^«i^Hoñ  qi^é  sé 'trata  dé  decidir  «e  exaluintlí^  se  resíuelve 
nal,  yno 'pvésénta  eldebát^  él  verdadera  astfi^td 'dé'^Hi  sí-^ 
UiU<^¡c^V  y  l^^y  iin  nsMiha^o  fabovuti^daio  inroíertío'é  ifi^gu- 
rd'que  pnede  C4?tn prometer  á  vece^  á 'evrdnes-'lfHtM^k'y'á'nle-^' 
didas-aventtn*adáB.  Nosotros  pi^forimos  eil  ooatitKy-i  efíf 6 ;  co^ 
toió  tiespeotó  á  otras  muchas^  posas ,  la  f^ráKiiicBid^  Itt/t^latérta: 
allf  kib^ié  dá  habkualtnenieii^YyortBncia  tifiiguifaf  ^Vmensaje^ 
y  solo  en  el  ^aso  de  q'né  la  oposición  présenle^  una  enrñiéndai 
}>or<)ue  jusga  oportuno  efnsaysr  sus  faenas  ','  ^^  aquella  oca-4 
^ión  ^  cuando ^el  débate  presevi^a  iiliportanc»»;'  pe^b  eniton'-! 
ees  bs.tiA  debato  buscado ,  no  obligado,  y  en  opinión'  de  los^uii 
}e  prbmUéten'  muy  cooreniente  y  oportuno.  Pefo  á  pesar  dé^ 
este  y'AtVbé  tío  ntehos  graves  inconvensetites'Stgue  ia>  prfictietf 
lintigua,  y  ém  la^'ocasion  presente  no  ser  hoi  de^mentidd.  á'  pe-* 
saV  de  que  el  tiempo  y  ios  sucesos  habían  arreHaiad¿^  yaiuría^ 
ivorció'n  de  cuestiones  graves  é  irrif^ntes ,  y  de  que 'urgía  so-' 
i)remaTíei^a'^enir  á  disca&iones  de  resoltudos  nras  positivos:  V^^' 
bia  desaparecido  ya  ta  cuestión  grave.de  iá  Hitervenpibu  ó  d^ 
lajcooperacion;'  había  sida  resuelta  en  Vergaraiá  tan  irritan'^ 
teanteriorioente  de  la  transacción^  na  había  el  menor  tflotíva 

Eard^declacnisir  ímprudenrement^  como  otra»!  veces  se  ha-* 
ia  hecho  contra  los  aliados^  lAs>opevacibnés  de  la  gtiei^^ra'fi(y; 
son,  hace  ya  muchos  fueses,  objeto  de'^censuta  ni  de  debate,^ 
por  causas  hai<io  notorias,  las  leyes  de  gobierno  ihtiiríor  y  pre«' 

f  .  ;<   :•    •      i'   •     ' 

(i)  Lo  mísroo  decimos  lie  la  tííscusion  poUiíca  ,  q\ie  se  suscita  al  examí « 
nar  los  presv^puditós  de  los  g^sVós  del  EsuUo :  podo  esta  prátrícf  ler  úiíl  en 
FrancM  donde  se  'mr#ódujo  pafar«p«»\tcl<Sr  aquella  ocasión  de  cxifMn  ,  cuan- 
do;, repeliinds,  qo  teniao  toe  cuerpo*  deliberao^#  las  (acu)ude»  que  obiaWerofi 
4espae#';  ptro  tn  la  actualuLid  esia  práctica  t^  tan  perjuflicial  ,,que  i  elJA.  > 
•e  na  debido  en  gran  pane  ,  que  lus  presiipueslos  no  «^  liayaa'exaiuínado' 
roas'qtre  ofta  ves  entre  ¿noffoll>o«  desde  tl*alí<>  de  34  )'«'>  qué  te  festÉÍ»ítrcl5  el* 
.  n*glititO  parlaiMAtarío..         i  •  '        •  i;  t'  .  ,  .  i  .. 

Segunda  serU.—Tofio  II.  6o  ^  , 

Digitized  by  VjjOOQIC 


9uptiestogdeberitii  discutirse  en  su  día,  y  por  consiguiente  ape*^ 
ñas  quedaba,  campo  ninguoo  para  ú^  diacusioa  útil  al  pais  y 
'de  .resuJlados  apelecibleB. 

¡Lástima  graode  que  á  pesar  de  todo  se  baya  raftlgaslado 
tanto  liempo  precioso,  mas  útilmenie  enipieado^en  dar  al  pais 
laa  leyes  de  ¡que  baoe  lanto  tiempo  carece  y  de  que  uolp  neoe* 
sita»  en  arreglar  el*matiteúii»ienlo  del  culto  y  delciefp,ea' 
(¡jar  la  Ujiglacípo  eri  tantos  punios  dudosos ,  como  bap  deja- 
do las  reformas 'precipitadas  é  imprudentes  de  algaoos  ev^pí- 
ricos  políticos,  y  en  ver  iel  modo  de  alivijarálos  puebloa  da 
tantas  cargas  y  |^vpl4s  como  sobre  eltoa  pesan f  Tres  fu^miP^ 
los  puntos  que  )a  oposición  lliamó  al  debate;  la  delioada  eue%' 
tion  de  loa  Fueros  del  pais  vascos-navarro:  los  desórdenes  de 
Madrid  y  las^medidas  para  contenerlos;  y  los  abusos  <K>meti- 
dos  por  el  Gobierno  y  sub  Rigentes  ieq  las  últio^as  elecciones. 

No  se  podía. dar  co«a  mas  inoportuna  é  imprudente,  que 
suscitar  disputas  sobre  la  lan  delicada  cuestión  de  loa  Fuerof» 
abora  que  este  asunta  tiene,  todavía  un  aspecto  político  grave 
y  escabroso;  abora  en  que  no  puede  menos- de  considerársele 
como  intimamente  enlazado  con  la  aun  no  concluida  piaicifi^* 
cion ;  y  abora  en  fin  cuando  se  halla  interinamente  terminado 
por  la  ley.  provisional  que  aplaza  su  resolución  definitiva  para 
tiempos  mas  oportunos  y  tranquilos.  Pero  mas  imprudente  aun 
y  mas  inoportuno  que  el  suscitar  esta  cuestión  ,  lo  fué.el  mo« 
do  con  que  algunos  diputados  de  la  0{x>sicion  lo  bícier:on,  ata- 
ca ikIo  aquellas  institoeipoes  venerandas «  objeto  del  oulto  y  de 
los  sacrificios  de  un  pueblo  leal»  valiente  y  lionrado^  que 
pon  palabras  huecas  ni  con  vanas  y  aparatosas  declamaciones, 
sino  con  Ja  fiel  observancia  de  muchos  siglos ,  y  con  esfuerzos 
que  rayan  en  lo  sublime  ba  manifestado  el  afecto  y  venera- 
ción que  profesa  i  las  leyes  é  instituciones  de  sus^padres*  Tu-« 
vieron  pon  este  motivo  lo»  fueros  elocuentes  defensores  en  los 
antij^uos  y  conocidos  adalides  de  la  mayoría;  pero  quien  dio  á 
esta  cuestión,  toda  su  importancia  y  magnitud ,  quien  la  pre- 
sentó bajo,  sus  verdaderos  puntó  de  vista ,  quien  la  enlazó  con 
los  sucesos  gloriosos  de  Vergara,  y  con  los  sentimientos  nobles, 
generosos  y  honrados  que  los  prepararon  íw  un  orador  vas-* 
congado,  que  nuevo  en  nuestros  Congresos  «  usaba  ademas  por 
primera  vez  de  la  palabra;  el  señor  Glano  diputado  por  Gui- 
púzcoa.  Jamás  hemos  pido  una  peroración  que  mas  efecto  ha- 
ya causado,  ni  producido  mayor  entusiasmo:  el  Congreso 
^  entero  por  mas  de  una  hora  estuvo  entregado  completamenie 
al  orador  que  le  inspiraba  ásu  vol&ntad  I09  afectos  que  le  do-* 
minaban.  Ni  el  discurso  escrito»  ni  las  descripciones  de  aque- 
lla sesión  pueden  dar  de  ello  una  idea  siquiera  aproximada; 

Digitized  by  VJ\^V-^V  Liw 


todo  era  ori|{ÍQaU  todo  oaevoy  torprendetile  ea  aquel  discor- 
aoú.  La  niQguaa*  preteosioD  del  orador.al  eapresar  p^^naam lentos 
ouevoft  y  profundos,  sus  mañerea  sencillas i  el  candor  y  kf  »in« 
ceridad  con  que  bablaba ,  y  hasta  el  uso  de  eief  (tis  tocos  y  fra- 
sea comunes  y  vulgares  daban  un  realce  singular  á  losséntí** 
vmientos  nobles ,  generosos  y  en  cierta  manera  caballerescos  y* 
románticos  que  constituían  el  fondo  de  su  discurso^  y  que 
siempre  encuentran  eco  en  los  corazonfs  e8pañ9le.s«  Cuando 
ae  apela  á  estos  sen tim ¡cintos,  se  olvidan  las  diferencias  de  ópi-^ 
níon,  y  las  rivalidades  de  partido;  por  eso  el  diiscurso  del  ora« 
áw  vascongado  bailó  igual  aceptación  y  aplauso  en  los  ,banoo9 
de  la  oposición  que  en  los  de  la  mayoría.  El  seilor  Olano  bí-^ 
zo  ver,  quie  la  cuestión  de  los  Fueros  era  tpas  que  otra  coea^ 
una.  cuestión  de  honradez :  y  con  esto  solo  puso  fin!  á  la  cues-^ 
tion;  porque  nanea  se  apelaren  'vano  á  la  boni^de^eo  G)n*« 
grasos  esnanoles.  «&'  la  qm  dicen  aqui  tUguMS-  oradores  ^  es*t 
clamó f  ae  que  las  proinn^ias  Lo  haft  canino  todo,  se  hubiese 
dicho  W  3 1  de  agosto  á  las  masas  arm^idas ,  que  estabcui  de*^ 
lante  del  duque  dé  I0  Victoria  ,  ho  se  Juibiera  celebráis  lel 
convenio^  Pues  bien  ^.  lo  que  yo  no  digo,  €d  hombre  que  está  coa 
las  armasen^  la  mano,  no  se  lo  digo  después  que  las  ha  dej€Ht 
do.  *'  Uu  aplauso  unónime  ,  prolongado  y  que  partía  de  lo 
íntimo  de  los  corazones,  fué  la  contestación  que  el  Congreso 
de  los  diputados  españoles  dióá  este  pensamitoto  que  encierra 
«o  ai  y  aparca  toda  la  cuestión  vascongada ,  y  que  la  résuel^ 
ve.al  mismo  tiempo,  porque,  «comro  hemo^  dicho,  la  convierte 
en.  una  cuestión  de  honradesr..  El  señor  Olano 'puede  lison^t 

Searfie  de  que  .su  discurso  ha  puesto  fip  á  irritantes  c¡.imprtt«« 
entes  debates,  ha  colocado  la  cuestión  de  los  Fuero»  en  uo 
terreno  sagrado ,  y  ha  hecho  un  bien  inmeaso  ¿  las  provin* 
eias  vascongadas  y  á  las  demás  de  la  nación. 

El  segundo  punto  sobre  que  la  oposición  llevo  con  mas 
impeto  qoe  prudencia  el  debate  ,  fueron  los  sucesoi  y  desórde-^ 
nes  de  Madrid,  en  losdias  a3  y  a4  del  mes  anterior,  y-  las  me- 
didas adoptadas  por  el  Gobierno  para  sofocarlos  y  mantened 
la  pública,  tranquilidad.  No  podía  la  oposición  haber  ekjido 
peor  campo  de  batalla,  hallándose  como  se  hallaba  Imú^^I 
peso  de prev^yi^iones,  injustas  si  se  q uiere,  pero  casi  Yiecesarias  en 
aquellos  mom^pifo^  y  siando  por  lo  mismo  muy  díficil  de  qué 
no  ae  interpretasen  mi^l  sos  intenciones.  ¿D.isminuia  la.gra-* 
.vedad  de  loaddtóvdenes  o  les  daba  ün  origen  y  tendencia  d¡fe<t 
rente  del  quo  osteosibleaseqte  tenian  ?  Siempre  aparecería,  que 
los  disculpaba  ó  apadrinaba  en  el  modo  con  que  esto  puede 
hacerse  ep  público  y  en  un  Congreso.  Los  agravaba  por  el. 
4:oatrtrio  pintándolos  con  s^. verdadero  colorido,  y  lanaando 

.¿le 


Digitizedby  VJi^\_^v 


^7  i  «ftíiWpA   ' 

»obie  ellfaft  tt»  étnét^iohfMáltíma?  eiiloñces  jtwiífiéíiííli'éD  cler* 
ta  maiverr  la.  urgMi«  necesktad  de  répririí irlos  ;<  valiéÁtfose  <fé' 
caa]qiii¡«ni   medÍM  ,de  répre^idVi ,  y  debfl|(abá  el  ataque  qoé* 

Creémoienre  d^ía  ir'  dirrjiUo  <Soiiirá  esti:^  medios.  DiHcil  por* 
iaiismo  era  la  posición  de  leí  minoría^  'y  gran  lino  necesí-> 
tabao  8 as  oradores  p»pti  no  ser  derrotados  en  ella.  Afganos,  y 
eatreelloi  pritic^almeá^e  el  setlor  Galaírava  ,  quisieron-^diír 
á  encender,  ique  Rt|ueUos  desórdenes  que  por  oira  parfé  ;ate- 
Boabaii  y  achacaban  áfahhs  e  inrprevisiones  del  GohrÍéríi6(lác- 
ticaí  ^a'tihugua  -y  gastada):  Hábiáñ  sido  obra  y  amailolde  la 
lyiicld,  para  teti^  ocaéiün  dé  deparar  á  Madrid  en  e^úáo^é 
sitio ^r coma  st  esta  tfserdoti'  nb  éMuviéf^desEñentida  f>or  los 
liecbosiy  edfno  6Í  pudiera  harcerse  creible  álos  fti ismds' dipu- 
tados qve'f'iarbn  y  pnesei^eíatlotf  los  sucesos,  qné  sioti^rób  mny 
de  cérea  oobüra^quieii  íhao  dirij¡d(¿>s,  y  que  observaron. póir  sí 
mismos  qniene^^cd^rian  riesgo  eti  medio  del  desorden  ,  y  qtile- 
nes  eran  por  «!>  aclamados  y  ■  victoreados.  El  fteñór  CalatraTa, 
para 'apoyar  t»n  singolar  y  eátraña  aserción  ,  leyó' un  papel, 
queVijo  ser  copia  Áe  un  parte  oficial  del  comandante  déla 
guardia  del  CSoogreso^en  el  diá*íi4»  y  aunque  el  Gobierno 
Htgo  tener  de  ^1  conocimiento,  todavía  se  deVió  oíeér  que 
el  señor  Calatrata  oo  ie  bubieré  leidoá  no  estar  seguro  de  su 
autenticidad.     ^  ¡     '. 

•  Pero  en  losdoettmentos  thas  aúténti<ios  hay'  á  veces  con-> 
signados  &eoh<M5  falsos ,  hechos  incompletos  que  alteran  6  des^ 
figuran  la  verdad  ;  y  era  sobre  todo  soberanamente  abstirdo  é 
Mvpertinente  leerá  los  diputados  tín  parte  para  liécerles «éreCr 
qOeJo.  que  étlos  babián  visto  ú  otdo  por  sí'itii^inos  y'>de¿tt 
cuenca  y  nesgo,  no  era  cierto,  y  'sf  Id  que  ¿I  seflófr  Calatrava 

Í'él  parte  i*eréHlin.  Ademas,  dé  qye  si  el  gobierno  y  la  policía 
ubieran  promovido  los  desórdenes  para  declarar  á  Madrid  «o 
estado  de  sitio,  siempre  hubiera  tenido*  algún  objeto  uítérior 
aquella  declaración,  y  este  objeto  eski  que  no  aditín^mos,  y 
loque  tío  nos  han  revelado'  tos  qne  han  afectado  dar  crédito 
A  tan  absurda  y  singular  asercibn.  No  incurrieron  en  esté  ¿r- 
ror  otros  diputados  mas  diestros  de*la  minoría:  deplorando- los 
.  desórdenes,  clamando  cOA  vigor  contra  élk>s,  dirigieron  sal 
acaqaes  ai  gobierne  por  las.  medidas  adóptáéaiá'fittrá  t!ontener'* 
los  ,  y  generalizaron  la  -cuestión  sobre  U  w^Mét-  ó  ílegilidiid 
do  los  e/»tados  desitio,  materia  tantas  teéésí^a'debatida  ytni- 
tadai  Sabido  es  que  'cuando  el  tliinisteriói  ikimado  de  di-^ 
ciembre  dirigía  los  negocios  publi'éb^,  stgtíió  valiéndose  de 
los  estados  de  sitio,  ^ue  haltó  autorizados  y  en  práctica  á  su 
advenimiento  al  poderS  cuando  MmahUíoi miento ^dcl  órdeA 
púbUao  y  h  seguridad  interior' lo  exigra  ,  y  sabid<^  «s*  tam* 

C^gitized  by  VJ  V^V.^  V  L^ 


Bteii  qfie  la  o|>os¡ck>n  progresi^la ,  <|ue  tii¡el1(í>a^  jbubía.  sido 
gphiertio  no  hábia  teñido  ejcnenortif^c^úp^lo,  aojbre  la  le^aU-r 
dad  de  aquel  medio  de  repr^ion  4  q^He^^lpeló.sioriVBoilai^  cotis-^ 
lanremQate,  empezó  entonces  á  dudjir.  de  C(<i  .k^^iaiidad;  y 
fi  clamar  contra  sú  empleo. .{I/^jbíp  y  !h^j<efecuva«ipnt0  en'ealoá 
astados  escepcioníalQs  abus<}s.gpanidíept  qUe.erft  ¡y  ^a  tpdávia  ux^ 
ge.Q^te  remediar;  erí^n  y.  sou  iildudableiQeníte.todaVia  cOntrá^ 
riosV^ipo-á  la. letra  »  a)  eft|^«¡r¡|ta  de  la  Constítuciiotí  del:EátadQ^ 
á  la  /c^f^acioo  da  Ida,  b41;^»to9  de  legalidad  y  de  éfdoü,  en  q>aé 
eiUiba  ^rlncipalmeni^  la  libertad  c¡vil\  y  .a|  ráspelo  ¿'las  le^ 
yes  y>  4  jas  autoridades  cooiupes,  á  qiue^pfs  ea  («-«eisPiiiar.  maa 
preíai^Rip  y.  poder.  Peijo  en  el  eHado.r^yueli<^,e».qtKula-üaeíoa 
se  balTaM  én  la  debilidad  ep  Que. el  gobierno  yj^ti»  auiorida^^ 
des  se  hallaban  cpn^tiiuidag,  ya  por.  efi^cto  4«jl<^r tra^ftanoos 
apie^H^res,  v  ya  por  el  ¡n.flujq.dje  leyea.a^^rdá9  ia^ptudéolé^ 
uk^l^i^  fe^ableieid^a^  á^JiM  .Jlpa,f^Bla4pS'  lBscfpGfOMlfa«i  á*.  i^bv 
d4»tpd^  ^ua  mm  y  de^^f:;^»;/  upa  necesidad  Jci^^qtftemmentd 
'  )ipf^riÍQ»|^  erao^ufi  teme4ipflierte^  á  un  mal  urgenjte'.y  agudo} 
^  y  por  lo  rpjsp^o « 1^  equiUcivQ,  lo.ra^bable  pa^ralbacek*  de8apa«« 
'recer,<lp$  ¡[ncoPMpbientesKg^av;ii^ÍMl(^  d«l  cegimefaknptilkar,  esa 
reforzar  la  ac^io»  de  lai,fiji|(pi!uJiad«a  copales  p^  que^  no  tu4 
yiesen  4^011  ¡ffCiCH^nciai  qu^  ^áp^lan  Á :taam)Ii|aro9»l]i  a1.  Feopedio 
estremo  de  1^  Astados ,espencionald#,,regM)ariaáAdi)loé  al.mis-i* 
me  tiempo,  fsas^k  qpcep  ei  caso  de;  le^ner  que  t^pela&^á^elloé^ 
{a^en  men^r^  ^as  inconVfiPienté^Sy  .[teljgroa*  (¡A»'eaté  úhí^ 
lao  pbjeto  pirjE^ntó  aqueil  plin^let4t)  i^naiiley  4i4stanle  raadn 
na^e. ,  y  q.u«  ac»puro{i:djísppíe^.d«  Variia»  iA«K]ifipaciatt«s  lo)i 
i^ieipbirpi^dp  Ic^  oposic^ioo,  y;de  1^  mavoría  que.fo«h)abaa  lia 
comisión. epi^r^fl^a  de  dar.  §Qbri9  ejiU.m.  ^iciáok^  abCoogirei» 
f;o^  pero  4eapuea  á^  estar  y^ad^aPtoda. Ja. dí^i^uaíoo  dieaáb 
aportante.' lpy;,.^e  Mi^pfendi^  yjpgf^i\sL6  su  exfUoeii  'por  loi  cbm 
fuj^iytQs  .íte  !a  0pp9icipp3í.  y:  i«ii|ftijpalro«nie  del. señor/ Olósaga 
que  li|  ap^dilUba ;  la  mayí^íMt^lMPe^  p^goóf4uanitb  puUo 
(lorgueL^  di^ae  a<|9elUiley »  «p^r^.  i0l(adv^p;ÍraienlQ;dtl|in»¡nis4 
xpnafíi\%  y  la l^u^pentiioq  y  .dͧ»llH:ÍQn  posterior  :dq  áqucflas 
Cér^^  j^ij^ilizaiPt?  «ii^.i^fuerzpf  ,(y  la.pfiQsicioOfJiogfó  iCooi4 
(^lei^pi^nte^u  obMo«ideiai^d.<háJa  Ugjal^fion  imcpokin^l  ea 
^1; /salado  jjptqripr  y  jQOu.tpdAÍ^Á  J^M^^MI  y.tlgojí  ájuia/anaMi 
q^a.i^.cyiieria^  ,inuiili2arr!y4^  |o^44e.eo4pa$^uMi«tíafi  .cen« 
canos  aj.  pod^r.i Culpa  Cup^  pM€||Stiidc(  1%  pppaioiion  el.cfue  Joi 
«aiadoa  escépo^opalea  no  se  b()l;M.^s§(^  n^4iaitk%d<^».;del¡^jáiidc^ 
lo^  de  todi>>lo  q^e  tíeppp,ife:pftw,.a<5erbp:.y  ^Wenloi;.  faífaba 
.^e^nparar  para  .su  ffiayoi^  ^ií^íjiíaípp  qn^^erft.^tfllnahtc».  ebta 
^W¡Jf«  l^  klgUTacion  e^^t^i^te  í»  J  "qj*^  fua  declaisqokiUea  por.]» 
mUmOt»M..s¡.  Cuerzli  «Jgviiiá  ieo^íj^n ,;  f ra*  prfiCJ^anaeflt^.  éhntfa  ida 

Digitizedby  VJ\^\.W 


le 


47^  wnrwTA 

corifeos  y  caudillo.  Ya  en  las  legislaturas  anterioras  se  lesba-^ 
bia  demostrado  con  la  lectura  de  las  órdenes  y^-decretos  reía* 
tivoe  al  asunto^  que  los  hombrea  dé  la  oposición  cuando  ocu- 
paban el  poder  habían  sido  los  primeros  en  amalgamar  el  ré-- 
giman  constitucional  con  los  estados  de  sitio ,  y  que  la  forma 
que  en  la-^  actual  ¡dad  tiene  tan  monstií-oosa  legislatura»  era  toda 
ella  obra  de  sos  decretos  y  disposiciones  y  de  los^  éjemplot 
qile  habían  dado  y  autorizado.  Parecía  por  lo  mismo  imposi^ 
ble  que  la  oposición ,  y  principalmente  algunos  de  ana  cori- 
feos >  atacasen  la  legalidad  de  los  estados  de  sitio»  y  se  puiie-» 
aen  á  ciencia  cierta  en  posición  desque  con  aolo  recordar  sos 
actds  fuesen  oon  ellos  mismos  envueltos  y  confundidos «  y  die- 
sen á  sus  adversarios  una  fácil  y  decisiva  victorta^Kfectíva'- 
mente,  Ios-oradores  de  la  mayoría  i  y  sifialadamente  el  señor 
Martínez  de  la  Rosa ,  hicieron  nuevamente  ver ,  due  sino'  to«* 
das,  las  mayor  parte  de  las  disposietones  principales  oüo  aa- 
torizaban  «1  uso  de  los  estados  de  sitio,' eran-  oora  de  loa  mí«- 
pisterios  del  progreso,  y  seftaladatüente  del  |>résídido*por  el 
señor  Calatrava>  que  aho#a  tan'to  clamaba  contra  lo  ilegal  f 
anti^ooostituciooal  de  aquella  medida,  habiendo  ademas  ape- 
lado á  ella  ta^j^as  tecesi  Pero  mientras  los  partidos  ú  opínío-^ 
nes  qne  dividan  el  Gingreso  asi  sé  echaban  en  -cara  st»  actos 
y  disposiciones  relativas  á  esta  materia,  una  Tardad  útil  sur- 
gía de  este  debate.,  verdad  qne  esperamos. que  -^lo  d^oooz- 
ean  ni  esterilicen,  ni  los  de  la  mayoría,  ni  los  de  la  oposi- 
ción. Ea  un  liecho  Innegable  que  todos,  los  partidos,  non  los 
que  mas  contrarios  se  muestran  "á  los  estados  esoepcionales, 
han  tenido  cuando  mandaban  ijue  apelar  á  ellos.; '  señal  clara 
de  qoe  en  ciertos  casos  son  una  necesidad  imperiosa  é  inde* 
clinable.  Todos  han  convenido  ademas  en  que  eaios' estados 
so»  un  mal  grave,  y  que  están  plagados'de  inconvenientes  y 
azares,  y  por  consiguiente  qué  la  n^oeftidad  de  acudir  á  «líos 
rebela-la  existencia  de  otro  mal'aun  mucho  mas  grave  y  pro- 
fundo iqba  aqueja  á  la' sociedad !en  lo  mas'lntimo,  y  la  obliga 
í  apelar  puré  salvarse  á  ramedios.  escepcionnlés  y  estremos. 
Eale  mal  grave  y  profundo  proviene  eii  paHé ,  no  io  nega- 
mos«.  de  nuestras  ravnelJas 'y  discordias 'anterioras,'  y  de  ló 
rolo  y  despedazido  qoo  han  debido  dejar  losTÍndáflóa  sedales 
dos  revolncioiies  consecutivas  y  tictoriosas ;  pero  oa  itL  ina^ 
yor  parte  primenM  dé  la  inspección  de  nueslNks  leyes  comu- 
nes y  de  la  faifa  al>sótota  de  medids  de  aeeion  y  de  gobierno 
en  que  dejan  al  podér ,  contrariado  por  todoa  los  obstáoolos  y 
rañstesmas  legales,  que  forman  la  éseoda  átl  r^men  en  qoe 
vivimos.  Hay,  pues,  una  neoesidtid  urgente  ó  imperiosa  de  anu- 
lar aquellas  leyes  imperfectas ,  reemplaxáiidplas  oon  otras  dhis 

Digitized  by  \^KJ\.JWIK^ 


Dl^  MADRID.  477 

adecaadas  á  las  actúate»  ctígenciad  db  lá  sociedad,  toas  capa- 
c«s  de  réfoftar  la  acción  normal  del  gobierno  y  de  aús  au(o«^ 
ridades  y  delegados  civiles,  y  de  evitar  la  oeoesidad  de  apelar  ir 
los  estados •escepciónales  y  al  régimen  militar.  Hay.tatiiJ>ieD 
que  reemplazar  estos  mismos  estados  ¡Mira  en  los  casoá  en  qoo 
sean  absolii^mente  indispensables,  fijando  los  limites  y  eslen«* 
stoa  de  la  antortdad  militar,  quien  puede  acudir  á  su  auxilio, 
cnanto  debe  doran  el  empleó  de  la  tuerza  j  Ja  responsabilidad 
de  los  que  por  causas  livianas  apelasen  á  medios,  á  qóe  en^ 
tunees  solo  deberi  apelar  en  míomentos  peligrosos  y  estremos^ 
Si  de  aquellos  debates  lian  resultado  patentes' é  "iodiapttiablea 
éstas  verdades ,  y  si  de'bnetía  fe  se'sáca  de  ellas  el  partido  que 
indicamos,  no  habrán' sido  cierraihenfe  InútiAea  ni  infroetunM 
eos,  iit  habrán  qnedado  reduicidos  á  nuevas  recrimioaciooes  y 
cttesítionfes  de  amor  pi&rsonal  /  eu  que  poco  ó  ningunr*interea 
liené  la  nación. 

Aun'mas  irtoportuho  y  estéril  ñié^ef  •dabáfCMJiromovidoío'i' 
bre  los  abusos  cometidos  por  el  'Gobiévtío  efk  las  úllimil8<'elec-* 
cienes.  La  oposición  había  agorado -iodo  su  arseoal  en  laa  ni'* 
terfores  ¿<lütiettdas  sobre  el  examen  de  las  actas  «lect€lriiles,y, 
no  tenia  ya  armas  nuevas  con  que  combatirá  ¿Y qué  habia  re^ 
sultadi6 'dé  sus  anteriores  ataques  y  embestidas,  en  qne  tstnvo 
infatigable  y  diestra  sobremanera?  Una  verdad  Iristísima  para 
ella.  Después  dé  tantas  declamaciones  contra  el  Gobierno» y  las 
autoridades,  apenas  pasaron^ de  seis  lOs'gsfCea  poUtico^  á  quie- 
nes haya  achacado  iiáberse  MetocladO  de  un  tnedo  ikgal  en  las 
eleecioties',  y  todo  lo  l*eei6  dé  laf  embestida  se  dn^igi&cdosian^ 
tementé  centra  las  dipiivscítínes  provinciales,  que  si  heiños  dq 
creer  á  la  oposición;  en- todas  partes*  le  fi»eiioa' con trarMa«]if 
hostiles.' La  discusión  arrojó  efectivamente*  esta  rerdadvasi  no** 
no  la  de  que  esta  boétilidad  no  traspasó  en  general  it^s^Hmites 
de  la  ley;  pero  el  que  recuerde  <|ue  hsdipataeiones  provinñ 
eíales  son  la  mas  inmediata- espresion  éé  laa  opiniones  y  prih-^ 
cipi<M  del  mismo 'cuerpQretectorél,t|ne  etij^iá  los iliputadesf 
que  viveilen  loé  pueblos  y  conocen  y  IcÍM^a^e  úevca*  latine-^* 
cesidadesj  deseos,  ¿qué  deberá  jtífegar  de iiM'^rt ido, 'que  di^ 
ciéndose  ]>opular/ empieza  reconociendo  qníe:  tiene  ^eb'  contra 
suya  á  estas  corporaciones ?:^Puede  darse'^eonfesion  niaa  ex^ 
plícita,  de  que  W  opiniones  é  intcfreses  que  sustenta  «van -ccní 
las  opinioflea  é  intereses  del  pais?'  Creeknos  qoe  noi 

'  I^>r  lo  ée<&as  precisof  es  reéonocér-,  que  16a  debtbn  sobf* 
el  mensage  ban  sido  generalmente  en  «sta  fcsgisllrtora  ibatfleflM 
piados  y  graves  qtie  en  las' anteriores,  que  lo^  opoaícioii,  en^ 
ceptnando  á  uno  ó  dos  de  sus  órganos^  se  haB.prodnojdo  con 
calma  y  con  mesura ,  y  ^ue  ademas  se  han  oido  discursos  elo-, 

Digitized  by  VJV^V.^^IC 


478  RBTIfipPA  .. 

cuentes  y.  lumiooioa.  qpe  tanto. por  el  fondo  de  i^  id«fts  co- 
mo por  U  forna  y:  el  fesiilo^  han  ^l^v^da  á.  noeatros  hombres 
de.estado  á  una  altura  igual  á  ia^en  que  se  ballao  los  parla- 
wento&.jde  otras  naciope^  mas  habituadas  j  prácticas  en  esta 
especie  de-HdeSb  Martinez  de. la  Sosa^  eotre  otros,  Toreno, 
Galiaua,  Mon,  Ofóiio  y  Bena vides  en  la  mayoría^  y  Olózaga, 
Galatrava,  Arguelles  y  Corana  «n  la  oposicipn.,  ^on  oradores 
que  en  diferentes  !gi^(^eros  y.  lescala  brillaron  en  estos  debales, 
y  que  la  napion  puede  presentar  con  orgullo  é  las  naciones  es» 
trañas,  como  una  prueba  de.su  saber,  y  adelanto  eu'las  cieo** 
cidsi  de  gobierno  y  de  admjnistraqion.  - 

.  Aprobóse'  por  fin  el  IVfensage,  como  «le  babia  propuesto  U 
comisión 9  y  tao46  por  su  contesto  ooi^io  por  ni  aspecto  getfe- 
i»l  del  débale,  qupdp  defnitivan|ei)efi  marc^d^a.  ^.^^(^Doaiia 
del  nuevo  Gongteso  ,á  los  (yps,m0no9;perppícaQe6.  flfo  recorda- 
remos haber  visto  una  mayoría  mas  dispuesta  ádar  fuj^k*^  al 
Gobf^nooi  cspfenddr  (if  jro^o^i  fije^  y  subsístetipia  á  las  leyes, 
y  áloortar.;Ióá  abusos -qMipesan  sobrjé  Iqs  puel;>|Qs.  Hemp^  víi-* 
ioii  bd  iiuevQs.4iputadós.^rtn(^  y  sev^rps  el  día  dQl))§ligro, 
>nfaii|fftbWs  y  lelerantes  ^n^.los^  prolijos  j(.encáq«psdA^^t»  que 
bao  prbcétiido  á  $u  ootfstitucion  en  Copgr^fio ,  ydispuesfi^s  des-» 
puefláno;perdQBalr:Catiga  ni  .ésfaisrzQ  l^^rsonaji  para'i^cji^plir 
Ipa  deseos  de  sus  jcomilQUtes  y  bái^r  el;bi?n  de  la  nadoo.  ¿$0 
sabt*^n- aprovechar, tAn.tionradas  y  lealj^s  ioA^ooÍQnes?  He  aqei 
la  diid^  que  nies  aqueja. al  levantar  la  pluma.. 

:  PoUTio4.ssmiio9,*^Coi?io  afiuneiamps  len  la  Crónica,  arnier 

riorv-ol  «ÁnisteHe  fraDces  d^,  i^  4^  ^^^yo.ba  sido  reei^f^azado 

pti^Mr*  Thíers^  e^icargs^do  de  ooinpo^fir  eJ.iiuevQ  gabinete  j 

pocfitos^ .aoúgQSvipol(itic<>s^  d«. estfB  bombfe  ,dí9  jest^do^iE}  1»*  de 

/  mario  ctuedá^natituidnifL.niini^ierio  .09  la  forma  s^gu^iepte. — 

Tniaei:,  pirésidente  del.CoiWJ9  y  niinístrp  de  Negocios  ^sfía^r 

/e^ioft--*^  V»iriif „  guCirda^éUps  dí^  fyuUiajr^imltff^.'^^l  ge«e- 

val,  Dsspjuia^UBiEiiMl  4^  I^.C^c^rra— Qkpq  PfHísiN,  iéMoiim 

jr  <MM¿as,-r^iiiiW^4¡ft'i  de  lo  'Íntenor,-r:G9pif9^,d,e, Cppierci^.^ 

Jiueíat ,  ide-^iifJi  i/^/é^á^  ,^Cpi;si^,  de;  Jnsi^i^Uffciqfi^  fAlMca,-^ 

PñLBn*(df'lli:Loipií!^«d^}£I^i^/i<^a.!.;'. 

El^adveniíiiíenMi^de  Áfr.  7%¿e^^.a|.po4er/p!|fiíera  dar  moti- 
vo á  importantes. conaidaracípuesí^perp  «¡p.  renunciar.  4  ex()p- 
HftrJai/en  lo  sucesiva  <  confq^oi^  sev^yan  de^proli^ndo  íps  stt<* 
cesos  ,  nos  limitaremo^.por  ahora  i  recordar »  q^^..^i^pdo  este 
liodibre  de^'Estad^  uno  d|8  los  Rijifi  ilivstres  amigos! de  1<|  causa 
cosisinueiooalilb'£«^9oa,.ieneinpsinoúvQs  fM.o4^os  parecen- 
gr»ti|btaóe4e^()ae  se^afiance.y  afirme  cjj^  o}  poder,  y  pajra  es*- 
perar:que:iko.noe  aeri  del  ^P  ipú^tl  «u  inQuencia. 
-íA'}  -t'^'wij  \u    ),  .,     ; -.   ■  ..-31  de.mai-zQ  ()e  i940f 

Digitized  by  VjOOQ IC 


■  i  ,   ^Ifll  'IMIlfl  I  J     I         IJ^.       Il     I  IIIIIIImH     iUJ 


ftisinsTA  ns  mAVBtD, 


í  i      /  . 


ttbOGBAriA  CONTEMPORAIIBA. 


l^ÜX  [Carlos  Jacobo.] 


-Viáriot  Jacobo  F^ox  ,  orador ,  liotnbre  dé  estado-  [íafa  sieM» 
prf  celebre,  'nació  en  Londres  én  i3  de  enero  de  174$*  Epa 
liijoieroero  de  ^nHqM  Fox  ,  qne  fu¿  eo'  i^S4  pfimer  lord, 
iiaron  HolUnd  de  Foidey.  Su  madre,  una  de  las  mujeres  ttiaií 
bsrmosas  de  su  tiempo,  procedía  de  ihsstre:  sangre,  pues  éírai 
faijadel  Doqae  Riobemon,  y  parienta  de  los  Brunswick  y  de 
loé' Esluardos.  Lo^d  EnriqueFox  era  pot  el  contrarió  bijo 
de  un  siiii[ile  «abaliero;  era  un  hombre  nucYo  entre' los  de 
l^cbiefno^  S  qviea  servicios  hábiles  y  sus  atítivos  conocjitiien* 
tbs  babian  conducido  desde  los  emfileós  honrosos  y  lucrativos, 
al  puesto  de  secretario  de  estado  en  el  depariámettto  dé  la 
{fverfa/ Jorge  II  le  dispensó  toda  su*  confianza;  y  iPuden  la  cá-¿ 
üiara  de  los  comunes  el  poderoso  y  espiritual' adversario  de 
IGvillevmo  Pitt,  desípúes  conde  3e  Chaiam,  (ó  él  gi^n  Cba*^ 
tan,  padre  dé  Pili)  que  )e  derribó  y  reemplató.  Lor  Holland 
^só  d^de  aqoel  puesto  al  eminente  de  pagadér  general  dé 
Ids  ejércitos :  de  modo  qué  la  animada  rivalidad  de  los  padres 
-dtó  frincipio  alude  los^'btjoa,  i- aqoel  b  lucha  prolongada  y 
4amosa  que  tanigvandes  intereses  ref  recJénfó,  y  t^oe  soló  ter- 
\¿inió'ep  el'póiu)ipiordelsi¿Iaiidni«l.  t  -  ;  - 
Segun€la  série.^Touo  IL  61 


Digitized  by 


Google 


48o  RX  VISTA 

»    Attbo8^r«ti  bi]OB  raeoores  de  bus  familafl!  Pox  el  segun- 
do,- yi  Pitt  el  tercero  de  lord  Chatani.  No  tardó  lord  Chalam 
ea  reconocer  en  el  espirita  y  el  carácter  de  su  btjo  el  germen 
délas  cualidades  de  hombre  de  estado,   una  facilidad  eslre- 
mada  en  cem|n«Ddertotodo,ij  un  trabajo  rápido  :  asi  Tué  que 
no  le  trató  como  á  un  niño  ,  sino  como  á  uu  discípulo  queri- 
do: enseñábale  cada  día  tá  correspondencia  ministerial,  ini- 
cióle en  los  negocios,  hízole  dedicar  á  lecturas  graves,  y  aun 
le  obligó  á  emitir  y  defender  su  opinión  en  algunas  cue&tiories 
que  se  resolVtan  en  el  gabinete.  Asi^  pues ,  la  faciluliSl-^el  joven 
Fox  fué  estremada,  y  se  ejercitaba  delante  de  su  padre  en  la 
forma  parlamentaria    con  los  ademanes  de  los  buenos  orado- 
res.   La§  facultades  de  Fox  estimuladas  y  sostenidas  de  este 
modo  y  se  desarrollaron,  y\8e  piepafó  no  solo  para  poseer  una 
grande  elocuencia  ,  sino  también  para  el  arte  de  gobernar. 
Joven  aun  ,  entró  en  la  sociedad  brillante  y  corrompida  que 
rodeaba  á  su  padre ,  pero  dotado  de  un  buen  dicernimiento, 
evitó  las  primeras  faltas  de  la  vida,  á  pesar  del  hervor  de  la 
ld'^a.ng^^yde  una  viva  imaginaeion»  Ala  edad  de  i4  aSns  pa- 
^  al  cDotinente.,  y  faéoon  lord  Holland  á  los  baños  de  Spm 
H^dicbo  que  pa  jaqueUa,  reunión  dé  )w>mbrés  políticos  euro? 
peos,  le  daba  su  padr^,  cada  dia  |)ara  qué  jOigaiseí   bien  fuese 
pqi;  ^«rbjli4^d  p  fior  sisitema,   la  suma  de  cinco  guineas^  Esta 
'  ané^dqta ,  que,  se  ha  puesto  después  en  duda,  tiene  su  brijea 
en  yív^;vida  de- Bufke^  del.  (doctor  Bissét.   De  tudoa.  inbdos 
Fox  Huvo  ma^  adelante  una  violenta  pasión  per  él  jnisga     .   ' 
.     De  vuelta  á  Inglaterra,  colócale  su  padreen  d  colegio  de 
Westamister,   dondef  se  disiingoió,    pasando  después  al  de 
Eion^  donde  ^amó  la  ateacioO.  |H>ff  su  gusto  á  los  pboerea ,  por 
la  elegancia  4^.^"  vestir,  ppcsn  brillante  conversación,  y  p«rsn 
exti:fprdina<;ia  aptitud  para  el   e&tudio.  de  todo  génehodecomft»- 
cimiei^to»:  el  doctor  Bernarda  director  del  colegid ^  yau  ayo  el 
Rector  Né^PH^l^^B  desarrollaron  aquella  dís|)o9Ícioo,  pero  lo 
4?sqspex^  l4.disi(>aci^p  de  i^udiseípulo*  A  la  edad  dé  17  ó  t8 
unes,  frifcueqtaba  Fox  la  sociedad,  briillandé^  por  sua  bellas 
cmilidades*  siendo  sii4  aniigos  juanea  seilov«fs  de  cúycé  nonti» 
I)res  .ha  hecho  n^epAÍoq  la.  bi»<orta;  d  .{aoi¡s^e  ffils^WiUíaní, 
Carlisle,   el  duque  de  Um^Wi  W  'fiírieitto:^'  jíáffmmré» 


Digitized  by 


Google 


ser  ioáof  ségdn  la  moda  de  la  gran  «ociédiid  dé  landres ,  Fox 
les  eclipsaba  á  todos;  su  estatura  era  algo  mas  qne  ttiédiaDaí 
y  estaba  flaca  Su  elevada  sagacidad  y  su  instruecioíi ,  se  des-» 
cAibcíaR  ya  al  troves  de  U  frivolidad  mundanal  sus  eoistuiu-» 
bres.  Después  de  brillantes  triunfos  clásicos ,  entró'cn  el  coIe« 
gio  de  Oxford,  donde  terminó  rápidamente  ftu  educación  ^  y 
donde  mostró  también  w  facilidad  en  bablar,  y  su  afición 
á  los  placeres  y  á  los  irersos.  Volvió  al  continente  al  salir  del 
colegio,  y  seguramente  los' que  le  vieron  en  aquella  época 
lanhrillante  y  disipado  en  Londres,  en  París  y  en  Italia,  not¿ 
bobieran  reconocido  veinte  anos  de|mes  en  el  orador  obeso  y 
descuidado  de  la  jamara  de  los  comunes. 

Impaeieate  lord  Holland  por  ver  sentado  á  su  Lijo  en  la 
eámStca^le  bizo  elegir  dipuiadb  en  1^8,  antes  de  que  tu-viera 
lá  edad  legal ,  por  el  burgo  de  Midburst ,  en  t\  cotidado  de' 
Suaseou  Fox  ao.  eouiuba  man  ^oe  19  añbs,  y  eran  necesarioaí 
ao;  )iero  la  buena  díspoiicioii  del  joven  y  el  poder  de  su  pa*-*' 
dre  ,  btóieron  pasar  en  silencio  aquella  irregularidad.  El  pri-^ 
merdticurso  de  Fox  íúé  dirijtdo  contm  Wilkes  ,  d'cual  ,'dé-«'  0'/,j4í 

tenido  e«i  la  cárcel  det  Banco  del  Réy^  reclamaba  con  fuerza  ¿u  /     -j 

lugar  en  cl  parlamento,  en  el  cual  representaba  á  los  electores' 
de  Middiesex.  El  ministerio  North  le  negaba  aquella  justicia  á 
pesar  de  la  opiníau  ))áblica  y  de  la  ley.  Fox  defendió  la  dbc*' 
trVoa  del  {)oder,  ó  su  encono  mas  bien;  admiró  á  la  cámara 
por  la  precocidad  y  vigor  de  st»  talento  ,  pef'o  nb  convenció 
á  nadie,  y  aun  soló  le  aplaudieron  los  bancos  ministeriales. 
Stíi'  embargo  la  eáinara  toda  babta  admirado  sil  destreza 
en  aquella  discusión ,  la  agilidad  y  el  numero  de  sus  argumen- 
tos ,  y  la  calma  de  un  orador  seguro  de  sos  fuerzas.  Sieh^ 
^o  Fox.uníi  adquisición  preciosa  para  el  Banco  dé  la  Tesore-^ 
via^  Lord  Nortb  le  confió  un  emplee  superior  eh  el  altíiiDintaz*- 
gO|  la  de  pagador  de  las  ii^Mas  y  huérfanas  ,  y  en  fines  del 
misma  kno  le  encargó  las  futieiorfes  de  lord  de  la  Tesorerfa.tr:  1 
Publicábanse  entonces  laé  Calatas  de  Junios ,  defendiendo  i, 
Wilb»  y  atacando  al  miiiiaterio.  Eran  golpes  terribles,  pero 
loa  reebazó<coa  copia  de  picantes  sarcasmos  y  razones  de  hom- 
bres áeesiado,  la  elof^ueneia  de  Fox;.  Sin  cmbar^^o  esta'cléei-' 
aion  en  favor  de  la  corte  tea ia  sus  límites.;  toas  de  liiia  vet^ 


Digitized 


dby  Google 


r 


brdd  hiío  ae  Hrilasd« 
que  le  ÍDcliMab?  al 
abierto  á  las  idea»  geoerosaa  ^oe  no  ! 
pero  faoMa  177S  toió  Fox  «enpre  coa  k»  nii 
dolo  con  todo  ca  algunas  ocasiones  Tacüando  j  con  { 
Ademas  9  no  temió  el  ooooordar  algunas 'veces  eon  los  nns 
ílnslres  miembros  de  la  opasicHAi,  y  princípaimcnie  con  Hnr* 
ke  qoe.  aotenormenle  le  había  tído  contrañocn.  algnnrn  dis- 
ensiones, j  al  coal  IbiBoba  después  ^el  major  genio  de  h 
Gran  Bretaña  en  aqoelb  'época.''  En  una  coeaiínn  de  toleran- 
cia religiosa  ,  reía  tira  á  la  abrogadon  del  joiUMnlD  al  tett 
para  noa  clase  de  ciadadanos ,  íoé  cnando  se  separa  de  sns  co- 
legas. Lord  Xortb  qae  reunía  Umbien  brillante  takns»  á  «n 
ardiente^ orgullo,  se  dio  por  ofendido,  j  dirijíó  á  Fox  en  la 
misma  sesión  sereras  obserraciones  qne  focron  mnj  mal  ie-> 
cíbidas :  habiendo  acontecido  entonces  también  la  tnnerte  de 
lord  Holland,  (en  ijjA)>  ^^^  ^  encontró  en  libertad.  Antes 
de  reñir  sin  embargo ,  pidió  una  entrevbta  á  lord  Nortb ;  pe* 
To  el  orgulloso  hijo  de  lord  Gailford  se  negó  i  ello ,  7  le  hi- 
zo decir  coo  ironía ,  que  en  el  equivocado  camino  que  seguía 
babia  olvidado  sin  duda  que  desempeñaba  el  destino  de  lord 
de  la  Tesorería.  A  estas  palabras  siguió  su  dc^itocion ,  7  el 
fogoso  primer  ministro  se  la  notificó  en  medio  de  la  eiouura* 
recibiéndola  Fox  en  el  momento  que  iba  á  bablar  ,  por  medio 
del  siguiente  billete,  firmado  Nortb.  •&  M.  ha  tenido  por 
conveniente  aombrar  una  nueva  comisión  ^le  lores  de  la  Te^ 
sorería ,  entre  los  coales  00  veo  vuestro  nombre.»  Fox  TÍva<» 
mente  conmovido  al  recorrer  aqoel  escrito,  ocultó  con  todo  su 
pc^r  7  renunció  la  palabra.  Esperaba  sin  duda  sn  destitociou, 
pero  de  un  modo  menos  acerbo ;  asi  era  que  calificaba  el  acto  y 
el  escrito  de  ^vUlania**.  A  pesac^dr^  la  impaciencia  que  tenia  de 
entrar  en  acción  contra  sns  nuevos  adversarios,  se  engolfó  mas 
7  masen  los  placeres,  sin  descuids^  sin  embargo  sus  estudios, 
iinicacosaqueno'olvidaba.Sus  faltas  7  escandalosos  desórdenes 
destro7eron  con  uua  celeridad  espí^otosa  la  brillaote  fortuna 
que. {le  babia  dcyido  su  padre,  7  de  repente  d^  de  ser  onó 
,  de  ios  grandes  propietarios  «k  ^laterra.  La  carrera  del  ]^r« 


Digitized  by 


Google 


AB  MAORID.  4S3 

l«iMQlavobi6,.^úe9«  á  ser  su.  único  patríaioiiio,  j  realmente 
4mte  este  mdnMntO'fue  soto  caandir  tomó  el  prioiér  lug[ar 
eocti'e  los  hombceé  cle.esbde;  el  temple  de  su  carácter  sefdr- 
iaJecAÓ  con  sus  desgracias.  Nada  pudo  abatirlo ,  al  odntraTÍo 
.todo  le  realcfS,'  y  la  .oposición  tijiVór  un  apoyo  mas.  Sin  duda 
ilpfieroB  sobre!  éh  las^f ecoavencione^  políticas  j  las  burlas  de 
ios  baqcos  mioisterialbs «  etilos  primeros  momentos  <desj)oeb 
d#  w.destúucioB  ,  peno  no  se  desconccnió,  é  hizo  frente  jS  ellos 
con  la*8angre  fria<  partioular  á  loa  hombres  de  estado  ingléseab 
daHcM^iÁMicbas  veees  valor  los  motivos  generosos  que  causá- 
rofif  su  separación  del  miniaterio.  Fox  habrá  idoáloouar  ásien-^- 
iotüllfi^o  de  Burke,  y  votaba  con  el  y  alguno^  otro»  grandes 
oradores.  .',.....    i  . 

•  Habiéndole  encontrado,  cuando  estaba  en  el  poder,  iliis**' 
iradO)  jr.  generoso  la  cuestión  de  las  colon'ias  iinglesasde  Améri^ 
-cu»  no  iuvo.que  jpeaega^  de  sus  precedentes  abrazando  acuella 
oau^a  con  calen.  Reconoció  én  Itís  oolonos  el:dei;echo'de  votar* 
aeloei.jnipüestos^  y  atacó  el  bilí  de  Boston  can>ár^umentoa  t€^n 
«clajr^s^  coo  tal: conocimiento  del,  estado  de  las  cosfis,«^con  tan 
Afflargá,v«rboiidad,  que  el*  banco  de  la  Tésoceirhiipüdo  cono'^ 
Mri  laánraensa  pérdida  que  había  esperimeatado^j^ más  se  l^a^ 
bia  jlreaenlado  en  la  tribuna  de  Westminster  un  talerito  mas 
a#ímMdo'bl  de  mayor  ostensión.  El  joven  orador  «biso  agrandes 
advei^eoóias/queel  tiempo  ba:rcaliaádo,  y  pronunció  palabras 
lljenav  de  una  indignación  biéa  niereciday  contra. el  fogoso 
tforlb^i  que  átf'opellaba  los  derechos  de  on  mundos  cutero: 
^^Aléjaddro  Magno»  esclaoiaba,'  no  conquistó  tan tds.  paisés 
^como  habrá  |ioídidi»  perder  lordi  Nórilv  en  una  sola  campa-* 
tta.f  Aquella  diacuÉioa^oolpbáá  Fox  sobre  todos,  y-  la'Ióglateri* 
ca.  contó  desde  entonces  cov>uágr9od«  oirador  maj^íFox  seo-r 
JUido  al  lado  de  .Buike.  fué  el  gefe.ereciÍKO  de  la.^|XÍsioiof.»  de 
hn  «liaiieos  eú  que  se  ^sentaban  ilustres  dipu4ádoa  como  Jorge 
Aiville,  Barré,  Dunning  y  lord  Grey,  muy  joven  i  l^.saz«Mi* 
Diapataodo  con  ellos  én  las  confeiénoias  parí  ¡lujares,  se.-  i:^ia 
anija.  tribuna  á  sus  judieioBas.  y  firmes .  m^ras ,  y  convetioid)^ 
^kaistia'  de  aiueluis  o|^intones,  que  liabia  d^fendidoidui^teJá 
''itida  de.stt  padre,  désdeel  lado  opuesto  «del. salón..  .^  .  .ih  '- 
A  >i 'Coacláida'la»  sesiMsiFox  paisó,ái£rahota  álfisiid^  ^pndear  el 


Digitized  by 


Google 


484  BITKTA 

pensamiento  de  sa  gobierno  con  respecto  á  le  Aneriea^  Veris 
y  Verselies  estaban  Tifnmcate  ¡rrkadoa  contra  «las  pretensiones 
j  barbaridades  de  kvd  North^  y  se  dedcraba  <itie  se  querían 
combatir  á  todo  coste.  Sn  celo  en  firror  de  la  Amérioa  se  a«* 
mentó  en  medie  de  aquellas  simpatias«  y  se  prometió  i  á 
mismo  no  serles  ¡ofieL  Ademas  sn  nuera  posieion  en  el  Par* 
lamento  era  nn  grande  aoxUio   para  k»  insurgentes.  Desdé 
aquel  momento  se  le  vio  combatir  sistemáticamente  todas  kks 
medidas  ooerekÍYas,  rechaiarlas  con  su  palabra  y  su  voto ,  con 
el  de  sus  amigos ,  por  medio  de  la  prensa  y  de  la  opttiioa  que 
exaltó.  Tan  ardiente  proceder  agradó  mucbo  á  los  ingleses «  y 
los  corazones  que  estaban  resentidos  de  él  por  fu  primer  alian-- 
ata  con  Nortb,  se  le  unieron  de  ouevo;   deciao  entonces  de  él» 
que  aliatáqdose  en  nn  principio  en  las  banderas  de  la  corona, 
solo  había  cedido  á  deberes  de  familia ,  á  la  Toluntiid  dé  un 
padre  ilustre  y  cariñoso,  cuyos  consejos  eran  para  él  una  au^ 
toridad*  En  aquella  ocasión  tuvo  un  desafio  eaosado  por  sus 
opiniones ,   del  cmal  salió  ligeramente  herido;  todo  ei  país  se 
trastornó,   y  parecía  que  se  agrupaba  en  rededor  de  su  lecho 
como  al  de  un  hombre  nedesario  para  el  ;so8ten  de  sus  derechos 
y  para  su  prosperidad.  Fox  dio  repetid  a  tneo  te  prnebas  de  una 
ca|iaeidad  rara  i  y  aumentó  rápidamente  su  influencia  en  la  cá- 
roara^  persiguiendo  con  vivesa  al  ministerio  Nortfa.  Poi<fin  fné 
derribado 9  y  disuelia  la  cámara  :  verikóse  una  elecoion  gene- 
ral (en  1780),  y  en  ella  fué  «legido  Fox  diputado  por  West^ 
minsier ,  á  pesar  de  los  sacrificios  pec^miarios ,  de  laa  intrigas 
de  una  familia  poderosa  ,   y  á  despecho  de  la  corte  volvió  á  lá 
cámara'  con  ona  mayoría  considerable  de  wbigs :  el  púUieo 
le  apellidó  aquel  dia ,  elhambte  delpuMo*  Forobóse  on  minis^ 
terio  ^hig  de  la  mayoría ,  y  de* entre  los  amigos  de  Fox  y  del 
marqués  de  Rockingham  ,  y  aunque  lodavta  conmovida  pot^el 
combate,  aquella  mayoría   se  contenió  coa  la  derrote  dé  sus 
enemigos  y  y  no  soKcitó  que  se  les  juzgase.  Pasóse  á  Ite^aaontos 
urgentes.  Fox  fué  nombrado  mioisiro  de  negocios  extranjeroa 
{en  febrero  de  178^].  Sin  embargo  el  ^chiquur  (el  tetero )^te 
bailaba  vacio:  sin  duda  el  patriotismo  ,  jia  actividad  y  losems'^ 
nentes  talemos  de  los  nuevos  ministros  iban  á  proporcionarle 
kecoTSQs;  ptro  la  coalición  »  <le  la  cuijilFoi^  esa  gafe  ,ino  hizo 


Digitized  by 


Google 


mas/  á  pesdr  dé  Í᧠ a(iartéii6íaá,<'t}né  pasar  af  |^ob¡ácal&:'¿;óii 
todo,  laa  pooB^t>peraeMii«s  qtiti  lluvó  á  eiibó  fuerotr  h\éti  rect- 
indas  4e  ki^f '  ingl^esei.  tkf  «ste  modo  recuperó  el  déréciío  ák 
fténlarse  en  él  P^arlalueolfó  <{ULe'  hasta  étiednóés  habiá'  eátadó 
abandonado  á  loa  ais^ntistas  del  estado;  j  los  emprendes  dé 
aduarraa,  del  axtífhy  otros  destinos  pálillióó!^,  no  jludie^dn  vo-^ 
taren  las  elecciones.  Mejoróse  lá  éiruacttín  dé  la  IVIanda,  y;  pú* 
lio  respirar.  Pero  de  repente,  en  el  tnes  de  julio,  la'tniVctife'átt- 
(>ita  del  marcfües'de  Rockingbaní  rompió  las  ffké  n^i^ñsteriá- 
tes;  El  rey » cjiíe  nó' le  apoyaba  ,  llamó  cr) 'iibd^otVos  holmbréa 
policicQB  mas.  müderadoi^,^  sin  duda  ^  qffé'' )a  fracóloh  Norrhi 
estranos  á  los  subesos  de  América ,  pero^*BÍn  relación  alguna 
con  la  nueva  malaria;  bómbrc^iliafting'QÍdós^aính  dnldos  en* 
lrcsí,'perb  máeho  níeho^'geherósó^f  qué  los  ámígóá  dé'  Fot. 
Elmariinés  deLáhsdbwn  Ptí¿  M  encardado  déf'ftftfiár  y  flffí  4. 
gir  el  gabinete.  Asi ,  pues;'Pó^  déspues^é  algn^tíés  oíésés  dé 
poder /volvió  á  su  banco  de  dipuiardo^,  conla  clrca'fisUnci«<  de 
qae  para  tí  nuera  eámrpaftk  ¿e'ágirótió'foettefi^enré'cotí^  iñuohoi 
ViligoA  pddciosi».  Su'  |)árt1do  'especritíieíilS  úií  embargó  déíec- 
ü{éne%,  ^otreottos  ia  del  jóri^  Pttí ,  t^üeéñtVátta'eh  elpóder', 
y  dé  RttvGrentille.  El  nrtírfisterití.La#ádiÉrirn'j[)reparólá'  pat  c6i4 
la  Francia, ''ÚA'mórica'jr 'la  HofoH^/  ^^to  trope^zá '  [Pronto 'á!l 
éttcontt^r  la  coalícioo  formidlíble  eáí^tié  ePd^o  del  J>¿dei» 
tiftbiá  reunido  á  Foí^  lord  Nóiih',  y  But%e.  Bl'l^ijfelico'griti 
y  pareció  ijué'idndaba  dé  la  moráliclád  de  los-  átof^^íi  ÜH  Fox*, 
y  liaáf  acitimetdÁáí^tie^cbntbá  eU6s^é'diHgié^óá^1íuerotí''Vetlé^ 
ne^fl^iiKág»  í^aáKoHh' y  Pohc'^iguiéron  su^^ááÍ7no;  ^HltfiéYórt 
-ir^tér  ta  Miisnrá  del''inffiiftlerfio'  Lansdowd,  d^^ésái^  dé  los  és^ 
•Aier208  de  i\jsí  fíiíéhibrosy  Ht'ridd  étt'él  corazón*  aquéllk  ádmi* 
tiisli'aieion'fué^dét^íibad^' *f/6r  la  máyorrííi.  Pítt,  at-aBaba  *p^r 
^fímé^á  vékde  desplegar  e^trabfdinatios  tallemos  oráforiolen 
maá  bella-  réiísteñfeiá.  '  '•  '\    •    ■■  *  ^\   "      :     l^^''  •'  I 

^''  FóX-tibWióat' ministerio;  Scflba  diéKb  qite  liábia^dfi-ecido/á 
feüé'^itiigos  íifbandonar  la  vida  ligera  y  <iísipadá  que  hasta  éfi^ 
tonces  babiatenido  ;  peíro  fio  pétíó  cUftfiplir  'su 'palabra /y-  á 
ios  '  poeof  meses  se  le  tió  -volver  á  las  disipaé?ones  y  al  juego, 
<iue  se'babta  rejiíroebado  antes.  EL  dainisterio^'Pox  árdíófét  pái 
iWéjikcadfa  {|i7i83)  cóh  las  nacibncb  que  bcábábán  de  pelear  coh 


Digitized  by 


Google 


A6§  »*riiT4 

1?  loglj^t^fTa»  lyprdShelburnQ,  iadividuQ del iprec^ente  oni-r 
DÍst^rio ,  era  el  q\\e  había  preparado  loa  traU^k»,  cuyos  pro-^ 
yectos  i^o  apro^aroa  eo  uo  pfinpjpío  Qu^Ice  y  C(<>r(h.  Este  cam* 
bio  brusco  sin  causa  iegU¡a\a ,  y  ci^ia^  ooodici^pea  que.birie- 
roa  el  bofiQroi^oiopal,  irrUaron  %\  púbiicQ;  sjin  embargo  el 
acto  ea  si  misrpp  ^.r,a:  bonrpso  y  útil  sobr^  todo.,  de$pue&  de  la 
desastrosa  lucba  de  que  salía  ^1  [>aÍ8.  Asi  fué  que  la-  gran  oíaT 
yoi^iil  d^  la  cámara. de  lo^  comunas  la  apr<4>Q,  é  hizo  bies. 
El  célebre  bilí  de  la  India,  redaciadp  por  Bur^e^  siguió  i 
ftquellos  tratados»  y  fué  caus^  d^  dirision^en  /elmiuislerio;  pe- 
ro ^ÍQ  Qiubar^^  la  voü  poderosa  de  Fo3^  lo  hi^o  pasar  pof  uu^ 
grau  n^ayorUt  4  P^ar  de  ^as  elocuenlea  obje^¡oues;de  Pilt  y 
Pundas;  esta  yes^,  ii,cr  o.hs(an(p»  se.  esp^fitó  la  porona  de  la  esiep- 
siou^de  antorid^d  que  el  c^AÍsiterío  podría  sacar  d^l  bilí »  pues 
que  po;*^l  mismo  se  le  daba  el  moQibraiuieato  de  todos  los  ei^.- 
pieos  de  la  ludia ,  abolía  mom^tánei^inent^  la  cart2(  de  aque«- 
Uas  cpjofíias,  y  le  da,ba  una  ^utqi*idad  sin  lím.ítes  l^a^^  1^  es-  . 
tinción.  diQ  lo^  abusos  e:(i^^teptes ,  y  ,l|^,líqi:^idacion.d?  Jd  deuda 
de  la  cooipa^ia^  4<ltiel  b^U.  parecía  ^n  embargo  juílícíal^pii^ 
cplopiiba  Jas.  ]^cop¡edad,es  y  beneficios  de.  }a  pompaui%  ea  íx^^ 
nos  de  un^  alta  co.ipisioa,  que  era  ipamoyible.ba^ta  después 
de  becUa,  la  licjji^idaeíon  ,  «peil^l  nogibfada  por;  e^;Parlamfi|tOf 
debiendo  dicha,  qQmj^lp^  dirigir  Ip^  pegocios.de  la  con^panía. 
Pespu,es  d^  un  estudia  profundo  deja  cue^tiou-^  .propunx^iji^ 
Fox  su  admira))le  discurso,;  jamás  pai^  aJgunp;)o,  ha  pido  mas 
bermpsp,.El  Parlamento  llenp^  entonces ;de,hpQiJ|p(r^4u/\eria£e^ 
se  CQnmavip,  yivatpente  al  oii^  lia/^*a  maestra  diri  gf^^^deiprar 
dor.  Por  la  parte  de  afuera,  el  público  permapeciq/rta,  .y  po 
aprecio  ni  las  razones  ni. los  adn^irubles  impulso^, del. ministra 
^1  contrario,  las  consecuencias  quf  antes  hemos  jpdicado^  ^ 
apoderaron  del  pais  y  le  qauspiron  grande  inquietj^^f.ep  el  A^ 
puede  juzgarse  que  ningún  fundamento  ten^a^.ggupllajpquifi^ 
tud)  pero  los  torys»  dirigidos  por  el  bábil  Pjit,  l^^pf/ppiyvíeroD 
diestramente,  y  aprovecharon  las  circui^st^nY;ias;qqe  les  ofre- 
cían volverles  al  poder  comuna  vic^Ofia  de^i^íva.};.  ,,^ 

f)a  ^fecto,  el  rey  inquieto^on  It^  planes,  de  ]^,^p[iiii¡»> 
traciou  de  Fox,  ó  mas  bien  por  las  ínter pr^ji^op^s^gqp  ^^  ha- 
fi'wi„  embarazp.su  mf;rch«(:  pro<;uró  ]r,esÍ6t¡i^^<^  >  i^PfJInV^Qrl^ 


Digitized  by 


Google 


MimiüDMii.  48(7 

j|ie4io  td^  tus  amlgOB  en  la  cáour^  ^lia «  de^habdb  e»la  él 
i^UiY^dp  por  U.de  Ipa  comiints.  Dísolvióae  .d  tíiioísiéríoi,  y 
para 'qi^e  qI  Httevameal^voinbrado  Do*t«iiritira  qM'lubbat.coá 
}^  jüf^yojfU  de  la  cámara  f>#piilar ,  el;i:ey  eoav«:ó  á  Aueváfe 
^le^io^ea,  y  pidió  ai  pajs  na  áixivó  Parlboaento.  Este  ?eziJi 
partido  de  Fox  perdió  ma/ft  que  (^  podev,  pues  perdió  la  pdplü- 
Jf^ridad;  lUgaodp^las  cosas -á  tal  .(Hinlo,  que.-pudo  teioérrpof 
ua  .motu^to  que  su  gefe  do  pudiera  Volver «áieotirac  eiit?el 
Paflapaei^to  sinoppr  medio  de  uaa  elección  de  hiMrgaiDespnes 
de  y\ya^  e^plic^ciQoes  con  los  electores,  y  d^^ompromisos  oon<;- 
Iraidqs,  la  mayorífid^  We&tmíi^^ter  votó  .por  JPox»  pero  íuéo^m 
fo^l\Q  trabajo,  y  guiando  gastiis  de.ponaideracjiotí  iTamilíps 
ili|5|Lrcs  dp  su  pa^iido.  El  triunfo  6e.babi»be<$hQ  Uiit^udosa, 
que  daipas  jó?eea»  y-h^fmv^s  «de  clase*,  elevada,  fiieron.  i  éoli** 
citai;  en  fa.vor  suyo  ¿.los  frlectpres  que.  le  desbaba A^  ELesñ* 
crutitúp^  fué  Jnterruu^ll^Qy.atdeadáiQot»  p^^ever/^i^rie  jjpecb 
Fpf  yu^ltq  á  entrar  en  el  Parlam^Dtq,  fio^ta^dó  j^n^reCKliraii.dl 
ftfecto  público.  Rechazó. con.  un  taleotaquejfi  esperiepoia  bi|r 
i)ia  agrapdsidQ  los  impuestos  pedido^  por:  eji  g^ernO)^  jf.aet 
paló.lqa  vicios  del  bilí  de  la  India  redactado  4f>r^Mr^^HI)  que 
transfirió  d  la  pofi^a  el  nombramiento. de  la, ^pM^isionitfiíp^f 
rior  de. la  l^^i^  :„elf{iúblioo  gritó; también  m«Kbo  co9tt«iff*l& 
Afiuel  bilí  ba  tpnido  efectos  des#Mrpsoa}.  b^  rolo, ^.diquel  que 
i:^tenia. ais  poder «,  dado  cnrso  al  d^po^ismp#ni|iiste)ciel^^y 
JiA  ^fscbo,  masadera  pie  problemática^  }aa  miras  afu^J^JtOsas  ata-r 
cadas  en^  el  prpyectadi^iíFp^*  <En  Jipai  paAebra,  esUtidoflí.medi- 
^%%  s^e.el  mismo  óbjato^i  ban.rHpi:e^nudQ  lo^donsiateaiaa 
^t,qi:ip;esiab^  dividida  l^  |dglaierrap  Fo&:tqmó  gen^v^lsameoT. 
Xfí  parte  pfOL  ptr^s  cLUcusioo^s  y  su  ifgu>x\:  e^c^dihy  su!  diar 
jij^qtiea  »  Jas  qso)arecÍprpn  Mtilqjieinte .  ( legi^lalnra  d^f  >ifj^Á)4 
Cpf  tfibapc^'en  los  b^.f^cpfl^  qup,cpn  éit:y/>t^bf^o  lob  b^mbres  pa^ 
pidos  con  e\  dpn  de  la.  pad^brí^  j,deL  gobicffnq;  ;<igrMpába|iae 
allí  dÍf«rtn|teB  8(|i.pírip?iW|a4es ,  p^ro  Fw.  líiíj'W^brjepiüjabe^á  tóu 
da«  con  la  ^mpjfi^ipn  pip<;íwk  girgiMie  y.  j^pida  de  jAs.;€M%k 
^gres^^al  contÍA^i,^ep  AJSS-»  pf<«í.vii»iar  flíjd^WPHtoih  »  { 
, . ,  ^  re|)«enjte  UegA  i  su  .noticia  Ift^njagi^^ei^  [nieiflal!  df^ J<»ib 
ge.^^i^esta  c\i;ciíkqeíajM5¡^..bp(CUi  p^esarpa^una  r^g^pcia,  ,y  Ü 

Segunda  ///le.^ToMo IL  6a 

/Google 


Digitized  by  ^ 


488 

Fox  f60obr6  la  opéranta  del  fdcr,  áé  esa  falioidad  €megaMeiii> 
te  lagleia.  Reoorría  i  la  sazoo  la  llalla  ,  baeieacto  eoé  •«  aeas« 
loinbFado  ardor  algimassálnaa  fbi«8iigáeMMi«8.  Daiitahlano^ 
tíüia  de  la  enfaraedad  -del  rey ;  rtcrocedió  y  pasó  ea  noá^  días 
íde  BoloDÍaá  Londres  (5óo  legaas),  habiéodose  sentado  yá 
al  déciioo  día  en  la  cámara*  Taaftbiea  esta  ret  nsodifiearon  tus 
principios  Fox  y  sus  ainifc^,  y  se  adbierieron  at  perecer,  de 
qoe  siendo  mayor  de  edad  el  heredero  presorifiro  de  la  coro- 
na, era  regente  de  dercebo ,  y  qae  toda  medida  que  le  destm- 
yete  aería  una  usurpación;  los  ministros  fueron. de  opinión 
opuesta ,  y  esta  última  doctrina  era  primitivamente  h  de  U 
oposición.  Las  discusiones  para  obtener  el  poder  fuefdn  nray 
animadaa  y  ardientes,  en  especial  coando  se  trató  de  estable* 
,cer  la  niaaerá  de  snplir  la  sanción  resL  Agitábase  la  cuesttOQ 
de  si  seria  ó' no  ilimitada  la  regencia,  cuando  de  re'pente  reco- 
•bróel  tey  su  salud*  Cerráronse  inuiediatatnente  los  debates,  y 
Fm  salió  de  Londres ,  dirigiéndose  á  las  aguas  de-  Batfa ,  donde 
ifueria  curarse  de  una  grate  dolencia.  A  su  vuelta  combatió 
también  al  ministerio,  y  logró  que  niuiihasr  veces  modt6cara 
aup  proyectos.  Impugnó  con  ^igor  y  gran  maestría  (en  1790) 
-las  disposiciones,  guerreras  manifestadas  por  él  -  gabinete  Yiti 
oenira  España  y  Rusia ,  é  hizo  que  la  pni  'se  feí^á¿i^8¿  '^ 

;  La  revohicion  francesa  causó  grandes  escisiones  en  el  par-*- 
tidoi  í^hie.  Fot  4in  eitf bargo  la*  defendió  coi>  entusiasnio  y  prdf 
nollicó  su  «éMtens?^  ;^frnk>oestó  á  su  pait-á  que  no  se  ópU'^ 
siera  al  eetablecimiemo  de'Utios  principios  que  babian  diátado 
M  igrandoM.  burke,  vMHb  desidédte,  evitó  por  etrfottcct  él 
coniestarté  ;  qoiso  bécerlo  rútís  adrante,  pero'  ée  lo  ítftpMie^ 
ron  las  v^í>ces  dé  sut'aaílig^.  Aiguwas  sematiáir después ^  se  ^¿ 
s6.€én'  el  'espiriftíál  y  íogiesó  Windlian  á  otro  banco  jiioto  al 
g<s4>ierna  fin  los  principies,  elrirmkf>imfentoentré'Btoi»key  Foi 
se  liabia  li>aaitadcí  á  afguna  frtgkídd  en  las  daciones  diarias,  i 
diifiefgeMíías  privadas ,  que  pronto  se  sofocaban  por  las  ebnsi-^ 
daraoiones  de  una  teótua  amistad*^  Pero  Bnfrké  liía^  y  maé  t^ 
panudo  oada  di$  ;•  pendió  'pronto  toda  mesuft^.  Menos  liombré 
d«  Wtbdb  ^K»H  'Pal* ,  ftoaá  bieti  bómbre  de  ¡magínacidn  V  <^n  un 
álitfa  cabálierekda,  defendió  d  la  téinude  Frartetá  %  #i(dpldtó 
«na.vebwiéiioiji  deátttédidá,  teidds-los  tt«rii<is  'déítéfptMfott 

Google 


Digitized  by  ^ 


/ 

DK  UTAüUlD.  4% 

ccnwcidos  contra  la  revolución  de'aquel  p8i«.  Para  tlké^  aban- 
donalNi  los  princtptofl  de  su  vida  poKdcit ,  todars  sos  espera niak 
de  felicidad  para  los  hombres «  |K>r  liltimo  pedia  el  orden  á  tú^ 
da  cos$a.  Fox,  Slierídaa,  Grey,  Withbreard,'  vnas  catinoáos, 
ans  profunrdoty  di  abandonaron  ísus  principifos,  oi  lá  posibt-^ 
lidad  Alosóficíai  de  la  felicidad  de  loe  hombrea:  lai  (ealdadek 
del  tiempo,  las  violencias  y  (os  ck'hiienes  déí  la.efet^eecétociÍBi 
pialar,  no  les  hicieron  creer  que  todo  estaba  perdido;  al  con- 
trario preVeyeron  un  próximo  término  mejor,  y  lo  aouncia-*- 
ktm.  El  disentimiento  decisivo  entra  Surke  y  Fox  estalló  con 
iDOtiyo  del  presupuesto  del  ejércuo;  pera  aun  con  considera^ 
cíoo,  y  completóse  con  un  incidente  de  la  discustotí  del  bilf  i^^. 
la^ivo  á  Ja  organización  de  la  colonia  dé  Quebec;'  Bürke  ftió  el 
que  primero  é  indireeta mente  atacó.  Odn  la  vos  etnbar'gada', 
con  la  carapáplida  y  cubierta  de  lágrimas,  fué  por  lo-rirénóéí 
como  riñer.on  loa  dos  amigos  en  medio  del  Paírlaatento.  Burké 
estuvo  duro,  violeuto,  con  espresiones 'cárifttVsas;  Fox  parec^ió 
mas enteroeoido  algunos  instantes,  pero  volviendo  r^iMdatnéhte 
su  genio  de  orador,  secáronse  sus  lágrimasf,  y  hizo  que  sus  es-*- 
plicacionea  fuesen  provechosas  á  su  partido.  Profirió- tfe  vez'eñ 
cuando  algunos  sarcasmos  fuertes,  pero  al  detíouido  ,  ebtiiva 
los  ataques  bruscos  de  los  gobiernos  libres,  cuyo  motivo  y  lóU- 
gica  le  eran  desconocidos*  Esta  réplica  dio  lúgat  4  orra  mas 
fK>red8  Bujpke^Fox^  reébasó'^coví  luoidezy  é  iiisístíeiidki^sóbi4 
fina¡espeoi0db  queja  ipePSoila4,  dijo  con  BéDcUle^'qMe  era  deud?>r 
almismo  Builkedie  los  pt*incipiospoirricos*qQre  defendía  y  de^^ 
dcmnémfHreíAavkei  manifestando  al  moment^au  resebtimieiy-^ 
So^  pero  boitánié  oomédidp,  dijo  en  voz ba jaique  no  coiinfire^i'^ 
el ologet* actual,  nianñ  laconveniráicia deaquelhs  nsveiaciónei 
ds  amigoás  conversaexones  Intimas.  Peto  Fox  ,  enairdiE^ido  mim 
y- mas  ^  añsldió  eenmovrdo  y  de  mqdo  t¡ue  dulcificaba  el  fotí*^ 
do  de  'Suis  reéonvencíoaes,  qüo  te*  ^b^igaba  á  ello  el  qu^iiM 
ataques  deán  ilmitre  ám4go  contra  imop  aliados y*ce«itra  priá^ 
cipipasbgrados,^  pareeianiasóUtos  en  ««  especia,  pretripffá^'^ 
doa¿  íf  guatos  y]pe%voso8  piara  k  UWraÜ '^  y^Q^*  qM  ttiki 
niievw  pvofeaion  de  fi  le  hublapareeidio  necesaria  para  for^al^ 
Mrd  Jc^  ^i4  perseverabiffi'en  los  «iamos'prkioipios;  ^*p«rQ  lié 
MOft  voaipftmettiédeiwiiftiad^  4iJ^'M  vosk  ÍNM^e>  fuerie  pa<¿ 


Digitized  by 


Google 


xa  que  le:  Ojéese  Barke^^^Si  tal ,  ed  un  rompimieato  de  aMn«- 
lad'^  respondió  eáte ; .  y  r^pofliéiidoie  después  de  ;tii'  «iva  eno^ 
don  ,  afíadió  «se  cuanto  .me.cuest^if'fieEd  cumplo  bobiüi  dé^ 
ber  ;  se  acabó  noestr4  ii|ntsta(i»«  Dejipubs.hiso  en  seg^uUa  un 
magníBt^^  digresión  acerca  délos  taleatds.de  Foxi y  Ptttv  qwm 
t^D  óliles  (K]kli9fi  ser  á.^a^^tria;  d¡gres¡6Q  siogtite  y  éspiiesíVá 
¿  aa  tiempp,  Cnys^  oonsidQuei^ia  fué  el  peligrd  ^e^^baoerikis 
xeformas  po^  <q(^ío  de«.)as  revolucion(ea%.  Lbft  |idn»bcea  fleba- 
jiaa  rei^egtrde  los  cambios,  y  df^vlosáI>ios<t»  y  seseólo  ioiny 
agitado.  Fo$  se  levantó' de  ouevoveobó  una  okirada,  una.senal 
úe  adiós  sobre  el  ilustre  ai^itlgoqoe  tao  bPuscsioe«le  sé  aepara* 
J)a*dio  é|, I  dt^^pues  de  tantos  años  de.:itítiiDÍdad  enel  tral)i^O:yiel 
e^t^dia  Su  :pecbo  estabb  agitado,  $e  t^liogpbAí  p^ro  lelaUvíaroH 
l^s.gruqs^s  lágrimbs  que  yerAÍó.  Sbecidan  calmó,  aqiielificír 
.deote,  .y  irritó  á  los  dos  adversarios' con.  pbservaeionesíráBt^ 
^eest  Pesde  aqMel  mpiqexito  s^  rompieroii  ío$  Uzosí^m  unían  á 
Hurl^eyJFox.  Solo  una  y§^w  cupnclo  pecdió  BurJieiUft  bijoal* 
que^.aoii^a  mucho»  sab^r  Fvr^ideí  pesar  d^s^psdm»  m 
iiccrcó  al  b^cQí  e^.qiue  se  sentaba,  y/l0  «ia,i>iÍ4M4^J4  perAe  qne 
^oin^aba  en^  quebrai1tQ«  Todojf^é  MAÍHcidenie^»  aoft^emocioq 
rápida;  .después  estos  hof^b;*^' pertuaneqierou  cada, final' en. m 
{Hte^Q.  ;•  .     .     •  .    '  .      ••.íiíi»-'  ..  1     ".  ..V.    ..     ..    ,    |.    ..1 

, ;  I  ,Fg(&  ^pogió  vivaaseolela!  nutK^u^l^iHruWiLbenrovce  sobre 
lil  aboliüip/t  deL|c0nDer6ioide;A4^ros«>U«  «i^Cuer^QS^iili  hlia  em 
471)2  pa,r:VApedijr,:U>g4ier^a;.o(»»  \k  VMoefa^^h^ránma}  apre^ 
cia4e4i  y  lUnn  m^yo^is  ei^Mftoradáiy  viBudidir  llss^bogo  miicJiás 
veo^s  ck^U'AVS  olMiorea^  La  {Hipularidad  ^lif^rftAoraffWo  óotai* 
pifom^l^da  por  cal^giniás^  loiJnisiéo^qbd^Uiíde  ía. débil  ipnipi^á 
ppdéimto^Mul^  ÍQtolígtaié:SKi  eohbaf  g6;i#eMÍodiaóse>e»*atní^es^ 
f^riSo  litultida  Ci?r|ay.  d  há  digáis  é  imlejpendieiUfs' eUcianes  dir 
l^«#/}u/»xf«r$. sil, lienta; fud^pnodigiasa,  y. apena»  bastaron  4}iikrf> 
ce:e4ici<4Qea!  á  ltaLisraGei¡Ja|biiblica,curidsidad«"Ea  ¿Licoojurak 
b^;á  |BUs.cofnUenieá:á  que  coin batieran  la- tdea.de  unarooalí-^f 
cÍM-,i3MPp«4r/eao|rftJa:FraB3CÍa;.ÍQdieaba  sub  pesultf^aqiara 
)il:Oiai3cba.de]aciyUÍ9aeiiMt,-y  aoibprlaba  del  proyeeingfrusia^ 
>u);JiAM9triacO(de, spo^el^.AqjaeldgíÉafi  paisper  liAr9ttfOM.,LaL 
iMyork'reGha4ó.fiia8.pre?.ismies;  y-  tenblaha  poi|  la^^nglaleim^ 
Fiox  ee  viótradiMÍdoá  eambaiir.sisMMálicMfteaie  :le(inMcba 

♦  Digitizedby  VjjOOQIC 


¿el  ministettoPIU.  E\  ííia  aniversario  de  (u  nacimiento  en 
aqne)  mismo  afib  de  1793,  una  gran  maltilud  de  wvh^s  quí^fú/ 
cumplimelárlé  jf^Sbücafnente,  y  »e  reunieron  en  gran  núoperoi 
en  la  taberna;  pero  Be  pronunciaron  discursos  muy  yehemrtites»' 
y  Pin  pareció   ínujf  Mitritadd  de  el  de  Fox,   que  hatia  pí^o^ 
puesto   un  htindh  i  ^u  magestad  -el  ptieblo  soberano.  El* rey 
borró  con  su  propia  mano  el  nombre  de  Fox  de  ta  lista' '^éelosf 
co'nsejerq^  privados ,  medida  de  que  nobebia  ejemplo  en  aque|j 
reinado',  y  de  la  'qne  solo'  una  vt«  lo  había  en  eí  de  Jorge  Víi 
el  dé  lord  Germaitíe,  expulsado  del  consejo  por  poltronería  Y 
deslealtad.  Fox,  cediendo  á  sus  disgustos,  asistió,  con  menoa 
asiduidad  á  su[  banco  en  la  cámara  ,  y  ate  retiró  al  campo   en* 
Saint- Ann's-Hill ,  junto  á  Cbtrtse^  ,  en  donde  dio  principio  & 
ser  historia   de  lacaida  de  la  ca^a  de  los  Estuardós;  ocupóse^ 
tanibien  en  trabajos  campestires,  y  líompnso  versos; ' De 'vezétf 
^cuando' volvía  á  Lóodi*es  y  se  apeaba  en  casa  de  tord  Fitz-Pa** 
trick,  general  y  miembro  de  la  cámara  de  los  comunes,  y  en 
otoño  Iba  á  cazar  en  el  Norfolck.  Sostuvo  con  un  discurso  ad- 
mirable* tina  proposición* del  general  Patrick,  para  que  mteé— 
viniera  la  Inglaterra  coo  el   gobierno  austríaco  á  fín  de  que 
cesase  0I  cobarde  cautiverio  del  general  Lafayette:  Jamás  rt*so-> 
DarofTen  la  tribuna  mas.  hermosos  seniimiehtos,  tan  elévindd 
le«goage{  pero  coa  todo  la  támnra  Pitt'm  se  leyanitfi  toda ' 
después  de  aquéllas  palabras  generosas ;  conmoviéronse  éíí  uno 
y  otro  lado^l  pero  guardóse  silencio  en  los  bancos' oficiales, 
exeeptuando'á  Windliam  que  pro&rió  bajos  sarcasmos  contra 
l:Afayette  j-á  quien  hacia'  inferió^  á  CoIIot  ^d^Herbois ,  y  á  qiireá 
al  contrariocolocó  -Fox  ún  sn  respuesta,  aliado  de  Hampdéní, 
Aússél,    lord  FoIeUand,    dt '  ayueHos  grandes  personajes  d 
quienes''  estamos  aüostumbrados  á  rendir  htfnwnajes  casi  dhi^ 
nos,  Mr.  Pltt,  reportándose  mas,  con  majiovyrtó/á'rffl? dijo  :  qué 
}a  detención   del  generhl  Laffayetlé  concejalía 'á' las  potencias 
del  continente;  qned  gobierno  inglés  debi^  respetar  íá  iñtle- 
jModencia  de  "los  denía^,^  f  tío  pedia  por-  lo  tanto  atogéi^  ta 
pTopostcíoo.    Después  Mél  i4  Brutnário,    Hechas    por  el  prl- 
9ner  cóosnl^propo^ieioné^  de  pa¿,  presentóse  Fox  ntiiévamente 
ráwaeciioii,  y  ac<>nsej6^1a  paz;  reCordti*loqüe  habiá  dicho  ¿ígü^ 
nos  aü^^santes^yeostuvo  qCie  «ra'preifisokrátár  cotí 'la  Piiih<- 


Digitized  by 


Google 


oia.  Mr.  Tierney  y  Sherid^o ,  |aa  espíriü^alj  \w  ¡náerotíamm* 
4e;c¿ustic^»  le  a)k>yaroQ  qoa  Ia&  laas  fufrua  raa^oned.  Cuéiido 
(ué  preciso  hacer  la  paz,  es  dacÍT^  consentir  ^d  hacer  un  des-* 
can^ i. afectado  Pitt  profundameote)  se  vio.  precisado  ¿  renun- 
ciar al  |>oder.  (Pa^  de  Amjiens).  Fox  aprobólos  prelioainaret 
4«  paz(i8oO-  M  siguiente  afío,  pabóá  París  donde  fué  i^erfec-* 
^OieAyte  recibido'^  conX¡n)>ó'  sus  investigaciones  acerca  de  los 
ilstuardos^'y  pu^siéronse  á  ijn  d i<>{>o&i^Jon  todos  los  papeles  del 
Estado.  (11  primar  confuí  ht  4'iQ  Jas  mayores  n)uesira6  de  con- 
sideración y  afecto.  FoK  halló  su  busto  en  la  Molmusion  cuan- 
do fu^alUí  y  localismo  en  el  Senado.  Xuvo  diariaoieaie  largas 
^conferenciasen  ^.  gabinete^  del  gefe  del  es4ado,  y  aquellos  doa 
hombres  gustaban  de  estar  juntos  ^  y  se  manifestaron  ceoC- 
dencialoiente  miras,  q^e^lsojo  hizo  «bortar  Ja  n^Uerie  de  Foft, 
acaecida  c  i  peo  a  u  os  después.  Cuando  t\\  primer  cónsul  le  ba^ 
biabada  las  {iri^^bas  que  ^u  ¡K)I¡cia  habi^si  recogido  d^  las  ten- 
taliv^s  de  Piu  contra  su  vida ,  toniestaba  poniéndose  colora- 
do. Nq  creaU  eso  ^  primer  cónsul,  Pero  jcuando  insiiuió,  goar* 
dó  3Ílenpip-  Asi  fué  qvie  cuando  ¥0%  r,^iesó  a  Inglaterra,  era 
el  amigo  del  joven  grande  hombre  quQ  acababa  df  ven 

J^a  noticia  de  la  batalla  de  Airsterliz  mató  á  Pitt»  que  no 
p^do  ^brevivir  mas  que  |>ocos  dia4  á  aquel  nuevo  golpe  con'* 
Ua  s^  política.;  abrasóse  las  enjirañas  cpi^  rom  en  prínctpioa 
de  1806^  Fox  reconoció  de  un  modo  brillante  la  integridad, 
capacidad  y  desinterés  del  difunto;  pero  atacp  la  n&oral  de  su. 
política,  y  la  proposición  que  se  .b¡40  de  tributarle  bpoocea 
públicos.  La  muerte. de  Pitt  le  ij^mó  p^cesíariatoenít^  á  los  nef> 
gocios  9,  y  entró  en  ellos  con  nobles  pensamientos*  Abriéronse 
de  nuevo  las  negpciaciones  cop  el  gabini^e  de  las  TuUeriaii 
Lord  Yarmouth  estuvo  encargado  de  ellas  ;  podia  unir  sa 
xuiusa  á  la  de  la  Rusi^,  óseparaila,  según  fuese  neeerarío; 
pero  sin  embargo  no  debia  separarle  sjno  por  la  forma.  No  io- 
sislió  formalmente  sino  acerca  de  la  conservación  del  r«y  de 
Ñapóles  en  Sicilia ;  5¡Ir.  Talleyrand  hizo  pbservaciiMies ,  y  ofre"* 
ció  indemnizar  al  príncipe  iiapoliiaiio  con  las  ciudades  aosei-^ 
ticas.  Lord  Yarmouth  no  viendo  ^n  ello  una  condietoo «  Me9 
una  proposición  de  cambip,  la  i;ec¡l>ió:  como  tal,  y  le  parecía 
importante  para  la  Inglaterra  el  reunir  aquellas  ciudades  ásua 


Digitized  by  VjOOQIC 


«Ali^doü  al6maB«4  4^1  eolltiDeoto^  Fox,   coyas'^ii^ras  erao  mas 
el^vadaA,   6ja  la  vi^a  eo  su  .plan-,  tekusó  la  oferi^a^  La  cim**: 
tio^  se  compltcó  auD  algunos  dias  d^pui^  <)q  la  pubKcaeioa 
d^dacta  de  U  oanrede#acion  del  Rhio,  y  de  la  paz  can  Rusia;- 
apq^s  c|U«.lord  Yarmouib  no  supo  con  anticipación:.  Quejosa 
Fox,  y  Cae  racon venido  el  nc^ociadot  ingles.  Mr.  de  Taliej- 
rafod  ¿jó  nievas  eaplicaciones,  y  un  segundo  negociador  lord} 
Laubd^rd^let^e  unió  á  lord  Yarmotitb.  Los  dos  reaoidos  ¥DMei->' 
i;ftnáinsis|ir  sobre  las  ooncesMnea,  y  Fox  declaro  franca  mente 
«m  tUH  partas  á.Mr.  de  TaUeyrand  que  traspasaban  los  podeves 
<|U0  les. babía' dado»- Nada  puado  concluirse  en  el  momenio*  t)a^ 
C^oliQi  elpoco  tíeñipQ  que  dirigió  el  mioistecio  de  negocios  es«» 
ir«ugeroe,  demosiró  á  la  eáihara  de  los  comunes  la  necesidad 
d^  alaoar  á  la  Prusia  qaebabia. invadido  el  Hannover,  pátrí^ 
iDonio.  el  tnas  antigoo  de  Ja  casa  reihaote,  y  aquella  propo<» 
sioipu  era  «9ttaiguiente>iBén  su  aniigoa  opinión  deiuna  aliaon 
«<i|i|  la  Francia;  pero  éa  el  momento  en  que  iba  á  terminar  la 
prolongada  querella  entre  los  dos  países  ^  pai-óle  la  muerta 
Fp)(.  muría. de.  una  bidrope8Ía.de  peebo.,   q«e  le  duró  muchos 
wfes^;  exaló  el  úliimo  suspÍD6  el  i3  do'setismbre  de  i8¿($.    > 
La  .Inglaterra  honró  entoncessus  leales  intenciones,   y^  la 
memoria  dé  sUs  gcandea  talentos.  La  Eoropa  leJioró,  «y  Na-» 
pol^o  aottsideró  aquella'  muerte  conio  linar 'de  las  faMlidadea 
de>uvida.»  Iba  á  entenderme  conéi^  Jijo  «n  Santa  Helena; 
^la  causa  de  los  pueblos  triunfaba.  Fox  estaba  al  iwiite  de  lal 
ideás-liberales  inglesas  oontra  el  poder  absokiio'^:  plan  vasto  y 
difícU  9   del  cual  nada;  bulnera  comprendiJio  el  g^eviip -fnio  ^ 
Piit.  Su  rrórito  como  hombre  de  estado  fpé  icimenso;  por  des4- 
-  gracia  sus  opiniones  no  dirigieron  jamás  por  mulibo  lieiiipo ' 
loa, negocios ^ si  hubiese  insistido  en  ellas,  hubiet^atteclic  mii'- 
•cbos  bienos  á  la  especie  bupisua  «pues  era  naturalmente  bue* 
'  flu>  y. generoso;  comp  ministro,  sgs  miras  fueron  grandiosas^ 
•«adpleó  mucha  energia  y  dignidad  en  su  defensa  ;  y  ^u  factli-^ 
-dad  en  el   trabajo  como  primer  ministro ,  fué  siemftre  proníb 
7  decidido.  Ningún  hombre  de  estadt>  combinaba  sns  medios 
-eou  mayor  rajiidez.  Ftió  poif  lo 'menos  igual  d  Pitt,  e<Mi^ide^ 
rado  en  las  previsiones  de  la  política,  y. su  talento  fué  Superior 
al  de  este  en  eloeueneia ,  con  una  acrimonia  menos  acerba 


Digitized  by 


Googlé 


494  «vtt^A 

fiio  embargo.  í»s  ingleaei  le  acusaron  de  Jraber  deseado  fwt 
tniicfao  tteml^oia  paz  á  toda  cost^.  Napoleon'ha  dicho  eAefec- 
to,  que  era  el  único  hombre  de  estado  qae  le  pareció  d&ear-** 
la  lealnieotey  para  BÍetupre.  Después  de  su  muerte  cambiaroá 
-4e  tono  las  negociaciones  con  lord  Lauderdale,  y  sé  reconoció 
oomb  imposible^  la  paz,  sin  otia  nueVa  lucha;  de  modo,  q^e  su- 
[ioAÍbilidad  por  aiñ  momento^  no  era  mas'qtte  el  ret^ulladode 
la.áiitoridád  dd  g^nio  di^Fta,  y  de  iu  ínflueneta  eic  el  país. 

En  las  discusiones  su  lógiea  era  clara,  sineera  y  rápida;  k 
vebeknencia  de  su  carácter  la  bacía,  nías  precisa,  y  su  palabra 
mas ' ardorosa  ziestablecia  bien  los  liechós,  les  daba  claridad  y 
fuerxa,  y  los  agrupaba  después  y  les  iniípfímta  una  fueraí  d€í 
deducción  irresistible.  Aquel  hombre  de  eslado  no  ádmitia,  eo« 
»iDi ; P jtt. ,  la  necesidad 'íSb  los  misterios  det^ poder ^  Sostenía  qoe 
todo  ppdia  hacerse,  á  la  luzdel  did^^  Este  grande  hombre  de 
bien  y  ha  dicho  !Na|M>leon  y  no  ha*  tenido  modeló  entre  los  ain- 
tiguos;  debe  serlo  en  adelaate,  V  mas  prontoi  ó  mas  tarde 
su  escuela  gobernará  el  mundo.  ^MEra  muy  conse'co^nle  ea 
sus  actos  ,  y  abuadaba*  de  feltees  inspiraciones. 'i^ &0  coraaoa 
enardeoia  su  ^nio  ,  dice  Napoleón ,  al  paso  que  «1  «waa&oo  de 
Piít  secaba  él  suyo*  Media  docena  de  h€Hnbres<eomo  'él  ha- 
rían la  fortuna,  moral  de  una  nación.  Es  uno  de  los  hombres 
que  han  adornado  la  <  hu^manidad/'  Mm^.;  de  Stael  deeia  4 
sa.  Vez:  ^^Q.Ue  Eo&.^ab(«  prestado 'un )ser victo  europeo  de* 
f^tidifendio  U'  libertad  eiv  sus  .dias  más:  aoiagoa. 
7  rDeinos' algunos'  detaUea  aceroa del  booíbré  pifivado:  Fox 
^rQiía,poco  y  se  iél^antaba  temprano;,  desfikics  de  pasear  á 
{úé  media  hora  ,^  cqoéagraba  la  mañana  sj  estudio  \  algunas  Ve^ 
ees  d^ba  u^a.  carrera  á  caballo  por  los  campos;  veatia  bou 
mucho  de$c»ido' con  buépas  ropas  ;  después  de  tener  4o  anos 
gustó  mucllo  del  campo  y  de  Jos  placeres  sencillos  de  la  iá** 
jlinxidadr  redoblandQse.su  pasjon  por  el, estudio;  recitaba  «a 
-alt^  y9%  y  en  griego  en  sus  jardines  algunos  trozos  de  Home* 
<rp*.rEra  r.ubio^  vivo  e.q  sus  maneras,  de  mas  que  mediana  es-' 
rMturA^  engruesó  mucho,  pero  .su  rostro  hermoso  y  varonil 
iMKPi.siempre;  q^ueba  finura  y  esprcision:  £1  IBscuUor  Nolle* 
^J^^%  bft  beqho  veinte  y  dos  T|90?s  ^u  retrato. 

G.   G. 

Digitized  by  VjjOOQIC 


DB   HatKKO.  49S 

.,..•,...■•    i  ,     v     •    •         ,■•-     •      ::.    ..  1"  .-.    •.•••        ••  ,• 
-.!«.•  ■  r.,  í  ;  tii\      .  .•.  '■•»  í^.'il'-  .  ;  .  »        .   .  .  .í,. 

.'    • »  /o''  ^if-'  o'     ♦   *'  .       •    '  ;    !>:■'»  '»        *^'        •- 

tt,  MSC^BRIM|E;WTP  I^IS  AMÉRICA  J&N  ^L  SIGLO  IX  Mft  LOS  KS- 
GAirilINAVOS»  ss  Jntiquitates  americanas,  ts  Memoria  delSr.  Carlos  Crist,  BAFW . 

C:..;^    ...       '   .-    r-.-    ..•.-.       ^^    .  '    •       '        /  /         '-•' 

UANDo  Cristóbal  G)lon  concibió  ^1,  nirevid^  y  gígaDtesco 
pi^fj^ipc)¡9Dtp  4»  Tf^^é^  y  deacobriv  ud  mundo.  4^8conoci<io,  y 
4á^,ponet\  é^hk ^wMaA^del  géjn^r.a.bfinfiaQO  #n  cóqiuiHQaqipn  y 
ticatq  C|pn,|9  pfr9,i°>.M[^i  J  <^i|ando,5e  ,oQ^eció  á  guiar  ál  mUmO) 
Ifí  ^xpedíp¡oa,i4j^V(t»debia  ayenti^^r^rse  á  tan  arroj^a  .eífipr^fa,. 
fiáe  miradfi  gei^^fiUpente  con^o  uí^i.vUiqni^rjo >  y  sju  ()roy/9fst[Q. 
CCHjiio  el  ps^^tOideiMua  icuaginacion  epíaroM^.-Génova»  su.pa*-' 
tria,  4  q'^í^Q.MH®)  grautle'booibrBhizo  prioiero  la  propuesf«|v 
la  .d<^cbó  coin(^,eVs«ieQo  de  un  proyectista  insensato:  Portu-r 
ga| ».  á  Ja  sazón  ai  frente  de  las  (;pnoc¡mientos  geográficos,  y 
9iaiein)íti/co^„  .y  )a  primera  entre  las  naciones  navegiintes  y 
emprendedoras  desde  el  tiempo  del.  famoso  infante  D.  Henri^- 
qiie,,  miró  el  prpyepto  como  extravagante  y  peligroso;  y  aun- 
que se  dice  cjpe.fin.  Inglaterra  halló  maei  favorable  acogidas 
el síi^ipiiq jd^  II<^ru(M«  ^11»  todavia.no  sabemos  cuál  hubiera 
aidoi  Ih;  suerte!  de  Cofloo  y  .de  su  prqyecle,  si  la  grande  Isabii, 
df,  Castilla  no  hubiera  acogido  á.aquel  genio  superior,  y  i|br«- 
S^'o^iCon  e^lajr  su  proyecto,  á  pesar  de  la  descoolia^;iza  y  opo- 
yfiÍ9^4el  f^jtrF^^fl^odo  suissposa.Aun  en  Castilla  .tuyo  el  in- 
]i)prt|i}  g^fipfvési  quiB  luchar  con  mochos  obstáculos,,  >y  veocer 
grandes  dificultades  para  hacerse  oir^.y  para  convencer  á  los 
^teqdfdos^de  la  cerl^?u>  y  exactit^id  de  los  dalos»  en  que  estri- 
li^ba.sB  fuerV^  qqnykoion*  Fué  i^rieciso,  para  que  no  sucum'- 
hiese  en  la  demanda ,  que  hombres  de  tan  gran  mérito  y  posi- 
tióh  sociaí  com¿*y^érez  ,\Q'uirtían0ajr  Saneangel  la  tomasen 
jfíiXWy^f  y  la  iMpieseq  vs^l^^á  lo»  oy>s  4e  Isabel ,  que  df^^em* 
iarázadls  yá  de  k  grán^mpresn  de  GMiada  pudo  prestar  Vi-^ 
htt  atención^  las  razó^éí^  del  grande  hombre »  y  compréndélf^ 
Segunda  serie. — Tomo  II.  63 


Digitized  by 


Google 


/ 

Jfy6i  tKVfflSTA 

]c,  j  entasíasmarfte  por  él  hasta  el  punto  de  que,  halUodosi 
exhausto  el  tesoro  real  con  motivo  de  las  últimas  guerras  con- 
tra los  moros,  se  des|>ojó  aquella  gran  reina  de  sus 'joyas  j 
adoróos,  para  que  ponünriotoolvlQpvrpvidiesen,  bajo  aquelh 
seguridad ,  hallarse  los  fondos  necesarios  para  preparar  la  ex- 
pedficibn. 'diéntase  que  Santangel,  al  oit-^la  propuesta "38  la 
rema,'  se  arrojó  á^sus  pies  derramando  lágriiñas  de  entQ»a&- 
mo ,  y  ofreció  allí  mismo  cóttíproitieier  toda  su  fortuna  en  es* 
ta  empresa....  Pero  fuera  de  este  recinto  de  almas  nobles  y  ele^ 
vadas,  la  duda  y  la  desconfianza  prevalecían  en  todas  parté^ 
y  i«\  vé^  U  múfk  y  el^sarca^snio.  '  ^  í 

'  f'Pero  á^i  ^we  Gólon,'  Venbren<ifo  los  ínhiédses  obsiÉ&a9m 
€fué  ia  itteréduifdád  en"él  b^cM  élito  de  su  jifrüyeéio  k  i^^^^ 
ópóntéiiíío ,  aun«cuan«íé?ise  halíaba'ya  en  aftá'tear ,  arrVbó  &  1a^ 
tiertáf^  prometidas ,  y  himkitlá'á'  su  i^eg>reso-  al  -áiiioéo  a'tAnttd  y 
ádÉri(tJBid<> ,  qué  había  mas  atM  de  los  marek  otttMdimas,  otras 
trérf-a^,  otros  hdmbi-és,  hástb  entonces ;« ignorados  y  desconó- 
oidos,  se  empegó  á'^dispi^f^ríe  la  gfWifl  dé  ^ati  aii^vida  é  in^ 
roebsa  empresa 'i  y  ^^e  quiso  demosiral*  qn^  ni  eliutento  ere 
fin  gfrandé  ni  dificií  (i),  niel  el  primen^  qué  habia  átsca-^ 
hiertó'él  Nuevo  M'undo.'^Loi' alemanes  al  prtncipió^]^  después 
los'^rigtesés  del  país  dé  Gal^  y  los  ^iiiabltftt|uesés,  han  preten* 
didoeálta  gloria  coito  suya  ^  y  basta  éñ  la  misma  Éápana  se 
tftf^ú^ó^qtlé  Colon  era  dend^  de  su  descubrittiiento  á  no  pilo* 
foespaiol,  diái^  suyo,  qtié ' bábia  *ápot»tMb  4  ii^bellM' Yer- 
ras, arrojado  por  la  tempestad  ,  y  qiifele  ha))iáf  d%jád<>  iri^teH 
rít'fll'  iect^toáe  sü  descubtimietíió^  y  el  diarid  y^áéttíah  pá^ 
pete^  de'M'tiafvegáción.'t^ero  U  cririéá  y  lá  historia  han  nrira-* 
dó'édmo  i^ltifadadfts  estas  pTetétmiones,  y  Gristóbui  Colón  ha 
quédado^.en  fó  ptí«eáton  pacifitia  de  haber' kido  él  ptímeft*  áesca«* 
bridór  del  Tíiietó  Mutidp/  í¡'         -    '  ;  ^ 

*  Siú  =  émbarj^b  entre  estaé'  pretensiones''  habían'  merecido 
siém^é^  á1gu%ái  trias  atehcidnlás^  qae  se'  (Wtídabati  en  las^nteve^ 

{%}  \^  ^^^^%^.  hiHorí«ta  d^  huevo,  ,qii»^  nadie  a^wrubf^á  t)snei;.der^<Ji]» 
•obre'n^a  mesa  ^e'-mtVmol,  hksta  qaf  éolon'démosirdlo  fiiat  <iiie  era  ^  á¿á-^ 
e«té'«tt'^ólpé  qnfe'aj^liitá^a  déawpttnW,  f  \é>éi6  l«t-l»afe  que  VMuftft^ 

liaik  tener  en  poco  lá  empresa}  ¡ifro  «crediU  ^aJbienla  eaif|«^cit  i||COSC«bi« 
Die  oe  aquella  opiQibn  insenpala.  , 


Digitized  by 


Google 


DB    «ADIlfO.  499 

gadonfet  Jelo»  iinlig«M>s  eftcanáin^voil  Rdtínscn^  en  la  ñe^^ 
te^XA^II•de  txk-ifístúU^dé  'América ^húAkéA  descubrimiento' 
de.lttklafidia  y  ltf<}r<i^nhindf»i>héoh«^po^  los  fescatidftMVos  6 
Bdrnego&eír  los  «tglos  IX  y  X  ^  y  4^^otrb  -pats  ttias  ú  Oeste, iil* 
t\úe\  por  bahtfr  kalia^o  en  ^  cepas  con  rtrdmos  de  ovas,  die*^' 
ron  el  nombre  do  ^Qín-*¿a/t¿¿;  peroH^Tátnente  manifiesta  nb' 
dar  gri^nF crédito  á  Xw'Sagn-ó  crónica  del  rey  Olaus^  en  que  es- 
tsu^  Defiere, .ni  a  loa  descabrivnienlbs  de  Bhm  y  de  au  'cotti-' 
paSeto  Léif.  Losesor^ioreft  dé  g^ogriflahan  hablado  tatnbíefí' 
donitoa  víbges  de  loa'esomidfniívos  con  mas  6  menos'  deten^^ 
oié0  i-peiioaní  darles  grande  importancia  ,  ni  suponer  que  Imi«-' 
Imsoo  ejercido  no  grande  influjo  «n  los  adelantos  de  la  ciencia, 
niiM  los  daibvbfiíiiientos  portentosos  del  siglo  XV.  SolanifCfn-^ 
f^Josetcifilcnnésidel  Morlé,  empeñados  en  aostener  lo  que^dpeen 
qM  gloria  ilovBÚ^paeíia,  se  han  ocupado  coq  ahinco  y  esmero 
00':{)ooer  talclaro  aquellos  heohoa,  y  en  reunir  todos  los  da*^ 
l9ft,<.dociinieai6s  y  oóttciaa  para  su  mas  completa  compro^' 

~.  £o;l>penfaágue  se  ba  eatablecido  una  sociedad  de  Anticua^ 
ri^i^  d^l  JNiartg^4  y  otia  de  sus  secciones  ha  lomado  por  exclust* 
KO^' Alíelo  de  aóa  trabajos  la  historia  antc-colombiéina  de  la 
jÍhf9^A!Í^  yc^  Amt ^  el  poner  en  claro  los  descubrimientos  qne 
loíf.babkanles  dal  IÍort«  han  becbo^n  aquella  pane  delMim-' 
doiiíaites  ele  Oialóbal  Colon*  Ck»n^té  objeto  acaba  de  pubKcáf^ 
]^ sopiedad  .Qua' eoleccian  do  loa  escritores  antiguo» «  que  ba* 
bbm  de  aqu^aa'  navegaciones,  «oA  él  titulo  de  AAtiQutTATEü  . 
AMfimcANitf ;  yism  socreuÍFio  el  Sr.  CAatoa  Cristiano  Rapíí  una 
Mefr^aría^.tM  que  sucioumonte  se  refiere -lo  qué  de  aquellos 
WiígMoa'raonüm^B«óareattlt«4  fista  Memoria  es  Mifue  d«fcnbé 
Ura^ucÜaé  jTontiondóioo  de  osle  arttcnlo,  para  poner  á  núes- 
Oros  ieotéres  aLiaorrie«le  dojunas  «iuviestigaciones,  qiié  tienen 
uoa.gtaii  tekoiéo  on  «no  4e  lo^  mayores  acontecttiii^ntos  dp 
liUesiira«wpatfiav  ctial  ba  aido  el  descubrimiento' y* oonquista 

'del.SU*)«oMlMldQ.  :...^ 

Si  no  nctt  ¿Byifioownos »  eb  liecho  do  qne  los  eseandlna^oi 
ap^Dtarou  en  Joá  siglos  IX ,  X  y  alguientea  á  algtmos  ptíbtos 
do  h  GmMnlaiidia  paaáoe  inouostiooable ;  pero  que  déMé  ésta 
(#rt^.4lb«i  «o  Ufo  feMMida  «M  giobo,  ae  há^afi  éiéán^ 

Digitizedby  VjjOOQIC        ^.^ 


498  .HBYlStA 

tada  bácia  el  ecaacMr  y  bayao  Ifegado,  oDHip  prtténde  eI.tenQr 
Bafn«.4  recorrer  t^da  ta. tosía  oriental  de  la  América  del  Mbp». 
te ,  desgubrieoda  hasta  laiiFlarida ,  ea  lo  qoe  nos  parece'»  to^ 
das  l^ces^ improbable,  j  lo  i{ue  en  nuestro  entenderno  ratal«4« 
ta  de  las  antiguas  relaciooes  estraetadas  por  lümi^  i  pesar  de 
los.  esfuerzos  que  ha  hecho  .para  demostrarlo. 

El  sabio  y  juicioso  Mblte-Brun  que  conoció  j^a  las  princU 
pales  memorias  que  ciía  y  estrada  el  señor  Rafn,  jvsga  que 
los  esoandinayos  ó  nof  mandos  habrán  llegado,  cuanfd^'mas^ea 
e&las  expediciones  hasta  los  49  grados^deJatílud>,.e^. decir,  has- 
ta^el  e^trecbo^de  Bell^ile  poco  mas  o  menos;  y  prrtvenflo  rfe * 
este  dato  se  inferiría  que  las  expediciones  escandinavas  qtieM* 
qUfiere.  su  poner  que  se  adelantaron  hasta  el-  gfado'So  recor-* 
riendo  la  dibtad^  costa  de  la  América-  seleikrionál:  «n  qíie' 
hoy  se  asienta  la  gran  'confederación  de: los  Estados^nidos^ 
en.  vez  de  haberse  esleogiido  hasíta  la  Florida «  tsé  habian  cir«^- 
cuoscrixo.á.la  e^nhocadura  de  las,  grandes  bahías^  núffes-die^ 
Bafin  y  de  Hudson.  Seria  enojoso  y  prolijo  refutar  meamlw^ 
mente  las  analogías  y  deducciones  en  que  el  señor  Rafn  fan- 
da  su  aventurada,  aserción  ,  e  tmpropio. ademas  de  un  articulo 
deReyista»^  por  la  necesidad  de  entrar. en i cálculos  geográ^^con' 
y  astronómicos  que  iio  se  compadecen  bien  con  la  naturali^ 
de  estas  publicaciones;  pero  n<>  puedo  meóos  dé  hacer  uAabh^ 
sarvacioo  que  es  para  mi  de  gran'  peso.  Y  es,  qeve  si  los  esean-^» 
diaavo^  hubiesen  a|iortado  efectrvafaiente  á  las'  costas' que  si^' 
dice,  y  establecido  en  ellas  colonias  y.  poUaciodesv  y- bnfcieMllt 
Ilegad0;á  disfrutar  de  un  clima  y  producciones^tan  aventajA^ 
dos  respecto  de  los  de  su  país  natal,  no  es  creíble  que  bobie-» 
s^n  perdido  Us  tradiciones  de  aquellos  viajes,  ni  quebubiesea' 
dejado  dle.fprmar  establecimientos  tan  sólidos,  como  los  que 
formaro^^en  Francia  y  en  .otras:{>rbvineias*«trionde  hto  llev6 
su. vida  emprendedora  y  aventurada  casi  por  el  mismo  tiempo. 

.  Pero  tanta  de  la  fuerza  de  estas  observaciones  coii|o'>dé  las 
del  mismo  señor  Rafn,  podrán  juzgar  por  ^  i»ismos'4os  que 
Iciyer^n  la  Memoria. que  iosertAihos  á  contiduacion.     ' •'>     • 

.  T|al  vez  se  me  dirá  que  de  todos  modos,  y  hayanse  estéitdi- 
do  Ifis  navegaciones.,  escandinavas  hasta  la  Florida  ^  ^e&oié  pro-^ 
ten4^  el.  señor  Rjupif ,  ó.solamirn^eihastiael  estrecho  dfefiell^ile^ 


Digitized  by 


Google 


Dt'  yáÓRÍD.  '499 

€01110  áutXHieMftltcMSniQv  ftiemfrre  ket'i  feiérte  qué  fos  ahti*- 
gttos  díMttiArqtteteé^eseubi^iértfli  la  Ahíericá  ante»  qtre  Coloo 
y  los  españoles ,  y  qoe  por  consiguiente  suya  es  la  gloria  qub 
haétii  lÁfom  iébtf  atribuido  á  aquél  porfentoso  navegante  y  al 
-pé^bto  geltereéo,  otie  tan  bien  supo  comprenderle  y 'seguirle 
en-su'  at^Bturada  empl^esa.  Efceiivameine,  si  esta  gloria  con'- 
sfste  ett  qoe  algunas  bordas  de  aTerftureros  del- antiguó  cotiti*- 
Dtnte  hayan '  aportado  áki  parte  mas  próxima  de  b  América 
sepiefrrriotnil,  por  casualidad,  sin  objeto,  sin  saber  lo  que  há-~ 
cían,  y  sin  compnetidér  lia  iiAportanóia  de  los  paisés  étí  que  to-* 
oabno,  no^  puede  negar  i  los  escatidinat'os  mejor  derecho  á 
«Ik  qMá  Col^  y  á  les  españoles}  atin que' les  probable,  ó  iK>r 
mejor'dMir,  aunque  es  ééguro,  que  en  este  caso  tampoco  la 
gldria  seria  de  Ios.mfemos  escafndínávos.  Doce  leguas  de  mar, 
cen  frecuencia  helada  y  iran&ltablé  á' pie  enjuto,  tiene  el  es- 
trecho de-B^ingiqtie  sepÍEtra  el  Asia  de  la  .América :  y  bien  se 
pdedo'dárcoiQO'ün  hecho  incontestable  que  los  asiáticos  del 
^ifo  Oti&mMi  paÉarofi  este^ estrecho,  y  aportáronla  la  AtnéHcá 
itfncbos  siglos  antes  que  tos  escandinavos- comenzasen  sus  na-^ 
^irégaciones'«  •  «^  • :  .   .j  •     .r  »•. 

'  Peto  SI  la  gloria  insiste  en  concebrrl  en'  medio  dé  un  siglo 
íkiérfádd  oüelrMnimeraénté  lo  deniega,  qué  hay  mas  allá  deios 
OReiMB'  (Vewentados  periantos  siglos  un  continente  y  regiones 
iinevas  y  descbnócld'ás  \  en  consagrar  su  vida  á  la  invencipn  de 
'esto  nuevo  muñdó',  en  arrostrar  y  vencer^  millares  dé  obsiacu* 
fes  y  dificultades,  j  sobre  todo'feii  producir  inmensos  resulta- 
dos. ¿Quién  riejgfará  aquélla  gloria  á  Colon  y  á  la  gran  nación 
que  le  supo  comprender  y  apreciar? — La  obra  de  Colon  y  de 
Castilla  fué  la  obra  del  saber,  del  genio,  y  de  una  alta  y  fe- 
cunda ín^irgéhciá ;  la  de  los  escandinavos ,  la  del  azar  y.^^ln 
jpa&ualidad^.  Ll  primera  produjo  resultados  iomeosos,  incon- 
meosnrftblesen  el  orden  político  ysocial  dchÁs-nacionesi  y  cau^ 
s5  una  completa  revolución  eñ  las  relaciones  dp  los  pueblos; 
Vi^^voda  no.  produjo  la  mas  pequeña. utilidad  ,  ni  fué  déla 
menor  trascendencia.  ' 

"!  '  Yo  miro  las  expediciones  de  los.  escandinavos.  4 J^  Qroen- 
landift  y  p^sea  confinantes  ca9(^o  una  de  las  tantas^eiLpedieianes 
aventuradas  ^ue  emprendieron  por  iéh  iñi^mo  tiemfio  hacia  las 

Digitizedby  VjjOOQIC    


los  hicieron  en  ella  b^ip  el  lerfibi^  AOoUire  4^  M^n^0»(hs  ó 
hombrea  del  líorU.  .  ,     •  :ií  •  -  *•»'  , 

Sabido  e$  que  á  principios  del  Siglo. IX,  se  hizo  eMUaolC:|r 
casi  gedieral  el  ^^vimiento  de  las  ipcursiones.  maüíliaiask  Ikfr 
i^orado^  los  l^abitaot^.del  Norte  pof  ^u^lla  eapecpt^d^  fireii^ 
sí  que  desdip  el  ^^o  V  |qb  babia  obligado  á  lib%iidoMr  ^^ 
antiguas  moradas  y  á  precipitarse,  sobr^e  6l..lm^rj^,  .a6  yáñü 
á  ia  sazoQ  imposibilitados  de  con|iiii;^r.  por  iieiri^4.aw  e^ipedi^ 
piones.  Los  ea^dos  f muladas  aoieiiormeit^e  pqr  oar^f^btrbair'Qa 
en  la  orilla  deceba *del  Rin»  eran  para  ello«|.M^  ti^irrera  iotar 
perable,y  en  estie.coa(li<?io  aquella  .parto  d^  jU;|TGtb)ia4pM>p.étr 
raqte  y  aveolurerai  acp&tumbradaáias  expediQiQne^.Uiiaiías,  se 
vio  precisada,  para  satisfacer  }a  pecesidad  que  lar  aquejaba»  á 
entregarse  deoodadj^mei^te  al  mar.  L^  pueblos  d^.la  Escindir  . 
iiavia ,  Ips  que  ocupaban  las  orillas. d^l  ^^^  Bálripo  efiipeiaaiviii 
eatoncea  á  llenar  todos  los  mares  i'on  sui  oayes,  áinfostac  io^ 
dadlas  costas,, y  ¿ejercer  en  ellas  la  mas  bárb^ri^  piratería:  ape-^ 
.ñas  quedó  pais  en  Europa,  que  no  envistiesen  con;  diverso  aift-r 
ceso :  y  la  Alemania ,  Francia ,  Inglaterra ,  España  7  las  cost^ 
de  África  se  vieron  4  mediados  del  siglo  Xí  envestidas  á  la  vez 
por  un  enjambre  de  piratas,  que  se  presentabajuii.vecea  i^milt^ 
poder  formidable  é  imiK>nente«  En  84^  un  rty  de  l)ÍDaiiMireAi 
Eric^  se  hallaba  ya  á  su  cabeza ,  y  uno  de  svis  segundos  se  di- 
,r¡gió  sobre  París,  la  lomó  y  la  redujo  á  cenizas... En  otras  par7 
les  hallaban  mas  resistencia;  los  moros  españoles  defendieran 
bastante  bien  sus  costas  cíe  estos  piratas  (1) ;  y  los  reyes  cristiar 
nos  de  Asturias  )os  yepcierpo  en  diferentes  et^cuet^tp^  (i),  ^9 

.  ♦  • 

(1)  CONDE ,  historia  de  los  arahes  de  España .  tomo  I ,  pág.  2S1  j  292. 
«F.n  el  afio  229  (de  la  Egira,  845  de  J.  G.)  ▼inieron  (dice)  á  la<  <;o0taf  d« 
AllaboMi  54  «aveade  imgiogei  (•ormandoa)  gfntce  fleraa^  4Ó%ítaderaa  éé'lA 
lUiima^  tiecraa  Boreftlda,  robabaA  l«a  polkJacioaoa,,  j  diegolUluMB  á  <p>üt<»'fr 
dian  liaber  á  las  naoos  con  bárbara  crneldi^d,  do  perdooai>aB  mnjeren  ^  JSiiiy 
ni  anciaooa,  ni  loa  animalea  dom^tticos;  cuando  ya  no  liallaban  presas  qiu 
liSc«r,  fiAcendkbatt  y  deU^ikñ  los  «difieiois  t*Ub«»tM  (Mmpoa^  y -.ttrs|l>4i2í 
migoB  de  todo  el  gdaero  homano.».  >'      ' 

(2)  Véanse  nneitroa  amigaos  cronicones  r  el  del  j-ej  D.  Alfonso  III  4iceá 
loi  afiof  8SS  áé  tk  era  espaoota.  Ifordtmani  piróte  per  haé  \empora ,  nostra  U* 
tmm  p^veméruMif  éeináe  ai  JSiepémiam  ptrrexerkiei,  onmémfue  efis^  msKritímmt 


Digitized  by 


Googk 


fMfra.\Yer^M  k».iiobiáati<ios:fl«diexMi  dQtiU9iiÍA^ft  lailí¿abaofio«- 
í^nf^loUaflulteflMÉai  imftpetgábids»  ^  y  «0  alse^^^bao  d  laftiinaB 
peligrosas  ^expediciones.  .>.>i.s'  <|  .     ií>')ii  <ot     » 

'  '  Ob  eita>claéeiertep#qu«'fuéBad,  j^  tt^rMiaiQOlM  Ia4/qi2^  hí- 
b¡éroR«por  eliuMmo  lÍ0inpO'«''p«0O4«jEi§-ó  «n^Qpst^ácia.  Uláiuita 
^  OroeoibuKlia ,  ^^  las  quf^ipost^riormert te  Ipa  llevat-oii .  al  y¿mT 
4únd  y  éeinaategioaes  noatbriida»  en  lQ«».ánUgu«ifi^  S«^r«{Nft4- 
Uimilas  •&  h^rkntigikBdades  Am€rXQanQ$ihy  pawiiJVií  «ftmste 
4M]  huevo  imérét'^Q  prcwfnta  ea<a  coWqcíop.  ^Qt.\eUa£e/.vé  el 
diadrac^^iaaLf  yise^owce:  inteciocineoAe  ahpd^ló  tanrilik 
jdelos  •^«tandos,  quc^idrtpues  debaber  infiísl^do Jos  mase* 
y  ^aaudó  todiftaiiüs  costas  dcf  Etkropa»'^fataU^'ió:por  úliÁf 
flpk>  oiKj»i£h«airía /Q  Npniíaiidia  í  yicdoquistóideAitaBs'el  vmin/b 
de-lait^fSsoUtaay  el  de  IiagUlefffá?  Soí.vq  el  e^odb  cte.tqaa 
aé  fiDTDiohaa  eaAas.  expodicíoaes « iiu. fuera». ly  orgaoiasoioor  id-t 
lOMoc^y  se  pfopdrcííOBaGun  oueyo  é^imppclAPte.dato  pana  ja«tr 
gafTiddla  fitemr,)if<Qitalkili4Ml  An  U^r'Haciooe^c  europeas  t»  los 
^Ktofifiiictotqit^  t^n  di(Ícitmeale:,fc*6éisiÍMi<HH  leoiáaa.íaioiirf- 
iiíDttes^     ■»  i-,.    /-.,.--'      .  *i    :ÍT.  •  '.  .:.  ..í 

• '    lloia<|B|,!la  ¡btenesanteiMemoriaidelsAeior  tfiafuii 

I 

j     :o»    '  1     ;."..:    •  »        .•.•,.  '         '.-  *  V    :  I  :'     :.'  .•'    s>   .,1 

IIBBiOai^;  SOpí^    Et   P^DftRÜAlENTO    DE    LA    AMERH^A  .^N^  EU   SIGLO 

I^IMO.^  f!fc}ractada  4^  .las  Memorias  dé  la.  real  sociedad ^dé 
i     '  qnticijMrios  del  Norte  i  de  i836  á  i83q.  , 

La  hisloria  ante- coloro bi ana  de  la  América  ha  excitado  la 
|t€^j^OD,p^J)l^¡ca  eo  estos  últimos  tiempos.  Se  baii  tomado  de 
difereote^  fuentes  una  serie  de  hechos  que  esparcen  una  luz 
inesperada  sobre  una  época  que  se  consideraba  sumida  para 
siempre  en  una  profunda  noche ;  y  hacia  estas  iaVestigaciooes 
fuimos  impulsados  al  pr¡nci()io  por  mas  de  una  indicación; 

Menorican  insuUs  adgresi ,  gUdío  eas  depopttlavermt  etc.  NQ«ttrM  ffjpt  lof 
*9éÉ^t/tútt  tía  emlMrrftf  tú  grtndes  cncncatrW  eti   A«ti(risf  j  ea  Gtllc¿',  4ú 


Digitized  by 


Google 


después;, nos' «irévemoi  áidédrlo^pov  iiiá»de  uitaí^fpiteba  imA 
contestable  s  'fioslaiiinte  faiMios  ^smpiwnáido  cori  ooofiancatef 
invaestigaciones  ^«  debian  poner  ea  davo  u*  becbo  ólMcvié 
de  los  tiempos  pasados*  .  >iio.';l     ,    ,  .     ; 

•  El  descabriaaieoto  de  la  Americpi  «•  «I  siglo  Xi.fNiedé  ser 
oénsidérado  comonvio  de  losftucesos  notables  en  la  histpri*  del 
mundo;' y  la  postei^dad  no  podrá  iv^r  á  los  esdaadkiavbs  el 
honor  qae  pors^ttiejaiiie  descubrimiento  bat^adquirsAo.  BspeV 
ramos  demostrar  uno  iras  oiro  tos  hechos  éaqtte'aaestra;saér^ 
cion  se  afianza )  pera  po0  ahoira  lo  qti«  en  esta  Memoria. oínm- 
ceVnas  al  flúblito,  no  es  mas  qae  «n  sucinto' resúhiea 'Ae^fai 
historia  antigua  de  AinirtGa,  j  dts'-las^voticias  de  ideografía, 
bidrognifía  ébistoria  natural,  que  se eontianen)«n  la0bra-4uc 
hemos  dado  á  lúa  con  ^1  titulo  de  JMTioDrrATts'unitioiiiA  im. 
Gi^oenlandia  ha  sido  antigaame¿te  habitada  pori:a«^ipóblatioh 
europea  considerable:  formaba  ona  di¿cesis  aplMrte^  Bero  en4a 
actualidad  no  es  nuestro- objeto  ocuparnos' de ¡«lo^  numenasos 
documento^  que  á  este  país  se  refieren.  Recordaremos  sóbmen* 
te  que  el  dese^brímiéntodela  felandiaá  taiedilidoa}de>  Siglp<H^ 
la  ocupación  de  esta  isla  por  Ingolf  en  8749  7  por  espacia  de 
UP  siglo  por' una  colonia  de  ricas  ]<  poderosa!  Inmilia|  drf Nor- 
te, han  precedido  al  descubrimiento  de  la  América.  Aquellos 
navegantes,  después  dfé  haber  surcado  en  todas  direcciones  los 
mares  que  rodean  la  Islandia ,  no  debian  tardar  en  arribar  ¿ 
la  Groenladia :  j  cuando  se  echa  una  ojeada  sobre  la  historia 
priipiliva  de  )s1áridia ,  sobre  }a  cptoní^acion  de  es:ta'  h\í,  y  som- 
bre los  sucesos  en  ella  ocurridos,  el  descubrimiento  "¿e  tá 
América  nos  parecerá  una  coosiecuencia  oatutal  de  las  expedid 
cienes  aventureras ,  y  de  los  acontecimientos  de  aquellfi  época* 

ÍNpiGACION  DB  LOS    VIAGES  Y  DE$CD^r'|MIENTOS  bÉ   h6áÁlkÍÚÍ&¿!VÍ^ 

candína  vos    BNI.Á    AMERICA    t)EL  NORTE.  =: /^¿"«¿'^    Í¡?¿  BÍAftNE'^ltr 

EIU^FSON  ^/l  q8&. 

....  ^  ,      .  il     r.    . 

fe 

En  la  primavera  del  ano  98G  Eííco  él  rojo,  desterradó.de 
Islandia,  pasóá  la  Groenlandia,  y  ,6c;  es.tabl^ció^en.Brattalid, 
en  4  .ftocsfiord.  Enest,e  viage  le  ^^QD(i^f^v.q^  dUef^n^^^p^rr 
sooas»  y  entre  oirás  Heriuif  ^  hijo4le  Barit^  [wiwrta  áé^PgpU^ 

Digitized  by  VJiOO^lC 


Bt'IkiMiB.  ^'3 

féiiiiérq)ol«ti6  de  lilétidfbilIé^IiHrié  esk^ 
«ll^Já^r^  meridional' de  lá  Groeiitaádia;'^  tienrpo  c(u'e'sii'KU 
ja<P^in«Vliácta  tlM  ésbüMbii^'á'fa'P^oi'ttégal  A.  aií/lrüelfi^  á'h^ 
tefidiá ^««po  k'  itfáitba^e'  ^  j^lidf Is ;  y  t^^sol vló*  ir^  á^  pa^ai^  fc¿M 
Aéhitvííefnój'totno  tenia  de'ieostatnbre.  9fr  éf'iit  sos  com|iS9i-¿> 
¿érós  biíbian  naveg'adó  jhrftá&'eiil  el  mar  de  Groenlandia;  sifa 
«feHhttVgb'ée  dreroá  á  lá'véíaí'con  las  b^un>a«y  atentó»  di^l  I^r- 
M,-y  tal  cabo^de-ysiribs  diás  de  navegación  no^Míbián  donde  se 
4Milhibáln.  Guando  elciéltf  se 'despejó, 'TÍe^ón  i  áigmia  distancia 
•HBif  tierra  cubiertade  árboles,  sin  montanas,  j  atrarre^áda  so-^ 
IdnftCMé  por  élgñnas' colínas/ Cónlió  esté 'país  no  se' a  venia  bteñ 
é  k^desoripc^ion  que  se  les  faaBlal  betihó  dé  íár  Groenldrídilá',^  Ib 
^flíroW  ít  bftb¿r ,  jrstgtiiefon  navegando  durante  ¿iPos  doé  diar, 
aAen^l^ildü  cuales 'aeicobrierón  iiñi^  tierrVifíiha  y  ciibiíftf'fá 
dle  bosqnea.  De  allí  navegaron  en  alté-  nrtfr  etrU  rréi  dits  cbn 
"irieMH  S»d-Oeste,  y  desctrbtí^cni  ¿trte  fié^taa  ^(ier*Í^ónta- 
4klte  y  cubierta  de  nevBras;''RccotiocíferóV{^  cóátetítidolk' i  -que 
era  tina  isla ,  y  no  pareciendo  Wén  el  pdiá  á  Hárne^  to^dí^nr^ 
-tercaron :  adtiM «Solviéndole  lá  popa,  s'e  hrcieróti  ¿I  mar  ^á 
iel*Uii«mo'T¡eñro.  Navegaron  doraoteOtroA  cuadro  dttii  con  un 
tteiHo  teorpestúoaKor,  pero  Tavófable,  y  al  cifeo  dé  e1lóiiÍlega->^ 
TOn  pirtf^ñn  í  HeriüFrsnes  en  ta  GroeolandíA. 

:tA      .  •        ;  •.-':•.    ---.    ;   :         '    . ..    !  t'*.:,i 

IlkliOBlinfIBNTOS  DB'LBIF  Elirc^OÍNr,'  T  PRÍtilSK 'nCrABLÉGÉtflEl^i) 'M 

-.►•li'J'  iifíL.  ,i.    i->  4 .        '.!'  •:>  "     i    ^'i     •  .»  I   i  .f ».»  -kl  ;-•*•! 

*  *'í  A^dniiejhpó  deípúeí  dé;  ésíé*  vi4ge,probabíemferfle  éá 
slgil^^BiaV'tíe  hilo  .ún^  visita  áÉrfc/jád/de  Womegdiy  iecotli 
fó<Ai'9rii|¿e  y,  las  "(terrJs  áesconbi;idá%''<íu<J'KáBta'  déseijbi¿rtol 
El*jarl'Ié  censuré  por  no  haVér  é)¿ai]!i¡na9o  con'^asrátencibd 
i^uelha  \re^\onek,j  át  vólVerse  Bíárne  i  hl  GrOliftlfaVtdla'^^ké 
<rat¿  dé  emprender  iiii  ifxágiSé  díéscubr}ixi{éntoá.tiiKii^;'U¡jó'(l6 
Etrc  él  rojo','ctrmpr6'él  baque  dé  Biai*ne;'^4rt'bárc6'eil  ¿^95 
IfMníbres ,  entré  fós  ctiaTeb  se  liallabá'  u¿  feíUbán  Ihmádá^Tiiíi 
Ktít/;  qué  babrá'«Jti/dohiucb¿  tiempo  étí  casa  dé-  sií  jiad^  j  y 
tútáadp'rUir'griíi^^^  éri  iu  Itíkñciar  Eri  %l  áñóié 

liiodo  cóménla/aÁ  e^W'hátejgíáínttósu  vlkgeiyWrtbaron'  pri-í- 
mero  al  último  país  que  habia  visto  Biarne:  ecbafon  áncW, 
Segunda  serie.— Tono  lU  64 

Digitized  by  VjjOOQIC 


navegaron  á  Ip.largip,  y,}lpgafo^;,^  oir4^  iicrr».,  ^lilHM«(/A^^ 
.Cjubierta  d«M4rl)oJca,  y  qpe  pr9^»^^l^^  unijt  ppfjlil  #iiica^^flutp«n- 
Jos  [o^bratt^,^  y  cooi/ba DC08.de  ^reoa  b)^f|<}a.^  y,  la  }liíoiar«Ml 
MARKLAfiD  (/.íenra  dQ  árboles).  Desd^  s^q^^omvegaron  ^.Ao^lirg^ 
üoa  yi?n^  iNord-este^  y  á  los  dos  diaa  df!8GiibJr?^roP;««rj0i  |Niw: 
fxxxd^  isla  sil aaidá  al  Este,  d^  1^  ti^rr^.  l$4iir;<|r<\a  en  uja  ^Mneoho 
^prmado  pfxr.^iQ^isla.  y,  un^  p<)pi{i^ul4  que  se  ioorodpciftjeai  «1 
mar  a|  Es^e  j[  al  Norte^  y.se  4Í!rigÍeron,hac^  elOwi^^l  ^Vw« 
/d^r  4  U  cp8ti|,^pqoii|U4iro^  un.^itip.«fia  que, -MU  rio^fq^  aalia  lie 
.wftJ^Qde§fa^)w;a|\a  ea^l  q^i;,;  paofÍAÚeroe  g4i;eii^har«u^¡eli 
i^fisfe.^¡q,,y  defjjHifi^  al>g(^,4pp4^aaciaron..£oft  fMe:  pfügfD 
.CQpsii;iijRfpfl  ,prUnQrp;a)guQa3  ^l^n^Ap^  t^blaf ^.p^P  puanftp 
i^espui;^l;^89Jv¡^Jrpn  j^sar^iUí.;^  i^iy.¡cT,u^|ef}jfp^TW¿ci»w#<í^. 
|)aciosas,.llafp^a8;  nías  tarde  i^nv^jB^pia ,  f(i^a^49i;L,QÍf)-GCm>- 
4;l;aida9  ^fBS..cpAsirucponeaa, Leif  dividió  sa  gBVym^MMAl^ 
ZQS,  quí8;deb¡anjaí|tqrDaUyamenle  qiwfd^p^  J/f,.poW^H^,ij[ 
hacer  escursiones  en  \\o^  i^red^ores;.ji|^Qjaiero4)ir^Ie^  ree^ 
mendaba  po  alejarse  mucbo,  volver  á  la  poblaeibo  todas  lea 
joches,,  y  no;  .se{^i:ar99.  ^o.  laa,  e^i^edicipnes  los  uops  de  loa 
otros  \  cuando  le  llegó  su  turno »  marchó  él  mismo  á  continoar 
las  esploraciones.  En  una  de  ellas  desapareció  el  alemán  Tir-r 
^r,y  Leij^ salió  en  su  bus<;|a,coa  ja  bpp(ibr^;  perp,áJl^  po~ 
¿ps  papos  l^.vijecgi^  ya.veojr  en Jbus9a  ct^^os.'C^pj^ 
Fj«»»4U  Sí«f?^¿^  ^";W.9^»«^  le  .CTSR<¥Bdi4  ^JafevVft,.! 
lf9j^ft9pn\pcftodicrQrr:  entpnfies  ^r^ijo  ep  );?Dgua.de]l,ííprt|B,;:«f!f 
^be^ffrfwy  l^i^^í»  y  ^JRt««*^Wj^epap  qti^  cpm|i,ai9MP^  .^» 
l)|;)^ubrfmti5ntp;..l>c¡,^nf^onti!ad^^#ipaa  y  ráciippii.  ¿f  í^i^.aai^  j 
pifka|4¡4i»  gi>:> ,PRue^^ ^^  Loque  decía,  qp^,  ^1^ .^bia  na^dapa 
paíf  4^  vinaij  ^^  fii?\^  de  Leif  tra.bajj6;  en^oppes  ^n  procurf|ir^ 
yiadffra&d?,.CO^t^u(^c^p?  para  carg^R^^l^p^me,  yfin^^j^¡cog^ 
r4^cig^%  Rijas,  de,ín^^  Uenaxpij^^f  obalup^.  \f\[\U^^fi,  est^ 

/Google 


Digitized  by  ^ 


,iaMpiqibH,MniOKWA¿»  Mrmwh  xieu  slsáioiipt  uím 'Mkwímoir 

,  ^ .  j  ;  •  ,  . I  ,    f  •  •  . • ;  » r-í !•'  í  ^  ^ • »  I)!'  |i  •;  • : ' *ií :   r- !  >.»u  • 

;.  Bl.  viage  ñe  h^  mrvió  (ncmfsfitemm\9  áe  aiaiétf»>de''MA'^ 
wnaotOD  eo»l»GroeiilaQdiÍBi«  y  su  bertwéNi  THmvAto'fué'Hle 
pacecerdeqM  eite:paU  bfibia  »klo  pbco^eaplbriaéorti^tni^  pÍMM 
tprc0t«do«í  baque  de  teif ,  pklié  á  eite  cdttseíoB  é  iiistriHieióiiés', 
y  tfpiaeBz¿.8ii  viagie  cooSd.  be«ibre&  eltañd  looi:  Llegaroá'á 
XaiUmdir  eo'el  Vkiland,  lbi|de  ipasaron  el  invienio,'vWié^«t- 
4^Hk  la  ^eaca.  lEn  la*  pvii»«vera;4a:  ioo3  TliofWa|d<eflVió'  eh 
^  eba^pa.  una  pacte  deiau^ntetá'  bacer «  <lof«ole  e)  Véra^ 
AO,  un  y^eidjB  «deseiiboipneiiiós.ál  Sur  ^  dónde  eiiconÍpap¿ft 
jmia  jtífrrabermoaaiyj  uiüj<'<2<i^biena.ide  arbolea: «entren Ibb iSéér 
qaes  y  la  maroo  babia  mas  que  un  eatrecbo  ébpacioy'lMMtíA 
de  areoa  blanca;  alrededor  mucbas  islas  y  playas*  No  perci- 
bieroD  niagima  eoaa  que  les  iudicaae.qaanqaDaUíiaf  tierras  hu- 
bieseo  sido  recooocídas  antes,  sino  una  especie  de  quinta  fa* 
bi^icadf  d^-iBaderaiíqtiSideaculIriérafif^eBaDarflslai^l  Oikle.  Al 
ptfiAO. ealabiaii  devudtafeaLeiMAidíriU'Air'wefaM»  aiguikm» 
(luio4)iTb$nrwald  e^dec^zd  ¿oti  api  Anlque  al  E8ié>;i después^ al 
V9Vt^t{fy^r^.^H4¡tiw¿^í»k'MMkdra/jit^^^  de  uf 

^bo  flotable.,  queji^Ácterraka  Aioa^Ula.(dMi¿iltff)!5  j  41  qiia 
lilaiii^  jUlé^éAHm i^^híf  40  .<(nilija}.  .DeaderalU  siguió  á  lo  larga 
Jk^Cf^(aidfitfiii^^rp0^iftf.rAsi»  per.lWembocadcura  deBaSibáJ- 
blasmas  vfi^aas^.  f  U^ó  oeaca  dé  tao!>iitQniOotorii>!que'aa 
avanzaba  mas  adentro ,  cerrando  las  bahías  {Aqfdi  er  pargekk 
/rcan)^  y  qua/O^fi^  to^^ubieriQ  de.árbolMtTborwald  abor- 
dó á  él  con  todos  sus  compañeros,  y  mirando  alrededor  de  si, 
eiQQVii^¿:«(QarifioBa  cierra  1  Yo  CJai^  ten  <ei|a  mi  liíanáÍDn.» 
41  niomes(o  enque'iedBsfiooiánáembarca»sé>  perorbkmAf'ál 
fi^  4i«l;f«IMnQ»i«rVi  U«s  obíttab  aobrc  la  armat  et%d  ur«í>tlM> 
jp^af  QPMpa^a»  «ada  iaw  xleellaa 'ponlnBa>Skrtii4ttgs>{lís^UHlití» 
laifO^.F^^ron  boi%ii)a  dUoa^^y  maiav6Q'OclK>;cpewe(uoyé&o  tm^ 
laMr  «9<:apQ  «n  •«tea^oa.  Un  initaM«!iéeépúes'«fM'¡imaifMt«4 
Xiamiiltílaid  de  OMpümaleasíBiiwNMidis  blMbia'^  y  aé:dk4gl#¿ 
^pn  eM^>iB)loa)iQiyoDfe^  juana  drfendtiPse^lwaa^^to^  a<>b>^A 


Digitized  by 


Google 


contra  ellos  algon  tiempo',  mas  al  cabo  se  alejaron  ;  pero  de- 
jando ¿erido  bige oel :JiarajEO; icon^ «majtflecha  á. Tborarald; ^ipñtii^ 
conociendo  qne  su  berida  eea  «nertal,  dijo  á  sus  companeroa; 
«Es  menester  que  os. preparéis  cuanto  antes  á  marchar;  pero 
jiaaiealjiwi  Heiareili  sobre  e^•Jpro^lphtorlo^blkAe^né'|iateG¡ó 
:yique  me  seria  agraiáable  fijar  mi  ifaansioo:  loquerebtonott 
«diii^  era  una  glabra  proféiica,  y  qüisá  necesita  pchrmaoeoar 
»alli  a]guQ  tiempo*  Me  eoterraiéis;eil.a4u¿l  sitio,  ;  plattCaraiii 
> cruces  éobre  mj  tumba ,  entiffia'  dé  mi  cabeza  7  dé. mis  pies, 
«y.eH'losfoosjvo  llamareis  á  dquél  shio  uOssáWBb»  Dicboeaiu 
\Q  mufió  *!  y  MIS  ¿rdeoea  fderon  chutadas:  en  seguida  se'  toI- 
YÍeroa  á  Leibbudir  en  busca  dje:-ausieomp»neroi,  y  (laaaroB 
allí  el  jovierno*  Pero  ¿la  ssgoienié.pnmavehí  (¡looS)  parlieron 
para  la*  Groenlandia :  teáiaa  una  noticia  importante  ijiie  eor- 
QiuiMta(r  á  Le;|r« 

-I-..     ^/.     ...;•'.  •.'•..'.-  •=  • 

.  i  ¡      <!.:./]  ENtini  DKSGRAfiUM  M  -tnORSTBIN  raiieSOll.  > ' " 

;  .  Xborste¡a;'bi§o  teaoen»  de  Evico^  «ss^Ivíó  pasar  i  VMttAd 
fO.  bu^a  dcii.euerpo  desti:be#m^no;;Eq'ui[i6  él  mísido/navlo^ 
ÍBS0ogi6  uteinlOtlíofaibre^  Memas  7  hábiles*,  y  lieyÓMí^Mi  su  í<5IM<» 
paniá  i'su  mujer  Gudrida,  Vagaron' popel  nar  todo  el  vél*ano 
sin  saber  dondé^seballáUin,  y  al'rermiMpi'ls  pnas^r  itemána 
de  invierjio  arribaron  lá  Lysufibrd-,  en'el  estatllatoWilienl6  al 
QeiteideiGsrotthlajodtab  Allí'imQrió  Tho>rs(ein'dtiraiite'el  infier-^ 
SK>  ^  irpliüendo  Qudryda  á  iá-  prinavera'  á  £riesfiordl ' 


•»tj  'j'.i. 


I 


(.(:,¥»l:VfHraiio  siguióme <(«a' I o<í6]íllegaroii  á  Grojniléiidia  dos 
frt%||i#p(  de Islfi^dia,  mandadoel  U09 de ellost por <riiORirtitir',  <j\ie 
11^  ^a  !elf  ^podo  :aign  ifica  ti.Vo.  deiKAALscFitB  (desf  inado  fi  •  der '  tf ft 
gr^de  bambino  Thorfian  era.  rico 'y.  poderoso;  ^rtétleda^á 
ma  ¡Mistre!ramilía,:COfeitaQdoientTe,sus  antepasados  á  dadesés, 
WruegoA «I ftlH^oos, .irlandeses 7  escoceses,  algunos  de  los  cína- 
]%|T>hÁbi%0  sijloiircfyes  é(.desc«tdientes'de  una  famíliii  reaf* 
AopfUpaqábak  av^lia^  xáonílftANraoN ,  que  pertenecía  igualmetí* 
U  4  ^i^á'iaiaiUia^  distinguida. 'Mandaban  el  otro  buque  «uruk 


Digitized  by 


Google 


DB   MHMllé^  Son 

oakiidi.ii80N  datcBreidjefiord  j  Taoní{Af,V'áAULk9(m  44'  AuMd^&ÍH^ 
Gele^arbiOIx  «ittU  de  éariviáiii  (yW)  eñ  BranaM.^fiMaittó^^ye 
Tiiotfiíúi  deGéMiDA,  V  j  bvUéndoftila  pedido  para  ^pésa  á  Léif, 
se  isaáó  oeii^^Ikd^ra'iiie  el,  iii\¡0ra0.f  <  •    i:  í  «'    -j^l   i^     .; 

o.El  viagrá  Vil) liad '€bd  emomeesi . b*  misttio  que.  ¿tiféHdlr^ 
■MOte,  oa:asuBt(>:babiUialde  donverBácioii  ^  y'Tbéf^lhn'^cfdft 
áhlas'iDÍtáneias'ide  MI  miijer  '^  desas:  odiigos^qM  le'  «rúitin^ 
kfaná'étnprenderle.  En-lar^piMavéra  deLa^fto-iod^,  Kat^Uefbé 
j  Saorre  e^tttparem  6d  ni^ie,iyt'lo  misino  hicieron  oofi  él  all^- 
yo  BiBfne  y  Tfaorbalt.XÍD'<e»eeD  nivíc¿{ú  q'ue'Tbo^biohi^Vpa^' 
dre<^eitíudt<i(ü'vl9bia  lleVado!i  JGrroenlaiid'rá)  e^iabá'  nl^nAá'i' 
doiíj^vHÓRWAnd^'queie  había  casado bixn'VRqYtHSAV  bíjainaF^' 
tfiraUde  Efko  el  rojb.  flallíbaie  áibordo  '<l«r  este  iMavto'WQ- 
hambi^e  >llÍii»exloiaiiotiHiiLD  y  ^qc^í^libbia  eftia^'  por  >niuehd  tiMl-¿i 
|N>ibl«evvi«¡a'd«tE?ioo/x)MkM:caéadorvenii«raiíib;  y  eoin^'eo^' 
dkiero  ei»  itivieínio,  y  'qar  conocia*  íntiy  bUn*  la^^vme'itefi^bábf*' 
tttdade .la-'p^ebiandiai  Dicha» «xtpedicioímqoíistabatetltttdcf' del 
oteato  aneíDta 'hombres;,  los  cuáles  se.  llevaron  !g4naído  dé^U^^ 
díasTiclaseiíVpues  su  intento  era-  fandár^^  i¡. podían, r tina' eolo^ 
i^faK'Arribalron  primerot'á  Vestevbyi^',  y  deipues  á'Biarney* 
(Disco),  'dirigiéndose,  Aesde  allí  ai^  Sur-  llkcia  hallüland;  eü 
é^ndei  encontraron' manchas  .zorras.  S%ir¡ehdo' ¡después  su  di->  ^ 
vedoion  'al  Sur,  Hegai-bn^en  dos  dias  á  MJtnkvj^nú^  pais  cubier^' 
to«de 'bosc(ties  y  lleno  de  animales*  NsAiegaron  desde  állfnl 
S!tir*^Oebte ,' dejando  la  tierra  'á'Bstribord ,-  ty «Helaron  ^á 'kial'Ah^' 
kAb^  donde'Vieron  desiertos  sin  faoeliar  alguna  ,  y:  largas-  y  eú^ 
trechas  rírverais  y: pantanos,  á  las  cuales^  llamaron  iroraDOSTRAi^^. 
BM.  DéspSMfíide'  barberías ' doUadfa  [  prim;ipió<  á  !e«(^r  corlbda  \¿ 
Horca  porrbahias.  ibm  entre  ellosidúseioocübes',  ^'ml¿  y  (RfetiiA; 
a|tte  Olaf  Tfyg^WiH  rey  de  NbrueglMy'brbk  dado  áf  Léif,  y 
qiie5«rao'd«sslfoft  attdadores;  y  l^ajándolosá' tierra  les  ¿>iibar--' 
gai&ún  qiíe  6e'idil«igieran  ^1  Sud-^Oesles  y  reciMiocieran  el  [^aift. 
Volvieron  á  losiires'dkfS'Uy^yendo'el'gonos  raismios  y  espigas 
db  trigo  salviigcí>,i^ne  prodoeiá  bqoelid  lierra.  Cantinudrbí^  sn 
Ttag»  lob  mfví^gfantes  básva  un  f)ar,age  en  donde  formaba'  el 
jttav  una'ptiofiinda  bdhÍBi  Poera  ifet^Ucual  había  unaiislaen 
donde  eran- lAQy'répfdas  las 'corrientes,  lo-miémtí^qcí^  éh  laí 
bsA&íj  ¥eiase  en  dioha.isla  una  caniíid^d  inmensa  de  e^r,  de 


Digitized  by 


Google       _ 


Soft  .fUIfWrA  .  ; 

tajifw.^ff^rit  ^f/t^.^e^Mtx  ÍKPf>Oftible  dari^ttii  {iásó.'iiiii/.cballit.iMi' 
huevón,, Di^rC^  i  fm  Mía  ¿I  nkMPibfWfiáe  iáTEAiiiÉEV'(MU  éé  lt& 
coi^íept^)^  y  á  Jo  btiMta  el  dtt  SiráMíinfiortlr  (UbíA  de.iaamiM 
rientes).  Bajaron  á  tierra  ,  j  aei  prepararon  para  paaae  el*»* 
ti^riMK:  el  país  era  éOí  eslr^«  agradable ,  j.  solo  s»  ocoparoii 
e^^esplQfar^  Dei$pues  Xhorkall  ^^ilsria  Jclliácía!  «1  Nqfie<aBí 
hi]|6Cfldel  Vinlaodvy 'Karbefaé  ai  ccrotrerrio  <|iieriajdírigiraeiaL 
Sud-rO^ce.  Tborhati  úoú  oeho  ken^bcfea  €é  .a<?f>rfrójde  eillM^  y 
dQW4ÍQ9  cabos  de  Furdustraiidir,  jr  Kíabrnes;  ^péfff  un  fcierfe 
vjf)f|ta4e.0e&(é  le  arroja  á'hi:  oealftxle  IrJbndavfQfi  segua  sela«- 
ciíjfArd^  lalguiios  mercáderets  i¿l>  y. toda  aii'ig^oteí  liiertm  j^is»- 
s<^4  y  yhéroDse  precbadoa  á^.aervih  «eomOijfM^Iav/oak.  Ktarlaa^^ 
Sd^rrei^JKiarn^yJaiheaidiile^de  iIaiek|>ed(ieioü  (iSt  liambcei) 
navieg^roi»  Jiácia  el'<)ratef  ijífdykgapo^'  á  un  fiaoégeiidbiidtt  aa**! 
liet^o  ua  rio  deao/laga^  ée.iatnadtaoe.eo  eJ¡  iMir«  ¿  i^niédia^^ 
t^  jittu.yja-.ieinbobadiMra'baibiaí^Diwlea  is)a$*  Eoirareii  eitiil. 
lago^!  y]d»er!ofa;á  .aqud  páUelttombfe  de  AiQ#.(i^ft;)pe}«  Ba  laa 
UafliM^S;  eooonttranm  oampoa  tte.  trigo  ^Ivágev.y;  en  Im  aaH^i 
naa  (racimos  de  uyas.íPorib.maMna  deaoubcieroo  gi;aA  aíámoib 
I^p  d^.canoas^j jhilbié(H)6fei<hQobo  algunas  séSalcado  ámkiadv 
8^- aproximaron  á  ellos  lóA  éatiiiiíales;  M  país,  l»Ípáodolea-.eQa 
ai&oimhrQ*- Aquél  Ion  booibi'es  eran«n^gfoay.  feos^  000  attctaacap*. 
bdlbr^a,  ojos  graqdes  y  la  oara  áneba.  Desp«ea  dé  haber- ol»«i 
4H*ta4o  erigimos  instantes  á  los. reoie»: «venidos  |  sealqarbn  Te«« 
BWidQ  háoiae)  SudrOeste^  mes  allá  d^l  •éab)^«.  Karlaer«e..f 
al|^  cpoif^ñéres.  babian  «i£ablécaá¿.aM  xé^íáfemeía  eiiülo  tAigÁt 
la^babia  t  >k  jslU  .paaaroo  él  inriéríkOuJSomfné^f  y  ¿ff^ío  miémo 
\(^{gaDadpsi  pttdtei^nipaocHf  ltbneléebteiéDilM!<iiiHqMa«  Al  cara 
m^m9ír/e\iM&f>  1008  advirÁiodlvna  flsanaMa.Aiáigilaii  oámen 
l^,4c^^|s«yD0áa^iliie(!veto\aii  dek  Skir-OeM.  ^n^beCne  1^  btaí»  «m 
sefialde  pazyleivantaadok.efirdl  aire  i&a  eémidfi[)fabMU(Kif(.ooaJ9 
Q4al  se  aproximaron  al  ;Boii<dofOv  yí^prÍDoipiMto*i  descargas 
lo  que  traian^Manifeaiía^n  ;6iia/pf|íforenQÍa.ina*;ada}p<Hrílaé 
^Isy^/dt' coloír :eQcarnad(ÍH  y:)dai)áii!eKiríca0abip)t^¡eIes  «blerar?- 
menteigriMs»  ()a<^ra^ ^iNif/»^)^.^ambioi»t bebiera»  q^i^       ^Pf>^ 
l^a?>  ei[i#das«yjaiizto ;  pet^oJCarlaoCnp  y.Siiorhe.proi^biaroa'  el 
Y4nder(ftfp6i^oafnhi6  de  uaIi  piel  «ttttréAfttotoftisfreoiiMiMOü 
^fUi^a^eilMigatín  pbdaap  de  lela  eíneiiriiiada ,  de  ««  palted 


Digitized  by 


Google 


áeaúékó^ifa»  ft¿  «iAeroo  i  la'^béti» ,  j  de'eMé'  tnodo  te'tíito' 
el  comer^i»  duratite-iílgUQ  riempa  Pero  los  eftcándiimtos  rie|tt<- 
r«rQii«fi  que  ptineipifeiba  á^efti^áMIAr' Itf  lela  ,  la  éorítitCñcri^  ti^ 
TBSiAé  tm.d^o  de  adcitio-,  y  lo^SkrelttDg^'eóaipraroh  aqtüe^' 
UoBfwdaso»  ai  iifismb  pretrio*  ^  tá)  ve^^inas  cttro  q^élosTate^' 
tvrioreei'Kárlsefne  man  Jó  á  hstbJuje^és^^tse'sirViérah'sojSsréti' 
Itobe^jiMtiaficionaVoii  áetta  táiil^tó»Sfcréfling9fj queja cóbs^- 
pfalMiii  co^'^teferencia.  á  ofra  coá4qvfier-^o$b,  abandoh^tldd^ 
H&s  nuQroaderiat  po^ei  gusto  de'^atísrffcpr  «u  ^af»e!iio.  SucíImIí¿' 
durailte  reitia  tr4íic0v  q«e  trn  toro  que^  Karlsefíie  bábia  lleVádo' 
oonsigovitaltó  éé  lá  selva' dando  fuertes  mugidos^  y  se'^ípan-^ 
Útraa'tmaio  losSfa'éllings  at  atUe-,  que  se  arrojarott  i  sus  ca^ 
i^oaavlf  ipelittton  con  fuerza  bá¿¡a  (él  ^od.  En  h  misma  ¿pot»; 
Giidiridffi'ffnijer  deKarlaeitiéfdióátutf'O'n  bijó^  é^uieu  éeipu*^ 
ao  el  nooibre,  de^SifOaaft.  Al  'principiar  él  •  siguiente  ifirierbo* 
volvieind  loB  Skrelliogs  t!0  niufcbo  msíyot  Aúmero,  y  ms^nlfés*^' 
tarbn^sus  ífiieftcíoi]e8''bosliles,  datado*  grandes  'griios.  Kanlseí^' 
Bt*  jkizorlevanlar  e(  escudo  rojé y  y  46s  dos  éjérdifos  $íyátkté\Mti* 
U4io/báci««l  oiro,  trabándose  ln  hataila.  Yióéé' éntoilctís  daét^' 
uDa.irmiade  flechas:  los  S^thellings  hacran  tan^bien  éso  de' 
uoa  especie.'dehonda,  y  levantaban  en  lo  altóle  uliá'))erehá' 
«oarpeáadaiibata  parecida* al!  vientre  ¿^  nú'  carnero,' y  .de  víti' 
eokonauílwolp,  la'cuál  arfojabkn'^ré  lósT  hotnbVe^'dr Karl-* 
aeábe  .haciendo  grttff:  t^fd^'-al  tienip¡íif^de'c!Qer.''A{iodéhSse  el 
terror  de  it<id escandinavos/  y'  se  retiraron  á  lo'  largó  del  rio. 
Freydisa  les  salió  al  encuentro,  y  les  dijo:  «¿Cómo  hombres 
».«lieotea  eooiO'' váiéiros  pueden  huir  anle^un  ptíAadé  de  mi-** 

•  serables,  que  podriafé  tnatér  euíal  si  feeran  animales?  St  yo 

•  tuviera  armas,,  pelearía  mejor  que  vosotros.»  No  prestaron 
éX9Dti^á  BUS  |^ala<btafe';'<lui$o Seguirlos,  pém  -lo  adetlMado 
áe  ao^filreñeai  k>^td»pidi¿ ,  consiguiendo  sin  embargo  al4toíi^tíí<^ 
)ei9én«*l  botquei  Alli  hallé  un  cadáver ,  el  de.  tBoaftáAi^b  «éi^H'^ 
Bík%Off^^  áiquida:  ¿na  piedra  tcbata  hiabia  pattido!  kr  cabera,  y 
¿}'cuaiieim»  ^^sa  latío!  m  evpadaideseni^áinadA^  Tomóla',  y 
a^t«Btó«^'á'4efabdenié,  j  ^6wel  p<echa  de«cubie«iioi  bl4ifidié>et 
acero  contra  lutt  "«Aemigtos,  4os  cuates  se  espantarcni  ti  if<ét* 
a^ttttUfei  (nujtfr  «rmiKla ,  y  ^  Motneron<4  #iis  danoas ,'  alejttnd^^ 
ée>réiA(fndQ.  iíafisidrne  y'toé^dyoss^'ácM^arM  áeUa^l^gianu 


Digitized  by 


Google 


do  .911  ]iraloi:j.|)eno^oc(poc¡^roii  qa«isvQOfV¡AMali#Q.  Y^viafedhed- 
ai|ue}h  iie^r^i  estaría h.^n. cesar,  .^piie|)|pft\¿; \qí)  AÍk^tA»  dfe» 
syu^  l^bi^ií^lQSii,  pdr  Ib  cu(il  rap}MÍe^on:.ii^re$ftff  á.6«i  ipab^  y 
ae<pij^|)ararofi  á.xerificarlo^  Nav.egfi\i*oQ  bái^ia  el  .E&te,ryiUega<- 
ro^.  a.^traj^joifiqrfi.  K^rj^eflte;  fu^.osiüi.n  unq  de  ktis  na^io^cn 
l}p8ca.d^  ,Thqr))All.'.Avaa4Ó.p«^ap!J4)  M  Nprte  de  Kialarnet,  yj 
ae^/^igió  de3{Hies:;|k)i$^|fid^&ii9».dejafidQt  U  líerrá  á  .babor.  Porl 
^q^Qiiii^fiá  Qp.  se  p^pibjf^^p^aa  que  bq$q«ie4  de$terlOft^  y  las  ai« 
tp]r9e>4«!  IJp.pe ^.y  ilasjque  ^e  def4}ubr¡an  lenioqce».ipabeoian  una* 
80^5  y  P«*Ql^Bf  ^  j<*>r<MIl^B^»  Ik>9  Mvegfinteft  (>a8a0M'«l  ¡n*^ 
yi^ao  ^^u  S^rau^Gord.  Siipr^e  i.lujp  de  ^ar^efilef  Ibitía  eQtoii« 
cef,.)res.aip(^;Qpap4p,sa)ie,iroiV)id|€^,  Yiínlai^d'  IttiamM  YáeDto>arlt 
Sai^^jC  jilctg^roiji  á  :QlarHlai|4f.lQWf4(l«  bftlfeirPiitciofAfkrelliBgs,. 
Saj^[)Qd49r,fro^:dcd.<^s,;n¡ao^^  .y¡i9e.  lisa^^Uevacüni,  ^enaeñándolea 
€¿ff¿ipi9[^f  4?l.I!|li»rte,  (y  ,|;>^^t^ándd|ies.€kapH^s<^Aq1lel]oa  níft» 
dije^Qt^  qu^  su»iiQf<}''€  pie  U^n\a,|)%,ysTHiLLpi^;;y  sin  pédre;uiW 
GB|;  .q^^; lo».  3V^'liog$/, ^^^  gobefnadp^  |>or)ffe^».de  lo» 
q^fl^^,^  i^np  se,)lamAbaM^rA4.pJafO^(y  lel  o^o*vA:u^tDbM:  qu» 
ej^^p  ^4^,  pp,  hablar  casja(%j  jt  qnie  el.pM^Uo.  vivía  «n  eaVeiw 
n;i9.  Ei^roe  ^Güimpl&pix  sa.^ftarA'.  de;  su  .rula  hasta  el  mar 
de'lrlan^ftvy  Ueg¿  á  qd  par^:.^D  in(e$i4do  de  gusaoos^  que 
4f^ti;iiy9ron  su  buque.  Solp.$(s,sal^^iH4o^elgwQ48  hobpbrfS'^es 
UD  bflo-c^^ii^gkelo,  eD^tUriv;»dp:di8,pQ^4e  9Peite:de.{Mra mati- 
4^*  qi)^¡^»  ^n.presecvati^vp.^ntradpáígp^oos.  ILarlaefrie  co»«> 
tkíuó.^tl  Kiage  bácia  Groeplandia^  y  JlegQ,iÉi.£ríe6fiok^d.>  i     .  ; 

Y14GB    DB'  FHKYpiSlk»    HBtqS   t  tP^I^NBOGB^cs^WTAOiiBClMifiínO  <]IB 

;•  :  •    •  I       ,  ■         .'        -»■•".  "I;    i.;  ¡  ■     .  '      M"  ;    i,  .•  .  MU  ■ 

.  PiuraiÁte  0I  miamo  v^ranp  de.  ípm  Ueg^.  ft  GroenbiMiuifioa 
harcp;de  Noruega,  inaudado  ppr.  dos  hérmaoos!  islandesead^ 
Austfirdir,  HBLOB  y  finnbogb,  los.puales  pasaron. i^Ui  el  ÍAYfter^ 
00.  FreydÍ8a<  lea  ofreció  ha6er  un  viage  á.  Violand  |.  con  .la  ooon 
<|ictoti  de  par4ir  con  ella  por,  .mitad  todos  los  ipit¥t.uctos  del 
W«mo*  .£x>D6Í0tieroa  j^a?ellO|  bon viniendo  mte$  ta  qoe  cada 
i|oa  de  las  doa  partidas  se  eompPndria  de  treinta  hombres.  ro*n 
bastos,  ademas  dejas  «Djujeres;  pero  Freydisa  tonió  y  ocultó 
cioco  b!MAbres.mas.:6a  1012  llegaroki  á  Leifsbudir »  y  pasaroa 


Digitized  by 


Google 


vi  UÁMÍP.  ííi 

at^  bTIÍWÍTéi*h<k  El  pr^cedéi'  de  Fi^éydísi/ causó,  la  cKvisioii  eq-^' 
t^eloi^gbfbs  ¿e  la^etúpresa;  y  está  ña^f  ^sédiijo  con  sas..aniá-: 
Bbs'8  ÉÚ  Alarido,  á  quien  persuadió  él  asesinato  de  los  dos  heir- 
iháhós  y  in%  doiúpafteros.  Después  de  aqoél  Térgonzóso  asesi-^ 
láísttd  -i*e¿rfesó  á  Groenlaiídr^  \  ^úáe  Tborfinn  solo  esperaba 
ótt  Viéftftó  fflífóirtlUé  para  [iásai^  á' Noruega,.  El  barco  qué  capí- 
flAélbá  ,'estat)á  tad  ricámerité  Cargado,  que  se  diecia  general- 
ih^ilyé'4tíé]átíiá's  habla  saTidode  Groenlandia  o|rocón  ubcar^^ 
gá^iéHto  *fbas  k^rcó.  Luejgd  iq\ié  fué  favorable  :el  Viépfo ;  dio  K' 
láVélá^Thdrfinn  pai^a'M'ó^uega,  donde  inverí)¿  y  vendii^  sus 


prUtIé  dn'  pedazo  de  ñiadéra  ^  y  fé  dió  pol*,€ 
tfrb.'IÉV*a^ttiadera  dé  Viáíand  ;  llamad^  fHdusur.''Í9iT\se(ü^  paso' 
d^l^ndNi  en  el  a^b  siguiente  (101 S);  compró  ¿n 'Sjkagefiord,  eii' 
el  distrito  del  Norte,  el  terreno  de  Glaumboé',  'dbnde  pásQ  el 
t^tb  ñ¿  su  Vida;'y  que  liábiló' después  su  hijo  Snorice/jDácidQ 
éÁ  Áftiértf^ál'Guátfdtí  este  se  casÓ,  su  mtfdre  fb¿  é¿  iiérégrína-. 
ci¿á  -á 'Homiei ,  regresando 'dUpties  á  Id;  casa  djb  so  bijo  en 
Gfáuvnbcfe;  donde  1ial>fa  hecfaó'edfiBcar  una  iglesia,  iriviéiido 
sA\í  por  Ihobtio  tiempo  cpnvo  una  religiosa.  Del  hijo  dé  Karl- 
seifbe  descendió  un  numeroso  é  ilustre  linage,  délcual  citare-^ 
rtios  á'ThoVlak  -Ronolfson,  obispo  de  Scalboh,  que  nació  en 
i^S  de  Holfrida ,  bija  de  Soorre.  A  él  se  tiebe  principainíente 
él  código  eclesiástico  mas  amigub  de  Islaodia,  publicado  en 
ríaS.^'Bs  probable  que  los  pormenores  delps  Tiageií  de  que  - 
beniós  hablado  fueron  igualmente  recopilados  por  él. 

OlftáM*  BOBtE  8t  iXLÁTO  PEXCBDBirrX.=sdl06RAFIA  K  HIDROGRAFÍA. 

*  'Debemos  IvKcilamoé  de  encontlrar  eú  estaá  tradicióiiel  an- 
tiguas de^tUjlié ;  uo  solo  nociones  geográfic¿u^   sino' también 
nn&ttcas  y  astronómicas  que'dében  servir  park  detef ominar  la.' 
posición  de  los  lugares.  Los  hechos  náuticos  tienen 'una  niu/' 
I^riibiillif  circunstancia ,   aunque   tiásta'  ahora   no  se  haya 
parada iMistahf 6  la  atención  en  ellos;  es  decir,  la  designación. 
.  de  la  (cárhera  de  los  buques  t  de  las  distancias  psf^ciales  indi^' 
cadfrs  pbf  jornadas  (dcegr),  Por  las  relaciones  que  contiene  ei 
Seguada  serie.-^TouQ  IL  65 

Digitized  by  LjOOQ IC 


5ía  ^REVISTA,  ^ 

Laadnama  ^.  algun^  otjrai  o^ras^.g^ogr^Qca^ft  4e  )«l4^4¡f  poeJe 
tuilcularse  quj?  ,la  navjfMp^^ip^  fdf  ud  di^,s$|  evaljiaba.m  aj^.  d 
3o  ínulas  ^eo^r^ificas^  peco  mas  ó  m^^pfisj^  i("^M!f^  4^fí^^  f^t 
Blemadas  de  i5  al  |;radq.]  .De  la  i^lá  dé  H6t4.ui^Ai^p^  llamada. 
después  LiTLA  Hellul^nd  (pf,q,^eño  i|^ellulapd^)  lifgp  B^ar^e,^ 
Herinlfsnes  (Ikigeit)  en  Grocolapdia,  con.qnrfuecle  TÍeiit9de 
■sudoeste  ea  ciiatro  días.  La  distancia  entre  este  ^abp  j  Te^ 
T^nova  es  poco  ma^  ó  menos  de  íSq  millas,  lo  qae  conreoiiria, 
•mú^  bien  coi)  1^  .distap^ja  recorrid^t  pojr  Bjarpe  ^  ly  ^ijeode- 
«mos  i  la  TÍo)eQCÍa  del  YÍeDt9  que  es|;>eMafeDió.,En  ífjf  tiipder- 
iiflii  de^rip^^jQpep  se  représenla  esta  isla  coqpo  .una  tierra  com-. 
puesta  fin.  (i^rt^.  de. rocas  desondra» «y  de  llanuras  de  mayor  ó 
menor  extensión,*  en  que^  no  s^  epcuctntran  ni  ¿rbol;$s  ni  ar- 
bustos» y  c^ue  ppr  lo  mi^iTio..se  lUmao.^^^rJr^/u.  TSfff^.  deno-. 
•minacion  está  acorde 'Oqa,U  de  4tf/¿cir,  aegu|i  los^^s^^dinares 
«tfombraron  el  país.    '  <:.;»:.      'f;/ 

Marklatvd. estaba  ^tua4a  al  sudoeste;  4^  ^H^lluland  é  ,oaa 
«distancia  de  tre^  dias  de   navegactop  (8p  ^^90.n|¡llas]•  Es  la. 
'Ñueya  Escocia^  cuyi^  descripción.  luciente  está  conforme  p>u  la 
»que  los  ^scand¡ni)vos  \iÍQ¡eiHHi  de  MayMfnod.  «El  p^is  es  gene- 
ralmente bajo  (W),  la  costa  junto  al  mai*.  e9  baja  y  aplastada 
(Jet>el  aud  fo^to  the  seeM^ard].^  El  país  es  baj^  con   rooasde. 
arena  bUnca,((vAiVa  sanJ^ycUffs)  que  se  ven  mj^r  desde  ^  mar»» 
4«i  so  expresó  J.  W.  Nerrie  en  el  New  American  Pilot ,  y  oira 
^bra  d<e  marii^a  ^^ericpna^  .d¡ce^,.«En  la  cosían  bay  algwia^ 
rocas  de  ijna  ^iireps^  estremadamente  blanc£^  {fiifs  of^xceet^^ 
':gfy  ivhUe  Jaffd\,»  J^qpxi  la  palabra  del  navegante  .americana; 
^el  corresponde  á  la  islandesa  slit '^  ioiv  to  eke  seaward^  ^1 
significado,  ^el^  palabra  concisa  o^^ratt  ^  j  estafj  palabra*  > 
ivhite  sandjr  cliffs\  son  la  expresión  antigua  hvitir  sandar.  La 
llueva  Q9cooia»  p\  NueY.o  Bf  ups.wick,  y  el  Bajo  Ca|ia4/i  situado 
mas  abaj^o  del  país  y  qne  puede  con^c^^arse.  cqmo  perteo^; 
cíente  al  ^nilguo  Marklan^d^.es^n,  c^s^p^r   tofl^,  parces  ca*  . 
I)iert9s  de. bpsqu^  inmensos.  i  /         <    i.- 

El  ^i>i{aitii^  estaba  situado  á  una  dis(apc¡a  de;  do^.^H»  de 
^navegapioñ  (oi^s  5o  i  6o  m}llai¡);f\  8judoes(e  ^p  MarM^ndi^^  La 
distancia  de(  caI>o  Sable  al  Qa|>q  Cpd  está  indicafU  e^  Jm$  . 
«)>rá8  náuticas  como  de  (W  ^.¿3j70  leg^as^  un#s  Sa  iqiUaft» 


Digitized  by 


Google 


te  1«  iil»«il«aiAt.lil  oétlflr,]eti  esa  kU:que  farmalm  ccpb  lar  [mim 
BÍMd»>(ixlaDdidoiftl:éite'y  al' ooru  «1  «pan  pordoodb  iiáir«|pft 
LtX,  rcb<Hi6c0inoa  a.Ma»áidtetü:  iM  miMváinwhí»  eixmti*awK 
aUtflMttboa  hagto»  (grunm/úi^  mOíU).  l¿fi  «megante» é|  num* 
tMt^iáa  han  beeha.U  aaiftOM^  obéertaoml,  y  «seneloaM  «amey 
hiáflk  bmaoft  d^araaa  {ri/t)  j  colea  bagfas  (<MrAtMi&>  que  m  M<*' 
caeDiran ,  diciendo  que  el  eslrecbo  présenla  el  áspenlo  de  qm 
üinmufmrfg\daídi^mkd*ÍMid)¿. 

Lrf  palabra  kiíijib^  sé  ooaíponéde  «oaa^  qniHé,  j  de  nes^ 
aábto.  Eeteraembre  pvofieiie,.  seguatdda'  prifixabilidad'y  de  k 
sjanujanis  que;  ofreoe-  la  ewsfi^macióa  dfe  aiquel  tee^  coa  la 
qsúllft  de  im  pavía  ^  prioeipalaienia  con  la  de  lev  btiqnea'  lar-- 
geé.As  qdeJMBka  nsolba  eieai|diiio^Me«  Beko  do  aer>et^eaíbé 
Cadf  id  N^sbl  dé  loa'  »d¡oí¿.  qoo  «ef«fl!  afganov  modernoe 
fyf*aa8heej|Murééidioá;iiaciMrfio,y'aegiin  dft%tf  á  una  boa» 
Loa^iscaÉdk¿ra:eaéontnaioh4lli'daslerfaB  iiirhiJellaa<ii:i/Yr/{^ 
y  largas  y  osueohas  ríbfrat  y  déoás  istkamtít  lángur  ^  Súh 
'tfor»lé.ün  asfMM>to  pariibnlsiryi.ilaa'oualea  NwátfMftt  ^I^oaaittK 
niAitaiii^TÍhe>iiéBiaEa.»Uk>saei(|i^labradetÍ5adá  áe/mrday  pitH 
digío  ó  cosa  maravillosa,  y  de  ^mnarf,  dNiirgMijI'ribsrayC^lti^ 
phrrtnoá  la:desoií|peioA  de  ealeéaboiabir'Ia  faeeha^  }ii)ir  el^autor 
BudernoHitcbébek  {Rup^rt  m'^íe  GéMgr  (ff  MtnfseiekivtHm) 
iJUaaidnilae.¿  cdnnas  de  afea»  qtfO^aatáb  i  á''f¿  menos  en  gratt 
pñna^  faltas  doitoda  Tejetacions  llaidaiv  faertémettle  \k  atOtt4- 
cion  por  su  carácter  particular  icftíréAfy  '¿íithá¿e  He'tMéHtíéi$ 
animpaunt  á/theirpeeúliarítjry.  Al  abéréai^Ms  á  la  éstf feáiidad 
deloalk>  sr  aameocabán  la  ati^nay  1á  astlírílídátf  dMistkAd,  y< 
en:  naácbaopártesisbU  k  MiéIm  al  i^ilje»^'édc6ilitáV  «ñfi  b«r^ 
dar4e  Boddlnoa  pára'creev,qbrMaba  én  WprorÓAdidádes  dé  ^ 

«oidéUeiflade)aiArabiai4d(s]a  Libbaf.»  Un  fédái^eáb  digno 
dé  ■aaodegi'qqo:  se  advierte  en  aquiel-  cabe,  ei'ClA.' vez  M  ^ 
oaiisar prnobéeadel  noa»bre ffitíPéé  le  ba  dlsde. 'Bl  iUMnó^ Autoif 
lodeseríbo  de «bm'inattbM:«A{ 'atravesar  Idíídéiííenoiide^  ca-^ 
bb^  ím  óbsMTadd-/«i  efeeiíA  tlofnléf  de  eó^ifirow  Jbi  Ótítá^t^ 
foméjimflm^^  meiféreobi  qtfo  iobtomos  por  éll'ánglilo'  ÜéíMí 
6  cuatro  gradol ,  y  no  me  couTencí  de  mi  error  sino  c^lldd 
al  Toherme  observé  que  igual  ascenso  aparecia  en  el  camino 

-  Digitized  by  GoOglC  


Si4  .11  :um«i 

qpQ  aoaUbaáiOrf  ée  piiáanR#.No  intentad  f^icplftar  «8lfii'ilMt«l 
¿plfcal  aolo  ofaaerváré.<|tttt.este  es^alTei  «i»  ícmémMvna^Aé  igmk 
^^peoíe  €|jdMi«l  qon  •or(fréfidíó<áiMr..^e'Haiiibdldt  ^en  las  fe*i^ 
|ilAde4V«fl«ffii^.i«ii.i»u«lfo[alirBdBdbc.('.d^  ,  toáasiai  Mtt^ 
lUAraf  fibraciar  tj^ufi  tubíabMtíax el  cielos»  Asi^  puaé,  etttoitMa 
i]«ifi4Áer{9.Q  .laa«icim4«Mmni  iiaciui^laa  uee^  rifabiaa.;  .Náoasl 
Saacbt  >G|)a^aiiK . A^M:h  ^  f  rJÜmomo  Beanh  j/.esiá  anji  ímb 
imagüíadp.  j-  '  j  »  ui^iv/;  ]  oii  /  .»-•»  b  ••»•{»  ).'  •  '  .:v ,  neiJn^f  » 
El  grande  Gul/streUm^ ,  cQ|tta  Mivle^<UAnaív3|iia  «aalaiihil 
galfo.B€^J^Íio9> ynpasa  iéntre  laBléridj^fl^iiiía  j.lWailai  de 
Slilia0i4'yise.<váih¿qiaiéLnQrf9«D.unaidáseceiim'  paralela  4>ki 
e^slAidel  iasid  de  la  América  dttl^ISevte  >  esleioia  cn^  taMMÍasr» 
en  Dt«Q'  t¿3{n{)0  ^  dicén.pinafttpnótxiemTiilfi  «oaataq  eaoaáf  féiMf 
dcb  cdoriMtetf)»  pjledsaiiwittai^'  al.>pa«igft  ennd«i¿o'>ln  pdáfah* 
aolai  4^^Baiifi8lablai  sei  irí^ádOfaqdoi » iena-.(deliitMk  JEKShiAéH^ 
noaoa  de  )pa;«f«b9ue9  e^caadíoM»  ett{vaJbÚtaí^ateKkú>hB^ 
^^  Btt9^ard:y*8iiticuiwr  MaHbáfai .Vineryandy  atUMfMbias^aiettJ 
eion  d^  la  grap/O&niidad  de  luseyos  c^deise^dncontrábaa  eor- 
reapQoda  maa  iwÉI  i.ta.tnlatífitia9da.á'fa«o|booad|ara  del^tra- 
dioile  Vtiieyard*  ^tie  jiorda.  if^^M ^«aa  te  UnBé ev  «I  dto 
%glda<id(Í0la  de  iMiQberoa). :  i    .  '   :?  rf  <.  •    -  ^      - 

I     Ka()$aiM9^  01.  pral>aU9iQ<laieiapafata  de^jOnrueb iSwdliid^ 
Qif  (100^  al  I^one  d^  este  país  fikié  domle  «Irib&Jüirltefae  céan» 
<4f>  descubrió  ]^  l|nfra  dft motíJ^A^^fae  «prnmáMió  taar  la  taiMia 
qjue  -^e  ieíiLtieod#  b9«ld;  «I  páiéíendoadig-eodptiainoaiel  paran 
^iie.fué  llamado  H<w  (4\£r<^).       ,im».    ,  \!^         ^   :•: ,  .     > 
I .  ;La;  |>alal#  -Hop  ^n  ;ia}aqde$  aígalfica.  fiña  i)ltbía  peqveS» 
foripm)^  [Kir.  fA  rJD^que  ftene  del  in(eitioh:y)'Uiiai;i«baliflr'del 
m^;  ó  If^  ii^i^.mMlerr4k^tM3ifi?icciltiidá  Uiihbíai>¡AT|eaté  iMcba 
^rcetpoi^dfí  la  babía^d^.  MiHuu-Hope  ¿dedtfpfttdUqf!  o¿aíi# 
la  llapim  los  J9idioA;.al  través  de4i  ^uál  pesa ;él)iío  de^Xio»*» 
MnsL^rqM^^.tipe  i  la^^gua^  afhíenlds.del'iMrjcnaeliaÉteclib 
4e  Saag«|«#M  |>c|ria.j;íbe#a  leatreobfl,-  peaOi  naiiegaUéTifer.Pé»^ 
Gasseue^(Hop^eat)dmMle  e#|«l|qr  iUltfid#.Lei6hiiáir;^Mar  iaM 
riba  del)p#íiff  prc^bj^leM^iMiej^ik  bfvAioiftieyMciasidlarfiadá 
I^r  Ion  ia4i«f^  :Mil»f|t  iHaup »  ,c0nai  r^tjóíaua  ?  bf  biiacialipanCiieDi) 

o;;u»:í:J  1j  íi-:      .  Mtí    «;  .  w.;^^  1...J  •:    Oija  '. '  »'>ído  Oimti '¿.í  í>« 


Digitized  by 


Google 


m 

w:' liaü>e«0Mél  Mti|^«osir.ddBJ.  alguna» inoc¡on«»«'l)a8l«ilie>«(i^ 
racterisiicáft iaobre  él  cUautíi  ¿ofardU  \nilidadidtel(««0ÍOv  yAil 
MiNiígiiieQtd  aiwifca  db  i08'prodiáceioiie8«:Era<«keHHi»vMiliul- 
00  que.leé^pati^iliie  no^ había. ifecoaidad  para  'alMticií)ajr<iw  ^ 
gtoados-  dé'lbacfa  (mi^iftíonidp  ^eáb^pain  »ei^íyim»noj  |»iliV. 
«toiMit/Mói  .7  «1  ti¿peá  apenák  áe  .f^^'WardewMiinre'  de(kí» 
mismai  espresiones  para  describir  jMfñrl  pats>'  ^alal*  temíwBtfatá** 
ca.«^  t4»  tUAce  qué  tarak  veoaa  jufiíe  la  vefetdchrtiptmhi^yrio 
i  hkí^§Hf4¿4'' UjíinaAle  el  «fttivaisQ.tda  ^kioáúdai^r  pOiiq«a''  '«f 
WJor  -qMp.'Io^  ^l^aAlts  tpaí^s  pOr  é\x  :  ylMciab  ,<»a  ^  soeky  y  jsié^ 
dl¡^a»^]«Xendp  d6<T|ittMoftJá.£[«va|x>fft  porJftriWa  da^TaufalMi . 
}Cr|a  JM>ía  dt  Mpuifi-IIdpin  cil  y¡ajerQi|idioa>;|fiiqback^/|iaiieíb» 
gi^4f*(,aioaoas|  bArnkyaQH  paAUfi  dé  vitl^tiyál  T>^naaalaap#d« 
to  deÍ^ífl|«(lQ$'  r^iKrdóf.'biatorkoa  ;á, iQl;ttaidQa, :  llwnaa  Jx 
aUnojoQf;  p|KÍu«||n.«l.e^¡^i4tt.'i<&tá  obiervaoion/  aalai|)licáble 
i,  tíeqi|i04  macbfl'nia^  reciéoies  ,<^  -^uellbaien  qne  (ftesaU 

¥ÍlíPbfi9c|í>CWIl4D^MtQd54rib¡Ó«:  ,   .  'f  '  !>'    :  >* 

Uq  pais  de  tal  naturaleza  puede,  llailiaráai^bien  tu  :fibeli 
paiviSI^A4li||^^<(v  Gom)  que  le  Jkafaiao  dadailoaetcándinávos 
tffífiUfiti^^IfS^^^^^^^  i^  prodoceionet {ida. éllóá  degAui 
Vini9>?Y  X  ^M  «llld^  (Mlafaa  enleramei»te>de»|>MTÍalo  aá  fcjo 
W^^;  r- 1  SíítTí.     :ri   íi    •  .  ni  •  -  •  í 

^.:     .  "-..^    ,  I   r'*l      '  "  '    \\        /       )  '.'  -^V   ^    •  -'-'  •  '..■'..•'* 

-  ;JUi  VÍNi(tW«v4«f  A  vii$ber^  bí  an«i)|  ofcoía  allÍHeshontáiMnk 
VKAlf.  E^^üift  bfchtf(i(^tf  d9it«^  iéiVjpoii¿0:^ASAtiitiír)oompro^ 
||i|d<hfO|r;Ad0¿a^d^ JreiiAtKVquemivid  eo  el  flMiiaoaí^lé  jiésú^ 
eif,  flXLcPl^fe'iftilMef Utuijeea^dioaquelo  bn  rasUdo  «o  úpof 
09|iji4t|iri|^  sinp  p<K  ^  r«lal(A  áutéaüeb  d»  IfaiDaneaesitOltaí 
oimaJH9lprid^d<  «ImF^j  daolés  Sveinh  EaA^idtfoa,  adhaino  dé 
Piogato  etOf aade.  Sáb^sa^  c|U6Í  eft)t3l  di^la^biata  «bandM  mmdbU 
en  aquel  país.  ..    ^  1  . 

^1  trigo  crecía  all!  naturalmente  {sjalfsánir  hueiti-ahrar): 
Cuando  mas  adelante  llegaron  los  europeos  á  aquel  territorio, 


Digitized  by, 


,GoogIe       _ 


$40  '  .i'-murm^. 

bailaron  en  él  maíz,  llamado  allí  trigo  de  la  India  {IruUan 
A7m)  y  que  recogían  los. áodíos'aía:  haberlo  sembrado,  coa- 
servaban  en  hoyos  subterráneos  y  era  uno  de  sus  principales 
alifveotitw.  S4br«  la  yerba  de  la  J8kí«¡Hi«da  «a  Ireote  deCia- 
klroes  ^e  laÁooliüraba  iié¿rfai;lLalii¡sino*sdeeiie'eD'el  día.- 
-^'  Elufonavhéi  una  especie  dé^madera  da  admirable  betÍHO^ 
•«hi\,  proháblemeiite  óoa  esf^cie  de  ^netr  nbrum  ¿'  de  aar 
mcd^qitinmm^ i^tí  iCiqocí  aliá.^  qae  se  Ihinf  ajo •  de  f ve  (KíNf^jr. 
^)  6  erablo  eoseirtijada  {jpurJeiL  mofld).  y^isMtík  sé-sac«ba-4# 
allí  «adera  de  «eooslrocoifa.    .  í         ^  -    t 

|9Ü>í«.^a.el  ÍMisqoe  gran  número  dé  «radii«i¿»' Ae'tadesresM 
fwcieSk^Loi^  ipdiÓB'eligieroa  oaa^ffreferefieia  aquerplikmi^Yaion 
detlaa  catearíaa^cspdbdiBB  que  haoiájn.  En^l  dia  los  bdsqttfc  Wái¥ 
lalados'én  |fcan  (^artfei  y  la  eaaa  te^baídk»  á  otr^  ^ní  Los^W^ 
aahdliiif  vps  se  prapocétoparop  po^  media  de  cámbfos  é%A  ^oi  ' 
Bali9Mles.del  pák,' pides  de  eebéliait  {itafiniH)  y  ótrti^'qd^fcr^ 
■laaMia.en.eldia  uá  riMnode  comeréis  muy  ínlrp{>pftÍMIei  ' '  ' 
Las  jíalaa  vsotnas  abundaban  de  /i^^'¿tr«M.'B«icoiHribase  at^ 
hre  todo  nna  caaiidad  de  e«4»r  (d»¿A^)  eomo's^icedi»  ea  tí  diafir 
Por  esta  causa  muchas  de  aquellas  Mas  lutjbfoé'  et  ni^tiibl^ 
de  E|gg*hland(¡tlasde  losliaetros).  '  .  *  •    > 

<  Los  rk»  estabaé'  llenos  de  pesúodbs^  y  parttetihrA¿rtte'^dé 
salmones  (/aor).  Bnpootrábase  gran  cantidad 'dé  %tteíi4n'Ía*cU«' 
la.  Abrían  zanjas  al  extreme»  de  la  tieirra  '^yé  bJtftibflC  et'íÉatt 
cuando  estaba  en  su  mayor  elevación,  y  al  retirarse  las  ñ^éái 
encontraban  en  ellas  fletaos  {helgir  flskar).  En  la  costa  co^ 
gian  ballenas  y  entre  ellas  Mii£r(baUevia  pbyaakds).  Las  descrip- 
ciones modernas  de  aquel  |)ais  dicen  también  que  todos  los 
masón  abundantes  de  Y>esisadó ,  y  qae  a»  el  lM^^dl»l^fedédor 
de  las  coátaa,  abundan  los  pescados  de  tddws'eíip<é^é»'^  nofiíU 
Waniq  diiaaaalBaones  enbs  vías,  yikíijI^ftbiinétí'Aar  ^aai 
No.hana  iddávía  mucho  (iempaxfue  lapeMtf  <h!'la^i[>alftiid  éta 
alU un  lamoC  imfiortancede  industria,  soblK*  lodb^pcMltaLté-i 
ká  ranwdiatas.  E¿  pipobaíble  que- de  átií  piK>^ienk'^- ti^MbM^'ífo 
WhaleBóck(ioQa.d&la  baUeoa)  que  tteae  tmá'  Mea  sfttAAd 
junto  á  la  costa.  '•*   * ' 


Digitized  by 


Google 


....1;. 


A^ematfUé  lo^  dqcoñiéatos  paüttóos  y  geó^'i'ifeos  áté'bo» 
batí  c^ti^rT%td<y  K>s  ^títós  inHgfu'oé ,  encoülf^ítíod  tiámbí^á  éd 
«no  dé  a'(^«ffóá  iñán  uBCírííd^'un'  IhdléiJ!^  airrbñc£ni¿kl)íces^eQ  ¿]^ 
djpie  él  día  j  fánc^cfbe  téñíi^ii'áni  unii  (luracioD  ñiías' igual'  que 
en  '(ri^oenlatidiá  ¿  IshiYidia'^i'qiié  en  los'  dias^  mas  cortos  fUlia  ét 
sol  á  tas  s\éXé  y  itiedia  y  sé  ponía  á'Iás  ciiatro  y  media  {'s¿t 
kafdt  paréfitarstad  ofc'  ¿ag¡m'alásiad  um  skcunrndégi)^  cl<^ 
níodo  que  el  dtá  tiene  nueve  hpras.  Está  o}>servác¡on  coloca  el 
paié  de  qae  se  tratK  ¿^Ji^^^'^io' de  ^aCitud.  Seaconne^  Poiil¿ 
y'é!  catbo  nieridlonal  dé  Conatiiíicut  Islaiid  sonde  4i^  Á(S*  '¿^ 
htrtutf  y  t^binl  Judith  dé  4j'''a3/  JEstos'  tires  cabos  son  los  qpe 
Kíñifáfi  Ta  entrada  de  la  6Sbm' 'nombrada  á^lualmenle  Moui^t-^ 
Hdpe-'B«y,y  ála'cual  Ilamabari  los  antiguos  Hopsvatn.  Asi^. 
^er,>a(ra  notfciá  astronómica  indica  la,  misma,  re^^ion  qUé...' 
¿Mñto.beniósVelaciónad'o  antéAormémer 

' .  t .  i  '     .      »  '  *  •  '  •  •     • '  ■         •'..>.       ■',:'.;      j 

:     :       .,s.  •  .  ,  •  .     •  ''  •-: 

DESCdBRlMIENTO  DB  PA1$BS  M4S  MERlDIONALBSr. 

"  •  "Kl  destacamento  que  en  iqo3  envió  Thorwald  Erícson  des- 
de Leifsbudir  para,  esplórair  lás  costas  del  Sur ,  empleó  de  cuá- 
íro  á  ^inco  meses  .en  su  expedición.  Recorrió  probablemente- 
biscostaá  de  Cónnectlcut'^.  de  Nuevl^.York,  como. también  las 
dé  Nueva  Jersey ,  D^láwarc  y  Marylánd.  La  descripqion  hecha « 
pO^  los  abtiguo9  de  estas  costas  ^  cpocüerd^  con  la  de  los  tn<>A. 
demos  viageros.  »  .. 

VIRMAMBNCIA  DE.  A^E  MARSON.E^  LA  GBANDB  IIU^I^DA.  . 

o        '     ,      ,       •  •  ,  '  f 

Los  esquimales  en  otro  tiempo  Imbiiatein  unftregioii'mu-- 
«bo  más  meridional  que  en  nuestros. dias»  sieiida.este  un  he-;-. 
cbQ  que  resulta  de, los  documentos  antiguos ,  y  que  se  prueba^ 
adema»  por  los  esqueletos  encontrados  en  el  Sur,  Esta  circuns- 
tañcia  merece  sm  enli>argo  ser  exammada  con,  mas, atención. . 
£n  frente  del  pais  que  habitaban  ios  esquimales  ^  en  los' alre- 
dedores de  Yanland,  hábia  otro  pais  ^  donde  según  sus  relatos.. 


Digitized  by 


Google 


S}9  .'MVIPii- 

se  hallaba  un  pueblo  que  vestía  ropas  blancas ,  llevaba  per<» 
cbas  á  cuyo  estremo  estaban  a^^^^^pedazos  de  lela  ,  y  queda- 
ban grandes  gritos.  El  autor  antiguo  cree  que  se  trata  de  l^ 
mvp^^MANriijLANí)  (tierra  dci  los  bpp^brc^  blanccfs),f)l||te^  por 

«enl^l^.f^rlede^ni^ric^  f\  5i}r  ^9 

la  bajiia^  de  thesapeat,  y  corawc.nd^  j^^l, -Npr^tf^..^ 

4el  Sur,  1^  Georffia'yla  Florida.  É^ntfe  los  tindíos,  Sehai«;ape-r 
ses  (Scha^annQs)  t^e  emigraron  i^e  Ja  FlQf.id^  hac^  C^rca  d|^ 
iiq  siglo^yy^queactualmei^te  están  establecidos  ei^etfi^Udo  del 
Qhio,  jse  háeiicoijtra^do  uya  tra4^^^  b>^$t9nie  impottaa* 

9¡s^,  4  s^b^r  *,  qu^  la  Fl^ridái  estaba  en  .piro  t¡ein[)obabitá(jb  por. 
tija  pueblo  blanco  5  que  bacía  tisp  dejbstrupaen^oa  fie  jbieifKaJ 
Si  se  Juzg^^ri^  según  l^sd^ocurnen tos  aj^t¡|[uo$|  ^^hjnf  ^fc  V^na 
cpfonia  crÍ9,(¡ana  d^  ¡rla,ode8es,  quCiSQ  establecieroq  an[,aolea 
del  ano  ipoo<  Are  Marson^fCl  g^e  poderp^^d^  Reykiafies  ep 
Isla^ndia»  fué  arrojado  á  aquellas  tierras  por  i^i^  Jeip^ora^^^ 
9S3,  y  fué  bautizado  allí.  El  primero  que  ctienta.este.befAíoi 
es  Rafn ,  contemporáneo  de  Are,  llamado  por  sobrenombre 
navegador  de  liimerick^  ciudad  cpqocjda  en  Irlanda,  donde 
había  vivido  mucbo  tiempo.  El  ilustre  sabio  islandés.  Are  Fro- 
dei  autor  e{  oías  antigua  de  Laodn^ma»  que  cr^,,u|i  deeaen— 
diente  en  cuarto  grado  de  Are  ^arson,  cuenta  que  Are  «ra 
^onecida  en^  ITiiítramaunalaod,  que  no  se  le  pei:p¡t¡a  que  m 
alejase;  pero  q^ue  se  le  t^nia  gran  respeto.  Sabia  este  beqbq  de 
su  tiQ  Tborkel  Gellersqn  (cuya  testio^onio^  según  díoe^fnotri^ 
parte,  es  digi)o  de  toda  confianza)*,  el  cual  ío'  había  oído  á  al- 
guuoa  islandeses,  á  quienes  lo  babia  contado ThorfinaSi¿urd'^ 
aon  I  jarl  de  los  Qrcades.  fete  relato  manifiesta  que  bábía'  ea 
aquellos  tiempos  relacionea  entre  las  tierras  occidentajes  (laa 
Oreadas  6  Irlanda)  y  aquélla  parte  déla  A|nér¡ca« 

-  .'  .'  ;     :  •'.  :  >....;!•      s  '  o-i:'      )  *.::  •  "  .     -  i   *. .i.-í-  'i  r 

TUGES  UE  BIORN  i^BRANDSON  T  GIJ9LB1F  GUDLAtjdsON. 

*    '  ......        i  .1  ».  . ,.   -  

'"Ño  bay  d^a^qqe  en  el  mijímb  pa!$  es  dondenaji^  el  uíit* 
mo  periódo'^dfe'&u  vid^' biorn  asbaandson.^  llamado  Breidvikin-r 
^ak9j[»pe;;Estc'¿qmbre  és  conocido  en ,  íahisiorií^  Había  sida 
admitidfo  en'  lá  célebre'  banda  d^  Stierciéríot  d?  Jomsbourgo^ 

Digitized  by  VjOOQ le 


un  la  ba.^|la^^,pirUYal)^ii.  Sarcia.  Sti|i  ir«]#cioi>es.f|>[x.Tbvrídli 
de.)Pro<)o »; hermana  49j$i\^reGo«i^t  \f  aLr^jerQ^ilatoOfU^iaiad 
c|e_,ifque|  ^ppabi¡fjp/t^de;:p|p  /j.^.  obligai^op  9l.fi|ba^i|dppflMr.el,pM 
para  8Íefh|)c9.J^ae|  lapo  999  pai-tjjií  (J«.  jJ^ijaunbetQ  ^  .^¡o|Ms^ 
iiess  Q9P  vieatp  deP^or-f-c^ste*  Q^Di^^r  GUD|«4UGfOk9l,rb4|r|1|^no'd• 
Thpr^a^í  ,^antp|^ado  del:  c^lebj:^  J^iistana^p;*  .Siiai;r^/S^4f Jpmt» 
iiabi^.  I^eg^^.p  un  yugode  Goqercip  4,PMb)i|0;..()er4KVMi|nda>9^ 
lió  de^ta  ciudad  pon  ánimo, de  yply'^i;  4I^lapdia,;n2hve|f%nd.Qal 
Oesj^^ieo  rededor  d^  lrlfD${a,,viósesorprfLndidp.pof;;Wa  viejAof 
continuos  d^  Nprde^le,  qu^.le  arr^t^^ipoGL.en  aUat^ar^al  Sufrf 
Oeste,  y  en  una  ¿poca  bastante  adelantada  del  verano  llegó  á 
un  pais  de  nlucb^.extQnsip^^.pe^«tq^e.Bp  cofipcía.  En  el  mo- 
mento de  arribar  á  sus  playas»  los  naturales  del  país,  en  nú-- 
'  mero,  de  mj^^clfos  pep tenares,  saljerojí  ¿L  sa  ^pcpenU9 ,.  ^^aryca- 
roif  lo  [pis,ino  ^u^  á ,  los  suyos ,  fe  apo^erafrppf  de  ^ps ,  J..  J0% 
atarpn.  A  nadie  qonpcian  entre  aquella;  £[^K)tes¿r.pero  Ije^.p^r^^ 
ció  que  su  ^eng^ag^  se  asemejaba  al  irlandés.  .aei^n¡crpa^€^  g^^^ 
ra  deliberar  sobre  la  6uerie.de.  los  extranjeros,  y  .acerca  de.j^ 
qebiafa  matarío^  ó  hacerlos  esclavos.  QuraAte  la  .discuMOii  ll^á 
una  numerosa  lu^cba^  pi^et^dida  de  un  estandarte »  y  Ai^  ^Mkait 
legufa.un  bombrp  denin^pf^ie  disfrugnido,  pero- apeia;np  jis^  y, 
con  canas.  Sq^^pendipse  ífi  ,deltbera9ÍQn,,.j^  se  resolvió  esli^r  á.lo 
que  i}  decidieran  JE>r^  Bioíra  A/5%4and^jp.,^^l  cDal  hf^p.^qercajr  ^i 
Gudl^jr^le  bable  ei^  id¡oa?adeJl  Nqr^e^'  pregun^ndole  de  d^n-* 
aeera.  Éabiendole  contestado  GudJeif.qpe  era,|i^)^j9^éf  |.  pí-r, 
dióle  Biorn  noticias  de  ías  gentes  con  quienes  babia  tenido  re- 
laciones en  Islandia  ,  en  especial  d.e  ^^u^qjuieridsiTtiurida^.df  Fro- 
do,  dét  hijo  de  esta,  llamado  Kiartan  ,  que  consideraban  co- 
Qio  siji  |>ron¡o  hijo,  y  qu,^  era  ecilonces  propietario  del;do- 
minio  de  Érpdo,  Los  .naturales  del  pai^  fstabao  ^ip  :embargpi^ 
impatjeotes^^  y  Pl^dian  unad^cisipo.  Büori^.escQgippiura  ^onse^ 
j¡er,os  á  doce  de  sus  coinpanerps,  y  desp\iest  d^^baf^lp^  cpor 
ellos,  se  acerco  á  G^udleif,  diciendo  que  ,kia  •ha)|>itaptes  l^i 
^'apian  ponGado  e)  puidadp  de  terminar  ^1  negocip*.  DióIeSj  Ij^^ 
berjiad  &  ^^yA  ^^}  g®9.f^.>  .p^^o Je  instó  á.<|ue  niarf^lia^e  «en  >fye.-n 
]^uidá,  á  p^r  de  estar  ya  muy  adelantadia  ^  esl^.cipn,,.din 
ciéndole  que  los  habitantes  de  aquel  pais  eran  malos  y^  rece-. 
'    Secunda  sá-iú^ToHO  II.  66    ^ 


Digitized  by 


Google       ^* 


Sao  irtrttTA' 

lüVMÍf  y  (fie  poffrián 'creer  que  ée'Ies 'kilbik  privado  desHS 
dereebo8.r  Dio  á  Gutdleif  un  anillo  de  oro  paraThtirida^  y 
knmdt  espada  para  Kiártan.  Díjole  qtre  reeomendase  i  sos  ami- 
fosf,  que  dó  faerah  á  -verle  á  aquel  ^pkh ,  porque  era  yá  viejo; 
j  tai  fez  lé  quedaba  poco  tiempo  quef  vrvir ;  (jiié  el  paia  era 
ttteosoy  habhi  pocoa  puertos  en  e),  y  tos  navega  mea  estaban 
aietDf»re  expuestos  á  ser  tratados  por  los  moradores  como. ene-: 
inígoa. «Ciidleif  sé  marchó^  r^esóá  Dübiíb  donde  paso  el 
Invierno,  y  al  año' sigVrfeéte  volvió  i  Is1ai^did.Érít|égó ios  Te- 
galos  qoe^sé  le  líabian  encargada,  y  nadie  dudó  que  el  ílómr 
bre  de  quien  hablaba  erá^  realnaente  Bio^h  AsB^andson..  . 

viAga  ísítL  oit^pa  tuco  i  tínland.  "  '    ' 

Puede  considerarse  como  una  Cota  cierta  ^"^etas  rela«- 
eion^  entre  la  Groenlandia  y  el  Vinland^sobaistieron  toda-^ 
ftá  mucbo  tffeni|K^  des()Oes  de  esta'épdca,  á  pesar  de  que  nin- 
guna noción*  completa  tl^án 'sobre  eáte  puntólos  antiguos ma-' 
Aoscritos  en  que  se  habla  de  la  Groenlandia.  Sábese  que  el 
¿mspo'Ettico  de  Groehlandia»  llevado  del  deseo  de  convertir 
los  colonoá  &  de  hacerles  'perseverar  en  la  religión  cristiana,, 
arribó  á  Vihland  en  ef  año  de   iiÁi.  Nb  tenemos  informes . 
acerca  del  resultado  desu  yiage:  pérO' vemos  por  fa  exprésioi^ 
que  se  usa  en  el  relato,  cpie  \lé¿6  i  Vinland ,  y  m  de  creer  que 
fijase  allí  su  residencia  6ü  viage  es  una  prueba  ma^de  que  sp- 
éoñservablin  relaciones  entre  los  dos  paises. 

,  •  •'!...  :    ,  •    '. 

f 

DBSCUBAISUElCTOe  XX  LAS  REGIONES  IrTíCAS  DE  ABIERIC|. 

El  primer  acontecimíeoto»' según  el  orden  cronptojglco. 
acerca  del  cóal  nos  dan  alguna  noticia  los  escritos' antiguóte 
és  un  viage  tfe  descubierta  á  las  regiones  árticas  de  América» 
hecho  en  ia66  bajo  los  auspicios  de  algunos  eclesiásiioos  del 
obispado'  dé  CaVdñar  eá  Groenlandia.  Esta  noi ¡ciarse  encoentrar 
Mona  carta  de  un  eclesiástico  llamado  Halídor,  u  oiro  lla- 
íbádo  Arnald,  estaMeéido  en  un  princípto  en  GroenlanAiai' 
peh>  que  era  ehtonc'es  capellán  del  rey  noruego  J^Iagáua  ,La-* 
gobaetcr.  En  gquéllós  tiempos  todos  los  hombre^  un  poco  no«- 


Digitized  by 


Google 


BbttAMIPU  llt 

mbléi  dé  GÍDrfn^Bdiá\poa¿ian  bato»  cboalrbiaos  íexpiofino 
para  ar  «f-  Mfvtf  id«ir»ntq  A  yerrao;  á  casar  ¿  peacar^^líat  re<«« 
gioiíaa  «eptMitrMnBlea'qua  mitabao^  ae  UamattMmiiiOMiÉsitkia; 
y^lda-prifieliMilail  po9toa  arfatf  «áiVARy  KRoufUKéAavBmu  ti 
fntamro^Aéúiéhm  fmmtoé  AMm  éutBf  BíXéaéoidSnr  da  DÍMS( 
pavo  Q|Ni  piedMl>rú«¡ca,  baMadhiali  ii8¡a4^n  la  Ma  dé  Kingik* 
toiíaó»!:  íl  Me  '^ft  ^adoé^  QS-iinaaa  de*  Utiuufr  hétisA  ,tdeuiu«si 
tra  ({ée  loa  groMvlaodefes  ibaó'todatta  mucbo'ibat  al  Norfe..  Bl 
¿HidiQ  panto:  que  benioi  citadbl  €6tÍBln*«il(Ilerl|e'4el  primad». 
bpt>e¿lq§Uaiiaea,  de'  qoe}«qabaiiNMí'4o'h*b1br^'  Umián  for  ob^ 
jfald<aaf^kpritrikia  regienea  limadas  el, Mdrte^  mas  aHK  cpSM'iohi 
dMlaa  queaebaUaii  irbUado  hasta? eqte¿cca,7> de  €orisf|f«ii^ 
té  'in«v4toji>8<d0>KiidVifiardarheíd¡i^  d^ede.  tenían  los'^vbedkUat 
dMcaipMT^^iWíIet  de  veranó  (a^mi^;>y  4I  daédir  ábostdti^briiM 
laán  4f  i*  Selipron '  de  Kleo]difiaf*déehridl ,  j  se  frieren  aei^ptMdí^ 
dt»  petrel  *yíeiitp  4e(iSar  y  Jdobfourfdad^  deníftede'  qtte'tu-^ 
yrkuhnl  peccMoe  de)  d«)ln<  ríaveget^:;bercé  'i  ti^eni^d'  del 
lieitto^;'  fUÉm 'ciíando  el  eielo  se  aotaeé'^tdeacubiieron'  tii«)cKlMf 
kU^'f  tina  ^pén  cMlMiid  ^e'foéaii,  tin  eae#  y  ba4l»ha»."Péi)e^ 
trlK^ba  e¿  le  pdrfe  tMemr  del  ¿eMe*,  yr4iáeia  el  ladi^dieMfoi^ 
te,  en  cuanto  alcanzaba  le^  viiiaFV ^aroii>  iaomea  de'  bteloi  G>4 
nocieron  por  ciertos  vestigios  que  los  Skrellings  habían  habi- 
tado en  otro  t«aip^>  aquid  peísl^  p¿rb  loe  (Mpee  leb  tinpejian  el 
abordar.  Dasfiuea  ee  veleiéron  ed  irea  dies.,  y  ^daicobrieron 
nuevamente  las  seBales  de  los  Skrellings  en  algunas  islas  si* 
ftiailaa  kl'  Sarrde  raía  woniiiñalhufaad^  bitMfeti'  (íitMiMa  de 
•le^)!  a  diaid#8MÚ¡l«o  le  Aieem^áeia^A  iSbe  i^Urgú  d» 
KMkifierdarheidi ,  como  ufi  ^  dó  navegación  ^'i^^nhmde.  Eá 
wífo^  pala  (lekibe  de  noobe;  pbrp  el  m>1  estaba  ^MitiuMnfetiienté 
en  flbiori^nte^deridia  y  de  noche,  y  et  medió  die  en  el  Sor 
eüeMí  cá»  peco.élei«doy'  que  coendó  ím 'hombre  e»Hibate«i4 
dido  altehv^ebdn  barqniebiwlode'sett  rfmos,  hácied  mi 
lado^  busombni  d^l  opuesto  lé>  dább^aofbfe  la  cera.  Pero  á*ti 
jbadie  nefche  estiaha  un  elevado  comaen-Groenlaadia ,  enMidó 
iatá^v^tt  Bsks^llo^^aéo  «1  Nordeatei^<X)MÍ^ues  légréaafoai  4 

Krelcafiardarbeidí  hable  sido  vlaitádtt  rtígularmenve ,  <*éHio 
beubaiilMid  Mtés,  por  ios  groeDlaad«ses..Est«  nombra  ihdtcá 


Digitized  by 


Google 


Sti  .-«EVMrAaa 

q«u0  aquel  f  dl(b'M«faa  Todeddo*  ík  nfltoitef^BkdA  (AridbV^ 
s^alkstleRarlpeioim  del  'vkge/ <fe preeÍB»f«upnMf  ^ttttílíob^ 
golfo  tsaia  imidkv^dbiiMaioD^vjn'eran^peDdumottimiipbo»  di^ 
di  D«vc|[acÍDiitpanviatratc9Bvlai  Sábt8ei)ifNir|qeiiipl»ir«|aAilot 
fMvé^afiftes  pftdsroéidetaqaal  gólÜDÍ»  á<«tUqckftíái'0láDrfiiMÍi]| 
¿'un>.gbM»«b«erIor^y  qtie  (taRÍMiéa!modbosidMÍ>^q  ngrttUTf 
Ea<cuabto'á  larfdotipbbeilTaciDnést'bepbafs  c^  día  44  SaAlia|)ü| 
Jítpríuii^ii  fio  dauD  'rB8wha¿o;oieftov.pttgfr.iiiH¿ayi>^t^<>¿^ffWi 
drt6imQal*<laoprorbédíÍ4lád^l'ftaf(p]ibk««^  fKmtmfj/Mf  dé» 
cir^  W)frofúmJA49Í]dñAa  )Kmoioa<|«e  el.  h#nibf«r:io¿i»piiÍ¥if  j( 
lacaltiftra  de  loa.oapoinktfjBa  ¡lodeinQa  dat^raiimir  knmlpfmkftt 
¿•gil^^fbrinakla  por  Ja:panle  8upériiHridoliJMlrck>iK><^  «feMk 
dbLíbmi^rey  ott}»Q. 'io^ttrl0  d«friaila'imadíhiiii«ibi'-4fléii»iáaL* 
s<lKdVfdía-(SKS;4é>fiilidi».fl  Awdftc)  diawq«eí)eFaaif  jk  Saaniagob 
Si  «do^iMaos ,  ló  iqtte  ts  Mlsiánté.  pabbaiito  /.^uo aquel  iw^nH 
et»  pocp  iiitit.á(naétipiide  &3  giiadd8r«>  •kié'^e  quelite  IrMiido^, 
hi6  cMaraíiiiado  á  loa{75  gaadoadeWtltod^ptaitíriMpL  ifor 
Ba4  poivda  ,9opclaer8e)qiáafliiaMiaáttdilatado  el  ¿o§alo.y.jitfdb 
coaa¡gujM)ole:iMK  iadíoa  téi,paia>)másiflriA9ÍáÍ9iial^Í^  segiu^ 
ol>tfry#;¡oli  t)i«aBeaia  iaa  ^neM^fado  iMa.  aalkraelof ¡a  So  el  aí^ 
glo4éc¡mo«fmor#el  día  a&de'j«rK>l  i  '  wn    .: .  .-.t 

; ,  jitil.     lá  decliaacioH  del  ^.  era  to'ffr;  i9r*  64i'i  •    *  •  nn  r 
n  .iM :  !i.  ialoUiquádadde  la  ecHptiiMUí»  -n»  s^S'f'^an    iJ  ' 

',:;  Mmití^dg.  que.  Jaftoolodlaíkñ  7  fianiQ»la^iiieiileiJai4ada 

lgi^lik<i«rfbNHÍ9  liat  ruine*  d^  aita  igrande  áglétia^  y  de  yámOi 
fdi(l9ÍearÍMlÍfl»P  relio  ia'pr¡bcípelr|reMdeiic¡eJde<tMle«lba)aata^4a 
eaaaigoieoie  á  IdlkAfl^lSSf  ^eilatUaii  tepthn^Konal y  eftiiif utl 
paMilii:^i|i4Ara .del aelrel  üfeeacatee^  dui1iale!eLea)et¡KÍo ddiMe 
Daao*dei  3"*.  4v»''^.Equ¡véle'd.kilalibaajdel!8oLdí-Klievdet  Seoila^ 
g»>i.á rOilldiataocbie  at<iparaUié>  dé  ^'j&'^s^/i' ¡'^imdammti  (mol 
UeM«al,Ncír|aiM>e«ltaeha>(dle  dhnahr  jiaitnfccb^enlJaíJaUíeiá 
ll^  mo4^  (k  Wel|lii<|tQr>t  d)  'aí6yiaeeéa,%saili  fdaí  ^ifaea^iet 
víage  de  descubrimiento  de  los  eclesiásticos  groenLaaBeaaa 
owf^espoade^t^rao^filftiie^ii'él  bariioí  cbUíUnátrcíQóMif  en 
pi|«^oa:díaa »  y  *ü^yM  díséailciaft  geo^ráfieaa  hm  daKtoiaadd 


Digitized  by 


Google 


G0ttmi¿Bftért^  Jébi  BlnsvaadbñCbpkiftM,  «^«•099  ttros 
pav^faiitfes<iÉgláiaveii««ii»tMiairQir1dM  mm#  pelígroattiexN 

ptjfcrinnnir''  iri-       m;^.j.:(.  r  .'  „/  v  ^'  c  ¡I    -  r.u!  jwttí-tifíi  '>;«j> 

*ii»n'Mio  ?.r^)'<n  f».í  ■'•;  '/'.•  j  ..      .\  .".4  »;  íh.;  •  ii    ,    i  /  /roí--.  ííIíi -5 

-./.úidu^NMrf  ^láncuiiiiiitt  WK^^Mtioá  >m  los  hil6(iibsiéi    >! 

'  •  •         f   .         '  1 

•  •i      ;•»::/'/.  •"'O  I '„•       «I      'i»;ii'n  <- ••» -  «.   '     'h  >  c't»    •      !  »i   : 

f!  '  >EitedeBOiri>riaiMdtiiLftte'lMcho  por  loa^tcltsüalioo»  de^Ii«i 

l»jbttiiom^^e'Ai&fi^is>f»pf  'hab0ri.lQa;fdk%j[)afteitiir  las  .disputa» 

(fiéaMi^ide/iiqpn«iiMs)(y  «l.ifttito^j;  ^ei'fflmaKi  ^tettíédl» 
yÍMÍ|niihnmiji  Mifabpdia  por^  ipáfs^Btldmi^m  Oáimoijp 
Arce  ThorlaksoD,  oblsp^dp  ScálhoL  l4Da>relatoá>«itíl¿9  a0ÉtM|ft 
p»résMBSciÍio«fcaBláy»iBie«€é  |>%oaa  pniabrai  ^  ^ne^dívioí  iq85 
Us¿eilMiáiÍMB/<|lM.MabtaiW  ib  ^nfAkmr  adcsfculkridbM'td^ 
QMlmiU  UwUiyiiáiiKWseii^f  ti*run(/ii^^  AlgnM^ 

«bis  jé0ipiMft^p6O';¿cdm  doifiriod^'^ipa^  {dopiíCM 

ruégniáeAIáodia  1  pft^ai  ptoipinsdkfci da  íUfgi^é  laqnel  «pma  /sel 
CMlB«BjBÍO}djiid|i  el.DMsviD  qiM  iiuipatirDs  Jiknaanas  Newfpumt 
Miiifcá>1i0faaiiava.'(Mj¡  ■i:^i!v..'iii  c/.l  ■!.  <•  •■;■'«>  uiwjMr/i.^     ."tür^ 

/í\nt/.  I  i'.j  «•-:;'.,  -jíi/  ^i.!  •**  íí.-f  !..  •.  .»*'  í¡  *>}>  /... 'Hví  •  í  .' 
'i¡.  tM^i^ilrt^)!  •'!  ./ «U(Bab.i'KittBl«A]nk  BN  |347«'/  '  ..-'.-...lili.... 
-,>i.ij       !    I  'li)-.   , •)::;»;  ♦;;'!«  í  »     r-i  I  íMíÍ)-.]    /   .^^ttíú    '.mí  'i-f:  :!■ 

c'.l  El  /ttliiaaDi.dpmipflSU^iftal>B»TADS6ff¡€ar^  ^fbe^eíaate  en*  lof 
manuscritos  antiguos,  se  re&ése  i  uli  viagla  de  GsreentaBdia^ 
Markiand ,  emprendido  en  i347  por  diez  y  siete  hombres  reu- 
nidos en  un  mismo  buque.  El  objeto  de  aquellos  viageros  era 
sin  duda  el  traer  á  su  pais  madera  de  construcción  y  algunos 
otros  articulas  que  necesitaban.  Al'regresar»  el  buque  fué  se- 
parado de  su  ruta  por  las  tempestades ,  y  llegó  después  de  ha- 
ber perdido  sus  anclas  al  golfo  de  Straumfiord  al  Este  de  h^ 
landia.  Según  la  relación  muy  reducida ,  hecha  de  este  viage 
nueve  años  después  de  emprendido,  es  evidente  que  las  rela- 
ciones entre  la  Amérióa  y  la  Groenlandia  subsis^ian  aun  en 
aquella  época,  pues  se  dice  en  ella  expresamente,  que  el  bu- 
que habia  ido  á  Markiand,  pais  de  qu^  se  hace  mención  como 
conocido»  y  frecuentemente  visitado  en  aquel  tiempo. 


Digitized  by 


Google        ^ 


.  .  De$fMm  4b, haber  MCorrid»  d^  mái  mdnkuhíiimtém^ 

que  durante  los  siglos  X  ^  XI I03  antiguos  escandÍDanM»  4ls-» 
cubrieron  y  recorrieron  una  gran  parte  de  las  costas  or¡enta«> 
les  dfi  la  América  del  Norte  ^  jfE^sa  eoufaiowán  ^ua^sttbiisiie- 
Ton  relaciones  entre  los  dos  páises  durante  los  siglos  siguientes. 
El Ibecho  esencial  es  cierto  é  incboté&iáble.  Pero*  sucede ^con 
estos  documentos  lo  que  0011  tbdos  les  nanusevkos  antiguas^  si 
tueontraráií  enejlos  paáagvs  obscuros  que  pfoáeaeselaiucané 
0011  dBMmévp»  exáoM^B  j  nóevln  íaie*|irelieiiniab  8k|lrai  eslp 
atrtíH  iaspofuust:  cpM(  se  palilil|UM  en  so: jM§éa  amqpMi  h^ 
dkKMNÉéuloa  o#lgÍMal«Si  fMrf  i^e  todos péodaa  >awfcafiua,:| 
apreciar  el  :mbdo  oooia  sé  Usa  ioterpreíaddi* . >  '<  .'       ii  i'  ^..  - / 

£n  «uaáto  á  la  oQooárMeM  4  fe»  teatigifaardaaoiibiMas 
dkenade  dfa  Mahaubuestl^y  4é  Bíliodé^Ua«d^7.«ttiboidk»á  iá 
|iaein^U^n0ia  y  esubkeirfidnto  dai  loa  iMasiáiwrfoséri  a^oelléi 
¡Miises^  qué ékm el fAiátwde fa» péioiepaft: eapadi^icsea^¿emBi» 
*ai^,  nos  iin|itaÉios  fbr  al^iauéüiuayé  rafarírads»á '  flmimsipi 
tes  qi^e  énciarvaa.las  AMmwrrMiiB  íoibíiicíiia'  fiMa  -caasUan 
continuará  siendo  objeto  de  las  inYestigacioneaeMsrupuloiás  dé 
la  COMISIÓN  de  la  sociedad  real  de  los  Anticuarios  del  Norte, 
para  la  historia  Aivni-coLOiíaiAiu  db  la*  aanífawri  El  resultado  de 
dichas  investigaciones,  y  todas  las  aclaraciones  sobre  los  pasa- 
fes  obscuMB  de  l^s  manusoMtaaiiitiglws^,  se^^lfaihlkaiíési  ¿k  los 
ütsuta  y  MaiKJáus  dis  la  SociádayL't  •  i      .  :  ^    r.    i 


,  U'ti. 


; :  •..     !•••.-.. 


•'    .    -  i  ^    •■.  .....  .;  ..  .■  -■     ..     ■  ,!;:.!•.    .  i 


'<,f 


Digitized  by 


Google 


'    í 

o. 

StS 


,  •   ■       •    .  .         .    '  ''  / 

^  SdBAX   tJk   XJTKEAfÜái   DB'  LÓf   AHABIS   T    MOmiSCOS. 


J^f^  pufino  espMiol «  maa  que  á.  otro  afgonoi  del  mondo,  •••  ^ 
cjM>a.ocii|)«rto  en  el  estudio  de  lá  Utentvra  ait4bigo ;  pM»  qoe 
en  Ei^ila  ef.();irtíeolAraMnle  donde  ios  alabes  han  .dqado  íno^i 
Dumeolqede  su  ¡n#eb¡o  y  de  au^enberj  y  ti»  ^mbergo* «ortos* 
son  Jos  tril^ulos  coa/queonestios. sabios  y  <esBtftbfes  ba«]ao^ 
i^enlndo  el  fiwido  dilesta  ramo  de«los'Conoe¡¿iMiioi  httinaoós,' 
C^i^an  nfB^  m  EifaSa  Ooceriüdcir^nites  le»  siglos  débiMO» 
^xjlo  y  dfípivio lépiinio  elcstndio.de  Jas.  len^oas  orientaks;  y,* 
sj  jofi  ip¡^im.illMi'iao|ic^s.qne  «eneoibsj  cierto  debe- de  ser 
^e^^abo.ett  i^nesUto falrifi  nncboé doctosy  ésdarecidofs  va-' 
rpnifa.i  in^düim  dftik  leogn»  det.  pueblo  que  por  siglas  estuvo^ 
ejer^ieod^  MMiie  jaob^o  ana  gnüii  par tt  de  nvesl^a  íierra  ^  y^ 
^ym  i^aí  1^  .gai^  iuDortal  y  justa  firaia. '  Pero  elltf  es  irehiád, . 
ppH  o^ra  ^^t  qnetante  cieáqia  iM»didif«^attaft  de  tAi|)ér(Aii^'^ 
c¡A.i)i  aim  jMqnieía  leve^  p^te^de-  lo-  ffue  lAeierbb,  de  toiqne 
{)ensaron ,  de  lo  que  escribieron ,  ^  suma»  dé  fo*  que  eran  los  * 
áf^bes.  nadia  ms  Un  dejadb>dicbo  noesitrós  mayores.  Bien  p^e<- 
df  0(pUisarie'esla<^  al  pareeer,  oontnHMeckm  eoire  h  itfiistencta 
de  üiefftos  cooqcinsieiiios,  7»¿1  ningún  fnDo  que  delitos  se  ha 
aa<sado^  MnqBUíos  dnélore»  antigoev,  si  éstndiaban  *el  árabe  y 
otriia  kiigiú»  del  Orieiite s  las  estodiaba» |  no  para  ¿ot^oicenlaa 
ieiraa  y  las  oofinmbres  de  los  fvfiel^,  niño  para  ^coplear  lo 
•q^^s aprea^iafL en  las  tareas á  qneewában  e&doii^áurente  dé-* 
^Uondwi  estoest'^  ^^«)(i^'^  ^  itíra^  sagradas.  Por  eso, 


Digitized  by 


Google      


5t6  4ktwk  '  < 

qoíeoes  sabían  el  árabe  no  le  empleaban  en  averiguar,  y  me- 
nos en  celebrar  nada  de  lo  escrito,  ó  de  lo  hecho  por  los  sec- 
tarios de  Mahoma ;  gente ,  ademas ,  sobre  opuesta  á  nuestra 
religión,  por* híi*gb{silRi^'*pTii2D  enemiga 'AsfenraJIá^en  nutttro 
suelo  que  ocupó  como  conquistadora.  Fué  menester  que  pasa- 
sen siglos ,  desde  que ,  tremolando  la  cruz  'sobre  las  almenas 
de  Granada,  desapareció  de  España  el  poder  mahometano; 
óetén  (pe  i  loa  rtbe^nei  d^lofjínqfHdQtlíCJSUftj^o  jMfBfCí¡f¡t^ 
cTon'y  extrañamiento  de  la  tierra  en  donde  habian  nacido,  j 
▼¡▼ian  para  que  se  empezase  á  miri^r  éí  los  árabes  y  á  tratar  de 
ellos  como  de  otra  cosa  que  enemigos  de  la  fe  j  del  estado. 
Fué  menester  que  llegase  la  ilustrada  era  de  Carlos  III  cuando 
la  nación,  sin  dejar  de  ser  religiosa ,  habia  ya^olridado  en  par- 
te su  antiguo  fanatismo,  por  haber  usado  lo  que  le  iustificaUi 
eak  iilg«fn .modb.^)  ¡nra  ^ue  sa^  pensape  em conriderai^vIfM  án-' 
I)fSC««s€|á.fijÉ  puebUcna  sbU  digno  de'eBfudio'cH'Mlia^ddk- 
tii^nbi^a  y'produíeeÍone»v^sUac5mo.«»o  duyas'gM^Ai  ltt^« 
iuasv.«>breiaér  pMie  del  tesbvo:iniéleetttal  ^1  línagcí  hMátúno^- 
61:4 uparle <r«fimÍBiiio  da  kíglorñi'espaftola.  CasSfx  registró*  j 
qiUao  aprévvebas  IflSTÍqtteBdkiIráWgas  de>U  btbli^eca  del  Ea^ 
Qpj?iM,'haalia  eitfiekieea'  gnafedád»  alli  cmfao  aia  oil|»to,  y  «fe^ 
las  cuafes  algunaa  ,bisbi«rkn'  fenecido  abrasáiliis;  y  otraá,  Sé- 
gpn  el  de' suponer  ^  b^bm»  acabfdo  per  otroa'niedios  no* tan 
viol^mOs^  ,  igualiñeiMe  fatales  y  aeguaiN^  La  'afÍBlieioB'iie  b' 
Ublíoteca  arábifcorescqrialenae  íúé  «0  soeesof  n^uMtf  en'  lar  Mi* 
^  tQri^,  déiU;  literatura.  Bl  abate  jáiuírés. Iámpfé¥ttíí6  finra  ne*' 
gjír  }|k.,  bastü  entontas t  no  dispotachi  crwticia' d^  ^lé  \át  h>á 
gfífig9^  pr^Ogoa  de  GfManiinopla «  c«a«do  quedé  laoiquihiildf ! 
el^  imperio  d^-Orieol^  i  ae^debieil<feqM  ^/Uanuí  manréoéioo  de 
IfS  letras. de ^aftl  t^^  clases.  ,(i>i  - 

.  dittofi ,  cuya  eivudieíoo.  áprntaha* ao  dejaJuí  de:  Awttttt^ 'el 
congci^ientQ!  dela&oMlliefÁbígiasi<>«».olÁdóf  bactr  nisiieioa- 
d<^,Ia  obr#idel  bibliote^rÍ0  espaidd,  y,  derla  elpgiew  En^eiiee^ 
tros,  dias  •q.JifL  dis|)tttftdo:á,C¿«irf  el  defccbeí  á  le  palmar '<|<ié» 
eiitonce^  ^  Jif^vó..  E^  q«e.^|0  esi^ibé  esjiiés  del  4eder  imiooi^-» 
p^nfe  Mff  ffallar  en  seeiejiMMe  ütigio  \  jiero  puede  no  eht^  '• 
4JUitf  decir  que,^  ¿Vw^ /v^^iM^it  teda  lalhosoa  ^m  giiiiA»  .^ 
mi^epift  sin  du^ft  no  noce  DO|r  Isaben  dediead^le  i 


Digitized  by 


Google 


D«   MADRID.  Sft7 

pia>  y  llamado  la  agena  á  un  estudio  antes  desatendido  por 
sus  paisanos. 

•  Casiri  no  tuvo  por  el  pronlo  quien  le  siguiese  ni  para  es- 
cederle, ni  para  igualarle,  ni  para  quedarse  en  pos  de  él  á 
mas  ó  menos, largo  trecho.  Bastantes  años  después  Conde  se 
distinguió  como  cronista  copiante  de  cronistas  árabes,  dando 
á  la  historia  de  España  una  parle  que  le  Tallaba,  como  era  la 
narración  de  los  sucesos  en  ella  ocurridos  en  tiempo  de  la  do- 
minación musulmana,  según  los  no  antes  oídos  relatos  del 
pueblo  que  salió  al  Bn  lanzado  del  terreno  que  por  largos 
años  fué  suyo,  tanto  cuanto  de  los  cristianos  sus  enemigos. 

Ni  Casiri  ni  Conde  lograron  vulgarizar  estudios  que  en 
España  debian  haber  sido  mirados  con  afición  suma.  Verdad 
es  que  los  tiempos  revueltos  y  angustiosos  en  que  vivimos 
desde  cerca  de  cuarenta  años  aeá,  mal  consienten  trabajos  que 
piden  en  quienes  los  siguen ,  y  en  quienes  los  han  de  disfrutar 
y  premiar,  haciéndolos  con  eso  posibles  y  fructuosos,  ánimo 
desocupado  y  sereno.  Poco  puede  atender  á  cosas  pasadas 
aquel  á  quien  dá 'sobrada  y  afanosa,  y  no  grata  ni  fácil  ocu- 
pación lo  presente.  La  sangre  que  hace  tiempo  está  inundan- 
do nuestros  campos  es^mal  riego  para, que  la  semilla  del  saber 
prenda,  brote,  florezca  ó  fructifique.  No  se  ocupa  bien  en  el 
estudio  científico  quien  diariamente  se  ve  obligado  á  estudiar 
el  modo  de  mirar  por  au  vida  y  su  hacienda. 

Y,  esto  no  embargante,  es  todavía  vergonzosa  la  incuria 
que  entre  nosotros  reina  relativaniente  á  las  letras  arábigas.  No 
ha  podido  hacerse  mticho  para  su  cultivo;  pero  algo,  sí,  cier*- 
ta  mente. 

Un  español  mozo,  criado  en  tierra  estraña  ,  y  dueño  ^e 
mas  de  una  lengua  moderna,  ha  querido  últimamente  dedi- 
carse á  estudiar  la  que  un  tiempo  lo  fué  de  la  mas  culta  por-« 
cion  de  los  españoles.  El  señor  don  Pascual  de  Gaj-angos ,  des- 
pués de  dedicarse  al  idioma  arábigo  con  aprovechamiento,  has-* 
ta  se  fué  á  morar  en  la  hoy  no  agradable  residencia  del  Escu- 
rial  para  continuar,  en  cuanto  le  fuese  dable,  los  trabajos  de 
Casiri  y  de  Conde '^  pero,  mal  patrocinado  y  aun  desatendido, 
ha  tenido  que  desamparar  su  pais  natal,  llevando  á  Inglaterra 
}os  conocioiientos  que  ha  adquirido  en  España  para  que  alii 
Sfgunda  icríe— Tomo  II.  67 

Digitized  by  VjjOOQIC 


Ssi8  REVISTA 

á  lo  menos  $e  áifañdáti^  editándose  que  con  é\  qnedéit  sépnl^ 
taclos  en  lo  misma  huesa. 

Del  señor  de  Gayangos  es  (según  fama)  eJ  articulo  que  en 
la  célebre  Revista  de  Edimburgo  da  á  conocer  y  juzga  la 
l>¡8lor¡a  dejos  Reyes  Católicos,  hace  poco  escrita  por  el  erudi- 
to y  liberal  anglo-amerícano  el  señor  Prescott,  Allí  mismo 
nuestro  compatriota  da  muestras  de  su  saber  en  el  ramo  que 
mas  cultiva ,  cuando  habla  de  los  últimos  sutiesos  de  la  corté 
mora  de  Granada. 

Pero  en  otras  obras  dé  mayor  cuantía  se  está  ocupando  el 
señor  de  Cayangos,  Y,  aunque  entre  estas  no  deba  eontarse  ' 
un  ligero  opúsculo^  que  escrito  en  lengua  inglesa  bá  pobijca- 
do  sobre  la  literatura  de  los  moriscos^  todavía  e$te  mismo  tra* 
\bajo  ligero,  á  que  ahora  se  hace  referencia  >  nierece  »er  coiyv 
«ido  y  citado ,  y  apreciado  en  nuestra  Espafia. 

!No8  dttin  acaso  que  la  literatura  morisca v  «^casa  e&can^  * 
tidad^  en  calidad  de  precio  no  subido ,  oomo  escrita  en  ooe»^ 
tra  lengua,  parte  es.de  la  literatura  eastellanaV Peror,  «a  prk-. 
mer  lugar,  aun  en  la  lengua^  tal  como  Ja-  iflanejabáDr  los  ^s«  ' 
criiores  moriscos,  se  notan  diferencias  de  lo  que  es  DiAnéjáda 
por  los  cristianos. viejos.  Y,  en  .segundo  lugar;  aqciel  pueblo 
ai  cual  la  persecución-,  justa  ó  injusta,  provechosa  óperjudi'*- 
cial  ^llevada  mas  all^*de  donde-ir  debia  por  razonea^e  eon^e*» 
ciencia,  ó  solamente  dilatada  hasta Blpuato^ni que )a  ju&lifi*-- 
caba  una  necesidad  doloro.$a,  hizo  extiFanjero  mo  antw*^^  lan- 
zarle allende  los  mares,  merece  ser  estUKliAd4»  mp^iií^fot  fo 
-mismoque  apenas  se  sabia  de  él  sino  que  padeció  oprc6Í0ii> 
*que  se  rebeló,  y  qge  fué  expulsado  de  allí  donde  100!^.»  mo-*' 
rada ,  y  habia  tenido  su  cuna. 

Difícil  parece  que.  los  moriscos  tuviesen  im  lugano  Anima 
de  darse  al  cultivo  de  los,  letras.  Pero  ello  es  ^ue,  sefuiicoft^ 
'ta,  estudiaban  y  escribia[í,.y  hasta  bactan  ver$aa»  y^  solo, 
con  el  fin  de  dar  desahogo  a  sus  penas  en  laoieiitaéiciñe»  sen-* 
'tidas,  lipage  de  poesía  no,  el  menos  belto^  ai  el  mesoíi  aifrada-» 
^ble  á  los  lectores,  , 

jLas  muestras  que  presenta  el  señoir  de  Gayáng^'  d»  las* 
composiciones  moriscas,  bao  de  ser  nuevaa  á  1>ás(aiitest lilf ra--» 
nos  españolas,  y  á  cas>i  todos  los  extranjeros.  >^oae -puede  der' 

Digitized  by  VjOOQ le 


^©5  *^«**%  Sag 

óir  i|ii:a^ean  d^ealld^  éúperipr^^  ^pitfo  pa^éc<fal.  nf^nsó  qué 
hi  da  á  luz  casi  como  hallazgo  suyi)  ^  al^o  enamorado  de'  Ü0 
bien  que  estima  en  ciértd  ^tade  p^pio.  Pero  lo  qUe  se  debe 
afirmar  es,  qu6.8onLgéperó  exiránOyique,ti  lierteáe  éspáaoJ  Id 
mas  ó  aun  casi  todo,  liei^^lgo  de  extranjero.  .£ñ~lai  palabras 
mismas-,  y  todavía  maséli  ^1  corete  delá/r^se  j  eh  ejii\ododf 
MQQebjr  y  presentar  lai*  i<lea$.de  los  eséritóres  moi^is^os,  sé 
coDpce  que  soi}  de  un  jfue^lt^  po  venter^niente  amalgamada 
con  el  de . Castilla.  Qui^n  haya  coiaversada  en  c^teílapo  con  los 
ja4íos.,que  pueblana  pibrs^iar  y-  Isi'.cost^  berberisca',  frontera 
á  nuestras  |ief r:^s.  meridiondiles ,  guizá  encontrará  1  como  suce^  ^ 
,^de  {il.  ea^íiojt^  de  es|e,  bre^  irU'cülo,  un  tani.o  de  semejanza 
entre  aquel -id jolina  liablaido.y^l'id¡piija  jscrilacle  los  áulpres,  • 
dfi'qj»&.el  9^mK.áeP<^qp¿os^iipí  Mfozos*^,   ¿    '^   ^     i.  . 

Rebajando  yarios-grsHdos  dé  la  altura  4  que^el.elogiador  de 
nuestros. mprigfips  poius  á  1^  i^6critore$,  c^ups  obras\recuerda, 
.  todjüiúa.c|ued£i  que  celebrar  Y  que  admiráren^  los  produocicf^ 
>  nes  de  un  pueblo  desveñttiradó,  al  cual  li'asta  ahora  se  piutab^ 
i  conio  ind.ús{rJQSo.,  pero  qo  co|no  eiite^idulo;»  ó  i^  ^  menos  cu*» 
yQ^ente.ndinii^nio  no  se  suponja  pcupado^cn  el' cultivo  de  las 
letras.  Y  en. el  señor  de  Gq/angos\  dis^Ipándcüle  la  patüral 
panttf^Udad  áobcas  á/que  tiene,  según  sé^  vé,  cariño;  de  buen  ' 
Xu.ior.y.guai:d.ador.^  uipy^  parecido  en?su  clase  y  valor  al  amor 
de  padre ,  debemos  dar  alabaiizará  la  jclilígcncia  oon  que  pro-»; 
cora  dar  á  conocer  riquezas  nuestras  literarias ,  cuya  existebcia    . 
ignoraba jpl. Inundo.  Dejipetecer  es  que jsiga  en  su  carrera,  y 
que  de  cuanto  averigüe  y  sppa  de  los  .árabes  de  ríuestra  Espa-^ 
fia  desconocimiento  á  sus  paisanos  y  á-  los  extranjeros.  ¥aldria 
masjque  en.  España  fuese  donde  se  Imcícscu  trabajos  semejantes» 
los  cuales,  aquí  se  podrian  emprender  y.  seguir  Qon  mas  y  mejo^ 
ríes  medios,  y  mayar  aproyecba^iiento  que  en  otra  pdrte  al- 
.  g^ina.  Pero,  pues,  no  CQñsienrcit.  ni  la  estrechez  de  los  tiem- 
^  que  aquifavore^zQ^  el  patrocinio  del  gobierno  tales  empre** 
sas,  ni  la  agitación  en- los  ánimos  y  su  distracción  á  otros  cui- 
dados que  se  comprendo  lean  ¡escritos  sobre  materias  como  es 
la  literatura  arábiga,  no  está  de  mas  que  |)or  agenas  tierras   . 
se  divulgue  la  famii  de  autores  que  iiacidos.en  £spaña ,.  si  bien 
de  gente  no  una  cpn  los  Cfislianos  españoles,  son  honra  de 
.•'•.*.'■  •  •         '   '  '. 

Digitized  by  VjOOQ le 


53o  .  RSYISTA 

iuiestrO||ueIo  patrio.  Días  vendrád  mas  serenos  y  felices  que 
estos  que  alcanzamos  ahora ,  y  entonces  ó  el  misino  señor  de 
Gayangos^  ú  otros  que  como  él  trabajen ,  podrán  emplear  sus 
tareas  aquí  mismo  en  público  provecho,  protegiéndolos,  el  go-. 
bierno  y  los  gobernados,  con  lo  cual  quedará  laboreada  y  be- 
neficiada en  nuestra  tierra  una  mina ,  rica  sin  duda ,  cuyos 
tesoros  intelectuales  nos  pertenecen ;  no  siendo  de  suponer  que 
despreciando  su  valor  los  dejemos  por  siempre  desatendidos. 


Ahtomo  Alca^l  Galiano. 


Digitized  by 


Google 


DI  MADklB.  53 1 


**¿CCAL  ES  EL  MÉTODO  O  SISTEMA  PREFERIBLE 
PARA  ESCRIBIR  LA  HISTORIA?  (i)." 


D. 


'bspues  de  los  muchos  y  escelentes  discursos  que  se  haa 
pronunciada  acerca  de  esta  cuestión  ,  grave  por  su  importan- 
cia, difícil  es  añadir  nuevas  ideas  sobre  la  materia:  voy  sin 
embargo  á  indicar  brevemente  el  aspecto  bajo  el  cual  me  pa- 
rece que  debe  consideVarse. 

Los  historiadores  de  la  antigüedad  no  escribieron  con  ar- 
reglo á  un  sistema:  asi  en  este  como  en  otros  ramos  se  dejaron 
llevar  del  instinto  de  su  genio,  pareciendo  sus  obras  mas  es- 
pontáneas, por  decirlo  asi,  que  las  de  los  modernos;  como  si 
aquellos,  y  especialmente  los  griegos,  acabasen  de  salir  délas 
maáos  de  la  naturaleza  y  recibieran  sus  inspiraciones.  Ello  es 
que  en  las  obras  de  los  antiguos  historiadores  se  ve  el  sello  pe* 
Cttiiar  del  autor;  distinguiéndose  mucho,  bajo  este  concepto, 
las  de  Herodoto,  Tucydides,  y  Xenofonle.  No  consideraron  sia 
embargo  á  la  historia  como  una  mera  narración  de  los  he- 
chos; y  antes  bien  Aristóteles,  que  en  todo  se  muestra  gran 
filósofo,  expresó  que  la  historia  debia  contribuir  á  la  ense- 
ñanza de  la  moral ,  no  menos  que  la  poesía. 

Mas  en  manos  de  los  antiguos  no  podia  la  historia  aspirar 
al  carácter  de  universalidad  á  que  ha  llegado  entre  los  moder- 
nos; y  que  es  hijo  de  la  mayor  civilización  y  del  trato  mas  in- 
timo entre  las  naciones,  ó  por  mejor  decir,  del  espíritu  del 
cristianismo^  que  predicando  la  fraternidad  de  loa  hombres, 
fue  derribando  poco  á  poco  las  vallas  que  los  dividían.  El  amor 
de  la  patria  en  las  repúblicas  de  la  antigüedad  era  egoista^  si 
puedo  expresarme  de  estí^sucrte,  y  no  salia  fuera  de  loslími- 

(f)     E$le  «rttculo  %¡t  ha  formaclo   con   los  niateríalei  de  iip  discurso  í^ud^ 
pronunció  el  amor  eii  la  Seccíwi  (te  Literatura  d^l  Ateneo  de  Madrid. 

Digitized  by  VjOOQ le 


53a  REVISTA 

tes  de  cada  estado:  los  griegos  apell¡d¿iban  bárbaros  á  los  tiá- 
hitantes  de  otras  regiones;  y  los  romanos,  creyéndose  destina- 
dos á  dominar  el  mundo,  casi  miraban  como  un  acto  de  re- 
beldía el  que  algunas  naciones  osasen  defender  su  inde|)€nden- 
cia.  Estos  sentimientqs. habían  de  influir  .necesariamente  en  la 
Índole  y  carácter  de  su  historia  ;  la  cualno  pudo  tampoco  de- 
jar de , participar  del.  ^j/?//'¿/e¿  papular  de  Grecia  y  Homa  ,  en 
sus  mejores  tiempos. 

Como  puede  decirse  que  en  ellas  la  vida  pública  lo  ábsor- 
via  todo,  y  que  sus  hijos  moraban  en  las  calles'  y  plazas 'mas 
bien  que  en  sus  hogares,  no  era  de  esperar  que  sus  histoHas 
entrasen  en  muchos  pormenores,  á  que  suelen  descender  las 
que  se  escriben  en  tiempos  modernos:  él  aislamiento 'y  retiro 
«n  que  vivian  las  mujeres  en  aquellas  repúblicas,  y  el  estable- 
cimiento de  la  esclaí^itnd ,  tan  común  en  ellas  y  en  oirás  "na- 
ciones de  la  antigüedad,  no  pudieron  dejar  de  influir  basta 
cierto  punto  en  el  modo  de  escribir  la  historial  mal  se  podía, 
por  ejemplo  3  dedicar  una  parle  de  ella  ,  como  suelen  hacerlo 
los  modernos,  a  notar jcuidadosamente  los  adelantamientos  de 
las  artes  y  del  comercio,  cuando  en  Roma  estaban  estos  ratños 
abandonados  á  manos  esclavas,  y  solo  se  consideraba  como 
honroso  el  manejo  de  las  armas  y  del  arado. 

De  lodo  esto  resulta,  á  mi  entender,  que  la  historia  de 
los  antiguos  tenia  que  ser  muy  distinta  de  lo  que  es  entre  los 
modernos;  y  que  si  bien  del>en. estos  Imitar  las  bellezas  de  es- 
tilo y  otras  dotes ,  pertenecientes  á  la  parte  literaria  ,  qué  tan- 
to hermosea  las  obras  de  aquellos  celebres  maestros,  sería 
tomar  UQ  rumbo  extraTiado,  sujeto  á  no  leves  peligros,  em- 
peñarse en  seguir  paso  á  paso  sus  huellas;  no  siendo  posible 
que  sea  el  mismo  afondo  de  la  historia,  cuando  con  el  tras- 
curso de.  los  siglos  ha  cambiado  de  todo  punto  la  faz  de  las 
sociedades  humanas. 

En  la  edad  media  hubo  únicamente  lo  que  podía  haber: 
crónicas  y  anales ^  reducidos  á  la  seca  y  desnuda  narración 
de  los  hechos.  La  ignorancia  tlé  aquellos  tiempos  se  oponia  á 
que  se  escribiese  la  historia'  con  la  extensión  y  profundidad 
que  le  corresponde ;  bastando,  para  convencerse  de  ello,  re- 
cordar á  qué  estado  se  hallaban  reducidas  las  naciones  bajo  el 


Digitized  by 


Google 


atüADRiOb  S33 

nEfgtfñeii  Cendal.  E^cá^á  era  la..coiúUfiicaciofi  antte  los  disiíu- 
tos  estados ,-  entpe  los  pueblos,  entre  las  personas:  las  clases 
estaban  divididas  por  nauros  qué  las  separaban;  y  en  medio 
de  la  óonfu^ion  y  desorden  á  que  daban  frecuentemente  mar-- 
gen  las  guerras  y  discordias  intestinas,  no  era  fácil  que  se  es^ 
cribiese  una  ¡Ustoria^  propiamente  dicba.  Fortuna  grande  fue 
(y  lo  indico  ^  aunque  de  paso^  porque  iio  veo  que  se. haya  he- 
cho mérito  de  eiloen  esta  discusión)  que  se  recogiesen  mate- 
riales preciosos  en. el  retiro  de  los  claustros;  y  que  aprove- 
chándose los  monjes  de-  las  ventajas  que  les  proporcionaba  su 
▼ida,^  apartada  del  bullicio  del  mundo,  y  escudados  con  cierta 
viánuinidad  y  respeto  que  les  proporcionaba  la  santidad  de  su 
carácter 9  se  dedicasen  á  cultivar  los  estudios  históricos,  ha- 
ciendo este  señalado  servicio  á  los  adelantamientos  del  espíri- 
tu bumaoo. 

Perjo.estos  esfuerzos  y  por  útiles  qujé  Fuesen,  no  podian^ su- 
perar obstáculos  que  no  estaban  al  alcance  de  los  hombres: 
cada  escritor  no  podia  escribir  sino  los  sucesos  que  presencia- 
baó  que  llegaban  á  su  noticia,  de  un  modo  mas  ó  menos  con* 
fuso:  el  horizonte  que  estaba  delante  del  historiador  era  muy 
f^QI*tO-;.y  0.0  pedia  el  escritor  campear  con  aquella  libertad  y. 
desembaraso^qoe  conviene  á  la  historia. 

Tjivo  esta  que  ser,  en  aquellos  rudos  tiempos,  militar  y 
religiosa,  como.la  edad  en  que  se  escribia:  tenia  por  precisión 
que  reducirse  á  contar  con  candorosa  sencillez  combates  y  mi« 
lagro^. 

Mas  apenas  despuntó  la  aurora  del  renacimiento  de  Ins  le.- 
tras,  aquellas  crónicas  y  anales  no  podian  satisfacer  el  ansia 
de  los  que  acababan  de  descubrir  entre  los  tesoros  de  la  anti- 
güedad excelentes  modelos  de  historia.  Ahora  nos  suele  acon- 
tecer lo  que  á  las  personas  acostumbradas  al  regalo  y  deleite,, 
que  á  veces  sienten  tal  fastidio  y  hastío,  que  prefieren  los 
manjares  mas  comunes,  por  tener  gastado  el  paladar  y  desear, 
nuevas  sensaciones.  Nos  agradan  las  crónicas  de  los  siglos  re- 
motos; |)ero  ni  pudieron  ni  debieron  gustar  á  los  que  acaba- 
ban de  salir  de  los  siglos  de  ignorancia  y  barbarie  en  que 
aquellas  se  escribieron.  La  edad  media  divierte  y  encanta  en 
las  novelas  de  Walter  Scott^  en  armerías  y  estampas;  pero  si 


Digitized  by 


Google      


534  nsvisTA 

la  IiubicraniQs  visto  en  su  deforme  realidad,  cred  qiie  se  dt^^ 
vaneceríau  muchas  de  nuestras  ilusiones. 

AI  admirar  las  obras  maestras  de  los  ant¡g,aoS|  que  reciea 
descubiertas  tenían  todo  el  atractivo  de  la  novedad  f  natural 
fue  que  se  des[Teriára  vivísimo  el  deseo  de  imitarlas:  asi  la  /Us" 
toria  tuvo  que  ser  clásica  en  lo»  siglos  XV  y  XVI,  como  lo 
era  aquella  edad^  .confirmándose  lo  que  se  ha  dicbo  con  sumo 
acierto  por  el  Sr.  Gil  y  Zarate ^  en  el  diseu'rso  que. pronunció 
la  otra. noche,  á  saber:  que  la  bisloria  ha  {^ariieipádo^  como 
po  poJia  menos  de  suceder ,  del  espliitu  del  siglo  en  que  se 
escribía.  Fué  por  lo  tanto  indispensable  (ya  se  repule  como 
un  bien,  ya  como  una  desgracia)  que  los  bístoríadoreft  de 
aquella  cpoca  se  dedicasen  á  imitar  loa  modelos  que  babia  de- 
jado la  antigüedad  \  huyendo  de  la  sequedad  de  la  crónica,  de 
que  tan  cansados  calaban,  y  procurando  por  este  y  otros  me- 
dios eslabonar,  por  decirlo  asi,  la  civilt^acioa  antigua  y  le 
moderna< 

Este  fue  el  propósito,-  este  el  cotKito  de  lo»  escritores  de 
aquel  tiempo;  siendo  fácil  inferir  de  todo  lo  expuesto  por  qud 
la  historia  tuvo  que  mostrar  el  sello  clásico  que  se  echa  de  ver 
en  los  autores  italianos  d<;l  siglo  XV  y  del  siguiente,  asi  coma 
en  los  historiadores  coptempuiáneos  de  otras  nectones,  y  muy 
especia'Imente  de  la  nuestra.    .  .    v 

En  el  siglo  XVIl  tomó  la  historia  el  carácter  Closófico^ 
propio  de  la  era^  El  influjo  q.ue  ejerció  la  Francia,  durante  el 
reinado  de  Luis  décimo  cuarto  fue  tan  grande,  que  se  exten- 
dió á  toda  la  Europa;  siendo  esto  efecto  también  de  q-ué  el 
terreno  estaba  en  casi  tedas  partes  ma«  ó  menos  preparado.  El 
genio  de  Voliaire  ejerció  una  especie  de  magisterio  universal^ 
y  el  mismo  afán  que  le  impulsó  á  llevar  la  filosofía  y  la  po-* 
lilica  al  teatro,  poniendo  en  él  la  cátedra  de  sus  doctrinas,  le 
bizo  que  con  el  propio  Gh  se  valiese  también  de  la  bistoria. 
Con  razón  se  I^e  considera,  pues^  como  el  principal  fundador 
de  esta  escuela  de  histeria  filosófica^  que  tanto  prevaleció  ea 
aquel  siglo;,  habiendo  tenido  discípulos  e  imitadores  aun  del 
otro  lado  del  Estrecho  (á  pesar  déla  rivurulad  enlie  amba» 
naciones),  como  lo  fueron  llunie,  Gihbon,  Iloberlson  ,  y  no 
IK)CQS  dentro  de  la  misma  Fruncía ,  como  iMilioi  en  su  hisit^riu 


Digitized  by 


Google 


Mt  KAOflll».  935 

nnií/ersal^  y  Rayoal  que  exageró  los  defeetos  de  aquella  es- 
cuela en  su  historia  Jilasófica  de  los  establecimientos  de  los  eu^ 
rápeos  en  las  Indias. 

El  tícío  capital  á  que  está  expuesto  ese  método  de  escri- 
bir la  historia ,  consiste  eu  que,  lejos, de  conducir  al  camino 
que  parece  mas  natural  ^  examinando  los  hechos  y  deduciendo 
de  ellos  las  consecuencias  que  de  sí  arrojen ,  inclina  á  seguir 
un  rumbo  opuesto;  formando  el  autor  de  antemano  lo  que 
puede  llamafse\m  sistema f  j  amoldando  á  él  ios  hechos,  vio- 
lentándolos á  veces  para  qne  vengan  á  la  justa  medida,  como 
en  el  lecho  de  Pfocosto.  En  este  caso  sucede  á  los  historiado-^ 
res  lo  que  á  nuestro  laborioso  y  erudito  Marina  ,  que  presentó 
en  su  Teoría  de  las  Cortes  todos  los  hechos  y  datos  bajo  el  as- 
pecto que  coDvenia  al  fin  político  qne  se  había  propuesto,  aun 
cuando  fuese  á  costa  de  la  exactitud.  Adolece  por  lo  tanto  es- 
te método  de  escribir  la  historia  de  uno  de  los^  vicios  mas  per-^ 
judiciales  i  su  carácter  de  veracidad;  pues  nada  cabe  tan  con- 
trario á  ella  conM>  ver  todos  los  objetos  con  un  vidrio  de  cier-* 
lo  color. 

El  extremo  á  que  habia  conducido  la  escuela  Jilosójicay 
Irajo,  como  era  natural,  una  reacción  contraria;  y  si  aquella 
ostentaba  á  las  claras  su  deseo  de  ensenar,  se  tanteó  un  nue- 
votmétodo  de  escribir  la  historia^  afectando  dejarla  reducida 
á  narrar  meramente  los  hechos,  presentando  los  personagcs, 
y  dej4ndolo6  obrar  por  sí  mismos,  sin  que  se  descubra  al  au*> 
cor.  Agradó  esta  novedad,  por  su  extraneza  misma ,  no  menos 
que  por  el  lalénto  de  su  ilustre  autor,  Mr.  de  Baraote,  que 
bizo  un  ensayo  muy  feliz  de  este  génejro  en  su  hís tarta  de  los 
duques  de  Borgoña,      ^ 

Ehla  manera  de  escribir  la  historia,  que  podernos  Ilamífr 
descriptiva  ó  pintoresca ^  no  deja  de  ofrecer  cierto  agrado ,  imi- 
tando la  ingenua  sencillez  de  las  antiguas  crónicas  y  anales:  lo 
.cual  agrada  en  la  edad  presente,  can^ad^  del  espíritu  del  filo-» 
aofisnio  y  ansiosa  de  novedades.  Hasta  me  parece  que  este  gé* 
ñero  de  historia  ba  naeido  de  la  noi^ela  histórica ,  y  que  á  no 
baber  habido  un  Walter  Scoit ,  quizá  no  hubiera  c&critu  su 
obra  Mr*  de  Barante.  Sea  de  esto  lo  que  fuere,  creo  que  este 
ouevo  método  solo  puede  apropiarse  á  ciertos  asuntos  y  no  á 

Segunda  serie— iono  11.  68 

Digitized  by  VjOOQIC 


v^ 


otroi.:  es  ppsible. presentar  como  eií  la. escena  á  los  ilu<|áe»  de 
fiorgoSa»  nquella  estirpe  de.  héroes;  pero  otros  periodos  bistó** 
ricos  no  lo  consentirian  ,  sia  expomerse  ú  dar  en  una  sequedad 
insiirrible.  Ya  ^^e  se  piouui  cuadro^,  coii«'¡ene  qae  tengan 
colorido,  y  que  presenten  las  {¡gttras  como  de  bullo;  no  basta 
la  simple  y  árida  indicación  de  sus  contornos^ 

Recientemente*  ha  apareci.do  otra  nueva  escuela  de  escribir 
la  bistúria ,  á  que  han  dado  mucba  fama  dos  escritores  de  gran 
talento.,  mozos  ambos,  coQipafieros.  y  amigps»  Mr.  Tbiers  y 
Mr.  Mignet,  quienes  batí  publicado  al  mismo  tiempo  j  como 
á  competencia  una  historia, de  la  revolución  de  Francia*  A  esr* 
ta  luoderoísima  escuela  se  ba  dado  el  nombre  á»/utaUsta^ipo¡t 
cusin^o  al  presentar  aquel  grande  y  terrible  acontecimiento, 
aparece. como  anulada  la  voluntad.jde  los  hombres,  cual  sise 
vieran  arrastrados  por  la  irresistible  foer^  del  destino.  Ino- 
portuno fuera  detenernos  á  examinar  las  ven^aja^ó  ij^coove- 
Dientes  d.e.  este  método  de  escribir  la  historia  ;  baste  por  abo^ 

.  ra  decir  que  eslá  mas  expuesto  qtie  otros  al  defecto  gravísimo 
de  no  ser. aplicable  sino  á  ciertos  y  cbotadQs.asajUos.  Cijando 
se  trata  de  un  trastorno  universal^  como  el  que  causó  la  r^ 
yol^cion  de. Francia,  |)a rece  efectivamente  qtxelossiicesoiosis^ 
mos  lo  arrebatan  todo  en  su  violento  qnrso;  j  los  itulivlduot 
se  muestran  tan  pequeños,. que  apenas  se  perciben;  pero  r^ 
soltaría  una  especie  de  caricatura^  si  se  me-permite  esi*.'ejt- 
presión,  en  el  bccbp  de  aplicar  aquel  método  á  la  vida  común 
de  las  naciones  y  á  tiempos  bonancibles. 

Después  de  haber  bosquejado  rápidamente  loa  principales 
métodos  de  escribir  la  historia,  si  se  me  pregunta:  ¿cuál  es  el 
preferible?  diré  con  ingenuidad  que  no  soy  de  la  opinión  4{ue 
expresó  él  Sr.  Galtano  con  tanto  ingenio  y  maeslria;  porq^jie^ 
al  tiempo  de  admitirla ,  siento  cierto  escoEcer  ó  escrúpulo.  A 

-  primera  vista  parece  que  na  cabria,  una  historia  mejor  que  la 
que  reuniera  todas  laa  principales  dotes  de  las  mas  avenlaja-- 
das;  asi  como  (para  valermede  la  misma  comparación  que  usó 
el  citado  Socio)  seria  la  suma  perfección  de  la  pintura  el  cua- 
dro que  reuniera  el  dibujo  de  Rafael,  el  colorido  de  Murillo, 
y  la  gracia  de  Corréggio,  por  ejemplo;  pero,  aun  convinien- 
do en  ello,  siempre  tropezaríamos  con  la  principal  dificakad. 


Digitized  by 


Google 


DB  11 ADAID.  537 

reconocida  por  e'K  nélismo'  Sr.  Galmno,  .4jP  qué  et<C  reunioó  es 
'^lyposibre.- Mas  diré  (auü  cuaxido  parezca  unir  paradoja ) :  1119 
queda  la  duda  de  sí  seria  ó  na  el  b«lb  ideal  de  la  hMioria 
aciiiellá  eo  que  se  reuniera  lo  piejor  derlog  dÍTersos  métodos) 
{Midiendo  muy  bien  acontecer  le  que  oon^nn^  semblante,  en 
que  se  reunieran  las' facciones  de  muchas  personas  bermosi^Si 
-7  que  sin  embargo  pudiera  resultar  feo  ó  desagradable.  Tan 
piertó  es  qué  la  belleza  requiere,  eh  cualquier  gépero  que  sea, 
'  cierta  cohsoQaiicia  j  arcnonia  entre  las  tátias  partes  .que  coín** 
|)onen  el  todoí 

^    ¿Cuál  es,  pues,  el  método  preferible  para  escribir  la  bis-* 
toria?..,.  El  que  se  aconíode  mejof.  al  asunto:  es  la  contesta— 

*  cionque,  eñ  mi  concepta,  puede  darse.  No  me  parece  posible 
que  uii  mismo  método  sea  adaptiible  á  todas  las  materias,  por 
distinta  y  aun  contraria  que  pueda  ser  so  índole  y  naturaleza;. 

-y  por  otra' parte  opino  que  defa#  haber  cierta -afinidad  ó  ana- 
logía'enire  el  modo  de  escribir  la  historia  y  el  fondo  mismo 
^Cretta.  Aclararé  mi  concepto,  por  si  no  lo-heexpresado  bien, 

*  '  con  algunos  ejemplos. 

-Isa  guerra  y  conquista  de  Granada,  que  duró  diez  años 
como  lar  dé  Ti^bya,  y  en  que^se  ejecutaron  tantas  hazañas,  pu* 
diera  muy  bien  escribirse  por  el  método  descriptivo  ó  pinto^ 
rcscoytsín  grato  á  la  imaginación.  Aun  no  se  ha  pintado  aquel 
cuadro,  tal  como  concibo  que  pudiera. hacerse;  pero  desde 
luego  salta  á  la  vista  que  unos  héroes  como  Ponce  de  León, 
Pulgar  y  tanto»  otros  comro  contaba  España  en  aquellos  tiem- 
pos, darían  mucho  realce  á  la  historia,  conr  solo  presentarlos 
tales  como  Fueron. 

Ahora,  si  en  lugar  de  aquella  conquista  se  tratase  de  es- 
cribir la  historia  de  la  guerra  de  ia  independeticia ,  no  con- 
ceptúo que  ^'debiera  emplear  el  mismo  método;  y  antes  bien 
creo  que  ha  and<ido  muy  acertado  un  escritor  contemporáneo, 
que  ha  imitado  en  su  obra  la  manera  de  escribir  de  nuestros 
historiadores  clásicos «  á  lo  cual  Se  prestaba  el  asunto,  lleno 
'  de  elevación  y  grandeza,  que  recordaba  la  España  de  oíros  si- 
glos; sin  4;ontar  la  índole  de  nuestra  lengua,  que  convida  á  * 
dar  al  estilo  y  á  la  dicción  cierta  pompp  y  gala,  Pero  si ,  pa- 
sando de  aquella  época ,  que  podemos  llamar  de  gloria»  bu- 


Digitized  by 


Google 


538  BBVISTA 

biera  queticlo  atfuel  atitor  ú  otro  escribir  la  bistoria  de  los  seis 
anos  qae  se  subsígurerort ,  nrte  parede  que  hubiera  hecho  bien 
en  coger  el  pincel  de  Tácito,  atrevido  y  fiícrie,  que  quema 
por  donde  pasa :  ya  no  hábia  que  pintar  combates  ií¡  hechos 
generosos;  sino  delaciones,  persecución,  miserias;  el  abati* 
miento  de  una  nación  que  acababa  de  mostrarse  tan  grande, 
contrarestaodo  y  venciendo  al  mayor  capitán  del  siglo. 

He  chffdo  eltos  ejemplos,  p^ra  dar  á  conocer  oorejor  ctíántd 
debe  ateriders^  á  h.  índole  propia  y  peculiar  del  asunto,  al 
adoptar  el  método  mas  propio  de  tratarle;  debiendo  ahora 
Yionclüir,  para  no  ser  molesto,  con  una  deflexión  que  me  pa- 
rece sumamente  importante* 

De  la  propia  suerte  que  $6  ha  dicho,  y  &  ttii  Ver  Con  i»azon, 
que  cada  especie  de  gobierno  suele  perecer  por  el  arbuso  de 
$u  principio  constitutivo  (asi  por  ejemplo,  el  monárquico  por 
el  poder  ilimitado  de  un  solo  hombre  ^  él  aristocrática  ^v 
empellarse  e»  recoticfeotrarlo  en  muy  pocas  roatios,  y  el  de— 
mocrátieo  ó  popiUar\  por  extenderlo  demasiado  á  la  muche- 
dumbre); asi  me  parece  que  respecto  de  los  diversos  métodos 
de  escribir  la  historia  ,  conviene  muóho  contener  dentro  de  los 
debidos  Kmitesel  principio  peculiar  que  lo'diétingne.  La  histo^ 
ria  clásica  debe  evitar  el  excesivo  ornato ,  las  repetidas  y  lar- 
gas arengan,  el  hijo  literario,  por  decirlo  asi,  que  tanto 
agradaba  en  otros  siglos,  y  qoe  no  gusta  tanto  en  esté,  mas 
dado  al  fondo  de  las  iüeas  y  á  la  realidad  de  las  cosas.  Este 
mismo  carácter  dé  la  edad  presente  aconseja  qUe  no  se  haga 
demasiado  alarde  de  enseñanza  ert  la  historia  Jilosófica ;  y  que 
mas  bien  que  á  sistemas  ó  verdades  abstractas,  se  atienda  á 
suministrar  dalos  lítilcs  y  procurar  ventajas  efectivas.  Por  lo 
tocante  á  la  escuela  fatalista^  es  tanto  mas  conveniente  que  no 
^alga  de  ciertos  límites ,  cuanto  pudiera  llegar,  en  manos  po- 
co diestras,  á  destruir  el  principio  de  la  moralidad  de  las  ac- 
ciones; y  á  fuerza  de  pintar  á  los  hombres  como  privados  de 
libre  albedrío,  y  poco  menos  qué'  como  meros  instrumentos, 
se  convertiria  la  historia  en  una  especie  de  tratado  de  estática 
'  ó  de  mecánica,  en  que  solo  habría  que  calcular  las  fuerzas  y 
las  resistencias. 

Tales  son,  en  suma ,  las  reflexiones  que  me  ocurrcií  acer- 


Digitized  by 


Google 


01  lUNii».  53^ 

ca  de  la  eaettion  pendiente;  y  si  bien  no  son  bastantes  para 
resolverla  del  modo  y  forma  que  seria  de  apetecer ,  por  lo 
menos  podrán  servir  para  ilustrar  algún  tanto  la  materia, 
que  es  upa  de  las  mas  graves  que  pueden  someterse  al  examen 
de  un  cuerpo  literario. 


Framcisgo  Mahtinvz  db  la  Rosa. 


Digitized  by 


Google 


'■y 


-  5i(o  •  «»Vi»A  • 


(&üiaii»(DS  m 


CArSAS    POR  QUE  DEJAttÓH    BE  REUNIESE  LAS  CORTES  BT  SV 

REINADO. 


ARTICULO  I. 


\^on  justicia  cetísarán  los  escritores  contemporáiteos  el  mé- 
todo estrecbo  y  íniserablc  observado  por  ncieslfot  ^me^síidos: 
juira  escribir  Ta  bistorm  ,  ycóú  razoa  I^^cbaoan  la  iiBperdo-!> 
nable  falta  de  ha1>er8e  limitado  á  parrarnos  }as  Tfdá3  y  laS:l|a-> 
zanas  de  los  reyeB » echando  en  olvido  y  pasando  ea  aíteneio  íes 
costumbres  y  los  adelantamientos  de  las  Eáciones.  Eóiper4»  es^ 
tos  mismos  escritores  que  tan  infle:tible8-«8e  knaéstrsn  con  síss 
abuelos,^  han  incurrido  én  Otro  error  y-«Ome|ido  oirs  'Mta« 
que  si  era  disimulable  enlbs  pasadeis  siglos,  es  ioméceeedstfit 
dé  itidulgencia  en  el  presente,  al  que  tanto  Se  Je  meaudesa 
loff  adjetivos  de  filosófico  é  ilustf^ado.  . 

G^nsiste  la  falta  que  aoonciamos  en  no  baber  eoosiderMlo 
dignas  de  so  plunáa  sino  las  épocas  aquellas  ea  que  liaa  bri- 
llado grandes  hombres^  ó  aqqellas  en  que  los  acOútecioiieEtos 
ocurridos  han  ido  acompañadlos  de  grande  estrépito  y.ootver- 
sal  admiración.  Todos  los  días  vemos-  multiplicarse  los  volú<« 
inenes  que  tíos  hablan  de  Carlos  V  y  Felipe  U ;  y  como  ai  no 
fuera  tan  maravillosa  la  Caída  de  los  imperios  como  su  eocum^ 
bramientd;  como  ^t  no  fuera  tan  sobrenatural  la  máquina  en*- 
cleoque  de  los  pigmeos ,  como  la  robusta  museolirtura  de  los 


Digitized  by 


Google 


ra  MADRID.  'S4f 

¿iganies,  apenas  encontramos  alganas  páginas'  donde  verter 
amargas  lágritnas  á  la  infeliz  memoria  de  16$  demás  príncipes 
austríacos*^-Todos  los  dias  vemos  reprodaciirse  las  pinturas  de^ 
Lais  XVI  de  Francia  y  Carlos  I  de  Inglaterra  ,  y  cokno  si  no  - 
fuera  tan  terrible  la  muerte  de  un  Monarca  destronado,  ocur- 
rida en  pahí  extranjero  y  al  son  de.  las  risotadas  de  los  ctrcuns* 
tantea,  como  Ja  de  otro  Monarca  ^ue  deja  su  cabeza  en  el  ca-* 
dalsOy  apenas  se  nos  dioe  que  Jacobo  II ,  penúltimo  vastago  de 
los  Estuardos,  pasé  á  mejor  vida  en  San  Germán. 
..  ^Semejante. conducta,  paturalhima  en  escritores  ateos,  és  gran- 
dtmente  impropia  de  los  fitifcofos  cristianos.  Estos  últimos  de- 
bieran haber  considerado  que  al  enviar  tus  géfes  á  las  naciones 
la  alta  sabíduria  de  aquel  Dios,  sin  cuya  iroluntad  ni  las  hojas 
de  los  árboles-  se  mueven  ^  lo  miémo  les  adorna  con  grandes 
-«Ktrtudes  que  les  afea  con  repugnantes  vicios  ^  si  asi  lo  requiere 
la  naturaleza  de  los  sucesos,  cuyo  cumplimiento  sé  ha  decre- 
lado  para  aquella  época.  Tan  manifiestamente  sé  deja  ver  la 
Providencia  cuando  arrancando  d^  las  entrañas  de  los  bosques 
al'feroz  Atiia  le  arroj$. sobre  la  Euir<^  y  destruye  por  su  brazo  su 
carcomida  civilizaciov,  como  se  deja  v^r  ouapdo  habiendo  co- 
lecado  en:  el  trono  de  la  Gratt.Bretada  á  aqníel  Monarca  estú- 
pido que  declaré ,  la  guerra  i  las  ereeocias  de  sus  pueblos  ,  le 
Cflüenliía.stts  pr»yectoa  Teaccioitarios  bpeieüda  ^ue  sea  tan  im- 
priideiKe  y  desacertada  su  política,  que  ponga  en  la  boca  d^  sus 
panidaríOB  mas  acérrimos,  los  carénales  y  el  PootiBee^  estas 
stgüifieaines  espresiones:  «Foraoso  aerfr  exedmnlgar  al  Rey  Ja- 
tsúbo  tino  qiMr^mos  que  nos  arrebate  co<i  tos  desacier'los  el 
poco  calolioismo  que  ños  queda  en  sus  reinos. » 

No  ha  sido  esta  la  manera  de  juzgar  Ae  nuestros  faiíitoriá- 
dores;  y  el  desprecio  que  les*  haft  impifrado  loa  prfnoipea  que 
luteievoii  non  rapooadó  éwimo  y  Bniitado  entetidimiemOf  lé»  ha 
koeiw  recroreder  ante  el  hechizo  de  Carlos  II ,  y  ha  impedido 
qita^e  noa  diera  una  idoiuoabal  de  $u'  reínaéo  (i)^  Ne^  seremos 


(1)  Algunas  obras  hay  escritas  «le  Jaeobe  II  ,  pcfo  m»y  pncas  del  hijo  de 
Felipe  IV.  (Jna  de  estas  ,  y  (|ui«is  la  que  roas  noticias  contenga,  es  fa  qtte  bajo 
eT  fífnUf  de  *la  Esptfitt  en  ¿írmpo  HrCfMoi  //,  freseni4o  nar  coleccáoo  dé  Car-. 
t«r4ekefnb»¡j|dor  St«|hopp. 


Digitized  by 


Google 


S4a  BE  VISTA 

nosotros  'segorameate^Jos  que  ncgoemos  las  miieriaft  y  ruía'» 
dadés  de  que  se  halla  atestada  esta  página  de  nuestvi  historia; 
tii  mucho  menos  seremos  de  aquellos  que  no  viendo  sino  la 
piedad  y  el  religioso  celó  de. este  Monarca,  le  califican  de 
principe  excelente  porque  fue  devoto,  y  le  creen  dignísimo  dal 
cetro  porque  quizás  fue  dig^o  del  incensario.  El  mismo  Dioa, 
que  convida  con  el  reino  de  tos  cielos  á  los  pobres  de  corazón, 
manifestó  que  qoeria  para  el  reino  de  la  tierra  magnánimas 
adalides  ,  cuando  escogiendo  á  David  para  gefe  de  su  pueblo, 
le  hizo  vencer  primero  á  su  enemigo  en  singular  batalla^..^.^ 
¿Pero  basta  que  un  Monarca  sea  hnpotente  para  que  se  paami 
en  silencio  los  acontecimientos  que  ocurren  d^irante  so  domi- 
nación ?  Y  la  época  de  Carlos  II  ¿  fué  por  ventura  tan  estéril 
que  no  dejó  nada  para  la  historia  ?....  Fácil  nos  seria  pintar  la 
rapidez  increíble  con  que  iba  desapareciendo  del  mapa  político 
la  antigua  monarquía  de  nuestros  padres:  fácil  nos  seria  pintar 
postrado  en  el  suelo  y  sin  fuerzas  para  gemir  al  mismo  lecm 
cuyo  rugido  ensordecía  en  otros  tiempos  á  todo  el  globo ;  pero 
no  es  nuestro  ánimo  detenernos  ante  una  pintura  tan  triste  y 
desconsoladora:  otros  sucesos  acaecieron  , en  aquel  periodo  de 
nuestra  decadencia ,  que  no  siendo  Ain  ruidosos  han  sido  meó- 
nos examinados  ,  y  qué  debieran  sin  embargo  haberse  atraído 
la  atención  de  los  eruditos  y  la  critica  de  los  filósofos.  Uno  de 
estos  sucesosi  y  quizás  el  mas  importante,  fué  la  abolición  ta* 
cita  de  la  antigua  institución  de  las  Cortes :  atH^iciob  lánto 
mas  digna  de  examen ,  cuanto  fué  mas  estrana  por  haberse  ve- 
rificado en  el  reinado  del  príncipe  mas  débil ,  y  cuando  menos 
robusto  pa recia  el  trono. 

Varios  han  sido  los  escritores  que  nos  han  dado  ooenta 
de  tan  singular  acontecimiento  ,  y  á  pesar  de  la  admi-r 
racioft  de  todos  ellos  al  ver  derribado  por  una  mano  tan  sin 
fuerza  como  la  de  Carlos  II,  aquel  antiguo  cuerpo ,  que  aun- 
que escaso  en  poder  desde  la  época  de  Carlos  V ,  habia  sid# 
consultado  diferentes  veces  por  sus  sucesores ,  ninguno  se  ba 
detenido  á  examinar  las  causas  que  produjeron  semejante  ano- 
malía ,  contentándose  los'  mas  investigadores  con  anunciarnos 
algunas  que  pudieron  ipotivarla*  Señálase  entre  otras  el  ejem- 
plo venido  en  aquellos  días  de  allende  los  Pirineos ,  y  créese 


Digitized  by 


Google 


geAeralitiettte  que  sin  la  pr^ntacíon  ele  Lttis  XlV  al  Parla-' 
tniento  no  hubieran  dejado  de  convocarse  nuestras.  Corles;  pero 
esta  causa  extranjera  no  podía  ser  lan  eficaz  como  suponen  los 
qtiela  alegan,  y  aun  nos  atrevemos  á  afirmar  que  ng  podía  ¡n-^ 
Huir  de  manera  alguna  en  la  marcha  administrativa  de  nuestra 
patria.  Precisamente  los  españoles  combatíamos  en  aquel  tiein^ 
po  el  giró  político  de  las  ideas  francesas ,  y  nuestro  go\)¡erno 
tenia  por  malo  todo  lo  que  leoia  sU  origen  en  aquel  país.  Y 
DO  podia  menos  de  suceder  asi;  porque  el  gobierno  español, 
partidario  acérrimo  de  la  corte  pontificia ,  miraba  con  ceno  á 
la  Fr&ocia  ^  que  si  caminaba  a  pasos  de  gigante  á  la  monarquía 
pura ,  mas  que  á  costa  de  los  derechos  de  los  pueblos  ,  era  í 
costa  de  los  pretendidos  derechos  de  la  Tiara. 

Sabido  es  que  estableciendo  Luis  XIV/ por  medio  de  sus 
elérigos  el  derecho  divino  de  los  tronos,  y  asentado  como 
máxima  indudable  que  los  Reyes  recibian  sus  coronas  directa- 
mente de  Ips  cielos ,  había  arrebatado  á  los  Pontífices  la  con-» 
sideración  política  y  el  poder  temporal  que  habían  tenido  sus 
antecesores,  desde  que  les  plugo  á  algunos  príncipes  confirmar 
au  dignidad  haciéndose  consagrar  por  uno  de  ellos.  Esta  doc* 
trina  del  clero  frapcés  y  del  Soberano  de  aquella  nación ,  ha-» 
bia  desagradado  á  la  mayor  parle  de  nuestros  teólogos-,  y  es-^ 
ios,  que  eran  los  únicos  que  dominaban  la  conciencia  dé 
nuestro  monarca  ,  le  habían  hecho  concebir  una  ojeriza  inven« 
cible  contra  la  Francia  entera.  ¿Y  se  pretende  que  siguiéra- 
mos en  esta  época  su  ejemplo?  La  influencia  que  han  tenido 
los  franceses  en  nuestra  España  no  tuvo  comienzo  hasta  lia 
agonfa  de  Carlos  II  y  el  encumbramiento  del  primer  Borbon: 
hasta  entonces  no  habíamos  recibido  otras  inspiraciones  que 
las  de  Roma. 

Pero  00  son  estas  las  razones  únicas  que  enervaa  esa  opi- 
nión que*  atribuye  á  influencia  de  la  Francia  la  no  convocación 
de  nuestras  Cortes.  El  movimiento  hacia  los  gobiernos  absolu-^ 
tos  era  general  en  aquellos  tiempos :  la  Europa  habia  visto  en 
poquísimos  años  la  restauración  en  Inglaterra ;  la  GonSliludon 
realista  de  Carlos  XI  en  Suecia  ,  y  la  abolición  del  gobierno 
popular  en  Dinamarca.  ¿  Diremos  por  esto  que  la  Dinamarca» 
la  Suecia  y  la  Inglaterra  verificaron  este  cambio  político  en 
Segunda  serie. — Tomo  II. .  $9 

/Google 


Digitized  by  ^ 


544  MVISTA 

tus  instituciones  por  influencias  ext|*anjera8?No,  porque  cada  uno 
Ae  estos  pueblos  tuvo  sus  causas  para  verificarlo.  Igualoient^lat 
tuvo ,  y  robustísimas ,  nuestra  patria :  recorramos  los  acontecí-* 
iníentoa  couiemporáneos,  y  vereaM>s  confirmado  nuestro  aserto» 


AMAGOS  DE  UNA  REVOLUCIÓN  POLÍTICA. 


Siendo  de  menor  edad  Carlos  JI  á  la  muerte  de  su  padre 
Felipe  IV,  quedó  la  monarquía  á  la  mierced  de  la  Reina  viuda 
y  de  la  junta  consultiva  nombrada  pap  auxiliarla.  Aunque  el 
gobierno  era  difícilísimo  en  las  apuradas  circiinitandias  de  la 
nación,  no  faltaban  ambiciosos  que  aspiraban  á  ¿1,  tn^^  P^ 
deseo  de  solazarse  en  su  regazo,  que  por  el  ansia  noble  de  saeri-* 
£aarse  por  su  c^usa.  Contábanse  entre  los  pretendientes  mal 
fogosos  el  P.  Ev^rardo  Nidart,  favorito  de  la  Reina,  y  el  infaki*- 
te  D.  Juan  de  Aubtria  que  habia  venido  á  la  corte  desde  Oca* 
2a ,  deseoso  de  quedarse  eñ  ella  para  siempre.— *Era  el  pri- 
mero un  individuo  de  la  compañía  de  Jesús,  natural  de  Ale^ 
inania,  que  habia  sabido  grangearse  con  su  fanatismo  el  aprecio 
de  la  madre  del  Monarca,  y  que  á  los  empleos  de  inquisidor  g» 
xieral,  consejero  de  Estado  y  otros  varios,  habia  reunido  el  pode* 
rosísimo  de  confesor  de  S.  M. — D»  Juan  de  Austria  era  un  hijo 
^Mistardo  de  Felipe  IV,  que  envanecido  con  su  nacimiento  cona^ 
piraba  abiertamente  contra  la  regencia  y  alimentaba  eo  secreta 
la  atrevida  esperanza  de  Ceñirse  un  dia  la  corona.  Agitados  de 
su  ambición  estos  dos  personages  do  perdonaban  asedio  ala- 
guno que  pudiera  acrecentar  su  influjo,  y  acercarles  con  este 
'  acrecentamiento  al  térmico  desús  afanes.  El  P.  Everardo acu-* 
mulaba  con  este  objeto  cuantiosísimas  riquezas,  y  repartíalas 
cátedras  y  los  empleos  mas  influyentes  entre  sus  colegas  de  rOf 
ligion,  colmando  de  mas  honores  á  los  que  mas  adictos  se 
manifestaban  á  su  persona.  El  infante ,  cuyas  miras  eran  mas 
elpvadaa,  se  presentaba  en  público  muy  amenudo  revestido 
de  toda  la  pompa  de  su  dase,  y  procuraba  atraerse  á  la  mu-^ 
phedumbre  ostentándose  popular  y  generoso. 


Digitized  by 


Google 


•  DE   MAORI0»  54$ 

Estas  demoslracíones  (le  D.  Juan,  y  los  sentimientos  que  bd-» 
Ma  manifestado  soliciíanilo  |mra  su  leclio  á  las  hijas  de  lo^ 
principes  mas  [loderosos  de  Europa ,  y  mantenlando  correspon- 
detitia  no  interrumpida  con  las  cortes  extranjeras,  alarmaron- 
é  la  ^eina  viuda  y  á  su  consejero  espiritual,  y  dieron  mayor 
fuerza  al  odio  inextinguible  que-  ya  de  antiguo  se  profesalian* 
No  se  atrevían  sin  embargo,^  despecho  de  sus  deseos,  á  des- 
terrarle de  Madrid ,  tanto  porque  no  se  tes  presentaba  un  pre» 
testo  plausible  para  ello,  cuanto  {K>rque  temían  á  sus  adicto^^ 
ouyo  número  se  aumentaba  de  cada  dia.  Tampoco  el  infante, 
que  correspondia  al  odio  de  la  Reina  y  de  su  confesor  con  otro 
odio  igual  al  suyo  y  de  raices  mas  profundas ,  se  atreyia  por 
su  parte  á  declararse  contra  su  gobierno,  temeroso  de  que' 
aboriafen  aus  planes  y  quedasen  frustradas  sus  esperanzas. 

Ed  tales  circunstancias  vino  á  despertarnos  del  aparente 
letargo  en  que  yacíamos  un  ruidoso  acontecimiento  funestist-' 
mo  á  nuestra  España  ,  que  lejos  de  encadenar  las  bastardas 
pasiones  que  en  la  corte  se  alimentaban,  no  hizo  sino  desatar-^ 
las  mas  pronto  y  con  aciagas  consecuencias.  Pravalido  el  Mo* 
narca  francés  de  la  debilidad  de  nuestras  fuerzas,  y  deseoso 
de  ensanchar  su  poderío  j  suscito  la  cuestión  sobre  el  Estado  de 
Brabante;  y  alegando  por  todo  argumento  político  que  la  Rei- 
na, su  mujer,  no  habla  podido  reaunciarle ,  se  valió  de  la  ra-^ 
zon  de  las  armas,  y  se  hizo  dueño  de  la  Jatelenia,  Lila  ,  Duay, 
Orcheis,  Fornay  y  Forney  ,  la  Atra,  el  Bailaje  de  Fornos,  et 
Bailaje  de  Bergas^  la  plaza  de  Jarle  Roi  y  toda  la  Borgofía*  Es- 
te acontecimiento,  que  debía  haber  unido  los  encontrados  pa- 
receres de  nuestros  ilusos  cortesanos,  fqé  celebrado  con  jA-»- 
bilo  y  algazara  en  el  palacio  de  nuestros  Reyes;  y  no  porquo 
creyesen  los  palaciegos'  en  una  victoria  fácil  y  gloriosa ,  sino 
porque  proporcionaba  á  la  Reina  regente  y  al  Padre  Everarda 
el  suspirado  momento  de  alejar  á  D.  Juan  de  su  prescnriaé 
Dominados  por  esta  idea,  qué  tornaba  á  sus  corazones  la  cal- 
ma que  el  influjo  del  infante  les  había  arrebatado,  llamáronle 
á'  la  junta  consultiva  inmedíataunente,  y  tomando  la  palabra 
S.  M.  procuró  halagarle  invitándole  á  que  se  pusiera  al  frente 
de  las  tropas,  y  {larliera  para  ^Flaudes  á  castigar  el  desacato  de 
les  fraaoeses.  Ño  agradó  al  bastardo  de  Felipe  IV  aquel  honor 

/Google 


Digitized  by  ^ 


546  «ftvfstA 

qae  se  le  dispensaba,  y  penetrando  los  misterios  qoe  enTolvia 
ana  invitación  tan  inesperada ,  cnidóse  de  reprimir  so  enojo  j 
contestar  en  tono  festivo ,  mas  con  palabras  llenas  de  inten- 
cion  j  de  veneno. — ^^Ni  un  momento ,  le  dijo  á  la  Reina  ,  va- 
cilaría en  marchar  á  Flandcs  si  no  hubiese  entre  nosotros  per-> 
sooas  mas  dignas  de  tan  elevado  puesto.  Entre  nosoiros  se  en« 
coentra  el  P.  Everardo,  y  pocos  habrá  qae  duden  de  nnestro 
triunfo  8Í  toma  sobre  sus  hombros  esta  comisión.» = «Quizás,  res- 
pondió el  padre  jesuíta  amostazado  con  las  espresiones  de 
D.  Juan  ,  quizás  si  mi  estado  me  lo  permitiera  volvería  con  la 
victoria  auxiliado  de  la  providencia.»=«No  sé  por  que  razón  os 
da  escrúpulos  vuestro  estado ,  le  replicó  el  infante;  siempre 
babeis  sido  religioso,  y  á  fe,  á  fé,  que  adornos  veo  sobre  vuet* 
tros  hábitos  que  no  os  sientan  mejor  que  os  sentaría  la  espada.* 
Mas  qoe  bastante  fue  este  brevísimo  diálogo  para  enconar 
los  ánimos  de  los  consejeros ;  y  probablemente  hubiera  termi* 
nado  la  conferencia  con  desagradables  demostraciones ,  si  en- 
trando el  de  Austria  en  cuentas  consigo  mismo ,  no'  hubiera 
reflexionado  que  le  convenia  para  sus  fines  colocarse  á  la  ca- 
beza de  on  ejército,  y  aceptar  el  mando  de  la  espedicton  que 
se  proyectaba.  Hizolo  así;  y  saliendo  á  pocos  días  para  Galicia, 
punto  destinado  al  embarque  de  sus  tropas,  dejóá  la  Reina  y  á 
8U  favorito  coutentisimos  con  el  logro  de  su  objeto  ,  y  á  la  Es- 
pana  entera  impaciente  por  ver  coronado  de  laureles  al  herma- 
no de  su  monarca. 

Mientras  se  alimentaban  estas  esperanzas,  entreteníase  la 
oórte  contemplando  desde  las  boardillas  á  un  cometa  de  ex- 
traordinario  cuerpo  que  aparecía  todas  las  noches  bajo  la  figu- 
ra de  una  espada,  y  en  consultar  á  los  astrólogos  sobre  el  mo- 
do de  aplacar  á  aquel  cometa  que  creia  un  anuncio  de  la  có- 
lera divina.  Mas  poco  tiempo  había  trascurrido  desde  que  se 
notó  por  vez  primera  esta  'aparición ,  cuando  ya  tuvieron  los 
habitantes  de  Madrid  que  bajar  los  ojos  que  habían  tenido  fi- 
jos en  las  estrellas  ,  para  clavarlos  de  nuevo  en  la  tierra  que 
les  ofrecía  otro  acontecimiento  precursor  mas  infalible  de  mau- 
les mas  positivos:  acababa  de  ser  puesto  en  prisiones  D.  José 
Malladas,  hidalgo  aragonés,  amigo  y  partidario  de  D.  Juan ,  y 
habíasele  dado  garrote  en  el  mismo  instante  sin  sacarle  de  U 


Digitized  by 


Google 


DB   MADRID.  547 

oárcel ,  en  virtud  de  una  órdea  eacrita  de  la  real  roanos 
Tan  atroz  atentado  contra  las  leyes  inflamó  de  nuevo  á  Ion 
partidos ,  y  abrió  un  campo  vastbimo  á  los  comentarios  y  á 
las  hablillas.  Decíase  por  unos  que  la  muerte  de  Malladas  ha« 
bia  sido  un  asesinato  cometida  por  instigaciones  del  P.  Eve— 
rarda  ,  y  contestábase  por  otros  que  el  hidalgo  aragonés  había 
sido  enviado  por  D.  Juan  para  asesinar  %\  santo  confesor  de 
&  M.,  apoderarse  luego  de  la  Reina,  y  proclamarle  Soberano. 
Pero  entre  los  varios  rumores  que  circularon  hubo  uno  que 
no  carecia  de  fundamento,  y  que  justiGcó  la  alarma  de  la  r^r 
gente,  aunque  de  ningún  modo  el  castigo  del  aragonés:  afir- 
mábase que  entre  otros  de  los  papeles  encontrados  en  la  male« 
ta  del  hidalgo  habia  un  horóscopo  del  infante,  en  el  que  se  le 
anunciaba  la  corona;  y  esta  voz  no  era  completamente  infun- 
dada, puesto  que  tal  era  entonces  y  habia  sido  siempre  el  au- 
gurio favorito  de  tedas  las  personas  de  su  séquito. 

Tras  este  suceso  que  tanta  sensación  habia  hecho  en  los  co- 
razones, vino  otro  que  acabó  de  conmoverlos.  Detei^ido  D.  Juaa 
-en  etreino  de  Galicia,. ya^ sea  porque  las  fuerzas  enemigas  que 
\e  aceoliaban  le  hubiesen  impedido  la  partida,  ó  ya  porque  ha- 
biendo meditada)  nuevamente  su  situaeion  creyese  malograr  el 
éxito  de  sus  proyectos  separándose  de-  la  Península  ,  hizo  re** 
nilncia  de  su  destino  en  27  de  junio  de  1668;  y  la  Reina,  que  no 
juego  bastante  la  falta  de  salud  que  protestaba  á  tan  estrafio' 
procedimiento  ,  le  confinó  á  Con&uegra  por  decreto  del  3  de 
agosto  del  mismo  ano- 

Asi  andaban  las  cosas  áe  estos  reinos,  cuando  los  primeros 
pasos  del  niño  Rey  y  b  educación  que  se  le  daba  hacian  pre- 
ver los  desastres  de  su  reinado.  Ocupábase  S.  M.  en  visitar 
conventos;  divertíase  en  imitar  el  canto  de  las  monjas,  y  no  día* 
frutaba  de  otro  espectáculo  que  preparase  su  ánimo  para  el 
gobierno  que  del  que  le  ofr«cian  los  melindres  y  las  hipérbo- 
les de  los  locutorios.  El  24  de  octubre ,  dia  que  tenia  desti- 
nado á  pasear  los  claustros  de  la  G>ncepcion  francisca,  pre- 
aentdse  en  palacio  el  capitán  D.  Pedro  Pinilla  á  la  hora  misma 
en  que  iban  á  salir  SS.  MM.,  y  habiendo  solicitado  y  obtenido 
una  confecencia  con  la  Reina  madre ,  resultó  de  ella  la  prisión 
inmediata  de  D.  Bernardo  de  Patino,  hermano  del  secretario  del 


Digitized  by 


Google       


548  REVISTA 

t 

infante.  Esta  prisión  no  hubiera  dado  motivo  á  ningún  gcn^r^ 
A»  ftospec^  sifio  hubiera  sidq  seguida  desuna  orden  pasada  al 
marqués  de  las  Salinas^  .para  que  trasladándose  á  GMisuegra  v^f» 
rificase  la  del  confinado  ;  empero  dióse  esta  orden,  y  aunque  no 
•e  encontró  á  D.  Juan»  como  se  esperaba ,  y  solq  pudo  saberse 
su  fuga  por  una  carta  que  habia  dejado  eser¡ia«  se  agitaron 
profundamente  los  bandos  encootrnidos,  y  se  apercibievon  {tara 
«I  combale  si  alguno  de  ellos  le   provocaba. 

D<  Juan  á  su  vez  no  habia  rehuido  la  manifeslaoion  de  sos 
pensamientos  al  escribir  la 'carta  que  dejó  para  S.  M.:  fingía  ea 
ella  res|ieto  y  veneración  á  la  regencia^  mas  ya  no  disimulaba 
el  encono  de  su  corazón  oontra  el  P.  Everardo,  ni  disfrasaba 
l6s  planes  que  tenía  forjados  contra  su  persona*  «Declaro, 
»decia  S.  A;  á  todos  cuantos  leyeren  esta  carta,  que  el 
*úoico  moiivo  verdadero  que  tuve  para  no  pasar  á  Flandes 
«fué  el  apartar  del  lado  de  V.  M.  á  esa  fiera  (el  P.  Nidart),  tan 
•  indigna  por  todas  razones  del  lugar  que  ocupa....  Esta  acción 
1  dispuse,  medité  y  pensaba  ejecutar  sin  escándalo  rí  violen-» 
ncia,  mientras  no  fuese  precisa  otra  fafa  conseguir  mí  inteiK 
>to,  que  no  era  su'  muerte  como  su  mala  conciencia  le  ha  hechtf 
«temer;  porque  aunque  según  la  niia,  y  loque  toda  razón  pedía 
«debía  quitarle  la  vida  por  las  causas  comunes  del  bien  de  la 
«monarquía  y  particulares  míos,  y  para  ello  he  tenícto  no  so* 
«lo  repetidas  opiniones ,  sino  instancias  de  grandísimos  teólo-* 
«gds,  no  he  querido  aventurar  la  perdición  de  una  alma  que 
«tan  probablemente  habia  de  ser  arrebatada  en  mal  estado.—- 
«Voy  á  ponerme  en  paraje  y  postura  donde  asegurada  del 
«traidor  ánimo  de  ese  mal  jesuíta «  puedan  ser  mas  eniendidas 
«de  V.  M.  mis  humildes  representaciones,  que  siempie  serán 
«encaminadas  á  la  espulsion  d^  estapeste^  y  librar  estos  reíaos 
iide  ella  y  de  las  calamidades  y  trabajos  que  por  su  culpa  pa^ 
»decen  los  pobres  y  oprimidos  vasallos.» 

Esta  carta,  y  lo  que  bahía  acontecido  anteriormente,  dieron 
«na  animación  y  una  vida  á  la  corte  de  Carlos  11^  qjie  ni  pa-^ 
recia  propia  de  aquel  siglo,  ni  de  aquellos  degenerados  aspa- 
Solesque  tanto  habían  olvidado  su  primitiva  orgullo  y  sa  pa^^ 
janza.  El  piedra  jesuíta  y  la  Reina  regente  mandaban  sfiresurar 
el  proceso  form^ado  ooatra  el  bastardo  ;  loa  partidarios  de  ásla 


Digitized  by 


Google 


DE   MADftlb.  S49 

escribian  folletos  en  au  defensa ,  que  circulaban  ya  iqipreaojí,  jn^' 
üianusorilos  por  entre  todo  el  pueblo:  sda  enemigos  tambieü^ 
imprimian  por  su  parte  apologías  del  confesor  real  j  sát¡ra9> 
QoiHra  et  infante,  y  Madrid  presentaba  entonces  un  espectá^ 
culo  parecido  al  (|ue  ofrecen  en  la-acttialidad  hk  «mprenta  mi*, 
nisterial  y  de  la  oposición  en  los  gobiernos  fepresentatí?os.      » 

Esperanzado-  el  de  Austria  con  el  maraTÍlloso  efecto  que: 
produjo  su  primer  escrito ,  y  Confeneida,  de  que  babia  bri«' 
Hado  el  cUa  de  sil  triunfo  ,  rompi¿  las  trabas  con  que  él  mis- 
010  por  pirudeticiA  babia  cíonténido  los  ímpetus  de  su  ambi-> 
cion  ,  y  dirigió  proclamas  subversivas  á  las  ciudades  de  ^oto 
encurtes,  anheloso  de  atraerlas  á  su  partido.  Este  paso  tan: 
osado  y  revoluóionario  sedujo  á  las  provincias,  fascinó. á  los 
pueblos»  y  Heno  de  tal  pavor  á  la  Reina  y  á  sd  privado ,  qu0) 
les  obligó  á  transigir  con  su  enemigo ,  llamándole  á  lasrinme-  • 
diaciones  de  la  corte  para  negociar  con  él ,  y  ofreciéndole  s» 
amparó  y  protección.  Dudó  el  infante  si  admitiría  este  ofreci"^ 
miedK) ;  mas  conociendo  que  era  hijo  de  la  cobardía  y  que  fa—*   ^  * 
vorécttf  á  siis  intereses  su  aproximación  á  Madrid ,. resolvióse  á' 
salir  dé  Cartiíluña  y  emprendió  su  viajé,  escoltado  de  alguna* 
caballería  qufé  el  duque  de  Otuna  te  habia  Cedido.   Este  via«- 
jfe  fue  un  pasieo  triunfal :  los  pueblos  todos  se  apresuraron  á' 
\ictofrearIe  como  á  su  libertador,  y  á  prorrumpir  en  impreca-f 
cienes  contiiá  sjAs  pérsegní<tores.  Los  buII¡cÍG«os  festejos  eon  que- 
k  halagaron  los  zaragozanos ,  y  las  esperanzad  qde  se  leian.  en  lea; 
semblantes  de  sus  adictos  ai  saber  que  voltia  al  frente  de  algupaí* 
trOpa,  hicieron  ccínocer  á  sus  adversarios;  Qufpqne  .muy  fard«' 
tx>r  desgracia  suya,  que  no  había  sido  él  mejor  medio  el  escogí*-, 
tadó  parra  conjurábala  fempéstadqueles  amenMibe,  y  qtteesr»»^ 
srpiftada  yaf  sobré  sus  cabezas  ,  iba  á  estallar  y  á 'dispersarles»  ' 

Efeótíramenté  ^uéedró  asi  r  apenas  babia  llegado  D»  Juan'dt» 
G  nádala  jará  cuaiído  ya  pidió  la  remb*oióA^  del  padre  jesuita  y* 
su  destierro  de  la  monarquía.  En  vano  qniso  la  Reina  reéislir 
esta  péfidón  ;  crecía  por  momentos laefei^vescencia  délos  áni-^> 
irios ;  ardía  por  instantes  el  fuego  de  los  partidos ,  y  ckMitvaM 
riat  lo  <(tíé  todo*  nti  pueblo  deseaba  sin  tener  soldados  aguer«> 
ridos ,  prontos  i  repriníi'trle  ,  bubier»  sido  comprometerse  á  %í 
misma  ,  y  exponer  á  la  capital  á  las  terribles  'cOnsecntnciaa 


Digitized  by 


Google 


S5o  '  REVISTA 

del  desenfreno  de  lá  muchedumbre:  cediq »  poes,  &  M.  oomo 
lo  aconsejaba  la  prudencia ,  y  libertó  á  la  corle  de  los  males 
qae  contra  ella  se  agrupaban.  Pero  la  separación  del  p^re 
Everardo  no  calmó  al  bastardo  de  Felipe  IV  :  S.  A«  no  le  ha- 
bía perseguido  sino  porque  su  privanza  le  servil^  de  estorbo,  j 
desembarazado  con  este  primer  trianfo ,  lanzóse  á  los  que:I<9 
faltaban  ,  no  ya  como  un  infanta  celoso  del  e^^plendor  del 
trono  ,  sino  mas  bien  como  un  tribuno  furibundo  que  ankeln 
inaugurar  un  sistema  para  que  le  coloquen  á  su  frente  y  le  pro- 
clamen su  gefe  los  seducidos.  Y  en  prueba  de  ello  ,  ¿  coál  faé 
su  primera  tentativa  una  vez  conseguida  laei^pulsion  del  con- 
fesor ?  Pedir  la  formación  de  una  juntfli  en  la  que  culmitiéndo^ 
S0  obser-íjociones  por  escrito  de  todos  los  ciudadanos ,  se  proce- 
diese al  alivio  de  los  impuestos  y  á  otras  varias  reformas  en  Ja 
adminia^racion  y  en  la  milicia;  pedir  que  fuéseq  derribada  to- 
das las  hechuras  del  padre  Everardo ,  y  todo  esto  pedirlo  oon 
to&o  tan  altanero,  que  mas  que  de  petición  parecia  de  man- 
damiento. Semejantes  exigencias  eran  ya  escandaloahimas ,  y  la 
Reina  no  podia  acceder  á  ellas  sin  degradarse ,  aunque  se  ha-« 
liaba  sin  fuerzas  para  sostener  su  negativa :  la  formación  de  la 
junta  que  pedia  D.  Juan,  ofreciendo  colocarse  á  su  cabeza^,  era 
mas  que  reunir  las  cortes,  era  mas  que  consultarlas,  era  crear 
un  cuerpo  de  nueva  es|iiecie  para  convertirle  4  su  tiempo  en 
tribunal  político  que  dominase  al  lifonarca  y  á  los  poderes  le- 
gítimos del  Estado.  Tal  fue  sin  duda  la  interpretación  que  se 
dio  en  palacio  é  tan  descabellado  proyecto ,  y  esta  la  oaosa 
prmcipal  de  que  se  mandase  levantar  gente  y  formar  una  Gi- 
ronelia  destinada,  á  conservar  el  qrden  en  la  coronada  villa,  y 
servir  de  guardia.á  la  real  Persona ;  mas  la  muchedumbre,  que 
es  coando  padece  lo  mismo  que  los  enfermos  de  muchos  aSos 
que  renuuciao  desesperados  la  medicina,  y  vuelan  llenos  de  fe 
tras  del  empirismo,  no  pensó  lo  mismo  que  la  G>rona  ,  y  ar^ 
rebatoda  de  entusiasnpLO  por  la  junta  del  bastardo  se  propuso 
defenderla  á  to4o  trance.  Y  la  defendió ,  y  persiguió  de  moer» 
le  á  la  tropa  que  «e  bahía  creadp  para  el  sosten  de  la  autoridad 
soberana ;  y  las  calles  de  Madrid  se  vieron  mas  de  una  vez  re* 
gadas  con  la  sangre  de  soldados  inoceules ,  victimas  de  tu  Rr 
delidad  y  su  constancia. 


Digitized  by 


Google 


DS  MADRID.  S5l 

De  afta  manera »  y  aorprendieodp  la  Yolantad  del  Monar- 
ca, logró  el  infame  apodei^rse  del  gobierno  \h}co  á  poco ,  hasta 
qne  pudo  por  último  desterrar  á  la  Reina'  viuda  y  remover 
con  811  destierro  todos  los  obstáculos  que  se  le  oponiao.... 

Abora  bien  :  á  vista  de  estos  aconieciniienR)s,  ¿  para  qué 
buscar  en  naciones  extrañas  la  causa  de  no  haberse  reunido 
nuestros  procuradores  en  el  primer  periodo  del  reinado  de 
Carlos  II  ?  ¿No  fué  un  motivo  mas  que  suficiente  la  alarma  con- 
-linua  de  la  córt%  el  pav.or  que  tnfuodian  los  proyectos  de  D.  Juan, 
y  el  espíritu  de  oposición  que  iba  cundiendo  en  los  pueblos? 
~  La  Reina  viuda  y  la  junta  consultiva  tenian  fijos  los  ojos  en  la 
revolución  inglesa;  babian  visto  las  negativas  de  las  cándaras  á 
TOtar  los  subsidios;  comparaban  el  carácter  de  aquellos  tribu- 
nos con  el  que  desplegaba  el  bastardo,  y  estremecidas  ante  el 
cadalso  de  Strafort  (i)  y  Carlos  I,  siguieron  el  movimiento  ab- 
solutista que  estos  desmanes  justificaban  ,  y  rehusaron  convo« 
car  unas  cortes  que  se  babian  convertido  en  Inglaterra  en  tri- 
bunal de' muerte  para  sus  reyes.  Por  eso  decía  entonces  Don 
Francisco  Ramos  de  Manzano ,  que  debían  escusarse  en  todos 
tiempos  reuniones  de  esta  naturaleza  ^jr  mucho  mas  en  tiempos 
turbados  jr  gobiernos  de  menor  edad. 

Las  causas  porqué  dejaron  de  convocarse  en  los  deroas  pe* 
r iodos  del  mismo  reinado,  las  indagaremos  en  otros  artículos. 

Pedro  Sabater. 


(!)    En  Taríot  de  los  escritos  que  en  aquella  ¿poca  se  poblícaroD  contra  Doo 
Joan  f  se  encuentran  mil  alosíoaes  á  U  reTolucion  inglesa. 


Segunda  serie.^Tomo  IL  70 

/Google 


Digitized  by  ^ 


Digitized  by 


Google 


0B  HAoftii».  553 


M 


D. 


.,  GujKRRA  .ciTiL.  JU^espoesde  k  ócufiacíon  de  Segura  y  Casi. 
iellote  oo  ba  habido- In0^  becboftde  almaB  notable»  en  él  mes 
que  acaba  de  finalizar ^  que  la  toma  de. Aliaga  por  leí  tropas 
del  c(j¿r€ÍU»  disl  Centro  .y  alguna  que  otra  acción  ventajosa» 
aunque  parcial ,  cómo  las  de  Pitarque  y.Beceíia  No  se  li vie- 
nen bástanle  bien  c«n  la  públk^a  impaciencia;  adeUutós  .tan 
en  desproporción  coji  los  medios  que  para  conseguirlos  se  em^ 
plean,  y  se  qoiaiera»  abora  que  la  estadon  propicia  convida  á 
ello»  en  ves  de. oponer. como  hasljei  aqui obstáculos  y  eeiorb^é 
insuperables,  ver  á  nuestros  soldados  estrechar  de  cerca  Ids 
muros  de  Cantatieja  y  MordU»  y  dar  el  último  golpe  al  car- 
lismo, agonizante  ya  y  moribundo.  Ptro  ni  desde  lejos  se 
pueden  juzgar  »  ni  apreciar  con  la  debida  exactitud  el  mérito 
y  opof  tuaidad  de  las  operaciones  Oiiliiaras^  ni  en  una  guerra 
polUica  como  la  aclual,  eú  que  aiempre  sotí  preferibles  los 
tratos  y  aveneocilúi  á  las  mas  seoüladas  victorias ,  se  pueden 
ni  deben  se^^uir  loa-mismos  trémiles  y  piocedimientos  qué  en 
las  meramente  miltiarca.  Enastas  los  movimientos  deben  sen 
rápidos,  laa  <>peracÍQnes  continuadas;,  .sin  dejar  al  enemigo 
rebnoerse  ni  volver  e»  sí  despute.dei  una  derrota;  ea  aquellas 
ial  vez  conviene  cierta  kiilittid  ,'e«rlai  mesura  qué.  dé  Iilgtv 
Á  la  reflexión»  y  atlaae  I09  t>bst¿euloi ,  que  á  k  aieñen'dJa  de 
los  dos  partidos  pfadier*  oponer  la  snisBia  cioaspardoíoi»  dar  umi 


Digitized  by 


Google 


554  HBTISTA 

agresión  no  ¡nierrampida.  En  una  palabra ,  én  las  guerras  pu* 
ramente  militares  el  fin  no  puede  ser  ounca  otro ,  que  rendir 
ó  destruir  á  su  adversario ;  en  las  civiles  hay  otro  objeto  mas 
noble,  mas  grandioso,  mas  nacional,  que  es  atraerle  á  la 
concordia,  allanando,  si  es  menester,  el  oamioo  con  gracias 
j  concesiones,  que  borren  del  coraion  todo  sentimienlo  y  re- 
cuerdo de  los  antiguos  odios,  y  hagan  mas  duradera  y  estable 
la  deseada  unión.  Las  victoria^  sobre  sus  conciudadanos,  so- 
bre los. hijos  de  una  misma  nación,  son  siempre  tristes,  por 
mas  gloriosas  que  sean:  el  verdadero  triunfo  en  los^gnerras 
civiles  es  conseguir  la  avenencia  de  sus  adversarios.  Para  noe* 
otros  hay  mas  gloria  verdadera  en  Vergara  que  en  Luchana. 
Pero  volvamos  á  nuestra  narracion.ssDesembaraudo  nues- 
tro ejército  de  los  estorbos  que  á  sos  movimientos  oponían 
Segura ,  Castellote  y  dornas  fuertes  rendidos,  era  casi  indis- 
pensable apoderarse  tambiei»  del  de  Aliaga.  Se  asienta  esta 
pequeña  población  en  la  carrera  que  desde  el  estremo  oc- 
cidental de  Aragón  conduce  á  Cantatieja,  y  en  la  entrada  pr^ 
cisamente  de  la  sierra,  ó  cordiUera  que  media  entte  los  ém 
pueblos:  era  por  lo  abismo  un  estorbo  para  h  ulterior  ocupa- 
cioh  de  Cantavieja  y  de  Morella ,  y  resultando  ademas ,  por  la 
posición  de  los  ejércitos  del  Norte  y  del  Centro,  que  lea^  impe-* 
dia  su  comunicación  directa,  se  pensdcon  mucho  acierto  eo 
la  conquista  del  Fuerte  que  la  domina.  0>nsistia  este  en  wso 
de  aquellos  restos  del  poder  feudai ,  qwa  derruidos  y  arruina- 
dos, aun  mas 'que  por  el  trascurso  de  los  siglos  porcia  varia- 
ción y  adelantos  de  k  sociedad,  que.  los'  hah  hecho  inútiles» 
son^ua  vivo  recuerdo  de  las  antiguas  disensiones  que  agitaron 
en  otro  tiempo  como  ahora  al  Aragón,  y  un  testimonio  del 
poder  de  los  antiguos  Barones.  Habíanle  reparado  y  fortale- 
cido cuidadosamente  los  rebeldes  con  aquella  actividad,  pev^ 
severancia  y  penetración  que  no  se  pueden  llegar  mo  injusti-^ 
'  cia  á  su  mas  afamado  gefe ;  y  en  su  última  estado  presentaba 
el  antiguo  castillo  el  aspecto  imponente,  que  tal  vez  ostentaba 
cuando  servia  de  dique  á  las  algaras  é  incursiones  de  loa  mor- 
ros fronterizos ,  ó  de  obsticulo  al  dejBasiado  poder  de  los  re- 
yes» Pero  bien  se  echaba  de  yer,  que  fabricado  y  cons- 
truido para  hacer  frente  á  medios  de  ataque  menos  eficaces  que 


Digitized  by 


Google 


DB   MADIIID.  555 

los  que  ahora    se  empleaQ,  no  podiiá  resistir  |ior   mucho 
tiempo  la  embestida ,  sino  era  opoc^unamente  auxiliado  por 
fuerzas  eiteriores.   Este  auxilio  se  encomendó ,  á  lo  que  pare* 
oe,  á  diversos  batallones  enemigos,  que  se  situaron  en  P¡far<^ 
que  y  Mootoro;  pero  noticioso  de  ello  el  general  en  gefe  dio 
las  dÍ8|ios¡cíones  convenientes  para  que  aquellas  fuerzas  fuesen 
ahuyentadas  ó  deshechas.  Encargóse  la  espedictdn  al  brigadier 
Zurbano,  célebre  ya  en  esta  lucha  |H>r  su  osadía ,  sagacidad  y 
destreza  para  las  sorpresas ,  y  la  desemf)eñó  con  la  mayor  fe-* 
Ücidad  y  ventura.  Destrozó  y  ahuyentó^  completamente  aque- 
Has  fuerzas,  y  deshizo  en  un  lodo  á  los  batallones  6.^  y  7.°  de 
Aragón,  escapando  solamente  urtos  100  hombres,  y  quedando 
los  demás  muertos  ó  prisioneros.  Sucedió  este  encuentro  ven- 
tajoso á  nuestras  armas  el  i5  de  abril  en  las  inmediaciones  de 
Pitarque ,  y  dejó  espedito  el  ataque  del  fuerte  de  Aliaga.  De- 
liívose,  sin  embargo,  en  los  días  sucesivos  por  lo  recio  y 
crudo  del  temporal,  aguardando  el  ejercito  el  buen  t¡em[H>  en 
los  cantones ;  pero  calmándose  algún  tanto  la  estación  se  pun- 
gieron en  marcha  nuestras  fuerzas,  y  se  emprendió  la  embes- 
tida. El  1 1  llegó  el  general  O'Donell  delante  del  castillo,  y  el 
i5  le  habia  rendido  entregándose  á  discreción  sus  defensores 
en  número  de  3oo  hombres,  después  de  una  tenaz  y  deses|)e- 
rada  resistencia,  en  que  la  antigua  fortaleza  quedó  reducida  á 
poco  menos  que  escombros.=Despues  de  la  toma  del  fuerte  de 
Aliaga  no  ha  ocurrido  en  el  ejército  otra  novedad  que  la  ocu- 
])ac¡on  de  Beceite  por  Zurbano  el  19,  det  rozando  las  fuerzas 
enemigas  que  le  guarnecian.=:En  Cataluña  la  guerra  está  por 
ahora  completamente  paralizada. 

•  Política  interior.  En  la  Crónica  anterior  hemos  *  hablado 
ya  de  la  cuestión  ministerial  ,^  que  en  aquellos  momentos  co- 
menzaba de  nuevo  á  agitarse.  Susurrábase  la  retirada  de  algu* 
nos  de  los  ministros ,  y  se  hablaba  ya  sin  rebozo  de  las  per- 
sonas que  habían  de  reemplazarlos.  Para  esta  mudanza  se  asig? 
naban  varias  causas;  decíase  que  la  Mayoría,  que  se  habia 
estrechado  con  el  gobierno  cuando  los  desórdenes  del  a3  y  a4 
de  febrero ,  con  el  objeto  único  de  darle  fiierza  y  vigor  para 
.contenerlos  y  reprimirlos,  se  negaba  ahora,  á  prestar  su  apoyo 
al  ministerio  en  la  forma  en  que  ae  balkba  constituido ,  y  se- 


Digitized  by 


Google 


556  REVISTA 

ualadamenlc  á  los  ministros' que  ocapab.iit  1o%  ¡tías  importan- 
tes deparumen  tos  d«  la  ^dminislracíoD  del  Estado;  añadíase 
que  oonvencidos  de  esia  verdad  algunos  de  ellas,  habían  re- 
suelto presentar  su  díosisíon  y  auii  llegado  á  presentarla;  y  no 
fallaba  quien  suponia  que  la  mudanza  no  estfibaba  en  ningua 
motivo  parlamentario ,  sino  en  influencias  de  otra  clase  mas 
impropias  y  extrañas  al  régimen  representativo  en  que  viri- 
mosé  Esta  última  opinión  debió  adquirir  alguna  mas  fuerza^ 
á  consecuencia  de  una  reunión  privada,  tenida  en  los  salones 
de  Filipinas  por  una  gran  parte  dé  la  Mayoría,  en  la  que  pa« 
rece  se  acordó  apoyar  al  ministerio  j  y  debió  también  creerse 
que  esta  resolución  ó  acuerdo  dilataría  indefinidamente  la 
modificación  del  gabinete.  Pero  á  la  reunión  de  Filipinas  ha- 
bían dejado  de  asistir  muchos  diputados  de  la  Mayoría ,  sal>é« 
dores  de  lo  que  allí  se  iba  á  ventilar;  entre  los  asistentes  mu<- 
cliOs  habian  manifestado,  mas  ó  menos  abiertamente,  discor- 
dar de  la  resolución  tomada ,  y  el  ministro  de  Hacienda  irisi»' 
lia  entre  tanto  en  hacer  dejación  de  su  cartera.  Difieil  era  por 
lo  .misino  todavía  la  situación  del  ministerio,  cuándo  vino  á 
complicarla  un  nuevo  y  singular  incidente.-  El  general  E^par^- 
tero  entre  los  premios  de  que  juzgaba  acreedores  á  los  ge-* 
fes  y  oficiales  que  bajo  sus  órdenes  habian  icoii tribuido  á  los 
úliimos  sucesos  militares,  proponía  qne  á  su  afcretario  de 
campaña  el  biigadter  ¿i/z^^^  (célebre  ya  por  el  famoso  mani* 
üesto  de  que  hemos  hablado  en  la  crónica  de  dictembre)  sé  le 
ascendiese  á  mariscal  descampo.  IjOS  iilíinistros  que  á  duras 
penas  habian  tolef  adoqoe  el  autor  de  un  escrito,  en  que  tan  sin 
rebozo  se  reprobaban  y  contrariaban  sos  actos  y  príncipios  de 
|^b¡érno,no  hubiese  sido  destituido  ,oreyeron ahora  compro* 
metida  su  digoidad  personal ,  y  el  cfédito  y  el  decoro  del  Go- 
bierno en  ascéodef  y  premiar  á  quien  tan  sin  disfraz  se  había 
manifestado  eqetsigo  del  sistema  que  prevaledn  en  hi  coniK^-* 
jos  de  la  G>rona;  y  se  negaron  á  acceder  á  la  jiropuesta  del 
general  en  gefe.  Esta  opinión  que  en  circunstancias  co- 
paunes  no  hubierh  tenido  otro  resultado  que  dejar  al  Sr.  Li*** 
«lAge  algún  tiempo  mas  en  la  clase  de  brigadier ,  era  por  las 
^circunsAa ocias  singtilares  en  que  nos  bailamos  un  acontecí- 
mieato  grave  y  trasceodeetal :  debía  producir  la  disolución  de 


Digitized  by 


Google 


DE  MAÜRIO.  S57 

un  miriisleno  qoe  apoyaba»  osteogiblcmcnie   los  cuerpos  co- 
legtsladores  recien  nombrados.  Los  minUiros  tenían  qoe  optar 
entre  «oncedea  la  faja  al  brigadier  Linage  ó  dejar  sus  puestos. 
{  Asunto  tan  aério  y  grave  era  en  el  fonda  uno  al  parecer  tttn 
liviano  y  de  poco  fRomemo!  Tresd^los.áftínistros  no  oreyero» 
compatible  ni  ooo  su  decoro  personal ,  ni;Oon  la  dignidad  del 
Gobierno  seguir  formando,  parte  de  un  gabinete  sin    fuena 
para  negar  nna  faja,  y  dejaron  en   consecuencia  sus  puestea 
los  seftores  Montes  de  Ota  y  Calderón  Odiantes  y    Narvaez:  el 
ministro  de   Hacienda  le  había  dejado  ya  algunos  dias  antes; 
Por  el  contrario  loa  señores  Pérez  de   Castro  y  Arrazola ,  ó 
porque   no  4'uesen  opuestos  á  la  concesión  de  la   graeia,  ó 
porque  aunque  lo  fuesen  creyesen  mas  conveniente  á  la  causa 
pública  permanecer  en  sus  puestea  llevando  adelante  su  siste-^ 
ma,  y  prescindir  de  una  cuestión  que  (no  profundizándola)  pe- 
dia parecer  basta  .cierto  punto  personal,  no  se  juzgaron  com<- 
.  prometidos  á  seguir  el  ejemplo  de  sus'com|>añeros.  El  gabinete 
sin  embargo  quedó  disuelto  ,  y  empezaron  las  dudas,  vacila- 
ciones y  desconfianzas,  que  en  tales  ocasiones  tienen   siempre 
é  aumentar  los  «ales  de  la  interinidad  y  los  de  la  paralización  v 
délos  negocios.  El  Congreso  suspendió  sus  scMonés  sobre  la 
importante  ley  de  ayuntamientos,    aguardando  que  hubiese 
minislroa  que  seUnviesen  la  ley  óia  retirasen  ,  y  todo  manifcs-* 
taba  el  estado  de  mayor  complicación  é  incertidumbre.  ¿Y 
4odo  ,se  dirá' tal  vea,  por  la  faja  de  un  brigadier? No,  la  fa<* 
ja  no  era  maa  que  el  indicante,  el  sintoma  del  mal  grave  que 
*laa  profundamente  aqueja  á  la  situación  poUtica  actual,  de  la 
))Oca  fuerza  que  tiene  aun  entre  nosotros  el  principio  parla-^ 
mentarlo,  y  del  poco  arraigo  de  las-inatisuciones  constitución 
Da}es«  Muy  ciego ,  i»i»y  imprevisor  ee  muestra  el  partido  que 
<en  el.  incidente  que  ha  motivado  la  disolución  del  gabinete  no 
^é  mas  que  una  cuestión  de  amor  propio,  y  no  conócela  pro-í- 
funda  herida  que  s^  esconde  bajo  la  faja  del  recien  nombrado 
general.=3:Trabajába8e  eaire  tanto  por  un  lado  para  recom**- 
fionerolra  ves  el  ministerio  bajo  la  tan  antigua  y  tantas  veces 
empleada  base  de  los   señores    Pérez  de  Castro  y   Arrazola^ 
al  mismo  tiempo  que  otros  aspiraban  á  qoe  se  formase  un  ga- 
binete emeraménte  nuevo  y  de  co|idiciones  parlamentarias;  de^ 


Digitized  by 


Google 


556  HBTISTA     ^ 

signábase  como  gefe  de  esta  última  combinaoton  al  Sr.  istwiz 
preftideote  del  Congrego,  y  se  decían  ya  parte  de  las  personas 
que  habían  de  asociarse  á  él.  Pero  nada  estaba  mas  lejos  de  las 
intenciones  de  aquel  Sr.  diputado  ^  como  se  demostró  en  la 
eoo|)erac¡oo  y  auxilio  que  prestó  énloocés  mismo  á  los  dos  mi» 
DÍstros  sobre  cuya  base  se  organizó  por  último  el  ministeriot 
En  aquella  sazón  se  aseguró,  y  creemos  que  con  fundamento;' 
que  el  Sr.  Isturiz,  habiendo  sido  consultado  sobre  el  modo  de 
allanar  los  obstáculos  que  á  la  nuera  constitución. del  gabine-^ 
te  se  opouian,  auxilió  eficazmeitle  con  su  coosejo  y  gestiones 
á  los  ministros  9  y  les  proporcionó  el  apoyo  de  muchos  dipu- 
tados en  una  junta  ó  reunión  tenida  al  efecto*  Concurrió  á  es- 
ta reunión  ,  según  se  dijo,  el  Sr.  ministro  de  Gracia  y  JusCicía, 
y  manifestó  sus  deseos  de  oír  indicaciones  sobre  las  personas 
que  serian  aceptas  á  la  Mayoría  para  los  tres  ministerios  de  Ha- 
cienda, Gobernación  y  Marina.  Los  diputados  concurrentes  se 
negaron  unánimemente  á  hacer  ninguna  eapecie  de  indica- 
ción sobre  |)ersónas ,  jpero  manifestaron  algunos  de  ellos  bien 
esplicitamente  que  por  su  |>arte  no  podían  comprometerse  á 
prestar  su  a[K)yo  á  los  que  fuesen  elegidos  |)or  el  solo  hecho 
de  ser  de  la  Mayoría ,  si  al  mismo  tiempo  no  reunian  las  pren- 
das de  conocida  probidad ,  de  ciencia  y  conocimientos  en  el 
ramo  á  que  fuesen  destinados ,  y  el  suficiente  vigor  y  entere- 
za para  alzar  algún  tanto  la  abatida  fuerza  del  Gobierno,  ha- 
ciendo frente  á  las  exigencias  ilegitimas  de  lais  facciones»  Es- 
tas indicaciones  fueron  hijas  en  gran  parte  de  ciertos- rumores 
que  corrían  acerca  del  nombramiento  de  personas  que  gene- 
ralmente no  agradaban,  y  que  ¡x^r  esto  solo  hubiera  sido  er** 
ror  grave  el  nombrarlas.  No  se  nombraron  en  efecto,  pues  de 
allí  á  pocos  días  se  completó  el  gabinete  con  los  señores  Ar-^ 
mendariz  para  Gobernación,  Santülofi  para  Hacienda  y  SoCdo 
para  Comercio  y  Marina ,  encargándose  interinamente  el  des- 
pacho de  la  Guerra  al  subsecretario  de  aquel  ministerio.— So- 
bremanera agradó  á  la  Mayoría  el  nombramiento  de  los  nue- 
vos ministros,  y  señaladamente  el  de  los  señores  Armendariz 
y  Santillan,  como  mas  conocidos  de  los  diputados;  y  aunque 
faltaba  todavía  el  de  la  Guerra  ,  el  nuevo  gabinete  se  presentó 
á  los  EstamepUM  á  hacer  su  profesión  de  princiiuos  y  á  adoptar 


Digitized  by 


Google 


Moto  suyos  \úfí  proyectos  de  ley  présetitados.  Algunos  dias 
después  se  silpo^on-  satisfacción'  que  había  sido  nombrado  mt^  r 
niairo  de  la  Guerra  el  conde  Gonárd,  y  quedó  de  «sta  manera 
constHuido  de  tiuevo  y  cdmpleto  el  gabibete; 
'  Con  mdtiirO  de«la  nueva  orgatii^clon  del  uAfUistbrio  y  d&  ^ 
íaa  persouas  que  atadubierdn  en  bataja  para  cóthponerle,  sé 
ha  vuelto  á  hacelr  un  cargo  grave,  y  muchas  veces  repetido^  á 
la  Mayoría  md^fertsk^a,  por  uo  haber  podido  formar  ün  mirtts^ 
t(^rto  verdaderamente  de  sus  opiniones  y  toihado  dfe  sus  princi-^ 
pales  caudillos.  Condición  es  esta  efet^tivaitoenfé  de  tíodo  parti^^. 
do  político,  queaiene'confiania  y  fé  en  sus  hombres  y  doc-' 
trinas  i  y  condición  á  que  nunca  se  falta  sin  gravas  y  tras-^ 
ceodentales  consecuencias,  y  sin  que  el  partido  qué  cometed  - 
yerro  no  tengaque  purgarle  á  eitpedsás  de  su  crédito  y  de  sU 
fiímdf  de  su  porvenir  é  influéacia.  El  sostener;  el  toletear  si-  - 
quiera,  no  ya  á  hombres  tiulos  y  tal  ^ez  desacreditados,  pero 
ni  aun  á  las  mediauías  y  notabilidades  de  segundo  orden ,  es 
hacerse  hasta  ciertd  puuto  cómplice  de  sus  yerros ,  es  com- 
prometer el  éxito  de  los  mejores  sistemas;  y  es  falsear  por  su 
base  él  régimen  representativo.  Todas  estas  son  en  general  . 
verdades  palmarias  y  corrientes ,  principios  á  coya  observanciaf 
Ronea  se  falta  en  las  naciones  regidas  por  un  sistema  igual  ó 
parecido  al  que  se  ba  establecido  etitré  nosotros  ;  y  esto  nú  por**  • 
que  asi  se  haya  determifiado  kpriof'i'éxk  virtud  de  alguna  teo« 
ría  abstracta,  sino  porque  asi  debe  y  ha;  debido  necesariamente 
reaultar  de 'la  Índole  del  régimen  paírlamentario,  del  jiKgo  y 
neoaiftsmode  ^ós  poderes  cOnstitulsionales.  fio  los  gobiernos  ab^ 
aolútoael  ministro ,  para  serlo,  do  necesita  de  mas  títulos  qoe 
el  (favor  del  soberano'  que  le  nombra ;  cuando  tiene  su  apoyo 
j  éouBaUsa  no-  ba  menester  mas;  tiene  todaa  las  condiciones 
necesarias  para  obrar  desembarazadamente  y  para  llevar  adir- 
lante'SU  sistema.  En  ios  gobiernos  representativos  no  basta  es- 
to ;  es  ademast  necesario  nterecer  la  confiaiMa  del  partido  polí- 
tico que* se  baile  eií  Mayoría  en  el  parlamento;'y  de  suyo  se 
deduce  q«e  cata  confianza  no  la  dispensan  los  partidos  sino  á 
aus^bombres  de. mas  capacidad  é  inBuencia,  de  mas  elocuencia 
y  saber; en  una/palabra,  á  sns  corifeos  y  eaudillos.  Por  eso 
cía  todas  las  naciones^  en  qne  el  gobierno,  representativo  impera» 
Segunda,  serie*-— Tomo  IL  7  *  r^         t 

Digitized  by  VjOOQ le 


$ño  BB  VISTA 

es  tan  corto  la  lista  de  las  personas  entra  quiedes  ae  puedea 
nombrar  los  ministros ;  por  eso  no  hay  cosa  mas  fácil  en  etUt 
Daciones  que  aditinar  quienes  serán  ministros  cuando  se  sabe 
la  opinión  poÜtica  que  predomina  en  loa  cuerpos  deliberan— 
tea,  y  por  eso  la  Inglaterra,  la  Francia  y  demás  gobiernos 
constitucionales  tienen  siempre á  su  frente  á  los  hombreé  mai 
.  capaces  y  esperimentados»  á  los  mas  ilustres  y  distinguidos.  Y 
]esto,  repetimos  >  no  precisamente  porque  sea  una  doctrina  sia 
contradicción  admitida^  no-,  sino  por  un  resuludo  tiecesatrio^ 
preciso,  indispensable  de  estos  gobiernos,  touando  ao  cata 
'viciada  su  índole  y  esencia,  y  cuando  los  poderes  que  loa 
constituyen  obran  y  funcionan  libremente.  Porque  la  opi"* 
nion  política  en  muyoria ,  cuyo  apoyo  es  absolutamente  in-« 
dispensable,  no  le  puede  dispensar^  ni  le  dispensa  ntrnc» 
sino á  sus  hombres  de  mas. influencia,  y  ésta  influencia  no 
se  adquiere  sino  por  cualidadeé  superiores  y  eniíaeiitestss 
¿Por  qné ,  pnes ,  entré  nosotros^no  sé  ha  seguidp  baee  rnn-p* 
cho  tiem{io  este  camino?  ¿por  qué  se  ha  falseado  tantas  t*^ 
ees  en  su  base  una  de  las  mas  eseücialea  diaposiciooes  M 
régimen  constitucional?  ¿por; qué  en  fin  no  «e  ha  verifioad0 
este  hecho  neceser io,' preciso » indispensable,  y  se  han  degido 
para  ministros  personas  f  que  ni  por  sus  prineipioB  ni  anteOe^ 
dentes,  ni  por  su  saber  ni. capacidad  ,  ni  por  su  influencia  j 
posición  social  merecían,  ni  pedían  merecer  el  apoyo  y  con-* 
fianza  dé  los  cuerpos  políticos  de  la  Nackm?  ¿Porqué  coa 
tanta  freeueneÁii  se  ha  ecbaáo  mano  de  personas  obscnraa  y  sia 
ningún  género  de  ilusti^eion ,  para  elevarlas  al  podar  por  naos 
cortos  dias,  buodiéndolas  después  en  la  misma  obscntidad  im 
que  salieran  ?  ¿  Por  /qué  en  fin  entre  nosotros  se  verifica  im  f#* 
nómené  diametralménte  opuesto  al  que  se  ve^tfioa  en  lodos  los 
demás  países ,  en  que  impera  el  régimen  i*epreseoialtV!0?ca 
Porque  nosotros  basta  ahora  de  esta  clase  de  golnerno  tene^ 
mos  el  nombre  sin  la  <ÍP8a :  porque  el  principio  parkatoeatario 
aun  no  ha  ooopado  en^  nuestra  sociedad  ellogsr  conveniente, 
elevándose  unas  veces  mas  alto,  y  descendiendo  en.  étrss 
bajo  de  lo  que  le  correspondía :  porque  las  mstitüoionés  • 
liiuoionalés  aun  no  están  bien  arraigadas  Pü  oooipfMiUdasf  y 
finalmente^  porque  el  poder  no  esiá  de  hecho  enr  d  pÉi4ao 


Digitized  by 


Google 


DE  »ADI11D.  J(6f- 

to  ,  es  d«cír,  en  las  Cortes  y  en  la  Corona ,  sino  de  un  modo 
imperfecto,  y  debilitado  ademas ,  y  modificado  por  la  fuerza  de 
las  facciones,  y  por  las  influencias  escéntricas  y  extra- consti-- 
tucionales  que  gravitan. sin  cesar  sobre  toda  nuestra  organiza** 
cion  política,  y  la  desnaturalizan  y  alteran,  impidiendo  á  los 
poderes  que  la  constituyen  obrar  libremente  dentro  del  circu-* 
la  que  la' Constitución  del  Estado  les  traza  y  les  señala.  :;s  Asi 
pties  la  elevación  de  ciertos  hombres,  la  subida  al  poder  de 
ciertas  nulidades,  tan  lejos  de  haber  sido  obra  y  producto  del 
gobierno  representativo,  como  juzgan  aigunos  con  notoria 
equivocación,  lo  ha  sido  por  el  contrario  de  su  desnaturaliza*^ 
eioo  ,^e  haberse  alterado  poi*  las  circunstancias  su  índole  y 
esencia,  y  de  haber- predouMnado  «n  aquellos  hechos,  mas 
bien  qne  el  principio  ^rlamentario  ,  las  influencias  extraBas 
de  que  hemos^  hablado  poco,  ha,  li  otras  aun  mas  ilegítimas  y 
bastardas,  que  á.Ia  sombra  de  las  primeras  han  ido.  lomando 
cüeriH>  y  desarrollo» --Dicho  sea  esto  en  jnsto  desagravio  del 
gobierno. represenCativo;  y  para  que  sobre  otras  desventajas 
que  tal  vez  pueda  tener;  no  se  le  achaque  ademas  una  á  que 
«s  diámetraíflienie  opuesto  y  contrario,  y  que  solo  puede  te- 
ner lugar  cuando  se  desvirtúa  su  índole  y  su  esencia. 

Si  pues  este  mal  proviene  de  la  situación  singular  en  que 
8e4iallael  |iais;  si  esta  sttnaeíon  es  principalmente,  hija  de  la  . 
guerra  ci%il  que  nos  aqueja ,  y  de  la  gran  importancia  de  los 
4]ueéneUa  aseguran  y  defienden  el  trono  de  nuestra  reina; 
'fB\  ves  el  cargo  que  desde  muy  atrás  se  está  haciendo,  á  las,  ^ 
«dayorias  moderadas,  do  resultará  lan  fundado  como  á  prime- 
ra vista  pudiera  parecer,  ^n  su  .mano,  á. su  disposición,  soló 
4ia<^estado  cuando  tnas  la  fuerza  parlamentaria ;  y  si  esta  fuer- 
^'por  las  circunstancias  ha  sido  tan  débil ,  tan  pequeña  y  tan 
4nsoiicieme,  ¿no  será'  iüjusto  reconvenirla .  por  nó  haber  pro-^ 
-éttcido con  ella  grandes  resultados?  La  culpa,  la  responsabi-^ 
Ülhid'de  aqfiellos  será  principalmente  que  ó  por  espíritu  de 
partido ,  ó  por  otra  causa  cualquiera ,  han  contribuido  á  debi- 
litar la  fuerza  dri  elemento  parlamentario ,  quizá  porque  esta- 
ÍNiei»rmanostleaHft'ad^er4arios,.«in  echar  de  ver  que  una  .vez 
•desmtiíada  nn  seria  fácil  volverla  al  pcimitivo  vigdr ,  aun  po« 
^iénd^se  dé  par^.suya.^^Con  todq  no  eximimos  de  toda  culpa  á 

Digitized  b^^^jOOQlC 


S6ú  ttSViSTA  • 

la  opinión  thoderada;  ocasiones  hubo  en  que  pudo  haber  nift* 
nifestado  mas  decisión  y  entereza>  menos  respeto  á  ciertas  con**- 
sideraciones,  menos  apego  á  ▼eñtajas  é  intereses  del  momentO|- 
y  mas  confianza  en  fin  en  su  fuerza  y  en  su  porvenir.-^  Por  lo 
demás  no  será  fuera  de  propósito  advertir  que  las  reflexiones 
'  que  anteceden ,  no  han  sido  sugeridas  por  la  formación  del  ae^ 
tual  gabinete,  compuesto  de  personas  generalmente  aprecia-^ 
das  y  bien  quistas:  el  mal  viene  de  mas  lejos,  y  mucho  antea 
de  ahora  se  han  cometido  en  este  particular  los  errores  y  abu*. 
sos  que  deploramos,  y  que  principalmente  nos  haa  movido  á 
escribir  de  esta  manera. 

Constituido  ya  definitivamente  el  ministerio,  siguió  la  in- 
terrunipida  discusión  de  «la  ley  de  ayuntamientos*-^  Varias  y 
diversas  circunstancias  bacian  de  sumo  interés  esta  discusioo^ 
y  justificaban  el  calor  y  el  empeño  que -en  ella  manifestaban 
las  dos  graneles  fracciones  del  Congreso.  Tras  de  una  ley  al 
parecer  secundaria  y  de  administración  ,  mas  bien  que  de  po- 
lítica ,  estaban ,  por  decirlo  asi,  ocultas  cuestiones  actualesi 
vivas,  palpitantes^  de  la  mayor- importancia  y  trascendencia; 
cuestiones  en  que  se  hallan  envueltos «  no  solo  los  intereses 
permanentes  y  duraderos  de  la  sociedad ,  y  los  principios  de 
los  partidos  políticos  que  la  fraccionan  y  dividen,  sino  la  .ac- 
tual influencia  y  poder  de  estos  mistnos  partidos,  y  su  posición 
en  los  cuerpos  electivos  ó  populares.  —  En  la  prolija  y  enojosa 
discusión  de  las  actas  electorales,  que  precedió  á  la  definitiva 
constitución  del  Congreso^  se  habia  notado  que  la  Oposición^ 
enemiga  declarada*  de  las  diputaciones  provinciales,  contra  las 
que  clamó  sin  besar  en  todo  el  dilatado  curso  del  debate,  de^ 
fendia  constantemente  la  conducta  de  los  ayuntamientos,  en 
que  habian  hallado  generalmente  mas  simpatías  y  apoyo  sus 
hombres  y  doctrinas;  y  de  este  dato  y  de  otros  no  menos 
ciertos  y  persuasivos  resultaba ,  que  estas  corporaciones  se  ha- 
llaban en  la  actualidad  dominadas  por  la  Oposición,  y  quees^ 
ta  por  lo  mismo  no  podia  mirar  la  cuestión  .que  se  ventilaba 
de  una  manera  abstracta  y  en  la  elevada  región  de  los  prin-- 
cipios ,  sino  que  por  necesidad  tenia  que  enlazarla  con  los.he-* 
chos  existentes ,  concretarla  á  la  situación  actual  de  aquellas 
corporaciones  9  y  yer  antes  que  todo  los  intereses  del  partido 


Digitized  by 


Google 


DB  MAimiD.  .563 

.  -que  en  eí  Cingreso  representa.   La  cueslíoD^  pues,  de  los 
ayuntamientos  encerraba  en  su  seno  una  cuestión  de  poder]  j 
en  esta  clase  de  cuestiones  seria  demasiada  candidez  esperar 
que  cediesen  los  partidos  de  buena  fé  y  voluntad.  La  Qposi* 
cioo  se  manifestó  desde  el  principio  decidida  á  estorbar  á  todo 
trance  el  que  se  votase  la  ley,  y  alentada  con  el  buen  resul- 
tado de  sus  gestiones  en  las  dos  legislaturas  de.  las  cortes  ^on-^ 
▼ocadas  en  1837  ,  se  presentó  denodada  á  la  contienda.  Precia 
Bo  es  reconocer,  sin  embargo,  que  en.  esta  ocasión  se  ba  ma- 
nifestado en  general  mas  diestra  y  sagaz  que  en  las  ocasiones 
anteriores,  en  que  apeló  á  veces  á  medios  pueriles  y  mezqui- 
nos que,  si  bien  estorbaban  la   marcha  de  la  discusión,  des- 
conceptuaban y  ponian  en  muy  bajo  lugar  á  los  que  de  ellos 
echaban  mano.  En  cuanto' á  esto,  y  aun  en  cuanto  á.  otras  con> 
sas,  Ja  Oposición  ba  hecho  un  verdadero /}/Y>^r£^^,abandonanw 
do  á  los  mas^vanzados  de  sus  antiguos  caudillos,  y  retrocedienr 
do  á  unirse  con  los  mas  templados  ó  menos  violentos,  y  con 
los  que,  progresando  en  otro  sentido,  están  mas  en  armonía 
con  el  desarrollo  intelectual  del  siglo,  y   con  los  adelantos 
que  de  ueinta  aBos  á  esta  parte  han  hecho  las.  ciencias  mor^^ 
les  y  políticas.  Asi ,  pues ,  la  oposición,  no  tomó  á  su  cargo  la 
defensa.de  la  absurda  y  anárquica  legislación  existente  respecr 
to  de  los  ayuntamientos,  por  masque  sus  gestiones  tienden 
siempre  á  estorbar  y  entorpecer  su  reforma ;  no  se  manifestó 
-extraña  á  los  buenos  principios  de  admioistracioa,  que  deben 
presidir  á  la  redacción  de  una  ley  sobre  los  cuerpos  munici?- 
pales,  tanto  ensu  constitución  y  su  forma  ,  como  en  sus  far 
cultades  y  atribuciones;  ni  se  empeñó  en  sostener  las  teorías 
rancias  y  absurdas,  que  tal  vez  se  oyeron  con  asoipbro  y  es- 
trañeza en^' otros  bancos  del  Congreso.  La  Oposición  anduvo 
mas  diestra;  reconoció  la  imperfección  y  los  defectos  de  la  cq* 
lebre  ley  de  3  de  febrero  de  823,  y  la  urgente  necesidad  de 
•su  reforma;  proclamó^  principalmente  por  boca  de  Ids  seño- 
res Oiózaga  y  Calatrava  ,  la  mayor  parte  de  los  buenos  princi- 
pios que  en  ésta  materia  deben  regir,  y  desdeñando  antiguas 
-teorías,  se  fijó  para  hacer  oposición  á  la  ley  en  el  modo  adop- 
tado para  su  discusión ,  en  los  dos  grandes  puntos  de  elección 
i4e  alcaldes,  y  >mas  ó  meiK)s  lata  subordinación  de  los  a^unt4- 


Digitized  by 


Google     


.  S64  REVISTA 

mientos  i  la  autoridad  central  y  en  algunas  méjora<;  ^ubatter* 
na&  y  de  menos  entidad  é  inri  porta  acia.  Quizá  en  e^le  último^ 
cs^trenoo  anduvo  demasiado  minuciosa  é  impertinente;  quizá 
en  el  seestraviaron  demasiado  algunos  de  sos  miembros,  y  die- 
ron logar  á  que  se  creyese  de  ellos  lo  que  sus  periódicos  ea 
palabras  terminantes  y  espresas  afirmaban  y  aplaudian  ,  á  sa-^ 
ber;  que  su  objeto  no  era  otro  que  prolongar  indefinidameoie 
la  discusión  ])or  medio  de  continuas  y  reiteradas  enmiendas» 
y  hacer  imposible  la  votación  de  la  ley.  Pero  ademas  de  que 
^ntre  nosotros  aun  no  están  todavía  tan  bien  organizados  los 
partidos  políticos ,  que  se  les  pueda  hacer  un  cargo  común 
por  las  particulares  gestiones  de  sus  individuos;  todavía»  aun^ 
que  tprde  á  la  verdad  y  como  de  mala  gana ,  la  Oposición  se 
Bvino  á  que  no  continuase  un  abuso,  que  acabaría  por  |k)- 
Iteren  ridículo  al  régimen  representativo,  haciendo  palpa- 
blemente ver  que  en  él  era  imposible  dar  leyes,  xúando  á 
una   minoría  se  le  antojase  estorbarlo. 

El  principal  campo  de  batalla  de  la  Oposición  fue  el  modo 
con  que  la  ley  se  presentaba  á  la  discusión  del  Congreso.  El 
gobiernt),  altamente  convencido  de  la  urgencia  y  necesidad  de 
tina  ley  que  pusiese  á  las  corporaciones  municipales  en  armo* 
-nía  con  la  0)nst¡iucion  del  Estado,  y  viendo-qué  á  pesar  de 
los  deseos  manifestados  por  las  Cortes  constituyentes ,  primero» 
y  después  por  todas  las  que  las  han  sucedido^  esta  ley  no  ha- 
bia  podido  nunca  darse  por  la  complicación  de  los  aconteci*- 
mientos  políticos  y  por  los  estorbos  puestos  de  intento  á  sa 
discusión ;  y  notando  ademas ,  que  la  ley  que  en  la  actualidad 
rige  no  tiene  mas  fuerza  que  la  de  la  real  orden  que  autorizió 
sa  restablecimiento  con  algunas  alteraciones,  anulando  la  an- 
teriormente dada  con  anuencia  délas  Cortes;  al  presentar  la 
ley»  de  que  vamos  hablando,  pidió  que  se  le  autorizase  desde 
luego  para  plantearla  y  [Ponerla  en  ejecución.  Esta  petición 
era  á  todas  luces  rasooable  y  atendible;  conforme  ademas  á 
las  práctipas  y  antecedentes  establecidos  entre  nosotros ,  y  por 
otra  parte  arreglada  al  único  método,  que  con  mas  ó  menos 
variaciones  hemos  de  tener  por  último  que  adoptar,  sideboe-* 
na  Té  queremos  algún  dia  hacer  las  muchas  é  importantes  itoe^ 
joras  y*Teformas ,  que  reclaman  el  desconcierto  y  el  desordto 


Digitized  by 


Google 


M  MAOAIOb  565 

del  Estddó «  y  «¡no  queremos  sohre  todo  que  «e  lerante  una 
Yoz  general  contra  las  instituciones  políticas  y  contra  las  Cortes 
díciéndolas:  ^^Está  visto  que  sois  impotentes  para  remediar 
«los  males  del  Estado;  dad  lugar  á  otro  poder  mas  fuerte  y 
«eft{iediio  para  hacerlo/'  — La  [leticion  del  gobierno  era ,  pues, 
r^^nable,  y  tamo  pías,  cuanto  qvie  una  gran  parte  de  lá  ley 
se  había  ya  discutido  en  anteriores  Congresos,  y  sus  bases 
prínc¡(iales  podian  aun  ahora  someterse  como  se  han  sometido 
á  una  luminosa  y  detenida  discusión :  era  ademas  conforme  á 
las  prácticas  y  anteqedentes^.  porque  sin  salir  de  la  materia  de 
Ayuntamientos,  la  ley  de  i835  fue  dada  por  el  gobierno  en 
virtud  de  una  autorización  concedida  por  las  Cortes,  y  lá  ac-^ 
tual  de  3  de  febrero  de  i8a3  recibió  la  fuerza  que  tiene  en  la 
actualidad  de  una  simple  real  orden  ,  quf^ecretó  su  restable-^- 
cimiento,  derogando  la  de  835;  y  en  otras  materias  apenas 
hay  ley  importante  que  no  se  haya  dado  por  autorización  ó 
por  un  método  análogo,  según  hemos  demostrado  en  la  Cró- 
iiípa  de  Enero.  Pero  aun  había  mas  en  favor  del  método  adop- 
tado: el  gobierno  np  p^dia  una  autorización  ciega  é  ilimitada, 
para  dar  una  ley  tan  importante;  no.  se  limitaba  tampoco  i 
presentar  ciertas  y  determinadas  bases,  como  se  habia  hecho 
para  la  autorización  concedida  en  las  Cortes  de  838  para  la 
^rmacion  de  un  código  de  procedimientos;  el  gobierno  pre- 
sentaba todo  su  pensamiento^  presentaba  toda  la  ley  en  siis 
mas  mioucipsos  pormenores ,  y  pedia  á  las  Cortes  que  con  co^ 
fiocimiento  pleno  de  causa  concediesen  la  ley  que  les  presen-» 
taba.  No  se  podia  ,  pues ,  proceder  con  mas  lisura  ,  con  mas 
franqueza ,  con  iqejor  buena  fe;  y  admitido,  como  desde  lue- 
go se  admitió,  el  derecho  de  poner  condiciones  á  la  autoriza- 
ción por  medio  de  enmiendas  al  proyecto  á  que  se  refería  ;  due* 
Sa  era  la  Oixtsicion,  dueño  cualquiera  diputado  de  llamíeír  4 
juicio  y  someter  á  discusión  cualquiera  artículo ,  cualquiera 
disposición  que  fpese  contraria  á  su  modo  de  ver  y  á  sus  prin- 
cipios ó  doctrinas.  No  habia,  pues,  en  el  método  adoptado, 
mirado  sin  pasión  y  sin  deseos  de  entorpecer ,  nada  que  no 
fuese  razonable  y  útil;  nada  que  se  opusiese ^i  á  la  Constitu-» 
cíon  ni  al  reglamento ;  nada  en  fin  que  no  estuviese  autoriza- 
do con  repetidisimos  ejemplares  y  sancionado  ademas  con  la 


Digitized  by 


Google 


566  .  RISVISTA 

«probaeion  y  el  a  pojo  de  los  que  ahora  tanto  lo  contradecbíi 
é  ¡mpugoaban. 

Seguíase  el  punto  tao  controvertido  de  la  elección  de  lo* 
alcaldes.  La  Oposícioa  ha  preteadido.  siempre  y  pretende  ea.la 
actualidad,  que  la  elección  de  estos  magistrados  dehe  perte- 
necer escl^siyamente  á  los  pueblos  si  a  la  menor  interveocioa 
del  poder  central  ni  de  la  Corona ,  y  funda  su  pretensión  en 
la  Constitución  del  Estado;  ea  la  historia  de  nij^eslras  fraA- 
que;;as  y  libertades  cooiunales^y  en  los  hábitos  que  han  cxea«r 
do,  y  en  la  conveniencia  é  interés  de  los  pueblos  y  del  gobter^ 
PO.  La  Mayoría  por  el  contrario  opina  que  ppr  la  Con«iitu- 
cion  todo  el  que  tiene  parte  en  la  ejecución  de  la&  leyes  y  ea 
U  administración  de  la  ajusticia,  debe  ser  nombrado  por  4a 
Corona;  y  que  hallándose  los  alcaldes  (sejg^un  la  signiGcacion 
que  á  esta  palabra  se  da  en  la  actualidad)  en  este  caso,  deben 
6er  nombrados  por  ella.  Sostiene  asimismo ,  que  tan  lejos  de 
ser  cierto,  según  la  historia  nacional^  que  los  alcaldes  fuesen 
nombrados  por  los  pueblos ,  ha  sido,  siempre  un  principio  co- 
mún y  geoer£^l,  consignado^  en  todos  ouefifros  códigos  desde 
el  Fuero  Juzgo  á  la  Novísima  Recopilación ,  el  que  á  los  jae* 
ees,  alcaldes,  corregidores,  asistentes  y  demás  presidentes  de 
las  corporaciones  municipales,  solo  tenia  derecho  á  nooibürar- 
los  la  Corona,  ó  aquellas  personas  á  quien  ella  lú  otorgase;*  y^ 
qué  en  ta.dos  los  pueblos  en  que  regia  el  principio  contrario^ 
era  por  un /'nV//£?¿'¿V>,  contrario  al  derecho  común  y  por  una 
conces¡,on  especial  de  I05  re.yes.=2=  Respecto  de  la  cunvenieoeie 
disiente  asimismo  en  general  de  la  Oposición,  y  juzga  que  et 
de  todo  punto  negesariu enlazar  el  gobierno  4«  los  pueblos  con 
el  gobierno  de  la  nación;  continuar  hasta  el  último  escalón 
la  gerarquía  adniiivstrativa,  con  personas  nombradas  por  el 
geCe  supremo  de  la  administración;^  y  prevenir  por  estey  otr(feS 
medios,  el  qne  el  gobierno  supremo  encuentre  oposiciooea 
donde  no  debe  hallar  mas  que  apoyos,  y  que  el  espíritu  meir 
quino,,  estrecho  y  retrógrado^  d^  localidad  se  sobreponga  al 
¿mplio,  general  y  progresivo  del  gobierno  nacionaL  La  pug- 
na entre  estas  dos  encontradas  opiniones  no  se  ha  verificado 
solamente  entre  nosotros:  en  Francia  se  ha  suscitado  la  mi^ 
ma  pelea,  aunque  uo  con  tanto  encarnizamiento,  al  tratar  de 


Digitized  by 


Google 


DB 'MADRID.  S67 

6al6  impotMite  asunto,  y  te  iraosigió  al  fin  lomaDda  el  (eái^ 
;  perameoto,  de  que  la  Corona  nombrase  los  magistrados  ma*  ^ 
nicipales,  pero  sujetándose  á  nombrarlos  entre  los  concejales 
elegidos  por  los  pueblos.  Un  método  análogo  propone  la  lej 
q»e  at:tualmente  se  discute;  pero  limitándolo  únicamente  á 
.  las  poblaciooes  de  cierta  importancia  ,  y  dejando  á  loS  demás 
la  facultad  ilimitada  y  libre  de  nombrar -á  sos  alcaldes.  Es  de* 
cir,  que  el  proyecto  actual  se  aproxima  mas  en  esto,  como  en 
otras  muchas  cp^s ,  al  principio  popular  que  la  ley  francesa; 
y  sin  embargo,  esta  ley  fue  dada  en  83 1  en  el  primer  calor 
de  una  revolución  popu}ar ,  y  por  la  misma  Cámara  que  la 
babia  beclio,  destronando  á  tres  generaciones  de  reyes,  y  po- 
niendo en  su  lugar  al  rey  de  las  Barricadas.  (Y  todavía  se  di- 
^  ce  y  se  proclama  que  con  la  ley  que  se  discute  se  atacan  los 
derechos  del  pueblo  y  se  tiende  al  absolutismo!  Y  todavía  se 
apela  á  los  manes  de  los  Padillas  y  Lanuzas,  como  si  nos  ¡n-« 
vadiera  otra  vez  el  despotismo  austríaco  I  \QuantufH  est  in  re* 
bus  inane  I 

Seguíase  en  este  importante  asunto  otra  cuestión  aun  mas 
grave  y  trascendental  que  la  de  los  alcaldes;  la  de  atribución 
nes  de  los  ayuntamientos,  y  la  de  su  subordinación  algor» 
bietno  en  el  ejercicio  de  ellas.  El  proyecto  de  ley  en  esta  parte 
hubiera  tal  vez  contentan  generalmente  á  todos,  sino  fuera 
por  los  malos  hábitos  y  antecedentes:  que. ha  creado  entre  no- 
sotros la  pésima  ley  de  3  de  febrero,  y  aun  mas  que  la  ley, 
lapésiAia  interiitretacion  que  le  han  dado  los  ayuntamientos, 
y  ha  toterado  el  gobierno  con  una  deloiiidad  inconcebible. 
Cuantas  atribuciones  concede  aquella  ley  á  los  ayuntamien- 
tos, otras  tantas  han  creído  los  mas  de  ellos  que  les  corres- 
ponden soberanamente,- sin  que  sus  decisiones  puedan  ser  con- 
tradichas ni  reformadas  por  el  gobierno  superior;  y  con  esto 
solo  ya  se  concibe  y  esplica,  cómo  debe  parecer  á  muchos  es- 
trecha y  aun  despótica  la  ley  en  discusión  que  somete  á.  la  re* 
forma  y  anulación  del  gobierno  responsable,  la  mayor  parte 
de  los  actos  ó  acuerdos  en  que  los  ayuntamientos  se  creen  in- 
dependientes y  soberanos ,  y  sin  obligación  de  dar  cuenta  á 
ninguna  aij^toridad  „  aunque  con  ellos  hayan  ofendido  y  lasti- 
9iado,  como  ha  sucedido  en  mucbasi  ocasiones,  los  derechos 
Segunda  ícV/^.— Tomo  IL  7a 

/Google 


Digitized  by  ^ 


568  BIVISTA 

y  la  propiedad  de  los  particulares  de  uo  modo  ileg|ftl  j  escan- 
daloso. Los  ayuntamientos  en  general ,  y  en  particular  los  de 
España,  donde  casi  toda  la  administración  ha  estado  siem- 
pre en  sus  manos,  deben  tener  facultades  amplias  y  espedi* 
tas,' no  solo  para  el  gobierno  interior  de  los  pueblos,  sino  pa« 
ra  la  ejecución  de  las  leyes  y  disposiciones  generales  en  la 
parte  que  les  compete,  pero  en  todas  ellas  deben  estar subotr* 
diñados  y  sujetos  al  gobierno  central  *,  responsable  á  las  Corles 
y  á  la  nación  de  todos  sus  actos  y  gestiones.  Lo  demás  es  frac*- 
cionar  la  sociedad  ,  creando  eo  ella  tantas  seMorias.  ó  repúbli*- 
cas  independientes,  cuantos  sean  los  ayuntamientos;  es  privav 
de  garantías  á  los  derechos  de  los  ciudadano!  particulares;  es 
retrogradar  y  retroceder  á  la  edad  ooedia  y  al  mezquino  régi- 
men de  las  localidades  y  de  sus  privilegios  y  franquezas ;  al 
sistema  de  los  antiguos  señoríos  y  concejos;  y  renunciar-  en 
fin  al  inmenso  progreso  social  que  ha  hecho  la  Europa  ma^ 
derna  al  asociar  el  gran  elemento  de  la  uiudad  nacional  y  de 
gobierno  al  principio  de  la  libertad  política  y  general..  La  ley 
se  sigue  aun  discutiendo,  y  aunque  faltan  todavía  enmiendas 
importantes  que  examinar,  y  aunque  no  dudamos  que  se 
pondrá  todo  en  juego  para  impedir  la  votación  de  tan  conve^^ 
Diente  resolución ,  tenemos  coníianaa-  en  el  G>ngreso,  y  espera^ 
mos  de  su  celo  y  entereía  que  sabrá^var  á  cabo  una  empre* 
sa ,  cuya  importancia  y  trasoendenc^aun  no  es  quizá  dema*-. 
siado , conocida. 

Mientras  el  G>ngreso  de  los  diputados  se  ocupaba  de  estas 
in^portantes  discusiones,  en  el  Senado  se  agitaban  otras  taow* 
bien  de  suma  importancia  ,  de  que  hablaremos  en  las  Crónicas 
sucesivas.  El  movimiento  legislativo  ha  empezado  esta  vez  con 
fuerza  y  con  vigor.  ¡Ojalá  que  no  vengan  á  interrumpirla 
nuevos  acontecimientos  y  agitaciones,  y  que  no  se  burlen  los 
deseos  de  la  Nación  tan  alta  y  esplícitamente  manifestados  en 
las  últimas  elecciones! 


3o  de  Abril  de  i84o. 

Digitized  by  VjjOOQIC 


DV  MADRIP*  569 


KOTICU  LITERARIA  SOBRE  EL  ACTUAL  PARADERO 
DEL  CANCIONERO  DE  DAENA. 


E 


N  una  Dota  del  articulo  sobre  el  Crobador  Rodríguez  del 
Padrón  (1),  que  publiqué  en  el  número  7.^  de  la  segunda 
eérie  de  la  Revista,  al  bablár  del  célebre  Cancionero  manus^ 
orito  de  Baena ,  se  dijo  que  este  inaprecialile  depósito  de  com- 
posiciones poéticas  del  siglo  XV,  que  existia  en  la  biblioteca 
del  Escorial,  guardado  y  apreciado  como  una  riquísima  joya» 
babia  desaparecido  en  medio  de  los  trastornos  políticos  de  la 
nación  »  asegurándose  que  en  la  actualidad  se  hallaba  en  la 
biblioteca  real  de  París;  y  se  añadía  quc^  seria  muy  de  desear 
-que  alguno  de  los  españoles  residentes  en  aéjuella  capital  lo 
aireriguase ,  ya  para  reclamar  el  original ,  si  hubiese  términos 
para  ello,  y  ya  para  proporcionar  copias  extictai  y  correctas. 

A  esta  especie  de  invitación  ha  correspondido  atenta  y  cor- 
tesmente  el  editor  de  Les  annales  des  Fojrages  M.  C  Olloba 
Ochoa  en  carta  dirigida  desde  París  á  la  redacción  de  la  Re- 
vista en  los  términos  siguientes: 

En  el  número  penúltimo  de  vuestra  Rei>ista  el  señor  Pidal 
ha  publicado  un  articulo  sumamente  interesante  sobre  el  tro- 
bador  Juan  Rodríguez  del  Padrón ,  y  en  una  nota  habla  del 
Cancionero  de  Baena  que  se  ha  perdido  en  España.  Pueden 
W.  asegurarle,  que  este  Cancionero^  cuya  decripcion  corres- 
ponde perfectamente  á  la  que  ha  hecho  de  él  Rodriguez  de 
Castro^  se  encuentra  aquí  en  la  biblioteca  real,  donde  le  he 
vibto  diferentes  veces.  Es  un  tomoeu  folio,  lujosamente  encua-» 
dernado,  y  con  los  cantos  dorados.  Se  ha  sacado  una  copia  de 
él  con  objeto  de  publicarla;  pero  esta  copia  ba  pasado  después 
á  poder  de  otra  persona  que  la  guarda  en  la  actualidad....  En 

(1)     Asi  te  lUroa  y  no  Ruis  del  Pa*¡ron  ,  como  equivocadamente  te  imprí-' 
n^  valías  vccea  en  el  articulo  qne  «c  cita. 

Digitized  by  VjOOQ IC 


570  RBYI9TA 

caanto  al  original  ha  venido  de  Inglaterra  de  la  biblioteca  d^ 
M.  Hebert ,  y  fué  vendido  á  un  librero  de  aqui»  que  le  ha  ce- 
dido después  en  mil  y  doscientos  francos,  según  tengo  enten- 
dido, á  la  biblioteca  del  rey,  que  abunda  por  otra  |>»rteoa 
manuscritos  españoles,  cayo  catálogo  tendré  bien  pronto.  La 
Comedieta  de  Ponza^  del  marqués  de  Santillana,  existe  en  tres 
manuscritos  de  la  expresada  biblioteca,  &c. 

Creemos  que  esta  noticia  será  satisfactoria  á  los  literatos  es- 
pañoles. Lástima  grande  es  sin  duda  que  un  mopumento  tan 
precioso  de  nuestra  literatura  como  el  Cancionero  d^.  B(^na 
adorne  una  biblioteca  ej^tranjera;  |)ero  mayor  aun  lo  seria  el 
que  hubiese  completamente  desfqiarecido  esta  preciosa  colee-* 
cion,  que  encierra  las  composiciones  de  55  poetas  castellanos, 
casi  todos  del  reipado  de  Don  Juan  el  II;  principalnyeole 
cuando  de  muchos  de.  ellos  apenas  tenemos  otras  noticias  que 
las  que  ella  nos  pro[>orciona.  Ahora  resta  ^fxt  alguno  de  nuesr 
tros  magnates  4  capitalistas  baga.á  su  patria,  el  servicio,  ya 
que  no  de  dar  á  la  preqsa ,  «^on^q  seria  de  desear ,  aquel  can- 
cionero, á  lo  menbs  de  hacer  sacar  de  él  algunas  copias  fieles 
y.  correottís ,  qu^  colocadas  en  las  bibliotecas  publicas  pucrd^V 
.estar  á  disposición  de  los  afectos  i,  la  historja,  j(  á  b  Uteraturi^ 
española. 


P.  J.   PlDAk^ 


Digitized  try 


Google 


índice 


DB   LOt 


artículos  contenidos  en  este  tomo. 


PAG. 


Jjiograjia  cefitempóránea.^' Alejandro  /,  mfiperador  de 

Rusta.^Por  Z).  C..G.  ..... .  .       3 

f^ida  del  trovador  Juan  Ruíz   del  Padrón, — Por  Don 

P.J.Pidai.   ...... i5 

Las  Cortes  de  iSZ  y. -^{Continuación*  fíense  el  tomo  /.)— 

Por  D.  Joaquín  Francisco  Pacheco. "... 3a 

Poesía  popular. — Drama  noDelesco.^^Lope  de  Vega.^^ 

Por  D.  Agustín  Duran.   ....  ^   «»•%•••«>    •     6a 

Bibliogrc^a.  ..« ^6 

Crónica  del  mes  de  noviembre .79 

Biografia  €ontempordnea.^^MeUernich  {principe  de)  Por 

,    D.G.G,  . , 97 

Advenimiento  de  las  Barbones  al  Trana  de  España. — 

Por  D.  Pedro  Sabaten ..117 

De  la  obligación  de  contribuir  para  los  gastas  del  Estada^  ^ 

jr  de  la  facultad  de  suspenderla ,  Considerada  como  ga^ 

rantia  política  ó  media  de  gobierno.-^Por  D.  Víences'*  ^ 

lao  ToraL   .   • ; *    .  137 

Teatros.'^Rosmunda.'yCrüica.'^Por,  /?.  .Mjaauel  Bretón  \ 

de  los  Herreros.    ..••......   .^  ..  • 149 

Las  Cortes  de  iSSj. — (Continuación.)-^  Por  A  Joaquín 

Francisco  Pacheco. •  .  •    w  •  •  i58 

Bibliagrafia.^Estudios  de  derecho penaL^^ Anuncia*  •  •  179 


Digitized  by 


Google 


PAO» 

Crónica  del  mes  de  diciembre. 1^4 

Biograjia  contempordnea.-'Metternich  {principe  de,) — 

Conclusión. — Vor  D.  G  G. 193 

La  Buena-'ventura,  -^Poesía  histórica. — for  D.  A.  5.,  da- 

que  de  Rivas ^ .    • lio 

Vresupuestos jr  cuentfis. — Vor  D.  MiguelVucke.  ...    .%  2a5 
Ijas  Cortes  de  iVi'j. '^{Continuación.) — Por  D.   Joaquín 

Francisco  Pacheco.  • ««•'...•.  a4> 

Teatros.— D.  Alvaro  de  Luna.—Critica.-^Vor  D.^Genfa-- 

sio  Gironella •    •    • a58 

Crónica  del  mes  de  enero. 267 

Biografía   contemporánea. — Guizot.^{Francisco   Vedro 

GuUlermo.)-^Vor  D.^G.  G a«7 

Ventajas  de  la^  propiedad  hereditaria  de  las  tierras.-^ 

Por  jD.   José  Antonio  Ponzoa.  • .; 3ia 

Bailen.^ Poesía.--- Por  D.  A.  S.^  duque  de  Ritmas 3a8 

Inscripciones  del  monumento  del  Dos  de  majro.'^Vor  Don 

Juan  J^icasio  Gallego. • 34f 

Movimiento  intelectual  de  España.^Vor  D.  Gervasio  Gi- 

roneUa.  •  •  •    .     • • SS5 

Crónic€^  del  mesdefebrero*    ; 363 

Biografia    contempordnem.^^Guizot.^{Francisco   Vedro 

Gtíillermo^Qonclusiok.) — Por  D.G.G 383 

Estado  de  las  letras  y  las  ciencias  en  España  en  tiempo 

-   de  Fernando  é  IsabeL-^Por  D.  José  Escario. .  ;  .  .   .  S95 

ia  senda  de  la  vida.-^Poesla. — Por  D.  Pedro  de  Ma-^ 

\   dra%o   .   ..  .  ' •    4  é •  •   •  .    •  499 

Ventajas  de  la  propiedad  hereditaria  de  las  tierras.^ 

Condunon.^^Vor  D.  José   Antonio  Ponzoa.  •  •  .  .  «  4^7 
De  los  partidos  petUicos  y  délos  principios  que  deben  di-- 
rigir  su    coñdueta.'^Por   D.  José  Morales    Santis-^ 

teban.  «... .••..•••..•••  439 

Crónica  del  mes^  de  martOd  .•••.•.••..;••...•.  461 
.  Biografiar  contemporánea^ — Fox  (Cdrlos  Jaeobó).^^¥or 

D.G.G.:..... 479 

Sobre  el  descubrimiento  de  América  en  el  siglo  IX  por  tos 


Digitized  by 


Google 


PAG. 


tJcandintwos.-^AntiquUates  americance, — Memoria  del 

señor  Carlos  Cristiano  Rafn. — Por  D.  P.  /.  ^idaL  . .  •  49$ 
De  unos  opúsculos  escritos  en  ingles  por  D,  Vascual  de  Ga- 

yangos  sobre  la  literatura  de  los  árabes  y  moriscos. — 

Por  D.  A.  Alcalá  Galiano. 5aS 

"¿Oi¿/  es  el  método  ó  sistema  preferible  para  escribir  la 

historial** — Vor  D*  Francisco  Martinez  de  la  Rosa.  .  .  53i 
Carlos  H. -^Causas  por  que  dejaron  de  reunirse  las  Cor-- 

tes  en  su  reinado,^^  Vor  D,  Pedro  Sabater 54o 

Cjronica  del  mes  de  abriL   •  .   .   • , 553 

Noticia  literaria  sobre  el  actual  paradero  dd  cancionera 

de Baena.^Vor  D.  P.  /.  Pidat. .....  .  ... .....  56^ 


D%itized  by 


Google 


Errratas.  En  la  titánica  del  numeró  anterior  ae  dan  Éd- 
metldo  diferentes  erratas,  las  pirncípales  son  las  ^iguíentesi 
j>ág.  464  «lío.  i/,  decido  y  referirlo:  léaFe,  repetirlo. -^Pá-^ 
gina  467,  lín.  3,  Contestó  élSr.  conde  de  la  Cortinal  léase, 
al  conde  el  Sr.  Cortina,  ^fig.  469 ,  Un.  44,  y  no  tiene:  léase, 
y  nadie  úene.-^lfág.  4^0 ,^ Un.  íá,  reemplazan  y  contienen: 
léase,  regularizan  y  contienen. -rLín.  ag,  un  campo  sin  ejér-* 
cito:  léase,  un  campo,  un  ejércita^-Un.  4,  comodecian:  lén- 
se,  ó  como  decían.— Pag.  476,  líUé  6 ,  legislatura:  léase,  fo- 
gislacion — Pág.  478,  lín.  19,  seberos:  léase,  serenas. 

En  la  Crónica  de  febrero^  pág.  $73 ,  H04  i5,  golpes  de 
muerte  contra  la  representación  nacional  i  léase  ^  contra  los  qUe 
asenten  d  la  representación  nacionaL 


Digitized  by 


Google 


Digitized  by 


Google