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Full text of "Revista javeriana"

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Pío  XI . . 

Comentarlos:  Aspectos  del  problema  social  co¬ 
lombiano . 

Enrique  Finke . 


Estudios  biológicos . . . 

Sobre  natalidad.  Una  solución  contraproducente. 

El  P.  Miguel  A.  Pro,  redentor  del  obrero . 

Novedades  científicas . . . 


V#'RY  °F  m$T0f 

FEB  6  1988  'SUMARIO 

^OtOGíCAL 

Su  SantiBarmncr 

Página  artística .  . 

Orientaciones:  El  corporativismo  al  alcance  de 
todos . 


■■*££■  i 

fjr  §  7 


69 

Eduardo  Ospina 

71 

Félix  Restrepo 

75 

Jaime  Pujiula 

84 

Emilio  Arango 

93 

Salomón  Rahaim 

101 

Pedro  Zutoaga 

108 

Guillermo  Figuera 

114 

Vicente  Andrade 

124 

Rudolf  Timmermans 

127 

Revista  de  libros: 


América:  Academia  Salvadoreña  de  Historia,  129— Archivo  del  general 
Miranda,  129— Celso,  129— García  Chuecos,  130— J.  L.  R.,  130.  Biografía:  Ama¬ 
lia  Errázuriz  de  Subercaseaux,  131— Beylard  s.  j.,  131— Bezuillaer,  131— Cruz 
Rueda,  132— Fuselli,  132.  Ciencias  eclesiásticas:  Larrañaga  S.  j.,  132.  Ciencias 
naturales:  Carbonell,  133— Publicaciones  del  Ministerio  de  Instrucción  Pública 
de  la  República  de  El  Salvador,  133— Vallejo  Nájera,  134.  Religión:  Goyau,  134. 
Hoornaert,  134.  Sociología:  Dos  Santos,  134— Facultad  de  Filosofía  y  Teología 
San  Miguel,  135— Herrera  Romero,  135— Jabouley,  136— Maday,  135— Maritain  136 
(della)  Roca,  137.  Varios:  Genta,  137-Montier,  137— Olaf,  133-Sabat  Pebet,  138  j 


Indice  del  suplemento: 

Vida  nacional  ■  Ultimas  publicaciones  colombianas  ■  Crónica  de  la 

Universidad  Javeriana  ■  Jorge  Rojas. 


Da«á  a«ii>*2«ÍAüaa  v  anaaaonnn  Aamrltt»  ralla  10  N  »  _ inaftaHn 


MEDEDLLIN  (Colombia) 


'£  BST. 

Revista  daVepiana 

Directores:  Félix  Restrepo  S.  J.  -  Daniel  Destrepo  S.  J. 

Administrador:  Augusto  J  oro  -  Regente  tipográfico:  Pablo  Emilio  Niño  H. 

Calle  10  numero  6-57  -  Apartado  445,  Bogotá. 

Para  sus  anuncios  llame  al  teléfono  número  76-93 
_=AgentesdepnORcidad:  Carlos  V.  Uarrlga  o.  .vDoOerto  AUonso 


Vida  nacional 

Del  15  de  enero  al  20  de  febrero 
—  I  — 

L  p  CONVENCION  CONSERVADORA  de  Cundinamarca,  convocada 
c°n  carácter  de  extraordinaria  a  raíz  de  los  sangrientos  sucesos  de  Ga- 

to  v  de  Ta°"t  ^1  19-a  .,21,  íl  ener°'  190  dele"ados  de  todo  el  departamen¬ 
to  >  de  la  intendencia  del  Meta  tomaron  parte  en  las  deliberaciones.  Las 

cu  cunstancias  en  que  se  reunió  la  asamblea,  y  el  ambiente  político  de  ex- 
tremada  tensión  que  la  acompañaba,  demostraban  la  importancia  que  sus 
decisiones  revestirían.  Y  en  verdad  fueron  graves  las  resoluciones  adopta¬ 
dor  ’nJe  gr-an  trasc?ndencla  Para  el  futuro  político  del  partido  conserva- 
dor.  Después  de  dejar  consignada 

Su  encendida  protesta  por  el  crimen  político  perpetrado  en  Gachetá  el  8  del  mes  en  curso 
por  fuerzas  armadas  de  la  república,  en  ostensible  complicidad  con  un  círculo  de  izquier- 
da.  revolucionario  y  subversivo...,  y  contra  el  hecho  escandaloso  de  que  no  obstante  "l 
tempo  transcurrido,  ninguno  de  los  principales  responsables  haya  sido  detenido  1, 

fue  aprobada  unánimemente  la  siguiente  proposición: 

*1  I  \  co”vewc*ón  conservadora  de  Cundinamarca  presenta  su  más  efusiva  felicitación 
al  doctor  Aquilino  Villegas,  admirable  polemista  del  partido,  pluma  valiente  e  inmaculada 
por  el  editorial  publicado  en  El  Siglo  del  16  de  los  corrientes,  cuyas  conclusiones  acoge  esta 
convención,  las  declara  aquí  inscritas  y  las  aconseja  al  electorado  conservador  del  departa- 
mentó  y  de  todo  el  país,  reconociendo  que  las  normas  de  organización  defensiva  destacadas 
en  aquel  escrito,  son  las  únicas  posibles  para  la  vitalidad  del  partido. 

La  convención  ordena  que  aquellas  conclusiones  sean  profusa  y  permanentemente  publi- 

cadas  en  los  órganos  de  la  prensa  conservadora  del  país,  y  elige  al  doctor  Aquilino  Ville- 
gas  como  su  miembro  honorario 1  2 3.  , 

El  gobierno  se  apresuró  a  condenar  esta  moción,  porque,  a  su  juicio 
«pugna  abiertamente  con  el  orden  constitucional  y  legal  de  la  repúbli-’ 
ca>>,  y  declaró  que  tomaría  todas  las  medidas  necesarias  para  salvar  la  tran¬ 
quilidad  pública  y  garantizar  la  vigencia  de  las  instituciones  jurídicas  na- 
cionales  ;í. 


1  El  Stglo,  20  de  enero.  Creemos  conveniente  hacer  constar  que  días  después  fueron  detenidos  ñor 
orden  del  investiMador  especial,  doctor  Dangond  Daza,  los  señores  Felipe  Garavito,  Dagoberto  Ocampo  v 
Reinaldo  Martin,  sindicados  por  la  opinión  pública  como  culpables  de  la  matanza  de  conservadores  v 
Antonio  Guzman  Blanco,  secretario  de  gobierno  en  la  pasada  administración,  a  quien  se  acusa  de  ser  uno 
de  los  directores  intelectuales  de  aquella  jornada  criminal. 

2  El  Siglo,  21  de  enero. 

3  El  Espectador,  21  de  enero. 


(45) 


En  el  editorial  a  que  alude  la  resolución  de  los  convenciomstas,  el 
doctor  Villegas  pedía  ahincadamente  que  el  gobierno  tomara  las  medidas 
elementales  que  la  justicia  exige,  y  que  de  una  vez  para  siempre  demos¬ 
trara  «que  el  poder  público  en  ninguna  forma  sería  el  alcahuete  de  la  vio¬ 
lencia».  Pero  más  adelante  exponía  la  tesis  de  la  legítima  defensa  y  los 
medios  prácticos  de  llevarla  a  cabo. 

No  reunirnos  nunca  en  donde  quiera  que  nos  desarmen;  y  armarnos  por  todos  los 
caminos  posibles ; 

No  reunirnos  nunca  sino  en  donde  seamos  los  más  fuertes  contra  cualquiera  agresión; 

Organizamos,  secretamente  si  es  necesario,  en  grupos  afines  en  los  barrios  si  se  trata 
de  habitantes  de  las  poblaciones  y  en  las  veredas,  si  se  trata  de  masas  campesinas,  en  grupos 
resueltos  que  aseguren  la  mutua  defensa ; 

En  donde  quiera  que  sea  saboteada  una  reunión  de  los  nuestros  procurar  reunirse  con 
suficiente  fuerza  para  sabotear  la  del  adversario ; 

Y  y.  . .  muchas  otras  que  se  te  dirán  al  oído,  hermano  conservador,  que  no  \as  a 
tener  vida  bajo  el  gobierno  de  la  convivencia,  como  no  la  tuviste  bajo  las  sanguinarias 
administraciones  pasadas.  Pero  la  lucha  es  la  vida,  y  si  lo  que  quieren  los  asesinos  de  Gachetá 
es  apartarnos  de  las  urnas,  están  muy  equivocados :  a  las  urnas  iremos  a  rescatar  nuestro 
derecho  de  elegir  libremente  los  legisladores.  Y  ya  sabremos  quiénes  nos  tendrán  que  pagar 
hoy  o  más  tarde,  el  montón  de  cadáveres  y  los  torrentes  de  sangre  inocente  con  que  se 
mancharan  las  aras  de  la  patria. 

La  más  seria  de  las  resoluciones  adoptadas  por  los  convenciomstas 
es  la  que  se  firmo  el  21  de  enero  a  las  2  de  la  tarde,  en  la  ultima  sesión. 
Puede  decirse  que  toda  la  convención  giró  en  torno  de  esta  medida  que 
se  estudió  en  las  tres  reuniones,  siendo  aprobada  unánimemente,  según 
El  Siglo,  en  todas  ellas. 

Se  establece  en  los  considerandos  que  el  partido  conservador  contaba  con  el  permiso  legal 
para  congregar  a  sus  adeptos  en  la  plaza  de  Gachetá;  que  el  permiso  de  realizar  una  contra  - 
manifestación  en  el  mismo  sitio  y  a  la  misma  hora  solicitado  por  un  grupo  liberal  izquier¬ 
dista,  fue  denegado  por  la  autoridad  competente;  que  no  obstante  la  negativa,  la  contra- 
manifestación  se  efectuó,  sin  que  la  autoridad  tomara  medida  alguna  para  disolverla;  que 
a  consecuencia  de  esta  omisión  sobrevino  el  abaleo  a  los  conservadores  ejecutado  por  los 
contramanifestantes  y  por  la  fuerza  pública;  que  del  indiscutible  conocimiento  de  los  hechos 
es  forzoso  deducir  que  el  delito  fue  planeado  y  premeditado  para  lograr  el  amedrentamiento 
de  los  electores  conservadores  del  círculo  electoral  del  Guavio,  y  que  con  tal  delito  se  han 
falseado  fundamentalmente  los  resultados  de  los  comicios  venideros;  que  apesar  del  consi¬ 
derable  tiempo  transcurrido  no  ha  sido  detenido  ninguno  de  los  sujetos  señalados  por  la 
opinión  pública  como  responsables  de  la  matanza,  ni  se  ha  procedido  contra  los  oficiales 
que  comandaban  la  fuerza  armada  que  la  ocasionó;  que  la  certeza  de  tal  impunidad  y  la 
del  aprovechamiento  del  crimen  para  conquistar  posiciones  políticas  indebidas  destruye  toda 
posibilidad  de  supervivencia  del  orden  jurídico;  que  es  un  deber  indeclinable  de  los  cuerpos 
directivos  del  partido  conservador,  oprimido  por  hechos  horrendos  de  brutal  injusticia,  pro¬ 
curar  por  todos  los  medios  a  su  alcance  que  el  país  no  caiga  definitivamente  en  mano*  de 
los  asesinos  impunes,  que  la  sangre  inocente  de  sus  adeptos  no  se  derrame  sin  castigo,  ni 
la  nación  sucumba  bajo  la  ola  de  violencia  que  la  amenaza;  que  la  moral  más  estricta  y 
todas  las  legislaciones  positivas  del  mundo  civilizado  reconocen  la  legítima  defensa  como 
primordial  y  suprema  garantía  de  la  vida  humana. 

Por  todos  estos  motivos  la  convención  extraordinaria  se  cree  en  el 
caso  de  declarar  solemnemente: 

a)  Que  los  conservadores  de  Cundinamarca  han  sido  colocados  en  el  caso  de  legítima 
defensa ; 


(46) 


u 


el  pueblo 

UN  DIARIO  PARA  LOS  CATOLICOS  COLOMBIANOS 


VALIENTE 


AGIL 


MODERNO 


NOTICIOSO 


VARIADO 


EL  PUEBLO  realizará  en  Colombia  el 
anhelo  de  5.  5.  Pío  XI  de  que  cada  nación 
tenga  su  diario  católico  en 

1939 

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$  60.000  de  capital,  dividido  en  16.000  acciones  de  $  10,00 

Diríjase  a  EL  PUEBLO.  Medellín,  o 
Augusto  Toro  L.,  Bogotá  Teléfono  76-93 

¡ADELANTE!  ¡DIOS  LO  QUIERE! 


b)  Que  los  asesinatos  de  Gachetá,  por  las  circunstancias  que  los  acompañan,  constituyen 
una  ignominia  para  el  nombre  colombiano  y  para  el  país  sobre  cuyo  suelo  viven  sujetos 
viles,  capaces  de  tan  infame  acto  de  cobardía; 

c)  Que  la  dignidad  del  partido  conservador  de  Cundinamarca  no  puede  permitir  que 
la  sangre  inocente  sea  aprovechada  por  los  autores  de  los  asesinatos  con  la  conquista  de 
posiciones  políticas ; 

d)  En  consecuencia,  los  delegados  de  Cundinamarca  y  de  la  intendencia  del  Meta  que 
integran  esta  convención  juran  solemnemente ,  ante  Dios,  ante  el  país  entero  y  por  el  honor 
del  partido,  que  la  representación  política  de  la  provincia  del  Guavio  será  conservadora,  y 
por  tanto  no  se  permitirá  que  en  los  cuerpos  electivos  nacional  y  departamental  sea  usur¬ 
pada  por  sujetos  que  no  pertenezcan  a  nuestra  colectividad  política. 

Y  al  estampar  sus  firmas  al  pie  de  tan  enfático  documento,  los  repre¬ 
sentantes  cundinámarqueses  declaran  que  «comprometen,  no  solamente 
su  honor  personal,  sino  el  de  toda  la  colectividad  en  la  puntual  y  rigurosa 
ejecución  de  esta  medida,  que  se  toma  con  pleno  conocimiento  de  causa, 
después  de  grave  y  detenida  meditación»  ,J. 

La  impresión  que  estas  resoluciones  produjeron  en  toda  la  opinión 
nacional  se  manifestó  con  rapidez  de  corriente  eléctrica.  El  sector  liberal 
del  país,  desde  el  jefe  del  Estado  hasta  el  último  comité  municipal,  con¬ 
denó  con  unánime  indignación  este  gesto  del  partido  conservador.  Los 
periódicos  liberales  hicieron  del  asunto  un  casus  helli,  y  recalcaron  con 
insistencia  que  el  partido  de  oposición  se  había  colocado  fuera  de  la  ley, 
lanzándose  sin  motivo  que  lo  justificara  por  los  caminos  de  la  ilegalidad. 
Para  esa  prensa  el  acuerdo  de  los  convencionistas  no  era  sino  «la  invoca¬ 
ción  rústica  de  la  violencia  que  se  escapa  de  la  garganta  de  la  demagogia». 
Los  convencionistas  se  habían  declarado  simplemente  «enemigos  de  la  repú¬ 
blica»  c.  En  consecuencia  les  advertía  colérica  que  el  gobierno  disponía  de 
todos  los  medios  para  «aplastar»  todo  intento  de  subversión,  todo  conato  de 
desorden.  Y  para  hacer  más  evidente  el  «desatino»  de  aquella  audaz  reso¬ 
lución,  repitieron  en  todos  los  tonos  que  lo  de  Gachetá  «fue  únicamente 
un  hecho  aislado»  que  ellos  — los  liberales —  condenaban  los  primeros; 
un  «alboroto  provocado  por  unos  caballeros  ( sic)  a  quienes  ha  desauto¬ 
rizado  todo  el  mundo»  T. 

Esta  visión  de  los  hechos  exaltó  aún  más  los  ánimos  de  los  conserva¬ 
dores,  quienes  acusaron  a  sus  enemigos  políticos  de  disminuir  intencio¬ 
nadamente  la  gravedad  monstruosa  de  la  matanza  del  Guavio.  No  pode¬ 
mos  considerarla  como  hecho  aislado  — respondieron — : 

« 

Porque  es  el  último  eslabón  de  una  larga  y  pesada  cadena  de  persecuciones  y  martirio. 
Y  porque  revistió  todos  los  caracteres  de  premeditación,  alevosía  y  notoriedad  que  consti¬ 
tuyen  la  plena  prueba  de  un  delito  doblemente  execrable;  porque  se  cometió  a  la  luz  del 
so!  y  con  la  complicidad  de  quienes  debieron  prevenirlo  y  castigarlo  en  los  momentos  de  su 
ejecución.  No  es  lógico  deducir  la  singularidad  de  un  caso  cuando  a  producirlo  concurren 
factores  que  hacen  presumir  su  repercusión  y  repetición. 

A  los  calificativos  de  «ilegales»,  «bárbaros»,  «sanguinarios»,  «terro¬ 
ristas»,  con  que  se  motejó  a  los  participantes  en  la  convención  departa¬ 
mental,  responde  El  Siglo  en  nota  editorial  del  22  de  enero  i 


4  El  Siglo,  16  de  enero. 

5  El  Siglo,  22  de  enero. 

6  El  Tiempo,  22  de  enero. 

7  El  Tiempo,  22  de  enero. 


/tef/'/ojrff! .  v 


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59 


0  «  »  » 


En  el  calendario  de  toda  mujer,  hay  cada  mes  ciertos  días 
inevitables,  días  de  descontento,  días  de  mal  humor,  días 
de  tormento  . .  .  cuando  ella  sufre  porque  es  mujer.  Sin  em- 
argo,  ahora  millares  y  millares  de  mujeres  pasan  tranqui¬ 
las  y  contentas  esos  días  inevitables,  acudiendo  al  seguro 
consuelo  que  les  ofrece  la  Cafiaspirina.  La  Cafiaspirina 
quita  el  dolor,  calma  los  nervios  y  reanima  el 
espíritu,  restableciendo  rápidamente  el  bienes¬ 
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INIIIIIIIIIIIIII||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||f|||||||||||||||||||||8|||||||||||m||,||||||,i,||||||||,|||||||||||||||||||||i|||| 


2  tabletas  por  solo  5  cvs. 


Los  8.000  muertos  de  Santander,  bajo  el  reinado  de  sangre  de  los  señores  Olaya  He¬ 
rrera  y  Alfonso  López.  ...están  probando  que  el  liberalismo  parece  empeñado  en  sostener  a 
todo  trance  la  exterminación  de  sus  adversarios. 

Además  de  que  los  hechos  de  Gachetá  no  han  sido  deformados  por  noostros,  ni  agran¬ 
dados  para  buscar  un  efecto  sobre  los  convencionistas  cundinamarqueses.  Once  muertos  y 
cincuenta  heridos,  cuando  la  concentración  conservadora  debió  desarrollarse  dentro  del  más 
perfecto  orden  — porque  había  sido  incorporada  a  las  vías  legales —  ponen  de  relieve  la  ' 
capacidad  acometedora  del  liberalismo.  La  masacre  de  Gachetá  previene  a  los  colombianos 
sobre  lo  deleznable  de  su  orden  jurídico.  La  enseñanza  que  se  extrae  de  ellos  es  qué  un 
partido,  en  la  proscripción,  teniendo  en  frente  a  un  adversario  de  la  peligrosidad  del  libe¬ 
ralismo.  necesita  preparar  su  defensa  y  que  sus  hombres  estén  en  capacidad  para  repeler 
las  agresiones  de  que  puedan  ser  víctimas.  Esto  es  algo  elemental  en  la  mecánica  política. 
Algo  indiscutible.  Cuando  se  trató  de  la  concentración  de  Gachetá,  el  gobierno  ofreció  garan¬ 
tías.  Envió  tropas.  Y  pudo  cumplir  su  promesa  de  «garantías»?  No.  Los  mismos  hombres 
encargados  de  salvaguardiar  la  vida  de  los  conservadores  resolvieron  ponerse  de  acuerdo 
con  los  izquierdistas  para  abalearlos.  El  caso  es  demasiado  claro,  demasiado  categórico, 
demasiado  diciente  para  que  en  torno  a  él  se  escriban  equilibrios  literarios  que  son  apabu¬ 
llados  por  la  fuerza  de  los  hechos. 

En  tan  dramática  agitación  se  hallaban  los  espíritus,  cuando  en  la 
noche  del  24  se  dirigieron  por  radio  a  todo  el  país  los  hombres  más  repre¬ 
sentativos  de  las  dos  ideologías  en  pugna,  Eduardo  Santos  y  Laureano 
Gómez.  Aunque  el  contenido  de  ambos  discursos  es  bien  conocido,  ya 
que  hallaron  eco  en  toda  la  prensa  de  Colombia,  quedaría  incompleta 
nuestra  crónica  si  no  los  resumiéramos  en  una  rápida  síntesis. 

Inició  el  señor  presidente  su  conferencia  invitando  a  todos  los  colom¬ 
bianos  a  reflexionar  patrióticamente  sobre  los  aspectos  recientes  de  la 
política  nacional  y  sobre  las  palabras  que,  como  jefe  del  Estado,  iba  a 
pronunciar. 

La  convivencia,  dijo,  no  es  una  política,  sino  un  deber  elemental  e  imperioso  que  la 
Constitución  y  las  leyes  imponen  al  gobernante.  ¿Y  qué  resultados  prácticos  ha  dado  esta 
actuación  conciliadora?  En  centenares  de  telegramas  y  otras  comunicaciones,  recibidas  en 
palacio  durante  los  últimos  meses,  personajes  conservadores  atestiguan  que  en  sus  jiras 
y  propagandas  han  disfrutado  de  las  más  completas  garantías,  que  la  convivencia  ha  sido 
interpretada  hidalga  y  generosamente  por  las  autoridades  departamentales,  que  la  concordia 
nacional  es  una  realidad  patriótica,  que  el  liberalismo  se  muestra  culto  y  comprensivo... 
Las  cincuenta  manifestaciones  publicas  llevadas  a  cabo  por  los  conservadores  en  las  últimas 
semanas  se  realizaron  con  absoluta  libertad...  Ese  es  el  clima  político  colombiano,  el  clima 
real,  el  de  las  provincias,  el  de  los  distintos  lugares  de  la  república...  Esa  era  y  es  una 
vasta  aspiración  nacional;  yo  he  tenido  el  honor  de  ser  su  intérprete.  Son  los  ciudadanos 
colombianos  los  que  han  venido  realizándola  con  honrosísima  eficacia.  Y  ellos  y  el  gobierno 
han  de  perseverar  en  esta  vía  salvadora. 

Pero  he  aquí  que  en  medio  de  este  ambiente  de  paz  y  de  civismo  estalla  la  tragedia 
de  Gachetá,  tragedia  abominable,  que  nadie  pretende  ni  excusar  ni  disimular  y  ante  cuyas 
víctimas  me  inclino  con  emocionado  respeto. 

El  gobierno  — continuaba  el  presidente —  hizo  todo  lo  posible  por  impedir  que  la  tra¬ 
gedia  se  extendiera,  y  por  abrir  ampliamente  la  puerta  a  la  justicia  y  a  la  sanción. 

Y  mostrando  asombro  por  la  interpretación  que  de  los  hechos  han 
dado  los  políticos  conservadores,  y  por  las  medidas  que  en  relación  con 
ellos  adoptaron,  exclama  el  jefe  del  Estado: 

Y  ahora,  pregunto  a  todos  mis  oyentes:  ¿Ese  hecho  aislado,  ese  incidente  que  no  tenía 
relaciones  con  los  sucesos  -anteriores,  que  no  perturbó  en  lo  más  mínimo  los  que  hubieron 
de  sucederlo.  que  no  evitó  el  que  la  tranquilidad  y  la  cultura  política  brillaran  plenamente 
en  lugares  como  Arboledas,  Armenia  y  Santa  Rosa;  ese  hecho  es  suficiente  para  que  una 


(50) 


' 


Consúltenos 

sobre  su  vista: 

Para  conservarla 
si  es  buena. 

Para  corregirla 
si  es  deficiente. 


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Delineante  de  taller  mecánico  1. 

Dibujo  y  construcción  de  máquinas  1. 

Jefe  de  delineación. 

Dibujo  de  elementos  de  construcción  1. 

Comercio  y  propaganda 

Director  gerente  comercial. 

Contador. 

Jefe  técnico  de  banca. 

Preparación  bancaria. 

Secretario  comercial  2. 

Auxiliar  de  secretaría  2. 

Perito  en  publicidad. 

Perito  propagandista. 

Jefe  de  oficina. 

Auxiliar  de  oficina  2. 

Jefe  de  correspondencia 
Tenedor  de  libros. 

Jefe  de  contabilidad. 

Auxiliar  de  contabilidad. 

Mecano-taquígrafo  2. 

Mecanografista. 

Taquígrafo  2. 

Instrucción  práctica  elemental. 

Instrucción  práctica  comercial  2. 

Cálculo  mercantil. 

Preparación  técnica  para  oficina,  curso  superior. 


Construcción 

Ingeniero  de  construcciones  1. 

Ingeniero  de  construcciones  metálicas  1, 
Ingeniero  de  construcciones  de  hormigón  1. 
Contratista  general  1. 

Contratista  de  edificios  1. 

Jefe  técnico  de  construcciones  metálicas  1. 
Jefe  técnico  de  construcciones  de  hormigón  1. 
Técnico  de  construcciones  metálicas  1. 
Técnico  de  construcciones  de  hormigón  1. 
Especialista  en  albaflilería  1. 

Albañil. 

Especialista  carpintero. 

Carpintero  de  armar. 

Carpintero  modelista. 

Puentes,  carreteras  y  vías  férreas 

Ingeniero  de  ferrocarriles  1. 

Ingeniero  de  carreteras  1. 

Ingeniero  de  puentes  1. 

Jefe  técnico  en  ferrocarriles  1. 

Jefe  técnico  en  puentes  1. 

Jefe  técnico  en  carreteras  1. 

Técnico  en  puentes  1. 

Técnico  en  carreteras  1. 


Oficinas  principales  en  Colombia 

Gerencia:  Banco  de  la  República  número  333.  Bogotá.  —  Apartado  número  847. 

Aéreo  número  3444.  Teléfono  2399. 

Medellín:  Edificio  Gaviria  números  22  y  23.  Apartado  480. 

Cali:  Edificio  de  Roux.  3er.  piso.  Apartado  99. 

Barranquilla :  Banco  Bogotá,  oficina  número  4.  Apartado  680. 

Manizales:  Oficinas  frente  al  Hotel  Escorial.  Apartado  30. 

Bucar amanga:  Escuelas  Internacionales.  Apartado  79. 

Cúcuta:  Escuelas  Internacionales.  Apartado  77. 

Pasto:  Escuelas  Internacionales. 

Tunja:  Plaza  de  Bolívar.  Carrera  3.a  números  648  y  645. 

Nota:  Los  residentes  en  Tolima,  Huila,  las  Intendencias  y  Comisarías  deben 
dirigir  su  correspodencia  a  Bogotá. 


r- 


enseñan  en  o^jk.iíIoI 

Ingeniería  civil  e  hidráulica-química 

Ingeniero  civil  1. 

Ingeniero  municipal  1. 

Ingeniero  sanitario  1. 

Topógrafo  1. 

Ingeniero  de  obras  hidráulicas  1. 

Ingeniero  de  instalaciones  hidroeléctricas. 

Jefe  técnico  en  obras  civiles  1. 

Jefe  técnico  municipal  1. 

Jefe  técnico  en  obras  de  riego  1. 

Jefe  técnico  en  obras  hidráulicas  1. 

Jefe  técnico  en  abastecimiento  de  aguas  1. 

Jefe  técnico  en  obras  de  saneamiento  1. 

Jefe  técnico  en  obras  hidroeléctricas  1. 

Técnico  en  obras  hidráulicas  1. 

Técnico  en  abastecimiento  de  aguas  1. 

Técnico  en  obras  de  riego  1. 

Técnico  agrimensor  1. 

Ayudante  de  construcciones. 

Ingeniero  químico  azucarero. 

Químico  azucarero. 

Telegrafía  y  telefonía-radio 

Técnico  en  RADIO 
Ingeniero  de  telefonía. 

Técnico  de  telefonía. 

Jefe  técnico  de  telegrafía. 

Ingeniero  de  telegrafía 
Técnico  en  telegrafía  y  telefonía. 

Electricidad 

Ingeniero  electricista  1. 

Ingeniero  constructor  electricista  1. 

Jefe  técnico  mecánico  electricista  1. 

Jefe  técnico  electricista  1. 

Jefe  técnico  en  alumbrado  y  tracción  eléctricos  1. 

Jefe  técnico  en  tracción  eléctrica  1. 

Jefe  técnico  en  alumbrado  eléctrico  1. 

Jefe  técnico  de  centrales  eléctricas  1. 

Técnico  mecánico  electricista. 

Técnico  electricista. 

Técnico  en  alumbrado  y  tracción  eléctricos 


CUPON 

Sírvase  informarme,  sin  compromiso  alguno  de  mi  parte,  cómo  podré  obtener  ins¬ 
trucción  en  la  carrera,  profesión  u  oficio  que  he  marcado  en  esta  hoja  con  una  (x). 

Nombre  y  apellido  . . . . 

Calle  y  número . ; . . . . 

Apartado  número . 

Ciudad . ■ . . . . . . . , . 

Departamento  . . 


Técnico  en  tracción  eléctrica. 

Técnico  en  alumbrado  eléctrico. 

Técnico  en  centrales  eléctricas. 

Instalador  montador  electricista. 
Montador  electricista. 

Instalador  electricista. 

Técnico  de  dinamos  y  motores. 
Electricista  de  minas 
Técnico  de  ascensores  eléctricos. 

Mecánica 

Ingeniero  mecánico  1. 

Jefe  técnico  mecánico  1, 

Director  técnico  de  talleres  mecánicos  1. 
Jefe  de  talleres  de  fundición  1. 

Jefe  de  talleres  mecánicos  1. 

Especialista  ajustador  montador. 
Especialista  tornero. 

Especialista  fresador. 

Especialista  modelista. 

Especialista  herramentista. 

Especialista  forjador. 

Especialista  fundidor. 

Mecánico  industrial  1. 

Especialista  calderero. 

Montador  de  máquinas  de  vapor. 
Constructor  de  calderas  1. 

Aprendiz  calderero. 

Automovilismo  y  motores 

Técnico  automovilista. 

Conductor  de  automóviles. 

Técnico  en  motores  fijos. 

Técnico  en  motores  de  explosión 
Jefe  de  taller  de  automóviles. 

Técnico  de  instalaciones  de  gas  pobre. 
Electricista  de  motores  de  explosión. 
Mecánico  automovilista. 

Maquinista  de  embarcaciones  automóviles. 
Manejo  y  reparación  de  automóviles. 
TECNICO  EN  MOTORES  DIESEL. 


Estos  avisos  no  se  encuadernan,  puede  usted  cortar  el  cupón  libremente 


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Carrera  9.a  número  13-71  (tercer  piso) 
Teléfono  número  96-14  —  Bogotá. 


convención  política  se  declare  fuera  de  la  ley;  para  que  se  proclame  como  programa  de  un 
partido  la  violencia  subversiva;  para  que  se  haga  propaganda,  de  manera,  más  o  menos 
abierta  o  solapada,  a  una  política  de  atentado  personal  que  no  sería  cosa  distinta  de  la  polí¬ 
tica  del  delito  más  execrable  y  de  la  barbarie  más  anticristiana? 

Pa  ra  terminar,  el  doctor  Santos  manifiesta  que  contra  esa  política 
de  violencia,  lo  mismo  bajo  el  elogio  que  bajo  la  diatriba,  el  gobierno 
hará  cuanto  esté  a  su  alcance  «para  que  las  libertades  se  mantengan  intac¬ 
tas  y  la  democracia  tenga  una  real  existencia  en  Colombia». 

¿Qué  opondría  a  las  palabras  del  presidente  el  jefe  de  la  oposición,  el 
presidente  honorario  de  la  convención  extraordinaria  de  Cundinamarca,  el 
representante  más  autorizado  del  conservatismo? 

Los  millares  de  radioescuchas  que  acababan  de  oír  al  doctor  Santos, 
sintonizaron  la  Voz  de  Colombia:  Laureano  Gómez  saludaba  ya  a  todos 
los  colombianos  y  entraba  en  la  difícil  materia  de  su  improvisación  his¬ 
tórica.  Tenía  que  refutar  las  estudiadas  palabras  del  presidente  y  justi¬ 
ficar  la  resolución  de  legítima  defensa  que  su  partido  acababa  de  adoptar. 
Por  sus  labios  iban  a  gritar  venganza  los  once  muertos  y  cincuenta  heridos 
conservadores  de  Gachetá. 

Traza  el  jefe  un  resumen  de  los  hechos,  demuestra  la  pasividad 
culpable  de  las  autoridades  y  la  participación  criminal  de  la  policía;  aduce 
textos  del  Código  Penal  que  condenan  a  individuos  que  aún  gozan  de 
libertad;  acusa  en  un  párrafo  impresionante  al  secretario  de  gobierno 
departamental,  y  declara  que  no  les  quedaba  ya  a  los  miembros  del  con¬ 
servatismo  más  camino  que  la  vuelta  a  los  principios  primordiales.  Ante 
la  afirmación  hecha  momentos  antes  por  el  presidente  de  que  el  gobierno 
había  tomado  todas  las  medidas  conducentes  para  evitar  que  los  hechos 
se  produjeran,  replica  el  jefe  conservador: 

Esta  afirmación  no  tranquiliza  el  espíritu  porque  representa  la  impotencia  del  go¬ 
bierno.  ante  los  asesinatos.  Sería  preferible  que  el  doctor  Santos  dijera  que  el  gobierno 
había  sido  cogido  de  improviso,  que  no  se  tomaron  los  medios.  Esta  es  la  declaración  de 
la  impotencia  del  gobierno  ante  el  asesinato. 

Finalmente  sostiene  que,  según  textos  de  Balines  y  Santo  Tomás  de 
Aquino,  las  decisiones  tomadas  por  la  convención,  dadas  todas  las  cir¬ 
cunstancias  actuales,  tienen  para  los  miembros  de  la  comunidad  en  aquella 
representados,  la  fuerza  de  verdaderas  leyes  8. 

En  vísperas  de  reunirse  la  anunciada  convención  nacional  del  partido 
conservador  se  hicieron  públicas  unas  declaraciones  de  un  grupo  de  con¬ 
servadores  bogotanos,  desazonados  y  temerosos  con  las  conclusiones  de 
la  convención  departamental.  Estas  manifestaciones  que  se  conocieron 
con  el  nombre  de  manifiesto  de  los  sesenta ,  no  disminuyeron  en  nada  la 
tensión  de  la  vida  política.  Llevaban  como  primera  firma  la  del  doctor 
Emilio  Ferrero,  e  iban  dirigidas  a  la  convención  nacional  del  partido. 
Declaraban  los  firmantes  que  sentían  sus  espíritus  embargados  de  patrió¬ 
tica  congoja  por  el  atentado  de  Gachetá,  pero  les  alarmaba  sobremanera 

El  hecho  de  que  una  parte  de  nuestros  copartidarios,  dejándose  llevar  por  el  airado 
impulso  de  la  emoción  que  causa  el  inaudito  crimen,  haya  creído  hallar  recurso  eficaz  y 

8  El  Siglo,  25  de  enero. 


(51) 


justo  contra  actos  de  esa  especie  en  la  adopción  de  medidas  encaminadas  a  oponer  la  vio¬ 
lencia  a  la  violencia  9. 

El  júbilo  con  que  ía  prensa  liberal  de  todos  los  matices  acogió  estas 
manifestaciones  es  solo  comparable  a  la  perplejidad  y  zozobra  que  demos¬ 
tró  en  los  días  anteriores.  La  Verdadera  acción  intrépida ,  titula  El  Liberal 
un  suelto  en  que  agota  el  léxico  de  los  loores  en  honor  del  «razonado, 
discreto  y  sensato  documento,  firmado  por  prestigiosos  caballeros,  que 
son  hombres  de  trabajo  y  que  tienen  algo  que  perder  con  la  violencia,  y 
en  todo  caso  nada  que  ganar  con  su  predicación»  10. 

El  directorio  conservador  contestó  al  doctor  Ferrero  invitándole  a 
que  expusiera  personalmente  en  el  seno  de  la  convención  nacional  ías 
razones  que  le  movieron  a  hacer  tales  reservas  a  las  normas  cundina» 
marquesas,  y  autorizándole  para  que  con  él  discutiesen  dichas  normas  en 
la  misma  asamblea  otros  cuatro  de  los  firmantes  del  manifiesto. 

Tan  gallardo  proceder  fue  juzgado  por  La  Razón  de  «inobjetable, 
democrático  y  merecedor  de  sinceras  congratulaciones» *  11. 

Sin  embargo  el  doctor  Ferrero,  en  nombre  propio  y  en  el  de  sus 
compañeros,  declinó  el  ofrecimiento  que  se  le  hacía,  por  creer  que  una 
disputa  ruidosa  sería  más  bien  perjudicial  a  los  intereses  del  conser- 
vaíismo. 

Así  terminó  la  intervención  de  los  «moderados»,  sin  que  se  produje¬ 
sen  en  el  panorama  político  del  conservatismo  modificaciones  apreciables. 
Por  el  contrario,  ía  tesis  de  la  legítima  defensa  fue  ganando  entusiastas 
partidarios  en  todo  el  territorio  patrio.  Las  ediciones  de  El  Siglo  conte¬ 
nían  diariamente  multitud  de  telegramas  ardorosos,  y  editoriales  compa¬ 
rables  a  los  de  Aquilino  Villegas  se  escribían  en  la  prensa  de  todas  las 
provincias. 

p  L  DIA  4  DE  FEBRERO  quedó  instalada  en  Bogotá  la  convención 

nacional  del  partido  conservador.  Desde  sus  actuaciones  preliminares 
concenti  o  necesariamente  toda  la  atención  publica.  De  su  urgencia  y  nece¬ 
sidad  decían  muy  claro  las  circunstancias:  el  enorme  crimen  político  de 
Gachetá  había  colocado  a  grandes  sectores  del  partido  en  actitud  recelosa 
y  a  veces  hostil  para  con  el  poder  constituido ;  la  convivencia  entre  todos 
los  colombianos,  predicada  por  el  gobierno  y  practicada  lealmente  en  algu¬ 
nos  sectores  durante  cinco  meses,  había  entrado  én  un  colapso ;  una  inquie¬ 
tud  improrrogable  de  latente  beligerancia  invadía  todos  los  espíritus 

La  ansiedad  y  la  expectativa  en  que  el  país  estaba  sumido  desde  hacía 
tres  semanas,  iban  a  culminar  en  estos  primeros  días  de  febrero,  en  los 
que  la  convención  nacional  adoptaría,  tras  maduras  reflexiones,  una  reso¬ 
lución  definitiva. 

Tomaron  parte  en  aquellas  deliberaciones  los  representantes  de  todos 
los  departamentos  e  intendencias,  además  de  algunos  jefes  conservadores 
de  diferentes  secciones  del  país,  especialmente  invitados.  El  general  Pe¬ 
dro  J.  Berrío  fue  desde  luego  proclamado  presidente  de  la  convención. 

9  El  Tiempo,  28  de  enero  (Nótese  que  esta  declaración  se  publicó  en  El  Tiempo). 

10  El  Liberal,  28  de  enero. 

11  La  Razón,  30  de  enero. 


(52) 


*  r\0^ 

territorio  flaC 

con  un  servicio 


RAPIDO-SEGURO  -  EFICIENTE 


Así  lo  tenían  determinado  mucho  antes  el  doctor  Gómez  y  sus  com¬ 
pañeros  de  directorio. 

Fácilmente  se  comprende  que  entre  los  importantísimos  temas  discu¬ 
tidos  en  aquellas  memorables  reuniones  ninguno  había  de  alcanzar  tanta 
gravedad  y  resonancia  como  el  de  la  nacionalización  de  las  resoluciones 
de  la  convención  cundinamarquesa,  o  sea,  la  aplicación  inmediata  a  todo 
Colombia  de  la  llamada  «política  de  acción  intrépida». 

Estaba  Laureano  Gómez  firmemente  resuelto  a  separarse  de  la  direc¬ 
ción  del  partido  si  la  convención  nacional  no  apoyaba  de  manera  irres¬ 
tricta  su  actuación  personal  y  la  de  los  convencionistas  de  Cundinamarca 
en  relación  con  los  sucesos  de  Gachetá.  Gomo  Berrío  y  los  demás  dele¬ 
gados  de  Antioquia  no  se  mostraron  acordes  con  esa  orientación,  se  con¬ 
vino  en  que  el  jefe  antioqueño  hablase  de  nuevo  con  el  presidente  de  la 
república.  Pero  Laureano  Gómez  resolvió  desde  luego  retirarse,  y  no 
volvió  a  aparecer  en  la  convención;  y  poco  después  partió  en  un  avión 
para  Panamá. 

Entre  tanto  el  señor  presidente  confirmó  de  la  manera  más  amplia 
su  propósito  de  conceder  garantías  a  los  conservadores  en  las  elecciones. 

Gomo  le  preguntara  el  presidente  al  general  Berrío  cuáles  eran  en 
concreto  las  quejas  del  partido  conservador,  manifestó  éste  que  él  no 
podría  fácilmente  detallárselas,  pero  designó  más  tarde  en  la  convención 
a  Gonzalo  Restrepo  Jaramillo  y  a  Abel  Carbonell  para  que  expusieran 
ante  el  gobierno  los  reclamos  del  partido. 

Los  comisionados  rindieron  su  informe  ant$  el  ministro  de  gobierno, 
y  le  hicieron  saber  además  que  la  única  fórmula  satisfactoria  respecto  de 
las  próximas  elecciones  sería  la  abstención  del  partido  liberal  en  la  pro¬ 
vincia  del  Guavio.  No  pudo  el  doctor  Lozano  acceder  como  ministro  a 
esta  última  petición,  pero  ratificó  su  promesa  de  garantizar  a  los  conser¬ 
vadores  el  ejercicio  de  sus  derechos  ciudadanos  1J. 

Los  acontecimientos  más  notables  de  la  asamblea  que  reseñamos  se 
acumularon  en  la  sesión  vespertina  del  6  de  febrero:  resoluciones  solem¬ 
nes,  sorprendentes  actitudes,  patéticos  discursos,  tuvieron  lugar  en  aque¬ 
llas  horas  dramáticas. 

Al  proponer  Primitivo  Crespo  al  comienzo  de  la  sesión,  el  reconoci¬ 
miento  de  Laureano  Gómez  como  jefe  único  del  cónservatismo  colom¬ 
biano,  todos  los  convencionistas,  puestos  en  pie,  rindieron  entusiasta  y 
clamorosa  adhesión  a  aquella  propuesta.  La  moción  aprobada  en  forma 
tan  jubilosa  dice  textualmente:  ^ 

La  convención  nacional  conservadora  de  1939,  en  acatamiento  a  la  voluntad  general  del 
partido  y  en  servicio  de  sus  altos  intereses, 

Resuelve : 

Reconocer  y  proclamar  como  jefe  único  del  conservatismo  al  doctor  Laureano  Gómez, 
a  quien  se  rinde  una  vez  más  el  testimonio  de  adhesión  y  respaldo  por  sus  constantes,  des¬ 
velados  y  eficaces  servicios  en  beneficio  de  nuestra  causa. 

El  señor  doctor  Gómez  queda  investido  de  amplísimas  facultades  para  el  ejercicio  de 
su  cargo  -1-3. 


12  El  Siglo,  7  de  febrero. 

13  El  Siglo,  7  de  febrero. 


(54) 


Agentes  en  Bogotá: 

PIZANO  HERMANOS 

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Carrera  9.a  número  13-73 


Inmediatamente,  rogando  al  doctor  Abel  Garbonell  que  le  reempla¬ 
zara  en  el  sillón  presidencial,  se  levantó  a  hablar  el  general  Berrío.  Al 
punto  pensaron  los  convencionistas  que  algo  grave  iba  a  anunciar  el  cau¬ 
dillo  antioqueño.  Comenzó  éste  adhiriéndose  a  la  proclamación  del  doctor 
Laureano  Gómez  como  jefe  único  del  partido,  y  dijo  que  siempre  había 
estado  de  acuerdo  con  él  en  sus  campañas  políticas.  Pero  que  habiendo 
surgido  entre  los  dos  cierta  divergencia  en  el  modo  de  apreciar  algunas 
de  las  conclusiones  de  la  convención  de  Cundinamarca,  y  en  vista  de  la 
imposibilidad  de  uniformar  los  criterios  en  este  punto,  suplicaba  al  secre¬ 
tario  que  leyese  la  constancia  que  traía  escrita,  y  que  con  mucha  pena  se 
retiraba  de  la  convención. 

Apesar  de  las  instancias  de  muchos  convencionistas  para  que  no  se 
retirase  ni  abandonase  la  presidencia,  el  general  se  reunió  en  la  puerta 
del  salón  con  los  demás  delegados  de  Antioquia  y  allí  esperó  a  que  se 
leyese  su  constancia,  que  decía  así: 

Señores  delegados  de  la  convención  conservadora: 

Honrado  con  el  cargo  de  presidente  de  esta  respetable  corporación,  en  mi  calidad  de 
miembro  del  directorio  nacional  conservador,  tuve  algunas  conferencias  preliminares  con  el 
señor  doctor  Laureano  Gómez,  antes  de  iniciarse  las  sesiones,  para  ver  de  llegar  a  un 
acuerdo  sobre  ciertos  puntos  que  podrían  ser  objeto  de  estudio  durante  las  reuniones. 

Dentro  de  la  mayor  cordialidad  y  con  el  más  vivo  anhelo  de  servir  a  nuestra  comunidad 
política  llegamos,  de  acuerdo  con  otros  miembros  del  directorio,  a  una  fórmula  que  debía 
someterse  a  vuestra  ilustrada  consideración. 

Como  parece  que  se  ha  cambiado  de  propósito  y  que  de  tal  manera  se  hace  imposible 
uniformar  el  pensamiento  directivo  sobre  las  cuestiones  que  fueron  objeto  de  esas  confe¬ 
rencias,  me  veo  en  el  caso  de  presentar  renuncia  irrevocable  del  cargo  de  presidente  de  la 
convención  y  me  excuso  de  seguir  asistiendo  a  las  sesiones,  desde  este  mismo  instante,  pues 
no  quiero  contribuir  a  nada  que  ocasione  nuevas  divisiones. 

La  doctrina  conservadora,  sus  principios  eminentemente  civiles  y  legalistas,  las  tradi¬ 
ciones  de  mi  vida  pública  en  servicio  de  esos  ideales,  me  impiden  aprobar  en  su  integridad 
la  resolución  de  la  convención  conservadora  de  Cundinamarca,  suficientemente  conocida,  y 
en  conciencia  no  puedo  solidarizarme  con  ella. 

No  me  resta  ya  nada  por  hacer  y  me  limito  a  formular  votos  por  el  éxito  de  vues¬ 
tras  labores. 

Señores  delegados, 

Pedro  J .  Berrío  u 

Los  convencionistas,  a  instancias  de  Garbonell  González  prorrumpen 
en  vivas  al  general  Berrío  y  le  instan  cariñosamente  a  que  regrese  a  su 
puesto  de  presidente,  «pues  entre  los  conservadores  no  puede  haber  mo¬ 
tivo  de  discordia».  Pero  el  general  se  retiró  de  la  asamblea,  seguido  de 
sus  compañeros  de  delegación. 

Ante  estos  hechos,  el  doctor  Luis  Ignacio  Andrade,  después  de  pro¬ 
poner  que  se  aclamara  a  Abel  Garbonell  nuevo  presidente  de  la  conven¬ 
ción  — propuesta  que  fue  acogida  sin  vacilación —  se  refirió  al  incidente 
que  se  acababa  de  presenciar,  calificándolo  de  positiva  desgracia,  y  bos¬ 
quejó  una  defensa  de  la  actitud  del  doctor  Gómez  recapitulando  los  he¬ 
chos  cumplidos  en  aquellos  agitados  días.  Declaró  que  Laureano  Gómez 
había  considerado  como  elemento  esencial  para  el  ejercicio  efectivo  de  su 

14  El  Sitio,  7  de  febrero. 


(5(5) 


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cargo  de  jefe  político  el  respaldo  moral  de  todos  sus  copartidarios,  y  que 
en  consecuencia,  al  observar  la  discrepancia  del  general  Berrío  con  su 
actuación  y  criterio  personal,  había  decidido  apartarse  de  la  dirección 
del  conservatismo  y  ausentarse  del  país.  Pero  no  lo  había  hecho  sin  supli¬ 
car  a  muchos  de  sus  amigos  que  eligieran  al  general  Berrío  jefe  único, 
sobre  la  base  de  contar  con  la  adhesión  del  propio  doctor  Gómez. 

El  doctor  Guillermo  León  Valencia,  joven  delegado  por  el  departa¬ 
mento  del  Cauca,  hizo  a  continuación,  en  un  fogoso  discurso,  la  apología 
de  la  «acción  intrépida».  «Laureano  Gómez,  afirmó,  no  es  el  caudillo  de 
la  muerte,  sino  el  abanderado  de  la  vida;  no  impone  el  asesinato,  sino 
que  se  pfoceda  contra  los  asesinos ;  no  viola  las  leyes  de  la  moral,  sino 
reclama  el  cumplimiento  de  los  dictados  de  la  justicia».  Sostuvo  que  los 
conservadores  se  hallaban  ante  este  dilema  real:  mantenerse  en  la  polí¬ 
tica  de  una  leal  convivencia  o  alistarse  en  los  cuadros  de  la  retaliación. 
Pero  se  equivocaban  quienes  creyesen  en  la  realización  de  las  promesas 
de  garantías,  pues  «el  presidente,  que  es  un  gran  ciudadano  y  un  gran 
patriota,  no  lleva  sus  influencias  más  allá  del  palacio  presidencial,  y  los 
gobernadores  y  alcaldes  desprecian  las  órdenes  de  sus  superiores,  y  los 
polizontes  asesinan  a  su  arbitrio». 

Por  gran  mayoría  fueron  después  aprobadas  estas  tres  proposicio¬ 
nes  fundamentales : 

1* _ Concurrencia  del  conservatismo  a  las  urnas  en  los  debates  electorales  del  presen¬ 

te  año. 

2? Aprobación  de  las  normas  adoptadas  por  la  convención  conservadora  de  C andina - 

marca  como  adecuadas  para  el  debido  ejercicio  de  los  derechos  de  la  colectividad,  y  lespal- 
darlas  como  desarrollo  lógico  de  la  defensa  legítima  del  partido. 

3?_ Ratificación  de  amplios  poderes  a  los  actuales  directorios  departamentales  para  diri¬ 
gir  el  debate  electoral,  como  supremas  autoridades  políticas  en  cada  departamento  1-‘. 

Firmada  por  todos  los  delegados,  excepto  los  antioqueños,  retirados 
ya,  se  entregó  a  la  secretaría  en  la  última  reunión  de  la  convención  nacio¬ 
nal,  una  expresiva  carta  dirigida  a  Laureano  Gómez.  Se  reconocía  en 
ella  la  eficacia  de  los  esfuerzos  continuos  realizados  por  el  conductor 
en  beneficio  de  la  causa;  se  le  pedía,  interpretando  el  sentir  unánime  del 
conservatismo  colombiano,  que  asumiese  el  cargo  de  jefe  único  para  el 
que  acababa  de  ser  aclamado,  y  se  le  daban  seguridades  de  acatamiento 
y  lealtad  inquebrantable. 

Antes  de  clausurar  sus  labores,  los  convencionistas  aprobaron  una 
moción  de  aplauso  al  doctor  Aquilino  Villegas  por  sus  campañas  doctri¬ 
narias,  y  designaron  al  doctor  Jorge  Vélez  para  que  dirigiese  el  partido 
«mientras  se  hace  cargo  de  la  jefatura  suprema  el  doctor  Laureano 
Gómez».  . 

MUCHO  SE  HA  HABLADO  de  la  intervención  del  excelentísimo 
señor  Arzobispo  Primado  en  esta  crisis  del  partido  conservador.  El 
excelentísimo  señor  arzobispo  no  ha  tomado  ninguna  parte  oficial  o  pú¬ 
blica  en  estos  sucesos.  A  un  particular,  que  le  pidió  su  parecer  para  for¬ 
marse  la  conciencia,  le  escribió  con  lápiz  estas  palabras: 


15  El  Siel*.  i  de  febrero. 


(58) 


ALIMENTOS  SALUDABLES 


CONTIENEN 


ALUMINIO 


I — La  defensa  es  derecho  natural:  nadie  lo  ignora. 

II — Pero  tengo  por  ilícito  el  juramento  que  hizo  la  convención  departamental.  Este 
juramento,  en  los  términos  en  que  está  concebido,  no  obliga,  por  ser  de  cosa  ilícita. 

Y  le  encargó  que  no  hiciera  de  ellas  ningún  uso  público  sino  en  el 
caso  extremo,  que  no  llegó  a  presentarse,  de  que  hubiera  unanimidad  en 
la  convención  a  favor  de  la  violencia.  Sin  embargo  el  poseedor  de  este 
escrito  lo  leyó  en  la  convención,  a  lo  cual  los  laurean is tas  contestaron 
leyendo  otro  documento  que  también  ellos  habían  recibido  de  manos  del 
excelentísimo  señor  Arzobispo.  Este  segundo  documento  no  se  ha  publi¬ 
cado.  El  primero  lo  publicó  El  Tiempo  como  parte  de  una  constancia 
dejada  en  la  convención  por  el  doctor  Luis  Rueda  Concha,  y  ha  tenido, 
corno  es  natural,  profunda  resonancia  en  el  país. 

JIÑA  DE  LAS  CONCLUSIONES  más  dignas  de  consideración  de 
^  esta  asamblea  política  es  la  que  se  refiere  a  la  llamada  plataforma  de 
acción  económica ,  social  y  financiera  del  partido.  Tomamos  de  ella  algu¬ 
nos  apartes  muy  significativos: 

El  partido  conservador,  de  acuerdo  con  la  opinión  universal,  considera  que  el  libera¬ 
lismo  ha  sido  un  sistema  ineficaz  para  hacer  frente  a  los  graves  problemas  de  los  tiempos 
modernos  y  sabe  que  él  ha  materializado  al  mundo,  preparando  con  ello  el  campo  para  el 
advenimiento  del  marxismo ;  pero  no  quiere  oponer,  como  reacción  a  los  males  del  indivi¬ 
dualismo,  ninguno  de  los  sistemas  antidemocráticos  que  han  venido  apareciendo  en  el  Viejo 
Continente ... 

La  misión  del  partido  conservador  es  la  realización  de  la  democracia  social-cristiaoa, 
el  implantamiento  de  un  orden  nuevo  sobre  las  bases  permanentes  de  su  ideología  tradicio¬ 
nal  y  de  su  credo  religioso. 


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El  partido  conservador  reconoce  el  derecho  de  que  se  organicen  sindicatos  encaminados 
a  la  defensa  y  fomento  de  los  intereses  propios  de  cada  actividad  económica.  Por  lo  demás, 
en  el  camino  para  la  elaboración  de  una  estructura  social  que  evite  la  lucha  de  clases  y 
abra  cauces  más  científicos  a  la  producción  nacional,  a  su  equitativa  distribución  yak 
defensa  de  los  intereses  comunes,  el  partido  conservador  prestará  todo  su  concurso  al  estu- 
dio  de  fórmulas  tendientes  a  la  organización  de  un  sistema  de  corporaciones  que,  asegurando 
la  paz  social,  guarde  perfecta  armonía  con  las  instituciones  democráticas  del  país  y  con  los 
principios  de  la  filosofía  social  católica.  (Puntos  v,  vn,  xi  de  la  plataforma)  lt!. 

p  L  DOMINGO  19  DE  FEBRERO  corrió  nuevamente  la  sangre  por  mo¬ 
tivos  políticos  en  dos  departamentos  colombianos.  En  el  municipio  de 
Cáchira,  provincia  de  Ocaña,  y  en  distintos  parajes  y  circunstancias,  fue¬ 
ron  asesinados  cuatro  ciudadanos,  de  diversa  filiación  política.  Varios  días 
después  aún  se  carecía  en  el  ministerio  de  gobierno  de  noticias  detalladas 
de  los  hechos  17 . 

En  San  Andrés  (Antioquia),  celebraban  los  conservadores  una  fiesta 
política  en  la  que  hubo  vivas  a  Laureano  Gómez,  al  general  Berrío  y  al 
partido  conservador.  Guando  el  señor  Eustasio  Córdoba  hablaba  a  sus 
copartidarios  en  una  conferencia  pública,  se  inició  repentinamente  un 
abaleo  criminal  que  tuvo  por  resultado  un  considerable  número  de  heri¬ 
dos.  La  prensa  liberal  del  departamento,  lo  mismo  que  la  de  Bogotá,  se 
apresuró  a  presentar  la  tragedia  como  una  inequívoca  verificación  de  la 
anunciada  «acción  intrépida»  del  partido  de  oposición.  Pero  otra  es  la  inter- 


16  Véase  publicada  íntegramente  en  El  Siglo  del  9  de  lebrero. 

17  Véanse  El  Siglo  y  El  Tiempo  del  22  de  febrero. 

«¡t) 


pretación  que  da,  así  el  informe  enviado  al  gobierno  por  el  investigador 
oficial  1S,  como  el  telegrama  de  saludo  dirigido  por  el  excelentísimo  señor 
Builes,  obispo  de  Santa  Rosa,  al  excelentísimo  señor  Presidente  de  la  Re¬ 
pública,  que  dice  de  esta  manera: 

«  '  i. 

Pláceme  presentarle  nombre  mío,  diócesis,  cordialísimo  saludo  bienvenida.  Ojalá  pre¬ 
sencia  noble  mandatario  hiciera  realizable  ideal  magnífico  convivencia,  que  hacen  impo¬ 
sible  subalternos  sanguinarios.  Segovia,  de  esta  diócesis,  fue  víctima  doce  diciembre  úl¬ 
timo  masacre  terrorística  mucho  más  pavorosa  que  Gachetá:  trece  ciudadanos,  entre  hom¬ 
bres  y  mujeres,  cayeron  asesinados,  once  heridos,  todos  con  armas  oficiales.  Domingo  úl¬ 
timo  también  armas  oficiales  acribillaron  en  San  Andrés,  de  esta  diócesis,  multitud  tran¬ 
quila,  hiriendo  nueve,  dos  gravísimos.  ¿Cómo  convivirán  corderos  con  chacales,  polluelos 
con  gavilanes?  A  sus  limpias  manos  confiamos  remedio19. 

A  CAMPAÑA  ELECTORAL  se  activa  con  ritmo  acelerado  a  medida 
que  el  debate  cívico  de  marzo  se  hace  más  inminente.  La  decisión  de 
volver  a  las  urnas,  adoptada  por  el  conservatismo,  ha  movilizado  con  par¬ 
ticular  eficacia  las  reservas  proselitistas  del  partido  liberal.  El  jefe  de  la 
dirección  nacional,  doctor  Gabriel  Turbay,  emprendió  a  su  regreso  de 
Antioquia  una  nueva  gira  política  por  los  dos  Santanderes,  y  sin  tomar 
descanso,  partió  a  continuación  para  el  sur.  Sus  -discursos,  según  propias 
declaraciones,  han  tenido  la  virtud  mágica  de  unir  a  los  liberales  de  todos 
los  matices,  pues  todos  ambicionan  contribuir  a  la  victoria  sobre  el  ene¬ 
migo  común. 


18  El  Espectador,  25  de  febrero. 

19  El  Tiempo,  27  de  febrero. 


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Lástima  que  algunos  sucesos,  como  el  tiroteo  entre  dos  concejales  de 
distinta  corriente  liberal,  acaecido  en  pública  sesión  del  cabildo  de  Tuluá; 
lo  ocurrido  en  Barranquilla  con  motivo  de  un  plebiscito,  acordado  por  el 
directorio  liberal  e  impedido  por  el  alcalde  de  la  ciudad;  la  abstención 
decretada  por  el  izquierdismo  de  Caldas  y  el  de  Magangué,  y  otras  inci¬ 
dencias  — aisladas,  desde  luego — ,  nos  hayan  hecho  dudar  de  que  la  armo¬ 
nía  liberal  sea  tan  perfecta  como  nos  la  describe  el  doctor  Turbay. 

Con  la  finalidad  de  adquirir  fondos  para  la  propaganda,  se  organizó 
en  Bogotá  una  semana  liberal  con  cuestaciones  públicas  y  discursos  en  el 
Teatro  Municipal  a  cargo  de  Turbay,  Alberto  Lleras  y  Juan  Lozano.  Por 
cierto  que  el  discurso  del  director  de  El  Liberal  le  mereció  a  Calibán 
unos  comentarios  que  alarmarían  a  muchos  de  nuestros  demócratas  20. 

Como  prolongación  de  la  semana  liberal,  los  doctores  Carlos  Lozano 
y  Carlos  Lleras  Restrepo  pronunciaron  en  el  mismo  teatro  sendas  confe¬ 
rencias  políticas.  Algunos  extrañaron  naturalmente  el  hecho  de  que  tan 
altos  funcionarios  públicos  tomaran  parte  activa  en  la  propaganda 
partidista. 

EN  CUANTO  AL  PARTIDO  CONSERVADOR  merecen  destacarse 
los  manifiestos  de  algunos  directorios  departamentales  en  relación  con 
el  próximo  debate  electoral.  Se  observa  que  en  todos  ellos  hallan  entu¬ 
siasta  resonancia  los  acuerdos  de  la  convención  nacional.  El  de  Antioquia, 
encabezado  por  el  general  Berrío,  excita  encarecidamente  a  los  conserva- 


20  El  Tiempo,  10  de  febrero. 


dores  a  trabajar  por  el  éxito  de  la  campaña  electoral,  tributa  un  cordial 
homenaje  de  admiración  al  conductor  eximio  cuya  ausencia  deplora  el 
partido,  y  hace  saber  que  no  existe  discrepancia  ni  división  en  el  conser- 
vatismo,  el  cual  se  apresta  unánimemente  decidido  e  inquebrantablemen¬ 
te  unido  para  luchar  por  sus  fueros  en  toda  la  república21. 

El  directorio  de  Boyacá  espera  de  sus  copartidarios  que  interpreten 
la  política  de  acción  que  se  ha  decretado 

Gomo  encaminada  a  conseguir  el  triunfo  de  nuestro  partido,  única  salvación  de  los  altos 
intereses  de  la  república,  de  la  religión  católica  a  que  pertenecemos  v  del  imperio  de  la 
ley  que  siempre  hemos  defendido. 

Luchar  por  el  triunfo  de  nuestro  partido  en  el  próximo  debate  electoral  es  guardar 
dignamente  la  espalda  de  nuestro  jefe  ausente.  Debéis  tener  confianza  en  que  vuestros  nobles 
ideales,  vuestros  derechos  civiles  y  políticos  serán  respaldados  porque  nuestra  acción  deci¬ 
dida  en  la  lucha  que  se  avecina  sabrá  hacerlos  respetar 22. 

Más  decidida  y  enérgica  aún  es  la  declaración  del  directorio  de  Cwn- 
dinamarca  23. 

pL  GRUPO  POLITICO  acaudillado  por  Silvio  Villegas  y  Alzate  Aven- 

dano  ha  dado  pruebas  innegables  de  vitalidad  y  entusiasmo,  señala¬ 
damente  en  el  departamento  de  Caldas;  si  bien  sus  «concentraciones  po¬ 
pulares»  se  realizan  con  éxito  vario.  Prestemos  un  momento  de  atención 
a  la  voz  de  su  jefe: 


21  El  Siglo,  11  de  febrero. 

22  El  Siglo,  13  de  febrero. 

23  El  Siglo,  10  de  febrero. 


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El  nacionalismo,  más  que  un  programa,  es  un  nuevo  estilo  de  vida.  Nuestro  afán  ¿es 
devolverle  a  Colombia  su  fe  en  sí  misma,  y  darle  una  línea  clara  y  enérgica  de  vk&&  en 
común.  No  pasaremos  por  el  puente  levadizo  que  pretenden  tendernos  los  que  ayer  decla¬ 
raron  que  nuestras  ideas  eran  contrarias  a  los  principios  democráticos  del  partido  conser¬ 
vador.  Nosotros  somos  la  verdad  victoriosa.  Nosotros  estamos  marchando  hacia  el  por¬ 
venir,  en  la  conciencia  de  estar  realizando  una  grandiosa  obra  histórica  (Declaraciones  de 
Silvio  Villegas  a  un  corresponsal  de  El  Espectador)  n. 

p  N  MUY  DIVERSOS  TONOS  ha  sido  comentada  la  resurrección  po- 
*"■  lítica  del  doctor  Augusto  Ramírez  Moreno,  quien  decidió  repentina¬ 
mente  salir  de  la  tumba  en  que  llevaba  tantos  meses  sepultado  para  pre¬ 
sentarse  al  mundo  político  de  los  vivos.  En  la  mano  traía  una  cuartilla 
que  rezaba  así: 

A  los  conservadores:  Tengo  quejas,  pero  no  rencores:  No  vengo  a  rescatar  ultrajes 
porque  siempre  he  perdonado. 

No  necesito  hacer  profesión  de  fe,  porque  mis  antecedentes  declaran  mi  doctrina. 

El  conservatismo  está  dividido,  se  me  llama,  yo  atiendo,  y  vengo  a  predicarle  unión. 

Mi  apostolado  no  alcanzará  a  los  dirigentes;  pero  tengo  la  certidumbre  iluminada  de 
que  el  pueblo  me  escucha. 

N®  soy  «campanero  de  la  unión»,  sino  su  siervo.  Ni  quiero  buscar  a  los  responsables 
de  nuestra  desdicha  porque  esto  agriaría  las  disputas:  Prefiero  buscar  al  pueblo  que  las 


24  El  Espectador.  1"  de  lebrero. 


odia.  El  contagio  de  los  dirigentes  no  ha  llegado  a  las  masas,  que  son  Solidarias;  la  afanosa 
discordia  no  la  entienden  quienes  viven  unidos  por  idénticos  martirios  y  por  las  mismas 

esperanzas. 

Evitaré  absolutamente  censurar  la  conducta  de  cualquiera  persona.  Es  invariable  mi 
propósito,  en  especial  si  se  trata  de  conservadores:  Ello  sería  contrario  a  la  dignidad  de 
mi  espíritu  y  a  la  excelsitud  de  la  misión  que  me  he  impuesto. 

Si  se  me  injuria  por  los  propios,  permaneceré  mudo:  Doctrina  y  unión  son  los  postu¬ 
lados  de  mi  alma  y  el  anhelo  de  nuestra  raza  política.  Mi  ejemplo  será  tan  alto  como  el 
corazón  de  la  juventud  y  como  la  inteligencia  del  pueblo. 

\ 

No  represento  la  violencia  ni  represento  la  entrega:  Soy  la  acción. 

No  ofrezco  ortigas  ni  tiendo  a  nadie  la  rama  de  oliva  porque  nací  para  el  laurel. 

El  domingo  19  de  febrero  hablaré  en  Gachetá  sobre  la  muerte,  la  fidelidad  y  el  porvenir. 
¡Arriba  la  unión! 

¡Abajo  los  resentimientos  personales! 

¡  Viva  Colombia ! 

Augusto  Ramírez  Moreno  25 . 

Y  efectivamente,  el  día  anunciado  se  presentó  en  la  trágica  plaza  de 
Gaefoetá,  arrostrando  fríamente  el  peligro  de  que  los  policías  y  liberales 
armados  de  aquellos  contornos  le  obligasen  a  volver  de  nuevo  al  sepulcro. 
Pero,  al  contrario,  las  autoridades  departamentales  le  colmaron  de  segu- 


25  El  Tiempo,  9  de  febrero. 


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ridades,  y  por  la  noche  repitió  su  conferencia  desde  los  micrófonos  de  la 
.Nueva  Granada  26 . 


—  II  — 

A  $  82.679.000  ASCENDIO  EL  PRODUCTO  de  las  rentas  nacionales 
*  *  durante  el  año  de  1938.  El  superávit  fiscal  en  relación  con  la  suma 
calculada  para  esa  vigencia,  es  superior  a  dos  millones  de  pesos 

I  AS  MINAS  DE  ORO  que  se  explotan  en  el  departamento  del  Tolima 
"■  rindieron  a  la  economía  nacional  en  el  año  trascurrido  un  tributo  de 
$.1.087.743,  cantidad  correspondiente  a  87(8.587  gramos  de  oro  puro28. 

C  L  MINISTERIO  DE  CORREOS  Y  TELEGRAFOS  puso  en  vigor, 
desde  el  16  de  enero,  las  sobretasas  postales  establecidas  por  la  ley 
85  de  1936,  cuya  recaudación  se  destina  íntegramente  a  la  construcción 
del  palacio  de  comunicaciones  20. 


P 


OR  DECRETO  DEL  GOBIERNO  NACIONAL  ha  sido  reorgani¬ 
zada  definitivamente  la  empresa  de  navegación  de  los  ríos  del  sur  30. 


2t*  El  Tiempo,  20  de  febrero. 

27  El  Liberal,  21  de  enero. 

28  El  Tiempo,  21  de  enero. 

29  Ln  Razón,  17  de  enero. 

3®  El  Liberal,  19  de  enero. 


(67) 


QTRO  DECRETO  DEL  DESPACHO  DE  OBRAS  PUBLICAS  «lis- 
tribuyo  la  suma  de  $  4.000.000  destinada  a  la  conservación  de  carrea 
teras  y  caminos  nacionales.  Posteriormente  se  determinó  la  iniciación  del 
asfaltado  de  900  kilómetros  de  carreteras,  distribuidos  entre  todos  los  de¬ 
partamentos,  trabajos  que  se  desarollarán  en  un  período  de  tres  años  81. 

M  N  NUEVO  TRAYECTO  DE  LA  CARRETERA  TRONCAL  Bo- 
^  gotá-Salto-Girardot,  fue  solemnemente  inaugurado  por  el  gobernador 
de  Cundinamarca.  Solo  18  kilómetros  faltan  por  construir  de  esta  vía  que 
acortara  en  33  kilómetros  la  distancia  entre  la  capital  y  el  importante 
puerto  del  Magdalena  32. 

I  A  RED  DE  CARRETERAS  DE  LA  REPUBLICA,  dividida  recien- 
temente  en  doce  zonas,  alcanza  un  total  de  5.867  kilómetros.  La  zona 
de  Medellín  ocupa  el  primer  lugar  con  639  kilómetros;  le  siguen  la  de 
Valledupar  eon  610  y  la  de  Bogotá  con  586 3S. 

I  A  COMPAÑIA  DISTRIBUIDORA  DE  AZUCARES  ha  logrado  uni- 
ficar  el  precio  de  ese  producto  en  todos  los  mercados  nacionales.  El 
valor  del  saco  de  50  kilos  que  oscilaba  entre  ocho  y  nueve  pesos  a  causa 
de  la  diversidad  en  los  fletes  de  las  empresas  de  trasporte,  será  en  ade¬ 
lante  de  $  8.25,  y  se  hace  la  misma  compañía  cargo  de  todos  los  fletes  34 


31  El  Tiempo,  28  de  ener* 

32  El  Tiempo,  16  de  enero. 

33  La  Razón,  30  de  eftero. 

34  El  Tiempo,  16  de  enero. 


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Legislación  social,  Drs.  Perez  Hernández  y  Ronderos  Tejada. 

Acción  social:  Sindicatos,  Cooperativas  etc.,  Pbro.  Dr.  Ramírez  Sendoya. 
Confiere  el  diploma  de  Experto  en  Cuestiones  y  Organizaciones  Sociales. 

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II  NA  NUEVA  CONCESION  para  explorar  y  explotar  petróleos  en  un 
terreno  de  3.500  hectáreas  de  la  región  del  Carare,  fue  otorgada  al 
señor  Francisco  Rocha  Vargas  35. 


p  XTRAORDINARIA  IMPORTANCIA  revistió  la  asamblea  de  algo¬ 
doneros  del  Tolima,  reunida  en  Armero  el  día  30  de  enero.  Tenía  por 
objeto  el  hacer  un  estudio  a  fondo  de  la  situación  de  la  industria  algodo¬ 
nera  y  convenir  las  medidas  para  su  desarrollo  y  defensa.  Asistieron  con 
el  gobernador  del  departamento  y  varios  secretarios  de  los  ministerios  las 
autoridades  municipales  de  la  región.  Una  exposición  agrícola  y  un  des¬ 
file  de  maquinaria  moderna,  completaron  el  interés  de  la  asamblea, 
cuyo  éxito,  según  el  corresponsal  de  El  Tiempo  fue  completo.  Entre  las 
proposiciones  presentadas  y  aprobadas  por  unanimidad  destacamos  las 
siguientes : 

1* — Para  preservar  la  industria  algodonera  deben  elevarse  los  dere¬ 
chos  del  algodón  en  bruto  y  sus  concomitantes. 

3® — Que  se  cumpla  estrictamente  el  decreto  número  279  de  1933  por 
el  cual  se  restringen  las  importaciones  de  algodón  e  hilazas  :{<í. 

f"  OMO  ÍNDICE  de  la  halagüeña  situación  de  los  negocios  en  el  país,  de- 
^  bida  a  múltiples  factores  favorables  en  el  desarrollo  de  la  producción 
de  las  ventas  y  de  las  industrias,  citamos  el  dato  del  Banco  de  Bogotá, 


(<«»' 


35  El  Tiempo,  17  de  enero. 

36  El  Tiempo ,  31  de  enero. 


cuyas  utilidades  durante  el  segundo  semestre  de  1938  asciende  a  más  de 
$  500.000,  según  el  informe  rendido  a  los  señores  accionistas  ;!T. 

—  III  — 

EL  MARXISMO  COLOMBIANO  vive  indudablemente  horas  difíciles; 

da  la  impresión  de  que  carece  de  un  programa  definido  y  de  con¬ 
ductores  independientes. 

Así,  mientras  la  tercera  conferencia  comunista  de  Santander  envía 
al  doctor  Santos  «un  saludo  de  simpatía  y  adhesión,  con  votos  porque  su 
gobierno  continúe  por  los  derroteros  de  la  democracia  y  de  la  gran¬ 
deza  patria»  3S,  y  el  camarada  militante  Luis  Vidales  declara  que  su  par¬ 
tido  «no  sabe  a  quiénes  defiende,  contra  quiénes  va,  ni  qué  se  propone», 
razones  por  las  que  esta  «desbaratándose»  ’  ,  el  izquiei  dista  Gerardo  Mo¬ 
lina  afirma  públicamente  en  Medellín  que  el  gobierno  del  doctoi  San¬ 
tos  representa  «la  encarnación  de  la  reacción  clerical  y  capitalista»  y 
califica  la  política  de  convivencia  de  «fórmula  vacua  enemiga  de  la  demo¬ 
cracia»  4o.  De  todos  modos,  si  por  el  momento  las  circunstancias  no  les 
son  favorables  a  los  camaradas  de  Stalín  para  una  actuación  franca  y  sin 
velos,  creemos  que  no  debe  perdérseles  de  vista,  pues  bien  conocida  es  su 
habilidad  para  disfrazarse  con  los  más  sorprendentes  trucos.  A  este  pro¬ 
pósito  acaba  de  publicar  Galibán  unas  observaciones  que  constituyen  ade- 


37  La  Razón,  30  de  enero.  t 

38  El  Liberal,  20  de  enero. 

39  El  Liberal,  26  de  enero. 

40  El  Sido,  16  de  enero. 


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que  más  progresa 


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más  de  una  palinodia  para  muchos  liberales  una  sagaz  y  autorizada  adver¬ 
tencia  para  todos: 

Decía  yo  no  hace  mucho  que  la  pretendida  disolución  del  partido  comunista  en  Colombia, 
anunciada  a  grande  orquesta,  no  era  sino  cumplimiento  de  un  plan  general  de  infiltración. 
El  comunismo  comprendió  un  poco  tarde —  que  como  entidad  autónoma  no  había  conse¬ 
guido  sino  espantar  a  la  inmensa  mayoría  de  las  gentes,  con  la  perspectiva  de  asesinatos 
en  masa,  a  la  manera  rusa  o  española,  privación  de  todas  las  libertades  y  miseria  general 
y  eterna.  Ante  el  rechazo  mundial,  el  comunismo  adopta  otros  sistemas.  Ya  no  pelea  de 
frente.  Introduce  sus  células  dentro  de  las  agrupaciones  liberales,  que  considera  el  terreno 
más  apropiado  para  que  prosperen  y  den  fruto. 

No  solo  en  Cuba,  en  el  Perú  y  en  la  Argentina  se  ha  anunciado  la  disolución  del  comu¬ 
nismo.  En  los  Estados  Unidos,  la  revista  Ken,  muy  bien  hecha  por  cierto  y  que  proclama 
— con  demasiado  vigor  para  ser  sincéra —  su  alejamiento  del  comunismo,  aconseja  en  el 
editorial  del  último  número,  la  disolución  del  partido  comunista,  como  el  mejor  medio  de 
luchar  contra  la  amenaza  fascista.  ¡La  lucha  contra  el  fascismo!  Ahí  está  otro  de  los  métodos 
de  penetración  comunista.  Ken  demuestra  por  cien  mil  razones  la  conveniencia  de  que  el 
comunismo  se  funda  con  los  partidos  avanzados,  y  haga  un  solo  frente.  Un  frente  popular... 

El  comunismo,  por  sí  solo,  no  tiene  fuerza  ni  arraigo  en  el  pueblo.  El  buen  sentido 
de  las  masas,  ha  rechazado  la  infección.  Por  desgracia,  son  los  jefes  liberales,  en  todos  los 
países,  los  que  facilitan  los  avances  del  comunismo,  por  debilidades  que  tienn  su  origen  en 
cierto  escepticismo,  en  natural  benevolencia  y  en  el  terror  a  aparecer  poco  liberales.  En 
Colombia,  somos  los  liberales  los  que  inconscientemente  les  damos  vida  a  las  organizaciones 
francas  o  encubiertamente  comunistas.  No  hay  una  sola  publicación  de  este  carácter,  que 
no  haya  sido  financiada  por  la  munificencia  liberal,  obtenida  gracias  a  toda  clase  de  subter¬ 
fugios.  Los  liberales  no  vacilamos  en  ayudarles  a  los  líderes  comunistas  a  conseguir  puestos 

Pasa  a  la  página  (73)  del  Suplemento 


(71) 


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DE  SU  CORONACION  PONTIFICIA 
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UNE  SU  MANIFESTACION  DE  DOLOR 
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Revista  Javeriana,  t.  XI,  n.  52,  marzo,  1939 


Página  artística 


Estudio  comparado  del  templo  griego 

y  del  templo  gótico 


Segunda  parte: 

El  sentido  de  las  formas  arquitectónicas 

I— EL  SENTIDO  DE  LAS  MASAS 
1.  La  distribución  de  las  masas  como  belleza  arquitectónica 

Figura  43.  El  Segundo  Hecatompedio.  Sobre  la  Acrópolis  de  Atenas,  en  el  sitio 
en  que  un  siglo  más  tarde  se  había  de  construir  el  Partenón,  fue  edificado  hacia  el  año 
560  antes  de  nuestra  era  un  templo  también  en  honor  de  Atenea,  diosa  de  la  ciudad. 
Ese  templo  por  medir  aproximadamente  cien  pies  1  se  llamó  el  Hecatompedio.  Más 
tarde  los  Pisistrátidas  lo  ensancharon  con  una  perístasis  o  columnata  circundante  de  seis 
columnas  en  las  fachadas  principales  y  doce  a  cada  lado:  esta  restauración  es  lo  que  los 
historiadores  llaman  el  Segundo  Hecatompedio  ateniense.  Bella  obra  que  por  su  estruc¬ 
tura  puede  presentarse  como  ejemplar  de  templo  griego  y  preludia  la  admirable  imagen 
del  Partenón,  el  más  ejemplar  de  los  templos  helénicos  2. 

Figura  44.  Catedral  de  T^atishona.  Una  de  las  tres  grandes  catedrales  del  Danubio 
con  la  Ulm  y  la  de  Viena,  que  se  pueden  comparar  a  las  tres  grandes  del  Rhin:  Fri- 
burgo,  Estrasburgo  y  Colonia.  La  de  Ratisbona  fue  comenzada  por  el  Maestro  Ludwig 
en  1275,  y  aunque  el  cuerpo  del  templo  se  terminó  en  1534,  el  piso  superior  y  la  flecha 
de  las  torres  no  fueron  acabadas  sino  en  el  siglo  XIX.  Esta  admirable  fachada,  construida 
en  su  parte  inferior  por  los  Maestros  hermanos  Roritzer,  puede  también  ofrecerse  como 
tipo  del  gótico  franco-alemán,  que  es  lo  más  puro  de  la  arquitectura  gótica  templaría. 

Comparemos  estas  dos  fachadas  para  considerar  la  distribución  de  las  masas  como 
belleza  arquitectónica,  en  dos  maneras  diversas  de  concebirla,  según  lo  hacen  el  alma 
griega  y  el  alma  gótica. 

Recordemos  este  principio  fundamental  en  estética:  Toda  obra  de  arte  es  producida 
por  una  impresión  subjetiva  y  se  destina  a  producir  una  impresión  subjetiva  semejante. 
La  obra  de  arte  se  debe  juzgar ,  pues,  por  la  impresión  motivada  que  la  produjo  y  que 
ella  debe  reproducir. 

El  artista  griego  tiene  una  gran  sensibilidad  para  sentir  las  masas  arquitectónicas  con 
su  cualidad  primaria,  la  pesantez.  Se  puede  afirmar  que  el  punto  donde  se  concentra  la 
atención  más  intensa  y  activa  de  los  arquitectos  griegos  desde  el  siglo  VIII  al  siglo  IV 
antes  de  Jesucristo  es  dar  la  impresión  de  la  proporción  perfecta  entre  el  peso  y  su 
soporte,  o  en  otros  términos,  entre  la  sustentación  pasiva  y  activa.  El  genio  de  los  artistas 
buscó  esa  ecuación  entre  la  resistencia  sentida  de  las  masas  sutentantes  y  el  peso  sentido 
de  las  masas  sustentadas. 


1  Hékaton  =  cien;  podes  *  pies, 

2  Véase  la  descripción  del  Partenón  en  Revista  Javeriana,  abril  de  1938,  Página  artística 


Revista  Javeriana,  t.  xi,  n.  52,  marzo  i933< 


72 


REVISTA  JAVERIANA 


Ahora  bien:  el  peso  y  la  resistencia  de  la  materia  son  cualidades  invisibles  que  se 
manifiestan  principalmente  por  dos  cualidades  visibles  de  la  misma  materia:  la  cantidad * 
y  la  forma . 

El  estudio  de  la  cantidad  trajo  una  larga  evolución  de  partes  y  conjuntos  arquitec¬ 
tónicos.  El  diámetro  y  altura  de  la  columna,  el  espesor  del  entablamento,  las  dimen¬ 
siones  del  frontón,  todo  lo  que  es  masa  arquitectónica,  fue  objeto  de  tanteos  seculares 
desde  las  modestias  primitivas  entre  las  penumbras  de  los  bosques  sagrados  hasta  las 
cumbres  del  acierto  inspirado  en  las  alturas  brillantes  d?  las  acrópolis. 

Y  esa  elaboración  de  la  cantidad  está  compenetrada  con  la  elaboración  de  la  otra 
cualidad  visible  de  la  materia,  la  forma.  Porque  una  misma  cantidad  de  materia  puede 
dar  la  impresión  de  pesadez  o  de  ligereza,  de  debilidad  o  de  solidez,  según  la  iorma 
que  reciba.  El  solo  comparar  las  columnas  de  los  tres  órdenes  griegos  da  la  impresión 
de  solidez  algo  pesada  para  el  dórico,  elegancia  graciosa  para  el  jonico,  esbeltez  esplen¬ 
dida  para  el  corintio.  Lo  propio  sucede  en  el  conjunto. 

Una  contemplación  sosegada  del  frontispicio  griego  (figura  43)  nos  hace  ver  la  sabia 
y  bella  proporción,  quizás  insuperable,  entre  los  cuerpos  sustentados  y  sustentadores. 

La  ecuación,  el  equilibrio,  es  una  de  las  formas  mentales  del  genio  griego  ...  Más 
aún,  fue  toda  la  aspiración  del  alma  griega  en  su  concepción  del  arte  y  de  la  vida.... 

Evidentemente  el  alma  gótica  tiene  otro  concepto  del  arte  como  de  la  vida.  El  arqui¬ 
tecto  de  las  catedrales  no  se  impresiona  ni  se  interesa  tanto  con  la  proporción  sentida 
de  la  sustentación  3.  Y  ya  el  solo  salir  de  la  mentalidad  clásica  y  concebir  las  masas 
bajo  otra  forma  estética  indica  una  capacidad  genial. 

En  la  Catedral  de  Ratisbona  (figura  44)  advertimos  una  distribución  muy  original. 
En  este  frontispicio  no  se  distinguen  en  la  impresión  estética  los  elementos,  activos  y 
pasivos.  Mientras  las  columnas  exentas  del  griego  se  recortan  a  la  altura  del  primer  piso, 
el  firme  relieve  de  los  contrafuertes  góticos  recorre  y  vincula  de  abajo  a  arriba  todos  los 
pisos,  y  así  las  líneas  que  dan  la  impresión  definitiva  no  son  las  horizontales  que  gravitan 
reposadas,  sino  las  verticales  que  ascienden  insaciables. 

Y  mientras  el  macizo  triángulo  del  frontón  griego  pesa  conscientemente  sobre  su 
mesurada  altura,  los  vanos  ojivales  y  las  flechas  caladas  y  agudas  parecen  quitar  al  edi¬ 
ficio  la  impresión  del  peso  material. 

En  el  templo  griego  las  masas  están  proporcionadas  de  tal  modo,  que  si  se  añadiera 
otro  cuerpo  superior  al  primer  piso  la  distribución  griega  de  las  masas  perecería  irreme¬ 
diablemente.  En  cambio,  al  primer  piso  del  templo  gótico,  para  darle  su  proporción  carac¬ 
terística,  hay  que  añadirle  uno,  dos,  tres  cuerpos,  e  izar  todavía  sobre  ellos  las  leves 
y  alargadas  estructuras  de  las  flechas  airosas. 

La  altura  de  la  fachada  griega  apenas  pasa  las  dos  terceras  partes  de  su  anchura; 
la  altura  gótica  es  dos  veces  y  media  mayor  que  la  mayor  dimensión  horizontal. 

Sin  entrar  todavía  en  un  análisis  sicológico  de  la  impresión  producida  por  esas  dos 
maneras  contrapuestas  de  concebir  las  masas  arquitectónicas,  y  dando  por  supuesto  que 
ambas  son  artísticas,  convengamos  por  ahora,  ante  estos  dos  ejemplos,  en  que  puede 
haber  distintas  composiciones  del  material  constructivo  considerado  como  masa  estética, 
y  que  en  el  genio  humano  hay  fuerza  e  inspiración  para  comunicar  a  esa  arcilla  terrena 
diversas  expresiones,  que  no  son  al  fin  v  al  cabo  sino  palabras  geniales  que  describen  al 
alma  misma .... 

Ed.  Ospina  s.  j. 


3  Esto  en  cuanto  artista,  porque  en  cuanto  técnico  constructor  calcula  y  compone  las  resistencias 
con  tal  dominio  matemático,  que  nuestros  arquitectos  modernos  apenas  se  atreven  a  realizar  en  cemento  ar¬ 
mado  lo  que  los  góticos  realizaron  en  piedra. 


LOS  TEMPLOS  GRIEGO  Y  GOTICO  COMPARADOS 


(Reconstrucción  Jahn  Michaelis) 


Figura  43— Frontis  del  segundo  Hecatompedio 


Revista  Javeriana  t.  xi,  n.  52,  marzo  1939 


LOS  TEMPLOS  GRIEGO  Y  GOTICO  COMPARADOS 


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Figura  44  — Frontis  de  la  Catedral  de  Ratisbona 


ORIENTACIONES 
El  corporativísimo  al  alcance  de  todos 

por  Félix  Restrepo  S.  J. 

Desde  que  la  revolución  francesa  desvió  a  las  naciones  tan 
violentamente  de  sus  cauces  tradicionales,  han  estado  ellas  osci¬ 
lando  entre  dos  extremos:  el  individualismo  y  ei  estatismo  en 
sus  dos  formas,  tan  perversa  la  una  como  la  otra,  de  racismo  y 
comunismo. 

Pero  así  como  un  péndulo  libre,  desviado  violentamente  de 
su  posición  de  equilibrio,  vuelve,  al  cabo  de  oscilaciones  más  o 
menos  fuertes,  a  la  posición  que  le  fijan  las  leyes  de  la  gravedad, 
así  también  la  sociedad  humana  va  encontrando  de  nuevo  su  equi¬ 
librio  en  un  sistema  intermedio  entre  funestos  extremos.  Ese 
sistema  intermedio  es  el  corporativismo. 

El  corporativismo  respeta  la  libertad  y  fomenta  la  iniciativa 
privada,  en  todos  los  sectores  de  la  actividad  nacional,  y  en  es¬ 
to  se  aparta  del  estatismo.  Pero  también  concede  a  la  autoridad 
pública  medios  suficientes  para  ordenar  las  actividades  de  los 
ciudadanos  de  modo  que  todas  ellas  tiendan  al  bien  común,  y 
en  esto  se  aparta  del  individualismo. 

No  que  el  corporativismo  proclame  y  practique  la  interven¬ 
ción  de  un  elemento  llamado  el  gobierno  en  todas  las  activi¬ 
dades  económicas  y  sociales.  La  exagerada  intervención  del  go¬ 
bierno  paraliza  en  gran  parte  las  actividades  de  los  ciudadanos. 
El  corporativismo  sigue  otro  camino.  Da  a  las  profesiones  or¬ 
ganizadas,  y  en  general,  a  las  organizaciones  funcionales  del 
Estado,  autoridad  y  jurisdicción  para  que  regulen  ellas  mismas 
sus  asuntos  internos.  Y  crea  órganos  superiores  que  se  encar¬ 
guen  de  armonizar  entre  sí  las  diversas  actividades  nacionales. 

Intervención  desastrosa  es,  por  ejemplo,  que  el  gobierno  se 
encargue  de  señalar  a  cada  uno  de  los  comerciantes  del  país 
lo  que  puede  o  no  puede  importar,  y  los  precios  a  que  debe  ven¬ 
der  lo  importado.  Y  a  ese  sistema  estamos  cayendo  rápidamente, 
pues  ya  nuestro  gobierno  concede  arbitrariamente  licencias  de 
importación  a  unos  comerciantes  y  las  niega  a  otros.  En  cambio, 


Revista  Javeriana,  t.  XI,  n.  52, «  marzo,  1939 


76 


FELIX  RESTREPO 


sería  organización  necesaria  y  fecunda,  el  que  los  comerciantes 
mismos  se  organizaran  en  una  corporación,  ¡a  cual  se  encar¬ 
gara  de  repartir  entre  sus  miembros  las  cuotas  de  mercancías 
que  los  sistemas  de  compensación  permiten,  y  el  gobierno  se 
reservara  solamente  la  fuerza  jurídica  para  sancionar  y  hacer 
cumplir  los  acuerdos  de  la  corporación. 

Sin  hablar  por  ahora  de  las  corporaciones  culturales,  y  limi¬ 
tándonos  a  las  de  la  producción,  sus  ventajas  son  claras  en  el 
orden  económico,  en  el  orden  social  y  en  el  orden  político. 

—  I  — 

En  el  orden  económico,  porque  evitan  la  anarquía  en  la  pro¬ 
ducción  y  en  la  repartición  de  los  productos  agrícolas  e  indus¬ 
triales;  acaban  con  la  ruinosa  competencia  de  las  empresas  si¬ 
milares,  y  permiten  la  estabilización  de  los  precios. 

La  anarquía  en  la  producción  y  en  la  repartición  es  el  re¬ 
sultado  necesario  del  liberalismo  económico.  Si  cada  uno  puede 
producir  sin  ningún  control  y  sin  ninguna  traba  los  artículos 
que  a  bien  tenga,  es  inevitable  que  muchas  veces  se  produzca 
más  de  lo  que  el  mercado  necesita,  y  otras  se  produzca  menos. 
En  el  primer  caso  caen  los  precios,  y  los  empresarios  pierden. 
En  el  segundo  los  precios  suben,  los  empresarios  ganan,  pero 
la  paga  el  público  consumidor,  y  se  resiente  la  economía  nacional. 

Recordemos  lo  que  tantas  veces  ha  pasado  con  el  cultivo  de 
la  caña  de  azúcar.  Escasea  un  año  la  panela  y  los  precios  suben. 
Con  el  halago  de  los  altos  precios  se  animan  los  agricultores  a 
sembrar  caña.  Dos  años  después  la  producción  es  excesiva  y  los 
precios  caen;  pierden  los  agricultores  y  abandonan  los  cañave¬ 
rales.  Vuelve  a  escasear  el  artículo  y  vuelven  a  subir  los  'pre- 
cios.  ¿Quién  no  ve  que  esta  no  es  manera  de  proceder  racio¬ 
nalmente?  ¿Quién  no  preferiría  el  sistema  corporativo,  en  el 
cual  se  lleva  la  estadística  de  lo  que  el  mercado  nacional  necesi¬ 
ta,  y  de  lo  que  puede  exportarse,  y  conforme  a  esa  estadística 
se  señala  a  cada  productor  equitativamente  la  cantidad  de  azú¬ 
car  o  panela  que  podrá  vender,  a  precio  fijo,  sin  perjudicarse 
y  sin  perjudicar  a  los  demás? 

Se  dirá  que  esto  supone  una  organización  formidable.  En 
todo  caso,  mejor  es  que  una  profesión  se  organice  hasta  en  sus 
menores  detalles,  que  no  que  el  gobierno  quiera  intervenir  en 
todos  esos  pequeños  detalles,  violentando  a  los  ciudadanos  y 
equivocándose  necesariamente  en  muchas  ocasiones,  pues  no 
hay  poder  humano  capaz  de  abarcar  toda  la  complejidad  de  las 
actividades  sociales  de  una  nación  moderna. 


ORIENTACIONES 


7? 


Reglamentada  ia  producción,  la  corporación  misma  se  en¬ 
carga  del  equitativo  reparto,  y  garantiza  el  rápido  suministro  del 
artículo  en  sus  almacenes  de  depósito.  No  hay  en  este  sistema 
lugar  para  los  acaparadores,  que  compran  a  raíz  de  la  cosecha 
y  aun  antes  de  la  cosecha  a  bajo  precio,  con  perjuicio  del  produc¬ 
tor,  y  venden  después  a  precios  altísimos,  con  no  menor  perjui¬ 
cio  del  consumidor.  El  acaparador  es  el  parásito  de  la  sociedad, 
para  el  cual  no  hay  lugar  en  un  régimen  corporativo.  En  el  ré¬ 
gimen  corporativo  todo  el  beneficio  de  un  producto  es  para  los 
productores.  Y  toda  la  ventaja  de  los  precios  bajos,  para  los  con¬ 
sumidores. 

Por  lo  dicho  se  ve  cómo  el  corporativismo  acaba  con  la  rui¬ 
nosa  competencia  de  empresas  similares.  Si  las  empresas  exis¬ 
tentes  alcanzan  a  suministrar  los  artículos  que  necesita  el  mer¬ 
cado  nacional  o  que  pueden  exportarse,  no  se  permite  el  estable¬ 
cimiento  de  otras  empresas  similares,  que  no  harían  sino  estor¬ 
bar.  A  no  ser  que  esas  empresas  nuevas  trajeran  procedimien¬ 
tos  nuevos  que  hicieran  los  productos  notablemente  mejores  o 
más  baratos.  En  ese  caso  el  consejo  nacional  de  las  corporacio¬ 
nes  vería  la  manera  de  abrir  a  los  nuevos  progresos  las  puertas 
del  país,  sin  perjudicar  o  perjudicando  lo  menos  posible  a  las 
empresas  existente^,  y  en  todo  caso  teniendo  en  mira  no  el  pro¬ 
vecho  particular  de  individuos  o  de  empresas,  o  de  clases  o  de 
gremios,  sino  el  bien  general  y  el  porvenir  de  la  nación. 

Así  como  una  temperatura  estable  en  el  organismo  es  señal 
de  buena  salud,  y  altas  y  bajas  de  temperatura  son  señal  de  en¬ 
fermedad,  así  también  en  el  orden  económico  precios  estables  son 
indicio  de  economía  nacional  sana;  oscilación  fuerte  en  los  pre¬ 
cios  es  síntoma  de  grave  enfermedad  social.  Mientras  esté  abier¬ 
ta  la  puerta  a  las  competencias  ruinosas,  y  mientras  reine  en 
un  país  la  anarquía  en  la  producción  y  en  el  reparto  de  los  bie¬ 
nes,  fluctuarán  incesantemente  los  precios,  con  grave  perjuicio 
para  productores  y  consumidores.  Solo  una  organización  corpo¬ 
rativa,  impidiendo  la  competencia  desenfrenada  y  regulando 
la  producción  y  reparto  de  los  bienes  de  acuerdo  con  las  ne¬ 
cesidades  o  posibilidades  nacionales,  puede  llegar  a  la  fijación  de 
los  precios  en  forma  que  no  se  perjudique  el  público  consumidor, 
pero  tampoco  las  empresas  productoras. 

Esto  nos  lleva  de  la  mano  a  enumerar  las  ventajas  del  cor¬ 
porativismo  en  el  orden  social. 

—  II  — 

Si  el  individualismo  de  la  revolución  francesa  produjo  el 
caos  en  el  mundo  económico,  mucho  más  aún  se  dejó  sentir  su 
pernicioso  influjo  en  el  terreno  social. 


78 


FELIX  RESTREPO 


Extraña  paradoja  que  la  revolución  proclamara  a  voz  en 
cuello  la  libertad  e  igualdad  de  todos  los  hombres,  y  sinembargo 
negara  a  los  obreros  y  artesanos  la  libertad  para  asociarse,  con 
lo  cual  prácticamente  los  condenaba  a  la  más  triste  servidumbre. 
Los  capitalistas,  empeñados  en  disminuir  el  costo  de  la  produc¬ 
ción,  disminuían  los  jornales,  y  al  obrero  no  le  quedaba  más  re¬ 
curso  que  aceptar  el  jornal  mísero  o  morirse  de  hambre.  Así  se 
hizo  tan  aguda  en  el  siglo  xix  la  cuestión  social.  Así  fue  aumen¬ 
tando  el  abismo  que  separaba  entre  sí  a  los  pocos  privilegiados, 
cada  día  más-  ricos,  y  a  las  grandes  masas  proletarias,  cada  día 
más  pobres;  y  tos  llamamientos  de  la  Iglesia,  que  en  todos  los 
tonos  recordaba  a  los  ricos  la  necesidad  de  mejorar  la  suerte  de 
los  pobres,  no  hallaban  eco  en  el  corazón  de  los  sucesores  del 
rico  avariento. 

El  terreno  estaba  preparado  para  el  socialismo.  Los  obreros 
empezaron  por  organizarse  clandestinamente.  Obtuvieron  más 
tarde  el  reconocimiento  de  sus  sindicatos;  y  conscientes  ya  de 
su  fuerza,  y  de  que  eran  elemento  indispensable  en  la  produc¬ 
ción,  proclamaron  la  lucha  de  clases  y  se  prepararon  para  con¬ 
seguir  por  la  fuerza  lo  que  no  habían  podido  obtener  de  grado. 

También  los  sindicatos  católicos  acompañaban  a  los  socia¬ 
listas  en  reclamar  el  mejoramiento  de  las  condiciones  de  tra¬ 
bajo,  aunque  rechazaban  los  métodos  de  violencia  y  respetaban 
los  derechos  de  los  propietarios. 

Fresca  está  aun  la  triste  historia  de  la  lucha  de  clases  en 
Europa  y  en  algunos  países  de  América,  y  el  recuerdo  de  Rusia, 
de  España  y  de  México  debe  servirnos  de  lección  de  lo  que 
puede  esperarse  de  masas  hambreadas  y  sin  religión,  y  de  em¬ 
presarios  avaros  y  sin  entrañas. 

El  corporativismo  restablece  el  perdido  equilibrio,  y  viene 
a  realizar  los  planes  de!  Creador  en  el  mundo  del  trabajo. 

Dios  ha  puesto  el  mundo  entero  y  todos  sus  recursos  y  to¬ 
das  sus  fuerzas  a  disposición  de  los  hombres,  no  para  el  prove¬ 
cho  de  castas  privilegiadas,  sino  para  el  bienestar  de  todos.  Es 
natural  que  haya  diferencias  de  fortuna,  pues  hay  diferencias  de 
talento,  de  asiduidad,  de  iniciativa,  de  constancia,  de  moralidad, 
y  aun  de  la  que  llamamos  buena  suerte.  Pero  no  es  natural  que 
estas  diferencias  sean  tan  hondas,  que  mientras  los  poseedores 
del  capital  tienen  derecho  a  toda  ganancia  posible,  los  autores 
del  trabajo  tengan  que  contentarse  con  un  escaso  salario,  y  a 
cada  momento  se  vean  amenazados  con  la  miseria. 

El  corporativismo  cierra  la  lucha  de  clases  y  establece  en 
su  lugar  la  cooperación  de  las  clases  en  beneficio  de  todas.  En 
vez  del  obrero  aislado,  incapaz  de  defenderse  ante  el  patrón  todo- 


ORIENTACIONES 


79 


poderoso,  el  corporativismo  establece  la  organización  obrera,  y 
para  que  tampoco  los  empresarios  sufran  con  injustas  imposi¬ 
ciones  de  los  sindicatos,  implanta  por  otra  parte  la  organización 
patronal.  En  el  régimen  corporativo  no  hay  contratos  individua¬ 
les,  sino  contratos  colectivos  de  trabajo.  Las  condiciones  se  es¬ 
tudian  serenamente  en  el  seno  de  la  corporación  respectiva,  y  de¬ 
ben  recibir  la  sanción  de  los  órganos  superiores  del  gobierno. 
En  el  contrato  colectivo  quedan  a  salvo  los  intereses  de  todos 
los  que  toman  parte  en  una  determinada  industria,  o  en  un  ofi¬ 
cio  cualquiera.  Todos  los  factores  que  son  necesarios  para  la 
producción  tienen  reconocidos  y  asegurados  sus  derechos.  Todos 
trabajan  en  una  empresa  que  miran  como  propia,  porque  todos 
tienen  participación  equitativa  en  las  ganancias. 

Según  la  concepción  capitalista,  solo  los  empresarios,  es  de¬ 
cir,  los  que  suministran  el  capital  para  una  empresa,  tienen  dere¬ 
cho  a  las  ganancias.  Los  demás  elementos,  obreros  y  empleados, 
solo  tienen  derecho  a  un  jornal  o  sueldo  variable,  pero  indepen¬ 
diente  de  la  pérdida  o  ganancia.  Parece  a  primera  vista  que  este 
sistema  sea  el  más  ventajoso  para  los  empresarios,  pero  no  es 
así.  Si  el  obrero  tiene  seguro  su  jornal  aunque  haya  pérdida,  no 
se  preocupa  por  la  empresa,  no  pone  empeño  en  el  trabajo,  tra¬ 
baja  poco  y  mal,  sigue  la  línea  de  menor  resistencia,  a  cada  mo¬ 
mento  se  declara  en  huelga,  unas  veces  con  razón  y  otras  sin  ella, 
movido  no  pocas  veces  por  agitadores  sin  conciencia.  Y  si  no 
tiene  esperanza  de  mejor  retribución  de  acuerdo  con  las  ganan¬ 
cias,  no  solamente  no  se  alegrará  por  la  buena  marcha  de  la 
empresa,  sino  que  se  llenará  de  envidia  y  de  resentimiento  al 
ver  que  los  empresarios  se  enriquecen  con  poco  esfuerzo,  mien¬ 
tras  él  no  tiene  más  perspectiva  que  eí  duro  trabajo  de  hoy  y 
la  miseria  de  mañana. 

Cambia  el  cuadro  completamente  en  el  régimen  corporati¬ 
vo.  No  son  solo  los  empresarios  los  que  tienen  derecho  a  la  ganan¬ 
cia,  sino  todos  los  elementos  de  la  producción,  equitativamente. 
Los  capitalistas  son  el  primer  elemento  indispensable  para  la 
instalación  y  ampliación  de  toda  industria:  tienen  derecho  al  ren¬ 
dimiento  legítimo  de  su  capital.  Los  técnicos  son  indispensables 
para  mejorar  los  productos,  conservar  las  maquinarias  y  dismi¬ 
nuir  los  gastos.  Los  administradores  son  necesarios  para  que 
haya  orden  en  todo  el  proceso  de  la  producción.  Y  los  emplea¬ 
dos  y  obreros,  aunque  uno  por  uno  son  sustituíbles  fácilmente, 
por  otra  parte  son  el  mayor  número  y  llevan  la  parte  más  dura 
y  difícil  en  el  ciclo  productivo. 

Precisamente  la  asociación  de  los  obreros  y  el  contrato  co¬ 
lectivo  tienden  a  que  el  obrero  o  empleado  no  sea  un  ser  aislado, 
fácilmente  sustituíbíe,  sino  que  por  el  contrario,  el  factor  del  tra- 


80 


FELIX  RESTREPO 


bajo  sea  en  la  producción  tan  indispensable  como  el  capital,  y 
más  tal  vez  que  los  técnicos  y  los  administradores. 

Incorporados  así  los  obreros  y  los  empleados  en  la  empresa, 
no  como  elemento  ajeno  y  asalariado,  sino  como  factor  esencial 
y  partícipe  de  los  riesgos  y  de  las  ganancias,  termina  necesaria¬ 
mente  todo  conflicto  entre  el  capital  y  el  trabajo.  No  tienen  ra¬ 
zón  de  ser  las  huelgas,  pues  los  obreros  ven  que  con  todo  quebran¬ 
to  de  la  producción  se  disminuyen  sus  ganacias.  Ganan  tal  vez 
un  poco  menos  los  empresarios,  pero  ganan  mucho  más  los  obre¬ 
ros,  con  lo  cual  se  acortan  las  distancias  entre  las  clases  so¬ 
ciales  ;  y  en  vez  del  odio  y  el  desprecio  se  establecen  la  armonía 
y  la  caridad  cristiana.  Tiene  el  obrero  estímulo  natural  en  tra¬ 
bajar  bien,  en  cuidar  de  la  maquinaria,  en  aumentar  los  ren¬ 
dimientos  de  la  empresa.  Todos,  en  una  palabra,  trabajan  como 
en  cosa  propia. 

He  dicho  que  se  disminuirán  tal  vez  las  ganancias  de  los 
empresarios,  Pero  lo  más  probable  es  que  ellos  mismos  salgan 
mejorados.  Cuánto  gastan  en  el  sistema  capitalista  los  empresa¬ 
rios  en  reparar  maquinaria  tratada  con  descuido.  Guánto  pier¬ 
den  en  cada  huelga,  Guánto  se  desminuye  la  producción  por  el 
trabajo  negligente  y  perezoso  del  asalariado. 

Por  otra  parte,  levantando  el  nivel  de  la  clase  obrera,  crece 
su  capacidad  adquisitiva,  y  puede  aumentarse  la  producción  rᬠ
pidamente.  Piénsese  cómo  prosperarían  las  industrias  nacionales 
el  día  en  que  todos  los  obreros  se  alimentaran  bien,  se  vistieran 
decentemente,  se  calzaran,  tuvieran  habitaciones  decorosas  y 
se  permitieran  alguna  comodidad  en  sus  viviendas  y  en  su  vida. 

Elevar  el  nivel  del  pueblo  es  a  la  larga  el  mejor  negocio  pa¬ 
ra  una  nación. 

En  qué  forma  debe  organizarse  la  participación  en  los  bene¬ 
ficios,  es  cuestión  técnica  que  no  podría  tratarse  en  este  breve 
artículo. 

Básteme  indicar  dos  ideas.  Podría  proponerse  que  el  im¬ 
puesto  sobre  el  exceso  de  utilidades  se  divida  en  dos  partes. 
La  una  quedaría  a  favor  del  fisco ;  la  otra  volvería  a  la  respec¬ 
tiva  empresa,  para  que  en  ella,  bajo  la  dirección  de  los  sindica¬ 
tos  de  obreros  y  empleados,  se  organizaran  los  servicios  de  pre¬ 
visión  social,  de  educación,  de  cultura,  de  descanso,  de  atención 
en  las  enfermedades,  y  en  fin,  toda  clase  de  seguros.  De  este 
modo  tienen  los  sindicatos  trabajo  positivo  y  benéfico  para  todo 
el  gremio,  y  salen  de  la  ideología  meramente  destructora  y  ne¬ 
gativa. 

Mientras  llega  a  realizarse  una  medida  general,  como  esta  u 
otra  semejante,  podrían  las  empresas  destinar  parte  de  sus  ga- 


ORIENTACIONES 


81 


nancias  a  ser  repartidas  entre  los  obreros  y  empleados,  atendien¬ 
do  con  equidad  a  diversos  factores. 

Ya  hay  empresas  en  Colombia  que  destinan  parte  de  sus 
ganancias  a  favorecer  a  los  obreros,  tienen  establecidos  magní¬ 
ficos  servicios  para  ellos,  y  les  dan  además  una  bonificación  anual. 
Es  lo  menos  que  debieran  hacer  todas  las  empresas  de  la  repú¬ 
blica;  y  es  una  gloria  para  los  empresarios  antioqueños  el  que 
vayan  a  la  cabeza  de  la  realización  de  estas  mejoras  sociales. 
Una  vez  más  el  profundo  cristianismo  del  pueblo  antioqueño 
se  ha  hecho  sentir  en  el  buen  trato  que  muchas  de  sus  fábricas 
dan  a  los  trabajadores  y  en  la  simpatía  y  cariño  por  la  empresa 
con  que  han  sabido  corresponder  los  obreros. 

Conozco  una  pequeña  empresa  en  Bogotá  que  destina  el  diez 
por  ciento  de  sus  ganancias  a  favorecer  a  sus  empleados  y  obre¬ 
ros.  Esta  suma  se  divide  en  tres  partes.  La  primera  se  distribu¬ 
ye  en  proporción  a  los  sueldos,  es  decir,  atendiendo  a  la  capaci¬ 
dad  de  los  trabajadores.  La  segunda,  en  proporción  al  tiempo 
que  estos  llevan  en  la  empresa,  es  decir,  de  acuerdo  con  su  vin¬ 
culación  a  ella.  Y  la  tercera  en  proporción  a  los  miembros  de 
familia  por  los  cuales  tiene  qué  mirar  el  obrero  o  empleado. 

Así  se  atiende  al  problema  del  salario  familiar.  Me  per¬ 
mito  recomendar  este  sencillo  y  equitativo  sistema. 

Así  poco  a  poco  se  va  educando  el  pueblo,  y  se  van  educan¬ 
do  también  los  empresarios  para  el  corporativismo,  el  cual,  sin- 
embargo,  no  podrá  realizarse  plenamente,  sino  cuando  se  des¬ 
arrolle  también  en  el  campo  católico. 

—  III  — 

Una  corporación  es  una  profesión  organizada,  con  las  ven¬ 
tajas  que  en  los  artículos  anteriores  hemos  visto.  Pero  la  pro¬ 
fesión  no  puede  organizarse  sin  la  cooperación  del  poder  pú¬ 
blico.  Y  una  sola  profesión  organizada  en  un  país,  no  resuelve 
tampoco  sino  muy  parcialmente  los  problemas  económicos  y  so¬ 
ciales  que  nos  ha  planteado  con  todas  sus  complicaciones  el  pre¬ 
sentes  siglo. 

El  régimen  corporativo  es  pues  aquel  en  el  cual,  gracias  a 
la  acción  del  poder  público,  no  se  queda  fuera  de  la  organiza¬ 
ción  ninguna  de  las  profesiones  que  forman  el  tejido  de  un  país, 
y  ninguna  de  la  funciones  que  los  ciudadanos  desempeñan  en 
beneficio  de  la  sociedad. 

Países  hay  en  donde  la  mano  fuerte  de  un  dictador  ha  metido 
de  repente  en  el  nuevo  molde  a  las  muchedumbres,  indiferentes 
tal  vez  y  aun  hostiles  al  principio,  y  luego  entusiasmadas  oon 


82 


FELIX  KESTREPO 


el  nuevo  orden  de  cosas,  al  ver  al  ojo  el  fruto  que  de  esa  formi¬ 
dable  organización  sacan  todos  los  sectores  sociales. 

Nada  nos  prueba  sinembargo  que  la  organización  corpora¬ 
tiva  del  Estado  sea  inseparable  de  las  formas  más  o  menos  des¬ 
póticas  de  gobierno.  Por  el  contrario,  también  los  países  demo¬ 
cráticos,  como  tuve  ocasión  de  demostrarlo  hace  poco  en  mi  dis¬ 
curso  de  ingreso  en  la  Academia  Colombiana  de  Jurispruden¬ 
cia,  se  van  acercando  a  grandes  pasos  a  este  mismo  ideal. 

El  régimen  corporativq  es  algo  muy  distinto  del  odiado 
sistema  que  se  llama  intervencionismo  de  Estado .  En  este  el  Es¬ 
tado,  hecho  cuerpo  en  una  agrupación  de  funcionarios  que  han 
llegado  a  las  alturas  del  poder  gracias  a  cualquiera  de  los  acci¬ 
dentes  a  que  está  expuesta  la  vida  de  los  pueblos,  el  Estado, 
digo,  o  la  casta  de  los  funcionarios  públicos,  se  arroga  el  dere¬ 
cho  de  intervenir  en  todos  los  actos  públicos  y  aun  privados  de 
los  individuos  y  de  las  asociaciones  particulares.  El  Estado  se 
convierte  en  tutor  universal,  en  mentor  imprescindible,  en  ayo 
y  niñera,  en  dómine  dominante ,  en  doctor  Tirteafuera,  en  provi¬ 
dencia  divina  de  todos  los  ciudadanos,  que  ante  el  papá  Estado 
nunca  salen  de  menor  edad,  ni  son  nunca  capaces  de  valerse 
por  sí  mismos. 

Por  el  contrario,  en  el  régimen  corporativo  el  Estado  reco¬ 
noce  a  las  corporaciones  el  poder  de  regular  sus  asuntos  inter¬ 
nos,  de  arreglar  sus  propios  conflictos  y  de  juzgar  en  sus  pro¬ 
pias  diferencias.  El  Estado  se  reserva  el  poder  coactivo  para 
obligar  a  todos  a  obedecer  los  mandatos  y  sentencias  legítima¬ 
mente  dictados  por  las  corporaciones.  El  Estado  no  concentra 
sus  poderes  en  la  casta  de  los  funcionarios  públicos,  sino  que  los 
deja  brotar  y  manifestarse  naturalmente  en  toda  legítima  aso¬ 
ciación  de  ciudadanos.  Los  individuos  son  la  razón  de  ser  del 
Estado  mismo.  No  existen  los  individuos  para  el  Estado,  sino 
el  Estado  para  los  individuos.  Los  individuos  son,  pues,  origen 
y  fin  del  mismo  Estado.  Desaparece  en  el  sistema  corporativo  el 
antagonismo  entre  los  individuos  y  la  sociedad,  entre  individua¬ 
lismo  y  estatismo,  y  en  su  lugar  entra  el  concepto  natural  de  que 
toda  asociación  es  parte  del  Estado,  y  toda  corporación  órgano 
natural  del  mismo. 

Descargado  así  el  Estado  de  toda  esa  muchedumbre  de  pe¬ 
queñas  funciones,  que  lo  abruman  en  el  sistema  del  interven¬ 
cionismo,  queda  más  libre,  como  lo  hace  notar  el  Sumo  Pontí¬ 
fice  Pío  XI  en  su  encíclica  Quadragesimo  anno,  para  atender 
a  aquellos  deberes  que  sí  son  peculiares  de  él,  y  en  los  cuales  no 
puede  ser  reemplazado,  y  que  se  compendian  en  estas  tres  pa¬ 
labras:  defender,  vigilar,  promover .  Defender  a  la  patria,  defen¬ 
der  también  a  todos  los  ciudadanos  en  el  uso  de  sus  derechos. 


ORIENTACIONES 


83 


Vigilar,  como  el  centinela  que  día  y  noche  está  en  la  atala¬ 
ya,  viendo  venir  de  lejos  los  peligros,  y  asegurando  así  la  paz 
y  el  orden.  Y,  finalmente,  promover  todas  las  actividades  socia¬ 
les,  no  queriendo  ser  él  el  autor  de  toda  empresa  cultural,  eco¬ 
nómica  o  social,  sino  facilitando  a  los  particulares  y  a  las  aso¬ 
ciaciones  libres  la  realización  de  sus  fines  sociales. 

Si  los  conflictos  que  pueden  surgir  en  el  seno  de  una  cor¬ 
poración  pueden  resolverse  sin  intervención  directa  del  gobier¬ 
no  general,  no  así  los  que  surjan  de  una  corporación  a  otra. 
El  Estado  será  pues  siempre  el  elemento  coordinador  entre  las  di¬ 
versas  funciones  sociales,  por  medio  de  un  órgano  superior  corpo¬ 
rativo  en  que  estén  representadas  las  corporaciones  todas,  o  al 
menos  las  principales. 

El  poder  judicial  y  el  poder  ejecutivo  quedan,  pues,  en  un 
país  de  régimen  corporativo,  no  concentrados  en  un  núcleo,  sino 
repartidos  por  todo  el  cuerpo  social,  siguiendo  la  configuración 
natural  de  la  misma  sociedad.  También  el  poder  legislativo  debe 
tener  otro  aspecto  en  el  régimen  corporativo.  La  política  no  es 
la  única  actividad  a  que  están  entregados  los  habitantes  de  un 
país  cualquiera.  Está  bien  que  la  política  tenga  intervención  en 
los  cuerpos  legislativos,  pero  deben  tenerla  también  todas  las 
demás  actividades  sociales,  o  sea  las  corporaciones.  Y  no  solo 
las  de  carácter  económico,  sino  también  las  religiosas,  las  cul¬ 
turales,  las  educativas. 

Pueden  algunos  países  optar  por  una  cámara  única  corpora¬ 
tiva,  en  la  cual  el  libre  juego  de  las  ideas  esté  garantizado  y  se 
concrete  en  los  representantes  de  las  corporaciones  que  repre¬ 
sentan  una  función  espiritual.  Pueden  otros  escoger  una  cámara 
mixta  en  la  cual  intervengan  los  representantes  de  los  partidos 
políticos  y  los  de  las  corporaciones.  Y  finalmente  se  concibe  el 
sistema  de  dos  cámaras,  la  una  política,  la  otra  corporativa,  tal 
como  lo  ideaba  para  Colombia  el  general  Rafael  Uribe  Uribe, 
de  cuyo  proyecto  hablé  detenidamente  en  mi  citado  discurso. 

Mientras  se  realiza  el  corporativismo  en  todas  sus  fases 
(económica,  social  y  política),  los  que  aspiramos  a  ver  implanta¬ 
dos  en  la  sociedad  moderna  los  salvadores  principios  cristianos, 
debemos  trabajar  por  ir  venciendo  el  egoísmo  de  los  de  arriba  y 
de  los  de  abajo,  y  preparando  así  el  reino  de  Cristo,  que  es  el 
reino  de  la  caridad,  de  la  justicia  y  de  la  paz. 


Estudios  biológicos 


por  Jaime  Pujiula  S.  J. 


V— Las  teorías  para  explicar  la  evolución 

Eí  señor  Zulueta  Antonio,  profesor  de  Madrid,  quiere  des¬ 
mentir  la  idea  de  que  la  teoría  de  la  evolución  se  cae  de  vieja  y 
desacreditada;  cree  él  que  lo  que  está  desacreditado  no  es  el 
hecho  de  la  evolución,  universalmente  admitido,  sino  las  teo¬ 
rías  excogitadas  para  explicar  el  hecho,  es  decir,  el  cómo  de  la 
evolución 1.  Sin  duda  que  el  hecho  está  universalmente  admi¬ 
tido,  no  a  fuerza  de  nuevas  razones,  sino  a  fuerza  de  nuevas 
idealizaciones,  de  arbitrarias  interpretaciones  y  de  la  gran  su¬ 
gestión  que  ejerce  el  profesor  en  el  ánimo  de  sus  discípulos.  El 
Magister  dixit  tiene  la  misma  fuerza  hoy  que  ayer.  De  lo  que 
no  se  puede  dudar  es  que  la  teoría,  aun  en  cuanto  al  hecho,  está 
estacionaria .  En  la  actualidad  los  problemas  de  la  herencia  atraen 
más  que  las  consideraciones  trasformistas.  R.  R.  von  Wettstein, 
nuestro  antiguo  profesor  en  Viena,  en  el  discurso  inaugural  del 
congreso  internacional  de  genética,  habido  en  Berlín  en  1928, 
hace  resaltar  que  la  genética  no  ha  promovido,  como  era  de  es¬ 
perar,  la  teoría  de  la  evolución  2.  Lo  cierto  es  que  no  existe  aquel 
entusiasmo  que  existió,  v.  gr.,  en  los  tiempos  de  Haeckel. 

Pero  acerca  del  hecho  ya  hemos  dicho  lo  suficiente,  y  es¬ 
tamos  convencidos  de  que  la  teoría  de  la  evolución,  en  el  fondo, 
no  es  más  que  una  hipótesis:  en  lo  cual  no  hacemos  sino  repetir 
las  palabras  del  mismo  Haeckel,  cuando  en  su  Progonotaxis  ho- 
minis  dice  categóricamente  que  «cualquiera  que  sea  el  modo 
como  nos  imaginemos  la  trasformación,  la  teoría  de  la  evolución 
es  y  permanece  siempre  una  hipótesis»  3.  Más  aún ;  gente  que  ha 
bía  militado  entre  los  trasformistas,  convencidos  de  la  sinrazón 
de  la  teoría,  se  han  pasado  con  armas  y  bagaje  al  bando  opuesto, 
como  Vialleton  4. 

Pero  ora  sea  cierto,  ora  incierto  el  hecho  de  la  evolución,  se 
puede  disputar,  como  lo  hacen  los  autores,  sobre  el  modo,  sobre 
cómo  se  imagina  cada  uno  que  pudo  verificarse  la  trasforma¬ 
ción.  Esto  puede  arrojar  luz  sobre  el  mismo  hecho  o  sobre  las 
pruebas  que  tiendan  a  probar  el  hecho.  Las  diversas  explicacio¬ 
nes  han  dado  lugar  a  varias  teorías,  como  vamos  a  ver. 


*  Véase  Revista  Javeriana,  t.  x,  pág.  46  (julio,  1938). 

1  Conferencias  y  reseñas  críticas  de  la  Sociedad  Española  de  Ciencias  Naturales,  t.  III 
(diciembre,  1928). 

2  Congreso  internacional  de  genética.  Berlín.  1928. 

3  Haeckel:  Pragonotaxis  hominis. 

4  Vialleton,  L. :  L' origine  des  étres  vivants.  París.  1929. 


ESTUDIOS  BIOLOGICOS 


85 


Apuntamos  en  el  primer  artículo  sobre  la  evo- 
Lamarckismo  lución,  que  J.  Lamarck,  medio  siglo  antes  que 

Darwin,  publicó  (1809)  su  obra  Philosophie 
Zooíogique,  sobre  ía  evolución  de  las  especies,  obra  que,  si  no 
tuvo  la  resonancia  que  tuvo  después  el  libro  de  Darwin,  ello 
se  debió,  sin  duda,  a  que  no  estaban  aún  preparados  los  áni¬ 
mos,  y  además,  a  que  el  gran  Cuvier  — la  primera  figura  de 
entonces,  como  anatómico  de  Francia —  se  oponía  tenazmente  a 
las  ideas  trasformisías.  La  explicación  que  daba  Lamarck  de  la 
trasfomiación  de  los  organismos,  es  la  que  se  conoce  con  el  nom¬ 
bre  de  adaptación  activa.  Supone,  en  efecto,  el  autor,  que  existe 
en  el  organismo  un  poder  intrínseco,  una  facultad  de  acomodar¬ 
se,  que  se  despierta  en  presencia  de  las  dificultades  (de  las  ne¬ 
cesidades),  las  cuales  serían  como  estímulos  externos  que  pro¬ 
vocarían  la  reacción  acomodatriz,  modificando,  al  efecto,  si  es 
preciso,  los  órganos.  El  ejercicio  o  el  uso  de  un  organo  ayuda  a 
su  desarrollo;  el  desuso,  al  contrario,  es  causa  de  su  atrofia- 
miento. 

Para  comprender  mejor  lo  que  es  la  adaptación  activa,  re¬ 
cordemos  algún  fenómeno  de  irritabilidad  fisiológica.  Si  pone¬ 
mos  una  planta  tierna  en  un  aposento  cerrado  y  oscuro,  y  deja¬ 
mos  penetrar  después  la  luz  en  él  por  un  resquicio,  la  planta 
reacciona  al  estímulo  de  la  luz,  dirigiendo  su  extremidad  termi¬ 
nal  hacia  aquella.  El  movimiento  de  la  planta  es  un  movimien¬ 
to  vital  etiónico  o  paratónico,  esto  es,  un  movimiento  provocado; 
el  estímulo  de  la  luz  desencadena  toda  una  serie  de  acciones  y 
reacciones  fisiológicas  internas  que  dan  por  resultado  la  curva 
fototrópica.  Por  el  estilo,  ía  presencia  de  circunstancias  externas 
que  exigen  acomodación,  serían  como  los  estímulos  provocado¬ 
res  de  la  modificación  de  unos  órganos  o  aparición  de  nuevos. 

El  P.  de  Sinety  cuenta  la  teoría  de  Lamarck  entre  las  fina¬ 
listas;  pues  es  claro  que  el  poder  de  reaccionar  en  esta  forma, 
responde  a  una  finalidad,  que  es  adaptarse  el  organismo  a  las 
circunstancias,  para  no  perecer:  en  su  consecuencia,  Lamarck 
sería  un  neovitalista. 

El  reverso  de  la  medalla  es  la  adaptación  pasiva,  defendida 
por  algún  autor. 

En  la  adaptación  pasiva  el  organismo  se  habría  como  la  cera 
que  recibe  la  impresión  de  un  cuerpo  extraño,  amoldándose  a 
su  superficie.  Es  una  concepción  demasiado  mecánica,  que  no 
deja  acción  a  la  vida  y  no  merece  el  nombre  de  adaptación  o  aco¬ 
modación,  que  lleva  embebida  la  idea  de  actividad  de  parte  de 
aquello  que  se  acomoda.  Además,  parece  excluir  toda  finalidad 

de  !á  vida. 


86 


JAIME  PUJ1ULA 


La  palabra  darwinismo  se  ha  tomado  como  sino» 
Darwinísmo  nimo  de  trasformísmo  y  de  descendencia  simia* 

na  del  hombre.  No  es,  ciertamente  así,  aunque 
se  comprende  que  el  vulgo  lo  tome  así.  Darwin  fue  el  que  desenca¬ 
denó  la  tempestad  del  trasformísmo,  y  se  le  ha  hecho  su  padre.  Pe¬ 
ro,  mirando  bien  las  cosas,  el  trasformísmo  no  es  exclusivo  de  Dar¬ 
win  ;  es  de  todos  los  que  admiten  la  evolución  de  las  especies,  cosa 
anterior  a  Darwin ;  lo  que  es  propio  de  Darwin  es  la  teoría,  por  él 
excogitada,  para  explicar  cómo  se  han  trasformado  las  especies 
que,  según  él,  sería  mediante  la  selección  natural  ayudada  o  reali - 
zada  por  la  lucha  por  la  existencia .  Este  es  el  verdadero  darwi¬ 
nismo. 

Para  dar  una  idea  de  este,  bastará  decir  que  Darwin  pensó 
que  en  la  naturaleza  ocurriría  lo  mismo  que  en  la  selección  zoo¬ 
técnica.  Los  zootécnicos  saben  muy  bien  qué  individuos  han  de 
escoger  o  seleccionar  para  la  reproducción,  en  orden  a  conservar, 
y  si  puede  ser,  a  mejorar  las  razas  de  animales  domésticos.  Aho¬ 
ra  bien,  la  naturaleza  haría  también  esta  selección  mediante  la 
lucha  por  la  existencia ,  en  la  cual  sucumbiría  siempre  el  más 
flaco  y  débil,  y  vencería  y  sobreviviría  el  más  fuerte  y  bien  acon¬ 
dicionado  y,  por  consiguiente,  el  que  se  reproduciría  y  conserva¬ 
ría  la  raza;  y  como  en  la  naturaleza  ocurren  cambios  y  modifi¬ 
caciones  que  se  heredan,  cuando  estos  son  favorables  en  la  lu¬ 
cha  por  la  existencia,  se  conservan  y  trasmiten  a  la  posteridad. 
Hagamos  aquí  algunas  observaciones  para  mejor  entender  esta 
teoría. 

Primeramente,  la  expresión  lucha  por  la  existencia  parece 
suscitar  en  los  que  la  oyen  escenas  sangrientas  como  en  los  due¬ 
los  y  salteamientos  de  ladrones.  Nada  de  eso:  la  lucha  por  la 
existencia  con  la  supervivencia  del  más  fuerte  tiene  también  le¬ 
gar  en  el  reino  vegetal,  sin  que  las  plantas  posean  las  zarpas  y 
colmillos  del  león,  ni  la  trompa  del  elefante.  No;  la  lucha  por 
la  existencia  no  es  otra  cosa  que  la  concurrencia  en  el  apoderar¬ 
se  y  aprovecharse  de  los  medios  de  subsistencia  para  conservar 
la  vida,  venciendo  al  efecto,  los  factores  o  agentes  físicos  que  la 
dificultan  y  constituyen  el  medio  indispensable  para  su  equili¬ 
brio,  como  se  expone  en  mi  obra  Problemas  biológicos  5 .  Un  par 
de  ejemplos  nos  aclarará  esto. 

Es  evidente  que  cada  planta  que  se  reproduce,  da  una  gran 
cantidad  de  semillas.  Una  planta  de  tabaco  da  40.000  semillas: 
si  estas  produjesen,  como  pueden  en  absoluto,  otras  tantas  plan¬ 
tas,  y  lo  mismo  hiciesen  sucesivamente  las  nuevas  semillas,  en 
3  ó  4  años  toda  la  superficie  de  la  tierra  quedaría  cubierta  de 
plantas  de  tabaco.  ¿Qué  quedaría  para  las  demás  plantas? 


5  El  equilibrio  de  la  vida  en  este  mundo. 


ESTUDIOS  BIOLOGICOS 


87 


Una  orquídea  produce  SOWO.OOO  de  semillas;  el  hongo  po- 
ly puras  squamosus,  lOO.OÍMFOOO.OOO  de  esporas.  Un  infusorio  — mi¬ 
croorganismo  unicelular —  se  divide  5  veces  al  día:  en  un  mes, 
150.  Si  no  tropezase  con  impedimentos  externos,  daría,  en  estas 
150  divisiones,  un  número  de  individuos  que  sería  la  unidad  se¬ 
guida  de  64  ceros,  y  la  masa,  un  millón  de  veces  mayor  que  el 
sol.  Los  insectos  se  reproducen  en  verano  tan  fabulosamente,  que, 
si  no  hubiese  agentes  que  limitasen  su  producción,  constituirían 
una  nube  que  no  dejaría  penetrar  el  sol  hasta  la  tierra.  ¿Por 
qué  no  es  así?  Por  los  agentes  que  limitan  la  producción.  Si  to¬ 
das  las  castañas  de  Indias  que  produce  un  castaño  cayesen  en 
el  suelo  donde  está  el  árbol  que  las  produjo,  no  prosperarían 
por  falta  de  alimento;  pues  solamente  la  planta  madre  ya  ab¬ 
sorbe  todo  lo  que  puede  dar  el  área  que  ocupa. 

Los  insectos  no  cubren  la  atmósfera,  porque  tienen  formi¬ 
dables  enemigos  que  los  devoran.  En  todas  ¡as  clases  de  verte¬ 
brados  se  encuentran  especies,  géneros,  familias,  y  aun  órdenes 
enteros,  que  no  se  alimentan  de  otra  cosa  que  de  insectos:  incluso 
existen  plantas  que  son  insectívoras  (carnívoras).  ¿Qué  orga¬ 
nismos  lograrán  escapar  a  la  acción  de  tanto  agente  adverso  pa¬ 
ra  poderse  reproducir?  El  que  prácticamente  esté  en  mejores 
condiciones  para  eludir  los  agentes  destructores.  La  primera 
semilla  que  caiga  en  un  punto  que  no  tenga  aún  vegetación,  pros¬ 
perará;  porque  sin  competencia  germinará,  extenderá  su  siste¬ 
ma  radical,  y  absorberá  toda  la  sustancia  nutritiva.  Las  semi¬ 
llas  que  lleguen  o  caigan  allí  después,  no  prosperarán;  porque  la 
primera  tiene  acaparada  la  sustancia  nutritiva  con  tal  desarro¬ 
llo  de  su  organización,  que  otras  semillas  no  pueden  en  aquel 
sitio  competir;  y,  aunque  lleguen  a  germinar,  mueren  luego, 
o  no  prosperan,  ni  pueden  reproducirse.  Si  un  insecto  es  mi- 
mético,  pasa  inadvertido  de  sus  enemigos,  v.  gr.,  del  ave  insec¬ 
tívora,  y  se  libra  de  la  muerte.  Esta  es  la  lucha  por  ¡a  existen¬ 
cia,  en  la  cual  sucumbe  el  mal  acondicionado  casualmente,  y 
sobrevive  el  bien  acondicionado. 

Y  ¿qué  tiene  que  ver  esto  con  la  trasformación  de  las  espe¬ 
cies?  Según  Darwin,  mucho;  como  que  esta  es  su  teoría  para 
explicarla.  En  efecto,  un  cambio  sufrido  por  una  especie,  o  me¬ 
jor,  por  un  individuo,  aunque  sea  efecto  de  agentes  externos, 
puede  ser  favorable  a  su  conservación  y  librarle  de  la  muerte; 
y  si  se  hace  hereditario  y  lo  trasmite  a  la  posteridad,  sus  des¬ 
cendientes  portadores  del  cambio  se  perpetúan. 

Pero  esta  teoría  de  Darwin  está  desde  hace  mucho  tiempo 
desacreditada.  Dijo  de  ella  un  científico,  que  sirvió  para  llevar 
sobre  la  punta  de  la  nariz,  durante  medio  siglo,  toda  una  gene¬ 
ración  de  sabios.  ¿Por  qué  no  satisface?  Por  muchas  razones: 


88 


JAIME  PUJIULA 


1®,  porque  aquí  todo  se  deja  al  acaso,  a  los  cambios  fortuitos ; 
es  una  teoría  antifinalista,  en  tanto  grado,  que  dijo  de  ella  el  mis¬ 
mo  Darwin  que,  si  en  la  naturaleza  viviente  se  diese  con  una 
formación  evidentemente  finalista,  que  no  venga  de  rudimentos 
precedentes,  es  decir,  por  evolución  paulatina  de  otras  forma¬ 
ciones,  bastaría  ella  para  dar  al  traste  con  toda  su  teoría.  Aho¬ 
ra  bien:  el  doctor  A.  Brass,  que  ya  conocemos  como  el  martillo 
científico  para  aplastar  teorías  no  bien  fundadas,  señala  un  ór¬ 
gano  que  llena  perfectamente  todas  las  condiciones  señaladas 
por  el  mismo  Darwin  como  destructores  de  su  teoría.  Este  ór¬ 
gano  es  el  amnios  de  los  embriones  de  reptiles,  aves,  mamíferos, 
y  del  hombre,  llamados  por  esta  razón  amnióticos,  como  larga¬ 
mente  se  expone  en  el  curso  de  embriología  6. 

El  amnios  es  una  formación  que  aparece  hecha  y  derecha, 
con  toda  perfección,  a  guisa  de  envoltura  del  embrión,  sin  nin¬ 
gún  rudimento,  en  clases  inferiores,  y  con  perfecta  finalidad, 
que  es  defender  el  embrión  contra  la  alantoides,  otra  dependen¬ 
cia  embrionaria,  encargada  de  llevar  vasos  sanguíneos  a  la  parte 
periférica  del  huevo,  con  innata  tendencia  de  adherirse  a  las 
formaciones  vivas  que  encuentra. 

2?  También  es  combatido  Darwin,  porque  supone  la  heren¬ 
cia  de  caracteres  adquiridos,  cosa  que  no  admiten  los  neodar- 
winistas,  como  Weismann  y  su  escuela,  formada  por  todos  o  ca¬ 
si  todos  los  genetistas.  Esta  teoría  está,  pues,  abandonada;  al¬ 
guno  que  otro  inglés  sigue  aferrado  a  ella;  y  se  comprende:  pues 
se  trata  de  una  teoría  inglesa;  y  es  cosa  proverbial  el  espíritu 
conservador  de  Inglaterra. 

Acabamos  de  nombrar  a  los  neodarwinistas. 
Needarwinismo  El  fundador  del  neodarwdnismo  es  Augusto 

Weismann ;  su  escuela  la  forman,  como  queda 
indicado,  los  genetistas,  los  cuales  no  admiten  que  se  hagan 
hereditarios  caracteres  adquiridos  durante  la  vida.  Desde  lue¬ 
go,  no  se  hereda  ninguna  mutilación,  como  lo  demuestra  la 
circuncisión,  practicada  durante  siglos  y  siglos  por  judíos  y  árabes. 
Pero  estos  neodarwinistas  son  tan  trasformistas  o  más  que  Dar¬ 
win  y  su  escuela;  y  admiten  también  la  selección  natural ,  pe¬ 
ro  no  como  la  explicaba  Darwin,  sino  como  la  explican  ellos. 
Gomo  quiera  que,  según  ellos,  las  modificaciones  somáticas,  o 
producidas  en  el  cuerpo  por  agentes  externos,  no  se  heredan,  ni, 
por  consiguiente,  se  trasmiten  a  los  hijos,  la  selección  natural, 
que  es  el  medio  para  mejorar  y  modificar  las  especies,  solo  tiene 
lugar  en  el  idioplasma,  esto  es,  en  la  masa  hereditaria.  Un  cam¬ 
bio  favorable  en  la  masa  heeditaria  producirá  hijos  mejor  acon- 


6  Véase  nuestra  obra  Embriología  del  hombre  y  demás  vertebrados ,  t.  I. 


ESTUDIOS  BIOLOGICOS 


89 


dicionados  para  conservarse  y  reproducirse,  trasmitiendo  a  sus 
descendientes  las  buenas  condiciones. 

Tropieza  esta  teoría  con  la  misma  dificultad  que  la  de  Dar- 
win:  se  trata  de  cambios  ciegos  del  idioplasma,  seguramente  ca¬ 
suales;  es  antifinalista,  y  no  es  fácil  que  los  cambios  del  idio¬ 
plasma,  si  son  ciegos,  vayan  siempre  en  una  misma  dirección, 
como  deberían  ir,  si  han  de  modificar  y  tras  formar  las  especies 
en  evolución  progresiva. 

A  fines  del  siglo  pasado  y  prin- 
Teoría  de  las  mutaciones  cipios  del  actual,  pensó  de  Vries 

poder  sentar  una  nueva  teoría, 
que  acaso  satisfaga  más  que  las  mencionadas  hasta  aquí:  la  teo¬ 
ría  de  las  mutaciones.  Los  organismos  pasarían,  según  ella,  por 
períodos  de  constancia  y  por  períodos  de  cambio.  Los  cambios 
serían  repentinos  en  su  aparición  y  hereditarios. 

El  fundamento  de  esta  teoría  se  halla  en  las  observaciones  y 
experimentos  practicados  en  la  planta  oenothera  lamarckiana,  y 
luego  en  otras,  y  también  en  animales. 

Hugo  de  Vries,  profesor  de  botánica  en  Amsterdam,  en  efecto, 
observó  en  los  campos  de  Hilversum,  alrededor  de  esta  ciudad, 
ejemplares  de  la  mencionada  planta,  muy  diferentes  de  los  demás 
en  una  misma  populación.  Llevó  ejemplares  consigo  para  hacer 
experimentos  en  el  jardín  botánico;  y  vio,  realmente,  que  se 
trataba  de  una  forma  que  cambiaba:  era  matante.  Hemos  visto 
en  Viena  ejemplares  de  mutación  de  esta  planta,  y  realmente 
ofrecen  diferencias  y  caracteres  notables.  No  es  la  oenothera  sola 
la  que  ofrece  mutantes;  las  ofrece  también  el  antirrhinum ;  y  en 
el  reino  animal  se  ha  hecho  célebre  también,  en  este  sentido, 
la  mosca  del  vinagre  ( drosophila  melanogaster) ,  de  que  hemos 
ya  hablado,  en  otro  artículo.  Es  muy  natural  que  cuando  se  des¬ 
cubre  un  fenómeno  en  un  organismo,  se  observe  tambián  en  otros 
muchos;  porque  los  científicos  paran  mientes  en  lo  que  antes 
no  reparaban. 

El  P.  Wassnann,  en  su  Biología ,  cuya  recensión  hicimos  y 
publicamos  en  Razón  y  Fe,  creía  haber  dado  con  una  forma  mu¬ 
íante  en  el  coleóptero  mirmecófilo  dinarda. 

Dos  cosas  hemos  de  observar  aquí:  1®  ¿qué  mutaciones  son 
estas?  y  2*  ¿qué  trascendencia  tienen? 

1®  ¿Qué  mutaciones  son  estas f — Hay  cambios  o  variacio¬ 
nes  en  los  organismos  que  se  llaman  fluctuaciones ,  cuando  son 
variaciones  individuales  y  continuas.  Si  uno  recoge,  v.  gr.,  las 
semillas  de  una  determinada  planta  de  fríjol,  verá  que  no  todas 
tienen  el  mismo  tamaño,  el  mismo  peso  etc.  Si  se  toma  uno  de 
estos  accidentes,  v.  gr.,  la  magnitud  de  todos  los  individuos,  es- 


90 


JAIME  PUJIULA 


to  es,  todas  las  semillas,  desde  la  menor  hasta  la  mayor,  se  verá 
que  la  mayor  parte  tienen  un  tamaño  medio,  y  las  muy  pequeñas 
y  las  muy  grandes  son  siempre  en  menor  número.  Son  fluctua¬ 
ciones  de  este  carácter,  debidas  no  a  los  genes  o  factores  here¬ 
ditarios,  sino  a  los  agentes  externos;  porque  estos  no  influye¬ 
ron  de  igual  modo  o  en  igual  intensidad  en  todas  las  flores  y 
semillas.  Estas  fluctuaciones  no  son  cambios  que  puedan  influir 
en  la  trasformación  de  las  especies.  Si  uno  siembra  la  semilla 
más  pequeña,  de  la  llamada  curva  de  fluctuación ,  no  obtendrá 
por  eso  semillas  pequeñas,  sino  aproximadamente  la  misma  curva 
de  fluctuación  antes  observada ;  y  lo  mismo  sucederá  si  se  siembra 
la  más  grande :  que  no  serán  precisamente  grandes  las  semillas  que 
se  obtendrán,  sino  de  todos  tamaños;  porque  en  el  germen,  esto  es 
en  el  idio plasma,  todas  esas  semillas  son  iguales. 

En  cambio,  una  mutación  produce  un  -  cambio  brusco,  re¬ 
pentino,  discontinuo,  que  se  trasmite  por  la  herencia,  y  a  estas 
mutaciones  se  debe  principalmente  la  existencia  de  las  razas. 

2?  ¿Qué  trascendencia  tienen  estas  mutaciones ? — Estas  mu¬ 
taciones  no  rebasan  el  límite  de  la  especie.  De  Vries  llamó  especies 
elementales  las  formas  que  habían  sufrido  la  mutación.  Igual¬ 
mente  se  podrían  llamar  razas.  Nada:  que  hasta  el  día  de  hoy 
no  se  ha  podido  obtener  la  trasformación  de  una  sola  especie. 

Vengamos,  finalmente,  a  decir  algo  de  la  teoría  del  italiano 
Daniel  Rosa,  muy  reciente:  de  1918.  Gomo  ninguna  teoría  evo¬ 
lucionista  satisface  del  todo,  sino  que  deja  no  pocas  lagunas  y 
problemas,  Rosa  quiso  seguramente  eliminar  muchas,  o  mejor, 
todas,  si  pudiese.  He  aquí  un  resumen  de  su  pensamiento.  Rosa 
no  quiere  saber  nada  del  neolamarckismo ;  que  el  mundo  externo, 
el  ambiente,  no  puede  producir  modificación  hereditaria  alguna 
en  los  organismos;  toda  modificación  o  cambio  se  debe  exclu¬ 
sivamente  al  idioplasma.  Rosa  está  identificado,  en  esta  parte 
con  el  neodarwinismo  de  Weismann  y  su  escuela. 

La  formación  de  nuevas  especies  no  sería,  según  Rosa,  otra 
cosa  que  la  diferenciación  específica  del  idioplasma,  que,  por  el 
mismo  hecho  de  irse  desdoblando,  se  iría  simplificando  (descon¬ 
gestionando)  en  cada  nueva  especie;  algo  así  como  el  huevo  en 
desarrollo  va  simplificando  su  contenido  idioplasmático,  a  me¬ 
dida  que  se  desenvuelve  y  diferencia  los  distintos  órganos.  Esto 
recuerda  la  teoría  del  plasma  germinal  de  Weismann. 

Este  desdoblamiento  del  idioplasma  y  formación  de  nuevas 
especies  sería  por  dicotomía;  cada  especie,  en  llegando  a  su 
maduración,  esto  es,  al  período  de  mutación  (idea  de  de  Vries), 
originaría  dos  especies  distintas,  distintas  entre  sí  y  distintas  de 
la  madre;  idea  que  acaso  le  inspiró  el  desdoblamiento  de  los 
caracteres  mendelianos  en  la  segunda  generación,  o  F2. 


ESTUDIOS  BIOLOGICOS 


91 

En  todo  caso,  si  cada  vez  que  se  divide  la  especie  lo  hace 
dicoíomicamente,  el  número  de  especies  nuevas  crecerá  en  pro- 
porción  geométrica.  Una  sola  especie  produce  en  la  10?  división 
1.024  especies  distintas,  y  en  la  50?  un  cuadrillón  de  especies  T. 

.  ^omó  de  hecho  el  número  de  especies  organizadas  no  llega 
ni  a  un  millón 7  8,  la  teoría  debe  explicar  esta  incoherencia,  y  la  ex¬ 
plica  o  pretende  explicarla  diciendo  que  las  especies  no  todas  van 
tan  a  prisa  en  madurar;  pues  las  originadas  por  una  dicotomía 
son  distintas  y  de  distinto  valor,  y  unas  tardan  mucho  en  dico- 
tomizarse  (acaso  miles  o  millones  de  años). 

Lo  curioso^  de  esta  teoría  es  que  cuando  una  especie  llega 
a  su  maduración  y  se  dicotomiza  en  dos,  hacen  lo  mismo  todos 
os  individuos  de  todo  el  mundo;  de  aquí  el  nombre  de  hologé- 
nesis  que  se  da  a  esta  curiosa  teoría  (de  oAog:  todo).  La  teoría  es 
m ono f Hética  absoluta;  de  modo  que  la  única  especie  primitiva 
originó  en  su  primera  dicotomía,  por  una  rama  el  reino  vegetal 
y  por  otra  el  animal.  Esto  fundamenta  la  llamada  batisinfilia9 , 
esto  es,  la  unión  profunda  de  los  tipos  que,  considerados  tal  co¬ 
mo  ahora  los  vemos,  no  parecen  admitir  entre  sí  algún  paren¬ 
tesco;  en  realidad  se  unirían  en  lo  más  profundo  de  la  hologénesis. 

En  cuanto  al  primer  origen  de  la  vida,  parece  que,  según 
la  teoría,  se  debe  explicar  así:  cuando  la  superficie  de  la  tierra 
estuvo  en  condiciones  de  tener  vida,  organismos,  se  produjo  en 
todas  partes  la  primera  especie  individualizada:  en  todas  partes 
la  misma,  en  forma  de  individuos  pequeñísimos,  microscópicos  o 
ultramicroscópicos,  simplicísimos  en  su  aspecto,  pero  idio  plas¬ 
máticamente  complejísimos  (las  primeras  moléculas  químicas 
vivas,  como  dice  Montandon) ;  los  cuales,  prosigue  el  mismo, 
contendrían,  según  Rosa,  sin  ninguna  finalidad,  todas  las  posi¬ 
bilidades  futuras10.  Este  antropólogo  (Montandon)  se  vale  de 
una  comparación  hasta  poética,  para  demostrar  la  primera  apa¬ 
rición  de  la  vida  individualizada,  en  todas  partes  la  misma,  esto 
es,  si  apareció  en  tierra  firme,  en  toda  la  tierra  firme;  si  en  el 
mar,  en  todos  los  mares;  si  en  el  litoral,  en  todos  lo  litorales. 
He  aquí  la  comparación:  así  como  en  la  madrugada  de  verano, 
después  de  una  noche  fresca  en  que  se  condensa  el  vapor  de  agua] 
aparecen  todas  las  hierbas  cubiertas  de  aljófar,  esto  es,  de  gotas 
de  rocío,  así  también,  cuando  la  tierra  se  hubo  enfriado  lo  bas¬ 
tante,  y  estuvo  en  condiciones  jamás  repetibles,  de  recibir  la 
vida,  apareció  aquella  toda  cubierta  de  organismos  microscópicos 

7  Georges  Montandon:  L'  holo  genes  e  humaiue.  1928. 

3  Las  especies  animales  conocidas  oscilan  entre  400.000  a  500.000;  las  vegetales  son 
menos. 

9  En  nuestra  lengua  creemos  que  debe  decirse  batosinfilia  (de  |3cí0g;  profundidad; 
0UV  con;  y  (pí)A,OV  tronco. 

10  Montandon:  obra  citada. 


92 


JAIME  PUJIULA 


y  aun  ultramicroseópicos  (las  primeras  moléculas  químicas  vi¬ 
vas),  en  todas  partes  la  misma,  y,  por  tanto,  de  la  misma  especie; 
esta  sería  la  primera  especie,  principio  y  origen  de  todas  las  de¬ 
más  especies  de  animales  y  plantas:  la  verdadera  batisinfilia  de 
ambos  reinos:  vegetal  y  animal. 

Por  medio  de  esta  teoría  quiso  Rosa  eliminar  dificultades. 
Desde  luego,  supuesta  esta  teoría,  ya  no  tienen  razón  los  llama¬ 
dos  centros  de  creación  con  las  correspondientes  emigraciones 
de  que  hablan  Darwin  y  otros  trasformistas.  Tampoco  tienen  ra¬ 
zón  de  ser  los  órganos  rudimentarios ,  toda  vez  que  estos  no  son 
sino  órganos  menos  desarrollados  en  unas  especies  que  en  otras. 
Finalmente,  la  falta  de  unión  de  los  grandes  tipos  que  ocasionó 
la  conversión  científica  de  Vialleton,  quien  pasó  de  trasformis- 
ta  a  creacionista,  desaparece  por  la  batisinfilia.  Hasta  aquí  la 
teoría.  Pero  nosotros  somos  aquí,  no  solo  expositores,  sino  tam¬ 
bién  jueces,  para  juzgar  de  su  valor  científico. 

Desde  luego,  esta  teoría  nos  parece  una  ocurrencia,  más  o 
menos  feliz,  que  quiere  utilizar  puntos  sustanciales  de  otras  teo¬ 
rías  para  resolver  teóricamente  algunas  fuertes  dificultades  en 
que  tropieza  la  doctrina  de  la  evolución.  Pero  quizás,  al  que¬ 
rer  evitar  algunos  escollos,  da  con  otros  mayores. 

1 — En  primer  lugar,  nos  parece  una  concepción  muy  arbitra - 
ria;  porque  no  conocemos  ningún  dato  empírico  que  pueda  servirle 
de  base.  Las  reglas  del  mendelismo  no  pueden  prestarle  ningún 
fundamento.  Porque  si  bien  en  Fg  los  híbridos  disociando  sus 
genes,  parece  que  dan  origen  a  formas  distintas,  no  hacen  más 
que  volver  a  las  variedades  de  que  proceden;  no  solo  no  cam¬ 
bian  la  especie  (el  mendelismo  no  crea  especies  ni  caracteres, 
sino,  a  lo  más,  los  combina),  sino  que  muestran  la  tenacidad  del 
híbrido  en  volver  a  retener  la  forma  primitiva. 

2  La  dicotomía,  produciendo  dos  especies  diversas  y  de 
desigual  valor  entre  sí  y  respecto  de  la  especie  madre,  es  evi¬ 
dentemente  contra  las  leyes  de  la  herencia  que  trasmite,  ante  todo 
y  sobre  todo,  los  caracteres  específicos:  un  león  da  un  león,  no 
otro  animal;  una  encina  da  una  encina,  no  otro  árbol. 

3  La  comparación  de  la  ontogénesis  para  explicar  el  des¬ 
doblamiento  del  idioplasma  específico  en  la  formación  de  espe¬ 
cies,  no  es  una  igualdad ;  la  ontogénesis  se  mantiene  siempre 
dentro  del  circulo  especifico  y  se  repite  exactamente  la  misma 
evolución  ontogénica  en  cada  generación;  ni  es  verdad  que  se 
haya  de  desdoblar  el  idioplasma  en  el  desarrollo  de  los  órganos. 
Porque  una  sola  célula  vegetativa  puede  dar  origen  a  todo  el  ser, 
como  sucede  en  la  hoja  de  la  begonia  y  en  el  cambium  de  las 
dicotiledóneas.  Además  en  la  cariocinesis  del  óvulo  fecundado 
y  en  la  de  todas  las  células  somáticas  de  este  derivadas,  la  croma- 


SOBRE  NATALIDAD 


93 


tina,  portadora  de  ios  genes,  se  divide  en  partes  iguales,  no  des¬ 
iguales.  Luego  todas  las  células  tienen  de  suyo  igual  idioplasma 
(O.  Hertwig).  Esto  es  lo  que  dice  y  muestra  el  microscopio.  Lo  de¬ 
mas  es  especulación  de  teorizantes. 

^  UI^a  arbitrariedad  suponer  que,  cuando  un  individuo 
de  una  especie  cambia,  cambian  simultáneamente  todos  los  indivi¬ 
duos  del  mundo.  ¿Quien  jamas  ha  podido  comprobar  esto? 

5  Es,  finalmente,  a  nuestro  juicio,  otra  arbitrariedad,-  supo¬ 
ner  que  la  vida  apareció  sobre  la  tierra  en  infinitos  individuos 
de  la  misma  especie  en  forma  microscópica  y  aun  ultramicroseó- 
pica  (partículas  o  moléculas  químicas  vivas),  la  misma  en  todo 

el  mundo.  ¿Cómo  se  puede  esto  probar  ni  afianzar  con  algún 
hecho? 

En  conclusión,  tenemos  que  la  teoría  de  Daniel  Rosa,  en 
vez  de  resolver  dificultades,  pone  sobre  el  tapete  otras  mucho 
mayores.  Es,  como  se  ha  dicho  de  otra  teoría,  un  saco  de  donde 
se  saca  todo  lo  que  de  antemano  se  ha  echado  en  él. 

(Fin  de  la  1 *  serie ) 


Sobre  natalidad 
Una  solución  contraproducente 

por  Emilio  Arango  S.  J. 

,  r  t  Las  páginas  siguientes  contienen 

Observación  preliminar  una  serie  de  datos  estadísticos  so¬ 
bre  la  población  de  algunos  países 
europeos.  Para  que  alguno  se  anime  a  leerlos  y  aprovecharlos,  se 
han  hilvanado  en  una  forma  más  o  menos  coherente.  No  pre¬ 
tenden,  sinembargo,  en  modo  alguno,  ser  publicados  en  la  for¬ 
ma  en  que  están.  Yo  hubiera  deseado  poseer  datos  exactos  so¬ 
bre  la  población  de  Colombia,  la  natalidad,  la  mortalidad,  el 
analfabetismo,  el  porcientaje  de  niños  y  ancianos,  de  hombres 
y  mujeres,  de  población  urbana  y  rural,  de  matrimonios  etc.  etc. 
Creo  que  la  cifra  de  la  natalidad  entre  nosotros  debe  ser  supe¬ 
rior  al  término  medio.  Conociéndola,  y  sabiendo  el  número  de 
defunciones  anuales,  sería  interesante  sacar  el  aumento  absoluto 
de  la  población,  y  estudiar  cuáles  son  los  factores  que  más  se 
oponen  a  ese  aumento;  imagino  sean  la  mortalidad  infantil,  las 
enfermedades  tropicales,  la  falta  de  higiene,  el  grado  ínfimo  de 

t 


94 


EMILIO  ARANGO 


cultura  de  gran  parte  del  pueblo  etc.  Debería  pues  el  país  pre¬ 
ocuparse  activamente  por  anular,  a  ser  posible,  esos  factores. 

Nuestras  inmensas  riquezas  están  en  gran  parte  sin  explo¬ 
tar  debido  al  poco  número  de  habitantes ;  el  día  en  que  Colombia 
sea  una  patria  grande  que  abrigue  bajo  su  hermoso  cielo  siquie¬ 
ra  30  ó  40  millones  de  colombianos,  podremos  hacer  sentir  nues¬ 
tra  personalidad  en  el  mundo;  y  habrá  misioneros  que  lleven  el 
nombre  de  Cristo  y  el  de  la  patria  a  tierras  de  infieles;  y  sabios 
que  honren  la  ciencia;  y  nos  conocerán  las  naciones  lejanas  y 
nos  respetarán  las  vecinas;  y  se  estimarán  nuestros  productos 
en  todo  el  mundo;  en  una  palabra,  se  harán  efectivos  los  inapre¬ 
ciables  valores  morales,  intelectuales  y  materiales  de  Colombia. 

Cuando  las  naciones  europeas  se  ven  al  borde  de  un  cata¬ 
clismo,  que  extinguirá  tal  vez  su  cultura  milenaria,  porque  apos¬ 
tataron  de  Dios,  debemos  nosotros  aprender  la  gran  lección  y 
cimentar  nuestro  futuro  sobre  la  roca  inconmovible  de  nuestra 
fe  y  nuestras  tradiciones. 

Una  de  las  mejores  contribuciones  de  la  generación  presen¬ 
te  para  nuestro  futuro  desarrollo  es,  pues,  el  velar  por  el  aumen¬ 
to  cuantitativo  y  cualitativo  de  los  ciudadanos;  a  ello  colaboran 
en  armonía  perfecta  los  principios  morales  de  la  religión  y  los 
adelantos  modernos  de  la  higiene,  la  cultura  y  la  ciencia. 

Muchos  piensan  todavía  que  las  actuales  dificultades  eco¬ 
nómicas  de  las  naciones  se  deben  sencillamente  a  una  superpo¬ 
blación.  Para  un  ojo  superficial  el  problema  de  ¡os  sin  trabajo 
no  es  un  problema  de  falta  de  trabajo,  sino  de  exceso  de  indivi¬ 
duos;  disminuido  e!  número  de  estos,  el  problema  estaría  re¬ 
suelto.  Las  líneas  siguientes  quieren  ofrecer  algunas  considera¬ 
ciones  y  datos  estadísticos  sobre  la  evolución  y  efectos  de  esta 
desgraciada  idea  que  hoy  amenaza  no  solo  la  vida  económica, 
sino  la  existencia  misma  de  algunos  países  1. 

Funestamente  célebre  se  ha  hecho  el  nom- 
Teoría  de  Malthus  bre  de  Malthus,  economista  inglés,  quien 

publicó  en  1798  su  libro  titulado  Ensayo  so¬ 
bre  las  leyes  de  la  población .  Partiendo  de  la  afirmación  de  que 
el  número  de  hombres  aumenta  más  rápidamente  que  el  de  los 
víveres,  se  esfuerza  Malthus  por  establecer  las  leyes  matemátioes 
de  esos  dos  aumentos,  y  llega  a  concluir  que  los  hombres  aumen- 


1  Como  fuente  para  las  siguientes  líneas  nos  ha  servido  principalmente  el  libro  del  doc¬ 
tor  Ferdinand  Buomberger,  titulado  Unsere  Kulturkrise  und  die  Ewigen  Gesetze;  Rigi-Verlag 
Weggis,  M.  Buomberger.  Druck  des  Verlags  Otto  Walter  A.  G.  Olten  1936. 

Hemos  utilizado  también  datos  tomados  de  diferentes  revistas,  en  especial  de  Razón  y  Fe, 
febrero  de  1938:  Una  patria  de  muchos  hijos,  por  M.  Marín  Triana,  y  La  vie  intellectueUe, 
10  de  noviembre  de  1938:  La  France  pourrait-elle  rester  aux  franjáis?  por  Joseph  Aynard. 


SOBRE  NATALIDAD 


95 


tan  en  progresión  geométrica,  mientras  que  los  medios  de  subsis¬ 
tencia  se  multiplican  solo  en  progresión  aritmética. 

Expresando  esa  idea  en  cifras,  diríamos  que  los  hombres 
aumentan  como  1:2:4:8:16:32  etc.,  y  los  víveres  solamente  como 
1:2:3:4:5:6  etc. 

Suponiendo  pues  que  1.000  hombres  en  30  años  llegaran  nor¬ 
malmente  a  multiplicarse  hasta  2.000,  y  que  estos  de  nuevo  se  du¬ 
plicaran  en  la  siguiente  generación,  y  así  en  adelante,  tendríamos 
ya  en  la  octava  generación  128  miles,  es  decir,  que  en  8  generacio¬ 
nes  se  aumentaría  la  humanidad  en  la  proporción  de  1  a  128,  y  de 
1  millón  a  128  millones. 

Supongamos  ahora  que  para  alimentar  1.000  individuos  ne¬ 
cesitamos  1  millón  de  toneladas  de  víveres;  para  alimentar  128 
miles  necesitaremos,  en  la  octava  generación,  128  millones  de 
toneladas.  Pero  resulta  que,  según  los  cálculos  de  Malthus,  en 
el  mismo  tiempo  en  que  1.000  individuos  se  convierten  en  128.000, 
el  millón  de  toneladas  no  habrá  llegado  a  aumentarse  sino  a  9 
millones,  según  lo  indica  Sa  progresión  1 :2:3:4:5:6:7:8:9. 

Con  semejantes  cálculos  concluía  Malthus  que  la  relación 
entre  los  medios  necesarios  para  la  vida  y  el  número  de  hombres 
iba  siempre  haciéndose  más  desfavorable,  hasta  que  llegara  el 
memento  en  que  el  hambre,  la  peste  o  la  mortandad  restable¬ 
cieran  de  nuevo  el  perdido  equilibrio. 

Prescindiendo  por  el  momento  del  aspecto  moral 
Los  hechos  de  semejante  teoría,  consideremos  los  hechos  en 

el  campo  de  la  experiencia  durante  el  siglo  xix  y  lo 

que  llevamos  del  xx.  A  comienzos  del  siglo  xix  llegaba  a  130  mi¬ 
llones  la  población  total  de  Alemania,  Francia,  Austria-Hungría, 
Inglaterra,  Bélgica,  España,  Suecia,  Noruega,  Italia  y  Suiza.  A 
mediados  del  mismo  siglo  subía  a  175  millones,  y  en  el  año  1900 
llegaba  a  245.  Según  los  cálculos  de  Malthus,  en  ese  espacio  de 
tiempo  debiera  haber  llegado  el  aumento  hasta  el  tercer  término 
de  la  progresión  1:2:4,  o  como  mínimo  hasta  el  segundo.  Eso  da¬ 
ría:  175:350:700.  Por  consiguiente,  ni  rastro  de  la  progresión 
geométrica  imaginada  por,  Malthus !  2. 

Los  Estados  Unidos ,  durante  el  siglo  xix  aumentaron,  es  ver¬ 
dad,  su  población,  de  5  a  75  millones,  pero  todos  sabemos  que 
•se  fabuloso  aumento  no  se  debe,  ni  con  mucho,  al  número  de 
nacimientos,  sino  a  una  poderosa  inmigración. 


2  La  restricción  artificial  de  la  natalidad  que  podría  objetarse,  no  entra  en  cuenta  para 
ese  tiempo  sino  en  Francia. 


96 


EMILIO  ARANGO 


Por  consiguiente,  la  ley  de  Malthus  en  lo  que  atañe  a  la  mul¬ 
tiplicación  de  los  hombres,  dista  mucho  de  la  realidad.  Es  abso¬ 
lutamente  falso  que  la  humanidad  se  multiplique  como  un  capi¬ 
tal  a  interés  compuesto;  el  aumento  de  población  se  debe  a  una 
serie  de  factores  difíciles  de  determinar,  y  sin  duda  alguna, 
complejos.  El  estudio  del  aumento  de  los  distintos  pueblos  pare¬ 
ce  probar  que  entre  esos  factores  se  halla  también  el  grado  de 
cultura  de  las  naciones,  y,  por  consiguiente,  es  prácticamente 
imposible  encerrarlos  todos  en  el  rígido  molde  de  una  ley  ma¬ 
temática. 

En  cuanto  al  aumento  aritméticamente  progresivo  de  los 
medios  de  subsistencia,  es  también  ciertamente  falsa  la  hipó¬ 
tesis  malthusiana.  Es  un  hecho  probado  que  la  agricultura,  en 
el  siglo  xix,  produjo  mas  de  lo  que  se  hubiera  podido  sospechar; 
y  hay  que  tener  en  cuenta  que  no  se  cultivaron  siempre  los  me¬ 
jores  terrenos  ni  se  aplicaron  los  grandes  subsidios  de  la  técnica 
moderna.  De  hecho  hoy  no  sufre  el  mundo  una  crisis  de  produc¬ 
ción,  sino  una  crisis  de  consumo;  díganlo,  si  no,  el  trigo  que  se 
quema  en  Rusia  y  el  café  que  se  arroja  al  mar  en  el  Brasil. 

«.  f  Pero  aun  admitiendo  que  los  cálcu- 

El  problema  económico  los  hechos  por  Malthus  sean  falsos, 

no  faltará  quien  sostenga  que  la  dis¬ 
minución  de  los  individuos  sea  favorable  al  equilibrio  económi¬ 
co  de  ¡as  naciones.  Veamos  pues  los  resultados  obtenidos  en 
este  sentido;  y  para  ello  demos  primero  algunos  datos  sobre  la 
disminución  de  la  natalidad  en  los  principales  países  europeos. 

Las  estadísticas  para  ios  años  de  1871  a  1896  o  —en  los  si¬ 
tios  en  que  no  se  hicieron  estadísticas  durante  esos  años —  nara 
1908  a  1913,  son  las  siguientes: 

Hungría,  43  nacimientos  anuales  por  cada  1.000  habitantes; 
Rumania,  41 ;  Bulgaria,  38 ;  Austria,  38 ;  Alemania,  38 ;  Italia,  37 ; 
Holanda,  35;  Portugal,  35;  España,  32;  Inglaterra,  32;  Dinamar¬ 
ca,  31;  Bélgica,  31;  Noruega,  31;  Suecia,  29;  Suiza,  29;  Francia, 
24;  Irlanda,  22. 

De  1930  a  1933  tenemos  los  siguientes  datos : 

Rumania,  34;  Yugoeslavia,  33;  Grecia,  30;  Portugal,  30;  Po¬ 
lonia,  28;  Bulgaria,  28;  España,  28;  Italia,  24;  Hungría,  23;  Ho¬ 
landa,  22;  Irlanda,  19;  Bélgica,  18;  Dinamarca,  18;  Francia,  17; 

Suiza,  17;  Noruega,  17;  Austria,  16;  Inglaterra,  16;  Alemania, 15; 
Suecia,  15. 

Si  Alemania  tuviera  hoy  la  misma  fecundidad  que  hace  40 
años,  debería  aumentar  la  cifra  de  sus  nacimientos  anuales  en 
algo  más  de  1  millón;  hace  unos  5  años  calculaban  estadísticas 


SOBRE  NATALIDAD 


97 


competentes  que  Berlín,  al  paso  que  iba,  vería  reducirse  a  cero  el 
numero  de  sus  habitantes  en  el  año  2100.  El  cuarenta  por  ciento 
de  los  hogares  no  tenían  hijos. 

En  Inglaterra,  el  número  de  los  nacimientos  bajó  de  1  millón 
en  1920,  a  medio  millón  en  1934. 

Italia,  de  1881  a  1890,  tenía  de  28  a  29  millones  de  habitan- 
íes  y  registraba  al  año  ElOJ^ll  nacimientos.  En  1936  tenía  de 
42  a  43  millones,  y  sus  nacimientos  llegaban  apenas  a  955.000. 

Bélgica,  que  contaba  en  1830  menos  de  4  millones  de  habi¬ 
tantes  y  que  en  1930  sobrepasaba  el  octavo  millón,  verá  cumplir¬ 
se  eí  fenómeno  inverso,  y  en  el  año  2030,  sobre  una  tierra  llena  de 
casas  vacías  y  edificios  ruinosos,  apenas  4  millones  de  habitan¬ 
tes  saludarán  al  sol,  y,  esperémoslo,  la  libertad  3. 

En  Francia  el  número  de  los  nacimientos  disminuye  anual¬ 
mente  desde  1868,  año  en  que  llegó  a  un  máximum  de  11034.000, 
En  1935  llegaba  apenas  a  630.000,  apesar  de  que  la  población  fran¬ 
cesa  ha  aumentado  en  3  millones  durante  el  mismo  espacio  de 
tiempo. 

Pero  estos  números  no  dan  todavía  una  idea  clara  de  la  tras¬ 
cendencia  del  problema.  Se  necesitaría  registrar  el  número  de 
defunciones  para  ir  observando  el  aumento  absoluto  de  la  po¬ 
blación.  No  poseemos,  por  desgracia,  datos  concretos,  fuera  de 
lo  indicado  sobre  Alemania,  sino  acerca  de  Francia.  Desde  1935, 
en  efecto,  ha  entrado  esta  nación  en  la  vía  franca  de  la  dismi¬ 
nución  : 

1935:  exceso  de  defunciones  sobre  los  nacimientos. .  .  .  17.852 
1936:  »  »  »  »  12.110 
1937:  (solo  en  el  primer  semestre)  27.215  (!) 

Pero  aunque  no  poseamos  más  datos  concretos,  podemos  ase¬ 
gurar  a  prior  i  que  el  excedente  de  nacimientos  sobre  las  defun¬ 
ciones  tiene  que  ir  disminuyendo  constantemente  en  las  nacio¬ 
nes  cuya  natalidad  se  reduce  más  allá  de  cierto  límite. 

Gomo  aumento  normal  de  un  pueblo  física  y  moralmente 
sano  se  suele  presentar  el  de  32  nacimientos  anuales  por  cada 
1.000  habitantes.  Con  ese  número  de  nacimientos  y  en  condicio¬ 
nes  normales  de  mortalidad  puede  una  nación  desarrollarse  y 
aumentar.  Pues  bien:  es  evidente  que  al  disminuir  el  número  de 
nacimientos  aumenta  la  edad  media  de  la  población,  y  disminu¬ 
yen,  por  consiguiente,  los  hombres  y  mujeres  en  edad  apta  para 
el  matrimonio  y  para  la  procreación.  Se  forma,  pues,  un  círcu¬ 
lo  vicioso:  los  hogares  disminuyen,  porque  disminuye  la  natali- 


3  Razón  y  Fe,  ’Thúmero  y  artículo  citados. 


98 


EMILIO  ARANGO 


dad,  y  esta,  a  su  vez,  tiene  que  disminuir  al  disminuir  los  bota¬ 
res.  Por  otra  parte,  si  este  fatídico  círculo  no  se  rompe  a  tiem¬ 
po,  es  también  claro  que  la  población  envejece  y  con  ello  aumen¬ 
ta  la  mortalidad.  Nos  hallamos,  pues,  en  presencia  de  un  problema 
formidable,  que  constituye  una  terrible  amenaza  para  cualquier 

pueblo  La  disminución  voluntaria  de  los  nacimientos  es  el  sui- 
cidio  de  una  nación. 

La  vie  tntellectuelle,  revista  francesa,  en  su  número  del  10 
de  noviembre  de  1938,  trae  un  artículo  titulado  La  France  Pour- 
i  ait-elle  rester  aux  frangats?  En  él  expone  las  proporciones  alar¬ 
mantes  que  va  tomando  en  Francia  el  problema  que  nos  ocupa. 
Porque  ademas  de  disminuir  positivamente  la  población,  sucede 
que  considerable  parte  de  los  nacidos  anualmente  son  hijos  de 
extranjeros  residentes  en  Francia,  principalmente  de  italianos 
y  poloneses;  y  por  muy  perfecta  que  se  suponga  la  asimilación 
de  esos  individuos  a  la  lengua  y  al  ambiente  en  que  viven,  no 
puede  menos  de  conservarse  en  ellos  ios  rasgos  ancestrales,  que 
contribuirán  necesariamente  a  una  profunda  trasformación  de  la 
fisonomía  moral  de  Francia. 

¿Pero  que  ha  ganado  la  economía  nacional  con  esta  crecien- 
te  denatahdad  en  los  países  europeos?  Disminuye  la  natalidad, 
peí  o  no  han  disminuido  los  sin  trabajo;  han  disminuido  los  ho- 
gares,  pero  no  han  salido  de  la  pobreza;  han  disminuido  los  gas¬ 
tos  de  educación  entre  los  ricos,  pero  no  han  disminuido  el  des¬ 
pilfarro,  el  lujo,  y  ios  vicios ;  han  disminuido  tal  vez  los  gastos 
nacionales,  de  beneficencia  infantil,  pero  las  naciones  no  han 
salido  con  ello  de  su  crisis  económica. 

Salta  a  la  vista  que  para  el  engrandecimiento  moral,  mate- 
rial  y  econom.co  de  un  pueblo,  no  es,  no  puede  ser  de  utilidad 
la  disminución  de  los  ciudadanos,  que,  como  vimos,  se  sigue  ne¬ 
cesariamente  cuando  la  natalidad  se  restringe  más  allá  de  cier¬ 
tos  limites.  La  prueba  más  clara  de  esto  nos  la  da  el  afanoso  tra¬ 
bajar  de  políticos  tan  clarividentes  como  Mussolini  y  Hitler  en 

EsVtal  T  enérá-ÍCa  reaCCÍÓn'  T°dos  !os  gandes  hombres  de 
Estado  sienten  instintivamente  que  la  grandeza  de  un  pueblo  se 

basa  en  el  aumento  de  sus  habitantes. 

Alemania,  como  dijimos,- había  visto  reducirse  hasta  el  15 
por  mil  el  numero  anual  de  sus  nacimientos.  La  reacción  debida 
a  los  premios  establecidos  para  la  nupcialidad  y  los  nacimientos 

ranten4ld~rab  e'  Lo*™atrimoni°s  »>an  aumentado  en  300.000  du- 

í 300  indfví’  V  enp,9j6  aTeiltaba  SU  pobIación  diariamente  en 
IMañnf  °S‘  E’.d,ICtador  alemán  ^eña  con  que  dentro  de 
“  "l~"”  “  “  E“~P-  "™»  250  millo- 


SOBRE  NATALIDAD 


99 


Italia  sanciona  duramente,  desde  hace  mucho,  todo  delito 
contra  la  integridad  y  santidad  de  la  prole.  Ha  suprimido  el  di¬ 
vorcio,  ha  combatido  el  urbanismo  como  poco  favorable  a  la  mul¬ 
tiplicación  de  la  especie  4 5,  ha  establecido  premios  para  la  mater¬ 
nidad  y  hasta  ha  instituido  la  fiesta,  ciertamente  atrayente  y  sim¬ 
bólica,  de  la  madre  y  el  niño  6. 

España ,  apenas  en  los  albores  de  su  regeneración,  se  preocu¬ 
pa  ya  de  aumentar  el  número  de  sus  hijos,  base  y  fundamento 
de  su  grandeza  futura.  Para  ello  se  ha  propuesto,  entre  otras 
medidas,  el  fomento  de  los  matrimonios,  especialmente  entre  me¬ 
nores  de  25  años,  medida  quizá  de  las  más  eficaces  y  conducen¬ 
tes  para  la  moralización  del  país  y  la  preparación  de  una  gene¬ 
ración  sana  y  vigorosa. 

Las  ventajas  económicas  del  aumento  de  un  pueblo  las  ha 
insinuado  repetidas  veces  Mussolini  en  sus  discursos:  «Tened 
hijos  — decía  a  las  mujeres — ;  así  enriqueceréis  al  país».  «E!  ni¬ 
ño  es  un  gran  consumidor;  destruye  todo:  sus  libros,  sus  jugue¬ 
tes  y  sus  vestidos.  Y  come».  «Considérese  — escribe  Buomberger — * 
cuánto  consumirían  en  alimentos,  vestidos  etc.  solo  los  20  millo¬ 
nes  de  niños  que  hoy  faltan  en  el  norte  y  occidente  de  Europa. 
Así  ciertamente  la  limitación  de  la  natalidad  es  una  de  las  cau¬ 
sas  principales  de  la  falta  de  trabajo».  Y  en  otra  parte:  «La  li¬ 
mitación  de  los  hijos  trae  evidentemente  una  reducción  de  es¬ 
colares,  y  por  consiguiente,  de  maestros . .  .  Disminuye  el  núme¬ 
ro  de  los  hábiles  para  la  guerra  6,  disminuye  el  número  de  los 


4  Es  un  hecho  perfectamente  comprobado  que  ios  nacimientos  disminuyen  en  las  aglome¬ 
raciones  de  individuos.  Aunque  la  triste  experiencia  nos  enseña  que  con  las  aglomeraciones 
disminuye  también  la  moralidad,  no  creemos  se  pueda  en  modo  alguno  atribuir  siempre  a 
ella  todo  el  fenómeno  de  la  natalidad.  El  ya  citado  Buomberger,  dice  a  este  propósito  lo  si¬ 
guiente,  que  creemos  de  interés  general:  «Sabemos,  por  ejemplo,  que  después  de  la  guerra 
franco-alemana,  y  después  de  1915  en  las  naciones  que  hicieron  la  guerra,  nacieron  muchos 
más  niños  que  en  tiempos  normales,  a  saber,  112  en  vez  de  106  por  cada  100  muchachas. 
Hay,  por  consiguiente,  todavía,  algún  misterio  que  no  podemos  penetrar;  y  el  autor  de  este 
libro  ha  hecho,  al  menos  en  animales  una  significativa  observación,  que  quizá  valga  también 
para  los  hombres.  Durante  años  ha  criado  gallinas  en  grupos  de  a  100,  20  y  10.  Todos  los 
grupos  recibían  una  alimentación  correspondiente  al  número  de  individuos  y  hasta  se  aumen¬ 
taba  un  poco  la  cantidad  en  los  departamentos  más  numerosos,  para  que  los  elementos  más 
débiles  no  recibieran  demasiado  poco.  ¿Cuál  era  el  resultado  obtenido  en  los  huevos?  En  los 
buenas  meses,  se  recogían  en  los  distritos  menos  poblados,  relativamente  muchos  más  huevos 
que  en  los  grupos  numerosos ;  a  saber,  en  los  buenos  tiempos  ponían  las  10  gallinas  de  8  a 
9  huevos,  las  20,  de  15  a  16,  y  las  100  solo  de  60  a  70  por  día. 

»En  cuanto  a  los  hombres,  sabemos  que  las  ciudades  de  numerosos  habitantes  y  las  re¬ 
giones  de  población  más  densa,  arrojan  la6  menores  cifras  de  natalidad.  Ahora  bien:  ¿es  acaso 
tan  seguro  que  la  disminución  de  los  nacimientos  se  deba  exclusivamente  a  la  limitación  arti¬ 
ficial?  Los  médicos  me  concederán  que  muchos  matrimonios,  aun  deseando  tener  hijos,  no  los 
tienen.  Si  llegara  pues  la  humanidad  a  tener  que  vivir  en  una  gran  densidad  de  población,  no 
está,  en  modo  alguno,  excluido  el  que  entrara  entonces  una  estabilidad  numérica,  sin  trasgresión 
de  las  leyes  eternas». 

5  Apesar  de  tan  intensa  campaña,  es  doloroso  observar  que  en  Italia  la  natalidad  des¬ 
cendió  de  1923  a  1936,  de  30  a  24  por  mil. 

6  Clémenceau  decía:  «Si  Francia  no  tiene  familias  numerosas,  ya  podéis  escribir  en  los 
tratados  las  cláusulas  más  favorables,  ya  podéis  apoderaros  de  todos  los  cañones  de  Alema¬ 
nia,  podéis  hacer  cuanto  os  plazca:  Francia  estará  perdida,  porque  no  habrá  franceses». 


100 


EMILIO  ARANGO 


matrimonios,  con  lo  cual  no  hará  falta  volver  a  levantar  habi¬ 
taciones  . . . ». 

Mientras  en  Europa  disminuye  la  natalidad,  Japón  alcanza 
la  enorme  cifra  de  39  nacimientos  por  cada  mil  de  habitantes  y 
se  coloca  en  el  rango  de  potencia  mundial. 

No  puede,  pues,  ponerse  la  menor  duda:  la  denatalidad  no 
es  solo  un  gravísimo  síntoma  moral,  sino  también  un  desgracia¬ 
do  factor  económico  para  las  naciones.  Todo  pueblo  que  desea 
asegurar  su  porvenir,  tiene  que  preocuparse  por  aumentar  y  sa¬ 
near,  en  todo  sentido,  sus  generaciones. 

Es  verdad  que  Malthus  no  llegó  a  ver  la  trascendencia  del 
problema  que  crearía  con  sus  erróneos  cálculos,  pero  debiera 
haber  caído  en  la  cuenta  de  que  su  teoría  implica  necesariamente 
una  injuria  a  Dios  y  a  su  infinita  preciencia  y  providencia.  La  hu¬ 
manidad  no  rueda  al  acaso  por  el  mundo;  hay  un  Ser  supremo 
y  personal  '  que  dirige  los  destinos  de  los  individuos,  de  las  na¬ 
ciones  y  del  genero  humano.  A  prior  i,  pues,  hubiera  podido  cual¬ 
quier  creyente  refutar  la  teoría  malthusiana  y  asegurar  que  no 
puede  darse  semejante  desproporción  entre  los  individuos  y  los 
medios  de  subsistencia  8. 

Si  ante  el  fracaso  de  sus  cálculos  abriera  el  mundo  los  ojos 
de  la  fe  para  ver  la  mano  de  la  divina  Providencia,  y  reconocie¬ 
ra  que  la  prosperidad  verdadera  de  los  pueblos  está  precisamen¬ 
te  en  la  observancia  de  la  ley  de  Dios,  algún  bien  se  abría  saca¬ 
do  del  pasado  error. 

ínnsbruck,  enero  de  1939. 


7  Recalcamos  la  personalidad  de  Dios,  porque  en  la  Alemania  moderna  se  habla  de  la  Pro¬ 
videncia  divina  sobre  el  pueblo  alemán,  y  aun  se  invoca  a  Dios  en  ocasiones  solemne».  Las 
expresiones  pueden  engañar  a  quien  no  sepa  que  para  el  nacionalsocialismo  Dios  es  algo  im¬ 
personal,  impreciso,  y  aun  a  veces  diverso:  la  raza,  el  destino  del  pueblo...  etc. 

8  Los  estadistas  modernos  han  perdido  los  temores  de  Malthus  acerca  de  la  insuficien¬ 
cia  de  nuestro  planeta  para  alimentar  a  sus  habitantes:  «Hace  100  años  vivían  en  la  tierra  900 
millones,  hoy  alrededor  de  2.000  millones  de  hombres;  pero  están  repartidos  de  manera  muy 
desigual:  en  Norteamérica  está  habitada  a  lo  sumo  una  Quinta  parte  de  lo  habitable;  en  Suramé- 
rica  apenas  una  vigésima  parte...  Algunos  afirman  que  en  la  tierra  podrían  vivir  cómoda¬ 
mente  diez  mil  millones  de  hombres,  otros  avanzan  hasta  la  gigantesca  suma  de  doscientos  mil 
millones»  (Buomberger).  Mussolini  juzga  que  la  Italia  grande  debe  albergar  60  millones 
de  hijos. 


El  P.  Miguel  A.  Pro  S.  J. 

redentor  dei  obrero 

por  Salomón  Rahaim  S.  J. 

f 

Vamos  a  presentar  la  figura  genuina  del  «redentor  de  los 
pobres»  en  la  persona  de  ese  jesuíta  cuyo  nombre  ha  llegado  a 
ser  del  dominio  universal  en  solo  once  años.  —  En  presencia  de 
sus  hechos,  nadie  duda  de  la  sinceridad  de  su  amor  al  obrero; 
sea  su  ejemplo  la  piedra  de  toque  con  que  tantos  engañados 
examinen  a  los  que  se  llaman  sus  salvadores. 

¿Quién  no  conoce  ese  simpático  retrato  del  P.  Pro?  Em¬ 
butido  en  su  traje  de  mecánico,  la  grasienta  cachucha  hasta  los 
ojos,  un  mechón  sobre  la  frente,  apretando  su  cigarro  entre  los 
colmillos  izquierdos,  mientras  escupe  hábilmente  por  entre  los 
derechos.  Al  verle  así,  creería  uno  encontrar  simplemente  tan 
solo  la  imaginación  creadora  de  un  feliz  disfraz,  expresión  de  su 
carácter  jovial  y  vivaracho,  y  el  recurso  con  que  burlar  a  quie¬ 
nes  le  buscan  para  la  muerte. 

Disfraz  era,  sin  duda;  pero  entrañamos  la  profunda  convic¬ 
ción  de  que  bajo  ese  over  all  palpita  una  alma  de  apóstol;  que 
si  el  disfraz  de  pobre  obrero  con  que  se  nos  presenta  no  fuera 
para  nosotros  más  de  una  humorada,  nos  expondríamos  a  no 
comprender  tampoco  la  vestidura  con  que  quiso  cubrirse  tam¬ 
bién  por  amor  el  Verbo  Encarnado  por  salvar  a  los  hombres. 
En  las  manchas  de  sus  vestidos  se  revela  un  amor  tan  grande 
como  sublime:  el  amor  desinteresado  del  apóstol  hacia  los  po¬ 
bres,  hacia  los  obreros,  hacia  los  desheredados  de  la  fortuna. 
Si  el  P.  Pro  amó  a  todas  las  almas  — como  que  todas  costaron  a 
Cristo  su  sangre —  esas  fueron  sus  predilectas.  He  aquí  lo  que 
en  breves  rasgos  vamos  a  tratar  de  poner  ahora  de  relieve. 

Ni  vamos  a  desfigurarlo  — no  es  necesario —  exagerando  o 
tergiversando  sus  acciones.  Vamos  a  representarlo  como  lo  en¬ 
contramos  palpitar  en  las  páginas  de  su  historia,  como  se  le  ha¬ 
lló  a  través  de  las  calles  de  México,  como  se  le  sentía  anhelar 
en  sus  escritos,  como  se  le  advirtió,  finalmente,  sacrificándose 
hasta  quedar  agotado  por  sus  pobres  amados.  Pero  ni  siquiera 
vamos  a  desarrollar  su  siempre  fresca  biografía;  solo  entresaca¬ 
remos  algunos  de  esos  cuadros  salientes,  ante  los  cuales,  con  jus¬ 
ticia,  levantan  la  voz  los  pobres,  reclamando:  ese  corazón  nos 
pertenece. 

Amar  al  pobre  es  compartir  su  vida;  amar  al  pobre  es  tra¬ 
bajar  por  su  bien;  amar  al  pobre  es  concluir  sacrificándose  por 


102 


SALOMON  RAHAIM 


él.  Y  el  P.  Pro  convivió  con  sus  pobres,  por  ellos  trabajó  sin  des¬ 
canso,  y  en  la  tarde  de  su  vida  llegó  al  sacrificio  por  los  mismos. 
Amó  pues  de  verdad  a  los  pobres. 

* 

*  * 

¿Fue  predestinación  el  que  naciera  entre  los  barreteros  de 
ásperas  montañas  ?  No  lo  sabemos ;  pero  sin  duda  que  en  el  alma 
de  aquel  niño  creció  cual  lirio  silvestre  un  amor  tierno  bacía 
aquellos  mineros  que  se  retrataban  en  las  inocentes  pupilas  del 
infante  aun  antes  de  que  la  razón  las  iluminara.  No  es  mera  fic¬ 
ción;  la  vida  del  obrero  le  seducía;  amaba  la  vida  de  aquellos 
que  pasan  sus  oscuros  días  entre  las  profundidades  de  la  tierra; 
apenas  le  es  posible,  baja  con  ellos  y  aprende  su  jerga.  ¡Quién 
lo  dijera!  Veinte  años  después  le  servirá  en  su  apostolado;  así 
nos  lo  confiesa  en  una  de  sus  cartas.  Conviviendo  con  los  obre¬ 
ros  en  las  entrañas  de  la  tierra,  se  había  impregnado  de  un  amor 
indeleble  hacia  ellos.  Levantado  en  hombros  de  sus  amados  mi¬ 
neros,  un  día  había  hecho  vibrar  sobre  su  cabeza  esta  voz,  cuan¬ 
do  chico:  «¡Adiós,  muchachos!  Yo  también  soy  barretero».  Ya 
sacerdote,  le  veremos  firmarse  todavía  «el  barretero» ;  aquel 
amor  no  había  muerto.  Ante  ese  dictado  recuerda  uno  el  de  «El 
Elijo  del  Hombre»  con  que  se  llamo  a  Sí  mismo  otro  apasionado 
por  las  almas. 

Pero  no  se  llega  a  amar  entrañablemente  sino  cuando  uno 
es  semejante  al  amado;  por  eso  el  Señor  le  quiso  hacer  probar 
la  amargura  de  la  pobreza.  Hasta  entonces  la  abundancia  ale¬ 
graba  su  hogar;  pero  Miguel  Agustín  sentirá  aún  respeto  por  el 
pobre,  desde  el  día  en  que,  ya  religioso,  camino  del  destierro, 
vea,  con  el  corazón  destrozado,  a  una  pobre  mujer  lavando  ropa 
ajena  para  mantener  a  sus  hijos :  su  propia  madre.  —  La  miseria 
era  el  patrimonio  que  les  había  dejado  la  revolución  y  el  bandi¬ 
daje  desolador  de  México.  Pro  tenía,  pues,  bien  por  qué  amar  a 
los  pobres. 

El  Dios  de  los  pobres  le  va  a  unir  a  ellos  con  lazos  más  es¬ 
trechos;  la  voz  de  Dios  le  impone  un  doble  sacrificio:  «Abando¬ 
na  a  tus  padres,  abandona  a  tus  mineros;  es  preciso  que  vivas 
para  estos  definitivamente;  de  hoy  más,  serás  apóstol  de  los 
pobres:  te  quiero  jesuíta». 

* 

*  * 

Hasta  entonces  había  convivido  con  los  pobres;  ahora  Dios 
le  llama  a  trabajar  por  ellos.  Su  vida  religiosa,  por  lo  demás,  no 


EL  P.  MIGUEL  A.  PRO 


103 


fue  una  farsa  de  pobreza:  muchas  veces  hubo  de  sufrir  verda¬ 
deras  privaciones  en  ella. 

El  Señor  le  había  dicho;  has  de  ser  apóstol  de  los  pobres. 
Y  él  no  se  descuida;  En  la  región  de  Los  Gratos  (California),  va¬ 
rios  niños  pobres  podrán  recordar  a  un  joven  escolar  de  la  Com¬ 
pañía  de  Jesús  que  los  catequizaba,  aunque  destrozando  tal  vez 
sin  piedad  la  lengua  inglesa.  Los  gitanos  del  Albaicín  (Granada) 
lo  rodearán  un  día  como  a  fundador  de  un  catecismo. 

Vuelan  los  años;  Dios  lo  lleva  en  su  formación  a  través  de 
Europa ;  entre  tanto  la  llama  va  creciendo  en  su  pecho.  Es  el 
año  de  su  ordenación  sacerdotal;  mientras  sus  compañeros,  ios 
jóvenes  sacerdotes,  después  de  abrazar  a  los  suyos,  van  a  reco¬ 
ger  las  primicias  del  apostolado,  el  P .  Pro,  con  la  amargura  de 
quien  no  puede  ver  el  rostro  de  su  santa  madre,  pide  permiso 
para  irse  a  consolar  con  sus  amigos;  una  tarde  se  Iq  ve  descen¬ 
der  al  fondo  de  las  minas  de  Charleroy,  con  los  mineros;  y  al 
salir,  rehusar  como  ellos  la  ducha  para  poder  nacer  algún  bien. 
¡Y  vaya  si  se  les  entraba  a  aquellos  infelices!  Una  prueba  siquie¬ 
ra:  aquellos  socialistas,  a  bordo  de  un  tren,  comienzan  querién¬ 
dolo  intimidar:  «Ud.,  cura,  ¿no  teme  subir  aquí?»,  y  terminan 
estrechando  con  efusión  su  mano  y  rogándole  aceptar  media 
pastilla  de  chocolate,  después  de  haberle  oído  hablar  de  un  Obre¬ 
ro  divino  crucificado  por  amor  a  ellos,  ellos ...  a  quienes  tam¬ 
bién  él  ama  como  a  hermanos. 

Ama  a  los  pobres;  sí,  por  ellos  trabaja,  por  ellos  hace  más: 
se  va  ofreciendo  a  la  vez  en  sacrificio.  El  Señor  a  oído  la  plega¬ 
ria  elevada  la  víspera  de  la  tercera  operación,  aun  antes  de  sa¬ 
ber  la  muerte  de  su  querida  madre;  «Y  ahora.  Señor,  hiere  a 
tu  víctima;  ya  todo  te  lo  he  dado;  nada  me  reservo».  Y  el  sa¬ 
crificio  siempre  es  fecundo.  Por  eso  sus  pasos  vacilantes  de  en¬ 
fermo  bastan  para  volver  al  lado  del  Buen  Pastor  a  aquella  ove¬ 
ja  descarriada,  aquel  obrero,  antiguo  estudiante  de  un  semina¬ 
rio,  que  erraba,  hacía  largos  años,  lejos,  muy  lejos  de  su  Dios. 

Ama  a  los  pobres;  pregúntaselo,  si  no,  al  compañero  suyo 
que  lo  vio  con  los  ojos  brillantes  de  amor  fijos  en  una  caterva 
de  obreros,  mientras  tendía  la  mano  hacia  aquellos  vestidos  de 
mecánico,  y  decía:  «He  aquí  las  almas  que  yo  amo».  A  todas 
ama,  pero  esas  son  sus  predilectas.  ¿Qué  mal  hace  en  imitar  a 
su  divino  Maestro,  rodeado  antes  que  por  nadie,  por  unos  pobres 
pastores,  y  escogiéndose  para  amigos  a  doce  toscos  trabajadores 
de  su  patria?  Por  eso  habla  sin  rebozo  de  ese  «su  flaco»;  oi¬ 
gámosle:  «Pero  bajemos  — dice —  de  la  nobleza  a  los  desarrapa¬ 
dos;  ahí  sí  que  me  hallo  como  rey...  ¡Bendito  sea  Dios,  que 
me  dio  la  dignidad  del  sacerdocio!  ¡Qué  dicha  para  mi  alma!... 


104 


SALOMON  RAHAIM 


Confesé  a  un  viejo  obrero  italiano,  y  entre  las  virutas  y  el  se¬ 
rrín  hablé  de  catecismo  a  un  comunista». 

Trabajaba  por  sus  pobres,  y  se  sentía  feliz;  pero  aún  le  faltaba 
la  parte  principal;  se  acercaba  el  momento  de  regresar  a  su  pa¬ 
tria,  a  la  patria  amada  donde  no  vería  ya  a  su  madre,  pero  donde 
probaría  su  intercesión,  sin  duda  alguna. 


Por  fin  llega  al  suelo  que  ha  de  regar  con  sus  sudores,  donde 
sellará  con  su  sangre  el  pacto  que  ha  hecho  con  Dios  en  favor 
de  las  almas.  Una  vez  en  él,  da  principio  a  una  obra  que  le  con¬ 
sumirá  entre  ricos  y  pobres;  pero  sobre  todo  entre  los  pobres 
Su  solo  recuerdo  le  hace  gozar:  «Voy  de  día  y  de  noche  —nos 
dice—  entrando  por  las  alfombradas  escaleras  de  las  casas  ricas, 
por  los  resbaladizos  ladrillos  de  una  peluquería  y  por  las  asque¬ 
rosas  viviendas  de  la  capital.  Las  gatas  me  adoran,  los  borrachí¬ 
nes  me  tutean,  los  vendedores  me  guiñan  el  ojo,  y  la  flor  y  nata 
de  los  pelados  guarachones  y  matones  me  tienen  por  su  amigo 
mas  campechano»  (13  de  noviembre  de  1926). 

Ahora  está  contento:  a  los  ricos  los  despoja  con  su  insinuan¬ 
te  caridad  e  inimitable  verba  en  favor  de  «su  familia»:  los  po¬ 
bres.  Sin  contar  con  un  céntimo  fijo,  se  ha  embarcado  en  una 
obra  increíble:  provee  de  «pe  a  pa»,  como  él  dice,  a  multitud  de 
familias  que  están  en  la  miseria.  Cuenta,  sí,  con  varios  agentes 
mas  o  menos  organizados,  que  se  encargan  de  pedir  y  distribuir 
las  provisiones;  pero  en  nada  de  eso  confía;  su  Padre  Dios  es 
su  único  apoyo;  le  llamó  para  apóstol  de  los  pobres;  El  le  sa¬ 
brá  sacar  del  compromiso.  Está  pues  feliz ;  pero  no  creamos  que 
se  goza  en  su  obra  como  suya;  alma  humilde,  sabe  desaparecer, 
y  en  eso  si  se  goza.  «Lo  mejor  de  todo  —dice  con  su  indefectible 
gracejo—  es  que  mi  sagrada  personalidad  no  aparece  en  pri¬ 
mer  termino;  yo  muevo  los  resortes,  y  otras  almas  generosas 
lo  hacen  todo». 


«Almas  generosas»:  al  frente  iba  la  suya,  más  generosa  cuan- 
to  mayor  era  su  desinterés.  Cuando  ei  hombre  sabe  prescindir 
del  en  sus  obras,  entonces  ha  probado  su  generosidad;  y  quien 
o  vida  este  rasgo  del  P.  Miguel,  no  conoce  el  alma  de  su  aoosto- 
lado.  A  tales  hombres  no  tiene  Dios  recelo  en  confiarles  sú  cau- 
dal;  máxime  cuando  de  parte  de  ellos  se  siente  vencido  por  un 
abandono  ciego.  Tal  sucede  en  nuestro  caso:  «Mi  bolsa  —dice  el 
Padre—  esta  tan  enjuta  como  la  parte  espiritual  del  alma  de 
Calles.  Pero  no  vale  la  pena  de  preocuparse;  pues  el  procura¬ 
dor  del  cielo  es  tan  campechano».  Y  en  otro  pasaje:  «¡Cuán 
cierto  es  que  el  que  da  de  comer  a  los  pajarillos  del  campo,  no 

deja  morir  de  hambre  a  los  hijos  que  creó  y  redimió  con  su  pro- 
pía  sangre!».  H 


EL  P.  MIGUEL  A.  PRO 


105 


El  mismo  Padre  nos  confiesa  ingenuamente  lo  que  el  Señor 
hace  por  su  medio  en  favor  de  los  pobres:  «Palpo  lo  que  leemos 
en  la  vida  de  los  santos  (ojo,  ¡no  me  vaya  a  tener  por  uno!): 
pues  sin  saber  cómo,  ni  cuando,  ni  quién  lo  envía,  recibo  ya  50 
kilos  de  azúcar,  ya  una  caja  de  galletas,  café,  chocolate,  arroz. . . 
y  hasta  vino.  Y  la  Providencia  de  Dios  es  tan  paternal,  que  cuan¬ 
do  me  rasco  la  cabeza  pensando  a  quién  ir  a  darle  el  sablazo, 
ya  tengo  la  despensa  llena». 

Al  oírle,  siempre  de  broma,  al  verlo  siempre  agitado  y  ani¬ 
moso,  pensaremos  que  para  el  P.  Pro  era  una  diversión  tal  mi¬ 
nisterio.  El  sacrificio,  por  el  contrario,  sellaba  sus  empresas;  so¬ 
lo  que  no  el  sacrificio  que  suelen  comentar  las  lenguas  y  la  prensa. 

* 

*  * 

Y  ese  sacrificio  fue  completo:  sacrificio  moral,  inmolación 

física. 

Dos  palabras  que  se  escapan  a  su  pluma  nos  revelan  un 
fondo  inmenso  de  abnegación:  «Las  semillas  abundan  — nos  con¬ 
fía  en  una  carta  del  5  de  agosto  del  27 —  aunque,  a  decir  verdad, 
gracias  al  color  de  mi  cara.  Porque  Ud.  no  se  figura  qué  ver¬ 
güenza  es  pedir  y  más  pedir.  Por  fortuna  Aquel  por  Quien  se 
hace  no  se  muestra  tacaño,  y  da  espléndidamente.  ¡  Bendito  sea 
por  siempre!  Amén». 

Que  no  mendigaba  en  calidad  de  menesteroso,  dirá  alguno. 
Bien;  ¿pero  cuántos,  aun  entre  los  buenos,  habrá  que  se  expon¬ 
gan  continuamente  a  la  vergüenza  de  una  mala  cara,  de  una  re¬ 
pulsa  encubierta  y  por  ello  más  dolorosa?  ¡Y  saber  que  más  de 
500  almas  están  colgadas  de  Dios  y  de  sus  limosnas !  Era  fuerza, 
pues,  mendigar,  mendigar  siempre . .  .  Esas  penas  del  P.  Pro,  so¬ 
lo  Dios  las  conoce.  Bendito  sea  El,  que  nos  quiso  descorrer  un 
poco  el  velo  en  este  desahogo  del  apóstol  con  sus  superiores. 

Más  sublime  aparece  su  figura  cuando,  cargado  como  un 
hijo  del  pueblo,  penetra,  bajo  un  saco  de  harina,  en  una  mísera 
buhardilla,  que  las  de  muchos  otros  apóstoles  que  predican  la 
caridad  de  Cristo,  aun  desde  un  pulpito  o  desde  las  columnas  de 
un  periódico. 

Cuán  duro  es  afrontar  vergüenzas  en  tanto  que  se  anda  ju¬ 
gando  la  vida  por  las  calles  de  México,  donde  los  sicarios  le  per¬ 
siguen  día  tras  día,  donde  le  preparan  la  consumación  del  sa¬ 
crificio  y  de  la  ofrenda.  Y  la  consumará:  el  silencioso  calvario 
en  que  se  ve  iniciado  tiempo  hace,  ha  de  recibir  nada  menos 
que  su  sangre,  después  de  un  trabajo  que  le  tiene  ya  exhausto. 
Pero  ¡qué  importa!  El  amor  le  hace  rebozar  de  gozo  en  la  tri- 


106 


SALOMON  RAHAIM 


bulación  y  en  el  trabajo.  Amor  se  necesita  para  expresarse  así: 
«Excuso  aecirfe  lo  solemne  de  esta  conferencia  en  uji  corralón 
de  mala  muerte,  vestido  de  mecánico,  con  una  cachucha  hasta 
las  cejas,  y  dando  empellones  a  mi  simpático  auditorio ...  ¡  Bien 
haigan  los  chauffeurs  del  mundo  entero!».  El  amor  le  dicta  estas 
palabras  en  que  estalla  su  alborozo  al  hablar  de  su  clientela,  los 
pobres :  «Tienen  dice —  la  mala  costumbre  de  comer  tres  veces 
al  día,  y  generalmente  con  buen  apetito,  y  eso  fuera  de  coser  si 
fuei  a  lo  único ;  pero  los  muy . .  .  hijos  de  Adán  y  Eva  viven  bajo 
techo,  que  les  cuesta  renta,  y  usan  zapatos  que  desgastan  y  ropa 
que  se  adorna  con  agujeros,  y  se  saben  enfermar  y  pedir  medi¬ 
cinas». 

No  son  expresiones  aisladas.  Sus  cartas  al  P.  Provincial  están 
salpicadas  de  frases  como  estas:  «Sobre  todo  en  la  clase  obrera, 
en  los  arrabales  — dice,  hablando  de  sus  ministerios,  y  con  gozo 
que  no  disimula — :  ¡una  esplendida  corte  de  chauffeurs /».  En 
medio  de  su  sufrimiento  heroico  no  le  desamparó  su  buen  humor. 

Pero  en  la  serie  de  sacrificios,  aun  le  estaba  reservado  otro 
más  penoso,  en  la  persona  de  su  padre.  Si  había  experimentado 
él  mismo  ¡a  pobreza,  mas  dura  le  sería  cuando  viera  a  su  anciano 
padre  y  a  sus  dos  hermanos  arrojados  a  la  calle  por  los  esbi¬ 
rros  del  gobierno,  sin  más  que  lo  que  llevaban  sobre  los  hom¬ 
bros.  Por  Oios  había  dejado  a  su  madre  trabajando  para  mante¬ 
ner  a  sus  hijos  ;  por  Oios  veía  ahora  a  su  padre  pobre,  sin  poder 

tenderle  aquella  mano  que  aliviaba  la  miseria  de  tantos  desdi¬ 
chados. 

Mas  su  alma  es  de  hierro;  su  corazón,  sangrando  y  todo,  no 
desistirá ;  es  preciso  cumplir  la  misión  a  él  confiada ;  es  apóstol 
de  los  pobres,  y  antes  debe  morir  que  volver  atrás.  Es  preciso  tra¬ 
bajar  mientras  quede  un  aliento  en  el  pecho.  Así  lo  comprende, 
y  el  amor  le  arrastra  sin  tregua.  Aquel  rudo  batallar  lo  tiene  ya 
destrozado:  «¡Vamos,  que  casi  preferiría  estar  ya  en  la  cárcel, 
para  descansar  un  poco!»  — llega  a  exclamar;  pero  luego,  retrac¬ 
tándose — :  «Me  rajo  (modismo  mexicano,  por  «me  arrepiento») 
y  me  rete-rajo  de  esta  barbaridad.  ¡Pobre  gente,  pobrecita ! . . . 
¿Posponer  el  bien  de  sus  almas  a  una  comodidad  del  cuerpo?». 

Se  siente  ya  desfallecer;  comprende  que  no  podrá  prolon¬ 
gar  mucho  tal  género  de  vida ;  y  sinembargo  será  fiel  hasta  el  fin : 
«Al  pie  del  canon  — concluye —  hasta  que  el  Capitán  y  Jefe  orde¬ 
ne  otra  cosa;  porque  no  es  por  mis  fuerzas,  sino  gratia  Dei  me - 
cumy  perseveraré  hasta  el  fin».  Este  es  el  apóstol,  que,  como 
Cristo,  non  sibi  placuit. 

La  corona  de  tan  encantadora  lucha  está  ya  cerca;  el  holo¬ 
causto  quedará  en  breve  consumado.  El  dolor  ha  sellado  sus 


EL  P,  MIGUEL  A,  PRO 


107 


trabajos ,  el  amor  le  ha  sostenido  en  medio  de  ellos  ¡  ese  drama 
d©  amor  dio  principio  cuando  Dios  descargó  su  mano  con  dura 
enfermedad,  en  prueba  de  que  aceptaba  su  ofrenda  por  las  al¬ 
mas;  ese  drama  silencioso  terminará  el  día  en  que  el  hermano 
y  el  padre  de  los  pobres  caiga  asesinado  por  haberlos  amado 
tanto :  j  no  podía  sufrir  el  infierno  tan  grande  caridad  í 

Un  día,  ante  un  pelotón  de  soldados,  se  yergue  contra  el 
pai  edon  de  la  muerte.  Su  rostro  no  descubre  el  brioso  entusias¬ 
mo  del  soldado  de  Cristo  Rey,  ni  el  grito  del  combate  vibra  es- 
tremecedor  en  sus  labios.  Una  voz  pausada  y  suave,  como  la  del 
sacerdote  al  consagrar  la  V ictima  divina,  se  desprende  de  su 
béca  como  un  eco  del  corazón.  Resuena  un  estampido,  y  por 
tierra  rueda  el  cuerpo  inanimado  del  padre  de  los  pobres:  un 
crimen  y  una  calumnia  quedaban  perpetrados;  la  doble  ofrenda 
consumada;  en  el  cielo  sonreía  el  Padre  celestial  viendo  a  su 
sieiivo  destrozado,  como  se  había  complacido  al  ver  sobre  úna 
cruz,  desangrado  y  cubierto  de  ignominia  a  su  Unigénito:  Dios 
quedaba  glorificado . . .  las  almas  redimidas. 

Al  día  siguiente,  en  más  de  cien  hogares,  en  vano  esperarán 
los  huerfanitos  el  socorro  y  el  amoroso  regreso  del  Padre.  Mas, 
en  cambio,  cuentan  con  un  protector  cerca  de  su  Padre  Dios; 
y  ahora. . .  ya  no  le  podrán  perder;  ahora  no  se  lo  podrán  arre- 
batár  quienes  dicen  que  aman,  pero,  en  realidad,  odian  al  obrero. 

Ahora  no  es  solo  en  México  donde  él  acude  a  remediar  las 
miserias  de  esas  almas  que  fueron  sus  predilectas.  Hoy  es  el  uni¬ 
verso  entero  el  campo  de  su  caridad.  En  vida  los  amó  y  se  con¬ 
sumió  en  trabajos  por  ellos;  por  ellos  ofrendó  su  sangre  y  su 
honra;  sobre  ellos  derrama  hoy  desde  el  cielo  favores  sin  cuento. 
Además  — don  inapreciable  que  ha  enviado  a  sus  amados  po¬ 
bres —  es  ahora  el  modelo  viviente  que  suscita  en  las  almas  de 
mil  genuinos  apóstoles  el  deseo  sincero  de  consagrarse  a  los 
pobres,  a  los  obreros,  en  una  consagración  sincera  y  abnegada, 
como  la  suya. 

St.  Mary's  Gollege  —  St.  Marys-Kansas,  EE.  UU.,  1938. 


Novedades  científicas1 


por  Pedro  Zuloaga 
El  tamaño  de  la  Galaxia 

El  doctor  Harlow  Shapley,  del  observatorio  de  Harvard,  co¬ 
municó  en  estos  días  a  la  Sociedad  Astronómica  Americana  los 
resultados  de  una  nueva  determinación  de  las  dimensiones  de 
la  Galaxia,  el  «universo-isla»  o  conglomerado  de  estrellas  de  que 
nuestro  sol  forma  parte.  Estudiando  las  estrellas  llamadas  «va¬ 
riables  cefeidas»,  que  tan  útiles  ban  resultado  para  la  medición 
de  distancias  enormes,  el  doctor  Shapley  encontró  que  el  globo  de 
estrellas  que  rodea  como  un  halo  tenue  al  disco  denso  de  la  Via 
Ladea  mide  mas  de  60.000  anos-luz  de  espesor  (recuérdese 
que  un  año-luz  es  la  distancia  que  la  luz  recorre  en  un  año,  y 

es  igual  a  más  de  nueve  billones  de  kilómetros:  92400.0001000.000 
de  km.). 

Los  objetos  más  distantes  de  ese  globo  están  más  lejos  que 
las  Nubes  de  Magallanes,  las  dos  pequeñas  galaxias  satélites  de 
la  nuesiía.  «Por  lo  mismo  — dice  Shapley —  puede  decirse  que 
esos  sistemas,  exteriores  en  cierto  modo,  forman  parte  de  los 
aledaños  de  nuestro  gran  sistema  de  la  Via  Ladea».  Hasta  aho¬ 
ra  se  les  había  tenido  por  independientes  de  él,  porque  de  nues¬ 
tro  sistema  no  se  había  reconocido  sino  el  disco  denso  que  for¬ 
ma  el  piano  central  de  la  «lenteja» ;  y  no  es  extraño  que  así  fue¬ 
ra,  porque  más  del  95%  de  todas  las  estrellas,  variables  o  no,  se 
encuentran  a  menos  de  mil  años -luz  de  ese  plano,  según  el  mis  ¬ 
mo  Shapley.  Pero  las  variables  observadas  del  tipo  antes  men¬ 
cionado  se  extienden  hasta  distancias  de  más  de  30.000  años-luz 
a  uno  y  otro  lado  de  dicho  plano,  aunque  con  una  densidad  de 
distribución  incomparablemente  menor.  A  los  30.000  años-luz 
ya  la  densidad  no  es  más  de  una  milésima  parte  de  la  que  es 
cerca  del  plano  galáctico;  y  más  allá  de  esa  distancia  decrece 
rápidamente.  Es  claro,  pues,  que  esas  estrellas  todavía  pertene¬ 
cen  a  nuestro  sistema  estelar,  lo  mismo  que  todos  los  objetos 
que  quedan  a  menor  distancia,  como  las  Nubes  Magallánicas, 
aunque  hasta  ahora  no  se  había  reconocido  así.  Para  precisar 
pues  las  ideas:  Nuestro  sistema  estelar,  llamado  por  antonoma¬ 
sia  La  Galaxia,  se  compone  de  una  vasta  aglomeración  de  estre¬ 
llas  que  en  conjunto  presenta  la  forma  de  una  lenteja  o  de  un 
reloj  de  bolsillo,  cuyo  diámetro  es  muchas  veces  mayor  que  su 
espesor,  y  en  donde  la  distribución  estelar  es  relativamente  den¬ 
sa;  y  un  globo  más  o  menos  esférico,  que  envuelve  por  completo 

...  JL5 ÍÍLI  l0S  demé9  artículos  de  Revista  Javeruna  solo  pueden  reproducirse  citando 


NOVEDADES  CIENTIFICAS 


109 


a  este  disco,  pero  cuya  densidad  es  mucho  menor.  El  disco  mide 
de  diámetro  cerca  de  100.000  años-luz,  y  su  centro  está  situado 
a  32.000  de  nosotros,  en  la  región  del  cielo  conocida  por  las  Nu¬ 
bes  de  Sagitario. 

A.  proposito  de  estas  medidas,  es  de  interés  recordar  que 
a  principios  del  presente  siglo  todavía  no  era  posible  medir  dis¬ 
tancias  ni  cien  veces  menores.  La  máxima  que  se  alcanzaba  a 
medir,  y  con  mucha  incertidumbre,  por  el  método  trigonométri¬ 
co  de  las  paralajes,  que  era  el  único  conocido  entonces,  era  de 
unos  300  años-luz. 

Y  también  es  interesante  hacer  constar  que  fue  una  señori¬ 
ta  empleada  en  el  observatorio  de  Harvard,  Miss  Leaviií,  la  que 
ideo  el  sencillo  pero  genial  método  que  ha  permitido  extender 
tan  enormemente  el  volumen  de  espacio  accesible  a  la  medida. 
Examinando  ciertas  placas  fotográficas  tomadas  en  la  estación 
que  el  mismo  observatorio  tiene  en  Arequipa,  Miss  Leaviít  des¬ 
cubrió  que  en  la  Nube  Menor  de  Magallanes,  enjambre  estelar 
situado  cerca  del  polo  Sur  de  la  esfera  celeste,  había  gran  nú¬ 
mero  de  estrellas  del  tipo  conocido  por  variables  cefeídas ;  y  obser¬ 
vó  que  entre  la  luminosidad  aparente  de  esas  estrellas  y  su  pe¬ 
ríodo  de  variación  existía  una  correlación  fija.  Por  ejemplo,  tal 
variable  que  aparecía  en  las  placas  como  de  15®  magnitud,  te¬ 
nía  un  período  de  tres  días,  mientras  que  tal  otra  cuyo  período 
era  de  veinte  días,  aparecía  como  de  12®  magnitud. 

Pero  entonces  IVliss  Leavitt  razono  de  la  siguiente  manera  ¡ 
Puesto  que  todas  ellas  están  contenidas  en  la  Nube  Menor  de 
Magallanes,  que  es  un  objeto  pequeño  en  comparación  con  su 
distancia,  todas  se  hallan  aproximadamente  a  la  misma  distan¬ 
cia  de  nosotros;  y  por  eso  su  magnitud  aparente  debe  corres¬ 
ponder  a  su  luminosidad  real  absoluta.  Hay,  pues,  una  corre¬ 
lación  entre  la  luminosidad  real  de  estas  estrellas  y  la  duración 
de  su  período  de  variación.  Faltaba,  pues,  solo,  averiguar  a  qué 
magnitud  absoluta  corresponde  un  período  dado,  para  tener  la 
manera  de  calcular  la  distancia  de  cualquiera  estrella  de  ese  ti¬ 
po,  porque  conocida  la  magnitud  real  y  el  brillo  aparente  de  un 
objeto  celeste,  se  puede  desde  luego  deducir  su  distancia. 

Y  eso  que  faltaba  era  fácil  de  indagar,  porque  existen  es¬ 
trellas  de  ese  tipo  mucho  más  próximas  a  nosotros,  cuya  distan¬ 
cia  podía  medirse  por  el  método  trigonométrico.  Entre  ellas  es¬ 
tá,  por  ejemplo,  la  estrella  que  ha  dado  nombre  a  toda  la  clase, 
la  Delta  Cephei.  De  esta  manera  se  averiguó  la  distancia  a  que 
está  la  Nube  de  Magallanes,  y  con  ello  se  centuplicó  de  un  gol¬ 
pe  el  alcance  de  las  medidas  astronómicas.  —  Desgraciadamente, 
la  joven  que  prestó  tan  señalado  servicio  a  la  ciencia  del  cielo, 
murió  ya,  prematuramente. 


lio 


t'EDkO  ZULOAGA 


El  brillo  de.  Venus 

Según  orné  conclusión  provisional  de  los  astrónomos  Slipher 
y  Edson,  del  observatorio  de  Flagstafí,  en  Arizona,  el  brillante 
planeta  Venus  debe  su  esplendor  a  lina  «atmósfera»  dé  diminu¬ 
tas  partículas  de  polvo,  que  dispersan  la  luz  solar  mucho  más 
eficazmente  que  las  moléculas  de  la  atmósfera  terrestre. 

Hasta  ahora  se  había  supuesto  que  la  blanquísima  super¬ 
ficie  que  nos  presenta  el  planeta  era  la  de  una  capa  dé  nubes 
que  lo  envolvía  por  completo  todo  el  tiempo.  Pero  es  el  caso  que 
el  espectroscopio  no  revela  la  presencia  dé  vapor  de  agua,  en 
su  atmósfera.  A  falta  de  vapor  de  agua,  el  polvo  es  lo  que  me¬ 
jor  puede  explicar  su  brillo.  «Asignando  a  esa  atmósfera  dé  pol¬ 
vo  una  altura  efectiva  de  dos  millas,  él  brillo  de  lás  proióUgácio- 
aiés  de  los  «cuernos»  dél  creciente  es  de  35  a  40  veces  mayor  que 
el  de  nuestro  cielo  diurno  en  la  vecindad  del  sol.  Y  como  la  lu¬ 
minosidad  de  nuestro  cielo  en  esa  régión  es  de  unos  4.000  lam- 
berts»  la  de  la  atmósfera  de  Venus  vista  tartgencialmente  debe 
ser  de  más  de  100.000  lambérts».  Si  no  hay  allá  nubes  de  agua, 
el  único  agente  que  conocemos  capaz  dé  dispersar  tanta  luz  és 
el  polvo.  Según  esto,  «la  verdadera  superficie  del  planeta  nunca 
se  ve  desde  aquí,  debido  a  esa  atmósfera  cargada  de  polvo  que 
la  rodea. 

No  carece  de  interés  hacer  notar  que  tampoco  se  ha  encon¬ 
trado  hasta  ahora  ni  la  menor  huella  de  oxígeno  libre  en  lá  at¬ 
mósfera  de  aquel  planeta,  y  én  cambió,  sí  abundante  dióxido  de 
carbono;  lo  que,  a  juzgar  por  lo  que  ocurre  aquí  en  la  tierra, 
parece  indicar  una  total  ausencia  de  plantas  en  nüéstró  vecino. 
En  efecto,  hoy  se  admite  que  todo  el  oxígeno  libre  qiie  contiene 
nuestra  atmósfera  terrestre  es  producto  de  las  plantas,  qué  lo 
separan  del  anhídrido  carbónico  arrojado  por  los  volcanes. 

Antes  de  dejar  estos  temas  astronómicos  queremos  apuntar 
el  descubrimiento  reciente  de  un  diminuto  miembro  de  nuestro 
sistema  planetario,  el  planetoide  Hermes,  descubierto  por  Rhein- 
muth,  de  Alemania,  y  que  mide  apenas  tres  kilómetros  de  diᬠ
metro,  o  sea  menos  que  una  regular  ciudad  de  las  nuestras. 
Nunca  se  le  hubiera  hallado,  si  no  fuera  porque  en  su  reciente 
aproximación  a  la  Tierra  pasó  a  cosa  de  75Ó.OÍK)  kilómetros  de 
nosotros,  es  decir,  apenas  unas  dos  veces  la  distancia  de  la  Lüna. 
Pero  últimamente,  al  calcular  Cunningham  su  órbita,  se  encon¬ 
tró  que  es  susceptible  de  pasar  todavía  más  cerca  de  la  Tierra, 
a  350.000  kilómetros,  o  lo  qué  es  lo  mismo,  penetrar  dentro  de 
la  órbita  lunar.  Con  esto  queda  sentado  que  es  el  cuerpo  celeste 
que  más  se  acerca  a  nosotros,  y  también  el  más  péqueño  de  los 
conocidos,  con  excepción  de  los  meteoritos. 


NOVEDADES  CIENTIFICAS 


111 


Los  cambios  en  la  fuerza  de  gravedad 

pueden  anunciar  los  terremotos 

r  ^  reciente  espantoso  siniestro  de  Chile  presta  singular  in¬ 
terés  a  la  siguiente  noticia: 

Los  cambios  en  la  intensidad  de  la  gravedad,  que  hasta  aquí  se  había  su¬ 
puesto  constante  en  cada  lugar,  pueden  proveer  a  los  sismólogos  de  los  medios 
de  anunciar  la  inminencia  de  un  temblor. 

Esta  posibilidad  de  predecir  los  movimientos,  con  tanta  frecuencia  desas¬ 
trosos,  de  la  costra  terrestre,  fue  sugerida  a  la  Sociedad  geológica  de  América 
por  el  profesor  Bain,  del  Amherst  College. 

La  compresión  — dice —  precede  a  la  expansión  violenta  de  las  rocas,  y  es 
el  resultado  de  movimientos  esencialmente  continuos  de  la  corteza.  Mientra®  la 
compresión  va  en  aumento,  la  compresibilidad  de  la  roca  disminuye  y  al  mismo 
tiempo  aumenta  su  densidad  y  la  fuerza  de  gravedad  local.  La  magnitud  del 
cambio,  ya  sea  de  compresibilidad  o  de  la  fuerza  de  gravedad,  nos  da  indicacio¬ 
nes  de  la  inminencia  de  un  temblor. 

Se  sabe  que  la  intensidad  de  la  gravedad  en  cada  lugar  y 
tiempo  puede  medirse  hoy  con  extraordinaria  delicadeza  y  pre¬ 
cisión. 

Pero  pasará  tiempo  antes  de  que  el  método  sea  de  mucha 
utilidad,  sobre  todo  por  la  escasez  de  estaciones  gravímetras 
bien  dotadas  precisamente  en  algunas  de  las  regiones  más  afec¬ 
tadas  por  los  movimientos  telúricos. 


Tejidos  vegetales  dotados  de  inmortalidad  potencial 

Ciertos  cultivos  preparados  por  el  doctor  Philip  R.  White, 
del  Instituto  Rockefeller,  han  demostrado  la  capacidad  que  po¬ 
seen  algunos  tejidos  vegetales  de  permanecer  jóvenes  indefini¬ 
damente.  El  material  empleado  en  los  experimentos  fue  toma¬ 
do  de  una  planta  ornamental  híbrida,  la  Nicotiana,  y  consiste 
en  una  parte  de  ía  planta,  llamada  callus.  El  callus  es  una  masa 
de  células  no  diferenciadas  ni  especializadas,  que  se  forman 
cuando  la  planta  recibe  una  herida;  es  esencialmente  tejido  em- 
briónico,  o  fisiológicamente  joven. 

El  doctor  White  observó  los  pedacitos  de  callus  en  una  solu¬ 
ción  nutricia  especialmente  preparada,  consistente  en  azúcar, 
ciertas  sales  minerales  necesarias,  y  vitaminas  y  hormonas  vege¬ 
tales  que  han  probado  ser  indispensables  para  el  crecimiento. 

El  tejido  creció  y  creció,  pero  las  células  no  mostraron  casi 
ninguna  tendencia  a  madurar  y  convertirse  en  cualquiera  de  las 


112 


PEDRO  ZULOAGA 


formas  especializadas  que  se  hallan  en  los  órganos  de  las  plan¬ 
tas.  Puede  decirse  que  es  eternamente  joven. 

Gada  semana  el  doctor  White  desechaba  parte  del  material 
y  conservaba  el  resto.  Al  final  de  la  semana  la  pieza  había  cre¬ 
cido  hasta  tres  veces  su  tamaño  original. 

Esto  se  mantuvo  por  cuarenta  semanas.  Al  final  de  ese 
tiempo,  se  calcula  que  si  hubiera  podido  conservarse  toda  la  ma¬ 
sa  de  tejido  que  se  habría  generado,  su  tamaño  sería  un  10  ele¬ 
vado  a  la  19*  potencia  de  veces  su  tamaño  original;  o  sea  una 
masa  de  tejido  comparable  en  tamaño  a  una  mediana  cadena  de 
montañas. 

Por  varios  años  el  doctor  White  ha  mantenido  en  marcha 
cultivos  de  raíces,  desprendidas  de  toda  planta,  pero  esta  es  la 
primera  vez  que  ha  podido  producir  tejidos  no  especializados, 
que  son  planta  y  nada  más,  que  no  se  pueden  asignar  a  ningún 
órgano. 

El  nuevo  material  es  análogo  a  los  cultivos  de  embrión  de 
pollo,  tan  famosos  en  el  mundo  científico,  que  por  primera  vez 
preparó  el  doctor  Alexis  Garrel,  y  algunos  de  los  cuales  llevan 
ya  veintiséis  años  de  continuo  crecimiento  in  vitro,  es  decir, 
en  una  vasija,  desligados  de  todo  organismo. 

Pero  precisamente  esta  capacidad  de  las  células  vivas  de 
reproducirse  indefinidamente  sin  especializarse  en  ningún  sen¬ 
tido  (siempre  que  se  ¡as  nutra)  hace  más  profundo  el  misterio 
del  crecimiento  embrionario,  normal,  en  el  que  una  sola  célula 
no  especializada  da  origen,  por  orden,  a  todos  los  innumerables 
órganos  y  tejidos  que  componen  el  organismo  entero. 


¿Son  los  virus  seres  ementes? 

Hace  pocos  anos  esta  pregunta  habría  parecido  ociosa.  Por 
supuesto  se  habría  dicho —  que  los  virus  son  seres  vivientes, 
como  las  bacterias  y  otros  microorganismos  que  causan  las  en¬ 
fermedades.  Hoy  la  respuesta  dista  mucho  de  ser  tan  categórica. 
Más  bien  parece  que  bajo  la  denominación  de  virus  se  ha  in¬ 
cluido  a  una  gran  diversidad  de  entes  fronterizos  entre  lo  vi¬ 
viente  y  lo  no  viviente.  Dice  Science  News  Letier: 

Una  de  las  más  importantes  controversias  de  la  ciencia  actual  puede  zan¬ 
jarse  con  este  veredicto:  Todos  los  contrincantes  tienen  razón.  Los  que  dicen 
que  los  virus  causantes  de  la  viruela,  de  la  parálisis  infantil,  del  catarro  ordina¬ 
rio  y  otras  enfermedades,  son  seres  vivientes,  están  en  lo  cierto;  los  que  aseve¬ 
ra#  que  son  moléculas  químicas  muy  complicadas,  también  lo  están.  Los  que 


NOVEDADES  CIENTIFICAS 


113 


piensan  que  representan  los  comienzos  de  la  vida,  tienen  razón;  pero  también 
la  tienen  los  que  creen  que  son  la  última  etapa  de  la  degeneración  parasítica. 

Por  contradictorio  que  esto  parezca,  puede  ser  la  explicación  de  los  hallaz¬ 
gos  que  se  han  hecho  en  este  novísimo  campo  de  la  investigación  patológica,  en 
el  que  ciertas  moléculas  de  proteína,  demasiado  pequeñas  para  gérmenes  y  dema¬ 
siado  grandes  para  moléculas  químicas,  son  los  desconcertantes  actores. 

Según  el  doctor  Rivers,  del  Rockefeller  Institute  for  Me  di - 
cale  Research ,  estos  virus  forman  un  grupo  muy  heterogéneo 
que  solo  tiene  de  común  el  tamaño  y  las  propiedades  patogéni¬ 
cas.  Rivers  comunicó  sus  últimos  informes  sobre  los  virus  a  la 
Asociación  Americana  para  el  adelanto  de  la  ciencia,  en  su  reu¬ 
nión  de  diciembre  pasado. 

Algunos  de  los  virus  — dijo —  pueden  ser  diminutos  microorganismos,  in¬ 
tensamente  parasitarios,  los  enanos  del  mundo  microbiano,  capaces  de  reprodu¬ 
cirse  únicamente  dentro  de  células  susceptibles  que  les  den  albergue;  otros  pue¬ 
den  representar  formas  de  vida  más  o  menos  desconocidas ;  y  por  último,  otros 
pueden  no  ser  sino  productos  de  las  mismas  células  estimulados  por  los  pro¬ 
cesos  de  autocatálisis. 

Hasta  ahora  los  virus  han  sido  totalmente  invisibles.  Se  les 
conocía  únicamente  por  sus  efectos.  Pero  ya  se  está  a  punto  de 
poder  fotografiarlos,  gracias  al  microscopio  electrónico.  La  téc¬ 
nica  de  emplear  haces  de  electrones,  que  un  campo  magnético 
enfoca  luego,  como  lo  hace  una  lente  con  los  rayos  luminosos, 
está  siendo  perfeccionada  rápidamente.  Zworykin  informó  a  la 
Radio  Corporation  of  America:  «Puede  demostrarse  que,  aun 
tomando  en  cuenta  los  defectos  de  que  adolecen  las  actuales  len¬ 
tes  magnéticas,  el  microscopio  electrónico  es  capaz  de  separar 
distancias  del  orden  de  0.000001  mm»  (una  millonésima  de  mi¬ 
límetro).  Todavía  no  se  ven  objetos  de  ese  tamaño  con  el  mi¬ 
croscopio  electrónico,  pero  el  aparato  es  susceptible  de  llegar 
a  ese  límite,  que  es  cientos  de  veces  más  pequeño  que  el  límite 
inferior  de  los  mejores  microscopios  ordinarios  o  lumínicos. 
Entretanto,  algunos  sabios  alemanes  están  usando  ya  el  micros¬ 
copio  electrónico  en  el  estudio  de  suspensiones  coloidales,  y  han 
logrado  separar  detalles  hasta  de  una  cienmilésima  de  milímetro. 

Hasta  ahora  el  microscopio  electrónico  había  servido  para 
estudiar  la  superficie  de  los  filamentos  metálicos  incandescentes, 
y  analizar  la  estructura  cristalina  de  los  metales  en  películas  del¬ 
gadas.  Pero  es  más  difícil  estudiar  los  especímenes  biológicos; 
los  electrones  rapidísimos  que  se  emplean  en  el  microscopio  no 
solo  matan,  sino  que  destruyen  los  especímenes  orgánicos.  Hay 
que  cuidar,  por  tanto,  de  conservar  la  apariencia  original  del 
objeto,  aunque  sea  por  el  breve  tiempo  que  dura  la  toma  de  la 
fotografía. 


Pío  XI 


Oración  fúnebre  pronunciada  por  el  R.  P.  Guillermo 
Fi  güera  S,  J.  en  el  solemne  funeral  celebrado  por  la 
Universidad  Javeriana  y  el  Colegio  de  San  Bartolomé  en 
la  iglesia  de  San  Ignacio,  y  en  el  cual  ofició  de  pomi%al 
el  Excmo.  Sr.  Nuncio  Apostólico,  Mons.  Carlos  Serena» 

Ule  erat  lucerna  ardens  et  lucens:  Era  una  antorcha 
encendida  y  luminosa  (loan,  v,  35). 

Excmo.  Sr.  Nuncio  Apostólico:  profesores  y  alumnos:  her¬ 
manos  míos : 

Una  vez  más,  a  la  muerte  de  un  Pontífice,  el  tramonto  ro- 
mano  cambia  sobre  el  horizonte  de  la  eterna  ciudad  sus  dorados 
fulgores  por  las  melancólicas  tonalidades  violáceas  que  al  caer 
proyectadas  sobre  la  imponente  cúpula  de  San  Pedro,  como  ar- 
cano  signo  de  tristeza,  la  revisten  para  la  consumación  de  un 
sacro  rito  funerario.  En  la  perspectiva  de  las  grandezas  humanas 
na  desaparecido  la  figura  central,  razón  de  ser  de  todas  ellas 
ante  cuya  presencia  hierática  y  magnífica  parecían  diminutos 
todos  los  engreimientos  humanos.  La  venerable  figura  de!  Pon- 
tifice  Máximo  del  orbe  católico,  el  Papa  Pío  XI,  ha  desapare- 
cido  en  brazos  de  la  muerte,  se  ha  sustraído  a  la  admiración  y 
al  afecto  de  sus  hijos,  esparcidos  por  todo  el  universo,  la  presen¬ 
cia  lejana  y  próxima  del  Padre  común  de  los  fieles. 

Está  desolada  la  cumbre  del  pontificado  y  hay  un  duelo  de 
orfandad  en  el  corazón  de  todos  los  cristianos.  No  se  acostum- 
bra  la  mirada  ni  se  aquieta  la  mente  en  la  contemplación  del 
brusco  vacio  del  horizonte  desposeído  de  la  figura  familiar  del 
Padre  Santo.  Traspuso  ya  las  lindes  de  la  vida,  la  presencia  de 
Uios  es  mas  cercana,  la  sensación  del  Infinito  más  sentida,  y 
nuestra  melancolía  más  penetrante  porque  todo  se  recoge  en 

esta  cumbre  de  excelsitudes  para  decirnos  que  «nada  es  grande 
si  tiene  fin». 


ía  ^ora  aquella  adumbración  crepuscular  que  descri¬ 
bió  Dante  cuando  las  lumbres  estelares  se  abren  sobre  la  huma- 
na  tristeza  y  siente  el  viajero  que  la  marejada  del  sentimiento 
e  estremece  el  corazón,  mientras  los  tañidos  graves  de  la  esqui¬ 
la  en  lontananza  son  un  comentario  al  lento  sucederse  de  las  lu- 
ces  del  cielo  y  de  los  afectos  del  alma. 

Antes  que  la  vida  vuelva  a  recobrar  su  ritmo  de  despreocupa- 
da  indiferencia  y  esfume  con  sus  diarios  afanes  esta  impresión  in- 
tensa  de  dolor,  volvamos  la  mirada  para  que  la  contemplación, 
recogida  en  esa  maravillosa  realidad  alucinante,  fije  en  nos- 
otros  el  recuerdo  perenne  del  afecto  filial  y  sea  este  homenaje 
la  expresión  de  admirada  y  reconocida  gratitud  para  la  primera 
personalidad  de  la  historia,  para  el  perpetuo  vencedor,  para  el 
viviente  de  la  eternidad  y  del  tiempo,  cuyas  excelsitudes  abar¬ 
can  lo  humano  y  lo  divino,  lo  temporal  y  lo  eterno,  cuyas  gran- 


115 


PIO  XI 

dezas,  realzadas  por  la  representación  de  Dios  sobre  la  tierra, 
concentradas  en  su  persona,  redundaron  en  beneficio  nuestro, 
de  la  sociedad  y  del  común  de  los  hombres.  Como  servidor  ecu¬ 
ménico  de  los  hijos  de  Dios,  todo  estaba  puesto  bajo  su  vigilan¬ 
cia  y  cuidado.  Exeundum  orbe — decía  San  Bernardo —  exeundum 
orbe ,  qui  forte  velit  explorare ,  quid  ad  sutnmi  Pontificis  curam 
non  pertineat .  Cuanto  llevó  a  cabo  en  los  años  de  su  pontifica¬ 
do,  lo  hizo  por  servir  a  los  intereses  de  las  almas  e  impulsar  la 
edificación  del  cuerpo  místico  de  Cristo.  El  personificó  la  ins¬ 
titución  que  se  levanta  sobre  todo  cuanto  pudo  alcanzar  el  huma¬ 
no  entendimiento,  la  más  benéfica  por  todos  los  aspectos  que  se 
quieran  considerar  en  ella,  como  conservadora  del  verdadero 
concepto  de  civilización,  como  tutela  del  derecho  y  salvaguardia 
de  la  humana  dignidad. 

* 

*  * 

En  la  verde  llanura  de  Lombardía,  al  norte  de  la  ciudad 
imperial,  se  destaca  de  la  azulada  lejanía,  en  el  fondo  de  los  Al¬ 
pes,  una  aldea  risueña,  de  casitas  blancas  en  torno  un  airoso  cam- 
panile,  entre  fértiles  sembrados  de  viñedos  y  olivares:  es  Desio, 
la  aldea  natal  de  Ambrosio  Damián  Aquiles  Ratti.  Hoy,  en  fren¬ 
te  de  la  fachada  de  la  iglesia  parroquial,  de  estilo  barroco  die¬ 
ciochesco,  se  levanta  una  estatua  de  Pío  XI  en  actitud  de  bende¬ 
cir:  es  el  niño  que  hasta  los  diez  años  frecuentaba  la  escuela  de 
la  villa,  el  alumno  del  seminario  de  Milán,  el  estudiante  de  la 
Universidad  Gregoriana,  el  arzobispo  de  la  sede  ambrosiana,  el 
Pontífice  sucesor  de  Pedro. 

Terminados  sus  estudios,  el  joven  sacerdote  fue  profesor 
de  elocuencia  sagrada,  de  lengua  hebrea  y  de  teología  en  las 
aulas  de  la  universidad  lombarda.  Su  sólida  cultura  y  erudi¬ 
ción  múltiple,  lo  hicieron  colaborador  primero,  y  después  pre¬ 
fecto  de  la  biblioteca  ambrosiana  de  Milán,  fundada  por  el  car¬ 
denal  Federico  Borromeo,  sobrino  y  sucesor  en  la  sede  milanesa 
del  santo  cardenal  Garlos  Borromeo.  En  la  guía  de  información 
compuesta  por  el  propio  monseñor  Aquiles  Ratti,  hay  páginas 
inspiradas  en  los  escritos  de  Manzoni  sobre  la  figura  del  carde¬ 
nal  fundador,  que  hoy  se  aplican  con  toda  exactitud  a  la  labor 
científica  de  Pío  XI. 

Federico  Borromeo  fundó  su  biblioteca,  no  como  un  museo 
de  cosas  muertas,  sino  como  un  activo  centro  de  estudio  para  la 
elaboración  del  porvenir.  La  pasión  de  los  libros,  escribe  el 
prefecto  de  la  ambrosiana,  la  convirtió  en  un  investigador  asi¬ 
duo.  Las  lenguas  clásicas  le  revelaron  la  belleza  de  la  antigüe¬ 
dad,  y  las  lenguas  orientales,  que  él  quería  introducir  en  Occi¬ 
dente,  le  ofrecieron  un  campo  de  estudio  inexplorado.  Así  sur- 


116 


GUILLERMO  FIGUERA 


gió  en  el  siglo  xvn  la  afanosa  búsqueda  de  manuscritos  y  docu¬ 
mentos  raros  que  habían  de  formar  la  biblioteca  de  la  ciudad 
imperial. 

La  biblioteca  de  Milán,  la  biblioteca  del  Vaticano,  fueron 
el  ambiente  en  que  por  más  de  treinta  años  se  consumió  la  ac¬ 
tividad  de  Aquiles  Ratti;  la  historia  lo  aleccionó  sobre  la  com¬ 
prensión  política  de  los  hombres  y  de  las  cosas,  le  infundió  el 
sentido  de  la  diplomacia,  y  lo  dotó  de  singular  preparación  para 
el  pontificado.  Su  criterio  histórico  quedó  expresado  en  aquella 
sentencia:  la  ciencia  para  la  vida .  La  ciencia  para  la  vida  inte¬ 
lectual,  moral  y  afectiva  del  hombre  honrado,  del  carácter  cris¬ 
tiano,  para  la  acción  vital  y  fecunda  del  apostolado,  pues,  según 
la  expresión  fuerte  de  Bossuet,  «es  maldita  la  ciencia  que  no 
lleva  el  amor  de  los  demás».  La  ciencia  del  sabio  católico,  del 
sacerdote  apóstol,  ha  de  tener  siempre  un  supremo  valor  apo¬ 
logético. 

Monseñor  Ratti  sobresalió  por  sus  trabajos  históricos,  por 
sus  investigaciones  eruditas,  por  el  método  científico,  por  la  crí¬ 
tica  rigurosa,  y  por  el  profundo  sentido  del  apostolado  del  saber. 

La  mejor  manera  de  probar  que  no  existe  antagonismo  entre 
la  ciencia  y  la  fe  es  un  alma  llena  de  fe  viva  y  de  profunda  sabi¬ 
duría  y  sentido  del  progreso.  El  prefecto  de  la  ambrosiana  fue 
un  ejemplo  evidente.  Entre  las  muchas  satisfacciones  de  su  pon¬ 
tificado,  tuvo,  como  lo  declaró  en  las  letras  apostólicas  In  muí - 
tis  solaciis,  la  suprema  alegría  de  ver  a  ¡os  sabios  de  diversas 
regiones  del  continente  llegarse  al  Padre  Santo  para  confesar 
la  armonía  existente  entre  la  ciencia  y  la  fe,  y  proclamar  a  la 
Sede  Apostólica  como  eterna  cátedra  de  verdad. 

Aquiles  Ratti  debió  a  los  libros  la  inmensa  extensión  de  su 
cultura,  la  precisión  de  sus  métodos,  la  madurez  de  su  espíritu 
científico.  Para  él  «la  historia  era  una  trama  donde  los  pensa¬ 
mientos  y  acciones  de  los  hombres  se  entretejen  para  el  efecto 
final  de  componer  el  plan  maravilloso  donde  domina  la  sabidu¬ 
ría  de  Dios  y  se  manifiesta  su  amor  por  los  hombres». 

Admirable  compendio  de  filosofía  de  la  historia,  ese  movi¬ 
miento  de  las  ideas,  ese  curso  de  los  acontecimientos  debe  el 
historiador  comprenderlo,  olvidado  de  sí,  desposeído  de  preven¬ 
ciones,  en  función  de  lo  sobrenatural,  porque  ese  gran  organis¬ 
mo  de  la  humanidad  se  mueve  bajo  la  mirada  y  dirección  de 
Dios  hacia  un  sentido  más  alto  de  la  verdad  y  de  la  revelación, 
como  dijo  Lessing  en  su  Educación  del  humano  linaje.  Esta  pro¬ 
funda  fe  en  el  influjo  de  un  espíritu  superior  la  expresó  así  San 
Agustín:  Deus  ordinem  saeculorum  quasi  pulcherrium  carmen 
ex  quibusdam  quasi  antithetis  honestavit. 

Sus  escritos  fueron  apareciendo  en  los  boletines  de  diversas 
academias  y  sociedades  científicas.  Le  hace  supremo  honor  la 


PIO  XI 


117 


publicación  del  Acta  ecclesiae  mediolanensis,  de  interés  no  solo 
para  el  erudito  y  el  historiador,  sino  también  para  el  humanista 
y  el  sicólogo;  el  Missale  ambrosianum  dúplex;  las  crónicas  de  su 
patria  lombarda;  el  comentario  al  Códice  atlántico  de  Leonardo 
de  Vinci,  que  lleva  una  dedicatoria  a  su  anciana  madre,  «para  que 
cuando  los  sabios  venideros  lo  encuentren  y  la  lean,  se  den  cuenta 
de  mi  amor  y  de  mi  veneración  por  ti». 

Más  tarde,  siendo  ya  Pontífice  de  la  Iglesia  Romana,  no 
romperá  con  su  pasado,  sino  que  promoverá  de  todos  modos  el 
estudio  y  la  ciencia,  con  la  fundación  de  la  Academia  pontificia 
de  ciencias,  el  museo  etnográfico-misionero  de  Letrán.  Gomo 
cuando  siendo  arzobispo  de  Milán  inauguró  la  Universidad  del 
Sagrado  Corazón,  siendo  Pontífice  Romano,  por  medio  de  la 
constitución  apostólica  Deus  scientiarum  Dotninus,  reorganizó 
los  estudios  eclesiásticos  de  las  universidades  católicas. 

Mientras  permaneció  en  Milán,  alternó  sus  trabajos  cientí¬ 
ficos  con  los  ministerios  apostólicos.  Era  capellán  de  las  reli¬ 
giosas  del  Cenáculo,  dirigía  una  asociación  de  maestras  católi¬ 
cas,  y  enseñaba  la  doctrina  a  los  niños  pobres  de  las  barriadas 
de  la  gran  ciudad  en  la  iglesia  del  Santo  Sepulcro.  En  las  vaca¬ 
ciones  hacía  grandes  excursiones  a  los  Alpes,  el  panorama  in¬ 
comparable  de  las  cimas  gigantes  lo  impresionó  con  el  silencio 
solemne  y  la  extensión  infinita. 

* 

*  * 

La  labor  científica  del  sabio  quedó  interrumpida  cuado  mon¬ 
señor  Aquiles  Ratti  fue  enviado  por  la  Santa  Sede  con  una  mi¬ 
sión  diplomática  a  Polonia.  Escribía  Benedicto  XV  a  los  prela¬ 
dos  de  aquella  nación:  «Para  daros  un  testimonio  evidente  de 
nuestra  benevolencia  hemos  determinado  enviaros  como  repre¬ 
sentante  nuestro  entre  vosotros  a  nuestro  querido  hijo  Aquiles 
Ratti,,  protonotario  apostólico  y  prefecto  de  la  biblioteca  vati¬ 
cana.  No  necesita  recomendación  un  hombre,  que  por  su  piedad, 
su  celo  de  la  religión,  su  experiencia  de  las  cosas,  y  su  ciencia 
reconocida  por  todos,  se  recomienda  más  de  lo  que  hace  falta. 
Gomo  visitador  apostólico  se  encargará  de  los  negocios  de  orden 
eclesiástico». 

Polonia  había  resucitado  a  la  vida  de  las  naciones  indepen¬ 
dientes,  la  fe  ctólica  había  conservado  la  unidad  nacional,  era 
una  grande  esperanza  para  la  Iglesia,  pero  en  extremo  difícil 
la  misión  del  representante  de  la  Santa  Sede,  todo  estaba  por 
rehacerse  en  aquel  país,  donde  todavía  ejercían  algún  influjo  los 
viejos  dominadores.  Los  obispados  vacantes,  la  coexistencia  de 
los  ritos  latino  y  oriental  provocaban  fricciones  y  prejuicios, 
la  menor  ingerencia  en  la  política  podía  comprometer  el  éxito 


118 


GUILLERMO  FIGUERA 


de  la  visita  apostólica.  El  espíritu  sobrenatural  de  monseñor 
Ratti  imprimió  a  su  misión  un  carácter  esencialmente  religioso. 
Celebró  la  fiesta  del  Corpus  en  Varsovia  el  año  de  1919;  llevó 
la  custodia  por  las  calles  de  la  capital.  Sus  dos  primeras  visitas 
fueron  a  dos  célebres  santuarios  de  María,  en  su  peregrinación 
a  Vilno,  para  dar  ejemplo  de  piedad,  permaneció  dos  horas  arro¬ 
dillado  sobre  la  nieve  ante  la  Virgen  morena  del  santuario. 

Monseñor  Ratti  se  consideró  misionero  en  aquella  tierra  ne¬ 
cesitada;  practicó  todos  los  ministerios  apostólicos,  puso  su  cien¬ 
cia  al  servicio  de  los  intelectuales  del  país,  promovió  una  mi¬ 
sión  de  caridad  en  favor  de  los  huérfanos  de  la  guerra,  recorría 
de  incógnito  los  barrios  para  visitar  las  escuelas,  hablar  a  los 
niños  y  repartirles  limosnas;  promovió  la  organización  de  la 
Iglesia  en  las  nuevas  naciones  del  Báltico. 

Monseñor  Ratti  vivía  preocupado  por  la  suerte  de  Rusia, 
e  informaba  al  Padre  Santo  que  «no  bastaba  su  cargo  de  obser¬ 
vador  lejano,  que  lo  dejara  penetrar  en  Rusia,  porque  él  estaba 
persuadido  de  que  para  salvar  ese  inmenso  país  hacia  falta  ora¬ 
ciones,  pero  mucho  más,  la  sangre  del  martirio,  sangre  de  sa¬ 
cerdotes  derramada  por  la  salvación  de  las  almas».  En  ocasión 
solemne  oí  decir  al  Excmo.  Sr.  Miguel  D'Herbigni  S.  J.,  que  Pío 
XI  le  había  declarado  confidencialmente  que  durante  su  perma¬ 
nencia  en  Varsovia  había  ofrecido  a  Dios  su  sangre  y  le  pedía  la 
gracia  del  martirio  por  la  conversión  del  pueblo  ruso. 

Una  invasión  del  ejército  bolchevique  atravesó  el  Vístula 
y  llegó  hasta  las  puertas  de  Varsovia.  Todos  los  representantes 
diplomáticos  abandonaron  la  ciudad  amenazada;  solo  el  repre¬ 
sentante  del  Vicario  de  Cristo  permaneció  en  la  ciudad  y  oró 
por  los  defensores. 

Al  manifestar  sus  anhelos  a  la  Santa  Sede,  recibió  orden  de 
prepararse  para  la  consagración  episcopal,  porque  había  sido  nom¬ 
brado  nuncio  en  Varsovia.  Los  acontecimientos  se  precipitaron. 
En  febrero  de  1921  quedó  vacante  la  sede  de  Milán,  y  Benedicto 
XV  nombró  para  aquel  arzobispado  al  nuncio  en  Varsovia,  y 
lo  promovió  al  cardenalato  con  el  mismo  título  de  San  Carlos 
Borromeo.  Su  entrada  en  la  ciudad  de  Milán  fue  un  triunfo,  y 
en  la  primera  pontifical  que  celebró  en  su  famosa  catedral  djes- 
plegó  el  imponente  fasto  del  impresionante  rito  ambrosiano.  Su 
permanencia  fue  breve  pero  fecunda;  hizo  la  visita  pastoral,  di¬ 
rigió  una  carta  al  clero  lombardo  e  inauguró  la  universidad  ca¬ 
tólica. 

A  la  muerte  de  Benedicto  XV,  Su  Eminencia  el  cardenal 
Ratti,  presidió  el  funeral  y  pronunció  el  elogio  del  Pontífice. 
Decía  que  «arrastrados  por  el  ardor  de  su  magnificencia,  tocios 
los  pueblos  se  han  vuelto  instintivamente  hacia  Benedicto  XV 
para  establecer  la  paz  en  las  naciones  fatigadas  por  el  dominio  • 


¡pío  ki 


119 


d©  lá  fuerza,  hoy  suspiran  por  valores  más  altos  y  más  nobles, 
y  el  prestigió  de  la  Santa  Sede  es  tan  grande  como  nunca  lo  há 
sido  én  el  curso  de  los  siglos». 

Al  salir  para  Roma,  se  organizó  una  gran  manifestación  al 
sucesor  de  San  Ambrosio;  las  niñas  y  doncellas  de  Milán  fueron 
á  ofrecerle  ratlios  de  flores  y  al  entregárselos  le  dijeron:  «Estas 
flóres  son  tan  blancas  como  la  vestidura  que  ha  de  llevar  Vues¬ 
tra  Eminencia».  El  cardenal  hizo  colocar  aquellas  flores  al  pie 
del  altar,  mientras  una  lágrima  de  consuelo  mojaba  sus  mejillas. 
Vio  por  última  vez  los  nevados  pináculos  de  su  catedral,  se  des¬ 
pidió  de  los  paisajes  lombardos,  y  avanzó  hacia  Roma,  donde  lo 
esperaba  la  culminación  de  su  destino  sobre  la  tierra. 

* 

*  * 

El  pontificado  romano  es  la  muestra  más  clara  de  la  inter¬ 
vención  de  Oios  en  el  gobierno  de  su  Iglesia.  A  través  de  la  his¬ 
toria,  los  sucesores  de  Pedro  aparecen  revestidos  de  singular 
grandeza,  como  no  lo  ha  podido  ostentar  jamas  ninguno  de  los 
prestigios  humanos.  En  todos  los  tiempos  son  ellos  los  ornamen¬ 
tos  de  su  siglo,  nadie  logra  superarlos  en  la  primacía  de  la  valo¬ 
ración  espiritual  entre  los  hombres.  Recogen  todas  las  grande¬ 
zas  de  sus  predecesores,  el  sello  de  una  realeza  inmortal  en  el 
gobierno  de  las  almas,  el  genio  de  la  sabiduría  y  de  las  artes,  son 
padres  en  el  amor  y  en  la  santidad,  e  irradian  sobre  el  universo 
todas  estas  prerrogativas  con  providencial  adaptación  a  las  exi¬ 
gencias  de  su  tiempo,  y  el  arcano  carácter  que  aprestigia  su  fi¬ 
gura  hace  que  todos  lo  aclamen  como  episcopus  animarían  nos - 
trarum. 

Ha  sido  elegido  para  presidir  los  destinos  de  la  Iglesia 
el  cardenal  Aquiles  Ratti,  que  ha  tomado  el  nombre  de  Pío  XI. 
De  mediana  estatura,  frente  despejada  por  la  reflexión  y  el  es¬ 
tudio,  mirada  serena,  acostumbrada  a  extensos  horizontes  y  a 
insondables  profundidades  interiores.  Toda  su  persona  está  llena 
de  dignidad,  de  supremo  equilibrio  espiritual,  de  admirable  po¬ 
der  intelectual  y  moral.  Su  palabra  sencilla  se  adapta  a  todos  los 
auditorios.  Es  un  humanista  cuya  versación  en  los  estudios  his¬ 
tóricos  hace  de  él  uno  de  los  espíritus  más  completos  y  distin¬ 
guidos  de  su  tiempo.  Se  nota  en  su  formación  literaria  el  influjo 
de  Dante  y  de  Manzoni;  sus  citas  acuden  fácilmente  a  sús  la¬ 
bios  como  frases  en  las  cuales  parece  déléitarse,  como  aquel 
versó  que  define  su  talento:  Luce  intellectual  piena  df amére. 
Su  erudición  sorprende  a  los  sabios  y  su  gusto  estético  és  el  en¬ 
canto  de  literatos  y  artistas. 

El  programa  de  su  acción  fue  la  encíclica  Ubi  arcano ,  y  el 
lfetna  dé  «U  pontificado  fue  «la  paz  de  Cristo  eti  el  reino  de  .Cris- 


120 


GUILLERMO  FIGUERA 


to».  La  atención  del  mundo  entero  se  fijó  en  el  bello  lema  esco¬ 
gido,  porque  los  hombres  se  sentían  asqueados  de  la  guerra,  pe¬ 
ro  no  reparó  en  los  medios  de  obtenerla.  La  clarividencia  de 
Pío  XI  denunciaba  otro  mal  más  grave  y  más  extenso  que  aque¬ 
lla  inquietud  de  los  espíritus,  después  de  la  tensión  encarnizada 
de  la  lucha :  era  una  crisis  moral  y  económica  que  exigía  reme¬ 
dios  eficaces  y  prontos.  La  raíz  del  mal  estaba  en  que  Dios  ha¬ 
bía  sido  excluido  de  la  legislación  y  de  los  asuntos  públicos,  que 
Cristo  no  reinaba  en  el  hogar,  la  Iglesia  no  influía  en  la  educa¬ 
ción  de  la  juventud,  ni  el  espíritu  cristiano  informaba  las  orga¬ 
nizaciones  sociales.  El  Padre  Santo,  por  medio  de  la  Acción 
Católica,  quiso  contrarrestar  el  mal  amenazante,  e  introdujo  la 
organización  moderna  en  el  desarrollo  del  apostolado.  Esa  par¬ 
ticipación  de  los  seglares  en  el  apostolado  jerárquico  les  daba  la 
conciencia  de  su  dignidad  y  de  su  deber  de  servir  a  la  Iglesia. 
La  Acción  Católica  vino  a  formar  parte  más  intensa  de  la  vida 
espiritual  y  del  ministerio  pastoral,  abriendo  grandes  horizon¬ 
tes  al  apostolado  cristiano. 

En  la  cuestión  social,  su  angustiosa  crisis  comprometía  la 
civilización  fundada  en  la  religión  y  el  derecho.  La  mala  distri¬ 
bución  de  las  riquezas,  la  dictadura  económica  extremadamen¬ 
te  cruel  e  implacable,  el  injusto  régimen  del  salario,  el  olvido  de 
la  justicia  social  fueron  las  causas  señaladas  por  Pío  XI  para  la 
inquietud  universal.  Pero  descubría  un  motivo  más  profundo,  la 
desmoralización  de  la  sociedad,  entregada  de  nuevo  al  paganismo, 
olvidada  de  la  verdadera  noción  de  los  bienes  de  la  tierra,  que 
son  para  muchos  hombres  el  todo  de  la  existencia.  Hay  afán  de 
procurárselos  por  todos  los  medios  posibles,  en  los  círculos  diri¬ 
gentes  de  la  vida  económica  y  entre  los  obreros  maleados  por 
todas  suertes  de  doctrinas,  se  ha  perdido  el  sentido  moral  de 
los  intereses  superiores,  se  combaten  los  unos  a  los  otros  sin 
piedad  ni  justicia. 

Para  restaurar  la  jerarquía  de  los  valores  humanos,  para  ha¬ 
cer  prevalecer  la  categoría  de  lo  eterno  sobre  la  categoría  de  lo 
temporal,  porque  no  fuimos  hechos  para  la  caducidad  de  lo  vi¬ 
sible,  sino  para  la  perduración  de  los  bienes  espirituales,  es  ne¬ 
cesario  implantar  la  sana  moral  por  medio  de  la  recristianiza¬ 
ción  de  los  hombres. 

Los  documentos  sobre  la  cuestión  social  escritos  por  Pío  XI 
son  definitivos,  como  la  encíclica  Divini  Redemptoris  contra  el 
comunismo,  o  forman  parte  de  la  documentación  oficial  de  los 
grandes  Estados,  como  la  encíclica  Caritate  Christi,  incluida 
íntegramente,  por  unanimidad,  en  las  actas  del  congreso  de  la 
Unión  americana. 

La  actividad  misional  de  Pío  XI  incluye  entre  las  obras 
pontificias  misioneras  la  obra  de  la  propagación  de  la  fe,  que 


PIO  XI 


121 


tiene  por  resultado,  bajo  la  dirección  de  la  Sagrada  Congrega¬ 
ción  De  Propaganda  Fide,  el  que  se  puedan  distribuir  conside¬ 
rables  auxilios  a  las  misiones  católicas.  La  exposición  vaticana 
de  misiones  fue  la  expresión  de  la  amplitud  misionera  de  la 
Iglesia,  y  se  perpetúa  en  el  museo  lateranense  de  misiones,  co¬ 
mo  prueba  de  lo  que  el  Evangelio  ha  hecho  por  la  civilización 
del  mundo.  La  encíclica  Rerum  Ecclesiae  fija  el  pensamiento 
misionero  de  Pío  XI:  realizar  de  hecho  la  catolicidad,  su  misión 
no  reconoce  más  límites  que  los  del  universo,  y  quisiera  consa¬ 
grar  lo  restante  de  su  vida  a  la  salvación  de  las  almas  que  to¬ 
davía  esperan  en  las  tinieblas  de  la  muerte.  A  la  universalidad 
del  fin  debe  corresponder  la  universalidad  del  esfuerzo,  hasta 
completar  el  rebaño  de  Cristo.  La  Iglesia  debe  extenderse  en 
todo  el  mundo,  porque  solo  ella  ofrece  a  los  hombres  el  medio 
único  de  salvación.  El  desenvolvimiento  oficial  de  las  misiones 
hizo  que  se  multiplicaran  los  obreros  evangélicos  y  más  de  tres 
millones  de  infieles  se  convirtieran  a  Jesucristo  durante  su  pon¬ 
tificado. 

La  Iglesia  romana  no  se  ha  consolado  jamás  de  la  separa¬ 
ción  del  Oriente  cristiano,  cuya  unión  con  la  Santa  Sede  fue 
anhelo  perenne  del  pontificado  de  Pío  Xí.  La  aspiración  secu¬ 
lar  de  los  predecesores  era  un  incesante  recuerdo  del  mandato 
divino:  Sint  unutn .  Invitó  a  los  disidentes  a  deponer  sus  prejui¬ 
cios  para  estudiar  la  unidad  y  la  universalidad  de  la  Iglesia,  y 
exhortó  a  los  latinos  al  estudio  y  comprensión  de  las  cosas  orien¬ 
tales.  De  allí  salió  la  gran  iniciativa  del  Instituto  pontificio  orien- 
.tal,  con  sus  cursos  de  teología  comparada,  historia,  patrología, 
liturgia,  y  derecho  del  Oriente.  Su  gran  publicación  Orientalia 
C hristiana  es  el  órgano  de!  gran  movimiento  conciliador,  del  que 
también  forma  parte  el  seminario  ruso  de  Santa  Teresa  del  Ni¬ 
ño  Jesús.  Al  recoger  los  primeros  frutos  del  Oriente,  cuyas  na¬ 
ciones  vieron  primero  la  luz  del  Evangelio,  por  donde  se  exten¬ 
dió  hacia  Occidente  la  teofanía  redentora,  pudo  decir  en  un  sen¬ 
tido  más  elevado  aquel  verso  de  Virgilio1  Nos  primus  Oriens 
equis  afflavit  anhelis.  En  las  grandes  iniciativas  de  Pío  XI  mu¬ 
chos  han  querido  ver  la  próxima  realización  integral  del  fiet 
unum  ovile  et  unus  Pastor. 

Desde  el  principio  de  su  pontificado  se  mostró  el  Padre  San¬ 
to  decidido  a  emprender  el  arreglo  de  la  cuestión  romana  que 
tenía  reducido  a  voluntario  cautiverio  al  Vicario  de  Cristo.  El 
pacto  y  concordato  de  Letrán,  decía  Pío  XI,  están  encaminados 
a  reconocer,  en  cuanto  humanamente  es  posible,  y  a  asegurar  a 
la  Santa  Sede  una  verdadera,  propia  y  real  soberanía  temporal 
(ya  que  en  el  mundo,  al  menos  hasta  el  presente,  no  se  reconoce 
más  forma  verdadera  y  propia  de  soberanía  que  la  territorial), 
y  siendo  evidente  que  la  soberanía  es  necesaria  y  debida  a  quien, 


122 


GUILLERMO  FIGUERA 


según  el  divino  mandato  y  la  representación  de  que  está  reves¬ 
tido»  no  puede  ser  súbdito  de  ningún  soberano  de  la  tierra,  fil 
concordato,  según  el  mismo  Padre  Santo,  tiene  poi*  objeto  regu¬ 
lar  las  condiciones  religiosas  de  la  nación  italiana,  por  tanto 
tiempo  perturbadas.  La  rectitud  del  Pontífice  afirma  la  necesi¬ 
dad  de  la  soberanía  temporal,  aun  a  base  de  territorio  míni¬ 
mo,  no  por  interés  personal  suyo  o  ventaja  de  sus  sucesores, 
sino  como  elemento  de  orden  necesario  para  el  mundo  creyerite. 

Todas  las  naciones  se  regocijaron  por  este  acto  de  recon¬ 
ciliación  y,  como  lo  expresó  el  decano  del  cuerpo  diplomático 
acreditado  ante  la  Santa  Sede,  consideran  que  el  mínimo  terri¬ 
torio  con  que  la  santidad  de  Pío  XI  quiso  contentarse,  por  ún 
acto  de  exquisita  generosidad  y  de  suprema  sabiduría,  tiene  el 
carácter  de  independencia  real  y  civil,  debido  a  la  majestad  su¬ 
prema  de  la  Santa  Sede,  consagrada  por  los  siglos  como  hógár 
común  de  todos  los  católicos,  como  casa  del  Padre  universal, 
cuya  solicitud  se  extiende  más  allá  de  todas  las  fronteras,  en  la 
verdadera  ciudad  de  las  almas,  faro,  asilo,  centro  de  atracciones 
para  tantos  millones  de  almas. 

Su  pontificado  ha  sido  el  más  fecundo  en  realizaciones  córi- 
cordatarias  de  que  nos  hable  la  historia.  La  acción  diplomáti¬ 
ca  de  la  Santa  Sede  trata  de  introducir  el  espíritu  cristianó  en 
la  legislación  de  los  pueblos,  para  que  la  Iglesia  sea  reconocida 
como  una  soberanía  espiritual,  como  sociedad  perfecta  y  supra- 
nacional,  superior  por  la  excelencia  de  su  origen,  de  sus  medios 
y  de  su  destino  a  todos  los  poderes  de  la  tierra. 

Este  soberano,  de  exiguo  poder  temporal,  pero  de  irresis¬ 
tible  poder  moral,  ha  sido  el  defensor  del  humano  linaje  contra 
la  impiedad  y  la  injusticia,  se  ha  levantado  en  defensa  de  la  díg- 
nida  de  los  hombres  contra  los  absolutismos  del  poder,  su  voz 
ha  adquirido  sobrenatural  resonancia  ante  los  poderosos  dé  la 
tierra  al  combatir  sistemas  y  doctrinas  contrarios  al  Evangelio; 
ha  demandado  la  implantación  de  la  paz  ante  la  Sociedad  dé  íás 
Naciones.  Veló  por  los  pueblos  oprimidos,  se  compadeció  de  la 
dura  suerte  de  los  hijos  de  Israel,  censuró  la  lucha  de  clases  y 
de  razas  contra  la  fraternidad  universal  que  tiené  por  funda¬ 
mento  la  paternidad  de  Dios  sobre  los  hombres,  reclamó  para 
la  Iglesia  la  salvaguardia  del  derecho,  de  la  justicia  y  del  ¿mor 
contra  el  odio,  la  inhumanidad  y  la  violencia.  La  Iglesia  de  Cris¬ 
to  sigue  presidiendo  la  caridad  universal,  y,  según  la  última  alo¬ 
cución  de  Pío  XI,  «lo  que  no  es  humano,  rio  es  cristiano». 

Su  mayor  aspiración,  el  punto  convergenté  de  todas  süs  ac¬ 
tividades,  fue  edificar  la  santidad  del  cuerpo  místico  de  Cristo. 
La  santidad  del  matrimonio,  la  educación  cristiana  dé  lá  juventud, 
la  excelencia  del  sacerdocio  católico,  fueron  cónsidéradós  por  él 
eri  documentos  inmortales.  Recomendó  la  práctica  de  los  éjér- 


PIO  XI 


123 


ciclos  espirituales  entre  los  fieles;  a  semejanza  de  San  Garlos 
Bou  romeo,  vivía  el  espíritu  de  ese  libro  admirable,  compuesto 
poi  San  Ignacio  de  Loyola,  que  debe  a  su  pluma  de  historiador 
un  elogioso  comentario,  como  a  su  autoridad  pontificia  una  apro¬ 
bación  elocuente.  Por  medio  de  canonizaciones  frecuentes,  pro¬ 
puso  a  los  fieles  nuevos  modelos  de  perfección  y  nuevos  inter¬ 
cesores  ante  Dios.  Con  la  celebración  de  los  años  jubilares  abrió 
los  torrentes  de  la  gracia  para  resanar  y  enriquecer  las  ansie¬ 
dades  sobrenaturales  de  las  almas.  Puso  al  pueblo  cristiano  bajo 
la  protección  del  Corazón  de  Cristo,  eterno  Sacerdote,  Rey  in¬ 
mortal  de  los  siglos. 

Es  ingente  tarea  hacer  la  compendiosa  descripción  de  las 
múltiples  obras  que  llenan  el  pontificado  de  Pío  XI,  pero  confío 
en  que  vuestro  conocimiento  y  vuestro  afecto  les  dará  las  debidas 
pi  oporciones,  abarcara  sus  causas,  ponderará  su  consecuencias, 
para  que  la  figura  ideal  del  Pontífice  surja  completa  a  vuestra 
contemplación  y  consideréis  hasta  dónde  se  extiende  la  desola¬ 
ción  de  nuestra  Santa  Madre  la  Iglesia  y  la  orfandad  de  las  al¬ 
mas  por  la  pérdida  que  hemos  hecho. 

No  puedo  prescindir  de  las  singulares  muestras  de  paternal 
predilección  que  le  debe  la  Compañía  de  Jesús:  bajo  su  direc¬ 
ción  está  la  Universidad  Gregoriana,  el  Instituto  Bíblico,  el  Ins¬ 
tituto  Oriental ;  el  breve  P aterna  caritas  aprobó  de  nuevo  sus 
constituciones ;  a  el  debe  también  el  titulo  de  «pontificia»  nuestra 
cara  Universidad  Javeriana;  varios  de  sus  hijos  fueron  elevados 
por  él  al  honor  de  los  altares ;  Pedro  Canisio,  el  apóstol  de  Alema¬ 
nia,  y  e!  cardenal  Roberto  Belarmino,  defensor  de  los  derechos  de 
la  Santa  Sede,  fueron  declarados  por  él  doctores  de  la  Iglesia. 

Tanta  santidad,  tanta  grandeza,  esa  vida  excelente  que  atraía 
las  complacencias  de  Dios  y  las  admiraciones  de  los  hombres,  ha 
desaparecido  para  siempre,  y  por  el  mundo  de  las  almas  se  ex¬ 
tiende  un  entristecido  sentimiento  de  duelo  que  solo  puede  con¬ 
solar  en  la  presencia  de  Dios,  adorando,  sin  intentar  compren¬ 
derlos,  los  arcanos  pero  amorosos  designios  del  Señor.  Su  vida 
estuvo  llena  de  ascensiones  inmortales,  sobre  las  cimas  del  or¬ 
be  se  le  reveló  la  inmensidad  de  Dios,  en  el  estudio  profundo  al¬ 
canzó  la  sabiduría  infinita,  en  la  cumbre  del  pontificado  sintió 
la  perennidad  de  la  Iglesia,  a  cuyas  faldas,  como  cantó  Dante  de 
las  cumbres  alpinas,  rugen  las  tempestades  sin  conmover  la  cres¬ 
ta  serena  de  las  nieves  invioladas.  Y  en  la  inmortalidad  bienaven¬ 
turada  goza  del  misterio  inefable  de  la  luz  inaccesible  donde  habita 
el  Santo  de  los  Santos. 

Il  Padre  si  bea  nella  visione  del  Santo 


Comentarios 


Aspectos  del  problema  social  colombiano 

I— los  trabajadores  de  las  minas  de  carbón 

Arriba  el  cielo  diáfano  de  enero.  Colinas  verdeantes  en  tor¬ 
no,  coronadas  de  eucaliptos;  los  graciosos  alrededores  de  la  po¬ 
blación  de  X. 

De  trecho  en  trecho  volcanes  de  tierra  grisosa  hacen  esca¬ 
lones  en  la  línea  ascendente.  Señalan  las  bocas  de  mina,  abando¬ 
nadas  unas,  otras  todavía  en  explotación. 

Un  hueco  cuadrado  que  penetra  perpendicularmente  en  la 
tierra,  sostenido  con  algunos  maderos,  es  la  entrada  a  la  mina, 
o  «lumbrera»  en  el  lenguaje  de  los  mineros.  En  el  exterior  un 
gran  marco  de  madera  sostiene  un  tambor  vertical  en  el  que  se 
arrolla  la  cuerda  que  ha  de  subir  o  bajar  del  fondo  de  la  mina 
a  la  superficie  materiales  y  hombres. 

Lo  acciona  un  mal  caballejo  que  gira  como  en  los  viejos  tra¬ 
piches  azuzado  por  una  mujer  miserablemente  trajeada.  - 

Es  la  hora  de  comenzar  el  trabajo.  Unos  veinte  obreros 
pobremente  vestidos,  arremangan  los  pantalones  y  se  despojan 
de  los  sacos,  se  proveen  de  cabos  de  vela  y  esperan  sombríos 
el  turno.  Uno  a  uno  se  van  arrollando  la  cuerda  húmeda  en  tor¬ 
no  a  la  cintura,  y  en  caída  libre  desaparecen  por  el  orificio,  • 
mientras  el  tambor  se  desenrolla  gimiendo  hasta  que  la  mujer 
lo  frena  en  el  momento  preciso;  gira  el  caballo  en  sentido  con¬ 
trario,  y  de  nuevo  comienza  la  operación. 

Parece  que  la  tierra  los  devorara.  Al  poco  tiempo  un  silbi¬ 
do  ael  fondo ;  trota  el  caballo  y  aparece  un  costal  chorreando 
barro  por  todas  partes.  Por  una  de  las  bocas  sale  el  material 
inútil,  y  por  la  otra  los  sacos  de  carbón  húmedo. 

¿Por  qué  no  intentar  el  descenso  para  ver  cómo  trabajan 
aquellos  hombres  en  las  entrañas  de  la  tierra?  La  caída  libre, 
frenada  solamente  por  el  girar  del  torno,  es  muy  rápida,  pero 
a  los  veinte  o  treinta  metros  la  velocidad  no  es  todavía  excesi¬ 
va;  una  vez  en  el  fondo  ¿cómo  avanzar?  La  galería  tiene  tan 
solo  60  centímetros;  las  vetas  de  carbón  son  allí  muy  pobres. 

Lo  que  se  ve  o  se  adivina  por  aquellos  socavones  tan  ba¬ 
jos,  deja  atrás  a  las  descripciones  más  aterradoras  de  lo  que 
ocurría  en  Inglaterra  en  el  siglo  pasado.  Hombres  acostados  en 
el  barro,  apenas  alumbrados  por  cabos  de  vela,  arrancan  peno- 


ASPECTOS  DEL  PROBLEMA  SOCIAL  COLOMBIANO 


125 


sámente  el  carbón,  mientras  otros  lo  arrastran,  arrastrándose 
ellos,  hasta  la  lumbrera.  El  barro  húmedo  que  dificulta  el  tra¬ 
bajo,  lo  echan  fuera  por  la  otra  boca,  en  costales  que  devuelven 
en  el  camino  toda  la  humedad . .  . 

Y  allí  pasan  aquellos  hombres  ocho  horas  diarias,  sin  salir 
para  comer,  dejando  a  pedazos  la  vida  para  ganarse  a  lo  más 
un  peso  al  día.  I  res  centavos  por  cada  saco  de  carbón  que 
arrancan  a  ¡a  tierra...  Los  trabajadores  de  superficie  ganan 
solamente  treinta  centavos  al  día. 

El  capataz  nos  dice  que  muchos  de  ellos  mueren  tubercu¬ 
losos,  y  nada  tiene  de  extraño.  La  falta  de  ventilación  y  la  hu¬ 
medad  acaban  con  la  salud  más  robusta. 

Menos  mal  que  el  carbón  terciario  es  compasivo,  y  no  des¬ 
pide  el  terrible  gas  grisú  que  al  contacto  de  la  llama  podría  pro¬ 
ducir  terribles  desgracias.  Estas  se  registran  a  veces  por  hundi¬ 
miento  de  los  socavones. 

* 

*  * 

Alrededores  de  Lieja.  En  la  monótona  llanura  se  elevan  gran¬ 
des  piras  de  los  materiales  arrancados  a  los  socavones. 

Grandes  grúas  y  torres  metálicas  señalan  las  bocas  de  las 
minas  de  carbón.  Un  ascensor  eléctrico  nos  pone  a  gran  veloci¬ 
dad  a  700  metros  de  profundidad.  Por  una  cómoda  galería  va¬ 
mos  encontrando,  al  avanzar,  las  vagonetas  que  llevan  el  mate¬ 
rial  al  ascensor.  A  ella  confluyen  los  socavones  en  explotación. 
La  veta  tiene  un  metro  con  veinte  centímetros;  el  trabajador 
dispone  de  taladros  de  aire  comprimido,  y  a  medida  que  va 
arrancando  el  carbón,  otro  trabajador  lo  arroja  en  un  canal  me¬ 
tálico  que  con  un  movimiento  de  vaivén  lo  va  haciendo  deslizar¬ 
se  a  las  vagonetas. 

Apesar  de  la  profundidad,  se  siente  una  corriente  de  aire, 
producida  por  los  ventiladores.  La  luz  eléctrica  o  ía  lámpara 
Davy  iluminan  ios  socavones.  Trabajo  duro,  sin  duda  alguna; 
pero  convenientemente  remunerado.  Al  salir  de  sus  ocho  horas 
de  trabajo,  el  obrero  deja  las  ropas  de  trabajo  y  la  suciedad  en 
los  baños,  y  va  a  pasar  un  rato  con  su  familia  en  la  casita  lim¬ 
pia  y  acogedora. 

Una  cuidadosa  legislación,  llevada  a  efecto  íntegramente, 
y  la  organización  sindical,  lo  protegen  contra  los  accidentes  de 
trabajo,  los  riesgos  de  enfermedad,  y  miran  porque  en  la  mina 
no  se  arruine  su  salud. 


126 


VIGENTE  ANDRADE. 


El  contraste  es  irritante . . .  Pero  no  es  posible  hacer  esas 
costosas  instalaciones  y  exigir  el  cumplimiento  de  todas  esas  con¬ 
diciones  sino  cuando  el  rendimiento  es  muy  grande . .  . 

En  las  bocas  de  las  minas  de  carbón  explotadas  en  X,  el 
carbón  se  trasporta  a  la  estación  próxima  a  lomo  de  muía,  y 
llega  al  día,  tal  vez,  a  una  tonelada;  En  Lie  ja  están  los  carros  de 
ferrocarril  llenándose  unos  tras  otros,  para  llevar  el  carbón  por 
miles  de  toneladas  a  la  gran  industria. 

La  comparación  habría  que  establecerla  con  las  explotacio¬ 
nes  más  en  grande,  vecinas  al  Salto. 

¿Habrá  que  prohibir  entonces  la  explotación  en  pequeño? 
O  lo  que  es  equivalente  ¿exigirle  las  condiciones  de  higiene  y 
seguridad  que  no  puede  soportar  por  su  escaso  rendimiento? 

Y  entonces  se  acaba  esa  fuente  de  ingresos  para  los  traba¬ 
jadores  de  la  región,  y  tendrán  que  emigrar  o  morirse  de  ham¬ 
bre...  Y  no  se  sabe  qué  será  mejor,  si  morirse  de  hambre  o 
morirse  de  tisis . . . 


*  * 

Hay  una  conclusión  evidente:  el  problema  social  en  Colom¬ 
bia  existe;  es  muy  complicado,  y  no  se  puede  resolver  con  las 
recetas  que  sirven  para  resolverlo  en  Europa. 

La  conclusión  de  los  comunistas  es  absurda:  hay  injus¬ 
ticias  sociales,  luego  hay  que  destruir  el  régimen  social  existen¬ 
te.  La  injusticia  no  se  corrige  con  la  injusticia  ni  con  la  violen¬ 
cia. 

Hay  otra  conclusión  de  la  indolencia:  es  imposible  resol¬ 
verlo:  crucémonos  de  brazos,  y  dejemos  que  triunfe  la  injus¬ 
ticia  y  que  nuestro  pueblo  arrastre  su  implacable  destino. 

La  conclusión  de  todo  católico,  de  todo  hombre  dotado  de 
sensibilidad  social  y  que  está  persuadido  de  la  existencia  de 
un  orden  ético  que  impone  sus  exigencias,  es  que  hay  que  traba¬ 
jar  sin  descanso  para  que  la  justicia  y  la  caridad  corrijan  las  de¬ 
ficiencias  y  abusos  del  orden  social  existente.  La  resignación  solo 
se  predica  ante  los  males  irremediables, 

Y  puesto  que  ese  orden  está  condicionado  por  las  exigen¬ 
cias  del  orden  económico,  hace  falla  un  profundo  estudio  para 
influir  en  su  mecanismo  y  adaptarlo  a  las  normas  eternas  de  la 
moral  cristiana. 


Vicente  Andrade  S.  J. 


COMENTARIOS 


127 


Enrique  F  i  n  k  e 

En  el  pasado  diciembre  de  1938  murió  en  Alemania  un 
gran  sabio  católico,  cuyo  nombre  no  es  desconocido  para  nues¬ 
tros  lectores  y  cuya  vida  y  obras  merecen  ciertamente  que  íes 
dediquemos  algunas  líneas:  Enrique  Finke. 

Si  nos  ocupamos  de  este  ilustre  historiador,  muerto  a  la  res¬ 
petable  edad  de  83  años,  es  por  su  importancia  mundial  y  por 
las  estrechas  relaciones  que  tuvo  con  el  mundo  hispánico.  Finke 
no  se  limitó  en  sus  investigaciones  científicas  a  ilustrar  ía  histo¬ 
ria  de  su  país,  sino  que  abarcó  un  campo  muchísimo  más  vasto, 
en  parte  de  interés  universal,  en  parte,  y  principalmente,  de 
interés  para  la  cultura  hispánica. 

De  las  numerosas  obras  científicas  que  dio  a  luz  durante 
su  larga  y  laboriosa  vida  no  podríamos  aquí  nombrar  siquiera 
ni  ¡as  más  importantes.  Pero  no  queremos  pasar  por  alto  los 
cuatro  voluminosos  tomos  de  sus  Acta  Goncilii  Constanciensis, 
con  gran  acopio  de  fuentes  documentales,  y  ía  serie  de  trabajos 
complementarios  sobre  los  tiempos  del  citado  Concilio  de  Cons¬ 
tanza. 

Con  estas  investigaciones  históricas,  principalmente  ecle¬ 
siásticas,  aportó  el  fallecido  profesor  nuevos  y  abundantes  ma¬ 
teriales  a  la  historia  de  una  época  hasta  entonces  poco  conocida 
y  frecuentemente  mal  comprendida.  Estos  estudios  que  por  sí 
solos  justificarían  ya  suficientemente  el  que  aquí  le  dedicáremos 
una  mención  honorífica,  le  llevaron  como  de  la  mano  a  la  inves¬ 
tigación  sobre  la  historia  de  España,  en  la  cual  debía  adquirir 
la  mayor  gloria  y  merecer  que  su  nombre  viva  perdurablemente 
en  todos  los  países  de  lengua  española. 

Fue  Finke  quien  primero  estudió  y  publicó  importantísima 
documentación  hasta  entonces  del  todo  inédita  del  Archivo  de 
la  Corona  de  Aragón.  En  dicho  archivo  había  ingente  material 
de  interés  decisivo  para  la  historia  de  España  y  de  toda  Europa. 
Finke  dejó  a  los  sabios  españoles  el  estudio  del  que  interesaba 
únicamente  a  ía  historia  de  la  Península,  y  se  ciñó  a  dar  a  cono¬ 
cer  el  de  mayor  trascendencia  para  la  del  conjunto  de  los  pue¬ 
blos  europeos.  Su  ya  famosa  obra  en  tres  tomos,  Acta  Arago- 
nensia ,  con  varios  aditamentos  posteriores,  merece  en  este  as¬ 
pecto  el  primer  lugar. 

No  es  posible  extendernos,  como  sería  del  caso,  sobre  la 
significación  relevante  de  estos  volúmenes,  ni  señalar  los  nume¬ 
rosos  estudios  especiales  que  sobre  ellos  escribiera  Finke.  Bas¬ 
tará  decir  que  quien  quiera  ocuparse  científicamente  de  ía  his¬ 
toria  de  los  últimos  siglos  medievales  no  podrá  excusarse  de 
consultarla. 


128 


REVISTA  JAVERIANA 


Para  valorar  debidamente  la  obra  llevada  a  cabo  por  Finke 
no  basta  con  mencionar  sus  escritos.  No  hay  que  olvidar  lo  mu¬ 
cho  que  se  le  debe  como  inspirador,  promotor  y  director  de 
investigaciones  científicas.  El  considerable  número  de  doctores 
promovidos  bajo  su  tutela  (más  de  200)  daría  ya  testimonio  de 
ello;  pero  a  esto  hay  que  añadir  que  desde  1927  era  el  Presi¬ 
dente  de  la  Górresgesellschaft,  la  sociedad  más  representativa 
de  sabios  católicos  de  lengua  alemana  para  el  cultivo  de  las 
ciencias,  la  cual  entre  otras  valiosas  publicaciones  (p.  e.  el  Con- 
cilium  Tridentinum ),  publica  una  interesante  serie  de  investi¬ 
gaciones  hispánicas  (Spanische  Forschungen).  A  él  se  debe  el 
que  a  la  Universidad  de  Friburgo  de  Brisgovia  pasara  e!  centro 
alemán  de  los  estudios  históricos  hispánicos,  en  el  cual  bajo  la 
égida  del  venerable  maestro  se  formaron  en  los  métodos  cien¬ 
tíficos  también  algunos  historiadores  españoles  que  se  honran 
en  llamarse  sus  discípulos. 

ü!  meritisimo  profesor  fue  objeto  de  no  pocas  distinciones 
honoríficas  dentro  y  fuera  de  su  país  de  parte  de  las  grandes 
instituciones  culturales.  No  solo  fue  nombrado  miembro  de  las 
principales  academias  de  Alemania  y  España,  sino  que  además 
se  le  confirió  el  titulo  de  Doctor  honoris  causu  de  las  Universi- 
dades.de  Friburgo  de  Brisgovia,  Breslau,  Milán,  Salamanca,  Va- 
lladoíid  y  Barcelona,  y  el  de  profesor  honorario  de  la  de  Za¬ 
ragoza. 

También  el  Estado  alemán  le  honró  con  motivo  de  sus  80 

anos  con  el  Adl(?t*schild,  la  mas  alta  condecoración  del  Imperio 
alemán. 

En  sus  correrías  por  los  archivos  de  Italia,  Enrique  Finke 
trabó  amistad  con  el  fallecido  Sumo  Pontífice,  Pío  XI,  enton¬ 
ces  bibliotecario  de  la  Ambrosiana  de  Milán.  Amistad  que  con¬ 
tinuó  en  los  años  sucesivos  de  manera  que  aun  en  el  último 
año  de  1938  el  ilustre^  profesor  pasó  en  el  palacio  papal  de  Cas- 
telgandolfo  en  compañía  del  Papa  el  día  de  cumpleaños  de  este. 
Ya  antes  reconoció  el  Pontífice  a  los  grandes  servicios  hechos 

a  la  Iglesia  con  su  actividad  científica  le  otorgó  una  altísima 
condecoración. 

No  sería  fácil  dar  con  otro  profesor  no  español  que  haya 
recibido  tales  honores  en  España  y  que  gozara  de  tanta  consi¬ 
deración  entre  los  sabios  de  esta  nación.  Pero  hay  que  confesar 
que  tampoco  sería  fácil  encontrar  otro  sabio  que  como  Enrique 
Finke  fuera  merecedor  de  tales  distinciones. 

Dr.  Rudoif  Timmermans. 

Friburgo  de  Brisgovia,  24  de  enero  de  1939. 


Revista  de  libros 


AMERICA 

ACADEMIA  SALVADOREÑA  DE  HISTORIA — San  Salvador  y  sus  hombres. 

En  4°  428  págs. — Imprenta  Nacional,  San  Salvador.  1938. 

Halaga  a  nuestro  pensamiento  este  florecer  de  la  literatura  biográfica  en 
los  países  hispano-americanos.  Tanto  nos  hemos  preocupado  de  cantar  a  la  na* 
turaleza,  por  su  magnificencia  y  su  robustez,  que  hemos  olvidado  el  valor  hu¬ 
mano  y  apenas  concedemos  breve  espacio  a  considerar  lo  que  significa  en  Amé¬ 
rica  el  esfuerzo  del  hombre. 

Junto  con  ese  pensamiento,  nos  sugiere  otro  la  lectura  del  libro  comentado: 
la  perspectiva  histórica  nos  hace  apreciar  en  su  colosal  esfuerzo  a  los  conquis¬ 
tadores  españoles  que  colonizaron  las  tierras  americanas;  pues  no  menor  esfuer¬ 
zo  han  demostrado  en  la  extensión  de  los  tiempos  las  modestas  naciones  nacidas 
al  soplo  de  un  ideal  admirable,  concebido  y  desarrollado  por  hombres  de  recia 
voluntad,  de  magno  aliento  y  de  persistente  valentía. 

Organizar  a  los  pueblos  hispano-americanos  ha  sido,  por  más  de  un  siglo, 
empresa  formidable,  propia  solo  de  espíritus  vigorosos.  El  caudillo  voluntarioso 
y  enérgico  fue  necesario,  por  desgracia,  para  dar  una  estructura  a  los  grupos  so¬ 
ciales  empeñados  en  regirse  por  sí  mismos  y  en  señalarse  como  nación  libre. 
Dentro  de  ese  vasto  escenario  resulta  indispensable  exaltar  al  político,  al  gue¬ 
rrero,  al  eclesiástico,  al  simple  ciudadano,  al  obrero  que  alza  el  muro,  y  al 
campesino  que  riega  los  sembrados. 

Pasan  por  este  libro  Manuel  José  Arce,  Fray  Diego  José  Fuentes,  Mariano 
Saravia,  el  licenciado  Joaquín  Durán  y  Aguilar,  Luis  Fernández,  Ramón  Helio- 
so,  y  muchos  oíros.  Todos  ellos  sirvieron  a  su  patria  y  prepararon  su  porve¬ 
nir  glorioso. 

Manuel  José  Forero 

Archivo  del  general  Miranda  (Tomo  xv:  Negociaciones,  1770-1810) — En  4®  458 

págs. — Tipografía  Americana,  Caracas.  1938. 

Es  este,  sin  duda,  uno  de  los  más  interesantes  volúmenes  de  esta  importante 
publicación.  Son  los  documentos  correspondientes  al  período  más  trascendental  de 
la  vida  de  Miranda,  a  aquel  en  que  acelera  todos  los  potentes  motores  de  su  volun¬ 
tad  para  alcanzar  la  meta  de  la  libertad  americana.  Son  sus  negociaciones  en  Ingla¬ 
terra,  Francia  y  los  Estados  Unidos  en  pro  de  su  patria. 

Para  los  colombianos  tiene  además  este  volumen  un  interés  excepcional. 
Fuera  de  la  serie  de  documentos  sobre  la  revolución  de  los  comuneros,  encon¬ 
tramos  en  los  papeles  de  Miranda  nombres  queridos  para  nosotros.  Allí  figuran 
D.  Palacio  Ortiz  «hombre  de  jerarquía,  talento  y  juicio»  que  no  es  otro  que 
nuestro  Precursor  Nariño,  y  Pedro  de  Oribe,  quien  suscribe  con  su  verdadero 
nombre  de  Pedro  Fermín  de  Vargas  una  interesante  representación  al  gobierno 
británico. 

/.  M.  Pacheco  S.  J , 

CELSO,  AFFONSO — El  Emperador  D.  Pedro  II  y  el  Instituto  Histórico — En 
281  págs. — Imprenta  Mercatali,  Buenos  Aires.  1938. 

En  la  biblioteca  de  autores  brasileños  traducidos  al  castellano,  que  tan  noble 
servicio  presta  a  los  hombres  de  letras  de  América,  figura  en  su  tomo  5?,  la 
obra  en  que  D.  Affonso  Celso  ha  demostrado  cuán  vigorosamente  fue  nutrido 
el  Instituto  Histórico  de  Rio  de  Janeiro,  por  el  monarca  en  cuyas  manos  reposó 
durante  largo  espacio  el  destino  de  la  nación  brasilera.  Doble  emoción  existe  en 
este  libro:  la  primera  palpita  al  recordar  lo  que  fue  la  personalidad  del  empera¬ 
dor,  abnegado,  comprensivo,  afanado  tan  solo  por  dar  al  país  una  organización  y 


130 


REVISTA  JAVERIANA 


una  cultura;  la  segunda  al  evocar  los  orígenes  del  instituto  cuyas  tareas  le  han 
llevado,  por  unánime  reconocimiento,  a  la  cima  de  los  estudios  históricos  en  el 
continente. 

La  conmemoración  centenaria  del  ilustre  cenáculo  toma  un  aspecto  más  her¬ 
moso  aún,  al  considerar  que  no  fue  olvidado  en  ella  el  nombre  de  quien  la  hon¬ 
ró  con  sus  consejos  constantes,  con  su  presencia,  con  su  ayuda  y  con  su  desinte¬ 
rés  patriótico.  El  Instituto  Histórico  de  Rio  de  Janeiro  ha  prestado  a  la  cultura 
sur-americana  un  contingente  de  primer  orden;  nosotros  así  lo  reconocemos,  al 
tributar  un  homenaje  a  su  inmensa  faena,  y  al  destacar  en  estas  páginas  el  nom¬ 
bre  de  la  publicación  reciente,  que  nos  presenta  reunidos  al  emperador  nobilí¬ 
simo,  a  su  historiador  gallardo,  y  al  mentor  de  esta  publicación,  doctor  Ricar¬ 
do  Levene. 

Manuel  José  Forero 

*» 

GARCÍA  CHUECOS,  HECTOR  Estudios  de  historia  colonial  venezolana.  T.  2®. 

En  49  312  págs. — Tipografía  Americana,  Caracas.  1938. 

Eminente  servicio  patriótico  ha  prestado  el  distinguido  historiógrafo  vene¬ 
zolano  don  Héctor  García  Chuecos,  con  la  publicación  de  la  obra  en  dos  volú¬ 
menes,  intitulada  Estudios  de  historia  colonial.  En  cada  uno  de  ellos  hay  in¬ 
formaciones  tan  interesantes  y  tan  completos  detalles  acerca  de  diversos  aspec¬ 
tos  del  coloniaje,  que  no  solo  será  obra  de  consulta  para  los  hijos  de  la  glorio¬ 
sa  cuna  del  Libertador,  sino  para  todos  los  que  se  interesen  por  el  aspecto  his¬ 
tórico,  jurídico  y  administrativo  del  suelo  hispano-americano. 

Dispone  el  señor  García  de  abundancia  de  documentos  relativos  a  la  época 
estudiada  por  él;  así  puede  comprenderse  cómo  ha  podido  realizar  una  investi¬ 
gación  amena,  en  la  cual  no  suelen  repetirse  los  temas  ni  las  desquisiciones; 
cuando  es  evidente  que  los  tratadistas  de  estas  materias  suelen  resultar  monó¬ 
tonos,  debido  a  la  monotonía  misma  de  los  anales  que  consultan,  a  la  repetición 
de  las  circunstancias  y  escenario  de  los  tiempos  mismos  analizados. 

El  envío  que  el  autor  ha  hecho  de  este  libro  a  la  Revista  Javeriana  lo  agra¬ 
decen  vivamente  cuantos  se  interesan,  como  nosotros,  por  esta  publicación  de 
alta  cultura;  personalmente  damos  las  gracias  al  docto  escritor  y  fino  amigo  por 
el  obsequio  con  que  se  ha  dignado  honrarnos.  Numerosos  capítulos  de  esta  obra 

recomiendan,  al  propio  tiempo,  la  solidez  del  criterio  y  la  blandura  de  la  na¬ 
rración. 

Manuel  José  Forero 


J.  L.  R.  Historia  de  la  república  del  Ecuador  (T.  3?:  1876-1900)— En  8?  552 
págs.— Imprenta  del  Clero,  Quito.  1938. 

Las  generosas  manos  del  R.  P.  José  María  Le  Gouhir  S.  J.  han  remitido 
a  la  Revista  Javeriana  el  libro  a  que  nos  referimos,  en  el  cual  su  propia  pluma 
ha  trazado  el  cuadro  de  los  diversos  y  graves  acontecimientos  registrados  por  la 
historia  del  Ecuador  en  el  lapso  de  1876  a  1900. 


n  ®es^lan ‘  P°r  Ias  Paginas  del  libro  las  figuras  del  general  Ignacio  Veintemi- 
11a,  de  D.  José  María  Plácido  Caamaño,  del  ministro  Carbo,  del  general  Eloy 
Alfaro,  y  de  tantos  otros  hombres  públicos  ecuatorianos,  vinculados  a  una  de  las 
épocas  mas  difíciles  de  la  vida  nacional.  Mas  no  hemos  escrito  «difíciles»  porque 
pretendamos  justificar  con  ello  las  actuaciones  discutibles  de  muchos  de  ellos, 
sino  porque  estimamos  que  en  la  historia  universal  las  mayores  zozobras  en  la 
vida  de  los  pueblos  y  los  azares  más  profundos  se  han  debido  a  quienes  preten- 
dieron  acabar  de  una  plumada  con  los  fundamentos  ideológicos  o  morales  de  los 
ciudadanos,  con  olvido  o  menosprecio  de  sus  vinculaciones  tradicionales,  que 
son  precisamente  las  que  sellan  y  confirman  la  estructura  vital  de  las  sociedades. 


REVISTA  DE  LIBROS 


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Abunda  el  libro  en  informaciones  múltiples  que  permiten  al  lector  formarse 
idea  bastante  clara  del  ambiente  y  trasformaciones  de  la  época;  su  estilo  es  sen» 
cilio  y  sin  pretensiones,  como  conviene  a  quienes  aspiran  a  servir  con  precisión 
los  intereses  de  la  historia.  El  autor  es  una  de  las  más  doctas  personalidades 
vinculadas  hoy  a  los  anales  ecuatorianos,  y  con  este  volumen  afirma  sus  dere¬ 
chos  a  ser  considerado  como  un  leal  servidor  de  las  letras  de  la  nación  cuya  fra¬ 
ternidad  tanto  amamos. 

Manuel  José  Forero 

BIOGRAFIA 

Amalia  Errázuriz  de  Subercaseaux — En  49  436  págs. — Imprenta  y  Editorial  San 

Francisco,  Padre  Las  Casas,  Chile.  1938. 

Por  segunda  vez  nos  ocupamos  en  la  Revista  Javeriana  de  comentar  obras 
escritas  sobre  la  vida  de  esta  gran  señora  cristiana,  honra  de  Chile  y  prestigio 
de  nuestra  América.  Su  hija,  Blanca  Subercaseaux  de  Vaídés,  valiéndose  de  sus 
propios  recuerdos,  de  la  correspondencia,  escritos  y  libros  de  su  madre,  de  los 
cuadernos  de  familia,  ha  reconstruido  esta  semblanza,  con  exquisita  idealidad, 
con  la  trasparencia  tranquila  de  quien  reproduce  algo  que  le  es  íntimamente  co¬ 
nocido,  y  surge  en  sus  páginas  la  figura  de  esta  gran  señora  con  los  atractivos 
de  sus  años  juveniles,  el  ascendiente  de  la  gran  dama  en  los  centros  de  la  más 
refinada  civilización,  con  las  virtudes  edificantes  de  la  mujer  cristiana.  Su  pre¬ 
sencia  era  la  atracción  de  la  virtud,  su  recuerdo  una  impresión  edificante.  La 
autora  de  esta  biografía  posee  nobles  cualidades  literarias,  sentimiento  artístico 
para  la  descripción  de  paisajes,  perfiles  hogareños  y  diáfanos  contornos  de  las 
almas.  Agradecemos  la  carta  con  que  nos  envía  su  obra,  que  ha  de  ser  de  bené¬ 
fico  influjo  en  todo  el  mundo  de  habla  castellana. 

Guillermo  Figuera  S.  J. 

BEYLARD  S.  J.,  HUGUES — La  vie  et  la  morí  kéroique  de  Saint  Andró  Bobola. 

En  89  120  págs. — Editions  Spes,  París.  1938. 

En  tan  breves  páginas,  el  P.  Beylard  nos  ha  pintado  un  cuadro  muy  completo 
de  la  vida  y  martirio  de  San  Andrés  Bobola,  cuadro  enmarcado  en  la  historia 
religiosa  y  política  de  Polonia,  la  nación  mártir.  Hasta  el  lento  proceso  que  si¬ 
guió  el  perfeccionamiento  moral  del  santo,  desde  su  juventud  religiosa,  aparece 
bien  delineado,  sin  omitirse  los  defectos  que  debió  combatir  hasta  hacerse  digno 
del  martirio  por  la  gloria  de  Cristo. 

Este  pequeño  volumen,  que  se  lee  con  creciente  interés,  y  con  provecho  es¬ 
piritual,  merece  que  se  traduzca  al  castellano,  para  propagar  el  pleno  conoci¬ 
miento  del  nuevo  santo  jesuíta. 

D.  Restrepo  S.  J. 

BEZUILLAER,  LUCIEN  (Rédemptoriste) — Alfred  Soussia  (Instituteur)  1863- 
1933 — En  89  290  págs. — Librairie  Téqui,  París.  1938. 

Modelo  de  cristianos  es  el  pedagogo  francés  Alfred  Soussia;  busca  y  ob¬ 
tiene  la  formación  integral  de  sus  discípulos. 

Esta  pequeña  biografía,  escrita  con  cariño,  nos  lo  da  a  conocer  en  su  vida 
interior,  en  su  hogar  y  en  sus  trabajos  pedagógicos.  Los  sufrimientos  acabaron 
de  elevar  su  alma  a  la  perfección  cristiana. 

Será  leída  con  gusto  por  los  maestros  cristianos  que  deseen  serlo  de  veras 
en  su  vida  y  en  su  augusto  ministerio. 


J.  Santn  S.  J. 


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REVISTA  JAVERIANA 


CRUZ  RUEDA,  ANGEL — Palacio  V aldés  (Estudio  biográfico-literario) — En  8^ 
152  págs. — Librería  Prieto,  Granada. 

La  obra  que  nos  presenta  hoy  el  gran  escritor  andaluz,  Angel  Cruz  Rueda, 
expone  con  sencillez  y  al  mismo  tiempo  con  arte  la  labor  literaria  de  Palacio 
Valdés.  Es  una  «flor  de  gratitud»  colocada  sobre  la  tumba  del  gran  escritor  mo¬ 
derno  que  acaba  de  morir.  Era  muy  justo  que  se  hiciera  este  pqueño  estudio 
biográfico-íiterario  en  honor  del  fecundo  escritor  español.  El  hecho  de  que  algu¬ 
nas  obras  hayan  sido  traducidas  a  varios  idiomas,  como  Marta  y  María,  y  José 
a  ocho;  La  Hermana  San  Sulpicio  a  siete...,  demuestra  el  valor  literario  de 
Palacio  Valdés.  Esta  obra  es,  pues,  una  base  para  un  estudio  extenso  del  autor 
de  los  Papeles  del  Doctor  Angélico. 

José  Rivera  S.  J. 

FUSELLI,  ANGELICA — Eva  Lavalliere — En  8°  232  págs. — Serviam,  Rueños 
Aires.  1938. 

La  figura  de  mujer  biografiada  en  este  libro  ha  sido  descrita  en  diversos 
idiomas  como  ejemplar  en  la  galería  de  las  grandes  arrepentidas.  Después  de  una 
infancia  dolorosa,  esta  sonadora  incansable  llega  a  ser  artista  de  máximo  renom¬ 
bre,  reina  del  boulevard,  que  cristalizó  en  su  arte  teatral  el  momento  de  la 
vida  parisiense  anterior  a  la  gran  guerra.  En  su  vida  puede  seguirse  muy  bien 
todo  el  proceso  de  una  gran  conversión  bajo  la  acción  triunfadora  de  la  gracia, 
La  artista  mundana  que  conoce  todos  lo8  placeres  de  la  vida,  que  sube  al  es¬ 
cenario  para  ocupar  de  su  persona  al  espectador,  a  la  ciudad  y  a  la  prensa,  pasa 
por  etapas  de  hastío  y  de  ansiedad,  luego  viene  el  instante  del  renunciamiento  ge¬ 
neroso,  antes  de  emprender  la  vía  ascensional  de  sacrificios  abnegados  para  la 
perfección.  Terciaria  franciscana  y  misionera  de  Africa,  se  vio  siempre  urgida 
por  la  acción  purificante  del  dolor;  las  dolencias  físicas  y  las  penas  morales  fue¬ 
ron  las  alas  de  su  elevación  espiritual.  Con  estilo  sugestivo,  con  sobrios  cuadros 
de  arte  inimitable,  ha  querido  la  autora  narrarnos  una  vez  más  la  historia  de 
esta  alma,  que  hace  bien  a  todo  el  que  tenga  la  fortuna  de  conocerla. 

Guillermo  Figuera  S.  J. 


CIENCIAS  ECLESIASTICAS 

LARRANAGA  S.  J.,  VICTORIANO — L'  Ascensión  de  N otre-Seigneur  dans  le 

Nouveau  Testament— En  4?  657  págs.— Instituí  Riblique  Pontifical,  Rome.  1938. 

Con  gusto  hemos  leído  este  voluminoso  libro,  en  el  que  con  tal  competencia 
se  estudian,  desde  el  punto  de  vista  histórico,  los  pasajes  relativos  a  la  doctrina  de 
ía  Ascensión  del  Señor  en  el  Nuevo  Testamento. 

Tras  la  inti  educción  histórica  sobre  la  crítica  y  literatura  concernientes  a  la 
Ascensión,  estudia  los  tres  grandes  problemas  que  ofrecen  la  crítiea  textual,  la  crí¬ 
tica  literaria  y  la  crítica  histórica  de  estos  pasajes.  Con  lujo  de  erudición  discute 
magistralmente  todos  estos  problemas,  entre  los  que  descuella  como  parte  principal 
del  libro,  la  dedicada  a  la  crítica  histórica  de  los  textos.  No  tenemos  más  que  pala¬ 
bras  de  encomio  para  este  estudio  tan  completo,  que  tan  clara  y  metódicamente 
expone  los  problemas  suscitados  en  torno  a  la  Ascensión,  desde  la  primitiva  Igle¬ 
sia  hasta  nuestros  días.  Y  no  podemos  menos  de  felicitar  a  su  autor,  que  de  un 
fundamento  tan  limitado  como  son  unos  cuantos  versículos  del  Nuevo  Testa¬ 
mento,  levanta  esa  hermosa  obra,  nueva  y  de  conjunto,  que  responde  amplia¬ 
mente  a  las  necesidades  modernas  de  la  crítica,  y  que  es,  por  lo  tanto,  de  singular 
importancia  para  la  exégesis  del  Nuevo  Testamento. 


E.  Zuluaga  S.  J. 


REVISTA  DE  LIBROS 


133 


CIENCIAS  NATURALES 

CARBQNELL,  DIEGO — La  parasitología  en  Venezuela  y  los  trabajos  del  Dr. 

Núñez  T ovar — En  49  422  págs. — Litografía  del  Comercio,  Caracas.  1938. 

Con  especial  dedicatoria  del  Excmo.  Sr.  Presidente  de  los  Estados  Unidos 
de  Venezuela,  nos  ha  llegado  esta  obra  fundamental  del  doctor  Diego  Carbonell 
sobre  ios  estudios  hechos  en  Venezuela  en  esta  materia  y  los  trabajos  del  doc¬ 
tor  M.  Núñez  Tovar.  El  volumen  tiene  dos  partes :  la  primera  es  una  página  de 
la  medicina  en  Venezuela;  después  de  algunos  datos  históricos,  hace  la  biogra¬ 
fía  de  todos  los  grandes  científicos  del  país,  con  los  adelantos  que  su  labor  con¬ 
sagrada  aportó  al  beneficio  común  de  la  ciencia  y  la  salubridad.  A  raíz  de  la 
muerte  de  Bolívar,  los  escritos  de  José  María  Vargas  daban  a  conocer  su  con¬ 
cepto  sobre  la  trasmisión  de  las  enfermedades;  luego  las  investigaciones  de  Luis 
Daniel  Beauperthuy,  de  Hernández,  de  Domínici,  de  Razeíti,  de  Rísquez  etc. 
La  segunda  parte  del  volumen  está  dedicada  a  la  obra  científica  del  doctor  Nú¬ 
ñez  Tovar,  La  Gaceta  médica  de  Caracas  publicó  el  estudio  de  nuevas  especies 
de  anofelinos  hallados  en  e!  Estado  Aragua;  su  contribución  al  tercer  congreso 
médico  de  Venezuela  fue  un  estudio  sobre  los  insectos  venezolanos  trasmiso- 
res  de  enfermedades;  más  tarde,  en  la  revista  Cultura  venezolana,  publicó  un 
importante  estudio  sobre  parasitología  con  el  título  de  Notas  de  historia  natu¬ 
ral  médica;  sobre  Mosquitos  y  Flebótomos  de  Venezuela  fue  su  trabajo  ai  cuarto 
congreso  de  medicina,  en  que  recogía  la  experiencia  de  un  largo  estudio  sobre  ento¬ 
mología,  tan  elogiado  por  la  escuela  de  medicina  tropical  de  Liverpool. 

Núñez  Tovar  emprendió  su  labor  científica  por  más  de  trece  años  en  los 
Estados  de  Monagas,  Guárico,  Aragua  y  Carabobo.  El  orgullo  de  la  ciencia  mé¬ 
dica  venezolana  quedó  satisfecho  con  los  elogios  que  se  le  tributaron  por  su  ex¬ 
tensa  y  útilísima  labor. 

Guillermo  F  i  güera  S.  J. 

PUBLICACIONES  DEL  MINISTERIO  DE  INSTRUCCION  PUBLICA  DE 

LA  REPUBLICA  DE  EL  SALVADOR — Flora  salvadoreña  (Tt.  3®,  4®  y  5®, 

apaisado — 100  págs. 

Lujosa  y  bellísima  edición  de  las  plantas  del  Herbario  de  Félix  Choussy. 
Son  magníficas  fotografías,  muchas  de  ellas  en  tricromías  impecables,  que  dan 
siempre  una  idea  muy  clara  de  gran  número  de  plantas  de  la  interesante  flora 
de  El  Salvador.  Con  muy  buen  acuerdo  se  incluyen,  además  de  las  especies  nati¬ 
vas,  otras  que,  introducidas  allá,  han  llegado  a  formar  parte  de  su  flora  natural. 
De  cada  planta,  además  de  la  imagen,  se  pone  la  clasificación  científica,  los  nom¬ 
bres  vulgares,  e!  lugar  de  su  procedencia  y  unas  cuantas  notas  sobre  la  misma 
y  sobre  su  uso  popular. 

Creemos  francamente  que  es  un  acierto  la  publicación  de  esta  obra.  Puesta 
en  manos  de  la  juventud,  será  un  infalible  despertador  de  vocaciones  científicas 
que  pueden  prometer  mucho  para  el  futuro,  en  lo  que  atañe  al  estudio  exacto 
de  las  floras  americanas.  Y  para  los  amantes  de  la  botánica  es  un  medio  muy 
útil  y  muy  práctico  en  la  determinación  de  los  ejemplares  que  vengan  a  sus 
manos.  A  ello  ayudarán  los  muy  buenos  y  copiosos  índices  que  preceden  a  ca¬ 
da  tomo.  Casi  lo  único  que  tenemos  que  notar  es  alguna  incorrección  en  la  gra¬ 
fía  y  forma  de  los  nombres  técnicos  de  la  botánica. 

Obras  parecidas  a  esta  hacen  falta  en  Colombia.  Pero  solo  pueden  ser  em¬ 
prendidas  con  el  apoyo  oficial,  ya  que  lo  costoso  de  las  ediciones  no  suele  estar 
al  alcance  de  los  particulares.  Pueda  ser  que  el  bello  ejemplo  del  ministerio  de 
instrucción  pública  de  la  república  centro-americana  sea  imitado  en  otras  partes. 
Y  se  preste  aliciente  y  ayuda  a  trabajos  que  en  último  término  vienen  a  hon¬ 
rar  a  las  naciones  que  los  fomentan. 


Lorenzo  Uribe  Uribe  S.  J. 


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REVISTA  JAVERIANA 


VALLE  JO  NA  JERA,  Dr. — Sicopatología  de  la  conducta  antisocial — En  8^  128 

págs. — Editorial  Española,  San  Sebastián, 

Estudio  de  divulgación,  de  profundas  sugerencias  sobre  la  sicopatología  de 
las  muchedumbres,  sugerencias  que  debieran  ser  desarrolladas  y  meditadas  por 
los  que  trabajan  sobre  las  multitudes. 

Las  afirmaciones  están  apoyadas  en  buena  base  científica,  pero  tenemos  que 
separarnos  del  parecer  del  autor  en  su  crítica  a  las  relaciones  endocrinológicas 
con  la  vida  afectiva. 

Parece  que  el  doctor  Vallejo  Nájera  duda  de  la  veracidad  de  las  afirmacio¬ 
nes,  en  el  campo  científico,  de  Nicolás  Pende,  Krestschmer,  Gregorio  Marañón. 
respecto  de  la  sicología  endocrinológica ;  pero  aunque  es  cierto  que  las  hormonas 
no  segregan  afectos,  no  es  menos  cierto  que  los  estados  afectivos  son  imposibles 
donde  no  hay  normalidad  en  la  secreción  interna;  más  aún,  siempre  a  una  defi¬ 
ciencia  glandular  corresponde  una  laguna,  un  vacío,  en  el  campo  sicológico.  Esto 
no  contradice  en  lo  más  mínimo  a  los  postulados  de  la  filosofía  perenne. 

Daniel  de  Cayzedo  S.  J. 

RELIGION 

GO\AU,  GEORGES — Apotres  du  Christ...— En  8?  240  págs.— Edit.  Spes,  París. 

El  eminente  académico  francés  aprovecha  sus  conocimientos  de  historia 
eclesiástica  para  presentarnos  en  esta  obra  seis  magníficos  cuadros  de  la  exube¬ 
rante  floración  misional  católica. 

Los  trabajos  de  los  primeros  carmelitas  en  Persia,  la  apostólica  vida  del  P. 
Marqueíte  en  los  Estados  Unidos,  las  luchas  del  P.  Le  Loutre  en  Acadia,  los 
sudores  de  los  Padres  Blancos  en  Africa,  el  fecundo  sacrificio  de  los  mártires 
de  Uganda  y  la  labor  pacificadora  del  P.  Dorgére  en  el  Africa  occidental,  van 
pasando  sucesivamente  ante  nuestros  ojos,  en  el  ameno  y  entusiasta  estilo  de  este 
docto  hijo  de  la  Iglesia. 

Son  todos  héroes  dignos  de  admiración  y  elogio,  y  modelos  propuestos  a  nues¬ 
tra  imitación;  su  gloria  no  puede  menos  de  redundar  en  provecho  de  su  ilustre  can¬ 
tor,  cuyo  prestigio  en  el  mundo  de  las  letras  es  universalmente  reconocido. 

HOORNABRT,  chanoine — Aitner  l'Eglise  (Douze  méditations  en  forme  de  retrai¬ 
te)  En  8?  152  págs. — Deselée  de  Brouwer,  Paris. 

Unirnos  a  Cristo  por  medio  de  nuestra  unión  con  la  Iglesia  es  el  blanco  de 
todas  estas  meditaciones.  Nos  presentan  en  primer  término  a  Cristo,  nuestro 
Hermano,  cuya  mano  nos  ha  de  guiar  hasta  la  Santísima  Trinidad,  y  en  el  fondo 
el  plan  divino  de  la  restauración  del  reino  de  Dios  en  la  humanidad,  y  a  la  Igle¬ 
sia  como  el  medio  escogido  para  realizarla. 

Las  grandes  ideas  de  estas  meditaciones:  incorporación  nuestra  a  Cristo,  la 
restauración  del  remo  de  Cristo  etc,  están  presentadas  de  una  manera  vivida 
y  llena  de  espíritu  evangélico.  Dedicadas  especialmente  a  las  jóvenes  «que,  cons¬ 
cientes  de  la  eminente  dignidad  que  les  confiere  el  bautismo,  quieren  ser,  con 

toda  su  alma,  hijas  de  la  Iglesia»,  están  llamadas  a  despertar  fervorosas  coope¬ 
radoras  del  sacerdocio. 

J.  M.  Pacheco  S.  /. 

SOCIOLOGIA 

DOS  SANTOS  ARY-O  crime  de  aborto- En  4<>  164  págs.-Livraria  Classica 

Jbditora,  Lisboa.  1935. 

«11^™  estudl?  concienzudo  de  derecho  penal  portugués  y  comparado.  «Si  no 
q  eremos  afirma  el  autor—  que  Portugal  sea  una  nación  moribunda  (dying 


REVISTA  DE  LIBROS 


135 


nailon)  como  los  americanos  llaman  a  Francia,  hay  que  reformar  urgentemen¬ 
te  la  ley  penal,  emprendiendo  una  campaña  valiente  y  tenaz  contra  los  crímenes 
de  aborto,  cuyo  número  va  creciendo  de  manera  alarmante,  y  cuya  represión  va 
siendo  cada  día  menos  eficaz». 

El  autor  demuestra  una  gran  erudición,  un  sentido  jurídico  muy  recto  y  una 
gran  preocupación  social. 

V.  Andrade  S.  J. 

FACULTAD  DE  FILOSOFIA  Y  TEOLOGIA,  SAN  MIGUEL  (ARGENTINA) 

Stromata.  Sociología  y  filosofía  social — En  4®  374  págs. — Espasa-Calpe,  Argen¬ 
tina,  Buenos  Aires.  1938. 

La  facultad  de  filosofía  y  teología  de  San  Miguel,  en  los  alrededores  de  Bue¬ 
nos  Aires,  inicia  lujosamente  su  actividad  científica  con  una  publicación  digna 
en  su  presentación  de  la  Editorial  Espasa-Calpe,  y  rica  de  contenido  doctrinal. 

El  nombre,  un  tanto  exótico  para  los  profanos,  evoca  las  investigaciones  del 
gran  Clemente  de  Alejandría,  el  primer  escritor  cristiano  que  estudió  en  sus 
magistrales  tratados  que  encabeza  ese  nombre,  equivalente  al  de  Miscelánea, 
las  relaciones  de  la  filosofía  con  el  cristianismo. 

El  nombre  es  un  programa  y  una  afirmación  de  filosofía  perenne.  En  el  pri¬ 
mer  volumen  que  reseñamos  se  dan  cita  pensadores  católicos  de  los  dos  conti¬ 
nentes,  de  la  talla  del  gran  jurista  francés,  Le  Fur,  y  del  sociólogo  brasileño 
conocido  en  todo  el  mundo  con  el  seudónimo  de  Tristón  de  Atayde,  para  estu¬ 
diar  problemas  vitales  de  filosofía  social  y  jurídica.  Allí  está  honrosamente  re¬ 
presentada  la  intelectualidad  argentina  con  los  estudios  de  los  profesores  Rebora, 
Legón,  Alonso  y  otros  más. 

La  filosofía  y  el  catolicismo  están  de  plácemes,  porque  esta  publicación  re¬ 
vela  que  la  producción  intelectual  de  Sur-América  ha  llegado  a  su  madurez  y  va 
a  llevar  su  contribución  a  la  gigantesca  labor  de  reconstrucción  ideológica  y  so¬ 
cial,  que  es  la  misión  de  los  pensadores  católicos  de  nuestro  siglo. 

V.  Andrade  S.  J. 

HERRERA  ROMERO,  MIGUEL — La  acción  voluntaria — En  8®  96  págs. — Cara¬ 
cas.  1938. 

Son  cuatro  conferencias  sobre  economía  venezolana  dentro  del  ideario  de¬ 
fendido  por  el  partido  agrario,  nacional  que  orienta  su  política  hacia  la  prospe¬ 
ridad  económica  del  país.  El  economismo  de  PAN  quiere  que  el  venezolano 
se  ocupe  de  la  tierra  y  la  haga  fuente  de  su  riqueza.  Para  eso  es  necesario  que 
se  ponga  remedio  al  constante  afluir  de  gentes  provincianas  a  la  capital,  ya  por 
el  afán  de  ganarse  la  vida,  ya  por  el  deseo  de  un  vivir  más  confortable.  Las  ven¬ 
tajas  de  la  vida  moderna  no  deben  concentrarse  exclusivamente  en  el  distrito 
federal,  sino  que  deben  irse  repartiendo  por  toda  la  república;  las  cláusulas  del 
programa  de  febrero  y  los  puntos  del  plan  trienal  haran  que  se  intensifique  la 
vida  en  varios  Estados  de  la  unión  venezolana.  Poblar  es  sustentar  las  institu¬ 
ciones  familiares,  defender  el  hogar,  hacer  vivible  la  tierra  saneando  las  regiones 
malsanas,  dar  posibilidades  de  trabajo  a  las  gentes  laboriosas  y  hacer  que  esa 
porción  de  Venezuela,  moralmente  la  más  sana,  tenga  medios  para  levantar  su 
nivel  de  vida.  Si  Venezuela  ha  sufrido  un  largo  atraso  en  su  vida  económica, 
sus  núcleos  campesinos  han  sobrellevado  ese  mismo  ritmo  de  lentitud  desespe¬ 
rante,  siempre  confiados  en  un  futuro  de  prosperidad  con  el  advenimiento  de 
días  mejores  para  la  patria.  Hoy  todo  un  complejo  de  problemas  económicos 
se  presenta  en  demanda  de  urgente  solución  ante  las  directivas  nacionales;  sería 
absurdo  pensar  en  resolverlos  todos  por  igual  instantáneamente,  pero  sería  in¬ 
justicia  demorarlos  sin  motivo  contra  lo  que  los  ciudadanos  tienen  derecho  a 
esperar  de  su  nacionalidad.  Entre  tanto  cada  ciudadano  debe  colaborar  en  la  medí- 


136 


REVISTA  JAVERIANA 


da  de  sus  posibles  en  adelantar  medios  para  que  ese  venezolanismo  n©  sea  lugar 
común  donde  se  inspiren  todos  los  programas  políticos,  sino  economía  sana,  op¬ 
timista  y  bien  orientada  en  un  país  de  grandes  perspectivas. 

Guillermo  Figuera  S.  J. 

JABOULEY,  MICHEL-ANGE — Au  secours  du  peuple  trompé — En  8?  316  págs. 

Editions  «Education  intégrale»,  3  bis,  rué  de  la  Sabliére,  Paris. 

El  autor  nos  cuenta  en  un  estilo  animado  la  labor  religiosa  y  social  realizada 
por  un  sacerdote  inteligente  y  celoso,  en  una  población  cercana  a  París;  y  de 
allí  se  eleva  a  trascendentales  consideraciones  acerca  de  la  miseria  material  y 
moral  de  las  clases  trabajadoras  y  de  las  causas  generadoras  de  esa  situación, 
para  proponer,  con  la  experiencia  en  la  mano,  los  remedios  para  el  porvenir. 
Lectura  inspiradora  para  todos  los  que  se  dedican  al  apostolado  popular. 

V.  Andrade  S.  J. 

MADAY,  ANDRE —Introduction  á  la  Sociologie— En  8*?  150  págs.— Librairíe 

General  de  Droit  et  de  Jurisprudence,  París,  20,  rué  Soufflot,  5e.  arrt.  1937. 

Un  libro  interesante  y  orientador  para  el  que  emprende  el  estudio  de  la  so¬ 
ciología,  cuando  se  trata  de  precisar  el  objeto  de  esta  ciencia  y  sus  relaciones 
con  otras.  Su  crítica  de  los  sistemas  unilaterales  y  extremistas  son  acertadas. 
Sienta  como  su  propia  teoría  una  intermedia  entre  la  concepción  materialista  y 
la  idealista  de  la  historia;  la  llama  intencionalista .  Sus  postulados  básicos  son 
tres:  los  hombres  tienen  siempre  una  intención  cuando  obran,  tanto  social  co¬ 
mo  individualmente;  ese  fin  puede  ser  idealista  (altruista),  o  materialista  (egoís¬ 
ta),  dado  que  las  preocupaciones  de  los  hombres  pertenecen  a  esos  dos  domi¬ 
nios;  en  la  elección  de  medios  la  acción  de  los  hombres  (individuos  o  grupos) 
esta  siempre  sometida  a  la  regla  estricta  del  utilitarismo  (materialismo).  Lo 
que  la  ultima  afirmación  parece  tener  de  inexactitud  viene  a  reducirse  en  la 
explicación  ulterior,  al  viejo  principio  escolástico  de  que  los  medios  se  adoptan 
por  el  fin  (media  sunt  propter  finem).  Así  la  parte  constructiva  de  la  obra, 
que  está  solo  en  el  último  capítulo,  viene  a  reducirse  a  descubrir  la  pólvora. 

Su  concepción  de  la  sociología  como  3a  de  Durkheim  a  quien  sigue  literal¬ 
mente,  está  tocada  de  positivismo  y  de  determimsmo,  y  afirmaciones  como  las 
de  las  paginas  34  y  54  son  inaceptables  desde  el  punto  de  vista  puramente  cien¬ 
tífico,  pues  niegan  la  libertad  que  implica  por  lógica  consecuencia  el  iníenciona- 
Iismo. 

V.  Andrade  S.  J. 

MA^ToiIN’.JAC5UES-^^^-  de  conscience •  (Essais  et  allocutíons)— En 

o  284  pags. — Desclée  de  Brouwer,  Paris.  1938. 

Es  el  volumen  xxi  de  las  Cuestiones  disputadas,  colección  que  unido  a 
Garlos  Journet  viene  dirigiendo  el  mismo  Maritain.  Este  célebre  filósofo  ha 
recogido  en  el  presente  volumen  varias  conferencias  recientemente  pronunciadas 
por  el,  ora  en  la  semana  social  de  Versalles,  ora  en  Buenos  Aires  y  en  París. 
bu  intención  primordial  es  la  de  formar  la  conciencia  cristiana  en  los  actuales 
problemas  y  conflictos  de  la  cultura  occidental.  Insiste  en  la  necesidad  de  unir 
las  fuerzas  que  honradamente,  sinceramente,  pretenden  el  triunfó  de  la  justicia 
y  del  orden  en  la  sociedad  civil,  formando  agrupaciones  políticas  que  prescindan 
de  la  fe  religiosa  de  los  asociados:  judíos,  protestantes  y...  católicos.  Dadas  las 
circunstancias  de  los  pueblos  europeos,  esa  unión  tal  vez  sea  factible;  en  nues¬ 
tras  repúblicas  hispano-americanas  no  parece  en  manera  alguna  realizable;  des¬ 
de  luego,  el  caso  es  muy  de  discutir,  y  en  América  está  ya  discutido:  pasarán 
muchos  anos  antes  de  que  nuestras  democracias  tropicales  vean  surgir  partidos 
políticos  en  que  puedan  amalgamarse  católicos  y  anticatólicos. 


REVISTA  DE  LIBROS 


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El  estilo  no  es  popular.  La  lectura  de  este  libro  me  deja  la  impresión  de 
un  filósofo  alemán  con  su  trascendentalismo  hiperbóreo,  más  que  de  un  pensador 
francés,  los  que  suelen  proyeccionar  en  la  pantalla  popular  sus  ideas  a  través 
de  una  lente  poderosa. 

El  capítulo  El  imposible  antisemitismo  es  una  emocionada  defensa  de  los 
judíos.  Cristiano  de  corazón,  Maritain  vuelve  con  amor  sus  miradas  hacia  ese 
pueblo  víctima  del  racismo  alemán.  Justo  es  defender  a  Israel  en  este  campo: 
y  justo  y  debido  el  amor  que  inspira  la  raza  a  que  perteneció  Dios  encarnado ;  pero 
quizá  no  se  ha  reconocido  todo  el  peligro  que  para  la  civilización  cristiana  entra¬ 
ñan  las  actividades  israelitas. 

D.  Restrepo  S.  J. 

(della)  ROCCA,  GUGLIELMO — La  política  in  S.  Tommaso — En  8°  206  págs, 

Editrice  Rispoli  Anónima,  Napoli.  1934. 

El  autor  se  distingue  por  su  actividad  en  el  estudio  fecundo  de  la  historia 
y  doctrina  del  Estado.  Ahora  comenta  e!  pensamiento  político  de  Santo  Tomás. 
Su  doctrina  estatal  contenida  en  este  volumen  es  un  tratado  de  filosofía  política 
de  la  Edad  Media,  en  donde  el  Angélico  ocupa  el  primer  puesto  por  su  concep¬ 
ción,  no  quietista  sino  dinámica  de!  Estado.  A  la  estructura  de  la  romanidad  ce¬ 
sárea  y  jurídica  sucedió  la  noción  universalista  del  mundo  y  del  espíritu,  de  la 
sociedad  y  de  la  vida  que  es  obra  del  cristianismo.  El  problema  había  sido  afron¬ 
tado  por  sy  aspecto  de  equilibrio  de  las  relaciones  en  función  de  la  armonía  esté¬ 
tico-jurídica  de  la  antigüedad,  pero  fue  resuelto  por  los  Padres  y  Doctores  en 
el  plano  de  los  valores  espirituales,  de  la  misión  dei  tiempo,  del  alma  y  del  con¬ 
sorcio  civil.  Lo  que  fue  presentimiento  hipotético  del  paganismo  fue  realidad 
para  el  cristianismo.  Este  libro  presenta  a  Santo  Tomás  como  filósofo  y  pensa¬ 
dor  político  que  ponía  las  bases  para  la  construcción  y  doctrina  del  Estado. 

Guillermo  Figuera  S.  J. 

VARIOS 

.  GENTA,  ESTRELLA — Constelación  del  sueño — En  8®  132  págs. — Montevideo. 

La  joven  poetisa  uruguaya  ha  publicado  un  nuevo  volumen  de  su  inspiración 
lírica,  desdoblada  en  múltiples  cambiantes  de  idealismo  poético.  Profundamente 
humana  su  emoción  estética,  parece  una  resonancia  que  surgiera  del  fondo  mile¬ 
nario  de  la  vida  por  la  escala  ascensional  hacia  horizontes  infinitos. 

Hay  un  rasgo  nuevo  de  cristiana  inspiración;  una  poesía  a  la  Víctima  del 
Calvario,  y  otra  sobre  el  sacrificio  de  los  hombres,  trasparentar!  la  humana  y 
divina  filosofía  del  dolor.  El  libro  se  abre  y  se  cierra  con  los  más  variados  jui¬ 
cios  de  autores  de  diversas  nacionalidades  que  la  llaman  la  Estrella  de  América, 
como  mujer  que  recoge  todos  los  idealismos  de  la  cultura  que  se  extiende  en 
el  nuevo  continente. 

Guillermo  F  i  güera  S.  ./. 

MONTIER,  EDWARD — L'idéal  Collégc — Pin  8®  334  págs. — Descléee  de  Brouvver, 

París.  1937. 

Precioso  anhelo  del  ideal  pedagógico,  donde  al  autor,  experto  e  infatigable 
viajero  de  las  más  altas  cumbres,  hace  brillar  sobre  el  tranquilo  lago  del  re¬ 
cuerdo  la  inquieta  luz  de  la  añoranza. 

Contrapone  imparcialmente  las  ventajas  y  desventajas  del  internado  y  del 
externado,  dando  así  todos  los  elementos  necesarios  para  la  solución  del  arduo 
problema  de  la  preferencia  que  haya  de  darse  a  una  u  otra  de  las  dos  formas 
clásieas  de  enseñanza,  y  pasa  luego  a  exponer  los  frutos  innegables  que  pueden 
derivarse  de  la  educación  particular,  independiente  del  Estado. 


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REVISTA  JAVERIANA 


Su  estudio  sólido  y  jugoso,  escrito  en  un  país  privado  por  largo  tiempo  de 
la  libertad  de  enseñanza,  nos  hace  apreciar  más  y  nos  obliga  a  defender  eficaz¬ 
mente  un  derecho  que  es  fuente  de  inapreciables  beneficios. 

Al  recorrer  sus  páginas,  dirigidas  especialmente  a  las  comunidades  religio¬ 
sas  dedicadas  a  la  enseñanza,  vemos  entreabrirse  un  poco  las  nieblas  del  pasado, 
y  vivimos  de  nuevo  las  horas  luminosas  u  oscuras,  pero  siempre  caras,  de  nues¬ 
tros  primeros  años. 

Si  el  ideal  pedagógico,  como  todo  ideal,  es  inasequible,  estamos  obligados, 
sinembargo,  a  tender  hacia  él;  las  deliciosas  páginas  de  Edward  Montier  nos 
acercarán  mucho  a  la  cumbre  anhelada. 

Recomendamos  especialmente  los  capítulos  X,  Le  Collége  libre,  Ecole  d'ett - 
thousiasme ;  XI,  Le  Collége  libre,  Ecole  de  confiance,  y  XIV,  Le  Collége  libre, 
Ecole  de  moral. 

/.  Sicard  S.  J. 

OLAF,  MICHAEL — Cuando  los  japoneses  sean  500  millones — En  89  192  págs. 

Editorial  Tor,  Buenos  Aires. 

Nos  muestra  este  libro  la  poderosa  situación  del  imperio  japonés  ante  las 
restantes  naciones  de  la  tierra.  La  amenaza  del  Oriente  al  Occidente,  deja  de 
ser  un  «peligro  amarillo»  para  convertirse  en  «peligro  japonés». 

Empieza  con  un  curioso  paralelo  entre  Inglaterra  y  el  Japón,  comparando  su 
topografía,  desarrollo  comercial  y  cultural,  y  nos  pone  luego  a  la  vista  el  cuadro 
de  la  potencia  nipona,  en  el  terreno  industrial,  comercial,  militar  y  diplomático. 

A  lo  largo  de  toda  la  obra  nos  entera  de  la  vida,  historia,  costumbres,  y  nos 
pone  en  contacto  con  los  hombres  más  prominentes  del  Japón. 

Las  estadísticas  del  fabuloso  empuje  comercial  del  imperio,  le  dicen  al  au¬ 
tor  que  este  es  el  primer  paso  hacia  la  conquista  del  Occidente  y  las  naciones 
de  América,  en  que  está  empeñado  el  Japón. 

Quiere,  en  suma,  despertar  la  inconsciencia  del  mundo  amenazado,  ante  el 
peligro  formidable  que  se  avecina. 

Apesar  de  que  prescinde  en  general  de  asuntos  religiosos,  tiene  frases  como 
esta:  hablando  de  Gandhi,  dice  que  «es  por  lo  menos  tan  grande  como  Cris¬ 
to»..^!).  Y  ante  la  alternativa  propuesta  a  la  Iglesia  Católica,  de  perecer  a 
manos  de  Rusia  o  del  Japón,  se  inclina  a  la  primera  solución,  pues  le  parece  que 
«perderían  menos  los  católicos  viendo  el  fin  de  la  Iglesia»  a  manos  de  hombres 
de  nuestra  raza  que  darían  una  norma  a  la  vida  humana  (!). 

César  Pérez  S.  J. 

SABAT  PEBET,  JUAN  CARLOS — Retornos  del  Apex — En  4®  169  págs. — Edi¬ 
torial  Hiperion,  Montevideo.  1938. 

Ruega  el  autor  de  este  volumen,  distinguido  literato  y  pensador  uruguayo, 
que  no  se  clasifique  su  obra.  Al  presentarla  al  público,  decimos  que  contiene  mu¬ 
chas  ideas  para  comentar  y  descubre  amplia  erudición,  inagotable  lectura,  men¬ 
talidad  ágil,  preocupación  por  los  asuntos  literarios,  enfoque  no  común  de  los 
problemas  retóricos.  Retornos  del  ápex  defiende  el  espíritu  creador  contra  el 
afán  coleccionador  de  todas  las  decadencias,  las  artes  de  Atenas  contra  las  mi¬ 
niaturas  de  Bizancio,  el  verdadero  numen  literario  contra  la  red  desesperante 
de  los  preceptos  retóricos,  lo  perdurable  del  arte  contra  el  gusto  convencional 
de  las  escuelas  y  los  artificiosos  géneros  literarios.  El  estilo  del  autor  es  de  un 
modernizado  clasicismo,  lleno  de  penetración  original,  expresado  en  frases  lapi¬ 
dariamente  labradas.  Los  hexámetros  en  su  Diálogo  de  las  musas  son  de  gran 
sonoridad  y  corte  perfecto.  Es  un  libro  lleno  de  variadas  sugerencias,  aceptables  las 
más,  discutibles  otras,  pero  siempre  ingeniosas,  eruditas  y  francas. 

Guillermo  Figuera  S.  J. 


Vida  nacional 

Viene  de  la  página  (71)  del  Suplemento 

a™*::;  r  sus  carsr sin  p— ^  p- 

agradecen.  For  el  contrano,  se  mofan  de  nuestra  ingenuidad. 

™stai,,an  resuelto  empIaMr  sus  baterías  camou. 

de  las  ¡deas  de  extrema  izquierda.  Jn”UCh“d  ‘"?iPectores  escolares.  «el?»®.  servidores 

tas,  bien  organizado  v  avudadn  r  iversidad  hay  un  grupo  de  estudiantes  comunis- 

periódico,  efr^;er.,^i^;:“nu:ll"ra:¡rtdrri:indicah  poseedores  de  - 

mas  de  un  grave  trastorno  I  os  \¡  ,ya.accion’  S1  no  se  les  pone  a  raya,  va  a  causar 

del  doctor  Gerardo  Molina  que  ejerce  influenci^”*1^  Umversitaria  no  estan  bien  en  manos 
ser  su  natura!  .dvtt^’el,^^^^1,^™¡í  “ .  ?»*"«««*  por  ^  bebiera 

venios  mismos  estudiantes  „ 

D  Í)E  MENCION  son  las  actividades  del  sindicalismo  colom- 

otano,  el  cual  celebro  dtversas  asambleas  durante  el  último  mes,  de 
ellas  una  en  Ibague  y  otra  en  Medellín.  Por  cierto  esta  última  aprobó  una 
ntocton  por  la  que  se  rnvita  a  Indalecio  Prieto  a  dar  unas  conferencias  en 

(J  N  SER10  DISTURBIO  estuvo  a  punto  de  alterar  el  orden  social  en 
oarranqutlla,  ocasionado  por  el  bloqueo  que  contra  seis  buques  an- 
clados  en  aquel  puerto  decretó  la  federación  de  trasportes  marítimos  y 
fluviales,  disgustada  por  el  rechazo  que  las  empresas  navieras  dieron  a 
uno  de  sus  trabajadores.  Pero  la  inmediata  intervención  del  señor  Presi¬ 
dente  con  un  telegrama  conciliador  evitó  afortunadamente  el  conflicto43. 

#- 

*  # 


€;L|— Qlj,ITIEGTO  español,  Secundino  Zuazo,  aceptó  la  propuesta  de 
dirigir  el  plan  de  edificaciones  que  se  propone  ejecutar  el  gobierno  y 
la  apertura  de  la  avenida  Francisco  de  Paula  Santander.  Quedan  com¬ 
prendíaos  en  ese  plan  el  palacio  presidencial,  los  ministerios,  la  contralo- 
ria  general  etc.  En  esas  construcciones  será  invertida  una  suma  superior 
a  seis  millones  de  pesos  y  deberán  estar  terminados  los  trabajos  para  el 

ano  de  1942,  en  que  se  reunirá  en  Bogotá  la  novena  conferencia  paname¬ 
ricana  44. 


D  OS  NUEVOS  MINISTROS  DIPLOMATICOS  han  presentado  sus 
credenciales:  Mr.  Spruille  Braden,  de  los  EE.  UU,  y  Arturo  García 
Saiazar,  del  Perú.  Vienen  ambos  con  el  carácter  de  primeros  embajado- 
i  es  de  sus  respectivos  países  ante  nuestro  gobierno. 

I  LEGARON  RECIENTEMENTE  A  LA  CAPITAL  dos  ilustres  visi¬ 
tantes  venezolanos :  Diógenes  Escalante,  embajador  de  su  país  ante 
los  Estados  Unidos,  y  Enrique  Tejera,  ministro  de  educación.  Una  de  las 
iniciativas  que  traen  y  quieren  poner  en  práctica  es  el  intercambio  de 
estudiantes  universitarios  entre  las  dos  naciones.  El  ministro  de  educa¬ 
ción  de  Venezuela  visitó  detenidamente  la  Universidad  Javeriana. 


41  El  Tiempo,  18  de  febrero. 

42  El  Siglo,  22  de  enero. 

45  La  Prensa  (Karranquilla),  30  de  enero. 
44  El  Liberal,  17  de  enero. 


(73) 


UA  SIDO  NOMBRADO  OBISPO  AUXILIAR  de  la  arquidiócesis  de 
■  ®  Bogotá,  el  ilustre  franciscano  fray  Luis  Andrade  Valderrama.  Este 
nombramiento  fue  uno  de  los  últimos  actos  de  Su  Santidad  Pío  XI. 


e 


L  DUELO  UNIVERSAL  por  la  muerte  del  Padre  Santo  motivó  este 
decreto  del  gobierno  nacional: 


El  Presidente  de  la  República  de  Colombia, 

Considerando: 

Oue  acaba  de  fallecer  Pío  XI,  pontífice  máximo,  varón  eximio  de  la  cristiandad,  defen¬ 
sor  infatigable  de  los  fueros  de  la  persona  humana  y  amigo  indeficiente  de  Colombia. 

Decreta: 

Declárase  motivo  de  duelo  patrio  el  fallecimiento  del  egregio  pontífice  Pío  XI  y  ríndese 
a  su  memoria  el  homenaje  supremo  de  la  gratitud  y  del  respeto  nacionales. 

Comuniqúese  y  publíquese. 

Dado  en  Bogotá,  a  10  de  febrero  de  1939. 

Eduardo  Santos. 

El  ministro  de  relaciones  exteriores, 

Luis  López  de  Mesa. 


El  17  se  celebraron  en  la  catedral  solemnísimas  honras  fúnebres  por 
el  gran  Pontífice.  Asistió  el  señor  Presidente,  todo  el  gobierno  y  el  cuerpo 
diplomático.  Ofició  de  pontifical  el  excelentísimo  señor  Arzobispo  Pri¬ 
mado,  y  pronunció  una  elocuente  oración  fúnebre  monseñor  José  Vicente 
Castro  Silva. 


LA  CALIDAD  SE  IMPONE 


Por  esa  razón  la  Harina  Diadema  ha 
alcanzado  el  máximum  del  prestigio 
en  poco  tiempo. 


Si  usted  consume  harina  Diadema, 
presentará  en  su  establecimiento  un 
pan  admirable  y  una  finísima  colación. 

1 


A  la  señora  distinguida  le  gusta  para  su 
consumo  el  bizcocho  suave  y  delicado. 


DE  RONCALLO  HERMANOS  &  C.Í2.  S.A. 


BOGOTA  CALLE  13  NUMERO  19-18  —  TELEFONO  9-1-7 


II NA  PRUEBA  DE  CRISTIANA  SOLIDARIDAD  dio  nuestro  pue- 
b  o  con  motivo  de  la  inmensa  desgracia  que  afligió  a  la  nación  chilena. 
El  gobierno  central  y  los  seccionales  dispusieron  la  celebración  de  un 
día  de  Chile.  EA  auxilio  se  organizó  bajo  la  dirección  de  la  Cruz  Roja  na¬ 
cional,  y  en  él  colaboraron  las  más  prestantes  damas  de  todas  las  ciuda¬ 
des.  Los  bancos,  las  empresas  cinematográficas,  las  sociedades  obreras, 
las  entidades  oficiales  y  privadas,  y  multitud  de  personas  de  todas  las 
clases  sociales  contribuyeron  generosamente  a  que  la  colecta  resultase 
digna  de  la  caridad  colombiana.  Con  más  de  $  15.000  contribuyó  Bogotá ; 
con  $  11.000  Antioquia,  y  el  Valle  con  $  4.000.  La  cantidad  enviada  a  Chile 
en  diferentes  giros  pasa  de  $  40.000,  o  sea  450.000  pesos  chilenos. 

No  tardo  en  manifestarse  la  gratitud  de  la  nación  afligida  ante  este 
gesto  de  confraternidad  americana:  El  Mercurio,  de  Santiago,  se  expre¬ 
saba  así  el  31  de  enero: 

Hoy  se  inicia  en  Colombia,  como  una  prueba  de  solidaridad  en  la  desgracia,  un  homenaje 
de  amor  a  Chile  que  no  puede  encontrar  entre  nosotros  sino  una  simpática  y  conmovida 
resonancia. 

Ca  iniciación,  que  se  celebra  hoy,  se  llama  el  día  de  C hile.  Pero,  en  verdad,  serán 
quince  días  destinados  a  dar  a  conocer  nuestro  país  al  pueblo  colombiano  y  a  recibir  el  estí¬ 
mulo  moral  y  la  ayuda  material  que  la  nación  necesita  en  estas  horas  de  prueba  y  desconsuelo. 

Ca  tragedia  del  sur  ha  servido  para  mostrar  a  Chile  cuán  honda  y  sincera  era  la 
amistad  que  le  profesaban  las  naciones  hermanas  de  América  y  las  del  mundo  entero  que 
con  nosotros  cultivan  relaciones  diplomáticas. 

Desde  el  primer  momento,  en  forma  individual  y  colectiva,  empezaron  a  llegar  mensajes 

y  ayudas  mediante  las  cuales  ha  podido  reaccionar  el  ánimo  público  con  una  confiada  y 

segura  esperanza  en  la  reconstrucción  de  las  regiones  devastadas. 

Esta  fortaleza  puesta  a  dura  prueba  por  la  desgracia,  se  siente  estimulada  y  sostenida 
cuando  se  escuchan  voces  como  las  de  Colombia  que,  sumándose  al  coro  de  sus  hermanas 
de  América,  quiere  hacer  una  alta  y  significativa  demostración  de  amor  a  Chile. 

Estos  quince  días  dedicados  a  nuestro  país,  iniciados  hoy  noblemente  con  el  día  de  diñe , 

destacan  unos  de  los  aspectos  más  nobles  y  finos  del  alma  colombiana,  cual  es  el  de  acom¬ 

pañar  con  religiosa  devoción  al  amigo  en  desgracia  para  aliviar  sus  males  y  socorrer  su  dolor 
y  su  angustia. 

II  NA  INFORMACION  OFICIAL  trae  la  siguiente  clasificación  de  los 
^  extranjeros  residentes  en  territorio  colombiano: 

Especificación  por  nacionalidades:  Alemanes,  3.637;  argentinos,  112;  armenios,  8;  aíba- 
neses.  2;  australianos.  8:  austríacos.  440;  belgas,  108;  bolivianos,  26;  brasileros,  240;  búlga¬ 
ros,  19;  británicos  (Gran  Bretaña  y  sus  colonias),  1.656;  costarricenses,  139;  cubanos,  284; 
checoeslovacos,  183;  chilenos,  213;  chinos,  595;  daneses,  58;  Dantzig,  22;  dominicanos,  44; 
ecuatorianos,  1.173;  egipcios,  46;  españoles,  2.273;  estadounidenses,  2.118;  finlandeses,  5; 
franceses,  903;  guatemaltecos,  47;  griegos,  102;  haitianos.  18;  holandeses,  275;  húngaros,  84; 
hondureños.  30;  italianos,  1.572;  japoneses,  159;  letonianos,  1;  libaneses,  1.382;  lituanos,  67; 
luxemburgueses,  5;  mexicanos,  247;  nicaragüenses,  36;  paraguayos,  5;  palestinos,  819;  pana¬ 
meños,  266;  persas,  20;  peruanos,  292;  polacos,  795;  portugueses,  30;  rumanos,  577;  rusos. 
101;  salvadoreños,  48;  servios,  1;  sirios,  873;  suecos,  86;  suizos,  419;  turcos,  68;  urugua¬ 
yos,  22;  venezolanos,  4.546;  yugoeslavos,  90.  Total;  27.437. 

El  dato  correspondiente  a  los  estadounidenses,  franceses  y  holandeses,  comprende  los 
individuos  pertenecientes  a  las  colonias  y  protectorados  de  tales  países. 

Especificación:  Extranjeros  residentes  en  Bogotá,  5.441;  extranjeros  residentes  en  los 
departamentos,  21.656;  extranjeros  transeúntes  en  Bogotá,  150;  extranjeros  transeúntes  en 
los  departamentos,  190.  Total:  27.437. 

Los  judíos.  La  siguiente  es  la  estadística  de  los  judíos  transeúntes  y  residentes  en  Co¬ 
lombia:  Residentes,  3.449;  transeúntes,  25.  Total:  3.474. 


Especificación  del  domicilio  de  los  judíos  por  departamentos:  En  Bogotá,  1.446;  en  An- 
tioquia.  158;  en  Atlántico.  487;  en  Bolívar,  54;  en  Caldas,  121;  en  Cauca,  111;  en  Cundina- 
marca.  31;  en  Magdalena,  65:  en  Nariño.  33;  en  Norte  de  Santander,  36;  en  Santander.  26; 
en  el  Toiima,  31;  en  el  Valle,  865;  en  la  intendencia  del  Amazonas,  6;  en  la  intendencia  del 
Chocó,  3:  en  la  intendencia  de  San  Andrés.  1.  Total:  3.474. 

Resumen:  Judíos  residentes  en  Bogotá,  1.432;  judíos  transeúntes  en  Bogotá,  14;  judíos 
residentes  en  los  departamentos,  2.017;  judíos  transeúntes  en  los  departamentos,  11.  To¬ 
tal  :  3.474  1 


tL  15  DE  FEBRERO  QUEDO  INAUGURADO  el  Servicio  Aéreo 
Transoceánico ,  que  hara  posible  el  envío  de  correspondencia  por  co¬ 
rreo  aéreo  a  todas  las  partes  del  mundo,  en  virtud  de  una  negociación 
celebrada  por  la  Scadta  con  la  Panamerican  Airways,  con  la  Lufthansa  y 
con  la  Air  France.  Para  utilizar  este  nuevo  servicio  es  indispensable  que 
el  remitente  escriba  en  el  sobre,  claramente,  la  siguiente  anotación;  Correo 
Aéreo  Transoceánico. 


El  nuevo  servicio  transoceánico  se  prestará  entre  Colombia  y  los 
siguientes  países,  con  los  sobreportes  aéreos  que  se  indican  por  cada  10 
gramos,  a  los  cuales  hay  que  agregar  la  estampilla  nacional  y  la  sobre¬ 
tasa  postal: 


Para  Australia,  $  1,80;  para  Bermuda,  $  0.60;  para  Burma,  $  1.60; 
para  China,  $  1.60;  para  todos  los  países  de  Europa,  $  1.50;  para  Guaní, 
$  1.20;  para  Haway,  $  0.80;  para  las  Indias  Holandesas,  $  1.80;  para  las 
Indias  Inglesas,  $  1,80;  para  las  Islas  Filipinas,  $  1.60;  para  Macao,  $  1.60; 
para  Malaya,  $  1.60;  y  para  Siam,  $  1.60. 


La  correspondencia  transoceánica  se  trasporta  desde  Colombia  hasta 
el  lugar  de  su  destino  exclusivamente  en  aviones,  por  medio  de  la  Scadta 
en  conexión  con  las  líneas  internacionales  y  transoceánicas. 

En  tres  líneas  aéreas  diferentes  estará  dividido  el  correo  transoceáni¬ 
co,  a  saber: 

1® — La  línea  Transpacífico,  que  prestará  servicio  una  vez  por  semana. 
La  correspondencia  irá  directamente  a  San  Francisco,  y  por  la  vía  de 
Honolulú  se  trasportará  en  los  grandes  Clipper  a  Hong  Kong,  de  donde  se 
distribuirá  en  los  aviones  que  vuelan  a  Australia,  Burma,  China,  Guam, 
Haway,  Indias  Holandesas,  Indias  Inglesas,  Islas  Filipinas,  Macao,  Ma¬ 
laya  y  Siam. 


2® — Para  el  servicio  por  esta  línea,  la  correspondencia  se  trasportará 
a  Baltimore  (Estados  Unidos),  y  de  allí  se  llevará  en  los  Clipper  de  ser¬ 
vicio  a  Hamilton  (Bermuda).  Desde  Bogotá  hasta  Bermuda  tardarán  las 
cartas  en  llegar  un  día  y  el  servicio  se  prestará  cuatro  veces  por  semana. 

3® — Línea  para  Europa.  Esta  línea  también  prestará  servicio  una  vez 
por  semana  y  la  correspondencia  gastará  ocho  días  en  llegar  a  cualquier 
país  europeo.  Las  cartas  por  la  vía  de  Barranquilla  y  Trinidad  hasta  Na¬ 
tal,  en  el  Brasil,  de  donde  seguirán  al  Africa  y  de  ahí  a  Francia  o  Alemania, 
según  el  caso.  De  estos  dos  países  se  hará  la  distribución  por  las  diversas 
rutas  aéreas  del  continente  europeo. 


45  El  Tiempo,  2  de  febrero. 


La  correspondencia  de  la  primera  línea  la  seguirán  la  Scadía  y  la 
Panamerican  Airways ;  la  de  la  segunda  línea  la  servirán  la  Scadta,  la 
Panamerican  Airways  y  la  Imperial  Airways,  y  la  de  la  tercera  línea  la 
servirán  la  Scadta  y  la  Panamerican  Airways  hasta  Natal,  y  desde  Natal 
hasta  Europa  la  Lufthansa  y  la  Air  France. 

QEL  ENTUSIASMO  POPULAR  POR  EL  DEPORTE,  que  afortu¬ 
nadamente  va  en  aumento  entre  nosotros,  dan  alguna  idea  los  siguien¬ 
tes  datos  sobre  las  partidas  de  foot-ball  jugadas  en  el  estadio  municipal 
de  Bogotá  durante  este  último  mes: 

Primer  partido:  Domingo  29  de  enero.  Bogotá,  5  goals;  Antioquia,  4  goaís.  Asistentes,  13.000. 
Suma  recaudada  por  entradas,  $  6.000. 

Segundo  partido:  Domingo  5  de  febrero.  Barranquilla,  2  goals;  Antioquia,  0.  Asistentes, 
14.500.  Suma  recaudada,  $  7.500. 

Tercer  partido:  Domingo  12  de  febrero.  Barranquilla,  3  goals.  Bogotá,  2  goals.  Asistentes, 
18.000.  Suma  recaudada,  $  10.000  46. 


-IV- 

C  ON  EL  OBJETO  DE  DAR  A  CONOCER  AL  PUBLICO  el  uso 
que  el  órgano  ejecutivo  ha  hecho  de  las  autorizaciones  extraordinarias 
que  le  fueron  otorgadas  por  la  ley  número  1.16  de  1938,  reúne  El  Tiempo 
dei  19  de  enero  los  principales  decretos  emanados  del  ministerio  de  edu¬ 
cación  nacional.  En  virtud  de  esas  atribuciones  especiales  se  ha  creado  un 
nuevo  establecimiento  de  educación  secundaria,  desdoblando  la  antigua 
escuela  nacional  de  comercio  en  dos  institutos  independientes :  la  escuela 
de  comercio  y  e!  externado  de  bachillerato;  se  reglamentaron  además  las 
colonias  de  vacaciones  y  los  auxilios  a  restaurantes  y  construcciones  esco¬ 
lares;  se  fijaron  normas  sobre  la  duración  del  trabajo  y  de  las  vacaciones 
en  todos  los  establecimientos  oficiales  y  privados  de  educación  primaria, 
complementaria,  normalista  y  secundaria;  se  reorganizó  la  inspección  na¬ 
cional  de  educación  primaria,  y  se  adoptaron  otras  medidas  de  interés  47. 


f\E  LA  DISTRIBUCION  DE  PARTIDAS  DEL  PRESUPUESTO, 
hecha  recientemente  por  el  ministerio  de  educación,  destacamos  las 
siguientes  cifras:  para  la  obra  de  los  restaurantes  escolares  en  toda  la 
república,  $  450.000;  y  para  auxilios  a  las  construcciones  escolares,  $  75.000. 
Fueron  también  adjudicadas  las  siguientes  sumas:  $  31.000  para  las  escue¬ 
las  musicales  de  Cali,  Barranquilla,  Pasto,  Medeílín  y  Cartagena ;  $  35.000 
para  publicaciones ;  $  15.000  para  pago  de  profesores  extranjeros ;  $  5.000 
para  premios  en  concursos  y  exposiciones  de  arte,  y  $  65.000  para  la  com¬ 
pra  de  aparatos,  edificación  e  instalación  de  la  radiodifusora  nacional  48. 


LA  GOBERNACION  DEL  DEPARTAMENTO  DE  CUNDINA- 
MARCA  dispuso  la  creación  de  cuarenta  nuevas  escuelas  urbanas 
en  Bogotá.  Con  esta  medida  se  atiende  a  la  educación  de  2.000  niños 
más  49.  Esta  medida,  sin  embargo,  ha  aliviado  muy  ligeramente  el  problema 


46  El  Espectador,  14  de  febrero. 

47  El  Tiempo,  19  de  enero. 

48  El  Tiempo,  20  de  enero, 

49  El  Tiempo,  21  de  enero. 


(77) 


de  ía  enseñanza  primaria  en  la  capital,  cuya  gravedad  se  palpó  el  día 
señalado  para  la  apertura  de  las  matrículas:  en  solo  seis  horas  quedó 
totalmente  lleno  el  cupo  de  todas  las  escuelas  de  Bogotá;  14.000  niños 
fueron  matriculados,  pero  cerca  de  7.000  más  que  reclamaban  enseñanza 
-  quedaron  en  la  calle.  Las  autoridades  municipales  se  preocupan  por  resol¬ 
ver  la  situación,  y,  se  habla  de  conseguir  en  alguna  forma  cincuenta  o  cien 
salones  más  para  atender  a  esos  niños  bogotanos  50. 

Algo  semejante  ha  ocurrido  en  los  establecimientos  de  segunda  ense¬ 
ñanza.  Así  algunos  colegios,  v.  gr.,  el  de  San  Bartolomé,  ni  siquiera  han 
podido  abrir  matrículas  nuevas,  por  tener  enteramente  agotada  la  capa¬ 
cidad  de  sus  locales. 


|  AS  FUNCIONES  DE  LOS  INSPECTORES  nacionales  de  segunda 
enseñanza  han  sido  nuevamente  reglamentadas  por  disposición  del 
ministerio  51. 

r  OMO  LOS  ESTUDIANTES  INICIASEN  UN  PROYECTO  DE 
^  HUELGA  por  el  aumento  de  veinte  pesos  decretado  para  las  ma¬ 
trículas  de  1939,  el  rector  de  la  Universidad,  doctor  Agustín  Nieto  Caba¬ 
llero,  declaró  que  ese  recargo  estaba  plenamente  justificado,  si  se  quería 
atender  mejor  a  los  servicios  del  consultorio  universitario,  a  las  excur¬ 
siones,  bolsas  viajeras,  impresión  de  tesis  etc.,  y  observó  además  que  deben 
tenerse  en  cuenta  las  cien  becas  de  veinticinco  pesos  mensuales  cada  una, 
creadas  para  los  más  pobres.  Replicaron  a  esto  los  estudiantes  que  aplau¬ 
dían  la  benéfica  finalidad  de  los  nuevos  servicios  creados,  «pero  siempre 
y  cuando  que  no  se  extorsione  al  beneficiado»;  que  las  cien  becas  no  serían 
en  realidad  para  los  más  necesitados,  sino  para  los  más  influyentes.  «No 
pedimos  que  la  enseñanza  universitaria  sea  gratuita,  afirmaron,  sino  úni¬ 
camente  que  se  conserven  los  antiguos  precios  para  las  matrículas»,  por¬ 
que  éstas,  si  son  elevadas,  se  convierten  en  una  «infranqueable  barrera 
entre  la  cultura  y  el  pueblo  colombiano». 


A  estas  razones  se  sumó  una  proposición  de  la  junta  directiva  de  la 
asociación  nacional  de  profesores,  solicitando  del  señor  rector  la  rebaja 
de  las  matrículas  en  todas  las  facultades  oficiales.  Observan  los  profe¬ 
sores  que  «el  día  que  el  rico  se  eduque  con  su  hacienda  y  el  pobre  con  los 
dineros  del  Estado,  éste  habrá  cumplido  con  uno  de  los  deberes  más 
ingentes  de  la  justicia  social». 


El  asunto  hubo  de  ser  considerado  por  el  consejo  directivo,  y  los 
doctores  Agustín  Nieto  Caballero  y  Gerardo  Molina  estudiaron  un  pro¬ 
yecto  de  acuerdo  que  fue  desde  luego  aprobado  por  el  consejo  y  bien 
recibido  por  los  estudiantes.  En  virtud  de  ese  acuerdo  se  establecen  tres 
categorías  de  estudiantes,  para  el  efecto  del  pago  de  la  matrícula,  a  saber: 

a)  Exención  total  de  derechos  en  número  de  150,  dentro  de  los  cuales 
quedan  incluidas  las  100  becas  de  la  Universidad,  para  los  estudiantes  que 
acrediten  debidamente  su  extremada  pobreza  ante  la  respectiva  facultad 
o  escuela: 


50  El  Tiempo,  3  de  febrero. 

51  El  Espectador,  6  de  febrero. 


(78) 


O 


b)  Derechos  de  $  30,  los  mismos  del  año  pasado,  para  los  estudian¬ 
tes  que  dependan  de  personas  cuya  renta  líquida  anual  no  exceda  de 
$  2.000; 

c)  Derechos  de  $  60  para  los  estudiantes  que  dependan  de  personas 
cuya  renta  líquida  anual  sea  mayor  de  $  2.000.  52. 

POR  ACUERDO  DEL  10  DE  FEBRERO,  expedido  por  el  consejo 

directivo  de  la  Universidad  Nacional  se  crea  el  departamento  de  ser¬ 
vicio  social  universitario,  cuyas  atribuciones  son:  atender  por  todos  los 
medios  al  bienestar  de  los  estudiantes,  levantar  la  ficha  médica  y  social 
de  cada  uno  de  los  alumnos  de  la  Universidad  Nacional  y  efectuar  los 
tratamientos  que  sean  del  caso.  Esta  oficina  establecerá  además  un  con¬ 
sultorio  con  servicio  permanente  durante  todo  el  año  escolar  y  visitas 
a  domicilio  a  los  estudiantes  que  las  necesiten ;  levantará  la  información 
más  completa  que  sea  posible  sobre  los  estudiantes  necesitados  de  un 
apoyo  de  la  universidad,  y  «velará  porque  la  instalación  y  condiciones  de 
vida  de  los  estudiantes  cuyos  hogares  no  se  hallan  en  la  ciudad  sean  las 
más  adecuadas  a  la  defensa  de  su  salud  y  al  rendimiento  de  su  trabajo  en 
la  Universidad».  «La  oficina  se  preocupará  por  prestar  al  estüdiante  uni¬ 
versitario  todo  el  concurso  material,  moral  o  espiritual  que  pueda  nece¬ 
sitar  en  el  curso  de  sus  estudios  y  que  esté  dentro  de  las  posibilidades  del 
presupuesto  de  esta  dependencia»  53. 

D  ARA  INAUGURAR  LOS  CURSOS  de  la  Universidad  Nacional  re- 
■  solvió  el  consejo  directivo  restablecer  el  acto  solemne  que  solía  tener 
lugar  antiguamente,  o  sea  en  el  siglo  pasado.  Y  con  esta  ocasión  se  reveló 
un  nuevo  factor  con  que  cuenta  ya  la  cultura  nacional,  o  sea  el  izquier- 
dismo. 

Disgustados  los  estudiantes  porque  los  mejores  puestos  del  Teatro 
Colón  se  reservaran  para  personajes  de  importancia  social  que  debían  ir 
de  frac,  mientras  que  a  ellos  no  se  les  dejaron  sino  unas  pocas  localidades, 
la  mayor  parte  en  galería,  resolvieron  protestar,  y  aprovechándose  de  este 
movimiento  los  izquierdistas  organizaron  una  zambra  escandalosa  con  que 
hicieron  el  más  bochornoso  ultraje  a  la  cultura  colombiana  delante  del  señor 
Presidente  y  de  todo  el  cuerpo  diplomático. 

Entre  los  gritos  con  que  llenaban  el  teatro  los  estudiantes,  los  que 
más  se  oían  eran:  ¡Viva  Alfonso  López!  ¡Viva  el  futuro  presidente!  ¡Viva 
Santos  lopista!  ¡Viva  el  gobierno  de  ruana!  etc. 

Alguna  vez  trató  de  intervenir  la  policía,  pero  todos  los  estudiantes 
se  pusieron  contra  ella,  y  no  hubo  más  remedio  que  dejar  gritar  a  los 
revoltosos  hasta  que  se  cansaron.  Cuando  el  rector  de  la  Universidad, 
Agustín  Nieto  Caballero,  empezó  su  discurso,  se  salieron  los  izquierdistas 
haciendo  un  ruido  infernal,  y  se  apostaron  frente  al  teatro  para  seguir 
gritando  a  la  salida  de  los  invitados.  Al  automóvil  del  rector  le  echaron 
una  bomba  de  asafétida,  y  él  entonces  se  dirigió  a  pie  hasta  la  próxima 
estación  de  taxis,  acosado  a  gritos  por  los  revoltosos  que  no  cesaban  de 
clamar  Castro  sí,  Nieto  no! 


52  La  Razón,  5  de  febrero. 

53  El  Siglo,  11  de  febrero. 


(79) 


Mas  lamentable  este  brote  de  barbarie,  porque  la  parte  musical  « 
acto,  a  cargo  de  la  orquesta  sinfónica  nacional  y  de  los  coros  del  conser¬ 
va  ono,  era  selectísima,  y  los  discursos  del  excelentísimo  señor  Presidente 

íust  akbanza  ".  Un,VerSldad’  ffierecían  toda  y  han  recibido 

|-|A  SIDO  COLOCADA  LA  «ULTIMA  TEJA»  de  las  construcciones 
de  la  escuela  de  policía  General  Santander.  Los  edificios  terminados, 
numero  de  18,  son  de  una  factura  moderna,  cómoda  y  elegante,  y  se 
hallan  separados  entre  si  por  amplias  avenidas.  La  dirección  de  las  obras 
estuvo  a  cargo  de  la  acreditada  firma  TrujiUo  Gómez  y  Martínez  Carde - 
ñas,  constructora  de  los  cuarteles  que  el  ejército  posee  en  Barranquilla  55, 

P ^RA.fLiGARG,°  ?C  director  de  la  estela  nacional  de  bellas  artes 
ha  sido  designado  don  José  María  González  Concha. 

£LRP'  fIM,ON  SARASOLA  S.  J„  director  del  observatorio  de  San 

y  colaborador  de  esta  revista,  salió  para  Montevideo  como 

meteorología6  °f,Cla  ^  C°!ombia  en  la  conferencia  panamericana  de 

C  ON  MOTIVO  DEL  CENTENARIO  DE  BOGOTA  se  tributó  un 
homenaje  a  la  memoria  de  don  Manuel  del  Socorro  Rodríguez,  pre- 
cursor  de  periodismo  colombiano.  La  lápida  conmemorativa  que  se  colocó 
en  el  vestíbulo  de  a  biblioteca  nacional  fue  obsequiada  por  la  república 

ta  L>  ba’  Pa  de  fundador  del  Papel  Periódico  de  la  ciudad  de  San  - 

£L  MAESTRO  BERNARDO  VIECO,  quien  lleva  ya  dos  años  esta- 
blecido  en  Bogotá  después  de  su  regreso  de  Europa,  adelanta  callada¬ 
mente,  en  el  retiro  de  un  taller  sin  publicidad,  diversos  trabajos  escoltó- 
ricos  que  embellecerán  la  capital;  tiene  ya  modeladas  cinco  grandes  fi¬ 
guras  de  piedra  para  la  fachada  del  gran  Teatro  Colombia  que  actual¬ 
mente  se  construye,  y  ha  terminado  numerosas  fundiciones,  relieves  y 
placas  conmemorativas;  suyos  son  los  trabajos  en  piedra  que  decoran  fe 
fachada  del  Banco  Hipotecario  de  Colombia. 

fe  Ej,  ~?l°’  20  de  íebrero>  y  El  Tiempo  del  mismo  día. 
isb  hl  Tiempo,  8  de  febrero. 


i 


ALUMNOS  MATRICULADOS  EN  LAS  ESCUELAS  INTERNACIONALES  EN  1939 

CONTINUACION 

Manuel  Yepes,  26  años  (empleado),  Instrucción  Práctica  Elemental,  Medellín  (Antioquia) 

lÍT A°  OchÓa°S33  ~  3n7  -(meCfnÍCJ?.)>  Técnico  en  Radí°>  Yarumal  (Antioquia). 
fl  Lv-S  h  J  3-  &ntS  (minero)’  Tecmco  electricista,  Medellín  (Antioquia). 

T  ]  nVí!  a’  lo  a-°S  <automovihsta)>  Técnico  en  Radio,  Jericó  (Antioquia). 

Jor4e  Ochoa,  28  anos  (independiente),  Jefe  de  Ventas,  Medellín  (Antioquia) 

Virgilio  Zapata,  2ó  anos  (comerciante),  Técnico  en  Radio,  Medellín  (Antioquia). 

Marco  Julio  Unbe,  23  anos  (empleado),  Técnico  en  Radio,  Medellín  (Antioquia). 

Lms  A  Alvarez,  21  anos  (empleado),  Técnico  Electricista,  Medellín  (Antioquia). 

G™ez:  19  anos  (estudiante),  Inglés  para  Español,  Medellín  (Antioquia). 

Frankli  White,  27  anos  (empleado),  Jefe  Técnico  de  Banca,  Medellín  (Antioquia) 

Alfonso  Isaza,  23  anos  (farmaceuta),  Perito  Propagandista,  Medellín  (Antioquia) 

Luis  A  Morales,  24  años  (empleado),  Técnico  en  Telefonía,  Concordia  (Antioquia). 

Darío  Jaramillo,  22  años  (empleado),  Jefe  de  Comercio,  Medellín  (Antioquia). 

Joaquín  Jurado,  28  años  (empleado),  Técnico  Electricista,  Medellín  (Antioquia). 

Canuto  Saídarriaga,  30  años  (empleado),  Ingeniero  Civil,  Medellín  (Antioquia). 

Pedro  Naranjo,  26  años  (empleado),  Técnico  en  Radio,  Andes  (Antioquia). 

(80). 


Ultimas  publicaciones  colombianas 

Rogamos  a  los  autores  colombianos  que  nos  envíen  sus  publicaciones 

para  anunciarlas  oportunamente 

,.  Daniel  Restrepo  S.  I.,  ha  comentado  los  Apuntes  autobiográ- 

ticos  de  don  Vicente  Restrepo  uno  de  los  hombres  más  influyentes  en  la 

reforma  política  de  fines  del  pasado  siglo. 

En  épocas  en  que  la  patria  se  ve  con  frecuencia  amenazada  por  los 
ocultos  traidores  y  asediada  de  continuo  por  una  turba  de  mercenarios, 
provechosa  labor  la  de  hacer  resaltar  el  sacrificio  y  desinterés  de  quienes 
comprendieron  que  la  mejor  retribución  que  tenían  derecho  a  esperar  de 
ella  era  el  honor  de  servirla,  aunque  fuera  a  costa  de  propios  sinsabores 
e  inevitables  ingratitudes. 

Guando  la  moral  pública  y  privada  sufre  tan  manifiesta  relajación, 
es  empeño  fructuoso  e  indispensable  el  poner  ante  los  ojos  de  las  nuevas 
generaciones  la  vida  luminosa  y  serena  de  quien  supo  unir  la  más  alta 
virtud  cristiana  en  el  santuario  de  su  hogar  con  la  lealtad  imperturbable  en 
medio  de  los  vaivenes  de  una  delicada  actuación  política. 

El  P.  Restrepo  nos  presenta  un  modelo,  hoy  escaso,  de  virtudes  do» 
mésticas,  y  un  patriota  abnegado,  que  supo  trabajar  sin  ruido  por  la  honra 
y  el  engrandecimiento  de  su  patria. 

En  una  altiplanicie  de  nuestros  Andes  se  asienta  la  española  población 
de  La  Mesa,  que  guarda  avara  mil  leyendas  y  recuerdos.  Uno  de  sus  hijos, 
Pedro  Alejo  Rodríguez,  magistrado  ilustre  de  la  Corte  Suprema  de  Justicia, 
se  ha  encargado,  en  su  ameno  libro  La  Mesa  de  Juan  Díaz 1  2,  de  hacernos 
saborear  su  historia.  Ha  recogido  algunas  bellas  páginas  de  Medardo  Ri- 
vas,  Lara  Cortés,  y  Pimentel  y  Vargas;  y  entrelazándolas  con  eruditos 
artículos  de  cosecha  propia,  nos  presenta  una  cumplida  monografía.  El 
legendario  Juan  Díaz  el  sevillano,  el  pequeño  mártir  de  la  patria  Fran¬ 
cisco  Julián  Olaya,  y  el  negro  Pascual  inmortalizado  por  Pimentel  y  Var¬ 
gas,  son  figuras  que  evoca  el  solo  nombre  de  La  Mesa. 

En  Ensebio  Sapote3,  de  Enrique  Aguiar,  la  novela  resulta  un  tanto 
descolorida  y  fastidiosa,  a  veces  hasta  repugnante,  quizá  por  no  ser  más 
que  «la  historia  y  la  novela  de  un  tarado»,  cuyo  principal  personaje,  — muy 
común,  por  desgracia — ,  es  tan  rastrero  y  degradado,  tan  lleno  de  vicios 
y  tan  falto  de  humanos  sentimientos,  que  casi  siente  uno  pesar  ante  su 
arrepentimiento  impune  y  tardío.  La  descripción  de  mediocridades  no  es 
realmente  asunto  propio  para  la  producción  de  obras  artísticas  o  siquiera 
de  algún  mérito,  cuánto  menos  la  historia  de  ruindades  y  bajezas. 

En  cambio,  para  la  historia  de  la  República  Dominicana  resultará  sin 
duda  de  provecho  el  acopio  de  datos  y  reminiscencias  de  sabor  colonial 
en  que  abunda  la  obra. 

El  estilo,  sin  especial  adorno  y  algo  deslucido  por  las  digresiones,  es 
agradable,  y  el  lenguaje,  bastante  correcto,  aunque  no  está  exento  del  que 
galicado  y  otros  errores,  mirados  hoy  como  pecados  veniales,  pero  que 
son  una  de  las  peores  plagas  de  la  literatura  contemporánea. 


1  En  89  108  págs. — Editorial  Centro,  Bogotá.  1939. 

2  En  8"  160  págs. — Editorial  Cromos,  Bogotá.  1938. 

3  E»  8“  260  págs.  Editorial  Selecta,  Bogotá.  1938. 

(81) 


Obra  digna  de  encomio,  y  de  innegable  utilidad,  es  el  vocabulario  de 
términos  regionales  que  cierra  la  obra  y  facilita  notablemente  su  com¬ 
prensión. 

Bajo  el  título  Compendio  de  Biología  General  y  Fisiología  Compa¬ 
rada  el  doctor  Wenceslao  Montoya  acaba  de  dar  un  nuevo  aporte  al 
interés,  en  aumento  cada  día  en  Colombia,  por  las  ciencias  naturales. 

Dos  grandes  partes  justifican  el  título  de  la  obra.  Desarrolla  en  la 
primera,  los  últimos  estudios  sobre  el  origen  de  la  vida,  del  individuo  y 
de  las  especies.  La  segunda  se  consagra  a  un  análisis  comparativo  sobre 
las  diversas  funciones  en  el  reino  vivo  de  la  naturaleza,  deteniéndose  con 
preferencia  en  el  cuerpo  humano. 

Dos  observaciones  nos  permitiremos,  primero  en  cuanto  a  la  obra 
en  general  y  luego  en  relación  con  el  evolucionismo. 

Ante  todo,  creemos  innecesarios  ejemplos  como  aparecen  v.  gr.  en  la 
página  84,  de  cuya  autenticidad  no  existe  prueba  satisfactoria  y  sobre  todo 
aducidos  para  ver  de  asentar  como  cierto  lo  que  hasta  el  día  no  pasa  de 
mera  hipótesis  científica. 

Sobre  la  teoría  del  evolucionismo  (pág.  175)  nos  parece  poco  fundada 
la  interpretación  de  la  Biblia  allí  propuesta. 

Nos  congratulamos  con  el  doctor  Montoya  por  su  inteligente  trabajo, 
fruto  de  la  fecunda  laboriosidad  del  maestro,  y  en  el  cual  brilla  un  ideario 
perfectamente  ortodoxo  y  en  armonía  íntima  con  los  últimos  adelantos  de 
la  ciencia. 

Editado  en  Bogotá  y  prologado  por  Germán  Arciniegas,  apareció  el  libro 
del  escritor  cubano  Ricardo  Riaño  Jauma  Mi  viaje  por  C olombia 4  5 6.  En  una 
serie  de  artículos  ligeros  contempla  nuestros  paisajes  (los  eucaliptos,  el 
Salto  del  Tequendama),  la  producción  literaria  (Silva,  Isaacs,  Valencia), 
la  vida  social.  Colombia  no  lo  entusiasmó.  Se  entrelee  su  desengaño  en 
sus  cumplidas  frases.  Encuentra  a  Bogotá  adusta,  religiosamente  enferma, 
muerta;  a  Popayán  monacal  e  inerte;  nuestra  literatura  tiene  mucho  de 
retoricista;  fuimos  la  república  «imaginífera  y  verborraica» ;  nuestra  cor¬ 
tesía  es  pegajosa  y  artificial.  A  través  de  sus  principios  socialistas  nos 
observa,  y  por  esto  es  para  él  un  progreso  nuestra  pasada  revolución  en 
marcha . 

Pocas  vidas  tan  novelescas  como  la  del  precursor  Nariño.  Y  ha  encon¬ 
trado  un  inteligente  minero  de  su  rica  cantera  en  Jorge  Ricardo  Vejarano. 
Su  Nariño  i:  tiene  todos  los  atractivos  de  las  modernas  biografías.  El  héroe 
ha  sido  fotografiado  hasta  en  su  alma,  y  la  vida  íntima  de  Nariño  tiene 
facetas  sorprendentes.  El  es  el  juguete  del  destino.  Su  carácter  inquieto, 
audaz,  lleno  de  caballerosidad  y  aristocracia  le  hace  ascender  unas  veces 
hasta  las  cumbres  de  su  ambición  para  precipitarle  después  en  los  más 
amargos  infortunios.  Pero  aquel  hombre  tiene  fibras  de  acero.  Las  cade¬ 
nas  y  prisiones  son  los  preámbulos  de  sus  presidencias,  y  sus  derrotas 
anuncian  sus  triunfos.  En  las  páginas  de  Vejarano  vive  el  atrevido  nego¬ 
ciante,  el  audaz  conspirador,  el  feliz  hacendado,  el  caballeroso  presidente, 

4  En  4?  438  págs. — Imprenta  Nacional,  Bogotá.  1938. 

5  En  8?  170  págs. — Tipografía  Colón,  Bogotá.  1937. 

6  En  8?  414  págs. — Editorial  Santafé,  Bogotá. 


(82) 


el  afortunado  general  y  el  eterno  prisionero.  En  la  parte  histórica  algunos 
insignificantes  lapsus  calatni  no  le  restan  nada  de  su  autoridad.  La  labor 
del  autor  ha  sido  conscientemente  profunda;  ha  abordado  toda  la  biblio¬ 
grafía  relativa  a  Nariño  y  se  nutre  en  seguras  fuentes,  algunas  de  ellas 
explotadas  por  primera  vez. 

Ramón  Correa,  miembro  de  numerosas  academias  históricas  del  país, 
ha  reunido  en  su  libro  Guía  histérico-geográfica  de  los  126  municipios  de 
Boyacá  7 8 9,  un  conjunto  de  importantes  monografías  sobre  las  históricas  po¬ 
blaciones  de  Boyacá.  El  acopio  del  material  ha  sido  paciente,  metódico  y 
completo.  Uno  por  uno  van  desfilando,  en  orden  alfabético,  los  126  muni¬ 
cipios.  Nos  cuentan  su  historia,  el  origen  de  su  nombre,  su  situación  geo¬ 
gráfica,  su  población,  sus  industrias,  sus  hijos  preclaros,  etc. 

El  P.  Fray  Carlos  Gil  Rozo  al  ofrecer  al  público  la  segunda  edición 
de  sus  Juguetes  Dramáticos 8  realiza  en  parte  el  deseo  de  don  Marco 
Fidel  Suárez  que  ansiaba  ver  «esta  maravilla  de  idioma  y  de  talento» 
convertida  en  «lectura  de  las  varias  clases  sociales,  por  ser  verdaderos 
documentos  de  enseñanzas». 

No  dudamos  que  estas  «obrecillas»  como  él  mismo  las  califica,  obten¬ 
drán  siempre  favorable  acogida  en  el  sencillo  ambiente  del  teatro  popu¬ 
lar,  sobre  todo  por  la  acertada  imitación  de  nuestro  típico  lenguaje 
campesino. 

Propiedad  privada  del  petróleo  en  C olombia  0  se  llama  el  opúsculo  en 
que  el  doctor  Pedro  María  Carreño,  en  su  carácter  de  representante  legal 
de  la  sociedad  «Richmond  Petroleum  Company  of  Colombia»,  presenta 
algunas  de  las  piezas  que  obran  en  el  expediente  de  oposición  en  que  la 
mencionada  compañía  se  opone  al  denuncio  como  baldías  de  tierras  petro¬ 
líferas  hecho  por  el  Sindicato  de  Inversiones,  S.  A.,  representado  a  su  vez 
por  el  doctor  Carlos  Arturo  Torres  Pinzón.  Por  el  volumen  del  negocio, 
por  los  cuantiosos  intereses  a  él  vinculados,  por  los  hondos  problemas  de 
hecho  y  de  derecho  que  en  él  se  ventilan,  juzgamos  que  este  opúsculo  es 
de  sumo  interés  para  los  hombres  del  gobierno,  para  magistrados,  jueces, 
abogados,  propietarios  y  empresarios  y  para  todo  aquel  a  quien  interesan 
por  cualquier  concepto  las  cuestiones  del  petróleo. 


También  hemos  recibido  las  siguientes  publicaciones,  que  agradece -. 
mos  cumplidamente : 

Daniel  Potes  Lozano — Panorama  Histórico  de  Tuluá — En  4°  69  págs. 
Editorial  Minerva,  Tuluá.  1939. 

Valentín  Nuñez  G. — Almanaque  Ilustrado  (A  Bucaramanga,  ciudad 
promesa  y  realidad,  y  a  todos  sus  hijos)  En  8-  120  págs.  Editorial  Miar¬ 
en  A.  Gómez,  Bucaramanga. 

7  En  4?  248  págs. — Imprenta  del  Departamento,  Tunja,  1938. 

8  En  8?  332  págs. — Editorial  Lumen,  Bogotá,  1939. 

9  Eh  4"  254  págs. — Editorial  Centro,  S.  A.,  Bogotá.  1938. 


(83) 


Universidad  Javgriana 


fundada  en  1622  por  Padres  de  la  Compañía  de  Jesús 


Facultad  de  Ciencias  Económicas  y  Jurídicas 


Apartado  4=4=5  —  Bogotá 


Crónica  de  la  Universidad  Javeriana 

por  Francisco  García  y  García 


OS  UNIVERSITARIOS  de  la  Javeriana  y  los  colegiales  de  San  Bar- 
lolomé,  presididos  por  los  superiores,  rindieron,  con  amor  y  dolor,  un 
solemne  homenaje  fúnebre  a  la  Santidad  de  Pío  XI.  Estudiosos  y  creyen¬ 
tes,  hicieron,  maestros  y  discípulos,  sentida  memoria  del  Pontífice,  cuya 
vida  fue  un  surtidor  de  luces  con  resplandores  de  ciencia  y  fulguraciones 
de  fe. 

Su  mismo  y  único  entendimiento,  que  con  el  mismo  vigor  concebía  al¬ 
tísimas  ideas  sobrenaturales  y  puramente  racionales,  fue  el  silogismo  hu¬ 
mano  más  rotundo  contra  la  vieja  tesis  heterodoxa  de  la  incompatibilidad 
entre  la  ciencia  y  la  fe. 

Aquiles  por  nombre  bautismal,  se  mostró  el  Papa  como  el  adalid  más 
vigoroso  de  los  tiempos  modernos,  y  Pío  en  su  nombre  de  Pontífice,  fue 
el  padre  bondadoso  de  sotana  blanca,  que  hizo  ondear  la  bandera  de  paz 
sobre  estandartes  de  guerra. 

La  síntesis  de  su  obra  fue  la  divinización  y  humanización  del  hombre; 
lo  divinizó  por  la  Acción  Católica  y  la  acción  misional,  y  lo  humanizó  des¬ 
tacando  los  brazos  abiertos  de  la  cruz  de  Cristo  sobre  los  lincamientos  fatí¬ 
dicos  de  cruces  suásticas,  hoces  y  martillos. 

La  humanidad,  por  boca  de  sus  gobernantes,  expresa  el  orgullo  de  sa¬ 
berlo  hombre,  y  la  Iglesia  Católica  experimenta  la  divina  complacencia  de 
sentirlo  santo. 

En  la  oración  fúnebre  el  R.  P.  Guillermo  Figuera  bosquejó  en  rasgos 
de  maestro  la  silueta  imperecedera. 


eL  EXCELENTISIMO  PRESIDENTE  de  la  república,  universitario 
aventajado  que  fue  en  las  aulas  de  Santa  Clara,  dio  a  nombre  de  Colom¬ 
bia  la  bienvenida  y  el  aplauso,  en  altísimo  discurso,  a  los  estudiantes  del  país 
que  entran  de  nuevo  a  la  universidad. 

Constituyó  su  voz,  en  elocuente  pregón  de  nuestro  pasado  universita¬ 
rio,  que  es  el  pasado  de  nuestra  vida  independiente,  y  dijo  con  emoción  el 
épico  esfuerzo  que  hubieron  menester  varones  gloriosos  para  formarlo» 
Ellos  son  la  sal  preservadora  de  la  cultura  contra  todo  morbo  de  corrup¬ 
ción  y  es  por  eso  fecundo  prodigar  sus  nombres. 

En  los  áticos  períodos  de  la  oración  republicana  que  pronunció  el  pri¬ 
mer  magistrado  desde  tribuna  ilustre,  palpita  el  afán  de  orden  y  de  justi¬ 
cia  y  de  efectividad  que  él  considera  vinculados  a  una  sana  democracia 
modelada  en  la  universidad.  Su  palabra  firme  rechazó,  como  sacrilego, 
el  concepto  mercantil  de  la  cultura,  poniéndole  acicate  de  espíritu  a  la  ad* 


■  A 


(84) 


qutsicióti  de  la  ciencia ;  expreso  el  deseo  de  sustituir  fábricas  de  doctores 
por  escuelas  de  sabios.  Su  palabra  idealista  señaló  a  la  juventud  luminosas 
ascensiones  e  invitó  a  escalar  alturas  que  solo  la  mediocridad  urbana 
considera  inviolables. 

Por  su  parte  el  doctor  Agustín  Nieto  Caballero,  rector  de  la  Univer¬ 
sidad  Nacional,  fijó  como  basamento  de  la  prosperidad  por  venir,  una  fuer¬ 
te  instrucción  con  fundamento  medular  en  la  educación,  que  puliendo  tos¬ 
cos  perfiles  del  alma,  labra  espíritus  para  la  inmortalidad. 

r\E  NUEVO  entra  en  actividad  como  de  colmena  la  juventud  intelectual 
de  la  Universidad  Javeriana.  El  P.  decano,  en  amena  charla  con  los 
estudiantes,  señaló  el  rumbo  que  la  facultad  ha  de  seguir  y  los  peligros  por 
evitar.  Quienes  hemos  asistido  en  años  pasados  a  estos  claustros,  sabemos 
de  la  eficacia  en  la  organización  y  en  el  cumplimiento  del  plan  inicial¬ 
mente  fijado,  gracias  a  una  benéfica  responsabilidad  en  las  directivas. 

I  OS  PROFESORES  de  la  universidad,  conscientes  de  su  alto  papel  que 
^  como  a  mentores  de  la  juventud  les  compete,  han  estado  dispuestos  en 
todos  los  momentos  que  han  acompañado  la  marcha  de  esta  institución, 
a  colmar  generosamente  el  afán  científico  que  turba  a  la  juventud  estudio¬ 
sa.  A  este  grupo  de  profesores  se  agrega  ahora  una  nueva  lista  de  ilustres 
catedráticos.  El  doctor  Juan  de  Dios  Higuita,  director  nacional  de  estadís¬ 
tica,  dicta  con  lucimiento  su  clase  de  estadística  y  demografía.  El  doctor 
Ramón  Pérez  Hernández,  con  pericia  de  especializado,  dirige  el  curso  de 
derecho  del  trabajo,  cuyos  cánones  ha  codificado,  y  riega  abundante  luz 
sobre  los  oscuros  problemas  sociales.  El  profesor  Rueda  Concha  analiza 
con  maestría  de  filósofo  los  complejos  problemas  del  derecho  penal,  y  el 
doctor  Hernán  Vergara  entra  con  denuedo  de  médico  cristiano  a  los  eri¬ 
zados  campos  de  la  biología  y  sicología.  Don  Camilo  de  Brigard  Silva  apli¬ 
ca  su  fino  criterio  de  diplomático  al  derecho  internacional  público,  y  don 
Julio  Ricaurte  Montoya,  subdirector  nacional  de  estadística^  muestra  con 
ilustrado  interés,  en  su  clase  de  geografía  económica,  las  inmensas  rique¬ 
zas  de  nuestro  joven  país. 

Cierran  esta  nómina  de  lujo  el  doctor  Alberto  Zuleta  Angel  en  su 
cátedra  de  derecho  mercantil,  el  P.  Vicente  Andrade,  especializado  en 
Europa  en  sociología,  y  el  académico  de  la  historia,  doctor  Manuel  José 
Forero,  como  catedrático  titular  de  sociología  americana. 

El  doctor  Carlos  Lozano  y  Lozano,  ministro  de  gobierno,  profesor  ti¬ 
tular  de  derecho  administrativo  en  la  Javeriana,  ha  dirigido  al  P.  decano 
de  la  Facultad  la  siguiente  carta: 

Bogotá,  19  de  enero  de  1939 — Reverendo  Padre  Félix  Restrepo  S.  J.,  decano  de  la  facultad 
de  ciencias  económicas  y  jurídicas  de  la  Universidad  Javeriana — L.  C. 

M  nay  distinguido  amigo: 

En  gran  manera  agradezco  a  usted  el  interés  que  me  muestra  en  su  carta  de  ayer  en 
relación  con  mi  curso  de  derecho  administrativo.  Desgraciadamente  tengo  el  fundado  temor 
de  que  en  este  año  no  me  va  a  ser  posible  dictar  las  clases  correspondientes,  ni  en  la  facul¬ 
tad  de  derecho  ni  en  ninguna  parte,  debido  al  excesivo  recargo  de  trabajo  en  este  ministerio, 
máxime  si  las  elecciones  fueren  agitadas.  De  todas  maneras,  le  avisaré  oportunamente  a  Ud. 
lo  que  resuelva  en  el  particular,  o  dicho  de  otra  manera,  lo  que  las  circunstancias  me  permi¬ 
tan  resolver.  Al  agradecer  a  usted  de  todo  corazón  su  gentil  invitación,  me  es  grato  reiterarle 
mis  sentimientos  de  consideración  personal  y  de  mi  amistad. 

Carlos  Lozano  y  Lozano 


(85) 


El  doctor  Garlos  Lleras  Restrepo,  ministro  de  hacienda  y  crédito  pú¬ 
blico,  catedrático  en  esta  universidad,  de  comercio  interior  y  exterior,  le 
escribe  a  su  turno  al  P.  Restrepo: 

Bogotá,  20  de  enero  de  1939 — Reverendo  Padre  Félix  Restrepo,  Decano  de  la  Universidad 

Javeriana — Ciudad. 

Muy  estimado  amigo: 

Contesto  su  carta  del  17  agradeciéndole  la  amable  insistencia  con,  que  ha  querido  que 
reanude  mis  clases  en  la  universidad. 

Mucho  siento  que  las  ocupaciones  del  ministerio  a  las  cuales  tengo  que  dedicar  toda  mi 
atención,  me  impidan  adquirir  con  usted  el  compromiso  de  dictar  regularmente  esas  clases. 
Usted  sabe  que  la  preparación  y  dirección  de  un  curso  requieren  un  cuidado  y  un  tiempo  de 
los  que  no  puedo  disponer. 

■  * 

Pero  me  gustaría  mucho  dictar  a  los  muchachos  unas  cuantas  conferencias  en  el  año  sobre 
temas  de  especialización  económica.  Si  a  usted  le  parece  bien,  fijaríamos  con  anterioridad 
y  de  común  acuerdo  la  fecha  de  cada  una  de  ellas. 

Con  sentimientos  de  consideración  y  aprecio,  me  es  grato  repetirme  de  usted  atento  y 
seguro  servidor, 

Carlos  Lleras  Restrepo 

CL íL  CONCURSO  abierto  para  optar  la  cátedra  de  contabilidad  ha  traído  a 
^  nuestras  aulas  maestros  de  primer  orden. 

El  señor  Justo  L.  Durán,  aprovechado  universitario  de  la  Javeriana, 
ha  tenido  la  encomiable  audacia  de  presentarse  al  concurso  abierto  por  la 
misma  facultad  para  ocupar  la  cátedra  de  contabilidad.  Es  prueba  de  gran 
esfuerzo  en  el  estudiante  y  muestra  clara  de  la  eficacia  en  los  estudios  de 
la  Universidad,  el  hecho  de  pretender  el  señor  Durán  dar  como  profesor 
lo  que  ha  recibido  como  alumno. 

El  concurso  lo  ganó  el  profesor  español  Andrés  Perea,  quien  fue  nom¬ 
brado  profesor  titular.  El  segundo  puesto  lo  obtuvo  D.  Delio  Gómez  de 
Castro,  profesor  de  larga  práctica,  el  cual  será  en  adelante  profesor  au¬ 
xiliar  de  la  materia  en  la  Javeriana. 

|  OS  EJERCICIOS  espirituales  de  este  año  se  han  llevado  a  cabo  con  nu- 

trida  asistencia  del  estudiantado.  Las  pláticas,  a  cargo  de  dos  ilustres  je¬ 
suítas,  han  sido  de  una  diafanidad  y  sencillez  admirables.  En  medio  de  la  ca¬ 
tástrofe  intelectual,  moral  y  económica  del  mundo  moderno,  una  voz  que 
muestre  la  verdad  eterna  y  un  impulso  sobrenatural  que  empuje  a  poseer¬ 
la,  son  de  urgencia  inaplazable. 

Uno  de  ellos,  el  R.  P.  Narciso  Irala,  misionero  de  la  China,  rtos  ha 
hecho  palpar  la  obra  de  la  Iglesia  en  los  momentos  trágicos  de  la  guerra 
chino-japonesa.  La  institución  que  resuelve  todos  los  problemas  de  la  eter¬ 
nidad,  es  la  que  se 'manifiesta  más  fecunda  y  benéfica  en  el  tiempo. 

f  Ñ 

Jorge  Rojas 

I  A  ULTIMA  REVELACION  de  la  poesía  americana  es  Jorge  Rojas, 
*■  hasta  ayer  estudiante  y  desde  hoy  orgullo  de  la  Universidad  Javeriana. 
Nada  más  remoto  de  la  idea  que  de  los  poetas  tiene  el  vulgo.  Ni  es  bohe¬ 
mio;)  ni  usa  melena,  ni  es  flaco  y  lánguido,  ni  romántico,  ni  reñido  con  la 
realidad  y  la  prosa  de  la  vida.  Muchacho  sano  y  fuerte,  estudiante  modes¬ 
to  y  aplicado,  convertido  en  hombre  de  negócios  por  la  temprana  muerte 
de  su  padre,  ha  pasado  en  la  universidad  inadvertido  para  la  mayor  parte 
de  los  estudiantes,  pero  en  su  silencio  iba  madurando  su  vigorosa  inspira- 


ción,  y  su  primera  salida  le  dio  el  triunfo  definitivo,  reconocido  sin  rodeos 
por  propios  y  extraños.  La  manera  de  Rojas  es  la  última  modalidad  del 
arte  poético  en  España  y  en  América.  Su  mérito  es  haberla  captado  tan  rᬠ
pidamente  y  haberle  dado  expresión  tan  llena  y  tan  perfecta.  Los  que  ya 
vamos  para  viejos  tal  vez  no  entendemos  del  todo  su  poesía.  Pero  ¿acaso 
se  entienden  los  ensueños,  las  emociones,  la  música  que  llena  los  oídos,  el 
vaivén  de  una  hamaca,  o  la  brisa  o  el  sol  que  acarician  los  cuerpos?  La  crí¬ 
tica  proclama  hoy  unánimemente  a  Jorge  Rojas  como  el  mejor  poeta  de 
la  nueva  escuela  en  America.  Y  su  Universidad  Javeriana  se  felicita  por 
ello.  Y  para  que  no  se  nos  tilde  de  parcialidad,  reproducimos  a  continua¬ 
ción  el  juicio  que  sobre  la  obra  de  Rojas  publica  El  Espectador  del  2  de 
marzo,  y  recomendamos  también  el  artículo  crítico  y  comprensivo  que  Da¬ 
lia  Iñiguez  publica  en  el  número  2  de  la  nueva  serie  de  la  Revista  de  ¡as 
Indias : 

La  forma  de  su  huida 

Este  libro  de  Jorge  Rojas,  editado  con  tan  exquisito  gusto,  nos  parece,  en  primer  lugar, 
la  satisfacción  de  una  necesidad  de  la  literatura  colombiana  contemporánea,  enriquecida  cau¬ 
dalosamente  con  la  presencia  de  una  nueva  escuela  poética,  pero  desprovista  de  una  obra  en 
que  un  auténtico  maestro  de  la  estética  moderna  expusiera,  en  la  clara  elección  de  sus  versos, 
la  esencia  y  el  sentido  de  la  nueva  empresa  lírica.  El  vanguardismo  poético,  concebido  co¬ 
mo  reacción  contra  las  viejas  normas,  ha  propiciado  el  osado  ingreso  de  una  muchedumbre 
anónima  al  sagrado  predio  de  la  poesía;  convertido  en  bullicioso  escándalo  un  movimiento 
intelectual  definido,  coherente,  sereno,  y  desorientado  el  criterio  en  forma  tan  alarmante  que 
se  necesita  juicioso  y  listo  discernimiento  para  no  caer  en  el  error  de  condenar  lo  nuevo  con¬ 
fundiéndolo  con  lo  que  se  hace  pasar  por  tal,  cuando  no  es  sino  su  traición  absoluta.  Jorge 
Rojas  acalla  con  su  alta  y  fina  voz  lírica  el  estruendo  de  los  traidores  y  proclama  con  dilatado 
y  poderoso  acento  la  frescura  y  magnificencia  de  la  nueva  técnica. 

La  forma  de  su  huida  — y  no  creemos  ser  injustos  al  concederle  segura  preponderancia  so¬ 
bre  toda  la  producción  lírica  de  los  últimos  años —  compendia  con  abrumadora  perfección  las 
modalidades  de  una  escuela  que  apenas  si  cuenta  entre  nosotros  con  dos  o  tres  cultivadores 
capaces  y,  cuando  mucho,  con  un  número  igual  de  apasionados  admiradores.  El  gusto  colectivo 
sigue  apegado  todavía  a  la  música  exterior,  a  la  pomposidad  del  consonante,  a  la  expresión 
ingenua  fácil,  al  sentimentalismo  esencial  y  formal,  suplantados  ahora  por  la  profundidad  de 
la  idea,  la  novedad  de  la  expresión,  la  musicalidad  del  verso,  la  selección  de  las  imágenes  y 
el  acierto,  fácil  y  laborioso  a  la  vez,  con  que  el  poeta  va  dando  forma  sensible  a  su  creación. 

En  la  poesía  de  Jorge  Rojas  el  neo-gongorismo,  que  en  tantas  otras  manos  ha  fracasado, 
adquiere  una  belleza  y  una  modernidad  sorprendentes.  La  odiada  técnica  se  remoza,  se  pone 
a  tono  con  el  siglo,  realiza  milagros  insospechables,  se  hace  densa  de  virtudes  nuevas.  El  cora¬ 
zón  anda  por  ella  como  por  esos  viejos  castillos  abandonados  que  alguien  hubiera  preparado, 
con  nuevas  galas,  para  una  fiesta  suntuosa.  Aquí  el  símil  que  se  extrajo  del  mundo  y  fue  tratado 
con  zumos  cordiales;  el  ritmo  soterrado  de  las  emociones;  la  sensación  de  un  maravilloso 
clima  espiritual;  el  adelgazamiento  de  las  ideas;  la  potente  presencia  del  hombre;  la  abun¬ 
dancia  imaginativa;  el  poderío  creador,  el  equilibrio;  la  permanente  y  justa  correspondencia 
entre  el  fondo  y  la  forma,  en  síntesis,  la  huella  profunda  de  una  sensibilidad  superior. 

Y  bajo  todas  estas  virtudes,  la  base  estable  y  sólida  del  pensamiento.  Jorge  Rojas  no  es 
el  artífice  de  preciosidades  verbales,  claras  y  vacías  como  una  burbuja;  su  poesía  tiene  un 
contenido  mental  tan  proporcionado  y  un  peso  real  tan  exacto  que  ella  sola  defendería  deco¬ 
rosamente  la  nueva  estética  del  cargo  de  frívola  y  vana  con  que  se  la  ha  impugnado.  Se  ad¬ 
vierte  en  ‘ella  la  continua  presencia  de  una  sentimentalidad  no  expresada  con  empalagoso 
arrebato,  pero  sí  nítida  y  fuerte. 

Estos  veintinueve  poemas  que  integran  el  libro  de  Jorge  Rojas  son  una  de  las  más  deci¬ 
sivas  contribuciones  americanas  a  la  reforma  poética  que  bajo  la  egida  del  vilipendiado  pres¬ 
te  que  escribió  las  Soledades,  iniciaron  Jiménez,  Alberti,  Diego.  Salinas,  García  Lorca,  entre 
los  mayores.  Con  una  ventaja:  que  la  imitación  — servil  a  veces —  con  que  se  ha  seguido  su 
huella,  no  existe  en  la  poesía  de  Rojas.  Poeta  y  maestro  él  mismo,  su  poesía  es  fruto  maduro 
de  su  predestinación  para  el  canto. 


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LOTERIA  DE  NARIÑO .  .  (71) 

TEXTOS  Y  UTILES  ESCOLARES. .  (72) 

HARINA  «DIADEMA» .  .  (74J 

cerveza  bohemia .  portada  3 


CIA.  COLOMB.  DE  TABACO. .  portada  4 


Condiciones 


Suscrición  anual  $  3,00.  Número  suelto  $  0,35.  Tomo  atrasado  (de  cinco  núme¬ 
ros),  $  3,00.  Suscrición  en  el  exterior:  países  comprendidos  en  el  convenio  postal 
de  América  y  España,  2,50  dólares.  Los  demás  países,  3,00  dólares. 


Suscrición  gratuita 


Todo  el  que  consiga  tres  nuevos  suscritores,  y  mande  a  la  administración  con 
el  valor  respectivo  la  dirección  de  ellos,  recibirá  por  un  año  su  propia  suscri¬ 
ción  gratuitamente. 


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dirección. 


(88) 


C31 2-IU-39— Imp.  del  C.  de  J.— Bogotá 


AVirtwvccsIt 


V. 


Experimentos  rea¬ 
lizados  con  esme¬ 
ro  científico,  com¬ 
prueban  que  la  pu¬ 
rificación  de  los  ta¬ 
bacos  por  métodos  exclusi¬ 
vos  de  la  Cía.  Colombiana 
de  Tabaco,  es  esencial  para 
su  buen  sabor  y  aroma. 


i  i 

¿mam  ü¡i 

Cultivo  de  jugos  de  taba¬ 
co  sin  pasar  por  la  máqui¬ 
na  purificadora.  El  micros¬ 
copio  muestra  el  crecimien¬ 
to  del  moho. 


En  cambio,  los  jugos  de 
tabacos  tratados  en  estas 
máquinas  aparecen  con  una 
limpieza  absoluta. 


Al  empezar  su  largo  período 
de  curación ,  los  tabacos  ma¬ 
duros  que  emplea  La  Cía.  Co¬ 
lombiana  de  TabacOy  se  puri¬ 
fican  en  plantas  como  ésta , 
únicas  en  Colombia  y  las  pri¬ 
meras  en  Sur  América.